por la burocracia, la adopción de un chico puede tardar diez años

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INVESTIGACION Y ANALISIS LAURA GAMBALE El debate abierto en torno a la adopción gay, sumado a las controversias por la adopción de los hijos de la dueña del Grupo Clarín, Ernestina He- rrera de Noble, pusieron nue- vamente en agenda el estado del sistema de adopción en el país. PERFIL consultó a padres adoptivos y especialistas acerca de los principales problemas. “La gran demora” y “las trabas burocráticas” fueron las res- puestas unánimes. Aseguran, además, que existen parejas que deben esperar “hasta diez años” para recibir al niño, que muchos “optan por anotarse en más de diez registros” y que recurren a la “entrega directa” como alternativa. Por otro lado, se quejan de que “no existe un registro de los chicos en estado de adoptabilidad” y recuerdan que “el 98% de los padres acep- ta únicamente a chicos peque- ños”. Todo esto provoca daños perfectamente evitables tanto en quienes quieren adoptar co- Por la burocracia, la adopción de un chico puede tardar diez años En apariencia, es un problema fácil de solucio- nar: hay más de 10 mil chicos en condiciones de ser adoptados y un número similar de parejas que quieren tenerlos en sus hogares y tratarlos como los hijos que, por diversas razones, no pueden tener. Pero la burocracia del Estado, el atraso de las leyes, la desidia de los políticos y los negocios montados por algunos inescrupulosos impiden ese encuentro. Hasta que eso no cambie, miles de argentinos se desgastan deambulando por los juz- gados, tratando de acelerar los trámites, y miles de chicos sobreviven en los institutos de menores. LA ARGENTINA QUE NO FUNCIONA TRISTEZA. Chicos que podrían ser adoptados pero que tienen que sobrevivir en un instituto de menores de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué futuro les espera? ocho meses, que es un montón, hasta recibir la aprobación y el comprobante de aspirante. Ese certificado lo adjunte en otras 14 carpetas iguales y las envié a juzgados de distintas provin- cias”. María Elena confiesa que “cuando uno tiene tanto deseo de ser mamá, te metés en cual- quier cosa”. Durante la espera, se acercó a dos mamás correntinas re- cién embarazadas. “Acordamos que me darían a su bebé cuan- do naciera mediante la entrega directa frente al juez de Monte Caseros, a cambio de que me ocupe de pagarles comida, vi- vienda y asistencia médica du- rante su embarazo. Llegado el momento, no quisieron hacer la entrega porque querían plata a cambio. De entrada, les dije que no iba a pagar para tener un hijo. Seguí esperando hasta que me llamaron por mi actual hija”, finaliza María Elena. El tiempo no para. Con el ob- jetivo de “dar transparencia mo en los chicos que podrían ser adoptados y deben vivir en institutos. Si bien no hay un registro sobre cuántas personas están anotadas para adoptar, se es- tima que son más de 6 mil las parejas sólo en la Capital y el Gran Buenos Aires. La para- doja es que, en simultáneo, hay más de 10 mil chicos que po- drían ser adoptados pero que están viviendo en institutos de menores. “Estuve dando vueltas du- rante cuatro años hasta que me llamaron del juzgado de Corrientes para avisarme que tenía a una niña de 3 meses y medio esperando” cuenta Ma- ría Elena Sgoba, mamá soltera desde hace ocho años. Llegó a Corrientes aconsejada por un conocido. “Llamé al juzgado de Monte Caseros, viajé hasta allí, presenté la carpeta y me hicieron una evaluación.” Pe- ro antes tuvo que anotarse en el registro único de la Ciudad de Buenos Aires, donde “tardé PROBLEMAS. Los trámites de adopción son demasiado largos y favorecen las irregularidades. FOTOS: CEDOC PERFIL

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Si bien no existen estadísticas certeras, se estima que diez mil bebés, niños y adolescentes que podrían ser adoptados están encerrados en institutos y hogares de menores de la Argentina. Son sólo el 30 por ciento de los menores de edad que están privados de libertad. La Justicia, gobiernos y hasta las ONG siguen prefiriendo sacar a los niños de sus hogares para encerrarlos en institutos por causas asistenciales, aunque rechazan que sean dados en adopción porque hay que “privilegiar el vínculo biológico”. ¿Hipocresía, impericia o negocio?

