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Trabajadores de la - Esquila

Pasado y Presente de un Oficio Rural 1

Diego E. Piñeiro

de

Y

años, casa. hijos. -

w—

Trabajadores de la Esquila Pasado y Presente de un Oficio rura

Diego E. Pirieiro

La foto de tapa y presentación de capítulos son detalles de óleos y plumas de la serie

"La Esquila" del autor

César A. Pesce Castro.

Fotos de las páginas 25. 28, 60, 63. 67. 70.110. 112. 115. 117 y 131. colaboración del SUL.

Fotos de las páginas 64, 65 y 105 fueron fotografiadas por Victoria Morena.

Fotos de las páginas 68 y BO fueron fotografiadas

por Matías Carámbula

Este libro se terminó de imprimir en el mes de agosto de 2003, en Caligráficos S.A

Depósito Legal: N° 328.690

Con la Colaboración de:

Mariela Bianco

María mes Moraes

Secretariado Uruguayo de la Lana

Departamento de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales

Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Agronomía

Comisión Sectorial de Investigación Científica. Universidad de la República.

indice

Introducción. ,

Capitulo 1.

La Producción de Lanas en el Uruguay contemporáneo: Una visión de largo plazo. por Malla Inés Moraes

9

13

Capitulo II.

El Trabajo de la esquila y los esquiladores:

algunos aspectos de su historia social 11860-1979). por Minn Inés 114ornes

31

Capitulo III.

La esquila corno proceso de trabajo. 59

Capitulo II!.

Una caracterización de los trabajadores de la esquila. 71

Capitulo II.

Modalidades de ocupación y de ingreso de los trabajadores de la esquila 81

Capítulo VI.

Inserción social de los trabajadores de la esquila. 95

Capitulo 1111.

La esquila como oficio. 107

Capítulo VIII.

Los trabajadores de la esquila como trabajadores precarios. 117

Capitulo IX.

Atando cabos 135

Referencias. 147

Anexo Metodológico. 151

Anexo Estadístico. 153

Dedico este libro a Pocholo Boedo, al Rubio Sánchez,

Peralta, Don José, Martín Robledo .y tantos . otros trabajadores que aún pueblan las

imágenes de mi infancia rural.

Presentación

El libro que se presenta es el resultado del primer estudio sistemático que se ha hecho sobre los trabajadores de la esquila en el Uruguay. Está respaldado en decenas de entrevistas y en una encuesta a 600 trabajadores de las 'Comparsas" siendo una muestra representativa de éstos a nivel nacional. Como tal forma parte de una empresa de más largo aliento en la que estamos embarcados que consiste en el estudio de los trabajadores rurales de nuestro país. En 1998 comenzamos a trabajar sobre este tema, a partir de la información estadística existen-te y de los escasísimos trabajos anteriores. Algunos de ellos muy valiosos, como el libro de Chiarino y Saralegui o el enjundioso Estudio Económico y Social del Uruguay Rural realizado

• por el CLAEH-CINAM, que parcialmente trataron el tema de los trabajadores rurales, pero que hoy constituyen, por el tiempo que ya ha pasado, solo un antecedente histórico. Otros esfuer-.

• zes más recientes como la tarea realizada por Raúl Latorre o el libro sobre las organizaciones sindicales del agro de Yarnandú González Sierra forman parte de los antecedentes imprescin-dibles para acercarse al lema.

.4 medida que fuimos entrando en el estudio de los trabajadores rurales nos resultó evidente que lo más dificil seria caracterizar y comprender la situación de los trabajadores even-tuales, también conocidos como trabajadores zafra/es o trabajadores temporales. Estos no son ,• registrados por los Censos de Población, ni por la Encuesta de Hogares y solo parcialmente por el último Censo Agropecuario. Más aún la bibliografía internacional y los escasos estudios hechos en el país, mostraban que la tendencia en el empleo rural era al reemplazo de los trabajadores permanentes por trabajadores eventuales en un contexto generalizado de dismi-nución de la fuerza de trabajo ocupada en el sector agropecuario. De modo que era creciente la importancia del contingente de trabajadores eventuales que no se podía estudiar. En esos años aparece el primer estudio de/os trabajadores eventuales que fue el que hicieron Riella y Tubio sobre los trabajadores de la cosecha del citrus en los departamentos de/litoral.

Fue muy claro para nosotros que era necesario montar una estrategia de estudios par-ciales de los diversos contingentes de trabajadores eventuales. Fue en ese momento que una visita al establecimiento de nuestra amiga Susana Arregui en el Departamento de Flores para presenciar una esquila, nos mostró el potencial de un estudio de los trabajadores de las com-parsas de esquila. Por otro lado sabíamos que éstos constituían uno de los mayores contingen-

1 tes de trabajadores eventuales del país.

Trabajadores de la Esquila Pasen tadón

Con esta idea comenzamos a buscar apoyos para llevar a cabo la investigación. Un temprano contacto con el Secretariado Uruguayo de la Lana nos permitió auscultar el interés de esta institución por un estudio semejante. La posibilidad se concretó cuando la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República respondió favorable-mente a un proyecto que le habíamos presentado, otorgándonos los recursos necesarios para llevar adelante el trabajo de campo de la investigación.

Esta se inició en el año 2.000 cuando, con un flamante equipo de investigación, con mucha energía juvenil, realizamos una primera etapa consistente en el seguimiento de siete comparsas de esquila, realizando entrevistas a 60 trabajadores y nueve maquinistas y presen-ciando varias horas de trabajo de cada una de !as comparsas.

Con la información y el conocimiento adquirido en esta primera etapa, al año siguiente (2.001), el equipo de investigación, reforzado con encuestadores, preparó y aplicó un formula-rio de encuesta a 600 trabajadores en 60 máquinas de esquila en todo el territorio nacional, constituyendo una muestra representativa de los trabajadores de las comparsas de esquila del Uruguay.

Este libro reúne e interpreta el material empírico recopilado en el trabajo de campo y el conocimiento que hemos ido adquiriendo sobre este tema a lo largo de estos años. Hemos tratado de describir lo más ajustadamente posible a las comparsas de esquila ya los trabajado-res que las integran, desde distintos puestos de trabajo, describiendo las tareas que se realizan en la comparsa y caracterizando a los trabajadores de la esquila en sus variables demográfi-cas. la educación y la capacitación recibidas, su inserción social, los ingresos que obtienen, las condiciones de vida y de trabajo, sus aspiraciones, etc. Esta tarea se realiza en lós Capitules III al VII.

En especial nos ha interesado profundizar en el tema de la precariedad laboral porque como se explica en el texto se ha constituido en un "signo de nuestros tiempos". La falta de 1.111

9117pleo estable y seguro es un flagelo que aqueja no solo a muchos trabajadores de nuestro país sino también incluso a los trabajadores de los paises desarrollados. Los trabajadores de la esquila son, por definición, trabajadores precarios, pero presentan distintos niveles de preca-riedad. La identificación de estos niveles y la explicación de las causas que llevan a los trabaja-dores a la precariedad laboral y social (en el Capitulo VIII), es una de las contribuciones que este libro realiza al debate general sobre el tema.

Fieles a una forma de ver la realidad, le hemos solicitado a la Historiadora María Inés Moraes que prepare los dos Capítulos iniciales de este libro. El primero presentando un recorri-do histórico de los avatares de la cadena de producción de lana durante el siglo XX. En el segundo Moraes, recurriendo a las fuentes de la época. ha reconstruido una historia social de los trabajadores de la esquila. De esta manera la fotografía, que es el estudio empírico de los trabajadores de la esquila, se completa con esta mirada temporal.

Cabe especificar la integración del Equipo de Investigación y la responsabilidad que le cupo a cada uno. Diego E. Piñeiro fue el responsable de la investigación, de la ejecución del proyecto y de la dirección de/equipo de investigación. También tuvo a su cargo la preparación y la redacción de este libro, salvo los tres capítulos que tienen otra autoría como oportunamen-te se indicará. Mariela Blanco tuvo la responsabilidad del diseño, el procesamiento, la produc-ción de los cuadros y la primera lectura de cuadros de la encuesta a los trabajadores. Además es autora del Capitulo V de este libro. Maria Inés Moraes, como se dijo más arriba produjo dos estudios históricos sobre la producción lanera y los trabajadores de la esquila a lo largo del siglo XX. Matías Carámbula y Emilio Fernández hicieron la mayoría de las entrevistas durante el año 2000 y participaron del equipo de encuestadores durante el año 2001. Matías que está realizando su tesis de grado en Agronomía sobre los trabajadores de la esquila y el cambio tecnológico, pero con una metodología de observación participante, le aportó al equipo una mirada desde adentro de las comparsas. Emilio también realizó minuciosas descripciones de la tarea de la esquila y de los galpones de esquila que fueron un aporte valioso para la investi-

gación. Victoria Morena, Leticia Glik y Femanda Pereyra formaron parte del equipo de encuestadores de la zafra de/año 2001 y luego realizaron la tediosa tarea de dignación de los formularios. Joaquín Cardeillac colaboró con la preparación de cuadros en la última etapa de la

investigación. El equipo debió realizar su tarea en condiciones extremadamente dificultosas: frecuen-

tes lluvias que desarmaban los crono gramas de trabajo, muchas dificultades para encontrar las máquinas de esquila que se cambiaban cada dos o tres de días de establecimiento, un presu-puesto sumamente ajustado, etc. Este trabajo no se hubiese podido hacer sin el entusiasmo y la colaboración aportada más allá de sus obligaciones estrictas por el equipo de encuestadores. En los momentos más difíciles de la encuesta fue necesario armar un segundo equipo de encuestadores. Para ello contamos con la colaboración voluntaria de dos estudiantes de la Licenciatura de Sociología Ana Laura Casen/ y Paola Mascheroni y de una estudiante de Agro-nomia Patricia Mondelli a quienes mucho les agradecemos el esfuerzo realizado.

Pero tal vez, más allá de las tareas especificas que cada uno desarrolló, debamos re-saltar en este momento el espíritu de equipo que se logró construir entre todos, manifestado y consolidado en las numerosas reuniones de coordinación y de discusión a lo largo de los dos años de trabajo y de la disponibilidad de todos y cada uno en los momentos críticos que se presentaron a lo largo de la vida del Proyecto.

Una investigación que tuvo una alta complejidad en la realización del trabajo de campo necesitó el apoyo de muchas otras personas que hicieron distintas contribbciones. Es muy posible que la investigación no se hubiese podido llevar a cabo sin la amplia colaboración prestada por el Secretariado Uruguayo de la Lana. Pusieron a nuestra disposición una vasta cantidad de información estadística, nos enseñaron muchísimo sobre la esquila y sus procesos, nos llevaron a los galpones de esquila, nos presentaron a los maquinistas ya los trabajadores durante la primera etapa de observación en el año 2.000 y nos brindaron una asistencia muy ¡portante en la etapa de la encuesta, al año siguiente. A la Institución, pero muy especialmen-te al equipo de técnicos que recorren infatigablemente la campaña, Juan Maggiolo, Enrique Pesce, José Pedro Roldán, Ángel Núñez, José Rodriguez y otros colaboradores, vaya nuestro sincero agradecimiento. A Enrique Pesce debemos agradecerle además habernos ofrecido, para ilustrar este libro, las pinturas al óleo de su abuelo Cesar Pesce Castro y un interés espe-cial que puso en todo nuestro trabajo. Al Ing. Agr. Roberto Cardellino, Gerente del Departa-mento de Lanas que alentó al equipo técnico del SUL para que se involucrase en el proyecto. Al Inc. Agr. Néstor Cabrera, responsable dele edición del libro, la paciencia y dedicación pues-ta en la tarea. Al Consejo Directivo del SUL ya su Presidente el Dr. Jaime Castells debemos agradecerle la cooperación aportada porte Institución para la edición de este libro.

Esta investigación fue financiada con recursos provenientes de la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad dele República a través de su Programa de Pro-yectos de Investigación y Desarrollo. A dicho organismo vaya entonces nuestro reconocimiento ya que ha sida el sustento principal de la misma. También corresponde destacar que esta investigación se llevó a cabo en el seno del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y en el Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Agronomía. Siendo docentes de ambas instituciones encontramos en ellas el apoyo y la comprensión para llevar adelante nuestra tarea.

A nuestro colega del Departamento de Sociología y especialista en sociología del tra-bajo Marcos Supervielle debemos agradecerle largas y sustanciosas conversaciones a lo largo del Proyecto y sugerencias bibliográficas que nos orientaron mucho en la discusión sobre la precariedad laboral.

El equipo de investigación se desplazó durante todo el proyecto en un vehículo de! Departamento de Ciencias Sociales dele Facultad de Agronomía, con cuyo Director el Ing. Agr. Miguel Vasallo se hizo un acuerdo de colaboración, que agradecemos. Debemos agradecerle también al Ing. Agr. Raúl Harispe Jefe de Operaciones de/a Facultad de Agronomía el haber-

La Producción de Lanas en el Uruguay Contemporáneo: Una Visión de Largo Plazo

Trabajadores de la Esquila

nos prestado otro vehículo para poder movilizar al segundo equipo de investigación en los momentos críticos. A los Directores de las Estaciones Experimentales de Paysandú y de Salto que nos brindaron alojamiento y en especial al Director de la Estación Experimental de Baña-dos de Medina lng. Agr. Yerú Pardiñas que además dispuso un vehículo equipado para uno dé los grupos de encuestadores cuando estábamos en su zona de influencia. Al Decano de la Facultad de Ciencias Sociales en esos años, Profesor Jorge Landinelli, debemos agradecerle también el apoyo que nos brindase en momentos que hubo que salvar escollos económicos críticos.

También debemos agradecer a las familias de todos los integrantes del equipo que en especial durante las fases de trabajo de campo del Proyecto supieron alentar nuestra tarea y soportar largas ausencias.

Sin duda que el mayor reconocimiento de este Equipo de Investigación debe ir a los propios trabajadores de la esquila ya los maquinistas. Los primeros que soportaron nuestras largas entrevistas y la mirada siempre indiscreta e invasiva del investigador. Muy pocos de ellos se negaron a hablar con nosotros. La gran mayoría lo hizo mostrando un interés genuino y una excelente disposición, a veces hasta un poco divertidos y un poco halagados de que unos puebleros viniesen hasta esos lugares a preguntarles cosas sobre su trabajo y sobre su vida. Los maquinistas tuvieron la gentileza de abrir las puenas de su empresa. la comparsa de esquila, para mostrarnos como opera y develamos muchos de los secretos de/oficio. A todos ellos, muchas gracias. Esperamos que esta investigación contribuya a dar a conocer la forma como muchos miles de uruguayos contribuyen, con su rudo trabajo cotidiano, a construir una de las principales riquezas de la nación.

Diego E. Riñe/ro

agosto del 2003

La Producción de Lanas en el Uruguay (ontemporáneo: Una Visión de Largo Plano

CAPITULO

La Producción de Lanas en el Uruguay 4 Contemporáneo: Una Visión de Largo Plazo' 11~

María Inés Moraes ( fl

Introducción

Diversos estudios basados en !a metodología de complejos agroindustriales han identifi-cado y definido las características principales de un complejo agroindustrial textil - lanero (CAITL) uruguayo (Irigoyen, 1984) (Sierra e lrigoyen, 1986) (Irigoyen, 1993). En esa perspec-tiva, en tanto unidad de análisis de un conjunto de procesos productivos, el CAITL es descom-puesto en una fase agraria donde se produce la materia prima (lana), una fase industrial donde se transforma la materia prima en diferentes productos intermedios (tops e hilados) y finales (tejidos), y una fase comercial que comprende actividades de intermefflación entre producto-

: res, industriales nacionales y exportadores, y mercados externos tanto para la materia prima como para productos intermedios y finales. la metodología de complejos permite interpretar la dinámica conjunta de diversos procesos productivos, con atención en la asimetría de poder determinada por las diversas formas de capital representadas en las diferentes fases del com-plejo en un momento dado del tiempo, y permite abordar la relación agricultura - industria en una perspectiva que trasciende la simple división descriptiva en sectores primario y secundario.

• En este capítulo se presenta una síntesis histórica sobre la producción lanera uruguaya, es decir sobre la fase agraria del complejo textil lanero, desde sus orígenes hasta nuestros días. El objetivo específico de este informe es dar cuenta de las principales etapas en la evolu-ción dele producción lanera uruguaya, identificando aspectos estructurales y coyunturales a lo

largo del tiempo. El carácter histórico del enfoque, así como la amplitud del marco temporal impuso el uso

de una metodología específica basada en la construcción y análisis de series temporales con base en fuentes históricas. Esta información permitió identificar y caracterizar fases o períodos en la producción lanera, en términos de su dinámica productiva y su desempeño competitivo.

Importancia de la producción de lanas en la economía uruguaya actual

Es sabido que la principal actividad productiva del sector agropecuario uruguayo es la producción animal de carácter extensivo. En efecto, más del 60 0/o de las tierras productivas se

destina a ese fin, y casi el 56u/o del total de establecimientos agropecuarios tienen a la produc-ción ganadera extensiva como su fuente principal de ingreso (MGAP-DIEA, 2000).

Las principales actividades de la ganadería extensiva uruguaya han sido durante todo el siglo XX la producción de carne vacuna y de lana. Una forma de evaluar la importancia de la producción lanera es a través de su participación en la producción ganadera y en la producción

agropecuaria total.

' Docente e Investigadora en el Programa de Historia Económica y Social; Unidad Munidisciplinaria; Facultad de Ciencias Sociales.

Trabajadores de la Esquila

Cuadro 1. Participación (en porcentaje) de la producción

lanera en el VBP de la ganadería y del sector agropecuario,

1970-1997.

1 Ganadería

2 Sector Agropecuario

1970 26,3 22,8 1975 20,8 16,9 1980 21,6 18,7 1985 43,1 24,2 1990 34,4 20,1 1995 25,6 13,5 1997 (*) 24,5 12,4

Fuentes y comentarios: 19 Último dato disponible. Elaboración propia en liase a información de Base de Datos de Economía e Historia Económica de la Facultad de Ciencias Sociales, y Base de Datos de OPYPA del MGAyP.

Cuadro 2. Participación (corno porcentaje del valor) de las

exportaciones de lana en el total de las exportaciones,

1976-1991.

Lana

1976/1980 27,5 1981/1985 26,7 1986/1990 28,6 1991/1995 19,9 1996/2000 11,2

Fuente, Comprende lanas sucias. layadas, peinadas, hilados, tejidos y des-hechos_ Elaboración nroir -la en base a SUL 119911110921120001.

dad productiva que transformó

La «ovinización» del campo

La bibliografía sobre el período 1860 - 1914 lo describe como una etapa de intenso

dinamismo en la economía y la sociedad rurales. proceso que ha sido difundido como iimoclerni-yac& ryai fBarran sir; (Barrán y Nallum, 19781 fiVloraes, 19991. En ese periodo 7,G1-:./e: . ;,-.2rc,r)::: -in serie de transformacvJnes técnicas. económicas y sociales que tuviei - cr, come resultado principal - aunque no único- la definitiva imposición de las relaciones capitalistas de producción en el campo,

Desde 1860 hasta aproximadamente la primera década del siglo XX la ganadería uru-

guaya sufrió un incesante progreso técnico en torno a dos ejes principales: uno de ellos fue la

incorooración del ovino y el otro la mestización del rodeo vacuno. Un tercer cambio técnico

fundamental fue el alumbramiento -asociado a los dos primeros- que introdujo nuevas formas de

organización de la producción (técnicas de «manejo) y optimizó el uso dala pradera. El proceso

de alcmbramiento, además de ser una innovación técnica, completaba el largo proceso de espe-

cificación de los derechos de propiedad en el campo y daba lugar a la formación de unos merca-

dos de factores (tierra, ganado, y trabajo; por primera vez separados y autónomos. La combi-nación de estos cambios redundó en el nacimiento de una nueva función de producción para la ganadería vacuna uruguaya, que encontró su arraigo en un nuevo tipo de unidad productiva identificado como estancia moderna. Estas transformaciones hicieron posible, hacia 1914, la definitiva consolidación de una ganadería capitalista asociada al frigorífico y a los mercados europeos de carne bovina y lanas. Las estructuras económicas, técnicas e institucionales de la ganadería extensiva quedaron así definidas para el resto del siglo XX.

la perduré» de lanas en el Uruguay Lontemporaneo: dna Vision de largo Plaio

El punto de partida de este crucial proceso fue la ince-

sante incorporación del ganado ovino al rodeo nacional, desde

1860 en adelante. El siguiente cuadro aproxima el proceso de

ovinización a través de la relación ovinos/vacunos en el stock

ganadero uruguayo.

En las décadas de los '50 y '60 del siglo XIX coincidía-ron una serie de factores externos e internos para la rápida incorporación del ganado ovino a la ganadería uruguaya. A nivel niumlial, el aumento en la demanda de materias primas

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Cuadro 3. El proceso de

1

'Mili:ación, 1852-1908.

2 3 1852 1,9 0,79 0,4 1860 3,6 1,99 0,6 1900 6,8 18.6 2,7 1908 8,1 26,2 3,2

Fuentes y comentarios: Columna 1: Cabezas de ganado VilC1111s. en ir iliones. Columna 2: Cabezas de ganado ovino. en millones. Columna

3: Relación Ovinos/ Vacunos. (Todos los datos corresponden a ;anos carnales). BROU 11933: 571

501I - 11 el (.1.1,1D1,e1,111liciiuU Lie 00 1111.111JLI 10 1,e)(1.11 euro iuiuiu CUÍ] una reconversión de las majadas europeas hacia razas de carne

con fines de abastecimiento de la población, y con una caída de la oferta de algodón causada por Guerra de Secesión norteamericana. Estas circunstancias dieron el contexto necesario para el desarrollo de la producción lanera en las zonas templadas extra-europeas: Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y el Río de la Plata (Millot y Benin°, 1996: 48).

A nivel nacional, el fin de la Guerra Grande trajo la paz indispensable para inicial' nuevas

inversiones. E1 proceso de importación de ovinos de raza (fundamentalmente Merino) se había

iniciado ante:i iiu la Guerra Grande H839-18511 pero se vio interrumpido por ésta: así, al finalizar la guerra había apenas cuatro ovinos cada 10 vacunos. La paz permitió retomar y

acelerar el proceso: en 1860 había seis ovinos cada 10 vacunos. Finalmente, el inicio del nuevo

siglo mostró una completa ovinización del campo uruguayo, con casi el triple de lanares que de

vacunos. El censo del 1908 definió el tope del proceso de ovinización, con una relación de más

de tres ovinos por vacuno que habría de repetirse únicamente en dos oportunidades más en todo el siglo XX',

A nivel microeconómico la ovinización incorporó un nuevo rubro productivo a la estan- cia. permitiendo así un uso más intensivo del recurso pradera natural, diversificando productos y riesgos - . A nivel sectorial. fa expansión del ovino aparejó -además de una clara diversificación

de la producción- un amplio ciclo de inversiones que empezó con las majadas, siguió con los primeros alambramientos y potreros e incluyó nuevas instalaciones e insumos sanitarios. La ovinización como transformación productiva originó también importantes cambios sociales en el seno mismo de la ganadería tradicional vacuna: fue la base

de una nueva clase media rural. de un nuevo tipo de empre- sáric ganadero -Jrientado a la ma. ,;imización del beneficio- y

'!o:‘:lasJe oujan:zacián del t; -. abajo, con mayores requermien:os de mano de abra y de clivision del trabajo. A

nivel macroeconómico la principal consecuencia de la

ovinización fue la irrupción de la lana como nuevo producto

de exportación desde 1860 en adelante.

Como lo muestra el Cuadro 4, las exportaciones de lana eran casi un cuarto del valor exportado ya en los pri-

meros años '70, y habían trepado a más de un tercio del

total exportado en los últimos años del siglo XIX. Esto signi-

ficó una ainpliación de la oferta exportable del país, contri-

buyó a aumentar el volumen de cornercio y conectó al país

2 Enna 1992 n 1930 la relación ovinos f vacunos presenla bruscas oscilaciones, derivadas en parle de razones chmáricas, en parte de razones coyunturales (corno la Primera Guerra) y en parle del proceso de aprendizaje implicado en la ovinización, que ireplica sucesivas '.correcciones. de la dotación animal. Hacia 1930 la relación entre uno y oiro tipo de ganado volvió a situarse próxima a rus mes ovinos por vacuno, en lo que parecería seria relación de equilibrio enlre vacunos y ovinos en el modelo tecnológico do la ganadería extensiva con base en la pradera natural.

3 La singularidad del carácter °mixt» de la estancia ganadera uruguaya, en raen rasgo microeconómico aun Inertes implicancias para el desempeño del subsector ganadero es un hecho reconocido tempranamenle por los esludiosos del sector, pero sólo recientemente teorizado. Véanse: Campa( 0969:16-22); Parran. y Nahum (sil: 72.83). trigoyen (1993-b) e a hoyen (1993.a:15-19).

El cuadro muestra un descenso en la contribución

de la producción lanera a la riqueza ganadera y agropecuaria

durante la última década: la participación de la lana en el

total de la ganadería entre 1990 y 1997 decreció a un

ritmo del -4,7 % anual, mientras que la participación de la

lana en el total agropecuario decreció a una tasa anual del -6,8 en el mismo intervalo. Otro indicador del papel de la lana en la economía uruguaya es su participación en las ex-

portaciones totales del país.

Este indicador también muestra un descenso impor-

tante del protagonismo de la lana en las exportaciones uru-

guayas en los años recientes: entre 1991 y 2000 la parti-

cipación de este rubro decreció auno tasa acumulativa anual

del -6,1%. Por último, mientras que en 1990 el 30% dalas

explotaciones agropecuarias tenía su fuente principal de

ingresos en la producción ovina, en el 2000 apenas el 8°./o

del total de los establecimientos censados viven del ovino

(MGAP-DIEA. 2000: 61,

Estos indicadores muestran la reciente pérdida de

importancia de la producción lanera en la economía nacional

y cuentan la historia de una dramática des-ovinización del

campo uruguayo. Antes de apuntar algunos elementos para

comprender la situación actual, será necesario hacer vsi recorrido histórico por el ascenso y apogeo de una activi-

radicalmente la economía y la sociedad rurales.

Cuadro 4. Participación de la lana en las exportaciones

uruguayas (como porcentaje del valor total exportado),

1870-1905.

Lana

1872 - 1875 23

1877 - 1880 19

1881 - 1885 27

1886 - 1890 28

1891 - 1895 29

1896 - 1900 36 Fuente: Calculado en base Millob J y Benin°. M: Historia Económica riel Uruguay: Temo pág. 138_

Trabajadores de la Esquila

con nuevos mercados: en particular, fue la lana el producto que colocó (antes que la carne) al

Uruguay como un exportador de productos primarios hacia los países capitalistas en plena

industrialización, contribuyendo a definir un nuevo modo de inserción del país a la economía

internacional'.

Por último, a nivel de la dinámica del cambio social, y siguiendo a Barran y Nahurn, el

surgimiento de una nueva clase de estancieros progresistas (primer resultado de la ovinización)

promovió una secuencia de transformaciones que habría de incluir la finalización de las guerras

civiles y la consolidación del poder estatal. En palabras de los autores citados: «Posiblemente no

hubo en toda nuestra historia rural una transformación más radical ,' (Barran y Nahum, 1978:

183).

La producción lanera uruguaya en el siglo XX

En el Gráfico 1 se muestra la evolución de la producción lanera para todo el siglo XX. La

determinación de tendencias lineales para

subconjuntos de datos 11901-1954. 1955-

Gráfico 1. Indice de Volumen Físico de la Producción de Lana, 1977, 1978-1990. 1991-20001 permite pos- 1513 =loy 100

Lula'', a modo de hipótesis de trabajo, Id exis- 2,50 - tencia de cuatro grandes fases en la historia de

2.30 la producción lanera uruguaya: una primera y

2,10 larga fase de crecimiento entre 1901 y 1954,

una segunda fase de crisis entre aproximada- 1,70 mente 1955 y 1977; una recuperación de la 1.50 , producción entre 1978 y 1990, y una etapa de

>2 a - deterioro dramático entre 1991 y 2000.

En los apartados siguientes se presenta Tendencia Lineal IVF Prod. Lanera una caracterización de distintos aspectos de la

Fuentes y COIllerICill'Ino: Cliillir0 2 riel Anexo Estadistica. producción lanera en los distintos periodos his-

tóricos.

La columna 1 del Cuadro 5 permite identificar dos períodos de crecimiento y dos de

deterioro o crisis de la producción, rigurosamente alternados. Así, un largo período de creci-

miento a buen ritmo (auno tasa anual de 1,8 %) entre 1900 p1954 es seguido por una severa

4 Debe recordarse que hasta entonces los principales produclos de exportación eran el tasajo y los cueros vacunos secos y sala-dos, ambos productos del saladero. Si bien los cueros se exportaban a paises en pleno proceso de industrialización, el tasajo (producto de creciente papel en el último cuarto del siglo XIX) se exportaba únicamente a Cuba y Brasil. En cambio Ion principales compradores de lana uruguaya en ese periodo fueron Alemania, Bélgica y Francia, lees grandes re-exportadores de lana en el flamante mercado mundial de esa libra. Véase: Moraes (2000).

La Producción de Lanas en el Uruguay Contemporáneo: Una Visión de Largo Plazo

Cuadro 5. La producción y la productividad laneras en cada período, 1900-2000.

1

Producción ilasil (le crecimiento mitran

2 Rend.Lana/Ovino

(laxo de crecimiento anual)

3 Rend. lana/Há

(tasa tle crecimiento anual)

1 Relac. OvNac

lusa tle crecimiento iiiiiiiiii

1900-1954 1,8 1,1 1,9 0,0

1954-1977 -2.0 -0,1 -0,6 -1,8

1977-1989 4,3 -0,7 1,7 1,6

1989-2000 -5,6 0,6 -5,1 -8.0 Fuentes y comentarios: Cálculos en base a columnas 1, 3, 4 y 5 del Cuadro 2 del Anexo Estadístico.

caída (lela producción entre 1955 y 1977. Comienza entonces lo que habrá de ser el período de

mayor crecimiento de la producción de todo el siglo - entre 1978 y 1989- que se ve cortado

por un verdadero derrumbe productivo desde 1990 hasta el fin del siglo estudiado. En conjunto,

se observa una sucesión de ciclos de crecimiento y crisis de desigual duración y amplitud: el

último cuarto del siglo, en efecto, muestra fases de crecimiento y crisis de mayor amplitud (más

J,,iudós) y más cortos que los tres primeras cuartos. un rasgo que como se analizará más

adelante. posiblemente se relacione con los cambios en los mercados mundiales en un escenario

de mayor apertura. desde la década de los 70 en adelante.

Los indicadores de productividad sugieren la existencia de dos patrones tecnológicos

para todo el siglo. En efecto, el período 1900-1951 presenta mejoras tanto en los rendimientos

por animal como por hectárea mientras que - para el conjunto de ese período y pese a las

importantes fluctuaciones que este indicador presentó al interior del mismo - la relación ovinos

/ vacunos no sufrió variaciones. La noción de mejores rendimientos por cabeza y por hectárea

disociados de la dotación relativa animal sugiere la existencia de procesos de mejoramiento

genético y sanitario, así como de procesos de aprendizaje en el manejo de planteles mejorados,

que definieron la trayectoria del cambio tecnológico en la ganadería ovina en ese medio siglo.

En cambio, después de 1951 el rendimiento lanero por hectárea se acompasa fuerte-

mente con los cambios en la relación ovinos / vacunos, denotando que el crecimiento en la

cantidad de lana por hectárea es más un crecimiento por extensión que un salto en la produc-

tividad. Simultáneamente, el rendimiento por cabeza - excepto entre 1954- 1977 - exhibe un

conmortamiento autónomo que revela, a partir de cierto nivel de maduración, la senda de

progreso técnico que explica los niveles de este indicador no se vio afectada ni siquiera por un

proceso de desovinización tan dramático como el que se registra desde 1990. .

La trayectoria tecnológica de la producción ovina.

En la primera mitad del siglo XX los principales ejes del cambio técnico en la producción

lanera fueron el mejoramiento genético y de la sanidad animal. El proceso de mejoramiento

genético se inició en el siglo XIX con la introducción del Merino; la difusión de esta raza, orien-

tada a la producción de lanas finas, desplazó definitivamente al ovino criollo al despuntar el siglo

XX y abrió el cauce a una serie de ensayos con distintas razas - laneras o de carne - hasta

entrados los años treinta (Bertino; 2000: 22-25). La etapa inicial de la industria frigorífica

(desde 1880 en la Argentina, desde 1905 en Uruguay) estimuló la demanda de capones para

congelado y el desarrollo de la raza Lincoln, pero hacia los años veinte el desinterés por la producción de carne ovina devolvió protagonismo a las razas laneras, en una puja tecnológica y productiva que habría de durar hasta la década de los treinta, y que se puede observar en el Cuadro 6. La proliferación de cruzamientos desordenados, y la falta de una orientación clara en el proceso de mejoramiento genético, determinó que durante los primeros treinta años del siglo la zafra lanera padeciera una gran heterogeneidad, con pérdida de caridad y precio para los productores y exportadores. Una encuesta de 1934 sobre 200 establecimientos de diferentes

Evolución de la producción y productividad laneras.

El Cuadro 5 sintetiza las principales fluctuaciones en la producción y productividad

laneras para todo el siglo XX, en base a series históricas de producción y de rendimientos

físicos. En ausencia de mejores indicadores, la cantidad de lana por cabeza esquilada y la canti-

dad de lana por Há. son tomados, respectivamente, como aproximaciones de la productividad

del capital (ya que el ganado explica la mayor parte del capital empleado en la función de produc-

ción de la ganadería extensiva) y de la productividad del factor tierra. Sin embargo, para una

• mejor comprensión y análisis de estos indicadores, se agrega la evolución de la relación ovinos

• / vacunos. Los detalles metodológicos de las respectivas estimaciones pueden verse al pie del

.• Cuadro 2 del Anexo Estadístico.

Trabajadores de la Esquila

Cuadro 6. Estructura del stock cuino por razas (en porcentaje), 1916- 1990.

'Merino Corriedale Romney Marsh Lincoln Ideal Otras razas Cruzas Total 1916 38 0 0 59 0 3 0 100 1924 32 0 20 46 0 2 0 100 1930 20 0 39 39 O 1 1 100 1937 25 0 37 16 0 0 22 100 1943 10.5 19 12 3,5 0 4 51 100 1946 11 22 11 2 2 2 50 100 1951 11 31 7 0 2 2 47 100 1970 1 50 2 0 9 6 29 100 1980 6 71 2 0 10 2 9 100 1990

.... 9 70 1 0 11 4 5 100

alerra, L. e ingayen bertina 12UUU: 231, y lananoticias; Agosto 1995; N° 112; pág. 33

regiones del país, confirmó la incertidumbre y confusión en el mejoramiento genético y reveló, además, que sólo el 20% de los rebaños estaba en condiciones sanitarias aceptables (Bertino,

2000: 251. En este contexto se creó en 1935 la Comisión Honoraria de ivlejorainiento Ovino, un

organismo público con fines de orientación y control de los procesos de mejoramiento genético.

En las décadas siguientes a su creación, la Comisión propició la difusión del Corriedale,

raza neozelandesa de doble propósito, productora de lanas de finura intermedia, que habría de

terminar imponiéndose sobre las demás en la segunda mitad del siglo Menino, 2000).

En cuanto a la sanidad animal, la lucha contra la sarna ovina había sido la principal

preocupación de los poderes públicos en relación a la producción lanera desde la segunda déca-

da del siglo. Para combatirla, sucesivas disposiciones gubernamentales habían dispuesto desde

la obligatoriedad del baño con sarnífugos (en 19111 hasta el uso del alambrado de siete hilos

(en 19131 y un sistema de multas y penalizaciones a los propietarios de rebaños infectados (en

19351. Todas estas medidas contribuyeron a menguar el peso de la plaga, que se controló

definitivamente con la difusión dolos sarnífugos dorados. hacia 1947 (Benin°. 2000: 30-31J.

Una vez definido el perfil genético y productivo básico del rodeo ovino, la segunda mitad

del siglo XX enfrentó a la producción ovina con el problema alimentario característico del siste-

ma extensivo uruguayo. La profusa investigación sobre las determinantes de la productividad

ganbder2 en el Uruguay señalan, para el caso de la producción ovina. que a nivel nacional y

obviando diferencias regionales, la nutrición es el principal factor limitante para incrementar

tanto la producción de lana por animal como la dotación ovina (Carclellino. 19951. En efecto,

casi la totalidad de los establecimientos ovinos se basan en la utilización de pasturas naturales,

por lo cual la producción de lana y las tasas de procreo son altamente dependientes de las

condiciones climáticas a lo largo de! año. Ha sido ampliamente demostrado que los índices de

producción de lana y de procreo son holgadamente superiores en establecimientos que logran

atender los requerimientos de nutrición animal durante las etapas de reproducción y cría, con

base en praderas mejoradas (Cardellino, 1995). Existe valiosa investigación que explica la ges-

tación y el fracaso de diversas estrategias de cambio tecnológico en la ganadería uruguaya

orientadas a la superación de la restricción forrajera entre 1935 hasta casi el final del siglo,

que no corresponde presentar en este trabajo (Campal, 1969) (Astori et al; 19791 (Alonso y

Pérez Arrarte, 19811. La aplicación y fracaso del paquete tecnológico neozelandés durante la década de los 60's y 70 coexistió con lo que algunos autores han descripto como una ,rembes-tida ideológica» a favor de la carne vacuna que discriminó a la producción ovina en materia

crediticia e impositiva (Sierra e lrigoyen, 1984: 112), configurando un escenario adverso a la

adopción de nuevas tecnologías forrajeras específicas para la producción lanera, en esas déca-

Produccion de lanas en el Uruguay (omemporaneo: Una Visión de Largo Plazo

das. Estos factores permiten comprender, de forma somera, las razones por las cuales durante

la segunda mitad del siglo los incrementos en la cantidad de lana por Há. se corresponden

directamente con una mayor dotación ovina. La relativa autonomía que muestra el rendimiento

por animal, en particular' en el actual período de dramática desovinización», podría relacionar-

se con la continuidad en la trayectoria tecnológica del mejoramiento genético. En efecto, a la

multiplicación y persistencia de las Sociedades de Criadores desde 1935 en adelante, se agregó

en 1967 la creación de Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), con el objetivo general de

difundir' la producción y el consumo de lana (Astori, 1979: 405). Nacido sin cometidos específi-

cos en materia de investigación tecnológica, en sus etapas iniciales el SUL heredó la tradición de

custodia y orientación del mejoramiento genético seguida por la Comisión Honoraria de Mejora-

miento Ovino (integrada al SUL en 19731, primero tonel antiguo sistema de tatuaje de animales

superiores: desale 1969, con el servicio de evaluación de planteles «flock testing», y reciente-

mente, propiciando la creación de centrales de Prueba de Progenie entre las Sociedades de

Criadores (Cardellino, 1995: 37-391. También desde la década de los 70' el SUL promueve la

difusión de mejoras técnicas en relación con la esquila (sistema Tally - Hi) y más recientemente,

el Plan de Acondicionamiento de Lana". Pero los esfuerzos específicos por avanzar en la genera-

ción (le nuevos sistemas productivos orientados a mejorar la base alimenticia de los ovinos son

lin/ recientes. Tras haber iniciado una línea de cooperación con el desaparecido Centro de

Investigaciones Agricolas Alberto 8oerger en 1982, desde 1994 el SUL desarrolla una línea de

investigación sobre mejoramiento forrajero para la producción ovina en cooperación con el

Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (Peinado, 19951.

Además del desarrollo tecnológico del sector, un factor fundamental para explicar las

fases de crecimiento y crisis de la producción lanera en el siglo XX es el comportamiento de las

exportaciones de la fibra.

Las exportaciones de lana uruguaya en el siglo XX

La producción lanera uruguaya, que como se vio, nació y se expandió en plena consolida-

ción de un modelo de crecimiento agroexportador, se orientó siempre a la demanda externa.

Aunque en el país se desarrolló la industria textil a partir de 1900, el consumo interno de la

materia prima, según estimaciones, nunca superó el 10% dala producción (Sierra e lrigoyen,

1984: 108-1091. La historia de la vocación exportadora del rubro lanero es observable en la

Columna 1 del Cuadro 7, donde se comprueba que desde 1900 hasta 1989 el valor de las

exportaciones de lana creció en cada período más rápidamente que en el anterior, hasta sufrir

un verdadero colapso desde 1990 en adelante. En rigor, todo el siglo está pautado por bruscas

fluctuaciones que revelan la inestabilidad del mercado de exportaciones; el dramatismo de la

situación actual deriva precisamente de que revierte una tendencia progresiva secular.

La tendencia decreciente dala participación de las lanas en el

es, en cambio, un fenómeno de mayor duración y

persistencia. La Columna 2 del Cuadro 7 muestra Cuadro 7. Tasa de

que la importancia de las lanas en la canasta de su participación

exportables creció durante la primera mitad del

siglo, decayó luego hasta 1977, se estancó entre

1977-89 y se desplomó en los últimos diez años.

total del valor exportado

crecimiento anual de las exportaciones de lana y de

en 'el total del valor total exportado, por períodos.

_

1 Tasa de Crec.

Anual Valor Exp. Lanas

1 1 2

Tasa de Crec. Tasa de Crec. Anual Anual Participación lanas en

2 Tasa de Crec. Anual

Participación lanas en el valor total exportado

1900-1954 1,0 1,2

1954-1977 1,8 -2,9

1977-1989 2,0 0,0

1989-2000 -4,3 -8,3 5 Puede verse inlormación adicional sobre la expansión del Corriedale en: Lanandlicias: Agosto de 1995: N , 112; pág. 11.14. Lananolcias; N' 114. pag 29

Fuente: Columnas 2y 5 del Anexo Estadístico.

Trabajadores de la Esquila

El Gráfico 2 da una visión más clara de este fenómeno. Se observa que tras haber alcanzado un 50 % del total exportado hacia 1913, las lanas perdieron participación durante toda la década del 20, situándose cerca del 20% al final de la misma. Los años de la Crisis, la Segunda Guerra y la post-guerra registran una danificaciónii explosiva de las exportaciones: la lana llega a representar más del 60 % de las mismas entre los últimos años 50 y 1961. La pérdida de protagonismo se inicia enton-ces, y aunque insinúa revertirse en la mitad de los 70, se precipita desde 1990 en adelante. Actual-mente, y tras cuarenta años que en su conjunto fueron de deterioro, el nivel de participación de la lana es el más bajo del siglo y de los últimos 140 años (véase nuevamente Cuadro 41.

Además de las fluctuaciones en el valor exportado y de, los cambios ev Iv signifIcacion de

las exportaciones laneras, el curso de . las décadas mostró cambios importantes en la composi-

ción de las mismas. Como es sabido. el Uruguay definió su especialización productiva en el último

cuarto del siglo XIX como productor de productos primarios y se insertó en el comercio interna-

cional bajo ese signo. La lana fue la principal materia prima que definió esa inserción. El Cuadro

8 muestra el peso fundamental de las lanas sucia y lavada durante la primera mitad del siglo, y

describe el peso de la tradición exportadora de la fibra en bruto durante casi todo el siglo. En

efecto, recién con posterioridad a 1977 las lanas peinadas logran desplazar a las lanas sucias y lavadas en la composición del grupo, aunque venían incrementando su participación desde la

mitad del siglo. La extrema estabilidad en la composición exportadora del rubro durante casi

todo el siglo, así como la debilidad de los rubros con mayor proceso de industrialización (colum-

na zi del cuadro) hasta etapas recientes, son los rasgos estructurales de las exportaciones

laneras uruguayas. Recién en las últimas tres décadas se procesó un cambio radical, al despla-

zarse el peso del mayor valor exportado definitivamente hacia los renglones con mayor proce-

samiento industrial.

Cuadro 8. Estructura de las exportaciones de lanas, como porcentaje del

total del grupo «lanas. ,

Sucias Lavadas Peinadas Otros 1900-1954 85,7 11,9 1,8 0,7 1954-1977 47,5 13,8 30,8 7.9 1977-1989 28,6 8,3 36,3 26,8 1989-2000 7,3 4,9 53,4 34,4

Fuentes y comentarios: Promedio de cada período. Cuadro 5 del Anexo Estadístico.

Se ha sostenido que la demanda de mate-rias primas varía de acuerdo a la etapa de desarrollo de los países, presentando creciente elasticidad ingreso en las etapas tempranas e intermedias de desarrollo, y decreciente elastici-dad ingreso en las etapas de desarrollo avanzado (Rawthorn y Wells, 1987) (01T-PREALC, 1988). Las razones de este patrón estarían en la estructura productiva y dinámica tecnológica habitual en los países que han cumplido un proceso de desarrollo hasta su madurez.

Así, en las etapas iniciales e intermedies de desarrollo, la demanda de materias primas es creciente porque el país atraviesa de lleno un proceso de industrialización, de la mano de ramas manufactureras usualmente muy intensivas en materias primas (textiles, vestimenta,

[o Producen de Lanas en el Uruguay Contemporaneo: Una Visión de largo Plato

calzado: industria «liviana» en gral.). En esta eta- Cuadro 9. las exportaciones de lanas uruguayas del periodo 1900-

pa. es posible que sea necesario recurrir a las 1959 por sub-períodos.

importaciones de materias primas según la dota-

ción natural de recursos de cada pais, y según la

intensidad con que éstos puedan ser explotados.

En cambio cuando el desarrollo alcanza sus

etapas más avanzadas, el crecimiento de la in-dustria se estabiliza, se acompasa al aumento de la población, y dentro del sector manufacturero crecen más rápidamente aquellas ramas intensi-

vas en conocimientos y tecnología, rezagando a F . . las ramas anteriormente citadas. Más aún, se

introducen mecanismos ahorradores y sustitutivos

de materias primas, posibilitados por las nuevas tecnologías. En esta etapa, las importaciones

tenderán a caer por efecto del cambio estructural al interior de la industria y de las tecnologías

sustitutivas, cualquiera sea la dotación de recursos naturales del país implicado y la intensidad

Lxx

(lu

marco interpretativo se ajusta cómodamente a la experiencia histórica uruguaya

en materia de exportaciones laneras. El mercado mundial de lanas quedó definido en la mitad (lel

siglo XIX. cuando las producciones dolos países de Australasia, Sudáfrica y el Río de la Plata se

incorporaron al comercio mundial de la fibra como proveedores del país que entonces lideraba

el proceso de industrialización: Gran Bretaña. El país norteño era el principal importador de

lanas y el principal productor tanto de hilados y tejidos como de manufacturas textiles, a nivel

mundial (Sociedad de Naciones, 19221. El ingreso de los países europeos continentales en

procesos cle industrialización similares al británico, en la segunda mitad del siglo XX, amplió la

demanda de lanas y generalizó un circuito comercial de la fibra que tenía sus principales puertos

de ingreso a Europa en Alemania. Bélgica y Francia, tres países en plena industrialización pero

también re-exporcaclores de lana hacia el Reino Unido (Millot y Bertino, 1966: 1651. En esemm-ni mercado mundial de lanas de esos años funcionaba como un caso de comercio basado en

la conielementariedacl productiva entre países exportadores e importadores, donde la expan-

sión de la demanda acompasaba el ritmo de la industrialización de los países del núcleo capitalis-

ta más avanzado. Desde el punto de vista institucional, ese intercambio reposó en la doctrina

del librecambio y en el patrón oro, es decir, en la ausencia de barreras proteccionistas conjuga-

do con un sistema único y multilateral de pagos. Entre 1870 y 1913, el ajuste entre la especia-

lización productiva de los países que formaban parte del mercado, y las instituciones que lo

regulaban alimento. por un lado, la industrialización de los países europeos y por el otro, el

crecimiento agroexportador de los países periféricos.

Con este marco, las exportaciones uruguayas de lana tuvieron su edad de oro entre

1870-1913. Como lo muestra la Columna 1 del Cuadro 9, las exportaciones de lanas crecieron

hasta 1913 a una tasa anual superior al 7%, y decrecieron entre ese año y 1954. De esa

manera, el crecimiento de las exportaciones laneras durante la primera mitad del siglo XX es

enteramente explicado por el crecimiento del período 1870-1913. -

Pero ese patrón comercial entró en profunda crisis ya con el estallido de la Primera Guerra Mundial: el patrón oro y el librecambio fueron abandonados; los flujos comerciales y financieros se distorsionaron por razones políticas y militares; el estado intervino en casi todos los aspectos de la economía de los países beligerantes. A partir de 1929 la Gran Depresión se propagó por el mundo capitalista como una mancha de aceite que arrasaba a su paso las anti-guas instituciones económicas basadas en el más riguroso liberalismo. El bilateralismo, las cuotas de importación, los convenios de Pago, las áreas financieras, fueron algunos de los tantos mecanismos de discriminación comercial que se generalizaron en los años 30' y que rigieron en el comercio internacional hasta bien entrada la segunda postguerra. Mientras tan-

Gráfico 2. Participación porcentual del rubro «lanas. , en el total

exportado, 1900-2000

io

GO

Gol

30 I - .

-

10 -

-rrrilimrrr,rmrrn

cn O 3 01 0, al al 01

l'arceetaje dulanas en el thsal del va!or exportado I

I - mento: Cuadro'riel Anexo Esteellsticn.

Tanto el comportamiento del valor expor-

tado, como el peso de la lana en las exportacio-

nes totales y la composición del grupo lanero es-

tán fuertemente relacionados con las caracterís-

ticas de la demanda de materias primas.

El mercado mundial de lanas y las exportaciones uruguayas

1 2 Tasa Crec. Anual Tasa Cree. Anual

Exp. Laneras Participación Exp. Laneras

en total del valor exportado

1900-1913 7,5 1,0

1913-1954 -1,0 0.3

1913-1930 0.4 -3,1

1930-1945 -0,1 4,9

1945-1954 -5,1 -0.6 uente: Columna 2 e 6 del Cuadro 2 del Anexo Estadistica.

Trabajadores de la Esquila

Cuadro 10. las exportaciones de lanas uruguayas del período to, los países del núcleo capitalista más avanzado 1955-1971 por sub-períodos. empezaban a recorrer el camino de la sustitución

Tasa Creo. Anual Valor Exp.

Lanas

Tasa Creo. Anual de materias primas, como resultado del avance

Participación de lanas tecnológico en la industria química y en la pro-

en el valor total exportado ducción de energía. El proceso de sustitución de

1955-1977 1,8 -2,9 materias primas en la industria textil se había ini-

1955-1970 -0.5 -2,5 ciado en 1890 con el rayón, sustituto de la seda, 1970-1977 7.7 -3,8 pero se aceleró dramáticamente durante la Se-

Fuente: Cuadro 2 del Anexo Estadístico. gunda Guerra y su postguerra, con la fabricación

de las polyamidas (nylon). A diferencia del rayón,

que había penetrado sólo en los sectores de fa-bricación de algunas telas y medias, estas nuevas fibras artificiales permitirían, unas décadas

más adelante, sustituir la lana y el algodón en sus más diversos usos textiles (Goodman, Sorj y Wilkinson, 19901.

Los cambios del comercio mundial entre la crisis y la segunda postguerra desplazaron a

la carne uruguaya como producto principal de exportación y reforzaron -por la persistencia de

una especialización productiva ganadera derivada de la etapa anterior -el protagonismo de la

lana. Así, puede verse en el Cuadro 9 cómo desde 1930 en adelante aumenta la participación de

la lana en el total del valor exportado, aunque el valor de las exportaciones de lana se deteriora.

Entre 1945 y 1954 el comercio mundial de lanas experimentó una inusual expansión de

la demanda, debido a la recuperación de las industrias textiles europeas y al pánico de la guerra

de Corea. Aunque el boom lanero de la postguerra recuperaba la ilusión de que podía

reestablecerse la antigua complementariedad productiva entre exportadores de lana y países

capitalistas avanzados, durante la primera mitad de los años cincuenta los precios internaciona-

les de la lana subieron tanto que la relación de precios entre ésta y las fibras sintéticas sustitu-

tas se invirtió'. El abaratamiento relativo de los sintéticos era la única condición que faltaba

para dar un salto hacia la generalización del proceso de sustitución de materias primas en la

industria textil. La producción de fibras artificiales y sintéticas .se expandió durante las dos

décadas siguientes: así, su producción pasó de un orden de 4500 toneladas entre 1961-55, a

12500 toneladas en 1973. mientras que la producción mundial de lanas se mantuvo en el orden

de las 2700 toneladas en el mismo período (Muñoz Durán. 1973: 961.

De esue. !rindo. la principal fuerza transforrnadiziie del mercadp !nupcial de lanas eri

segeddJi mitac del siglo ha Sido rin procecc ño susuit.uqiilzii riEldiTi.imenize la indusEria y el comercio textiles. Hasta la crisis petrolera cie 1973 el proceso avanzó sin pausa. Las

dilicultades derivadas del encarecimiento del petróleo enlentecieron el proceso de sustitución y

permitieron una recuperación de la lana (Sierra e Irigoyen. 1986: 40-411. Como lo muestra el

Cuadro 10, las exportaciones uruguayas entre 1955- 1977 reflejaron claramente el cambio: el

crecimiento de ese sub-período se explica enteramente por una vertiginosa recuperación dcl

valor de las exportaciones laneras entre 1970-77. Desde la mitad de los años 70' hasta los

últimos 80', se produjeron una serie de cambios en la producción y comercio de textiles. Los

procesos de re-localización del capital industrial desde los países de industrialización avanzada

hacia zonas con abundancia de mano de obra; la entrada al mercado de textiles de los países

asiáticos ode industrialización reciente»; los cambios en las preferencias de los consumidores

en países de altos ingresos, y el ingreso de China al mercado mundial de textiles, fueron los

principales (Sierra e Irigoyen, 1986). El resultado principal fue un cambio en la estructura de la

demanda del mercado de lanas, con una caída en la participación de los países de industrializa-

ción madura, y mayor protagonismo de los países de industrialización relativamente reciente.

Las exportaciones de fibras de los países en desarrollo a los países de industrialización avanza-

7 BROU: Selección de Temas Económicos. N' 147•148: pág. 20

ta Producción de Lanas en el Uruguay Contemporáneo: Una Visión de largo Plano

da, que representaban un sexto de las exportaciones totales de esos países en 1955, cayeron

en 1979 a un 2% del total. Los países de la OCDE pasaron de importar materias primas a

importar vestimenta y textiles especiales (Sierra e Irigoyen, 1986: 451. Asimismo, decayó el

volumen de comercio de lana sucia, por cuanto la tendencia tanto de antiguos como de nuevos

compradores fue a evitar la multiplicación de plantas de lavado y peinado en sus propios terri-

torios. por razones medioambientales (Sierra e lrigoyen, 1984: 127-130). Este nuevo esque-

ma se completó, desde 1971 hasta 1991, con el sistema australiano de precio sostén que,

actuando en coyunturas de deterioro de los precios de la fibra natural, le dio estabilidad al

precio internacional de la misma y contribuyó a mantener' a raya el proceso de sustitución.

