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El Evangelio nos presenta dos exigencias: Amar a Jesús MÁS que a la familia y tomar la cruz. Más que a la familia No se trata de un capricho y, menos aún, de un egoísmo o narcisismo extremo, sino de la prioridad que debemos dar a Jesús. La familia, por supuesto, es de suma impor- tancia en la vida del cristiano, es el núcleo o célula de la sociedad. Más aún, Jesús defiende la institución familiar y la estabili- dad del matrimonio. La familia, sin embargo, no puede estar por encima del Reino de Dios ni constituirse en un valor absoluto, hasta el punto de reple- garse y educar a sus hijos solo para velar por sus intereses. Tomar la cruz La cruz es una consecuencia del compromi- Semanario Litúrgico Nº 2034 NuestraIglesia Arquidiócesis de Guayaquil XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO • CICLO A • JUNIO 28, 2020 Oh Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo eterno, los que liberaste de la esclavi- tud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/. Amén El libro de los reyes nos dice que aquel que recibe a un hombre de Dios recibirá su recompen- sa. Del segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16 Un día pasaba Eliseo por la ciudad de Sunem y una mujer distinguida lo invitó con insis- tencia a comer en su casa. Desde entonces, siempre que Eliseo pasaba por ahí, iba a comer a su casa. En una ocasión, ella le dijo a su marido: “Yo sé que este hombre, que con tanta frecuencia nos visita, es un hombre de Dios. Vamos a construirle en los altos una pequeña habitación. Le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que se quede allí, cuando venga a visitarnos”. Así se hizo y cuando Eliseo regresó a Sunem, subió a la habitación y se recostó en la cama. Entonces le dijo a su criado: “¿Qué podemos hacer por esta mujer?” El criado le dijo: “Mira, no tiene hijos y su marido ya es un anciano”. Entonces dijo Eliseo: “Llámala”. El criado la llamó y ella, al llegar, se detuvo en la puerta. Eliseo le dijo: “El año que viene, por estas mismas fechas, tendrás un hijo en tus brazos”. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor. R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor, y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre, y mi lealtad, más firme que los cielos”. R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Feliz, porque eres tú su honor y fuerza y exalta tu favor nuestro poder. Feliz, porque el Señor es nuestro escudo Oración colecta 1 LITURGIA DE LA PALABRA Primera Lectura 2 Salmo responsorial 3 [Salmo 88] Exigencias de Jesús so con Jesús. Hoy existe el riesgo de no hablar de la cruz y de transformar el cristianismo en un estilo de vida fácil, cómodo y dulzón. El amor incondicional de Dios no significa que Él se acomoda a nuestras convenien- cias o que es permisivo ante los atropellos de sus hijos; todo lo contrario, nos exige amar a los demás de la misma manera. La decisión de amar a todos tiene sus consecuencias: persecuciones y difama- ciones; y, así, llegan las cruces. ¿Qué hacer?: ¿Soportarlas? ¿Arrastrarlas? ¿Rechazarlas? Jesús nos dice: hay que tomarlas con valentía y llevarlas con digni- dad. Amar a Jesús más que a nuestra familia y tomar la cruz: he aquí las dos grandes exigencias de su seguimiento.

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Page 1: Oración colecta R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del … · XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO • CICLO A • JUNIO 28, 2020 • Pág. 2 Señor, que nos has colmado de tantas

El Evangelio nos presenta dos exigencias: Amar a Jesús MÁS que a la familia y tomar la cruz.

Más que a la familia

No se trata de un capricho y, menos aún, de un egoísmo o narcisismo extremo, sino de la prioridad que debemos dar a Jesús.

La familia, por supuesto, es de suma impor-tancia en la vida del cristiano, es el núcleo o célula de la sociedad. Más aún, Jesús defiende la institución familiar y la estabili-dad del matrimonio.

La familia, sin embargo, no puede estar por encima del Reino de Dios ni constituirse en un valor absoluto, hasta el punto de reple-garse y educar a sus hijos solo para velar por sus intereses.

Tomar la cruz

La cruz es una consecuencia del compromi-

Semanario Litúrgico Nº 2034

NuestraIglesiaArquidiócesis de Guayaquil

X I I I D O M I N G O D E L T I E M P O O R D I N A R I O • C I C LO A • J U N I O 2 8 , 2 0 2 0Señor, que nos has colmado de tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la

salvación y perseverar siempre cantando tu alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

Oh Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo eterno, los que liberaste de la esclavi-tud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

R/. Amén

El libro de los reyes nos dice que aquel que recibe a un hombre de Dios recibirá su recompen-sa.

