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SECCION ESPECIAL: LA MUERTE DE HUGO CHÁVEZ

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OPINION - FALLECIMIENTO DE HUGO CHAVEZ

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Page 1: OPINION - FALLECIMIENTO DE HUGO CHAVEZ

SECCION ESPECIAL:

LA MUERTE DE HUGO CHÁVEZ

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EL LEGADO DE HUGO CHÁVEZ

Opinión por FEDERICO HORAK Licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica Argentina

Coordinador del Área de Investigación de RED IMPACTO.

El chavismo como lo conocíamos llegó a su fin. Tras 14 años en el poder, el proyecto bolivariano liderado por el caudillo caribeño terminó. El funcionario que ilegítimamente ocupa el poder ejecutivo de Venezuela, Nicolás Maduro, confirmó el pasado martes 5 de marzo a las 19:00 horas de Argentina, luego de una extensa reunión en el Palacio de Miraflores, lo que desde hacia ya varias horas era un secreto a voces: Hugo Chávez ha muerto.

Hugo Chávez Frías, quien fuera presidente de la República Bolivariana de Venezuela entre los años 1999 y 2013; y actual presidente electo de Venezuela, falleció el día 5 de marzo según lo anunciaron funcionarios de su gobierno luego de semanas de especulación sobre su estado de salud, producto del hermetismo con el cual se manejó la información al respecto. La causa de su deceso habría sido la afección pulmonar que sufrió en el marco de su lucha contra el cáncer que padeciera desde el año 2011.

Militar de carrera, Hugo Chávez inició su vida política en el año 1982 cuando fundara el “Movimiento Bolivariano Revolucionario 200”. Junto a otros oficiales del gobierno, y tras trabar amistad con sectores de la izquierda venezolana idearía lo que años más tarde se convertiría en su primer intento de llegar al poder: el golpe de estado de 1992. Fue en aquel año que su movimiento se levantó contra el gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez en respuesta a las medidas económicas neoliberales que el gobierno llevaba a cabo. El golpe de estado fracasó, y Hugo Chávez, tras rendirse públicamente a través de la televisión, aceptó su responsabilidad y fue llevado a prisión, donde pasó dos años encerrado.

Tras su liberación, Hugo Chávez, convertido ya en una figura de creciente popularidad, comenzó su armado político con la mirada puesta sobre las futuras elecciones. Aquel proyecto fue conocido como el Movimiento Quinta República (MVR) y lo llevaría a la presidencia en las elecciones de diciembre de 1998.

A lo largo de sus 14 años al frente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez llevó un gobierno abiertamente autoritario y populista. Control de medios de comunicación; expropiaciones; coartación de libertades; represión sobre manifestaciones opositoras; y facultades legislativas delegadas en él por parte del Congreso, todas ellas fueron características recurrentes de los últimos 14 años de gobierno venezolano

Su dominio sobre la voluntad popular, producto de

su retórica épica y su carisma natural, fue incuestionable. Se sometió en múltiples ocasiones al veredicto de las urnas, y siempre salió victorioso. Aunque cabe destacar que nunca faltaron los incidentes ni las denuncias de fraude durante los procesos electorales.

Su política exterior se basó en el anti-norteamericanismo; la construcción de alianzas no tradicionales con países extra región; y la búsqueda constante de una integración regional con fuerte impronta “bolivariana”. Su retórica anti norteamericana lo llevó a pronunciar fuertes discursos tanto en televisión abierta como en la Asamblea de Naciones Unidas en contra de las políticas estadounidenses, teniendo como objetivo preferido al expresidentes George W. Bush. Es especialmente recordada su “contra cumbre” en Mar del Plata en el año 2005, donde alcanzaría lo que, a consideración de quien escribe, fue su más importante logro de política exterior: el rechazo al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas).

Alejado de los Estados Unidos, buscó alianzas con países que rechazaban la hegemonía global de la Casa Blanca. Sus numerosos acuerdos de compra de armamento con Rusia, lo que lo llevó a tener las FFAA mejor equipadas de la región; y su cercanía con Irán y Siria, dos países cuyos regímenes son considerados por la comunidad internacional como una amenaza a la paz, son testigo de ello. Fue tal su rechazo a los EEUU que en el año 2008 alimentó la escalada de tensión en un conflicto fortuito con Colombia, histórico aliado regional de la Casa Blanca, que puso a ambos países al borde del enfrentamiento armado.

