poder verdad y sujeto en la obra de michel foucault

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3

Poder, Verdad y Sujeto en

la obra de Michel Foucault

Alessandro Demurtas

Page 5: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

4

Libre adaptación y traducción del Acta final, dirigida

por Sandro Mezzadra, de la Licenciatura en “Culturas

y Derechos Humanos” de la Facultad de Ciencias

Políticas de la Universidad de Bolonia – Alma Mater

Studiorum, presentada por el autor el día 18 de marzo

de 2005.

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5

El autor: Alessandro Demurtas se ha licenciado en

“Culturas y Derechos Humanos” en la Universidad de

Bolonia (Italia) en 2005 y se ha especializado en la misma

Universidad en “Cooperación internacional, regulación y

tutela de los derechos y de los bienes etno-culturales” en

2007. Master en “Relaciones internacionales” en el

Instituto de Barcelona de Estudios internacionales (IBEI)

en 2008 y Master en “Relaciones internacionales,

seguridad y desarrollo” en la Universidad Autónoma de

Barcelona en 2009. Actualmente prepara su tesis doctoral

en “Relaciones internacionales e integración europea” en

la misma Universidad y es analista geopolítico para la

revista especializada “Equilibri.net”.

Page 7: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

6

Page 8: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

7

ÍNDICE

Introducción p. 9

Poder y Saber p. 23

Los modelos p. 43

La creación de los personajes p. 56

Referencias bibliográficas p. 79

Page 9: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

8

Page 10: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

9

INTRODUCCIÓN

El método, la problematización y el tema de la

Verdad

La obra de Michel Foucault es una “Historia crítica

del Pensamiento”, entendida como el análisis

detallado de las condiciones que intervienen en la

formación de las relaciones entre Sujeto y Objeto de

conocimiento (de ahora en adelante, sujeto y objeto).

El pensamiento no coincide con las ideas – que son

un sistema de representación – ni con la mentalidad

(que es el conjunto de las actitudes y de los

esquemas de comportamiento) sino, más bien, es el

nexo en el que el sujeto y el objeto se relacionan,

creando la posibilidad del Saber.

El fulcro de la investigación foucaultiana es la

determinación de las formas de “subjetivización”,

entendida como la normalización del sujeto: qué

Page 11: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

10

status tiene y debe tener, qué posición debe ocupar

en el mundo real y en el de la imaginación para

convertirse en el sujeto legítimo de cualquier tipo de

conocimiento, son algunas de las cuestiones que

pretende responder el filósofo. Otro punto central es

la determinación de las condiciones en las que un

objeto puede ser problematizado como objeto de

conocimiento y el procedimiento que ha atravesado

para llegar a serlo.

El método de Michel Foucault consiste en analizar

las relaciones mudables entre, por una parte, la

subjetivización y objetivización y, por otra, entre

subjetivización y sometimiento. Estas vinculaciones

están determinadas por los “juegos de la Verdad”,

históricamente variables, que dictan las condiciones

culturales según las cuales los enunciados de un

sujeto determinado se catalogan como verdaderos o

falsos. Esta es una tentativa de trazar la historia de la

subjetividad a través del análisis de los juegos de la

Verdad, permitiendo que el sujeto sea objeto de

conocimiento, y a través de la individuación de los

Page 12: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

11

«procesos de subjetivización y objetivización que

permiten que el sujeto pueda volverse, en cuanto

sujeto, el objeto del conocimiento1» (traducción

propia*).

La investigación de Foucault ha seguido tres

orientaciones en relación a los distintos juegos de la

Verdad: mientras que en Las palabras y las cosas de

1966 el análisis se centra en el sujeto que vive,

habla, y trabaja, en obras como Historia de la

Locura (1961), Nacimiento de la clínica (1963) y

Vigilar y Castigar (1975), la investigación se

focaliza en los juegos de la Verdad que determinan

la separación normativa que hace que el sujeto sea

objeto del conocimiento (el loco, el enfermo y el

1 Foucault M. (1998), “Foucault”, en Pandolfi A. (ed.),

Archivio Foucault 3. 1978-1985 Estetica dell’esistenza,

etica e politica, ed. Feltrinelli/ Campi del Sapere, pp.

248-261.

*Todas las traducciones del presente trabajo son propias,

dado que el texto original ha sido elaborado a partir de la

utilización de los textos traducidos al italiano. Por ende,

de ahora en adelante, se omitirá precisar que la

traducción es propia, excepto en los casos explícitamente

señalados.

Page 13: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

12

delincuente) de prácticas como la psiquiatría, la

medicina y el derecho penal. Este segundo campo de

investigación es el tema central del presente trabajo,

que pretende estudiar la locura y la delincuencia,

estados de la subjetividad que tuvieron (y tienen) en

el asilo psiquiátrico y en la cárcel sus instituciones

históricamente caracterizadoras.

La última fase de la investigación del filósofo de

Poitiers puede definirse como el intento de

individuar una estrategia ética que permita al sujeto

auto-constituirse gracias a una “práctica de sí”

entendida como momento esencial de construcción

de su propia identidad. El análisis del juego de la

Verdad en el que el sujeto está en estrecha relación

consigo mismo lleva a Foucault a escoger la

sexualidad como el objeto privilegiado de estudio en

la obra Historia de la Sexualidad, dividida en tres

partes: La voluntad de Saber (1976), El uso de los

placeres (1984) y El cuidado de sí (1984). A lo largo

de los veinticinco años de su investigación, Foucault

renueva constantemente el enfoque analítico sobre la

Page 14: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

13

base de una ininterrumpida y multiforme

problematización de lo que se ha definido como el

objeto del conocimiento, especialmente cuando se

ha identificado con el sujeto.

La mirada crítica hacia el pasado y el presente ha

permitido al filósofo tomar distancia respecto a los

análisis históricos tradicionales, creando un original

trabajo interpretativo basado en la problematización

de las situaciones y de los contextos analizados.

Cada forma de acción y de reacción nunca es dada

por cierta, sino que es interpretada a través de las

relaciones que se instauran en las prácticas sociales,

políticas y económicas de cada contexto histórico.

Con el uso de tres disciplinas históricas como la

genealogía (entendida como la teoría de las prácticas

de poder), la arqueología (la teoría de las formas

discursivas del saber) y la ética (el estudio de la

subjetividad), entrelazadas gracias al concepto de

problematización – en la que el sujeto se da como

sujeto y como objeto del pensamiento – Foucault

pretende estudiar cómo y dónde se sitúa el sujeto

Page 15: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

14

humano en el recíproco condicionamiento del Saber

y del Poder en la historia.

El hilo conductor de este análisis interpretativo de

la historia de la subjetividad es la continua búsqueda

de la Verdad que se esconde detrás de las dinámicas

históricas aparentemente más imperceptibles (para

usar palabras de Foucault, “microfísicas”) de la vida

cotidiana, escondidas en las vidas de los hombres

“infames” que tienen una existencia humilde, por no

decir insignificante, y en las relaciones cotidianas

que constituyen nuestras vidas. Es una Verdad que

hay que buscar en los efectos de las ideologías

religiosas y políticas, así como en el interior de las

instituciones sociales en las que los seres humanos

pasan la mayoría de su tiempo (escuela, trabajo,

familia) o en las instituciones que representan lo que

la sociedad considera como “Otro”, excluyéndolo y

confinándolo en asilos psiquiátricos y cárceles. Es

una Verdad que, debido a su complejidad, no puede

resumirse en una fórmula sintética: no tiene lugar, y

por esto Foucault termina buscándolo dentro del

Page 16: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

15

mismo sujeto pensante, y cambia en función de la

interacción entre las prácticas socio-económicas y

los imaginarios colectivos. La mayor innovación del

filósofo reside en la conciencia de que la Verdad, así

como cualquier tipo de conocimiento históricamente

posible, es una construcción que depende de la

forma en la que las prácticas de Poder y las

relaciones de Saber se dan al interior de cada cuerpo

social inconsciente frente a sus condicionamientos y

a sus refuerzos recíprocos.