Del segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16

Un día pasaba Eliseo por la ciudad de Sunem y una mujer distinguida lo invitó con insis-tencia a comer en su casa. Desde entonces, siempre que Eliseo pasaba por ahí, iba a comer a su casa. En una ocasión, ella le dijo a su marido: “Yo sé que este hombre, que con tanta frecuencia nos visita, es un hombre de Dios. Vamos a construirle en los altos una pequeña habitación. Le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que se quede allí, cuando venga a visitarnos”.

Así se hizo y cuando Eliseo regresó a Sunem, subió a la habitación y se recostó en la cama. Entonces le dijo a su criado: “¿Qué podemos hacer por esta mujer?” El criado le dijo: “Mira, no tiene hijos y su marido ya es un anciano”. Entonces dijo Eliseo: “Llámala”. El criado la llamó y ella, al llegar, se detuvo en la puerta. Eliseo le dijo: “El año que viene, por estas mismas fechas, tendrás un hijo en tus brazos”.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor,y daré a conocer que su fidelidad es eterna,pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre,y mi lealtad, más firme que los cielos”.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Señor, feliz el pueblo que te alabay que a tu luz camina,que en tu nombre se alegra a todas horasy al que llena de orgullo tu justicia.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Feliz, porque eres tú su honor y fuerzay exalta tu favor nuestro poder.Feliz, porque el Señor es nuestro escudo

y el santo de Israel es nuestro rey.R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

San Pablo resume la importancia del bautismo en la vida del cristiano: morir al pecado y vivir para Cristo.

Lectura de la Primera carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-4. 8-11

Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautis-mo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con Él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.

Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siem-pre, y al resucitar vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[1 Pedro 2, 9]

R/. Aleluya, aleluya.Ustedes son linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada a Dios, para que procla-men las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

R/. Aleluya, aleluya.

El Señor te pide que lo ames con toda tu fuerza y todo tu corazón y que ames a tu prójimo. Del Señor es la primacía del amor, porque Él dio su vida por ti. Te invita a tomar tu cruz, a seguirlo y a recibirlo en tu corazón.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10, 37 - 42

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí la salvará.Quien los recibe a ustedes me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe al que me ha

enviado.El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a

un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por

ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa”.Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Oración colecta1

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura2

Salmo responsorial3 [Salmo 88]

Creo en DIOS PADRE, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepul-tado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

Pidamos al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda. A cada invocación responderemos: Escúchanos, Padre.

1. Por la Iglesia y sus dirigentes para que utilicen todos los recursos y medios de comuni-cación para dar a conocer la buena nueva del Evangelio. Oremos.

2. Por nuestros hermanos migrantes, para que con la ayuda de Dios encuentren una salida a la crisis social que padecen. Oremos.

3. Por los gobernantes de las grandes potencias para que hagan un paréntesis en sus planes personales y piensen en los más necesitados y los ayuden a mejorar su calidad de vida. Oremos.

4. Por cada uno de los que participamos de esta celebración para que el Señor toque nues-tro corazón y le permitamos hacerlo parte de nuestra vida. Oremos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Escucha, Padre Santo, las oraciones de tu pueblo para que, unidos a Cristo, sigamos el camino de la cruz, dispuestos a perder nuestra vida para manifestar al mundo nuestra esperanza en el Reino que nos tienes preparado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

Que la oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

Exigencias de Jesús

so con Jesús. Hoy existe el riesgo de no hablar de la cruz y de transformar el cristianismo en un estilo de vida fácil, cómodo y dulzón.

El amor incondicional de Dios no significa que Él se acomoda a nuestras convenien-cias o que es permisivo ante los atropellos de sus hijos; todo lo contrario, nos exige amar a los demás de la misma manera.

La decisión de amar a todos tiene sus consecuencias: persecuciones y difama-ciones; y, así, llegan las cruces. ¿Qué hacer?: ¿Soportarlas? ¿Arrastrarlas? ¿Rechazarlas? Jesús nos dice: hay que tomarlas con valentía y llevarlas con digni-dad.

Amar a Jesús más que a nuestra familia y tomar la cruz: he aquí las dos grandes exigencias de su seguimiento.

