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 Segundo Libro Noche Eterna "El Dolor de Edward Cullen" Alexa Cullen FanFic PREFACIO Ya nada quedaba para mi. Junto a ella se desvanecía la vida, los sueños y esperanzas. No estaba dispuesto a vivir entre sombras como si mi vida fuera una noche eterna. Sin ella no quedaba nada. A unos metros el gentío lanzaba gritos de alegría mientras mi corazón lloraba lo que mis ojos no podían. Apreté mis puños, pronto el sol tocaría mi torso desnudo y todo terminaría. Sol, voy hacia ti. Sol… hazme tuyo…

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Segundo LibroNoche Eterna 

"El Dolor de Edward Cullen" Alexa Cullen FanFic 

PREFACIO 

Ya nada quedaba para mi.Junto a ella se desvanecía la vida, los sueños y esperanzas.No estaba dispuesto a vivir entre sombras como si mi vida fuera una noche eterna.Sin ella no quedaba nada.

A unos metros el gentío lanzaba gritos de alegría mientras mi corazón lloraba lo que misojos no podían.

Apreté mis puños, pronto el sol tocaría mi torso desnudo y todo terminaría.Sol, voy hacia ti.Sol… hazme tuyo…

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Noche Eterna Capítulo 1 

Verano 

Los días que siguieron al baile fueron simplemente perfectos. La primavera estaballegando a su fin y pronto empesaría el verano.—Creo que ya es hora de que me saces esto— Le había dicho un día a mi padre,mostrándole su pierna.Despues de pensarlo un momento, el accedió y así terminó su convalecencia.En esos días Alice práctica mente vivía en casa de Bella. De verdad que era un tantoirritante. Charlie le tenía mucho cariño y su cara siempre se iluminaba cuando le abría lapuerta.Ya quisiera yo que fuera lo mismo para mi.Alice hacía las veces de enferma y le ayudaba a tomar sus baños diarios.Le había pedido,le había rogado que no lo hiciera.—¿Le pediste a Alice que no me mirara? — 

—¿Como te iba a mirar a los ojos, después de espiarte? — —¿Eso quiere decir que nunca lo hiciste? — —¿A que te refieres? — —Ya sabes, cuando estaba en el hospital y todo eso— —Bueno Bella te explicare. Para mi ya es demasiado con tener tu recuerdo en mi boca,creo que no podría soportar tener tu recuerdo en ….Tu sabes a lo que me refiero— El silencio se sintió entre nosotros.—¿Tu creías que te había espiado? — —Bueno he tratado de no pensar en ello. Creo que estaba resignada— —Jamas te faltaría el respeto de esa manera—. Le dije solemnemente—De eso estoy mas que segura—. Se quejó entre dientesContrario a lo se creyera, ese verano fue inusualmente lluvioso. Lo que nos permitío

disfrutar con plenitud los días.Cuando el sol brillaba, solíamos pasarlos en nuestro prado,escondidos de todos y de todo.Solo una cosa empaño mi felicidad ese verano. Lamente terriblemente la partida deEmmett y Rosalie.Se dirigirían a África. El estaba loco por cazar algunos leones yleopardos. En realidad solo lamentaba la partida de Emmett, se había encariñado muchocon Bella. La encontraba muy graciosa y al parecer ella también le tenía cariño.Pero conRosalie la situación era distinta.—No pienso quedarme aquí mientras ella entra y sale como si esta fuera su casa— —Pero si lo es Rosalie—. Le había dicho mi padre. —También es su casa—.—Pues bien, entonces me marcho— —Rosalie, por favor— Le rogaba Esme. —Las cosas no tienen que ser de este modo.Emmett por favor… — 

Pero el y todos sabían que no había nada que pudieran hacer. Rosalie había tomado ladesición y nada la haría cambiar de idea.Claro que Emmett la siguió, eran inseparables, se amaban. No sabía como alguien podíaamar a Rosalie, pero lo hacía.—Cuida a nuestra pequeña Bella. Me dijo antes de marcharse—.—Rosalie, no sabes cuanto lamento que las cosas sean de esta manera, pero la amo. Estodo lo que puedo decir—. Le dije antes de marcharse.Pero ella nada dijo y en su mente no existían reproches, solo tristeza. Ya nos extrañaba.A Bella nada de esto se le contó, era innecesario. Solo le dijimos que estaban de viaje y

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punto. Claro que con los meses, el viaje se fue alargando y alargando. Pero ella nuncadijo nada, ni volvió a preguntar por ello.Ese verano también tomé mi decisión.Creo que había logrado mantener el deseo a raya.Existía un limite que no me permitía cruzar. Hacerlo sería una estupidez.Bella solía noponer ningún tipo de problema cuando rompía su abrazo o me separaba rápidamente desu labios.Pero claro, no siempre era así.—Quisiera que por una vez dejaras de ser tan estricto con esto de mi proximidad—.—Bella, es la única manera—. Le había contestado sujetando sus muñecas, lejos de micuerpo.Su contacto resultaba ser una tortura. No podía evitar anhelarla.—Por favor, no me hagas las cosas mas dificiles. Si supieras cuanto te deseo…— Y me perdía nuevamente en sus ojos. Ella aprovechaba cualquier muestra de duda en mirostro y saltaba sobre mi nuevamente.Me sentía embriagado de sus besos. Su mano semetía debajo de mi camiseta y no podía evitar dar un saltó al contacto de su ardientepalma.Con rapidez la sostenía nuevamente por los puños y volvíamos a empesar con ladiscusión.Pero resistirme a ella siempre me llenaba de dolor. Con el tiempo me costo menos serinflexible pero el deseo no disminuía, quemaba siempre de igual manera.Y de esta manera transcurrió el verano. Entre caminatas tomados de la mano, de visita en

casa de mis padres o de paseo en la ciudades aledañas. En muchas oportunidades lainvitaba a Port Angels a ver alguna película, claro que yo siempre la veía a ella, o a cenara algún restaurant. Ella siempre protestaba, decía que no era justo que malgastara midinero, si al fin y al cabo yo nunca comía. Pero me gustaba darle todo y de todo lomejor.De ser por mi ya habría cambiado su viejo coche hace mucho tiempo. Pero Bella senegaba rotundamente.Cuando comenzaron nuevamente las clases se le metió entre cejay ceja que quería trabajar para tener dinero para el coche y todos los gastos.Trate deconvencerla que yo podía hacerme cargo de todos sus gastos y que también correría conlos gastos de la Universidad, que ya debíamos ver este semestre, pero argumentaba quesería imposible explicarle eso a Charli.—¿Y que le voy a decir a Charlie por tu regalo, me puedes decir? — Era siempre sudefensa al hablar sobre un coche nuevo.

—Le podemos decir que te lo ganaste en una rifa— —¿Y quien la organiza, si se puede saber? — —¿Mi padre? — —Edward, eso esta fuera de discusión. Por favor no empieces de nuevo. Mira el cocheviene con migo, si no aceptas mi coche entonces…— Eso era cierto, ¿Como explicaría que su novio le regala una tarjeta de crédito y un autonuevo? A el seguramente tampoco le haría mucha gracia.En fin, estaba seguro que no existirian muchas posibilidades de encontrar trabajo en unpueblo tan pequeño como Forks, pero estaba equivocado y fue en la tienda de deporteslocal, que para mi desagrado pertenecía a los padres del blandengue Mike Newton, queencontró trabajo.A si que no solo tenía que soportar que estuviera lejos de mi tres vecespor semana después del Instituto, si no que también tenía que aguantar que aquel

estúpido anduviera tras de ella como una mosca.Lo único bueno de todo esto es que estaba ahorrando para la universidad, claro que yo nodudaría en ayudarla, anonimamente claro esta, a que entrara en la universidad que masnos conviniera y digo “nos” porque pretendía ir con ella, ojala a alguna lo mas al norteposible. Pero de eso aun no hablabamos mucho. Quizás mas adelante, tenía otras cosasen mi mente. Por ejemplo que se acercaba su cumpleaños y me había obligado a nocomprarle ningún presente.—Escuchame Edward y escuchame bien. NO…QUIERO… REGALOS— —Pero Bella, se supone que de eso se tratan los cumpleaños— 

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Y de esa postura nadie la sacaba, estaba tercamente obstinada.—Edward,— Me dijo dulcemente un día que tratábamos nuevamente este tema. —¿Deverdad quieres hacerme un regalo?— Sus ojos me miraban dulcemente, y no pude comportarme con un tonto.—Pues claro que quiero amor, no sabes lo feliz que me haces. He pensado en algunascosas que me gustaría regalarte…— —Si quieres hacerme algún obsequio, existe una cosa que quisiera que me des— —Claro dime, lo que tu quieras— —¿Lo que yo quiera? Hay algo que deseo hace mucho. Y como es mi cumpleaños…— Tome sus manos entre las mías esperando sus palabras. Por fin me dejaría darle algo.—Quiero… quiero ser como tu. Quiero que me transformes. — Demasiado tarde comprendí su truco, y como un pes en una red había caído.—No, no eso esta fuera de discusión. ¿Como puedes hacerme esto Bella, acaso no meamas? — —Claro que te amo. ¿Es que no puedes entender que quiero estar a tu lado siempre?—Pero si siempre estaremos juntos tontita— —¿Así? ¿Y que pasará en unos veinte años mas? ¿Pretenderás ser mi hijo para podervivir juntos? ¿Y cuando sea una anciana me darás mis medicinas y deberé llamarte

nieto?Comprende Edward, no estoy dispuesta a pasar por ello— —Amor, solo cumpliras 18, no es tan grave—.—No lo es ahora, pero lo será Edward, por mucho que me ames no puedes detener eltiempo humano, solo existe una forma de hacerlo— —Eso esta fuera de discusión. Ni siquiera se por que estamos teniendo esta discusión—.—Edward Cullen. Si no puedo tener lo que quiero es mejor que ni se te ocurra saludarmeese día. ¿Soy lo suficiente mente clara para ti? — —Si, lo suficiente—. Le dije muy molesto. Y así fue como perdí esa batalla.Ella tenía razon, el tiempo no perdonaba y pronto llegó el otoño. ¿Porque las horas o losdías felices se desvanecen tan pronto y los de agonía perduran pareciendo eternos?

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Noche Eterna Capítulo 2 

El desastre 

—Te quiero— Dijo Bella mientras cambiaba de posición en su pequeña cama.—Duerme amor— Le dije besando su frente, tan sedosa, tan cálida y delicada.Mañanasería el gran día.Volví para verla por ultima vez y dando un suspiro salte por su ventana. No lograbaacostumbrarme a estar lejos de ella. Corrí por el espeso y oscuro bosque. Que despuésde todo, no era tan oscuro para mi y como de costumbre no tarde en llegar a casa.Pude escuchar las voces familiares de mis hermanos que habían vuelto de su viaje.—Nada mejor que un gran león para levantar el espíritu, de verdad Jasper, deberíasprobarlo—.—Claro Emmett, lo que tu digas—. Le contestaba Jasper riendo alegremente.—Heeey, bienvenidos hermanos—. Les dije caminando hacia ellos con los brazos

abiertos.Las imágenes pasaban en sus mente como en un álbum fotográfico.—Veo que lo han pasado genial estos últimos meses— —Si es verdad, pero nada se compara con la familia—. Me contestó Emmett.—Es bueno estar de vuelta—. Decía Rosalie mientras me abrazaba. —Lo siento Edwardhe sido una tonta, de verdad los he extrañado— —Es bueno tenerlos de vuelta—. Le dije cariñosamente.—Te prometo que tratare…— Sabía que eso ya era mucho para ella, sabía que era sincera y lo mucho que le costabadecir aquellas palabras.—Y…. ¿todo listo para mañana? — Preguntó Emmett .—Casi, solo faltan algunos detalles— Decía Alice en medio de una gran sonrisa.Estaba

haciendo todo lo posible por controlarse con respecto a este tema.—Esperemos que quiera asistir la festejada—. Les dije haciendo una mueca.—No te preocupes, si es necesario la traeré amarrada— —Aquello no me haría mucha gracia—. Le dije secamente.Pero Alice sacó su pequeña lengua y se fue tras Esme.Después todos volvimos a nuestras actividades. Yo debía preparar mi presente paraBella. Me había obligado a prometer que no le compraría nada. Pues bien, no lecompraría nada.—o— Podía escuchar perfectamente el sonido de su viejo monovolumen. Seguramente estabaa menos de dos cuadras del Instituto.Alice se encontraba junto a mi, había insistido ensaludar a Bella a primera hora del día.

Lentamente ingresó al aparcamiento. Contuve mis ganas de ir por ella al coche,seguramente no se encontraría de muy buen humor y el portazo que dio a su auto me loconfirmó.Claro que no pude controlar a Alice, dando un salto se adelantó para recibirla.—¡Feliz cumpleaños, Bella!— Le dijo alegremente.Como lo había previsto ella no se encontraba de buen humor, pero Alice seguíapresionándola.Ya la podía ver explotando en cualquier momento.Le preguntaba por losregalos, que le habían parecido y todo eso.Estiré mi mano para recibir la suya. Sus latidos nuevamente se aceleraban mientras

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levantaba su cabeza para encontrarse con mis ojos. Con mi pulgar sostuve su barbilla,acariciando con el índice sus rosados y suaves labios.—Así que, tal y como me impusiste en su momento, no me permites que te felicite por tucumpleaños, ¿correcto? — Realmente no era una pregunta, ya sabía su respuesta.—Sí, correcto — Agregó un tanto molesta.—Sólo me estaba asegurando — Dije con resignación mirando el cielo. —Podrías haber

cambiado de idea. La mayoría de la gente disfruta con cosas como los cumpleaños y losregalos—.Alice fue la única que encontró divertidas mis palabras. Creía que Bella verdaderamentedisfrutaría este día con todas las sorpresas que le tenía preparadas. Al fin de cuentas¿Qué podría ocurrir de malo?Pero la preocupación de Bella no era ser mayor, lo que temía era ser mayor queyo.Aunque eso fuera imposible, ya que sus 18 años no eran nada en comparación conmis casi noventa años de existencia.—¿A qué hora vendrás a casa? — Le preguntó Alice de pronto. “Maldición Alice”, pensé.Quería tratar de convencerla antes, no llegar y soltar la bomba a primera hora. Pero conAlice todo era de esa manera. Siempre a su modo y a su tiempo.—No sabía que tuviera que ir allí— 

Sería un verdadera lastima que se encaprichara y no quisiera asistir a su propia fiesta decumpleaños.—¡Oh, por favor, Bella, no te pongas difícil! . No nos irás a arruinar toda la diversiónponiendo esa cara, ¿verdad? — Le reprochaba mi hermana.—Creía que mi cumpleaños era para tener lo que “Yooo deseara”—. Dijo poniendo carade pocos amigos.Ignoré su comentarios y le aseguré a Alice que la llevaría después de clases.Claro queBella no dejaría la batalla tan pronto y argumentó que debía trabajar esa tarde. No sabíaque Alice ya había hablado con la señora Newton y esta le había dado la tarde libre.—Pero... pero es que no puedo dejarlo —. Tartamudeo graciosamente. Parecía un gatitoacorralado. —Lo cierto es que, bueno, todavía no he visto Romeo y Julieta para la clasede Literatura— 

Alice ya comenzaba a impacientarse con la actitud de Bella. Le recordó que ya se sabía laobra de memoria.Pero Bella no se daba por vencida ¿Verdaderamente creía que ganaríasobre este tema? Dijo que debía ver la película, cuando ya todos sabíamos que tambiénla había visto… ¿Unas diez veces? No esta seguro de cuantas veces la había visto enrealidad, pero sabía que eran bastantes.—Pero si ya has visto la película — Le dijo ahora molesta Alice.—No en la versión de los sesenta. El señor Berty aseguró que era la mejor—.—Mira, puedes ponértelo difícil o fácil, tú verás, pero de un modo u otro... — Wowwww, eso era completamente innecesario de parte de mi hermanitapequeña.Amablemente le pedí que se tranquilizara y que si ella quería ver la película, lavería ya que era su cumpleaños… —Así es — Dijo Bella moviendo su dedo índice rápidamente a Alice.

—… y la llevaré después de las siete, así tendrás mas tiempo para preparar lo que falta— Alice rompió a reír muy animada y alegre por mi intervención.Se despidió, no sin antes prometerle a Bella lo bien que lo pasaría. Le pellizcótiernamente la mejilla y salió corriendo lo mas humanamente que le fue posible.—Edward, por favor... — Comenzó a decir Bella.Puse mis dedos sobre sus exquisitos labios. No estaba dispuesto a comenzar de nuevo.—Shhhhh, ya lo discutiremos luego Bella. Vamos a llegar tarde a clase— 

—o— 

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Ese fue otro día más en el instituto. Claro que era infinitamente mejor que el año pasado aesa misma fecha. Ahora compartíamos la mayoría de nuestras clases. Y eraincreíblemente mas llevadera la monotonía de las asignaturas.Mike Newton aun no perdía sus esperanzas. Al parecer su madre había sido lo

suficientemente discreta al no informale sobre cumpleaños de Bella. Seguramente habríasido la escusa perfecta para que pudiera poner sus manos sobre ella.Sin duda ese semestre nos encontrábamos mas “integrados” a la comunidad escolar,pero los humanos seguían manteniendo una instintiva y razonable distancia de nosotros.

Como de costumbre la acompañe hasta su coche cuando terminaron las clases.Le abrí lapuerta del copiloto pero se cruzo obstinadamente de brazos bajo la lluvia que caíacopiosamente.—¿Es mi cumpleaños y ni siquiera puedo conducir? — —Me comporto de la forma que tu pediste Bella, como si no fuera tu cumpleaños— —Bueno si no es mi cumpleaños, no tengo porque ir a tu casa esta noche... — —Muy bien —. Le dije dando la vuelta coche para abrirle la puerta del conductor. —Feliz

cumpleaños— Le dije entre dientes.—Calla — Me dijo mientras ingresaba al coche.Verdaderamente se encontraba de muy mal humor, pero era tan divertido mirarla.Aferraba el volante con todas sus fuerzas y con regularidad resoplaba por la nariz.—Tu radio se oye fatal— Le dije presionando un poco más su animo. Dentro de pocotendría una sorpresa.—¿Quieres un estéreo que funcione bien? Pues conduce tu propio coche — Merespondió sin mirarme.Tuve que recurrir a toda mi fuerza de voluntad para contener la risa que me causabacontemplarla en ese estado.Cuando por fin, por fin logramos llegar a su casa, tome cuidadosamente su rostro entremis manos, acariciando lenta y suavemente su rostro. Su frente, sus pómulos, el contorno

de sus labios y la linea de su mandíbula.—Deberías estar de un humor estupendo, hoy más que nunca — Dije susurrandole aloído.Y ahí estaba otra vez… el deseo quemando mi cuerpo.  —¿Y si no quiero estar de buen humor? — Dijo entrecortadamente.Nada me provocaba más que comprobar que ella me deseaba de igual manera. Bueno noexactamente igual, yo la desearía siempre de una forma mucho más peligrosa para ella.Le mire a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas y sus labios entre abierto por donde secolaba su esencia.—Pues muy mal— Le dije acercando mi cuerpo hasta el suyo.Con mi mano izquierda tome su cuerpo por la cintura, apretándola contra el mío. Mi manoderecha acariciaba su nuca al mismo tiempo que me acercaba lentamente para besar sus

labios.Bella respiraba en mi boca casi jadeando. No pude evitar estremecerme. No podíaevitar desearla como lo hacía. ¿Cuánto tiempo podría mantener aquella desesperantesituación?Todo mi cuerpo gritaba por poseerla, por perderme entre sus cálidos brazos.Bella levantó sus brazos enroscando uno en mi cuello mientras su mano libre acariciabaimpetuosamente mi espalda. Comenzo a besarme apasionadamente. Podía sentir comotrataba de aferrarse aun más a mi cuerpo… Como si eso fuera posible.Me sentía mareadoy extasiado. Debía detenerme ahora que aun podía hacerlo.Recordé que este no sería su último cumpleaños como humana. Me obligué firmemente asepararme de su boca.

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—Pórtate bien…por favor — Le dije jadeando contra su mejilla. El cuerpo de Bella parecíauna estufa, sus labios habían adquirido un exquisito y sensual color rojo intenso.Rápidamente me separe completamente de ella. Podía leer en su rostro la frustración quele producía mi comportamiento.Odiaba verla insatisfecha. ¿Cuanto mas podríamosaguantar de esta manera? Para mi las cosas no eran mas fáciles que para ella.Yosiempre debía batallar contra dos tipos de deseo. El de mi cuerpo y el de mi sed. Siempre

iguales, siempre terribles.—¿Crees que esto mejorará algún día? — Me preguntó.Pero de una cosa estaba seguro, mi deseo por ella nunca podría ser saciado. No si queríaque ella siguiera con vida.—Anda, vamos a ver cómo los Capuletos y los Montescos se destrozan unos a otros,¿Quieres? — Le dije mientras abría la puerta del coche y saltaba fuera para llenar mispulmones de aire puro.

—o— 

“¡Ah! Más peligro hay en tus ojosque en veinte espadas suyas. Mírame con dulzuray

quedo a salvo de su hostilidad” Recitaba suavemente en su oído. Su corazón latía rápidamente mientras se olvidaba derespirar.Cuando terminó la película, Bella se encontraba emocionada hasta laslágrimas.Las sequé con un mechón de su cabello, mientras le confesaba la envidia quedespertaba en mi Romeo.—Ella es muy guapa— —Lo que envidio de el no es Julieta, totita. Envidio su facilidad para suicidarse. Paraustedes, los humanos es muy fácil. Solo tienen que tomar un extracto de plantas… —¿Qué? — Dijo Bella ahogando un repentino grito.— Bueno es algo que tuve que pensar una vez. Se, por lo que me ha contado mi padre,que no es muy sencillo para nosotros.Cuando Carlisle comprendió en lo que se habíaconvertido, decidió terminar con su existencia antes de hacer algún tipo de mal.Lo intentó

de muchas y diferentes maneras, pero todas fueron inútiles.Y no cabe duda de que siguecon una salud excelente—.—¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con eso de que tuviste que pensarlo unavez? — —La primavera pasada, cuando tú casi... casi te mataron... — Trate de continuar,ocultando el súbito dolor que me provocó recordar lo sucedido. —Claro que estabaconcentrado en encontrarte con vida, pero una parte de mi mente estaba elaborando unplan de emergencia por si las cosas no salían bien. Y como te decía, no es tan fácil paramí como para un humano—.Bella sacudió su cabeza al mismo tiempo que dejaba de acariciar la cicatriz que le habíadejado aquella experiencia.—¿Un plan de emergencia? —.

—Siemplemente no estaba dispuesto a vivir sin ti— Le dije moviendo lentamente micabeza de lado a lado. —Aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía claro queni Emmett ni Jasper me ayudarían..., así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italiay hacer algo que molestara a los Vulturis—.Era la primera vez que pronunciaba aquel nombre delante de ella. Yo no los conocíapersonalmente, nunca había estado en Italia. Solo sabía lo que nos había contado mipadre sobre aquella corte.—¿Qué es un Vulturis? —.—Son una familia —. Bueno, no exactamente. Pero no era necesario entregarle mas

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detalles… Por ahora… —Una familia muy antigua y muy poderosa de nuestra clase. Es lomás cercano que hay en nuestro mundo a la realeza, supongo. Carlisle vivió con ellosalgún tiempo durante sus primeros años, en Italia, antes de venir a América. ¿Norecuerdas la historia?—Claro que me acuerdo— Ellos no compartian nuestra forma de vida. La encontraban excentrica, por llamarla de

alguna manera.Sin conocerlos personalmente me había formado una idea sobre ellos. Alparecer eran criaturas sombrías que veían a los humanos como una simple fuente dealimento. Jamás se habían tomado la molestia de interactuar con ellos para podercomprender lo complejos y fascinantes que podían llegar a ser.Aquel que osaba desobedecer sus mandatos, no vivía para contarlo. Y siempre, siempretenían lo que querían, contaban con toda la eternidad para lograrlo de una u otra manera.—De cualquier modo, lo mejor es no irritar a los Vulturis — Le dije ahorrandome el resto.—No a menos que desees morir, o lo que sea que nosotros hagamos — Los ojos de Bella parecían dos platos, se pronto se había puesto mas pálida que decostumbre.Con una fieresa que me hizo estremecer, tomo mi rostro entre sus manos y medijo:—¡Nunca, escuchaste, nunca vuelvas a pensar en eso otra vez! ¡No importa lo que me

ocurra, no te permito que te hagas daño a ti mismo! — —No te volveré a poner en peligro jamás, así que eso es un punto indiscutible— Miresolución era inamovible. Haría cualquier cosa con tal de evitarlo, pagaría cualquierprecio.—¡Ponerme en peligro! ¿Pero no estábamos de acuerdo en que toda la mala suerte escosa mía? — Dijo aquello casi gritando. Me recriminaba por pensar en ello.—¿Qué harías tú si las cosas sucedieran a la inversa? — Le pregunté tratando dedefender mi punto de vista.Aquello era algo que venía postergando. Todas la noches mientras la veía dormir tratabade imaginar mi vida junto a ella. Año tras año, amando cada cambio que surgiera en sufisonomía humana.Contemplándola madurar, crecer. La idea de privarla de una vidanormal me quemaba el corazón. Pero por otro lado no podía ver el futuro sin ella. Ahora

era la única razón para mi existencia.—No es lo mismo— Me dijo molesta.Claro que no era lo mismo. Su naturaleza le permitiría olvidar facilmente. En cambio yo,tendría que vivir década tras década. Siglo tras siglo recordándola nitidamente, sufriendotodos los días como si fueran el primero sin ella. Aquello me hizo reír amargamente.Nunca sería lo mismo.—¿Y qué pasa si te ocurre algo, querrías que me suicidara?.Aquello tampoco me entregaba consuelo. No podía soportar aquellas dos ideas. Una erapeor que la otra, pero no sabía identificar cual.—Creo que veo un poco por dónde vas... sólo un poco. Pero ¿qué haría sin ti? —No erauna pregunta realmente. Sabía perfectamente la respuesta.Mi vida sin ella sería un eternobagar en el desierto de la vida. Soñando con ella como un sediento sueña con un

manantial. ¿Cuanto podría vivir sin sumergirme en la total y completa locura?—Cualquier cosa de las que hicieras antes de que yo apareciera para complicarte lavida— —Tal como lo dices, suena fácil— Pero ella insistía en que así era. Claro que no compartía su punto de vista. Solodesolación y tristeza infinita tendría el día en que ella dejara de existir.Su padre estaba llegando a casa y no tardaría en entrar por la puerta.

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—o— 

Conduje lo mas rápido que me fue posible. Después que Bella y Charli cenaron le pedíautorización a su padre para llevarla a casa de mis padre. Al parecer fue una muy buena

idea para el, ya que estaría todo lo que quedaba de tarde viendo un partido por latelevision.—¿Sabes qué te gustaría un montón? — Le dije feliz con la idea. —Un precioso ypequeño Audi Coupé. Apenas hace ruido y tiene mucha potencia... — —No hay nada en mi coche que me desagrade. Y hablando de caprichos caros, sisupieras lo que te conviene, no te gastarías nada en regalos de cumpleaños—. Me dijocon su mejor voz amenazante.—Ni un centavo — Le prometí.—Muy bien— Le pedí que fuera tolerante sobre su cumpleaños. Toda la familia estaba muy emocionadaal respecto. No habíamos tenido un cumpleaños en muchos, muchos años. El últimohabía sido el de Emmett en 1935.

—Vale, me comportaré— Me dijo cambiando de tono.Le advertí que “toda” la familia estaría reunida. Su cara cambio drasticamente. Le asegureque Rosalie se comportaría, que no tenía de que preocuparse.—Así que, si no me dejas regalarte el Audi, ¿no hay nada que quieras por tucumpleaños? — Le dije tratando de cambiar de tema. Prefería verla enojada queasustada.—Ya sabes lo que quiero— Me dijo en un susurro sin mirarme. De pronto el molesto erayo.— Por favor Bella, esta noche no. — —Bueno, quizás Alice pueda darme lo que quiero— La sola idea golpeó fuertemente en mi cabeza. No pude evitar gruñir de rabia. Yaestábamos llegando a casa y le advertí que este no sería su último cumpleaños.

—¡Eso no es justo! — Apreté mis afilados dientes, sentía la rabia hirviendo en mis venas. Claro que Alice nohacía que las cosas mejoraran. Bella dejo escapar un gemido mientras ingresábamos porel pequeño camino, que se encontraba enmarcado por pequeños faroles.Trate de tranquilizarme, concentrándome en inhalar y exhalar. Le recordé que aquello erauna fiesta y que intentara ser comprensiva.Una vez estacionado el “coche” me dispuse a abrir su puerta. —Tengo una pregunta— Me dijo mientras extendía mi mano hacia ella. —Si revelo estapelícula ¿aparecerás en las fotos? —.Reí por su tonto comentarío. Siempre me causaban risa los mitos sobre losvampiros.Existían tantos, tan variados y uno mas ridículo que el otro.La tomé de la mano y la conduje hacia el salón. «¡Feliz cumpleaños, Bella!», dijeron todos

a coro. Alice había echo un delicado trabajo con la decoración. Era simplemente de muybuen gusto. Simple pero muy elegante.“Te gusta, cierto”. Me decía mi hermanita en su voz mental. Técnicamente no era unapregunta, solo era una confirmación. Moví mi cabeza, afirmando.El cuerpo de Bella se estremeció levemente mientras recorría con la vista la amplitud delsalón. Habían tantas cosas, tantos detalles.La tome por la cintura y besé su cabezatratando de tranquilizarla un poco.Cuando sus latidos se normalizarón un poco mis padres se adelantaron para felicitarla.Esme, cariñosamente la beso en la frente.

