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PRESENCIA DEL COOPERATIVISMO EN ARGENTINA Verónica Lilian Montes y Alicia Beatriz Ressel Instituto de Estudios Cooperativos, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata [email protected] RESUMEN En el presente trabajo se realiza la reseña histórica del movi- miento cooperativo en la República Argentina, haciendo una síntesis de las primeras manifestaciones y una breve referencia hasta nuestros días. Se cita el marco jurídico vigente para las cooperativas en este país, la presencia y distribución geográfica de las mismas. Con respecto a la educación y la investigación se mencionan distintas acciones implementadas tanto desde el ámbito universitario, como desde otras instituciones cooperativas y no cooperativas. Finalmente, y no obstante los aspectos comentados que ponen de mani- fiesto la relevancia del cooperativismo en Argentina, se exponen algunas normativas existentes que impiden a estas organizaciones no lucrativas, solidarias y humanistas, prestar determinados servicios, convirtiéndose en un verdadero obstáculo para su genuino desarrollo. RESUMO No presente trabalho efetuou-se um levantamento histórico do movimento cooperativo na República Argentina sintetizando-se as pri- meiras manifestações e uma breve referência até os dias atuais. Cita-se o enquadramento jurídico vigente para as cooperativas no país, bem como a presença e a distribuição geográfica das mesmas. No tocante à educação e à pesquisa, são mencionadas as diferentes ações implementadas tanto no âmbito universitário como em outras ins- tituições sejam elas cooperativas ou não. Finalmente, apesar dos aspectos mencionados que evidenciam a relevância do cooperativismo na Argentina, são apresentadas algumas regulamentções existentes que impedem essas instituições solidárias, humanistas e sem fins lucrativos de prestarem determinados serviços. Essas diretrizes constituem-se em obstáculos efetivos para o verdadeiro desenvolvimento das organizações. RÉSUMÉ Le texte qui suit présente le compte rendu historique du Mouvement coopératif au sein de la République de l’Argentine. On y pré- sente une synthèse des premières manifestations de ce Mouvement tout en faisant brièvement référence à ce qu’il est devenu aujourd’hui. Le cadre juridique actuel des coopératives dans ce pays ainsi que leur présence et leur distribution géographique sont également abordés. Au niveau de l’éducation et de la recherche, le texte illustre que différen- tes actions sont implantées autant à partir du milieu universitaire qu’à partir d’autres institutions coopératives et non coopératives. REGIÓN CONO SUR (parte sur) uniRcoop Vol. 1, # 2, 2003 9

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PRESENCIA DEL COOPERATIVISMOEN ARGENTINAVerónica Lilian Montes yAlicia Beatriz ResselInstituto de Estudios Cooperativos, Facultad de Ciencias Económicas,Universidad Nacional de La [email protected]

RESUMEN • En el presente trabajo se realiza la reseña histórica del movi-miento cooperativo en la República Argentina, haciendo una síntesis delas primeras manifestaciones y una breve referencia hasta nuestros días.

Se cita el marco jurídico vigente para las cooperativas en este país, lapresencia y distribución geográfica de las mismas.

Con respecto a la educación y la investigación se mencionan distintasacciones implementadas tanto desde el ámbito universitario, como desdeotras instituciones cooperativas y no cooperativas.

Finalmente, y no obstante los aspectos comentados que ponen de mani-fiesto la relevancia del cooperativismo en Argentina, se exponen algunasnormativas existentes que impiden a estas organizaciones no lucrativas,solidarias y humanistas, prestar determinados servicios, convirtiéndoseen un verdadero obstáculo para su genuino desarrollo.

RESUMO • No presente trabalho efetuou-se um levantamento históricodo movimento cooperativo na República Argentina sintetizando-se as pri-meiras manifestações e uma breve referência até os dias atuais.

Cita-se o enquadramento jurídico vigente para as cooperativas no país,bem como a presença e a distribuição geográfica das mesmas.

No tocante à educação e à pesquisa, são mencionadas as diferentesações implementadas tanto no âmbito universitário como em outras ins-tituições sejam elas cooperativas ou não.

Finalmente, apesar dos aspectos mencionados que evidenciam arelevância do cooperativismo na Argentina, são apresentadas algumasregulamentções existentes que impedem essas instituições solidárias,humanistas e sem fins lucrativos de prestarem determinados serviços.Essas diretrizes constituem-se em obstáculos efetivos para o verdadeirodesenvolvimento das organizações.

RÉSUMÉ • Le texte qui suit présente le compte rendu historique duMouvement coopératif au sein de la République de l’Argentine. On y pré-sente une synthèse des premières manifestations de ce Mouvement touten faisant brièvement référence à ce qu’il est devenu aujourd’hui.

Le cadre juridique actuel des coopératives dans ce pays ainsi que leurprésence et leur distribution géographique sont également abordés.

Au niveau de l’éducation et de la recherche, le texte illustre que différen-tes actions sont implantées autant à partir du milieu universitaire qu’àpartir d’autres institutions coopératives et non coopératives.

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Malgré différents aspects qui mettent en évidence la relevance ducoopératisme en Argentine, le texte expose certaines réglementations nor-matives existantes qui empêchent ces organisations non lucratives, soli-daires et humanistes, de prêter certains services. Ces normes présententun véritable obstacle pour le développement des coopératives.

ABSTRACTS • This work summarizes the history of the cooperative move-ment in the Republic of Argentina synthesizing its first appearances andmaking a brief reference up to current times. It describes the judicialframework in force for cooperatives in the country as well as their presenceand geographic distribution.

With respect to education and research work, specific actions are referredto which have been put in place at universities as well as at other coopera-tive and non cooperative institutions.

Finally, and without overlooking and commenting on aspects thatunderline the relevance of the cooperative movement in Argentina, someexisting rules are examined which keep these non profit, humanistic andsocially contributing organizations from dispensing certain services,which has become a major obstacle impeding their true potential fordevelopment.

INTRODUCCIÓN

Para la realización de este artículo se ha tomado como base el trabajode investigación “El Cooperativismo en Argentina” cuyos autores son: laContadora Verónica Lilián Montes, el Contador Daniel Tévez y la Técnico enCooperativas Alicia Ressel, integrantes del equipo de investigadores del Insti-tuto de Estudios Cooperativos de la Facultad de Ciencias Económicas de laUniversidad Nacional de La Plata. El citado estudio fue presentado y expues-to por la Contadora Verónica Lilián Montes en Costa Rica en el mes de marzopróximo pasado, con motivo del Taller de Diagnóstico de las Cooperativas enlas Américas, organizado por la Universidad de Costa Rica. El objetivo gene-ral de la citada investigación consistió en determinar y caracterizar el estadoactual del cooperativismo en cada país representado en la Red Universitariade las Américas en Estudios Cooperativos y Asociativismo (UNIRCOOP),como parte del proyecto “Modelos de Intercooperación para las Américas”financiado por la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI).

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Evolución histórica

A lo largo de la historia, el cooperativismo en Argentina se ha desarrollado entodas sus formas, respondiendo en la mayoría de los casos, a los momentossocio-económicos y problemas institucionales del país.

A fines del siglo XIX, se originaron las primeras cooperativas gracias a laacción de inmigrantes europeos que desarrollaron sus actividades en forma

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asociativa. Quisieron probar en nuestro país una experiencia que por aquéltiempo era ya una realidad muy promisoria en el Viejo Continente.

Desde el punto de vista jurídico, en el movimiento cooperativo argentinopueden considerarse dos etapas: una que va desde la aparición de los prime-ros ensayos de cooperación económica hasta el año 1926 y otra desde ese añohasta el momento actual.

La segunda etapa corresponde al período en que las cooperativas debenorganizarse y funcionar de acuerdo con las disposiciones de la ley nacional11.388, que estableció los requisitos, la que fue reemplazada en el año 1973por la ley 20.337.

Este nuevo tipo de asociación tuvo su primera expresión legal con lareforma de 1889 del Código de Comercio, cuando se incorporaron al mismo,por disposición del Congreso, los artículos 392, 393 y 394, sobre sociedadescooperativas. La caracterización era muy pobre. En esos artículos se con-templaba un solo principio rochdaleano (a cada socio un voto, indepen-dientemente del número de acciones que poseyera) y se aceptaba que lascooperativas se establecieran bajo cualquiera de las formas societarias mer-cantiles consagradas. Todo esto motivaba la fácil confusión de las cooperati-vas con entidades de diversa índole y que se usara la denominación decooperativa sin que lo fuera.

Se estima que antes del año 1900 se fundaron unas 56 cooperativas. Suescasa importancia y progreso se atribuyen a la falta de educación económi-ca, de unión gremial, de organización y de disciplina. La mayor parte de lasque fueron autorizadas e inscriptas no llegaron a constituirse o fracasaron yentre las sociedades que en el siglo pasado ostentaron la denominación de“cooperativa”, hubo algunas que lo fueron de verdad y otras que cumplieronparcialmente los principios rochdaleanos. Un gran número fueron mercanti-listas o lucrativas, a veces por ignorar en qué consistían esas sociedades yotras por tratar de aprovecharse de su finalidad social.

Hasta que en el año 1926 se terminó con las situaciones anómalas y lasindefiniciones, también producto de la insuficiencia en la legislación vigente,con la promulgación de la ley 11.388 que, inspirada en los principios de lospioneros de Rochdale, destacó con exactitud y precisión, la peculiaridad delas sociedades cooperativas y fijó las condiciones para su existencia legal. Alos dos años de su existencia, una estadística del Ministerio de Agriculturarevelaba 79 cooperativas urbanas y 143 rurales, las primeras ubicadas conpreferencia en la Capital Federal y provincia de Buenos Aires y las segundasen el Litoral, Córdoba y Territorios Nacionales.

“La creación de numerosas entidades adquieren una importancia mayordespués de la segunda guerra mundial, manteniendo un crecimiento ininte-rrumpido hasta 1976, fecha en que el número de cooperativas comienza adeclinar, para retomar una tendencia creciente a partir de la década del 80”.(Levin-Verbeke, 2000:67)

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Primeras Manifestaciones Concretas del MovimientoCooperativista en Argentina:

1875 – Se creó la “Sociedad Cooperativa de Producción y Consumo de Bue-nos Aires”, inspirada por el sociólogo francés Adolfo Vaillant, que impulsó laacción cooperativa en Uruguay y Argentina. Si bien no se conocen datos acer-ca de la constitución o eventual funcionamiento de la entidad, la agitacióncooperativista preliminar constituyó una realidad indudable y un saldo posi-tivo. No solamente resultó un intento serio, sino el primero, de difundir unespíritu inspirado en la prédica y actitud rochdaleanas, con un propósito demejoramiento de la clase obrera.

Debe apreciarse justamente este intento argentino, realizado a treinta yun años de la sociedad de Rochdale y a trece de la difusión de la historia delos pioneros en Francia. Inclusive en algunos países europeos los ensayosrochdaleanos surgirán después de 1875.

1884 – Se creó la Sociedad Cooperativa de Almacenes (Limitada). Se propusoabastecer inicialmente comestibles y bebidas, para abarcar luego otros ra-mos del comercio o la industria. Adoptó algunos rasgos no cooperativos, talescomo la cotización de las acciones en la Bolsa de Comercio, la distribucióndel 75% de las utilidades como dividendo sobre las acciones y la asignaciónde un porcentaje de esas utilidades a su fundador o sus herederos.

No obstante ello, revistió otros caracteres que dan cuenta de las preocu-paciones sociales de su fundador, un ciudadano argentino, hijo de británicos,el señor David H. Atwel.

1885 – Se fundó la “Compañía Mercantil del Chubut”, por un grupo de colo-nos galeses, en la ciudad de Trelew. Se propuso colocar en condiciones conve-nientes la producción de sus asociados y proveerlos de diversos artículos.Aplicó parcialmente algunas normas de las cooperativas agrarias. Se inscribiócomo cooperativa en 1893, transformándose en sociedad anónima en 1911,carácter en que funcionó hasta 1922.

1885 – Se constituyó en la Capital Federal la “Cooperativa de Consumo”,formada por un grupo de pioneros de tendencia socialista, provenientes deFrancia en razón de las medidas represivas a que los habían sometido en supaís de origen. Adoptó algunos principios rochdaleanos y su desempeño fueprecario debido al abuso del crédito. Dejó de operar en 1888.

1887 – Un grupo de socialistas alemanes fundó la “Cooperativa de Panadería”,instalada en el Club Vorwaerst, al cual pertenecían sus asociados. Funcionóhasta 1896.

1887 – Nació el “Banco Popular Argentino”, fundado como cooperativa decrédito por iniciativa del señor Sixto J. Quesada. Pese a funcionar como unade las mejores instituciones de su clase vistas en el país, a raíz de la promul-gación de la Ley de Cooperativas del año 1926, el Directorio del Banco consi-deró que dicha ley no convenía a los intereses de la institución. Se convocó a

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una asamblea extraordinaria en 1927, y ésta resolvió transformar la viejasociedad cooperativa en sociedad anónima y aprobó nuevos estatutos.

1887 – Don David H. Atwell fundó en la ciudad de Buenos Aires, la SociedadCooperativa Telefónica, con el propósito de contrarrestar el monopolio queejercía la Unión Telefónica. La Sociedad tuvo un período de progreso y pros-peridad, pero al fin fue absorbida por el monopolio de la Unión Telefónica.

1898 – Se creó la “Cooperativa Obrera de Consumos”, con el propósito decontribuir al mejoramiento de las condiciones generales de vida de la pobla-ción. Fundada a iniciativa del Dr. Juan B. Justo, debió liquidarse en 1902, ysirvió de base al mismo Juan B. Justo y al Dr. Nicolás Repetto para crear “ElHogar Obrero”.

1898 – En el ámbito rural se formó la Sociedad Cooperativa de Seguros Agrí-colas y Anexos Limitada “El Progreso Agrícola” por un grupo de colonos fran-ceses de Pigüé, provincia de Buenos Aires.

Se trataba en rigor, de una sociedad de seguros mutuos a prima fija contrael granizo, formada y administrada por los agricultores de la zona, en su propiobeneficio.

1900 – Un grupo de colonos israelitas radicados en la localidad de Basavilbaso(provincia de Entre Ríos) fundó la Cooperativa “La Agrícola Israelita”, que en1907 adoptó la denominación de “Sociedad Agrícola Lucienville CooperativaLimitada”.

1902 – Se organizó en Campana (provincia de Buenos Aires) la “CooperativaCosmopolita de Consumo”, que luego tomó la denominación “La Primera”Cooperativa de Consumo, Provisión de Electricidad y Servicios Anexos Ltda.

1904 – Nacieron tres importantes cooperativas vinculadas con el agro. EnTres Arroyos, provincia de Buenos Aires, la sociedad “La Previsión, Coopera-tiva de Seguros Agrícolas, Colonización y Crédito Limitada”, especializadaen seguro agrario. En Junín se fundó la “Liga Agrícola Ganadera”. Por último,en Colonia Clara, Entre Ríos, se organizó “Fondo Comunal”, en la que se des-tacaron las figuras de Miguel Sajaroff y de Isaac Kaplan.

1905 – Se puso en marcha en Margarita Belén, en la provincia del Chaco, laprimera cooperativa algodonera del país, cuya primitiva denominación fue“Cooperativa Agrícola Ganadera Limitada de Colonia Margarita Belén”.

1905 – El 30 de Julio se creó “El Hogar Obrero”. Fundada por iniciativa delDr. Juan B. Justo y con la valiosa colaboración del Dr. Nicolás Repetto y de otropequeño grupo de personas. Se realizó una obra de extraordinarias proyec-ciones, no sólo por su desarrollo material sino por su aporte a la difusión delas prácticas cooperativas. Los estatutos aprobados establecieron que el objetode la sociedad era proporcionar crédito a sus asociados para la adquisiciónde sus hogares y para otros fines, en la medida que lo permitieran los regla-mentos de la sociedad. También podía hacer construcciones para alquilar.

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Su expansión se realizó de modo firme e ininterrumpido, pero se tornóverdaderamente explosivo durante los últimos tiempos. Entró en convocato-ria de acreedores en 1991.

“Aún es tiempo para que la gente, el gobierno, los políticos y las coopera-tivas salden su deuda histórica con EHO e impidan la desaparición del sím-bolo del movimiento solidario argentino”. (Rodríguez Pérez, 2001:103)

1913 – Surgió la primera cooperativa de segundo grado o cooperativa de coo-perativas, como se las llamó inicialmente. Se trata de la ConfederaciónEntrerriana de Cooperativas (de la provincia de Entre Ríos), refundada en1933 con el actual nombre de Federación Entrerriana de Cooperativas.

1922 – Se creó la “Asociación de Cooperativas Rurales Zona Central”, origen dela actual “Asociación de Cooperativas Argentinas, Cooperativa Ltda.” (ACA).Ella constituye la más antigua federación argentina de funcionamiento ininte-rrumpido. En un principio agrupó a varias cooperativas de las provincias deCórdoba y Santa Fe, extendiendo luego su radio de acción.

A partir de los años 1930 y 1940 el modelo de servicios públicos surgió adqui-riendo inmediatamente una gran relevancia, entre otras causas por la necesi-dad de cubrir zonas poco habitadas (rurales o urbanas) y porque el Estado enmuchas ocasiones no contaba con los recursos suficientes para llegar hastazonas inhóspitas o pequeñas.

Luego cuando las empresas privadas adquirieron estos servicios (agua,luz, teléfono, gas) su importancia se acrecentó, porque solo invirtieron enlugares económicamente rentables. Por estas razones este modelo siguió conla misma vigencia de sus comienzos.

A partir de las décadas siguientes el sector cooperativo se consolidó yexpandió como una forma diferente de organización, más solidaria y equita-tiva, ocupando un lugar prestigioso en el desarrollo de nuestro país.

Surgieron las cooperativas de tercer grado: CONINAGRO (ConfederaciónIntercooperativa Agropecuaria Cooperativa Limitada) y COOPERAR (Confe-deración Cooperativa de la República Argentina Limitada), en 1956 y 1962,respectivamente.

Este crecimiento del sector cooperativo acrecentó (aunque en propor-ciones pequeñas) los capitales nacionales por la vía mas sana del ahorro in-terno. Además, permitió explotar otras ventajas, como utilizar una formasocialmente más eficiente y más justa de organizar la actividad económica.

Sin embargo, con los golpes militares y presidencias de facto sobrevino elestancamiento y retraso del movimiento.

Pese a esto, en la década de los 70 se reformuló la ley de cooperativas, ymientras que muchas desaparecieron, la nueva ley permitió un marco institu-cional sujeto a las necesidades de la época.

En los años 80 con el retorno de la democracia, las cooperativas “florecie-ron” nuevamente y comenzaron a expandirse.

En ese momento existían más de 4.000 cooperativas, que nucleaban amás de nueve millones de asociados. Estos datos muestran el desarrolloalcanzado por el movimiento cooperativo en Argentina.

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La década del 90 presentó una serie de aspectos complejos para las coo-perativas. Por un lado, las privatizaciones generaron un ingreso de capitalesdesmedidos y de empresas interesadas únicamente en el lucro, dejando uncampo pequeño para las cooperativas, por la eficiencia que se necesitó y pordesechar solo las áreas donde no existió la llamada eficiencia económica.

Por otro lado, el aumento constante del desempleo en el país, permitióque un modelo surgiera cada vez con mayor fuerza. Así, las cooperativas detrabajo se expandieron en las diferentes provincias, representando aproxima-damente el 35% del total de cooperativas a mediados de la década del 90,número que se puede considerar bastante inferior al presente debido alexponencial crecimiento y expansión de los últimos años.

Además, en estos años a nivel internacional la Alianza CooperativaInternacional (A.C.I) reformuló la definición de cooperativa y sus principios,generando una externalidad positiva en lo referente a identidad.

Esta suma de variables creó un ambiente de incertidumbre cada vez ma-yor, que se ve exacerbado por la actual crisis, aunque por la naturaleza de lascooperativas esta crisis puede ayudar al crecimiento de las mismas, lo quegeneraría una sociedad más solidaria, justa y equitativa.

2. IDENTIDAD SOCIAL Y JURÍDICA

Hasta el año 1973 rigieron en Argentina las disposiciones de la Ley 11.388 delaño 1926, de la que se hizo referencia en el punto precedente.

A partir de ese momento la Ley 20.337 regula en sus 121 artículos la cons-titución, funcionamiento, disolución y/o liquidación de todo tipo de organi-zaciones cooperativas en el país, por cuanto se trata de una normativa decarácter general.

Si bien ha habido intentos de reforma de la misma e incluso proyectospara alguno de los tipos de cooperativas en particular, hasta hoy la Ley 20.337constituye el marco jurídico de estas organizaciones.

En su artículo 2 ensaya una definición de cooperativa, seguida de unaenumeración de sus caracteres fundamentales.

Dispone el artículo 2:“Las cooperativas son entidades fundadas en el esfuerzo propio y la ayuda mu-tua para organizar y prestar servicios, que reúnen los siguientes caracteres:

1o. Tienen capital variable y duración ilimitada.2o. No ponen límite estatutario al número de asociados ni al capital.3o. Conceden un solo voto a cada asociado, cualquiera sea el número de sus

cuotas sociales y no otorgan ventaja ni privilegio alguno a los iniciadores,fundadores y consejeros, ni preferencia a parte alguna del capital.

4o. Reconocen un interés limitado a las cuotas sociales, si el estatuto autorizaaplicar excedentes a alguna retribución al capital.

5o. Cuentan con un número mínimo de diez asociados, salvo las excepcionesque expresamente admitiera la autoridad de aplicación y lo previsto paralas cooperativas de grado superior.

6o. Distribuyen los excedentes en proporción al uso de los servicios sociales, deconformidad con las disposiciones de esta ley, sin perjuicio de lo estableci-do por el artículo 42 para las cooperativas o secciones de crédito.1

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7o. No tienen como fin principal ni accesorio la propaganda de ideas políti-cas, religiosas, de nacionalidad, región o raza, ni imponen condiciones deadmisión vinculadas con ellas.

8o. Fomentan la educación cooperativa.9o. Prevén la integración cooperativa.10o. Prestan servicios a sus asociados y a no asociados en las condiciones que

para este último caso establezca la autoridad de aplicación y con sujecióna lo dispuesto en el último párrafo del artículo 42.

11o. Limitan la responsabilidad de los asociados al monto de las cuotas socialessuscriptas.

12o. Establecen la irrepartibilidad de las reservas sociales y el destino desinte-resado del sobrante patrimonial en casos de liquidación.Son sujeto de derecho con el alcance fijado en esta ley.”

Todas las cooperativas están sujetas a las disposiciones que emergen dela Autoridad de Aplicación en materia cooperativa, actualmente el InstitutoNacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). Y además, conforme asu actividad específica, a normas emitidas por otros órganos de contralor,como por ejemplo: Banco Central de la República Argentina (BCRA) para elcaso de entidades financieras, Superintendencia de Seguros de la Nación(SSN) para el caso de entidades aseguradoras, Comisión Nacional de Valores(CNV) para las cooperativas que cotizan en bolsa o mercados de valores,disposiciones del Ministerio de Educación para el caso de cooperativas esco-lares, entre otras.

3. DISTRIBUCIÓN GEOGRAFICA

La República Argentina comprende 23 provincias y un distrito federal, en unterritorio continental de 2.779.221 km2, con una población de 36.223.947 habi-tantes (según último censo nacional del año 2001).

En el año 2002, según datos del I.N.A.E.S, el movimiento cooperativoargentino engloba aproximadamente a 6,9 millones de asociados. El 29,7%del total de la población mayor de 18 años pertenece a una cooperativa.

En materia de distribución provincial, las cooperativas están presentesen todas ellas, siendo la mayor concentración en las de: Buenos Aires, CapitalFederal, Córdoba y Santa Fe, tal como se puede apreciar en el Gráfico No 1 yCuadro No 1:

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GRÁFICO NO 1 Y CUADRO NO 1

Cooperativas por provincia

PROVINCIA TOTAL

SAN LUIS 84CATAMARCA 87TIERRA DEL FUEGO 101LA PAMPA 109FORMOSA 153JUJUY 161CORRIENTES 190SANTA CRUZ 214CHACO 236SAN JUAN 268SALTA 280CHUBUT 333RIO NEGRO 333NEUQUEN 343MISIONES 368LA RIOJA 494MENDOZA 495SANTIAGO DEL ESTERO 647ENTRE RIOS 675TUCUMAN 936SANTA FE 1.316CORDOBA 1.603CAPITAL FEDERAL 2.084BUENOS AIRES 4.498TOTAL 16.008

Fuente: elaboración propia en base a datos del INAES

A continuación, en el Cuadro No 2, se realiza una confrontación de losdatos precedentes, del año 2002, con el año 1985, de donde surgen las siguien-tes conclusiones:

1) Un incremento porcentual muy importante en el número de asociaciones,sobre todo en las provincias de Tierra del Fuego, La Rioja y Santiago delEstero.

2) El incremento neto mayor se verifica en: Buenos Aires, Capital Federal,Córdoba y Tucumán.

3) Del análisis de los datos en cuanto a áreas de mayor presencia se produce elascenso al segundo lugar de Capital Federal, desplazando a las provinciasde Córdoba y Santa Fe.

4) En el año 1985 la mayor presencia se verificaba en las provincias de: BuenosAires, Córdoba, Santa Fe y Capital Federal.

5) Al considerar la localización se detecta una dispar distribución de las coo-perativas con una fuerte polarización en Buenos Aires.

Cooperativas por provincia

0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000 4500

BUENOS AIRES

CAPITALFEDERAL

CÓRDOBA

SANTA FE

TUCUMÁN

ENTRE RÍOS

SANTIAGODEL ESTERO

MENDOZA

LA RIOJA

MISIONES

NEUQUÉN

CHUBUT

RÍO NEGRO

SALTA

SAN JUAN

CHACO

SANTA CRUZ

CORRIENTES

JUJUY

FORMOSA

LA PAMPA

TIERRADEL FUEGO

CATAMARCA

SAN LUIS

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El incremento en el número de asociaciones no se encuentra acompaña-do por el número de asociados. Dado que tal como se refleja en el cuadroNo 3, si hacemos el mismo análisis respecto al número de asociados vemosuna fuerte disminución en la cantidad de los mismos.

CUADRO NO 2

Número de asociaciones

1985 2002 % inc. neto

BUENOS AIRES 1.009 4.498 445,79 3489CAPITAL FEDERAL 603 2.084 345,61 1481CATAMARCA 17 87 511,76 70CORDOBA 669 1.603 239,61 934CORRIENTES 36 190 527,78 154CHACO 72 236 327,78 164CHUBUT 62 333 537,10 271ENTRE RIOS 154 675 438,31 521FORMOSA 52 153 294,23 101JUJUY 24 161 670,83 137LA PAMPA 56 109 194,64 53LA RIOJA 31 494 1593,55 463MENDOZA 193 495 256,48 302MISIONES 80 368 460,00 288NEUQUEN 51 343 672,55 292RIO NEGRO 82 333 406,10 251SALTA 33 280 848,48 247SAN JUAN 60 268 446,67 208SAN LUIS 56 84 150,00 28SANTA CRUZ 24 214 891,67 190SANTA FE 662 1.316 198,79 654SANTIAGO DEL ESTERO 57 647 1135,09 590TIERRA DEL FUEGO 7 101 1442,86 94TUCUMAN 114 936 821,05 822TOTAL 4.204 16.008 380,78 11804

Fuente: elaboración propia en base a datos de la S.A.C (Secretaría de Acción Cooperativa) parael año 1985 y del INAES para el año 2002.

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Seguidamente, y para resumir la totalidad de la distribución de las coo-perativas, tanto por sector económico, como por provincia, se expone el si-guiente esquema de situación:

CUADRO NO 3

Número de asociados

1985 2002 % Incremento Neto

TOTALES 10.592.359 6.874.064 64,90 -3.718.295BUENOS AIRES 2.358.569 2.122.843 90,01 -235.726CAPITAL FEDERAL 3.509.902 1.419.970 40,46 -2.089.932CATAMARCA 1.386 3.236 233,48 1.850CORDOBA 629.960 554.001 87,94 -75.959CORRIENTES 14.231 16.133 113,37 1.902CHACO 388.231 22.121 5,70 -366.110CHUBUT 92.388 126.144 136,54 33.756ENTRE RIOS 460.584 186.563 40,51 -274.021FORMOSA 12.766 31.261 244,88 18.495JUJUY 11.284 16.191 143,49 4.907LA PAMPA 94.379 108.691 115,16 14.312LA RIOJA 3.674 9.576 260,64 5.902MENDOZA 215.985 138.855 64,29 -77.130MISIONES 55.366 80.310 145,05 24.944NEUQUEN 57.056 125.826 220,53 68.770RIO NEGRO 33.478 48.626 145,25 15.148SALTA 17.759 10.588 59,62 -7.171SAN JUAN 63.547 14.016 22,06 -49.531SAN LUIS 20.316 35.835 176,39 15.519SANTA CRUZ 4.629 4.966 107,28 337SANTA FE 2.445.668 1.724.527 70,51 -721.141SANTIAGO DEL ESTERO 44.887 32.581 72,58 -12.306TIERRA DEL FUEGO 7.378 18.192 246,57 10.814TUCUMAN 48.936 23.012 47,02 -25.924

Fuente: elaboración propia en base a datos de la S.A.C (Secretaría de Acción Cooperativa) parael año 1985 y del INAES para el año 2002.

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CUADRO NO 4

Distribución Sectorial y Regional de las Cooperativasen la República Argentina

AGRO

PE-C

UARI

ACO

NSUM

O

CRED

ITO

PROV

ISIÓ

N

SEGU

ROS

SERV

ICIO

SPÚ

BLIC

OSTR

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O

VIVI

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NSTR

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ONOT

RAS

TOTA

L

BUENOS AIRES 402 68 48 361 11 624 2.111 807 66 4.498CAPITAL FEDERAL 33 23 162 194 25 17 916 659 55 2.084CATA MARCA 21 – – 10 – 4 39 9 4 87CHACO 52 3 3 35 1 26 66 45 5 236CHUBUT 22 1 2 24 – 50 159 69 6 333CÓRDOBA 189 17 20 124 1 310 549 365 28 1.603CORRIEN TES 78 8 3 31 – 8 37 20 5 190ENTRE RÍOS 99 7 1 50 1 108 295 107 7 675FORMOSA 33 2 1 11 – 37 46 21 2 153JUJUY 24 1 2 28 – 8 74 15 9 161LA PAMPA 36 1 1 7 – 36 21 5 2 109LA RIOJA 39 2 – 32 – 9 360 44 8 494MENDOZA 80 2 4 39 2 109 84 165 10 495MISIONES 132 7 1 21 – 68 110 24 5 368NEUQUÉN 43 7 2 24 – 35 116 111 5 343RÍO NEGRO 67 6 1 32 – 34 162 25 6 333SALTA 37 5 – 29 1 6 134 53 15 280SAN JUAN 92 4 5 23 1 4 68 50 21 268SAN LUIS 9 5 – 5 – 27 22 16 – 84SANTA CRUZ 14 5 1 5 – 9 144 21 15 214SANTA FE 300 46 32 152 7 256 343 167 13 1.316SANTIAGO DEL ESTERO 222 7 4 122 – 51 192 29 20 647TIERRA DEL FUEGO 3 1 – 18 – 4 65 9 1 101TUCUMÁN 163 15 18 135 – 28 436 130 11 936TOTALES 2.190 243 311 1.512 50 1.868 6.549 2.966 319 16.008

Fuente: elaboración propia en base a datos del I.N.A.E.S.

PROVINCIA

4. LA EDUCACIÓN Y LA INVESTIGACION

Universidad y Cooperativismo

La Universidad Nacional de La Plata fue pionera en materia de estudioscooperativos.

El cooperativismo basa su accionar en la práctica de la Democracia y delHumanismo, que son los dos grandes principios de los cuales se nutre per-manentemente.

El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y mas tarde la UniversidadNacional de La Plata, se hicieron eco y recogieron esos ideales, valores y prin-cipios, que se ponen de manifiesto a partir de la creación en el año 1949 del

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Ministerio de Asuntos Agrarios, que con el establecimiento como objetivoprioritario del fomento de cooperativas agrarias, situación que no teníaantecedentes, abrió un camino al desarrollo del cooperativismo en al ámbitopúblico y académico.

Comenzó una etapa de promoción y constitución de cooperativas agra-rias, como parte de una política encaminada a organizar económicamente alos productores desde el ámbito oficial desde la óptica de los principios yvalores del cooperativismo. Sin embargo, no se contaba con los recursoshumanos necesarios para una tarea de esa magnitud.

Al objetivo trazado se añadió otro eslabón con la creación en el año 1952,en el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, de la Direcciónde Cooperativas Escolares, cuya dirección fue ejercida por el Dr. Emilio Bottiniy la subdirección por el Dr. Erico E. Panzoni.

Desde allí se volvieron a experimentar las consecuencias de la falta deconocimientos cooperativos de parte de maestros e inspectores, cuya vocacióny voluntad no eran suficientes para el logro del objetivo de la Dirección deCooperativas Escolares: constituir una cooperativa de alumnos en cadaescuela, las que debían convertirse en los nuevos laboratorios de la transfor-mación solidaria y social de los jóvenes.

A partir de ese marco y como consecuencia de la necesidad de formarpersonal idóneo, se elaboró la idea de crear un Centro de Estudios Cooperati-vos en el ámbito de la Universidad.

Las autoridades de ese entonces brindaron un total e incondicional apoyo,concretándose la idea en el año 1953 con la inauguración del Primer Institutode Estudios Cooperativos de América en la Universidad Nacional de La Plata,en la Facultad de Ciencias Económicas, siendo su Director el Dr. EricoPanzoni, difusor y promotor de la iniciativa.

Se marcó así un hito de singular trascendencia al ser la primera vez queuna Universidad Argentina incorpora sistemáticamente estudios sobre coo-perativismo, caracterizados desde su origen por la intencionalidad de servircon el apoyo de la Universidad al fomento, desarrollo y consolidación de laeconomía solidaria, para atender intereses de los sectores del trabajo y de laproducción que no encuentran la solución en la economía lucrativa.

Con el correr del tiempo otras universidades acompañaron este impor-tante emprendimiento.2

Con referencia al Instituto de Estudios Cooperativos de la UniversidadNacional de La Plata, debe destacarse su permanencia en el tiempo, encon-trándose próximo a cumplir 50 años de existencia con la carrera de coope-rativismo, a la que ha sumado actividades de extensión e investigación,cumpliendo ampliamente con los objetivos fijados al momento de su creación,coincidentes con los establecidos por la Universidad: docencia, investigacióny extensión.

En la actualidad se expide el Título de “Técnico en Cooperativas”, se tratade una carrera intermedia, de tres años de duración, cuya demanda provienetanto del interior de la Provincia de Buenos Aires, como de otros puntos delpaís. El incremento en la matrícula es notorio en los últimos años, habiendo

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llegado a quintuplicarse. Jóvenes, hombres y mujeres, muchos de ellosegresados, inclusive de otras facultades, emprenden el estudio del cooperati-vismo, entendiéndolo como una fuente laboral, una especialización profe-sional o una alternativa para la solución de los problemas que aquejan a lasociedad argentina, desde una óptica solidaria, democrática, participativa ymas humana.

Desde las cátedras se imparten conocimientos teórico-prácticos, desa-rrollados en el ámbito académico y fuera de él, vinculando al estudiante conel movimiento cooperativo, por medio de la participación en jornadas, encuen-tros, seminarios, viajes de estudio a cooperativas y trabajos de investigación endirecta vinculación con las organizaciones cooperativas de nuestro medio.

A la extensión de las cátedras se suman otros proyectos de extensióncooperativa que tienen lugar desde el propio Instituto de Estudios Cooperati-vos, así como desde las Secretarías de Extensión y Trabajos a Terceros de laFacultad de Ciencias Económicas, orientados fundamentalmente a la satis-facción de las demandas provenientes del sector cooperativo en cuanto a re-querimientos de cursos de capacitación y formación cooperativa, tanto ennuestra zona de influencia como en distintos lugares del país. Estas deman-das son satisfechas por los docentes de las asignaturas de la carrera de “Téc-nico en Cooperativas”.

En lo relativo a investigación, se desarrollaron vía Universidad/Facultadde Ciencias Económicas, los siguientes proyectos de investigación:

• Proyecto Piloto para la Constitución de Cooperativas Agro-Industriales y deServicios (1993). Director de l Proyecto: Dra. Teresa Novarese de Nieto. In-vestigadores colaboradores: Cra. Verónica Lilián Montes; Técnico en Coo-perativas Ana M. Broithinot.

• Balance Social para Cooperativas de Trabajo, con referencia a educacióncooperativa (1995). Director del Proyecto: Lic. Héctor Calvo. Investigadorresponsable: Dra. Teresa Novarese de Nieto. Investigador colaborador: Cra.Liliana Fernández Lorenzo.

• Balance Social Cooperativo Integral (1996/1997). Director del Proyecto: Lic.Héctor Calvo. Investigadores: Cra. Liliana Fernández Lorenzo, Cra. NormaGeba, Cra. Verónica Lilián Montes, Lic. Rosa Schaposnik.

La temática del balance social surge por inquietud de una profesora de lacarrera de “Técnico en Cooperativas”, la Dra. Teresa Novarese de Nieto, con lafinalidad de dar respuesta a los requerimientos del movimiento cooperativoargentino, que reunido en el Congreso Argentino de la Cooperación en el año1989: “Propicia la formulación concreta por las cooperativas del denominado“balance social” en el cual entre otros datos y conceptos, se efectúe unadetallada evaluación de las realizaciones en el campo de la educación coope-rativa…”

La publicación de este último proyecto, “Balance social cooperativo inte-gral, un modelo argentino basado en la identidad cooperativa” ha sido pre-sentado y distribuido en encuentros nacionales e internacionales, inclusiveimplementado por algunas organizaciones de nuestro país y constituye un apor-te desde el ámbito académico universitario para el movimiento cooperativo.

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Si bien es cierto que la ley 20.337/73 de cooperativas no exige la presenta-ción de este instrumento, también es cierto que el tema está en el tapete desdehace ya varios años en Argentina como en otros países del mundo, existiendoen nuestro país importantes antecedentes en la materia, desde publicacionessobre el tema hasta experiencias concretas de su implementación.

Los proyectos citados precedentemente se desarrollaron en el marco delPrograma de Incentivos Docentes – Investigadores del Ministerio de Culturay Educación – Secretaría de Políticas Universitarias, del que existe registrocentralizado en la Universidad Nacional de La Plata. Fuera de ello tal registrono existe, razón por la cual no fue posible obtener datos sobre la existencia deinvestigaciones sobre temas cooperativos ejecutados o en curso en las facul-tades que integran la misma.

Instituciones Dedicadas a Estudios Cooperativos

Se suman a los estudios cooperativos realizados desde las Universidades losefectuados por distintas instituciones que en nuestro país reconocen laimportancia de los mismos.

A modo de ejemplo deben citarse: el Instituto Argentino de Investigacio-nes de la Economía Social (IAIES), fundado en Buenos Aires el 21 de diciem-bre de 1966 con el objetivo de “Promover la investigación científica de la teoríaeconómica y su aplicación a las realizaciones cooperativas, a las organizacio-nes solidarias sindicales y mutuales y al funcionamiento de las empresaspúblicas, teniendo el bien público como fin exclusivo”.

El Colegio de Graduados en Cooperativismo y Mutualismo de la Repúbli-ca Argentina (CGCyM), asociación civil sin fines de lucro, que data del año1967.Sus actividades abarcan todo el territorio nacional, con delegaciones endistintos puntos del país (Rosario, Villa María, Mar del Plata, San Salvador deJujuy, entre otras) mediante las cuales lleva adelante su tarea que está dirigidaa todos aquellos actores sociales que estén interesados en acercarse a losprincipios de la Economía Social (asociados del Colegio o no).

El Instituto de la Cooperación, Fundación de Educación, Investigación yAsistencia Técnica (Idelcoop). Creado en el año 1973 por iniciativa del Insti-tuto Movilizador de Fondos Cooperativos y sus cooperativas adheridas.

No debe dejar de mencionarse que diversos institutos, fundaciones ycentros educativos cuentan con carreras relativas a la enseñanza del coope-rativismo.3

Actividades desarrolladas por las cooperativas en materia de educacióny difusión del cooperativismo

Las organizaciones cooperativas en Argentina, tanto de primer grado comofederaciones y confederaciones han demostrado a lo largo del tiempo el com-promiso asumido en la labor de educar en los principios y métodos de lacooperación a asociados, empleados, dirigentes y público en general.

También es cierto que a partir de la vigencia de la ley de cooperativas

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actual se impone la obligación de destinar recursos a la educación y capacita-ción cooperativa (artículo 42 inciso 2o) lo que ha favorecido aún más el desa-rrollo de diversos métodos y sistemas de educación con la finalidad de darrespuesta a ello.

Son innumerables los ejemplos con que cuenta el movimiento coopera-tivo argentino en esta materia. Entre la enorme variedad, señalamos sóloalgunas entidades a modo de ejemplo: COOPERAR, CONINAGRO, FECOOTRA(Federación de Cooperativas de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires Ltda.),FESCOE (Federación Santafesina de Cooperativas de Electricidad, Obras yServicios Públicos Ltda.), IMFC (Instituto Movilizador de Fondos Coopera-tivos), FACE (Federación Argentina de Cooperativas de Electricidad y OtrosServicios Públicos Ltda.), FEDECOBA (Federación de Cooperativas de Electri-cidad y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires), FECOFAR (Fede-ración Argentina de Cooperativas Farmacéuticas Ltda.), FECVI (Federaciónde Cooperativas de Vivienda Ltda.), Derecho Cooperativo y Mutual, Coopera-tiva de Trabajo Ltda., Lazos Cooperativos, Cooperativa de Trabajo Ltda. yFECOTEL (Federación de Cooperativas Telefónicas Ltda.).

5. ALGUNOS TEMAS DE DISCRIMINACIÓN HACIA EL MOVIMIENTOCOOPERATIVO

A continuación se citan algunos ejemplos concretos que impiden a las organi-zaciones cooperativas prestar sus servicios en determinadas actividades:

Ley Nacional de Radiodifusión no 22.285

Establece en su art. 45: “Las licencias se adjudicarán a una persona física o auna sociedad comercial regularmente constituida en el país.” De ello se advier-te que no es posible prestar el servicio mediante la figura cooperativa.

Cooperativas de Trabajo

Por el decreto 2.015/94 del Poder Ejecutivo Nacional, se establece que la au-toridad de aplicación en materia cooperativa “no autorizará el funcionamien-to de cooperativas de trabajo que, para el cumplimiento de su objeto social,prevean la contratación de los servicios cooperativos por terceras personasutilizando la fuerza de trabajo de sus asociados.”

Por su parte, el artículo 4 de la ley 25.250 establece en su último párrafo:“Las cooperativas de trabajo no podrán actuar como empresas de provisiónde servicios eventuales, ni de temporada, ni de cualquier otro modo brindarservicios propios de las agencias de colocación.”

El movimiento cooperativo ha reclamado la derogación de estas disposi-ciones que son discriminatorias e inconstitucionales, sin éxito hasta el día dehoy.

Cooperativas de Crédito

La ley de Entidades Financieras 21.526 si bien contempla a las cajas de crédi-to les impone una serie de limitaciones que imposibilitan su funcionamiento.

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Para que vuelvan a funcionar es necesaria la urgente modificación de laLey 21.526 de Entidades Financieras, que reconozca su particular naturaleza.Pero no es fácil revertir un proceso tan fuerte de concentración económica,máxime cuando persisten fuertes presiones de los grandes grupos económi-cos financieros internacionales.

Sin embargo, ha obtenido recientemente media sanción legislativa el pro-yecto presentado por el Diputado Héctor Polino, donde propone la modifica-ción de la Ley introduciendo, entre los más destacados, los siguientes cambios:

1. El Banco Central deberá establecer regulaciones y exigencias diferenciadasen función de las características económicas y sociales de los sectores aten-didos, dictando normas específicas para las cajas de crédito.

2. Entre las facultades propone que las cajas de crédito estén facultadas a reci-bir depósitos a la vista. (Actualmente solo pueden a plazo).

3. Fija un límite máximo de depósito a plazo ($10.000) (Hoy sin límite).4. El Proyecto establece que las cajas de crédito operarán en casa única y

exclusivamente con sus asociados, los que deberán haber suscripto por aso-ciado un capital social mínimo de $200 (Integrados en cinco años) y hallar-se radicados en el partido o departamento correspondiente a la entidad.

5. Establece la obligatoriedad de remitir información periódica a sus asocia-dos sobre su estado de situación patrimonial y capacidad de cumplimientode las obligaciones adquiridas.

6. Asimismo establece que en ningún caso los bancos cooperativos o cajas decrédito cooperativas pueden transferir sus fondos de comercio a entidades deotra naturaleza jurídica ni transformarse en entidades comerciales median-te cualquier procedimiento legal.

Por dicho motivo se está trabajando en el sector cooperativo para obtenerla pronta aprobación de este Proyecto de Ley (que como se menciona anterior-mente cuenta ya con media sanción del Congreso), por el cual se restituyen lasfacultades operativas arrebatadas a las Cajas de Crédito Cooperativas.

En la visión del vicepresidente del Consejo Mundial de Cooperativas deAhorro y Crédito (WOCCU), Brian Branch (que visitó nuestro país en el pre-sente año con el fin de asesorar a los funcionarios del INAES en su objeto depromover una legislación favorable para restablecer el cooperativismo deahorro y crédito en el país), la Argentina transita un momento propicio parael desarrollo del cooperativismo de crédito. Entiende que hay un nicho demercado importante que las cooperativas de ahorro y crédito pueden llenar.Fundamenta esta opinión en la existencia de la gran liquidez por la crisis deconfianza en las entidades financieras, a lo que se suma la falta de acceso alcrédito.

CONCLUSIÓN

Desde el momento de su surgimiento y a lo largo de la historia el cooperativis-mo se ha desarrollado en sus diversas formas en la República Argentina.

Las legislaciones específicas en la materia, es decir, la Ley 11.388 del año1926 y luego la Ley 20.337 del año 1973 han contribuido a su expansión.

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Sin embargo, existen en la actualidad normativas discriminatorias, de lascuáles se han citado sólo algunos ejemplos, que resienten su crecimiento alvedar la prestación de determinados servicios mediante la formación de coo-perativas, fuente de solución de necesidades aún no resueltas en un grannúmero de personas en el país.

Desde el ámbito académico como desde las cooperativas y desde otrasinstituciones se contribuye a la educación y a la formación cooperativa, a ladifusión y promoción de estas asociaciones voluntarias y democráticas resul-tando imprescindible no sólo continuar con este accionar sino redoblar losesfuerzos a fin de que cada día se fortalezca en nuestro país el conocimientoy compromiso para con las cooperativas y el movimiento que ellas conforman.

NOTAS

1 …d) en las cooperativas o secciones de crédito, en proporción al capital aportado o a losservicios utilizados, según establezca el estatuto

2 Para un mayor detalle puede consultarse en la extra-net de UNIRCOOP “El Cooperati-vismo en Argentina” Anexo V, MONTES, Verónica et al. (2003).

3 Para un mayor detalle puede consultarse en la extra-net de UNIRCOOP “El Cooperati-vismo en Argentina” Anexo VI MONTES, Verónica et al. (2003).

BIBLIOGRAFÍA

LEVIN y Verbeke (1997). El Cooperativismo Argentino en Cifras. Tendencias en su evolución:1927-1997, Argentina, Ediciones Facultad de Ciencias Económicas de la Universidadde Buenos Aires.

RODRIGUEZ PEREZ, José (2001). Cooperativismo para jóvenes, Argentina, Ediciones LazosCooperativos.

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EL SECTOR COOPERATIVO EN CHILE:BALANCE Y DESAFÍOSErnesto Pérez Arocas1, Gabriela Martini Armengol2

y Mario Radrigán Rubio3

Pro-Asocia, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de [email protected]

RESUMEN • En este trabajo se describe la situación actual del cooperati-vismo en Chile. Primero, se aborda la evolución histórica desde la pers-pectiva de las relaciones con el Estado, el marco jurídico y el contextosocioeconómico. A continuación, se presentan los aspectos más relevan-tes de las reformas a la Ley General de Cooperativas aprobadas en 2002.Luego se detalla la caracterización general de las cooperativas y sus datosmás relevantes, destacando el desarrollo desigual en los últimos 10 años,con un aumento significativo de socios y un descenso de las cooperativasactivas. Posteriormente, se profundiza en cada uno de los sectores asícomo en la difícil situación que atraviesa la educación cooperativa. Porúltimo, se plantean algunos de los problemas, entre los que destaca ladébil integración cooperativa, y los desafíos que debe afrontar el coopera-tivismo para su rearticulación y desarrollo.

RESUMO • Neste trabalho descreve-se a situação atual do cooperativismono Chile.

Enfoca-se, inicialmente, a evolução histórica, sob a perspectiva dasrelações com o Estado, o enquadramento jurídico e o contexto sócio-econômico. Em seguida, são apresentados os aspectos mais relevantes dasreformas na Lei Geral de Cooperativas, aprovadas em 2002.

Detalha-se, igualmente, a caracterização geral das cooperativas e seusdados mais significativos. Destaque é dado ao desenvolvimento desigualdos últimos 10 anos com um aumento expressivo de sócios e uma dimi-nuição das cooperativas ativas.

Também são abordados aspectos de cada um dos setores, bem como adifícil situação que atravessa a educação cooperativa.

Finalmente, são apresentados alguns problemas, destacando-se a frágilintegração cooperativa e os desafios a serem enfrentados pelo cooperati-vismo para sua rearticulação e desenvolvimento.

RÉSUMÉ • Ce texte décrit la situation actuelle du coopératisme au Chili.Premièrement, l’évolution historique est abordée à partir de la perspectivedes relations avec l’État, le cadre juridique et le contexte socioéconomique.Ensuite, les aspects les plus notables des réformes de la Loi générale descoopératives approuvées en 2002 sont présentés. D’autre part, la spécifi-cation générale des coopératives et leurs données les plus pertinentes sontdétaillées tout en faisant ressortir leur développement inégal pendant les10 dernières années. Effectivement, on parle d’un côté d’une augmenta-tion significative du nombre de membres et de l’autre, d’une diminutiondes coopératives actives. Par la suite, chaque secteur est approfondi en

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mettant, entre autres, l’accent sur la situation difficile que traverse l’édu-cation coopérative. Finalement, certains problèmes sont soulevés dont lafragile intégration du coopératisme et les défis que celui-ci doit affronterafin de pouvoir s’articuler à nouveau et se développer.

ABSTRACTS • This work describes the current state of the cooperativemovement in Chile. It first deals with the historical evolution of the move-ment from the perspective of its relationship with the State, the judicialframework and socioeconomic context. Next, it presents the most relevantaspects of the reforms passed in 2002 of the General Law on Cooperatives.Following this, a general description of the cooperative movement is givenand very relevant data emphasizing the unequal development of the last10 years which has seen a significant increase in membership but a de-cline in the number of active cooperatives. Subsequently, the same diffi-cult situation that prevails in cooperative education has begun to affect allsectors. Finally, some problems are raised such as those that underline thepoor integration of the cooperative movement and challenges that it mustface for its revival and development.

1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA

El desarrollo histórico del cooperativismo en Chile está vinculado a los dife-rentes marcos institucionales y contextos socioeconómicos que ha vivido elpaís desde la segunda mitad del siglo XIX. Al igual que en otros países deAmérica Latina, las relaciones entre el sector cooperativo chileno y el Estadohan estado marcadas por la discontinuidad y, aunque éste constituye un ejefundamental en su evolución, no ha existido un vínculo que realmenteotorgue y reconozca al cooperativismo un aporte diferencial al desarrollosocioeconómico nacional.

Se puede caracterizar esta evolución histórica en seis etapas a partir devariables tales como el contexto socioeconómico, las relaciones con el Estadoy el marco jurídico.

1.1 Inicios (1860-1924)

Las primeras manifestaciones cooperativistas4 surgen en la segunda mitaddel siglo XIX, en el seno del movimiento obrero que promovió hasta principiosdel siglo XX las mutuales, las mancomunales y los primeros sindicatos, en uncontexto donde el Estado no asume las demandas y necesidades sociales dela población. Estas organizaciones surgen de forma espontánea y estabanorientadas hacia la solución de problemas comunes como el consumo yservicios básicos.

A principios del siglo XX empiezan a registrarse sociedades cooperativasque, por la ausencia de un marco legislativo apropiado, se constituyen comosociedades anónimas basadas en los principios de ayuda mutua y libre adhe-sión. Entre 1904 y 1924, se forman 40 de estas sociedades en distintos sectores:consumo (22), servicios (7), seguros (6), agrícola (3) ahorro y edificación (1) yelectrificación (1) (Gross, 1978).

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A fines de esta primera etapa, el cooperativismo chileno adquiere una delas características que lo identifica hasta la actualidad: su diversidad y hete-rogeneidad social, “ampliándose su matriz original popular a la clase media(empleados públicos y particulares) y a la mediana y gran agricultura, espe-cialmente en la zona sur del país” (Radrigán y Del Campo, 1998:27).

1.2 Etapa de iniciativa legal (1925-1963)

En los años veinte, se aprueban las primeras reformas del Estado de caráctersocial: contrato de trabajo, seguro de accidentes laborales y organización sin-dical. En 1924, tras varios años de iniciativas parlamentarias, se promulga laprimera Ley de Cooperativas, dictada por Decreto Ley (D.L.) en 1925. Estanormativa introduce facilidades crediticias estatales y medidas tributarias es-peciales que impulsaron la creación de cooperativas de consumo y de vivien-da, que en muchos casos fracasaron por el abuso de los créditos y el mal usode las franquicias. (Sommerhoff, 1981)

En 1929, se aprueba la Ley de Cooperativas Agrícolas que impulsó estesector de forma excluyente, al no considerar, en los hechos, la participacióncampesina, por no disponer de garantías para hacer frente a los créditos.

En 1933 se refunde por D.L. el texto de la Ley de Cooperativas y en 1936se reglamenta.

En 1939, un año después de la formación del primer gobierno Radical –Frente Popular – de Pedro Aguirre Cerda, se crea la Corporación de Fomento dela Producción (CORFO), organismo estatal cuya misión fue impulsar el desa-rrollo económico de diferentes sectores económicos a través de la industriali-zación del país. La nueva política estatal favoreció, en los años cuarenta ycincuenta, la creación de cooperativas agrícolas de colonización, vitivinícolas,eléctricas y de vivienda.

Si bien, como señalan Radrigán y Del Campo (1998) en esta etapa noexiste un plan integral de desarrollo cooperativo desde el Estado, la iniciativalegal supuso el despertar del cooperativismo en los años cincuenta, cuandocomienzan a organizarse importantes cooperativas por iniciativa de la IglesiaCatólica (vivienda y ahorro y crédito), y de sindicatos y gremios de empleadospúblicos y privados (consumo y servicios). Este hecho puede considerarsecomo una fase de iniciativa privada, pero ésta no superó la influencia estatalque culmina con la Ley General de Cooperativas (LGC) de 1960.

Este nuevo texto legal refundido y actualizado a través del DFL No 326, sefija en 1963 con el Decreto Reglamentario de la Reforma Agraria, y se caracte-rizó por ser un marco jurídico protector que estableció ciertos privilegios parael desarrollo asociativo y democrático de las cooperativas, pero que limitó sueficaz y plena incorporación, a través de la interacción con otros agentes eco-nómicos, al medio en el que se desenvolvían.

En esta etapa se crean los primeros organismos de integración: en 1954,la FECRECOOP (ahorro y crédito); en 1958, la FECOVI (vivienda), y en 1963, laFENACOPEL (eléctricas) y el ICECOOPP (educación cooperativa).

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En términos cuantitativos, en 1935 había 82 cooperativas y en 1966 sealcanzan las 1.529. (Departamento de Cooperativas,1992)

1.3 Etapa de desarrollo desde el estado (1964-1970)

El Gobierno democratacristiano de Eduardo Frei Montalva (1964-1970) pro-movió el cooperativismo al considerarlo como un instrumento para laspolíticas reformistas implementadas desde el Estado, creando una red deorganismos públicos que favorecieron de manera directa o indirecta su desa-rrollo: el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) impulsó la creaciónde cooperativas campesinas y pesqueras, la Corporación para la ReformaAgraria (CORA) las de reforma agraria, y el Departamento de Experimentaciónde Nuevas Formas de Empresas del Servicio de Cooperación Técnica(SERCOTEC) promovió las cooperativas de trabajo. También se crea la Comi-sión Nacional Coordinadora de Desarrollo Cooperativo con la participaciónde organismos estatales y representantes del sector cooperativo.

En términos cuantitativos, el resultado fue significativo, al registrarse, en1970, 2.286 cooperativas, con un crecimiento neto del 70% respecto a 1966.(CEPAL, 1989)

Sin embargo, este período ha sido desmitificado, ya que “se trataba deun cooperativismo paternalista sin consistencia educativa (…) donde lascooperativas tenían importancia secundaria, habiendo motivaciones ajenas alcooperativismo que prevalecían, con falta de impulso propio y prestigio”(Sommerhoff, 1981: 123)

Por otra parte, se sientan las bases para la organización del cooperativis-mo como movimiento, al crearse el Instituto de Financiamiento Cooperativo,IFICOOP, en 1964 y la Confederación General de Cooperativas de Chile,CONFECOOP, en 1969. En 1970 se crean el Instituto de Auditoría Cooperativa,AUDICOOP, y la Confederación Nacional de Federaciones de CooperativasCampesinas, CAMPOCOOP.

Asimismo, en el ámbito universitario, la Universidad Católica crea, en1965, el Instituto de Estudios Cooperativos, preámbulo del Centro de Estu-dios Cooperativos, CECUC, y la Universidad de Chile implementa en 1968 lacarrera de Técnicos en Cooperativas, en la Facultad de Ciencias Económicasy Administrativas.

1.4 Etapa de transición (1971-1974)

En 1970, Salvador Allende, candidato socialista de la Unidad Popular (UP),gana las elecciones presidenciales con mayoría relativa. El Programa Básicode la UP consideraba el cooperativismo como un instrumento para acelerarel proceso de Reforma Agraria pero, en relación a otros cambios estructura-les al modelo socioeconómico que postulaba, las cooperativas no eran unaprioridad5.

El acuerdo parlamentario entre la UP y la Democracia Cristiana para ladesignación de Allende como Presidente, estaba sujeto a una reforma consti-

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tucional que incluía una disposición que impedía la estatización de las coo-perativas. Este pacto se respetó, pero el movimiento cooperativo, que empe-zaba a articularse sobre la base de su autonomía respecto al Estado, quedóatrapado en el proceso de polarización social y política que caracterizó esteperiodo histórico.

Tras el Golpe Militar de 1973, la relación entre el Estado y el cooperati-vismo fue ambigua en un primer momento. Por una parte, las cooperativasfueron intervenidas en sus procesos democráticos internos, siendo los sectoresde orientación popular los más afectados (campesino, pesquero, vivienda).Pero, en otros casos, el cooperativismo fue tolerado e incluso fomentado,especialmente algunas cooperativas agrícolas.

1.5 Etapa de crisis y replanteamiento (1975-1989)

En 1975 se sientan las bases del modelo económico neoliberal que se implan-ta a partir de 1976, siendo el cooperativismo definitivamente discriminado, loque se tradujo en la desaparición de los instrumentos estatales de apoyo yque generó un cambio en la tendencia ascendente desde sus inicios hasta esemomento6. Esta situación, agravada con la crisis económica de 1982, tuvo unimpacto demoledor: entre 1976 y 1989 se disolvieron 1.258 cooperativas, y losorganismos de integración se redujeron de 42 en 1976, a 22 en 1985. (CEPAL,1989).

En 1983, el cooperativismo inicia un proceso de reformulación que seexpresa desde dos vertientes. Una, prioriza la dimensión económica parainsertarse y competir en un mercado crecientemente liberalizado y competi-tivo. La otra, representada por la CONFECOOP, diseña una propuesta integralde desarrollo cooperativo conocida como PRODESCOOP, restableciendorelaciones con movimientos cooperativos internacionales e integrándose alas plataformas sociopolíticas que se articulan en pos del retorno a la demo-cracia.

1.6 Consolidación de las tendencias (1990-2002)

La etapa actual se inicia con el retorno a la institucionalidad democrática(1990) y se ha caracterizado porque el Estado no ha reconocido al cooperati-vismo como un factor estratégico para el desarrollo socioeconómico nacional,en un contexto en el que se han manteniendo tanto las bases del modeloneoliberal como la LGC que, con algunas modificaciones de fondo en 1978,mantenía la estructura y contenido de 1960, y que ha resultado obsoleta yrígida para el desarrollo del modelo cooperativo en una economía abierta demercado.

En este entorno tan adverso, las cooperativas han tenido un desempeñomuy dispar dependiendo de sus capacidades económicas, organizativas y degestión. Pero aquellas que han podido mantenerse activas han seguido con-tribuyendo al desarrollo económico y social de importantes sectores de lapoblación.

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A fines de 2002, se han sentado las bases para el inicio de una posiblenueva etapa, al aprobarse las reformas a la LGC tras casi 11 años de tramita-ción parlamentaria7. En el marco de la nueva ley, a instancias del Ministeriode Economía, se ha creado un Comité Público–Privado de Desarrollo Coope-rativo, que ha llenado un espacio de falta de diálogo entre el sector público yel sector cooperativo, prácticamente cortadas en los últimos 30 años. Asimis-mo, las cooperativas han sido incluidas en el Estatuto de Fomento de la Microy Pequeña Empresa (MIPE).

2. LA NUEVA LEY GENERAL DE COOPERATIVAS 8

Las reformas a la LGC se han presentado como un instrumento útil para eldesarrollo del sector cooperativo, flexibilizando una serie de barreras burocrá-ticas y procedimentales que obstaculizaban la creación y el desempeño socialy económico de las cooperativas.

Respecto a su creación, se facilita la obtención de personalidad jurídica,reemplazando el anterior sistema de concesión ministerial por Decreto por elde inscripción en el Registro de Comercio. Las cooperativas de ahorro y cré-dito y las abiertas de vivienda requieren de la aprobación previa del Departa-mento de Cooperativas9 (DC) dependiente del Ministerio de Economía, de unestudio socioeconómico sobre las condiciones, posibilidades financieras yplanes de trabajo que pretenden desarrollar.

En lo referente a su desempeño, las cooperativas ya no se definen comoentidades sin fines de lucro10, liberalizando la distribución de los excedentesentre los socios, a prorrata de las operaciones de éstos con la cooperativa y,en el caso de operaciones con terceros, a prorrata de su aporte de capital. Engeneral, no se establecen limitaciones en las operaciones con terceros (nosocios)11. Por otra parte, no se limita el objeto de su actividad, pudiendo com-binar finalidades de diversas clase, salvo las cooperativas de ahorro y crédito(CAC) y abiertas de vivienda (CAV) que deben tener objeto único. Para sucapitalización, las cooperativas podrán emitir valores de oferta pública (bo-nos, letras). Asimismo, se establecen mecanismos que facilitan la fusión, trans-formación, división y disolución de las cooperativas.

El tema más controvertido es que no se establecen fondos de reservalegales obligatorios, salvo para las CAC y CAV que deberán constituir eincrementar cada año un fondo de reserva legal con un porcentaje no inferioral 20% de sus remanentes, no pudiendo superar el 50% del patrimonio. Elresto de cooperativas podrán formar reservas voluntarias, que no podrán exce-der del 15% del patrimonio. Tampoco se establecen fondos de educación coo-perativa. El sentido de la Ley considera que son las propias cooperativas,desde su autonomía, y a través de su regulación estatutaria, las que debendecidir respecto a estas materias y otras de organización interna.

Por otra parte, el DC tendrá a su cargo el fomento del sector cooperativo,mediante programas de desarrollo de la gestión y capacidad empresarial de lascooperativas; la supervisión y fiscalización de éstas, y la elaboración y difu-sión de estadísticas del sector.

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3. CARACTERIZACIÓN Y SITUACIÓN GENERAL

El DC clasifica las cooperativas, según su situación, en vigentes y disueltas12.Las primeras son aquellas que mantienen su personalidad jurídica con vi-gencia oficial. A 1 de julio de 2002, existían 2.186 cooperativas vigentes. Éstas,a su vez, se clasifican en a) activas, que son aquellas que han presentadoalgún tipo de antecedente (balance, ficha de datos…) al DC en los últimos5 años. En la misma fecha, se registraban 912 cooperativas en situación acti-va. Y, b) inactivas, que son aquellas que mantienen su personalidad jurídicavigente pero que no han presentado ningún antecedente en los últimos5 años, en esta situación se encuentran 1.274 cooperativas.

Las cooperativas se clasifican en sectores según el objeto de su actividad,que son definidos en la LGC y pueden clasificarse en tres tipos.

a) Cooperativas de producción: campesinas, agrícolas y pesqueras. Actual-mente hay 652 cooperativas vigentes, 262 activas y 390 inactivas.

b) Cooperativas de servicios: ahorro y crédito, cerradas de vivienda, abiertasde vivienda, eléctricas, agua potable, consumo, veraneo y otros servicios.Pertenecen a este tipo 1.373 cooperativas vigentes, 566 activas y 807 inactivas.

c) Cooperativas de trabajo: pueden realizar actividades de servicios y/o pro-ducción. Actualmente hay 121 cooperativas vigentes, 68 activas y 53 inactivas.

Los organismos de integración, también son considerados por Ley comocooperativas. Actualmente existen 40 vigentes, 16 activas y 24 inactivas.

El detalle de estos datos se observa en el cuadro 1:

CUADRO 1

Número de cooperativas vigentes (activas e inactivas)según sectores y tipos de actividad, a 1 de julio de 2002

TIPOS/SECTORES ACTIVAS INACTIVAS TOTAL VIGENTES

ProducciónCampesinas 191 212 403Agrícolas 52 134 186Pesqueras 19 44 63Total Producción 262 390 652ServiciosAhorro y Crédito 84 30 114Cerradas Vivienda 191 582 773Abiertas Vivienda 10 4 14Eléctricas 19 2 21Agua Potable 126 23 149Veraneo 47 8 55Consumo 14 86 100Otros Servicios 75 72 147Total Servicios 566 807 1.373Trabajo 68 53 121Org. Integración 16 24 40TOTAL 912 1.274 2.186

Fuente: elaboración propia basándose en datos del Departamento Cooperativas, MINECON,2002.

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3.1 Crecimiento neto y tasa de actividad en el periodo 1991-2002

Como se ha señalado, las cooperativas activas, a 1 de julio de 2002, eran 912sobre un total de 2.186 vigentes. En 199113, existían 1.960 cooperativas vigen-tes de las cuales 1.229 se encontraban en situación activa. Es decir, en losúltimos 11 años, las cooperativas vigentes han aumentado (9%), sin embargo,las activas han disminuido (27%). Esta evolución desigual implica que, mien-tras el crecimiento neto (cooperativas creadas menos las cooperativas disuel-tas) ha sido positivo, la tasa de actividad (número de cooperativas activasrespecto al total de cooperativas vigentes) ha descendido.

