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C ONOCIMIENTOS Y ACTITUDES DE LOS ADOLESCENTES DE BARBADOS SOBRE EL SIDA1 E. Walrond,2~3 E Jms,” M Hoyo~,~ A!l SOU&~ H. Ellis y R. Roach En enero de 3.990 se encuestó en Barbados a una muestra sistemática de 2856 estudiantes de secundaria de ll a 16 años de edad. Inicialmente, se seleccionaron2200 estudiantes. El objetivo de la encuestafue evaluar sus conocimientos sobre el SIDA y la transmisión del virus de la inmunodejiciencia humana (VIH), su actitud fientea las per- sonas infectadas, sus relaciones sexuales y los cambios de los programas de educación que son necesariospara reducir la transmisión del virus entre la población adolescente.El cuestionario se probó en un estudio piloto. Los resultados indican que los estudiantes te- nían conocimientosamplios y correctossobrelas principales vías de transmisión del VIH, pero nocionesequivocadas sobre la transmisión por mosquitos, donación a’e sangre, con- tacto social y uso de sanitarios públicos. El 51,4% de los varones y 18,7% de las hembras respondieronque habúín tenido relaciones sexuales. De ellos, alrededor de 75% afirmaron saber usar los condones, aunquesolo un tercio los usaban. Seconcluyeque las actividades educativas realizadas antes de la encuesta surtieron efecto,si bien es preciso ampliarlas a las escuelas primarias. Ademas, es preciso realizar otros estudios sobrela modificación de las conductas de riesgo de esta población. La epidemia del síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) ha afec- tado sobre todo a las personas de 20 a 35 años de edad. El hecho bien conocido de que el vi- rus de la inmunodeficiencia humana (VB-I), causante del SIDA, se transmite sobre todo por medio de las relaciones sexuales (2) y de que la enfermedad puede tardar hasta 10 años en manifestarse en una persona infectada (2) in- 1 Una versión de este artículo se publica en el Btrkbn ofthe Pan Amencan Hdth Orpmatim, Vol. 26, No 3, 1992, con el título “An AID5related knowledge, athtudes, beliefs, and practices survey among chiIdren 11 to 16 in Barbados”. 2 Comité Nacional Asesor sobre el SIDA, Barbados Direc- nón postal: Dr E. R. Walrond, Umversity of West Indles, Faculty of Medical Sciences, Queen EIisabeth Hospital, Bndgetown, Barbados. 3 Universidad de las Indias Occidentales, Facultad de Gen- cias Médicas, Cave HiU, Barbados. 4 Universidad de las Indias Occidentales, Facultad de Cien- cias Sociales, Cave I-Iii, Barbados. 5 Proyecto HOPE, Estados Unidos de América. dica que un elevado número de personas pueden haber contraído la infección en la adolescencia. Generalmente, en los programas de educación destinados a controlar esta epi- demia, se ha intentado influir en el compor- tamiento sexual de los jóvenes durante y des- pués de sus años de escuela. En Barbados, la información sobre la lucha contra el SIDA ha llegado a los jóvenes por medio de la televi- sión, la radio, la prensa, folletos producidos por el Ministerio de Salud y la Asociación de Profesionales Médicos, y conferencias y de- bates organizados en todas las escuelas se- cundarias y en la comunidad (3). Hasta la fecha, las actividades se han orientado según las suposiciones de que la epidemia seguirá por muchos anos y de que

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C ONOCIMIENTOS Y ACTITUDES DE LOS ADOLESCENTES

DE BARBADOS SOBRE EL SIDA1

E. Walrond,2~3 E Jms,” M Hoyo~,~ A!l SOU&~ H. Ellis y R. Roach

En enero de 3.990 se encuestó en Barbados a una muestra sistemática de 2856 estudiantes de secundaria de ll a 16 años de edad. Inicialmente, se seleccionaron 2200 estudiantes. El objetivo de la encuesta fue evaluar sus conocimientos sobre el SIDA y la transmisión del virus de la inmunodejiciencia humana (VIH), su actitud fientea las per- sonas infectadas, sus relaciones sexuales y los cambios de los programas de educación que son necesarios para reducir la transmisión del virus entre la población adolescente. El cuestionario se probó en un estudio piloto. Los resultados indican que los estudiantes te- nían conocimientos amplios y correctos sobre las principales vías de transmisión del VIH, pero nociones equivocadas sobre la transmisión por mosquitos, donación a’e sangre, con- tacto social y uso de sanitarios públicos. El 51,4% de los varones y 18,7% de las hembras respondieron que habúín tenido relaciones sexuales. De ellos, alrededor de 75% afirmaron saber usar los condones, aunquesolo un tercio los usaban. Se concluyeque las actividades educativas realizadas antes de la encuesta surtieron efecto, si bien es preciso ampliarlas a las escuelas primarias. Ademas, es preciso realizar otros estudios sobre la modificación de las conductas de riesgo de esta población.

