por una teoría crítica en castellano
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Testimonios Séptimo Coloquio 17, Instituto de Estudios Críticos Por una teoría crítica en castellano, pensamiento, lenguaje y digitalidadTRANSCRIPT
t e s t I m o n I o ss é P t I m o C o l o q u I o
17, InstItuto de estudIos CrítICos
Por una teoría crítica en castellano, pensamiento, lenguaje y digitalidad
17, Instituto de estudios Críticos
dIreCtor
Benjamín mayer Foulkes
CoordInAdorA ACAdémICA
susana delgado
CoordInAdorA de ComunICACIón
Wendy Hidalgo
CoordInAdor de PuBlICACIones
Francisco roberto Pérez
AsIstente AdmInIstrAtIvo
sandra Herrera
CoordInAdorA de ProyeCtos eConómICos
sol Zamora
APoyo téCnICo
rogelio García santiago
www.17.edu.mx
CoordInAdor de lA ColeCCIón testImonIos
Francisco roberto Pérez
dIseño de lA ColeCCIón testImonIos
leonardo vázquez Conde
FormACIón
abita.diseño
Primera edición, enero 2010
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te s t I m o n I o s d e l se x t o Co l o q u I o
17, InstItuto de estudIos CrítICos
Por una teoría crítica en castellano, pensamiento, lenguaje y digitalidad
í n d I C e
no tA I n t ro d u C t o r I A
7
Pro G r A m A d e l sé P t I m o Co l o q u I o d e
17 , In s t I t u t o d e es t u d I o s Cr í t I C o s
9
el s e m B l A n t e d e l A C r í t I C A
Pablo Tepichín Jasso
11
re G I s t ro d e I m PAC t o
Ónix Acevedo Frómeta
15
sA l I r d e l A C A m I s A d e F u e r Z A
José Hamra Sassón
23
so B r e e l C o l o q u I o 7 d e 17
Jaime Bailleres
29
entre lAdrIllos trAnsPArentes
Marcela Quiroz
33
¿reFlexIones, reFlejos o reverBerACIones?
Joel Enríquez M.
41
devenIres en ConFlICto
Ofelia Rodríguez López
47
Criticar significa poner en crisis y obliga a mostrar las con-
tradicciones contenidas en los armazones conceptuales
tradicionales. la teoría crítica, como la concibieron los
pensadores de la escuela de Frankfurt, implica romper con
el dualismo cartesiano entre pensar y ser, y con ello unificar
teoría y praxis; en suma, implica pensar y establecer las
bases para un desarrollo que conduzca a una sociedad sin
injusticias.
la apuesta del séptimo coloquio de 17, Instituto de
estudios Críticos, fue muy clara: pensar la teoría crítica en
castellano. de inmediato, las preguntas surgieron atrope-
lladas. ¿Para qué? ¿Cómo? ¿se trata de un nuevo inicio?
¿quiénes somos nosotros para hacerlo? ¿Por qué teorizar
a partir de referentes importados? ¿Por qué no? ¿Cómo re-
cuperar y entrecruzar los referentes ya existentes? Así
pues, este séptimo coloquio inquietó: sugirió una rearti-
culación de saberes a partir del propio contexto político,
social, económico, teórico y cultural. mostró la enorme
distancia entre apropiar y crear. ¿Crear desde dónde? ¿qué
es apropiarse de una lengua ajena para hacerla propia?, se
preguntaron algunos. ¿dónde entramos nosotros, los alum-
nos?, se preguntaron otros con la avidez de quien quiere
imprimir su mejor huella al esfuerzo colectivo. un poco de
n o t A I n t r o d u C t o r I A 7
testImonIos del séPtImo ColoquIo
8
confusión, tal vez, y otro poco de expectativa ante la opor-
tunidad de repensar(nos) desde la propia lengua.
queda planteada, pues, la convocatoria que este sép-
timo coloquio Por una teoría crítica en castellano, pensa-
miento, lenguaje y digitalidad ha puesto sobre la mesa. en
este volumen presentamos una selección de testimonios
que dan cuenta de las numerosas interrogantes e inquietu-
des generadas durante el encuentro. Hay un factor común
en ellos: el interés por teorizar críticamente a partir de un
registro político. ¿Cómo? una respuesta tentativa: cons-
truir desde abajo, desde las microhistorias.
Ofelia Rodríguez López
Irad Nieto
Por uNa teoría CrítiCa eN CaStellaNo
9
Pro g r a m a d e l Sé P t i m o Co l o q u i o
Por una teoría crítica en castellano,
pensamiento, lenguaje y digitalidad
17, instituto de estudios Críticos
del 29 de junio al 3 de julio de 2009
w lunes 29 de junio
Bienvenida. Benjamín mayer Foulkes
reunión plenaria con todos los estudiantes del posgradoen teoría Crítica
intervención de Bob Steinmoderador: Pedro meyer
Conversación con Bob Steinmoderador: Benjamín mayer
w martes 30 de junio
intervención de Federico galende sobre su produccióny actuales perspectivasmoderador: Pablo tepichín
intervención de agustín estrada sobre el Faro de oriente moderador: Benjamín mayer
intervención de teresa Vilarós Soler sobre su produccióny actuales perspectivasmoderador: Susana delgado
intervención de Carlos Pereda sobre su producción y actuales perspectivasmoderador: aline lavalle
w miércoles 1 de julio
mesa redonda con agnès merat, Jennifer Boni, miguel gutiérrez y arturo Peón, sobre sus recientes travesías de américa latina en una camioneta impulsada por aceite de cocina usado… y a pie… miradas cruzadas sobre sus viajes, la vida nómada, latinoamérica y méxico…moderador: Nuria araiza
intervención de davide tarizzo sobre su producción y actuales perspectivasmoderador: Francisco Roberto pérez
intervención de Vivian Abenshushan y luigi Amarasobre tumbona edicionesmoderador: Francisco Roberto pérez
intervención de Alberto moreiras sobre su producción y actuales perspectivasmoderador: Benjamín mayer
w Jueves 2 de julio
presentaciones de los proyectos Finales de la maestría en teoría crítica (Foro) pablo tepichín, Alejandro orozco, Adriana Aguileramoderador: nuria Araiza
presentación de los proyectos preliminares del doctoradoen teoría crítica (Auditorio del primer piso) mario luis Fuentes, Jorge luis cuétara, José o. Rezamoderador: susana delgado
Recomendaciones para el examen General de conocimientos para todos los estudiantes del posgrado en teoría crítica (salón Rojo)con: Benjamín mayer, susana delgado, Francisco Roberto pérez y etelvina Bernal
w Viernes 3 de julio
discusión de los avances de las tesis de doctorado (Foro) Graciela Kartofel, Ana patricia González, Alejandra díaz Zepeda, liora stavchanskymoderador: nuria Araiza
discusión de los avances de las tesis de doctorado (Foro)Alberto navarro, René montero, diego lagunillamoderador: susana delgado
presentación de dos proyectos editoriales del instituto1) Revista diecisiete, teoría crítica, psicoanálisis, cultura,2) portal promotor de la producción teórica en castellano (proyecto conjunto con el center for modernthought, university of Aberdeen)
Brindis
10
testimonios del séptimo coloquio
El s E m b l a n t E d E l a c r í t i c a
Pablo Tepichín Jasso
Yo que nací en lo aparente,
¿podría soportar lo real?
Fernando Pessoa
i
Filosofar es la búsqueda de un remedio contra la confusión
de una época, nos dice Epicuro con la certeza no sólo de
polemizar con los monstruos de la sabiduría helénica o de
sustraerse de aquel lejano mundo de los dioses sino, sobre
todo, desvelando que un contexto social, cualquiera, se
desgarra periódicamente en una confusión epocal, quizás
por ello, valdría la pena rememorar al filósofo griego
cuando afirma que los deseos pueden ser naturales y nece-
sarios, otros naturales pero no necesarios, y otros, ni na-
turales ni necesarios, sino que provienen, éstos últimos, de
opiniones sin sentido.
la confusión puede ser vivificante, puede remover la
idea, puede sacudir la ilusión, tal vez recomponga los ca-
minos supuestamente inamovibles, seguramente volvería
a instaurar al pensamiento crítico como remedio a la con-
fusión necesaria e inevitable de nuestros ilustres y caste-
llanizados días.
El séptimo coloquio fue en principio en dos sedes que
se dieron, una, al refugio de nuestro instituto, la otra, a la
resistencia de la memoria de nuestras discusiones alrede-
dor del catastrófico y semántico tlatelolco. Y volvieron a
11
rodar las palabras y a presentarse los proyectos vinculados
a maneras diferidas de hacer, a travesías que se apartan de
las desgastadas superficies y más bien prefieren ser alum-
bradas por los destellos de un Faro en el oriente.
El libro, presencia y por momentos ausencia, no deja
de ser el lugar del debate en el coloquio; se despliega con
sus páginas, sus autores, sus letras, sus erratas, su portada
y contraportada pero también se desliza a través de la di-
gitalización en el tiempo y en el espacio.