Como lo muestra el Cuadro 7, el nuevo escenario continuó alentando el crecimiento de las exportaciones uruguayas, que entre 1978 y 1989 crecieron a un 20/u anual.

Los cambios producidos en la década de los 90, sin embargo, revirtieron esa tendencia

secular'. La década se inició con la crisis, en 1991, del sistema australiano de precios sostén,

cuando la Corporación Lanera Australiana se vio obligada, para sostener un precio piso fijado

sobre expectativas alcistas, a formaren stock de 4,6 millones de fardos cuya existencia depri-

mió los precios durante toda la década (Tambler y Muñoz, 19941. El exceso de oferta coincidió

con la cristalización de cambios en la demanda que venían gastándose desde algunas décadas y que implican Ulla importante perdida de importancia de la lana. En efecto, aunque la lana

sigue siendo 1111 U15111110 prindipal en la elaboración de prendas formales, la franja etaria en la que existe mayor intención de uso de ropa formal (adultos mayores de 50 años) es la que menos

porcentaje de su ingreso destina al gasto en vestimenta. Simultáneamente, la tendencia gene-

ralizada en el consumo es a la búsqueda de vestimenta liviana, informal y de fácil cuidado: todas

características que se logran en su gran mayoría con fibras textiles de bajo micronaje. Esto

coloca a la lana en desventaja estructural con los sintéticos: mientras que la lana Merino Medio

¡niña 21 micras, la Merino Superfina 17 micras y el algodón 13 micras, el poliéster llega hasta

1 micra (Muñoz. 20001. El contexto depresivo de los precios y los cambios en la demanda

determinaron que la participación de la lana en la producción mundial de fibras textiles pasara

del 4% en 1990 al 2% en 1998. En contraposición, los sintéticos pasaron del 43% al 58% en

el mismo periodo. mientras que el algodón disminuyó del 44% al 39% (Muñoz. 20001. La

producción de sintéticos en principio no vería sus precios afectados de forma importante por

las subas en los precios del petróleo registradas desde 1998. Un factor que amortigua posibles

subas de precios con el incremento del petróleo es que su productividad viene creciendo, a diferencia ce lo que sucede con el algodan y con la lana. Asimismo, el COSCO de procesamiento de su S:;17élir,C , E es del entorno de la tercera parte de lo que cuesta procesar el mismo volumen de lana 20001.

En este contexto, las exporta-

ciones uruguayas, que habían logrado

seguir creciendo de la mano de un au-

mento de las exportaciones de tops y

de nuevos compradores entre 1977-

89, cayeron vertiginosamente duran-

te los años 90 y redujeron su partici-

pación en el total exportado a un míni-

mo histórico (Cuadro 7).

Trabajadores de la Esquila

La producción lanera y el Estado: los regímenes de política econó-

mica en el siglo XX

A lo largo del siglo la producción agropecuaria en general, y en particular' los rubros ganaderos que hegemonizaron las exportaciones uruguayas, se vieron afectados por los cam-bios en las políticas para la producción y el comercio de productos primarios que, directa o inkectamente, dieron un marco de incentivos y desincentivos a la producción ganadera. En este trabajo resulta imposible ofrecer una historia de las políticas agrarias que comprenda, a la vez, una caracterización de las políticas macroeconómicas de los distintos períodos históricos, una caracterización de las políticas sectoriales, una especificación de aquellas medidas que afectaron a la producción lanera en particular, y finalmente, una evaluación de efectos y resul-tados en cada etapa. Entre otras razones, porque la investigación en temas agrarios aún no ha producido un estudio de estas características". Sin embargo es ineludible hacer referencia a los grandes regímenes o escenarios de política económica que enmarcaron la producción ganadera a lo largo del siglo, ya que éstos influyeron en su desempeño. Así, en este apartado se presen-ta en grandes líneas esta sucesión de políticas en las dos mitades del siglo XX. La primera mitad, debe recordaren, constituye una larga fase de crecimiento de la producción lanera, mientras

que la segunda registra ciclos más cortos de crisis (1955-1977), recuperación 11978-19891y

crisis de nuevo 11990 en adelante).

Del auge del modelo agroexportador al auge del «modelo de creci-miento hacia adentro»: 1900-1954.

En la historia del crecimiento económico del Uruguay, la primera mitad del siglo XX

registró el auge del modelo de crecimiento hacia afuera VI 900-19131, su crisis entre 191 I-

1930, la gestación del modelo de crecimiento hacia adentro 11930- 1945J y su auge 11946-

19561 Las políticas macroeconómicas viraron, a lo largo de estos cincuenta años, de un

liberalismo optimista que confiaba en los mercados externos, 'a un dirigisrno y cerramiento

fuertemente desconfiados del funcionamiento del comercio internacional. La economía uruguaya

procesó un intenso cambio estructural que aumentó la participación de la industria y los servi-

cios en el producto, en desmedro del sector agropecuario, el cual cayó desde casi un 50 % del

PB( durante el modelo agroexportador a apenas un 15% en 1955. Pero aún en el contexto de

estos cambios la economía uruguaya no logró modificar' la base esencialmente ganadera de sus

exportaciones. El medio siglo empezó y terminó con un país fuertemente dependiente de las

carnes y la lana. En el modelo agroexportador, esto era percibido corno un resultado natural sic

la dotación de recursos naturales y de la especialización productiva resultante: en el segundo, corno un peligro. Sin embargo, en uno y otro caso las relaciones entre los actores sociales de la ganadería extensiva y el estado uruguayo no fueron lineales: durante el modelo agroexportador

Existen impodantes trabajos que aportan evidencia sobre las polilicas económicas para el agro en general, y para algunos rubros productivos (en parlicular para la carne vacuna) en periodos concretos. Pese a su varia individual, el conjunto es aún parcial e incomplelo. Existe también un primer intento de sistematizar la evolución del problema entro 1930 y los primeros años ochenta, en Perdono (1984). En la tradición histórico- económica latinoamericana, e: concepto de modelo de crecimiento hacia afuera refiere a un periodo de la historia de las economias de la región caracterizado por el hecho de que las exportaciones eran el molar del crecimiento econó-mico. Esto implicaba la existencia de un alto coeliciente de apertura, un sector produclor de productos primarios con alta producii-vidad, y una orientación comercial que vinculaba el excedenle agricola de los paises latinoamericanos con la demanda de los paises capitalistas de industrialización avanzada. Asimismo, el concepto de modelo de crecimiento hacia adentro se define como una etapa de crecimiento sostenido con base en actividadeS no exportables, en especial en la industria. La caracterización más usuarios describe como procesos donde el Estado oriento la asignación de recursos y promovió el cambio eslructural, con énfasis en el desarrollo del mercado interno y las actividades a él conexas. Tal objetivo habría sido logrado mediante una alteración de los sistemas de precios relalivos entre exportables / no exportables, que en muchos paises latinoamericanos era casi coincidente con la división productos agrarios I productos industriales. Para la apEcación de estos conceptos a la región en su conjunto, véanse, por ejemplo: Bulmer - Thomas (1994) y Thorp (1998). Para la aplicación de esta periodización al caso uruguayo, véanse Bucheli (1984-a) y Bucheb (19841).

La Produwon de Lanas en el Uruguay Comeniporaneo: Una Vivón de Largo Pizza

los ganaderos enfrentaron un estado batllista que osciló entre la indiferencia y la crítica iracun-da a la actividad pastoril: durante el modelo de crecimiento hacia adentro. ya pesar del énfasis industrialista del modelo, la ganadería fue reconocida [no sin amargura) como la principal servi-dora de la industrialización.

El Uruguay echó las bases internas del modelo de crecimiento hacia fuera durante el último cuarto del siglo XIX con el proceso de modernización rural'', proceso en el cual se definió un escenario institucional básico caracterizado por la efectivización de los derechos de propie-dad en el campo, la presencia coactiva del Estado en todo el territorio y el funcionamiento más o menos imperfecto, pero en condiciones de libre competencia, de los mercados de factores y de bienes.

Así, en los primeros años del siglo XX la estructura económica uruguaya acusaba un neto predominio del sector primario orientado a la exportación (donde los rubros principales eran el tasajo y la lana sucia), y en el cual los Cultivos significaban una porción menor del producto primario [ver Cuadro 6 del Anexo Estadístico). El sector industrial era de carácter'

artesanal, pre-fabril, con poco peso tanto en el empleo como en su contribución al producto, y

los servicios -aunque fuertemente concentrados en la capital - tenían un desarrollo vigoroso en

no a los traneportes. las comunicaciones y el comercio [interno y de nitran -lar) con sede en

i.vioncevitieo, capital y ciudad puerto". La sociedad uruguaya fue la primera de toda América

Latina en reducir las tasas de mortalidad y natalidad, en un proceso de transición demográfica

a la manera de los países europeos industrializados que revelaba las peculiaridades de su pro-

ceso de modernización. La inmigración europea, el desarrollo de las comunicaciones y los trans-portes durante la última parte del siglo XIX , y el predominio absoluto de la ganadería extensiva en el campo había dado lugar un fuerte proceso de urbanización que concentraba a la mayor

parte de la población en la capital (Montevideo] potros centros urbanos (Pellegrino, 19971.

Los rasgos esenciales de las políticas macroeconómicas del modelo agroexportaclor

ei an. por entonces, una fuerte apertura comercial, el compromiso irrestricto con un sistema

monetario basado en el patrón oro y convertible, e inicialmente, un perfil de intervención estatal

todavía limitada a la provisión de seguridad y justicia, con poca participación efectiva en la

asiera productiva y aún en la financiera. En este marco institucional debe situarse tanto el

intenso proceso de ovinización que se describiera en el apartado 3, así como la irrupción de las

lanas en la oferta exportable uruguaya en el último cuarto del siglo XIX. Ambos fenómenos

fueron respuestas locales a señales de los mercados externos, que impactaban directamente

en el sector productivo

El papel del Estado se modificó sustancialmente durante el batIlismo (1903-19331.

Aunque el batIlismo echó las bases administrativas e ideológicas de una tradición intervencionista

que habría de tener larga trayectoria posterior (Nahum, 19931, las pretensiones georgistas de

la política fiscal de Bade y Ordóñez fracasaron [Billa, 19921, la vocación exportadora del país no fue cuestionada ni se alteró la forma de inserción del país a la economía mundial que venía del siglo anterior. Entretanto, en la segunda década del siglo XX la producción ganadera basada en la gran propiedad territorial y la pradera natural, seguía contribuyendo en forma sustantiva al producto del país, ahora mediante la lana sucia y las carnes refrigeradas, por la vía tanto del comercio exportador como del desarrollo de las industrias domésticas asociadas a estos pro-ductos. Como lo muestra el Cuadro 6 del Anexo Estadístico, el sector agropecuario, que en el último tercio del siglo XIX representaba cerca del 46% del total del producto nacional, en 1912 todavía era el 43°/0 del mismo, y tanto en el siglo XIX como en la primera década del XX, más del 80% de la riqueza del sector agropecuario provenía de la ganadería. En la primera década del

ro Véase el apanado 3. 11 Sobre la composición sectorial del producto antes de 1930. véase: Bérlola (1998) y Berlina y Tajan (1999). 12 Algunas de las obras fundamentales para el estudio del Balliismo son: Real de Azúa (1965). lindhal (1977): Vanger (1968);

Barrón y Nahum (1979,1987).

Trabajadores de la Esquila

siglo nacieron y se desarrollaron la industria frigorífica y la textil- lanera (Benin°, 19961. A pesar de SUS limitaciones, las industrias frigorí-fica y textil eran entonces las ramas tecnológi-camente más avanzadas de la modesta indus-tria uruguaya, y también las más modernas des-de el punto de vista de la organización del pro-ceso de producción.

Entre 1914 y 1930 el modelo de creci-miento hacia fuera experimentó su agonía. La crisis del modelo se hizo visible hacia 1914, en el marco de la crisis financiera europea y el es-tallido de las hostilidades en el viejo continente, y tras una pausa durante los turbulentos años '20, acabo por encallar al comenzar los años '30, tras el estallido de la Crisis del 29.

En 1 914 el patrón oro fue abandonado y no vcolvería a ser retomado. Si bien hasta 1930 el peso uruguayo se mantuvo a la par del oro y hasta 1930 los gobiernos practicaron una política monetaria fuertemente ortodoxa, el abandono del patrón oro constituye una primera señal del viraje doctrinario que empezaba a gestarse (Millot, 19931. Cuando sobrevino la Gran Depresión el gobierno implantó en 1931 el control de cambios para frenar la abrupta salida de divisas, comenzando un largo período de políticas monetarias activas. El control de cambios tuvo efectos tanto sobre el flujo de divisas como sobre el coeficiente de apertura, al encarecer-se las importaciones. En 1931 Gran Bretaña selló su nueva política comercial con los Convenios de Ottawa y el país enfrentó la realidad de que el codiciado mercado de carnes inglés era reservado para los socios preferentes del alicaído imperio. Definitivamente, el nuevo escenario se distanciaba cada vez más del esquema libre comercio,' crecimiento exportador/ ortodoxia monetaria que estuvo en el punto de partida del modelo agroexportaclor. La lana, que durante el periodo 1913 - 1930 había estado muy por debajo de la carne en el valor exportado, se convirtió en el rubro alternativo. En la década de 1930-39. la política de recuperación de la crisis tuvo a xv r:;ánaderos por principales destinatarios a través de un conjunto de medidas que buscaban

el nívelix acth :fiad en el sector fa través (le medidas de estímulo a la producción] y .-.!íT.ílro nivel del ingreso nenerado por las exportaciones ganaderas la través (le

uno pclicíc; csmbiaria favorable para estas exportaciones). A pesar de los ataques de los go-biernos baritscas anteriores, existía en los gobernarles de entonces la plena conciencia de que las exportaciones ganaderas eran el sostén de la balanza comercial del país, y en un contexto de extrema restricción de divisas como lo fue el de la Gran Depresión, el único recurso para sostener sus reservas internacionales.

Cuando la recuperación de la crisis ya era un hecho, estalló la Segunda Guerra Mundial. Además de las dificultades para la circulación de mercancías, lógicas en un contexto de guerra, el bilateralismo se extendió a lo largo y a lo ancho del comercio mundial. Por tercera vez en 25 años el sistema monetario internacional se despedazó, con el abandono reiterado del patrón oro en los países europeos, los regímenes de inconvertibilidad y la formación de áreas de co-mercio definidas en torno una única divisa aceptada como medio de pago. El país enfrentó un

comercio exterior fragmentado en áreas (con sus principales compradores en el área dele libra

y su principal proveedor en el área del dólar) cuyos saldos no eran cancelables (Moraes, 1996).

Finalmente, y como resultado de las políticas anticíclicas aplicadas desde 1914, había aumenta-

do el tamaño del sector no exportador, con fuerte peso de la industria para el mercado interno y del aparato del Estado, y en el contexto de las sucesivas restricciones externas a las expor-

taciones, el sector primario exportador había caído dramáticamente en su contribución al pro-

La Producen:in de Lanas en el Uruguay Comemporaneo: Una Visnin de Largo Playa

docto: de un 40% en 1930, a un 21% en 1940 y 18% en 1945. Los precios internacionales

de las carnes y las lanas tendían a subir durante la guerra por una necesidad de los principales

compradores de asegurar su abastecimiento. Pero simultáneamente, se ponían en práctica formas comerciales por las cuales se concentraba la demanda en un único comprador: el go-bierno inglés centralizó las compras de carnes para los ejércitos aliados durante toda la guerra,

y aunque cienos formalmente, el estadounidense hizo lo mismo con las compras de lana.

La décadas de 1946-56 fueron años de aguda intervención estatal y cerramiento de la

economía; representan la madurez del modelo de crecimiento hacia adentro en su versión uru-

guaya. A través del sistema de tipos diferenciales de cambio para las exportaciones e importa-

ciones. el Estado buscó mantener en equilibrio su balanza comercial y alterar la estructura de

aparato productivo estimulando la sustitución de importaciones y un tímido proceso de sustitu-

ción de exportaciones. Además, los gobiernos del período practicaron una política de redistribución

del ingreso que incluía nuevas formas de negociación salarial, importantes subsidios al consumo

popular y un aumento importante del gasto social del estado. De esa forma, se buscó garanti-zar un cierto nivel de demanda efectiva para las estructuras económicas nacientes y a la vez consolidar el apoyo electoral al gobierno. Los instrumentos de política económica más usados fueron el control de cambios y (lel comercio exterior, el control (le precios, y los subsidios a la :11 . 01ilICEllii I Olé conwillo. En los hechos, todos los mercados estaban intervenidos: el del (Inicio,

a través del control canibiario: el (le bienes, a través del control de importaciones y exportacio-nes; el del trabajo, a través de un mecanismo tripartito (estado, sindicatos y patronos] de negociación salarial (Millot. 19931. La política cambiaria castigó a la carne y favoreció a la lana; mediante complicados mecanismos el Estado capturó parte del ingreso de las exportaciones Garnicas y lo utilizó para financiar el sistema de subsidios a la industria (incluido el estímulo a la exportación de lanas peinadas), los subsidios agrícolas y el consumo (Moraes. 19991.

Del fracaso de la industrialización sustitutiva a un nuevo modelo

económico: I956-2000.

Ha sido señalado que el Uruguay es uno de los países latinoamericanos donde el fracaso

del modelo de crecimiento hacia adentro fue más temprano; y también, el país latinoamericano (Irle más tempranamente inició una larga búsqueda de vías alternativas fFinch, 19961. Así, las

políticas económicas de casi toda la segunda mitad del siglo pueden entenderse como una suce-.sion de ensJy7is que, con retrocesos y avances, apuntaban a una progresiva, gradual liberaliza-

ción del funcionarnlento económico. Esta secuencia tuvo jalones que han merecido importantes estudios: se inició con la Reforma Cambiaria y Monetaria de 1959, que aboliera los cambios múltiples; tuvo otro envión colas planes de estabilización de 1968 y 1972; encontró una ver-sión heueróclita cola politica de ,,sustitución de exportaciones» del primer tramo de la dictadura militar 11974-781; tuvo su frenesí monetarista en el segundo tramo de la dictadura 11978-19821, y tras un lapso de indefiniciones durante la transición democrática, acabó por tomaren rumbo más oreciso con el ingreso del país al Mercosur en 1990 y la puesta en práctica de un ambicioso plan de reformas durante el gobierno blanco de 1990-1994. Según esta interpreta-ción, recién con el primer quinquenio de la ultima década del siglo habría - finalmente- visto la luz el nuevo modelo económico, una nueva versión del crecimiento hacia afuera, basado en la relación comercial con los vecinos, severos cambios en la estructura productiva, y el intento por llevar a cabo algunas de las llamadas reformas estructurales.

Las políticas posteriores a 1959 prometían una «vuelta al campo», es decir un regreso

a la tradicional especialización productiva del país en productos ganaderos, y un desmonte del

complejo sistema de subsidios que sostenía las actividades protegidas (Alonso y Demassi, 1987).

13 Ver Cuadro 6 del Anexo Es:adislico.

Trabajadores de la Esquila

Pero los recurrentes desequilibrios macroeconómicos, la inflación creciente, las dificultades externas y la acción de actores sociales enfrentados en una lucha sin tregua por defender sus ingresos, hicieron que hasta 1968 la política económica oscilara sin demasiado rumbo entre intentos liberalizadores y recaídas desarrollistas {Cancela y Melgar, 1985). Pese al nuevo sistema de detracciones y recargos, el tipo de cambio siguió siendo una variable clave para los exportadores, y nació una alianza entre el sector financiero y los ganaderos que permitió algunas de las operaciones más espectaculares jamás realizadas por un grupo de presión: las retenciones de la zafra lanera. Muy lejos de las promesas de cambio radical de comienzos del período, y sobretodo, muy lejos de las expectativas de tranquilidad y orden que eran típicas de los sectores rurales, la década terminó con un paquete estabilizador (1968-1971) que precipi-tó al país en un marasmo político sin retorno (Notaro, 1984-b). El primer modelo dictatorial (1974-78) estimuló un proceso de sustitución de exportaciones que, mediante un plan de estí-mulos a la agroindustria, desplazó por primera vez en todo el siglo a la carne refrigerada y las lanas en bruto del primer lugar de las exportaciones del país (Notar°, 1984-b) {Finch, 1992). Entre las exportaciones laneras, las lanas peinadas y los tejidos tomaron la delantera. El segun-do modelo dictatorial [1978-82) insinuó un viraje pro-ganadería tradicional con las medidas de liberalización de 1978 pero terminó con una de las crisis más hondas del siglo y un endeuda-miento sectorial que comprometía la mera continuidad del sector.

La política macroeconómica del período 1980-1985 tuvo como objetivo principal el pago de la deuda externa; concomitantemente, se mantuvo la política de apertura comercial profundizada desde 1974 pero se adoptó una política monetaria con una relación peso / dólar que fomentara les exportaciones y desestimulara las importaciones (((adelanto cambiarlo»). La jerarquización del sector exportador - único proveedor de divisas en un contexto de agudo

_ - endeudamiento externo - alentó, además, una serie de exoneraciones impositivas a las empre-sas agropecuarias así como la eliminación parcial de las detracciones a las exportaciones y la refinanciación dirigida del endeudamiento del sectorlMacadar, 1991) (Elías, :1999). Sin embar-go, el arribo en 1990 de un nuevo modelo económico para Uruguay implicó, muy pronto, la adopción de una política monetaria de retraso cambiarlo diseñada Para abatir la inflación, que minó la competitividad -del sector durante toda la década. El nuevo modelo se articuló en torno a un conjunto de objetivos macroeconómicos básicos {apertura, libre funcionamiento de todos los mercados, estabilización y «reformas estructurales») y una virtual inexistencia de políticas sectoriales. Como la apertura comercial fue mantenida y profundizada, por un lado por los acuerdos regionales y por el otro, como resultado del abaratamiento relativo de las importacio-nes, el país vivió toda la década con importantes déficit comerciales enjugados con el ingresada capitales (Finch, 1996). Por otro lado la ganadería- que venía procesando importantes trans-formaciones desde la crisis de la deuda -finalmente retomó una senda de intenso cambio tecno-lógico y aumento de la productividad que había perdido desde la segunda década del siglo. El nuevo modelo económico, aunque aperturista y liberal como el antiguo modelo de crecimiento agroexportador, no parece tener ni la confianza en la especialización productiva ganadera tradicional que tuviera aquél, ni el escenario internacional propicio para encontrarla. La catás-trofe del mercado mundial de lanas durante la década, y el cerrado proteccionismo dominante -en el mercado no aftósico -de carnes - al cual finalmente, el país logró ingresar en 1995 - así parecen sugerirlo.

CAPITULO II

El Trabajo de la Esquila

y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860 -1970)

El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860 - 1970)

CAPITULO H

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Historia

I. La formación de un mercado moderno de trabajo rural, 1860-1900

Igual que en el resto de América Latina, la formación de mercados modernos de tierras y trabajo en el Uruguay rural fueron procesos simultáneos e imbricados, a la vez que fuerte-mente unidos al proceso de cambio tecnológico e institucional que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIX, y que contribuyó a reinsertar al sector primario en la economía atlántica. El carácter predominantemente ganadero de la economía rural y la estructura latifundiaria previa le dieron al proceso uruguayo su nota distintiva.

En efecto, en la segunda mitad del siglo XIX el medio rural uruguayo sufrió una serie de „. transformaciones que, entre otros resultados, articuló estrechamente al sector primario uru-guayo con la demanda externa de alimentos y materias primas, que provenía de los países occidentales en pleno proceso de industrialización. Estas transformaciones aparejaron un im-portante crecimiento del producto y dele productividad ganaderas entre 1870-1913, contri-buyendo así a definir una de las etapas más dinámicas en la historia económica y social de la ganadería uruguaya (Moraes 20031.

En el plano tecnológico, la década de 1860 vio nacer una trayectoria tecnológica que durante las décadas siguientes llevó la pradera natural a su máxima productividad. En el plano institucional, fueron especificados y efectivizados derechos individuales de propiedad sobre la tierra, el trabajo y el ganado (capital), dando lugar a la creación de modernos mercados de factores de producción.

La abundante bibliografía sobre la modernización rural permite identificar, desde 1860 hasta aproximadamente la primera década del siglo XX, un proceso de cambio tecnológico arti-culado sobre tres ejes: la incorporación del ovino al establecimiento ganadero, el alambramiento de los campos y la mestización del rodeo vacuno (Barrán y Nahum, s/f) (Barrán y Nahum, 1971) (Barrán y Nahum, 1972) (Barrán y Nahum, 1973) (Barrán y Nahum, 1977) (Jacob, 1969) (Millot y Bertino, 1996). En líneas muy esquemáticas, a lo largo del medio siglo transcurrido entre 1860 y 1910, el nacimiento y desarrollo de la trayectoria tecnológica basada en la ovinización, el alambramiento y el mestizaje incluyó la creación de nuevos-productos, (la lana,. los corderos y el novillo "mestizo" para frigorífico) y de un racimo de nuevos procesos (los cambios en el manejo asociados al carácter mixto del establecimiento y permitidos por el alambramiento), a nivel del predio rural. Esta dinámica tecnológica provocó un incremento dala

' Docente e investigadora en el Programa de Historia Económica y Social, Unidad Muttidisciplinaria, Facultad de Ciencias Sociales, UDELAR.

Trabajadores de la Esquila El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos deis Historia Social (1860 - 1970)

cantidad ¿le ganado sobre la pradera natural, y una mejora de la calidad del mismo. Estas transformaciones hicieron posible, hacia 1914, la definitiva consolidación de una ganadería de nuevo tipo, base productiva de las exportaciones del país y motor del crecimiento agroexportador hasta la segunda década del siglo XX.

El nacimiento y desarrollo de esta trayectoria tecnológica se acompañó de profundo cambios institucionales. Desde la redacción del Código Rural en 1875 hasta los últimos años del siglo XIX, el poder estatal tomó una serie de medidas que apuntaban a efectivizar y garantizar los derechos de particulares sobre tierras y ganado. Un Código Rural (18751 cuya redacción había sido encomendada a la flamante Asociación Rural fue seguido de un decreto exonerando de impuestos a la importación de alambres para cercos (1875), la aprobación de un Reglamen-

to General de Policías Rurales y Departamentales de Campaña (1876), la creación de una policía particular al servicio de los hacendados (18761, la creación de una Oficina General de

. Marcas y Señales de Ganado (1877), la creación de Registros de Propiedades Departamenta-

les y Seccionales 879), la aprobación de una ley represora de la vagancia y el abigeato (1886). Esta secuela de dispositivos institucionales creados para una mejor definición, efectivización y garantía de los derechos de propiedad daba lugar, con un único movimiento, a

dos procesos simultáneos: la separación de tierras y ganados (hasta entonces una simbiosis que los convertía casi en un único bien) y la separación de hombres y tierras. Por el primero de ellos se creaban las condiciones para la formación de un mercado de tierras y un mercado de ganado por separado; lo segundo daría lugar a la formación de un mercado moderno de trabajo rural. Así, el intenso y rico proceso de cambio institucional que se inicia con la creación del Código Rural y corre sobre las siguientes dos décadas' puede verse como el definitivo nacimiento dolos merca-dos de factores de producción de una ganadería capitalista: el mercado de ganado (principal componente del factor capital), el mercado de tierras y el mercado de trabajo.

Abundante bibliografía ha enfatizado que estos procesos constituyeron un ajuste más o menos definitivo de la oferta - de mano de obra a la realidad de la ganadería moderna, mucho menos intensiva en mano de obra que la ganadería tradicional, y ha narrado la confiictividad social inherente al proceso fflarrán y Nahum, s/f) ttiarrán y Nahm, 19721 (Jacob, 1969). Se ha dicho también que la baja absorción de mano de obra de la ganadería moderna impacto sobre las características de un mercado de trabajo nacional, sobre la distribución geográfica de la población y sobre la dinámica demográfica del país, ya hacia los primeros años del siglo XX (Barrán y Nahum, 19791 (Rial y Klazco, 19811 (Prates, 1977) (Salan, 1957). La formación de un sector de asalariados rurales, así como su caracterización, son aspectos que han sido estu-diados casi indefectiblemente en relación con la cuestión de la pobreza rural, consolidando así la noción de que la penetración definitiva de la relación salarial en el campo, la emigración campo — ciudad y la formación de una cierta masa campesina "excedente" del mercado laboral, paupé-rrima y marginada, fueron etapas sucesivas de un único y bastante rápido proceso de ajuste de la oferta de trabajo al exiguo nivel de la demanda en el mercado - de trabajo de la ganadería moderna'. Las dificultades .para conocer con exactitud la evolución de la población rural, la población activa rural, las fluctuaciones en el nivel de empleo y los salarios rurales en la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX, no han permitido, sin embargo, más que un análisis indirec-to y parcial de estos fenómenos. Con matices que la investigación posterior deberá establecer, el alambramiento de los campos, en su doble naturaleza de mecanismo de especificación de los derechos de propiedad y cambio técnico, contribuyó indiscutiblemente a definir un mercado de

En 1896 es restituido el derecho de importación sobre alambres para cercos. Si bien esle hecho posiblemente se vincule con necesidades fiscales del estado y conque el proceso de alambramiento ya estaba muy avanzado. puede ser lomado como una marca simbólica de que los esluerzos del poder estatal por consolidar los derechos privados de propiedad sobre tierras y ganados también eslaba en oías de conclusión.

La cuestión de los asalariados rurales y del "pobrerío rural' ha sido objelo de estadio de una considerable tradición intelectual es ta que, han convergido sociólogos e historiadorls. Véase una aproximación analitica a esta tradición y sus aportes. en Da Cunha (1995).

trabajo ganadero de proporciones exiguas y demanda de relativamente alta rigidez, apenas matizada por un segmento de trabajo estacional en torno a las actividades de la esquila y la yerra.

2. El trabajo de la esquila eri l la ganadería moderna

La rigidez de los ciclos biológicos ha determinado la existencia, en los sistemas agropecuarios, de ciertas actividades temporales, que deben cumplirse en momentos precisos del ciclo productivo y por un cierto período. Existen numerosas referencias históricas a las actividades de marcación y castración del ganado, como las actividades-temporales típicas de la ganadería pre-moderna en el Uruguay. En cambio no hay referencias a la esquila, e incluso se

encuentran menciones específicas al hecho de que las ovejas no se esquilaban', aunque todavía sabemos poco sobre el papel del ovino criollo en la ganadería pre-moderna.

Las innovaciones tecnológicas que tuvieron lugar en el campo uruguayo en la segunda mitad del siglo XIX invalidaron algunos trabajos temporales y ratificaron otros. El alambrado hizo

desaparecer a mayorales y rastreadores, el ferrocarril hizo inútiles a baqueanos, troperos y arreadores; pero la ininterrumpida expansión de la cría del lanar desde 1860, y como se verá después, la maquinización dala esquila desde 1890, consolidaron un segmento de trabajadores eventuales de características singulares: el de los esquiladores (da Cunha, 1995: 148).

En efecto, como se vio en el capítulo anterior, desde 1860 la producción de lana se expandió vigorosamente y ocupó un lugar creciente en las exportaciones del país, hasta repre-sentar el 40% del valor total exportado en la primera década del siglo XX. En el calendario de las actividades rurales la temporada de esquila se convirtió en una etapa crucial, donde se movilizaban recursos de cuantiosa magnitud y se definía casi entei -ramente el resultado económi-co de los productores de lana.

La esquila de un gran número de animales modificó en primer lugar las instalaciones de la estancia, obligando a nuevas inversiones. Una descripción de una estancia ovejera en una fecha tan temprana como 1861 especifica que al lado de la Casa de los patrones hay una "manguera" donde se encierra a lo animales para la curación o la esquila, y agrega:

" ..) lin gran galpón que está siempre contiguo al corral sirve dé abrigo a los esquiladores de/hirviente so/de noviembre, y en las otras 0057.017eS es muy útil como lugar de almace-namiento para implementos de todas c/ases"(Barrán y Nahum, s/f: 71).

En segundo lugar, y debido a su importancia en el proceso productivo de la estancia moderna, la esquila en gran escala obligaba a los productores a un esfuerzo de organización de

la actividad que empezaba por una correcta definición de la fecha más adecuada para llevarla a cabo. Junto con la fecha óptima para las pariciones de las ovejas, la determinación de la fecha de la esquila constituyó uno de los primeros esfuerzos de aprendizaje realizados por los estan-

cieros que incorporaban el rubro ovino a la estancia. Se buscaba que la fecha de esquila no coincidiera con la época de maduración y proliferación de la semilla de los pastos, para que evitar que éstos se fijen a la lana, pero a la vez, que el esquileo se hiciera en el mejor momento desde el punto de vista del crecimiento y estado del vellón (Barrán y Nahum, s/f: 711. Ya en 1904,

un "Manual del Estanciero" de origen argentino y difundido en nuestro país por la Asociación Rural, aún advertía del error de una esquila prematura, cuando" f...) la lana no ha completado

Por ejemplo en Saint Hilaire (1987185) se relata el encuentro. en 1822. con un estanciero de la región de Colonia. poseedor de un rebaño que nunca fue esquilado.

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Aviso aparecido en la Revista de la Federación Rural 1918

Trabajadores de la Esquila

aún su crecimiento y su engorde. La oveja sale re-

'-'-. ción de los fríos, &curas y penunás [del invierno], 5 de (00per ha comido hasta entonces pastos sin sazonar; y su lana no está tampoco en sazón (...] se necesita de

_ .....__ . . los calores de octubre para que las ovejas suden, ■ hace más de 80 años.' suelten bien la gordura, dándole vista y vida a su tico de más uso en el mundo producto".°. En realidad, desde aproximadamente

"'"--"-- SU OOMPOSICION 1870 se había generalizado la práctica de la esquila

BU SIEMPRE IGULA Y en los meses de octubre y noviembre, justamente en

killa . • SUS RESULTADOS consideración a esos factores. Según el referido 1

ota sa

SIEMPRE BUENOS. Manual, las actividades preparatorias de la esquila deberían empezar en setiembre con el aseo de las

. lanas. Tal cosa podría lograrse por medio de alimen- I islillilidorg Oliiplo ter el rebaño con pastos tiernos (que actuarían como

purgantes naturales) y de hacer sudar la majada al

mejor y la más económica sol, para que suelte la grasitud, adquiriendo el vellón aspecto brillante y mayor peso. Asimismo, en setiem-bre se debería "descarrear" (sic) la majada. ya que

fi además de preparar el vellón para la esquila, la (ne-

1 n il i III 14.1 ii / id , ., /1111 4 ración de quitar la cascarria haría sudar al animal..." li

. : pues como la operación se hace con tijera, la majáda trabajá y sudP. Esta operación, continuaba el ma-nual, podría hacerla el mismo puestero o encargado de la majada, aunque tomase varios días. •

lao Catálogo* y presupuesto:1 al

Aunque la práctica de la esquila anual en oc

cdo 426, Mootevideo

- VI coopER & NEPtIEWS tubre y noviembre arraigó en el calendario de activi-

dades rurales desde muy temprano, en la segunda década del siglo XX se dio el fenómeno de la "segun-

da esquila". Una serie de notas en la prensa especializada de 1919 y 1920 dan cuenta de cierta generalización de la práctica de esquilar dos veces al año, con lo cual se obtenía un vellón más corto y con menos volumen, un resultado a todas luces indeseado, al menos desde el punto de vista de la producción de lanas. Una campaña de la Asociación Rural orientada a combatir la práctica de la "segunda esquila" determinó una polémica con algunos productores que ilustra sobre las causas de tal práctica'. Así, es posible situar la segunda esquila en un contexto de alza sostenida del precio de las lanas, así como de fuertes procesos especulativos con la mate- ria prima, desde el estallido de la Primera Guerra Mundial y hasta entrados los años 20'. El shock de demanda de la guerra y postguerra habría tenido (igual que en el mercado de carnes) un fuerte sesgo antitecnológico, ya que antes de la guerra la lana se cotizaba en el mercado según su clase y condicione, mientras que durante el conflicto "1...1 ese mercado compra el garreo como compra la basura de los corrales, y como compra, al destajo, los embolses de vellón con barriga", según fuentes de la época'. Al parecer, en ese contexto vellones más cortos y débiles encontraban cotización remuneradora en el mercado. Aunque la práctica de la segunda esquila parece haberse dado también en otros países productores de lana°, el fenóme- no en el Uruguay parece haber estado relacionado con una pésima situación sanitaria de las majadas. En parte como resultado de una legislación sanitaria ineficiente e insuficiente, en parte también como resultado de la desidia de los productores, y especialmente por condiciones

Revista de la Asociación Rural; 'El cuidado de las ovejas'; 31 de Enero de 1904; pág. 35-40. Revista de la Asociación Rural; 'El cuidado de las ovejas"; 31 de Enero de 1904; pág. 35-40. Véase: Revista de la Asociación Rural, Enero de 1920, pág. 2; 'Propaganda en contra de la segunda esquila" Revista de la Federación Rural, Diciembre de 1919; pág. 24-31; 'Del Dr. F. Martínez Rodríguez' Todavía en 1930 los principales compradores ingleses de lana aconsejaban a los productores ovejeros sudafricanos suprimir la práctica de la segunda esquila; véase: Revista de La Asociación Rural; Noviembre de 1930; 'Algunas indicaciones sobre lanas"; pág. 17.

t. rqbajo dolo Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860 - 1970)

genéticas que hacían al rodeo ovino local especialmente vulnerable a la sarna desde la introduc-

ción de las razas inglesas de carne hacia 1905, el estado sanitario dolos ovinos era pésimo.

Según las fuentes consultadas, en algunas regiones del país la incidencia de la sarna era tan

alta que la segunda esquila era practicada para evitar el contagio y como mal menor ante la eventualidad de perder la totalidad de la lana'''. Finalmente, y aunque las fuentes no dicen nada al respecto, se puede postular la hipótesis de que la práctica de la segunda esquila estuviera

relacionada con la producción de corderos, justamente cuando la producción de carne ovina registró un proceso expansivo en las primeras décadas del siglo XX. En cualquier caso, el fenó-

meno de la segunda esquila, cuando lo hubo, no parece haber pasado más allá de 1930.

Pero sin dudas el principal proceso promovido por la esquila de un alto número de animales, fue la formación de un nuevo grupo de trabajadores eventuales, caracterizados por algunos rasgos distintivos. El trabajo de los esquiladores tendrá, en esta primera etapa, un estatuto ambiguo, tanto en lo social como en lo cultural. Como se intentará mostrar en los apartados siguientes el esquilador de la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo

XX era por cierto un asalariado, pero el carácter zafral de su trabajo, las formas de contrata-ción y sobretodo, el tipo de especialización que implicaba su trabajo daban a su trabajo el

carácter de un oficio.

Barrán y Nahum señalaron que desde el primer impulso de la ovinización "(...) los esquiladores se reunían en pandillas dirigidas por un capataz que se alquilaban de estanciá en estancia. Esquilaban con tijera, cortando a veces mal la lana y otras hiriendo al animal. Recibían una chapa por oveja esquilada que al fin del día cambiában por dinero" (Barrán y Nahum, 1971:

212). Así, desde que se intensificó la producción de lana en el campo uruguayo, y por lo tanto, desde que la esquila se convirtió en una actividad zafral de gran importancia productiva y eco-nómica, habrían quedado definidos tres rasgos esenciales de la actividad de los esquiladores en tanto trabajadores eventuales: una especial forma de organización del trabajo que implicó la

formación de cuadrillas itinerantes; su forma de retribución a - destajo, y una tendencia a la

escasez que parece,haber sido motivo de reiterada preocupación por parte de los productores, y que podría explicar algunos aspectos dele evolución de esta sub-categoría ocupacional.

No es fácil determinar el origen social de los esquiladores de la mitad del siglo XIX. Posiblemente la misma población criolla y mestiza que componía la base demográfica del medio rural alimentó los contingentes de esquiladores durante el primer impulso ovinizador. Aunque el asunto merece posterior investigación específica, parecería que con posterioridad a los años 80 del siglo XIX este segmento estacional de trabajadores de la ganadería se nutrió de los mismos contingentes que la ganadería había expulsado con el alambramiento. Aunque las refe-rencias a este asunto son escasas e indirectas, uno de los primeros estudios sobre la pobreza rural (el informe del Dr. García Acevedo en 1910) señalaba, refiriéndose a los medios de vida de

los pobres del campo: "Los más general es que los medios lícitos de vida tengan carácter de temporales, y entre éstos figuran en primera linea los trabajos de esquila y de cosecha. No es temerallo decir que, en la oportunidad de esas labores, son muy pocos los hombres aptos para el trabajo que no ocupan sus brazos en esas tareas, cuando ellas se realizan en parajes situados apocas leguas de sus chozas" (Chiarino y Saralegui, 1996:279).

3. Evolución histórica de la organización del trabajo en la esquila

Esquilar un alto número de animales en un período acotado de tiempo es un trabajo de que requiere pericia (imposible sin conocimiento dala técnica), habilidad (desarrollada median-te la práctica) y un alto grado de resistencia física. En conjunto, estos requisitos hacen de la

tarea del esquilador un trabajo especializado, que al ser requerido en toda el área productiva en

Revista de la Federación Rural. Diciembre de 1919; pág. 24.31: 'Del Dr. F. Martínez Rodriguez"

o

Trabajadores de la Esquila

un mismo momento del año, dio lugar a la formación de grupos de trabajadores (las comparsas)

que contrataban con los propietarios de establecimientos ovejeros la realización del trabajo de la esquila. Los rasgos centrales de una comparsa como forma de organización de un trabajo

temporal son la división del trabajo y la movilidad espacial. Un rasgo adicional es la forma de retribución a destajo Como se vio en el apartado anterior, el sistema de organización en com- parsas habría funcionado desde el mismo origen de la expansión lanar en el Uruguay.

Un siglo después de la expansión lanar, Solari describía esta forma de trabajo zafral en términos casi idénticos a como lo hacía Barrán y Nahum para 1860, y que se transcribiéramos en el apartado anterior. Decía Solari, en 1957:

"(...) la llamada 'comparsa de esquiladores: que va de una estancia a otra y que general- mente completa todos los cargos fundamentales para realizar la tarea: 'agarradores', 'cancheros', 'esquiladores propiamente dichos: 'atador', 'envellonador', 'embolsao'or: etc. El dueño del establecimiento no tiene que aportar más que sus peones para traer los animales y un hombre de confianza para 'dar fa lata: Estas comparsas trabajan en término más o menos fijo, porque luego tienen que cumplir con otros establecimientos.. La ganancia no pertenece al grupo, si noa cada individuo en particular y éstos la reciben directamente de/empresario según eltipo de trabajo personal que han realizado"(Solari, 1957: 543- 544).

Aunque la comparsa como forma esencial de organización persistió a lo largo de todo el siglo XX, la organización del trabajo de esquila se modificó históricamente en función de los cambios que experimentaron dos aspectos centrales: las técnicas disponibles para efectuar el corte de la lana, y las técnicas para el acondicionamiento del vellón recién cortado. Mientras

que los cambios en la técnica de corte modificaron el tamaño de las comparsas y la «¡visión del

trabajo al interior de la misma, los cambios en los sistemas de.aconclicionamiento de las lanas molificaron los requerimientos de capacitación. En conjunto, ambos aspectos molificaron la calidad de la lana, los costos dala esquila y el perfil social del esquilador. En el siguiente aparta- do se estudian los cambios inducidos por las diferentes técnicas de corte y de acondicionamien- to hasta aproximadamente 1970. En el último cuarto del siglo XX tuvo lugar una modificación fundamental en el sistema de corte al introducirse en el Uruguay el sistema de esquila "Tally-Hi", que sin manear al animal, permite la obtención del vellón entero e hizo posible la introduc-

ción y difusión de un sistema de acondicionamiento dala lana adecuado alas más altos estándares en la materia. Aunque la difusión de este sistema constituye el cambio más relevante de los

últimos 30 años, y tiene la singularidad de resultar de un proceso sistemático de extensión y capacitación de comparsas asumido por un instituto semi-público como el SUL, no se estudia en este trabajo por exceder sus límites temporales.

3. 1 La etapa de la tijera manual (entre 1860 y1930, aproximadamente).

La modalidad más antigua de corte, (la tijera manual, "de aro" o "a martillo") tenía la característica de que la eficacia del corte reposaba enteramente en la habilidad y entrenamien-to del esquilador, a la vez que ponía una permanente tensión entre la rapidez y la perfección del trabajo. La remuneración a destajo recrudecía esa tensión. Un alto número de miembros de la

comparsa era el primer corolario de estas condiciones, serios problemas de capacitación y de disciplina el segundo, y la amenaza de la escasez de personal, el tercero.

En efecto, la esquila implicaba la presencia de un numeroso contingente de hombres que, llegados cada cual con sus propias tijeras, debían permanecer largos días en un estableci-

miento que los recibía con una mezcla de preocupación, aquiescencia y miedo. La necesidad de

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El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860 - 1970)

dar cumplimiento al trabajo cuanto antes, la preocupación por la calidad del mismo, el temor a una "sublevación" de un contingente numeroso de hombres rudos, que podían convertir su

herramienta de trabajo en un arma mortal, siempre superiores numéricamente al personal fijo del establecimiento, y el volumen de riqueza que se ponía en juego en la esquila, parecen haber convertido a la temporada dala esquila en un momento de cierta zozobra para los hacendados. Esta situación refleja que se estaba viviendo una etapa temprana del proceso de consolidación de la relación salarial en el campo, cuándo todavía el disciplinamiento de la mano de obra no había madurado, y parece confirmar el carácter de oficio del trabajo del esquilador.

En 1900 un estanciero evocaba su propia experiencia:

" (...) En años anteriores teníamos nosotros alrededor de la estancia algo como un campa-menta yeso no sólo durante la esquila, si no algunas veces muchos días antes, pues como la mayor parte de los esquiladores venían de lejos, no se les podía despachar cuando por cualquier razón había que posponer el día de comenzar la esquila." 11

Según los hacendados, este "campamento" en el establecimiento era no sólo una carga económica - pues el estanciero pagaba la alimentación de los miembros de la comparsa y permi-

tía el pastoreo de sus respectivas cabalgaduras - si no una amenaza a la seguridad. En los años del militarismo del último cuarto del siglo XIX, el reconocido hacendado y líder de la Asociación Rural don Domingo Ordoñana, se detenía en una extensa reflexión sobre la esquila, con el fin de aconsejar a los hacendados sobre el mejor modo de atravesar el período de un trabajo que, según el autor, se había convertido en caro, sucio y malo. Empezaba por diagnosticar la situa-ción reciente:

"(...) Los esquiladores se nos venían imponiendo en estos últimos . años de un modo que descubría fácilmente cierta degradación E...) la simultaneidad con que se emprende este trabajo y la violencia que imprimen las &chillas. y carretillas que maduran en días, nos habían hecho caer a nosotros mismos en la precipitación y arrebato de/que participan todos, haciendo el trabajo caro, sucio y malo. Caro porque nos lo imponían, sucio porque se precipitaba y malo porque además de no esquilarse si no . trasquilarse en escaleras, los dientes, las cabezas y garras, no merecían más honor que el de pasar las tijeras a saltos, con tajos más a menos de recorte"",

Ordoñana identificaba en ese párrafo dos de las causas del problema: la necesidad de cumplir el trabajo simultáneamente en todas las estancias (que provoca una situación de esca-

sez de mano de obra, haciendo de la esquila un trabajo caro) y la debilidad relativa de los hacendados para imponer condiciones de trabajo que aumentaran la productividad. Así, el nano-rama se completa con la cuestión de la indisciplina de unos trabajadores eventuales que montan a caballo, llevan facón al cinto y tan pronto se afanan en un galpón de esquila como lo abando-nan, para acompañar a su caudillo en una "revolución". Agrega Ordoñana:

"La cuestión [de mantener el orden en la esquila] es pues de método y de no o'elerse imponer por los compadritos que son la verdadera peste de los galpones, los que dan la seña/de las imposiciones y de los actos de descontentamiento, con cien pretextos más menas especiosos".

1

Revista de la Asociación Rural. Enero 31 de 1900: 'Las máquinas de esquilar y sus venlajas°. - Revista de la Asociación Rural. Octubre 31 de 1881: pág. 612: "Esquileo'.

Ideo! arll

0 0

Trabajadores de la Esquila

En otra oportunidad, el mismo autor había recordado, sombríamente:

[...) Westman, Estrada, Martínez, Kalveen y otros muchos cayeron cosidos a punta de tijera en sus galpones de esquila, queriendo establecer orden y método en los trabajos" 14.

Hacia fines del siglo XIX, el Jefe Político de Rocha (un departamento donde la producción ovina es especialmente relevante) propuso al Ministerio de Gobierno la creación de una "Orde-

nanza sobre Esquiladores" que ponía el dedo en la llaga, al intentar resolver el problema de la confiabilidad del personal. Según su autor, el proyecto trataba de resolver "la necesidad inds-pensable que existe, de que los que formen ese gremio (sic) sean personas conocidas y no ofrezcan el peligro de que, bajo el pretexto de dedicarse a este género de trabajo sean de malos hábitos o desconocidos que pueden ser hasta criminales de cualquier otro punto"ls. El proyecto establecía la creación de un "Registro de Esquiladores" en la Jefatura Política departamental, en el cual habrían de inscribirse obligatoriamente todos los que tengan ese oficio, pero avalados por dos vecinos respetables. A cada esquilador registrado se le entregaría una "papeleta" (una

suerte de patente de esquilador) con duración de un año y sin costo, que sería exigida por los empleadores. Los capataces o encargados de cuadrillas deberían controlar que el personal contratado poseyera la "papeleta", y en caso de infracción, se aplicarían multas en moneda o en su defecto, prisión 16 . El cuerpo directriz de la Asociación Rural, consultado por la autoridad ministerial, se. opuso al proyecto invocando la 'libertad de trabajo (que se vería cercenada, decían) y las dificultades que crearía en el período de esquila, donde la flexibilidad y la movilidad laborales constituían un componente crucial para su cumplimiento exitoso. "Las esquilas se hacen, generalmente, con un persona/de vecinos conocidos, y cuando no sucede así la policía debe vigilar a los sospechoso?, , argumentaban 9 . Obviamente estaba en el interés de los patro-nes que los esquiladores fueran personas de fiar, pero en ningún caso estaban dispuestos a sacrificar la flexibilidad y movilidad laboral que había traído la modernidad en el campo, a cambio

de la seguridad. En ese sentido, las comparsas de esquiladores, aunque itinerantes y con fama de díscolas, eran un fruto de la modernidad y el Jefe Político de Rocha estaba proponiendo una vuelta al pasado.

Sin embargo, a comienzos del siglo XX la escasez de mano de obra para ciertas tareas en la ganadería recrudeció, debido a diversos factores, y como se verá enseguida, los hacenda-

dos comenzaron a pensar en otros términos los problemas del medio rural. Barrán y Nahum han señalado que el crecimiento agrícola de los primeros años del siglo XX aumentó el empleo rural

y quitó contingentes "de reserva" que la ganadería empleaba eventualmente, en un contexto de crecimiento industrial y urbano a nivel nacional (Barrán y Nahum, 1977: 367-385).

Cada vez que escaseaban brazos en el campo, la esquila se hacía difícil (Barrán y Nahum, 1977: 377). La guerra de 1904 causó pánico entre los hacendados progresistas, por la des-

trucción de riqueza que implicaba, y porque en la misma los peones a sueldo, los cocineros de las estancias, los jornaleros, los esquiladores, etc. se habían convertido en una milicia armada. En un discreto aviso publicado a pie de página en plena guerra de 1904, la Revista dala Asociación Rural comunicó a sus suscriptores: "Preveminos a los señores estancieros que pueden dirigirse a esta Asociación, donde se han ofrecido peones y esquiladores extranjeros para salir a campa-ña con motivo de las esquilas"'.

" Citado por Barrán y Nahum (s/I: 161) Revista dolo Asociación Rural; Marzo 15; pág. 115: 'Notas e Informes". 'dem anl. Idem ant.

Revista de la Asociación Rural: Setiembre 15 de 1904; pág. 287.

El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860. 19701

" , z Salario :del peórúde : estancia y riel esquilador en',111-61;1890, 1900:y 1920.

Salario monetario, mensual, en pesos corrientes

Peón común Salario no monetario (vivienda y alimentación),

mensual en pesos corrientes. Jornal peón común, en pesos corrientes

1861 10 10 0,67

1890 I

8 8 0.53 1900 7 7 0,47

1920 15 15 1,00

Destajo esquiladores Destajo esquiladores (por oveja esquilada); pesos corrientes,

Esquiladores Jornal no monetario (alimentación del

personal y pastoreo de animales) Jornal esquiladores,

pelos corrientes

1890 0,03 0,5 2,9 1900 0,03 0,5 3,2

1920 0,05 0,7 4,2

Fuentes y comentarios: Estimaciones basadas en las fuentes citadas en el texto. i

Desde el punto de vista de los estancieros, la escasez, la inseguridad y problemas de disciplina estaban siempre planeando sobre la temporada de esquilas. El terreno estaba prepa-

rado para la adopción generalizada de un nuevo métodos de corte que ahorraría mano de obra, simplificaría los requisitos de capacitación, y terminaría con el trabajo "caro, sucio y malo" de las nutridas comparsas de tijera "a martillo".

Se conocen datos fragmentarios y dispersos sobre el salario nominal de los trabajado-res de la estancia, que permiten ofrecer un panorama tentativo sobre la composición y el nivel salarial_del trabajo del esquilador en este período.

Corresponde señalar, antes que nada, que la diferenciación entre trabajos permanen-tes y trabajos eventuales en el medio rural quedó definida ya ene) Código Rural de 1875, donde se estableció que los trabajos eventuales al interior de la estancia convertían al trabajador en "un verdadero empresario" (sic) que cumplía un contrato por un precio previamente acordado, con el patrón de turno. Resulta significativo que aunque el código de 1875 no estipuló montos salariales para el trabajador rural permanente si no que apenas determinó la composición del mismo (parte en moneda y parte en vivienda y alimentación), se encargó de dejar claramente diferenciado oeste presunto "empresario" (en realidad, casi siempre un jornalero o un destajista) del asalariado corriente, en lo que es una franca alusión a los trabajadores zafrales (Plá Rodríguez, 1956: 27). Esta distinción establecida en el código redactado por la Asociación Rural parece reconocer la circunstancia general de que los trabajadores zafrales son más caros que los permanentes, y posiblemente apunta a que los mejores salarios obtenidos por éstos no reper-cutan en el nivel salarial de los peones a sueldo. Efectivamente, las informaciones — aunque fragmentarias y dispersas - que existen sobre el salario nominal de los esquiladores en este

período nos permiten saber, en primer lugar, que a diferencia del peón mensual, la remunera-ción era casi íntegramente en moneda (aunque como veremos enseguida tenía una parte en especie) y en segundo lugar, que era sensiblemente superior a la del peón corriente.

