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45 NOVA TELLVS, 32 1, 2014 Pausanias, la libertad griega y la historia de la Confederación Aquea helenística: Memoria e identidad griegas en el Imperio romano 1 Pausanias, Greek Freedom and History of the Hellenistic Achaean Confederacy: Greek Memory and Identity in the Roman Empire Álvaro M. MORENO LEONI Universidad Nacional Autónoma de México [email protected] RESUMEN: El objetivo de este artículo es analizar el concepto de libertad griega en la Periégesis de Pausanias, evaluando la importancia de la historia de la Confederación Aquea helenística que propone este autor durante el siglo II d. C., a fin de entender la definición de su proyecto cultural e ideológico basado en el rescate de la memoria bajo el dominio romano. ABSTRACT: The aim of this article is to analyze the concept of Greek freedom in the Periegesis of Pausanias we will do so by assessing the importance of the history of the Hellenistic Achaean Confederacy proposed by this writer during the 2nd century BC in order to understand the definition of his cultural and ideological project in an attempt to rescue of the memory under Roman dominion. PALABRAS CLAVE: Pausanias, libertad, historia aquea, memoria, panhelenismo. KEY WORDS: Pausanias, freedom, Achaean history, memory, Panhellenism. RECIBIDO: 14 de marzo de 2014 ACEPTADO: 10 de septiembre de 2014. Introducción “El rasgo fundamental del carácter helénico es un fuerte impulso a de- terminarse por sí mismo, a formarse un juicio personal sobre las cosas circundantes, a ajustar su vida a su propia voluntad”. 2 Con estas palabras comienza Max Pohlenz su estudio clásico sobre la idea griega de liber- tad, en el cual recorre las líneas generales de la génesis cultural de este concepto desde la época arcaica hasta los orígenes del cristianismo. Su cuarto capítulo está abocado al derrotero histórico de esta idea durante 1 Agradezco la lectura previa del texto al Prof. Dr. Ricardo Martínez Lacy. Sus obser- vaciones han permitido mejorar sustancialmente el argumento aquí expuesto. Quisiera expresar también mi gratitud para con el Dr. David Konstan, quien tuvo la amabilidad de enviarme una copia de su artículo sobre Pausanias todavía no publicado. 2 Pohlenz 1956, p. 9.

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Artículo publicado en Nova Tellus sobre el periegeta Pausanias.

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  • 45 nova tellvs, 32 1, 2014

    Pausanias, la libertad griega y la historia de la Confederacin Aquea helenstica:

    Memoria e identidad griegas en el Imperio romano1Pausanias, Greek Freedom and History

    of the Hellenistic Achaean Confederacy: Greek Memory and Identity in the Roman Empire

    lvaro M. Moreno LeoniUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    [email protected]

    resuMen: El objetivo de este artculo es analizar el concepto de libertad griega en la Perigesis de Pausanias, evaluando la importancia de la historia de la Confederacin Aquea helenstica que propone este autor durante el siglo ii d. C., a fin de entender la definicin de su proyecto cultural e ideolgico basado en el rescate de la memoria bajo el dominio romano.AbstrAct: The aim of this article is to analyze the concept of Greek freedom in the Periegesis of Pausanias we will do so by assessing the importance of the history of the Hellenistic Achaean Confederacy proposed by this writer during the 2nd century BC in order to understand the definition of his cultural and ideolo gical project in an attempt to rescue of the memory under Roman dominion.

    PALAbrAs cLAve: Pausanias, libertad, historia aquea, memoria, panhelenismo.Key words: Pausanias, freedom, Achaean history, memory, Panhellenism.recibido: 14 de marzo de 2014 AcePtAdo: 10 de septiembre de 2014.

    Introduccin

    El rasgo fundamental del carcter helnico es un fuerte impulso a de-terminarse por s mismo, a formarse un juicio personal sobre las cosas circundantes, a ajustar su vida a su propia voluntad.2 Con estas palabras comienza Max Pohlenz su estudio clsico sobre la idea griega de liber-tad, en el cual recorre las lneas generales de la gnesis cultural de este concepto desde la poca arcaica hasta los orgenes del cristianismo. Su cuarto captulo est abocado al derrotero histrico de esta idea durante

    1 Agradezco la lectura previa del texto al Prof. Dr. Ricardo Martnez Lacy. Sus obser-vaciones han permitido mejorar sustancialmente el argumento aqu expuesto. Quisiera expresar tambin mi gratitud para con el Dr. David Konstan, quien tuvo la amabilidad de enviarme una copia de su artculo sobre Pausanias todava no publicado.

    2 Pohlenz 1956, p. 9.

  • 46 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAla poca helenstica, pero all el sentido poltico del trmino se diluye en una disquisicin sobre la aparicin de distintas perspectivas espirituales antes de la llegada del cristianismo. En un plano estrictamente poltico, sin embargo, la lectura realizada por Plutarco, convence a Pohlenz de que la sumisin de Grecia ante Roma haba sido el resultado de una verdadera necesidad histrica, la cual haba venido a dar fin a las luchas incesan-tes entre los griegos y, en consecuencia, a permitirles beneficiarse de la paz general romana.3

    Los alcances del concepto griego clsico de libertad eran, pese a la opinin de Pohlenz, mucho ms amplios. Jacqueline de Romilly ha ob-servado, en ese sentido, que la nocin griega de libertad estaba en la raz de la tendencia general de las pleis griegas hacia el imperialismo, puesto que para stas la libertad implicaba no slo la independencia respecto a un poder externo o interno, sino tambin la posibilidad de ejercer su propio dominio sobre otros, lo que constitua una especie de segundo grado de libertad.4

    Qu poda significar, entonces, la libertad para los griegos del siglo ii d. C.? La nueva realidad del dominio romano pareca haberla limitado hasta el punto de hacerla desaparecer, ya que ahora los griegos no slo estaban imposibilitados de dominar a otros, sino que, adems, deban obedecer tambin todas las rdenes emanadas de las autoridades pro-vinciales designadas por los romanos. Antes de la conquista romana, las pleis haban podido hacer un uso estratgico de sus mrgenes de libertad para actuar dentro de una realidad interestatal mediterrnea con mltiples actores, preservando as cierto nivel de autonoma, pero esto se volvi imposible a partir del siglo ii a. C. Plutarco explica de forma inigualable la nueva condicin de los griegos cuando, en sus Consejos Polticos, se dirige a Menmaco de Sardes para recordarle: Gobiernas a la vez que eres gobernado, pues tu ciudad est sometida a los procnsu-les, a los procuradores de Csar. La comparacin con un lder ateniense de poca clsica y sus reflexiones (Cuidado, Pericles. Gobiernas a hom-bres libres, gobiernas a griegos, a ciudadanos atenienses), no haca ms que volver evidente el punto: las decisiones griegas tenan ahora que contemplar de cerca los dictados de la poltica romana.5 Ni el pueblo, ni

    3 Ib., p. 140.4 De Romilly 1947, p. 73. 5 Plu., Mor., 813 D-E.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 47los miembros de la lite podan considerarse libres en el nuevo contex-to, pero Plutarco (pese a la interpretacin de Pohlenz), estaba lejos de aconsejar a sus lectores la pasividad, porque crea que stos deban ser activos y responsables para evitar forzar a los romanos a ser sus amos ms de lo que deseaban.6

    Mantener un cierto nivel de autonoma, por lo tanto, era lo deseable. Pero qu puede decirse respecto a la libertad? Qu tipo de inters podan llegar a tener los griegos del siglo ii d. C., por ejemplo, en el recuerdo de su libertad pasada? Proponemos aqu explorar las ideas de Pausanias al respecto porque consideramos que pueden contribuir a comprender el sentido que la memoria de la Grecia libre tena para la identidad griega bajo el dominio romano. Al mismo tiempo, nos interesa reconocer qu relacin existe entre la idea de libertad y la lectura del pa-sado griego. En ese sentido, en su obra se advierte una particular preocu-pacin por la historia del perodo helenstico tardo, momento histrico en el que Grecia haba perdido su libertad tras el fin de la guerra aquea. Por qu esta preocupacin? De acuerdo con la propuesta de Jol Candau sobre memoria e identidad, se buscar aqu entender de qu modo quien recuerda el pasado, puede domesticarlo, apropirselo, incorporarlo y, al mismo tiempo, imprimirle su sello como un etiquetaje memorialista que cumple la funcin de significante de la identidad.7 Pausanias no po-da narrar todas las cosas de Grecia y, por ello, opt por registrar slo lo que l consideraba las cosas ms dignas de recuerdo ( ).8 Se trataba de una seleccin, consciente e inconsciente, y como tal no era neutra.9

    Pausanias y su obra: estado de la cuestin

    Quin era Pausanias y qu clase de obra escribi? Los diez libros de la Perigesis fueron escritos entre 155 y 175 d. C. por un enigmti-co autor microasitico originario de la zona de Magnesia del Sipilo, en

    6 Plu., Mor., 824 C.7 Candau 2008, p. 70.8 Paus., III, 11, 1.9 Se ha utilizado la edicin de Domenico Musti, Gianfranco Maddoli y Mauro Moggi

    (1982-2012) de la Fondazione Lorenzo Valla. La traduccin es de Mara Cruz Herrero Ingelmo (1993), con ligeras modificaciones.