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—Felicidades cariño—. Le dijo. Mi padre le dio un abrazo mientras le pedía disculpas enun susurro por no poder contener a Alice.Después vino el turno de Rosalie y Emmett. Bueno, solo de Emmett. Rosalie no se acercóa ella. Pero agradecí que tampoco le ladrara.—No has cambiado en nada — Le dijo Emmett juguetonamente. — Esperaba algunadiferencia perceptible, pero aquí estás, con la cara colorada como siempre— 

La cara de Bella adquirió un tomo aun mas rojo del que ya tenía mientras le agradecía suscomentarios.—He de salir un minuto — Dijo Emmett guiñandole un ojo a Alice. —No hagas nadadivertido en mi ausencia.—Lo intentaré— Le dijo Bella bajando la mirada.Alice, que se encontraba al otro lado de la sala, se acercó a ella de un salto. Jaspertampoco se acercó.Aun se sentía inseguro sobre la presencia de Bella. No molesto, soloinseguro.Una vez a su lado, Alice decidió que ya era hora de abrir los regalos. La tomó por el codoy la condujo hacia la mesas donde se encontraba un enorme pastel rosado y los regalos.Bella puso su mejor cara de martir mientras le recordaba que había pedido nada deregalos.Pero ella la interrumpió para decirle que no le había escuchado y que debía

abrirlos de todas formas.Realmente era muy gracioso de observar, cada una muy obstinada a su manera. Era muyfácil el ver por que eran tan buenas amigas.No pude evitar retorcerme un poco con la imagen.Le entregó el primer obsequio. Luego que rompió el envoltorio miró detenidamente la caja.Seguramente no podría adivinar de que se trataba. La abrió pero el interior estaba vació.—Mmm... gracias— Todos nos reímos de su expresión y de su respuesta.—Es un estéreo para tu coche — Le dijo Alice. —Emmett lo está instalando ahora mismopara que no puedas devolverlo— Aquello había sido por sugerencia mía. Ya podía verla tratando de hacerlo.Agradeció a todos el regalo, nombrandolos uno por uno. —Gracias, Emmett — Dijo en un

tono mas alto. Emmett la escucho facilmente y pudimos oír como se reía.Llegó el turno de abrir el regalo de Alice y mio. Bella me lanzo una fiera mirada, mientrasme recrimibaba por faltar a mi promesa.En ese momento volvió Emmett.—¡Justo a tiempo! — Dijo mientras se situaba detrás de Jasper que se había acercadopara ver mejor.Yo también me acerque a ella mientras le decía que no me había gastado un solo peso.Sobre su cara caía coquetamente un mechón de cabello, lo aparte mientras acariciaba surostro suavemente.Se volteo hacia Alice y le pidió la pequeña y cuadrada caja en medio de un suspiroresignado.Todos volvimos a reír.Solo un segundo bastó para que toda aquella alegría se evaporara en menos de un

parpadeo humano.—¡Maldita sea! — Dijo Bella entre dientes. Alzaba su mano para examinar su dedomientras de el salia un pequeña gota de sangre. Casi al instante la atmósfera se cargocompletamente con el intenso perfume de su sangre.La primavera pasada había sido muy parecido, solo que en aquella oportunidad todosestábamos completamente enfocados en protegerla y salvarla.Pero ahora era muy distinto. Y solo eso basto para desatar la siempre inestable sed deJasper.Pude ver en sus pensamientos el monstruo que dormía dentro de el.

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—¡No! — Dije en un rugido, al mismo tiempo en que me arrojaba frente a ella,interponiéndome entre su cuerpo y el de Jasper, solo un segundo antes que este lograraalcanzarla.Nuestro choque fue como el de dos grandes rocas. Jasper salió repelido por micuerpo y se agazapo unos metros delante de mi. Estaba listo para atacar nuevamente.Estaba listo para atacarme. Utilizando todas sus fuerzas trato de hacerme a un ladomientras yo cortaba su avance hacia Bella.

Ella y Alice habían caído sobre la mesa donde estaba el pastel. Seguramente se habíaecho daño pero lo mas importante es ese momento era evitar que Jasper la alcanzara.Podía ver en sus ojos el descontrol. Nada le importaba, solo el olor, el sabor de su sangreen su garganta.La imagen de su sed hacía eco en mi mente y en mi sed. Pero Bella erasolo mía. No dejaría que el terminara con ella.Los dientes de Jasper estuvieron muy cerca de mi rostro, solo a unos cuantoscentimetros.Emmett lo agarró por el cuello, jalando fuertemente, utilizando toda su fuerza. Pero Jasperpeleaba desesperadamente contra su agarre.Voltee para comprobar el estado de Bella. Había caído con los brazos extendidos sobreun montón de cristales rotos.Trató de levantarse y en ese momento el aroma a su grandegolpeo mi cuerpo como el primer día en el Instituto. Pude escuchar la conmocion mental

que esto generó en el resto de mi familia.Lance un fiero y gutural gruñido. Advirtiendo, amenazando, aquel que osara acercarsepagaría las consecuencias.

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Noche Eterna Capitulo 3 

La decisión 

Nunca pensé que las cosas terminarian de esta manera.Si, es verdad, siempre estuvopresente en mi mente que algo podría pasar, pero nunca algo como esto.Estaba mas quedispuesto a evitar que algo le sucediera. No dudaría en acabar con cualquiera queintentara arrancarla de mi lado nuevamente.Pero que podía hacer si el enemigo, si el atacante, provenía de mi propia familia.Jasper continuaba luchando contra el agarre de Emmett.La voz de mi padre se alzo en la sala, grave, severa y autoritaria.—Emmett, Rosalie, sacad a Jasper de aquí— Usando toda aun mas fuerza de la hasta ahora había usado, Emmett tiró fuertemente deJasper pero el contrarrestó su fuerza jalando hacia adelante.Por un momento creí que lograría escapar del inclemente brazo de Emmett.Rodé sobre

mi cuerpo, abrazando a Bella con todo mi cuerpo, protegiéndola en el centro de micuerpo. Sentía todo su cuerpo latir contra el mio. El aroma de su sangre golpeaba missentidos. No tengo noción de cuanto tiempo permanecimos así. Los pensamientos deJasper seguían girando en torno a su sangre.—Edward, permite que me acerque— Dijo entonces mi padre. Me pedía mi padre. Sinembargo no podía moverme.Traté de incorporarme, pero mi cuerpo no respondía. Sabíaque Bella necesitaría atención médica. Me levante lentamente, obligando a cada músculoa relajarse.Creo que fue mejor no llevarla a un hospital, aquello sería muy difícil de ocultar. Charlieterminaría enterándose.La lleve a la cocina. Mi padre extraía los pequeños fragmentos de vidrio que habíanquedado incrustados en su brazo.Por un momento recordé lo que le sucedía cuando olia

la sangre. Aunque estaba pálida, no demostraba signos de querer desmayarse.Su sangre llenaba por completo el amplio espacio de la cocina. Había tratado de norespirar, sin embargo había tenido que hacerlo al moverme para cubrir su cuerpo con elmio.Su aroma estaba grabado en mi memoria.—Sal, Edward — Bella me miraba con ojos suplicantes.Les dije que estaba bien y que podía manejarlo. Sin embargo ella tenía presente cuanirresistible era mi su sangre. Dijo que no tenia porque comportarme como un héroe, quemi padre podría perfectamente ocuparse de ella.En ese momento mi padre padre estaba limpiando la herida y ella esbozo una mueca dedolor.—Me quedaré — Le dije firmemente.Bella insistía en que me fuera, alegaba que era masoquista. Pero creo que debía serlo.Mi

padre se unió esta vez a ella. Creía que debía buscar a Jasper. Quizás tenía algo derazón, busqué la voz mental de este. El aire puro había limpiado su razón. Solo elremordimiento ocupaba su mente en ese momento.Bella, Alice y mi padre meincentivaban a salir de la cocina. ¿ Hoy era el día contra Edward?Pero pude en susmentes, no había confabulación. Sabía que Alice moría por ver y hablar con Jasper, perocreía que Carlisle la necesitaba mas que el.“Tu ve por el y yo me quedo con ella.¿Vale?”me dijo su voz mental.Me dirigí hacia la puerta trasera, dándole una ultima mirada al amor de mi existencia.Esoera ella para mi. Pero aun así, la había expuesto mortalmente.

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La suave briza golpeo mi rostro. Cerrando los ojos me apoye contra la pared.Lasimágenes volvían a mi mente, apreté los puños moviendo mi cabeza de un lado a otro.Trataba de borrar las imágenes pero no podía, como no podía borrar lo sucedido.“Uff. Tu puedes, tu puedes, tu puedes” Decía la mente de Alice.Pero en realidad no pudoy salio en dirección a la sala. Corría a ver a Jasper.Se suponía que yo haría lo mismo,pero, es solo que… no podía. 

Tic, tic, tic. Me distrajeron los fragmentos de vidrio al caer en la mesa de la cocina, pero ladistracción desgraciadamente no duro mucho.Tendría que enfrentarme a el, a mihermano. Lo amaba, pero no podía dejar pasar lo sucedido. No podía pararme junto a el ydecir:

“Hey Jasper, wow que ha estado cerca. Ya sabes, eso de querer cenar a mi novia. ja -ja- ja. Trata de controlarte la próxima vez, por favor”

Simplemente no podía.El sonido de los pequeños fragmentos al caer en la mesa, me distrajo nuevamente de misestúpidos pensamientos.Tan cerca había estado. Apreté mis dientes. No tenía sentidoquedarme escondido por mas tiempo.

Jasper trataba de ingresar a la casa. Alice lo tenía por la mano, le pedía que no lohiciera.Emmett y Rosalie le cortaban el paso, mientras Esme le pedía que secalmara.Pero en su mente no existía sed, solo había vergüenza.Quería con todo su serhablar con migo, disculparse. Buscaba algo que yo no podía darle.—Hooo, Edward. Por favor, yo… yo. No tengo palabras. No tengo excusa. Solo pensar enque podría haber….— —Detente Jasper— Le ordené. —Has atacado a Bella. ¿Como pudiste Jasper? Eres mihermano y ella es… es todo, todo para mi. ¿Como has podido? — Agarré mi cabeza, trataba de exprimir la respuesta. ¿Que debia hacer? ¿Como podríanlas cosas ser como antes?Mi mayor temor, lo que yo más temía había sucedido.Sin embargo, Jasper era solo víctima de su naturaleza. No sabia si estar molesto con el.Pero en fondo podía ver la respuesta, en mi interior si lo sabía. Aquello no era su culpa.

— Estoy tratando, me estoy esforzando por tratar encontrar la manera correcta, estoytratando con todas mis fuerzas de hacer lo correcto.Eres mi hermano, mi familia. Pero noencuentro la forma… — —Edward, por favor se comprensible—. Me pedía Alice.

—Alice, no. No esta vez— Dijo seriamente Jasper.—Tan solo dejame explicarl…— Trato de decir Alice, pero Jasper levantó su mano,haciendo un gesto para que no continuara.—¡No Alice!. Esto lo enfrentaré solo. Haré lo que sea necesario— Agregó bajando lamirada.—Estoy segura que lo harás—. Dijo tomando su mano. —Haremos lo que seanecesario— 

Ver aquello, esa complicidad. Esa entrega del uno por el otro, terminó con todo tipo deesperanza.Me había engañado, solo como un tonto lo hace. Había despertado de golpepara comprender que nunca, nunca podría compartir mi vida con Bella. Ella no era micompañera, no era mi igual. Nunca lo sería.¿Sin embargo por que me fue permitido esteefímero sueño? ¿Porque me permiten ver el paraíso si me cierran las puertas en lanariz?Dios si debía existir y me estaba castigando por ser un verdugo, por ser un asesino.Sacudí los pensamientos de mi mente, ahora lo único que debía preocuparme era sacarde ahí a Bella.—Este no es el momento—. Les dije secamente. —Debo llevar a Bella a su casa—.

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Preste atención a la voz mental de mi padre. Al parecer estaba terminando.Sin decir nada mas, di media vuelta rumbo a la cocina.Traté de desprenderme, de dejarfuera mi dolor. Ya tendía tiempo mas tarde.—Yo lo haré —Le dije a mi padre que se ofrecía en ese mismo momento para llevarla asu casa.Su aroma aun estaba presente en la cocina, podía distinguir el aroma al alcohol que

seguramente había utilizado mi padre. Pero en el fondo aun podía encontrar suesencia.Posiblemente se debía a que su blusa estaba empapada de ella, o quizás elaroma llegaba desde la sala, donde se había caído. Definitivamente debía sacarla decasa lo antes posible.—Carlisle me puede llevar — —Estoy bien, pero debes cambiar tu ropa. Seguramente Charlie intentaría matarme si teviera llegar en esas pintas— Salí rápidamente en busca de Alice, no tendría objeción en prestarle algo de ropa.Mis hermanos y mi madre se encontraban aun reunidos en el Jardín. —Es mejor que aunno entre—. Les deje a todos, refiriéndome a Jasper. —Su sangre es demasiado fuerte— —Sera mejor que entre— Dijo mi madre.—Alice, Bella necesita tu ayuda. ¿Podrías? — Le dije sin mirar a Jasper.

—Si, seguro— Contesto.Pero dudó un momento. No quería dejar a Jasper.—Estoy bien—. Dijo molesto Jasper.—Si no se preocupen nosotros estaremos aquí—. Nos dijo Emmett.Pero la voz de Rosalie revoloteaba en mi mente.“Supongo que ahora estarás convencido de que todo esto es una locura” Me decía mientras ingresábamos por la puerta trasera de la cocina.“Por que no me escuchaste. ¿Que pretendías que pasara?. Te das cuenta de lo terribleque hubiera sido si Jasper hubiera logrado atraparla.¿Que habría pasado con nuestrafamilia?. Entiendes ahora a lo que refería.” Agradecí que Bella y mi padre ya no estuvieran en la cocina. No hacía falta que Rosaliedijera lo evidente. Yo era mas que consiente de todo aquello.Había creído en un sueño,había sido un hermoso y único sueño. Pero ahora debía despertar.Debía despertar para

no soñar nunca más.—Edward, tenemos que hablar— Me dijo mi padre.— Mañana Carlisle, por favor, mañana— Le rogué a mi padre.—Esta bien Edward, has lo que tengas que hacer— 

—O— 

Me había pedido que le dijera algo. ¿Pero que quería que dijera?No podía, nuestroscaminos ya estaban marcados.—Dime que me perdonas— Agregó tontamente.

Como podía creer que aquello fuera su culpa? Sus palabras terminaron rompiendo mi tanfrágil autocontrol.Ella creía que con un poco mas de cuidado se habría podido evitartodo.Pero solo se había cortado con un papel. ¿Pensándolo mejor, cuales eran lasprobabilidades de eso? ¿Y en una casa llena de vampiros? La teoría de que ella fuera unimán para los peligros era demasiado fuerte. ¿O el imán era yo?Veamos, cada vez queella había estado en peligro había sido por mi causa, yo estaba a menos de unos pocosmetros la primera vez, luego me encontraba a su lado cuando conocimos a James, si nohubiera sido por mi reacción…Esta vez, si no la hubiera forzado a ir a casa. Ella noquería, pero yo la había llevado aun en contra de su voluntad y aquí tenia los

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resultados.Ella no era la causante de los “accidentes”Yo, yo, yo. Yo era el único culpablede poner una y otra vez la vida de Bella en peligro.Y ella ahora me pedía perdón. ¿¡Perdonarla por que!? Y creía que la culpa era suya.—¿Culpa tuya? — Le dije ahora muy molesto. —¿Qué hubiera sido lo peor que te hubierapodido pasar de haberte cortado en la casa de Mike Newton, con tus amigas humanas,Angela y Jessica? Si hubieras tropezado y te hubieras caído sobre una pila de platos de

cristal sin que nadie te hubiera empujado, ¿qué es lo peor que te hubiera podido pasar?¿Manchar de sangre los asientos del coche mientras te llevaban a urgencias? MikeNewton te hubiera tomado la mano mientras te cosían sin tener que combatir contra elansia de matarte todo el tiempo que hubieras permanecido allí. No intentes culparte pornada de esto, Bella. Sólo conseguirás que todavía me sienta más disgustado.—¿Cómo es que ha entrado Mike Newton en esta conversación? — Preguntó.—Mike Newton ha aparecido en esta conversación porque, maldita sea Bella, él tehubiera convenido mucho más que yo — Le dije molesto con migo mismo.Claro que según ella, prefería morir antes de estar con el, o con cualquier otro.Aunsabiendo que era cierto, le pedí que no fuera melodramática. Tratando de que mispalabras sonaran duras y secas.—¿Te quedarás esta noche? — Me pregunto cuando apague el motor. Yo sentía que

debía ir a casa. Pero creo que no hubiera servido de mucho. La esperé en su cuarto, clarono sin antes rependerla por su tonto comportamiento con respecto a sucumpleaños.Había aceptado después de todo, de buena manera los regalos que le habíaregalado mi familia.Aun no habría el mio y estaba un tanto impaciente.Jugaba con la cajacuando ingresó a su dormitorio.—Hola — Mis palabras salieron mas tristes de lo que me hubieran gustado.El rostro de Bella resplandeció ante mis ojos. Caminó hacia su cama y quitándome elregalo de mis manos, se sentó en mi regazo.Hola, me dijo apretándose contra mi pecho. Su calor… Podía sentir como literalmentederretía mi alma. Rodee su cuerpo con mis brazos.Quería abrir sus regalos. Empezamos con el de mis padre y se mostró muy entusiasmadaal ver los boletos de avión.

Luego fue el turno de mi presente. Había cumplido mi promesa, no me gasté un solocentavo en el .No era nada, solo una tontería. Consistía en un CD, pero no era cualquier CD. Habíagrabado una recopilación con mis piezas favoritas. Su Nana, La Favorita de Esme, entreotras.Sus ojos brillaron de la emoción mientras sonaba en su equipo el disco.Por unmomento pesé que su reacción se debía solo al dolor de su brazo, pero me aseguró quese encontraba bien.—No, no es mi brazo. Es precioso, Edward. No me podías haber regalado nada que megustara más. No puedo creerlo— En silencio terminamos de escuchar su canción. Pero me sentía preocupado.Mintió alpreguntarle nuevamente por su brazo y aunque protestó un poco le di un Tylenol.Mesenté junto a ella mientras la música seguía sonando.Consideré que ya era tarde. Con

uno de mis brazos tome su delicado cuerpo, levantandolo sobre la cama, por un minutome permití disfrutar su proximidad.Con mi mano libre, en un fluido movimiento tire de lasropas de cama, abriéndola para poder recostarla.La arrope como se hace como suelenhacer los humanos con los recién nacidos.Si permitía que su vida siguiera el curso normalde la vida humana quizás en unos años ella también aroparía a sus hijos, sería madre,tendría familia… tendría una vida. Me recosté junto a ella, teniendo cuidado de que mi cuerpo no tocara el suyo. Bella apoyósu cabeza en mi hombro y dejó escapar un suspiro. Seguramente tenía mucho dolor, peroestaba seguro que no me lo diría.

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—Gracias otra vez — Dijo en un susurro humano.Para mi no era una molestia, era un verdadero placer. Un placer que ya no podríadisfrutar, un placer que nunca dejaría de recordar.Me golpee mentalmente, no era la horaadecuada, aun no. Solo un poco más, solo un poco…La amaba, la amaba con toda lacapacidad que me brinda mi condición inmortal. La amaría por siempre, para siempre. Ycuando mi existencia terminara, seguramente también la amaría. Fuera lo que fuera lo

que existiera para los de nuestra especie, cuando estuviera ahí también la amaría. Quizásel infierno no sería tan malo, no después de soportar toda una existencia sin ella, aunquepensándolo bien eso sería mi “vida” sin ella. Tendría que aprender a vivir en el infierno.  —¿En qué estás pensando? — Me preguntó de pronto Bella.No quería mentir, no ahora. —Estaba pensando en el bien y el mal— Aquello era lo massincero que me permitía ser. Su corazón de detuvo y esperé su reacción… —¿Te acuerdas de cuando decidí que no quería que ignoraras mi cumpleaños? — Pregunto solo un segundo después, en su voz no había ningún signo de histeria ni nadaparecido. Era como si yo no hubiera dicho o como si no me hubiera escuchado.—Siii. — Dije esperando ver a que se debían tantas tretas. Era tan graciosa cuandotrataba de engañarme.Justamente como había pensado ella quería, ya que era su cumpleaños, que la besara

nuevamente, añadiendo que no era una obligación, que no debía hacer nada que yo noquisiera.Como si yo no quisiera siempre, por siempre besarla.—Que el cielo me impida hacer aquello que no quiera — Le dije tratando de contener larepentina desesperación que inundó mi corazón.Tome su barbilla, alzandola levemente. Vi mi rostro reflejado en sus ojos, en esemomento habría llorado si hubiera podido. Contuve mi aliento y me acerque lentamente aella. Me miraba con amor, con devoción y pasión contenida.Cuando mi nariz roso surostro cerro sus ojos, aquella repentina privación arrancó de mi cuerpo un escalofrío.Labese con mis ojos abiertos memorizando cada linea, cada detalle de su rostro. La beseabrazando con mis labios su boca y con mi brazos su cuerpo.Este sería el último besoque me permitía darle. Después de esta noche debería dejarla. Ya nunca mas sería miBella, debía permitirle ser de otro, de alguien como ella. Alguien que no dudara en

abrazarla por temor a romperla, alguien que pudiera entregarse como ella merecía.Con aquel dolor en el cuerpo y el alma la bese. Mi lengua acarició sus labios, lamiéndolosdelicadamente, pero atrayendo firmemente su cuerpo contra el mio.La ropas de camacomo las que llevábamos puestas, no eran suficientes para separar su calor de mi cuerpo.Aun así podía sentirlo. Era una sensación tan agradable y familiar. Por un momentoimaginé su cuerpo desnudo contra el mio ¿ Como se sentiría? Seguramente exquisito,calentando cada parte de mi ser. La pasión con la que me besaba Bella no hacia lascosas mas fáciles para mi, se apretaba mas y mas contra mi cuerpo. Por un momentosentí que el aire me faltaba, como si lo necesitara realmente.Pero no podía parar,deseaba recordarla. Quizás, solo quizás, si tenía un pequeño recuerdo de ella, soloquizás podría soportar mejor la eternidad.Mis manos anhelaban recorrer su cuerpo, miboca quería recorrer su cuello y mis dientes querían perforar su carne.De golpe me

separé de ella, haciéndola hacia atras en un seco pero delicado movimiento.Que estúpidohabía sido, Bella nunca había sido mía, ella nunca lo sería.Apreté los dientes, me faltaba el aliento. Pude sentir como rápidamente se enfriaba micuerpo sin su contacto.—Lo… siento — Logre decir entre jadeos. —Esto… es pasarse de la raya— —A mí no me importa en absoluto — Dijo en las mismas condiciones.Bien sabía, que ella también me deseaba y eso no hacia mas llevaderas las cosas.Sugerí que sería mejor que intentara dormir, pero Bella quería que la desara nuevamente,subestimaba mi autocontrol.

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—¿Qué te tienta más, mi sangre o mi cuerpo? — Dijo desafiante. Pero eso era muy fácil,simplemente había un empate, ambas cosas eran tan deseables para mi y a la vezinalcanzables.Tanto que dolía. Dolía tenerla y sería aun mas doloroso no hacerlo.No tardó demasiado en caer dormida. Seguramente por motivo del fármaco.Estabaacurrucada contra mi cuerpo.Acaricié su cabello, inclinando mi cabeza para oler sucabello.

Trataba por todos los medios de encontrar alguna salida que no me obligara adejarla.Pero no encontraba nada, nada que me indicara que hacer.Sabía perfectamenteque era lo correcto, lo que debía hacer. ¿Pero que haría Bella?Seguramente no medejaría, ella sabía perfectamente lo que sentía por ella. Sabía que era el sol de mis días yde mis noches.¿Porque yo no tenía derecho a la felicidad? ¿Porque el destino se ensañaba contranosotros? ¿A quien heríamos, porque la felicidad no nos estaba permitida?¿Porque noestaba permitida “Mi” felicidad? Me incorporé en un delicado movimiento. Arrodillado junto a su cama la contemple unavez mas dormir. Era fascinante y tan completamente relajante que por un breve momentodeje de lado mis pensamientos.Podía ver que estaba soñando, seguramente era unsueño feliz ya que se dibujaba levemente una sonrisa en sus labios. Quise acariciarlos,

hasta estire mis dedos hacia ellos, pero me obligue a no hacerlo. El gélido contacto de midedos remirarían despertándola.Caminé por su cuarto, caminé de lado a lado. Pero no podía pensar fríamente con ella amenos de un metro. Sin darme vuelta salte con decisión por su ventanaEra una noche oscura, sin luna. Ya no llovía pero la niebla era muy espesa. Caminé por elsendero que se encuentra en el bosque, detrás de la casa de Bella. Recordé el día que laespié desde la cima de un árbol, hace tantos meses ya, pero que parecían solodías.Recorrí el mismo camino que en esos días recorría ella. En el mismo arbol caído mesenté a pensar en el futuro, en las consecuencias que traería si me quedaba junto a ella.Lo peor fue descubrir que ese futuro no existiría.Mi familia también me preocupaba, peroBella estaba atada a ella tanto como a mi mismo.Si quería marcharme no podría permitirningún tipo de contacto con ellos, solo le daría falsas esperanzas de mi regreso y yo no

regresaría.Además siempre estaría el peligro del descontrol de Jasper o del Enojo de Rosalie. Deellos podría esperar cualquier cosa.

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Noche Eterna Capitulo 4 

El final 

No me sorprendí a escuchar la voz de Alice, solo ella podría ver que no estaba en casa deBella, seguramente me vio sentado en este tronco cuando decidí saltar por la ventana.—Jasper se marcha—. Me dijo sin rodeos. —Y yo me voy con el—.Eso era mas que obvio para mi. Alice nunca lo dejaría solo.—Alice, también me iré, aun no se cuando ni a donde, pero debo alejarme —.—No lo hagas por nosotros Edward, es por esta razón que nos marchamos. No queremosser mas un problema para ti y Bella. Quiero que sean felices. No podríamos vivir sabiendoque por nuestra causa se separan—.—No es culpa vuestra Alice, es que no lo vez, si no hubiera sido Jasper habría sidocualquiera—.—Edward, por favor le partirás el corazón—.—¿Y no crees que estoy consiente de ello? — —No, no me marchare entonces. Hablare con Jasper para que nos quedemos solo unpoco—.—Eso no te lo permitiré Alice, te prohibo interferir. Vasta de criaturas sobrenaturales en suvida. Debe tener una vida normal. Se lo debo, por todo lo que la he hecho pasar—.Decir aquello en voz alta era infinitamente peor. Por un minuto sentí como mi cuerpo seestremecía levemente.¿Que era aquello que estaba sintiendo?—¿Pero es que no entiendes que con eso la mataras? — Dijo Alice con una mueca dedolor en el rostro.—No Alice, encontraré la forma, ella me olvidará, se que asi será. Pero para eso necesitoque tu estés lejos, que todos estén lejos.No se porque te digo esto, debo hablar conCarlisle primero—.—No te preocupes, nuestro padre también ha sacado sus conclusiones. Te espera parapoder hablar—.En silencio no contemplamos. No quería ver a mi familia desecha por mi culpa, por mifalta de juicio.—¿Donde irán? Procura estar en contacto con Esme y Carlisle. Seguramente ella sesentirá terrible con todo esto—.—Y lo hace, Edward. Esme esta desconsolada—.Trate de convencerla para que fueran a Delani. Mi madre se sentiría un poco mejor alsaber que estaban con miembros de la “familia”. Alice se acercó a mi, rodeando mi cintura con sus brazos.—Lo siento tanto Edward. Me mata el pensar que todo esto a sido por mi culpa. Si nohubiera insistido en la estúpida fiesta, nada de esto había ocurrido—.

—No es tu culpa—. Dije abrazándola también.—La extrañaré Edward—.—Lo se Alice, no sabes lo terrible que será esto para mi—.Alice retrocedió unos pasos con los ojos cerrados.Permaneció así unos segundos.—Si, lo se Edward. Si, será terrible para ti; y para ella también. Edward por favor no lohagas, sufrirá mucho—.—Pero lo lograra, lo hará ¿Cierto? — Cerro nuevamente sus ojos. — Maldición Edward, si lo hará pero le partirás el alma—.Con eso me bastaba, Bella sufriría, es cierto y yo sufriría aun mas al saber que lo hacia

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por mi culpa. Pero al final ella lo lograría, me olvidaría.—Gracias Alice, Dije en voz baja—.¿¡Y que me agradeces Edward, no vez que de un golpe he destrozado dos corazones?.El de ella y el tuyo!?. — Dijo apretando los puños. —Adiós hermano. Ojala que logresencontrar un poco de paz donde sea que te dirijas—.Dio la media vuelta y corrió adentrandose en el bosque.