Como puede verse, el salario nominal del esquilador era entre tres y seis veces mayor que el del peón común. La comparación no es sencilla, sin embargo, ya que se trata de dos categorías ocupacionales muy distintas: un trabajo es permanente y no especializado mientras

que el otro es estacional y requiere un conjunto de habilidades y destrezas específicas. En todo caso esta información nos permite saber que la de los esquiladores fue una categoría tempra-namente diferenciada, y como se verá cuando se analice el período posterior, esto se reflejó siempre en la regulación (formal o informal) del salario.

o

Trabajadores de la Esquila

Corno ya se dijo, el de los esquiladores era un trabajo que requería habilidad y práctica. En este sentido, la forma de capacitación que predominaba era el aprendizaje informal, bajo la forma de un conocimiento pasado de generación en generación por los practicantes del oficio. Como se verá enseguida, esta forma de aprendizaje estaba asociada a ciertas formas de traba-jo infantil en la esquila. En 1920, cuando ya la modernidad había modificado definitivamente las formas tradicionales de vida rural, un nostálgico Luis A. de Herrara evocaba:

" [J'Antes] A los hijos de los paisanos no les faltaban caballos yse hacían jinetes, y como el cuero valía poco, a ninguno le faltaba su buen apero, su lazo y sus ñanduceras. A los chicos se les permitía el pial lsial en las yerras, marcaciones y demás trabajos, en las esquilas era raro el paisano viejo esquilador que llegara solo a la esquila de una estancia,. casisiemprele seguke1Ti117.peWo bien aperado, su hijito menor o su nieto que apenas contara 7 81705, y llevaba también su tijera de esquilar a los tientos. Estos muchachos esquilaban en las canchas junto al padre, yen tanto éste sacaba el vellón a una oveja, la pasaba a su hijo, quien se ejercitaba en el oficio garreando, sacando las barrigas o pelando patas'.

Testimonios gráficos y orales permiten saber que, al igual que en tantas otras tareas rurales, en la esquila era frecuente la participación de niños y jovencitos. En la época de la tijera manual, el trabajo infantil habría estado asociado entonces a mecanismos informales de capaci-tación, ya que un esquilador que hubiera iniciado su práctica desde niño posiblemente lograra un alto rendimiento en su larga vida activa. Cuando el instrumento de trabajo deje de ser posesión del trabajador y pase a ser un bien del propio estanciero o de un contratista, esta forma de capacitación perderá vigor.

. La otra dimensión técnica del trabajo estaba dada por las prácticas seguidas para el acondicionamiento de las lanas esquiladas. Estas prácticas eran muy pobres y los cuidados escaseaban.

Se sabe que hacia 1880, y posiblemente por unas cuantas décadas más, la práctica habitual para evitar la bichera en los frecuentes cortes infligidos al animal durante la esquila, era la aplicación del alquitrán, a veces mezclado con sebo, sobre la herida. La práctica compro-metía la limpieza del vellón futuro, y eran frecuentes las quejas por manchas de alquitrán en la lana".

La falta de preparación previa de la majada, las instalaciones insuficientes y la prisa excesiva eran causa de que la lana fuera embolsada en muy malas condiciones, a menudo mez-

clada con semillas y terrones (Barran y Nahum, 1971: 212). Hacia fines del siglo XIX un artículo periodístico señalaba los principales defectos más usuales en esta materia: embolsar juntos "borrega" y "barriga", y según la fuente, "hasta cascarria", y hacer un vellón de dos ovejas. El articulista señalaba las dificultades de la clasificación en estas condiciones, y cómo esta situa-ción deterioraba el precio de la materia prima. "Hemos vista algunos establecimientos que esquilan sin tener la prolijidad de poner un piso de tabla y hacen el trabajo a suelo pelado; esto hace que buena lana venga, llena de tierra", afirmaba'''.

En realidad, la mayoría de los productores no conocía los criterios más elementales que el comercio montevideano en materia de clasificación de lanas, y no existían mecanismos forma-les para la difusión de estos criterios entre los productores rurales. Recién en 1924 un ingenie-ro agrónomo ofreció a la Federación Rural un sistema para divulgar entre los estancieros la

Revista de la Federación Rural; Marzo de 1920; Pág. 38; "Sobre la mejora social y económica de la población rural". Revisla de la Asociación Rural; 31 de Octubre de 1881: 'Esquileo".

O Revista de la Asociación Rural; Setiembre 15 de 1891; 'Ecos de la campaña".

El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social 11860 - 1970)

clasificación de lanas que regía entre consignatarios y barraqueros montevideanos. El profesio-nal confeccionó una caja de madera con tapa de vidrio dentro de la cual ordenó mechones de los diferentes tipos clasificados entonces: Prima, Cruza 1, Cruza 2, Cruza 3, Cruza 4, Cruza 5 y Cruza 6. Complacida, la Federación Rural aceptó "estudiar la forma de hacer circular la caja" entre los productores 22 .

Con semejantes métodos de difusión del conocimiento, y bajo las circunstancias de un virtual divorcio de intereses entre compradores y productores de lana, no es de extrañar que las mejoras en el acondicionamiento de la lana tuvieran lugar recién en el último cuarto del siglo

XX, más de cien años después de la expansión lanar inicial. Todavía en los años 30' un escueto aviso de prensa en período de esquila recordaba a los productores: "Hay que cuidar que los vellones no estén mojados por la lluvia o rocío, Las cascarrias no deben veni r mezcladas con las lanas. Lanas negras deben separarse. No debe esquilarse sobre la tierra"" .

Como se vio al tratar la cuestión de la segunda esquila, los compradores de lana no siempre actuaban con criterios que incentivaran el progreso en materia de acondicionamiento. Todo el proceso de compra! venta de lanas estaba atravesado por imperfecciones: los estancie-ros casi no tenían información sobre los precios internacionales, ni sobre los precios de zafra en

otras regiones del país; las dificultades en el transporte dificultaban el acopio, restaban margen de maniobra para cerrar tratos y colocaban a los vendedores a merced de los comerciantes que llegaran primero al establecimiento o de los consignatarios que controlaban una región. Las oportunidades para la especulación que ofrecía el negocici.exportador de lanas contrapesaba las pérdidas por calidad; en un contexto de escaso desarrollo de la industria textil nacional, los requisitos de calidad planteados por la industria textil europea eran un eco lejano que apenas llegaba al establecimiento ovejero.

La proliferación de razas y cruzas desordenadas que caracterizaron al rodeo ovino en el primer cuarto del , siglo XX también debe haber dificultado el desarrollo de criterios de clasifi-cación y normas de acondicionamiento homogéneas y sistemáticas.

3. 2 La introducción y difusión de la máquina de esquilar (1890 -1930)

La introducción de fa máquina dé" esquilar constituyó la innovación técnica fundamental en la evolución del trabajo de la esquila. La maquinización mejoró la productividad del trabajo, permitió la obtención de un producto de mejor calidad y modificó las condiciones de trabajo de las comparsas, iniciando un conjunto de transformaciones progresivas en el trabajo del esquilador. Como corolario, los esquiladores perdieron su fama atemorizante y aunque conservaron algu-nos rasgos distintivos importantes, pasaron más claramente a engrosar la lista de trabajado-

res eventuales del medio rural, desdibujándose con el paso de las décadas, el carecer de "ofi-cio" de su trabajo.

La primera importación de máquinas de esquilar tuvo lugar en 1893. Hasta 1897 se

importaban apenas una o dos por año, pero a partir de ese año la cantidad aumentó y durante las primeras décadas del siglo XX la importación se hizo a un ritmo creciente y estable (Barran y Nahum, 1973: 220-2221. Las más simples eran de dos tijeras, pero según Barran y Nahum en el campo uruguayo de fines de siglo XIX las hubo de hasta BO tijeras. No es fácil determinar

con exactitud el tipo de máquinas que predominó en la esquila de las primeras décadas de siglo XX, aunque cabe señalar que de acuerdo a la publicidad de las revistas especializadas, los modelos más difundidos por las empresas vendedoras fueron los de 2, 4 y 6 tijeras. No obstan-te, se conocen testimonios gráficos de grandes establecimientos que operaban con máquinas de

docenas de tijeras. Aunque basado en un sencillo sistema mecánico de poleas impulsadas por un rudimentario motor a explosión, este invento revolucionó los métodos de trabajo.

- Revista de la Federación Rural: Enero 24 de 1924: pág. 30: "Clasificación de lanas". Revista de la Asociación Rural: Octubre de 1933: pág. 4: las Esquilas"

Trabajadores de la Esquila

La evidencia sugiere que en la etapa de maquinización inicial, que según diversas fuentes

podría haber durado hasta aproximadamente la década de 1930 24 , eran los propios hacenda-

dos los que hacían la inversión en maquinaria. Numerosos documentos escritos dan a entender que en el cambio de siglo eran los estancieros quienes hacían la inversión, e incluso dan consejos a los hacendados sobre cómo resolver los problemas mecánicos que la máquina podía plantear, en una época en que no abundaban recursos humanos con conocimiento de mecánica en el

medio rural". Los únicos testimonios gráficos sobre las máquinas de este período correspon-den a establecimientos muy grandes, a juzgar por el número de tijeras y de personal empleados,

así como por la magnificencia de las instalaciones. Así, tanto el material de prensa como los registros gráficos sugieren que la difusión de la máquina de esquilar, seguramente a ritmo pausado, comenzó, como suele pasar con la tecnología mecánica en el agro, en los estableci-mientos más ricos (generalmente los más grandes también, en cantidad de tierra y de anima-les), donde el volumen del trabajo hacía rentable la inversión. Sólo en una etapa posterior habría surgido la figura de un empresario / contratista que invierte en una máquina, "arma" su comparsa y sale a ofrecer el servicio de esquila de estancia en estancia. Esta figura seguramen-te apareció cuando la máquina se abarató lo suficiente como para ser accesible a inversionistas

menores, y posiblemente fue lo que realmente llevó la máquina a todos los establecimientos, incluso los pequeños. Los indicios que se manejan en este trabajo permiten afirmar que hacia 1945 la figura del contratista se estaba generalizando en la esquila uruguaya. Entretanto, un informante calificado — aunque interesado en pintar una realidad de progreso sostenido — como

Herrera, afirmó en 1920:

" 1..1 En esta materia [la esquila], bajo todos los aspectos, va quedando lejos la rutina. La máquina invade victoriosa todo el país como que cada cuadrilla lleva la suya- y concurre, poderosamente, a bonificar el trabajo de/a esquila, a la vez de aliviarlo y acrecer la ganan-cia. Como detalle complementario, falta decir que la afilada de las tijeras corre por cuenta del patrón; antes no era así (Herrera, 1990: 230).

Como se dijo, la maquinización ofrecía importantes ventajas a los productores de lana.

La primera de ellas es que aumentaba la cantidad de lana obtenida, que algunos estimaron en media libra por oveja (1 libra = 0,453 Kg). Un estanciero entusiasta comentaba a sus colegas en 1900:

" l...1 en una de nuestras estancias donde se esquiló a mano por ser demasiado lejos para traerles majadas, hubieron 1200 Kg. menos ¡que en donde se esquiló a máquina] en un total de 20000 y les ovejas estaban allí ciertamente me/ores que el año pasado, tanto en gordura como en ausencia de sarna" 26,

El incremento en la lana obtenida resultaba de un mejor sistema de corte, que además

permitía mejorar la calidad de la lana:

" con la máquina se saca la lana más inmediata a la piel, entera y no en recortes cuino con la tijera de mano, y siendo esa lana la mejor en el animal, la diferencia es obvia" "

Según comunicación personal del Sr. Juan Maggiolo (experto del SUL en capacitación de esquiladores) la máquina se habia generalizado en la década de 1930; según el 'Libro del Centenario', editado en 1925. la máquina habia prácticamente erradicado a las tijeras en ese año. Dado el tono generalmente exitisla que caracteriza esta fuente (especialmente en materia de mejoras rurales) nos ha parecido que la información de Maggiolo (basada en numerosos testimonios orales de esquiladores) es plausible. y que posiblemente. hacia 1925 la máquina se estaria empezando a generalizar pero que su definitivo predominio debe haber sido posterior. En realidad la esquila a mano se siguió practicando durante muchas décadas, pero cada vez en menor proporción. Véanse. por ejemplo: Revista de la Asociación Rural; Enero 31 de 1900; las máquinas de esquilar y sus ventajas': pág. 29-31 y Revista de la Asociación Rural, Junio de 1912; pág. 433-434; "Producción de lana buena". Revista de la Asociación Rural del Uruguay: Enero 31 de 1900; pág. 29-31: "Las máquinas de esquilar y sus ventajas"

" 'dem ant.

El Trabajo de la Esquila pies Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860- 1910)

Así, según este informante, la mayor cantidad de lana venía acompañada de una mayor calidad, y ambos resultados no sólo justificaban la inversión, si no que la financiaban:

" (...) un estanciero con, digamos, 30.000 ovejas que ha hecho una instalación de 20 tije-ras, puede cubrir los gastos ocasionados con sólo el importe de/a mayor cantidad de lana; se me dirá.. puede ser que esa cantiílad mayor es cosa del primer año nada más, pero aunque es/sea, no me parece poco haber podido rescatar el costo de la instalación tan pronto" ".

La mejor técnica de corte resultaba, bien aplicada, menos dañina para el animal, y debe

recordarse que el ganado es el principal componente del capital en un establecimiento ganadero de la época. Las ovejas en esquileo" (...) no sólo van casi completamente libres de los tajos si no que más pronto salen de su martirio; para los animales de pesebre, que están gordos y pesados es una bendición, pues como el trabajo se hace tanto más ligero no existe el peligro de que se ahoguen, como sucedía antes' 25 .

Pero las mayores ventajas desde el punto de vista de los estancieros resultaban de las

transformaciones que ocasionaba en las formas del trabajo. La adopción de la nueva técnica les permitió ahorrar mano de obra, hacer una selección más rigurosa del personal y reducir la

cantidad de días de la esquila. Según la fuente de 1900:

"Ahora podemos entrar a considerar el personal necesario, cuya manutención es en un establecimiento crecido una consideración importante cuando se tome en cuenta que el trabajo se puede hacer y hacerse mejor con la mitad . del número. de hombres y además pueden ser éstos escogidos, pues el número más . reducido lo permite (...1 ahora los . hom-bres que trabajen son de los alrededores y por consiguiente, saben cuándo tiene que venir í..1 muchos durante el resto de/eno trabajan como peones por día en nuestras estancias y son conocidos y de toda confianza, y no sólo conviene siempre más por esas importantes razones, si no porque es/siempre tiene uno hombres prácticos para el trabajo"".

En la misma dirección, un testimonio posterior reconoce una notoria disminución del número de miembros de una comparsa, que según el mismo, llegaban a tener antes de la máquina, entre 50 y 60 esquiladores'''.

Como en todo proceso de adopción, el aprendizaje de la nueva técnica se volvió un punto clave. Al principio la máquina enfrentó cierta resistencia. El estanciero innovador narró:

1...1 muchos de nuestros antiguos esquiladores, cuando se les dijo que iban a esquilar a máquina, me decían: 'entonces me vea disculpar patrón, yo tengo miedo, nunca he proba-do, y dicen que sacude mucho', pero a aquellos que probaron no les gustan más las tijeras antiguas y pronto se acostumbran; entre nuestros esquiladores tenemos uno que después de fidias de aprendizaje llegó a esquilar 100 animales, y al día siguiente, 108, y aunque no tan precoces como éste, tenemos otros muchos que esquilan 90 animales por día Una de las dificultades más grandes es enseñarles a llevar el tajo lo más largo posible, pues acostumbrados como están eles otras tijeras, se olvidan y van dando unos te/?'tos cortos que no sólo les hace perder tiempo si no que no los deja llevar el corte tan parejo"".

'dem ant -' 'dem ant. 'dem ant. . . Bouton. R. La Vida Rurales el Uruguay. 'dem anl.

o

Trabajadores de la Esquila

Una ventaja adicional que la maquinización de la esquila prometía a los estancieros era,

mediante la separación del trabajador de su herramienta de trabajo, un mayor disciplinamiento de la mano de obra. Ahora la instalación de las tijeras mecánicas en los galpones o "canchas" disponía un cierto orden (fijo y resuelto por quien instalaba la máquina, no por los propios esquiladores) del personal; el manejo de la tijera mecánica exigía atenta concentración de parte del esquilador y el ruido de los motores dificultaba la conversación. Fiel al profundo espíritu

burgués de su periódico, un cronista de El Siglo escribió en 1902:

" la esquila de/pasado, y aún de los días actuales, con su aspecto semi - salvaje, con su agitación y desorden, con sus tipos sombríos y harapientos, con sus riñas, con su Mita absoluta de disciplina, que constituían una época de zozobra para el estanciero y su familia, tiende a desaparecer en los grandes establecimientos, suplantada por las máquinas que normalizan el trabajo y encausan a los obreros en una corriente de orden que por sí sola basta para modificare/sistema (..) Los trabajadores trabajándo aislados, en un punta fijo, evitan las conversaciones entre sí y con ellas la pérdida de tiempo yen muchos casos las riñas que convierten el galpón en campo de batalla" (Barran y Nahum, 1973: 222)..

Si Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860 - 1970)

pronto engrosaría las filas de lo que las clases altas rurales llamarían (antes que los estudiosos) "el pobrerío rural". Con el correr de los años, el esquilador —aunque recurso escaso y especia-lizado- fue progresivamente visualizado como un habitante más de los rancherías; como lo defi-nió en 1924 un ilustre ruralista: "un hombre que apenas trabajé'".

En cuanto al acondicionamiento de la lana, los progresos fueron lentos y modestos en todo el período. Las tijeras mecánicas, aunque hicieron posible un esquileo más prolijo y eficien-te del animal, no eliminaron el sistema/de maneo ni mejoraron los precarios métodos de recogi-da y desborde del vellón. Según algunas fuentes, en las primeras décadas del siglo XX eran pocos los establecimientos que 7...7 tienen su buen galpón de materiál con piso de 'hormigón' y sus correspondientes rejillas de listones de madera, para poner en el lugar de cada esquilador". La mayoría de/os establecimientos cubría el piso de tierra con tablones o con trozos de arpillera tirante, sujeta al piso con grampas de alambre grueso" (Bouton, 19611. Hay indicios de un avance importante, sin embargo: según este testimonio, el vellón era recogido por el 'atador', quien lo colocaba sobre una mesa y procedía a realizar las 'ataduras' separando las diferentes partes del vellón.

Aunque como se dijo la maquinización habría reducido el tamaño de las comparsas, no

eliminó la división del trabajo al interior de las mismas. Una descripción posterior presenta en estos términos una comparsa de esquiladores en algún momento de los primeros treinta años

del siglo XX:

1...) Llámase comparsa a un número de esquiladores que bajo la dirección de uno, el capataz de comparsa, van de una estancia a otra, efectuando los trabajos de trasquila. Son más o menos numerosos los individuos que la forman. La compone un capataz, encargado y responsable del personal que las acompaña; los esquiladores, varios en número; los agarradores, encargados de hacer las embretadas,agarrar/as ovejas y llevarlas hasta la cancha de esquila, y allí manear/as (cruzándoles la pata izquierda entre las dos manos), colocándolas frente a los esquiladores; el atador, que toma los vellones pisándolos bien; el cocinero, encargado de hacer la comida para todos" (Bouton, 1961).

Esta descripción nos permite incluso conocer la existencia de personal no perteneciente a la comparsa pero que se integra a sus labores y prolonga la división del trabajo afuera de la

cuadrilla: las figuras del "médico", el "benteveo" y el "canchero":

"Los cometidos del 'médico ' y benteveo' son, en general desempeñados por muchachos pertenceintes al personal de la casa. E médico está encargado de hacer la fácil curación de las pequeñas heridas producidas por los cortes... Va y váne de un lado para otro, con su tarrito de creo/ata, que aplica sobre los tajos.. .o también polvo de carbón, que es más práctico y que se prepara generalmente con carbón de tronco de ceiba, que por contener mucho tanino estanca pronto la sangre. E/ médico tiene muchos clientes, a veces, y así en la cancha se oye a cada momento: 'Molo!, es uno que ha cortado (...) 29enteveo' llaman al encargado de juntar los desperdicios de lana, el corte de lana de la barriga y de las patas, etc. Quizás lo llamen así por parecerse al pájaro de/mismo nombre, que hace Su nido juntando pedacitos de lana que encuentra diseminados por el campo. Por último el 'canchero: encargado de barrer la cancha, haciendo mantoncito de lana para el benteveo, siempre pronto con su pala y su escoba de carqueja para acudir al llamado de algún esquilador que pide: iServicia aquí!' y vea recoger las bostas y recogerle orina" Wouton, 19611.

En síntesis, la máquina trajo una suerte de proletarizacilin del esquilador, que despojado de su herramienta, vio a su trabajo formar parte de un sistema definido y controlado ya no por

él mismo, si no por el dueño de las máquinas. Aunque su habilidad seguía siendo fundamental, el dueño de la máquina y no él mismo determinaban las rutinas de su trabajo. Requerido en menor número por una menor cantidad de días, el nuevo esquilador era menos escaso, tenía menos control sobre su proceso de trabajo, podía ser menos "compadrito de los galpones" y muy

3. 3 La nueva condición social de los trabajadores de la esquila bajo la

maquinización.

Algunos autores han señalado que durante los años veinte del siglo )0( se procesó un nuevo ajuste en el mercado de trabajo rural, con nuevos contingentes de expulsados a las ciudades y engrosamiento del "pobrerío" (da Cunha, 1995). Aúnque el tema requiere posterior investigación, y como se dijo antes, enfrenta una serie de obstáculos metodológicos, el recrude-cimiento de los trabajos, informes y discusiones sobre la cuestión de la pobreza rural a partir de esa década, señala por lo menos una preocupación entre las élites del país, que por algo recru-decía. En este apartado se intenta mostrar que los años del período de interguerras fueron escenarios de cambios en- la situación social de los — esquiladores, al cabo de los cuales este grupo ingresó en una etapa de mayor proletarizacián, que lo llevaría incluso a la formación de sindicatos incorporados a la central sindical del país.

Aunque está fuera de los límites de este trabajo el historiar el desarrollo de los estudios agrarios en nuestro país, y en particular, las discusiones políticas en relación a la "cuestión agraria" uruguaya, es útil para los objetivos del trabajo detenerse en el análisis de tres grandes "momentos agrarios" en la historia de los debates intelectuales y políti-cos del país en el siglo XX: la década de 1920, la de 1940 y la de 1960. Los debates de la década de los veinte estuvie-ron dominados por cierto espíritu reformador del sector y su reacción, ambos basados en importantes componentes ideo-lógicos y apoyados por relativamente escasa evidencia empí-rica. El debate de los años cuarenta reprodujo parcialmente estos caracteres, pero en un contexto ideológico y político definitivamente distinto del de los años veinte. Recién el de-bate de los años sesenta colocó la cuestión agraria sobre nuevas bases, ya que esa vez la discusión sobre la dinámica económica y social agraria se inscribió en una discusión más

Véase: Revisla de la Federación Rural; Abril de 1924; pág. 100-115; °Problema sobre Población Rural. Conferencia pronunciada en el VIII Congreso de la Fe-deración Rural por el Dr. Juan V. Algoda".

Aviso aparecido en la Revista de la Federación

Rural 1918

Trabajadores de la Esquila

profunda sobre el modelo de desarrollo del país, en el contexto histórico de una profunda crisis económica y política. Ese momento marcó también el ingreso pleno de las ciencias sociales al

debate. A falta de otras fuentes para conocer la condición social de los esquiladores bajo su nueva condición de asalariados eventuales en un mercado laboral plenamente modernizado, se recurre a algunas instancias de estos "momentos" para conocerla.

La década de 1920 marcó en el Uruguay una etapa de intenso interés por las condicio-nes de vida de lo que dio en llamarse "el pobrerío rural". El análisis tuvo lugar en la confluencia

de varios procesos: los antecedentes de las recientes reformas batllistas en materia de legis-lación social, una preocupación creciente de las clases altas rurales por evitar una escalada de reformas sociales en el campo, la preocupación de ciertos sectores intelectuales por el

despoblamiento notorio de la campaña, e incluso cierto debate no del todo explícito sobre el papel de la economía rural en el desarrollo del país. Ninguna de estas preocupaciones era del todo novedosa: la década de 1890 había conocido un profundo debate sobre el papel de la

ganadería y del latifundio en la estructura económica y social del campo uruguayo; recogiendo en parte esa tradición, el reformismo batIlista había atacado al latifundio y defendido un modelo agrícola en las dos primeras décadas del siglo XX; la revolución de 1904 había sido interpretada por ciertos sectores de la clase alta rural como un subproducto de la pobreza rural, y en 1910 la Asociación Rural había producido, mediante una modesta encuesta, uno de los primeros

informes sobre la situación social del campo". Superadas hacia 1917 las turbulencias económi-cas y políticas que caracterizaron a la década de 1910, y en plena prosperidad ganadera, la preocupación se reinstaló al iniciarse la década siguiente, cuando en 1920 el diputado batIlista Francisco Ghigliani presentó un proyecto de ley sobre salarios rurales, que según su autor, tomaba una idea original del mismísimo Bade y Ordóñez (Plá, 1956: 64-65). La prosperidad

que la guerra y la inmediata postguerra trajeron al sector agroexportador del país, en contras-te con la creciente pobreza rural y la visible emigración campo — ciudad, puso la chispa que faltaba Para encender el fuego del debate.

Advertida por sus escasos pero. intensos años de enfrentamiento con el batllismo, la Federación Rural había decidido hacer una nueva encuesta que permitiera evaluar la necesidad de reformas sociales en el campo, un año antes. El informe que surgió de esa indagatoria fue escrito y leído ante los congresistas de la Federación por don Luis Alberto de Herrera, en Tacuarembó, en marzo de 1920 (Herrera, 1990: 197). Aunque de disímil manera, la presencia de los dos grandes líderes políticos de la época en el debate daba una medida de la importancia del mismo.

El informe de Herrera constituye la primera pieza analítica donde se establece una distinción tajante entre el mundo del peón rural, con sede en la estancia, y el "rancherío". En palabras del autor: "Bienestar, fuerza y prosperidad se desprenden de una estancia; esa es su atmósfera... La estancia sólo engendra orden, pura ambición y holgura. No es por cierto en su seno que brotan nuestras malarias sociales. Nadie pierde allí prendas de espíritu...al rescoldo de sus tizones no se destemplan los ideales, y seguramente, ganan las conciencias" (Fierren 1990: 210). En cambio los rancheríos..."Esas núcleos raquíticos, de nacimiento vergonzante, gráficamente denominados pueblos de ratas. se definen como cabeza de tumor y su clínica nada tiene que Ver con los patrones de estancia y sus obreros. El ranchería constituye una calamidad pública; madriguera de malevos y rateras; faca de enfermedades de todo género; sin higiene, sin escuelas, sin conducta...Ahíradiaa el cáncer rural; de ahí sale la juventud degenera-da y con horror al trabajo honesto; ahí hierve la polilla" therrera, 1990: 2081

Esta conceptualización, cuyo objetivo ideológico inocultable era absolver al latifundio ganadero de cualquier responsabilidad en los problemas sociales del medio rural, tendría larga vida posterior. El distingo de Herrera fundó un enfoque en materia de estudios sociales agrarios

El ya famoso informe producido ante el Congreso Rural de 1910, por el Dr. Garcia Acevedo. en nombre de la Comisión de estudios para mejorar la situación dula gente pobre de la campaña": Véase: Chiarino y Saralegui (1996: 57.70)

El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social ((860. 19701

(que escamotea la dimensión económica y política de los problemas sociales del campo al diso-ciar la pobreza de la estancia ganadera), así como un objeto de estudio ("los rancherías"; "el

pobrerío").

Significativamente, los esquiladores ocupan en su informe un apartado especial. En el cuestionario de la encuesta, donde el tema del salario de los peones rurales ocupaba papel principal, se había interrogado a lo § estancieros específicamente sobre el salario de los

esquiladores, dando cuenta de la importancia de este segmento de trabajadores que no queda claro si pertenece al mundo de "la estancia" o al del "ranchería". Así, según el informe, el

salario de los esquiladores habría experimentado "notable mejoría":

../ Algunos calculan en $200 el fruto individual de la Zafra. En $ 162/o estiman atroa, fijando en noventa las ovejas esquiladas en.el día, Otros deponentes sostienen que es fácil esquilar a máquina 200 ovejas, lo que, a $ 0,05 por animal, da $ 150 mensuales. También se la en $3,50 el producto diaria, a máquina, yen $ 1,40 a martillo. Aludiendo al trabajo a máquina, así resumen algunos su opinión: el esquilador buena saca $200 por zafra, el regular $150 y 6100 el malo" (Herrera, 1990: 230).

En la misma encuesta se constataba que los salarios de los peones mensuales rondaban entre los 10 y 18 pesos, sin contar el salario no monetario (casa y alimentación), cuyo costo estimado parlo misma fuente era del orden de los 120 20 pesos mensuales. Así, el salario del esquilador volvía a parecer muy alto en relación con el del peón estable. Pero este salario, como hacía notar un deponente, "...está lejos de haber subido tres veces como el valor de la lana"; ante lo cual Herrera señalaba que era imposible subir al triple los salarios de la esquila porque si luego los precios internacionales de la lana caían... nadie podría hacer bajar el salario de los esquiladores. En cualquier caso, huelga decir que estas cifras no dicen nada sobre el poder de compra de estos salarios, por tratarse de salarios nominales.

Entretanto, el proyecto batllista sobre salario rural fue intensamente debatido y con-testado en el seno mismo del parlamento, con otros proyectos y con informes sobre la situación

salarial de los peones rurales, un tema que ningún organismo del estado había jamás estudiado hasta entonces. En el debate parlamentario la tónica era la opuesta: la generalidad de los

participantes en el mismo estaban de acuerdo en que los salarios rurales se mantenían casi iguales que...cuarenta años atrás! (Pié Rodríguez, 1956: 95-114). El proyecto batllista fijaba un salario mínimo para los peones rurales en establecimientos mayores de 600 Hás; establecía la obligación patronal de dar vivienda higiénica y alimentación adecuada a los trabajadores, y creaba un sistema de multas para los patrones -infractores. Tras meses de discusión, la Comi-sión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados elaboró un proyecto que recogía estas ideas, las ampliaba y mejoraba. Entre las ampliaciones de este segundo proyecto, figuró un artículo especial para los esquiladores, donde se fijaba su salario, debido "(Jai carácter intermitente del trabajo, el requerir cierta habilidad especial y el ser más penosa (la tarea)"

(Plá Rodríguez, 1956: 98). La propuesta establecía un sistema de destajo con un precio para el carnero (como había sido tradición desde el siglo anterior) y uno inferior a aquél, para los otros ovinos. El precio por ovino común esquilado que se proponía en este proyecto era de $ 0,150,

valor que si se hubiera aprobado, hubiera supuesto una suba de casi 400% respecto de los precios por ovino declarados por los propios estancieros en la encuesta de 1920. Pero la ley N° 7550 del salario mínimo rural, aprobada finalmente en 1923, no recogió esa ampliación, que-dando el trabajo de los esquiladores — como el de cualquier otro trabajador zafral - sin salario mínimo legal (Plá Rodríguez, 1956: 95-114). La ley estableció dos mínimos legales: uno de 28 pesos mensuales para los peones ocupados por establecimientos cuyo valor de aforo se Ñara entre 20 y 60 mil pesos, y otro de 20 pesos mensuales para los peones empleados en estable-cimientos cuyo valor de aforo superase los 60 mil pesos. Todas las fuentes consultadas para el

período posterior indican que la ley de 1923 fue prácticamente ignorada.

Trabajadores de la Esquila

La circunstancia de que tanto la encuesta rural de 1920 como el proyecto batllista sobre salarios rurales dedicaron un apartado especial a la situación de los esquiladores revela la importancia que este segmento parecía tener en la estructura del trabajo asalariado ligado a la ganadería. Las transformaciones introducidas por la maquinización de la esquila (reducción

del personal necesario, separación del trabajador de su herramienta, mayor estandarización del trabajo y clisciplinamiento de la mano de obra) no lograron subsumir esta categoría de trabaja-dores en la de los asalariados estables, ni eliminar la formación de cuadrillas, ni el sistema de

pago a destajo. Pero si bien los esquiladores seguían siendo un grupo especial entre los traba-jadores rurales, gozando de un estatuto legal y cultural similar al de otros "oficios" rurales, el debate de los años veinte arroja fuertes sospechas sobre el status social del grupo: Ya Herrera

tuvo dificultades para situar al esquilador en su dicotómico mundo polarizado entre la estancia y el ranchería. En efecto: el esquilador era indiscutiblemente un trabajador ligado a la ganadería y a su unidad productiva básica; cumplía una función indispensable y crucial en el proceso de

realización de la producción ovina y su trabajo estaba lejos de ser prescindible o de carácter menor en el conjunto de tareas de la estancia. Pero el esquilador se convertía en un ser cada

vez más desarrapado y su figura contradecía la imagen de holgura que en la visión dalas clases altas rurales se identificaba con la estancia. Así, la culpa de la pobreza de los esquiladores

recayó en un viejo estigma de los practicantes del oficio: el juego.

Esquila y juego eran sinóminos para las clases altas rurales desde antaño. Una nota

periodística de 1902 había señalado:

"(...) Entre las comparsas o cuadrillas que recorren estancia por estancia, van siempre 3 á 4 confundidos como esquiladores, pero en realidad no llevan el propósito de penarse honradamente sus jornales, si no que los conduce el fin de establecer garitos para explotar noche a noche la buena fe de/os compañeros con las seducciones o trapisondas de/juego de azar con la baraja, con la taba, etc. y resulta que muchos infelices que trabajan durante

' todoPtdía en los galpones, esquilando varias docenas de ovejas, por la noche se reúnen en torno de una carpeta de siete y medio o monte, y son víctimas los astutos gavilanes" (Barrán y Nahum, 1972: 40).

En los años veinte el juego fue la puntada un largo hilo acusatorio contra estos "nuevos pobres" del campo. Herrera transcribió textualmente en su informe las opiniones de algunos

hacendados: " Se dirá, ¿cómo es que un esquilador que saca libres $2,50 diarios, a fin de zafra no tiene 20 pesos disponibles...? la razón es muy sencilla: la mayor parte de los estancieros res-ponderán Conmigo que no hay comparsa de esquiladores en la que no se juegue descarada-mente a la taba, al monte, a las carreras, al nueve, o a cualquier otro juego. Por lo general el capataz de comparsa o encargado de la máquina, es el colmena; de lo contrario es el cocinero, o cualquier otro. Por la común, quien menos trabaja es quien mejor resultado saca de las esquilas; no esquila mucho, pero otros esquilan para élAl finalizar la zafra, la coima se les queda con todo, y salva raras excepciones, vuelven más pobres, can las 'garras' deshechas y sólo con la ropa puesta, muchos de ellos" (Herrera, 1990: 2311,

Y para llevar esta tesis a su máximo potencial explicativo, el caudillo conservador des-

plegó toda la fuerza de su retórica en una respuesta cargada de ideología:

" 'Resabios primarios, del tiempo indio, que exigen enérgica extirpación! ¿Cuál puede ser el valor social de los hombres que salen a ganar el pan de sus hijos y que regresan, dos meses después, peor de lo que salieron, pidiendo auxilio en vez de traerlo, sólo eficaces para acrecer miseriasí....] Consumen el cuerpo del gaucho y su descendiente la tisis, en combi-nación con la sífilis; quémale la cabeza el alcohol, precipitándolo a la locura, pero...el juego le saca de escrúpulos el corazón, dejándole su resaca el instinto irrefrenado" (Herrera,

1990: 2321.

El Trabajo de la Esquila yac Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860 - 1970)

Sin embargo, la visión de Herrera sobre los esquiladores debe controvertirse por lo menos des- de dos puntos de vista. Por un lado, el desarrollo posterior que tuvo la maquinización de la esquila (basado en un alto número de pequeños empresa- dos Propietarios de una máquina), así como la in- formación que disponemos sobre el salario nominal del esquilador y el precio de las máquinas más sen-cillas (anal orden de 300 pesos hacia los años vein- te), no permite descartar la posibilidad de que al- gunos esquiladores pudieran cumplir cierto proce- so de ahorro, tras el cual estarían en condiciones de invertir en una máquina y transformase en pe- queños empresarios. Al igual que en otros casos de

difusión de una técnica, no sólo no es imposible si

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queños empresarios -de- la esquila se formara, al menos parcialmente, en base a ex esquiladores que capitalizan, así, no sólo su circunstancial ahorro si no su amplio conocimiento del mercado de la esquila y su capital socia/acumulado

como esquilador. El período de interguerras podría haber brindado, en ese caso, oportunidades

contrapuestas en materia de movilidad social.

Por otro lado, y como suele ocurrir con los estudios sobre ciertos sectores sociales, las fuentes escritas — en definitiva la escritura ha sido un privilegio social hasta hace pocas déca-das — son incompletas, parciales y eventualmente mudas para dar cuenta de algunos aspectos del tema de este trabajo". Así, la cultura, las hábitos, las prácticas sociales específicas de este grupo de trabajadores rurales, permanecen apenas sugeridas en este informe. Parece lógico suponer que, así como los tiempos de cosecha en todas las sociedades agrarias han constituido espacios de primer orden para la sociabilidad, la fiesta y el juego, la esquila habría sido también un espacio para el juego, el esparcimiento, y ciertas formas de sociabilidad en un universo cultural rural del cual apenas si tenemos una momificada versión en el criollismo. Así por ejem-

plo, se obtiene una imagen muy diferente del juego y dele sociabilidad en época de esquila, en un

testií-nonio recogido en la mitad del Siglo )1, pero referido a las primeras décadas del mismo.

Dice el autor hablando de las "latas" conque se pagaba el trabajo:

"(...) estas fichas son la moneda corriente hasta su conversión al finalizar la esquila, y así se ve que las rifas de fajas, quesos, etc. tan comunes en las canchas de esquila, el número de rifa se vende por determinado número delatas. iY qué quesos se hacen especialmente para esas rifas! Las mozas se esmeran, todos llevan marcas; ninguna quiere que haya confusión entre los quesos que por lo general son de tamaño más de/o regularP(Bouton, 1961).

• La excepción es la literatura. Puede consullarse un análisis del aporte de la literatura al conocimiento de los sectores populares del

medio rural en el caso uruguayo, en da Cunha (1995).

Así el esquilador, aunque naturalmente li-gado a vida de la estancia, se "echa a perder" por medio del vicio del juego, convirtiéndose en "eficaz sólo para acrecer miserias". La cuestión, concluía naturalmente el informe de Herrera, no era pues

subir los salarios si no extirpar enélgicamente el

vicio, educar y moralizar a los trabajadores rurales alejados del foco de "orden, trabajo y holgura" que

es la estancia.

. . _

Tarjeta Postal remitida al destinatario en 1910. Encontrada por el autor

en el 'Mercado de Pulgas' de la ciudad de

Nantes en junio del 2003.

Agradezco al Profesor Lóic Menanteau

habérmela obsequiado.

Trabajadores de la Esquila

Es posible imaginar un activo mundo social en torno a esas rifas [ciertamente una forma de juego), esos quesos y esas mozas, que este testimonio describe sin prejuicios, como tan

comunes en las canchas de esquila. Asimismo, este testimonio pinta con color las formas de la sociabilidad adentro de la cancha, en plena tarea:

"(...) De vez en cuando algún dicharacho o una broma a un compañero por haberle tocado un á nimal con lana apelmazada, una 'masaroca: como dicen ellos, o alguna con capacho por la sarna y que por momentos tiene que desprenderlo a cuchillo, que de otra manera corta-ría al animal (...) u otro porque le dan trabajo los maneadores (rollos de cuero al pescuezo de algún merino) etc., en fin, nunca faltan ocurrencias" (Bouton, 1961).

No es ajena a esta sociabilidad la bebida. Lo que en otras fuentes era "el flagelo del alcohol" es aludido muy naturalmente en este testimonio:

" (...1 Era común antiguamente en las esquilas, en trabajo tan pesado, cuando apretaba el calor; que la gente empezaba a tomar mucho agua, de a ratos más o menos prolongados se hacía correr una botella de caña. Muchos tomaban, los más; pocos decían: 'Gracias, no tamo': más bien los había hasta habilidosos eran para dar el beso, pues a simple vista parecía que no habían tomado sino un trago y la botella que era la indicadora, por el contenido que restaba, denunciaba que habían sido muchos. Pata Blanca fue encargado en una esquila de convidar con caña a las esquiladores(...) se le ocurrió una idea para cumplir las exigencias del patrón de darle caña a los esquiladores, pero cuidando que no se sobre-pasaran. Tomó un tiento que ató en el gollete de la botella para que tomaran un trago, vigilando la garganta del esquilador así como la botella. Cuando veía burbujas en la botella tiraba de/tiento, y con o sin protestas, pasaba la botella al compañero de al lado. iCuántos pícaros dijeron:(...1 'Esto es tomar caña con cabestro't[Bouton, 1961].

Además de recrear las condiciones del acto de beber y de trasmitir la picaresca de la situación mediante la anécdota de "Pata Blanca", el autor hace notar que la caña era convite del patrón.

Y finalmente, contradiciendo la más arraigada de las imágenes que pueda tenerse sobre la esquila (le de ser una actividad eminentemente masculina), aquí se cuenta:

"No era raro ver antiguamente, mezcladas en las canchas de esquila, algunas chinas esquiladoras, que se desempeñaban tan bien como los hombres. Conocían Florida dos; la China Zafia y la China IVicanara, que hacían cerca de 40 latas por día; ésta última solía llevar adonde iba a esquilar, un gurí como de 10 u 11 años de edad para que le ayudara, garréandole las ovejas que le tocaban, más entonces sí que superaba en mucho el número delatas" (Bouton, 1961).

Aunque este testimonio relata hechos de las primeras décadas del siglo XX, no es im-pensable que las mujeres hayan tenido un papel importante en la esquila, en los tramos tempranos de la ovinización. Así, conocemos referencias a esquiladoras mujeres en estancias del Barón de

Mauá en Mercedes, hacia 1860 (Acevedo, 1923: 2471 y de Juan D. Jackson en Florida, por la misma época (de Arteaga, 1952: 571.

Durante los años cuarenta la "cuestión agraria" cobró agitación nuevamente en la es-cena política del país. Una vez más una guerra mundial favorecía a las clases altas rurales con una demanda tonificada y altos precios, pero esta vez la prosperidad de los ganaderos coincidía con la propagación por el país de nuevas formas de regulación salarial y mecanismos distributivos del ingreso que tendían a favorecer a las clases populares, en el marco de un importante

crecimiento industrial. Por otro lado, el modelo productivo de la ganadería extensiva venía

mostrando signos inequívocos de alarmante agotamiento, fenómeno que no pasó desapercibido a los hacedores de la política económica del período. Así, en los años cuarenta la discusión

El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860- 1970)

sobre la cuestión agraria fue mucho más compleja que en los años veinte, abarcando aspectos relativos a la dinámica tecnológica de la ganadería, el papel de la concentración de la tierra, la despoblación rural y la pobreza rural".

En este contexto apareció una obra fundamental en la construcción de un pensamiento

sociológico sobre el medio rural, cuyo análisis desbordaría los límites de este trabajo: Detrás de la Civa'ao: de Juan V. Chiarino y M. 5aralegui. Construida con un rigor metodológico y analítico inusuales para su tiempo, esta obra, aunque se presenta como heredera de la tradición iniciada por las entidades rurales ya en 1910, representa un giro muy claro en el pensamiento ruralista, al fundar — en todo caso- una rama social-cristiana del pensamiento rurahsta que vendría a plantear claras divergencias respecto de su matriz novecentista. Entre ellas, estos autores vendrán a unir lo que Herrera había tajantemente separado: estancia y ranchería. Mejor infor-

mados con una rica variedad de datos estadísticos y menos prejuiciados, los autores demostra-ron que:

"(...) las peonadas de las estancias y la población de los rancherías son una sala cosa, porque desgraciadamente no puede hablarse, sino como excepción, del peón y su familia incorporados a la actividad de las estancias. El 90 par ciento de los trabajadores rurales tiene su familia fuera de la estancia. Y la tienen en el pueblucho o ranchería la encuesta policial de 1939 da la existencia de 613 poblados rurales, no declarados pueblos, sin contar las rancherías existentes en los suburbios de las ciudades y los pueblos propiamen-te dichos. De esos 613 poblados, 515 se encuentran en los departamentos que tiene piimordialmente ganadería f..) de/os departamentos preferentemente ganaderos, el 90 por ciento de los puebluchos está formado par los peones de estancia, y aún contando los de todo el país [.1 el 83 por ciento de los puebluchos resulta ser de peones de/a ganade-ría" (Chairino y Saralegui, 1996: 277-2781.

Así, contundentemente, los autores volvieron a colocar en una misma línea analítica la cuestión del sistema productivo imperante en la ganadería y sus consecuencias sociales en el medio rural:

"(...) de lo que queda expuesto surge una nítida conclusión: el rancheó° rural, fenómeno exclusivo de las zonas ganaderas del país, es fruta de (...) la falta de capacidad de la estancia para proporcionar trabajo[...) y de su régimen socia/de explotación, que mantie-ne alejado al trabajador de su familia" (Chiarino y Saralegui, 1996: 283].

La instancia mediadora entre la ganadería extensiva y la pobreza rural, resulta ser, en este análisis, una cierta estructura del mercado de trabajo rural. Un segmento reducido de

asalariados permanentes, radicados en la estancia, se complementa con un segmento hetero-géneo de sub-ocupados y trabajadores eventuales. No forman dos mundos separados y autosuficientes; por el contrario, son dos caras de una misma moneda: la baja absorción laboral de la ganadería. En palabras de los autores:

"(...) Hemos visto que gran parte de esa población lla de los rancheríos) son las familias de los peones permanentes de la estancia. Otra parte son las familias de aquellos hombres que también, aunque en forma más accidental y transitoria, están al servicio dela ganade-ría. Son los peones que trabajan por día, o a destajo, los domadores, los alambradores, los oradores, los traperos y los esquiladores. Sólo una parte mínima son lo que no trabajan nunca" (Chiarino y Saralegui, 1996: 278-279).

Hubo dos debates centrales que organizaron este 'segundo momento" agrario: la discusión sobre la reforma agraria, que empezó en 1942 con un proyecto de ley de Emilio Frugoni y concluyó con la creación del Instituto de Colonización en 1946. y la discusión

sobre el Estatuto del Trabajador Rural, que derivó de la discusión sobre los consejos de salarios iniciada en 1941 y se aprobó también en 1946

Trabajadores de la Esquila

Contradiciendo la tesis novecentista según la cual los habitantes de los rancheríos tra-bajan a medio tiempo por haraganes, inútiles y viciosos, dicen los autores:

" (...1 Y de entre estos 'holgazanes', salen todos los afios las cuadrillas de esquiladores que se pasan diez y once horas por día, vibrando horas y horas en sus manos y en sus brazos la tijera mecánica, inclinados penosamente sobre las ovejas; los 'venteveos y los que las acarrean una a una cargándolas sobre las espaldas; y los embolsadores, que pisando y pisando vellones todo el día 1..1 llegan a sentir los pies como fuego; todas sintiendo el orgullo gaucho de 'no aflojar: y no en una semana, para irse después a descansar al ranchería, si no trabajando semanas seguidas durante dos meses enteros" (Chiarino y Saralegui, 1996: 281).

Nótese el contraste con la imagen del "hombre sin valor social" que había descripto Herrara hablando de estos trabajadores. El estudio es sin embargo muy claro en señalar, ahora sin excusas moralistas, que el de la esquila era un trabajo realizado por los pobres del campo; los esquiladores se reclutaban entre los sectores menos calificados y menos favorecidos de la sociedad rural, que constituían un segmento de mano de obra excedente, sólo ocasionalmente empleada en la ganadería y por lo tanto débilmente articulado a la vida económica de la estan-cia. Tan débilmente articulado, que la figura del esquilador tendió a desdibujarse bajo la figurada un jornalero multi-funcional y móvil, que tan pronto trabajaba en la esquila como en alguna cosecha y si tenía ocasión...se enrolaba en alguna obra pública como peón vial. En pleno ascenso de un dirigismo estatal único e irrepetible, en 1945 el Presidente de la República decretó una licencia especial para todos aquellos esquiladores que estuvieran trabajando como. peones de vialidad, ya sea bajo la administración directa del estado o en obras por contrato, para que pudieran incorporarse a la esquila de ese año. Un considerando del decreto reconocía:

" Resultando: Gue para poder subvenir alas necesidades de la vida, las personales y las de sus familiares, los esquiladores se ven necesitados a buscar ocupación en otros trabajas, prefiriendo, por distintos factores, el que les proporcionan las obras públicas y entre ellas • las de vialio'so' y (..I una vez alistados en ellas, pocos son los que se deciden a abandonarlas para ir a las esquilas, fundamentalmente por temar a perder su puesto""

La aparente escasez de esquiladores que parece inspirar este decreto tiene una expli-cación muy concreta, contenida en la misma norma: el racionamiento de combustible y las dificultades para conseguir repuestos, ambos derivados de la situación de guerra, hacía que muy pocas máquinas esquiladoras estuvieran disponibles ese año. Esa circunstancia recrudecía la demanda de esquiladores "a martillo"; "E...) son precisamente éstos los más requeridos a efectos de contribuir a evitar la falta de personal capaz para la zafra de lana", como rezaba el decreto". El gobierno, preocupado por la importancia que la exportación de lanas tenía para el país, no titubeó en usar sus amplias facultades para que estos recientes empleados públicos

vuelvan a las canchas de esquila por dos meses, conservándoles, entretanto, el cargo público. Esta norma nos ofrece también, como en una instantánea del proceso de migración campo-ciudad y del cambio estructural, una imagen posible de la metamorfosis de un trabajador even-tual del medio rural a un jornalero urbano inserto en el sector público.

Por otro lado, en los años 40' se registraron importantes cambios en relación al mundo del trabajo, al propagarse una nueva regulación salarial a partir de la ley de Consejos de Sala-rios, de 1942. En su esencia, la nueva regulación apuntaban crear las bases para una demanda sostenida de bienes manufacturados, a garantizar cierta distribución progresiva del ingreso ya pactar formas de negociación institucionalizadas que permitieran acomodar el reparto del in-greso entre capital y trabajo ante las sucesivas coyunturas. Aunque la población trabajado-ra rural (escasa, dispersa y excluida de los hábitos de consumo urbanos) no constituía un

segmento fundamental de los asalariados desde el punto de visto del modelo económico del momento, estaba comprendida. El proyecto original de creación de Consejos de Salarios

" Registro Nacional de leyes y Decretos: 1945: pág. 637.638. !dem anl

El Trabajo de la Esquila y los Esquiladores: Algunos aspectos de su Historia Social (1860 - 1970)

incluía un apartado sobre salarios rurales que fue desglosado ni bien comenzó el trámite par-lamentario del mismo, y en 1943 el Poder Ejecutivo presentó un proyecto aparte para resolver el vacío generado como resultado de la legislación recientemente aprobada (Plá Rodríguez,

1956: 411-412). Cabe señalar que en los fundamentos del proyecto del poder ejecutivo se hace referencia a que la ley de 1923 no había tenido ningún impacto sobre el nivel de los salarios rurales, y que por lo tanto erp necesario abolirla y sustituirla por una normativa mejor Tras un extenso debate en ambas cámaras, que excedió con mucho el tema específico de los

salarios rurales para abarcar importantes cuestiones relativas al sector agrario, el parlamento

aprobó mediante una ley el Estatuto del Trabajador Rural, en octubre de 1946 39 . Por él mismo

se zanjaba una extensa discusión sobre la pertinencia y factibilidad de la creación de consejos de salarios para los asalariados del campo. En efecto, la ley no creó un consejo tripartito si no que se limitó a fijar (como la antigua y criticada ley de 1923) los mínimos legales para los trabajado-res permanentes, esta vez en $ 30 para los peones mayores de 18 años y $ 18 para los menores de esa edad. También creó unas Comisiones Honorarias de Protección al Trabajador Rural, de alcance departamental, integradas por diversas autoridades locales y delegados del Poder Ejecutivo, que serían las encargadas de velar por la mejora de las condiciones de vida de los asalariados rurales, y de asesorar a los poderes centrales en el cumplimiento de este come-tido (Pa Rodríguez, 1956: 538-541). No se legisló sobre los trabajadores temporales.

Entretanto había ocurrido un hecho extremadamente novedoso en la historia del traba-jo rural: se habían formado sindicatos "de Oficios Varios" en algunas ciudades del interior, que agrupaban a diversos grupos de trabajadores del medio rural y entre ellos, aparecieron los primeros esquiladores sindicalizados, protagonizando los primeros conflictos sindicales de la esquila que se conozcan hasta hoy". Ha sido señalado que el desarrollo de estos sindicatos rurales habría resultado de la acción de militantes sindicales del Partido Comunista del Urd guay, que desde 1930 intentaban — mediante la difusión de propaganda y la delegación de militantes a las zonas rurales- llegar al "corazón del latifundio" (González Sierra, 1994: 2211. La discusión de una ley de importancia capital para el mundo del trabajo, como había sido la ley de Consejos de Salarios y su propia implementación posterior, estimularon también el surgi-

miento de organizaciones sindicales de la más diversa índole.

