polÍticas de informaciÓn en el sector … · * texto tomado de octavio sotomayor, adrián...

8
27 POLÍTICAS DE INFORMACIÓN EN EL SECTOR RURAL DE AMÉRICA LATINA * * Texto tomado de Octavio Sotomayor, Adrián Rodríguez y Mónica Rodrigues. “Competitividad, sostenibilidad e inclusión social en la agricultura: Nuevas direcciones en el diseño de políticas en América Latina y el Caribe. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Santiago de Chile, 2011. Registros, estudios descriptivos y censos La importancia de contar con información estadística básica para facilitar el diseño de políticas públicas, la toma de decisiones en el sector privado y el trabajo de investigación científica ha determinado que este tema haya sido abordado desde hace muchos años en todos los países de la región. La construcción de registros y el desarrollo de censos fue una práctica relativamente normal realizada por los gobiernos coloniales, pues la aplicación de estos ins- trumentos estaba asociada a la recaudación de los im- puestos que eran necesarios para financiar la marcha del aparato administrativo. Luego de la independencia, los países de la región si- guieron un patrón similar: las series de datos provie- nen de registros estadísticos de tipo administrativo que permiten elaborar una primera visión cuantitativa de la economía agrícola, aunque de carácter muy heterogé- neo e incompleto, y que se refieren a demografía, presu- puestos públicos, comercio exterior, transporte interno de mercancías, beneficio de animales, sanidad, clima y avalúos agrícolas, entre otros. Al mismo tiempo, los gobiernos contrataron a natura- listas extranjeros para hacer inventarios y descripciones globales de los recursos productivos disponibles en el territorio. Agostino Codazzi hizo un estudio pionero en Venezuela en 1842, al que siguieron los estudios de Claudio Gay en Chile (1844-1871), Jean Antoine Vic- tor Martin de Moussy en la Argentina (1860-1873) y Antonio Raimondi en el Perú (1874-1880), entre otros. Estos científicos viajaron por el territorio y elaboraron informes técnicos en los que delimitaron y caracteri- zaron las zonas geográficas de cada uno de esos países e identificaron y cuantificaron los recursos agrícolas y mineros que podían servir de base para el desarrollo na- cional. Una vez que se consolidaron las oficinas técnicas del Estado, durante la segunda mitad del siglo XIX, esta línea de trabajo se profundizó a través de estudios de carácter más especializado, realizados por técnicos de instituciones estatales. Otra fuente importante de información sectorial fue aportada por los diversos congresos agrícolas, que se realizaron en cada país hacia fines del siglo XIX, con el impulso de las asociaciones de productores. En la segunda mitad del siglo XIX se instalaron las primeras oficinas nacionales de estadística, tal como sucedió en la Argentina (Dirección General de Estadística, creada en 1894), Bolivia (Instituto Nacional de Estadística, creado en 1863), Chile (Oficina de Estadística, creada en 1843), Cos- ta Rica (Oficina Central de Estadísticas, crea- da en 1861), Paraguay (Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos, creada en 1885) o Uruguay (Mesa Estadística, creada en 1852). Inicialmente estas instituciones se abo- caron a la realización de censos de po- blación, pero su progresiva consoli- dación permitió el desarrollo de los primeros censos agropecuarios que podrían considerarse modernos, que hicieron posible completar la descripción del sector. Es- tos se llevaron a cabo hacia fines del siglo XIX o en las primeras décadas del siglo XX.

Upload: dangkhanh

Post on 29-Sep-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

27

POLÍTICAS DE INFORMACIÓN EN EL SECTOR RURAL DE

AMÉRICA LATINA *

* Texto tomado de Octavio Sotomayor, Adrián Rodríguez y Mónica Rodrigues. “Competitividad, sostenibilidad e inclusión social en la agricultura: Nuevas direcciones en el diseño de políticas en América Latina y el Caribe. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Santiago de Chile, 2011.

Registros, estudios descriptivos y censos

La importancia de contar con información estadística básica para facilitar el diseño de políticas públicas, la toma de decisiones en el sector privado y el trabajo de investigación científica ha determinado que este tema haya sido abordado desde hace muchos años en todos los países de la región.

La construcción de registros y el desarrollo de censos fue una práctica relativamente normal realizada por los gobiernos coloniales, pues la aplicación de estos ins-trumentos estaba asociada a la recaudación de los im-puestos que eran necesarios para financiar la marcha del aparato administrativo.

