por: bohumil badura; carlos carcelén reluz; paul

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Por: Bohumil Badura; Carlos Carcelén Reluz; Paul Gootenberg; Lúrica Hayakawa; Carmen Beatriz Loza; Enrique Tandeter; Andrew G. Wood ROEDL, Bohumír, Ve jménu inky Túpaca Amarua (En nombre del Inca Túpac Amaru), Scriptorium, Praha 1998, 350 pp. Bohumír Roed! es el mayor especialista checo en la problemática de las sublevaciones indígenas en las antiguas colonias de España en América. De sus estudios referentes a dicho tema publicados en revistas quisiera señalar al menos "Las rebeliones indias en la región andina de América del Sur" (en checo, en: Ceskoslovensk etnografie, Praha 1962), "La insurrección de José Gabriel Túpac Amaru vista desde Praga del año 1781" (in: Ibero-Americana Pragensia, XVIII, Praga 1984) y "El levantamiento de Túpac Amaro 1780-1782 en el Perú: Historio- grafía y apología" (in: Ibero-Americana Pragensia, XXIV, Praga 1990). En este último pondera la producción historiográfica existente en tomo a la sublevación y evalúa sus principales corrientes ideológicas. Recientemente, como resultado de un trabajo de investigación de varios años, ha salido a la luz su libro sobre "la rebelión más grande durante la existencia de las colonias españolas en América" de 1780 a 1782 incitada por José Gabriel Condorcanqui, quien por herencia de su bisabuela solía nombrarse Túpac Amaru con el título del Inca. En vista de su contenido y significado, la obra de Roed) pertenece a la serie de monografías científicas de considerable extensión dedicadas a dicho personaje que presentan en orden cronológico N 2 2, diciembre de 1998 el transcurso de la rebelión de 1780 a 1782 en el Perú, a saber: la de Daniel Valcárcel (1947), Jorge Cornejo Bouroncle ( 1949), Boleslao Lewin ( 1957), Lilian Fisher (1966), Eulogio Zudaire (1978), María Eugenia Valle de Siles (monografía sobre Túpac Katari, 1990), superando incluso a algunas de ellas. La obra se basa predominantemente en las fuentes, tanto editadas, como guardadas en el Archivo Gene- ral de Indias de Sevilla. En algunos capítulos intro- ductorios, el autor se ha apoyado en una rica biblio- grafía, entre la cual destacan los excelentes trabajos de Scarlett O'Phelan Godoy. En los primeros cuatro capítulos, del total de 26 que forman el libro, se le presenta al lector la estructura de la sociedad colonial en sus rasgos fundamentales y su proceso de desarrollo a partir de la conquista, así como las manifestaciones de agitación social (conspiraciones, levantamientos) desde el siglo XVI hasta mediados del XVIII. Entre otras cosas, se hace referencia a la situación en la inquieta frontera, a la labor de los misioneros y a la resistencia que enfrentaban, a algunas instituciones coloniales, sobre todo a la mita, pero también a las corrientes ideológicas, como eran por ejemplo: la fe de los indios en la vuelta de los buenos tiempos o los conceptos del ideólogo de la oposición indígena antiespañola Felipe Guamán Poma de Ayala. A continuación, el autor presta atención a las reformas bajo los primeros Borbones y al desasosiego que éstas fueran despertando en la sociedad colonial. No obstante, el libro se centra en el gran levan- 499

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Page 1: Por: Bohumil Badura; Carlos Carcelén Reluz; Paul

Por: Bohumil Badura; Carlos Carcelén Reluz; Paul Gootenberg; Lúrica Hayakawa; Carmen Beatriz Loza; Enrique Tandeter;

Andrew G. Wood

ROEDL, Bohumír, Ve jménu inky Túpaca Amarua (En nombre del Inca Túpac Amaru), Scriptorium, Praha 1998, 350 pp.

Bohumír Roed! es el mayor especialista checo en la problemática de las sublevaciones indígenas en las antiguas colonias de España en América. De sus estudios referentes a dicho tema publicados en revistas quisiera señalar al menos "Las rebeliones indias en la región andina de América del Sur" (en checo, en: Ceskoslovensk etnografie, Praha 1962), "La insurrección de José Gabriel Túpac Amaru vista desde Praga del año 1781" (in: Ibero-Americana Pragensia, XVIII, Praga 1984) y "El levantamiento de Túpac Amaro 1780-1782 en el Perú: Historio­grafía y apología" (in: Ibero-Americana Pragensia, XXIV, Praga 1990). En este último pondera la producción historiográfica existente en tomo a la sublevación y evalúa sus principales corrientes ideológicas. Recientemente, como resultado de un trabajo de investigación de varios años, ha salido a la luz su libro sobre "la rebelión más grande durante la existencia de las colonias españolas en América" de 1780 a 1782 incitada por José Gabriel Condorcanqui, quien por herencia de su bisabuela solía nombrarse Túpac Amaru con el título del Inca.

En vista de su contenido y significado, la obra de Roed) pertenece a la serie de monografías científicas de considerable extensión dedicadas a dicho personaje que presentan en orden cronológico

N2 2, diciembre de 1998

el transcurso de la rebelión de 1780 a 1782 en el Perú, a saber: la de Daniel Valcárcel (1947), Jorge Cornejo Bouroncle ( 1949), Boleslao Lewin ( 1957), Lilian Fisher (1966), Eulogio Zudaire (1978), María Eugenia Valle de Siles (monografía sobre Túpac Katari, 1990), superando incluso a algunas de ellas. La obra se basa predominantemente en las fuentes, tanto editadas, como guardadas en el Archivo Gene­ral de Indias de Sevilla. En algunos capítulos intro­ductorios, el autor se ha apoyado en una rica biblio­grafía, entre la cual destacan los excelentes trabajos de Scarlett O'Phelan Godoy.

En los primeros cuatro capítulos, del total de 26 que forman el libro, se le presenta al lector la estructura de la sociedad colonial en sus rasgos fundamentales y su proceso de desarrollo a partir de la conquista, así como las manifestaciones de agitación social (conspiraciones, levantamientos) desde el siglo XVI hasta mediados del XVIII. Entre otras cosas, se hace referencia a la situación en la inquieta frontera, a la labor de los misioneros y a la resistencia que enfrentaban, a algunas instituciones coloniales, sobre todo a la mita, pero también a las corrientes ideológicas, como eran por ejemplo: la fe de los indios en la vuelta de los buenos tiempos o los conceptos del ideólogo de la oposición indígena antiespañola Felipe Guamán Poma de Ayala. A continuación, el autor presta atención a las reformas bajo los primeros Borbones y al desasosiego que éstas fueran despertando en la sociedad colonial.

