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Perspectiva de la administración de dos instituciones de educación superior de Puerto Rico sobre la tecnología educativa
y su implantación
Lina M. Espinosa Gómez Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras
Tecnología, Técnica, Sociedad y Educación (EDUC 8079) Dr. Joseph Carroll Miranda y Dr. Luis De Jesús Berríos
11 de diciembre de 2015
Resumen Actualmente, el concepto de tecnología educativa forma parte del currículo en muchas instituciones alrededor del mundo. No obstante, al preguntar su significado dentro del ambiente educativo, las respuestas varían y cada individuo tiene su propia perspectiva sobre la tecnología educativa y cómo emplearla. Con el fin de integrar este concepto de manera eficiente en el proceso de enseñanza-aprendizaje es importante que la comunidad académica de cada sistema educativo comparta ideas similares sobre el mismo y las técnicas de implementación. Los administradores educativos son personas clave en la implantación de procesos, políticas y proyectos ya que son los encargados de planificar, tomar decisiones, trazar las metas esperadas y administrar los recursos económicos para llevar a cabo cualquier tarea. El propósito de este trabajo es explorar cómo los administradores de dos instituciones de educación superior de Puerto Rico definen el concepto de tecnología educativa y cómo entienden que debe ser el proceso de implantación de los proyectos educativos que la integren. Palabras clave: Tecnología educativa;; definición;; implantación e integración;; roles de la comunidad académica;; administradores;; instituciones de educación superior;; Puerto Rico.
Abstract Currently, the concept of educational technology is part of the curriculum in many institutions around the world. However, its meaning varies within the educational field, as each individual has his own perspective on educational technology, and how to use it. In order to integrate this concept efficiently in the teaching and learning process, it is important for the academic community of each school system to share similar views on its implementation techniques. Educational administrators are key people in the implementation of processes, policies and projects, as they are responsible for planning, making decisions, setting goals, and managing the financial resources. The purpose of this paper is to explore how administrators at two institutions of higher education in Puerto Rico define the concept of educational technology, and how they believe should be implemented in the educational projects that incorporate it. Keywords: Educational technology;; definition;; implementation and integration;; roles of the academic community;; administrators;; higher education institutions;; Puerto Rico.
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Introducción Actualmente, el concepto de tecnología educativa forma parte del currículo en muchas
instituciones alrededor del mundo. No obstante, la tecnología educativa, más que un concepto,
es un campo que, gracias a los avances científicos, ha evolucionado considerablemente en las
últimas décadas y lo continúa haciendo. Según Cabero (2004), a lo largo de su historia, la
tecnología educativa se ha presentado como una disciplina integradora, viva, polisémica,
contradictoria y significativa. Estas virtudes del campo hacen que cada miembro dentro de una
comunidad académica defina e integre la tecnología educativa de manera diferente en los
procesos de enseñanza-aprendizaje, sin tener unos criterios específicos que garanticen su
calidad. Con el fin de que cada sistema educativo integre y contextualice la tecnología educativa
de manera apropiada, en los diversos niveles y situaciones socioculturales, es importante que
sus miembros compartan ideas similares sobre su significado y conozcan los procedimientos y
modelos de implementación y aplicación.
La integración de la tecnología educativa facilita el proceso de enseñanza-aprendizaje del
estudiante. Cabero (2007) indica que en todo momento este proceso debe revisarse y adaptarse
a los contextos concretos en los que quiera aplicarse, de forma que sirva para “resolver”, o por
lo menos replantear los problemas allí surgidos. Por este motivo, los responsables del proceso,
desde los administradores, la facultad y demás personal de apoyo deben asegurarse de atender
y/o remediar las necesidades formativas de los estudiantes con el fin de que se conviertan en
agentes productivos en la sociedad. La calidad de la integración de la tecnología educativa no
es una cuestión individual, sino de equipo, de responsabilidades distribuidas y compartidas, es
una cuestión de comunidad.
Según Quintanilla (1998), las modalidades de desarrollo tecnológico están estrechamente
relacionadas con las configuraciones culturales de las diversas sociedades y hay una cierta
coherencia entre las tecnologías que una sociedad es capaz de crear o asimilar y el resto de los
rasgos culturales que la caracterizan. La educación es un sistema social y la tecnología educativa
es parte fundamental de este sistema. Dentro de éste, los administradores educativos son
personas clave en la implantación de procesos, políticas y proyectos ya que son los encargados
de planificar, tomar decisiones, trazar las metas esperadas y administrar los recursos
económicos para llevar a cabo cualquier tarea. Con el fin de que los procesos de integración de
la tecnología educativa sean efectivos, es importante que los líderes educativos definan el
concepto de tecnología educativa, realicen un análisis crítico sobre su integración, determinen
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los objetivos, definan políticas para su uso y los roles específicos de cada integrante, para luego
divulgarlos a la comunidad académica y que todos compartan la misma visión. Tal y como se
mencionó anteriormente, la tecnología educativa es una disciplina inclusiva, puede haber
diversidad de modelos de práctica, pero si todos comparten una visión, los procesos de
enseñanza-aprendizaje serán más efectivos, supliendo las necesidades de los estudiantes y de
la sociedad.
