por qué visitar el valle del guadiato

7
¿Por qué visitar el Valle del Guadiato? Por Jerónimo López Mohedano Cronista Oficial de Peñarroya-Pueblonuevo El valle del Guadiato, al noroeste de la provincia de Córdoba, es un don del río que le da nombre y lo recorre de norte a sudeste desde su nacimiento en el melariense Cerro de La Calaveruela, junto a la aldea de La Coronada, hasta su desembocadura en el río Guadalquivir, en las cercanías de Almodóvar del Río. Flanqueado por la izquierda por los montes de Sierra Morena, cuyo nombre le fue dado por los romanos asentados en la Bética y en cuyos montunos y deshabitados parajes se establecerían los primitivos eremitas cristianos haciendo que parte de ella se denominase como Sierra de los Santos, donde luego verían instalarse alguna comunidad templaria. Por la derecha el relieve es de menor entidad y elevación como son las alineaciones de Sierra Ladrones y la Sierra de Los Puntales. En su interior, al lado de la ribera izquierda, algunos cerros testigos pregonan con su soledad que en remotas épocas geológicas este valle estuvo cubierto por aguas marinas cuyas criaturas dejaron su impronta en forma de fósiles en rocas y sedimentos y en la que fuera legendaria riqueza de su subsuelo: el carbón de piedra. En cerros testigos, entre los que se puede mantener con facilidad el contacto visual, nos han dejado abundantes vestigios de su ocupación por los primeros pobladores del Valle en la Sierra de La Estrella (Espiel), Sierra Palacios (Belmez), el Peñón de Peñarroya (pinturas rupestres) y el Cerro de Amasatrigos (Fuente Obejuna), hace unos cuatro mil años que ya eran agricultores, ganaderos y sabían trabajar los metales, además de otros interesantes yacimientos en

Upload: asociacion-cultural-le-rumeur

Post on 22-Mar-2016

217 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Un recorrido por el Valle del Guadiato (Córdoba)

TRANSCRIPT

Page 1: Por qué visitar el valle del guadiato

¿Por qué visitar el Valle del Guadiato?

Por Jerónimo López Mohedano

Cronista Oficial de Peñarroya-Pueblonuevo

El valle del Guadiato, al noroeste de la provincia de Córdoba, es un don del río

que le da nombre y

lo recorre de norte

a sudeste desde su

nacimiento en el

melariense Cerro

de La Calaveruela,

junto a la aldea de

La Coronada, hasta

su desembocadura

en el río

Guadalquivir, en

las cercanías de

Almodóvar del

Río. Flanqueado

por la izquierda

por los montes de

Sierra Morena, cuyo nombre le fue dado por los romanos asentados en la Bética y en

cuyos montunos y deshabitados parajes se establecerían los primitivos eremitas

cristianos haciendo que parte de ella se denominase como Sierra de los Santos, donde

luego verían instalarse alguna comunidad templaria. Por la derecha el relieve es de

menor entidad y elevación como son

las alineaciones de Sierra Ladrones y

la Sierra de Los Puntales. En su

interior, al lado de la ribera

izquierda, algunos cerros testigos

pregonan con su soledad que en

remotas épocas geológicas este valle

estuvo cubierto por aguas marinas

cuyas criaturas dejaron su impronta

en forma de fósiles en rocas y

sedimentos y en la que fuera

legendaria riqueza de su subsuelo: el carbón de piedra.

En cerros testigos, entre los que se

puede mantener con facilidad el contacto

visual, nos han dejado abundantes

vestigios de su ocupación por los primeros

pobladores del Valle en la Sierra de La Estrella (Espiel), Sierra Palacios

(Belmez), el Peñón de Peñarroya (pinturas

rupestres) y el Cerro de Amasatrigos

(Fuente Obejuna), hace unos cuatro mil

años que ya eran agricultores, ganaderos y

sabían trabajar los metales, además de

otros interesantes yacimientos en

Page 2: Por qué visitar el valle del guadiato

Villanueva del Rey u Obejo. Luego serían los poblados ibéricos los que salpicarían el

Valle y que, en ocasiones se convertirían en asentamientos de los romanos que también

establecerían sus villae y poblaciones a poca distancia de la calzada que unía Corduba

con la extremeña Emérita Augusta trazada a la derecha del curso del Guadiato, aunque

en ocasiones lo atravesaba con puentes de los que aún se conservan algunos en el curso

medio y bajo, y salpicada de ventas y postas, arteria de la que salían ramificaciones

hasta los lugares habitados de mayor interés, como es el caso de la más importante Fons

Mellaria, junto a la que se conserva un acueducto y a muy corta distancia, en el Cerro de

La Loba, algunos restos de lo que fuera una de las más importantes minas de plata

cordobesas cuya producción se exportaba en reatas hasta Córdoba desde donde era

reenviada navegando por el Guadalquivir hasta Cádiz.