No obstante, el libro se centra en el gran levan-

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Reseñas

tamiento de los indios que en otoño de 1780 había suscitado José Gabriel Túpac Amaru, esforzándose el autor en interpretar la insurrección objeti­vamente en todas sus etapas y aspectos. Primero, se hace conocer la biografía del cabecilla principal desde su infancia hasta octubre de 1780, cuando José Gabriel decidió manifestar abiertamente su enemistad a los corregidores. Roed! se ocupa ya de antemano del problema de los aliados de Túpac Amaro. Demuestra lo irreal de su visión de que pudieran armonizar los intereses de los criollos, los mestizos y los indios uniéndolos por medio de la imagen de un enemigo común - los españoles. A pesar de que el papel principal en la sublevación lo debían desempeñar los indios, Roed! advierte de que esa etnia estaba dividida profundamente por una desconfianza mutua y por conflictos entre las diferentes comunidades lo que en el libro viene demostrado en numerosos ejemplos de la lucha de la población india en ambos lados de la guerra fratricida. Roed! presenta primero el aprisio­namiento y la ejecución del corregidor Arriaga, el principio de la rebelión y la victoria de los levan­tados en Sangarará el 18 de octubre de 1780 con la siguiente masacre de los vencidos entre los cuales hubo también varios caciques, a conse­cuencia de lo cual "la aristocracia indígena volvió definitivamente la espalda a Túpac Amaru" . Luego, el autor vuelve su atención a la marcha del ejército rebelde hacia el Sur y a la derrota de la liga formada contra los insurrectos por algunas pro­vincias. Después sigue la fracasada campaña contra Cuzco (del 25-XII-1780 al 13-1-1781) y los si­guientes éxitos y fracasos de las huestes de su­blevados en enero y febrero de 1781 . En el capítulo "Esperanza del Sur" el autor se centra en los levantamientos que iban estallando desde principios del año 1781 en el Alto Perú y que no estaban dirigidos desde Tinta, cuartel general de Túpac Amaru, quien tuvo participación en ellos solamente con su ejemplo, llamamientos y nombre.

Las siguientes páginas versan sobre la campaña del cuerpo expedicionario regio bajo el mando del mariscal del Valle contra Tinta que terminó con la victoria de los realistas, sobre la huida del Inca y su aprisionamiento. En base a los protocolos judiciales, Roed! se ocupa del proceso contra Túpac Amaro, importante también para esbozar el carácter y las opiniones políticas del cacique indio. Roed! lo evalúa como un reformista que nunca pasó a ser revolucionario. A diferencia de muchos historia­dores, no considera su levantamiento indígena como parte de la guerra de independencia del Perú, con­cluida en 1824 con la derrota definitiva de España.

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"Su hazaña fue dirigida contra los detentadores regionales del poder que trataban de imponer a la república de los indios un orden opuesto a la legitimidad. Pensaba actuar en el marco propio de la visión del derecho colonial como vasallo del Rey de España" . La contradicción existente entre la proclamada fidelidad al monarca español y la rebelión puede superarse, según el autor, al aceptar que el Inca se había empeñado tan sólo en conseguir la autonomía.

Las tendencias separatistas que aparecieron durante la insurrección y cuya "prueba" más contun­dente debe ser el llamado "Bando de la Coronación" les eran ajenas a Túpac Amaru y al círculo de sus colaboradores más cercanos. El autor apoya su inter­pretación -según la cual se trataba de un esfuerzo de lograr una cierta autonomía de la región andina en el marco de la Monarquía española, entre otros indicios- en el empeño de Túpac Amaru de conse­guir que se creara una Audiencia en Cuzco, así como en la misma introducción al citado "Bando de la Coronación".

La parte siguiente del libro se ocupa de la prosecución de la guerra de los indios bajo el mando supremo de Diego Cristóbal Túpac Amaru, primo del cacique ejecutado. El autor lo caracteriza como un revolucionario inconsistente y contradictorio al que no le faltaba el ánimo, sino la confianza en la victoria. A continuación, hace constar que Diego Cristóbal resultó manipulado por los aconteci­mientos que se le imponían ya que el estallido del odio racial y social se había escurrido del control del mando rebelde. Los temas claves de los capítulos en los que Roedl estudia la segunda fase del levanta­miento son: la lucha por la ciudad de Puno a cuya defensa los españoles prefirieron renunciar el 26-V -1781 , retirándose de allí (Roed! considera la vuelta ignominiosa de la expedición punitiva del marqués del Valle de Puno a Cusco como "la mayor derrota de España en el continente americano desde la conquista", la batalla de Sorata conquistada por los insurrectos el 8-V-1781 y el doble sitio de La Paz (marzo-junio y agosto-octubre de 1781) durante el que la personalidad de mando más importante era el representante de los indios aymara Julián Apaza (Túpac Catari), pese a haber terminado el asedio con un fracaso para los sublevados. Sigue la interpretación de las circunstancias en las que Diego Cristóbal Túpac Amaru y la mayor parte de los cabecillas rebeldes decidieron capitular y de la infracción del perdón prometido a los rebeldes con haberse condenado a algunos de ellos, incluso a Diego Cristóbal, a la pena capital y a varias dece­nas de otros al encarcelamiento o a la deportación.

Revista Andina, Año 16

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Leer el libro que presenta la ruda realidad de la guerra llevada despiadamente por los dos lados significa considerables exigencias a la memoria del lector. Está lleno de luchas armadas, de nombres de sus caudillos, comandantes y otros personajes, de fechas y topónimos. No obstante, el autor acerca a los personajes tratados no solamente presentando su papel en los acontecimientos bélicos, sino también por otros interesantes datos biográficos. Además, logra transmitir a los lectores su visión del paisaje de lo que fue el campo de batalla y con cuya imagen actual se impregnó durante su estadía en los lugares de las operaciones bélicas. Para mayor claridad se han incluido mapas y esquemas que representan el transcurso de las campañas más importantes.

El título de la obra expresa, por un lado, el hecho de que algunos levantamientos que formaban parte de la gran rebelión de los indios de los años 1780 a 1781 no los encabezaba directamente Túpac Amaru, no obstante, el papel inspirador que ejercía en aquéllos, y por otro lado , corresponde a Jo comprendido en el capítulo final que lleva la misma denominación. En éste, se explica qué actitud hacia la memoria de Túpac Amaru han adoptado las generaciones siguientes y qué fuerzas sociales han resucitado su nombre como un símbolo en el Perú de los años sesenta hasta ochenta del presente siglo. En el epílogo, Roedl presta la atención a la historia del monumento a José Gabriel Túpac Amaru levantado en Cusca, a la influencia impulsora que la rebelión haya ejecutado en la creación artística y al coloquio internacional de historiadores titulado "Túpac Amaru y su tiempo" (noviembre de 1981 ). El libro viene acompañado de una cronología, de una lista de fuentes y literatura y de un índice onomástico, lamentablemente tan sólo de personas (falta el toponímico).

La obra de Roedl es el trabajo más profundo que se haya escrito en la República Checa acerca de las inquietudes sociales en alguna parte de América Latina precedentes al movimiento independentista de principios del siglo XIX. Hasta el momento, se trata de la mayor contribución de la historiografía checa para la historia del Perú e, indudablemente, resulta interesante también para los lectores latinoamericanos por contribuir a la problemática estudiada con una mirada desde afuera, la europea, no cargada de los esquemas y concepciones estándar de algunos historiadores peruanos como las manifestadas en los años setenta y ochenta.

Bohumil Badura

Nº 2, diciembre de 1998

ADVIS VITAGLICH, Patricio, La Iglesia Colonial de San Antonio de Malilla. Su origen, su fechado, sus transformaciones, Instituto para el Estudio de la Cultura y Tecnología Andina, IECTA, Casa Yupanqui, San Lorenzo de Tarapacá, 1995, 80 p.

Con una poética presentación de Juan Van Kessel llega a nuestras manos un importante texto que nos muestra un modelo de reconstrucción histórica desde una visión interdisciplinaria que parte de la arquitectura y se une con la historia y las ciencias sociales . El autor nos explica la importancia de Iglesia de San Antonio de Matilla al decirnos que es "una obra que había manejado una complejidad de elementos (dimensión, forma, decoración, luminosidad, sonidos y, quizás, vuelos de palomas) para conducir, recoger y amparar plenamente un acontecer ciudadano colmado de significaciones" (p. 11 ).

