peru y fujimori

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 1 Resucitando la designaci ón de régim en auto ritario? Perú bajo Fuji mori, 1995-1998. Cynthia McClintock Facultad de Ciencias Políticas Universidad George Washington Washi ngton, D. C. 20052 A publicarse próximamente en, La Política Bajo Fujimori, Fernando Tuesta, editor (Fundación Friedri ch Ebert: 1999).

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Este es un trabajo sobre unos de los gobiernos más polémicos en la historia del Perú, nos referimos al gobierno del Ingeniero Alberto Fujimori, entre los años 1990 y 2000; considerado uno de los mas corruptos del siglo XX.

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  • 1Resucitando la designacin de rgimen autoritario? Per bajo Fujimori, 1995-1998.

    Cynthia McClintockFacultad de Ciencias Polticas

    Universidad George WashingtonWashington, D.C. 20052

    A publicarse prximamente en, La Poltica Bajo Fujimori, Fernando Tuesta, editor (FundacinFriedrich Ebert: 1999).

  • 2En la dcada de los aos 90, los gobiernos latinoamericanos son catalogadoscrecientemente como democrticos aunque con adjetivos calificativos.1 Entre esos calificativos,los que han tenido mayor resonancia en el mbito acadmico han sido la democracia de bajaintensidad de Abraham F. Lowenthal,2 la democracia delegativa de Guillermo ODonnell,3 yms recientemente, la pseudo-democracia de Larry Diamond.4 El impulso de estasconceptualizaciones ha sido comparar a los pases latinoamericanos con otras democracias en elmundo para mostrar que los casos latinoamericanos no cumplen los requisitos clave en algunosaspectos.

    Si bien esta labor acadmica es muy importante, dicha obra no plantea una preguntarelevante: son los casos latinoamericanos que no cumplen la clasificacin de democraciacompleta necesariamente superiores a los regmenes autoritarios? El supuesto subyacente deeste captulo es que esta clasificacin es extremadamente importante no slo en trminos de lasteoras acadmicas, sino tambin, para la discusin de temas de la realidad.

    Hacia fin de Siglo, vivimos en una poca en la que un rgimen latinoamericano que seconsidere autoritario arriesga convertirse en un estado paria ante la comunidad internacional. Sinembargo, este captulo argumenta que a pesar del significado en la distincin entre unademocracia con adjetivos y un rgimen autoritario, los lmites relevantes no han sido claramentedelineados ni por los acadmicos ni por los observadores electorales. La diferencia fundamentalentre ambos es la capacidad de la oposicin de competir libre y justamente en eleccionesnacionales--aunque hay un sinnmero de variables que son relevantes para una evaluacin de suna competencia electoral es o no es libre y justa. Dado este sinnmero de variables, evaluacionesobjetivas sobre esto pueden ser dificultosas, sino imposibles.

    Adems de desenredar esta confusin conceptual, este captulo busca evaluar el gobiernode Alberto Fujimori post-1992, enfatizando que debe de considerarse la etiqueta de rgimenautoritario para el este. En el marco de la consideracin de un calificativo de rgimen autoritario,este captulo tambin argumenta algunos puntos que son relevantes sobre la oposicin poltica delPer actual. Primero, que histricamente la comunidad internacional se ha aprovechado de lasdificultades que existen para evaluar objetivamente el nivel de libertad y justicia de una contiendaelectoral para declarar como justa la victoria de un partido poltico favorecido, y comofraudulenta la victoria de un partido no favorecido. Segundo, que tanto para la oposicin comopara un rgimen titular favorecido por la comunidad internacional, una de las modalidades paraprovocar una discusin sobre si un rgimen es o no autoritario, es no slo citar los obstculosexistentes para una competencia libre y justa en un pas, sino, todava ms importante, boicotearlas elecciones.

    1 Collier y Levitsky (1997: 430-451). Para otros iluminadores debates sobre la definicin de democracia, ver, Hartlyn(1995). 2 Lowenthal (1992-1993: 74-92).3 ODonnell (1994: 55-69). Una democracia delegativa es un rgimen que no es ajeno a la tradicin democrtica. Esms democrtico pero menos liberal que una democracia representativa. Una democracia delegativa (DD) esfuertemente mayoritaria. Consiste en constituir, mediante elecciones limpias, a una mayora que potencialize a alguien,por un nmero determinado de aos, a personificar e interpretar los altos intereses de la nacin.4 Ver, Diamond (1996: 21-25).

  • 3I. CLASIFICACIN ACADMICA DE REGIMENES: LA DEMOCRACIA CONADJETIVOS Y LOS REGIMENES AUTORITARIOS.

    En las ltimas dcadas ha habido un fuerte consensos entre los acadmicos basados enEE.UU. sobre la definicin de democracia. Dicho rgimen tendra dos componentes: 1) que losprocesos electorales sean justos, y 2) que el contexto electoral sea libre (sin intimidacin oficial orepresin de un grupo que pretende participar).5 En los regmenes democrticos que soncalificados con un adjetivo, se dan a menudo deficiencias en cuanto a lo justas y libres que son lascontiendas electorales, o en cuanto a lo nivelado que es el terreno electoral.

    Pero, cul es entonces la diferencia entre un rgimen democrtico con adjetivos y unrgimen autoritario? Como se mencion en la introduccin de este captulo, no existe un consensoacadmico sobre la distincin entre ambos conceptos, ni una clara especificacin de los lmitesnecesarios. Considrese por ejemplo la pseudo-democracia de Larry Diamond, en la que lconsidera que la competencia electoral no es lo suficientemente justa como para que el partidooficial pueda ser sustituido en el poder aunque se tolere la existencia de partidos independientesde oposicin.6 Slo a los regmenes que no permiten el funcionamiento de partidos polticos sedenominan como autoritarios.

    Sin embargo, lo que es pseudo-democracia para Diamond es un rgimen autoritariopara el connotado acadmico Juan Linz:

    [regmenes autoritarios son] sistemas polticos con un pluralismo poltico limitado y noresponsable, sin ideologa rectora o complicada, pero con mentalidades propias, sinmovilizacin extensa o intensa, salvo en algunos momentos de su desarrollo, en la que unlder, o de vez en cuando un pequeo grupo, ejerce poder dentro de parmetrosformalmente perversos pero que tambin son bastante predecibles7

    Para Linz, el ejemplo principal en Latinoamrica de un rgimen autoritario es Mxico.Dicha clasificacin del caso mexicano ha sido ampliada y desarrollada por varios acadmicos.8 Noobstante, han habido numerosos regmenes latinoamericanos que, al igual que Mxico, no fueronnecesariamente faltos de popularidad, que permitieron actividad partidista y sostuvieronelecciones--y que incluso posiblemente realizaron conteos electorales precisos--pero que fueronampliamente reconocidos como autoritarios.9

    Es muy importante para las secciones posteriores de este captulo sealar que Linzargumenta que las elecciones realizadas bajo los auspicios de un rgimen autoritario presentan 5 Estos son, por ejemplo, componentes cruciales de la democracia electoral de Diamond. Quien tambin describe lademocracia liberal como una en la que existen frenos y equilibrios (checks and balances) entre el poder ejecutivo ylas fuerzas militares y otras fuerzas polticas y sociales que no le sean responsables (accountable) al electorado de noretener un ?dominio reservado del poder. Ver tambin, Diamond, Linz y Lipset (1989: XVI); Przeworski (1991); yPeeler (1985: 5), entre otros.6 Diamond (1996: 25).7 Linz (1975: 175-411).8 Ver Middlebrook (1994).9 Posteriormente se analizan algunos casos especficos.

  • 4serios dilemas a los partidos de oposicin. Particularmente a lo que se refiere a la decisin sobre siparticipar o no en la contienda. Linz dice: la semi-libertad de estos regmenes imponen sobre susadversarios ciertos costos que son muy distintos a la persecucin poltica y que explica sufrustracin, desintegracin y algunas veces, su disponibilidad a la coartacin.10

    Se pueden levantar algunos cuestionamientos sobre la diferencia entre el concepto de lademocracia delegativa de ODonnell el de rgimen autoritario. ODonnell caracteriza unademocracia delegativa como:

    ...ms democrtica, pero menos liberal que la democracia representativa. La democraciadelegativa (DD) es fuertemente mayoritaria. Consiste en constituir, mediante eleccioneslimpias, a una mayora que potencialize a alguien, por un nmero determinado de aos, apersonificar e interpretar los altos intereses de la nacin.11

    Sin embargo, en la medida en que el poder est concentrado en el ejecutivo y le seanegado a otras instituciones como a la legislatura y al poder judicial, surgen importantescuestionamientos sobre las leyes que enmarcan los procesos electorales. En muchos paseslatinoamericanos, el rol de las legislaturas y especialmente del poder judicial no es simplemente elde frenos y equilibrios (checks and balances) en un proceso democrtico. Un rol fundamental deestos es el establecimiento de las leyes e instituciones que rigen el campo electoral y la votacin.Llega un momento en que el poder legislativo y/o el poder judicial se ven tan dominados por elejecutivo que desaparece la posibilidad de celebrar elecciones libres y justas.

    No debe sorprendernos entonces que la confusin acadmica existente entre lasdemocracias con adjetivos y los regmenes autoritarios, y la falta de claridad en cuanto a lmitesobjetivos han impedido una clasificacin del gobierno de Alberto Fujimori en el Per. Desdeaproximadamente 1993, los acadmicos basados en EE.UU. han tenido mucha dificultad paraclasificar dicho gobierno.

    Mientras que la mayora de estos analistas coincidieron inmediatamente despus delautogolpe de abril de 1992 en que dicho suceso no fue democrtico, la promulgacin de la nuevaconstitucin en 1993 y la reeleccin de Fujimori--por un amplio margen--en 1995, insto a algunosanalistas a devolverle a Per la etiqueta de democracia con adjetivo.12

    Ningn analista continu considerndolo como autoritario. La mayora de estos seabstuvo de utilizar cualquier clasificacin que distinguiera entre democracia y autoritarismo.13

    Ms bien, estos optaron por variantes del concepto de populismo.14

    10 Linz (1975: 273).11 ODonnell (1994: 60)12 Stokes habla de la restauracin democrtica en ?un sentido formal, ver Stokes (1996: 70). Cameron y Maucericlasifican al rgimen como una democracia delegativa degenerada, ver Cameron y Mauceri (1997: 241).13 La naturaleza ? ambigua del rgimen se destaca en Cameron (1998: 126) y Crabtree (1995: 9-11). Aunque Conaghan(1998) es muy critica del rgimen de Fujimori, sta no lo cataloga como autoritario.14 Ver Palmer (1996: 70-76); Roberts (1995: 82-116); Weyland (1996: 3-31) y Kay (1996-1997: 55-98).