Y rodaron también las diatribas en papel y las diatri-
bas a la forma-institución que no hace sino lacerar a los
proyectos librescos alternativos que de paso derrumban de
una vez, o esta vez, con el decimonónico folclor editorial.
El libro, objeto y no, comienza a desconstruirse desde lo
aparente hacia lo real. El libro, adulto en plenitud, sabrá
adaptarse al nuevo traje del emperador, no sin momentos
de confusión, no sin opiniones sin sentido, antes bien,
aquel vacío sin sentido inherente podría, en todo caso, vi-
vificar el propio fin del libro como dispositivo trascen-
dente even better than the real thing.
ii
En El siglo el filósofo alain badiou afirma que la pasión de
lo real es la sospecha, pues lo real nunca es lo bastante real
para que no se sospeche su condición de semblante. la
labor del ejercicio crítico, desde cualquier disciplina artís-
tica o humanística, confronta los caleidoscópicos semblan-
tes constitutivos de la realidad. desmontar éstos es la
travesía de la desconstrucción. Es nuestra travesía en 17,
instituto de Estudios críticos.
la teoría crítica en castellano, el lenguaje y la digitali-
dad fueron los resortes que circularon en el séptimo colo-
quio de 17. desensamblando el montaje, mirando al otro,
cediendo la palabra, debatiendo, pensando y recreando en
12
tEstimonios dEl séPtimo coloquio
el necesario distanciamiento de la crítica, testimoniamos
las figuras discursivas y los dispositivos digitalizantes que
acercan y alejan al propio sujeto con su labor, su trabajo y
su acción en el mundo.
el andamiaje sobre el que se levantó el coloquio corrió
dentro de lo marginal, alternativo, limítrofe y rasgado de
las formas simbólicas e ideológicas que concentran y pre-
tenden absorber a la vanguardia. o quizás es esa vanguar-
dia la que por momentos atraviesa y disloca la parsimonia
anestesiada del establishment. al fin y al cabo, para decirlo
con arendt, el choque del mundo de la realidad sobre la
existencia humana se recibe y siente como fuerza condi-
cionadora.
los distintos proyectos presentados durante el colo-
quio, dan cuenta de la configuración- apropiación del
mundo, del mundo propio, como auténticos propietarios
y fabricantes en los distintos ámbitos de la creatividad. esa
es finalmente la apuesta tanto individual, como social, que
el instituto como cuerpo diferenciado, complejo y colec-
tivo supone.
Mi tránsito en Diecisiete ha girado por espacios, luga-
res y emociones irrepetibles. si actuar y hablar son las ac-
tividades estrictamente políticas, entonces estaríamos
regresando esa politicidad a nuestro ser constitutivo atra-
vesada por la crítica como el eje rector. Politicidad que nos
fue arrancada por una esfera de relaciones sociales cargada
de ficciones, montajes y máscaras. Desenrollar la confu-
sión y la complejidad del mundo nos invita a distanciarnos
de la catástrofe, a reinventar lugares, a conocer, a sorpren-
dernos, a no repetir como uno de los tantos senderos de la
vita activa.
Till the next goodbye
13
Por una teoría crítica en castellano
15
ónix acevedo [registro de impacto]
Tlatelolco En un entorno político memorable (el 2 de octubre no se ol-
vida), se dio curso al tema que colocó en el centro la Teoría
Crítica en castellano, enfocada hacia el pensamiento, el len-
guaje y la digitalidad, moviéndose en dos dimensiones del
quehacer crítico: el analítico y académico, no fuera de la rea-
lidad social; y el pragmático que sale a la calle, hace viajes
del corazón, participa en la dinámica álgida de un FARO de
Oriente (con el carisma particularísimo de Agustín Estrada) o
se mete a la vida y responde de acuerdo a determinados
criterios. El Coloquio entrecruza estos momentos de re flexión
y propone mover la mirada en derredor.
(La enorme mesa elíptica de los micrófonos resonantes en el
gran salón plenario... ¿Naciones Unidas o Senado Intergalác-
tico?)
Inserta en ciertos lazos sociales, atenta al contexto en que
se desenvuelve el pensamiento contemporáneo, la Teoría Crí-
tica podría ser vista como un hueco que ha de rellenarse –si
fuera posible– con reflexiones ancladas en las circunstancias
históricas, como un hilo que cose diversas disciplinas. La Teo -
ría Crítica se mueve en un terreno difuso, permeable, abierto,
inacabado.
Teoría Crítica I
El Instituto se inscribe en esta órbita actual del pensar; invita
a ser visto como un catalizador, no como una arquitectura que
se asienta en un territorio o dominio. 17 es excéntrico (téc-
nicamente hablando), es una manera de habitar el lenguaje,
un ámbito de construcción y desconstrucción discursiva en el
amplio espacio de la semiósfera. 17 es la cuerda floja, el in-
tersticio, la tensión, entre el canon (normatividad, academia,
SEP, exámenes de grado) y la libertad interventora (autorre-
flexiva, en permanente movimiento, sin camisa de fuerza-José
Hamra dixit).
«Marrano», del árabe máhram, cosa prohibida.
[Expresión hiriente dada a los judíos de la península ibérica,
que a pesar de convertirse al cristianismo continuaban prac-
ticando los ritos de la ley judaica, en secreto.]
Teoría marrana es el texto de la participación de Alberto Mo-
reiras en el Séptimo Coloquio, no incluye una carta que deci-
dió leer en confidencia a unas decenas de participantes,
dirigida a un antiguo colega, escrita a propósito de cierta trai-
ción desconocida para los oyentes. De la carta y de la parti-
cipación de Moreiras se deduce una virtual podre dum bre del
ámbito académico no exclusiva de algunas universidades esta -
do unidenses, sino que remite a la ca ducidad de un mo delo
educativo, y el sujeto académico en él como intelectual cap-
turado (Galende). La carta daría lugar a sentimientos encon-
trados entre los estudiantes de 17 y una multiplicidad de
opiniones, vertidas o no, en el espacio público.
Las palabras nos hundieron
en el negro pozo del espanto.
Otras palabras nos alzarán
hasta una nueva claridad.
16
17, I
Teoría marrana
las palabras
Salvador Espriu, La pell de brau, 1960
testimonios séptimo coloquio por una teoría crítica en castellano
http://www.17.edu.mx/pistacultural.asp?sw=2&cat=3&catid=3
El pensamiento teórico-crítico que está prometido para nuestra
lengua es también pensamiento político.
Eso será previsiblemente Política Común, el portal de estudios
relacionado con el ámbito general del pensamiento en caste-
llano; una mirada política sobre el pensar contemporáneo en
toda la gama de sus registros (lectura política del pensa-
miento o el pensamiento en registro político) a partir de pre-
guntas complejas que sostengan algunos lustros de trabajo y
que terminen, como dijo Moreiras, por cambiar la forma de la
lengua.
«No se trata en esta victoria de destruir a ningún enemigo,
sino más bien de lograr espacio para respirar, que es el espa-
cio de la libertad real», entendida la libertad en oposición a
la lógica de la dominación.
(Pretendidamente la política pensada y enfocada sin tanto
melodrama o al menos sin tanta solemnidad.)
No hay que renunciar a la venganza porque es renunciar al deseo.
[El deseo de venganza consiste en forzar a quien haya hecho
algo malo en sufrir el mismo dolor que infligió, o asegurarse
de que esta persona o grupo no volverá a cometer dichos
daños otra vez. La venganza es un acto que en la mayoría de
los casos causa placer a quien la efectúa debido al sentimiento
de rencor que ocasiona el antecedente.]
Asombrosa capacidad discursiva e inteligencia, en un genial
empaque de teenager forever.
Benjamineanamente se pregunta por la crítica, a partir de ver,
no la forma ante mí, sino los recursos de producción que hay
detrás. La crítica como lectura de la historia desde la caduci-
dad de las cosas.
La crítica podría pensarse como doble pregunta:
1. Por la materialidad, o sea, las condiciones mundanas de
producción, el residuo excremental oculto tras la forma.
2. Por una modalidad de lectura no asociada al uso de la fa-
17
política
http://www.17.edu.mx/pistacultural.asp?sw=2&cat=3&catid=3
moreireana I
ónix acevedo registro de impacto
Federido Galende
cultad consciente del sujeto. La interrupción de aquello que
se muestra en su continuidad.
(Aunque este enfoque mira fundamentalmente a la produc-
ción artística, ¿qué pasa si nos ponemos los lentes de la po-
lítica para leerlo? ¿Qué encontramos como resíduo excremental
en las campañas políticas que padecemos?)
No es una negativa a lo que se produce en otras lenguas, sino
comenzar a articular soportes, dispositivos, para pensar en la
propia. Hay «ne ce sidad de normalización discursiva del espa-
ñol en producción teórica no mimética». Nuestros actuales
aparatos conceptuales se han engendrado en Europa por si-
glos, a partir de re flexiones europeas, ¿cómo inicializar este
nuevo camino? con Moreiras (corso de tierra): no se puede
cambiar la Historia, pero sí se puede cambiar el futuro.