Foucault ha confrontado el Pensamiento a las

incertidumbres y a sus propias dudas, desarrollando

un largo trabajo de crítica y problematización sobre

su historia e identidad, intentando deslegitimar cada

conocimiento dado como cierto e inmudable, para

empezar a entender hasta qué punto es posible

empezar a pensar de forma distinta. Para hacer esto

él toma distancia respecto a cualquier filosofía

trascendental de corte kantiano, centrada en

estructuras universales que definirían tanto al

conocimiento como a la acción moral, y utiliza el

Page 17: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

16

método arqueológico, interpretando analíticamente

cada discurso o evento histórico que condicionan

nuestra forma de pensar, decir y actuar: «la filosofía

como problematización de la actualidad y como

interrogación, por parte del filosofo, de esta

actualidad a la que pertenece y respecto a la cual se

tiene que situar, podría caracterizar la filosofía como

discurso de la modernidad y sobre la modernidad2».

La reconstrucción arqueológica del pasado va

acompañada por un diagnóstico genealógico del cual

emerjan las formas históricas con las que

problematizar la modernidad: arqueología y

genealogía son dos perspectivas distintas que se

centran en el mismo objeto de análisis. La primera

examina la dinámica de los discursos y

procedimientos de control que delimitan el espacio

del sentido y de la verdad, mientras que la segunda

se centra en la producción material y concreta de los

2 Foucault M. (1998), “Che cos’è l’Illuminismo?”, en

Pandolfi A. (ed.), Archivio Foucault 3. 1978-1985

Estetica dell’esistenza, etica e politica, ed. Feltrinelli/

Campi del Sapere, p. 255.

Page 18: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

17

discursos y en su rarefacción en relación a cada

contexto histórico (y no en sus regularidades). La

arqueología analiza el plano de los discursos

considerados en su autonomía, la genealogía

focaliza los efectos y las capacidades de los

discursos para aislar un grupo de objetos insertados

en un contexto de prácticas de poder y relaciones de

saber que les impide ser autónomos. El uso

combinado de estas dos prácticas de estudio permite

estructurar al pensamiento crítico en una ontología,

articulando las nociones de sujeto y de “nosotros” –

entendido como un conjunto cultural característico

de su propia actualidad y no como grupo humano,

tradición o doctrina – para analizar los procesos

externos en la complejidad de su formación y el

recíproco condicionamiento de cada formación

social.

En Historia de la locura, Foucault se interesa en la

posibilidad de análisis de la verdad, subrayando que

desde la Edad Media hasta el siglo XIX nunca se

dieron las condiciones para un conocimiento de la

Page 19: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

18

locura, que nunca fue objeto de algún discurso. El

propósito es insertar su investigación en el marco de

la filosofía que él define como “ontología del

presente”, de nosotros mismos, de la actualidad,

cuya pregunta esencial es “¿Qué es realmente

nuestra actualidad? ¿Cuál es el abanico actual de las

experiencias posibles3?”, involucrándose en un

campo mucho más amplio que el de la analítica de la

verdad.

Este trabajo, como ya se ha mencionado, se centra

en la obra Historia de la locura, que representa una

historia del Otro, que al mismo tiempo

- es interno a la razón porque es un posible estado en

el que podría encontrarse en algún momento,

- y externo a ella, porque es extraño a los parámetros

establecidos de normalidad.

3 Ibídem, p. 257.

Page 20: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

19

Hay que excluir al Otro para que no se transforme

en un peligro interno, incluyéndolo en los

mecanismos sociales que puedan reducir su

extrañez: Foucault quiere arrojar luz en las

situaciones históricas en las que la locura ha sido

sometida por siglos, para rendir justicia al mundo de

la anormalidad, aislado del universo de la razón por

parte del hombre “racional”.

Este análisis quiere demostrar como la locura y el

asilo psiquiátrico tienen una historia a menudo

interconectada, y otras veces divergente, con la de la

prisión y de la delincuencia: esta última es el tema

de análisis de Vigilar y Castigar, que ofrece una

genealogía de las formas del castigo, pasando de la

exclusión bajo el modelo-lepra a la exclusión de la

ciudad plagada, para llegar a la integración

normativa – cuyo modelo es el hospital psiquiátrico

– en la que la normalización y la disciplina interior

se substituyen a la violencia pública, y acabando en

el modelo panóptico, inventado por Jeremy Bentham

en 1791.

Page 21: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

20

El Panóptico es el «principio general de una nueva

anatomía política en la que el objeto y el fin no son

las relaciones de soberanía, sino las relaciones

disciplinarias4», difusas y polivalentes en toda la

sociedad. El objetivo del poder disciplinario es el

cuerpo del individuo, sobre el cual diversos

dispositivos introducen una vigilancia continua para

que se mantenga dócil, obediente, eficiente y útil.

Para lograr estos resultados, el poder crea un

universo que sumerge el prisionero en un

microcosmos donde sus gestos y sus actitudes más

imperceptibles son sectorializadas, encasilladas y

catalogadas dentro de un marco de conocimiento

que, a la vez, es fortalecido por las relaciones de

poder que se instauran dentro de la misma

institución.

Se analizarán dos obras en las que el individuo-

sujeto es objetivizado como posible objeto del

4 Ibídem, p. 261.

Page 22: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

21

conocimiento y sometido a mecanismos típicos de

instituciones únicas y que encuentran en estos

procesos de objetivación y sometimiento su

legitimidad histórica. El asilo psiquiátrico y la

prisión generan ulterior locura y delincuencia, no

representando un remedio real para ellas, ya que el

loco es la verdad del manicomio y el delincuente es

el fundamento de la prisión. Ellos representan la

esencia del universo punitivo-correctivo, simbolizan

la potencia que encierra y castiga, son el objeto por

excelencia de prácticas de Saber y de Poder que se

refuerzan sólo si se demuestran capaces de producir

figuras subjetivas como el loco y el criminal.

Como veremos más adelante, el loco ha cambiado

de status a lo largo de la historia en función del

significado que ha ido asumiendo en el imaginario

colectivo, mientras que la delincuencia es el fruto de

una particular situación histórica de la segunda

mitad del siglo XVIII: la eterna relación entre el

hombre y la locura/criminalidad es el producto de

los cambios sociales, culturales, políticos y

Page 23: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

22

económicos que se han dado a lo largo de la historia,

y esta es la tesis central que Foucault quiere

sustentar en la arqueología del silencio y la

genealogía del poder.

Page 24: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

23

PODER Y SABER

La definición foucoultiana de Poder es importante

para entender su metodología – su análisis

interpretativo – y para medir la distancia que el autor

toma respecto a los postulados tradicionales del

gauchisme: «el Poder es la matriz general de las

relaciones de fuerza que se dan en una sociedad en

un momento dado5». El Poder no es un objeto, un

trofeo o el control al que las distintas instituciones

someten a sus ciudadanos. El ejercicio del Poder se

pone de manifiesto como una afección, ya que una

fuerza se define según su capacidad de afectar a las

5 Dreyfus H., Rabinow P. (1989), La ricerca di Michel

Foucault, ed. Ponte delle Grazie, p. 212.

En este punto del trabajo es oportuno hacer una

aclaración estilística: por Poder con la “P” mayúscula se

entiende lo que está descrito precisamente en esta cita.

Cuando en el trabajo se hace referencia a un poder

particular, la letra inicial será minúscula. Al mismo

tiempo, cuando se habla del Saber general que ocupa una

parte importante de la investigación, la inicial será

mayúscula; y minúscula, en los demás casos.

Page 25: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

24

demás fuerzas y de ser afectada por ellas. Podemos

tener afecciones activas (incitar, suscitar, producir) o

pasivas (ser incitado, ser suscitado, ser llevado a

producir). Como afirma el mismo Foucault, «el

ejercicio del Poder… se da en la actuación de

algunos sobre otros. Lo que significa, naturalmente,

que algo llamado Poder, con o sin la letra

mayúscula… existe sólo durante el acto6». El Poder

siempre es una acción sobre una acción actual o

eventual de otro sujeto libre, individual o colectivo. .

El Poder es entonces un conjunto de relaciones

desiguales y multidireccionales que no se puede

intentar organizar ni describir en una teoría única:

opera de arriba abajo y viceversa, estando abierto a

toda eventualidad y conectado a una microfísica de

relaciones fluidas y no localizables que se

entrelazan, se repiten, se imitan, convergen o se

apoyan recíprocamente. De esta manera forman un

6 Foucault M. (1989), “Il soggetto e il potere”, en

Dreyfus H., Rabinow P. (1989), La ricerca di Michel

Foucault, ed. Ponte delle Grazie, pp. 235-254.

Page 26: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

25

conjunto de técnicas minuciosas que definen una

particular investidura política del cuerpo. «El único

problema está en el darse una matriz de análisis que

permita una analítica de las relaciones de Poder7», a

través de la cual el genealogista pueda llegar a una

diagnosis de las relaciones que interfieren en el

Poder, Saber y Cuerpo en la sociedad moderna.

