pescadora de simpatías

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  • 8/12/2019 Pescadora de simpatas

    1/1SOL DE MARGARITA PORLAMAR, 7 DE MAY0 DE 200EDICION ESPECIALANIVERSARIO6

    Aunque lo nico que no hizoen su vida fue pescar, HilariaVsquez enganch parasiempre a la gente de la Pe-sula de Macanao con un anzuelo es-ial que hered de su familia: esa cau-nte voz de galeronista que la acom-a hasta hoy aunque lo niegue condestia.Cuando est sobre el escenario la

    man La Pantera de Boca de Ro. Seo famosa por el sentimiento que

    nsmita al cantar galerones y recitarimas en los velorios de cruz, donde

    eca su canto en honor a ese maderose venera cada mes de mayo en mu-s partes de Venezuela.Durante su juventud tuvo todos los

    bajos que una mujer poda tener enca de Ro. Ibamos donde los man-ga a buscar pescado para traer a laa, tejamos redes, bamos a las sali-a sacar sal, bamos al pozo a buscara muy lejos de aqu, a Punta de Pie-s, a El Saco, a La MataFue, adems, una de las pocas que

    dedic a la inusual tarea de cons-r casas. Era un oficio poco usuala una mujer en ese entonces y loue siendo todava en los tiemposcorren, pero alguien tena que edi-

    ar los hogares de aquellas familias

    poco a poco hacan crecer al pue-y, mientras los hombres se hacan a

    mar, algunas mujeres asumieron conacia esta tarea.

    Con ese cuerpo firme y de buen ta-mao que Dios le dio, Hilaria echabapala y pico, montando paredes comopocos. Lleg a ser jefa de obras y com-plet casi todas las casas del sector Ca-

    racas y unas cuantas ms, ocupadasahora por muchos de sus conocidos yamigos.

    Despus empezamos a trabajar endos camiones. Y entonces comenza-mos a trabajar en los ros. Los camio-nes que transportaban arena para lasconstrucciones los llenbamos a palas.Hasta once camiones llenbamos no-sotras. ramos varias mujeres, ah nohaba hombres. Los hombres estabanen su trabajo, en la mar, en la pesca.Era guapa! tena fuerza! cuenta conorgullo.

    La mirada de sus ojos verdes impri-ma a su recia figura femenina un en-canto delicado que no desapareca apesar de su duro oficio, y su personali-

    dad alegre haca de ella figura obligadaen cuanta fiesta y parranda se celebraraen el pueblo, sobre todo porque supropia familia era la encargada de or-

    ganizarlas.Ay, mijita, eso no lo enseaba

    nadie!, dijo Hilaria Vsquez cuandole preguntamos quin la haba ense-

    ado a cantar. Yo empec desde mu-chacha, porque me gustaba mucho.Ya no canto, por lo menos como can-taba. Pero todava yo me meto mi sa-badito por ah y canto mis cositas que

    puedan ser bien.Apenas dos das antes de nuestraconversacin acept una invitacinpara cantar en una de las fiestas delpueblo, para deleite de sus vecinos.Con certeza, continuarn invitndoladurante un buen tiempo.

    Precios de antesLas mujeres que se dedicaron a la

    albailera se repartan las gananciascuando iban a las areneras. Por llenarun camin reciban en total ocho bol-vares y en un da podan fcilmentellenar once camiones. Eso eraplata!, cmo no?, comenta la mujer.

    Ese era mi trabajo. Trabajandoen una casa se ganaban 10 bolvares.Eso era para mi familia, porque mishijos su pap no fue bueno y sin em-bargo los cri.

    Hilaria Vsquez

    Pescadora de simpatas

    ELSENTIMIENTO que imprime a las

    dcimas la hizo famosa

    Yo en el setenta hice un velorio aqu.Voy a cumplir 27 aos que a m medio una parlisis. Entonces yo le hiceaqu a la Cruz su ofrecimiento. Y unamigo mo me regal unas dcimas,unas quintillas, para que las cantaraen el velorio. Eso fue muy bonito.

    Tengo que reconocerhoy que la bondad divinaA todo ser encaminaY evita su padecerAs puedo comprenderQue el milagro es infinitoY en todas partes repitoCon ferviente devocinYo debo mi salvacinA este madero bendito.

    Santa Cruz, t milagrosa,Discpula del SeorEres un fiel cumplidorDe su poder portentoso.Por eso hoy, llena de gozo,Cumplo con mi ofrecimientoTu recuerdo est muy dentroDe mi humilde corazn

    Te alabo en esta ocasinCon todo mi sentimiento

    Escuchaste la oracinDe esta humilde criaturaY despus diste la curaCon que calmar mi afliccinRecordando esa ocasinHoy celebro complacidaLo que te haba prometidoSi calmabas mi sufrirNo cesara en repetirTu milagro siempre ha sido

    Yo, Hilaria Vsquez, postradaDe rodillas ante tiY tengo que hacerlo asPorque de un mal me has salvadoSer una eterna a tu ladoTe debo lo que no valgo

    Y a ti en mi amor consagroAlegre sinceramenteUna fiesta complacienteOfrezco en tu nombre santo.

    Ofrenda a laCruz de Mayo

    LARIAVASQUEZ lleva una vida rindiendo tributo al mar que la arrulla frente a su casa