Page 2: Oración colecta R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del … · XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO • CICLO A • JUNIO 28, 2020 • Pág. 2 Señor, que nos has colmado de tantas

XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO • CICLO A • JUNIO 28, 2020 • Pág. 2

Señor, que nos has colmado de tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación y perseverar siempre cantando tu alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén

Oh Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo eterno, los que liberaste de la esclavi-tud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

R/. Amén

El libro de los reyes nos dice que aquel que recibe a un hombre de Dios recibirá su recompen-sa.

Del segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16

Un día pasaba Eliseo por la ciudad de Sunem y una mujer distinguida lo invitó con insis-tencia a comer en su casa. Desde entonces, siempre que Eliseo pasaba por ahí, iba a comer a su casa. En una ocasión, ella le dijo a su marido: “Yo sé que este hombre, que con tanta frecuencia nos visita, es un hombre de Dios. Vamos a construirle en los altos una pequeña habitación. Le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que se quede allí, cuando venga a visitarnos”.

Así se hizo y cuando Eliseo regresó a Sunem, subió a la habitación y se recostó en la cama. Entonces le dijo a su criado: “¿Qué podemos hacer por esta mujer?” El criado le dijo: “Mira, no tiene hijos y su marido ya es un anciano”. Entonces dijo Eliseo: “Llámala”. El criado la llamó y ella, al llegar, se detuvo en la puerta. Eliseo le dijo: “El año que viene, por estas mismas fechas, tendrás un hijo en tus brazos”.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor,y daré a conocer que su fidelidad es eterna,pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre,y mi lealtad, más firme que los cielos”.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Señor, feliz el pueblo que te alabay que a tu luz camina,que en tu nombre se alegra a todas horasy al que llena de orgullo tu justicia.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Feliz, porque eres tú su honor y fuerzay exalta tu favor nuestro poder.Feliz, porque el Señor es nuestro escudo

y el santo de Israel es nuestro rey.R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

San Pablo resume la importancia del bautismo en la vida del cristiano: morir al pecado y vivir para Cristo.

Lectura de la Primera carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-4. 8-11

Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautis-mo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con Él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.

Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siem-pre, y al resucitar vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[1 Pedro 2, 9]

R/. Aleluya, aleluya.Ustedes son linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada a Dios, para que procla-men las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

R/. Aleluya, aleluya.

El Señor te pide que lo ames con toda tu fuerza y todo tu corazón y que ames a tu prójimo. Del Señor es la primacía del amor, porque Él dio su vida por ti. Te invita a tomar tu cruz, a seguirlo y a recibirlo en tu corazón.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10, 37 - 42

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí la salvará.Quien los recibe a ustedes me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe al que me ha

enviado.El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a

un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por

ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa”.Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Segunda Lectura4 Profesión de fe7

Oración de los fieles9

SANTO EVANGELIO6

Aclamación antes del Evangelio5

Creo en DIOS PADRE, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepul-tado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

Pidamos al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda. A cada invocación responderemos: Escúchanos, Padre.

1. Por la Iglesia y sus dirigentes para que utilicen todos los recursos y medios de comuni-cación para dar a conocer la buena nueva del Evangelio. Oremos.

2. Por nuestros hermanos migrantes, para que con la ayuda de Dios encuentren una salida a la crisis social que padecen. Oremos.

3. Por los gobernantes de las grandes potencias para que hagan un paréntesis en sus planes personales y piensen en los más necesitados y los ayuden a mejorar su calidad de vida. Oremos.

4. Por cada uno de los que participamos de esta celebración para que el Señor toque nues-tro corazón y le permitamos hacerlo parte de nuestra vida. Oremos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Escucha, Padre Santo, las oraciones de tu pueblo para que, unidos a Cristo, sigamos el camino de la cruz, dispuestos a perder nuestra vida para manifestar al mundo nuestra esperanza en el Reino que nos tienes preparado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

Que la oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

Oración sobre las ofrendas10

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Page 3: Oración colecta R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del … · XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO • CICLO A • JUNIO 28, 2020 • Pág. 2 Señor, que nos has colmado de tantas

Señor, que nos has colmado de tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación y perseverar siempre cantando tu alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén

Oh Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo eterno, los que liberaste de la esclavi-tud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

R/. Amén

El libro de los reyes nos dice que aquel que recibe a un hombre de Dios recibirá su recompen-sa.

Del segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16

Un día pasaba Eliseo por la ciudad de Sunem y una mujer distinguida lo invitó con insis-tencia a comer en su casa. Desde entonces, siempre que Eliseo pasaba por ahí, iba a comer a su casa. En una ocasión, ella le dijo a su marido: “Yo sé que este hombre, que con tanta frecuencia nos visita, es un hombre de Dios. Vamos a construirle en los altos una pequeña habitación. Le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que se quede allí, cuando venga a visitarnos”.

