preñados de golpe
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GOBIERNO DEL DISTRITO CAPITALEsquina de Torre a Principal, Casa de Gobierno del Distrito Capital, frente a la, Plaza Bolívar, Catedral, Caracas-Venezuela.www.gdc.gob.ve
Hugo Chávez FríasPresidente de la República Bolivariana de Venezuela
Jacqueline Faria PinedaJefa de Gobierno del Distrito Capital
Ricardo Romero RomeroAutor
Omar CruzIlustraciones
Francisco Ávila y Nahuel ValentiniCorrección
Ingrid RodríguezDiseño y diagramación
Depósito legal: lf80020123201263ISBN: 978-980-7426-01-5RIF: G-20008816-8Abril, 2012
Impreso en la República Bolivariana de Venezuela
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El año 1998 marcó un cambio en la historia de Venezuela: el inicio de la Revolución Bolivariana.
Hugo Rafael Chávez Frías es elegido presidente de la república con
3.673.685con una diferencia de un millón de votos por encima
de su más cercano contendor.
1999 se inicia con el cumplimiento de una promesa; darle al país una nueva constitución, pero esta vez, no basada en el modelo representativo, sino en el mandato del pueblo, la
democracia participativa y protagónica.
Por esa razón, el líder de la Revolución, hace un llamado al país y de manera inédita se convoca a la conformación de la
Asamblea Nacional Constituyente que:
“es la depositaria de la voluntad popular y expresión de su Soberanía con las atribuciones del Poder Originario para reorganizar el Estado venezolano y crear un nuevo orde-
namiento jurídico democrático. La Asamblea, en uso de las atribuciones que le son inherentes, podrá limitar o defi-nir la cesación de las actividades de las autoridades que
conforman el Poder Público”.
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2 de febrero de 1999. Vía decreto presidencial número 3, se convoca al pueblo a un referéndum consultivo, en el que manifieste su opinión sobre la creación de una Asamblea Nacional Constituyente que refunde al país.
Se fija fecha para el referendo el 25 de abril de 1999, con dos preguntas:
1.- ¿Convoca usted una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento de una Democracia Social y Participativa?
2.- ¿Está usted de acuerdo con las bases propuestas por el Ejecutivo Nacional para la Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, examinadas y modificadas por el Consejo Nacional Electoral en sesión de fecha marzo 24, 1999 y publicada en su texto íntegro, en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Número 36.669 de fecha marzo, 25 de 1999?
¿Qué respuesta da el pueblo venezolano a esta consulta?
1.- 87,75% de los participantes dice Sí a la primera pregunta.
2.- 81,74% de los participantes dice Sí a la segunda pregunta.
Bajo este contundente resultado, se abre paso a la conformación de la Asamblea
Nacional Constituyente que, ahora en 1999, tiene poderes para redactar, en seis meses, una nueva Carta Magna; los asambleístas o
constituyentes serían electos por sufragio directo, universal y secreto. El 25 de julio de
1999 se elige a los constituyentistas que junto al pueblo redactan la nueva Constitución. En
diciembre de ese mismo año, la magna ley fue aprobada con 71,7 % de los votantes. Nace así
la V República.
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Basado en la novedosa Carta Magna, se hacen elecciones para ratificar en la presidencia al líder de la Revolución, junto a los representantes a la nueva Asamblea Nacional, los resultados dan un contundente respaldo a Chávez con
59,7% de los
votos además de la mayoría
parlamentaria y en las gobernaciones.
A raíz de estos cambios, muchos intereses particulares del capital trasnacional, y el interés político del gobierno de Washington, se ven muy afectados. La nación está obteniendo plena soberanía y el poder popular se fortalece cada vez más.
La vinculación de la mayoría de los dueños de medios de comunicación con intereses trasnacionales, es evidente. Su sesgo contra el Gobierno Bolivariano florece a diario en titulares contra cualquier acción emprendida a favor de las mayorías.
El discurso del gobierno de los EEUU contra el presidente Chávez es exacerbado por estos “medios de comunicación”; herramientas del imperialismo para deslegitimar y crear una atmósfera de un supuesto aislamiento del Gobierno Bolivariano de la comunidad internacional.