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Page 1: Por la burocracia, la adopción de un chico puede tardar diez años

INVESTIGACION Y ANALISIS

Laura GambaLe

El debate abierto en torno a la adopción gay, sumado a las controversias por la adopción de los hijos de la dueña del Grupo Clarín, Ernestina He-rrera de Noble, pusieron nue-vamente en agenda el estado del sistema de adopción en el país. PERFIL consultó a padres adoptivos y especialistas acerca de los principales problemas. “La gran demora” y “las trabas burocráticas” fueron las res-puestas unánimes. Aseguran, además, que existen parejas que deben esperar “hasta diez años” para recibir al niño, que muchos “optan por anotarse en más de diez registros” y que recurren a la “entrega directa” como alternativa. Por otro lado, se quejan de que “no existe un registro de los chicos en estado de adoptabilidad” y recuerdan que “el 98% de los padres acep-ta únicamente a chicos peque-ños”. Todo esto provoca daños perfectamente evitables tanto en quienes quieren adoptar co-

Por la burocracia, la adopción de un chico puede tardar diez años

en apariencia, es un problema fácil de solucio-nar: hay más de 10 mil chicos en condiciones de ser adoptados y un número similar de parejas que quieren tenerlos en sus hogares y tratarlos como

los hijos que, por diversas razones, no pueden tener. Pero la burocracia del estado, el atraso de las leyes, la desidia de los políticos y los negocios montados por algunos inescrupulosos impiden

ese encuentro. Hasta que eso no cambie, miles de argentinos se desgastan deambulando por los juz-gados, tratando de acelerar los trámites, y miles de chicos sobreviven en los institutos de menores.

la argentina que no funciona

tristeza. Chicos que podrían ser adoptados pero que tienen que sobrevivir en un instituto de menores de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué futuro les espera?

ocho meses, que es un montón, hasta recibir la aprobación y el comprobante de aspirante. Ese certificado lo adjunte en otras 14 carpetas iguales y las envié a juzgados de distintas provin-cias”. María Elena confiesa que “cuando uno tiene tanto deseo de ser mamá, te metés en cual-quier cosa”.

Durante la espera, se acercó a dos mamás correntinas re-cién embarazadas. “Acordamos que me darían a su bebé cuan-do naciera mediante la entrega directa frente al juez de Monte Caseros, a cambio de que me ocupe de pagarles comida, vi-vienda y asistencia médica du-rante su embarazo. Llegado el momento, no quisieron hacer la entrega porque querían plata a cambio. De entrada, les dije que no iba a pagar para tener un hijo. Seguí esperando hasta que me llamaron por mi actual hija”, finaliza María Elena.

El tiempo no para. Con el ob-jetivo de “dar transparencia

mo en los chicos que podrían ser adoptados y deben vivir en institutos. Si bien no hay un registro sobre cuántas personas están anotadas para adoptar, se es-tima que son más de 6 mil las parejas sólo en la Capital y el Gran Buenos Aires. La para-doja es que, en simultáneo, hay

más de 10 mil chicos que po-drían ser adoptados pero que están viviendo en institutos de menores.