Hay que tener presente el concepto de violencia de Roberto Espo -
sito: existe una violencia menor, la del conflicto; y una mayor,
la supresión del conflicto (que implica la supresión del otro).
«Hay modos de decir que hacen temblar.
Otros que lastiman.
Hay modos de decir que lastiman más allá de la muerte, en el
recuerdo de aquellos que los profirieron.
Hay modos de decir que turban el soplo de una voz muerta o
sorda. Voces o ecos que no proceden directamente de esos
muertos. Provienen de un soplo que no es verdaderamente
antiguo. O se instalan en la
garganta con una voz secreta, con una expresión más disimu-
lada que la resonancia vocal, más baja que el murmullo, que
dan ganas de llorar.
Eso son los libros.»
18
Teoría Crítica
en castellano
http://www.17.edu.mx/pistacultural.asp?sw=2&cat=3&catid=3
moreireana II
modos de decir
Pascal Quignard,Las sombras errantes,2007
testimonios séptimo coloquio por una teoría crítica en castellano
«17 está en un momento editorial.»
Ello en medio de la añeja discusión sobre los soportes –si digi-
tal o papel– y la verdadera amenaza del fin del libro como le
conocemos –lo que no significa su extinción.
Siguiendo a Derrida –con la posible desaparición del libro en
su distinción histórica, del soporte material, de su carácter
acabado y unitario– habría que pensar en la aparición de un
nuevo concepto de autoría.
Comentaba Derrida en 1997:
«Cuestión trémula, asimismo, cuestión que tiembla no sólo
debido a lo que perturba el sentido histórico de lo que todavía
se denomina un libro, sino también debido a lo que la expre-
sión por venir puede dar a entender, a saber, más de una cosa,
por lo menos tres:
1. Que el libro como tal tiene –o no tiene– porvenir, en el mo-
mento en que la incorporación electrónica y virtualizante, la
pantalla y el teclado, la transmisión telemática, la composición
numérica parecen desalojar o suplir al codex (ese cuaderno con
páginas superpuestas y encuadernadas, la forma actual de lo
que denominamos habitualmente un libro tal que se puede
abrir, poner sobre una mesa o tener entre las manos), códice
que suplantó, a su vez, al volumen; el volumen, al rollo. Lo su-
plantó sin hacerlo desaparecer, insisto en ello. Pues siempre
habremos de vérnoslas no con unas sustituciones que ponen
fin a lo que reemplazan sino con –me atreveré a utilizar hoy
esta palabra– reestructuraciones en las cuales la forma más an-
tigua sobrevive, incluso sobrevive sin fin, coexiste con la nueva
y transige con una nueva economía, que es asimismo tanto un
cálculo del mercado como un cálculo del almacenaje, del capital
y de la reserva.
2. Que, aunque tenga un futuro, el libro por venir ya no será
lo que fue.
19
17, II
Jacques Derrida, El libro por venir. Introducción a una discusión que tuvo lugaren la Biblioteca Nacionalde Francia con RogerChartier y Bernard Stiegler el 20 de marzode 1997.
ónix acevedo registro de impacto
3. Que se espera o se aguarda otro libro, un libro por venir
que transfigurará o incluso salvará al libro del naufragio que
está en marcha.»
(...) la idea del saber –circular y pedagógico– que no es sino
una dimensión del libro como enciclopedia, siendo la otra la
del juego, del azar y de la literatura.
Resultó un soplo de aire fresco.
Me quedo con sus Cuatro reglas para sobrevivir en la adversidad:
1. Respecto a las perplejidades, conflictos y problemas, con-
sidera que tratarlos con argumentos conforman el modelo
para enfrentar esas dificultades.
2. Ten cuidado con las palabras.
3. Evita los vértigos argumentales.
4. Procura que tus argumentos no sucumban a la tentación
de la certeza o de la ignorancia, pero tampoco a la del poder
o la impotencia.
(¿Qué le pasó a Pereda cuando entró Moreiras al recinto y le
increpó?)
Mente aguda apuntando al tema político en registro laca-
niano. Hay que ir más allá de Lacan con Lacan.
El ser humano se injerta en un orden simbólico, ahora en cri-
sis. La realidad social en el mundo contemporáneo se ha de-
formado; hay una fragmentación, una psicotización del
ligamento social. Cada vez es más difícil construir relaciones
sociales con la actual crisis de la autoridad.
Estamos hechos de palabras, no es un reino de ilusión sino
de codificación de la identidad humana, es un orden consti-
tutivo, creador de una geometría social donde las cosas en-
cajan en su lugar.
El lugar de la nueva discursividad no es más la universidad:
es el partido político (!)
20
op. cit.
derrideana
Carlos Pereda
Davide Tarizzo
testimonios séptimo coloquio por una teoría crítica en castellano
Imaginémosla como un filo. No un mero borde incierto entre
dos tejidos, no esa especie de titubeo gesticular de la diferen-
cia. Sino más bien como un pliegue, como ese punto despla-
zado en que algo deja de ser simultá neamente dos cosas que
es a la vez. Un buen cuchillo, cualquier buen arma blanca, de-
pende justamente de ser eficaz en este potencial maquínico.
Algo que depende de su condición “vaciada” –el buen filo de
un cuchillo no se produce por reducción de espesor, sino por
la perfección con que un pliegue (alrededor de un vacío que
en el gesto se define como interioridad forclusa) esquiva la
existencia de dos planos que, rompiéndose en él, se realizan
como (dis)continuidad (y lo que hace hacia dentro carga la
fuerza que le permite después hacerlo hacia fuera). Siendo
«el lugar de los puntos» que es a la vez esos ambos y ninguno
de ellos, habitar ese filo implica los peligros que viviría un fu-
námbulo condenado a caminar sobre una cadena de afiladas
cuchillas entrelazadas.
[Atribución personal y arbitraria a la Teoría Crítica de lo que
José Luis Brea pensó para la independencia].
Y el que independencia y Teoría Crítica tengan un abrevadero
argumental común no es algo que quiera pasar por alto.
Procuramos: «(...) dar presencia ante la ciudadanía a nuestros
actos de opinión e interpretación, a nuestras actua ciones de
producción cognitiva y crítica. (...) [Proporcionar] materiales
interpretativos y críticos que posibiliten al receptor cualquiera
participar en la comprensión y desarrollo activo de esos cam-
pos de problematicidad creciente que instituyen los ámbitos
de relación compleja con nuestro presente –como inestabili-
dad, como punta desplazada. Con el hoy del mundo, como
transición histórica intervenible, transformable.»
21
Teoría Crítica II
ónix acevedo registro de impacto
http://aleph-arts.org/pens/indepen-dencia.html
http://aleph-arts.org/pens/indepen-dencia.html
Sa l i r d e l a c a m i S a d e f u e r z a
José Hamra Sassón
i
inicio con un replanteamiento. en el tercer día en Tlate-
lolco comenté que hacer teoría crítica era como contar
cuentos. Quizá no estaba tan perdido, pero después de las
sesiones en la casa refugio, en condesa, me di cuenta que
se acerca más a la poesía que a la narración de un hecho.
O al menos a algo en el cruce entre la narrativa y la poesía.
conceptualizar es hacer poesía que refleja posibles que con
una narración simple y llana no se logra. Y eso siempre me
ha gustado. También contar cuentos. Por algo me sentí
contento toda la semana, participando en un espacio que
hice propio casi de inmediato. Que me invitó a estar. un
espacio que se logra gracias a las personas que lo crean. 17
es un espacio en el que quiero estar, al que quiero perte-
necer.
retomo la imagen del trueque con la que Benjamín
mayer abría el coloquio. a diferencia de otros ambientes
de reflexión, que simulan Templos del Saber llenos de ado-
radores de idolitos, de idólatras que quieren ser idolatra-
dos, la primera impresión con la que me quedo de 17 es la
de una Plaza Pública. un espacio abierto al conocimiento,
a la discusión, a la reflexión, al pensamiento trans-discipli-
nario, donde los participantes intercambian sus ideas,
donde todos ganan y se llevan, al final del día, algo a casa.
No fue casual habernos reunido enmarcados por la Plaza
de las Tres culturas.