Tal vez en la confluencia de estas circunstancias, en setiembre de 1946 (un mes antes de que resultara aprobado el estatuto del trabajador rural) se reunión en Salto un Congreso de la Federación de Trabajadores en Lanas (FOL1 en el que participaron esquiladores de diversos puntos del país. En esa reunión se envió un memorando y un petitorio a los legisladores, sobre los salarios de los esquiladores (González Sierra, 1994: 222). En el documento ingresado a la Cámara de Diputados a primeros días de octubre, los esquiladores sindicalizados de Flores expresaron su deseo de que se vote una ley de carácter permanente sobre su situación, pero

ante la evidencia de que el estatuto en trámite no la contemplaba, proponían una ley de carác-ter transitorio sobre salarios de esquila, para la zafra inminente. El pedido se fundamentaba en el deterioro del salario real - ya que según alegaban, el salario nominal se mantenía igual desde hacía 20 años — y en la suba del precio de la lana, que según se dice en el memorando había

aumentado un 50 6/o en el mismo lapso. También hacían notar que los animales son ahora más

grandes, dando mayor ganancia al propietario y mayor trabajo al esquilador; que el trabajo es rudo e insalubre, por lo cual ningún esquilador se mantiene en actividad más de 10 años, y que sólo se trabaja 45 días al año (Plá Rodríguez, 1956: 518). El fruto de esta gestión fue la primera ley sobre salarios mínimos en la esquila, una pieza breve que discrimina el precio del trabajo para todas las categorías laborales al interior de una comparsa, así como de las conexas a la misma, aprobada una semana después del Estatuto del Trabajador Rural. Así, se estableció

un jornal de $ 6 diarios para el capataz; de $1,20 cada cien animales para el agarrador: de $0.80 cada cien animales para el envellonador; de $ 0,50 por bolsa para los embolsadores y de

Registro Nacional de Leyes y Decretos: 1946: Tomo II: pág. 1143. ' Hubo un verdadero codicio con un establecimiento ganadero en San Javier y una gestión exitosa (seguramente apoyada en

alguna clase de medida de presión) por aumentos salariales en Flores. en 1945. Véase: González Sierra (1994).

o

Trabajadores de la Esquila

$ 2,50 por día para los cocineros. En cuanto a los esquiladores, el precio de su trabajo era diferente según el trabajo fuera hecho a máquina o "a martillo": en el primer caso, los esquiladores cobrarían $8,00 cada cien animales, y en el segundo, $ 10 cada cien animales. Nótese que la ley acuerda una retribución mayor a quien ejerce la técnica más primitiva. El punto fue expresa-mente fundamentado en la Cámara de Diputados. Se argumentó que la distinción era necesaria

porque "(...) el esquilador a martillo rinde mucho' menos en su trabajó y debe poner la herra-mienta de su propio costo', lográndose un acuerdo inmediato al respecto (Plá Rodríguez, 1956: 549). Notoriamente, entre los legisladores de la época predominaba una doctrina sobre el salario que lo asociaba al concepto de "retribución mínima para la subsistencia" y no a la pro-ductividad; de otra manera no se explica que el trabajador menos productivo fuera mejor remu-nerado. Otro aspecto interesante de la norma es que equiparó la remuneraciones del esquilador y del agarrador en términos de paga obtenida por día; así, según los autores dala ley, se quiso

"(.1 equiparar los dos trabajos importantes de la esquila: uno el trabajó técnico que ese/del esquilador, y otro el trabajó bruto pero agobiador, que es el del agarrador' (PI Rodríguez,

1956: 549). Por último, la ley establecía también jornales mínimos para peones ayudantes, y

• consagraba un sistema de multas para los infractores. Desde entonces y hasta 1968, la retribución de los esquiladores fue establecida regu-

larmente por ley, configurando una situación singular en materia de regulación del salario rural (Plá Rodríguez, 1956: 610-618). No fue ajeno a ello, el que entre los años cuarenta y sesenta la organización sindical de este grupo de trabajadores se mantuviera, aunque atravesando sucesivos momentos de fortalecimiento y debilitamiento. Desde 1945 hasta 1951 se registra-ron intensas actividades de sindicalización en Flores, Salto, Paysandú, Tacuarembó y Durazno, que culminaron con la participación de los esquiladores dentro de la FOL en la 'Primera Conven-ción de Asalariados del Campo" convocada por la UGT, en 1951(González Sierra, 1994: 224). La experiencia se repitió en 1963, con la "Segunda Conferencia de Asalariados Rurales" y en 1965, en ocasión del Congreso del Pueblo, durante el cual se llevó a cabo una Runión Nacional de esquiladores en el local del FOL. Hacia 1971, cuando tuvo lugar la fundación dele Federación Nacional de Trabajadores Rurales en el marco de la CNT, los esquiladores no participaron en la misma, revelando las dificultades que enfrentaba la organización sindical de ese grupo de traba-

¡adores. Para entonces, la situación social de los asalariados rurales volvió a ser objeto de

estudio, esta vez bajo los sólidos criterios de investigación sociológica desplegados en la obra Uruguay Rural, del CLAEH-CINAM (MGA-CINAM-CLAEH, 1961). Un amplio equipo multidisciplinario llevó adelante un enjundioso estudio de campo y un esfuerzo analítico cuyo análisis excede los límites de este trabajo. El estudio reveló la complejidad de los problemas en estudio, sus implicancias demográficas, económicas, sociales y urbanísticas, y aportó evidencia sumamente valiosa sobre el nivel de vida de los trabajadores rurales, en materia de alimentación, vivienda, salud y formas de organización familiar. El alcance y la magnitud de la pobreza rural volvieron a ser constatados, esta vez con los recursos metodológicos de las ciencias sociales. Significativamente, la situación de los esquiladores no aparece tratada en forma específica, si no subsumida al interior del amplio objeto de estudio que constituyeron los asalariados rurales, permanentes o zafrales.

De alguna forma, el periplo de los "tres momentos" agrarios del debate intelectual y político permiten rastrear los cambios en la situación de este sector a lo largo del siglo )1. La escasa información que el último momento aporta a este estudio es apenas el reflejo de un proceso de maduración intelectual en torno a la cuestión social en el campo que fue elevando el nivel del análisis por la vía de sucesivas reformulaciones conceptuales. El grado de desarrollo de hs,:studios sociales agrarios hacia 1960 no ambientó, entonces, estudios focales en torno a

.s específicas de asalariados, sino que comprometió el mayor esfuerzo en un abordaje , ; 1.. pero necesariamente todavía poco desagregado, de los trabajadores rurales. Corres-

- - - .: 'eré a una etapa posterior del desarrollo de la Sociología Rural, la realización de estudios

específicos sobre las distintas categorías de trabajadores rurales.

CAPITULO III

La Esquila como Proceso de Trabajo

Vi.

la Esquila como Proceso de Trabajo

La Esquila como Proceso de Trabajo

La esquila consiste en un proceso de trabajo dirigido por un empresario (el maquinista), organizado en torno a la maquina de esquila, ene) cual un conjunto de trabajadores (la compar-sa) llevan a cabo el corte, el acondicionamiento y el embolsado de la lana de los ovinos. Siendo esta definición la que da cuenta de la mayor parte de las situaciones, cabe aclaras' que aun hoy existen establecimientos en los que se esquila con tijera manual (también llamada tijera de aro o a martillo) en la mayoría de los casos majadas muy pequeñas, generalmente majadas de consumo, que no justifican el uso y el transporte de una máquina de esquila. Asimismo, si bien en la mayoría de las comparsas se lleva a cabo el acondicionamiento de la lana aún quedan casos en los cuales esta tarea no se lleva a cabo ya sea porque la comparsa no está preparada para ello o porque estándolo, es el ganadero quien no desea que la operación se realice.

El Maquinista.

La figura principal en este proceso de trabajo es la del Maquinista. Este es el propieta-rio de la maquina de esquila, aunque hay casos en los cuales la propiedad y la operación de la maquina está separada en dos personas distintas: en ese caso se habla de la existencia de un «encargado» de la maquina de esquila. El Maquinista suele ser un pequeño empresario (por el volumen del capital involucrado) que además de ser propietario de la maquina de esquila, tam-bién posee un camión para transportarla y para llevar a los trabajadores. Sus orígenes son variados, pero lo más frecuente es que sea un pequeño productor que tiene este negocio como segunda fuente de ingresos, o que sea el propietario de un taller mecánico en el pueblo, o el dueño de un almacén, etc.. Es decir que dada la estacionalidad de la ocupación, la esquila le absorbe solo parte de su tiempo anual y representa, generalmente, una fuente de ingresos secundaria o al menos alternativa.

El Maquinista tiene como su principal capital, los contactos y su reputación en la región en la que trabaja: es esta la que le permite «conseguir» las majadas. Generalmente, son los propietarios de los establecimientos agropecuarios, los que «le hablan» a un maquinista para que le esquile la majada. El contrato entre el ganadero y el Maquinista es verbal, pactándose un precio fijo para esa zafra, por animal esquilado. Las principales condiciones que el ganadero busca en el momento de contratar a un Maquinista con su comparsa son: el precio, la conducta de la comparsa y la prolijidad en el trabajo (que no se «repase» y que no se lastime a los animales) entre otras. Lo más frecuente parecería ser que los propietarios de las majadas contratan siempre al mismo Maquinista, salvo cuando existen razones de importancia para cambiar. Esto parece estar ocurriendo en los últimos años como consecuencia de un proceso de concentración de las maquinas de esquila, producto de un proceso de calificación de las mismas impulsado por la Industria y por el SUL. Sobre esto se volverá más adelante.

o

MAQUINA DE ESQUILA Esquema de funcionamiento general.

Referencias:

II Puertas del galpón.

II) Brete con ovejas esquiladas y para esquilar.

III) Depósito de herramientas de esquila (peines y cortes).

IV) Lana enfardada.

V) Ovejas maneadas prontas para esquilar.

VI) Máquina de enfardar.

VII) Mesas de acondicionamiento de los vellones.

VIII) Garreo y barriga.

IX) Mesado acondicionamiento de lunado barriga.

X) Máquina de esquilar.

XII Rejillas de madera.

XII) Vellones prontos para enfardar.

XIII) Vellones prontos para enfardar (lana de distinta categoría].

1) Esquiladores

2) Cancheros.

3) Agarrador.

4) Acondicionadores.

5) Enfardador.

6) Maquinista.

comparsa se traslade de un establecimiento a otro. Moraes . sugiere que en el principio, es muy posible que fuesen los establecimientos más grandes, con más capital y majadas mayores los que compraron e instalaron máquinas fijas en sus galpones. Aún hoy en la Patagonia argentina y en el sur de Chile los establecimientos ovinos trabajan de esa manera.

Que la máquina es el elemento central dala comparsa queda además evidenciado por el cuidado que en ella ponen los Maquinistas. Como la limpian, la aceitan, la pintan, la protegen, la cuidan, da una idea de la importancia que se le asigna. Incluso esto es así también para los trabajadores. Muchos destacan que uno de los elementos que tienen en cuenta a la hora de elegir una comparsa es el estado de las tijeras y los elementos de corte.

Su centralidad también queda evidenciada por la disposición espacial en el galpón de esquila. El siguiente es un esquema de la organización espacial del trabajo de una máquina de esquila con 7 tijeras, que cuenta con una innovación reciente, cual es la introducción de la

enfardadora de lana.

Una máquina de esquila está constituida por una armazón de hierro, conformando un

prisma de base rectangular, cuyas dimensiones aproximadas son de un metro de ancho por dos de largo (o más según el número de tijeras), con una altura de un metro y medio. Al interior se encuentra el motor de la máquina con su correspondiente tanque para el combustible general-mente gas-oil. Este motor a través de un sistema de poleas y correas transmite el movimiento

a la tijera, por intermedio de un brazo articulado en cuyo interior gira un eje en cuyo extremo se acopla la misma, mediante una pieza denominada "bayoneta". la tijera tiene forma piramidal, con sus aristas redondeadas, y de forma achatada, siendo de metal y su peso aproximado es de

Trabajadores de la Esquila Ea Esquila como Proceso de Trabajo

Esquilando en una máquina de ocho tijeras

El Maquinista es quien selecciona y contrata a los trabajadores que formarán la com-parsa cada año. Es decir que la integración dala comparsa puede variar de un año a otro, según el desempeño de cada trabajador y la satisfacción mutua en las relaciones observadas a lo largo de la esquila del año anterior. Lo más común es que el Maquinista al terminar una zafra, «apala-bre» a los trabajadores en su concepto más valiosos, para la zafra del año siguiente. Como se vera más adelante los trabajadores de una comparsa suelen ser conocidos directos del Maqui-nista y en la mayoría de los casos provienen de su mismo pueblo o localidad.

A cargo del Maquinista está la organización de la comparsa. Es quien toma y despide a los trabajadores, quien les hace observaciones ante cosas que a su criterio deben ser modifica-das, quien fija la remuneración -de antemano, al inicio de la zafra- y quien les paga.

También tiene a su cargo, el proveer del alimento a los trabajadores. Esta función de-pende de la modalidad del arreglo con los productores, ya que si bien el aprovisionamiento dele carne siempre corre por cuenta del establecimiento, en algunas comparsas es el establecimien-to el encargado de proveer toda la alimentación, mientras en otros el resto de la alimentación es provista por el Maquinista, en este aspecto inciden las consumbres propias de cada región. Tembién es el responsable del traslado de la comparsa y de la máquina generalmente en un camión propio y conducido por él mismo, aunque puede ser en un vehículo contratado.

En fin, el Maquinista es quien le imprime la tónica al conjunto de los trabajadores, ya sea en el aspecto de organización del trabajo, en sus ritmos, su eficacia, su disciplina, así como también es quien fija las pautas de comportamiento en un colectivo de varias personas que tienen que convivir diariamente, durante cerca de tres meses. Ya desde el momento en que selecciona el personal que conformará el equipo de trabajo, esta definiendo esta tónica.

La maquina de esquila.

El tamaño de la máquina determina el tamaño de la comparsa. Las maquinas pueden tener desde una a diez o más tijeras, siendo lo más frecuente que.tengan seis tijeras. Para una máquina de este tamaño además de los seis esquiladores, generalmente hay otra cantidad por lo menos igual de trabajadores que desempeñan otras tareas. Es decir que las comparsas pueden variar desde dos o tres trabajadores hasta unos veinte trabajadores, siendo lo más común que tengan entre doce y catorce trabajadores. Pero el tamaño de la comparsa, los puestos de trabajo y el proceso de trabajo también varían según que la esquila se lleve a cabo con el sistema tradicional o con el más moderno sistema Tally-Hi que hoy es el más frecuente'.

La máquina de esquila es el nú-cleo alrededor del cual se organiza el tra-bajo de la comparsa. Como explicó Moraes en un capítulo anterior ésta apa-rece a fines del siglo XIX pero se genera-lizará recién hacia la década del 30 del siglo siguiente, reorganizando el trabajo de la esquila en torno a ella. Anterior-mente el propietario del establecimiento era el que contrataba a los trabajado-res. La figura del empresario que orga-niza una comparsa aparece y se conso-lida con la máquina de esquila, que al ser transportable permite que esta y su

1 Dos tercios de los vellones esquilados en la zafra del año 2.0000 fueron con este sistema.Curso Ge- neral Agropecuario - 2000

2 Este esquema fue realizado por Emilio Fernández_

La Esquila como Proceso de Trabajo

una merienda. Por último el cuarto final es dalas 16 hasta las 18 horas. El Maquinista, durante los períodos de descanso 'procede a limpiar y afilar peines y cortantes, reparar algún elemento en la máquina, o en las tijeras.

El comienzo de la tarea después de cada intervalo, es un proceso muy pautado que tiene algo de ritual. Se sitúan todos los trabajadores en sus puestos, los esquiladores en las

tijeras con las ovejas entre las piernas, los acondicionadores parados al lado de las mesas, etc. El Maquinista enciende el motor que lentamente empieza a marchar. Al tomar velocidad los esquiladores van conectando sus tijeras y empieza la esquila. Este procedimiento se hace

para que ningún esquilador le pueda sacar ventaja a otro y evitar de esa manera la competencia desleal entre ellos.

Los puestos de trabajo.

Los puestos de trabajo son los siguientes:

1. - El maquinista o empresario de la esquila.

En algunas máquinas el propietario no sale con la comparsa, sino que tiene un encarga-do. Es la persona encargada del correcto funcionamiento de la máquina, lo cual presupone estar al tanto de los posibles desperfectos mecánicos que puedan surgir. Implica el manteni-miento de la misma, y la atención del motor: combustible, agua, aceite. Es la persona encargada de prenderla -iniciando el trabajo- y apagarla -señalando así el fin del mismo-. También tiene a su cargo el acondicionamiento de las herramientas que por su uso requieren una atención cons-tante: peines y cortantes. Estos dos elementos por su continua utilización requieren una aten-ción constante y cuidadosa, pues de ellos depende en gran medida, la calidad del trabajo. El maquinista tiene a su cargo el lavado de estas herramientas y su afilado. Para ello solo requiere agua caliente y jabón líquido, ayudándose con un cepillito, a los efectos de quitar la grasa de la lana (suarda) adherida y la tierra que se depositan en éstos útiles. Estas tareas se realizan durante los intervalos de trabajo. El afilado se lleva a cabo con la máquina en funcionamiento, pues se sirve del motor para hacer girar una piedra de esmeril, con la que se afilan peines y cortes.

Es quién agarra las ovejas en el bre-te y las transporta a la cancha de esquila. Generalmente de la pata derecha, a la altura del garrón y con un movimiento hacia atrás trae hacia sí al animal y luego lo alza soste-

niéndolo por los costados a la altura de los sobacos, con el lomo pegado al pecho del aga-rrador, como en un abrazo. Luego va hasta el lugar donde estima que un esquilador esta

por terminar y le deja el nuevo animal lo más próximo a su lugar de trabajo, pero a una

Generalmente mientras la máquina esta en funcionamiento, luego de afilar peines y cortantes, el maquinista se sienta a observar, supervisando el desempeño de la comparsa. Cuando debe hacer indicaciones, un breve gesto o señal son suficientes en un ambiente en que el ruido haría inaudible una orden verbal. Otras veces colabora con los acondicionadores o presta ayuda en los lugares donde el proce- so se enlentece y se congestiona.

El agarrador.

El agarrador en los bretes

Trabajadores de la Esquila

El Agarrador 500 gramos. El corte se produce por el movimiento lateral de una pieza denominada cortante que se dedica sobre los dien

tes del peine. El motor también imprime movimiento a un disco -lamo es in trabajo de agarrador?

-

situado en un extremo de la máquina, donde se asientan las Yo con, este año hago 30 años de zafra, 29 es- planchas de esmeril que posibilitan el afilado de cortantes y quitando y este año agarrando. peines.

- Este es su mimar ano de agY rradot ¿Cómo es el trabajo? A algunas maquinas se les agregan cuatro ruedas pe-

Ah, es un trabajo duro, trabajo bravo, si aria- queñas para trasladarla con mayor facilidad, desde los galpones

ras majadas pesadas nom,ás, porque vamos a hasta el camión que la transporta. Las que no cuentan con esta

decin que mientras que usted empieza, osea posibilidad, deben ser arrastradas sobre rodillos por varios

agarra el primer animal, hasta él ultimo, es hombres de la comparsa. Se la sube al camión por una rampa

dificil. formada por tablas. Toda esta operación ocupa varios hombres

ag y debido al riesgo de que la máquina se vuelque es un momento -el'unntos animales ratTa por cuarto? de cierta tensión. Y según las majadas y las que esquilen, pero

más o 11011,08 por día, he alcanzado a agarrar Finalizada la zafra, el Maquinista debe realizar la tarea hasta 870 ovejas y todas las levanto yo, por eso de mantenimiento de la máquina consistente en limpiarla a fon- le digo es un trabajo duro, pesado en ese senti- do y reponer las piezas rotas o desgastadas por el uso, dejan- do no. dola armada y pronta para la temporada siguiente.

-¿Usted cuando va a ¿Ion,- a la oveja, la elige no? La jornada de esquila. Exacto porque hay animales que no, no lo-

das las majadas son parejas, hay una maja- La jornada de la esquila normalmente dura alrededor

das más l'aulas Para esquilan hay patas pela- de nueve horas de trabajo pero es variable según el estado del

das, patas peludas, y seguro uno tiene que ir tiempo y la longitud del día. En efecto la lana debe estar seca

emparejando la maneada que esta principal, en el momento de la esquila porque de lo contrario cuando es

-iQué as. • emparejar /a maneada? estibada se arde y pierde calidad. Por lo tanto en los días de lluvia no se puede trabajar, como tampoco en los días que ama-

Segum m nece con mucho rocío, hasta que el rocío no °levanta», secan-

rueda de pata pelada que sea para todos y si dose los animales. Es decisión del productor, dueño de la maja-

hay una rueda de patas peludas que sea para da, si de echa » la majada a la máquina. La operación de arrear

todos, si son, capach,os de eses empastadas que a los animales desde los potreros hasta los corrales y de estos

apenas entra el peine, bueno que sea una rite- hasta el corral que está ubicado a la puerta del galpón de la da complettc esquila es responsabilidad del personal del dueño del estableci-

-iAsím tenésilniblemas caidisesIllaidwes? miento. Por lo tanto es éste el que decide cuando se puede Exacto, sino se dan. las (Mas vi). comenzar a esquilar en condiciones de lluvia o de humedad.

-¿A veces pasa? La labor de esquila, propiamente dicha, la pauta la mi-

Si claro, existen, agarradores de años pero quina al encenderse y al apagarse. La duración de la jornada que 71,0 saben empareja]; o a veces lo hacen de depende de la longitud del día, pautada por la época del año. En

gusto o agarran, de pique a un esquilador Y lo general con la esquila primaveral, la jornada se divide en "cuar-

lleva siempre los peores animales van para él, tos". El primer cuarto suele ser de las 6 a las 8 de la mañana.

entonces alié vienen las quejas. (pp.79) " En el intervalo, hasta el segundo cuarto, se desayuna. El se-

gundo cuarto abarca de las 8.30 hasta las 11. Al culminar el mismo, los trabajadores se asean y se sientan alrededor del

fogón a tomar mate esperando el almuerzo. Este está puntualmente pronto a las 12 horas. Luego del almuerzo, que es muy rápido, algunos de ellos ensayan una pequeña siesta. El tercer cuarto comienza a las 13 y se extiende hasta las 15.30. En el intervalo se descansa y se toma

' Las entrevistas que aparecen a lo largo del libro fueron realizadas por Mayas Carámbula y Emilio Fernández ayudarles del equipo de investigación. La numeración de página o la numeración de la entrevista indica su posición en el 1 , Informe de Avance del Proyecto: "Entrevistas y Observaciones reviradas durenle tres saldas de campo" . Inédito 2000. 186 pág. Varios autores.

o

Trabajadores de la Esquila

distancia prudencial para no entorpecer su tarea. Le manea la oveja con una tira -generalmente de cuero o de goma- que conforma un circulo, de aproximadamente cuarenta centímetros de

diámetro, el cual rodea el cuello del animal, forma un ocho y con el otro círculo así formado, aprisiona la pata izquierda, quedando de esta manera inmovilizado el animal, a la espera de su

turno, para ser esquilado.

Es una tarea que exige mucha fortaleza y destreza física. Al mismo tiempo como es el

agarrador el que le lleva el animal a cada esquilador, puede perjudicar e favorecer a un esquilador según el estado del animal elegido. Es por ello que son frecuentes las disputas entre el agarra-dor y los esquiladores. Esta es la razón por la cual en algunas comparsas se ha eliminado este puesto, haciendo que cada esquilador vaya a los bretes y agarre el animal que desea esquilar.

3. - El esquilador (o «tijera»).

Este ese! puesto principal en la comparsa. Los esquiladores están colocados a los largo de los dos laterales de la máquina de esquila. La cantidad depende de la cantidad de tijeras que tenga la maquina o de la cantidad de tijeras operativas que la máquina tenga en ese momento por decisión del maquinista. En la esquila con el sistema Tally-Hi , el esquilador recibe el animal del agarrador (o lo toma del suelo donde lo dejó el agarrador a un metro de su lugar de trabajo) y tomándolo de las patas delantes lo «sienta» entre sus piernas. De esa manera el animal queda indefenso. El esquilador colocado a espaldas del animal comienza su tarea por la barriga. Luego continúa hacia el resto del cuerpo del animal, con pasadas que están rigurosamente estipuladas y que permiten sacar el vellón entero con el menor número de pasadas. Se estimula al trabaja-dor para que haga pasadas largas porque de esa manera se ahorra tiempo y se evitan los recortes de lana que disminuyen su valor. A medida que realiza su trabajo el esquilador corta alguna§ partes de la lana en forma separada ya que tienen menor valor: la lana de las patas (el

«garreo»),, la de la barriga, la del copete que a su vez el levantador recogerá por separado y

pondrá en pilesdiferentes al vellón.

Terminado su trabajo (que le lleva un promedio de tres a cuatro minutos por oveja) el esquilador suelta al animal, que se levanta atontado y estimulado por el levantador busca la salida. El esquilador se endereza (ha estado agachado todo el tiempo) levanta la vista y busca la

próxima oveja que el agarrador ya ha colocado frente a él.

Este proceso tiene algunas variantes. Como ya se dijo en algunas comparsas, el esquilador comienza la tarea yendo al brete a buscar la oveja para esquilar, la agarra, la lleva hasta su puesto de trabajo, la manea (o no, según si esquila «tradicional» o Tally Hl.) y procede a

Esquilando el vellón

La Esquila como Proceso de Trabajo

esquilar. Esta variante evita los conflictos entre los esquiladores y el agarrador aunque otro argumeñto esgrimido en defensa de tal procedimiento es que de esta manera el esquilador tiene

oportunidad de cambiar la postura del cuerpo (durante la esquila esta arqueado, con el consi-guiente esfuerzo lumbar) y recorrer con su vista otro panorama que el que le impone su lugar de trabajo en la máquina.

Como se verá más adelante ef vellón, que queda en el suelo delante del esquilador cuando este termina su tarea, es levantado por el vellonero. Pero hay una variante en que el esquilador levanta el vellón, luego deliberare la oveja, y lo lleva hacia la mesa de acondicionado.

Los esquiladores esquilan en promedio entre 90 y 120 animales por día. Es de notar que son ellos los que le imprimen el ritmo al trabajo y de quienes depende la cantidad de dinero que pueden ganar no solo ellos sino también los demás integrantes de la comparsa.

Los esquiladores cuentan con aceiteras para lubricar el peine y el cortante de la tijera y un recipiente con agua y cepillo para limpiar la herramienta, puesto que la cera de la lana, poco a poco va tupiendo el espacio entre los dientes del peine. En algunas comparsas, cada esquilador tiene asignado específicamente sus peines -los 'que están numerados- y los cortantes son utili-zados indistintamente por todos. Para ello hay un lugar asignado, donde cada trabajador, sabe que tiene sus herramientas, las cuales intercambia a medida que el trabajo se lo exige.

4. El vellonero.

Este puesto de trabajo no se encuentra en todas las comparsas. La tarea consiste en levantar e! vellón que el esquilador ha dejado ene) suelo y llevarlo hasta la mesa de acondiciona-

do, lo extiende sobre la misma, tal como una manta, de dimensiones aproximadas (según el tamaño del animal) de un metro de ancho por un metro ochenta de largo.También es quien deposita en un recipiente que esta adosado a la maquina en el lugar de cada esquilador, una ficha por cada vellón esquilado" . Al mismo tiempo le toca r suavemente el hombro al trabajador para indicarle que le ha acreditado una ficha por el vellón recién esquilado. La contabilidad de la cantidad de ovejas esquiladas se lleva con las «latas», contando el esquilador al fin dele jornada, la cantidad de vellones que posee de crédito. Cada 50 fichas comunes se canjean (con el maqui-nista) por una ficha distinta y cada 100 hay otro tipo de ficha, a los efectos de facilitar la operación. Es en función de esta contabilidad que se realiza el pago a los trabajadores ya su vez el cobro al productor, por parte del dueño de la máquina.

En las comparsas en que no existe un vellonero esa tarea suele ser desempeñada por el barredor, o por el personal de la mesa de acondicionamiento.

"Tirando el vellón"

5. El canchero, o barredor o benteveo.

Cuyo número también puede variar según el tamaño de la máquina de uno a tres. Mientras que los esquiladores proce-den a la esquila, y el resto de la comparsa desarrolla su labor específica, el canchero (llamado también benteveo, por su fun-ción de recoger restos de lana tal como el pájaro de igual nom-

bre), procede a barrer la «cancha» que es el lugar donde se esquila, manteniendo lo más limpio posible el lugar. Durante los intervalos que se producen al terminar cada «cuarto» el canchero levanta unas rejillas de listones de madera sobre las cuales tra-

bajan los esquiladores y barre la lana que se ha acumulado bajo éstas y/o las materias fecales que pudiese haber. En algunas comparsas también es el responsable de llevar la lana corres-pondiente a la barriga al lugar asignado para el acondicionado de la misma.

6. El acondicionador.

Cuyo número varia de uno a seis según el tamaño de las maquinas, según la cantidad de esquiladores que tenga. En la mesa, los acondicionadores, extraen partes periféricas del ve-llón de menor calidad, tratando de conformar una pieza lo más

homogénea posible. Una vez realizada esta operación, enrollan literalmente la «manta» con la parte de la lana más sucia (en contacto con el exterior) hacia adentro, para luego introducir los extremos del cilindro resultante, en el medio de la pieza,

conformando de esta manera un vellón pronto para embolsar (o enfardar) de forma más o menos esférica. Además del vellón, las partes perifericas del mismo se separan en varias catego-rías distintas: la lana de pedazos, la lana "barriga", el garreo (la lana de las patas), las puntas quemadas (la lana que rodea el ano y los genitales), y la lana del copete y la papada (que suelen tener muchos restos vegetales). Puede haber otras clasifica-ciones como cuando se separan los vellones de animales que

tienen lunares o pelos de color. El vellón a su vez se puede clasi-ficar en varias categorías según su finura (clasificación por el grosor de la hebra).

En el galpón, generalmente contra sus paredes latera-les, se preparan unos compartimentos de tres metros de lado separados por tabiques divisorios de madera. Cada uno de ellos se destina para apilar transitoriamente un tipo de lana. Cada pila de esas lleva un cartel indicando el tipo para que no haya

confusiones. Los acondicionadores apilan los vellones según el tipo de lana en los lugares señalados. La realización o no de la clasificación de la lana y la cantidad de categorías que se sepa-

ran es variable dependiendo de la calidad de la comparsa y del acuerdo al que se llegó con el dueño de la majada. Si bien la industria premia a la lana clasificada con un sobreprecio, hay ganaderos que estiman que éste no compensa el mayor trabajo

Trabajadores de la Esquila

Acondicionador •

- fue gustaría que Inc cuentes ¿cómo es el trabajo que haces?

Y bueno, el tema del acondicionamiento con-siste en.sacarle la papada, sacarle el garreo que es la parte de las patas, revisar que los vellones son buenos o inferior y la barriga se divide en 2 pedazos,. uno para pedazo y otro para barriga que es lo que se le saca, el pedazo es parte del vellón y bueno ese es el trabajo en que se consis-te.

- Acá sacan entonces 2 categorías de lana: barri-o, pedazo y vellón.

Y si, el garreo, inferior puntos negros vello-nes que tienen puntos negros, también que es raza parda, el vellón, que es acapachado también, es inferior porque el tema que es apelmazado.

- ¿Hiciste abián curso de acondicionamiento?

Si hice, el año pasado me dieron un libro y lo estudie y hice el acondicionamiento y este año fui a la escuela (pp.:160)

Embolsador

- ¿Cómo es el trabajo de un embolsador?

Bueno embolso y después ayudo en. la mesa también.

- ¿Tiene alona técnica para embolsar?

Si tiene si, primero bajo, son 3 vellones para armar en donde van las orejas, después sigo en. Ulla rueda (ie .1, manda san medianos agrandes los vellones van 4, los dos más grandes atrave-sados y popo los das pies en los dos vellones grandes y se cuadra, y le da él frente a la costu-ra, una de cada lado, le pone un, chico en la. cos-tura, y el otro chico en la otra costura, pero esos otros ya están casi pisados, tiene técnica si

- ¿Usted tiene so movimiento?

Y va aprendí con un buen enzbolsador

- ¿(]bino fue aprendiendo?

Y después se pisa los dos chicos y le sigo la vuelta, pero si es así son, pocos pisotones. Esa es la técnica, sino cuando son chicos usted le pone uno al medio, los dos de la costura y dos al me-dio, queda la vuelta de 5. (pp.:13I)

o

La Esquila como Proceso de Trabajo

(y el mayor costo) de la operación y por lo tanto no la contratan aun-que la comparsa este calificada para hacerla. También hay comparsas cuyo personal no está preparado para hacer la clasificación.

7. El embolsador.

A un costado del galpón de esquila se dispone una estructura

piramidal, generalmente de madera, en cuya parte superior hay un aro de metal en el cual se engancha la parte superior de una bolsa que tiene un metro de diámetro y aproximadamente tres metros de alto.

Esta bolsa es de un plástico resistente (aún ahora en muchos estable-cimientos se siguen utilizando bolsas de arpillera) 3 . En su interior está

el embolsador que recibe los vellones y los coloca circularmente en el fondo, pisándolos para apretarlos. Uno de los acondicionadores o un ayudante del barredor colabora con el embolsador tirándole los vello-nes, que éste va apisonando dentro de la bolsa. De esta manera el embolsador va subiendo, a medida que la bolsa se llena hasta emerger por la boca de la bolsa. La tarea es penosa porque el embolsador reci-be sobre silos vellones que le tiran y por que dentro de la bolsa la temperatura elevada, la humedad y las partículas en suspensión, hacen el aire poco respirable.

Cuando la comparsa trabaja acondicionando la lana, el embol-sado se hace separando las distintas clases.

Con la reciente innovación de la prensa enfardadora (muy po-cas comparsas la han adoptado aún) este puesto desaparece siendo reemplazado por el enfardador, que debe alimentar la prensa con los vellones y operar la maquina. El trabajo es menos penoso pero no está exento de riesgos por la acción de la prensa.

8. El cocinero.

Este puesto suele ocuparlo una persona de confianza del Maquinista y frecuentemente es un trabajador ya retirado, de mayor edad. El cocinero se ocupa de la preparacion de las comidas para la comparsa: un asado de oveja para el primer intervalo a las 8,30 de la Mañana; un puchero para el mediodia; las galletas o restos del asado para la merienda, junto con café, mate cocido o cascarilla, según las costumbres de la zona; un guiso para la noche. Pero tambien se debe ocupar de carnear y trozar la oveja que proporciona el establecimiento; recibir y cuidar los alimentos que recibe diariamente del establecimiento o del Maquinista; lavar la vajilla; tener

el agua caliente pronta para el mate en la mañana, al mediodia y por la noche; mantener el orden y la limpieza del lugar donde la comparsa acampa para comer; cortar Y disponer de leña;

tener el fuego siempre encendido, etc.

Es de considerar que la cantidad y la calidad de la alimentación que reciben los trabaja-dores es un elemento muy importante que estos tienen en consideración al momento de reno-var la contrata para el año que viene o cuando pueden elegir la comparsa en que van a trabajar.

El cocinero juega así un papel . muy importante colaborando con el Maquinista en guardar la

armonía en el grupo humano formado por los trabajadores de la comparsa. Un cocinero que no

3 Según el Censo General Agropecuario del año 2000. 9.483 establecimientos usan bolsas de nylon para embolsar 8.861.559 vellones. mientras que 15 500 establecimientos solas usan embolsando 3.344.230 vellones en otro tipo de bolsas presumiblemente de arpillera

El embolsador

-Eí cocinero

¿Ye/trabajo del cocinero como es?

Ah!, hay días que terminas asqueado, porque uno da vueltas para todos lados y viene alguno de esos muchachos y te dice que el cocinero pasa limpito, no se ensucia y ellos vienen y tiene la,s calderas ca-lientes cuando terminan, de trabajar, la comida, el asado. A mí nunca el patrón me ha reciminado que, el asado se quemo, que se comió tarde, nunca me ha recriminado nada.

- íA veces se le quejan entonces?

Si, pero estos de sabandijas, demasiados llenos están, están con /a panza llena y seguro.(pp...46)

Otro cocinero habla de la vida

en la esquila:

- Trabajos de campo y pesados íno?

Pesado y que pasas mal, trabajas yo que sé, es como la esquilo, vos trabajas 20 días pero, vos vivís una vida que vamos a d,ecin vos tenés que adaptar-te a lo que es la esquila, si te toca que el galpón es chico y entran nada mas que los esquiladores, y vivís en el suelo, a veces con poca comodidad, sin

nada, yo que se. Y el cocinero también, cuando llue-ve también tiene sus, porque el día que llueve están todos en el galpón pero vos tenés que estar acá aba-jo de la lluvia no más. Derrepente te dan, hay luga-res que te dan que tienen techo para hacer el juego, pero hay lugares que no tienen, poner 2 chapas arri-ba así para mantener el fuego prendida y aguánta-te ahí y el trabajo tenés que hacerlo.

- Si no haces bien el trabajo ítenés problema?

No, no nunca. Además si llueve mucho aveces se hace un medito y bueno al mediodía comemos el asadito, de mañana no pasa nada, pero el deber de un cocinero es tener todas las comidas prontas.

- ¿Ya pasó alguna vez, de no tener todas las comidas prontas?

No, no, nunca, no eso no.

- ¿A veces a algún cocinero le ha pasado eso?

Me han hecho bromas a veces que, pero son todas como yo lo he dicho ahí; con los cocineros hay que llevarse bien siempre. A veces se hacen. bromas pe-sadas pero, todos son muchachos macanudos, so-mos todos del mismo pueblo así que.(pp.:123)

Trabajadores de la Esquila

La Esquila como Proceso de Trabajo

tiene la comida pronta en el momento en que deja de trabajar la comparsa o que no tiene un satisfactorio desempeño culinario en caridad o cantidad se convierte en un punto de fricciones en la comparsa. A veces también ocurre que como el cocinero es quien atiende el fogón y éste es el punto de reunión de los trabajadores en los momentos de descanso o por las noches (o cuando un trabajador esta indispuesto) escucha las conversaciones y a veces, por su mayor edad, es tomado como confidente de los trabajadores. Por otro lado su proximidad con el maquinista le facilita el papel de intermediario entre los trabajadores y el patrón. Papel que no

todos están dispuestos a asumir pero que refuerza ese rol de «bisagra» que frecuentemente

cumple.

Las condiciones de trabajo

Se señalan algunos elementos que hacen a las condiciones de trabajo en ésta tarea

En primer lugar el ruido dentro de un galpón de esquila es muy fuerte: tanto por el motor a explosión, como por el ruido que se produce por el accionar de la maquina, a lo que se le agrega el mismo trabajo de los hombres y el balido de las ovejas. Aunque el mismo no fue señalado como pernicioso o particularmente molesto por los esquiladores en las entrevistas

realizadas, posiblemente por formar parte de unas condiciones de trabajo que se aceptan como

«naturales».

En segundo lugar en los galpones de esquila suele hacer mucho calor. La esquila

mayoritariamente se lleva a cabo en los meses de octubre y noviembre cuando ya comienza a hacer calor. Los materiales con los que suelen estar construidos los galpones, (generalmente techos de chapa de zinc) transmiten el calor externo. Pero a esto se agrega el calor generado por la máquina, por los animales y por el propio y esforzado trabajo humano. Algunas de las

tareas que exigen mayor esfuerzo físico, (particularmente el agarrador y los esquiladores) producen una intensa sudoración.

En tercer lugar, la "suarda" que produce el ovino (mecla de grasa y sudor) se adhiere también a la ropa y al cuerpo del esquilador, sobre todo piernas, brazos y pecho obstruyéndole los poros -"impermeabilizando" su cuerpo- por lo que posiblemente también impide una correc-ta respiración cutánea, agravando la sensación de calor y el normal desempeño fisiológico.

Por último las condiciones de trabajo también dependen mucho del tamaño del galpón y lelas condiciones del mismo. La comparsa trabaja cómoda cuando el galpón es suficientemente grande como para desplegar las distintas etapas en que se descompone el proceso de trabajo y cuando dispone de suficiente espacio para apilar las distintas categorías de lana a la espera del embolsado. Las condiciones de mantenimiento del galpón también son importantes: pisos de tierra, techos que se llueven o paredes en mal estado o inexistentes, agravan las condiciones

de trabajo.

Las remuneraciones.

La forma de remuneración depende del tipo de trabajo desempeñado en la comparsa. A

los esquiladores se les paga por animal esquilado, a los agarradores por animal agarrado, mientras que a los que trabajan en los demás puestos se les paga por cada cien animales esquilados. Solamente al cocinero se le paga por día y es el único que también cobra en los días

de lluvia cuando la comparsa esta inactiva. El monto de la remuneración (como se verá en detalle más adelante) varía según la región del país. Menos en el norte y más en el sur y en el

este. Para la zafra del año 2001 se le pagó a los esquiladores una cifra aproximada, promedia', de tres pesos por animal esquilado ten ese momento un equivalente a 18 centavos de dólar). Se

estima que los esquiladores, esquilan entre 90 y 120 animales por día. El valor percibido por

El cocinero entendiendo el fogón

o

Trabajadores de la Esquila

animal es mayor que el mencionado cuando se esquilan carneros y menor cuando se esquilan corderos. El agarrador percibe un poco menos que los esquiladores. En los demás puestos le siguen los acondicionadores y los embolsadores, siendo los velloneros, los alcanzadores y los barredores los que menos perciben por cada animal que es esquilado por la comparsa.

Varios son los factores que inciden en la remuneración de los trabajadores, además de las remuneraciones por el trabajo realizado. Una de ellas tiene que ver con el tamaño de las majadas que han sido contratadas por el maquinista. Si las majadas son chicas, la esquila se realiza en un día o aún menos, y la comparsa pierde mucho tiempo en los traslados frecuentes y en la instalación en el gálpóriVel armado del campamento. Hay que tener en cuenta que los establecimientos cuyas majadas es preciso esquilar, pueden estár distantes entre sí muchos kilómetros. La cantidad de ovejas que el maquinista tiene apalabrada al inicio de la zafra es un factor de mucha importancia. El trabajador ya sabe cuanto ganará en esa zafra. Este es un elemento decisivo al momento que un trabajador decide (cuando puede hacerlo) con que com-parsa se enganchará ese año. Es más, uno de los elementos que los maquinistas emplean para atraer a los mejores esquiladores es la mención a la cantidad de ovejas que tiene contratadas. Asía ultimo momento, se pueden verificar algunos «pases» de trabajadores hacia las comparsas cuyos maquinistas han logrado contratar más ovejas y/o majadas Mayores para la temporada queso inicia.

Una Caracterización de los Trabajadores de la Esquila

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Una Caracterización de los Trabajadores de la Esquila

Una Caracterización de los Trabajadores I de la Esquila

Características socio-demográficas básicas.'

La Edad de los "frabajadores.

Estudios realizados en diferentes países de América Latina sobre los trabajadores temporarios coinciden en señalar que estos trabajadores suelen ser muy jóvenes. En el caso de los trabajadores del citrus en Uruguay el estudio realizado por Riella y Tubío (2001) encontró que el 50% de los trabajadores tenía menos de 25 años y solo un 7% superaba los 45 años. Sugieren que el trabajo en la cosecha posiblemente sea el momento de la incorporación de muchos de estos jóvenes al mercado de trabajo.

Los trabajadores de las comparsas de esquila presentan una distribución etária amplia que se extiende desde los 14 años hasta los 70 y más. La estructura etária es joven con un promedio de 31 años, concentrando las tres cuartas partes de los trabajadores entre los menores de 38 años. Por lo tanto, en comparación con los trabajadores de la cosecha del citrus se aprecia que el personal de la esquila no es tan joven, habiendo algunos trabajadores que alcanzan edades avanzadas. Cuando, mas adelante, se analicen las edades de los trabajadores que ocupan distintos puestos en las comparsas, se apreciará que tanto la edad media como el rango de edades es distinto para cada puesto de trabajo.

Corresponde explorar en este apartado la cuestión del trabajo de los menores de 18 años. Sin duda que existe una discusión acerca de la edad a partir de la cual los menores son considerados niños, y que esta decisión no es solo una consideración cronológica sino que está fuertemente mediada por la cultura. En la clasificación utilizada por UNICEF hasta cumplir los 12 años son considerados niños, de 12 a 18 años son adolescentes y jóvenes son de 18 a 29 años. Distintos estudios acerca del trabajo adolescente y juvenil en el medio rural destacan que los jóvenes se incorporan mucho antes al mercado laboral que los jóvenes de la ciudad. También asumen antes pautas de conducta y responsabilidades que son propias de los adultos. Neffa (1986:94) en su estudio latinoamericano de los trabajadores temporarios afirma que

Ya presencia de niños menores de 14 años dentro de la PEA agropecuark es un hecho generalizado. ..constatándose que la mayor proporción de ellos realiza actividades familia-res no remuneradas dentro de pequeñas explotaciones cooperando con sus padres, mien-tras el resto trabaja en actividades que emplean sistemáticamente fuertes contingentes de trabajadores temporario?.

' La información empírica de este Capitulo, así como de los siguientes, proviene de la Encuesta a los Trabajadores de la Esquila

realizada por el equipo de investigación con el financiamiento de la Comisión Sectorial de Investigación Científica deis Universidad

de la República y con el apoyo del Secretariado Uruguayo de la Lana.

Trabajadores de la Esquila

Pequeña historia de un hombre mayor:

¿Cuántos años tiene usted? 69 años.

- ¿Y hace cuanto tiempo que sale MI la esquila? Yen el año que salí mismo, no me acuerdo.

- ¿Se acuerda de su edad? Y bueno tendría 15 años, yo desde los 15 años

ya andaba en esto, y desde los 15 años para arri-ba. En maquina, he estado en estancia de case-ro, de todo. - En la esquila entonces lleva como 55 años, usted

me decía que ha sido de todo, que le fallaba ser cocinero nomás. Lo único, lo demás he hecho todo, mire he em-

bolsado, agarrado, esquilado, y ahora cocino aquí.

- ¿ Cual detodos los trabajos es el que más legas-ta dentro de/a esquila? Y bueno el que me gustaba mas era la esqui-

la, pero como me deshice no pude esquilar más. - ¿Se siente el físico no?

Seguro, pero mire de- la cintura, usted sabe vi al-medico y me dice él medico, "mire usted no puede esquilar" iy porque no puedo esquilar? Sipo soy un tipo joven, "si, si pero no tiene nada que ver que sea joven usted tiene lumbago, us-ted no puede cinchar de la cintura". - Entonces usted esquilando ¿cuánto tiempo es-

tuvo? 2 años, si 2 años porque recién me había ca-

sado y muy pobre yo y bueno salí. - ¿Ahí se esquilaba conmaquina o CU tijera de

martillo? No con maquina, siendo gurisote de 12 de 14

esquilaba a tijera de martillo, y después ya te-nia 15 años y me gusto para salir en maquina. - ¿Usted de donde es?

Yo soy de la 6' sección de T.Tres, entre las ... - ¿Siempre vivid ahí?

Si,si criado ahí, nacido ahí, yo soy nativo de ahí Ahora hace 9 años que vivo aquí

- . ¿En TTres? Estoy en XXX mismo, porque yo compre ahí

y poblé.

- ¿En esta comparsa hace cuanto que esta? Hace 9 años y siempre de cocinero.

- ¿Ypiensa seguir° si le sale la jubileción se que-da en su casa? Ahh no!, si me sale la jubilación no puedo

salir, porque fíjese usted que tengo mi casa pro-pia, tengo gallinas, tengo quinta, todo y vivo solo y ahora nomás deje la casa sólita, tranca-da.

- ¿Usted siempre ha estado Solo? No, yo tuve compañera, hasta 20 años tuve

compañera, y una vuelta estuve trabajando para unas estancias y la encontré con otro.

7 ¿ES un tema bravo? . Seguro, mujeres muy ociosas y bueno, un día

llegue a mi casa y estaba acostada con otro y desde ese día ya no mas mujeres. - ¿Y usted el resto de/año se dedica a su chaciu,

hace algún otro trabajo? Si, y hago alguna changuita que siempre sale,

sierro sitios que vienen ha buscarme, hago al-gunas quinchadas, arreglo casas, vio.

- ¿Ha hecho trabajos en el pueblo, en la construc-ción porejemplo o siempre han sido trabnjos ru-rales? Si si, he trabajado en el pueblo, en la cons-

trucción.

- Y usted después de una vida en la esquila ¿qué piensa? Y yo que sé, y bueno durante la esquila que

una changa que hay que aprovecharla, hay que salir y hacerla, aunque le paguen mucho, le paguen poco, hay que hacerla porque se junta algo de plata, yo no soy jugado n yo no soy to-mador y yo no soy fumadon entonces junto todo.

("40

Una Caracterización de los Trabajadores de la Esquila

Distintos autores hacen referencia a este tema: Por ejemplo Sara Lora también hace

referencia a la presencia de niños entre los trabajadores temporarios en los cultivos

agroindustriales de exportación en México. (Lara,1998) En la normativa vigente en nuestro país se permite el trabajo solo a partir de los 14

años bajo condiciones de protección especiales y se considera que un trabajador es tal solo a partir de los 18 años. En estas condiciopes apréciese que el trabajo de los menores de 18 años

en la esquila es de escasa importancia, representando el 5% de los trabajadores de las com-

parsas. Pero este estudio de los trabajadores de la esquila permite asomarse a la realidad del

mundo laboral en las áreas ganaderas de nuestro país. La encuesta incluyó una pregunta en la

cual se le solicitaba a cada trabajador que declarase la edad a la que había tenido su primer trabajo remunerado. Obsérvese que en el medio rural el trabajo comienza mas bien como un

trabajo realizado en el núcleo familiar sin percibir remuneración, ya sea como trabajador fami-liar en la explotación agrícola familiar (cuando es este el caso) o como colaborador dentro del núcleo familiar que realiza tareas remuneradas y por las cuales el niño o adolescente no suele

recibir remuneración ninguna. Generalmente el trabajo remunerado viene después que el niño o adolescente ha llevado a cabo tareas en el grupo familiar que le sirven además de aprendizaje

laboral. En conclusión es posible decir que entre los trabajadores encuestados vinculados al

sistema de producción ganadera una proporción importante, 43% de los trabajadores, comienzaron B trabajar cuando aún no habían llegado a la edad legal para hacerlo (antes de los 14 años). Si se considera las categorías de niños (hasta los 12 años) y de adolescentes (entre 12 y 18 años), entonces el 12% de los trabajadores comenzaron a trabajar por una paga

mientras eran niños mientras que el 86% lo hicieron siendo adolescentes.

Situación familiar.

Entre los trabajadores de la esquila existe una proporción similar de individuos solteros que de individuos casados (ci que mantienen una unión libre). El alto porcentaje de solteros

(46%) podría vincularse con la alta proporción de jóvenes en el conjunto dolos trabajadores. Si

adicionalmente se considera el hecho de que el trabajador de esquila se desplaza con la compar-sa de establecimiento en establecimiento durante un período que puede alcanzar los tres me-ses, parece lógico encontrar en el conjunto un elevado porcentaje de trabajadores sin respon-

sabilidades familiares directas'. Si se considera la distribución del tamaño de los hogares de los trabajadores, se apre-

cia que la mayoría de los trabajadores solteros vive con su familia de origen o con otras perso-

nas; los hogares unipersonales son apenas el 9%. En este sentido, parece razonable suponer

que los trabajadores solteros presentan ventajas mayores para defenderse de la zafralidad de la esquila que aquellos que tienen un hogar unipersonal o son jefes de familia. El hogar promedio

de los trabajadores de esquila es de 4.15 personas, algo superior al promedio nacional queso

ubica en 3.2 tanto para el área urbana como para la rural (INE, 1996).

Movilidad Espacial. Origen y residencia.

La población trabajadora asalariada agrícola proviene cada vez en mayor proporción de

localidades urbanas. Esta tendencia es notoria en todos los países de América Latina y en este

sentido Uruguay no es una excepción. Así en el Censo de Población de 1996 el 39% de los

asalariados rurales tenían residencia urbana (Piñeiro, 2.001).

= Sin embargo más adelante se problematizará esta afirmación, ya que pareceria haber una asociación positiva entre la "soneria- y la

precariedad laboral. Ver Capitulo VIII.

goa Caracterización de los Trabajadores de la Esquila

Citad 1. Lugar de desi d e n cia. en porcentaje ..,

..t• ,. Actual Hace 5 años Al nacer

Rural disperso 16,7 24,7 52,2 '! Pueblos Rurales 26,8 25,0 13,9 . Subtotal Rural 143,51 (49,7) 166,11

Pueblo urbano 32,3 27,4 17,8 Capital Departamental 23,8 21,3 14,4 Montevideo 0,4 1,6 1,6

' Subtotal Urbano (56,5) (50,3) (33,8) ' Total 100 100 100.0

- l'hostal?' trabajo en el campo?¿te gus-taría trabajar en la ciudad?

Claro a mi me gustaría trabajar en la ciudad pero no hay otra y tengo que tra-bajar así, porque 920 hay trabajo y no he podido conseguir tampoco. Si pudiera conseguir trabajo eh riel dad encanta-do estaría trabajanclo. (2«:5)

"

Trabajadores de la Esquila

El estudio que Riella y Tubío (2001) hiciesen de los cosecheros del citrus mostró que el 76% tenían residencia urbana. Sin embargo, se suponía que esta proporción tan alta de traba-jadores con residencia urbana obedecía a que las plantaciones de citrus están ubicadas en las proximidades de dos ciudades capitales de Departamento (Salto y Paysandú) y que la mano de obra provenía de ellas.

¿Cual sería la situación para trabajadores asalariados que ejercían sus tareas en lo profundo del agro ganadero?. La imagen mas extendida es que muchos de los trabajadores de las comparsas son en realidad trabajadores permanentes de las estancias a quienes se les da autorización para ausentarse de los establecimientos para "ir a hacer la zafra" y que después vuelven a ellos. O que son trabajadores rurales temporarios que van de un establecimiento a otro y de una changa a otra en el medio rural.

Así se expresaba un trabajador de una comparsa: . .

Ahora hace trece aiks que estoy en Una estancia Yo estoy bien en la estancia, y el patrón es buenísimo Un hombre bárbaro. Ove hombre bueno..No se encuentra igual Creo que no hay. No ha de haber otro Porque él nos deja salirpa ra que nos rebusquemos, porque sabe que en el mío se gana poco. que se rebusquen. (7a9) . . . .

La información relevada ente encuesta muestra que la proporción de trabajadores dala esquila que residen en areas urbanas no es tan alta como en el caso de los cosecheros del

citrus: el 56% de los trabajadores de la esquila residen habitualmente en áreas urbanas' ya sea en pequeños pueblos del interior (32%) o en capitales departamentales (24%). Por el otro lado el 43% de los trabajadores de las comparsas de esquila residen en el medio rural. De ellos 17% lo hacen en el medio rural disperso (es decir que son los que realmente residen en esta-blecimientos rurales) y 27% lo hacen en pequeños pueblos que fueron catalogados como "pue-blos rurales".

Cabría preguntarse si esta situación es reciente o si fue siempre así. Para poder con-testarla se relevó el lugar de nacimiento de los trabajadores (origen residencial) y el lugar de

residencia hace cinco años. Esto permitió apreciar que los trabajadores de las comparsas han sufrido un proceso de "urbanización" en el transcurso de sus vidas (cortas vidas si se recuerda

que en general es población joven]. Así se comprueba que mientras solo 34% de ellos nació en el medio urbano, hace cinco años ten 19961 ya el 50% residía en él, para llegara la situación actual en que el 56% vive en pueblos y ciudades.