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La llamada “objetividad” periodística, la cobertura “imparcial”, “veraz”, a través de su hegemonía comunicacional, genera
una matriz de opinión: “el presidente Chávez desciende en su popularidad, va encaminado a
implantar un «régimen» despótico y dictatorial”.
Apuestan por una
“guerra mediática”
sin cuartel; dejan atrás las formas ocultas de la propaganda y esos “medios de comunicación”
ocupan el lugar de los ya desprestigiados partidos políticos, ejerciendo plena oposición al gobierno
bolivariano.
Abril de 2002. Los medios de oposición intensifican sus ataques. La cúpula empresarial representada por Fedecámaras y la sindical por la CTV, anuncian acciones de calle, protestas y hasta un paro laboral.
Junto a ellos, la alta y mediana nómina de Pdvsa, autodenominados como la “meritocracia” del petróleo, amenazan paralizar la industria petrolera, con las viles excusas de defender sus reivindicaciones sociales, salariales y laborales, así como no estar de acuerdo con el nombramiento de un nuevo presidente de la empresa estatal.
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Los primeros días de este abril, tanto en la radio, la televisión, como en la prensa escrita, reseñan el supuesto descontento de toda la población y el rechazo popular al Presidente y su gabinete.
El plan está orquestado; Fedecámaras, la CTV y los partidos políticos, aupados y potenciados por los “medios de comunicación” hegemónicos, intensifican su campaña de desprestigio y “subversión”, llamando a la “sociedad civil” a la rebelión.
Las radios y canales de televisión incrementan el caos, la incertidumbre, el desasosiego, estimulando con mensajes violentos un alzamiento.
Militares alzados, analistas políticos, especialistas en petróleo, economía y finanzas, desfilan por las pantallas de televisión.
11 de abril de 2002. Convocados por los ya declarados medios de oposición, se reúne una masa en la sede de Pdvsa Chuao, liderada por figuras políticas de la farándula nacional y la
“meritocracia” del petróleo.
Mientras esto ocurre, un significativo colectivo en defensa de la revolución se dirige
hacia el Palacio de Miraflores.
El alcalde mayor Alfredo Peña, concentra el cuerpo armado (Policía Metropolitana) con
mayor número de efectivos después de las Fuerzas Armadas Nacionales; lo dispone para
una confrontación.
Al mismo tiempo, los “líderes” de oposición incitan a la masa congregada en Pdvsa Chuao, para que su concentración se convierta en una
marcha con destino a Miraflores.
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Los medios de oposición transmiten pronunciamientos de los oficiales disidentes, de “líderes” de oposición y le dan cobertura a la concentración que luego se convierte en una marcha.
Incluso, hay edición “extra” de un medio impreso, como muestra clara de su implicación en un plan desestabilizador y conspirador.
El Gobierno Bolivariano emite mensajes llamando a la calma, al diálogo y al entendimiento, pero los medios insisten en caotizar y desestabilizar.
Llega el momento. El presidente Hugo Chávez Frías, transmite en cadena nacional su mensaje al pueblo, explica que las acciones que están emprendiendo los militares disidentes no son constitucionales, que contradicen las leyes de la República, e insta a éstos a deponer la actitud. También llama a los medios a la compostura.
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Los medios de oposición no interrumpen la transmisión,
pero dividen la imagen, disponen al lado del Presidente a los
militares disidentes y la marcha de oposición; muestras claras del plan desestabilizador, pretenden desencadenar un evento trágico.
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Los medios muestran a la marcha llegando a los predios de Miraflores,
falsean la realidad y sitúan a los manifestantes opositores debajo del
Puente Llaguno en la avenida Baralt.
La manipulación mediática es de tal envergadura que, de manera simultánea, todos los
militares disidentes emiten su rechazo a la actitud del Gobierno
Bolivariano, porque está
“reprimiendo” y masacrando” a los que de manera pacífica se dirigieron a Miraflores a exigir
reivindicaciones.
