nÚmero literatura la pelota · la pelota un ídolo de güines leinier y de cuba h. arenal sociedad...

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comprar, usar, botar..., comprar 12 pág. 3 ¿el triunfo de un antihéroe en pantalla? HOUSE TELEVISIÓN «la habana es y será mi gran amor» SANTIAGO LITERATURA pág. 14 la conga sonó otra vez LA PELOTA un ídolo de güines y de cuba LEINIER H. ARENAL SOCIEDAD pág. 6 pág. 10 el showteo de cristina 5 la ubre, en el medio de la calle 8-9 © fox © juan moreno © víctor junco • ISSN: SOLICITADO • $1.00 • • MAYO 2008 • ESTIMADO LECTOR(A): En estas pági- nas conversaremos con sentido crítico de cultura, no solo de arte. Resaltar, res- catar, proponer, criticar modos y mo- das, tradiciones e innovaciones, tenden- cias y valores sociales, en el complejo entramado espiritual del país. Digo que conversaremos, porque aspiramos a re- cibir sus opiniones y sugerencias y a to- marlas en cuenta. Como todos, tenemos nuestras pautas editoriales: estamos con- tra el mercantilismo en la cultura, contra el consumismo y la frivolidad, es decir, contra las tendencias que desvirtúan el consumo sano y la necesaria diversidad de gustos, en una población cuyo nivel de instrucción mínimo es ya de noveno grado. No defendemos ninguna estética en particular, pero sí una ética. Aspira- mos a que esta publicación se lea (y se discuta) en cualquier hogar cubano. Confiamos en que usted, en acuerdo o desacuerdo con las opiniones de nues- tros autores, nos ayude a encontrar el mejor camino. CM EDITORIAL © juan moreno 01 NÚMERO

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Page 1: NÚMERO LITERATURA LA PELOTA · LA PELOTA un ídolo de güines LEINIER y de cuba H. ARENAL SOCIEDAD 6pág. 10pág. el showteo 5de cristina la ubre, en el medio 8-9de la calle

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ESTIMADO LECTOR(A): En estas pági-nas conversaremos con sentido críticode cultura, no solo de arte. Resaltar, res-catar, proponer, criticar modos y mo-das, tradiciones e innovaciones, tenden-cias y valores sociales, en el complejoentramado espiritual del país. Digo queconversaremos, porque aspiramos a re-cibir sus opiniones y sugerencias y a to-marlas en cuenta. Como todos, tenemosnuestras pautas editoriales: estamos con-tra el mercantilismo en la cultura, contrael consumismo y la frivolidad, es decir,contra las tendencias que desvirtúan elconsumo sano y la necesaria diversidadde gustos, en una población cuyo nivelde instrucción mínimo es ya de novenogrado. No defendemos ninguna estéticaen particular, pero sí una ética. Aspira-mos a que esta publicación se lea (y sediscuta) en cualquier hogar cubano.Confiamos en que usted, en acuerdo odesacuerdo con las opiniones de nues-tros autores, nos ayude a encontrar elmejor camino. CMED

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¿Hasta qué punto lasseries de ficción tie-nen que ser fieles auna realidad que, asu-mida con pelos y se-ñales, no necesaria-mente funciona en lapantalla? ¿Una seriedebe ocuparse de loque es o de lo que de-bería ser la vida?

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tes con casos más o menos peculiares,atendidos siempre por profesionalesimpecables.

Resultaban ya insuficientes los gan-chos tradicionales: la lucha denodadaentre la vida y la muerte, el descubri-miento de la causa de las dolencias, labúsqueda de la terapia adecuada. Hacíafalta un espectáculo más trasgresor,polémico e inquietante. Y he aquí elresultado: en los dramas médicos con-temporáneos producidos por las gran-des cadenas de televisión, más impor-tante que la enfermedad en sí, que elproceso mismo de diagnóstico y recu-peración, son los conflictos personalesde los médicos y pacientes, los dilemaséticos a los que se enfrentan, la conse-cución galopante de peripecias, lasintrigas y componendas extra-profe-sionales, los espectaculares aparatosde que se auxilian. El médico y su per-sonal de apoyo, de ser héroes intacha-bles, han pasado en muchos casos aser criaturas más complejas y cuestio-nables, presas en ocasiones de la vani-dad o la arrogancia, de la inseguridado el prejuicio.

La Televisión cubana ha trasmitidorecientemente dos series que se susten-tan en esos presupuestos: Doctor House,producida por la Fox y Mujeres de blan-co (Strong Medicine), de la cadena Lifeti-me, ésta última de nuevo en pantalla porel Canal Habana. Son, desde el punto devista audiovisual, excelentes productos:el nivel de factura, la concepción de ladramaturgia, la calidad del elenco hablande una industria que ha alcanzado undesarrollo formal incuestionable. Conce-bidas para un público amplio, ávido deemociones, las dos series explotan almáximo los ingredientes más efectivosde una televisión que no puede darse ellujo de perder espectadores, que viene aser lo mismo que perder dinero. Elespectáculo tiene que ser entonces des-lumbrante, apabullante, efectista.

No importan demasiado la suspen-sión de la credibilidad, la posible exage-ración de los procedimientos habitualesen hospitales y consultas, la simplifica-ción de otros procesos médicos. Alespectador medio, que poco o nadasabe de medicina, no es demasiado difí-cil convencerlo de la eficacia o veraci-dad de tal o más cual terapia, de la con-sistencia y probidad de cualquierexplicación científica. Otra cosa pensa-rán los médicos, que de seguro seránmucho menos condescendientes conprobables errores e inverosimilitudes.Pero aquí cabe una pregunta: ¿hastaqué punto las series de ficción tienenque ser fieles a una realidad que, asumi-da con pelos y señales, no necesaria-mente funciona en la pantalla? Está cla-ro que la mayoría de los televidentes noestá dispuesta a consumir un productoque, aun siendo fidelísimo a la realidad,resulte aburrido o incomprensible. Estáclaro que los médicos, incluyendo losque trabajan en los cuerpos de guardiamás agitados, no están sometidos cons-tantemente al cúmulo de casos extraor-dinarios que tienen que resolver, en unasola jornada, las doctoras Lu y Dana, oel eficaz equipo del doctor GregoryHouse. Diagnosticando un simple cata-rro o una indigestión circunstancial nose arma un capítulo atractivo. Alguienpodrá argumentar, y no le faltará razón,que tampoco resulta conveniente crearfalsas expectativas en la teleaudiencia,que podría llegar a pensar que determi-nadas terapias son funcionales cuando

en verdad poco o nada tienen que vercon la realidad.

El espectador más avezado, porsupuesto, sabe que una cosa es la pan-talla y otra, algo distinta, es el día a día.Sentado frente al televisor, él debe esta-blecer un pacto más o menos tácito,debe suponer dónde están los límites.A los productores también cabría exi-girles no transgredir ciertas fronteras,sobre todo si las series son de corte rea-lista. De cualquier forma, en los casosque nos ocupan, el mayor acento estápuesto en las actitudes de los persona-jes protagonistas, en sus disyuntivas ycomportamientos, en sus proyeccioneséticas, en sus problemas personales ysus relaciones más o menos conflictivascon los pacientes. El doctor House, quepuede considerarse todo un antihéroe,es presentado como un hombre hura-ño, misógino, difícil de tratar, irónico,hiriente y franco hasta la crueldad.Pero se nos hace saber también que esun excelente médico, independiente-mente de sus cuestionables métodos.Algún que otro televidente podrá noestar de acuerdo con que un individuotan difícil de encasillar en un rol prees-tablecido, sea el protagonista de unaserie, por todo aquello de la representa-tividad, del mal ejemplo que puedaofrecer al auditorio. Pero no podránegar, en todo caso, la existencia depersonas así en todos los ámbitos pro-fesionales, incluyendo la medicina.Aquí hay entonces otra pregunta: ¿unaserie debe ocuparse de lo que es o de loque debería ser la vida? A estas alturasya casi nadie cree en personajes encar-tonados, de una sola pieza. Y ese es unlogro de los dos seriales: los protago-nistas son de carne y hueso, caen en latentación y pecan, se levantan, se redi-men y vuelven a pecar. Aciertan y seequivocan. No son santos ni demonios,como la mayoría de la gente.

Nadie espere, sin embargo, una con-cienzuda exploración en el entorno éti-co de estos profesionales, en los proble-mas estructurales de un sistema desalud sacudido en no poca medida porla desigualdad de oportunidades, laescasa cobertura médica de los sectoresmás desprotegidos, la comercializacióny privatización extremas, los escándalospor fraude y corrupción de funcionariosy directivos, la carrera indiscriminadapor patentar nuevos medicamentos yterapias –no siempre efectivos y enocasiones francamente peligrosos–. Lavocación de ruptura de las cadenas detelevisión no llega a tanto. Es más,ante estas realidades les resulta másoportuno y rentable dar la espalda ymirar a otro lado. En definitiva, laestrategia de las trasnacionales quecontrolan el mercado de la salud es enesencia la misma de la de las grandestelevisoras: aumentar los ingresos atoda costa. Cuestionar sus métodosimplica cuestionar los propios. Comoespada de Damocles pende sobre lasdos propuestas el peligro de la super-ficialidad y el efectismo con que llegaa ser asumido un universo tan singulary complejo como el del médico. Sonriesgos casi inevitables, dada la natu-raleza del medio y los alcances y limi-taciones del género. Tampoco los poli-cías y detectives de la vida real soncomo sus colegas de las series policía-cas de toda la vida. Y más de un foren-se tiene que estar desconcertado conlos alardes tecnológicos de CSI. Peroesa es harina de otro costal. CM

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Dramasmédicos

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Strong Medicine (Mujeres de blanco)

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YURIS NÓRIDO|CORTESÍA DE «CUBA SÍ»

LA ÉPOCA DE ORO del llamado dramamédico para la televisión ha quedadoatrás. Los años noventa marcaron elpunto más alto en la producción deestos seriales, ambientados en consul-tas, salas de cirugía y cuerpos de guar-dia. Los conflictos de médicos, enfer-meros, pacientes y funcionarios delsector de la salud, aderezados con algode melodrama y cierta dosis de sus-penso, atrajeron la atención preferen-cial de millones de televidentes porunos cuantos años. Pero a finales de ladécada, la seducción que ejercía el per-sonal médico más convencional fueentibiándose ante el auge de un perso-naje hasta ese momento secundario enlas series policíacas: el forense. Losproductores, no faltara más, revisaronlos esquemas: el público, al parecer, sehabía aburrido del maratón de pacien-

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¿UN ANTIHÉROE?

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ENTRE LA ADMIRACIÓN Y EL ODIOPEDRO DE LA HOZCrítico de arte y periodista

SOBERBIO Y DESALIÑADO, hiriente ycínico, agresivo y deslenguado, el doc-tor Gregory House es una de las criatu-ras más paradójicas que haya pobladola pantalla doméstica cubana en los últi-mos tiempos. Protagonista de la serieDoctor House (el título en inglés esHouse M.D.), el personaje interpretadopor el actor británico Hugh Laurie pro-voca sentimientos encontrados en laescala de la admiración al odio.

A fin de cuentas, la construcción delpersonaje, según su creador, el escritorcanadiense David Shore, entrenadocomo guionista en una serie también vis-ta entre nosotros, Policía de Nueva York,no es original. Su fuente de inspiración esnada menos que Sherlock Holmes, elcélebre detective nacido de la imagina-ción del británico Arthur Conan Doyle.

«House, como Holmes –explicó Sho-re a raíz de haber conquistado el PremioEmmy en 2005 por uno de los episodiosde la primera temporada–, es un perso-naje huraño y genial, como aquel usabastón y basa sus resultados en el méto-do deductivo; tiene un único amigo,James Wilson, que es el equivalente aWatson, y al igual que el detective deDoyle padece y disfruta una adicción».Como se recordará, Holmes era aficiona-do a la sustancias opiáceas; House nopuede vivir sin la vicodina, aunque justi-fique su consumo por los dolores que leprovoca el infarto muscular que sufrióen una de sus extremidades.

Entre las coincidencias de los admi-radores y detractores de House se haencontrado un denominador común: elpoder de seducción de los antihéroes.Al perfil heroico del hombre bueno,moralmente intachable, justo y altruis-ta, se contrapone en el doctor de marrasa un ser grosero, despreciable, única-mente sincero consigo mismo.

Esto, sin embargo, no debe versecomo verdad constituida, sino comoparte de un entramado muy bien urdidoque manipula al espectador.

Mientras el paradigma del investiga-dor científico vigente en la pantalla almismo tiempo de Dr. House pasa por losmiembros del equipo de CSI –después detodo, en términos dramatúrgicos, el plan-teo es idéntico: un enigma que debe serdespejado–, aquí se invierte la noria parallegar a un mismo lugar: no importa queel protagonista de la serie siga métodospoco ortodoxos o genere animadversiónentre sus colegas, pues lo que cuenta esresolver el caso.

Por mucho que se nos haga pasar aHouse como la negación de héroe, ter-mina siempre por darnos la fórmula deun triunfador. Véase si no la ecuaciónque rige el comportamiento básico decada capítulo. El enemigo es la enfer-medad y el salvador el médico. Elpaciente es aliado de la enfermedad.Casi todos los enfermos mienten, poreso deben ser tratados con rudeza. Casi

enfermo desamparado y jamás se ausen-ta del hospital.

Su estrategia consiste en llevar lassituaciones al límite, para luego ser elsalvador grandioso al que se debe reve-renciar. Establece una relación de amor-odio con todos. Con la ex esposa, con ladirectora, con los residentes, con losenfermos y sus familiares. Te puede sal-var si antes no te mata, y aún salvándotete está matando.

No quiero exagerar en mi comenta-rio, ni parecer intransigente: reconozcoque la serie Doctor House es interesan-te, sobre todo para quienes no sabenmedicina. Las actuaciones son muy bue-nas, y el actor Hugh Laurie, impecableen su desempeño. Me limito a hablardesde mi postura de espectadora, médi-ca y cubana. Debe ser la idiosincrasiaquien me guía. No imagino a una familiacubana tolerando la indiferencia groseradel médico que atiende a su hijo enfer-mo, (por ejemplo), ni a uno de nosotrosdejándonos torturar por las pruebasdolorosas que él indica, sin que antesnos expliquen detalladamente por quées necesario semejante procedimiento.

Las enfermedades que recrea laserie son reales, posibles, y se apabullaal público con términos realmente com-plicados, casi impronunciables. Rarísi-mos todos. La enfermedad de Fulano deTal, el Síndrome de Menganejo son lospreferidos. No se aprende nada de laserie. Estoy segura de que el aprendiza-je no es el objetivo de los realizadores,pero ya que nos atiborran de ambientesenfermizos, al menos podrían dejarnosuna mínima lección. No comer pescadoen mal estado, por ejemplo.

La ironía con que el doctor Housetrata a sus subordinados es irritante.Quienes hemos sido internos y residen-tes alguna vez, sabemos que semejantetrato provoca un rechazo inmediatohacia la carrera. Lejos de aplicar losprincipios hipocráticos de compasión,amor, seguridad y afecto hacia quieneshan perdido calidad de vida, House,atractivo, elegante, desvalido y sensual,ofrece una descarnada imagen de hom-bre rudo al que poco le importa el dolordel enfermo que yace en una de suscamas del hospital.

Una caricia, una sonrisa, son másimportantes que una ganmagrafía o unaresonancia magnética nuclear. La clínica,especialidad de este doctor, es la madrede la medicina. ¿Por qué siendo tansabio, no la aplica de vez en cuando?

En lugar del despliegue de aparatosaltamente modernos que hacen diag-nósticos a la distancia, los realizadorespodrían mostrarnos más el costado tier-no, humano, que la medicina (la profe-sión más consagrada de todas), tienecomo precepto fundamental. Pero asíva esta serie: exitosa, rotunda, ganadorade más premios que cualquier otra. Yo,me quedo con esa de las doctoras que sellama Medicina Fuerte, o Mujeres deblanco (o algo parecido) que pudimosdisfrutar el verano pasado. En un hora-rio muy impropio, por cierto, pero esoes para otro comentario. CM

todos los médicos asistentes de Houseson inteligentes, pero ninguno llega aser un genio como él.

