politica publica cultura 2014 2024

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia 

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    Mauricio Funes Cartagena

    Presidente de la República de El Salvador

     Ana Magdalena Granadino

    Secretaria de Cultura

     Alejo Campos

    Director de Relaciones Internacionales

    y Cooperación, Secretaría de Cultura

    Coordinador del proceso de elaboración

    de la Política Pública de Cultura

    Directores/as Nacionales de la

    Secretaría de Cultura

    Gustavo Milán, director nacional de

    Patrimonio Cultural

    Mayra Barraza, directora nacional de

    Espacios de Desarrollo Cultural

     Tatiana de la Ossa, directora nacional de Artes

     Vanessa Ruiz, directora nacional de

    Formación en Artes

    Gustavo Pineda, director nacional de

    Pueblos Indígenas y Diversidad Cultural

    Manuel Velasco, director nacional de

    Bibliotecas y Plan Nacional de Lectura

    Sajid Herrera, director nacional de

    Investigaciones en Arte y Cultura

     Alejo Campos, director nacional ad honorem

    del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles

    María Isabel Rivas de Sosa, directora

     Administrativa

    Directores/as de Área de la

    Secretaría de Cultura

    Nohemy Navas, directora de Comunicaciones

    Erick Lemus, director de Publicaciones e Impresos

     Anamey Rosales, directora de Promoción Cultural

     Aura Úrsula, directora de la Red de Casas

    de la Cultura

    Silvia Barrientos, gerente de Asesoría Jurídica

    Lázaro Rodríguez Oliva

    Consultoría y elaboración de la Política

     Agradecimientos especiales:

    Fernando Fajardo, director del Centro Cultural de Españaen El Salvador.

     Agencia de Española de Cooperación Internacional

    para el Desarrollo (AECID)

    Instituciones públicas y privadas que participaron

    del Proceso de Consultas y Mesas de Trabajo

     Agencias de Cooperación y Organismos Internacionales

    Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República

    El proyecto de investigación y elaboración del documentode la Política Pública de Cultura 2014-2024 contó con elapoyo técnico y nanciero de la Agencia Española deCooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)en el marco del proyecto de Fortalecimiento de laEstructura del Sector Cultural Salvadoreño (2011-2013),a través de la subvención 050000001561/1506/2011

    Corrección de estilo, Alfredo Espino ArrietaDiseño y diagramación, Net Marketing Group (NMG)Impreso en los talleres de Impresos Múltiples,

    Secretaría de Cultura de la Presidencia (2013)Política Pública de Cultura 2014-2024.(San Salvador: Secretaría de Cultura de la Presidncia).Política aprobada bajo la Resolución No. 0020/2013.

    © Secretaría de Cultura de la Presidencia

    Secretaría de Cultura de la Presidencia 

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

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    Esta Política está pensada como un mo-delo de gestión de convivencia y diálogosocial, una guía consensuada de trabajo quellama a la concurrencia a todo el Estado sal-

     vadoreño para alcanzar metas especícas enel desarrollo de la cultura en los próximosdiez años. La Política no es el n de un pro-ceso, sino que es el inicio de un largo caminode trabajo en conjunto con las institucionespúblicas y privadas, la sociedad salvadoreña,el sector artístico y cultural del país, y loscompatriotas viviendo en el exterior, que en-contrarán en el Sistema de Gestión Culturalun espacio común para el análisis, debate,planicación e implementación de los pro-ceso culturales necesarios para cambiar losparadigmas arraigados en el país.

    Cabe resaltar que este documento representauna deuda histórica con el sector del arte y lacultura, que desde varias décadas atrás vienereclamando la construcción de plataformasresponsables y comprometidas en la creaciónde las herramientas y oportunidades para eldesarrollo cultural sostenible, que rompaestereotipos paternalistas de asistencialismocarentes de una visión a mediano y largoplazo.

    Es una política de Estado, con visiónintersectorial, que nace de la gente y se elaboraen el marco jurídico nacional y de acuerdosinternacionales vigentes en El Salvador,que han sido una efectiva herramienta paramarcar el rumbo de nuestro trabajo.

    Soberanía, seguridad y sostenibilidad sonlos tres pilares fundamentales sobre loscuales se ha construido la nueva visiónde responsabilidad cultural del Estadosalvadoreño para los próximos diez años conla concurrencia de todas las instituciones y lapoblación del país.

     Ahora es momento de trabajar en equipo enel desarrollo de las estrategias, es momentode unir esfuerzos interinstitucionales ymultisectoriales para darle vida a la PolíticaPublica de Cultura 2014-2024 que garantizaráel acceso y goce de los derechos culturalespara toda la población salvadoreña.

    Mauricio Funes CartagenaPresidente de la República

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

    En materia cultural, el mundo está cambiando.Desde instrumentos internacionales comolas Convenciones de UNESCO vigentes en ElSalvador, la conferencia de Hangzhou u otrasregionales como la Carta Iberoamericana deCultura o la Política de Integración CulturalCentroamericana en el marco del SICA,las naciones se están comprometiendo enreconocer que la cultura es estratégica en laagenda del desarrollo.

    El gobierno del Presidente Mauricio Funes,a través de la Secretaría de Cultura de laPresidencia, ha asumido el mismo compromisoy ha implementado acciones que contribuyenal desarrollo de las expresiones culturales y sucadena de valor en el marco de una economía

    de la cultura capaz de transformar las realidadesde nuestra gente y mejorar su calidad de vida.

    Dentro de esas acciones, la elaboración deuna política pública, una ley nacional, unacuenta satélite y una plataforma virtual deinformación para la cultura, son sin lugar aduda, claves en el desarrollo estratégico de lacultura en la próxima década, inmersos en uncontexto de relaciones regionales y globalesque se fortalecen día a día.

    En este sentido, y con el apoyo de la Agenciade Cooperación Internacional para elDesarrollo, AECID, a través del Proyectode Fortalecimiento del Sector Cultural,hemos dado continuidad a un proceso quese inició en 2008 bajo la gestión del entoncesConsejo Nacional para la Cultura y el Arte,CONCULTURA, y cuya primera fase culminacon la presentación de esta Política Públicade Cultura 2014-2024 de El Salvador, la cualentregamos a la nueva administración delgobierno, 2014-2019, para que continúe con elproceso y busque los mejores mecanismos parasu implementación, en un marco de consensosciudadanos e institucionales.

    Por ello, y en nombre de la Secretaría deCultura de la Presidencia, agradezco a todas lasinstituciones nacionales e internacionales y a laspersonas que contribuyeron de alguna formaen la construcción colectiva de este documento,

    que sienta las bases de un desarrollo culturalpara las presentes y futuras generaciones.

     Ana Magdalena GranadinoSecretaria de Cultura de la Presidencia

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia

    Memoria, vivencia e imaginación de país ............................................................... 9

    CAPÍTULO 1 Re(visiones) de país desde las políticasculturales del estado salvadoreño ........................................................................... 13

    CAPÍTULO 2 Políticas públicas y responsabilidad cultural .......................................................... 23 CAPÍTULO 3Modelo de gestión de la política pública de cultura ............................................ 39 

    CAPÍTULO 4Campos estratégicos de la gestión cultural ........................................................... 29 CAPÍTULO 5Implementación, seguimiento, monitoreo y evaluación ...................................... 79

    Referencias bibliográficas .......................................................................................... 87

    INDICE

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

    Memoria, vivencia eimaginación de país.

    La sociedad salvadoreña, inserta en laglobalización, vive los desafíos que, entérminos sociales, políticos, económicos yculturales, siguen apareciendo en el sigloXXI. Las desigualdades, las exclusionesde diversa índole, la dicultad para el ac-ceso a las tecnologías de la informacióny la comunicación, el cambio climático,

    los procesos de urbanización, las migra-ciones, los desastres medioambientales,etcétera, exigen de los Estados y de la so-ciedad en general, políticas actualizadas yatentas a los factores heredados, nuevosy venideros.

    El campo cultural ha sido uno de los es-pacios sociales con mayores transforma-ciones en los últimos años en la escenainternacional y nacional. Cada vez menosla cultura es asociada exclusivamente consu expresión artística. Sus contornos sehan ampliado a los procesos de cons-trucción de sentidos que involucran lasidentidades, la pertenencia, el bienestar, lafelicidad, la autoestima, en la medida enque aquéllos aportan al desarrollo de losindividuos y las naciones.La edición especial del Informe de lasNaciones Unidas sobre la EconomíaCreativa, titulado “Mejora de los caucesde desarrollo a nivel local”, coeditado

    por la UNESCO y el Programa de Na-ciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)a través de la Ocina de la ONU para lacooperación Sur-Sur, arrojó que la eco-nomía creativa consiguió una cifra récordde 624.000 millones de dólares en 2011, yse duplicó entre 2002 y 2011. Además deesta contundente cifra, se subraya que lacreatividad y la cultura tienen un valor nomonetario signicativo, que contribuye aldesarrollo social inclusivo, al diálogo y al

    entendimiento entre los pueblos (ONU,PNUD, UNESCO, 2013).

    El Estado salvadoreño, con mirada denación se plantea un aporte estratégico

    al reforzar los procesos de gestión de lasdiversas expresiones culturales en los nue- vos entornos geográcos, políticos, eco-nómicos y sociales donde se encuentransus mujeres y hombres en busca de una

     vida mejor. Se reconoce y asume su res-ponsabilidad con la memoria, la vivenciay la imaginación del país que se quiere apartir de la próxima década. A este proce-so denominamos “responsabilidad cultu-ral”, al poner en valor una manera especí-

    ca de gestionar la responsabilidad social,cuando están involucradas expresionesculturales. Planteamos la responsabilidadcultural como la gestión cultural de losrecursos técnicos, humanos y nancierosde los que dispone nuestra sociedad conmetas de desarrollo humano sostenible.