Así, por una parte, en el periodo 1992-2001 el crecimiento neto fue de 133cooperativas, al crearse 365 cooperativas y disolverse 232. Las campesinas, con161, y las de trabajo, con 81, son los sectores con más cooperativas creadas.Las cooperativas cerradas de vivienda con 172 es el sector con más entidadesdisueltas. (Véase cuadro 2) Estos datos reflejan que, a pesar de que la legisla-ción vigente hasta 2003 no ha facilitado la constitución de cooperativas, éstashan aumentado, revirtiendo la tendencia negativa registrada desde 1976.

CUADRO 2

Crecimiento neto: cooperativas creadas y disueltasen el periodo 1992-2001, por sector

SECTORES CREADAS DISUELTAS CRECIMIENTO NETO

Campesinas 161 3 158Agrícolas 4 13 -9Pesqueras 9 0 9Ahorro y Crédito 12 4 8Cerradas Vivienda 38 172 -134Abiertas Vivienda 1 7 -6Eléctricas 5 1 4Agua Potable 1 4 -3Consumo 1 7 -6Veraneo 5 11 -6Otros Servicios 31 7 24Trabajo 81 1 80Org. Integración 6 2 4TOTALES 365 232 133

Fuente: elaboración propia basándose en datos del Departamento de Cooperativas,MINECON, 2002.

Pero, por otra parte, en el mismo periodo, la tasa de actividad ha dismi-nuido en términos generales de un 62% a un 42%, lo que indica que muchascooperativas se encuentran inactivas por problemas de gestión, organizacióny/o financiamiento.

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3.2 Membresía

Entre 1991 y 2002, el número de socios se ha incrementado en un 88%, alpasar de 581.593 a 1.093.990, un 7,2% de la población nacional. Este notablecrecimiento se debe básicamente al aumento del número de socios que hanregistrado las CAC. Este sector integra a 696.858 socios, el 64% del total.

Cabe señalar que las cooperativas de producción y las de trabajo agrupana 24.675 socios, lo que representa apenas el 2% del total. Así, las de servicios,alcanzan el 98% del total, con 1.068.753 socios.

A la fecha, ningún estudio sobre el cooperativismo en Chile había registra-do por separado los datos de socios y socias, por lo que no existe una basemínima que permita realizar análisis comparativos por género. En la ficha dedatos que el DC solicita a las cooperativas sí aparece esta desagregación, perosólo un 60% de éstas entregan dicha información. (Véase cuadro 4)

Sin embargo, con los datos parciales recogidos en el marco de la presenteinvestigación, se observa que la presencia de mujeres es muy significativa, alrepresentar el 53% del total de cooperativistas de las entidades que dieroninformación. Las CAC es el sector con una mayor participación de mujeres(61%). El otro sector con más mujeres es el de las CAV, aunque en este casosólo 4 de las 10 cooperativas activas entrega información al respecto. En elresto de sectores, hay más presencia de hombres, especialmente en los secto-res de producción, por causas históricas, socioeconómicas y culturales.

CUADRO 3

Número de socios y socias de las cooperativas activas,por sector, a 1 de julio de 2002

Total Cooperativas activas Cooperativas que entregan informacióndesagregada por sexo

Cooperativas TotalSECTORES Activas socios Cooperativas Mujeres Hombres TOTAL

Campesinas 191 8.689 113 1.254 4.669 5.923Agrícolas 52 13.475 39 1.266 7.757 9.023Pesqueras 19 1.235 16 78 932 1.010Ahorro y Crédito 84 696.858 65 357.707 223.630 581.337Cerrada Vivienda 191 17.712 148 4.546 9.971 14.517Abierta Vivienda 10 48.398 4 9.075 7.083 16.158Eléctricas 19 89.150 5 3.083 11.385 14.468Agua Potable 126 46.978 104 14587 22.426 37.013Consumo 14 110.978 9 15.431 54.164 69.595Veraneo 47 5.020 43 1.977 2.725 4.702Otros Servicios 75 53.659 47 9.075 21.966 31.041Trabajo 68 1.276 9 36 89 125TOTALES 896 1.093.728 602 418.115 366.797 784.912

Fuente: Departamento de Cooperativas, MINECON, 2002Nota: No se incluyen los organismos de integración.

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3.3 Trabajadores

El número de trabajadores dependientes de las cooperativas, a 1 de Julio de2002, alcanzaba los 6.882, con un promedio de casi 8 empleados por coo-perativa. En este caso las fichas del DC no establece ninguna distinción degénero.

La razón de esta baja cifra (0,1% de la Población Económica Activa) radi-ca en que las cooperativas de producción, que son las que generan másempleo, representan el 28% del total de cooperativas activas y, de éstas, lamayoría son de tamaño pequeño, especialmente las campesinas. Las coope-rativas agrícolas, con un promedio de 50 trabajadores, y las de consumo,con 44, son los sectores que presentan un mayor índice de fuerza de trabajocontratada. (Véase cuadro 4)

3. 4 Cooperativas de importancia económica

En 1982, se definió que eran cooperativas de importancia económica todaslas CAC, todas las CAV, aquellas cuyos activos sean iguales o superiores a las50.000 Unidades de Fomento (UF)14, y las que tengan más de 500 socios. Lanueva LGC de 2002, establece que serán fiscalizadas por el DC, excepto lasCAC con un patrimonio igual o superior a las 400.000 UF, actualmente 3, queserán fiscalizadas por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Finan-cieras (SBIF).

A la fecha, hay 185 cooperativas con estas características, el 20% del totalde las cooperativas activas. Entre éstas, hay 60 con activos superiores a 50.000UF y 125 con más de 500 socios. Las 84 CAC y las 10 CAV son consideradas

CUADRO 4

Número de trabajadores, por sector,a 1 de julio de 2002

SECTORES Cooperativas Trabajadores Promedio

Campesinas 191 313 2Agrícolas 52 2.627 50Pesqueras 19 81 4Ahorro y Crédito 84 1.440 17Vivienda Cerrada 191 105 1Vivienda Abierta 10 312 31Eléctricas 19 102 6Agua Potable 126 268 2Veraneo 47 98 2Consumo 14 616 44Otros Servicios 75 1.133 15Trabajo 68 48 2TOTALES 896 6.882 8

Fuente: elaboración propia basándose en datos del Departamento de Cooperativas,MINECON, 2002.

Nota: No se incluyen los organismos de integración.

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todas de importancia económica porque trabajan con la fe pública, es decircaptan ahorro. De todos modos, también lo serían por el criterio de activos ode números de socios. En los otros sectores destacan las 28 de agua potable,las 17 agrícolas y las 13 eléctricas.

CUADRO 5

Cooperativas de importancia económica según sector,a 1 de julio de 2002

Más 50.000Sectores UF activos Más 500 socios Total

Ahorro y Crédito 17 67 84Abiertas Vivienda 7 3 10Agua potable 0 28 28Otros servicios 8* 11** 19Agrícolas 14 3 17Eléctricas 13 - 13Consumo 0 8 8Cerradas Vivienda 0 3 3Campesinas 1 1 2Trabajo 0 1 1Totales 60 125 185

Fuente: elaboración propia basándose en datos del Departamento de Cooperativas, MINECON,2002.

* 1 educación, 1 salud, 3 transportes, 3 otros servicios** 2 salud, 1 educación, 3 transportes, 5 otros servicios

3.5 Organismos de integración

La nueva LGC establece que las Federaciones estarán constituidas por 3 omás cooperativas, las Confederaciones, por 3 o más Federaciones, y los Insti-tutos Auxiliares, destinados a proporcionar diversos servicios, por 7 o máspersonas jurídicas de derecho público, cooperativas u otras personas dederecho privado que no persiguen fines de lucro.

A la fecha, existen 10 Federaciones activas (en 1991 eran 18): la FECRE-COOP, que agrupa a la mayoría de las CAC, FENACOPEL, formada por 6 coo-perativas del sector eléctrico, la FECEL, constituida por otras 4 cooperativaseléctricas, FENALECHE, que agrupa a 6 cooperativas lecheras y FECOVIT,constituida por las 3 cooperativas vitivinícolas. Las otras 5 Federaciones soncampesinas y están integradas en la Confederación sectorial CAMPOCOOP.Es decir, sólo 4 sectores están organizados en federaciones activas.

Las Confederaciones son 2: la mencionada CAMPOCOOP, y la CONFE-COOP, que agrupa formalmente a 6 federaciones aunque, según los datos delDC, 4 estarían inactivas, al ICECOOP y AUDICOOP, y a 7 cooperativas de base.En la última década esta instancia superior de representatividad ha decaídode forma preocupante.

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Los Institutos Auxiliares son 2 (3 en 1991): el ICECOOP, cuya actividad secentra en servicios de capacitación, formación, asistencia técnica y consultoríaa cooperativas, y el AUDICOOP, que realiza servicios de auditoria y autocontrol.

Aunque es difícil determinar cuántas cooperativas de base están integra-das formalmente en organismos de integración, según la información dispo-nible se puede afirmar que no son más de 150. Es decir, el 18% de lascooperativas activas. Y de éstas, muy pocas tienen una participación activaen las mismas. Estos datos reflejan el difícil momento por el que atraviesa elmovimiento cooperativo chileno.

4. ANÁLISIS SECTORIAL

4.1 Cooperativas de producción

4.1.1 Cooperativas campesinas

Por razones históricas y socioeconómicas, en el sector agropecuario chilenoconvergen dos tipos de cooperativas: las campesinas, formadas por peque-ños productores, y las agrícolas, que agrupan a grandes, medianos y peque-ños productores.

En general, las cooperativas campesinas trabajan en aquellos rubros queles permite la subsistencia o el desarrollo empresarial de pequeñas explotacio-nes familiares: hortofrutícola y chacras (papas y cereales), y productos deciclo productivo corto o continúo como la leche, la miel o las flores.

Estas cooperativas tienen su origen en los años sesenta en el contexto dela Reforma Agraria, recibiendo apoyo estatal. Desde sus inicios hasta 1973 secrearon 308, pero tras el Golpe de Estado, sufren un brusco retroceso. En1982, sólo había 29 en situación activa. (CONFECOOP,1983)

A partir de 1990 esta situación se revierte, y actualmente existen 191 coo-perativas activas, que agrupan a 8.689 socios, con un promedio de 46 sociospor cooperativa. Es decir, la mayoría son de tamaño pequeño. Entre las causasde este impulso cabe mencionar la necesidad de los pequeños productores deasociarse en un contexto económico muy desigual, competitivo y globalizado.

Por un lado, el sector agropecuario chileno se caracteriza por sus fuertesdesequilibrios. En los mismos rubros productivos, existe una gran concentra-ción estructural en las escalas de producción y en los niveles de capitaliza-ción en los grandes y medianos productores. Por otro, todo el sector estáinmerso en un proceso acelerado de transformación, en el marco de un esce-nario económico cada vez más globalizado y competitivo, producto de la li-beralización del comercio internacional (en 2002, Chile firmo un Acuerdo deAsociación con la UE y en 2003 un Tratado de Libre Comercio con EE.UU).

En este contexto converge el debate sobre el papel del Estado, y especial-mente del INDAP, organismo público que tiene como objetivo apoyar ypotenciar el desarrollo de la pequeña agricultura a través de diversos instru-mentos de fomento productivo, entre los que destacan programas de crédito,programas de gestión y asistencia técnica, y acciones de desarrollo organiza-

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cional. Pero, si bien es cierto que la mayoría de las cooperativas campesinashan participado de alguno de estos instrumentos y que el INDAP apoyó aprincipios de los años noventa la constitución y fortalecimiento de éstas, en losúltimos años esta institución ha impulsado otro tipo de empresas asociativascampesinas al considerarlas más apropiadas para las necesidades del sector.

CAMPOCOOP es consciente de la necesidad de crear redes cooperativasy buscar alianzas estratégicas con otras organizaciones campesinas paraconstruir una plataforma de servicios y desarrollar nuevas técnicas en proce-sos productivos, transformación y distribución de productos e insumos, fun-damental para su sobrevivencia y desarrollo.

4.1.2 Cooperativas Agrícolas

La actividad de las cooperativas agrícolas comprende desde la producción,industrialización y comercialización de productos hasta el aprovisionamien-to de insumos para el sector agropecuario.

Las 52 cooperativas activas agrupan a 13.475 socios, con un promedio de256 personas por cooperativa. Las más importantes son las lecheras, pisquerasy vitivinícolas.

4.1.2.1 Cooperativas lecheras

Las cooperativas lecheras vivieron un difícil momento durante la crisis eco-nómica de 1982, quebrando 4 de ellas al no poder hacer frente a los créditos.Pero, a partir de 1983 han tenido un sostenido crecimiento, debido a un fuer-te proceso de modernización e innovación tecnológica alcanzando en laactualidad un notable desarrollo y una participación muy significativa enla producción y recepción de leche fluida y en la elaboración de productoslácteos.

Actualmente, las 8 cooperativas activas agrupan a 4.896 socios. En el año2001, 515 de las 6 cooperativas integradas en FENALECHE, (COLUN, CHILOLAC,CAFRA, BIOLECHE, Y CALS) produjeron 461.910.039 litros, el 28% de la pro-ducción total del país. De éstos, procesaron el 21%, y vendieron el 7% a otrasempresas.

Respecto a la elaboración de productos lácteos, las cooperativas son lasprincipales productoras del país en quesos (49%) y suero en polvo (52%).Otros productos destacados son el manjar (34%), la mantequilla (28%) y laleche fluida (19%).

Los desafíos del sector son continuar priorizando la calidad, la inversióntecnológica y la expansión a los mercados internacionales ante la difícil com-petencia en precios. La cooperativa COLUN, tercera empresa láctea del país,exporta un 10% de su producción.

4.1.2.2 Cooperativas pisqueras

La actividad pisquera chilena está básicamente estructurada a través de unsistema cooperativo que agrupa a más de 2.300 productores. Este sector cuen-ta con 3 cooperativas activas, de las cuales, la Cooperativa Agrícola Pisquera

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Elqui Ltda. y la Cooperativa Agrícola Control Pisquero Elqui y Limarí Ltda.,produjeron, en 2001, 151.145.026 litros, el 89% de la producción nacional.

Este sector atraviesa un difícil momento debido a la sobreproducción delos últimos años y la contracción del mercado interno entre un 30 y 35% y eldescenso de las exportaciones. Ante esta situación, el precio de la uva bajóconsiderablemente y las cooperativas han decidido disminuir su producción.

La diversificación hacia otros productos como el mosto, el vino blanco yel aceite de oliva son alguna de las alternativas planteadas. Otros desafíos sonla expansión de la oferta a mercados externos y continuar mejorando los pro-cesos productivos y los niveles de tecnificación.

4.1.2.3 Cooperativas vitivinícolas

El sector cooperativo vitivinícola chileno esta formado en la actualidad por 3cooperativas activas: Los Cauquenes, Loncomilla y Curicó, que agrupan untotal de 472 socios. En 2001 produjeron 31.152.216 millones de litros, un 6%de la producción nacional.

Las cooperativas han realizado un gran esfuerzo económico y social parapoder mantenerse en uno de los sectores más dinámicos y competitivos de laagricultura chilena, donde el 90% de la producción se concentra en las gran-des empresas. Su gran desafío es seguir mejorando su proceso productivo,buscar nuevas opciones de industrialización como el alcohol y el azúcar, yaumentar su presencia en el mercado nacional e internacional.

4.1.3 Cooperativas Pesqueras

Estas cooperativas se dedican a la pesca artesanal y/o a la recolección dealgas, casi siempre en situaciones de subsistencia. Su objetivo es poder man-tener la venta directa de sus productos a fábricas o consumidores para evitarlos intermediarios.

La LGC establece que las cooperativas de pescadores artesanales tendránacceso a los beneficios que señala la Ley General de Pesca y Acuicultura.

Actualmente existen 19 cooperativas activas que agrupan a 1235 socios,con un promedio de 63 socios por cooperativa.

4.2 Cooperativas de servicios

4.2.1 Cooperativas de Ahorro y Crédito

Según datos del DC, las 84 cooperativas activas del sector agrupan a 696.856socios, el 64% de todo el país. Esta cifra supone un crecimiento del 436%respecto a 1991. Entre las causas de este crecimiento cabe señalar la progresi-va integración de personas de sectores socioeconómicos medio y medio-bajoy de micro y pequeños empresarios, segmentos con muchas dificultades paraacceder a los servicios del sector bancario, y la importante presencia en variasregiones.

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Las 4 cooperativas más grandes16 agrupan al 71% de los asociados y con-centran el 82% de los activos totales del sector. La cooperativa COOPEUCH,con casi 300.000 socios, es la más grande de Chile.

Aunque el total de activos de las CAC (US $ 332 millones en 2001) apenasrepresentan el 0,51% del total del sistema financiero chileno, es preciso señalarque las cooperativas no han podido competir en igualdad de condiciones conel resto de instituciones financieras, al tener muy limitadas sus operaciones.

En 2001, el sector cooperativo presentó un mayor índice de colocaciones(92%) que el sistema bancario (70%), lo que indica que las cooperativas tie-nen su principal actividad en el otorgamiento de créditos, especialmentemicrocréditos (hasta 200 U.F.), donde alcanzan el 12,72% de todo el sistemafinanciero. (FECRECOOP, 2002)

Otra de las características de las CAC es que la principal fuente definanciamiento es su capital social (40%), y no las captaciones (21%) ni elendeudamiento bancario (12%). Las cooperativas medianas y pequeñas sonlas que más se financian a través del capital social (70%). Por otra parte, latendencia de los últimos años ha sido reemplazar la deuda bancaria por de-pósitos y captaciones.

La nueva LGC aumenta las operaciones que pueden realizar las CAC (es-pecialmente las 3.-COOPEUCH, ORIENCOOP y COOCRETAL – con un patri-monio superior a las 400.000 U.F – que serán fiscalizadas por la SBIF), muchasde las cuales sólo estaban permitidas a Bancos y Financieras. Esta situaciónes un avance en el reconocimiento de su papel de intermediario financiero, loque puede impulsar considerablemente al sector entre personas, micro y pe-queñas empresas.

Respecto a la regulación y supervisión, todas las CAC, excepto las 3 seña-ladas, serán fiscalizadas por el DC, que actualmente está preparando el regla-mento de supervisión y control que se va a aplicar. La FECRECOOP considerafundamental que se dicten normas prudenciales obligatorias que den garan-tía a los socios y público en general, lo que contribuirá a mejorar la credibili-dad, transparencia y competitividad de las cooperativas.

4.2.2 Cooperativas de vivienda

En Chile existen dos tipos de cooperativas de vivienda:

a) Las cooperativas cerradas de vivienda (CCV), que se organizan para desa-rrollar un proyecto habitacional. Actualmente hay 191 activas que agrupana 17.712 socios. Es el sector donde se han disuelto más cooperativas en losúltimos 10 años (172) debido a que muchas de ellas dejan de funcionar en elmomento en que se asignan en dominio a sus asociados la totalidad de lasviviendas. La nueva LGC establece que no podrán disolverse aquellas coope-rativas que tengan como objeto el equipamiento y desarrollo comunitario.

b) Las cooperativas abiertas de vivienda (CAV), que pueden desarrollar en for-ma permanente, simultánea o sucesiva, diferentes programas habitacio-nales. Las 10 cooperativas activas agrupan a 48.398 socios. Aunque en estosdatos oficiales se incluye a HABITACOOP, la más grande con 20.640 socios,

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que quebró en 2001 y se encuentra inmersa en un largo y complejo procesode disolución.

Otra de las funciones de las CAV es organizar la demanda de viviendas através del ahorro. La dinámica del funcionamiento del sistema de finan-ciamiento habitacional en Chile está basada en el esquema de ahorro previo-subsidio-crédito a largo plazo. Los instrumentos de ahorro comprenden lascuentas de ahorro a plazo para la vivienda y los aportes de capital en CAV.

Los dos tipos de cooperativas participan de forma significativa en el sub-sidio habitacional, programa de ayuda estatal a las personas interesadas enadquirir viviendas. En 2000, 5.775 socios de las cooperativas que postularonal Sistema General Unificado resultaron beneficiados con este subsidio, un26% del total. En 2001, fueron 3.676, el 25%.

Asimismo, tanto las CAV, desde la gestión inmobiliaria de tipo social,como las CCV, desde la iniciativa popular, han desarrollado un importantepapel para el acceso a la vivienda propia de amplios sectores de ingresosmedios y medios bajos.

Las CAV más importantes en la actualidad son CONAVICOOP, PROVI-COOP17, y CHILLANCOOP, orientada a la construcción directa de viviendassociales.

Todas las CAV, al ser consideradas de importancia económica por captarahorro, serán fiscalizadas por el DC, que puede encargar la revisión del fun-cionamiento administrativo, contable y financiero, a entidades de supervi-sión de carácter privado. El sector es consciente de la necesidad de un sistemade regulación y supervisión realmente eficaz que de garantías a los socios,especialmente tras los efectos negativos de la quiebra de Habitacoop.

4.2.3 Cooperativas eléctricas

Las primeras cooperativas eléctricas fueron creadas a partir de 1945, con elobjeto de dar servicio de distribución de energía eléctrica a las zonas rurales,las cuales resultaban poco atractivas para las empresas del sector por la bajadensidad de usuarios y sus altos costes. En las décadas posteriores el desarro-llo de este sector cooperativo alcanzó un gran nivel, realizando una funciónfundamental para el progreso de amplias áreas rurales del país.

En 1982, se inicia el proceso de privatización del sector y se dicta la LeyGeneral de Servicios Eléctricos, que no contempló a las cooperativas comoconcesionarias de servicio público de distribución eléctrica, dejándolas ab-solutamente al margen y en condiciones que ponían en riesgo su estabilidad.En 1990, se modificó esta Ley estableciéndose que las cooperativas podíansolicitar estas concesiones, sin la limitación de un máximo de 50% de clientesno socios que establecía la LGC. De este modo, las 14 cooperativas activas en1991 solicitaron y obtuvieron las concesiones.

Pero, actualmente, sólo 7 de estas 14 cooperativas mantienen la concesión(ELECOOP, CEC, COPELEC, COELCHA, COOPELAN, COOPREL y SOCOEPA)y participan en el Programa de Electrificación Rural (PER), que coordina la

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Comisión Nacional de Energía (CNE) con el objetivo de extender la red eléc-trica convencional a todas las zonas rurales.

Otras 5 cooperativas (CREO, ELECTROCOOP, LUZAGRO, LUZPAR, yCRELL) han transferido sus concesiones de distribución a otras empresas alno resultarles rentables la distribución de energía para mantener su viabili-dad en un mercado muy desigual y competitivo por la presencia de grandesempresas, algunas de capital trasnacional. Estas cooperativas han optado pordiversas estrategias para mantener otros servicios para sus socios (sistemasde generación, participación en otras empresas18, financiamiento para artí-culos eléctricos, servicios varios o telefonía rural).

De las 2 restantes, una se disolvió y otra está en proceso de disolucióntras vender sus concesiones.

Por otra parte, en los últimos 10 años se han constituido 5 pequeñascooperativas no concesionarias que, a través de sistemas de autogeneración,aseguran el suministro en sus áreas de influencia, donde no llega la red eléc-trica convencional.

Así, aunque según datos del DC, existen 19 cooperativas activas, queagrupan a 89.150 socios, son 17 las que realmente están operando.

4.2.4 Cooperativas de agua potable

Todas las cooperativas, excepto 319, de este sector están integradas como ser-vicios rurales de agua potable (APR) en el Programa de Agua Potable Ruralque ejecuta y supervisa la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio deObras Públicas (MOP) a través de su Departamento de Programas Sanitariosy que tiene como objetivo abastecer a las localidades rurales concentradas, esdecir, aquellas con una población entre 150 y 3000 habitantes y una concentra-ción no inferior a 15 viviendas por kilómetro de calle.

Actualmente, las Cooperativas de APR, mantienen y administran los sis-temas de potabilización y la red de distribución de agua potable que abastecea sus comunidades.

El DC tiene registradas 126 cooperativas activas, pero según datos delMOP son 146 las que están operando actualmente, lo que representan el 11,%de los 1.315 servicios de APR que hay en el país, con 53.795 arranques domi-ciliarios, un 20% del total (272.924).

Cabe señalar que todas las cooperativas de APR se constituyeron en laprimera etapa del Programa (1964-1974) que fue financiada con préstamosdel BID, pero posteriormente, este organismo solicitó que fueran creadosComités de APR, que se regulan por la Ley de Juntas de Vecinos y Organiza-ciones Comunitarias, al considerar que estas entidades eran menos comple-jas en su formación y funcionamiento que las cooperativas.

La nueva LGC abre la posibilidad de que los Comités de APR se constitu-yan en Cooperativas, al facilitar y agilizar los trámites para la obtención deesta personalidad jurídica.

En cambio, aquellas cooperativas que operan en localidades que adquie-ran el carácter de urbanas según los planes de regulación, deberán solicitar la

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formalización de concesión sanitaria, ajustándose a los requisitos de la Leyde Servicios Sanitarios. Las APR gozan de una preferencia para formalizar laconcesión, pero entrarían en competencia con las grandes empresas sanita-rias presentes en el sector.

4.2.5 Cooperativas de Consumo

En la actualidad, existen 14 cooperativas de consumo activas, siendo el se-gundo sector en números de socios, 110.978. La mayoría son gremiales detipo cerrado.

La Cooperativa de Consumo de Carabineros de Chile (COPERCARAB) esla más importante y la tercera con más socios (61.093) de todo el país.

La nueva LGC restablece el sistema de descuento voluntario de las plani-llas de los trabajadores de las obligaciones que tengan como socios de coope-rativas de consumo y/o de ahorro y crédito, siempre que haya acuerdo deéstos con el empleador. Este descuento no puede exceder el 15% del límiteestablecido en el Código del Trabajo en un 25% para pagar los dividendos porla compra de vivienda.

4.2.6 Cooperativas de Veraneo

Las cooperativas de veraneo surgen en los años sesenta con el objetivo deprocurar un servicio de recreación y descanso a sus socios, adoptandodiversas modalidades. Una es aquella que desarrolla programas habitacio-nales, la otra, es la construcción de cabañas para el uso alternado de sussocios.

En la actualidad, existen 47 cooperativas de veraneo, que agrupan a 5.020socios.

4.2.7 Cooperativas de otros Servicios

En la categoría “otros servicios” hay agrupadas 75 cooperativas activas dediversos sectores: 15 escolares, 3 de salud, 3 de educación, 3 de transporte decarga, 10 de transporte de pasajeros, 4 multiactivas y 36 de servicios varios.

Las 3 cooperativas de salud, 2 de educación y 6 de transporte son consi-deradas de importancia económica, pero, en términos generales, su inciden-cia en estos sectores socioeconómicos es mínima.

4.3 Cooperativas de Trabajo

Las cooperativas de trabajo tienen como objeto producir o transformar bienesy/o dar servicios a terceros mediante el trabajo mancomunado de sus sociosy cuya retribución debe fijarse de acuerdo a la labor realizada por cada cual.

Después de su casi desaparición a fines de los años ochenta, éstas coo-perativas han resurgido de forma espontánea y aislada en los años noventa.

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Actualmente existen 68 activas que agrupan a 1.576 socios. Las actividadesmás relevantes son prestación de servicios profesionales, artesanía y diversasáreas de producción.

Si bien este tipo de cooperativismo nunca ha alcanzado en Chile los ni-veles de otros países, es uno de los ámbitos donde puede desarrollar unanueva alternativa, en este caso al mercado laboral, especialmente para muje-res, jóvenes y trabajadores en situación de desempleo.

5. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

Chile está dividido administrativamente en 13 Regiones, que convencional-mente son mencionadas en orden correlativo (I, II, III…), de norte a sur, ex-cepto la Región Metropolitana (RM) que corresponde a la XIII Región.

En la actualidad, Chile tiene 15.116.435 habitantes (50,8% mujeres y49,2% hombres).La población urbana es de 13.090.113 personas, un 86,6%del total y la población rural 2.026.322, un 13,4%, según datos del último cen-so de población, elaborado por el INE en 2002.

En todas las regiones excepto la XI, la menos poblada con 91.492 habi-tantes, hay presencia de cooperativas. La distribución por regiones y sectoresse detalla en el cuadro 6.

Las regiones con mayor presencia cooperativa son:La IV Región de Coquimbo (603.210 habitantes), donde destaca la pre-

sencia de las cooperativas agrícolas pisqueras por su importante peso socioe-conómico en el Valle del Elqui.

La V Región de Valparaíso, tercera en población (1.539.852) es la segundacon más cooperativas activas, 179, que agrupan a 72.746 socios, destacandolas de vivienda cerrada, APR, veraneo y CAC.

La RM, donde se ubica la capital Santiago, es la más poblada con6.061.185 habitantes, y cuenta con 225 cooperativas activas, que agrupan a709.161 socios, el 65% de todo el país. Pero, el DC registra todos los socios delas cooperativas con presencia en varias regiones en aquella donde se ubicala casa matriz, en general en Santiago. Casi todos los sectores tienen presen-cia en la RM.

En la VI Región (780.627 habitantes) existen en la actualidad 67 cooperati-vas activas que agrupan a 16.606 socios, especialmente de APR y campesinas.

La VII Región del Maule es la que registra un mayor índice de cooperativis-tas del país ya que sus 186.018 socios representan el 16% de la población(904.104). Este hecho se debe a la CAC ORIENCOOP, segunda cooperativa conmás socios (132.792) de Chile. También destaca la presencia de las 3 coopera-tivas vitivinícolas.

La VIII Región del Bio-Bio, segunda en habitantes (1.861.562) es la terceraen cooperativas activas, 113, que agrupan a 58.371 socios. Vivienda, eléctri-cas, APR y campesinas son los sectores más relevantes.

En la IX Región de la Araucanía (869.535) existen en la actualidad 70 coo-perativas activas que agrupan 10.350 socios, 52 son campesinas, muchas deellas de comunidades mapuches.

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La X Región de Los Lagos (1.073.135) tiene 103 cooperativas activas, queagrupan a 20.730 socios, siendo significativa la presencia de las cooperativaslecheras COLUN, CAFRA y CHILOLAC, las campesinas, trabajo y eléctricas.

CUADRO 6

Cooperativas activas por sector y región,al 1 de julio de 2002

Regiones /Sectores I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM TOTAL

Campesinas 3 0 0 9 13 16 7 27 52 54 0 0 10 191Agrícolas 5 0 0 6 4 5 5 6 4 8 0 2 7 52Pesqueras 2 0 2 4 5 0 0 1 0 5 0 0 0 19Ahorro y Crédito 0 3 1 4 14 1 3 6 2 6 0 0 44 84Vivienda cerrada 8 0 2 4 53 12 6 39 2 3 0 0 62 191Vivienda abierta 1 0 0 0 0 0 0 3 1 0 0 0 5 10Eléctricas 4 1 0 1 0 0 4 3 1 5 0 0 0 19Agua Potable 0 0 0 2 28 29 37 18 0 0 0 0 12 126Consumo 1 0 0 0 4 0 0 2 1 0 0 0 6 14Veraneo 0 0 0 5 38 0 3 0 1 0 0 0 0 47Otros Servicios 3 1 0 0 11 2 1 5 3 1 0 0 48 75Trabajo 0 2 1 9 9 2 0 0 2 20 0 2 21 68Org. Integración 0 0 0 0 0 0 1 3 1 1 0 0 10 18TOTALES 27 7 6 44 179 67 67 113 70 103 0 4 225 912

Fuente: Departamento de Cooperativas, MINECON, 2002

6. EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN

6.1 La educación cooperativa en las organizaciones cooperativas

Si la legislación de 1960 establecía que las cooperativas debían destinar un5% de sus remanentes a un fondo de educación cooperativa, el texto refundi-do de 1978 establecía que este fondo se constituiría en la práctica con lavoluntariedad de los aportes anuales de las cooperativas, cuyo depósito reci-biría el IFICOOP. Pero este organismo fue intervenido y liquidado y la críticasituación de la mayoría de las cooperativas no les permitía realizar ningúnaporte. La consecuencia fue que el fondo dejó de existir.

La nueva LGC sólo hace una referencia a la educación en su artículo 1:las cooperativas “deben desarrollar actividades de educación cooperativa” sinque se establezca ningún fondo. Así, son las propias cooperativas las quedeben asumir y decidir la organización de estas actividades.

La realidad es que la educación se ha convertido para muchas cooperati-vas en un aspecto secundario o en un gasto contable ordinario y, aunquealgunas tienen Comités de Educación, en ocasiones se reducen a la realizaciónde algún acto informativo.

En este difícil entorno, el histórico ICECOOP, continua realizando activi-dades de educación, formación, asesoría y consultoría dirigidas a las coope-

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rativas, pero la tendencia de los últimos años, ante la disminución de lademanda de éstas, ha sido extender sus servicios a otros sectores para poderseguir funcionando. Cabe destacar que este instituto tiene la biblioteca másimportante de Chile sobre cooperativismo con más de 5.000 volúmenes ydocumentos.

El único sector en el que se aprecia una actividad educativa de formaintegrada es el de ahorro y crédito, Por un lado, la FECRECOOP lleva a caboun proyecto de formación y capacitación para mejorar el funcionamiento desus cooperativas asociadas basado en los principios de autoayuda, auto-administración y autorresponsabilidad y en la visión de que estas cooperati-vas son intermediarios financieros que tienen la finalidad de mejorar lasituación económica de sus socios al proporcionarles servicios financierosadecuados. Por otro, la Corporación para el Desarrollo de las Cooperativas deAhorro y Crédito, CORPADEC, también ha desarrollado en sus 18 años deexistencia numerosos cursos y seminarios en diversos temas cooperativos.

6.2 El cooperativismo en la Universidad

Tras casi 20 años de ausencia del cooperativismo en el ámbito universitario,en 1997, se crea en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile,el Programa Interdisciplinario de Estudios Asociativos, PRO – ASOCIA (exPROCOOP) que tiene como misión la promoción, la asesoría y la formaciónde organizaciones asociativas.

Entre las actividades relacionadas con el cooperativismo destacan el pro-yecto de promoción de las cooperativas de servicios escolares y el programade cooperativas universitarias. Por otra parte, en convenio con el Ministeriode Educación, está trabajando en el proyecto “Currículo Escolar y Coopera-ción” con el objetivo de presentar propuestas para la incorporación de losvalores cooperativos al currículo formal de la educación básica.

Asimismo, imparte el Diplomado en “Gestión Estratégica de Organiza-ciones y Empresas Asociativas”, que se realiza en una modalidad abierta yotra cerrada para cooperativas.

También desarrolla estudios e investigaciones y apoya la realización deTesis y Memorias de Pre y Post-grado sobre temas cooperativos.

Por otra parte, en la Universidad de Santiago de Chile, USACH, la Facultadde Administración y Economía inició en abril de 2003 un Diplomado Interna-cional en Empresas Cooperativas, y el Departamento de Ingeniería Indus-trial, realiza actividades de capacitación y apoya la realización de memoriasde título en el área de gestión de cooperativas.

Asimismo, cabe reconocer la labor desarrollada por Luis Razeto, econo-mista e investigador de la Universidad Bolivariana, y precursor de la econo-mía solidaria, en la que el cooperativismo siempre ha estado presente.

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7. PROBLEMAS Y DESAFIOS DEL COOPERATIVISMO CHILENO

Los principales problemas del cooperativismo chileno se pueden sintetizaren:

a) La integración cooperativa es muy débil, con bajos niveles de inter-cooperación y cohesión entre los diferentes sectores y una participación delas cooperativas de base en las federaciones muy baja. El sector cooperativose encuentra atomizado, con una práctica dispersa e independiente entre lascooperativas, las cuales en general no se muestran identificadas como movi-miento cooperativo ni trabajando bajo los lineamientos generales de un planestratégico de representación.

b) Crisis de identidad y liderazgo. El sector se encuentra desorientado, sinvisión ni dinamismo, sin un discurso claro y con una capacidad de incidenciae influencia mínima. Narvarte define así esta situación: “El cooperativismoen Chile, no se conoce. Es un sector con poca presencia económico-socialque no deja de mirar al Estado, quien no lo escucha” (1999:293).

c) Otros problemas son a) el financiamiento, sobre todo de mediano y largoplazo, para afrontar la modernización tecnológica y la realización de proyec-tos innovadores, b) la gestión, entre otras razones por carecer de claridad enla misión institucional y en los objetivos que a veces no se definen claramen-te, a causa de dilemas culturales no resueltos en un entorno muy competiti-vo, lo cual dificulta visualizar los modelos organizacionales que posibiliten laimplementación de modelos de gestión eficaces. (Arnold y Radrigán, 1994)y c) Respecto a la organización y participación, los problemas de agencia, esdecir, del flujo de información entre los órganos de administración y los aso-ciados es también una constante en muchas cooperativas.

Así, los desafíos más inmediatos que debe afrontar el cooperativismo chilenoson tres:

a) Regenerar y generar nuevas instancias de representación e integraciónEl sector cooperativo chileno tiene que poner en práctica el principio coope-rativo de la cooperación entre cooperativas, e identificar en esta práctica unfactor para su propia sobrevivencia y desarrollo.

Un sector cooperativo sólido no es tan sólo el que crece en forma numé-rica, sino también el que es capaz de presentarse ante la sociedad que lorodea y le da sustento, de forma consciente, integrada y dando el ejemplo ensu propia capacidad de cooperación.

Es necesaria la regeneración y la reconstitución de sus instancias de re-presentación e integración, para ser realmente un instrumento que puedagenerar una nueva identidad que le de reconocimiento social.

b) Desarrollar un modelo de gestión eficiente y eficaz que haga compatiblesus principios y valores en el marco de una economía de mercado globalizada.Es decir, mostrarse económica y socialmente viable para ser reconocido comoun modelo de desarrollo socioeconómico diferenciado.

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En sus diferentes esferas de acción, el cooperativismo, como manifesta-ción de la economía social, debe articular un discurso y una práctica que lediferencie de la típica empresa capitalista y del sector público. Asumirse comolo que es: un factor democratizador de la economía de mercado.

La educación, formación y capacitación es un elemento esencial de laestrategia del desarrollo cooperativo, una herramienta de inversión y no ungasto contable ordinario.

c) Enfrentar problemas con modelos innovadores de emprendimiento aso-ciativo:

En Chile, a pesar de las cifras macroeconómicas, la inequidad en la dis-tribución del ingreso, los desequilibrios regionales y territoriales, los altos ín-dices de pobreza, y la falta de integración de mujeres, jóvenes e indígenas almercado laboral siguen siendo problemas no resueltos. Las cooperativas de-ben articular estrategias con capacidad empresarial y base social estable paradar respuestas productivas y de servicios a estos problemas que la lógica delmercado no resuelve de forma satisfactoria.

Si bien es cierto que en muchos casos es difícil desarrollar alternativasviables sin una articulación con las políticas públicas de desarrollo, el coope-rativismo tiene que tomar la iniciativa para ser reconocido por el Estado, nopara su instrumentalización, sino como agente de desarrollo en diferentesámbitos:

En la superación de la pobreza, creando cooperativas de trabajo y/o desolidaridad social, que mejoren las condiciones de vida de sectores desfa-vorecidos y marginados económica y socialmente.

En el desarrollo regional y local, creando cooperativas que trabajen porel desarrollo sostenible de su comunidad, que beneficien directamente a suentorno más cercano, mejorando la calidad de vida de sus habitantes, a tra-vés de áreas de trabajo como el fomento de la microempresa, el desarrollorural o la infraestructura comunitaria.

En el sector agropecuario, las cooperativas se enfrentan a desafíos deíndole productivo y de prestación de servicios que requieren de la coopera-ción económica20 entre las mismas para la transición hacia nuevos productosy servicios de calidad que aumenten el valor agregado, creando cooperativasde segundo grado, que se encarguen de la transformación, distribución ycomercialización, única manera de alcanzar economías a escala para podercompetir con grandes empresas en un mercado globalizado.

8. FUENTES CONSULTADAS

Datos generales: Departamento de Cooperativas del Ministerio de Economía.

Sector Agrícola: Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), Servicio AgrícolaGanadero (SAG), Federación Nacional de Cooperativas Lecheras (FENALECHE).

Ahorro y Crédito: Federación Chile de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fecrecoop) ySuperintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).

Vivienda: Departamento de Planificación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.

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Eléctricas: Superintendencia de Energía y Combustibles (SEC) y Comisión Nacionalde Energía (CNE)

Agua Potable: Departamento de Programas Sanitarios del Ministerio de Obraspúblicas (MOP)

NOTAS

1. Sociologo, profesional de Pro-Asocia.2. Antropóloga. Profesional colaboradora de Pro-Asocia.3. Antropólogo. Director Académico de Pro-Asocia4. Sergio Grez, en su libro “Génesis y evolución histórica del movimiento popular en

Chile (1810-1890)”, documenta que la primera asociación organizada según princi-pios cooperativos fue la Sociedad de Sastres fundada, en 1863, en Santiago, Por suparte, Mario Radrigán y Pedro del Campo (1998) señalan que la primera organiza-ción con denominación cooperativa se constituye en Valparaíso, en 1887: la socie-dad cooperativa de consumo La Esmeralda. Desde una perspectiva legal, AlbertoGross (1978) indica que la primera sociedad cooperativa registrada oficialmente datade 1904: la cooperativa de consumo de los trabajadores de los Ferrocarriles del Esta-do, fundada en Santiago.

5. Para algunos sectores de la UP las cooperativas eran una forma encubierta de capi-talismo y un obstáculo para el proceso de transformación social que promovían.

6. En 1976, había 3.347 cooperativas vigentes, pero no hay datos oficiales de cuantasestaban activas.

7. El origen de este proceso data de 1990, cuando la CONFECOOP presentó al Presi-dente de la República Patricio Aylwin una propuesta para remplazar la legislacióncooperativa vigente.

8. La Ley 19.832 que introduce las reformas a la LGC entró en vigencia en mayo de2003. El texto refundido, concordado y sistematizado, así como el Reglamento parala aplicación de esta norma legal están pendientes de dictarse.

9. Organismo público dependiente del Ministerio de Economía creado en 1927.10. El artículo 1 establece que “son cooperativas las asociaciones que de conformidad

con el principio de ayuda mutua tienen por objeto mejorar las condiciones de vidade sus socios(…)Los socios tienen iguales derechos y obligaciones, un solo voto porpersona y su ingreso y retiro es voluntario”. En este sentido, el objeto de una coope-rativa puede ser no lucrativo.

11. Se mantienen las limitaciones de operaciones exclusivamente con socios en el casode los créditos que otorgan las CAC y en los servicios habitacionales de las coopera-tivas de vivienda. Las cooperativas eléctricas no concesionarias de servicio públicodeben distribuir al menos el 50% de la de energía a sus socios.

12. Las Cooperativas disueltas pueden serlo de forma voluntaria, por acuerdo de la Jun-ta General de socios, decisión que debe ser aprobada, a lo menos, por dos tercios delos socios presentes y/o representados, o disueltas forzadamente, para lo cual de-ben incurrir en graves deficiencias contables y financieras, o contravenir leyes oestatutos. La nueva Ley establece que será por sentencia judicial.

13. Todos los datos de 1991 están recogidos del informe del DC “El sector cooperativoen Chile.1991”·.

14. La Unidad de Fomento (U.F) es una unidad monetaria que se reajusta todos losmeses con el Índice de Precios al Consumo (IPC). En la actualidad una U.F tiene unvalor aproximado de 17.000 pesos (US $ 24).

15. La otra cooperativa es COOPEVAL, especializada en la distribución de insumos agrí-colas.

16. La Fecrecoop, para realizar análisis del sector, divide las CAC en tres tipos según susactivos : las 4 más grandes, las que tienen más de 50.000 UF excepto las 4 másgrandes (medianas), y las que tienen menos de 50.000 UF (pequeñas).

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17. Estas dos cooperativas están integradas en la Corporación de Vivienda Popular,COVIP.

18. La cooperativa ELECTROCOOP participa como accionista mayoritario en CODINER,la empresa de distribución eléctrica a la que transfirió la concesión, y en otras em-presas.

19. Las cooperativas de Pichidangui, Sagrada Familia y Talca son empresas concesionariasde servicios sanitarios al estar ubicadas en áreas urbanas según el plano regulador.

20. Asimismo, es fundamental que se creen redes o estructuras de cooperación econó-mica entre cooperativas de diferentes sectores y/o regiones, que contemplen aspec-tos de vital importancia como el financiamiento.

BIBLIOGRAFÍA

ARNOLD, Marcelo y Mario Radrigán (1994). Dilemas culturales de la empresa cooperativa,Santiago de Chile, Ediciones ICECOOP.

CEPAL (1989). Cooperativismo Latinoamericano. Antecedentes y Perspectivas, Santiago deChile, CEPAL.

CONFECOOP (1983). El movimiento cooperativo en Chile: análisis periodo 1976-1982, San-tiago de Chile, Ediciones CONFECOOP.

DEPARTAMENTO DE COOPERATIVAS (1992). El sector cooperativo en Chile.1991, Santia-go de Chile, Ministerio de Economía.

FECRECOOP (2002). Panorama financiero del Sector Cooperativo de Ahorro y Crédito Chi-leno., Santiago de Chile, FECRECOOP.

GREZ, Sergio (1997). Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890), Santiago de Chile, DIBAM, RIL.

GROSS, Alberto (1978). El cooperativismo en Chile, Santiago de Chile, Ediciones ICECOOP,

NARVARTE, Pedro (1999). Estudio de la organización cooperativa como un sistema viable:una referencia estratégica para el desarrollo e inserción de empresas cooperativas enChile, País Vasco, Tesis Universidad de Mondragón.

RADRIGÁN RUBIO, Mario y Pedro Del Campo (1998). El sector cooperativo chileno: tradi-ción experiencias y proyecciones, Santiago de Chile, CONFECOOP, CCA, Santiago deChile.

SOMMERHOFF, Walter (1981). Desarrollo integral en dignidad. Lección de una experien-cia cooperativa, Santiago de Chile, Ediciones CECUC, ICECOOP, INTERCOOP.

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EL COOPERATIVISMOEN EL URUGUAY

Jorge Bertullo con la colaboración de Milton Silveira,Diego Castro y Gabriel IsolaUniversidad de la República, [email protected]

RESUMEN • El trabajo repasa la historia del Cooperativismo uruguayo demás de 120 años de evolución.

Son identificados los factores articuladores del mismo, así como la ínti-ma conexión de actores sociales, políticos y religiosos con una travesía noajena de marchas y contramarchas. Es particularmente destacado el com-portamiento espasmódico del sistema político institucional con relación alos avances o no de las distintas modalidades.

La investigación permite por otro lado un acercamiento a las relacio-nes entre el sistema educativo en sus diversos niveles y el cooperativismo.En esta dirección particular atención tiene el papel de la Universidad y lasdemandas que sobre ella despliega el movimiento cooperativo. Se ensayafinalmente una cuantificación de la importancia de este tipo de formasasociativas respecto de otros sectores económicos. Se pone en evidenciacon total nitidez la ausencia y necesidad de un sistema de informaciónconfiable que permita caracterizar más apropiadamente este conglome-rado así como habilite nuevos elementos para el diseño de políticas decrecimiento cualitativo del mismo.

RESUMO • Nesse trabalho, revisa-se a história do cooperativismo uruguaiocom seus mais de 120 anos de evolução.

São identificados os fatores articuladores do cooperativismo, assimcomo a íntima conexão dos intervenientes sociais, políticos e religiosos,com um transcurso difícil de avanços e retrocessos.

Destaca-se, em particular, o comportamento espasmódico do sistemapolítico institucional com relação, ou não, aos avanços das diferentes mo-dalidades.

A pesquisa possibilita, por outro lado, uma aproximação das relaçõesentre o sistema educacional em seus diversos níveis e o cooperativismo.Nesse aspecto, particular atenção é deferida ao papel da Universidade e àsexigências que o movimento cooperativo desenvolve sobre ela.

Tenta-se, finalmente, uma quantificação da importância desse tipo deformas associativas relativamente a outros setores econômicos.

Evidencia-se claramente a ausência e necessidade de um sistema deinformação confiável, que permita caracterizar adequadamente esse con-glomerado, da mesma forma que habilite novos elementos para o traçadode políticas de crescimento qualitativo do mesmo.

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RÉSUMÉ • Ce travail aborde les 120 ans d’histoire du Coopératismeuruguayen. On y présente les facteurs qui ont permis son articulation enmettant l’emphase sur les liens historiques que ce mouvement a entre-tenu avec les acteurs sociaux, politiques et religieux. On y mentionne éga-lement que cette évolution a été caractérisée par des avancés et des reculsnotamment expliqués par le comportement irrégulier du système politi-que institutionnel.

D’autre part, cette recherche démontre le rapprochement entre lesdifférents niveaux du système éducatif et le coopératisme. Une attentionparticulière est portée sur le rôle des universités face aux demandes qui luisont faites par le Mouvement coopératif. En outre, une analyse quantita-tive de l’importance de cette forme associative en comparaison avecd’autres secteurs économiques est présentée. Finalement, la nécessitéd’un système d’information fiable permettant de combler l’absence dedonnées est clairement soulignée. Cette démarche permettrait de caracté-riser de façon plus appropriée ce conglomérat et d’ajouter de nouveauxéléments pour l’élaboration de politiques de croissance.

ABSTRACTS • This work examines the history of the Uruguayan co-operative movement through more than 120 years of evolution. Charac-teristic features of this movement are identified as well as the directinfluence of social, political and religious figures on its rocky evolution.The irregular behavior of the institutional political system is particularlyresponsible for the advances or not of specific forms of co-operatives.

The research also favors forging closer relations between the differentlevels of the educational system and the co-operative movement. Particu-lar attention is paid to the role of the university and demands put forth onit by the cooperative movement. The study attempts to quantify the im-portance of these types of associative forms of organizations with respectto other economic sectors. The absence of and need for a reliable informa-tion system that would allow to more appropriately typify such organiza-tions is made very clear, as well as the setting forth of new elements for thedrawing up of qualitative growth policies.

INTRODUCCIÓN

Para un país que aún no tiene dos siglos de vida independiente contar conmás de cien años de antecedentes cooperativos puede considerarse un he-cho significativo. El pensar que a la fecha de este trabajo, uno de cada cuatrouruguayos está vinculado de alguna manera al sistema cooperativo reafirmaaún más la importancia nacional de este sector.

Son muchos los hechos que han ido pautando el crecimiento y consoli-dación del cooperativismo, contando hoy con una gran confederación dealcance nacional, varias organizaciones de segundo grado por modalidad ycon más de 1200 entidades cooperativas reconocidas por la Ley, (también esadmitida la existencia de numerosos grupos precooperativos en distintasmodalidades, de los cuales en general se desconocen datos).

A continuación se destacan algunos elementos que caracterizan el Movi-miento Cooperativo Uruguayo, a pesar de lo heterogéneo de los caminos decada modalidad:

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El Movimiento Cooperativo, reconoce en sus orígenes, evolución ydesarrollo, una vinculación muy clara con los movimientos sociales. En parti-cular gremios, sindicatos, diversas organizaciones laborales, etc. Ya veremoscomo en las diferentes formas cooperativas que se adoptan en Uruguay, estavinculación con lo gremial es recurrente, tanto a nivel de trabajadores urba-nos asalariados (consumo, producción, ahorro y crédito, vivienda), como conlas organizaciones gremiales de pequeños y medianos productores rurales(cooperativas agrarias, ahorro y crédito, etc.).

El surgimiento, expansión y crecimiento, ha estado ligado a la acción delEstado que por medio de leyes, normas, o diversas disposiciones ha manifes-tado su apoyo o no a este desarrollo. Esta valoración no ignora, que el movi-miento cooperativo Uruguayo ha tenido y tiene total independencia de lospoderes públicos. Sin embargo se estima que la “oportunidad”, “la forma” enque se han procesado algunas normas legales han facilitado u obstaculizado,circunstancialmente el desarrollo del movimiento cooperativo.

A diferencia de otros movimientos sociales o económicos, el cooperati-vismo uruguayo ha tenido un nacimiento y un desarrollo muy marcado en elinterior del país. Lo demuestra el hecho de que, dejando de lado las coopera-tivas de vivienda que tienen una fuerte concentración capitalina, las coope-rativas en el interior son aproximadamente el 70% del total, cuando la mitadde la población del país se encuentra en Montevideo.

El cooperativismo uruguayo, salvo escasas excepciones, es un cooperati-vismo respetuoso de los principios del cooperativismo internacional nacidoen Rochdale. Esto se manifiesta, en las normas estatuarias, su cumplimientoy vigilancia, así como en la doctrina nacional cooperativa que se expresa enlas aspiraciones de la mayoría de las cooperativas del país. Sin embargo, sereconoce la existencia de varias entidades que “flexibilizan” la aplicación delos principios en función de sus necesidades básicamente económicas. Enesta dirección en los últimos años se ha identificado la presencia de numero-sas organizaciones de estructuración jurídica cooperativa que no respetan nila doctrina ni los principios propios de este sector. Esta cuestión es objeto depreocupación y denuncia por parte de las federaciones afectadas así como dela propia Confederación de entidades Cooperativas1.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL COOPERATIVISMO URUGUAYO

Antecedentes precooperativos

Diferentes autores coinciden en identificar antecedentes cooperativos ya enel año 1870, época en que los principios cooperativos se confunden con losmutuales (Bertullo, 1993). Por otro lado vale mencionar que la doctrina coo-perativa llega a nuestro país, mediante las oleadas de inmigrantes de aquellosdías, los cuales impulsaron diversas organizaciones colectivas. Existe infor-mación de que en mayo de 1870 se creó una Sociedad de Socorros Mutuos,por obreros tipográficos. En 1877 se establece otra Sociedad de Socorros

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Mutuos por empleados del ferrocarril. En junio de 1885 se crea el CírculoCatólico de obreros con finalidades similares.

Pero es en 1889 que se reconoce la primer cooperativa de consumo fun-dada en la “Ciudad Vieja” de Montevideo por el señor Cándido Róbido(Moreira Piegas, 1987).

Entre fines del siglo XIX y comienzos del XX se desarrollaron otras expe-riencias cooperativas como las siguientes:

1889: Cooperativa obrera tipográfica (Montevideo).1903: Cooperativa Obrera de Consumo del Frigorífico Liébig de Fray Bentos.

Río Negro.1909: Se forma la cooperativa de consumo “La Unión” integrada por obreros

textiles de Juan Lacaze. Quizás una de las más genuinas representantesde los principios de Rochdale en aquella época.

En estos antecedentes cabe mencionar la creación de las Cajas Popularesy los Sindicatos Cristianos Agrícolas, experiencias realizadas desde principiosde siglo desapareciendo hacia fines de la década del ’60.

En definitiva en esta primera etapa, las experiencias cooperativas en sen-tido estricto no son muchas, pero si lo suficientemente impactantes comopara permitir su evolución posterior. Probablemente caracterizará esta eta-pa, que podríamos denominar de germinación, un contexto de construccióninstitucional del país que aún se debatía en el campo de batalla. No es menorque estas primeras formaciones cooperativas se asocian a la concentraciónde importantes grupos de trabajadores lo que seguramente se relacione tam-bién con las formaciones sindicales (ferrocarril; frigoríficos, gráficos, texti-les).

Las cooperativas propiamente dichas

Se entiende por cooperativas, aquellas en las que sus documentos funda-cionales manifiestan coincidencia o proximidad con los principios coope-rativos internacionalmente difundidos y son reflejados en la doctrina ylegislación nacional de la época. Surgen con mayor firmeza hacia 1920liderando este proceso las cooperativas de consumo, como la de los funcio-narios ferroviarios, los de UTE, (Usinas Eléctricas del Estado hoy CUTE), pro-ceso que madura hacia el año 1940, década en que se legisla específicamenteen el sector cooperativo. Como se ve en este período es notoria la presenciade cooperativas creadas por trabajadores de diversos organizaciones delEstado.

En efecto el 5 de abril de 1941 se sanciona la ley No. 10.008, específicapara el sector agropecuario, lo que de hecho margina a otros grupos socialesque reclaman imperiosamente su marco legal. A su vez, el 15 de agosto de1946 se sanciona la ley No. 10.761, llamada por algunos “Ley General” (aun-que no lo es) que abarca a varios sectores, consumo, producción / trabajo.

En definitiva, en este período se van definiendo formal y jurídicamentelas diferentes modalidades cooperativas que existen en el país a saber:

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Cooperativas Agropecuarias (incluye agroindustriales).Cooperativas de Consumo.Cooperativas de Ahorro y Crédito.Cooperativas de Producción (trabajo)Cooperativas de Vivienda.Cooperativas Escolares (sin legislación).

Cuando el país comienza a legislar sobre el sector cooperativo, ya existennumerosas formas cooperativas, las que rápidamente se “legalizan” y así esconformado lo que hoy es el cooperativismo en Uruguay en cuanto a tipos deentidades.

Un capítulo aparte merecería el considerar el papel de las cooperativasdurante el período dictatorial (1973-1984). Período en el cual es necesariomencionar, que las cooperativas en todas sus formas sufrieron daños, ya seapor la obstaculización a su desarrollo, como por la persecución o la violenciaa la que fueron sometidos los cooperativistas. No obstante para el movimien-to cooperativo existe un balance favorable en el sentido que se logró laacumulación de fuerzas, que permitió que estas organizaciones fueranverdaderos espacios de libertad, en plena dictadura, aportando en muchoscasos propuestas y ejerciendo formas de organización y poder popular.

Resumiendo, la historia del cooperativismo uruguayo tiene una trayecto-ria diferenciada según los grupos de interés que involucra. Sin embargo, pos-tulamos que es posible reconocer algunos elementos coincidentes en esatrayectoria:

La vinculación con organizaciones o gremiales.El papel determinante del Estado tanto en su fomento como en obstaculizar sudesarrollo.El aprovechamiento de diversos espacios de actividad que han dejado las diver-sas modificaciones en el rol del Estado.2

La fuerte presencia en el interior del país.Su marcada autonomía y pluralidad.

Los últimos pasos

A partir de 1984 se avanza hacia la articulación de tercer grado del Movimien-to Cooperativo Uruguayo. En este sentido, en agosto de ese año se convoca enPaysandú (interior del país) un encuentro de varias cooperativas de diferentesmodalidades acordándose convocar a un encuentro nacional.

En octubre de 1984 se crea la Mesa Nacional Inter cooperativa (recuérdeseque en noviembre de ese año se realizarían las primeras elecciones nacionalesque implicaban la apertura democrática del país).

En marzo de 1985, se evalúa la actuación de la Mesa y se acuerda constituiruna Confederación cuando ya existen Mesas de Coordinación Departamentalo Regional funcionando en varios puntos del interior del país.

En junio de 1988 se firma el documento de creación de la “Confedera-ción Uruguaya de Entidades Cooperativas” (CUDECOOP).

En octubre de 1990 se sanciona la ley 16156 que facilita la tramitación de

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las Personerías Jurídicas de las cooperativas, derogándose las disposicionesque establecen requisitos engorrosos y de lenta tramitación hasta lograr elpleno derecho.

En 1989 se realiza el primer Relevamiento Nacional de Entidades Coope-rativas, editado por la Fundación de Cultura Universitaria en 1990 y realizadopor el Instituto de Sociología (de la Universidad de la República), CUDECOOPy el MTSS a través de un convenio de cooperación.

En marzo de 1991, por decreto del Poder Ejecutivo se crea la primeraComisión Honoraria de Cooperativismo.

La comisión está integrada por cinco miembros, tres de ellos designadospor el Presidente de la República, los restantes por el Poder Ejecutivo, de unanómina que propone CUDECOOP.

Sus competencias son varias, entre ellas:

velar por el cumplimiento de los principios cooperativos;fomentar el desarrollo del movimiento;Asesorar al gobierno en la fijación de la política nacional;en materia cooperativa brindar asistencia técnica, etc.

Lamentablemente el funcionamiento de esta comisión ha sido irregulary de escasa repercusión en el accionar cooperativo. Luego de un receso decasi cinco años en el año 2001 es reactivada esta comisión aunque a la fechade este documento su desarrollo no tiene mayores destaques.

En 1992 se crea SURCO empresa de seguros integrada por cooperativasde segundo grado.

En 1993 se realiza la EXPOCOOP 93 (Exposición de productos y servicioscooperativos) evento del cooperativismo nacional e internacional en dondeel sistema cooperativo uruguayo despliega y ofrece todo su potencial.

En mayo de 1996 se funda el Fondo Nacional Cooperativo de Garantías(FOGAR), presta servicios de garantías para acceder a créditos. Pueden acce-der al mismo las cooperativas de cualquier modalidad y las pequeñas y me-dianas empresas de otras formas jurídicas.

En 1996 se crea INTEGRACIÓN empresa no cooperativa pero estrecha-mente vinculada a este sistema (respaldada por cooperativas de ahorro y cré-dito) participando del Sistema de Ahorro Previsional implementado en esosaños.

Finalmente en 1999 es constituida ANDARES agencia de viajes y turismocooperativo.

PRESENCIA E INTEGRACIÓN SECTORIAL DE LAS COOPERATIVAS

Las Cooperativas de Ahorro y Crédito

Las cooperativas de Ahorro y Crédito son una de las modalidades que mástardaron en consolidarse como tales en el país. Hoy forman el único agenteNacional del sistema financiero privado, y se puede afirmar que en términosgenerales han demostrado una gran fortaleza al sobrepasar la última crisis

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del sistema bancario, no sólo inmunes sino robustecidas, incluso a pesar delcierre y absorción de CAYCU (cooperativa de intermediación financiera), cu-yos problemas antecedían la última y conocida coyuntura.

Las organizaciones de ahorro y crédito propiamente cooperativas comen-zaron a formarse a mediados de los años ’60, y tuvieron su mayor desarrollo apartir de los ’70. Este sistema que se basaba en la ayuda financiera mutua, ymás que promover el ahorro, fueron respuestas de grupos sociales específi-cos, frente a riesgos como la enfermedad o muerte de alguno de sus integran-tes. Este tipo de asociación que incluía muchos fondos de retiro, tomó enmuchos casos la forma de asociación civil, ya que la legislación del momentono se adecuaba o incluso no habilitaba en estas áreas a las cooperativas(Cazeres, 1993).

En Uruguay se han diferenciado las cooperativas de ahorro y crédito apartir de la vigencia de la Ley No 13.330. Es así que se habla de las coopera-tivas anteriores a 1965, o las posteriores a la vigencia de esta Ley. Hasta 1965las cooperativas de ahorro y crédito funcionaban reinterpretando la LeyNo 10.761 de 1946 considerándose cooperativas de usuarios, interpretacióngeneral que se les daba a las cooperativas de consumo sobre las que se habíalegislado.

Al año 1970 ya habían 10 cooperativas más registradas, alcanzando a los2000 socios en conjunto. Su relevancia social y económica, y el apoyo brinda-do por el Centro Cooperativista del Uruguay (CCU) provocarán un cambio enla legislación. En 1971 se aprueba la Ley No 13.988 que establece un régimenespecífico para las cooperativas de ahorro y crédito, derogándose solo 11 añosdespués por Decreto-Ley 15.322 de 14/09/82, volviendo a empobrecer lalegislación cooperativa del país. Sin embargo en ese ínterin se acelera deforma muy marcada la creación de nuevas cooperativas.

La Ley No 13.988 creaba una personería jurídica especial para estas mo-dalidades, y además establecía que el Banco Central del Uruguay fuese elagente de contralor. Su reglamentación sin embargo no sería aprobada hasta1975. De todas formas algunos lineamientos ya quedaban marcados y poten-ciaron algunos procesos característicos del período. La Ley por ejemplo obliga-ba a las cooperativas a federarse, lo que generó una fuerte dinámica integradoraen esos años: FUCAC (1972); COFAC (1972); FECOAC (1978);

El Decreto – LEY No 15.322, a pesar de empobrecer la legislación nacional,en tanto elimina un concepto explícito sobre las cooperativas de ahorro ycrédito (Cazéres, 1993) este Decreto – Ley introduce una diferenciación entrelas cooperativas “abiertas” y “cerradas”. Mientras las primeras (las CACIF) que-dan sujetas a las reglamentaciones de este Decreto; las “cerradas” no quedanimplicadas, volviendo a ser reguladas por la Ley No 10.761 de 1946 que sólotiene un carácter general.

Otro elemento que introduce este Decreto – Ley es el de asignar el papelde contralor de la intermediación financiera cooperativa al Banco Central delUruguay.

Es a partir de mediados de los años ’70 que las cooperativas de Ahorro yCrédito pasan sustancialmente de una estrategia de integración de grupos

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sociales homogéneos a una de ensanchamiento de su base de socios. Es allíque comienza la ampliación de los servicios brindados, y la búsqueda de re-cursos externos (Cazeres, 1993).

La última década del siglo encuentra a las cooperativas de ahorro ycrédito en el Uruguay fuertemente establecidas, con plena operatividad ban-caria (en el caso de las cooperativas habilitadas para la intermediación finan-ciera) y desarrollando nuevas e interesantes estrategias de crecimiento.Significan la mayor proporción de cooperativistas del país y tienen una distri-bución territorial muy desarrollada, (Cazeres, 1993).

En 1994 fue creada la Cámara de Cooperativas de IntermediaciónFinanciera (CACIF) para fomentar, promover y difundir el desarrollo de susasociadas, que incluye a todas las cooperativas: COFAC, ACAC, CAOFA,CACDU, CAYCU, FUCEREP, FAE, FUCAC y CAYCUT, (Vieites et al. 2000).

Las CACIF representan aproximadamente el 7% de los créditos totalesdel sistema financiero privado, llegando al 20% de los créditos al consumo(en moneda nacional). Sus colocaciones ascienden a unos 310 millones dedólares, una cifra similar a lo que representan sus depósitos. (Vieites et al,2000)

El perfil de las colocaciones de las CACIF demuestra su orientaciónpopular, siendo más del 90% de éstas destinadas a las PYMES y al créditoindividual.

A su vez la mayor parte de sus depósitos proviene de pequeños ahorristas,demostrando su efectividad en el trabajo local y barrial, y la eficiencia de susservicios.

Las Cooperativas Agrarias

El cooperativismo agrario tiene sus raíces en los movimientos agrarios defines del siglo XIX y principios del XX ubicándose entre los más antiguos delpaís. Las Sociedades de Fomento Rural (S.F.R.) que comienzan a apareceren 1910 son las primeras expresiones de organizaciones colectivas agro-pecuarias. Surgidas “en el entorno de las estaciones de ferrocarril” teníancomo finalidades mejorar el nivel de la producción agrícola, mejorar losservicios de las zonas rurales, escuelas, caminos, salud, incorporando poco apoco actividades de intermediación, almacenajes, servicios varios a losproductores. Entre estos antecedentes no pueden dejar de mencionarse losSindicatos Rurales promovidos por ley en 1912, descendientes de las cajasrurales auspiciadas por el movimiento católico de principios de siglo.

En 1915 en su IV Congreso, la pléyade de Sociedades de Fomento Ruralfundan la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), organismo repre-sentativo de las S.F.R. de importantísimo papel en apoyo a las pequeñas em-presas rurales hasta el día de hoy. Manteniendo formas jurídicas particulares,las S.F.R. fueron asimiladas a cooperativas a tal punto que utilizan la mismalegislación que las cooperativas agrarias. Como expresión de sintonía políticahace falta agregar que la CNFR integra de pleno derecho a la CUDECOOP.

Recién en 1941 las cooperativas agrarias obtienen sanción de una ley

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específica que las atienda (Ley 10008) siendo la primera en atender legisla-tivamente los principios cooperativos.

En la actualidad el cooperativismo agrario, incluyendo las S.F.R., aglutinaa unas 170 entidades y a unas 35.000 personas lo que representa una cifracercana al 50% del total de productores del país.