La epidemia del síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) ha afec- tado sobre todo a las personas de 20 a 35 años de edad. El hecho bien conocido de que el vi- rus de la inmunodeficiencia humana (VB-I), causante del SIDA, se transmite sobre todo por medio de las relaciones sexuales (2) y de que la enfermedad puede tardar hasta 10 años en manifestarse en una persona infectada (2) in-

1 Una versión de este artículo se publica en el Btrkbn ofthe Pan Amencan Hdth Orpmatim, Vol. 26, No 3, 1992, con el título “An AID5related knowledge, athtudes, beliefs, and practices survey among chiIdren 11 to 16 in Barbados”.

2 Comité Nacional Asesor sobre el SIDA, Barbados Direc- nón postal: Dr E. R. Walrond, Umversity of West Indles, Faculty of Medical Sciences, Queen EIisabeth Hospital, Bndgetown, Barbados.

3 Universidad de las Indias Occidentales, Facultad de Gen- cias Médicas, Cave HiU, Barbados.

4 Universidad de las Indias Occidentales, Facultad de Cien- cias Sociales, Cave I-Iii, Barbados.

5 Proyecto HOPE, Estados Unidos de América.

dica que un elevado número de personas pueden haber contraído la infección en la adolescencia.

Generalmente, en los programas de educación destinados a controlar esta epi- demia, se ha intentado influir en el compor- tamiento sexual de los jóvenes durante y des- pués de sus años de escuela. En Barbados, la información sobre la lucha contra el SIDA ha llegado a los jóvenes por medio de la televi- sión, la radio, la prensa, folletos producidos por el Ministerio de Salud y la Asociación de Profesionales Médicos, y conferencias y de- bates organizados en todas las escuelas se- cundarias y en la comunidad (3).

Hasta la fecha, las actividades se han orientado según las suposiciones de que la epidemia seguirá por muchos anos y de que

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los adultos jóvenes del futuro deben estar preparados para abordar las dificultades que acarree. Además, la adversa reacción social a esta enfermedad (I,4) y la actividad sexual relativamente intensa de los jóvenes deter- minan que los programas de educación sobre el SIDA debelían diseñarse de acuerdo con los conocimientos, actitudes, creencias y prácti- cas de los adolescentes referentes a esta en- fermedad y a su transmisión.

El SIDA en Barbados Barbados es una pequeña isla del

Caribe con una población estimada en 1989 de 256 000 habitantes. Cerca de 25% de la po- blación es menor de 15 años y 12%, mayor de 65 (5). La educación es gratuita y obligatoria para todos los ninos en edad escolar hasta los 16 años. Un 3% de la población está matricu- lada en instituciones de enseñanza superior.

La población recibe un buen ser- vicio de los medios de difusión y tiene acceso a dos diarios y a cinco estaciones de radio y una de televisión. Sesenta mil familias tienen televisores en su casa. Las condiciones de sa- lud en la isla son relativamente buenas (por ejemplo, la mortalidad infantil a mediados del decenio de los ochenta era de unas 17 defun- ciones por cada 1000 niños nacidos vivos) (6). Sin embargo, los embarazos en adolescentes representaron 28,5% del total de embarazos en 1980 y 16%, en 1988 (7).

El primer caso de SIDA autóc- tono notificado en Barbados se diagnosticó en noviembre de 1984. A fines de diciembre de 1989, el Ministerio de Salud notificó que se habían diagnosticado 111 casos de SIDA y que otras 133 personas habían sido positivas a la prueba de detección del VIH (18 de estas úl- timas se identificaron por medio de un pro- grama de tamizaje en donantes de sangre) (8, 9). El VIH se ha transmitido fundamental-

mente entre hombres homosexuales o bise- xuales y la razón hombre:mujer en los por- tadores del virus identificados es de 31. El 6% de los casos de SIDA se han producido en lac- tantes (transmisión perinatal). Se sabe que dos personas contrajeron el VlH por medio de una transfusión de sangre infectada que se ad- ministró antes de que se instituyera en 1985 la práctica de detectar el VIII en la sangre para donación (8).

La distribución por edad de los pacientes de SIDA indica que 23% de los ca- sos de transmisión sexual conocida se mani- festaron entre los 10 y los 25 años de edad, y la razón hombre:mujer es de 5:2 (8). Dado el período de incubación prolongado de la enfermedad, parece probable que casi todos esos jóvenes se infectaron durante sus años de escuela.

M ATERIALES ~~32~0~0s

El presente estudio tuvo los si- guientes objetivos: 1) Determinar los conoci- mientos de los estudiantes de ll a 16 años de edad sobre la naturaleza del SIDA, la trans- misión del VIH y la conducta relacionada con un alto riesgo de transmisión del VIH. 2) Averiguar cómo han recibido los adoles- centes información sobre el SIDA. 3) Analizar su actitud hacia las personas infectadas por el VIH y con SIDA y las relaciones sexuales. 4) Definir los patrones de las relaciones se- xuales de los adolescentes. 5) Determinar cómo influyeron en algunos de los puntos anteriores la edad, la religión, la raza o el sexo. 6) Especificar el tipo de programas de edu- cación que son necesarios para reducir la PO- sibilidad de transmisión del VIH entre los adolescentes.