Siglos después, los hispano-musulmanes aprovecharon el llamado Camino Viejo

y crearon el Camino Nuevo (desde Fuenteovejuna, por el sur de la Sierra de los Santos a

Doña Rama y el Entredicho (aldeas belmezanas) y a mediodía de Sierra Boyera llegar

hasta Villanueva del Rey donde entroncaba con el camino de Córdoba a Mérida. El

caudillo Almanzor en dos de sus victoriosas expediciones contra los hispano-cristianos

de León, en el 977, y de Castilla, en el 999 utilizaría esta ruta. Y también reutilizarían

alguna de las fortalezas romanas, como la existente en la sierra de El Hoyo (Belmez) (la

de El Hoyo de Viandar). Para controlar mejor el Valle levantaron atalayas, como la

desaparecida de Peñarroya, el castillo de la Piña o de Belmez -aunque el poblado árabe

estuviera en Sierra Palacios-; el de Aljófar (Valsequillo) y los de El Vacar, en cuyas

cercanías ocurrieron los hechos que recoge el romance de “Los Siete Infantes de Lara” y

el de Névalo (Villaviciosa). Pero el peligro para la Córdoba hispano-musulmana vendría

desde el norte, desde el Valle de los Pedroches, por lo que su conquistador, Fernando III

de Castilla, se introduciría en el Valle del Guadiato por Espiel hasta alcanzar la capital

en el 1236 y someterla.

Durante la Baja Edad Media mientras buena parte del Valle pertenecía al alfoz

de Córdoba o eran tierras de realengo, las tierras de Belmez y Fuenteovejuna eran

propiedad de la Orden Militar de Calatrava, ocurriendo los conocidos hechos de la

sublevación de los habitantes de esta última población contra el Comendador de

Calatrava que dio origen a la muy conocida obra de teatro de Lope de Vega

“Fuenteovejuna”, sucesos que, según una muy extendida pero difícilmente sostenible

creencia entre los vecinos de la zona, se consideran como la base para la creación de

diversos cortijos tras la huida de los melarienses que deseaban evitar represalias tras el

Page 3: Por qué visitar el valle del guadiato

crimen, cortijos que con el tiempo se convertirían en nuevas poblaciones como sería el

caso de Peñarroya.

Hasta finales

del siglo XVIII las

poblaciones del

Valle del Guadiato

basaron su

economía en la

ganadería (ganados

lanar y de cerda) y

en la agricultura

(cereales,

leguminosas,

algunas vides y a

partir del siglo XIX,

el olivo), aunque durante un tiempo hubo en Fuente Obejuna, la principal de ellas, unas

modestas industrias de pañerías y tejidos y también marcaba el valor del ganado en la

capital cordobesa. El descubrimiento del carbón junto a la aldea de Peñarroya y en

Espiel iba a cambiar la comarca convirtiéndose en objetivo para su explotación por

parte de compañías extranjeras, dada la debilidad de los capitales de la zona y su falta

de visión de futuro, y en un imán que

atrajo españoles, franceses,

portugueses o italianos para trabajar

en las minas de carbón, en la

construcción hospitales, institutos,

ferrocarriles mineros y de ancho

nacional, redes de alcantarillado y

distribución de aguas… provocando

un crecimiento demográfico

espectacular de las poblaciones y un

desplazamiento del eje económico

hacia el norte

de la

provincia.

Peñarroya-

Pueblonuevo

se convertiría

en la capital

económica,

social y

demográfica

del Valle del

Guadiato de la mano de la poderosa transnacional francesa, la Sociedad Minera y

Metalúrgica de Peñarroya que explotó casi monopolísticamente la Cuenca.