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Los medios de oposición de inmediato transmiten escenas desde el Puente Llaguno donde aparece el entonces concejal metropolitano Richard Peñalver, junto a Rafael Cabrices, Henry Atencio y otros defensores de la revolución.
Repiten hasta el cansancio, que “los pistoleros” de Puente Llaguno, a las órdenes de Hugo Chávez, arremeten masacrando a los manifestantes de la marcha.
Una y otra vez, una y otra vez, se ve en los canales de televisión de oposición, sólo a los “pistoleros” como supuestos asesinos, terroristas y donde el principal responsable era el Gobierno Bolivariano.
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El gobernador del estado Miranda, Enrique Mendoza, aparece en la pantalla de “Venevisión” con una “curita” en la cara y su
gorra con la visera hacia atrás y declara: “Esa basura que se llama el canal ocho vamos a
sacarla fuera del aire”.
Mientras, los oficiales insubordinados toman por comando el Fuerte Tiuna y desde
la oficina del Inspector General de las Fuerzas Armadas Nacionales exigen la renuncia del Presidente y amenazan con bombardear el
Palacio de Miraflores.
Todo indica que las horas están contadas para Hugo Chávez y su revolución.
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Debido a la gran presión ejercida por el grupo de oficiales y para evitar
derramamiento de sangre o una guerra civil, el Presidente está dispuesto a
plantear su renuncia, siempre que se cumplan cuatro condiciones.
El grupo de oficiales insubordinados está inmerso en desacuerdos, sin embargo,
prevalece el rechazo a las condiciones planteadas por el Presidente; estaban
determinados a privarlo de su libertad.
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Mientras tanto, el inspector general de las Fuerzas Armadas, general en jefe Lucas Rincón Romero, después
de conversar con el Presidente, sin que éste supiera acerca de la decisión final de los militares insurrectos, le habla de su disposición de renunciar bajo las condiciones
por él propuestas.
3:35am. El general en jefe Lucas Rincón Romero informa la renuncia del Presidente: “la cual aceptó”.
Minutos antes, 2:43am. Se recibe un fax en Miraflores con un modelo de renuncia en la que no están de manifiesto
las condiciones solicitadas por el Presidente. Al cambiar las reglas del juego, el Presidente decide No renunciar, pero
esta situación todavía la desconoce Lucas Rincón. Ya se encuentra en Fuerte Tiuna el presidente de Fedecámaras,
Pedro Carmona Estanga.
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El presidente Hugo Chávez, decide entregarse, pero ante la negativa de los insurrectos de
aceptar las condiciones por él planteadas, expresa tajantemente: “Olvídense de la renuncia”. El
Presidente ya privado de su libertad, es trasladado al Fuerte Tiuna.
El Presidente es prisionero. Los “golpistas” discuten entre sí lo qué van a hacer con él. Lo acompañan los obispos Baltazar Porras y José Luis Azuaje. El Presidente interviene y el general Néstor González González de manera despótica lo
manda a callar.
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El “generalato” decide dejarlo en “custodia” de las FAN para que “asuma su responsabilidad ante el país”. Insisten por
última vez en que firme la renuncia. El presidente expresa: “Llévese ese papel. Ni me lo muestre. Hagan conmigo lo que
quieran, pero no voy a firmar”.
Para humillarlo, el Contralmirante Daniel Comisso Urdaneta le ordena al presidente con prepotencia:
“Teniente coronel ¡Quítese ese uniforme!”.
5:00am, 12 de abril. El comandante general del ejército general Efraín
Vásquez Velazco en Venevisión, presenta a Pedro Carmona Estanga
como la cabeza del nuevo gobierno de transición.
6:30am, viernes 12 de abril. El Presidente es llevado a un
lugar privado y es obligado a despojarse del uniforme militar con la intención de
“degradarlo”.
16 minutos antes. Napoleón Bravo en su programa “24
horas” de Venevisión abre con la frase: “Buenos días. Tenemos
nuevo Presidente… Gracias RCTV, gracias Televen, gracias Globovisión…”
“CHAO HUGO”...