EL DOCTOR HOUSE ESLA ANTÍTESIS DEL MÉDICO QUE NOSOTROS QUEREMOSFORMARDOCTOR EDUARDO SÁNCHEZ ZULUETAProfesor Auxiliar del ISCM de La Ha-

bana, Facultad del Hospital Calixto

García. Especialista de 2do grado en

Medicina Interna. Cumplió misión in-

ternacionalista en Jamaica (1979 - 1981).

EL MÉDICO tiene que ser un humanista,la medicina no sólo es ciencia, también esarte. House no establece una relacióncon el paciente y se pierde lo más hermo-so que tiene el ejercicio de la profesión.Muchas veces el paciente nota ciertamejoría sólo de conversar con el médico.

El doctor House lo resuelve todoordenando exámenes sofisticados, ‘háganuna tomografía axial computarizada’, sino resuelve, ‘hagan una resonancia mag-nética nuclear’. Son exámenes que tienenun alto índice de yatrogenia, que es eldaño que produce el médico al enfermo:cuando usted somete al paciente a unatomografía axial, le está dando una radia-ción equivalente a ciento veinte placas detorax. Y cuando lo somete a una resonan-cia magnética nuclear lo está sometiendoa un campo magnético muy fuerte, inclu-so ha sido descrito un síndrome que pro-duce afectaciones neurológicas enpacientes que han sido expuestos a variasradiaciones en un corto período de tiem-po. Hay cosas que se resuelven con elinterrogatorio y sin necesidad de usarmétodos tan invasivos. El 70 % de losdiagnósticos se establece a través de unbuen interrogatorio.

No todos los pacientes mienten, perosi usted es un buen médico y sabe condu-cir el interrogatorio, el paciente no tienepor qué mentir. Pero también el médicodebe cubrir una serie de requisitos parapoder mantener o establecer una buenarelación con el paciente: primero, poner-se en el lugar del enfermo; segundo,antes de entrar al hospital, despojarse detodos sus problemas personales; tercero,saber que el paciente está en una posi-ción de inferioridad con respecto a él;cuarto, tratar al paciente como quisieraser tratado en caso de estar en la situa-ción del enfermo.

Yo no niego el desarrollo científicotécnico. En Cuba tenemos una medicinamuy avanzada y muchas cosas con tec-

nología de punta, lo que hay es quesaber usarla. El médico no puede escati-mar recursos para salvar una vida, perono debe dilapidarlos, hacer un usoindiscriminado de esos recursos queson muy costosos –un examen de TACcuesta 600 dólares–, y que a veces tienenefectos colaterales indeseables. El doc-tor House es la antítesis del médico quenosotros queremos formar.

TE CURA Y TE MATADOCTORA LAIDI FERNÁNDEZ DE JUANEspecialista de 1er grado en Medicina

Interna del Policlínico Rampa. Cum-

plió misión internacionalista en la

República de Zambia. Como escritora

Laidi ha obtenido, entre otros, los

más importantes premios nacionales,

como el UNEAC (1998) y el Alejo Car-

pentier (2005), ambos de cuento.

EL ACTOR HUGH LAURIE (Oxford, Ingla-terra, 1959), que interpreta al Doctor Housees muy atractivo. No es bello, sino enigmá-tico, y es innegable que la acidez del carác-ter de su personaje aumenta su carisma.

Por debajo de su agresividad, losespectadores descubrimos (está hechocon toda intención), al hombre sufrienteque se esconde, enamorado de su exesposa, solitario, desdichado. Todo esto,unido a la estatura del actor (en todosentido), su aparente dejadez al vestir, sufigura elegante y sus amplios conoci-mientos médicos, nos obliga a sentirnosatraídos. Sin embargo, es contradictorioel personaje. Por un lado, desprecia cate-góricamente toda aproximación al enfer-mo, basándose en su teoría de que«todos mienten». Por otro, sufre desve-los cuando no encuentra rápida soluciónal problema al que se enfrenta en cadaepisodio. Aparenta una frialdad tajante,y al mismo tiempo, castiga a sus residen-tes si no se empeñan en salvar al pacien-te. Asimismo es su relación con la direc-tora del hospital y con su único amigo, eloncólogo: los trata mal y a la vez, losdivierte. Los castiga y los perdona. Esmuy contradictorio. El doctor House nousa bata sanitaria, pero no deja a ningún

HOUSE¿El triunfo de un

antihéroe en pantalla?

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Por mucho que se nos hagapasar a House como la ne-gación de héroe, terminasiempre por darnos la fór-mula de un triunfador.

DOS MÉDICOS (UN HOMBRE Y

UNA MUJER, QUIEN ADEMÁS ES

ESCRITORA) Y UN CRÍTICO DE AR-

TE OPINAN SOBRE DOCTOR HOU-SE, LA POPULAR SERIE TELEVISIVA

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DE LA REALIDAD A LA FICCIÓN EN EL MEDIO RECONOCIDO

COMO EL GRAN RITUAL MODERNO

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INIÓ

N Desafíos del límiteSAHILY TABARES

LA RELACIÓN entre realidad y ficciónresulta compleja.

De hecho el ser humano está sumer-gido en un mundo de certezas, de reco-nocimientos, en el que despliega dife-rentes capacidades y límites de supercepción. Dicha condición influye enel reclamo de que se lleven historiasverosímiles al lenguaje televisual, sindesconocer que el arte debe proporcio-nar un modo particular de conocimien-to de la realidad.

En las obras cubanas, una buena par-te de los públicos, sí, en plural, teniendoen cuenta que no se trata de una masahomogénea, por lo general espera unestricto cumplimiento de la función deespejo. Ver en la pantalla su realidad per-sonal, sus preocupaciones y conflictos,que esa realidad se corresponda con lascomplejidades de cuánto le ocurre ycómo le ocurre en la vida cotidiana. Porsupuesto no faltan quienes desean puroentretenimiento en la historia por encimade cualquier complejidad en el relato.

Lo cierto es que de ningún modo lospúblicos son meros consumidores, espec-tadores pasivos, devienen productoresque aportan experiencias, interrogantes,gusto e inteligencia, entre otros elemen-tos. En los últimos años, de formas más omenos acertadas, la realidad como termó-

metro complejo de la sociedad ha lidera-do en espacios dramatizados (teleplays,series y telenovelas). La propuesta demiradas diversas, provocadoras, de llevara la discusión preocupaciones éticas,generacionales, filosóficas, laborales,humanas, entre otras, comenzó a renovarla relación entre ficción, pensamientonarrativo y espectadores.

Un paso notable ha sido el de enfren-tar silencios, fobias o síndromes al estilode «no hablar de eso» (El balcón de loshelechos, Doble juego, La otra cara, Lacara oculta de la Luna, Oh, La Habana)mediante acercamientos comunicativoscon el otro. El abordaje de temas tabúes,sobre todo, propició reflexiones indivi-duales, debates, polémicas; todas opcio-nes participativas indispensables en lasociedad contemporánea. En el audio-visual la semántica, el qué se dice, es un

primer paso. Para lograr la eficacia delmensaje, ese contenido que el escritorselecciona de la vida resulta insuficien-te. La imagen poética de la realidad–que de ningún modo es la realidad mis-ma, ni por asomo su calco–, se consiguemediante la forma. O sea cómo queda

dispuesto ese contenido teniendo encuenta la dramaturgia, la organizaciónde ese relato significativo para ser repre-sentado a través de personajes.

No pocos proyectos interesantes quepudieron fructificar sucumbieron en ellaberinto del verbalismo, el remarcadodidactismo o la recurrencia hacia loobvio. Sin dudas, los desafíos del límite–qué decir, cómo decir–, colocan a todoslos implicados en el hecho artístico anteun reto cada vez mayor. La Televisión es,ante todo, espectáculo. En este sentidocon frecuencia se ha perdido efectividaden espacios de aventuras, infantiles yjuveniles, los cuales tampoco gozan de lasistematicidad que merecen en pantalla.

Los jóvenes experimentan unaempatía cognitiva con las tecnologíasaudiovisuales e informáticas, y unaexpresiva complicidad con sus relatos eimágenes. Ese público busca otrosmodos de percepción, de lenguaje en laTV, otra visualidad cultural que abarcatanto el entorno tecnológico como elnuevo imaginario. Estas complejidadesllaman de manera poderosa la atenciónsobre la relación entre cultura, socie-dad y heterogeneidad, indispensableen los momentos de pensar el enfoquede la Televisión. Otro desafío que exigeideas, talento y un amplio desplieguede maestría en el medio reconocidocomo el gran ritual moderno. CM

OTTO ORTIZ

SOY UN HOMBRE que he amado, meenorgullezco de eso, sobre todo ahoraque a los jóvenes les cuesta tanto traba-jo amarse, y cuando hablo de amarseno me refiero al sexo, me refiero a esesentimiento ambiguo que es desear auna persona y no saber por qué.

Ahora todo está más que claro, enfin, no hay amor.

Antes, en los años 80, era distinto,conocías a una muchacha y de inmediatoeran novios pero ella no lo sabía; luego,cuando se enteraba, eran novios de mira-das, de papelitos, de poemas copiados,incluso, escritos por uno mismo. Era laetapa de los cancioneros, hace años queno veo un cancionero en la calle, y en miépoca estaban a montón, me sabía todaslas canciones de Pimpinela, de Silvio, deJulio Iglesias (que no se podía oír perotodos oíamos, hasta que se pudo oír, y yanadie nunca más lo oyó), de Pablo Mila-nés, de los Pasteles Verdes, lo importanteera saberte todas las canciones, noimportaba el autor ni el intérprete, habíaque sabérselas todas para cantarlas al

oído de la muchacha según su gusto yorientación musical.

Tener 15 en los 80 era muy compli-cado, no eras niño pero tampoco adul-to, salir con tu novia era una verdaderaproeza, los centros nocturnos no tepermitían el ingreso y el malecón, paraun marianense que se respetara, eracomo Tropicana, lo inalcanzable, la gransalida, lo especial. Recuerdo a mi amigoTato que siempre decía que no le gustabair al muro del malecón porque te exigíanmangas largas y hasta cuello y corbata.

Hoy en día con 15 años vas a cual-quier lugar, entras a todas partes, enfin, no hay amor.

Casi tres décadas atrás eran tiemposde «apretar» con la novia, de decirle concoraje «sí o no y demuéstramelo con unbeso». Mi etapa juvenil fue difícil, peroamamos, amamos con la vida, con el cora-zón, amamos en cuerpo y alma, y lo quenos hizo amar en aquellos años fueronlos cines, los cines de barrio; un cine debarrio era un Palacio del Amor, un Tem-plo a Cupido, un Altar a San Valentín.

Íbamos a los cines a entregarnos, atomarnos de la mano y sentir como elcorazón se nos salía; la película era lo demenos, era un pretexto, no un motivo.Los filmes quedaban en un segundo pla-no, darnos un beso era lo más importan-te, un solo beso durante una película queduraba 2 horas y 40 minutos, un solobeso debajo de bombardeos aéreos, dedescarrilamientos de trenes blindados,de torturas nazis, un beso en medio de laestepa, azotados por una ventisca, un

beso que casi siempre se acompañabacon el grito de miles de soldados quevenían hacia ti «hurraaaaaaaaaaa». Eraun solo beso, pero un beso épico, tan difí-cil de lograr que nunca se te olvida.

Hoy en día los jóvenes se besan sinapenas conocerse, sin preguntarse el ape-llido, en fin, no hay amor.

En mi querido y reiterado Marianaoexistían el Gran Cine, el Principal, elCándido, el Lido, el Marianao, el Ome-ga, el Alba y el Alfa, ocho cines de barriodonde noche tras noche muchachos ymuchachas iban a «ver» películas rusas,polacas, checoslovacas, alemanas y decuanto país miembro del came hicieracine. Las películas de Europa del Esteayudaban considerablemente a las rela-ciones interpersonales de los jóvenes deaquellos tiempos, y cómo nos molestá-bamos cuando en la pantalla grandeaparecía el famoso KONIEC. Eran añosen que poner una película de Hollywooden un cine de barrio era una ofensa a laSecundaria más cercana, una falta derespeto con el Pre Manolito Aguiar, y esque el amor y las películas taquillerasno iban de la mano.

Hoy en día es difícil encontrar a unjoven en un cine donde se proyecte unapelícula que no haya costado millones dedólares, una película sin efectos especia-les; en fin, no hay amor.

Incluso, en mis años mozos existíauna clasificación de cines en función dela muchacha con la que salías; si lamuchacha era muy bonita y te gustabade verdad le tocaba el Gran Cine, el

mejor, era como el cine de boutique deMarianao. Allí cuando se acababa elnoticiero ICAIC todos nos reuníamosen el lobby para hacer acto de sociedad,para mostrar a tu novia, era como elintermedio del danzón, era la vida mis-ma. Si te gustaba, pero la cosa no eraseria la llevabas al Principal; ahora, si laninfa no reunía la gracia de Dios enton-ces le tocaba el Marianao o el Alfa, queeran cines donde la gente no se mirabade frente, se evadían las responsabili-dades.

Recuerdo que una vez llevé a unanovia poco agraciada al cine Cándido:fue un suicidio, una inmolación amoro-sa. El cine Cándido, y yo no lo sabía,era un cine al revés, un cine traicionero,entrabas y la pantalla te quedabadetrás, entrabas por debajo de ella ytodos los espectadores quedaban defrente, frente a frente, era como unSomatón, como un chequeo general, elproyector ruso iluminaba las dos entra-das de tal manera que parecía un punto decontrol en la cabecera de un municipio deprovincia Habana. Todavía muchos ami-gos me recuerdan aquel día, casi treintaaños después.

Hoy los jóvenes se ven en los par-ques, en las esquinas, invaden el malecónen short y camiseta, con guitarras y plan-chados, ninguno va al cine con su pareja,en fin, no hay amor.

Actualmente el Gran Cine es una tien-da, en lo que queda del Principal vendenflores, el Cándido y el Alfa son almace-nes, el Alba, el Marianao y el Omega sonproyectos culturales y el Record aún nome he enterado en qué funciones está.Sólo el Lido sigue como cine, uno solopara todo Marianao, en fin, no haycines… o mejor dicho, no hay amor. CM

La cara oculta de la luna colocó temas tabúes en la pantalla.

Oh, La Habana, retomó el amor comoconflicto central de la historia.

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pueden acceder a los carísimos medica-mentos...

Que nadie lo dude: 18 años despuésde haber salido al aire por primera vez,El Show de Cristina sigue permane-ciendo como uno de los programas demás audiencia de la televisión de hablahispana. ¿Dónde está el secreto? Sipara algo es inteligente Cristina es paralos negocios, porque, por lo demás, loúnico que ha hecho la productora eje-cutiva y presentadora es adaptar parael público, sobre todo latino, un fenó-meno ya probado dentro de la comu-nicación llamado talk show que haensanchado su universo hasta desem-bocar en una variante muy presentehoy en la mayoría de las televisorasdel mundo desde que en 1999 elempresario holandés John De Mol lesmostrara a sus colegas que el realityshow era una auténtica máquina dehacer dinero.

El éxito radica en que, aunque pue-den estar presentes (y de hecho loestán), no son los famosos el centro deeste tipo de programas, sino que quiense transforma en estrella es el hombreordinario convertido ahora en sujeto yobjeto–, ese que hasta hace poco eraun cero a la izquierda, un ser anónimo,sin rostro. De este modo, salen a lasuperficie temas que, en pleno sigloxxi, siguen siendo tabú u otros bienescabrosos de los cuales se prefiere nihablar: violencia familiar, prostitu-ción, drogadicción, homosexualidad,secuestros, diferencias sociales, alco-holismo..., sin que por ello se dejen a

un lado aquellos tan apreciados porla misma clase social participante(media-baja): amor-desamor, sexo,educación, comportamientos negati-vos... Y claro está, con ese telón defondo, con la cotidianidad como pro-

tagonista, es imposible que no seapositiva la respuesta de la audiencia.