Estamos muy lejos del método histórico

tradicional, ligado a la metafísica de los orígenes y

de las leyes universales de la humanidad como

Progreso, Desarrollo, Verdad y Libertad. Foucault

intenta escribir la historia efectiva y profunda

constituida por las relaciones de fuerza siempre

activas en los distintos momentos históricos, una

historia formada por los detalles más ínfimos y los

cambios más imperceptibles, que desvela su

significado más profundo en las prácticas que han

sido tradicionalmente consideradas como

superficiales y sin importancia. A través de su

7 Ibídem, p. 210.

Page 27: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

26

trabajo analítico, el genealogista descubre que los

significados más profundos y escondidos de la

realidad son puros artificios, interpretaciones

impuestas por otros sujetos y no dictadas por la real

naturaleza de las cosas. El núcleo conceptual de la

analítica interpretativa reside en la consciencia de

que la historia es una cadena discontinua de estas

interpretaciones no condicionadas por las doctrinas

de Desarrollo y Progreso.

Gilles Deleuze reconoce a Foucault el mérito de

haber sido «el primero en inventar esa nueva

concepción del Poder que había sido buscada [por

los históricos de izquierda contemporáneos] sin que

nadie pudiese encontrarla ni enunciarla8», que lo

lleva a abandonar los postulados esenciales del

pensamiento de izquierdas. En los seis puntos

siguientes se explica como la definición de Poder

toma la distancia de la izquierda francesa

contemporánea al filósofo de Poitiers:

8 Deleuze G. (2002), Foucault, ed. Cronopio, p. 41.

Page 28: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

27

1. postulado de la propiedad: para Foucault el

Poder no es propiedad de la clase que lo ha

conquistado dado que es pura estrategia; puede ser

ejercido pero puede ser poseído y sus efectos son

atribuibles a maniobras, técnicas y funcionamientos,

pero no a la apropiación;

2. postulado de la localización: el Poder no

tiene lugar privilegiado alguno como fuente y no

está localizado en ningún aparato estatal; al

contrario, atraviesa cada aparato e institución, para

luego reconectarlos y hacerlos converger. El estado

es la resultante última de los múltiples engranajes

situados a niveles distintos que constituyen una

microfísica del Poder;

3. postulado de la subordinación: el Poder no

está subordinado a ninguna estructura, modo de

producción o instancia económica sino que, al revés,

la economía entera presupone en su interior los

mecanismos de poder que actúan sobre el cuerpo y

Page 29: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

28

el alma de los sujetos, condicionando las relaciones

de fuerzas y productivas;

4. postulado de la esencia: «el Poder no tiene

ninguna esencia, es operativo. No es un atributo…

que calificaría los que lo poseen (dominantes)

distinguiéndolos de los sobre los que se ejerce

(dominados)… Es una relación9» que atraviesa las

fuerzas dominadas y dominantes. A este propósito,

las Lettres de Cachet (traducibles como “Cartas del

Sello”) de 1692 son un ejemplo emblemático,

porque el albedrio del Rey es solicitado por las

personas más humildes como vecinos y parientes del

acusado, y no se ejerce de arriba abajo como si fuera

un atributo trascendente del poder regio;

5. postulado de la modalidad: el Poder no

actúa a través de la ideología, aunque se ejerza sobre

las almas, y cuando se ejerce sobre los cuerpos no lo

hace con la violencia o la represión (estas son la

9 Ibídem, p. 44.

Page 30: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

29

relación de una fuerza sobre algo o alguien, pero no

constituyen la relación entre dos fuerzas, como se da

en los actos de suscitar, incitar, serializar y

normalizar);

6. postulado de la legalidad: el poder del

estado no se expresa a través de la ley que se opone

a la ilegalidad con el simple hecho de definirla,

excluyéndola. La contraposición entre legalidad e

ilegalidad tiene que ser substituida por la relación

entre leyes e ilegalismos: las primeras son una

gestión de los segundos que a menudo son

inventados y construidos como privilegios de la

clase dominante y, en otras circunstancias, son

tolerados como compensación para las clases

subordinadas. A lo largo del siglo XVIII hay una

nueva distribución de los ilegalismos por dos

razones: en primer lugar las infracciones se

concentran siempre más sobre la propiedad en lugar

que sobre la persona; en segundo lugar, la

formalización del poder disciplinario permite la

Page 31: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

30

primera definición de la delincuencia, causando una

nueva gestión y diferenciación de los ilegalismos.

Es un Poder radicado en los lugares y en las

situaciones cotidianas que, a primera vista,

definiríamos como insignificantes y privadas de

valor histórico: la fábrica, la prisión, la escuela, la

familia, el hospital y todas las demás instituciones

infra estatales (colocadas en entremedio entre lo que

es estatal y lo que no lo es) son lugares donde los

objetivos de segregación y de inclusión en la

normalidad se consiguen con el ejercicio de un

Poder. El Poder es polimorfo y polivalente porque

tiene un claro rasgo económico (piénsese a la

recompensa ofrecida al obrero a cambio de su

tiempo pasado en la fábrica), una connotación

política porque quien manda da órdenes y es el

único encargado de tomar las decisiones, y un rasgo

judicial porque quien manda puede castigar o

premiar (usando el bastón o la zanahoria) según la

conducta de quien está comandado. Al mismo

tiempo, el Poder es epistemológico porque consigue

Page 32: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

31

sacar alguna forma de conocimiento “de” y “sobre”

los individuos sometidos a su control, clasificados,

registrados y confrontados entre ellos. El carácter

epistemológico del Poder permite evidenciar uno de

los aspectos más importantes del pensamiento:

«Poder y Saber se implican directamente el

uno con el otro; no existe relación de Poder

sin su correspondiente constitución de un

campo del Saber, ni de un Saber que no

suponga ni constituya al mismo tiempo una

relaciones de Poder… El sujeto que conoce,

los objetos a conocer y las modalidades del

conocimiento son efectos de estas

implicaciones fundamentales del Poder y

Saber y de sus transformaciones históricas10

».

Después de haber analizado las características del

Poder, es oportuno concentrarse en las

características del Saber, definido por Deleuze como

un “dispositivo” de enunciados y visibilidad dado

por las posibles combinaciones de estos dos

elementos propios de cada época histórica. El

enunciado no es una forma ideal o una proposición,

10

Foucault M. (1993), Vigilar y Castigar, ed. Einaudi, p.

31.

Page 33: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

32

ni un evento o una entidad lógica, sino un “acto

lingüístico serio”, es decir, separado de las

circunstancias locales o del contexto cotidiano en el

que se inserta. Los procedimientos para su

afirmación han superado las oportunas

averiguaciones institucionales (por ejemplo, la

aprobación de una comunidad de expertos) que le

permiten pasar el límite del “se dice, se afirma”,

pudiendo ser pronunciado por cualquier sujeto. Por

ejemplo, la frase “va a llover” es normalmente un

acto lingüístico de la vida cotidiana dotado de una

exclusiva significación local, pero se transforma en

un acto lingüístico serio cuando es pronunciado por

el servicio meteorológico de la Aeronáutica, que

tiene autoridad sobre las previsiones climáticas. El

enunciado adquiere un significado relativo al campo

de utilización en el que se sitúa, y por ende no puede

analizarse aisladamente sino dentro del conjunto de

las relaciones en las que se inserta, que varía en cada

época histórica.

Page 34: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

33

El Saber, entendido como dispositivo, es

constituido por prácticas discursivas de enunciados y

prácticas no discursivas de visibilidad. Esta es una

definición del Saber muy heterogénea – que

comprende discursos, instituciones, leyes y

reglamentos, medidas administrativas, enunciados

científicos, filosóficos, morales, construcciones

arquitectónicas – y complementaria a las estrategias

de las relaciones de fuerza junto a las que se puede

forjar no sólo el individuo entendido como sujeto,

sino también el abanico posible de objetos de

conocimiento. Desde un punto de vista

exclusivamente ontológico, de acuerdo con

Foucault, los objetos constituyen algo derivado

respecto a las formaciones discursivas, ya que estas

últimas son las que dictan las condiciones históricas

de aparición de aquéllos (nunca reconducibles a

pocos principios porque son numerosas y

estratificadas): las combinaciones entre prácticas

discursivas y no discursivas son variables en todos

los estratos pertenecientes a cada formación

Page 35: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

34

histórica porque dependen de sus límites y

orientaciones.