“Estuve dando vueltas du-rante cuatro años hasta que me llamaron del juzgado de Corrientes para avisarme que tenía a una niña de 3 meses y medio esperando” cuenta Ma-

ría Elena Sgoba, mamá soltera desde hace ocho años. Llegó a Corrientes aconsejada por un conocido. “Llamé al juzgado de Monte Caseros, viajé hasta allí, presenté la carpeta y me hicieron una evaluación.” Pe-ro antes tuvo que anotarse en el registro único de la Ciudad de Buenos Aires, donde “tardé

problemas. Los trámites de adopción son demasiado largos y favorecen las irregularidades.

fotos: cedoc perfil

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PEDRO YLARRI

Estrellas como Madonna, Brad Pitt y Angeli-na Jolie aparecen exultantes y solidarios en portadas de revistas de celebridades de todo el mundo alzando a sus hijos adoptivos afri-canos y relatando las bondades de ayudar a un niño pobre y darle mejor vida en el Primer Mundo. Hasta la modelo Nicole Neumann se animó: “Quiero adoptar un bebé de Haití”, dijo tras el devastador terremoto que azotó ese país a principio de año. La adopción in-ternacional se ha puesto de moda entre las celebridades, aunque todavía haya reparos sobre su legalidad y utilidad.“La regla para la adopción internacional es la misma: debe ser el último recurso para garantizar al niño el derecho a tener a una familia y a crecer en un entorno sano”, explica a PERFIL Gimol Pinto, responsable del Area de Protección de Unicef Argentina, y destaca que “sólo debe darse cuando el niño no tenga familia y no exista en su país otra que pueda

garantizarle esos derechos”.Si bien según la ONU sólo es recomendable adoptar niños de países postergados o ante casos de desastres naturales o guerras, la práctica de criar niños extranjeros ha sido promovida por los países desarrollados, mu-chos con índices negativos de crecimiento demográfico. En Italia y Alemania las parejas infértiles o personas solteras sólo pueden re-currir al extranjero para adoptar. Una simple búsqueda en Internet revela que existen decenas de entidades y asociaciones públicas y privadas que ofrecen la gestión del trámite de adopción internacional, incluso

a padres de países en los que existen niños para adoptar (Estados Unidos y Argentina, por ejemplo) y desde países en los que hay familias sustitutas (Rusia y China).Si bien no hay estadísticas certeras, las ONG que trabajan en la temática aseguran que Es-tados Unidos es el país que más niños extran-jeros recibe. Solo una ONG rusa –hoy empre-sa norteamericana– aseguró que llevó a 900 niños a Estados Unidos en los últimos años. Además, el país tiene convenios con China y países de Africa para el “salvataje de huérfa-nos”. Cada trámite cuesta entre 20 mil y 40 mil dólares, por lo que entidades como Christian World Adoption (CWA) recomiendan “vender artículos en eBay” o “refinanciar el crédito del auto” para poder afrontar el costo.

En Argentina. Los países desarrollados intro-dujeron el artículo 21 en la Convención de los Derechos del Niño de 1989 para la adopción internacional, pero nuestro país hizo una re-

serva del artículo y prohibió que un extranje-ro no residente adoptara a un niño nacido en Argentina, explicó Pinto. Sin embargo, la ley permite el arribo de niños del extranjero.Al menos veintidós familias pidieron al Go-bierno que facilitara los trámites de adopción internacional de niños de Haití y facilitara su llegada a la Argentina tras el terremoto. Pero la Cancillería, ante un pedido de “cautela” de la ONU, se negó aduciendo que los trámites estaban siendo realizados por gestores priva-dos. Las familias cuestionaron el “burocráti-co” y “lento” sistema de adopción local, que las “obliga” a “buscar soluciones afuera”. ■

PERFIL - Domingo 13 de junio de 2010 EL OBSERVADOR - 75

y celeridad a los trámites de guarda y adopción de meno-res”, el Gobierno nacional puso en marcha hace cinco años el “Registro Unico de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga)”. Así lo anunció el entonces ministro de Justicia, Horacio Rosatti, que aseguró que con una lista centralizada se podría “facilitar el trámite de inscripción”.