Sin embargo, si por una parte esválido el hecho de que salgan a la pales-tra pública temas tan sensibles, por laotra todo se queda justamente ahí, en lasuperficie, porque no es el fin tratarloscon la complejidad que requieren, y

ese es el caso de El Show de Cristina,donde todo es una gran puesta

en escena, donde lo supues-tamente real, o lo que

parece real, no lo es, yla manipulación estotal.

Y es que nada se hadejado al azar. Todoestá calculado: el pro-

grama se graba y edi-ta según un guión

muy preciso quebusca complacer a la largalista de motivaciones de los

televidentes. Por tanto, larealidad se convierte en un

espectáculo, donde la vida esun teatro. Y los «actores», cons-

cientes de lo que valen unos minutosde gloria, interpretan su papel (nosiempre de manera convincente), elcual les exige relatar experiencias insó-litas y escandalosas de su existencia,que coinciden con las de las personasal otro lado de la pantalla. Para losprotagonistas no hay reglas, salvo la deganar fama, dinero y reconocimiento.

Como si fuera poco, para exacer-bar el morbo, es común que en estosprogramas se muestre públicamenteel ámbito privado de los participan-tes, que se pongan al desnudo, de unamanera inapropiada y carente de éti-ca, su intimidad con el único objetivode espectacularizar lo trágico, lo mor-boso y negativo. Pero eso a los pro-ductores, conductores y directores,no le preocupa mucho. Lo importantees obtener jugosos dividendos explo-tando algo que los reality shows handemostrado: el ser humano disfruta elsufrimiento ajeno; se distrae a costade otros.

Eso sí, al mismo tiempo estos pro-gramas sirven para que la gente haga«terapia», pero ¿aporta a la sociedaden términos de refuerzo y defensa devalores? Nada es inocente. Lo que sequiere, mediante un discurso clara-mente ideológico, es provocar unainmovilidad de la sociedad, perpetuarlos modelos sociales existentes.

No obstante, para ser justos, ElShow de Cristina es de lo «mejorci-to», si se compara con el talk showperuano Laura en América, dondecampean la crueldad, el sentimenta-lismo y el irrespeto, donde grosera-mente se atenta la dignidad, y dondees recurrente la violación de la intimi-dad individual y grupal. Y a pesar deello, el público –que vive una extrañamezcla de repulsión y atracción– asícomo los «actores» responden, ávidosde necesidades económicas y afecti-vas, y desprovistos de defensas inte-lectuales. Es evidente que la genteestá ansiosa de ir cada vez más allá delos límites, de lo establecido.

Por otra parte, es innegable que laSaralegui tiene más clase que Lauracon esa imagen de mujer determina-da y exitosa. Ella, elegida por TimeMagazine en el 2005 como uno de los25 hispanos más influyentes en losEstados Unidos, con una estrella enel Paseo de la Fama de Hollywood,conoce perfectamente el terreno quepisa, es la única manera de que «sugente» solicite su nombre para queapoye sus productos y así poder lle-gar al creciente mercado hispano enNorteamérica. Pero que nadie se lla-me a engaño: es impositiva, manipu-ladora, incapaz (posiblemente por-que no le interese) de llegar hasta elfondo, de establecer un verdaderodebate, de analizar los problemascon atino y conocimientos, de llevar acabo una labor investigativa y perio-dística más rigurosa. Pero es caris-mática, tiene facilidad a la hora deconducir una charla con sus invitadosy para conducir al auditorio a la exal-tación y la sorpresa, lo que justificaque a los ojos de muchos sea unaautoridad en todo. Mas que nadie seequivoque, lo de Cristina es puraapariencia, casi una burla. No lo digoyo, lo dicen sus propias palabras: «yopienso que en la vida lo peor que unopuede hacer es tomarse en serio».¿Por qué tendría que ser diferentecon la gente? CM

El showteode CRISTINAJOSÉ LUIS ESTRADA BETANCOURT

SON LAS DIEZ (nueve Centro) de cual-quier lunes, y media América Latina sepone en sintonía con Univisión, mien-tras en Cuba no pocos dejan pasaralgunas noches para salir en busca delvideocasete o el VCD en que aparecerá,en exclusiva, la actriz mexicana Anel,ex esposa del cantante José José, juntoa sus hijos José Joel y Marisol, porqueno quieren, por nada del mundo, per-derse la gran controversia; el momentocuando se suelten los leones en el circoromano de nuevo tipo. En tanto, en unestudio de Miami, la cámara reco-rre todo el set, donde aplaude arabiar un público diverso queespera ansiosamente porquela gran Cristina Saraleguihaga su aparición triunfal,ataviada con algunas de lasprendas que ella mismadiseña y vende en la afa-mada Casa Cristina, yquizá hasta ese día elescenario esté deco-rado con algunosartículos de la nuevalínea para el hogar, naci-dos de su prolífera inven-ción y que comercializa en lastiendas Kohl’s. Es la hora de ElShow de Cristina.

Con anterioridad, la propia televi-sora y el sitio web del popular progra-ma se han encargado de avivar el inte-rés de las masas. Anel contará lo que lallevó a escribir su muy controversialbiografía: Volcán apagado. Mi vidacon el Príncipe de la Canción –súperbuscado por las escandalosas confesio-nes, incluyendo el episodio en que ellaplaneó quitarse la vida y también la desus hijos–, y estará dispuesta a contes-tar sin reservas las «fuertes» y provoca-doras preguntas que la «aguda» perio-dista le hará (¡todo por los medios!),hasta que les llegue el turno a los vásta-gos, quienes utilizarán la pantalladoméstica para hacerle un emotivo lla-mado a su padre y pedirle, por favor,que no se deje influenciar y haga unesfuerzo por verse y subsanar las dife-rencias, como si no existiera correo oteléfono, si les era tan engorroso dar lacara. El plató está servido. A los comen-sales, ya sean panelistas o televidentes,se les hace la boca agua.

Así es El Show de Cristina, aunqueel tema puede variar: un inmigran-te mexicano que llegó aEstados Unidos, después deque un extraño visitara supueblo y lo incentivara a buscarel sueño americano; un hombre queteniendo su familia se ve a escondi-das con un transexual; la muchachaque, drogada una y otra vez, es obliga-da a prostituirse; la esposa infiel;el hijo gay abandonado por suspadres; los seropositivos que no

FUERA DE PANTALLA...

El Show de Cristina,donde todo es unagran puesta en esce-na, donde lo supues-tamente real, o lo queparece real, no lo es, yla manipulación estotal

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PAQUITA ARMAS FONSECA

HUMBERTO ARENAL es el PremioNacional de Literatura 2007. En eneroúltimo cumplió 85 años, edad respeta-ble si se tiene en cuenta que continúaescribiendo y mucho más, que soca-rronamente mira a la existencia gui-ñándole un ojo. Por eso hablaremosdel amor, de su barrio, de La Habana,de sus mujeres y sobre todo de la vida,esa colosal amante a la que este octo-genario se ha entregado y cultivado,para tenerla tendida a sus pies cuandootros mucho más jóvenes sólo sabenverla con temor.

¿Qué le adeuda a su papá, a su mamá?Mi padre era la estampa viva de un

hombre honrado a carta cabal; austero,amoroso aunque no lo pareciera, quedecía odiar la mentira y la calumnia, yera verdad. Que concibió una vida muyaburrida y triste para mí. Pero por pri-mera vez mostré esa tenacidad quedicen me caracteriza y le dije que yoiba a vivir a mi manera y lo he hecho. Ymi madre no era su antagonista aun-que lo pareciera. Era simplemente sujusta mitad. En un poema la describocomo la guardiana fiel de mis mejoreshoras.

¿Siente nostalgia por su barrio de San-tos Suárez?Aunque era la imagen de eso que

llaman la burguesía media, no meresultaba antagónico. Al contrario, losoportaba con indulgencia. Pero a par-tir de un momento sentí que tenía quebuscar otro mundo más complicado ydifícil. Así lo hice y Santos Suárez que-dó como un recuerdo agradable.

Hablemos del amor, no del universal,sino del de pareja. ¿Qué ha sido y espara usted?El amor de pareja, el amor de pare-

ja... Dicho así parece casi una utopía.Para mí ha sido muchas cosas. Unmatrimonio que murió por el tedio. Unaamante que fue casi la pareja ideal. Otromatrimonio que prometía lo imposible,algunas mujeres que deseché porquebuscaban la seguridad. Actualmente ydesde hace muchos años digo que mesería difícil vivir sin mi pareja. Hemossabido renovarnos. He ahí el misterio.

¿Recuerda a su primera novia?Sí, ahora de nuevo la recuerdo

mucho. Se llamaba Zenaida. Fue undescubrimiento que ella me ayudómucho a consumar. Supo enamorar-me, descubrirme en muchos sentidos.Pero duró poco. Ya yo empezaba anavegar por aguas más profundas.

Dos divorcios y otras separaciones.¿Cuántos desgarramientos dejan lasrupturas?Depende, por supuesto. Hay divor-

cios y divorcios, y separaciones y sepa-raciones. En mi caso los desgarra-mientos han venido por la pérdida deun hijo, que siempre son las víctimasinocentes e inevitables. Pero una pare-ja mal llevada resulta un infierno paratodos. Entonces hay que optar por laruptura, que inevitablemente se con-vierte en un desgarramiento, mayor omenor. Depende.

¿Hubo poemas para cada novia, aman-te, mujer…?No, terminantemente no. He tenido

novias, amantes, mujeres, que no han

DICE DEL AMOR...

Actualmente y desdehace muchos años di-go que me sería difícilvivir sin mi pareja.Hemos sabido reno-varnos. He ahí el mis-terio.

logrado conmover mi estro poético,que no es tan pródigo después de todo.

¿Cómo le resultaba más fácil enamorar?Cuando sentía la presencia del mis-

terio, que no siempre va unido a labelleza física. Aunque los cínicos diganque no, el verdadero amor es un miste-rio. Lo otro, lo fácil, no es más que unaimitación que no vale la pena.

Y ahora viajemos, ¿cuándo y hacia don-de tomó el primer avión?El 4 de julio de 1948, con destino a

la ciudadela de Miami que ya era unlugar vulgar y aburrido. Entonceshabía muy pocos cubanos, que noodiaban a Cuba, simplemente que lamarea de la historia los había llevadoallí. También había muchos judíosretirados, y algunos negros. Estuvedos días allí con unos familiares, quehabían conocido a José Martí. Tardéaños en volver. Ahora ya se sabe loque es, un lodazal donde los buenos ylos malos se revuelcan…

Hoy ¿qué es Nueva York para usted? ¿YLa Habana?En general New York es un buen

recuerdo. En esa compleja y contradic-toria ciudad acabé de hacerme el hom-bre que volvió a Cuba en agosto de 1959.La Habana es y será mi gran amor. Has-ta ahora que está algo deteriorada, meresulta una bella dama. Lo he dichomuchas veces, hasta el cansancio, mori-ría de tristeza, de agobio, de nostalgia, sime fuera a vivir a otro lugar del mundo.

¿Qué otras ciudades no cubanas haamado?La bellísima ciudad de París, que es

un muestrario de exquisiteces. Tal vezFlorencia, Venecia, Praga, y ciertaspartes de Londres. He viajado mucho,pero pocas ciudades han quedadocomo lugares amorosos.

¿Es difícil ser padre?A mí me ha resultado difícil por las

malas relaciones que a la larga he teni-do con las madres. Pero a mis hijas lashe amado mucho siempre y nos hemosentendido bien porque no les he men-tido nunca.

¿Cómo compaginó su carrera con laeducación de su hija actriz?Mi hija Jacqueline llegó a mi vida

cuando ya yo era un escritor, un tea-trista, había hecho cine, televisión,periodismo. No fue un estorbo, fue uncomplemento prodigioso. Cuando ellafue definiendo su carrera de actriz yoestaba a su lado. Cuando su madre yyo nos separamos definitivamente nome alejé de ella, al contrario, seguí suspasos de la mejor manera. Creo que elpresente lo prueba. Estamos más uni-dos que nunca.

¿Podría vivir sin la literatura, sin elteatro…?Del teatro en buena medida estoy

apartado hace algunos años, aunquecontinúo amándolo. Ha sido un granamor que me ha dejado recuerdosmaravillosos. De la literatura voy len-tamente alejándome para tener algopor qué luchar, que me motive a seguirviviendo. Estoy preparándome paracuando llegue el momento del retirofinal. ¿Está claro?

Dígame la fórmula para enfrentar yganarle la batalla a las injusticias, inclu-so a las enfermedades más peligrosas...Quien no aprenda la sencilla lección

de que las injusticias son parte de lavida, puede perder muchas batallasdolorosamente. Hay un principio estra-tégico que trato de practicar: cuando elcontrario me reta, me ataca, y trata deliquidarme, busco la mejor arma posi-ble para contrarrestarlo y si es posibleliquidarlo, si no lo logro solo buscoayuda. Como esto parece muy fácil, nome atrevo a dar una fórmula única einfalible. Conmigo funciona.

Además de escribir, leer, ir al teatro, vercine ¿qué le gusta? Antes me gustaba bailar, lo hacía

bastante bien. Me atraía el boxeo queahora me parece un acto de crueldad.De nuevo me gusta un buen juego debéisbol, especialmente si es entreIndustriales y Santiago... y que me per-donen los demás. Oigo mucha música,desde la popular hasta la llamada clási-ca. Disfruto una buena lectura. Y unaamena conversación. Con eso me basta.

¿De dónde le viene ese carácter casi bri-tánico?Siempre he sido eso que los sicólo-

gos llaman un temperamento pasivo.Pero también me ayudo practicandoyoga, tomando de vez en cuando unmedicamento relajante. Además, ycreo que es lo más importante, haypocas cosas que realmente me sacande esa característica (como dice usted)casi británica. No vale la pena.

¿Por qué regresó a Cuba en 1959 y sequedó hasta hoy?Para mí no fue difícil decidirlo.

Conozco bien la hermosa historia de miCuba. Nunca me hice ciudadano de otropaís porque estaba seguro que iba a vol-ver algún día. A partir de 1957 empecé avislumbrar el triunfo de la RevoluciónCubana. Cuando me propiciaron el quevolviera para entregarme a esta labordifícil, contradictoria y conjunta que hevivido durante estos cincuenta años, notuve que consultarlo con nadie. Aquíestoy y estaré. Lo digo y lo repito porquees una fuerte y definitiva convicción. CM

El AMOR es un misterioHOMBRE CULTO Y VALIENTE, TANTO CO-

MO PARA DERROTAR A ENEMIGOS SO-

CIALES Y NATURALES, HUMBERTO ARE-NAL, PREMIO NACIONAL DE LITERATURA

2007, ACCEDIÓ A HABLAR DE ESA COTI-

DIANIDAD QUE LLAMAMOS VIDA

Los libros publicados por Humberto Are-nal son las novelas El sol a plomo (1959);Los animales sagrados (1967); ¿Quiénmató a Iván Ivánovich? (1995); A Tarzáncon seducción y engaño (1996); Caribal(1997) y Allegro de habaneras (2006).Tiene lista otra para publicar.

De cuentos han visto la luz La vueltaen redondo (1962); El tiempo ha descen-dido (1964); Del agua mansa (1982); Enel centro del blanco (1989) y El mejortraductor de Shakespeare (1999); en tea-tro El caballero Charles (1983); El bárba-ro del ritmo en persona (1990) y Lala, Li-la, el Benny, y otros más (2005). Ademásha publicado el libro de crónicas En-cuentros (2002); el ensayo Seis drama-turgos ejemplares (2005) y el poemarioLa vida en tres tiempos (2007).