En cuanto a la integración regional, priorizó su acercamiento a países ideológicamente afines en detrimento de sus socios históricos. Fue así que en el año 2006 abandonó la Comunidad Andina de Naciones, integrada por Perú, Colombia, Bolivia, y Ecuador, como consecuencia de los tratados de libre comercio que dos de sus socios firmaran con Estados Unidos. Ello le allanó el camino para conseguir un mayor acercamiento a Brasil y Argentina, lo que acabaría con la incorporación de Venezuela al MERCOSUR en el año 2012. Fue protagonista en la conformación del UNASUR, una comunidad de naciones sudamericanas cuyo objetivo, abstracto y difuso, pretende ser la integración de las naciones de América del Sur. Especialmente cercana fue su relación con Cuba,

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país al que durante su primera campaña presidencial no dudó en calificar como una dictadura. Tomó la figura de Fidel Castro como un padrino político, admirando su lucha histórica y lo que Castro había conseguido llevar a cabo en la isla. A su vez, se convirtió en una suerte de padrino para otros dos líderes de la región: el boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa. Este último se perfila para ser su sucesor en el ámbito regional. En cuanto a su política económica, poco puede decirse de la etapa chavista. Desde un comienzo gozó de los beneficios de los altos precios del petróleo, recurso que nacionalizó durante sus primeros años al frente del palacio de Miraflores. Llevó a cabo una reforma agraria, sin embargo no consiguió desarmar la excesiva dependencia de las exportaciones de hidrocarburos que aún sufre Venezuela. Su populismo lo llevó a derrochar los recursos provenientes del petróleo en planes sociales que, si bien consiguieron elevar la calidad de vida de muchos ciudadanos marginados, no le permitió a Venezuela revertir su dependencia exclusiva de aquél recurso. Más que en la economía y la política, el mayor impacto de la figura de Chávez fue social. A una sociedad históricamente dividida socio-económicamente entre sectores de marcada pobreza y otros de gran abundancia, Chávez llevó la polarización política y la tensión social. Despertó amor y odio en distintos sectores de la sociedad y fogoneó esos sentimientos desde su retórica épica. Hoy en día los sectores chavistas y antichavistas se ven unos a otros como una amenaza para la nación venezolana, siendo cada uno traidores a la Patria a los ojos del otro. La muerte de Hugo Chávez tendrá serias consecuencias, tanto a nivel nacional como regional. Es claro que Chávez fue el centro de la política venezolana durante los últimos 14 años. Todo lo que acontecía políticamente en el país caribeño giraba en torno a su figura. Fue él quien logró unir a una coalición de partidos y movimientos de izquierda con las Fuerzas Armadas para consolidar un control total sobre el territorio nacional. Su ausencia afectará sin dudas al partido de gobierno y, por consiguiente, al pueblo venezolano. No menor fue su

influencia en la región. Hugo Chávez fue el protagonista principal de las discusiones multilaterales de los últimos años. La desaparición de la figura del caudillo caribeño deja hoy una Venezuela políticamente acéfala, socialmente fracturada, y económicamente inestable. Queda por ver cómo se resolverá la interna entre el ala política del partido gobernante, liderada por Nicolás Maduro, presidente de facto de Venezuela y designado como sucesor por Chávez mismo, y el ala militar liderada por Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y legítimo presidente provisional. A nivel regional la sucesión parece más clara. Rafael Correa, presidente ecuatoriano, parecería perfilarse como el sucesor natural de Hugo Chávez. Si bien carece del carisma del presidente muerto, ha refrendado su mandato presidencial hace pocas semanas con un alto porcentaje de adhesión, y comparte con el difunto muchas de sus características, como el desprecio por ciertas libertades individuales e instituciones, su compromiso con la herencia bolivariana, y la retórica épica y anti norteamericana. Lo cierto es que, sin Chávez, puede decirse que el chavismo, como se desarrolló hasta el día de hoy, murió. Lo que le seguirá de ahora en más será un post chavismo, una sombra de su predecesor, quizás más profundo e intransigente, que no augura en Venezuela un buen futuro inmediato, producto de la falta de liderazgo político claro; la polarización social; y la inestabilidad económica. ¿Cómo afectará ello en la región? Aún no se sabe. Queda en los líderes regionales ver si el proceso bolivariano de integración queda trunco, o si surge un nuevo líder que consiga llevar las riendas de aquella integración centrada más en lo ideológico que en cuestiones de agenda política y económica. De momento solo queda esperar a que se desarrollen en los próximos meses unas nuevas elecciones nacionales, las primeras en 14 años que no contarán con la figura del poderoso y carismático caudillo caribeño.