positivismo - resumen 141-156

2
Positivismo: El positivismo es inseparable del progreso. Todos los partidarios del progreso sostienen que la humanidad ha avanzado – a partir de una situación inicial de barbarie o primitivismo - y que sigue y seguirá avanzando en el futuro, y ésta es inseparable de otra según la cual el tiempo fluye de modo unilineal. La idea del progreso supone una valoración, primero, del proceso histórico en general y, segundo, de la tendencia dominante de ese proceso. Lo que distingue al progreso y lo hace tan atractivo es que, pese a las desaceleraciones y regresiones que puedan presentarse, las últimas fases son superiores a las primeras. Estas fases se siguen unas a otras sin solución de continuidad y los cambios son graduales, naturales y, para algunos, inexorables. Las opiniones sobre el progreso se dividen: para algunos es un lento y gradual perfeccionamiento del saber en general, de los conocimientos técnicos, artísticos o científicos. Para otros, la tendencia que aparece en la historia es la idea del progreso que se centra más bien en la situación moral. En el siglo XIX, Hegel y Marx pensaron en la historia en términos de un avance, mientras que Burckhardt, Nietzsche y Max Weber no creyeron nunca que la situación de Occidente reflejara nada que mereciera ese nombre. Su manera de pensar y de explicar la historia manifiesta ese profundo escepticismo. El positivismo fue una de las manifestaciones de la idea del progreso. Philippe Carrard lo define, primero, como un tiempo breve de la historiografía; segundo, como un modelo poderoso con metas y método definidos; y tercero, como una escuela metodológica que ha dejado huella entre los historiadores actuales. Un breve tiempo de la historiografía. El proceso de secularización de la idea del progreso, que había comenzado de manera clara con la Ilustración, ganó importancia en el siglo XIX. La historia se volvió

Upload: eunizz-sc

Post on 30-Jan-2016

216 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

El Positivismo, corriente filosófica de después de la Revolución Francesa y sobre todo de los filósofos franceses, alemanes e ingleses.

TRANSCRIPT

Page 1: Positivismo - Resumen 141-156

Positivismo:

El positivismo es inseparable del progreso. Todos los partidarios del progreso sostienen que la humanidad ha avanzado – a partir de una situación inicial de barbarie o primitivismo - y que sigue y seguirá avanzando en el futuro, y ésta es inseparable de otra según la cual el tiempo fluye de modo unilineal.

La idea del progreso supone una valoración, primero, del proceso histórico en general y, segundo, de la tendencia dominante de ese proceso. Lo que distingue al progreso y lo hace tan atractivo es que, pese a las desaceleraciones y regresiones que puedan presentarse, las últimas fases son superiores a las primeras. Estas fases se siguen unas a otras sin solución de continuidad y los cambios son graduales, naturales y, para algunos, inexorables.

Las opiniones sobre el progreso se dividen: para algunos es un lento y gradual perfeccionamiento del saber en general, de los conocimientos técnicos, artísticos o científicos. Para otros, la tendencia que aparece en la historia es la idea del progreso que se centra más bien en la situación moral.

En el siglo XIX, Hegel y Marx pensaron en la historia en términos de un avance, mientras que Burckhardt, Nietzsche y Max Weber no creyeron nunca que la situación de Occidente reflejara nada que mereciera ese nombre. Su manera de pensar y de explicar la historia manifiesta ese profundo escepticismo.

El positivismo fue una de las manifestaciones de la idea del progreso. Philippe Carrard lo define, primero, como un tiempo breve de la historiografía; segundo, como un modelo poderoso con metas y método definidos; y tercero, como una escuela metodológica que ha dejado huella entre los historiadores actuales.

Un breve tiempo de la historiografía. El proceso de secularización de la idea del progreso, que había comenzado de manera clara con la Ilustración, ganó importancia en el siglo XIX. La historia se volvió cada vez más académica, pero sus bases teóricas seguían siendo poco claras. Un aficionado pasaba a ser un profesional, aunque no necesariamente un buen historiador, cuando se familiarizaba con el método histórico, que consistía esencialmente en el empleo de las más refinadas técnicas filológicas para la crítica de los documentos históricos. La pretensión era dejar que la explicación surgiera naturalmente de los documentos mismos, para después escribir su significado mediante el relato. Por lo general se aceptaba que la historia no era una ciencia rigurosa que empleara leyes o las descubriera, como la física o la química.

Se decía que la escritura histórica tenía un ingrediente artístico. Podía ser vivaz, sutil, aguda, brillante, vigorosa, estimulante, hasta entretenida o divertida. Al artista-historiador se le permitía utilizar todas las técnicas y mecanismos de la narración tradicional, al punto de aceptar, incluso, que una historia aburrida era generalmente una mala historia. Pero no quedaba claro cuáles eran las libertades que

Page 2: Positivismo - Resumen 141-156

podían tomarse para ejercer con provecho su oficio ni se establecían con claridad los límites que, supuestamente, no debía rebasar.

Los historiadores profesionales debían someterse a las normas del justo medio para no ser víctimas de una forma velada pero efectiva de discriminación académica o de rechazo social.