oscuro remedio - avite

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OSCURO REMEDIO E L I MPACTO DE LA TALIDOMIDA Y SU R ENACIMIENTO COMO UNA MEDICINA V ITAL R OCK B RYNNER Y T RENT S TEPHENS Asociación de víctimas de Talidomida de España Traducido para AVITE por Ana C. Vera Garrido

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Page 1: OSCURO REMEDIO - AVITE

O S C U R OR E M E D I O

EL IMPACTO DE LA TALIDOMIDA

Y SU RENACIMIENTO COMO UNA

MEDICINA VITAL

ROCK BRYNNER Y

TRENT STEPHENS

Asociación de víctimas de Talidomida de España

Traducido para AVITE por Ana C. Vera Garrido

Page 2: OSCURO REMEDIO - AVITE

Se hace un agradecido reconocimiento por darnos permiso para citar lo siguiente:Samuel Beckett, Waiting for Godot (copyright © 1954), concedido por Grove Press, Ha-rold Evans y el The Sunday Times Insight Team, Suffer the Children: The Story of Thali-domide (copyright © 1979), concedido por Penguin Putnam, Inc.; Sylvia Plath, “Tha-lidomide”, de Ariel (copyright © 1963), concedido por HarperCollins; HenningSjöström y Robert Nilsson, Thalidomide and the Power of the Drug Companies (copyright© 1972) concedido por Penguin UK.

Muchas de las denominaciones usadas por fabricantes y vendedores para distinguirsus productos se reconocen como marcas registradas. Donde esas denominacionesaparecen en este libro, y Basic Books estaba al tanto de una solicitud de marca regis-trada, las denominaciones se han imprimido en mayúsculas.

Copyright© 2001 de Rock Brynner y Tren Stephens–Todos los Derechos Reservados.Publicado anteriormente por Publicaciones Perseus.Publicado posteriormente por Basic Books, Un Miembro del Grupo Perseus Books.Presente edición publicada por AVITE.

Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos por la ley y bajo los apercibimientoslegalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio oprocedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, o cualquierotra forma de cesión sin la autorización previa y por escrito de los titulares del editor.Editado en los Estados Unidos de América

Diseño del texto por Jeff WilliamsRealizado en 10.5-puntos Goudy por el Servicio de Publicaciones de Perseus

Foto de portada: Jesús Marco Campos, afectado de Talidomida español, de Alframen(Zaragoza).

Primera impresión, diciembre de 2001.Primera impresión en castellano, marzo de 2010.

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Prólogo de AVITE a la edición española xiii

Introducción por ROCK BRYNNER xvii

Prólogo por TRENT STEPHENS xix

1 Una Utopía Incierta 12 La Epidemia 213 Los Estados Unidos en Peligro 434 Las Consecuencias 675 Justicia Moral y la Prensa 856 Reformando la FDA 1097 Las Voces de los Niños, Fuertes y Claras 1218 Lázaro se levanta 1339 La Conexión VIH 149

10 La Talidomida Aprobada 17111 El Mecanismo de Acción 17912 El Relato de un Paciente 19513 Talidomida e Hipócrates 209

Notas 223

Agradecimientos 235

Índice 237

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C O N T E N I D O S

Page 4: OSCURO REMEDIO - AVITE

No desesperéis, uno de los ladrones fue salvado;No presumáis, uno de los ladrones fue condenado.

–SAN AGUSTIN, La Ciudad de Dios

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AVITE es una asociación española que aglutina a personascon un denominador común: el haber nacido a finales de la dé-cada de los 50 y hasta mediados de los 60, con malformacionescongénitas, presuntamente causadas por la talidomida. Fármacoentonces legal, que en España era recetado, por médicos, a lasembarazadas para mitigar los vómitos y mareos durante el em-barazo. Y también fue regalado en nuestro país por los médicos,como muestra farmacéutica para paliar dichos síntomas, a las ges-tantes, al igual que en numerosos países.