El autor parte por decimos que "obra arqui­tectónica es reconocida aquí, como una expresión profunda de la vida de una comunidad y, en rela­ción al pasado, como un documento histórico capaz de entregamos información sobre el ser y el devenir de aquellos hombres que la concibieron y construyeron" (p. 13). Criterio que sirve tanto para el estudio de las magníficas obras arquitectónicas coloniales como de las simples y modestas iglesias, tal es el caso de San Antonio de Matilla, ya que para el conocimiento de todas ellas presupone "conocimiento del origen histórico de las obras, del fechado de sus construcciones y de las trans­formaciones que han sufrido en el tiempo" (p.13).

El libro prosigue con una descripción histórica de la formación del pueblo de Matilla, pueblo que se ubicó en el curato de San Andrés de Pica, establecido en 1620, al sur de Tarapacá (p. 16). Para 1683 ya se reconoce a Matilla como uno de los asentamientos a cargo de la doctrina de Pica, asentamiento compuesto por una mayoría de pobladores blancos, pero no todos ellos estaban reunidos en una zona urbana, por el contrario, habitaban en sus fincas separadas entre sí por sus terrenos agrícolas (pp. 18-22).

El capítulo tres del libro se encarga del fechado de la iglesia, de los primeros testimonios escritos como son de los del Arcediano de la Catedral de Arequipa, Francisco Javier Echevarría y Morales en 1804 y los de Rómulo Cúneo Vidal en 1925. Testimonios que son contrastados y complemen­tados con información del Archivo del Obispado

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Reseñas

de !quique, con los que llega a establecer la fecha aproximada de su construcción y las fechas de los personajes relacionados con la edificación y el pueblo de Malilla a mediados del siglo XVII.

Los capítulos cuarto y quinto se refieren a las refacciones y reconstrucciones efectuadas durante los siglos XVIII y XIX. Proceso estudiado gracias a la información de fábrica del Archivo del Obispado de !quique, unido a la información gráfica elaborada por viajeros y artistas , especialmente en el siglo XIX y por los fotógrafos de fines del XIX y del presente siglo.

El libro concluye con el capítulo seis dedicado a valorar el significado social, político e ideológico de la construcción de iglesias en la historia del occidente medieval y cómo eso se reflejó en la América hispánica.

Terminamos este comentario diciendo que el libro de Patricio Advis es importante porque nos devela un aspecto nuevo de la investigación histórica, es decir, la necesidad de apelar a los criterios interdisciplinarios para la reconstrucción hi stórica de aspectos tan esenciales de la vida cotidiana de los pueblos coloniales, como son su religiosidad y el significado de su Iglesia.

Carlos Carcelén Reluz

APARICIO QUISPE, Severo, O. de M. , Los Mercedarios en la Universidad de San Marcos de Lima, Provincia Mercedaria del Perú, Lima, 1999, 165 p.

Monseñor Severo Aparicio nos presenta su más reciente publicación dedicada a la historia de los muchos docentes mercedarios en las aulas de San Marcos. Actividad que "junto al servicio de las doctrinas (curatos de campo), la recolección de limosnas para la redención de cautivos en Europa, y la atención del culto en sus templos, para los mercedarios ocupaba, sin duda, un lugar preferente la docencia universitaria en San Marcos" (p. 9) .

El libro nos presenta a los distintos mercedarios docentes en San Marcos, desde 1578 con Nicolás de Ovalle, catedrático de Artes, hasta el año de 1855 con León Fajardo, titular de la cáte­dra de Santo Tomás. Para la reconstrucción de biografías, el autor se basa en las divers as colecciones documentales relacionadas a la de la Orden Mercedaria en el Perú , a la historia eclesiástica peruana, a la vida intelectual del Perú

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colonial, a la hi storia de San Marcos, la misma Colección Documental de la Independencia del Perú y lo s más importantes diccionarios biográficos peruanos.

Esta información se complementa co n importante documentación proveniente de distintos repositorios, como son los el Archivo Mercedario de Lima, el Archivo General de la Merced de Roma, el Archivo General de Indias de Sevilla, el Archivo Arzobispal de Lima, el Archivo Secreto Vaticano de Roma, la Biblioteca Nacional de Madrid, la Yate University Library, la Duke University Library, y el British Musseum de Londres.

La primera parte del libro nos presenta 19 biografías de catedráticos de artes, teología, sagra­das escrituras, filosofía, lengua de los naturales (quechua), leyes y cánones. De todos ellos merece resaltarse la vida de Nicolás de Ovalle, Juan Báez, Francisco Gutiérrez Galiana, Cipriano Jerónimo Calatayud y Borja y MelchorTalamantes, no sólo por la cantidad de información sino también por la relevancia de sus actividades, tanto docentes como políticas en la Lima colonial e incluso du­rante los años de la Independencia, como el caso de Melchor Tal amantes, uno de los próceres de la Independencia Mexicana (pp. 80-84).

La segunda parte del libro nos presenta once biografías de catedráticos de Teología de Santo Tomás de Aquino, cátedra fundada por el virrey Marqués de Mancera, don Pedro de Toledo, en 1647 (p. 85), con la intención de darle relevancia internacional a la Universidad, ya que se conside­raba tal tema como de principal importancia en la reflexión intelectual de la época.

Con la tercera parte del libro se observa la importante actividad intelectual de los mercedarios al interior de San Marcos, ya que por su iniciativa se fundó en 1724 la cátedra de la doctrina del Padre Suárez (p. 126), es decir, una cátedra dedicada al estudio de las propuestas escolásticas del jesuita Francisco de Suárez ( I 548-1617), el teólogo pos­tridentino más importante, que incluso fuera considerado anti-tomista por los sectores más conservadores de la Iglesia. La creación misma de la cátedra en San Marcos fue objeto de una polémica que mostró las tendencias intelectuales de la época, unos buscaban la supuesta coherencia de la ideas tomistas con los cambios históricos del siglo XVIII y otros que buscaron una explicación más abierta a los cambios históricos, como fue la posición de Suárez. Pero además nos reflej an los conflictos internos en la Universidad y en el ambiente intelectual limeño de aquellos años.

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Esta tercera parte del libro nos muestra las intrincadas relaciones entre el acontecer político y la vida universitaria en San Marcos, ya que por el edicto de expulsión de los jesuitas, de Carlos III, del 27 de febrero de 1767, la cátedra de Suárez fue eliminada en todas las universidades de los dominios españoles, sin ninguna objeción de los académicos. Pero por la necesidad de la época el rector de San Marcos, Francisco Tagle y Bracho, el 11 de abril de 1785 suplicó al virrey Teodoro de Croix que reabriera la catedra de Suárez, pero con un cambio de nombre, ya que se le podría llamar cátedra de "Prima de Sagrada Escritura" (p. 141 ). Como cosa aceptada la cátedra fue encargada, nuevamente, a los mercedarios, quienes la tuvieron a cargo hasta 1825.

El origen y manejo de la información nos demuestra la dedicación del autor, ya que por muchos años acumuló información para poder organizar y entregarnos este importante libro tanto para la historia peruana, como para la historia de la vida intelectual reflejada en los claustros sanmarquinos.

Carlos Carcelén Reluz

YARANGA VALDERRAMA, Abdón, Cartas de Marcel Bataillon a Miguel Maticorena, Universidad de París, París, 1998, IV - 80 p.

Con una breve pero clara presentación Abdón Yaranga publica treinta cartas enviadas por el peruanista francés al profesor Miguel Maticorena Estrada, el mayor conocedor de la documentación guardada en el Archivo General de Indias de Sevilla. Las cartas datan entre el 25 de marzo de 1958 hasta el 18 de agosto de 1971 y nos manifiestan el interés del peruanista francés por diversos temas de la historia colonial, así como múltiples juicios suyos expresados sobre aquellos temas y de los investigadores peruanos con los que mantuvo contacto. Se menciona, entre otros, a Ella Dunbar Temple, Raúl Porras, Rubén Vargas Ugarte, José Durand Flores -con quien intercambia información y opiniones sobre La Florida de Garcilaso de la Vega-, Félix Alvarez Brun, Carlos Araníbar y Pablo Macera.

