notas ellen white leccion 13

8
Recursos Escuela Sabática © III Trimestre de 2012 1 y 2 de Tesalonicenses Notas de Elena G. de White Lección 13 29 de Septiembre de 2012 Mantener fiel a la iglesia Tesalonicenses 2:13-3:18 Sábado 22 de septiembre Toda la luz del pasado, que brilla en el presente y se extiende hacia el futuro, está revelada en la Palabra de Dios y es para cada alma que desee recibirla. La gloria de esa luz, que es la gloria del carácter de Cristo, no puede ser expresada con palabras; el lenguaje humano es inadecuado para revelarla. Debe manifestarse en la vida del cristiano, en la familia, en la iglesia, en el ministerio y en cada institución esta- blecida por el pueblo de Dios. Todos deben ser tipos y símbolos del poder salvador de las verdades del evangelio; son agencias para cum- plir el gran propósito de Dios para la raza humana (Australian Union Conference Record, 1º de junio, 1900). Estamos deseando ver la bendita esperanza y la gloriosa aparición de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Puede ser que no este- mos vivos cuando Cristo aparezca con poder y grande gloria, porque todos estamos sujetos a la muerte en cualquier momento. Pero si ac- tuamos en justicia, en armonía con la ley de Dios, escucharemos la voz que llamará a los justos de sus tumbas para recibir la inmortali- dad. Solo los benditos y santos estarán listos para la primera resu- rrección, puesto que la venida de Cristo no cambiará el carácter... La Palabra de Dios declara que debemos estar sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante. Es ahora que debemos aprender obediencia y sumi- sión a la voluntad divina, porque Dios es el que produce así el querer como el hacer por su buena voluntad. Debemos ocuparnos de nues- tra salvación con temor y temblor, pero nuestros propios esfuerzos no sirven para expiar el pecado y renovar el corazón. Solo la sangre de Cristo puede expiarnos; solo su gracia puede crear un corazón

Upload: mision-centro-oeste-del-peru

Post on 23-Jun-2015

256 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

III Trimestre de 2012 1 y 2 de Tesalonicenses

Notas de Elena G. de White

Lección 13 29 de Septiembre de 2012

Mantener fiel a la iglesia Tesalonicenses 2:13-3:18

Sábado 22 de septiembre

Toda la luz del pasado, que brilla en el presente y se extiende hacia el futuro, está revelada en la Palabra de Dios y es para cada alma que desee recibirla. La gloria de esa luz, que es la gloria del carácter de Cristo, no puede ser expresada con palabras; el lenguaje humano es inadecuado para revelarla. Debe manifestarse en la vida del cristiano, en la familia, en la iglesia, en el ministerio y en cada institución esta-blecida por el pueblo de Dios. Todos deben ser tipos y símbolos del poder salvador de las verdades del evangelio; son agencias para cum-plir el gran propósito de Dios para la raza humana (Australian Union Conference Record, 1º de junio, 1900).

Estamos deseando ver la bendita esperanza y la gloriosa aparición de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Puede ser que no este-mos vivos cuando Cristo aparezca con poder y grande gloria, porque todos estamos sujetos a la muerte en cualquier momento. Pero si ac-tuamos en justicia, en armonía con la ley de Dios, escucharemos la voz que llamará a los justos de sus tumbas para recibir la inmortali-dad. Solo los benditos y santos estarán listos para la primera resu-rrección, puesto que la venida de Cristo no cambiará el carácter... La Palabra de Dios declara que debemos estar sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante. Es ahora que debemos aprender obediencia y sumi-sión a la voluntad divina, porque Dios es el que produce así el querer como el hacer por su buena voluntad. Debemos ocuparnos de nues-tra salvación con temor y temblor, pero nuestros propios esfuerzos no sirven para expiar el pecado y renovar el corazón. Solo la sangre de Cristo puede expiarnos; solo su gracia puede crear un corazón

Page 2: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

limpio y capacitarnos para obedecer su ley. Él es nuestra única espe-ranza (Signs of the Times, 9 de febrero, 1891).