  • 48 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiA Lidia.10 Viaj por gran parte de Grecia continental y propuso a sus lec-tores un recorrido por los monumentos antiguos que eran an visibles en esa tierra, pero tambin por su historia y su cultura. Su carcter de griego no-continental le permiti tomar cierta distancia frente al terri-torio recorrido y descrito, ofreciendo a los lectores una seleccin bastante personal del espacio, que no era la totalidad de Grecia, sino un espacio casi equivalente al de la provincia de Acaya. Grandes reas, sin embar-go, quedaban fuera de su seleccin: Las islas excepto Egina, Etolia, Acarnania y Tesalia. Tampoco Epiro o Macedonia eran mencionados.11

    Su objetivo principal era describir los monumentos, lugares y rutas dignas de ver (), pero lo ms importante era convertirlos en objetos significativos para sus lectores, por lo que insert prdigamente digresiones () histricas, mticas y religiosas relacionadas con los mismos.12 De acuerdo con la tradicin geogrfica griega, busc de ese modo dotar de sentido los lugares para beneficio del pblico,13 y, de hecho, este formato lo convirti en un autor muy popular entre los pri-meros europeos que durante los siglos xviii y xix llegaron como turistas a Grecia. Pausanias y sus lectores modernos parecan tener objetivos similares, pues todos buscaban conocer el pasado de Grecia a travs de sus restos materiales todava visibles.14

    Podemos sealar que nuestra propuesta presente parte de la observa-cin de tres avances notables experimentados durante las ltimas tres dcadas en el estudio de la Perigesis, que tienen que ver con la concep-cin general de la obra, la relacin con el contexto cultural e ideolgico de la Segunda Sofstica y las operaciones de memoria propuestas en el texto.

    10 Habicht 1985, pp. 10-15. Su origen en Magnesia del Sipilo lo atestigua el mismo autor, Paus., V, 13, 7.

    11 El recorte del territorio griego: Hutton 2005, pp. 55-68. Casi identidad con el territorio de la provincia romana: Alcock 1993. Existe, sin embargo, una referencia a un libro XI sobre Eubea (Steph. Byz., s.v. Tamyna), que se considera generalmente un error de un copista.

    12 Sobre y como los dos componentes: Paus., I, 39, 3; Robert 1909, pp. 3-7, 8-38, 39-68.

    13 Musti 1984.14 El primero de ellos fue Edward Dodwell (1767-1832), pero tambin William Gell

    (1777-1836), E. D. Clarke (1769-1822) y William Martin Leake (1777-1860), este lti-mo fue el famoso autor de una topografa de la antigua Atenas, Dyson 2008, pp. 96-97.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 49Concepcin general de la obra

    El gnero es una cuestin particularmente problemtica y discutida. Aunque exista en la antigedad un tipo de escritura periegtica, con descripcin de ciudades o regiones, no se ha conservado ningn otro ejemplo de la misma. Lo poco que se conoce es que su alcance geogrfi-co era ms bien modesto y, en ningn caso, llegaba a adoptar la magni-tud del recorrido propuesto por Pausanias. De hecho, Giorgio Pasquali, en su clsico artculo, censuraba al escritor griego por haber excedido unos supuestos lmites del gnero periegtico.15 El problema es que no existen pruebas de la existencia de tal gnero, con reglas explcitas e implcitas, y la obra de Pausanias, con su nfasis en el recorrido, des-cripcin y explicacin detallada, parece ser nica dentro de la tradicin literaria griega.16

    Js Elsner, por ejemplo, observ que en esta obra se fundieron ele-mentos del arte de la memoria y de la perigesis, junto con la tradi-cin de los relatos de viaje y los catlogos de viaje imperiales.17 Sin embargo, tampoco podra considerarse a Pausanias strictu sensu un ge-grafo, puesto que su concepcin espacial tiene claros lmites, que se re-conocen en su provisin a los lectores de imprecisos diagramas lineales de rutas que, en realidad, no servan como una verdadera gua prctica para viajar a travs de Grecia.18 Al respecto, David Konstan ha sugerido que quizs Pausanias no estuviera escribiendo para peregrinos o para turistas, que quisieran visitar a Grecia llevando consigo esa obra como gua. Por el contrario, podra haberlo hecho para que esta fuera leda por los miembros de la lite en sus villas, a quienes les habra suministrado slo claves mnemnicas para poder asociar los monumentos con histo-rias y personajes griegos excepcionales.19 Esta reciente interpretacin resulta estimulante porque permite reconocer la importancia de las his-torias asociadas, el componente narrativo, por sobre los monumentos y lugares, o componente descriptivo de la obra.

    15 Pasquali 1913. 16 Hutton 2005, p. 250; Pretzler 2007, p. ix.17 Elsner 2001, p. 20.18 Pretzler 2007, p. 69.19 Konstan 2014, p. 258.

  • 50 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiALa naturaleza fuertemente histrica de la descripcin pausaniana es lo

    que, en las ltimas dcadas, ha llamado particularmente la atencin de los especialistas. Una hiptesis que goza de cierto prestigio actualmente es que se tratara de una obra con un fuerte matiz historiogrfico, aunque no sera propiamente una historia. De acuerdo con Domenico Musti, la Pe-rigesis debera ser entendida como una lectura histrica del paisaje.20 Franois Chamoux, por su parte, ha planteado que debera entendrsela como una obra de historia sobre una base topogrfica.21 El reconoci-miento de este peso de lo narrativo-histrico por sobre lo descriptivo-geogrfico no es ciertamente nuevo, puesto que ya, a principios del siglo xx, Adolf Trendelenburg haba observado que las digresiones mitohistri-cas, que Pausanias denomina ,22 23 o ,24 representaban prcticamente la mitad del texto.25 La presencia de la historia en su obra, por lo tanto, no debera concebirse como la de un mero adorno para acompaar las descripciones de su recorrido.

    Las consecuencias de esta hiptesis son profundas, pues la misma ha llevado a dejar de lado equiparaciones con las guas tursticas contem-porneas, como la Baedeker o la Blue Guide, ya que a esta compara-cin subyaca una concepcin de la Perigesis como mera compilacin objetiva de ancdotas curiosas para los lectores antiguos y tiles para historiadores, arquelogos y fillogos modernos dispuestos a diseccionar el texto en busca de datos. Segn la feliz expresin de William Hutton, para estos especialistas, Pausanias no era ms que un dependable du-llard o un zopenco fiable carente de interpretacin propia.26 Unido a esto ltimo, la comprensin de la obra como una mera gua til para los miembros de la lite durante su Grand tour por Grecia continental tam-poco se sostendra, puesto que el texto parece ms bien estar pensado para informar a aquellos que se quedaban en casa sobre cmo era la Gre-cia contempornea, sobre qu poda hallarse all y dnde poda hallarse, as como tambin proporcionar una visin de conjunto de Grecia, del

    20 Musti 1994, p. 14.21 Chamoux 1974, p. 83. Cf. Hutton 2005, p. 117.22 Paus., I, 8, 1.23 Ib., I, 9, 4.24 Ib., VIII, 8, 1.25 Trendelenburg 1914, pp. 15 ss.26 Hutton 2005, p. 4, passim.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 51pasado y del presente.27 A pesar de la firme creencia de los cultores de la Quellenforschung, la obra no era ni un producto objetivo, ni una re-produccin mecnica de fuentes ms antiguas, sino que Pausanias, como autor, tena opiniones, sentimientos y preferencias que estn en su obra ms a menudo de forma implcita que explcita.28

    El contexto cultural e ideolgico de la Segunda Sofstica

    La Perigesis tampoco puede verse como un producto desvinculado del contexto cultural o poltico-ideolgico de la Segunda Sofstica, como la ha denominado Simon Swain.29 La lite griega emprendi durante esa poca, al menos desde mediados del siglo i hasta el iii d. C., un vasto proyecto de examen de su propia cultura.30 Para los intelectuales griegos del periodo no todo el pasado mereca la misma atencin y, en conse-cuencia, su atencin se centr generalmente en determinados episodios de la historia griega clsica y posclsica, en particular, en las guerras Mdicas, la invasin de Filipo II y la conquista del Imperio persa por Alejandro Magno, puesto que permitan poner el acento en las glorias del pasado en el marco de la realidad del dominio romano.31 Al mismo tiempo, permitan establecer una distancia con el momento histrico de la conquista de Grecia, evitando embarazosas reflexiones sobre los pormenores de la sujecin a Roma. La historia, devenida en memoria histrica, poda adoptar un sentido de desafo. En ese sentido, uno de los consejos de Plutarco a su amigo Menmaco, quien aspiraba a convertirse en poltico, era el de apartarse de temas como Maratn, Eurimedonte y Platea, tan proclives a agitar las pasiones de la masa.32

    Una diferencia clave de Pausanias respecto a la Segunda Sofstica, sin embargo, es su actitud frente al pasado, puesto que aunque para el periegeta los temas mencionados de la historia griega clsica eran im-

    27 Arafat 2004, p. 36. De todos modos, el centro neurlgico parece ser el Peloponeso, puesto que, segn Yves Lafond (1994, pp. 170-171), siete dcimas partes del contenido de la Perigesis estn relacionadas con esta pennsula.

    28 Arafat 2004, p. 76.29 Swain 1996, p. 88.30 Whitmarsh 2005, p. 22.31 Ib., pp. 66-67.32 Plu., Mor., 814 C.

  • 52 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAportantes, tambin lo eran los acontecimientos helensticos.33 De hecho, es actualmente considerado como una fuente intermedia inestimable para conocer aspectos de la historiografa helenstica, slo conocida en muchos casos a travs de testimonios y fragmentos.34 La historia para l, adems, no era slo una coleccin de tpicos histricos fosilizados, sino que la reinterpretacin de la misma era una parte central de su pro-puesta.35 En algunos casos, como en el del libro I (tica y Megride), el IV (Mesenia), el VII (Acaya) o el VIII (Arcadia), el predominio de los sobre los se volva ms pronunciado con la consi-guiente importancia de la aproximacin histrica. Las operaciones de memoria y la historia de la Confederacin Aquea helensticaLa historia helenstica es importante para Pausanias porque es el momento en el cual los griegos perdieron definitivamente su libertad y se estableci la dominacin romana. El autor aborda esto in extenso en su relato de la guerra aquea, que revela el carcter ms comprometido de Pausanias frente al pasado, al narrar justamente un hecho tan polmico y cargado de consecuencias para los griegos posteriores. All, el motivo de la libertad griega, como una experiencia colectiva vivida desde el pasado, se volva una cuestin cardinal al abordarse uno de los ltimos episodios histricos de la Grecia libre con el ascenso y la cada de la Confederacin Aquea. Se ensaya all una seleccin histrica y una domesticacin del pasado en las que la experiencia de los aqueos se eleva a un nivel panhelnico, estable-cindose una identidad entre stos y los griegos en un sentido general. James Porter ha propuesto algo importante, desde este punto de vista, para entender el sentido de esta operacin cuando seal que la Peri-gesis puede ser interpretada como un proyecto panhelnico contra la prdida de memoria, puesto que, al recordar la libertad, segn Pausanias, los griegos no slo se volvan capaces de conmemorarla, sino tambin de preservar la posibilidad hipottica de volver a ejercerla algn da.36

    33 Otros autores se limitan al periodo clsico y preclsico: Bowie 1974, pp. 178-179. Aunque haba excepciones como algunas de las Vidas de Plutarco, la Historia romana de Apiano y la Historia de los sucesores de Arriano.

    34 Bearzot 1992.35 Ebeling 1914, p. 138.36 Porter 2001, p. 75.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 53Su narracin del proceso de ascenso de la Confederacin Aquea hele-

    nstica y su posterior guerra contra los romanos, en nuestra opinin, se inserta dentro de este proyecto cultural e intelectual. La mayor parte de las referencias histricas a esta experiencia poltica se concentran entre los libros VII y VIII.37 Como seala Musti, en ambos libros se observa una descompensacin entre narracin y descripcin, es decir, entre y , que vuelve a estos libros ms histricos que paisajsti-cos.38 El motivo de este predominio narrativo podra interpretarse como una reaccin ante la escasez de monumentos importantes para describir en ambas regiones, pero parece ms probable que eso ocurra porque en dichos libros el tratamiento de tales acontecimientos histricos resultaba importante al autor para su proyecto cultural, sobre todo en lo concer-niente a la cuestin del fin de la libertad griega. Nos adherimos aqu, por lo tanto, a la postura de Susan Alcock respecto de la naturaleza del libro IV sobre Mesenia y el predominio en l de la narrativa de las guerras entre mesenios y espartanos, que ocupa al menos tres cuartos del mismo, como un recordatorio de la lucha por la libertad de un pueblo frente a la opresin.39 De otro modo, no podra entenderse que se dedicaran 156 pargrafos de un total de 286 del libro VII sobre Acaya, a la historia aquea hasta la destruccin de Corinto.40

    Hechas estas consideraciones, nos proponemos a continuacin reco-nocer y problematizar dos cuestiones respecto a la historia de la Con-federacin Aquea, tal como se desprende de la relectura realizada por Pausanias en poca imperial romana:

    a) Entender cul era la perspectiva de Pausanias sobre el problema de la libertad griega y cmo la abordaba, pues esto nos permitir tener una aproximacin desde un ngulo distinto al problema de la libertad para los griegos del siglo ii d. C.

    b) Indagar acerca de cul era el papel atribuido por el periegeta a los lderes durante la guerra aquea, intentando reconstruir cules eran sus modelos de comportamiento de cara a la defensa de la libertad en otros espacios histricos y narrativos de su obra, lo que nos permitir enten-der aspectos de la dimensin moral de su juicio histrico as como tam-

    37 Cf. Paus., VII, 7-16; VIII, 6, 1-3; 8, 6-12; 27, 1-17; 30, 8-10; 49-52.38 Musti 1994, p. 18.39 Alcock 2001, p. 145.40 Thornton 2005, p. 199.

  • 54 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAbin de su perspectiva sobre las consecuencias ltimas de la dominacin romana.

    Ambas cuestiones pueden, posiblemente, permitir aportar aqu algu-nas reflexiones acerca de la postura histrico-cultural de Pausanias entre el mundo griego y el mundo romano.

    El tpico de la libertad griega

    Tras haber narrado la historia de la Confederacin Aquea en el libro VII y resumido el final de su resistencia con la destruccin de Corinto por L. Mumio (146 a. C.), Pausanias menciona a continuacin que, un tiempo despus, el emperador Nern haba decidido dejar totalmente libre a Grecia.41 Esta medida result de todos modos efmera, pues, contina Pausanias su relato, despus de Nern, se vieron envueltos en una guerra civil y, de nuevo, Vespasiano orden que pagaran tributo y que obedecieran a un gobernador, diciendo que el pueblo griego haba per-dido el hbito de la libertad.42 Despus del gesto asombroso de Nern en el ao 67 d. C.,43 tan importante como para no omitirlo en un relato bastante sinttico, aunque Pausanias s haba actuado as en el caso de la famosa proclama en el istmo de T. Quincio Flaminino (196 a. C.), la prdida de la libertad de los griegos no tena vuelta atrs.44 Uno podra sospechar, sin embargo, que la decisin de Vespasiano no era bien reci-bida por el periegeta, lo que se vuelve por dems evidente si se reflexiona sobre la importancia que en su obra se atribuye al tpico de la libertad griega como una suerte de impugnacin de la opinin de este emperador romano al respecto.

    La reaccin de Pausanias no se compara, de todos modos, con la que supuestamente habra tenido Apolonio de Tiana frente a esta deci-

    41 Paus., VII, 17, 3: .42 Ib., VII, 17, 4. Cf. Habicht 1985, p. 123.43 La ambivalente imagen de Nern en el mundo griego puede verse en Forte 1972,

    pp. 231-238, 256-257; Bowersock 1987, pp. 308-311.44 Se puede hablar de omisin, de acuerdo con Swain (1996, pp. 336-337), porque,

    primero, era un hecho conocido por todos los griegos; segundo, porque el mismo Pau-sanias en X, 34, 4 seala que Flaminino haba sido enviado a Grecia para liberarla. Cf. Palm 1959, p. 65, quien sigue este pasaje para hablar de que Pausanias ve a los romanos esencialmente como liberadores.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 55sin de Vespasiano, pues, segn Filstrato,45 ste habra roto de inme-diato relaciones con el emperador a raz de esto y lo habra acusado, adems, de haber excedido a Jerjes con tal decisin. Segn Pausanias, este emperador romano acusaba a los griegos de haber desaprendido () el uso de la libertad. Hasta qu punto Pausanias bus-caba recordar a los griegos, por lo tanto, en qu consista la libertad para demostrar que Vespasiano estaba equivocado? Por lo tanto, as el recurso al pasado no sera un ejercicio trivial. Si los griegos no eran libres en el presente, era el resultado tangible de un largo proceso histrico en el cual la intervencin romana era slo el suceso ms reciente y ms dramtico, pero, de ningn modo, definitivo de la historia griega, que no poda con-siderarse acabada con la conquista romana.

    Un pasaje importante para entender el marco intelectual de su cons-truccin se encuentra en el libro I, sobre tica, donde el periegeta se topa en su recorrido con una estatua del famoso orador Iscrates y llama la atencin de sus lectores sobre tres aspectos memorables acerca de este hombre. El primero era que haba educado discpulos hasta el da de su muerte, a los noventa aos; el segundo, que haba podido mantenerse alejado de la poltica activa y, el tercero, el ms digno de un hombre libre (), haba sido que, adolorido por la noticia de la derrota de Queronea, se dej morir voluntariamente tras conocerla.46 Existen otras tradiciones sobre su muerte,47 pero no importa aqu tanto la veracidad, sino lo que sus afirmaciones revelan sobre su perspectiva poltico-cultural: Una admiracin por el saber tpica de la lite culta o ; luego, una tendencia moderada en poltica y, por fin, una centralidad atribuida por l al tema de la libertad griega.

    La batalla de Queronea (338 a. C.) representaba en su obra un hito importante en el camino que conduca a la prdida de la libertad para los griegos, opuesto a lo que haba ocurrido en el siglo v a. C. con las Gue-rras Mdicas cuando los griegos s haban sido capaces, por el contrario, de conjurar la amenaza que se cerna sobre su libertad y de rechazar a los persas. Para Pausanias: El desastre de Queronea estuvo en el origen de las desventuras de todos los griegos, y sobre todo hizo esclavos a los

    45 Philostr., VA, V, 41.46 Paus., I, 18, 8.47 Frazer 1913, pp. 183 s.

  • 56 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAindiferentes y a cuantos se alinearon de parte de los macedonios.48 De ese modo, una accin especficamente tebana y ateniense era elevada al nivel de una lucha panhelnica por la libertad, lo que permite establecer un claro contraste respecto a Polibio y su evaluacin de la participacin parcial de los griegos en dicha batalla.

    Para el periegeta muchos griegos que ante esta batalla haban decidido mantenerse indiferentes o que, incluso, haban apoyado a Filipo II, se haban vuelto con ello esclavos, lo que contrasta con lo sealado por Polibio, quien criticaba a Demstenes por haber acusado a varios de los lderes griegos de traicin a la causa griega por no haber apoyado a Atenas en aquella ocasin.49 Polibio consideraba, por su parte, que dicha acusa-cin no tena en cuenta la realidad particular de estos estados griegos, puesto que con el ascenso de Filipo muchas pleis haban podido respirar y cobrar una idea de libertad.50 La ptica de Polibio estaba centrada en el Peloponeso, y en el papel opresor de Esparta (algo no desconocido para Pausanias), y justificaba, en consecuencia, la accin de estos polticos pe-loponesios desde un punto de vista eminentemente pragmtico.51

    Pausanias no vea el asunto desde la misma ptica, sino que prefera definir a Queronea como una gesta colectiva griega en defensa de la li-bertad. En su visin del pasado no valan los matices regionales, puesto que para l o se estaba del lado de la libertad griega o del de la esclavi-tud macedonia. Una prctica recurrente en la Perigesis era sealar, en concordancia con esta visin panhelnica maniquea, el pedigr de una comunidad por su participacin o no en las grandes gestas panhelnicas (Troya, Maratn, Termpilas, Platea, Queronea, Lamia y Delfos). Slo a modo de ejemplo, puede mencionarse su observacin sobre el contingente arcadio aniquilado cerca de Queronea por Q. Cecilio Metelo durante la Guerra Aquea: Cuando regresaban al Peloponeso, aparecieron de pron-to Metelo y los romanos en Queronea. All alcanz el castigo de los dioses griegos a los arcadios que entonces, en el mismo lugar en el que abandonaron a los griegos que luchaban frente a Filipo y los macedo-nios, murieron a manos de los romanos.52 No se aceptan, por lo tanto,

    48 Paus., I, 25, 3.49 Plb., XVIII, 13-15.50 Ib., XVIII, 14, 6: .51 Ib., XVIII, 14, 10-11.52 Paus., VII, 15, 6.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 57las excusas por no haber participado en esa gesta colectiva y haber, en cambio, abrazado la causa macedonia.53 Su interpretacin panhelnica se observa tambin cuando en su recorrido por lide, donde hall el Filipeo, dice que fue construido por Filipo despus de que la Hlade sucumbiera en Queronea.54 Ni Atenas, ni Tebas, sino toda la Hlade haba sido derro-tada en Queronea, aunque no todos los griegos participaron en la batalla, e incluso muchos de ellos vieron con buenos ojos su resultado.

    El panhelenismo de Pausanias, sin embargo, no era inocente. Su idea de la libertad griega no estaba pensada slo como la defensa frente a poderes externos, sino que tena en cuenta tambin la no sujecin de griegos por griegos. Esto, sin duda, sera una novedad en el lenguaje poltico. Incluso, el periegeta est perfectamente consciente de los usos propagandsticos de la consigna de libertad en el mundo griego.55 Por ejemplo, cuando el rey espartano Agis I envi heraldos a Elis exigiendo que se diera la libertad a los lepreatas y a los dems sbditos, y los eli-tanos le respondieron que lo haran cuando los espartanos hubieran libe-rado primero a los periecos.56 Del mismo modo, recoge la historia de la paz de Antlcidas (387 a. C.), cuando Agesilao habra preguntado si los tebanos permitiran jurar a cada uno como representantes de las distintas pleis de la Liga Beocia en nombre de sus respectivas ciudades, a lo que Epaminondas le habra respondido: Espartanos, no antes de que veamos que vuestros periecos juran ciudad por ciudad.57

    Al respecto, en VIII, 52 se encuentra una valiosa discusin sobre los benefactores comunes de la Hlade en la que se reconoce que la liberacin de los griegos de manos de otros griegos constitua el mayor beneficio. Esta discusin se inserta a propsito de la muerte de Filope-mn, lder aqueo y, segn el periegeta, ltimo benefactor comn de la Hlade.58 Entre los otros benefactores, Pausanias cuenta a Milcades, Temstocles, Lenidas, Jantipo, Leotquides, Cimn, Conn, Epami-

    53 Cf. Paus., VIII, 6, 2; 7, 4; 27, 10. El hecho de que Pausanias considera la retri-bucin divina como una creble explicacin para el desarrollo histrico se observa en varios casos, como en Pretzler 2007, p. 89.

    54 Paus., V, 20, 10: .55 Sobre la consigna de libertad en Grecia desde el siglo v a. C., vase Dmitriev

    2011.56 Paus., III, 8, 3.57 Ib., VIII, 13, 2.58 Ib., VIII, 52, 1: .

  • 58 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAnondas, Lestenes y Arato. Los criterios de exclusin de esta lista son bastante significativos. Arstides es apartado, por ejemplo, por imponer tributos a los griegos de las islas, atentando contra su libertad.59 En otro pasaje, se juzga del mismo modo a Lisandro, por crear las decadarquas y establecer harmostas en las ciudades griegas.60 La inscripcin en honor de Filopemn, que Pausanias hall en Tegea, por su parte, lo elogiaba en estos trminos: Son conocidas en toda la Hlade el valor y la fama de este hombre [] autor de la libertad irreprochable.61

    Plutarco menciona ya que un romano haba definido a este hroe aqueo como el ltimo de los griegos.62 Esta inscripcin honorfica por la cual se homenajeaba a Filopemn por su victoria sobre un tirano es-partano, posiblemente Macnidas,63 en 207 a. C., actuaba como un sello y confirmacin de lo expuesto en la breve biografa provista inmediata-mente antes, en la cual se haban exaltado la orientacin panhelnica y antitirnica de su poltica, as como su defensa de la autonoma griega.64 Segn Maria Pretzler, Pausanias pudo haber retrasado la introduccin de la biografa de Filopemn hasta el momento narrativo de su visita a Tegea para justificar la cita de este epigrama inscrito en la base de una estatua, que debe haberle sido muy difcil de localizar.65 Parece ms pro-bable, por el contrario, que el epigrama fuera significativo en s, porque se adaptaba perfectamente a su marco ideolgico, y que la inclusin de la biografa fuera adecuada en ese contexto narrativo especfico.

    Mauro Moggi y Massimo Ossana sealan que esta lectura de las gestas del lder aqueo es muy similar a la realizada por Plutarco en su Vida de Filopemn, pero que esta coincidencia no presupone una lectura directa de la obra del bigrafo, sino posiblemente el acceso de ambos autores a

    59 Ib., VIII, 52, 2.60 Ib., IX, 32, 9. 61 Ib., VIII, 52, 6: []

    .62 (Plu., Philop., 1, 7).63 Plb., XI, 18, 7-8.64 Bearzot 1995, pp. 707-709. Es poco probable que Macnidas fuera tirano, ms

    bien regente de Plope, el hijo de Licurgo. As, Liv., XXVII, 29, 9, tyrannus Lace-daemoniorum, aunque Plope estaba vivo (cf. Diod., XXVII, 1); Errington 1969, p. 55, n. 1.

    65 Pretzler 2007, p. 80.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 59una misma tradicin histrica.66 En ese sentido, un pasaje anlogo sera VIII, 50, 3, donde Pausanias recuerda una ancdota ocurrida durante la segunda estrategia de Filopemn (205 a. C.),67 cuando ste asisti a los Juegos Nemeos y, habiendo entrado al teatro, Plades comenz a cantar los versos de los Persas de Timoteo: Quien procur el adorno grande y glorioso de la libertad a la Hlade.68 Todos los presentes habran vol-teado hacia Filopemn expresando as que lo consideraban destinatario de esos versos. A esto aade, adems, que saba que algo similar le haba ocurrido a Temstocles en los Juegos Olmpicos. Lo cierto es que Plutarco recogi la misma ancdota (Phil., 11, 2). Es muy probable que ambos autores recurrieran al perdido encomio que Polibio escribi sobre su maestro, Filopemn; pero se trata de algo slo hipottico.69

    La adhesin de Pausanias al ideal de una defensa de la libertad pan-helnica frente a la amenaza del dominio espartano y, por consiguiente, la atribucin a Filopemn de esta poltica, equiparable dentro de sus coordenadas ideolgicas a la liberacin de Grecia de la amenaza brbara persa, explica mejor la eleccin del periegeta. Es claro que Pausanias no tiene una visin positiva de los espartanos. En ese sentido, un pasaje particularmente significativo es aquel en el que, luego de la derrota final de los mesenios a manos de los espartanos y la prdida de su territorio y libertad, Gorgo y Manticlo suplican al tirano de Regio, Anaxilao, que no los obligue a esclavizar a los habitantes de Zancle despus de haber sufrido un trato impo semejante de parte de sus parientes espartanos.70 Textualmente, los mesenios dicen que no les obligase a hacer lo mismo contra hombres griegos. Parece explcita la idea de que los espartanos habran obrado mal al esclavizar a otros griegos, y el libro IV sobre Mesenia, con su preponderancia de la narrativa histrica, estaba all para conmemorar no slo las gestas realizadas por los mesenios en defensa de su libertad, sino tambin para condenar la actitud de los espartanos.

    Volviendo a Filopemn, y al inters de Pausanias por l, es muy pro-bable que detrs de su leyenda panhelnica se esconda el retrato positivo

    66 Moggi y Ossana 2003, p. 523. Errington 1969, pp. 238-240, seguido por Swain 1996, p. 335; por el contrario, estn convencidos de una lectura directa de la Vida de Filopemn por parte de Pausanias.

    67 La fecha y la cronologa en Errington 1969, p. 250.68 Paus., VIII, 50, 3: .69 Plb., X, 21, 5-8.70 Paus., IV, 23, 8-9.

  • 60 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAque Polibio haba elaborado de quien fuese su maestro, en el que se borr las motivaciones polticas de su conflicto con Esparta y las subsumi en el marco de un ideal de lucha panhelnica que legitimara el expansio-nismo aqueo.71 Sera un caso de lo que Candau denomina prosopopeya memorialista, que comparte muchos elementos con el exemplum de la historiografa antigua, y que lleva a disimular los defectos y magnificar las virtudes de un individuo y, fundamentalmente, a seleccionar aquellos rasgos dignos de imitacin.72 No es extrao que otros aspectos ms cues-tionables de su figura, o que simplemente no se amoldaban a la imagen de un benefactor comn de los griegos, fueran simplemente elididos del relato histrico. As, por ejemplo, tras la masacre de Compasio, Polibio dice que Filopemn mand a ejecutar a 80 lderes espartanos, mientras que Aristcrates seala que fueron unos 350. Lo ms llamativo, con todo, es que, aunque Pausanias consult la obra de Polibio, y proba-blemente una tradicin comn a la de Plutarco, mencionaba solamente que 300 individuos haban sido expulsados del Peloponeso.73 Otros tes-timonios parecen mostrar, al menos segn la perspectiva de David Golan, que Filopemn, ms que estar abocado a un proyecto panhelnico, estaba preocupado por someter a otros griegos a la Confederacin Aquea.74

    No resulta llamativo, por lo tanto, y en consonancia con la prosopo-peya de Filopemn y otros lderes aqueos como Arato, que Pausanias exacerbara la visin edulcorada del progreso territorial de la Confede-racin Aquea como un proceso carente de conflictos, excepto contra Esparta, que, a su vez, era vista como una fuerza contraria a la libertad.75 Incluso una accin controvertida para la opinin pblica griega como haba sido el saqueo de Mantinea y la esclavizacin de su poblacin por Antgono Doson y Arato, es elidida por Pausanias.76 Cmo designar

    71 Renaud 1971.72 Candau 2008, pp. 140-141.73 Plutarco (Phil., 16, 4) seala tanto las cifras de Polibio como las brindadas por

    Aristcrates (FGrHist 591 F4). Tito Livio (XXXVIII, 33, 10-11) parece aceptar la cifra de Polibio (septemdecim sexaginta tres). Los 350 puede ser una exageracin pro-espartana (Errington 1969, p. 145). Cifras de Pausanias (VIII, 51, 3).

    74 Golan 1974.75 Notablemente, en Paus., VII, 7, 2-3.76 Ib., VIII, 8, 11. Polibio (II, 56-58) haba tenido que ensayar una defensa de Arato

    y Antgono por la esclavizacin en masa de la poblacin de Mantinea, cidamente criti-cada por Filarco. Cf. Rostovtzeff 1998, p. 194.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 61a Arato como uno de los benefactores comunes de los griegos cuando haba esclavizado a una plis griega? La nica explicacin posible es que algunos elementos de la historia aquea helenstica que el periegeta hall en las Historias de Polibio no se amoldaban sin crear polmica a su propia lectura del pasado griego, en el que los aqueos deban ser vistos como la ltima fuerza liberadora de Grecia.

    La imagen de Filopemn era, por lo tanto, funcional al problema de la libertad griega abordado, puesto que, no sorprendentemente, otro de sus benefactores comunes de Grecia, Epaminondas, era representado prcticamente en los mismos trminos en una inscripcin en dsticos ele-gacos que haba hallado: que los griegos obtuvieron la libertad gracias a l. Los versos rezaban como conclusin: mientras toda la Hlade es autnoma en la libertad.77 Ni Filopemn, ni Epaminondas se haban enfrentado militarmente a enemigos externos, sino que ambos combatie-ron a Esparta y evitaron que sometiera a otros griegos. La amenaza a la libertad griega poda provenir, dentro del pasado panhelnico construido por Pausanias, tanto de una potencia invasora como de una potencia griega. Por ello, Filopemn y Epaminondas merecan estar a la altura de grandes hroes griegos del pasado como Milcades o Lenidas.

    Los lderes aqueos y el fin de la libertad griega

    Como Swain ha puesto de relieve, en el recurso al pasado por parte de los intelectuales griegos bajo dominio romano exista una estructura ideolgica definida, pues los modelos o figuras individuales arquetpicas del pasado eran funcionales a las nuevas lites cvicas, que buscaban asociarse a aquellas y apuntalar su legitimidad para mandar sobre la base de compartir ciertos rasgos de carcter.78 Al mismo tiempo, la his-toria constitua un vehculo de comunicacin importante dentro de la lite griega cultivada de los , ya que, en lneas generales, todos ellos conocan los acontecimientos bsicos del pasado y tenan a menudo ideas similares sobre su importancia y sentido.79 Las figuras

    77 Paus., IX, 15, 6: [] .

    78 Swain 1996, p. 72.79 Pretzler 2007, p. 74.

  • 62 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAindividuales del pasado griego, como se ha observado en el caso de los benefactores comunes de Grecia, importaban a Pausanias porque le per-mitan presentar a su pblico de la lite modelos de comportamiento, en los cuales ste poda reflejarse e inspirarse. El caso del comportamiento de los lderes de la guerra aquea nos permitir explorar esta cuestin y la relacin de la lite con el tpico de la libertad griega.

    En la actualidad existe un consenso en torno a que la fuente consulta-da por Pausanias para componer su relato de la guerra aquea fue Polibio. La tesis del uso de una fuente intermedia, propuesta en el siglo xix por Bartholomus Baier y Curt Wachsmuth, ha quedado actualmente obsole-ta dados sus supuestos hoy dejados de lado:

    1) El autor intermedio no habra compartido con Polibio una supues-ta rmerfreundliche Gesinnung o disposicin amistosa hacia los roma-nos, puesto que el relato de Pausanias sera ms favorable a los aqueos;

    2) simpata por los atenienses, no compartida por Polibio; 3) animosidad general contra los reyes macedonios, que en Polibio no

    sera tan monoltica; 4) creencia en la retribucin divina por las acciones.80 Segn esta postura, todo ello indicara el uso de una fuente aquea

    independiente; sin embargo, ya Herman Ebeling mostr que los cuatro tems, ms que pertenecer a una fuente desconocida, eran caractersticas propias de Pausanias y que este supuesto de la no consulta directa de Polibio descansaba exclusivamente en los prejuicios sobre el carcter no-creativo de la narracin de la Perigesis.81

    Podemos constatar que tanto en el relato de Pausanias, como en el de Polibio, los lderes aqueos son los grandes responsables del fin de este experimento griego de unin y defensa de la libertad: Y cuando a duras penas, como de un rbol daado y seco en su mayor parte, re-to de la Hlade la Confederacin Aquea, la impericia de sus jefes la cortaron mientras todava estaba creciendo.82 Es interesante que esta reflexin cerrara una digresin particular sobre Acaya en la que se liga-ba su derrota a manos de los romanos con la historia de Grecia a partir del siglo iv a. C. que se caracterizaba porque ninguno de los griegos

    80 Baier 1885; Wachsmuth 1887.81 Ebeling 1914, p. 141. Sobre la incapacidad creativa de Pausanias: Habicht 1985,

    pp. 165-175.82 Paus., VII, 17, 2.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 63tena la hegemona,83 dado que Esparta, Atenas y Tebas haban sufri-do graves descalabros. La hegemona pas finalmente a los aqueos, pues a la autoridad que los romanos colocaron en territorio griego lo llaman gobernador no de Grecia sino de Acaya porque sometieron a los griegos a travs de los aqueos que entonces estaban a la cabeza del mundo griego.84 La impericia de sus jefes provoc, por lo tanto, la prdida de la libertad no slo para los aqueos, sino tambin para los griegos en su conjunto.

    Sin embargo, esta responsabilidad atribuida a los lderes polticos aqueos85 debe considerarse slo como el ltimo acto de una serie de ma-niobras que habran saboteado internamente la libertad griega a lo largo de la historia desde poca clsica. Pausanias presenta modelos positivos y negativos de lderes griegos, prestando atencin principalmente a su comportamiento responsable, o no, respecto a la libertad y la autonoma griegas. Los ltimos lderes aqueos son importantes, por lo tanto, por lo que representan para su clave de lectura histrica.

    La traicin es lo ms visible entre estas acciones que desde la perspec-tiva del periegeta socavaron la libertad, como se observa en su narracin sobre Calcrates.86 Su fuente evidente es Polibio, lo que lo hace describir a aquel lder aqueo como el iniciador de los males para su pueblo.87 Pero Pausanias enmarca la accin de Calcrates dentro de una historia ms vasta de la traicin entre los griegos que se remonta a la poca clsica. As, enumera la accin de los trierarcos samios, la de los prominentes ciudadanos eretrios, tebanos y tesalios en los enfrentamientos contra los persas, las de los amigos de Lisandro y las de muchos ciudadanos griegos en favor de Filipo II. Su relato de los tratos entre Dmades y Antpatro en la guerra Lamaca es central:

    Cuando los griegos sufrieron la derrota de Lamia, Antpatro se esforzaba en pasar a la guerra de Asia, y quera concluir rpidamente la paz y no le importaba nada si iba a dejar libres a Atenas y a toda Hlade (

    83 Ib., VII, 6, 8.84 Ib., VII, 16, 10.85 Pausanias subraya fundamentalmente el carcter execrable de Calcrates (VII, 11, 2:

    ), la estupidez de Menlcidas (VII, 13, 8: ), la locura y necedad de Dieo y de Criolao (VII, 14, 6: 15, 8: ). Cf. Lafond 2002, pp. XLII-XLIII.

    86 Paus., VII, 10, 1-12.87 Cf. Plb., XXIV, 10, 8.

  • 64 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiA ). Pero Dmades y todos los trai-dores que haba en Atenas convencieron a Antpatro de que no tuviese nin-gn sentimiento humanitario hacia los griegos ( ), y, asustando al pueblo de los atenienses, fueron los culpables de que fueran introducidas guarniciones en Atenas y la mayora de las dems ciudades. Confirma mi opinin lo siguiente: los atenienses, en efecto, despus del infortunio en Beocia no se convirtieron en sbditos de Filipo, aunque fueron apresados dos mil, cuando fueron vencidos en la batalla, y muertos mil. Pero en Lamia cayeron unos doscientos, y no ms, y sin embargo fueron esclavizados por los macedonios ( ). De este modo, nunca se vio libre la Hlade de la plaga de los traidores; y a los aqueos un aqueo, Calcrates, de ese modo, los someti totalmente a los romanos ( ). Pero el iniciador de sus males y la destruccin del poder de los macedonios por los romanos fue Perseo.88

    Las situaciones histricas no son completamente anlogas, pues Ate-nas haba sido derrotada militarmente por Antpatro, mientras que la Confederacin Aquea era aliada de Roma. El resultado, sin embargo, fue el mismo, pues los responsables de la prdida de la libertad haban sido los propios lderes que traicionaron a sus respectivas patrias. Esto se interpretaba como una constante del pasado griego: el traicionar a su patria y a sus conciudadanos por ganancias particulares, que nunca en todo el tiempo haba faltado a la Hlade.89 En ese sentido, tambin re-currir a una fuerza exterior para hacerse con el poder es motivo de crtica en varios pasajes de la obra.90

    Otro aspecto central de la crtica a los lderes griegos es su responsa-bilidad en la rivalidad y guerra incesante entre las pleis, lo que debilit a Grecia e impidi que pudiera ofrecer un frente panhelnico comn a los invasores, tal como se pone de relieve en el momento del ascenso de la Confederacin Aquea.91 En su pasaje sobre los benefactores comunes de los griegos, adems, no incluye a ninguno de los lderes de la guerra

    88 Paus., VII, 10.4-5.89 Ib., VII, 10, 1:

    .90 Cf. ib., I, 23, 4; II, 21, 8; III, 4, 2; 5, 1; 8, 4; IV, 28, 4; V, 5, 1; VII, 7, 5; 10, 1-5;

    27, 7; X, 34, 3; etc.91 Ib., VII, 6, 8-9.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 65del Peloponeso, que se podra decir que eran asesinos por su propia mano y casi los que hundieron a la Hlade.92 Queronea tampoco estaba al margen de esta interpretacin, puesto que Filipo II, si bien haba de-rrotado a los griegos en el campo de batalla, su victoria fue anticipada por las acciones irresponsables de los lderes griegos que se haban en-zarzado en guerras ininterrumpidas.

    En efecto, los Imperios persa, macedonio y romano parecen aprove-charse de las rivalidades y de la falta de solidaridad panhelnica, algo que Pausanias es incapaz de comprender. En realidad, esto era perfec-tamente natural porque nunca haba existido una nacionalidad griega, ni tampoco ello constituy una preocupacin para los antiguos griegos, sino slo para los historiadores europeos del siglo xix que se pregunta-ban por qu los griegos fallaron en construir una nacin.93 Ciertamente existi una identidad cultural griega desde poca arcaica, que gener cierto grado de pertenencia e identidad, pero que no avanz ms all.94 La identidad de los ciudadanos con su plis haba primado siempre, aunque Pausanias, escribiendo tras la organizacin del Panhellenion en poca de Adriano, pensaba en una identidad griega de fronteras ms vastas. Su incomprensin se advierte, por ejemplo, en su evaluacin de la alianza entre Esparta y Creso, rey de Lidia: y cuando Creso les envi regalos, fueron los primeros que se hicieron amigos del brbaro, despus de que haba esclavizado a los dems griegos de Asia y a todos los do-rios que habitan en el continente cario.95

    La falta de solidaridad y unin entre los griegos se advierte en cada una de las luchas colectivas que stos entablaron por su libertad, en las que algunos de ellos no participaron debido a sus rivalidades con otros griegos.96 Pausanias no ahorraba en consecuencia recriminaciones al respecto, por ejemplo, en el caso de los arcadios, porque no haban participado en Queronea y Lamia: De que Filipo, hijo de Amintas, y el poder de los macedonios creciera fue causa, sobre todo, el odio de los arcadios contra los espartanos, y los arcadios no participaron en Que-

    92 Ib., VIII, 52, 3: .

    93 En general, Walbank 1951.94 Cf. Hall 2005.95 Paus., IV, 5, 3:

    .96 Ib., IV, 28, 2; V, 4, 9; VII, 6, 4; VIII, 6, 3.

  • 66 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAronea con los griegos, ni tampoco en el combate de Tesalia.97 Estos particularismos eran objeto de crtica como un componente disolvente del panhelenismo.

    Una vez ms repetimos: la ptica de Pausanias es, por lo tanto, panhelnica y no se preocupa por entender las circunstancias histricas concretas del pasado griego, es decir, las serias rivalidades entre pleis, sino que juzga el pasado sobre parmetros acordes con su propio ideal panhelnico contemporneo. Dentro de esta estructura ideologizada de lectura del pasado es fcil justificar, por las rivalidades y mezquinda-des, el derrumbe de Grecia. Desconociendo por momentos, aunque no en el caso de Esparta, la naturaleza opresiva de las hegemonas de las pleis griegas, poda entonces afirmar, por ejemplo, que la derrota en Queronea fue un desastre para todos los griegos.98 Muchos griegos se haban beneficiado del apoyo de Filipo II, sobre todo aquellos del Peloponeso, pero Pausanias desconoce esta situacin.

    Cul era la postura de Pausanias frente al dominio romano? Uno de los pasajes ms polmicos de la Perigesis en el que el autor emite, posiblemente, un juicio negativo sobre la expansin romana a Grecia es VIII, 27, 1. All muestra cierto paralelo con la calificacin de Que-ronea como un desastre para todos los griegos ( ). Durante su recorrido por Arcadia, tambin men-ciona un desastre de la dominacin romana ( )99 relacionado con el movimiento de pueblos y la funda-cin de ciudades. Literalmente, la traduccin sera que el movimiento de pueblos haba ocurrido a causa del desastre de la dominacin romana.

    Sin embargo, a comienzos del siglo xix, Etienne Clavier enmend el texto colocando un antes de , lo que variaba el sen-tido a como resultado de un desastre que ocurri durante el dominio romano.100 Casi todos los editores modernos han aceptado esta conjetu-ra gracias a la autoridad de Jonas Palm, que fue un defensor a ultranza

    97 Ib., VIII, 27, 10. 98 Ib., IX, 6, 5: .99 Ib., VIII, 27, 1. 100 Clavier 1814-1821. Como seala Hutton (2008, p. 630, n. 34), Clavier no ofrece

    ningn motivo para esta enmienda, adems, ninguna edicin del texto anterior a 1959 la incluye.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 67de la validez de la enmienda textual.101 Su tesis era que Pausanias no atribua la decadencia de los griegos a los romanos, sino a los mace-donios y que, adems, era un observador neutral de las intervenciones romanas en Grecia. La enmienda contribua, por lo tanto, a reforzar el argumento del erudito sueco.102

    Ewen Bowie fue uno de los primeros en negar la validez de la enmien-da.103 Ms recientemente, William Hutton ha demolido sistemticamente los dos supuestos principales sobre los que Palm se apoyaba.104 Por una parte, resulta bastante claro que el pasaje, tal como fue transmitido, tiene sentido y, por otra, ayuda a entender la compleja naturaleza de la actitud poltico-cultural de Pausanias hacia el dominio romano. Pero a qu clase de desastre alude. La respuesta de Palm, de que se trataba de algn tipo de desastre natural, ha sido rebatida por Swain, por lo que parece claro que el desastre estara explcitamente relacionado con efectos del dominio romano sobre Grecia.105 Hutton ha llamado la atencin sobre los sinecismos forzados impulsados por Augusto en Patrs y Nicpolis, as como tambin el repoblamiento de Corinto.106

    Nos gustara argumentar en favor de este ltimo caso, pero tambin advertir que la destruccin de Corinto tiene un sentido particularmente importante en el marco de su relato de la Guerra Aquea. Como Elsner ha puesto de manifiesto, la Perigesis es un compendio cuidadosamente estructurado de regiones elegidas, formado y ordenado a travs del viaje en una narrativa continua y que a travs de digresiones (histricas, religiosas, mitolgicas, histrico artsticas, etnogrficas) transmita un cuidadoso retrato, una ideologa deliberada, de Grecia .107 No pueden tomarse, por lo tanto, pasajes aislados sin relacionarlos, puesto que se

    101 Palm 1959, pp. 63-74. Todas las ediciones modernas posteriores a 1959, excepto una, adoptan la enmienda del texto de Clavier. Moggi y Ossana (2003), en cambio, colocan en vez de .

    102 La hostilidad, en Gurlitt 1890, p. 87, n. 43; Regenbogen 1956, pp. 1069-1070. Habicht (1985, p. 120) plantea que, ms que hostilidad, Pausanias se muestra lleno de resentimiento y animosidad.

    103 Bowie 1994, p. 217.104 Hutton 2008, pp. 630-631.105 Swain 1996, pp. 353-354. 106 Hutton 2008, p. 625. Nicpolis: Paus., V, 23, 3; VII, 18, 8-9; X, 38, 4; Patrs: VII,

    17, 5; 18, 7; 27, 1. Corinto, ver ms adelante. Cf. Swain 1996, pp. 354 ss.107 Elsner 2001, p. 6.

  • 68 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAtrata de una cuidadosa obra. As, puede establecerse una conexin con un pasaje del libro V:

    Los arcadios desde el comienzo hasta hoy, han continuado en posesin de su tierra. Los restantes han venido de fuera. En efecto, los actuales corintios fueron los ltimos en llegar de los peloponesios, y desde que recibieron del emperador la tierra hasta mi poca han pasado doscientos diecisiete aos.108

    El caso de Corinto, que ha sido denominado el centro de la Romani-tas en Grecia,109 es significativo. Aunque en el siglo ii d. C. se produjo, gracias a las medidas implementadas por Adriano, una presin hacia la adopcin del griego en la ciudad, la misma sigui siendo un punto clave del dominio romano en el oriente griego.110 Un contemporneo de Pau-sanias, Apuleyo, deca sobre Corinto caput est totius Achaiae provinciae (es la cabeza de toda la provincia de Acaya).111 Como sugiere Karim Arafat, es probable que el propio periegeta considerara que Corinto era, en efecto, el centro del influjo romano en Grecia.112 En ese sentido, existen algunos indicios de que la lite corintia, a partir del siglo ii d. C., trat activamente de asociarse al pasado helnico, como permite suponer el hecho de que Favorino hablara del carcter helnico de los nuevos pobladores.113 Quiz la referencia en Pausanias a los antiguos sacrificios en el templo de Deima (el Terror), que, despus de que Corinto fue destruido por los romanos y los antiguos corintios murieron, dejaron de ser realizados por los nuevos colonos, apunte a marcar la ruptura cultural entre ambos asentamientos.114 Se tratara realmente de una estrategia de memoria a contrapelo de la de la lite corintia, puesto que as, al menos, nos parece que puede interpretarse un pasaje en el que Pausanias busca marcar la ruptura cultural con el pasado de Corinto: Ms arriba del teatro hay un santuario de Zeus Capitolino en lengua de los romanos;

    108 Paus., V, 1, 2: . . , , , .

    109 Cartledge y Spawforth 1989, p. 104; Alcock 1993, p. 156.110 Alcock 1993, p. 169.111 Apul., Met., X, 18.112 Arfat 1996, pp. 90, 109-112.113 D. Chr., XXXVII, 1; 26.114 Paus., II, 3, 7; cf. Hutton 2008, p. 148.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 69en lengua griega sera llamado Corifeo.115 La Corinto actual no posee, por lo tanto, ni la lengua, ni los ritos de la antigua y difcilmente pueda considerrsela griega.

    Pero la discontinuidad no sera slo cultural, sino incluso biolgica. Pausanias establece una marcada distincin entre los actuales corin-tios ( [] ), que no son griegos, y los antiguos co-rintios ( .: V, 25, 1; .: V, 17, 5; . : V, 10, 5).116 Los habitantes de la Laus Iulia Corinthus, fundada en el 44 a. C., son considerados recin llegados sin vnculos con la antigua plis, es decir: En Corinto no vive ya ninguno de los antiguos corintios, sino co-lonos enviados por los romanos.117 En II, 3, 1, el periegeta introduce la siguiente noticia: Por encima del gora hay un templo de Octavia, her-mana de Augusto, que fue emperador de los romanos despus de Csar, el fundador de la Corinto actual ( ). La destruccin de Corinto es, por lo tanto, un tpico recurren-te, as como tambin lo es el hecho de que la nueva plis no tenga nada que ver con la anterior. Su destruccin en el marco de la Guerra Aquea es explcitamente recordada al inicio del libro II, lo que puede ser sig-nificativo para ligarla con su carcter ms nuevo que el de Megalpolis. En definitiva, el dominio romano abra una nueva realidad para Grecia:

    En Corinto no vive ya ninguno de los antiguos corintios, sino colonos en-viados por los romanos. La causa de esto fue la Confederacin Aquea, pues como los corintios eran miembros de ella, tambin participaron en la gue-rra contra los romanos, que Critolao, elegido estratego de los aqueos, hizo estallar, persuadiendo a los aqueos y a la mayora de los de afuera del Pe-loponeso de que se rebelasen. Cuando los romanos vencieron en la guerra, despojaron a todos los griegos de las armas y derribaron las murallas de todas las ciudades que estaban fortificadas. Pero Mumio, que estaba al man-do del ejrcito romano, asol Corinto, y dicen que despus la repobl Csar, que fue el que estableci el actual rgimen poltico de Roma; y tambin reconstruy Cartago durante su mandato.118

    115 Paus., II, 4, 5.116 No se entiende la afirmacin de Elsner (1992, p. 15) sobre la grecidad adquirida

    por los nuevos corintios: En virtud de estar en aquel lugar, de acuerdo a la definicin pausaniana, estas personas haban llegado a ser griegas; el lugar mismo les haba im-partido su identidad.

    117 Paus., II, 1, 2; cf., tambin, II, 3, 7.118 Paus., II, 1, 2.

  • 70 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAEl contexto del pasaje es fundamental para comprender el

    , puesto que all se hace referencia al he-cho de que Megalpolis era la ciudad ms reciente no slo de Arcadia, fundada tras la batalla de Leuctra, quiz en 368 a. C., sino tambin de toda Grecia,119 excepto aquellas cuyos habitantes cambiaron de lugar como resultado del desastre de la dominacin romana. La vincula-cin entre distintas historias presentes en digresiones, sobre los aqueos, se vuelve as central para comprender la actitud de Pausanias frente a Roma en VIII, 27, 1. Recientemente, Juan Pablo Snchez Hernndez ha propuesto una interpretacin del pasaje y una traduccin, como con-secuencia de la crisis de gobierno de Roma, centradas en la realidad histrica de la lucha poltica en el Mediterrneo oriental durante la crisis de la Repblica.120 Esta tesis es interesante, pues muestra sensibilidad por la reflexin histrica de Pausanias que, de ese modo, habra sido capaz de enlazar la historia griega con la realidad de la crisis del sistema de gobierno romano, algo tambin adelantado por Johanna Akujrvi.121 Sin embargo, la evidencia es dbil y parece ms conveniente relacionar directamente la idea de desastre con la imposicin del dominio romano sobre Grecia tras la derrota de la Confederacin Aquea. En el caso de Corinto y de los corintios, esto es claro, pues llev a la destruccin de su plis, pero nos interesara, adems, sumar el caso de los arcadios.

    Este desastre del dominio romano se sita espacial y narrativamente en Arcadia. En el mismo libro Pausanias escribe: De todas las ciudades que la tierra ha mostrado en el continente y en las islas Licosura es la ms antigua y la primera a la que contempl el sol.122 As como sta era la ms antigua, Megalpolis era la ms moderna, y ambas se ubicaban en la misma regin. Pero lo cierto es que la segunda estaba ya en de-cadencia, as como gran parte de las ciudades arcadias, segn el propio autor.123 Arcadia es, como en gran parte de la literatura clsica, un vesti-gio del pasado, de un mundo anterior a la llegada de los romanos y, por ello, se muestra como un espacio geogrfico-cultural apropiado para re-

    119 Paus., VIII, 27, 1: , .

    120 Snchez Hernndez 2008.121 Akujrvi 2005, pp. 288-289.122 Paus., VIII, 38, 1.123 Ib., VIII, 33, 1; 27, 7.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 71flexionar sobre el impacto de la llegada de stos, que no sera totalmente negativa para las ciudades de la regin como en el caso de Palantio.

    Dice Pausanias124 que la misma, ligada por parentesco a los roma-nos, experiment una mejor suerte, puesto que Antonino Po la elev de aldea al rango de ciudad y le concedi adems libertad y exencin de impuestos. En cambio, Pausanias recuerda que los arcadios tomaron parte de manera ms entusiasta que otros griegos en la Confederacin Aquea125 y que sus tropas fueron masacradas en Queronea por Cecilio Metelo.126 Tambin cuenta que, aunque Clemenes III de Esparta devas-t Megalpolis, sta fue restaurada y rehabitada a continuacin por los aqueos,127 mientras que en poca romana se encontraba abandonada y en ruinas.128 Ya Polibio mencionaba los problemas demogrficos y de tierra de esta ciudad, pero Pausanias omita esta cuestin en su breve sntesis. De acuerdo con cmo presenta la situacin de Arcadia en general, y de Megalpolis en particular, en poca romana es difcil no reconocer que para l el dominio romano en Arcadia haba sido un verdadero desastre.

    Es interesante notar que tanto Corinto como los arcadios se convir-tieron en vctimas de los romanos debido a su pertenencia y a su activa participacin dentro de la Confederacin Aquea. La derrota de sta, que entonces estaba a la cabeza del mundo griego,129 signific el someti-miento de Grecia y la prdida de la libertad. Las medidas tomadas por Mumio fueron brutales, entre ellas, la destruccin de Corinto.130 Las consecuencias para Arcadia, que tambin particip activamente, fueron terribles. Dados estos datos es difcil negar que Pausanias interpretara la llegada de los romanos como un desastre para Grecia, equiparada en su discurso con la Confederacin Aquea. Se trataba simplemente de una lectura del modo dramtico en el que Grecia haba dejado de ser libre. La situacin histrica de imposicin del dominio romano haba sido traumtica, por las duras medidas tomadas de inmediato despus de 146 a. C., por los destrozos durante la primera guerra Mitridtica, como en

    124 Ib., VIII, 27, 7; 43, 1-2.125 Ib., VIII, 6, 3.126 Ib., VII, 15, 6.127 Ib., VIII, 27, 16.128 Ib., VIII, 33, 1; Str., VIII, 8, 1.129 Paus., VII, 16, 10.130 Ib., VII, 16, 7-10

  • 72 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAel caso de Tebas,131 por la guerra librada en su territorio durante la lucha por el poder entre romanos hasta Accio en 31 a. C. y por los consiguien-tes movimientos de poblacin ordenados por Augusto a continuacin. Con todo, Pausanias reconoce que un emperador romano, Adriano, haba hecho florecer de nuevo a Atenas132 y, de hecho, a todo el mundo griego excepto a Mgara.133 Hay que acordar, por lo tanto, con Palm, en que Pausanias no exhiba una actitud crtica sistemtica hacia el dominio ro-mano, sino hacia las acciones particulares de algunos de sus gobernantes y, sobre todo, hacia las circunstancias concretas de la imposicin del dominio romano tras la derrota aquea.

    Adems, la responsabilidad ltima por el desastre griego es atribui-da a los propios griegos.134 La causa haba sido la Confederacin Aquea y su lder, Critolao, que convenci a los aqueos y a la mayora de los de afuera del Peloponeso a rebelarse:135 A este Critolao le dominaba un ardiente e irrazonable deseo de hacer la guerra contra los romanos.136 El periegeta no critica per se la guerra, sino, en consonancia con la re-flexin polibiana, por sus pocas posibilidades de xito: Pero la audacia acompaada de debilidad ms bien se podra llamar locura que mala suerte.137

    Se advierte, sin embargo, una diferencia con la evaluacin de Polibio de estos lderes, puesto que Pausanias se mostraba preocupado por los modelos de comportamiento clsico de defensa de la libertad griega frente a la barbarie. Borja Antela Bernrdez explica que la guerra apa-rece en el mundo antiguo como el gran examen del carcter [ ], cual-quier vicio o error demostrado en campaa es un sntoma de debilidad

    131 Ib., IX, 7, 6.132 Ib., I, 20, 7.133 Ib., I, 36, 3.134 Mauro Moggi (2002, p. 447) apunta sagazmente a la responsabilidad atribuida

    por el periegeta al embajador C. Sulpicio Galo, enviado para mediar entre Argos y Es-parta en 164/3 a. C., que precede a la crisis aquea frente a Roma en casi veinte aos, lo cual no encuentra paralelo en Polibio.