Este entrevistado cuenta esta situación: reside en un pueblo pero trabaja tanto en el pueblo y como en el campo:

...tengo 22 años, soy liativo de Colonia Lavalleja, he vivido ahí, hice la primaria en Colonia Lavalleja. Actualmente estoy viviendo en Belén y bueno acá en, la empresa

- de XXX trabajo de encargado de las mesas de acondicionamiento.

-¿Qué haces el resto del año? . Y el resto del año después de la esquila trabajo en chacras y también así, en pana-

.-- -.daría yagua he estudiado esto también y otros trabajos que se presentan también los

.hago..

-trabajo es en el pueblo?

.Claro, eso lo haga en el pueblo y las chacras también porque son chacras cerca del pueblo.

' La definición de área urbana o rural es un problema complejo en el Uruguay corno se ha discutido en otro lado (ver Piñeiro. Diego. Poblacion y trabajadores rurales n el contexlo de transformaciones agrarias. In: Norma Giarracca (Compiladora) Grupo de Desa-rrollo Rural de CLACSO.Buenos Aires 2001. Pp269-288. Apadándose de los criterios utilizados por el Instituto Nacional de Estadis. boa, el autor ha realizado una recategorización de los pueblos del interior del pais. clasificando como "pueblos rurales" a aquellos en los cuales la Población Economicamente Activa habaja mayoritariamente en actividades agricolas (de la Rama 1). Este es el criterio que se utiliza en este trabajo. Agradecemos al Lic. Joaquin Cardeillac, ayudante del investigador en el Deparlamenlo de Sociologia la realización del reprocesamiento censal.

A través del indicador del tipo de ocupación principal del padre del entrevistado también se pueden tener indicios de la antigüedad de la tendencia de urbanización. Más de las tres cuartas partes de los trabajadores actuales declara una ocupación de tipo rural como la ocu-pación principal desempeñada por su padre por lo cual la tendencia parece concentrarse en la presente generación. La clara predominancia

dele ocupación rural en la tradición laboral familiar probablemente mar-cará la trayectoria laboral del trabajador de esquila.

La siguiente transcripción refleja la trayectoria de un trabaja-

dor que reside en el pueblo, trabaja en changas agrícolas, y proviene de una familia que tuvo residencia rural.

- ¿Cuántos años tenés?

- ¿Vivís en Villa Sara?

En Villa Sara sí. 7- ¿Hace cuanto tiempo que estas con la esquila?

Y con la esquila, ósea yo salí 2 años de vellonero hace como 7 años atrás y había dejado después. Y ahora salí este año de vuelta,

- ¿En caos 5 años que hiciste? ¿tenias un trabajo fijo?

Si por eso no salía estuve 3 años y medio trabajando en use tambo, en campaña ahí.

- ahora que haces?

Y «Minn() sé depende, ti-abajo en, el arroz, o a veces en los montes, por lo gene-l'al trabajo en el arroz

- ¿Hiciste escuela?

Si hice toda la escuela y después hice 2 años de carpintería en la UTU, pero no termine nada.

¿Llegaste a trabajar de carpintero?

- • No, sea - ¿Has trabajado en la construcción o en algún trabajo en el pueblo?

. No, alguna changa.

. Tu -trabajo entonces siempre ha sido rural, ¿tu hunilia es de campaña?

. Si eran sí nosotros, yo tenia 5 años cuando nos vinimos a Villa Sara.

- ¿Entonces tejido antecedentes familiares?

• Claro si, mis familiares son casi todos de campaña. (5a.:9)

- Cuadro 2: ecupacion del ps dre l Trabajador , , en porcentaje

Rural 74.9 Urbano 22.3 NS/NC 2.8 Total 100.0

(610)

Trabajadores de la Esquila Una Caracterización de los Trabajadores de la Esquila

Un embolsador cuenta su vida:

- ¿Qué edad tiene usted? 54.

- ¿Y cuanto tiempo lleva en la esquila? Desde los 10 años.

- ¿Desde los 10 años?. Y si yo antes salía en las máquinas grandes

de Paso de los Toros, porque yo no soy de acá Salía en la maquina del "negro" que era de allá de Paso de los Toros, ahí salía mi padre y yo salía de canchero, era una maquina de 8 tijeras.

- Empezó saliendo Con su padre. Claro, después ya cuando me vine para acá

tenia 24 años, me vine a estos pagos de Goñi. Y acá hace 30 años que trabajo, en esta misma Maquina salí 9 años con el otro dueño, y ahora salí este año, también salí 7 años con XXX de Durazno, pero de esquilador yo esquilaba maneado, siempre esquile maneado, suelto no aprendí.

Cuéntenle un poco entonces de su vida de trabajo desde los 10 años. Desde los 10 años para acá?, y bueno. Y bueno

estuve trabajando en lo de XXX, ahí estuve un año y medio trabajando picando piedras, era un gurí tenia 13 años.

-Picando piedms...? Debajo de un ombú (risas), me tenia todito el

día picando piedras, porque yo era un, mucha-cho, pobre, éramos 8 hermanos y bueno. Y había un, señor que venia a tomar coca cola todos los domingos y yo no podía tomar coca cola porque era pobre, yo le decía a mama que lo primero que iba a hacer cuando salga de la estancia era a tomar coca cola. Y entre a 8 pesos por día, siendo menor picando piedra estuve 6 meses, y después ya me sacaron para el campo.

- ¿Para que eran las piedras? Para el patio, había que verme ahí todo el día

con el martillito abajo del om,bú. Bueno después de ahí cobre el primer sueldo y me fui enseguida a comprar coca, y le digo a mi mamá, "tome le

voy a dejar 100 pesos y le voy a dejar un crédito en el boliche por 100 pesos mas", era un almacén de el padrino mío. Me fui a lo de "Arm,ua" a tomar la coca cola, allí le pedí ami tío, era hermano de mi mamá, -"deme 2 coca colas"- y ya se las pagué también, bueno y me saqué las ganas, porque nadaba con plata en el bolsillo, y bueno también me compre un caballito, ahí en lo de Celso. Bueno ahí estuve un año y medió y me fui para lo de XXX en Río Negro, allá estuve 7 "meses.

- ¿Y ahí que hacía?. Y de peón nomás, y después agarre d,í entré en

lo del "Mono", ahí estuve 3 años.

- Siempre de peda Si, sí de peón de campo. Y bueno después se

me vino mamá para Durazno, yo tenia 24 años y entre en una estancia acá enfrente a Goñi, estuve 12 años. Ahí salí 2 años con XXX de Durazno, fuimos con la maquina a Valle Edén en el tren nocturno, y la bajamos en la estación de Valle Edén y la llevamos en una' carreta a la maquina y nosotros no luimos de a pie. Y bueno y llegamos allá y pasamos por el cementerio que esta a la vuelta del cerro, y más delante como a una legua y pico ahí estaba la estancia, eran, 1200 ovejas, y era un, desastre porque aquello era todito cerro, todos las majada con espinas, hay -un cerro allá que mide 80 mts de altura. Se le vinieron todos los esquiladores, quedó el capataz y los alambradores de allá. Bueno y ahí termi-namos, nos volvimos en el tren y ahí entre en, la estancia.

- Ahí en la estancia estuvo 12 años fijos. Si ahí quede al firme... Cuando me des peoné de

ahí empece a salir de vuelta en la esquila por acá.

- Y usted me comentó que mantiene un trabajo fijo hace tiempo. No yo ahora soy "soguero"

¿Es qué? Soy soguero, talabartero.

- Se dedica al cuero, ¿l'hace cuanto tiempo? Y eso hace 27 años, hago de toda clase de traba-

jo, bozal rienda, fusta, de todo.

- Y como aprendió ese oficio, ¿solo? Siii, y no, conseguí un librp también. Las

maquinas para sacar los tientos y eso lo hago ya Con una guampit a, usted la adhata con la guam,po, con una morsa caliente y después que se enfría queda chatita.

- (.:y usted donde vende sus productos? Yen cualquier lado, en el pueblo, en, las ferias y

todo eso.

- Entonces se dedica a la sognería ya la esquila. Si, y a veces si sale alguna otra changa tam-

bién la agarro.

- Pero su trabajo fijo es/a soguería ¿le va bien? Si como no, es lo que me da, ahh si, la esquila es

un changa nomás.

- ¿Usted ahora vive solo? Vivo solo, sí. Otra mujer que tenia se me murió

ahora el 6 de agosto. Y le sacaron los dos senos y

me la mataron, 48 años tenia. (comenja llorar), y la extraño empila.

- La esquila le sirve para alejarse un poco pm que-dar sok ¿no? Si, pero igual vivo amargado.

- Piensa seguir en la esquila. Ahh si, en estos trabajos más livianos puedo se-

guir

- Pero embolsar no es tan liviano. Se transpira bas-tante ahí adentro. Ah, si es bravo.

- Pero usted tuvo un maestro. Si, con el "Zorzalito", ahí era una maquina que

esquilaba 1200 ovejas por día, y yo tiraba vello-nes, y el hombre embolsaba solo. Yo le ataba las orejas y le aprontaba todo y empezaba "venga y venga", y en dos minutos estaba embolsada. A él le ganaron en un concurso de embolsador por un vellón, sino salía campeón. Ah no ...iembolsaba que era una cosital. Y él me iba enseñando, mientras le ataba la bolsa y esa.. (pp.:131)

Migraciones laborales.

Muchos de los estudios sobre los trabajadores temporarios en América Latina hacen notar el carácter migratorio de estos trabajadores. Es decir que muchos de ellos se desplazan a localidades alejadas de su lugar de residencia en busca de trabajo, que otros emprenden largos viajes hacia otras regiones del país y que aún otros emprenden migraciones hacia países

vecinos en trayectorias migratorias que están predeterminadas y se repiten anualmente. Así en el caso de la Argentina trabajadores de las provincias del centro y del noroeste migran hacia las provincias del sur en la época de la recolección de las frutas (manzanas, peras, duraznos y ciruelas) en plantaciones ubicadas en los valles de los ríos Negro y Colorado (Giarracca et al,

2000). En otro modelo trabajadores del Paraguay migran anualmente a las provincias del no-reste argentino para la recolección del algodón, mientras que trabajadores de origen boliviano migran hacia las zonas hortícolas de la provincia de Buenos Aires Merienda, 1992). Desplaza-

mientos similares han sido estudiados en México por parte de trabajadores de los Estados mas pobres del sur y sureste del país (Oaxaca, Guerrero, Puebla, Zacatecas, etc.) hacia los Estados en que la agricultura es empresarial en el norte y noroeste del país. (Sánchez y Arroyo, 1993; ver también Lara, 1998). En Brasil y en varios otros países han sido reportados estos circui-

tos de migración estacional de la mano de obra.

Trabajadores de la Esquila

CAPITULO V

La comparsa hace un En el caso de Uruguay algunos situaciones detectadas de trabajadores en la cosecha de alto en el camino viajando de un la fruta de verano y de la uva en el sur del país pero que eran oriundos de Salto y que trabajaban establecimiento a otro. en el invierno en la cosecha de citrus (Morena, 1999) llevaron a pensar en la posibilidad de la

existencia de estos circuitos migratorios. Sin embargo para el caso de los trabajadores cose-cheros de citrus el estudio desechó esta posibilidad mostrando que en general la mayoría de los cosecheros provenían de los Departamentos en los que están radicadas las plantaciones (79%) y en menor caso dolos Departamentos limítrofes (Riella y Tubío, 2001).

El estudio de los trabajadores de la esquila mostró que si bien algunas situaciones de migración interdepartamental pueden existir, la gran mayoría de los trabajadores provienen de los De-partamentos con mayor presencia de lanares. Esto refuerza la idea de que el mercado de trabajo esta segmentado, que no existe un mercado de trabajo rúral de carácter nacional. El origen por Departamento del personal de esquila muestra una tendencia al reclutamiento de trabajadores en aquellas zonas del país que tienen mayor concentración de producción de lanares,' básicamente la región norte y centro-oeste del país. Esta tendencia es consistente con la exis-tencia de mercados de trabajo de carácter regional (como se discutirá en el próximo Capitulo), en oposición a la hipótesis del desplazamiento de los trabajadores especializados a lo largo del territorio nacional en circuitos migratorios laborales'.

Modalidades de Ocupación y de Ingreso de los Trabajadores de la Esquila

rnoucia de vellón al momento de la esquila para la zafra 2000/01 se concentra en los departamentos de Artigas, Cerro Largo,

a, Paysandú, Salto, Tacuarembó (SUL, 2001). Esto no obsta para decir que se encontraron casos aislados de esquiladores- uruguayos que habían estado esquilando en la zafra lanera en el sur de la Argentna cuando las diferencias cambiadas lo justificaban.

El empleo en el agro se encuentra fuertemente vinculado al carácter cíclico de la pro-ducción agropecuaria, la escala y la estructura de la producción de las distintas actividades. Algunos rubros de producción necesitan trabajadores relativamente estables en el tiempo mien-tras otros, con estacionalidades muy marcadas, concentran demandas intensas de trabajado-res en épocas determinadas del año. Así, la demanda estacional de trabajadores rurales y su frecuente desplazamiento para cumplir con los requerimientos de ciertas zafras constituyen un fenómeno de larga data. Varios estudios sobre trabajadores rurales en países latinoamericanos han dado cuenta del fenómeno de las migraciones laborales para satisfacer las demandas tem-porales de mano de obra en épocas determinadas del año. Este es el caso, por ejemplo, en Argentina de la recolección de frutas en el Sur, de la cosecha de yerba en el Norte (Giarraca et al., 2000; Aparicio et al., 2002) o de la agricultura empresarial del Norte de México (Sánchez y Arroyo, 1993). Igualmente, en una de las zonas de mayor concentración de mano de obra agrícola como es el estado de California en Estados Unidos, durante décadas la producción se ha servido de trabajadores temporarios provenientes de regiones de gran desocupación y de bajos ingresos dentro y fuera del territorio nacional (Ortiz, 1999). En este capítulo, se analizarán datos relativos a las modalidades de ocupación y las fuentes de ingreso de los trabajadores de la esquila. Se intenta comprender la importancia de la zafra de esquila en el nivel de vida de los trabajadores así como analizar la incidencia de diferentes factores en el nivel de sus ingresos anuales. La información empírica analizada proviene de la encuesta a trabajadores de la esquila

uruguaya descripta en la Introducción de este volumen'.

Sobre los Mercados de Trabajo Rural El mercado de trabajo rural en tanto ámbito en el cual compradores y vendedores de

mano de obra acuerdan transacciones se conforma en base a las características de la produc-ción agropecuaria y de la mano de obra. Para el caso de Uruguay, Riella y Tubío (2001) han señalado que el mercado de empleo rural presenta dos sectores diferenciados. Uno incluye a los trabajadores rurales ocupados en la ganadería extensiva vinculada a la gran estancia con esca-sa utilización de mano de obra, y otro a los trabajadores vinculados a los nuevos rubros de exportación, principalmente, los cultivos agroindustriales de intensiva utilización de mano de obra. Los dos sectores están geográficamente diferenciados y presentan dinámicas propias. El

• Investigadora de la Unidad Académica de la Comisión Séctorial de Investigación Cientifica, Universidad de la República. 1 El formulario de encuesta relevó el ingreso mensual de los trabajadores para los doce meses anteriores a la zafra 2001. Incluyó

además una serie de pregublas para relevar la opinión de los trabajadores en relación a su Ingreso. No fue posible realizar una

aproximación a la composición del ingreso del hogar.

o

Trabajadores de la Esquila Modalidades de Ocupación y de Ingreso de los Trabajadores de la Esquila

sector vinculado a los rubros agroindustriales reviste mayor dinamismo económico, formas

indirectas de contratación y mayor deslocalización del personal. El sector vinculado a la ganade-

ría tiene una demanda de trabajo más estable a lo largo del año y mayores requisitos de califi-cación en sus trabajadores. Ambos sectores ocupan a porciones similares de la mano de obra agropecuaria a pesar de la evidente mayor extensión de las actividades ganaderas en compara-ción con los cultivos agroindustriales.

Los autores mencionados también indican que la segmentación del mercado de trabajo rural no es rígida. Por el contrario, se estaría procesando una transformación en el empleo

rural tendiendo a aumentar el grado de permeabilidad entre ambos sectores del mercado. Las bases sobre las cuales se procesa la transformación del empleo se encuentran en una creciente urbanización de la fuerza de trabajo por aumento de los trabajadores del agro con residencia

urbana, un incremento de las actividades agroindustriáles, y una disminución de la población rural. De esta forma, los trabajadores estacionales o zafrales serían el elemento vinculante entre ambos sectores esbozados. Paralelamente, en el ciclo anual de este tipo de trabajadores temporales, las ocupaciones de tipo urbano tendrían una importancia relativa creciente apun-

tando hacia la complementación de los mercados de empleo rural y urbano. Sin embargo, los resultados de su investigación sobre las características específicas dolos asalariados del citrus (Riella y Tubío 2001) indicaron que la mitad de los trabajadores de la naranja se ocupan en actividades rurales en los períodos interzafras manteniéndose al margen del mercado de em-

pleo urbano. La ocupación urbana efectiva en el período interzafra alcanza solamente a una cuarta parte del total de estos trabajadores. Así mismo, una porción minoritaria es la que se ocupa en el sector de la ganadería por lo cual la vinculación entre los dos segmentos del merca-do de trabajo rural esbozados es aún relativamente escasa.

Nuestra investigación se interrogó acerca del funcionamiento del mercado de trabajo de la esquila en un intento por comprender las dinámicas propias del mismo y de las modalidades de empleo de los trabajadores involucrados. Se examinó si el mismo operaba con un alcance

nacional movilizando a un mismo conjunto de trabajadores especializados de la esquila o si lo hacía a nivel regional y/o local en distintas zonas del país.

Una primera aproximación a la dinámica de este mercado de trabajo consistió en exami-nar el grado de permanencia en esta actividad del conjunto de trabajadores comprendidos en la zafra de esquila. Dado que la actividad no es permanente, un escenario posible es que su perso-

nal se integre por trabajadores distintos cada zafra; otro escenario probable es que el personal constituya un grupo relativamente estable que participa de la esquila todos los años. Resultó evidente de nuestra investigación la continuidad en las actividades de esquila como una caracte-rística del conjunto de trabajadores estudiado. Es decir que el personal vinculado a la esquila no es ocasional cada año sino que en su gran mayoría está formado por trabajadores que mantie-

nen la zafra de esquila como una actividad asidua. Excluyendo al grupo de trabajadores que en la zafra en que se realizara el estudio salía por primera vez en la esquila, la mitad dolos trabajado-res restantes había participado en todas las zafras desde su primera salida en una comparsa.

Un 28% adicional no había trabajado entre 1 y 3 zafras de esquila desde el año de su primer experiencia en esta actividad. En promedio, los trabajadores habían estado ausentes apenas en dos zafras desde su inicio en esta actividad. Estos datos muestran una cierta permanencia año tras año de los trabajadores en la esquila, lo cual podría estar sugiriendo que estos trabajado-

res no se insertan en otros mercados de empleo con mayores grados de estabilidad en los períodos interzafra. Así mismo, la continuidad en esta actividad refuerza la especialización de los trabajadores en las tareas de esquila y el desarrollo de habilidades específicas para el trabajo que a su ver se constituirán en ventajas comparativas frente a nuevos candidatos.

Una segunda forma de aproximación al tema consistió en examinar el origen departa-mental del personal de esquila para verificar el alcance de la atracción de mano de obra en este

mercado de trabajo. Como se adelantó en el Capítulo IV de este volumen, los resultados obteni-

dos indican que la gran mayoría dolos trabajadores de la esquila proviene de los departamentos del país con fuerte presencia de ovinos siendo mínima la movilidad espacial a lo largo del terri-torio nacional. En este sentido, se refuerza la idea del carácter predominantemente local de este mercado de trabajo.

Curiosamente, se detectó durante el trabajo de campo realizado que el precio pagado por esquilar una oveja no es uniforme en todo el territorio nacional sino que varía de acuerdo a un gradiente de noroeste a sureste. Así, en el departamento de Artigas ubicado en el extremo Norte del país, durante la zafra 2001 se pagaba 2.80 pesos uruguayos por animal esquilado

mientras que en los departamentos del centro del país como Durazno y Flores se pagaba al rededor de 3.50 pesos y en los departamentos del Sur y Este del país se pagaba hasta 4 pesos por animal. Los trabajadores entrevistados conocían las diferencias de precios entre estas zonas, sin embargo no migraban para hacer la cosecha de lana hacia donde el precio del trabajo era más elevado. Los maquinistas de esquila opinaban que la diferencia de precifis resultaba de la competencia de los mercados de trabajo vinculados al turismo existentes en la zona Sur y Este del país.

Teniendo en cuenta la diferencia de precios encontrada, cabe preguntarse por qué los trabajadores del Norte no se desplazan hacia los departamentos ubicados al Sur una vez culmi-nada la esquila en aquellos, donde la zafra comienza más temprano. Las formas de reclutamien-

to del personal proporcionan una explicación para la ausencia de migraciones laborales y la existencia de mercados de trabajo altamente segmentados. Los maquinistas de esquila, consul-tados sobre los criterios utilizados para seleccionar potenciales integrantes de una comparsa,

indicaron que el comportamiento en el trabajo constituía el principal criterio de selección. La conducta del esquilador era considerada por dos de cada tres de los empleadores aún más importante que su rendimiento y calidad para esquilar. De esta forma, las referencias sobre el personal en las cuales la información sobre su comportamiento al interior de la comparsa jue-gan un papel importante, se convierten en una variable de relevancia en los contratos de traba-jo. Es razonable suponer que esta forma de control social puede ejercerse con mayor éxito en aquellos lugares en los que se tiene contacto cara a cara por residir en una misma localidad o en los que es posible obtener recomendaciones a través de conocidos. Vale recordar que los con-tratos se realizan en forma verbal y por lo tanto su cumplimiento se basa fuertemente en la confianza entre empleadores y empleados. Las siguientes palabras del maquinista de una com-parsa estudiada reflejan claramente la importancia de las referencias y recomendaciones:

«Si de repente vaya hablar con un tipo y no lo conozco, sé cuando voy, ya voy con informa-ciones. No voy a ciegas. En muchos casos me han pedido trabajo, por ejemplo, y precisán-dolo a veces les he dicho que me aguanten unos días porque ya tengo otro que me pidió laburo ...y ahí me informo en qué máquina anduvo yeso. Antes de confirmarle el trabajo, yo más o menos ya sé» 2

En este sentido, las cuadrillas que trabajarán en torno a una máquina tienden a confor-marse a partir de redes sociales en las que intervienen vínculos familiares, relaciones de vecin-dad o amistad. Es justamente a través de estas relaciones de conocimiento entre oferentes y demandantes de trabajo que puede facihtarse u obstaculzarse la posibilidad de los trabajadores de engancharse en una comparsa. Las referencias sobre las características de un trabajador en términos de su disciplina tanto o más que en términos de la calidad o rendimiento en su trabajo juegan un rol importante en la probabilidad de que un contrato se produzca o incluso se viabilice la movilidad de un trabajador al interior de la comparsa. Por esta razón, los mercados

2 Los .fragmentos de entrevista animados en este capitulo corresponden a entrevistas realizadas por el Lic. Emilio Fernández y el Bach. Manas Carámbula durante la zafra de esquila del año 2000.

Trabajadores de la Esquila

de trabajo revisten un carácter eminentemente espacial que Los ingresos de un acondicionado

los restringe a ámbitos geográficos limitados en los cuales

de 28 años:

las redes de conocimiento se tornan centrales. De esta for-

.... Por ahora me da. Para comprar alguna ma, el funcionamiento de los mercados de trabajo rural fre-

ropita... Pienso que si agarro un trabajo estable cuentemente incluye consideraciones que exceden cálculos

de 3.000 yesos por mes, 2.500, con eso está. La voy

de productividad, capacitación de la mano de obra y costos

a dejar; verdad? Porque no voy a seguir tampoco

laborales (Ortiz, 1999).

siempre, en campaña, mojado, durmiendo mal. La segmentación del mercado laboral se evidencia, Llega un momento que aburre. Si uno agarra un también, en el hecho de que una vez culminada la cosecha trabajo bien. de lana estos trabajadores no acceden masivamente a otra

- ¿Y lo que sacas te dá para tirar alpinos meses?

ocupación sino que en su mayoría subsisten combinando di-

Sí. Para pagar algunas cuentas. Salir un poco. versas estrategias laborales. Los trabajadores de la esqui-

Comprar un poco de ropa... Aunque no podes que- la no circulan como un grupo hacia otras actividades

darte con esto para todo el año. (pp.:113)

estacionales en el agro y tampoco migran hacia otras zonas del país una vez acabada la zafra. Por el contrario, tienden

a vincularse a las actividades características de las regio-

nes del país en las que residen. Así algunos de los trabajadores del Este se vinculan a la cosecha del arroz y algunos de los trabajadores del Norte participan de la cosecha de la naranja. En términos generales, se ocupan mayoritariamente en un solo departamento a lo largo del año;

solamente 1 de cada 10 trabajadores encuestados se había ocupado en más de un departamen-to durante el año anterior a la encuesta. Esta situación refuerza la idea de que tanto el recluta-miento como el desempeño laboral se lleva a cabo en forma local, mayoritariamente en los

alrededores del lugar de residencia del trabajador de esquila.'

En síntesis, si bien los asalariados de la esquila constituyen un grupo especializado de trabajadores que adquiere habilidades y destrezas específicas a través de una labor asidua año tras año en la zafra, no forman parte de un mercado de trabajo de carácter nacional. Por el contrario, se vinculan a mercados geográficamente segmentados en los que se insertan, funda-

mentalmente, en base a relaciones de conocimiento.

La Ocupación en el Período entre Zafras

Siendo la esquila una actividad estacional, se indagó acerca de otras estrategias de ocupación de los trabajadores a los efectos de conocer su situación laboral durante el resto del año. ¿En qué se ocupan y cómo subsisten los trabajadores de la esquila en los períodos entre zafras? Ocurre que una porción menor de los trabajadores tiene un empleo rural estable en el cual se le permite ausentarse durante la zafra de la lana. La mayoría de los trabajadores se ocupa de forma más o menos intermitente en actividades de diversa índole que incluyen ocupa-ciones eventuales en tareas rurales y en empleos urbanos de distinto tipo. No obstante, la

desocupación ocupa parte importante de la vida de estos asalariados.

La inestabilidad del empleo entre los

fiCn 1: Indice de Desocupación trabajadores estudiados se reveló como crí-tica. Se constató que siete de cada diez tra-

bajadores de esquila habían permanecido des-ocupados durante algún período en los doce

meses anteriores a la encuesta. De éstos la

111111111 mitad estuvo desocupado entre 1 y 4 meses

GrafiCn 1: Indice de Desocupación

3 Similarmente, el estudio de los trabajadores del citrus antes mencionado reveló que la gran mayoria de las per-sonas ocupadas en la cosecha provenia de los departa-mentos del pais en los que se encuentran las plantacio-

nes (Salto y Paysandú) y en una proporción menor de los departamentos limítrofes (Riella y Tubio. 20011.

Modalidades de Ocupación y de Ingreso de los Trabajadores de la Esquila

y aproximadamente el 30% permaneció desocupado por más de 4 meses. Entre los meses de diciembre a setiembre el nivel de desocupación se mantuvo relativamente estable afectando aproximadamente a la quinta parte de los trabajadores. Como puede apreciarse en el Gráfico 1,

durante el período interzafra el nivel mensual de desocupación fluctúa entre el 16% y el 22%.

A propósito de la inestabilidad un esquilador comenta: «Este año estuve 74 días desocu-pado; sin hacer nada. Rebién después en octubre enganché con la esquila.» Otro trabajador

agrega: «siempre buscamos un laburo seguro pero la cosa no está fácil.»

En general, unos pocos tienen un empleo estable y la mayor parte asume «el changueo» como forma de vida. En sus propias palabras tres trabajadores cuentan su relación con el

empleo:

trabajo consiste siempre en changas, y a veces hay trabajo cuando se termina la esquila, alambrado, más bien trabajo manual y por ejem' plo si en ese pedoda no,hay trabajo yo espero hasta que comience el Azucitrus y ahí me dedico a trabajar en la citricultura, soy cosechero de citrus.»

• •

«' ¿Y vo.S a qué te dedicds el resto de/año? y támbién hago changas en lo que sea.

: Einpezaste en la esquila hace ocho años, desde ahí en adelante aparte de la :esquila, ¿también trabajas en otras cosas?

tcpri bién construcción, corta de maíz, de todo.

¿SiCnipie en changas? , Sí, sí en changas.

: ¿Trabajo estable BO has tenido? Estuve permanente en algún tambo, pero no mucho tiempo, casi siempre

changas.»

«... yo hace 8 años que trabajo en las chacras, y ahí me dan para salir

¿lince 8 míos que tenés trabajo estable? Si, trabajo en la esquila y vuelvo de vuelta, si ahí estoy muy bien.

¿Qué tipo de trabajo hacés en la chacra? De todo; ahora agarro la trilla del trigo, por el diez arranca. Después

hago todos los otros cultivos. 'estás todo el año ahí?

Si, estoy todo el año. Salgo porque es así, sino no salgo ta esquilar]. De-jar un trabajo por la esquila no sirve hoy en día. No sirve porque no es lo mismo que antes. Antes, unos años atrás rendía, ya ahora no vale, está muy dificil la cosa.»

Paralelamente, cabe preguntarse cuáles son las actividades que desempeñan estos trabajadores cuando encuentran ocupaciones en los períodos entre zafras. Claramente, existe una predominancia de las actividades agropecuarias entre las ocupaciones en los períodos interzafra reafirmando la noción de que los trabajadores de esquila son básicamente trabajado-res del agro. Las otras dos ramas de actividad que revisten porcentajes sustantivos de ocupa-ción son la construcción y en menor medida los servicios de tipo comunales y personales. El Cuadro 1 nos permite visualizar la incidencia de las distintas ramas de actividad en el empleo del

personal de esquila durante los meses que no se ocupan en la zafra (se excluyeron para este

análisis los meses de octubre y noviembre).

25

20

15

10

5

O 1 —e— % desocupados I

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 meses

Trabajadores de la Esquila

,~t/Ciíod .17:1;:0 Entre las ocupaciones realizadas a lo largo del año

Rama: ohm se encuentran dos esquilas de menor alcance que la zafra

Agropecuaria 713 de primavera que son la esquila preparto y la esquila de

Minas y Canteras

0.7 cordero pesado. La incidencia de estas actividades ha con- Industria y Agroindustria 2.4 ducido a la hipótesis de la posible deszafralización de las Electricidad, Gas y Agua 0.7 actividades de esquila extendiéndolas en el tiempo por un Construcción 13.4 número mayor de meses a lo largo del año. Sin embargo, Comercio y Turismo 2.7 ambas actividades se realizan con distinto grado de gene-

' Transporte y Almacenamiento 2.2 ralización siendo la esquila preparto una práctica más di- : Financiera, Seguros, servicios empresariales 0.2 - fundida y la esquila de cordero pesado una más incipiente.

Servicios comunales, sociales y domésticos 4.1 La esquila preparto es la cosecha de lana de ovejas • Educación 0.2 preñadas lo cual, entre otros factores, facilita el parto y ; Pesca 0.2 favorece la lactancia de los corderos. Esta esquila sucede

Total 100.0 - con anterioridad a la esquila de la majada general habiendo *%ábrkeltotaidereVpújstis.- '

- - alcanzando en el año 2001 a dos tercios de las máquinas estudiadas. Si bien el número de máquinas que realizó esta

esquila es relativamente importante, en promedio, cada una de ellas había esquilado sólo 3400 ovejas la zafra preparto anterior a la encuesta. Es una tendencia que de profundizarse en los próximos años contribuiría a disminuir la estacionalidad de la esquila proporcionando oportuni-dades de empleo por períodos más prolongados a los trabajadores rurales.

La esquila de corderos pesados para exportación incluye a corderos engordados con un promedio de 10 meses de edad. En algunos casos la esquila de cordero pesado comienza tem-pranamente en los meses de febrero y marzo pudiendo extenderse hasta los meses de julio y agosto inmediatamente antes de la zafra general. Es este un producto nuevo queso trabaja en Uruguay desde 1996 aproximadamente que aporta una oportunidad de empleo adicional para algunos de los trabajadores de la esquila en cuanto requiere que los corderos hayan sido esqui-lados con unos 30 días de anterioridad a su entrada al frigorífico. Esta actividad está fuerte-mente ligada a los circuitos de.exportación y depende de los requerimientos de mercados ex-

Detalle de un óleo dele tranjeros por lo cual presenta la potencialidad de poder realizarse en distintos momentos del Serie la Esquila' del año en la medida que haya una demanda por este tipo de carne ovina' y a la vez presenta los autor Cesar Perce Castro riesgos asociados a las variaciones de precios y requerimientos del mercado internacional. No

obstante, en el conjunto de máquinas de esquila estudia-

4 A diferencia de la demanda interna de carne ovina que está fuertemente concentrada a fin de año.

Modalidades de Ocupación y de Ingreso de los Trabajadores de la Esquila

indicar que predomina la modalidad de pago por pieza o a «destajo,» existiendo en algu-nas tareas una remuneración por jornal o la combinación de un jornal mínimo con la ob-

tención de un número determinado de pie-zas.

Dicho autor considera que lo nive-

les de remuneración dependen de una com-binación de factores exógenos y endógenos.

Entre los primeros, se cuenta el precio del salario mínimo nacional, la existencia de opor- LUIllUdUed IdUUI'd1C5 511 Id IsylUIl, CI páyu SIl

otras tareas agropecuarias en la misma re-

gión, el costo de vida, en ese lugar y momento, entre otros. Entre los factores endógenos cuentan la exigencia física necesaria para la tarea, la calificación y experiencia 'requerida, entre otros. Adicionalmente, el nivel de las retribuciones depende de otros factores como el clima, el estado sanitario del cultivo (en este caso: de la majada, la limpieza o la contaminación dele lana con tierra, restos vegetales, etc.); de las condiciones del trabajador para el desempeño de la tarea entre las que se cuentan su capacitación y experiencia así como si trabaja solo o con ayuda de familiares para alcanzar un mayor número de piezas (Neffa,1986).

Los ingresos percibidos por los trabajadores temporarios dependen, también, de la forma en que se proceda los días perdidos por lluvia, por enfermedad, por mala organización del trabajo o por traslados. Así mismo', los ingresos dependerán de las formas de contrato de los trabajadores. Los estudios recopilados por el autor mencionado muestran que cuando intervie-ne un intermediario' los trabajadores perciben menores ingresos que cuando son contratados directamente por un establecimiento agropecuario. En general, el salario indirecto recibido por los trabajadores temporarios es muy pequeño en relación al salario total dado que suelen no recibir los aportes a los sistemas de seguridad social, no tener acceso a servicios de salud, no tener protección ante accidentes de trabajo, ni percibir salario vacacional o fami-

liar a pesar de que en muchos países existen reglamenta-ciones legales al respecto.

En Uruguay, los trabajadores de la esquila son con-tratados por el dueño de la máquina de esquila o maquinis-

ta, que es quien «arma la comparsa. A su vez, el maquinis-ta vende sus servicios al dueño del establecimiento agropecuario y de las ovejas. Como se adelantó en el Capí-tulo III de este volumen, al organizar la comparsa, el maqui-

nista determina el puesto de trabajo que ocupará cada tra-bajador, la cantidad de tijeras con las que operará la máqui-na, el tipo de esquila que realizará (sea esta tally-hi o tradi-cional), la disposición de los puestos de trabajo (por ejem-plo, si se trabajará con agarrador y/o levantador de vellón). El maquinista es el encargado del estado de la máquina y de las herramientas que se utilizan en la comparsa. También es él quien establece el precio y forma de pago a los trabaja-dores y negocia con los dueños de las ovejas montos y mo-dalidades de cobro.

5 Los contratistas de mano de obra reciben distintos nombres según el palo. así -lechuza.. . ,empreteiro, etc.

das, la esquila de cordero pesado no estaba aún dema-siado generalizada encontrándose que sólo 4 de cada 10 máquinas habían realizado esta tarea en el año 2001. En promedio, cada máquina había esquilado solo 1.800 ani-males durante la zafra de cordero pesado anterior a la encuesta.

El Ingreso de los Trabajadores Zafrales

Los trabajadores zafrales del agro desempeñan trabajos variados siendo diferentes las modalidades de pago y nivel de remuneración según los distintos países, los rubros de producción y las tareas realizadas. Neffa (1986) ha descrito distintas situaciones de trabajo zafral en diferentes países. Los estudios realizados parecen

Á Gráfico 2: Evolucián del Ingreso Promedio SU

5000

4000

3000

2000

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 meses

Los ingresos de un vellonero

de 23 años: - cómo - arreglaste la papi, aquí? ¿Te paga todo

junto criando terminas?

No, no. A medida que voy precisando me va pagando. A veces cobro lo que voy haciendo. Si no quiero la guardo. Aunque, cada vez que voy al pueblo le pido y me la gasto al toque. - ¿O sea que no tienes nada guardado?

Casi nada.

- con esa plata que haces? ¿Ayudas a tu abue-la? ¿O es pan salir; para comprarte cosas? •

Sí. Ayudo a mi abuela, con la luz, y eso. Ella tiene muchos hijos y todos la ayudan. Y yo la ayudo también. Pero tengo un cachilo con el que paso trabajo. - ¿A sí?

Sí. Esta en el taller Esta vez me va - a salir barato el arreglo. Trescientos pesos, me dijo. Eso es lo que me va a liquidar Pero bueno...(pp.: 115)

Trabajadores de la Esquila

La remuneración de los trabajadores de la esquila va-

ría según el puesto de trabajo que ocupan. El puesto de

• esquilador es el mejor remunerado de la comparsa de acuerdo

a la destreza y exigencia físicas requeridas en la tarea de cor-

• tar la lana. Por debajo de los esquiladores, los puestos de aga-

• rrador de ovejas y de acondicionador de lana reciben mejor remuneración que el resto de los puestos de la comparsa. El

trabajo del agarrador es extenuante y se requieren buenas condiciones físicas para llevarlo a cabo. Por su parte, el acon-dicionador requiere un entrenamiento específico para el desa-rrollo de esta tarea. Generalmente, todos los puestos son re-

munerados por pieza con excepción del cocinero y el barredor, encargado de la limpieza del área

de trabajo, que suelen remunerarse por día de trabajo.

Como se indicó en el apartado anterior, los trabajadores de las comparsas de esquila

suelen no tener un trabajo estable a lo largo de todo el año. En los meses de la esquila (princi-palmente octubre y noviembre) es cuando se ocupan plenamente y obtienen la mayor propor-ción de sus ingresos anuales. En promedio, los trabajadores de la esquila encuestados reciben, en el conjunto de ocupaciones que mantienen en el año, un ingreso total que se aproxima a los 35 mil pesos uruguayos'. El impacto de la esquila en el nivel de ingresos de los trabajadores puede apreciarse en la evolución de la media del ingreso obtenido por el conjunto del personal de esquila en distintas ocupaciones a lo largo del año. Claramente, puede verse en el Gráfico 2 la importancia que reviste la esquila en la actividad laboral anual y en el nivel de ingreso de este conjunto de trabajadores. El nivel mensual del ingreso medio registra sus puntos más elevados precisamente en los meses de mayor intensidad dala zafra permaneciendo relativamente esta-ble el resto del año sustantivamente por debajo del ingreso de los meses de esquila'. Esta estabilidad en la debilidad del ingreso de los trabajadores de la esquila sugiere que sus ocupa-

ciones en el período interzafra son de menor importancia económica.

El grado de dependencia de la zafra de esquila adquiere dimensión a través del limitado

porcentaje de trabajadores que recibe otro tipo de ingresos adicionales. Durante el año ante-rior a la encuesta, un 3% dolos trabajadores había cobrado una jubilación o pensión y otro 3% había estado en el seguro de paro. Otros ingresos por concepto de negocios, arrendamientos de propiedades o similares resultaron insignificantes en el conjunto. Algo mayor es la propor-ción de trabajadores que había recibido el beneficio de las asignaciones familiares al menos una vez durante el año anterior al relovamiento. Sin embargo, de los trabajadores con hilos meno-res de 18 años, el 60% no había cobrado asignaciones familiares durante ninguno de los 12

meses anteriores a la encuesta.

A los efectos de confrontar los ingresos de los trabajadores de esquila con los de otros trabajadores rurales, se efectuó una comparación con el salario anual percibido por los peones de la ganadería'. Como puede verse en el Cuadro 2, los trabajadores de las comparsas de

esquila perciben ingresos anuales que son mayoritariamente el doble ( 413 0/s) o el triple 1320/o) que

los que reciben los peones de la ganadería. En virtud dolo información presentada aula Gráfica 2, parecería que los ingresos percibidos durante la esquila dan cuenta de gran parte de la diferencia

de ingresos encontrada.

6 En el año 200Ien queso realizara el estudio el valor del dólar promedió 13.32 pesos uruguayos. 7 El gráfico incluye el total de trabajadores que declaró haber percibido algún ingreso en cada uno de los meses considerados

individualmente. Aquellos trabajadores que no recibieron ningún ingreso durante uno o varios meses no . fueron considerados en

el cálculo del promedio para esos meses en particular. Cabe recordar que algo más de la cuarta parte de los trabajadores encueslados habia estado desocupado por un periodo superior a cuatro meses durante el año anterior a la encuesta.

8 El salario de un peón rural se calculó en base al monis mensual fijado por el gobierno para el año 2001. El cálculo consideró doce

meses de sueldo. un aguinaldo y un salario vacacional equivalente a 20 dios de licencia.

Modalidades de Ocupación y de Ingreso de los Trabajadores de la Esquila

-

< „ Cuadro 3: Opinión sobre el Pago en la Esquila

Opinión sobre el Pago en la Esquila

. ... .. Comparación con el Pago en otros Trabajos

Pago en esquila es: 0/0 Pago en esquila es: %

Muy poco 1.8 Mucho menor 0.2

Poco 21.0 Menor 10.5

Aceptable 67.7 Igual 23.8

Alto 8.0 Mayor 58.5

Muy alto 0.7 Mucho mayor 5.1

NS/NC 0.8 NS/NC 2.0

100 100

Total (6101 Total (6101

Dado que los trabajadores encuestados mantienen distintas ocupaciones en el año, se

recabó la opinión del personal de esquila con respecto al nivel de ingreso que obtienen en esta actividad así como en comparación con otras actividades realizadas en el año. En relación a la primer consulta, el Cuadro 3 revela que las tres cuartas partes del personal de esquila conside-

ra que el pago recibido es entre aceptable y alto. Consecuentemente, cerca del 64% considera que el nivel de ingreso en la esquila es superior (mayor y mucho mayor) al que reciben en otras actividades que han realizado a lo largo del año. Estos datos dan cuenta de la centralidad de la

esquila en la calidad de vida de los trabajadores y en el total de su ingreso anual.

En relación a los ingresos obtenidos, explicaba uno de los trabajadores entrevistados:

. - ¿Cuánto ganas esquilando por oveja? Aquí gano $ 3.50 por vellón..

- ¿nas podido ahorrar algo, o la llevas gastada a cuenta? Ñe ,no. No he gastado nada. La tengo

toda junta para cobrar

- ¿Y no te gusta más el trabajo esta- ble en las estancias? Lo que pasa es que se gana muy poco.

- ¿Cuánto te pagan? En la cabaña estaba ganando $ 70 por

día, y después me bajaron el sueldo.

Incidencia de distintos factores en el ingreso

Habiendo establecido una aproximación al nivel de ingreso de los trabajadores de la

esquila, se procuró luego examinar la incidencia de distintos factores de índole sociodemográfica y laboral en el ingreso anual de los trabajadores. Para ello se estudió el efecto en el ingreso

total anual de las variables edad, educación, el puesto de trabajo en la comparsa, y los períodos de desocupación durante el año anterior a la encuesta. Se incluyó en los gráficos de ingreso anual, las variables que produjeron efectos significativos en el nivel de ingresos anual de los

trabajadores al ser examinadas mediante análisis de varianza.

. Cuadro Ingresos Comparádas .• ••••

Ingreso Anual es:

• • • '

Igual o Menor que el de 1 peón 12.0

Igual o Menor que el de 2 peones 43.0

Igual o Menor que el de 3 peones 31.6

Mayor que el de 3 peones 6.1

. Sin datos 7 . 4

Total 100 • . • • 16101 • • •

- ¿Por qué? Por el terna de la Caja. Para ponerme

en planilla.

- ¿Yen la estancia, cuanto te pagaban? Ahí me pagaban $ 80 por día

- ¿Y no le convenM más? No, porque en los locales de feria, pa-

gan $ 280 por día Claro que esto es cada

tanto. Cuando hay ferias.

- ¿Y en el tambo cuánto pagan? Ahí pagan un poco mejor por 8 horas

de trabajo te pagan $120, mantenido,

no?

Trabajadores de la Esquila

Gráficos 3: Ingreso Anual según distintas variables

$U 40 $U 40 Edad Educación

35 - 35

30 - 30

25 — 25

20 —

i 20

15 — —,-- --,--t .- — < 18 arios 18 - 35 años 36 - 50 años > 50 años 15

Primaria Secundaria y más

$U45 jU 45

1 Desocupación 40

Vi Puesto en comparsa

35 35

30

25 ;. 25

20

15 15 Sin Desocupado Desocupado Esquiador Agarrador Otro desocupación <2 meses >2 meses Acondicionador

El ingreso anual de los trabajadores resulta, evidentemente, de las modalidades de inserción en los mercados de trabajo así como del tiempo de permanencia en los mismos. Se comprueba que aquellos trabajadores que lograron estar ocupados ininterrumpidamente du- rante el año anterior a la encuesta representan el grupo de mayores ingresos en el total encuestado aproximándose su ingreso promedio a los 43 mil pesos anuales. Razonablemente, este promedio disminuye en los grupos de trabajadores que enfrentaron hasta dos meses de desocupación y más de dos meses de desocupación en el año, respectivamente. Siendo la esqui- la una actividad central en el ciclo laboral de los trabajadores encuestados como se sugirió anteriormente en la Gráfica 1, el puesto de trabajo que ocupan en la comparsa de esquila produce un efecto significativo en su nivel de ingreso anual. Claramente, quienes ocupan pues- tos de esquilador durante la esquila reciben a lo largo del año mayores ingresos que quienes ocupan los demás puestos de esquila en la comparsa. Un grupo de trabajadores integrado por los agarradores y acondicionadores de lana alcanza ingresos intermedios entre los de esquiladores

y los de los puestos de menor calificación en la crimnarqa Fct-p raciiitartn ci ruelo nxtrorione

visualmente en la Gráfica 4 de la cual se infiere

que las actividades laborales en el período interzafra no producen ingresos muy diferentes

para esquiladores, agarradores y acondiciona-dores considerados en forma conjunta, y ocu-pantes de otros puestos en . la comparsa de es-quila. Los tres grupos de trabajadores conside-rados parecen lograr inserciones laborales simi-lares en la interzafra y es precisamente el dife-rencial salarial de la esquila el que produce la mayor diferencia .en su ingreso total anual.

— Modalidades de Ocupación y de Ingreso de los Trabajadores de la Esquila

Claramente, la edad afecta el ingreso de los trabajadores de la esquila siendo los traba-

. ¡adores menores de 18 años y los mayores de 50 años quienes obtienen menores ingresos en sus distintas ocupaciones a lo largo del año. Este resultado sugiere que los trabajadores que se encuentran en la plenitud de su edad laboral son quienes enfrentan mejores oportunidades de empleo y consecuentemente de ingreso en el año. De manera similar el nivel educativo de los

trabajadores produce un efecto en su nivel de ingreso recibiendo los trabajadores que han

alcanzado como mínimo el nivel de inst lrucción secundaria ingresos significativamente superio-

res que aquellos que presentan instrucción a nivel del ciclo primario'.

En el análisis realizado, los periodos de ocupación y desocupación a lo largo del año así

como el puesto de trabajo ocupado en la comparsa de esquila constituyen los dos principales

'factores de incidencia en el ingreso anual de los trabajadores. Menor incidencia relativa repre-

sentan la edad y el nivel educativo de los trabajadores.

Consideraciones Finales

Los trabajadores de la esquila constituyen un grupo especializado de trabajadores

estacionales que mantiene la zafra de esquila como una actividad habitual combinada con una serie de ocupaciones diversas y períodos de desocupación a lo largo del año. Lejos de integrarse a un mercado nacional de empleo rural, se vinculan a mercados de trabajo rurales y urbanos geográficamente segmentados y a los que acceden, fundamentalmente, a través de las redes sociales de las cuales participan. No obstante en su gran mayoría, las ocupaciones que desem-peñan a lo largo del año están vinculadas a tareas agropecuarias en los rubros de producción característicos de la región en la que residen. En términos de la configuración de los mercados de trabajo rural esgrimida por Riella y Tubío (2001) podría establecerse que este conjunto de

trabajadores estacionales tiende a constituirse en elemento vinculante dolos mercados por los cuales transita a lo largo del año, siendo que este tránsito está fuertemente condicionado por el alcance de las redes sociaks de los trabajadores. En virtud de los mecanismos de acceso al empleo basados en recomendaciones y referencias, estos trabajadores se vincularán a aquellas

ocupaciones en la cuales sus relaciones de conocimiento les permitan participar.

Los ingresos anuales que perciben los trabajadores de la esquila están fuertemente

influidos por los frecuentes períodos de desocupación a los que se enfrentan. En este sentido, la zafra de esquila constituye un recurso importante para obtener un volumen de dinero que les

permite complementar los menores ingresos logrados el resto del año y paliar los meses de desocupación. La centralidad de la esquila en la vida de estos trabajadores se evidencia en los niveles de ingreso anual y de desocupación examinados así como en la valoración que realizan

acerca de la remuneración recibida en esta actividad.

Adicionalmente, los ingresos provenientes de la esquila están determinados por el puesto

de trabajo que ocupan en la comparsa. Los esquiladores constituyen un grupo selecto que obtiene remuneraciones superiores al resto del personal de esquila. Quienes se desempeñan

como agarradores y acondicionadores reciben, a su vez, mayor remuneración que quienes ocu-

pan los restantes puestos de trabajo.

Uruguay está inmerso en un proceso de mejora de la calidad de la lana con el fin de

facilitar su competencia en los mercados internacionales. El papel que juega la comparsa de

esquila en este proceso es fundamental dado que en el proceso de corte, acondicionado y selección de la lana se producen las condiciones para mejorar su calidad y presentación. De allí

Gráfico PPS: Ingreso Promedio por Puesto Su

6000 , I Esquiladores

Agarr. / Acond.

5000 Otros Puestos

4000

2000

1000

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 meses

1

9 Para el presente análisis se excluyó a los trabajadores que declararon no haber alcanzado ningún nivel de instrucción los cuales representan el 1.5%

de la muestra.

o

Trabajadores de la Esquila

se deduce la importancia vital de la presencia de una mano de obra calificada, experiente y estable. Paré conservar y mejorar el principal capital de las comparsas de esquila que constitu-yen sus trabajadores deberá alentarse el pleno empleo de los mismos a lo largo del año. De concretarse, esto tendrá una influencia decisiva en los ingresos anuales de estos trabajadores y sus posibilidades de reproducción social así como en el éxito del proceso de mejora de la

calidad de la lana impulsado por el complejo lanero.

4vi

Un trabajador de 49 años opina sobre los salarios y otras cosas:

Mi hija tainbién está allá, en Montevideo se casó y el marido trabaja en el cable, pero ella trabaja en una casa de familia y gana 40 pesos la hora.

Y aeií ¿cuánto se paga la kora?

Y acá...

- Henos

Pero no muchacho y acá bueno yo que sé, para cuidar un enfermo que es lo único que hay, te pagan 10 pesos la hora.

- Pa!, pero iguana vida en ciudad es un poco más cara, no?

Es cara, es MáS cara que acá pero seguro y ade-más en Montevideo /a preferencia siempre está en. la gente de afuera viste, porque yo que se, la gente de afuera que va es más estable, están, tie-nen más conciencia al trabajo.

- Mas SiUMS, dicen.

Pienso que sean más sanas o más viste que di-cen„ bueno ta! yo me afinco acá y acá estoy 10 años igual, esteee... pero, el trabajo en la campa-ña, :yo por ejemplo, estuve en una estancia... Yo entré de tractorista ahí, entre ganando (15 pesos por día, ii65 pesos por día!!!

- 1/arde que sale el sol hasta que se oculta.

15 horas no?, tal, esteee.. compraron, 5 tracto-res, me dieron un, tractor con una máquina a mi, une dijeron, bueno este tractor vale 100.000 dóla-res'/ la máquina que va atrás vale 20.000, y dice hay que hacerla rendir y cuidado...Bueno pero yo gano 65 pesos y yo tengo que hacerme respon-sable de 120.000 dólares, entonces uno dice una cosa con la otra.

- Y usted le dijo eso a él, oh no ?

Le dije al capataz. Estuve 2 años y ¿vos sabés cuanto me fui ganando yo para /a otra estancia que estoy ahora? 67 pesos, ó sea que me aumen-taron, 2 pesos.

- Yapar/ele piden que haga el trabajo bien y todo eso.

Y cuida, eh!! Cuando yo lid a la otra estancia, bueno ta!, ahí es distinto porque cuando haces trabajo de chacra te pagan por hora, ganás 20 pesos la hora, no.

- Te pagarían un poco más.

Claro, pero si hacés un trabajo común o sea si no tenis trabajo en /as chacras, en las casas, sol-dando algo o en la vuelta haciendo alguna otra cosa, ganás 110 pesos, ta! Pero por lo menos y si te vienen los fin de semana bueno te dan carne y un poco de leche, entonces uno tira. Viste pero, el sueldo en la campaña... y acá esto es una zafra.

- Y se junta algún pesito.

Claro, claro, claro, pero es una zafra, y des-pués en, casas tenemos algo para segiiii; bueno.

- Usted de los que he entrevistado y hablado es de los pocos que tiene un trabajo lijo, que la mayo-ría de/os entrevistados salen a buscar otra chau-

Si, salen, a buscar changas si, y que no se en-cuentra y es muy general que no se encuentra trabajo. Si, en el pueblo no, en la construcción tampoco marcha nada.

- ¿Usted trabahí alguna vez en la construcción?

En Montevideo trabajé si.

- Ah!, entonces estuvo en Montevideo un tiempo ¿Cuánto tiempo estuvo en Montevideo?

Yo estuve 6 meses en la construcción, cuando el tiempo que se pagaba bien.

- ¿Ahora la construcción está medio muerto, no?