Luego de la independencia, los países de la región si-guieron un patrón similar: las series de datos provie-nen de registros estadísticos de tipo administrativo que permiten elaborar una primera visión cuantitativa de la economía agrícola, aunque de carácter muy heterogé-neo e incompleto, y que se refieren a demografía, presu-puestos públicos, comercio exterior, transporte interno de mercancías, beneficio de animales, sanidad, clima y avalúos agrícolas, entre otros.

Al mismo tiempo, los gobiernos contrataron a natura-listas extranjeros para hacer inventarios y descripciones globales de los recursos productivos disponibles en el territorio. Agostino Codazzi hizo un estudio pionero en Venezuela en 1842, al que siguieron los estudios de Claudio Gay en Chile (1844-1871), Jean Antoine Vic-tor Martin de Moussy en la Argentina (1860-1873) y Antonio Raimondi en el Perú (1874-1880), entre otros.

Estos científicos viajaron por el territorio y elaboraron informes técnicos en los que delimitaron y caracteri-zaron las zonas geográficas de cada uno de esos países e identificaron y cuantificaron los recursos agrícolas y mineros que podían servir de base para el desarrollo na-cional. Una vez que se consolidaron las oficinas técnicas del Estado, durante la segunda mitad del siglo XIX, esta línea de trabajo se profundizó a través de estudios de carácter más especializado, realizados por técnicos de instituciones estatales.

Otra fuente importante de información sectorial fue aportada por los diversos congresos agrícolas, que se realizaron en cada país hacia fines del siglo XIX, con el impulso de las asociaciones de productores.

En la segunda mitad del siglo XIX se instalaron las primeras oficinas nacionales de estadística, tal como sucedió en la Argentina (Dirección General de Estadística, creada en 1894), Bolivia (Instituto Nacional de Estadística, creado en 1863), Chile (Oficina de Estadística, creada en 1843), Cos-ta Rica (Oficina Central de Estadísticas, crea-da en 1861), Paraguay (Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos, creada en 1885) o Uruguay (Mesa Estadística, creada en 1852).

Inicialmente estas instituciones se abo-caron a la realización de censos de po-blación, pero su progresiva consoli-dación permitió el desarrollo de los primeros censos agropecuarios que podrían considerarse modernos, que hicieron posible completar la descripción del sector. Es-tos se llevaron a cabo hacia fines del siglo XIX o en las primeras décadas del siglo XX.

Publi

cado

en

Info

Aser

ca

Mayo 2013

28

Argentina de-sarrolló su pri-

mer censo agro-pecuario en 1888, al

que siguió otro en 1908 y una serie de censos ga-

naderos y/o provinciales, así como el registro de otros datos

anuales, que se publicaron en la forma de anuarios y boletines. En

el Brasil se implementaron una se-rie de estudios parciales a comienzos

del siglo XX (estimaciones por rubros, estudios regionales) y se realizó el pri-

mer censo agrícola en 1920.

En Chile se publicó a partir de 1860 un anuario estadístico con información econó-

mica global (que incluía información sobre agricultura y ganadería), organizada en volú-

menes temáticos separados a partir de 1911, y se elaboró un volumen especializado en agricultura

que se publicó hasta 1927. En forma complemen-taria, se realizó el primer censo agrícola en los años

1929 y 1930.

Colombia cuenta con registros sobre el funcionamien-to del estanco del tabaco entre 1833 y 1877, así como

con información sobre diversos cultivos (tabaco, caña de azúcar, café, cacao y plátano), con series que se inician en 1891. En 1914 se publicaron antecedentes sobre la industria de la caña de azúcar en algunos departamentos (Antioquia y Cundinamarca) y solo en 1932 se realizó el primer censo cafetero.

México cuenta con diversos estudios temáticos, reali-zados sobre todo hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX, que describen aspectos de las industrias de la caña de azúcar, el maíz, el tabaco, el algodón y otros rubros y temas agrarios (la situación de tenencia de tie-rras, especialmente) y efectuó su primer censo agrícola y ganadero en 1930. Perú dispone también de diversos registros y estudios emprendidos a comienzos del siglo XX, especialmente sobre la caña de azúcar y el algodón, que constituían la base de su agricultura de exportación. Su primer censo agrícola fue realizado en 1929.