El estudio fue diseñado y reali- zado por personal del Comité Nacional Ase- sor sobre el SIDA, la Facultad de Ciencias So- ciales y de Ciencias Médicas de la Universidad de las Indias Occidentales en Cave Hill, Bar- bados, y el Proyecto HOPE de los Estados Unidos de América. Se obtuvo el consenti-

miento del Ministerio de Educación. El cues- tionario debía ser rellenado por los propios estudiantes y se sometió a un estudio piloto. En este estudio, el cuestionario se administró a 30 estudiantes de ambos sexos, varias es- cuelas y todos los grupos de edad, para ave- riguar si existían problemas de comprensión de las preguntas o cualquier otra dificultad para rellenarlo.

Se extrajo una muestra sistemá- tica de estudiantes de todas las escuelas se- cundarias de la isla a partir de la lista de alumnos de cada una. Para ello, se seleccionó al azar uno de los ll primeros estudiantes de la lista y, a continuación, en sentido descen- dente, a los que ocupaban cada onceavo lu- gar. Se pidió a los estudiantes seleccionados que rellenaran el cuestionario de forma anó- nima en una reunión convocada por un maestro designado en cada escuela.

En el cuestionar?0 se solicitó in- formación sobre la edad, el sexo, la raza, la nacionalidad y la religión del respondiente. Casi todas las preguntas de la parte principal eran de elección múltiple con tres posibles respuestas: “sí”, ” no” y “no estoy seguro”. Con 38 preguntas se intentaron evaluar los conocimientos de cada estudiante; en 14 de ellas se solicitó información sobre actitudes y creencias y en ll, sobre relaciones sexuales y uso de drogas.

El cuestionario se administró en enero de 1990. De la muestra estimada de 2200 personas, respondieron 1856 (85%). Los da- tos fueron registrados y analizados por Sys- tems Caribbean Ltd. Para tabular los datos por sexo, edad, raza y religión, se empleó el pa- quete estadístico SPSS. Las cifras aquí pre- sentadas no incluyen las respuestas incodifi- cables, ya sea porque no se anotaron o porque la marca correspondiente se colocó en un punto indeterminado.

R ESULX4DOS La edad de los participantes en su

último cumpleaños se presenta en el cuadro 1. Aunque la mayoría de los niños suelen in- gresar en la escuela secundaria a los 11 años, algunos lo hacen a los 10 si han nacido antes de septiembre. Por tanto, hasta cierto punto, cada clase está formada por niños de varias edades.

Los 1856 que respondieron cons- tituyeron cerca de 7,5% de la población total que asiste a la escuela secundaria. Un estu- diante se negó a llenar el cuestionario. Los alumnos seleccionados que no respondieron se habían ausentado de la escuela el día de la administración del cuestionario.

Respondieron 798 niños y 993 ni- ñas y la razón hombre:mujer fue de 1:1,2 (se- gún lo datos publicados por el Ministerio de Educación en 1990, la razón hombre:mujer en toda la población de estudiantes de secun- daria fue de l:l,l). Sesenta y cinco partici- pantes (3,5%) dieron una respuesta incodifi- cable en relación con el género.

El perfil demográfico de los 1856 respondientes fue similar al de la población general. Más concretamente, 91% notificaron que habían nacido en Barbados, 93,5%, que eran negros y casi todos tenían alguna afilia- ción religiosa. Los principales grupos religio- sos fueron anglicanos (30,2%), protestantes (18,3%), católicos (8,1%), otros (15,5%) y no practicantes (23,2%). En este apartado, la proporción de respuestas incodificables fue de 4,7%.

CUADRO 1. Distribucibn de los estudiantes en la muestra según su edad. Cave Hill, Barbados, 1990

Edad en años 10 No. en la muestra 51

12 333

3;: 3:: 288 16 Total” 336 1856

p No se mdlcb la edad de 29 partrclpantes mcluldos en el total (1.5% de la muestra) o fue incodlficable. 35

Conocimientos El 96,6% clasificaron el SIDA

El 65,2% afirmaron que se les ha- bía informado sobre el SIDA y el VIH en la es- cuela. Sin embargo, 49,4% declararon que la principal fuente de información fue la televi- sión; 24,1%, los padres de familia; 15,3%, la escuela; 6,7%, libros y folletos; 2,7%, diarios; 0,9%, la radio; y 0,9% dieron respuestas in- codificables. El 43,3% manifestaron que ha- bían hablado con sus amigos sobre el SIDA, 42,2%, con sus padres y 378% indicaron que en su casa se comentaba abiertamente el tema del SIDA.

como una enfermedad mortal y 88,4% dije- ron que sabían cómo evitar la infección. No obstante, las respuestas fueron mixtas en cuanto a conocimientos generales: 273% di- jeron que sabían mucho sobre el SIDA, 66,7%, poco y 4,3%, nada. Alrededor de la mitad (47,6%) afirmaron que sabían cómo se podía conseguir más información y 59,4%, dónde someterse a pruebas diagnósticas.