Así se hizo y cuando Eliseo regresó a Sunem, subió a la habitación y se recostó en la cama. Entonces le dijo a su criado: “¿Qué podemos hacer por esta mujer?” El criado le dijo: “Mira, no tiene hijos y su marido ya es un anciano”. Entonces dijo Eliseo: “Llámala”. El criado la llamó y ella, al llegar, se detuvo en la puerta. Eliseo le dijo: “El año que viene, por estas mismas fechas, tendrás un hijo en tus brazos”.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor,y daré a conocer que su fidelidad es eterna,pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre,y mi lealtad, más firme que los cielos”.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Señor, feliz el pueblo que te alabay que a tu luz camina,que en tu nombre se alegra a todas horasy al que llena de orgullo tu justicia.

R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Feliz, porque eres tú su honor y fuerzay exalta tu favor nuestro poder.Feliz, porque el Señor es nuestro escudo

y el santo de Israel es nuestro rey.R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

San Pablo resume la importancia del bautismo en la vida del cristiano: morir al pecado y vivir para Cristo.

Lectura de la Primera carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-4. 8-11

Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautis-mo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con Él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.

Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siem-pre, y al resucitar vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[1 Pedro 2, 9]

R/. Aleluya, aleluya.Ustedes son linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada a Dios, para que procla-men las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

R/. Aleluya, aleluya.

El Señor te pide que lo ames con toda tu fuerza y todo tu corazón y que ames a tu prójimo. Del Señor es la primacía del amor, porque Él dio su vida por ti. Te invita a tomar tu cruz, a seguirlo y a recibirlo en tu corazón.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10, 37 - 42

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí la salvará.Quien los recibe a ustedes me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe al que me ha

enviado.El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a

un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por

ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa”.Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Creo en DIOS PADRE, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepul-tado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

Pidamos al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda. A cada invocación responderemos: Escúchanos, Padre.

1. Por la Iglesia y sus dirigentes para que utilicen todos los recursos y medios de comuni-cación para dar a conocer la buena nueva del Evangelio. Oremos.

2. Por nuestros hermanos migrantes, para que con la ayuda de Dios encuentren una salida a la crisis social que padecen. Oremos.

3. Por los gobernantes de las grandes potencias para que hagan un paréntesis en sus planes personales y piensen en los más necesitados y los ayuden a mejorar su calidad de vida. Oremos.

4. Por cada uno de los que participamos de esta celebración para que el Señor toque nues-tro corazón y le permitamos hacerlo parte de nuestra vida. Oremos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Escucha, Padre Santo, las oraciones de tu pueblo para que, unidos a Cristo, sigamos el camino de la cruz, dispuestos a perder nuestra vida para manifestar al mundo nuestra esperanza en el Reino que nos tienes preparado. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

Que la oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

Oración para después de la Comunión11

L 29M 30M 01

J 02V 03S 04D 05

Santoral y Lecturas diarias | 29 - 05 de Julio / 2020S. PEDRO Y PABLO, Apóstoles • Hech 12,1-11/ Sal 33/ 2 Tim 4,6-8.17-18/ Mt 16,13-19B. B. JENARO MARÍA SARNELLI, Presbítero • Am 3,1-8;4, 11-12/ Sal 5/ Mt 8,23-27S. ESTHER, Mártir • Am 5,14-15.21-24/ Sal 49/ Mt 8,28-34S. BERNARDINO REALINO, JUAN REGIS, FCO. DE JERONIMO, Comp.Jesuitas • Am 7,10-17/ Sal 18/ Mt 9,1-8S. TOMÁS, Apóstol • Ef 2,19-22/ Sal 116/ Jn 20,24-29S. ISABEL DE PORTUGAL, Memoria libre • Am 9,11-15/ Sal 84/ Mt 9,14-17S. ANTONIO MA. ZACCARÍA, Fundador • Zac 9,9-10/ Sal 144/ Rom 8,9.11-13/ Mt 11,25-30

Semanario Litúrgico Nº 2034 Tiraje: ON - LINE. Director: P. César PiechesteinImpresión: Editorial Arquidiocesana “Justicia y Paz”, Cdla. Pradera 1, Mz. B-3, solar 7

Teléfono: 2433 075 - Fax. 2498 849 • e-mail: [email protected]

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