Estudios económicos

Dependiendo de cada país, el trabajo censal se mantuvo con cierta regularidad a partir de los años indicados, aun-que los datos que se recababan presentan muchos proble-mas metodológicos y los resultados parecen cuestionables

al aplicar los estándares actuales. Aun así, tienen el valor de haber representado un primer levantamiento de in-formación, permitiendo establecer parámetros de orden general e iniciar la construcción de largas series de da-tos estadísticos, que en cada época han sido útiles para el diseño de políticas y que hoy permiten al menos tener una idea aproximada de la situación de partida de cada agricultura nacional.

En forma complementaria, dichas oficinas promovieron el desarrollo de estudios económicos, bajo la fuerte in-fluencia de profesionales que habían estudiado en uni-versidades norteamericanas o europeas y que aplicaron los últimos avances de la disciplina. Una línea de trabajo son los estudios de tipo microeconómico, iniciados en los años cincuenta con el apoyo de la FAO, que introdujeron el uso de la encuesta predial para describir el funciona-miento de las explotaciones agrícolas y dimensionar su eficiencia económica.

Estos estudios establecieron las bases de la administra-ción predial, disciplina que posteriormente evoluciona-ría hasta llegar a la gestión empresarial vigente en la actualidad, e incluyen también análisis sobre el sector de la agricultura campesina, impulsados a partir de los años ochenta por gobiernos, organismos internaciona-les, organizaciones no gubernamentales e institutos de investigación.

Publi

cado

en

Info

Aser

ca

29

Otra variante la constituyen los estudios tendientes a ca-racterizar la estructura agraria y a dinamizar el desarrollo agrícola, en consonancia con la discusión sobre refor-ma agraria que surgió en la región a partir de los años cincuenta. Entre ellos se destaca el Informe del Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola, constituido por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y otros organismos internacionales (BID, CEPAL, FAO e IICA) luego de la Conferencia de Punta del Este que tuvo lugar en 1961. Este estudio fue realizado en siete países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala y Perú) y sentó las bases científi-cas sobre las cuales se apoyaron los procesos de reforma agraria.

Una última área relevante se refiere a la planificación del desarrollo, y en ella ocuparon un lugar de referencia los planes económicos nacionales impulsados por el Institu-to Latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES) vinculados al proceso de reforma agraria.

En los años siguientes el trabajo censal se fue hacien-do paulatinamente más complejo, pues la realización de censos en forma regular (en general, cada diez años) y la aplicación de metodologías estándares establecidas por la FAO permitieron construir series de tiempo y hacer comparaciones internacionales. Sin embargo, las restric-ciones presupuestarias y el desmantelamiento de las ins-tituciones sectoriales practicado en la región durante los años ochenta y noventa tuvieron un profundo impacto en la estabilidad de los sistemas estadísticos.

En muchos países se produjeron discontinuidades en la aplicación de los censos, que generaron lagunas de hasta 20 años, y en la gran mayoría de ellos los sistemas es-tadísticos no lograron evolucionar lo suficiente para dar respuesta a la complejidad del sector agroalimentario. Es cierto que a partir de los años ochenta algunos paí-ses realizaron encuestas inter-censales para elaborar una descripción más dinámica del comportamiento sectorial, y que otros empezaron a aplicar encuestas periódicas en algunas cadenas agroindustriales (mataderos, molinería, sector lácteo, entre otros) para generar una visión más comprehensiva del sector.

Sin embargo, se trata de esfuerzos aislados que no se con-dicen con los requerimientos de información confiable y oportuna que plantea la inserción adecuada en la econo-mía contemporánea. Aun así, en una mirada retrospectiva se advierte que la aplicación de censos agrícolas por más de 80 años permitió establecer una base de información que ha sido esencial para la caracterización del sector.

Información de mercado

Abordar las fallas de los sistemas de comercialización es un aspecto que formaba parte de la agenda modernizado-ra del campo latinoamericano en los años sesenta. Por tal razón, la puesta en marcha de sistemas de información de mercado se produjo en forma más o menos generalizada en toda la región, cuando el Departamento de Agricultu-ra de los Estados Unidos (USDA) promovió la creación de oficinas especializadas que se encargaran de recolectar y divulgar información.

En todos los países el proceso fue relativamente simi-lar 11. Por ejemplo, el sistema informativo de precios y mercados de Chile se creó en 1965, con asesoría en el marco del convenio entre Chile y California que apoyó al Ministerio de Economía y a su entidad especializada, la Empresa de Comercio Agrícola. Al liquidarse dicha empresa en 1973, ODEPA (en ese tiempo Oficina de Planificación Agrícola) asumió esas responsabilidades.