Ha merecido entre otros, los si-guientes premios: Medalla «Raúl Gó-mez García»; Distinción por la CulturaNacional; Orden «Alejo Carpentier»;Distinción «Gitana Tropical» y PremioNacional de Literatura 2007.

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JORGE WEJEBE COBO

LA MÁS GRANDE RECONVERSIÓN deespías y redes de agentes de la historiamoderna ocurrió a finales de la ii Gue-rra Mundial, cuando los servicios secre-tos norteamericanos recorrieron laEuropa devastada en busca de colabora-dores de la Gestapo y órganos de inteli-gencia nazis, para ser reutilizados con-tra la Unión Soviética.

Así, miles de criminales de guerraprófugos de la justicia comenzaron a tra-bajar en la Oficina de Servicios Secretosde Estados Unidos (OSS), antecesora dela Central de Inteligencia norteamericana(CIA).

Todo comenzó en mayo de 1945. ElEjército Rojo tomó Berlín y el GeneralReinhard Gehlen, jefe del espionajemilitar contra la URSS se rindió a lacontra inteligencia militar norteameri-cana y negoció con éxito garantías pa-ra su vida, a cambio de sus servicios yla entrega de archivos con cientos deexpedientes de agentes e informacio-nes recolectadas sobre la URSS, obte-nidas mediante la tortura y el asesina-to de miles de prisioneros soviéticosen los campos de concentración.

Gehlen demostró a los interrogado-res sus grandes conocimientos, al revelarlos nombres de oficiales de los propiosservicios de inteligencia estadouniden-ses, que eran miembros secretos del Par-tido Comunista de Estados Unidos, infor-mación muy oportuna para el inicio de lacacería de comunistas y sus simpatizan-tes en la sociedad norteamericana.

El destino de Gehlen, sin embargo,no se decidió por hechos coyunturales,ni por su locuacidad e importanciacomo fuente de información. Desde1942 Allen Dulles, futuro Jefe de la CIA yen aquel entonces responsable de la oss

para Europa, radicado en Suiza, planifi-có la Operación Paper Clip, concebidapara el reclutamiento de científicos yespecialistas alemanes que pudieran serútiles al gobierno norteamericano.

Dulles también sostendría conversa-ciones con el General de las SS KarenWolf, representante de Himmler, parauna rendición por separado de las tropasalemanas en el frente anglo-norteameri-cano, con la finalidad de una posiblealianza contra la URSS que hiciera frentea la expansión comunista en Europa.

El 20 de septiembre de 1945, Gehleny tres de sus más destacados oficiales,fueron enviados a Estados Unidos paracomenzar a trabajar para la OSS en sureorientación contra el bloque soviético.

En julio de 1946 fue liberado de suestatus de Prisionero de Guerra «espe-

cial» y enviado a Alemania, dondecomenzó a operar una organización deinteligencia, que luego sería conocidacomo «Gehlen Org.» a la cual la OSS asig-nó inicialmente 5 millones de dólares yllegó a emplear a miles de alemanes bus-cados por crímenes de guerra y miem-bros de las SS, a muchos de los cualesincluyó en la llamada ruta de las ratasque llevaron a Sudamérica a centenaresde criminales bajo identidades falsas.

Agentes reclutadosEntre los agentes reclutados se encon-

traban el Doctor Franz Six y Emil Augs-burg miembros de las SS, implicados enel genocidio de judíos, intelectuales y gue-rrilleros en Rusia, ex jefes de la Gestapo ymiembros de organizaciones fascistas deRumania, Yugoslavia y Ucrania, que rápi-damente comenzaron a realizar accionesterroristas y de espionaje en las zonasocupadas por el Ejército Soviético.

richtendienst (BND). Reinhard Gehlenfue ascendido a Teniente General de lasFuerzas Armadas y mantuvo el más altocargo jerárquico de la inteligencia ale-mana, llegando al rango de MayorGeneral, hasta que fue obligado a renun-ciar tras un escándalo político en 1968,por la infiltración de un agente de laKGB que ocupaba un importante cargoen esa organización.

La Red GladioQuizás el mayor aporte de Gehlen al

dominio y penetración de Estados Uni-dos y sus servicios especiales en Europaes el de ser fundador de una organiza-ción secreta dirigida por la CIA con ra-mificaciones en toda Europa Occidentalconocida como Red Gladio, concebidasupuestamente para actuar en la reta-guardia de los ejércitos soviéticos cuan-do ocuparan Europa Occidental.

El verdadero objetivo de la organiza-ción secreta era evitar que en Europa occi-dental se instauraran gobiernos progresis-tas que incluyeran a los comunistas. Hastala década de 1980 la Red Gladio realizóacciones terroristas, asesinatos de políti-cos, participó en golpes de estado, como elde Grecia en 1967 y en operaciones encu-biertas, principalmente en Italia donde sele relaciona con el secuestro y asesinatodel presidente del senado Aldo Moro en1978, quien poco antes había decididoincluir a los comunistas en su gabinete.

CRIMINALES DE GUERRA PRÓFUGOS DE

LA JUSTICIA COMENZARON A TRABAJAR

EN LA OFICINA DE SERVICIOS SECRETOS

DE ESTADOS UNIDOS (0SS), ANTECESO-

RA DE LA CENTRAL DE INTELIGENCIA

NORTEAMERICANA (CIA)

FÉLIX GUERRA

¿Cuántos milenios tiene el ciempiés? Nadie puede responder con exacti-

tud, pero se calcula que ese artrópodo letocó la puerta a la vida hace unos cua-trocientos mil milenios. No es poco,¿verdad? Los paleontólogos, sin embar-go, afirman que el animalito no exhibeuna hoja brillante ni honesta de existen-cia. El número de patas ¿o de pies? delciempiés osciló terriblemente en eltiempo.

Comenzó en el período Ordoviciáni-co con catorce patas, que eran suficien-tes para desplazarse por esa aburridaépoca. Realmente no había a dónde ir.Pero aquel antepasado del ciempiésactual encontró entretenimiento encompararse con otros bichos. Vamos aver, decía, ¿quién tiene más patas? Casisiempre ganaba. Entonces la vanidad, elimpulso biológico y la evolución lo con-dujeron por extraños callejones: desem-bocó, bueno, a que ya en el Silúrico con-tara con más de sesenta patas.

Y las apuestas seguían, cada que sepactaba una partida de aquel pockerprimitivo. Compiló el récord de triunfarmás veces consecutivamente y ganó porello la admiración de los trilobites. Perosus ínfulas le hicieron apostar contragrupos enteros de animales y eso ledeparó sorpresas. Entonces pugnó y yaen el Devónico contaba con la plétorade trescientos ochenta y siete patas biencontadas. Fue una época de ganar a dia-rio. En el Carbonífero, donde no estánclaras las cifras a causa del tizne, elhollín y los ciscos, se sabe sin embargoque era conocido con el nombre de qui-nientospiés.

Iba de una victoria en otra. Peromientras acumulaba patas y se hacíamás lento y aplastado, otras criaturasecharon cuerpo, estatura, garras, colmi-llos, alas, etcétera. Un día fue evidentesu inferioridad. Entonces quiso liquidarpatas a la carrera. Pero la situación eraen parte irreversible y la reducción con-sistió, ni para él ni para el tiempo trans-currido, en dejarlo en cien patas. Ni unamás ni una menos: número cerrado.

Uno, usted mismo, yo mismo, sepregunta hoy: ¿ganar a cualquier cosaes ganar? A pesar de este revés prehis-tórico e histórico, todavía, no obstante,hay seres por el mundo que ambicionansolo con sus patas y son felices cuandologran meter todas las que tienen enalgún sitio bien cochambroso. CM

La Historiaprehistórica del ciempiés

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La CIA, heredera dela inteligencia nazi

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Gehlen sabía que al exagerar lasupuesta amenaza soviética, podía man-tener el interés de Washington y asegurarlos fondos necesarios para su organiza-ción, de ahí que desinformara a EstadosUnidos sobre el ejército soviético del queaseguraba tenía listas 208 divisionesmotorizadas y de tanques, que podríanarrasar el continente en poco tiempo. Enrealidad, el Ejército Rojo en 1946-1947 nocontaba con la capacidad militar necesa-ria para invadir Europa occidental, porlas enormes pérdidas que había sufridoen la reciente conflagración.

La Organización Gehlen fue final-mente convertida en el órgano de inteli-gencia de Alemania Occidental, en abrilde 1956, con el nombre de Bundesnach-

Sólo después de la caída del muro deBerlín, políticos italianos, funcionariosde la OTAN y ex oficiales de la CIA reco-nocieron la existencia de la Red Gladio ylos aportes del ex general nazi a su con-cepción y organización.

En 1999, durante la celebracióndel aniversario 50 del inicio de lasrelaciones entre el BND y los servi-cios especiales estadounidenses, elDirector de Operaciones de la CIAhizo pública la documentación quedemostraba el apoyo de esa organiza-ción al criminal de guerra ReinhardGehlen, quien falleció en 1979, llenode honores y con el reconocimientode ser una leyenda real en el espiona-je de la RFA. CM

Fotos del General Reinhard Gehlen cuando fue capturado por los servicios de la contrain-teligencia de los Estados Unidos

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El humor otro definió el hecho de que su autor seapartó, en cuanto al humor gráfico, de lo que lacostumbre había establecido, remontándose ha-cia un universo pleno y diferente, distinto, nue-vo... otro, para hacer historia en esa expresióndel arte. CBC

Santiago Armada (Chago). El humor otro. Ediciones R, La Habana, 1963. sección: Débiles y poderosos. p. 58.

Santiago Armada (Chago). El humor otro. Ediciones R, La Habana, 1963. sección: Débiles y poderosos. p. 65.

el ayer de ahora

A CARGO DE ARES Y ZARDOYAS

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Esta es una Ubre de buena leche ordeñada por Zardo-yas y Ares. Con el buen humor lácteo de Janler, Joseph,Ramsés, DT, Chago y Caridad Blanco de la Cruz (CBC).

Con la suerte de ser ademas el primer número delo que se está por concebir ya hace tiempo, otro espa-cio para el buen humor gráfico... y como dicen losespañoles ¡a toda leche!

La sección De la A a la Z, originalmente naciócomo proyecto de exposición en el Centro de Des-arrollo de las Artes Visuales en septiembre de 2007.En dicha exposición, los humoristas gráficos Aresy Zardoyas fueron invitados a sostener un diálogosobre temas vitales al hombre de hoy, y que a par-tir de ahora serán reproducidos mensualmentepara ustedes.

EgoEn psicología se reconoce como el «yo», según lodefinió Freud en el psicoanálisis. || Aprecio exce-sivo que una persona siente por sí misma. || Esohace pensar en el ególatra, que siente veneraciónpor si mismo. || Recuerda además al egocéntricoque siempre se considera el centro de la atencióny las actividades. || Pero lo que más daño hace delego desmedido, es el egoísmo por ese excesivoaprecio que tiene una persona por sí misma, yque le hace atender desmedidamente a su propiointerés, sin preocuparse del de los demás.

CBC: Juego desde las definiciones de la multimediaEspasa Calpe, s.a.

Crist | argentina

TD | indonesia

foráneos agramenos

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cía en la media de los jugadores no se ve

tanto eso. Tal vez el ajedrez por suscaracterísticas no es un deporte tanespectacular, ni atrae a millones de per-sonas y eso desde el punto de vistacomercial no es atractivo para los patro-cinadores. Eso ha frenado que el aje-drez entre en la comercialización. Peroen general siempre existe, y a medidaque va subiendo el nivel, se encuentramás. En mi caso personal nunca he teni-do frente a mí un problema de este tipo,ni mucho menos he pedido o he adopta-do una actitud como la que adoptaríanesas grandes figuras. Sí puedo decir queen los torneos más importantes se pre-mia en metálico, pero no son descomu-nales, y yo lo poco que pueda haberganado, lo he aprovechado para avan-zar en mi carrera. Los premios no tanimportantes que he logrado en algúnmomento de mi carrera los he utilizadopara mejorar mi nivel de preparación,comprar libros de ajedrez que hacenfalta para seguir mejorando.

¿El ajedrez para ti es un deporte, un arteo una ciencia? Más que todo, deporte. Yo sé que

tiene algo de todo eso, pero para mí elajedrez es más deporte y ciencia. Másque la artística me interesa la partedeportiva, la competencia, el tener bue-nos resultados, y desde el punto de vistacientífico también lo valoro mucho por-que lo estudio en profundidad y tratode comprender sus bases.

Generalmente se tiene la idea de que losajedrecistas son gente muy concentrada,seria e introvertida. ¿Coincides con esapercepción? Hay de todo en el mundo del aje-

drez. En mi caso particular creo que sí,que soy retraído y creo que el ajedrezde alguna manera te educa el carácter yuno al final siempre está más pensandoque hablando. Siempre uno está anali-zando individualmente y tratando deanticiparse a lo que pueda hacer el rival.Eso puede forjarle a uno cierto caráctersolitario, pero de ninguna manera todoslos ajedrecistas son así. En Cuba, porejemplo, la mayoría son personas muy

equilibradas.

La cubanía en 64 casillas

¿El ajedrez en Cuba esun deporte de elite?

Yo creo que enlos últimos años enCuba ha mejorado

mucho el nivel, sobretodo del equipo olímpi-

co, gracias a varios juga-dores jóvenes. Por ejemplo

ahora está el caso de HoldenHernández que tiene casi 2600. Aquínunca se ha visto que tres jugadores(Leinier, Lázaro Bruzón y Holden)estén por encima de los 2600. Eso eleva-ría el nivel del conjunto en general. Elequipo cubano ha mejorado posicionesen el mundo y si bien no estamos entrelos diez primeros, entre los 30 mejoressí clasificamos y eso lo considero unaelite sobre todo en un deporte como elajedrez tan universal y tan practicado.En Cuba es muy popular y en los últi-

mos años se ha masificado mucho más.Yo lo he visto en las calles, la gente lopractica, todo el mundo sabe quiénesson las principales figuras nacionales,qué torneo están jugando en cadamomento y eso es bueno para el depor-te y sus atletas.

Hay quien contrapone el ajedrez y eldominó y afirma que este último sinteti-za más la cubanía. ¿Qué tú opinas de esacomparación? Garri Kasparov dijo que todo el

mundo expresa su carácter y su formade ser a través del ajedrez. Claro quepara notarlo habría que ser ajedrecista,conocer el estilo de juego y así tal vezpoder decir cómo es la persona. Yo heconocido muchos jugadores y por logeneral los europeos tienden a teneruna manera de jugar diferente a los lati-nos y eso creo que tiene ver con la cultu-ra de cada uno, con la educación y qui-zás se podría hablar de un estilo cubanodel ajedrez.

¿Qué caracterizaría ese estilo cubano? Yo creo que la agresividad, la explo-

sividad, el riesgo, las ansias por la victo-ria, el no titubear. Esos podrían ser losrasgos de una posible escuela o estilocubano de ajedrez.

Metas posibles¿Te consideras un joven exitoso, reco-nocido?Yo estoy contento con mi carrera, lo

que he logrado, de la forma que lo hehecho. Quizás si pudiera volver atrás enel tiempo, haría algunas cosas diferentesen el ajedrez, pero en general estoy con-tento porque he logrado estar en ciertaelite mundial. Yo siempre aspiré a estarentre los mejores jugadores y en estemomento tengo grandes posibilidadesde lograrlo y de seguir mejorando. Meconsidero afortunado en ese sentido.

¿Y cuál es tu ideal de éxito en la vida? Más que todo el equilibrio. No soy

avaricioso ni deseo demasiado. Simple-mente pienso en el equilibrio en todaslas facetas de la vida, en la familia, en lacarrera, creo que eso al final lleva unasatisfacción espiritual que es a lo queaspiro como premio máximo.

