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Caupolicán 321 local 6– fono: +56-41-2790857 – [email protected] –www.bioarrayanes.cl Patología de las Neoplasias del Tubo Digestivo. El patólogo es el responsable del diagnóstico morfológico y de la etapificación de las neoplasias, lo cual tendrá importancia tanto en la terapia como en el pronóstico de la enfermedad. El diagnóstico En un primer enfoque diagnóstico, es necesario identificar la naturaleza de la neoplasia, la cual puede ser originaria de epitelios de la mucosa, del tejido linfoide asociado a las mucosas, o del estroma. Las que derivan de los epitelios son llamados genéricamente Carcinomas. Si proceden del epitelio escamoso del esófago, serán carcinomas escamosos. Si derivan de los epitelios glandulares del estómago, intestino delgado, colon y recto, serán llamados Adenocarcinomas. Todos estos son malignos, sin embargo, existen lesiones precursoras agrupadas como adenomas y displasias. Las que derivan del tejido linfoide asociado a las mucosas ( MALT ), se denominan Linfomas Malt, de los cuales existen de bajo y de alto grado. También es importante distinguirlos de un linfoma sistémico que secundariamente compromete el tubo digestivo. Los que derivan del estroma se denominan genéricamente Tumores del estroma gastro-intestinal ( GIST : gastrointestinal stromal tumors ), existen variedades benignas y malignas. Desde luego existen otros tipos de neoplasia, pero en este capítulo nos ocuparemos de estos tres grupos. Los carcinomas Ya que los carcinomas se originan en epitelios de la mucosa, la primera alteración morfológica visible será la alteración del patrón de la mucosa. Con esta base se orientará el diagnóstico tanto del endoscopista, como del radiólogo y del patólogo. Los carcinomas del tubo digestivo pueden verse como lesiones elevadas, planas o ulceradas de la mucosa. Un práctico sistema para clasificarlas fue propuesto por Borrmann. Aunque sabemos que esta clasificación no tiene el valor pronóstico que se le dio alguna vez, ha subsistido por su buena reproducibilidad entre las distintas series ( Figura Nº 1, derecha ). Los autores japoneses han enfatizado que la clasificación de Borrmann es aplicable sólo para carcinomas avanzados. Ellos han propuesto el concepto de Carcinoma incipiente, el que se asocia a un pronóstico significativamente mejor. Este carcinoma incipiente tiene una clasificación macroscópica bien definida, sin embargo, su definición varía un poco dependiendo del órgano afectado ( Figura Nº 1, izquierda).

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Caupolicán 321 local 6– fono: +56-41-2790857 – [email protected] –www.bioarrayanes.cl

Patología de las Neoplasias del Tubo Digestivo.

El patólogo es el responsable del diagnóstico morfológico y de la etapificación de las neoplasias, lo cual

tendrá importancia tanto en la terapia como en el pronóstico de la enfermedad.

El diagnóstico

En un primer enfoque diagnóstico, es necesario identificar la naturaleza de la neoplasia, la cual puede

ser originaria de epitelios de la mucosa, del tejido linfoide asociado a las mucosas, o del estroma.

Las que derivan de los epitelios son llamados genéricamente Carcinomas. Si proceden del epitelio

escamoso del esófago, serán carcinomas escamosos. Si derivan de los epitelios glandulares del

estómago, intestino delgado, colon y recto, serán llamados Adenocarcinomas. Todos estos son

malignos, sin embargo, existen lesiones precursoras agrupadas como adenomas y displasias.

Las que derivan del tejido linfoide asociado a las mucosas ( MALT ), se denominan Linfomas Malt, de los

cuales existen de bajo y de alto grado. También es importante distinguirlos de un linfoma sistémico que

secundariamente compromete el tubo digestivo.

Los que derivan del estroma se denominan genéricamente Tumores del estroma gastro-intestinal ( GIST

: gastrointestinal stromal tumors ), existen variedades benignas y malignas.

Desde luego existen otros tipos de neoplasia, pero en este capítulo nos ocuparemos de estos tres

grupos.

Los carcinomas

Ya que los carcinomas se originan en epitelios de la mucosa, la primera alteración morfológica visible

será la alteración del patrón de la mucosa. Con esta base se orientará el diagnóstico tanto del

endoscopista, como del radiólogo y del patólogo.