  • 5Al mismo tiempo, es importante notar que la tendencia entre los acadmicos basados enEE.UU. es contraria a la tendencia de sus contrapartes en el Per. Las definiciones peruanas dedemocracia tienden a no ser las convencionales expuestas por sus colegas en EE.UU.15 A pesardel autogolpe la mayora de peruanos evaluaron como democrtico al gobierno de Fujimori en1992.16 Hoy en da sin embargo (como lo muestra el Cuadro 2), muchos ms lo ven comoautoritario. Concomitantemente, los analistas basados en el Per son ms propensos a clasificar alrgimen como autoritario.17

    II. PRELUDIO AL AUTOGOLPE: POLITICA PERUANA, 1990-1992.

    El 5 de abril de 1992, Fujimori lanz el autogolpe: suspendi la Constitucin de 1969,arrest a varios lideres de oposicin, disolvi el Congreso y desmantel la judicatura. Per seconvirti en el nico pas latinoamericano que sufriera una ruptura democrtica en los aos 90despus de haber retornado a la democracia en los aos 80.18 ?En que medida fue el autogolperesultado de problemas objetivos que Fujimori no poda resolver sin el golpe,? Y ? en que medidafue el autogolpe resultado de una voluntad poltica autoritaria que parece ser una caractersticaperdurable del liderazgo de Fujimori? A mi juicio la segunda interpretacin esta fundamentada porla trayectoria de los eventos. Adems, el pasado de Fujimori debe ser tomado en cuenta por losanalistas para poder tratar de predecir sus futuras acciones.

    Durante sus primeros quince meses en el poder (julio 1990-septiembre 1991), Fujimoriejerci mucho poder en la formulacin de polticas pblicas a diferencia de sus predecesoresquienes se vieron por lo menos un tanto orillados por sus partidos polticos (o por otros lderes desus partidos en sus gabinetes), Fujimori desatendi a su Cambio 90 el cual estaba integradoprincipalmente por representantes de grupos de empresarios pequeos y de comunidadesevanglico protestantes, ambos faltos de experiencia poltica. Despus de seis meses en el podercasi la totalidad de los miembros del gabinete eran polticos independientes que haban sidonombrados por el mismo Fujimori. Al mismo tiempo que se distanciaba de Cambio 90, Fujimori sealiaba a individuos cuyos vinculaciones polticas y sociales estaban en la fuerzas de seguridad.

    Casi inmediatamente despus de asumir el poder, Fujimori dio marcha atrs a las promesaspopulistas de su campaa.19 Con el fin de recibir el sello de aprobacin del Fondo MonetarioInternacional, Fujimori implement un programa econmico de shock que muchos analistas 15 Carrin (1996). No slo muchos peruanos aprueban lo que Carrin denomina definiciones ?plebiscitarias dedemocracia, sino que encuestas informales en comunidades pobres en los aos ochenta revelaron que ms de la mitad delos encuestados definan la democracia como atencin gubernamental hacia el pueblo y justicia social.16 Resumen Semanal XV (abril 10-11 1992: 2) y S (mayo 11-17, 1992: 22). Uno de los mejores esfuerzos paraentender esta aparente contradiccin es Carrin (1996). Debe notarse tambin que, as como Velasco previamente,Fujimori justific sus acciones como necesarias para alcanzar una democracia real en el largo plazo.17 Ver Arias Quincot (1994); Planas (1992); Pease Garca (1995); Balbi (1998). 18 Rupturas constitucionales amenazaron sin xito a Guatemala y Paraguay. En Hait, Aristide fue electo presidente en1990 y derrocado en 1991. El ranking de los derechos polticos del Freedom House para 1992 fue 6 (solamente unpunto por encima del ranking ms bajo). Ver McColm (1992). As como sus contrapartes basados en EE.UU., losanalistas basados en Per son crticos del gobierno de Fujimori sin catalogarlo como autoritario, ver Cotler (1994);Tanaka (1998); Granpone y Meja (1995); y Tuesta Soldevilla (1996).19 La descripcin ms clara sobre lo contundente que fu dicha reversin la presenta Stokes (1996: 62). Para unaexcelente cronologa poltica en el perodo 1990-1992, ver, Pease Garca (1994).

  • 6consideraron era mucho ms drstico que el que propona Mario Vargas Llosa. Fujimoricomprometi a su gobierno a pagar la deuda externa (al mismo tiempo que se buscaba larenegociacin de sus trminos), as como a estabilizar y liberalizar la economa. En el marco de loque se denomin el Fuji-shock, se redujo radicalmente el gasto estatal, se flexibilizaron las leyessobre inversin externa, se inici un programa de privatizacin, y se recortaron los aranceles. Asmismo--muy inusual para el gobierno de Fujimori--se cre diligentemente una nueva institucin: laSUNAT (la Superintendencia Nacional para la Administracin Tributaria), para dotar al Per deuna capacidad fiscal eficiente. Estas polticas resultaron siendo exitosas tanto para restaurarle alPer las bendiciones de la comunidad financiera internacional, como para contener lahiperinflacin (que haba superado 7,000 por ciento en 1990), aunque la pobreza de corto plazoempeor.

    Fujimori tambin promovi polticas de contrainsurgencia y anti-narcticos que erancontrarias a sus promesas de la campaa. Aunque durante la campaa las polticas decontrainsurgencia de Fujimori no fueron particularmente claras, se enfocaron ms en el desarrolloeconmico alternativo de las comunidades. Sin embargo, una vez en el poder Fujimori promovivigorosamente la creacin de patrullas de auto-defensa (Rondas). Con respecto a los esfuerzosanti-narcticos, en mayo de 1991 Fujimori firm un acuerdo crucial con los Estados Unidosconsiderado mucho ms de derecha que lo que haba sido su postura durante la campaa.

    )Cmo pudo Fujimori implementar estas polticas cuando Cambio 90 nicamentedominaba un cuarto de los escaos en la legislatura? En primer lugar, porque la coalicin msimportante del congreso, FREDEMO, apoy la mayora de las iniciativas de Fujimori, enparticular sus polticas econmicas. En segundo lugar, porque los partidos polticos que sesupona hubieran opuesto sus polticas estaban divididos. El APRA estaba desacreditado por loscinco aos previos en el gobierno. Tanto el partido como Alan Garca fueron acusados decorrupcin. Por su parte, la coalicin marxista Izquierda Unida (IU) estaba fragmentada y endeclive. En tercer lugar, algunos artculos de la constitucin de 1979 le permita al poder ejecutivoejercer vastos poderes unilaterales en materia econmica, as como emitir decretos sobrecualquier rea de polticas pblicas si la legislatura le delegaba la autoridad para hacerlo. Dichaautoridad fue delegada frecuentemente a los gobiernos de Belande y Garca, as como aFujimori.

    A finales de 1991, no obstante, se increment la tensin entre el ejecutivo y el poderlegislativo. En noviembre, cuando la autoridad legislativa de Fujimori estaba a punto de caducar,Fujimori emiti una avalancha de 126 decretos. De stos, ms de tres cuartos fueron aprobados,sin embargo, 28 decretos--la mayora de los cuales eran medidas draconianas sobre temas decontrainsurgencia--fueron modificados o rechazados por la legislatura.20 Los desacuerdos sobre elpresupuesto para 1992 fueron intensos y el Ministro de Agricultura fue censurado por la Cmarade Diputados. Alan Garca termin siendo exonerado por la Corte Suprema de Justicia de loscargos de enriquecimiento ilcito, y fue adems reelecto secretario general del APRA. Garcabuscaba unificar y galvanizar la oposicin poltica contra Fujimori.

    20 Idele 32-33 (diciembre 1991: 4-14); Idele 34 (febrero 1992: 5-9).

  • 7Aunque para unos analistas estas acciones por parte del congreso peruano constituanobstruccin legislativa al ejecutivo y motivo suficiente para ser la explicacin fundamental delautogolpe de abril de 1992, no lo fue as para la mayora de analistas, incluyendo a la autora deeste artculo.21 Los analistas que no consideran que la legislatura fue particularmenteobstruccionista durante este perodo notan que mientras que si bien es cierto el congreso censura un ministro en veinte meses, slo en el primer perodo de Belande ms de cincuenta oficialesde su gobierno fueron censurados. Estos analistas tambin enfatizan que hasta el momento delautogolpe los legisladores del FREDEMO buscaban forjar un acuerdo con Fujimori. Para estosanalistas la razn fundamental del autogolpe fue la voluntad de Fujimori y de los militares.Fujimori era de una personalidad autoritaria que no quera perder su tiempo negociando conlderes opositores y que quera que su perodo presidencial se extendiera a ms de cinco aos (locual no era permitido por la constitucin de 1979).22 As mismo, los militares y los oficiales deinteligencia sostenan que para poder derrotar a Sendero Luminoso era necesario un rgimenautoritario.23

    Si bien el autogolpe fue objeto de condena por parte de la mayora de intelectuales ylderes polticos, casi el 80 por ciento de la poblacin apoy el suceso.24 Ese apoyo no reflejaba laconviccin de la poblacin de que las polticas de Fujimori estuvieran dando resultados. Alcontrario, las condiciones econmicas y de seguridad eran peores que nunca. Aunque lahiperinflacin haba terminado, la pobreza crtica haba incrementado y el Sendero Luminosohaba ampliado dramticamente su presencia en las ciudades del pas, especialmente en Lima.Fujimori atribua constantemente estos males al sistema poltico peruano. A lo largo de dos aos,Fujimori acus a lderes polticos, legisladores y jueces de ser corruptos, ineficientes yantidemocrticos. Haba por supuesto una dosis de verdad en estas acusaciones, pero an msimportante era el hecho que dichas acusaciones inspiraban la esperanza de que un simplecambio de rgimen poltico pondra fin a la pesadilla que era Per.