¿Has pensado estudiar una carrera uni-versitaria? Me hubiera gustado estudiar algo

más que el ajedrez y creo que es impor-tante una carrera universitaria. Sí séque me gustan mucho los idiomas, quie-ro mejorar mi inglés y aprender algúnotro. Una carrera ya es una cosa másdifícil pero no la descarto.

Ahora que los 2700 puntos de ELO másque un sueño parecen una realidad cer-cana, ¿cuáles son las metas de LeinierDomínguez? ¿Sigues pensando que sepuede llegar a campeón del mundo? Sí, todo está en el esfuerzo que uno

le ponga. Yo, por ejemplo, puedo seguirtrabajando y llegar a aspirar seriamen-te. Creo que se puede. Ahora me estoyenfocando en tratar de mejorar misresultados sin una meta fija ni muchomenos, estoy bastante confiado en quetengo un nivel acorde con mi ELO y quecuando lleguen los torneos voy a podersubirlo. No pienso en los 2700 comouna meta final. Y para eso voy a concen-trarme en tratar de jugar competenciasde elite, y si logro ganar está claro quevoy a poder superar cualquier barreradel ELO y llegar a mucho más. Ya des-pués que esté en ese nivel, puedo prepa-rarme de lleno para un objetivo tanserio como ser campeón del mundo.Pero se puede. CM

ciativa y llevar el control de la parti-da. Tengo que trabajar en muchosaspectos pero en sentido generalcreo que tengo cualidades queme hacen sentir optimista, puntos

fuertes en mi ajedrez como laintuición, las aperturas, el trabajo

y el empeño que le pongo a lapartida y la concentración, que me

mantienen optimista para el futuro. ¿Qué te falta entonces para lograr esa

estabilidad de la que hablaba Ivan-chuk? ¿Mayor preparación física? La falta de preparación física es algo

que nos golpea mucho, porque uno tien-de a concentrarse más en el ajedrez yolvida esa parte. Yo estoy claro que ten-go que mejorarla. En algunos momentoshe estado mejor y en otros peor, perotengo que lograr estar siempre en buenaforma física. También creo que en todaslas facetas del juego hay cosas que debomejorar, lo mismo en las aperturas, elmedio juego, que los finales. Uno siem-pre tiene que tratar de trabajar sobre suspropias partidas, para encontrar lasdebilidades y mejorar.

Cuando te has preparado bien para untorneo, ¿cómo sobrellevas la derrota?Siempre las derrotas son difíciles, a

nadie le gusta perder y más cuando unole dedica tanto tiempo a un deporte.Después que pasa ese momento unpoco triste, uno tiene que tratar deseguir y es lo que he hecho siempre,enfocarme en el próximo torneo ymejorar lo que hice mal. Cuando uno seprepara bien los resultados siempresalen a largo plazo.

¿Y cómo logras relajarte cuando termi-na una temporada tan intensa? Normalmente paso tiempo con mi

familia, los fines de semaname reúno con mis amista-des, salgo con mi novia,oigo música, soy unfanático de los depor-tes, sobre todo delfútbol, sigo los playoffs de la Serie Nacio-nal de Béisbol y aun-que le dedico muchotiempo al ajedrez por-que me gusta, trato detener un equilibrio con lasdemás cosas.

Percepciones En una entrevista, la jugadora húngaraJudith Polgar afirmaba: no me invitan aalgunos torneos porque soy muy cara.¿Se ha mercantilizado a nivel mundialeste deporte? En general el ajedrez está muy por

debajo de otros deportes muy profesio-nales como el tenis, el béisbol, el fútbol.Por supuesto que se da ese tipo de cosassobre todo en las primeras figuras, pero

DAYNET RODRÍGUEZ SOTOMAYOR

CON SOLO 17 AÑOS conquistó el títulode Gran Maestro en el Torneo Abiertode Linares y desde entonces su carreraajedrecística acapara los titulares y laatención del público, que lo ha bautiza-do como el ídolo de Güines. Líder delranking nacional y de Latinoamérica enla actualidad con 2695 puntos ELO y asolo un paso de romper los míticos 2700,Leinier Domínguez tiene razones másque suficientes para considerarse unjoven afortunado. Después del genialJosé Raúl Capablanca, ningún cubanoha llegado tan lejos en el ajedrez… Peroel éxito, dijo en entrevista con LA CALLEDEL MEDIO, está en el equilibrio en todaslas facetas de la vida...

¿Cómo se produjo en Leinier esa fascina-ción por el ajedrez? Aprendí a jugar cuando tenía siete

años, de una forma más o menoscasual, como una diversión. En miescuela primaria el profesor Raúl Pérezenseñó a todos los alumnos a mover laspiezas, a través del proyecto que habíaen ese entonces. Luego, como cualquiermuchacho de mi edad, empecé a asistira la Academia y ahí empezó a gustarmemucho el ajedrez, quería jugarlo todoslos días, estudiarlo y con el tiempo sefue convirtiendo en una cosa muyimportante.

Vassily Ivanchuck considera que eres unjugador agresivo, que trabajas mucho lapartida, pero que te falta estabilidad enel juego, ¿cuáles crees que son tus virtu-des como ajedrecista? Yo tengo bien claro que uno tiene

que ser muy profesional y dedicarletiempo a lo que uno hace para estudiar-lo y poder comprenderlo bien. En esesentido creo que me he esforzadomucho a lo largo de mi carrera en el aje-drez y lo sigo haciendo. Desde el puntode vista técnico, sí me considero unjugador agresivo, me gusta tener la ini-

Leinier Domínguez:

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Con su noviaCon su novia

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Granjeríasbayamesas

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LA CALLEDEL MEDIO

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RAYNOR RIVERA LICEA

AL LLEGAR los españoles a Cuba losaborígenes desarrollaban una agricul-tura con amplia variedad de cultivos:yuca agria y dulce, boniato, frijoles,calabaza, ají y maní, entre otros; deellos la yuca ocupaba el lugar cimeroen el trabajo y la alimentación.

La yuca permitía a los taínos la ela-boración de varios productos. Según elcronista Gonzalo Fernández de Oviedoen su obra Sumario de la Natural Historiade las Indias, la yuca proveía a los aborí-genes de pan para sustentar la vida, lico-res dulce y agrio que servían de miel yvinagre, leña para el fuego con las ramasde esta planta cuando faltasen otras; yveneno. De todos ellos el más extendidofue el casabe o pan de yuca, cocido enburenes de piedra y que contituía la die-ta básica de los indígenas. El casabe fueadoptado por españoles y criollos comosustituto del pan de trigo.

Con el paso del tiempo nacen, a par-tir de este tubérculo, la yuca agria y otrasproducciones asociadas a la región deBayamo (quizá también como resultadodel proceso de transculturación) a lasque se nombran granjerías: rosquitas,matahambres, roscablandas, suspiros ymasapapas. La fecha de surgimiento deestos platos se pierde en las páginas dela historia. La tradición oral relata quelos aborígenes primero hacían con lacatibía el casabe y luego comenzaron amezclarla con dulce y distintos sabores.

Pasados tiempos...Desde épocas inmemoriales las

granjerías estuvieron presentes en lavida y costumbres de la familia bayame-sa: en las tertulias de amigos, en los des-ayunos y acompañando el café delmediodía. En la celebración popular dela ciudad, la Fiestas de Reyes, junto allechón asado y la longaniza, no faltabanlas «venteras» y sus tableros con rosqui-tas, matahambres, roscablandas, suspi-ros y masapapas. «Mi mamá empezabaen la madrugada. Encendía el horno deleña y a trabajar para mantener a lafamilia. Yo la ayudaba y llegué a hacerhasta 20 pesos de rosquitas diarios» nosdice América Peña Pita, hija de CachaPita, una famosa fabricante.

Su precio fue variando con el tiem-po. Las rosquitas a ocho por cinco centa-vos, la roscablanda a dos por medio has-ta 25 centavos y la matahambre a 20centavos. En el paladar de los bayame-ses aún está presente el sabor de las deli-cias de Serafina Oduardo, su sobrinaCaridad (Cacha) Pita Antúnez y a susobrina nieta América Peña Pita, Anto-nia Urquiza y su hija Caridad (Cachita)Vega Urquiza, Teófila y Cándida Blanco,Manuela La O y su hijo Luis (Güito)Indalecio Guillén La O, Leonor (Nona)Ante, a su hijo Tirso Ante, Anita Aldanay Elena Miniet Aguilar.

Tati, aquí va TatiUno de los genuinos representantes

de las granjerías bayamesas fue sin

dudas Ángel Zambrano Blanco (Tati)fallecido en el 2002. Según su viudaMarta Arias y su hijo Ángel, Tati comen-zó a trabajar con sólo ocho años en eltaller de su abuela Teófila Blanco, ysalía primero con ella y luego con su tíaCándida Blanco a ganarse el sustentodiario. «Papá era amigo de la calidad, loque no servía lo viraba para atrás», afir-ma su hijo. La memoria histórica deBayamo lo conserva bonachón, amable,gentil, cubanísimo, en una esquina de lacalle General García vendiendo sus deli-cias. Felicia Estrada Tamayo, una cote-rránea suya de 94 años, asegura recor-darlo en las tardes con su inolvidablepregón: «Tati, aquí va Tati...»

HoyEn la década de los 80 y principios

de los 90 se intentó rescatar esta tradi-ción a nivel institucional. Se creó el esta-blecimiento La Casona al pie de la Plazadel Himno. En este sitio se vendían pro-ductos tradicionales que eran elabora-dos en la dulcería de Las Mangas portrabajadores de la Empresa de Pan yDulce asesorados por genuinos pro-ductores, pero a decir de estos, losempleados seleccionados eran panade-ros y el proceso de las granjerías no escomo el del pan. Esta dificultad, unidaa otras, dieron al traste con aquel aco-gedor lugar.

En la actualidad hay quienes sededican al expendio de estos platos,pero en muchas ocasiones sin la debi-da calidad: duros, con extraño sabor ypresencia. «Es denigrante, me duelever cómo los productos que se hacenhoy no son los tradicionales, empezan-do por la rosquita que es la más fácilde preparar», expresa Cachita Vega,perteneciente a una familia de dulce-ros, con rostro apesadumbrado. Sehace necesario el rescate de esta tradi-ción por parte de las institucionescompetentes: volver a las raíces culina-

rias de la región, crear espacios y faci-lidades para su elaboración y venta, yasí conservar estos alimentos únicosde Bayamo, porque al decir del Maes-tro «recordar es rehacerse».

Cachita VegaPor casi ocho décadas con su rápido

andar, ha transitado por las calles deBayamo, casi imperceptible, CaridadVega Urquiza (Cachita) una bayamesarellolla que no solo se gloría de serlo,sino que en su memoria y hacer conser-va lo más valioso de las tradiciones deesta ciudad. Nacida en 1928 en el senode una humilde familia de dulceros ymaestra de profesión, es en la actuali-dad de las pocas personas que «lesabe» a la repostería tradicional.

¿Qué son las granjerías?Mira, se nombran así a varios de

los productos elaborados con catibía,es decir, con la harina de yuca agria.Entre ellos los principales son las ros-quitas, matahambres, roscablandas,suspiros y mazapanes o masapapas.

¿Cómo surge esta tradición en su fami-lia?Viene de mi abuela Caridad Urqui-

za quien enseñó a trabajar con la cati-bía a mi mamá Antonia Urquiza y deella aprendo yo este arte, porque es unverdadero arte ese de elaborar alimen-tos a partir de la yuca agria.

¿Cómo se hacen las granjerías?(Sonríe como quien teme decir su

secreto) Con yuca agria que se ralla yse convierte en polvo. Primero se rallala yuca y se exprime en unos utensiliosde yarey que se llaman macutos parasacarle la naiboa, su jugo, que no sebota pues con él se hace el almidón, ellegítimo almidón criollo, del que luegose preparan los suspiros. Luego esamasa de yuca que está bien seca se cir-ne y con la harina se preparan los dis-tintos platos.

¿Todos los comestibles tienen básica-mente el mismo proceso de elaboración?No. Primero se obtiene la catibía,

para todos la misma, pero luego cadauno tiene una forma peculiar, tantopor el método como por los ingredien-tes. Por ejemplo, la rosquita se hacecon manteca de puerco, un cocimientode naranja, preferentemente agria, yse le da el color dorado con la bijaoachote. Para la rosca blanda se proce-sa la catibía por varios días con azúcary después se echa huevo, manteca depuerco, leche... Es redonda y se montasobre pedazos de hojas de plátano. Lamatahambre tiene forma cilíndrica.

Lleva más proceso porque es lamisma masa pero se trabaja con miel,coco y se envuelve en hojas de pláta-no. El mazapán tiene la forma de unapanetela, lleva miel, leche, azúcar, hue-vo y un sabor que puede ser coco ralla-do o pedacitos de barra de guayaba.Luego esta panetela se pica en pedazosmás pequeños.

¿Considera difícil la elaboración deestos platos?Lo más difícil es la catibía, pero

aquí no costaba mucho porque habíacampesinos (muchos viven) en la zonade El Padrón que te la vendían hecha yen un macuto que traía 10 ó 12 libras.En general estos platos son trabajosos,pero con deseos todo se logra.

¿Cuál es el secreto para el buen sabor deestos productos?La experiencia, el correcto uso de los

ingredientes y trabajar con amor, nocon los ojos puestos en las ganancias.

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rosquitas de ocho

· i n g r e d i e n t e s ·

·catibía (polvo de yuca) ·ajonjolí

·manteca de puerco ·sal

·hojas de naranja ·bija oachote

· m o d o d e p r e p a r a c i ó n ·

Una vez sacada la catibía de la yuca se cir-ne y se dora en el horno. Para preparar lamasa se hace un cocimiento de las hojas denaranja con el que se mojará el polvo. Unavez formada la pasta se le va agregando lamanteca hasta que quede suave. Esta masase pasa por la máquina de moler carne y sevuelve a amasar. Luego se van formandolas rosquitas y se cocen en el horno a unatemperatura alta.

roscablanda

· i n g r e d i e n t e s ·

·catibía ·ajonjolí

·azúcar parda ·sal

·miel de abeja ·leche

·manteca de puerco ·huevos

· m o d o d e p r e p a r a c i ó n ·

Se cirne la catibía y se une con el azúcar y lasal dejando reposar esta masa por dos otres días. Luego de ese tiempo se le agregala manteca, huevos, leche, miel y se comien-za a amasar. Después se le da forma redon-da con un agujero en el centro, se le echaajonjolí, se montan en pedazos de hoja deplátano y hornea a alta temperatura.

matahambre

· i n g r e d i e n t e s ·

·catibía ·sal

·azúcar parda ·leche

·manteca de puerco ·coco rallado

·miel de abejas

· m o d o d e p r e p a r a c i ó n ·

Se cirne la catibía y se une con el azúcar y lasal dejando reposar esta masa por dos o tresdías. Luego de ese tiempo se le agrega lamanteca, leche, miel, coco rallado y secomienza a amasar dándole forma alargada,cilíndrica. Después se envuelve en pedazosde hoja de plátano y se cocina en el horno.

¿Está dispuesta a enseñar a las nuevasgeneraciones?¡Claro que estoy dispuesta! Una vez

Saturno Bruqueta, Jorge Milanés, elhistoriador José Carbonell y yo quisi-mos rescatar estos productos típicos ehicimos la prueba. Los elaboré en micasa y los horneamos, pero todo quedóahí, en la prueba. En otra ocasión pro-puse a la UNEAC crear una casa de lastradiciones bayamesas y también que-dó en sueños. Me parece que es necesa-rio, y por qué no decirlo, imprescindi-ble que las jóvenes generacionesconozcan lo auténtico de la cocina deeste pueblo, la comida de las tradicio-nales Fiestas de Reyes, la que nos iden-tifica en el mundo como hijos de estatierra. ¡Vale la pena intentarlo! CM

Caridad Vega Urquiza (Cachita).