    El Estado gestiona su responsabilidad alresponder desde la gestión cultural porlas demandas acumuladas y emergentes,

     vinculadas con los derechos humanos de

    los diversos actores institucionales (aso-ciaciones civiles; grupos artísticos; em-presas; escuelas; ministerios, secretarías;alcaldías, etcétera) y de sujetos sociales(juventud, mujeres, niñas, niños y adoles-centes; pueblos indígenas, población ruraly diversidad sexual; etcétera). De igualmanera, las instituciones y la ciudadaníareconocen, amplían e incorporan a susprácticas, la responsabilidad cultural acor-de a sus visiones. El enfoque de respon-

    sabilidad cultural con el que convocamosa la sociedad salvadoreña en su conjunto,identica las propias del Estado y de losgobiernos en la creación de plataformasde gestión pública, que sean sosteniblesen el tiempo más allá del enfoque especí-co de una administración gubernamental.Se parte de que el Estado es un facilita-dor con capacidades especícas y limita-das para la gestión pública de la cultura

     –por su propia naturaleza y misión-, porlo que otros actores institucionales y su-jetos sociales deben igualmente participar.Responsabilidad cultural signica e in-cluye también la de los creadores en suconjunto con la sociedad en la que se

    De igual manera,

    las instituciones y laciudadanía reconocen,

    amplían e incorporan

    a sus prácticas, la re-

    sponsabilidad cultural

    acorde asus visiones.

    Política Pública de Cultura deEl Salvador (2014-2024)

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia

    Se trata de una Políticapensada como un

    modelo de gestión

    de la convivencia y el

    diálogo social.

    insertan. Esta no es, por tanto, una Po-lítica sectorial aunque prioriza el enfoqueen su gestión; sino pública, que recono-ce los errores, contextos, aprendizajes,y posibilidades de cómo la gestión de lacultura aporta y amplía el desarrollo hu-mano. Responsabilidad signica cuidado,compromiso, obligación, participación,transparencia y resultados. Es una Políticaque enfoca los procesos estratégicos de laproducción cultural, más allá de, e inclu-

    yendo, su dimensión económica.

    Con la Política Pública de Cultu-ra (en a delante) se responde a unaexigencia que data de varias décadas deatender a un sector que aporta a la socie-dad, y que cada vez es más visto comoun factor indispensable para el logro delas metas de desarrollo. La Política es unproceso que no comienza con esta ad-ministración. El Estado salvadoreño, en

    diversas ocasiones se ha interesado pordiagnosticar y planicar proyectos depolíticas culturales con enfoque de desa-rrollo especícos, por lo cual se retomanlas cuestiones fundamentales de aquellosprocesos en el marco de las nuevas exi-gencias.

     A nivel conceptual, la Política revisa losmodelos implementados y propuestospor distintas administraciones en la últimadécada, para aportar a la construcción de

    un proyecto-país con un horizonte pre- visto de bienestar social e individual y lagarantía del Estado de derecho y sus insti-tuciones. Igualmente se toman como refe-rentes otras experiencias de construcciónde política pública en el país, así como delegislaciones recientes. Hemos aprendidotambién de otros procesos similares ocu-rridos, o en vías de desarrollo, en Guate-mala, Costa Rica, Honduras, y Panamá, yel proceso de construcción y documento

    nal de la Política Cultural de IntegraciónCentroamericana (2012-2015), rmada ennuestro país y vigente para toda la regióndel Sistema de Integración Centroameri-cana (SICA).

    Se trata de una Política pensada como unmodelo de gestión de la convivencia y eldiálogo social, cuyas textura, signo, y co-lor político son el marco internacional yconstitucional de los derechos culturalesen la lógica del desarrollo humano soste-nible.

    La Política establece cuestiones de partidapara gestionar un campo tan subjetivo yatravesado por conictos como el de las

    expresiones culturales vinculadas con de-rechos humanos (por ejemplo, la legitimi-dad de existencia de las culturas juvenilescon respecto al orden centrado en losadultos; o las expresiones de las identida-des femeninas en relación con la culturamachista).Se concibe como el inicio de un proce-so concebido para largo plazo, que exigeimplementar estrategias prioritarias inter-medias para el logro de la eciencia, la

    efectividad y la ecacia de los procesos degestión cultural responsable.

    Estamos conscientes de que la protec-ción y promoción de la diversidad culturalsalvadoreña en la realidad actual exigenreconocer, entre otros factores, la amena-za que signica la homogenización de laidentidad nacional tradicional para la ga-rantía de los derechos culturales.

     También se toman en cuenta los impactosde la homogeneización de las industriasculturales transnacionales a las expresio-nes culturales salvadoreñas, sobre todoen un país que vive también fuera de susfronteras político-administrativas. Porotra parte, la inuencia de las migracionessalvadoreñas y sus implicaciones políticas,sociales, económicas y culturales exigentomar en cuenta una realidad donde sehan expandido las demandas de partici-

    pación de los ciudadanos y ciudadanas entodos los procesos involucrados en la ges-tión cultural: el derecho constitucional deacceso a la cultura implica el derecho a serparte de la creación, legislación, investiga-

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

    ción, educación, inversión, distribución,comunicación, consumo, entre otros.

    La existencia de nuevos instrumentoslegales y de Política en el campo culturaly conexos a nivel nacional e internacional,así como la pertinencia de una formaliza-ción del sector cultura, exigen un momen-to institucional nuevo que responda a lagestión de los procesos culturales de unasociedad conectada globalmente y com-

    prometida con su desarrollo.El más reciente Informe sobre Desa-rrollo Humano El Salvador 2013 Ima-ginar un nuevo país. Hacerlo posible.Diagnóstico y propuesta, advierte queen El Salvador, “ciertas prácticas muyarraigadas, así como la ausencia de polí-ticas culturales para la creación de un ima-ginario compartido, han obstaculizado lacreación de una imagen y una voluntadde “nosotros” e, inclusive, la posibilidad

    de establecer un diálogo franco entresectores poblacionales que se reconoz-can como iguales” (PNUD, 2013: 239).El enfoque del potencial transforma-dor de la política, y la mención directaa la política cultural transformadora,compromete a los actores instituciona-les y sujetos sociales con una apuestacomún integradora, global, sistémica dela gestión cultural. La Política consideralas propuestas del PNUD por su valor

    para la construcción de este conceptode política pública desde la responsabi-lidad cultural, y la ubican en un cambioconceptual e instrumental, que toma encuenta la pertinencia de “(a) construirelementos de identidad común; (b) re-construir el tejido social; (c) desarrollarelementos de orgullo nacional; (d) cons-truir una nueva relación Estado/ciuda-danía; (e) instalar el diálogo como formade socializar e internalizar las normas de

    convivencia diaria” (PNUD, 2013: 240).El enfoque sectorial e intersectorial dela Política concuerda con el PNUD en elsentido de que “actúa de manera transver-sal en diferentes ámbitos y espacios de la

    sociedad. Esto signica que incluso si esnecesario que exista una institucionalidadpara diseñar, coordinar e implementaruna política cultural nacional, esta debeser concebida de manera integrada paraque no se quede a nivel supercial y sim-bólico” (PNUD, 2013: 239). Hacia ahí sedirige.

    El presente documento consta de cincopartes. El capítulo primero, ubica la Polí-

    tica en el contexto nacional y sobre todo,en el marco de los intentos estratégicosdel Estado salvadoreño por contar conuna visión a largo plazo en el sector. Serevisan los enfoques estratégicos que haemprendido el Estado salvadoreño ensu esfuerzo de crear una gestión culturalactualizada. Se especican también losaportes de cada uno de los procesos dediversas administraciones con enfoquesy visiones políticas diferentes, a este

    esfuerzo de construir un proyecto-país.El segundo capítulo dene las áreas deresponsabilidad cultural del Estado, acor-de a las nuevas competencias de las políti-cas culturales a nivel internacional y nacio-nal, así como se especica el concepto dePolíticas Pública de Cultura y sus alcancesoperativos en el contexto de la Política.

     También se relaciona las políticas cultura-les con el desarrollo humano, visualizandoun horizonte de complementariedad y co-herencia en los discursos sobre políticasculturales vistas más allá del sector artís-tico, inclusive.El tercer capítulo se reserva al modelo degestión de la Política, su visión, principios,objetivos estratégicos, así como a la pro-puesta del Sistema Nacional de GestiónCultural, herramienta estructural dondecristalizarán los discursos, procedimientosy prácticas que conforman la gestión de laPolítica. Posteriormente, en el cuarto, seespecican campos de procesos estratégi-

    cos de desarrollo.

    Por último, en el quinto capítulo se plan-tea una posible ruta de seguimiento para laimplementación de la Política.

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    Secretaría de Cultura de la PresidenciaPolítica Pública de Cultura 2014-2024

    RE(VISIONES)DE PAÍS DESDE LASPOLÍTICASCULTURALES DEL

    ESTADO SALVADOREÑO

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia

    El Salvador necesita transformaciones insti-tucionales en la gestión cultural. Desde 2010,en su planteamiento estratégico institucional,denominado Nuevo Modelo de GestiónCultural, la Secretaría de Cultura de la Pre-sidencia (SECULTURA) se comprometiócon el cambio de paradigmas culturales, enfunción de garantizar el posicionamiento dela cultura como un instrumento de desarro-llo, a lo que suma la necesaria renovación dela institucionalidad cultural. Hoy, queremosconvertir lo aprendido en una visión a largoplazo con un sistema de gestión coherente.Para ello es imprescindible incorporar tam-bién otras visiones que desde el Estado hanconstruido lo que podríamos denominarproyecto-país. Tal fue el caso de El Salva-dor. La Cultura: una Apuesta Nacional, undocumento que antes, en 2008, el ConsejoNacional para la Cultura y el Arte (CON-CULTURA) dejó en manos de la sociedadsalvadoreña, buscando metas de desarrolloinstitucional y humano a largo plazo. La

    Política es un proyecto de actualización yampliación, profundización y coordinaciónde ambos referentes, acorde al nuevo con-texto y las buenas y malas prácticas de lasque hemos aprendido como institución,sociedad e individuos. El presente capítulorevisa ambos proyectos desde la perspecti-

     va de la responsabilidad cultural, y desde elenfoque de derechos culturales y desarrollohumano, en consonancia con los desafíoscontraídos por El Salvador en el escenario

    internacional y los cambios ocurridos desdeentonces en el ámbito de cultura y desarrollo.

    Una apuesta nacional:Consejo Nacional para laCultura y el Arte.