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VTV, el canal del Estado, está fuera del aire, tal como lo prometió Enrique Mendoza. La prensa escrita, ya preparada para la brega, se manifiesta: El Universal, Tal Cual, Últimas
Noticias,
“¡SE ACABÓ!”, “CHÁVEZ SE RINDE”.
Por los principales canales de oposición, desfilan nuevamente una serie de “expertos” y analistas políticos,
figuras de farándula, líderes de la oposición a Chávez, militares retirados, toda una serie de “notables” que hablan
sobre el nuevo régimen.
Mañana del 12 de abril. Se instala en el Palacio de Miraflores,
Pedro Carmona Estanga, “el primer Presidente Empresario” según el
periódico El Universal. Comienza su estadía en este gobierno de facto.
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Llegan al palacio una serie de figuras políticas, asesores y candidatos a nuevos ministros de la “transición democrática”.
También aparece Carlos Ortega, líder sindical y presidente de la CTV, del cual se cree acompañará a Carmona Estanga en el gobierno como el segundo a bordo. Aparecen los representantes de los partidos Acción Democrática y Copei a pedir su cuota de poder.
“gobierno de transicion”
El oposicionista Eduardo Fernández, convocado allí por Carmona Estanga, se comunica con el presidente español José María Aznar a través de su teléfono celular. Los gobiernos de Madrid y Washington emiten comunicados de apoyo y respaldo al nuevo “gobierno de transición”.
En una breve aparición en los canales de televisión, el fiscal general de la República, Isaías Rodríguez, denuncia que al presidente lo tienen privado de su libertad y que además no hay pruebas contundentes de su renuncia; se evidencia que hay un Golpe de Estado.
Esta es la primera voz que, a través de las pantallas
de TV, rompe el consenso en torno a la renuncia del
Presidente. De inmediato “la mano invisible” del poder mediático censura al Fiscal y lo saca del aire con apenas tres minutos de intervención.
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Las televisoras dan cobertura sensacionalista a las
persecuciones y detenciones de actores políticos
revolucionarios tales como el diputado Tarek William
Saab, el ministro de interior y justicia Ramón Rodríguez
Chacín, el gobernador del estado Táchira Ronald Blanco.
También allanan las casas de varios diputados y dirigentes
del gobierno derrocado.
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La embajada de Cuba es asediada por ordas enfurecidas de disociados repletos de odio, son encabezadas por el alcalde de Baruta,
Henrique Capriles Radonski, quien violando la soberanía de este país y los tratados internacionales, la invade. Más tarde alegará que
“buscaba a los responsables de la masacre de Llaguno”.
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La turba corta el suministro de agua y energía eléctrica a la sede diplomática y violentan un vehículo relacionado con la embajada. Uno de los instigadores es un exfuncionario policial identificado como
Henry López Sisco.
Transcurren largas horas para que el gobierno de facto ponga orden y reconecte el suministro de agua y energía eléctrica en la embajada de Cuba.
“Se van a tener
que comer
las alfombras!”.
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Tarde del 12 de abril. Entre titubeos, devaneos, opiniones, consultas a especialistas y “autoridades en la materia” como el abogado Allan Brewer-Carías, Carlos Ayala Corao, Cecilia Sosa, Daniel Romero, Juan Raffalli, Gustavo Linares Benzo, José Gregorio Vásquez entre otros; tienen listo el documento decreto.
En televisión aparece
Daniel Romero desde el Salón Ayacucho, con
expresión de satisfacción, lee el decreto:
“Se restablece el nombre de República de Venezuela…Se suspende de sus cargos a los diputados principales y suplentes de la Asamblea… Se destituye de sus cargos ilegítimamente ocupados al presidente y demás magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, al Fiscal General, al Contralor General de la República, al Defensor del Pueblo y a los miembros del Consejo Nacional Electoral…”
Mientras se leen los decretos, los presentes aplauden con euforia y saña
“¡Democracia! ¡Libertad!”En las pantallas aparece un grupo de personalidades sentadas a un costado de Carmona Estanga, que habitualmente ocupan los ministros o el alto mando militar, se puede distinguir al general
Ovidio Poggioli y al cardenal Ignacio Velasco, entre otros.