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LA CALLEDEL MEDIO

ANÓNIMO*

LO QUE ME PASA es que no consigoandar por el mundo tirando cosas ycambiándolas por el modelo siguientesólo porque a alguien se le ocurre agre-garle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto con mi mujer lavába-mos los pañales de los críos. Los colgá-bamos en la cuerda junto a otra ropita;los planchábamos, los doblábamos y lospreparábamos para que los volvieran aensuciar. Y ellos, nuestros nenes, apenascrecieron y tuvieron sus propios hijos seencargaron de tirar todo por la borda(incluyendo los pañales). ¡Se entregaroninescrupulosamente a los desechables!

Si, ya lo sé. A nuestra generaciónsiempre le costó tirar. ¡Ni los desechosnos resultaron muy desechables! Y asíanduvimos por las calles guardando losmocos en el bolsillo y las grasas en losrepasadores. Y nuestras hermanas ynovias se las arreglaban como podíancon algodones para enfrentar mes ames su fertilidad.

¡Nooo! Yo no digo que eso eramejor. Lo que digo es que en algúnmomento me distraje, me caí del mun-do y ahora no sé por dónde se entra. Lomás probable es que lo de ahora estébien, eso no lo discuto.

Lo que pasa es que no consigo cam-biar el equipo de música una vez poraño, el celular cada tres meses o elmonitor de la computadora todas lasnavidades.

¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavolos guantes de látex que eran para usaruna sola vez! ¡Apilo como un viejo ridícu-lo las bandejitas de espuma plástica de lospollos! ¡Los cubiertos de plástico convi-ven con los de acero inoxidable en elcajón de los cubiertos! Es que vengo deun tiempo en el que las cosas se compra-

La goma sólo la veíamos en las rue-das de los autos y las que no estabanrodando las quemábamos en San Juan.Los pocos desechos que no se comíanlos animales, servían de abono o se que-maban. De por ahí vengo yo. Y no esque haya sido mejor. Es que no es fácilpara un pobre tipo al que educaron en el‘guarde y guarde que alguna vez puedeservir para algo’ pasarse al ‘compre ytire que ya se viene el modelo nuevo’.

Mi cabeza no resiste tanto. Ahoramis parientes y los hijos de mis amigosno sólo cambian de celular una vez porsemana, sino que además cambian elnúmero, la dirección electrónica y has-ta la dirección real. Y a mí me prepara-ron para vivir con el mismo número, lamisma mujer, la misma casa y el mismonombre (y vaya si era un nombre comopara cambiarlo).

Me educaron para guardar todo.¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no.Porque algún día las cosas podían volvera servir. Le dábamos crédito a todo. Si,ya lo sé, tuvimos un gran problema: nun-ca nos explicaron qué cosas nos podíanservir y qué cosas no. Y en el afán deguardar (porque éramos de hacer caso)guardamos hasta el ombligo de nuestroprimer hijo, el diente del segundo, lascarpetas del jardín de infantes y no sécómo no guardamos la primera caquita.¿Cómo quieren que entienda a esa genteque se desprende de su celular a lospocos meses de comprarlo?

En casa teníamos un mueble concuatro cajones. El primer cajón era

escardando sommiers casa por casa?¿Quién arregla los cuchillos eléctricos?¿El afilador o el electricista? ¿Habráteflón para los hojalateros o asientos deaviones para los talabarteros?

Todo se tira, todo se desecha y mien-tras tanto producimos más y más basu-ra. El otro día leí que se produjo másbasura en los últimos 40 años que entoda la historia de la humanidad. El quetenga menos de 40 años no va a creeresto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casano pasaba el basurero!! ¡¡Lo juro!! ¡Y ten-go menos de xx años! Todos los des-echos eran orgánicos e iban a parar algallinero, a los patos o a los conejos (y noestoy hablando del siglo xvii). No existíael plástico ni el nylon.

Comprar, usar,

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OCTAVIO RODRÍGUEZ (CHURRISCO)

DOS TÉRMINOS POPULARES en boga definen for-mas negativas del comportamiento humano: chuchoy trajín. El primero define ridiculizar a otros con lalengua como látigo. Por su parte, trajín implica irmás allá de las normas de respeto y convivencia. Esburla, menosprecio y ofensa. Donde hay chucho ytrajín no hay lugar para el humor verdadero. Darcuero –la suma de ambos– causa el efecto totalmentecontrario. Acumula estrés en lugar de disiparlocuando una de las virtudes del humor es ayudar arelajarnos y compensar los momentos difíciles quenos da la vida a diario.

Cuando vamos en busca de esparcimiento relajan-te, nada mejor que buen humor por alguien dotado dela gracia que no poseemos para disfrutar esa cualidadpropia del ser humano que es reír a conciencia. Perocuidado, podemos equivocarnos. Puede que el humorque fuimos a buscar no lo encontre-mos, y en su lugar nos veamos enmedio de un espectáculo en elque seamos la víctima escogidapor algún autotitulado cómico,que a falta de talento y ética,decida hacer su noche a costa dedeshacer la nuestra.

Se ha vuelto frecuente encentros nocturnos y teatros, queestos supuestos cómicos bajo elpretexto de que eso es lo que

quiere el público –excepto las víctimas– la emprendancon los que han ido a disfrutar y que además de pagarel consumo o la entrada se vean convertidos involun-tariamente en centro de un show irrespetuoso, vulgary chabacano. Algunos se preguntarán el por qué deesta tendencia, que ha tomado por asalto a esos esce-narios. Una de las respuestas es el hecho de que elhumor es algo que dá –y por ello es altamente deman-dado–, lo que permite llenar teatros, centros noctur-nos y otros lugares adaptados a esta corriente recau-dadora, donde el cómico es el motor de los ingresos.Por ser rentable, el humor está en la mira de avispa-dos administradores y/o gerentes (de acuerdo con lacategoría del lugar) que se auto proclaman empresa-rios artísticos siendo ellos quienes seleccionan, pro-graman y dirigen los espectáculos a presentar paracomplacer a determinado público de gusto limitado ybolsillo abultado.

Es el rasero de estos nuevos productores de espec-táculos artísticos el que calificará a los que atraídospor el boom del humor se acercan a ellos con pro-puestas audaces y atrevidas: apretar sin frenos ni lími-

tes éticos de ninguna clase. Losque aprietan no vacilanen dar chucho y trajína su público con chis-tes peyorativos sobreel color de su piel,género, preferencia

sexual, procedencia ostatus social. Aquí es el

baro el que otorga las estrellas de categoría artística: amas vulgaridad y chabacanería, mejor. No sorprendeentonces la falta de pudor de estos cómicos que al ter-minar su actuación pidan al trajinado público que lestire algo –en divisa mejor– y hasta critiquen lo recibi-do si se queda por debajo de sus expectativas.

Todo esto ocurre con la anuencia de satisfechosadministradores y/o gerentes (de acuerdo con la cate-goría del lugar) cuya relativa impunidad se explica porla desidia, miopía institucional y ausencia casi total decobertura de espectáculos por los medios. La ausenciade la crítica –salvo la cinematográfica– deja el campolibre a estas manifestaciones artísticas que lejos de con-tribuir a la formación del gusto, ayudan a deformarlo.Es por ello que para algunos la palabra cómico agrupetanto a humoristas legítimos como improvisados eintrusos y vean el humor como una manifestaciónmenor exenta de valor artístico.

Humorista, chistoso, cuentista, son también adjetivosque se emplean para calificar a los que hacen humor. Elverdadero humorista es el que crea y comunica con dig-nidad, no el que copia e improvisa. Es relativamente fácilbajar chistes de Internet y contarlos al público de mutuoacuerdo con un técnico de sonido. Puede ser refrescantey hasta divertido, pero no conlleva esfuerzo intelectual nicalifica como arte. Los chistes los ponen otros y los cuen-tan ellos. Lo importante es que ese público billetoso sería, de cualquier cosa, pero que se ría.

La masividad casi siempre ha ido en detrimento dela calidad, pero no puede convertirse en su verdugo.Ahora hay más humor. Hay del bueno y hay del malo.El bueno, el verdadero, deberá tener siempre su mere-cido lugar junto a las demás manifestaciones artísticas.No es solo responsabilidad del Centro Promotor delHumor. Es deber nuestro, de todos, preservar la cali-dad y pureza del buen humor cubano que tan alta esti-ma tiene dentro y fuera de nuestras fronteras. Abrá-mosle paso y démosle un portazo en las narices alchucho y al trajín. CM

Deshumor: entre el chucho y el trajín

ban para toda la vida. ¡Es más! ¡Se com-praban para la vida de los que venían des-pués! La gente heredaba relojes de pared,juegos de copas, fiambreras de tejido yhasta palanganas y escupideras de loza. Yresulta que en nuestro no tan largo matri-monio, hemos tenido más cocinas que lasque había en todo el barrio en mi infanciay hemos cambiado de heladera tres veces.

¡Nos están fastidiando! ¡¡Yo los des-cubrí. Lo hacen adrede!! Todo se rom-pe, se gasta, se oxida, se quiebra o seconsume al poco tiempo para que ten-gamos que cambiarlo. Nada se repara.Lo obsoleto es de fábrica.

¿Dónde están los zapateros arre-glando las medias suelas de las Nike?¿Alguien ha visto a algún colchonero

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LA CALLEDEL MEDIO

para los manteles y los repasadores, elsegundo para los cubiertos y el terceroy el cuarto para todo lo que no fueramantel ni cubierto. Y guardábamos.¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo loguardábamos!!

¡Guardábamos las chapitas de losrefrescos! ¡¿Cómo para qué?! Hacía-mos limpia-calzados para ponerdelante de la puerta para quitarnos elbarro. Dobladas y enganchadas a unapiola se convertían en cortinas paralos bares. Al terminar las clases lesacábamos el corcho, las martillába-mos y las clavábamos en una tablitapara hacer los instrumentos para lafiesta de fin de año de la escuela.

¡Tooodo lo guardábamos! Las cosasque usábamos: mantillas de faroles, rule-ros, ondulines y agujas de primus. Y lascosas que nunca usaríamos. Botones queperdían a sus camisas y carreteles que sequedaban sin hilo se iban amontonandoen el tercer y en el cuarto cajón. Partes delapiceras que algún día podíamos volver aprecisar. Tubitos de plástico sin la tinta,tubitos de tinta sin el plástico, capuchonessin la lapicera, lapiceras sin el capuchón.Encendedores sin gas o encendedoresque perdían el resorte. Resortes que per-dían a su encendedor. Cuando el mundose exprimía el cerebro para inventarencendedores que se tiraban al terminarsu ciclo, inventábamos la recarga de losencendedores descartables.

Y las Gillette –hasta partidas a lamitad– se convertían en sacapuntas portodo el ciclo escolar. Y nuestros cajones

que se va perdiendo, de la memoriacolectiva que se va tirando, del pasadoefímero. No lo voy a hacer. No voy amezclar los temas, no voy a decir que alo perenne lo han vuelto caduco y a locaduco lo hicieron perenne. No voy adecir que a los ancianos se les declarala muerte apenas empiezan a fallar ensus funciones, que los cónyuges se cam-bian por modelos más nuevos, que a laspersonas que les falta alguna funciónse les discrimina o que valoran más alos lindos, con brillo y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla depañales y de celulares. De lo contrario, simezcláramos las cosas, tendría que plan-tearme seriamente entregar a la brujacomo parte de pago de una señora conmenos kilómetros y alguna función nue-va. Pero yo soy lento para transitar estemundo de la reposición y corro el riesgode que la bruja me gane de mano y seayo el entregado. Hasta aquí. CM

* Este artículo circula en Internet con eltítulo Por qué todavía no me compré un DVDcon la firma de Eduardo Galeano. LACALLE DEL MEDIO pudo conocer que suautoría es falsa. La firma de este impor-tante intelectual uruguayo –tal como leocurre con frecuencia al colombianoGarcía Márquez– es utilizada por imita-dores bien o mal intencionados. En estecaso, entendemos que el texto es salvablepor sí mismo, y nos ayuda a reflexionarcon humor sobre el mundo loco, consu-mista y enajenado, en el que vivimos losseres humanos.

Los cajones guardaban pedazosizquierdos de palillos de ropa (bro-ches) y el ganchito de metal. Al tiempoalbergaban sólo pedazos derechos queesperaban a su otra mitad para conver-tirse otra vez en un palillo. Yo sé lo quenos pasaba: nos costaba mucho decla-rar la muerte de nuestros objetos. Asícomo hoy las nuevas generacionesdeciden ‘matarlos’ apenas aparentandejar de servir, aquellos tiempos erande no declarar muerto a nada. Ni aWalt Disney. Y cuando nos vendieronhelados en copitas cuya tapa se conver-tía en base y nos dijeron: ‘Cómase elhelado y después tire la copita’, nos-otros dijimos que sí, pero, ¡minga quela íbamos a tirar! Las pusimos a vivir enel estante de los vasos y de las copas.

Las latas de arvejas y de duraznos sevolvieron macetas y hasta teléfonos. Lasprimeras botellas de plástico se tansfor-maron en adornos de dudosa belleza.Las hueveras se convirtieron en depósi-tos de acuarelas, las tapas de bollones enceniceros, las primeras latas de cervezaen portalápices y los corchos esperaronencontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer unparalelo entre los valores que se des-echan y los que preservábamos. ¡Ah!¡No lo voy a hacer! Me muero por decirque hoy no sólo los electrodomésticosson desechables; que también el matri-monio y hasta la amistad es descartable.

Pero no cometeré la imprudenciade comparar objetos con personas. Memuerdo para no hablar de la identidad

guardaban las llavecitas de las latas desardinas o del corned beef, por las dudasde que alguna lata viniera sin su llave.¡Y las pilas! Las pilas de las primerasSpica pasaban del congelador al techode la casa. Porque no sabíamos bien sihabía que darles calor o frío para quevivieran un poco más. No nos resigná-bamos a que se terminara su vida útil,no podíamos creer que algo vivieramenos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eranguardables. ¡¡Los diarios!! Servían paratodo: para hacer plantillas para las botasde goma, para poner en el piso los díasde lluvia y por sobre todas las cosas paraenvolver ¡Las veces que nos enterába-mos de algún resultado leyendo el diariopegado al trozo de carne! Y guardába-mos el papel plateado de los chocolatesy de los cigarros para hacer guías depinitos de navidad y las páginas delalmanaque para hacer cuadros y loscuentagotas de los remedios por sialgún medicamento no traía el cuenta-gotas y los fósforos usados porque podí-amos prender una hornalla de la Volcándesde la otra que estaba prendida y lascajas de zapatos que se convirtieron enlos primeros álbumes de fotos. Y lascajas de cigarros Richmond se volvíancinturones y posa-mates y los frasquitosde las inyecciones con tapitas de gomase amontonaban vaya a saber con quéintención, y los mazos de naipes se reu-tilizaban aunque faltara alguna, con lainscripción a mano en una sota de espa-da que decía ‘este es un 4 de bastos’.

botar..., comprar

Los hospitales, escuelas, círculos infantiles, espa-cios abiertos o viviendas, pueden cumplir su funciónindependientemente de si poseen o no calidad estéti-ca. Los pacientes sanarán, los niños aprenderán, laspersonas habitarán de la misma manera que seingieren alimentos sin condimento. Se pueden con-sumir los gramos de proteínas, grasas y carbohidra-tos necesarios pero sin disfrutar el alimento. Llena-mos el estómago pero no el espíritu.

Desnudar a la ciudad descondimentándola, entra-ña empobrecer el medio en que vivimos. La falta deorden resultado de un pobre control urbano, la ausen-cia de rigor en el diseño, su simplificación y sacrificio–incluida la calidad constructiva– va en sentido contra-rio de los presupuestos elevados de equidad y justiciasocial que la sociedad se ha propuesto en su conjunto.