El propósito de este trabajo es explorar cómo los administradores de dos instituciones de
educación superior de Puerto Rico definen el concepto de tecnología educativa y cómo entienden
que debe ser el proceso de implantación de proyectos institucionales que la integren.
Antes de exponer las perspectivas de los administradores, se ofrecerá un marco histórico sobre
el origen del campo de la tecnología educativa y sus movimientos. Además, se presentarán los
principales enfoques teóricos y las definiciones más significativas que han surgido a lo largo de
su historia y que han marcado su evolución. Por otro lado, se presentarán algunas posturas
emergentes sobre la integración de la tecnología educativa en los procesos de enseñanza-
aprendizaje. Por último, se analizará el Modelo tecnológico de la educación, propuesto por
Quintanilla (2005), ya que presenta fundamentos importantes en la gestión de la tecnología
educativa, desde un punto de vista sistémico.
Luego de esto, se expondrán los puntos de vista de los administradores de dos instituciones de
educación superior de Puerto Rico sobre la tecnología educativa y los procesos de
implementación. La información ha sido recopilada mediante una serie de entrevistas realizadas
a los líderes educativos de cada institución. Es importante resaltar que estos pertenecen a la alta
dirección (encargados de establecer los objetivos institucionales) y a la dirección funcional
(encargados de manejar las áreas especializadas). Las instituciones seleccionadas son
significativas ya que cada una representa un escenario diferente dentro del contexto de las
instituciones de educación superior, cada una con experiencias diferentes en la integración y
aplicación de la tecnología educativa. En la sección de metodología se detallarán las
características de cada institución y los participantes.
Se espera que los hallazgos de esta investigación permitan:
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Exponer los significados del concepto de tecnología educativa, maneras efectivas de
integrarla, así como los roles de las personas implicadas en su implantación, desde la
perspectiva administrativa de dos instituciones locales.
Comparar las nociones de los administradores con las definiciones, fundamentos,
modelos expuestos en la literatura.
Enfatizar la importancia de conocer el trasfondo histórico y conceptualizar el concepto de
tecnología educativa con el fin de delinear procesos administrativos para integrarla de
manera efectiva y eficaz.
Origen de la tecnología educativa y definiciones más significativas Según Cabero (2007), hasta donde conocemos, siempre ha existido la tecnología educativa, es
decir, la aplicación del conocimiento científico y la creación de diseños para resolver los
problemas de unos contextos específicos de enseñanza, así como la preocupación por la
incorporación de diferentes medios y recursos a las situaciones pedagógicas. No obstante, no
es hasta principios del siglo XX cuando se define como campo de estudio y disciplina profesional.
Bruner (1974) indica que entre los años 1918 y 1924 surge un movimiento importante en la
educación conocido como instrucción visual. En este período de seis años, ocurren una serie de
eventos que marcan el inicio de la tecnología educativa como campo de estudio: se ofrecen los
primeros cursos acreditados, se fundan las primeras organizaciones profesionales, aparecen las
primeras revistas académicas y se reportan las primeras investigaciones.
A continuación, se describirán los aspectos más significativos de los movimientos instruccionales
que marcaron la evolución del campo de la tecnología educativa:
I. Movimiento de instrucción visual (c. 1908 – 1942) Según Reiser (2001a), este movimiento se caracterizó por el uso de materiales visuales
como recursos instruccionales. Estos medios físicos se empleaban en el proceso de
enseñanza con el fin de enriquecer la experiencia visual, mediante el uso de diferentes
equipos y aditamentos (proyectores, láminas, mapas, carteles, prototipos, entre otros
recursos visuales). Este movimiento es importante ya que la realidad del ser humano se
estructura a partir de imágenes, y la enseñanza a través de éstas permite ofrecerle al
aprendiz una representación física de los conceptos aprendidos.
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II. Movimiento de instrucción audiovisual (c. 1935 – 1965) Reiser (2001a) indica que durante la evolución de los medios visuales, surge el
movimiento de instrucción a través de audio. Uno de los medios más llamativos fue la
radio. Más adelante, con el fin de continuar clarificando contenidos abstractos mediante
experiencias concretas, se combinan la imagen y el audio y surge el movimiento de
instrucción audiovisual. Este movimiento de instrucción se expande después de la
Segunda Guerra Mundial, debido a su efectividad tanto los adiestramientos militares, así
como en la preparación de los ciudadanos para trabajar en la industria. El interés por los
medios de instrucción audiovisual crece a partir de los años 50 con el auge de la
televisión.
III. Sistemas de diseño instruccional I (1963 – 1994) Con el auge de los medios de instrucción audiovisual, los profesionales del campo
comenzaron a enfocarse en las teorías de comunicación, recalcando la importancia del
proceso de la instrucción. En ese momento se comenzó a ver la tecnología educativa no
solo como el medio para facilitar la instrucción, sino como un proceso sistémico. En éste
los medios y los recursos técnicos se integran con el fin de diseñar, desarrollar, evaluar
ambientes de aprendizaje y enseñanza completos y efectivos. En este período se
comenzó a dar énfasis a los procesos de aprendizaje y se integraron las teorías de
aprendizaje con un enfoque conductista, en 1960, y más adelante, en 1980, con un
enfoque cognitivo, de un modelo mecanicista a uno que contemplaba al sujeto y cómo
éste aprende (Cabero, 2007). En ese momento, los expertos del campo educativo
comenzaron a generar diversos modelos de diseño instruccional, correspondientes a las
teorías en boga y las necesidades particulares de la sociedad. En estos modelos se
resaltaba la importancia del proceso de instrucción, empleando las herramientas
tecnológicas (Computer Assisted Instruction, máquinas de enseñanza, aprendizaje
programado, entre otros), pero siempre teniendo en cuentas los objetivos de aprendizaje
establecidos.