Si, muchas veces nosotros, ahora las empre-sas en Montevideo son muy unidas y además que viste todos con los sindicatos, ya veces te vas al seguro de palo y vas a pedir a otra empresa y no podés, no te toma nadie; si estás en seg irip de pulo no te toma nadie, ninguna. otra en/lona Los si )1,- dicatos tienen sus cosas (menas y malas como to-das las cosas, no sé... (pp.:122)

Inserción Social de los Trabajadores de la Esquila

Inserción Social de los Trabajadores de la Esquila

Inserción Social de los Trabajadores de la Esquila

La Educación. Como ya se ha mencionado el estudio de los Maquinistas de la esquila [realizado a la par

de este) mostró que el principal criterio que estos emplean a la hora de seleccionar el personal de la comparsa es la conducta observada en la misma. Este criterio es preferido a otros como la rapidez o la prolijidad en el trabajo. Dado este resultado y teniendo en cuenta que la educa-ción formal no solo escolariza sino que también disciplina e imparte hábitos y conductas social-mente aceptados, los investigadores suponían que el nivel educativo alcanzado por los trabaja-dores de la esquila debía ser mayor que el que presenta el conjunto de los trabajadores rurales

del país. El análisis dele encuesta mostró que aproximadamente una cuarta parte de los traba-

jadores de la esquila no han terminado la educación primaria. Si a estos se le agregan los que si la han terminado se aprecia que las dos terceras partes de los trabajadores no han superado este nivel de escolarización. Un tercio de los trabajadores alcanzan niveles de educación secun-daria o de educación técnica. Por lo tanto estas proporciones se asemejan mucho a los niveles educativos que tienen los trabajadores agrícolas de todo el país

Sin embargo cuando se analizan los perfiles educacionales de los trabajadores según los puestos de trabajo que ocupan, allí se percibe que en ciertos puestos [los acondicionadores, los velloneros y los bolseros) los niveles educativos son superiores al promedio. Esto puede ser el resultado de dos situaciones distintas. En el caso de los acondicionadores los niveles educativos son más altos porque la tarea demanda una mayor escolarización del trabajador. En los demás casos [velloneros y bolseros) parecería estar más bien ligada a una mayor juventud de los

trabajadores. En efecto la información muestra un quiebre apreciable entre los menores y los mayo-

res de 35 años en relación con el máximo nivel de instrucción alcanzado por los trabajadores. Entre los menores de 35 años hay una proporción mayor de trabajadores que han terminado primaria, algunos han iniciado la educación secundaria aunque no hayan logrado completarla y otros han realizado los cursos de la UTU. Este perfil es diferente al de los mayores de 35 años entre quienes predominan aquellos que solo tienen primaria incompleta.

Por otro lado el análisis de la relación entre niveles educativos alcanzados y los niveles de precariedad social de los trabajadores muestran una leve tendencia a asociar positivamente mayor escolaridad con mejor inserción social.

Finalmente cabe agregar que los niveles educativos de los trabajadores de la esquila son más bajos que los alcanzados por la fuerza laboral urbana, aunque comparativamente son más altos que los niveles educativos de los trabajadores rurales de otros países de América

Latina.

o

Nota: la suma de los porcentajes es mayor que 100 porque un trabajador

puede haber hecho mas done curso. ,

Cuadro N°2 Eualuación de los cursos del SOL

(valuación %

Sin utilidad 0.9

Poca utilidad 1.5

Mas o menos útil 7.1

Útil 66.3

Muy útil 23.2

NS/NC 0.9

Total 100 (323)

Cuadro N°3: ¿Le gustaría hacer algún cuu:slo?

Va

Si 77.7

No 20.5

NS/NC 1.3

Total 100 (2781

Cuadro N° 4: ¿Qué curso le gustaría hacer?

%

Esquilador 50.5

Perfeccionamiento 5.6

Acondicionamiento 31.9

Personal de mesa 1.4

Maquinista/empres. 6.5

Otro 1. 4

NS/NC 2.8

Total 100 (2161

Trabajadores de la Esquila

Capacitación Laboral

Como parte de su misión institucional el Secretariado Uruguayo de la Lana lleva a cabo

Cursos de Capacitación tanto para trabajadores como para Maquinistas. Los instructores son

técnicos especializados de la institución, altamente capacitados, que a su vez han hecho cursos de esquila, bajo la supervisión de instructores de Australia y/o Nueva Zelanda y que siguen las tendencias del mercado internacional y las directivas del Secretariado Internacional de la Lana.

Los Cursos son de tres tipos distintos. Por un lado están los cursos para los empresa-

rios de la esquila, sean estos propietarios o encargados de las máquinas. En ellos se enseñan las operaciones básicas de la máquina, el mantenimiento y afilado de las tijeras, las técnicas de esquila y acondicionamiento, conocimientos básicos de administración de una empresa, princi-

pios para el relacionamiento con el personal, etc. Por otro lado está lo que se denomina la Escuela de Esquila: en ella se dictan el Curso de aprendiz de esquila (armado y regulación de peines y cortantes, lubricación de tijeras, técnicas de esquila, manejo y tirada del vellón) y el Curso de perfeccionamiento, parecido al anterior pero con mayor nivel. Ambos Cursos se carac-terizan por ser muy prácticos, en situación de trabajo. Durante estos cursos también se impar-ten los conocimientos necesarios para trabajar en la mesa de acondicionamiento. En tercer lugar están los Cursos de Acondicionamiento de la lana. El acondicionador es el trabajador que está a cargo de la mesa de acondicionado y el personal de mesa se halla a su cargo. En ellos se

le enseña a los trabajadores a distinguir los distintos tipos de lana (garreo, barriga, puntas quemadas, etc.) de modo que al separarlas quede el vellón limpio. También se les enseña a llenar

las planillas del pesaje de las bolsas de lana (romaneo), y otras operaciones que se deben llevar

a cabo por parte de los que están a cargo de la mesa de acondicionado.

_ _ En el transcurso de los Cursos de la Escuela de Esquila y de los Cursos para acondicio- nadores es frecuente que también se impartan en forma informal, ciertas normas básicas que

tienen que ver con el comportamiento de los trabajadores en la comparsa. Desde normas refe- ridas al cuidado de la presentación personal, identificación y delimitación del área del establecimiento en el cual es

Cuadro N° 1: Trabajadores que realizaron Cursos de esperable que se desplacen los trabajadores, el cuidado y Capacitación atención del área del fogón, la limpieza y el cuidado de las

Tipo de Curso Wo Trabajadores áreas de descanso y de los servicios higiénicos (cuando

Aprendiz 40.5% los hay), el respeto a las horas del descanso, la prohibi- Perfeccionamiento 11.6% ción de consumir bebidas alcohólicas, etc.

Tipo de Curso Wo Trabajadores

Aprendiz 40.5%

Perfeccionamiento 11.6%

Los Cursos para trabajadores son impartidos en

estancias que ponen sus instalaciones y sus majadas a dis-posición de la institución. Los trabajadores que asisten son invitados por los propios técnicos del SUL o son enviados por los Maquinistas quienes así preparan y califican a los trabajadores que parecen tener mayor potencial y dispo-sición. Los Cursos generalmente tienen una duración de una sernana aunque esto puede variar según los conteni-

dos del mismo. El financiamiento de los mismos esta a car-go del SUL, es decir que son gratuitos para los trabajado-res, aunque los Cursos para Maquinistas pueden tener un

costo básico para el empresario que lo toma.

El 54% de los trabajadores encuestados había pa-sado por alguno de los cursos del SUL. Sin embargo la

mayoría de los esquiladores no asistió a escuelas de es-quila sino que aprendió el oficio por si mismo directamente

Inserción Social de los Trabajadores de

en la comparsa o a partir de lo que sus familiares o amigos

le transmitieron. Es por ello que cuatro de cada diez tra-bajadores realizaron el curso de aprendiz de esquila que

es el primer nivel de instrucción. Un 11.6% (luego de ha-cer el curso de aprendiz) se capacitó en el segundo nivel realizando el curso de perfeccionamientopara esquiladores. Aproximadamente el 16% de los trabajadores realizó cur-sos de manejo del vellón aprendiendo tareas de acondicio-

namiento o de las que se realizan en la mesa de clasifica-ción. Existe sin embargo una gran disposición de parte de los trabajadores a participar en instancias de capacita-ción. Las tres cuartas partes de aquellos que no asistie-ron a la escuela de la esquila se mostró interesado por hacerlo. La voluntad de acceder a entrenamiento específi-co en tareas de esquila estaría vinculada a las posibilida-des de permanecer en una actividad que consideran bien

paga, potenciando las posibilidades de desempeñarse en los puestos de trabajo de la comparsa que requieren ma-

yor calificación.

Aquellos trabajadores que han realizado los cursos del SUL, tienen una evaluación posi-

tiva de los mismos. (Ver Cuadro N°2)

Esta evaluación positiva a su vez, explica que aquellos que aún no han realizado cursos

con dicha Institución, estén dispuestos a hacerlos en su gran mayoría.

Por otro lado los mejores ingresos que perciben los esquiladores y su mayor prestigio

dentro de la comparsa explica que el curso más demandado sea el de esquilador, a pesar de que

sea uno de los puestos que mayor esfuerzo físico exige.

Finalmente es posible vincular los niveles de capacitación alcanzados por los trabajado- res de las comparsas de esquila con la precariedad de las condiciones laborales a lo largo del año. Si bien este tema, de la precariedad laboral, será tratado en extenso más adelante, es posible adelantar que se ha logrado diferenciar dentro de los trabajadores de la esquila, (que por definición son todos trabajadores precarios porque no tienen un empleo estable y por tiempo indefinido) cuatro categorías diferentes de menor a mayor precariedad: los trabajado-res insertos. los que tienen un déficit, los que tienen dos déficit y los que tienen tres déficit o trabajadores excluidos. Si se relacionan los niveles de precariedad con la capacitación obtenida por los trabajadores se observa una asociación tal que a mayor nivel de capacitación mayor nivel de inserción social. Si bien la dirección de la relación no es evidente (dos trabajadores más

capacitados son los que se insertan me¡or o los trabajadores que tienen mejor inser-

ción social acceden a una mayor capacita - Cuadro N°5 - Trabajadores precarios y N° de cursos SR realizados

ción?) la evaluación positiva que los traba-jadores hacen de los cursos y el interés en hacerlos por parte de aquellos que aún no los han hecho autorizan a pensar que la di-

rección de la relación es que a mayor capa-citación mejoran las posibilidades de inser-

ción social.

En concreto el Cuadro siguiente

muestra que los trabajadores con mayor nivel de precariedad. los que se han deno- minado excluidos, son los que tienen una

o

Acondicionamiento 14.3%

Personal de mesa 2.1%

Maquinista 3.1 %

No realizaron Curso 45,7%

N° de Cursos

Insertos

Índice precariedad los trabajadores

1 déficit

de

(en Vol

2 déficit Excluidos

Total

0 30.8 37.4 40.5 59.2 45.7

1 42.3 43.5 44.2 32.8 39.8

2 17.3 16.5 11.1 6.5 11.1

3 7.7 1.7 3.2 1.5 2.7

4 1.1 0.4

5 1.9 0.9 0.4

Total (52)

100

(115)

100

(190)

100

12011

100

(558)

100

Sobre las condiciones de vida durante la esquila:

- Tú que has andado, con muchas máqui-nas, ¿Cuál ha sido tu experiencia? por-que convivir tres o cuatro meses con varias personas...

No es fácil, pero yo creo que va en el carácter de una.. Hay algunos cerrados, apartados de la gente, y bueno eso pue-de ser porque a veces uno se cansa. - ¿Tá has notado diferencias entre la gen-

te?

Sí. Todas las personas tienen un ca-rácter diferente. Por lo general son to-dos bien. Uno trata de llevarse lo mejor posible. Convivir bien. Los cuatro o cin-co meses que uno va a estar fuera de las casas, estar bien. Porque uno va a estar cuatro o cinco meses fuera de las casas, durmiendo mal de repente, tirado en un galpón, durmiendo afuera...

Yo me llevo bien con todos, por suerte me llevo bien con todos, pero a veces la gente como que tiene doble personali-dad. Yo estoy hablando con vos, y de re-pente voy para allá y me pongo a ha-blar de vos. Porque en grupos dedos, de tres... siempre hay discordancias, ver-dad? Ya veces por el cansancio mismo, uno aveces se le cambia el carácter que-da medio rebelde. Se nota mucho en los viajes, cuando uno viaja para el pueblo se siente más alegre. Estando en cam-paña, haciendo todos los días lo mismo, ya como que no hay tema para hablar verdad? Uno queda medio rebelde, ya. Empieza a quedar medio serio. A veces en algunos casos surgen, problemas, pero no van a mayores. Al menos en las máquinas que he andado yo nunca ha habido problemas. Los esquiladores mismos, tienen problemas... con el aga-rrador. Pero eso pienso yo que ya viene de... en todas las máquinas. Yo en rn,i caso no tengo problemas con nadie por-que trabajo en la mesa y no me voy a

poner mal, porque por ejemplo, me tiró un vellón mal, no existe, ponerse mal por eso. Yo embromo, embromo, pero no más.

- Acá se esquila se,gán el método 7(i/Iy Hi yson todos pulses jóvenes, pero en las que hay esquila tradicional, donde son más veteranos, ¿has notado alguna di-ferencia?

Que son más tranquilas. Claro, don-de ya hay muchos jóvenes... y hay una cantina cerca, uno quiere ir para allá y se pone a mirar Anda mirando las co-sas.

Nosotros vinimos para acá y tenemos , que estar ahí. Ahí sentado. No pasa

nada si uno va a la cantina a buscar un par de cosas. Ahora adonde hay gen-te de edad siempre es más tranquila la cosa porque los veteranos son más tran-quilos, verdad? Como que le toman ti-rria a los más jóvenes porque WID anda nervioso, como loco. Pero; por lo general siempre bien. Yo en los ocho o nueves años que llevo, bien.

- En los estabkcimientos-como vos decís, ellos allí,fr ustedes acá...

Sí. Eso si. No se preocupan, por uno. Hagan el trabajo y está. Como hay pa-trones que son, buenos, que te dan una pieza.. y hay otros que tienen y 710 te dan. O que te den un galpón aparte para que vos no ancles moviendo la cama los bolsos, todo, que tengas sombra-

- ¿Lo has notada el fin to del patrón?

Ah sí claro A veces el que tiene me-nos te brinda más que el que tiene mu-cho. Muchas veces, si llueve, It710 cm se va a quedar uno quiecc irse para el pue-blo, un temporal lloviendo, ¿qué vas a estar haciendo? Querds irle para el pue-blo, y si tienen, vehículo no te arriman, ni siquiera hasta la carreteca. Eso, vis-te te choca. Porque de aquí a la carrete-ra ¿cuánto gastcís? das uf ros de gasoil. Eso te choca. Al menos a mí, verdad?(pp.: ././/)

Trabajadores de la Esquila Inserción Social de los Trabajadores de la Esquila

proporción mayor de trabajadores sin capacitación. En el otro extremo entre los trabajadores con mejor inserción social es que se encuentra una proporción mayor de trabajadores capacita-

dos por el SUL. Los datos también sugieren que entre los trabajadores mejor insertos es mayor la proporción de los que han tomado más de un curso.

Condiciones de Vida.

Para el caso de los trabajadores temporarios cuando se analizan las condiciones de vida es preciso referirse a estas en el lugar de residencia y también en el lugar de trabajo. En este apartado se hará referencia a las condiciones de vida en el lugar de residencia permanente del trabajador.

Son particularmente escasos los estudios que hacen referencia a las condiciones de vida en la residencia de los trabajadores. Neffa (1986) en su estudio de los trabajadores temporarios en América Latina, hace notar que existen al menos tres tipos de situaciones. En la primera los trabajadores temporarios provienen de áreas campesinas próximas a grandes establecimientos que los contratan. En estos casos los trabajadores residen en sus casas y viajan diariamente a pie o en una locomoción sencilla hasta su lugar de trabajo. En estos casos la vivienda suele ser mejor que en las otras situaciones. Una segunda situación la constituyen los trabajadores temporarios que han sido expulsados del campo y residen en las afueras de pueblos y ciudades en condiciones muy precarias siendo transportados diariamente en camio-nes hasta su lugar de trabajo. Es la situación de los "boias-frias" en Brasil ampliamente docu-mentada (ver Da Silva 1993) Una tercera situación es la de los migrantes que dejan sus domi-cilios por largas temporadas y viven en los propios establecimientos.

En el caso de los trabajadores de la esquila como ya se ha visto la mayoría de ellos residen en los pueblos del interior del país y durante los meses de la esquila se alojan en los establecimientos ganaderos donde trabajan. Si bien el periodo de esquila dura entre dos meses y cinco meses (dependiendo de la cantidad de ovejas que tenga contratada la "máquina") la mayoría trabaja durante dos meses. En este lapso pernoctan en los establecimientos ganade-ros.

Las condiciones de vida de los trabajadores y su familia se examinan a partir de la tenencia de una vivienda, los indicadores de nivel de satisfacción de necesidades básicas y la

cobertura de salud. Páginas más adelante se examinan las condiciones de vida en el lugar de trabajo, durante la esquila.

La tenencia de una vivienda

La mitad de los trabajadores de la esquila son propietarios de la vivienda que habitan 151%) y aproximadamente otro 20% está en proceso de pago de la vivienda a través de los planes habitacionales del Movimiento Pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (MEVIR) y del Banco Hipotecario. Por lo tanto es posible sostener que un 71% de las población estudiada cuenta con estabilidad en la vivienda a través de la propiedad. En el 30% que no cuenta con

vivienda propia solamente un 10.3% de los trabajadores paga alquiler por la vivienda, mientras un 15% vive en casa de sus padres. Es decir que la población estudiada cuenta con una estabi-lidad en la vivienda muy superior a la que existe entre los trabajadores temporarios de otros países del continente. Posiblemente esta situación se deba a los planes habitacionales públicos

instrumentados en los pequeños pueblos y ciudades del interior que tienen como sujetos de su acción trabajadores con un perfil ocupacional similar a la población estudiada.

Inserción Social de los Trabajadores de la Esquila

(DISSE) y los que tienen hijos menores de edad a percibir un estipendio por cada uno de ellos (Asignaciones Familiares). La percepción o no de estos beneficios se constituye parlo tanto en un indicador aproximado del nivel de declaración en el BPS de los trabajadores rurales por parte de sus patrones.

Si se examina la información referida al total de los trabajadores asalariados rurales del país, disponible en el Censo de Población de 1996, se encuentra que solo el 54% de ellos se atienden en mutualistas privadas, 27% lo hacen en los hospitales públicos y 15% no tienen ningún tipo de protección

para la salud.'

¿Cuál es la situación para los trabajadores de la es-

quila? En primer lugar es preciso destacar que no se le pre-guntaba al trabajador de la esquila por la situación de asisten-cia durante los dos meses de la esquila, sino en general°. Por lo tanto la información refleja la situación permanente a la que está sujeto el trabajador y las respuestas son acordes con el alto nivel de desocupación y de inestabilidad laboral que experimentan estos trabajadores. La gran mayoría dolos tra-bajadores recurre a servicios hospitalarios públicos en caso de enfermedad (75%). Cabe destacar sin embargo, que para poder acceder a la atención médica pública se necesita tener un carné de asistencia vigente con el cual no siempre cuentan los trabajadores. El 1E1.5% accede a cobertura médica en mu-tualistas privadas a través de DISSE por contar con un em-Pleo en—él sector privado y grupos muy menores cuentan con cobertura a través de los hospitales policiales y militares o a través de afiliación a servicios mutuales. Aquellos que no tie-nen ningún tipo de cobertura constituyen el 1°/0 del total

encuestado.

Con referencia a los trabajadores de la esquila que deberían haber percibido el beneficio de la asignación familiar por tener hijos menores de edad, los datos muestran que el 60% de ellos no cobró asignaciones familiares durante los 12 meses anteriores a la encuesta'. Esta información contribuye

a reforzar la hipótesis de que muchos de estos trabajadores no están legalmente registrados en los organismos de Seguri-

dad Social, ya sea porque tienen elevados períodos de des-ocupación, porque realizan trabajos de changas con una mar-cada inestabilidad o porque realizan tareas sin estar declara-

dos por sus patrones.

Sobre la educación opina un trabajador:

- ¿Y t familia también eran todos del campo?

Mi fámilia siempre vivió en el pueblo o siempre vivió en Goñi, el único que salió de la campaña era yo.

- ¿Es raro que su familia no haya sido de la campaña yusted haya salido para la campafia?

Y bueno, no hay otra cosa, a veces el pro-blema es si no vas a la escuela y tus padres no pueden pagarte un estudio tenés que /aburar Muchas veces hace, yo que sé, yo tuve una hermana cuando el liceo eran 4 años, hizo los 4 años pero después no pudo hacer más nada. Terminó como ama de casa, tra-bajando de empleada, porque no te pueden costear un estudio y no podes ir a la Facul-tad porque no te da. Yeso es el problema de la pobreza, no te digo que yo paso mal ni nada, porque yo crié 6 hijos y sin embargo yo nunca tuve problemas COM.:, a pesar vis-te que los sueldos no están de acuerdo a lo que vos haces, eh! pero vos yo que sé, a veces estás para mandar un hijo a la escuela, te sale caro también porque vos hoy cobrás de asignación por ejemplo de 320 pesos cada 2 meses, y la túnica te sale 100 pesos, un par

de championes total y vos tenés que mandar-lo. Pero y después lo que piden durante el año, y bueno y después si podes hacerlo estudiar o aunque sea 2 años de liceo; ah,ora está el problema de la computación que ahí, yo que sé, podes pagar estudios que ahí te aceptan en una tienda o en un ,supermercaclo, sino sabes computación, no agarras laburo, y bue-no yo que sé...(pp.:12-1)

Trabajadores de la Esquila

La satisfacción de las necesidades básicas.

Si analizamos la situación de los hogares a partir del nivel de satisfacción de las necesi-dades básicas podemos apreciar el nivel de carencias en relación a las características de la vivienda, el nivel de hacinamiento, la disponibilidad de luz eléctrica, el tipo de energía utilizada para cocinar, la disponibilidad de agua potable y el sistema de evacuación de excretas. Las necesidades básicas son entendidas como requerimientos mínimos para el desarrollo de los

miembros de line sociedad específica. La clasificación resultante del uso de esta metodología considera hogares pobres a aquellos que tienen insatisfecha alguna de las necesidades conside-radas y hogares no pobres á aquellos que han logrado niveles de satisfacción en las seis nece-

sidades consideradas.

Los resultados del presente estudio indican que los trabajadores de la esquila tienen un índice de satisfacción de sus necesidades básicas relativamente elevado. En el total del conjunto

estudiado, solo el 27.7% presenta una o más Necesidades Básicas Insatisfechas calificando por lo tanto como población en estado de pobreza. Esta situación es solo un poco menos favorable que en el total dolos hogares del país cuyo índice de Necesidades Básicas Insatisfechas alcanza el 16%, mientras que a nivel de los trabajadores asalariados agrícolas es de 18% 1 • Por otra

parte en el estudio dolos cosecheros del citrus Riella y Tubío encontraron que el 71,4% de los trabajadores viven en hogares con al menos una NBI.

Las mayores carencias en la población estudiada, se refieren a la disponibilidad de ener-gía eléctrica en el hogar y al tipo de energía utilizado para cocinar. En este sentido, el 14 0/0 de

los hogares no dispone de alumbrado eléctrico de UTE y el 15°/a utiliza queroseno o leña como fuente de energía para cocinar'. No representan carencias importantes el tipo de evacuación de excretas del baño, las características de la vivienda (materiales de pisos, techo y paredes), el nivel de hacinamiento y la disponibilidad de agua potable en la vivienda.

Cobertura de Salud.

El análisis de la cobertura de la atención de la salud entre los trabajadores se realiza con dos objetivos. Por un lado conocer la efectiva cobertura de atención de que disponen, partiendo de la premisa de que la asistencia pública es de calidad inferior a la que se obtiene en la asistencia privada, por mutualista, según el sistema vigente en el país. Pero en segundo lugar la cobertura de la salud también proporciona una aproximación al nivel de protección social con que cuentan los trabajadores. En efecto, según las disposiciones vigentes en el país, todo traba-jador debe ser declarado por su patrón frente al Banco de Previsión Social y deben realizarse los aportes sociales correspondientes dirigidos a financiar el sistema previsionai. Estos aportes son realizados tanto por el patrón como por el trabajador. El trabajador declarado frente al BPS

tiene derecho a la cobertura de la atención de la salud en una mutualista privada de su elección

Cuadro N°S. Satisfacción de Necesidades Básicas

Carácter. vivienda

Hacinamien. Luz eléctrica

Energía para cocinar

Agua potable

Evacuación WC

N 610 607 609 608 604 609 Satisfacción 97% 95% 86% 85% 94% 97.5%

' Carlos Bianchi. Informe de Caracterización de la PEA Agrícola 1985-1996. Inédito. Departamento de Sociologia. Facultad de Cien.

cies Sociales. 2003. El nivel de insatisfacción en la disponibilidad de alumbrado eléctrico y la principal fuente de energia utilizada para cocinar encontra-do para el conjunto de trabajadores de la esquila es superior al registrado por el Estudio sobre el Empleo. los Ingresos y las Condiciones de Vida de los Hogares Rurales que salía en 7.3% y 10.9% respectivamente el nivel de insatisfacción para el interior del pais (OPYPA, 2000)

' Carlos Bianchi. Caracterizacion de la PEA Agricola 1985.1996. Inédito. Departamento de Sociologia. Facultad de Ciencias Socia-

les. UdelaR. 2002 En concreto la pregunta era: ¿Si se enferma donde se atiende? La pregunta era: Para los que tienen hijos menores a cargo: ¿En el ultimo año cobro asignaciones familiares?

o

Trabajadores de la Esquila

Condiciones de vida en la esquila.

Las condiciones de vida de los trabajadores transitorios en distintos países de América Latina, según han sido reportadas por diversos investigadores posiblemente se cuenten entre las peores de toda la fuerza laboral. En México por ejemplo Sánchez y Arroyo señalan la pobreza extrema y el desamparo en que se encuentran. Cuando se les proporciona vivienda en los

establecimientos estas son "galerones con divisiones de cuatro por cuatro metros, carentes de agua potable y de servicios sanitarios, donde cientos de jornaleros se hacinan" (Sánchez y Arroyo, 1993:165] Neffa (1986] resumiendo los estudios individuales realizados en varios países señala que las condiciones de vida de los trabajadores transitorios en los establecimien-tos son peores que las de los trabajadores rurales permanentes.

el hacinamiento y la promiscuidad constituyen la norma., deben sufrir las graves defi-ciencias que caracterizan los servicios higiénicos, el acceso al agua potable, las facilidades para asearse, los sistemas de ventilación, el suministro de energía eléctrica, la insonorización de las viviendas y la protección contra roedores, víboras e insectos." (Neffa, 1986:97)

En nuestro país Riella y Tubío al estudiar las condiciones de trabajo de los cosechadores del citrus (incluye baños, comida, transporte, trato de los capataces, etc.) encontraron que el 52,6% de los trabajadores opinaba que eran buenas o muy buenas, mientras 41,9% sostuvo que eran regulares y un 4,2% que eran malas o muy malas.

En el caso de los trabajadores de la esquila se les solicitó que evaluaran las condiciones de trabajo en la esquila a partir de la consideración de distintos ítems referidos a la comparsa

en la que se encontraban y al establecimiento productivo donde fueron encuestados. Para cada caso particular, se utilizó una escala numérica del 1 al 5 en la cual 1 representaba muy malas condiciones y 5 muy buenas. En general las evaluaciones realizadas para el conjunto de ítems consultado revela un cierto nivel de conformidad de parte del personal de esquila con las condi-ciones en las que trabajan. Un resumen comparativo de las evaluaciones promedio realizadas se presenta en el Cuadro 21. Como puede apreciarse, los trabajadores consideran que el trabajo en la esquila involucra tareas de mucha exigencia. Existe un cierto riesgo de sufrir accidentes

pero el nivel del mismo les parece aceptable. En promedio, consideran aceptable también el lugar que se les proporciona para dormir que frecuentemente es el mismo galpón donde se realiza la esquila y el lugar de los baños, a veces inexistentes. El galpón donde se trabaja les resulta bueno para trabajar igual que la comida que reciben en la comparsa. La calidad de las

tijeras con las que trabajan es considerada buena por el conjunto de esquiladores. Las relacio-nes con los otros integrantes de la comparsa son en promedio buenas.

El tenor de las respuestas obtenidas en este apartado merece una mayor elaboración Para el equipo de investigación que par

Cuadro lel: Evaluación de las Condiciones de Trabajo

Ítem Media N

ticipó de las entrevistas exploratorias a los trabajadores de la esquila en seis máquinas durante la zafra del 2.000 y que luego realizó las encuestas visitan-do 60 máquinas en otros tantos esta-blecimientos rurales fue rápidamente evidente que la formulación de la pre-gunta no permitía captar la realidad. Las

comparsas se desplazan en un camión en el que cada trabajador lleva su col-chón o un catre, la ropa de cama, y bol-

sos con ropa y los avíos necesarios para vivir durante varios días. El maquinista

T. El lugar para dormir 3.30 586 2. El lugar de los baños 3.10 553 3. El tamaño y comodidad del galpón de trabajo 3.55 591 4. La comida 3.93 588 5. Las relaciones con el resto de la comparsa 4.24 606 6. La calidad de las herramientas 4.02 267' 7. El rigor de la tarea 2.85 605 O. La posibilidad de accidentarse 3.26 570 .

a. Sólo esguiladares. . )). Categorías de respuesta ítems 1-6: Muy malo 1, Malo 2, .. , .

. Aceptable 3; Bueno 4, Muy bueno 5: hm 7-8: Demasiado 1, Mutilo 2, .; . . Aceptable 3, Poco 4, Muy poco 6.

Inserción Social de los Trabajadores de la Esquila

se encarga de llevar todo

lo necesario para cocinar: En la enorme mayoría de los establecimientos visita-dos los trabajadores duer-

men en el propio galpón de esquila, o en los aleros de los galpones si los tiene, o debajo de los árboles o a la intemperie. Solo en los establecimientos más grandes los servicios higié-nicos que emplean los tra-bajadores permanentes son suficientes para los

trabajadores transitorios de la comparsa. En la mayoría de los casos, deben cumplir con sus necesidades fisiológicas, alejándose del lugar de trabajo, "entre las chilcas". Generalmente

cuentan con agua potable pero deben higienizarse al aire libre o yendo hasta un tajamar, una cañada o un arroyo cercano. ¿Como puede ser que trabajadores que en su mayoría, en sus hogares cuentan con viviendas de material, con todos los servicios, estimen que las condiciones de alojamiento y de servicios sean aceptables o buenas? La explicación más plausible es que los

trabajadores tomaron como punto de comparación, no las comodidades de sus hogares sino lo que se espera como normal en un establecimiento rural que los contrata para esquilar. En este sentido en la medida que, como se dijo, la mayoría de los establecimientos no cuentan con instalaciones para los trabajadores transitorios, los trabajadores en realidad "acampan" en los mismos. Si esta es la situación generalizada y esperada, es menos sorprendente las respuestas obtenidas. El trabajador quemo quiere verse sometido a estas condiciones de vida sabe que no debe salir a la esquila.

También es posible, que las condiciones en que fue aplicado el formulario dele encuesta, es decir en el establecimiento y con frecuencia en la proximidad dolos propietarios del mismo o en la cercanía del maquinista haya sesgado la respuesta voluntaria dolos trabajadores. Algo de esto se percibe en las transcripciones de algunas entrevistas en las que el trabajador parece opinar con más libertad:

. - En los establecimientos como vos decís, ellos a Ny ustedes Mí-

- Sí. Eso sí. No se preocupan porcino. llagan el trabajo y esta Cuin o hay patrones que SOT1, buenos, que te dan unce pieza... y hay otros que tienen y

. no te dan. O que te den un galpón aparte para que vos no andes moviendo la cama los bolsos, todo, que tengas som,bra...

[

: :... Por ahora me da. Para comprar alguna ropita... Pienso que si agarro un trabajo estable de 3.000 pesos por mes, 2.500 con eso está. La voy a de-

. jar, verdad? Porque no voy a seguir tampoco siempre, en campaña, moja- : do, durmiendo mal. Llega un momento que aburre. Si uno agarra un ira-

: bajo bien.

'-iY lo que saas te dd para thwr algunos meses?

Sí. Para pagar algunas cuentas. Salir Un, poco. Comprar un. poco de ropa... Aunque no podas quedarte con esto para todo el año. (5":16)

Trabajadores de la Esquila

O este otro que opinaba:

...es como la esquila, vos trabajas 20 días pero, vos vivís una vida que vamos a decir; vos tenés que adaptarte a lo que es la esquila, si te toca que el galpón es chico y entran nada más que los esquiladores, y vivís en el suelo, a veces con poca comodidad, sin nada, yo que se. Y el cocinero también, cuando llueve también tiene sus, porque el día que llueve están

dtoadno, shaeyn lueglgarea/Psdqnupeetreo dvaons qtueefiéttsénqeune teeschar acá para ahbasci°erilee ell ov,pneoromhjasy. lpugearreepseqnutee oe tienen, poner 2 chapas arriba así para mantener el fuego prendido y aguántate ahí y el trabajó tenés que hacer1068:11

Aunque algún trabajador también sugiere que las condiciones en las estancias también tiene que ver con el comportamiento de los propios trabajadores:

- ...hay que lidiar con los compañeros y es bravo. Porque todos no tenemos ,1-7111•misma manera de ser Además, -si han hablado con otros esquiladores-

lésquiladon está mal mirado. 'j¿Ah si?

-Sí, está mal mirado. Por eso estamos allá, entre los chanchos, en los chi-_ipieros metidos en esos lugares. Estamos en los lugarés fieros porque las Mquinas antes eran de mucho relajo.

4-411u me han contado, pero BO sabía ¿o sea que los patrones los tienen a - ñienosa ustedes?

4,1411Tárque bueno, igual vienen todos mamados. Aquí, gracias a dios, no ' nadie. Bueno, yo como so; alcohol no traigo. Si uno viene a trabajar

no,q,otra cosa. Por eso somos mal mirados. Capaz que eso se va a corregir 1-1411fit., si tiempo.(7«:9)

-

CAPITULO VII

La Esquila como Oficio

La Es tq como Oficio

La Trayectoria de Trabajo en la Esquila

Como ya se ha descripto en un capítulo anterior el personal de una comparsa de esquila se distribuye en distintos puestos de trabajo desempeñando tareas que involucran, a grandes rasgos, la esquila de los animales, la limpieza del lugar donde trabaja la máquina, el acondiciona-miento del vellón y su embolsado. Adicionalmente, la comparsa cuenta con un trabajador que se encarga'de la cocina y con un maquinista que siendo el propietario de la máquina es el respon-sable por su funcionamiento, el cuidado de las herramientas y por la operación general.

El puesto que ocupa a la mayor proporción de trabajadores es el de esquilador constituyendo el puesto principal de trabajo y representa . c usdro litili : lerionel porl la tarea de mayor prestigio en la organización del trabajo al interior de

i- de Trille: ..

la comparsa. En segundo lugar está el puesto de acondicionador tanto En % porque son casi un quinto de los trabajadores, como por la importancia Agarrador 8.9 creciente del acondicionamiento del vellón. Barredor 5.4

Los trabajadores de la esquila se inician en esta actividad siendo Esquilador 43.9 muy jóvenes. La edad promedio de la primera salida es de 18 años. La Bolsero 8.4 mayoría dolos trabajadores comenzaron trabajando en puestos de me- Acondicionador 17.0 nor calificación y/o jerarquía de la comparsa cuando hicieron su primer Vellonero/levant. 5.4 zafra de esquila. El 27% de los trabajadores lo hizo como barredora Alcanzador 1.1 canchero y otro 18% comenzó como vellonero recogiendo el vellón del Cocinero 7.9 piso una vez esquilado el animal. Aproximadamente un 10% se inició Otro 1.8 como bolsero apilando el vellón dentro dele bolsa. Solamente un 16% NS/NC 0.2 del personal encuestado trabajó como esquilador en su primer puesto Total 100.0 (610)

de trabajo

Como explicaba un acondicionador entrevistado':

-¿Cuánto hace que estás en la esquila?á siempre fuiste acondicionador?

Y més o menos 10 años, empecé como levantador de ovejas y hice casi todos los trabajos • dentro de la esquila, y luego que hice Lan curso de clasificación de lana y después un curso de acondicionamiento, empecé a trabajar en esto y no cambié más. 3 821

o

Trabajadores de la Esquila

Un esquilador Tally-Hi:

- Tu idea, cuál es? ¿Seguir saliendo? No, si agarro un trabajo que medio me sir-

va de efectivo...

- ¿De peón? Sí,, en campaña o en el pueblo. La dejo a

la esquila. Es un trabajo de unos cuarenta

días y si uno no tiene un trabajo seguro... queda perdido. Se gana unos pesos, eso sí.

- ¿Qué es más duro, esto ola estancia?

Yo hallo que esto. Porque acá uno no se puede ni enferman mientras que en la es-tancia... y además tiene un sueldo fijo. (pp.:62)

El caso de este entrevistado que ha pasado por todos los puestos de trabajo de la comparsa no es común. Por el con-trario es posible afirmar que existe una cierta especialización. Si bien comienzan a trabajar por los puestos de menor califica-ción (que son como la puerta de entrada) parecería que el próxi-mo paso es insertarse en un puesto de mayor calificación en el

cual hay tendencia a permanecer. Esta afirmación se sustenta en que, en promedio cada trabajador ha desempeñado tareas en 2,6 puestos de trabajo desde que se inició en la esquila. Pero también en que el 60% de los trabajadores se han desempeña-do en uno o dos puestos de trabajo y que el 80% en solo tres

puestos de trabajo.

Esta especialización en un puesto de trabajo parece es-tar afectada por el grado de precariedad en la inserción laboral del trabajador. Los trabajadores más precarios tienen algo más de rotación en las puestos de trabajo que los que están mejor

insertos.

La Esquila como Oficio

Por otro lado también se constata que aquellos trabajadores que ocupan puestos que se caracterizan por tareas más definidas y de mayor calificación, y que además redundan, como se vió, en una mayor remuneración, son más propensos a realizar cursos de capacitación. Esta

tendencia se verá reforzada, por las diferencias que se detectan a la hora de evaluar la utilidad de los cursos en función del puesto ocupado en la comparsa: esquiladores balseros y acondicio-

nadores son los que le encuentran mpor utilidad a los cursos del SUL.

En lo que hace a la educación formal discriminada por los puestos de trabajo, uno dolos elementos más llamativos como ya se ha dicho, es el relativo mayor nivel de educación de los

acondicionadores. Esto es coincidente con las funciones de este puesto de trabajo en.que se

requiere un mayor nivel de escolarización.

La composición por edades de las diferentes categorías de trabajadores presenta dife-rencias muy marcadas. En términos generales, se puede afirmar que, los puestos de trabajo mejor remunerados son ocupados por trabajadores que están en los treinta años de edad, a

excepción de los cocineros cuya composición etaria es más envejecida y de los acondicionado-res, cuya composición etaria es relativamente más joven. Los puestos peor remunerados (ba-rredores, alcanzadores y velloneros) son ocupados por trabajadores jóvenes que probablemen-

te recién se estén insertando al mercado de trabajo.

Las diferencias entre los puestos de trabajo.

En un capítulo anterior se ha visto que los puestos de trabajo producen diferencias significativas en los ingresos de los trabajadores. Si bien hasta el momento en general, se ha

hecho referencia a las características de los trabajadores de las comparsas como un todo, en

este momento es preciso señalar sus heterogeneidades internas.

En lo que tiene que ver con un análisis comparativo, sin duda existen puestos en que los ingresos son superiores a otros. En particular es el caso de los esquiladores, pero también de los acondicionadores, agarradores, balseros y cocineros. En el otro extremo, se ubicarían aquellas categorías de trabajadores en puestos con menor calificación y peor remunerados como los velloneros, los barredores y en especial los alcanzadores. Es debido a esta diferencia que los esquiladores y los cocineros son bastante más propensos que el resto de los trabajadores a considerar que el pago en la esquila es mejor que el que perciben en otros trabajos que realizan

a lo largo del año.

La fidelidad a las comparsas.

Existe en el personal de esquila una alta rotatividad en las comparsas en las que ha trabajado. Solamente la cuarta parte del personal encuestado había trabajado siempre en la misma comparsa. El resto de los trabajadores declaró haber pasado por distintas máquinas, con un promedio de 4 comparsas distintas por trabajador. Entre quienes trabajaron en varias com-

parsas distintas, el 70% lo hizo en por lo menos 3.

En una entrevista a un maquinista este expresaba: • -• •

Exactamente, todos los años por distinta.S razones se cambia de gente, y a veces

empiezan a trabajar y trabajan 2 o 3 días.; se van por otro lado; pero quiere decir

que todos los años se va cambiando de gente. Hay muchachos que hace lp o 5 años

que están, y otros son gente nueva, todos los años se va cambiando, es difícil man-

tener la misma gente. .

- Por qué tipo de razones cambió a ¡agente? Y bueno, se camina por motivos de que otra comparsa tiene más ovejas y al

trabajador le, sirve la comparsa que tiene más ovejas, tiene mejor resultado la

ch,anya que hace, no?(2":2)

Entre las razones que se enumeran para cambiar de una comparsa a otra destacan la

cantidad de ovejas con las que cuenta la máquina, la mejor paga y el abandono de la actividad

por parte del dueño de la máquina, como las más importantes.

En otra entrevista manifestaban:

líala° elige una comparsa? ¿El dueño de/a maquina lo elige a usted?.

:Y., viene a ser una cadena porque el empresario siempre busca un esquilador que haga un buen trabajo y el esquilador busca una maquina buena, que de buena

~ida.

- ¿Pesa mucho el número de ovejas no? Claro es de los más importante, IMO después que se hace esquiladog; que trabaja

bien, puede elegir la maquina en que quiere salir

Un esquilador deszafralizado de perfil urbano:

- ¿Hiciste escuela, liceo?

Hice hasta segundo en la UTU, car-pintería,

- alas trabajado en carpintería?

Trabaje si, incluso uno de esos años que no esquilaba me fui con un tío mío que es carpintero, carpintería de obra hace el hombre, me gusta la carpinte-ría.

- ¿Después de /a esquila que pensas ha-cer el resto de/año?

Y vamos a ver que es lo que se plan-tea 710, casi todos los años se plantea algo diferente, por ejemplo hemos tra-bajado en el arroz, cargando leña, a veces se da /a cargada de leña, y bueno y ta' construcción y eso siempre sale una changa.

- ¿Has trabajado en la construcción?

Si como acá tengo al tío que es cons- tructór, siempre agarramos ahí algo.

. . . - Si te sale un trabajo estable, pero con

un sueldo Inas bajo que la esquila ¿Qué haces? Me quedo con el trabajo estable. No

este es un trabajo muy sufrido, se 81t-

fre en pila, y bueno acá hay mucha ove-ja no, son 5 meses de zafra, pero son 5 meses y ¿el resto del año?. Hay que te-ner mucha suerte para agarrar olio trabajo, incluso el año pasado no salí en la zafra, porque yo estaba en unas viviendas trabajando bien y no salí, ?lie convenía mas ahí, tenés buen, aguinal-do, licencia, buen fin de año. Y acá no, acá tenés que meter para sacar algo. (pp.:89)

Trabajadores de la Esquila La Esquila como Oficio

- ¿Ansted ofrecen varias maquinas?

•• Corno no, me ofrecen unas cuantas, me ofrecen si, y uno seguro elige la maquina, por la cantidad de ovejas que tenga, la que uno más le convenga, la .que pueda hacer más plata. •

En esta es el primer año que salgo. -¿Le gusta el ambiente, la =bina?

, Como no, me gusta si, se trabaja muy bien. (5":3)

• Pero también puede haber otras razones para cambiar de máquina:

-¿Cómo hiciste para conseguir mangar en la comparsa, te conocían?

Para enganchas; antes de la zafra, llamé a un amigo y me recomendó esta máquina, porque tiene 20.000 ovejas y pico, entonces me decidí.

año pasado habías salido en otra máquina?

Sí el año pasado, había salido con XXX porque sabía que solo tenía 12.000 ove-jas.: -¿Y esa cantidad no te rinde, pero como haces para cambiar de máquina?

Yen. la medida que se puede, uno va eligiendo las máquinas que más le sirven„ , las que tienen más ovejas para esquilar... Además la máquina de XXX es media

' relajada.

-¿Por qué? Hay micha joda, mucho relajo a veces entre la gente.

: 1 -¿Y en esta? No, aquí esta más organizado. Y además están altas las tijeras.

-Oíd quiere decir eso? Que cada esquilador esquila muchas ovejas y en conjunto como la cosa es pa-

reja, se gana más. -¿Qué (lenes en cuenta para elegir una máquina, cuando puedes?

Y uno ve la cantidad de ovejas que esquilan los demás, si "están altas las tije-ras", para ver el promedio que se puede hacer y si no te pasan, por arriba. Des-pués hay que ver cuanto te pagan por vellón, y ver la comparsa en general, si esta orgañizada, en fin esas cosas. Sala cosa sirve, uno cambia.(7":10)

La esquila como oficio.

La continuidad en las actividades de esquila emerge como una característica del conjun-

to de trabajadores estudiado. En otras palabras, el personal reclutado por las máquinas de esquila no es ocasional cada año sino que en su gran mayoría está formado por trabajadores que mantienen la zafra de esquila como una actividad a la que vuelven todos los años. Si se excluye el grupo de trabajadores que en la zafra 2001 salía por primera vez en la esquila, la

mitad de los trabajadores restantes había hecho todas las zafras desde su primera vez en la esquila. Un 28.5% adicional no había trabajado entre 1 y 3 zafras de esquila desde el año de su

primer salida en una comparsa. Estos datos muestran una permanencia en la actividad a pesar de su carácter de eventual. La continuidad en la actividad reforzará la especialización de los trabajadores en las tareas de esquila y el desarrollo de habilidades específicas para el trabajo

que a su vez se constituirán en ventajas comparativas frente a nuevos candidatos.

Trabajadores de la Esquila La Esquila como Oficio

Un acondicionador veterano de la esquila:

- ¿Cuántos años tiene usted? Yo tengo 57 años.

Un agarrador:

- ¿Y peinas seguir en la esquila? . Y yo que se, dado el trabajo que tengo

yo..., es bravo..., ahora porque estoy bus- - ¿Yen la esquila hace cuantos años anda? tante bien, pero es un trabajo

Uld cuando yo tenía 18 años. bravo.(pp.:157)

- Ili lleva casi como YO años. ****** Antes el trabajo mío era de esquilador

Un embolsador de 17 años:

- ¿Y usted se puede jubilar o es complicado . eso? - ¿Tenés idea, si &sale algún trabido en la Y es complicado. ciudad, en Montevideo?

- ¿Tiene poco aporte? En la ciudad nada, trabajo de ciudad

no he trabajado nunca. Seguro, yo trabajaba por lamía= más

y en destajo, eso: - ¿Te gustaría?

No me gusta mucho tampoco, pero si - Si aportes no ha tenido mucho. Se puede es un trabajo medio grande me gustaría

r.. jubilar recién por edad? también. Ah, si por edad si. - ¿Tenés idea de seguir en la esquila, Si/li-

- ¿A qué edad es? . des?

Haber creo que por 65, la verdad que Si, la esquila me gusta en pila, hace 4 11,0 se. años que salgo. (pp.:164)

- Entonces va a tener que seguir un poco más en la vuelta de la esquila

******

A si, mientras que pueda seguir voy a Un esquilador que es peón

seguir estable pero "le dan para salir":

Un joven acondicionador: -

¿Te gástarbi otro trabajo? No, par ahora me revuelvo, aunque a

- Saldrías el alío que viene? veces la cosa es dura. El año que viene pienso salir otra vez,

si tengo trabajo. Salgo á la esquila por- - ¿Por qué?

Y en algunos lados te tienen a menos. que no tengo otro trabajo y también por- Al esquilador lo mandan allá, contra los que se paga bien. Si consiguiese un tra- gallineros y los chiqueros de los chau- bajo estable no saldría a la esquila. chos, mirá para allá, allá estamos... (pp:99) (pp.:I79)

-Seguirá en la esquila? -Opino que hoy por hoy para conseguir un empleo fijo sin tener un estudio, va a ser dificil. Así que seguiré en changas. La zafra ya es una costumbre. Capaz que sino salgo me enfermo. Un mes antes ya ando remendando una cubija y prepa-rando la caldera. Vamos a seguir en esto por ahora Da para seguir viviendo y terminar de criar a los gurisas. El pueblo no da para todos. Los trabajos de ojicina[no alcanzan], algunos tenemos que pelarnos para afuera. (5":11)

La continuidad en la esquila se manifiesta también a través de la voluntad de trabajar en la próxima zafra. Solamente un 7% de los trabajadores de la zafra 2001 tiene decidido no hacer la zafra siguiente frente a un 74% que manifiesta su voluntad de hacerlo. En resumen la asidui-dad en el trabajo de la esquila puede ser entendida como uno de los componentes que conducen

a que la esquila sea un oficio.

Otros elementos también concurren a constituir el oficio, estimulando la asiduidad. Los Cursos de Capacitación impartidos por el SUL que mejoran la calificación de los trabajadores, construyen un saber y por lo tanto elevan el umbral de conocimientos para entrar al oficio. La' tendencia reciente a la deszafrahzación con la esquila preparto y la esquila del cordero pesado que tiende a aumentar la cantidad de días de trabajo en el año. Las remuneraciones más altas que en el resto de los empleos y ocupaciones rurales. Un incremento en el prestigio del oficio debido principalmente a la acción del SUL que organiza concursos de esquía con premios, que estimula a las mejores comparsas a autoidentificarse con camisetas y gorros coloridos, cons-

truyendo un sentido de pertenencia.

Sin embargo tampoco hay que perder de vista que otras fuerzas tienden a de-construir

el oficio. La más evidente es que todavía provee solo dos meses de empleo anual y que por lo tanto los trabajadores están siempre a la búsqueda de un empleo estable que, de conseguirlo, desalienta la concurrencia a la esquila. También están: las condiciones de vida durante el período de la esquila; la excesiva exposición al frío y la calor; el enorme esfuerzo físico exigido en algunos de los puestos de trabajo y la suciedad de la propia tarea; el desprestigio de las comparsas de esquila que aún hoy son visualizadas como "ban-das" de trabajadores, díscolos, pendencieros, ales cuales hay que enviar a los rincones más apartados de las estancias y de los cuales el personal estable y los propietarios deben cuidar-se durante su permanencia en el establecimiento.

Posiblemente sea por este juego contradictorio de fuer-zas que tienden a construir/deconstruir el oficio es que la hi-

pótesis de los investigadores de que los trabajadores con más asiduidad deberían ser aquellos que ocupan los puestos de esquilador y de acondicionador, no se cumple. Por el contrario parecería que en estos puestos hay una tendencia levemente mayor a la media a no concurrir todos los años a la esquila.

Por el contrario es en los puestos de menor calificación (con-trolando la edad) en donde la asiduidad es mayor. La explica-ción a estas tendencias parecería residir en la precariedad de

la inserción social. Los trabajadores que ocupan los mejores puestos (esquiladores y acondicionadores) también son los menos precarios. Por lo tanto tienen más opciones laborales y podrían desestimar la asistencia regular a la esquila por otros

empleos tal vez no mejor remunerados pero sí más estables.

'Tirando el vellón°

Trabajadores de la Esquila

CAPITULO III Esta idea se refuerza por los resultados que se obtienen al asociar los niveles de precariedad laboral con la asiduidad: existe una tendencia positiva a que los trabajadores con mejor inserción laboral son los que tienen menor asiduidad y en cambio los que tienen peor inserción laboral (los excluidos) son los que concurren a las zafras con mayor asiduidad.

En resumen posiblemente la conclusión más acertada se-ría decir que en la comparsa de esquila algunos de los puestos (esquilador, acondicionador, agarrador, cocinero) tienden por su calificación y por su especialización a constituirse en un oficio, posiblemente creando una identidad laboral. Este oficio se cons-tituirá más firmemente cuanto más se logre construir las condi-ciones que faciliten la asiduidad.

Un esquilador deszafralizado de perfil rural:

- ¿A que te dedicas el !ésto de/año? Yyy, me dedico a changas, yo vivo en campaña

en la zona de la Quebrada de los Cuervos, y tengo un campito allá y me dedico a changos como siem-pre. O sea en febrero-mono sale la esquila de cor-deros pesados, después el descole, la preparto y como quien dice paso todo el año en la esquila Y sino hago algúna otra changa, un alambrado o algo de eso.

• ¿El campo es tuyo, de tu familia? Si de mi madre y de mi hermano, ahora viene a

ser mío y de mi hermano porque ella es jubilada y entonces tiene que ser mío y de mi hermano.

- ¿Lo trabajan ustedes? Tenemos algunos bichitos si, tenemos ovejas y

vacas.

•-•-¿ , - ¿Pensás seguir en la esquila?

... ' Yyy pienso que si, suponiendo que no agarre un trabajo estable y bueno, voy a seguin la esquila en este tiempo es lo que hay. (pp.:84)

Los Trabajadores de la Esquila como Trabajadores Precarios

los Trabajadores de la Esquila como Trabajadores Precarios

Los Trabajadores de la Esquila como Trabajadores Precarios

Flexibilización laboral y trabajo precario.

En los últimos años se ha instalado un debate acerca de los cambios que están ocurrien-do en el mundo del trabajo, en particular en la relación laboral, entre empresas y trabajadores, en un proceso conocido como flexibilización laboral.

Desde el punto de vista de las empresas la flexibilización laboral es un proceso Mediante el cual se intenta desestructurar las rígidas normas laborales de la "sociedad salarial" (Castel, 1997) con el fin de que la producción se adapte a la demanda, con el objetivo último de lograr una reducción en los costos de producción. Según Senett [2000) mediante la especialización flexible las empresas tratan de conseguir productos más variados en el menor tiempo posible. Desde el ángulo de los trabajadores, la flexibilización ha significado, la mayoría de las veces, la pérdida de la estabilidad y seguridad laboral propia de la sociedad salarial, que fue el modelo de regulación dalas relaciones entre capital y trabajo con la mediación del Estado, desde la década del 30 a la década del 80 en el siglo XX, al menos en los países desarrollados. Esta pérdida ha significado, no solo la precarización del trabajo, sino también la pérdida de muchos de los dere-chos ciudadanos, que estaban adscriptos a la condición salarial, como la protección de la salud, la jubilación, el seguro de desempleo, la indemnización por despido, etc. Aparece así un amplio sector de trabajadores que carecen de estas protecciones, que hacen a su inserción social, no solo porque el desempleo ha ido en aumento, sino también porque mucho del empleo existente al ser precario tampoco los incluye. Aparece así este sector de trabajadores, "excluidos" o "desafiliados" como los nuevos "inútiles para el mundo" (Castel, 1997)

Supervielle y Quiñones (2000) han sugerido que la imposición de un modelo de mayor flexibilidad en las relaciones laborales implica el retroceso de las normas y leyes arbitradas desde el Estado para dar lugar a las normas construidas por los actores. Se entiende que se está en presencia de relaciones laborales flexibles cuando estas son el fruto de las negociacio-nes entre los actores colectivos. La flexibilidad deviene en desregulación cuando la voluntad de los empleadores se impone sobre la de los trabajadores.