    III. EL GOBIERNO DE FUJIMORI DESDE EL AUTO-GOLPE DE 1992 HASTA LASELECCIONES DE 1995.

    Los meses despus del autogolpe fueron inestables y las consecuencias polticas del sucesoeran inciertas. Sin embargo, Fujimori logr finalmente consolidar el poder en 1993 sobre la basede una nueva constitucin diseada por l mismo, y luego con su reeleccin por mayoraabrumadora en 1995, la que restaur sus credenciales democrticas ante la mayora de actores dela comunidad internacional. A pesar de todo, para aquellos analistas peruanos y extranjeros queexaminaron de cerca el proceso electoral, haba inquietantes indicios sobre la disposicin deFujimori de manipular el procedimiento electoral a su favor, y de la incapacidad de los organismosde monitoreo electoral nacionales e internacionales de identificar las manipulaciones losuficientemente rpido y de confrontar a Fujimori sobre las mismas.

    21 El analista que avanz el conflicto entre los dos poderes como la explicacin ms importante del autogolpe fuKenney (1996: 75-104). Entre los que enfatizaron la voluntad poltica de Fujimori y el contexto estructural flexible estnMcClintock (1996: 53-74); Cameron (1998: 127); Stokes (1996: 63-69); y la gran mayora de analistas peruanos.22 Este punto es ampliamente explicado por McClintock (1996: 65-66).23 Ver particularmente Rospligiosi (1996).24 Resumen Semanal (abril 15-23, 1992: 1).

  • 8Si bien el autogolpe recibi el apoyo de la mayora de peruanos, el hecho fue rechazadopor muchos grupos internacionales. Luego de varias semanas de debate entre los numerososactores relevantes, se arrib a un acuerdo cuando Fujimori se hizo presente en una reunin de laOrganizacin de Estados Americanos (OEA) el 18 de mayo en las Bahamas. Por un lado,Fujimori acord celebrar elecciones para elegir una asamblea constituyente dentro de un perodode cinco meses, y la comunidad internacional acord que el reingreso de Per a la comunidadfinanciera internacional procedera sin contratiempos.

    An as, quedaban obstculos en el camino hacia la consolidacin del poder de Fujimoribajo una nueva constitucin diseada por l. En primer lugar, la politizacin de la institucinarmada bajo la mirada cuidadosa de Vladimiro Montesinos y el general Nicols Hermosa erarechazada por un importante sector de las fuerzas armadas. Bajo el liderazgo del general retiradoJaime Salinas Sed, este sector intent sin xito un contragolpe. En segundo lugar, la poblacinclaramente esperaba ver resultados rpidos del autogolpe y Fujimori tena que responder.25

    Empero, las ofensivas armadas del Sendero Luminoso incrementan en lugar de disminuir. En unode los peores incidentes de la guerra, la explosin de un coche-bomba el 16 de julio de 1992 enMiraflores (uno de los barrios altos de Lima) dej un saldo de veintin muertos y 250 heridos.Muchos peruanos crean que la guerrilla estaba inexorablemente alcanzando su objetivo de asumirlas riendas del estado por las armas. De igual manera y como resultado de la incertidumbre quecausara el autogolpe, el PIB cay en un 2.9 por ciento en 1992, y no cedan los altos niveles depobreza.26

    La otra pregunta era si Fujimori mantendra su promesa de realizar elecciones quesatisficieran los estndares de libertad y justicia que requeran la comunidad internacional y laoposicin poltica domstica. En las dos votaciones populares ms importantes despus delautogolpe, las maquinaciones del gobierno fueron numerosas. Para las elecciones de 1992 paraelegir el Congreso Constituyente Democrtico (CCD) que escribira la nueva constitucinperuana, Fujimori atras el establecimiento de las normas procesales y determin que losmiembros de la CCD no podran optar a ser electos a cargos pblicos hasta por lo menos unperodo despus. Aunque la prohibicin fue posteriormente revocada, esta ciertamente desanimla participacin de los lderes polticos establecidos. La mayora de los partidos polticos msconocidos (APRA, AP y el Partido de Izquierda) se abstuvieron de participar, acusando aFujimori de ser un autoritario que manipulaba las leyes. Pero hubo mucha confusin. Slo lasfacciones disidentes de dichos partidos optaron por competir encontrando en su camino seriosobstculos legales para obtener el reconocimiento oficial necesario para lo que dedicaron granparte del perodo electoral recogiendo las firmas de los votantes requeridas ante la ley. A pesar detodo esto, Fujimori slo obtuvo una escasa mayora de los escaos del CCD: 44 de 80.

    An ms dudas surgieron en cuanto a la imparcialidad del referndum de octubre de 1993sobre la constitucin del CCD.27 Los resultados del referndum fueron inesperadamente reidos--

    25 En junio de 1992, el porcentaje de peruanos que aprobara del autogolpe cay al 41 por ciento--tan slo la mitad de losque lo apoyaron inmediatamente despus del hecho; ver Latin American Weekly Report 92 (julio 23, 1992: 12).26 Webb y Fernndez Baca (1994: 369); y Peru Report VI (diciembre 1992: 1-3).27 Sobre lo anterior, ver, Andean Report XX (diciembre 20, 1993: 1-2) y el Latin American Studies Association (1995:7-10).

  • 952.2 por ciento para el S y 47.5 por ciento para el No en el conteo oficial--pero, a medida quese reciban en Lima reportajes provenientes de reas remotas del pas sobre los acontecimientosdel da de la votacin, analistas de oposicin estimaban que el verdadero resultado apuntaba haciauna victoria para el No. En efecto, el conteo oficial del voto fue denunciado como fraudulentopor un miembro del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). La objecin principal era que en lasremotas zonas de emergencia donde los comandantes militares representaban la autoridadmxima, estos distorsionaban tanto el procedimiento de votacin como los resultados. Dichamanipulacin militar del voto era lo que se crea explicaba el por qu los resultados oficiales enlos departamentos de El Junn, Ayacucho, Pasco y Huancavlica fueron ms favorables al S delo que las encuestas haban anticipado.

    Finalmente sin embargo, las maquinaciones perpetradas por el gobierno de Fujimori fuerontoleradas tanto por la oposicin domstica como por la comunidad internacional. Para que losresultados de la votacin hubieran sido repudiados, una coordinacin ms vigorosa hubiese sidonecesaria entre la oposicin domstica y la comunidad internacional. Un repudio proveniente slode parte de uno de los dos no hubiese sido viable. Pero el liderazgo de la oposicin polticaperuana no se unific para emitir una declaracin conjunta de fraude electoral, y la OEA (elprincipal organismo internacional que monitore ambas votaciones) aparentemente no encontrsuficiente razn para cuestionar al gobierno sobre la validez del proceso.

    Al mismo tiempo, el camino hacia la consolidacin del poder de Fujimori sobre la base deuna nueva constitucin de su propio diseo fue adelantando. Esto se debi, en primer lugar, porlos triunfos alcanzados en contra del Sendero Luminoso, y en segundo lugar por la recuperacineconmica. El septiembre de 1992, el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), un pequeoescuadrn elite de la polica antiterrorista que haba sido creada durante el perodo presidencial deAlan Garca, captur al lder de Sendero Luminoso, Abigael Guzmn. En las semanas siguientes,utilizando informacin encontrada en el escondite de Guzmn, la polica arrest a ms de milpresuntos Senderistas. Lo que hasta entonces haba sido una ventaja psicolgica de Sendero suimagen de omnisciencia, omnipresencia y su invencibilidad frente a un estado corrupto eineficiente haba sido repentinamente revocada. En los aos subsiguientes, Sendero Luminosofue finalmente derrotado.

    A su vez, la paz poltica relativa ayud a la economa peruana. En un contexto deestabilidad macroeconmica, la economa creci. El PIB real creci a una tasa anual de 6.4 en1993 y 13.1 por ciento en 1994--la tasa de crecimiento ms alta de la regin.28 El crecimiento fuparticularmente robusto en aquellas reas rurales donde se reanudaba la actividad econmicaconvencional despus de tantos aos de violencia. El gobierno implement un agresivo programade privatizaciones y la inversin externa increment en forma dramtica. Pero an con todo esto,el beneficio principal de las nuevas polticas econmicas para la mayora de peruanos era la bajatasa de inflacin (apenas 24 por ciento en 1994). Los indicadores en cuanto a ingresos reales,desempleo y pobreza registraban cambios positivos pero an modestos dadas las condicionescrticas de finales de los aos 80 y principios de los 90.29 La superacin por parte del gobierno deFujimori tanto de la amenaza terrorista como de la crisis econmica prepar el camino para la 28 Banco Interamericano de Desarrollo (1997: 268-293).29 Banco Interamericano de Desarrollo (1997: 289); y Sheahan (1997: 7-38).

  • 10

    reeleccin del presidente en 1995. A diferencia de las contiendas de 1992 y 1993, la victoria delgobierno en abril de 1995 fu clara. Fujimori obtuvo un impresionante 64 por ciento de los votosvlidos entre 14 candidatos--ms del doble de lo que recibiera el candidato en el segundo lugar, yms que suficiente para evitar una segunda vuelta. Sin embargo, a pesar de la clara victoria deFujimori en el voto presidencial, tanto las tcticas a que el gobierno recurri en esa contiendacomo las severas anomalas que se dieron en la votacin parlamentaria simultnea de 1995 levantdudas sobre el apego gubernamental a las leyes electorales.