En cada campo del conocimiento habrá una forma

de expresión que define el campo de lo que se puede

decir, y una forma de contenido que define el campo

de visibilidad: ambas formas se presuponen

recíprocamente, pero no son correspondientes. En

Vigilar y Castigar la forma de expresión es

representada por el derecho penal, concerniente a

todo lo que puede pronunciarse en el ámbito penal.

Éste se presenta como un régimen que clasifica y

traduce todas las posibles infracciones, siempre

reconducible a la prisión ya que le “entrega” los

prisioneros como si fueran objetos ya catalogados e

individualizados. La forma de contenido es el

ambiente carcelario relativo a lo que es visible,

porque pretende mostrar el crimen y la criminalidad

como un objeto dentro de un régimen de total luz y

transparencia.

Page 36: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

35

El derecho penal produce los enunciados de

delincuencia prescindiendo de la prisión, siendo

derivado del horizonte disciplinario que le atribuye

el papel fundamental de llevar el criminal en el

horizonte de la normalidad-moralidad para que, una

vez libre, pueda portarse como un buen ciudadano.

El encuentro entre el derecho penal y la prisión –

que han tenido una génesis muy heterogénea – se da

en la delincuencia, que se conecta al derecho penal

si la entendemos como ilegalismo y a la prisión si la

entendemos como objeto. «Es como si la prisión

substituyera al delincuente penal otro personaje y,

gracias a esta substitución, produce y reproduce la

delincuencia al mismo tiempo de que el derecho

produce y reproduce los prisioneros11

».

Antes de entrar en el análisis que Foucault hace en

Historia de la Locura en la Edad Clásica es

relevante explicar la evolución histórica del

concepto de “policía”, elaborado por primera vez

11

Deleuze G. (2002), Foucault, ed. Cronopio, p. 87.

Page 37: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

36

por los constitucionalistas alemanes liberal-

burgueses en el ámbito historiográfico del siglo

XIX. El concepto de policía se contrapone al estado

de derecho, representando una degeneración del

primero: la Polizey de 1800 era considerada como

un sector subsidiario a la actividad estatal y tenía su

función principal en la prevención y castigo de los

actos ilícitos a través de un aparato de investigación

e intervención en las esferas pública y privada de la

vida de los ciudadanos. En el pensamiento griego

clásico y latino, el término tenía un significado

global y omnicomprensivo: para Aristóteles la

politeia correspondía a la constitución y al

ordenamiento de la polis, mientras que Santo Tomás

interpretaba la politia ordinata como el equilibrio

global, igualitario y justo que se debe respetar

durante la vida terrena para superar el dualismo

existente entre la laicidad y la esfera religiosa. En

suma, se trataba de vivir en el continuo respeto de

los preceptos cristianos.

Page 38: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

37

Hay que esperar al Renacimiento para que el

concepto de policía adquiera un significado técnico-

prescriptivo y activo, y no más estático y pasivo: en

la Francia del siglo XVII, unida bajo una monarquía

consolidada, se planteó por primera vez el problema

de cómo reforzar y defender el poder del Rey frente

a las demás fuerzas políticas del país, que tenían un

notable poder centrífugo ya que aspiraban a

defender o a reconquistar antiguos privilegios. La

pólice, entendida como el conjunto de actividades

gubernamentales, adquiere paulatinamente una

connotación jurídica definida y se interpreta como

el conjunto de las intervenciones con el fin de

garantizar la seguridad de los súbditos.

Por otra parte, el imperio alemán de los siglos XVI

y XVII constituía una estructura política aún frágil

en la que el respeto a las ordenanzas regias no estaba

garantizado en todo el territorio: por esta razón, el

Rey del impero alemán se servía de los príncipes

territoriales, exponentes de los varios órdenes

imperiales, que – al lado de las ordenanzas regias –

Page 39: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

38

emitían sus propias ordenanzas policiales

territoriales, con fuerza de ley.

«Empezando por los problemas más comunes

de la vida social, como el control sobre los

pesos y las medidas, sobre las bebidas y las

comidas, sobre los mercados y las demás

actividades comerciales, sobre la seguridad y

la tranquilidad de la vida campesina, el

control de los príncipes se extendió a la

reglamentación de los problemas principales

de los nacientes estados territoriales: la

creación de un ejército estable, el aumento

fiscal, la formación de una administración

profesional, eficiente y segura, el impulso de

la actividad económica, el bienestar de los

súbditos12

».

Este proceso histórico permitió a los príncipes

apoderarse de prerrogativas decisivas respecto a la

vida de los ciudadanos a través de instrumentos

burocrático-administrativos en continua expansión:

la Polizey a finales del siglo XVII es un aparato de

poder con el fin de garantizar la existencia y la

tranquilidad del ordenamiento imperial y de su

12

Schiera P. (2004), “Stato di polizia”, en Bobbio N.,

Matteucci N., Pasquino G., Il Dizionario di Politica, ed.

UTET, p. 949.

Page 40: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

39

población. La Polizey es el resultado de

intervenciones políticas concretas con el fin de

garantizar y, cuando necesario, restablecer el orden:

la prosperidad estatal requiere aparatos burocráticos

y militares eficientes y no puede prescindir de la

presión fiscal sobre su población, proporcional al

nivel de bienestar alcanzable. Por último, el estado

de policía es el emblema de la «política de potencia

y de bienestar13

» que quiere perseguir el orden

estatal. De esta manera, durante la época moderna

sentó las bases de su expansión sobre la

reorganización tributaria, la expansión de un ejército

estable y la centralización administrativa.

Historia de la Locura en la Edad Clásica se centra

en cómo la medicina formula los enunciados sobre

lo irracional, y en cómo el manicomio surge como

lugar para dar visibilidad a la locura: ambas formas

tiene un origen distinto porque el origen del hospital

general no es la medicina sino la pólice, y porque

13

Ibídem, p. 950.

Page 41: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

40

durante el siglo XVII la medicina fundamentaba su

discurso en la razón y lo irracional en lugares

externos al hospital. El aislamiento de los locos nace

como un imperativo laboral, como un asunto de

pólice sin ninguna finalidad médica: la Guerra de los

Treinta Años (1618-1648) suprime la mayoría de los

beneficios económicos, provoca un aumento de la

tasación y del desempleo en las poblaciones

europeas. Las consiguientes protestas y revoluciones

minan la estabilidad social y el internamiento es

visto como una posible solución para esta crisis de la

sociedad entera. Mientras que durante periodos de

crisis el encierro sirve para la absorción de

indigentes, vagabundos, pobres, perezosos y sujetos

potencialmente subversivos, en épocas de pleno

empleo es una fuente de mano de obra barata para el

estado y los empresarios privados. El hecho de que a

menudo las prisiones y los institutos de

internamiento hayan sido confundidos, y que los

locos hayan sido encerrados indistintamente en una

u otra institución demuestra como la locura no se ha

quedado exclusivamente en el horizonte médico,

Page 42: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

41

pasando a menudo al universo del castigo y de la

corrección.

Hasta 1785, cuando por primera vez en Francia se

da una orden médica en el mundo del internamiento,

la locura ha tenido una existencia dividida entre la

práctica del encierro – que la excluyó y la silenció –

y la práctica médica que ha intentado objetivarla en

un conocimiento positivo. «No hay ninguna

posibilidad de diálogo y confronto entre una práctica

que domina la contra-naturaleza y la silencia, y un

conocimiento que intenta descifrar la verdad de la

naturaleza… Totalmente excluida por un lado,

totalmente objetivada por el otro lado, la locura… ha

quedado sometida a la división del intelecto14

».

De este análisis emergen las formas de expresión

que están analizadas en Vigilar y Castigar y en

Historia de la Locura (derecho penal y práctica

médica) y que han tenido un recorrido histórico y

14

Foucault M. (2004), Storia della follia nell’Etá

Classica, ed. BUR Saggi, p. 175.

Page 43: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

42

formativo completamente distinto respecto a las

respectivas formas de contenido (la prisión y el

manicomio): estas últimas han sido a menudo

confundidas hasta los años antecedentes a la

Revolución francesa. Sólo a finales del siglo XVIII

el encierro dejará de ser un conjunto abusivo de

elementos heterogéneos: en los hospitales, en los

correccionales y en las prisiones, delincuentes,

indigentes, locos y chicos que molestaban el

descanso familiar no estarán encerrados entre los

mismos muros.