Recordemos que la adopción en la Argentina se basa en la Ley N° 24.779, promulgada el 26 de marzo de 1997, y se com-plementa con la Convención de los Derechos del Niño, promul-gada el 21 de octubre de 2005, y la Ley N° 25.854 –promulga-da el 6 de enero de 2004–, que creó la Dirección Nacional del Registro Unico de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos.

“El Ruaga es un registro de registros –explica Nélida Al-fonso, de la Fundación Adopta-re–. Mientras las provincias no adhieran a él, las inscripciones van a continuar siendo insufi-cientes. Muchas provincias del

norte dijeron que lo harían pero no firmaron el convenio.”

PERFIL consultó a María Fe-derica Otero, directora nacional del Registro Unico de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, las causas de tantas demoras. “Cuando el Registro Nacional comenzó sus funciones, la ma-yoría de las provincias estaban reticentes a la adhesión. En oc-tubre de 2009, con el nuevo de-creto que modifica las funciones del Registro Nacional y respeta las autonomías provinciales, se conforma una Red Nacional de Registros para impulsar la co- ▼ Sigue en pág. 76

Cuando hay que buscar afuera

No existe un verdadero registro único de personas que quieren adoptar porque la mayoría de las provincias no han adherido a él a pesar de que fue creado, en teoría, en 2005

operación entre las diferentes jurisdicciones y respetar la ins-cripción única”. Además, Otero sostuvo que “una vez que se consiga la adhesión del grueso de las provincias, los aspiran-tes no tendrán que peregrinar por las distintas jurisdicciones para inscribirse en cada uno de los registros locales sino que la inscripción en el registro de su domicilio será válida para todo el territorio nacional”.

Al día de la fecha, existen 1.447 inscripciones correspon-dientes a los registros de la Ca-pital Federal, Santa Cruz y Tie-rra del Fuego, y se encuentran en “proceso de carga de datos” los inscriptos en La Rioja y Buenos Aires. Las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, por su parte, tienen proyecto de ley de adhesión con media sanción.

Padres del corazón. “El primer paso –inscripción y entrevistas– demoró sólo un mes y medio”, cuenta una mamá adoptiva que prefiere resguardar su identidad. “Nos aconsejaron que nos anotáramos en los juz-

gados de las distintas provin-cias para hacerlo más rápido. Fuimos a Entre Ríos, Salta y Misiones, de donde es nuestro hijo.” Tuvimos suerte porque nos llamaron a los diez meses de habernos anotado. Lo que más demoró fue el proceso pos-terior, es decir la preguarda, la guarda definitiva y el juicio de adopción. Todo eso, por ley, no puede superar el año y medio, y a nosotros nos tardó tres años”. Admite que se anotaron para

● En Estados Unidos, quienes adoptan tienen reducciones impositivas.

● En China, el Centro Chino de Adopciones facilita los trámi-tes a familias extranjeras, las que sólo tienen que viajar una vez, para buscar al niño.

● En Brasil, la cantidad de ni-ños desamparados hace que tome menos de un año la asig-nación de una nueva familia.

● En Italia, casi la totalidad de los niños adoptados son extranjeros.

● En Rusia, una ONG se encar-gó de dar en adopción 900 ni-ños entre 1993 y 2008. Hoy es una empresa en California.

COMO ES EN EL MUNDO

CASOS INTERNACIONALES. Madonna tiene chicos de varios países; Angelina Jolie y Brad Pitt adoptaron dos niños asiáticos y uno africano; y Sandra Bullock presentó a su hijo, adoptado en EE.UU.

CASOS NACIONALES. Ernestina Herrera, con sus hijos; Celina Rucci adoptó dos nenas, y Claudia Cordero Biedma, otra madre adoptiva.

“Nos aconsejaron que nos anotáramos en juzgados de las distintas provincias para hacer más rápido. Fuimos a Entre Ríos, Salta y Misiones, de donde es nuestro hijo.”

FOTOS: AFP

FOTOS: CEDOC PERFIL

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adoptar con la condición de que fuera hasta 2 años y sano.