Su mente lloraba, pero pronto estaría con Jasper y el lograría consolarla.“Vampiros afortunados, que se tienen el uno al otro”. Caminé lentamente, arrastrando cada paso. Tendría que romper su corazón.¡Bella… mi amor, mi vida!... Ahogue el grito que emergía de mi pecho.No quiero dejarla,¿como podre vivir sin su calor sin su risa clara y transparente?. Bella, Bella, su nombrequemaba mi boca.Trepe por su ventana, no se había movido. Pude sentir nuevamente aquella extrañasensación. Me resultaba familiar… solo que no sabia lo que era. Lo que quedó de noche, lo dedique a memorizar su rostro, recostado junto a ellaacariciando su cabello.La última vez, mi última vez.—Adiós amor—. dije en un susurro. —Adiós mi Bella, esta será la última vez que hable micorazón.Trata de olvidar, mi vida. Trata de ser feliz. Te amo Bella, te amo mas que a mi

propia vida, te entrego mi felicidad, aquí junto a ti quedará por siempre—.Para la mañana siguiente ya no quedaba un solo rastro del Edward que Bella tanto amabaen mi cuerpo. Me incorporé besando su frente.Pude ver por un minuto a su Edward,recostado junto a ella. Lo que ahora se alzaba solo era un sombra, una cáscara. Junto aella, en aquella pequeña cama quedaba todo mi ser. Era suyo, ya no me pertenecía.Salté por su ventana como la noche anterior, sin voltear, sin observarla.

—¿Has visto a Alice?—, Dijo preocupada mi madre.—Después Esme, lo prometo—. Subí a toda prisa para cambiar mis ropas.

Llegue al instituto solo un poco antes de que Bella lo hiciera.Me acerque a su coche para ayudarla a bajar. Seguramente no se sentiría muy bien estamañana.—¿Qué tal te sientes? — Dije tratando de contenerme.—Muy bien — Respondió, pero traté de no preocuparme, traté de contener la repentinaansiedad.Caminamos en silencio, lentamente mirando el pavimento.Aquella mañana parecíaeterna. Las clases se hacían interminables y ahí estaba de nuevo la monotonía de lasmaterias.Bella se mantuvo muy callada y me sorprendió que no me bombardeara con miles y milesde preguntas.Estaba dispuesto a decirle que nos marchábamos en cuanto ella empezaraha hablar sobre lo ocurrido el día de ayer. Pero ella simplemente no lo hizo.¿Instinto,

presentimiento? Sin embargo agradecí postergar aquello, solo un poco. Tendría quedesprenderla de a poco, hiriéndola con mi indiferencia.—¿Dónde está Alice? — Preguntó en el almuerzo.—Está con Jasper—. Dije fríamente, sin mirarla. Pude sentir como su corazón comenzabaa latir rápidamente. Con la voz llena de angustia preguntó si el estaba bien, pero noconteste, ni siquiera le mire. Solo me dedique a seguir jugando con mi “comida”. —Se han marchado una temporada— Le solté de golpe.Bella dejo escapar un pequeño grito. —¡¿Qué?! ¿Adonde? — Traté de parecer indiferenteantes su reacción.

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—A ningún lado en especial—. Le contesté alzándome de hombros.Su voz tiritaba cuando pregunto si Alice se había marchado también.Quería consolarla,abrazarla. Calmar el dolor que le producía su partida.Pero no podía. Me obligué a nolevantar la mirada, obligue a mis músculos a permanecer rígidos a menos de medio metrode ella.Era tan fácil hacerla sentir bien, solo tendría que levantar mi mano y acariciar surostro. Pero no no haría y no lo hice, solo confirme lo que ella suponía, Alice se había

marchado siguiendo a Jasper.En su cara se dibujó una mueca de dolor, estaba seguro que sería por mis palabras.—¿Te molesta el brazo? — Dije de todas maneras.—¿A quién le importa mi estúpido brazo? — Murmuró molesta por mi pregunta y dejócaer su cabeza sobre la mesa.Involuntariamente estiré mi mano hacia ella. Casi podíaimaginar el contacto con su suave cabello.Cerré de golpe mi mano, solo a unoscentímetros de tocarla. No me permitiría flaquear, la decisión ya estaba tomada.Al sonar el timbre me levante sin decir palabra, procurando arrastrar la silla al pararmepara que Bella me escuchara.Durante el resto del día escolar mantuvimos esta situación,yo no hablaba y ella respondía a mi silencio con mas silencio.Solo cuando nos dirigíamoshacia su carro, al finalizar las clases, me habló nuevamente.Pregunto si iría a su casa por la noche, debía trabajar, pero en la noche quería verme.Me

mostré indiferente sobre el tema. Pero accedía a ir.Bese su frente rápidamente,disponiéndome.

—O— 

—¿Te ha dicho Alice donde irían? — Me preguntó mi madre, muy preocupada.No debísalir tan rápido esta mañana, se encontraba casi angustiada por Alice y jasper.—Madre, Alice estará bien, creo que irán a visitar a Tanya, estará en contacto—.—¿Y que se supone que haremos nosotros? —. Preguntó molesta Rosalie.—Rose—. Dijo esta vez mi padre. —Deja que hable, seguramente es lo que ha pensadotoda la noche.Adelante Edward— —Les pido disculpas a todos, si yo no hubiera sido tan egoísta, esto no habría

pasado.Hace mucho tiempo que debí escuchar a Rosalie. Se que ella solo quiere lo mejorpara la familia y ahora debo pagar por mi estupidez.Lamento tanto tener que arrastrarloscon mis problemas, pero creanme que no veo otra salida para todo esto—.—No debes disculparte por amar a Bella— Dijo mi madre.—No Esme, no pido disculpas por amarla. Sin duda la amaré por siempre, pero he sidodesconsiderado al esperar que todos ustedes tuvieran la misma tolerancia que he tratadode tener cuando estoy junto a ella.No fue justo para Jasper someterlo a aquella dura prueba, estoy consiente que para mi essolo un poco mas fácil por que la amo, pero ustedes no tenía la misma obligación —.—Claro que la tenemos hijo, ella es tu compañera. También la amamos y es partenuestra—. Continuo Esme.—¡Pero ya no lo sera mas!. Ya no podemos vivir aquí, debemos marcharnos—.

—Ya había previsto algo así, pero jamas pensé que tu también te marcharías. ¿Estasseguro de esto? ¿Quizás si no estuviéramos, si solo fueran ustedes dos?...—Terminaría matándola… de una u otra manera. No puedo… no puedo…—Desgarradopor el dolor caí al suelo. Odiaba mostrarme débil, pero es que no podía controlar el dolor.Sentí los brazos de mi madre rodeando mi espalda.—Cariño, se que lo haces por ella. Esto es lo mas noble que alguien podría hacer por elser amado.No existe en la tierra una persona que merezca ser feliz mas que tu, mipequeño Edward. Estaremos contigo hijo, en todo momento—.—No madre— Dije desprendiéndome de su abrazo, pude ver como la heria mi

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brusquedad. —No. Yo no iré con ustedes, no esta vez. Necesito superar esto solo. Noestoy seguro de cómo lo haré, pero tengo que hacerlo—.Los ojos de Esme confirmaban todo lo que su mente me decía. Pena, dolor,incertidumbre, pero sobre todo tristeza, mucha tristeza. Su familia se desmoronaba poco apoco y yo era el culpable.—No tengas pena, por favor madre. Estaré en contacto—. Le dije sacando de mi bolsillo

el pequeño celular plateado y tratando de fingir una sonrisa.—¿Y que piensas hacer? ¿Donde iras? — —No estoy seguro, he pensado en tratar de encontrar a Victoría. Se que en las últimasrondas no hemos encontrado rastro alguno de ella, pero me sentiría mejor si estoy segurode que ella ha salido completamente de nuestras vidas— Desde nuestra vuelta a Forks, se había vuelto una costumbre el vigilar losalrededores.Claro que a Emmett le fastidiaba hacerlo ya que nunca encontrábamos nada.—Genial, yo voy contigo—. Dijo muy entusiasta mi hermano—.—Emmett, ¿No pretenderás dejarme nuevamente? Le recriminaba Rosalie—.—Pero nena, solo será un corto tiempo, ¿No es así Edward? — Pero yo no estaba seguro de volver algún día. Por lo menos trataría de no hacerlo.—Será mejor que viaje solo Emmett. Creeme, no seré el mejor compañero de

aventuras.Además para Esme ya que mucho perder a tres hijos de golpe—.—En eso tienes razón, gracias por la consideración— Me dijo mi madre.—No lo hago para herios—.—Te entendemos. Debes hacer lo que creas que es correcto. Eres nuestro hijo, vuelve anosotros cuando estés listo. Te extrañaremos y esperaremos ansiosos tu regreso. —“Vehijo, pero vuelve. Ya te extraño.” Agregaba la voz mental de mi padre.

—O— 

Aun era temprano, Bella seguramente estaría saliendo del trabajo.En otras circunstanciaspodría haber pasado por ella, como solía hacerlo. Pero hoy no, ya nunca mas.Charlí estaba ansioso por ver un partido por televisión. Me senté en el sillón esperando

que Bella llegara… Bueno trataba de no esperar. Me enfoqué en el televisor, agradecí quesu padre fuera un hombre de pocas palabras, lo último que quería hacer era platicar.Era sorprendente como podía fingir frialdad frente a Bella. Esa noche no la recibí con losbrazos abierto. Tampoco bese sus labios y caminamos tomados de la mano hacia lacocina. Esa noche solo la mire, dedicándole solo una fingida y pequeña sonrisa.¿Concuanta facilidad podía cavar mi propia tumba?Yo era un monstruo y los monstruo notienen sentimiento ni emociones.—Ahora voy contigo — Le dije para luego seguir contemplando el televisor.Bella se quedoahí, su corazón latía ahora rápidamente, pero no se movió.No quería mira, no debía mirar. Indiferencia, mi corazón era una roca.Claro que no pude evitar escuchar. Me enfoque en los ruidos que llegaban desde lacocina.Pero solo escuche el ruido de la silla cuando ella la arrastro para sentarse.¿Que

estaría pensando? No podía pasar por alto mi comportamiento. ¿Que pensaría? Y ahíestaba otra vez aquella extraña sensación. Desde las profundidades de mi menoríasurgían extraños recuerdos, casi olvidados ya. Traté de recordar, atravesando la densanube tras la cual se guardan mis antiguos recuerdos humanos.La silenciosa risa de Bella surgió de pronto. ¿Qué era lo que la hacia reír? Estabacompletamente seguro de no hacerle entregado motivo alguno, es más a estas alturas yadebería estar llena de incertidumbre. Pero sin embargo no preguntaba nada, era como sisimplemente aceptara mi comportamiento. Como si fuera normal.Subió a su dormitorio, alparecer estaba sacando una fotografía. ¿Una fotografía de que?Ya no era libre de hacer

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preguntas, tampoco podía leer sus ojos.Aquello era peor, mucho peor de lo que esperaba,infinitamente peor. Sin embargo no podía dejar de espiar sus movimientos por lacasa.Bajo los escalones lento, despacio; tratando de no hacer ruido. Claro que aquello eraimposible.Obligue a mis ojos a no mirar, claro que tampoco pestañeaban. Estaba completamentepetrificado, sin vida, sin alma.

Bella tomó unas cuantas fotos de su padre y mías. Lo más difícil fue cuando nos tomamosuna juntos.Su suave cuerpo se sentía exquisitamente cálido.—Sonríe, Bella — Le dijo su padre.Y por un momento me invadió la necesidad de contemplar su rostro.Y una vez mas mecontuve.Deje caer mi mano de su hombro, casi dolía la separación de su cuerpo.“Acostumbrate,acostumbrate. Es solo el comienzo”Pero mas bien era el fin. Me senté a fingir ver el televisor. El reloj no avanzaba, estar junto a ella de esta maneraera insoportable. Sentí que no podía mas.—¿Te quedarás? — Me pregunto casi en un hilo de voz.Por todos los cielos, su voz era débil, sin vida. Pero lo superará, Alice lo aseguró.—Esta noche, no—. Le dije desconsideradamente.Bella no protesto, como supuse que lo

haría, tampoco demostró tener mas interés en que lo hiciera. Posiblemente le habríadicho que si, si hubiera insistido, pero no lo hizo y agradecí aquello.Sin mirar atrás, entre a mi coche. Demasiado rápido llegue a casa.Las cosas ya estabanlistas para la partida. En un par de días mi familia se marcharía y luego vendría mi turno.El turno del adiós.—Iremos a cazar por los alrededores, ¿Vendrás con nosotros?—.—No madre, gracias—.—Estaremos cerca por si nos necesitas—.Todos se fueron. Era como ver mi futuro. Soledad, desolación.De un lado a otro camine en mi habitación. Aquel no era el lugar donde yo queríaestar.Pero no iría. No correría por el bosque y treparía por su ventana. No lo haría.Yanunca mas entraría por su ventana, ni me recostaría junto a ella en su cama. —Bella—,

dije en voz baja. —Bella—. Cerré mis ojos. Perfectamente podía recrear en mi mentetodos lo detalles de su habitación, la conocía perfectamente cada centímetro.Los librosque tenia en la estantería, los CD’s de su colección, los afiches de su pared, etc.Y sobretodo la recordaba vividamente. Me deje caer sobre el sillón de mi dormitorio.—Bella… Golpee mi cabeza con mis puños, aquello no ayudaba. Me arrepentí profundamente de no haber salido a cazar. Salté por la ventana, trepando aun árbol. Mi familia ya debía estar lejos, pero sería fácil encontrar su rastro.Corrí sinprestar demasiada atención por el bosque, mi mente era un caos.Me detuve de golpe.Fue como ver la luz al final de un túnel oscuro. Aquella extraña sensación me inundabapor completo. Sin embargo ya la recordaba claramente.La última vez que la sentí fue hace muchos, muchos años. Fue antes de entrar en lainconsciencia debido a la gripe española.Sabía perfectamente que moriría y no volvería a

ver a mi madre ni a mi familia.Había olvidado completamente aquella terrible sensación.Mi muerte y mi nueva vida estaba marchada por sensaciones completamente contrarias,como el día y la noche, frío y calor. El frío que experimentaba en mi muerte paro de golpecuando el calor del veneno quemaba mis entrañas.Aquel recuerdo de muerte habíadesaparecido en lo mas profundo de mis recuerdos…. Hasta ahora. Corrí con mas fuerza tratando de calentar mi cuerpo, pero era inútil. Sin darme cuentahabía llegado a casa de Bella.No entendía como, me había propuesto no ir. Pero supongoque era una respuesta de mis sentido.Mi ser tenía frío y ella era la única capas decurarlo.¿Pero que pasaría en el futuro? ¿También correría tras ella? Nunca podría olvidar

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su calor, ahora que estaba consiente del frío tendría que vivir con el para siempre.Fríoeterno en mi noche eterna. Seguramente el infierno sería mejor, por lo menos ahí notendría frío.Trepe por su ventana. Una mirada, solo una última mirada. ¿Y luego? … ¿Una últimacaricia, un último beso?.... aquello no ayudaba.Me obligué a bajar, sin mirar. Mi manocolgaba del marco de su ventana. No podía dejarme caer.

En mas de un sentido aquello representaba la separación. Tal vez, solo tal vez, si lograbasoltar mis dedos, podría soltarme de ella.Un tras otro los levanté, quedando solo colgadodel índice. Tan doloroso era dejarme caer. Caer a la noche, caer al frío, a la soledad y alolvido.Pero no había marcha atrás, no había alternativa.

Permanecí oculto entre los arboles, seguramente podría verla desayunar.Vi salir a supadre y poco después los ruidos provenientes del segundo piso me indicaron que Bella yaestaba despierta.No tardó en bajar a la cocina y efectivamente, trepando a un árbol, pudever como tomaba su desayuno.Se sentó en su sitio de costumbre.Su postura, la forma desostener la cuchara, hasta la frecuencia en que tomaba sus bocados me indicaban que

estaba triste. Estaba destruyendo su corazón, lenta y sistematicamente.De pronto delevanto a toda prisa y pude escuchar como salía por la puerta principal.Pero erademasiado temprano para ir al Instituto.Me moví horizontalmente por el bosque, tratando de encontrar un mejor ángulo pero erainútil.Trepe a unos de los arboles mas altos y pude ver lo que mis oídos me habíananticipado.Bella se encontraba frente a su casa y se disponía a tomar una fotografía de esta.Era lacámara que le había obsequiado su madre para su cumpleaños.Rodeo la fachada de la casa y se acercó un poco al bosque. De un salto me adentré enlas sombras de los árboles.Bella buscó el mejor ángulo y tomó una última fotografía. Se quedó ahí un momento,contemplando los arboles. Su rostro parecía esperanzado y supongo que aquel era el

sentimiento correcto que sentía en ese momento ya que dejo escapar un hondo suspiro.

—O— 

Aquel fue otro día de terapia anti-Edward para ella.Me mantuve como los días anteriores,indiferente… solo en apariencias.No podía dejar de monitorear cada movimiento, cadacambio en sus latido cardiacos, cada respiración y sobre todo cada suspiro queinconscientemente dejaba escapar.En resumidas cuentas, era un verdadero martirio.Bella se encontraba mas distraida que nunca en las clasesAl punto de tener que “soplar”una respuesta en la clase de Lengua.Aquella fue la única vez que me permití dirigirle la palabra. Silencio, indiferencia. Meodiaba a mi mismo, me odiaba con todo mi ser.

Por fin llegó el final del día escolar. La acompañe a su carro, pero esta vez no bese sufrente al despedirme, tampoco sonreí.Cada día la desprendía un poco mas, cada día destruía su corazón, de apoco, sincompasión.Camine hasta mi coche, tratando de mantener el paso humano.Era tan difícil fingir. Todolo humano pesaba. El tener que pestañear, el fingir respirar, todo aquello que hacíamospara fingir nuestra humanidad.

Esa noche, como la anterior, salte por mi ventana. No soportaba el frío.Corrí por el

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bosque en dirección a su casa, en dirección a mi corazón.Bella estaba dormida. Por su frente corría un gota de sudor. No debería haber ido.Debípedir a Emmett que retuviera por la fuerza si era necesario. No debía estar ahí.Nadabueno lograría con aquello.Estaba dispuesto a volver a casa de mis padres cuando algoen el suelo de su habitación llamo mi atención. Era el album fotográfico que su madre lehabía regalado.Aquello fue un carnada demasiado tentadora como para no

morderla.Cuidadosamente abrí la ventana. Una ola de calor baño mi cuerpo al mismotiempo que el ardor quemaba mi garganta. Demasiado tiempo lejos de ella. Todo volvía aser como en el comienzo. Para los humanos el tiempo todo lo cura, para nosotros solo lohace mas insoportable.La primera fotografía era mía, del mismo día de su cumpleaños. Me sorprendí al ver lasegunda. Era la fotografía que nos había tomado el día anterior, cuando estaba fingiendover television y la tercera era la mas dolorosa de apreciar.Bella y yo, uno junto al otro peroa la vez demasiado lejos ya.Contuve las ganas de romper aquellas terribles muestras denuestra separación.Pero estaba consiente que solo de aquella manera podría separarmede ella, solo así, ella me olvidaría.Fingir que no la amaba y sufrir por aquello. Solo esefuturo podía ofrecerle. Pero a su vez era la única salida.Como podía pretender que Bella continuará con su vida teniendo tales recuerdos

tangibles de mi persona.Nunca olvidaría, por el contrario solo haría las cosas mas difícilespara ella. Me incorporé silenciosamente con el album entre mis manos.Gire buscando elCD que le había regalado. Dos muestras de mi amor, de mi persona. Un ancla, un lastre ysobre todo un estorbo para su vida.Debía desaparecer completamente de su vida y desus recuerdos. Debía facilitarle las cosas. Pero no podía llevarlos con migo. Yo tambiéndebía aprender a vivir sin ella.Jamas volvería a tocar aquella melodía. Era suya, al igualque mi vida.¿Pero que podía hacer con las fotografías? Yo también debía olvidar.Deambule por el bosque, tratando de encontrar algún rastro de Victoria. Sin embargocomo antes no encontraba nada.Así transcurrió mi ultima noche, en un ir y venir a ningúnsitio en realidad, como un fantasma, como el ser sin alma que era.La escuela fue terrible. Por primera vez en días las horas volaban. Corrían y yo no podía

hacer nada por detenerlas.—¿Te importaría si voy a verte hoy? — Le pregunte cuando llegábamos a su coche esatarde después de clases.—Claro que no— —¿Ahora? — Le dije, sin respirar.—Sí, claro — Bella debía entregar unas cartas. Me ofrecí a dejarlas, mi carro era mucho mas rápido queel suyo.Entregue las cartas y aun así logre llegar antes que ella.—Vamos a dar un paseo — Le dije mientras tomaba de su mano.Acomodé mi paso a su ritmo y me dirigí hacia el pequeño sendero que se encuentra en elbosque justo detrás de su casa.No caminamos demasiado, solo unos cuantos metros. Me

detuve cerca de un árbol, apoyando mi cuerpo en este. Deje de lado todos missentimientos.Bella me miró y dijo:—Está bien, hablemos — Debía interpretar un papel. Llene mis pulmones de aire, tratando de que mi voz no sequebrara.—Bella, nos vamos—.—¿Por qué ahora? Otro año...

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Trate de argumentar cosas demasiado obvia, cosas en las que mi familia y yo siempredebíamos pensar cuando vivíamos demasiado tiempo en un lugar. Pero eran soloescusas, sabia perfectamente que aun podíamos vivir en Forks un buena temporada sinlevantar sospechas.Escusas, solo eran tontas escusas.Bella me miraba con los ojos muy abiertos, pero llenos de duda. Solo vasto un segundo

para que su rostro cambiara de color. La sangre bajo de su rostro y quedó completamenteblanca.—Cuando dices nosotros... — Dijo en un susurro.—Me refiero a mí y a mi familia—.Bella sacudió su cabeza de lado a lado, negando mis palabras. Su ritmo cardiaco sehabía disparado.Esperé su respuesta, sin mostrar sentimiento alguno en mi rostro.Yatendría tiempo suficiente para eso. Pero no aquí, no ahora.Una tras otra fui debatiendosus razones. Una tras otra fui enterrando espadas en su pecho, hasta romper su corazón.Bella logro sobre ponerse y tal como pensaba no quería dejarme marchar. Quería irconmigo.Todo fue demasiado doloroso. Dolía hacerla sufrir y dolía saber que abandonabalo único por lo cual valía la pena la vida.—No puedes, Bella. El lugar adonde vamos... no es apropiado para ti.

Ella pensaba que donde yo estuviera, sería apropiado para ella. Pero yo no estaba segurode donde iría. Solo estaba seguro que sería un infierno y aquel no era sitio para ella.—No te convengo, Bella—.“Mi Bella, mi amor. Comprende que siempre seré tuyo, mi corazón el tuyo”.  —No seas ridículo — Dijo suplicante. —Eres lo mejor que me ha pasado en la vida— Aquello no estaba resultando, como lo había planeado. Bella estaba mas obstinada quede costumbre.—Mi mundo no es para ti — Dije sinceramente esta vez.—¡Lo que ha ocurrido con Jasper no ha sido nada, Edward, nada! — Pero en eso tenía razón. Era lo que se podía esperar, solo que yo había estadodemasiado ciego para ver realmente.De pronto Bella cambio el tomo de su voz, aquello no estaba bien, debía terminar lo mas

pronto posible aquella situación.—¡Lo prometiste! Me prometiste en Phoenix que siempre permanecerías... — Me recriminaba, casi gritando. Pero yo no prometí aquello. Siempre traté de dejar eso enclaro. Solo hasta que fuera bueno para ella y eso ocurría ahora.—¡No! ¿Esto tiene que ver con mi alma, no? — Dijo de pronto furiosa. —Carlisle me hablóde eso y a mí no me importa, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porqueno la quiero sin ti, ¡ya es tuya! — Obligue a mi cuerpo a congelarse donde estaba. Quería recorrer el pequeño pero a la vezgran espacio que nos separaba ahora.No podía contemplar por un minuto mas susufrimiento.Aquello no estaba bien, todo estaba fuera de control. Podía verme tomándolaen mis brazos, mientras le pedía disculpas por haberme comportado como unestúpido.Pero no lo haría. La amaba demasiado. Pero no quería seguir torturándola.Solo

un intento mas, solo una ultima oportunidad y si eso no funcionaba, me quedaría o nosiríamos. No estaba seguro, de lo único que estaba seguro era de no aguantar mas aquellaterrible situación.Respiré hondo y lance mi última carta.—Bella, no quiero que me acompañes — Le dije sosteniendo mi mirada, clavandola ensus ojos.Bella no dijo nada en respuesta. Por un momento permanecimos en silencio.Yo esperabaque ella debatiera mis palabras, estaba seguro de que no creería ni una sola palabra.Seguramente ya se había percatado de que todo esto era solo un truco para mantenerla a

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salvo.—¿Tú... no... me quieres? — Para mi asombro ocurrió todo lo contrario. Pude ver en su voz como dudaba de missentimientos.Como era posible que creyera aquella estúpida escusa? Acaso no sabia que la amabamas que a nada? Mas que a mi mismo, mas que a mi familia, mas que a cualquier cosa.

Pude escuchar como mi corazón se rompía con la duda hacia mi amor.—No— Dije muriendo por dentro.Con esas pequeñas letras moría todo lo que importaba.—Bien, eso cambia las cosas — Dijo tranquilamente.Desvié mi mirada. Ahogando los gritos de mi pecho.Trate de encontrar las palabrasadecuadas y el tono adecuado, dejando todo rastro humano fuera de mi rostro.—En cierto modo, te he querido, por supuesto, pero lo que pasó la otra noche me hizodarme cuenta de que necesito un cambio. Porque me he cansado de intentar ser lo queno soy. No soy humano — Dije fingiendo, pero por dentro el frío quemaba mi ser. “Soy un monstruo y este es miinfierno” Mi infierno frío y desolado.Le dije que había permitido que esto llegarademasiado lejos. Pude ver como destruida a la persona que tanto amaba. Era demasiado,

era aun mas terrible de lo que yo había previsto.Recordé las palabras de Alice “La destruirás” me había asegurado. Pero también sabiaque lo superaría, Bella lo superaría. Tendría otra oportunidad si yo salia de su vidacompletamente.Hundí más la espada en su corazón afirmandole que no me convenía. Bella solo afirmabamis palabras con la mirada perdida y tuve miedo. Miedo de su reacción, su corazón erasolo un suspiro en esos momentos. Como si fuera a dejar de latir en cualquier momento.Tuve miedo por su vida. Me estremecí un momento. Los humanos tienden a hacer cosasestúpidas cuando están desesperados. Como Romeo y Julieta. Yo no quería que Bellaatentara contra su propia vida. Aquello no lo podría superar.Le pedí que se cuidara que nohiciera nada desquiciado y a todas mis palabras ella asintió, sin vida en la voz y los ojos.Ya no podía estar ahí, ya no lo soportaba.

Volvía ponerme la mascara pidiéndole que lo hiciera por su padre, el también lanecesitaba.

—Lo haré — Dijo en un murmullo. Sabía que cumpliria su promesa. De aquello estabaseguro. Alice había visto que lo lograría.Le prometí que nunca más volvería a verme. Que podría seguir con su vida.Debía seguircon su vida. Con los años yo solo sería un triste recuerdo. Algo sin importancia.—Podrás retomar tu vida sin que yo interfiera para nada. Será como si nunca hubieseexistido—.Su corazón latía rápidamente de nuevo. Pero de mis palabras estaba completamenteseguro.—No te preocupes. Eres humana y tu memoria es un auténtico colador. A vosotros, el

tiempo os cura todas las heridas.—¿Y tus recuerdos? — Dijo casi en un grito. Aquello era tan típico de ella. Tan acertadaen sus preguntas. Por poco me desarma por completo.—Bueno, yo no olvidaré, pero los de mi clase... nos distraemos con suma facilidad.Tratede sonar lo mas convincente que me permitia mi dolor.Jamas la olvidaría, jamas lograríaexistir completamente sin ella. Solo tendría el consuelo de que lo ha logrado, de que seráfeliz.Di un paso atrás, alejándome de ella.—Supongo que eso es todo. No te molestaremos más—.

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Pude ver la sorpresa en su rostro. Aquello era otra terrible sorpresa para ella. Confirmé loque su rostro me decía.—Los demás se han ido. Yo me he quedado para decirte adiós—.—¿Alice se ha ido? — —Ella quería despedirse, pero la convencí de que una ruptura limpia sería mejor para ti— Su rostro estaba desesperado. Ya era suficiente, ya no podía hacerla ni verla sufrir un

momento mas.—Adiós, Bella — Dije inexpresivamente.Me aleje caminando sin darle la espalda.—¡Espera! — Grito mientras caminaba con los brazos extendidos hacia mi, tratando dealcanzarme.“No puedo, no puedo. Adiós mi amor” Permití que se acercara a mi, el dolor quemaba mi cuerpo, mis sentidos. “Adiós mi Bella,mi dulce Bella, se feliz. Yo por por mi parte te recordaré y te amare por siempre” Tome sus brazos por las muñecas, sosteniendolas en los costados.Lentamente me inclinebesando frente, memorizando su cálido y suave contacto.—Cuídate mucho …….. 