En España durante todos estos años, hemos sido invisibilizadospor gobiernos y autoridades sanitarias, de todos los colores po-líticos, y desde luego por los laboratorios que lo vendieron: Grü-nenthal, (Medinsa-Andrómaco); UCB Pevya (hoy  UCB Pharma)y Farmacobiológicos Nessa. Todos ellos hoy se amparan en laprescripción jurídica por el tiempo transcurrido, para eludir susresponsabilidades. El régimen del General Franco, nos ocultó, yla Democracia se olvidó de nosotros.

A fecha de cerrar estas letras (17 de enero de 2010), el gobiernoespañol, va a reconocer solamente a 24 personas en nuestropaís, como afectados por la talidomida, después de que el Mi-nisterio de Sanidad encargara un Protocolo Clínico al CIAC-ASEREMAC, para evaluar a los posibles afectados. Las indem-nizaciones que va a conceder el Gobierno de España, a cadaafectado, se han quedado muy cortas, en comparación con las

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P R Ó L O G O D E AV I T EA L A E D I C I Ó N E S PA Ñ O L A

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indemnizaciones y compensaciones que los gobiernos de otrospaíses, concedieron a sus afectados. Además el gobierno de JoséLuis Rodríguez Zapatero, NO va a conceder pensiones vitaliciasa los perjudicados españoles, como SÍ hicieron los gobiernos deotros países con sus afectados; y como, por ejemplo, ha hechoItalia recientemente; y como Reino Unido y Brasil, que a partede las indemnizaciones y pensiones que concedieron antaño,ahora acaban de pedir públicamente perdón sus gobiernos a losafectados y han incrementado las pensiones vitalicias que yacobraban.

Quedan muchos aspectos por aclarar. Aún así es todo un hito,el hecho de este reconocimiento; dada la historia que, este co-lectivo de víctimas españolas del mayor atentado farmacológicode la historia, tiene tras de sí.

El laboratorio Grünenthal sale en España indemne, y no puedequedar impune, por no haber querido ayudarnos durante estemedio siglo en que hemos estado invisibilizados. Por tanto, es-tamos estudiando también acciones penales y jurídicas, para ircontra él, como laboratorio máximo responsable directo de estanegligencia farmacéutica.

En cualquier caso, se ha dado un paso de gigantes, ya que he-mos pasado en España, de negar nuestras autoridades sanitariasque se vendió talidomida, de que no había afectados, y de estaramenazados por contar lo que sabíamos; a un reconocimientopúblico oficial, de que SÍ se vendió, de que SÍ hay afectados; yde alguna forma obteniendo un reconocimiento que equivale auna disculpa pública del Estado Español. Ello tiene su mérito yhay que reconocerlo, por lo menos, este reconocimiento a estadeuda moral histórica, que de alguna forma, va a quedar saldada,por aquello de que es de ser bien nacido, el ser agradecido…

Pero aun así, AVITE va a intentar continuar con el actual go-bierno, o con los que vengan en el futuro; negociando y dialo-gando, para intentar conseguir, para los afectados españoles,como en el resto de países: pensiones vitalicias; una unidad mé-dica de referencia, especializada en deformidades por talidomida,para revisiones periódicas; reabrir el Protocolo Clínico, para in-tentar reconocer a más afectados ocultos hasta ahora, etc., etc.

xiv Prólogo de AVITE a la Edición Española

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Para ello cambiaremos las estrategias utilizadas hasta ahora ynos pasaremos a la habilidad e imaginación. Con ello daremosa conocer a todos los políticos de altura de este país, lo conseguidoen todos los países y en el nuestro, para que con el derecho com-parado, cada uno saque sus propias conclusiones. De esta forma,intentaremos de nuevo reactivar este tema en el Parlamento es-pañol. ¡Ardua tarea por cierto…!

Conste que ni nos consideramos bichos raros, ni tampoco per-tenecemos a ningún colectivo de enfermedad rara, como algúnprofesional médico en numerosísimas ocasiones, nos ha queridoenglobar.