Los socios son productores independientes en cuanto a tenencia de la tie-rra y proceso productivo, salvo muy raras excepciones donde se colectiviza eltrabajo o la tierra. La cooperativa adquiere insumos y equipos para sus socios ycomercializa sus productos. Muchas de las cooperativas disponen de depósi-tos, almacenaje, administran silos, servicios técnicos y maquinaria en común.

Las cooperativas agrarias y las SFR se encuentran dispersas en todo elterritorio nacional. Existen zonas de mayor concentración en número de en-tidades como lo son el Litoral (Artigas, Salto, Paysandú) y suroeste del país(Colonia, Soriano, San José, Canelones) coincidiendo estas zonas con las deproducción agraria intensivas y un fuerte desarrollo de la lechería.

Existe una larga experiencia de intercooperación entre entidades agra-rias, que primero tendió a asociarlas en propuestas federativas de carácterreivindicativo (FENACOA y FUCA) que tras sus seguidos fracasos dieron basepara la organización vertical de las organizaciones por Complejo Agro-industrial (Central Cooperativa de Granos, Central Cooperativa de Carne,Central Lanera Uruguaya, Central Apícola Cooperativa) Finalmente, a lasorganizaciones de segundo grado existentes se suma una nueva organizaciónreivindicativa de la modalidad, CAF (Cooperativas Agrarias Federadas)

Las Cooperativas de Consumo

Las Cooperativas de Consumo surgen en nuestro país en las primeras déca-das del siglo XX. Se constituyen a partir de pequeños grupos de personas quepertenecían en buena parte a los sindicatos de trabajadores de los organis-mos del Estado.

Cooperativa de Usinas y Teléfonos del Estado (1920), creada por los funciona-rios.Cooperativa Magisterial (1929), fundada por el gremio de magisterio.Cooperativa Municipal (1930), creada por empleados de la Intendencia deMontevideo.Cooperativa Bancaria (1932), creada a partir de la ya iniciada Cooperativa deempleados del Banco Hipotecario.Cooperativa Club ANCAP (1934), fundada por empleados del ente y socios delClub ANCAP (Empresa del Estado concentrada en Combustibles).Cooperativa de Consumo Salud Pública (1942).Cooperativa del Transporte (1944).Asociación Cooperativa Electoral (1944).Cooperativa AFE (1949).

El objetivo de los gremios al formar estas cooperativas era complementarde modo práctico y solidario el mejoramiento del poder adquisitivo de sussocios a través de la compraventa de artículos de primera necesidad.

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Existieron y existen otras formas de Cooperativas de Consumo, que de-sarrollaron los mismos principios pero sin revestir las formalidades de aque-llas. Por ejemplo los Departamentos de Consumo que se crean dentro de lasCooperativas Agrarias o los Clubes de Compra dentro de las Cooperativas deVivienda o en el seno de ciertos grupos sociales, que buscan economizar elprecio de los insumos básicos o en artículos de primera necesidad.

A mediados de la década del 40 el Cooperativismo de Consumo (junto alde Producción) obtiene de una legislación específica (ley No 10.761 de 1946).Esta ley se reglamenta en 1948. A partir de ese momento las cooperativasobtenían, además de la autorización legal para funcionar, el derecho deretención sobre el salario de sus asociados. También se cuenta con una ley deexoneración de tributos de carácter nacional y de las contribuciones patro-nales a la seguridad social (ley 14.019 del 1971)

En 1954 se crea la FUCC (Federación Uruguaya de Cooperativas deConsumo) cuyo rol será el de oficiar como entidad gremial bajo la forma deCooperativa de segundo grado.

La consolidación de las Cooperativas de consumo se basó en ser los pri-meros emprendimientos que financiaron (venta a crédito) el consumo básico(alimentación indumentaria y equipamiento para el hogar). Además el estarhabilitadas a hacer las retenciones sobre los sueldos suponía una ventajaimportante.

Hoy en día la actividad de las Cooperativas comprende la más ampliagama de rubros, que se complementan con diversos servicios sociales a susafiliados: bibliotecas, servicios médicos y odontológicos, consultorios jurídi-cos, servicio fúnebre, seguros y subsidios y turismo social, entre otros.

Las Cooperativas de Producción

Las cooperativas de producción se singularizan por la activa participación delos socios en la producción de bienes y servicios (con trabajo concreto) comoen la gestión de la empresa.

La FCPU (Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay) en unProyecto de Ley elevado al Parlamento expresa que “Son cooperativas de pro-ducción o trabajo asociado, las que tienen por objeto proporcionar a sus aso-ciados puestos de trabajo, mediante su esfuerzo personal y directo, a travésde una organización conjunta destinada a producir bienes o servicios, encualquier sector de la actividad económica.”

Pese a que en nuestro país la aparición formal de esta modalidad coope-rativa data de mediados de los años cuarenta, sus orígenes se remontan afines del siglo XIX, donde bajo otras formas jurídicas, pero con similares ras-gos en cuanto participación e involucramiento de sus actores en el trabajo y lagestión, se desarrollaron emprendimientos asociativos en diferentes ramos.

Vinculadas a la inmigración europea de fines del siglo XIX, y más espe-cíficamente, a aquellos trabajadores muy vinculados al movimiento sindicaleuropeo, las iniciativas de trabajo asociado fueron creciendo junto al sindica-lismo nacional. Como sostiene González Sierra (1994), se dio el espacio y

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justificación al cooperativismo del Uruguay de fines del siglo XIX, en consti-tuirse en una alternativa que permitiera a los obreros, en el seno de empren-dimientos solidarios, liberarse de la tutela y explotación empresarial.

Algunas de estas experiencias que refieren a esa aparición relativamentetemprana del cooperativismo de trabajo en nuestro país son: una SociedadCooperativa de Mucamos y Cocineros, de 1877; la Sociedad Tipográfica Coope-rativa La Capital, 1878; la Cooperativa de Peluqueros y Barberos El Arco Irisen 1880; la Sociedad Cooperativa de Construcción de casas, en 1883; la Socie-dad Humanitaria, Agrícola, Pastoril y Obrera de Paysandú en 1884; la Socie-dad Cooperativa de Zapateros y la Cooperativa de Cartoneros, ambas en 1901.(Prieto, 1998)

La emergencia de las cooperativas de trabajo esta tan vinculada a formasnovedosas de producción, como a planteos políticos de cambio social A tra-vés del cooperativismo de trabajo se evitaba la alienación y a la vez se hacíaposible la construcción de un vinculo solidario de existencia y desarrollo per-sonal contrario al capitalismo.

Esta dimensión ideológica del cooperativismo de trabajo se encuentrapresente aún en nuestros días como lo evidencian los estatutos de la propiaFCPU, donde se sostiene que el objetivo de “procurar la sustitución progresi-va y pacífica del régimen de Empresa Privada y competitiva, por el de coope-ración organizada, para que el individuo pueda actuar en ella como parte deuna comunidad de trabajo y vivir fraternalmente”

Si bien es una modalidad pionera en el cooperativismo uruguayo, es apartir de la década del cincuenta cuando adquiere mayor relevancia hastadesembocar en la creación de la Federación de Cooperativas de Produccióndel Uruguay (FCPU) en el año 1962.

La actividad gremial de la FCPU fue intensa y fructífera en la década del60, en la cual se desarrolló una actividad muy dinámica con asambleas, en-cuentros y jornadas, buscando apoyar a las cooperativas, para favorecer lasuperación de sus limitaciones y dificultades. La actividad más significativa laconstituyeron las movilizaciones por la aprobación parlamentaria de la Leyde Exoneraciones Tributarias (No. 13.481) y líneas de crédito.

Las formas y las condiciones que explican su creación van desde Coope-rativas que surgen ante procesos de crisis o cierres de empresas en la que sustrabajadores procuran por medios cooperativos sostener su fuente de em-pleo, hasta emprendimientos surgidos en el nuevo marco de relaciones labo-rales y reestructuración productiva donde diversas áreas de la empresa (engeneral periféricas y marginales) son realizadas fuera de la unidad empresa-rial madre, vale decir tercerizadas. También existen aquellas cooperativas quese forman con trabajadores desocupados, en algunos casos informales, esti-mulados, apoyados o promovidas por organizaciones gremiales, organizacio-nes no gubernamentales y aún religiosas (Terra, 1986). Estas cooperativascontinúan creciendo, manifestándose públicamente como una herramientaidónea para el combate del desempleo y la pobreza pasando de los 2 milsocios involucrados en la década del 70 a los más de 8 mil afiliados de fines delos 90.

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En la actualidad la distribución sectorial o por rubro productivo esconsiderablemente diverso abarcando unas 216 empresas de servicios, unas40 netamente industriales, y cerca de 120 más de servicios varios y para-industriales.

Las Cooperativas de Vivienda

El cooperativismo de vivienda, tiene antecedentes más recientes que las otrasmodalidades. Recién en 1966, y apoyadas por el CCU, tres grupos de trabaja-dores que reunían a cerca de 95 familias de tres localidades del interior (Flori-da, Salto, y Río Negro) constituyeron las tres primeras cooperativas destinadasa “resolver sus problemas de vivienda”. Pese a la inexistencia de un marcolegal adecuado, lograron ser incluidas por medio del Instituto de Viviendapara el uso de préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo con esosfines (Terra, 1986).

El 17 de enero de 1969 se promulga la Ley de Vivienda que define yenmarca la actividad de estas cooperativas. En apenas 4 años ya alcanzaban69 emprendimientos con 4.338 viviendas en construcción (Terra, 1986).

En Uruguay existen dos tipos de cooperativas de vivienda: las cooperati-vas de ayuda mutua afiliadas a FUCVAM3 y aquellas de ahorro previo, organi-zadas en FECOVI.4

En las primeras, los socios aportan no sólo sus cuotas económicas, sinoque agregan trabajo, desarrollando un proceso de construcción y gestiónsolidaria. En general son integradas por familias de bajos ingresos, cuyos titu-lares suelen tener vinculación sindical, lo que les ha dado una capacidad demovilización muy importante.

En las cooperativas por ahorro previo, los socios suelen ser en generalempleados y trabajadores de sectores medios en cuanto a sus ingresos (ban-carios, administrativos, profesionales, etc.).

En ambos tipos de cooperativas la forma de propiedad de la viviendapuede ser colectiva o individual, o sea que pueden ser cooperativas de usua-rios como de propietarios. Los socios son “usuarios” de la vivienda cuando esla organización cooperativa la propietaria de las mismas. Esta modalidad hasido combatida muchas veces desde esferas oficiales. Los socios de las coo-perativas de propietarios, una vez concluida la construcción del barrio, o can-celado el préstamo hipotecario, ejercen sobre su unidad habitacional elderecho que les concede la Ley de Propiedad Horizontal que legisla toda lapropiedad inmueble no individual en el país, con la excepción mencionadadel cooperativismo de usuarios que es una modalidad de propiedad colectivadiferente a la Propiedad Horizontal.

Las cooperativas de vivienda se encuentran concentradas en Montevideo.Casi el 70% de ellas esta en la capital que a su vez cuenta con casi el 50% de lapoblación.

Las cooperativas de vivienda en sus dos modalidades han jugado “unimportante papel dinamizador” de las políticas de vivienda en el país.Han logrado construir más de 18.000 viviendas, con unas 230 cooperativas, a

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costos sensiblemente menores que otros sistemas. La experiencia cooperati-va de viviendas ha aportado al país y al patrimonio cultural una rica historia,de resistencia a la dictadura, de valores solidarios y democráticos, así comohan enriquecido el patrimonio urbano y edilicio con resultados económicosmucho más eficientes (Terra, 1986).

ESTRUCTURA ACTUAL DEL COOPERATIVISMO URUGUAYO

De acuerdo a las últimas cifras reconocidas en Uruguay existen unas 1260entidades cooperativas, con algo más de 800.000 socios. Si se tiene en cuentaque en Uruguay la población aproximada es de unos tres millones de habi-tantes se visualiza la magnitud del movimiento cooperativo en el país,involucrando a casi el 25% de la población total. Algunos datos relativos a lapresencia del cooperativismo.

MODALIDAD ENTIDADES SOCIOS

AGROPECUARIAS Y SOC. FOMENTO RURAL 179 37.049AHORRO Y CRÉDITO 60 539.295CONSUMO 38 231.890PRODUCCIÓN O TRABAJO 279 8.365VIVIENDA 685 26.332MÉDICAS 23 2800TOTAL 1264 808.861

Elaboración propia en base a datos de la CUDECOOP.

La distribución geográfica de las cooperativas en el Uruguay tiene unproceso histórico muy particular y variable en función de la modalidad coo-perativa. En el proceso histórico de gestación del sector cooperativo las pri-meras experiencias pueden situarse tanto en Montevideo como en el Interior,teniendo luego un desarrollo diferencial dependiendo la modalidad coopera-tiva que se considere. A pesar de la fuerte concentración de servicios queexiste en Montevideo el cooperativismo tiene presencia en prácticamentetodo el territorio nacional.

MODALIDAD MONTEVIDEO INTERIOR

AGRARIA 15 174PRODUCCIÓN 59 83CONSUMO 25 28AHORRO Y CRÉDITO 29 19VIVIENDA 201 107TOTAL 329 411

Elaboración propia en base al Primer Relevamiento de Entidades.Cooperativas 1989, MTSS – ICS UDELAR

Hay que señalar que la presencia del cooperativismo en el interior delpaís no solo significó un aporte singular al desarrollo económico y social delpaís, sino que también constituye un elemento descentralizador respecto a la

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capital y un componente fundamental en los procesos de acceso a recursos yoportunidades.

Por su parte, la participación del cooperativismo en la economía nacio-nal es muy destacable en todas sus modalidades. Según datos trabajados porel fallecido economista Pablo Guarino5 a noviembre de 2000, últimos datosque se poseen a este nivel de síntesis, la producción de las cooperativas agra-rias representaba alrededor del 3% del PBI, de manera particular las coopera-tivas procesan el 90% de la producción nacional de leche (de ese guarismoCONAPROLE, producía el 86%). Exportaban el 70% del excedente de trigo.Captan alrededor del 10% de la producción de lana y son el principal exporta-dor de miel (aprox. 40%).

Las cooperativas de Ahorro y Crédito han sido los únicos operadores decapital exclusivamente nacional en el sistema financiero uruguayo. Han brin-dado servicios a aproximadamente el 40% (en el entorno de las 750.000 per-sonas) de la población activa del país otorgando el 20% del crédito al consumoen moneda nacional.

Las cooperativas de consumo brindan servicios a unos 250.000 socios ypermiten el trabajo de unas 1200 personas.

En relación a las cooperativas de vivienda éstas han logrado solucionesde vivienda a unas 18.000 familias mientras que las cooperativas de produc-ción han generado unos 10.000 puestos de trabajo que han representado el5% o 6% de la PEA aproximadamente.

En materia de empleo directo total generado por las cooperativas de cual-quier tipo no existen estudios específicos sobre el tema. En los años 1993 untrabajo del Centro Cooperativista Uruguayo6 estimaba en 17.300 el total depuestos de trabajo que habían sido creados por las cooperativas. Desde nues-tra percepción es posible que las cifras actuales se mantengan cercanas a eseguarismo si se considera la crisis general que atraviesa el país.

RELACIÓN DEL COOPERATIVISMO CON EL ESTADO

Pese a la antigüedad del movimiento cooperativo uruguayo (debe recordarseque se han registrado formaciones cooperativas desde 1870 y la primer cartaConstitucional del País es de 1830), puede afirmarse que sus relaciones con elEstado están aún en construcción. En efecto, los impulsos de alguna maneraconvulsivos de la legislación nacional y la propia acción de los actores coope-rativos no han logrado consolidar espacios de articulación satisfactorios, almenos a juicio de las organizaciones representantes del universo cooperativodel Uruguay.

Sin embargo es necesario recordar algunos antecedentes que en sumomento concentraron la articulación del cooperativismo con el Estado. Asífuncionó hasta avanzados los años 80 en la órbita del Ministerio de Trabajo ySeguridad Social la Dirección de Cooperativas. También en el Ministerio deGanadería Agricultura y Pesca existió una unidad especializada en el rela-cionamiento con las cooperativas.

Hoy por hoy las relaciones de las cooperativas con el Estado se encuentran

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fragmentadas en múltiples vínculos, básicamente de contralor. En marzo de1991 se creó por Decreto7 la Comisión Honoraria del Cooperativismo que fun-cionaría en la órbita de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Integradapor cinco miembros, tres de ellos designados por el Presidente de la Repúbli-ca, y otros dos designados también por el Presidente pero seleccionados deuna nómina de seis a sugerencia de la Confederación de Cooperativas, suscometidos serán: velar por el cumplimiento de los principios cooperativos;promover y fomentar el desarrollo del movimiento cooperativo; asesorar ycolaborar en la implementación de una política nacional; brindar asistenciatécnica a las cooperativas, organizar un servicio estadístico y de difusión co-operativos, analizar y proponer reformas en materia del marco normativo.

De estas intenciones compartidas por todos, pese a algunos avances, noes mucho lo que se ha concretado. Luego de este primer período de creaciónfue desactivada por la vía de los hechos, por el nuevo gobierno, al no nom-brarse nuevos representantes. En diciembre de 2000 comenzó a trabajar ungrupo, que fue formalizado como Comisión Honoraria en julio de 2001. Noobstante este nuevo impulso la actividad de la comisión aún es deficitaria,constatándose al momento de elaborar este informe que se encuentra sinactividad, entre otros factores por renuncia de algunos de sus miembros.

La posición de la CUDECOOP frente a este tema es de extrema claridad:constituir una comisión coordinadora de la acción cooperativa (ComisiónSectorial) en la órbita de OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto). Esteorganismo… de integración mixta se responsabilizaría por la elaboración depropuestas de desarrollo estratégico y la coordinación de los actuales orga-nismos gubernamentales con responsabilidad en la materia cooperativa8”.Con el mismo carácter se propugna por la rápida normalización del funcio-namiento de la Comisión Honoraria, dotándola de los recursos necesarios.

A propósito de las relaciones entre el Estado y las cooperativas, en undocumento reciente,9 el presidente de la confederación expresa: “Las dificul-tades, al respecto, derivan de una legislación inapropiada, arcaica y fragmen-taria… y una segmentación de las relaciones entre Estado y Cooperativas queimpiden el desarrollo de una política nacional…” ; “La función de promoción(referida a la Comisión Honoraria) nunca se ha cumplido sistemáticamente,no existiendo ningún otro órgano específico para ejecutarla”. Se “requiere …de información básica para decidir áreas a profundizar (datos estadísticos) yla vinculación con el sistema educativo… supone una coordinación entre losdistintos Ministerios y organismos públicos relacionados”. “La función decontralor se encuentra en un estado caótico, facilitando la aparición depseudo-cooperativas10 y la distorsión del funcionamiento de las originaria-mente auténticas”. Esta breve trascripción, da cuenta del estado del arte delas relaciones objeto de este capítulo al menos desde la percepción del actorque nos ocupa. Para enfrentar estas dificultades entre otras el movimiento através de sus representantes insiste en la concreción de una vieja aspiracióncomo es la Ley General de Cooperativas, señalándose que no existe situaciónsimilar en América Latina.

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En términos operativos cada modalidad cooperativa tiene sus organismosde contralor por parte del Estado. El Registro de las cooperativas se realiza algestionar estas su personería jurídica; cuestión que debe efectivizarse en elRegistro Público y General de Comercio.

Las actividades de contralor en gran parte están hoy concentradas en laAuditoría Interna de la Nación, organismo dependiente del Ministerio deEconomía y finanzas. El decreto 223/98 encomendó a este organismo lasfunciones de contralor, exceptuando a las cooperativas agrarias. Este hechoha generado preocupación entre los especialistas dado que entienden queeste decreto pone énfasis en los niveles económicos y los registros contables,siendo deseable que estos se integren con los aspectos sociales y legales,dado que las cooperativas expresan la conjunción de intereses de personas yempresa.

Por su parte las cooperativas agrarias están reguladas desde el Ministeriode Agricultura Ganadería y Pesca. Las Sociedades de Fomento Rural, tienenun control delegado en la Comisión Nacional de Fomento Rural.

Como en el caso de las agrarias ya mencionados, los ministerios respec-tivos, según modalidad, tienen algún tipo de ingerencia en el contralorcooperativo. Las de Vivienda por el Ministerio homónimo. Las de Consumo,por la Auditoría Interna y los organismos encargados de controlar el expen-dio de comestible, (Bromatología municipal); las de salud, por el ministeriorespectivo; las de producción, además de los controles generales (Banco dePrevisión Social, que controla a todas las cooperativas) por los respectivospropios del rubro de operaciones. Así por ejemplo las cooperativas de produc-ción cuyo rubro de actividad es el servicio de transporte (taxis u ómnibus) sonreguladas o por el Ministerio de Trasporte y Obras Públicas y/o por las depen-dencias Municipales en las que operan. Las de ahorro y crédito, además delos organismos ya mencionados están reguladas por el Banco Central.

En un trabajo del que participó la Universidad de la República (Ramela,1997) se constató que de catorce (14) organismos públicos relevados, los datosno estaban desagregados para analizar la variable cooperativa; la existenciade información no procesada y por tanto no disponible; existiendo ademáspara varios casos, información, que amparada por normas de secreto o reser-va no puede ser procesada para comprender a cabalidad el sector.

Otro hecho significativo de las relaciones que denominamos convulsivasdel cooperativismo con el Estado es la creación en diciembre de 1999 de unacomisión especial que trataría el tema de las relaciones laborales en lascooperativas. Esta comisión (La Hoja, marzo-abril 2000:11) funcionaría en elámbito del Ministerio de Trabajo, invitándose a participar también a repre-sentantes de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto; el Ministerio deEconomía y Finanzas y el Banco de Previsión Social. La información dispo-nible da cuenta que esta comisión sólo avanzó hasta la designación de losrepresentantes ministeriales.

Desde otra perspectivas es necesario indicar que la CUDECOOP integravarios ámbitos de relacionamiento con organismos públicos, entre ellos

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mencionamos: Grupo Promotor por el Desarrollo de Montevideo11; ComisiónSocial Consultiva de la Universidad de la República (organismo asesor de laUDELAR); Grupo La Paloma12; Foro Consultivo Social y Económico delMERCOSUR.

EDUCACIÓN Y COOPERATIVISMO

Distinguimos para este apartado las actividades de educación realizadas des-de el ámbito privado que coincide mayoritariamente con actividades que enforma simplificada podríamos denominar como no formal y las que provie-nen desde el ámbito público.

En este sentido debe reconocerse que para el tema las dinámicas principa-les han provenido desde el propio ámbito cooperativo (privado), seguido conrezago por las instituciones de formación pública. Dos organizaciones desta-can – sin perjuicio de admitirse que son varias las organizaciones no guber-namentales que participan de actividades con cooperativas – El CentroCooperativista Uruguayo (CCU) y la Unidad Técnica de Formación Coopera-tiva (UTF) que funciona en el seno de la CUDECOOP.

Por su parte las propias federaciones en distintos momentos organizansegún, demandas específicas y recursos disponibles cursos de capacitaciónque procuran responder a su público objetivo. En los últimos años, incluyen-do el saliente, las federaciones que se han mostrado más activas en la organi-zación de capacitación específica son la Federación de Cooperativas deProducción del Uruguay y la Federación de Cooperativas de Ahorro Previo.

UNIVERSIDAD Y COOPERATIVISMO

A partir del año 1985, con la recuperación de la democracia en el país y enparticular con la recuperación de la Universidad de la Republica, se abre untiempo de profundo debate acerca de cual debería ser el papel, el rol que lecorrespondía a la Universidad en la reconstrucción del país.

Se sistematizó en el ámbito interno de la Universidad las actividades quese realizaban vinculadas al sector cooperativo en el espacio de sus tresfunciones, Enseñanza, Investigación y Extensión; se estableció un vínculoinstitucional con el sector, que en ese momento se encontraba nucleado en laMesa Intercooperativa (hoy la CUDECOOP)

Para la realización efectiva de lo anterior, el Consejo Directivo Centralde la Universidad de la creó la Comisión Universitaria de Cooperativismointegrada por representantes de todas las dependencias que se vinculaban alsector.

Esta Comisión abrió distintas instancias de participación y colaboracióncomo ser: el desarrollo de un Cursillo de Cooperativismo en el cual participa-ron universitarios y cooperativistas y que luego fuera publicado en 1987 porla Fundación de Cultura Universitaria. En ese tiempo se firmaron Conveniosde cooperación técnica y científica con el Ministerio de Trabajo y Seguridad

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Social (MTSS). La Universidad además desarrolló un curso de actualizacióndocente en cooperativismo y a nivel de Extensión múltiples intervencionesen Montevideo y en el interior del país.

En este contexto, la Universidad avanzó en medidas tendientes a institu-cionalizar sus acciones en el campo del cooperativismo. En este sentido hayque señalar tres hechos singulares. Los mismos son, la realización del PrimerCenso Nacional de Entidades Cooperativas, una investigación sobre la inci-dencia del Cooperativismo en la economía nacional, y la creación de laUnidad de Estudios Cooperativos.

El tercer hecho mencionado es la creación de la Unidad de EstudiosCooperativos en el ámbito de la División de Extensión y Actividades en elMedio. Esta Unidad tiene por objetivos programar, coordinar y realizar acti-vidades de docencia, investigación y extensión universitarias en el área delcooperativismo.

En la actualidad la Unidad de Estudios se encuentra en un proceso deredefinición. Cuenta solamente con un Docente rentado por la Universidad ydispone de un magro presupuesto que le asigna del Servicio Central deExtensión y Actividades en el Medio. A su vez, a la interna de la Universidad,se ha conformado un grupo de trabajo de carácter voluntario compuesto pordocentes, estudiantes y egresados de múltiples disciplinas con el objetivo dedesarrollar y promover las actividades para las cuales fue creada la Unidad.

PROBLEMAS Y POTENCIALIDADES DEL COOPERATIVISMO

Para la síntesis de este capitulo incorporamos: algunos elementos del auto-diagnóstico realizado por el propio movimiento expresados en diversosdocumentos, la perspectiva de los técnicos y estudiosos que dependiendodel tipo de trabajo aportan visiones acerca de los problemas que padece elcooperativismo en general o alguna modalidad específica.

En un documento de la Unidad Técnica de Formación Cooperativa13 con-cretamente del Programa Regional de Dirigentes Cooperativistas de Uruguay yParaguay, se realiza un diagnóstico preciso, que aunque en alcance incluye tam-bién a Paraguay, por lo profundo y breve transcribimos en algunos párrafos:

“El problema principal se centraría en que… las organizaciones de losmovimientos cooperativos, …no se han actualizado y evolucionado de acuer-do con las exigencias de los tiempos, presentando debilidades relativas y unescaso número de dirigentes y funcionarios con suficiente formación paracumplir plenamente con su misión”.

Las causas se pueden ubicar en tres vertientes, que se resumen a conti-nuación :

– Carencias o desactualización en los conocimientos y habilidades; falta derespaldo técnico; problemas de dedicación; y falta de propuestas bien fun-damentadas y debidamente respaldadas.

– Organizaciones con debilidades relativas que no les permiten influir enacuerdos y negociaciones a nivel nacional, así como en procesos de integra-

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ción regional; reducido aprovechamiento de las ventajas comparativas delcooperativismo para constituirse en actores relevantes de las iniciativasde descentralización y de desarrollo local; organizaciones que no han afron-tado los cambios estructurales y de gestión necesarios; lineamientos degestión asociativa y empresarial no definidos, asumidos o ejercidos efecti-vamente; resistencia al cambio y/o falta de equilibrio en la renovación delos cuadros dirigenciales; reducida presencia de mujeres y jóvenes en losniveles de dirección y gerenciales de las organizaciones; y resistencia a laintegración a nivel nacional, regional e internacional.

– Escaso número de dirigentes y funcionarios con suficiente formación, comopara dirigir y gestionar las organizaciones cooperativas …, basado en políti-cas de educación no suficientemente explicitadas o no aplicadas en la prác-tica; reducida participación de dirigentes y funcionarios de los nivelesjerárquicos en las actividades de capacitación que se les ofrecen; falta demotivación o de interés en la formación en los aspectos asociativos y em-presariales; escasez de tiempo para asistir a los eventos de capacitación;visión de la capacitación como un gasto en lugar de una inversión; y escasoconocimiento del desarrollo de experiencias realizadas por organizacionessimilares.

El principal trabajo sobre los rasgos del movimiento cooperativocontemporáneo es el Censo de Entidades Cooperativas “Primer relevamientonacional de entidades cooperativas – 1989”. Este trabajo fue retomado porA. Errandonea y M. Supervielle “Las cooperativas en el Uruguay – análisissociológico del primer relevamiento nacional de entidades cooperativas” (Fun-dación de Cultura Universitaria) y continúa siendo el material más importantepara analizar en forma objetiva nuestro movimiento cooperativo.

Es cierto que la penetración del cooperativismo en el país es muy signifi-cativa, el Censo arrojó que en 1989 el Uruguay tenía aproximadamente unas600.000 afiliaciones a Cooperativas, algo así como el 20% de la población to-tal. Representaba entonces un poco más del 29% de los mayores de 18 (die-ciocho años o más). Llega a ser para ese año el 54% de la PEA (poblacióneconómicamente activa).

A grandes rasgos, se presenta a continuación un resumen de las Fortale-zas, Debilidades, Amenazas y Oportunidades del Cooperativismo Uruguayo.

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DEBILIDADES

– Falta de experiencia en los aspectosvinculados al desarrollo comercial,fundamentalmente hacia el exterior.

– Desigualdad en el grado departicipación e involucramiento delas instituciones miembro deCUDECOOP

– Falta de articulación e ínter-cooperación entre las organizaciones.

– Problemas de renovación dedirigentes, problemas de capacita-ción y de dedicación

– Insuficiente capacidad de propuesta.– Lentitud en la toma de decisiones.– Insuficiente difusión del modelo

cooperativo.– Marco jurídico inadecuado e

insuficiente.

FORTALEZAS

– La gran trayectoria del movimientocooperativo uruguayo, que tiene másde 100 años de experiencias en losocial y económico. Además de lagran penetración del movimiento enel país, que no solo se refleja en elnúmero de socios sino en la legitimi-dad reconocida en lo nacional.

– La gran diversidad de rubros y áreasa las que abarca. También su nivel deintegración, donde CUDECOOP juegaun papel muy importante al ser laúnica organización representativa detodo el movimiento.

– Liderazgo de las cooperativas enalgunos sectores específicos de laeconomía nacional.

– Buena capacidad de los recursoshumanos cooperativos. Existencia deprogramas específicos de capacita-ción en lo doctrinario y en losaspectos de gestión.

– Elementos importantes de autoidentificación.

– Estrechos vínculos institucionales enlo nacional (gremiales, organizacio-nes sociales, Estado, etc.) y en elplano internacional (ACI, ALCECOOP,etc.).

– Importante avance en el plano de laeducación ambiental. Aspecto quedistingue o comienza a distinguir alas empresas cooperativas, solidariascon el ambiente y los vecinos, frentea otro tipo de organizacioneseconómicas.

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OPORTUNIDADES

– Transformación del mapa político dela región. Posibilidad de generararticulaciones con el movimientocooperativo regional.

– Ser una legítima fuente de empleo enun marco de crisis del trabajo.

– Oportunidades abiertas tras laretirada del Estado de varios sectoresde la economía, desregulación,desmonopolización.

– Ser una vía probada de descentraliza-ción.

AMENAZAS

– Competencia abierta con empresasde todo el mundo. Presenciacreciente de multinacionales en elmarco de una apertura progresiva yde la integración regional.

– Dificultades en el sectoragropecuario. Falta de un modeloalternativo e integrado al resto delmovimiento cooperativo.

– Políticas económicas y sociales queprovocan:

– Indiferencias gubernamentalesrespecto a las propuestas de desarro-llo del movimiento cooperativo.

– Concentración de capitales y deinformación.

– Preeminencia de mensajesindividualistas que desvalorizan lasalternativas solidarias.

– Insuficiente apoyo estatal ydescoordinación de sus políticas deapoyo y asistencia.

– Marco jurídico inadecuado einsuficiente.

CONCLUSIÓN

El cooperativismo uruguayo se caracteriza entre otros aspectos por:

– La precocidad de su surgimiento y el diverso desarrollo. En este sentido, comoconsta en la investigación que apoya este artículo, apenas 35 años después de lapionera cooperativa surgida en Rochadale el Uruguay registra antecedentes rele-vantes de cooperativas de trabajadores.

– Otro elemento diferencial con otros países del continente es su alto índice depenetración. Como es sabido prácticamente una tercera parte de la poblacióndel país participa o esta vinculado a alguna cooperativa.

– El pluralismo y tolerancia ideológica, han permitido construir un movimientocooperativo articulado en tercer grado. Este elemento no es nada menor, en lamedida que como se ha visto el sector cooperativo es considerado como un ac-tor social de relevancia y por tanto convocado o convocante activo en la consultay construcción de la política pública.

– Su vinculación temprana con organizaciones sociales en particular sindicatos yorganizaciones de índole gremial.

– Finalmente, desde la perspectiva del responsable de este articulo, el cooperati-vismo uruguayo en general puede considerarse una promesa de movimientosocial. La actuación cooperativa hasta el momento, registra avances de carácterespasmódico, irregulares, en donde buena parte de su desarrollo ha estado enmanos de las apoyaturas externas y la receptividad de los actores políticos deturno.

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NOTAS

1. Documento “Las cooperativas en el nuevo escenario nacional”. D. Gutiérrez. No-viembre / 02. Véase también el trabajo de la Cra. Inés Vásquez en las jornadas sobrelegislación cooperativa: Régimen de Contralor y Fiscalización de las Cooperativas.Controles Económicos-Financieros y Sociales. 2002

2. Actores Cooperativos en un contexto de retracción del sector publico. El caso uru-guayo. Alfredo Errandonea (h) – pg 7 a 16, en Revista de Ciencias Sociales No 9. FCU– Noviembre 1993.

3. FUCVAM – Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua.Creada en 1970 a instancias del Centro Cooperativista Uruguayo (CCU)

4. FECOVI – Federación de Cooperativas de Vivienda. Creada en 1984 en plena la sali-da democrática, reúne a las cooperativas por ahorro previo. Su antecedente inme-diato data de principios de los 70, aunque es disuelta por la dictadura en 1975.

5. El Cooperativismo en Uruguay y Rol de la Confederación de Cooperativas. Ponenciapresentada ante FUCVAM Noviembre de 2000.

6. Cooperativismo en Uruguay. Comité For The Promotion And Advancement OfCooperatives (COPAC – FAO). Abril 1993. Estos datos, no obstante, no pueden serconsiderados confiables dado las múltiples ausencias en su construcción.

7. Decreto 128/91 del 6/3/91. Conforme al Art. 230 de la Constitución.8. Propuestas de CUDECOOP al Presidente de la República. 2000.9. Las cooperativas en el nuevo escenario nacional. Esc. Danilo Gutiérrez. Presidente

de CUDECOOP. Ponencia presentada en el Seminario sobre Cooperativas y Pymes.Noviembre 2002.

10. A propósito de esta preocupación, CUDECOOP, emitió en noviembre de 2001 uncomunicado de prensa en la que denuncia el fenómeno de las “cooperativas tru-chas”.

11. Este grupo integrado entre otros por las Cámaras de Industrias, Comercio; Inten-dencia Municipal de Montevideo; la Universidad de la República, La Universidad,ORT, etc. Tiene como propósitos el desarrollo y la promoción de diversas áreas deMontevideo. Este grupo participó activamente del Plan de Ordenamiento territorialde Montevideo.

12. Este grupo de trabajo funciona desde 1993, integrado por personalidades de diversasorganizaciones sociales, económicas y políticas (Intendentes municipales, técnicos,organizaciones no gubernamentales etc.) procura contribuir a la descentralizacióny el desarrollo local.

13. Proyecto Programa Regional de Dirigentes Cooperativistas de Uruguay y Paraguay.1997/Dic 1999. Mimeo.

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PANORAMA DO COOPERATIVISMOBRASILEIRO: HISTÓRIA,CENÁRIOS E TENDÊNCIASEmanuel Sampaio Silva (UFRPE), Inessa L. Salomão (UFRJ),Jimmy Peixe McIntyre (UFRPE), João Guerreiro (UFRJ),Maria Luiza Lins e Silva Pires (UFRPE), Paulo PeixotoAlbuquerque (UNISINOS), Sandra S.S Bergonsi (UFPR),Sidney da Conceição Vaz (UFPR)

RESUMO • Resultado de um trabalho conjunto desenvolvido por pesqui-sadores de quatro instituições de ensino superior do Brasil: – Universida-de Federal Rural de Pernambuco – UFRPE (coordenadora da pesquisa),Universidade Federal do Paraná – UFPR, Universidade do Rio de Janeiro –UFRJ e Universidade Vale dos Sinos – UNISINOS, este trabalho tem comoobjetivo proporcionar uma visão geral do movimento cooperativo brasi-leiro, a partir de três dimensões: a primeira consiste na contextualizaçãodo movimento, tomando como referência os principais fatos históricosresponsáveis pela sua evolução. Em seguida, descreve-se o quadro atual docooperativismo nacional, a partir de uma análise quantitativa e qualitativa.Por fim, com base nos dados, identifica-se algumas das perspectivas e ten-dências do cooperativismo no Brasil. Em decorrência da grande extensãoterritorial do Brasil e das especificidades regionais, optou-se por estruturara pesquisa a partir da divisão geopolítica: Norte, Nordeste, Sul, Sudeste eCentro-Oeste. Para isso, foram pesquisados acervos bibliográficos, docu-mentos públicos e privados e consultas a Internet. A pesquisa contou ain-da com um conjunto de dados secundários, coletados em organizaçõesrepresentativas do setor. Esses dados foram sistematizados, tendo comoreferência a discussão teórica sobre o assunto. Tendo em vista a incipientee fragmentada fonte de dados sobre o cooperativismo brasileiro, a impor-tância maior deste trabalho reside no esforço de sistematização desses da-dos, por uma equipe de pesquisadores que tem no cooperativismo a suafonte principal de investigação teórica. Na verdade, para a Rede Cooperati-va núcleo Brasil, construir este cenário sobre o cooperativismo representoumais do que um mero exercício baseado em critérios econômicos, ou emcategorias sociológicas, mas a possibilidade de revisão de conceitos e idéi-as, vislumbrando uma nova compreensão do cooperativismo a partir dosseus limites e de suas possibilidades concretas. Por isso, discutir o “Pano-rama do Cooperativismo Brasileiro” passou a ser tarefa necessária parapropor uma nova pedagogia política que busque alternativas de supera-ção do desequilíbrio sociopolítico nas diferentes regiões do País, mesmoporque no repensar o sistema cooperativista se objetiva o efetivo respeitoao pluralismo, a tolerância e ao diálogo. Valores-chaves da propostaassociativa e cooperativista. Ademais, estima-se que os resultados aqui

REGIÃO CONE SUL (parte norte)

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discutidos possam trazer subsídios ao movimento cooperativo e às ins-tâncias políticas, revitalizando as práticas sociais e, dentro dos seus limi-tes, contribuindo o êxito do movimento cooperativo brasileiro.

RÉSUMÉ • C’est le résultat d’un travail conjoint développé par des cher-cheurs de quatre institutions de l’enseignement supérieur au Brésil: –l’Université Fédérale Rurale de Pernambuco – UFRPE (coordonnatrice dela recherche), l’Université Fédérale du Paraná – UFPR, l’Université de Riode Janeiro – UFRJ et l’Université Vale dos Sinos – UNISINOS, ce travail acomme objectif de donner une vision générale du mouvement coopératifbrésilien à partir de trois dimensions: la première consiste à la mise enplace du mouvement, en prenant comme référence les principaux faitshistoriques responsables de son évolution. Puis, le cadre actuel du coopé-ratisme national est décrit à partir d’un analyse quantitatif et qualitatif.Enfin, en s’appuyant sur les données, certaines perspectives et tendancesdu coopératisme au Brésil sont identifiées. Dû à la grande extension duterritoire brésilien et des spécificités régionales, il a été choisi de structu-rer la recherche à partir de la division géopolitique : Nord, Nord-est, SudSud-est et Centre Ouest. Pour cela, des patrimoines bibliographiques, desdocuments publiques et privés ainsi que des consultations sur Internetont été utilisés. La recherche s’est appuyée aussi sur un ensemble dedonnées secondaires, rassemblées en organisations représentatives dessecteurs. Ces données ont été systématisées, en ayant comme référence ladiscussion théorique sur le sujet. Tout en tenant compte que la source desdonnées sur le coopératisme brésilien est naissante et fragmentée, la plusgrande importance de ce travail réside sur l’effort de systématisation deces données, par une équipe de chercheurs qui ont pris leurs sources prin-cipales de recherche théorique dans le coopératisme. En réalité, pour leRéseau Coopératif Noyau Brésil, construire ce scénario, sur le coopéra-tisme, a représenté plus qu’un simple exercice basé sur des critères écono-miques ou sur des catégories sociologiques, mais a donné la possibilité deréviser des concepts et des idées, en laissant entrevoir une nouvelle com-préhension du coopératisme à partir de ses limites et de ses possibilitésconcrètes. C’est pour cela, que discuter du «Panorama du CoopératismeBrésilien» est devenu une tâche nécessaire pour proposer une nouvellepédagogie politique qui recherche des alternatives de dépassement dudéséquilibre sociopolitique dans les différentes régions du pays, de lamême façon, parce qu’en reconsidérant le système coopératiste, le respecteffectif au pluriel est objectivé ainsi que la tolérance et le dialogue (desvaleurs clés de la proposition associative et coopératiste). De plus, il estestimé que les résultats qui sont discutés peuvent apporter des bénéficesau mouvement coopératif et aux instances politiques, en revitalisant lespratiques sociales et, à l’intérieur de ses limites, contribuer au succès dumouvement coopératif brésilien.

ABSTRACTS • The result of a joint project developed by researchers fromfour institutions of higher education in Brazil – the Federal Rural Univer-sity of Pernambuco – UFRPE (research project coordinator), the FederalUniversity of Paraná – UFPR, Rio de Janeiro University – UFRJ and Vale dosSinos University – UNISINOS – this project consists in providing an over-view of the Brazilian cooperative movement from three perspectives: thefirst consists in situating the movement within the historical context that

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explains its evolution. Then, the present framework of national coopera-tivism is described on the basis of a qualitative and quantitative analysis.Finally, building upon the gathered data, some of the perspectives andtrends on cooperativism in Brazil are identified.

As a result of Brazil’s great territorial extension and of its regionalsingularities, the research was structured according to the following geo-political divisions: the North, the Northeast, the South, the Southeast andthe Center-west regions. This involved researching bibliographical sources,public and private documents, and Internet inquiries. Moreover, this inves-tigation relied on a set of secondary data, collected within organizationsrepresentative of the cooperativistic sector. These data were systematized,keeping the theoretical discussion as a reference on the matter. Consideringthe incipient and fragmented source of data about Brazilian cooperativism,the value of this project resides in the effort of systematizing the data, witha team of researchers that consider cooperativism their principal subjectof theoretical research. To be sure, the construction of this framework oncooperativism by the Rede Cooperativa núcleo Brasil [Brazil-based coopera-tive network], was more than a simple exercise based on economic criteriaor sociological categories, as it presented the possibility to revise the con-cepts and ideas that provided for a new understanding of cooperativism, onthe basis of its actual limits and possibilities. For this reason, discussingthe “Panorama of Brazilian Cooperativism” has become necessary in orderto propose a new political pedagogy that seeks alternatives to overcomethe sociopolitical disequilibrium in the different regions of the Country.Rethinking the cooperativistic system implies giving respect to pluralism,tolerance and dialogue, and to the key values of the associative andcooperativistic proposal. In addition, it is believed that the results herediscussed could generate subsidies for the cooperative movement and forthe political instances, which would revitalize the social practices, andwithin its limits, contribute to the success of the Brazilian cooperativemovement.

RESUMEN • Resultado de un trabajo conjunto desarrollado por investi-gadores de cuatro instituciones de enseñanza superior del Brasil: –Universidade Federal Rural de Pernambuco – UFRPE (coordinadora de lainvestigación), Universidade Federal do Paraná – UFPR, Universidade doRio de Janeiro – UFRJ y Universidade Vale dos Sinos – UNISINOS, estetrabajo tiene como objetivo proporcionar una visión general del movi-miento cooperativo brasileño, a partir de tres dimensiones: la primera con-siste en la contextualización del movimiento, tomando como referencialos principales hechos históricos responsables de su evolución. Ensegui-da, se describe el cuadro actual del cooperativismo nacional, a partir deuna análisis cuantitativo y cualitativo. Finalmente, con base en los datos,se identifican algunas de las perspectivas y tendencias del cooperativismoen el Brasil. Como consecuencia de la gran extensión territorial del Brasil yde las especificidades regionales se optó por estructurar la investigación apartir de la división geopolítica: Norte, Noreste, Sur, Sureste y Centro-Oeste. Para eso, fueron investigados acervos bibliográficos, documentospúblicos y privados y consultas en Internet. La investigación contó tam-bién con un conjunto de datos secundarios, colectados en organizacionesrepresentativas del sector. Esos datos fueron sistematizados, teniendocomo referencia la discusión teórica sobre el asunto. Tomando en cuenta

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la incipiente y fragmentada fuente de datos sobre el cooperativismo brasi-leño, la importancia mayor de este trabajo reside en el esfuerzo de siste-matización de esos datos, por un equipo de investigadores que tienen enel cooperativismo su fuente principal de investigación teórica. En verdad,para la Red Cooperativa núcleo Brasil, construir este escenario sobre elcooperativismo representó más que un mero ejercicio basado en criterioseconómicos, o en categorías sociológicas, mas aun la posibilidad de revi-sión de conceptos e ideas, vislumbrando una nueva comprensión del coo-perativismo a partir de sus limites y de sus posibilidades concretas. Poreso, discutir el “Panorama del Cooperativismo Brasileño” pasó a ser tareanecesaria para proponer una nueva pedagogía política que busque alter-nativas de superación del desequilibrio sociopolítico en las diferentes re-giones del País, incluso porque el repensar el sistema cooperativista seobjetiva el efectivo respeto al pluralismo, la tolerancia y al diálogo. Valoresclave de la propuesta asociativa y cooperativista. Además, se estima quelos resultados aquí discutidos puedan traer subsidios al movimiento co-operativo y a las instancias políticas, revitalizando las prácticas sociales y,dentro de sus limites, contribuyendo al éxito del movimiento cooperativobrasileño.

1. EVOLUÇÃO E IDENTIDADE JURÍDICADO COOPERATIVISMO BRASILEIRO

As primeiras experiências do cooperativismo brasileiro remontam ao final doséculo XIX, com a criação da Associação Cooperativa dos Empregados, em1891, na cidade de Limeira-SP, e da Cooperativa de Consumo de Camaragibe– Estado de Pernambuco, em 1894. A partir de 1902, surgem as primeirasexperiências das caixas rurais do modelo Raiffeisen, no Rio Grande do Sul e,em 1907, são criadas as primeiras cooperativas agropecuárias no Estado deMinas Gerais (OCB, 1996).

A literatura acusa um florescimento da prática cooperativa brasileira apartir de 1932, motivada por dois pontos: a) o estímulo do Poder Público aocooperativismo identificando-o como um instrumento de reestruturação dasatividades agrícolas; b) promulgação da lei básica do cooperativismo brasi-leiro, de 1932, passando a definir melhor as especificidades daquele movi-mento diante de outras formas de associação (Pinho,1996).

No Brasil, as cooperativas agrícolas, ao longo da primeira metade do sé-culo XX, não apenas se mostraram como as mais importantes em termos devolume de negócio como também foram as principais responsáveis pela di-fusão do ideário cooperativista no país. Ademais, a literatura acusa que oreferido ideário cooperativista ou conjunto teórico doutrinário do movimen-to foi utilizado como instrumento ideológico do Estado, a serviço de um Esta-do conservador e autoritário1.

Atualmente, o cooperativismo brasileiro é amparado pela Lei n. 5.764, de16 de dezembro de 1971, que exige um número mínimo de 20 sócios para asua constituição e é representado, formalmente, pela Organização das Coo-perativas Brasileiras (OCB) em nível nacional e da Organização Estadual deCooperativas (OCE), em nível de cada Unidade da Federação.

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A Lei n. 5.764/71 está estruturada em 117 artigos contidos nos seusdezoito capítulos. O Artigo 4 do Capítulo II da referida Lei define as coopera-tivas como “sociedades de pessoas, com forma e natureza jurídica próprias,de natureza civil, não sujeitas à falência, constituídas para prestar serviçosaos associados (…)”. E o Artigo 79 do CapÍtulo XII define os atos cooperativoscomo sendo “os praticados entre as cooperativas e seus associados, entre es-tes e aqueles e pelas cooperativas entre si quando associados, para a conse-cução dos objetivos sociais”.

Tanto a lei específica sobre o cooperativismo de 1971 quanto a criação daOCB em 1969 ainda que tenham permitido uma maior definição das especifi-cidades das cooperativas no Brasil, representaram forte ingerência do Estadono funcionamento destas organizações. Há de se salientar, nesse sentido, queo panorama político-institucional do momento era de ditadura militar.

Um outro aspecto legal a ser destacado foi a criação da Lei no 9.867, de 10de novembro de 1999, que criou e normatizou as cooperativas especiais, asquais são destinadas a auxiliar pessoas em “situação de desvantagem” a seinserirem no mercado 2.

Porém, desde a aprovação da Constituição de 1988, a prática cooperativase desvincula do Estado e vários projetos de lei passam a tramitar pelo Con-gresso Nacional com o propósito de alterar a Lei 5.764/713. Pretende-se, comisso, ampliar as margens de ação diante de um mercado globalizado e dimi-nuir “brechas legais”, de forma a inibir práticas fraudulentas das chamadas“cooperativas de fachada” (Pires, 1999).

Na verdade, discute-se, hoje, na literatura que a legislação cooperativavem sendo modificada no mundo inteiro como forma de atender às novasexpectativas econômico-produtivas, de modo a permitir maior flexibilidadedo movimento frente às novas conjunturas de mercado (Zevi & Campos, 1995;Pires, 1999; Pires&Cavalcanti, 2000). No caso brasileiro, o esforço de revita-lização das práticas cooperativas se inscreve dentro de um movimento maisamplo de modernização das atividades e de ampliação da democracia, e ganharessonância com as discussões sobre economia solidária / terceiro setor. Estas,aliás, vêm sendo a tônica dos discursos da academia e dos órgãos de repre-sentação do cooperativismo. Tal perspectiva se distancia daquela observadanos anos 80 quando a literatura foi pródiga em denunciar o movimentocooperativista do país dentro das diretrizes de uma “modernização conserva-dora” em que o Estado atuava de forma autoritária e centralizada4. Esse mo-delo de modernização foi acusado pela literatura de favorecer médios egrandes agricultores voltados à cultura de exportação, em detrimento de umaagricultura de subsistência desenvolvida pela agricultura de base familiar(Schneider,1981). O modelo adotado no Brasil, à semelhança de outras expe-riências na América Latina, utilizou o cooperativismo como instrumento decontrole social e político. Como bem observa Rios (1987), diferentemente daEuropa onde o cooperativismo surge como uma forma de organização prole-tária, no Brasil, ao contrário, representa a promoção das elites políticas e agrá-rias. Eis a razão pela qual, como observa com muita propriedade Develtere

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(1998:11), muitas dessas experiências representaram “grandes esperanças elamentáveis fracassos”.

Ainda que tenha havido, predominante, um caráter conservador naimplementação do cooperativismo brasileiro, pode-se dizer, ainda assim que,devido a grande extensão territorial e uma política que acentuou as desigual-dades regionais, não se pode falar de um único cooperativismo no país. Assimsendo, como assinala Schneider (1981; 19), a distribuição desigual da presen-ça e do peso econômico do cooperativismo expressa a “dinâmica do modelode acumulação de capital vigente no país, cuja característica fundamental é odesenvolvimento desigual da sociedade brasileira” ou ainda, como exemplificaRios (1987):

“Existe um cooperativismo de elites e um cooperativismo dos pés-no-chão; umcooperativismo legalizado, letrado e financiado e um cooperativismo ‘informa’l,‘sem lei e sem documento’, não financiado e mesmo reprimido. O cooperativismonão está pois ‘imune’ à divisão da sociedade em classes”.

A diferença regional do cooperativismo brasileiro foi motivada, dentreoutros fatores, pela forte influência de imigrantes – alemães, italianos e japo-neses – instalados nas regiões Sul e Sudeste, muitos dos quais já traziam algu-mas experiências no campo do associativismo, servindo de base para aestruturação do cooperativismo em bases competitivas.

Finalmente, mesmo que as práticas cooperativas brasileiras ainda ex-pressem algumas discrepâncias – resultado de um modelo implementado decima para baixo, desvinculado das necessidades de amplos segmentos soci-ais – observa-se que o cooperativismo, enquanto idéia força, está ganhandoamplitude através de uma perspectiva positiva – sinalizando seu caráter deinclusão social – e não mais negativa pelo seu caráter excludente (que foi aótica do passado). Cinco fatores, especialmente – de ordem interna e externaao país – parecem contribuir para essa mudança de enfoque:

a) a revitalização dos conceitos e da prática cooperativa a partir de um balan-ço em relação às práticas do passado;

b) o crescimento do desemprego estrutural, estimulando a proliferação de or-ganizações de economia solidária;

c) o caráter competitivo da globalização que impõe práticas cooperativas comboa performance empresarial;

d) a flexibilização das relações de trabalho, estimulando práticas autogeridas; ee) a ampliação das discussões em torno dos conceitos de desenvolvimento

local e de idéia de economia social e terceiro setor.

Assim, a literatura brasileira atual desliga-se de uma tendência de de-núncia do insucesso de um modelo de implementação do cooperativismo erevela as preocupações em torno dos desafios impostos pela globalização,destacando a necessidade de adoção de modernização das práticas, daadoção de novos estilos de governança e de uma maior participação dosassociados na dinâmica da cooperativa para permitir uma inserção maisefetiva das cooperativas nos mercados globais.

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Todos esses fatores tendem a oxigenar as discussões sobre o coopera-tivismo, apontando os seus limites na atualidade enquanto projeto e práticade mudança social (Pires, 1999).

2. ESPECIFICIDADES REGIONAIS DO MOVIMENTO COOPERATIVO

O Brasil se caracteriza por uma vasta extensão territorial, estando subdividoem cinco regiões que apresentam perfis diferenciados no que diz respeito aoprocesso histórico de organização e estruturação do cooperativismo.

2.1 Região Norte

A região Norte do Brasil ocupa cerca de 45% do território nacional. Com den-sa floresta tropical, a ocupação territorial e a atividade econômica dessa re-gião foram condicionadas ao extrativismo vegetal e mineral ao longo da baciado rio Amazonas.

Neste contexto, no início do século XX, o movimento cooperativo vai seexpandir através das cooperativas extrativistas, sobretudo voltadas para aexploração da borracha. No entanto, apesar dessas cooperativas exploraremum produto de boa aceitação no mercado internacional elas vão se depararcom uma série de dificuldades para um desenvolvimento eficaz como: asgrandes distâncias, a dificuldade de deslocamento, a insuficiência dos meiosde transporte e a escassez de mercados consumidores provocada pelo poucopovoamento da região e pela falta de uma política governamental para o setor.

Somente a partir da década de 70, com a política governamental deintegração e povoamento da Amazônia, instala-se uma infra-estrutura naregião Norte capaz de favorecer o desenvolvimento econômico. Este fato pro-vocou a diversificação das atividades produtivas, possibilitando, concomi-tantemente, o surgimento de novas cooperativas agrícolas, de mineração ede trabalho.

Neste mesmo período, destaca-se ainda a política de apoio das organiza-ções não governamentais como apoio a organização dos povos indígenas donorte brasileiro em bases cooperativas. Surge, neste período, a cooperativa deborracha dos índios seringueiros Kaxinauá (população indígena mais nume-rosa do Estado), fundada em 1983, constituindo-se na primeira iniciativa des-te gênero. Em 1989, os índios Ashaninka se organizaram em cooperativa comvistas a comercialização – no mercado nacional e internacional – de mudasde plantas, óleo de murmuru e copaíba, artesanato e instrumentos musicais.

Não obstante, a ausência de uma política global de desenvolvimentoregional, bem como dificuldade das pequenas cooperativas acessarem recur-sos financeiros, equipamentos e a infraestrutura que lhes permitam melho-rar a sua capacidade de produção são algumas das razões que justificam aestagnação de algumas dessas experiências e dificultam a aparição de práti-cas dinâmicas e competitivas.

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2.2 Região Nordeste

A região nordestina caracteriza-se por ser uma região de contrastes, marcadopor forte heterogeneidade e complexidade não somente em termos de clima,vegetação, tipografia, cultura, mas, especialmente, em termos econômicos.Essa região convive, simultaneamente, com situações de extrema pobreza –típicas de países subdesenvolvidos – e com níveis de produção e consumosemelhantes aos dos países de capitalismo avançado (Garcia, 1984; Araújo,1997).

A história do cooperativismo nordestino, nesse contexto, evidencia osmesmos contrastes, reproduzindo um modelo concentrador e excludente queteve numa estrutura agrária voltada para o latifúndio e para o setor agro-exportador a sua base de sustentação.

Esse contexto estimulou, por outro lado, a criação de muitas cooperati-vas como fonte de poder e influência de uma classe dominante, mantendoem seus quadros dirigentes um grupo de poder local, em detrimento dosinteresses da ampla maioria dos cooperados que, em função de um nívelsócioeconômico desfavorecido, se reservavam a acatar as determinações dogrupo mais forte economicamente. Assim sendo, constata-se que, no casodas cooperativas do Nordeste, a autoridade e o poder foram exercidos histo-ricamente pelos dirigentes e não pelos seus associados nas assembléias.

Nesse sentido, grande parte das cooperativas rurais no Nordeste esteveorganizada a partir de uma estrutura de classes, na qual os postos de coman-do sempre estiveram preenchidos pelos grandes proprietários e pelas lide-ranças políticas locais e regionais, atendendo a benefícios de pessoas e degrupos específicos. Eis a razão pela qual, o cooperativismo nordestino foiidentificado como instrumento de controle do que de mudança social, tendoservido, muitas vezes, como instrumento de transferência de recursos finan-ceiros para os produtores (Rios, 1987; Mc Intyre, 1997).

Tais questões trouxeram repercussão direta para o campo da gestão dascooperativas agrícolas. A carência de planejamento a curto e médio prazo,associado a uma fraca capacidade de investimento de capital, utilização demão-de-obra sem qualificação e controle financeiro-contábil condicionaramum baixo nível de competitividade e conseqüentemente de capitalização dascooperativas, notadamente nas de pequeno porte (Vienney, 1980; Schneider,1981; Mc Intyre, 1997; Silva, 2000).

Todavia, estudos recentes minimizam o peso do contexto sócio-político-institucional na dinâmica de algumas experiências, sinalizando a capacidadede capitalização e de concorrência das empresas cooperativas em contextosde pouca tradição das práticas cooperativas (Pires, 1999). Isso é particular-mente possível a partir da adoção de um estilo de governança e de váriosarranjos empresariais possíveis como: introdução de novas tecnologias,ampliação de oferta do produto no mercado e adequação às exigências dita-das por clientes internacionais, via aprimoramento nos processos de quali-dade e sanidade dos produtos. Ainda segundo Pires (1999), o tipo de gestãodo empreendimento e nível de tecnologia adotado, o nível de participação

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dos associados, bem como seus compromissos em relação à empresa parecemser os fatores mais decisivos no sucesso do empreendimento. Assim, os seusestudos revelam que o cooperativismo agrícola tem servido como instrumen-to importante de integração produtiva às cadeias de alimentos numa econo-mia globalizada 5. Ainda para a autora, tal fato evidencia que o dinamismo deuma dada cooperativa, independentemente de onde ela se localize, vai serdefinida a partir da capacidade de organização da produção e do jogo derelações expressos entre as imposições produtivas globais e a capacidade derespostas em nível local. O que, como ressalta, não implica em desprezar opeso do aparato institucional, da legislação cooperativa e da cultura organiza-cional sobre a repercussão do cooperativismo.

Constata-se, hoje, no Nordeste, um esforço de revitalização das práticascooperativas, através dos diversos fóruns realizados em vários estados, nasua grande maioria promovidos pelas entidades representativas do coopera-tivismo e pelas universidades, sobretudo no que diz respeito à formação doseu quadro social e à capacitação dos seus dirigentes.

Assim, cada vez mais, as cooperativas, independentemente de onde es-tejam localizadas, terão que se capacitar e reformular suas práticas democrá-ticas no processo de auto-gestão, passando pela apropriação de ferramentasadequadas de gestão organizacional que lhes permitam ocupar um espaçode destaque no mercado local, regional e nacional.

2.3 Região Centro-Oeste

A região Centro-Oeste, após um período de ocupação que se baseou na ex-ploração do ouro, apresentou um grande período de estagnação, tendo poratividade econômica principal a agricultura extensiva.

Após a criação de Brasília e a transferência da Capital Federal na décadade 50, teve início uma nova fase de desenvolvimento regional, sobretudo nadécada de 80 com o surgimento do Programa de Cooperação Nipo-Brasileiropara o Desenvolvimento do Cerrado – PRODECER. Este programa impulsio-na, na região Centro-Oeste, o surgimento de uma série de iniciativas coope-rativas, tanto na área rural como na área urbana.

Neste mesmo período, cresce a demanda por habitações na nova capitalfederal e, apoiada por uma política governamental específica, começa a surgirum grande número de cooperativas habitacionais. O crescimento sócio-econômico também estimula o surgimento das cooperativas educacionais eagrícolas. Estas últimas resultantes de políticas públicas voltadas para a ocu-pação do cerrado da região Centro-Oeste.

Ainda nesta região, a formação de cooperativas agrícolas é também, emparte, atribuída a estratégia pela qual pequenos e médios agricultores da re-gião Sul e Sudeste utilizaram para o aumento da produção de commoditiescomo soja e milho, através do aumento da área cultivada. Ressalta-se tambéma importância do Programa e Desenvolvimento Agro-ambiental do Estado deMato Grosso – PRODEAGRO – no estímulo à organização em cooperativasdos pequenos produtores da região.

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Vale ressaltar, nesse sentido, que alguns estados do Centro-Oeste, dentreos quais o de Mato Grosso, estabeleceu políticas específicas para o coope-rativismo. Todavia, foi no Distrito Federal onde mais se legislou em prol doestabelecimento de normas legais de apoio ao cooperativismo, suscitandopolíticas públicas voltadas ao estímulo da criação de cooperativas.

Por fim, a discussão em relação ao papel do cooperativismo como agentepromotor do desenvolvimento regional tem resvalado na questão da aindaincipiente coesão e interação entre as cooperativas, dificultando uma partici-pação mais expressiva nas economias locais.

2.4 Região Sudeste

A região Sudeste caracteriza-se por sua importância social, política e econô-mica desde o início do século XX. No passado, foi a região onde esteve situadaa capital da república e a base econômica do país voltada para a produção docafé e do leite. Produção esta centrada basicamente em cima de grandes emédias propriedades rurais, permitindo a esta classe produtiva o controle dopoder político (Panzutti, 1997).

O modelo de produção e exportação de commodities na região proporcio-nou a capitalização dos produtores rurais, bem como o surgimento de novasatividades urbanas, constituindo-se a base para o processo de industrializa-ção nacional.

É neste contexto que se consolidam as experiências do cooperativismono Sudeste, agrupando, de um lado, uma classe de produtora rural detentorado poder econômico e político e, de outro, grupos de trabalhadores urbanosreunidos sob as cooperativas de consumo.

Considerada um dos berços do cooperativismo brasileiro, as primeirascooperativas da região sudeste remontam ao final do século XIX 6. Entretanto,o cooperativismo, nessa região, vai começar a se fortalecer em termossocioeconômicos a partir da década de 1920. Um importante ato constitutivodo cooperativismo ocorreu com a fundação do Banco Agrícola de Pirassu-nunga influenciando o cooperativismo de crédito em São Paulo que, desdeesta época, já começa a se apresentar como o mais importante Estado doSudeste sobre o tema cooperativista.

A fundação da Cooperativa Agrícola de Cotia (1927) deu um novo impul-so ao cooperativismo agrícola. Mais tarde, esta cooperativa que só comercia-lizava batatas, a partir da incorporação da Cooperativa de Hortaliças de Cotia(1934), a região torna-se o mais importante cinturão verde de São Paulo.

Nos anos 30, surgiu uma série de incentivos governamentais fiscais àscooperativas, como isenção de impostos que recaíam sobre atividades mer-cantis, isenção do imposto de renda e do imposto federal do selo para capitalsocial, livros de escrituração e documentos. Em 1933, foi criado o Departa-mento de Assistência ao Cooperativismo do Estado de São Paulo, primeiroinstituto oficial fundado na América Latina. Em 1938, através de um convê-nio entre o governo paulista e o federal, esse departamento ficou incumbidodas funções de Delegado da Diretoria de Organização de Defesa de Produção,

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do Ministério da Agricultura, para execução das leis sobre o cooperativismoem São Paulo.

Em termos nacionais, o Estado de São Paulo também influenciou o siste-ma cooperativo com o estabelecimento de incentivo à formação de coopera-tivas na Constituição Estadual de 1937.

Esse interesse do poder público pelo cooperativismo atrela-se às mu-danças que estavam ocorrendo no país, com a expansão da indústria nacio-nal, além da preocupação do Estado com o abastecimento do mercadointerno, em virtude das dificuldades advindas da II Guerra Mundial. A partirdaí, perseguindo a política de organização da produção e do consumo, surgi-ram várias cooperativas, em diversas áreas da região, incluindo as cooperati-vas agrícolas mistas e o modelo das cooperativas agroindustriais, todas como mesmo objetivo de abastecimento do mercado interno.

O governo federal, em fins dos anos 50, empenhou-se em organizar coo-perativas de produtores de café nos Estados de São Paulo e Rio de Janeiro,expandindo o cooperativismo deste setor para exportação. Entretanto, esteapoio acaba influenciando mais o cooperativismo agrícola no Estado de SãoPaulo do que no Rio de Janeiro. Isto vem explicar o salto de quatro cooperati-vas de produtores de café na década de 1950 para 27 na década de 1960.

A partir dos anos 70, o Estado passa a utilizar o cooperativismo comoinstrumento de modernização da agricultura, ou seja, para a expansão docapitalismo no campo impactando principalmente o cooperativismo agríco-la de São Paulo e de Minas Gerais. Os próprios órgãos de incentivo e apoioestruturaram esse novo perfil, mais moderno e empresarial. Preocupado emalicerçar as cooperativas agrícolas, segundo os moldes mais empresariais, ogoverno investiu em cursos de treinamento e preparação do corpo técnico eexecutivo das cooperativas, aglutinando os mecanismos do setor capitalistasem, todavia, perder a especificidade de uma sociedade cooperativa.

Observou-se, nesta década um processo de incorporação de fusão, sen-do que o processo de concentração predominou na agropecuária paulista.Além das fusões e incorporações, inicia-se uma tendência às cooperativas seassociarem a outras singulares, num processo de integração, com o objetivode complementarem os serviços prestados aos seus associados.