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Noche Eterna Capítulo 5 

Antes de Partir 

Ya no era dueño de mi cuerpo. Trataba de seguir corriendo pero mis músculos se habíanrebelado.Pude sentir claramente un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo y sin poder controlarlocomencé a temblar de pies a cabeza.Aquellas reacciones humanas eran solo el comienzode mi calvario. Era el presio que tendría que pagar.Bella se encontraba ahora demasiado lejos de mi, pero aun podía verlaclaramente.Caminaba sin rumbo, adentrandose más y más en el bosque gritando minombre.Giré mi cuerpo en un estúpido intento por borrar lo que estaba sucediendo. Pero erainútil.Bella ya no era mía y la había abandonado, ahora estaba sola y quizás perdida en elbosque.Pero no podía volver por ella. No podía volver para dejarla otra vez.Tenía que ser unaruptura limpia, rápida.Sin embargo tenía que hacer algo.La ventana de su dormitorio estaba abierta, como de costumbre.Quizás con los añosdejaría de estarlo. ¿Cuánto tiempo le tomaría perder las esperanzas?Nunca me sentiríamejor sobre aquello las dos posibilidades eran igual de dolorosas. ¿Y que pasaría si meolvidara pronto? ¿Cuánto tiempo humano era el normal. Semanas, meses o años?La idea de imaginar a Bella sufriendo por mi culpa años, era demasiado.Pero ella olvidará,se sobrepondrá y espero, aunque me duela, que sea pronto.Su habitación estaba en las mismas condiciones que la noche anterior y no tarde enencontrar los regalos.Le había prometido salir completamente de su vida, sin embargo no podía llevar con migoaquellas muestras de nuestro amor.Miré por última ves las fotografías, eran monstruosas,demasiado hirientes.Pero no pude destruir las. ¿Qué podía hacer. Quemarlas, botarlas ala basura?Decidí después de todo, dejarlas junto a ella. Claro que Bella jamás lasencontraría. Pero eran suyas, debían estar con ella, aunque jamás las encontrara.Bajé a la cocina para dejar una nota falsa a su padre.El llegaría en cualquier momento yno tardaría en ir por ella.Al saltar por su ventana quise seguir su rastro por el bosque, pero escuche a su padredoblando la esquina.Era mi hora de partir, la hora de desaparecer para siempre.Con rabia contenida pise el acelerador.Una última mirada al bosque. Ya no podía verla.Sin embargo era tan fácil escuchar sus sollozos.Ahogue los gritos que subían por mi garganta.Y de esta forma salí de su vida….  

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Noche Eterna Capitulo 6 

El rastro 

Las formas a mi alrededor eran solo sombras difusas. No estaba consiente delvelocimetro cuando paré en seco el coche.¿Emmett?... ¿Pero que esta haciendo aquí?Genial, lo último que necesita en esos momentos era que mi hermano tratara deconsolarme.Pero seguramente existía una buena razón para ello.Solo di unos cuantos pasos, mi hermano me esperaba.—Hey, Edward. Rosalie me dijo que era un tonto por esperarte. Ella no te creía capas dehacerlo—.—Pues se a equivocado como veras—. Le contesté apretando mis dientes.Busque en su mente el verdadero motivo por el cual me esperaba.—Tienes que estar bromeando—. Le dije cuando encontré la razón.—No, no. Ven te lo mostraré—.

Comenzamos a correr por el bosque. Aquello era lo que necesitaba. Aquella era unarazón para alejarme de ella, quizás la única razonable. O por lo menos trataría de pensarque así era.Al poco andar, pude persibir lo que Emmett me había dicho.¡Victoria!Por un momento deje de lado mi estúpido dolor. Ahora tendría por delante una tarea querealizar. Una en la cual no podía fallar, no me permitiría fallar.El rastro no era reciente.Pero era lo suficientemente claro como para seguirlo.—¿Crees que se encuentre en los alrededores del pueblo?— —No, de eso estoy seguro. No he encontrado nada en la ronda de la noche anterior — Ledije muy seguro.—¿Crees que podamos seguir su rastro desde aquí? — —Es muy leve, pero indica que ha vuelto desde la última vez. Emmett no permitiré quevuelva a Forks, menos ahora que …. — No pude terminar, las palabras quedaron atrapadas en mi boca.—Vamos Edward, quizás podamos alcanzarla—.—No Emmett, no quiero compañía. Además, estoy seguro que Rosalie me pateará eltrasero si te llevo con migo—.Traté de sonar animado, no quería preocupar a mi hermano.—¿Y que se supone que harás? — —No estoy seguro pero tengo todo lo que necesito aquí—. Le dije tocando mi frente. —Bueno y en mi mochila que esta en el coche—.Cazar a Victoria, quizás era lo único que me permitiría permanecer cuerdo. Era miobligación no permitir que ella volviera.

Adoptamos un paso humano para volver a la carretera. Emmett tenía muchas cosas en sucabeza.—Edward, no he podido decirte…. —Si, Emmett lo se. Creo que ella también te quería—.—Bueno estoy consiente que puedes ver en mi mente todos mis sentimientos, peronecesito decirte esto.Bella era muy importante para nosotros, estoy consiente que debessentirte terrible…. —Exacto Emmett, me siento terrible. Te agradecería no decirlo y mucho menos pensarlotan fuerte—.

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Esta era la razón por la cual quería viajar solo, no necesitaba todo aquello.—Solo dejalo así Emmett, por favor—.—Esta bien, esta bien. ¿Sabes lo difícil que es hablar con alguien que sabe todos tuspensamientos?. Uno se siente un tanto… estúpido—.—Disculpa hermano, no es mi intención. Creeme que no es mi intención—.Maldición, debía alejarme de todos mis seres amados. Me estaba especializando en herir

a todos los que estaban cerca de mi.—Lleva mi volvo. No lo necesito, mas bien no lo quiero—. Le dije cuando llegamos a lacarretera.—Pero….— —Tu lo necesitarás más que yo. Vamos, toma las llaves, seguramente Rosalie te estaráesperando muy molesta por la demora—.—Ya se le pasará—.—Dile a mamá que estaré bien, trata de consolarla—.—Eso será difícil y lo sabes—.—Si pero los tendrá a ustedes—.—Sabes muy bien que no es lo mismo—.—Alice no tardará en llamar, tal vez puedan reunirse con ella—.

—Si, tal vez—.—Dile a mi padre, que he hecho lo correcto. Dile… que le pido que no regresen a Forks—.—Eso no hará muy feliz a Rosalie. Le gustaba el clima—.—Si es cierto, pero creo que podrás calmarla—.Traté de reír, pero el sonido no logró salir de mi boca.—Es verdad, creo que podré—. Me dijo riendo el de buena gana. —¿Tienes todo lo quenecesitas? — —Si, tranquilo. No es la primera vez que estoy por mi cuenta—.—Lo se solo que ahora todo es muy diferente—.—Es verdad—.—Hey, siempre me puedes llamar si necesitas una mano. Ya sabes que me agradaría

poder acompañarte en esta aventura—.Pero aquello no era una aventura. Era una marcha fúnebre. Mi camino hacia el infierno.—Claro que te llamaré si te necesito—. Le mentí descaradamente.—Bueno, me gustaría que me llamaras aun si no me necesitas. Ya sabes—.—Trataré Emmett trataré. No estoy seguro de cómo será mi existencia de aquí enadelante—.—Pero piensas volver con nosotros ¿Cierto? — —Si.. No… ¡No lo se Emmett. No lo se! —.Sabía que Emmett no me torturaba intencionalmente, pero no podía contestar consinceridad sus preguntas. Yo ni siquiera sabía como sería el día de mañana.—Esta bien, esta bien. Ya no te molestaré mas. Tranquilizate—.—Estoy bien Emmett. Dile a mi madre que me encontraste bien. Por favor no la

preocupes—.—Lo que tu quieras. Pero solo si te mantienes en contacto. O si no le diré a Esme quevaya por ti. Y sabes muy bien que es capas de hacerlo. — 

La idea de cazar a Victoria hizo solo un poco mas llevadera la noche.Sin embargo losescalofríos seguían recorriendo mi cuerpo.Tendría que aprender a vivir con aquellaextraña y desagradable sensación.Era extraño encontrarme a la intemperie.Pero lo prefería. Siembre había disfrutado de losbosques que Forks ofrecía.Pero estaba lejos ahora de poder disfrutar cualquier cosa.

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Presté atención a los ruidos de la noche, concentrado en encontrar mi próximacomida.Habían pasado unas tres semanas desde mi última caza. No tenía ganas dealimentarme. Pero debía estar en forma si quería poder encontrar a Victoria.Me adentré en los bosques del Olympic National Park. No tardé demasiado en encontraralgo con lo cual pude alimentarme. Un ciervo pequeño sería suficiente.Sin muchas ganasdesgarre el cuello del pequeño animal, su sangre me parecía insípida aunque calentó un

poco mi boca y garganta. Claro que aquella sensación no duró demasiado.El seguir el rastro me tomó mas tiempo del que me había imaginado. Había momentos enlos cuales creía perderlo, parecía que ella avanzaba unos tramos pero luego retrocedíaunos metros.Me resultaba imposible comprender el por que de su comportamiento. Dejede lado rápidamente la teoría de que se encontrara herida de alguna manera. Pero suandar era parecido al de un animal moribundo.El rastro era tan errático, que no me permitía correr a toda velocidad como me hubieragustado hacerlo.Sin embargo en en la madrugada pude divisar a lo lejos el LagoCushman. El cielo estaba despejado y tendría que esperar hasta el anochecer paracontinuar mi marcha.

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Noche Eterna Capitulo 7 

Otoño 

Atrás quedaron los pocos días felices de mi existencia, atrás quedaba mi vida.Ahoraparecía estar enmarcada de oscuros y desteñidos colores.Por un momento me detuve a contemplar lo que en otra ocasión debería parecerme unhermoso paisaje. Hoy me resultaba, simplemente insignificante.

La tarea de rastrear a Victoria no fue fácil.En algunas oportunidades su rastro era tannítido que casi podía ver la estela que dejaba su esencia en el aire.Me preparabamentalmente para hacerle frente. No la dejaría escapar.Pero al traspasar un claro o aldoblar en un árbol lo perdía completamente.Aquello me desquiciaba, no soportaba el tener que perder tiempo en aquel estúpido

 juego.Sentía que perseguía a un fantasma.

En cambio en otras, lo perdía completamente. Me tomaba horas o incluso días el volver aencontrarlo.El recorrido que me hubiera tomado normalmente semanas, se habíaconvertido en meses.Pero aun así, no me detendría. Seguí adelante. Cada día trataba de enfocarme en lo queahora era mi única razón de existencia.¿Pero que haría cuando mi tarea terminara? Apretaba fuertemente mi mandíbula cadavez que su nombre trataba de abrirse paso a traves de mis labios. Sin embargo, era masfuerte que yo.Agradecí la estación del año. Agradecí las fuertes tormentas eléctricas. Cada vez quesonaba un trueno, descargaba mi furia contra un árbol, una roca, cualquier cosa queestuviera a mi alcance. Pero no era suficiente… nunca lo era. Cruze Oregon, Wyoming y Kansas sin dar alcanze a Victoria. Casi podía ver como se

escabullía entre mis manos.Al llegar a las grandes ciudades debía disminuir aun mas el paso y en los días soleadosme ocultaba en cualquier lugar que me fuera posible.Trataba sin embargo de alquilar undormitorio en algún motel u hostal para ocultarme, sabiendo que tardaría aun mas enseguir mi camino.Fue en una de esas oportunidades, cuando hable con mi familia… —Ho. Edward. No lo podía creer cuando vi que eras tu el que llamaba.¿¡Por qué no lo hazhecho antes!? — Me recriminaba ahora muy molesta mi madre.—Lo siento Esme ya sabes, en algunas oportunidades es muy difícil recarga la batería delteléfono celular, sobre todo si estas de cacería— — Lo mismo me ha dicho tu padre. Pero aun así, tendrías que ser mas cuidadoso — —Lo intentaré madre, que es muy difícil—.—¿Que es muy difícil, el cargar la batería o el hablar con tu familia? — —Creo que un poco de ambas cosas, madre. Este último tiempo todo se ha vuelto muydifícil—.—Cariño, vuelve a casa. Te extrañamos tanto—.—Y yo madre. También yo los extraño—.Pero no quería estar cerca de ellos. No podrían evitar, en algún minuto el pensar en ella.Y si era difícil lidiar con mis recuerdos, ya podía imaginar como sería el tener que asistir alde todos.Esme no perdió tiempo y me puso al corriente de todo lo que había sucedido desde

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nuestra separación.Se habían trasladado a la Región del Adirondack, al norte de New York.Ahí tenía unahermosa residencia en la Avenida Newport Gray, casi al lado mismo del parque que llevael mismo nombre que la región.El lugar les permitia disfrutar de una vida normal sin tenerque esconderse todo el tiempo. Además el parque contaba con una variada fauna, lo queles permitía alimentarse con regularidad.

Mi madre insistía en que me uniera a ellos, argumentando que podría llevar una vida casinormal.—Edward, recuerda que lo bien que lo pasaban.¿Porque no vuelves hijo? — —Es verdad Esme, tengo muy buenos recuerdos que aquel lugar. Pero no estoy seguro— Yo sabía que detrás de esa pequeña palabra existía mucho mas. Detrás de ese “casi” seencontraba ella. Mi vida jamas sería lo mismo, nunca mas podría llevar una vida normal.Carlisle y Esme ya se encontraban algo aburridos sin nada que hacer.Mi padre estabapensando seria mente el volver a trabajar, claro que no estaba seguro de donde.Lo mismoocurría con mi madre.Alice y Jasper habían decidido visitar un tiempo a Peter y Charlote. Después tratarían deencontrar las piezas faltantes en la vida humana de Alice.Emmett y Rosalie se encontraban como siempre.Después de todo, ella se había

habituado mas rápido que Emmett.Al no estar Alice, ella recurría a el para hacer lo quemas le gustaba… ir de compras. Afortunadamente para ella, según me había contado mi madre, solo a unos pocoskilometros de encontraba Plattsburgh, Malone, Cantón, de Potsdam, y Glens Falls. Loscuales ofrecían todo tipo de tiendas y almacenes.Creo que el que mas perjudicado de ellos era el pobre Emmett. Aunque según susmismas palabras, había logrado “arrastrar” a Rosalie hasta Yellowstone para cazar unOso Grizzly.Por un momento pude imaginar toda la escena, pero el inclemente dolor no me permitiódisfrutarlo.De todos aquellos detalles me había puesto al corriente mi madre la última vez que habíahablado con ella. Claro que de esto ya había pasado algún tiempo.

El saber que se encontraban bien disminuyó mi culpa por haberlos obligado a marcharsedel que es su hogar preferido.

No pasa mucho tiempo en que al llegar a alguna ciudad me topaba con la desagradablenoticia de una muerte misteriosa.El diario local informabas la terrible noticia de que uno de sus habitantes habían sidobrutalmente asesinados bajo extrañas circunstancias. Extayendoles hasta la ultima gotade sangre para luego ser desmembrados.En aquellas oportunidades hacia rápidamenteabandono de la ciudad, seguramente un extraño que solo se deja ver por las noches seriael blanco perfecto de toda investigación policial.Entonces estaba tranquilo ya que seguía el rastro correcto.Otro mes transcurrió de esta manera. Sin abandonar mi tarea, con el corazón

quemandome en todo momento.Con su imagen en mi mente, con su calor perdido.

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Noche Eterna Capitulo 8

Dallas 

—Rosalie quiere viajar pronto—.—Pues buen viaje— Le contesté escuetamente, no tenía muchas ganas de hablar connadie aquel día.—Y yo me preguntaba si no necesitas una mano después de todo—.—Bueno Emmett, gracias por la propuesta pero no creo que sea una buena idea —.—Si, claro. El dolor y todo eso. Ya me temía que dirías algo así —.—Pues si no quieres ir, solo dile. Tu eres un hombre grande. Creo que podrás con ella—.—Que, estas loco. No creo que a Esmme le cause mucha gracias derrumbar su casa.Ahora menos que nunca, con esto de su nuevo trabajo y todo eso—.—En eso tienes razón. Creo, que no tendrás mas remedio—.—¿Estas seguro que no necesitas un par extra de brazos para desmembrar a esa loca

vampira?—.—Si. Estoy seguro. Ahora dile a Carlisle que estoy bien y que espero que todo resulte coneso de las clases—.—Ok. Se lo diré. Aunque creo que le gustaría mas que lo llamaras personalmente—.—Prefiero que no. Hoy no tengo ganas que me recuerden lo valiente que soy.— Seguramente eso diría “De todos mis hijos tu eres el mejor”Podía imitar su voz casi a laperfección. “Sin lugar a dudas el mejor, el mas capaz, el mas valiente. Ese es mi hijoEdward” Tonterías, estupideces. Para un padre es muy difícil ver en realidad a un hijo. Es siemprecegado por el amor.Cegado…. como yo también lo había estado al creer que podría permanecer junto a miBella.

Me encontraba en un modesto motel al norte de Dallas.Extrañaba los eternos y húmedosdías en Forks.Seguramente los bosques estarían pintados de diferentes tonalidades decafé y gris, junto al verde inclemente del musgo que crece por doquier, siendo sinembargo, el lugar mas cálido del planeta para mi viejo y cansado corazón.El maldito sol se movió muy lentamente hacia el horizonte, tomando una eternidad endescender hasta que por fin se oculto completamente.Recorrí la cuidad en busca de algún indicioEn mi búsqueda encontré algunos rastrosprocedentes de otros vampiros. Sin embargo no tenia tiempo de interactuar con extrañosvampiros que usan botas vaqueras y disfrutan de la noche cazando humanos ebrios.No fue hasta pasada la media noche cuando logre dar con el rastro correcto.Estabacompletamente seguro que ella no sería ningún digno adversario, claro que aquello solo lopodría comprobar cuando lograda alcanzarla. Sin embargo no debía bajar la guardia y

mucho menos dar por sentado nada.Ya nos había advertido el traicionero de Laurent queella era mas astuta de lo que parecía. Pero no lo seria como para vencerme.Las calles ya no estaban atiborradas de gente y me pude mover mas rápidamente. Unextraño temblor recorrió mi cuerpo mientras el viento golpeaba mi rostro.¿Es que el frío no pasaría nunca? Apreté mis puños y me moví mas rápidamente, aquelloera mi penitencia y la pagaria gustosamente si con esto Bella estaba a salvo.El solo pensar su nombre me causo un inaguantable dolor corporal. Paré en seco mi locacarrera, con la mano en mi pecho como si efectivamente me costara el respirar.¿Quienhubiera creído que mi vida se convertiría en esto?.

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Alice, ella lo vio. Trato de advertirme pero no había marcha atras. Y las cosas habíaseguido su curso natural.Reí de mala gana recuperando el dominio del dolor, empujando hacia lo mas profundo demi ser. Ocultando, tan solo por algunas horas, de eso estaba seguro. Solo podríamantenerlo a raya unas horas. Tiempo suficiente para alcanzar a Victoria, esta vez no seescaparía. Ya estaba cansado de este estúpido juego.

Ya enfrentaría la eternidad sin alicientes ni motivaciones solo con el dolor de compañero,esto se terminaba hoy.Por alguna extraña razón el rastro era ahora mas nítido que nunca. No tenia mas de unamedia hora.No tardé en descubrir cual era el destino de aquella señal, me encontraba en la autopistaque comunicaba directo al Fort Worth International Airport de Dallas.Maldición, si la dejaba marcharse en avión perdería su rastro para siempre, podría ir acualquier lugar. Sin embargo no por eso dejaría de buscarla, pero esto se terminaba hoy,aquí, en esta ciudad.Seguí el rastro hasta el estacionamiento del aeropuerto donde reinaba un fuerte olor asangre humana.Busqué alguna voz mental en los alrededores, al no encontrar nadadecidí que era lo bastante seguro como para acercarme.Unos cuantos metros mas

adelante se encontraba un pequeño automovil con la puerta abierta y junto al maletero, enel suelo se encontraba el cuerpo de una mujer.Victoria se había alimentado de ella yhabía dejado el cuerpo tirado en el suelo. Retrocedí unos pasos, debía abandonar prontoel lugar.Me disponía a hacerlo cuando comenzo a sonar una nota musical en el aire. No habíaescuchado ningún ruido y me sorprendí ante el repentino sonido.Me moví rápidamentetratando de encontrar aquello que atraería la curiosidad de algún transeúnte.Debajo del automovil se encontraba un teléfono celular color rosa, rápidamente lo abrípresionando una de sus teclas. Un mensaje de texto emergió de la pantalla.“Buen viaje y traeme algo lindo de Brasil” ¡Brasil! Maldición, no contaba con eso. Busque en el interior del automovil, en el suelo enlas inmediaciones, pero no encontré nada. Victoria se había llevado sus maletas y su

cartera. Efectivamente viajaría a Brasil.Corrí por el estacionamiento debía tratar de alcanzarla, pero podía ver que se escurría demis manos como si fuera agua.El reloj que se encontraba sobre el letrero de entrada y salidas informaba que eran las02:00.—Disculpe señorita, ¿el próximo vuelo a Brasil? — “Ho… mi…. Dios” Pensó la mujer que me miraba con enormes ojos. —He… si… claro a Brasil, un momento por favor— Me dijo mientras miraba la pantalla delcomputador. “Por dios, este hombre es hermoso, seguro es modelo…. seguro es gay…¿Maldición por que los mas lindos siempre lo son?—Disculpe tengo algo de prisa— Le dije impaciente.—El vuelo a Brasil acaba de despegar, el próximo despegará a las 06:00, ¿Usted tenía

boletos? — Casi, por poco y logro alcanzarla. Frené el gruñido que quería emerger de mi pecho, notenia sentido exponerme de esa forma.—No, lamentablemente no tenía, pero si necesito uno para el próximo vuelo—.—Eso es imposible señor, ya se han vendido todos los pasajes—.—Pero estoy seguro que usted podrá ayudarme—. Le dije inclinándome hacia ella yutilizando la mas cautivadora de mis voces.—He… he… si…. no se, tendría que ver—. Logro decir mientras su corazón latía como uncaballo desbocado.

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—Yo se que tu podrás… ¿Anhia? ¿Tu nombre es Anhia?— Le dije mirando su su placaidentificatoria. —Necesito subirme a ese avión Anhia, es de vida o muerte. Te estaréeternamente agradecido si lo haces—. Bueno en eso era completamente sincero.—Bueno… creo… que podre—. Me dijo nerviosamente.La horas transcurrieron lentamente, compre ropa, gafas oscuras y una nueva mochila enla única tienda abierta en el aeropuerto. Ya todo estaba listo, mi tarea me llevaba a otro

país. Dejaba el país, dejaba a mi familia, dejaba a mi Bella.No mire hacia atrás mientras subía al avión, nadie estaba ahí para despedirme.—Bienvenido señor, ¿Que lo lleva a su destino, negocios o placer? — —Placer — Le dije mientras imaginaba a Victoria en mis manos de una vez por todas. —Es un viaje de placer— 

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Noche Eterna Capitulo 9 

Invierno 

Trate de pretender que nunca existió, que solo fue una ilusión, una broma macabra de mimente cansada de esta larga y solitaria existencia.Pero no podía. Todo me decía que eracierto, no solo mi memoria. Mi cuerpo, mis sentidos, todo mi ser decía que era cierto, queella existía.Cerraba los ojos y era tan fácil verla, tan clara, tan nítida.Todos los días luchaba contra los síntomas de la abstinencia de mi droga favorita. Lanecesitaba, simplemente la necesitaba.Calmar mi sed era solo un mero tramite, la caza semanal no sabia a nada y los días eranun su calvario de 24 horas.2 meses habían transcurrido desde que llegue a Brasil. 2 meses en que no he encontradorastro alguno.Sin rumbo he viajado como un estúpido, tratando de encontrar algo que me lleve haciaella. Pero es inútil, Simplemente no logro encontrar nada.

No entendía como había llegado hasta aquella localidad. ¿ Como había perdido elrumbo?No tenia sentido permanecer ahí, mi propósito se había perdido.Tal vez y solo tal vez puede volver a casa. Tal vez pueda retomar el rastro desde ahí yasegurarme de que todo esta bien.Eso me estaría permitido. No estaría interfiriendo.Ycuando este ahí, tal vez y solo tal vez pueda ver…. Solo de lejos, claro… no interferiríacon su vida… claro que no lo haría… Podría ver a…a Bella…  6 meses habían pasado desde que me separé de ella. ¡Rayos! ¿Tan solo, 6 meses? Peroestaba en lo cierto solo 6 meses, sin embargo ha sido como una eternidad.Todos los díasun verdadero suplicio sin fin, un infierno. El cielo era estar junto a ella, Bella era mi cielo.Maldición… Ya no recuerdo cuando fue la ultima vez que dije su nombre en voz alta.  Bella, Bella, Bella… Su nombre quemaba mi boca, mi lengua mi garganta y su recuerdomi memoria y mi corazón.

¿Qué pasaría si volviera? No, eso es una locura, seguro que ella ya me ha olvidado,seguro que ya me ha superado.¿Habrá tenido Mike Newton su tan anheladaoportunidad?Ya lo creo, seguramente ella ha encontrado consuelo en sus brazos, en susbesos.La sola imagen de ella en sus brazos… Era, era como sentir un alfiler en mi cabeza. Si asífuera no podría evitar destrozar al blandengue de Newton o a cualquier otro que osaratocarla o estar junto a ella.Pero ha sido lo mejor para ella. ¿Por qué no puedo ser yo lo mejor para ella?Ahora debenser de otro sus días, sus sueños, sus besos y sobre todo, su futuro.La mente humanaolvida rápidamente, facilmente.Seguramente ya ha encontrado consuelo, pero eso solo lohace mas difícil para mi.¿Y que pasaría si volviera? ¿Me recibiría? ¿Pero que le diría? ¿Me perdonaría?Tendría

que volver de rodillas, le suplicaría. No sentiría vergüenza al hacerlo, yo no soy nada sinella.¿Y luego que? ¿Qué haría cuando el tiempo pasara inevitablemente? Un día tendría quesepararme de ella. El tiempo terminaria venciendo y separándonos eternamente. Cuandoeso sucediera ya no podría hacer nada, la vida y el tiempo habrían ganado y yo laperdería por siempre.El tiempo siempre nos vencería.Aunque hoy estamos lejos.Aunque nuestros cuerpos estén separados por kilómetros ykilómetros de distancia, siento un poco de consuelo, al saber que ella vive lo que deberíaser una vida normal.No es algo que haga mas soportable mi dolor, pero se que es lo

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mejor para ella.Pero todo será infinitamente peor al pasar los años.El saber que descubrirá tantas cosassin mi, sin estar a su lado sosteniendo su mano.Sus días de universidad, su primertrabajo, su primer ascenso, su primer auto decente.Tantas cosas, tanto que vivir.Tal vez yo pueda estar ahí, tal vez podría compartir su vida con ella.Tendríamos quemarcharnos, empezar juntos una nueva vida.Solo Bella y yo, juntos como una pareja.Juntos como hombre y mujer. Maldición….. estúpido, estúpido… pero si yo no soy unhombre, nunca podré estar con ella como tal. Nunca podré estrecharla fuertemente entremis brazos, ni hacerla mía como deseaba hacerlo.¿Cuánto tiempo podría soportar?Pero la amaba mas allá de todo, mas allá de las desiluciones, de los impulsos, mas alládel deseo o de la necesidad. Solo estar junto a ella me bastaría, solo sostener su mano yrecorrer su camino junto a ella hasta que su muerte natural nos separara.Después meuniría a ella en la muerte, trataría de alcanzarla si es que después de esta vida había algomas, como decía mi padre.Pero que tonterías pensaba, me hacia falsas ilusiones.¿Acaso no me a dejado marchartan facilmente, no ha bastado una sola palabra para romper nuestro lazo?Han transcurrido 6 meses desde que me separé de Bella, sin embargo su presenciapermanece junto a mi, día y noche.Las horas eran una interminable sucesión de

imágenes y recuerdos en mi mente.Había llegado a Tangará da Serra donde alquile un modesto dormitorio en una pequeñaposada. Turistas de todo el mundo visitaban la localidad, era fácil pasar por europeo,algunos eran tan pálidos como yo.Como siempre, mi andar era regido por el clima, pero me sentía mas tranquilo aldesplazarme por las noches.El vivir de esta manera ya comenzaba a desequilibrar micabeza. Eran demasiadas las horas que debía permanecer inactivo, donde solo micerebro trabajaba y soñaba… Me encontraba agazapado en una esquina del dormitorio, siendo atacado, una vez maspor el frío que recorre inclementemente mi cuerpo de arriba hacia abajo una y otra vez sintregua ni piedad.Abrazaba mis piernas contra mi pecho, en un intento inútil de escapar aaquella terrible sensacion… Como si eso fuera posible… 

La luz del sol lograba filtrarse por la ventana que permanecia siempre cerrada, ya prontocaería la noche, aunque estaba seguro que en esta oportunidad, como en las anteriores,no encontraría nada.Sin embargo seguí rastreando el lugar, callejones, zócalos, bosques a la redonda… peronada, como siempre no encontraba nada.Seguí avanzando hasta llegar a Mato Grosso.Un ambiente festivo envolvía la ciudad.—Disculpeme, ¿Que están celebrando? — Le pregunte a una mujer que pasaba en esemomento junto a mi, cuya piel era tan oscura como el chocolate.—Son las celebraciones de Semana Santa—. Dijo mientras me miraba de pies a cabeza.De pronto sentí el contacto de una pequeña y calida mano tocando la mia. Di un pasohacia atrás, sorprendido por aquel inesperado y repentino contacto. Demasiado tiempohabia pasado sin sentir el roce de un ser humano.