En el marco de nuestra lucha ante semejante injusticia, come-tida con nuestros cuerpos y, por consiguiente, con nuestras vidas,se encuadra nuestra voluntad de hacer de editores en esta oca-sión. Ello nos ha llevado a traducir este extraordinario y magní-fico libro, con la intención incombustible de que la verdad sesepa y quede en la memoria de todos. Y al mismo tiempo, poneral descubierto con nombres y apellidos, los responsables directos–con pasado nazi- de este holocausto-genocidio, del mayor aten-tado farmacológico cometido por la industria farmacéutica, entoda su historia. Llámese, como se quiera:

¡PARA QUE NUNCA VUELVA A OCURRIR!

José RiquelmePresidente de AVITE

www.avite.org

xvPrólogo de AVITE a la Edición Española

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Como historiador, leí la propuesta del libro sobre la talidomidade Trent Stephens completamente cautivado. Tras una investi-gación posterior por mi cuenta, el contorno de esta historia mé-dica única de detectives, empezó a emerger, incrustada en un ricopanorama histórico con un reparto de personajes extraordinariosque cobraron vida. Volviendo sobre sus pasos, a veces he sentidocomo si estuviera bajando por un oscuro pasillo con una luz deflash, encontrando, a derecha e izquierda, una improbable suce-sión de mundos fascinantes.

La mayoría de lo que se conoce sobre los comienzos de la his-toria de este medicamento en Europa viene de la búsqueda dedos científicos que investigaron sobre las víctimas de la talido-mida en Suecia, el Dr. Robert Nilson y el abogado Henning Sjös-tröm; después publicaron sus hallazgos como Thalidomide andthe Power of the Drug Companies (1972) (La Talidomida y el Poder delas Compañías Farmacéuticas). Del mismo modo un grupo de in-vestigación del Sunday Times de Londres, llamado el Insight Teamreunió cientos de miles de documentos–muchos, procedentesde los fabricantes del medicamento–los cuales se condensarondespués en su relato de la terrible experiencia, Suffer the Children:The History of Thalidomide (Sufren los niños: La Historia de la Tali-domida) (1979). Como editor del periódico en ese momento, Ha-rold Evans jugó un papel vital en los procesos europeos. Le agra-decemos el permitirnos citar su trabajo de forma extensa.

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I N T R O D U C C I Ó NP O R RO C K BRY N N E R

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Le estoy especialmente agradecido a Amanda Cook, editorajefe de Perseus Books, y al Dr. Trent Stephens, el cual me invitó acolaborar para contar esta historia.

xviii Introducción

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Acababa de empezar el bachillerato en la diminuta ciudad gran-jera de Malta, en Idaho, cuando la historia de la talidomida apa-reció en la prensa americana. Recuerdo un dibujo en el ScientificAmerican que mostraba un niño con los brazos sin desarrollar.Durante 1960, docenas de laboratorios estaban ansiosamentecomprometidos intentando resolver el misterio sobre cómo latalidomida causó más de 10.000 malformaciones en todo elmundo–sin éxito. Tras el bachillerato asistía a la Bringham YoungUniversity, con el objetivo de convertirme en biólogo y descubrirlas respuestas a algunos de los grandes misterios de la vida, sinpensar mucho en la talidomida. Una de mis ambiciones era trazarel mapa del genoma humano.

Pero durante una conferencia en mi segundo año de bachiller,mientras el Dr. Duane Jeffery discutía la genética de una complejapequeña planta marina, una simple cuestión me lanzó al caminoque he seguido desde entonces: ¿cómo se determina la configura-ción de cualquier forma biológica durante su desarrollo? Un do-cumento del Dr. Edgar Zwilling me inspiró después para usar lasextremidades en desarrollo para resolver los misterios del des-arrollo de una forma biológica–el estudio de la morfogénesis.