    El Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA), a través de su ti-tular, Federico Hernández Aguilar, dio aconocer en octubre de 2008, el documento

    estratégico titulado El Salvador. La Cultu-ra: una Apuesta Nacional. Así, compartíacon la sociedad salvadoreña su visión parael sector: un proceso histórico donde “porprimera vez, con la intención de medir y

    analizar información extraída de la realidadcultural salvadoreña, el país tuvo la oportu-nidad de hablar ampliamente sobre sus raí-ces, su identidad, su complejidad simbólicay sus potencialidades como nación rica enexpresiones artísticas y culturales” (CON-CULTURA, 2008). En la presentación deldocumento, se ponía énfasis en su carácterde “una hoja de ruta que la dinámica cul-tural salvadoreña” Tenía intencionada a“la articulación de una verdadera apuestanacional, en la que todos los sectores de lasociedad tengan su espacio y su responsa-bilidad” (CONCULTURA, 2008).

    Más allá de los modelos de gestión pública yde prioridades especícas de acción de dichomomento histórico, hoy, en el contextode construir la Política de la próximadécada, consideramos actuales muchos de losdesafíos contenidos en dicha “apuestanacional”. Se toman en cuenta sus propó-sitos de construir una Política para que la

    sociedad “tome decisiones sobre los cami-nos que seguirá la cultura en el país. Para quereexione sobre los desafíos que sepresentan en la convivencia cotidia-na, en la autoestima nacional, en elquehacer creativo y productivo. Paraque discuta sobre los usos del tiempolibre, la noción de país, el goce de las expre-siones culturales. Para que amplíe las for-mas de entender la cultura salvadoreña y deentender a los demás. Para que enriquezca

    la calidad de vida de todos los salvadore-ños, dentro y fuera del territorio nacional.Para que el país entero apueste por la cul-tura” (CONCULTURA, 2008: 1).

    El campo cultural ha cambiado desde en-tonces: los discursos, procedimientos yprácticas culturales han tenido la oportuni-dad de probar –en el contexto salvadoreñoe internacional- la validez del enfoque decultura y desarrollo, pero más especíca-mente, un conjunto de instrumentos sin loscuales se hace difícil la garantía de la liber-tad creativa, el logro del bienestar y el mejo-ramiento de la calidad de vida, entre otros.Derechos culturales, diversidad cultural,

    RE(VISIONES) DE PAÍS DESDE LAS POLÍTICASCULTURALES DEL ESTADO SALVADOREÑO

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

    Se reconoce que “no

    hay un solo tipo de

    salvadoreño”.

    “Cuando se habla

    sobre cómo son los

    salvadoreños, el

    espejo se convierte

    en un caleidoscopio.

    integración cultural, etcétera son algunosde ellos. En el sentido de establecer unacontinuidad de valores y propósitos, la Po-lítica retoma de aquel proceso algunas ideasclave:

    • Necesidad de ampliación del con-cepto de cultura: “En sus políticasculturales, la sucesión de gobiernosen El Salvador ha tendido, en susdiscursos ociales, a impulsar cier-tas expresiones de la cultura, favo-reciendo lo artístico tradicional y lopatrimonial-monumental, fenómenocompartido históricamente con otrasnaciones de Latinoamérica y del mun-do” (CONCULTURA, 2008: 14).“La cultura se entiende en este textono sólo como aquellas manifestacio-nes o prácticas “consagradas” por subondad para el espí-ritu, tales comolas bellas artes o la lectura, sino tam-bién como esas propuestas que han

    ido surgiendo entre distintos grupossociales, que dan sentido a sus vidasy que no han sido sucientemen-te reconocidas. En este sentido, lacultura se entiende como una facetacambiante y dinámica de la vida encomún que se nutre de diversidad defuentes” (CONCULTURA, 2008: 2).

    • Rol no exclusivo del Estado enlas Políticas culturales: “El Esta-

    do, en este sentido, se reconocecomo uno de los actores claveen la gestión cultural (no el únicogestor, pero sí uno fundamental)para impulsar un plan cultural que

     va más allá de la actividad estatal”(CONCULTURA, 2007: 7). “Estedocumento no es ni debe entendersecomo un plan del Consejo Nacionalpara la Cultura y el Arte (Concultu-ra). Si bien es cierto que esta entidadresulta ser la facilitadora de algunosde los objetivos y las estrategias queorientan las acciones aquí propues-tas, muchos otros exceden las capaci-dades y atribuciones de Concultura y

    recaen, más bien, en los trabajadoresde la cultura, la empresa privada, lasONG culturales, los gobiernos mu-nicipales y otra variedad de actores”(CONCULTURA, 2008: 1) “Es cier-to que todos los ciudadanos, vivandonde vivan, tienen derecho a dis-frutar de la cultura; pero también lacultura –su producción, circulacióny consumo– es responsabilidad detodos” (CONCULTURA, 2008: 22).Se invita “a la sociedad en general yal aparato público a poner en valor elfenómeno cultural, a anticipar lo quese quiere hacer, y a ser más ecien-tes y más coordinados en las actua-ciones” (CONCULTURA, 2008).

    • Visión pluralista: “El desarrollo dediversidad de culturas en el suelopatrio es parte de la riqueza de lanación salvadoreña, sin que ello im-plique perder o arriesgar los valores

    tradicionales que confeccionan la vida en común de una amplia mayo-ría de ciudadanos” (CONCULTU-RA, 2008: 14).

    • Se reconoce que “no hay un solotipo de salvadoreño”. “Cuando sehabla sobre cómo son los salvado-reños, el espejo se con vierte en uncaleidoscopio, las imágenes se multi-plican y se tiñen de diversos colores:no hay un solo tipo de salvadore-

    ño”.(CONCULTUR A, 2007: 36).

    • Reconocimiento de la complejidadde la Nación salvadoreña: “El Salva-dor dejó de ser una sociedad agraria,predominantemente rural. Es hoyuna nación con mayoría urbana, conuna buena parte de su población enel extranjero” (CONCULTURA,2007: 8). También se planteó que“El Salvador es un país transnacio-

    nal, esto es, un país cuya poblaciónno está connada dentro de loslímites fronterizos; por el contra-rio, se reconoce que hay ampliascomunidades de salvadoreños que

    RE(VISIONES) DE PAÍS DESDE LAS POLÍTICASCULTURALES DEL ESTADO SALVADOREÑO

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia

    “Imprescindibleresulta la constataciónde un “cambio deparadigma que deje

    de ver la cultura comoelemento accesorio deldesarrollo económicoy social del país,condenada a vivir deaportes estatales ydonaciones privadas,para considerarla comoun sector productivo”.

    residen fuera del territorio na-cional, en otros países, y que si-guen manteniendo vínculos consu país y con su localidad de ori-gen” (CONCULTURA, 2008: 21).

    • Pertinencia de la consulta públi-ca como instrumento de Políticasculturales: El llamado Diálogo Na-cional por la Cultura sentó un pre-cedente fundamental para la formaen que se diseñe la participación enlas Políticas culturales en adelante.Según los documentos de sistema-tización, dicho proceso de consultaciudadana tuvo lugar entre 2005y 2007. Según CONCULTURA(2008:) 2 y (2007: 9), este procesose ejecutó en cuatro fases, descritasen dicho documento: a) mesas detrabajo “para discutir sobre las rela-ciones entre la cultura salvadoreñacon las migraciones, la economía,

    la educación, el patrimonio, la infra-estructura, la identidad y el sectorpúblico”; b) mesas de discusión conciudadanos procedentes de las zonasoriental, occidental y central parareexionar sobre “el signicado deser salvadoreño, vida cotidiana, de-niciones de cultura, valores y otros”;c) cinco foros: cuatro de las distin-tas zonas del territorio nacional yuno de salvadoreños en el exteriorpara “qué puedo hacer por mi cul-tura y cuál debe ser el papel de lasinstituciones y los distintos secto-res respecto de la cultura”; d) unaencuesta nacional en los catorcedepartamentos del país, entre 1,202personas, sobre el consumo cultu-ral de la gente, la vida en familia, laenseñanza y práctica de valores, eluso del tiempo libre y el reconoci-miento del aparato cultural públicoy privado, entre otros temas. Por su

     valor, la información como ejerciciode consulta ciudadana, acorde a losintereses de investigación de enton-ces, será adoptado como parte de losinsumos principales de la Política.

    En resumen, los desafíos que llevaron a lacreación de cuatro campos estratégicos enel documento, son retomados por la Políti-ca, integrándolos a su concepto actualizado:producción y memoria, descentralización ytransnacionalización, participación y accesoa la cultura, e institucionalidad cultural. Otroaspecto relevante es la puesta en valor de lasactividades creativas; la actualización de lamemorias “que nutren y dan sentido a losdistintos sectores que conforman la

    salvadoreñidad” (CONCULTURA, 2008: 3).La atención a la cadena productiva de la cultura:creación, distribución y consumo, así comoa la descentralización y trasnacionalización,también son ideas a considerar, en el mar-co del impacto de la globalización y parti-cularmente de la migración y los mediosde comunicación en las prácticas cultu-rales de los salvadoreños. Se consideratambién valioso el interés por la partici-pación y el acceso a la cultura como par-

    te de la responsabilidad del Estado y lasociedad, así como el vínculo estrecho entreciudadanía y cultura, en el entendido del rolde esta última “para formar ciudadanos másactivos, preocupados por los asuntospúblicos y el bien común” (CONCUL-

     TURA, 2008: 3). El hecho de colocar lainstitucionalidad cultural en el foco dela planicación, considerando la nece-sidad de actualizar las instancias y susinter-relaciones para la gestión de los

    procesos culturales, es también un ele-mento a tomar en cuenta. Impres-cindible resulta la constatación de un“cambio de paradigma que deje de

     ver la cultura como elemento accesorio deldesarrollo económico y social del país, con-denada a vivir de aportes estatales y dona-ciones privadas, para considerarla como unsector productivo -- que puede apor-tar de manera sustantiva a la riquezanacional así como a la generación deempleos — y como un recurso valio-so para la prevención de la violenciasocial y la resolución de conictos” (CON-CULTURA, 2003: 3-4).