23
ii
las revelaciones que tuve durante el coloquio me confir-
maron que necesito zafarme de mi camisa de fuerza, la que
denota ideas preconcebidas, conocimientos añejados, ob-
sesiones de mi propia locura. camisa de fuerza que es a su
vez la zona de confort donde he decidido estar. Hasta
ahora. Vengo de pensar y expresar sobre el medio oriente,
la política comparada y resabios de sociología. el conflicto
palestino-israelí me ha llevado a un estado de hibridez
entre analista-periodista-académico-activista. esa es mi ca-
misa de fuerza y requiero salir de ella. desanudarme (no
desnudarme, que ese fue tema del coloquio anterior). ini-
cio este proceso aflojando seguros y destrabando hebillas
para orbitar desde otra perspectiva.
salir de la camisa de fuerza implica un viaje. no tengo
claro el destino, ni la vuelta. pero sé desde hace tiempo
que debo partir del medio oriente para enfrentarme a cí-
clopes y minotauros con la intención de repensarlo, con-
frontarlo. Y a la vez, repensarme y confrontarme. durante
el viaje, el sudario levantino que se teje y desteje se seguirá
tensando y relajando. quizá regrese al medio oriente,
quizá no. por eso no le pido fidelidad, porque no sé si
habrá alguna sirena a la que no resista acercarme. si decidí
salir de la camisa de fuerza no es para amarrarme a un más-
til. lo único cierto es que todo es incierto y posible. se
trata de un viaje donde contaré cuentos, haré poesía y
avanzaré buscando combustible en los lugares que para mí
aún son inhóspitos. espero transformar-me.
si al término del periplo regreso a Ítaca, si regreso a
la camisa de fuerza (en caso de que logre salir de ella), lo
haré con amarres diferentes, o al menos enriquecidos. en
este caso, que implica un viaje con menos riesgos, es re-
pensar al medio oriente desde el pensamiento político y
no desde la política.
24
testimonios del séptimo coloquio
iii
la presentación de alejandra díaz sobre el cuerpo sin ór-
ganos y el dolor rebasó el tiempo y espacio en el que se
dio. en la reunión tutorial con edwin Sánchez retomamos
la discusión. incluso Sánchez comentó que el cine snuff es
ilegal. escuchar esa apreciación fue un trancazo, un deto-
nador. Nadie reparó en esa arista durante la presentación.
en lo particular me impactó el tema y su tratamiento. Sigo
pensando alrededor del dolor y la violencia, insistiendo en
que no es necesario ilustrarlo con una tortura de 42 minu-
tos. Tan sólo tenemos que ver un noticiario o abrir el pe-
riódico para enfrentarse a la mutilación de cuerpos.
me cuesta trabajo concebir el dolor sin violencia. Vio-
lentar un cuerpo, desde una enfermedad pasando por un
golpe o una laceración, implica dolor. el placer por el dolor
no margina la violencia. el dolor nos hace empáticos con
los otros. el saber lo que produce el dolor hace que enten-
damos al otro, por la simple capacidad de sentirlo. Saber-
nos dolientes nos humaniza. ¿Se puede acaso abstraer ese
dolor? es posible. los niveles de violencia a los que esta-
mos cotidianamente expuestos nos han hecho de cierta
forma inmunes al dolor, al grado de no cuestionar el uso de
la tortura como ilustración. Hasta el torturador profesional
sabe donde infligir dolor eficientemente, qué órganos gol-
pear para evitar dejar marcas visibles que lo impliquen
como tal. continuando la lectura que hace federico Ga-
lende sobre la violencia en Walter Benjamin, la catástrofe
está en nuestra no-reacción, no en la tortura en sí misma.
Si la catástrofe es “la continuidad de la vida en medio de lo
más horroroso”, entonces somos testigos, una vez más, de
ella en nosotros. es decir, ese ¿quiénes somos nosotros?
que, en las palabras traducidas de davide Tarizzo, se con-
vierte en la pregunta por antonomasia. Y me pregunto si lo
posible también tiene un límite que no sea el cielo.
25
POr uNa TeOrÍa crÍTica eN caSTellaNO
iV
me he enfrentado diversidad de veces, en montón de mar-
cos, a la comparación de la opresión israelí a los palestinos
con el genocidio nazi contra los judíos. la mínima de Sa-
ramago que compara a auschwitz con Jenin sólo atisba un
falso debate que oscurece cualquier tipo de entendimiento.
esta desafortunada comparación es, además, contraprodu-
cente para la causa palestina. considerar al ejército israelí
símil de la maquinaria nazi desvía por completo la atención
a la tragedia palestina y la ocupación israelí. entonces, la
discusión se centra en hablar del Holocausto judío y con-
frontar a los negacionistas. Sin embargo, la catástrofe ben-
jaminiana permite abordar la comparación desde una
perspectiva crítica, libre de prejuicios. la catástrofe no
está en la tragedia en sí misma, llámese genocidio u opre-
sión. la catástrofe está en la no-reacción de la mayoría de
los civiles polacos, alemanes y demás. está en la no-reac-
ción de la mayoría de los israelíes que viven a un paso de
Gaza y cisjordania. está en la misma no-reacción de la ma-
yoría de los palestinos ante un atentado suicida en un au-
tobús israelí. la catástrofe reside en la no-reacción frente
a un caso de tortura, ante la celebración de Slumdog mi-
llionare, una película triunfadora que habla del amor, pero
cuyo argumento se sostiene en la tortura física y sicológica
a la que está expuesto el personaje principal. la catástrofe
está en la no-reacción ante un caso de tortura snuffeada.
No se trata de una apreciación conceptual, se trata de tor-
tura, de la normalidad cotidiana que ya nos resulta la vio-
lencia, incluso desde la perspectiva crítica.
26
TeSTimONiOS del SéPTimO cOlOQuiO
V
Quién dijo que todo está perdido,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Fito Páez
carlos Pereda nos recordó, una vez más, que es necesario
cuidar las palabras. “cuidarlas y cuidarse de ellas”. Me pa-
rece que gusta más la idea de hacer poesía que contar cuen-
tos. Pero además de cuidarlas (y quererlas), Graciela
Kartofel nos mostró que la palabra es imagen, que la ima-
gen es palabra. la poesía de la teoría crítica reside en cons-
truir imágenes a partir de la palabra. sin embargo, pienso
que hay una línea que la separa del arte. De ahí la relevancia
del para qué. Para qué hacemos teoría crítica. la respuesta
es, por supuesto, subjetiva. Voy iniciando en este viaje, pero
parto desde la necesidad de que el pensamiento crítico, re-
flexivo, debe tener un impacto más allá de un seminario o
un foro en Moodle. la Plaza Pública que ofrece 17 se verá
enriquecida con los proyectos de la revista y el portal. es
necesario interactuar con el exterior y no mantenerse en la
marginalidad. Me parece importante trascender en ese as-
pecto. Buscar resonar como cuerda del laúd de adriana
aguilera. cuerda que hace resonar a otras cuerdas para
mantenerse cuerdo sin la camisa de fuerza. si hay algo que
pensar y decir, ese dicho se enriquece al hacerse escuchar,
generar retroalimentaciones que nutren al pensamiento ori-
ginario. Me uno a la idea que presentó tarizzo: la reflexión
política requiere incidir en la realidad política, generar ac-
ción política. lo último que quisiera es pecar de soberbia,
pero no vendría mal para nuestras sociedades que los afila-
dores de cuchillos salieran a pasearse allende sus propias
fronteras. Que este espacio deje de lado la timidez y, desde
la lógica de carl schmitt que nos presentó Pablo tepichín,
“irradie el sistema” y acepte el conflicto dialoguista.
27
Por una teoría crítica en castellano
Teoría crítica —en castellano— para qué. es la pre-
gunta que permanecerá sobre la mesa. cómo salir e inter-
actuar con el afuera y hasta dónde. Supongo que habrá
espacio y tiempo (el tiempo fantasmagórico de diego la-
gunilla) para pensar, hacer y responder. Para resonar, pues.28
TeSTimONiOS del SéPTimO cOlOQuiO
So b r e e l c o l o q u i o 7 d e 17
Jaime Bailleres
escribo desde la distancia, concepto que utilizaré como
guía en este comentario de lo que pienso que fue mi expe-
riencia en el coloquio. la distancia histórica y geográfica.
Graciela y yo hicimos un largo viaje por carretera para
subirnos a la nave de 17, al inicio de otra travesía. Pensaba
ahí mismo en la apertura al coloquio, que incluso la forma
de la mesa era una panga, una barcaza o una nave. Y recordé
la editorial Premiá de los años setenta en México y la co-
lección la Nave de los locos; bakunin, rimbaud, bataille,
Joyce, etc. locos en el sentido de la acción política como
lo plantea david cooper o al menos, de una postura dife-
rente, no locos desde la simulación o la moda irreverente.
Y pensé que:
1.- Hay una distancia entre estudiar ahí y estudiar
desde acá.
recurro a la memoria, y lo primero que recuerdo es
algo que imaginé mientras se discutía en la apertura del co-
loquio entre estudiantes y organizadores y administradores
del instituto; las condiciones de los cursos, los pagos, los
recursos etc. imaginaba que el debate se ubicaba en la dis-
cusión de la distancia entre “ser virtual y estar ahí”. es un
problema generacional que nos marca desde la relación es-
colar tradicional del “estar ahí frente al maestro”; y el tomar
clase desde lejos, en la casa o desde el cibercafé de esquina.
esta condición telemática que nos hace suponer que podrí-
29
amos ubicarnos en la posibilidad de la ubicuidad. Ahora sí,
estudiando desde lejos somos casi dioses.
entonces, dirán algunos, falta el tacto o relación casi
carnal del estar aquí-ahí en lo que pensamos es la presencia.