    La victoria de Fujimori en la eleccin presidencial fu atribuible no slo a sus logros en suprimer perodo sino tambin al carcter deslucido del candidato principal de oposicin, JavierPrez de Cullar, que encabezaba el nuevo e independiente partido Unin por el Per (UPP).Aunque ideolgicamente diversos, importantes grupos de oposicin esperaban que, comodistinguido ex Secretario General de la Organizacin de Naciones Unidas (ONU), Prez deCullar sera un candidato presidencial en torno a quien podran unificarse. Aparentemente laseleccin de Prez de Cullar como candidato no fu influenciada indebidamente por injusticiasdel gobierno en como se conform la arena poltica. De distintas formas sin embargo, Prez deCullar result siendo un candidato pobre. De 75 aos de edad, caucsico y habiendo vivido lamayor parte de su vida en el extranjero, Prez de Cullar no era un presidente como t queinteractuara fcilmente con la mayora de los peruanos y que lograra persuadirlos que l seracapaz de afrontar los inmensos desafos de gobernar el pas. As mismo, la posibilidad de que lsera un candidato unificador no se cristaliz. Si bien ex lderes del Partido Popular Cristiano,Accin Popular, Izquierda Unida y otros partidos se presentaron en las listas congresionales delUPP, el nico partido establecido que apoy a Prez de Cullar en la eleccin presidencial fu elPPC. Finalmente, Prez de Cullar recibi el 24 por ciento del voto vlido.

    Aunque es poco probable que alguna de las tcticas de Fujimori fuera necesaria paraasegurar su victoria, su gobierno recurri a acciones ilegales en contra de la oposicin. Espionajetelefnico fu masivo, y fu utilizado incluso en contra de Prez de Cullar. Si bien el personalmilitar no puede votar, dicha prohibicin fu violada.

    De igual manera, el gobierno utiliz recursos estatales de manera partidaria a nivelesextraordinarios. De los varios miles de millones de dlares que entraron a las arcas del gobiernocomo resultado de la privatizacin, se destin por lo menos $875 millones--aproximadamente lamitad del ingreso proveniente de la privatizacin--para programas sociales y de inversin.30 Latajada ms grande de estos fondos fu manejada por el Ministerio de la Presidencia y el mismoFujimori recorra constantemente las comunidades pobres--a menudo luciendo un poncho ysombreros andinos, ste se trasladaba en helicptero a remotas comunidades campesinas--a iniciarnuevos proyectos, implcitamente a cambio del apoyo poltico de la comunidad.31 A la hora deresponder encuestas sobre los principales logros del gobierno de Fujimori, la ciudadana otorgabaa los esfuerzos contrainsurgentes el primer lugar, y el cuarto a la construccin de escuelas ymejoras a las carreteras.32

    30 Roberts (1995: 104); Kay (1996-1997: 63-67).31 En ese esfuerzo el gobierno de Fujimori elega particularmente aquellos departamentos donde su apoyo haba sidopreviamente dbil. Ver Graham y Kane (1998: 67-105).32Webb y Fernndez Baca (1997: 1149). La pregunta fu incluida en una encuesta de Apoyo en enero de 1997 a ms de

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    No obstante, si bien fu claro que el electorado escogi a Fujimori como su presidente, noqued para nada claro que estos escogieran a Cambio90/Nueva Mayora como el partidomayoritario en el congreso. El Cuadro 1 sugiere la severidad de anomalas en la contienda. Unenorme 41 por ciento de las papeletas fueron nulas en la eleccin parlamentaria--ms de cuatroveces el porcentaje en la eleccin presidencial de 1995 y ms de tres veces los porcentajes en lasvotaciones presidenciales previas de 1990 y 1985. Los votos no validos fueron hasta el doble delos recibidos por Cambio90/Nueva mayora. Personeros del gobierno atribuyeron el granporcentaje de votos nulos a errores cometidos por los votantes en emitir el voto preferencial y aerrores cometidos por los oficiales de mesas electorales en los clculos aritmticos. Existe enefecto un consenso en que estos errores fueron comunes y que fueron exacerbados por laintroduccin del uso de la computadora. An as, el voto preferencial exista desde lasvotaciones de 1985 y 1990 sin darse serios problemas. Muchos lderes de oposicin y algunosanalistas sostienen que las papeletas de votacin fueron anuladas ya sea en las mesas de votacin por las computadoras. Cualquiera que sea la explicacin, una eleccin en la cul hay casi lamitad de papeletas nulas es una eleccin de dudosa validez.33

    El Cuadro 1 presenta otras anomalas ocurridas en la votacin parlamentaria de 1995.Segn los resultados oficiales, 835,964 peruanos votaron en la eleccin presidencial pero no en lacontienda legislativa. Dado que las papeletas en blanco y las nulas fueron incluidas en los totaleselectorales y que ambas votaciones se realizaron en la misma papeleta, ? como han de explicarselos votos desaparecidos? En las elecciones de 1985 y 1990, las tasas de abstencionismo fuerontambin ms altas para la votacin legislativa que para la presidencial, pero la votacin se realizen distintas papeletas, de manera que la discrepancia no era fuera de lo comn. Posiblemente losoficiales de mesa fueron menos cuidadosos al no registrar algunas de las papeletas en blanco y lasnulas--aunque dicha explicacin incrementara el porcentaje de votos invalidados. En todo caso, laanomala es inquietante.

    Cuestionamientos sobre los altos porcentajes de votos nulos y desaparecidos seintensificaron ya que los resultados de la contienda legislativa diferan en referencia a losresultados que haban sido proyectados por las encuestas de opinin. Dichas proyeccionessostenan que Cambio 90/Nueva Mayora ganara entre 25 y 35 por ciento del voto y 28 de los120 escaos en el congreso, lo que contrast marcadamente con el resultado oficial: 52 por cientodel voto vlido y 67 escaos congresionales.34

    400 personas.33 En su captulo en este volumen, Schmidt ampla sobre las explicaciones pro-gobierno en cuanto a las anomalas enlas elecciones legislativas de 1995. Es imposible saber si las explicaciones del gobierno o las de la oposicin tienenmayor validez (lderes de oposicin expresaron en entrevistas que las organizaciones de monitoreo electoral trataron derealizar una buena labor pero que se enfocaron ms en la contienda presidencial). Schmidt y yo coincidimos en quecuestionamientos sobre la validez de un proceso electoral no es el tipo de pregunta que debe quedar sin respuesta. 34 Para las encuestas de opinin pblica ver, Conaghan (1995: 9); Latin American Weekly Report 4 (febrero 2, 1995:41); y Latin American Weekly Report 11 (marzo 23, 1995: 124).

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    IV. UNA EVALUACION DEL CARACTER DEMOCRATICO O AUTORITARIO DELGOBIERNO DE FUJIMORI DURANTE SU SEGUNDO PERIODO.

    Como se mencion anteriormente, la tendencia entre los acadmicos y analistas basadosen EE.UU. inmediatamente despus de las elecciones de 1995 iba hacia la reincorporacin delPer a la clasificacin de democracia con adjetivo. Sin embargo, la tendencia no slo entre losacadmicos y analistas en el Per, sino tambin entre la ciudadana peruana, era en direccinopuesta--hacia la clasificacin del gobierno como autoritario. Mientras que los analistas enEstados Unidos basaban sus posturas en la victoria clara de Fujimori en 1995, aquellos en Perbasaban sus juicios en una gran variedad de factores.

    El Cuadro 2 muestra la cada dramtica en el nmero de peruanos que percibieron algobierno de Fujimori como democrtico entre 1990 y 1998. El cuadro revela que a pesar de queen 1990 Sendero Luminoso fijaba de manera agresiva como blancos militares a sus adversariospolticos, un nmero mayor de peruanos expres temor en emitir sus opiniones en 1998. De igualmanera, ms Limeos criticaron el proceso electoral como fraudulento en 1998 que en 1990casi el doble.35 En total, para 1998 la gran mayora de Limeos--cerca del 80 por ciento--caracterizaban a su pas como poco democrtico o no democrtico, y en varias encuestas lasmayoras catalogaban al gobierno de Fujimori no slo como autoritario sino de hecho comodictatorial.36

    Un factor importante en las crticas cada vez ms vehemente de los peruanos sobre elautoritarismo del gobierno era la sospecha creciente que la autoridad electa--Fujimori, porsupuesto--no era la autoridad real en el pas. Haba quedado claro desde el autogolpe que esepersonaje misterioso y rasputinesco llamado Vladimiro Montesinos, un capitn de la fuerzaarmada dado de baja y que funga como jefe de facto del Servicio Nacional de Inteligencia (SIN),trabajaba muy de cerca de Fujimori. En 1997 las encuestas revelaron que la mayora de peruanosconsideraban a Montesinos ms poderoso que Fujimori.37 Fujimori viajaba tanto dentro y fuera delpas que le pareca poco probable a muchos peruanos que ste pudiera administrar lasresponsabilidades cotidianas del gobierno. As mismo, entre 1992 y 1998, el gobierno de Fujimoriera un triunvirato en el que el presidente comparta el poder con Montesinos y con el jefe de lasfuerzas armadas, General Nicols Hermoza. No fue sino hasta en agosto de 1998 cuandofinalmente Fujimori orill a Hermoza a retirarse que qued claro que el presidente gozaba de talpoder.

    Probablemente el factor ms importante sin embargo, fu la decisin de Fujimori de que ldebera ser elegible para disputar su segunda reeleccin en el ao 2000. La reaccin masiva eraque, cualquiera que fuera la interpretacin correcta de la constitucin, la bsqueda por parte deFujimori de un tercer perodo violaba el espritu de la ley e ignoraba la opinin ampliamente

    35 En 1996 el porcentaje de peruanos que criticaron las elecciones como fraudulentas fue 40 por ciento, por debajo delpromedio regional; ver, PromPer (1996: 5).36 Por ejemplo, en otra encuesta no citada por el Cuadro 2 y cuya metodologa es desconocida, el 77 por ciento de losestudiantes en un muestreo de la Universidad de Lima en mayo-junio 1997 clasificaron al gobierno de Fujimori comouna ?dictadura a diferencia del 16 por ciento que lo catalogaba como una ?democracia. Dicha encuesta fue reportadaen el programa televisivo semanal Panorama (junio 15, 1997).37 Debate XIX (julio-agosto 1997: 13).

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    sostenida de que quince aos consecutivos en la presidencia era demasiado tiempo. Lasintenciones de Fujimori confirmaban las sospechas de que Fujimori no era un demcrata y que unade las motivaciones principales detrs de su autogolpe haba sido la bsqueda de su reeleccin. Deesta premisa fundamental emanan una serie de crticas acerca del terreno electoral previo a loscomicios del 2000 y de las instituciones electorales.