La Guerra Civil hizo que esta zona fuera un frente secundario, pero activo de

guerra durante casi tres años y entre sus consecuencias podemos señalar un fuerte éxodo

entre los perdedores y el estancamiento minero industrial durante los años de la

posguerra que provocaría, junto a la introducción y generalización del uso de los

combustibles fósiles líquidos, el abandono de la Cuenca del Guadiato por parte de la

Sociedad Francesa y aunque el Estado creó una empresa estatal (ENCASUR) con el fin

Page 4: Por qué visitar el valle del guadiato

de mantener las explotaciones de carbón y evitar una brutal crisis socioeconómica, la

emigración de los años sesenta y setenta redujo a poco más de un tercio las poblaciones

de los pueblos del Valle, y se cerraron los ferrocarriles mineros y el que fuera potente

Cerco Industrial, con sus fundiciones, fábrica de abonos, talleres metalúrgicos y

mecánicos.

Tras los fallidos planes

de reindustrialización de los

últimos años del siglo XX - se

desaprovecharon los fondos

europeos destinados a este fin- y

del cese total de las últimas

explotaciones carboneras de la

cuenca –cuya producción se

consumía en la central térmica

de Puente Nuevo en 2010-

cuando la minería ha pasado a

ser historia, se han conseguido

algunas mejoras gracias a las

reformas y profunda

transformación de la red de carreteras, así como por a la creación de polígonos

industriales en bastantes de las once poblaciones que integran la Mancomunidad de

Municipios del Valle del Guadiato con los que se ha tratado de fijar industrias y con

ellas a la población más joven evitando la emigración. También se ha mejorado

notablemente el sector servicios, sector ocupacional básico en la actualidad, aunque se

mantienen actividad económica agraria -olivar y cereal- mientras que la encina sigue

alimentando a la cabaña porcina que junto a la ovina y muy poco vacuno centran la

actividad ganadera. Se están introduciendo nuevos cultivos como el del pistachoEs

interesante y rentable la actividad de tipo forestal desarrollada en Villaviciosa de

Córdoba.

En la actualidad las

comunicaciones con otras comarcas

aledañas son excelentes y bastante

aceptables las interiores lo que permite

disfrutar con facilidad de bellos paisajes

naturales, parajes tranquilos en los que

parece que el tiempo se ha detenido, con

arbolado de encinas, alcornoques y

quejigos, así como monte alto o plantas

como la jara, el tomillo el romero y la

lavanda que perfuman el aire y

convierten los paseos a pie o en bicicleta

por senderos libres o señalizados en una

grata y vivificante experiencia por medio

de una flora protegida. Incluso quedan

ejemplares de bosques de ribera en las

corrientes de agua que llevan al

Guadiato. Dos asociaciones, están

intentando revitalizar viejos caminos en

el Valle: la del Camino Mozárabe, que

realiza marchas nocturnas y diurnas en

Page 5: Por qué visitar el valle del guadiato

tramos de lo que fuera este, y la Asociación “La Maquinilla” que ha recuperado parte

del trazado del desaparecido ferrocarril minero que unía Belmez y Peñarroya-

Pueblonuevo como vía verde. Aún hoy, como si de una reminiscencia del pasado

minero se tratara, un tren minero procedente de Puertollano (Ciudad Real) recorre desde

Almorchón (Badajoz) el Valle del Guadiato hasta la estación de La Alhondiguilla.

Es posible asistir al espectáculo otoñal de la berrea del ciervo o practicar la

pesca en cualquiera de los embalses de la comarca: los de Sierra Boyera, de Puente

Nuevo, del Guadiato o de San Pedro e incluso hacer actividades acuáticas en los dos

primeros. Disfrutar de la caza a pie o al aguardo, en rincones habitados por ciervos o

jabalíes, o en campos abiertos especies menores. Aunque la estrella es el lince ibérico

detectado en el

corredor que conecta

la Sierra Morena

Oriental y la

Occidental, vital para

la supervivencia de

esta especie tan

amenazada, lo que

indica la abundancia

de conejos de monte.

También es posible

recrearse con la

variada comunidad de

rapaces compuesta

hasta por 17 especies

diurnas y 7 nocturnas,

como el águila real o

los buitres leonados o negros, aunque algunas no nidifiquen en la zona. Y gozar del

vuelo de multitud de otras especies de la avifauna existente, especialmente en la Zona

de Protección Especial de Aves, con sus avutardas, alcavaranes, carracas, gangas… o la

asociada al mismo Guadiato, como son cigüeñas negras, ánades, fochas, patos y

cormoranes. En las orillas menos accesibles sobrevive una pequeña población de

nutrias.

Otras actividades deportivas como la celebración anual de una prueba de trial en

la falda del Peñón peñarriblense

válida para las pruebas de los

campeonatos español y del mundo.