Domingo 23 de septiembre: Fieles por elección divina (2 Tesalonicenses 2:13-17)

Aquellos que profesan creer en Jesús siempre deberían buscar la luz; deberían orar diariamente por la iluminación del Espíritu Santo al abrir las páginas del libro sagrado, para que se los capacite a com-prender las cosas del Espíritu de Dios. Tenemos que confiar implíci-tamente en la Palabra de Dios, o estaremos perdidos. Las palabras humanas, por más grandes que sean, no nos hacen perfectos para buenas obras. “Que Dios os haya escogido desde el principio para salvación por el Espíritu y la fe en la verdad”. En este texto se revelan las dos agencias que obran para salvación: la influencia divina y la fe en la verdad. Mediante ellas llegamos a ser colaboradores con Dios y con su iglesia. Él no ha planeado agregar un nuevo elemento, además de su Palabra, para darnos eficiencia. Su gran obra para el mundo ha sido la obra de la inspiración. Nos ofrece la sangre de Cristo, la obra del Espíritu y su divina Palabra. Toda esta provisión celestial está a nuestra disposición para trabajar por las almas por las que Cristo murió. Depende de nosotros aceptar sus promesas y llegar a ser cola-boradores con él, porque esta es una obra que requiere la unión de las agencias humanas con las divinas. (Fundamentáis of Chris-tian Education, pp. 188, 189).

Así bosquejó Pablo la nefasta obra de aquel poder del mal que subsistiría durante largos siglos de tinieblas y persecución antes de la segunda venida de Cristo. Los creyentes tesalonicenses habían espe-rado inmediata liberación; ahora se les alentó a emprender valero-samente, en el temor de Dios, la obra que tenían por delante. El apóstol les recomendó que no descuidaran sus deberes ni se entrega-ran a la espera ociosa. Después de sus brillantes expectativas de in-mediata liberación, la rutina de la vida diaria y la oposición que de-bían afrontar podían parecerles doblemente penosas. Por lo tanto los exhortó a estar firmes en la fe:

“Estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio consolación eterna, y buena esperanza por gracia, consuele vuestros corazones, y os con-firme en toda buena palabra y obra”. “Mas fiel es el Señor, que os

Page 3: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

confirmará y guardará del mal. Y tenemos confianza de vosotros en el Señor, que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. Y el Señor enderece vuestros corazones en el amor de Dios, y en la paciencia de Cristo”.

La obra de los creyentes les había sido dada por Dios. Por su fiel adhesión a la verdad habían de dar a otros la luz que habían recibido. El apóstol les recomendó que no se cansaran de hacer el bien, y les señaló su propio ejemplo de diligencia en los asuntos temporales mientras trabajaba con incansable celo en la causa de Cristo. Repro-bó a aquellos que se habían entregado a la pereza y a la excitación sin propósito, y les indicó que, “trabajando con reposo”, comieran “su pan”. También ordenó a la iglesia que excluyera de su comunión a cualquiera que persistiera en descuidar la instrucción dada por los ministros de Dios. “Mas no lo tengáis como a enemigo —añadió— sino amonestadle como a hermano”.

También esta epístola la termina Pablo con una oración, en la que pide que en medio de los afanes y pruebas de la vida, la paz de Dios y la gracia del Señor Jesucristo los consolasen y sostuviesen. (Los he-chos de los apóstoles, pp. 216, 217).

Lunes 24 de septiembre: Confianza frente al mal (2 Tesalonicenses 3:1-5)

Nadie está en mayor peligro de caer bajo la influencia de los espí-ritus malos que los que, a pesar del testimonio directo y positivo de las Sagradas Escrituras, niegan la existencia e intervención del diablo y de sus ángeles. Mientras ignoremos sus astucias, ellos nos llevan notable ventaja; y muchos obedecen a sus sugestiones creyendo se-guir los dictados de su propia sabiduría. Esta es la razón por la cual a medida que nos acercamos al fin del tiempo, cuando Satanás obrará con la mayor energía para engañar y destruir, él mismo propaga por todas partes la creencia de que no existe. Su política consiste en es-conderse y obrar solapadamente.

No hay nada que el gran seductor tema tanto como el que nos de-mos cuenta de sus artimañas. Para mejor disfrazar su carácter y en-cubrir sus verdaderos propósitos, se ha hecho representar de modo que no despierte emociones más poderosas que las del ridículo y del desprecio. Le gusta que lo pinten deforme o repugnante, mitad ani-mal mitad hombre. Le agrada oírse nombrar como objeto de diver-sión y de burla por personas que se creen inteligentes e instruidas.