Los carcinomas del tubo digestivo pueden verse como lesiones elevadas, planas o ulceradas de la

mucosa. Un práctico sistema para clasificarlas fue propuesto por Borrmann. Aunque sabemos que esta

clasificación no tiene el valor pronóstico que se le dio alguna vez, ha subsistido por su buena

reproducibilidad entre las distintas series ( Figura Nº 1, derecha ).

Los autores japoneses han enfatizado que la clasificación de Borrmann es aplicable sólo para carcinomas

avanzados. Ellos han propuesto el concepto de Carcinoma incipiente, el que se asocia a un pronóstico

significativamente mejor. Este carcinoma incipiente tiene una clasificación macroscópica bien definida,

sin embargo, su definición varía un poco dependiendo del órgano afectado ( Figura Nº 1, izquierda).

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Figura 1.-

Como se observa, el diagnóstico diferencial entre carcinomas avanzados e incipientes puede plantearse

ya desde la primera endoscopía, sin embargo, existen algunos puntos de conflicto. Probablemente el

problema más recurrente sea la distinción entre un carcinoma incipiente tipo III y una úlcera péptica,

que macroscópicamente son similares. También es importante saber que un carcinoma incipiente

cambia su morfología con el tiempo, en el llamado ciclo maligno, y que coexisten distintos tipos

macroscópicos en una misma lesión.

El diagnóstico diferencial entre carcinomas incipientes y avanzados, es la primera y más

importante acción diagnóstica orientada al tratamiento quirúrgico y pronóstico de la

enfermedad.

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Histopatología de los Carcinomas del tubo digestivo :

Los distintos segmentos del tubo digestivo tienen neoplasias con patrón histológico distintivo, aún

cuando estos también pueden superponerse. Se analizarán según el órgano afectado.

Esófago:

La mucosa está revestida por epitelio plano estratificado, el que se denomina escamoso, espinocelular o

epidermoide. Previo al desarrollo del cáncer aparecen lesiones precursoras caracterizadas por una

alteración de la maduración en los estratos del epitelio llamada displasia. Esta progresa hasta que todo

el espesor del epitelio está ocupado por células inmaduras, situación que se conoce como carcinoma in

situ, aquel que no ha traspasado la membrana basal del epitelio. Finalmente la membrana basal es

traspasada y la neoplasia invade el corion de la mucosa. El diagnóstico histológico estará sustentado en

la observación de nidos celulares con citoplasma eosinófilo, epitelio-fibrillas, y tendencia a la

queratinización en forma de perlas córneas, que invaden el estroma (Figura Nº 2 ).

Figura 2.-

Carcinoma incipiente esofágico es aquel cuya invasión compromete hasta submucosa, sin metástasis

ganglionares. Si el estado de los ganglios es desconocido, y la invasión no compromete más allá de

mucosa o submucosa, se usa el término de carcinoma superficial ( Figura Nº3 ).

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Figura 3.-

Lamentablemente la mayor parte de nuestros pacientes se presenta con carcinoma avanzado, con

invasión de la muscular propia y estenosis del lumen ( Figura Nº 4 ).

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Figura 4.-

En esófago también se desarrollan adenocarcinomas que pueden ser de origen cardial, o asociados a

esófago de Barrett. El adenocarcinoma esofágico frecuentemente es del tipo intestinal, siendo la

profundidad de invasión el factor pronóstico más importante a considerar.

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Esófago de Barrett

Es el reemplazo del epitelio escamoso esofágico por epitelio columnar gástrico e intestinal, se trata de

una metaplasia. Se le considera factor de riesgo de Adenocarcinoma esofágico. En la biopsia

endoscópica, el diagnóstico de certeza se establece cuando se identifica epitelio intestinal especializado

con células caliciformes, en una muestra tomada por sobre el cardias ( Figura 4). El criterio de 3 cms

sobre la unión gastroesofágica ( línea Z ) no es absoluto, existiendo muchos casos ubicados a menor

distancia ( Barret “corto” y “ultracorto” ).