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

    Por último, se consideran vigentes los trespropósitos principales de CONCULTURA:1) estimular la creación cultural y democratizarsu circulación y goce en los ámbitos locales,municipales, nacionales y transnacionales;2) ampliar la contribución de la cultura albienestar de la población y al desarrollonacional, así como 3) situar la pluralidadcultural como elemento indispensablede la cohesión social (CONCULTURA,2008: 6). Cada uno de estos valores e ideas

    serán tomados en cuenta, actualizando elmodelo de gestión tomando en cuenta tantola ampliación de las demandas ciudadanas ysectoriales, como las tendencias en Políticasculturales y la existencia de nuevos instru-mentos de gestión cultural con enfoque dedesarrollo.

    Nuevo concepto de gestióncultural”: Secretaría de Culturade la Presidencia.

    En 2009, el gobierno de Mauricio Funes trans-forma CONCULTURA, entonces adscritoal Ministerio de Educación, en Secretaría deCultura de la Presidencia, con el n de actua- lizar la institucionalidad de la gestión cultural yreforzar el interés del Estado por “propiciar uncambio cultural que genere procesos socialeshacia la cultura de la creatividad y delconocimiento, sustento de una sociedadcon oportunidades, equidad y sin violencia”(citado en SECULTURA, 2010: 5).

    Con esta reinstitucionalización se pretendíaimpulsar, según consta el Plan EstratégicoInstitucional 2010-2014, “una serie de polí-ticas públicas que coadyuven a la transfor-mación social y cultural de nuestro país, lascuales parten del análisis y la compresiónde nuestra realidad cultural actual paraformular iniciativas que impulsen el cam-bio propuesto por esta administración”(SECULTURA, 2010: 3). Con una pers-

    pectiva de plan de gobierno, se atiende aprocesos culturales como “la conserva-ción, el fomento y la difusión de la culturay el arte, proponiendo políticas culturalesy planicando, organizando y dirigiendo

    las diversas formas de investigación, laformación artística, el apoyo a la creaciónpopular, la salvaguarda y la difusión delpatrimonio cultural (tangible e intangible)del país” (SECULTURA, 2010: 6).

    De dicho Plan se retoman, por su vigencia,tanto los diagnósticos como los desafíos es-tratégicos identicados dentro de la compe-tencia del Estado salvadoreño en su gestiónpública. En ese entonces, la realidad se des-

    cribía en los siguientes términos:• “Cultura hegemónica excluyente,

    sociedad descohesionada”.

    • Alto índice de analfabetismo.

    • Transnacionalización de la identidadnacional.

    • Creciente desruralización de la po-blación.

    • Violencia mortal, ejercida especial-mente por y sobre personas jóvenes.

    • Erradicación e invisibilidad de lasraíces culturales y los grupos indíge-nas.

    • Deterioro y destrucción del patri-monio natural y cultural tangible eintangible.

    • Violencia de género hacia las mujeres.

    • Medio ambiente deteriorado ysusceptible a desastres naturales yantrópicos.

    • Escasez de espacios y tiempo paracreación y uso de bienes culturalesy artísticos.

    • Ausencia de una estrategia culturalestatal.

    • Leyes desactualizadas y vacíos lega-les en el tejido jurídico del Estado,con respecto a la dimensión culturalde la sociedad.

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia

    • Inequidad en el acceso a la culturaen el país.

    • Falta de nanciamiento estatal paralos nuevos procesos que se quierenimpulsar” (SECULTURA, 2010: 7).

    • En resumen, la Política recupera lossiguientes aspectos estratégicos deeste documento, por su vigencia:

    • Cambio de paradigmas culturales y

    posicionamiento de la cultura comoinstrumento para propiciar el desa-rrollo humano integral en El Salva-dor. Reivindicación del patrimonio(tangible e intangible) de la culturapopular y de los pueblos originariosde El Salvador.

    • Estímulo y apoyo a la creatividad yproducción artística de los actoresculturales, para el acceso libre yequitativo de la población a losbienes culturales del país.

    • La seguridad social de los artistas ylos diferentes gestores culturales.

    • Impulso a la formación en todas susmanifestaciones.

    • Ampliación de la cooperaciónexterna para el nanciamiento de lacultura salvadoreña.

    • Renovación e innovación de la

    institucionalidad cultural (SECUL- TURA, 2010: 12-13).

    • Desde el Estado también se ha eva-luado las Casas de Cultura, en tantopieza clave del circuito de espaciosculturales. Un estudio de Villalta(2009) concluye que, de la muestrade estudio:

     • “Todas las casas de la cultura han

    desarrollado actividades que obe-

    decen en su mayoría a un plan deactividades impuestas desde el nivelcentral cuya concepción es lograrque las casas de la cultura hagan visi-ble su hacer”.

    • “No desarrollan planes de trabajoapegados a las realidades especí-cas de cada región o municipio yse convierten en simples ejecutoresy activistas culturales y no de hace-dores y dinamizadores de cultura, depromotores de Política pública localde cultura”.

    • “Las casas de la cultura tienen unbajo nivel de involucramiento eninstancias de coordinación munici-

    pal y aunque tienen relaciones condiferentes instituciones, en su mayo-ría, éstas son de gobierno, lo que ex-plica el alto grado de desvinculacióny proyección con la comunidad”.

    • “Esquema del activismo impulsadodesde la casa de la cultura y no desdela comunidad; por ello la concen-tración en proyecciones del “talle-rismo”, del “cursismo” prevalece.”

    • “Inexistencia de convenios de coope-

    ración interinstitucional con otrasorganizaciones, su poco vinculo conla comunidad a quien ven como re-curso y no como el centro de su tra-bajo (Villalta, 2009: 71).”

    La propuesta de que “la actual Red de lasCasas de la Cultura se transforme en un verda-dero Sistema Territorial de Espacios de Desa-rrollo Cultural entendiendo por éstos, no lasCasas de la Cultura sino los territorios de que setrate: Comunidad, Cantón, Municipio,

    Micro-región, Departamento y Región”(Villalta, 2009: 87), deberá ser tomada encuenta, especicándose y actualizándose lasfunciones de la institucionalidad en el mar-co de la gestión de procesos para el logro demetas de desarrollo local.Como resultado de la cooperación interna-cional bilateral entre El Salvador y Españapara el fortalecimiento del sector cultura en ElSalvador, se realizaron, desde SECULTURA,un conjunto de acciones estratégicas orien-tadas a formalizar el sector en el país: lapropuesta de una Ley de cultura; la cons-trucción de la Política Pública de Cultura(2014-2024), la creación de la Cuenta Sa-télite de Cultura, así como del Sistema deInformación Cultural.

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

    En el marco del proceso institucional orien-tado a la formulación de la Política, la Se-cretaría de Cultura de la Presidencia de ElSalvador organizó los días 20 y 21 de juniode 2011, el Seminario Gestión Institucio-nal de las Políticas Culturales, orientadoa enriquecer las visiones sobre Políticasculturales que tienen una incidencia en laplaneación estratégica. Especícamente seplanteaba reforzar la visión compartida depolíticas culturales; las metas de gestión con

    perspectiva de desarrollo humano sosteni-ble; así como algunos ámbitos de articula-ción institucional y social. Sobre el concep-to de políticas culturales: se insistió en quese estas se concibieran como “conjunto deintervenciones realizadas por El Estado y laciudadanía”. También se reeren al “con-junto de principios que asegura el derecho,las oportunidades y las responsabilidadesde todos los salvadoreños y salvadoreñaspara el desarrollo integral, acceso y partici-pación de forma incluyente, a las diferentes

    expresiones culturales y artísticas, la con-servación y disfrute del patrimonio tangiblee intangible, patrimonio natural”. (SECUL-

     TURA, 2011a).

    Se acordó profundizar en el debate sobrealgunos aspectos no abordados por otrasexperiencias estratégicas en el marco delEstado. Así, se acordó profundizar en: “¿Quéactores sociales son discriminados y qué pa-pel juegan en los procesos culturales? ¿Qué

    espacios de desarrollo cultural identica ensu comunidad? ¿Qué papel juegan los salva-doreños en el exterior en el desarrollocultural? ¿Qué impacto tiene la cultura enel desarrollo local sostenible? ¿Qué pa-pel juega la cultura en la prevención de

     violencia? ¿Qué factores inciden en lastransformaciones culturales? ¿Qué con-ictos identica en su comunidad? ¿Quéoportunidades de formación y educa-ción deberían ser impulsadas en El Salva-

    dor?” (SECULTURA, 2011a). Estas cues-tiones fueron tomadas en cuenta en el plan-teamiento metodológico posterior de lasMesas Técnicas y la Consulta, a las que másadelante se hará referencia.

    SECULTURA profundizó también en lanecesidad de una política pública de culturacon la nalidad de: “lograr un posiciona-miento de la cultura; fortalecer la institucio-nalidad y la necesidad de ascender dicha Se-cretaría a Ministerio; realizar la planeaciónestratégica a largo plazo; lograr la descen-tralización; denir competencias; acceder afondos para proyectos de desarrollo; lograrel desarrollo de estrategias de resolución deconictos; conseguir el apoyo de iniciativasculturales; generar un sentido de pertenen-cia; fortalecer una visión de nación; edicaruna ciudadanía que es el mejor contrape-so contra una cultura autoritaria; construiruna sociedad inclusiva, integral, basada enel respeto, la apreciación y valoración dela cultura en sus diferentes rubros, paragenerar un verdadero cambio social, ytambién para crear un cambio educacio-nal que permita la generación de nuevospúblicos culturales, ciudadanos integrales,cultura de paz, erradicación de la violencia,

    elevación de la calidad de vida” (SECUL- TURA, 2011a). Según los participantes,una Política Pública de Cultura sirve tam-bién para “desmiticar el concepto de lacultura como diversión y no como pilardel desarrollo social” y “establecer indi-cadores para determinen cuál es el aportede la cultura al desarrollo económico delpaís”. Se subraya también como “la ante-sala para elevar a la Secretaría a una cate-goría de Ministerio, para ganar autonomíaque nos permita cumplir con la responsa-bilidad de ser el ente que coordina la ges-tión cultura”; “establecer el liderazgo paraconducir las acciones en el campo cultu-ral a nivel nacional y generar ese cambiociudadano, así como crear una Ley de Culturaque nos permita normar la gestióncultural” (SECULTURA, 2011a).