En las diversas cartas, Bataillon pide a Miguel Maticorena buscar información documental sobre sus diversos estudios, entre ellos el de Bartolomé de Las Casas, el del médico Méndez Nieto, autor de Discursos medicinales (pp. 43-46), el del

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licenciado Alonso Maldonado, el del oidor Cepeda, etc. Entre las cartas sostiene una serie de opiniones y debates con Maticorena sobre temas como el origen converso de Pedro Cieza de León, a quien el peruano atribuyó como lugar de nacimiento la villa de Llerena en Extremadura, datos ya confirmados por el mismo Maticorena (pp. 9-1 O).

Otro tema que resalta entre las cartas es la rela­ción entre Rodrigo Lozano autor de una Relación de los sucesos de Gonzalo Pizarro de 1549, y Agustín de Zárate, quien en su crónica se sirvió de aquélla. Tema ya dilucidado gracias a los aportes de Guillermo Lohmann Villena, quien sostiene que el autor de aquella relación no es Rodrigo Lozano (pp. 7-8).

Un aspecto a rescatar es el intercambio de información entre Bataillon y Maticorena, lo que se observa en el envío de las fotografías de dos cartas de Polo de Ondegardo que el francés encon­tró en Huntington Library de los Estados Unidos (p. 16) y que posteriormente fueron publicadas por Juan Pérez de Tudela (p. 32).

Otro de los temas tratados en las cartas y en los cuales se observa la estrecha colaboración entre el estudioso francés y el peruano fue el de los vínculos religiosos entre los conquistadores del Perú y el significado de la comunión entre los tres socios de la conquista en Panamá, en 1526, acto que fue convertido por el cronista Herrera en leyenda para darle un carácter religioso a una empresa típicamente mercantilista . A este fenómeno Bataillon le llamó el "problema de sociología religiosa" (p. 35).

La relación entre los académicos extranjeros es uno de los puntos más resaltantes ya que en repetidas ocasiones menciona elogiosamente, entre otros, a Ramón Carande, Antonio Rodríguez Moñino, Maurice Birckel, Antonio Muro Orejón, Fernando de Armas Medina, Cecil Roth, Alonso de la Peña, I.S. Revah, Pierre Duviols, entre otros. Todos ellos americanistas, peruanistas o expertos en documentación colonial.

Para terminar este breve comentario puede decirse que esta edición es importante para descubrir y entender las relaciones entre los investigadores y la construcción de la historia en un permanente intercambio de información y opiniones alejadas de la envidia y el recelo de nuestros días.

Carlos Carcelén Reluz

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Reseñas

ESCANDELL-TUR, Neus , Producción y comercio de tejidos coloniales. Los obrajes y chorrillos del Cuzco, 1570-1820, Cuzco, Centro de Estudio Regionales Andinos "Bartolomé de Las Casas", 1997, 490 p.

Los obrajes y sus "primos" productores de tejidos (los chorrillos y tejedores caseros dispersos) se encontraban entre las más vitales instituciones económicas de los Andes (así como de Nueva España), aunque hasta hace poco estaban oscu­recidas por su desaparición poscolonial y las dificultades intrínsecas de investigación. En esta intrépida contribución a la erudición colonial, Neus Escandell-Tur, una historiadora catalana [del Perú], supera estos obstáculos produciendo uno de los mejores estudios realizados sobre la industria textil colonial, que abarca más de dos siglos, centrado en el ámbito vital de la región del Cuzco.

Además de la profundidad y el éxi to de su investigación, impresiona mucho al lector la manera como Escandell-Tur ha reunido, para luego organizar y presentar lúcidamente, un enorme corpus de evidencia dispersa, tanto cualitativa como cuantitativa, sobre una industria altamente diferen­ciada y un sector social heterogéneo. Después de la presentación de Eric Van Young (asesor de tesis de la autora) , Producción y comercio de tejidos coloniales debuta con un capítulo que introduce y "conceptualiza" el obraje y el chorrillo (una más pequeña e informal variante casera o de hacienda de aquél) , como instituciones a lo largo del tiempo.

El capítulo II presenta a los protagonistas en la forma de empresarios coloniales: las grandes familias obrajeras del Cuzco, y usa el duradero obraje de Lucre como un estudio de caso ejemplar.

El capítulo 111 explora las manufactureras como instituciones organizadas, en especial su típi ca ubicación integrada en las grandes haciendas.

El capítulo IV extiende esta descripción al comercio y mercadeo (de muchos elementos) del taller textil : por ej ., las formas complejas como también se integraban en los mercados. El capítulo V es quizá el punto culminante de esta historia, al juntar los "ciclos" principales de las dos institu­ciones, sus altos y bajos, con la producción , el comercio y otros indicadores, por toda la era, 1650-1824. Ahora ya sabemos con seguridad que los tejidos cuzqueños llegaron a su cenit de producción a comienzos del siglo XVIII -no necesariamente tras los grandes ciclos de la minería andina- y que los supuestos años de crisis, a fines del siglo XVIII

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y comienzos del XIX, fueron complicados, al menos en parte, por el éxito de chorri llos más eficientes ( o con mano de obra casera) sobre los obrajes de larga duración. El Capítulo VI analiza los sistemas laborales, describiendo a un sector que recurrió a una gama de recursos humanos, y no sólo al trabajo forzado como a menudo se presumía. Conclusiones firmes (serias) iluminan los puntos saltantes de lo que seguramente es un largo viaje para el lector (más de 400 páginas), terminando con un debate riguroso e interesante (al menos para este historiador republicano) sobre el destino del resto de obrajes en la era de un comercio más libre después de 1821 .

El trabajo de Escandell-Tur tiene muchas virtudes, así como resultados importantes. En todo su recorrido , el libro va más allá de su sólida fundación archivística, entretejiendo de manera brillante los nuevos datos (que están por doquier) en los debates de trabajo de un buen número de historiadores coloniales. Así pues, vemos que el obraje llega a ser más que una institución econó­mica. Si bien el libro está basado en una economía regional, Cuzco , también vincula su hi stori a a contextos mucho más amplios, panandino y colonial, haciendo que este "estudio de caso" andino sea de lo más inteligible e interesante para estudio­sos y comparativistas de fuera. Al tiempo que aclara bastante el panorama de la dinámica regional de Cuzco, el libro supera la reciente tendencia de una buena parte de la historia económica colonial de refugiarse en fragmentados rincones localistas de datos e interpretación (considerados a menudo una virtud entre las historias más recientes). Aquí es muy instructivo el riguroso modo en que Escandell­Tur forja "agregados" y "tendencias" de datos incompletos y localizados. Así, los historiadores obtenemos estimaciones confiables sobre cómo la industria en su conjunto funcionaba en el largo plazo: su producción, número de unidades, patrones de comercio, fuerzas laborales, etc. Sin embargo, al mismo tiempo el libro sobresale por su básica "descripción" institucional "sobre el terreno" -cómo se organizaron y manejaron los obrajes y chorrillos­no sólo de interés humano sino de importancia analítica al convertirse las instituciones en un elemento clave de la historia económica.