Está demostrado que en la medida en que seempobrecen los ambientes construidos se empobre-ce a las personas que habitan en él. La formula deerradicar barrios insalubres o marginales mudandoa sus habitantes a nuevos edificios ha sido una prác-tica fallida en todas partes del mundo. Los nuevosedificios no hacen barrio, el barrio lo hace la gentecuando su autoestima es elevada, siente y asume laoportunidad de superarse como ser humano. Laostentación fruto de riquezas de última hora es igualde dañina y corruptora de valores y códigos sedi-mentados en el tiempo.

Nuestra ciudad ha padecido la visión burocráticade expresar el éxito en cifras que hay que alcanzar yplanes que cumplir aunque para ello se sacrifique lacalidad constructiva, funcional y estética, cuyas secue-las están hoy –lamentablemente– a la vista de todos.La ciudad tiene que ser el reflejo de los que en ellahabitan y deberá elevarse junto a sus habitantes enarmónico desarrollo. Busquemos las raíces de lasindisciplinas y el deterioro de la convivencia social yveremos en ellas como razón importante la ausenciadel vital condimento cultural. CM

pedazo de ciudad Patrimonio de la Humanidad, parauna interminable serie de fotos y videos que serán elrecuerdo más preciado de sus quince.

La Fuente de los Leones es el lugar de la plaza quemás atracción ejerce. A las quinceañeras, se sumanrecién casados atraídos también por la belleza dellugar. Preguntados, responden que tanto la plaza consu fuente u otros espacios de la zona les atraen porqueson importantes y están cuidados y bonitos. Ese espa-cio valioso es el ideal para dejar constancia de esemomento especial en sus vidas. Para los habaneros elcentro histórico de la ciudad es el patrón de lo quedebiera ser La Habana: bonita, ordenada y cuidada. LaHabana Vieja satisface su necesidad de belleza y equi-librio y compensa las carencias presentes en el restode la ciudad. La Habana no es solo el centro urbanomás importante del país, albergando a uno de cadacinco cubanos, es una ciudad con edificios y lugares dealto valor arquitectónico y artístico, comparables a losde las ciudades más importantes.

Es la calidad estética junto a la funcional la queotorga a los edificios y espacios su valor y ellos, a suvez, a toda la ciudad. La reducción de estos a su merafunción de uso los priva de contribuir a mantener yengrandecer el valor del patrimonio heredado. Sacri-ficar la calidad estética por la masividad, es ademásde erróneo, nocivo. Los antiguos edificios que hoyadmiramos y de los cuales nos sentimos orgullosostestimonian su época de la misma forma que lo edifi-cado hoy será el testimonio de la nuestra mañana.Vale la pena meditar si estamos construyendoambientes urbanos que superan –o al menos igua-lan– a sus predecesores, o por el contrario estamosresolviendo necesidades justificadas por la premura,en nombre de la justicia social, obviando el mensajeque quedará en ellos para el futuro.

Ciudad sin condimento

MIGUEL COYULA

UNA PERSONA podrá pasar todos los días frente alPalacio de Bellas Artes y no decidirse a entrar nunca,ignorando los tesoros que alberga fruto de la imagina-ción y la dedicación de artistas notables como Ponce,Carlos Enríquez, Lam, Portocarrero, Amelia, Fabelo,Kacho y otros. No así el edificio.

Los que transiten frente al teatro Amadeo Roldán,o al García Lorca podrán ignorar conciertos y ballets,pero no los edificios. Otras artes podrán ser ignora-das, pero no la arquitectura. Los edificios están ahítransmitiéndonos un mensaje que tal vez no sepamosdescifrar. Pueden resultarnos bonitos o feos, acepta-bles o rechazables pero formando todos ese complejoentramado de formas, espacios y colores que es la ciu-dad. Un paisaje concebido por la mente humana yconstruido por sus propias manos.

En la Plaza de San Francisco en La Habana Vieja,se dan cita habaneros y visitantes. Una joven mucha-cha atrae la atención de todos. Su elaborado traje deprincesa con pamela resalta bajo el sol tropical con-trastando con la vestimenta informal de turistas ypaseantes. Es una quinceañera. Le sigue un séquito defotógrafos, camarógrafos, maquillista y vestuarista,que la acompañan en su periplo por sitios de este

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PAQUITA ARMAS FONSECA

VIVO A POCAS CUADRAS del Estadio Lati-noamericano. Sus gigantescas luces inva-den el fondo de mi apartamento, perosobre todo, resulta estremecedor cuandoruge. Sí, ruge, como guarida del equipoazul, pero a todo pulmón no siempre, quéva, sólo cuando acoge topes contra lasAvispas. Entonces el alegrón por un vuelacerca azul invade una buena cantidad demetros a la redonda y también el lamento,cuando son los rojinegros los que dan jon-rón o realizan un engarce de ensueño. Nofaltan a veces grandes algarabías por unbatazo santiaguero, que muchos aficiona-dos ese equipo tiene en la capital y en elresto del país.

Dada esa cercanía, disfruto casi al mis-mo tiempo del juego en vivo y de su trans-misión por la pequeña pantalla. En aque-llas contadas ocasiones en que tengosintonizado otro canal televisivo (en micasa yo sola disfruto la pelota), es ese rugi-do peculiar el que me dice que algo suce-dió. Cambio rápidamente para averiguar yseguir viendo la otra programación. Porsupuesto, que si se trata de un juego cerra-do entre mi equipo, el de Santiago deCuba, y otro conjunto, seguro que buscocómo ver el desafío. Y lo consigo pactandocon el resto del núcleo familiar. O conalgún vecino, porque lo que abundan enCuba son aficionados a ese juego.

Es que la pelota forma partede nuestra idiosincrasia.Empezamos con ella –per-dón, con el béisbol, queasí se decía entonces–,el 27 de diciembre de1874, en el estadio Pal-mar de Junco de laciudad de Matanzas.A 134 años de aquelsuceso, mucha agua hacorrido rumbo al mar ycon cada juego, el béisbol sefue transformando en pelota, enespañol, como decimos y entendemostodos los habitantes de esta Isla.

Así se llegó a 1962, fecha en la que serealizó el primer campeonato puramenteaficionado y que ganó el equipo Occiden-tales. Al principio, muchos pensaron queno habría buen espectáculo sin profesio-nales, pero el tiempo se encargó de decirque sí, que se podía jugar una gran pelotaentre aficionados. Con el nombre de San-tiago de Cuba, sin embargo, no aparecióun equipo hasta la segunda mitad de los 70y este obtuvo su primera corona en 1980,para acumular ocho hasta ahora. Pero ahíno se quedan sus records. Echemos un vis-tazo a lo sucedido hasta la última tempora-da: las Avispas han establecido marcaspara una serie nacional en carreras impul-sadas (629), anotadas (687), jonrones (122),extrabases (344), bases por bolas (491) ytotal de bases (1636). En los play off tam-bién se han impuesto; igualaron el mejorpromedio (369) e impusieron, como marcaabsoluta, 23 jonrones, 49 extrabases, 134carreras anotadas y 128 impulsadas.

En mi caso, defender a Santiago –miequipo de siempre– por encima del restode los conjuntos, y por supuesto de Indus-triales, me proporciona más placeres quesinsabores, porque he descubierto cuántosaficionados a las Avispas hay en La Haba-

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muchachos se han ganado el derecho avestir el uniforme Cuba en las próximasolimpiadas de la capital china. El Guiller-món, incluso, puede meter miedo. Recuer-do que hace unos cuantos años fui con ungrupo de amigos y entre ellos iba una cole-ga (por pasar el tiempo, porque la pelotano le interesa). Para molestarme, cada vezque estaba por batear un industrialistadecía «Ahí viene un jonrón» y se reía. Yaen la séptima entrada, con el juego cerra-do, cuando anunció el vuela cerca contra-rio, vi una mano que desde atrás se posóen su hombro y un vozarrón que la conmi-nó: «Niña, dijo, ve a apoyar a los azules alLatino, aquí no, que este es el avispero ypuedes salir con más de una picada». Niun candado hubiera hecho mejor efecto:mi amiga no volvió a hablar de pelota enel estadio y yo, al final, disfruté del triunfode mi equipo.

Porque yo no soy de las personas quepiensan que lo que vale es ver un buenjuego. El pasado año mi amigo FidelDíaz Castro (trovador y directorde El Caimán Barbudo) afirma-ba que «Si me dieran aescoger, por ejemplo, queIndustriales ganara lafinalísima como ganó lasemifinal o que perdie-ra 3 carreras por 2 en unséptimo juego, de segurooptaría por lo último,nada como gozar un granbéisbol, incluso con ese sufri-miento (otra manera de gozar)de cuando se pierde en buena lid».En esta última serie criticó mi felicidadpor la barrida de Santiago frente a Pinardel Río; que era muestra, decía, de que noconozco nada de pelota, porque en elterreno había un solo equipo. (¡Qué suerteque era el mío!)

Yo pienso como otro amigo, el escritory crítico Rolando Pérez Betancourt. A él lepregunté hace unas semanas que significa-ba para él la pelota y me contestó «son losdeseos de que llegue el sábado para cobrarvenganza de las dos derrotas de Industria-les a manos de Santiago. Hasta ayer podíahablarte de espectáculo, conga, contentura,dramatismo en los rostros de los especta-dores y jugadores, pasión desbordada, etc.,pero ahora lo que quiero es sangre...».

Como a Rolando, a mí me gusta ganary si puede ser por nocao, y frente a Indus-triales, mejor, como el que logramos en laserie 46, en el primer juego del play offfinal en el Guillermón: ¡19 por 5! Ningunode mis amigos industrialistas salió al telé-fono cuando los llamé. Este año los nocaosfueron un deleite frente a Víctor Mesa, noVilla Clara, porque a quien una disfrutaganarle es al mentor de los naranjas, esejoseador empedernido de la pelota cuba-na. Y en cuanto a no salir al teléfono, yo a

veces hago lo mismo: si estoy perdien-do no tomo el auricular, incluso

digo que estoy viendo otrocanal televisivo.

Este año ver crecer-se a Bell con un mon-tón de récords ofensi-vos destrozados, fueun verdadero deleite,placer que creció al

conocer sus inquietu-des: «No pienso en mar-

cas personales, lo principales retener el título nacional

con el equipo. De esa forma metendrán en cuenta para el equipo nacionalque defenderá el título olímpico en Beijingy tal vez me abra las puertas del segundoClásico. Son dos medidores con los quetodo pelotero sueña». Con 111 carrerasimpulsadas, 31 jonrones y 252 bases reco-

na, en tanto capital y ciudadcosmopolita. Y esa es tam-

bién una razón para quelos azules nunca puedantener un estadio comple-to a su favor, ni el Lati-noamericano, que siem-pre albergará a una

buena cantidad de públi-co contrario.

A propósito, el EstadioLatinoamericano se denominó

Gran Stadium de La Habana o Esta-dio del Cerro hasta 1961, cuando desapare-ció la pelota profesional, entonces tomó elapellido que hoy lo identifica. Se construyóen 1946 y fue inaugurado el 26 de octubrede ese año con una cifra récord para enton-ces de 31 mil espectadores.

Pero el estadio Guillermón Moncadaes otra cosa. Con una capacidad de 25 milespectadores, tiene un comportamiento suigéneris. Inaugurado el 24 de febrero de1964, siguiendo el proyecto del arquitectoEmilio Castro, esa instalación más querugir baila. De entrada, no se puede pensarun juego de pelota allí sin que nos venga ala mente el cornetín y los cueros de la con-ga de los Hoyos. Nadie en Cuba obliga,como ellos, a mover los pies. La músicaincita y excita a los jugadores y al público,suena cuando esperan un jonrón o un stri-ke, y ¿por qué no? trata de desestabilizar alcontrario. Pelotero que juegue en el Gui-llermón y no guste de la conga es mejorque no salga al terreno, porque terminaloco. A estas características se une otra: aese estadio van, en un 99,99 por ciento, afi-cionados a Santiago. En los juegos de losenfrentamientos finales de la última serieun coro gigantesco gritaba «Beijing» cadavez que iban a batear Alexei Bell, RolandoMeriño, y otros jugadores o lanzaba Nor-ge Luis Vera, en clara alusión que esos

RolandoMeriño

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Alexei Bell

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LA CALLEDEL MEDIO

Pobre corazónAdrián Berazaín

Esa muchacha, con sus ojos verdes Benetton,un Chanel de excusa por olor,y un vestido corto Cristian Dior. ¡Qué facha! ¡qué facha!

Lleva un celular para cuando llame su papá, tiene carro y lo saca a pasear,vive muy feliz en Miramar.¡Qué estampa! ¡qué estampa!

Pobre corazón,pobre corazón, pobre corazón, y no se da cuenta.(se repite)

Me la encontré, por supuesto, fuera de pecera, Y me le acerqué como si fuera el galán

/ de sus telenovelas, ¡qué pena! ¡qué pena!

Pero como yo no soy ni Brad Pitt / ni Alain Delon

y solo llevaba por dinero un poco / de mi buena intención,

¡desilusión!

Pobre corazón, pobre corazón, pobre corazón, y no se da cuenta.(se repite)

Nunca más la he visto, porque en su planeta yo no existo, y seguro que baila al ritmo repetido

/ que rigen la moda, Mike Mouse, y su pobre corazón,y ese rosado quela ayuda en su especulación.

Pobre corazón, ¿a dónde vas, con tanta / fashion sin pasión?

Pobre corazón,¡que tu papá nunca te regañó!Pobre corazón,lo tienes todo pero nada te sirvió.Pobre corazón,y hasta te dicen:Miky bombo,Miky bombo, miky.(se repite)

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Suna carta de amor no es el amor

sino un informe de la ausenciamario benedetti

LA LETRA DEL MES

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rridas, el joven de 24 años impuso nuevosrécords, pero ante la inmensa felicidad deesos triunfos no olvida a otros grandes:«Fue difícil mentalmente asumir laresponsabilidad de ser el cuartobate de Santiago de Cuba,lugar que ocupó OrestesKindelán por más de 20años. Él no tiene iguales,por eso pienso que huboun bache en esa posiciónen el elenco. Pero fueprecisamente él, comoentrenador, quien me ayu-dó con una preparación físi-ca y de fuerza específicas».

Imposible no vibrar al compásdel bate de Meriño que implantó variasmarcas en play off: juegos jugados (146),dobles (42), carreras impulsadas (93),bases por bolas recibidas (85), hits (162) ybases robadas (59). Este veterano de 37años demostró que no siempre la edad esuna limitante para el deporte. Momentosdespués de terminar el juego final en Pinardel Río, el máscara oriental decía: «Santia-go de Cuba fue un digno campeón, sobretodo por la forma en que sus jugadores lle-garon a la postemporada. Pinar fue undigno rival (…). Peleó hasta el final, peronosotros llegamos muy bien físicamente ymerecimos la victoria, para satisfacción detoda la afición que nos sigue en el país».Cuando le comentaron los récords queestableció en la serie, especialmente en losplay off, dijo «Estuve bien. Creo que ditodo lo que pude por mi equipo. Y si mesalieron bien las cosas, mejor para miequipo. Nunca pienso en liderazgos ni ennominaciones individuales, aunque sí enla posibilidad de integrar la selecciónnacional a los Juegos Olímpicos de Bei-jing». Pero él sabe que aún no tiene elpuesto conseguido, «el resto correspondea los encargados de hacer la relación paralos Juegos». Y la modestia que reina entreestos jugadores aflora en boca de su capi-tán «Hay varios receptores con buenasactuaciones, y entre ellos creo estar yo.Pero son los técnicos quienes tienen quedeterminar si voy o no». Espero que haya

del decreto de Trujillo y del mensajedel Congreso de Angostura.

¿No la reconoces, verdad? Yotampoco la reconocería si la muerteno me señalara con su dedo despia-dado la realidad de este supremoinstante.