Entre 75 y 90% de los participan- tes respondieron correctamente a la mayor parte de las preguntas sobre relaciones se- xuales y transmisión del SIDA cuando esas preguntas estaban formuladas con claridad (cuadro 2). Cuando eran confusas, se ob-

CUADRO 2. Distribucibn porcentual” de las respuestas a las preguntas de la encuesta relacionadas con la transmisibn sexual del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Cave Hill, Barbados, 1990

Pregunta si (%)

¿Se puede transmitir la infección por el VIH y el SIDA de una persona a otra al besarse? ll,1

¿Se puede prevenir el SIDA y la infección por el VIH cuando dos personas son mutuamente fieles en sus relaciones sexuales? 74,4

¿Puede contraer el SIDA y la infección por el VIH una persona que tenga relaciones sexuales sin condón? 76,l

iPuede contraer el SIDA y la infección por el VIH una persona que practique el sexo oral? 50,2

¿Puede una persona portadora del VIH infectar a otra durante las relaciones sexuales? 89,5

LES verdad que solo los hombres homosexuales pueden contraer el SIDA o la infección por el VIH? 13,6

¿Tiene la gente menos posibilidades de infectarse por el VIH al abstenerse de cualquier tipo de relaciones sexuales? 58,2

¿Tiene la gente menos posibilidades de infectarse por el VIH al usar condones durante el coito? 76,l

iSon los condones un metodo infalible para evitar que una persona contraiga el SIDA? 21,3

¿Tiene la gente menos posibilidades de infectarse por el VIH al tomar plldoras anticonceptivas o coca cola después del coito? 397

p Se omite el porcentaje de entrevistados que dieran respuestas mcodificables a cada pregunta.

Respuesta

No (%)

68,O

12,0

ll,5

985

23

78,9

13,7

935

52,9

59,4

No estoy seguro

20,l

12,3

ll,0

38,3

0-3

636

26,8

13,0

24,4

35,4

servó cierto grado de incertidumbre sobre la eficacia de la transmisión del VIH (por ejem- plo, vía oral, al besar o durante el coito oral) y el porcentaje de respuestas inseguras au- mentó. Si bien muchos pareáan estar inse- guros en cuanto a la eficacia de medidas pro- tectoras como la abstinencia, el uso de condones, píldoras anticonceptivas, etc., el mayor grado de incertidumbre se relacionó con la pregunta sobre si el VIH se transmitía por medio del coito oral (felación o cunniling~~s).

Las preguntas referentes a la transmisión del VIH por medio de diversos tipos de contacto social revelaron un patrón similar (cuadro 3); es decir, la mayoría res- pondió correctamente a casi todas las pre- guntas. Sin embargo, hubo un alto grado de incertidumbre sobre la posibilidad de trans- misión del SIDA cuando una persona escupe o muerde a otra (actos considerados antiso- ciales y agresivos) o a través de otras formas de interacción social que a veces se conside- ran posibles vías de transmisión de otras en-

fermedades (por ejemplo, el uso de sanita- rios públicos y el compartir alimentos).

Los conocimientos de los res- pondientes sobre otras vías de transmisión se presentan en el cuadro 4. Casi todos cono- cían los peligros del uso compartido de agu- jas y de la transmisión durante el embarazo. Muchos mostraron que no comprendían bien la posibilidad de transmisión por medio de mosquitos y del peligro para los donantes de sangre.

Actitudes En el cuadro 5 se presentan las

respuestas a varias preguntas relativas a la actitud frente a la enfermedad. Estas res- puestas muestran que los participantes en- tendían bien dos cosas: que se les deberían impartir enseñanzas sobre el SIDA y el VIH

CUADRO 3. Distribución porcentuala de las respuestas a las preguntas de la encuesta sobre la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) por contacto social. Cave Hill, Barbados, 1990

Resouesta

Pregunta SI (%)

¿Puede contraer el SIDA o la infección por el VIH una persona que dé la mano a alguien? 178

¿Puede contraer el SIDA o la infección por el VIH una persona que use sanitarios públicos, beba en fuentes públicas de agua o se bafíe en una piscina? 571

¿Puede contraer el SIDA una persona por compartir un sandwich o una bebida con alguien con SIDA o la infección por el VIH? 10,8

¿Puede contraer el SIDA o la infeccibn por el VIH una persona que este en la misma clase que un estudiante que lo padezca? 23

¿Puede contraer el SIDA una persona que esté con otra que padezca ese slndrome o este infectada por el VIH y que escupa a otra? 13,0

iPuede contraer el SIDA una persona mordida por otra que tenga SIDA o este infectada por el VIH? 24,2

a Se omite el porcentaje de adolescentes que dieron respuestas incodificables a cada pregunta.