IV. Sistemas de diseño instruccional II (1990 – a la actualidad) A partir de 1990, se integró la teoría de aprendizaje constructivista. En ésta el enfoque
es el estudiante, como en el modelo cognitivo, no obstante se le considera como un
participante activo en la construcción y autoanálisis de su realidad y de su propio
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conocimiento (Cabero, 2007). En este período la evolución y empleo de las herramientas
tecnológicas, en particular las tecnologías de la información y la comunicación (TIC),
juegan un papel fundamental ya que permiten optimizar el proceso del diseño de la
instrucción y crear entornos de aprendizaje flexibles para que el estudiante interaccione
con la información y construya su propio aprendizaje. Con este fin, en la actualidad, se
siguen mejorando los modelos de diseño instruccional y se están desarrollando nuevas
teorías de aprendizaje que buscan un necesario cambio de paradigmas (conectivismo).
Czenierwicz (2008) afirma que, a pesar de que la tecnología educativa es considerada como una
disciplina alrededor del mundo, la falta de consenso sobre su definición hace que no se diferencie
de otras profesiones dentro del ámbito académico. Esta es la razón por la cual antes de integrarla,
cada institución o sistema educativo debe llegar a un acuerdo sobre su significado y, a partir de
esta base, que sea integrada apropiadamente por cada uno de los miembros de la comunidad
académica.
No obstante, formular una definición sobre un campo tan abarcador y cambiante como el de la
tecnología educativa puede resultar una tarea compleja, especialmente cuando muchos han
tratado de hacerlo y, a pesar de sus acertados intentos, siempre ha habido espacio para nuevas
definiciones. Tal y como afirma Lucena (2015), esta es una disciplina que se encuentra en
continua exploración, ya que las tendencias del campo son influenciadas por las teorías de
aprendizaje, los avances técnicos y los recursos predominantes en el momento histórico en el
cual se pretenda definir. A continuación se analizarán las definiciones más significativas de
tecnología educativa que han marcado su evolución a lo largo de la historia.
Según Reiser (2012), las primeras definiciones del campo de la tecnología educativa (c. 1908 a
1960, movimientos instruccionales visual y audiovisual) se enfocaban en los medios
instruccionales – medios físicos a través de los cuales se presenta la instrucción al aprendiz. En
este período los medios eran el objeto de estudio y estos solo servían a los maestros como ayuda
en el salón de clase. Los profesionales del campo de la tecnología educativa enfocaban casi toda
su atención en la producción y uso de los medios. Saetler (1991, en Cabero 2007) señala que
esta concepción fue aceptada inicialmente por los prácticos de la imagen y el audiovisual, y
apoyada por los sectores industriales que encontraron en ella un buen argumento para introducir
en la escuela los descubrimientos técnicos audiovisuales que se fueran produciendo en la
industria. No obstante, Cabero (2007) indica que muchos de profesionales del campo
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comenzaron a interesarse por las teorías y los modelos de comunicación y comenzaron a
prestarle atención no solo a los medios (perspectiva micro) sino al proceso instruccional
(perspectiva macro).
Este interés por el diseño del mensaje hace que en 1963 surja la primera definición de tecnología
educativa, formulada y aprobada por el Departamento de Instrucción Audiovisual, conocido
actualmente como la Asociación para la Comunicación y la Tecnología Educativa (AECT, por sus
siglas en inglés). La AECT definió el campo como: La teoría y práctica educativa involucrada con
el diseño y uso de mensajes que controlan el proceso de aprendizaje. Esta definición, tal y como
afirma Reiser (2001b), se apartó de la visión tradicional en muchos aspectos. Uno de los más
trascendentales fue alejar el enfoque de los medios y centrarse en los pasos que controlan el
proceso de aprendizaje, ya que los medios no están aislados sino que se integran a una serie de
pasos (planificación, producción, selección, utilización y administración) con el fin de proveer una
experiencia de aprendizaje completa (diseño instruccional sistematizado).
A partir de este momento la tecnología educativa prosiguió su camino evolutivo, en el que los
medios formaban parte de un proceso complejo que no solo conllevaba la acción de instruir, sino
también la de aprender, enfatizando tanto en el rol del instructor como en el del aprendiz. Con
esta noción continuó la investigación en el campo y se comenzaron a formular teorías de
aprendizaje, en un principio con un enfoque conductista que buscaba controlar el proceso de
instrucción, y más adelante con una visión constructivista cuyo objetivo era facilitar el proceso de
aprendizaje. Luján y Salas (2009) indican que el origen del campo de la investigación de la
tecnología educativa se asocia a eventos históricos, intereses político-militares, a la psicología
del aprendizaje, al enfoque sistemático y al desarrollo de los medios de comunicación.