    La determinacin sobre si la arena electoral y sus instituciones son justas, libres yniveladas resulta ser sumamente difcil. Un gran nmero de variables es relevante. No slo sonimportantes los eventos sino tambin las percepciones. Para la mayora de peruanos en 1998, sinembargo, la percepcin era de que la arena electoral era, en efecto, muy sesgada. La poblacinno poda precisar el lmite entre un nmero aceptable de manipulaciones y lo inaceptable. PeroFujimori lo haba superado.

    La estructura constitucional del Per

    Bajo las constituciones de 1979 y 1993, un poder ejecutivo con mayora legislativa debaasumir vastos poderes. Podra argumentarse, como lo hace ODonnell, que estas constitucionesencajan en el modelo de democracias delegativas. Los poderes del presidente peruano sobretemas de polticas pblicas, inmensos bajo ambas constituciones, s parecen encajar en el modelode ODonnell. Sin embargo, en la constitucin de 1993 pueden levantarse dudas sobre el intentodeliberado de minar las instituciones democrticas que son necesarias para que haya competenciaelectoral libre, en particular los partidos polticos que tienen bases sociales fuertes. Ese intentopodra irse separando de lo que es la democracia delegativa hacia el autoritarismo.

    Una innovacin importante en la constitucin de 1993 fue la provisin que permita lareeleccin inmediata del presidente. Como se mencion arriba, fue la interpretacin del gobiernode Fujimori--que su eleccin en 1995 era la primera bajo esta constitucin, y por consiguiente steera elegible para ser reelecto en el ao 2000--lo que intensific las crticas sobre las tendenciasautoritarias del presidente. Si bien la reeleccin se est tornando cada vez ms comn enLatinoamrica, varios problemas merecen mencin. En un pas donde el poder ejecutivo debesometerse a los frenos y equilibrios(checks and balances) por parte de otras institucionespolticas, la capacidad del presidente de concentrar el poder en sus manos o de sesgar el terrenoelectoral a su favor no debe ser desmedido. No obstante, en pases como el Per de los aos 90 donde los checks and balances son escasos, la reeleccin fortalece dramticamente la mano delpresidente y le permite realizar acciones que sesgan el terreno electoral a su favor.

    Las disposiciones que facilitan el establecimiento de nuevos o pequeos partidos tiende aexacerbar el problema de la falta de colaboracin entre los lderes polticos del Per, as como lasucesin del liderazgo al interior de los partidos. Si el lder tradicional de un partido no le cede elpoder a un sucesor viable, es posible que ste se retire del partido y cree uno propio en vez detratar de obtener el apoyo de las bases y forjar nuevos consensos. Algunas de stas disposicionesson tradicionales en el Per: por ejemplo, el uso desde 1950 del sistema de representacinproporcional en lugar del sistema the first- past-the- post, y la introduccin en 1963 de la frmulaD?Hondt para la representacin proporcional sin lmites de porcentaje que un partido debeobtener para tener representacin. Como resultado de estos procedimientos electorales, un

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    partido con menos del 0.8 por ciento del voto vlido obtuvo un escao en el congreso 1995-2000. Sin embargo, ms recientemente, en varias ocasiones el nmero de firmas requeridas en laspeticiones para candidatos ha sido reducido, con el resultado de que en las elecciones municipalesde 1993 por ejemplo, 38 candidatos compitieron por la alcalda en Lima, y 77 en la relativamentepequea ciudad de Huaura.38 La innovacin ms importante en la constitucin de 1993 en estesentido, es la sustitucin del congreso bicameral--que inclua la Cmara de Diputados y el Senadoen la cual los escaos de la primera eran repartidos sobre la base del nmero de votos de losdepartamentos--por una legislatura unicameral (Distrito Unico) repartida sobre la base del total devotos de la nacin en su totalidad. Bajo este nuevo procedimiento, un partido poltico puedeganar un gran nmero de escaos como resultado de campaas publicitarias en ciudades grandes;ni la existencia de redes de grupos de base ni responsabilidad (accountability) a estas redes eranecesaria.

    La constitucin de 1993 tambin redujo las oportunidades para que surgieran autoridadesregionales para disputarle el poder a lderes nacionales. La constitucin de 1993 termin con losgobiernos regionales independientes los cuales haban sido establecidos tan slo unos aos atrshacia finales del gobierno de Alan Garca.

    La constitucin de 1993 tambin inclua nuevas disposiciones que potencialmenteconducan al establecimiento de la democracia en el Per. Entre los ms importantes se destacanla posibilidad de realizar referndum sobre numerosas leyes de importancia, y el establecimientode la oficina de la Defensora del Pueblo. En 1998 sin embargo, cuando la mayora de Cambio90/Nueva Mayora vot en contra de que la reeleccin de Fujimori poda ser sometida a unreferndum, era claro que el gobierno hara lo posible para impedir uso alguno de estasdisposiciones que amenazara la posibilidad de que Fujimori continuara en el poder.

    Los partidos polticos peruanos

    Durante los aos 90 los partidos polticos tradicionales del Per colapsaron.39 Ningunade las coaliciones polticas o partidos que conformaba mayoras en el congreso peruano durantelos 80 (APRA), Izquierda Unida o el Partido Popular Cristiano, lograron ni siquiera el cinco porciento del voto vlido en la contienda presidencial de 1995.40 Entre 1980 y 1995, la tendencia dela poblacin a alejarse de los partidos polticos tradicionales y acercarse a los candidatosindependientes era ms marcada en Per que en cualquier otro pas de la regin.41 En laeleccin municipal de 1995 la gran mayora de candidatos se autodenominaban independientes y

    38 Stokes (1996: 65-66). En otras ocasiones el nmero de firmas requeridas haba sido aumentado (o el rigor con que serevisaban las firmas haba incrementado).39 Colapsar es una caracterizacin comn de los acadmicos peruanos. Excelentes discusiones sobre el tema incluyenTanaka (1997); Grabtree (1995).40 Webb y Fernndez Baca (1997: 400). Debe notarse que algunos individuos que previamente haban representado labandera de uno de estos partidos compitieron en 1995 como candidatos de la UPP. El Partido Popular Cristiano nocompiti en la contienda presidencial y slo obtuvo el 3.1 por ciento del voto parlamentario.41 En varios ndices de volatilidad electoral, el sistema partidario peruano result siendo el ms voltil entre muchospases latinoamericanos; ver Mainwaring (1997: 21) (en un anlisis de veinticinco pases europeos y latinoamericanos)y Hartlyn (1995: 51) (en un anlisis de siete pases latinoamericanos). La volatilidad tambin era alta en Per antes de1980; ver, Coppedge(1995: 23).

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    el nmero de candidatos era tan grande que los totales electorales para todo el pas carecan desentido alguno y rara vez fueron hechas pblicas.42

    Hubo varios motivos para el colapso de los partidos polticos peruanos. En primer lugarestaba, por supuesto, los resultados catastrficos de sus polticas durante la dcada de los 80, lascuales muchos peruanos atribuan a los partidos tradicionales en el poder y a sus aliados. Noayud mucho que los lderes claves de estos partidos no estaban en Per y no podan ni querandefenderse. Alan Garca apenas alcanz a eludir a las fuerzas de seguridad durante el autogolpe ylogro establecerse en el exterior. Mario Vargas Llosa se traslad a Europa. Y despus de 1995,Prez de Cullar tambin se ausent por largos perodos en el exterior.

    Result muy importante tambin que durante los aos 90 Fujimori ridiculiz no slo a lospartidos polticos ? tradicionales sino que atac tambin al concepto bsico de un partidopoltico. Fujimori contrast a un liderazgo poltico vigoroso en nombre de la nacin, con lo que lsostena era el debate comprometido sin fin entre los miembros de los partidos polticos quienesnicamente buscaban su ventaja poltica o material. 43

    De la misma manera, Fujimori no estaba dispuesto a convertir a su propio vehculopoltico, originalmente denominado Cambio 90 y luego rebautizado Cambio 90/Nueva Mayora,en partido poltico. Los asesores principales de Fujimori no han pertenecido a su partido polticosino a los cuerpos de seguridad o de inteligencia. Fujimori no estaba dispuesto a reclutar a lderescapaces para Cambio 90/Nueva Mayora ni, de hecho, a reclutar a ningn lder. Por ejemplo, slounos cuantos candidatos se presentaron a las contiendas municipales de 1993 y 1996.

    Sin embargo, ha sido importante que el gobierno de Fujimori ha aprovechado casi todaslas oportunidades para impedir el surgimiento de nuevos lderes y de partidos de oposicin. Comose menciona en la introduccin a este captulo el gobierno ha sido caracterizado a menudo depopulista, y una propiedad clave del populismo es movilizacin de arriba hacia abajo por lderespersonalistas que evitan o subordinan formas institucionales de mediacin poltica. 44 Deimportancia particular para esta estrategia populista es la concentracin de los recursos estatalesen manos del ejecutivo. Por ejemplo, mientras en 1992 el Ministerio de la Presidencia asignaba el3 por ciento del presupuesto nacional, esa proporcin creci al 10 por ciento en 1995 y al 23 porciento en 1996.45 En 1997, el 3.6 por ciento del presupuesto del gobierno central era asignado alas municipalidades comparado con aproximadamente, 25 por ciento en Chile, 20 por ciento enBolivia, 14 por ciento en Colombia, 8 por ciento en Guatemala y 4 por ciento en Mxico.46 Deigual forma, pareca que crecientemente el ejecutivo era capaz de canalizar recursos a alcaldes y aotros lderes polticos que apoyaban al ejecutivo y de retenerlos de aquellos que no.47 El poder 42 Ver, por ejemplo Webb y Fernndez Baca (1997: 396-398) donde aparecen nicamente los resultados de Lima.43 Un anlisis slido de la evaluacin que Fujimori haca de los partidos polticos en el Per lo presenta Tanaka (1997:40- 46)44 Roberts (1995: 84).45 Webb y Fernndez Baca (1997: 928).46 The Peru Report, Vol. XII, No. 1 (junio20, 1998), Entrevista Poltica, p. 3. Ver tambin, Idele, No. 110 (agosto1998: 8). 47 Kay (1996- 1997: 74- 78); Isasi Cayo(1997: 217- 220); The Peru Report, (abril 20, 1998: 35); The Peru Report,(mayo 20, 1998: 1).