Consideradas por vários economistas como as décadas perdidas, 1980 ea década 1990, em termos de cooperativismo, podem ser apresentadas comoas do fenômeno de expansão das cooperativas de trabalho. Segundo Singer &Souza (2000), a reestruturação produtiva e a crise industrial dos anos 80 trou-xeram os primeiros grandes exemplos de cooperativas formadas por ex-funcionários que assumiam a massa falida das empresas onde trabalhavam,representam o principal fenômeno associado ao cooperativismo de trabalho.Assim, o crescimento expressivo das cooperativas de trabalho, o surgimentodas cooperativas associadas a empresas falimaliares e as cooperativas emassentamentos de trabalhadores sem-terra são os principais expoentes domovimento cooperativista na Região Sudeste nas duas últimas décadas doséculo XX.

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Cabe sublinhar nesta visão panorâmica do cooperativismo na RegiãoSudeste do Brasil, um movimento que se inicia em meados da década de1990 no Rio de Janeiro e alcança o país em menos de seis anos.

Em 1995, teve início o programa de extensão universitária da IncubadoraTecnológica de Cooperativas Populares (ITCP), originário da Coordenaçãodos Programas de Pós-Graduação de Engenharia da Universidade Federal doRio de Janeiro (COPPE/ UFRJ). O objetivo desta iniciativa era utilizar os recur-sos humanos e conhecimento da universidade na formação, qualificação e as-sessoria de trabalhadores para a construção de atividades autogestionáriascooperativas visando sua inclusão no mercado de trabalho (Guerreiro &Inessa, 1999; Guimarães, 1999).

O conceito que consubstancia este projeto parte do princípio de que auniversidade, quando responsável pela proposição e execução de um projetode intervenção econômica e geração de trabalho e renda, como as Incubado-ras Tecnológicas de Cooperativas Populares (ITCPs), acaba desenvolvendo deforma plena seus preceitos de extensão universitária (UNITRABALHO &ICCO, 2002).

Historicamente, então, o programa está intimamente relacionado a umabusca de resposta aos efeitos socioeconômicos gerados pelo movimento definanceirização da economia e pela reestruturação produtiva, somados àprivatização das empresas públicas brasileiras. Ou seja, conforme apresenta-do anteriormente no ponto relativo ao cooperativismo do ramo do trabalho,também as ITCPs visavam dar uma resposta aos trabalhadores desemprega-dos e aos que nunca conseguiram ser incluídos deste mercado de trabalho –os informais.

Pelo exposto anteriormente, observa-se algumas tendências para ocooperativismo no início do Século XXI. Um dos principais pontos levanta-dos pelos entrevistados foi a falta de uma maior qualidade dos profissionaisque atuam no gerenciamento das cooperativas. Outro ponto salientado foi adificuldade das cooperativas em se capitalizarem e obterem créditos paraconsolidar e ampliar suas atividades.

Se, por um lado, o cooperativismo agropecuário no Sudeste apresenta-secada vez mais profissionalizado, mecanizado e competitivo ao nível global,por outro, o ramo de atividade que mais cresce – cooperativas de trabalho –concentra um enorme contingente de cooperados com baixa qualificaçãoprofissional e educacional.

Os principais desafios colocados são: criação de uma sistema de créditoàs cooperativas que consiga beneficiar tanto às cooperativas ligadas aoagronegócios, como às cooperativas de trabalho de baixa tecnologia e valoragregado; ampliação das assessorias às cooperativas em todo o Sudeste; cria-ção de um marco legal do cooperativismo ao nível dos principais municípiosda Região com poder de influenciar outros municípios na concessão debenefícios na constituição de cooperativas formadas por população oriundade áreas de exclusão social; ampliação do impacto das ações das universida-des do Sudeste relacionadas não apenas às cooperativas populares, mas, tam-bém, na condução da formação de quadros qualificados para a gestão de

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complexos cooperativos e; reforçar o papel da universidade na discussão am-pla dos princípios do cooperativismo visando uma maior democracia internanas decisões do grupo e uma maior mobilidade nos órgãos diretivos comampliação da participação feminina nestes órgãos e conselhos.

2.5 Região Sul

O cooperativismo na região Sul deve ser entendido como um processodescontínuo, fundado na pluralidade de práticas sociais datadas e localiza-das historicamente (alemães, italianos e experiências cooperativas derivadasdos nossos grupos étnicos) que ao propor a autonomia do “nós”, qualificouum tipo de relação social – a cooperação entre pessoas –, porque o sentidodestas práticas sociais tinha por base a reciprocidade, a confiança, o respeitoao outro.

Convém salientar que a repertorização e a volta no tempo é muito maisque um movimento, mas um artifício metodológico de resignificação do pre-sente. Os fundamentos de uma sociedade solidária baseada no trabalho cole-tivo onde o bem-estar individual e da comunidade está acima do interesseeconômico da produção não é resultado do acaso.

No Brasil e em especial na região Sul, este tipo de ação associativa qualifi-cada tem seus fundamentos nas práticas da comunidade indígena (mutirão),na ação dos jesuítas e no seu projeto civilizatório (1610) e principalmente naação do médico francês e Jean Maurice Faivre que, em 1847, no Paraná, fundoua colônia Tereza Cristina, organizada em bases cooperativas “fourerianas”.

Na região Sul, este processo associativo do cooperativismo traduz-se emum movimento de duas vertentes : a primeira, resultado de uma ação coleti-va mais plural e, a segunda de origem estatal e vinculada a uma política degoverno que pode ser visualizado em três momentos, descritos a seguir.

O primeiro momento ocorreu no início do século XX e constituiu-se nasbases do cooperativismo.

Não se pode dissociar a emergência do movimento cooperativo, que ini-cia no Rio Grande do Sul em 1902 com Theodor Amstadt7, das pressões daeconomia internacional aliada aos processos de organização dos Estados-nação na América. Instaura-se uma forma de atuar do Estado em que a ques-tão social das áreas rurais e de colonização passa a ser elemento tangencial esecundário nas propostas e projetos de desenvolvimento.

Este cenário concorre para que, no interior do Brasil e, em especial, naRegião Sul, se desenhe uma configuração social fragmentada e imensamentediversificada, seja pela emergência de grupos demandantes de múltiplos in-teresses e de múltiplas identidades, seja pela diferenciação que se apresentanas novas formas de organização do processo produtivo (pequena proprie-dade), no agir político e no comportamento da sociedade civil isolada e nãoparticipativa, porque estrangeira e/ou minoritária (Oliveira, 2001).

Evidentemente, que nestas primeiras três décadas do cooperativismo doséculo XX os imigrantes tiveram um papel de destaque porque tiveram acapacidade de desenvolver suas próprias soluções para questões de fundo;

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tal fato marca o cooperativismo de forma singular porque o associativismo seevidencia como alternativa concreta para evitar a dissociação crescente davida cotidiana (universo instrumental da economia) dos valores e sentidosque pautavam o comportamento das pessoas (universo simbólico das cultu-ras) e o vazio social e político das áreas/regiões de colonização (Schneider,1998).

Neste período, o cooperativismo traduz ações estratégicas individuais ecoletivas cuja meta não é criar uma outra ordem social, mas acelerar as mu-danças, o movimento, a circulação de capitais, bens, serviços, informações,atuando como substituto do Estado na promoção do desenvolvimento nasáreas rurais (Duarte, 1986).

O quadro de dissociação crescente dos grupos interioranos de seus valo-res e o vazio social indica que as dificuldades de constituição de sujeitos soci-ais foi a primeira realidade enfrentada na região sul, principalmente porque,no início do século XX, no interior das áreas rurais, a questão do sujeito social(coletivo) só era entendida a partir do modelo institucional e representativo(que tinha nas associações políticas seu modelo mais significativo) e, por issomesmo, as demandas eram elaboradas e delineadas institucionalmente deforma compartimentada a partir da divisão de temáticas que valorizavam aslutas na ótica da cidade (Singer, 2000).

Os anos de emergência do cooperativismo se caracterizaram, na regiãosul, principalmente pela existência de articulações plurais nas quais os indi-víduos buscam no coletivo construir estratégias de sobrevivência de um mun-do estranho e em transformação.

Percebe-se que, na afirmação dos princípios cooperativos, o “sujeitocoletivo” construído pelos imigrantes adquiriu um sentido social mais amplo,na medida em que transforma uma estratégia de sobrevivência em um movi-mento social. Esse esforço de se tornar ator não deve ser confundido com umconjunto de experiências orientado por um princípio superior, e sim nodesejo que todo indivíduo e/ou grupo social tem de resistir ao seu própriodesmembramento num universo em movimento, sem ordem ou equilíbrio.

Cada movimento de “resistência” organizado pelo cooperativismo daque-la época deve ser entendido como um movimento de mudança, na medidaem que na cooperativa o grupo de associados tinha que inventar e diferenci-ar-se daquilo que já existia (carências e demandas não atendidas) para cons-truir um outro futuro: o desenvolvimento daquilo que antes se encontravaenvolvido numa coexistência indiferenciada e de precariedade.

O segundo momento pode ser delineado como os anos da tutela e docontrole, estando situados entre as décadas de 40 e 70. Neste período, essanova configuração do comportamento social se consolida na região Sul, fin-cando raízes na ação social e no próprio processo social.

Do surgimento de cooperativas de eletrificação rural e telefonia (1941),das primeiras federações de cooperativas (1952) e do desdobramento acen-tuado das cooperativas de produção (madeira, tritícolas, 1956), percebe-se acomplexidade do movimento na emergência de empreendimentos tão diver-sificados quanto complementares (OCB, 1997).

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Por outro lado, a nova configuração da economia marcada pelo cenáriointernacional de pós-guerra concorre para uma política governamental deincentivo das cooperativas de produção que desenha a partir do setor produ-tivo rural (mais significativo economicamente) um cooperativismo crescen-te, mas cada vez mais dependente das políticas do Estado.

Face às políticas do Governo Federal concedendo isenções tributárias efacilidades de crédito, há um crescimento significativo de um movimentocooperativismo passivo que reage apenas aos estímulos de um modelo eco-nômico determinado pelo Estado. É neste período que surgem as cooperati-vas habitacionais (1963) e ocorre o declínio das cooperativas de crédito rural,motivado pela lei de Reforma Bancária de 1964, causando o desaparecimentode quase todas as cooperativas. Neste período, o cooperativismo deixa de serum espaço plural e democrático para transformar-se num instrumento daspolíticas governamentais e de apoio ao modelo econômico agro-exportador(Benecker, s/d).

Por fim, o terceiro momento pode ser denominado de reafirmação deum espaço plural, tendo sido iniciado na década de 80.

A nova configuração da economia, marcada pelas transformações tecno-lógicas da informática e da microeletrônica, concorre para que o contextosocial deste período se caracterize por uma crescente e cada vez maiorinterdependência nas relações mundiais. Interdependência que – associadaà valorização excessiva do liberalismo – configura, não só em nosso país, umaprofunda crise social representada por índices crescentes de desemprego,miséria, desigualdades e exclusão social.

Nesse sentido, os anos 80/90 concorreram para um esforço de releiturado movimento cooperativista na região Sul, principalmente porque a realida-de do associativismo nesta região se apresenta como uma combinação demovimento social e do sujeito aparentemente contraditórios e excludentes,mas que, na verdade, traduzem um processo social que articula atores dife-renciados e introduz a noção mutação no agir cooperativo.

Não é a crise, mas as novas formas de organização econômica e da pro-dução que estão dissolvendo os contornos da sociedade industrial. A muta-bilidade das ações sociais se expressa e é sinalizada pela horizontabilidadedas relações sociais, na formação de redes, favorecendo ao modo diferencia-do de pensar a economia a partir da cooperação.

Se, até recentemente, o cooperativismo, enquanto sistema, proporciona-va uma forma de organização da produção e social no qual o conceito decooperação designava um estágio da modernidade e desenvolvimento nasáreas rurais – cuja meta não era criar uma outra ordem social, mas acelerar asmudanças, o movimento, a circulação de capitais, bens, serviços, informa-ções – hoje ele aparece como uma alternativa de pensar o econômico a partirde uma pluralidade. Pluralidade necessária nas sociedades contemporâneascujas bases se vêem confrontadas com os limites do modelo proposto pelasociedade industrial.

Modelo este que não tem capacidade ou condições internas para mo-dificar suas políticas ou refletir sobre os efeitos perversos que modelaram o

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futuro e que evidencia uma crise institucional profunda da própria sociedadeindustrial.

Nesse sentido, o cooperativismo, como sistema, pode dar um salto quali-tativo, porque a emergência de novas cooperativas (educacionais, saúde, tra-balho, turismo e lazer, infra-estrutura, especial) de caráter essencialmenteurbanos, muito mais que uma estratégia de sobrevivência em uma sociedadede risco, apontam para a ruptura de uma política de continuidade e no pensaro econômico sob outras perspectivas.

O crescimento do cooperativismo na região sul dificilmente pode ser pas-sível de compreensão sem a idéia de descoberta, de avanço das formasorganizativas nas áreas urbanas que se dão de forma dispersa e longe dosprocessos de controle ou monitoramento promovidos pelas OrganizaçõesCooperativas dos Estados – OCES é por isso que as causas do fenômenoassociativo e cooperativo na Região Sul já não parecem encontrar-se no pas-sado, mas no futuro. Os dados que seguem, mesmo sinópticos, buscam dese-nhar como o cenário cooperativo se apresenta na região Sul.

Ante ao exposto pode-se tecer algumas conclusões a respeito do coopera-tivismo na região, a saber:

a) Afirma-se como um modo do agir coletivo segundo o qual os princípios daação social se formam na experiência concreta concorrendo historicamen-te por um lado para a formação de diferentes setores produtivos (é expressi-vo os indicadores de crescimento no segmento trabalho e crédito) e de outropara a consolidação de uma estratégia de defesa de grupos sociais margina-lizados pelas políticas macro-econômicos (a emergência de cooperativas deprodução, infra-estrutura traduzem este movimento);

b) Resulta de um conjunto de ações realizadas por pessoas mobilizadas a par-tir de um projeto, que busca superar dificuldades em função de um interes-se comum e que, na maior parte das vezes, mesmo revelando-se sem finslucrativos, consegue ser gerador de trabalho e renda (é expressivo como osvalores do capital social conseguem alavancar o crescimento dos empreen-dimentos cooperativos);

O sistema cooperativista na região sul assim como no país, mesmo atu-ando sob os limites das políticas de Estado governamentais, se evidenciacomo um espaço sócioeconômico capaz de qualificar a cooperação pelo atoimediato de reunir pessoas e/ou forças de cada um para produzir uma forçamaior.

O volume de capital social dos empreendimentos cooperativos apontapara o aproveitamento das potencialidades atuais das comunidades de modoa não comprometer o desenvolvimento da região. Muito mais do que PIBcooperativo (valor de faturamento) os dados apontam para um capital socialexistente na Região que pode ser compreendido, como define Puttnan (1996),como uma amálgama de elementos como confiança, coesão social, civismo,lutas e projetos conjuntos que facilitam a cooperarão para o benefício mútuoem uma sociedade.

Nesse sentido, o cooperativismo, como sistema, vai além da celebraçãode um contrato mútuo que estabelece obrigações visando objetivos comuns.

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A essência desta sociedade civil ao estar fundada na repartição do ganho, naunião de esforços e no estabelecimento de um outro tipo de agir coletivopossibilita a implementação de um outro tipo de ação social, porque recusa alógica economicista que reduz o fazer humano a busca racional do interessepróprio. Assim, a prática cooperativa ao não se deixa seduzir pela ânsia dolucro, abre possibilidades de pensar a cooperação como um espaço socialplural e não instrumental.

Finalmente, para facilitar a compreensão da dinâmica do movimentocooperativo brasileiro faz-se necessário observar o número de organizaçõesexistentes, o volume de negócios, sua distribuição nas regiões do país, o perfildo quadro social e os ramos de maior representatividade, dentre outras variá-veis. Essas questões serão analisadas detalhadamente nos próximos capítulos.

3. AS COOPERATIVAS EXISTENTES NO BRASIL

A partir da década de 90, o cooperativismo brasileiro vem apresentando umcrescimento efetivo no número de organizações, tendo essa tendência aindamais acentuada, a partir da metade dessa mesma década.

Assim, em 1990, podemos constatar a existência de 4.666 cooperativasregistradas no Departamento Nacional de Registro Comercial (DNCR), sal-tando para 20.579 cooperativas em 2001. Isso equivale a um crescimento de331% no número de cooperativas no Brasil em uma década.

Esta mesma tendência de crescimento também pode ser verificada quan-do analisamos os números de cooperativas filiadas a maior entidade repre-sentativa do cooperativismo brasileiro – a Organização das CooperativasBrasileiras (OCB). No ano de 1990, a OCB possuía 3.440 cooperativas afilia-das, número que saltou para 7.026 cooperativas em 2001, apresentando umcrescimento de 104% ao longo da década de 90 (Gráfico 1).

GRÁFICO 1

Evolução do número de cooperativas no registradas no DNCRe no sistema OCB entre 1990 e 2001

Fonte: OCB, 2002 e DNCR, 2002

3440 3529 3548 3608 3701 3928 4316 4851 5102 5652 60827026

20579

18309

16377

14108

11897

9559

776869056281555051084666

0

5000

10000

15000

20000

25000

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001

OCB

Juntas Comerciais

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A constatação de registros diferentes divulgados pelas entidades, indi-cando um número bem mais expressivo no DNCR, justifica-se pelo fato daexigência governamental de condicionar o funcionamento das cooperativasao registro neste órgão oficial. O mesmo não acontece em relação a OCB,onde a filiação torna-se optativa.

Podemos constatar um intenso fenômeno de criação e constituição decooperativas no Brasil a partir de 1996, onde se contabilizou uma média de2.193 novas cooperativas por ano, superior à média de crescimento entre 1990e 1995, que era da ordem de 615 novas organizações por ano. Este fato é atribu-ído ao cenário econômico brasileiro que se instalou no Brasil a partir de 1994com o processo de estabilização monetária (Plano Real). Contribui tambémpara isso, o processo massivo de terceirização das atividades públicas e priva-das por meio das cooperativas, favorecido por um dispositivo legal – Lei no.8.949/ 94 que altera o artigo 442 da Consolidação das Leis Trabalhistas – CLT.

Por outro lado, a taxa de encerramento formal de atividades das cooperati-vas apresentou também uma alta taxa de crescimento em termos percentuais.Todavia, em termos absolutos, verifica-se que este número ainda é bastanteinferior ao número de novas cooperativas que surgem no Brasil. No períodode 1990 e 1995, uma média de 18 cooperativas encerrava oficialmente suasatividades por ano, enquanto que, a partir de 1996, esta média subiu para58 cooperativas fechadas durante todo ano.

3.1 Distribuição geográfica

O Brasil está dividido, como já observamos, em cinco grandes regiões geográ-ficas, caracterizadas por diferentes níveis de concentração demográfica e de-senvolvimento sócioeconômico; o que sugere uma análise da distribuiçãodas cooperativas brasileiras segundo a divisão geopolítica regional.

Assim, tomando por base os anos de 2000 e 2001, constata-se que a dis-tribuição das cooperativas nas regiões do Brasil apresenta uma relação estrei-ta com o tamanho da população e com as atividades econômicas avaliadasatravés do PIB. Uma exceção pode ser verificada na região Nordeste, ondeapesar de ter um PIB inferior a região Sul, apresenta um maior número decooperativas.

A maior concentração de cooperativas encontra-se na região Sudeste dopaís – 42,6% dos 176 milhões de habitantes – coincidindo, portanto, com omaior contingente populacional do país, e onde foram gerados 57,9% do PIBnacional (aproximadamente 500 milhões de dólares). Nessa região, de acordocom os registros no DNCR, observou-se, no ano de 2001, 41,5% das coopera-tivas do Brasil, enquanto os registros da OCB indicavam que nesta regiãoestavam situadas 45% do total das cooperativas brasileiras (Gráfico 2).

Segundo dados do DNCR, na região Sudeste, entre 1990 e 1995 eramconstituídas, em média, 234 cooperativas por ano. A partir de 1996 esta médiafoi de 1.014 novas cooperativas constituídas por ano. Isto representou umaumento de 433% na média entre os dois períodos considerados. Aindaconsiderando esses mesmos períodos, observou-se que o número de coope-

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rativas fechadas deu-se em proporções semelhantes àquelas constituídas(DNCR, 2003).

A segunda região que apresentou uma maior concentração de cooperati-vas foi a região Nordeste, onde estavam situados 28,1% do total de habitantesdo país e na qual foram gerados 13,1% do PIB (Gráfico 2). No ano de 2001,conforme registros no DNCR, esta região concentrava 23% do total de coope-rativas brasileiras, enquanto os registros da OCB indicavam 21,8% do total decooperativas (Gráfico 2).

A média de surgimento de novas cooperativa na região Nordeste passoude 143 cooperativas constituídas por ano entre 1990 e 1995 para 433 novascooperativas por ano a partir de 1996. Já o número de cooperativas que en-cerraram suas atividades neste período, apresentou, em termos percentuais,um crescimento similar àquelas constituídas (DNCR, 2003).

A região Sul foi a terceira de maior concentração de cooperativas. Nestaregião estava concentrada 14,8% da população brasileira e gerava 17,5% doPIB brasileiro. Em 2001, na região Sul, segundo dados do DNCR, estavamsituadas 16,8% do total das cooperativas do Brasil, enquanto os dados daOCB apontavam que nesta região estavam estabelecidas 18,3% cooperativasbrasileiras (Gráfico 2).

De modo análogo à tendência apresentada por outras regiões, no períodode 1990 a 1995, foram constituídas em média 86 novas cooperativas por ano,enquanto que entre 1996 e 2001, foram constituídas em média 366 novas coo-perativas por ano. O encerramento de cooperativas também cresceu entre osdois períodos analisados, em termos percentuais e absolutos (DNCR, 2003).

As regiões Centro-Oeste e Norte do Brasil concentravam, respectivamen-te, os menores números de cooperativas no país, sendo também as áreas demenor contingente populacional e menor participação no PIB.

A região Centro-Oeste possuía 6,9% do contingente populacional brasi-leiro e uma participação 6,9% na geração do PIB. A OCB computava 7,5% dototal de cooperativas e 10,3% no número de cooperativas brasileiras (Gráfico2). Nessa região, entre 1990 e 1995, houve uma média de 88 novas cooperati-vas por ano, saltando para uma média de 179 novas cooperativas entre 1996 e2001 (DNCR, 2003).

Por fim, na região Norte, estavam situadas 8,2% das cooperativas brasilei-ras, segundo os dados do DNCR, no ano 2001, e 8,4% de acordo com os dadosda OCB. Esta região concentrava 7,6% da população do país, sendo geradosna sua área de abrangência 4,6% do PIB nacional (Gráfico 2). A média de fun-dação de novas cooperativas na região Norte do Brasil passou de 63 coopera-tivas por ano, no período entre 1990 e 1995, para 167 por ano, no períodoentre 1996 e 2001 (DNCR, 2003).

Finalmente, estes dados são ilustrativos para evidenciar o dinamismo,potencial e tendência de crescimento dos empreendimentos cooperativos noBrasil. Todavia, a tendência de crescimento do cooperativismo em áreas deintenso dinamismo econômico constitui um indicativo importante no condi-cionamento da dinâmica cooperativa, acenando para futuros estudos sobre omovimento cooperativo brasileiro.

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GRÁFICO 2

Distribuição do número de cooperativas, da população e do PIB nascinco regiões geográficas do Brasil no ano 2000/2001

Fonte: OCB, 2002; IBGE, 2002 e 2003

3.2 Perfil do quadro social e administrativo

De acordo com a OCB, em 2001, as cooperativas brasileiras registravam4.779.174 cooperados nos seus quadros. Contudo, se considerarmos os regis-tros das Juntas Comerciais este número se eleva para mais de 17 mil coopera-dos. Assim, podemos concluir que existe um número bem superior decooperados no Brasil do que o revelado pela OCB. Entretanto, nesta pesquisa,convencionou-se tomar os dados da OCB como fonte principal de análisepor congregar o maior conjunto de dados sobre o perfil do cooperativismobrasileiro.

No que concerne a questões de gênero no quadro social, constatou-seque menos 10% dos presidentes de todas as cooperativas do Brasil são dosexo feminino, denotando uma pequena participação feminina na direçãodas cooperativas até o ano de 2001. Apenas 696 cooperativas do Brasil sãodirigidas por mulheres, sendo que em sua maioria, ou seja, 50,7% do total,estão situadas na região Sudeste (OCB, 2002). A região Nordeste, por sua vez,concentrava 28% do total de dirigentes femininas do Brasil, enquanto que aregião Sudeste possuía 10,5 do total de dirigentes femininas (Gráfico 3).

No que concerne ao número de empregos gerados, as cooperativas fo-ram responsáveis por um total de 175.412 postos de trabalho no ano de 2001(OCB, 2002).

Contudo, é na região Sul, e não na Sudeste, que se concentrava o maiornúmero de postos de trabalho gerados pelas cooperativas no país. As coope-rativas desta região, em 2001, foram responsáveis pelo emprego de 43% detoda a mão-de-obra contratada diretamente pelo setor cooperativo brasilei-ro, ao passo que na região Sudeste as cooperativas geravam 40,9% dos postosde trabalho (Gráfico 3).

Norte SudesteNordeste SulCentro-Oeste

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

PIB

População

CooperativasOCB

Cooperativas

JuntasComerciais

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GRÁFICO 3

Freqüência de cooperativas, cooperados, presidentes do sexo femininoe empregados nas regiões do Brasil, no ano de 2001

Fonte: OCB, 2002

3.3 Relações com o Estado

Os maiores ramos do cooperativismo brasileiro até a década de 80 – o agríco-la e o de crédito – tinham por principal fonte de financiamento externo osrecursos governamentais. A redução dos recursos orçamentários governa-mentais face à crise que abateu o Estado Brasileiro a partir de então, aliado aoprocesso inflacionário crescente, fez com que os recursos financeiros desti-nados às cooperativas minguassem e o endividamento aumentasse (Silva,2000)

Concomitantemente a isto, o fechamento do Banco Nacional de CréditoCooperativo – BNCC, a redução contínua do preço das commodities agríco-las, além de graves problemas administrativos desencadearam uma grandecrise financeira nas cooperativas agrícolas, resultando no fechamento demuitas delas (Panzutti, 2000; Silva, 2000).

Para mitigar os efeitos do processo de endividamento contínuo e cres-cente, o Governo Federal, no final da década de 90, lançou o Programa deRevitalização das Cooperativas Agropecuárias Brasileiras – RECOOP, visandoà reestruturação das cooperativas endividadas8. O RECOOP engloba além deaspectos tradicionais para soerguimento do empreendimento – como os deordem técnica e econômico-financeira – uma proposta inovadora que contem-pla a capitalização continuada da cooperativa, inclusive prevendo a fusão,desmembramento, incorporação ou associação a empresas não cooperativas,além da profissionalização da gestão cooperativa, organização e profissiona-lização dos cooperados.

Ante ao conjunto de exigências demandas pelo Governo Federal para oenquadramento no RECOOP até o ano 2001, apenas um pequeno número de

CENTRO OESTE SUDESTENORDESTE SULNORTE

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

DIRIGENTESFEMININAS

EMPREGADOS

COOPERATIVAS

COOPERADOS

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organizações, situado em sua grande maioria na região Sul e Sudeste do país,foi contemplado por este programa.

O Governo (federal, estaduais e municipais), de maneira geral, tem trata-do as cooperativas de modo análogo ao das empresas mercantis, sendo ascooperativas do ramo de trabalho e saúde as mais afetadas, ante a quantida-de de tributos e o seu impacto sobre o faturamento bruto, acarretando gravesproblemas de competitividade para as organizações. Assim, uma das grandesdificuldades com que se depara as cooperativas brasileiras são os elevadospercentuais de tributos, federais, estaduais e municipais.

3.4 Ramos cooperativos

O cooperativismo brasileiro está estruturado em treze ramos, a saber: agro-pecuário, consumo, crédito, educação, especiais, habitação, mineral, produ-ção, infra-estrutura, trabalho, saúde, turismo e lazer, transporte de cargas epassageiros (OCB, 2002).

Com efeito, a divisão por ramo facilita a visualização de peculiaridadesreferentes a grupos específicos de cooperativas, de modo a propiciar um me-lhor entendimento da formação, estrutura, composição e participação nosdiversos setores econômicos.

A composição por ramo vem sofrendo, ao longo do tempo, significativasalterações. A partir da década de 40 até a década de 60, por exemplo, algunsramos ou setores do cooperativismo destacaram-se ante a sua participação,em termos percentuais, no total de cooperativas (Gráfico 4).

Nesse período supracitado, o ramo das cooperativas agropecuárias cons-tituiu-se como principal representante do cooperativismo brasileiro, tendoem vista que a própria estrutura econômica do país, era eminentemente agrí-cola. Funcionando como unidades de comercialização de produtos dos asso-ciados, revendas de insumos e assistência técnica, as cooperativas do setoragrícola englobavam tanto os produtores rurais do setor agrícola quanto dosetor pecuário9. Há de se salientar, nesse sentido, que o cooperativismo agrí-cola continua sendo o mais forte em termos de volume de negócios e empre-gos gerados.

Juntas, as cooperativas do setor agrícola empregavam, no Brasil, um con-tingente de 108.273 trabalhadores, o que representava 61,2% do total de pos-tos de trabalho gerados por todas as cooperativas brasileiras. Contudo,deve-se atentar para o fato que estes postos de trabalho são gerados princi-palmente pelas grandes cooperativas localizadas na região Sul e Sudeste doBrasil.

Com a proliferação de cooperativas singulares e ante a modernização eindustrialização do setor agrícola na década de 70 e 80 surgiram, então, váriascentrais de cooperativas (federações) nos estados brasileiros, as quais tinhampor finalidade ter um maior ganho de escala nas atividades, com a horizontali-zação e verticalização das atividades de produção, beneficiamento e industria-lização de produtos agropecuários. As centrais de cooperativas atuavam nacadeia produtiva do algodão, soja, milho, leite, frango, dentre outros produtos.

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Um fato a destacar é que estas centrais (federações) não conseguiram estabe-lecer um processo de intercooperação capaz de originar uma confederaçãoregional ou nacional. Registra-se apenas uma única confederação de coope-rativas no Brasil ligada ao setor lácteo.

É importante sublinhar que, durante a década de 90, verificou-se que onúmero de cooperativas agrícolas apresentou bastante estabilidade, tendohavido um crescimento de apenas 13,3% no número destas organizações aolongo do período considerado. Há que se considerar, inclusive, que, entre1993 e 1995, observou-se uma involução no número das cooperativas agríco-las no Brasil. Somente a partir de 1999 constatou-se um discreto aumento nonúmero de cooperativas do setor agrícola (Gráfico 5). Tal fato provocou umaqueda na participação deste ramo no cooperativismo nacional. Em 1990,havia 1400 cooperativas agrícolas, as quais representavam 39,2% das coope-rativas do Brasil, sendo que em 2001 registrou-se 1.587 cooperativas, as quaiscorrespondiam a 22,6% do total de cooperativas do Brasil (OCB, 2002).

Por sua vez, o número de associados às cooperativas agrícolas em 2001era de 822.292 cooperados, os quais representavam 17,2% do total de coope-rados brasileiros (OCB, 2002). As cooperativas do setor agrícola detiveram,no ano 2000, uma importante parcela de atuação nas cadeias produtivas, tor-nando-as responsáveis pela produção de 62% do trigo, 44% da cevada e 28%da soja do Brasil

Quanto aos principais produtos da pauta de exportação destacam-se,em ordem decrescente: açúcar, café, soja e carne, o que denota o baixo valoragregado das exportações das cooperativas do setor. Já o volume de exporta-ções apresentou um crescimento de 72,3% entre 1990 e 2001, passando de U$657 mil dólares para U$1.132 no referido período. Não obstante o aumentodo faturamento com exportação houve uma tendência na diminuição donúmero de cooperativas exportadores neste período (OCB, 2002). No que dizrespeito à variação do volume de exportações observada ao longo da décadade 90 decorreu de vários fatores internos e externos à organização, envolven-do aspectos relativos ao tamanho da safra nacional e internacional, políticade preços internacional, políticas de estímulo à exportação e diferença cam-bial, entre outros aspectos (FGV, 2002; OCB, 2001 e 2002).

Contudo, o processo de modernização e industrialização da agriculturafez emergir outros setores do cooperativismo nacional, como as cooperativasde crédito e o de saúde, na década de 70 e 80. Neste ínterim, o setor industriale de serviços passam a ser os principais responsáveis pelo PIB brasileiro,incrementando a participação, em termos percentuais, das cooperativas detrabalho no setor cooperativo brasileiro.

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GRÁFICO 4

Evolução dos empreendimentos cooperativos no Brasil, por segmentode atuação e em percentual entre a década de 40 e a década de 90

Fonte: OCB, 2001

A partir da década de 70 o setor de serviços começa a se destacar nocooperativismo brasileiro e passa a ter uma crescente participação no PIB.Como neste ramo estão agrupados diversos profissionais, das mais diferentesáreas de atividade, tornou-se necessário segmentá-los por grupos específicosde trabalho, a exemplo dos trabalhadores da área de saúde e de transporte,com vista a possibilitar o desenvolvimento de estratégias e políticas específi-cas para cada grupo de trabalho (OCB, 2001 e 2002).

Assim, o ramo de cooperativas de trabalho passou a ser estruturado combase em três grandes grupos: o primeiro grupo foi o dos profissionais quetrabalhavam com artesanato (1,8% do total das cooperativas); o segundocomposto por profissionais das artes, educação e cultura (professores e ins-trutores técnicos) – 4% do total das cooperativas; e o terceiro composto poruma diversidade de profissionais dos mais diferentes níveis de escolaridadedesenvolvendo serviços diversos (94,2% do total). Atualmente, estas coopera-tivas estão agrupadas em Federações e uma Confederação.

Entre 1990 e 2001 o ramo trabalho apresentou um crescimento de 280%,passando de 629 cooperativas em 1990 para 2391 em 2001. Comparativamen-te, em 1990, as cooperativas de trabalho representavam 17,7% do total decooperativas do Brasil e, em 2001, esta participação já tinha alcançado 34,4%do total de cooperativas (OCB, 2002).

Um fato que contribui sensivelmente para o crescimento do número decooperativas durante a década de 90 está relacionado à elevação da taxa dedesemprego e à aceleração do processo de terceirização que impeliram ostrabalhadores a buscar novas formas de organização.

AGROPECUÑARIO EDUCACIONALCONSUMO

HABITACIONAL

CREDITO

TRABALHO Demais setoresSAUDE

0% 20% 40% 60% 80% 100%

DEC 80

DEC 90

DEC 40

DEC 50

DEC 60

DEC 70

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No final da década de 90, com o avanço das discussões em torno daeconomia solidária, terceiro setor e a problemática de inserção dos excluídosno mercado de trabalho, começam a surgir novos ramos de cooperativas quecomeçam a ocupar um espaço de destaque tanto no mercado como no movi-mento cooperativista.

4. TENDÊNCIAS E DESAFIOS DO COOPERATIVISMO BRASILEIRO

O cooperativismo brasileiro, através da literatura nacional e de seus órgãosde representação, revela a preocupação com a modernização e com a revitali-zação das práticas cooperativas, seja para atender aos apelos econômicos daglobalização, seja para atender aos apelos éticos da contemporaneidade, es-pecialmente no que diz respeito à ampliação da democracia. Isso significaque, particularmente num país como o nosso, o cooperativismo traz em siduplo apelo: de emancipação econômica e de emancipação política (Pires,1999).

Os dados da Pesquisa indicam que o “ser cooperativista” traduz não ape-nas um critério meramente econômico, mas vem junto com um “código”apreendido continuamente na prática cotidiana e que se reproduz em efeitosculturais presentes nas formas de ajuda mútua, do associativismo e da buscade autonomia na promoção do desenvolvimento local.

As informações das diferentes regiões do país remetem à compreensãodo associativismo cooperativismo como alternativa possível para alavancarprocessos de geração de renda e trabalho através de alianças e parcerias.

Apesar das dificuldades, hoje, é possível observar que o cooperativismobrasileiro se inscreve numa nova perspectiva histórica do país que coincidecom as mais recentes conquistas democráticas. A vitória de um ex-torneiromecânico nas últimas eleições presidenciais, bem como a inclusão das práti-cas cooperativas na sua plataforma de governo são alguns dos indicadores daconstrução de uma nova página da história do cooperativismo brasileiro.

Neste sentido, é possível afirmar que o futuro do cooperativismo estácondicionado aos encaminhamentos das questões mais amplas pela socie-dade brasileira. Percebe-se, entretanto, um novo vigor às discussões sobre ofuturo do cooperativismo brasileiro a partir do esforço entre os órgãos derepresentação, gestores, membros associados, órgãos públicos e intelectuais– em procurar redefinir o perfil e reconquistar a credibilidade do coopera-tivismo junto ao conjunto da sociedade.

O papel da academia, nesse conjunto de esforços, deverá ser inestimá-vel, representando uma maior aproximação com o movimento cooperativo.Os “programas de incubadora” constituem um sinal evidente nessa direção.Tais programas contemplam projetos de apoio e capacitação voltados aosgestores e demais membros de cooperativas dos mais diversos segmentos como objetivo de criar e dinamizar as possibilidades de sucesso das cooperativas.

A presente pesquisa apontou para duas questões que sugerem novas fon-tes de pesquisa:

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1. Que o crescimento de determinados segmentos ou ramos do cooperativismoindica que a exclusão social precisa ser entendida como um processo quecada vez mais atinge a um número não negligenciável de pesssoas presas aengrenagem da pobreza em meio a uma crescente abundância. Nesse senti-do, o cooperativismo se reveste como uma das alternativas para dar contadas carências.

2. Que a busca de melhores condições de vida para as regiões, apresentadasno histórico do cooperativismo brasileiro sugere uma nova prática social –de cidadania emancipada – que implica em reconhecer que nos processosde inovação política a solidariedade que concorre para neutralizar a exclu-são social.

Para concluir, é possível admitir que pensar o desenvolvimento docooperativismo no Brasil implica em alguns desafios:

O primeiro grande desafio é o de pensar o desenvolvimento sustentável,visto que nossos modelos de desenvolvimento estão baseados no uso pródigode recursos não-renováveis que ameaçam o bem estar das gerações futuras.

O segundo desafio diz respeito ao estabelecimento da globalização dasolidariedade e da “cooperação qualificada”. Essa última, especialmente,pensada a partir de políticas públicas nacionais que favoreçam a sua imple-mentação e também, em nível mais amplo, a partir de projetos de coopera-ção e intercooperação dentro do sistema cooperativo que sempre foram maisformais do que reais.

Nesse sentido, o projeto de pesquisa “Panorama do Cooperativismo Bra-sileiro: história, cenários e tendências” sinalizou, antes de mais nada, que aconstrução do cooperativismo que se deseja – capaz de ser mais includente econtribuir para a ampliação dos espaços democráticos – precisa ser gerado apartir da discussão das situações de pobreza e exclusão social bem como dacompreensão do papel do sistema cooperativo nas diferentes regiões quecompõem o Brasil.

NOTAS

1. Sobre o assunto ver: Fernandez et al (1981); Loureiro (1981); Corandini & Fredericq(1982), Araújo(1982) apud Pires, (1999).

2. Os deficientes psíquicos e mentais, os dependentes químicos, os egressos de prisões,os condenados a penas alternativas à detenção e os adolescentes em idade adequa-da ao trabalho e situação familiar difícil do ponto de vista econômico, social ouafetivo

3 Art. 5o., inciso XVIII do texto constitucional: A criação de associações e, na forma dalei, a de cooperativas independem de autorização, sendo vedada interferência esta-tal em seu funcionamento”. Apesar disso, o poder público ainda assegura um pro-grama de apoio às associações, e mais particularmente às cooperativas, através doMinistério da Agricultura e do Abastecimento (MA).

4 Ver, sobre o assunto, Loureiro (1981) entre outros.5 A autora fez um estudo comparativo entre cooperativas agrícolas no Nordeste do

Brasil e do Leste (Québec) do Canadá, tomando como referência, no caso nordestino,a Cooperativa Agrícola Juazeiro da Bahia, situada num importante pólo de fruticul-tura do país – o Vale do São Francisco.

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6 Segundo Pinho (1996), duas cooperativas de consumo do Sudeste são consideradasas precursoras do cooperativismo brasileiro – Associação Cooperativista dos Empre-gados da Companhia Telefônica (Limeira/SP, 1891) e a Cooperativa Militar de Con-sumo (Rio de Janeiro/DF, 1894).

7 Theodor Amstadt organiza a primeira caixa rural cooperativa do Brasil e da Américalatina (Linha Imperial Nova Petrópolis).

8 O RECOOP foi criado pelo governo em 03 de setembro de 1998, através de parceriainstituída com a Organização das Cooperativas Brasileiras (OCB) e com o Depar-tamento Nacional de Cooperativismo (DENACOOP) e reconhecido formalmenteatravés da Medida Provisória 1.781.

9 No que tange as cooperativas de pesca, observa-se que, embora o Brasil tenha umextenso litoral e um grande manancial de água doce, o número de cooperativasdeste tipo é bastante reduzido. Este fato é derivado da política pública desenvolvidapara o setor pesqueiro, onde os pescadores foram induzidos, ante a ingerência gover-namental, a constituírem outras formas de organização coletiva (Callou, 1994).

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LA INTEGRACIÓN COOPERATIVAUNA CARACTERIZACIÓN DESU DINÁMICA EN EL ECUADORGiuseppina Da RosFacultad de EconomíaPontificia Universidad Católica del Ecuador

RESUMEN • El proceso de integración cooperativa en el Ecuador ha tenidoun historial accidentado, fundamentalmente por un vicio de origen: casitodos los organismos de segundo grado fueron creados desde arriba,durante el período de auge de las cooperativas en los años sesenta, y sinresponder a los reales intereses y necesidades de sus asociadas. La ayudaproporcionada por agencias internacionales originó además una depen-dencia económica y administrativa inconveniente; a eso se sumó unapolítica paternalista del Estado que fomentó una mentalidad ‘clientelar yreceptora’, impidiendo el desarrollo de oportunas acciones que garantiza-ran la sostenibilidad del proceso. De ahí que el rápido crecimiento numé-rico de las cooperativas fue acompañado por una casi total disgregaciónde los organismos de integración. Las instituciones que pudieron sobrevi-vir entraron en una lenta etapa de recuperación organizacional; otras sonde más reciente creación. Puesto que existe cierto desconocimiento delfenómeno y de los problemas que han afectado y limitado el proceso, elobjetivo de este trabajo es analizar las diferentes formas de integracióncooperativa que prevalecen en el Ecuador, poniendo especial énfasis enlas federaciones, y caracterizar sus tendencias evolutivas.

RESUMO • O processo de integração cooperativa no Equador teve umhistórico acidentado fundamentalmente devido a um vício de origem:quase todos os organismos de segundo grau foram criados a partir decima, durante o período de auge das cooperativas nos anos sessenta e semresponder aos reais interesses e necessidades de suas associadas.

A ajuda proporcionada por agências internacionais originou, adicional-mente, uma dependência econômica e administrativa inconveniente. A issosomou-se uma política paternalista do Estado, que fomentou uma menta-lidade “clientelista e receptora”, impedindo o desenvolvimento de açõesoportunas que garantissem a sustentabilidade do processo. Em decorrên-cia, o rápido crescimento numérico das cooperativas foi acompanhado poruma quase total desagregação dos organismos de integração.

As instituições que puderam sobreviver entraram em uma lenta etapade recuperação organizacional; outras são de criação mais recente.

O objetivo deste trabalho, é de analisar as diferentes formas de integra-ção cooperativa que prevalecem no Equador, com ênfase particular nasfederações e caracterizar suas tendências evolutivas, tendo em vista queexiste um certo desconhecimento do fenômeno e dos problemas queafetaram e limitaram o processo.

REGIÓN ANDINA

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RÉSUMÉ • Le processus d’intégration coopérative en Équateur a eu unehistoire mouvementée, principalement due à un dysfonctionnement àl’origine: la quasi-totalité des organismes de second niveau furent créésen amont, pendant la période d’apogée des coopératives dans les annéessoixante, ceci sans répondre aux intérêts réels et aux besoins de leursassociés. L’aide fournie par les agences internationales a, de plus, provo-qué une dépendance économique et administrative inadéquates; s’estajoutée à cela une politique paternaliste de l’État qui a fomenté une men-talité «clientéliste et réceptive» empêchant le développement d’actionsopportunes qui garantissent la pérennité du projet. De ce fait, la crois-sance rapide du nombre de coopératives s’est accompagnée d’une désa-grégation quasi totale des organismes d’intégration. Les institutions quiont réussi à survivre sont entrées dans une étape de lent recouvrementorganisationnel; d’autres ont été crées plus récemment. Étant donné qu’ilexiste une certaine méconnaissance du phénomène et des problèmes quiont affecté et limité ce processus, l’objectif de ce travail est d’analyser lesdifférentes formes d’intégration coopérative qui prévalent en Équateur, ens’attardant particulièrement aux fédérations, ainsi que de caractériser lestendances évolutives de cette intégration.

ABSTRACTS • The process of cooperative integration in Ecuador has his-torically had its ups and downs, fundamentally because of an error madefrom the outset: almost all second level organizations were created fromthe top down, without regards for the real interests or needs of their mem-bers, during a period when cooperatives were thriving in the sixties. More-over, assistance supplied by international agencies gave rise toinappropriate economic and administrative dependence. To this wasadded political paternalism from the State that fostered a client and re-ceiver mentality which hindered the development of suitable actions tomake sure the process would be sustainable.

The rapid growth in the number of cooperatives was accompanied byan almost total breakdown of the integration organizations which broughtthem together. Institutions which could survive began a slow process oforganizational recovery, others are of more recent creation. Since there is acertain ignorance of the phenomena and the problems that affected andlimited the process, the goal of this study is to analyze various forms ofcooperative integration that prevail in Ecuador, putting special emphasison federations and on characterizing their evolutionary tendencies.

1. INTRODUCCIÓN

La integración cooperativa se define como un sistema de organización, detipo vertical u horizontal, capaz de superar – mediante la agrupación – for-mas tradicionales y simples de articulación socio-económica, a través de lacreación de estructuras interconectadas y complementarias de producción yservicios (por ejemplo, transformación de materia prima, mercadeo de bie-nes, etc.), mediante la utilización de tecnologías apropiadas y sobre la basede una nueva conciencia social (unión y solidariedad).

La integración puede abordarse desde diferentes puntos de vista: comointegración social de grupos humanos homogéneos y/o afines, o como inte-

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gración de estructuras económicas mediante la concatenación horizontal yvertical de empresas autogestionarias.

La integración social supone cierta identificación cultural e ideológica delas personas involucradas. Sus objetivos son la creación de canales institu-cionalizados de expresión y formalización de necesidades (representatividady salvaguardia de intereses comunes) y la constitución de sistemas internosde comunicación, capacitación y concienciación social.

La integración de estructuras económicas se refiere a la formación decooperativas de segundo grado, a nivel regional o local, con miras a realizarmejoras técnicas, crear infraestructuras de procesamiento (sobre todo en elcaso de cooperativas de producción agraria), canalizar recursos, prestar ser-vicios contable-financieros, planificar actividades y encauzar las relacionescon otros sectores económicos a nivel nacional. Ese tipo de integración pue-de constituirse también en un sistema de alcance nacional para la realizaciónde actividades de planificación, comercialización y prestación de servicios demayor amplitud, así como para establecer y mantener las relaciones institu-cionales con el Estado y otros organismos.

La integración cooperativa como estructura de enlace sectorial o inter-sectorial supone la superación de relaciones paternalistas de dependenciapor un sistema democrático de coparticipación.

Las condiciones fundamentales para el éxito de un sistema así concebidoson la autenticidad y continuidad en la participación de los sectores invo-lucrados en la gestión de los organismos de integración, y la capacidad de auto-determinación de las estrategias de desarrollo del sistema en su conjunto.

El camino fundamental, con miras a lograr la unidad necesaria, debe serla superación de la atomización, de la división de actividades y del aislamien-to de las organizaciones. La integración debe basarse en el liderazgo y credi-bilidad de promotores y directivos, así como en el sentido de pertenencia ycompromiso con la organización y la coincidencia en los objetivos y finesperseguidos por parte de los asociados.

Sin embargo, la realidad evidencia que existen dificultades concretas enrelación con los sistemas de integración, ya que – por lo general – el creci-miento dimensional de las instituciones impide una participación directa detodos los miembros (representación delegada), lo que crea muchas vecesresistencia entre los socios, pues algunos no están dispuestos “a modificarsituaciones, a ceder poderes directivos, a perder protagonismo” (Martínez,1990: 61).

Otro de los riesgos que enfrenta la integración cooperativa es que elorganismo representativo se transforme en una institución centralizada yburocrática, alejada de su cometido y de los valores y objetivos que inspira-ron su conformación (pérdida de identidad), pues dicha situación entraña elriesgo de escisión o desdoblamiento (dos organismos contrapuestos) “comocontrapeso corrector” (Martínez, 1990: 63).

En el caso específico del sector cooperativo ecuatoriano, éste se caracte-riza por un escaso grado de integración. Si bien algunas causas que explicanesa situación son ajenas al propio movimiento y se relacionan con sus oríge-

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nes inducidas, otras están directamente relacionadas con una actitud indivi-dualista y desconfiada de la mayoría de las cooperativas (por experienciasanteriores fallidas), lo que genera el incumplimiento de las condiciones bási-cas requeridas para sustentar un proceso integracionista.

Puesto que existe cierto desconocimiento del fenómeno en sí y de losproblemas que han afectado y limitado dicho proceso, así como de las expe-riencias que se han dado al respecto, el objetivo de este trabajo es el de anali-zar los diferentes tipos y formas específicas de integración cooperativa queprevalecen en el Ecuador, poniendo especial énfasis en las federaciones, susproblemas y perspectivas, con miras a elaborar un esquema interpretativo delas tendencias evolutivas de dichos sistemas cooperativos de integraciónnacional.

2. LA INTEGRACIÓN COOPERATIVA

La Ley de Cooperativas actualmente vigente1 establece (Título VIII) la posibi-lidad de crear cuatro tipos de organismos de integración: en el ámbito regio-nal o provincial, las Uniones y Asociaciones, cuya finalidad es agrupar dos omás organizaciones de la misma línea o clase (las primeras) o de distintaslíneas o clases (las segundas), con carácter circunstancial o permanente,para “obtener mayor éxito en sus fines y defender o reforzar sus intereseseconómicos y sociales” (Art. 78 y 79); a nivel nacional, las Federaciones (agru-paciones que reúnen a todas las cooperativas de una misma clase o línea,principalmente, con el objeto de unificar, coordinar y fomentar al respectivomovimiento) y la Confederación Nacional (agrupación de tercer grado forma-da por todas las Federaciones y, por ende, máximo organismo del cooperati-vismo nacional).

Dicha normativa determina también la posibilidad de organizar institu-ciones especializadas de segundo grado en el ámbito del crédito cooperativo,y a parte de la Federación (Bancos populares, Cajas de Crédito Cooperativo yBancos Cooperativos)2, con el propósito de que las asociadas dispongan derecursos propios para “el mejor cumplimiento de sus fines” (Título VII, Art. 80).

2.1 Instituciones de Crédito Cooperativo

A continuación se presenta una breve reseña de las dos únicas institucionesde crédito cooperativo establecidas en el país; la primera desapareció des-pués de una historia accidentada y la segunda es de reciente creación.

2.1.1 El Banco de Cooperativas

El Banco de Cooperativas se constituyó en 1964, con el aporte financiero delEstado ecuatoriano y de la Agencia Internacional de Desarrollo de los Esta-dos Unidos, como una estructura crediticia de derecho privado y finalidadsocial o pública, “dedicada de manera específica al financiamiento y desarro-

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llo económico del movimiento cooperativo” (Mills, 1989: 227)3. Su crecimien-to fue lento (se ubicaba entre las instituciones financieras más pequeñas delEcuador) y su importancia como entidad crediticia al servicio del sectorcooperativo fue paulatinamente disminuyendo: en 1982, el 80% de los prés-tamos concedidos se canalizó a favor de particulares, el resto hacia el sectorcooperativo.

Las acusaciones entre directivos y organizaciones afiliadas fueron recí-procas: los directivos reprochaban la falta de colaboración y confianza porparte de las organizaciones socias, pues en lugar de depositar sus disponibili-dades financieras en el Banco de Cooperativas, las colocaban en otras institu-ciones financieras privadas, persiguiendo únicamente finalidades de lucro(mayores tasas de interés)4.

Las cooperativas, por su parte, recriminaban a los directivos del Bancohaber cambiado su filosofía para abrir sus puertas a otros sectores socialesque, desde 1972, habían sido privilegiados en el acceso a los recursos. Dichasorganizaciones de base manifestaban además cierta desconfianza hacia lainstitución por su gestión administrativa; el personal empleado – señalaban –no era permanente y muchos de ellos no poseían suficientes conocimientos ycapacitación.

Esas fueron, en suma, las principales razones por las que el Banco deCooperativas en vez de robustecerse y crecer, permaneció prácticamenteestancado. Para mejorar esa situación, la institución se puso a tono con labanca privada del país, estableciendo un sistema computarizado para operaren red con sus agencias5, confiando en que las cooperativas ubicadas en lasprovincias habrían respondido a su llamado integracionista. Sin embargo,continuó “el egoísmo de falsos líderes”6: fueron sobre todo las grandes coope-rativas de ahorro y crédito7 las que menos colaboraron para lograr una mayorcapitalización del Banco, aunque siempre estuvieron interesadas en captar ladirección de la institución.

De ahí que, a partir de 1987, el Banco de Cooperativas entró en una fasede reestructuración institucional, tanto de carácter administrativo (reorde-namiento de funciones, delimitación de responsabilidades, capacitación delpersonal, etc.) como de fondo, para alcanzar una nueva imagen de mayoreficiencia. Además, intentó reformar su ley constitutiva para ampliar el cam-po de los potenciales socios a fundaciones, corporaciones y otras entidadessin fines de lucro, así como a otros organismos de integración8.

El objetivo de la reforma planteada era favorecer una mayor capitaliza-ción del Banco, pues la falta de recursos había limitado notablemente la laborde la institución, no pudiendo atender los requerimientos de las cooperativasafiliadas y ofrecer una mejor prestación de servicios. Sin embargo, la fuertecompetencia de la banca privada no permitió obtener respuestas positivaspor parte de las cooperativas accionistas para incrementar el capital social ytampoco captar nuevos asociados.

En 1994, por su precariedad financiera9, se inició un proceso de rehabili-tación que determinó su transformación en sociedad anónima y la sucesivaventa y cambio de denominación10.

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2.1.2 FINANCOOP, Caja Central Cooperativa

Después de la desaparición del Banco de Cooperativas, y a raíz de la situaciónde desconfianza que sembró, en agosto de 1999 se resuelve conformar unnuevo organismo financiero de segundo piso (FINANCOOP)11, esta vez perosólo para el sector de ahorro y crédito, con el propósito de atender las necesi-dades de liquidez de dichas organizaciones cooperativas, pues en ese añoEcuador estaba atravesando la más grave crisis financiera de su historia (cie-rre de bancos, congelamiento de depósitos, etc.).

Puesto que tampoco el sector cooperativo de ahorro y crédito estuvoexento de las consecuencias que esos eventos generaban, se hizo imprescin-dible desarrollar estrategias y mecanismos eficaces de respuesta. En esecontexto se constituye FINANCOOP, mediante el apoyo financiero de laConfederación Alemana de Cooperativas (DGRV)12 y el impulso de trece coo-perativas de ahorro y crédito nacionales13, con el propósito de respaldar yfortalecer al sistema en su conjunto a través de una gestión transparente yprofesional de los recursos.

En su proceso de afianzamiento, FINANCOOP ha atravesado por tres eta-pas diferentes: en la primera desempeñó únicamente las funciones de una‘central de crédito’ (en el año 2000), favoreciendo la movilización de recursosdesde las instituciones superavitarias a las deficitarias calificadas; en lasegunda, a raíz de la quiebra y absorción de CONSULCOOP (Corporación deConsultoría Técnica)14, cumplió actividades en dos áreas fundamentalesde soporte: producto y servicios financieros y asistencia técnica (periodo2001-2002); en la tercera (a partir del 2003), replanteó su direccionamientoestratégico en el sentido de constituirse en una ‘caja central cooperativa’, (ins-pirándose – para el efecto – en el modelo brasilero de SICREDI)15 con especia-lización en el manejo financiero16, para apoyar a las cooperativas socias en lagestión de tesorería, administración de inversiones y portafolios (entre otros)y cumplir con la nueva normativa relativa al funcionamiento y operacionesde entidades de segundo piso del sector (Resolución No. JB-2002-504/505).

Para evitar los problemas que se dieron con el desaparecido Banco deCooperativas (no se respetaba el principio de subsidiaridad17 y de regionali-dad18), en la Resolución 504 de la Junta Bancaria se establece que las organi-zaciones de segundo piso “tienen por objeto operar sólo con las cooperativasde ahorro y crédito asociadas” (Sección I, Art. 1); y, “no podrán recibir capta-ciones del público en general, bajo ninguna modalidad; así como el otorga-miento de créditos; tampoco podrán brindar a sus asociadas servicios deconsultoría, auditoría o cualquier otro tipo de servicio que representen con-flictos de interés” (Sección III, Art. 2, literal 2.4).

Por lo tanto, el objetivo principal de FINANCOOP es actualmente admi-nistrar los recursos financieros de las cooperativas de ahorro y crédito19,así como de otras instituciones de desarrollo que aspiren a fortalecer ycoadyuvar a un crecimiento sostenible del sector y a su modernización, pro-porcionando – al mismo tiempo – servicios técnicos-financieros eficientes yasesoría especializada (monitoreo de la gestión financiera y aplicación de una

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metodología de calificación de riesgos crediticios que cumpla con parámetrosinternacionales).

Para el efecto, FINANCOOP cuenta con el apoyo de dos organismosinternacionales socios, la DGRV-CONCAF (Confederación de Cooperativasde Alemania) y SWISSCONTACT (Fundación Suiza de Cooperación para elDesarrollo Técnico). Además, mantiene como aliados estratégicos a la Cor-poración Financiera Nacional, para líneas de crédito dirigidas al sectormicroempresarial, y a la Cooperación Técnica Belga (CTB), para desarrollar el‘Programa de Servicios Financieros Rurales’ focalizado en la Sierra Norte delpaís.

En calidad de organismo cooperativo de integración financiera de segundopiso, FINANCOOP busca mejorar la competitividad de sus afiliadas respectode otras instituciones del sector crediticio nacional, consiguiendo mejoresrendimientos y oportunidades a través de la prestación de servicios como eldesarrollo informático de aplicaciones especializadas, el enlace con mercadosde capitales nacionales e internacionales, la emisión de tarjetas de débito paracajeros automáticos (red de servicios cooperativos compartidos, COOPRED),entre otros, y fomentando la cohesión de las organizaciones socias.

A partir de julio del 2002, FINANCOOP ha sido incorporada a la supervi-sión y control de la Superintendencia de Bancos y Seguros (Resolución No.SBS-2002-0531), contando con el respectivo permiso de funcionamiento.Puesto que el capital social mínimo establecido para la constitución de unacooperativa de ahorro y crédito de segundo piso es de 1 millón de dólares(Resolución No. JB-2002-504, Sección I, Art. 3), FINANCOOP deberá adecuarsu patrimonio actual (de alrededor de US$ 600.000) a los requerimientos le-gales hasta finales del 2003. Para el efecto, se ha establecido que las coopera-tivas de ahorro y crédito controladas por la Superintendencia deben aportarobligatoriamente al organismo de segundo piso con por lo menos el 1% de supatrimonio técnico constituido20.

Además, en función de que FINANCOOP, en su calidad de Caja CentralCooperativa, debe atender las necesidades de liquidez de sus afiliadas, dichasorganizaciones aportarán al fondo específico con un 5% adicional.

En términos del gobierno de la institución, se establece que “cada certifi-cado de aportación en el capital social de la cooperativa de ahorro y créditode segundo piso, dará derecho a un voto en la toma de decisiones que corres-ponda a la asamblea general” (Resolución No. JB-2002-504, Sección II, Art. 2).De esa manera, se consagra un sistema basado en votos ponderados en fun-ción de lo aportado, desplazando así el sistema tradicional de ‘un socio unvoto’ y favoreciendo indudablemente a las organizaciones grandes, que máscontribuyen.

Con miras a ‘despolitizar’ dicho organismo, se determina también que“ningún miembro del consejo de administración … podrá ser representantede asociaciones, federaciones o cualquier tipo de organización de cooperati-vas” (Resolución No. JB-2002-504, Sección II, Art. 3).

En síntesis, la necesidad de mejorar la eficiencia organizativa y evitar losproblemas generados con los bancos cooperativos (en plena competencia

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con las cooperativas de ahorro y crédito de base), favoreció el auge de las cajascentrales en América Latina y, en particular, en Ecuador. En ese país, dichoproceso está permitiendo conseguir el respeto del principio de regionalidad(por lo menos entre las organizaciones miembros) y, al mismo tiempo, la pro-yección de una imagen corporativa común en beneficio de todos los asociadoscooperativistas.

2.2 Las Federaciones

La mayor parte de los organismos de carácter federativo se constituyeron enEcuador durante la década de los sesenta y primeros años de los setenta; enconsideración de la precariedad y debilidad de las organizaciones cooperativasde base existentes en el país a mediados del siglo XX21, los esfuerzos de lacooperación internacional se dirigieron hacia la conformación de entidadesde integración de segundo grado (por cada línea o clase de actividad), con lafinalidad de prestar diferentes servicios de asistencia técnica.

En efecto, las federaciones debían contribuir al fortalecimiento y conso-lidación de las pequeñas cooperativas socias proporcionándoles apoyo dediferente tipo. Sin embargo, las actividades realizadas no respondieronsiempre a las necesidades sentidas por las organizaciones integrantes; poreso, una vez que dejaron de recibir ayuda técnica y financiera del exterior,las federaciones no lograron autofinanciarse y la mayor parte entró en unproceso de estancamiento y descomposición, frente a la indiferencia de susafiliadas.

La abundante inyección de recursos económicos por parte de institucio-nes nacionales y extranjeras había dado lugar a estructuras aparentementepoderosas que, en realidad, se asentaban sobre débiles e inseguras bases,insuficientemente preparadas para asumir directamente la conducción del sis-tema. Por esta razón, y por su carácter de instituciones inducidas, resultaronser frágiles estructuras manejadas y – en ciertos casos – manipuladas porfalsos líderes.

2.2.1 Algunos intentos frustrados de integración cooperativa

Las dos federaciones que, por escaso liderazgo y falta de concertación con lasbases asociadas, no tuvieron mayor trascendencia en el país, a pesar de losrecursos puestos a disposición por el Estado y organismos internacionales,fueron la Federación de Cooperativas Arroceras, FENACOPARR, y la Federa-ción de Cooperativas Bananeras, FENACOBA22.

Mayor significación para las cooperativas arroceras y bananeras adqui-rieron, en cambio, las uniones conformadas a nivel local y/o regional, puesdesarrollaron sus actividades de manera dinámica, respondiendo de formamás acertada e inmediata a los requerimientos de las asociadas. Su cercaníageográfica les permitió conocer sus necesidades y demostrar mayor flexibili-dad, adaptabilidad y apertura con sus bases campesinas.

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Cabe citar al respecto, el ejemplo de la Unión de Organizaciones Campe-sinas de Vinces y Baba – UNOCAVB (que surgió por iniciativa de las máscombativas cooperativas arroceras de la zona), la Unión Regional de Organi-zaciones Campesinas del Litoral – UROCAL, y la Unión de CooperativasBananeras de la Zona Oriental.

2.2.2 Organismos de integración debilitados pero sobrevivientes o de recientereactivación

Tanto la Federación de Cooperativas de Producción Agrícola y Mercadeo(FECOPAM) – que a pesar de su razón social tiene un área de acción limitadageográficamente (Cantón Daule) y productivamente (cooperativas arroceras)– como la Federación Nacional de Cooperativas Cafetaleras (FENACAFE), sonejemplos de organismos de integración que han sobrevivido a avatares inter-nos y externos, pues desde su creación han experimentado diferentes procesosde crecimiento y estancamiento o abierta crisis e intervención, relacionadoscon la dinámica productiva del sector o con su desempeño con las bases. Apesar de eso, y de su poca representatividad, han mantenido activa su pre-sencia entre los asociados (sobre todo la primera) o en los organismos queestablecen las políticas agrarias sectoriales (la segunda)23.

Por el contrario, la Federación de Cooperativas de Vivienda (FECOVI)tuvo inicialmente un desenlace temporal muy corto: desde 1962 hasta 1968,cuando fue intervenida. En sus primeros años llegó a integrar a 83 cooperati-vas, con alrededor de 8.000 socios, en su mayoría pertenecientes a las provin-cias de Pichincha, Guayas y Tungurahua. Sin embargo, la desconfianza que segeneró a raíz de las acusaciones de las que fue objeto (es decir, haber cometi-do irregularidades y perjuicios a las organizaciones asociadas en la realiza-ción de programas de vivienda popular), condujo a la separación de lascooperativas afiliadas y, por ende, al estancamiento y crisis de la federaciónque fue declarada en proceso de liquidación por las autoridades competen-tes.

Después de más de treinta años, en el año 2001, ha sido reactivada gra-cias a las gestiones realizadas por los directivos de la Asociación de Coopera-tivas Múltiples “Solidaridad” y la Dirección Nacional de Cooperativas. Susactividades son todavía muy limitadas como también su membresía.

2.2.3 Los intentos de integración relativamente exitosos

En un plano diferente se ubican otras dos federaciones, actualmente activas yrelativamente consolidadas; es decir, la Federación Nacional de CooperativasPesqueras Artesanales, FENACOPEC24, y la Federación de Cooperativas deAhorro y Crédito, FECOAC.

Sin embargo, al analizar el ‘historial’ de FECOAC, se descubren tensionesinternas y problemas latentes no resueltos. En efecto, a partir de los añosnoventa, dicha institución – acatando un pedido de su Asamblea General deAsociados – trabajó en la elaboración de una propuesta de rediseño de su

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estructura, asumiendo la configuración de un holding; es decir, descentrali-zando sus funciones a varias organizaciones satélites especializadas para res-ponder de mejor manera a los requerimientos de sus asociadas25. Miembrosde esas empresas satélites debían ser las cooperativas de ahorro y créditointeresadas, en calidad de socias accionistas, y la Federación; pues, aun go-zando de autonomía administrativa y económica, se había establecido queesas organizaciones debían sujetarse a los lineamientos generales estableci-dos por la entidad central (FECOAC).

Según una evaluación realizada en junio del 2000, se concluyó que lasestrategias adoptadas por dichas corporaciones especializadas habían sidoidóneas para fortalecer el sistema cooperativo nacional de crédito, a pesar deun escenario de alta competitividad; la eficacia del sistema integrado se basa-ba sobre todo en la calidad de los servicios ofrecidos. Eso había permitidolograr la sostenibilidad de las organizaciones (FECOAC, 2000:27).