—¡Isabella!, ¡Ya te he dicho que no se acerques a los extraños!.Disculpeme señor es muypequeña y traviesa. Supongo que esta impresionada por tu color—.—No, no es nada, solo me ha asustado un poco—. Le dije sin apartar la vista de lapequeña niña que inimaginablemente tenía el mismo nombre que llevo siempre en micabeza.Como era de esperar, la mujer se alejó dando grandes risotadas, mientras unos pequeñosojos negros me miraban mientras su madre tiraba fuertemente de su brazo.La gente no paraba de bailar y reír a mi alrededor como si de ello dependieran susvidas.Por todos lados se podía ver y oír la gente rezando, algunos caminando de rodillas,

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otros llorando desesperadamente.Mi móvil vibro en mi bolsillo, la pequeña pantalla marchaba el numero de Rosalie.Aquelloera muy extraño ya que no me había llamado en todos estos meses.No era muy seguidoque me comunicaba con ellos y solo Esme o Emmett solían llamarme.Por primera vez entodo este tiempo me preocupé por mi familia, algo debía estar muy mal para que ella mellamara, de aquello no había duda alguna.

Me alejé de la multitud, podía escuchar perfectamente pero aquellas muestras defanatismos religioso me molestaban un poco.—¿Que sucede Rosalie, todo esta bien? — —Tan bien como se puede supongo—.—Bueno entonces que sucede. ¿Por que me estas llamando?.—¿Es que no puedo llamar a mi hermano? —.—Pues claro que puedes, pero estoy consiente que no quieres, así es que dime que vamal.¿Le sucedió algo a Emmett? — Aquello era casi imposible pero debía preguntar.—No, ya te dije que todo y todos están bien …. bueno no todos—.—¿A que te refieres? Por favor dejate de estupideces y dime de una buena vez que es loque sucede.¿Donde esta mamá y Carlisle?.—Se marcharon hace un par de días, están de cacería, pero ellos están bien—.

—¿Qué? Maldita sea Rosalie. ¿Qué? —.—Esta bien, de todas formas te he llamado para decirtelo. ¿Cierto?. Bueno… resultaque… — Le lance un gruñido amenazante, no me sentía con ganas para juegos estúpidos.—Mira, yo se que nos hiciste prometer que no interferiríamos en la vida de Bella… Que extraño era escuchar su nombre desde la voz de Rosalie. —¿Siii?. — …Y bien todos hemos cumplido, te lo juro Edward nadie se ha acercado… Pero aquíestábamos, en casa de Tanya disfrutando los días de Pacuas y creo que Alice no hapodido evitar espiar en su futuro—.—¿Que me estas diciendo? ¿Le pasará algo a Bella? — —  Alice vio a Bella saltando de un acantilado…— Aquello debía ser un error, no era posible, simplemente no era posible. Ella lo había

prometido, no haría nada estúpido, lo había prometido.—¿Un acantilado…? ¿Cuándo? ¿Donde…? Espera un momento… ¿Que me estasdiciendo?¿Donde esta Alice? — Alice tendría la respuesta, además sus visiones no eran ciertas, el destino no estabaescrito en piedra. Ella se ha equivocada antes.—Pues ella viajó hace un par de días a Fork. Ya sabes que le tenía gran cariño a Bella y asu padre. Ella quiere estar presente para ayudarlo en lo que mas pueda— ¿Que… que…que le tenía? Pero si Alice le tiene cariño a Bella. —¿Pero, que me estas diciendo? ¿No hay nada que ella pueda hacer para evitarlo? — Siempre había una salida, un llamado a su padre, algo cualquier cosa. Siempre se puedehacer algo.—Lo siento Edward, creo que ya es muy tarde. Bella… ella esta muerta. — 

Bella muerta…. las palabras hicieron eco en mi cerebro repitiéndose sin piedad de mimente, hasta que estalle en gritos.—¡No, no!. ¡No, tu estas equivocada!, eso no es posible. ¡Eres una mentirosa Rosalie!.¿¡Por que me haces esto!? —Emmett esta muy molesto con migo, no quería que tellamara, el pensó que debía esperar un par de días mas, pero que sentido tiene si ella yaesta muerta.¡No!. ¡Callate¡ Tu no sabes nada, eres una mentirosa y te lo voy a demostrar!.De un golpe cerré el móvil, aquello era una mentira, una gran y maldita mentira. ¿Perocomo es posible que me haga esto?

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Solo había una manera de saber que es lo que verdaderamente estabasucediendo.Marque el numero de los Swan, con la estúpida esperanza que fuera ellaquien contestara, seguramente a esta hora el se encontraría en la oficina.—Casa de los Swan— Dijo una voz ronca de hombre.¿Pero quien podría ser?.—Si... Bueno soy el Doctor Carlisle Cullen. Quisiera hablar con Charlie Swan por favor —.Verdaderamente no pensé en suplantar a mi padre, pero tal vez, después de todo no

quisieran darme información si sabían que era yo el que llamaba, después de todo yo lahabía abandonado, sola en mitad del bosque.—No esta en casa— Contesto el hombre en un tomo amenazador.—Por favor digame a que hora lo puedo hablar con el o donde se encuentra— —Esta en el funeral— En el funeral… Fue todo lo que pude escuchar, corte la llamada ya no había duda alguna,era verdad, todo era verdad. Rosalie no mentía, Bella, mi Bella estaba muerta. Ya nuncamas sus ojos brillarían para mi, su cálido cuerpo era ahora solo un recipiente frío y vacío,su esencia, todo su ser se había ido para siempre.Y ahora ella estaba muerta, impulsada seguramente por mi abandono, por mi estúpidointento de mantenerla a salvo. Yo la había matado. Nunca mas podría verla, sentirla yescuchar su risa cristalina.Ya nunca mas me vería reflejado en sus ojos, nunca mas

tendría la esperanza de un futuro.Sus sueños… mis sueños de compartir su existencia junto a ella.Camine entre la gente que no paraba de cantar y rezar a mi alrededor. Resaban a su dios,aquel que cuida su almas y rige sus vidas.¿Cuidaría El del alma de mi amada Bella?.Y entonces fui completamente consiente por primera vez en mis casi cien años de vida loque la soledad realmente significaba.Sin Bella no viviría, sin ella no quería ya vivir.

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Noche Eterna Capítulo 10 

Vulturis 

Estaba completamente consiente de que mi petición sería vista como una locura, sobretodo por ser hijo de mi padre.Pero no estaba dispuesto a obtener un “No” por respuesta.Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para obtener lo que necesitaba.Mi padre me había hablado muchas veces sobre ellos. Sería muy fácil lograr encender suira.El vuelo transcurrió lentamente, me concentré en tratar de controlar el dolor quedestrozaba mi cuerpo.Quería gritar con todas mis fuerzas, maldecir la vida, el destino aDios si es que existía. Estaba seguro de no poder superar nunca el gran dolor que delcual era víctima, quizás solo la muerte mitigaría el dolor que se había encapsulado en mipecho.Llegamos a nuestro destino sin inconvenientes ni demoras. No reparé demasiado en elautomovil que “tome prestado”. En estos momentos no estaba para remordimientos deningún tipo y sin tomar precauciones me lance por la carretera camino hacia Volterra.Solo disminuí un momento mi mi velocidad cuando divise la ciudad en lo alto de la colina,debían ser unos 550 metros de altura mas o menos si mis cálculos no me fallavan.Rápidamente subí por la Viale dil Ponti, bordeando la muralla medieval. Seguí hasta elparquink subterráneo casi repleto, que se encontraba bajo la Piazza Martiri della Libertá,ingresando a la ciudad por el Arco Etrusco.Turistas de todas partes se unirían mañana a los mas de 11.300 habitantes de la ciudad,para celebrar el día de San Marcos. Tendría muchos espectadores si las cosas no salíancomo yo esperaba.Esta era otra ironía del destino, pero no podía ser mejor para mispropósitos.Camine lentamente por la gran plaza que se abre apenas se traspasa el arco. Eran

eficientes en su trabajo y ya habían notado mi presencia.Doble a la derecha en un callejón y por fin me interceptaron.—Buenas noches Me dijo unos de ellos— Eran dos y lo único extraño o fuera de lugar ensu apariencia, era el color de sus ojos, pero estoy seguro que ningún humano seacercaba lo suficiente para notarlo y seguir con vida. Vestían pulcra y modernamente, erafácil confundirlos con turistas comunes y corrientes.—Buenas noches a ustedes también caballeros— —¿Que le trae a nuestra ciudad? — —Traigo una petición a los antiguos señores— — ¿Y por que cree que lo recibirán?— —Mi nombre es Edward Cullen y lo harán señores, se los prometo— —¿Cullen? Mmm… Pues eso lo veremos, seguidme— 

No tardamos demasiado en llegar a otra plaza que por la concurrencia y la gran activadque en ella se realizaba supuse que debía ser la Piaza dei Priori, centro neurálgico deVolterra.No nos detuvimos en nuestra marcha y nos deslizamos por una estrecha calle sin salida,al sur de la plaza.—Debe disculparnos— Dijo el vampiro sin mirarme. — Se supone que ya no es hora devisitas. El acceso al palacio ya esta cerrado—.Ingresamos por una puerta que se encontraba escondida al final del callejón.Era deconcreto solido y solo la fuerza de un vampiro podría moverla.

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Nos encontramos entonces en una pequeña habitación sin puertas ni ventanas.Si unhumano hubiera entrado en aquel lugar no habría podido ver nada ya que ni un solo rayode luz ingresaba en aquel lugar.Dos grandes y gruesas cadenas estaban adheridas al suelo donde aparentemente habíauna puerta.Con una mano el vampiro tiró de ambas. Lentamente se fue abriendo hacia atrás la

pesada piedra. Podía ver que le costaba hacer aquello con una sola mano, pero solo lohacia para demostrarme lo fuerte que era.—Seguid por favor— Me dijo cuando tuvo la piedra verticalmente sobre la entrada.Descendimos unos tres metros. Ante mis ojos había un corredor en declive, de unos 10metros de longitud.Al llegar a final, el corredor se abría a derecha e izquierda y a su vezse unían a ellos otros túneles.Seguramente era una elaborada red diseñadas para que losvulturis se movieran libremente de día o de noche sin ser molestados por ojos curiosos.Después de recorrer la intrincada red de túneles llegamos a un elevador que nos llevocuatro pisos arriba, para luego salir a otro corredor solo que ahora era mas humanamentecómodo.Sin embargo carecía completamente de ventanas, mas bien parecía unmausoleo.No tardamos demasiado en llegar al corredor donde a al fin pude ver, sentados en alguna

clase de tronos, a Aro, Cayo y Marco.Eran tal y como los había visto en la mente de mi padre.Solo parecían mas…transparentes.Tan antiguos, tan delicados y la vez tan fuertes.—¿Qué nos has traído esta vez, Demetri? ¿Algún curioso tal vez? — —Me temo que no esta vez mi querido Alec, no esta vez—. Dijo el interpelado.—Mmm pues eso esta muy mal, creo que no nos quedará mas que esperar hasta mañanapara divertirnos—.Para entonces ya habíamos despertado la curiosidad de todo aquel que se encontraba enel lugar.Aro fue el primero en hablar.—Demetri, bienvenido. ¿Quién te acompaña esta noche? — Le dijo Aro lleno decuriosidad.

—Mi señor.Se ha presentado en la ciudad y a pedido hablar con vosotros—.—Y supongo que tienes una muy buena razón para haberle traído a nuestra presencia.¿No se así? — —Mi señor, te pido disculpas, no ha sido mi intención el haberlos importunado, es soloque ha dicho que es Edward Cullen— —¿Sera posible?...Acercate Demetri querido, dejame ver todo— Estiro su mano hacia delante y Demetri se acerco rápidamente para tomarla.Mi padre me había hablado de los poderes que ellos tenia, y de cómo se habíantransformado en lo que hoy son.Nadie sabe con seguridad cuantos años realmente tienen, pero se presume que sunacimiento humano fue el 1000 antes de cristo aproximadamente.Pude comprobar la capacidad de su poder. Al tocar Aro la mano de Demetri vi en su

mente todo lo que había sucedido desde que fui conducido a los túneles.Despues de pensar un momento en ello agregó:—¡Edward! Por favor acercate—. Dijo mirándome ahora. —A si que lo ha logrado,después de todos estos años ha logrado encontrar a otro que comparta su visión. Habíatenido noticias sobre mi querido Carlisle, pero esto es diferente, esto es otra cosa. Elpoder comprobar por mi mismo que es verdad, no tiene precio—.—Marco, Cayo. Mirad quien nos hace una visita, mirad—.Era extraño el verme reflejado tras de todos aquellos ojos rojos, formando una imagen demi mismo de 360 grados en mi mente.

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—Formidable—. Agrego Cayo mirándome fijamente. —Veo que compartes el mismo colorde ojos de tu padre.Efectivamente nos habían llegado relatos sobre un clan de ojos colorámbar y estábamos seguros que se trataba de nuestro testarudo Carlisle, pero como diceAro, el presenciarlo con nuestros ojos es simplemente delicioso—.—Cuentanos como esta nuestro querido amigo—. Dijo esta vez Marco.De los tres, este era el que mas llamó mi atención, una extraña nube giraba detrás de sus

pensamientos.Recordé algunos fragmentos, que rara vez veía en los pensamientos de mi padre.Marco junto a una mujer, siglos y siglos atras. La muerte de ella y el gran dolor que carga,supongo que hasta estos días.Traté de leer su mente, pero aquella extraña nube no me dejaba ver nada mas que unaextraña sensacion de tranquilidad.Me concentré nuevamente en el presente y en lo quemovía a estar en este horrible lugar.—Mi padre esta muy bien y….— —Pero mi querido amigo—. Dijo Aro acercándose hasta mi. Un séquito de vampiro semovió tras el.—¡Mi señor! — Dijo una hembra mientras se plantaba delante del .—Esta bien querida, todo esta bien—. Le tranquilizo Aro levantando su mano. — Edward,

si me permites, quisiera verlo por mi mismo. ¿Puedo? —. Pregunto acercando su mano.—Adelante—. Dije entre dientes aquello no me hacia mucha gracia ya que si mi padretenia razón, no solo lo vería a el, si no que todo recuerdo que guardo en mi memoria.Avanzó un paso más, hasta tocar mi hombro.Uno tras otro los recuerdos fueron filtrándose en su mente y haciendo eco en la mía.Mis primeros años junto a mi padre y Esme. Mis años rebeldes, nuestra separación deellos y mi vuelta a la familia.Mis hermanos.Alice, Jasper y sus asombrosas habilidades.Rosalie, Emmett. Todos losgrandes recuerdos que han marcado mi existencia. Los bosques de Forks.Mis piezas demúsica, mis solitarias carreras y mis noches sin fin.Uno tras otro fue robando los recuerdos de mi vida.Hasta que inevitablemente llegamoshasta el día en que ella se estrello contra mi vida.Sus ojos, su sonrisa. Mi incapacidad

para leer sus pensamientos.El incidente en biología, el aroma del primer día, mis deseosde matarla. Mi deseo por su sangre, su aroma en mi nariz y mi boca… sus besos, mimano recorriendo sus cabellos. Mis noches de fantasma infiltrado en su dormitorio, lasensacion de mi cuerpo cuando estoy junto a ella.Nuestros días, nuestro amor. James, lacacería de Victoria, la angustia al correr al estudio de ballet. La felicidad al encontrarla y ladesesperacion, el placer y el miedo al succionar el veneno de su brazo.Con cada visión mi cuerpo se iba arqueando un poco, golpeado por el dolor de sentir lareplica de mis recuerdos.—Por… favor—. Logre decir en voz baja.—Solo un momento mi amigo, solo un momento mas, esto es sumamente… interesante—. Dijo Aro.No soltó mi hombro y mis recuerdos siguieron filtrándose a su mente.

Mi creciente deseo por ella, mi amor sin fin.Hasta llegar al maldito día de su cumpleaños yel incidente con Jasper. Nuestra separación y el terrible e interminable dolor que sentidotodos estos meses al correr como un tonto tras Victoria.El ritmo fue disminuyendo a medida que llegábamos hasta el día de ayer, pasando conmas lentitud los minutos en el momento en que comprobe que Bella estaba efectivamentemuerta.Mi decisión de terminar con mi existencia y mi resolucion de hacerlo a como delugar.Aro soltó mi hombro en medio de un jadeo. La hembra que permanencia muy cerca a el lotomo rápidamente por los hombros lanzándome una fiera mirada.

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—Estoy bien querida, estoy bien. No te preocupes es solo…. es solo que jamas habíapodido ver y sentir tanta intensidad. Es increíble mi querido Edward. Por favor perdoname,fui tras el recuerdo de tu padre y terminé por robarme todo tus recuerdos—.Se alejo de mi para tomar nuevamente asiento, mientras pensaba en todo aquello queacababa de ver.—A si que tu hermana Alice “vio” a tu humana saltar hacia su muerte — —Bella, se llamaba Bella—.Pero yo podía llamarla amor, vida. Sueños, esperanzas. Mi única cordura. Todo eso era,todo aquello cabía tras su nombre.Pero ya no me queda nada.—Así es. La vio saltar y no salir a la superficie—.—¿Y no existe alguna posibilidad de ella se hubiera equivocado en aquella visión?— —No estaría hoy aquí si ella lo hubiera hecho— —Interesante…. y dime… Tu don… ¿Como funciona?— —Sinceramente no lo se, es algo que solo pasa, es algo que he traído conmigo desde mihumanidad— —¿Y funciona con toda gente? ¿Con todos los que nos encontramos aquí presentes? — —A si es— 

—Pero con ella no funcionaba— —No, nunca sabia lo que pensaba—. Logre decir en un hilo de voz.“¿Y con migo también funciona?” Me dijo en su mente Cayo, sacando la imagen de Bellade mi mente por un minuto.—Si, también funciona. — Aro, siguió la dirección de mis ojos hasta ver la cara de asombro de Cayo.—¡Formidable, formidable! — Dijo este dando grandes y alegres aplausos.Los vampirosreían de felicidad al ver que Aro que divertía enormemente a mis costillas.¿Cuanto mas debería soportar esta humillacion? Decidí que ya era hora de retomar lo queme había llevado ahí de una vez por todas.—Me alegra que lo hayáis visto, es por esta razón que hoy me presento anteustedes.Solicito su ayuda para terminar con existencia—.

Los demás miraban a Aro, un tanto impacientes por saber lo que realmente sucedía.—Mis queridos— hablo entonces. —Efectivamente este hermoso joven que hoy se nospresenta es Edward Cullen y nuestro querido Carlisle no solo goza de buena salud, sinoque tal como nos había informado, ha encontrado a otros que comparten su visión de estaexistencia.Edward ha recurrido ha nosotros, pero sin el conocimiento y la autorización de su padre, asolicitarnos que terminemos con su existencia—.

El salón fue envuelto por un murmullo de voces. Nadie daba crédito a lo que estabanescuchando.—Silencio, silencio amados mios. Tal como lo habéis escuchado. Pero aquel no estaharto de la vida, ni se ha vuelto loco tampoco, No. El esta plenamente consiente de lo que

esta haciendo. El ha perdido algo que amaba demasiado. Que amaba mas que a supropia vida. Este chico que ven aquí se ha enamorado de una humana—.El murmullo se hizo ahora mucho mas fuerte en la sala, algunos reían y otros dabangrandes aplausos, como si estuvieran viendo el mejor de los espectáculos circenses.—Si, así es. Tal como lo habéis escuchado. Pero por favor, silencio, silencio. Aquello noes motivo de risas. Ya hemos tenido antes casos como el suyo, no es motivo paraescandalizarnos.Ese es el verdadero motivo que lo ha traído hoy a nosotros. Desafortunadamente la jovenen cuestión a fallecido y al parecer de manera desafortunada.

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—A si es, eso es lo que me ha traído hoy ante ustedes esperando que terminéis con misufrimiento—.—Esta es una decisión muy difícil de tomar, no podemos llegar y decidir. Te pedimos porfavor que nos dejes unos momentos mi querido Edward—.—Por favor, debéis escucharme, se los suplico. Estoy decidido a hacer lo que seanecesario— Les dije fieramente apretando mis puños hacia ellos.

En ese momento la sala entera quedo en silencio, las miradas pasaban de mi cara a la deAro que me miraba ahora sin apartar los ojos.Transcurrió un largo minuto en que nadie hizo ruido alguno, hasta que Aro dejo escaparuna enorme risotada.—Veo que tienes la misma determinación que tu padre. ¡Demetri, Felix!. — Les llamó.Enseguida acudieron a su lado y se instalaron a su derecha e izquierda.—Maestro, ¿En que podemos servirle?—. Dijeron a dúo.—Acompañenlo, y no le hagáis daño… Aquello aun esta por verse—. Ellos se dieronvuelta e intercambiaron complices miradasAhora era yo el que les miraba desafiantemente.Quince minutos.Espere quince minutos por su respuesta y solo me tomo un segundo vercual había sido su decisión.

Como al parecer era costumbre entre ellos, fue Aro el que entrego su veredicto.—Piensa mejor lo que te propones, le causarías una gran pena a tu padre.No queremoshacernos cargo de ese dolor, no podríamos soportar la eternidad sabiendo que le hemosherido de esta manera.Sin embargo podemos ver que eres un joven talentoso en muchosaspectos, tal vez quieras ser parte de nuestra familia, soportarías la eternidad en nuestracompañía.Claro que no te forzaríamos a hacer nada que no quisieras.Veras, tu padre también vivió

 junto a nosotros, seguramente el te ha hablado de ello.Nosotros nunca lo forzamos a aceptar nuestra forma de vida...Podría ser lo mismo para ti. Unete a nosotros, estarías entre nuestros preferidos, tal vezestarías primero que todos ellos—.La codiciosa mente de Aro giraba en torno a mi habilidad por “ver” los pensamientos de

los demás.Envidiosamente comparaba su poder con el mio, aquello era algo que quería para simismo.El tener que estar en contacto era un fastidio para el, sin embargo mi habilidad leresultaba mucho mas…. practica. —Que te parece nuestro ofrecimiento—.—Es todo lo que podemos hacer por ti—. Dijo ahora Cayo.— No es lo que esperaba. Estoy determinado a terminar con mi existencia. Con o sin suayuda—. Les dije desafiantemente.—La única forma en que terminariamos contigo seria por obligación— Prosiguió Cayo.—¿ Todo esto por una simple humana? Desprecias toda la eternidad, desprecias lo que teofrecemos, solo por una humana? — Dijo muy ofendido Aro. No comprendía como podíadespreciar lo que el consideraba un honor.

—Pues morir es mucho mejor que pasar la eternidad junto a seres tan despreciablescomo todos vosotros—. Gire mi cuerpo apuntando a todos los presentes en la sala.Felix dio un paso hacia el frente, mientras Jane y Alec miraban a Aro a la espera dealguna señal.La mente de Aro dudó un momento como reaccionar por mi falta de respeto. Pero sucodicia era mas grande que su orgullo.—No es necesario que te disjustes tanto Edward, como veras no somos los terribles seresque tu crees que somos—. Dijo ahora, utilizando un tono conciliador. —Estaríamos muysentidos si tu padre te hubiera dado esa idea de nosotros—.

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Lamente terriblemente mis palabras, no quería arrastrar a mi padre y a mi familia.—No es mi padre el que me ha dicho algo sobre vosotros, lo veo, lo leo en sus mentes.Noquieren terminar con migo solo por que desean que me una a su aquelarre.Pero eso nosucederá, tendrá que matarme de todas formas. No tengo pensado abandonar la ciudad ycontra eso no pueden hacer nada.Me expondré ante los ojos humanos si es necesario ycon ello los descubriré también a ustedes. Estoy hablando enserio. Matenme, terminen

con migo ahora, es vuestra única salida. Matenme o atenganse a las consecuencias—.—No es muestra intención el hacerte daño, mi querido niño. Ponte en nuestro lugar—.Agrego Aro pasando por alto mis palabras desafiantes.—Claro que si hicieras cualquier cosa que atentará contra nuestras reglas no dudaríamosen aplicar nuestras leyes en tu contra—. Dijo impacientemente Cayo.—Eso es lo que espero—. Le dije apretando mis puños. —Con ello cuento—.

—0— 

Camine sin rumbo por la ciudad, consiente que me espiaban en todo momento.No mehabían obligado a dejarla, posiblemente por que no querían que causara daños en otro

lugar. Era mas fácil terminar con migo aquí y ahora.A cada paso surgía una nueva idea. Era tan fácil el provocar mi muerte.Delante de mi surgió un grupo de turistas mexicanos, eran 3 hombres y mujer. Ellas teniael cabello largo y negro como el azabache. Vestía unos vaqueros y un blusa sin mangas.Dejando al descubierto su largo cuello y su piel levemente morena.Pensé en un momento en atacar a aquel grupo, mataría a los hombres y me alimentaríade chica.Uno por uno lentamente les rompería el cuello mientras ella, seguramentelanzaría gritos de horror. Seguramente con ello lograría captar la atención de todo elmundo en el lugar.Después le romperia el cuello y le estrujaría hasta la ultima gota desangre, si es que los vulturis no me detenían primero… Sacudí mi cabeza mientras el grupo pasaba a mi lado, soltando alegres risas. Por unmomento mis ojos y los de la chica se encontraron, solo por un momento. Intimidada

busco la mano de su compañero, pero dejo pasar mi presencia y no fui mas que unhombre demasiado pálido en sus pensamientos.Después de todos estos siglos no podía terminar mi existencia de esta manera. No podíacon mi ultimo acto desilucionar de tal forma a mi padre. Era lo único que podía hacer porel.Morir dignamente, morir como un Cullen.Decidí el seguir mi primer plan ya estaba comenzando a amanecer y dentro de pocashoras el lugar estaría repleto de gente.Me agazape en las penumbras de un callejón colindante a la Piaza dei Priori.Solo debía aguantar un par de horas y todo habría terminado.Dicen los humanos que cuando se esta delante de la muerte la vida pasa ante losojos.¿Cómo sería para un vampiro?Seguramente unos cuantos minutos no serán suficientes para completar mi vida ni

siquiera para los minutos mas importantes. Es imposible el revivir todo un año en unminuto.Estaba agradecido de mi padre por darme aquella segunda oportunidad de vida.Aprendímuchas cosas en esta nueva existencia.Aprendí sobre el cariño y la confianza.Esme seconvirtió en una verdadera madre para mi. Se que ella también me considera suhijo.Quisiera poder ahorrarle el tremendo sufrimiento por el cual seguramente estapasando, si hubiera otra salida la tomaría.Pero lamentablemente no la había.

 Alice, Emmett, Jasper y Rosalie. Carlisle y Esme…. mi familia… Adiós a todos, tratad deseguir adelante. Estoy mas que seguro que la vida será mas fácil sin mi.

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La existencia esta diseñada en parejas. Solo así se logra el equilibrio. Yo siempre seré elque marque la balanza. No quiero una existencia en soledad. No ahora, no después deella.Bella… ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no cumpliste tu promesa? Yo habría vuelto. Micorazón te pertenecía. No podría vivir por mas tiempo sin el, sin ti… Me despoje de mi camisa, comprendí lo que debía hacer.Sería como aquella vez en el

prado, cuando le dije que la amaba por primera vez.Tal vez pueda vivir eternamente enaquel momento.¿Me esperará ella ahí?.Recordé aquel día como si fuera ayer… Bella caminaba bajo los rayos del sol.Su cabellos brillaban con hermosos reflejos rojos.Recuerdo como se asusto un momento cuando pensó que estaba sola… mi Bella. Recuerdo como vencí mis miedos mientras abría uno por uno los botones de mi camisa,cerrando los ojos para exponerme completamente bajo los rayos del sol.No podía imaginar una mejor forma de morir que aquella.El tiempo avanzo inclemente mientras me refugiaba en mis recuerdos y el primer tañidode campana me anunció que ya era hora.Este ya no era lugar para mi. No viviría un día mas en un mundo donde ella noestuviera.Su fin, el fin de mi existencia. Unidos como uno solo, unidos como el día y la

noche, como la arena y el mar. Como el cielo y aire.Camine lentamente por el oscuro callejón, acercándome a cada paso, con cadacampanada hacia mi fin con los ojos cerrados.

Aquí ya nada quedaba para mi. Junto a ella se desvanecía la vida, los sueños yesperanzas.No estaba dispuesto a vivir entre sombras como si mi vida fuera una nocheeterna.Sin ella no me quedaba nada. A unos metros el gentío lanzaba gritos de alegríamientras mi corazón lloraba lo que mis ojos no podían.Apreté mis puños, pronto el sol tocaría mi torso desnudo y todo terminaría.Sol, voy hacia ti.…Sol… hazme tuyo… Di el ultimo paso hacia mi muerte, esperando que todo terminara pronto. Esperando que

mi padre tuviera razón y ella esperara por mi.

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Noche Eterna, capítulo 11 

Sueño y realidad 

Era realmente increíble.Simplemente no lo podía creer. Por un momento todo lo malohabía desaparecido, todo volvía a ser como ser como antes…Aun no había terminado de dar mi ultimo paso hacia los rayos del sol, cuando de pronto ysaliendo de nada, sentí su suave y cálido cuerpo contra el mio. Sin dudarlo un segundo laestreche contra mi cuerpo.Aquello era infinitamente mejor, aquella sensación no teníacomparación alguna.Pude sentir como latía fuertemente su corazón contra mi pecho desnudo. Sentir suesencia desde el primer momento. Era ella, Bella, mi amor, mi amada y ahora por finestábamos juntos.Abrí mis ojos para contemplar lo que mis sentidos me decían.Me encontraba fascinado frente a esta nueva revelación —Asombroso, Carlisle tenía

razón—.Y ahí fue donde hablo por primera vez, sin embargo no era lo que yo esperaba oír.