Como comprometí mi vida al estudio del desarrollo de las ex-tremidades, la talidomida se entrecruzó en mi vida profesional.Para obtener mi doctorado, me uní al Dr. Jay Lash de la Univer-sidad de Pensilvania por el trabajo que había publicado sobre

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P R Ó L O G OP O R TR E N T ST E P H E N S

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cómo los mecanismos de la talidomida causaban defectos de con-génitos. Luego me uní al Dr. Tom Shepard, uno de los especialistasmás importantes en defectos de congénitos, de la Universidadde Washington. Mientras estaba allí, durante finales de 1970, meuní a la investigación de los mecanismos de la talidomida eva-luando experimentalmente la hipótesis puntera, sólo para en-contrar que no retenía el agua.

Hacia 1980, nadie sabía qué más hacer para resolver el misteriode la talidomida, e incluso ya, a muy pocos les preocupaba. Enrespuesta a una propuesta de subvención, escribí durante ese pe-ríodo, una crítica en la que comentaba, “Para qué molestarnosen descubrir los mecanismos de la talidomida? El medicamentohoy sólo tiene valor histórico”. La medicina que había entradoen la escena mundial en 1950, había matado o lisiado a miles deinfantes, y luego desapareció casi con la misma rapidez, fue cual-quier cosa menos olvidada.

Pero la talidomida ha vuelto, y se está usando ahora para tratartodo desde la artritis hasta el cáncer. Durante la última década,ha crecido el interés en el medicamento y en los mecanismos quecausan defectos congénitos, y cómo se puede relacionar esos me-canismos con el tratamiento de una gran variedad de enferme-dades. De la misma forma ha aumentado nuestro conocimientobásico en el desarrollo embrionario, hasta el punto en que ahorapodemos empezar a elaborar algunas conjeturas fundadas res-pecto a cómo funciona el medicamento.

Este libro narra de nuevo la saga, empezando con los sombríoscomienzos de la talidomida y culminando con la búsqueda delas causas y las curas. Las cuestiones que plantea el medicamento,son aún hoy de gran relevancia para nosotros, desde la seguridadde las medicinas que tomamos para combatir un resfriado a aque-llas que se inventarán mañana para luchar contra el cáncer. Lasolución a los muchos misterios de la talidomida, abrirá las puer-tas a algunos de los mayores logros médicos.

xx Prólogo

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EL N A C I M I E N TO D E UTO P I A E N 1950 proclamó una era denuevos sueños. Conforme se desvanecía en la memoria la SegundaGuerra Mundial, y el “baby boom” de la postguerra alcanzabasu cota más alta, el optimismo y la energía se extendían por do-quier. “Utópico” era la palabra en la publicidad de ese año, apor-tando una visión compartida por millones gracias a la televisión.Por entonces, una de cada diez familias ya tenía televisión encolor, muchas con mando a distancia. La ciencia ofrecía una am-plia gama de innovaciones para la vida diaria, unida a la ilusiónde que La Tierra del Mañana ya había llegado. Las amas de casapodían servir las cenas anunciadas en la televisión en veinte mi-nutos. En las zapaterías, los chicos pasaban las horas presionandolos botones de las máquinas de rayos X mirando como se movíanlos dedos de sus pies. Y parecía como si el DDT estuviera a puntode erradicar a los insectos de una vez por todas.

UNA UTOPÍAINCIERTA

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Tus ovejas, que tan mansas acostumbraban a ser…devoran a los mismos hombres.

–THOMAS MORE, UTOPIA (1516)

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En una serie de artículos descaradamente titulados “Man’sNew World” (El Nuevo Mundo del Hombre), los editores de larevista Life destacaban coches con motor a propulsión, casas deplástico con forma de champiñón, y muebles de goma-espuma.Los intrépidos futuristas predecían “las máquinas voladoras per -sonalizadas…abrirán las puertas del mundo rural a la co -municación diaria, inaccesible hasta ahora”, y anticipaban quela ropa de usar y tirar, y las comidas deshidratadas congeladasserían características comunes de la vida moderna en 1977.