Page 44: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

43

LOS MODELOS

En las dos obras analizadas en el presente trabajo,

Foucault sustenta la tesis según la cual los encierros

médico y judicial derivan directamente de un

esquema primario ya elaborado en la Edad Media.

Por un lado nos referimos al esquema del exilio y al

modelo del leproso, por otro lado al esquema del

quadrillage (que podríamos traducir con

“encasillamiento”) y al modelo del plagado.

En el capítulo segundo de Historia de la Locura,

titulado “El gran internamiento”, el filósofo francés

describe el nacimiento del fenómeno de la

exclusión/reclusión de todas las personas acusadas

de inmorales e incapaces de conformarse al nuevo

orden burgués y a una sociedad siempre más basada

en el utilitarismo y en el imperativo ético del trabajo.

En 1656 entra en vigor el “Edicto regio sobre la

Page 45: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

44

fundación del Hospital General para la reclusión de

los pobres indigentes de los suburbios y de la ciudad

de Paris”, el punto de referencia del gran

internamiento y la estructura más visible de la

experiencia de la locura en la Edad Media. Distintas

instituciones fueron reagrupadas bajo la

administración única de la Sàlpetriere cuyos

directores, con nombramiento vitalicio, tenían

autoridad no sólo en las instalaciones del edificio

sino también en toda el área metropolitana de Paris.

El Hospital General no es una estructura médica,

sino una estructura casi-jurídica que decide, juzga y

ejecuta fuera del control de los tribunales y de las

demás instituciones: representa el “Tercer Estado de

la Represión” creado por el Rey al margen de la ley,

en un limbo entre Policía y Justicia, típico del orden

monárquico-burgués en el que ha desaparecido

completamente la mediación espiritual de la Iglesia.

“La Edad Clásica ha inventado el internamiento así

como la Edad Media ha hecho con la segregación de

los leprosos; el lugar que estos sujetos han dejado

Page 46: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

45

vacío ha sido ocupado por nuevos personajes del

panorama europeo: los internados15

”. Los institutos

para el encierro – que a menudo surgen donde antes

estaban los leprosos – tienen en su interior

verdaderas celdas en las que se encierran los

detenidos por orden del Rey o de los jueces; reciben

bienes materiales gracias a donaciones de la Iglesia,

edictos regios y tasas recogidas directamente por la

administración estatal. Estos representan el lugar

donde se mezclan, y a menudo se contraponen, los

rituales de la hospitalidad y los privilegios

eclesiásticos para asistir a los pobres, y la

preocupación burguesa de acabar una vez por todas

con la existencia pública de los miserables en una

sociedad dominada por la ética capitalista del

trabajo.

En el siglo XVII se da un cambio de régimen en las

formas discursivas que atañen a la locura y a la

pobreza: ya no “se habla” de una salvación común

15

Foucault M. (2004), Storia della follia nell’Etá

Classica, ed. BUR Saggi, p. 58.

Page 47: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

46

para la Pobreza y Caridad, sino que se difunde una

experiencia que involucra totalmente el hombre en

sus deberes sociales y que imprime en los pobres un

efecto del desorden y un peligro para el orden social.

La miseria deja de ser objeto de la experiencia

religiosa que la santifica para pasar a una

concepción moral que la condena. El punto de

máxima aplicación y evolución será el gran

internamiento, que más tarde la Iglesia también

aceptará. Este nuevo régimen discursivo se rige por

la dicotomía entre la pobreza sometida (el pobre

bueno que acepta la reclusión y que así encontrará la

paz) y la pobreza rebelde (que se merece la reclusión

porque la rechaza): este dualismo es el origen de la

doble justificación del encierro operado en la Edad

Clásica, resolviéndose en beneficio o castigo,

dependiendo del sujeto moral al que se aplica.

Del mismo modo, la locura es desacralizada y

concebida exclusivamente en un horizonte moral:

mientras que en el Medioevo el loco se acogía

porque provenía de otro mundo, en la Edad Moderna

Page 48: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

47

se excluía porque provenía de este mismo mundo y

se recluía junto a los pobres y miserables fuera de la

ciudad. Esto fue posible porque la ciudad se había

trasformado en lugar neutro donde la razón podía

tener todo bajo su control. El internamiento es una

manera de pensar distintas formas de marginación,

es el momento en el que la locura se inscribe en el

horizonte social de la pobreza, de la incapacidad

laboral y de los problemas para el ordenamiento

civil. El Hospital General de Paris tiene un estatuto

ético gracias al cual la moral se impone con actas

administrativas, y la obligación al trabajo constituirá

al mismo tiempo un castigo, purificación y

expiación para todos los sospechosos de pertenecer

al mal. Los locos son juzgados como enfermos sin

recibir ningún tratamiento médico, y la única razón

por la que en estas estructuras hay un médico es

porque existe el miedo al contagio de la enfermedad

conocida como la “fiebre de las prisiones”.

Durante el siglo XVII la oposición entre trabajo y

ocio se erige como la gran línea de separación que

Page 49: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

48

antes era representada por la exclusión debida a la

lepra. A comienzos del siglo XIX la locura es la

única condición humana que queda más allá de esta

línea roja de segregación, culpable de haber

sobrepasado los límites impuestos por el orden

burgués, de haberse alienado más allá de los límites

sagrados de la ética burguesa y de conductas

asociales (el “ser asocial” constituye el amalgama de

los esquemas de exclusión que se solapan el uno con

el otro).

La tentativa de adoptar las nociones de sujeto de

derecho y de hombre social ha llevado a la difusión

de la idea según la cual la alienación del primero se

corresponde a la locura del segundo, y que el sujeto

jurídicamente incapaz es inseparable de la figura del

hombre perturbador del equilibrio de la colectividad.

La alienación puede caracterizarse según dos

formas:

1. el sujeto de derecho pierde su libertad a

causa de la caída natural en el universo de la locura

Page 50: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

49

y con la sanción jurídica que lo entrega a la potestad

de otro sujeto: la alienación entendida como

enfermedad es la “caída bajo la potestad ajena”,

2. la sociedad reconoce el loco como ajeno a

su patria, lo define como “otro” y lo exilia: la

alienación entendida como condena moral es

representada por la “exclusión-clausura”.

También el tercer capítulo de Vigilar y Castigar,

titulado “El panoptismo”, analiza los modelos que

inspiraron las instituciones de encierro:

«Si bien es verdad que la lepra ha suscitado

los rituales de exclusión que hasta cierto

momento han caracterizado el modelo y la

forma general de la Encarcelación, la plaga

ha suscitado los esquemas disciplinarios…

reclama separaciones múltiples,

distribuciones individualizadoras, una

organización profunda de vigilancias y

controles, una intensificación y una

ramificación del poder… los plagados eran

capturados en un meticuloso encasillamiento

táctico en el que las diferenciaciones

individuales son en realidad los efectos

Page 51: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

50

constringentes del Poder que se multiplica, se

articula, se subdivide16

».

La imagen de una ciudad plagada representaría el

modelo ideal para el gobierno de una sociedad

urbana: se trataría de una ciudad inmóvil que el

Poder encasilla y atraviesa gracias a sus controles,

vigilancias y jerarquías, llegando así al control

individual de cada cuerpo humano. A pesar de que a

primera vista el modelo de la ciudad plagada parezca

distinto del modelo de exclusión del leproso, no son

para nada incompatibles y hasta llegarán a parecerse

visiblemente a lo largo del siglo XVIII para,

finalmente, juntarse en el Panóptico. Aquí la técnica

de Poder propia del encasillamiento disciplinario se

aplica al espacio de la exclusión, poblado por un

conjunto heterogéneo de individuos (locos,

indigentes, vagabundos, violentos y homosexuales).

La repartición analítica que el Poder cumple en los

lugares donde los detenidos son recluidos es la

16

Foucault M. (1993), Sorvegliare e Punire, ed. Einaudi,

p. 216.

Page 52: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

51

esencia de la disciplina moderna: el poder moderno

evita tratar a los sujetos como una multitud

indiferenciada (ya no trata a «los leprosos como

plagados17

») sino que opera según de un doble

esquema. La primera herramienta conceptual es la

antinomia entre normalidad y anormalidad y la

segunda es la repartición diferencial que permite

establecer un control individualizado y constante

sobre el detenido. El Panoptismo – entendido como

diagrama, o sea «como mecanismo de poder

reconducido a su forma ideal… instrumento de

tecnología política que se puede y se tiene que

desenganchar de cada uso específico18

» – ya no es

una manera de ver sin ser vistos, sino la “imposición

de una conducta cualquiera a una multiplicidad

cualquiera” a través de la gestión de un espacio, una

serialización temporal y una rígida composición del

espacio-tiempo de los detenidos.