No (%)

95,l

70,3

60,7

89,0

51,9

33,4

No estoy seguro

23

23,l

27,3

78

33,8

41 ,o

CUADRO 4. Distribución porcentual” de las respuestas a las preguntas de la encuesta sobre la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) por vfas distintas a la sexual. Cave Hill, Barbados, 1990

Respuesta No estoy

Pregunta L.3 (%) No (%) seguro

iPuede contraer el SIDA o la infección por el VIH una persona que comparta las agujas empleadas para inyectarse drogas? 83,7 510 10,2

j,Puede contraer el SIDA o la infección por el VIH un donante de sangre? 39,3 36,2 23,0

¿Se puede transmitir el VIH de una persona a otra por medio de mosquitos? 37,9 22,8 38,3

¿Puede una mujer embarazada portadora del VIH transmitlrselo al feto? 88,8 22 82’

a Se omite el porcentaje de adolescentes que dieron respuestas incodificables a cada pregunta.

CUADRO 5. Distribución porcentual” de las respuestas a las preguntas de la encuesta sobre la actitud de los adolescentes frente a situaciones relacionadas con el SIDA. Cave Hill, Barbados, 1990

38

Respuesta No estoy

Pregunta sí (%) No (%) seguro

¿Se debe ensenar a los estudiantes de su edad lo relativo al SIDA y al VIH en la escuela? 90,2 339 430

j,Se debe permitir que un estudiante con SIDA o infectado por el VIH asista a clases? 4833 29,8 19,9

¿Se debe permitir que un estudiante con SIDA asista a su escuela? 44,6 31 ,o 22,4

¿Le molestarla a usted estar en la misma clase que un estudiante infectado por el VIH? 38,9 33,8 25,3

iCree usted que se debe considerar culpable a una persona con SIDA? 21,3 47,5 28,5

iCree usted que el SIDA es realmente una enfermedad mortal? 91,9 228 32

iconsidera usted que el suicidio es una solución para una persona con SIDA? 12,6 62,9 22,1

Si estuviera infectado por el VIH, Lpensarfa en suicidarse para solucionar el problema? 12,o 56,4 29,l

Si tuviera SIDA o la infección por el VIH, Lquerrla que alguien se enterara? 28,5 54,9 14,4

LES el tratamiento del SIDA una pérdida de tiempo? 19,l 61,7 16,8

&ree que debe tener relaciones sexuales prematrimoniales o antes de irse a vivir con una persona? 28,9 46,0 22,3

a Se omlte el porcentaje de adolescentes que dieron respuestas incodlficables a cada pregunta. VIH = virus de la mmunodeflciencia humana.

en la escuela y que reconocían que el SIDA es una enfermedad mortal. Los porcentajes de respuestas afirmativas y negativas a otras preguntas fueron elevados, y el de la res- puesta “no estoy seguro” osciló entre 14,4 y 29,1%. Entre 38 y 63% de las respuestas a es- tas últimas preguntas revelaron una actitud que las autoridades consideran aceptable.

Menos de 30% de los niños res- pondieron que querían que otra persona su- piera si estaban infectados por el VIH, y 76,2% mencionaron a la madre.

Como se indica en la próxima sección, la falta de consenso manifiesta en los datos del cuadro 5 sobre las relaciones sexua- les prematrimoniales o antes de iniciar una relación permanente con un solo compañero sexual refleja las prácticas sexuales de los niños.

Prácticas sexuales El 33,1% de los entrevistados res-

pondieron que habían tenido relaciones se- xuales en algún momento en el pasado y ese porcentaje incluyó 51,4% de los varones, 18,7% de las hembras y 19 respondientes que die- ron una respuesta incodificable. El porcen-

taje de respuestas afirmativas aumentó pro- gresivamente con la edad, de 78% en los de 10 años a 48,8% en los mayores de 16. En el cuadro 6 se presentan las edades a las que los participantes (410 varones, 183 hembras y 19 de sexo desconocido) dijeron haber tenido su primera relación sexual. Veinticuatro varo- nes (5,8%) y 37 hembras (19,9%) dieron res- puestas incodificables. Los varones iniciaron sus relaciones sexuales antes que las hem- bras. Más de 50% de los adolescentes dieron respuestas codificables en las que declararon que habían tenido las relaciones sexuales an- tes de los 12 años, en tanto que las hembras no alcanzaron el percentil50 hasta cuatro anos después. En este contexto cabe señalar que la proporción de hembras con experiencia se- xual que dijeron haber iniciado esas relacio- nes a los 14 anos fue relativamente alta (16,7%), mientras que la de las que indicaron una edad más temprana (13,12, ll, 10 y 9 0 menos) fue relativamente más baja. En total, 50% de los adolescentes con una vida sexual activa se- ñalaron que las habían iniciado a los 13 años.

A los adolescentes con experien- cia sexual se les preguntó cuántos compañe- ros sexuales habían tenido durante su vida y en el año precedente a la entrevista (se les dio a escoger entre 0, 1,2,3 y 4 0 más compañe- ros). Sus respuestas a estas preguntas se re- sumen en el cuadro Z Como se ilustra en este

CUADRO 6. Edad en el primer coito notificada por los participantes con experiencia sexual,” por sexo. Cave Hill, Barbados, 1990

Varones Hembras Edaden afios No. WI No. Vo) 19 134 tag:~ z (4-8)

10 ll i:

:: 42 37

1; p;

60) 6

1%;

13 $3

14 15

3: gs3; 3s 1; $3

z-16 Incodificable :4 g:;; io

y;:;;

Total 410 (100) 186 (100) a Diecmueve participantes con experiencia sexual no dieron una respuesta codificable sobre su sexo.