La segunda misión del patólogo en esta biopsia es descartar la presencia de displasia, si ésta existe, debe

clasificarse como de bajo o alto grado. Existe bastante dispersión de diagnósticos entre distintos

observadores, pero hay mayor acuerdo para el diagnóstico de lesiones de alto grado. La displasia de alto

grado es considerada la lesión previa al desarrollo de adenocarcinoma.

Estómago

Los carcinomas gástricos son, en su mayoría, adenocarcinomas.

La OMS reconoce varios subtipos histológicos de adenocarcinomas gástricos, fundamentados en su

morfología, sin embargo, es de escasa utilidad práctica. Laurén propuso una clasificación histológica

fundamentada en la histogénesis, que ha demostrado ser práctica, reproducible, y con cierto valor

pronóstico (Figura Nº5).

Figura5.-

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Existe, además, la clasificación japonesa que agrupa los distintos subtipos histológicos bajo dos

categorías: carcinomas diferenciados e indiferenciados, también con valor pronóstico limitado.

El factor pronóstico más importante es la profundidad de invasión en la pared gástrica.

Carcinoma incipiente gástrico se define como invasión tumoral de mucosa y submucosa, independiente

del compromiso ganglionar. (Figura Nº6).

Figura 6.-

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El pronóstico de sobrevida es significativamente mejor que para carcinomas avanzados. La mayor

frecuencia de casos en nuestra experiencia la conforman carcinomas avanzados de los tipos Borrmann II

y III (Figura Nº7 ).

Figura 7.-

Las lesiones precursoras del adenocarcinoma, llamadas displasias glandulares, son objeto de

controversias aún. En particular porque un grupo de lesiones que los patólogos occidentales llaman

displasias, bajo los criterios japoneses son consideradas adenocarcinomas. Existe un intento actual por

unificar estos criterios, en la reciente clasificación de Padua.

Existe un gran diversidad en la morfología histológica de los adenocarcinomas gástricos, entre distintos

tumores, y dentro de un mismo tumor. Esto hace que ninguna de las clasificaciones expuestas aquí sea

acogida universalmente aún, y se recomienda utilizarlas de acuerdo a la escuela que sigan los miembros

del equipo médico.

Para la etapificación, se recomienda seguir las Reglas Japonesas para la Clasificación de Cáncer gástrico.

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Intestino Delgado

Los carcinomas primarios del intestino delgado son muy poco frecuentes, se presentan como lesiones

anulares estenosantes, siendo adenocarcinomas de tipo intestinal.

Intestino Grueso:

También da origen principalmente a adenocarcinomas, con diversos subtipos histológicos descritos en la

clasificación de la OMS.

La etapificación se puede establecer siguiendo la proposición de Astler y Coller (Figura Nº8), o TNM,

ambas inspiradas en la antigua clasificación de Dukes, centrada en la profundidad de invasión en la

pared y el compromiso metastásico de los ganglios regionales.

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Figura 8.-

También es importante considerar el grado de diferenciación histológica, atribuyéndosele importancia

pronóstica. Alrrededor del 80% son adenocarcinomas tubulares bien o moderadamente diferenciados (

Grados 1 y 2 respectivamente) ( Figura Nº9 ), los restantes son poco diferenciados, incluyendo

adenocarcinomas mucinosos y de células en anillo de sello (Figura Nº10 ), e indiferenciados ( grados 3 y

4 respectivamente ). Una nueva propuesta es agruparlos en adenocarcinomas de bajo y alto grado,

dependiendo de si tienen más o menos de 50% de diferenciación tubular.

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Figura 9.-

Figura 10.-

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Definiciones TNM para Carcinomas de Colon y Recto

Tumor Primario (T)

TX: No puede evaluarse el tumor primario

T0: No hay indicación de tumor primario

Tis: Carcinoma in situ: intraepitelial o invasión de la lámina propia. [Nota: Tis incluye células

cancerosas confinadas dentro de la membrana glandular basal (intraepitelial) o lámina propia

(intramucosa) sin extensión a través de la muscularis mucosae a la submucosa.]

T1: El tumor invade la submucosa

T2: El tumor invade la muscularis propria

T3: El tumor invade la subserosa o los tejidos pericólicos o perirectales no peritonealizados a través

de la muscularis propria

T4: El tumor invade directamente otros órganos o estructuras y/o perfora el peritoneo visceral.