Page 4: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

Precisamente por haberse enmascarado con habilidad consumada es por lo que tan a menudo se oye preguntar: “¿Existe en realidad en-te semejante?” Prueba evidente de su éxito es la aceptación general de que gozan entre el público religioso ciertas teorías que niegan los testimonios más positivos de las Sagradas Escrituras. Y es porque Sa-tanás puede dominar tan fácilmente los espíritus de las personas in-conscientes de su influencia, por lo que la Palabra de Dios nos da tantos ejemplos de su obra maléfica, nos revela sus fuerzas ocultas y nos pone así en guardia contra sus ataques. (El conflicto de los siglos, pp. 570, 571).

El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difí-cil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. Han olvidado mayormente su pasado, y cuando da otro paso adelante, no le reconocen como su enemigo, la serpiente antigua, sino que le consideran como un amigo que está haciendo una buena obra. Jactándose de su independencia, bajo la influencia espaciosa y hechicera de Satanás, obedecen a los peores impulsos del corazón humano, y sin embargo creen que Dios los está conduciendo. Si sus ojos pudiesen abrirse para distinguir a su capi-tán, verían que no están sirviendo a Dios, sino al enemigo de toda justicia. Verían que la independencia de que se jactan es una de las más pesadas cadenas que Satanás pueda forjar en tomo de las men-tes desequilibradas. (Joyas de los testimonios, tomo 2, pp. 105, 106).

Martes 25 de septiembre: Escritura y tradición (2 Tesalonicenses 3:6-8)

Las explicaciones que de las Escrituras daban los escribas y fari-seos discrepaban tanto de las de Cristo que esto llamaba la atención del pueblo. Los rabinos hacían hincapié en la tradición, en teorías y especulaciones humanas. Muchas veces, en lugar de la Escritura misma daban lo que los hombres habían enseñado y escrito acerca de ella. El tema de lo que enseñaba Cristo era la Palabra de Dios. A los que le interrogaban les respondía sencillamente: “Escrito está”, “¿Qué dice la Escritura?” “¿Cómo lees?” Cada vez que un amigo o un enemigo manifestaba interés, Cristo le presentaba la Palabra. Pro-clamaba con claridad y potencia el mensaje del evangelio. Sus pala-bras derramaban raudales de luz sobre las enseñanzas de patriarcas y profetas, y las Escrituras llegaban así a los hombres como una nueva

Page 5: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

revelación. Nunca hasta entonces habían percibido sus oyentes tan profundo significado en la Palabra de Dios. (El ministerio de cu-ración, pp. 13, 14).

En cada época hay un nuevo desarrollo de la verdad, un mensaje de Dios al pueblo de esa generación. Las viejas verdades son todas esenciales; la nueva verdad no es independiente de la vieja, sino un desarrollo de ella. Es únicamente comprendiendo las viejas verdades como podemos entender las nuevas. Cuando Cristo deseó revelar a sus discípulos la verdad de su resurrección, comenzó “desde Moisés, y de todos los profetas”, y “declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Pero es la luz que brilla en el nuevo desarrollo de la verdad la que glorifica lo viejo. Aquel que rechaza o descuida lo nue-vo no posee realmente lo viejo. Para él la verdad pierde su poder vital y llega a ser solamente una forma muerta.

Existen personas que profesan creer y enseñar las verdades del Antiguo Testamento mientras rechazan el Nuevo. Pero el rehusar re-cibir las enseñanzas de Cristo, demuestran no creer lo que dijeron los patriarcas y profetas. “Si vosotros creyeseis a Moisés —dijo Cristo— creeríais a mí; porque de mí escribió él”. Por ende, no hay verdadero poder en sus enseñanzas, ni aun del Antiguo Testamento.

Muchos de los que pretenden creer y enseñar el evangelio caen en un error similar. Ponen a un lado las escrituras del Antiguo Testa-mento, de las cuales Cristo declaró: “Ellas son las que dan testimonio de mí”. Al rechazar el Antiguo Testamento, prácticamente rechazan el Nuevo; pues ambos son partes de un todo inseparable. Ningún hombre puede presentar correctamente la ley de Dios sin el evange-lio, ni el evangelio sin la ley. La ley es el evangelio sintetizado, y el evangelio es la ley desarrollada. La ley es la raíz, el evangelio su fra-gante flor y fruto.