    Explorar lo estratégico

    En 2013, en la última etapa del proceso de

    construcción del documento de la Políticase realizó un conjunto de Mesas Técnicasinteresadas en profundizar y ampliar eldebate sobre temas especícos de relevan-cia para el diseño de la Política. Tuvieron

    RE(VISIONES) DE PAÍS DESDE LAS POLÍTICASCULTURALES DEL ESTADO SALVADOREÑO

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia

    Debe ampliarse el

    concepto de cultura

    con el que opera la

    institucionalidad de la

    gestión cultural en

    El Salvador.

    lugar dos mesas de trabajo diarias entreel lunes 25 de junio y el viernes 5 de ju-lio de 2013, con una duración promediode cuatro horas, con públicos diferentes.Las Mesas Técnicas fueron realizadas enel Museo Nacional de Historia y Antro-pología (MUNA) y fueron coordinadaspor el equipo de la Secretaría de Culturade la Presidencia. El evento fue diseñadoy facilitado por el especialista Lázaro I.Rodríguez, responsable de la asesoría téc-

    nica para la construcción de la Política,contratado por concurso público comoparte del Programa de Fortalecimiento dela Estructura del Sector Cultural Salvado-reño, impulsado por la Agencia Españolade Cooperación Internacional para el De-sarrollo (AECID). Se realizó asimismo laConferencia Magistral “¿Qué es una Políti-ca Nacional de Cultura?La experiencia del Uruguay” y un taller conlos directores nacionales de la Secretaría deCultura, el 25 de junio de 2013, a cargo de

    Hugo Achúgar, Director Nacional de Cul-tura del Ministerio de Educación y Culturade Uruguay, en el marco de la coopera-ción cultural entre ese país y El Salvador.

    Las Mesas Técnicas convocadas toca-ron como agenda los siguientes ámbitos:Sociedad civil y gestión cultural; gestióninstitucional de la Secretaría de Cultura;patrimonio y diversidad cultural salvado-reña; interculturalidad; educación y cultura;

    inclusión social; cultura, inclusión social ygeneraciones; emprendimientos e indus-trias culturales; gestión de conocimientosy Política pública; asociaciones gremiales;institucionalidad cultural y desarrollo local;cooperación internacional, cultura de pazy desarrollo humano; diplomacia cultural yrelaciones inter-nacionales; tecnologías dela información y la comunicación y culturadigital, así como gestión cultural inter-insti-tucional del gobierno.

    De las Mesas Técnicas, el equipo de trabajoha podido sistematizar una caracterizacióndel sector en El Salvador; las necesidadesde gestión cultural del campo (forma-

    ción, investigación, producción-creación,distribución, consumo- legislación); elmejor y peor escenario del campo cul-tural en 10 años; los cambios que posibi-litarían dichos escenarios, así como losactores principales de dichos cambios. Seindagó igualmente en los compromisos delos participantes con el proceso. La conso-lidación de estas mesas están incluidas enlos desafíos de Responsabilidad Cultural delEstado en El Salvador, disponible en este

    documento. Ese proceso permitió identi-car un conjunto de aspectos generales deutilidad, entre ellos:

    • Debe ampliarse el concepto de culturacon el que opera la institucionalidadde la gestión cultural en El Salvador.

    • Se le atribuye un rol protagónicoal Estado, y se critica al mismo tiem-po el paternalismo que caracterizael enfoque de Política Cultural quedemandan los artistas y la sociedad.

    • El sector se describe como disperso,desarticulado, falto de coherencia yorganicidad en los discursos proce-dimientos y prácticas de gestión cul-tural.

     • Se alistan un conjunto de demandas

    que deben ser tenidas en cuenta en laelaboración tanto de los lineamientosestratégicos, como en los enfoquesy acciones que constituyen el Plan.

    • Se hacen necesarias mayores y me-jores capacidades de planeación es-tratégica, con visión de Estado másallá de los intereses de grupos en elpoder de cualquier signo político opreferencia estética.

    • Se anota la necesidad de una ac-ción coordinada e intersectorial enla gestión de la Política Cultural.

    • Se recomiendan plataformas de ges-tión más participativas, menos verti-calistas, y basadas en criterios de trans-parencia y con apego a la legalidad.

    • El aspecto legal es uno de los mencio-

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

     El sector se describe

    como disperso,

    desarticulado, falto de

    coherencia

    y organicidaden los discursos

    procedimientos y

    prácticas de gestión

    cultural.

    nados como necesarios, como ga-rantía y respaldo contra el volunta-rismo y las decisiones improvisadasque han caracterizado al campo de lagestión cultural desde el Estado.

    • Se describe una estructura estataldeciente, con capacidades mínimasde respuesta ante los nuevos desa-fíos del sector, y de otros sectores.

    • Se recomienda el ordenamiento jurí-dico del Sistema de GestiónCultural, con énfasis en la pro-tección y promoción de las ex-presiones culturales indígenas.

    • Las expresiones culturales indíge-nas aparecen como prioritarias enel interés de ser gestionadas, estu-diadas, promovidas, nanciadas,etcétera, por la Política Cultural.

    • Deben crearse las condiciones parapotenciar circuitos de creación,

    distribución y consumo mejor ar-ticulados entre sí, que respondanal interés de promover las expre-siones culturales salvadoreñas.

    • El mejor escenario que reerenes aquel en el cual las necesidadesque antes se describen son satisfe-chas: capacitación, investigación,creación, distribución, consumoy acceso a la cultura, reconoci-miento, protección, promoción.

    • En el caso del peor escenario, resul-ta elocuente que se reitere “que todosiga como está”. Ello brinda la opor-tunidad de incidir en el contexto ac-tual a través del diseño de políticasculturales.

    • En general, se tiene mayor claridadsobre qué caracterizaría un escena-rio ideal, con respecto a qué caracte-rizaría al peor.

    • La responsabilidad de acometer loscambios para que se dé el mejor es-cenario es depositada en la sociedaden su conjunto con actores especí-cos, como se alista en el apartado,

    pero se le sigue atribuyendo a laSecretaría de Cultura el rol coordi-nador de los diversos actores institu-cionales y sujetos sociales.

    • Los participantes se posicionancomo parte del cambio, y aportandesde su lugar profesional, sobretodo, y como ciudadanas y ciudada-nos.

    Como parte del interés de articularse a otros

    esfuerzos que desde el Estado se vienen de-sarrollando para la institucionalización de laparticipación ciudadana en la toma de deci-siones, se realizó la Consulta Pública efec-tuada entre el 15 de agosto y el 15 de sep-tiembre de 2013. De perspectiva cualitativa,este instrumento de investigación tuvo lanalidad de indagar en la diversidad cultu-ral, los procesos de exclusión social, y otrosaspectos del campo cultural en general, apartir de su visión sistémica como parte de

    su aporte al desarrollo. En tal sentido, seconcibió como un instrumento de indaga-ción y control, de actualización y profun-dización complementarios a otros diagnós-ticos realizados tanto por la Secretaría deCultura y su anterior gura CONCULTU-RA, como por otros actores de la sociedadcivil, universidades, la cooperación inter-nacional o el propio Estado salvadoreño.

    El Informe La Cultura Salvadoreña en el

    Redondel de la Diversidad (Rodríguez,2013), es uno de los insumos principalesen la construcción de la Política, tanto en laidenticación de los desafíos, como en lasacciones a emprender. Es un documentode referencia no sólo útil para este docu-mento estratégico sino, sobre todo, paralos procesos estratégicos especícos queseguirán a estas directrices, y los procedi-mientos de implementación y prácticas degestión cultural. Algunos de los insumos

    de este resultado están contenidos en estedocumento de Política, pero la mayoríaserán de utilidad en el seguimiento de lasacciones estratégicas que implica la imple-mentación, el monitoreo y la evaluación.

    RE(VISIONES) DE PAÍS DESDE LAS POLÍTICASCULTURALES DEL ESTADO SALVADOREÑO

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     Vive la Cultura, MUNA Ballet Folclórico Nacional

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    Secretaría de Cultura de la PresidenciaPolítica Pública de Cultura 2014-2024

    POLÍTICAS PÚBLICAS YRESPONSABILIDAD

    CULTURAL

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    Secretaría de Cultura de la Presidencia

    El enfoque estratégico

    de una política pública

    en el sector cultura

    contribuye, entre otros,

    a definir discursos,

    procedimientos yprácticas de gestión

    sectoriales e

    intersectoriales, pero

    también otros que

    atraviesan varios

    sectores del gobierno

    e incluso quedan fuera

    de los

    sectores tradicionales.

    POLÍTICAS PÚBLICAS YRESPONSABILIDAD CULTURAL

    Concebimos la política cultural como elsistema de gestión de los discursos, pro-cedimientos y prácticas que involucranprocesos culturales. En términos genera-les, por procesos culturales se entiendenaquellos mediante los cuales los grupossociales e individuos “representan e intu-yen imaginariamente lo social, concibeny gestionan las relaciones con otros, o sealas diferencias, ordenan su dispersión y suinconmensurabilidad mediante una delimi-tación que uctúa entre el orden que hace

    posible el funcionamiento de la sociedad,las zonas de disputa (local y global) y losactores que la abren a lo posible” (GarcíaCanclini, 2004: 40). Las expresiones cul-turales y los complejos procesos socialesque le dan origen son el foco de la Políticaque, alineada con la comunidad internacio-nal al respecto, opera con “una visión dela cultura que es abierta, evolutiva y sóli-damente enmarcada en un planteamientobasado en los derechos y en el respeto de ladiversidad, que permite a los individuos queacceden libremente a ella “vivir y ser lo quedeseen”, reforzando así sus posibilidades ysus capacidades humanas y promoviendoel entendimiento mutuo y los inter-cambios entre los pueblos (UNESCO,2013:3).