[Nota: La invasión directa en T4 incluye la invasión de otros segmentos colorrectales por vía serosa; por

ejemplo, invasión del colon sigmoideo por un carcinoma del ciego.]

Ganglios linfáticos regionales (N)

NX: No pueden evaluarse los ganglios regionales

N0: No hay metástasis de ganglios linfáticos regionales

N1: Metástasis en 1 a 3 ganglios linfáticos regionales

N2: Metástasis en 4 ó más ganglios linfáticos regionales

Un nódulo tumoral mayor de 3mm en diámetro en el tejido adiposo perirrectal o pericólico sin evidencia

histológica de ganglio residual en el nódulo, se le clasifica como metástasis del ganglio linfático regional

perirrectal o pericólica. Un nódulo tumoral de 3mm o menos en diámetro, se le clasifica en la categoría T

como una extensión no contigua considerada T3.

Metástasis a distancia (M)

MX: No puede evaluarse la metástasis a distancia

M0: No hay metástasis a distancia

M1: Metástasis a distancia

Etapa 0 : Tis, N0, M0

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Etapa I : T1, N0, M0 - T2, N0, M0

Etapa II : T3, N0, M0 - T4, N0, M0

Etapa III : Cualquier T, N1, M0 - Cualquier T, N2, M0

Etapa IV : Cualquier T, Cualquier N, M1

Colon and rectum. In: American Joint Committee on Cancer: AJCC Cancer Staging Manual. 5th ed.

Philadelphia, Pa: Lippincott-Raven Publishers, 1997, pp 83-90.

Adenomas:

Son neoplasias glandulares sin características histológicas definidas de malignidad, pero con potencial

para transformarse en adenocarcinomas. Macroscópicamente son polipoídeos aunque también existen

ejemplos de adenomas planos. Endoscópicamente y en el examen de la pieza operatoria, estos pueden

clasificarse según Yamada. Los adenomas de mayor tamaño tienden a ser tipos 3 y 4 de Yamada (Figura

Nº11).

La histología permite clasificar los adenomas en tubulares (Figura Nº12), papilares y mixtos. Los de

mayor tamaño y tipo histológico papilar se asocian a mayor grado de atipía y mayor riesgo de

trasformación maligna, o coexistencia con adenocarcinoma.

figura 11.-

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Figura 12.-

Figura 13.-

La secuencia adenoma-carcinoma está muy bien estudiada, y son muchos los autores que ven al

carcinoma colónico como originario en un adenoma pre-existente. Sin embargo, los autores japoneses

han publicado casos de carcinoma colónico de novo, vale decir sin adenoma anterior, en lesiones tan

pequeñas como 5 mm. (Figura Nº13).

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Histopatología de los Linfomas del tubo digestivo

Los linfomas del tubo digestivo son poco frecuentes, existen primarios y secundarios. En ocasiones

pueden simular un carcinoma indiferenciado, siendo preciso establecer un buen diagnóstico diferencial,

ya que su tratamiento y pronóstico es muy distinto al del carcinoma.

Los linfomas primarios más frecuentes son los linfomas Malt. Estos se originan en el tejido linfoide

asociado a las mucosas del tubo digestivo, afectando principalmente a estómago e intestino.

Figura 14.-

La presentación macroscópica puede ser similar a la de carcinomas incipientes y avanzados, se sospecha

linfoma ante lesiones múltiples (Figura Nº14).

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Figura 15.-

En el diagnóstico histológico, es necesario saber que normalmente no hay folículos linfáticos en la

mucosa gástrica, sin embargo, estos aparecen como respuesta a la infección por helicobacter pylori. A

partir de un folículo linfático, se desarrolla una proliferación linfocitaria monótona que se expande hacia

el corion, con compromiso invasor de los epitelios glandulares ( lesión linfo-epitelial ), y colonización de

otros folículos. Estos linfocitos neoplásicos son de tipo B y patrón de crecimiento difuso. En las formas

de bajo grado el tipo histológico es de linfocitos pequeños ( Figura Nº15 ). En las formas de alto grado

están mayoritariamente constituidos por proliferación de células grandes. Existe transformación de

linfomas de bajo grado hacia alto grado.