—Edward—. Dijo en susurro. —Has de volver a las sombras. ¡Tienes que moverte!—.

¿Pero que es lo que me estaba pidiendo? ¿Me pedía que no muriera que siguieraviviendo, un sin ella, en la vida oscura y sombría? No estaba dispuesto a hacer eso ymenos ahora que por fin la había encontrado nuevamente.Acaricie la piel se su mejilla, tan suave, tan tersa, sonrosada. La muerte no había hechomella en su belleza, continuaba igual que la ultima vez que la había visto.Agradecí laeficiencia de mis verdugos.

—No puedo creerme lo rápidos que han sido. No he sentido absolutamente nada, sonrealmente buenos—. Besé su cabeza llenando mis pulmones de su exquisito aroma, eraincreíble que aun en estas condiciones siguiera manteniendo todo aquella que la haciahumana.Era completamente increíble, supongo que de esta manera se habrá sentido Romeocuando encontró nuevamente a su Julieta en la otra vida.

— “Muerte, que has sorbido la miel de sus labios, no tienes poder sobre su belleza”Hueles exactamente igual que siempre—. Dije continuando con mis pensamientos.Después de todo esto de estar muerto, al parecer no era tan malo.—Así que quizás esto sea el infierno. Y no me importa. Me parece bien—.

—No estoy muerta—. Dijo energicamente. —¡Y tampoco tú! Por favor, Edward, tenemosque movernos. ¡No pueden estar muy lejos!—.

Analice detenidamente sus palabras. ¿Pero como era posible que estuviera ahí, en misbrazos si no estábamos muertos?.

—¿Qué estás diciendo?—. Le dije manteniendo la compostura.

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—¡No estamos muertos, al menos no todavía! Pero tenemos que salir de aquí antes deque los Vulturis...

Solo bastó aquella palabra para que volviera a la realidad.Giré hacia la oscuridad, ahora mas alerta y consiente de lo que realmente sucedía.Inexplicablemente Bella estaba ahí, junto a mi, viva.

Pero ahora no había tiempo para las preguntas o explicaciones, nos encontrábamos enpeligro… otra vez.

Hice frente a los que venían por mi, Bella se encontraba momentaneamente segura a misespaldas, extendí mis brazos para proteger mi preciado tesoro, mientras los otros seacercaban.

—Saludos, caballeros—. Les dije a Felix y Demetri que posiblemente estaba ahí paradetenerme si hacia algo “inadecuado”.Pero a fin de cuentas yo no había roto ninguna regla esta vez. — No creo que vaya arequerir hoy sus servicios—. Les dije formalmente. —Apreciaría muchísimo, sin embargo,que enviaran mi más sincero agradecimiento a sus señores—.

—¿Podríamos mantener esta conversación en un lugar más apropiado?—. DijoTranquilamente Felix, sin embargo era una orden mas que una sugerencia.

—Dudo de que eso sea necesario—. Le aclare. —Conozco tus instrucciones, Felix. No hequebrantado ninguna regla—.

—Felix simplemente pretende señalar la proximidad del sol—, Agregó ahora Demetri. —Busquemos una protección mejor—.

Tal vez si jugaba bien mis cartas lograría que ella se marchara.

—Indica el camino y yo te sigo—. Le dije dejando de lado la pantomima de las buenascostumbres. —Bella, ¿por qué no vuelves a la plaza y disfrutas del festival?—, Dije sinperderles de vista, tratando de que mis palabras sonaran despreocupadas.

—No, trae a la chica—. Ordenó Felix.

—Me parece que no—. Le dije enseñando mis dientes. Debía prepararme para la lucha.Solo bastarían unos cuantos pasos para que ella se encontrara bajo la seguridad de losrayos del sol. Debía tratar de darle aquella oportunidad.Ella pudo ver mis intenciones.

—No—. Dijo imperceptiblemente.

—Shh—, Le contesté lo mas bajo que me fue posible. Aun había oportunidad para ella.

—Felix—. Dijo Demetri que también había percatado de mis intenciones de no rendirmesin pelear. —, aquí no—. Giró para hablarme ahora directamente. —A Aro le gustaríavolver a hablar contigo, eso es todo, si, al fin y al cabo, has decidido no forzar la mano—.

—Así es—. Le dije secamente. —Pero la chica se va.

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—Me temo que eso no es posible—. Dijo hipocritamente, tratando de sonar inofensivo. —Tenemos reglas que obedecer— 

Maldición, no sería tan fácil como me hubiera gustado. Pero no dejaría que a ellos lesfuera tan fácil.

—Entonces, me temo que no voy a poder aceptar la invitación de Aro, Demetri—.

—Esto está pero que muy bien—. Aquello le daba la chanse que estaba buscando para elenfrentamiento.

—Disgustarás a Aro—. Agregó Demetri.

—Estoy seguro de que sobrevivirá a la decepción—. Agregue haciendo una mueca.

Comenzaron a moverse hacia nosotros lentamente en posición de ataque. Tratarían decerrarnos el paso hacia la plaza, donde se encontraban los turistas.Para ellos sería muy fácil el salir de espaldas a la luz del sol ya que vestían capas que los

cubrían de pies a cabeza.En cambio yo atraería todas las miradas y seguro que en medio de la confusión sería fácilpara ellos arrebatarme de los brazos a Bella.

Demetri se movió por mi izquierda hasta cerrar nuestro paso.Me preparé para la batalla pero de pronto todo lo sucedido calzo en su lugar, pudeentender el porque y el como, se encontraba Bella aquí.Alice había saltado la granmuralla y se dirigía hacia nosotros.

“Maldita sea Edward. ¿Por qué no contestaste el móvil? Nos habríamos ahorrado todoesto.No sabes cuanto lo siento”. Me decía la “voz” mental de mi hermana.

—Mejor si nos comportamos correctamente, ¿no?—. Les dijo a dos Vulturis. —Hayseñoras presentes—.

Caminó hacia nosotros hasta que estuvo a mi lado. Dos contra dos, aquello erasumamente favorable.Ya no tenía dudas sobre enfrentarme contra ellos, ahora era diferente, con Alice de milado, la batalla estaba ganada y tanto Felix como Demetri estaban consientes de ello.

—No estamos solos—. Les dijo Alice usando la más despreocupada de sus voces.

Demetri se percató que a unos pocos metros nuestro había una familia observandonuestra “pequeña reunión”.

Habíamos despertado su curiosidad ya que era inconfundible la postura de defensa quemantenida delante de Bella.Aquello no pintaba bien para Demetri ya que había recibido ordenes precisas de llevarnoscon el.Su mente ya preparaba la mejor disculpa para darle a Aro por haber fallado en su misión.

—Por favor, Edward, sé razonable—. Dijo casi suplicantemente.

—Muy bien— Le Respondí. —Ahora nos marcharemos tranquilamente, pero sin que

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nadie se haga el listo—.

Demetri dejó escapar un suspiro de frustración. —Al menos, discutamos esto en un sitiomás privado—.

—No—. Le dije mostrando mis dientes. Aquello ya estaba ganado, a unos metros de

nosotros la familia que nos observaba había alertado a la miembros de la guardia civil ypronto vendrían a ver lo que sucedía.Sin embargo nuestra situación estaba a punto de cambiar…. y me temía quedesfavorablemente…

—Ya es suficiente—. Dijo la voz de Jane.

Maldición los Vulturis enviaban refuerzos. Ahora no había nada mas que hacer,deberíamos dejarnos arrastrar hacia nuestro destino, fuera cual fuera.

—Seguidme—. Nos ordenó.

Avanzamos hasta el final del callejón.Bella me lanzo una mirada llena de preguntas, pero no podía decirle nada en estosmomentos, debíamos solo esperar.Traté de tranquilizarla, debía parecer despreocupado y resuelto.

—Bien, Alice—. Dije calmadamente. —Supongo que no debería sorprenderme verteaquí—.

Mi hermana se sentía verdaderamente avergonzada, sentía que era su responsabilidadtodo lo ocurrido. Pero no podía culparla por todo aquello, yo era el cabeza hueca, yo erael que no pensaba claramente, el que tomaba siempre las decisiones equivocadas.

Quise saber que había ocurrido, tratando de que el tono siempre fuera casual ydespreocupado.Mis nervios se crisparon cuando ella me dijo que Bella había saltado de un acantilado solopor diversión.

—Parece que últimamente a Bella le van los deportes de riesgo—.Puede ver en su mente todo lo que Bella le había dicho.Traté de no perder la compostura al ver los pensamientos de mi hermana, claro que pudelograrlo solo a medias.

Las intenciones de Jane eran claras.Debí a transportarnos "sanos y salvos" , dentro de lo posible, ante Aro.

Llegamos hasta el fondo del callejón donde había una alcantarilla.La primera en ingresar fue Jane, seguida por Alice.Bella dudó un momento pero le prometí que mi hermana la recibiría. De no haber estadoDemetri y Felix a nuestra retaguardia, habría ingresado yo primero, pero era demasiadopeligroso el dejarlas solas junto a ellos.

Se agachó y sentó en la orilla del acceso.—¿Alice?—. Dijo mientras le temblaba la voz.

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 Tome sus muñecas mientras la bajaba lentamente por el orificio. —¿Preparada?— Lepregunté a mi hermana.—Suéltala—. Me respondió ella y la deje caer.

Recorrimos esta vez un nuevo camino, no nos encontrábamos en los túneles por los

cuales me habían conducido la primera vez. Ahora recorríamos las alcantarillas de laciudad.

Sujetaba fuertemente a Bella de la cintura mientras ella envolvía con su delicados brazosla mía.Podía sentir como se calentaba mi cuerpo con su contacto y aun en estas circunstanciasera la sensacion mas exquisita que había conocido en toda mi existencia.No podía creer que se encontraba junto a mi, viva. No importaba el destino que nosaguardaba, no importara que fuéramos conducidos por la fuerza hacia nuestros posiblesverdugos.Lo que importaba era que ella estaba viva y junto a mi.Su corazón latía fuertemente contra mi costado, sin embargo no podía evitar tocar su piel

para cersiorarme que aquello era verdad, sus labios, su rostro, su frente.De esta manera una y otra vez.Sin embargo aquello que a mi me fascinaba a los otros vampiros Vulturis perturbavaenormemente. Podía escuchar sus deseos por su sangre, lo único que los detenía era elenorme temor por Aro.No dejaría que nadie se alimentara de ella. No lo permitiría. Prefería verla muerta, aunqueesta vez fuera una realidad. Aunque tuviera que matarla yo mismo.Después me entregaría a la muerte segura.

Seguimos adentrandonos en las profundidades de la tierra, con Bella aferradafuertemente a mi hasta que comienzo a temblar.Primero pensé que era una reacción por el miedo que debía estar experimentando.

Trataba de reconfortala abrazándola cuidadosamente un poco mas cerca de mi cuerpo,tratando de que se sintiera segura en mis brazos. Pero después me di cuenta que susropas permanecían completamente mojadas, sin duda había atravesado la enorme fuenteque se encontraba en la plaza en su loca carrera para salvar mi vida. Y lo había logrado,me había salvado, aunque fuera por unas pocas horas. Esta vez ella me había salvado.

No me había percatado que estaba en este estado hasta que sus dientes comenzaron acastañear por el frío, sin duda que mi gélida piel no ayudaba en lo absoluto.Contra todos mis deseos solté su cintura y la tome de la mano.

—N-n-no — Logró decir mientras se aferraba nuevamente contra mi cuerpo. Tampocoquería separarse de mi, aunque fueran solo unos centímetros.

Me consentré en los pensamientos de Alice, esperando ver en nuestros futuros algunaluz, alguna salida. Sin embargo todo era muy confuso, todo dependía de nuestrasposibles acciones. Quise preguntar que iba mal, el por que no estaba claro nuestro futuro,pero no podía. Sin embargo ella estaba tranquila y callada, tratando con todas su fuerzas.

Debería haberme sentido mejor, solo por Bella, cuando dejamos atrás los oscurostúneles, estaba seguro que aquello había sido terrible para ella.Sin embargo no pude

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evitar retorcerme al pensar hacia donde nos conducían ahora.No era lugar para unhumano, no a menos que quiera ser la cena y ahora ibamos directo hacia ellos, dondenos esperaban… 

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Noche Eterna Capítulo 12 

El reencuentro 

Recorrimos los mismos caminos que ya conocía.Los mismo corredores, el mismoascensor.Solo que esta vez era distinto. Ayer anhelaba la muerte, hoy… la vida. A cada paso que dabamos, cada vez que se cerraba una nueva puerta tras nosotros, concada piso que ascendíamos en el estrecho ascensor nos acercábamos mas y mas hacianuestra posible muerte.Jane estaba molesta y ofendida, no paraba de imaginar como nos retorceríamos bajo supoder.No le hacia gracia ser la segunda ante Aro.Claro que no haría nada, no hasta que el se lo ordenara.

Llegamos hasta el lobby donde hoy se encontraba una humana tras el mostrador.Estaba demasiado acostumbrada a los vampiros.Saludó educadamente a los Vulturis y no reparó en nosotros.Lamentablemente también estaba acostumbrada a que otras visitas llegaran hasta ellugar, llegaban pero nunca salían.

El primero en darnos la “Bienvenida” fue Alec.

—Te enviaron en busca de uno y vuelves con dos... y medio—. Dijo después de saludar asu hermana y dando un despectiva mirada de pies a cabeza a Bella . —Buen trabajo—.

Su indeseable hermana le respondió brindándole una desagradable risa metálica.

—Bienvenido de nuevo, Edward—. Me dijo ahora. —Pareces de mucho mejor humor—.

—Ligeramente — Le respondí.

El sólo se limitó a reír entre dientes, lo que asusto a Bella y no tardó en aferrarse aun máscontra mi cuerpo.

—¿Y ésta es la causante de todo el problema?—. Bella le resultaba insignificante enapariencias pero muy pronto comprendió que la hacia tan especial.

—¡Me la pido primero!—. Dijo Felix mientras inhalaba una gran bocanada de airedemasiado cerca de Bella.

Giré mi cuerpo en respuesta a su insolencia. Lancé un gruñido en señal de amenaza, antelo cual Felix dejó escapar una estúpida sonrisa.Esta vez se sentía seguro de ganar la pelea en presencia y compañía de los demásVulturis.Haciendo un movimiento de sus dedos me invitó a la pelea.

 Alice intervino en ese momento. “No Edward”. Pensó ella.

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 —Paciencia — Dijo esta vez en voz alta.

“No lo hagas, observa. Piensa en responder”. Me dijo su mente. “Piensa en hacerle frentey observa lo que sucede”.

Felix yacía a mis pies con el cuello roto mientras lo demás Vuturis se lanzaban en nuestracontra.La siguiente imagen era de Bella, se encontraba el suelo y los vampiros de alimentabande ella.“Aun existen esperanzas Edward”

La imagen de Bella fue lo suficientemente fuerte para hacerme entrar en razón.Respiré hondo y me volví hacia Alec, dejando pasar el comentario de Felix.Alice tení a razón, nada estaba resuelto aun, con suerte podríamos salir de esta.

—Aro se alegrará de volver a verte—. Dijo Alec, para luego tomar de la mano a suhermana y guiarnos hacia la habitación circular donde se encontraba la corte reunida.

Aro estaba muy alegre de ver que Jane había tenido éxito en su tarea.Avanzó hacia ella y como era costumbre toda la escolta se movió junto a el. Impulsadospor una fuerza invisible, como si el fuera un gran y viejo imán.

Jane recibió lujuriosamente el beso que Aro le dio en los labios, pero lo que la inundo deplacer fueron los elogios de este al traernos de regreso y con vida.

—Ay, Jane. ¡Cuánto me conforta tenerte a mi lado!—. Le dijo en medio de una sonrisa.

Se volteó para contemplarnos y le tomo solo un segundo el reconocer a Bella y Alice.Estaba casi eufórico ante nuestra posible incorporación a la guardia.

Después de enviar por Marco y Cayo, Aro nos dedicó toda su atención.

—¿Lo ves, Edward?—. Me dijo sonriendo. —¿Qué te dije yo? ¿No te alegras de que tehayamos denegado tu petición de ayer?—.

—Sí, Aro, lo celebro—. Le dije agradecido sinceramente.Aunque fuera por unas pocas horas, la muerte sería mas dulce a su lado penséestrechándola cuidadosamente contra mi cuerpo.

—Me encantan los finales felices. Son tan escasos—. Agregó Aro en un suspiro.

Quería que le contáramos toda la historia, no comprendía como mi hermana había falladoen su visión, ya que yo estaba completamente seguro que de que ella era infalible.Muchos factores nos habían guiado hasta este punto, no solo las visiones de Alice.Podía adivinar la repulsión que le causaba a mi hermana aquel viejo y decrépito ser, peroaun así le hablo como si fuera la mas encantadora de las criaturas sobre la fas de latierra.

—No, no, no soy infalible ni por asomo como habéis podido comprobar hoy, a menudocauso más problemas de los que soluciono—.

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 Aro elogiaba a mi hermana, casi podía saborear el tenerla por toda la eternidad a su lado.Alice no comprendía el por que le hablaba con tanta familiaridad o el porque hacia alusióna sus poderes.Ella no sabia los detalles de los Vulturis. Habían cosas que sólo a mi me confiaba Carlisle.“Edward, que sucede aquí”. Me dijo en su mente mientras me lanzaba una rauda mirada. 

Aro se percató de nuestra complicidad y se presentó ante ellas.

—Lo siento. No nos han presentado como es debido, ¿verdad?—. Les dijo hipócritamente—Es sólo que siento como si ya te conociera y tiendo a precipitarme—.

Le comentó en que circunstancia y como la había conocido. Sin ocultar la envidia que lecausaba mi habilidad.Traté de reconfortar su retorcida y mezquina mente. No debía sentirse ofendido por mihabilidad, ya era suficiente con que la anhelara para si mismo.Mi hermana continuaba sin entender muy bien a que se refería Aro y le explique laslimitaciones que tenía con su habilidad, pero que sin embargo era verdaderamente muchomas impresionante que la mía.

Sin embargo aquello no era suficiente para el. Encontraba mi habilidad mas “Practica”.  Justo en ese momento volvía Felix con Marco y Cayo.Podríamos dejar de lado los falsos cumplidos por un momento y dedicarnos a asuntosmas importantes que tratar.Como nuestra sobrevivencia por ejemplo.—¡Marco, Cayo, mirad!—. Dijo Aro, demasiado fingido entusiasmo. —Después de todo,Bella sigue viva y Alice se encuentra con ella. ¿No es maravilloso?—.

Cayo estaba molesto, Felix no les había comentado el porque Aro los había hecho llamar.Hoy no tenía muy buen humor para sus demostraciones sobre exageradas.—Conozcamos la historia—. Le dijo Marco a Aro.Este extendió su mano y el la toco una fracción de segundo.

Un segundo que en su mente fue mucho mas extenso.Se sorprendió enormemente. Aquellos sentimientos no existían en entre ellos.

“Entrega absoluta.Carente por completo de razón y lógica, unida a la lucha constante entre el amor y eldesesperado deseo por su sangre pero que por igual sentía hacia su cuerpo y hacia suser.Dolor y alegría entrelazados.Lealtad, respeto y una intimidad profunda.

 Amor, amor incondicional e ilimitado”.No pude evitar resoplar y hacer una mueca ante estos pensamientos.Efectivamente eso describía por completo mis sentimientos hacia ella, solo que era

extraño el asistir a su análisis tan metódico y completo.

—Gracias, Marco—. Dijo Aro, meditando sobre lo revelado por este. —Esto es muyinteresante—.

La reacción de Marco era muy diferente a la mostrada el día anterior. Se sentía fascinadoe intrigado por nuestros sentimientos. No entendía muy bien el por que estaba dispuesto adar todo por una humana.

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 Aro también estaba impresionado.

—Asombroso, realmente increíble—. Decía y repetía en su mente, si no hubiera visto consu propia habilidad no lo habría creído.

“Pero que sucede aquí Edward, por favor explicame, ya no aguanto esto”. Me decía lamente de mi hermana.Le explique lo acaba de suceder y el por que de la reacción de Marco y Aro.

—¡Qué práctico!—. Dijo Aro al darse cuenta de la pregunta mental de mi hermana.Su codicia por mi no tenía fin.Aquello estaba muy mal, seguramente haría de todo para retenerme.Sin embargo sus pensamientos habían tomado otro rumbo ahora.No podía entender el por que.No emprendía como podía estar junto a Bella.Como podía aguantar mi proximidad con ella, sobre todo por la forma en que ella olia parami.

—No sin esfuerzo—. Le dije tranquilamente.

—Pero aun así... ¡La tua cantante! ¡Menudo derroche!—.

Aquella palabra me arrancó una breve sonrisa.La sangre de Bella no solo cantaba para mi, tambien cantaba para mi corazón, era masbien una celebración a la vida.Mientras su sangre corriera en sus venas la vida tendría sentido para mi.

—Yo lo veo más como un precio a pagar—. Me limité a decir.Pero Aro no lo comprendía, creo que tal vez nunca había sentido un sentimiento como

este, o cualquier otro sentimiento parecido al cariño.

¿No había sido el mismo el que había dado muerte a su propia hermana Dibymi? O esoera lo que mi padre me había confiado hace mucho tiempo ya.Aro era un ser malvado y carente de todo sentimiento bueno o noble, solo la codicia y laenvidia reinaban en su seco corazón.

Aro continuó muy esceptico referente a mis sentimientos, creía que pagaba un precio muyalgo solo por esta con ella sin matarla.—Simple coste de oportunidad—. Le dije alzándome de hombros.Aquello logro hacerle reír de buena gana.Sin embargo no creía que la sangre gritara tan alto en la mente de un vampiro, de no

haberlo presenciado en mis recuerdo no lo habría creído nunca.

—La mayoría de nosotros vendería caro ese obsequio mientras que tú... — —... lo derrocho—, Dije terminando la frase con sarcasmo.

Pero mis palabras solo lograron divertirlo aun más.Mis palabras y mi actitud le recordaban a mi padre, exceptuando por el mal genio, claroesta.Pero mi padre me superaba en muchas cosas.

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Solo el había podido permanecer junto a Bella cuando ocurrió el fatal accidente el día desu cumpleaños.De una casa llena de vampiros, solo el había sido inmune a la sangre de Bella.Aun yo, con todo el amor que sentía por ella había tenido que salir corriendo del lugar,había sido una verdadera vergüenza.Sin embargo, ahora su aroma no me molestaba, ni quemaba mi garganta.

—Jamás pensé ver a nadie que superase a Carlisle en autocontrol, pero tú le hacespalidecer—. Dijo Aro trayendome de vuelta a la realidad presente.

—En absoluto—. Le dije ya cansado de toda esta fingida plática. Pero Aro continuabaalabando ahora a mi padre y agradeciéndome por entregarle recuerdos de el.

Dijo que cuando mi padre se marcho a América, no pensó que tendría éxito, sin embargoal ver que lo había logrado, se sentía verdaderamente feliz.Pero lo que no decía era que nunca había esperado que fuéramos tantos y que ennuestra familia se encontraran individuos tan poderosos como lo eramos Jasper, Alice yYo.

Eso no lo decía en voz alta pero su mente lo gritaba.Sin embargo trataba de ocultarlo desviando sus pensamientos hacia otros temas aun maspeligrosos.

—Pero ¡vuestra abstinencia...!— Dijo en un suspiro. —No sabía que era posible tenertanta fuerza de voluntad—.Creía que el canto de su sangre era le comparado con las sirenas. Aquellas criaturas quehabitan en en lo profundo de los mares.El mismo Carlisle casi había caído en su embrujo cuando cruzó a nado hacia América.Creo que cualquier otro habría sucumbido facilmente ante ellas.

Traté de mantener la calma cuando Aro hizo alusión al aroma de Bella en mi mente.

Decía que le hacia sentirse “sediento” En su mente acariciaba la blanca piel de Bella siguiendo el camino de su yugular.Obligué a mis músculos a que se quedaran quietos, me obligue a convertirme en unaestatua de piedra para no saltar sobre el.

—No te inquietes—. Me dijo Aro al percatarse de mi estado. —No tengo intención dehacerle daño, pero siento una enorme curiosidad sobre una cosa en particular—. Giró sucuerpo para ver directamente ahora a Bella. —¿Puedo?—. Me preguntó como si ella fuerade mi propiedad mientras levantaba una de sus manos.

Por un momento me pareció muy apropiado que considerara que era mía, lo era enmuchos aspecto, siempre había y sería Mi Bella. Pero le dije que le preguntara a ella.

Se disculpó ante su falta de cortesía y le dijo que sentía una verdadera fascinacion por elhecho de ser la única en quien mi habilidad no diera resultado.El quería comprobar si también era inmune a su poder y quería hacer la prueba.

Bella buscó mis ojos, en ellos había duda y miedo al mismo tiempo.Me habría gustado ahorrarle aquella desagradable experiencia, segumamente leasquearía el tener que tocar aquella decrépita y helada piel, pero no había nada quepudiéramos hacer, el negarse habría sido una locura.

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Asentí con mi cabeza al mismo tiempo que le sonreía para tranquilizarla.

Bella avanzó unos pasos hacia Aro con la mano extendida, la cual temblaba levemente.Apreté mis puños fuertemente. En mi interior anhelaba que no sus intentos fueran inútiles.Sin embargo tal vez fuera la única oportunidad que tendría para ver y sentir lospensamientos de Bella.

Aro se acercó también para alcanzar su mano.Su orgulloza mente ya celebraba el poder ingresar en su mente y de esta manerademostrar que su poder era infinitamente mas fuerte y poderoso que el mio. Sin embargosu soberbia se convirtió rápidamente en desilusión y rabia contenida.

—Pues sí, muy interesante—. Dijo mientras se retorcía por dentro llenos de perplejidad.

Me sentí complacido al comprobar lo que yo sospechaba. Sin embargo no estabapreparado para lo que venia.

Aro quería saber si ella era inmune a otros poderes, en realidad solo quería torturar aBella, no soportaba el ser humillado y menos delante toda la corte.

—¡No!—. Dije en medio de un gruñido al escuchar que Aro llamaba a Jane.Me abalance hacia el pero algo me retuvo, sacudí mi brazo sin prestar atención mientrasJane se acercaba hacia nosotros con un maligna risa en los labios.

—¿Sí, maestro?—. Ella sabia perfectamente el por que la había llamado “Ahora me laspagarás” Me dijo en su mente. De mi pecho emergió un gruñido gutural, no importaba si estábamos en desventaja, noimportaba si todos nos caían encima. No permitiría que torturaran a Bella de aquellamanera. Estaba seguro que su frágil humanidad no podría soportarlo.

—Me preguntaba, querida, si Bella es inmune a ti—. Prosiguió Aro sin mirarme.

Interpuse mi cuerpo entre ambas, aquello no tenía sentido, pero el impulso por defenderlaera aun mas grande que la razón y en aquellos momentos era incapaz de razonar.

En una fracción de segundo Jane se volteó hacia nosotros y menos que eso me tomopara salta hacia delante con la intención de acabar con ella.Sin embargo no pude alcanzarla, había sido mas rápida que yo.De pronto mi cuerpo fue atacado por miles de choques eléctricos desde los pies a lacabeza, una y otra vez.Apreté fuertemente mi mandíbula, no dejaría escapar sonido alguno.Estaba consiente que Bella mi miraba y que sufría al verme de esta manera, noincrementaría aun mas su dolor.No se cuanto tiempo transcurrió pero de pronto la corriente dejo de golpear mi cuerpo, me

tomó un momento el recuperarme.

—Se encuentra bien—. Le decía mi hermana a Bella para tranquilizarla.Me incorporé de golpe temiendo lo peor.Alice la aferraba fuertemente entre sus brazos mientras ella no paraba de luchar contra suagarre.Por un momento nuestras miradas se encontraron, pude ver el dolor que le había causadola escena que acababa de suceder.

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Y esa misma tortura estaba a punto de vivirla en carne propia y no había nada que yopudiera hacer para salvarla.Bella retrocedió un paso, supongo que se preparaba valientemente para recibir su castigo,sin embargo no podía dar crédito a mis ojos y me tomó unos segundos asimilarlo.Jane miraba fijamente a Bella con su malévola sonrisa en los labios, pero la únicaexpresión de dolor en su cara era la que le causaba mi sufrimiento.

En ese momento respiré hondo. El poder de Jane así como el de Aro no tenía efectoalguno en ella.Me moví junto a ellas, toqué el brazo de mi hermana y ella deshizo el fuerte agarre queprotegía a Bella.

Aro lanz'ó una risotada, vpensaba que yo había sido demasiado valeroso al soportar latortura en silencio.Afirmó que un día el mismo había experimentado el dolor sólo por curiosidad.

Ya estaba harto de estos juegos y ya no estaba dispuesto a fingir cortesía.

—¿Qué vamos a hacer con vosotros? — Dijo Aro.

Yo sabía perfectamente que pretendía hacer con nosotros.

Bella comprendió lo que aquellas palabras significaban y su cuerpo se agitó entre misbrazos temblando de terror.La apreté fuertemente contra mi cuerpo olvidando su frágil humanidad.

—Supongo que no existe posibilidad alguna de que hayas cambiado de parecer,¿verdad?. Tu don sería una excelente adquisición para nuestro pequeño grupo—.