A pesar de eso, a partir de agosto del mismo año, con una nueva directivade la Federación26, se procedió a un “reordenamiento” administrativo de laentidad, volviéndose a centralizar en el organismo de integración la presta-ción de los servicios de auditoria, crédito, capacitación, consultoría y asisten-cia técnica, en plena conflictividad y abierta ruptura con las empresasespecializadas existentes, a la cuales se les habían delegado dichas funcionesy que siguieron desempeñándose de manera autónoma27. Esa decisión ahon-dó las divisiones ya existentes entre sus bases y perjudicó a la misma Federa-ción, restándole representatividad y debilitando aún más su imagen, pues segeneró una ruptura institucional y una abierta competencia entre diferentesorganismos representativos del sector de ahorro y crédito28.

2.2.4 Las federaciones de los transportistas: organismos representativosde un sector cooperativo sui generis

En el sector transporte existen cuatro federaciones legalmente inscritas: detaxis, del transporte pesado, del transporte público de pasajeros y del trans-porte liviano. Las actividades de esas federaciones y, por ende, de sus asocia-das están – en realidad – vinculadas a reivindicaciones de tipo gremial, porsus nexos con los sindicatos de chóferes. De ahí que las federaciones no ofre-cen mayores servicios colectivos, como podrían ser almacenes de repuestos,mecánicas propias, etc; y sus estructuras de integración sirven esencialmentepara canalizar aspiraciones corporativas.

Puesto que las cooperativas asociadas carecen de los más elementalesconocimientos sobre el cooperativismo29, de los organismos de integraciónesperan únicamente recibir beneficios económicos. Probablemente es poreso que las federaciones se han convertido, en estos últimos años, en gruposde presión y – en campañas electorales – de proselitismo partidista, con lafinalidad de obtener ventajas para el sector (alzas de las tarifas de transporte,congelamiento de los precios de las llantas y otros repuestos, exoneracionesarancelarias, entre otros).

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Por las características señaladas, no se considera necesario profundizaren el análisis de esos ‘organismos de integración’, pues su permanencia sebasa en factores que escapan al análisis del modelo interpretativo propuestoen el presente trabajo.

2.2.5 Un primer balance de las experiencias de integración cooperativaa nivel nacional

El estudio del origen y desarrollo de las federaciones de cooperativas permiterealizar algunas reflexiones sobre los problemas de fondo que han afectado ysiguen afectando a los organismos de integración de alcance nacional.

Los problemas detectados se determinan, en buena parte, por un viciode origen: casi todas las federaciones fueron creadas artificialmente desdearriba y por motivos ajenos a los intereses de las asociadas. La intervención deagencias internacionales en el financiamiento de los programas de promocióncooperativa originó además una dependencia económica y administrativainconveniente y – frecuentemente – se convirtió en verdadera interferenciaen la gestión de las organizaciones de integración cooperativa. El paternalismodel Estado y la desmesurada inyección de recursos crearon una falsa imagende prosperidad económica que a la larga incentivó la corrupción e inefi-ciencia, creando desconfianza en las bases e impidiendo una efectiva colabo-ración y solidaridad entre asociados. La falta de un liderazgo desinteresadoque cohesionara a los grupos e infundiera mística no permitió mantener laindispensable unidad. De ahí que la mayor parte de esos organismos desegundo grado, por su carácter inducido y dependiente, han tenido una exis-tencia precaria e irregular.

Si bien es cierto que el trabajo de las federaciones necesitaba de apoyoeconómico-financiero de gran envergadura que no podía ser autogeneradopor sus bases, los organismos de integración tampoco debían haberse torna-do en totalmente dependientes de la ayuda del Estado o de otras institucio-nes de desarrollo, pues eso implicó – en muchos casos – la pérdida de suindependencia y la suscripción de compromisos que iban en contra de suautonomía de decisión o en contra de las expectativas y requerimientos desus asociadas.

Promotores y asesores externos al movimiento cooperativo tambiéninfluyeron en dichas organizaciones de manera más o menos visible e inten-sa y no siempre positivamente. Algunos se limitaron a acompañar la reflexiónde los miembros de las organizaciones, sugiriendo actividades, temas de dis-cusión y analizando problemáticas; otros, con la preocupación de obtenerrápidamente los resultados perseguidos, ‘manejaron’ directamente las insti-tuciones, lo que creó una inoportuna subordinación.

Otra de las razones por las cuales las federaciones no cumplieron con susobjetivos fue que no contaron con la preparación doctrinaria y técnica nece-saria para que sus dirigentes y miembros comprendieran la importancia deconformar estructuras integradas. Cierto es que la capacitación sufre seriasdificultades cuando los sujetos a los que está dirigida carecen de educación

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básica, pero es opinión común que los cursos dictados inicialmente por lasinstituciones internacionales fueron insuficientes y esporádicos; faltó ade-más una práctica constante.

El Estado, por su parte, no asumió esa responsabilidad con la debidaseriedad aun cuando poseía los recursos necesarios, pues casi todas las coo-perativas han venido alimentando por años el ‘fondo nacional de educa-ción’30, previsto en la Ley de Cooperativas, sin recibir mayores servicios porparte del Consejo Cooperativo Nacional. Faltando una acción comprometidadel Estado y dadas las limitaciones intrínsecas al movimiento cooperativo,los servicios de promoción y capacitación fueron asumidos por institucionesprivadas que especularon con las necesidades de muchas organizaciones.

Cabe señalar además que para las federaciones, aun las más exitosas, hasido muy difícil mantener una relación estable con sus bases cooperadas porfalta de mecanismos de comunicación apropiados y permanentes que trans-parentaran sus actividades; esas carencias les convirtieron en una suerte de“generales sin tropa”, con un peligroso nivel de burocratización.

Finalmente, en algunas federaciones faltó una apropiada renovación delos cargos directivos, pues varias de las organizaciones todavía existentes osobrevivientes están representadas por viejos lideres, lo que de hecho impidesu desarrollo (por desconfianza, intereses enraizados, etc.) y la adopción deuna visión diferente de la labor de integración así como de las funciones acumplir. Algunos de esos personajes, nefastos para el movimiento cooperati-vo, han lucrado con los privilegios derivados por el ejercicio de dichos cargosdirectivos y siguen haciéndolo en nombre de un pasado de luchas reivindi-cativas.

Además de los problemas señalados con respecto del desempeño de lasorganizaciones federativas de cooperativas para el caso específico del Ecua-dor, existen algunas tendencias generales que han sido identificadas en dife-rentes países del mundo (Schediwy, 1997:9) y que también son válidas para elcontexto nacional, a saber:

a) en la medida en que se debilita el sistema de valores que sustentó la confor-mación de dichos organismos, tienden a aumentar las tensiones internas;

b) los equilibrios de poder a su interior no se mantienen estables por períodosprolongados y, en algunos casos, aumentan las interferencias de determi-nados sectores políticos;

c) mientras más crecen y se desarrollan las organizaciones afiliadas, disminu-ye el peso de las instituciones centrales, sobre todo si siguen dependiendoeconómicamente de las primeras;

d) frente a la pérdida de contenido ideológico, las soluciones federativasbasadas en la conformación de holding se imponen a fin de ofertar serviciosespecializados y de calidad para competir con los existentes en el mercado.

Dichas tendencias han conllevado a algunos estudiosos a formular una“teoría del ciclo de vida de las federaciones”, pues durante las últimas dosdécadas del siglo veinte varias de esas instituciones (sobre todo en Europa)colapsaron o vieron mermada su viabilidad económica bajo la presión com-petitiva de otros grupos similares y/o por conflictos institucionales internos31.

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Ese fenómeno se ha registrado en el ámbito de las federaciones que agru-pan cooperativas de producción y, en particular, en las financieras (coopera-tivas y cajas de ahorro y crédito), en donde las organizaciones de mayortamaño “parecen desarrollar una tendencia a ‘devorar’ a las instituciones cen-trales” o cuando “los intentos de dominación jerárquica por parte de las insti-tuciones centrales se enfrentan a las demandas de mayor independenciaexpresadas por parte de las asociadas de mayor tamaño” (Schediwy, 1997:11).

En efecto, el típico sistema federativo de cooperativas ha sido, por lo ge-neral, una mezcla de estructuras jerárquicas, no necesariamente eficientes.Esas estructuras tradicionales están siendo cuestionadas sobre todo por lasorganizaciones de base que han alcanzado gran relevancia económica y quepor ende reivindican una mayor representatividad y poder de decisión al in-terior de las instituciones de integración, acorde a su importancia. Por el con-trario, las cooperativas pequeñas siguen siendo mayoría al aplicarse elprincipio un socio-un voto. Dicha polémica, no resuelta, pone en tela de dudalo “formal” y lo “real” de la democracia cooperativa.

De las investigaciones realizadas sobre algunas federaciones cooperati-vas ecuatorianas (las existentes y desaparecidas que se resumieron en losanteriores párrafos) se han evidenciado ciertas tendencias que se presentan,de forma esquemática32, a continuación:

En base al esquema anterior, se deduce que con el paso del tiempo seorigina un proceso de progresivo deterioro de los sistemas federativos coope-rativos, sobre todo si su creación ha sido inducida y, por lo tanto, los aspectosideológicos que la sustentan son débiles. Aun cuando la fase inicial ha sidoespontánea y la federación el resultado de la iniciativa propia de sus bases, elestancamiento y burocratización de la institución (como efecto de su posi-cionamiento externo) genera un debilitamiento de los valores e ideales queinspiraron su constitución y puede conllevar a su disolución o desdoblamien-to, si no se introducen los correctivos necesarios (reorientación), particular-mente en presencia de pugnas internas de poder y de insatisfacción por lacalidad de los servicios recibidos.

En efecto, es evidente que una federación que no comprometa a sus or-ganizaciones socias en proyectos que propicien la solidaridad del sector, paraenfrentar problemas y reivindicaciones comunes, o delinee estrategias com-petitivas de carácter general, está expuesta al peligro de perder cohesión in-terna y verá mermado su nivel de aceptación y credibilidad.

Al respecto, en estos últimos años, la principal táctica adoptada por lasorganizaciones federativas (sobre todo las de carácter financiero) para evitardicha tendencia ha sido la de ofrecer a sus socios nuevos servicios, mejoran-do al mismo tiempo la calidad de los existentes, al fin de poder competir en elmercado mediante la conformación de un sistema integrado de organismosespecializados (holding). En el caso del Ecuador, un ejemplo de lo señaladose ha dado en el sector de ahorro y crédito, aunque con las limitaciones y eldesenlace señalados en el párrafo 2.2.3.

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EL CICLO DE VIDA DE UN ORGANISMO FEDERATIVO

➣ Fase de Fundación iniciativa propia fi aspectos ideológicos muy fuertesiniciativa inducida fi aspectos ideológicos débilesactividad desempeñada de carácter general

➣ Fase de Afirmación actividad enfocada a la resolución de conflictoscon el mundo exterior

➣ Fase de Consolidación el nivel de éxito depende de la capacidad de captarafiliados, ofrecerles servicios adecuados y manteneruna auténtica solidaridad sectorial

➣ Fase de Estancamiento burocratización de la institución, enfriamiento ideológico,solidaridad sectorial impuesta

➣ Fase de Tensiones surgen conflictos internos de interés entre los directivosy los miembros de mayor envergadura

➣ Fase de Ruptura y predominio de la lógica individualista y comercial en lasDisolución o de organizaciones asociadas; nuevo reparto del poderReorientación y federativo; menoscabo de los principios y valoresSupervivencia cooperativos

3. ALGUNAS REFLEXIONES FINALES

A pesar de los aspectos negativos y de las dificultades evidenciadas, la predis-posición de las cooperativas a integrarse, no solamente en federaciones sinotambién en otros tipos de organizaciones de segundo grado, tanto a nivelhorizontal (de una misma línea, las Uniones) como vertical (de diferenteslíneas, las Asociaciones), debe ser respaldada y sostenida por la importanciaque reviste dicho proceso, pues los organismos de integración pueden:

➣ prestar servicios especializados a costos más bajos (asesoramiento técnicoy contable; exportación de productos; obras de infraestructura; provisiónde insumos de mejor calidad y a precios convenientes; acceso a nuevas tec-nologías, etc.);

➣ ampliar la esfera de acción de las cooperativas socias (sobre todo en el casode organizaciones agrarias);

➣ canalizar recursos económicos hacia sus afiliadas ofreciendo garantíassolidarias;

➣ realizar una planificación económica y financiera orientando las actividadescomunes;

➣ fortalecer las relaciones entre cooperativas evitando competencias nocivaspara el movimiento;

➣ representar al sector ante organismos del Estado e instituciones internacio-nales;

➣ defender intereses comunes;➣ reforzar al movimiento cooperativo frente a otros sectores económicos con

los que compite.

Sin embargo, para poder alcanzar sus objetivos, los organismos deintegración cooperativa deben contar con el consenso generalizado de susafiliadas y “demostrar ser un interlocutor fiable y serio” (Croll, 1986:89). Ade-más, puesto que estos organismos reúnen a cooperativas de diferente tama-ño y heterogéneas en cuanto a sus estratos sociales, las exigencias en términos

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de servicios requeridos pueden ser muy variadas, lo que dificulta su cumpli-miento.

Ya que es imposible actuar en concordancia con los criterios de cadaorganización de base, toda actividad desempeñada debe partir de un análisisprevio sobre la existencia de una coincidencia de intereses entre las afiliadas.“Si los intereses son homogéneos, por lo general es sencillo encontrar solu-ciones de compromiso internamente, apoyadas por todos …. si los interesesson heterogéneos, …. es necesario elaborar una síntesis aceptable.” (Croll,1986:93). No se debe descuidar esos aspectos suponiendo o esperando quelas divergencias se superen por sí solas; se requiere más bien de cierta flexibi-lidad y adaptabilidad en las orientaciones generales de las institucionesasociativas a fin de resolver problemas internos y trabajar con éxito. Para ello,deberían superarse ciertos limitantes, intrínsecos al propio movimiento:

1. la actuación individualista de algunas organizaciones (sobre todo de las másgrandes) que reivindican ‘más poder’ al interior de su federación;

2. la existencia de cooperativas ‘parásitas’ que gozan de los beneficios de laintegración sin aportar para cubrir sus gastos;

3. diferencias ideológicas y rivalidades regionalistas por encima de intereses ynecesidades comunes;

4. inmediatismo en los resultados y visión de corto plazo.

Estos parecen ser los principales factores que obstaculizan el desarrolloeficiente y efectivo del proceso integracionista, sobre todo de tipo federativo.

Dada esa situación, desde hace algunos años en el Ecuador, una serie decircunstancias están conduciendo a algunas organizaciones cooperativas apromover y liderar procesos asociativos de diferente índole y naturaleza, cuyoresultado es un entramado de relaciones y alianzas horizontales y verticalesentre pequeños productores agrarios, cooperativas de ahorro y crédito (uotras organizaciones financieras de carácter asociativo) e instituciones de de-sarrollo local, sobre todo no gubernamentales; dichas relaciones constituyenun tipo especial de “red organizacional” que no compromete o perjudica laspeculiaridades de las cooperativas como entidades de autoayuda sino, por elcontrario, las refuerza.

NOTAS

1. Fue expedida en 1966.2. Las Cajas de Crédito Cooperativo son uniones o asociaciones de cooperativas que

aúnan sus capitales y ahorros con el fin de establecer un más amplio servicio decrédito entre ellas o en favor de sus socios. Pueden ser locales, provinciales o teneralcance nacional. Los Bancos Cooperativos son los que se organizan entre variascooperativas de cualquier clase, cajas de crédito, uniones o asociaciones, con el finde proporcionar crédito, con un interés bajo y en plazos y condiciones convenien-tes, a las organizaciones cooperativas que reúnan los requisitos estipulados. LosBancos Populares son las instituciones bancarias formadas entre cooperativas deproducción artesanal o industrial, sindicatos y sociedades de trabajadores o artesa-nos, en general, organizados cooperativamente, con el fin de hacer préstamos a

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dichas entidades y realizar con ellas o con sus socios cualquier clase de operacionesbancarias.

3. Las primeras afiliadas fueron 82 cooperativas, integradas por un total de 17.500 so-cios. En 1983 eran 240 con un total de 480.000 asociados.

4. Varias cooperativas de ahorro y crédito no operaban con el Banco de Cooperativaspuesto que las tasas de interés que debían pagar eran – en muchos casos – mayoresde las que dichas organizaciones aplicaban a sus socios; en efecto, el Banco al tenercostos financieros relativamente altos no podía aplicar tasas preferenciales para lascooperativas socias. Esa puede ser una de las razones por la que esas cooperativastuvieron una actitud negativa hacia el Banco, al no constituir fuente ventajosa deaprovisionamiento de recursos.

5. El Banco de Cooperativas funcionaba a través de una casa matriz y dos sucursalesen Quito, y agencias en las ciudades de Guayaquil, Sucúa, Portoviejo, Ambato yTulcán.

6. Entrevista a ex directivos de la institución.7. La mayor parte de las cooperativas afiliadas eran de ahorro y crédito y transporte.8. Presentó, al respecto, un proyecto de ley al Congreso Nacional (en septiembre de

1987), que pero permaneció estancado en la Comisión de Presupuesto del poderlegislativo.

9. Existía un alto índice de morosidad.10. Se trasformó en el Banco Universal S.A. UNIBANCO.11. En 1999 se constituye formalmente pero empieza a operar desde el año 2000.12. La DGRV aportó con el ‘capital semilla’, alrededor de unos 70.000 dólares.13. Las cooperativas socias fueron inicialmente unas treinta, entre reguladas y no regu-

ladas por la Superintendencia de Bancos.14. CONSULCOOP (creada en 1995) y FINANCOOP eran – entre otras – empresas satéli-

tes creadas por la Federación de Cooperativas de Ahorro y Crédito para la prestaciónde servicios especializados.

15. En realidad no había modelos referenciales que respondieran a los requerimientosdel sector de ahorro y crédito nacional.

16. Se retira de la asistencia técnica y reforma sus estatutos.17. En varios países de América Latina, la crisis de los bancos cooperativos fue el resul-

tado de la sobreposición de funciones financieras de primer y segundo piso, pueseso determinó que se convirtieran en instituciones competidoras para las coopera-tivas de ahorro y crédito asociadas (y, en parte, dueñas del capital de los bancos), alalejarse de la razón original de su existencia; así que, en vez de producirse efectossinérgicos, se generaron conflictos de intereses y repercusiones negativas para elsector. Arzbach Matthias, 2002:3 y 10.

18. Según ese principio las cooperativas se distribuyen geográficamente el mercado yno hay competencia dentro del sector, sino hacia fuera (con la banca privada y otrasinstituciones financieras). Arzbach Matthias, 2002: 21-22.

19. En el año 2001 la organizaciones socias y usuarias de sus servicios eran 57; actual-mente son 62, de las cuales 17 son reguladas por la Superintendencia de Bancos.

20. El valor de cada certificado de aportación es de US$ 100.21. En los orígenes y consolidación del movimiento cooperativo ecuatoriano se pueden

distinguir por lo menos tres etapas fundamentales: a) la primera se inicia aproxima-damente en la última década del siglo XIX, cuando se crean – especialmente enQuito y Guayaquil – una serie de organizaciones artesanales y de ayuda mutua; b) lasegunda empieza a partir de 1937, año en el cual se dicta la primera Ley de Cooperati-vas con el propósito de dar mayor alcance organizativo a los movimientos campesi-nos, modernizando su estructura productiva y administrativa, mediante la utilizacióndel modelo cooperativista; c) la tercera etapa comienza a mediados de los años se-senta con la expedición de la Ley de Reforma Agraria (en 1964) y de la nueva Ley deCooperativas (en 1966), aún vigente (Da Ros, 1985: 13).

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22. Para mayores detalles ver: Da Ros, 1991.23. Para conocer su historial, el lector interesado puede consultar: Da Ros, 1991.24. Es la única Federación que se conformó en la década de los ochenta (el 30 de julio

de 1986). Ver : Da Ros, 2003.25. En 1991 se constituyó la empresa para auditoria y asesoría, AUDICOOP; en 1992 las

empresas de estudios y desarrollo, CEDECOOP y de sistemas y servicios informáticos,SYSTECOOP; en 1995 la corporación de consultoría técnica, CONSULCOOP; en 1998una agencia de protección de depósitos SOLIDARIA; y, por último, en 1999 se creó laCaja Central Cooperativa, FINANCOOP. Antes de que se conformen estos organismos,ya se había creado, en 1986, la Fundación de Desarrollo Cooperativo, FUDECOOP,entidad privada de fomento y apoyo a las cooperativas de ahorro y créditos rurales.El apoyo financiero y técnico para la creación de ese sistema cooperativo integradofue proporcionado por la DGRV-CONCAF (ACI,1996: 51-54).

26. FECOAC está administrada por representantes de las cooperativas de ahorro y cré-dito socias, elegidos en Asamblea General en base a su formación profesional y ex-periencia cooperativa.

27. Según afirmaciones del entonces gerente general de FECOAC, “la presencia de lascorporaciones en el sistema cooperativo nacional desplazó en gran medida a laFederación, pues con los servicios corporativos coparon el ámbito de vinculación yacción reciproca anteriormente existente. Todos los servicios que requiere el siste-ma cooperativo han sido cubiertos en un cien por ciento por las cinco corporaciones:AUDICOOP, FINANCOOP, CONSULCOOP, CEDECOOP Y SISTECOOP. La FECOAC hadesaparecido en este gran concierto de servicios; sin embargo, se ha pretendidojustificar este hecho asignándole el espacio de la defensa. ¿Defensa de quién? Todossabemos que para ello necesitamos de la asistencia técnica y financiera… La presen-cia de las corporaciones, en el transcurso del tiempo, no aportaron – organizacionalni financieramente – réditos positivos a la Federación, por el contrario, se constata… falta de seriedad y cumplimiento a los compromisos establecidos y, lo más grave,el compromiso político demostrado alrededor del Proyecto de Ley Reformatoria a laLey General de Instituciones Financieras y otras Leyes, impulsadas por la Superin-tendencia de Bancos y el BID… [la polémica se situaba alrededor del organismo quedebía ejercer el control y supervisión de las cooperativas de ahorro y crédito. MientrasFINANCOOP y las otras corporaciones apoyaban el Decreto Ejecutivo que determi-naba que las cooperativas de ahorro y crédito debían someterse al control y supervi-sión de la Superintendencia de Bancos, la Federación se oponía, afirmando que laLey de Cooperativa de 1966 establecía que dicho control correspondía de maneraexclusiva a la Dirección Nacional de Cooperativas y además argüía que, puesto queun decreto no puede modificar una ley por ser de grado jerárquico inferior, dichodecreto era inconstitucional. La diferente visión se amparaba en el grado de eficien-cia y capacidad de desempeño de ambos organismos, pues la Dirección Nacional deCooperativas no había demostrado, en tantos años, mayor competencia en el cumpli-miento de dichas funciones.]. En este marco contrastante [se enmarcó] la decisión delos directivos de FECOAC de retomar los servicios e independizar a las Corporacio-nes.” (FECOAC, 2001: 27-29).

28. Por ejemplo, la FECOAC y FINANCOOP se disputan la representación de las Institu-ciones de Crédito Cooperativo en el Consejo Cooperativo Nacional (máximo orga-nismo oficial encargado de la investigación, coordinación y fomento de la actividadcooperativa en el país). A eso se añade que las cooperativas de ahorro y créditoincorporadas al control de la Superintendencia de Bancos desde 1983, han confor-mado la Asociación de Cooperativas Reguladas – ACSB (la que obtuvo su personeríajurídica a principios de 1999), con la finalidad de “representar y apoyar gremial ytécnicamente a sus asociadas para incrementar y elevar la competitividad del sec-tor” (Burneo, 2001:3). Dicha asociación reúne a las cooperativas de mayores dimen-siones financieras.

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29. Es opinión generalizada que, en realidad, “estas cooperativas no son organizacionesque merezcan este nombre” (Hurtado y Herudek, 1974:41). Se constituyeron funda-mentalmente para acogerse a las ventajas tributarias (exoneraciones arancelariaspara la importación de vehículos y repuestos) previstas en la Ley de Cooperativas.En conjunto, constituyen uno de los grupos de presión más importante del país(Hübenthal, 1987:335) y, debido a su estructura casi monopólica, pueden llegar aparalizar el servicio de transporte en casi todo el país.

30. Con el 5% de sus excedentes anuales.31. Para mayores detalles ver: Schediwy, 1997:10-11.32. Elaboración inspirada en: Schediwy, 1997:14.

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PRESENCIA DEL COOPERATIVISMOEN COLOMBIAMiguel Arturo Fajardo RojasFundación Universitaria de San Gil – [email protected]

RESUMEN • El presente artículo constituye una mirada descriptiva yanalítica de la realidad del cooperativismo colombiano cuya vida formalinició en el año de 1931 con la aprobación de la ley 134. Se parte de lacomprensión de la cooperativa como una “la empresa asociativa, sin áni-mo de lucro, en la cual los trabajadores o los usuarios, según el caso, sonsimultáneamente los aportantes y los gestores de la empresa, creada conel objeto de producir o distribuir conjunta y eficientemente bienes o servi-cios para satisfacer las necesidades de sus asociados y de la comunidad engeneral” (Colombia, 1998). El texto incluye aspectos relacionados con elsurgimiento, evolución, influencia, desafíos y perspectivas actuales delcooperativismo en Colombia. Y se elaboró a partir de una investigaciónque el autor hizo en conjunto con otros dos investigadores de UNISANGIL.

RESUMO • O artigo apresenta uma visão descritiva e analítica da realida-de do cooperativismo colombiano, cuja existência formal iniciou-se noano de 1931 com a aprovação da lei 134.

Parte-se da premissa que a cooperativa é uma “empresa associativa,sem fins lucrativos, na qual os trabalhadores ou usuários, dependendo docaso, são, simultanemanete, fornecedores e gestores da empresa criada como objetivo de produzir ou distribuir conjunta e eficientemente bens ou ser-viços para atender as necessidades de seus associados e da comunidade emgeral”.

O trabalho inclui aspectos relacionados ao surgimento, à evolução, àinfluência, aos desafios e às perspectivas atuais do cooperativismo na Co-lômbia.

Foi elaborado a partir de uma pesquisa que o autor efetuou em con-junto com outros dois pesquisadores da UNISANGIL.

RÉSUMÉ • Le présent article constitue un regard descriptif et analytiquede la réalité du coopératisme colombien dont la vie formelle a débuté en1931 avec l’entrée en vigueur de la loi 134. Notre compréhension se basesur le fait que la coopérative est une « entreprise associative, sans but lucra-tif, dans laquelle les travailleurs ou les usagers, selon le cas, sont simultané-ment les contribuables et les promoteurs de l’entreprise, créée dans l’objectifde produire ou de distribuer ensemble et de manière efficace des biens ouservices afin de satisfaire les nécessités des associés et de la communauté engénéral.» Le texte aborde des aspects liés à l’émergence, l’évolution, l’in-fluence, le défi et les perspectives actuelles du coopératisme en Colombie.L’auteur a élaboré cet article à partir d’une recherche faite conjointementavec deux autres chercheurs de l’Université UNISANGIL en Colombie.

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ABSTRACTS • This article presents a descriptive and analytical look at thereality of the Colombian cooperative movement which officially began in1931 with the approval of Law 134. It starts out with the understanding of acooperative as an “associative, non profit enterprise in which workers andusers, whichever the case, are simultaneously the contributors and pro-moters of the enterprise which was created with the goal of jointly andefficiently producing or distributing goods or services to satisfy the needsof its members and the general community.” The text explores aspectsrelated to the emergence, evolution and influence of the cooperativemovement in Columbia as well as challenges it faces and current perspec-tives The article was written following a study made by the authors andtwo other UNISANGIL researchers.

INTRODUCCIÓN

Abordar la caracterización del cooperativismo en Colombia resulta una tareacompleja por su naturaleza y composición, por su origen, por su larga tradi-ción, por los cambios jurídicos y por sus interacciones con los otros sectoressociales y económicos del país. En Colombia se han realizado estudios decaso, generalmente de experiencias exitosas, y estudios de algunos sectores delcooperativismo (Lora y Vesga, 1992). Sin embargo no existe una investigaciónreciente que presente una mirada global sobre el cooperativismo nacional.

Por otra parte, aún no se cuenta con estadísticas unificadas y sólidasque sean punto de apoyo para las personas que quieran acometer la tarea deanalizar alguno de los aspectos del cooperativismo. Especialmente es necesa-rio advertir que en los últimos 7 años el cooperativismo colombiano ha expe-rimentado una crisis simultánea y, en ocasiones, causada por las crisis oajustes del modelo económico adoptado por el país. También conviene seña-lar que hay pocas investigaciones sobre las características y el impacto de lacrisis, en la composición y estructuración del movimiento cooperativo en lasactuales circunstancias.

En el presente escrito se entiende por cooperativa “La asociación autó-noma de personas que se ha unido de forma voluntaria para satisfacer susnecesidades y aspiraciones económicas, sociales, y culturales, en común acuerdomediante una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática” (Alian-za Cooperativa Internacional, 1995). Específicamente la Legislación Colombia-na define la cooperativa como “la empresa asociativa, sin ánimo de lucro, en lacual los trabajadores o los usuarios, según el caso, son simultáneamente losaportantes y los gestores de la empresa, creada con el objeto de producir o distri-buir conjunta y eficientemente bienes o servicios para satisfacer las necesidadesde sus asociados y de la comunidad en general” (Colombia, 1988).

De esta manera, las cooperativas, como organizaciones sociales y em-presariales responden a las exigencias de la eficiencia económica y a la éticade la solidaridad y la democracia. Desde luego, hay que entender, que conbastante frecuencia los principios de la eficiencia económica, en términosde rentabilidad se imponen sobre la gestión democrática y los deberes de lasolidaridad.

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A continuación se presenta una mirada descriptiva de la situación delcooperativismo colombiano resaltando aspectos históricos, jurídicos y socio-económicos presentes en la dinámica interna que ha seguido el movimiento.

1 RESEÑA HISTÓRICA DEL COOPERATIVISMO EN COLOMBIA

El cooperativismo colombiano hunde sus raíces en la cultura comunitaria delos pueblos precolombinos y en las experiencias del cooperativismo europeoiniciado a mediados del siglo XIX. Esta doble genética le imprime rasgos es-peciales al desarrollo cooperativo colombiano. Formalmente las cooperativashicieron su aparición sólo a partir de 1931, año en el cuál el gobierno nacionalpresidido por Enrique Olaya Herrera expidió la Ley 134 que fue el primer mar-co jurídico del cooperativismo colombiano. Los líderes sociales, la Iglesia cató-lica, los sindicatos han sido los principales impulsores del cooperativismo enColombia. Los gobiernos nacionales ocasionalmente han comprendido queel cooperativismo es una estrategia importante de desarrollo socioeconómicodel país, sin embargo, sus políticas no han sido suficientemente consistentesa lo largo de la historia. El siguiente cuadro sinóptico presenta las principalesetapas del desarrollo cooperativo del país.

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CUADRO NO. 1

Desarrollo histórico del cooperativismo en Colombia

PERIODOS ETAPA HECHOS-SITUACIONES-TENDENCIAS PROTAGONISTAS EIMPULSORES

REESTRUCTU-RACIÓN

1996-2002REESTRUCTU-RACION

Autoridadesreligiosas y políticas

Los misioneros de laIglesia Católica.Dirigentes políticosGobernantes

Iglesia CatólicaLíderes SindicalesLíderes Políticos yRepresentantes delGobierno.

Iglesia Católica.CooperativistasSindicatosUTC (Unión deTrabajadores deColombia).Gobierno

GobiernoOrganizacionescooperativas.

1. Existencia de la propiedad colectiva dela tierra.

2. Trabajo colectivo.3. Primacía de los derechos sociales.

1. La conquista se hizo con participación dela Iglesia Católica.

2. Algunos misioneros organizaron elejercicio de la creación de sociedades deartesanos y asociaciones de auxiliomutuo.

3. Surgimiento y expansión del cooperativis-mo Europeo (1844).

1. Promulgación de la Ley 134 de 1931 queestablece las bases para la creación decooperativas.

2. Expedición del decreto 849 de 1932 parael fomento cooperativo.

3. Creación de las primeras cooperativas.

1. Integración nacional del cooperativismo.• Organización de UCONAL que había sido

fundada en 1959.• Fundación de la Asociación Colombiana

de Cooperativas. ASCOOP (1960)• Fundación de la Central Cooperativa de

Crédito y Desarrollo Social.COOPDESARROLLO (1963)

• Fundación de la Central Cooperativa depromoción Social. COOPCENTRAL (1964).

• Fundación de la Central de CooperativasAgrarias del Occidente. CENCOA (1967)

• Fundación de la Central de Cooperativasde la Reforma Agraria. CECORA (1968).

• Creación de Seguros la Equidad. 1970.• Creación del Instituto de Economía

Social y Cooperativismo INDESCO. 1960.Transformado en Universidad Cooperati-va de Colombia.

• Creación del Instituto Nacional deDesarrollo y Financiamiento Cooperativo.FINANCIACOOP.

• Fortalecimiento de Cooperativas deAhorro y Crédito.

• Creación de instrumentos para elfomento del cooperativismo.

1. Expedición de las Leyes 454/1998, 510/1999 y 759/2002.

2. Colapso del cooperativismofinanciero.

3. Reorganización de Confecoop.

ANTECEDENTES

EL NACIMIENTODEL COOPE-RATIVISMO

CRECIMIENTO,EXPANSION, EINTEGRACION

PRE-HISPÁNICOSANTES DE1492

SURGIMIENTODE UNA NUEVANACION1492-1930

1931-1960NACIMIENTO

1960 – 1995CONSOLIDACION

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2 ORGANIZACIÓN Y MARCO JURÍDICO DE LAS EMPRESAS DE ECONOMÍASOLIDARIA

La Constitución Nacional de Colombia aprobada en 1991, en varios artículosreconoce y propone el fortalecimiento del sector de la economía solidaria,partiendo de la misma definición del Estado. La Constitución establece 3 cri-terios para el desarrollo de la legislación cooperativa.

• Establecer los estímulos y los medios para que los trabajadores participenen la gestión de las empresas, (artículo 57)

• Proteger y promover las formas asociativas y solidarias de propiedad, (artí-culo 58).

• Fortalecer las organizaciones solidarias y estimular el desarrollo empresa-rial, (artículo 333).

Colombia ha tenido tres leyes y numerosos decretos y normas que hanfijado la orientación y desarrollo del cooperativismo. La primera Ley (134)data de 1931, la segunda (079) de 1988 y la última (454) de 1998. En el plan dedesarrollo del actual gobierno se ha anunciado una nueva legislación con elfin de fortalecer el cooperativismo como estrategia del nuevo Estado Comu-nitario.1

La Ley 454 de 1998, estableció un nuevo marco de referencia jurídica dela economía solidaria. En este contexto se transformó el Departamento Ad-ministrativo Nacional de Cooperativas en el Departamento Nacional de Eco-

El número de cooperativas en Colombia ha venido creciendo lentamen-te, excepción hecha en el período de 1960 a 1965. que registra un crecimientodel 71%. En la siguiente gráfica se observa la evolución que ha tenido el nú-mero de cooperativas en el país.

FIGURA NO. 1

Crecimiento cooperativo en Colombia

Fuentes: AÑOS 1933 AL 1967 Datos Superintendencia Nacional de CooperativasAÑOS 1975 AL 1983 Datos DANCOOP – FINANCIACOOP.AÑOS 1998 AL 2001 Datos www.confecoop.org.co

0

500

1000

1500

2000

2500

3000

4165

1807

1691

2003

2114

2138

2741

2807

2855

1909

2153

472

1662

2044 21351995

425

O 1

933

O 1

940

O 1

950

O 1

960

O 1

965

O 1

967

O 1

975

O 1

977

O 1

978

O 1

979

O 1

980

O 1

981

O 1

982

O 1

983

O 1

999

O 1

999

O 2

000

O 2

001

EVOLUCIÓN No. DE COOPERATIVAS DEL AÑO 1933 AL 2001

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nomía Solidaria y se creó la Superintendencia de Economía Solidaria (SES) yel Fondo de Garantías para las cooperativas financieras de ahorro y créditoFOGACOOP. En este contexto es conveniente conocer la clasificación de lasempresas según la legislación colombiana. El siguiente cuadro permite talcomprensión de manera esquemática.

CUADRO NO. 2

Clasificación de las empresas en Colombia

1 DE LA ECONOMÌASOLIDARIA

Sector Cooperativo • Cooperativas de 1o, 2o y 3o grado• Instituciones auxiliares del

Cooperativismo.• Precooperativas• Las administraciones públicas

cooperativas.

Otras organizacionessolidarias

• Fondos de empleados• Asociaciones Mutuales• Empresas asociativas de trabajo.• Empresas solidarias de salud• Otras formas asociativas

solidarias.• Instituciones auxiliares de la

economía solidaria.

2 PRIVADASCOMERCIALES

• Sociedades anónimas• Limitadas• En comandita simple• En comandita por acciones• Empresa Unipersonal

3 CIVILES • Corporaciones• Asociaciones• Fundaciones

4 ENTIDADESPÚBLICAS

• Establecimientos públicos• Empresas industriales y comerciales del Estado• Sociedades de Economía Mixta

Como puede apreciarse el Sector cooperativo es sólo una parte de la em-presas de economía solidaria. A su vez el sector cooperativo está formado pordiferentes clases de organizaciones cooperativas. Aunque la doctrina coope-rativa es independiente de la legislación, ésta influye significativamente en elderrotero que siguen las organizaciones del sector. En el siguiente esquemase puede apreciar el alcance que se da a las cooperativas en la legislación.

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OBJETIVOS

CUADRO NO. 3

Definiciones básicas del cooperativismo colombiano

ASPECTOS LEY 79/1988 LEY 454/1998

Declárese de interés común lapromoción, la protección y elejercicio del cooperativismocomo un sistema eficaz paracontribuir al desarrolloeconómico, al fortalecimientode la democracia, a laequitativa distribución de lapropiedad y del ingreso, a laracionalización de todas lasactividades económicas y a laregulación de tarifas, tasas,costos, y precios, en favor dela comunidad y en especialde las clase populares. Elestado garantizará el libredesarrollo del cooperativis-mo, mediante el estímulo, laprotección y la vigilancia, sinperjuicio de la autonomía delas organizaciones cooperati-vas, (artículo 2o)

Declárese de interés común laprotección, promoción yfortalecimiento de lascooperativas y demás formasasociativas y solidarias depropiedad como un sistemaeficaz para contribuir aldesarrollo económico, alfortalecimiento de la demo-cracia, a la equitativadistribución de la propiedad ydel ingreso y a laracionalización de todas lasactividades económicas, enfavor de la comunidad y enespecial de las clasespopulares. Parágrafo. ElEstado garantizará el libredesarrollo de las entidades deeconomía solidaria, mediantee! estímulo, promoción,protección y vigilancia, sinperjuicio de su naturalautonomía(artículo 3o).

DEFINICIÓN Es cooperativa la empresaasociativa sin ánimo de lucro,en la cual los trabajadores olos usuarios, según el caso,son simultáneamente losaportantes y los gestores dela empresa, creada con elobjeto de producir o distribuirconjunta y eficientementebienes o servicios parasatisfacer las necesidades desus asociados y de lacomunidad en general.(artículo 4o).

Para efectos de la presenteley denomínese EconomíaSolidaria sistema socio-económico, cultural yambiental conformado por elconjunto de fuerzas socialesorganizadas en formasasociativas identificadas porprácticas autogestionariassolidarias, democráticas yhumanistas, sin ánimo delucro para el desarrollointegral del ser humano comosujeto, actor y fin de laeconomía (artículo 2o).

CARACTERÍSTICAS Son sujetos de la presente leylas personas naturales ojurídicas que participen en larealización del objeto socialde las cooperativas, losorganismos cooperativos desegundo y tercer grado, lasinstituciones auxiliares delcooperativismo, las pre-cooperativas, en lo pertinentelas formas asociativasprevistas en el artículo 130 de

Son sujetos de la presente leylas personas jurídicasorganizadas para realizaractividades sin ánimo delucro, en las cuales lostrabajadores o los usuariossegún el caso, son simultá-neamente sus aportantes ygestores, creadas con elobjeto de producir, distribuiry consumir conjunta yeficientemente, bienes y

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La presente evolución legislativa ha incluido al cooperativismo en el sis-tema de economía solidaria formado por diferentes organizaciones sociales yeconómicas algunas de ellas con escasa estructuración social y económica.

3 DIMENSIÒN Y UBICACIÓN DEL COOPERATIVISMO COLOMBIANO

La carencia de datos estadísticos sistemáticamente elaborados es uno delos problemas que enfrentan quienes pretenden estudiar de cerca el signifi-cado del cooperativismo en la vida colombiana. En los últimos años la Confe-deración Nacional de Cooperativas CONFECOOP, la Superintendencia deEconomía Solidaria y la Superintendencia Bancaria han realizado esfuerzosespeciales para ofrecer al público a través de Internet datos actualizados sobreel cooperativismo colombiano. Seguramente, algunas cooperativas y gruposprecooperativos, por su tamaño no reportan información a los organismosde integración y control. Por eso, a pesar de tales esfuerzos, persisten dificul-tades en la obtención de estadísticas del sistema cooperativo nacional.

A través de la información, tomada principalmente de CONFECOOP sepuede comprender el aporte del cooperativismo al desarrollo del país.2

(a presente ley y de manerasubsidiaria las entidades deque trata el artículo 131 deesta ley (artículo 8o).

servicios para satisfacer lasnecesidades de sus miembrosy al desarrollo de obras deservicio a la comunidad engeneral, observando en sufuncionamiento las siguientescaracterísticas: (artículo 6o).

COMPONENTES Las cooperativas, losorganismos cooperativos desegundo y tercer grado, lasinstituciones auxiliares delcooperativismo y las pre-cooperativas, constituyen elsector cooperativo.(articulo122).

Tienen el carácter de organi-zaciones solidarias entreotras: los organismos desegundo y tercer grado queagrupen cooperativas u otrasformas asociativas solidariasde propiedad, las institucio-nes auxiliares de la EconomíaSolidaria, las empresacomunitarias, las empresassolidarias de salud, lasprecooperativas, los fondosde empleados, las asociacio-nes mutualistas, las empresasde servicios en las formas deadministraciones públicascooperativas, las empresasasociativas de trabajo y todasaquellas formas asociativassolidarias que cumplan conlas características menciona-das en el presente capítulo(articulo 6o parágrafo 2o).

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3.1 Las cooperativas y su distribución geográfica

Según los datos de CONFECOOP, a Diciembre de 2001 existían en el país 1909cooperativas esparcidas por el territorio nacional.3

Sin duda el cooperativismo se ha concentrado en algunas regiones delpaís. Para analizar esta situación hubo que hacerlo con datos en los cuales seincluyen otras empresas del sector de la economía solidaria. Sin embargo, ladistribución geográfica de las cooperativas, es muy probable que coincidacon la de todas las organizaciones del sector que ascienden a 3001 para 2001.Según esta información Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Santander yCaldas concentran 2022 y representan el 67% de las organizaciones.

Si se suman las organizaciones solidarias existentes en los departamen-tos de Cundinamarca, Boyacá y Risaralda (334) el porcentaje alcanza al 78.5%.De esta manera en 8 departamentos (26% del total) se ubican la mayoría delas organizaciones solidarias y, por supuesto, cooperativas del país.

Las cooperativas tienen presencia en 416 de 1079 municipios del país. En208 (19%) sólo existe una cooperativa. La mayor concentración de cooperati-vas (más de 100 por municipio) se encuentra en sólo 4 municipios del país. El87.3% de los municipios que tienen presencia de cooperativas (357 munici-pios) poseen hasta 5 entidades por municipio, 208 municipios (50% del totalde municipios con presencia de cooperativas) contiene sólo 1 cooperativa.

Si nos atenemos a los estudios realizados por Financiacoop (1984) y porRicardo Dávila (1995) se puede concluir que en su mayoría se trata de coope-rativas rurales que han sido de vital importancia en el desarrollo de laruralidad colombiana.4

3.2 El potencial social del cooperativismo

La construcción del tejido social o estructuración de la sociedad civil colom-biana tiene un apoyo enorme en las 1.909 cooperativas. Los planes naciona-les de desarrollo de las últimos gobiernos reconocen el cooperativismo comouna estrategia valiosa para superar las condiciones de exclusión del pueblocolombiano.5 A pesar del colapso del cooperativismo financiero y de la crisisglobal del sistema y particular de las cooperativas, hoy en el país hay cerca de1.200.000 asociados que constituyen una fuerza social trabajando por lograrmejores condiciones de vida. En la siguiente figura se puede apreciar la diná-mica de esta variable social. La pérdida entre 1998 y 2001 de 18.582 emplea-dos (37%) y de 675.707 asociados (36%).

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FIGURA 2

Cantidad de asociados al sector cooperativo, 1998-2001

Fuente: Confecoop.

Esta disminución puede explicarse por:a. La crisis general de la economía colombiana generada por la implemen-

tación a partir de 1990 del modelo económico neoliberal.b. La crisis y colapso del sector financiero que incluye al cooperativismo.c. La creación de nuevas condiciones jurídicas (principalmente tributarias)

para el desarrollo de las cooperativas.Las cooperativas de ahorro y crédito concentran el mayor número de

asociados como puede apreciarse en la figura No. 3.

FIGURA 3

Cantidad de asociados al sector cooperativo,por tipo de organizaciones, 2001

0

500000

1000000

1500000

2000000

2500000

3000000

AÑO 1998 AÑO 1999 AÑO 2000 AÑO 2001

1873197

2538084

2117905

1197490

ASOCIADOS AÑO 2001

CLASIFICACIÒN DEL COOPERATIVISMOSEGUN NÙMERO DE ENTIDADES AÑO 2001

ASOCIADOS AÑO 2001

COOPERATIVAS DEAHORRO Y CREDITO

ULTIACTIVAS E INTEGRALESCON SECCION DE A Y C

ESPECIALIZADAS SINSECCION DE A Y C

ULTIACTIVAS E INTEGRALESSIN SECCION DE A Y C

ORGANISMOSDE GRADO SUPERIOR

COOPERATIVASDE TRABAJO ASOCIADO

0 50.000 100.000 150.000 200.000 250.000 300.000 350.000 400.000 450.000

40,12%

21,82%

6,18%

29,93%

0,63%

2,32%

CLASIFICACIÒN DEL COOPERATIVISMOSEGUN NÙMERO DE ENTIDADES AÑO 2001

Fuente: Confecoop.

Por otra parte la crisis del cooperativismo financiero y los efectos delajuste del modelo económico hizo que las cooperativas redujeran en 4 añosel 38% de sus empleados al pasar de 49.607 en 1998 31.025 en el año 2001.

El Cooperativismo colombiano salvo excepciones de algunos sectoresno ha logrado constituirse como fuerza social para impulsar cambios en las

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estructuras del país. Todo el empeño está en la prestación aislada de los servi-cios contemplados en la misión de cada cooperativa. Esta increíble fuerza dela cooperación, en cierta forma, ha permanecido como un potencial que po-dría generar innovaciones significativas en todos los campos de la vida eco-nómica y social del país.

3.3 Clasificación del cooperativismo

En Colombia, como ya se anotó, la ley establece una clasificación de 8 cate-gorías para el cooperativismo.

FIGURA 4

Cantidad de cooperativas por categorías en Colombia año 2001

COOPERATIVAS DE AHORRO Y CREDITO

MULTIACTIVAS E INTEGRALES SINSECCION DE A Y C

PRECOOPERRATIVAS

MULTIACTIVAS E INTEGRALES CONSECCION DE A Y C

ORGANISMOS DE GRADO SUPERIOR

COOPERATIVAS DE APORTES Y CREDITO

ESPECIALIZADAS SIN SECCION DE A Y C

COOPERATIVAS DE TRABAJO ASOCIADO

ASOCIADOS AÑO 2001

CLASIFICACIÒN DEL COOPERATIVISMOSEGUN NÙMERO DE ENTIDADES AÑO 2001

10%8%

22%

27%

0%13%

5%

15%

Fuente: Confecoop.

Para el año 2001 las cooperativas estaban clasificadas de la siguiente forma:

CUADRO NO. 4

Cantidad de Cooperativas en el país

No. CLASIFICACIÓN CANTIDAD PORCENTAJE

1 Cooperativas de ahorro y crédito 197 10.31%2 Multiactivas con sección de ahorro y crédito 151 7.90%3 Especializadas sin ahorro y crédito 424 22.21%4 Multiactivas sin ahorro y crédito 513 26.81%5 Organismos de grado superior 95 4.9%6 Trabajo asociado 282 14.77%7 Precooperativas S.I.6 0%8 Cooperativas de aportes y crédito 247 12.93%

TOTAL 1909 100%

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Como se puede apreciar el cooperativismo colombiano, en las actualescircunstancias está distribuido sin altos niveles de concentración en ningunade las categorías de clasificación. En su conjunto prevalecen las actividadesdiferentes al ahorro y crédito.

Sin embargo, es preciso señalar que desde el punto de vista económico ysocial el cooperativismo de ahorro y crédito ha tenido primacía en el país(Lora y Vesga, 1992).

3.4 Generación de empleo

La generación de empleo es otro de los beneficios de las empresas de econo-mía solidaria, especialmente del cooperativismo que para el año 2001 contri-buyó con 31.025 empleo directos. Igualmente, en este aspecto, se observa elimpacto de la crisis y los brotes de recuperación.

FIGURA 5

Cantidad de empleados del sector en Colombia años 1998 a 2001

Fuente: Confecoop

Como ya se indicó en los últimos cuatro (4) años el cooperativismo haperdido 19.569 empleados que equivalen a una reducción cercana al 40% delempleo directo producido por el cooperativismo.

3.5 El cooperativismo y sus sectores económicos

Existen algunos estudios que muestran la participación del cooperativismoen los sectores económicos, principalmente en el área financiera y en el sectoragropecuario. Lamentablemente, en este aspecto no existen datos agregadosexclusivos del sector cooperativo. Pero, es evidente el peso de la participaciónen el sector financiero.

NÚMERO DE EMPLEADOS DEL SECTOR COOPERATIVO

49607

44808

24502

31025

0 10000 20000 30000 40000 50000

AÑO 1998

AÑO 1999

AÑO 2000

AÑO 2001

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3.6 Indicadores económicos

En los siguientes cuadros se muestran algunos datos del balance consolidadode las empresas de economía solidaria.

La evolución de la cartera de crédito también se mantuvo en crecimientodurante el período y pasó de 1.8 a 2.7 billones de pesos.

La crisis de la economía y del sector cooperativo se refleja claramente enlas cifras económicas y sociales. Durante el cuatrenio analizado las coopera-tivas tuvieron una disminución sensible de sus activos de más de US $2.500millones a US$2.078 millones. Sin embargo se observa que para el año 2001los activos crecieron aproximadamente en un 10%.

El patrimonio de las cooperativas durante el período comparado en dó-lares americanos tuvo un decrecimiento del 12.48%, explicado por la deva-luación fuerte del peso frente al dólar. En efecto si las cifras se comparan enpesos el rubro tuvo un crecimiento del 30% durante el período.

Con los ingresos ocurrió algo similar pues descendieron en un 28.47% alpasar de US 2.778.703.211 a US 1.987.346.322.

Los excedentes cooperativos, en los datos suministrados por Confecoopexpresan un crecimiento del 125%, que parece optimista en las condicionesdel desarrollo cooperativo colombiano.

CUADRO NO. 5

Variaciones del sector cooperativo (US$)

No. ENTIDAD / ITEMS ACTIVOS CREDITO PATRIMONIO INGRESOS RESULTADOS

1 Cooperativas de ahorro -38.00% 4.30% 17.68% -24.24% 5.90%y crédito

2 Multiactivas e integrales -28.30% -20.82% -17.69% -34% 365.00%con seccion de A Y C

3 Especializadas sin seccionde A Y C -58.80% -62.40% -55.64% -44.66% -50.70%

4 Multiactivas e integralessin seccion de A Y C -23.19% -90.65% -11.41% -25.99% 3.10%

5 Organismos de grado superior 303% -45.80% -15.61% -10% 1034.00%

6 Cooperativas de trabajoasociado -10.72% 8.60% -0.93% 13.24% 10.18%

7 Precooperativas S.I. S.I. S.I. S.I. S.I.

8 Cooperativas de aportesy crédito 5.12% 12.79% 3.80% -3.30% -19.67%

TOTAL 17.80% -1.80% -12% -28% 125.00%

Fuente: Miguel Arturo Fajardo Rojas, con datos de Confecoop.

4 EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN

Aunque la legislación establece la obligatoriedad de la asignación del 20% delos excedentes del ejercicio a la educación cooperativa, ésta es una de lasdebilidades del sector. En la práctica la educación cooperativa de los asocia-dos, directivos y administradores del sector se reduce a su participación en

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conferencias y seminarios de corta duración, referidos principalmente aasuntos técnicos, legales o administrativos del sector.

Los organismos de integración cooperativa, las instituciones auxiliares ylas instituciones de educación superior, a partir de 1980 han desarrolladoprogramas regionales y en algunos casos nacionales de educación cooperativa.

El Instituto de Estudios Rurales de la Universidad Javeriana (IER) realizóun estudio sobre este aspecto en el sector cooperativo colombiano del cual sepueden extractar algunas conclusiones:

• En general, la educación cooperativa es un asunto marginal para las mis-mas organizaciones del sector.

• La aplicación del 20% de los excedentes a la educación cooperativa se reali-za de manera dispersa y desorganizada.

• Los organismos de integración y las cooperativas grandes crearon sus pro-pios institutos o fundaciones para la educación cooperativa.

• En el país existen cerca de 300 instituciones de educación superior perosolamente el equivalente al 3.6% ofrecen programas de educación referidosa la administración cooperativa. Sin embargo, la mayoría de los programasofrecidos mantienen el enfoque general de los programas de administra-ción y le agregan información sobre aspectos históricos y legales del coope-rativismo (Ariza et al, 2000).

Por otra parte, las instituciones de educación superior no mantienen unarelación de colaboración activa con las cooperativas. Esta situación explica laescasa investigación existente.

Algunas Universidades como la Universidad Santo Tomás, la UniversidadCooperativa de Colombia, la Universidad Gran Colombia, entre otras, hantenido una débil acercamiento al Sector. La Universidad Javeriana ha mante-nido una relación sistemática y prolongada con el sector, pues lleva casi 30años desarrollando proyectos de investigación, extensión y capacitación coo-perativa. Fruto de esa relación son los estudios realizados por la UNES (Uni-dad de Estudios de Economía Solidaria).

Finalmente cabe destacar que el DANSOCIAL mediante la directiva 031del año 2000 estableció la obligación de diseñar y desarrollar un “ProyectoEducativo Social y Empresarial”. La intención y el diseño son adecuados, perola aceptación y aplicación por parte de las cooperativas ha sido escasa(DANSOCIAL, 2001).

5 LOS PROBLEMAS ACTUALES DEL COOPERATIVISMO COLOMBIANO

El cooperativismo, como cualquier proyecto social se ve afectado por factoresexternos e internos de los cuales se derivan sus problemas.

5.1 Problemas provenientes del contexto

5.1.1El modelo económico imperante

La caída del muro de Berlín en 1989 inauguró una nueva época en el desarrollodel capitalismo mundial. En los años precedentes y posteriores fue tomando

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forma lo que hoy se conoce como el neoliberalismo mundial que simultánea-mente se produjo con diferentes procesos de globalización. El establecimien-to de la rentabilidad económica y la competitividad como criterios exclusivosde evaluación para cualquier empresa representa una amenaza para el coo-perativismo que por definición quiere ser competitivo en la solución de losproblemas sociales y económicos de la comunidad a través de formas de co-operación.

Lo anterior, como señala Roberto Rodríguez (1989), Presidente en esemomento de la ACI implica, sin embargo, una contradicción para las coope-rativas: al fin y al cabo la competencia tenaz, la búsqueda de la máxima efi-ciencia, la reducción de costos y de precios, la calidad, la productividad, laincorporación de nuevas tecnologías, la profesionalización, etc, constituyentodos ellos temas primordiales para el mundo exterior, el mundo capitalista yse caracterizan por la prevalencia de lo económico sobre lo social. Las coope-rativas no pueden excluirse a sí mismas de tal realidad: se verán obligados areducir sus costos y perfeccionar su gestión, lo cual significará con certeza eldespido de personal” (Rodríguez, 1998).

5.1.2La Violencia

Diferentes factores (la exclusión social, la corrupción, la impunidad y elnarcotráfico) han incidido en la creación de una situación de violencia extre-ma. En este escenario, cada vez es más pequeño el espacio para el desarrollode organizaciones solidarias. Por fortuna actualmente florecen en el país nue-vas iniciativas, principalmente en el sector rural que ven en el cooperativis-mo una esperanza de paz.7

5.1.3La Corrupción en la Administración

Algunos actores políticos en la década pasada crearon cooperativas de papelpara manejar dolosamente recursos del Estado. Este hecho afectó y aún afec-ta la imagen del cooperativismo nacional.

5.1.4La Legislación Tributaria

El gobierno nacional, amparado en el Estado de Conmoción Interior estable-ció el impuesto de emergencia para obtener recursos para combatir las orga-nizaciones al margen de la ley.

Estos impuestos sumados a los existentes establecen condiciones desfa-vorables para el desarrollo del sistema cooperativo.

5.1.5La Recesión Económica

Por formar parte del sistema, el cooperativismo ha sido sensible a los cam-bios de la economía nacional. Así por ejemplo, el cooperativismo financieroentró en la crisis del sistema financiero comercial.

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En el Estado no existe una política clara para la promoción del cooperati-vismo como estrategia de desarrollo del país.

5.2 Los problemas provienientes de factores internos

5.2.1 Identidad Cooperativa

En repetidas ocasiones y en diferentes escritos aparece el problema de laidentidad cooperativa. Sin duda, en la mayor parte de las cooperativas existeun núcleo social que vive la cooperación como un imperativo ético. Estenúcleo social asume las cooperativas como organizaciones democráticas, éti-cas y solidarias. El problema radica en el distanciamiento existente de granparte los asociados y asociadas de un compromiso ético con el desarrollo delcooperativismo.

5.2.2 La educación

La capacidad de sobrevivencia y desarrollo del cooperativismo dependefundamentalmente del grado de educación de los asociados, de los dirigentesy de los funcionarios. Cuanto más formación y compromiso con la misióncooperativa posea el grupo social de la organización mayores serán sus posi-bilidades de éxito. Entendida la educación como un proceso de largo plazopara construir capacidades y valores para actuar inteligentemente en un con-texto el cooperativismo no ha ingresado de manera clara en ese escenario.Las organizaciones cooperativas, los organismos auxiliares del cooperativis-mo, el estado y las instituciones de educación superior tienen el desafío delograr establecer procesos pedagógicos cooperativos capaces de generar ymantener el cooperativismo como sector socioeconómico exitoso del país.La educación cooperativa es el punto de partida para construir las condicio-nes elementales para el desarrollo cooperativo: confianza, adhesión social,capacidad operativa y credibilidad. La naturaleza del desarrollo cooperativorequiere nuevos liderazgos técnica y socialmente capaces de asumir las nue-vas condiciones del desarrollo cooperativo.

5.2.3La eficiencia empresarial

El cooperativismo colombiano está formado por organizaciones empresaria-les de carácter democrático que deben competir en un medio capitalista. Eneste sentido las cooperativas deben estar en capacidad de construir sus pro-pios modelos de planeación, de gestión coherentes con la naturaleza demo-crática y solidaria de la empresa y pertinentes al desarrollo de lascomunidades. Es necesario superar la aparente contradicción entre coopera-tivismo y éxito económico. Las cooperativas tienen el derecho y la obligaciónsocial de ser exitosas pero también tienen el imperativo categórico de serorganizaciones auténticamente democráticas.

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5.2.4La Integración Cooperativa

Sin duda uno de los factores críticos para el desarrollo del cooperativismo enColombia y en el resto del planeta es la integración cooperativa.

Como se ha indicado, en Colombia han existido procesos de integraciónprincipalmente al interior de los sectores del cooperativismo. Los intentospor lograr constituir una fuerza social y económica no han tenido suficienteéxito. Actualmente existe un interesante y prometedor proceso de integra-ción liderado por CONFECOOP cuya estrategia consiste en desarrollar articu-laciones de todos los sectores del cooperativismo en el nivel regional paralograr una posición sólida y orgánica en el nivel nacional. Existen tambiénindicios de una integración con el cooperativismo latinoamericano a travésde la ACI y de otras confederaciones.

CONCLUSIONES

• El desarrollo del cooperativismo en Colombia históricamente ha estado ligado acuatro actores principales: la Iglesia, el Estado, el Sindicalismo y el MovimientoCooperativo.

• El cooperativismo evoluciona de acuerdo con las dinámicas económicas de lasociedad colombiana.

• A pesar de los esfuerzos realizados a lo largo de su historia para lograr una inte-gración, el cooperativismo colombiano aparece como fuerza social dispersa.Cada sector de cooperativas intenta consolidar su propia integración de acuerdocon el servicio prestado; pero no logran hacerse reconocer como actores einterlocutores sociales frente al Estado y a las demás fuerzas socio-económicasdel país.

• En la etapa actual el cooperativismo está en búsqueda de renovación e integra-ción motivada por los ajustes estructurales a los que está sometido el modelo dedesarrollo económico y al reciente colapso del cooperativismo financiero.

• Frente a la tendencia de incluir el cooperativismo como una forma más de lasorganizaciones solidarias y sociales, se ha despertado en la dirigencia cooperati-va una reacción positiva. Por definir la naturaleza, el significado y las estrategiassocioeconómicas propias del desarrollo cooperativo.

• Las estructuras estatales (Dansocial, Superintendencia de Economía Solidaria ydemás superintendencias encargadas del control estatal) son cada vez más téc-nicas y exigentes en el cumplimiento de sus funciones. Esta situación, ejercepresión sobre la tecnificación de los procesos administrativos de las cooperati-vas y sobre la construcción de bases de datos con estadísticas actualizadas.

• CONFECOOP, Confederación de Cooperativas de Colombia, está jugando un pa-pel importante en la integración regional y nacional de todo el cooperativismo.Esta experiencia de articulación regional y nacional del cooperativismo en unasola estructura social está convocando a una etapa de reactivación y consolida-ción.

• La vinculación de las instituciones de educación superior es en general frágil ysin efectos significativos. Consultadas algunas de las instituciones de educacióncon proyección en el sector cooperativo manifestaron su interés de retomar lapropuesta hecha hace algunos años por la Universidad Javeriana de articularuna red nacional de universidades con proyecto de servicios hacia el sector co-operativo.

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NOTAS

1. DNP. Plan de Desarrollo 2003-2006, Hacia un Estado comunitario.2. Cfr. <www.confecoop.org.co>.3. Para la Superintendencia de Economía Solidaria había en Colombia 2697 cooperati-

vas. La diferencia puede explicarse por deficiencias de registro.4. Cuadernos de Desarrollo Regional. Antes Cuadernos de Agroindustria y Economía

Rural No. 35. Segundo Semestre de 19955. Cfr. Planes Nacionales de Desarrollo de los últimos tres gobiernos.6. Sin información7. RED PRODEPAZ, formada por más de 20 programas de desarrollo y paz de Colombia.

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LA CONSTITUCIÓN SOCIAL EHISTÓRICA DEL COOPERATIVISMOEN COSTA RICAJuan A. Huaylupo AlcázarUniversidad de Costa [email protected]

RESUMEN • En el presente artículo se explora el origen social, político eideológico del cooperativo costarricense. Se asume que las experienciasorgánicas del cooperativismo, en parte son expresión de la experienciaacumulada en el siglo XIX a partir de las asociaciones de socorro mutuo,las cuales fueron las bases para la constitución formal del cooperativismoen el siglo XX.

El cooperativismo previo a la guerra civil de 1948, estaba totalmenteintegrado a las luchas populares de los asalariados del campo y la ciudad.Las relaciones igualitarias y respeto a las diferencias, postuladas y practi-cadas por el movimiento solidario del mutualismo y el cooperativismofueron las bases sociales para la transformación política hacia la construc-ción de un Estado social en Costa Rica.

La constitución originaria del cooperativismo costarricense, fue unaactuación comprometida con los movimientos políticos, populares y pro-gresistas, los cuales cambiarían el espectro político de la sociedad costa-rricense durante la década del cuarenta, conformando el Estado Social oBenefactor en Costa Rica.

RESUMO • No presente artigo, exploram-se as origens social, política eideológica do cooperativismo costariquenho. Parte-se da premissa que asexperiências orgânicas do cooperativismo, são, em parte, expressão daexperiência acumulada no século XIX a partir das associações de socorromútuo, as quais foram as bases para a constituição formal do cooperati-vismo no século XX.

O cooperativismo anterior à guerra civil de 1948, estava totalmente inte-grado às lutas populares dos assalariados do campo e da cidade. As relaçõesigualitárias e respeito às diferenças, postuladas e praticadas pelo movimen-to solidário do mutualismo e o cooperativismo foram as bases sociais para atransformação política até a construção de um Estado social na Costa Rica.

A constituição originária do cooperativismo costariquense, teve umaatuação comprometida com os movimentos políticos, populares e pro-gressistas, os quais mudaram o espectro político da sociedade localdurante a década de quarenta, moldando o Estado Social ou Bemfeitor naCosta Rica.

RÉSUMÉ • Dans cet article, on explore l’origine sociale, politique et idéo-logique du coopératisme costaricain. On assume que les expériencesorga-niques du coopératisme sont en partie l’expression de l’expérience

REGIÓN AMÉRICA CENTRAL

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accumulée au dix-neuvième siècle à partir des associations de secoursmutuel, qui furent les bases pour la constitution formelle du coopératismeau vingtième siècle.

Le coopératisme d’avant la guerre civile de 1948 était totalementintégré aux luttes populaires des salariés de la campagne et de la ville. Lesrelations égalitaires et de respect des différences, postulées et pratiquéespar le mouvement du mutualisme et du coopératisme, furent les basessociales de la transformation politique vers la construction d’un État socialau Costa Rica.

La constitution originelle du coopératisme costaricain fut une actionengagée avec les mouvements politiques, populaires et progressistes, quichangea le spectre politique de la société costaricaine pendant la décenniedes années quarante, formant l’État Social ou le Bienfaiteur au Costa Rica.

ABSTRACTS • This article explores the social, political and ideologicalorigins of Costa Rican cooperatives.

It can be assumed that organic experiences in cooperatives are partlyan expression of the experience gained out of mutual assistance associa-tions during the 19th century, which established the basis for the formalconstitution of the cooperative movement in the twentieth century.

Prior to the civil war of 1948, the cooperative movement was entirelylinked to the popular struggles of country and city wage earners. Valuessuch as equality and the respect of diversity, set forth and practiced by themutual assistance and cooperative movements established the social ba-sis for political transformation that gave rise to the emergence of a socialstate in Costa Rica.

The original constitution of the Costa Rican cooperative movement wasan action intertwined with the political, popular and progressive move-ments which changed the political spectrum of Costa Rican society duringthe forties and formed the social welfare state in Costa Rica.

I. INTRODUCCIÓN

La integración de las personas, los grupos y las sociedades es una expresión dela naturaleza social del ser humano, así como es también la manifestación dela interdependencia entre las personas y sus organizaciones. La cooperacióny la solidaridad son aspectos inherentes a la vida en sociedad, que al ser des-tacados por la doctrina y práctica cooperativa, le otorgan un contenido socialy humano trascendente.

Las múltiples y diversas formas de cooperación han sido construccionessociales e históricas de los pueblos. La socialidad y la cultura dan viabilidadorgánica y le otorgan significación particular a las relaciones sociales de inter-dependencia, de este modo, los lazos y redes de solidaridad expresan la histo-ria común de las personas en sus colectividades.