En la definición del 2008, concebida en el 2004, la AECT expone que la tecnología educativa es
el estudio y práctica ética de facilitar el aprendizaje y mejorar el rendimiento mediante la creación,
uso y gerencia adecuada de procesos y recursos tecnológicos. (AECT, 2004). En esta definición
se puede apreciar la evolución del campo y la profesión a través de los años, en los que mediante
la investigación y la práctica se han integrado técnicas y recursos, de manera ética, eficaz y
eficiente, con el fin de facilitar y mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Cabe resaltar
que esta definición enfatiza que la tecnología educativa no es simplemente un recurso educativo,
sino más bien, un proceso dentro de este sistema social.
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Posturas emergentes de integración y gestión de la tecnología educativa Después de haber analizado el trasfondo histórico y conceptual de la tecnología educativa, en
esta sección se presentarán algunas posturas emergentes sobre su integración en los procesos
de enseñanza-aprendizaje. Por otro lado, se analizará el modelo tecnológico de la educación
propuesto por Quintanilla (2005) ya que presenta fundamentos importantes en la gestión de la
tecnología educativa, desde un punto de vista sistémico.
Selwyn (2013) resalta la importancia de realizar un análisis crítico y riguroso (desde una
perspectiva objetiva y contextualizada) antes de integrar las técnicas, modelos y recursos que
componen la tecnología educativa, con el fin de garantizar su eficiencia y eficacia en los procesos
de enseñanza y aprendizaje. Por otro lado, se debe prestar atención al malentendido voluntario
por parte de algunos educadores sobre los poderes redentores y emancipadores de los medios
tecnológicos. Estos se deben percibir como una extensión del comportamiento humano y, por lo
tanto, su integración puede transferir una diversidad de valores ideológicos y agendas a la
educación contemporánea.
Desde esta perspectiva, Cabero (2003) afirma que existen diversos mitos que se han hecho
públicos sobre la tecnología educativa, pero que son erróneos. Por ejemplo, se afirma que ésta:
favorece un modelo democrático de educación y que facilita el acceso a todas las personas,
reduce el tiempo de aprendizaje y los costos, permite ampliar la oferta académica a más
personas, pude sustituir al formador, o que es la panacea que resolverá todos los problemas
educativos. No obstante, la tecnología educativa debe verse como un proceso que en todo
momento debe revisarse y adaptarse a los contextos concretos en los que quiera aplicarse, de
forma que sirva para “resolver”, o por lo menos replantear, los problemas presentes.
Reiser (2012) propone reconsiderar y distinguir los componentes de un campo tan amplio, como
es la tecnología educativa, en tres áreas concretas: medios instruccionales, diseño instruccional
y mejoramiento del rendimiento. De esta forma, a la hora de referirse a la tecnología educativa,
los administradores pueden ser más asertivos sobre lo que desean integrar y los objetivos que
desean alcanzar. No obstante, deben reconocer que estas áreas no se dividen, más bien se
complementan y definen las ideas, prácticas y recursos asociados con el proceso y su
implementación en el sistema educativo.
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Hacer un análisis de los medios instruccionales es trascendental a la hora de justificar la
incorporación de la tecnología a situaciones de enseñanza ya que, según Cabero (2003), éstos
cumplen funciones más significativas que servir como meros vehículos de información, en
realidad son herramientas que nos ayudan y facilitan la ejecución de determinadas tareas
cognitivas, como aprender y resolver problemas. Aquí se debe resaltar que no hay medios
mejores que otros, su utilidad depende de la interacción de una serie de variables y los objetivos
que se persiguen. Por otro lado, antes de integrar cualquier proceso educativo, se debe contar
con el respaldo de los agentes responsables de implementar las acciones: los profesores. Éstos
son los que interaccionarán y emplearán las técnicas y manejarán los medios instruccionales.
Luján y Salas (2009) indican que en la mayoría de los planes de estudio de la formación docente
suele existir una ausencia en el adiestramiento de estos elementos didácticos. Por lo tanto, es
importante que se les considere en los procesos de implementación y se les ofrezca
oportunidades de desarrollo profesional. De esta forma, tanto el profesor como el aprendiz se
sentirán respaldados y motivados por el sistema.
Según Lucena (2015), existen cinco dominios que se identifican y se interrelacionan en el campo
de la tecnología educativa: diseño, desarrollo, utilización manejo y evaluación. Hernández (1989,
1, en Cabero 2007) resalta la importancia del diseño instruccional y lo define como el campo de
acción de la tecnología educativa que mejor puede garantizar una enseñanza eficiente,
perfeccionable, fruto de la reflexión y de los logros de la ciencia de la psicopedagogía. Los
diseñadores instruccionales están a cargo planificar el marco instruccional y del sistema de
distribución, así como proyectar, diseñar y estructurar los materiales didácticos y las actividades
de evaluación (crear un ambiente de aprendizaje). No obstante, así como en la disciplina, el
diseño instruccional, además de verse desde una perspectiva teórica, debe verse como una
construcción social y cultural. Por lo tanto, el profesional de este campo (diseñador instruccional)
debe trabajar de la mano los demás agentes, directos e indirectos, de la experiencia de
aprendizaje (administradores, profesores, estudiantes y el contexto social), con el fin de mejorar
las acciones formativas. Como se mencionó anteriormente, la calidad educativa no es una
cuestión individual, sino de comunidad.