Pero también en reuniones como esas, en coloquios, en di-
sertaciones, exposiciones, en clases “reales” o presenciales
también hay ausencias. Y damos clase y los estudiantes nos
ven a los ojos en silencio como si quisieran hipnotizarnos
haciéndonos creer que ponen toda la atención, y la distan-
cia es muy grande. Y podríamos pensar que comprendemos
todo lo que se dice desde la teoría crítica italiana o argen-
tina, y pensé que a lo mejor también hay una cierta distan-
cia. Y finalmente, entre dos nodos de esa línea compleja de
abstracciones y conceptos, de nuevo, la ausencia.
2.- Hay una distancia entre hacer teoría desde el cono
sur y el “acá”.
Pensaba también en la teoría crítica hecha en México,
pero lejos de una ideología nacionalista o chovinista.
¿dónde están los teóricos mexicanos? me preguntaba. en
todo caso, cómo escindirse de la condición colonizadora del
pensamiento europeo. Porque ernesto laclau puede tener
discusiones abiertas con Zizek, pero no fue este el que acu-
dió a aprender teoría y psicoanálisis en buenos Aires.
le abrí una línea de crédito a 17 y pensé que a lo mejor
este proyecto editorial que ahora inician sería una plata-
forma para que desde ahí se desarrollara lo que podría ser
parte de lo que al paso del tiempo se identificara como “te-
oría crítica desde México” y que el castellano en la teoría
resurgiera como aquellos proyectos editoriales hechos
desde la periferia imperialista de los años setenta. entonces,
teoría crítica en castellano, pero también en un lenguaje
más accesible y cercano. Más hecho desde y para “acá”.
3.- Hay una distancia entre ser críticos desde la teoría
y la praxis.
30
teStiMoNioS del SéPtiMo coloquio
escuché proyectos de investigación y ponencias que
luego parece que se alejan de la base terrenal. como si no
hubiera historia y sociedad, o condiciones económicas.
como queriendo sostenerse en conceptos volátiles o ente-
lequias incomprensibles, inasibles finalmente. Fenomeno-
logías en la condición de la apariencia o la simulacra. un
poco como “hablaré de la forma más compleja y abigarrada,
para que al menos se oiga interesante”. Y escuchamos en
silencio: ¿Para qué publicar un libro de 300 páginas, si lo
podemos poner en un blog? (bob Stein). Hasta entonces
pensé en inglés: … what? Y por un momento olvidé el cas-
tellano.
Pero luego vienen estos personajes que hacen de un ba-
surero un centro comunitario para la lúdica convivencia en
el barrio o los que cuentan cuentos y hacen un viaje hasta
la panadería de la villa alejada de la condición mítica de lo
urbano; o los que se enamoran viajando con aceite combus-
tible y los que dicen en oposición a otros: “…hacer libros
es un reto, no es fácil pero nos arriesgamos. un libro llega
hasta a una playa, donde no puedes llevar a la laptop” (luigi
Amara).
Aquí también, en la práctica social o la intervención
comunitaria, la crítica se hace ruptura, y no es redundancia.
4.- Hay una distancia en el lenguaje. Pues también en
las traducciones simultáneas se cometen errores de inter-
pretación.
quisiera compartir lo siguiente, he estado en otros co-
loquios de 17; postpornografías y en el seminario de Joan
copjec. Y aunque el psicoanálisis no es mi área de dominio,
al escuchar a las traductoras interpretando conceptos ope-
rativos de la teoría foucaultiana, encuentro que hay fallas
en el lenguaje de la interpretación de las traducciones. el
lenguaje es conflictivo, el idioma traducido también lo es.
entiendo que mucho hacen los organizadores consiguiendo
31
Por uNA teoríA críticA eN cAStellANo
a personas que puedan traducir, pero, mi sugerencia aquí
es si fuera posible que el texto pueda ser analizado antes de
la traducción simultánea y definir conceptos. He tenido la
oportunidad de platicar con bob Stein y Kelly dennis des-
pués de sus ponencias, con el propósito de definir al menos
un concepto que no está claro en los planteamientos de sus
lecturas, y el problema resulta ser la traducción. Aquí el cas-
tellano, se quedó en lontananza.
5.- Finalmente, la documentación del evento.
¿qué hacer para corregir la memoria? Sobre todo,
aquellos que ya no podemos recordar tan fácilmente lo que
se dice o se pretende guardar en un cuaderno en un apunte
muy contingente, de las ideas que vuelan sobre nosotros
como pájaros mientras se escucha una exposición.
Por ahí había a una persona videograbando que des-
pués saludé y me dijo que también él es compañero de 17.
Y le dije: “¿qué hacemos para conseguir una copia de ese
documento?” Podríamos pagar una cuota mínima o una la-
nita extra —he aquí el trueque en acción— para quedarnos
con una copia digital de la excelente exposición de Ga-
lende, por ejemplo. ¿qué tal si pagamos el derecho a la
copia y nos la mandan por correo? de esta forma podría-
mos escuchar de nuevo el documento, analizarlo mejor y
no pensarlo como otra ausencia.
quizá varios recordemos con detalle el perfomance de
Sprinkle en el tit-ballet o love-art-motion. Pero ¿la idea cen-
tral del mapa de Giménez-Gatto o de Kelly dennis? ¿en
dónde están?
termino entonces con una última frase, va también en
este texto mi reconocimiento a la labor de los organizado-
res y administradores de 17.
un abrazo a l@s compañer@s. es bueno haberlos en-
contrado en el viaje.
32
teStiMoNioS del SéPtiMo coloquio
En t r E l a d r i l l o s t r a n s pa r E n t E s
Marcela Quiroz
Hace apenas un par de semanas una reconocida artista
china emplazó, ladrillo por ladrillo, una muralla de cristal
en la presente edición de la Bienal de Venecia; replicando
la forma, grosor y acomodo de uno de los muchos tramos
de la muralla que la historia de sus orígenes le ha legado.
shan shan sheng intervino una de las sedes que albergan la
renombrada bienal italiana con un muro disparejo sobre su
altura y abierto en sus confines. Open Wall se llama la pieza
compuesta por 2,200 ladrillos de vidrio virgen, entre lo
translúcido y lo transparente, a veces coloreando sutilmente
el interior en tonos de naranja, azul, dorado o verde.
pero no es sólo un juego de transparencias y entintadas
opacidades lo que constituye el cuerpo de cada uno de los
ladrillos reinventados por la artista, siendo que sobre ellos
ha grabado uno a uno, una determinada fecha convocando
en la grafía una secuencia de sucesos importantes, repre-
sentativos, conmemorativos o simbólicos de la historia de
un país que crecer amurallado. El número de ladrillos re-
fiere a cada uno de los años que han transcurrido desde el
inicio de la construcción de la muralla y su materialidad res-
ponde metafóricamente, a decir de sheng, a la situación
cultural de China en el momento presente. Es decir, un país
antes encerrado sobre su historia y el peso de sus tradicio-
nes que desde fines de los años ochenta iría poco a poco
transparentado sus murallas en el intercambio, cada vez
33
más voraz, hacia occidente.
si bien los reflejos que destellan los ladrillos vidriados
con ciertas inclinaciones de la luz a veces parecerían referir
a la valía de algún metal precioso como el titanio, encla-
vando sobre sus visos una atinada metáfora económica
sobre la situación de China en el escenario mundial, la pieza
se ofrece esencialmente como una reflexión artística y cul-
tural si bien definida por las circunstancias, decisiones y
fortalezas político-económicas que le permiten, dentro del
inicio de la peor crisis económica global de la historia de la
humanidad, construir un muro de lingotes vidriados.
¿qué ha dicho sheng al respecto, en un destello que
parece no querer deshilarse del gesto poético de su instala-
ción como juegos metafóricos en transparencia? que sus
ladrillos materializan sobre una compartida visibilidad los
distintos estados de transparencia y opacidad de la historia
de relaciones entre China y el mundo occidental. sobre
ellos, la escritura como memoria histórica señalándose
como asidero común, constante e indiviso. ¿qué diferen-
cias existirán para su lectura entre la transparencia y la per-
meabilidad? ¿qué es ver el otro lado sin salir del propio?