Otro tanto sucedió en Bolivia, cuyo Sistema de Infor-mación de Mercados Agrícolas (SIMA) se inició en la década de 1970 con el apoyo técnico de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID); o en Costa Rica, cuyo Ministerio de Agricultu-Pu

blica

do e

n In

foAs

erca

Mayo 2013

30

ra y Ganadería había contado

en los años setenta con una pequeña uni-

dad de comercialización creada mediante un pro-

yecto de cooperación con la USAID, que se transformó en

la Dirección General de Merca-deo Agropecuario en 1982.

El SIMA de Brasil, por su parte, era un servicio de la División de Es-

tadísticas e Informaciones Agropecua-rias de la Secretaría de Política Agrícola

del Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento. Fue constituido en agosto

de 1965, con la colaboración del USDA, y se inició como un proyecto piloto de tres gran-

des ciudades (Río de Janeiro, São Paulo y Belo Horizonte). Operaba mediante convenios con

las Secretarías Estaduales de Agricultura, que de-legaban las actividades de campo en las Centrales

Mayoristas de Abastecimientos y en ocasiones en otras entidades. Posteriormente el SIMA fue cre-

ciendo y ampliando su radio de información.

El Sistema de Información de Mercadeo Agrícola y Precios del Perú, por último, se inició a fines de los

años setenta, como un proyecto especial financiado por la USAID y localizado en el Ministerio de Agricultura y Alimentación de esa época. Al agotarse el financiamien-to externo, el proyecto fue desactivándose, hasta que en 1990 se creó la Oficina de Información de Mercados en la Oficina de Estadística Agraria del Ministerio de Agri-cultura, con el objetivo de generar estadísticas de abaste-cimiento y precios de los principales mercados mayoris-tas de Lima.

En Argentina esta función la desarrolla la Dirección de Mercados Agroalimentarios, en forma directa e indirecta. Las actividades directas se refieren a los productos bási-cos, especialmente granos, en una responsabilidad here-dada de la antigua Junta Nacional de Granos, que cerró operaciones en 1991; entre esas actividades se destaca la definición diaria del denominado precio de exportación de los granos argentinos, además de las estadísticas dia-rias de exportación. La información indirecta que reco-pila esa Dirección incluye los precios de las frutas y hor-talizas, que son recolectados por el Mercado Central de Buenos Aires, el primero del país. Argentina cuenta con una reconocida experiencia en el desarrollo de sistemas de información de precios y mercados, especialmente de

granos y ganado, y en general de los productos básicos de transacción internacional, y de manera más limitada de frutas y hortalizas. El proceso informativo de los dos primeros grupos de productos es de larga trayectoria (en el caso de los granos, cerca de 100 años) y la ejecución metodológica está al nivel de los países más avanzados.Guyana cuenta con un sistema de información admi-nistrado por la Corporación de Comercialización de Guyana (Guyana Marketing Corporation), una entidad establecida en 1963 y reformulada en 1985, responsable del desarrollo de mercados, incluyendo tareas como la fa-cilitación de la exportación, la capacitación a productores y el manejo de una central de información para compra-dores potenciales. En Trinidad y Tobago se estableció un sistema de información en 2007, mientras que en Jamaica se hizo en 2008. Santa Lucía, Haití, Bahamas y otros paí-ses del Caribe están actualmente instalando sus propios sistemas.

Actualmente los SIMA son impulsados por estas oficinas de estadística agrícola junto al USDA, a través del área de Noticias de Mercado del Servicio de Comercialización Agrícola (Agricultural Marketing Service). Para tal efec-to se creó la Organización de Información de Mercados de las Américas, que reúne a las oficinas de estadística agrícola de 20 países de la región. Esta organización bus-ca estandarizar información y lenguaje, nivelar el desa-rrollo de los sistemas de información, compartir expe-riencias y obtener cooperación técnica, con la finalidad de mejorar el comercio y la competitividad de la agricultura de la región.