Quintanilla (2005) propone gestionar la tecnología educativa desde un enfoque sistémico ya que
éste permite integrar y gestionarla no solo incluyendo elementos cognitivos o económicos, sino
también elementos sociales, organizativos y culturales. El autor propone el Modelo tecnológico
de la educación. Según el modelo, la tecnología educativa es una tecnología social y sus
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miembros comparten una cultura al respecto, es decir, representaciones, preferencias, reglas de
acción, formas de comunicación y comportamientos. En cierto modo, educar a un individuo
consiste en entrenarlo para que pueda compartir la cultura de un grupo. Dentro de este grupo
puede existir una diversidad cultural, no obstante existen aspectos unificadores que nos permiten
delimitar los rasgos culturales que identifican el conjunto social para el cual se diseña el sistema.
Por lo tanto, estos rasgos generales permiten la construcción de un lenguaje compartido y la
posibilidad de llegar a un consenso sobre los elementos fundamentales de la integración de la
tecnología educativa.
Esta homogeneidad de la cultura tecnológica no se contrapone a otros componentes
diferenciales del grupo, más bien se debe procurar enfocar los objetivos de la educación con el
fin de desarrollar en los aprendices las competencias deseadas para el siglo XXI: información,
comunicación, ética e impacto social (OECD, 2010). Este objetivo homogéneo debe servir como
criterio para sopesar el papel de las diferenciaciones culturales como objetivos complementarios
de la educación, y no a la inversa, como tantas veces sucede (Quintanilla, 2005). De esta forma
la tecnología educativa (técnicas, modelos, recursos y herramientas) se empleará de manera
contextualizada que sirva al logro de los objetivos establecidos y aquellos adicionales que surjan
a raíz de estos. La tecnología educativa debe considerarse como un medio clave que facilita el
desarrollo de los individuos dentro del sistema educativo. Por su parte, este sistema social está
inmerso una serie de sistemas sociales mayores y en constante cambio. No obstante, los
elementos culturales de los sistemas se relacionan, se afectan y se retroalimentan con un fin
determinado y forman un todo: la sociedad (en la que cada individuo representa un agente clave).
En un sistema el todo en interacción es más que la suma de las acciones de cada uno de los
elementos.
En este sistema los administradores educativos juegan un rol importante. Es fundamental que
perciban la integración de la tecnología como un proceso en el que intervienen diversos agentes,
y no exclusivamente con el uso de un medio suplementario. Después de esto, como en cualquier
proyecto, es importante que apliquen cuidadosamente los pasos del proceso administrativo:
planificación, la organización, dirección, coordinación y control. Según Leiva (2013), estos
elementos permiten sistematizar e integrar el proyecto en términos de su diagnóstico y pronóstico
de la problemática educativa que se pretende solucionar. Dentro de este proceso también se
debe considerar la evaluación ya que permite medir el grado de congruencia entre los
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planteamientos teórico-prácticos, la operalización tecnológica, los procesos involucrados y los
resultados primarios del proceso.
Metodología Con el fin de explorar la perspectiva de la administración de instituciones de dos educación
superior de Puerto Rico sobre la tecnología educativa y su implantación, en esta investigación
cualitativa se empleó la técnica de entrevista semiestructurada para recopilar la información.
Según Lucca y Berríos (2003), la entrevista permite que los participantes compartan sus ideas y
experiencias sobre el tema en cuestión, de forma detallada. Por otro lado, los autores indican
que en la entrevista semiestructurada los participantes expresan sus vivencias, de manera libre
y espontánea.
La entrevista se suministró a cinco (5) administradores de dos (2) instituciones de educación
superior de Puerto Rico. De esta muestra es importante resaltar que estos pertenecen a la alta
dirección (encargados de establecer los objetivos institucionales) y a la dirección funcional
(encargados de manejar las áreas especializadas).Entre los participantes se encuentran
representantes de diversos departamentos: Un (1) representante del departamento
administrativo (rector), tres (3) representantes del departamento académico (decano de asuntos
académicos y directores de departamento), un (1) representante del departamento estudiantil
(decano de asuntos estudiantiles).
Las dos instituciones seleccionadas son significativas ya que cada una representa un escenario
diferente dentro del contexto de las instituciones de educación superior de Puerto Rico, con
experiencias diferentes en la integración y aplicación de la tecnología educativa:
La primera es una institución de educación superior pública que ofrece grados de
certificado, asociado y bachillerato en diversas áreas. La población estudiantil no supera
los 1,500 estudiantes y estos provienen de distintos lugares de Puerto Rico, mayormente
del área metropolitana. Esta institución se distingue por su trayectoria en el ofrecimiento
de carreras técnicas, ofrecidas de manera presencial. Recientemente, la institución
comenzó a ofrecer cursos presenciales e híbridos con apoyo tecnológico (integrando la
enseñanza a través de la Web y las TIC a su currículo).