Se puede realizar escalada en la

Estrella, Espiel y la media maratón

entre Belez y esta última población.

Y, en Fuente Obejuna se puede

disfrutar de los vuelos que pueden

hacerse desde su pista de vuelo para

ultraligeros, pues también se montan

acreditados autogiros, sin que

podamos olvidar en la

representación que bianualmente se

lleva a cabo tan exitosamente por

los vecinos del universal drama de

Lope de Vega que lleva el nombre de

Page 6: Por qué visitar el valle del guadiato

la Villa.

Junto con una variada gastronomía

autóctona, se puede gozar la alegría que da el

buen beber los vinos nuevos, de pitarra secos

y dulces, que preludian el invierno y tan

celebrados son durante el tiempo

de las matanzas del cerdo que se

siguen realizando en los pueblos

de Belmez, Fuente Obejuna o

Villanueva del Rey o de una manera más

institucionalizada en el distrito de Peñarroya,

o de los caldos más elaborados que se

producen en Villaviciosa tan ligados al ciclo

festivo, que se traduce en romerías, ferias y

otras conmemoraciones. En todas las

poblaciones guadiateñas podremos admirar su

patrimonio artístico religioso integrado por

las ermitas de sus patrones o de otros

personajes del santoral, e iglesias y

conventos que abarcan temporalmente desde

el Renacimiento al siglo XX, así como por algunos edificios notables, unos

pertenecientes a construcciones de tipo popular, otros más elaborados. Entre otros

edificios civiles se pueden admirar el palacete modernista de Cardona (Fuente

Obejuna); el que albergara la antigua dirección y oficinas de la Sociedad Minera y

Metalúrgica de Peñarroya, con su apostura neoclásica francesa, el poco conservado

Barrio Francés, así como los espectaculares restos del muy abandonado Cerco

Industrial (Peñarroya-Pueblonuevo) y los edificios de La Tercia y de La Escribana

(Villaviciosa de Córdoba) También es preciso destacar interesantes museos como el

etnográfico de Posadilla (Fuente Obejuna); el Histórico de Belmez y del Territorio

Minero (Belmez); y el Geológico y Minero y el del Centro de Poesía Visual y el de

pintura de Nuestra Señora del Rosario (Peñarroya-Pueblonuevo). No faltan

monumentos en los parques públicos de estas poblaciones, realizadas por autores

contemporáneos y dedicadas, en su mayor, parte al recuerdo de la extinguida actividad

minera. La larga crisis económica ha paralizado los proyectos de un Centro de

Interpretación de la Minería sobre la extinguida mina de Santa Rosa, el Museo del

Ferrocarril y el más ambicioso de todos, el de un Tren Turístico con tracción de vapor

que volvería a unir Córdoba con Puertollano (Ciudad Real) permitiendo a los viajeros

el disfrute de la naturaleza brava de la Sierra Morena y la más apacible del valle del

Guadiato, así como la hospitalidad de sus moradores.

Para hospedarse existen establecimientos hoteleros de diversa categoría en

Belmez, Espiel, Fuente Obejuna y Peñarroya-Pueblonuevo y casas rurales en esta

población; en las belmezanas aldeas de Doña Rama y de El Hoyo y en las melarienses

de Posadilla y Los Pánchez, amén de otra en la propia Villa.

Page 7: Por qué visitar el valle del guadiato

La procedencia de las fotos se especifica así: las aéreas, de Piper7, la primera de

la cola del embalse de Sierra Boyera en las cercanías de Peñarroya-Pueblonuevo y la

última del Guadiato a su paso por la antigua estación reconvertida en hotel, de Espiel;

de Manoli Rizo, la de la Central Térmica de Puente Nuevo y la de la antigua mina

Terrible, de Louis Rabouin. Se desconoce la autoría de la del Palacio de Carmona.

El resto son del autor del texto cuyos nombres se detallan de arriba abajo y de

izquierda y derecha:

2º.- Nacimiento de la luna llena en Peña Ladrones.

3º.- Peñón de Peñarroya desde el Guadiato.

4º.- Ganado lanar con fondo de la Sierra de los Santos.

5º.- Castillo de Belmez y Sierra Palacios

7º.- Vista parcial del Cerco Industrial peñarriblense.

9º.- Estación férrea de Peñarroya-Pueblonuevo.

11º.- Portada parcial de El Periódico de Peñarroya-Pueblonuevo (IX-2013)

12º.- Ayuntamiento de Belmez.

13º.- Antigua Dirección de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya