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EDICIÓN DE 16 PÁGINAS | PRECIO: $6 AÑO 5 - Nº 112 | SANTA FE, MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 2013 | Pausa periódico quincenal Foto: José Almeida

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Edición completa del periódico Pausa (Santa Fe, Argentina) #112, miércoles 24 de abril de 2013

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Foto: José Almeida

Page 2: Pausa #112

AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 20132 PAUSA

STAFF

DIRECTOREzequiel Nieva

SECRETARIO DE REDACCIÓNJuan Emilio Pascual

COLABORADORESPilar Guala, Marcela Perticarari, Sergio Ferreyra, Gastón Chansard, Alan Valsangiácomo, Lic. Ramiro, Marina Ramayo, Gonzalo Andrés, Ileana Manucci, Marcelo Carballo, Juan Almará, Sebastián Pachoud, Alejandro David y Milagros Argenti

FOTOGRAFÍAOlivia Gutiérrez y Héctor Bruschini

ILUSTRACIONES“Rebo” Pérez y Fausto Botta

CONTACTOSTel: (0342) 154 344 [email protected]

Registro de la propiedad

intelectual N° 667.887.

Los artículos firmados no reflejan

necesariamente la opinión del editor.

Pausa es un medio asociado a:

A 10 años de la inundación

No hay todavía ningún culpable por la inundación de 2003. El proceso lleva diez años y una profusa cantidad de chicanas y miradas al costado.

Sobre cómo la Justicia es parte de la impunidad

A casi 10 años del inicio del proceso penal, la Justicia no encontró toda-vía ningún culpable por los hechos de 2003. El proceso comenzó el 5 de mayo de ese año a partir de la denuncia presentada ante el fiscal Ricardo Favaretto por la titular del Sindicato de Amas de Casa, Ana Isabel Zanutigh, que fue tomada por el juez de Instrucción de la 7ª Nominación, Diego De la Torre. En marzo de 2004, Jorge Castro y su esposa Milagros Demiryi se constituyeron como actores civi-les en la causa, debido a los daños y perjuicios sufridos, y solicitaron que funcionarios provinciales y municipales fueran investigados por los delitos de estrago culposo calificado e incumplimiento de sus deberes de funcionarios públicos.

Los testimoniosEntre el 9 de octubre de 2003 y el 21 de noviembre de 2005, De la Torre llamó a declarar a 20 funcionarios como testigos e indagó a siete de ellos, entre los que se encontraban el ex director de Defensa Civil, Carlos Filomena, el ex director de Hidráuli-ca, Ricardo Fratti y el ex ministro de Obras Públicas, Edgardo Berli.

En su testimonial, Filomena ase-guró que ningún organismo técni-co nacional ni provincial le advirtió sobre la magnitud de la inundación y que la repartición que conducía no conocía monitoreo alguno sobre el Salado o sus defensas. Expresó que entre sus tareas en situaciones de “catástrofe” estaban “minimi-zar los daños, y reponer las condi-ciones al estado natural. Además, estar en el lugar de los hechos”. Consultado sobre la existencia de un plan de contingencia y evacua-ción, Filomena respondió: “no es tarea de Defensa Civil. Esa pregun-ta debería hacérsela a la Munici-palidad”. Afirmó que “la Dirección estaba desmantelada” y agregó que su “misión fue dar instruccio-nes, consejos, o asesoramientos” a las comunas afectadas por anega-mientos, incluyendo otros departa-mentos de la provincia.

Las declaraciones del director de Obras Hidráulicas, Ricardo Fratti, se destacaron por ser las más deta-lladas en relación con las actuacio-nes durante los peores momentos de la inundación. Sirven también para contrarrestar la tristemente célebre frase “A mí nadie me avisó”, utilizada por Reutemann pero tam-bién presente en los testimonios de otros tantos ex funcionarios.

Berli sí le había ilustrado al go-bernador el cuadro de situación que se presentaba en la ciudad con antelación a la reunión del 29 de abril. El ex ministro respondió que el gobernador “palpaba, direc-tamente, los hechos como se iban sucediendo. No hubo un informe particular sobre la situación gene-ral que se vivía, sino que se lo iba viviendo en la medida de que los hechos iban ocurriendo”, agregó.

Reutemann, por escritoA poco de cumplirse un año de la inundación y en la antesala del ma-sivo acto en la plaza 25 de Mayo, el 12 de abril de 2004, Carlos Reu-temann –prácticamente ausente hasta entonces del proceso–, res-pondió por escrito un pedido de declaración testimonial.

El documento presentado no fue más que una reafirmación de sus recordadas y paupérrimas explica-ciones desplegadas en las pizarras del Salón Blanco de la Casa Gris en las sucesivas conferencias de pren-sa brindadas en el momento más álgido de la catástrofe. Declaró que tomó conocimiento de la situación cuando se llegó a tener “en un de-terminado momento 156 localida-des en emergencia hídrica”. “Sin embargo”, continuó, “nunca se me hizo saber ni por las autorida-des municipales, ni a través de las áreas con competencia específica de mi gobierno, acerca de la inci-dencia que la crecida podía tener sobre la ciudad de Santa Fe. Tam-poco la Nación, a través de sus re-particiones específicas, como ser el INA, alertó o cursó avisos previos”.

El cuestionario remitido por el magistrado recibió respuestas es-cuetas y evasivas; la modalidad de la declaración –por escrito– sirvió para evitar repreguntas del juez.

A modo de cierre y remate, el ex gobernador reiteró: “ningún orga-nismo técnico nacional, provincial ni municipal, ni ninguna autoridad o persona, dio aviso de la magnitud que alcanzaría el hecho motivo de investigación, que constituyó una verdadera catástrofe, repentina, in-tempestiva, inédita e imprevisible”.

En esta etapa del proceso, el juez convocó a más de diez testigos, más allá de los funcionarios men-cionados, vinculados a áreas téc-nicas, profesionales en la materia y periodistas.

Entre ellos, se destacó el direc-tor de la Regional Litoral del INA, Carlos Paoli, quien declaró en no-viembre de 2003 y presentó una serie de estudios realizados por esa dependencia. Paoli afirmó que si

el Tramo III del terraplén hubiese estado terminado, la ciudad no ha-bría vivido la situación que afrontó.

Álvarez, por cuatroEn la primera etapa de la causa, Ál-varez compareció en cuatro opor-tunidades ante el juez. En su inda-gatoria, el ex intendente aludió a la falta de datos, advertencias y al “grado de desinformación” existen-te entre los funcionarios. Tal como lo hiciera Filomena, Álvarez afirmó que no fue llamado “por ningún miembro o al menos por el director de Defensa Civil provincial el 29 de abril de 2003”. En relación con la reunión del Comité de Emergencia de esa fecha, agregó que “no había certezas de que ningún funcionario provincial, nacional, del Ejército o Gendarmería, haya anticipado lo que iba a ocurrir”. La declaración incluye un detalle de sus dichos en LT10 sobre qué zonas de la ciudad se inundarían, donde explicó que lo que informó en el programa El Cuarto Poder fue aclarado luego por esa emisora tras recibir un llamado de Fratti quien, según Álvarez, cali-ficó la situación como difícil.

El ex intendente concluye su declaración con una muletilla pre-

sente en varios cuerpos de la causa: “en lo personal no recibí ni oficial ni extraordinariamente ningún tipo de información certera o al menos aproximada de lo que podía suceder. Nunca nadie me informó”.

Peritaje y cambio de juezEn septiembre de 2004 se fijó un listado de peritos cuya función era realizar un informe técnico sobre las causas y efectos de la inunda-ción. Resultaron sorteados Jorge Bacchiega, Jorge Maza y Juan Carlos Bertoni. Entre las conclusio-nes más destacables de su trabajo, presentadas un año después, se en-cuentran las siguientes: =“La capital provincial presen-taba algunos problemas estruc-turales que no correspondían ser resueltos en una situación de emer-gencia sino que debieron haberse

Por Pilar Gualay Milagros Argenti

Fratti respondió en las dos decla-raciones, sin dudar, que él informó, y destacó la situación que vivían por entonces otras localidades del centro-norte de la provincia afecta-das por anegamientos del Salado. Hizo hincapié en las reuniones rea-lizadas por el Comité de Emergen-cia del 28 y 29 de abril. Estas decla-raciones estuvieron acompañadas por documentos que acreditaron sus dichos, incluido el mapa en el que había marcado con una línea roja hasta dónde llegaría el agua. En sus declaraciones especifica: =“El 28 de abril a las 13, con pre-sencia de autoridades provinciales y municipales, informé lo que se había podido recabar hasta ese mo-mento: que había que estar en aler-ta porque esta crecida era ya más grande que todas las conocidas… y que al haber colapsado los terraple-nes provisorios o de emergencia de Gorostiaga, podía haber miles de evacuados”. =“El 29 de abril a las 11.30 en una reunión en la gobernación con presencia del gobernador y otros funcionarios, el intendente (…), les informó y avisó lo que hasta ese momento habíamos logrado y les mostré el plano de áreas de

riesgo, con alturas de las distintas zonas de la ciudad y se informó que de acuerdo a lo estimado hasta ese momento, dónde se iba a inundar la ciudad, indicándose con una lí-nea roja la cota 16-80”.

Distintos funcionarios le expre-saron a De la Torre que no recor-daban esas explicaciones, otros adujeron que la explicación que dio Fratti fue en un lenguaje “demasia-do técnico”. El ex director de Hi-dráulica en su declaración afirmó que el lenguaje utilizado fue “com-prensible para todos los asistentes”.

Por su parte, Berli recordó con claridad las advertencias dadas por Fratti en las reuniones del Comité de Emergencia y detalló un en-cuentro improvisado que se produ-jo durante la madrugada del lunes 28 en calle Gorostiaga con Reute-mann y Álvarez.

Anunciada y sorpresiva, a la vez,

la inundación de 2003 fue el de-

sastre más profundo que padeció

Santa Fe. Transformó con un

corte las vidas de sus habitantes

y la relación de esas vidas con

las calles, los árboles, las casas y

el río: con la ciudad. En ese corte

están los días del agua y sus dife-

rentes escenas. Cada cual guarda

la propia como una idea o un

reuerdo, al menos uno. Por eso,

inevitablemente otro tendrá una

parecida, y así es que podemos

compartirlas.

Cuando decidimos esta edi-

ción, entendimos que el eje era

compartir una idea sobre lo que

pasó en 2003, en sus aspectos

más importantes, y todo lo que

ocurrió desde entonces.Una idea

que se puede compartir pública-

mente porque apunta a hechos

públicos: un análisis de la causa

judicial, un relevamiento de las

obras hechas y las faltantes, el

juego de los partidos políticos

en la década de la impunidad,

la crónica del paso a paso del

Salado por la ciudad, el relato

de Walter Saavedra mirando al

oeste, el lugar de los luchadores

que sostuvieron sus reclamos, el

impacto del río sobre los clubes

de fútbol y una infografía para

ubicar dónde el río fue letal.

Desde que Pausa salió a la calle,

compartimos estas ideas.

A NUESTROSLECTORES

Para el juez Patrizi no existían “elementos suficientes” para sospechar que Carlos Reutemann participó de los hechos.

Según los peritos oficiales, “era técnicamente factible establecer tanto la fecha como la cantidad de agua y velocidad de la misma”.

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A 10 años de la inundación

evaluado y corregido en forma previa, a la luz del nivel de vulnera-bilidad que presentaba la ciudad”. En ese sentido, “la acción de cierre [de la defensa a la altura del Hipó-dromo] debió iniciarse (…) en días previos al ingreso de las aguas, [ya que de lo contrario] no resulta fac-tible de realizarse (o al menos tiene menos posibilidades de éxito) una vez iniciado el escurrimiento ha-cia el interior de la ciudad. [En el mismo sentido], las acciones que se encararon durante la crecida del año 2003, no dieron resultados satisfactorios dado que las mismas comenzaron a ejecutarse una vez que el agua había comenzado a in-gresar a la ciudad”. =“El inicio del ingreso del agua a la ciudad y su incremento (los días 27 y 28 de abril) conforman un aviso importante que debió haber determinado acciones de evacuación, [las cuales] debieron contemplar no sólo las zonas que ya se encontraban anegadas sino también aquellas que, por su ubica-ción, presentaban elevados riesgos de anegamiento”.=“A través de una simple y expe-ditiva modelación matemática se hubiera podido determinar la evo-lución de los caudales entrantes por calle Gorostiaga y la brecha forma-da en el terraplén en función de los caudales circulantes en el río Salado y sus consecuentes alturas enla sec-ción del Hipódromo […], en conse-cuencia se podían calcular luego las áreas abarcadas por la inundación”. =“Se puede afirmar que con los registros existentes en poder de las autoridades de la Provincia y la uti-lización de modelos matemáticos de fácil y libre disponibilidad, era técnicamente factible establecer tanto la fecha como la cantidad de agua y velocidad de la misma, que pasaría por la margen oeste de la ciudad de Santa Fe”.

A fines de 2005, Roberto Busser, abogado del ex secretario de Servi-cios Públicos de la Municipalidad, Juan José Maspons, y del ex secre-tario de Promoción Comunitaria de la Municipalidad, Juan Carlos Cafaratti, recusó a De la Torre: pi-dió que se apartara de la causa. El argumento principal de Busser fue que el magistrado tenía la atribu-ción de “realizar la actividad per-

secutoria” y, al mismo tiempo, la facultad de “decidir la necesidad y la legalidad de las medidas perse-cutorias”. En efecto, según el viejo Código Procesal Penal Provincial (que es el aplicable a la causa Inun-dación y que aún está vigente en parte), el juez de Instrucción con-duce la investigación y a la vez re-suelve a quién imputar o no sobre la base de sus propias actuaciones. Era la normativa vigente, a la que De la Torre debía atenerse. Pues bien, en un curioso escrito, el ma-gistrado aseguró haberse “desem-peñado con la imparcialidad, neu-tralidad, prudencia, serenidad y ecuanimidad que el caso imponía” y dijo no compartir los argumentos de Busser, no obstante lo cual ob-servó que “lo que debe preservarse (…) es la imagen del juez que habrá de entender en el proceso”, por lo cual hizo lugar al planteo. Así fue como la causa recayó en el juzgado a cargo de Jorge Patrizi.

Los tres que tapan al restoEl 24 de febrero de 2006, Castro y Demiryi presentan un escrito por el cual advierten que su pretensión de “resarcimiento integral de los daños causados por la catástrofe” se extiende también a la Provincia y “a todos los terceros que resulta-ren […] responsables”. El pedido fue aceptado y así fue como, en una estrategia ejemplar, los abogados patrocinantes, Ricardo Hase y Jor-ge Elizondo, consiguieron implicar a la Provincia y el Municipio para que comenzaran a responder, en tanto estados, al menos por lo re-clamado por los actores civiles que participan de la causa penal.

Más allá de avanzar en algunas declaratorias, la actuación más des-tacable de Patrizi fue su fallo. El 19 de abril de 2006, resolvió procesar al ex intendente de la ciudad, Mar-celo Álvarez, el ex ministro de Obras Públicas de la provincia, Edgardo Wilfredo Berli, y al ex director de Hidráulica provincial, Ricardo Án-gel Fratti, por el delito de estrago culposo agravado por el resultado de la muerte de 18 personas, y les trabó embargos por 50 mil pesos a cada uno. Asimismo, dictó la falta de mérito para Carlos Miguel Gó-mez Galissier, José D’Ambrosio, Carlos Alberto Filomena, Juan Car-

los Caffaratti, Juan José Maspons, Jorge Alfonso Bounous y Alejandro Hugo Álvarez Oporto, aduciendo que no encontraba justificación para procesarlos, pero tampoco para sobreseerlos. Y en un contro-vertido apartado, Patrizi aseguró que no existían “elementos suficien-tes como para sospechar que Carlos Alberto Reutemann ha participado de los hechos” que motivaron la causa penal.

El fiscal Favaretto manifestó su desacuerdo con Patrizi: pidió la nulidad de las faltas de mérito dictadas y solicitó que se impute también por incumplimiento de los deberes de funcionario público a Alvarez, Fratti y Berli; los abogados defensores, obviamente, apelaron los procesamientos. Pero la Cáma-ra de Apelación en lo Penal de San-ta Fe le dio la razón al magistrado de Instrucción: Filomena, Gómez Galissier, D’Ambrosio, Caffaratti, Maspons, Bounous y Álvarez Opor-to fueron sobreseídos.

La Instrucción fue el juego ini-cial. Los tres procesados perdieron. Los actores civiles sufrieron una derrota parcial, en vistas de que el ex gobernador Jorge Obeid ni siquiera fue convocado y que Reu-temann fue desligado del hecho; ambos ex gobernadores resultaron victoriosos. Pero la demanda de los Castro contra los estados munici-pal y provincial quedó en pie. Los sobreseídos, por su parte, ganaron y se retiraron definitivamente.

La partida se embarullaLa causa entró en una meseta de más de un año y posteriormente ingresó en etapa de transición, con cambios sustanciales. El juez pasó a ser Mauricio Frois, de nula actua-ción. Su inacción no sorprendió: en marzo de 2009 sería suspendi-do por dejar prescribir más de 300 causas. En tanto, Norberto Nisne-vich quedó como fiscal.

En una destacable actuación, Nisnevich formuló el requerimien-to de elevación a juicio el 5 de marzo de 2008. La idea fue solici-tar que comience el juzgamiento de Álvarez, Berli y Fratti, enume-rando los motivos y evaluando la prueba existente. El nuevo fiscal se basó en artículos periodísticos, en antecedentes históricos (como la

inundación de 1973), en los infor-mes técnicos de diversos organis-mos (INA, SMN, Cepal, UNL), en los testimonios, en las indagatorias y, sobre todo, en la pericia oficial, para determinar que los procesa-dos “se desempeñaron en forma negligente al no haber adoptado los recaudos en tareas propias de sus funciones, tendientes a reducir y/o minimizar los efectos del in-greso de las aguas del Río Salado” y pese al “comportamiento obser-vado por dicho cauce de agua con anterioridad”. Nisnevich también dio “por probado que la crecida e inundación del río Salado era pre-visible” y agregó que tanto la esca-sa luz del puente sobre la autopista como la falta del tramo III de la de-fensa influyeron en la precipitación de los acontecimientos. En este úl-timo caso, el fiscal consigna que si se hubiera efectuado un cierre pro-visorio con tres días de antelación a la inundación, los efectos de esta última se habrían minimizado con-siderablemente, y que los funciona-rios procesados contaban con prea-visos para actuar en consecuencia.

Los abogados de Álvarez, Berli y Fratti, y también la Municipalidad y la Provincia, apelaron la requisi-toria y pidieron diversas nulidades. Suspendido Frois, tomó la causa el juez de Sentencia Enrique Álvarez, quien resolvió en contrario de esas solicitudes, se excusó y se retiró.

Tras la transición, se retomó la partida. En 2011 arrancó la revan-cha. Comenzó la etapa definitoria del proceso: el plenario –cuyo ob-jetivo es juzgar a los imputados–, continúa hasta el día de hoy. El magistrado Dardo Rosciani tomó la causa y Leónidas Candioti Lei-va era el fiscal. Los jugadores son Álvarez, Berli y Fratti, los actores civiles, y el fiscal. También los es-tados municipal y provincial, por la demanda de Castro y Demiryi en su contra. El juez arbitra el juego.

Se abrió entonces la causa a prue-ba, por lo que las partes debían pro-poner testigos y documental que avalaran sus posiciones. Las cartas, sobre la mesa. Los demandantes su-girieron personas, videos y papeles que dieran cuenta de que esos tres funcionarios, la Municipalidad y la Provincia son los culpables, y los abogados defensores procedieron

de igual forma para demostrar lo opuesto. Mientras tanto, Candio-ti Leiva debía hacer lo propio para arribar a una posterior acusación de los imputados. Pues bien, Can-dioti Leiva, a quien le corresponde ponerse del lado de las víctimas y dar todos los elementos que estén a su alcance para esclarecer el he-cho, no presentó una sola prueba. Se retiró en varias manos sucesivas sin siquiera cantar envido, dando increíble ventaja a los imputados y delegando la responsabilidad de in-criminar a quienes no la tienen: los actores civiles. Por eso Jorge Castro aduce reiteradamente: “desgracia-damente, somos las víctimas las que debemos probarle al Estado que nos inundaron”. Lo grave de la cuestión es que ya no queda posibilidad de ingresar pruebas, porque la instan-cia para sugerirlas ya se cerró.

Tras la patética y perjudicial in-tervención de Candioti Leiva, la Fiscalía quedó a cargo de Carlos Rolando, que no tuvo interven-ción alguna; posteriormente fue tomada por Gerardo Alesso, quien se excusó por haberse inundado, y en marzo de este año recaló en Mariela Jiménez, hoy trabajando en la causa. En tanto, Rosciani se jubiló a fines de 2012 y su juzgado está subrogado actualmente por Gustavo Urdiales. A pedido de los abogados de la parte civil, el procu-rador general de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, Jorge Ba-rraguirre, designó a Jorge Andrés para respaldar la tarea de Jiménez y dar impulso y agilidad al proceso.

En este momento, Urdiales ba-raja el mazo. Él debe resolver qué testigos y documental propuestos por las partes acepta, para luego co-menzar con la etapa de producción de prueba. Entonces sí las cartas estarán definitivamente sobre la mesa: cuando se retomen las au-diencias y se engrosen los ya abulta-dos expedientes.

No obstante, en diálogo con Pau-sa, la fiscal aseguró que “ya hay su-ficiente prueba como para avanzar y llegar adonde pretendemos, que es lograr la acusación y la condena”. Admitió que “éste es un proceso eterno, y es necesario dar una res-puesta tanto a las víctimas como a los implicados. Nuestro compromi-so es cierto: responder lo antes po-sible; y queremos hacerlo a fines de este año”.

En cuanto a la posibilidad de que Reutemann y Obeid resulten impli-cados, Jiménez indicó que “quien tenga responsabilidad deberá pre-sentarse ante la Justicia a dar las explicaciones”. “Yo no me cierro a la posibilidad de que planteemos que algún otro funcionario está impli-cado”, agregó, aunque fue firme al aclarar que la causa en curso versa exclusivamente sobre Álvarez, Fra-tti y Berli. “En este proceso no es po-sible” imputar a nadie más. “Lo que uno puede hacer es, con el material existente, ver si hay algún otro fun-cionario que tenga incumbencia, pero en ese caso hay que hacer un nuevo pedido en Instrucción para abrir otro proceso”.

Las posibilidades, así, están. Se definirá en el partido “bueno”.

118 meses de proceso judicial.

23 muertos contabilizados por la

Policía y reconocidos oficialmente.

18 muertos reconocidos en el auto

de procesamiento.

15 cuerpos de expedientes.

7 fiscales estuvieron a cargo de

impulsar la causa.

6 jueces fueron pasándose los ex-

pedientes de uno a otro.

3 procesados: el ex intendente

Marcelo Álvarez, el ex ministro

de Obras Públicas Edgardo Berli

y el director de Hidráulica Ricardo

Fratti.

1 delito imputado (estrago culposo

agravado).

0 condenados.

La causa en cifras

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A 10 años de la inundación

Tras el cierre de la Circunvalación, ahora el problema son las lluvias. Después de la nueva inundación de 2007, se arreglaron casabombas y se anunciaron nuevos drenajes.

Las obras nuevas y las que faltan

Las obras inconclusas son la géne-sis del crimen hídrico de 2003. Las obras terminadas llegaron tarde, cuando el agua ya había arrasado todo a su paso.

¿Cuáles son las obras que hoy Santa Fe mira de cerca para evitar las inundaciones? Los desagües Lavaisse y Entre Ríos son las estre-llas de los varios anuncios de reco-mienzo (y de sus múltiples frenos). A través de estos conductos, gran parte del agua que pasa por la ciu-dad debería ser llevada al exterior del anillo de defensa. En la última lluvia de abril, también volvió a es-cucharse de boca de varios funcio-narios la importancia que tiene el canal Las Mandarinas, al norte de la ciudad, fuera de su jurisdicción.

A estas ejecuciones de infraes-tructura, la cuales todavía no están concretadas, se suma la necesidad de la casabomba 0, a la altura del Club Colón, y la ejecución del en-sanche de la alcantarilla que drena al reservorio de la casabomba 1. Es decir: dos obras cruciales para que de una vez dejen de inundarse por lluvia los barrios del suroeste.

En 2010 ya hubo un compromiso del gobierno provincial para reali-zar una inversión de $5.873.279,89 en la alcantarilla, que tiene apenas 1.20 metros. Pero la obra de ensan-che –se calculó que esa alcantarilla debe medir 12 veces más, unos 15

metros– no se concretó.El 23 de agosto de 2010, Mario

Barletta, por entonces intendente de la ciudad, y el subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación, Fabián López, anunciaron: “Los desagües de Lavaisse y Entre Ríos estarán terminados a mediados de 2011”. Rubricaron un convenio para la construcción de la obra de desagües pluviales y defensas contra inundaciones en la cuenca Derqui y Gorostiga y de calle En-tre Ríos. Esta obra, una vez finali-zada, solucionaría los problemas de drenaje de una amplia zona del centro-norte de la ciudad de Santa Fe. Por su parte, López, afirmó: “la palabra clave para poder realizar todas las obras es tener un Plan Director, porque si uno no planifi-ca, se dedica solamente a resolver problemas”.

Obras vertebralesEl viernes 14 de septiembre de 2012, oficialmente se anunció que “ya se ejecutó el 80 % del desagüe Lavaisse”. La obra total demandará una inversión que ronda los 20 mi-llones de pesos, de los cuales cinco serán aportados por el Municipio, y beneficiará de manera directa a Los Hornos, Unión y Trabajo, San Pantaleón, Jardín Mayoraz y Ciu-dadela Norte, y aliviará a otros sec-tores aledaños.

Los trabajos fueron retomados por la Empresa Boscarino en el mes

de julio de 2012, luego de una serie de gestiones realizadas en Buenos Aires para que el gobierno nacional ratifique un convenio que se firmó en 2010 y que permitió reiniciar también la obra del desagüe de ca-lle Entre Ríos.

“Esto va a ayudar a aliviar mu-cho la zona de Jardín Mayoraz y un amplio sector. Estamos a unos metros de pasar la vía y, cuando lo hagamos, el troncal va a captar todos los excedentes de ese barrio pero va a aliviar otros como Unión y Trabajo, Ciudadela Norte, San Pantaleón, entre otros; en defini-tiva todas las cuencas que están vinculadas con esta zona de la ciu-dad van a responder mejor, más aliviadamente. Se trata de la obra definitiva para esta zona”, destacó el intendente José Corral.

Habemus sistemaEl 20 diciembre de 2012, en una inauguración de obras contra inun-daciones en Santa Fe y Rincón, el ministro de Aguas, Servicios Pú-blicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio, dijo: “estamos comple-tando un programa que iniciamos hace cuatro años en toda la provin-cia, que también es continuación de otros, y creemos haber concluido una etapa. Ahora nos resta realizar las alcantarillas de la zona oeste y la estación de bombeo cero en zona del Club Colón”.

En cuanto al funcionamiento de

El sistema de bombeo, que falló en la crisis de 2007, mejoró con el tiempo, pero aún falta.

las nuevas bombas, Ciancio seña-ló que “las estaciones de bombeo van a ser atendidas por operarios y a nosotros nos interesa que cada municipio o comuna involucrado tome a su cargo esta problemática porque evidentemente es impor-tante la cantidad de estaciones”. Además, puntualizó: “las que ne-cesitan grupo electrógeno se los hemos colocado para confiabilizar aún más el sistema eléctrico”.

Vuelta a empezarEl 2 de julio de 2012 volvía a oficia-lizarse que se retomaron los traba-jos en el desagüe Lavaisse, tras to-dos los anuncios anteriores.

“Significa retomar dos obras que son muy importantes para la ciu-dad: una es el desagüe sobre calle Lavaisse y el otro es sobre Entre Ríos. El primero va a aliviar toda la zona central de la ciudad; cuando pasemos la ciclovía se van a incor-porar barrios como Mayoraz, Villa María Selva, entre otros; y además se van a aliviar las otras cuencas”, detalló el intendente José Corral.

Más adelante se refirió al de ca-lle Entre Ríos: “Allí nos faltan unos 800 metros que van a aliviar toda la zona oeste y sobre todo a los barrios Centenario y San Lorenzo donde está este desagüe. Arranca la obra de Lavaisse pero en reali-dad se inicia un plan que incluye a los dos. Primero se termina este y luego el de Entre Ríos. Demandará unos 10 meses en total”.

Por su parte, el diputado nacio-nal Agustín Rossi detalló cómo fueron las gestiones y recordó: “es parte de un convenio que se había demorado en la gestión de Mario Barletta y que lo pudimos reflotar”.

Las MandarinasEl 27 de diciembre de 2012, en ocasión de un temporal de lluvia el intendente Corral comentó: “hubo un desborde del Canal Las Man-darinas, en jurisdicción de Monte

Vera, que hizo que ingrese agua la ciudad. Le hemos pedido al Mi-nisterio de Aguas que limpie estos canales que están fuera de la ju-risdicción de Santa Fe. Cuando no funciona ese canal, que desagua en la laguna Setúbal, el agua ingresa a nuestra localidad”.

Mientras tanto, señaló que “las obras para el desagüe de Entre Ríos comenzarán ni bien terminen las del Lavaisse. El Ministro de Aguas, Antonio Ciancio, nos dijo que en es-tos días se retomarán las de la Ca-sabomba 0, en barrio Centenario, lo cual también es una buena noti-cia. Y la alcantarilla número 1, ubi-cada debajo de la Circunvalación que también nos va a aliviar mu-cho. Calculamos que para agosto o septiembre del próximo año ambas obras estén terminadas”.

Luego de los 185 milímetros de lluvia marcados por el pluviómetro del Hospital de Niños el 11 de abril pasado, la presidenta Cristina Fer-nández telefoneó a Corral por las imágenes que se difundieron en medios nacionales, que resultaron de 2003. “Le agradecí el llamado y le comenté a la presidenta las obras que tenemos en este momento fi-nanciadas desde Nación, como el Lavaisse, y la disposición de seguir con este plan de obras, que es muy necesario para Santa Fe”. Y comen-tó que la primera mandataria na-cional “se mostró dispuesta a conti-nuar con ese plan de obras”.

También en esa línea se refirió a que “tenemos un ingreso de agua a la ciudad por el Norte, y por eso in-sistimos con la necesidad de la obra del canal Las Mandarinas, que nos permitiría aliviar la situación no sólo a Santa Fe sino también a la Comuna de Monte Vera. El agua entra por el norte porque el canal no funciona llevando el agua a la laguna, como debería ser, y eso nos hace desagotar con una lentitud mayor en la zona de Facundo Zuvi-ría y avenida Peñaloza”.

Por Sergio Ferreyra

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A 10 años de la inundación

Fue la mayor catástrofe de la histo-ria de la ciudad. Por supuesto, rebo-tó en la política local y provincial.

La inundación de 2003 marcó el principio del fin de las carreras de Carlos Reutemann y Jorge Obeid. Aunque los dos se acomodaron para seguir en la función pública, debieron ceder cuotas de poder en el PJ, que se fragmentó en lideraz-gos cada vez más pequeños.

Fue el preámbulo del adveni-miento del Frente Progresista, que sacó rédito de esa crisis –y de la de 2007– con promesas que después no cumplió.

Y fue la prueba contundente de que el Poder Judicial no está a la al-tura de las circunstancias: apenas tres funcionarios de segundo rango procesados en una causa que lleva 10 años de trámite.

Una Justicia a medidaPor cinco lustros, el PJ dominado por Reutemann y Obeid tejió una densa trama que atraviesa a todo el Poder Judicial, constituido de arri-ba hacia abajo en base a favores y canjes. Esa construcción se expresó en la causa penal que investiga las responsabilidades políticas de la catástrofe.

Con la Justicia en manos ami-gas, Reutemann se recluyó en el Senado, donde cultivó su perfil ul-tra conservador. Primero se alineó con el gobierno nacional, durante el mandato de Néstor Kirchner, pero abandonó el espacio en 2008 cuando estalló el conflicto por las retenciones.

Alineado con las patronales del agro, demostró en su actividad le-gislativa que sus intereses corres-ponden a los grupos de poder con-centrado: votó en contra de la ley de medios, se fue del recinto para no votar el matrimonio igualitario; ahora rechazó la reforma judicial invocando la independencia de po-deres, pero en la provincia trabajó en sentido inverso.

Sin embargo, hasta la actualidad los kirchneristas de la provincia no han esbozado crítica pública alguna de relevancia sobre las ac-tuaciones y responsabilidades de Reutemann, Obeid, y sus hombres, respecto de la inundación.

El cambio de color político, en 2007, no se tradujo en una reno-vación de la Justicia. Obeid había puesto el candado con la designa-ción de Agustín Bassó como procu-rador de la Corte. El Frente Progre-sista no impulsó cambios radicales: avanzó en la reforma penal, es-tableció un sistema de concursos que, aunque discutido, es mejor que la elección a dedo, pero dejó intacta la Corte.

El máximo tribunal de la Justicia provincial siguió presidido –bajo el mandato de Hermes Binner– por Roberto Falistocco y Rafael Gutiérrez. Desde su cargo, Bassó no propició que avance la causa inundación: todo lo contrario. La designación de Jorge Barraguirre como procurador, tras la muerte de Bassó, le dio nuevos aires a la cau-sa. Pero su resolución sigue siendo incierta y lejana.

Entre tanto, el Lole –reelecto por escaso margen en 2009 y con man-dato como senador hasta 2015– si-gue alejado de la política santafesi-na aunque no da señales de querer largar la manija. ¿Lo hace solo por los fueros? ¿Es su forma de evadir una eventual citación a Tribuna-les? Los inundados están seguros que sí.

Una década de cambiosEl primer turno electoral fueron las provinciales de septiembre de 2003, que se hicieron unificadas con las legislativas nacionales. Reutemann ganó como senador nacional pero su candidato en la provincia, Alberto Hammerly, que-dó segundo entre los lemas del PJ superado por la fórmula Obeid-Bielsa. En esa compulsa se impuso la estrategia del presidente Kirch-ner por sobre el armado del Lole, quien sin embargo logró ubicar a su candidato Martín Balbarrey como nuevo intendente.

Con las aguas del Salado aún es-curriendo de los barrios del oeste, el PJ logró ese año imponer su he-gemonía ante radicales y socialis-tas, que compitieron por separado. Fue la última vez que se utilizó la ley de lemas, de la que se valió el justicialismo para retener la pro-

vincia: en esas elecciones, Obeid sacó menos votos que el socialista Binner, pero la sumatoria de los sublemas lo favoreció y volvió a la Casa Gris.

En 2005, por primera vez desde la elección del intendente Muttis, el PJ perdió en la ciudad. En el debut del sistema de internas abiertas, simultáneas y obligatorias, Jorge Henn se impuso como concejal al obeidista Meahuod. Fue, también, la aparición formal del Frente Pro-gresista a nivel provincial.

En 2007, después de una nueva inundación que afectó a medio cen-tenar de localidades, se produjo un doble cambio de signo político: en las que fueron las primeras eleccio-nes generales sin ley de lemas, la alianza entre socialistas, radicales y las otras fuerzas que conforman el Frente Progresista ganó la pro-vincia y la ciudad.

En la campaña Binner había prometido hacer justicia con los inundados pero, al mismo tiem-po, planteaba que su gestión sería hacia adelante y que para mirar hacia atrás estaba la Justicia. Los inundados le pidieron que reforme la Corte: por 2003, pero también por las muertes sin castigo de 2001 y la profusa serie de favores entre jueces, fiscales y funcionarios polí-ticos.

Una manifestación de ese entra-mado: en 2006 el juez Jorge Patri-zi elevó la causa a juicio, desligó a Reutemann y luego fue ascendido a camarista; el fiscal Ricardo Fava-retto también tuvo premio: subió a juez de Instrucción.

Binner no sólo dejó intacta la Corte de mayoría reutemista; tam-bién reconoció, tardío, que tras las elecciones de 2007, antes de asumir

como gobernador, le ofreció al Lole que designara a algún funcionario de su espacio en el Ministerio de la Producción: una ofrenda política hacia quien, según el socialista, si-gue liderando el PJ santafesino.

Promesas al aireEl Frente Progresista se valió de las inundaciones para imponerse en la provincia. Sin embargo, no

hubo mayores avances en las obras pendientes, no hubo reparación material y tampoco cambios en la Justicia.

En 2009, Binner lanzó un plan para reparar e investigar los daños de la inundación. “Las soluciones brindadas aún no lograron reparar los efectos ni individual ni colecti-vamente. Más allá de las causas de los daños, todavía no se han brin-dado las respuestas requeridas por la sociedad para restablecer un sen-timiento de justicia y paz social”.

El gobierno reconoció que se de-ben satisfacer “los requerimientos colectivos de información, preven-ción y mejora de las zonas afecta-das y, principalmente, los recla-mos de justicia y verdad”. Aunque a la vez se advirtió que “el Estado afronta una litigación masiva lleva-da a cabo por miles de víctimas que entienden que existe responsabili-dad de la provincia en los hechos”.

Ese plan proponía “una res-puesta reparadora colectiva” que incluía la “re-elaboración o recons-trucción de la verdad oficial respec-to de lo acontecido” antes, durante y después de la inundación. En ese momento el gobierno prometió ha-cer público y accesible el expedien-te de la causa judicial. A primera vista parecía un acercamiento a los “buenos tiempos” de la campaña electoral. Pero eso también fue solo una promesa.

El fin de la hegemonía del PJ, la consolidación del Frente Progresista en base a promesas incumplidas y las complicidades de la Justicia en la década de la impunidad.

La política después del agua

Por Ezequiel Nieva

Si bien Reutemann continuó en política, aferrado a su banca en el Senado, su liderazgo en la provincia quedó diezmado a partir de 2003.

José Almeida

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 20136 PAUSA

De la licitación de la Circunvalación Oeste a las demoras en los barrios para inundados, el paso a paso de las razones, los errores, las indiferencias y las negligencias en la catástrofe.

Crónica del horror y el abandono

Hay ciclos de sequía de 10 años y ciclos de lluvia de 10 años. En 2003 culminaba uno húmedo: casi dos años antes se había creado un Co-mité de Emergencia Hídrica, que seguía el proceso de crecientes pre-cipitaciones en la provincia, cuyo máximo arrancó por noviembre de 2002. En su mesa se sentaban, entre otros, el ministro de Obras Públicas Edgardo Berli, el director de Hidráulica Ricardo Fratti, el di-rector de Vialidad José D’Ambrosio y la secretaria de Promoción Co-munitaria, Adriana Cavutto. Ese Comité recibió a las 11.30 del 29 de abril un mapa realizado por per-sonal técnico de Hidráulica con el trazado casi perfecto de hasta dón-de llegaría el río Salado en su paso por Santa Fe. El primer muerto re-gistrado oficialmente por causa de la inundación es hallado a las 21.00 del 29 de abril, en el Parque Garay.

Entre las 12.00 y las 21.00 hay una diferencia de nueve horas y 158 muertos.

Te dicen que llueveLas notas en la prensa repetían la palabra “lluvia” casi todas las se-manas a partir de enero de 2003. En Villa Minetti, donde el Salado entra en Santa Fe desde Santiago del Estero, habían caído 750 milí-metros entre noviembre de 2002 y enero de 2003: equivale a la lluvia de todo un año. Al 10 de febrero eran de 184 milímetros las lluvias en Santa Fe, casi el doble de la me-dia del mes. Los barrios Alfonso, Cabal, Chalet, San Lorenzo, El Are-nal y Nueva Pompeya, inundados. El 10 de marzo la defensa sufrió un

socavón –que fue arreglado– a cau-sa del primer pico de creciente del Salado. Ese mismo día, el río entró por primera vez a través de un paso de 15 metros entre el final abrupto de la defensa oeste y el Hipódromo. Una lengua avanzó un centenar de metros. Más de la mitad de los ho-yos del golf del Jockey Club se ane-garon. Vialidad Provincial cons-truyó una pequeña defensa para desviar el agua: un organismo del Estado tenía conocimiento prácti-co y reciente de cuál era la puerta al Salado.

Al 13 de marzo, en San Agustín II, Las Lomas, Cabal y La Tablada, las casas tenían un metro hundido en el agua de la lluvia. Comenzaron las evacuaciones. Al mismo tiem-po, en la Legislatura, el senador Alfredo Esquivel solicitaba que al Ministerio de Obras Públicas datos sobre la defensa oeste, las medidas ejecutadas para evitar su colapso y las previstas para los habitantes que vivían cerca del talud.

El 24 de abril, El Litoral tituló con sencillez que “Media provincia está bajo agua”. Las lluvias llega-rían a los 300 milímetros en ape-nas un día en varias localidades al norte (cercano) de nuestra ciudad. La marea del segundo pico se pre-paraba, su onda llegó a Santa Fe el 27 de abril y alcanzó su tope el 30.

Menem presidenteLa defensa más que una defensa era una ruta: se llamaba Circunva-lación Oeste. Su proyecto y ejecu-ción estuvo bajo la órbita de Viali-dad Provincial. Comprendía tres tramos. Contra los rudimentos de la hidrología, la obra –licitada du-rante el primer gobierno de Carlos

Reutemann el 12 de mayo 1994, en favor de Victorio Américo Gualtie-ri, el constructor emblema del du-haldismo– se levantó de sur a nor-te, a contrapelo de la pendiente del Salado. Su inauguración fue el 8 de agosto de 1997: en la foto cortaron la cinta el gobernador Jorge Obeid, el senador Reutemann, el diputado Julio Gutiérrez, Gualtieri el cons-tructor, el sempiterno ex ministro de Hacienda de la dictadura y, en ese entonces, diputado provincial Juan Carlos Mercier, el intendente Horacio Rosatti, el diputado Oscar Lamberto.

Con esa obra, junto al terraplén de la avenida Mar Argentino, se convirtió a la ciudad en un reci-piente gigantesco. El río jamás su-peró la altura de esa defensa, que embalsó el agua y que llevó a que el 30 de abril hubiera una diferen-cia de 2.50 metros. Era más alto el Salado adentro que afuera de la ciudad, por eso el agua comenzó a escurrir recién el 30, con las tardías explosiones en esos taludes.

El tramo III estaba planifica-do, pero nunca se hizo. Iba hasta calle Estado de Israel, al norte del Hipódromo, donde la cota natu-ral impedía el ingreso del río. El tramo II terminaba en una pared, a 15 metros del Hipódromo. En el proyecto se aclaraba que, en caso de emergencia, era necesario ha-cer un cierre provisorio desde el fin del tramo II hasta Blas Parera. Nunca se hizo, pese a los avisos de la prensa y al ingreso de agua el 10 de marzo.

La trampa costó $24.715.351 de la época. Según la licitación debía costar $17.579.807; Gualtieri fue extendiendo contratos y realizan-

A 10 años de la inundación

Por Juan Pascual

Varias han sido las realizaciones

con las que los santafesinos apor-

tamos a la formación de una me-

moria colectiva sobre los hechos

de 2003. Constituyen fuentes

imprescindibles para conocer qué

y por qué pasó lo que pasó. Tam-

bién, hay una profusa producción

académica de tesis, artículos para

revistas de divulgación científica

y para congresos. Rescataremos

algunas de estas obras. La lista es

incompleta, las omisiones se dan

por nuestro desconocimiento.

= Audiovisuales

La lección del Salado son cuatro

horas que sintetizan las miles de

horas de rodaje para los noti-

cieros de Cable & Diario. Gracias

a este documental se obtuvo la

icónica imagen de “Los inunda-

Para mantener viva la memoria

dores” y una declaración de Carlos

Reutemann en la que avisa, el 26 de

abril, que los barrios del oeste se iban

a inundar. Es el archivo visual más

completo sobre el 2003.

El trompo es un cortometraje que

participó de las instancias finales del

concurso Telefé Cortos y que reseña

la historia de un niño inundado y sus

trompos, aguantando en un centro de

evacuados por el cariño de su viejo.

Posee el rasgo distintivo de la sensi-

bilidad estética del equipo hoy forma-

do por Gastón Del Porto, Alejandro

Carreras y Juan Pablo Arroyo.

También hay documentales como el

realizado por el equipo rosarino de

La Conjura TV, que aportaron mucho

rodaje material de propio, o Inunda-

ciones, de lo que fue la productora

local Matecosido.

= Radio

La única AM que transmitió durante

toda la inundación, LT10, produjo

un CD con fragmentos de la progra-

mación emitida en abril y mayo de

2003: La inundación. Voces de una

tragedia. También está Postales de

Santa Fe, un CD doble producido por

la Universidad Nacional de Entre Ríos

en el que se recopilan entrevistas a

afectados por el Salado.

= Gráfica

Quizá la obra más documentada, legi-

ble y bien estructurada sobre los dife-

rentes aspectos de 2003 sea Agua de

nadie, de Fernando Pais. Recopila, con

orden y rigor, archivo periodístico,

información sobre la causa judicial e

investigación. En otro registro, Contar

la inundación compila una vasta

cantidad de testimonios de afectados

directos por el Salado. Estudiantes de

la UNL, bajo la coordinación de las

profesoras María Angélica Hechim y

Adriana Falchini, realizaron entrevis-

tas a poco de que el agua bajase, por

lo que los registros son muy vívidos.

Ambos libros son de Ediciones UNL.

Desde una perspectiva militante, y

con un imprescindible CD que incluye

casi toda la documentación original

de la causa judicial, Jorge Castro pu-

blicó por vía independiente Verdades

locas contra mentiras impunes. La

obra se destaca por exponer informa-

ción “desde adentro” y por la lectura

política de las razones por las cuales

se perpetúa la impunidad.

En los próximos días se espera la

publicación de A mí nadie me avisó,

una edición del Colectivo Editorial

4ojos que transcribe las conferencias

realizadas durante abril de 2012 en

las facultades de Humanidades, Quí-

mica e Hídricas. Se destaca el debate

generado en Hídricas, en donde por

primera vez, tras 9 años, hubo un

acto público referido a la inundación.

= Web

La información disponible online

es abrumadora, por lo que se dará

selección a algunos casos puntuales

emblemáticos. En primer lugar, en

la web del Estado provincial están

disponibles para su descarga ar-

chivos de la causa penal (informes,

pericias, presentaciones y resolu-

ciones judiciales) y de la civil. En

segundo lugar, están los sitios web

de los periodistas Pablo Benito y

Pablo Bosch, tercermundonline y

el blog inundacionsantafe2003.

Benito era el director de la revista

Tercer Mundo al momento en

que se publicó la recordada tapa

“Reutemann sí lo sabía”: en su sitio

están colgados aquellos textos. Por

su parte, Bosch trabajaba en aquel

entonces para la web datasantafe,

en la que publicó un seguimiento

pormenorizado de lo sucedido. Su

blog recupera esos escritos.

do ajustes que produjeron la dife-rencia. El tramo III estaba tasado en $781.869: apenas el 3,16% del costo total pagado. Ese tramo se podría haber construido provi-soriamente en 37 días. Un cierre hasta Blas Parera, siguiendo por Gorostiaga, se hubiera concretado en 20. Ese cierre había probado su eficacia en abril de 1998, cuando hubo otra creciente del Salado y el agua no entró a la ciudad. Pasaron casi 50 días entre el primer pico y el segundo, que arrasó la ciudad

Mientras tanto, el 19 de abril el gobernador Carlos Reutemann se sacaba una foto con Carlos Menem, candidato a presidente, ganador en la primera vuelta de las elecciones que se realizarían el 27 de abril. La provincia, el país, la ciudad vivían en el páramo post 2001: el 31 de enero de 2003 el Indec había infor-mado que el 63,7% de los santafesi-nos era pobre y el 33,8%, indigente. La mayoría de esas personas vivía en barrios que ya estaban tapados por las lluvias o que luego se inun-darían por el Salado. El 27 de abril, la televisión local mostró cómo eran llevados a votar montados en palas mecánicas y camiones: no podían llegar a las escuelas. El 28 de abril la Secretaría Electoral de la Nación recibió las urnas, traslada-das por el Ejército. Todas las corres-pondientes al norte de la ciudad y la provincia, siguiendo el valle del Salado, llegaban dentro de bolsas plásticas con trazas de barro seco.

Un día antes de la votación, Reu-temann declaró ante Cable & Dia-rio que los barrios del oeste de la ciudad –los enumeró– iban a tener serios problemas con la creciente. Después, olvidó lo que sabía.

La furiaEl río Salado ingresó el 28 de abril. Siguió su derrotero natural, bus-cando las zonas bajas, ya que el terraplén terminaba en una pared trapezoidal. Entró por calle Goros-tiaga y avanzó hacia el sur, fluyen-do por los cortes del viejo terraplén Irigoyen, del terraplén de las vías que van a la Estación Mitre y de los canales que atraviesan el acceso a la autopista, sobre Iturraspe. Es ló-gico: los barrios buscan interconec-tarse a medida que crecen, empuja-dos hacia lo bajo por los precios de la vivienda en lo alto.

La autopista era otro embalse: te-nía un puente que cruzaba el Salado de apenas 155 metros. El valle allí alcanza los 2000: tal era el ancho del frente de agua en 2003, pugnan-do por fluir a través de esa pequeña luz. En 1998, la concesionaria (Aufe) había pedido un estudio sobre ese puente al Instituto Nacional del Agua, que recomendó una amplia-ción a 400 metros. La obra no se hizo. El desnivel en el pico de la cre-cida fue de casi un metro al norte del puente respecto del sur del puente. Así, la ciudad tenía más caudal para devorarse por la boca de Gorostiaga, 2400 metros al norte.

El avance del río cubrió los ba-rrios del centro oeste, hasta Villa Oculta y Barranquitas. Desde las vecinales pedían que no se manda-ran bolsas de arena, sino lanchas. A las 16.20, el ministro Berli le comu-nicaba a LT10 que estaban inten-tando un cerramiento de la defen-sa, pero que si no se lograba “había tiempo suficiente para organizar una evacuación tranquila”. El cau-dal del río arrastraba los gaviones de piedra que se tiraban. El cerra-

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 2013 7PAUSA

miento se abandonó; la evacuación ni se hizo. El torrente iba horadan-do la punta del tramo II.

En la mañana del 29 de abril, el intendente Marcelo Álvarez se apersonó en LT10 para narrar las acciones del Estado sobre lo que ya era una catástrofe. Primero dijo que los barrios del centro oeste ya no se podían salvar y recomendó la autoevacuación, no sin antes afirmar que el 90% de los habitan-tes no debía preocuparse porque la Municipalidad iba a disponer camiones y todas las unidades del transporte público para la evacua-ción de mujeres y niños. Eso nunca sucedió. A las 8.00, el periodista Juan Trento, desde su móvil, vio cómo el paso del río terminó de desgastar la débil punta de mam-postería del terraplén, para llevar-se trozos completos de la defensa. “Lo que ingresa a la ciudad es un verdadero mar. Es una catarata que trae una cantidad de agua imposi-ble” relató a la audiencia y al in-tendente sentado en el estudio. La brecha de 15 metros aumentó, de golpe, a 200. El río era un aluvión, llegando a un caudal de entre 3500 y 4000 m3 por segundo: por segun-do, el Salado llenaba un espacio de 4 metros de profundidad, 50 me-tros de largo y 20 metros de ancho. El intendente acababa de decir que “Al vecino que habla de la zona sur: le digo que no tenemos problemas en la casabomba 1. Todo el barrio Centenario, la villa del Centenario, Chalet, San Lorenzo, El Arenal, no va tener ningún tipo de inconve-niente. El suroeste de la ciudad no va a tener problemas”. Quienes lo escucharon, se quedaron tranqui-los. La mayor cantidad de muertos reconocidos oficialmente –23 en total, la mayoría ahogados– murió en esos barrios: el río los tomó por sorpresa en la noche del 29. Tam-bién de allí son la mayoría de las 158 víctimas que relevó la Casa de Derechos Humanos. El 15 de mayo se halló el cuerpo del último muer-to reconocido por el Estado, Juan

Domingo Martínez. No se imple-mentó ni antes, ni durante, ni des-pués, ningún tipo de protocolo de relevamiento de víctimas: fue ne-cesaria la inmediata intervención y experiencia de los organismos de derechos humanos en esa tarea.

Cerca de las 15.00 del 29, el agua llegó al Hospital de Niños. Habían pasado tres horas desde que el Co-mité de Emergencia conociera el pronóstico de la zona total a inun-darse. Los santafesinos se habían convocado para defender el Hos-pital con bolsas de arena: cerca de las 11.00, su responsable se había comunicado con Fratti, quien reco-mendó la construcción de un perí-metro de defensa. La improvisada muralla tendría que haber alcan-zado los 2.50 metros para salvar al nosocomio.

Entre los que huían por su vida y aquellos que hombreaban bolsas, envuelto en un grueso y elegante sobretodo marrón, Reutemann se mostró en el lugar, atiborrado de cámaras. Los vecinos le gritaron “Hay gente que se está muriendo en Santa Rosa de Lima arriba de las casas” y lo embadurnaron de puteadas.

Por la noche del 29, la ciudad no durmió. Algunos morían, otros se-guían escapando, otros circulaban por las avenidas dentro del cuerpo de una serpiente de faros prendi-dos en una ciudad sin luz, llevando canoas, piraguas y lanchas para el rescate.

El 30 de abril el agua fue de sur a norte. Toda certeza, derrumbada; lo real convertía a nuestra ciudad en un delirio. Taponado por la Cir-cunvalación y la Mar Argentino, el río subió al parque del Sur y llegó casi hasta el puerto. Recién por la tarde, Reutemann autorizó las vo-laduras que rompieron el embalse. Como en otras ocasiones, recibió “amenazas” de quién sabe quién y, en ello, justificó la demora en al menos un día para practicar esa so-lución de emergencia.

Lo que sí se hizo de manera ex-

peditiva fue aplicar la ley de Segu-ridad Interior: el 1º de mayo a las 20.00 la ciudad se encontraba le-galmente militarizada. Las noches serían dominadas por el sonido de los helicópteros armados, con sus haces de luz pintando las casas y el miedo. Los días, por el zumbido de las hélices y los rostros de los des-amparados que deambulaban por avenidas, cercanías de los campos de refugiados y el Rectorado de la UNL, donde se exhibían padrones que se confeccionaban a destajo en ATE: las listas de desencontrados, el eufemismo para no decir des-aparecidos. Las familias se habían roto en la huída, no había un orga-nismo oficial que centralizara los censos en los centros de evacuados y autoevacuados, la angustia era una sustancia sólida en la atmósfe-ra de la calle.

Dos conferencias de prensa se sucedieron: primero Reutemann montó un escenario donde, fibrón en mano, hacía trazados sobre afi-ches blancos. Lo único relevante de fueron dos infantiles declara-ciones: “Yo no sabía” y “A mí nadie me avisó”. Al otro día, el 4 de mayo, el rector de la UNL, Mario Barletta, convocó a los periodistas para mos-trar cómo la universidad había pro-ducido estudios para Vialidad de la Provincia en los que se advertía so-bre la posibilidad de un escenario como el que estaba viviendo Santa Fe. Justamente por existir un con-trato con el Estado provincial, la universidad negó la presentación de esa documentación en sede ju-dicial. Finalmente, Reutemann ne-goció una tregua con los medios y al resto del arco político. El espacio público se aplacó en nombre de una supuesta necesidad superior de vol-ver a la normalidad. La tregua con-tinúa: ninguna fuerza partidaria de la provincia ha movido un dedo en pos de sanción judicial alguna.

Refugiados El éxodo fundió al este y el oeste. La máxima población desplazada fue

de 139.886 personas, o 36.886 ho-gares, o un 28.6% de la ciudad. Los que podían, iban a una casa seca u ocupaban espacios por su cuenta. Esos eran los autoevacuados, no recibieron atención oficial. Los que no podían, porque no conocían a nadie en una casa seca, se queda-ron en los techos o terminaron en los campos de refugiados donde –mal y tarde– el Estado era el res-ponsable de proveer la alimenta-ción (generalmente incomible), la coordinación y el cuidado (que recayó en las organizaciones de la sociedad civil y los voluntarios). Al 6 de mayo, el Ministerio de Salud de la Nación computó el máximo de campos de refugiados abiertos: 475 lugares atiborrados de inunda-dos. Sumaban 75 mil personas.

Cepal calculó un total de 126 mil raciones repartidas entre el 28 de abril y fines de julio. Por unidad, cada ración tuvo un precio prome-dio de $4.60. Si la inflación entre 2003 y 2013 fue del 400%, sien-do benignos, cada ración de esa escasa mugre con la que se quería alimentar a los evacuados valdría hoy $18.40. La mayor cantidad de los campos se estableció en las es-cuelas: 140 habían sido inundadas (el 55% de los establecimientos de la ciudad) y 110 recibieron inunda-dos. Por destrucción o por asisten-cia, todo el sistema educativo local estuvo a los pies del Salado.

Entre el 11 y 14 de junio la De-fensoría del Pueblo de Santa Fe relevó siete campos de refugiados. Tres de esos lugares eran los más abyectos –La Florida, la Belgrano y el Predio Ferial–; en los tres siem-pre operó el Estado como principal organizador, en lugar de tener la sociedad civil la coordinación. Las conclusiones fueron elevadas al ministro de Gobierno Carlos Ca-rranza. En ellas se señala la falta de colchones y frazadas, la ausencia de responsables estatales identifi-cables, las deficientes estructuras sanitarias y la grave exposición general al frío. En algunos campos,

“la luz central permanece encendi-da durante todo el día, provocando trastornos en el sueño de los niños” y la asistencia psicológica estaba suspendida.

Aquellos que volvían a su casas recibieron un mínimo kit de lim-pieza. Para las reparaciones, se des-tinó un resarcimiento de $1200.

El 2 de julio se reanudaría el ci-clo lectivo, dentro de la política unificada del gobierno de sostener la “vuelta a la normalidad”. Eso no quería decir que no hubieran más refugiados: para el fondo del lecho del abandono, unos 700, se levanta-ron campamentos de carpas traídas desde Italia en La Tablada, cerca del Mercado de Abasto, y en La Florida, cerca del Hospital de Niños. La im-portación de tecnología de outdoors no significó mucho. Con la primera lluvia, esos campamentos se volvie-ron a inundar. En La Tablada murie-ron dos personas: Axel Gabriel Le-guiza, de asfixia, el 15 de junio, y un bebé sin nombre por demoras en la atención del parto, el 21 de julio. To-davía, en ese entonces, había 2.200 evacuados repartidos en 31 centros. La Tablada y La Florida continua-rían casi por un año.

La chiquita indecenteLa prensa de Buenos Aires acudió rauda. Los envíos de mercadería se contaron por miles de toneladas. En el medio de la conmovedora demostración nacional de solida-ridad, el 15 de mayo renunció la responsable de (no) coordinar las evacuaciones y los campos de refu-giados, la secretaria de Promoción Comunitaria Adriana Cavutto. La razón: “acopio indebido de do-naciones” de los empleados de su Secretaría, constatadas por alla-namientos y detenciones (como la de la coordinadora de Unidad Alimentaria, Sonia Aguirre, encar-gada de los depósitos de elementos para los inundados), dictadas por el juez Diego de la Torre a partir de denuncias hechas por vecinos que veían cómo se iban para cualquier lado las donaciones del principal centro oficial de acopio, el Batallón GADA, en Guadalupe.

Cepal estimó los daños totales en 233 millones de pesos y calculó que la reconstrucción demandaría 393 millones. La Nación destinó 500 millones a tales fines. Gran parte de esos fondos fueron dirigidos a 234 localidades de la provincia que no sufrieron absolutamente nada por el Salado, como Murphy, Maggiolo o Hugues, en la punta sur de la bota. También, con ese dinero se financió la construcción de las nuevas ave-nidas 27 de febrero (que apenas un día tuvo una cantidad de agua simi-lar a la que resiste cualquier calle cuando llueve fuerte) y Alem (que nunca estuvo bajo agua).

Una inconclusa obra vial para el transporte de cargas abre esta impudicia. Una obra vial para el transporte de cargas la cierra. Cin-co años después, en 2008, los ba-rrios que se iban a construir para los inundados que no tenían adón-de volver todavía no estaban, ni re-motamente, terminados.

A 10 años de la inundación

José Almeida

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 20138 PAUSA

A 10 años de la inundación

Reflexiones sobre el valor de la lucha de los inundados.

El Quijote y las catástrofes políticas

Hace unos días tuve la oportunidad (y el gusto) de compartir el aire de una radio con Héctor El Flaco Sana-gustín, vecino inundado de barrio Roma en el 2003 y miembro de la Marcha de las Antorchas, que lu-cha día a día desde hace ya casi 10 años por que se haga justicia por las víctimas de la inundación y se castigue a sus responsables. Por supuesto que ante el testimonio de Héctor no hay más que hacer silencio, escuchar, estremecerse, reflexionar y admirar.

Su relato comenzó con las horas previas a la entrada del agua por Santa Rosa de Lima, con él como testigo de la sigilosa, lenta e ince-sante invasión del Salado a su casa. Salvó lo poco que pudo. Siguió por el recuerdo de sus primeros pasos en el reclamo de justicia y su llegada la Plaza de Mayo junto con el grupo del cual es referente. Esta lucha demoró en iniciarse ya que, como consecuencia del agua, Héctor fue postrado por una lep-tospirosis durante casi 45 días. Su primera salida luego del obligado reposo fue a la cancha de Colón. Luego, sí, siguieron las antorchas.

Una vez terminadas las anéc-dotas de los días bajo el agua, el Flaco reflexionó sobre las respon-sabilidades de los funcionarios que inauguraron un terraplén in-completo y que nunca terminaron y que, causalmente, fue por donde entró el Salado a la ciudad. Remar-có que además de las culpas de un grupo de individuos encabezados por Carlos Reutemann, Marcelo Álvarez y Juan Carlos Mercier, la inundación tiene sus orígenes en un modo de hacer política que ca-racterizó a la década del 90: des-guace del Estado, privatización de sus empresas, neoliberalismo feroz y ausencia de políticas sociales y de obras públicas en beneficio de los ciudadanos más postergados. El ex gobernador y su ministro de ha-cienda son esa lógica hecha carne y es necesario no olvidarlo… y el Fla-co y muchos otros luchadores, con su presencia, nos lo recuerdan. Del párrafo anterior yo quisiera hacer sobresalir tres cuestiones. En pri-

mer lugar, que la inundación no fue la consecuencia del solo accionar corrupto de un par de tipos; sino que es lo que ocurre cuando hay todo un sistema político, social y económico destinado a ejecutar ac-ciones que benefician los negocios del Estado con el sector privado y no se preocupan por el bienestar público. Es decir, cuando el Esta-do es corrupto y sus funcionarios también. Digo esto porque no hace falta un nombre propio en parti-cular para que esto ocurra: es una lógica política lo que lo provoca, y en este caso, esa política se encarnó en Reutemann y Mercier, quienes no tienen argumento alguno para poder excusarse de su responsabili-dad. En segundo lugar, al terraplén que quedo inconcluso en el no-roeste de la ciudad, Reutemann y compañía lo construyó en el Poder Judicial: se aseguró el amparo de una justicia provincial que todavía hoy lo mantiene al resguardo de las denuncias en su contra. Y, en tercer lugar, ya es hora (y más aún luego de todo lo que se supo del accionar humano en esta inundación) de de-jar de llamar catástrofe natural a una inundación cuyas consecuen-cias se podrían haber minimizado e, incluso, tal vez evitado (al me-nos las muertes y la cantidad de evacuados y pérdidas materiales). Llamar a lo sucedido catástrofe na-tural o “tragedia” también es lo que los responsables políticos de una ciudad bajo agua quieren impo-ner: si es natural, la culpa la tiene “dios”; si es una tragedia, entonces fue inevitable. Ya está comprobado que es falso e injusto seguir insis-tiendo en estos modos de denomi-nar una inundación provocada por la corrupción estatal.

“¿Y hoy qué te moviliza a seguir luchando, Flaco?”, le preguntan los conductores del programa. Él res-ponde que en un principio quería ver presos a todos los responsables de la catástrofe. Pero señaló que se encargaron muy bien de armar una justicia cómplice que les garanti-ce impunidad (“Y la impunidad cansa”) y por ello hoy desea que llegue el día que escuche que es-tos corruptos sean castigados con una inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Ni más ni menos. “Je, a veces mis amigos me dicen Quijote, porque de 100.000 evacuados a veces somos cuatro o cinco los que seguimos en la pla-za”, remarca Héctor. Estos cuatro o cinco Quijotes tienen una cruzada contra molinos de corrupción, des-gaste, resignación… Quijotes que nos han enseñado que el tiempo no acaba las batallas: las acaba el abandono, cosa que estos Quijotes, con extrema valentía e infinitos ar-gumentos se niegan a aceptar… Y a pesar de que, en ocasiones, como contó en su relato el Hidalgo Don Héctor de barrio Roma, se sienta el agotamiento de espadazos con-tra las astas violentas de aquellos monstruos de madera y cemento, su lucha se siente, se vive, se mul-tiplica en cientos de miles de santa-fesinos y santafesinas que, por ellos en la calle, tienen siempre presente que, hace 10 años, esos molinos infames fueron de agua y no de viento... Y que tienen haciéndoles frente a los Quijotes y muchísimos Sanchos convencidos y conmovi-dos por la justicia de sus batallas, defendiendo a conciencia el espíri-tu que estos caballeros han instala-do en sus espaderos, nosotros, sus vecinos.

sirena coqueta despeinándose.Sentir el agua en la cintura,

fría y oscura y empezar a tiritar de pavura.

Y ver una canoa con una vie-jita abrazada al gato que parece tener los pelos en llamas y el nieto, supongo yo que es el nie-to, remando desesperadamente hacia cualquier lugar. Y levan-tar la vista y ver sobre los techos a la gente aferrada con lo negro de las uñas a la vida.

El agua impiadosa baja desde el norte con un odio humano.

El intendente habla por ra-dio. El intendente tiene los pies secos mientras la ciudad se va convirtiendo en una Atlántida.

Alguien grita un nombre. Nadie le responde. Sólo el mur-mullo del agua. Pasa la muerte sorprendida en calzoncillos. El espanto se multiplica como el pánico.

Ya amaneció. La ciudad es una tragedia en sí misma. Veo personas nadando con las bra-zadas obcecadas del Tiburón del Quillá, veo personas deján-dose llevar por la correntada, veo las fotos del pasado sumer-gidas... Y lloro. Y mis lágrimas de impotencia se mezclan con las gotas de esta lluvia que no cesa. Alguien me abraza. Com-partimos las lágrimas. Es un llanto anónimo.

Sobre un terraplén, un hom-bre inflado dentro de una cam-pera roja mira con los ojos de asombro mientras jura que a él nadie le avisó.

Dicen que es el gobernador.

(*) Periodista. Estaba trabajando en Santa Fe en abril de 2003.

Sentir el agua en los pies, haciendo cosquillas adentro de los zapatos.

Relatar por la radio el avance de la masa hídrica (¿cuándo había-mos empleado esa frase?) parado en una esquina, teléfono celular en mano como si fuera un micrófono mientras la madrugada se obstina en seguir siendo noche.

Sentir el agua en los tobillos, en-trando por los zoquetes.

Vecinos como fantasmas mo-viéndose en las penumbras, car-gando a sus hijos, las pupilas dilatadas tratando de adivinar el próximo paso, evacuándose... ¿Pero adónde?

Y ese rumor... Ese rumor sinies-tro del agua avanzando burbujean-te, vomitando espuma, salpicando al reventar contra el cordón de las veredas, subiendo las veredas, en-trando sigilosa por debajo de las puertas, violentando la ingenui-dad de las bolsas de arena.

Sentir el agua en las rodillas y empezar a caminar con el paso grotesco de un robot.

Darse cuenta que hay que salir de ahí. Pero hacia dónde ir, si el agua llega sin lógica y ahora empieza a clarear y se advierte el drama en el rostro desencajado de la gente. La calle es un río único y a contrama-no, un río endemoniado, y ahí pasa un 147 anfibio, corcoveando sobre el oleaje y una silla de ruedas vacía hundiéndose en el remolino y un perro cabalgando sobre una puer-ta placa con ojos de espanto y una bicicleta con el manubrio girando enloquecido como un tíovivo y una muñeca flotando boca arriba con los ojos de vidrio abiertos pero pes-tañeando y su cabellera rubia de

Parado en la ribera de asfalto

Por Licenciado Ramiro

Por Walter Saavedra (*)

Carolina Niklison

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 2013 9PAUSA

Uno de los íconos visuales más im-portantes que dejó la inundación de 2003 en la ciudad de Santa Fe fue el del renovado estadio del Club Atlético Colón. El Brigadier López no había cumplido su se-gundo año luego de la reinaugura-ción en agosto de 2001, los socios e hinchas sabaleros gozaban de la auténtica “joya” que dejaba el ex presidente José Vignatti. Esa obra histórica para el club y la ciudad quedó bajo agua en pocas horas, entre el martes 29 y el miércoles 30 de abril de 2003.

Desde los helicópteros, que por aquellos días fueron los pájaros que más sobrevolaron Santa Fe, los fotógrafos y camarógrafos captu-raban las imágenes de un estadio inundado, que le servía a los me-dios de comunicación como retra-to perfecto del infierno que vivía la ciudad. Los travesaños de los arcos servían como pluviómetro en el barrio Centenario, las plateas bajas ya no eran parte de la escenogra-fía, el gimnasio Roque Otrino era una pileta cerrada que contenía a los vehículos del bingo de Colón y a pocos metros, en el sur, el barrio Fonavi aparecía con cada una de sus manzanas como pequeños for-tines desbordados de agua y dolor.

Colón quedó bajo agua, literal-mente sumergido. Al igual que mi-les y miles de vecinos santafesinos la entidad sabalera perdió docu-mentación, fotos, toda la ropa del plantel, recuerdos y millones de pesos en daños materiales. A partir de los severos daños que sufrió la institución deportiva y ante la falta de respuestas gubernamentales, luego de un tiempo importante las autoridades de Colón amenazaron con llevar el caso a la cancha de la Justicia. Por aquellos días cuando el club rojinegro elevaba su voz, el ex presidente Horacio Darrás hablaba de una estrategia concen-suada por la comisión directiva: “Hasta acá, como no podía ser de otra manera y sabedores de lo que sufrieron muchos santafesinos, la mayoría colonistas, fuimos total-mente respetuosos del sufrimiento primero y del reclamo de las per-sonas por los daños en cada uno de sus hogares. Ahora, una vez que el Ente de la Reconstrucción comen-zó a responder, creemos que es el tiempo de Colón. Porque todo el mundo sabe que quedamos abajo de las aguas y que incluso nuestra cancha actuó como dique, frenan-do en parte el embate del Salado”. La idea de judicializar el tema por parte de los directivos fue avalada por los socios mediante una asam-blea extraordinaria.

De no recibir dinero por parte

del gobierno de la Provincia, Colón estaba decidido a reclamar una in-demnización. Ante la firme postu-ra sabalera que se hacía escuchar a través de los medios de comuni-cación locales, Juan Carlos Forco-ni, por entonces titular del Ente, reaccionó y contestó: “El Estado Provincial sabe perfectamente que debe pagarle a Colón por los da-ños. Lo que no sabe es cuánto; por eso necesitamos un tiempo más, para que los peritos de la UTN pue-dan terminar el informe final”.

Sin llegar a jugar en el campo de la Justicia, como si fuese un regalo de navideño, en diciem-bre de 2005 la Provincia le pagó a Colón $3.054.000. Se le restaron $400.000 de anticipo que Colón cobró en un primer momento y se agregaron los valores de los coches estacionados en el Roque Otrino para el bingo de la entidad sabalera.

Colón, con fondos propios, se hizo cargo de forma rápida de la restauración de todos los deterio-ros materiales. Además, recibió una suma millonaria de dinero que no percibió ninguna otra em-presa, institución ni ciudadano.

El recuerdo de MorantHoy Pablo Morant es el DT de Co-lón, pero en aquel abril de 2003 el Flaco era parte del plantel profe-sional y uno de los referentes del grupo que dirigía Edgardo Bauza. El ex defensor vivía en Marcial Candioti al 3900 y se enteró esa mañana de la situación a través de un vecino. “Las primeras sensa-ciones que tuve cuando empecé a ver lo que estaba pasando eran de desolación e impotencia, porque ante ese avance del agua no podes hacer nada, y luego llegó ese sen-timiento de tristeza al ver todo lo que la gente perdió, sobre todo por las vidas humanas”.

En el repaso de su memoria, Morant le dijo a Pausa que uno de los jugadores más afectados por la inundación fue Jorge Bontemps (falleció en 2010), “el Enano fue uno de los más involucrados y tam-bién recuerdo que la pasó muy mal Lucho Pérez, el utilero. Su casa ha-bía quedado bajo agua. Quizás me olvido de alguien más, pero ellos fueron los más perjudicados de manera directa en aquel grupo”.

A la hora de la solidaridad por parte del plantel sabalero, el Flaco manifestó que no estaba jugando, “creo que estaba lesionado, en-tonces yo me encargué de juntar dinero y diferentes cosas que eran útiles para la gente inundada y se los llevé a los chicos que estaban trabajando en la universidad; tam-bién fui con un colega tuyo (Ma-rio Demonte) a recorrer las zonas damnificadas para acercarles otras

provisiones que el plantel había juntado”.

En carne propiaAdemás del recuerdo de Morant sobre la inundación que afectó la vivienda de Bontemps y del uti-lero Pérez, también el defensor Ezequiel Marini y el arquero Diego Rivas padecieron la furia del Sala-do. En el plantel de Unión hubo dos jugadores anegados: Diego Olivera y Martín Valli. El primero vivía en uno de los edificios de calle Men-doza, entre Santiago de Chile y San José, mientras que el ex defensor de Unión y Nueva Chicago padeció la inundación en las casas de sus fa-miliares directos y políticos, en Re-creo. “Nunca antes viví una situa-ción similar, de tanta angustia. Mis padres, mi hermana y mis suegros debieron salir del pueblo, que rápi-damente se inundó, y sólo tuvieron

tiempo para retirar algunas cosas. Las mujeres vinieron a mi casa (en Santa Fe), pero los hombres se que-daron a cuidar las viviendas de los saqueos”, declaraba Valli a los po-cos días del desastre.

Solidaridad tatengueCon respecto a la situación de Unión, el agua apenas afectó un mínima parte del club, que no tuvo los tremendos daños que sufrió Colón. A las pocas horas de aquel 29 de abril, el estadio cubierto Án-gel Malvicino se convirtió en un importante centro de recepción de alimentos no perecederos del go-bierno de la Nación.

Al igual que el plantel de Colón, los jugadores tatengues también dieron claras muestras de solidari-dad y juntaron alimentos, colcho-nes, ropa y todo aquello que fue importante para ayudar.

Hay que jugarMás allá del agua, las muertes y los más de 100 mil inundados que sufrieron los santafesinos, la AFA dispuso que los equipos de nuestra ciudad no jueguen el fin de semana posterior al 29 de abril, pero que sí lo hagan el otro.

Fue así como Unión jugó como local ante River en la cancha de Patronato y Colón, en el mismo escenario, fue local durante el mes de mayo de Banfield y San Loren-zo. El sabalero recién pudo volver a jugar en su estadio en junio, cuan-do recibió a Gimnasia y le ganó 2 a 0 en el partido número 1.000 del Colón en Primera División.

En esa temporada 2002-2003 Unión descendió a la Primera B Nacional y Colón clasificó, por pri-mera vez en su historia, a la Copa Sudamericana. Pero esa ya es otra historia.

Edificación insignia del barrio Centenario, el estadio y las instalaciones de Colón sufrieron mucho en la inundación de 2003. Y luego recibieron una ayuda millonaria.

El cementerio bajo el Salado

El Cementerio de los Elefantes y las instalaciones del club quedaron destrozadas después del paso del Salado en la noche del 29 de abril.

A 10 años de la inundación

Por Gastón Chansard

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 201310 PAUSA

Ocio y Cultura

Antes de presentar su nuevo disco,

Sideral, Cielo Razzo estará tocando

el sábado 27 de abril en Tribus Bar

& Arte (Pedro Vittori 3523) a partir

de las 22.00. Las anticipadas pueden

conseguirse en Megaforce (Gal. Colo-

nial, Local 33), Point (Obispo esq. 25

de Mayo) y en Tribus.

La banda cumple 20 años de tra-

yectoria en el 2013, en los cuales

editaron cinco discos de estudio, uno

en vivo y un DVD. Protagonizaron

shows multitudinarios, como el que

brindaron en Rosario en noviembre

de 2004 ante 70 mil personas.

Vuelve Aznar Cielo Razzo en Tribusm

ás Pedro Aznar se presentará el viernes

26 de abril a las 22.00 en el Teatro

Municipal 1º de Mayo (San Martín

2020). Según su ubicación, las entra-

das varían entre los $100 y los $150

y pueden comprarse en la boletería.

Las canciones de este show plantean

un recorrido por su trayectoria hasta

su último álbum de estudio Ahora.

Incluye también temas de su disco

en vivo Puentes Amarillos: Aznar

celebra la música de Spinetta, que re-

gistra el concierto que el músico brin-

dó en abril de 2012 en Plaza Italia de

Buenos Aires, ante 50 mil personas.

Loli Molina trajo su suave voz pop a Santa Fe y nos contó sobre sus proyectos

Mundo de canciones

La suave voz de Loli Molina se impo-

ne en la quietud de la sala. Casi como

susurrando, y acompañada por su gui-

tarra, desgrana historias de desamor

y búsqueda. Cultora de una propuesta

que se mueve entre las sonoridades

acústicas y un pop delicado, Loli tie-

ne 26 años, dos discos y un premio

MTV. El 13 de abril, frente a un público

escaso pero fiel, se presentó en LOA

Espacio Proarte. Aprovechando su vi-

sita, dialogamos con ella sobre su as-

cendente carrera y sus producciones.

Los iniciosLa veta compositora de Loli no fue lo

primero en asomar en su vida artísti-

ca. Desde chica, mostraba sensibilidad

hacia el mundo musical. Pero, como

ella misma define “estaba más aboca-

da a todo lo que tenía que ver con la

interpretación. Era lo que más estaba

trabajando, estudiando distintas obras

para poder ejecutarlas bien. Me faltaba

la parte creativa. Por otro lado, siem-

pre escribí poesías y cuentos. Y veía

a la canción como un mundo perfecto

donde se juntaba todo. No lo sabía,

pero suponía que era así. Entonces me

parecía muy extraño juntar palabras y

música para que algo sucediera”.

Juana, la madrina musicalComo tantos artistas de la era digital,

Loli dio a conocer sus primeros temas

a través de la web. Myspace fue la

plataforma elegida para colgar su dul-

ce versión de “Karma Chamaleon” de

Culture Club. Allí, y como tantos otros,

la escuchó el reconocido multiins-

trumentista Alejandro Franov. Y se

le ocurrió enseñarle el tema a Juana

Molina, que se encontraba buscando

songwriters para su ciclo “Nuevos Ai-

res Folk 2007”.

Ambas Molina (que no poseen rela-

ción de parentesco) terminaron com-

partiendo la tercera y última fecha.

Mirando hacia atrás, Loli recuerda que

“ese show fue el inicio público de mi

carrera, que no existía hasta ese día.

Fue la excusa para armar un grupo y

tocar mis canciones por primera vez.

Y estuvo buenísimo que se haya dado

así”, cerró.

Disco y premioEse impulso y la aparición del produc-

tor Nico Cota, le abrieron la puerta que

le permitió grabar en el 2008 Los sen-

deros amarillos y editarlo a través de

la multinacional Sony. Y como si esto

fuera poco, el año siguiente le llegó la

distinción a Mejor artista nuevo, en-

tregada por MTV Latinoamérica.

Molina comenta que “hacer el pri-

mer disco fue una experiencia muy

linda. Era ir al estudio y aprender algo

nuevo todos los días. Por otro lado,

estaba muy bien acompañada, huma-

na y musicalmente”. Sobre el premio,

opina que no tuvo una significación

especial. Aunque reflexiona que “uno

lo puede tomar como una mini-guía

que te dice ‘vas bien, hay un recono-

cimiento a lo que haces’. Pero fue una

sorpresa, no lo esperaba”.

Ya asentada en la industria musical,

en el 2011 vio la luz su segundo ál-

bum, Sí o no. Apostando a una búsque-

da más ecléctica, incorporó elementos

pop y electrónicos. Nuevamente, estu-

vo acompañada de hermanos mayo-

res que enriquecieron su propuesta,

desde el productor Tweety González

(realizador de El amor después del

amor de Fito Páez, entre otros éxitos)

hasta los invitados Javier Malosetti y

Kevin Johansen.

Se trató de un recorrido nuevo, en

el que se animó al bajo, la batería y

el piano. Repasando esas jornadas en

el estudio, Loli cuenta que “lo dife-

rente estuvo dado por llegar con una

práctica previa. Tweety es otro tipo

de productor y me encontró en otro

momento. Me hizo trabajar muchísi-

mo y tocar varios instrumentos. Fue

un proceso muy exigido, pero a la vez

crecí bastante”. Sobre las participacio-

nes estelares, afirma que “lo de Kevin

fue un super lujo. Se nos ocurrió que

podía estar bueno que formara parte

y él aceptó. Con respecto a Javier, es

una constante en mi música. Antes

que nada es mi amigo y una persona

que me inspira. Siempre voy a querer

que esté presente”.

VersionesEn la discografía de Molina nunca han

faltado los covers. Comenzando con

el propulsor “Karma Chameleon”, no

ha dejado de apropiarse de creacio-

nes ajenas. En Youtube se la puede

ver interpretando un repertorio mu-

tante, que abarca “Fuego de noche,

nieve de día” de Ricky Martin, “Amo-

res como el nuestro” de Los Charros

y “Casas marcadas” de Spinetta. Si o

no incluye “Mandolin”, un homenaje al

desaparecido músico charrúa Gustavo

Pena, mejor conocido como El Prínci-

pe. Indagando en el por qué de esta

elección, Loli expresa que “venía escu-

chando música uruguaya: El Príncipe,

Fernando Cabrera, Eduardo Mateo. En

ese momento estaba muy copada con

esos cantautores. Un día, en medio de

un desvelo nocturno, se me ocurrió

hacer una versión de ese tema. Quería

sacarlo de ese lugar de fogón hippie al

que terminan yendo todos sus covers.

Aunque ese es el toque que Gustavo le

daba a través de la mandolina. Enton-

ces dije: ‘a ver qué pasa si probamos

con algo más rockero’. Esa canción

tiene una oscuridad y una intensidad

propias de su autor. Era un ser pro-

fundo y extraño. Para mí siempre es

un honor tocarla, lo hago con mucha

alegría y respeto”.

Nueva etapaFijando la vista en el horizonte, Loli

reflexiona sobre sus próximos pasos

artísticos, continuamente vinculados

a su desarrollo personal: “crecí mucho

en estos años. Empecé de muy chica,

a los 19. Ahora me encuentro más

plantada. Sé donde estoy y qué es lo

que quiero. Todas las experiencias que

tuve fueron buenas, en el sentido de

que me sirvieron para aprender. Sien-

to que mi próximo disco va a marcar

una nueva etapa de mi vida”.

Música

Loli Molina, con dos discos y un premio MTV en su haber, desgajó su pop sensible en LOA.

El calor del pleno invierno es el

nombre de la última producción de

los uruguayos No te va gustar. El

próximo jueves 25 y viernes 26 de

abril a las 21.00 la presentarán en

el Estadio Cubierto del Club Unión

(Av. Lopez y Planes 3550).

Las entradas para el show del vier-

nes 26 (las del jueves 25 se encuen-

tran agotadas) pueden adquirirse a

$130 conjuntamente con el CD. Se

encuentran a la venta en la Disque-

ría Compactos (San Martin 2254).

El séptimo álbum de No te va a gus-

tar, grabado en el estudio del grupo

No Te Va Gustar en Montevideo, cuenta con varios

invitados especiales y está dedi-

cado a la memoria de su tecladista

Marcel Curuchet.

A un mes de su lanzamiento en Ar-

gentina, se mantiene en el primer

puesto de ventas de la tienda digital

iTunes; y se ha convertido en disco

de platino con más de 40.000 co-

pias vendidas.

La presentación de No te va a gus-

tar en Santa Fe se enmarca en una

gira que incluye a Rosario, Córdoba

y Buenos Aires.

En septiembre del 2012, tocaron

ante más de 25.000 estuvieron en

la explanada del Estadio Único de

La Plata.

Nuevas obras en el Foro

Danza

El comienzo de la temporada 2013 de la Compañía de Danza de la UNL será el viernes 26 de abril a las 22 en el Foro Cultural (9 de Julio 2150), con las obras Azulnoche, dirigida por Gustavo Lesgart, y Oceánica, con direc-ción de Ana Garat. Las entradas cuestan $30 ($25 con descuen-to) y se pueden comprar el mis-mo día en la boletería de la sala.

Azulnoche es una pieza coral para seis mujeres. Es un paisaje en continuo movimiento en el cual las imágenes se suceden sin interrupción. Espacios que se re-nuevan, trayectos que cambian y volúmenes que desaparecen delante de nuestros ojos crean un constante devenir que sólo por momentos parece detenerse para que podamos ver con cierto detalle qué sienten esas muje-res. Las intérpretes son Soledad Caamaño, Guadalupe Ferrero, Virginia Dilda, Gabriela Lavag-nino, Victoria Roldán y Cecilia Romero Kucharuk. La idea y co-reografía es de Gustavo Lesgart. Paula Copello es la asistente de dirección y la música original es de Franco Bongioanni.

El programa de la obra Oceá-nica dice: “Cuando la Luna gira alrededor de la Tierra, el punto de la superficie del mar que está más próximo a la Luna experi-menta el empuje provocado por la fuerza centrífuga de la Tierra, y, a la vez, la máxima atracción por parte de la Luna. La suma de ambas fuerzas empuja al agua a separarse de la Tierra. Y es, en ese desprendimiento, cuando las moléculas de agua se mantienen unidas creando una estructura compacta que la convierte en un líquido casi incomprensible”.

Los intérpretes son Florencia Stechina, María Laura Citta, Ma-riel Barcos, Mauro Cappadoro, Pamela Rojas y Varinia Zelko. Claudia Marcela Correa es la asistente de dirección y la músi-ca original es de Jorge Grela.

Foto: Loli Godoy

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 2013 11PAUSA

Ocio y Cultura

Malchiko lleva la historia de Peñaloza a la pantalla nacional.

Tras la huella del Chacho

Televisión

Canal Encuentro, la TV Pública y Mal-

chiko Contenidos Audiovisuales co-

produjeron una docu-ficción, Rebelión

en los llanos. Vida, resistencia y muer-

te del Chacho Peñaloza, que rescata

los pasajes más importantes de la vida

del caudillo riojano. La serie, estrenada

el 12 de abril por la TV Pública y com-

puesta por cuatro capítulos, fue dirigi-

da por el santafesino Mauricio Minotti

(responsable de Malchiko). Mauricio

es fotógrafo, editor-montajista y ac-

tor. En Buenos Aires trabajó con Pino

Solanas como editor y camarógrafo en

el documental Tierra Sublevada y en

la serie Historia de los ferrocarriles

argentinos. Como director y guionista,

estuvo a cargo del ciclo documental

Historias de Santa Fe, primera pro-

ducción provincial en emitirse por

el Canal Encuentro del Ministerio de

Educación de la Nación. Su empresa

cuenta con tres emprendimientos: His-

torias de Santa Fe, Escenas de la Histo-

ria de un País y Rebelión en los llanos.

Con Minotti hablamos sobre su última

creación, los desafíos de registrar la

historia y el presente santafesino en el

campo audiovisual.

Vida y obra de un caudillo—La miniserie reunió a actores y téc-

nicos de Buenos Aires, Córdoba, Santa

Fe y La Rioja ¿Cómo fue la preparación

y qué características tuvo el rodaje?

—La preproducción fue algo nuevo

para nosotros, dado que tuvimos que

hacer una serie en un lugar que des-

conocíamos. Viajé dos o tres veces a

La Rioja para adentrarme en los es-

cenarios por los que había pasado el

Chacho. Elegí lugares que representen

ese paisaje, que estén presentes en la

retina de la gente, de tal manera que al

verlos digan: “eso es La Rioja”. Fue un

laburo de scouting muy grande, pero

bastante rápido. Y después se orga-

nizó mucho desde Santa Fe. Se armó

todo el equipo y se coordinó con gen-

te de Buenos Aires. Fue un proyecto

Por Juan Almará que empezó siendo muy chiquito. A

medida que íbamos consiguiendo co-

sas y entusiasmándonos, creció hasta

transformarse en lo que consideramos

una superproducción. Si bien conta-

mos con un presupuesto considerado

grande para una serie de Encuentro,

no fue suficiente. Tuvimos mucha co-

laboración de Canal 7, que nos brin-

dó vestuario. También usamos armas

de otras series como Revolución o El

combate de San Lorenzo. Los retos

pasaban por coordinar en una zona

de montaña donde no hay cobertura

para celulares, por ejemplo. También

tuvimos que vencer la desconfianza

de los habitantes. Contamos con la

colaboración de la Secretaría de Cul-

tura de La Rioja, pero fue difícil pasar

esa resistencia. Es gente de campo, de

pueblo, muy sencilla. No entendían

que hacíamos estos locos —comenta

entre risas— filmando ahí. Hasta que

se fueron convenciendo. Se engan-

charon mucho al enterarse que está-

bamos haciendo una miniserie sobre

el Chacho. Empezaron a participar con

cierto orgullo. Iban al rodaje a las 7 de

la mañana y colaboraban un montón.

El riesgo pasó por laburar en una re-

gión donde la infraestructura no está

preparada para un trabajo de este

tipo. Pero la peleamos y llegamos a

buen término. Quedó un producto que

nos gusta a nosotros y al público.

—¿Desde qué perspectiva se aborda la

figura de Peñaloza?

—Peñaloza tenía la particularidad de

que, si bien se había transformado

en un caudillo, no era un hombre de

dinero como otros líderes provincia-

les. Vivía en un poblado humilde, en

contacto con los gauchos. Abordamos

la perspectiva del caudillo como pro-

tector de los pobres, de la gente de a

pie. Cuando necesitaba ir a pelear, a

defender a La Rioja o a su territorio, lo

seguían porque creían en él. También

rescatamos sus últimos años, cuando

alcanzó proyección nacional. Empezó

a manifestar peso político en la zona

y por eso Mitre y Sarmiento querían

eliminarlo. Fue el último bastión fede-

ral, resistiendo ese avance brutal de

la “civilización”. A pesar de la derrota,

porque era constantemente vencido

dado que su ejército era muy humilde,

volvía, se rearmaba y le ponía el pe-

cho a ese avance.

Filmar la historia—¿Te fue útil tu experiencia en produc-

ciones sobre la historia argentina?

-Una de las diferencias que encontra-

mos esta vez, y que hace potente a

la miniserie, radicó en desarrollar un

personaje en cuatro capítulos. Eso no

me pasó con otras series, donde cada

episodio trataba una temática que

empezaba y terminaba ahí. Una de las

cosas que uno entiende es que un pro-

grama de TV no es un libro de historia.

Tenés que proponer contenidos serios

que estén documentados y poseer

rigor histórico. Pero también apuntas

a atrapar y entretener al espectador.

Hay que lograr un equilibro. Y eso lo

aprendimos con el tiempo: como nive-

lar el contenido sin llegar a una tesis

doctoral. Estás haciendo divulgación

histórica. Es un puntapié para que

alguien vea el programa y después

investigue por su cuenta. No podés

contar toda la historia de un persona-

je. Haces una selección temporal en la

que ponés tu punto de vista, el lugar

desde el que contás. Incorporamos la

idea según la cual los textos tienen que

ser amenos al oído para ser llevados

por la gente con cierta cadencia. Hay

que atrapar al espectador, mantener el

suspenso. Resumiendo, aprendimos a

usar los recursos cinematográficos y

televisivos aplicados a la historia.

—¿Qué factores se tienen en cuenta en

la recreación histórica?

—Primero se labura con documenta-

ción sobre cómo se vivía en la época o

cómo era una casa de ese entonces. Si

se trata de un protagonista, en particu-

lar del siglo XX, se recurre a registros

fotográficos. Y también al testimonio

de quienes puedan contar cómo era,

de qué forma actuaba. Con Encuentro

tenemos mucho asesoramiento. Labu-

ramos con historiadores y sociólogos.

Proponemos: “vamos a filmar esto de

tal manera” y ellos nos dicen: “tengan

en cuenta que ese fumaba y escribía

con la derecha”, por ejemplo. A veces

no llegamos a poner todo en pantalla.

Pero son elementos que sirven para

lograr una recreación lo más fiel po-

sible. Como es muy difícil reconstituir

un personaje con bajo presupuesto,

se apela a una síntesis. Si vas a am-

bientar un lugar, buscás determinados

elementos. Se usan técnicas cinemato-

gráficas que ayudan a resaltar lo que

querés destacar. Si tenés que armar

una sala de lectura donde ese tipo es-

tudiaba, regenerás una parte a través

de elementos que te sitúen temporal-

mente: una radio, pasando por una

máquina de escribir o las biromes que

usaba. Vas al detalle. Con más apoyo

económico, amplias el plano.

Santa Fe, usina audiovisual—Rebelión en los llanos es la tercera

producción de Malchiko. ¿Qué balance

hacés del crecimiento de la producto-

ra en este corto tiempo?

—El crecimiento fue muy rápido por

haber llegado a hacer esta serie. In-

cluso Canal 7 la tomó para su pantalla.

Para nosotros fue un espaldarazo muy

grande. Esa evolución implicó mucho

trabajo de nuestra parte para lograr

un producto de calidad. En Canal En-

cuentro y la TV Pública hallamos un

lugar donde desarrollar el tópico his-

tórico, que es lo que nos atrapa. Esta

es una etapa en la cual se valora ese

tipo de realizaciones y en la que nues-

tros gustos encajan perfectamente con

lo que están buscando editorialmente

esos medios. No podríamos ser lo que

somos sin el apoyo de un Estado que

quiere generar contenidos educativos,

contar nuestra propia historia y poner

en valor a ciertos personajes. Tenemos

proyectos privados, pero el gran em-

puje viene a través de armonizar nues-

tras pasiones con una política estatal.

—¿Cómo observas a Santa Fe desde

el punto de vista de la generación de

recursos humanos para la producción

cinematográfica?

—Siempre hago la misma compa-

ración: cuando me fui a estudiar a

Buenos Aires en 1998 era muy difí-

cil encontrar acá alguien que quiera

acompañarte o que esté capacitado

para filmar un cortometraje o una pe-

lícula. Y cuando volví en el 2010 me

topé con otro mundo. De hecho pude

armar equipos de rodaje completos

con gente muy formada: directores de

fotografía, editores, productores. La

refundación del Instituto Superior de

Cine y Artes Audiovisuales fue un gran

aporte. Hoy puedo decir que toda la

gente que labura conmigo es de Santa

Fe. No necesito recurrir a Buenos Aires

ni a Rosario. Nuestra ciudad es una ge-

neradora de recursos humanos para la

actividad audiovisual. En las pantallas

de los canales locales se ve un cierto

crecimiento en el lenguaje, la calidad y

la estética. Podemos discutir los conte-

nidos, pero se empiezan a ver joyitas.

Y eso significa que hay gente pensan-

do y queriendo trabajar bien.

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 201312 PAUSA

Kurt VonnegutLa Bestia EquiláteraPrecio $ 129

La novela más personal, satírica

y disparatada de Vonnegut. Una

suerte de historia abreviada del

siglo XX estadounidense, en parti-

cular, y de la humanidad, en gene-

ral, contada (e ilustrada) para niños

o extraterrestres por un loco que

bien podría ser el Creador del Uni-

verso. La publicó en 1973, cuando

ya era un escritor consagrado, y

narra en un juego de cajas chinas el

encuentro entre un grupo de per-

sonajes estrafalarios y entrañables

con el escritor que los inventó.

“Una vez que comprendí el motivo

por el que Estados Unidos se estaba

transformando en un país tan peli-

groso e infeliz de gente que no tenía

nada que ver con la vida real, decidí

evitar la narración de historias. Es-

cribiría sobre la vida. Cada persona

sería tan importante como las de-

más. Todos los hechos tendrían el

mismo peso. Nada sería excluido.

Que los demás pusieran orden en el

caos. Yo pondría caos en el orden, y

creo que lo he logrado.

Si todos los escritores hicieran eso,

quizá los ciudadanos que no se

dedican a la literatura comprende-

rían que no hay orden en el mundo

que nos rodea, sino que en cambio

debemos adaptarnos a los requeri-

mientos del caos.

Es difícil adaptarse al caos, pero

es posible. Soy prueba viviente de

ello: es posible”.

Julio Cortázar RMPrecio: $ 110

En Último Round Cortázar pasa

de la ficción al ensayo y del ensa-

yo a la ficción, como una forma de

mostrar el aspecto narrativo de

todas las cosas. Conjunto de piezas

breves, la obra resulta un collage

hecho de inteligencia, sentido del

humor, gusto por el juego e ironía,

donde el lector no deja jamás de

sorprenderse.

La libertad formal y el desprejui-

cio discursivo sobrevuelan todo el

libro: la crónica de una pelea en el

Luna Park, el relato extrañado y

desopilante acerca de una mosca

que vuela de espaldas, un asado

con otros argentinos en París al

que asiste, misteriosa, una joven

fantasmal; una pareja en una soli-

taria estación de trenes, en medio

de un clima cada vez más enrare-

cido pues ambos son incapaces de

recordar el lugar de destino; mani-

fiestos contra la costumbre con el

espíritu del Mayo francés, textos

breves que reflejan los discursos

fervorosos de la época (carteles,

poemas, proclamas estudiantiles).

Sin duda, uno de los libros más per-

sonales de Cortázar, en el que po-

demos vislumbrar sus gustos, sus

referencias culturales, sus apuestas

políticas, y su talento como hace-

dor de mundos literarios.

Ocio y Cultura

agendaUn espacio para la difusión

de las actividades culturales [email protected]

Música

21:30. Dicroico

Stanley Rock Bar (25 de

Mayo 3301)

22:00. Surfin’ Ramones

Tributo a The Ramones

Tribus Bar & Arte (Pedro

Vittori 3523)

sab.27Teatro

21:30. Hay que vender la casa

Teatro de la Abadía

(Estanislao Zeballos 3074)

22:00. El tigre del convento de San

Francisco

Grupo Extremistas

Corporales. Centro Cultural

“El Birri” (Gral. López 3698)

mie.1Música

21:00. La Jam de los miércoles

Stanley (25 de Mayo 3301)

vie.3Música

21:30. Leo Ramallo

El Solar de las Artes (9 de

Julio 2955)

sab.4Música

21:00. Hormigón Armado,

Barbirusa y TNT

Expociclo SURock. Mercado

Progreso (Balcarce 1635)

vie.26Teatro

21:00. Los viejos que supimos

conseguir

LOA Espacio Proarte (25 de

Mayo 1867)

Cortázar está en Palabras Andantes.

Último round

Encontrá a Vonnegut en Del Otro Lado.

Desayuno de campeones

Habanos Cohiba

La leyenda cuenta que una de las primeras personas en fumar un Cohiba fue el Comandante. Y que usaba al Cohiba Lancero como regalo protocolar. Lo cierto es que la marca data de 1966 y que su comercialización pública comenzó en 1982.En Exquisitos Placeres hay un lugar especial para los puros y cigarros. Allí, los Cohiba Siglo (de laLínea 1492) y los Cohiba Maduro se destacan.La complejidad y el espesor del humo, las hojas puras enrrolladas y las notas tropicalesen el paladar, con cacao, frutas, madera, pimienta o miel, distinguen este acompa-ñante de privilegio para las despedidas.

Es el habano de Fidel

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 2013 13PAUSA

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 201314 PAUSA

Sociedad

Con 14 transplantes en lo que va de 2013, Santa Fe se encuentra entre las tres provincias con mayor número de donaciones luego de Buenos Aires y Capital Federal, y sigue en aumento.

Para recibir, siempre es necesario dar

Las continuas campañas de Cudaio van dando sus frutos: 2012 fue el año con mayor cantidad de donaciones y se esperán más en 2013.

Los datos suministrados por el Mi-nisterio de Salud de la provincia, a través del Centro Único de Dona-ción, Ablación e Implante de Órga-nos (Cudaio), dan cuenta de que los procedimientos de transplante realizados durante este año ya su-peran a los del primer trimestre de 2012.

Si de cifras hablamos, para tener un panorama más amplio, las do-naciones promedio de los últimos cinco años (de 2007 a 2011) son de 90 por año en la provincia de Santa Fe, con un notable crecimiento en 2012, registrándose 163 interven-ciones. “Actualmente hay más de 550 pacientes en lista de espera y de la totalidad de la población poco más del 7% manifestó su voluntad de donación, ya sea positiva o ne-gativa. De todas maneras, el creci-miento es notable y eso es motivo de satisfacción para quienes traba-jamos en este campo de la salud”, expresaron desde el Cudaio.

—¿A qué se debe el crecimien-to de estos últimos años?

—A todo el trabajo que se viene haciendo al respecto a nivel nacio-nal a través del Incucai y desde el Ministerio de Salud de la Provincia, que mediante el Cudaio trata de instalar el tema como una práctica habitual y cotidiana del sistema sa-nitario.

—En este sentido ¿qué estrate-gias de trabajo desarrollan para lograr mejores resultados?

—El año pasado se implementó a nivel nacional la estrategia Hos-pital Donante (HD), que consiste en que hospitales de alta comple-jidad, que cumplen con una serie de requisitos que permiten consi-derarlos como potenciales genera-dores de donantes, incorporen la procuración de órganos como una

actividad hospitalaria más, con el objetivo de incrementar la dispo-nibilidad de órganos y tejidos para el trasplante. En Santa Fe tenemos tres HD: dos en Rosario, el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) y el Centenario, y uno en la ciudad, el Hospital Cullen. Algo relevante es que actualmente el HECA y el Cullen están entre los cuatro primeros hospitales genera-dores de donantes del país.

Si bien las cifras denotan un compromiso cada vez mayor de la sociedad y la comunidad médica en relación a esta creciente deman-da, se registra un aumento mayor de inscriptos en lista de espera en proporción al aumento de donan-tes, tanto en la provincia como en todo el país. El aumento de los re-gistros en las listas de espera tiene que ver con que actualmente el trasplante se considera una prác-tica médica cada vez más frecuen-te, como así también las medidas adoptadas desde la salud pública para asegurar la inscripción en lista de espera de todo paciente que ten-ga indicación de trasplante.

Cómo ser donanteToda persona mayor de 18 años puede expresar su voluntad de do-nación –positiva o negativa– me-diante un Acta de Manifestación de Voluntad, donde puede expresar si quiere donar todos su órganos o alguno en particular, que se en-cuentra disponible en las oficinas del Cudaio, en las diversas activi-dades socioculturales que realizan, y en las oficinas del Registro Civil. Dichas actas, posteriormente, son cargadas en el Registro Nacional de Donantes, base de datos on line a la que los organismos de procura-ción tienen acceso para consultar ante la presencia de un potencial donante. También tienen validez

legal las manifestaciones de vo-luntad asentadas en el DNI. Si un potencial donante no tiene asenta-da su voluntad, la Ley lo conside-ra “donante presunto”, la familia debe expresar cuál hubiese sido la voluntad del fallecido en caso de habérsela expresado verbalmente y dicha declaración queda asenta-da en un acta con peso de declara-ción jurada.

—¿Cómo funcionan las listas de espera para recibir una dona-ción?

—Ante la presencia de un do-nante fallecido se determinan las características de cada órgano y éstas son volcadas a un sistema que determina a través de ciertas varia-bles quién de la lista de espera es la persona más adecuada para recibir el órgano en cuestión. La lista de espera es imposible de manipular, lo que asegura la absoluta trans-

parencia en la asignación de los órganos, y es una medida de segu-ridad contra el tan temido tráfico de órganos. Cuando el trasplan-te es a través de un donante vivo, claramente se sabe de antemano el destinatario, ya que el requisito fundamental para este tipo de pro-cedimiento es que sean parientes sanguíneos; otra posibilidad es la del famoso caso de Sandra Miha-novich, que tuvo que acudir a un juez para determinar que entre ella y la persona a quien decidió donar-le su riñón, su sobrina, había un fuerte vínculo emocional. Se difi-culta la posibilidad de ser donante de alguien que no es familiar para anular la más mínima posibilidad de comercializar con este aspecto de la salud.

Argentina es mundialmente reconocida por poseer una legis-lación y un sistema de trasplante

con una total transparencia, demo-crático y gratuito. La salud pública asegura el acceso al trasplante y la medicación inmunosupresora (que requiere todo trasplantado de por vida) a todo paciente sin cobertura social, lo que hace que las posibili-dades de acceso al trasplante sean equitativas y universales para todo argentino, independientemente de su condición social.

Para finalizar, desde el Cudaio hacen hincapié en una cuestión fundamental a la hora de pensar y decidir si queremos ser donantes: “nosotros no decimos que hay que donar por una cuestión solidaria y altruista hacia el prójimo, sino que hay que donar para que funcione este sistema de salud, porque cada uno de nosotros tenemos muchas más posibilidades de necesitar un trasplante que de efectivamente poder ser donantes de órganos”.

Docentes, graduados y estudian-tes de Comunicación Social que integran el Equipo de Medios del Área de Comunicación Comunita-ria de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER, lanzaron La Tramando, una revista lúdica que, basada en la concepción de la comunicación como un derecho, invita a los y las jóvenes a elaborar diferentes piezas comunicaciona-les, tales como spots radiales, ra-dioteatros, esténcils, historietas, fanzines, fotonovelas y videos-mi-nuto, a partir de los recursos que se tengan a disposición.

Se trata de un material pensado

para organizaciones e institucio-nes educativas, que pueden uti-lizarlo como guía para trabajar y potenciar la comunicación comu-nitaria.

La publicación contiene relatos de las experiencias de los partici-pantes de Talleres de Comunica-ción Comunitaria desarrollados en escuelas de Santa Fe y Paraná, tutoriales que recorren la elabora-ción de distintos productos comu-nicacionales y un juego didáctico de comunicación, ideado para ser disfrutado por jóvenes sólo con la ayuda del contenido de la publi-cación. “La idea surgió a partir de

la necesidad de contar esas expe-riencias de comunicación comu-nitaria y, al mismo tiempo, de las ganas de transmitir y contagiar la posibilidad de ejercer el derecho a la comunicación a partir de la producción de materiales comu-nicacionales por medio del juego”, explica Cecilia Rolandi, integran-te del equipo realizador.

—¿Cómo pueden obtener La Tramando las instituciones in-teresadas?

—Los interesados en tener su ejemplar pueden pedirla por nota al Área de Comunicación Comu-nitaria de la Facultad de Ciencias

de la Educación de la UNER o por correo electrónico a [email protected]. Por suerte esta-mos teniendo muy buenas reper-cusiones y varias organizaciones y colectivos de trabajo nos han pe-dido la revista no sólo en la región sino también desde distintas pro-vincias. El pedido más impactante fue el de la organización Milperos Autónomos de México.

Además de la publicación, desde el Área de Comunicación Comu-nitaria se viene realizando desde hace un par de años el “Tramando Medios”, una maratón comunica-cional en la cual estudiantes de

distintos niveles e instituciones educativas de la zona se reúnen para realizar producciones colec-tivas de materiales comunicacio-nales. Los asistentes conforman grupos al azar y trabajan con otros estudiantes a quienes conocen ese mismo día, debaten una consigna y luego realizan productos comu-nicacionales en diversos lenguajes (esténcil, calcomanía, historieta, fotonovela, cuña, radioteatro y stopmotion, entre otros).Este año el Tramando Medios 2013 se reali-zará el 23 de mayo y la inscripción estará abierta hasta el 10 de mayo inclusive.

Tramando medios: aprendizaje en comunicación

Por Ileana Manucci

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 2013 15PAUSA

Un puerto a la deriva¿Cuáles son los intereses que se juegan en el punto de localización para el nuevo puerto?

A fines de 2012, el ministro Ángel Sciara anunció la licitación para la construcción del Nuevo Puerto de Santa Fe, que operará con “ges-tión privada” al menos durante 33 años. Las presentaciones se cerrarían el 25 de abril de 2013 y todo aparenta que en tres años los santafesinos tendremos un puerto de ultramar sin los problemas del viejo puerto inaugurado hace más de un siglo.

Sin embargo, Sciara también reconoce que para garantizar que los barcos puedan operar y manio-brar, “los cálculos de los expertos dicen que es necesario efectuar dragado y ‘cortar’ una isla”.

Luego revela que “la demora desde 2003 a 2009 era por donde se localizaba, hasta que hubo un decreto del gobernador Jorge Obeid que definió, políticamen-te y con el apoyo de las fuerzas sociales, una de las tres localiza-ciones previstas como alternativa; el famoso punto G. Ahí se zanjó el problema”.

En realidad no hay mucha gente enterada de ese conflicto, ni se sabe de importantes fuerzas so-ciales que hayan intervenido. Tam-poco nos informaron cómo fue ese debate, cuáles eran las distintas opciones y sus fundamentos.

En noviembre de 2012, desde el Centro de Estudios y Acción Popular (CEAP) presentamos a la Cámara de Diputados un docu-mento de análisis sobre el tema, incluyendo aspectos financieros vinculados al préstamo del Fon-plata, y una radiografía del Ente Administrador Puerto de Santa Fe. El organismo es presidido por un representante del gobernador, con un Consejo con mayoría de en-tidades empresarias, y una fuerte incidencia de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. En el año 2006 fue el Ente quien eligió el punto G para emplazar el nuevo puerto, con la participación protagónica de Gustavo Víttori, el silencio de las autoridades de la Universidad Nacional del Litoral, que eran parte del Grupo de Inspección, y el apoyo del ex gobernador Obeid.

El análisis técnico del documen-

to del CEAP fue aportado por el profesor Mario Amsler, titular de la cátedra de Hidráulica Fluvial de la Facultad de Ingeniería y Cien-cias Hídricas de la UNL, quien nos remitió a un libro publicado por la UNL en el año 2000. Queda en claro en ese estudio que el punto G, cercano a la desembocadura del río Colastiné frente a la isla La Pa-ciencia, es totalmente inapropiado para la construcción del nuevo puerto. Corresponde al antiguo cauce del río Paraná, que es hoy un brazo secundario con intensa sedimentación, lo que obligará a permanentes dragados. Tiene estrecho margen de maniobra para los barcos, los accesos que se deben construir sobre las islas son sumamente costosos por el carác-ter inundable de la zona, e implica un fuerte impacto ambiental.

En 2006 los expertos de la Facultad de Ciencias Hídricas de la UNL discreparon con el Ente portuario, con los mismos fun-damentos del profesor Amsler, y propusieron otro lugar de empla-zamiento para el nuevo puerto: en las cercanías del Túnel Subflu-vial, donde el río tiene un calado profundo y una gran amplitud de maniobra. A estas ventajas natura-les, se suma el acceso ya existente de la ruta 168, que abarataría notablemente el costo de la obra.

De hecho sus opiniones no fueron tenidas en cuenta y se retiraron del convenio de asesoramiento.

¿Por qué entonces la obstinación del Ente en sostener el punto G para emplazar el nuevo puerto?

Una respuesta posible fue pu-blicada en el diario Uno en 2007. En 2003, tres años antes de la elección del lugar, una “sociedad anónima” a la que se vinculó a la dupla Caputto-Víttori, había com-prado grandes extensiones de tie-rra a precios irrisorios en la zona del punto G, para especular con su futura valorización. La denuncia derivó en múltiples declaraciones de legisladores y en un pedido de informes encabezado por el enton-ces diputado Antonio Bonfatti.

Para poner paños fríos, el entonces gobernador Jorge Obeid propuso expropiar las tierras a “valores históricos”, lo que aún no se concretó. Además, Nahuel Caputto se vio obligado a dirigir una nota al Ente manifestando su “voluntad de ceder” las tierras que había comprado en la zona del punto G, pero no nos consta que eso se haya efectivizado. Las dudas sobre el lugar de emplazamien-to y las amenazas de denuncias judiciales sobre posible “tráfico de influencias” quedaron en nada, y todo siguió su curso de acuerdo al plan trazado por Gustavo Víttori.

Lamentamos que el ministro Sciara no nos haya respondido a un pedido de audiencia en el cual ofrecíamos aportar información que consideramos significativa respecto a un proyecto de gran magnitud que puede adolecer de graves fallas técnicas con un enorme impacto económico para la provincia. Aunque no estaría de más que revele cuáles son los “expertos” que consultó y que lo convencieron que la mejor alternativa era cortar una isla y el dragado permanente.

Mientras tanto, el Ente sigue haciendo negocios millonarios para pocos, con la tierra pública del puerto, favorecido por una decisión de la propia Legislatura provincial que en 2012 lo eximió de pagar el préstamo de Fonplata y nos hizo cargo a todos de la deuda. Se soslaya así la promesa de que las recaudaciones del MasterPlan se destinarían a la financiación

del nuevo puerto. Queda así en evidencia que el proyecto impul-sado por el entonces gobernador Obeid, sin cuestionamientos de la oposición, era un verdadero plan maestro de los negocios inmobilia-rios para la apropiación privada de bienes públicos a precio vil.

Quizás no esté de más recordar que el presidente del Ente por-tuario, Marcelo Vorobiof, tiene intereses privados en el negocio inmobiliario como presidente del Grupo Pilay. Y que su hijo, Fernando Vorobiof, fue reciente-mente favorecido por el gobierno provincial, a través de la concesión de una “zona franca” de comercio exterior en la zona de Villa Cons-titución a una Unidad Temporaria de Empresas que integra a través de Worcap SA.

Salvo que se traten de casuali-dades.

(*) Docente de la UNL.

Por Hugo Kofman (*)

Opinión

El viejo puerto prácticamente está de adorno. Sus tierras son un preciado botín inmobiliario.

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AÑO 5 - Nº 112 | MIÉRCOLES 24 DE ABRIL DE 201316 PAUSA

A 10 años de la inundación

Las marcas de cuando el abandono se hizo muerteUna obra inconclusa, un tercio de la ciudad bajo agua, 158 víctimas y ningún culpable.

Los mapas que pintan a nuestra ciudad bajo el azote del Salado son conocidos y fueron publicados en difentes medios a pocas semanas de la catástrofe del 29 de abril.

Esta infografía incorpora varias referencias que aquellos valiosos mapas poseen. Los utilizamos como fuentes informativas. En marrón oscuro se ve el cauce del Salado cuando está en su altura habitual y en marrón claro se pinta la zona inundada, sea por lluvias o por el ingreso del río. No hay fuentes precisas para representar otras zonas que estuvieron anega-das, como las del centro norte de la ciudad. También están, en azul y rojo, las trazas de la avenida Mar Argentino y de la Circunvalación Oeste, las dos obras que produje-ron el embalse del Salado. Cerca del Hipódromo de Las Flores la línea roja se corta abruptamente, tal como lo hiciera el terraplén que sostenía a la Circunvalación. Ese terraplén nunca fue superado por el río Salado, que sencillamente fl uyó por esa apertura, con letal naturalidad.

La diferencia en este mapa son las cruces.

La inundación de 2003 produjo 158 muertes. Apenas 23 fueron reconocidas ofi cialmente; las víctimas faltantes fueron relevadas por la Casa de Derechos Humanos. Personas que murieron en centros de evacuados, que interrumpieron sus tratamientos médicos y nunca los pudieron retomar, que jamás tuvieron atención para los pro-cesos depresivos que las llevaron a entregarse a la tumba. Parejas donde muere un integrante y, al poco tiempo, el otro perece de tristeza. Diabéticos infectados por la pestilencia, que no pudieron detener su avance implacable.

Cada cruz está ubicada en el lugar aproximado en el cual se produjo una muerte, según el relevamiento del organismo de derechos humanos. No todos los casos están geolocalizados. La mayor cantidad de víctimas provino de los barrios más pobres de nuestra ciudad, especialmente los del suroeste, donde el Salado no fue un manso curso de planicie sino un aluvión imparable.

Cada una de estas cruces tiene un nombre y un apellido. Son los mismos que se leen todos los 29 abril en la Plaza de Mayo, desde hace 10 años, para reclamar justi-cia por los ausentes.

Infografía: Juan Curto