Analicé un momento lo que realmente había detrás de sus palabras y lo que realmentesignificaban.

—Preferiría... no... hacerlo— Le dije.

Aro realizó la misma pregunta a mi hermana, pero esta fue mas resuelta que yo y lerechazó de inmediato.

—¿Y tú, Bella?—. Le dijo arqueando una ceja.

Pude comprender sus intensiones, no estaba seguro de poder contenerse una vez queempezara pero estaba dispuesto a transformarla.

Bella no respondió a su pregunta y en silencio permanecimos unos segundo mirándonos

a los ojos, hasta que Cayo habló.No creía lo que Aro acababa de decir.

—Cayo, tienes que advertir el potencial, no he visto un diamante en bruto tan prometedordesde que encontramos a Jane y Alec. ¿Imaginas las posibilidades cuando sea uno delos nuestros? — El comprendió perfectamente a que se refería Aro y no volvió a pronunciar palabraalguna.

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 Jane y Alec se encontraban un poco mas atrás y no era necesario que emitieran palabraalguna, estaban ahora mas molestos que nunca, no solo los habían puesto en segundoplano por mi culpa si no que ahora estaban mas humillados que nunca y a causa de unahumana.

Pero en ese momento yo tenía problemas mas graves que sus deseos de hacernospedazos.Aro realmente estaba pensando conservar a Bella. Aunque estaba consiente de laspalabras de mi hermana sobre la posibilidad que teníamos de salir de esta, no estabadispuesto a hacerlo a costillas de Bella.Todo mi cuerpo se rebelaba, no podía contener oevitar el emitir grandes gruñidos.

—No, gracias—. Dijo entonces Bella con la voz partida por el miedo.Aro pasaba por alto mis gruñidos y en un suspiro dijo que era una verdadera lastima.

Aquello fue lo último que pude soportar. —Unirse o morir, ¿no es eso?—. Dije apretandolos dientes. —Sospeché algo así cuando nos condujeron a esta estancia. ¡Pues vaya

leyes las vuestras!—.Aro dijo que aquello no era cierto ya que el estar ahí reunidos se debía a que esperabanla presencia de Heidi.

Maldición, si eso era cierto debíamos salir cuanto antes de ahí. Una vez desatada suhambre no habría posibilidad de sacar a Bella con vida de ese horrible lugar.

—Aro—. Dijo de pronto Cayo. —, la ley los reclama—.No estaba muy seguro de cómo podía ser eso posible, no habíamos hecho nada querompiera las reglas de los Vulturis. A menos que se refiriera a….

—¿Y cómo es eso?—. Le pregunte mirándole fijamente. Yo tenía un contra golpe para

aquel argumento.

El se limitó a levantar su dedo señalando a Bella, para luego agregar que ella sabiademasiado.—Aquí, en vuestra charada, también hay unos pocos humanos—. Le dije contrarrestandosu ataque.

Pensó un momento mis palabras y una horrible sonrisa se dibujó en su rostro.Admitía que esto era correcto pero que los humanos posteriormente les servían dealimentos.—Ése no es tu plan para la chica. ¿Estás preparado para acabar con ella si traicionanuestros secretos? Yo creo que no—. Dijo burlescamente.

—No voy a... — Trató de decir Bella pero no pudo terminar la frase. —Tampoco pretendesconvertirla en uno de nosotros—. Continuo después de dar una terrible fría mirada a Bella.—por consiguiente, ello nos hace vulnerables. Bien es cierto que, por esto, sólo habríaque quitarle la vida a la chica. Puedes dejarla aquí si lo deseas—.

Esto era pasarse de la raya, primero la hacía callar y luego la quería para la cena.Solo le enseñe mis colmillos en señal de respuesta.

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 —Lo que pensaba—. Dijo Cayo con una sonrisa en los labios. Al terminar de decir estaspalabras e impulsado por un resorte invisible Felix dio un paso hacia delante esperando laorden para atacarnos.

Sin embargo, en ese preciso momento intervino Aro:

—A menos que... —.El no quería desperdiciar dos talentos impresionantes y uno muy prometedor.—A menos que, ¿albergas el propósito de concederle la inmortalidad? — 

Preferiría verla muerta que convertida en un vampiro y muchos menos en un Vulturi.En mi familia por lo menos tendría una opcion, pero aquí entre ellos, solo sería matar ymatar sin razón alguna.Sería un monstruo por toda la eternidad.Sin embargo la negación sería motivo de muerte para nosotros y Aro terminaríarealizando su deseo de todas formas.

—¿Y qué pasa si lo hago?—. Le dije retando sus ambiciones. Sin embargo el sabía mipostura frente al tema. Había leído mi mente, ahora el me conocía.

—Vaya, en ese caso serías libre de volver a casa y darle a mi amigo Carlisle recuerdos demi parte. Pero me temo que tendrías que decirlo en serio y comprometerte—. Agregó alver la duda en mi rostro.Levantó su mano esperando que me acercara y la tocara. Si lo hacía podría ver si mentíasobre el transformarla en vampiro.Además todo este tiempo había estado vuscando en sus mentes, tratado de ver algunaposible escapatoria para nosotros.Si tocaba su mano el podría ver cuanto sabía yo de ellos y seguramente eso no le haríagracia alguna.

No tenía escapatoria.Me obligaban a matarla o a dejar que otros lo hicieran.Este no podía ser el fin. No para nosotros.

La mire a los ojos, esperando que me comprendiera, pidiéndole perdón silenciosamente.—Hazlo—. Dijo en un susurro. —, por favor—.Pero no podía, no podía condenarla. Y no dejaría que nadie lo hiciera.Solo me tomaríauna milésima de segundo terminar con su vida.Nadie podría hacer nada para detenerme.Pero cuando todo parecía perdido, cuando no había nada mas que oscuridad en nuestrofuturo, la mente de mi hermana me mostró la salida.

Giré mi cuerpo levemente para verle mejor. Alice abrió los ojos lentamente y sin mirarme

caminó hacia delante al encuentro de Aro con una de sus manos extendidas.Arocomprendió las intensiones de mi hermana y camino hacia ella deshaciéndose de suguardia personal, tomo su mano y se entregó a las imágenes que le entregaba la mentede mi hermana.La escena en su mente no había cambiado nada, no después de todo lo que habíamospasado. No después de todo el tiempo transcurrido.Tal vez aquella visión no es de un futuro cercano, tal vez siempre estuvo dispuesto queme alejará de ella y también que nos encontráramos aquí, en estascircunstancias.¿Cuanto tiempo debería pasar para que aquello se cumpliera? El rostro de

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Bella no había cambiado nada, no había alguna muestra del paso del tiempo, algo que meindicara cuantos años humanos habían pasado.Bella igual que hoy, Bella convertida envampiro.Apreté mis dientes. ¿Acaso no había nada que pudiera hacer para deteneraquella visión?La imagenes cesaron y Aro reía de placer y de satisfacción.—¡Eso ha sido fascinante! — Dijo casi jadeante.—Ver las mismas cosas que tú ves, ¡sobre todo las que aún no han sucedido! — —Pero eso está por suceder — Le recordó Alice.Este estuvo de acuerdo con las palabras y las visiones de ella.Sin embardo no todosestaban conforme con ello.Cayo al igual que Jane, Alec y Felix estaban molestos por elgiro que había tomado la situación.Cayo trató de mostrar su disconformidad con el asuntopero Aro lo detuvo dedicándole palabras tranquilizadoras en medio de una sonrisacomplacida.

 Argumentaba que no nos uniríamos a ellos “hoy”, que pensará en las posibilidades, quesiempre existía la oportunidad de que pasara en el futuro.Unos meses, unos años, unas décadas tal vez. Ellos sabían esperar, tenían toda laeternidad para hacerlo.—Además, siento una terrible curiosidad por ver ¡cómo entra en acción Bella! — Dijo

pensando en las millones de posibilidad que podrían existir para ella.Podría tranformarla,convertirla en una guerrera ampliamente entrenada, tranformarla en una maquinasangrienta y despiadada, en un ser donde los poderes mentales de los otros no podríanlastimarla.La querría para el, para servirle y protegerlo.

Fue demasiado asistir a sus horribles pensamientos, cerré un poco mas mi abrazoalrededor de su cuerpo y me dispuse a terminar la forzada reunión lo mas pronto posible.—En tal caso, ¿somos libres de irnos ahora? — Le dije tratando de sonar tranquilo ydespreocupado ahogando las ganas de saltar sobre el y terminar con su existencia.Estuvo de acuerdo con que nos marcháramos con al única condición de que losvisitáramos pronto ya que todo aquello había sido “absolutamente apasionante”Sinembargo Cayo también intervino para agregar de forma amenazante que ellos también

nos visitarían para ver si había cumplido con mi parte del trato y que además debíahacerlo pronto ya que ellos no ofrecían segunda oportunidades.Justo en ese momentó Felix dejo escapar un gemido.Pero no era de rabia o desilusión pornuestra partida.Aro le pidió que fuera paciente y que Heidi pronto llegaría.Todo el mundo había estado tan pendiente de nuestro caso que no pude ver lo quesucedería hasta ese momento.—Mmm, en tal caso, quizá convendría que nos marcháramos cuanto antes—. Dijepensando en las posibles implicaciones que aquello podría tener. Aro estuvo de acuerdocon mis palabras ya que los accidentes ocurren y sobre todo con el olor de Bella suelto enla habitación.Como despedida nos pidió que esperáramos hasta que fuera de noche yamablemente me dio la capa de Felix para que cubriera mi torso desnudo ya que llamaba

un poco la atención.Tire de ella por mis hombros con una de mis manos sin soltar un solomomento el cuerpo de Bella.—Te sienta bien—. Dijo Aro en un suspiro. Pero se conformaba con saber queposiblemente la capa fuera parte de mi habitual guardarropas algún día.La idea se ser parte de ellos voluntariamente me hizo reír un momento, sin embargo nohabía tiempo para risas. Los problemas estaban al doblar la esquina.—Gracias, Aro. Esperaremos abajo—. Le dije rápidamente, no había tiempo para masdespedidas.—Adiós, mis jóvenes amigos — Dijo este con una creciente sed en la mente.

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—Vámonos — Les dije jalando de Alice y Bella. Debíamos dejar aquella habitación loantes posible.—Tendríamos que haber salido antes — Dije molesto con migo mismo. El grupo llegaríaal lugar en unos pocos segundos. ¿Cómo no lo había visto antes? Alice también se habíadado cuenta de lo que pasaría en aquel lugar y rápidamente caminó al otro costado deBella.

Y justo en aquel momento hicieron entrada por la única puerta que se encontraba al finaldel corredor el grupo de turistas.Maldita sea. No lo habíamos logrado.El grupo era formado como siempre por turistas ávidos de tomar fotografías y por ver algomas que la simple guia turística.Por un momento nos fue imposible el seguir avanzando ypegamos nuestros cuerpos contra la pared para dar espacio a los recién llegados.Les habían prometido conocer la parte mas antigua y exclusiva de la cuidad. Y sin duda laverían aunque fuera solo por algunos segundos.Solo una intuitiva mujer pudo comprender lo que le esperaba. Pero no pudo hacer nadapara escapar de su condena.Bella también comprendió sobre que se trataba todo el asunto y la obligue a desviar lamirada, abrazándola contra mi pecho, pero fue inútil

En cuanto nos fue posible reanudamos nuestra marcha. Fue entonces cuando ingreso allugar Heidi cerrando el desfile de turistas.—Bienvenida a casa, Heidi—. La saludo Demetri que tenia ordenes de acompañarnos.Despertamos su curiosidad pero no por mucho tiempo, tenia otras cosas mas importantesen su cabeza.—Demetri—. Dijo mirando fijamente a Bella y después contemplando la capa que llevabasobre mis hombros.—¿No vienes?—. Le pregunto a este.—En un minuto—. Le contesto pidiéndole que le guardara algunos.Cuando el pasillo quedo libre. Avanzamos velozmente, tan rápido que Bella debía correr ami lado, sin embargo no fue suficiente. Faltaba medio metro para cruzar la puerta cuandocomenzaron los gritos.

Llegamos a la recepción donde aun se encontraba aquella mujer, Gianna.No estabaseguro de que hora era pero suponía que aun era temprano para los humanos.Demetri nos previno que no nos fuéramos hasta que oscureciera. Asentí solo una vez conla cabeza y luego se marcho repentinamente muy sediento.La mujer no dejaba de lanzarnos curiosas miradas, para ella era muevo el ver salir aalguien con vida de aquel lugar. Sin embargo mantuvo su distancia.—¿Os encontráis bien las dos?—. Les pregunte entre dientes a Bella y Alice.No me sentiría completamente tranquilo hasta que dejáramos atras Volterra.

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Noche Eterna. Capítulo 13 

El Retorno 

Nos encontrábamos por fin en el avión.Aunque el viaje hasta Roma había sido corto, me sentía mucho mas tranquilo.Atrás quedaba Volterra, sus lúgubres túneles y sombríos callejones.Bella se negaba rotundamente a dormir y delante teníamos un largo viaje.Estaba seguro que tendría un millón de preguntas y de recriminaciones y estaba en todosu derecho.Pero no lo hizo.Por mi parte, no sabia muy bien que decirle. Había pasado tanto tiempo.Pero albergaba la esperanza que su amor no hubiera cambiado, ¿No había expuesto supropia vida para salvarme?

Ella me amaba, aun lo hacia.Todo me indicaba que así era. Su corazón latiendo rápidamente, la forma en queabrazaba mi helado cuerpo, todo me decía que aun era mía.Mi hermana viajaba en el asiento trasero, habíamos comprado cuatro sitios y ahora ellaviajaba cómodamente sin tener que compartir su espacio con algún desconocido.Después de haber hablado con Jasper se sentía mucho mejor.Frases como “Te amo” “Pronto estaremos juntos” llegaban a mis oídos.  Palabras que yo también quería decir, palabras que se atoraban en mi garganta,impacientes por salir.Bella pidió una bebida cola. Seguramente aquello la tendría despierta toda la noche, perose negaba a dormir. Dijo que tendría pesadillas si lo hacia. Habíamos dejado Volterraatrás pero las imágenes de lo vivido nos seguirían por siempre.

Yo mismo no pude evitar el recordar lo vivido, solo algunas horas atrás.

“… —Será mejor que la sientes antes de que se desplome—. Me dijo Alice. —Va a caersea pedazos—.Bella temblaba de pies a cabeza. Por un momento me pareció que perdería elconocimiento. Pero luego comenzó a dar pequeños sollozos que a medida que pasabanlos segundo se hicieron mas y mas intensos.Traté de calmarla mientras la llevaba al sofá que se encontraba en la recepción. Noquería despertar aun mas la curiosidad de la humana que se encontraba tras elmostrador.

Alice me sugirió que le diera una bofetada, ya que al parecer Bella estaba al borde de lahisteria.Aquello solo aumentó mi angustia. Lejos estaba de causarle mas daño del que le estabahaciendo.—Todo va bien, estás a salvo, todo va bien—. Le decía suavemente mientras acariciabasu rostro.Me senté en el sofá con ella en mi regazo mientras lloraba desesperadamente.Sus ropas aun permanecían húmedas y la arropé con la capa para evitar que mi gélidapiel la enfriara aun mas.

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—Tooo..da e..saaa gente... — Dijo entre sollozos.Bella lloraba a causa del miedo pero también de pena por todos aquellos extraños.—Lo sé—. Dije apenado por su sufrimiento.Aquello estaba demasiado lejos de nuestras manos. Era algo que venía sucediendodesde hace miles de años y seguiría sucediendo.Aquello le parecía horrible. Y verdaderamente lo era.—Habría deseado que no hubieras tenido que ser testigo de esto—. Le dije tratando demitigar su dolor.Habría dado cualquier cosa por ahorrarle todo aquello que habíamos vivido.Bella apoyó su cabeza contra mi pecho, aun con sus ropas húmedas y la capa entrenuestros cuerpos pude sentir el calor perdido retornando a mi cuerpo.Lentamente traspasó mi dura piel, llegando a todas mis terminaciones nerviosas, quepermanecían rígidas y congeladas desde nuestra separación, hasta que por fin llegó a micorazón dormido, calentarlo por completo.Juntos por fin, como si nunca nos hubiéremos separado.Me entregue a aquella exquisita e indescriptible sensación hasta que sentí a la humanaGianna acercándose a nosotros.Sinceramente quería saber si necesitabamos algo y verdaderamente quería ayudarnos,

pero no podía sentir simpatía alguna por alguien que trabajara para los Vulturis.Ella se marcho de inmediato al entregarle mi seca respuesta.Se alejó sin sentirse ofendida por mi tono de voz, ella estaba acostumbrada a recibirtratos mas duros que ese y lo soportaba silenciosamente, lo soportaba todo por lapromesa de la vida eterna y la belleza sin limite.La curiosidad de Bella seguía intacta, quería saber si Gianna estaba al tanto de lo quesucedía en ese lugar y si estaba consiente de que un día la matarian.Pero la mujer estaba al tanto de todo ello y solo lo veía como un precio a pagar.—¿Cómo puede querer eso?— Dijo Bella en un susurró. —¿Cómo puede ver a esa gentedesfilar al interior de esa habitación espantosa y querer formar parte de eso? — Era verdad, aquello era enfermizo. Pero no pude evitar sentirme feliz por un momento.No eran sus gritos los que había escuchado, no era ella la que había servido de alimento

para una corte de vampiros.No eramos nosotros los que habíamos entrado para no salir jamás. Estábamos vivos,vimos y juntos.—Ay, Edward—. Exclamo Bella volviendo a llorar otra vez, pero ahora de manera máscalmada y sin desesperación.—¿Qué es lo que va mal?—. Le pregunte angustiosamente, sintiéndome inútil una vezmás frente a su pena.Bella subió sus brazos hasta mi cuello para abrazarme con todas su fuerzas.Cerré mis ojos entregándome a su caricia.—¿No es de locos sentirse feliz justo en este momento?—. Dijo con su rostro escondidoen mi pecho.Mis brazos envolvieron su cuerpo, apretándola más de la cuenta, involuntariamente.

Era tan fácil olvidarme que estábamos en la cueva de nuestros enemigos, era tan fácil serfeliz otra vez junto a ella.—Sé exactamente a qué te refieres—. Le dije apoyando mi mejilla contra su cabeza. —,pero nos sobran razones para ser felices. La primera es que seguimos vivos—.—Sí. Ésa es una excelente razón—. Contestó.Levantó su rostro para mirar el mio, yo abrí mis ojos para contemplarla.—Y juntos—. Le recordé. —Y con un poco de suerte, todavía estaremos vivos mañana—.Pero se sentía un tanto preocupada y era normal que lo estuviera.Alice decía que teníamos muchas oportunidades de salir bien de esta. Y que en menos de

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24 horas podría ver a Jasper.Veía en su mente aquella visión. Ella junto a el, tomados de las manos.Observé el rostro de Bella, parecía aun mas pálida que yo y sus ojeras sin duda eran máspronunciadas que las mías.Acaricie el contorno de sus ojos con la punta de mis dedos.—Pareces muy cansada—. Le dije.—Y tú sediento—. Me respondió en un susurro mientras me miraba fijamente.Me encogí de hombros y le dije que no era nada.Pero ella no estaba segura de mis palabras y dijo que podía sentarse con Alice si era unproblema para mi el estar junto a ella.Le pedí que no fuera ridícula, nunca me había sentido más seguro de dominar minaturaleza que en aquel momento.Ya no recordaba la última vez que me había alimentado. De todas formas ya no percibíaningún sabor al hacerlo.Pero por otra parte, jamás había sentido el aroma de Bella como hasta este momento.Olía a liberta, a futuro.Olía a bosques, a cielos encapotados, a lluvia y a suelo mojado.Olía a felicidad y a amor eterno.

Teníamos otra oportunidad, por alguna extraña razón la vida, el destino o lo que fuera nosbrindaba otra oportunidad y no la dejaría escapar por una cosa insignificante como lo eranmis hábitos alimenticios.Podría haber permanecido horas y horas perdiéndome en sus ojos y en los sueños de suvida humana junto a mi.Pero aquella mujer no paraba de mirar y espiarnos.Era completamente devota de Aro y permanecía secretamente enamorada de Demetri.No quería que ella se enterara de nuestras palabras o planes.Afortunadamente ella era solo una humana y seguramente no podría oírnos.—¿Y como fue que llegaron hasta aquí?—. Le pregunte a mi hermana.—Bueno, llegamos de la mejor forma posible. No lo habíamos logrado de no ser poraquella maravilla amarilla—. Me dijo ella.

Hablábamos rápido casi solo moviendo nuestros labios.Me mostró en su mente el fantástico y rápido coche. Tendríamos que robar otro y estabaseguro que no uno como aquel.Intercambiamos ideas sobre como volver a casa.Lo más conveniente sería que dejáramos la región lo antes posible. Aunque mi hermanaaseguraba que no tendríamos problemas.En resumidas cuentas podríamos dejar Italia sin Vulturis pisándonos los talones.—¿Y qué era toda esa cháchara sobre cantantes?—. Me preguntó Alice cuandoterminamos de organizar el viaje.—"La tua cantante"— Le conteste.—Sí, eso — Me encogí de hombros, nunca había pensado en ella de esa forma, siempre había creído

que era su corazón el que cantaba para mi y no su sangre.—Ellos tienen un nombre para alguien que huele del modo que Bella huele para mí. Lallaman «mi cantante», porque su sangre canta para mí—.Aquello solo hizo reír a mi hermana. Era difícil para ella comprender. Nunca había sentidola sangre de un humano de la forma en la que yo había sentido la de Bella.Ella permanecía callada y quieta recostada en mi pecho.Yo, pasaba mis dedos entre sus cabellos, con la punta de ellos recorría sus labios y laapretaba un poco más contra mi cuerpo, solo para estar seguro que no era un sueño, solopara comprobar que ella efectivamente se encontraba junto a mi.

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Y lo mas importarte, que no estábamos muertos.Pasé las horas contemplando su rostro. Creía que la recordaba vividamente pero misrecuerdos no le hacían justicia, aun en esas condiciones, era la criatura mas hermosasobre la fas de la tierra.Nuevamente las horas pasaban rápidamente, no era el terrible arrastrar de las manecillasdel reloj.

De esta manera transcurrió lo que quedaba de tarde, sintiéndome estúpidamente feliz deestar con ella.Alice espiaba constantemente en nuestros futuros y a estas alturas ya podía sentirme unpoco mas confiado.Sus visiones me mostraron como eramos libres para irnos solo unos minutos antes queAlec apareciera por la puerta.Ahora se encontraba satisfecho, tan hinchado como un granzancudo.Con cuidado senté a Bella en el sofá y Alice y yo nos pusimos de pie, mientras elcaminaba lentamente hacia nosotros.Nos informaba que eramos libres para marcharnos pero que debíamos abandonar laciudad de inmediato.Le indique que ese no era un problema y el me lanzo un bulto.—No olvides tus pertenencias— Me dijo con una burlona sonrisa en los labios, se dio

media vuelta y se marcho de inmediato.Contemplé mi mochila, la había olvidado completamente. Sin duda habría sido todo unproblema el tratar de volver a casa sin mi pasaporte, claro que de una u otra manerapodría habermelas arreglado para viajar, pero estar lejos de Bella era algo que no estabaen mis planes futuros.La humana Ama-Vulturis se acercó para darnos indicaciones mientras yo ayudaba a Bellaa ponerse de pie.El estar tantas horas sentada y en la misma posición seguramente le había agarrotado losmúsculos.Gianna se despidió con un entrenado y amable tono.Asistí a la visión que tuvo mi hermana sobre ella sin hacer comentario alguno. Aquello erade esperarse, creo que la única que no lo hacía era ella.Tomé a Bella por la cintura y la atraje contra mi costado, Alice caminó al otro extremo y

avanzamos rápidamente rumbo al ascensor.Mi ser se inundó de tranquilidad cuando salimos a la calle. Ya nada nos detenía, ya casipodía sentirme tranquilo.En todo momento nos cruzamos con turistas disfrazados, algunos vestidos de negro concapas rojas, otros enteramente de negro.Alice se separó silenciosamente.“—Voy por nuestras cosas—“ Me dijo en su mente. Bella y yo caminamos tomados de las manos por las calles de Volterra. Aquello podríahaber sido un hermoso recuerdo. Sin embargo no lo sería nunca.Huíamos, lentamente tratando de parecer turistas comunes y corrientes, pero en realidadhuíamos.El sol casi se ocultaba completamente, pronto caería la noche sobre la ciudad. Por todos

lados se veían alegres parejas o grupos celebrando, riendo y cantando.No era extrañotoparnos con personas disfrazadas de vampiros con dientes de plástico en laboca.Aquello era demasiado irreal.—Ridículo — Dije molesto por aquella estúpida celebración.Fue entonces cuando Bella se dio cuenta que Alice no viajaba junto a nosotros. Solo ledije que había ido por su bolsos. No estaba seguro de cómo reaccionaría ante el echo detener que robar otro automovil pero en esas condiciones era lo único que podíamos hacer.—Está robando otro coche, ¿no?—. Dijo como si leyera mi mente.Sonreí ante nuestra sintonía mental. Pero no podríamos hacerlo, no hasta que saliéramos

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de Volterra.Cuando ella dio un paso en falso me percaté que apenas caminaba. Rodee su cintura conuno de mis brazos ayudandola a caminar, deseaba cargarla y acunarla en mis brazospero ya estábamos muy cerca de la entrada medieval.Ahí nos esperaba Alice con el motor encendido.Después de sentar a Bella en el asiento trasero, pasé de largo la puerta del piloto y me

senté junto a ella en la parte trasera del automovil.Dejé que mi hermana condujera, no estaba listo aun para separarme de ella, aunquefuera unos cuantos centímetros.—No había mucho donde escoger—. Me dijo Alice disculpandose por el coche, como sieso realmente importara.—Está muy bien, Alice. No todos van a ser Turbos 911—.Ella suspiró y dijo que tendría que comprar uno de ellos legalmente y que eraverdaderamente un automovil fabuloso.Le prometí que para navidades le regalaría uno. Era lo menos que podía hacer por mihermana.Estaba realmente feliz con la ideas y ya se veía manejando el coche, que debía seramarillo.

Nos encontrábamos en la carretera y en unos 45 minutos llegaríamos a nuestra primeraparada.—Ahora puedes dormirte—. Le dije a Bella que permanecía pegada a mi cuerpo. —Ya haterminado todo—.Pero ella contestó que no estaba cansada y que no quería dormir.Alzó su rostro hacia elmio, tan cerca, tan mía.Bese la hendidura detrás de su oreja y le susurre al oído que lointentara. Pero sacudió levemente su cabeza.—Sigues igual de cabezota—. Le dije en un suspiro.El canino hacia Florencia lo realizamos en silencio. Tenía mucho que pensar. Por primeravez fui consiente de lo que realmente había estado a punto de hacer.Sentí gran malestar al pensar en mi madre, seguramente estaría muy molesta y ni hablarde mi padre.

Por otro lado estaba seguro que tendría que soportar las burlas de Emmett por mucho,mucho tiempo.Trate de no pensar en Rosalie, aquello era algo que enfrentaría cuando llegará elmomento, no ahora.En este momento yo era feliz. No había otra palabra que describiera de manera masperfecta el estado de mi viejo corazón.Era simplemente feliz.Sus pequeñas manos entre las mías, su cabeza recostada en mi pecho, sus ojosbrillantes llenos de preguntas.Era tan fácil ser feliz junto a ella, tan terrible todos aquellos meses sumidos en laoscuridad…..” 

—Por favor— Nos dijo la azafata, trayendome nuevamente hacia el presente. —Abrochensus cinturones, estamos por aterrizar — Miramos por la ventanilla y se podían ver las luces del aeropuerto de Atlanta.“—Debo llamar a Jasper —“ Pensó mi hermana. Sonreí ante su felicidad.Y lentamente descendimos.—Antes de amanecer—. Le decía a Jasper. —No no es necesario, de verdad. Nosveremos en casa—.“—Nos estarán esperando—. Me dijo la “vos” de mi hermana. “ —Están ansiosos por

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vernos y será mejor que te prepares para Esme”. Pues eso si sería algo para temer.Llegamos con tiempo para abordar el vuelo a Seattle. Bella parecía una vela a punto deextinguirse, se encontraba al borde de sus fuerzas.La cafeína la había mantenido despierta pero su cuerpo necesita comer y dormir.—Por favor Bella, descansa un momento. No es necesario que permanezcas despierta.

Estaremos aquí, a tu lado—. Le dije cuando estuvimos instalados en el avión.Pero ella solo negó nuevamente con su cabeza, sin mirarme a los ojos.—Seguramente teme que desaparezcas—. Me dijo mi hermana en un susurro. —Buenocreo que teme que ambos desaparezcamos—.Con mis dedos levanté cuidadosamente su mentón para contemplar su rostro.—Por favor—. Le pedí acariciando su cuello.—Estoy bien— Me dijo con un suspiro y su cálido aliento bañó mi rostro. Por un momentosentí el impulso de acercarme un poco más y besar su labios, suaves, rojos.Pero la incertidumbre me detuvo. ¿Serian mios aun sus besos? ¿Me quería aun?“—Mmmmm De paso—. Dijo Alice en su mente. —Creo que también deberías preparartepara su padre—.Y por un momento asistí a la visión de Charli con el rostro rojo de rabia.