Total codificable por sexo

No. WI 143

",2 zo Ui4

48 55:

~~~~~ 64)

70

si 1; Ag:; (10:2)

596 (100)

CUADRO 7. Porcentaje de participantes con experiencia sexual que declararon haber tenido el número indicado de compañeros sexuales durante su vida y en el aRo precedente a la encuesta. Cave Hill, Barbados, 1990

Compañeros sexuales

0 1 2

3 24 Respuestas incodificables

Total

Media correspondiente a los varones correspondiente a las hembras

Toda la vida Alío precedente No. WI No. W)

19 (3tl) 206 217 223 latzi 115 [Er:; 64 uO:4)

82 41 163 [;;:;i 19 (311)

53 íz; 28 (415)

615 (100) 615 (100)

23 12 28 1,7 :::6

cuadro, un bajo porcentaje de los estudiantes emitió respuestas incodificables a esas pre- guntas y 3,1% de los que declararon tener ex- periencia sexual afirmaron que no habían te- nido ningún compañero sexual. La razón de esta última contradicción no queda clara.

Muchos de los adolescentes se- xualmente activos dijeron que habían tenido más de un compañero sexual; la media del número de compañeros durante toda la vida fue de 2,3, considerando que los que decla- raron haber tenido cuatro compañeros o más se incluyeron como si hubieran tenido solo cuatro para fines del calculo. Alrededor de dos tercios de los adolescentes con experiencia sexual dijeron que habían practicado el coito en el año precedente. El tercio restante dis- minuyó la media del número de compañe- ros sexuales. Sin embargo, 25,7% de ellos afirmaron que habían tenido relaciones se- xuales con más de un compañero en el año precedente.

Más concretamente, 36,3% y 26,9% de los varones y las hembras con ex- periencia sexual, respectivamente, manifes- taron que no habían tenido relaciones sexua- les en el año precedente. Al considerara todo el grupo de estudiantes, eso significó que, si bien 32% de los adolescentes afirmaron ha- ber tenido uno o más compañeros sexuales, solo 20,5% declararon haber practicado el coito en el año precedente a la encuesta. Aunque

19,4% declararon que habían tenido más de un compañero sexual durante su vida, solo 8,5% indicaron que habían tenido más de uno en el año precedente.

El porcentaje de participantes que declararon que habían tenido una vida se- xual activa en el año precedente aumentó con la edad (de 2% de los adolescentes de 10 años a 35,7% de los de 16 o más) y se observó un aumento similar con la edad en la proporción de los que declararon haber tenido más de un compañero en el año precedente; esa propor- ción aumentó de 1,6% de los adolescentes de ll años a 14,3% de los de 16 o más años. En el cuadro 8 se presenta el número de adoles- centes que afirmaron tener experiencia se- xual y que dieron respuestas codificables, se- gún la edad y el número de compañeros sexuales notificado.

En respuesta a la pregunta Lusa algo para protegerse contra el SIDA cuando tiene relaciones sexuales?, 35% de los adoles- centes con experiencia sexual respondieron que siempre; 28%, que a veces; 31,5%, que nunca; y 5,5% dieron una respuesta incodi- ficable. En respuesta a la pregunta isabe usar el condón durante la relación sexual?, 75,3% (78% de los varones y 68,3% de las hembras)

CUADRO 8. Número de compañeros sexuales notificados por los participantes con experiencia sexual durante el afío precedente a la encuesta, según la edad en el momento de la encuesta. Cave Hill, Barbados, 1990

Número de compafíeros Edaden años 0 1 2 3 4 Incodificable

Incodificable 2 -, 1

1 - 1 10 3 ll 32 5 2 1 1 3

12 is s 4 :t 3:

8 t 45 10 1; 12 4

15 46 47 :; 5 11 3 216 39 72 ll 14 5

Total 206 223 64 41 53 28

dieron una respuesta afirmativa; 6,2%, una respuesta negativa; 1,9%, una incodificable; y 16,6% dijeron que creían que sí. En res- puesta a la pregunta icree que puede decir que no, si no está listo para tener relaciones se- xuales?, 68,1% de los adolescentes con expe- riencia sexual dieron una respuesta afirma- tiva; 16,9%, una negativa; 12,8% dijeron que no estaban seguros; y en 2,2% la respuesta fue incodificable.

En cuanto al uso de drogas, se preguntó a los estudiantes si se habían inyec- tado cocaína u otras drogas ilícitas alguna vez. El 2,4% dieron una respuesta afirmativa; 95,4%, una negativa; y 2,2%, una incodifi- cable. Asimismo, cuando se preguntó si en el año precedente habían usado marihuana, cocaína u otras drogas ilícitas, 3,3% dieron una respuesta afirmativa, 93,7% una negativa y 3% una incodificable.

D ISCTJSIÓN La muestra estudiada fue repre-

sentativa de la población escolar de Barbados en relación con la edad de los estudiantes (véase el cuadro 1) ya que su distribución fue similar al perfil demográfico de la comunidad

isleña en general en lo que respecta al sexo, la raza y la religión. Sin embargo, no se ob- servaron diferencias sustanciales entre las respuestas emitidas por los encuestados de distintas razas o credos.