    En ese sentido, la política cultural toma encuenta, en su modelo de desarrollo, tanto unadimensión estructural y organizacional degestión de los procesos, como la dimensiónsubjetiva que afecta las decisiones de ges-tión en las personas involucradas. Por

    Política Cultural se comprende tambiénla responsabilidad de los creadores y delos recursos humanos en general, conla sociedad en la que están insertos, ytoma en cuenta los modos de “asumir laresponsabilidad de transmitir esas ideas, eseconocimiento, a través de la funciónintelectual, a aquellos que no perte-necen profesionalmente a la clase in-telectual” (Hall, 1996: 268). Igual-mente, tiene en cuenta los procesospolíticos (más allá de los partidos y sus

    agendas), que son visibles en la gestióncultural alrededor de los signicados y laconstrucción de sentidos. Se retoma el con-cepto sugerido en la Política Cultural deIntegración Centroamericana (PCIC 2012-

    2015), que reconoce como Política Culturalel proceso generado cuando “diferentesconjuntos de actores políticos, marcadospor, y encarnando prácticas y signicadosculturales diferentes, entran en conicto.Esta denición de Política Cultural asumeque las prácticas y los signicados particu-larmente aquéllos teorizados como margi-nales, opositivos, minoritarios, residuales,emergentes, alternativos y disidentes, entreotros, todos éstos concebidos en relacióncon un orden cultural dominantepueden ser

    la fuente de procesos que deben ser acep-tados como políticos (Alvarez, Dagnino yEscobar, 1999: 143-144)”. La pertinenciade esta dimensión en la manera de pensarla Política Cultural permite la construcciónde paz a través de la resolución creativa yresponsable de conictos alrededor de lasexpresiones y procesos culturales, uno delos mayores obstáculos para el logro de re-sultados que se esperan de la gestión cultu-ral en el siglo XXI.

    Esta concepción compleja de la política pú-blica de cultura tiene la intención de promo-

     ver estructuras de gestión con referentes queatiendan la complejidad de las demandas delsector (los artistas, gestores, emprendedores,empresarios, etcétera), de otros actoresinstitucionales y de la ciudadanía en suconjunto. Ahora, este desafío de gestióncultural no estaría solamente en el períme-tro propio de un sector en este caso culturasino de la sociedad en su conjunto.

    El enfoque estratégico de una política

    pública en el sector cultura contribuye,entre otros, a denir discursos, procedi-mientos y prácticas de gestión sectorialese intersectoriales, pero también otros queatraviesan varios sectores del gobiernoe incluso quedan fuera de los sectorestradicionales. Incluso, al tratarse de una

     visión a diez años, deja el marco abiertopara poder incluir otros aspectos que nohayan sido considerados y que sean prio-ritarios para el Estado, los gobiernos, ylos ciudadanos y ciudadanas en un futuro,como respuesta a la coyuntura. La Políti-ca también facilitaría el acceso a fondosde recursos técnicos, humanos y nan-cieros de cooperación internacional, y aconstruir modelos y prácticas autososteni-bles. También favorecería la construcción

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

    POLÍTICAS PÚBLICAS YRESPONSABILIDAD CULTURAL

    de estrategias de resolución de conictosque tomen en cuenta no sólo aspectos artís-ticos a través de los cuales construir convi-

     vencia, sino también los factores simbólicosasociados a la violencia, sus expresiones ycondición social. Permitiría igualmente re-forzar la visión de nación, más allá de inte-reses particulares considerando que difícil-mente podrá lograrse una práctica de paz,erradicar la violencia, y elevar la calidad de

     vida de los salvadoreños y salvadoreñas sinacciones concertadas, corresponsables y

    participativas.Responsabilidad Cultural delEstado Salvadoreño.

    El marco de actuación de la Política es elenfoque de cultura y desarrollo. El Estadosalvadoreño se alinea con la más recien-te postura internacional en el marco dela Organización de las Naciones Unidaspara la Educación, la Ciencia y la Cultura(UNESCO) en tanto “creemos que ha lle-gado el momento de construir, sobre la basede esas importantes declaraciones de princi-pios y enseñanzas aprendidas, una plena in-tegración de la cultura con objetivos, metase indicadores claros en estrategias, progra-mas y prácticas de desarrollo convenidos, anivel mundial, regional, nacional y local, quehabrán de ser denidos en la agenda de lasNaciones Unidas para el desarrollo despuésde 2015. Sólo un marco político y operativoconcreto como ése puede garantizar que to-das las iniciativas de desarrollo conduzcan abenecios realmente sostenibles para todos,

    asegurando al mismo tiempo el derecho delas generaciones futuras a sacar provechodel acervo de activos culturales forjado porlas generaciones precedentes” (UNESCO,2013: 3). La Declaración nal del Congre-so Internacional sobre “La Cultura: Clavepara el Desarrollo Sostenible” reunidos enHangzhou (15-17 de mayo de 2013), abogapor construir políticas culturales que sitúanla cultura en el centro de las políticas dedesarrollo sostenible.La complejidad de la gestión cultural y sus

    implicaciones en los temas de derechos ydesarrollo humano sostenible, exige de losgobiernos, los artistas y las artistas, loscreadores y las creadoras, las instituciones, lasempresas y otras instituciones, una acción

    coordinada corresponsable. No obstante, elEstado tiene responsabilidades especícas,en el marco de su función en la sociedad.

     Al ser tan amplio el campo que relacionacultura y desarrollo y partiendo de la experien-cia que existe en los gobiernos, organismosmultilaterales, agencias de cooperación,sociedad civil y grupos organizados al respec-to, hemos focalizado tres ámbitos generalesde la responsabilidad cultural del Estadosalvadoreño en los próximos diez años,

    de modo que se articule con la agen-da internacional en construcción so-bre la gestión del desarrollo huma-no sostenible posterior al 2015, lascuales son: soberanía cultural, seguridad cul-tural y sostenibilidad cultural. A continuaciónse especica en qué consiste, de forma pre-liminar, su dimensión cultural.

    Soberanía cultural

    El Salvador se reconoce como “Estado so-berano” donde “la soberanía reside en elpueblo, que la ejerce en la forma prescrita ydentro de los límites de esta Constitución”(El Salvador, 1983: art. 83). La soberaníase concibe en términos generales como laautoridad suprema del poder público, y laPolítica concebirá la dimensión cultural dela soberanía como aquella que remite a lasresponsabilidades del Estado en la protec-ción y promoción de la diversidad cultural delpaís como respuesta a los derechos culturales.

     Tanto la Carta de las Naciones Unidas(ONU, 1945), como la Declaración sobre

    los Principios de Derecho Internacional[Resolución 2625] (ONU, 1970) colocana la soberanía como concepto clave de lasrelaciones internacionales y de las respon-sabilidades de los Estados, sobre todo, enlos términos en que todo Estado “tiene eldeber de promover, mediante acción con-junta o individual, el respeto universal delos derechos humanos y a las libertadesfundamentales y la efectividad de tales de-rechos y libertades de conformidad con laCarta de las Naciones Unidas” (ONU, 1970:

    1). La complejidad de la nación salvadore-ña, inserta en la globalización y atravesadapor procesos migratorios, exige colocar lasoberanía cultural como un campo de res-ponsabilidad del Estado, en el entendido

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    de gestionar cultura desde un conceptoampliado de soberanía que implicaría re-pensar procesos como la migración entreotros, los impactos para las expresionesculturales locales de las industrias culturalesy creativas transnacionales, las condicionesen que se participa de los procesos globales,etcétera.

    La Política aporta un concepto ampliadode soberanía relacionada con la diversidadcultural y no sólo una identidad de país. Se-

    gún expertos en derecho internacional, ellose dio porque en el marco de UNESCO,y sobre todo en sus primeras décadas deexistencia, “la diversidad se protege jurídi-camente en la medida en que contribuye alderecho de autodeterminación” (Barreiro,2011: 101), a pesar de que el diseño jurídicode los principios que protegen la soberaníacultural no propicia un ejercicio real de lamisma” (Barreiro, 2011: 105). Recordamosque UNESCO, en el contexto de la auto-determinación de los pueblos y sus políti-

    cas de descolonización en el marco de laGuerra fría, concibió la diversidad comoreforzamiento de identidades nacionales,unconcepto superado en sí mismo por la Con-

     vención sobre la protección y promociónde la diversidad de expresiones culturales(UNESCO, 2005).

    Para El Salvador, la raticación en 2013 dedicha Convención implica la responsabilidadde ejercer “el derecho soberano de adoptarmedidas y Políticas para proteger y pro-

    mover la diversidad de las expresionesculturales en sus respectivos territorios”(UNESCO, 2005: 1), conforme con la Car-ta de las Naciones Unidas y los principiosdel derecho internacional. El Estado debeser capaz de tomar decisiones que protejany promuevan la diversidad de expresionesculturales salvadoreñas en la complejidadde la globalización atendiendo, sobre todo,los contextos de los procesos migratorios.

     Asimismo debe tomar medidas para aten-der los compromisos internacionales en

    materia de desarrollo, derechos culturales ydiversidad cultural con respuestas propiasque expresen la realidad salvadoreña y elpotencial de transformación del contextopara conseguir metas de desarrollo.

    La Política se alínea con las recomendacio-nes de la Declaración de Hangzhou de laUNESCO para la construcción de las po-líticas culturales con enfoque de desarrollo.Especícamente en el ámbito de la sobe-ranía cultural, identicamos la responsabili-dad de la Política con la soberanía cultural,en los siguientes términos:

    • Integrar la cultura en todas las po-líticas y programas de desarrollo.Se prevé que la cultura se incluya

    “como cuarto principio fundamen-tal en la agenda de las NacionesUnidas para el desarrollo despuésde 2015, junto a los derechos huma-nos, la igualdad y la sostenibilidad”(UNESCO, 2013: 3). La Políticaaporta para el contexto salvadoreñouna estrategia de gestión donde seincorpora “la dimensión cultural enlas deniciones del desarrollo soste-nible y del bienestar, así como en laconcepción, la medición y la prácticaconcreta de las Políticas y los pro-gramas de desarrollo” (UNESCO,2013: 3).