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Lo que no se ve es el cuadro del Libertador Simón Bolívar que estuvo siempre detrás del asiento del Presidente de la
Républica Bolivariana de Venezuela.
Yo, Pedro Carmona Estanga, en mi condición de Presidente del Gobierno de Transición de la República (omite Bolivariana) de Venezuela, juro antes Dios Todopoderoso, ante la Patria y ante todos los venezolanos, restablecer la efectiva vigencia de la Constitución de la República (nuevamente omite
Bolivariana) de Venezuela de 1999…”
Apenas termina, Daniel Romero, su eufórica lectura del decreto,
Pedro Carmona Estanga, con un papel en su mano izquierda y
con su mano derecha estirada, sin autoridad alguna y sin
Constitución, jura ante sí mismo.
Al culminar su
autojuramentorepresentantes de partidos
políticos
afinan el decreto.
Primero firma el cardenal Ignacio Velasco. Le siguen el gobernador
del estado Zulia, Manuel Rosales en representación de
los gobernadores, José Curiel, Carlos Fernández, Miguel Ángel Martínez, Julio Brazón, Ignacio
Salvatierra, Luis Enrique Ball, Rocío Guijarro.
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Pasadas dos horas entre el bullicio y descontrol, el resto de los presentes en el acto (unos 400),
estampan su firma en el decreto.
Del amanecer al crepúsculo; del crepúsculo al amanecer y en las televisoras no pasa nada, parece que, por unas horas,
en la calle tampoco, pero llega la noche. En los predios de la 42 brigada de Paracaidistas a cargo del general Raúl
Isaías Baduel, en Maracay estado Aragua, se congrega una multitud. 8:00pm. Suenan cacerolas en los cerros y zonas
populares de Caracas contra Carmona Estanga y hay saqueos en algunos lugares.
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Los militares y miembros del gobierno de facto que tienen en “custodia” a Hugo Chávez, se percatan del peligro que representa tenerlo cautivo en Caracas y traman atentar contra su vida. Cerca de la medianoche, el presidente Hugo Chávez es trasladado en helicóptero hasta el apostadero naval “Tomás Vega” en la bahía de Turiamo, estado Aragua.
Desde La Habana, se transmitía al mundo entero, las declaraciones de María Gabriela Chávez, hija del Presidente:
“Lo han trasladado de noche en helicóptero a un rumbo desconocido”.
También desmiente su supuesta renuncia.
La única cobertura transmitida en medio de comunicación nacional privado, de lo que estaba ocurriendo en paralelo a la supuesta “transición democrática y pacífica, fue la de la cadena radial en manos de curas jesuitas “Fe y Alegría”.
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Las pantallas de televisión sólo exhiben películas, comiquitas y enlatados nada nutritivos.
13 de abril
A pesar del cerco mediático, el pueblo está en la calle defendiendo la revolución, tanto en el Fuerte Tiuna como en el palacio de Miraflores, cientos de personas rodean sus predios.
La prensa escrita amanece apoyando a la
“nueva institucionalidad”obviando que se ha perpetrado un Golpe de Estado.
El “nuevo” presidente también madruga en Miraflores, esta vez para reunirse con el secretario general de la CTV, Manuel Cova, a quien ofrece la vicepresidencia ejecutiva de la República. Otra
visita significativa que recibe el presidente de facto, es la de los embajadores Charles Shapiro de EEUU y Manuel Viturro de España, quienes dan respaldo y “legitimidad” internacional al gobierno de facto; también está presente el canciller golpista
José Rodríguez Iturbe.
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Mientras tanto, las televisoras difunden hasta la saciedad, currículum y virtudes de Pedro Carmona Estanga; intentan posicionar al gobernante que no
viene de su voto ni de su seno. Siguen desfilando los “especialistas” y los “defensores” de la democracia y
la institucionalidad, que hacen loas al nuevo gobierno y afirman que tienen amplio respaldo de las Fuerzas
Armadas y del “pueblo”.