Junto con el diagnóstico, debe establecerse si existen infección por helicobacter pylori, ya que al ser

erradicados cesa la estimulación linfoide y hay regresión de la neoplasia, al menos, en lesiones de bajo

grado y limitadas a la mucosa.

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Tumores del estroma gastrointestinal ( GIST )

Figura 16.-

Un tumor de pared gastrointestinal, submucoso, a veces con ulceración puntiforme, sin alteración del

patrón de la mucosa, a veces con prominencia hacia la serosa, probablemente sea un tumor estromal

(Figura Nº16 ).

Figura 17.-

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En la histología se trata de una neoplasia fusocelular fasciculada ( Figura Nº17 ), con expresión

inmunohistoquímica de CD117 ( mutación del gen c-kit ). Existen formas benignas y malignas, pero

faltan criterios absolutos para establecer el límite entre ambas. En general, se considera el tamaño

tumoral, número de mitosis y presencia de necrosis. Una categoría de pronóstico incierto, se acepta

para los tumores que comparten criterios de benignidad y malignidad. En ocasiones, se requiere de

métodos complementarios para el diagnóstico, tales como estudio de proliferación celular y ploidía del

ADN.

Patología de las Neoplasia Biliopancreáticas

Carcinoma de Vesícula biliar:

Existe un paralelismo epidemiológico entre carcinoma y litiasis. Los cálculos se encuentran entre 90

hasta 100% de los casos, sin embargo, solo en el 1 a 2% de todas las colecistectomías por litiasis se

encuentra carcinoma.

Figura 18.-

Macroscópicamente se localizan en fondo ( Figura Nº18 ), aunque lesiones avanzadas pueden ser

difusas, extendiéndose hacia el cuerpo y cuello vesicular. Se pierde la mucosa reticular normal,

apareciendo lesiones en patrón granular, adoquinado, nodular o poliposo. En ocasiones es plano y

difuso, siendo inaparente en mucosas dañadas por inflamación aguda y crónica. Estos casos se

denominan “carcinoma oculto”.

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Figura 19.-

Histológicamente, se trata de un adenocarcinoma tubular (Figura Nº19), con inmunoreactividad para

CEA. Con menos frecuencia encontramos carcinoma mucinoso, carcinoma adenoescamoso y carcinoma

de células pequeñas con diferenciación neuroendocrina, los que se asocian a un comportamiento más

agresivo. En contraste, el subtipo de adenocarcinoma papilar ha sido relacionado a un comportamiento

menos agresivo.

Lesiones precursoras: El traumatismo repetido de los cálculos sobre la mucosa sería el punto de partida

para la secuencia colecistitis crónica - metaplasia intestinal - displasia - carcinoma in situ. Es posible que

estas lesiones sufran remisión espontánea por nuevos traumatismos y no necesariamente lleguen a

transformarse en lesiones malignas, sin embargo, son frecuentes de observar asociadas al carcinoma

invasor hasta en el 80% de los casos. Se investiga el potencial carcinogénico de componentes de la bilis.

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Figura 20.-

Hay dos vías de diseminación del carcinoma vesicular. Por extensión directa invade el lecho hepático

(Figura Nº20), y en ocasiones la pared del duodeno o del estómago. Por vía linfática, da metástasis en el

ganglio cístico, ganglios pericoledocianos y pancreáticos, hígado, peritoneo y pulmón.

Figura 21.-

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Carcinoma incipiente:

El compromiso tumoral está circunscrito a la mucosa y pared muscular, sin compromiso de ganglios

linfáticos (Figura Nº21). Estos casos requieren solo colecistectomía como única medida terapéutica,

mostrando buen pronóstico. En la experiencia japonesa ( Nigata), son lesiones polipoídeas de base

ancha, nodulares o granulares ( Tipos macroscópicos I, IIa y Iib, puros o combinados) de color café o

café-amarillento, hasta en un 90% de los casos. Las formas deprimidas IIc y III no se han encontrado.

Para certificar el diagnóstico es necesario estudiar histológicamente toda la lesión, idealmente toda la

vesícula.