17

Ibídem, p. 217. 18

Ibídem, p. 224.

Page 53: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

52

Igual que los demás diagramas, el Panoptismo

tiene un carácter inter-social y está en constante

devenir; es productor de historia(s), destructor de las

realidades y de las significaciones precedentes, es la

pantalla donde se exponen las relaciones

microfísicas, estratégicas y difusas que constituyen

los poderes. El Panoptismo actúa siempre como

causa inmanente porque es capaz de integrarse y

actualizarse constantemente en sus efectos. El

Panoptismo se inserta en la dimensión informal de

cada dispositivo concreto, siendo capaz de medir los

momentos de conjunción entre los segmentos de lo

que es visible y lo que es enunciable: como afirma

Foucault, «el sistema carcelario une en la misma

configuración de los discursos y de las arquitecturas,

de los reglamentos correctivos y de las

proposiciones científicas, de los efectos sociales

reales y de las utopías invencibles19

».

19

Ibídem, p. 298.

Page 54: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

53

El Panoptismo es una instancia que combina

elementos de separación que derivan del modelo-

lepra y elementos de repartición y análisis que

derivan del modelo-plaga: es una máquina-

laboratorio que se extiende por toda la sociedad.

Permite una cierta visibilidad del Poder en tanto lo

plasma en las estructuras e instituciones, pero

también lo invisibiliza en la vigilancia de los

detenidos, experimentando las más dispares

transformaciones en los sujetos-objetos absortos en

sus gestos cotidianos. El éxito del Panoptismo como

dispositivo social está ligado al momento en que el

diagrama disciplinario le permite sobrepasar el

“umbral tecnológico” a partir del cual la

combinación entre la generalización de la formación

del conocimiento y el aumento de Poder les permite

fortalecerse recíprocamente y en continuidad.

En las antiguas sociedades se exiliaba pero no se

encasillaba, el diagrama napoleónico representó el

eslabón entre las funciones de soberanía y

disciplinaria, mientras que vivimos hoy en día en un

Page 55: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

54

mundo dominado por los procesos panópticos: las

prisiones, los hospitales, las fábricas, las escuelas, la

familia son instituciones en los que cada mecanismo

de objetivación se transforma en instrumento de

sujeción. La medicina, la psiquiatría y todas las

ciencias humanas nacen en el universo disciplinario

y son el resultado de dos procesos paralelos:

1. los progresos tecnológicos de las relaciones de

Poder que llevan a un desbloqueo epistemológico, a

una “explosión interpretativa”;

2. la aparición de nuevos conocimientos que permite

conseguir una mejora y una capilarización de los

efectos del Poder sobre el cuerpo social en su

totalidad.

Respecto a este planteamiento, Foucault se

preguntaba en la última parte de su discurso sobre el

Panoptismo: «Si la prisión se parece a los hospitales,

a las fábricas, a las escuelas, a las estaciones de

Page 56: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

55

policía, ¿cómo podemos maravillarnos de que todas

éstas se parezcan a las prisiones20

?».

20

Ibídem, p. 247.

Page 57: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

56

LA CREACIÓN DE LOS PERSONAJES

El asilo psiquiátrico y la prisión han tenido a

menudo historias entrelazadas porque ambos han

sido utilizados por el Poder con el fin de eliminar los

individuos que no se conformaban a la moral

común, o que eran bien inútiles bien nocivos para la

sociedad. El internamiento y la reclusión son sólo

las últimas fases de dos procesos paralelos en los

que al comienzo era necesario individualizar los

criterios de lo que es el Bien y la Normalidad, para

poder luego definir qué acciones y comportamientos

son erróneos y merecen ser corregidos o

sancionados. El elemento que ambos universos

correctivos-punitivos comparten es el haber tenido –

junto a una parte negativa de exclusión – un papel

positivo de organización. La condición de

posibilidad de esto es, precisamente, la existencia de

mecanismos activados por los dispositivos de Poder,

Page 58: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

57

los cuales han reorganizado el mundo ético – creado

por las líneas de separación entre bien y mal,

cambiantes según la época histórica y el lugar de

definición – y elaborado sus propias normas de

integración social.

Foucault analiza las historias de dos instituciones

que distan muchos años la una de la otra, haciéndolo

con dos disciplinas históricas que – a pesar de ser

complementarias en todo el pensamiento del filósofo

francés – tienen objetivos e instrumentos analíticos

distintos. En Historia de la Locura, la cuestión

central es la individuación del gesto fundacional de

exclusión de la locura del mundo de la razón, que la

transforma en el objeto privilegiado de estudio para

la naciente ciencia médica. Este gesto sirve para

analizar los límites de la cultura occidental en su

proceso de individuación del “Otro externo” y su

rechazo, siendo inconsciente de que éste seguirá

siempre rodeándola como «una acequia cavada a su

Page 59: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

58

alrededor que contribuye a definir su identidad al

igual que sus contenidos positivos21

».

Foucault es consciente de la necesidad de una

“arqueología del silencio”, que analice todas las

medidas político-judiciales y los discursos sobre la

ciencia y las instituciones (o sea los discursos del

saber que son propios de cada formación histórica).

De esta manera, se podrían entender las dinámicas

que han provocado y renovado las fracturas

históricas entre el mundo “que tiene sentido” y el

mundo que no lo tiene, hasta el momento

inseparables porque no hubo un discurso del Saber

que los organizara en torno a los ejes del bien y del

mal. A pesar de que el Poder es un factor importante

para la historia del asilo psiquiátrico, éste no aparece

explícitamente en la primera parte del pensamiento

foucaultiano: hay que esperar a la obra Vigilar y

Castigar para que el autor se centre en la genealogía

del Poder y de las prácticas que se constituyen en las

21

Catucci S. (2000), Introduzione a Foucault, ed.

Laterza, p. 9.

Page 60: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

59

relaciones microfísicas que se dan en cada cuerpo

social.

El análisis y la normalización de la locura no

pertenecen al ámbito disciplinario en el que se da la

problematización de la criminalidad: a lo largo de

los siglos XVII y XVIII los locos fueron encerrados

en los antiguos leprosarios al lado de criminales y

otros personajes concretos, mientras que el criminal

que poblará las modernas prisiones es una figura

histórica de nacimiento más reciente, que no se

corresponde a la situación de los leprosos del

Medioevo ni a la de la Stultifera Navis, ni a la

sucesiva al 1656. El loco y el criminal tienen

algunas semejanzas y diferencias fundamentales

relacionadas con el contexto histórico y la distinta

forma de juzgarlos y asimilarlos por el imaginario

colectivo: también dentro del universo de la

exclusión, de la separación y de la reducción al

silencio hay que aclarar algunas diferencias entre las

dos instituciones.

Page 61: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

60

En Historia de la Locura, descubrimos que el

internamiento ha sido por mucho tiempo un encierro

de personajes en un lugar homogéneo, un

imperceptible desvío de individuos y valores hacia

el horizonte del pecado y de la anormalidad, donde

la locura ha sido relacionada con la sexualidad, la

profanación y el libertinaje (o sea todos los

comportamientos que se pueden relacionar con la

esclavitud de las pasiones): la razón descubre que lo

irracional es demasiado cercano al hombre para

poderlo tachar de inhumano, y lo interpreta como el

abandono del hombre a sí mismo. Mientras que los

pasajeros de la Stultifera Navis eran todos personajes

abstractos correspondientes a tipologías morales

como el impío, el glotón y el sensual, el mundo de lo

irracional está poblado por personajes concretos

(homosexuales, libertinos, magos y suicidas),

aislados y reconocidos por la sociedad como

“extranjeros en su propia casa”, como los relegados

a los márgenes y alejados de un orden social que no

toleran.

Page 62: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

61

La sexualidad ya se conforma en el orden de la

familia burguesa, la profanación no puede prescindir

de la nueva concepción de lo sagrado y el libertinaje

es juzgado según las mudables relaciones entre el

libre pensamiento y el mundo de las pasiones. Estos

comportamientos son juzgados a partir del siglo

XVII como irracionales, susceptibles de ser

condenados en una sociedad dominada por la razón.