Este libro ofrece a los hi stori adores tantas perspectivas que un simple listado apenas les haría justicia. Está la recién encontrada claridad de separar las dos principales instituciones del Perú , y sus variantes intermedias; los períodos precisos de los ciclos de producción ya mencionados (y su correlación con tendencias comerciales mineras, demográficas y coloniales); sus complejos puntos

Revista Andina, Año 16

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de vista sobre la flexible "complementariedad" de los obrajes con las haciendas, mercados, comer­ciantes y autoridades coloniales locales; la contex­tualización de la economía cuzqueña regional­mente a través del tiempo; la consideración de las deudas (adelantados) como instrumento moviliza­dor en una sociedad "postupacamaru" cada vez más resistente al trabajo forzado. Encontré exce­lente el tono dado a la declinación de los tejidos a fines de la época colonial, y evocador el más amplio sentido geográfico de los epicentros texti­les pasando a través del tiempo desde el norte de Quito hasta el sur de Cuzco a chorrillos (y al Alto Perú), revelando desarrollos convergentes en los mercados coloniales, sistemas de transporte y regionalismo económico.

Es inevitable que un libro tan serio como éste haga que surjan cuestiones que podrían haberse incluido, al menos entre lectores irrazonables. El libro está centrado en descripciones, casos y tendencias, y en general tiende a eludir los debates más analíticos que una aproximación "reduccio­nista" o más teórica habría considerado (en parte abordados en recientes estudios colonialistas de tejidos de otras partes por Richard J. Salvucci y Manuel Miño) . Por ejemplo, hay vacíos en la historia "dinámica". Poco se ha rastreado secularmente ya sea sobre los cambios en la tecnología textil o la "productividad", dejando la impresión (tradicional) de que ambas permane­cieron estancadas o en su forma primitiva por casi tres siglos. Y, si esto fuera así, ¿por qué durante un período cuando los fabricantes de tejidos en partes de Europa lograban incrementar sus ganancias que pronto los llevarían a dar los saltos tecnológicos y de productividad de la llamada "revolución industrial"? Esta es una clave para interpretar la posterior trayectoria del Perú, dado que el país "se perdió" esa transformación productiva, un "retraso" del siglo XIX que se convirtió en una "clave" de los trabajos "dependientes" en 1970. Aún más, ¿es que el carácter social o contexto "coloniales" de esta empresa forjaron su relativo estancamiento o fue éste construido por consideraciones neoclásicas de factores y mercados? ¿Qué era más importante, continuidades posteriores del -o vacíos con­"industrialismo colonial? En segundo lugar, y siempre dentro de un marco europeo, Escandell­Tur presenta analogías de instituciones rurales andinas hasta sistemas putting out, que hace unas cuantas décadas suscitaban interés como descentralizadas fuentes de crecimiento del industrialismo: por ej ., el debate sobre el "proto-

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industrialismo" europeo. Pero aquí, a pesar de la evidencia, la problemática sigue sin resolverse, dejando que los lectores se pregunten por qué los chorrillos cuzqueños o tejedores campesinos no pudieron actuar como algunas de sus contrapartes europeas. ¿Contribuyeron a -o hicieron disminuir­los obrajes las futuras capacidades o posibilidades industriales? No sólo los historiadores mexicanos, sino también Luis Esteves -el más renombrado historiador económico peruano de 1881-, consideró el obraje colonial como "el embrión de la fábrica" . Extendiendo la metáfora, podríamos preguntarnos cómo fue fertilizado para luego ser abortado. Finalmente, en términos de una cober­tura más amplia, uno desearía que el libro hubiera pintado un cuadro más vívido (desde una perspec­tiva social cultural) sobre la vida de los tejedores y artesanos o de las culturas de consumo andinas (como de la vestimenta regional o los enseres), detrás del desarrollo de los tejidos.

Con todo, éstas son "quejitas" sin importancia, al lado de los imperecederos y sobresalientes logros de este magnífico libro.

Paul Gootenberg

SHADY SOLIS, Ruth, La Ciudad Sagrada de Caral en los albores de la civilización en el Perú, Fondo Editorial, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1997, 75 p.

Caral es parte del complejo conocido como Chupacigarro, sin embargo , la autora decide especificar la nomenclatura para evitar confusiones con otros sitios del mismo complejo. Estos lugares presentan similares características, al pertenecer todos al mismo valle y al período Arcaico tardío (3000 a.C.-1800 a.C.).

Caral es un centro urbano de 50 ha que presenta 32 montículos de diversos tamaños, entre los que destacan 6 pirámides -dos de ellas con plazas circulares adosadas-, pequeñas estructuras religiosas, espacios abiertos, calles, almacenes, etc.

En el primer capítulo se hace referencia al medio geográfico particular de este valle, conocido por la autora por haber realizado prospecciones de reconocimiento en ambas márgenes. Asimismo, nos acerca al tema central, es decir, la caracterización de la organización sociopolítica y sus condiciones para el temprano surgimiento de formaciones políticas complejas presentando dos esquemas: uno, de ubicación temporal de los sitios del período, y

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Reseñas

otro, de los procesos de adaptación en el mismo. En el segundo capítulo se amplía esto último

exponiendo los resultados de la temporada de excavación 1996 de los siguientes sectores: el Templo del Anfiteatro, el altar del Fuego Sagrado, el pequeño Templo de la Banqueta, los sectores residenciales , el Templo Mayor y la estructura anexa a la Pirámide Cuadrangular, con descrip­ciones de las estructuras, técnicas y fases construc­tivas identificadas hasta ese momento.

La última parte del libro nos presenta inferen­cias sobre la ciudad, tocando diferentes aspectos como son su carácter religioso, las relaciones con otros centros y su economía. La bibliografía con­sultada es específica y confirma lo mucho que falta por investigar sobre este tema.

Por las descripciones de Shady y el plano general presentado en la publicación, nos damos cuenta de la magnitud de este sitio arqueológico, cuya extensión y complejidad hacen difícil la exca­vación, y al no existir otras investigaciones perma­nentes en el valle, se puede decir que estamos ante un trabajo pionero.

Es increíble el buen estado de conservación de las estructuras. Esto ha permitido la identifica­ción de las diversas técnicas constructivas en el sector residencial, paredes con armazones de palos de guarango, cruzados con carricillos, quincha, shicras y las tradicionales de piedra cortada.

Otro aspecto que resalta es la mezcla de dos tradiciones arquitectónicas, la costeña (Casma) y la serrana (Kotosh) en una sola estructura, como es el caso del Altar del Fuego Permanente. Otro aspecto que se puede mencionar es que después de muchos años la Universidad Nacional Mayor de San Marcos apoya un proyecto de investigación arqueológico y que próximamente aparecerá una nueva publicación con los últimos resultados .

Lúrica Hayakawa

ASCHER, Marcia y ASCHER, Robert, Mathematics of the Incas, Code of the Quipu, Mineola, New York, Dover Publications, lnc. , 1997, 166 p.

La editorial Dover Publications Inc. ha tenido la iniciativa de reeditar el libro de Marcia y Robert Ascher, Mathematics of the Incas, Code of the Quipu , publicado por primera vez en 1981 .

Escrita por una matemática y un antropólogo, esta obra está concebida como una introducción a

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los quipus utilizados por los Incas. Los qui pus son objetos conformados por una cuerda principal de lana o de algodón a la cual se anudan cuerdas más delgadas reunidas en varios grupos. Estas cuerdas colgantes están punteadas por nudos de diversas clases distribuidos en intervalos regulares. La posi­ción y las características de una cuerda permitían atribuirle una función mnemotécnica, consideran­do su localización en un conjunto específico de haces de cuerdas, su color (natural o teñido) dentro de una gama de tonos diferentes, la cantidad y la forma de sus nudos, la localización de éstos en un grupo particular de cuerdas, etc.