Publi

cado

en

Info

Aser

ca

31

Territorios y medio ambiente

El análisis espacial del sector agrícola está asociado a la planificación territorial y a los proyectos aerofotogramé-tricos desarrollados en la región a partir de los años se-senta. Esta área de trabajo experimentó un fuerte avance a partir de 1980, cuando el uso de computadores permi-tió integrar datos numéricos y cartográficos, a través de la técnica de sistemas de información geográfica (SIG). Hasta entonces los investigadores debían aplicar procedi-mientos de integración muy rudimentarios, tales como la superposición de mapas, el uso de transparencias, el dibu-jo manual de isolíneas, la construcción de tablas cruzadas entre factores o la cuantificación de áreas con planíme-tros. El surgimiento de los SIG y sus posibilidades de aplicación en plataformas de computadores personales cambió completamente esa realidad, al facilitar a escala masiva la realización de tareas manuales antes complejas y lentas pero, sobre todo, al abrir nuevas posibilidades de integración y de análisis de datos.

En una primera etapa el interés de las oficinas públicas se centró en hacer una planificación económica, territorial y ambiental de carácter intermedio, utilizando unidades espaciales delimitadas, tales como el municipio, la cuenca o la provincia. Se generaron así bases de datos territoria-les en formatos digitales, que facilitaron la planificación del uso del suelo, la definición de diagnósticos agroecoló-gicos y sociales, la realización de catastros de recursos y el diseño, monitoreo y evaluación de proyectos productivos y ambientales. En la actualidad, los avances científicos,

el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y la incorporación de nuevas maquina-rias y equipos durante la década de 2000, hacen posible que las técnicas de SIG empiecen a aplicarse dentro de las explotaciones agrícolas, dando origen a lo que hoy se conoce como agricultura de precisión.

Evolución de los sistemas estadísticos

A pesar de todos estos avances, existe insatisfacción en la región en relación con el estado de sus estadísticas agrí-colas y rurales. El principal problema es la disponibilidad de recursos para ejecutar investigaciones estadísticas que normalmente generan altos costos de inversión y ejecu-ción, en los que se debe incurrir en forma periódica.

Es así como la Conferencia sobre Estadísticas Agrícolas del Instituto Internacional de Estadística, realizada en 2007, señaló en sus conclusiones la fuerte declinación, en términos de disponibilidad y calidad, que se viene obser-vando en la estadística agrícola y rural regional (como también de otras regiones del mundo). Además de difi-cultar objetivamente la gestión de la política sectorial, esta falencia impide dar respuesta a los nuevos requerimientos de información para el monitoreo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), así como a otras mate-rias emergentes, tales como el calentamiento global, la producción y consumo de biocombustibles, el uso de tierras y aguas, la agricultura familiar y la seguridad alimentaria.

En ese contexto, la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas ha promovido diversas ini-ciativas tendientes a mejorar las estadísticas de la región y de otras zonas del mundo, proce-so que ha culminado recientemente con la publicación del documento sobre Estrate-gia mundial para mejorar las estadísticas de agricultura y del medio rural, junto al Banco Mundial y la FAO. Mediante esta estrategia se busca instalar en cada país un dispositivo con un conjunto básico de datos estadísticos del sec-tor agrícola, que esté adecuada-mente integrado en el sistema nacional de estadísticas y que sea sostenible en el tiempo.

Actualmente se desarro-llan diversas iniciati-vas regionales para mejorar la cali-dad y la dispo-Pu

blica

do e

n In

foAs

erca

Mayo 2013

32

nibilidad de la información estadística y reducir así las asimetrías entre los actores. En materia de contenidos, se identifican las siguientes áreas temáticas en que es preciso avanzar:

• Estadísticasdeproducción:setratadeampliarlaco-bertura a los rubros más importantes, considerando las principales variables (superficie, existencias de ga-nado, producción, rendimiento, intenciones de siem-bra, estimaciones de cosecha y comercio exterior, en-tre otras) y procurando, en la medida de lo posible, levantar datos regionalizados.

• Informacióndemercados: esnecesarioperfeccionarla sistematización de este tipo de datos, incluyendo el levantamiento de información sobre las transacciones diarias en los principales mercados, con vistas a cons-tituir un sistema de difusión ampliado para un mejor funcionamiento del mercado interno y del comercio internacional.

• Estadísticas agroindustriales: es necesario elabo-rar registros de los procesos productivos del eslabón agroindustrial, lo que incluye datos sobre sus volúme-nes de producción, manejo de inventarios, calidad y precios de los productos.

• Estadísticas de hogares: se requiere configurar unavisión más amplia del mundo rural, incluida infor-mación acerca del mercado de trabajo, los niveles de pobreza, los ingresos agrícolas y no agrícolas, la si-tuación de las mujeres y de los jóvenes, entre otras variables.