Trabajadores de la Esquila

La flexibihzación puede ser externa a la empresa. Por ejemplo cuando se tercerizan

distintas etapas del proceso productivo o cuando la empresa desdobla su plantilla de trabajado-res en un grupo reducido de personal altamente calificado que tiene estabilidad y seguridad en su empleo y otro grupo de trabajadores sin calificación, con contratos temporales cuyo número

se ajusta a las demandas de la producción.

En cambio la flexibilización laboral es interna a la empresa cuando se promueve la polivalencia de los trabajadores (es decir cuando se intenta que un trabajador ocupe distintos puestos de trabajo) o cuando se adoptan formas flexibles de regular la jornada laboral, los

periodos de descanso, la rotación semanal, el período vacacional, los períodos de prueba, etc.

Este debate también se ha trasladado a la Sociología Rural '. En concreto la pregunta

que se han hecho los investigadores es si la relación laboral en la agricultura también se ha flexibilizado y si por lo tanto se ha incrementado la precariedad del trabajo rural o si por el contrario esto no ha acontecido. En otro lugar' hemos sostenido que la precarización del trabajo rural posiblemente no se haya incrementado, porque el trabajo rural siempre fue precario. En otras palabras la relación laboral típica (que se define más adelante) en el agro latinoamerica-no, fue más bien la excepción antes que la regla. Por el contrario ha predominado el trabajo inestable, (aún para los trabajadores permanentes), sin cobertura social, con bajos salarios, y sin que el trabajador tenga la posibilidad de controlar su ambiente de trabajo ya que la actividad sindical fue sistemáticamente obstaculizada. En síntesis parecería que los beneficios del Estado de Bienestar se volcaron más sobre el trabajador urbano que sobre el trabajador rural.

El estudio de los trabajadores de la esquila provee información que permite avanzar un paso más en el análisis y la comprensión de la precariedad de las condiciones laborales de los trabajadores rurales'. Para ello en las próximas páginas se profundizará en torno al concepto del trabajo precario en el ffled10 rural, y luego mediante la construcción de un índice de preca-riedad de los trabajadores rurales dala esquila, se discriminará entre distintos tipos de trabajo precario y se sugerirán asociaciones entre dicha condición (la precariedad) y variables sociodemográficas, la ocupación, el desempleo, los ingresos, etc.

La Precariedad Laboral.

¿Que se entiende entonces por un trabajo precario?. Generalmente se considera al empleo estable, seguro y adecuadamente remunerado, en que el trabajador está protegido, como el empleo típico. Todas las otras formas serían formas atípicas y posiblemente precarias.

Por trabajo precario se entiende aquel que reúne una o más de una, de las cuatro

características siguientes. En primer lugar es un trabajo por un período de tiempo definido o que tiene un alto riesgo de ser finalizado. En segundo lugar son trabajos que generan ingresos insuficientes para la reproducción social del trabajador; esta característica está social y culturalmente determinada. En tercer lugar el trabajo es precario cuando carece de una ade-cuada protección social dada por la cobertura social, ya sea porque no tiene seguro contra despido, porque no se realizan los aportes jubilatorios correspondientes, porque no tiene pro-tección para la salud, porque no percibe asignaciones familiares u otros beneficios sociales que normalmente según la legislación o la práctica consuetudinaria le corresponde percibir a los trabajadores. Pero la protección social también debe entenderse como la protección contra

despidos arbitrarios, contra la discriminación racial o de género y la protección contra condi-

' Ver por ejemplo la compilación de Aparicio, Susana y &rienda. Roberto. Empleo Rural en tiempos de Ilexibifidad. Edilorial La Colmena. Buenos Aires. 1999.

= Riñen°, Diego. Trabajadores rurales y Ilexibilización laboral. El caso de Uruguay. In. Susana Aparicio y Roben° Benencia (Comp.) Empleo Rural en tiempos de flexibilidad. Edaorial La Colmena, Buenos Aires. 1999. Avanzar en relación al estudio arriba mencionado de 1997, hecho solo con información secundaria.

Los Trabajadores dele Esquila como Trabajadores Precarios

ciones de trabajo inadecuadas. En cuarto lugar los trabajos son precarios.cu,ando el trabajador no tiene un adecuado control de los salarios y/o de sus condiciones de trabajo debiendo aceptar condiciones como la extensión dala jornada laboral, o del ambiente físico en que se desarrolla el trabajo, o relaciones de dominación y sujeción personal, o de peligro físico en el desarrollo dalas

tareas, o de malas condiciones de higiene en el lugar de trabajo, etc. Estas situaciones revelan la incapacidad de negociación por defecto o ausencia de una organización de los trabajadores. (Rodgers, 1992; Guerra, 19981.

Hay muchas formas distintas de trabajo precario. Galia (1987:103) distingue nueve situaciones diferentes: el trabajo temporario, otras formas de subcontratación, préstamos de trabajadores entre empresas, trabajo a tiempo parcial, trabajo estacional, trabajo a domicilio, trabajo clandestino, sucesión ininterrumpida de relaciones de trabajo de duración determinada, y nuevas formas de trabajo a domicilio. Pero a esta clasificación se le podrían agregar aún los trabajadores por cuenta propia (pequeños comerciantes, pequeños industriales, pequeños pro-ductores agropecuarios y campesinos, artesanos, pescadores, etc.) y los trabajadores familia-res no remunerados.

La mayoría de las investigaciones que se refieren al trabajo precario en América Latina muestran que estos trabajadores perciben salarios más bajos que los trabajadores estables y que las condiciones de trabajo son más penosas y riesgosas porque el propósito de la difusión de formas precarias de contratación en nuestro continente ha sido la de reducir los costos de la mano de obra aun a riesgo de disminuir la protección de los trabajadores (Gazzoti,1987; Neffa,1986; Lara,19981. Galin (1987) revisa diversos estudios hechos sobre trabajadores temporales para concluir que estos deben realizar tareas más riesgosas, careciendo de ele-mentos de protección personal y de capacitación, de sindicalización y negociación colectiva y de seguridad social.

Los trabajadores precarios en la agricultura latinoamericana

El trabajo precario en la agricultura se encuentra tanto entre los trabajadores perma-

nentes como entre los trabajadores temporarios. Pero en el trabajo agrícola todos los trabajos temporales tendrán características precarias no solo por el contrato definido temporalmente sino por las demás condiciones de trabajo que rodean a la relación laboral. El trabajo temporal en la agricultura es tan antiguo como su propia existencia determinado por los ciclos biológicos que obligan a disponer de grandes volúmenes de trabajo en ciertos períodos, particularmente en el momento de la cosecha,

En las ultimas décadas en América Latina ha habido un marcado incremento en la pro-porción de trabajadores temporarios asalariados en la agricultura. En muchos países incluso han disminuido los trabajadores permanentes, aun en términos absolutos, mientras que en casi todos los países los trabajadores temporarios han crecido. Este crecimiento suele estar vincu-lado a la expansión de las agroindustrias de exportación de frutas, hortalizas y flores que ocupan grandes contingentes de trabajadores temporarios. La expansión del trabajo temporario

Suele estar acompañado por la precarización en las condiciones de empleo: inestabilidad, pago a destajo, sin beneficios sociales ni protección laboral. Esto ha sido facilitado por la desregulación laboral, los cambios regresivos en la legislación laboral y el escaso poder de negociación de estos trabajadores temporales.

Varios son los estudios que se han hecho sobre los trabajadores temporales en el agro del continente. Neffa (1986] dirigió un estudio sobre casi todos los países latinoamericanos,

mientras que otros autores han realizado estudios específicos por países o regiones (Gómez y Klein,1993; Gámez y Echenique,1988; Lara,1998, Bendini y Bonnacorsi, 1998; Giarracca et al, 2000; Cavalcanti, 19991. Neffa concluye su estudio con dos consideraciones: por un lado la amplitud del fenómeno del trabajo temporario agrícola ya que involucraría a una fuerza de

Trabajadores de la Esquila

Los trabajos de un agarrador:

- ¿Gañidos 111105 /110 (hl o que tenia?

Bueno si dios quiere el 30 de enero cumplo 50, 30 en la zafra vio?.

- ¿Y usted a que se dedica el resto del ano, cuando 110 esta en la esquila?

Bueno yo me dedico a los montes, a montean monteo Y hago postes y limpieza en los campos silvestres de sierra, que se hace callejones para pasan me dedico a eso. Yen el invierno, hace como tres inviernos, yo vivo ahí en el pueblo, trabajo con una lañeria que hago as-tillas y ayudo a pesar y todo eso en pleno invierno que es cuando esta el fuerte de la. venta de leña.

- 1' usted siempre se dedico al Monte, aparte de la esqui- la ° a realizado aloca otra actividad.

Bueno yo con los golpes de la vida, yo desde gurí chico, yo nací y trabaje con mis padres y después que me hice me largué a trabajar pa' mi, pero ahí era el tiempo del trigo cuando se trillaba a pata de caballo.

- esta zona?

No, no en Tacuarembo yo soy nacido y criado en Tacuaremba

• • ¿En la ciudad? No, na en. la 8", ahí en cuanto pasa el Río Negro. B911010 y Mí. empece, pero toda la vida trabando en

lo rústico, en lo rural, trabajo de campo así, y mando yo era gurí en es«. época esquilaba en comparsa a tijera de martillo, que éxamos un lote y teníamos una compia'sa, bueno y "dispues", trabaje en, estancia en cabaña y después fui largando eso del campo, y nos dedicamos a la zafra del monte que viene ahora, in-cluso ahora en. cuanto termine la zafra voy a descii-10'11' 0 ver si salió ese puerto en, La Charqueada. que iban a hacer pm embarcar madera, porque va usa-1(1' esa exportación de madera. y «luan arranco para ahí, tengo unas maderas para hacer postes, piques y leña, paia un hombre que ya le esquilamos.

- ¿Cómo conskue los trabajos ea el monte?¿ e,, la esqui-la misma?

No, no, bueno esta changa que agarre ahora para después de la zafra la agarre ahora cuando fuimos a esquilan el lionzlm me vio, me pregunto sino traba-jaba con monte, y yo "le dije que si como no" e inclu-so que hacia postes cuadrados con motosierra, "dice a porque yo tengo para hacer unos montes, quiero hacer leña, y postes para hacer unas mangueras para el ganado, y bueno ta'; pero demás yo ahí en el

pueblo como saben que yo trabajo en eso y además otra cosa es la constancia de estar siempre, porque seguro hay mucha gurisada nueva que van a traba-jar y de repente llega el jiu de semana y se van par«. el pueblo y esos trabajos lejos por ahí, yo nomás e llegado a estar hasta 3 meses metido en el monte de eucaliptos sin s«.lin trabajando de continuo..

- ¿Trabaja solo?

Bueno cuando trabajo de empleado me dan peón vio, pero muchos trabajos los hago sola Lo hago solo porque seguro yo trabajo sin horas, yo no tengo horas para trabajas; se me antoja de repente trabajar todo el mediodía, y parar a inedia tarde, para cocinan dormir una. siesta. y pasa yo no tengo horarios. Y bueno tengo todo lo mío motosierras y eso, pero todo lo he hecho a base de trabajo.

Después estuve cuatro años ahí 69Z Carro Largo, por-que mis padres vendieron, allá y compraron ahí en '.Largo un lambo. Estuve cuatro años ahí en Melo y

después me vine pa' Santa Clara, .pers cuando vine para Santa Clara yo vine a entrar en el ejercita y entre en el ejercito ahí y después salí_

¿A que edad be que estuvo ea el ejercito? Y tenia, unos 29 anos mas o menos.

- ¿Cuánto tiempo estuvo ea el ejercito?

Estuve como cinco meses mas o menas, porque no me gu,sto y me fui. Ahí empece a tra.baj«.r en, las es-tanci«,s, que después fue cuando empece a trabajar en la esquila. Pe,ro resulta q cce después por piablemas de salud tuve que ir a Montevideo, y aunque yo (011111-

viera C017, enfermedad igual yo conseguí trabajo y tra-baje en la mallorquina, y trabaje en. la "bruna''.

- ¿Qué es/a lianaHacían Sacos de enero, de cuero de oreja una

curtiembre.

• FUldllt0 fiellip0 estafo/ en Alouteddeo? Y ahí estuve mas o menos 201 año cuando se nor-

malizo todo, el problema de salud era que tenia a mi mujer muy enferma, y bueno ahí nos volvimos.

- Usted anduvo por todos lados ¿no?

Si, si y bueno después ingrese de nuevo en el ejerci-to allá, en Empalme Olmos, allí en artillería. antiaérea n"1, ahí estuve un lote de meses también, también salí , pero ahí ya salí por problemas de otros milicos y antes de hacer una farra, una farra grande, porque yo era muy correcto, así como en el trabajo mío RO rruh agarre y me vine. A no, he recorrido bastante. (pp.:81)

-- Los Trabajadores de la Esquila como Trabajadores Precarios

trabajo estimada entre 10 y 13 millones de personas. Por otro lado " las pésimas condiciones de trabajo de estos trabajadores, derivadas de una multiplicidad de factores que tienen que Ver

con el retraso y con las modalidades de organización de las economías y muy en particular de las agriculturas latinoamericanas" (Neffa, 1986:117).

Gómez y Echenique (1988) luego de analizar la ocupación agrícola en la primavera y el otoño a lo largo de varios años (80-861n Chile encontraron una creciente estacionalidad del

trabajo y por consiguiente el incremento del trabajo eventual (temporeros). Según sus estima-ciones los trabajadores eventuales que eran un contingente de menor importancia que los tra-bajadores permanentes en la década del 60, doblaron a estos a mediados de la década del 80.

Sánchez y Arroyo estudiando a los trabajadores rurales en México hacen referencia al

patrón migratorio de la fuerza de trabajo asalariada, al provenir de las regiones donde predomi-na la agricultura campesina y emigrar temporalmente a las regiones del país donde- predomina la agricultura empresarial principal demandante de esta fuerza de trabajo. Esta condición de trabajadores migratorios acentúa la precariedad de las relaciones laborales y las pésimas con-

diciones de vida de estos trabajadores migrantes. La existencia de contratistas o "enganchadores" que intermedian la relación laboral organizando el reclutamiento de los trabajadores dificulta aún más el cumplimiento de las condiciones de trabajo. Sin embargo "las condiciones de insalu-bridad, la carencia de servicios médicos y educativos son compartidas tanto por los jornaleros de las localidades como por los migrantes que habitan en los campamentos aledaños a los

campos agrícolas" (Sánchez y Arroyo, 1994 .pp.:165)

Neffa (1986), basándose en un amplio estudio, respaldado por estudios de casos he-chos por países, destaca en primer lugar que la existencia de la legislación laboral para los trabajadores del campo ha sido tardía y aún de aplicación parcial. Para el caso de los trabajado-res temporarios afirma que han quedado al margen de la legislación laboral existente, ya sea porque ésta expresamente no los cubre, porque los contratos son muy cortos con lo cual quedan excluidos de la protección jurídica que se les dispensa a los contratos más largos, o porque existen discrepancias acerca de la aplicabilidad de las leyes. Esta exclusión se verifica especialmente en el caso de la cobertura de los regímenes de seguridad social, inexistente para

los trabajadores temporarios en la mayoría de los países.

El autor destaca que las tareas asignadas a los trabajadores permanentes y a los tra-bajadores temporarios suelen ser distintas. Mientras las tareas de los primeros suelen reque-

rir de una mayor especialización (maquinistas, conductores de vehículos, encargados del cuida-do de los animales, ordeñadores, encargados de los sistemas de riego, encargados del manejo del personal, etc.) las tareas de los segundos suelen ser estacionales, ocupándose principal-mente en tareas de cosecha de los productos o tareas tales como la carpida de cultivos de

escarda, la poda de frutales, el riego, tareas de siembra y trasplante, etc. Generalmente las tareas asignadas a los trabajadores temporarios, requieren más esfuerzo físico, son más

riesgosas, e inestables (aún dentro de su temporalidad).

Finalmente concluye que aun cuando las leyes existen, su observancia suele ser mínima

debido a una serie de factores: a.- los trabajadores temporarios son muchas veces reclutados por intermediarios no reconociéndoseles la calidad de trabajadores en relación de dependencia; b.- cuando los trabajadores son extranjeros, no están cubiertos por la legislación nacional; c.- la

baja tasa de afiliación sindical de los trabajadores temporarios del agro y aún el hecho de que dichos sindicatos suelen defender los intereses de los trabajadores permanentes viendo en los trabajadores temporarios un competidor indeseado, hace que no cuenten con la defensa sindi-

cal; d.- finalmente las relaciones de poder asimétricas que se establecen entre los empleadores y los trabajadores temporarios, facilitadas por las diferencias económicas, sociales y culturales,

la sobreoferta de trabajadores y la connivencia entre los empresarios y los organismos públicos

encargados de supervisar el cumplimiento de la escasa legislación existente.

la Esquila

El trabajo precario en el Uruguay

El trabajo precario rural es una de las principales fuentes originadoras de la pobreza rural, aunque no sea la única. En esta medida es posible reconocer a los diversos estudios sobre

la pobreza rural que se han realizado en el país como algunos de los antecedentes sobre este terna. En esta línea es posible citar los diversos estudios llevados a cabo a instancias de la Asociación Rural del Uruguay y de la Federación Rural en la primeras tres décadas del siglo XX como los primeros intentos de caracterizar y de cuantificar el fenómeno, aunque fuese desde la particular perspectiva de estas organizaciones. Entre otros es posible mencionar el Informe de la "Comisión de estudios para mejorar la situación de la gente pobre de campaña" en 1910

preparado por una Comisión de la Asociación Rural presidida por el Dr. Daniel García Acevedo y el Informe preparado por el Dr. Luis Alberto de Herrera para un Congreso de la misma institu-ción en 1922. Ambos Informes se basan en un cuestionario queso reparte entre los estancie-ros afiliados a las instituciones rurales en los queso les pide que cuantifiquen el problema de la

pobreza rural en sus áreas de influencia, que intenten explicar las causas de la pobreza rural y que ensayen propuestas para solucionarla. Será, por lo tanto, la visión de la pobreza rural desde estos actores. En general los informes reconocen la magnitud y la extensión del problema pero tienden a achacarle a los propios trabajadores, a sus vicios y a la falta de educación, las causas de su pobreza, dejando en claro que desde su perspectiva el problema no radicaba en las estancias, donde estaban los trabajadores honestos e industriosos, sino en los rancheríos, fuente de todos los males.

Contra esta perspectiva reaccionarán dos intelectuales ligados a la doctrina social de la Iglesia, los Ores. Vicente Chiarino y Miguel Saralegui, quienes en la década de 1940 publicarán un estudio sobre la situación de los rancheríos rurales que se convertirá en un hito en el tratamiento de este tema. También basados en un cuestionario que se aplica en casi todo el país, y en entrevistas y visitas personales que realizan a los rancherfos (metodologías de inves-tigación poco habituales para la época), estos autores rechazan la idea de que los rancheríos sean el lugar donde se reproducen los males de la sociedad rural. Por el contrario destacan que en ellos se localizan las familias de los trabajadores rurales que no encuentran cabida en las estancias que prefieren contratar los trabajadores, sin cargas de familia, empujando a estas fuera del establecimiento. La causa entonces está en la particular formas de contratación del trabajo de los establecimientos rurales y en el latifundio improductivo que no proporciona sufi-ciente trabajo para sostener todos los brazos disponibles en la campaña.

El tema de la pobreza rural será tratado también desde otras fuentes y perspectivas a lo largo de los años siguientes. En especial la retórica parlamentaria recogerá muchas veces inquietudes, debates y discusiones en torno a este problema que será reconocida desde todas las perspectivas pero donde se diferirá en el diagnostico de las causas y por lo tanto en las propuestas de solución.

Habrá que esperar a la década del 60 para el estudio más acabado sobre el tema de la pobreza rural. Este es producido en el marco del voluminoso y exhaustivo estudio que se llamará "Situación Social y Económica del Uruguay Rural" realizado por el Centro Latinoamericano de Economía Humana y la consultora francesa CINAM para el Ministerio de Agricultura y Ganade-ría. En él se interpreta las causas de la pobreza rural como una situación que interconecta a los asalariados rurales con el minifundio rural y con el rancherío, ya que la fuerza de trabajo rural

se reproduce en estos dos ámbitos. Es la expulsión de la familia rural de los establecimientos agropecuarios y la situación de aguda pobreza en los minifundios (mayor aún que la de los asalariados rurales) la que refuerza la situación de pobreza de los trabajadores rurales.

Los Trabajadores de la Esquila corno Trabajadores Precarios

Hacia fines dala década del 90 coincidente con la percepción de que el trabajo precario iba en aumento en la sociedad uruguaya se realizan algunos trabajos dirigidos a estudiar este problema. Se mencionarán dos de ellos. Un trabajo reciente realizado en el Instituto Cuesta

É • Duarte', basado en información proporcionada por las Encuestas de Hogares (que se realizan pa- en poblados de más de 5.000 habitantes y por lo tanto excluyen los hogares rurales) ha detec- ,,

tado un incremento de la precarización sntre los trabajadores del sector privado llegando en la actualidad a afectar al 50% de esta fuerza de trabajo. Como se ha dicho varias son las razones

w que confluyen a explicar esta tendencia: una mayor competencia entre las empresas, la necesidad

de bajar los costos de la mano de obra, la desregulación estatal, el incremento de la desocupación, la disminución del poder de las organizaciones de los trabajadores, la ausencia de convenios colectivos, cambios en la cultura empresarial, etc. son todos factores que confluyen en esta

situación. - 11.

El estudio de Olesker et al., al también detecta que la precariedad es mayor entre las mujeres, los jóvenes y aquellos grupos con menor instrucción. Para este último caso se estarían reforzando situaciones de exclusión ya que la precariedad desalienta la formación y una baja

nivel de instrucción solo permite obtener trabajo poco calificado y precario.

El segundo es el ya mencionado estudio sobre los trabajadores zafrales de la cosecha

del citrus realizado por Riella y Tubio (2001). En este estudio se encontró que estos trabajado-res son muy jóvenes, con un nivel educativo muy bajo ya que dos de cada tres apenas han realizado estudios primarios, el 76% de ellos residen en el medio urbano, dos tercios están bajo la línea de pobreza o tienen necesidades básicas insatisfechas, existiendo un creciente deterio-

ro en los puestos de trabajo a los que aceden marcando un proceso de movilidad ocupacional

descendente en el sentido de un 'pasaje de trabajos estables - urbanos o rurales- a trabajos agroindustnales y zafrales" . Esto les permite concluir que los mencionados trabajadores si bien

son contratados legalmente "en términos de edad, de educación, de lugar de residencia, de condiciones de vida, de niveles de ingreso y de condiciones de trabajo...tienen las mismas carac-terísticas que sus pares de/a región (América latinar. Los autores finalmente se preguntan si

es justo que uno de los sectores tecnológicamente más avanzados de las agroindustrias del país

sostenga "su producción con una mano de obra zafral constituida por uno de las sectores sociales más pobres del país."(Riella y Tubío, 2001:761

Los Trabajadores de la esquila como trabajadores precarios.

De acuerdo a la definición de trabajo precario dada más arriba es posible afirmar que los trabajadores de la esquila son trabajadores precarios, al menos porque reúnen la condición de ser trabajadores temporales, es decir con contrato por tiempo definido.

El estudio empírico realizado permite al investigador profundizar en la búsqueda de

distintos tipos o grados de precariedad ya que es posible clasificar a los esquiladores según los

criterios que confluyen a definir la precariedad.

En primer lugar se recuerdan las cuatro características que se vinculan y configuran

una relación laboral precaria. Es estable aquella relación laboral que 1.-goza de un contrato

laboral indefinido, 2.- el trabajador percibe ingresos que le permiten la reproducción suya y de su grupo familiar, 3.- el trabajador controla las condiciones de trabajo; 4.- el trabajador tiene

cobertura social (aportes jubilatorios, cobertura por enfermedad, accidentes, asignaciones fa-miliares, etc.). Cuando falta una o más de una de estas características se dice que la relación laboral es precaria. Puede por lo tanto haber distintos grados y/o tipos de precariedad.

Olesker. Daniel. Pablo Guerra y Paula Azar. La Precariedad Laboral en el Sector Privado del Mercado de Trabajo Uruguayo.

Insliluto Cuesla Duarte. PIT-CNT. 2002.

Trabajadores de la Esquila

Para operacionalizar estas categorías se deben hacer algunas precisiones y simplifica- ciones.

al Indicador de estabilidad/inestabilidad del contrato laboral. Por definición nuestro uni-verso esta compuesto de trabajadores que no tienen un contrato de tiempo definido: son traba-jadores zafrales. Sin embargo es posible y conveniente diferenciar la situación de aquellos tra-bajadores que: tienen un trabajo estable, (peones permanentes o empleados públicos, por

ejemplo); ii) son pequeños productores y además "van a la zafra"; iii) aquellos que logran a través de varios empleos cortos y changas a lo largo del año componer un año de plena ocupa-

ción. A este conjunto podemos asignarlos en una categoría que llamamos "Precarios con Ocupa-ción Plena"

Se pueden construir entonces dos categorías:

Precarios con ocupación plena:

sin días de desocupación registrados en los últimos doce meses.

Precarios con desocupación:

con días de desocupación registrados en los últimos doce meses.

b) Cobertura social: la encuesta no relevó la inscripción de los trabajadores en los registros de la Seguridad Social ni durante el período de la esquila ni durante el resto del año, en los empleos de la interzafra. Se decidió adoptar un criterio amplio y clasificar como cubiertos por la Seguridad Social a todos aquellos que declararon tener cobertura por los servicios priva-

dos de salud a través de DISSE, todos los que realizan aportes al Banco de Previsión Social, los que declaran estar cubiertos en caso de accidentes laborales por el Banco de Seguros del Estado y todos los que teniendo hijos menores perciben Asignaciones Famifiares. También se incluyó en esta categoría a aquellos trabajadores que son jubilados y pensionistas y que además salieron a la esquila para hacer una changa (esta categoría se encuentra especialmente en los cocineros).

Se discriminan dos categorías:

Con algún tipo de cobertura social

Sin cobertura social de ningún tipo

clIngresos. En ia encuesta se decidió medir solamente los ingresos del trabajador du-rante la esquila y durante los diez meses anteriores, en el período interzafra. Por razones de rigurosidad se decidió no relevar los ingresos del grupo familiar del trabajador. Cuando se diseño el cuestionario se consideró que era muy difícil obtener información fidedigna acerca de

la composición y de los ingresos del grupo familiar a través de solo un informante. El trabajo de campo posterior justificó esta decisión ya que fue extremadamente difícil obtener información confiable de los ingresos del propio trabajador a lo largo de los últimos doce meses. Por lo tanto no es posible abrir juicio acerca del nivel de pobreza de los hogares de los trabajadores que es lo que estaría más de acuerdo con la definición de un ingreso "estable' he, un ingreso que este por encima de la línea de pobreza supuestamente permitiría la reproducción del traba-jador y su familia). La alternativa que se adoptó consiste en suponer que la línea mínima de

reproducción de la fuerza de trabajo está proporcionada por dos salarios de un peón rural de la ganadería, sin el pago por alimentación y vivienda, por 13 meses.

Por lo tanto es posible dividir a los trabajadores en dos categorías:

Trabajadores que ganan más que dos salarios de un peón rural

Trabajadores que ganan menos que dos salarios de un peón rural.

di No fue posible construir un indicador de control de las condiciones laborales. Uno de los indicadores posibles es la sindicalización pero en este caso es inexistente. En consecuencia esta variable no fue tenida en cuenta

I — Los Trabajadores de la Esquila como Trabajadores Precarios

A partir del cruzamiento de las tres categorías mencionadas se construye el cuadro

N°1.

Cuadro N° 1. Distintos Tipos de Precariedad de la Relación Laboral.

Gana mas que dos salarios de un peón rural

/

Con cobertura

Con ocupación plena

Insertos 52 9.2%

Con Desocupación

Inserción Parcial 56 9.9%

Total

108 19.1%

Gana mas que dos salarios Sin cobertura Inserción Parcial 38 Exclusión Parcial 84 122

de un peón rural. cobertura 6.7% 14.9% 21.6%

Gana menos que dos salarios Con Inserción Parcial 21 Exclusión Parcial 65 86

de un peón rural cobertura 3.7% 11.5% 15.2%

Gana menos que dos salarios Sin Exclusión Parcial 43 Excluidos 206 249

de un peón rural cobertura 7.6% 36.5% 43.1%

Total 154 411 565 27.3% 72.6°/0 100%

Como ya se ha dicho, por definición, todos los trabajadores de la esquila son trabajado-res precarios. Dentro de esta categoría es posible debitar distintos grados de precariedad. Así el resultado del ejercicio anterior muestra que existe una pequeña proporción (9%) de los trabajadores de la esquila que han gozado de empleo continuo a lo largo de los últimos doce meses, tienen cobertura social y por otro lado sus ingresos son mayores que dos veces el salario de un peón rural. Se puede suponer que estos trabajadores han tenido una inserción laboral y social plena, por lo menos durante el ultimo año. Se los ha denominado trabajadores Insertos. En el otro extremo están los trabajadores que se han denominado Excluidos, porque tienen una elevada desocupación anual, no tienen cobertura social y sus ingresos son más bajos que el doble de lo que gana un peón rural. Estos representan un tercio de los trabajadores de la esquila. Otro tercio de estos trabajadores son aquellos que se han denominado como Parcial-mente Excluidos porque carecen al menos de dos de las variables consideradas. Es decir que

entre los Excluidos y los Parcialmente Excluidos se llega al 70% de los trabajadores de la esquila. Finalmente queda la categoría de los trabajadores Parcialmente Insertos (con solo un

déficit) que llegan al 20% de los trabajadores de la esquila.

En las páginas siguientes se intentará buscar las vinculaciones entre los distintos nive-

les de precariedad de los trabajadores de la esquila y las variables sociodemográficas. la ocupa-

ción, el empleo, etc. con el fin de detectar cuales de ellas se asocian entre sí para intentar

explicar las causas del fenómeno.

Las condiciones para la precariedad.

Una primera pregunta que es posible hacer en relación alas distintos tipos de precarie-dad que existen entre los trabajadores rurales de la esquila es si hay alguna asociación con el

lugar de residencia. En principio podría suponerse, en una imagen que opusiese tradicional y moderno asemejándolo a rural y urbano, que los trabajadores más excluidos tuviesen residencia rural y residencia urbana los trabajadores más insertos. El cuadro siguiente muestra que la

realidad es distinta y más compleja que las imágenes preconcebidas.

-Teabajadores de la Esquila de la Esquila como Trabajadores Precarios

,;. lb esquilador "siete oficios":

- iEn que trabajo el resto de/año? En enero me revuelvo en changas de albañile-

ría. Lo meses críticos son enero y febrero. Los que tienen otro oficio pueden agarrar changuitas. Por-que en marzo empieza /a zafra del arroz y ya hay movimiento hasta abril. En mayo empieza la es-quila de corderos para expoliación. En junio las limpiezas de las majadas de cría y desojes que son changas lindas porque son "mantenidos". También se entrevera con esquilas de corderos. Hasta agosto que empieza la zafra otra vez. - ¿Como hace para conseguir tiwbajo?

Hay que tener contacto con los empresarios de esquila y lo vienen a buscar Si uno no está, bus-can a otro. En mayo y junio andamos pechándonos, buscando y trabajo. Este año tuvi-mos suerte, empezamos temprano. En 33, en lo de XXX con una esquila preparto. Cuando no empe-zamos temprano, el bolichero nos sigue aguantan-do. Los pelados tenernos que pedir fiado. Cuando aparece una changa de esas el bolichero se pone contento porque tenemos trabajo. Esta maquina es de las que tienen mas trabajo en 33. Este año tienen 50.000 ovejas.

- ¿Cuando empeu a tinbatar en la esquila? Mi padre tenía una maquina esquiladora. An-

duve con él desde los 9 años. Empecé a salir (...) cuando tenía 15 años. Después de enfardador y después de aprendiz de esquilador Tenía 24 años cuando me dio tijera. Hasta ahora no perdí ni una zafra. La voy llevando con montes, arroz, albañi-lería hasta que llega la zafra.

¿Pudo esludkr? Si la escuela la ternziné al, 33. Yo soy oriundo

de la 10" de Laval/e ja, de Varela. Hice los prime-9VS (IiWs allí. También hice una año en, la UTU. Pero la pobreza era muy- grande y no daba para los esholios Me loyné a trabajar

- Pero usted también sabe algo de albañilería? la WpVelldi trabajando con mi finado suegro y

con un cañada (que está aquí salimos juntos) Allí empecé a Monas: Después agarré la cuchara. Sé poner ventanas, remiendos, pisos, me revuelvo haciendo una quincha y me animo a hacer una casita.

- Seguirá en la esquila?

Opino que hoy por hoy para conseguir un em-pleo fijo sin tener un estudio, va a ser difícil. Asi que seguiré en changas. La zafra ya es una cos-tumbre. Capaz que sino salgo me enfermo. Un tices antes ya ando remendando una (*bija y )trepa-rando la caldera. Vamos a seguir en esto por aho-ra. Da para seguir viviendo y terminar de criar a los gurises. El pueblo no da para todos. Los traba-jos de oficina, algunos tenemos que pelarnos para afuera.

- Cuénteme, ¿que hace cuando sale a trabajar en el arroz?

En el arroz salí, el año pasado con el otro pa-trón, para limpieza de chacras de arroz, se lim-pian de semillas. Hay que recorrer el sembrado buscando el arroz ro. jo . y arroz negro y arrancar-la Así también si es de otra variedad. El arroz negro es mas alto (sobresale como 30 cm,.) y bien negro. Lo mismo el arroz rojo. Se ven de lejos. Changa linda. Se pagan bien: 550 pesos por día. Formamos un acuadrilla de cinco. Pagan por hec-tárea para hacer la recorrida y la limpiada. Des-pués vienen los ingenieros con largavistas, reco-rren por arriba de las taipas y si está mal hecho el trabajo hay que rectificarlo y no se lo pagan. Nosotros hacíamos 80 hectáreas por día. Hicimos mil y pico de hectáreas.

- ¿Que otro trabajo hizo?

Solo el año pasado hice ese trabajo. Después salgo en las contratas de secadores y estibas. Se empezó pagando bien. Pero ahora pagan, que uno sale igual que la gente de la casa. Pero sin licen-cia, aguinaldo y no estamos en Caja. Solo lene-ricos un seguro por accidente. Así no tienen gra-cia. Hay que meter lomo! Porque es a porcentaje. Viene a ser como la esquila, es una cadena. Si uno mas esquila, gana mas el vellonero, los de la mesa y el patrón. Es una cadena. Los trabajos a destajo son así. Asigún el rinde es lo que se gana.

- ¿Trabajó alguna vez en Montevideo?

Nunca en Montevideo Solo en Mignez una vuel-ta haciendo una changa de un mes. Madera paz exportar para hacer pulpa de papel. Había que pelar unas columnas de 2 metros y medio de hoya Sacarle la cáscara, No dio resultado. Habíamos ido una cuadrilla de 33 pero no daba ni para la comi-da. Por lo demás todo entre 33 y Lavalleja. En

sigue en página 131.

Cuadro N°2 , Indice de .iirtiaciidád segaoiiiaar.:tie residencia actual

Índice precariedad en Wo

A

Total

16.7 insertos un déficit

16.5

2 deficit

17.3

excluidos

15.1

Residencia

actual

Rural 21.2

Pueblo rural 25,0 25.2 23.6 31.2 26.8

Pueblo urbano 26.9 28.7 32.5 35.6 . 32.3

rianitn1 (lento 25.0 29.6 26.7 17.6 23.8

Montee. 1.9 1.5 1.4

Total 100 (52) 100 (115) 100 (192) 100 (206) 100 (565)

Nota: por pueblo rural se entiende población que vive en pueblos cuya PEA es predominantemente rural, aunque hayan sido clasificados como pueblos urbanos

por el INE. . .

En primer lugar es conveniente mostrar nuevamente que los trabajadores rurales de la

esquila residen principalmente en las áreas urbanas del interior del país (57%, mientras que

una proporción menor lo hacen en áreas rurales 143Wol 5 . Seguidamente es posible apreciar que

los trabajadores con mayor índice de precariedad (los que denominamos excluidos) residen en mayor proporción (más que la media) en los pequeños pueblos del interior, ya sea en los pueblos rurales como en los pueblos urbanos y en menor proporción en las capitales departamentales y

en el medio rural. Por el contrario los trabajadores ubicados en la categoría de menor precarie-dad (denominados trabajadores insertos) residen en mayor proporción en el campo o en las capitales departamentales y en menor proporción en las ciudades más pequeñas. La gradación lelos datos obtenidos deja lugar a pocas dudas: a mayor precariedad es mayor la residencia en los pueblos pequeños (urbanos o rurales) y a mayor inserción es mayor la residencia rural

dispersa . (en los establecimientos) y en ciudades capitales de Departamento.

Inmediatamente surge la pregunta de si este tipo de situación, es decir la asociación entre precariedad laboral y residencia es reciente, es un producto de la migración campo/ ciudad o si tiene características más estructurales. Para analizar esta pregunta se cruzaron la cuatro categorías de precariedad laboral por el origen de los trabajadores es decir su lugar de nacimiento y por el lugar de residencia cinco años atrás. De esta manera se aprecia que aque-llos trabajadores que nacieron en los pequeños pueblos urbanos o rurales del interior del país, tienen mas probabilidades de pertenecer a las categorías de excluidos o parcialmente excluido que aquellos que nacieron en el medio rural disperso o en las Capitales Departamentales. Algo

similar sucede con el lugar de residencia hace cinco años atrás.

En resumen es posible concluir que hay una asociación entre precariedad laboral y

residencia. Esta asociación muestra que cuanto más precaria la inserción laboral mayor es la

probabilidad de que el trabajador haya nacido, haya residido o resida en pequeños pueblos del interior sean clasificados como urbanos o como rurales. En cambio cuanto mayor el nivel de inserción mayor es la posibilidad de que haya nacido, haya residido o resida en el medio rural

disperso o en las capitales departamentales.

De acuerdo a la bibliografía reseñada esta situación no es nueva en el Uruguay. Tanto

Chiarino y Saralegui como el estudio CINAM-CLAEH señalaron que la pobreza rural se hallaba

vinculada a la población trabajadora rural de los pequeños pueblos del interior.

Hay pequeñas dilerencias entre los cuadros siguientes y los cuadros de páginas anteriores debidas a que en esle caso, para

construir las cuatro calegorias de precariedad no se pudo trabajar con toda la muestra (610 casos) ya que hubo que descular

algunos casos por falta de información, situándose el número de casos en 565.

Trabajadores de la Esquila Los Trabajadores de la Esquila como Trabajadores Precarios

Lavalleja trabajo mucho en icis contratas del arroz. En SAMAN y Cassarone en José Pedro Varela. (pp.:93)

- Cuando estaba en la contrata del arroz ¿dónde vi-rá 7

En XXX y viajaba todos los días. Había mu-cho trabajo. Pero ahora se vino abajo. La gente está desmoralizada.

- ¿Qué edad tiene?

44 años.

- ¿Cuál de los trabajos que ha hecho le parece me-jor?

Depende del aguante del hombre para hacer la cadena de trabajo todo el año. Lo repite un par de veces mes a mes, calculando en que se puede em-plear.. Ahora estoy contento porque la esquila se extendió cada vez mas y me da trabajo cada vez mas tiempo.

- ¿Trabajo en el monte?

Estuve cuatro meses haciendo monte en 1998. Volteando árboles, haciendo rolos y astillas. Em-pecé un 10 de enero ¡Unos calores!. Y dejé el 10 de abril. Es mas bravo el monte. Que la esquila. Por-que hay que hacer mas fuerza. Depende de (-aper-sona. La esquila es brava pero hallo que el monte es peor. La contrata de la bolsa de arroz que le hice, también es brava, es mas rigurosa que la esquila si va a igualar la plata. Porque esquilar 100 animales no es dificil para uno que es medio baqueano y son 400 pesos. Pero para hacer lo mis-mo en, la contrata de arroz hay que mover una montaña de bolsas. El monte es un trabajo perro. No hay comodidades. Hay una camita o choza de latas o lo que sea. Se cocina entre todos o por turnos. De repente uno viene cansado y tiene que cocinar o ir a buscar agua a una cañada. La cua-drilla que montea no lleva cocinero. Son otras or-ganizaciones. Por no pagar un cocinero no se lle-va. Entonces así no se descansa. (pp.:93)

Como ya se ha señalado en un capitulo anterior en relación a la educación de los trabajadores de la esquila la asociación con los niveles de precariedad laboral van en la dirección esperable. Mientras los trabajadores más ex-

cluidos tienen un nivel educativo menor que la media, los trabajadores con mejor inserción laboral se destacan por

tener niveles educativos (en secundaria y en la UTU) ma-yores que la media. Esto reproduce un circulo vicioso en el cual los trabajadores con menor educación solo consiguen trabajos precarios pero esta precariedad tiende a repro-ducir la situación de bajo nivel de instrucción entre sus

descendientes en la medida que no tienen alicientes y no pueden costear la educación de sus hijos.

Otro análisis posible consiste en vincular los nive-les de precariedad laboral con la edad de los trabajadores. Varios autores (Rodgers, 1992) han mostrado que entre los trabajadores temporales es más frecuente encontrar jóvenes, siendo ésta muchas veces la forma como estos se incorporan al mercado de trabajo. Entre los trabajado-

res de la esquila también predomina la juventud. La media de edad está en los 32 años. La discriminación de la edad media para cada una de las categorías de precariedad la-boral muestra que los más excluidos son, en promedio, un poco más jóvenes aún. Sin embargo el análisis revela que la variabilidad de los casos en torno a la media aumenta

mucho cuanto más precario es el tipo de inserción laboral. En otras palabras los trabajadores con mejor inserción la-boral tienen una media de 32 años y la dispersión en torno a esta edad es menor, o sea es un contingente de edad más uniforme. En cambio en el otro extremo la categoría de los trabajadores excluidos tiene una media que los re-vela como algo más jóvenes (29 años) pero la dispersión de la edades en torno a la media es máxima. Es decir que allí se encontrarán tanto los trabajadores que recién se incorporan al mercado laboral como aquellos que por su edad ya no consiguen puestos con mejor calificación.

Existe la posibilidad de cruzar los tipos de preca-riedad en la inserción laboral con otras variables que es-tán fuertemente asociadas a la edad. Una de ellas es el estado civil y otra es la cantidad de hijos. Para ambos casos se realizó la operación de aislar la variable edad. Para ello se compararon conjuntos de trabajadores de la misma edad. El estudio de la cantidad de hijos que tiene cada trabajador, controlando la edad, muestra que en el mismo grupo etario aquellos trabajadores mejor inser-

tos tienen mayor número de hijos que los que tienen una inserción precaria. Algo similar pasa con el estado civil: los trabajadores más insertos registraron una propor-

ción mayor de uniones maritales que los trabajadores excluidos, entre quienes predomina el estado soltero. En

síntesis, la precariedad laboral se asocia a la posibilidad de formar una familia estable, en el sentido de que los trabajadores con mejor inserción laboral y social tienen más posibilidad de conformar una familia estable que

aquellos que tienen una inserción muy precaria.

Estos resultados inmediatamente remiten a los

hallazgos y los análisis hechos por el estudio CLAEH-CINAM en 1962. Este estudio observó que como los

trabajadores más precarios residen en mayor propor-ción en los pequeños pueblos del interior pero traba-

jan en tareas rurales frecuentemente desplazándose en el entorno del pueblo de residencia, con largas au-sencias de su hogar, la constitución y mantenimiento de un núcleo familiar está sumamente dificultado. A esta situación de ausencia se le debe sumar la inestabilidad,

la inseguridad y los bajos ingresos todas característi-cas del trabajador precario, lo cual incide negativamen-te en la conformación de una familia estable.

En síntesis hasta aquí y considerando las varia-bles de carácter demográfico la imagen que se obtiene es que los trabajadores con una mejor inserción laboral tienen una proporción mayor de origen y de residencia rural dispersa o en las capitales departamentales, tie-nen un mejor nivel de instrucción, son de mayor edad y son más homogéneos desde el punto de vista etano,

tienden a estar casados y a tener un promedio de dos hijos. En el otro extremo los trabajadores con un mayor nivel de exclusión son trabajadores entre los cuales la proporción de los que residen en los pequeños pueblos urbanos y rurales del interior es mayor, tienen menor nivel de instrucción, son más jóvenes pero hay una gran dispersión de edades a su interior, hay una mayor pro- porción de solteros y por lo tanto es menor el número de hijos, reflejando las dificultades que tienen para tener una familia estable.

Condiciones de vida

Como ya se había hecho notar un 70% de los trabajadores de la esquila tienen vivienda

propia o que está en proceso de serio a través de planes de vivienda con el Estado (BHU o MEVIR). Si se analiza esta información por tipo de inserción laboral se aprecia que no hay mayores diferencias. Entre los trabajadores con una mejor inserción laboral la proporción de vivienda propia es un poco mayor que en el total, principalmente por estar participando en planes de compra de vivienda al Estado. Mientras que entre los trabajadores con menor inser-ción laboral hay una mayor proporción de trabajadores que residen en las viviendas paternas.

Ambas situaciones seguramente se asocian a la edad de uno y otro subconjunto.

En cuanto al número de personas en el hogar se aprecia que siguiendo las pautas

reproductivas del Uruguay lo más frecuente es que los hogares estén conformados por tres o

cuatro integrantes. Entre los trabajadores con mejor inserción laboral el tamaño de los hogares

Abajo: Subiendo las bolsas de

lana al camión.

Un joven esquilador ya tuvo varios trabajos:

- ¿Cuánto tiempo hace que esquilas? Como esquilador hace dos años que salgo.

- ¿Qué edad tienes? Tengo 21 años.

- ¿Empezaste como esquilador o hiciste algún otro trabajo antes en la zafra? Empecé como embolsador, y estuve un año

en eso, después pase a esquilar

- ¿Cómo aprendiste? Cuando estaba de embolsado r a veces aga-

rraba alguna bolada, y bueno así empecé, des-pués hice el curso en la escuela para apren-der e hice la escuela de perfeccionamiento.

- ¿Antes de salir en la zafra de la lana, que tra-bajos hacías? . Trabajaba en las estancias. Haciendo lo que

fuera.

- ¿De dónde eres? . Yo soy oriundo del pueblo Goñi.

- ¿Hasta que año pudiste estudiar? Hice toda la escuela.

- ¿Y después? Salí a trabajar

- ¿Dónde? Lo primero fue en un, tambo, ahí estuve dos

años. Hasta que me fui.

- ¿Y después? Después estuve también como dos años de

peón en una estancia.

- ¿Qué edad tenías? Cuando entré en la estancia tenía unos 15

años.

- ¿Y después, que has hecho? Y de todo. Changas. También he trabajado

en tambos, cuando hay trabajo. He trabajado en alambrados. De todo, he hecho de toda

- ¿Teste año, recuerdas que has hecho? Sí trabajé unos meses en una cabaña de ca-

ballos cuarto de milla, después estuve hacien-do changas.

- ¿Dónde? En las estancias estuve un tiempo, hacien-

do trabajos generales, de peón. También tra-bajé en las ferias ganaderas. Ahí cuando hay trabajo, me dan.

¿Todo el año estuviste trabajando? No. En, julio y agosto, estuve desempleada

Esos dos meses no había nada.

- ¿Y como te movilizas para buscar los traba-jos, o para ira hacerlos? Tengo tres caballos y voy de a caballo, o sino

en moto, ato el recado atrás y para allá salgo.

¿Cuánto ganas esquilando por oveja? Aquí gano $ 3..50 por vellón..

- ¿Y has podido ahorrar ako, o la llevas gasta-da a cuenta? No ,no. No he gastado nada. La tengo toda

junta para cobrar (pp.:170)

Trabajadores de la Esquila --- Los Trabajadores de la Esquila como Trabajadores Precarios

es un poco mayor habiendo una proporción algo mayor de hogares con cuatro a seis integran-tes. En cambio entre los hogares con una inserción más precaria es mayor la proporción de los

que tienen dos a tres integrantes. Muy posiblemente estas diferencias estén vinculadas a la edad promedio de los trabajadores de la esquila ya que como se vio los trabajadores más

precarios-son más jóvenes.

El estudio realizado de satisfaccil de las necesidades en los hogares de los trabajado-

res de la esquila ya mostró que dos tercios de ellos residían en hogares con Necesidades

Básicas Satisfechas. Si se discrimina ahora por la precariedad de la inserción laboral de los

trabajadores se aprecia que a medida que mejora la inserción laboral de los trabajadores tam-

bién mejora el índice de las NBS. Inversamente es en los hogares de los trabajadores más

precarios donde las NBI serán mayores.

Precariedad y puestos de trabajo

El puesto que un trabajador dala esquila ocupa en el comparsa se asocia con el índice de

precariedad laboral, según surge del cuadro N°3. Como es sabido el puesto de esquilador es el de mayor importancia y prestigio en la comparsa. Los esquiladores son los que le dan el ritmo y

la velocidad a la comparsa y parlo tanto inciden en la remuneración que pueden obtener no solo ellos sino todos los trabajadores (salvo el cocinero], y finalmente son los que obtienen la remu-neración más alta y por lo tanto los que pueden llegar a juntar más dinero al final de la zafra.

Estas condiciones sin duda que inciden en el índice de precariedad. Los trabajadores más preca-rios son los que tienen la proporción más baja de esquiladores. También son los que tienen una mayor proporción de trabajadores en los otros puestos de la comparsa. Por el contrario los trabajadores más insertos en el mercado laboral son los tienen la proporción más alta de esquiladores y la proporción más baja de trabajadores en los otros puestos de la comparsa. Sin embargo es de considerar que los trabajadores con un déficit y con dos déficit también tienen una mayor proporción (que la proporción correspondiente a la categoría total) de esquiladores pero tienen una proporción más similar a la que existe en el total para las otras categorías. En

síntesis ser esquilador posiblemente facilite la inserción laboral plena pero no necesariamente

evita caer en la precariedad.

Cuadro N°3 - Puesto actual en la comparsa

Índice precariedad [en 0/0) iota'

Insertos 1 déficit 2 déficit Excluidos

Agarrador 3.8 7.8 8.3 12.2 9.2

Barredor 1.9 2.6 3.6 8.3 5.0

Esquilador 65.4 55.7 53.6 27.8 45.7

Bolsero 5.8 8.7 7.8 8.8 8.2

Acondicionador 17.3 11.3 14.1 22.0 16.7

Vellonero/Inantador 1.9 2.6 4.2 7.8 5.0

Alcanzad« 0.5 2.0 0.9

Cocinero 3.8 7.8 7.3 9.3. 7.8

Otro 3.5 0.5 2.0 1.6

Total 100

[52)

100

11151

100

[1921

100

12061

100

15641

Trabajadores de la Esquila

- Es conveniente destacar que aquellos trabajadores que son acondicionadores tienen una pequeña proporción de trabajadores con buena inserción social pero también tienen una importante proporción de trabajadores excluidos. Es decir que ejercer un puesto que se ha caracterizado como un oficio, para el que es preciso el más alto nivel de capacitación en la comparsa y que también es uno de los mejor pagos, tampoco evita caer en la exclusión social.

Finalmente el análisis de las respuestas a una pregunta proyectiva que se le hizo a los encuestados (Si Ud. pudiera elegir entre distintas ocupaciones que le gustaría ser?) refuerza algunos de los hallazgos de las páginas anteriores. Los trabajadores más excluidos tienen un perfil de trabajador asalariado y privilegian una inserción ocupacional más segura: en mayor proporción prefieren ser empleados y algunos también aspiran a estudiar un oficio (seguramen-te influye en este resultado la mayor juventud de este subconjunto como se explicó más arriba). Los trabajadores con mejor inserción aspiran en una proporción importante a ser pequeños productores. Posiblemente lo hayan sido o vengan de familias que tuvieron pequeñas parcelas de tierra (recuérdese que tanto el lugar de nacimiento, como la residencia hace cinco años como la residencia actual de este subconjunto es más "rural" que en el resto de los subconjuntos de los trabajadores) o provengan de familias de trabajadores rurales permanentes. También es este grupo el que aspira en mayor proporción a estudiar un oficio.

lx

: •••••••••: • •

.,

Índice precariedad (en %) Total Insertos 1 déficit 2 déficit Excluidos

Pequeño productor 32.7 16.7 15.6 9.2 15.1 Empleo rural 7.7 8.8 13.0 15.5 12.6 Empleo urbano 25.0 26.3 24.0 25.2 25.0 Empleo público 5.8 18.4- 22.9 19.9 19.3 Changas 0.0 1.8 3.1 • 5.3 3.4 Trabajar su oficio 9.6 13.2 7.3 7.8 8.9 Estudiar un oficio 17.3 13.2 13.0 16.0 14.5 Otro 1.9 1.8 1.0 1.0 1.2 Total 100

(52) 100

(114) 100

(192) 100

(206) 100

(564)

Atando cabos

Atando cabos

Atando cabos

Hasta aquí hemos recorrido un largo camino, que comenzó con una historia de la cadena productiva de la lana y siguió por una historia de los trabajadores de la esquila durante el siglo XX. Mediante una investigación empírica con entrevistas y encuestas a una muestra represen-tativa de los trabajadores de las comparsas de esquila, se los caracterizó no solo como tales sino también como miembros de nuestra sociedad, profundizando en su inserción social y expli-cando cuales características se asociaron a un mayor o menor nivel de exclusión social. Somos conscientes que el análisis fue minucioso y en ciertos momentos puede haber parecido muy detallado para los lectores que no buscaban explicaciones tan exhaustivas. Sin embargo nos pareció que ello era necesario no solo para satisfacer a aquellos que se especializan en estos temas sino también para mostrar que detrás de las afirmaciones y explicaciones que se realizan existe un rigor metodológico basado en nuestras fuentes empíricas.