Definiciones TNM para Carcinoma de Vesícula biliar

Tumor primario (T)

TX: No puede evaluarse el tumor primario

T0: No hay evidencia de tumor primario

Tis: Carcinoma in situ

T1: El tumor invade la lámina propia o capa muscular

T1a: El tumor invade la lámina propia

T1b: El tumor invade la capa muscular

T2: El tumor invade el tejido conjuntivo perimuscular; no hay extensión más allá de la serosa ni

dentro del hígado

T3: El tumor perfora la serosa (peritoneo visceral) o invade directamente un órgano adyacente, o

ambos (extensión de 2 cm o menos en el hígado)

T4: El tumor se extiende más de 2 cm adentro del hígado, y/o a dos o más órganos adyacentes

(estómago, duodeno, colon, páncreas, omento, vías biliares extrahepáticas, cualquier complicación del

hígado)

Ganglios linfáticos regionales (N)

NX: No pueden evaluarse los ganglios linfáticos regionales

N0: No hay metástasis en los ganglios linfáticos regionales

N1: Metástasis en el conducto cístico, ganglios linfáticos pericoledocianos y/o hiliares (es decir, en

el ligamento hepatoduodenal)

N2: Metástasis en los ganglios linfáticos peripancreáticos (sólo cabeza), periduodenales,

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periportales, celíacos, y/o mesentéricos superiores

Metástasis a distancia (M)

MX: No puede evaluarse la metástasis a distancia

M0: No hay metástasis a distancia

M1: Metástasis a distancia

Etapa 0 : Tis, N0, M0

Etapa I : T1, N0, M0

Etapa II : T2, N0, M0

Etapa III : T1, N1, M0 - T2, N1, M0 - T3, N0, M0 - T3, N1, M0

Etapa IVA : T4, N0, M0 - T4, N1, M0

Etapa IVB : Cualquier T, N2, M0 - Cualquier T, cualquier N, M1

Gallbladder. In: American Joint Committee on Cancer: AJCC Cancer Staging Manual. 5th ed. Philadelphia,

Pa: Lippincott-Raven Publishers, 1997, pp 103-108.

CARCINOMA DE CONDUCTOS BILIARES EXTRAHEPATICOS

Genéricamente se les llama colangiocarcinomas.

Se relacionan con colitis ulcerosa, colangitis esclerosante, infestación por clonorchis sinensis, y

enfermedades congénitas como el síndrome de Caroli.

La mayoría son del tercio superior de la vía biliar ( 50 a 75% ). Macroscópicamente son polipoídeos,

nodulares o esclerosantes. Histológicamente son adenocarcinomas bien diferenciados.

Mención especial requiere el Tumor de Klatskin, localizado en la unión de los conductos hepático

derecho e izquierdo con el hepático común. Histológicamente es un adenocarcinoma bien diferenciado

con gran desmoplasia, llamado también carcinoma esclerosante. Diagnóstico diferencial debe hacerse

con colangitis esclerosante.

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Definiciones TNM para Carcinoma de Vías Biliares

Tumor primario (T)

TX: No puede evaluarse el tumor primario

T0: No hay evidencia de tumor primario

Tis: Carcinoma in situ

T1: El tumor invade el tejido conectivo subepitelial o las capas fibromusculares

T1a: El tumor invade el tejido conectivo subepitelial

T1b: El tumor invade las capas fibromusculares

T2: El tumor invade el tejido conectivo perifibromuscular

T3: El tumor invade estructuras adyacentes: hígado, páncreas, duodeno, vesícula biliar, colon,

estómago

Ganglios linfáticos regionales (N)

NX: No pueden evaluarse los ganglios linfáticos regionales

N0: No hay metástasis a los ganglios linfáticos regionales

N1: Metástasis a ganglios linfáticos del conducto cístico, pericoledocianos y/o hiliares (es decir, en

el ligamento hepatoduodenal)

N2: Metástasis en los ganglios linfáticos peripancreáticos (sólo la cabeza), periduodenales,

periportales, celíacos y/o mesentéricos superiores y/o los nódulos linfáticos pancreaticoduodenales

posteriores.