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Los medios desinforman acerca de las manifestaciones, concentraciones y acciones de calle por parte del pueblo.
NO hay cobertura.
Hay una orden “superior” de
“cero chavismo en pantalla”
Cerca de las 9:00am. Radares venezolanos captan el ingreso de tres buques militares de EEUU en
aguas territoriales de Venezuela. Un helicóptero despega de una de las naves y sobrevuela áreas
cercanas a la isla “La Orchila”.
Mañana del 13 de abril. Dueños y jefes de medios de comunicación llegan a Miraflores, entre ellos
Andrés Mata Osorio, Alberto Federico Ravell, Guillermo Zuloaga, Gustavo Cisneros, Omar
Camero, Miguel Henrique Otero, Marcel Granier, Andrés de Armas, Patricia Poleo, Víctor Ferreres y
hasta el actor Orlando Urdaneta.
Al mediodía. Están todos esos personeros, junto a los “ministros” de facto en la sala del
Consejo de Ministros, como asesores en las áreas correspondientes, repartiéndose los cargos al
antojo de sus propios intereses.
A pesar de que hay saqueos en zonas populares y una convocatoria del General Raúl Isaías Baduel para dar una rueda de prensa, los dueños de los
medios deciden censurar por completo la realidad.
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2:00pm. Carmona Estanga se prepara para juramentar a los primeros miembros de su gabinete en Miraflores, pero el contralmirante Molina Tamayo, jefe de su Casa Militar
lo aborda:
“Tenemos que dejar el Palacio.una multitud está congregada en los alrededores de
Miraflores, miles exigen el regreso de su líder, el presidente Hugo Chávez.
Mientras en el estado Aragua, Raúl Isaías Baduel reafirma su apego y lealtad a la Constitución, las leyes y la voluntad del pueblo. En Fuerte Tiuna, el general Jorge Luis García Carneiro, jefe de la III División de Infantería
también manifiesta su apoyo al legítimo
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¡Poder Popular!Los soldados de la Casa Militar saludan a la multitud con
banderas nacionales y puños en alto.
El coronel Jesús Morao Gardona, jefe del Regimiento de la Guardia de Honor, establece contacto con los generales leales al
Poder Popular. Le comunica al general García Carneiro la necesidad de unos tanques en Miraflores.
Morao Gardona aprovecha la ocasión para ponerse bajo las órdenes del general García Carneiro y éste le da la instrucción:
“Tome el control del Palacio, mantenga bajo custodia de protección a todos los conspiradores y otros ciudadanos
presentes en el Palacio y garantice la seguridad física de las personas retenidas”.
El coronel Morao Gardona ejecuta las instrucciones recibidas. Muchos de los golpistas logran huir, entre ellos Pedro Carmona Estanga y Molina Tamayo.
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Luego de la intempestiva huida, Carmona Estanga se instala en la oficina del Inspector General de las FAN a eso de las 2:50pm. Todo
esto ocurre mientras, en diversos sectores populares de la ciudad de Caracas, los
partidarios del presidente Hugo Chávez rodean avenidas, calles y alrededores del Fuerte Tiuna,
la masa crece cada vez más.
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2:45pm. El presidente Hugo Chávez escribe una carta crucial que es difundida vía fax por toda Venezuela, la misiva también
la recibe la 42 Brigada de Paracaidistas.
Poco tiempo después. Chávez es trasladado a la isla de La Orchila, a 180 kilómetros al norte de Caracas, donde luego los golpistas facilitarán un avión para que se vaya al exterior. En
esta nave irá el cardenal Ignacio Velasco.
Dos oficiales, agregados militares de EEUU, están en la Comandancia del Ejército en Fuerte Tiuna, visitan al general
Efraín Vásquez Velasco.
4:15pm. El embajador de Cuba Germán Sánchez Otero llama al General Vásquez Velasco de parte de Fidel Castro y lo exhortar a que eviten un derramamiento de sangre colocando en libertad a Hugo Chávez. El embajador y el general median unas palabras, pero Vásquez Velasco se
molesta y cuelga el teléfono.