Si antes estos comportamientos eran ignorados o

tolerados, ahora son absorbidos por la razón y

reducidos al silencio. La locura comienza ahora a

convivir con el pecado, teniendo el mismo castigo,

así como lo irracional tiene el peso de la

culpabilidad: la ética sexual se vuelve un asunto de

interés público y es confiscada en su totalidad por la

moral que emerge de la familia burguesa, intolerante

con las actuaciones libertinas y con la

homosexualidad. Al mismo tiempo, la distinción

entre locura e impiedad – entendida como

profanación de lo sacro – es imperceptible,

creándose una región homogénea e indistinta en la

que conviven la irreligiosidad y los desórdenes de la

Page 63: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

62

razón y del corazón: los blasfemos, los aspirantes

suicidas, los magos, los brujos y los alquimistas se

añaden a las categorías que reciben la etiqueta “a

internar”.

El internamiento es la expresión institucional de la

gran división operada durante el siglo XVII entre lo

racional y lo irracional: esta división es el producto

de un proceso en el que la razón se autodefine para

luego identificar los actos y personajes que no

pueden identificarse con ella. De esta manera sufren

así el exilio y reclusión ya que son “culpables” de no

conformarse al orden que la razón había creado. El

Enfermement debe reconducir a la verdad por medio

de morales coercitivas, y su motivación pedagógica

requiere que, en el puro mundo de la Verdad, la Luz

sea inevitable para la oscuridad de lo Irracional. A

partir de tabúes sexuales, vetos religiosos, libertades

de corazón y pensamiento, el Clasicismo ha dado

cuerpo a una experiencia moral de lo Irracional que

más tarde asentará las bases de nuestros

conocimientos científicos sobre la enfermedad

Page 64: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

63

mental, desagrada y neutralizada como si fuera un

objeto del saber científico.

Este largo proceso llevará a lo Irracional a perderse

en el universo indiferenciado de las culpas morales,

alejándose de la locura que será diferenciada, aislada

y autonomizada. Al final de 1700 la locura es

asimilada en el espacio concreto del internamiento

artificial y empieza a hablar de sí misma y de su

lucha por el reconocimiento. De forma paralela, es

posible relevar el desarrollo de la analítica médica

como campo abstracto en el que se recortan los

conceptos de la teoría médica que permiten incluir la

locura entre las especies naturales: habrá pero que

esperarse al siglo siguiente para que la medicina se

convierta – junto con la psiquiatría – en la disciplina

que reina dentro del espacio asilar, en el que la

relación entre médico y paciente será el pernio del

diálogo entre locura y razón.

El nacimiento de la psiquiatría positiva, portadora

de un reconocimiento médico-objetivo de la locura,

Page 65: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

64

se debe gracias a la aparición de tres estructuras

distintas: primero, la fusión entre el espacio médico

y el internamiento; segundo, la creación de una

relación neutralizada entre la locura y la mirada

objetiva de quien la vigila, la reconoce y la juzga;

tercero, la comparación, pero no la confusión, entre

el loco y el criminal. El internamiento asume una

doble función: el control moral de los internados y el

beneficio económico para la administración asilar y

la sociedad; en ello se confrontan la locura internada

que hace referencia a lo irracional, y la locura

curada, entendida como enfermedad. El objetivo

primordial que rige aquí es encontrar un equilibrio

entre la exclusión y las curas médicas ofrecidas a los

pacientes para que ellos puedan ser productivos en

sus trabajos, demostrando así que el asilo adquiere

un valor terapéutico y que la medicina tiene una

nobleza moral.

El loco, antes escondido en las sombras del

encierro, ahora está bajo la mirada atenta y continua

del saber médico que lo trata como un objeto y le

Page 66: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

65

juzga con una verdad discursiva que ya está

formulada. La locura se transforma en un simple

evento de la cadena positiva de las posibilidades y se

le priva de su libertad jurídica y psicológica,

sometiéndola a una rígida repartición entre

constricciones y momentos de descanso, obligándola

a aceptar la camisa de fuerza. Dentro de este

enfrentamiento creado para llevar a una verdad

analítica sobre la locura, el médico se rige como la

contraparte dotada de autoridad y prestigio porque

autoriza el ingreso certificado en el asilo, con un

poder basado más en su sabiduría y en su papel de

garante jurídico y moral que en sus conocimientos

objetivos. El médico representa la razón que debe

disolver la realidad de la enfermedad mental en el

concepto crítico de locura, es la persona real en la

que el loco se tiene que alienar para poder curarse:

en su relación con el paciente convergen todos los

poderes de las estructuras del internamiento.

Toda la psiquiatría moderna convergerá en Freud,

considerado el fundador de la escuela psicoanalítica,

Page 67: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

66

cuyo análisis gira en torno al convencimiento de que

un “loco” se curará en la medida que permita una

alienación en la figura del médico (o sea, en la

razón). En las conclusiones de Historia de la

Locura, Foucault afirma que en el esquema

freudiano no existe liberación, sino una implacable

objetivización de la libertad de los locos: también el

psicoanálisis se queda fuera de lo que es irracional

por haber reagrupado, extendido hasta el punto

máximo y anudado todos los poderes del

internamiento en el médico. Éste es la figura

portadora de la alienación que se cura después de un

largo proceso de diálogo y análisis, pero que será

siempre una figura externa a la dimensión esencial

de lo se define como “anormal”. Lo que las ciencias

humanas y el psicoanálisis no han sido capaces de

mantener es

«La relación de una Cultura con lo que ésta

misma excluye, o sea la relación de nuestra

Cultura con una verdad sobre sí misma tan

lejana y contraria que descubre y vuelve a

descubrir en la locura… lo que ya muere en

nosotros es el homo dialecticus: el ser de la

Page 68: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

67

ida, de la vuelta y del tiempo… el extraño a

sí mismo que vuelve a ser familiar22

».

El mérito de Freud ha sido permitir que la locura

deje de ser un error de lenguaje, una blasfemia o un

significado intolerable para convertirse en un

lenguaje auto-implícito que repliega en silencio

sobre sí mismo, extraño a la red de significados

cotidianos, «palabra que no dice nada más que su

lengua23

» y que no puede ser silenciada como ha

hecho el Positivismo. El punto de ruptura entre el

psicoanálisis y la psicología es precisamente el

diálogo con lo irracional que habla en la locura,

haciendo que ésta vuelva a la situación precedente a

la Edad Clásica, que la ha silenciado e internado.

Para Foucault la historia de la locura es entonces un

continuo silencio que va del Clasicismo a la

moderna psicología, interrumpido sólo por el

22

Foucault M. (2004), “La follia, l’assenza d’opera”, en

Storia della follia nell’Etá Classica, ed. BUR Saggi, p.

476. 23

Ibídem, p. 477.

Page 69: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

68

psicoanálisis que, en este sentido, tiene un gran

mérito.

En Vigilar y Castigar la creación del personaje

concreto del delincuente es más evidente aún que en

Historia de la Locura, dado que el delincuente es el

producto artificial de la técnica penitenciaria y de su

correlativo criminológico, resultado de los distintos

experimentos llevados a cabo en el laboratorio-

prisión a lo largo de la segunda mitad del siglo

XVIII. La primera fase de creación de la

delincuencia se da con la reconfiguración de los

ilegalismos, operada por la Ley durante esta breve

fase histórica bajo la influencia de las instancias

económicas. Foucault examina todos los ilegalismos

con neutralidad: entre fraudes fiscales,

especulaciones ilícitas, escándalos inmobiliarios y

financieros, tráfico de drogas y armas, daños al

medio-ambiente no se establece ninguna jerarquía

universal, sino sólo una red de relaciones que se

configura de acuerdo a la gestión y a la

redistribución que la Ley hace de ellos. La atención

Page 70: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

69

judicial y legal mueve su eje de interés de los

agentes hacia los mismos hechos sociales, de los

individuos concretos hacia las realidades generales,

bajo la convicción de que no es posible individuar

un sujeto universal por cada situación.