Las respuestas a las preguntas sobre actitudes y relaciones sexuales siempre admiten duda. No obstante, en esta encuesta todo parece indicar que las respuestas de los entrevistados reflejan con precisión las acti- tudes y prácticas de los estudiantes, en el sentido de que las respuestas a algunas pre- guntas indicadoras fueron congruentes con nuestros conocimientos generales de la con- ducta infantil. Por ejemplo, cuando se les preguntó a los adolescentes si habían tenido relaciones sexuales, el porcentaje de respues- tas alknativas aumentó progresivamente con la edad. Es posible también que los estudian- tes consideren que el cuestionario es un exa- men y que den las respuestas que, en su opi- nión, se espera de ellos o desean los maestros. En este caso, no hay pruebas de que esto sea cierto. Por ejemplo, si bien 65% de los entre- vistados declararon haber recibido enseñan- zas sobre el SIDA en la escuela, solo 15% ci- taron a la escuela como su principal fuente de conocimientos sobre el SlDA y la colocaron en tercer lugar después de la televisión (49,5%) y los padres (24%).

Respecto a la televisión y a su ca- pacidad de llegar a los adolescentes, muchos programas de naturaleza general se han con-

centrado en los riesgos que afronta la pobla- ción joven en relación con la transmisión se- xual del VB-I. Algunos de los mensajes breves transmitidos por las autoridades se han diri- gido especialmente a los jóvenes y a sus re- laciones sexuales. Sin duda alguna, los co- nocimientos básicos de los escolares de Barbados sobre la transmisión sexual del VIH y la naturaleza mortal del SIDA son muy am- plios. Además, los datos obtenidos insinúan que los mensajes sobre la necesidad de re- ducir la actividad sexual pueden llegar al grupo destinatario hasta cierto punto, ya que solo dos tercios de los adolescentes con ex- periencia sexual respondieron que habían te- nido relaciones sexuales en el año anterior a la encuesta.

También es alentador que un porcentaje notable de los entrevistados cita- ran a sus padres como la fuente más impor- tante de información sobre el SIDA y que 40% afirmaran que el tema del SIDA se discutía abiertamente en el hogar. Uno de los fines de la campaña educativa dirigida a grupos co- munitarios de Barbados ha sido recalcar la responsabilidad que tienen los padres con- sigo mismos y con sus hijos de hablar con franqueza sobre el SIDA y otros asuntos re- lacionados con la vida sexual en general.

Entre 75 y 90% de los encuesta- dos mostraron conocer bien la forma de transmisión sexual del VB-I y las medidas para tener “relaciones sexuales seguras”. Sm em- bargo, esos conocimientos no se traducen

w automáticamente en una conducta sexual se-

w gura. Por tanto, si bien 75% de los adolescen-

?’ tes que tienen experiencia sexual dijeron que w

z sabían usar los condones y que estos los pro-

w tegían contra el SIDA, 30% declararon que

E nunca habían tomado medidas de protección

F? durante el coito. Sin embargo, es alentador el

z hecho de que 35% de los encuestados con ex- .% ti

periencia sexual declararan que se protegían

m siempre y de que el resto lo hacía a veces.

o- Esta experiencia de los escolares

22 de Barbados dista de ser singular. Por ejem- plo, una encuesta de estudiantes de secun- daria realizada en el estado de Iowa y notifi-

42 cada por los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos en

marzo de 1990, indicó que 54% de los adoles- centes entrevistados tenían experiencia se- xual (en comparación con 33% en Barbados), pero que solo 33% usaban condones (10, II).

Los resultados precedentes constituyen un estímulo para seguir reali- zando actividades educativas en Barbados y fortalecer las destinadas a quienes no han te- nido relaciones sexuales o las tienen con la debida precaución. No obstante, también se debe influir en la minoría que sigue teniendo un comportamiento sexual muy arriesgado.

Basándose en la teorfa de que la falta de conocimientos puede guardar rela- ción con una actitud negativa y una conducta peligrosa, se deben tratar de fomentar los co- nocimientos en campos en que se haya de- mostrado que esos conocimientos son defi- cientes. Por ejemplo, el nivel de conocimientos correctos sobre la transmisión del VlH por vías distintas de la sexual de los encuestados en este estudio fue muy variable y sobre las vías de transmisión reconocidas, elevado, pero los estudiantes dieron muchas respuestas inco- rrectas e inseguras respecto a la transmisión por actos antisociales (como morder o escu- pir) y también sobre el falso peligro para los donantes de sangre y la transmisión del VIH por mosquitos (véanse los cuadros 3 y 4).

Hasta ahora, las campañas edu- cativas han tendido a concentrarse en los campos sobre los que existen muchos cono- cimientos, pero, obviamente, las personas desatendidas siguen siendo motivo de preo- cupación Es preciso resolver las preocupa- ciones sobre la donación de sangre y los mos- quitos y comparar las respuestas a esas preguntas de la encuesta con las de otras en- cuestas, con el fin de determinar si existe una relación entre los conocimientos erró- neos sobre este y otros temas relacionados con el SIDA.

