nocturno

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Nocturno Es la noche, Y yo estoy solo en la inmensidad de mis sentidos. Discurre el hambre, la fiebre y la soledad por los poros de mi piel, Tengo sed, no hay labios que sucumban a refrescarme con su hiel, Ni una uñas que en mi costado endulcen mi postrera hora entre gemidos. Por mi ventana un rumor de entrepiernas y cómplices fatigas ha penetrado. El beso del aire en la frente del llanto desnudo de la vida parida, a mi jardín De retoños estremece, mientras mis gestos se dirigen con la huella sin fin De una muerte piadosa. Ya el cirio su última luz sobre mis ojos ha vomitado. Qué ligereza es la de respirar cuando el silencio apaga de nuestra garganta Los corredores, y el olvido la última silaba de nuestro nombre su eco canta. ¡Sarabande la tempestad final de mi sangre joven que vaticinó mi funesta suerte! ¡Qué mis párpados al fin iluminados por el oro a recoger mi cuerpo al cerbero concierte! La belleza de unas lágrimas alegres incólume en la cera está; hacia la eternidad ellas van. Y mis labios en una risa ajena a la felicidad mortal silenciosamente congregados están.

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Poema de Luis Adrián Vargas Tapia

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NocturnoEs la noche, Y yo estoy solo en la inmensidad de mis sentidos.Discurre el hambre, la fiebre y la soledad por los poros de mi piel,Tengo sed, no hay labios que sucumban a refrescarme con su hiel, Ni una uas que en mi costado endulcen mi postrera hora entre gemidos. Por mi ventana un rumor de entrepiernas y cmplices fatigas ha penetrado. El beso del aire en la frente del llanto desnudo de la vida parida, a mi jardnDe retoos estremece, mientras mis gestos se dirigen con la huella sin fin De una muerte piadosa. Ya el cirio su ltima luz sobre mis ojos ha vomitado.Qu ligereza es la de respirar cuando el silencio apaga de nuestra garganta Los corredores, y el olvido la ltima silaba de nuestro nombre su eco canta.Sarabande la tempestad final de mi sangre joven que vaticin mi funesta suerte!Qu mis prpados al fin iluminados por el oro a recoger mi cuerpo al cerbero concierte!La belleza de unas lgrimas alegres inclume en la cera est; hacia la eternidad ellas van.Y mis labios en una risa ajena a la felicidad mortal silenciosamente congregados estn.