¿qué mirada (im)posibilita una muralla vidriada? preguntas
todas pertinentes más allá de la pieza china-veneciana de
sheng para articular sobre ella, entre sus resquicios, algunas
de las interrogantes, que como punzadas se advirtieron
entre voces, cuerpos y miradas en el pasado coloquio de 17,
instituto de Estudios Críticos.
pues se empezó también hablando para sentir y asentir
el emplazamiento. un nuevo cambio de sede. del Helénico
a la casona de la roma al edificio antes gubernamental de
tlatelolco, el séptimo coloquio empezaba de nuevo tra-
tando de ganar un estado de territorio a la historia ajena,
siempre ajena que es la historia que aún no ha sido dicho
en voz propia. la primera mañana se tendió sobre nuestras
34
tEstimonios dEl séptimo Coloquio
cabezas el reto quizá más denso en sus implicaciones de
continuidad. sergio raúl arroyo, actual director del Centro
Cultural tlatelolco que nos albergó en una magna sede de
otras décadas y muy distintas intenciones de auto-impor-
tancia (y aquí hay que recordar la estructura oval plantada
de decenas de –disfuncionales– micrófonos individuales
que deben haber repetido un sin fin de retóricas políticas
en sus particulares historias de la era de la reproductividad
técnica), refirió al pasado fundacional del barrio y las ruinas
sobre las que se levantaba el edificio que ahora es sede. los
franciscanos construyeron ahí la primera escuela para cro-
nistas indígenas después de la conquista. sobre las ruinas
de Benjamin que trajo consigo Federico Galende. un lugar
para hacer la palabra. ¿pero qué palabra? ¿En qué lengua?
¿Hacer la palabra para quién? ¿Hacerse de la lengua de
quién? ¿qué es apropiarse de una lengua ajena para hacerla
propia, para intentar darle cuerpo en nuestro cuerpo sin
pecar de ilustradores y escribanos? mismas interrogantes
incendiaron los ánimos de varios desde Carlos pereda y sus
categorizaciones en advertencia sobre los vicios y prejuicios
de la filosofía y la teoría en castellano, encabezados y/o en-
frentados al cierre del tiempo en tlatelolco con la pluma
en los restos incendiados de una trayectoria a contraco-
rriente de alberto moreiras.
¿Cómo deshacer los discursos para encontrar en la re-
lectura crítica de los pesos de una historia poscolonial que
intente desarticular su propia mirada en condena siempre
devenida? ¿Cómo repensar esos ‘excedentes’ de la lengua
castellana de los que habló teresa Vilarós atendiendo los
procesos históricos como ‘estados de latencia transitiva’
que hay que engullir para asimilar y en caso, desarticularles
desde dentro en la búsqueda de alternativas para el pensa-
miento comprometido con su ser-estancia contemporánea?
¿Cómo entender las particularidades del territorio histó-
35
por una tEoría CrítiCa En CastEllano
rico, teórico, socio-político-económico que recorren la pa-
labra en castellano entre sus sedimentos, calcificaciones,
ahuecamientos, y emergencias? ¿Cómo dejar de ver a través
de un muro de ladrillos transparentes?
algunos de quienes compartieron sus experiencias
profesionales en este 7º coloquio quisieron ofrecernos en
calidad de respuestas tentativas, sus intentos por derrocar
sus propias resistencias y fracasos en el peregrinaje intelec-
tual que de una u otra manera ha asumido la condición pe-
nitente del ser.
del 6º coloquio al que ahora nos convoca, experimen-
tamos el cruce de intenciones (tan complementario como
insoluble) de los testimonios ‘activos’ o vivenciales de suje-
tos-en-tráfico, al ofrecimiento del trabajo intelectual como
(com)particiones de un tiempo vivido en los bordes refle-
xivos de la academia. a veces, en los mejores casos, los po-
nentes de este 7º coloquio dejaron ver (cuando no
confesaron abiertamente evidenciando una necesidad que
por lo general permanece solamente traslúcida) las necesi-
dades y fracturas personales, íntimas; los riesgos, tropiezos,
ambiciones, incluso o debajo, o a la espalda de las arrogan-
cias –dejadas o puestas– en los libros o al lado de un camino
vecinal. Entre ellos me quedo con dos (com)particiones1
como incentivos contra el olvido.
la admirable entrega de agustín Estrada al proyecto
comunitario del Faro de oriente como un ejemplo palpi-
tante de la certeza de efectividad de la inserción horizontal
de los procesos culturales como regeneradores sociales.
anunciando con su ejemplo la respuesta a la interrogante
benjaminiana por pensar la noción de comunidad más allá
de la estética, como un proceso que sólo se puede andar
entre las partes, haciéndose en sus quiebres, extraviándose
en las ruinas de su pasado al enfrentar las roturas del pre-
sente como condición constructiva. “Construir desde abajo,
36
tEstimonios dEl séptimo Coloquio
desde las microhistorias” refrendaba Estrada como diná-
mica operante en el Faro. ¿Estará en ello la posibilidad de
responder en castellano a la producción teórica crítica?
la presentación de agnès merat y miguel Gutiérrez
anunciaría el intento por hacerse saber en el asumirse en el
cuerpo como ejercicio micro-histórico. El viaje territorial
y personal de agnès y miguel desde la ciudad de méxico
hasta la patagonia impulsados por combustión biodiesel da
cuenta de un empeño individual por hacerse en la destruc-
ción de los aparatos tradicionales de sustento, desde el pa-
tíbulo de la academia hasta el resguardo de la morada.
Encauzar una cruzada de concientización sobre las apre-
miantes necesidades energéticas alternativas, enlazar pro-
yectos, soluciones y reinvenciones comunitarias enlazando
distancias y soluciones culturales y operativas dispersas po-
dría ser el entendido acometido del trayecto en un año de
vida-en-viaje al que se comprometieron merat y Gutiérrez.
sin embargo, el germen de la empresa estuvo siempre en el
cuerpo. “necesitaba una ruptura con la academia para dejar
esa postura que mantuve mucho tiempo –sentada, leyendo,
escribiendo– necesitaba mi cuerpo caminar, pensar cami-
nando, pensar parada.” Y al decirlo, agnès develó a mi es-
cucha desde su necesidad más fuerte –la de la postura
exigida por el cuerpo– el sentido y lugar de encuentro entre
la extendida horizontal y sus permeabilidades, y la siempre
en riesgo e imprecisa verticalidad que intentamos ser. Es-
cribir con el cuerpo para caminar (con) las palabras.
Hacer teoría con el cuerpo es la posibilidad que en-
cuentro más cercana para dar lugar a la contingencia en la
escritura. involucrarse sabiendo que la mirada que decide
mantenerse detrás de una muralla, aún si se funda transpa-
rente y aparentemente abierta sobre sus bordes, seguirá im-
pidiendo la porosidad que vivifica cuanto que arriesga la
piel. durante la primera mañana de ese fin de junio, Benja-
37
por una tEoría CrítiCa En CastEllano
mín mayer se (nos) preguntaba ¿Cuánto nos aprovechamos?
¿qué perdemos, apostamos o dejamos en la inversión en
soledad que implica la escritura y la lectura en miras de una
configuración teórica? ¿qué estamos dispuestos a enlazar
en intercambio a cambio de la palabra del otro? ¿Cómo po-
demos habitar las opacidades y enunciar las transparencias
de las apropiaciones teóricas que asimila como intento en
configuración nuestro hacer en la escritura? Entreguemos
a cambio el cuerpo –aún si encapsulado sobre los restos de
sus ansias de salvaguarda dentro de un ladrillo vidriado– sa-
biendo que sobre sus bordes puede la palabra hacer visible
en un mismo instante comprometido su fuerza y debilidad.
38
tEstimonios dEl séptimo Coloquio
notas
1Buscando ilustrar con esta impropia fusión semántica la necesidad
de partir, dividir, dividirse, literalmente hacerse en pedazos para poder
compartirse, darse al otro, dar nuestros restos, entregar nuestra exis-
tencia y pensamiento en la confesión de sus intentos por hacer de su
condensación fragmentaria un posible destino re-ligable. invocando
sí, la esencia anterior al dogma de la acción en el vocablo latino ‘reli-
gare’, volver a unir los fragmentos entre las fracturas cerámicas entre
dos cuerpos la posibilidad de encuentro.
Shan Shan Sheng, Open Wall, 2009.
¿Re f l e x i o n e s, R e f l e j o s o R e v e R b e R ac i o n e s?
Joel Enríquez M.
En el asfalto por el que camina,
sus pasos despiertan una asombrosa
resonancia.