A los 55 años, otra mamá, en este caso sin pareja, decidió adoptar un grupo de hermanos de entre 6 y 8 años. Ella tam-bién prefiere resguardar su identidad “para preservar la identidad de mis chicos”. “Me anoté en septiembre de 2008 en el registro de la Ciudad de Buenos Aires. Me postulé pa-ra adoptar chicos de 4 a 8 años y con hermano porque sabía que iba a ser la forma en que demoraría mucho menos. Ade-más, no quería un hijo único y no estaba dispuesta a iniciar un nuevo trámite para un segundo hijo. Si bien el trámite fue rápi-do para mí, no quería pasar por nuevas evaluaciones, visitas a mi casa y que me evaluaran con una lupa como si fuera un in-truso que busca un chico.”

Pasos legales. “Existen dos sis-temas legales paralelos y con-tradictorios”, dice el abogado Rubén Martínez. “El primer pa-so es inscribirse en el juzgado correspondiente, donde se abre una carpeta con el DNI del aspi-rante, un informe socioambien-tal, informe psicológico y de salud, entre otros requisitos. Y después, esperar el llamado del juzgado, que puede tardar has-

ta diez años. Por esto, muchos también envían las carpeta a los juzgados de las provincias.” La segunda vía legal, dice Mar-tínez, es “la entrega directa”, y lo ejemplifica: “Me entero de un caso de embarazo de una chica de Misiones. La voy a conocer, la asisto durante el embarazo y acuerdo con ella y su pareja que al dar a luz me

darán a su bebé. A los dos días del parto nos presentamos en el juzgado de la zona ante un juez para que homologue la en-trega directa”. Aclara que este mecanismo es “más rápido pe-ro menos seguro. La masa de padres que quieren adoptar se transforma en parte de un ne-gocio para familias que están buscando plata o alguna ven-taja económica”. Además, agre-ga que “faltan chicos para dar en adopción” porque “el 98%

“Un matrimonio sabe cuánto tiempo puede esperar, pero no cuánto tiempo demorará el trámite. Todo es manejado en secreto.”

de los matrimonios quiere be-bés”. En su experiencia como padre adoptivo, confirma que “adoptar es un acto de amor in-mejorable a pesar de las trabas burocráticas y la demora”.

“Un matrimonio sabe cuánto tiempo puede esperar, pero no cuánto tiempo le demorará el trámite –dice Julio César Ruiz, director de Fundación Adop-tar–. Todo, absolutamente to-do, es manejado en secreto y respaldado por la ley a través los Poderes Judiciales de cada provincia. Entonces, primero debería hacerse pública la in-formación de los aspirantes.”

También cuestiona la falta de un listado con los niños en estado de adoptabilidad.

Graciela Lipski, directora de la Fundación Adoptare, coinci-de en que “la espera es una de las principales complicaciones de la adopción. Por año, tene-mos unas 250 consultas de pa-dres que llegan ansiosos, con poca información y con años de fracasos en el tratamiento de fertilidad asistida. Ellos saben que hay un tiempo muy exten-so por delante, que puede ser de cinco años o más y que no hay garantías”. Destaca que “hay muchas trabas burocrá-ticas” y que “la falta de infor-mación alimenta el prejuicio social de que en las familias adoptivas no se puede estable-

cedoc perfil

habitat. En 2005, el 87% de los menores estaba alojado en institutos por situaciones asistenciales.

deseo. Tener hijos es el objetivo de casi todas las parejas.