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La segunda es una institución de educación superior privada que ofrece grados de
maestría, bachillerato y asociado en diversos campos. Esta universidad cuenta con varios
recintos alrededor de la Isla, así como una división de educación en línea que le permite
expandir su oferta académica a Estados Unidos. Por ende, la cifra de estudiantes por
semestre supera a los 1,500 estudiantes de la primera institución. Esta universidad lleva
más de 15 años ofreciendo cursos, en distintas modalidades (presencial, híbrida y en
línea), integrando la enseñanza a través de la Web y las TIC a su currículo.
El tiempo de duración promedio por entrevista fue de treinta (30) minutos. En las éstas se
recopilaron las respuestas empleando el siguiente protocolo de preguntas relacionadas con el
tema de la investigación:
1. ¿Cómo define el concepto de tecnología educativa?
2. Describa diferentes maneras en las que se puede integrar la tecnología educativa al
proceso de enseñanza-aprendizaje. Si desea puede describir algún proyecto de este tipo
en el que haya participado.
3. ¿Qué pasos/etapas considera que se deben seguir a la hora de implementar un proyecto
en el que se integre la tecnología educativa de manera eficiente y eficaz?
4. En su opinión, ¿cuál es el rol de los siguientes miembros en el proceso de implantación
e implementación de proyectos que integren la tecnología educativa?: Administración,
directores de departamento, facultad y estudiantes.
Indique qué roles añadiría, si alguno, y descríbalos para que el proceso de
implementación sea más efectivo y eficaz.
Tal y como indican Lucca y Berríos (2003), durante las entrevistas semiestructuradas el orden
de las preguntas podía variar, con el fin de aclarar dudas que pudiesen surgir en el proceso, pero
sin perder de perspectiva el propósito de investigación establecido.
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Hallazgos A continuación se presentará la información recogida durante las entrevistas, exponiendo las
perspectivas de los participantes sobre el concepto de tecnología educativa, maneras efectivas
de integrarla y los roles de las personas implicadas en su implantación. Al mismo se alinearán
las nociones de los participantes con las definiciones, fundamentos, modelos expuestos en la
literatura.
Definición de la tecnología educativa y ejemplos de integración Antes de implantar cualquier proyecto es importante comenzar por su definición. En la primera
pregunta de la entrevista se les pidió a los participantes que definiesen el concepto de tecnología
educativa. Los participantes definieron el concepto de la siguiente manera:
a. Herramientas y prácticas educativas que se utilizan para aumentar la capacidad de
aprendizaje de los estudiantes. Permite ofrecer una gama de formas para fortalecer
el proceso de enseñanza aprendizaje (institución pública).
b. En ciencias se conceptualiza como todo aquello que sirve como instrumento para
educar. Lo que generalmente se usa como definición en las instituciones tiene que
ver con cosas electrónicas. Así que pudiéramos decir que una definición genérica es:
todo aquello que esté asociado a la comunicación e intercambio de ideas a través de
artefactos electrónicos y su uso en aspectos educativos (institución pública).
c. Ésta se ocupa de los problemas prácticos de la enseñanza, centrándose en los
materiales, equipos y medios de instrucción. Su objetivo es mejorar la enseñanza-
aprendizaje, recordando que la tecnología educativa y las tecnologías de la
información y la comunicación son el medio y no el fin (institución pública).
d. Planificación de recursos tecnológicos para alcanzar metas y resultados de
aprendizaje, según las necesidades del alumno. La tecnología es el medio, el fin es
aprender de los procesos para cumplir las metas de aprendizaje propuestas
(institución privada).
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e. Diseño y aplicación integrada de diversas herramientas, métodos, medios,
conocimientos, percepciones, procesos y técnicas alineadas al proceso de
enseñanza-aprendizaje (institución privada).
En estas definiciones se puede percibir la presencia de los aspectos más significativos de las
definiciones de tecnología educativa presentadas anteriormente. Dos de los participantes
(institución pública) la conciben desde un punto de vista práctico, enfocándose particularmente
en los medios de instrucción y los equipos que se emplean para mejorar la calidad educativa.
Por otro lado, tres de los participantes (uno de la institución pública y dos de la institución privada)
lo describen como un proceso en el cual interaccionan diferentes agentes y acciones con el fin
de fortalecer el proceso educativo. Ambas percepciones son acertadas y están alineadas con las
investigaciones que se han realizado en el campo. No obstante, tal y como indica la literatura
(AECT, 2008), la tecnología educativa es mucho más que un medio, es el estudio y práctica ética
de facilitar el aprendizaje y mejorar el rendimiento mediante la creación, uso y gerencia adecuada
de procesos y recursos tecnológicos.
Por otro lado, se les pidió a los participantes que describieran las maneras en las que se puede
integrar la tecnología educativa al proceso de enseñanza-aprendizaje. En esta premisa la
mayoría ofreció ejemplos concretos, como el uso de equipos (computadoras, teléfonos, pizarras
interactivas, televisores, grabadoras, entre otros), programas especializados (simulaciones,
libros interactivos, calculadoras científicas, entre otros);; aplicaciones de información y
comunicación de la Web (redes sociales, blogs, chats, entre otras) y modalidades de estudio
(educación a distancia). Algo que la mayoría resaltó es la importancia de que estas herramientas
estén alineadas a los objetivos educativos.