W. benjamin.
Una de las tareas más difíciles a la que nos enfrentamos
hoy en día es pensar en el lector a quién dirigimos nuestro
trabajo. Pensar que el lector está educado para descubrir
la profundidad de la producción escrita es ya un error. Por
otro lado producir de forma extensa la profundidad sobre
los temas que se tratan en la escritura es otro error y aún
más grave, tomando en cuenta el lugar en que nos situa-
mos, donde la sociedad no está acostumbrada a leer docu-
mentos de una marcada producción teórica y que para ellos
terminan por ser incomprensibles o inabarcables; para
aquellos a los que se pretende llegar, considerando que se
pensara en informar a una toda una sociedad que no tiene
interés por, y ya no digamos la lectura sino, el conoci-
miento mismo. Queda entonces la pregunta en el aire,
donde el escribir para quién ha de irse dibujando de
acuerdo a la forma en que se escribe así como los temas
que irán emergiendo en quehacer del escritor. ¿Qué decir?,
una nueva pregunta que parece apuntar a la demanda de
los productores, de los editores sobre el qué es lo que más
se vende. en ese sentido nos encontramos entre la espada
y la pared, queriendo escribir de forma correcta aquello
41
que pensamos y que al considerar las necesidades de los
editores, nos vemos en la obligatoriedad de situarnos bajo
estándares que no se ven admitidos por nuestras ideas de
producción y/o comunicación de los saberes encontrados.
este aspecto tan sencillo dentro de la estructura de una
construcción de saberes y la promoción de éstos, nos po-
siciona ante una pregunta que es necesario pensar más pro-
fundamente, una pregunta que está vinculada a nuestro
conocimiento del saber, así como del saber decir. lo que
presenta como una nueva producción de la escritura con-
siderando lo que se quiere decir, enfocado en una meta
clara del a quién se quiere informar. sobre este punto es
preciso caer en la cuenta que aquello que estamos produ-
ciendo no entra en los estándares de producción actuales
por la misma tendencia que se propone desde el lugar que
se está proponiendo, lo que quiere decir que es imprescin-
dible tomar plena consciencia de que el valor de lo que se
propone tiene un gran soporte teórico.
en el coloquio la pregunta estaba presente durante
mucho tiempo, parecía hacerse más profunda y no encon-
trar una respuesta. se dirigía por la posición en la que nos
encontrábamos en ese momento y parecía no presentar
más que preguntas. Pero, ¿hubo respuestas? mirar profun-
damente el desarrollo del coloquio nos permitiría recono-
cer que hay dos formas desde las que se presentaron los
exponentes: en la exposición de ideas y proyectos así como
en la posición de demanda. en ese otro aspecto del expo-
sitor habría que preguntarse, ¿qué teórico se presenta a una
audiencia en pleno lugar de saber, de un saber total? Pre-
tender no obtener una respuesta de lo que uno expone es
en sí un no reconocer el valor del otro y de la información
que se pueda obtener de estas experiencias. cada vez que
se expone un trabajo se expone uno mismo, y se expone el
conocimiento con el fin de encontrar posibles lazos para
42
testimonios del séPtimo coloQUio
establecer una red, sea una red de saberes, una red de teo-
rías, una red de grupalidades, etc. no obstante en la produc-
ción de estas redes existe también la producción de espacios
que quedan fuera de la red (pienso en las redes de pesca,
donde se obtiene el pescado pero se deja afuera el agua), que
se escapan por entre los hilos y que en muchos casos son la
materia continente del aspecto tratado. comprender que la
posibilidad de entrar en estas redes también expone la po-
sibilidad de que al salir de aquello que se procura trabajar
hace del pertenecer a las redes por mucho tiempo devenga
en la muerte del objeto que se deja atrapar por ellas. no obs-
tante es esa muerte del yo en, lo que se pone en juego en ese
dejarse atrapar por la red. en mi más reciente trabajo he
propuesto la singularidad que tiene el estar para el sujeto me-
xicano, donde ese estar permea al actor de tal forma que le
permite no actuar, dicho de otra manera: da al sujeto la po-
sibilidad de no pensar de forma activa su propia vida. Pre-
sentarse ante un público, formar parte de una red incluye la
responsabilidad de afectar otras singularidades hasta el
punto de obtener un reflejo de aquello que uno hace y en-
tender que tiene una repercusión en la sociedad en la que
se pretende transformar, lo que contrapondría la posición
del estar. actualmente se pueden encontrar muchos trabajos
de fotógrafos que tratan el tema de los reflejos; este tema es
de singular interés porque lo que han buscado es la impre-
sión de lo que se refleja en la materia. tal vez nuestro trabajo
sería retomar estas imágenes para descubrir el otro tipo de
reflejo que se obtiene de la exposición de los sujetos al
medio en que se encuentra. este aspecto se liga a la rever-
beración que se planteaba en el coloquio anterior, donde lo
que se obtiene del medio al que se está expuesto se trans-
forma por la inclusión de la propia subjetividad.
el postrarse ante un auditorio no está sólo en la pala-
bra hablada frente a un público, ese postrarse frente a un
43
Por una teoría crítica en castellano
auditorio se encuentra también en la escritura. cuando
nosotros escribimos, estamos exponiéndonos ante los
otros, nos situamos ideológicamente, políticamente, fami-
liarmente, culturalmente, teóricamente, etc. 17, instituto,
se ha situado en los diversos mentes que le ha sido posible
y necesario, y desde ese lugar nos habla de la necesidad de
exponer aquello de lo que en otras lenguas no se puede en-
tender como se entiende desde el español. en ese sentido
es imprescindible considerar que, dentro de nosotros,
existe algo que nos empuja a posicionarnos en un lugar de-
terminado. Yo, por ejemplo, siempre he tenido amigos o
conocidos de otros lugares, que hablan otros idiomas, y he
entendido que hay palabras-conceptos que ellos no logran
comprender de forma clara, los dicen pero no los compren-
den; o en mi calidad de viajero donde he asimilado dife-
rencias entre algunas cosas que a pesar de ser un mismo
objeto se aprecian de diferente manera. esa conceptuali-
dad de los objetos así como de las ideas correspondientes
al posicionamiento de las singularidades que las nombran
es aquello que es necesario estudiar, y aquí hago uso del
planteamiento deleuziano pensando que algo que nombra
no sólo es una persona de carne y hueso. así el posiciona-
miento dialéctico que se propone, se sitúa desde otro lugar,
donde los conceptos se conforman de acuerdo a otro tipo
de circunstancias que aquellos que se pensaban con ante-
rioridad. desde esta nueva postura podría pensarse en el
vínculo arte-política, tal vez empezando a retomar el tra-
bajo como el que hace faRo, articulando su producción
con la otra cultura. en tanto que el trabajo que se produce
tiene una palabra dentro de las necesidades de articular las
raíces culturales del lugar en que se está trabajando y no
sólo como un mecanismo de cohesión social. cuando pre-
sentaban el proyecto con todos aciertos y grandes recono-
cimientos parecía existir una demanda sobre el a dónde ir
44
testimonios del séPtimo coloQUio
usando este tipo de espacio, la pregunta se situaba (desde
mi perspectiva), en lo más íntimo de la cotidianidad del
sector que se estaba incluyendo en un espacio cultural: se
les llevaba cultura y al mismo tiempo se recogía cultura del
lugar pero, ¿qué hacer con ella? en otro momento me vino
a la mente la idea de que usando mecanismos como Sophie
Project para llevar la información de maneras nuevas a los
lugares habituales e incluso a otros espacios que antes no
habían sido contemplados como lugares de promoción cul-
tural, pensando en la cultura como aquello que nos cohe-
siona a partir de una postura sociopolítica y en su correlato
historiográfico y no como mera producción artística (en
este sentido hay autores como enrique Guinsberg que di-
ferencian cultura de cultura, para referirse a la producción
artística en el primer caso, así como a la transmisión de va-
lores, normas, etcétera, en el segundo caso), sería más fácil
o más dinámico. esto me llevó a pensar en cómo las gene-
raciones se enfrentan a nuevas formas de comunicación,
al tiempo que existen otras que se están quedando rezaga-
das en la carrera de la tecnología, lo cual nos obliga, por
un lado a estar en constante movimiento a las nuevas for-
mas de acción dentro de los espacios que cuentan con el
acceso a las nuevas tecnologías al tiempo que es nuestra
tarea considerar que existen muchos espacios donde no se
cuenta siquiera con una computadora, lo que nos obliga a
trabajar en formas verdaderamente opuestas, en lo que a
tecnología se refiere. tal vez por ello es que el proyecto de
tumbona ediciones sigue siendo una alternativa, no sólo
para conseguir textos que sea imposible conseguir, sino
para tener los medios para llegar a aquellos que no tienen
acceso a estos medios de información que se expanden por
las ciudades.
Pero todo este trabajo es nulo si seguimos reprodu-
ciendo las formas de acción que se presentan en el sistema
45
PoR Una teoRía cRítica en castellano
corrupto que nos ha estructurado. empezar por cambiar
la manera de pensar y posicionarnos en un espacio donde
lo importante es la producción de conocimientos nuevos
desde la perspectiva de los pueblos latinoamericanos, a los
que nosotros pertenecemos, donde la tarea es la construc-
ción de una teoría crítica en español y en que es impor-
tante, no sólo reconocerse como una persona que sabe qué
es lo que está diciendo, sino que reconoce que eso que está
aportando es algo que tiene un valor por el momento his-
tórico en que se está difundiendo ese saber así como por
la posición geo-política que lo produce.
a algunos compañeros de 17, instituto les dije: Puedo
resumir el coloquio en dos palabras: Hacerse cargo. ¿Qué es ha-
cerse cargo? Reconocer en primer lugar que sabemos, re-
conocer que tenemos el derecho a expresar lo que
sabemos, pero también reconocer que tenemos el deber
de articular lo que estamos diciendo de tal manera que sea
utilizable, que debemos sostener con fundamento lo que
estamos diciendo, que debemos estar bien preparados para
decir lo que estamos diciendo o proponiendo, pero tam-
bién que tenemos fallas y que estamos dispuestos a escu-
char lo que nos aporten otros para complementar nuestro
conocimiento generado, tener el valor de asumir las faltas
que hubiéramos cometido en el trabajo o que estuviesen
presentes, y trabajar en las faltas así como se puede rasurar
si existen excesos. Hacerse cargo es asumir que somos hu-
manos y que estamos abriendo veredas, por lo que pode-
mos cometer errores, pero también es asumir que es
importante trazar objetivos claros y que los errores en re-
alidad sólo son algunos pasos a un éxito favorable.