Esta misma tarde se hace una reunión en el casino de oficiales del batallón Ayala en Fuerte Tiuna con coroneles,
tenientes coroneles y capitanes, que no están de acuerdo con la disolución de los poderes y así se lo manifiestan a los generales
golpistas. Uno de ellos les espeta que se siente engañado, que quiere ver la renuncia del presidente y saber su paradero. En
esta reunión está INFILTRADO (conspirando) el general Jorge Luis García Carneiro.
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Bajo la presión de los “comacates” Vásquez Velazco decide, junto a unos “asesores”, entre ellos el exconstituyente Hermann Escarrá, redactar un segundo
pronunciamiento en el cual las Fuerzas Armadas en un nuevo manifiesto condicionarían su apoyo al “Gobierno transitorio” siempre que se rectifique el decreto. Lo hace público a través de los medios “aliados”.
Mientras, Carmona Estanga dicta su decreto número 2, tratando de enmendar el primero. Se evidencia el distanciamiento y la
confusión entre el “generalato” y el gobierno de facto.
En La Orchila, el presidente Hugo Chávez, incomunicado, ignorando las manifestaciones y acciones en su favor, está por
suscribir un documento de “abandono del cargo” que no implica la renuncia A LA PRESIDENCIA. Condiciona este documento; exige hablar en vivo por TV. El cardenal Ignacio Velasco lo acompaña
para “garantizar” su integridad física.
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El coronel que tiene en “custodia” al Presidente, Rodríguez Salas, acepta la propuesta del presidente de emitir un documento de
“abandono del cargo”.Esta propuesta de Chávez busca, además de ganar tiempo, dejar
en un limbo legal el supuesto “vacío de poder”.
Chávez percibe que hay nerviosismo entre los oficiales que lo tienen prisionero, movimientos de alerta entre sargentos y soldados evidencian que hay “problemas”. Así que decide no redactar ni firmar documento alguno. Le dice al cardenal Velasco y a quienes le acompañaban:
“No voy a firmar nada,
así que muchas gracias por su visita…”
Sorpresivamente, no oponen resistencia, más bien le dan la razón y salen. A los pocos minutos, el cardenal Velasco y sus acompañantes
(generales) regresan nerviosos y en tensión. El almirante Chetro Romero le dice al presidente Chávez:
“viene un escuadrón de paracaidistas”
Junto al helicóptero, una fragata y unos patrulleros rápidos de la Armada, movilizados por el general Alí Uzcátegui Duque, el
vicealmirante Orlando Maniglia sumados a la
“Operación Rescate de la Dignidad Nacional”
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A rescatarlo a usted mi Comandante en Jefe !
El presidente Chávez pregunta “¿a qué vienen?” recibe respuesta inmediata:
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En Caracas hay saqueos, incendian carros y destrozos a algunos comercios, aunque los militares golpistas y voceros del gobierno de
facto dicen que son manifestaciones aisladas, el pueblo está en la calle. Ya el gobierno de facto no puede sostenerse, empiezan a huir
por la “derecha” como rezaba el personaje de un cómic famoso.
Se retoma el canal 8, VTV y comienzan a mostrarse las expresiones del pueblo. También se anuncia el regreso del
presidente “Hugo Chávez Frías”.
¡Volvió! ¡volvió! ¡volvió!, ¡Chávez volvió!
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el pueblo canta victorioso gracias a su empeño, constancia y la
“Operación Rescate de la Dignidad Nacional”.Volvió para quedarse en Miraflores y en el corazón de todo un pueblo que lucha por la construcción de la Patria Buena.
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Bibliografía
Villegas Poljak, Ernesto: Abril, golpe adentro. Editorial Galac.
Golinger, Eva: El Código Chávez. Fondo Editorial Question.
Britto García, Luis: Dictadura mediática en Venezuela. Ediciones Correo del Orinoco.
VV. AA.: Los Documentos del Golpe. Fundación Editorial El perro y la rana
Harnecker, Marta: Venezuela: Militares junto al pueblo. Minci.