Presentar en menos de doscientas páginas un estudio que dé cuenta de los recursos matemáticos del quipu es una apuesta lograda por los autores al realizar elecciones y tomas de posición clara­mente anunciadas en el prefacio. Así es como descartan la idea de dirigirse solamente a los espe­cialistas para llegar a un público más ampl io e interesado a la vez en las matemáticas y en la cultura andina. Su objetivo es presentar los quipus y a sus usuarios en su contexto cultural. En este sentido, siguen el enfoque de la antropología cultural : parten de la idea de que los quipus eran un medio de expresión de la sociedad Inca y que es el conocimiento de ésta, perdida después de su caída, el que puede permitir la comprensión de su funcionamiento. Para ello los autores van a compa­rar, por ejemplo, el status de los usuarios de los quipus en la sociedad Inca al de los administra­dores de la sociedad sumeria.

Los autores proponen un estudio de los qui pus a la vez aritmético y lógico tomando en cuenta la configuración espacial de las cuerdas. Muestran así la forma en que los Incas podían realizar cálculos y establecer proporciones. Una vez reubicado el objeto en su contexto cultural, su confección nos es presentada en detalle (preparación , color, posición y dirección de las cuerdas). Se presta una atención particular al color y por supuesto a la posición de los nudos. Otra parte importante del libro es consagrada a la presentación y el análisis de ejemplos. Así el lector se enfrenta directamente a algunos problemas considerados por los Incas, por ejemplo: la suma, la división en partes iguales o desiguales, la multiplicación de un entero por un entero o una fracción, etc.

El libro tiene una vocación didáctica clara y reivindicada en el prefacio. Está escrito de forma tal que el lector pueda adquirir progresivamente un conocimiento de los quipus, e incluso se dan ejemplos que le permiten aplicar efectivamente la interpretación que le es propuesta.

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Acompañan también al libro numerosos esquemas, fotos, figuras que ilustran o permiten precisar el propósito o que profundizan algunas particularidades técnicas relacionadas a la disposi­ción de las cuerdas entre sí. Las notas de pie de página completan el texto indicando otros trabajos dedicados a los qui pus y publicados antes de 1981. El lector puede darse así cuenta del interés suscitado por los quipus desde el siglo XVI.

El libro obtiene beneficios de la competencia científica de cada uno de los autores y está de acuerdo a los principios adoptados para su análisis. Pero las excavaciones arqueológicas han demos­trado que los qui pus podían ser utilizados con otros pequeños objetos (guijarros, granos, etc.) como aparece también en su presentación en algunos museos. Sin embargo, estos objetos no son toma­dos en cuenta por los autores y corren el riesgo, al considerar así a los qui pus de una manera aislada, de no dar cuenta de su condición real de uso. Dado que su objetivo era considerar a los quipus en su contexto, nos parece que convendría también tener en cuenta estos objetos atestiguados por los docu­mentos coloniales, que a menudo se refieren a guijarros que acompañan la manipulación de las cuerdas con nudos. Así, podemos preguntamos si los quipus, por sí solos, permitían representar las cifras de O a 9 y efectuar los cálculos como lo proponen los autores: "On each cord there are clusters ofknots. Toe collection of clusters on each cord form a symbolic representation of a number. Each cluster contains O to 9 knots and the clusters are separated by spaces that distinguish one cluster position, moving from the free end of a cord to where it is attached to another cord, in one higher power of 10". Esto podría también tener repercu­siones sobre la representación del cero que se hace, según los autores, "by having no knots in the cluster position" (p. 30).

Asimismo, los autores insisten en los primeros capítulos sobre la importancia del color en el siste­ma simbólico de los quipus, pero a medida que introducen su interpretación, la importancia del color se esfuma poco a poco, dejando qui pus cada vez más pálidos y abstractos. Esto es particular­mente flagrante en la última parte del libro consa­grada a los ejemplos.

Otra dificultad proviene también de la ausencia de toda datación de los quipus presen­tados en las ilustraciones. En general, los quipus son considerados sin ninguna perspectiva cronoló­gica, no habiendo mención de ninguna fecha. Esta observación es importante en la medida en que puede también tener consecuencias sobre la inter-

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pretación propuesta. En efecto, nada nos indica que el formato de los qui pus y el método de registro hayan sido los mismos durante un siglo de desarrollo de la cultura de los Incas. Por otra parte, ningún elemento nos permite saber si los quipus considerados pertenecen efectivamente al período incaico. Este problema se plantea en efecto ya que el cronista español Calancha, del siglo XVII , señalaba que el uso de los quipus había sido perfeccionado por los Incas, i lo que sugiere que ya existían desde antes! Es posible entonces que algunas diferencias entre quipus puedan deberse a una evolución cronológica no considerada en absoluto por la interpretación propuesta en este libro.

A esta dimensión cronológica se agrega también la dimensión geográfica; en efecto, convendría quizá tomar en cuenta las diferencias debidas a la procedencia de los quipus. Recordemos que una gran parte de los qui pus fue encontrada en diversas localidades de la actual costa peruana y chilena. Sin datos sobre la procedencia de los qui pus estudiados, no puede descartarse que las características comunes que se señalan se deban a un origen geográfico común. Esta dimensión geográfica debe consi­derarse además porque la arqueología, una vez más ... , nos enseña que la cultura Inca podía presentar notables diferencias locales, siendo conocido el caso de la cerámica.

De esta manera, la interpretación propuesta en este libro se aplica a quipus en cierta forma idealizados, siendo difícil, frente a un verdadero quipu, determinar cuáles son, entre sus particu­laridades, las pertinentes para su interpretación. El examen de numerosos ejemplos dados en el libro nos invita a consultar el inventario de los quipus sobre los cuales los autores han basado su interpretación: Code of the Quipu Databook nos parece una lectura recomendable para los que quieran apreciar los parámetros que han sido o no tomados en consideración en este análisis. Se podrá apreciar aún más la reedición económica de estas fichas ... Sin embargo, la clave del código de los quipus se encuentra probablemente en la lectura conjunta de las dos obras.

Carmen Beatriz Loza

REFERENCIAS

ASCHER, Marcia and ASCHER, Robert 1981 Corle of the Quipo, Ann Arbor: Uni­

versity of Michigan Press, vii - 166 p.

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Reseñas

CALANCHA (fray Antonio de la) 1638 Coronica moralizada del orden de

San Agustín en el Pero, con sus sucesos egenplares en esta monar­quia, Barcelona.

ASCHER (Marcia) and Ascher (Robert) 1978 Code of the Quipo Databook, Uni­

versity of Michigan Press.

ESCANDELL-TUR, Neus , Producción y comercio de tejidos coloniales. Los obrajes y chorrillos del Cuzco, 1570-1820, Cuzco, Centro de Estudio Regionales Andinos "Bartolomé de Las Casas", 1997, 490 p.

La tesis doctoral de Neus Escandell-Tur edita­da por el Centro Bartolomé de Las Casas es un estudio innovador y revisionista. Innovador porque se integra en una nueva generación de investiga­ciones peninsulares sobre la América Hispana colonial, y revisionista porque participa activamente de polémicas que recorren la historiografía andina, independientemente de su ámbito de elaboración.