Metástasis a distancia (M)

MX: No puede evaluarse la presencia de metástasis distante

M0: No hay metástasis a distancia

M1: Metástasis a distancia

Etapa 0 Tis, N0, M0

Etapa I T1, N0, M0

Etapa II T2, N0, M0

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Etapa III T1, N1, M0 - T1, N2, M0 - T2, N1, M0 - T2, N2, M0

Etapa IVA T3, Cualquier N, M0

Etapa IVB Cualquier T, Cualquier N, M1

Extrahepatic bile ducts. In: American Joint Committee on Cancer: AJCC Cancer Staging Manual. 5th ed.

Philadelphia, Pa: Lippincott-Raven Publishers, 1997, pp 109-113.

Carcinoma de la ampolla de Vater

Genéricamente, los tumores ubicados en la ampolla de Vater se denominan ampulomas. La mayoría

corresponden a adenocarcinomas originados en el epitelio biliar o intestinal de la zona.

Carcinoma del Páncreas exocrino

Los estudios de autopsia demuestran desarrollo de hiperplasia ductal pancreática relacionada con la

dosis de cigarrillos fumados. También se conoce el rol carcinogénico de nitrosaminas y del

dimetilbenzoantraceno en animales de experimentación.

Otros factores de riesgo son la dieta rica en grasas, diabetes mellitus y alcoholismo.

Se localizan en cabeza ( 60% ), cuerpo ( 10% ), cola ( 5% ), o difusos ( 25% ).

Figura 22.-

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Macroscópicamente se ve como una masa tumoral multinodular mal delimitada (Figura Nº22). Cuando

se ubica en la cabeza puede invadir colédoco, pared duodenal y ampolla de Vater, manifestándose

clínicamente como ictericia obstructiva. Cuando esto ocurre alcanza un tamaño promedio de 5 cm de

diámetro.

Histológicamente, más del 90% son adenocarcinomas de origen ductal, la mayor parte de ellos son bien

diferenciados, productores de mucina, con inmunoreactividad para Acs. monoclonales anti- CEA, EMA y

CA 19-9. Además, se encuentra carcinoma in situ e hiperplasia papilar en los conductos.

Las metástasis se dirigen a ganglios regionales, hígado, peritoneo, pulmones, suprarrenales y huesos.

El diagnóstico preoperatorio puede confirmarse por estudio citológico del contenido duodenal, del jugo

pancreático obtenido por colangiopancreatografía endoscópica retrógrada, y por punción aspirativa

percutánea o intraoperatoria.

El carcinoma de células acinares es muy raro ( 2% del total ), crece simulando la estructura de los acinos

glandulares y ultraestructuralmente se identifican gránulos de zimógeno. Inmunohistoquímicamente

tiene reactividad para tripsinógeno, quimotripsinógeno y lipasa. Los pacientes presentan

esteatonecrosis en diversas partes del cuerpo, junto con artralgias.

Definiciones TNM para Carcinoma del Páncreas exocrino.

Tumor primario (T)

TX: El tumor primario no puede evaluarse

T0: No hay evidencia de tumor primario

Tis: Carcinoma in situ

T1: Tumor limitado al páncreas de 2 cm o menos en su diámetro mayor

T2: Tumor limitado al páncreas de más de 2 centímetros en su dimensión mayor

T3: El tumor penetra directamente en el duodeno, el conducto biliar o el tejido peripancreático.

T4: El tumor penetra directamente en el estómago, el bazo, el colon o los vasos grandes

adyacentes.

Ganglios linfáticos regionales (N)

NX: Los ganglios linfáticos regionales no pueden evaluarse

N0: No hay metástasis a los ganglios linfáticos regionales

N1: Existe metástasis a los ganglios linfáticos regionales

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Metástasis a distancia (M)

MX: La metástasis a distancia no puede evaluarse

M0: No hay metástasis a distancia

M1: Existe metástasis a distancia

Tis, N0, M0

Etapa I : T1, N0, M0 - T2, N0, M0

Etapa II : T3, N0, M0

Etapa III : T1, N1, M0 - T2, N1, M0 - T3, N1, M0

Etapa IVA : T4, Cualquier N, M0

Etapa IVB : Cualquier T, Cualquier N, M1

Exocrine pancreas. In: American Joint Committee on Cancer: AJCC Cancer Staging Manual. 5th ed.

Philadelphia, Pa: Lippincott-Raven Publishers, 1997, pp 121-126