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    ejecutivo no slo buscaba realzar su propio poder sino tambin limitar el poder de la oposicin--un esfuerzo no contemplado en la democracia delegativa o en la pseudo-democracia. Laagencia tributaria SUNAT inici procesos legales por evasin de impuestos en contra de varioslderes polticos de oposicin y se le perciba no como una agencia tributaria sino como unaagencia de acoso poltico.48 Fiscales locales presentaban cargos en contra de alcaldes que parecanestar ganando presencia nacional, incluyendo por ejemplo al alcalde de Huancavlica, FedericoSalas.49

    Aunque los partidos polticos en el Per eran dbiles, la sociedad civil aparentaba no serlo.Para 1996, el 53 por ciento de un muestreo nacional indicaba que participaban en ONGs--casiexactamente el mismo porcentaje que en Latinoamrica en su totalidad.50 As como en suscontrapartes regionales los peruanos participaban muy a menudo en organizaciones vecinales,clubes de deportes y organizaciones de la iglesia, pero rara vez en sindicatos o partidos polticos.La participacin ciudadana en clubes de mujeres o de madres era mayor que el promedioregional.51 Pero en el mejor de los casos, no queda claro como las ONGs sin ninguna vinculacina los partidos polticos pueden--dadas las definiciones en este captulo--atenuar el autoritarismo ,a la inversa, promover la democratizacin.

    En el contexto peruano de partidos polticos numerosos y fragmentados que en su mayorano tienen vinculaciones significativas con organizaciones de base, resulta mucho ms difcil elreclutamiento de candidatos de oposicin viables para hacer frente a Fujimori. En otras palabras,la des-institucionalizacin implica una competencia poltica tristemente deficiente--y, sincompetencia poltica, muchos acadmicos argumentan no existe democracia.

    Los medios de comunicacin

    Por un lado, los medios de comunicacin de oposicin constituyen una fuerza vigorosa enel Per. El semanario independiente tradicional Caretas y el peridico La Repblica sonpublicados regularmente. En 1997 sectores de los medios de comunicacin televisiva en general yCesar Hildebrandt--periodista principal del canal trece--en particular, se convirtieron en las vocesms importantes a favor de la democratizacin, brindando no slo crticas regulares en contra delas acciones autoritarias del gobierno, sino tambin, un sentido de unidad entre los diversossectores de oposicin. En 1998 el programa de noticias de Hildebrandt se extendi a dos horascada noche, y se repeta cada maana por otras dos horas. Comentaba un politlogo en el Per:Csar Hildebrandt es la oposicin en el Per.52 De cualquier manera desde 1996 el nivel deconfianza de los peruanos al medio televisivo ha sido similar al de otros pases latinoamericanos.53

    Por otro lado, los medios de comunicacin de oposicin eran una fuerza vigorosa a pesar

    48 Conaghan (1995: 8); Conaghan (1998).49 Federico Salas era uno de varios alcaldes que acusaban el gobierno de Fujimori de orquestar investigaciones legales eincluso ataques fsicos en contra de ellos; Hildebrandt (junio 8, 1998).50 PromPer (1996: 24).51 Idem.52 McClintock (1998).53 PromPer (1997: 3).

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    de los esfuerzos del gobierno de intimidarlos y reprimirlos, por medio de demandas legales,investigaciones fiscales y an ataques violentos. Esto fue particularmente evidente cuando elgobierno clausur los reportajes investigativos crticos del Canal 2 (reportajes que revelaban entreotras cosas que Montesinos reciba como salario ms de 100,000 dlares al me) al revocar laciudadana peruana del accionista principal Baruch Ivcher. Una orden de arresto fue emitida encontra de Ivcher, quien ahora vive en el exilio. Hildebrandt declara constantemente que es blancode intentos de asesinato y de otros esfuerzos de intimidacin. Otros periodistas han alegado lomismo y crecientemente estos periodistas reciben el apoyo de las instituciones que representan.

    Tal y como Conaghan lo ha mencionado, a los medios de comunicacin peruana tambinse les niegan grandes cantidades de informacin por parte del gobierno. 54 Este es un temaimportante que no recibe la atencin debida.

    Instituciones electorales

    Mientras ODonnell visualiza la celebracin de elecciones limpias a pesar del poder que elejecutivo ejerce sobre la legislatura y el poder judicial, en muchos pases latinoamericanos elpoder judicial en particular juega un papel importante en el establecimiento de institucioneselectorales, y existe duda que bajo el dominio del gobierno de Fujimori estas instituciones puedanfuncionar de manera justa.

    El autogolpe le permiti a Fujimori purgar a muchos jueces corruptos. Especialmente ajueces Apristas que haban sido nombrados bajo el gobierno de Garca. Pero la mayora de losnuevos nombramientos judiciales eran provisionales en lugar de permanentes.

    En otras palabras, los nombramientos de estos jueces eran sujetos a renovacin, y larenovacin era sujeta a la aprobacin del triunvirato gobernante. Hasta junio de 1998aproximadamente el 40 por ciento de los jueces incluyendo los de la Corte Suprema de Justiciaeran provisionales.55 Cuando el gobierno de Fujimori perciba la amenaza de una decisin judicial--lo cual desde 1997 ha significado principalmente una decisin en contra de la elegibilidad deFujimori para competir en las elecciones del ao 2000--el gobierno ha tomado posturas hostiles. En particular, cuando en 1997 el Tribunal Constitucional (la institucin judicial que determina laconstitucionalidad de las leyes) no fall a favor de la interpretacin hecha por Cambio 90/NuevaMayora de la constitucin de 1993 en la que le permitira a Fujimori buscar la reeleccin, elgobierno mutil al Tribunal. Adems, en el preludio y las secuelas de la decisin no favorable deltribunal, el presidente del tribunal fue objeto de un ataque sospechoso. Una de las juecesopositoras y su esposo fueron adems objeto de una investigacin fiscal.56 El gobierno deFujimori tambin busc que los miembros de las instituciones electorales--muchos de los cualeseran electos principalmente por las instituciones judiciales-- fueran lo ms adepto posibles aCambio 90/Nueva Mayora.57 Mientras que en la constitucin de 1979 el Jurado Nacional de

    54 Conaghan (1998: 6-7).55 Entrevista con Sergio Salas, Juez de la Corte Superior de Lima y con un representante del Jurado Nacional deElecciones, junio 16 1998. Ver tambin data en Idele, No. 106 (abril 1998: 11).56 Conaghan (1998: 6- 7).57 The Peru Report (marzo 19 1998: 3). Idele, No. 106 (abril 1998: 8-11).

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    Elecciones era la nica institucin responsable que velara por el proceso electoral, bajo laconstitucin de 1993 tres instituciones compartan la responsabilidad: el Jurado Nacional deElecciones (JNE), la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), y el Registro Nacional deIdentificacin y Estado Civil (RENIEC). De los cinco miembros de la JNE, uno es nombrado porla Corte Suprema, uno por la Junta de Fiscales Supremos, uno por el Colegio de Abogados, unopor los decanos de las facultades de derecho de universidades pblicas y uno por las facultades dederecho de universidades privadas. Los jefes del ONPE y el RENIEC fueron seleccionados por elConsejo Nacional de Magistratura, una institucin que nombra jueces y fiscales seleccionados a suvez por un grupo de instituciones similares a las que eligen a la JNE. El gobierno buscabaasegurarse que los nombramientos le resultaran favorables mediante diversas modalidades, comopor ejemplo, potenciando a los jueces provisionales para poder votar y establecer nuevasfacultades de derecho en distintas partes del pas en donde los decanos y los docentes pudieran serinfluenciados, as como tambin con decretos parlamentarios que le diera al ejecutivo ms poderen estas decisiones.58

    V. ELECCIONES EN VARIOS REGIMENES AUTORITARIOS DEL SIGLO XX

    Tal vez contrario a las percepciones americanas actuales, han habido muchas eleccioneslatinoamericanas que no han culminado en la clasificacin del rgimen subsecuente comodemocrtico. Para un nmero considerable de pases latinoamericanos, se hizo lo suficientementeclaro, por lo menos en retrospectiva que la oposicin no tena ninguna oportunidad de ganar laeleccin y que el gobierno deba considerarse autoritario. En efecto, cuando se han celebradoelecciones pero no ha competido ningn partido de oposicin, rara vez el gobierno titular haalcanzado tan siquiera mencin de no autoritario. Cuando se celebran elecciones y participanalgunos grupos de oposicin, la contienda a menudo realza la imagen del gobierno titular por untiempo, por lo menos entre oficiales del gobierno de EE.UU., pero no para el registro histrico delos analistas. A la hora de la eleccin, sin embargo, el hecho de que ocurren plantea importantesdilemas para los partidos de oposicin.

    Para regmenes militares en donde las elecciones no son disputadas por partidos deoposicin, no ha quedado mucha duda en cuanto a la aplicabilidad de la clasificacin deautoritaria. Un ejemplo de esto en el Per fue el general Manuel Odra (1948-1956), quienbuscaba una imagen de demcrata y celebr elecciones en 1950. Aparentemente sin embargo, elno esperaba que surgiera una oposicin significativa. Cuando la candidatura del general ErnestoMontagne fue presentada por una coalicin poltica llamada la Liga Nacional Democrtica, Odraanim al Jurado Nacional de Elecciones a invalidar la candidatura de Montagne, lo cual logr. Lasacciones de Odra produjo una protesta en Arequipa la cual fue sofocada y Montagne fuedeportado. La nica oposicin a Odra en la ? eleccin fue de parte del pequeo PartidoSocialista que finalmente logr algunos escaos en el congreso. No debe sorprendernos que esta? eleccin no le otorg a Odra la imagen democrtica que buscaba.59

    An entre regmenes civiles que celebran elecciones, la consideracin de una etiqueta no 58 Conaghan (1995: 7-8); y Conaghan (1998).59 Para una perspectiva periodstica, ver New York Times (abril 16, 1955: 18) ; y New York Times (abril 14, 1955:12). Para una perspectiva acadmica, ver Tamariz: 1995: 300-301); Werlich (1978: 250); y Collier (1976: 11).