La intensificación y masificación de las relaciones sociales entre grupos ysociedades del mundo, han propiciado la conformación de formas organi-zativas similares, más su significación o contenido se encuentra vinculadopor los estilos de vida, de producción y capacidades organizativas. Dicho deotro modo, los patrones sociales o nacionales asociados a las formas organi-

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zativas y de cooperación existente, son peculiares a los contextos históricos,sociales y de la acción coyuntural de sus protagonistas.

La distintos de modos como el cooperativismo ha sido interpretado, noagota la explicación de su diversidad y complejidad social, a pesar de su pre-sencia en todas las formaciones sociales del planeta. Las múltiples deter-minaciones sociales hablan de la peculiaridad histórica del cooperativismo,así como de la inédita actuación de sus protagonistas.

Las condiciones sociales que fundaron y viabilizaron el surgimiento delcooperativismo se relacionaban con el debate de ideas políticas, con las for-mas de producción capitalista y con los efectos de inequidad, arbitrariedad yexplotación política y económica de la Europa del siglo XVI. La expansión dela producción, también mundializó las ideas políticas contestatarias, dondeel cooperativismo nace y acumula capacidades para conformar una fuerzasocial y económica, ante la polarización social que genera el capitalismoglobalizado y por la coyuntura crítica de las relaciones económicas predomi-nantes.

El pasado y el presente se encuentran articulados en el cooperativismo.Las ideas originarias que lo crearon y su peculiar devenir en cada contextosocial donde se desarrolla, así como la naturaleza específica en sus integran-tes en cada área de trabajo de dichas organizaciones, hacen que las coopera-tivas deban ser comprendidas en su complejidad para plantear prácticasconcretas en su devenir.

La mundialización del cooperativismo se encuentra asociado con losfenómenos que integraron las sociedades y con los procesos que redefiníanla exclusión y la producción de todas las formas del capital. Las relacioneseconómicas capitalistas suponen e implican, la existencia de formas decooperación e interdependencia social, las cuan han posibilitado la acumu-lación privada y el crecimiento económico.

Los efectos de la organización y producción capitalista en los trabaja-dores, los grupos, los pueblos y las sociedades, ha sido el motor que le haotorgado importancia y vigencia al cooperativismo, como un medio de com-pensar los desequilibrios e inequidades provocados por relaciones económi-cas, las cuales han subsumido a gran parte de las actividades del ser humanocomo parte de la reproducción del capital. Esto es, el cooperativismo ha sidoen la historia moderna una opción social y clasista de los trabajadores, puescontrariamente a la apropiación de los excedentes generados en los procesosde trabajo, el cooperativismo los distribuye a sus trabajadores.

Los sistemas sociales y económicos en relación con el trabajo humanoexpresan significados que trascienden la simple relación laboral para com-prometer al conjunto de la sociedad. El trabajo es una característica fun-damental de la capacidad creadora y transformadora del ser humano, sobrela que se han sustentado todos los sistemas sociales en la historia. En estesentido, el cooperativismo no es sólo una opción económica para la integra-ción con la sociedad, es una alternativa para el sustento y la calidad de vidade sus miembros y su entorno, así como es también una opción política delos protagonistas del trabajo colectivo. Por ello, la gestión democrática en el

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cooperativismo no es una retórica, es el fundamento en la vida de la organi-zación.

El reconocimiento de la formalización de la estructura de las coopera-tivas, no supone la estandarización en su funcionamiento, dado que cadaorganización es peculiar, así como se adecua de modo específico ante cadacircunstancia y contexto social o mercantil.

A través de los tiempos, el cooperativismo ha sido apreciado como tras-cendente ante coyunturas críticas en la sociedad, economía y sectores socia-les empobrecidos, estimaciones que no sobredimensionan al cooperativismo,sino que se rescatan virtudes, cualidades y potencialidades, lo que ha permi-tido su adecuación en diversos procesos críticos.

Los procesos de concentración y centralización de la propiedad, de laproducción y los excedentes del presente globalizando, están polarizando lassociedades, generando millones de pobres, sin capacidad de satisfacer lasnecesidades básicas de las poblaciones1. Las tendencias monopólicas en laeconomía y las formas políticas que las acompañan, no constituyen unaalternativa para el desarrollo, la elevación de la calidad de vida o el bienestarde los habitantes y las sociedades de nuestra aldea mundial. En este contexto,el cooperativismo adquiere una dimensión particularmente importante, porsu compromiso con el medio social, así como por la distribución de los exce-dentes entre sus integrantes, trabajadores y las colectividades.

Las diversas ataduras o limitaciones en la promoción y desarrollo delcooperativismo, han sido o son coyunturas que no anulan la potencialidad,funcionalidad y compromiso. En los distintos momentos del devenir de lasorganizaciones se han expresado alternativas dicotómicas en el desarrollo delas sociedades, por un lado, durante la segunda mitad del siglo pasado, seprivilegiaba las orientaciones del Estado en la conducción política y econo-mía de los pueblos y las organizaciones estatales de servicio público compa-tibilizaban con el cooperativismo en parte por haber sido creadas por iniciativaestatal o por compartir propósitos sociales. Por otro lado, en el presente ydesde la década del ochenta en Costa Rica, predominan criterios y políticasque privilegian las organizaciones empresariales no cooperativas, que influyeny condicionan las prácticas estatales, las cuales no sólo privatizan empresaspúblicas, sino incluso privatizan las funciones públicas del Estado, así comosus orientaciones valorativas y sociales. El cooperativismo en el liberalismocontemporáneo es apreciado como cualquier empresa, la cual deberá com-petir en igualdad de condiciones, en la desigualdad mercantil, tributaria, tec-nológica y de capitalización de las empresas en el mercado.

II. EL MOMENTO HISTÓRICO Y SOCIAL DEL COOPERATIVISMO

La organización del cooperativismo en Costa Rica, como en otras realidadesnacionales, ha estado en correspondencia con las capacidades culturales yorganizativas de los pueblos, así como con las necesidades y precariedadesde los sectores laborales afectados ante el surgimiento de las relaciones eco-nómicas capitalistas, que incidían sobre su situación y condición de vida. El

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cooperativismo fue para los sectores laborales más lucidos e informados, unaalternativa organizativa y democrática frente a los procesos de exclusión pri-vada y privatizadora del bienestar.

El cooperativismo en el espacio nacional costarricense fue una construc-ción social, más allá de los individualismos y las prácticas mecanicistas. Esun producto social complejo en donde se conjugan determinaciones nacio-nales e influencias internacionales.

II.1 Pasado y presente: la funcionalidad y contraste de las organizacionescon el medio social

Las primeras ideas y organizaciones asociativas en Costa Rica estaban acom-pañadas, en la segunda mitad del siglo XIX, con informaciones sobre las gue-rras en Europa, las victorias de Napoleón III y con la cruzada contra losfilibusteros en el medio nacional. Asimismo, se daba en la prensa urbana,discusiones en torno de las ideas de Proudhon, Saint Simon, Fourier, entreotros pensadores de la época.

En Costa Rica no se desconocían ni eran indiferentes a las ideas surgidasen Europa, aun cuando no ha sido posible establecer nexos personalizadosde las concepciones generales sobre el devenir de la sociedad con los propó-sitos de las organizaciones asociativas y cooperativas, quizás porque no todaslas posiciones en discusión eran asimilables, operativas ni posibles en el me-dio nacional, pero podría afirmarse, que el espíritu de la época que trascien-de a los individuos, se articulaba con la diversidad de situaciones y de actoresen un proceso de transición, en donde las nuevas tendencias no podían im-ponerse sobre las viejas posiciones y prácticas sociales. La inestabilidad antesque la estabilidad era la regularidad del fin del siglo XIX y la primera mitaddel siglo XX.

El cooperativismo en Costa Rica fue inicialmente un fenómeno urbano,era el ámbito donde se difundían las nuevas ideas y donde se gestaban lasnuevas relaciones productivas y laborales. Las ciudades eran los centros don-de se reproducían las condiciones de exclusión y de pobreza, así como eranlos espacios abiertos a las influencias y relaciones con otras ciudades delmundo.

El origen de las ideas y viabilidad de la formación de cooperativas enCosta Rica, se pierde en la historia. No existe un origen que pueda ser recono-cido por quienes han estudiado y estudian el cooperativismo, sin embargo seafirma (Albarracín, 1994), que una de las primeras referencias al cooperativis-mo, se registra en el periódico La Crónica de Costa Rica, del 16 de febrero de1859, en el cual se daban a conocer el surgimiento de gremios de artesanos yjornaleros en las urbes europeas, así como la fundación de cajas de ahorro yseguros de vida, vejez y muerte en algunas ciudades y particularmente deEspaña.

La creación en 1855 de la Sociedad de Beneficencia Alemana2, es quizásla primera organización antecesora del cooperativismo en Costa Rica, la cualtenía por objeto la protección de inmigrantes alemanes. Dicha organización

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actuaba como una caja de ahorros proporcionándoles recursos para su esta-blecimiento en el país (Rodríguez, 1993). Estaba integrada por aproximada-mente por cuarenta personas y tuvo una corta duración, posiblemente por sucorrespondencia con la reducida inmigración alemana en el país.

Otra organización creada a fines del siglo XIX, como se refiere en publica-ciones de la época, era la creación de una Caja de Ahorros entre los militares,la cual actuaba como entidad especulativa (La Crónica, 16 de febrero de 1859),ajena a las finalidades benéficas o de ayuda mutua (Rodríguez, 1993).

El 8 noviembre de 1868, se publicaba en La Gaceta la formación de unaasociación de artesanos para establecer una caja de socorros, asimismo seinformaba que con el objeto de tener derechos cooperativos, tal sociedadpresentaría sus estatutos al Gobierno (Albarracín, 1994), lo cual evidencia lacorrespondencia y simultaneidad de la capacidad organizativa de distintosgrupos en diferentes contextos, así como, revela la intervención estatal en elreconocimiento de la organización como cooperativa. Cabe anotar que la ges-tación de organizaciones asociativas, precursoras de las cooperativas, fueronentidades que tenían el propósito de brindar apoyo económico de ahorro ycrédito a sus miembros, trabajadores empobrecidos, como también ocurríaen algunas realidades latinoamericanas, como en el Perú, Colombia y Méxi-co, entre otros.

La mención de aspectos que trascienden las relaciones de trabajo paraarticular la organización de artesanos y jornaleros, para garantizar su calidadde vida a través de la cooperación unitaria y solidaria de los propios trabaja-dores, es un aspecto importante en la difusión previa de las ideas del coope-rativismo, a la vez que constituye una proposición pionera a lo que sería elobjeto del quehacer nacional del Estado en la década del cuarenta del sigloXX en Costa Rica.

El desarrollo institucional bancario era en aquellos momentos una pre-ocupación importante para distintos sectores sociales ante el incrementode las relaciones mercantiles y por importantes sectores pobres del mediourbano y de los agricultores pobres, quizás por esta razón el Presidente de laRepública general Tomás Guardia, en un manifiesto del 18 de enero 1871,afirmaba que el Banco de Costa Rica, creado en 1867, no lograba los postula-dos de su creación:

“… redimir a los pobres de la expoliación de los capitalistas. El banco ha recibi-do de mi administración una protección decidida, que ha impedido el alza deinterés bancario para los agricultores pobres. No contento con esto he iniciadola creación de un banco hipotecario.” (Albarracín, 1994: 487)

En la historiografía se registran diversas organizaciones como las prime-ras constituidas, pero no se niegan, se complementan según avanzan lasinvestigaciones sobre la historia de las cooperativas costarricenses. Así,Albarracín y Roldan (1994), mencionan la creación de la Asociación de Arte-sanos, el 13 de enero de 1874, en la cual aproximadamente trescientos artesa-nos se reunían con la conducción del Canónico Francisco Calvo y se puso a laorganización al amparo del Presidente de la República general Tomás Guardia,

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quien ofreció apoyarla en su desarrollo. Sin embargo, la idea de conformar esaasociación de artesanos data de noviembre de 1868, seis años antes del añoque se registra su creación:

“… con el objeto de establecer una caja de socorros según el principio dereciprocidad… además de hacer operaciones de préstamo, etc. a miembrosindigentes, ejecutar la compra de materiales y venta de los artículos manufac-turados”3 (Rodríguez, 1993: 51).

Esta idea era coincidente con las propuestas de cooperativas o cajas deahorro urbanas que proponía Hermann Schultze-Delitzsch, las cuales sehabían plasmado en una ley de cooperativas en Alemania tan sólo un añoanterior (1867) y era continuadora de la experiencia alemana en Costa Ricade 18554.

La organización de los artesanos respetaba las ideas iniciales y así losformalizaba en sus estatutos: como propósito el auxilio mutuo con la crea-ción de un fondo, el cual servía para préstamos a los asociados, asimismo secreaba un establecimiento para la venta de productos básicos y de provisiónde materias primas para las labores de los artesanos (Albarracín, 1994: 487).De modo peculiar y previo al cooperativismo, la asociación formada, dispo-nía que las utilidades, al finalizar cada período, fuera repartido en razón delcapital aportado. Asimismo, la organización disponía la obligatoria prohibi-ción de tratar en el seno de la organización asuntos de carácter político oreligioso.

Para 1891 el Diario Oficial La Gaceta (No 252 del 30 de octubre), hacemención de la creación de una Caja de Ahorros en Puntarenas, la cualpublicaba algunos documentos que donde se transcribía publicaciones sobre“La previsión y el ahorro” de La Vasseur, fragmentos de “La vida moral e inte-lectual de los obreros” de Eugenio Tallon y de Julio Simón “Sociedades quetienen por objeto transformar a los obreros asalariados en obreros asocia-dos”. Dichos documentos expresan las consideraciones de la época a favor delas ventajas del ahorro para la exigua economía de los trabajadores, así comopara el desarrollo, pero muestran también su desconfianza hacia organiza-ciones similares creadas o apoyadas por el Estado, las cuales según sus auto-res, tienden a favorecer al capital y restringir el crédito a los trabajadores.

La asociación de artesanos tenía postulados coincidentes con algunos delos principios del cooperativismo que serían difundidos con sus primeras orga-nizaciones. Así, se valoraba al trabajador como sujeto de la rentabilidad y de laredistribución colectiva de los excedentes5, así como respetaba igualitariamentelas creencias y posiciones ideológicas de sus integrantes. Se podría afirmar queel compromiso social de las asociaciones, era una consecuencia de una con-cepción social del trabajo, de la libertad e igualdad de las personas. El pensa-miento que inspiraba esta práctica fue diversa y difusa6, pero su pertinencia yefectividad se encontraba validada por su encarnación colectiva y popular.

Estas expresiones sociales orgánicas, tiene en la historia nacional unasignificación trascendente, para ser las primeras manifestaciones de la cons-titución popular de la igualdad, la ciudadanía y de lo público en la sociedad

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costarricense, lo cual no puede ser atribuido al derecho constitucional7 (Volio,1989), y por ubicarse en un tiempo (1870-1914), apogeo de la república libe-ral (Salazar, 1990) y la consolidación del Estado oligárquico (Salazar, 2002).

La consolidación orgánica de lo popular, fue también la constitución dela ciudadanía y de lo público, que conformó el sustento de una sociedadigualitaria que requirió de una guerra civil en 1948, para consolidar el EstadoSocial en historia costarricense.

La presencia y apoyo político de la autoridad estatal y religiosa en laformación de la Asociación de Artesanos de 1874, era la expresión del podercorporativo, para legitimizar la autoridad oligárquica y para la regulación delos procesos sociales en el ámbito urbano, pero también revelaba la emer-gencia de los trabajadores artesanos para hacer viable una naciente y pecu-liar organización en el ámbito nacional.

La conformación de organizaciones que brindaban auxilio mutuo conpréstamos a sus asociados, constituye también un sello de la época y unaruptura con el pasado menos interdependiente. El requerimiento de liquidezpara la supervivencia de los desposeídos, es la expresión de una ciudad concreciente actividad mercantil, pero es el nacimiento de las nuevas condicionesde la pobreza y desigualdad en la sociedad costarricense. Estas organizacioneseran promovidas desde el exterior, no sólo por la experiencia de los alemanes,sino también con una directa participación de españoles en la creación decajas de ahorro8, pero de cualquier forma, constituían expresiones de necesi-dades de trabajadores en la ciudad capital del país

La formación de pequeños bancos de préstamos atraviesa los distintosmomentos de la historia moderna costarricense. La participación de lospobres en el mercado del dinero, los integraba y subordinaba a la lógica de lareproducción del capital, ya no sólo como trabajadores y consumidores, sinotambién objetos de la valorización financiera. Dicha articulación económicaque se ha profundizado e intensificado en las distintos segmentos de lasociead en el presente globalizado.

Las condiciones que contribuían al fomento del ahorro de fines del sigloXIX, se vio favorecida, con las consideraciones teóricas keynesianas sobre elahorro, desde 1936 hasta mediados de la década del setenta, las cuales loasociaban con el crecimiento y diversificación económica. Sin embargo, en elpresente ha cambiado la función y significación del ahorro para los pobres.La disminución del salario real, el aumento del consumo, así como la deva-luación de la moneda nacional y los procesos inflacionarios, están imposibi-litando ahorrar a los trabajadores y sectores medios urbanos, lo cual a su vezlimita la movilidad social y el mejoramiento de la calidad de vida de granparte de la población costarricense.

El trabajo humano como medio para la realización de las personas ycolectividades, en la mundialización contemporánea, se esta convirtiendo enuna peculiar forma de subordinación laboral al capital, dado que se vive paratrabajar, lo que hace recordar los períodos de semiesclavitud en los enclavesazucareros y bananeros, en donde los trabajadores estaban confinados atrabajar hasta cancelar sus deudas en los comisariatos o tambos, en el pasado

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azucarero peruano, y porque las monedas sólo tenían validez en el ámbitodel enclave.

Los préstamos contemporáneos a los pobres y trabajadores, se hanconvertido en fuente de ganancias para las entidades bancarias públicas yprivadas. Se ha revelado ser una fuente segura de valorización del capital en uncontexto de inestabilidad, por la reducción de la morosidad, el incremento dela velocidad de rotación del capital y por las elevadas tasas de intermediación,no sólo por los préstamos que se proporcionan, sino también por el usofinanciero de parte de los salarios de los trabajadores. La funcionalidad delvalor del trabajo al capital y la economía, esta adquiriendo una significaciónadicional al consumo de los trabajadores, para ser capital en manos deempresarios. Así, la imposición estatal para contratar fondos de pensión com-plementarios con entidades financieras, hace depender la pensión de lostrabajadores, a los usos privados dados a los salarios, lo cual es fuente deganancias para dichas entidades, así como proporcionan recursos abundan-tes y baratos para el capital y la economía, pero empobrece a los trabajadoresque deberán endeudarse para subsistir.

Los préstamos a los trabajadores pobres, del pasado y del presente, esuna consecuencia de la precariedad de las remuneraciones, la carencia deempleo y la escasa o nula acción redistributiva del Estado. Las asociacionesde jornaleros, artesanos y de agricultores en el período precooperativo, fue-ron los antecedentes de las cooperativas de servicios y de ahorro y crédito delpresente.

II.2 Las primeras cooperativas, el movimiento obreroy el contexto político

Uno de los primeros intentos de conformación de una organización cooperati-va, fue a fines del siglo XIX, con la propuesta de una organización que teníapor finalidad satisfacer las necesidades de productores y trabajadores agríco-las, tal es el caso de la Cooperativa Agrícola Costarricense de Cultivos y Coloni-zación Interior (Aguilar, 1990)9. En la misma época se creaba la SociedadCooperativa integrada por artesanos de Heredia10 y se intentaba crear otracooperativa por parte de obreros en San José.

La Sociedad Obrera Cooperativa, creada en 1907 en parte satisface lanecesidad organizativa de los trabajadores artesanos de la época para defen-der las cualidades y habilidades de su trabajo, así como en defensa de losintereses de los consumidores, frente a los abusos de comerciantes e inter-mediarios que imponían precios y calidades, como expresamente lo manifes-taban. Otra de las primeras organizaciones cooperativas, es la creada en 1917,que fue la Sociedad Cooperativa de Consumos, Ahorro y Socorros Mutuos,conformada por obreros del Taller de Obras Públicas, en ese mismo año, sehacían intentos por constituir la Sociedad Cooperativa de Ahorro y de Protec-ción Mutua, integrada por empleados municipales y la Sociedad Cooperativade Consumo y Apoyo Mutuo, la cual fue motivada por los resultados del ICongreso Obrero Centroamericano.

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Los primeros momentos del cooperativismo se encuentran relacionadoscon los efectos cotidianos de la situación laboral de los artesanos y con lacreación de las formas de cooperación y ayuda igualitaria entre trabajadoresurbanos para compensar las consecuencias de la coyuntura política y econó-mica del momento en una sociedad elitizada y aristócrata11.

Las primeras décadas del siglo XX fueron años de convulsión política enCosta Rica, así como en la propagación de las ideas y propuestas cooperati-vistas. Asimismo, hay una relativa incidencia local e indirecta de la I GuerraMundial, aun cuando es probable que la influencia de la revolución mexica-na (1910)12 y la revolución bolchevique (1917), no fueran acontecimientoslejanos ni extraños para la exquisita intelectualidad costarricense, lo cual re-percutía sobre su sensibilidad y actuación comprometida con la justicia so-cial y los movimientos populares y democráticos.

En el movimiento asociativo desde fines del siglo XIX y el movimientocooperativo de principios del siglo XX, existía una tendencia socialista utópicaque promovía el cooperativismo y el mutualismo, pero también existía en elmovimiento obrero una tendencia anarquista. En el ámbito urbano el coope-rativismo y el mutualismo no establecía separaciones con el movimientoobrero, de ahí que entre 1880 y 1909, la articulación del socialismo y el anar-quismo, tenían en el cooperativismo y mutualismo las opciones orgánicaspara la protección de los trabajadores. El descenso del socialismo, entre 1909y 1914, daba preeminencia al anarquismo y con ello se privilegiaba, comoafirma Oliva (1985) al sindicalismo como organización de los trabajadores fren-te al cooperativismo. La interpretación de Oliva es sugerente, sin embargo,desde una opción analítica particular, se estima que la gestación histórica delcooperativismo siempre estuvo ligado a las causas en favor de los trabajado-res del campo y la ciudad y en este sentido su evolución no marca una sepa-ración con las posiciones socialistas, anarquistas y durante la década delcuarenta con los proyectos políticos por la transformación de la sociedad. Laguerra civil de 1948, significaba el triunfo social y la constitución y fortaleci-miento del incipiente Estado de Bienestar y con ello la expansión del coope-rativismo en la sociedad costarricense.

La polarización de la sociedad y la efervescencia política durante lasdécadas 1910-1930, subordinó relativamente la opción cooperativista, perodurante ese proceso político el cooperativismo maduró y se nutrió de laexperiencia y compromiso social con la sociedad en su conjunto, así comoera creadas por iniciativa de las propias organizaciones sindicales. Cabe anotarque algunas organizaciones cooperativas, previas a la guerra civil, se crearoncomo opciones corporativas del Estado, como medios para lograr legitimidady en parte intentar mediatizar el movimiento laboral urbano.

Para mencionar sólo algunos acontecimientos que configuran el contex-to político de la época y que señalan el surgimiento del movimiento coopera-tivo nacional, así como de la movilización social que se expresaba a través dedistintas formas de organicidad para defender y amparar los intereses de lossectores populares en las ciudades, se puede señalar a los jóvenes en losprimeros años del siglo XX13, quienes encarnaron las críticas de los tres

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gobiernos liberales entre 1901 y 1914, periodo durante el cual abundan laspublicaciones de jóvenes contra los liberales en el poder político (Rodríguez,1982). Fue en 1912 que se funda el “Centro Germinal” por Omar Dengo yotros jóvenes inspirados por el socialista-anarquista argentino Manuel Ugartede ideas (Gamboa, 1964), dicha organización fue impulsora, en 1913 de lacreación de la Confederación General de Trabajadores, con orientaciónanarco-sindicalista,14 la cual celebró por primera vez en Costa Rica, en mayode ese año, el día del trabajador. Asimismo, como expresión de la efervescen-cia que se vivía, en 1912 hubo fuertes luchas para promulgar una ley de acci-dentes de trabajo; en 1919 se funda el Centro Socialista que se convertirá luegoen Partido Socialista. La existencia de una conciencia nacional y democráticase expresaba en las calles y con huelgas de trabajadores y sectores medios locual, contribuía a relativizar el poder estatal y eliminar los fraudes electorales,por ello en 1913 se establecía el voto directo y en 1925 el voto secreto.

La mayor presencia de la colectividad en el devenir de la sociedad política,no impidió el derrocamiento, en 1917, del Gobierno Constitucional de AlfredoGonzáles Flores y la instauración de la dictadura del que fuera su Ministro deGuerra, Federico Tinoco. El golpe de Estado era consecuencia de complejosprocesos, entre los cuales se pueden mencionar la pugna entre el Congreso yel Presidente por contratos petroleros (Pérez, 1997), pero también por lasreformas que impulsaba el Ejecutivo para elevar la carga tributaria a los cafe-taleros, a los bienes incultos, seguros mercantiles (De la Cruz, 1980). Los acon-tecimientos en la esfera política, que desencadenarían el golpe de Estado deFederico Tinoco, sin embargo los banqueros brindaron su apoyo financiero,así como las empresas petroleras norteamericanas y los intereses oligárquicosy grupos del poder económico del país15.

La búsqueda de legalizar su poder de facto16 y legitimizar el poder político,aun cuando los personajes del liberalismo no lucharon contra la dictadura,Tinoco invitaba a ex-presidentes para redactar un Proyecto de Constituciónque aprobaría una convocada Asamblea Constituyente, la cual plasmabaaspectos que construían inéditamente un Estado de Bienestar17, lo cual con-trastaba con la situación social que se vivía, que incluso provocaba movi-mientos gremiales clandestinos y semilegales para presionar y luchar contralos especuladores.

La principal actividad agrícola y social del agro costarricense, la produc-ción y comercialización de café, también estuvo representada en el coopera-tivismo en 1918, con la Sociedad Cooperativa Cafetalera, la cual integraría apequeños productores de café de la provincia de Heredia, que se eran explo-tados por los compradores que eran grandes productores, beneficiadores yexportadores de café. Así, en febrero de 1918 se convocaba a los agricultores aformar la cooperativa para organizarlos y solucionar su vulnerable condición,proponiendo el alquiler de un beneficio de café para elevar el valor de suproducción e incluso exportar su producción18.

La crisis del momento particular en Costa Rica en 1918, que en parte seexpresaba en un insuficiente abastecimiento productivo según las necesida-des de una población que comenzaba a concentrarse en el Valle Central, así

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como la existencia de desempleo y la acumulación de tensiones sociales ylaborales. Estas condiciones motivarían para que el Gobierno de TinocoGranados propusiera y realizaran acciones que involucraban al movimientocooperativo, lo cual marca el inicio formal de la participación estatal en estaorganización social, así como del uso político de la vocación y legitimidadsocial del cooperativismo.

El gobierno de Tinoco, aprobaba un Decreto en julio de 191819, una ex-pansión de la frontera agrícola nacional para el cultivo de cereales principal-mente para abastecer las necesidades urbanas, así como para la exportación,con lo cual se creaba actividades productivas con el esfuerzo y voluntad de losdesempleados, pero también establecía que los beneficios de la actividadexportadora fueran destinados para la formación y sostenimiento de laComuna Agrícola Costarricense (Aguilar, 1990).

Esta participación política estatal en el cooperativismo, convertía a laComuna Agrícola Costarricense, en una especie de órgano estatal, que brin-daba a los jornaleros y artesanos asociados a la organización, un auxilio eco-nómico con treinta colones mensuales durante el primer año. Dicho dinerosería devuelto en una proporción del 25% cada año, una vez que sea recogidala primera cosecha, pero también se establecía que las relaciones laborales seencontraban reguladas por reglamentos aprobados por el Poder Ejecutivo ylos representantes de los trabajadores asumían responsabilidades contrac-tuales ante el Ministerio correspondiente. Asimismo, los excedentes de laactividad tendrían usos fiscales para el Estado.

De este modo, se intentaba corporativizar a los trabajadores, disminuirtensiones laborales, aumentar la producción y crear excedentes para la orga-nización y para el propio Estado. Se podría afirmar que las acciones efectua-das era una renovadora e imaginativa propuesta, además de ser un mediopara integrar la producción y el trabajo a los procesos de valorización delcapital, con la mediación estatal, que en las décadas del sesenta y setenta seimplementarían con las reformas agrarias en países de América Latina.

El proyecto social a través de la Comuna del Gobierno de Tinoco, no tuvolos frutos esperados, tanto por la aguda crisis fiscal y como por la destitucióndel gobierno que truncaron sus acciones y proyectos.

La historia del cooperativismo costarricense registra las acciones deTinoco, como importantes, aun cuando las cooperativas eran promovidas eincluso subsidiadas desde el Estado y dependían de las decisiones guberna-mentales. Estas características han acompañado a las cooperativas en variasoportunidades en la historia nacional.

La Confederación General de Trabajadores creada en 1920, proponía en1927 la creación de una Sociedad Cooperativa Industrial20, la cual usaría losrecursos de los Talleres de Obras Públicas del Ministerio de Fomento y ObrasPúblicas, para efectuar actividades que debería realizar dicha entidad. Estapropuesta de los trabajadores, era a la luz de los acontecimientos del presen-te una forma de privatizar las actividades del Estado, sólo que en esa oportu-nidad, eran los trabajadores organizados en cooperativa los beneficiarios dedichas acciones.

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La iniciativa de la Confederación se complementaba con el compromisode organizar y administrar una Escuela Nacional de Artes y Oficios, en lospropios planteles de los Talleres de Obras Públicas. La evolución y desapari-ción de esta organización no se encuentra documentada, pero es posible quelas relaciones políticas en torno de las obras públicas, así como su incidencia,fueran factores que desde el Estado limitaron la acción e iniciativa de lostrabajadores, lo cual tiene en el presente tiene similitudes con las SociedadesAnónimas Laborales (SAL), creadas como medidas que reducen el número defuncionarios públicos.

En 1920, las condiciones de los trabajadores, principalmente josefinos,se levantaron en huelga contra las condiciones de vida y de trabajo endureci-das, por lo que demandaban un incremento significativo de los salarios y lareducción de la jornada de trabajo a ocho horas. En dicha ocasión:

“La actitud del gobierno provisional de Aguilar Barquero frente a las huelgas defebrero de 1920 estuvo dominada por la prudencia y la conciliación… satisfizoinmediatamente las demandas de los trabajadores estatales… realizó arregloscon determinados almacenes de la capital para expender algunos artículos deconsumo popular a precio de costo… importó granos que puso a la venta engraneros oficiales… Pero la resolución más significativa que emitió fue eldecreto del 20 de febrero que instauró la jornada de ocho horas en todas lasdependencias públicas. En suma, las autoridades gubernamentales reconocie-ron la legitimidad de las reivindicaciones de los trabajadores. Sin embargo, sal-vo alguna excepción el poder público no intervino como mediador en losconflictos de los asalariados con los empresarios privados. Frente a la partepatronal, el gobierno se circunscribió a predicar con el ejemplo. La conductagubernamental refleja la aceptación de la influencia que habían adquirido lossectores populares urbanos después de la caída de Tinoco. Así, el presidenteAguilar Barquero y su gabinete trataron de ser fieles al clima de consenso entrelas clases que prevaleció luego del derrumbe de la dictadura y la victoria elec-toral de Julio Acosta… En ningún caso hubo excesos de violencia por parte delas autoridades: la represión armado no hizo acto de presencia en las huelgasde febrero de 1920.” (Acuña, 1986: 86).

En 1921 se materializa la organización cooperativa de los agricultores decafé que no contaban con beneficio de café y por lo tanto imposibilitados deexportar y dependientes de los precios impuestos por sus compradores loca-les. La formación de la Sociedad Cooperativa de Cafetaleros agrupaba a 60 pe-queños productores, esta organización fue pionera de las cooperativas decaficultores creadas a fines de la década del cincuenta y que jugaron un papeldestacado en la situación en los agricultores,

Los procesos de centralización y concentración de la vida política y eco-nómica en la ciudad capital del país, hacían que la demanda por habitaciónfuera una necesidad insatisfecha, por ello fueron diversas administracionesgubernamentales las que efectuaron acciones tendientes a crear la condicio-nes financieras para la construcción de viviendas baratas para los sectorespopulares, lo cual contribuyó a paliar parcialmente las necesidades vivienda.Sin embargo, las necesidades fueron crecientes según se generaban procesos

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de expulsión de la población del campo hacia las ciudades, proceso que hacontinuado hasta nuestros días.

Fue en 1921, que nuevamente la Confederación General de Trabajadores,proponía que sea el cooperativismo un actor para satisfacer las necesidades deviviendas baratas para los trabajadores. De este modo fue en enero de 1923cuando se constituía la Cooperativa de Construcción de Casas Baratas, la cualaparentemente estuvo en funcionamiento y construyendo viviendas por es-pacio de veinte años21.

Al parecer durante la época existían tres cooperativas dedicadas a la cons-trucción y otras derivadas como la organización cooperativa denominada laFabrica Nacional de Mosaicos, constituida también por obra de la Confedera-ción General de Trabajadores22, así como también contribuyó a la formación dela Cooperativa de Consumo Germinal, la cual se encargaba de comercializarproductos de primera necesidad, como un medio para regular o mantener losprecios de mercado de los bienes salarios de la población.

La década de 1920-1930, fueron años críticos por la desocupación, huel-gas, aumento del costo de vida, fueron circunstancias en donde se gestaronpensamientos y organizaciones progresistas sobre el devenir de la sociedadnacional y latinoamericana. Así, desde 1919 se publicaba el “Repertorio Ame-ricano” donde Joaquín García Monge planteaba un elaborado pensamientolatinoamericano integrador, así como fuente de difusión de pensadores comoUgarte, Vasconcellos, Alfonso Reyes, José Ingenieros, Haya de la Torre,Betancourt, José Carlos Mariategui. A dicho proceso, en 1923, surgía el Parti-do Reformista de Jorge Volio23 que enriquecía el pensamiento crítico, cuestio-nando acremente los errores del Estado liberal. La erudita y comprometidaintelectualidad americana escribía y planteaba su posición antiimperialistaen Costa Rica.

En el año de 1942, el Congreso de la República aprueba la creación de laCooperativa Casas Baratas La Familia24, ante las carencias de viviendas ensectores urbanos pobres y posiblemente por recomendación de la Junta Na-cional de Habitación25 creada en 1939 para evaluar y plantear soluciones so-bre el problema habitacional. Siendo el Poder Ejecutivo el encargado deautorizar la solicitud de municipalidades para crear Cooperativas Casas Ba-ratas La Familia, así como crear nuevos tributos que administra la Junta Na-cional de Habitación para su traslado a la Cooperativa. Este proceso estatalque hace intervenir a las cooperativas, puede ser apreciado como un procesodesconcentrador, que usa al cooperativismo para la ejecución de una políticasocial en vivienda de modo centralizado, a la vez que constituyó un mediopara abaratar el gasto social del Estado y las propias viviendas, a través deltrabajo de la entidad cooperativa. Esta modalidad, en el presente liberal deinicios del siglo XXI, también se encuentra presente, pero en circunstancias pola-res, mientras que en pasado con el cooperativismo se vislumbraba la constitu-ción de un Estado Social, en el presente son secuelas de procesos privatizadoresque marcan el fin del Estado Benefactor.

De modo explícito el Centro para el Estudio de los Problemas Naciona-les26 integrado por intelectuales, es la organización que tenía una posición y

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actitud a favor del cooperativismo, llegando a ser ente promotor y sustenta-dor del movimiento cooperativo. En sus luchas política ha inicios de la déca-da del cuarenta expresaba una decidida oposición contra el Bloque deObreros y Campesinos27, con el cual discrepaba en sus propuestas ideológi-cas y programáticas, para proponer de modo explicito que sólo el cooperati-vismo era el medio para superar todos los problemas sociales y económicosdel país (Aguilar, 1990). La transformación del Centro formando parte delPartido Social Demócrata, permite suponer la participación de los cooperati-vistas en la Guerra Civil, aunque es probable, como una idea susceptible deser explorada, que las disputas políticas que comprometieron a los sectorespopulares los cooperativistas lucharan en ambos bandos.

La Iglesia Católica no tuvo un papel específico en relación con la pro-moción y formación de las organizaciones cooperativas, pero sin duda fue unactor protagónico de las causas progresistas que se daban en la sociedad cos-tarricense y encarnando las ideas, posiciones y acciones con distintos actoressociales y políticos. La posición amplia y solidaria del Monseñor Sanabria28,llegó incluso a comprometer a la Iglesia con los procesos que derivaron en laGuerra Civil de 1948 y sus efectos benefactores en la sociedad.

El cooperativismo en Costa Rica ha sido desde su gestación a nuestros díasuna alternativa y necesidad para los sectores populares del campo y la ciudad.Durante la primera mitad del siglo pasado estuvo íntimamente asociado conel movimiento sindical y fue una expresión política de los trabajadores de laConfederación General de Trabajadores. Los gestores del cooperativismo erantambién protagonistas de las luchas políticas que derivaron en la guerra civil.El uso político del cooperativismo por parte del Estado fue limitado, su con-tribución al movimiento cooperativo fue a través de la normatividad jurídicaespecífica que permitió la conformación y reconocimiento de cooperativaspromovidas por la iniciativa popular y autónoma.

El Estado social en Costa Rica fue una construcción colectiva donde elcooperativismo tuvo un aporte poco estudiado. Destacar y reivindicar el ori-gen popular e integrador del cooperativismo en la historia nacional, no signi-fica pretender reeditar de contenidos y significados sociales de otras épocas.Sin embargo, recordar y reconocer de los acontecimientos del pasado, comoparticulares e inéditos, permite arraigar adecuadamente el presente comocontinuidad y ruptura de su propio pasado. Ello impide confundir a la orga-nización cooperativa como una empresa que únicamente se interesa en larentabilidad y competitividad, enfoque que negaría su constitución origina-ria y su horizonte de visibilidad.

El breve análisis del origen del cooperativismo en Costa Rica, permiteuna aproximación a la riqueza interpretativa de este complejo proceso socialy permite contextualizar críticamente las posiciones y prácticas liberales con-temporáneas, que niegan lo social y la potencialidad del cooperativismo en elbienestar y desarrollo.

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NOTAS

1. Estados Unidos de Norte América que es la economía tan grande como la de trespotencias mundiales – Japón, Alemanía y Gran Bretaña – y cuya producción repre-senta el 43% de la producción del planeta, el 40% de la producción de alta tecnolo-gía y el 50% de la investigación y desarrollo del mundo (Zakaria, 2003), en los últimosdos años ha perdido dos millones de empleo y en los últimos dos meses han dejadode trabajar 437,000 trabajadores. Un proceso similar viene ocurriendo en Francia yen Alemania que en los últimos años han perdido el empleo miles de trabajadoresen la industria, lo que motiva la disminución de la jornada de trabajo para absorbera trabajadores desplazados o nuevos. (OIT, 1999), o la evidencia de ser América Latinala región donde la brecha entre ricos y pobres es la mayor del mundo, así como elalarmante incremento de la pobreza absoluta (Kliksberg, 2000), son algunas expresio-nes de la crisis social que incidirán en distintos ámbitos de la vida de las sociedades.

2. Los fundadores del cooperativismo de ahorro y crédito fueron los alemanesFrederich W. Raiffeisen y Hermann Schultze-Delitzsch y en parte fueron los alema-nes los difusores iniciales de este tipo de organizaciones.

3. Citado por Rodríguez (1993) de la Gaceta Oficial No 35 del 9 de noviembre de 1868.Pág.6.

4. A fines del siglo XIX se mencionan la creación de bancos en San Francisco, California,así como la creación de cajas de ahorros en Inglaterra, Bélgica, Italia, Holanda yFrancia, como se mencionan en la Gaceta Diario Oficial de Costa Rica del 5 de febre-ro, 29 de agosto, 7 setiembre y 9 de noviembre de 1880.

5. Idea postulada por Robert Owen (1771-1858), industrial textil inglés, quien era uncrítico del sistema económico imperante, por la lucha competitiva y la ambición porla rentabilidad. Owen fue un pionero de la reducción de la jornada de trabajo, elimi-nación del trabajo infantil, creó escuelas gratuitas para niños, suprimió multas a lostrabajadores, les brindó vivienda, comedores y estableció cajas de ahorro. Ademásde proponer y distribuir excedentes en los trabajadores, también creía en la necesi-dad de brindar capacitación y bienestar a los trabajadores. Este industrial fue tam-bién precursor, en la economía política, del valor trabajo, que fuera postulado porDavid Ricardo (1772-1823) y desarrollado por Karl Marx (1818-1883). Sin duda, Owenfue un gestor del cooperativismo, sus seguidores conformaron la Cooperativa deRochdale, así como fue un revolucionario de su época y también lo sería en laglobalización liberal del presente.

6. Los Inmigrantes extranjeros, trabajadores e intelectuales, así como intelectuales cos-tarricenses que radicaron o estudiaron en Europa, pueden haber sido fuentes deinspiración, así como la prensa escrita urbana también puede haber sido el mediode divulgación de ideas y procesos que ocurrían en otras latitudes. En este procesode conformación de formas distintas de organización, tampoco puede omitirse ladeterminación de la intelectualidad y de los trabajadores costarricenses que teníanuna compleja caracterización de la realidad nacional, así como una comprometidainterrelación con las causas sociales progresistas.

7. Durante el período comprendido entre 1821 y 1871, se produjeron once constitucio-nes políticas, sin contar la de Cádiz, que algunos historiadores la consideran la pri-mera Constitución costarricense (Volio, 1989).

8. En 1879 se publica en Costa Rica la experiencia de la Caja de Ahorros La Tutelar,creada en España en 1850, la cual de modo expreso había designado a dos personaspara difundieran sus experiencias en Centroamérica.

9. COOPEGERMINAL R. L. es también mencionada como gestora del movimiento co-operativo costarricense, aun cuando su constitución se registra en 1923.

10. Los obreros de fines del siglo XIX y parte del siglo XX en Costa Rica, eran básicamen-te artesanos que se encontraban en el proceso de transición de trabajadores inde-

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pendientes y conocedores de todo el proceso productivo de sus trabajos y son pro-pietarios de los productos de su labor, hacia su conversión en obreros de talleresdonde usaban sus instrumentos y habilidades, pero en donde los productos de sutrabajo le pertenecen a quienes los contratan. Este proceso de transición culminaríapara estos trabajadores cuando perdían sus instrumentos y eran confinados a realizartrabajos parciales, lo cual fue obra de la gran influencia del pensamiento y práctica deFrederick Taylor y de Henry Fayol, en el ámbito de la administración del trabajo.

11. Los gobiernos de la República de la época estuvieron preocupados por la moderni-dad o progreso material en los espacios centralizados del poder económico, políticoy militar del país. Este proceso ocurría con gobiernos militares entre 1870 y 1889, asícomo su oposición, entre 1890-1902, continuidad que también se expresaba con lapresencia de intelectuales y profesionales en las esferas gubernamentales (Pérez,1997). Eran periodos de persecución y de continuos fraudes electorales. A partir de1902, nuevas “transacciones” políticas llevaron al poder a la “Generación del Olim-po”, lo cual significó la expresión política de los intereses de los cafetaleros hasta1940 (Dabène, 1992) y con ello la ampliación y expansión de las relaciones capitalis-tas en las ciudades y sociedad costarricense (Carcanholo, 1981).

12. “La revolución mexicana cambió los anhelos económicos de las masas rurales y elproletariado urbano con las aspiraciones políticas de las nacientes clases medias. Araíz de la Revolución estos tres elementos se aliaron para formar un poderoso movi-miento político sin precedentes en la historia latinoamericana.” En: Carlos AvilésVargas. “Los derechos y garantías sociales en el derecho constitucional de CostaRica.” Tesis. Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica 1973. Tomado de: (De laCruz, 1980: 132-133).

13. Entre los jóvenes del período, se mencionan: Roberto Brenes Mesén, Joaquín GarcíaMonge, Omar Dengo, José María Zeledón, Jorge Volio, Carmen Lyra entre otros, loscuales fueron distinguidos intelectuales y políticos que tuvieron una destacada la-bor e influencia en la sociedad costarricense.

14. Juan Vera inmigrante español fue uno de los inspiradores de la orientación de Con-federación General de Trabajadores. (De la Cruz, 1980).

15. El gobierno norteamericano de Wilson, no reconocía a Tinoco, al cual mantuvo enun aislamiento diplomático por la presión y amenaza hacia los países europeos ylatinoamericanos. Washington pretendía obtener apoyo de los expresidentes queeran oposición a Alfredo Gonzáles, sin embargo, Tinoco gozaba de la confianza delos cafetaleros y de los personajes de la clase política que colaboraron en la redac-ción de la Constitución de 1917, pero también el régimen era aceptado por los pro-pietarios y empresarios norteamericanos en el país, como la United Fruit Company(Murillo, 1981). Sin duda, era una época compleja en donde las prácticas políticaseran ambiguas o ambivalentes, los esfuerzos gubernamentales y de influyentes per-sonalidades norteamericanas no lograron el propósito por la imposición de Wilsonal reconocimiento al gobierno de Tinoco, los cuales por las acciones norteamerica-nas terminarían con el gobierno de Tinoco, el Congreso autorizaba al presidente asalir del país por “el periodo de tiempo que de acuerdo con las circunstancias seanecesario para recuperar su salud” y designaba a Juan Bautista Quirós como su su-cesor. Dos días después de la renuncia de Federico Tinoco era asesinado, su sucesortampoco fue reconocido por Wilson, hasta la elección del candidato de su preferen-cia Julio Acosta, luego de la presencia militar de dos buques de guerra en aguascostarricenses.

16. Un mes después del 27 de enero de haber derrocado al Presidente Alfredo GonzálesFlores, Tinoco convoca a elecciones presidenciales y el 1o de abril de 1917 era elegi-do, sin contrincante alguno, Presidente Constitucional, así como los constituyentesde la Constitución que sustituiría a la 1871 (Oconitrillo, 1981).

17. En 1917 se aprueba la Constitución Política que su artículo 10o establecía: “Es obli-gación del Estado velar por el bienestar de las clases trabajadoras, y para ello dictará

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las leyes necesarias; a falta de iniciativa social promoverá, y en todo caso apoyará enla medida de sus recursos, las instituciones que tengan por objeto armonizar sobrebases de justicia las relaciones entre patrones y obreros, y las que tiendan a mejorarla condición económica de éstos y a ampararlos en caso de enfermedad, vejez oaccidente, paro de trabajo u otras circunstancias de desgracia independientes de suvoluntad” (Rodríguez, 1980). Asimismo, se plasmaba la jornada de ocho horas, laobligatoriedad del descanso semanal, la responsabilidad patronal por accidenteslaborales y de enfermedades por los trabajos realizados, creación de una junta deconciliación con igual número de representantes de trabajadores, patrones y Estadopara mediar en los conflictos obrero-patronales. Derrocado el gobierno de Tinoco,esta Constitución queda en el olvido y vuelve a imperar la Constitución de 1871.

18. De manera particular, se desconoce la constitución de su organización, así como laintencionalidad de sus propósitos. Creemos que no fue posible lograr una organiza-ción que materializara esos propósitos, dado que la memoria histórica de los pue-blos habría recogido dicha experiencia, que fue una problemática no resuelta inclusocontemporáneamente por los productores de café.

19. Decreto No 038, del 29 de julio de 1918.20. Las huelgas de 1920, efectuadas por artesanos organizados rebasaban la capacidad

de convocatoria y conducción de la Confederación General de Trabajadores, porello se discutía en el II Congreso de la CGT, la posibilidad de incorporar a cualquierobrero, aun cuando su gremio no perteneciera al CGT, propuesta que fue ganadora yconstituyó el medio para aglutinar a las fuerzas laborales, así como para liderar elmovimiento de los trabajadores. Es en esa perspectiva como podría apreciarse lainiciativa de la CGT en relación con el cooperativismo y formas diversas de organi-zación de los trabajadores.

21. Según información del suplemento del Día Internacional de la Cooperación. Depar-tamento de Cooperativas. Banco Nacional de Costa Rica. San José, 1964.

22. No ha sido posible reconstruir la contribución de la Confederación General de Tra-bajadores, sobre el movimiento cooperativo por la discontinuidad de la informa-ción periodística.

23. La iglesia costarricense como institución no tuvo un papel protagónico en los acon-tecimientos sociales nacionales, sin embargo, han tenido una práctica destacada enel devenir de los procesos y movilización popular, tres personajes religiosos: el sa-cerdote Jorge Volio, el arzobispo Víctor M. Sanabria y el sacerdote Benjamín Núnez.De manera particular, el joven sacerdote como Jorge Volio, fue quien tuvo un papelsignificativo como individuo más que como sacerdote, el cual tenía problemas dis-ciplinarios con el tradicionalismo de la iglesia costarricense. Jorge Volio contribuyócon la divulgación de las ideas renovadoras de la época y desde 1912 publica elsemanario, “La Aurora Social” donde escriben no pertenecientes al grupo de inte-lectuales, ahí se “… predicaba el socialismo de orientación anarquista, informa de-talladamente sobre asuntos centroamericanos y reproduce en todos sus númerospárrafos de Zola, Bakunin, Kroptkin, Manuel Ugarte…” (Rodríguez, 1980: 128). Voliosancionado en varias oportunidades en un medio de incesantes discrepancias, deci-de en 1915 abandonar voluntariamente los hábitos sacerdotales, aunque en 1933solicita su reincorporación al seno de la Iglesia, pero el Papa Pío XI dispone su “…completa y entera secularización”. (Rodríguez, 1982: 133).

El Monseñor Sanabria fue un combativo personaje que competía por el controldel movimiento obrero, así en 1943 plantea como acción social de la Iglesia Católicatres grandes sectores: La Liga Espiritual Obrera, bajo la responsabilidad de PadreRodríguez Quirós, la cual tenía por finalidad la formación espiritual de los trabaja-dores; La Juventud Obrera Católica a cargo del Padre José Vicente Salazar, que for-maría dirigentes para los sindicatos y Las Organizaciones Sindicales a cargo delpadre Benjamín Núñez. (Rodríguez, 1980). El Monseñor Sanabria estaba compro-metido con la aprobación de las Garantías Sociales y del Código de Trabajo, disposi-

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tivos jurídicos que consagraban los derechos sociales y de los trabajadores, siendo elCódigo de Trabajo el que dedicaba un capítulo a la regulación de las organizacionescooperativas.

El Padre Benjamín Núñez fue el designado por el Monseñor Sanabria para formarla Confederación Rerum Novarum, ante la creciente presencia de aproximadamente102 sindicatos en 1945, la cual sería la alternativa frente a la Confederación General deTrabajadores, aun cuando fue presentada como una acción de la doctrina de la IglesiaNúñez, 1981). En este proceso el Padre Núñez contó con la colaboración del PartidoSocial Demócrata (Conformado, en marzo de 1945, de la unidad entre el Centro parael Estudio de los Problemas Nacionales y el grupo Acción Demócrata), y jugó un papeldestacado cercano de José Figueres en la Guerra Civil de 1948 y en sus acuerdos.

24. Ley de la República No 190. 14 de Agosto de 1942.25. La Junta Nacional de Habitación es sustituida contemporáneamente por Instituto

Nacional de Vivienda y Urbanismo, para cumplir funciones similares.26. El Comité Ejecutivo de la agrupación estaba formado por Rodrigo Facio, Gonzalo

Facio, Carlos Monge, Isaac F. Azofeifa, Mario Quirós, Arnoldo Jiménez, Rodrigo Ma-drigal, Fidel Tristán, Rafael Alberto Zúñiga, Alberto Cañas, Eugenio Rodríguez. ElCentro para el Estudio de los Problemas Nacionales se unirá con la agrupación polí-tica Acción Demócrata y formarán el Partido Social Demócrata, el cual se convertiráen el Partido Liberación Nacional luego de la Guerra Civil.

27. Era la denominación que tenía la agrupación política que luego se convertiría en elPartido Comunista el 6 de junio de 1931.

28. Al parecer contribuyó al cambio formal de denominación del Partido Comunistapor el Partido Vanguardia Popular en 1943, lo cual permitía a dicho partido mayorflexibilidad con otros grupos políticos, así como con la propia Iglesia. Así, el dirigen-te de dicho partido afirmaba: “El Partido Comunista de Costa Rica fue disuelto ayer,en una Conferencia Nacional de carácter extraordinario que celebró. En el mismoacto se constituyó un nuevo Partido que se denominará Vanguardia Popular y seadoptó además el programa que me permito adjuntarle. En el manifiesto, que tam-bién adjunto, se dan a conocer las razones por las cuales fue disuelto el PartidoComunista y las orientaciones generales de la nueva organización política en lapresente etapa de la vida nacional… ¿Cree usted –señor Arzobispo – que existe algúnobstáculo para que los ciudadanos católicos colaboren o concerten alianzas con elPartido Vanguardia Popular?… Al mismo tiempo, me tomo la libertad de pedirle unpronunciamiento en relación con la conveniencia de que todo el pueblo se unifiquey combata decididamente contra las fuerzas salvajes del Eje totalitario que está ame-nazando la civilización.” (Rodríguez, 1982: 257). Al respecto el Monseñor respondía:“No es del caso exponer en este lugar las razones que en el pasado movieron a laautoridad eclesiástica a asumir la actitud… con respecto al partido ya disuelto, apesar de que los anhelos y tendencias de aquella agrupación y los de los personerosde la Iglesia coincidían, parcialmente cuando menos, en mas de un aspecto. Dife-rencias positivas de principios, sobre todo, y, en parte, diferencias de métodos man-tenían inconciliables las posiciones fundamentales de los unos y de los otros…Pienso, pues, que en la nueva situación creada por aquel acto de la ConferenciaNacional del partido disuelto, quedan solucionados… los conflictos de concienciaque para los católicos resultaban de la situación anterior.” (Rodríguez, 1982: 257-258).

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ESTADO ACTUAL DELCOOPERATIVISMO EN PUERTO RICOEstela M. Pérez Riestra y Petrona B. Varela MontInstituto de Cooperativismo, Universidad de Puerto [email protected] [email protected]

RESUMEN • El artículo que presentamos a continuación consiste en unadescripción general del estado actual del cooperativismo en Puerto Rico.Este trabajo sirve de base para el análisis comparativo de la dinámica con-tinental del cooperativismo en los diferentes Movimientos Cooperativosde América. Para esta investigación hemos realizado una revisión biblio-gráfica y documental de fuentes secundarias, principalmente de estudios,tesis, revistas y libros. También hemos analizado estadísticas y estudiosrealizados por instituciones cooperativas y por el Estado.

RESUMO • O artigo que apresentamos descreve genericamente o estadoatual do cooperativismo em Porto Rico.

Esse trabalho serve de base para a análise comparativa da dinâmicacontinental do cooperativismo nos diferentes Movimentos Cooperativosda América.

Para essa pesquisa, foi realizada uma revisão de documentos e da biblio-grafia de fontes secundárias constituídas principalmente de estudos, teses,revistas e livros.

Analisaram-se, igualmente, estatísticas e estudos efetuados por institui-ções cooperativas e pelo Estado. Maiores detalhes sobre os temas incluídosno artigo podem ser solicitados às autoras por meio de seus endereços ele-trônicos.

RÉSUMÉ • L’article que nous présentons ici est une description généralede l’état actuel du coopérativisme à Porto Rico. Ce travail est à la based’une analyse comparative de la dynamique continentale du coopératismeà travers les différents Mouvements coopératifs de l’Amérique. Pour cetterecherche, nous avons réalisé une révision bibliographique et docu-mentaire de sources secondaires principalement constituées d’études, dethèses, de revues et de livres. Nous avons en outre analysé des statistiqueset des études réalisées pour et par des institutions coopératives ainsi quepar l’État. Pour obtenir plus d’information sur les thèmes inclus dans cetarticle, nous vous suggérons de vous adresser directement aux auteurs parcourriel à leurs adresses électroniques respectives.

ABSTRACTS • The paper presented herein consists of a general descrip-tion of the current situation of the cooperative movement in Puerto Rico.This work serves as a basis for the comparative analysis of the continentaldynamics of the various cooperative movements in America. For our re-search, we did a literary and biographical review of secondary sources,

REGIÓN AMÉRICA DEL NORTE Y CARIBE

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mainly research papers, thesis’s, magazines and books. We also analyzedstatistics and studies made by and for cooperative institutions and for thegovernment. More extensive information about the topics covered in thispaper can be requested from the authors via e-mail.

I. CONTEXTO NACIONAL

Puerto Rico es una isla del Caribe que forma parte del archipiélago de lasAntillas Mayores. El estimado de población para julio de 2002, ha sido de3,957,988. Se hablan los idiomas español e inglés, aunque predomina el espa-ñol. La moneda que se utiliza en Puerto Rico es el dólar americano. (TheWorld Factbook, 2002). Entre los sectores más fortalecidos están el de servi-cios (54% GDP) e industrias (45%). Por otro lado, la agricultura representasólo el 1%, siendo los productos agrícolas caña de azúcar, café, piñas, pláta-nos, guineos y aves. Las exportaciones para el año 2000 totalizaron el $34.9billones y las importaciones $27 millones. El país socio de exportación (88%)e importación (60%) es Estados Unidos. Se exportan productos farmacéuti-cos, electrónicos, cuero, atún enlatado, ron, bebidas concentradas y equipomédico. Entre los productos que importa Puerto Rico están los productosquímicos, maquinaria y equipo, ropa, alimentos, pescado y productos depetróleo. La fuerza laboral está compuesta por 1.3 millones de trabajadores(estimado al 2000). La fuerza laboral por ocupación la componen en la agri-cultura el 3%, en la industria el 20%, y en servicios el 77% (estimado 2000).Para el año 2000, el desempleo fue de un 9.5%. El sector industrial está com-puesto por farmacéuticas, fábricas de ropa, electrónica, productos de alimen-tos y turismo (The World Factbook, 2002).

II. RESEÑA HISTÓRICA DEL COOPERATIVISMO EN PUERTO RICO

A. Inicios del cooperativismo en Puerto Rico

Esta sección pretende describir el surgimiento y evolución de las primerascooperativas de Puerto Rico. Además, clasifica por períodos históricos los as-pectos más sobresalientes del sector cooperativo puertorriqueño para esosaños.

En Puerto Rico, las primeras experiencias asociativas surgieron a partir deldecreto emitido por el gobierno español en el año 1873, el cual permitía elderecho a la asociación (Pérez, 2003). Las primeras cooperativas fueron impul-sadas por líderes comunitarios, líderes obreros, educadores, intelectuales ygrupos comunitarios de nuestro país, quienes le dieron un total respaldoideológico al cooperativismo. Posteriormente, surgieron otras sociedadescooperativas. Muchas de estas fracasaron por la postura negativa del gobier-no en época de transición política, por falta de educación y de experienciasen administración.

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B. Cooperativismo en Puerto Rico a partir del control norteamericano

A partir del 1898, Puerto Rico culmina el período de colonización española ycomienza el período inicial de colonización por Estados Unidos. Finalizandoel siglo XIX y al iniciarse el siglo XX, fueron organizadas otras sociedades en elárea de consumo, crédito y producción. En el año 1908, El líder RosendoMatienzo Cintrón, presentó un plan integral global para mejorar la situaciónde la clase pobre, en especial de los obreros, a través de la creación de coope-rativas y del Movimiento Cooperativo Puertorriqueño y también promovió laidea de una cooperativa integral nacional, que denominó Fraternidad SocialPsicológica y Benéfica (presentado en conferencia en el Ateneo Puertorrique-ño). Las aportaciones de Matienzo Cintrón en labor educativa, de organiza-ción y en proyectos de Ley propuestos para el cooperativismo, sirvieron debase para la creación y aprobación de la primera Ley de cooperativas de Puer-to Rico, la Ley número 3 del 6 de mayo de 1920.

A partir de esa fecha siguieron desarrollándose cooperativas que no fue-ron muy exitosas, entre otras razones debido a problemas relacionados conla Primera Guerra Mundial. Por otro lado el gobierno continuó la creación delegislación cooperativa. A pesar de las ayudas recibidas del gobierno, las coo-perativas confrontaban dificultades por la falta de educación cooperativa.

A finales de la década del 20 y en la década del 30, la promoción delcooperativismo fue impulsada por el gobierno de Puerto Rico y por las políti-cas públicas del Gobierno de Estados Unidos, por medio del Nuevo Trato, através de fondos federales para creación de Agencias Gubernamentales rela-cionadas con el cooperativismo y para el desarrollo de Proyectos Cooperati-vos. En el 1938, se llevó a cabo el primer congreso de cooperativas de consumoy producción. También se efectuó el primer congreso de cooperativas de Puer-to Rico con el propósito de unir y dar dirección al Movimiento Cooperativo.Los efectos de la Segunda Guerra Mundial sobre la economía local llevaron alcrecimiento del cooperativismo en el sector de consumo. En esa época secrearon más de cuarenta cooperativas en comunidades urbanas y rurales enla isla. Estas facilitaron el acceso a alimentos, la distribución equitativa de losmismos a mejores precios (Díaz, 1984, en Rodríguez, 1994:62).

C. Iniciativas de organización y fortalecimiento del cooperativismopuertorriqueño

Para la década del 40 se generaron grandes esfuerzos e iniciativas de líderescooperativistas en proyectos de educación, investigación y en la organizaciónde nuevas cooperativas, mayormente agrícolas y de consumo.

También hubo una mayor organización del Movimiento Cooperativo y elgobierno continuó impulsando el cooperativismo. Entre los años 1920 a 1943,en Puerto Rico se habían incorporado 138 cooperativas. Para el 1943, sobrevi-vían sólo cuarenta y tres cooperativas, es decir, menos de la tercera parte. Enel 1946, el Presidente del Senado Luis Muñoz Marín, envió una comisión es-pecial para estudiar el Movimiento Social de Antigonish y el cooperativismo

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de Nueva Escocia, Canadá. Al regresar a Puerto Rico, la Comisión propuso lacreación de un programa de educación de adultos, ya que encontró que larealidad del cooperativismo en Nueva Escocia era similar a la de Puerto Rico(Parrilla, A. 1989: 40-41). La Comisión también presentó una evaluación críti-ca del Movimiento Cooperativo Puertorriqueño, en la que se recomendó;a) la aprobación de una Ley General de Cooperativas, la que luego se convir-tió en la Ley 291, del 9 de abril de 1946, Ley General de Sociedades Cooperati-vas, b) la aprobación de una Ley para reglamentar las cooperativas de ahorroy crédito, c) la creación de una oficina de gobierno de Puerto Rico para lareglamentación y fiscalización de las cooperativas organizadas, d) la creaciónde un departamento de cooperativas para hacerse cargo de la labor de fomentoy educación cooperativista, e) la incorporación de cursos sobre cooperativismoy un programa de extensión, en el que hoy es el Instituto de Cooperativismode la Universidad de Puerto Rico y en las escuelas públicas de la isla y f) lacreación de una agencia puertorriqueña para la extensión de crédito a lascooperativas. Las recomendaciones fueron implementadas en diez añosdespués de haber sometido el informe” (Parrilla, A. 1989, pp. 40-41). En esadécada, la iglesia católica impulsó públicamente al Movimiento Cooperativoy auspició la formación de cooperativas de crédito parroquiales de las cualesse formaron alrededor de 35 cooperativas. En el año 1954, el sector de ahorroy crédito contaba con 107 cooperativas y en el 1967, había aumentado a 364cooperativas (Díaz, en Bauzá, 1990:70). Para esa época también se inició eldesarrollo del Programa de Cooperativas Juveniles en las escuelas públicas dePuerto Rico. En el año 1957, la Ley No. 4 del 1ro de mayo de 1957, creó laAdministración de Fomento Cooperativo, agencia pública con la funciónde promover, organizar y regular el funcionamiento de las cooperativas(Rodríguez, 1994, p. 69).

En el 1957, en Puerto Rico existían 99 cooperativas de consumo, las quese redujeron a 64 y después a 35 en el 1977, a pesar de que las cooperativas deconsumo se organizaron en una federación y establecieron un almacén cen-tral que les generó un alto volumen de ventas. Bauzá indica que esa reduc-ción se debió a la falta de integración de recursos financieros, operacionales,y gerenciales en ese sector.

Para la década del 60, el gobierno siguió impulsando el cooperativismo através de la legislación, de nuevos programas. En esa década se organizarondos cooperativas de servicios de salud y hospitalarios. También se incorporó laFederación de Cooperativas Agrícolas. Entre otras instituciones se estableció elBanco Cooperativo de Puerto Rico. En el 1968, el gobierno de Puerto Ricoimpulsó la integración del sector de cooperativas de consumo al propiciar lafusión de 42 cooperativas en la Cooperativa de Consumidores Unidos de Puer-to Rico (UNICOOP), creando la cadena de supermercados más grande delpaís. UNICOOP sustituyó la Federación Puertorriqueña de Cooperativas deConsumo. Ese se considera el primer intento de integración cooperativa en elsector de consumo (Administración de Fomento Cooperativo,1982: 6).

Las décadas del 70 y 80 se caracterizaron por el crecimiento económicodel Movimiento Cooperativista, por el aumento de cooperativas de ahorro y

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crédito, de seguros y de vivienda, por el desarrollo del cooperativismo, por lalegislación cooperativa y el impulso del gobierno dirigido al cooperativismopuertorriqueño. Estos procesos sirvieron de modelo para otros países herma-nos. En 1970, existían alrededor de 700 cooperativas en la isla (Parrilla enRodríguez,1994:71). Para ese mismo año se organizó la Federación de Coope-rativas de Transporte, Choferiles, Servicios y Ramas Aéreas que agrupaba 15cooperativas. El Gobierno le brindó ayuda económica y técnica para fortalecerese sector. También en 1970 se organizó la primera cooperativa agrícola bajola fórmula de posesión en común de la tierra, Cooperativa de Servicios deProducción y Mercadeo Otoao. En 1971 se organiza la primera escuela coope-rativa en Puerto Rico Eugenio María de Hostos. Luego, en 1973, se aprueba laLey de Sociedades Cooperativas de Ahorro y Crédito con el fin de crear es-tructuras cooperativas más modernas para dicho sector. Se aprueba además,la Ley No 122 que independiza la Oficina del Inspector de Cooperativas dePuerto Rico de la Administración de Fomento Cooperativo para responderdirectamente al Gobernador. Mediante la Ley 121 se crea la Junta de Apela-ciones para revisar las reclamaciones de las cooperativas organizadas o enproceso de organización de las decisiones del Inspector de Cooperativas.La Ley No 111 autorizó al Banco Gubernamental de Fomento garantizar prés-tamos otorgados a escuelas cooperativas para adquisición de muebles einmuebles y para su organización y funcionamiento. El 22 de marzo de 1973,la Asamblea Legislativa ordenó mediante Resolución del Senado No 28, quese examinaran las relaciones entre el gobierno y el Movimiento Cooperativo.

En 1975, se organizó la Federación Cooperativa de Servicios Gerenciales yTécnicos para ofrecer servicios a catorce supermercados cooperativos. Esainiciativa fracasó y luego se fusionaron cuarenta y dos cooperativas de consu-mo en la Cooperativa de Consumidores Unidos de Puerto Rico (UNICOOP).Contaban con sesenta supermercados en toda la isla, alrededor de 75,000socios y $ 20,285,321 en activos.