Estos fueron los albores de la era del jet. Pronto los Boeings707 estarían cruzando los continentes y los océanos en sólo unaspocas horas. La gente podría conducir de costa a costa en tiemporecord con el nuevo sistema de autopistas de Eisenhower, en loscoches de mayor consumo jamás construidos o en las nuevasimportaciones, los Volkswagen, que recorrían treinta y seis millas(58 Km.) con un gallón (3,79 l) de gasolina.

En cada campo del esfuerzo humano había maravillas. Univac;el ordenador más rápido y grande jamás construido, acababa decompilar una concordancia de la Biblia, 2.000 páginas, en menosde 1hora 30 minutos. Todo, cualquier cosa se podía hacer conplástico. Parecía que todas las enfermedades infecciosas se habíaneliminado con vacunaciones generales contra la viruela, la polio,y sobre todo con antibióticos accesibles. La tuberculosis, la neu-monía, y otros sufrimientos ya no se encontraban entre la listade los diez mayores causantes de muerte, gracias a la irrupciónde las medicinas en las terapias. Y la esperanza de vida mediahabía aumentado en diez años desde 1935.

“El poder y la paz de la tecnología [ha]…llevado al hombre alas puertas de su mayor logro tecnológico”, la revista Life alarde-aba diciendo “Él [está]…ahora preparado para lanzarse a sí mismoal vacío sin fin del espacio exterior”. Werner Von Braun, el cien-tífico aeroespacial más destacado, predijo que “deberíamos sercapaces de enviar hombres a la luna y hacerles regresar en vein-ticinco años”. De hecho, esto llevó la mitad de tiempo. “Tantosi lo sabemos como si no, tanto si nos gusta como si no”, escri-bieron los editores de Life en octubre de 1957, “la vida diaria decada uno de nosotros está siendo cambiada–y está destinada a

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cambiar mucho más–por los acontecimientos que están te-niendo lugar en los laboratorios y en las fábricas del país”.

Este progreso obligado vendría a toda costa, pero el precio aúnno se hacía evidente. La misma semana que ese ejemplar de larevista Life llegaba a los quioscos, un nuevo “medicamento ma-ravilla” se introducía en el mercado alemán que jugaría un papelsignificativo perturbando la complaciente visión del futuro quecautivaba al mundo en 1950.

Utopía ya estaba colmada de ansiedad antes que la talidomidaproyectara su horrible espectro. La vida diaria avanzaba bajo lacontinua amenaza de una aniquilación nuclear. En las escuelasde América se ensayaba semanalmente para una posible guerranuclear, por la luz cegadora que podría llegar en cualquier mo-mento. El negocio de los refugios contra la lluvia ácida estaba enauge, y los americanos estaban aprendiendo a vivir con una an-siedad incesante. Corea, Vietnam, y el Canal de Suez les hacíanrecordar al mundo que la Segunda Guerra Mundial no habíasido el conflicto final.

Y el 4 de octubre de 1957, tres días después que la talidomida en-trara en el mercado alemán, la URSS lanzaba el primer satéliteSputnik, mientras orbitaba por el planeta su radio pitaba incesan-temente como recordándonos a los americanos que íbamos en se-gundo lugar en tecnología, bien detrás de nuestro archienemigo.Esa noción, especialmente inquietante en la era nuclear, se vio re-forzada en diciembre de 1957 cuando un cohete Vanguard desig-nado para lanzar el primer satélite de EE.UU. explotó en el despe-gue. Por entonces, los soviéticos estaban festejando su Sputnik II.

Utopía también era inestable en el frente doméstico. La altaansiedad se extendía por todo el país a medida que el nuevo mo-vimiento por los derechos civiles exponía la sombra de la escla-vitud de forma viva. Las tropas estadounidenses se agolpabandelante de un instituto en Little Rock, Arkansas, donde nueveniños de color hacían historia intentando obtener la misma edu-cación que los estudiantes blancos.

Incluso el mundo médico estaba ansioso ese otoño. Una nuevagripe epidémica, llamada la Gripe Asiática, se preparaba paragolpear Europa y los Estados Unidos. Las empresas far macéu -

Una Utopía Incierta 3