Proceso de implantación y roles de los miembros comunidad académica Después de ofrecer sus definiciones y ejemplos de integración de la tecnología educativa, se les
pidió a los participantes que determinaran los pasos o etapas que se deben seguir a la hora de
implementar un proyecto en el que se integre, de manera eficiente y eficaz, la tecnología
educativa. En esta premisa todos los participantes concordaron en la importancia del proceso
de planificación: plantearse qué se desea hacer (objetivos instruccionales que se desean lograr),
identificar las necesidades de la población (análisis de necesidades, consecuencias y determinar
el perfil de los participantes), disponibilidad de los equipos tecnológicos, contar con el apoyo de
un equipo de trabajo que tenga las competencias y recursos para llevar a cabo el proyecto. Todas
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estas respuestas van alineadas con los enfoques de integración y el proceso de gestión
presentado en la literatura.
Se deben resaltar las respuestas de cuatro de los participantes ya que, además de lo expuesto
anteriormente:
Dos de los participantes (institución pública e institución privada) destacaron la
importancia de realizar un plan de trabajo anual, considerando el presupuesto para cubrir
los gastos de equipo, adiestramiento y personal necesario;; éste también considera
fundamental establecer un grupo piloto para poner en función el proyecto y evaluar
rigurosamente su progreso. Esto minimizará los problemas que puedan surgir en la
implantación del proyecto.
Otro de los participantes (institución privada) resaltó la necesidad de que los miembros
del equipo de trabajo (implementación) deben poseer competencias de diseño
instruccional con el fin de alinear los objetivos institucionales con las estrategias, personal
recursos que se emplearán.
Otro de los entrevistados (institución pública) identificó que la respuesta ofrecida es el
proceso ideal y que muchas veces no ocurre debido a que la mayoría del tiempo estas
iniciativas están asociadas a propuestas federales.
Por último, se les pidió a los participantes que definiesen el rol de los siguientes miembros de la
comunidad académica en el proceso de implantación e implementación de la tecnología
educativa: administradores, directores de departamento, facultad y estudiantes. A continuación
se resumen los aspectos más significativos de las respuestas de los participantes:
Administradores Todos los participantes concurrieron en que estos son los encargados de trazar los
objetivos que se desean lograr y salvaguardar el buen funcionamiento.
Cuatro de los participantes (institución pública e institución privada) incluyeron que estos
también deben fomentar, apoyar y facilitar la integración de la tecnología educativa en los
procesos de enseñanza aprendizaje.
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Dos de los participantes (institución privada) incluyeron dentro de sus tareas: gestionar
permisos, recursos financieros, así como tener en cuenta un plan para el desarrollo
profesional con el fin de que los miembros desarrollen las destrezas necesarias para el
éxito del proyecto.
Uno de los participantes (institución privada) declaró que la realidad actual de los
administradores de recursos educativos de las instituciones de educación superior es
deprimente. Ésta enfatiza el uso de los recursos tecnológicos por la inversión realizada,
pero no incluye en el plan de implementación la capacitación en base a los objetivos
institucionales sobre el uso de la tecnología educativa en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. No obstante, el participante enfatiza que la efectividad de la integración de
la tecnología educativa recae completamente sobre la administración, por lo que ellos
deben enfatizar la implementación y el desarrollo de un proyecto institucional.
Directores de departamento Todos los participantes concurrieron en que estos son los encargados de implementar los
procesos en sus áreas correspondientes y velar por el cumplimiento operativo del
proyecto.
Cabe destacar la respuesta de dos de los participantes (institución privada) que
destacaron que los directores deben: (1) Velar porque la facultad cumpla las normas y las
políticas institucionales, y (2) hacer valer a su personal (facultad y otros ayudantes) y
asegurarse de que estén debidamente capacitados para facilitar el uso integrado de los
recursos de la tecnología educativa en el currículo y que de esta forma los procesos de
enseñanza-aprendizaje sean exitosos.
Por otro lado, uno de los participantes (institución pública) indica que en su caso particular
trata siempre de integrar a los directores en los procesos de toma de decisiones para que
entonces la realidad se haga más visible. Además, indicó que es difícil pensar que una
posición jerárquica le da a una persona la total autoridad de tomar decisiones de algo
que, eventualmente, no tiene una posibilidad de éxito si no se incluye a los demás
miembros clave.
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Facultad Todos los participantes coincidieron que la facultad funge como facilitadora de las
prácticas educativas. Estos desarrollan el concepto e implementan la tecnología
educativa en su práctica docente.