En el año 1980, la Ley No 99 del 4 de junio de 1980, estableció el Programade Seguro de Acciones PROSAD COOP, como una dependencia de la Oficinadel Inspector de Cooperativas. Esta Ley creó un programa para asegurar lasacciones y depósitos de los socios de las cooperativas de ahorro y crédito, loque permitió que las cooperativas mejoraran su competitividad frente a lasinstituciones financieras no cooperativas, las cuales tenían sus depósitos ase-gurados por un programa federal (Rodríguez, 1994:71).

En el 1985, se estableció la Oficina del Comisionado de InstitucionesFinancieras, adscrita al Departamento de Hacienda. Ese año se aprobó la Ley74, que permitía que las cooperativas de ahorro y crédito crearan departamen-tos de servicios financieros. La aprobación de la Ley 74, permite los serviciosmúltiples en las cooperativas de ahorro y crédito, mayor y efectivo trabajo delas cooperativas en la comunidad, desarrollo de nuevo liderato en las coopera-tivas, creación de programas educativos con l@s soci@s y con las comunida-des, diversificación de los servicios, establecimiento del programa de segurosy depósitos de acciones (PROSAD) con una garantía de $40,000 y la aproba-ción de las Leyes 5 y 6 para las cooperativas de ahorro y crédito.

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En la década del 80, el Movimiento Cooperativo realizó gestiones en laLegislatura, en torno a la situación que vivían las cooperativas del país. Secontinuó impulsando la legislación cooperativa. Se desarrollaron programasde educación cooperativa tanto en cooperativas de base como en organismosprincipales dirigidos a educación de adultos, de líderes voluntarios, emplea-dos y el bachillerato en cooperativismo y en la Universidad de Puerto Rico. Enesa década, el Movimiento Cooperativo también tuvo una participación activaen organismos cooperativistas nacionales e internacionales.

D. Situación del cooperativismo a finales del siglo XX

A finales de la década del 80 y en la década del 90, se observó un proceso deconsolidación y liquidación de cooperativas de consumo. Este sector se vióseriamente amenazado por las grandes cadenas multinacionales de estable-cimientos de comidas rápidas y farmacias. Bauzá expone que a pesar de laslimitaciones que afectaron al cooperativismo en la década del 80, al finalizaresta, el cooperativismo logró la consolidación de las cooperativas de ahorro ycrédito, el afianzamiento económico de las cooperativas de seguros y mayorparticipación del liderato voluntario en las cooperativas.

Por otro lado, Rodríguez (1994:76) indica que para la década del 90, enPuerto Rico se dio un crecimiento desigual en los diversos sectores cooperati-vos. El sector de ahorro y crédito tuvo un mayor número de cooperativas enmatrícula y fuerza económica. Esto se debe a los altos niveles de consumopresentes en la población puertorriqueña. El sector de ahorro y crédito deprincipios de los años 90, tuvo el 99% de los activos totales del MovimientoCooperativo. El sector de vivienda pudo atender solo el .42% del total de uni-dades de vivienda. Una de sus mayores dificultades ha sido la obtención definanciamiento para el desarrollo de nuevas viviendas y el no haber podidolograr la integración entre sectores cooperativos que permitieran canalizar losrecursos del sector de ahorro y crédito hacia el desarrollo de viviendas (Estu-dios para Negocios Inc., 1992, en Rodríguez, 1994: 78-79). El sector de coope-rativas agrícolas fue perdiendo participación en la economía nacional en ladécada del 90. Esto se debió a altos costos, a escasez de mano de obra, faltade respaldo gubernamental y falta de integración en el Movimiento Coopera-tivo (Estudios para Negocios Inc., 1992, en Rodríguez, 1994: 79-80). A pesar detener sólo el 2.6% del total de camiones de carga pesada, el sector de trans-porte tuvo la mayoría de los contratos de carga de petróleo y productos deri-vados. El sector de seguros, contando con sólo dos cooperativas, fue muyexitoso en esa década. En el sector de producción industrial se crearon seiscooperativas de trabajo de manufactura de ropa. Estas cooperativas recibieronun gran respaldo de cooperativas de ahorro y crédito. El sector de servicioscontó con pocas cooperativas y poco impacto, sin embargo han sido modelospor ser cooperativas únicas en Puerto Rico (Estudios para Negocios Inc., 1992,en Rodríguez, 1994: 79-81). En esta década se dio una reducción significativaen el número de cooperativas. Sin embargo, muchas de estas se fusionaron,para mantener el fortalecimiento del sector de ahorro y crédito.

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La Administración de Fomento Cooperativo ha enfatizado en la creaciónde cooperativas del sector industrial para ayudar a los trabajadores a adquirirlas empresas que están en proceso de cierre. En el año 2002, el sector decooperativas de ahorro y crédito constituyó una parte significativa en la eco-nomía local (El Nuevo Día, 2002:3). Las cooperativas de seguros continúantrabajando con éxito. Un proyecto innovador creado en el 2002, ha sido laCooperativa de Farmacias Puertorriqueñas, COOPPHARMA (Pérez, 2003). Laintegración de este grupo de farmacias es un esfuerzo para luchar con la com-petencia desmedida que se está dando en Puerto Rico ante el impacto de lasempresas multinacionales.

III. IDENTIDAD SOCIAL Y JURÍDICA

El cooperativismo se define como un sistema de organización jurídica quetiene por objeto realizar un fin social de justicia distributiva y democraciaeconómica. También se define como un sistema económico fundado en laasociación voluntaria de individuos que desean satisfacer necesidades co-munes, aprovechando las ventajas que resultan de la demanda y la oferta con-junta y la eliminación de intermediarios (Mendoza, 1984:64). Una cooperativaes una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamentepara hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales yculturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y de-mocráticamente controlada (ACI, 1995).

En Puerto Rico, las cooperativas se rigen a partir de la Ley 50, Ley Generalde Sociedades Cooperativas, según enmendada. La Ley 255 del 28 de octubrede 2002 y la Ley 114 del 17 de agosto de 2001, que crea a la Agencia Guberna-mental COSSEC.

El cooperativismo puertorriqueño ha evolucionado en íntima vincula-ción con la voluntad, las orientaciones y los organismos del Gobierno. Laprimera Ley de cooperativas de Puerto Rico se formula en el 1920, con elpropósito de reglamentar la organización de cooperativas de consumo y pro-ducción. Esta ley resultó inadecuada y en 1925 se formula un nuevo estatutode carácter más general que reglamentó la organización de cooperativas. Enel 1938, se aprobó una nueva ley reglamentando la organización de coopera-tivas de artículos manufacturados a mano. A partir de los años 40, existe unapolítica pública de respaldo al cooperativismo, pero la expresión real de lamisma ha manifestando altas y bajas a través de los años. El 9 de abril de 1946se formula nuevamente una Ley General de Sociedades Cooperativas, la LeyNo 291. A partir de la misma siguieron surgiendo nuevas legislaciones conmiras a fortalecer y promover el Movimiento Cooperativo. Sin embargo, en elperiodo del 50 al 60 el Gobierno de Puerto Rico enfatizó sus esfuerzos enotros enfoques desarrollistas (tales como industrias y turismo) pues parecíanresolver las necesidades económicas del país. Esos otros sectores desarrollistasno pudieron satisfacer cabalmente las exigencias de empleo, servicios y bie-nes. Mientras, el cooperativismo a un micro nivel afianzaba su permanencia,creando cooperativas de segundo nivel. Por ejemplo, en el 1963 se organiza la

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Cooperativa de Seguros Múltiples de Puerto Rico que constituye hoy día unade las empresas más competitivas del país en el sector de seguros. En lasdécadas del 70 y 80, el Gobierno interviene directamente en el funcionamien-to operacional de las cooperativas más que en la creación o fortalecimientode las mismas. El 15 de junio de 1973, por ejemplo, se formula una nueva leypara regular el desempeño del sector de ahorro y crédito, la Ley No 6. En losaños 90 se deroga la Ley No 291, Ley General de Sociedades Cooperativas y secrea una nueva ley No 50. Esta nueva ley se supone recogería las nuevas nece-sidades de las cooperativas a la luz de los cambios nacionales e internaciona-les. Sin embargo, el Movimiento Cooperativo desde la aprobación de la mismaha estado aunando esfuerzos para enfrentarse a las deficiencias con las quecuenta esta legislación y lograr que no se desvirtúen los verdaderos objetivosde las empresas cooperativas.

A partir del 2000 surge una crisis económica experimentada en la Isla araíz de la salida de múltiples fábricas llevando al Gobierno a buscar solucio-nes rápidas y viables. Esta intervención directa volvió a enfocar sus esfuerzosa fortalecer el movimiento cooperativo fenómeno que no se veía desde ladécada del 40. Como parte de la política pública, el gobierno enfatizó el forta-lecimiento del cooperativismo, en flexibilizar la legislación cooperativa y enpromover el cooperativismo como alternativa para combatir la crisis de des-empleo generado en Puerto Rico en los últimos años. Sin embargo, el sentirde las cooperativas e instituciones relacionadas ha sido que la reglamenta-ción y legislación ha afectado aspectos internos del funcionamiento y tareasde estas instituciones. Actualmente se discute en el Movimiento y en la legis-latura un proyecto de ley para enmendar la actual Ley 50, Ley General deSociedades Cooperativas.

IV. INTEGRACIÓN SECTORIAL DE LAS COOPERATIVAS Y DISTRIBUCIÓNGEOGRÁFICA CONFORME A LA ADMINISTRACIÓN DE FOMENTOCOOPERATIVO

A. Integración sectorial

En Puerto Rico, las cooperativas están divididas por sectores, de acuerdo a lasactividades que se dedican. El sector de ahorro y crédito o sector financieroestá compuesto por las cooperativas que proveen a sus clientes los servicios eintereses más razonables del mercado. El sector de consumo se refiere a lascooperativas que tienen como servicio principal la venta y/o distribución dealimentos elaborados así como de productos para uso personal, del hogar,medicinales y otros. El sector agropecuario o agrícola incluye cooperativasque se dedican en su mayoría a la producción, elaboración y distribución deproductos alimenticios frescos y de suministros para agricultores. El sectorde producción y servicios lo componen cooperativas que se dedican a la pro-ducción en general y al establecimiento y mantenimiento de un servicio localo general. El sector de transporte cuenta con la labor de trabajadores que sededican al transporte de personas o carga. El sector de vivienda se dedica a la

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administración y servicios de viviendas, compra de solares, construcción y/oventas de viviendas mediante la organización cooperativa. Las Cooperativasjuveniles integran a jóvenes en la formación de futuros líderes cooperativis-tas (Mendoza, 1984:64).

B. Distribución geográfica

La Administración de Fomento Cooperativo, agencia gubernamental, distri-buye las cooperativas por regiones geográficas. Estas son: Región de Arecibo,Región de Caguas, Región de Mayagüez, Región de Ponce y Región de SanJuan. La Liga de Cooperativas distribuye las cooperativas por regiones de ma-nera diferente a la Administración de Fomento Cooperativo. Estas se distribu-yen por: Región Norte, Región Sur, Región Oeste, Región Central y RegiónMetro.

En el sector de cooperativas de ahorro y crédito, las cooperativas tienenmayor presencia en el área metropolitana de San Juan. Las Oficinas centralesde las cooperativas de seguro están ubicadas en San Juan y tienen sucursalesen toda la isla. El Banco Cooperativo está ubicado en Hato Rey. Las cooperati-vas industriales y agroindustriales se ubican mayormente en el centro y nortede Puerto Rico. Existen dos cooperativas pesqueras, una en San Juan y una enHumacao, al este de Puerto Rico. Las cooperativas de consumo están al nortede Puerto Rico. Las cafeterías cooperativas tienen mayor presencia en la zonametropolitana de San Juan. Las cooperativas gasolineras se encuentran enpueblos del norte y este. Las farmacias cooperativas abarcan los pueblos deloeste, del sur y del centro de la isla. Con la creación de la integración defarmacias FARMACOOP, las farmacias cooperativas están teniendo presenciaen toda la isla. La única cooperativa de servicios fúnebres está ubicada enHato Rey.

La Cooperativa de Estudiantes de Derecho, Cooperativa de Maleteros,Cooperativa de Educación, la Cooperativa de Levantadores de Pesa, y las Coo-perativas de Estacionamientos están ubicadas en el área metropolitana deSan Juan. Las Cooperativas de Vivienda también se encuentran en su mayoríaen el área metropolitana de San Juan. Las Cooperativas de Transporte se divi-den entre el área metropolitana de San Juan y pueblos al sur, este y oeste de laisla. Las cooperativas juveniles tienen mayor presencia en el área de Ponce yde Caguas.

V. INCIDENCIA SOCIAL

En términos de incidencia social, las cooperativas de Puerto Rico realizanaportaciones por medio de actividades de educación y desarrollo de líderes,actividades sociales, culturales, deportivas y cívicas entre otras. Ofrecen becasa estudiantes, realizan certámenes de oratoria, de arte y de música, auspicianorganizaciones culturales, de apoyo a la mujer y a personas de la tercera edad(Rivera: 2002).

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VI. INTEGRACIÓN

La poca integración cooperativa es uno de los problemas y limitaciones quetiene Puerto Rico. La única integración a nivel organizacional es la Liga de Coo-perativas. Otros organismos de integración son las cooperativas de segundogrado. Estas son la Cooperativa de Servicios Fúnebres, Cooperativa de Segu-ros de Vida (COSVI) y la Cooperativa de Seguros Múltiples.

Los intentos de integración del Movimiento Cooperativo Puertorriqueñohan sido varios y han atendido desde la perspectiva horizontal casi todos lostipos de cooperativa. Sin embargo, desde la perspectiva vertical sólo existe laLiga de Cooperativas y varias cooperativas dedicadas a un servicio particular.De éstas, las únicas que han logrado resaltado con aportaciones vitales parael cooperativismo han sido las cooperativas de seguros.

Señala Jordán (2003), que en el 1950, en el sector de ahorro y crédito, seincorporó la Federación de Cooperativas de Ahorro y Crédito, la cual solopudo rendir servicios por dos décadas. Los esfuerzos por unir este sector sur-gieron nuevamente en el año 2002, con la incorporación de una Federaciónde Cooperativas de Ahorro y Crédito, luego de vencer una gran resistencia desectores del movimiento cooperativo. El sector de consumo fue muy activodurante las décadas del 1950 al 1970.

En 1953, se incorporó la Federación Puertorriqueña de Cooperativas deConsumo. Esta dió paso a la Cooperativa de Consumidores Unidos de PuertoRico (UNICOOP) en 1968.

Al liquidarse UNICOOP, prácticamente desapareció este sector del pano-rama del Movimiento Cooperativo puertorriqueño, debido a que no conside-raron que la integración cooperativa se fundamenta en la unión de esfuerzosde diversas empresas y no en la creación de una gran empresa que elimine alas demás. En el sector agrícola, para el año 1960, se incorporó la Federaciónde Cooperativas Agrícolas y en el 1970, la Federación de Cooperativas deTransporte, Choferiles y Ramas Anexas. Ninguna de estas tuvo un desarrolloexitoso. Otros sectores, como el de vivienda, intentaron incorporarse comofederaciones pero desistieron ante las dificultades del proceso.

Por muchos años, la Liga de Cooperativas ha sido el único espacio deintegración para el Movimiento Cooperativo. En lugar de continuar con la tareade crear las redes de integración necesarias, el Movimiento ha dependendidode la actuación del Estado para solucionar sus problemas. Lo ilógico de lasituación es que muchas veces la acción del Estado se ha fundamentado enpeticiones e iniciativas del Movimiento Cooperativo, siendo evidentes losmomentos de intervención y control por parte de Este (Jordán, 2002).

VII. RELACIÓN CON EL ESTADO

En la Rama Ejecutiva, está el Instituto de Cooperativismo (adscrito a la Uni-versidad de Puerto Rico), la Administración de Fomento Cooperativo (adscri-ta al Departamento de Desarrollo Económico y Comercio) y la Oficina delInspector. La Oficina del Comisionado de Seguros y la Oficina del Comisiona-

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do de Instituciones Financieras también están bajo la Rama Ejecutiva. Al cam-biar la Ley 5 por la Ley 114 del 17 de agosto de 2001, las responsabilidades dela Agencia PROSAD COOP fueron transferidas a la Corporación para la Super-visión y Seguro de las Cooperativas de Puerto Rico, COSSEC. En COSSEC secentraliza la organización y supervisión de las cooperativas. En la RamaLegislativa, bajo el Senado de Puerto Rico, está la Comisión de Fomento In-dustrial y Cooperativismo y La Comisión de Cooperativismo e InstitucionesAfines de la Cámara de Representantes de Puerto Rico.

VIII. PARTICIPACIÓN DE LAS COOPERATIVAS EN PUERTO RICO

A principios de la década del 80, en Puerto Rico existían un total de 445 coo-perativas, de estas 340 eran de ahorro y crédito, 28 de consumo, 22 agro-pecuarias, 22 de transporte y 33 de otros tipos. Contaban con 555,558 socios ycon 6,141 empleados (Pérez, et al, 2002). El volumen de negocios ascendió a$726,177,960 y el total de activos a $685,681,575 (Inspector de Cooperativas,en Bauzá, 1990: 81). Se reflejó un aumento en las cooperativas del sector deahorro y crédito y una disminución en el sector de consumo y agropecuario.

Al iniciar la década del 90, en Puerto Rico existían aproximadamente 350cooperativas en diversos sectores. De ese total, 238 de ahorro y crédito, 23 devivienda, 16 cooperativas agrícolas, 19 cooperativas de consumo, 42 coopera-tivas de transporte, 4 cooperativas de producción y 8 de servicios. Contabancon alrededor de 700,000 socios (Estudios para Negocios, Inc., 1992, enRodríguez, 1994:76).

De acuerdo a estudios realizados, para los años 90, el cooperativismogeneró aproximadamente 5,000 empleos y $2,500 millones de dolares en acti-vos, con un volumen de negocios de $1,000 millones y $750 millones en capi-tal y sobrantes. El total de sobrantes de las cooperativas se estima en $27.5millones al año. Los mismos son distribuidos entre su matrícula de casi trescuartos de millón de personas.

Para el año 2002 el cooperativismo generó alrededor de 6,137 empleos,$5,208,738,885 en activos. Existen 243 cooperativas y 914,128 soci@s (Liga deCooperativas, 2002).

A. Sector de cooperativas de ahorro y crédito

Las Cooperativas de Ahorro y Crédito de Puerto Rico generaron 2,482 em-pleos en el año 2000 (Pérez, et al:2002). Los activos totales alcanzaron lacantidad de $4,493,465,298 millones. Las acciones y depósitos sumaron a$4,193 millones. El total de capital ascendió a $1,251,928,880. En el renglónde préstamos, las cooperativas de ahorro y crédito los otorgan para solucio-nar problemas personales, por concepto de tarjetas de crédito, préstamos deautomóviles y préstamos hipotecarios. La cantidad en préstamos en el 2000,totalizó $3,159,718,276 millones. La reserva se refiere a una partida de fondosque guardan las cooperativas para cubrir posibles pérdidas a consecuencia

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de los préstamos otorgados. En diciembre de 2000, para cubrir pérdidas depréstamos la reserva sumó $61,953,188 millones (PROSAD COOP).

Los pasivos son las obligaciones y deudas pendientes de pago que tienela empresa cooperativa y las aportaciones de l@s soci@s y los beneficios quese han obtenido y no se han distribuido (Diccionario del Cooperativismo,1984). En el año 2000, el total de pasivos ascendió a $3,241,536,418 millones(PROSAD COOP). El total de soci@s para ese año fue de 861,784 y de no soci@sfue de 411,655. Para el año 2000 Puerto Rico contaba con 154 cooperativas deahorro y crédito. Aunque se refleja una disminución en la cantidad de Coope-rativas de Ahorro y Crédito, se mantiene un aumento y estabilidad en el total deactivos. Es importante señalar que la disminución se debe a la fusión (unión)de algunas cooperativas. Por otro lado, en la tabla de activos de las Cooperati-vas de Ahorro y Crédito se refleja un patrón de crecimiento de esta industria.

TABLA 1

Resumen de la Industria, años 1997-2000Cooperativas de Ahorro y Crédito

Años Total de activos Total de Núm. Total Núm. Total Número TotalCooperativas de Socios No Socios de Empleos

1997 $3,713 millones 183 851,546 466,185 2,3271998 $4,044 millones 171 874,666 415,987 2,5731999 $4,430 millones 161 867,452 438,180 2,5932000 $4,425 millones 154 861,784 411,655 2,4822001 $4,782 millones 150 881,257 387,796 2,5092002 $5,209 144 870,138 412,801 2,563

Fuente: PROSAD-COOP (cifras al mes de junio)*n/d = datos no disponibles

B. Sector de cooperativas de servicios no financieros

Las Cooperativas de servicios no financieros son las cooperativas de diversotipo y las de transporte. Entre las cooperativas de diverso tipo se encuentran lascooperativas de consumo, agropecuarias, cooperativas de farmacias, coope-rativas de cafeterías (servicios), cooperativa de servicios hospitalarios y coope-rativas de servicios de equipaje, cooperativas de vivienda, cooperativas deempresas industriales, cooperativas de producción, cooperativa de serviciosfúnebres y cooperativa de educación preescolar y de seguros. Las cooperati-vas de transporte incluyen las cooperativas de camioneros, las cooperativasde transporte turístico, cooperativas de taxis, cooperativas de estacionamien-tos, cooperativas gasolineras, garaje cooperativo. (Pérez, et al, 2002).

La cantidad total de cooperativas de servicios no financieros para el añofiscal 1999-2000 fue 98. Estadísticas de la Oficina del Inspector de Cooperati-vas de Puerto Rico demuestran que la cantidad total de soci@s de estas parael año 2000, ha sido 59,993. El número total de emplead@s de las cooperativasde servicios no financieros para el año fiscal 1999-2000 reflejó un aumentoconsiderable en comparación con los años anteriores sumando a 2,185 em-pleos. En el año 2003, en el sector de Cooperativas de Trabajo existen 11 coo-

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perativas. Estas cuentan con 299 socios y proveen 569 empleos. Los activostotales de las Cooperativas de Servicios no financieros para el año 1999-2000ascendieron a $107,882,029 (Oficina del Inspector). El total del capital y so-brantes para ese año ascendió a $24,335,599. El volumen de negocios de lascooperativas de este sector en el año fiscal 1999-2000, ascendió a $104,228,289.

C. Cooperativas de seguros

El Comisionado de Seguros expone que en los años 1998 y 1999, la industriade seguros en Puerto Rico se mantuvo sólida, en particular el sector com-puesto por los aseguradores del país. Indica que la fortaleza de esta industriaes fundamental para la economía local, ya que prácticamente todos los sec-tores de nuestra sociedad están sujetos a riesgos contra los cuales es necesa-rio obtener protección mediante el mecanismo de seguro.

En Puerto Rico las Cooperativa de Seguros de Vida COSVI y la Cooperati-va de Seguros Múltiples son las únicas cooperativas autorizadas para gestio-nar el negocio de seguros en el país (Pérez, E. et al: 2002). Los activos de estesector para el año 1999 fue de $446 millones. En cuanto al renglón de capital yexcedente, las cooperativas de seguros de Puerto Rico para el 1999, ascendió a$153 millones. (Oficina Del Comisionado de Seguros, 1999).

D. Banco Cooperativo de Puerto Rico

El Banco Cooperativo de Puerto Rico, Banco central que ofrece operaciones alas cooperativas del país, informó, que para el año 2001, obtuvo ganancias de$3,316,000. Es decir un 32% mayor que el año anterior (Pérez, et al, 2002). Elcapital total del Banco Cooperativo (BANCOOP) en el año 2000, ascendió a$11,433,000. Los depósitos totales en el año 2000 ascendieron a $160,533,000,el 7%. Las economías netas de BANCOOP ese año totalizaron $2,503,000.Del capital considerado la partida financiera más importante aumentó a$15,098,000 en el año 2001 (Puerto Rico Cooperativista, 2002:20). El Bancoproyecta continuar consolidándose como el ente bancario central para ase-gurar el desarrollo del sistema financiero cooperativo.

E. Cooperativas Juveniles

Las cooperativas juveniles son organizaciones voluntarias integradas por jó-venes menores de 21 años de edad (Administración de Fomento Cooperati-vo). Estas se organizan en escuelas o colegios y se les llama CooperativasJuveniles Escolares. Las cooperativas juveniles pueden organizarse en iglesias,en cooperativas y en otras organizaciones cívicas. Pueden ser de consumo opara proveer al grupo y a su comunidad servicios de ahorro, recreación, sa-lud, de producción de artículos, producción teatral, musical u otros que l@sestudiantes interesen. También sirven de laboratorios, que le brindan la opor-tunidad a l@s jóvenes de formarse como líderes del Movimiento Cooperati-vista y de la comunidad en general, aprendiendo haciendo. Entre los objetivos

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TABLA 2

Estadísticas de las cooperativas de Puerto Rico – año 2002

Sector No de No de No de Activos Por CientoCooperativas Empleos Socios del Total

de activos

Ahorro y Crédito 143 2,563 847,403 $5,208,738,885 85.44Consumo 3 353 28,116 13,266,868 0.22Agrícola 5 15 1,376 6,841,578 0.11Servicios 40 666 22,042 19,272,082 0.32Transporte 29 1,498 10,206 19,544,215 0.32Seguros 2 906 435 769,048,595 12.61Vivienda 21 136 4,550 59,821,357 0.98Total 243 6,137 914,128 $6,096,533,580 100.00

Fuentes: COSEC 2002, Cooperativa de Seguros 2002, Inspector de Cooperativas 2001Rivera, F. (2002). Cooperativismo en el Desarrollo Económico de Puerto Rico. Liga deCooperativas de Puerto Rico Ponencia presentada ante el Senado de Puerto Rico.*Consumo incluye solamente supermercados

de este tipo de cooperativas están: promover el interés de la juventud en laacción cooperativa como medio para resolver sus problemas, inculcar en l@sjóvenes el sentido de pertenencia, la preocupación de cooperar y de ser útilpara la sociedad, fomentar el ahorro y uso juicioso del dinero entre la juven-tud y motivarl@s a crear pequeñas empresas cooperativas que puedan pro-veerles fuentes de empleo, como alternativa al problema de desempleo queexiste en Puerto Rico. Otros objetivos de estas cooperativas son organizar a lajuventud para el trabajo en empresas de carácter colectivo e integrarlos a suescuela y su comunidad a través de su participación en actividades educativas,culturales y recreativas.

La participación en cooperativas juveniles ayuda a l@s jóvenes a desarro-llar el liderazgo y la participación democrática. Fomenta la convivencia libre deprejuicios, estimula el respeto hacia los demás y desarrolla actitudes de trabajojusto para todos y todas. Sus soci@s aprenden a trabajar en grupos y al practi-car la filosofía cooperativista, desarrollan un compromiso con los valores y prin-cipios del cooperativismo y con la sociedad puertorriqueña.

En Puerto Rico, contamos con cooperativas juveniles que están incorpo-radas y registradas en la Administración de Fomento Cooperativo (AFC) y congrupos cooperativos que son los que están funcionando y están en procesode organizarse en Cooperativas juveniles. En el año 1999-2000, existían 32cooperativas juveniles y 34 grupos cooperativos juveniles. El total de soci@sde las Cooperativas Juveniles de Puerto Rico fue de 7,284 estudiantes en elaño fiscal 1999-2000.

Los grupos juveniles o Cooperativas en formación tuvieron un total de5,437 soci@s en el año fiscal 1999-2000. Las cooperativas juveniles generaron40 empleos para esa fecha, mientras que los grupos juveniles generaron 43. Elvolumen de negocios de las cooperativas juveniles activas durante el año fis-cal 1999-2000 totalizó la cantidad de $949,479 y el de los grupos cooperativosjuveniles alcanzó la suma de $ 1,014,784.

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IX. LA EDUCACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN

En Puerto Rico, desde los inicios del cooperativismo en el 1873, las cooperati-vas y líderes cooperativistas han desarrollado iniciativas dirigidas a la educa-ción cooperativa. A partir de la década del 40, surgieron grandes proyectos,instituciones cooperativas no gubernamentales, agencias gubernamentales ylegislación con el propósito de fortalecer la educación cooperativa de nuestropaís (ver reseña histórica). A pesar de ese interés, muchas cooperativas hanfracasado por falta de conocimientos en administración y de suficiente edu-cación cooperativa. En 1986, se aprobó la Ley #99, que requiere a las juntas dedirectores la designación de comités de educación. A partir de esa Ley lascooperativas han incrementado la educación cooperativa. Posteriormenteagencias gubernamentales, también han requerido la capacitación de inte-grantes de Juntas de Directores. A pesar de esos esfuerzos falta mucho porhacer. Es necesario educar a funcionarios que inciden en la formulación depolíticas públicas, a maestr@s, a estudiantes, a soci@s y trabajadores de coo-perativas, a líderes y al pueblo en general.

Como institución universitaria, el Instituto de Cooperativismo de la Uni-versidad de Puerto Rico es la única institución en Puerto Rico y el Caribe quecuenta con programas que integran investigación y docencia. La misión delInstituto de Cooperativismo es promover la formación, capacitación e investi-gación en el campo del cooperativismo como modelo solidario de desarrollosocial y económico para Puerto Rico. Asimismo, contribuir al fortalecimientodel Movimiento Cooperativo Puertorriqueño. Ofrece un Programa Académicodirigido a formar profesionales, un Programa de Extensión para la capacitacióndel liderato voluntario y profesional de las cooperativas y un Programa deInvestigación que desarrolla investigaciones para generar nuevos conocimien-tos, lineamientos y promover la aplicación del modelo cooperativo en todo elquehacer puertorriqueño. Dirige sus Programas a estudiantes universitari@s,dirigentes, emplead@s de cooperativas, líderes comunitarios de Puerto Rico ydel exterior. Es la única institución universitaria en Puerto Rico y el Caribeque integra el componente académico e investigativo a la práctica del coope-rativismo en la búsqueda de igualdad y justicia social para nuestro pueblo.

El Programa de Investigación ha realizado estudios institucionales,estudios sobre el Movimiento Cooperativo en Puerto Rico, Proyectos de educa-ción-acción cooperativa y se ha integrado a proyectos académico-investigativostanto en Puerto Rico como a nivel internacional. Se han desarrollado Proyectosacadémico-investigativos y una iniciativa para la integración de la investiga-ción y uso de la tecnología en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Comoparte de este último proyecto se está organizando una Sala de Recursos parala Investigación en Cooperativismo. Para el año 2002, el Programa de Investi-gación publicó la investigación Base de Datos y Estadísticas para el Análisisde la Situación del Movimiento Cooperativista de Puerto Rico 1996-2000.

El Programa de Extensión coordina seminarios, talleres, foros y diferen-tes cursos de educación de adultos dirigidos a líderes cooperativistas, a líde-res profesionales, a emplead@s de cooperativas y a Directores de Juntas de

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Directores de las Cooperativas de Ahorro y Crédito. El Instituto mantiene re-laciones de colaboración con otros departamentos de la Universidad, conagencias gubernamentales y no gubernamentales, con el Movimiento Coope-rativo a nivel nacional e internacional y con la comunidad, desde una pers-pectiva de educación cooperativa.

En aspectos de investigación, agencias gubernamentales tales como laAdministración de Fomento Cooperativo, la Oficina del Inspector de Coope-rativas y la Corporación Pública para la Supervisión y Seguro de Acciones yDepósitos de Cooperativas de Puerto Rico (COSSEC), realizan investigacio-nes e informes relacionados con el cooperativismo y mantienen estadísticasactualizadas de los diversos sectores de las cooperativas. La Liga de Coopera-tivas de Puerto Rico, organismo integrador de tercer grado también tiene lamisión de realizar investigaciones y mantiene estadísticas del movimientocooperativo. Sin embargo, las estadísticas e información de las diversas agen-cias e instituciones del movimiento cooperativo están dispersas y no siempreestán disponibles para el público.

Es por esta razón que nos hemos dado a la tarea de crear una base dedatos y estadísticas del movimiento cooperativo puertorriqueño para el usode estudiantes, profesores, investigadores y público en general.

X. PROBLEMAS ACTUALES DEL COOPERATIVISMO

Muchos de los problemas que ha enfrentado el cooperativismo en sus prime-ras etapas de desarrollo se han reflejado continuamente a través de los años.Uno de los que ya hemos mencionado ha sido la integración cooperativa.Otro problema ha sido la falta de educación cooperativa concientizadora ytransformadora.

La Administración de Fomento Cooperativo indica que los esfuerzos paracrear industrias cooperativas en la década del 90 fracasaron porque se preten-dió que las cooperativas de ahorro y crédito fueran inversionistas principalesde la entidad y las administradoras. Las cooperativas de ahorro y crédito notenían ni la experiencia en cuanto al manejo de una industria, ni la experien-cia para el manejo de la calidad industrial. Además sólo se dedicaron a laindustria de la aguja, que era un mercado que iba desapareciendo. El modelosólo proveyó para que el gobierno le diera a la cooperativa los incentivos quele daba a las demás industrias pero no había ni la alta gerencia, ni el controlde calidad (Administración de Fomento Cooperativo, 2002).

Bauzá, en su análisis sobre el cooperativismo puertorriqueño a princi-pios de la década del 90, planteó que un reto para el cooperativismo esredefinir y reenfocar el cooperativismo puertorriqueño fomentando la crea-ción de cooperativas de trabajo y producción, organizando la creación deservicios múltiples en las cooperativas de ahorro y crédito para que puedanofrecer otros servicios a las comunidades, crear más cooperativas de vivienda yorganizar a las comunidades de forma cooperativa, enfatizando en la educa-ción cooperativa (Bauzá, 1990:76).

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En Puerto Rico el Movimiento Cooperativo debe desarrollar iniciativaspara solucionar los problemas de servicios de salud y de viviendas de interéssocial que son tan necesarias en nuestro país.

Otros desafíos para el Movimiento Cooperativo de Puerto Rico es promo-ver la creación de cooperativas agrícolas, cooperativas de trabajo y cooperati-vas de servicios sociales tales como cuido de niños y de personas de la terceraedad. Para esto es necesario redefinir la función social del cooperativismo.

En cuanto a la relación entre el cooperativismo y el Estado, Parrilla sostie-ne que el cooperativismo debe autorregularse cada vez más y resolver sus pro-blemas a través de sus propios recursos y evitar la dependencia de lasagencias del gobierno, ya que puede quitarle iniciativas de acción y el respal-do de la comunidad (Parrilla, 2002:2).

Rodríguez (1994), plantea que la educación es un proceso central en lacreación y fortalecimiento de las cooperativas y la importancia de que lascooperativas capaciten a las personas para la creación de instituciones deeconomía social que les permita satisfacer sus necesidades en un marco soli-dario y justo.

Las cooperativas deben focalizar sus esfuerzos educativos para prepararsu personal en áreas tanto técnicas como en filosofía cooperativista para asímermar la visión empresarial capitalista no cooperativista. Esto es crucialpues el cooperativismo en Puerto Rico se enfrenta a la competencia desmedi-da de las grandes empresas nacionales y multinacionales.

Una limitación es la falta de iniciativas efectivas que garanticen la educa-ción cooperativa juvenil. Es necesario que el Departamento de Educacióncapacite y otorgue plazas a maestros de cooperativismo y les ofrezca educa-ción continua sobre el cooperativismo. Se debe ampliar la creación de pro-gramas académicos dinámicos y creativos de educación cooperativa juvenil.También se requiere revisar los prontuarios y cursos de cooperativismo juve-nil en las escuelas de Puerto Rico.

Es importante que en entidades de educación superior como las univer-sidades, se mantenga una constante revisión del programa académico, sevisualice la posibilidad de implementar el programa de cursos extramuros, seestablezcan mecanismos viables para publicación, y se fortalezca la investi-gación con la infraestructura necesaria y se mantenga estabilidad en progra-mas de extensión. Un aspecto importante es la integración de la docencia, lainvestigación, el servicio a la comunidad y el servicio al Movimiento Coope-rativo puertorriqueño. Esto implica también atemperar la legislación y lasórdenes ejecutivas dirigidas a las instituciones cooperativas, como por ejem-plo la Orden Ejecutiva del 10 de mayo de 2001, de la Gobernadora de PuertoRico. Esta Orden indica que las instituciones educativas, incluyendo a la Uni-versidad de Puerto Rico y el Instituto de Cooperativismo, tienen la misión dedar un total apoyo al cooperativismo y aportar a la educación cooperativa delpaís en un momento en que nuestro pueblo atraviesa por una crisis social yeconómica y en la que ha quedado demostrado que es el cooperativismo laalternativa viable para la creación de empleos y el desarrollo socioeconómicocon capital de Puerto Rico y que se queda en Puerto Rico.

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Para los años 92 y 2001, el Movimiento Cooperativo ha manifestado lanecesidad de contar con personal y líderes voluntarios preparados tanto enáreas técnicas como en la filosofía del cooperativismo de manera que puedanresponder a los retos que se le presentan a las cooperativas en un mercadocapitalista competitivo.

CONCLUSIONES

Puerto Rico es un país cooperativista. El cooperativismo ha sido y es unvaluarte para la sociedad puertorriqueña. Queda demostrado cuando presen-tamos que de una población de 3,957.988 habitantes en la isla, el cooperativis-mo cuenta con la cantidad de 914,128 socios. La tradición cooperativista haestado viva en la historia de Puerto Rico desde 1873 y ha evolucionado res-pondiendo a las necesidades de la sociedad puertorriqueña. Las cooperativassirven al pueblo en los sectores financiero, agrícola, de consumo, de servi-cios, de transporte, vivienda, de tipos diversos y cooperativas juveniles. Porsu ubicación geográfica brindan servicios en todas las regiones de la isla.

Una de las características del cooperativismo en Puerto Rico es que losperíodos han sido marcados por el crecimiento de unos sectores sobre otros.Esto debido a factores económicos, políticos y de legislación. No podemoshablar de cooperativismo sin incluir las relaciones que se han dado con elEstado en la formulación de políticas públicas, ya que desde el 1920 la legisla-ción ha sido precursora y en muchas ocasiones obstáculo para el desarrollodel cooperativismo.

Uno de los mayores retos que enfrenta el movimiento cooperativo esredefinir y fortalecer la educación cooperativa y enfatizar la importancia de laintegración entre sus sectores y niveles. Promoviendo una conciencia coope-rativista, nos aseguraremos de la permanencia de la filosofía del cooperativis-mo en las próximas generaciones.

Es el momento para que el movimiento cooperativo puertorriqueño re-flexione de forma introspectiva sobre los procesos experimentados, evalúesus fortalezas y corrija sus fracasos. Así podrá forjar y poner en práctica nue-vas metas vanguardistas en las que vinculen sus valores y principios, a losprocesos contemporáneos.

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EL COOPERATIVISMO CUBANO:HISTORIA, PRESENTE YPERSPECTIVASReynaldo Jiménez Guethóny Roberto Almaguer GuerreroFacultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Programa [email protected] [email protected]

RESUMEN • El sector cooperativo cubano tiene cobertura rural únicamen-te. Este comprende las Cooperativas de Créditos y Servicios, Cooperativasde Producción Agropecuaria y Unidades Básicas de Producción Coopera-tiva.

La agricultura cubana durante el siglo XIX se caracterizó por un cons-tante aumento de las propiedades agrícolas medias y pequeñas, comoconsecuencia se generó una gran masa de propietarios con vastos conoci-mientos agrícolas.

Las dos leyes de Reforma Agraria, aplicadas a partir de 1959 facilitaronla liquidación de los terratenientes y los grandes latifundios. De esta for-ma se puso en manos de los campesinos la tierra que trabajaban y se con-virtieron en dueños de ellas.

La cooperativización agrícola ha tenido una repercusión en el ordensocial: permitió mejorar las condiciones de vida del campesinado, propicióla adopción de tecnologías más modernas en la producción agropecuariay logró una mayor optimización en la organización de las fuerzas produc-tivas para alcanzar una mayor productividad del trabajo.

El desarrollo del movimiento cooperativo cubano enfrenta serios retospara alcanzar mejores resultados económicos y sociales. Queda un gran ca-mino por recorrer con el afán de lograr su total perfeccionamiento y avance.

Los estudios sobre el tema de cooperativas ocupan un lugar importan-te en el trabajo de investigación de profesores y especialistas en el tema.

RESUMO • O setor cooperativo cubano engloba, unicamente, o setor rural.Este compreende as Cooperativas de Créditos e Serviços, as Cooperativasde Produção Agropecuária e as Unidades Básicas de Produção Cooperativa.

A agricultura cubana caracterizou-se, durante o século XIX, por umaumento constante das propriedades agrícolas de pequeno e médio por-tes, gerando, consequentemente, um grande volume de proprietários comamplos conhecimentos agrícolas.

As duas leis da Reforma Agrária, implantadas a partir de 1959, facilita-ram a extinção dos proprietários de terras e dos grandes latifúndios. Dessemodo, foi colocada nas mãos dos camponeses a terra em que trabalharam,convertendo-os em donos dessas terras.

O processo de cooperativismo agrícola teve repercussão na ordem soci-al, possibilitou melhorar as condições de vida dos camponeses, propiciou a

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adoção de tecnologias mais modernas na produção agropecuária e favo-receu uma maior otimização na organização das forças produtivas, objeti-vando atingir maior produtividade do trabalho.

O desenvolvimento do movimento cooperativo cubano enfrenta sériosdesafios para alcançar melhores resultados econômicos e sociais. Restaum longo caminho a ser percorrido no intuito de se conseguir seu avançoe aperfeiçoamento.

Os estudos sobre o tema de cooperativas ocupam um lugar importanteno trabalho de pesquisa de professores e especialistas do assunto.

RÉSUMÉ • Le secteur coopératif cubain se développe essentiellement enmilieu rural. Ce secteur inclut les coopératives de crédit et de services, lescoopératives de production agroalimentaire et les unités de bases de pro-duction coopérative.

Pendant le XIXe siècle, l’agriculture cubaine s’est caractérisée par uneconstante augmentation des propriétés agricoles petites et moyennes, cequi a eu comme conséquence l’engendrement d’une grande masse de pro-priétaires avec de vastes connaissances agricoles.

Les deux lois de la réforme agricole, qui ont été appliquées à partir de1959, ont facilité la liquidation des terres des grands propriétaires ruraux.De cette façon, la terre a été remise aux mains des paysans qui la tra-vaillaient et de cette façon, ces derniers se sont convertis en propriétairesde ces terres.

Le coopératisme agricole a eu une répercussion au niveau social : il apermis l’amélioration des conditions de vie du paysan, il a facilité l’adop-tion de technologies plus modernes en ce qui a trait à la production agricoleet il a permis une plus grande optimisation de l’organisation des forcesproductives permettant ainsi d’augmenter la productivité du travail.

Le développement du mouvement coopératif cubain fait face à de trèsgrands défis s’il veut atteindre de meilleurs résultats économiques et so-ciaux. Il lui reste un long chemin à parcourir avant d’aboutir à son progrèset perfectionnement complet.

Les études sur le thème des coopératives occupent un place importantedans le travail de recherche de professeurs et spécialistes en la matière.

ABSTRACTS • The Cuban cooperative sector covers only rural areas. In-cluded are credit and service unions, agricultural cooperatives and basicunits of cooperative production.

Cuban agriculture during the nineteenth century is characterized by aconstant increase in small and medium-sized agricultural propertieswhich consequently generated a large quantity of landowners with anextensive knowledge of agriculture.

The two agrarian reform laws applied from 1959 facilitated the liquida-tion of large estates. It was in this manner that peasants acquired the landthey labored and became its owners.

The cooperative takeover of the agricultural sector had its effects onsocial order : it made possible the improvement of the living conditions ofthe peasantry, gave rise to the adoption of more modern technology inagricultural production and optimized the organization of productiveforces to achieve improved work productivity.

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The development of the Cuban cooperative movement faces seriouschallenges to achieve improved economic and social results. Much hardwork remains to ensure further improvement and progress.

Studies about cooperatives make up a significant part of research doneby professors and specialists in the field.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Para tener claridad de lo que es el mundo de las cooperativas en Cuba esnecesario tener bien claro que este sector se reduce al sector rural y que cubretres modalidades diferentes: Las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS),las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y las Unidades Básicasde Producción Cooperativas (UBPC).

El sector rural en Cuba durante el siglo XIX se caracterizó por un cons-tante aumento de las propiedades agrícolas medias y pequeñas, lo que hizoque en el país se creara una gran masa de propietarios con vastos conoci-mientos sobre cómo explotar la tierra.

La distribución de la tierra existente antes de 1959 se caracterizaba por laconcentración de grandes extensiones dedicadas al monocultivo y en manosde unos pocos propietarios nacionales y extranjeros, así como también poruna gran cantidad de tierras sin cultivar y numerosos campesinos que no laposeían.

Al triunfo de la Revolución en 1959 estaba tan polarizada la distribuciónde áreas agrícolas que el 9,4% de los propietarios poseían el 73, 3% de lasmismas, mientras que el 84,3% de los campesinos trabajaban en extensionesmenores a 27 ha.

Las dos leyes de Reforma Agraria, la primera del 17 de mayo de 1959 y lasegunda del 3 de octubre de 1963 se encargaron de liquidar a los terratenien-tes, latifundios y poner en manos de los campesinos más del 20% de la tierraa nivel nacional y en manos del Estado el restante 80%. Con las tierras delEstado se organizaron las Granjas Estatales para la producción de caña deazúcar, tabaco, café, cacao, hortalizas, leche, carne, huevos, tubérculos y raí-ces, etc. El sector estatal se convirtió así en el de mayor fuerza productivapara el sector agrícola del país.

Con la aplicación de aquellas dos leyes de Reforma Agraria, se distribu-yeron 1,1 millones de hectáreas de tierras y el Estado pasó a ocupar 7,8 millo-nes de ellas, lo que representó aproximadamente más del 70% de la superficietotal. De esta forma quedó conformado el Sector Estatal en la agriculturacubana (Nova, 2000).

Las primeras cooperativas cañeras surgieron en la década del 60. Estas seconstituyeron en las tierras que habían sido confiscadas a los latifundistas yfincas de administración de los centrales azucareros por la primera Ley deReforma Agraria en mayo de 1959.

La década del 60 marcó la introducción de la mecanización y el desarro-llo tecnológico en la agricultura cañera: Se construyó la primera máquinacortadora de caña de azúcar, se introdujeron las alzadoras, se importaron

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desde Rusia 500 cosechadoras de caña de azúcar, aparecieron las primerasestaciones de beneficio y limpieza en seco (los llamados centros de Acopio),etc. La electrificación fue llevada a importantes zonas productoras de caña deazúcar y a muchas de sus comunidades (Sulroca, et al 1999)

En 1961 existían en el país 602 cooperativas de obreros agrícolas de lacaña de azúcar. Contaban con 122,448 miembros y eventualmente contrata-ban a 46,614 trabajadores. (Aguirre, 1961)

En Cuba existe la Ley 36 de Cooperativas Agropecuarias, promulgada el22 de julio de 1982. Esta regula los principios y procedimientos para el fun-cionamiento de las mismas.

Según la definición que contempla esta Ley de Cooperativas, CapítuloIII, artículo 69 las CCS son la asociaciónes voluntarias de agricultores peque-ños que mantienen la propiedad de sus respectivas fincas y demás medios deproducción, así como sobre la producción que obtienen. Los cooperativistasson sujetos de derechos y obligaciones. Las CCS constituyen una entidadeconómica con personalidad jurídica propia y responsabilidad limitada a supatrimonio. El Estado apoya la producción de los pequeños agricultoresorganizados en estas cooperativas.

Hasta mediados de 1999 existían en el país 2500 CCS y su número demiembros ascendía a 168 mil (Álvarez, 1999).

Continuando con la búsqueda de las nuevas formas de producción agrí-cola se crean en 1976 las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA),que según la Ley 36 sobre Cooperativas, Capitulo II, Artículos 4 y 5, es laasociación voluntaria de agricultores pequeños que unen sus esfuerzos parala producción agropecuaria, de carácter socialista, sobre la base de la unifica-ción de sus tierras y demás medios de producción. La Cooperativa de Pro-ducción Agropecuaria es una organización económica y social y en su gestióngoza de autonomía respecto al Estado, tiene personalidad jurídica propia ydesarrolla su actividad dentro de los intereses generales de la sociedad con-forme con la democracia interna cooperativista y el trabajo común de susmiembros. La economía (remuneración) se organiza de forma individual,según el trabajo aportado por cada miembro.

Hasta 1999 existían en el país 1130 CPA que agrupaban a 63 mil miem-bros (Álvarez, 1999).

A principios de la década del 80, la alta dirección del Ministerio del Azúcar(MINAZ) decidió la creación de las Brigadas Permanentes de Producción (BPP)que en el período de 1987-1988 alcanzó a más del 90% del área cañera estatal.

Entre los objetivos de las BPP estaba la introducción del cálculo econó-mico interno a nivel de Brigadas, aportando un estilo nuevo en la organiza-ción de la producción y del trabajo. Esto estaba encaminado a la estimulaciónde los resultados finales de la producción, abarcando el punto de vista mate-rial y moral. Las brigadas tenían un sólo jefe y un área determinada (Sulroca,1999).

El aporte esencial que ellas dieron fue incrementar los conocimientossobre la contabilidad y toda la actividad económica a nivel de cada brigadade trabajo.

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En septiembre de 1992 se comienza la reorganización del área agrícolacañera y se decide la creación de las Granjas Cañeras, que se fundan tomandocomo base los resultados positivos de las Brigadas de Producción Permanente.

El proceso de constitución de las Granjas Cañeras finalizó en enero de1993. Para esa fecha existían en el país 744 granjas cañeras, de ellas 17 atendi-das por el Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) (ver cuadro 1)

El derrumbe del campo socialista significó para Cuba la pérdida del 83%del comercio que hasta ese momento se desarrollaba de una forma estable ysegura con los países del campo socialista. Se produjo una drástica contrac-ción de la capacidad de importación del país, que de 8000 millones de USDen 1989 pasó a ser de 1200 millones en 1992 con efectos inmediatos en losniveles de producción en las diferentes ramas, tanto industriales comoagropecuarias.

Esta situación provocó el llamado Período Especial (necesidad de produ-cir en todas las ramas de la economía nacional con menos insumos).

Con esta situación las empresas altamente dependientes de insumosexternos (entre las que se encuentra la empresa agropecuaria) se vieronseriamente afectadas.

Más de veinte años de desarrollo de una agricultura de altos insumosprocedentes, fundamentalmente, de los países exsocialistas de Europa delEste, dieron paso a un nuevo modelo en la agricultura cubana.

Este novedoso modelo de producción agrícola cubano que surge en 1993se caracteriza, en lo fundamental, por la sustitución de insumos químicospor insumos biológicos producidos en el país; reemplazo de una parte de latracción de motor por tracción animal; la descentralización de las grandes

CUADRO 1

Distribución de las Granjas cañeras por provincias

PROVINCIA GRANJAS CAÑERAS TOTAL

MINAZ EJT

Pinar del Río 19 2 21La Habana 38 38Matanzas 74 74Villa Clara 92 92Cienfuegos 52 2 54Sancti Spíritus 38 38Ciego de Ávila 83 6 89Camagüey 100 5 105Las Tunas 73 2 75Holguín 51 51Granma 57 57Santiago de Cuba 38 38Guantánamo 12 12Total 727 17 744

Fuente: MINAZ, 1999. Colectivo de autores

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empresas estatales en cooperativas; la entrega de tierras a diferentes sectoresde la población y organismos para incrementar la producción para el auto-consumo, y la apertura de los mercados agropecuarios, etc.

Es mediante el Decreto Ley 142 de 1993 del Consejo de Estado que lasGranjas Estatales (cañeras y no cañeras) se convierten en Unidades Básicasde Producción Cooperativa (UBPC), entidad de nuevo tipo en las que se en-tregan las tierras estatales a los trabajadores en usufructo indefinido y losmismos se convierten en dueños de los medios de trabajo y de la producción.

El Reglamento General de las UBPC atendidas por el Ministerio del Azú-car (MINAZ) en su artículo 1 plantea que la UBPC es “una organización eco-nómica y social integrada por obreros con autonomía en su gestión. Formaparte del sistema de producción de un Complejo Agroindustrial Azucarero(CAI), constituyendo uno de los eslabones primarios que conforman la baseproductiva de la Economía Nacional, cuyo objetivo fundamental es el incre-mento sostenido de la producción de caña y de su contenido en azúcar, elempleo racional de los recursos de que dispone y el mejoramiento de lascondiciones de vida y de trabajo de sus miembros”.

Estas UBPC están sustentadas en cuatros principios:

• La vinculación del hombre al área como forma de estimular su interés por eltrabajo y su sentido concreto de responsabilidad individual y colectiva.

• El autoabastecimiento del colectivo de obreros y sus familias con esfuerzocooperado, así como mejorar progresivamente las condiciones de vivienday otros aspectos relacionados con la atención del hombre.

• Asociar rigurosamente los ingresos de los trabajadores a la producciónalcanzada.

• Desarrollar ampliamente la autonomía de la gestión. Las unidades de pro-ducción que se proponen deben administrar sus recursos y hacerse auto-suficientes en el orden productivo.

IDENTIDAD SOCIAL Y JURÍDICA

En Cuba, a partir del desarrollo de las cooperativas, en el sector rural se halogrado una condición social muy superior a la heredada por la Revolución.Con anterioridad, el campo cubano presentaba una situación realmentedramática, con una pronunciada diferencia con respecto a las ciudades.

La cooperativización sirvió como base para diferentes logros que hantenido una indiscutible repercusión en el orden social en el campo cubano:permitió mejorar las condiciones de vida en que se encontraba el campesina-do en cuanto a vivienda, alimentación e ingresos; sentó las bases para esta-blecer un sistema gratuito de educación en el campo que hizo obligatoria laasistencia al sistema de enseñanza de todos los menores y estableció comogrado mínimo de escolaridad el 9no; dio la oportunidad a las familias campe-sinas de que sus hijos pudieran transitar por los diferentes centros de educa-ción superior del país, lo que era considerado casi un sueño antes de 1959;estableció un sistema de salud, también gratuito, de asistencia primaria queha elevado la salud de los campesinos a niveles comparables con países desa-

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rrollados; propició la adopción de tecnologías más modernas en la produc-ción agropecuaria y logró una mayor optimización en la organización de lasfuerzas productivas en el campo para alcanzar una mayor productividad deltrabajo.

Por su parte el Estado que, como resultado de la aplicación de las dosleyes de reforma agraria, había obtenido más del 70% de las tierras del país,decidió a partir de las mismas granjas estatales:

a) facilitar la aplicación de la ciencia y la técnica.b) reforzar el movimiento obrero en las zonas rurales del país.

Desde el punto de vista jurídico ha quedado bien establecido que losbienes que poseen las cooperativas en Cuba no constituyen una propiedadpública, son una propiedad exclusiva de un grupo de personas que han unidosus bienes con el objetivo de desarrollar su cooperativa y la comunidad dondese encuentran enclavados.

Ese reconocimiento está implícito en la Constitución de la República yen las leyes nacionales que reconocen la personalidad jurídica de las coope-rativas. En la Constitución se enuncia que:

– El Estado reconoce la propiedad de los agricultores pequeños sobre la tierraque legalmente les pertenece y los demás bienes para su explotación.

– Se prohíbe el arrendamiento, la aparcería, los prestamos hipotecarios y cual-quier acto que implique gravamen o cesión a particulares de los derechosemanados de la propiedad de los agricultores pequeños sobre sus tierras.

– Los agricultores pequeños pueden incorporar sus tierras a Cooperativas deProducción Agropecuaria, pueden venderlas, permutarlas o trasmitirlas porotro título al Estado y a las CPA o a agricultores pequeños en los casos,formas y condiciones que establece la ley.

– Los agricultores pequeños tienen derecho a asociarse entre sí, en la forma ycon los requisitos que establece la ley, tanto a los fines de la producciónagropecuaria como a la obtención de créditos y servicios estatales.

– Se autoriza la organización de cooperativas agropecuarias en los casos yformas que la ley establece.

– La propiedad cooperativa es una forma de propiedad colectiva de los cam-pesinos integrados en ellas.

– El Estado apoya la producción cooperativa de los pequeños agricultores.

RELACIÓN CON EL ESTADO

La crisis por la que comenzó a transitar Cuba a partir de los años 90, generadafundamentalmente por el derrumbe del campo socialista, se reflejó en todoslos sectores de la sociedad cubana. El sector agrícola se vio seriamente afec-tado por la fuerte dependencia en insumos y maquinaria importados para sufuncionamiento).

Las medidas anticrisis en este sector no se hicieron esperar:

• Creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa a partir de lasgranjas estatales.

• Fortalecimiento de las Cooperativas de Créditos y Servicios.

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• Entrega de tierras estatales ociosas en usufructo.• Apertura del Mercado Agropecuario para la asistencia al mismo, tanto del

sector estatal como del no estatal.• Estrategia para el autoabastecimiento territorial.• Fomento de la agricultura urbana.• Medidas económicas con efectos directos e indirectos en el sector agrope-

cuario, tales como la despenalización de la tenencia del dólar americano yla creación de empresas de capital mixto.

• Perfeccionamiento empresarial1.• Estimulación de la producción para aumentar las exportaciones.• Desarrollo de alternativas para la sustitución de insumos de importación y

el avance hacia una agricultura sostenible.

Para ganar en claridad sobre la afectación que sufrió el sector cooperati-vo por la crisis económica de los 90, es necesario señalar que el suministra-dor tradicional de maquinarias, insumos y combustibles a los diferentes tiposde cooperativas en Cuba ha sido el Estado.

En 1989 Cuba llegó a importar 1 millón 300 mil toneladas de fertilizantes,lo que dio la posibilidad de aplicar 202 kg de fertilizante por cada ha de tierra.La importación de plaguicidas y pesticidas ascendía en igual fecha a 20.000toneladas para una posible aplicación de 20 kg/ha. El número de tractores enCuba para el año señalado ascendía a 76800, lo que promedió a 2,2 tractorespor cada 100 ha (esta fuerza representó el 84,4% del potencial energético parael trabajo de la agricultura).

A partir de 1993 el Estado cubano comenzó a dar pasos muy importantesy sin precedentes en la historia de la agricultura nacional, algunos de ellosanunciados como irreversibles, pero no se puede asegurar que ellos termina-rán de una vez y para siempre con las distorsiones que se habían producidohasta los 90. Se tendrá que avanzar necesariamente hacia una independenciaeconómica que permita una autosuficiencia alimentaria de tipo sostenible.

Desde el punto de vista de la producción de alimentos, las tecnologías yla organización de la agricultura se han producido importantes acontecimien-tos que están transformando las concepciones agrícolas del país.

En Cuba existen varios organismos e instituciones relacionados con laactividad agrícola: Ministerio de la Agricultura, Ministerio del Azúcar, lasONG, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Asociación de Eco-nomistas y Contadores de Cuba, el Banco Central de Cuba, el Banco Popularde Ahorro, la Empresa Nacional del Seguro, el Ministerio de Finanzas y Pre-cios, y la Asociación de Técnicos Azucareros.

Las empresas productivas relacionadas con la producción agroalimentariaque existen actualmente son: agroindustria azucarera, agricultura no cañera,ganadería vacuna, avicultura, porcino-equina, ovino-caprina, apícola, ysilvícola.

SÍNTESIS ESTADÍSTICA

En diciembre de 1999 de 10672.6 ha de tierras que existían en el país se utili-zaban en la agricultura 6660.0 ha. De ellas 3647.8 eran tierras cultivadas para

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un 34.17% del total nacional existente y un 54.77% de las tierras dedicadas ala actividad agrícola. A pastos naturales se dedicaban 2112.0 ha, lo que signi-fica un 19.78% del total de tierras y un 31.71% del total de las tierras dedica-das a la agricultura. Existían 900.2 ha de tierras ociosas para un 8.43% deltotal de tierras y un 13.51% de las tierras dedicadas a la actividad agrícola.

En actividades no agrícolas se empleaban 4012.6 ha repartidas comosigue: 2733.2 ha dedicadas a la actividad forestal para un 25.6% del total detierras del país y un 68.1% de las tierras dedicadas a actividades no agrícolas.Como no aptas para el cultivo se consideraban 417.8 ha para un 3.91% deltotal de tierras y un 10.41% de las tierras no agrícolas. Las tierras acuosasocupaban una superficie de 346.5 ha para un 3.24% del total nacional detierras y un 8.63% de las no agrícolas. En construcciones que utiliza la pobla-ción se empleaban 515.1 ha, lo que significa un 4.82% del total del país y un12.83% de las tierras que no se dedican a la agricultura.

De las estadísticas anteriores se puede deducir que, en total, en el país seutiliza en la agricultura el 62% de la tierra existente y el 38 restante se dedica aactividades no agrícolas.

En cuanto a la tenencia de tierras por parte del Estado y el sector no esta-tal, del total nacional de 10672.6 ha que existían a finales de 1999, pertenecíanal Estado 5636.0 ha para un 52.8% y al sector no estatal el 47.2% restante.

La tenencia de la tierra en el sector no estatal se distribuye en UBPC,CPA, CCS y campesinos dispersos. Del total de 5036.6 ha pertenecientes alsector no estatal, 3041.0 ha pertenecían a las UBPC para un 28.49% del totalnacional y un 60.37% de las tierras no estatales. Por su parte a las CPA perte-necen 733.0 ha, un 6.86% del total de tierras y un 14.55% de las que no perte-necen al Estado. Las CCS poseen 837.3 ha que corresponden al 7.84% deltotal de tierras y un 16.62 de las tierras que posee el sector no estatal. Campe-sinos dispersos poseen 392.6 ha, lo que significa un 3.67% del total nacionalde tierras y un 7.79% de las tierras que no están en manos del Estado. Porúltimo, el grupo de productores privados tienen en su poder 32.7 ha de tierras,es decir un 0.30% del total de tierras y un 0.64% de las tierras no estatales.

Del total de la tierra estatal (5636.0 ha) en 1999, en el sector agrícola seutilizaba el 40.4% y en el sector llamado no agrícola el otro 59%. Por su parte,el sector no estatal utilizaba el 87% del total de sus tierras en la actividadagrícola y el restante 13% en otras actividades no agrícolas.

Las estadísticas del sector no estatal reflejan que mientras el sector co-operativo utilizaba sus tierras a finales de 1999 en un 87.02% en actividadespuramente agrícolas y el restante 12.8% en otras actividades; los otros due-ños (campesinos dispersos y otros privados) dedicaban el 87.04% a la agricul-tura y el restante 12.9% a la actividad no agrícola. (Oficina Nacional deEstadísticas, Mayo de 2003).

Es necesario señalar que los diferentes tipos de cooperativas que existenen Cuba, es decir las CPA, las CCS y las UBPC, están adscritas a un Ministerio,según el tipo de producción al que se dedican. De esta manera, las cooperati-vas dedicadas a la producción agrícola pertenecen al Ministerio de la Agricul-tura (MINAGRI), y las de producción de azúcar y algunas cooperativas

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dedicadas a la producción agrícola pertenecen al Ministerio de la IndustriaAzucarera (MINAZ), aunque el MINAZ cuenta con un determinado númerode cooperativas dedicadas a la producción agrícola. Es por esta razón queharemos un análisis de las mismas por separado.

Como se puede apreciar, la mayoría de las CPA del MINAGRI se concen-tran en las provincias de Pinar del Río, Granma, Guantánamo y Santiago deCuba, en este orden, mientras que la mayoría de socios no coincide exacta-mente con la mayoría de CPA por provincias. Las CPA cuentan con mayorcantidad de socios en las provincias de Pinar del Rio, Santiago de Cuba,Holguín y Granma. Por su parte, las CPA en conjunto tienen una mayor co-bertura en las provincias de Santiago de Cuba, Sancti Spíritus, Camagüey yPinar del Río.

CUADRO 2

Distribución de CPA por provincias pertenecientesal Ministerio de la Agricultura

Provincia Cantidad existente Total de socios Área total en ha

Pinar del Río 111 6211 42436.72La Habana 28 2953 11258.03Matanzas 11 1005 16561.62Villa Clara 42 2595 24393.53Cienfuegos 17 626 11492.88Sancti Spíritus 38 2057 44151.8Ciego de Ávila 23 2367 14587.54Camagüey 59 2054 43157.37Las Tunas 28 1057 14466.76Holguín 97 3921 40474.72Granma 101 3397 25281.20Santiago de Cuba 94 4401 50718.20Guantánamo 98 2489 24762.58Isla de la Juventud* 3 97 2324.34

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas. Febrero de 2003.

* Isla de la Juventud es considerada como un municipio especial en la división político –administrativa vigente en Cuba. Esta observación es válida para los siguientes cuadros de esteepígrafe.

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CUADRO 3

Distribución de CPA según el tipo de producción

Tipo de producción Cantidad existente Total de socios área cubiertapor la CPA en ha

Hortalizas, tubérculos 162 11 658 86917.31y raícesGanadería 175 5818 100439.30Tabaco 136 8589 54361.73Café y Cacao 231 8796 91422.40Cítricos 15 699 2964.47Arroz 16 527 9199.41Frutales 14 324 3823.35Flores 1 60 717.97

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas. Febrero de 2003.

CUADRO 4

Distribución de CCS por provincias pertenecientesal Ministerio de la Agricultura

Provincia Cantidad existente Total de socios área cubiertapor la CCS en ha

Pinar del Río 328 27537 156180.60La Habana 142 14036 40098.96Ciudad Habana 48 4468 5904.80Matanzas 45 4015 24514.31Villa Clara 173 11372 52924.45Cienfuegos 49 6464 24923.62Sancti Spíritus 136 13325 66051.89Ciego de Ávila 63 5103 25289.99Camagüey 122 7026 66062.63Las Tunas 138 6412 71109.89Holguín 267 18053 24668.64Granma 184 10706 76838.89Santiago de Cuba 208 14040 110237.24Guantánamo 231 12217 110237.24Isla de la Juventud 8 529 2563.22

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas. Febrero de 2003.

Por el tipo de producción son mayoritarias las CPA del MINAGRI que sededican a la producción de café y cacao. Le siguen en este orden las dedica-das a la ganadería y las que producen hortalizas, tubérculos y raíces, y las quecultivan tabaco.

Por su parte, las CCS pertenecientes al MINAGRI de la provincia de Pinardel Río son más numerosas, tienen mayor cantidad de socios y en su conjun-to ocupan un área más extensa que las demás CCS de otras provincias perte-necientes al MINAGRI. Después de Pinar del Río existe mayor número deCCS en las provincias de Holguín, Guantánamo y Santiago de Cuba. Según la

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cantidad de socios son más importantes, después de las de Pinar del Río, lasubicadas en Santiago de Cuba y Guantánamo (ocupan igual área) y las deGranma. Por su extensión en segundo, tercer y cuarto lugar se encuentran lasde Holguín, Santiago de Cuba y La Habana, respectivamente.

Las CCS del MINAGRI dedicadas a la producción de hortalizas, tubércu-los y raíces son las más numerosas en el país, siguiéndole en ese orden lasdedicadas a la producción de tabaco, la producción de café y cacao y las quese dedican a la ganadería.