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La adopción de niños es un tema que nos atañe como sociedad. El ser humano rompe con “lo natural”, con lo biológico, al “decir con la palabra”. A partir de allí, cier-tas necesidades naturales se vuelven elecciones culturales y personales como la de tener hijos. Se vuelve un deseo de trascender en otro humano la idea de la propia muerte. Es un deseo que se puede volver imperioso por fuertes motivos individuales. A veces se desconocen las causas que impulsan en forma desmedi-da a alcanzar la maternidad/paternidad. Con las exigen-cias burocráticas, comienza la “desesperación de la espe-ra”. Así avanzan las ofertas de alivianar esas trabas. Algo casi siempre legal, por los ve-ricuetos jurídicos, pero abso-lutamente irregular y costoso, tanto emocional como mo-netariamente. Un costo que también paga el niño cuando crece porque la historia de su adopción se hace breve, por lo que es ocultada: “¿por qué no se esperó la llamada de un juez?”. En cambio, se realizó una búsqueda ansiosa y dolo-rosa, por otros caminos que

aseguraran “el éxito”. Lo que empuja a relacionarse con ofrecimientos irregulares es la expectativa de adoptar un niño menor de los 2 años de edad por la creencia de que con más edad vienen con el “equipaje muy pesado”. Ese equipaje siempre tiene pe-so, en cualquier situación de adopción, por los preconcep-tos y prejuicios del medio que lo alojará, además de estar en “la letra” de un expediente o en la palabra silenciada, por “lo que no se le puede con-tar”. La Justicia es la respon-sable de llegar a declarar la adaptabilidad por caminos seguros y confiables. En el Centro de Salud Mental Nº 1 Dr. Hugo Rosarios yo coor-dino el Equipo de Consulto-ría Clínica y de Orientación sobre Adopción y Fertiliza-ción Asistida y debo atender todas estas preguntas de la comunidad. La institución pública debe colaborar con el acompañamiento y ela-boración de estas proble-máticas, que abarcan todos los estratos sociales, sexos y edades. n

*Psicóloga.

La “desesperación de la espera”

Maria adelina abrahaM naMi*

cer un vínculo tan fuerte como en las de parentesco biológico. Pero eso es mentira porque el vínculo se construye desde la cotidianidad”.

En la lista de dificultades, Né-lida Alfonso cuestiona un tema sensible: ¿por qué hay pocos chicos en adopción?

“La ley dice que el chico entra en estado de abandono –y entonces, en lista de adop-ción– después de un año de au-sencia de sus padres. Cuando se cumple ese año, en el caso de los chicos en institutos de menores, se llama a los padres

biológicos para que lo vayan a visitar. Si los padres responden y van esa única vez al año, el chico puede permanecer otro año más en la misma situación. Cuando éstos dejan de visitar-los o acceden a renunciar, ya son muy grandes y pocas fami-lias los quieren adoptar”, seña-la la especialista.

Si no es por abandono, un ni-ño puede ser dado en adopción recién después de la renuncia de la madre biológica y luego de que el juez haya comproba-do que ningún familiar se pue-de hacer cargo. n

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Los caminos de la adopción

Cuando una pareja o una persona soltera decide adoptar una criatura debe dirigirse al juzgado de familia cercano a su domicilio.

En el juzgado se abre un expediente o carpeta en la que constan: un informe socioambiental realizado por trabajadores sociales del juzgado, las condiciones del hogar y las condiciones laborales, el certificado de buena conducta, el informe médico que demuestra los problemas de infertilidad para tener hijos naturales, entre otros datos. En algunos juzgados piden certificado de buena salud (HIV).

Los adoptantes tienen aquí tres opciones legales (no excluyentes) por delante.

C Enterarse de una embarazada que no puede criar el bebé. La conocen, la asisten y, una vez que se produce el parto, la mamá se presenta en el juzgado junto a los adoptantes y realiza una “entrega directa” de la criatura.

A Esperar en el juzgado, donde la adopción puede llegar a demorar hasta diez años, dependiendo de la jurisdicción.

B Llevar o enviar la carpeta a todos los juzgados de las provincias que tienen registro y que aceptan inscripciones de otras juridicciones. En general, son las provincias del norte del país.