• Estadísticas climáticas: es necesario avanzar haciala generación de datos climáticos a nivel de micro-rregiones, de modo de facilitar la gestión de diversas políticas públicas (en materia de seguros climáticos, riego, sanidad, asistencia técnica y calidad).

• Estadísticasambientales:esnecesarioincorporarda-tos acerca de recursos forestales y pesqueros, así como sobre uso de suelos y aguas, superando el tradicional y estrecho enfoque que solo comprende la producción agrícola.

• Estadísticascontinuas:ademásdeotorgarleregulari-dad a la realización de los censos agropecuarios y fo-restales, el desafío es realizar encuestas inter-censales que permitan hacer un seguimiento más dinámico de los cambios de tipo estructural del sector agrario.

Otro desafío relevante en el ámbito de la información estadística es avanzar hacia una mejor definición de lo rural, tal como se ha sugerido en algunas investigaciones del IICA y la CEPAL, realizadas en el marco del Gru-po Interagencial de Desarrollo Rural. Estos estudios, al igual que otras investigaciones impulsadas por el Gru-po de Wye sobre estadísticas del desarrollo rural y los ingresos de los hogares agrícolas en otras regiones del mundo, señalan que los parámetros de clasificación ac-tualmente vigentes en la región tienden a minimizar la importancia de los espacios rurales dentro de cada país, lo que tiene implicancias directas en materia de asigna-ción de recursos fiscales y de otras políticas públicas. Por otra parte, los países aplican definiciones diferentes para Pu

blica

do e

n In

foAs

erca

33

estimar la población rural, lo que dificulta las compara-ciones internacionales.

Todas estas tareas se insertan en el contexto de una pro-funda reestructuración de la organización económica y social contemporánea, marcada por la emergencia de una sociedad de la información a nivel mundial. Esto impli-ca que el mejoramiento de los sistemas de información agrícola hace necesario lograr una amplia difusión del uso de las tecnologías de la información y las comunica-ciones (TIC) entre formuladores de política, productores agrícolas, gremios, organizaciones sociales, ONG y otros actores del sector.

En tal sentido, estas tecnologías deben ser utilizadas en los sistemas estadísticos dirigidos a recopilar, acopiar, procesar y difundir información: encuestas telefónicas, encuestas por Internet, dispositivos móviles de captura de datos y servicios interactivos en red. Complemen-tariamente, es necesario agregar valor a la información colectada, para lo cual hay que elaborar análisis periódi-cos sobre los mercados de la agricultura y su desempeño económico, para ser difundidos a través de Internet y de publicaciones especializadas. Una última área clave de trabajo se refiere al desarrollo del gobierno electrónico, indispensable para hacer más eficiente y transparente la operación de los programas públicos de apoyo a la agri-cultura y al mundo rural, así como para favorecer la par-ticipación de la sociedad civil en la gestión de los asuntos públicos.

Las tecnologías de la información, las comunicaciones y la agricultura

En la región la expansión de las tecnologías de la infor-mación y las comunicaciones es un proceso exógeno, que se define fuera de los sistemas de innovación. Esto da origen a un proceso lento e irregular de difusión del pro-greso técnico, que genera una brecha entre quienes usan las últimas tecnologías y quienes aún están excluidos de ellas.

Aunque en los últimos años ha tenido lugar en los países de la región un significativo desarrollo digital, en un re-ciente informe de la CEPAL se señala que actualmente están surgiendo nuevas brechas en relación con los países avanzados. Entre ellas destacan las brechas de infraes-tructura de banda ancha, de activos complementarios ne-cesarios para asegurar la apropiación de los avances tec-nológicos (formación de recursos humanos, maquinarias y equipos, entre otros) y las institucionales, asociadas a la formulación y la implementación de políticas.

En cuanto a las brechas de infraestructura, se plantea que la región ha comenzado a converger con países de la OCDE de altos ingresos en penetración de telefonía fija y telefonía móvil, aunque la mayor parte de la telefonía móvil en la región es de prepago y se concentra prin-cipalmente en servicios de voz y mensajería. Además, a partir de 2005 la brecha en usuarios de Internet por cada 100 habitantes también dejó de crecer y comenzó a declinar lentamente, contrastando con la situación del acceso a banda ancha. En el caso del acceso a la banda ancha móvil, se observa un rápido incremento del rezago de la región res-pecto de los países de la OCDE de altos ingre-sos. Esto significa que, aunque se ha cerrado la brecha en telefonía, emergió una nueva brecha de acceso a banda ancha. La baja penetración de banda ancha de la región es aun más crítica en los países de me-nor desarrollo relativo, los hogares de menores ingresos y las zonas rurales. Otras dimensiones de la brecha de banda ancha corresponden a defi-ciencias en la calidad de acceso, medidas en términos de capa-cidad de transmisión, largos tiempos de latencia y altos costos.