    • Valorar, salvaguardar y transmitir lacultura a las generaciones futuras.Partiendo de la necesidad de garan-tizar la protección y promoción de ladiversidad cultural, el Estado sal-

     vadoreño establece el ejercicio so-berano de su cuidado, al promovermedidas que apunten a revertirlos efectos sobre las expresio-

    nes culturales salvadoreñas de los“resultados de los efectos combi-nados de la urbanización, las presionesdel desarrollo, la globalización, losconictos y fenómenos asociadosacambio climático” (UNESCO,2013: 5).

    Seguridad cultural

    La Política incorpora dentro de las res-ponsabilidades culturles del Estado y

    la sociedad salvadoreña, la cuestión dela seguridad. No sólo porque sea untema social prioritario, sino en el enten-dido de que la seguridad es una partesustantiva del desarrollo de los derechos cul-

    POLÍTICAS PÚBLICAS YRESPONSABILIDAD CULTURAL

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    Política Pública de Cultura 2014-2024

     “el desarrollo humano

    es un proceso de

    ampliación de la gama

    de opciones de quedispone la gente; la

    seguridad humana

    significa que la gente

    puede ejercer esas

    opciones en forma

    segura y libre” (PNUD,

    1994: 26).

    turales. No es nuevo el vínculo entre cultura yseguridad, pero éste se ha concebido so-bre todo a partir de los impactos de lasexpresiones culturales en los entornos deinseguridad. La Política aborda la seguri-dad cultural en dos dimensiones: por unaparte, los roles de la gestión cultural en lagarantía de la seguridad (en todas sus va-riantes: social, política, humana, econó-mica, ciudadana, etcétera), y por otro, ladimensión de seguridad que implican losderechos culturales como especicidad de

    los derechos humanos.

    En la perspectiva de avanzar hacia una ges-tión cultural pública del desarrollo, la Polí-tica recupera algunas cuestiones del debatesobre seguridad en el marco de las Nacio-nes Unidas, en particular en el contextocentroamericano, dado que “el desarrollohumano es un proceso de ampliación de lagama de opciones de que dispone la gente;la seguridad humana signica que la gentepuede ejercer esas opciones en forma se-

    gura y libre” (PNUD, 1994: 26), por tanto,“una condición fundamental para disfrutardel desarrollo humano es que las oportu-nidades u opciones no desaparezcan de unmomento a otro o, en otras palabras, queellas sean seguras” (PNUD, 2009: 30).

    Como se reconoce que “la seguridad hu-mana es una condición necesaria para apro-

     vechar las libertades concretas, opciones uoportunidades que integran el desarrollohumano” (PNUD, 2009: 31), la Política se

    interesa por incorporar a sus funciones la re-lación entre cultura, seguridad y desarrollo.

    Como la visión restringida de la seguridadciudadana concibe “la protección de ciertasopciones u oportunidades de todas laspersonas su vida, su integridad, su patrimo-nio –contra un tipo especíco de riesgo (eldelito) que altera en forma “súbita y dolo-rosa” la vida cotidiana de las víctimas”(PNUD, 2009: 31), la Política plantea elmarco de los derechos culturales que como

    derechos humanos exponen la protecciónno sólo ante delitos –perfectamente discer-nibles en el caso de los derechos culturales-,sino también ante otros riesgos que involu-cran con el desarrollo.

    Retomando los informes técnicos especia-lizados en el tema, coordinados por elPrograma de Naciones Unidas para elDesarrollo (PNUD), algunas cuestionesclave del tema de la seguridad ciudada-na, para su ampliación al visibilizar sudimensión cultural por la Política, son:

    • La seguridad ciudadana está en labase de la seguridad humana. Lasexpresiones culturales compor-tan una parte de la manera en que

    se realiza la libertad y la dignidad.El patrimonio cultural de los in-dividuos, y grupos sociales formaparte de la seguridad, por tanto elejercicio de la violencia contra susexpresiones culturales constituyeun delito y viola los derechos cul-turales en tanto derechos humanos.

    • La seguridad ciudadana es la formaprincipal de la seguridad humana.Si según el PNUD, “nuestra super-

     vivencia como especie depende deun “contrato social” que nos impi-da destruirnos los unos a los otros”(PNUD, 2005: 16), el hecho de plan-tear la dimensión cultural del desa-rrollo como un aspecto clave para lasostenibilidad del planeta valida sucontribución.

    • La seguridad ciudadana garantiza-derechos humanos fundamentales.Se parte de que “son los derechosque tienen todas las personas,

    en virtud de su humanidad co-mún, a vivir una vida de libertady dignidad. Otorgan a todas laspersonas la posibilidad de presentarreivindicaciones morales que limi-tan la conducta de los agentes in-dividuales y colectivos y el diseñode los acuerdos sociales, y son uni-

     versales, inalienables e indivisibles”(PNUD, 2005: 16), por tanto, losderechos culturales deben ser pro-movidos y protegidos por el Estado.

    • La seguridad respecto del crimen esun componente esencial de la ciuda-danía: “la protección contra el cri-men viene a ser el deber más inme-

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    diato del Estado e incluso la razónmisma de ser del Estado. Lo cual entodo caso implica que la seguridadrespecto del crimen es un compo-nente esencial de la ciudadanía y underecho fundamental del ciudadanoo ciudadana, vale decir: que no sólocabe la reivindicación “moral” sinoque existe una base jurídica para exi-gir la protección del Estado contrael crimen y un derecho fundamen-tal del ciudadano o ciudadana, vale

    decir: que no solo cabe la reivindi-cación moral” sino que existe unabase jurídica para exigir la protec-ción del Estado contra el crimen”(PNUD, 2009: 32). El desarrollode instrumentos de obligatoriedadjurídica para la protección de losderechos culturales constituye uninterés fundamental de la Política.Según la Constitución en su artícu-lo primero, “El Salvador reconoce ala persona humana como el origeny el n de la actividad del Estado,que está organizado para la conse-cución de la justicia, de la seguridadjurídica y del bien común” (El Salva-dor, 1983: 1). Esa seguridad jurídicamencionada se vincula directamentecon los derechos culturales al men-cionarse como una “obligación delEstado asegurar a los habitantesde la República, el goce de la liber-tad, la salud, la cultura, el bienestareconómico y la justicia social” (ElSalvador, 1983: 1). La Política asume

    la oportunidad de participar de losprocesos culturales como un dere-cho, y su limitación un crimen cuan-do involucra derechos humanos.

    • La seguridad ciudadana atañe inme-diatamente a la libertad, que es laesencia del desarrollo humano. “Eldelito es una “opción” o una opor-tunidad para quien lo comete, peroes precisamente la opción que unser humano debe descartar porque

    destruye injustamente las opcionesdel otro. El delito es una opciónindeseable y su mejor antídoto es laexistencia de alternativas legítimas”(PNUD, 2009: 32). La gestión cul-tural en contextos de violencia no

    sólo ha demostrado ampliar las op-ciones para las personas en riesgo decometer delitos, sino en sí misma lalibertad cultural –ampliamente tra-bajada en el contexto del desarrollohumano, constituye un ejercicio degarantía constitucional y de dere-chos humanos.

    Otro Informe de la ONU sobre SeguridadHumana incluía la cuestión cultural comoparte de la seguridad en los términos que

    denían la seguridad humana como “(...)protección del núcleo vital de todas las vidashumanas de forma que se mejoren las li-bertades humanas y la realización de laspersonas. La seguridad humana signicaproteger las libertades fundamentales,aquellas libertades que son la esencia dela vida. Signica proteger a las personasde situaciones y amenazas críticas (gra-

     ves) y más presentes (extendidas). Signi-ca utilizar procesos que se basen en lasfortalezas y aspiraciones de las personas.Signica crear sistemas políticos, sociales,medioambientales, económicos, militaresy culturales que, de forma conjunta, apor-ten a las personas los fundamentos para lasupervivencia, el sustento y la dignidad”(CSH, 2003: 4). La Política se proponeconstruir uno de estos sistemas a partir desu visión y misión especíca.

    En resumen, la Política toma estos referen-tes para contribuir al debate conceptual y ala gestión de la seguridad cultural: porque“la seguridad es para proteger las opciones

     –o sea las libertades– de todas las personas –es decir para proteger de manera equitati- va–, lo cual implica protección especial paraaquellas personas cuya inseguridad es “invi-sible” y por tanto no está bien atendida”.

     Asimismo, porque “la seguridad de todosimplica libertad para todos y justicia paratodos: libertad para las víctimas potenciales,que somos todos las centroamericanas y loscentroamericanos (libertad frente al miedo);libertad para los presuntos o probados au-tores del delito (libertad frente a la arbitra-

    riedad); justicia para las víctimas del crimen(resarcimiento, o justicia conmutativa) yjusticia para que las personas más vulnera-bles estén mejor protegidas (justicia distri-butiva) (PNUD, 2009: 38)”. Los derechosculturales de las personas, por su especici-

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     A la Política le interesan

    dos aspectos básicosvinculados

    con la seguridad:

    la protección y el

    empoderamiento de las

    personas.

    dad –consensuada internacionalmente- exi-gen una gestión responsable, sobre todo enun contexto como el salvadoreño y regionaldonde los temas de seguridad, desde susmás diversas dimensiones, son cotidianos.

    En este escenario, vinculando seguridady cultura, en dicho informe se reconoceque “la diversidad es una fuente de riquezaespiritual y material para todos los paísescentroamericanos y, sin embargo, en to-dos ellos se dan prácticas de discrimina-

    ción más o menos intensas y más o menosabiertas: se acuña un estereotipo negativo(los miembros del grupo X son “inferio-res”, o “peligrosos” o “fastidiosos”), queconduce al desprecio o al maltrato, y queademás casi siempre se acompaña por lamenor o la menos buena oferta de opor-tunidades laborales y de servicios sociales.Es por eso que la inclusión social no selimita a vernos como iguales –como “ciu-dadanos” con las mismas oportunidadesy derechos, sino además a reconocernoscomo diferentes– como portadores dedistintas identidades de género, de edad,de orientación sexual, de estilo de vida, deetnia, de cultura, de religión, de lengua ode origen nacional” (PNUD: 2009: 287).La Convención sobre la protección y pro-moción de la diversidad de expresionesculturales recordaba que “la diversidad cul-tural, tal y como prospera en un marco dedemocracia, tolerancia, justicia social y res-peto mutuo entre los pueblos y las culturas,es indispensable para la paz y la seguridaden el plano local, nacional e internacional”

    (UNESCO, 2005: 1). La Política subrayael rol que tiene la gestión cultural en losprocesos de prevención de la inseguridaden cualquiera de sus expresiones y, en talsentido, aporta en su visión estratégica einstrumentos.