El Antiguo Testamento arroja luz sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Viejo. Cada uno de ellos es una revelación de la gloria de Dios en Cristo. Ambos presentan verdades que revelarán continuamente nuevas profundidades de significado para el estudiante fervoroso. (Palabras de vida del Gran Maestro, pp. 98, 99).

Miércoles 26 de septiembre: Trabajar y comer (2 Tesalonicenses 3:9-12)

En Tesalónica Pablo había encontrado personas que se negaban a trabajar con las manos. Respecto a esta clase escribió más tarde:

Page 6: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

“Andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en na-da, sino ocupados en curiosear. Y a los tales requerimos y rogamos por nuestro Señor Jesucristo, que, trabajando con reposo, coman su pan”. Mientras trabajaba en Tesalónica, Pablo había tenido cuidado de presentar a los tales un ejemplo correcto. “Porque aun estando con vosotros —escribió— os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesalonicenses 3:11, 12, 10).

En todo tiempo Satanás ha tratado de perjudicar los esfuerzos de los siervos de Dios introduciendo en la iglesia un espíritu de fanatis-mo. Así era en los días de Pablo, y así fue en los siglos ulteriores, du-rante el tiempo de la Reforma. Wiclef, Lutero, y muchos otros que beneficiaron al mundo por su influencia y fe, afrontaron los ardides por los cuales el enemigo procura arrastrar a un fanatismo excesiva-mente celoso a las mentes desequilibradas y profanas. Ciertas almas extraviadas han enseñado que la adquisición de la verdadera santi-dad eleva la mente por encima de todo pensamiento terrenal e indu-ce a los hombres a abstenerse enteramente del trabajo. Otros, inter-pretando con extremismo cierto texto de la Escritura, han enseñado que es un pecado trabajar, que los cristianos no debieran preocupar-se de su bienestar temporal y del de sus familias, sino que deberían dedicar sus días enteramente a las cosas espirituales. La enseñanza y el ejemplo del apóstol Pablo son un reproche contra semejantes con-ceptos extremos (Los hechos de los apóstoles, pp. 280, 281).

Muchos son arruinados por anhelar una vida de comodidad y pla-cer. La abnegación les parece algo indeseable. Constantemente pro-curan evitar las pruebas que son inseparables de un rumbo de fideli-dad a Dios. Fijan sus afectos en la obtención de los bienes de esta vi-da. Este es el éxito humano, pero ¿acaso no se consigue a expensas de los intereses futuros y eternos? El gran propósito de la vida es de manifestamos como siervos fieles de Dios, que amamos la justicia y odiamos el pecado. Debiéramos aceptar con gratitud todo grado de felicidad y éxito que nos sea impartido en nuestro cumplimiento ac-tual del deber. Nuestra mayor fuerza se manifiesta cuando sentimos y reconocemos nuestra debilidad. La mayor pérdida... que se puede sufrir, es la pérdida de la seriedad y el celo perseverante para hacer el bien, la pérdida de la fuerza para resistir la tentación, la pérdida de la fe en los principios de la verdad y el deber (Testimonios para la iglesia, tomo 5, p. 66).

Page 7: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

Nadie que pueda ganarse el sustento tiene derecho a depender de los demás. El refrán: “El mundo me debe el sustento”, encierra la esencia de la falsedad, del fraude y del robo. El mundo no debe el sustento a nadie que pueda trabajar y ganárselo por sí mismo.

La verdadera caridad ayuda a los hombres a ayudarse a sí mismos. Si llega alguien a nuestra puerta y nos pide de comer, no debemos despedirlo hambriento; su pobreza puede ser resultado del infortu-nio. Pero la verdadera beneficencia es algo más que mera limosna. Entraña también verdadero interés por el bienestar de los demás. Debemos tratar de comprender las necesidades de los pobres y an-gustiados, y darles la asistencia que mejor los beneficiará. Prestar atención, tiempo y esfuerzos personales cuesta mucho más que dar dinero, pero es verdadera caridad.