En el sector rural de la región se ha observado un Pu

blica

do e

n In

foAs

erca

Mayo 2013

34

crecimiento importante en el acceso a Internet, ya sea a través de equipos individuales o como resultado de la ins-talación de telecentros. Sin embargo, este desarrollo aún es insuficiente para otorgar adecuada cobertura a las áreas rurales más apartadas. El principal problema son los altos costos de inversión necesarios para expandir la telefonía, así como el costo comparativamente mayor de las comu-nicaciones en localidades rurales. Como es evidente, la demanda aún no es suficiente para que las empresas pri-vadas emprendan estas acciones en condiciones rentables.De acuerdo con algunos antecedentes cuantitativos reca-bados en forma reciente, existe una penetración relativa-mente alta de la telefonía celular en los hogares rurales, pero una utilización mucho más baja de teléfonos fijos y de Internet Este acceso difiere, por otra parte, según se trate de pequeños o grandes productores.

AMÉRICA LATINA (13 PAÍSES): PENETRACIÓN DE TIC EN HOGARES RURALES, ALREDEDOR DE 2008

(en porcentajes)

Fuente: M. Rodríguez, “Penetración de las TIC en la agricultura y las zonas rurales de América Latina: Estimaciones e impactos “, presentación realizada en el tercer seminario internacional TIC: Herramientas para mejorar la competitividad del agro, Santiago, 20 de octubre de 2010.

BRASIL Y CHILE: PENETRACIÓN DE TIC EN EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS, SEGÚN TAMAÑO

(en porcentajes)

Fuente: M. Rodríguez, “Penetración de las TIC en la agricultura y las zonas rurales de América Latina: Estimaciones e impactos “, presentación realizada en el tercer seminario internacional TIC: Herramientas para mejorar la competitividad del agro, Santiago, 20 de octubre de 2010.

Reconociendo el efecto positivo que tiene el acceso a las TIC en el bienestar individual, la CEPAL ha planteado que la brecha digital también está relacionada con la ma-yor o menor capacidad de las personas de trabajar con la información a la que tienen acceso. Como resultado de la rápida evolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones, hoy es posible conocer más am-pliamente las necesidades de los productores y, a su vez, otorgar acceso abierto a la información disponible. Sin embargo, este conocimiento solo es posible para quienes disponen de acceso a Internet y son capaces de utilizar la información.

La experiencia indica que hoy los usuarios tienen las ha-bilidades para buscar y analizar su propia información, lo que ha quedado en evidencia por el considerable aumen-

to de las consultas a través de medios virtuales que reciben, por ejemplo, las oficinas de infor-mación de los organismos públicos sectoriales de la región y por la reducción de las atenciones presenciales y de la demanda de documentos en soporte físico. No obstante, estas consultas se refieren básicamente a estadísticas de mercado y de clima, en tanto que es mucho más limitado el uso por medios virtuales de información más compleja asociada a la actividad productiva.

Esto revela que es necesario avanzar en el desa-rrollo de una oferta de contenidos más específi-cos para los productores, así como en la defini-ción de políticas para ampliar el uso de las TIC en el sector, mediante el desarrollo del gobierno electrónico, incentivos para masificar la realiza-ción de trámites en línea, asistencia técnica es-pecializada, capacitación y difusión, entre otros instrumentos.

Estas tecnologías deben ser incorporadas en las explotaciones agrícolas y en las empresas agroindustriales a fin de incrementar su pro-ductividad, tal como ya se observa en diferentes dominios: gestión económica predial, gestión financiera, tributación, trazabilidad (sistemas de identificación animal, trazabilidad de productos agrícolas, sistema de gestión de la calidad ali-mentaria y otros), remates virtuales, comercio electrónico, control lechero, gestión de riego tecnificado, alertas climáticas y agricultura de precisión, entre otros.

CA

Publi

cado

en

Info

Aser

ca