La prisión-laboratorio nace y se desarrolla de

forma muy rápida porque es usada por las instancias

estatales como lugar de represión y de integración

entre los distintos ilegalismos: el mismo desarrollo

del capitalismo fue posible gracias a las evasiones

fiscales, al contrabando, a la piratería marítima y a

las especulaciones edilicias e inmobiliarias,

testimoniando como los ilegalismos juegan un

importante papel de transformación social. Cuando

el ilegalismo burgués se enfrenta al ilegalismo

popular y la apuesta en juego es el ejercicio del

Poder, el primero saldrá ganador y sancionará los

distintos comportamientos de la clase popular como

infracciones a las reglas de la justa convivencia

social. Todo esto a pesar de que los ilegalismos

burgués y popular se hayan juntado en el pasado

Page 71: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

70

para combatir los privilegios de la aristocracia, como

testimonian las luchas históricas contra las

tasaciones. Los obreros se convierten en sujetos de

nuevos y potenciales ilegalismos, como el daño de

las máquinas en las que el emprendedor ha invertido

buena parte de su capital, el robo de materias

primas, el ausentismo, el conducir una vida irregular

(que grava sobre el cuerpo del obrero, impidiéndole

de conseguir la productividad máxima) y, sobre todo

a partir de 1789, todas las formas de protesta política

que interrumpen la producción y provocan un grave

daño a las ganancias de los empresarios (huelgas,

ocupaciones de las fábricas y revueltas). El sistema

penal distingue estas nuevas formas ilegales de

protesta de las formas más tradicionales – más

dirigidas hacia la propiedad, como robos, atracos,

depredaciones – las aísla y las sanciona más

duramente, acusando los sujetos culpables de ser la

plebe más peligrosa y nociva para el orden social,

distinta de la plebe proletarizada y trabajadora que

recuerda de cerca los pobres “buenos” del gran

internamiento.

Page 72: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

71

La literatura policiaca, los periódicos, los discursos

médicos y antropológicos logran marginar la figura

del homo criminalis, identificándolo como un

delincuente que tiene que ser encerrado y corregido

en el universo penitenciario: la prisión no es una

obra de pura represión, sino también de

encasillamiento, estigmatización y exaltación de una

particular categoría de ilegalismos; lugar de

aparición y momento de visibilidad de la

delincuencia que, en el plano jurídico, representa

una infracción pero, una vez recluida, se convierte

en detención. La delincuencia es definida por

Foucault como una invención, el producto histórico

de una institución, una categoría conectada a

determinados comportamientos que se irá poblando

de individuos concretos, o sea los detenidos de la

prisión. Nacida por un entrelazarse histórico de

relaciones entre Saber y Poder, la delincuencia

terminará siendo investida por estas mismas

relaciones en el ámbito penitenciario, que opera con

una vigilancia rígida e ininterrumpida y con las

Page 73: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

72

disciplinas, cuya finalidad es encasillar e

individualizar los detenidos hasta el más

insignificante y pequeño gesto cumplido en sus

actividades cotidianas, para llegar a conocer los

detalles de su carácter y sus predisposiciones más

profundas.

«La disciplina fabrica los individuos; ésta es la

técnica específica de un Poder que se auto-confiere

los individuos como objetos y como instrumentos de

su ejercicio… Modalidades humildes,

procedimientos modestos si comparados con los

majestuosos rituales de la soberanía o a los de los

grandes aparatos estatales24

» pero continuos,

omnipresentes, invasivos, incansablemente

operantes sobre los individuos. En la prisión existen

sólo carceleros y detenidos, obligados en atenerse a

las reglas de un juego de rol, que nacen como reflejo

espontáneo de las relaciones del Poder disciplinario

al que se aparejan instrumentos bastante sencillos

24

Foucault M. (1993), Sorvegliare e Punire, ed. Einaudi,

p. 186.

Page 74: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

73

para la actuación de dichas reglas, como la

vigilancia jerárquica y la sanción normalizadora, de

la combinación de las cuales deriva el examen.

La vigilancia jerárquica consta de un juego

continuo de «miradas que tienen que ver sin ser

vistas25

» y funciona con la máxima eficiencia,

incluida la económica, cuando se establece en

espacios y arquitecturas perfectamente encasillados

y seccionados, en los que la geometría de la

disposición de los vigilantes y de los vigilados

permite a las miradas disciplinarias de enredarse y

sobreponerse de manera que nada quede fuera de su

alcance. El diagrama ideal de esta visibilidad es

dado por el acampamiento militar, repetible al

infinito, en el que la disposición de las calles, de las

carpas y de cada ingreso diseña una perfecta red de

miradas que se controlan mutuamente. Con el paso

del tiempo, también el hospital y la escuela harán

propio este modelo arquitectónico, convirtiéndose

25

Ibídem, p. 187.

Page 75: Poder Verdad y Sujeto en La Obra de Michel Foucault

74

definitivamente en instituciones disciplinarias en las

que el complejo aparato de un poder indiscreto,

automático y múltiplo funciona como microscopio

de las conductas de pacientes y estudiantes

sometidos a divisiones rígidas y analíticas. En todas

las instituciones infra estatales el entero mecanismo

de arquitecturas, distribuciones y miradas calculadas

se configura como el productor de la red de las

relaciones de Poder.

El campo de observación donde operan las miradas

del Poder se refiere a gestos y comportamientos

específicos que, una vez individuados, se insertan en

un mecanismo penal situado más allá de la ley (lo

que Foucault llama la “infra-penalidad”, con la

función de encasillar lo que está por fuera de la

regulación de las leyes), que los juzga y los sanciona

si no entran en el criterio de “normalidad” que cada

institución ha establecido en plena autonomía. En la

prisión, tal como en la escuela y en el Ejército, los

retrasos y las faltas, las negligencias, la

desobediencia, la mala educación, la insolencia, la

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75

indecencia y cada actitud no conforme a la buena

conducta son sancionados con procedimientos

sutiles que van del ligero castigo físico a las

pequeñas privaciones y humillaciones, cuya función

preponderante es la de corregir el error y evitar su

repetición, o sea “adiestrar a la normalidad”.

El ejercicio del Poder disciplinario que juzga se

refiere a un polo positivo y a uno negativo, y elabora

un continuo mecanismo de gratificación-castigo que

le permite separar los buenos de los malos, para

luego individuar el mejor sujeto (el más dócil de los

dóciles), hasta llegar al escalón más bajo o último

rango de la jerarquía cualitativa: «la disciplina

recompensa con el sólo juego de las promociones,

permitiendo de ganar rangos y posiciones; al mismo

tiempo castiga, retrocediendo y degradando26

».

El efecto normalizador derivado de estos

mecanismos se explica sólo si los mecanismos de

26

Ibídem, p. 198.

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76

Poder logran subordinar, dominar y hacer que los

sujetos-objetos investidos en este sistema se

parezcan. La constricción a la conformidad sanciona

inicialmente la igualdad formal de los individuos,

pero las sucesivas operaciones cuantitativas de

medición y jerarquización de sus capacidades

resaltan las diferencias existentes, utilizadas por la

disciplina para definir los desvíos y determinar los

niveles. «El examen combina las técnicas de la

jerarquía que vigila y las de la sanción que

normaliza. Es un control normalizador, una

vigilancia que permite calificar, clasificar y

castigar… manifiesta la sujeción de los sujetos que

son percibidos como objetos y la objetivación de los

que están sujetados27

». El examen representa el

fulcro del sistema disciplinario, donde se da la más

nítida yuxtaposición de las relaciones de Saber y de

Poder, que se refuerzan recíprocamente y

continuamente, más allá del umbral tecnológico. El

examen es un “desfile disciplinario” «donde los

27

Ibídem, p. 202.

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77

sujetos están ofrecidos como objetos a la

observación de un Poder que no se manifiesta de

otras formas sino con la mirada28

»; es productor de

un sistema riguroso de registros y documentos en el

que identifica, describe y señala los rasgos

somáticos, psicológicos y las prestaciones

individuales, sucesivamente organizados en campos

de serialización, categorización y clasificación útiles

para establecer promedios y fijar normas.

Con el examen no sólo el individuo, sino también

los fenómenos colectivos y globales empiezan a

formar parte de esa categoría del Saber producida

por el Poder epistemológico para lograr controlar y

dominar hasta poblaciones enteras (es la celebérrima

argumentación sobre la Biopolítica): como afirma a

claras letras el filósofo de Poitiers al final de la parte

de Vigilar y Castigar dedicada a la disciplina, sería

un grave error ver en los efectos del Poder

exclusivamente acciones negativas de represión,

28

Ibídem, p. 205.

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78

exclusión y censura, porque «el Poder produce;

produce la realidad; produce campos de objetos y

rituales de verdad. El individuo y el conocimiento

que podemos asumir derivan de esta producción29

».

29

Ibídem, p. 212.

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79

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