Esa nueva generación peninsular dedicada a la América colonial cuenta en su haber con un logro heurístico de gran importancia. América para ella ya no son las fantasmagóricas Indias que dejan entrever los papeles acumulados en los maravi­llosos repositorios de España. Esta generación deja atrás a un americanismo y a los americanistas de múltiples países europeos que durante décadas se vanagloriaron de no haber pisado el continente americano. La autora eligió como su tema los obra­jes y chorrillos del Cuzco, y hacia allí fue para buscar y encontrar las fuentes de mayor peso para el estudio. Ese giro heurístico está en la base de los mayores logros del libro. La producción textil es un tema ejemplar para medir la distancia entre un enfoque institucional obsesionado por la discusión de las sucesivas políticas de la Corona, ora a favor ora en contra de su desarrollo en las colonias, y un enfoque histórico preocupado por los procesos efectivos que se dieron a pesar de aquella legislación. Si los archivos de Sevilla, Salamanca o Madrid pueden decimos mucho de la legislación y sus orígenes, sólo en Cuzco, Lima y Potosí pueden encontrarse los elementos que permitirán comenzar a elaborar respuestas acerca del desarrollo histórico.

Este libro es profundamente revisionista. Su núcleo está dedicado al análisis del devenir de la

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manufactura textil cuzqueña durante el siglo XVIII, por lo que tiene que enfrentarse a una abun­dante literatura de origen fundamentalmente pe­ruano y revisar radicalmente sus conclusiones. En las historiografías andinas parece haber faltado durante el siglo XIX la corriente político-ideoló­gica conservadora, tan frecuente en otros países latinoamericanos, y muy conocida para el caso mexicano, que frente a las primeras crisis de los experimentos liberales posindependentistas desarrolló una nostalgia por el orden colonial y, por ende, ensalzó los logros del largo siglo XVIII de los Barbones y las luces. Por el contrario, en el mundo andino ha predominado casi sin interrup­ción, aunque con muchos matices, una visión que identifica al siglo XVIII con una crisis prolongada en todos los órdenes. Sin duda, uno de los elemen­tos justificatorios de esa interpretación fue el intenso y excepcional ciclo de rebeliones que asoló al mundo surandino a finales de la década de 1770 y comienzos de la de 1780. Los hermanos Catari , Tupac Amaru y finalmente Tupac Catari , lideraron movimientos sin parangón en la historia colonial hispanoamericana. La premisa implícita en la historiografía aún hoy hegemónica respecto del siglo XVIII es que se trató de un conjunto de rebeliones que nacieron de la miseria. Una miseria que no sólo afectó a las masas indígenas sino que se daba en un contexto generalizado de crisis y decadencia, que incluía a la manufactura textil.

Pero en el caso particular de la producción textil del siglo XVIII, tema que ocupa centralmente al estudio que reseñamos, a los malos entendidos que nacen de esta interpretación de un indigenismo muy ingenuo se suman los efectos negativos de un dependentismo avant la lettre. En efecto, uno de los argumentos específicos que se han avanzado para la supuesta decadencia textil andina del siglo XVIII es el del papel devastador de la competencia de los tejidos europeos. La Revolución Industrial fue vista como un proceso que se traducía auto­mática y rápidamente en la capacidad de abastecer los mercados americanos a todos los niveles con tejidos baratos frente a los cuales nada habrían podido los productos americanos.

El libro de Escandell-Tur ha tenido que lidiar con todos estos estereotipos y lo ha hecho con éxito. Para ello ha utilizado un instrumental crítico variado que Je ha permitido enfrentarse a una documentación masiva con una actitud muy abierta pero sin credulidad alguna. Su información no es casi nunca resultado de un hallazgo de archivo sino de una elaboración compleja en la que las fuentes son confrontadas con la literatura

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previa, y una buena selección de historiografía sobre México y Europa, para resultar en una apreciación o estimación fundadas.

El punto de partida del libro es una tipología de las unidades productoras de textiles en la región cuzqueña. Obrajes, chorrillos y familias indígenas aparecen diferenciados según un número de variables, muy superiores al utilizado en estudios previos. El análisis de la institución mayor y de máxima complejidad, el obraje, está particular­mente logrado. Frente a la tentación en la que ha caído mucha de la literatura previa de ver al obraje como una intrusión de la cultura tecnológica europea en el mundo de los hilanderos y tejedores prehispánicos, la autora nos presenta una sólida argumentación de su tesis en el sentido de que el obraje peruano habría sido una institución plenamente colonial sin antecedentes en España. No deja por ello de formular la observación de buen sentido de que el obraje americano no se mantiene igual a sí mismo durante el largo período colonial, y que en sus transformaciones las influencias europeas jugaron un papel no despreciable.

La distinción entre obrajes, chorrillos y productores indígenas se constituye en uno de los puntos fuertes del libro al vincularse de modo variado con el funcionamiento del mercado. La historiografía más tradicional sobre la actividad textil peruana había sido una verdadera historia institucional del obraje, preocupada por su auge y anticipada decadencia. Estudios más recientes agregaron al cuadro la existencia de las unidades menores, los chorrillos, que se sumaban a las importaciones europeas como factores de competencia frente al obraje. Este libro transforma completamente el enfoque. Por un lado, periodiza con mucha mayor riqueza y sutileza la evolución de cada uno de los sectores textiles. Así, la curva simple del auge y la inevitable declinación es reemplazada por una cronología que acepta prolongadas mesetas y estancamientos. Por otra parte, su punto de mira deja de estar centrado en el obraje para evaluar el conjunto del sector productivo textil. Reconoce así que los obrajes cuzqueños perdieron algo de su peso en el mercado a manos de los chorrillos, pero hace notar que la suma de la producción final de ambos sub-sectores está muy lejos de la decadencia postulada por autores como Silva Santisteban y Maximiliano Moscoso. El aporte más significativo de este estudio, en lo que hace a la relación entre obrajes y chorrillos, es el análisis de su complemen­tariedad.

Escandell-Tur desarrolla ampliamente la bien

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conocida característica rural de los obrajes andinos, es decir, su inserción en el marco de la hacienda. A partir de ella, la autora nos explica las estrategias de complementariedad y autosufi­ciencia que esas empresas desarrollan, tanto en lo que hace a los insumos necesarios para la producción textil como para la manutención y remuneración de la fuerza de trabajo. Por otra parte, las empresas agrícola-textiles desarrollan en algunos casos estrategias de complementación a otro nivel cuando se integran, en la propiedad o la gestión, con otras empresas orientadas a la producción de azúcar, el otro gran producto de exportación regional cuzqueña. Uno de los puntos más innovadores del libro se refiere a un aspecto adicional de esa complementariedad que parece desarrollarse a partir de la década de 1760 y que afecta tanto a obrajes como a chorrillos. A pesar de que los obrajes estaban plenamente equipados para cumplir con todas las etapas de la producción textil, por razones de rentabilidad habrían optado hacia 1760 por abastecerse de insumos semi­elaborados provistos por los chorrillos y los pro­ductores indígenas.