Uno de los participantes (institución pública) indicó que la facultad debe estar dispuesta
a conocer los planes institucionales y las tecnologías involucradas ya que uno de los
impedimentos en todas las instituciones es la facultad que se queda amarrada a una
práctica porque ha sido exitosa y se oponen al cambio. La facultad que está dispuesta a
aprender, a entender las diferencias generacionales y a comprender que el aprendizaje
es en todas las direcciones, no solamente en su disciplina sino en todas aquellas áreas
que permitan que la enseñanza sea más adecuada, puede adaptarse muy bien al proceso
de integración de la tecnología educativa. Aunque, tristemente, en casi todos estos
proyectos de manera inicial tienden a buscar a las personas con más disposición y la
facultad no se da cuenta que, eventualmente, la disposición no será la consideración
principal, sino que es lo que tiene que ocurrir porque la nueva sociedad y la nueva manera
de vivir nos obliga a integrar la tecnología y sus conceptos como parte de nuestro trabajo.
Estudiantes Todos los participantes afirmaron que los estudiantes son los que reciben la información
y sirven como recursos para medir los resultados de aprendizaje adquirido con el fin
mejorar, adaptar o cambiar los métodos de enseñanza-aprendizaje que mejor se ajusten
a sus necesidades. Uno de los participantes (institución privada) indicó que para este fin,
éstos deben completar encuestas y ofrecer retroalimentación en los procesos.
Uno de los participantes (institución privada) dijo que los estudiantes deben tener el
conocimiento de las nuevas tecnologías que se utilizarán en los cursos como parte
integral del currículo.
Uno de los participantes (institución pública) manifestó que la mayor parte de los
estudiantes ya vienen con el asunto tecnológico integrado a su vida, no obstante,
solamente manejan unos aspectos. Por lo que se les debe desarrollar en el área
académica con respecto a la tecnología educativa, que es la parte que tienden a estar
poco pulidos porque piensan que la tecnología está para resolver, pero no
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necesariamente para investigar, buscar y, entonces ellos ponerse en perspectiva de
solucionar. En regla general, el problema es que piensan que la tecnología es para
solucionar y no para facilitar. A la hora de la verdad, el ente tecnológico de mayor
distinción es el mismo ser humano, así que ellos deben apropiarse de su propio
aprendizaje, independientemente de donde venga la información.
Roles adicionales Uno de los participantes (institución pública) indicó que en estos procesos se deben incluir
evaluadores encargados de emplear herramientas de evaluación para medir el éxito del proyecto.
Uno de los participantes (institución pública) habló de la necesidad de contar con personal
de apoyo técnico descentralizado, personal especializado en equipos, tecnologías y en procesos de diseño instruccional.
Uno de los participantes (institución privada) declaró que además del personal estipulado
en la pregunta, él incluiría a todo recurso humano institucional que posea competencias
para ser parte de los equipos de diseño instruccional y de capacitación (de facultad y de estudiantes) del proyecto. Esto permitiría desarrollar un sentido de pertenencia
institucional de toda la comunidad institucional.
Conclusión Como se puede apreciar en los hallazgos, los participantes, de distintas áreas administrativas,
han presentado respuestas muy valiosas. Sus indicaciones y opiniones sobre la integración de
la tecnología educativa a los procesos de enseñanza aprendizaje están alineadas con los
enfoques presentados en la literatura. Cada uno desde su entorno (público o privado), desde su
posición y experiencia tiene mucho que aportar en el momento de tomar decisiones, trazar
objetivos, generar planes de trabajo y políticas institucionales, así como definir claramente los
roles del personal involucrado.
Teniendo esto en cuenta, se considera sumamente importante que los administradores
educativos, conozcan el trasfondo histórico y las definiciones del campo de la tecnología
educativa. Tener este trasfondo les permitirá analizar, de manera rigurosa y relevante con su
entorno, cómo integrarán la tecnología educativa en los procesos de enseñanza aprendizaje,
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cómo se gestionará y cómo se evaluará su utilidad. Para esto es fundamental que los
administradores se reúnan, compartan sus ideas sobre el tema y analicen críticamente todos los
aspectos que componen la tecnología educativa, cómo se integrará al currículo académico y sus
consecuencias. De esta forma podrán llegar a un consenso y delinear las políticas que desean
establecer y el personal que se necesitará (facultad, especialistas en currículo, diseñadores
instruccionales, expertos en multimedios, evaluadores, entre otros). En estas reuniones además
de los administradores, se debe contar con la presencia de los agentes que implementarán las
acciones con el fin de que participen en el proceso. Una vez se establecen las políticas y el plan
de acción, respaldados por un proceso de planificación y organización sólidos, la administración
debe ocuparse de los procesos de coordinación, control y la evaluación. Lo importante es que
todos los miembros de la comunidad académica hablen un mismo lenguaje, se sientan motivados
y respaldados (oportunidades económicas, de aprendizaje y de desarrollo profesional), y puedan
ejercer sus labores alineadas al cumplimiento del objetivo común: fortalecer el proceso de
enseñanza-aprendizaje y formar personas capaces de relacionarse efectivamente con su
entorno.
Por último, es importante resaltar que los procesos de implementación y gestión educativa
planificados, organizados, evaluados y documentados con un alto nivel de rigurosidad, permiten
que el campo de la tecnología educativa siga progresando. No obstante, éste es un trabajo
complejo (acciones diversas) que requiere de un trabajo en equipo (roles bien definidos). Tal y
como se indicó la educación es un sistema social y la tecnología educativa es un proceso que
debe integrarse de acuerdo a las necesidades educativas del individuo y de la sociedad, de
manera contextualizada.
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