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    autoritaria es poco probable si los partidos de oposicin no participan. De nuevo, Per ofrece unejemplo: el gobierno de Augusto Legua (1919-1930). En 1919, Legua enfrentaba variosobstculos para su gobierno y realiz lo que ahora podra denominarse el primer autogolpe delPer. Legua enmend la constitucin para poder ser reelecto en 1924 y de nuevo en 1929. Secelebraron elecciones pero no particip ningn partido poltico. Peridicamente Legua detenaperiodistas y reprima a los sindicatos y a militantes del movimiento estudiantil. Afortunadamentepara Legua el crecimiento econmico global era sostenido. Prstamos de bancos americanos ygrandes inversiones americanas facilitaban la construccin de ambiciosas obras pblicas y laimplementacin de varias reformas socioeconmicas. Sin embargo, sin oposicin alguna lacelebracin de elecciones no lograba atenuar la imagen del gobierno de autoritario.60

    No obstante, cuando compiten grupos opositores significativos la aplicabilidad de unaclasificacin no autoritaria se convierte en un verdadero dilema an para regmenes militares queen retrospectiva fueron descaradamente autoritarios, la celebracin de elecciones en las cualesparticipan grupos de oposicin aparentemente realzan la imagen del rgimen por un perodo detiempo. Ejemplos de esto incluyen Nicaragua bajo la dinasta Somoza y Paraguay bajo Stroessner(quien tomara posesin en 1954, y permitiera alguna competencia electoral entre 1962 y 1989).61

    En Nicaragua la decisin en torno a la participacin electoral dividi al partido deoposicin, el partido conservador, desde un comienzo de la campaa electoral de 1936. ComentaKnut Walter: siempre haba conservadores dispuestos a jugar poltica con los liberalesSomocistas.62 En particular entre 1945 y 1948 el gobierno americano ejerci presin sobreAnastasio Somoza para que permitiera elecciones verdaderamente democrticas. En el marco deserios disturbios polticos luego de elecciones fraudulentas, la firma de un acuerdo poltico entreliberales y una fraccin de los conservadores fue crucial para la continuacin de la hegemonaSomocista.63

    En Paraguay, el partido principal de oposicin, el partido liberal se dividi en dosfacciones sobre el tema en 1963, y hubo varias divisiones en otros partidos. Los grupos queparticiparon en el esquema de Stroessner justificaron su decisin basndose principalmente en quesus criticas del rgimen, aunque fueran apagadas, iba a promover la democratizacin en el largoplazo. Mientras que los grupos que se abstenan acusaban a los que participaban de haber optadopor la vida fcil de un partido tolerante mientras que ellos continuaban enfrentando valientementelas realidades del rgimen y su represin.64 Aunque las elecciones en Paraguay no persuadieron alos periodistas de que el pas era democrtico, si lograron realzar el apoyo internacional para elrgimen, particularmente apoyo americano.65 En efecto, Stroessner aparentemente busc la

    60 Tamariz (1995: 175 - 183 ); Werlich (19978: 155- 156).61 Otros ejemplos incluyen Brasil entre 1964 y 1985 y El Salvador entre 1932 y 1980.62 Walter (1993: 98).63 Walter (1993: 144- 175).64 Lewis (1980: 182- 185); ver tambin Miranda (1990: 76- 100).65 Para las perspectivas periodsticas, ver New York Times (enero 5, 1963: 4); New York Times (febrero 18, 1963: 8);New York Times (agosto 16, 1993: 7); New York Times (febrero 5, 1983: 2); y New York Times (agosto 15, 1983:19). Sobre el xito de la estrategia de Stroessner en lograr apoyo internacional--o por lo menos reducir la oposicin--verLambert (1997: 13) y McDonald and Ruhl (1989: 71).

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    participacin de un grupo opositor en 1963 como resultado de una preocupacin americana sobrela democracia expresada por el presidente Kennedy en la Alianza para el Progreso.66

    Tal vez los casos ms similares a Per bajo Fujimori sin embargo, son los pases cuyosgobiernos son liderados por civiles, donde se celebran elecciones y donde participan gruposopositores, y donde la etiqueta apropiada del rgimen fuera intensamente controversial, tendiendohacia una mayor aplicabilidad de la clasificacin autoritaria a medida que pasaba el tiempo. Losejemplos ms importantes son Mxico bajo la hegemona del PRI y Repblica Dominicana bajoBalaguer (entre 1966 y 1978).

    Hasta hace poco, Mxico bajo el PRI era ampliamente tildado por los acadmicos comoun rgimen autoritario. 67 En los crculos gubernamentales americanos sin embargo, el rgimenMexicano fue considerado por muchos aos como sui generis; pero a medida que surgiera eldebate sobre NAFTA, el rgimen fue incluido dentro del grupo democrtico por los gobiernos deBush y Clinton. Durante la mayor parte del perodo de la hegemona del PRI (aproximadamentedesde 1934 hasta 1994), haba una oposicin poltica legal que funcionaba y participaba en lamayora de las contiendas electorales: el PAN (Partido Accin Nacional). Aunque el partidousualmente optaba por competir en las elecciones, la decisin era a su vez bastante divisoria.68 Hasta que punto la participacin del PAN cre lo que Kenneth F. Johnson llama ? el dilemacentral del PAN: mediante la aceptacin de un rol participativo como la oposicin principal delPRI se contribuye a la fachada de democracia la cual el PRI desea perpetuar.69

    En la Repblica Dominicana, el gobierno de Joaqun Balaguer (1966-1978) es consideradocasi universalmente por acadmicos recientes como autoritario.70 Entre 1966 y 1970, hubieroncerca de 650 muertes o desapariciones polticas. Balaguer concentr el poder poltico en elejecutivo y utiliz recursos estatales para fines partidarios.71 Su estrategia hacia la oposicin fuecriticada por ser corruptora hacia arriba y represora hacia abajo.72 Sin embargo, Balaguer era unlder civil, se celebraban elecciones, y la constitucin no haba pasado al olvido. As mismo, sugobierno no era tildado de autoritario, ni por el gobierno de EE.UU. ni por los medios decomunicacin americanos.73 Para el partido de oposicin principal, el PRD (PartidoRevolucionario Dominicano), el rgimen de Balaguer provoc serias confusiones y divisiones.Durante muchos aos, el partido fue liderado por Juan Bosch, quien era considerado por losEE.UU. como un izquierdista peligroso. Bosch haba dejado la Repblica Dominicana en 1966 yretornado apenas antes de las elecciones de 1970. El partido se abstuvo de participar en laselecciones, pero no hizo una buena labor explicando su decisin a la comunidad internacional.Para las elecciones de 1974, una mayora de lderes del PRD queran participar lo que condujo yBosch a romper con el partido. Durante varios meses, varios lderes del PRD forjaron alianzas e 66 Lewis (1980: 182).67 Purcell (1973) y Middlebrook (1995), entre muchos otros.68 Johnson (1978: 140- 149).69 Johnson (1978: 145).70 Ver por ejemplo, Hartlyn (1998).71 Hartlyn (1998: 110).72 Hartlyn (1998: 115).73 Hartlyn (1998: 100); New York Times (febrero 26, 1970: 7); New York Times (abril 2, 1970: 12); New York Times(abril 19, 1970: 38); New York Times (abril 14, 1974: 13); New York Times (abril 17 1974: 7).

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    hicieron campaa, pero se retiraron dos das antes de la eleccin alegando temores de unenfrentamiento sangriento. Una vez ms, plagados tanto por la imagen de ser un partido deizquierda, como por sus propios conflictos sobre el dilema de la participacin, el PRD fue incapazde persuadir a los Estados Unidos de que abstenerse a participar era la decisin sensible.74

    Deben los partidos de oposicin participar en procesos electorales en los cuales existe unagran posibilidad de que sean manipulados por los gobiernos titulares? Las ventajas de participarson varias: 1) la posibilidad de que a pesar de los mejores esfuerzos del rgimen autoritario, steno pueda imponerse sobre el electorado en un proceso que es descaradamente fraudulento y seadenunciado tanto adentro como afuera del pas; 2) la oportunidad realzada de tener una vozpoltica, una presencia y aprendizaje--an si las elecciones son fraudulentas y/o si la oposicinpierde de manera desmedida; y 3) especialmente en casos donde hay elecciones parlamentarias y/oregionales celebrndose simultneamente, las oportunidades de que polticos puedan asegurar uncargo pblico cualquiera que sea el resultado presidencial.

    Tambin es importante que frecuentemente, los lderes y partidos de oposicin no puedenunificar sus posturas. Si unos grupos polticos participan pero otros no, el peor de los casos es elms probable: que a la oposicin le vaya mal mientras el rgimen termina no siendo claramenterepudiado. Este escenarios es el que ocurri en Per para la eleccin del Congreso ConstituyenteDemocrtico (CCD) (ver seccin III).

    De igual manera, la oposicin sabe que ningn rgimen es permanente. Los regmenesautoritarios pasan a ser ms democrticos por varias razones. Entre las ms importantes estn: 1)demandas populares para la transicin; 2) el desgaste del liderazgo y las nuevas demandasdemocrticas de entre los lderes; y 3) presin internacional. La posibilidad--pero no la certeza--deotra transicin democrtica presenta serios dilemas para la oposicin poltica, especialmentedurante perodos electorales.

    Sin embargo, tambin hay desventajas para la oposicin en cuanto a la decisin deboicotear la eleccin. Una de ellas es la seal inequvoca que se enva, particularmente a lacomunidad internacional de que las posibilidades son escasas de que la votacin sea libre y justa yque el rgimen es verdaderamente autoritario. Es interesante recordar que los EE.UU. anim a lospartidos de oposicin a boicotear las elecciones en Nicaragua en 1984, presumiblemente para quelas elecciones fueran criticadas.