    135 Paus., II, 1: [] .

    136 Paus., VII, 14, 4: . Cf. 14, 5.

    137 Ib., VII, 14, 6.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 73interior.138 Pausanias vea a Critolao en consecuencia como un plido reflejo de los hroes griegos del pasado, que se haban enfrentado con valor a los brbaros:

    Entonces, cuando Critolao se enter por sus espas de que Metelo y los ro-manos haban cruzado el Esperqueo, se refugi en Escarfea de los locrios y no se atrevi a apostar a los aqueos en el estrecho que hay entre Heraclea y las Termpilas y a esperar a Metelo, sino que lleg a tal grado de terror que ni siquiera le inspir mayor confianza el mismo lugar donde los lacedemonios lucharon contra los medos en favor de los griegos y los atenienses realizaron actos de audacia contra los glatas, en nada menos gloriosos que aqullos.139

    Pausanias seala adems, tomndolo, sin duda, de Polibio,140 que Dieo orden la liberacin de esclavos.141 Sin embargo, el periegeta agrega una interpretacin propia, pues dice que el lder aqueo lo hizo: imitando la decisin de Milcades y los atenienses antes de la batalla de Mara-tn. Pausanias crea que ambas situaciones eran anlogas? Estaban los griegos a punto de enfrentarse a la amenaza de ser esclavizados por brbaros? Eran los romanos brbaros? Susan Alcock ha observado la importancia que tena en la obra la memoria de la guerra de Troya, las guerras Mdicas y la invasin de los glatas, y podramos agregar tambin la resistencia a los reyes macedonios. Esto denotaba un para-digma de rechazo de lo brbaro y, por lo tanto, de mantenimiento de una frontera entre griegos y aquellos a los que enfrentan [] el rechazo de los persas, y de los otros asociados, del suelo griego se vuelve una metfora para este proceso.142 As se sintetizara el vnculo imaginario entre persas, celtas y romanos y la incapacidad de Critolao de seguir el ejemplo de los grandes griegos del pasado.143

    138 Antela-Bernrdez 2008, p. 312.139 Paus., VII, 14, 6. Segn la reconstruccin de Gruen (1976), quiz la ofensiva de

    Metelo desde Macedonia tomara por sorpresa a Critolao, quien slo haba liderado una pequea avanzadilla para reconquistar Heraclea.

    140 Plb., XXXVIII, 15, 3.141 Paus., VII, 15, 7.142 Alcock 1994, p. 257.143 Es difcil evaluar el lugar de los romanos dentro de la polaridad griegos/brbaros.

    Cf. Swain 1996, pp. 350-352; Bowie 1994, pp. 219-220.

  • 74 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAComo haba anunciado Pausanias, esta empresa, aunque hubiera sido

    llevada a cabo y Critolao, sin acobardarse, hubiera enfrentado a los ro-manos en las Termpilas, habra sin duda tambin fallado. La memoria de los actos gloriosos como Maratn no necesariamente conduca a una victoria, como los mesenios haban experimentado frente a los acarna-nios.144 Sin embargo, actuando como lo haban hecho los benefactores comunes de la Hlade en el pasado, podra haber dejado un recuerdo de s mismo digno de la historia griega, al menos como sta haba sido fabricada por el periegeta, en la cual la defensa de la libertad griega era la dimensin central del pasado y tambin del presente. En el libro X, llegando al final de su obra, Pausanias llega a Elatea y narra las vicisi-tudes histricas de esta plis frente a medos, macedonios, romanos y pnticos y aade una pequea ancdota contempornea: En mi tiempo, los costobocos, en sus correras por la Hlade, llegaron hasta Elatea. En-tonces un tal Mnesibulo reuni en torno a s una compaa de hombres, y despus de dar muerte a muchos brbaros cay en la batalla.145

    Los costobocos hicieron una pequea correra por Grecia con alcances limitados, pero Mnesibulo, antiguo vencedor olmpico, demostr con su arriesgada accin que la capacidad griega de herosmo contra los brba-ros no estaba muerta.146 El focidio Patrn, que organiz a los ciudadanos de Lilea para enfrentar a la guarnicin de Filipo V, pertenece a la misma prosopopeya pausaniana. No parece casual, teniendo en cuenta el objetivo de la obra de recordar a los griegos su libertad, que su ltimo libro fuera tan rico en ejemplos.147 En efecto, acababa de recordar al joven atenien-se Cidias, muerto combatiendo contra los glatas,148 accin directamente comparada con el ataque de Jerjes.149 Frente a estos ejemplos, los lderes aqueos no slo haban sido vctimas de su venalidad, audacia, locura, sino adems de su incapacidad de estar a la altura de la defensa de la libertad griega y comportarse como Lenidas, Cidias o, incluso, Mnesibulo.

    Un rasgo particularmente vituperado en la obra es la cobarda y el temor a la muerte. Tras ser derrotados una segunda vez los aqueos en el Istmo,

    144 Paus., IV, 25, 5.145 Ib., X, 33, 3.146 Bowie 1992, pp. 228-229.147 Tambin Telesarco (Paus. X, 22, 1) y Alexmaco (X, 23, 3).148 Paus., X, 20, 5; I, 4, 2.149 Para una comparacin detallada, vase Ameling 1994, pp. 145-158.

  • nova tellvs, 321, 2014, pp. 45-79 75Pausanias150 dice que si Dieo se hubiera atrevido a encerrarse en Corinto con los fugitivos de la batalla, los aqueos habran podido hallar un gesto humanitario de parte de Mumio. En cambio, huy a Megalpolis, donde mat a su mujer y se envenen, lo que lleva al periegeta a comparar su accin con la de Calstrato, comandante de caballera ateniense que en Asinaro, durante la campaa en Sicilia, se abri camino a travs de la formacin enemiga y puso a salvo a sus jinetes para luego regresar y dar muerte a cinco enemigos antes de caer: Este conquist gloria para los atenienses y para s mismo salvando a los que estaban bajo su mando y muriendo l mismo voluntariamente.151 Dieo mostr, en cambio, amor al dinero y cobarda ante la muerte semejante a la de Menlcidas, que haba metido en el brete de la guerra contra los aqueos a los esparta-nos y, no hallando solucin, haba tomado tambin veneno.152 Pausanias tambin da a entender que Critolao quiz se habra suicidado,153 por lo que el contraste no slo con Calstrato, sino tambin con Mnesibulo se hace por dems evidente. Los lderes aqueos no fueron dignos de seme-jante empresa por la libertad de Grecia y eran definidos, por lo tanto, como anti modelos para la lite griega.

    A modo de cierre

    El tpico de la libertad es recurrente en la obra de Pausanias. Esto podra ser sorprendente en un autor que escriba en el tercer cuarto del siglo ii d. C., cuando el dominio romano en Grecia estaba ya consolidado, pero, de hecho, este tema est perfectamente en sintona con el panhele-nismo de su poca.154 El periegeta recurre a la historia griega clsica, pero tambin, y a diferencia de muchos de sus contemporneos, a la helenstica, para abordar las actitudes colectivas de los griegos frente a la defensa de la libertad amenazada por fuerzas extranjeras e internas. Su evaluacin es que, pese a los numerosos actos de herosmo llevados a cabo por los griegos en el pasado, la libertad griega estaba condenada

    150 Paus., VII, 16, 4.151 Ib., VII, 16, 6.152 Ib., VII, 13, 8.153 Ib., VII, 15, 4-5.154 Para la relacin entre panhelenismo imperial romano y visin maniquea del pasa-

    do griego en Pausanias: Ameling 1994, pp. 142-143.

  • 76 Moreno Leoni / PAusAniAs, LA LibertAd griegA y LA historiAde antemano por el carcter endmico de las rivalidades entre pleis y por la incompetencia de sus lderes polticos. Slo unos cuantos griegos haban sido capaces de comportarse como benefactores comunes de los griegos.

    Su fabricacin del pasado griego muestra, por lo tanto, poca sensi-bilidad por comprenderlo, tratando, por el contrario, de amoldarlo a su ideologa panhelnica. En sintona con esta apropiacin y domesticacin del pasado, la historia de la Confederacin Aquea es colocada como el ltimo eslabn en la cadena histrica de la lucha por la libertad griega y, en ese sentido, su desarrollo del relato sobre la Guerra Aquea parece responder a este objetivo en tanto que explica a los griegos la razn de la prdida de su libertad. Su explicacin tiene en cuenta la accin de Roma como potencia imperialista, pero, a su vez, acenta las contradicciones estructurales que los griegos haban tenido a lo largo de su historia.

    Por lo tanto, es difcil ver a Pausanias como un autor hostil al domi-nio romano, aunque s como un intelectual interesado por el pasado que pensaba que hubiera sido mejor que Roma jams llegara. Su recurso a la invencin de un pasado griego clsico y helenstico permiti al perie-geta brindar a su pblico griego claves para racionalizar la prdida de la libertad como resultado lgico de sus propias fallas y, al mismo tiempo, para brindar modelos que permitieran a la lite griega de su tiempo iden-tificarse. En el pasado hubo griegos que se mostraron dignos de ser tales, como en el caso de Olimpiodoro y de los atenienses a quienes les vino el recuerdo de los antepasados ( )155 y expulsaron a los macedonios, y otros como los lderes aqueos que fueron incapaces de inspirarse en el recuerdo de las gestas de Maratn o Termpilas. Es-tas acciones eran, segn Pausanias, dignas de recuerdo ( ), para bien o para mal. Si los griegos eran capaces de recordar estas accio-nes de los grandes hombres, y cmo las mismas haban contribuido a su libertad, entonces, podan seguir siendo griegos aunque estuvieran domi-nados por Roma. El ejemplo de Mnesibulo y su pequea gesta contra los costobocos muestra de manera patente que el recurso al pasado no era un simple alarde de erudicin por parte del periegeta sino una muestra de su compromiso con el presente.

    155 Paus., I, 26, 1.

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