Corresponde en este Capítulo final realizar dos tareas. Por un lado sintetizar los aspec-tos más importantes de la discusión que se llevó a cabo en las páginas precedentes. Por otro, "levantando la cabeza", discutir más en general qué aportes hace esta investigación al conoci-miento dolos trabajadores rurales. Para esto último es preciso recordar que esta investigación se realiza en el marco de un estudio más general dolos trabajadores rurales que nos propone-mos llevar a cabo en una tarea de más largo aliento. Esta última investigación se ha llevado a cabo revisando la literatura existente, tanto la que se refiere a nuestro país como a otros países principalmente de nuestro continente y trabajando la información estadística nacional. Varias publicaciones constituyen el fruto de esta tarea, aun inacabada. Sin embargo el trabajo realizado también nos mostró que era muy difícil penetrar en el mundo de los trabajadores eventuales, una población que por su propio carácter no es relevada por los Censos que se realizan en el país. Por otro lado estudios de otros países revelaban que este tipo de trabajado-res crecía y con frecuencia reemplazaba a los trabajadores permanentes a medida que la agri-cultura se modernizaba. Así buena parte de los complejos agroindustriales empleaban crecientemente, trabajadores eventuales. Un estudio de los trabajadores cosecheros del citrus realizado por colegas mostró coincidencias con estudios realizados en otros países: sus autores hablaron de una "latinoamericanización" de las condiciones del trabajo rural en nuestro país. Esto nos llevó al convencimiento de que era necesario avanzar en el estudio de los trabajadores eventuales llevando a cabo estudios empíricos parciales. Para ello seleccionamos en primer término a los trabajadores de la esquila, no solo porque eran el contingente más grande de trabajadores eventuales en nuestro país, sino también porque parecía ser una situación contrastante y diferente a la que se encontró entre los trabajadores eventuales del citrus.

Trabajadores de la Esquila Atando cabos

Hoy estamos en condiciones de decir que entre los cosecheros del citrus y los esquiladores hay semejanzas y diferencias. Los primeros son trabajadores más jóvenes, pero también más homogéneamente jóvenes, con una gran mayoría residentes en el medio urbano y aún en las capitales departamentales, con poca experiencia laboral anterior, con mucha desocupación, con niveles de insatisfacción de las necesidades básicas y niveles de pobreza desproporcionadamente altos aún para las condiciones del medio rural y en un proceso de movilidad ocupacional descen-dente. La situación de los esquiladores es en algunos aspectos diferente. La población no es tan

joven, es más heterogénea en cuanto a la composición de edades, residen preferentemente en los pequeños pueblos y ciudades del interior del país, tienen mejores indicadores de necesida-des básicas satisfechas, y posiblemente tengan ingresos más altos que los cosecheros del citrus [justamente por el aporte dele esquila a sus ingresos anuales]. Ambos contingentes se ocupan preferentemente en la agricultura el resto del año, presentan elevados índices de des-

ocupación, y tienen niveles parecidos de escolaridad. Mientras la cosecha del citrus no requiere ninguna habilidad especial, algunos puestos de la esquila si la requieren: mientras el primero no es un oficio y en general los trabajadores no quieren volver a la zafra si pueden no hacerlo, en la esquila que sí constituye un oficio (en especial los esquiladores y los acondicionadores) los trabajadores vuelven reiteradamente a trabajar en ella. Mientras la cosecha del citrus parece ser la actividad en la que se "cae" cuando no hay más remedio y la desocupación aprieta, la esquila parece ser la actividad laboral que les permite "salvar el año" ya sea pagando las deudas adquiridas para los que están en peor situación o permitiéndoles hacer un pequeño ahorro para arreglar la casa o comprar una moto para los que están en situación más desaho- gada.

En las páginas siguientes profundizaremos en la descripción de los trabajadores de la esquila, en la comprensión de su situación laboral y de su inserción social. Lo haremos en el convencimiento de que el conocimiento es útil por sí mismo aún cuando no se encuentren en

- - forma inmediata aplicaciones al conocimiento construido, como cientos de ejemplos en la histo-ria de la ciencia nos lo demuestran. Pero además de ello también aspirando a que una mejor comprensión dula situación de estos trabajadores, que hacen una contribución tan importante a la producción nacional, permitirá tomar decisiones que mejoren su inserción ocupacional y social, mejoren la rentabilidad de los empresarios de la esquila y de los establecimientos agropecuarios y en general mejoren la competitividad del rubro.

Es muy posible que si le preguntamos a la mayoría de nuestros conciudadanos como es un trabajador rural nos devuelvan la imagen de un trabajador de "bota y bombachas", de sombrero aludo, cinto ancho, cuchillo cruzado a la cintura y montado a caballo. Sin descartar de

que esa puede ser aún una imagen frecuente en nuestra campaña, queremos insistir en que también es muy probable que la realidad sea otra. La de un trabajador de pantalón o vaqueros. alpargatas o championes baratos, camisa a cuadros y más bien montado en una motito. Que sea una u otra imagen dependerá mucho dele región geográfica en que se encuentre el observador: tal vez la primera imagen sea más frecuente en el centro, norte y noreste del país y la segunda en el litoral oeste y sur del país. Es que la bibliografía sobre el tema muestra que la tendencia creciente entre los trabajadores rurales (tanto en el Uruguay como en otros países del conti-nente) es a la disociación entre el trabajo y el lugar de residencia, de tal manera que cada vez

más trabajadores dedicados a tareas agrícolas tienen residencia urbana. También se ha hecho mención a que según el Censo de Población de 1996 el 38% de los trabajadores empleados en

establecimientos agropecuarios tenían residencia urbana. La residencia urbana (aunque no solo ella) ha urbanizado las costumbres y entre otras, la vestimenta. Esta situación es mucho más

notoria entre los trabajadores eventuales, a juzgar por los dos estudios conocidos: el de los trabajadores zafrales del citrus que reveló que el 76% residía en el medio urbano y este estudio

que muestra que el 56% dolos trabajadores de la esquila tienen residencia urbana. También se encuentra que esta residencia urbana consiste principalmente (32%) en la residencia en los

pequeños pueblos del interior antes que en las capitales departamentales (24%). Por otro lado

de aquellos trabajadores que tienen residencia rural (43%) 17% viven en los establecimientos

rurales mientras que 27% lo hacen en pequeños "pueblos rurales".

Sin embargo esta situación es relativamente reciente. En el transcurso dele vida de los

trabajadores (edad media 32 años) se ha procesado una tendencia migratoria hacia los cen-

tros urbanos. Esto se aprecia porque /el 32% de estos trabajadores nacieron en el medio

urbano 5 años antes dele encuesta, en 1996 ya el 50% de ellos residía en una ciudad. Es por ello que si el lector recorre las ilustraciones (fotos, gráficos y pinturas) de los trabajadores de la esquila en este libro apreciará como ha cambiado la vestimenta desde principios del siglo

hasta ahora. Vaya este testimonio gráfico como representación de un fenómeno mucho más

profundo del cual la vestimenta es solo su reflejo exterior.

Esta tendencia migratoria del campo al pueblo esta íntimamente vinculada al proceso de modernización del agro uruguayo de las ultimas tres décadas del siglo XX que concentró la propiedad de la tierra, expulsó a miles de pequeños productores familiares (que eran el ámbito de reproducción para muchos trabajadores rurales) y por otro lado redujo el empleo asalariado rural, al impulso de cambios técnicos que redujeron (o mantuvieron) la demanda laboral, aún en un contexto de crecimiento del producto. Forzados por estos procesoslas familias de trabaja-dores emigraron hacia los centros poblados, prefiriendo los pequeños pueblos del interior don-de además de los vínculos familiares pre-existentes, el costo de reproducción familiar fuese posiblemente menor que en las ciudades más grandes. Es posible hipotetizar que los planes de vivienda estatales del BHU pero más aún de MEV1R (que solo construye en los pequeños pueblos del interior) hayan reforzado estas tendencias. En concreto los pequeños pueblos del interior (ya sea pueblos urbanos o "pueblos rurales") son hoy el lugar donde se concentran los trabaja-dores rurales de la esquila. Es posible suponer que lo mismo pasa con otros trabajadores even-

tuales del agro.

La situación de los trabajadores eventuales de la esquila que residen en los pequeños pueblos del interior parece ser la situación más precaria. Cuando se comparó el índice de precariedad con la residencia quedó demostrado que cuanto más precaria la inserción laboral, mayor es la probabilidad de que el trabajador haya nacido, haya residido o resida en pueblos pequeños del interior. En cambio cuanto mayor el nivel de inserción social mayor es la posibilidad de que haya nacido, haya residido o resida en el campo o en las capitales Departamentales. La

conclusión es similar a la expresada por Luis Alberto de Herrera en su estudio sobre la situación de los trabajadores rurales a principios del siglo XX (ver el Capitulo 111. Los trabajadores perma-nentes que residen en los establecimientos rurales, generalmente están mejor insertos en el mundo laboral y social que aquellos que residen en los pequeños pueblos del interior. Como lo aclara Moraes, las razones de la faltado inserción social dolos trabajadores de los pueblos del

interior deben buscarse, sin embargo en los propios establecimientos agropecuarios.

La bibliografía sobre los trabajadores temporarios en América Latina muestra que estos frecuentemente realizan largos periplos dentro y fuera del país desplazándose en busca de trabajo. Con frecuencia estas migraciones son estacionales y los trabajadores migran desde

sus minifundios o tierras comunales hacia los lugares donde predomina la agricultura a gran escala que requiere fuerza de trabajo estacional, dejando parte de sus familias, trasladándose con otra parte de ellas y regresando al fin de la temporada a sus lugares de origen. Las tareas de recolección de la fruta, de la caña de azúcar, de la yerba mate, del algodón en un país tan

cercano como la Argentina son realizadas de esta manera con migrantes que vienen desde las provincias minifundistas del norte argentino y también desde los países limítrofes. Con frecuen-cia estos trabajadores están ligados a las peores condiciones de vida y de trabajo, a la pobreza

y a la falta de esperanza porque, teniendo derechos, no pueden ejercerlos debiendo aceptar condiciones muy duras de vida y de trabajo. La movilidad geográfica es una de las consecuencias

---kairajádoreldé4á-Esquila

1 7

Atando cabos

de las malas condiciones de trabajo ya que el trabajador se desplaza buscando mejorarlas pero

también es su causa por que es el trabajador que ha perdido las redes sociales de protección, que se presenta solo y aislado, en una localidad lejana de su lugar de origen, a negociar con los contratistas de mano de obra, el que tiene que aceptar las condiciones que estos le imponen.

Nuestro estudio verificó la escasa circulación de los trabajadores en el territorio necio- nal y por lo tanto debemos descartar la idea de que la precariedad laboral y social que en ellos encontramos esté vinculada a las migraciones estacionales. La mayoría de los trabajadores de la esquila provienen de los Departamentos que tienen más producción de lana. No parece

sustentarse la idea de trabajadores que se desplazan de un lado a otro del territorio buscando trabajo. No solo durante la esquila sino también durante el resto del año, ya que en el periodo inter-zafra solo el 10% de los trabajadores declara haber trabajado en más de un Departamen- to del país. Tampoco se constata la existencia de migraciones laborales fuera del territorio

nacional. A pesar de que en las entrevistas realizadas y en algunas de las encuestas aparecen trabajadores que van a esquilar a la Argentina y también se encuentran trabajadores que están

fuera de su Departamento de residencia, es posible afirmar que son casos aislados, no existien-do corrientes migratorias laborales como se ha constatado en otros países.

Tan escasos son los movimientos de trabajadores en el territorio nacional que ni siquie-ra lo hacen para mejorar sus ingresos. En efecto habiéndose constatado la existencia de valores distintos en los precios pagados a los trabajadores por oveja esquilada, según un gradiente que

comienza por el norte del país, donde los precios fueron más bajos, hasta el sur y el este del país donde los precios fueron más altos era de esperar un movimiento desde las áreas peor pagas a aquellas donde se pagaba mejor. Pero a pesar de que esta situación era conocida por los traba- jadores no se constató una movilidad de los mismos en la búsqueda de una mejor remuneración por su trabajo.

Esto tiene que ver con la forma de contratación de los trabajadores. Los maquinistas, que son quienes los contratan, residen preferentemente en pequeños pueblos y en ciudades del interior. Los maquinistas valoran principalmente el comportamiento en el trabajo en el momento

de seleccionar a un esquilador ( 70% de los maquinistas seleccionan este criterio como el principal]. La calidad para esquilar es un criterio secundario. El comportamiento en el trabajo

solo puede ser evaluado por el maquinista mediante el conocimiento personal del trabajador o las referencias de amigos y parientes. Por ello las comparsas suelen estar compuestas por trabajadores del mismo pueblo y aún de familiares. En este contexto es poco probable que un trabajador migre de las regiones donde se paga menos a las que se paga más, buscando traba-

jo, ya que sin referencias sobre su comportamiento y la calidad de su trabajo difícilmente en-cuentre un empleo.

Los datos recogidos por nuestro estudio muestran que en los hogares de los trabajado-res de la esquila el nivel de Necesidades Básicas Insatisfechas es algo mayor que el existente para el total de los trabajadores rurales (27% contra 25%), pero es incomparablemente me-nor que el que se encontró para los trabajadores .zafrales del citrus (71%). En cuanto a otras coberturas sociales se encontró que tres cuartos de los trabajadores se atienden en el sistema público de salud y que dos tercios de los trabajadores con hijos no perciben la asignación fami-liar correspondiente. De esta información se puede desprender que al menos dos de cada tres

de los trabajadores eventuales estudiados no están declarados ni inscriptos en los registros de la seguridad social.

Una particularidad de los trabajadores de la esquila es que tienen diferentes condicio-nes de vida en su lugar de residencia y en su lugar de trabajo. Las condiciones de vida en el lugar de residencia (medidas a través del Índice de Satisfacción de Necesidades Básicas como se dijo arriba) son aceptables para la mayoría de ellos como consecuencia de la enérgica política esta-

tal de desarrollo de la vivienda rural a través de los planes de los organismos especializados. Pero las condiciones de vida en los establecimientos en los que trabajan las comparsas de esquila son muy deficientes. Más aún hay establecimientos en que no existen condiciones para

brindar una infraestructura mínima de alojamiento y servicios para las comparsas de trabajado-res debiendo estos "acampar" en el lugar de trabajo. ¿Cómo se pueden explicar estas diferen-cias?. En realidad que el trabajador terna condiciones de vida aceptables en su lugar de resi-

dencia depende no de los ingresos ni de su capacidad de negociación sino de los planes de vivienda subvencionados implementados desde el Estado. Las condiciones de vida en los estable-cimientos dependen de la capacidad de negociación de las máquinas de esquila. Por un lado hay que tener presente que lo que para una comparsa es un problema de toda la zafra, para un establecimiento es un problema solo por el breve tiempo que la comparsa esta en el mismo (dos o tres días en el año). Por otro lado el desplazamiento de las máquinas de esquila por un área geográfica de un centenar de kilómetros alrededor de su lugar de residencia establece una competencia entre ellas. Es posible que esta circunstancia debilita la capacidad de negociación de las mismas incidiendo en su capacidad para negociar mejores condiciones de vida durante su

estadía en los establecimientos.

Una conclusión que emerge del estudio es que los empresarios de la esquila no tienen en

cuenta en el momento de seleccionar a sus trabajadores los niveles de instrucción escolar

alcanzados, con la única excepción dele selección de los trabajadores que ocuparán el puesto de acondicionadores. Sin embargo el nivel de escolaridad alcanzado no es indiferente para la situa-ción de cada trabajador en forma individual donde sí se advierte que entre los trabajadores más excluidos hay una proporción rnayár en la categoría de primaria inconclusa, mientras que en el otro extremo los trabajadores con mejor inserción laboral presentan mejores niveles de ins-

trucción formal. Parecería ser que la educación le confiere al trabajador destrezas y conductas que si bien no son valoradas en la comparsa de esquila sí lo son en otros desempeños laborales

o ocupacionales.

La comparsa de esquila tiene puestos de trabajo para los que se no se precisa una

capacitación laboral [barredor, vellonero] y tiene otros puestos para los que sí es necesaria (esquilador, acondicionador]. Los trabajadores que recién ingresan a una comparsa pueden adquirir esta capacitación en el propio trabajo, instruidos por otros trabajadores o por el ma-quinista o pueden adquirirla asistiendo a los cursos que imparte el SUL. El estudio permitió verificar que la capacitación para el trabajo en la esquila que proporciona el SUL, tiene vincula-ciones con la inserción laboral. La lectura es que entre aquellos trabajadores con mejor inser-ción laboral hay una mayor proporción que han hecho los cursos del SUL. Por el contrario entre los trabajadores excluidos hay una proporción mayor que en el total de aquellos que no han realizado ningún curso en el SUL. Dada la evaluación positiva que los propios trabajadores hacen de los cursos del SUL y el interés en realizarlos por parte de aquellos que aún no lo han hecho permiten pensar que posiblemente los cursos del SUL constituyen al menos una de las razones

que facilita la inserción laboral de los trabajadores.

La investigación realizada mostró que las comparsas de esquila tienen una organización

del trabajo estructurada en torno a la maquina de esquila. El tamaño . de la comparsa, y por lo

tanto su capacidad de trabajo, depende de la cantidad de tijeras que tenga la maquina. De aquellas depende luego la cantidad de trabajadores que "sirven" a los esquiladores (el agarra-dor, el vellonero, el barredor] o que procesan el producto del trabajo de los esquiladores (los

acondicionadores, el embolsadorl. Sin embargo el método empleado para esquilar, esquila tra-dicional o esquila Tally-Hi también introduce diferencias a la hora de organizar la comparsa. En la esquila tradicional por ejemplo suele no acondicionarse la lana y por lo tanto se eliminan los

acondicionadores.

Atando rabos

En el trabajo de campo realizado también se observó que la división de tareas es más clara en lás comparsas más grandes. Cuanto más chica es una comparsa mayor

de los trabajadores. Sin embargo algunos puestos de trabajo como el barredor del vellonero se prestan para la polifuncionandad aún en las comparsas más grandes. Ciertos puestos de trabajo

sin embargo, difícilmente puedan ser desempeñados por quienes no están expresamente capa-citados (esquiladores, acondicionadores, embolsa dor) o dotados para desempeñarlos

(agarradores), independientemente del tamaño de la comparsa. En síntesis, puede concluirse con respecto a la hipótesis de una creciente polifuncionalidad en las comparsas, que ella no parece correcta. Esta siempre parece haber existido en las comparsas más pequeñas y en las

grandes no es una estrategia empresarial relevante, ya que más bien se apuesta a la especia-lización.

Los trabajadores hacen una "carrera" en el trabajo de la esquila, en una misma com-parsa (un cuarto de los trabajadores) o pasando por varias de ellas. En este sentido las encues-tas confirman lo que ya se había detectado en las entrevistas. Generalmente los trabajadores comienzan de muy jóvenes en algunos de los puestos de menor calificación., generalmente como barredor o como vellonero Si se interesa, si le gusta y posiblemente, si su comportamiento satisface al maquinista, éste lo incentiva para que se capacite y alcance un escalón superior. Aquí parecería que hay dos caminos posibles: el más codiciado es capacitarse para llegar a ser esquilador (en la práctica, pidiendo la "bolada", o a través de los cursos del SUD. Este puesto es el que permite ganar más dinero. Sin embargo no todos pueden aspirar a este puesto, ya que hay que tener ciertas condiciones de robustez y destreza física para ocuparlo. Los que no eligen ser esquiladores pueden optar por capacitarse para el desempeño del puesto de acondiciona-dor. La tarea del acondicionado de la lana también requiere una capacitación que es brindada por el SOL en sus cursos. Los maquinistas más emprendedores envían a sus trabajadores a capacitarse en dicha institución. Sin embargo también hay una capacitación informal brindada por el propio maquinista o por otros trabajadores a los noveles trabajadores. En otras tareas como el embolsado y más recientemente con la incorporación de la enfardadora, en el enfardado, también se requiere una capacitación que es brindada por el maquinista o por otros trabajado-res. En síntesis, los puestos de la comparsa requieren distintos niveles de especialización deter-minados por la capacitación y/o la destreza física (notoriamente, el agarrador). Esta tendencia

ha actuado especializando a algunos trabajadores en el ejercicio de ciertos puestos, que a su vez son los mejor remunerados: esquiladores, agarradores, acondicionadores, embolsador (enfardador), y de cierta manera también el cocinero, en un orden de especialización decrecien-te.

Los trabajadores más precarios son los que tienen la proporción más baja de esquiladores pero también son los que tienen la proporción más alta de trabajadores en los otros puestos de la comparsa. Por el contrario los trabajadores mejor insertos laboralmente, son los que tienen

la proporción más alta de esquiladores y la proporción más baja de trabajadores en los otros puestos de la comparsa. Pero también hay esquiladores en las categorías que tienen un déficit y dos déficit: parlo tanto es posible afirmar que ser esquilador (o acondicionador) posiblemente facilite la inserción laboral plena pero no necesariamente evita caer en la precariedad.

La información recogida por la encuesta despubre que a pesar dala predominancia de la residencia urbana de estos trabajadores la mitad de ellos desempeña tareas agropecuarias

durante el período entre zafras. Le siguen en importancia las tareas en la construcción y en los servicios comunales y personales. Es de destacar que esta información es muy parecida a la encontrada para los trabajadores zafrales del citrus. Desde el punto de vista de los ingresos obtenidos por estos trabajadores, los ingresos mensuales obtenidos en conjunto durante los meses de la esquila duplican los ingresos que se obtienen durante el resto de los meses del año. Esto habla a las claras de la importancia de esta actividad en los ingresos anuales de estos

trabajadores. La desocupación mensual (medida como aquellos trabajadores que declararon

haber estado un mes entero sin trabajar) afecta al 19% de los trabajadores, pero siete de cada diez trabajadores declararon haber estado desocupados más de un mes en el periodo entre

zafras.

Una hipótesis esgrimida en el inicio del proyecto era que como se estaba en un proceso de incremento dala longitud del periodo de zafra (deszafralización) también estaría aumentando el período de ocupación anual dalas trabajadores en la esquila y parlo tanto, de alguna manera

se estaría incrementando la estabilidad. En realidad, lo que está ocurriendo es un proceso de concentración de la máquinas de esquila como consecuencia de la fuerte reducción del rodeo

ovino nacional (ver capítulo D. En esta situación un puñado de maquinas que esquilan mejor, están ganando clientes, mientras que la mayoría apenas conserva los que tienen y muchas los pierden. En aquellas máquinas que están aumentando su clientela y tal vez en algunas de las que la mantienen, se está produciendo un proceso lento de alargamiento del período de zafra, parlo incorporación de la esquila de los corderos pesados y de la esquila pre-parto. Posiblemente

estas dos técnicas de manejo las apliquen mayormente aquellos productores tecnológicamente más avanzados que son, a su vez, los que buscan seleccionar las mejores máquinas. Es decir que si bien el proceso está en marcha y posiblemente continúe, en la actualidad no abarca un

contingente muy grande de máquinas de esquila y de trabajadores.

Los trabajadores de la esquila perciben, durante la esquila, el doble de los ingresos que

perciben durante el resto del año. Es claro que esta proporción varía al interior de la comparsa. Los esquiladores y en cierta medida los agarradores son la "elite" de la comparsa y sus ingre-sos pueden ser muy superiores a los de los trabajadores de menor calificación (barredores), con el personal que trabaja en las mesas de acondicionamiento en una categoría intermedia. Sin embargo en esta población los ingresos anuales dependen fuertemente de la cantidad de días trabajados en el año. La masa total de jornales trabajados por los trabajadores de las compar-sas también es, ene) periodo de esquila, el doble que los jornales trabajados a lo largo del resto del año. Es decir que la desocupación a lo largo de los meses inter-zafras es considerable y

afectará negativamente los ingresos anuales totales.

Si se comparan los ingresos anuales percibidos por estos trabajadores con los ingresos

anuales de un peón rural de la ganadería' se advierte que la mayoría (80%) gana más y que entre estos el 40% gana más del doble que un peón rural. Esto se refleja en las propias

opiniones de los trabajadores donde el 58 0/0 opina que en la esquila gana más que en otros

trabajos y 77% tienen una opinión favorable a los ingresos que perciben durante la esquila. Como se dijo estas opiniones están influidas por el puesto que el trabajador ocupa en la compar-

sa.

En síntesis, los trabajadores durante la esquila ganan mucho más que el resto del año, lo reconocen y esto hace que sus ingresos anuales sean superiores a los de un peón rural. Es la

esquila que les permite solucionar situaciones de endeudamiento previo o les permite ahorrar para hacer frente al desempleo de los meses posteriores o para hacer una pequeña inversión. Este resultado inmediatamente fuerza a preguntarse si estos trabajadores no preferirán esta situación de empleo inestable y transitorio, pero mejor remunerado, a la de un trabajo estable pero mal remunerado como el de un peón rural. La respuesta puede deducirse de otras piezas

de información. Por un lado las entrevistas sugerían que muchos trabajadores entrevistados alentaban la posibilidad de conseguir un empleo estable. Pocos eran los que aspiraban a seguir haciendo "changas". En la encuesta la ultima pregunta estimulaba a pensar libremente al entre-vistado que le gustaría ser en el futuro: la mayoría aspiró a empleos con mayor nivel de estabi-lidad: empleos en una empresa privada, un empleo público y ser pequeño productor fueron las categorías más elegidas. Pero significativamente, muy pocos eligieron tener un traba¡o estable

' Que son salarios muy bajos. del orden de los USS BO mensuales en el momento de la encuesta en el año 2001. La devaluación posterior (2002) de la moneda uruguaya redujo eslos ingresos a la mitad.

Trabajadores de la Esquila

Atando cabos

en el medio rural. De modo que si la alternativa fuese ser peón rural o salir a la esquila y hacer changas durante el resto del año es posible que muchos eligiesen la ultima alternativa. Es claro

que esta elección también dependerá de la confianza que el trabajador se tenga para conseguir dichas changas y su propia evaluación del mercado de trabajo.

Por último nos interesa referirnos a la situación de precariedad laboral de los trabaja-dores de la esquila que fue otro de los ejes de la investigación. Cabe aclarar que por la propia definición del concepto de precariedad, todos los trabajadores de la esquila son trabajadores

precarios. Pero lo que nos interesó fue discernir entre diferentes grados de precariedad. Para ello construimos un índice de precariedad laboral basado en tres indicadores: existencia/inexis-tencia de desocuPación; ingresos por encima y por debajo de dos veces un salario de un peón

rural; existencia/inexistencia de algún tipo de cobertura social. Se constató que la distribución de los trabajadores de la esquila era la siguiente: trabajadores precarios con mayor inserción laboral y social: 9%; trabajadores con un déficit (inserción parcial): 20 0/0; trabajadores con dos déficit (exclusión parcial): 34 ,/o; trabajadores excluidos (tres déficit): 37%. La desocupa-ción parece ser una de las variables que más influye en el nivel de precariedad de la inserción laboral ya que los trabajadores más excluidos son los que están desocupados por mayores períodos de tiempo.

Como ya se dijo en los párrafos anteriores la precariedad laboral se encuentra asociada a la educación, a la capacitación laboral, a la residencia, a la ocupación del padre, a los puestos de trabajo y a la posesión de vivienda.

Por otro lado el estudio mostró que entre los trabajadores con mejores niveles de inserción social había más uniones matrimoniales y mayor número de hijos. Esto ocurría compa-rando trabajadores de la misma edad. Por el contrario cuanto mayor precariedad de los traba-jadores, mayores índices de soltería y ausencia o menor número de hijos. Comprobamos así nuevamente (40 años más tarde) lo que el estudio del CINAM-CLAEH ya había demostrado: que la pobreza y la precariedad en el medio rural se asocian a la dificultad para la formación de familias estables. •

En resumen aquellos trabajadores con mejores niveles de inserción laboral y social son trabajadores de edad algo mayor que el resto, más homogéneos como grupo etario, de familias más grandes, con vivienda propia, con niveles de Necesidades Básicas Satisfechas mayores, con mejores niveles de educación y de capacitación laboral, en donde la residencia rural es un poco mayor que en el resto, con ocupación plena, en la que hay mayor proporción de esquiladores, y con los ingresos anuales más altos.

Por el contrario aquellos trabajadores con peores niveles de inserción laboral y social, los excluidos, son trabajadores más jóvenes o más viejos, con familias más pequeñas o sin familias, con menor proporción de vivienda propia, con niveles de Necesidades Básicas Satisfe-chas un poco menores, con menores niveles de educación y con escasa capacitación laboral,

que residen en mayor proporción en los pequeños pueblos y ciudades del interior, con niveles

crecientes de desocupación, con ingresos anuales más bajos y que ocupan los puestos de menor calificación en las comparsas.

A partir de la información precedente es posible preguntarse como será hacia el futuro la situación de la esquila y de los trabajadores de la esquila. Nos imaginamos una situación en la

que se converge hacia la existencia de menos maquinas de esquila, más grandes, con menos trabajadores, con trabajadores más calificados y con mayor estabilidad, es decir con menos

precariedad. Veamos que razonamientos nos llevan a estas conclusiones. Por un lado el proceso de concentración de las máquinas de esquila es un proceso evidente en los últimos años ocasio-nado por la disminución del stock de ovinos. Pero no solo por ello. Tendemos a pensar que esta reducción de las máquinas de esquila se hubiese procesado de cualquier manera, porque en la

base de ello están los cambios tecnológicos que se están llevando a cabo: predominio del siste-

ma Tally-Hi, acondicionamiento, enfardado dele lana y en Él futuro una tendencia que ya despun-

ta hacia la clasificación in situ de la lana por caridad dele hebra. Las máquinas que llevan a cabo

estos cambios no solo sobreviven sino que si además aseguran precios razonables, caridad del

trabajo y buen comportamiento de la comparsa, ganan majadas desplazando a las otras.

Las tendencias a la deszafralización si bien aún incipientes llevan a aumentar el periodo de trabajo que ofrecen las máquinas a pus trabajadores. Una mayor capacitación de los traba-

' ¡adores aumenta el umbral de entrada a la tarea que así se constituye crecientemente en un

oficio. Por otro lado es posible sugerir que, cuando la zafra es corta y mucha la inestabilidad laboral, el costo del factor trabajo se incrementa. Esto es así porque si las máquinas necesitan trabajadores con cierta calificación solo por dos meses, deben competir con otras tareas en las

que se ofrecen períodos más largos de trabajo o aún competir con empleos estables. Esto obliga a pagar salarios más altos, como ya ocurre con la variación de lo que se paga por esquilar una

oveja en el territorio nacional según la distancia a otros mercados de trabajo mayores. Es

posible suponer que si los trabajadores de la esquila no obtuviesen los salarios más altos que

hoy se pagan, tratarían de emigrar hacia las ciudades para buscar otras oportunidades más favorables, no estando disponibles para la zafra siguiente. Por lo tanto en la medida en que las comparsas les ofrezcan trabajo más estable y que los procesos de capacitación de los trabaja-dores continúen, es posible suponer que los costos dele esquila Podrían bajar para cada uno de los establecimientos agropecuarios, individualmente considerados. Esto podría redundar en una mejora de la competitividad de nuestras lanas en el mercado internacional y en una mejora dele ecuación económica de los establecimientos agropecuarios queso dedican a su producción. Por otro lado, la situación de los trabajadores que resten trabajando en las comparsas podría mejorar en la medida queso supere el principal escollo en el empleo, que hoy es la inestabilidad

dada por los largos periodos de desocupación entre zaf ras.

Como en todo proceso de cambio tecnológico las empresas de esquila menos eficientes

y que no incorporen los cambios tecnológicos requeridos serán las más vulnerables y tenderán a desaparecer. Posiblemente no todas porque siempre restará una proporción de majadas (las majadas de consumo principalmente] que se esquilarán con máquinas pequeñas y con pocos requerimientos técnicos. Este proceso también incidirá en el tamaño dele fuerza laboral dedica-

. da a esta tarea: la esquila proporcionará menos puestos de trabajo aunque lo hará por períodos

• mayores de tiempo. Sin embargo también es posible suponer que si la disminución del costo del trabajo es trasladado a los productores y se mantienen las condiciones favorables en los mer-

cadas internacionales para la lana, esto incentivará un crecimiento del rodeo ovino, que a su vez

• puede nuevamente aumentar la oferta de empleo para los trabajadores de las comparsas.

Un obstáculo importante para este proceso son las condiciones de vida en los estable-

cimientos durante la esquila. Porque es de suponer que si bien un trabajador (y también el empresario de la esquila) puede aceptar sobrellevar condiciones de vida precarias durante dos

meses, pueden no ser condiciones soportables en la medida en que la zafra se alargue. ¿Como

se resolvería esta situación? Parece poco probable que los establecimientos rurales hagan les inversiones necesarias Para mejorar las condiciones de vida en la medida que desde su punto de vista seguirá siendo un problema circunscripto a unos pocos días de trabajo. Más bien el proble-

ma será de los empresarios de la esquila que querrán retener a los mejores trabajadores. Tal vez presenciemos la aparición de sistemas transportables de vivienda y servicios (del tipo de una casa rodante como ya utilizan los contratistas de la agricultura maicera y sojera). Pero lo

más probable es que se evolucione hacia sistemas de trabajo en que se alternen con mayor frecuencia los días de trabajo en las comparsas con los días de descanso en los pueblos, regre-

sando los trabajadores a sus casas.

¿El tamaño de las comparsas crecerá o se reducirá en los próximos años? Esto tiene importancia porque se generarán más o menos puestos de trabajo. Creemos que en este punto

hay tendencias contradictorias. Por un lado es posible que se achiquen. Ya hemos visto como

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Trabajadores de la Esquila

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comparsas con el vellonero cuya tarea también puede ser realizada por el esquilador. La incor-poración de la enfardadora transforma al bolsero en un enfardador cuya tarea es más sencilla y menos penosa y por lo tanto podrá reflejarse en una disminución del costo del trabajo. Pero el gran cambio que introduce la enfardadora es la reducción del volumen de la lana y el espacio

necesario para el stockeo y para el transporte, disminuyendo así los costos del productor y de la industria.

Por otro lado hay otras innovaciones que pueden aumentar el empleo. Entre estas está la introducción de la clasificación según tipo y grosor de la lana en el galpón de esquila. Esta variante reduce el costo para la industria quien es la que hoy realiza la clasificación pero tam-bién reduce el costo general porque evita la doble tarea de desarmar las bolsas (o los fardos) para clasificar la lana, tarea que se realiza hoy en el galpón industrial. Esta innovación puede aumentar la demanda de trabajadores por parte de las comparsas.

¿Quien se hará cargo de este mayor costo en el galpón de esquila? Para ello es intere-sante pensar como se produjo la difusión del Tally-Hi. Hubo una intensa campaña por parte de instituciones como el Secretariado Uruguayo de la Lana y la Cooperativa Central Lanera. Como ocurre con muchos procesos de adopción tecnológica hubo adoptadores tempranos, pero lle-gado al umbral de estos, la difusión se detuvo. Los sobreprecios que la industria pagaba para estimularlo adopción de la técnica no fueron suficientes. Sin embargo unos años después du-rante la década del 90 la difusión se expande rápidamente alcanzando hoy a los dos tercios de la producción nacional. ¿Fueron los buenos precios los que estimularon la adopción?. Por el contrario fueron los bajos precios de la lana y los mercados poco tonificados los que estimularon la adopción. Ello ocurrió porque la industria compraba en primer lugar y con precios diferencia-les los lotes de lana acondicionados y luego los que no lo estaban y había años en que estos

últimos no lograban comprador. Hubo muchos productores laneros que abandonaron el rubro pero los que quedaron entendieron la señal. Si se quería vender la lana sin tropiezos era nece-sario acondicionar, aunque esto no se viese necesariamente reflejado en un mejor precio. El corolario esquela clasificación de la lana se podría expandir en un contexto de precios crecien-tes silo industria transfiriese la disminución de sus costos al productor. Pero también se podría

producir en un contexto de precios decrecientes por aquellos productores que tengan márge-nes para absorber los mayores costos que esta tarea ocasiona.

La producción de lana en un país de pequeñas dimensiones como el Uruguay debe com- petir sobre la base dala calidad del producto. La caridad depende del productor, de cómo maneja sus majadas, del potencial genético, de la alimentación, de la sanidad, etc. Pero también depen- de de la forma como se realiza la cosecha en ese momento tan particular cual es la esquila: del cuidado que se pone en el corte del vellón, en la limpieza, en la ausencia de contaminación con cuerpos extraños, en el acondicionado del vellón separándolo de otros tipos de lanas de menor

valor, etc. Estas tareas dependen de los conocimientos, de la seriedad y de la destreza de quienes integran la comparsa de esquila: desde el maquinista hasta el ultimo trabajador, pasan- do por esquiladores y acondicionadores que realizan las tareas que requieren mayor cuidado.

Trabajadores de las comparsas que estén orgullosos de su trabajo, prestigiarán el oficio y contribuirán a me¡orar la caridad del producto que el país precisa para su industria y para exportar. Para que los trabajadores de las comparsas lo consideren cada vez más un oficio es preciso darles mayor estabilidad alargando lo más posible los periodos de esquila, proporcio-

. >,v, , • • nades mejores condiciones de vida en los establecimientos durante la zafra, continuar con la -A-9.411 • •:. : 1.,Iscapacitación laboral, mantener niveles de retribución salarial aceptables, incorporarlos a la

441. „ Seguridad Social e idear mecanismos compensatorios para los peores momentos de inactividad 5•141( . 11•,...láborpl. De esa manera se amortiguarán las condiciones de precariedad laboral y social que hoy

f • --U aquejan a la mayoría de los trabajadores de la esquila contribuyendo a la consolidación de un oficio rural, piedra de toque para mejorar la competitividad de nuestras lanas.

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Trabajadores de la Esquila

Anexo 1- Metodológico

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Anexo 1 - Metodológico

Encuesta Nacional a Trabajadores de la Esquila

La encuesta nacional utilizó un formulario precodificado que se aplicó a un total de 610

trabajadores de 60 comparsas de esquila. Debido a la inexistencia de registros de trabajado-res, se obtuvo una muestra nacional de máquinas de esquila y se encuestó a los trabajadores ocupados en las máquinas muestreadas. El marco de muestreo fue proporcionado por el Secre-tariado Uruguayo de la Lana (SOL) a partir de una lista de 390 máquinas activas que utilizaban

.el método tally-hi durante la zafra 2001. Se obtuvo una muestra de las máquinas estratificada en dos etapas, estableciéndose como tamaño de la misma las 60 unidades en función de la

disponibilidad presupuestal de la investigación. Se realizó una asignación proporcional por

región del país (Norte, Centro Sur, Este) de acuerdo a la procedencia de la máquina y por

categoría de máquina según la clasificación utilizada por el SOL. La clasificación en cuatro

categorías (A, B, C, D) tiene en cuenta los siguientes criterios: capacitación del propietario de la máquina, realización de acondicionamiento de la lana, caridad del trabajo, manejo y presenta-

ción del producto, conducta del personal, entre otros.

La muestra efectiva quedó integrada según el siguiente detalle:

Categoría Norte Centro Sur Este Total

A 5 1 1 711.7%

8 3 7 3 1321.7%

C 13 11 10 34 56.7°./o

u 3 1 2 610.0°/y

Total 24 20 16 60

40.0% 33.3% 26.7% 100%

El relevamiento se realizó entre los meses de octubre y diciembre de 2001. El formula-rio de encuesta se aplicó a todo el personal que se encontraba trabajando en las comparsas

visitadas el día de la encuesta, salvo a aquellos escasos trabajadores que declinaron participar en el estudio. En el mes de setiembre se realizó un pretest del formulario de encuesta a tres

comparsas de esquila.

Anexo 2 - Estadístico

Cuadro 1. Evolución del stock ganadero, 1852-2000

1852

Stock bovino en

millones de cabezas

1,9

Stock ovino en

millones de cabezas

0,79

Relación

Ovinos /Vacunos

0,4

Unidades Vacunas

11 bovino=5 ovinos)

2,1

1860 3,6 1,99 0,6 4,0

1900 6,8 18,6 2,7 10,5

1908 8,1 26,2 3,2 13,3

1916 7,8 11,4 1,5 10,1

1924 8,4 14,4 1,7 11,3

1930 7,1 20,5 2,9 11,2

1937 8,3 17,9 2,2 11,9

1943 6,3 20,3 3,2 10,4

1946 - 6,8 19,6 2,9 10,7

1951 8,2 23,4 2,9 12,9

1956 7,4 23,3 3,1 12,1

1961 8,8 21,7 - 2,5 13,1

1966 8,2 23,1 2,8 12,8

1970 8,6 19,9 2,3 12,6

1980 11,2 20 1,8 15,2

1985 9,4 21,2 2,3 13,6

1990 8,7 25,2 2,9 13,7

1995 10,4 20,2 1,9 14,4

2000 10,3 13 1,3 12,9

Fuentes: 1851 a 1900:

HOU, Sinopsis económi-

co- financiera de la repú-

blica Oriental del Uruguay;

pág. 57.1908

1908 a 1910:

finen, H; Historia Econó-

mica del Uruguay Contem-

poráneo; pág. 241.

1980 a 2000:

DICOSE.

Trabajadores de la Esquila

Anexo 2 Estadístico

Cuadro 2. Principales indicadores de producción, productividad y exportaciones laneras; Índice 1913=100

1900

Indice de

Volumen Físico

de la Producción de Lanas,

1913 = 100

Indice de '

Volumen Físico .

de las Exporta- cisnes de Lanas,

1913=100

39

,. . Indice de

Rendimiento

Lana por Ovino,

1913=100

65,81

. Indice del

•Rendimiento :

• Lanas por

hectárea,

1913=100

90,90

Indice

Ovhización,

1913=100

139

Indice de la

Participación de la lana en el total

del valor esp.

1913=100

60

1901 75,03 68 . 67,70 93,86 142 68 1902 80,20 63 69,64 96,92 145 68 1903 71,47 65 71,63 100,08 148 73 1904 65,84 66 73,69 103,35 151 73

1905 73,71 48 75,80 106,72 154 80

1906 80,63 60 77,97 110,20 158 90 1907 97,66 66 80,21 113,79 161 96

- 1908 103,80 77 82,50 117,50 164 86 1909 96,80 85 85,74 113,77 149 92 1910 111,56 69 89,10 110,16 135 81 1911 118,82 89 92,60 106,66 122 96 1912 114,51 118 96,23 103,28 110 110 1913 100,00 100 100,00 100,00 100 100 1914 87,53 65 103,92 96,83 91 77 1915 63,01 57 1013,00 93,75 82 . 85 1916 75,14 53 112,23 97,05 74 68 1917 91,61 49 111,72 100,47 76 83 1918 101,23 97 111,21 104,00 77 66 1919 95,39 48 110,71 107,66 79 98 1920 • 89,28 83 110,20 111,45 80 87

1921 76,50 70 109,70 11-5,37 82 100 1922 81,16 64 109,20 119,43 . 84 61 1923 82,51 66 108,70 123,63 85 61

1924 92,04 59 108,21 129,61 87 77 1925 116,99 79 108,07 135,87 93 65

- 1926 125,18 101 107,93 142,44 99 67 1927 125,53 78 107,80 149,33 106 75 1928 124,45 75 107,66 156,55 113 68 1929 126,90 114 107,52 164,11 121 68 1930 129,85 107 107,38 161,36 129 58

- 1931 94,93 92 106,99 158,65 123 58 1932 105,74 61 106,60 155,99 117 71

1933 85,64 32 106,21 153,38 111 81

1934 112,19 66 105,82 150,80 106 57

1935 106,45 69 105,43 148,27 101 90

1936 109,86 64 105,04 145,79 96 104

1937 109,98 72 104,66 154,30 92 102

1938 118,56 60 111,75 163,31 98 97

1939 126,56 73 119,33 172,85 105 1940 131,23 67 127,41 182,94 112

1941 110,21 80 136,05 193,63 120

1942 116,84 32 145,27 204,93 128 76

1943 139,79 34 147,17 220,61 137 100

1944 148,04 36 142,94 237,48 132 98

1945 165,65 106 138,83 255,64 127 120

1946 164,71 80 134,84 252,30 127 91

1947 142,12 68 130,97 249,01 127 100

1948 135,55 67 127,20 245,76 126 85

1948 135,55 67 127,20 245,76 126 85

1949 154,37 57 123,55 242,55 126 82

1950 175,37 87 120,00 239.38 126 133

Indice de , •

Volumen Físico de la Producción

de Lanas,

1913. = 100 .

, Indice de • .. . .. Volumen Físico dé las Exporta- cisnes de Lanas,

1913=100

, Indice de .

Rendimiento Lana por ,Ovino.

f

1913=100

Indice del

Rendimiento Lanas por

hectárea,

1913=100

Indice

de

Ovinización

1913=100

. Indice de la

Participación de la lana en el total

del valor esp.,

1913=-100

1951 177,15 88 120,00 240,75 128 118

1952 189,70 59 120,00 242,13 131 98

1953 187,57 161 120,00 243,52 134 138

1954 193,82 66 120,01 244,91 136 113

1955 190,92 53 120,01 246,31 139 131

1956 179,15 74 120,35 243,18 142 136

1957 166,24 32 120,69 240,09 135 125

1958 167,14 75 121,03 237,04 129 145

1959 172,98 38 121,313 234,02 122 140

1960 177,15 39 121,72 231,04 117 122

1961 173,15 93 121,70 230,81 120 145

1962 174,21 58 121,68 230,57 123 125

1963 172.43 52 121,66 230.33 126 120

1964 152,80 27 121,65 230,10 130 89

1965 177,01 74 121,63 229,86 133 109

1966 167,94 52 121,61 231,42 127 109

1967 175,69 59 125,43 232,99 121 118

1968 170,79 69 129,37 234,57 115 105

1969 165,99 47 133,43 236,16 109 82

1970 171,96 59 131,47 233,42 107 76

1971 122,72 59 129,54 230,71 104 76

1972 123,04 34 127,64 228,04 101 62

1973 126,01 20 125,77 225,39 99 76

1974 126.65 54 123,92 222,78 96 60

1975 125.79 89 122,10 220,19 94 58

1976 129,73 78 120,31 217,64 91 51

1977 121,60 99 118,54 215,12 89 58

1978 130,36 83 116,80 212.62 87 58

1979 140.22 90 115,09 210.16 84 44

1980 155,48 141 114,48 214,99 86 58

1981 158,39 118 113,88 219,94 88 56

1982 170,90 133 113,28 225,00 91 58

1983 170,22 133 11269 23017 93 51

1984 147,87 90 112,09 235,47 95 60

1985 181.69 100 111.51 240,89 97 60

1986 187,99 148 110,92 246,43 100 58

1981 185,39 133 110,34 252,10 102 62

1988 172,45 .116 109.76 257,90 105 71

1989 200.66 150 109,18 263,84 108 58

1990 195,00 157 109,85 250,41 99 48

1991 175,95 160 110,53 237,67 92 54

1992 183,08 135 111,22 225,57 85 44

1993 187.36 168 • 111,91 214,09 78 48

1994 170,17 99 112,60 203,20 72 37

1995 158,22 120 113,29 192,86 66 37

1996 170.58 152 114,00 183,04 61 39

1997 157,36 89 114,70 173,73 56 23

1998 125,66 86 115,41 164,89 51 15

1999 114,25 105 116,12 156,50 47 22

2000 106,51 116,84 148,53 43

Fuentes y comentarios:

Columnas 1 y 2: IVF. base 1913. coi! caiu

tidades tomadas de Sil

Infonnecián 8dyea Petra,

pectele. años 1991), 1991

y 2000. y precio de 1913

conindo de. BRI.1111 .910115/.';

eC0111jIlliC0-bildlICIP14 de le

ROL/. n4 11. 75

Columnas 3 y 9:

Índice '1913=100 de pro-yecciones lineales en base

a las tasas de Creciiniento

de los rendimientos lisicos estimados unías columnas

1 y 2 del Cuadro 3.

Columna 5: Índice 1913= 100 de la

proyección lineal en base a

las tasas de crecimiento de la relación ovinos/vacunos

estimada en la columna 3

del Cuadro 1.

Columna 6: indice 1913=100 en base

a datos del Cuadro 4.

Anexo 2 - Estadistico

Cuadro 5. Estructura de las exportaciones laneras, como porcentaje del valor. 1500-1999

Sucias lavadas Peinadas Otras Total

1900/02 100,0 6,0 0,0 0,0 100

1903/05 100,0 0,0 0,0 0,0 100

1906/08 100,0 0,0 0,0 0,0 100

1909/12 100,0 0,0 0,0 0,0 100

1912/14 100,0 0,0 0,0 0,0 100

1915/17 99,6 - 0,2 0,0 0,0 100

1918/20 96,0 5,7 0,0 0,0 100

1921/23 98,1 1,6 0,0 0,0 100

1924/26 98,1 2,0 0,0 0,0 100

1927/29 98,4 2,1 0,0 0,0 100

1930/32 98.3 1,7 0,0 0,0 100

1933/35 92,9 6,9 0,0 0,0 100

1935/37 84,7 15,3 0,0 0,0 100

1938/40 72,7 27,1 0,0 0,2 100

1941/43 62,1 33,0 0,9 4,0 100

1944/46 61,9 34,1 0,7 3,3 100

1947/49 71,6 26,1 0,8 1,5 100

1950/52 67,3 17,3 13,6 1,8 100

1953/55 52,6 21,9 25,1 0,4 100

1956/58 52,3 19,7 26,2 1,8 100

1959/61 50,5 20,5 26,8 2,2 100

1962/64 48.7 14,1 34,7 2,3 100

1965/67 53,2 9,6 32,1 5,1 100

1968/70 50,7 9,4 31,8 8,1 100,0

1971/73

1974/76 1977/79 29,5 9,5 33,3 27,7 100,0

1980/82 37,4 7,9 30,5 24,2 100,0

1983/85 25,1 7,8 36,9 30,2 100,0

1986/88 22,5 6,0 44,5 25,0 100,0

1989/91 9,1 5,4 52,1 33,5 100,0

1992/94 9,6 6,5 50,6 33,3 100,0

1995/97 52 4,4 57,6 32,7 100,0

1998/1999 5,1 3,4 53,2 38,3 100,0

fuentes: 1900-1934: Anuarios Estadísticos.

1935-1966: MGA-ORYPA: Situación

económica y social de la apicultura en el Uruguay,

pág. 432.

1969-1976: ler. ci goonycean,. R: a Icaf., ilak; ir a en la

1917-1999: SOL: IBR: Edición 2000.

pág. 11-14:

. ..a - Tffilalktie-fde.la Esqui!

Cuadro 3. Rendimientos físicos de la producción de lana, en años censales

1 2 Kg. Lana por Ovino esquilado Ton: Lana por Hectárea

1,8 2,36 2,3 3,05 3,1 2,36 3,1 2,90 3,0 4,04 2,9 3,53 4,4 4,96 4,5 6,19 3,9 5,79 3,9 5,96 4,0 5,59 4,0 5,56 4,6 5,76 4,2

4,0 5,1 4,2

3,8 6,43 3,8

4,0 3.81

Cuadro 4. Participación porcentual de las lanas en el total del valor exportado, 1500-1999

Fuentes: 1900-1938: Anuarios Estadísticos.

1942 - 1953: Cámara Nacional de Co• merco, Historia del Cerner.

cio Exterior del Uruguay: Pag.70.

1953 - 1989: SAL, Información Básica

Retrospectiva Edición

1990; pág. 16.

1990 - 2000: HL. IBA Edición 2000: pág. 11 - 14.

1900 27 1926 30 . 1952., .. 44 • ' .1978 26 1901 31 1927 34 ' 1953 62 ' 1979 . 20 1902 31 1928 . •1929

31 , 31

, 1954 , 51 ...1980 26 1903 33 1955 59 1981 25 1904 33 1930 26 1956 61 1982 26 1905 36 1931 26 1957 56 1983 23 1906 40 1932 32 1958 65 1984 27 1907 43 1933 38 1959 63 1985 27 1908 39 1934 26 .1960 55 1986 26 1909 41 1935 40 1961 65 1987 28 1910 37 1936 47 1962 56 1988 32 1911 43 1937 46 1963 54 1989 26

. 1912 49 1938 44 1964 40 1990 21 1913 45 1939 1965 49 1991 24 1914 34 1940 1966 49 1992 20 1915 38 1941 1967 53 1993 22 1916 31 1942 34 1968 47 1994 17 1917 37 1943 45 1969 37 1995 17 1918 30 1944 44 1970 34 1996 18 1919 44 1945 54 1971 34 1997 11 1920 39 1946 41 1972 28 1998 7 1921 45 1947 45 . 1973 34 1999 10 1922 28 1948 38 1974 27 2000 1923 28 1949 37 1975 26 1924 34 - 1950 60 1976 23 1925 29 1951 53 1977 26

1(11)›

1900 1908

1916

1924

1930

1937 1943

Columna 1: 1946 Estimación propia con da.

tos de zafra lanera y stock ovino excepto corderos, de SLII: Información Sil-

1951 1956

1961 sica Retrospectiva, años 1966 1990, 1991 y 2000.

1970 Columna 2:

Estimación propia con da- 1975 tos de zafra lanera de 1980 SUL: Información Básica

1985 Retrospectiva, anos cita- dos, y de hectáreas dedi-

cadas a la ganadería de los Censos Ganaderos y

1990

1995 2000 Agropecuatios.

---Trabajadores de la Esquila

Cuadro fi. Participación del sector agropecuario en el PI31 total y composición del producto agropecuario (en porcentaje del total agropecuario).

Fuentes:

Bértola, L; El PBI del IJru-guay y otras estimacio-

nes: pág. 30:

BROU, Cuentas Naciona-

les: pág. B 165.

finco, H; Historia Econó-mica del Uruguay Con-

temporáneo; pág. 236.

Campo, J. E. Et al; Mini- fundio agrario y inigracion

campo - ciudad: pág. 21.

OPVPA; Situación econó-mica y social de la agri-

cultura en el Uruguay.

Base de Datos en Econo-

mía e Historia Económi-

ca de la Facultad de Cien-cias Sociales.

Base de Datos de OPYPA.

1872

1 Agropecario/

P81 oh

46,6

2 Agrícola /

Agropecuario Wo

18,2

3 Pecuario /

Agropecuario oh

81,5 1888 33,8 13,0 86,7 1912 43,6 11,0 89,0 1930 40,4 26,5 73,5 1936 41,5 34,5 65,5 1940 21,2 24,3 75,7 1945 18 22,1 77,9 1950 26,3 73,7 1955 15,6 35,8 64,2 1960 19,2 20,3 79,7 1965 14,7 23,6 76,4 1970 12,6 36,5 63,5 1975 11,6 41,4 58,6 1980 11,1 38,5 61,5 1985 12,8 40,0 60,0 1990 11,2 41,7 58,3 1995 11,6 47,4 52,6 1999 10,4 49,7 50,3