Infografía: A. Idoyaga

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Perfil - Domingo 13 de junio de 2010 el observador - 77

Pedro Ylarri

En nuestro país existe una ciu-dad invisible de más de 10 mil personas en la que sólo viven bebés, niños y adolescentes que son huérfanos o tienen padres que no cumplen ese rol. Existen, y aunque no es-tán juntos, son invisibles; es-tán encerrados en hogares o institutos de menores. Podrían ser dados en adopción y esca-par de esa ciudad, pero la bu-rocracia estatal y la preferen-cia de la Justicia por la cultura del encierro les ha tendido una trampa. El 40 por ciento de estos chicos tendrá primero la calle y luego la cárcel en el porvenir que el Estado tutelar les ha predestinado.

Se trata del desolador pano-rama que describen a PERFIL casi una decena de expertos en infancia, legisladores y organizaciones civiles. Se es-tima que hay 40 mil menores de edad encerrados por el Es-tado; la enorme mayoría de ellos no por cometer delitos. Están allí, explican todos, “por la vieja cultura del patronato, amparada en una ley de 1919 que supone un Estado tutelar que debe velar por los niños” y justifica su encierro en casos de pobreza o desamparo.

En 2005, vivían en el país al menos 19.579 menores de

edad encerrados en orfana-tos, institutos y centros pri-vados, 87,1 por ciento de los cuales estaba por situaciones asistenciales (pobreza, violen-cia y desamparo, entre otras causas), y el resto (el 12,1 por ciento) por cometer ilícitos. Son cifras parciales de Unicef y de la Secretaría de Derechos Humanos, que sugieren que serían más de 30 mil los niños privados de libertad.

“El número no ha decrecido,

más bien ha aumentado, los jueces los siguen derivando a institutos y tenemos 40 mil encerrados, de los cuales fá-cilmente el 30 por ciento po-dría ser dado en adopción”, explicó a PERFIL Ana María Dubaniewicz, una psicóloga con tres libros y una novela es-critos sobre el tema. Cita como ejemplo más paradigmático al hospital Sbarra, de La Plata, donde “hay permanentemente entre 120 y 130 bebés y niños

de hasta 4 años, de los cuales 40 podrían ser adoptados”, al-go que no sucede. ¿Por qué? Dice que “hay un Estado muy presente para que nadie ni na-da cambie”, y denuncia que las trabas burocráticas favorecen la existencia del “negociado” de la adopción ilegal, en el que están metidos “profesionales, médicos e intermediarios”.

La diputada Cynthia Hotton, quien desde hace dos años estu-dia el tema, añade que “la gran

traba” es que la ley y la Justicia priorizan el vínculo biológico por sobre los intereses del ni-ño: “Muchos padres no lo dan en adopción por una cuestión de orgullo o porque cobran subsidios aun viéndolos sólo una vez por año, mientras que las instituciones los prefieren adentro de los institutos por muchas otras cuestiones.” Una de ellas, según los expertos, es que los institutos y ONGs re-ciben entre 3 mil y 6 mil pesos por niño, “un negocio que no muchos quieren perderse”.

Con por lo menos 10 mil chi-cos que necesitan y pueden ser adoptados y la misma cantidad de parejas que buscan adoptar, “lo único que tenemos que ha-cer es favorecer que ambos se junten”, dice la diputada, quien presentó un proyecto para re-formar la ley de adopción.

El proyecto pone plazo de dos años a los jueces para que consigan una familia a los ni-ños, permite que los hijos no deseados puedan ser entrega-dos en dependencias oficiales sin que sus madres sean pena-lizadas por abandono de per-sona y que puedan hacerlo en forma anónima. Además, redu-ce de 12 a 6 meses el tiempo en que los padres pierden la patria potestad en caso de no visitarlos. n

Hay más de 10 mil chicos listos para ser adoptadoscedoc perfil

congreso. Un grupo de diputados presentó un proyecto de ley para acelerar los tiempos.

proyecto De ley