46
testimonios del séPtimo coloQUio
De v e n i r e s e n c o n f l i c t o
Ofelia Rodríguez López
i
Durante seis coloquios, tres años para ser exactos, por este
instituto han cruzado, atravesado, ideas, palabras, queha-
ceres, todos abiertos, siempre receptivos a nuevas relectu-
ras y resignificaciones:
el inicio quedó sellado con la polémica entre lanz-
man y Huberman y la pregunta siempre vigente ¿es la visi-
bilidad o la invisibilidad el camino hacia la legibilidad en
la memoria? y en todo caso ¿es posible que un exceso, es
decir, una visibilidad desbordante contribuya a un desdi-
bujamiento de aquello que más se pretende retener?1 en
este sentido y como se ha visto en repetidas ocasiones, la
desconstrucción de la imagen resulta un camino legítimo
para lograr una mayor legibilidad. Así pues, y volviendo a
la reflexión inicial, en diversos espacios han sonado y re-
sonado los pensamientos de freud y sus intuiciones tele-
páticas; Baudrillard con sus redes y formas virales de la
política y lo político; el gran otro lacaniano releído por
Dufour, así como las condiciones políticas en la produc-
ción de una determinada forma en Walter Benjamin; sólo
por citar algunos ejemplos en la amplitud de temas y auto-
res abordados.
Hay en todos estos casos un factor en común, algunos
de los autores lo intuyen, otros lo tienen como un presu-
puesto: el conocimiento no admite separaciones, antes
bien es necesario eliminarlas, sospechar de las parcialida-
47
des, devolver al conocimiento el estatuto que le corres-
ponde: ser unitario. He aquí la gran utilidad que la filosofía
presta a esta empresa en su afán por destruir saberes par-
ciales, que no son más que reductos de poder.
Hasta entonces nosotros habíamos sido transcripto-
res, glosadores o en el mejor de los casos, hemos tratado
de resignificar estas propuestas, asimilándolas y en algunos
casos hemos intentado crear puentes y conexiones, de
mayor o menor alcance, pero ¿qué de original hay en ello?
poco, o casi nada.
Hemos vivido siempre amparados bajo una tradición
que no nos pertenece, hegemónica en tanto dueña de la
tradición greco-romana y sobre la que la modernidad cons-
truyó su aliento renovador, hoy asfixiado.
¿qué entonces ha sostenido al incipiente y vacilante
criticismo iberoamericano? soberbias y complejas apro-
piaciones, de muy escasa manufactura doméstica. Aún
cuando en este escenario no podemos dejar de reconocer
un sitio sobresaliente a figuras como carlos monsiváis y
Ariel Dorfman, entre otros, pocos por cierto.
parece entonces éste, el paso más lógico pero eviden-
temente el más arriesgado para el instituto de estudios
críticos: formular una teoría crítica a la luz del contexto
iberoamericano y tal vez obligadamente, con registro po-
lítico.
De aquí que la identidad del instituto deba permane-
cer tal como rancière entiende el proceso subjetivador:
como una identificación imposible, siempre fuera, siempre
en el vacío, lo que en buena medida le asegurará un registro
crítico sin compromiso. siempre articulando y desarticu-
lándose a sí misma, lo mismo que al entorno en el cual pre-
tende ejercer alguna influencia. esa es su vocación.
48
testimonios Del séptimo coloquio
ii
la crítica significa leer la historia desde la caducidad de las
cosas. Hace poco menos de un siglo, para Walter Benjamin
era un hecho, la obra de arte, esa obra eterna, siempre la
misma y por eso siempre aurática, había dado paso a una
producción sujeta a la destrucción, pero que seguramente
respondía mejor a los nuevos tiempos. arte, estética y Po-
lítica quedaban unidas en forma indisoluble, a partir de la
preocupación por las condiciones políticas de producción
de una determinada forma, de manera semejante a como
el Derecho y la Historia han generado las condiciones para
producir la forma “hombre”. la actualidad de Benjamin se
halla aquí: en señalar que la estética moderna es la conti-
nuación de la máquina jurídica como configuración de la
vida del hombre.
¿cuál es la preocupación de Benjamin? la materialidad
y las condiciones de producción de la obra. Queda ésta, li-
berada de su obligación de connotar un mensaje político,
de ser un texto a partir del cual se extraiga un mensaje; su
función es ahora restituir al hombre su sensorialidad per-
dida en la máquina anestesiante del mensaje. Donde hay
menores connotaciones políticas, hay mayor posibilidad
de politización. ese es el trasfondo de la polémica que sos-
tuvieron Benjamin y Brecht con el realismo socialista lu-
kàcsiano.2
Hay también una crítica asociada al momento de le-
gibilidad. lo importante no es la duración de la imagen en
la conciencia sino la interrupción que plantea la destruc-
ción de esa duración. ¿cómo elaborar una crítica a la des-
articulación del momento del sujeto y su conciencia?:
instante y legibilidad. lo remarcable del arte no es su du-
ración (eternización) sino su devenir (ruina), su ser efí-
mero, su capacidad para emerger e interrumpir.
49
Por una teoría crítica en castellano
iii
Hemos inventado tecnologías sin
saber el mundo que nos van a dar
Bob stein
leer en voz alta fue la norma desde los inicios de la palabra
escrita, así se crearon los signos, las palabras: con su propio
sonido implícito. una palabra pronunciada tenía vida, es-
taba hecha no sólo para la lengua sino para el cuerpo com-
pleto, balanceante en ocasiones, como dando musicalidad
a los sonidos. una palabra sin pronunciar era letra muerta.
en un polémico estudio, el norteamericano Julian Jaynes,
al preguntarse por el origen de la conciencia la define como
un proceso aprendido basado en el lenguaje.3 así pues, la
lectura inició no sólo como una actividad que debía mani-
festarse con todo el cuerpo, incluyendo la voz, sino que una
segunda consecuencia lógica era su naturaleza colectiva, im-
pensable en soledad. las palabras se leían y escuchaban, se
compartían, se significaban en comunidad. Quien en la an-
tigüedad sospechosamente se atrevía a leer en silencio, cau-
saba justificadas suspicacias ¿qué estaría cruzando por su
mente que escapaba al dominio común? Poco a poco se fue
perdiendo el sentido sonoro del lenguaje y con el adveni-
miento de la producción bibliográfica masiva las bibliotecas
personales crecían, al ritmo que la actividad colectiva fue
cayendo en un letargo del que no se recuperó por siglos. el
objeto único e inmutable que fue el libro desde su forma
manuscrita, permaneció siendo el vehículo a través del cual
el conocimiento podía circular, se transmitía gracias a un
objeto “acabado”, “cerrado” y estructuralmente invariable.
el conocimiento se había asociado a su contenedor. Poco
o casi nada se agregó a este objeto durante los siguientes
quinientos años a partir de su masificación.
50
testimonios Del séPtimo coloQuio
el paradigma está a punto de transformarse, nuevas
formas y usos, inadvertidos por la mayoría han surgido. ese
objeto inmutable y resguardo del conocimiento, se ha
transformado en un espacio, un lugar de encuentro entre
el autor y sus lectores, lo que fisura para siempre la distan-
cia entre ambos, el concepto de propiedad de autor, así
como la conexión entre conocimiento y contenedor. estas
transformaciones están propiciando una vuelta a la lectura
pública en sustitución de la experiencia solitaria que per-
duró por cinco siglos.
nuevamente la destrucción de la duración se hace
presente. tal parece que éste podría ser el elemento unifi-
cador en todo el séptimo coloquio: “Por una teoría crítica
en castellano. Pensamiento, lenguaje y digitalidad” : inte-
rrupción en la duración en la experiencia editorial y en el
objeto llamado libro; en la obra de arte y su registro aurá-
tico, así como en la mirada teórica con la que hasta ahora
nos hemos aproximado al peculiarísimo acontecer iberoa-
mericano.
51
Por una teoría crítica en castellano
notas
1esta pregunta vale para diversos planteamientos, entre ellos el que
tuvo lugar durante el sexto coloquio “exceso (in) visible: tráfico y
pospornografía”, enero 2009.
2confrontar Aesthetics and Politics, de teodoro adorno, Walter Benja-
min, et. al. ed. Verso, nueva York, 2007.
3confr. http://www.julianjaynes.org/
testimonios de séptimo coloquio
17, instituto de estudios críticos
Por una teoría crítica en castellano,
pensamiento, lenguaje y digitalidad
empleó en su composición la familia
tipográfica Hoefler, en sus versiones
para texto, títulos y huecas,
publicada por Hoefler & frere Jones.
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