Aquellos a quienes se enseñe a ganar lo que reciben aprenderán también a sacar mayor provecho de ello. Y al aprender a depender de sí mismos, adquirirán algo que les permitirá sostenerse y los capaci-tará para ayudar a otros. Enséñese la importancia de las obligaciones de la vida a los que malgastan sus oportunidades. Enséñeseles que la religión de la Biblia no forma holgazanes. Cristo exhortaba siempre a la diligencia. “¿Por qué estáis aquí todo el día ociosos?” decía a los indolentes. “Conviéneme obrar... entre tanto que el día dura: la no-che viene cuando nadie puede obrar” (Mateo 20:6; Juan 9:4). (El ministerio de curación, pp. 147, 148).

Jueves 27 de septiembre: Amor fuerte (2 Tesalonicenses 3:13-15)

Que nadie hable livianamente del deber de la iglesia de censurar y reprochar, ni critique cuando es necesario realizar esta penosa tarea. Cristo ha dado clara instrucción con respecto al deber de la iglesia hacia aquellos que, profesando ser miembros leales, deshonran a la causa de Dios por su forma de actuar. “Si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”. Dios ha ordenado que aquellos que son in-dignos de ser parte de la feligresía, sean separados del cuerpo, y na-die debería hablar en contra del ejercicio de esa autoridad que Cristo dejó en manos de la iglesia.

Aquel que provocó la tentación en las cortes celestiales está cons-tantemente trabajando en contra de la paz y la prosperidad de la igle-sia. A los que lo escuchan, les trata de representar la autoridad de la iglesia como dura y falta de simpatía, aunque la realidad es que la

Page 8: notas ellen white leccion 13

Recursos Escuela Sabática ©

iglesia trata de librar a los miembros de las influencias corruptoras. El propósito de Satanás fue destronar a Dios y ocupar el lugar del Al-tísimo; fracasó en su propósito y fue expulsado de las cortes celestia-les. Desde entonces, ha tratado de que los hombres y mujeres crean que Dios es un ser arbitrario que trata duramente con sus criaturas. (Review and Herald, 19 de marzo, 1908).

Ningún dirigente de la iglesia debe aconsejar, ninguna junta direc-tiva recomendar, ni ninguna iglesia votar que el nombre de una per-sona que obra mal sea excluido de los libros de la iglesia, hasta que se hayan seguido fielmente las instrucciones dadas por Cristo. Cuando estas instrucciones se hayan cumplido, la iglesia queda justificada delante de Dios. El mal debe, pues, presentarse tal cual es, y debe ser suprimido, a fin de que no se propague. La salud y la pureza de la iglesia deben ser preservadas, para que ella aparezca delante de Dios sin mancha, revestida del manto de la justicia de Cristo.

Si el que erró se arrepiente y se somete a la disciplina de Cristo, se le ha de dar otra oportunidad. Y aun cuando no se arrepienta, aun cuando quede fuera de la iglesia, los siervos de Dios tienen todavía una obra que hacer en su favor. Han de procurar fervientemente que se arrepienta. Y por grave que haya sido su ofensa, si él cede a las sú-plicas del Espíritu Santo y, confesando y abandonando su pecado, da indicios de arrepentimiento, se le debe perdonar y darle de nuevo la bienvenida al redil. Sus hermanos deben animarle en el buen ca-mino, tratándole como quisieran ser tratados si estuviesen en su lu-gar, considerándose a sí mismos, no sea que ellos sean tentados tam-bién. (Joyas de los testimonios, tomo 3, pp. 202, 203).

Acerquémonos al gran corazón de amor abnegado y permitamos que esa corriente de divina compasión fluya en nuestro corazón y, desde el nuestro, al corazón de otros. Que la ternura y misericordia que Jesús reveló en su preciosa vida sea el ejemplo de la manera en que debemos tratar a nuestros prójimos, especialmente a los que son hermanos en Cristo... Nunca seamos fríos, llenos de censura y crítica. Por el contrario, nunca perdamos la oportunidad de decir una pala-bra que inspire ánimo y esperanza, porque tales palabras de bondad y ternura como las de Cristo, pueden aliviar alguna carga y traer re-sultados de largo alcance. Los que han errado solo pueden ser restau-rados tratándolos con un espíritu de mansedumbre, gentileza y tierno amor. (Review and Herald, 30 de noviembre, 1886).