    La segunda es para que la oposicin no sea percibida que est jugndole el juego alrgimen autoritario slo para su propio beneficio--que no sea percibido en el largo plazo comocooptada. La decisin de un partido de oposicin de competir puede ser juzgada, tanto por losdisidentes como por otros, como un indicador de su disposicin de negociar su integridad porunos cuantos escaos en el congreso.75

    74 Hartlyn (1998: 117).75 Para comentario sobre la oposicin en Paraguay; ver Lewis (1980: 185).

  • 22

    VI. FACTORES INTERNACIONALES Y LA OPOSICION POLITICA EN EL PERU

    Desde los aos 80, la democratizacin ha sido un tema de inters para Estados Unidos enLatinoamrica. Sin embargo, la democratizacin no parece haber llegado al pice de la agendaamericana para la regin en general, y para Per en particular. Los temas econmicos y, enalgunos pases, el esfuerzo anti-drogas parecen ser ms importantes. Como un indicador de lasprioridades americanas, cabe notar que la ayuda americana para Per fue escasa durante elgobierno de Garca--que tena diferencias con EE.UU. en temas econmicos y que era unademocracia electoral; pero relativamente generosa hacia el gobierno de Fujimori--el cual haadoptado polticas econmicas y anti-narcticos convergentes con las preferencias americanas apesar de tener credenciales democrticas dudosas.76

    Como se indic en las primeras dos secciones de este captulo, las instituciones demonitoreo electoral establecidas por la comunidad internacional estuvieron silenciosas sobre lasdeficiencias en el referndum de 1993 y las elecciones entre 1992 y 1995. No es claro si su bajoperfil fue el resultado de la astucia de Fujimori y de la dificultad en detectar problemas, o dereticencia a criticar. Lo que s es claro, es que estas instituciones no han sido tan crticas como losperuanos sobre los problemas electorales recientes.

    A medida que se aproximan las elecciones del ao 2000 y se intensifica la polarizacin entorno al tema de la reeleccin de Fujimori, pondr la administracin Clinton los temas dedemocracia a un nivel ms alto en la agenda bilateral? Posiblemente. Por un lado, el Departamentode Estado est obviamente al tanto de las tendencias autoritarias de Fujimori. El embajadoramericano en el Per (1996-1999) Dennis Jett ha criticado frecuentemente las medidasautoritarias de Fujimori, en particular aquellas en contra del poder judicial que afectan laposibilidad de que haya elecciones libres y justas y la reciente decisin en contra el referndum.Por otro lado, la comunidad financiera internacional, la agencia anti-narcticos (DEA) yprobablemente la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estn satisfechos con el desempeo delgobierno de Fujimori en sus respectivas reas de inters. Los lideres de estas agencias prefierenno obstruir a Fujimori., particularmente cuando no ven el surgimiento de un lder de oposicinperuana que avance las iniciativas de poltica preferidas por los EE.UU.

    Adems, la administracin Clinton tiene poco que ganar al anunciar que Per se hadeslizado del grupo democrtico. Es ms fcil para la administracin hablar de pasos haciaadelante y pasos hacia atrs. No hay motivo porque esperar que la administracin Clintonjuzgue al gobierno de Fujimori como autoritario a no ser que los peruanos--la ciudadana ypartidos polticos--enven un mensaje claro que ellos consideran que su gobierno es autoritario yque duden en cuanto a lo libre y justas que sern las elecciones del 2000 y decidan no participar. Se necesita que la comunidad internacional y la oposicin poltica peruana adopten mediadas enconcierto para poder lograr mayor efectividad. Esto sin embargo, parece poco probable.

    76 El Departamento de Estado adopt una medida dura en contra del autogolpe pero ese no fue el caso para el FondoMonetario Internacional o el Banco Mundial, ver Stokes (1996: 65). As mismo, no es claro que las otras agenciasestadounidenses compartan la postura del Departamento de Estado.

  • 23

    VII. CONCLUSION

    El argumento de este captulo es que los acadmicos deben reevaluar nuestra tendencia dejuzgar un rgimen que permite la participacin de partidos de oposicin en una democracia conadjetivos y considere revivir la etiqueta de autoritario para aquellos pases en donde laselecciones no son lo suficientes libres o justas y/o el terreno electoral no sea suficientementenivelado.

    El problema que confrontan los acadmicos por supuesto es el establecimiento de lmitespara el grupo de condiciones relevantes para la determinacin de si las elecciones sonsuficientemente libre y justas, o si el terreno electoral es lo suficientemente nivelado. En estecaptulo, se enfatiza la dificultad en establecer los lmites para estos criterios. Hasta cierto punto,la evaluacin descansar en una valoracin subjetiva de la voluntad del presidente de aplacar una victoria de la oposicin cueste lo que cueste. Histricamente, la comunidad internacional se haaprovechado de las dificultades en las valorizaciones subjetivas para juzgar como limpia la victoriadel partido que prefiere y fraudulenta la victoria del partido que no prefiere. En mi opinin sinembargo, la clasificacin apropiada para el Per (1995-al presente) es de autoritaria y no unademocracia delegativa, una pseudo-democracia o una democracia con cualquier otro objetivo. Uncriterio fundamental para mi estimacin es la evaluacin de los propios peruanos de que el terrenoelectoral para las elecciones presidenciales del ao 2000 es sesgado y que muy probablemente laselecciones sern fraudulentas. Los peruanos basan sus evaluaciones en sus percepciones de lavoluntad poltica del presidente Fujimori y no en cualquier precedente especfico. Es importantemencionar en este sentido que no ha habido un lder latinoamericano que haya sido responsablepor la ruptura democrtica de un pas que se convierta luego en el presidente de un primergobierno en su prxima ola democrtica.

    Generalmente la oposicin peruana comparte la visin de que el gobierno de Fujimori esautoritario y que tratar de sesgar las elecciones del ao 2000 tanto como sea necesario para queCambio 90/Nueva Mayora gane. Sin embargo, por lo menos hasta ahora la oposicin no haadoptado la postura de boicotear la eleccin. Esto es entendible en el contexto peruano que sibien es autoritario, es tambin voltil y donde quedan muchos cuestionamientos (incluyendo lamisma candidatura de Fujimori para el 2000)--y tambin donde elecciones parlamentarias secelebran simultneamente.77 La historia reciente sugiere, sin embargo, que es poco probable que lacomunidad internacional juzgue la contienda del 2000 como fraudulenta y a un Fujimori post-2000 como antidemocrtico a no ser que los mismos partidos de oposicin peruanos claramenteindiquen su opinin respecto al terreno electoral mediante su decisin de no participar.

    Es posible por muchas razones que Fujimori sea reelecto en el ao 2000, pero si lasevaluaciones de los peruanos en cuanto al terreno electoral y a las instituciones electoralesperduran, un gobierno Fujimori post-2000 no sera considerado democrtico o legitimo por lamayora de la ciudadana. Este es un escenario potencialmente explosivo.

    77 Es posible que una de las razones por las cuales Fujimori no ha declarado su candidatura es para incrementar laincertidumbre que confronta a sus adversarios polticos a medida que se preparan para las elecciones del 2000.

  • Cuadro 1

    LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS DE 1995 EN CONTEXTO COMPARATIVO

    VOTOS NULOS, 1990-1995(porcentajes)

    19901

    (Presidenciales)1990(Diputados)2

    1992(CCD)

    1993(Referndum)

    1995(Presidenciales)

    1995(Congreso)

    VotosNulos3 7.2 13.5 19.7 6.3 8.7 40.8

    NUMERO DE VOTOS EN LA CONTIENDA LEGISLATIVA Y PRESIDENCIAL, 1995

    Los votos desaparecidos1. Total de votos emitidos en la contienda presidencial 9,069,6442. Total de votos emitidos en la contienda legislativa 8,233,680

    Votos a favor de Cambio 90/Nueva Mayora y votos no vlidos1. Total de votos emitidos para Cambio 90/Nueva Mayora en la contienda presidencial 4,798,6802. Total de votos emitidos para Cambio 90/Nueva Mayora en la contienda legislativa 2,277,4233. Total de votos no vlidos en la contienda legislativa (votos nulos y en blanco) 5,956,257

    Fuentes: Tuesta Soldevilla (1994) para los resultados pre-1995; y Webb y Fernndez Baca (1996: 399-400) para los resultados de 1995.

    1 Primera vuelta. El nmero de votos no vlidos y la tasa de abstencionismo fueron ligeramente menor en la segunda vuelta.2 Tanto el nmero de votos no vlidos como la tasa de absentismo fueron mayores para diputados que para senadores.3 Como porcentaje del total de votos emitidos.

  • Cuadro 2

    EVALUACION CIUDADANA DE LA DEMOCRACIA EN EL PERU(porcentajes)

    Lima,1990(N=400)

    Lima,1998(N=519)

    Huancayo,1998(N=25)

    1. Existe temor en las expresiones de opinin. 1 62 77 76

    2. Las elecciones en el Per son fraudulentas. 2 32 64 72

    3. La intervencin militar en la poltica peruana esexcesiva.3

    N/A 50 64

    4. Hoy en da Per es poco democrtico no lo espara nada.4

    59 80 84

    5. El gobierno del Presidente Alberto Fujimori esdictatorial (en lugar de democrtico). 5

    N/A 72 N/A

    Fuentes: Datum (1990); Apoyo (1998); para Huancayo, encuesta informal entre sujetos predominantementede clase media, Osores (1998).

    1 Pregunta: Existe temor en el Per en las expresiones de opinin, libertad?2 Pregunta en 1990: Durante los ltimos diez aos mas o menos, han habido varias elecciones en el Per.En trminos generales, cree usted que esas elecciones han sido fraudulentas y/o inaccesibles para todos?O, han sido estas justas, libres y accesibles para todos? La pregunta para 1998 omite la dimensin deaccesibilidad pero se incluye en el estudio de Latinobarmetro (N=1054 urbano de todo el pas, no sloLima). En Huancayo, la pregunta se refera a las expectativas para los comicios del ao 2000.3 Pregunta: Cree usted que la intervencin de los militares en la poltica peruana es excesiva, suficiente, omnima?4 Pregunta: Que tan democrtico cree usted que es Per ahora? Mucho, considerablemente, slo unpoquito, para nada?5 Pregunta hecha en distintas ciudades por la Empresa internacional Peruana de Investigacin deMercado, citada en La Repblica, septiembre 6, 1998, p. 3.

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