     A la Política le interesan dos aspectosbásicos vinculados con la seguridad: laprotección y el empoderamiento de laspersonas. Para ello, se utilizan como refe-rentes los conceptos de la ONU cuandodenen “protección” como “estrategias,

    establecidas por los estados, las agenciasinternacionales, las ONG y el sector pri- vado, [para] proteger a las personas delas amenazas” (CSH: 2003: 10). Segúnotro informe “se reere a las normas, las

    instituciones y los procesos necesariospara proteger a las personas de amenazascríticas y extendidas” (ONU, 2009: 8). Laresponsabilidad de los Estados implicala protección de las personas frente a lasamenazas que cristalizan en expresionesculturales (violencia, patriarcado, iden-tidades subalternizadas, etcétera). Porotra parte, se concibe el empoderamien-to como “estrategias [que] permiten a laspersonas desarrollar su resistencia a situa-ciones difíciles” (CSH: 2003:10), según la

    ONU para “desarrollar las capacidades delas personas y las comunidades para quepuedan tomar decisiones informadas yactúen por sí mismas. Al empoderar a laspersonas, no sólo se les permite desarrollartodo su potencial, sino que también se po-sibilita que encuentren formas de participa-ción y que busquen soluciones que garanti-cen su propia seguridad humana y la de losdemás” (ONU, 2009: 9). Especícamentebajo perspectiva de seguridad cultural, po-drían incluirse acciones dirigidas a:

    • Garantizar derechos culturales paratodos a n de promover el desa-rrollo social incluyente. La Políticase plantea “garantizar los derechosculturales, el acceso a los bienes yservicios culturales, la libre par-ticipación en la vida cultural y lalibertad de expresión artística”(UNESCO, 2013: 4), por tanto susistema de gestión se basa en unenfoque basado en los derechosculturales y el respeto a la diversi-

    dad cultural, a través de un enfoqueincluyente que toma en cuenta, demanera prioritaria a los jóvenes, elequilibrio entre los sexos, los pue-blos indígenas y otras minorías.

    • Movilizar la cultura y el entendi-miento mutuo para propiciar la pazy la reconciliación. Se refuerzan lascapacidades y oportunidades alrede-dor del diálogo como forma de re-solución de conictos históricos que

    involucran expresiones culturales. Enparticular, el Estado se responsabili-za con la construcción de “socieda-des más incluyentes, estables y resi-lientes”, como meta para gestionar

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    La Política incorpora

    la noción de que “la

    consideración de la

    cultura se deberíaintegrar en las políticas

    y planes generales de

    reducción del riesgo de

    desastres y mitigación

    y adaptación al cambio

    climático” (UNESCO,

    2013: 5).

    los conictos aún latentes, conside-rando con la UNESCO que “en laszonas que han experimentado con-ictos violentos se deberían promo-

     ver la rehabilitación del patrimoniocultural y las actividades culturalespara permitir que las comunidadesafectadas renueven su identidad,recuperen el sentido de la dignidady la normalidad, disfruten del len-guaje universal del arte y comiencena curar las cicatrices de las guerras.

     También se debería integrar la consi-deración de los contextos culturalesen las iniciativas de resolución deconictos y los procesos de cons-trucción de la paz” (UNESCO,2013: 3).

    • Fortalecer la resiliencia a los de-sastres y combatir el cambio cli-mático mediante la cultura. Laexposición de nuestro país a losefectos del cambio climático exigede la Política Cultural una atenciónespecial, en particular “la conser-

     vación adecuada del entorno his-tórico, comprendidos los paisajesculturales, y la salvaguardia de losconocimientos, valores y prácticastradicionales pertinentes, en siner-gia con otros conocimientos cientí-cos” (UNESCO, 2013: 5). Comoparte de la atención a la seguridadcultural, focalizaremos el rol dela cultura en la restauración y elfortalecimiento del “sentimiento

    de normalidad, autoestima, perte-nencia a un lugar y conanza enel futuro de las personas y las co-munidades afectadas por desastresdebería ser restaurado y fortalecidoa través de programas culturalesy de la rehabilitación de su patri-monio cultural y sus institucionesculturales” (UNESCO, 2013: 5).La Política incorpora la noción deque “la consideración de la culturase debería integrar en las políticas y

    planes generales de reducción delriesgo de desastres y mitigación yadaptación al cambio climático”(UNESCO, 2013: 5). A partir delhecho de que “la variabilidad cli-mática es una amenaza creciente

    para El Salvador” (Gobierno deEl Salvador, 2012: 2), la PolíticaNacional del Medio Ambiente,puntualiza que en el país “hay uncreciente reconocimiento de la pro-blemática ambiental. Sin embargo,todavía no hemos desarrollado unacultura de responsabilidad y cum-plimiento ambiental que se tra-duzca en comportamientos indivi-duales y colectivos que respondana la gravedad de la problemática

    ambiental que la mayoría recono-cemos” (Gobierno de El Salvador,2012: 13).

    Sostenibilidad cultural

     Al pensar la sostenibilidad cultural esobvia la referencia al concepto de desa-rrollo sostenible de la Comisión Mundialsobre el Medio Ambiente y el Desarrollo(Comisión Brundtland), y de todos losinstrumentos legales y políticos interna-cionales que lo siguieron. Sin embargo,la preocupación por el desarrollo sos-tenible implica a la gestión cultural, nosolamente por lo que podríamos llamarlas expresiones culturales del manejode los recursos naturales, sino tambiénlos procesos que visibilizan al campocultural como productor de sentidos,actividades, bienes y servicios culturalesque implican recursos. Si bien es ciertoque con frecuencia la sostenibilidad seasocia al concepto de desarrollo sosteni-ble: la Política la concibe referida al sis-

    tema cultural que puede mantenerse enel tiempo por sí mismo, sin dependenciadel exterior y sin que se produzca la es-casez de los recursos existentes, al mis-mo tiempo que genera nuevos recursos.La sostenibilidad será planteada por la Po-lítica en varias dimensiones, entre ellas:, lapolítica (los discursos, procedimientos yprácticas que caracterizan el sector cultura;la social (los sujetos sociales involucrados); lade recursos (los requerimientos nancieros,humanos o técnicos); así como la dimensión

    institucional (las estructuras que gestionanlas expresiones culturales).De la última reunión de la ONU sobre de-sarrollo sostenible, se retoman los compro-misos de los Estados que serán adoptadospor la Política. Si bien la dimensión cultural

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     Valerse de la cultura

    para reducir la pobreza e

    impulsar el desarrollo

    económico incluyente.

    Se reconoce y

    aprovecha teniendo encuenta que “la cultura,

    como capital de

    conocimientos y

    como recurso, provee

    a las necesidades

    de los individuos y

    comunidades y reduce

    la pobreza” (UNESCO

    2013: 4).

    del desarrollo sostenible no es explícitamentemencionada cuando abogan por “un futuroeconómico, social y ambientalmente sosteni-ble para nuestro planeta y para las generacio-nes presentes y futuras” (ONU, 2012: 1), locierto es que el concepto de desarrollo soste-nible involucra directamente cuestiones cultu-rales: “es necesario lograr el desarrollo soste-nible promoviendo un crecimiento sostenido,inclusivo y equitativo, creando mayores opor-tunidades para todos, reduciendo las desigual-dades, mejorando los niveles de vida básicos,

    fomentando el desarrollo social equitativo yla inclusión, y promoviendo una ordenaciónintegrada y sostenible de los recursos naturalesy los ecosistemas que preste apoyo, entre otrascosas, al desarrollo económico, social y huma-no, y facilite al mismo tiempo la conservación,la regeneración, el restablecimiento y la resilien-cia de los ecosistemas frente a los problemasnuevos y emergentes” (ONU, 2012: 1).

    Para la Conferencia Rio+20, al igual quepara la Política, es prioritario “mejorar elbienestar de los pueblos indígenas y suscomunidades, otras comunidades localesy tradicionales y las minorías étnicas, re-conociendo y apoyando su identidad, cul-tura e intereses, y evitar poner en peligrosu patrimonio cultural, sus prácticas y susconocimientos tradicionales, preservando yrespetando los enfoques no orientados almercado que contribuyan a la erradicaciónde la pobreza” (ONU, 2012: 11).

    Por otra parte y un año después, la Decla-ración de Hangzhou (UNESCO, 2013),

    proponía pensar la sostenibilidad en lossiguientes términos.

    • Valerse de la cultura para reducirla pobreza e impulsar el desarrolloeconómico incluyente. Se reconocey aprovecha teniendo en cuenta que“la cultura, como capital de conoci-mientos y como recurso, provee alas necesidades de los individuos ycomunidades y reduce la pobreza”(UNESCO 2013: 4). La Política basa

    su enfoque en el logro de metas dedesarrollo humano, particularmenteen lo que concierne a las capaci-dades personales e institucionalespara generar ingresos, empleos,

    autoestima, libertad, derechos, et-cétera. La dimensión productiva dela cultura será tomada en cuentapara poner en valor económico ladiversidad de las expresiones cul-turales salvadoreñas. Al reconocerla diversidad natural y cultural delmundo y el rol de las culturas enel desarrollo sostenible, se toma encuenta que “muchas personas, es-pecialmente los pobres, dependendirectamente de los ecosistemas

    para su subsistencia, su bienestareconómico, social y físico, y su pa-trimonio cultural” (ONU, 2012: 6).

    • Basarse en la cultura para promo- ver la sostenibilidad ambiental:Para hacer sostenibles las prácticasculturales en armonía con el medioambiente, la Política se interesa porla salvaguardia del espacio públicopara gestionar responsablemente laconvivencia social, a lo cual se su-man los sitios históricos y naturalesque, por su alto valor simbólico, se-rán protegidos por el Estado y la so-ciedad salvadoreña. Se incluirán me-didas que permitan “una protecciónmás fuerte y un uso más sosteniblede la diversidad