Lejos de la historia institucional del obraje, este estudio aporta un capítulo fundamental a la historia social con su análisis de las grandes familias obrajeras. En una región desprovista de grandes riquezas minerales, los beneficiarios de las encomiendas y las mercedes de tierras encaminaron desde temprano su capacidad empresarial en la explotación y transformación de los recursos agrícolas y ganaderos, particularmente para la producción de azúcar y tejidos de lana. Los mismos individuos que perdieron durante la década de 1560 la batalla de la feudalización plena de la dominación colonial en los Andes, se encon­traron en la primera fila de los que respondieron diez años después al llamado del virrey Toledo para la estructuración del sistema según nuevas bases. A partir de la asignación estatal de cuotas de trabajadores forzados el sistema privilegiaría en adelante el desempeño empresarial por sobre los títulos de antigüedad en el proceso de con­quista. La fundación de los primeros obrajes cuz­queños responde plenamente a esa lógica . Escandell-Tur nos muestra cómo ese grupo de "primeras familias" se perpetúa en la propiedad y el manejo de empresas textiles y agrarias a lo largo del siglo XVII. Pero también nos describe en detalle el proceso de la inmigración peninsular renovada desde fines de ese siglo y a lo largo del XVIII. En toda América esos nuevos inmigrantes gozan de favoritismos aún insuficientemente

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Reseñas

explicados que algún día serán objeto de un sofisticado análisis en el terreno de la historia sociocultural. Favoritismo en el mercado matrimo­nial, donde las antiguas familias ya criollas ofrecen sus hijas a estos recién llegados , mejor provistos en ambiciones que en capitales. Favoriti smo también en los circuitos mercantiles y de pro­ducción para recibir en arrendamiento empresas para cuyo manejo no estaban en general prepara­dos. La autora completa este cuadro general con un capítulo cuzqueño de gran interés. Los inmi­grantes que llegan a Cuzco se diferencian de los que Susan Ramírez nos describiera para la zona productora de azúcar de Lambayeque, en el norte de la costa peruana, y se parecen mucho más a los que hemos encontrado en nuestros propios estudios de la minería potosina. En efecto, las "segundas familias" cuzqueñas no se contentan con asociarse al club y desplazar a sus dirigentes, según la colorida imagen de Susan Ramírez. Por el contrario, muestran una gran capacidad para adaptar el sector obrajero a un mercado cambiante mediante nuevas formas de articulación con los otros sub-sectores textiles, el de los chorrillos y los productores indígenas. Nuevas formas que en definitiva reposan sobre la capacidad chaya­noviana de incremento de la autoexplotación familiar. Sus correlatos potosinos también se adaptarán a las condiciones del mercado, expresadas allí en la inflación de arrendamientos, mediante un aumento de la explotación de la productividad del trabajo forzado.

Este estudio es evidentemente tributario del análisis que hace ya más de veinte años propusiera Carlos Sempat Assadourian de los efectos del primer auge de la minería del Cerro Rico de Potosí en la constitución y articulación mercantil de un "espacio peruano". El impacto de aquel trabajo fue tal que se tendió durante mucho tiempo a leer en él lo que quizás no estuviera del todo dicho. Me refiero a la idea de que el carácter dominante que Assadourian atribuía a la producción minera debía expresarse, un poco a la Simiand, en fases de ascenso y descenso del conjunto de la economía colonial peruana, cuya existencia se verificaría en todos y cada uno de sus sectores componentes. El libro que reseñamos se integra exitosamente en una nueva literatura que, por el contrario, analiza en concreto la autonomización de regiones y acti­vidades productivas, condición imprescindible para avanzar en la investigación de una historia económica y social renovada.

Enrique Tandeter

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DIETZ, Henry, Urban Poverty, Political Participation and the State, Lima 1970-1990, University of Pittsburgh Press, Pittsburgh, PA USA, 1998, 307 p.

Este estudio considera las diversas formas en que la pobreza urbana del Perú ha ejercido una influencia en la política nacional durante las pasadas décadas . Comparando 6 diferentes distritos de Lima, Dietz hace uso efectivo de los datos recogidos detalladamente, en el que compara las perspectivas de los suburbios en relación a los asuntos de política local y nacional; encontrando que existe un amplio rango de modos de partici­pación, tanto informales (asociaciones de vecinos, oficiales o funcionarios públicos) como formales ( votación y campanas). Dietz afirma que las clases sociales bajas de Lima "Han hecho una contri­bución substancial en la consolidación de la Democracia en el Perú" (p. 241) Aclarando su afir­mación, Dietz, menciona que desde 1970, la pobreza urbana ha sustentado una "sociedad civil rica y se han desarrollado mecanismos que los unen al Estado ingredientes esenciales para la democracia" (p. 242). Mientras que este enunciado de Dietz, sin duda es honorable, la forma que plantea de cómo la ac tividad política y la pobreza del limeño urbano se conecta con el complicado proceso de "consolidación de la democracia" en el Perú no es completamente clara. Sin embargo, el libro tiene varias contribuciones importantes al estudio de la política y la pobreza urban a en Latinoamérica.

El libro está dividido en 10 capítulos temá­ticos; la primera parte del estudio pone énfasis en un contexto general de "Pobreza Urbana y Participación Política" y "Economía Política del Perú" antes de concentrarse en Lima. El estudio longitudinal de Dietz se enfoca en las áreas pobres dentro de la ciudad (callejones, corralones , azo­teas) y asentamientos irregulares (pueblos jóvenes, barriadas, barrios marginales) en la periferi a de la ciudad. Sus hall azgos demuestran cómo los citadinos, en varios grados han trabaj ado para modelar las formas locales de las raíces de la actividad política como una forma de confrontar los problemas individuales y la actividad política. Como el autor explica, este comportamiento ha ocurrido durante dos décadas (y después brevemente en 1990, en el Epílogo) y convin­centemente argumenta, que los limeños fre­cuentemente han desarrollado efectivas estrategias

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para enfrentarse con las frecuentes y muy difíciles condiciones económicas y políticas.

Dietz presenta datos acerca de los diferentes suburbios - Primero de Enero, Pampa de Arena, 28 de Julio (dos zonas) y el asentamiento humano Casas Huertas en el distrito de Surquillo. Esteba­rrio se conoce en Lima como el "Chicago chico" debido a su reputación por ser una parte difícil de la ciudad, desde el inicio del estudio Casas Huertas se presentó como una zona altamente deteriorada, un "barrio perdido".

De acuerdo a Dietz, antes de 1970 existía muy poca organización en Casas Huertas para combatir los abusos de los propietarios, la lucha contra el crimen o para mejorar los servicios de la ciudad. Adicionalmente, de manera similar él menciona, que virtualmente no existe un "sentido de comuni­dad" en el área comparado con el que se encuentra en los "asentamientos irregulares" que exhibían altos grados de solidaridad vecinal. En gran medida, Dietz atribuye estas diferencias al hecho de que los residentes de Casas Huertas rentan las casas, es decir no son propietarios de sus propias casas.

Así, Dietz informa a sus lectores que, cuando aparentemente existía poca esperanza para los habitantes de Casas Huertas, en 1972, un explosivo incidente entre los inquilinos y los dueños de las propiedades del área, incidente en el cual se llamó a los agentes estatales para actuar como media­dores; alentó a los ciudadanos a realizar un "lento progreso cambiando de un área incipiente y pulverizada a un vecindario merecedor de el termino comunidad" (p. 131 ). Diez años más tarde, Dietz reporta que los residentes lograron su propó­sito de una manera positiva formando una asociación de vecinos y reclamaron el status legal de "pueblo joven". Subsecuentemente, Dietz men­ciona que la actividad política de Casas Huertas continuó incrementándose, tanto que al final del periodo del estudio, el nivel de participación entre la ciudad central y los asentamientos externos mostraron ser equivalentes. En cierta forma, esta casi "milagrosa" transformación lo hace a uno pensar, si no ha existido un mayor sentido de "comunidad" en Casas Huertas de lo que Dietz, desea reconocer.

La fortaleza del libro radica en la presentación sistemática de los datos colectados y la infor­mación recopilada en las seis suburbios durante un período de 20 años. No obstante, sorpresi­vamente Dietz, proporciona pocos testimonios dados por los mismos pobladores de las zonas estudiadas. En lugar de esto, su discusión sobre "política informal" es completamente cuantitativa,

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mientras que su énfasis en estadística y en datos empíricos hace al libro poco ameno. No obstante, es importante leerlo.

Al final, sin embargo el trabajo realizado por Henry Dietz ha ampliado significativamente nuestra apreciación de las vías por las cuales, la pobreza urbana le da forma a la política no solamente en el Perú sino en todo el continente americano.

Andrew G. Wood

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