CUADRO 6

Distribución por provincias de las CPA cañeras y agropecuariasdel Ministerio del Azúcar

Provincia Tipo de producción Total

Cañeras Agropecuarias

Pinar del Río 8 1 9La Habana 28 9 37Matanzas 48 11 59Villa Clara 37 11 48Cienfuegos 19 4 23Sancti Spiritus 17 5 22Ciego de Ávila 32 5 37Camagüey 30 10 40Las Tunas 23 5 28Holguín 16 10 26Granma 17 8 25Santiago de Cuba 14 1 15Guantánamo 4 0 4Nación 293 80 323

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas. Febrero de 2003.

CUADRO 5

Distribución de CCS según el tipo de producción perteneciente alMinisterio de la Agricultura

Tipo de producción Cantidad existente Total de socios área cubiertapor la CCS en ha

Hortalizas, tubérculosy raíces 716 53954 247432.50Ganadería 385 24490 188962.90Tabaco 503 43057 235357.27Café y Cacao 436 26918 219653.10Cítricos 33 2614 8352.60Arroz 25 1621 9168.54Frutales 33 1516 11703.58Flores 8 1108 1078.96Avícolas 3 31 155.67

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas. Febrero de 2003.

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De las 323 CPA pertenecientes al MINAZ en el país, 293 se dedican a laproducción de caña de azúcar y 80 a la producción agropecuaria. De las CPAcañeras del MINAZ la mayor cantidad se concentra en Matanzas, Villa Clara,Ciego de Ávila y Camagüey. Por su parte las dedicadas a la producciónagropecuaria concentran su mayor cantidad, en este orden: Matanzas, VillaClara, Camagüey y Holguín. Sumados los dos tipos de CPA, las provincias quemayor cantidad de unidades poseen son Matanzas, Villa Clara y La Habana yCiego de Ávila con igual número.

En cuanto a las UBPC del MINAZ la situación es como sigue:Hasta enero de 2003 existían en el país 901 unidades, de ellas 708 dedica-

das a la producción de la caña de azúcar y 193 a la producción agropecuaria.Las cañeras, por provincias, concentran su mayor cantidad en Villa Clara, enMatanzas y Camagüey (con igual número), y seguidamente Las Tunas. Lasdedicadas a la producción agropecuaria están repartidas en mayor númeroen Camagüey, y Villa Clara, Las Tunas y Granma poseen igual cantidad.Sumados los dos tipos de UBPC del MINAZ hay una mayor presencia en lasprovincias de Camagüey, Villa Clara, Matanzas y Las Tunas.

CUADRO 7

Distribución por provincias de las UBPC cañeras yAgropecuarias del MINAZ

Provincia Tipo de producción Total

Cañeras Agropecuarias

Pinar del Río 14 3 17La Habana 37 9 48Matanzas 82 19 101Villa Clara 93 21 114Cienfuegos 48 11 59Sancti Spiritus 40 9 49Ciego de Ávila 62 14 76Camagüey 82 40 122Las Tunas 72 21 91Holguín 59 18 77Granma 45 21 66Santiago de Cuba 53 2 55Guantánamo 21 5 26Nación 708 193 901

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas. Febrero de 2003.

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Como ilustra el cuadro anterior en el país existe un total de 329 CCSpertenecientes al MINAZ, de ellas 131 dedicadas a la producción de caña deazúcar y 198 a la producción agropecuaria. Las dedicadas a la producción decaña de azúcar tienen un mayor número en La Habana, Matanzas, Ciego deÁvila y Cienfuegos. Por su parte, las agropecuarias están presentes en mayorcantidad en las provincias de Villa Clara, La Habana, Matanzas y Granmarespectivamente.

Sumados los dos tipos de CCS las provincias con mayor cantidad sonVilla Clara, La Habana, Matanzas y Granma.

LA EDUCACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN

El desarrollo rural de Cuba es apoyado por varias instituciones científicas yacadémicas. Universidades y centros científicos, especialmente los vincula-dos directamente a la agricultura desempeñan un papel protagónico en esesentido.

Entre los objetivos fundamentales de estos centros se encuentran:

➣ Desarrollar las capacidades potenciales y laborales de los campesinoscubanos.

➣ Contribuir a una mejor organización de las comunidades rurales cubanas,fomentando la participación de sus miembros en la solución de sus propiosproblemas.

➣ Educar a los campesinos cubanos en un uso racional de los recursos natu-rales.

CUADRO 8

Distribución por provincias de las CCS cañeras y agropecuariasdel Ministerio del Azúcar

Provincia Tipo de producción Total

Cañeras Agropecuarias

Pinar del Río 5 4 9La Habana 32 28 60Matanzas 19 26 45Villa Clara 8 77 85Cienfuegos 10 10 20Sancti Spiritus 4 10 14Ciego de Ávila 11 0 11Camagüey 8 7 15Las Tunas 4 6 10Holguín 8 6 14Granma 8 18 26Santiago de Cuba 6 6 12Guantánamo 8 0 8Nación 131 198 329

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas. Febrero de 2003.

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➣ Influir en la racionalización de los recursos externos a las cooperativas y laeficiencia de los recursos internos.

➣ Contribuir en la mejor explotación de las nuevas tecnologías a las que sepueda tener acceso y la puesta en práctica de los resultados científicos quese conozcan.

➣ Contribuir a la obtención de mayores ingresos de las familias campesinas.

A partir de la segunda mitad de la década del 90 el Ministerio de laAgricultura ha comenzado a desarrollar un sistema de extensión agrícola sinprecedentes en la historia nacional. Se ha implementado la figura del agenteterritorial de extensión y la participación popular se está convirtiendo en laclave para la adopción de los cambios que tienen lugar hoy.

Uno de los principales obstáculos que presenta este programa está muyrelacionado con que el campesino cubano ha conocido con anterioridad, ypor un período relativamente largo, la utilización de tecnologías modernas yha dispuesto de insumos externos en calidad y cantidad suficientes comopara no tener que pensar, al menos de forma obligada, en una agricultura detipo sostenible.

La agricultura que se practica actualmente en Cuba está signada por de-terminados éxitos y por supuesto también por errores o fracasos. Como prin-cipal logro podría señalarse el de haberse creado una conciencia (que partedesde los centros de investigación y llega hasta los mismos productores) de lanecesidad de una agricultura sostenible en el país.

Las principales universidades dedicadas al estudio del cooperativismoen Cuba son: Universidad de La Habana, en ella: la Facultad Latinoamericanade Ciencias Sociales (FLACSO), el Equipo de Estudios Rurales (EER) del De-partamento de Sociología, la Facultad de Economía; la Universidad de Pinardel Río, el Grupo Interdisciplinario de Cooperativismo Extensivo y DesarrolloRural del Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de Bayamo, el Grupode Cooperativismo y Desarrollo Rural de la Universidad de Central de LasVillas, la Universidad Agraria de La Habana (UNAH), la Filial universitaria deSanctis Spiritus, las Estaciones Provinciales de Investigaciones de la Caña deAzúcar en cada provincia, la Escuela de capacitación de la ANAP de Guira deMelena en la provincia La Habana, el Centro de Pastos y Forrajes “IndioHatuey de Matanzas, el Centro Nacional de Capacitación Azucarera (CENCA)y las tres escuelas para la capacitación en Gerencia de Cooperativas creadasen la Escuelas Provinciales de Investigaciones de la Caña de Azúcar deJovellanos en la provincia de Matanzas, en el CAI “Uruguay” Sancti Spiritus yen el CAI “Arquímides Colina” en la provincia de Granma.

Con el financiamiento de la Agencia Canadiense de Desarrollo (ACDI) enel 2000, comenzó a impartirse en FLACSO, Universidad de la Habana, la pri-mera edición de la Maestría en “Gestión y Desarrollo de Cooperativas”.FLACSO imparte un diplomado en en Gerencia de Cooperativas, en el CentroNacional de Capacitación Azucarera. la Universidad de Pinar del Río y VillaClara se imparten cursos y diplomados sobre el tema de cooperativas.

Las cooperativas cubanas se han visto beneficiadas con la creación a todolo largo y ancho del país de más de 220 centros de reproducción de agentes

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biológicos que han dando la posibilidad de obtener una producción masivade agentes biológicos produciendo en 1992 200 mil toneladas que fueronusadas en cultivos que cubrieron más de un millón de ha. Durante 1994 setrataron con estos biofertilizantes más de 220 000 ha de cultivos y 8 millones deposturas de cafetos. La producción de biofertilizantes (azotobacter, rhizobium,azospirillum, bacterias solubilizadoras de fósforo y micorrizas) se organizó apartir de investigaciones realizadas en los grandes fermentadores de las plan-tas de levadura, torula y de ron. A partir de 1994 se ha emprendido, además, lacreación de huertos familiares y comunitarios para mejorar la alimentaciónde la población.

Son varios los resultados de investigación referentes al empleo de me-dios biológicos en la agricultura introducidos en los últimos años: abonosorgánicos, combinación y rotación de cultivos, integración de los árboles alos sistemas agrícolas y ganaderos, producción de animales a base de recur-sos locales. De ellos, algunos no se aplican como se debiera debido a las insu-ficiencias en la capacitación de los agricultores.

A partir de los resultados de la aplicación de estos medios biológicos sehan logrado controlar importantes plagas y enfermedades como son, el borerde la caña de azúcar (el cual ha sido controlado en más o menos el 80%), lapolilla de la col y otras enfermedades en el berro, el tabaco, maíz, yuca, cala-baza y pastos.

Las investigaciones realizadas han demostrado que las asociaciones decultivos son altamente eficaces en el control de plagas y enfermedades. La com-binación del maíz con el boniato logra reducir el tetuán del boniato. Otras aso-ciaciones beneficiosas son las de yuca-frijol (reduce el nemátodo meloidogune)y ajonjolí-col, con lo que se logra reducir las poblaciones de la mosca blanca.

En la actualidad en diversos centros de investigación se realizan estudiosgenéticos en las plantas, dirigidos a seleccionar y adaptar a diferentes regionesdel país técnicas e insumos orgánicos. Algunos resultados han sido introduci-dos con éxito en el cultivo del tomate y del arroz.

Los biofertilizantes producidos en el país muestran resultados halagado-res en la mayoría de los cultivos en que han sido empleados hasta el momento:

• logran aumentar la capacidad de producción en los suelos deteriorados ycon bajos contenidos de materia orgánica

• acortan los ciclos de los cultivos• logran estimular los rendimientos agrícolas entre un 5 y 100%.

Los resultados de investigaciones relacionados con la aplicación de ma-teria orgánica a los suelos, la sustitución de fertilizantes químicos porbiofertilizantes, la efectividad de la rotación de los cultivos, la aplicación deabonos verdes, la integración de animales y árboles a los sistemas agrícolas,han quedado suficientemente demostrados en la práctica agrícola de Cuba.

A continuación mostramos ejemplos prácticos de lo antes mencionado:

Biofertilizantes:• abono orgánico, fosforina, tierra enriquecida, humus de lombriz, Bioder,

Micofert, Fertisol

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Insecticidas biológicos:• Bibisav, Verticillium lecanii, Trichoderma harzianum, Bacillus thuringiensis

– cepa 24 y cepa23

Insecticidas naturales:• Tabaquina y cal, FoliarNim Hm (insecticida 100% natural), CubaNim

Los estudios realizados sobre la última modalidad de cooperativas queexiste en Cuba, las UBPC demuestran, entre otros aspectos, la necesidad decapacitar a los miembros de las cooperativas para elevar la participación delos mismos en la toma de decisiones (Jiménez, 1996).

Estas investigaciones reflejan que para que exista un desarrollo econó-mico estable en las UBPC se debe contar con una rentabilidad económicacontinuada a través de los años, eficiencia en todas las gestiones, estabilidaden la fuerza laboral, conocimiento económico-financiero y una mayor identi-ficación con el medio de las cooperativas. Todo lo anteriormente señaladoredundaría en un mayor sentido de pertenencia de los socios a sus cooperati-vas. La educación cooperativa contribuiría de modo decisivo a vencer losretos planteados. Si la misma se asimila e integra al interior de dichas institu-ciones, se estaría dando comienzo a un proceso de fortalecimiento y aprendi-zaje que contribuiría a elevar el nivel de vida económico y social de losmiembros de las cooperativas.

A partir de la Cumbre sobre educación cooperativa, celebrada en QuébecCanadá, en 1993, son muchas las definiciones que sobre el tema han apareci-do en los trabajos consultados.

Nuestra concepción sobre educación cooperativa está basada en necesi-dades reales que hemos observado a través de los estudios realizados sobre eltema Cooperativas.

Según Jiménez, la educación cooperativa comprende el desarrollo, latransmisión y adquisición de nuevos conocimientos por los miembros de unacooperativa. Este proceso educativo responde a los siguientes objetivos(Jiménez, 2002):

➣ Lograr que cada miembro ejerza su función de la forma más eficiente ynecesaria.

➣ Contribuir a la promoción de los miembros de la cooperativa.➣ Desarrollar la gestión de la cooperativa de acuerdo a los principios y reglas

que la caracterizan.➣ Contribuir a la permanencia y revitalización del movimiento cooperativo

El proceso educativo debe responder a las necesidades reales de cadaentidad, debe valorar a los miembros y contribuir a la aceptación de los nue-vos integrantes. Ayudará así a establecer nexos de integración y ayuda entrela cooperativa y la comunidad y contribuirá a que la cooperativa asuma lagestión basada en los principios cooperativos

La capacitación en este sector se basa en el intercambio de saberes de loscapacitadores y capacitados y entre los mismos capacitados.

Las técnicas de trabajo para el desarrollo de la educación cooperativaestán íntimamente ligadas a la educación popular, donde el hombre y la mujer

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son el centro de toda la atención y toda la ayuda, de donde saldrán las opinio-nes, las sugerencias y propuestas para la solución de los diferentes problemasque tengan, los que podrían ser resueltos en una inmensa mayoría a partir desus propios recursos, de sus propias gestiones.

Para el desarrollo de la Educación cooperativa en el medio cubano, de-bemos tener presente los principios cooperativos, ratificados y enriquecidosen el congreso de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), celebrado enManchester, 1995.

Los principios vigentes son los siguientes:

1. Adhesión voluntaria.2. Gestión democrática por parte de los socios.3. Participación económica de los socios.4. Autonomía e independencia.5. Educación, formación e información.6. Cooperación entre cooperativas.7. Interés por la comunidad. (ACI, 1995)

La educación ha sido siempre considerada como punto vital para lograrbuenos resultados en el movimiento cooperativo, ya que teniéndola comobase se formará la conciencia colectiva, el espíritu de humanidad y solidari-dad de los miembros de las cooperativas, constituyendo así la clave del éxitoen el cooperativismo. La educación dignifica al ser humano y llega a conver-tirse en una estrategia en el contexto actual de la competitividad entre lasdiferentes entidades de producción.

La Educación cooperativa presta mucho interés a las necesidades y difi-cultades que están presentes en las unidades donde se va a trabajar. En elcaso de las UBPC, ellas están necesitadas de que se aborden en la capacita-ción, en el intercambio y ayuda que se les pueda brindar, en los siguientesaspectos:

– Enseñanza de conocimientos económicos y financieros elementales.– Necesidad de que los cooperativistas participen de manera consciente y

activa en las decisiones colectivas.– Interés y motivación por la vida en la cooperativa.– Elección de los mejores representantes para la administración de la coope-

rativa.– Necesidad de la estimulación moral y material.– Satisfacción de sus necesidades alimenticias a través del autoconsumo.– Conocimientos elementales de marketing.

Pensamos que la Educación cooperativa debe estar dirigida tanto a losmiembros de la Junta de Administración de las cooperativas como a losmiembros de dichas unidades. Debe ser un proceso bien planificado, su eje-cución no debe estar compulsada por planes o cronogramas a corto plazoque desvirtúen los objetivos trazados. Especial atención deben recibir los nue-vos integrantes, esos miembros que se incorporan a una cooperativa y quedesconocen en su gran mayoría los principios, deberes y obligaciones quecontraen al ingresar a dicha entidad.

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En los principios cooperativos contemplados en el texto de la Declara-ción de la Alianza Cooperativa Internacional está reflejada la Educación coo-perativa con el principio número cinco:

“Las cooperativas proporcionan educación y formación a los socios, a los re-presentantes elegidos, a los directivos y a los empleados para que puedan con-tribuir de forma eficaz al desarrollo de sus cooperativas. Informan al público,especialmente a los jóvenes y a los líderes de opinión, de la naturaleza y benefi-cios de la cooperación.” (ACI, 1995:10)

En entrevista escrita, realizada a un grupo de 28 estudiantes de la Maes-tría en “Gestión y Desarrollo de Cooperativas” de la Facultad Latinoamerica-na de Ciencias Sociales (FLACSO. – Cuba) en su segunda edición (20 hombresy 8 mujeres, provenientes de diferentes provincias del país, vinculados a laproducción agrícola y estrechamente ligados a las UBPC y de profesión inge-nieros agrónomos, pecuarios y algunos industriales), el tema abordado fue elconocimiento y aplicación de la educación cooperativa en sus respectivasunidades productivas.

El análisis de dichas entrevistas nos muestra los siguientes resultados:

Algunas deficiencias o problemas encontrados a través del análisis de las entre-vistas y conversaciones con los entrevistados:– Muchos cooperativistas no conocen ciertamente en que consiste la educa-

ción cooperativa.– No hay sistematización en el estudio y análisis de temas o materiales rela-

cionados con el movimiento cooperativo.– No existe, en muchas unidades productivas, la prioridad,por parte de la Junta

de Administración, de la superación y capacitación de sus miembros.

Los entrevistados opinaron que la educación cooperativa tiene muchos aspectospositivos y necesarios que deben ser aplicados en las respectivas unidades pro-ductivas del país. Algunos de los aspectos positivos que se mencionaron fueron:– Eleva el nivel cultural e integral de todos los miembros.– Mejora la administración de las cooperativas.– Provoca cambios en la mentalidad de los dirigentes y de los cooperativistas.– Cada socio de la cooperativa conoce sus funciones relacionadas con la par-

te económica, social y tecnológica de la unidad productiva.– Ayuda a conocer las formas gerenciales de dirección y el cumplimiento de

su objeto social.– Es la vía más adecuada para lograr el auge y éxito de las cooperativas.– Permite mayor incorporación y permanencia de los nuevos miembros.– Ayuda a utilizar de una forma óptima los recursos (insumos, equipos y

talento).– Adquisición de mayor conocimiento de las leyes relacionadas con el movi-

miento cooperativo.– Mayor preparación para todos los miembros de las cooperativas.– Eleva la motivación del productor, aportando conocimientos y participa-

ción.– Contribuye a aumentar la participación en las Asambleas Generales.– Mejora el desempeño de la organización cooperativa.– Crea un alto grado de pertenencia entre los miembros a su cooperativa.

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Después de analizar el resultado de las entrevistas y apoyándonos en el conoci-miento práctico sobre el tema tratado, consideramos oportuno sugerir algunasestrategias para el trabajo con la educación cooperativa en las UBPC:– Diseñar un plan en cada UBPC para la introducción y ejecución del progra-

ma sobre la educación cooperativa.– La UBPC debe contar con un presupuesto anual para desarrollar esta activi-

dad educativa. El mismo debe ser analizado y aprobado por la AsambleaGeneral.

– Formular un plan de estrategias para la atención a los nuevos miembros delas UBPC.

– Sistematizar la capacitación a la mayoría de los miembros de las unidadesproductivas.

– Lograr la ejecución de programas y planes educativos.

PROBLEMAS ACTUALES DEL COOPERATIVISMO CUBANO

RETOS:

Elementos externos:➣ Mantenimiento del bloqueo norteamericano contra Cuba durante más de

40 años.➣ No contar con fuentes internacionales de financiamiento para el sector agrí-

cola cubano

Elementos internos:Si analizamos que Cuba es un país pequeño con una alta densidad de pobla-ción (aproximadamente 11. 5 millones, lo que significa 160 habitantes porkm cuadrado de tierras dedicadas a la agricultura, de las cuales laboran direc-tamente en las mismas sólo el 15%), podríamos tener una idea más o menosexacta de la presión que existe en el país por obtener rendimientos que pro-porcionen una determinada seguridad alimentaria a la población cubana. Deesto se desprende lo indispensable de una diversificación e intensificacióndel uso de los recursos sin llegar a deteriorarlos.

La aplicación de la agricultura intensiva en el país ha traído como conse-cuencia una reducción en la capacidad productiva de los suelos, debido almal manejo al que han sido sometidos (quema de la caña de azúcar, excesode laboreo, aplicación de altas dosis de fertilizantes químicos, monocultivodel arroz, deficiente rotación de los cultivos, etc). La erosión alcanza hoy díamás o menos el 65% de las áreas agrícolas del país y el 25% de los suelos estánafectados por erosión fuerte o muy fuerte. La salinización, por su parte, alcanzaa un millón de ha de las tierras dedicadas a la agricultura. La compactacióntiene la particularidad de afectar a los suelos más productivos el país.

La diversificación de los principales monocultivos del país es imprescindible:➣ La caña de azúcar tiene un gran potencial de diversificación tanto industrial

como también desde el punto de vista agropecuario: producción de cacha-za, papel, cartón, materiales filtrantes, celulosas, sorbitol, glucosa, variantesde alimento animal, alcohol, fármacos de uso veterinario y otros más.

➣ Las tierras dedicadas a la caña de azúcar necesitan también ser rotadas conotros cultivos y pastos.

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➣ La producción de algunos productos agrícolas que es necesario comprar enla actualidad en el extranjero es posible obtenerlos intercalando estos culti-vos en el cultivo de arroz y cítricos, por ejemplo, los cítricos que ocupan enel país una gran cantidad de tierras, pudieran intercalársele la ganaderíacuando las plantas están en su etapa adulta. Pueden también combinarsecon la producción de soya y otros frijoles. La integración con los animalespuede ejercer una influencia positiva en el control de la maleza y un recicla-do de nutrientes mediante las eyecciones de los animales.

Otros retos que tendría que afrontar la agricultura cubana para pasar definiti-vamente de una fase de sustitución de insumos a una agroecología pudieranser:

• La falta de preparación y capacitación sobre el tema cooperativismo enmuchos de los dirigentes de la Juntas de Administración y en muchos miem-bros de las cooperativas.

• La falta de motivación en muchos cooperativistas para permanecer en elmedio rural.

• Resistencia a cambios.• La falta de recursos financieros y materiales.• El poco sentido de pertenencia.• La aparición de nuevos empleos más atractivos en otros sectores de la eco-

nomía cubana.• Falta de motivación de muchos jóvenes para incorporarse a las cooperativas.• Persistencia de la crisis económica en el país.• Diversificar al máximo la agricultura en el país.• Integrar el componente animal a los sistemas agrícolas.• Arborizar las áreas agrícolas.• Recuperar al máximo posible la fertilidad física y biológica de los suelos.• Continuar la creación de fincas agrícolas o agropecuarias bajo diferentes

formas de tenencia de los suelos.

El sector cooperativo cubano al igual que las demás formas de producciónrelacionadas con el mundo rural cubano tendrían que afrontar los siguientesdesafíos para una transformación agraria sostenible :

• El uso de los suelos según la posibilidad que ofrecen para diferentes cultivos,determinado por el uso de la ciencia aplicada a la agricultura.

• Utilización de variables acordes con el clima imperante en el país.• La búsqueda de modelos de explotación agrícolas y formas organizativas de

la producción acordes con los cambios que ocurren en el mundo y en espe-cial en el entorno rural.

• Utilización de métodos para combatir las plagas y enfermedades factiblespara el agricultor desde el punto de vista de recursos disponibles y de sucapacitación.

• Implementación de tecnologías apropiadas que permitan una relaciónfactible entre los recursos localmente disponibles, los insumos importadosy la productividad. En Cuba, por ejemplo, hay un programa para desarrollarel uso alternativo del buey y el uso de implementos agrícolas nuevos para latracción animal.

• Diversificación de la producción.• El ajuste de estructuras y el perfeccionamiento empresarial acordes con las

características del entorno cubano.

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• Formación del personal científico necesario a la agricultura cubana, segúnsus exigencias actuales.

• Contribución de la agricultura cubana a la seguridad alimentaria nacional.• Mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rurales.

De todas estas presiones y exigencias se desprende la necesidad deconocimientos agroecológicos y técnicas basadas en los mismos por parte delos campesinos en todo el país, y de todas las personas relacionadas con laobtención de productos agrícolas. Se hace necesaria, entonces, una mayor ymás profunda capacitación en este campo.

El éxito de la aplicación de una agricultura orgánica depende básica-mente del conocimiento de la naturaleza. Se hace imprescindible, que losproductores se formen y capaciten.

En las áreas dedicadas a monocultivos como la papa, la piña, el plátano,etc, debe observarse un adecuado sistema de rotación.

El intercalar el cultivo de maíz en los cultivos de yuca podría ofrecer unbeneficio incalculable en la producción de aves y huevos, producción defici-taria actualmente en el país. Este intercalado podría beneficiar también elcontrol biológico de las plagas en los mismos.

FACILITADORES:

Elementos externos:• El desarrollo de cursos de capacitación, intercambios, maestrías y doctora-

dos que se realizan en Cuba y en el extranjero con el apoyo de institucionesextranjeras

Elementos Internos:A partir del año 2000 comenzó un fenómeno interesante en el movimientocooperativo cubano, consistente en el reparto de tierras ociosas a personasque lo soliciten para trabajarlas de forma individual o en forma de cooperati-vas. Los mismos emplean abonos orgánicos y pesticidas ecológicos creandoconciencia entre los productores de un desarrollo sostenible.

En el país se han creado premisas, sobre todo durante la crisis económi-ca, que podrían favorecer los cambios específicos que se vienen produciendoen la agricultura:

• La experiencia de que una economía dependiente de la importación deinsumos desde el extranjero no fortalece sino que debilita la producción dealimentos para la población es un hecho tangible;

• Ha quedado demostrada la eficiencia de la aplicación de sistemas naturalesen sustitución de la aplicación de insumos químicos;

• El término sostenible viene incorporándose con mayor frecuencia a lainvestigación y la docencia en todo el país;

• Los campesinos cubanos han demostrado suficientemente su habilidadpara obtener buenos resultados con muy pocos productos e insumos;

• Se ha llegado a interiorizar la importancia de la sostenibilidad en la agricul-tura en grado suficiente como para crear organizaciones en el país quedifunden las concepciones agroecológicas (Asociación Cubana de Agricul-tura Orgánica, Centro de Estudios de Agricultura Sostenible).

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Otras potencialidades estarían relacionadas con:

• El alto grado de educación y especialización que tienen la mayoría de losmiembros de las Juntas de Administraciones de las cooperativas.

• El apoyo y la atención que el Estado cubano presta al desarrollo del coope-rativismo.

• Mercado nacional seguro para la venta de toda la producción.• Sistema de precio estable para la producción.• Programa de construcción y reparación de las viviendas para los miembros

de las cooperativas.

CONCLUSIONES

Finalmente, consideramos que el desarrollo del movimiento cooperativocubano desde sus inicios ha tenido que enfrentar serios retos para alcanzarlos resultados económicos y sociales que necesitan las cooperativas y lapoblación en sentido general. Queda aún un gran camino por recorrer con elafán de lograr su total perfeccionamiento y avance.

Las investigaciones y estudios sobre el tema de cooperativas en Cubaseguirán ocupando un lugar muy importante en el trabajo de investigaciónde profesores e interesados en el tema.

NOTA

1. El proceso de Perfeccionamiento Empresarial cubre actualmente la totalidad deempresas de la economía cubana : Consta de una metodología precisa, abarcadorade un conjunto de transformaciones, las cuales deben desarrollarse según uncronograma preciso y adaptarse a las características de las distintas empresas.

BIBLIOGRAFÍA

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PANORAMA DEL SECTORCOOPERATIVO MEXICANOJorge Alberto Martínez Ramírez1

y Juan José Rojas Herrera2

Universidad Autónoma de Querétaro y Universidad Autónoma Chapingo

RESUMEN • El presente trabajo, que forma parte de un estudio más ampliocoordinado por la Red Universitaria de las Américas en Estudios Cooperati-vos y Asociativismo (UNIRCOOP), está dedicado al análisis multifactorialdel sector cooperativo mexicano. Las universidades mexicanas Autónomade Querétaro y Autónoma Chapingo han sumado el esfuerzo de sus inves-tigadores para aportar la presente contribución al análisis del panoramadel sector cooperativo mexicano. Como podrá apreciar el lector, se tratade un análisis de carácter general que aborda diversos aspectos relaciona-dos con los antecedentes históricos del cooperativismo en México asícomo el número de cooperativas existentes en el país basándose en elúltimo censo que data de 1993 realizado por la Dirección de FomentoCooperativo dependiente de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social.

RESUMO • O presente trabalho, que faz parte de um estudo mais amplocoordenado pela Rede Universitária das Américas em Estudos Cooperati-vos e Associativismo (UNIRCOOP), está voltado à análise multi-fatorial dosetor cooperativo mexicano.

As universidades mexicanas Autónoma de Querétaro e AutónomaChapingo conjugaram os esforços de seus pesquisadores para trazer a pre-sente contribuição relativa à análise do cenário do setor cooperativo me-xicano.

Como poderá ser visto pelo leitor, trata-se de uma análise de carátergeral, que aborda diversos aspectos relacionados aos antecedentes histó-ricos do cooperativismo no México, bem como do número de cooperati-vas existentes no país, tendo-se por base o último censo datado de 1993 erealizado pela Direção de Fomento Cooperativo vinculado à Secretaria doTrabalho e Previdência Social.

RÉSUMÉ • Le présent travail fait partie d’une vaste étude coordonnée parle Réseau universitaire des Amériques en études sur les coopératives et lesassociations (UNIRCOOP). Ce travail est dédié à l’analyse multifactorielledu secteur coopératif mexicain. Les universités mexicaines Autónoma deQuerétaro et Autónoma de Chapingo ont jumelé leurs efforts de recher-ches afin d’apporter la présente contribution à l’analyse du panorama dusecteur coopératif mexicain. Le lecteur pourra s’apercevoir qu’il s’agitd’une analyse à caractère général qui aborde différents aspects en relationavec les antécédents historiques du Coopératisme au Mexique. Mention-nons entre autres le nombre de coopératives dans le pays selon les don-nées du dernier recensement réalisé en 1993 par la Dirección de FomentoCooperativo qui relève de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social.

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ABSTRACTS • This work, which is part of a larger study coordinated bythe Network of Universities of the Americas for Studies on Cooperativesand Associations (UNIRCOOP) is devoted to a multiple factor analysis ofthe Mexican cooperative sector. The Universidades mexicanas Autónomade Querétaro y Autónoma Chapingo (Independent Mexican universities ofQuerétaro and Chapingo) have brought together the strength of their researchteams to put forward this contribution to the analysis of the Mexican coop-erative sector.

As the reader will appreciate, the study provides a general analysis thatdeals with various aspects of the historical background of the cooperativemovement in Mexico such as the number of cooperatives existing in thecountry based on the last census made by the Direction de FomentoCooperativa (Department of Cooperative Development) of the Secretaria delTrabajo y Previsión Social (Secretariat of Labor and Social Security) in 1993.

I. – ASPECTOS SOBRESALIENTES DEL DESARROLLO HISTÓRICODEL COOPERATIVISMO MEXICANO

En términos generales, en la historia del movimiento cooperativo mexicanoes posible distinguir cinco grandes etapas de desarrollo, a saber: a) etapa degestación y de desarrollo germinal, que se extiende desde mediados del sigloXIX hasta el fin de la revolución mexicana en 1917; b) etapa de desarrollocondicionado por los vaivenes de la política caudillista durante el período delllamado México posrevolucionario: 1918-1928; c) etapa de desarrollo autó-nomo: 1929-1938; d) etapa de subordinación al aparato estatal: 1938-1993, ye) desarrollo contemporáneo: 1994-2002. Veamos a continuación, de manerabreve, los rasgos característicos de cada una de las etapas señaladas anterior-mente.

1. – Etapa de gestación y de desarrollo germinal

En México, el cooperativismo, como utopía libertaria o emancipadora, seanido primeramente en la conciencia de los intelectuales y líderes sindicalesde mediados y fines del siglo XIX y si bien existieron interesantes experien-cias prácticas de corte precooperativo entre las que destaca la de la Caja deAhorros de Orizaba que, ya en el lejano año de 1839, puso en práctica la celebrenorma Rochdeleana de cada socio un voto independientemente de sus aporta-ciones al capital social de la institución, en términos efectivos, antes que unarealización práctica concreta, el cooperativismo, fue una idea novedosa veni-da de Europa, ya sea a través de libros, revistas y noticias3 inquietantes acercade sus bondades o traída directamente por los inmigrantes extranjeros, entrelos que sobre sale la figura del filosofo y político anarquista de origen griegoP. Rodakanaty, quien se destacará por su incansable labor de animación parala formación de sindicatos, sociedades mutualistas, cooperativas y comuni-dades agrarias semiautónomas como la de Chalco, estado de México.

Muy lejos de estos sueños, los obreros de la industria, sometidos a ladiaria esclavitud del capital, pondrían manos a la obra y a través del Gran

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Circulo Obrero de México organizarían en septiembre de 1873 el Primer TallerCooperativo del cual surgiría la primer sociedad cooperativa de México inte-grada por un reducido número de 26 sastres de la ciudad de México.

El ejemplo de esta primer sociedad cooperativa motivó la transforma-ción de algunas sociedades mutualistas en cooperativas, los casos más sobre-salientes fueron los de la Sociedad progresista de Carpinteros cuyos 32miembros decidieron en 1874 liquidar su sociedad mutual para convertirlaen sociedad cooperativa y de consumo, denominándola “Compañía Coope-rativa de Obreros de México”.

Otras sociedades mutualistas que se transformaron en cooperativas deproducción fueron la Fraternal de Sombrereros y la Sociedad reformadora“Sombrerería Mexicana La Huelga”. En 1876, se fundó la Primera AsociaciónCooperativa de Consumo de Obreros Colonos, formada por los obreros ferro-viarios de la estación Buenavista.

2. – Etapa de desarrollo condicionado por los vaivenes del caudillismoposrevolucionario 1918-1928.

Durante esta etapa transcurren los mandatos presidenciales de los generalesVenustiano Carranza (1917-1920), Alvaro Obregón (1920-24) y Plutarco ElíasCalles (1924-28). Se trata de una etapa de la historia de México marcada porla ausencia de un proyecto de desarrollo nacional y por la guerra fraticidaentre diferentes grupos de poder regional y caciquil que a través del uso de lafuerza intentaban imponer sus concepciones particulares, situación que, entreotras cosas, tuvo como saldo el magnicidio de los dos primeros mandatariosseñalados anteriormente.

En relación con el desarrollo del cooperativismo nacional, un primerhecho que conviene registrar es el relativo al surgimiento, en 1918, en lafacultad de Jurisprudencia de la Universidad Nacional, del denominadoPartido Cooperativista Nacional (PCN) cuya primer actividad política consis-tió en participar en las elecciones de ese mismo año para la renovación delAyuntamiento de la ciudad de México, obteniendo algunas regidurías que lepermitirían acumular un determinado capital político que, dos años después,durante las elecciones presidenciales y tras el triunfo electoral del generalAlvaro Obregón, se vería enormemente incrementado, al conseguir 60 asien-tos en la Cámara de Diputados y la elección de cinco gobernadores. Tres añosdespués, en 1923, el PCN controlaba la Cámara de Diputados con alrededor de120 diputados y tenía un buen número de representantes en la de Senadores.Había ganado asimismo varias gubernaturas de los estados y la casi totalidadde los Ayuntamientos municipales.

En 1927, impulsado más por el voluntarismo y la admiración ante loséxitos del cooperativismo europeo que el general Calles había conocido perso-nalmente, desde las alturas del gobierno federal, se promovió la aprobaciónde la primer Ley General de Sociedades Cooperativas, la cual tuvo el inconve-niente de no establecer una clara distinción entre las sociedades mercantilesy las organizaciones sin fines de lucro, constituyéndose en una especie de

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híbrido extremadamente complejo que muy poco contribuyó a distinguir ala sociedad cooperativa de otras formas de organización social para la pro-ducción.

3. – Etapa de breve período de desarrollo autogestivo: 1929-1938

En medio de la vorágine demagógica del PCN incrustado en el aparato delgobierno federal, el movimiento cooperativo busco nuevos espacios de desa-rrollo en la provincia mexicana, produciéndose el surgimiento en 1922 de lacooperativa “Alijadores de Tampico”, después de un largo proceso de luchainiciado en 1906 bajo la dirección de Isauro Alfaro. La intensa actividad des-plegada por la Cooperativa Alijadores de Tampico en diversos puntos de lageografía nacional, permitiría el desarrollo de un polo independiente delmovimiento cooperativo dando pie a la constitución en 1925, primero de laConfederación de Sociedades Cooperativas Socialistas de la República y dosaños después, en 1927, de la llamada Confederación Nacional Cooperativa.

En 1929, a instancias de la Cooperativa Gremio Unido de Alijadores serealizó, en el puerto de Tampico, el Primer Congreso de Sociedades Coopera-tivas de la República Mexicana, al acto inaugural de dicho Congreso asistió elPresidente de la República Emilio Portes Gil, hallándose presentes alrededorde 500 delegados procedentes de diferentes cooperativas del país.

Los acuerdos principales del Congreso fueron: a) Creación de un Depar-tamento de Fomento Cooperativo y de un Consejo Técnico de Cooperativas,para darle forma al movimiento cooperativo nacional; b) Reforma a la LeyGeneral de Cooperativas de 1927, o bien su derogación, para crear una nuevaen consonancia con la necesidades reales de las cooperativas, y c) Creaciónde un Banco Cooperativo refaccionario, con objeto de impulsar económica-mente a las sociedades cooperativas existentes y crear otras nuevas.

Cabe destacar que con la excepción del Banco Cooperativo, las otras de-mandas surgidas del Primer Congreso Cooperativo Nacional fueron logradas.En efecto, a partir de la realización del citado Congreso, en las esferas delgobierno federal hubo mayor sensibilidad para promover el cooperativismopor lo cual se decretó la conformación, al interior de la Secretaría de EconomíaNacional, del Departamento de Fomento Cooperativo, en tanto que al seno dela Secretaría de Educación, se creaba la Dirección Nacional de Cooperativismo.

En 1933, la Confederación Nacional Cooperativa logró la promulgaciónde una nueva Ley General de Sociedades Cooperativas que corrigió muchosde los defectos del ordenamiento jurídico de 1927, apegándose de maneramás clara a los intereses y a la misión histórica del cooperativismo, siendoprobablemente la única Ley de Cooperativas hecha con la activa participa-ción de éstas.

4. – Etapa de subordinación corporativa al aparato estatal 1938-1993

Para el general Lázaro Cárdenas, cuyo mandato presidencial se extendió de1934 a 1940, el fomento al cooperativismo formaba parte de una estrategia

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política de masas, siendo en consecuencia promovido e impulsado bajo elcontrol del Estado para convertirse en un aliado más que cerraría filas juntoal gobierno federal en contra de los enemigos internos y externos del nuevomodelo de desarrollo económico impulsado por el cardenismo. Ello explicaque durante el sexenio cardenista se autorizará el registro de cerca de milcooperativas en las que se incorporaron 131 739 socios, cifras que, en esemomento, representaron un verdadero record.

Como punto culminante de la alianza de facto entre el Estado y el coope-rativismo se produjo, en 1938, la emisión de una nueva Ley General de Socie-dades Cooperativas que no obstante su marcado corte clasista, impuso unaestructura centralista y unitaria de representación gremial de carácter cupulary legitimó el intervencionismo estatal en la vida interna de las cooperativas,quedando el movimiento cooperativo subordinado a los intereses del Estado.

Características distintivas del cooperativismo mexicanoen la etapa actual: 1994-2002

Como es sabido, desde principios de los años ochenta, el drástico cambio deparadigma de la política estatal, al pasar del intervencionismo estatal asfixian-te al adelgazamiento abrupto del Estado y a la liberalización de la economía,provoco una serie de cambios en la sociedad mexicana ante cuyos efectos elcooperativismo no fue inmune.

En este contexto se produjo la derogación de la Ley Cooperativa Cardenistade 1938 y su sustitución por una nueva Ley General de Sociedades Coopera-tivas. La reforma de la Ley Cooperativa Cardenista considerada durante déca-das como intocable debido a que expresaba de forma nítida el contenido delas relaciones Estado-Sociedad Civil en que estaba basado el sistema departido de Estado entonces dominante, fue producto de la imposibilidad mis-ma que el Estado experimentó en términos de seguir soportando la enormecarga social que representaba tutelar indefinidamente los intereses del sectorcooperativo y sostener a su obesa e ineficiente dirigencia política.

Por ello, aunque la reforma legislativa de agosto de 1994, liberó al movi-miento cooperativo de la tutela del Estado y lo puso a competir sin ningúntipo de salvaguardas en el mercado abierto, no vino aparejada con una reallibertad asociativa ni fue producto de un verdadero reconocimiento del coo-perativismo como palanca de desarrollo económico y factor de integraciónsocial.

En estas circunstancias, buena parte del sector cooperativo de México,desde mediados de la década de los noventa, ha vivido enfrentando el traumade no saber que rumbo tomar y cómo sostenerse en el mercado sin la ayuda yorientación del aparato estatal, el cual cada vez más imbuido de la ideologíaneoliberal y tecnocrática en boga ha evidenciado una absoluta falta de sensi-bilidad en relación con este sector social y económico que, de la noche a lamañana, quedo literalmente abandonado a su suerte.

En este marco y después de ocho años de vigencia de la nueva Ley Generalde Sociedades Cooperativas, el sector cooperativo de México no ha podido

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desarrollarse y expandirse como eran las nobles predicciones de los legisla-dores de la LV Legislatura del Congreso de la Unión.

II. – IDENTIDAD SOCIAL Y JURÍDICA DEL COOPERATIVISMO MEXICANO

La filosofía y doctrina cooperativistas, para su existencia, no necesitan lacreación de un marco jurídico que regule esta forma de pensamiento, puesdebemos tomar en consideración que las creencias e ideologías son parteinherente de las libertades del ser humano.

La Sociedad Cooperativa como una organización democrática para eltrabajo y cuyo objetivo fue favorecer a los grupos sociales económicamentevulnerables adquirió una presencia tardía en el estado mexicano; pues comoes sabido, el fenómeno cooperativo mundial tuvo su origen en la Inglaterradel siglo XVIII, propiciado por los sindicatos de los ferrocarrileros y franeleros.

En México el fenómeno cooperativo tuvo reconocimiento jurídico a par-tir de 1889 con la publicación del Código de Comercio, siendo en consecuen-cia el primer ordenamiento jurídico que contempló la existencia de laSociedad Cooperativa, ubicándola en el Título Segundo denominado de lasSociedades del Comercio, comprendiendo del artículo 89 al 272; siendo 22 losartículos cuyo contenido era de aplicación para las sociedades cooperativas.

Este año es fundamental porque, desde entonces, formalmente se dastatus legal propio a la Sociedad Cooperativa, como organización democrá-tica de los trabajadores; sin embargo, cabe señalar que, materialmente elcooperativismo en el estado mexicano, como alternativa económica, tuvopresencia real desde el año 1839 con la creación de la sociedad mercantil y deseguridad de la caja de ahorros de Orizaba.

Con la promulgación de la Ley Cooperativa de 1938 se instrumentan, porprimera vez, los mecanismos para crear instituciones de la administraciónpública federal encaminados al fomento de las Sociedades Cooperativas anivel Nacional, así como aquellos que participaran en la asistencia financierade las mismas; esta ley crea en consecuencia dos reglamentos, uno para elregistro, supervisión y control de las cooperativas y un segundo, para las coo-perativas escolares. De este modo, la nueva ley buscó dar certeza a los gruposinteresados en participar en la sociedad cooperativa, dado que proponemecanismos suficientes para la creación de sociedades cooperativas de pro-ducción y de consumo con el fin de evitar el fenómeno de la intermediacióncomercial y limitar el ánimo o especulación de lucro.

Durante la vigencia de esta ley, se constituyeron, por todo lo largo y an-cho de la República, un sin número de cooperativas y por citar una cifra,hasta 1994, se tenía el registro de aproximadamente 10,000 cooperativas. Lavigencia de este cuerpo normativo tuvo una duración de 56 años; no obstan-te, los elementos negativos de la ley cooperativa en mención fueron princi-palmente los siguientes:

a) Excesivo burocratismo en los organismos públicos de control y supervisiónde las sociedades cooperativas.

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b) Participación de los partidos políticos en el movimiento cooperativo nacionalcon el objeto de generar las condiciones de contar el voto clientelar.

c) Provocar el asistencialismo a la sociedad cooperativa por parte de los orga-nismos públicos cooperativos.

d) Irresponsabilidad y simulación en la creación de los organismos cooperativosde primer, segundo y tercer nivel, generándose la corrupción entre éstos y nocumpliendo sus objetivos fundamentales.

e) La sociedad cooperativa se convierte en una organización destinataria depolíticas públicas equivocadas, sobre todo, en lo que se refiere al apoyofinanciero; generándose inversiones a fondo perdido y una corrupciónescandalosa.

f) La sociedad cooperativa, en 56 años, no representó una variable de desarro-llo social y de influencia macroeconómica en el estado mexicano.

Ahora bien, como antecedente inmediato que justificó la creación de unacuarta versión de la ley general de sociedades cooperativas en 1994, tendien-te a subsanar los excesos y defectos de la Ley de 1938, es importante destacarla reforma de la que fue objeto la Constitución Política de los Estados UnidosMexicanos en 1982, en el denominado Capítulo Económico al elevarse a rangoconstitucional la sectorización económica de México. De este modo, dentrodel sector social de la economía, quedarán incluidas: la sociedad cooperativa,el ejido, la comunidad agraria y el sindicato, por señalar solamente unoscuantos ejemplos. De igual forma, se manifiesta que el sector público y priva-do de la economía contribuirán al desarrollo económico del sector social,con la finalidad de que éste represente una variable económica en el escena-rio económico nacional. Doce años después, el Presidente Salinas de Gortari,en el marco de su política de modernización, promulgó el 3 de agosto de1994, la nueva Ley General de Sociedades Cooperativas; en el presente cuer-po normativo, se patentiza con precisión que la sociedad cooperativa estáfundamentada en principios y valores cooperativos universalmente acepta-dos, despojándola de los controles y supervisiones por parte de la autoridadadministrativa y generando los mecanismos suficientes para la integración yconformación de las Uniones, Federaciones y Confederaciones, como orga-nizaciones del sector cooperativo que impulsarán el desarrollo y fomento dela sociedad cooperativa. Otra de las grandes virtudes de esta ley, es que porprimera vez, reconoce a las Cajas Populares de ahorro y Préstamo comoSociedades Cooperativas, señalando la obligatoriedad por parte de la admi-nistración pública en sus tres niveles de apoyar a través de políticas públicasde fomento a esta organización social, asumiendo también el compromisode establecer las bases para la creación y reconocimiento de instituciones deasistencia técnica al sector cooperativo.

En suma, el nuevo modelo cooperativo vigente establece los mecanismosjurídicos suficientes para crear, fomentar y operar una sociedad cooperativacon una filosofía y doctrina actualizadas, vanguardista, dinámica e innovadoraque permite que la empresa cooperativa participe activamente junto a lasdemás empresas modernas.

Para concluir este apartado solo falta agregar que, en el año 2001 y comoconsecuencia de la proliferación, de manera irresponsable, de algunas coo-

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perativas de ahorro y préstamo y la excesiva defraudación de que fue objetoel ahorrador cooperativo, el Presidente Vicente Fox Quezada, expide la Ley deAhorro y Crédito Popular, así como varias reformas y adiciones a la Ley Generalde Sociedades Cooperativas de 1994. Bajo las disposiciones de este nuevocuerpo normativo se reglamentara la actuación de dos entidades de interme-diación financiera, por una parte, la sociedad cooperativa de ahorro y présta-mo y, por la otra, la sociedad de financiamiento popular, haciéndose elsiguiente señalamiento que tratándose de cooperativa de ahorro y préstamo,se seguirá aplicando la ley de 1994 más la ley en mención. La presente normajurídica iniciaría su vigencia en el 2003 con la finalidad de que en dos años lascooperativas adecuaran su operación al nuevo marco jurídico; sin embargo, ydebido a la división que se suscito al interior del movimiento cajista, puesmientras unos estaban a favor de la nueva ley, otros se oponían a su aplica-ción; en diciembre de 2002, se reformó la presente ley, con la finalidad de queentre en vigencia el 4 de junio del año 2005.

III. –PRESENCIA E INTEGRACIÓN SECTORIAL DE LAS COOPERATIVAS

I. El papel del sector cooperativo ante el siglo XXI. “Retos, expectativas, ame-nazas ó debilidades”

a) La Sociedad Cooperativa son las únicas organizaciones que han quedadode los diversos movimientos de contenido social y político que puedenenglobarse bajo la denominación del socialismo utópico.

b) Los años y las realidades se han llevado la tendencia anterior en que sola-mente las organizaciones cooperativas se conceptual izaban como agrupa-ciones clasicistas ya del trabajo ya del consumo privándose en este sentidoa la organización cooperativa de todo sentido político-económico.

c) Independientemente de las posturas ideológicas de la Sociedad Cooperati-va la realidad ante los tiempos modernos se encamina esta organizacióndemocrática para el cumplimiento de una función eminentemente econó-mica.

d) La Ley General de Sociedades Cooperativas publicada en 1994 no abandonael ideal ius-filosófico de los principios de cooperativismo pero abandonatotal y absolutamente su postura social utópica y converge entonces estaorganización a ser un verdadero instrumento de contribución al desarrolloeconómico nacional.

II. Ante este panorama tan real el cuestionamiento será cuál es la proyecciónreal de la organización cooperativa desde el punto de vista económico ante elpresente siglo y la respuesta es la siguiente:

a) Sensibilidad aculturación y educación en la cooperación; como elementosde cambio de conducta en el sujeto social en donde se eduque en el trabajodemocrático.

b) Establecer planes y programas de apoyo en capacitación y financiero en laorganización cooperativa.

c) Fortalecimiento en los organismos cooperativos de segundo nivel: Federa-ciones, Confederaciones Cooperativas.

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d) Que el sector público y el sector privado coadyuven en el fortalecimiento dela sociedad cooperativa ya sea en la constitución de esta organización o através de las inversiones en la misma.

III. Responsabilidad de las cooperativas ante la globalización.Retos de la Globalización.

➣ Economía emergente caso México.➣ La cooperativa es la limitativa al autoconsumo➣ Función económica de la cooperativa para la producción y el consumo

(ejidatarios comuneros)➣ Establecer las bases para el fortalecimiento y la integración de las socieda-

des cooperativas mediante las figuras de segundo nivel cooperativo como loson las federaciones, confederaciones y consejos que tiendan al apoyo detodas y cada una de las sociedades cooperativas.

➣ Expectativas:Las expectativas son limitadas si no hay un fortalecimiento dentro delsector social como contribuyente al desarrollo nacional.

➣ Amenazas:La principal amenaza es la desaparición ó eliminación de la organiza-ción cooperativa si no se instrumentan en primer término programasde educación cooperativa en todos sus niveles, conformación y conso-lidación de las organizaciones de segundo nivel.

IV. DISTRIBUCIÓN DE LAS COOPERATIVAS MEXICANASPOR ENTIDAD FEDERATIVA Y REGIÓN ECONÓMICA

De acuerdo a la investigación realizada en el último Censo Nacional de Socie-dades Cooperativas, realizado en 1993 por la Dirección de Fomento Coopera-tivo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social se obtuvieron los resultadosque se presentan en el cuadro Número 1, en relación a la distribución de lascooperativas.

CUADRO NO. 1

Concentración de Sociedades Cooperativaspor entidad federativa, 1993

CLAVE ESTADOS COOPERATIVAS COOPERATIVASDE PRODUCCIÓN DE CONSUMO SUBTOTAL PORCENTAJE

9 DISTRITO FEDERAL 323 841 1,164 11.4626 SONORA 547 117 664 6.5425 SINALOA 598 34 632 6.2230 VERACRUZ 443 132 575 5.6628 TAMAULIPAS 340 218 558 5.4919 NUEVO LEON 169 297 466 4.595 COAHUILA 203 249 452 4.457 CHIAPAS 291 113 404 3.98

16 MICHOACÁN 304 90 394 3.8827 TABASCO 306 70 376 3.7020 OAXACA 289 53 342 3.37

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3 BAJA CALIFORNIA NORTE 267 62 329 3.2414 JALISCO 217 102 319 3.1424 SAN LUIS POTOSI 106 201 307 3.0221 PUEBLA 218 71 289 2.8515 MÉXICO 195 93 288 2.8411 GUANAJUATO 190 91 281 2.7732 ZACATECAS 187 63 250 2.4612 GUERRERO 185 57 242 2.388 CHIHUAHUA 188 50 238 2.34

10 DURANGO 177 34 211 2.0813 HIDALGO 160 41 201 1.984 CAMPECHE 162 12 174 1.71

18 NAYARIT 163 6 169 1.662 BAJA CALIFORNIA SUR 141 15 156 1.54

23 QUINTANA ROO 137 8 145 1.4331 YUCATÁN 88 48 136 1.3417 MORELOS 92 20 112 1.1029 TLAXCALA 79 20 99 0.9722 QUERÉTARO 73 15 88 0.87

6 COLIMA 68 2 70 0.691 AGUASCALIENTES 20 6 26 0.26

6,926 3,231 10,157 100

Fuente: Padrón Nacional de Cooperativas. Dirección General de Fomento Cooperativo de laSTPS, 1993

TOTAL DE COOPERATIVAS

PRODUCCIÓN CONSUMO

6,926 3,231

GRAFICA GLOBAL

32%68%

CONSUMO PRODUCCIÓN

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Como puede apreciarse, de los datos del cuadro No. 1 se desprende queen términos absolutos y relativos al Distrito Federal le corresponde la primerposición con un total de 1 164 cooperativas que representan el 11.46% deltotal. Sonora con 664 cooperativas ocupa el segundo lugar (6.54% del total) ya Sinaloa con 598 (equivalente a 6.22% del total), le corresponde el tercerlugar. Sumados estos tres estados, concentran poco menos de la cuarta partede las cooperativas existentes en el país. En sentido opuesto, los estados conel menor número de cooperativas son Aguascalientes, Colima y Querétaro con26, 70 y 88, respectivamente, que representan magros porcentajes de apenasel 0.26, 0.69 y 0.87% respecto al total nacional.

Ahora bien, si se aprecia la distribución de las cooperativas en las distin-tas entidades federativas del país a partir de su tipo (producción o consumo),se observa que en lo que se refiere a las cooperativas de consumo, la posiciónde vanguardia del Distrito Federal resulta incuestionable pues con sus 841cooperativas de consumo supera ampliamente a sus inmediatos seguidoreslos estados de Sonora y Sinaloa con 664 y 632 cooperativas, respectivamente.

En cambio, en lo relativo a cooperativas de producción, el Distrito Federalcon 323 cooperativas es desplazado hasta la quinta posición por los estados deTamaulipas (340 cooperativas), Veracruz (443), Sonora (547) y Sinaloa (598).

Visto por regiones o zonas económicas 4, la distribución geográfica de lascooperativas mexicanas puede apreciarse en el siguiente cuadro.

CUADRO NO. 2

Distribución por zona económica de las cooperativasde producción y consumo, 1993

ZONA COOPERATIVAS PORCENTAJE COOPERATIVAS PORCENTAJE TOTAL PORCENTAJEDE PROD. EN LA ZONA EN LA ZONA DE CONSUMO ABSOLUTO NACIONAL

NOROESTE 1,716 88 234 12 1,950 19.20NORTE 861 59 597 41 1,458 14.35NORESTE 509 55 515 45 1,024 10.08CENTRO- 799 73 291 27 1,090 10.73OCCIDENTECENTRO-SUR 1140 51 1,101 49 2,241 22.06GOLFO DE 749 79 202 21 951 9.36MÉXICOPACIFICO SUR 765 77 223 23 988 9.73PENINSULA 387 85 68 15 455 4.48DE YUCATAN

Fuente: Padrón Nacional de Sociedades Cooperativas, Dirección General de FomentoCooperativo de la STPS, 1993.

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Partiendo de la información contenida en el cuadro No. 2, podemos, a suvez, subdividir las zonas económicas en regiones de concentración coopera-tiva, obteniendo los siguientes resultados: la región que puede considerarsecomo de alta concentración cooperativa estaría conformada por aquellaszonas que concentran entre el 14 y el 23% del total de las cooperativas,correspondiente a las zonas Centro-Sur, Noroeste y Norte; una segunda regiónde concentración media, estaría conformada por aquellas zonas que concen-tran entre el 9 y 11% del total de las cooperativas del país, esto corresponde alas zonas: Centro-Occidente, Pacifico-Sur, Golfo de México y Noreste; final-mente, la zona Peninsula de Yucatán al concentrar menos del 5% del total delas cooperativas podría considerarse como la región de menor concentracióncooperativa del país.

V. INCIDENCIA SOCIAL Y ECONÓMICADEL COOPERATIVISMO MEXICANO

De acuerdo con datos de la Comisión Intersecretarial para el FomentoCooperativo, contenidos en su “Anuario Estadístico sobre Cooperativas 1993-94” se indica que de un total de 15 632 cooperativas registradas de 1938 a1993 que aglutinaban a 903 886 socios, para 1994 sólo se hallaban vigentes 10455 cooperativas con 486 462 socios, lo que significa la desaparición en 55años de 5 177 cooperativas que representan una disminución porcentual de33.1%. Esto mismo equivale a un promedio anual de 94 cooperativas desapa-recidas o que dejaron de funcionar. Sin embargo, la reducción en el númerode socios fue mucho mayor pues alcanzó al 46.2%, es decir, una pérdida anualde 7 589 socios.

Durante el período indicado, las cooperativas de producción disminuye-ron 29.7%, mientras que las de consumo lo hicieron en un 39.4%, en conse-cuencia se mantuvo vigente la primacía de las cooperativas de producciónrespecto a las de consumo.

TOTAL DE COOPERATIVAS

19%9%

23%

14%10%

11%

10%

4%

NOROESTENORESTEGOLFO DE MEXICO

PACIFICO SURCENTRO-OCCIDENTEPENINSULA DE YUCATAN

NORTECENTRO SUR

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Todo ello contribuyó a que el porcentaje de población organizada encooperativas, comparativamente con la población total del país que, tentativa-mente se podría calcular en 91 millones de habitantes 5, se ubicara en 0.53%.

Las cooperativas de producción existentes en 1994, según rubro econó-mico y número de socios se indica en el cuadro No. 3.

Como puede apreciarse en esta clasificación de la Comisión Intersecre-tarial para el Fomento Cooperativo no están consideradas las cooperativas detransporte, las de servicios y las industriales.

Por su lado, las cooperativas de consumo eran 3 318 y su número desocios ascendía a 194 155. En términos porcentuales, con respecto al total decooperativas, a las de producción les correspondía el 68% y a las de consumoel 32%, en cuanto al total de cooperativistas, el 60% estaban afiliados a coo-perativas de producción y el 40% restante a las de consumo.

El tamaño promedio de las cooperativas de producción y de consumo,de acuerdo a la clasificación de la STPS que considera como, micro, a la coo-perativa que tiene entre 1 y 15 socios; pequeña, a la que cuenta con un míni-mo de 16 y un máximo de 100 socios; mediana, a la cooperativa que se ubicaen un rango de entre 101 y 250 socios y como grande aquella cooperativa quesupera la cifra de 251 y más socios, puede apreciarse en el siguiente cuadro.

CUADRO NO. 4

Sociedades Cooperativas de Producción y de Consumo,según estrato de número de socios, 1994

Estrato Cooperativas de Cooperativas de Total PorcentajeProducción Consumo Absoluto

De 1 a 15 1 551 612 2 163 21%De 16 a 100 5 208 2 323 7 531 72%De 101 a 250 306 287 593 5.6%251 y más 71 87 158 1.5%No. E. 1 9 10 0.09%Total 7 137 3 318 10 455 100%

Fuente: Propia a partir de datos del “Anuario Estadístico sobre Cooperativas, 1993-1994”,Comisión Intersecretarial para el Fomento Cooperativo.

CUADRO NO. 3

Número de socios de las cooperativas de producciónsegún giro económico, 1994

Giro económico No. de cooperativas No. de socios

Agricultura, ganadería, 2,753 107,809caza y silviculturaPesca 1,619 87,953Minería 200 11,586Total 7,137 292,307

Fuente: Anuario Estadístico sobre cooperativas 1993-94. Comisión Intersecretarial para elFomento Cooperativo.

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Como puede apreciarse, en 1993, el 83% de las cooperativas mexicanaseran de tamaño micro y pequeño.

En relación al impacto de las cooperativas en la generación de empleo,podemos indicar que, si tomamos como válido el criterio de estratificaciónde las cooperativas utilizado por la Comisión Intersecretarial para el Fomen-to Cooperativo en su “Anuario Estadístico sobre Cooperativas, 1993-1994” enel cual éstas quedan clasificadas como micro (hasta 15 empleados), pequeña(hasta 100), mediana (hasta 250) y grande (de 250 o más) 6, es interesantecomentar que de acuerdo con la escala económica anterior y con datos de lacitada Comisión Intersecretarial, en 1984 únicamente 444 cooperativas da-ban empleo; para 1993 este dato había disminuido a 170. El resto 10 011, nogeneraban puestos de trabajo.

Ahora bien, dentro de un escenario optimista, tomando como válido elpunto más alto en la generación de empleo, según la escala económica de lacooperativa, con excepción de las grandes a las cuales les asignaremos la ge-neración de 300 puestos de trabajo, tenemos los siguientes resultados.

CUADRO NO. 5

Empleos generados por las cooperativas mexicanas segúnsu escala económica. 1993

Escala económica No. de cooperativas Punto máximo de Empleosgeneración de empleo generados

Micro 59 15 885Pequeñas 104 100 10,400Medianas 5 250 500Grandes 2 300 600Totales 170 12,385

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del “Anuario Estadístico sobre Cooperativas1993-94, Comisión Intersecretarial para el Fomento Cooperativo.

Si al dato de los empleos generados por las 170 cooperativas señaladasen el cuadro número nueve, le sumamos la cifra de socios de las cooperativasde producción (292 307), tenemos que la cantidad de empleos generados porel sector cooperativo nacional en 1993, ascendía a 304 692 y su aportaciónporcentual a la PEA Nacional, calculada en dicho año en 31 millones de per-sonas 7, era equivalente al 0.98%.

Finalmente, en lo que respecta a la generación de ingresos directos,tomando como base el dato de 304 692 cooperativistas cuya fuente de ingre-so principal proviene de su trabajo en el sector cooperativo y multiplicandodicha cifra por 5 que equivale al promedio del número de integrantes de lasfamilias mexicanas de la época, tenemos que la población que percibía ingre-sos directos del sector cooperativo ascendía a 1 523 460, dato que al relacio-narlo con la población total del país que, en 1994, se calculaba en 91 millonesde personas, obtenemos una participación de 1.6%.

Como se indicó anteriormente, en el mes de agosto de 1994, se promulgola nueva Ley General de Sociedades Cooperativas (la cuarta en la historia del

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Derecho Cooperativo Mexicano) mediante la cual se decreto la desapariciónde la Dirección General de Fomento Cooperativo de la STPS, encomendán-dose la función de control estadístico de las cooperativas existentes en el paísa la Secretaría de Desarrollo Social; sin embargo, dicha Secretaría sólo podíadesempeñar eficientemente sus funciones en la medida en que las diferentesDirecciones del Registro de la Propiedad y del Comercio de los estados remi-tieran, en forma oportuna y de la manera más amplia y fidedigna, “copia detodos los documentos que sean objeto de inscripción y la información quesolicite la propia dependencia, para integrar y actualizar la estadística nacio-nal de sociedades cooperativas” (artículo 17 de la LGSC), cosa que, al parecerno ha sucedido, si se considera el actual estado de confusión e incertidumbreque reina en esta materia, no existiendo en consecuencia un padrón confiablede las cooperativas realmente existentes en el país.

No obstante lo anterior, algunas dependencias del Gobierno Federal,como el Instituto Nacional de Solidaridad, dependiente de la Secretaría deDesarrollo Social, han venido haciendo diversas estimaciones marcadamenteoptimistas en las cuales el número de cooperativas se ubica en alrededor de15 000 y el de socios en dos millones, que representan el 2% de la poblacióntotal del país.

Uno de los argumentos principales en que se sustentan estas estimacio-nes es el relativo a que la reforma legislativa de 1994 posibilito el registro delas Cajas Populares de Ahorro y Préstamo que, en el año 2000 eran 153 con546 305 socios. (Rojas 2000:49). En este mismo sentido, se apunta el hecho deque con la reforma legislativa se facilitaron los procesos de constitución y sehizo automático el registro una vez cubiertos los requisitos de su constitu-ción formal, lo cual técnicamente debiera convertirse en un incentivo para laconformación de sociedades cooperativas de todo tipo.

Pero independientemente de la validez o no de los argumentos anterior-mente señalados, lo cierto es que, hoy en día, la mayoría de los cooperativistasmexicanos, alrededor del 50%, son miembros de cooperativas de ahorro ycrédito, las cuales a partir de la emisión de la Ley de Ahorro y Crédito Popularen abril del 2001, quedaron clasificadas como una categoría especial de socie-dad cooperativa, diferente a la tradicional cooperativa de consumo. Este cam-bio en la clasificación de sociedades cooperativas en México hace suponerque las cooperativas de productores dejaron de ser las más numerosas, cam-biando de este modo la fisonomía del sector cooperativo de nuestro país.

NOTAS

1. Secretario Académico de la Escuela de Cooperativismo de la Universidad Autónomade Querétaro.

2. Profesor-investigador de tiempo completo del Departamento de Sociología Rural dela Universidad Autónoma Chapingo y Coordinador de la Línea de Investigación yServicio en promoción de la Organización Cooperativa (LISPOC).

3. La mayor parte de esta literatura procedía de Francia, de ahí la fuerte influencia delcooperativismo francés en México, a diferencia de la mayor influencia inglesa enotros países de América Latina. Esta circunstancia, explica también, en parte, el

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hecho de que hasta los años ochentas del siglo pasado, el cooperativismo mexicanofuera fundamentalmente un cooperativismo de producción y no de consumo.

4. La primera sociedad mutualista de que se tenga conocimiento fue constituida el 15de julio de 1853 en la ciudad de México por un grupo de sombrereros. (Rojas Coria,1982: 112).

5. Según el periódico “El Socialista”, citado por Rojas Coria (1982:156), para 1874: habíaen el país más de 100 sociedades mutualistas con 50 236 socios activos.

6. De acuerdo a la clasificación establecida por la SHCP el país está dividido en 8 zonaseconómicas que incluyen a los siguientes estados: I) Zona Noroeste: Baja CaliforniaNorte, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit; II) Zona Norte: Chihuahua,Coahuila, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí; III) Zona Noreste: Nuevo León yTamaulipas; IV) Zona Centro-Occidente: Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Colimay Michoacán; V) Zona Centro-Sur: Querétaro, Hidalgo, México, Distrito Federal,Morelos, Tlaxcala y Puebla; VI) Zona Golfo de México: Veracruz y Tabasco; VII) ZonaPacifico-Sur: Guerrero, Oaxaca y Chiapas, y VIII) Zona Península de Yucatán:Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

7. Dato ponderado a partir de los resultados del XI Censo General de Población yVivienda, 1990 y del Conteo de Población y Vivienda, 1995.

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