Si yo hubiera muerto en un cam-po de batalla frente al enemigo, tedejaría mi gloria, la gloria queentreví a tu lado en los campos deun sol de primavera.

Muero miserable, proscripto,detestado por los mismos que goza-ron mis favores, víctima de uninmenso dolor; presa de infinitasamarguras. Te dejo el recuerdo demis tristezas y lágrimas que no lle-garán a verter mis ojos.

¿No es digna de tu grandeza talofrenda?

Estuviste en mi alma en el peli-gro, conmigo presidiste los consejosdel gobierno, tuyos son mis triunfosy tuyos mis reveses, tuyos son tam-bién mi último pensamiento y mipena final.

En las noches galantes del Mag-dalena vi desfilar mil veces la góndo-la de Byron por las calles de Venecia,en ella iban grandes bellezas y gran-des hermosuras, pero no ibas tú; por-que tú flotabas en mi alma mostradapor las níveas castidades.

A la hora de los grandes desen-gaños, a la hora de las últimas con-gojas apareces ante mis ojos demoribundo con los hechizos de lajuventud y de la fortuna; me miras yen tus pupilas arde el fuego de losvolcanes; me hablas y en tu vozescucho las dianas de Junín.

Adiós, Fanny, todo ha termina-do. Juventud, ilusiones, risas y ale-grías se hunden en la nada, sóloquedas tú como ilusión serafinaseñoreando el infinito, dominandola eternidad.

Me tocó la misión del relámpa-go: rasgar un instante las tinieblas,fulgurar apenas sobre el abismo ytornar a perderse en el vacío.

Santa Marta,

6 de diciembre de 1830.

LIBERTAD GONZÁLEZ

Simón José Antonio de la Santísi-ma Trinidad Bolívar y Palacios(Caracas, Venezuela 24 de juliode 1783-Santa Marta, Colombia,

17 de diciembre de 1830), el liber-tador de América; casado y viudo

muy joven, encontró en Manuelita Sáezuna compañera de ideas y batallas. A ellaescribió muchas cartas pero tam-bién esta, la última según la fecha,fue dirigida a Fanny Du Villars,una prima lejana con la que tuvoun romance cuando con 20 añosperdió a su esposa.

QUERIDA PRIMA: ¿Te extraña que piense en ti al

borde del sepulcro?Ha llegado la última hora; tengo

al frente el mar Caribe, azul y plata,agitado como mi alma por grandestempestades; a mi espalda se alza elmacizo gigantesco de la sierra consus viejos picos coronados de nieveimpoluta como nuestros ensueñosde 1805.

Por sobre mí, el cielo más bellode América, la más hermosa sinfo-nía de colores, el más grandiosoderroche de luz.

Y tú estás conmigo, porquetodos me abandonan; tú estás con-migo en los postreros latidos de lavida, en las últimas fulguraciones dela conciencia.

¡Adiós Fanny! Esta carta, llena designos vacilantes, la escribe la manoque estrechó las tuyas en las horasdel amor, de la esperanza, de la fe.

Esta es la letra que iluminó elrelámpago de los cañones de Boyacáy Carabobo; esta es la letra escrita

justicia e integre el equipo y no para ver lostoros desde la barrera, sino con el bate alhombro.

Otro inmenso, por resulta-dos históricos, y por esta

serie, fue Norge LuisVera. Tan ecuánimecomo seguro en elbox, el espigado tira-dor, con su sonrisade niño grande dijoque su equipo se

merecía la victoria:«Me he sentido bien y

si hubiera hecho faltaotro juego, lo tiraría». Impresionante también la

faena de Héctor Olivera y Luis MiguelNavas, sin olvidarse de José Julio que sibien atravesó por un slump al final de latemporada, es un bateador con presentey futuro, muy útil en la primera base.

¿Qué decir de Antonio Pacheco? Paramuchos, el mejor segunda base de toda lahistoria de la pelota cubana. El mentorsantiaguero dejó una estela brillante comojugador que sigue extendiendo comodirector de la nueva aplanadora. No esexplosivo, ni alardoso, más bien flemático,pero sus jugadores lo respetan porque esel primero en dar ejemplo. Para el capitánde capitanes no es difícil dirigir a Santiagode Cuba: «Según mi experiencia, no. Res-peto mucho a mis jugadores y estosson recíprocos. Hay total lealtadentre los integrantes delcolectivo, en todo momen-to decimos la verdad pordura que sea. Ahí radi-ca el éxito de Santiago»dijo en una entrevistareciente.

En esa misma opor-tunidad confesó «Misatisfacción personal noes ser el manager del equipoCuba, sino contribuir a que mispeloteros sean grandes de la pelotacubana. Siempre les digo a ellos que no tie-nen que agradecerme. Lo que sería suma-mente triste para mí es que yo dirija a San-

tiago y no deje una huella positiva de mitrabajo».

De todas formas me pregunto cuántonecesita demostrar para ser el manager delconjunto que represente a la nación. Nocomparto ni por asomo que Santiago es unequipo que se dirige solo, ni el resto de losúltimos directores de los equipos Cubahan ganado todos los partidos a los que sehan enfrentado.

Pero estas son reflexiones otras. Dejoesa discusión a los cronistas deportivos,aunque entre ellos Santiago no tienemuchos defensores. Sus grandes seguido-res están en la ciudad más caribeña deCuba, aquellos que han vibrado en el Gui-llermón, arrollado en la Trocha, o descor-chado una botella de ron en la Loma de SanJuan o frente a la Bahía Santiaguera, yconocen el verdadero significado de lapalabra fiesta. Allí no se trata de un traguitoaquí, o de un tambor aislado, no, allí la fies-ta es un orgasmo colectivo inigualable, per-cibido por quienes participan en ese bullirde los sentidos solo posible en la tierra mástelúrica de Cuba y escenificado en esteabril para celebrar la nueva corona ganadapor sus muchachos. Aunque poquísimo,incluso el día del triunfo, se pudo ver porla televisión nacional. ¡Ni siquiera hicie-ron un pase a la Trocha donde se lanzaronlos fuegos artificiales por la corona gana-da una vez más por los rojinegros!

Ah, que me perdonen los atletas deotros conjuntos, que muchos son

grandes y vistiendo el equipoCuba me han hecho tem-

blar de emoción, peroestas líneas son sobre laserie del patio, y en esa,todo mi apoyo, pasión,y alegría van para lasAvispas, esos en apa-

riencia diminutos insec-tos que pueden hacer

correr a los Leones a fuerzade picadas, beberse de una sen-

tada varios vasos de jugo de naranjao convertir en humo los más fuertes purosde Vuelta Abajo, sin dejar que ningúnLazo los amarre cortico. CM

HéctorOlivera

Norge Luis Vera

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SERIENACIONAL

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los alimentos. Un cuerpo lleno, nosiempre es el cuerpo más sano.

En el mundo globalizado de hoy,los hábitos y costumbres alimentariosse internacionalizan y es cada vez másfrecuente oír hablar de comida asiáticaen Europa, o de papa peruana en elOriente Medio y por qué no, de cerdoasado en las mesas más suculentas delmundo. Pero lo más preocupante esque los malos hábitos se han transcul-turizado también, y por la escasez detiempo, tendemos a buscar alimentoscada vez más sencillos y fáciles de dige-rir, esos que hoy denominan justamen-te como «comida chatarra». En EstadosUnidos, que es donde más se consumeese tipo de alimentos, lo llaman fast food(comida rápida en inglés). Transnacio-nales de la comida chatarra como McDonald se encuentran desde Groenlan-dia hasta Japón… más éste es un boo-merang que se vuelve contra quienesasí se alimentan o dan de comer a niñosy ancianos. No es casual el despropor-cionado crecimiento de la obesidadinfantil, los problemas cardíacos y la

diabetes… Pero también aparece en el mun-

do una nueva corriente –conocidacomo slow food, la contrapartidadel fast food–, que pretende preser-var las tradiciones gastronómi-cas que están desapareciendo;en ella la comida recobra su jus-

to valor, no se ve como una minu-cia, sino como un elemento central

de la vida. Y es que la comida es una excelente

llave para entrar en cualquier parte. Esinterdisciplinaria y une la historia, la geo-grafía, la antropología, la medicina, elarte, la ciencia y la economía, por lo quepodemos sentenciar que conocer lo quese come y se bebe aumenta el placer devivir, nos brinda calidad de vida y nosmuestra el camino para alcanzar unaacertada cultura general integral.

Los seres humanos necesitan cono-cer lo que comen y beben; conocerlo,aumenta el placer de alimentarse. Hayque rescatar ese espacio de sosiegofamiliar que es la buena mesa, que con-tribuye también a la formación de unarelación más intensa y fructífera en lafamilia, y que fortalece la amistad en eltrabajo. La cultura de la mesa se cons-truye día a día, no por cotidiana dejade ser novedosa, atractiva y única.

Detrás de cada cocinero (chef), hayun gran artista del gusto. Pero desde lamesa más humilde se pueden crear losplatos más apetitosos. Para ello esnecesario tener conocimientos sobreel origen y la historia de los alimentosque vamos a llevarnos a la boca. Comodijera José Martí, «el hombre sólo amalo que crea»…

En esta sección proponemos unacomparación que nos ayudará a poseeruna óptica diferente: un plato con lareceta tradicional y autóctona cubana yen relación comparativa, ese mismoplato con los destellos de creatividadque hoy se conocen como cocina estili-zada o gourmet…

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LA CALLEDEL MEDIO

MAYO, 2008

director

enrique ubieta gómez

diseño

10k

zardoyas

rnps: 0583PUBLICACIÓN CULTURAL DE PRENSA LATINA

VA

RIA

DO

S

colaboradores

paquita armas fonseca

adrián berazaín

miguel coyula

pedro de la hoz

josé luis estrada betancourt

laidi fernández de juan

libertad gonzález

félix guerra

yuris nórido

dirección

calle 21 no. 406, vedado, la habana,

cuba. cp 10400.

email

[email protected]

impresión

imprenta federico engels

fotografías

javier abreu garcía

alex castro

víctor junco

roberto meriño

juan moreno

luis carlos palacios reyna

yamir pellegrino

alexis manuel rodríguez

martha vecino

otto ortiz

yamir pellegrino

raynor rivera licea

octavio rodríguez (churrisco)

daynet rodríguez sotomayor

eduardo sánchez zulueta

sahily tabares

jorge wejebe coboMAYO2008

NÚMERO

YAMIR PELLEGRINO

BUENO, nos ha tocado comenzar alabrar quizás un espacio que sirva nosólo para el aprendizaje, sino tambiénpara la más rica y pura reflexión, y es quecuando se habla de costumbres y másaún, cuando éstas son de un cubano rello-llo, entonces las cosas se complican…

Hablar en Cuba de hábitos alimen-tarios es llegar a ese momento sublimey necesario del día en que la familiacubana, se sienta a la mesa. La hora decomer –cuando la familia puede reu-nirse–, más que una estricta necesidadfisiológica, es un momento crucial ysacrosanto de la convivencia. Y si no locree pregunte cuál es el lugar de lacasa por donde pasan los momentosmás importantes, y veremos que, sindudas, es la mesa. Pero no hay buenamesa sin buenos hábitos alimentarios,y aquí comienza otra disyuntiva.

¿Nos estamos nutriendo o alimen-tando bien los cubanos? En ocasionespensamos que comer mucho es direc-tamente proporcional a nutrirnos bien.Nada más lejos de la verdad. Parapoder nutrirnos bien, nuestro cuerponecesita recibir, transformar y utilizarlas sustancias químicas contenidas en

masas de cerdo a la criolla

RACIÓN PARA UNA PERSONA

· c a n t i d a d ·

masas de cerdo 300 g aceite vegetal 100 mlajo 0,10 g cebolla 0,50 g orégano 0,10 g comino 0,10 g laurel 0,02 g sal 0,05 g pimienta 0,02 g papas 0,50 g arroz blanco 0,50 g

masas de cerdo glaseadas

al estilo gourmet

RACIÓN PARA UNA PERSONA

· c a n t i d a d ·

masas de cerdo 300 gaceite vegetal 100 mlajo 0,10 gcebolla 0,50 gorégano 0,10 gcomino 0,10 glaurel 0,02 gsal 0,05 gpimienta 0,02 gpapas 0,50 garroz blanco 0,50 g*miel de abeja 0,30 ml*sidra 0,45 ml*brócoli 0,40 g*zanahoria 0,40 g

Se salpimientan las masas, se sellan en acei-te caliente, una vez selladas se les incorpo-ran las especies, se cocina a fuego lento yaparte se elabora el mojo con cebolla, comi-no y ajo, el arroz blanco y las papas alvapor u horno, también se elaboran porseparado… ahora en el caso del segundoplato solo se le adicionan la miel, la sidra,los brócolis al vapor y la zanahoria alvapor; y con estos pequeños toques detallestenemos un nuevo plato, ahora con el gustomás universal y esta receta autóctona haadquirido un valor de «nouvelle cuisine», ococina novedosa, esas simplezas para algu-nos son detalles determinantes en los pla-tos que adornan las mesas de los grandesrestaurantes del mundo…

· e l a b o r a c i ó n ·

EL SECRETO DE LA BUENA MESA NOTICIAS EN LA CALLEMASAS DE CERDO

La buena cocina nace en el hogar,en la humildad de un fogón, o la crea-tividad de alguien que sólo quiere lle-var a la mesa una receta diferente,todo aquel que le ponga empeño, crea-tividad y deseo tendrá su propio secre-to de la buena mesa… CM

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Una vez más la Casa de lasAméricas abre sus puertas a laTemporada de Teatro Latinoa-mericano y Caribeño MayoTeatral, que tendrá del nueveal dieciocho de este mes suséptima edición. Espacio úni-

co de encuentro, confrontación y diá-logo que reúne una muestra repre-sentativa del variado quehacer de laescena en la región.

Como ya es habitual, esta fiesta delas tablas ocupa varias salas de la capi-tal: Adolfo Llauradó, Hubert de Blanck,García Lorca, Mella y Museo Nacionalde Bellas Artes. Pero también se extien-de hacia escenarios de Matanzas, VillaClara, Cienfuegos, además de Pinar delRío y Granma, provincias estas dos últi-mas que participan de Mayo Teatralpor primera vez.

Paralelamente a los espectáculosse ofrecerán talleres, demostracionesde trabajo y encuentros con teatris-tas. Paradigmas del teatro de grupocomo La Candelaria, de Colombia, yMalayerba, de Ecuador, compartenlas tablas con el importante coreó-grafo ecuatoriano Wilson Pico y losdestacados actores Ofelia Medina, deMéxico, y Teófilo Torres, de PuertoRico. A ellos se suman el Circo TeatroUdi Grudi, uno de los más importan-tes exponentes del Nuevo Circo deBrasil y el colectivo mexicano La Má-quina de Teatro.

Unidos a una muestra del teatrocubano actual conformada por los Pre-mios de la Crítica, dentro de los que seincluyen los grupos: Teatro de la Luna,Danza Contemporánea de Cuba, ElCiervo Encantado, Teatro de las Esta-ciones y Teatro El Público, junto al im-portante actor Osvaldo Doimeadiós.

MARTA MARÍA BORRAS FRANCISCO www.laventana.casa.cult.cu

En fase de posproducción, lue-go de haber sigo rodados, seencuentran varios largometra-jes cubanos de ficción: el histó-rico bélico de gran producciónKangamba, dirigido por Roge-lio Paris y basado en aconteci-mientos reales de la gesta cuba-no-angolana; la aproximación

biográfico-poética a Lezama Lima titu-lada El viajero inmóvil, que dirige To-más Piard; Los dioses rotos, que re-presenta el debut en el cine de ErnestoDaranas, y el filme de cámara, sobreconflictos filiales Te espero en la eter-nidad, del consagrado Enrique PinedaBarnet. Se ruedan, entre otras, el thri-ller de corte histórico Rojo vivo, de Re-beca Chávez y Omertá, de Pavel Gi-roud. CM

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