Con esta encuesta no se trató de recabar información sobre la edad u otras ca- racterísticas de los compañeros sexuales de los entrevistados y, por tanto, no se pueden ex- traer conclusiones sobre las personas que po- drían influir en las actividades sexuales de los adolescentes. Sin embargo, es obvio que, aunque los entrevistados reconocieran en ge- neral que el SIDA es una enfermedad mortal, el temor impidió que solo una minoría de ellos tuvieran relaciones sexuales. Este hallazgo, congruente con los patrones de comporta- miento humano, señala la necesidad de en- contrar formas para utilizar la educación e in- ducir cambios de comportamiento favorables sin tener que depender del temor.

Los resultados de esta encuesta también mostraron grandes diferencias entre ambos sexos relativas al comportamiento se- xual de los adolescentes. Esas diferencias son congruentes con otras sobre los patrones de edad de los pacientes de SIDA de ambos se- xos notificadas en Barbados. El análisis de los casos de SIDA notificados en pacientes de 15 a 25 años de edad (que presuntamente se han infectado por el VIH en sus años escolares) muestran una razón hombre:mujer de 5:2, si- milar ala de los adolescentes sexualmente ac- tivos entrevistados. Si se toma la edad de esos pacientes y se aplica a un período teórico de incubación de 10 años, se descubre que mu- chas personas podrían haber contraído la in- fección por el VIH antes de los 10 anos, ob- servación compatible con la corta edad a la que muchos de los varones con experiencia se- xual dijeron que habían iniciado las relacio- nes sexuales. Asimismo, se descubre que casi todas las pacientes de SIDA jóvenes pueden haber contraído la infección entre los 10 y los 15 años de edad, observación congruente con la edad a la que las hembras con experiencia sexual indicaron que habían iniciado las re- laciones sexuales (véase el cuadro 6).

En este contexto, si bien se nece- sita más información sobre la edad a la que los adolescentes tienen relaciones sexuales, los resultados de la encuesta sugieren la necesi- dad de realizar una campaña educativa sobre el SIDA en las escuelas primarias.

La información emanada de esta encuesta sobre la actitud de los entrevistados no es sorprendente. Los estudiantes depen- den mucho de la madre en el hogar o de los amigos. Temen el contacto social íntimo con personas infectadas por el VIH, aunque sa- ben que los riesgos de transmisión son re- motos. De hecho, esa es la actitud de mucha gente, de manera que es preciso encontrar diversas formas de educación que ayuden a convertir estos conocimientos en patrones de actitud y comportamiento encaminados a disminuir la discriminación de las personas infectadas por el VB-I.

Aunque en Barbados no se han detectado casos de SIDA por uso de drogas por vía intravenosa y 84,5% de los entrevistados sabían que el VIH se puede transmitir de esa forma, merece la pena señalar que 2,4% ma- nifestaron que se habían inyectado drogas ilí- citas. Este hallazgo, totalmente inesperado, debe examinarse más a fondo, aunque es si- milar a algunos informes recibidos de varias escuelas de los Estados Unidos (21).

A GRADECIMIENTO Los autores expresan su agrade-

cimiento al Ministerio de Educación y a los numerosos maestros que hicieron posible la administración de los cuestionarios de la encuesta.

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S UMMARY KNOWLEDGE AND -ES ABOUT AIDS AMONG ADOLESCENTS IN BARBADOS

In January 1990 a survey was conducted in Barbados in a population of 1,856 systematically selected secondary students aged 11-16 out of an initial group of 2,200. The objective of the survey was to find out about their knowledge of AIDS and transmission of the human immunodeficiency virus (HIV), their attitudes toward infected persons, and their sexual experiences, for the purpose of determinmg any changes in education pro- grams that might be needed in order to re- duce transmission of the virus in the adoles- cent population. The questionnaire was tested

in a pilot study. The results showed that the students had extensive and accurate knowl- edge about the principal ways in which HIV is transmitted but mistaken ideas about transmission by mosquitoes, blood dona- tion, social contact, or use of public sanitary facilities. Of the group surveyed, 51.4% of the males and 18.7% of the females said that they had had sexual relations. Of these, about 75% indicated that they knew how to use con- doms, although only one-third actually used them. The conclusion was reached that the educational activities carried out prior to the survey had had an effect but that they need to be expanded to include the primary schools. In addition, studies are needed on the modification of risk-related behavior in this population.

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