Pues eso también lo tendría que aguantar. Sin duda que lo tenía mas que merecido, eso ymucho mas.Unas cuantas horas más tarde habíamos llegado a Seattle y como lo había visto Alice mifamilia nos esperaba.El primero en acercarse a nosotros fue Jasper, bueno en realidad se acercó a Alice.Mehabría gustado pedirle disculpas por haberla expuesto de aquella manera pero el solotenía ojos y sentidos para mi hermana. Traté de bloquear la ola de pensamientos queemitían, pero no lo logre completamente y si me hubiera podido ruborizar, lo habríahecho.Jasper inundó los sentidos de mi hermana de tal manera que caminé rápidamentehacia mis padre para lograr bloquear sus pensamientos.Mi madre caminó hacia nosotros y abrazó a Bella… bueno en realidad trato de abrazarla,es que no me sentía listo para separarme de ella. Simplemente era algo que no podía

hacer.—¡Cuánto te lo agradezco!— Le dijo a Bella, para luego abrasarme con todas su fuerzas.El abrazo se extendió un momento, yo también estaba feliz de estar de regreso y con mimano libre respondí a su abrazo.—Nunca me hagas pasar por esto otra vez — Me dijo amenazante; y pude comprobarque hablaba en serio.—Lo siento, mamá—. Fue lo único que pude decir.Mi padre le dio las gracias a Bella y le dijo que estaba en deuda con ella.—Para nada — Logro decir Bella.“—Por todos los cielos Edward—“. Me dijo mentalmente mi padre al ver el estado de ella. —Está más muerta que viva — Me dijo enojada nuevamente mi madre. —Llévala acasa—.

Y me ayudó a llevarla al coche de mi padre.Pero al llegar al estacionamiento nos encontramos con Emmett y Rosalie esperando pornosotros.Apreté mis puños y me detuve.Mi madre me pidió que no lo hiciera. Creo que pudo ver lo que pasaría.Un enfrentamiento, ahí, a vista de los ojos humanos, pero no pude controlar mi rabia.—Ella lo ha pasado fatal—. Me dijo mi madre y me mostró en sus pensamientos losmomentos de angustia que había vivido Rosalie.—Qué menos—. Le dije molesto de todas formas, aquello no aplacaría mi furia.—No ha

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sido culpa suya—. Dijo Bella con un hilo de voz.Esme me pidió que la dejara disculparse, que ellos viajarían en el auto de Alice y Jasper.No podría estar con ella en el mismo espacio y menos en un automovil pero Bella mepidió lo que hiciéramos.Ante ello no había nada que pudiera hacer, no mientras ella me lo pidiera.Acomodé a Bella en el asiento trasero y luengo me senté junto a ella atrayendola hacia

mi, suavemente.La mente de Rosalie era un mar de disculpas y de lamentaciones. ¿Por qué mi hermanatenía que ser tan…. tan….. tan ella. Verdaderamente estaba arrepentida y verdaderamente había actuado sin intención dehacer mal.—Edward — Dijo lista para comenzar con sus disculpas.Pero no era necesario que continuara, ya había escuchado todo lo que ella tenia quedecir.Se volteo ahora para mirar a Bella.Y por primera vez le dirigió la palabra.—¿Bella?— La llamó suavemente.Aquello fue sorprendente, aun para mi.—¿Sí, Rosalie?— Dijo Bella.Y mi hermanase disculpó.

Pude comprobar el cambio que se había producido en la mente de Rosalie. Ya no veía deforma insignificante a Bella.Le agradeció el haber tenido el valor para poder ir hasta Italia a salvarme y le pidió que laperdonara.—Por supuesto, Rosalie — Logró decir Bella. —No ha sido culpa tuya en absoluto. Fui yola que saltó del maldito acantilado. Claro que te perdono—.Wow…. Rosalie y Bella intercambiando palabras amables.—No vale hasta que recupere la conciencia, Rose — Le dije bromeando con mi hermana.No podía estar enojada con ella. Yo sabia que decía la verdad sobre todo.—Estoy consciente — Fue lo último que Bella dijo en medio de un suspiro.Le pedí a mi hermana que la dejara dormir. Seguramente no podría luchar mas contra elagotamiento.

Después de un momento puede comprobar que dormía profundamente.“—Yyyyy que fue todo eso Edward? De verdad pensabas dejarnos?Pues te habría extrañado muchisimo chico.La próxima vez no seas tan cabeza dura yescuchanos ¿Quieres?Además han sido unos días muy duros para todos. Si se te ocurre nuevamente darnos unsusto como ese, yo mismo patearé tu trasero vampirico. ¿Ok? —” 

Me dijo Emmett en su mente lanzándome miradas por el espejo retrovisor.Ok, ok le dije en voz alta.Rosalie se volteó a mirarme y luego miró a Emmett.—¿Qué?.... — Comenzó a decir pero no terminó la frase. —¿Saben?... Olviden lo,simplemente no me interesa—. Terminó de decir.

Durante todo el camino Emmett me mostró lo que habían vivido estos últimos meses y mepuso al corriente de todo.De esta manera pronto llegamos a casa, es decir…. a casa de Bella. Estacionamos el coche detrás de la patrulla de su padre, aun era temprano y no salia decasa. Ella aun dormía y la cargue en mis brazos. En ese momento su padre saliodisparado por la puerta.—¡Bella!— Gritó al vernos.—Charlie—. Dijo ella con los ojos aun cerrados.—Silencio—. Le dije suavemente. —Todo va bien; estás en casa y a salvo. Duérmete

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ya—.“Maldito sinvergüenza” Pensó su padre mientras corría hacia nosotros. —No me puedo creer que tengas la cara dura de aparecer por aquí —.No me detuve y seguí caminando hacia la casa, aquello solo enojo aun mas a Charlie.Bella luchaba para mantener los ojos abiertos mientras trataba de levantar su cabeza.—Déjalo, papá—. Dijo suavemente.—¿Qué le ha pasado?—. Preguntó desesperadamente su padre.Traté de tranquilizarlo diciendo que solo estaba exhausta y que la dejara dormir.Pero su padre estaba verdaderamente molesto.—¡Dámela! ¡Y quítale las manos de encima!—. Me grito tirando de Bella.Pero ella se aferraba de manera impresionante a mi.—Déjalo ya, papá— Dijo ahora un poco mas despierta. —Enfádate conmigo—.—Puedes apostar a que sí— Le gruño su padre amenazantemente.Le ordenó entrar a la casa y la ayude a ponerse en pie.Dio unos cuantos pasos pero su cuerpo estaba demasiado débil y terminó cayendo.La detuve a solo unos cuantos centímetros del pavimento.No me preocupé por moverme rápidamente frente a su padre, el estaba tan molesto queni siquiera se percato de ello.

Le pedí que me dejara llevarla hasta su cuarto y que después me marcharia. Me mordí loslabios ya que aquello no estaba dentro de mis planes y creo que dentro de los de Bellatampoco ya que de pronto gritó desesperada para que no me fuera.La tomé en mis brazos y le prometí al oído que no me iría y que no estaría lejos.Entré a su casa sin esperar su respuesta y caminé hacia su cuarto.Suavemente la deposite en su cama y uno por uno solté sus dedos que permanecíanaferrados a mi camisa.Charli estaba de pie, impaciente junto a la puerta.—Ya puedes marcharte, creo que has hecho suficiente—. Me dijo.—Charli….— Quise decir, pero no de dejo continuar.—¡Jefe Swan!. Cuando te dirijas a mi me llamaras Jefe Swan. ¿Entendido?. Y trata queaquellas oportunidades sean las menos—. Me dijo amenazante. — Y nunca más vuelvas

a poner un solo pie en mi casa. ¿Comprendido?—. No tuve mas remedio que asentir ybaje las escaleras sin decir nada mas. Hoy no conseguiría nada.—Wow…. Edward. Creo que todo el pueblo a podido escuchar los gritos del Jefe Swan,creo que hasta nuestro padre ha podido escucharlos—. Rió Emmett.—Será mejor que arranques pronto el motor—. Le dije algo molesto. —No sea que salgacon su arma a corrernos—.Un par de cuadras mas tarde, me baje del coche mientras mis hermanos me pedían quevolviera.El separarme de Bella era lo ultimo que de ahora en adelante haría.

Y escondido en el bosque corrí hacia ella.

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Noche Eterna. Capítulo 14 

El Perdón 

Era un día como cualquier otro en Forks.Nubes, un poco de viento. Una leve neblina. El paraíso en la tierra.

No esperé mucho tiempo.Su padre estaba indeciso, se bajó en dos ocasiones del coche patrulla. Caminaba unospasos hacia la casa y volvía nuevamente al coche, apretando sus manos una y otra vez.No quería dejar sola a Bella.Sin embargo su deber fue más grande que su aprehension.

Busqué en el lugar algún indicio, alguna señal de algún posible testigo y me adelante alno escuchar nada.Rápido como una sombra trepé por su ventana y rogué no estuviera cerrada.

“—Corazón vuelve a mi pecho—” 

Dije al entrar en su pequeña habitación.Ahora era un ser completo nuevamente.Ya nunca más sería la sombra que fui estos últimos meses.Jamás caminaría solo nuevamente los caminos de la vida. Bella, mi compañera, miamiga.Mi vida y también mi muerte cuando llegara su partida.Sin embargo nos esperaban años de felicidad por delante, todos los años de su vidahumana.

Caminé lentamente, sin prestar atención en nada más. Ella dormía profundamente,dormía el sueño del agotamiento, aquel que no permite movimientos ni sueños.Su cuerpo y su mente se repondrían de todo lo vivido la últimas horas.

A cada paso, cada vez que me acercaba un poco mas, sentia pequeñas descargaselectricas y el calor que emitía su cuerpo bañaba el mio completamente como olasinvisibles.Me arrodille juntó a su cama. Contemplándola.Durante estos meses había soñado un millón de vez con aquella visión.Estiré mi mano hacia ella, solo para comprobar que aquello no era un espejismo, que erareal.

Nada había cambiado aparentemente, su dormitorio permanecía en las mismascondiciones.¿Pero que pasaría con ella, en su interior.¿Cuanto puede cambiar un humano en seis meses?Desee que no lo hubiera hecho. Desee que el tiempo se hubiera congelado en su vida, en

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su mente. ¿Y que pasaría si no? Sin duda había sufrido, Alice me previno de ello. ¿Quépasaría si no podía perdonarme? Estaría en su derecho. ¿Y que sería de mi vida si Bellaya no me quisiera en la suya?Ya había vivido en el infierno. Estaba completamente seguro que no podría volver a el.¿Podría vivir a su sombra, siguiendola como un fantasma nuevamente? Tal vez podría, talvez no.

—Por favor Bella, ámame, ámame aun—. Dije en un susurro acariciando su cabello. —Ámame como si los días y las distancias no nos hubieran separado—.

Aun tendría me esperaban horas de tortura hasta que se despertara. Afortunada mente eltiempo ya no era mi enemigo y contemplando su rostro pasó el tiempo.

Durmió todo el día.Cuando su padre volvió a casa me escondí en su armario, como en aquellos tiempos,como en los buenos tiempos.Tan silencioso, como le fue posible, entreabrió la puerta. Dio una rápida mirada para

luego cerrar nuevamente la puerta.

—Maldito chico—. Dijo mientras bajaba las escaleras. —Pero nunca más, nunca mas loquiero en casa. Ya vera Bella cuando despierte….. Tendremos una buena plática…. depadre…. a hija—. Y se fue directo a la cocina.

Pobre Charly… es decir… pobre Jefe Swan. 

La noche llega pronto en Forks, no importa la estación del año.El reloj de su velador daba las diez en punto cuando pude escuchar el llamado de mihermana.

—¡Baja ya!—. Me decía Alice mientras permanecía apoyada en un gran árbol.Di medía vuelta hacia la cama nuevamente.

—Me quedaré aquí todo la noche si no bajas—. Me dijo molesta en mi mente . —Ademásella dormirá por lo menos unas cuantas horas más y debemos hablar. Así que si no bajastendré que ir por ti—.Maldición, ¿Por que mi hermana tenía que ser tan molesta alguna veces?A regañadientes baje hasta el bosque.

—¿Que pasa? — Le pregunté.

—Mira, creeme que tengo cosas mucho más importantes que hacer en vez de estar aquí

discutiendo contigo. Jasper me esta esperando—.

—Y yo creo que no deberían hacerlo esperar—. Le dije cruzando impacientemente losbrazos sobre mi pecho.

—El asunto es que hay mucho que no te conté en Italia y debes estar al tanto antes dehablar con Bella—. Me dijo mirándome a los ojos. —Creo que debes saber algunosdetalles, para que te disculpes como es debido. Y además para que no tomes algunaalocada decisión nuevamente. No sea que te den ganas de marcharte otra vez para

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“protegerla”—. Agregó ahora algo molesta.

—Esta bien…. — Le dije mientras pensaba en sus palabras un momento. —Te escucho—.

Me habló sobre todo lo sucedido con Bella.

La muerte de Laurent en las garras de los nuevos licantropos. Que Jacob Black era unode ellos y de la amistad que habia surgido entre ellos.Me conto sobre Victoria y de como casi logra atrapar a Bella. El loco salto que gatillo todo.No podía creer en aquellas palabras. Todo este tiempo, todos los kilómetros que interpuseentre nosotros, todo el dolor que nos había provocado…. todo inútil. Me sentí como un verdadero estúpido, ¿Cómo pude dejarme engañar de tal manera?.¿Como pude exponerla de esa forma?

—Si, es verdad—. Me dijo Alice mientras retrocedía unos pasos. —Es todo lo que vine adecirte para que estés al tanto de todo lo que ha pasado en tu ausencia. Seguro queahora querrás estar solo unos momentos, "Pensando".Dale un beso a Bella de mi parte—. Me dijo antes de partir.

—Gracias…—. Le dije en un susurro. —…Por todo—.

Caminó nuevamente hacia mi, me pasó los brazos por la cintura y me abrazó unmomento.Le devolví el abrazo y bese la parte superior de su cabeza. —Siempre estaré en deudacontigo—. Le dije sinceramente.

—Hay algo que puedes hacer por mi—. Me dijo separando su cuerpo del mio ymirándome a los ojos. —Claro que solo si quieres saldar aquella pequeña deuda—.

—Esta bien….— Le dije recelosamente.

—Nunca vuelvas a cometer alguna estupidez como esa otra vez—.

—Eso es algo que no te puedo prometer Alice—. Le dije ahora muy apenado.

—¿Pero es que no aprendiste nada de lo sucedido Edward? — 

—Es solo que confirmé algo que ya sabía Alice… No puedo vivir sin Bella. Lo intenté y no lo logre. ¿De verdad es tan difícil de comprender? ¿Que harías tu sinJasper? — 

—Creo que te entiendo, solo un poco. Pero creo que ella aun te ama. Trató de ocultar lo

mal que se sentía sin ti, pero no lo ha logrado. Edward, ella tampoco puede vivir sin ti. Porfavor no la hagas sufrir más, te lo pido—. Me dijo apretando mis manos.

—No pienso dejarla Alice, pero ella algún día se marchará, algún día morirá, todos loshumanos lo hacen—.

—Haaa. Pues eso es fácil de solucionar—.

—¡No!. ¡No!—. Le dije alejándome rápidamente de ella. —Eso esta fuera de discusión. Ni

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siquiera lo pienses. Habría dejado que los Vultiris acabaran con nosotros antes deconvertirla en un monstruo—.

—Esta bien, esta bien ya no hablemos más. Ya he cumplido mi tarea. No tardes en ir acasa, creo que Esme te quiere abrazar un largo rato…—. Me dijo caminando nuevamentehacia el bosque.

Me recosté junto a ella.¿Como había sido tan ciego, tan tonto, tan estúpido’. Había sido el muñeco de Victoría. Y todo ese asunto de los licantropos, tendría que hablar con mi padre.Tanto que hacer, tantas decisiones que tomar.Bella no estaría segura con Victoria rondando por ahí. Le pediría a mis hermanos que meayudaran a buscar algún rastro, alguna señal de ella.

Pero por ahora aquello tendría que esperar. Tenía problemas mas inmediatos queatender. Heridas que sanar, culpas que asumir y sobre todo muchas disculpas que

pedir… 

Transcurrieron solo un par de horas mientras miraba dormir a Bella plácida yprofundamente. Las pesadillas no habían logrado entrar en su sueño y me sentí tranquiloy sereno por primera vez en mucho tiempo.

Me acerqué un poco más a su cuerpo, abrazándola cuidadosamente.Mis manos querían recorrer su cuerpo, peinar su enredado cabello que se esparcía sobrela almohada.Acariciar el contorno de sus labios. Susurarle al oido que era mi vida, mi pasado, mipresente y mi futuro.

Bella rodó sobre su costado, descansando su brazo sobre mi cintura.Suavemente y solo rozando su piel, acaricié su frente.Ella apretó sus ojos, negandose a abrirlos.Después de un minuto dejó escapar un suspiro y los abrió de golpe.

—¡Oh! —. Dijo en un jadeo mientras se frotaba los ojos.La expresión de su rostro me decía que la había asustado y se lo pregunteangustiosamente.Parpadeó un par de veces sin contestarme y para entonces yo ya estaba verdaderamentepreocupado.

—¡Oh, mierda!— Soltó de pronto.

—¿Qué pasa, Bella?— Tenía una extraña expresión en el rostro con los ojos masgrandes que nunca.—Estoy muerta, ¿no es cierto?. Me ahogué de verdad. ¡Mierda, mierda, mierda! Eldisgusto va a matar a Charlie—.

Pobre Bella, pensaba que estaba muerta y que estaba junto a mi en el infierno.

—No estás muerta—. Le aseguré

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 —Entonces, ¿por qué no me despierto?— Dijo desafiantemente mientras alzaba lascejas.

Le aclaré que estaba despierta pero ella se negaba a creerlo y sacudió la cabeza de unlado a otro.

—Seguro, seguro. Eso es lo que tú quieres que yo piense, y entonces, cuando despierte,todo será peor; si me despierto, cosa que no va a ocurrir, porque estoy muerta. Esto eshorrible. Pobre Charlie. Y Renée y Jake... — 

Entonces paró de hablar y no terminó la frase.

—Ya veo que me has confundido con una pesadilla—. Le dije tratando de sonreír.Mis temores se habían materializado. Ya no era su príncipe de sueños, ahora el monstruode sus pesadillas.Sin embargo… 

—Lo que no me puedo imaginar es qué es lo que debes de haber hecho para terminar enel infierno. ¿Te has dedicado a cometer asesinatos en mi ausencia? — 

—Pues claro que no—. Dijo en medio de una mueca. —Tú no podrías estar conmigo si yoestuviera en el infierno—.

Sin duda seguía igual de cabezotas que antes.

Sus ojos ivan a la ventana y a mi rostro.Transcurrió un minuto en el cual parecía estar reflexionando sobre lo sucedido.Permanecí callado esperando sus palabras.Fue entonces cuando un exquisito rubor subió hasta su rostro.

En ese momento podría haberla tomado en mis brazo y haberle pedido perdón por todasmis estupideces pero no pude.No era justo, para ella ni para mi. Después de todo mi viejo corazón a sobrevivido muchasdécadas y esta cansado y maltratado. Su rechazo terminaría por romperlo.

—Entonces, ¿todo eso ha ocurrido de verdad?— Me dijo.Sin embargo era mas una simple confirmación mas que una pregunta.

—Eso depende.Si te refieres a que casi nos masacran en Italia, entonces, sí—.

Pero en respuesta a esto ella solo decía incoherencias. Tal vez debía volver a dormir. Tal

vez su cerebro estaba tan agotado que no estaba reaccionando de todo.Sin embargo dijo que no estaba cansada.Le preocupaba la hora y cuanto tiempo había dormido.Contesté a sus preguntas mientras ella se estiraba para luego preguntar esta vez por supadre.

—Duerme—. Le dije recordando sus amenazas. —Deberías saber que en este precisomomento me estoy saltando las reglas, aunque no técnicamente, claro, ya que él me dijoque no volviera a traspasar su puerta, y he entrado por la ventana... Pero bueno, al menos

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la intención era buena—.

Incredulamente me preguntó si su padre me había echado de su casa y bueno aquello eraquedarse corto.Pero que más podría hacer su padre? Aquello era lo menos que pudo hacer. Estoy seguroque si hubiera podido leer claramente sus pensamientos me habría encontrado conalgunas cosas… un tanto mas agresivas, por lo menos. 

—¿Acaso esperabas otra cosa? — Solo le dije como respuesta.

—¿Cuál es la historia? — Dijo después de un momento.Pero no entendía a que se referíarealmente. Me era imposible seguir el ritmo de sus pensamientos. Y eso me desconcertoun momento ya que antes no solía suceder.

—¿Qué le voy a decir a Charlie? ¿Qué explicación le voy a dar por haberdesaparecido...? Ahora que lo pienso, ¿cuánto tiempo he estado fuera?— 

 Aquella reacción estaba bien, era un tanto más…. normal. 

Sólo habían pasado tres días desde su fuga para salvar mi vida.Y yo tenía la esperanza de que se le ocurriera a ella alguna explicación para supadre.Tenía tantas cosas en la cabeza que había olvidado por completo eso de tener queexplicar su ausencia.Aquello no le parecía muy bien a Bella pero quizás mi hermana podría pensar en algoconvincente.

—Y bueno… Comenzó a decir de manera misteriosa. —¿En qué has andado hasta hacetres días? — 

La actitud de Bella era extraña, indiferente.

Mi razón me decía que todo estaba perdido. Su indiferencia solo podía significar que yano me amaba.Pero no lo creería completamente hasta escucharlo de sus propios labios.

—En nada que me entusiasmara excesivamente—. Le dije tristemente bajando la vista.

—Claro que no—. Dijo con una mueca de molestia, rodando los ojos.

No estaba seguro a que debía esa cara, aquella era un nueva mueca. ¿Cuánto puedecambiar un humano en 6 meses? Nunca había estado cerca de uno tanto tiempo parapoder comprobarlo.Bella por otro lado seguía tontamente empecinada con que yo solo era producto de su

imaginacion y que todo era un sueño…. o una pesadilla realmete. 

Pero no debía dejarme derrotar, esto no estaba perdido, no aun.

—Si te lo cuento, ¿te creerás al fin que no estás viviendo una pesadilla? — Le dije.

—¡Una pesadilla! — Dijo alzando la voz. Sin embargo no contestó a mi pregunta y la mirefija e impacientemente.

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—Quizá, si me lo cuentas—. Contestó después de pensarlo un momento.

—Estuve... cazando—. Le dije un tanto avergonzado.

—¿Eso es todo lo que eres capaz de hacer? Eso no prueba de ninguna manera que estédespierta—. Contestó molesta.

Claro que le debía una mejor explicación que esa. Mis escuálidas palabras no saciaríansu curiosidad. Sin embargo no sabía como explicarme.

Todo volvía a ser como la primera vez.Habría jurado que me sudaban las manos y que una gota rodaba por mi frente…. ¿Por qué estaba tan nervioso?Sentía miedo…. una docenas de Vampiros asesinos no logran amedrentarme, pero solobasta que ella me mirara de esa manera y todo se desmorona dentro de mi cabeza.Tal poder ejerce sobre mi mente, mi cuerpo, sobre todos mis sentidos…. La amo, la amo mas que a mi mismo.Con una sola palabra puede darme muerta y vida, con un beso me roba el aliento y me

transporta hasta las nubes.Y con su desprecio y su negación sellaría mi muerte….Debía hablar con la verdad, soloella me dejaría libre y podría recuperar su amor.

—No estuve de caza para alimentarme—. Le dije escogiendo cada palabracuidadosamente. —En realidad, ponía a prueba mi habilidad... en el rastreo. Y no soynada bueno—.La miraba directamente a los ojos, tratando de ocultar mi vergüenza y mi nerviosismo.

—¿Y qué fue lo que estuviste rastreando? — Y ahí estaban otra vez aquellas correctaspreguntas.

—Nada de importancia —  Apreté mis puños, aquello no era ser completamente sincero….pero tan solo no sabía por donde empezar.

—No te entiendo—. Dijo esperando una explicacion mucho mejor que esa.

—Yo... — Dije inspirando hondo.

¿Puede morir un corazón que no ha latido en casi noventa años?

Comencé tratando de disculparme, asegurándole que le debía mucho más que unasimple disculpa, le debía mi propia existencia.Una tras otras otra las palabras se atoraban en mi boca, mi lengua se movía rápidamente,

debía obligarla a hablar mas lentamente para que bella me entendiera.

—No me di cuenta del desastre que dejaba a mis espaldas. Pensé que te dejaba a salvo.Totalmente a salvo. No tenía ni idea de que volvería Victoria...—. Al decir su nombre pudesentir el veneno brotando en mi boca. Grrrr. —No había prestado atención a lospensamientos de ella, James había captado toda mi atención. No me había percatado dellazo que los unia y jamás fui consiente de una reacción por parte de ella—.Desesperadamente trate de encontrar las palabras adecuadas para disculparme, sentía laansiedad quemando mi pecho. De haber sido capas, habría caído de rodillas, ahí junto a

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su cama, llorando, gimiendo por su perdón.

Pero mis ojos hace mucho que no lloraban y hoy aunque quisiera tampoco lo haría.¿Cómo se logra expresar el dolor y el sufrimiento sin lágrimas que derramar?.Y yo la había dejado, sola, indefensa a merced de nuestros enemigos y no solo de ellos.También había tenido que refugiarse junto a licantropos....

No pude seguir hablando, un escalofrío recorrió mi espalda al pensar en todas lasoportunidades en las que se había enfrentado a la muerte.

—Por favor, creerme cuando te digo que no tenía ni idea de todo esto. Se me revuelvenlas tripas hasta lo más profundo, incluso ahora, cuando puedo verte segura en misbrazos. No tengo ni la más remota disculpa en... —.

—Para, para— Dijo de pronto levantando sus manos.

Sentí un nudo en mi garganta.¿Acaso ni mis explicaciones y disculpas le interesaban ya?

“ Bella por favor, arranca mi cabeza de una vez y no me dejes en este silencio esperandotus palabras” Pensé. 

—Edward— Dijo después de unos segundos agónicos.

Su voz parecida el cantar de sirenas, atrayéndome, quemando mi ser. Sin embargo, suspalabras no tenía sentido, hablaba sobre culpa, responsabilidad.Que todo lo sucedido en mi ausencia no eran mas cosas casi cotidianas en su vida.Las palabras fluían de su boca en un discurso sin fin, parpadeando rápidamente a medidaque hablaba.—Así que si tropiezo delante de un autobús o lo que sea que me ocurra la próxima vez,

has de ser consciente de que no es cosa tuya asumir la culpa. No tienes por qué salircorriendo hacia Italia porque te sientas mal por no haberme salvado— Dijo que si hubiera saltado intencionalmente de ese precipicio, habría sido su elección yque no era mi responsabilidad el detenerla o el cuidarla…. 

Acaso estaba hablando enserio. No podía dar crédito a mis oídos.Además pensaba que era un irresponsable al no tener consideración con mi padre y mimadre.

Se detuvo un momento para tomar aliento, sus manos temblaban un poco y su respiraciónera corta y entrecortada.

¿En que estaba pensando, a que se refería?

—Isabella Marie Swan— Le dije en su susurro.¿Como era posible que después de todo las historias que tenemos en común, de todaslas veces que le había jurado mi amor, como era posible que aun no comprendiera?—, pero ¿tú te crees que le pedí a los Vulturis que me mataran porque me sentíaculpable? —Le dije sin apartar mi mirada de su hermoso rostro.

—¿Ah, no?— 

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 —Me sentía culpable, de una forma muy intensa. Más de lo que tú podrías llegar acomprender— 

Como describirle el dolor, la necesidad, la soledad que significaba el mundo sin ella, sin laluz de sus ojos, sin su calor, sin el sabor de sus besos ni el ardor de sus caricias.No era

esa vida la que yo quería vivir, aquel no era una vida para mi.

—Entonces, ¿qué estás diciendo? No te entiendo—.

No entendía ya que no conocia la soledad, la oscura existencia de un vampiro solitario ydemasiado cansado de todo.

—Bella, me marché con los Vulturis porque pensé que habías muerto — Me limité a decir,tratando de ocultar la rabia contra mi mismo. —Incluso aunque yo no hubiera tenido nadaque ver con tu muerte... — Me estremecí involuntariamente, respiré hondo y sacudí micabeza, auyentando horribles imágenes de mi mente.

Le dije que de todas maneras me había marchado a Italia aun si la culpa no hubiera sidomía.Fue mi error el no consultar con Alice lo que me decía Rosalie, pero que se suponeque debía pensar, si me habían dicho que su padre se encontraba en el funeral.Yo penséque era verdad y con ella se terminaba todo. No valia la pena seguir. —¿Cuáles eran lasprobabilidades?»Las probabilidades... — Acaso todo esto no era un burla del destino. —Las probabilidades siempre están amafiadas en contra nuestra. Error tras error. No creoque vuelva a criticar nunca más a Romeo—.

—Pero hay algo que aún no entiendo — Dijo Bella sacandome de mis pensamientos amedia voz. —y ése es el punto más importante de la cuestión: ¿y qué?—.

—¿Perdona?—.

Verdadera me pregunta ¿y qué?

—¿Y qué pasaba si yo había muerto?—.

Si, lo hacía, como podía dudar, acaso no sabia lo importante que era para mi… ¿Cómoera posible que no comprendiera o que no recordará?Tan insignificante he sido en su vida que solo seis meses fueron suficientes para borrarlas palabras de amor que le entregue?No, claro que no.Pero seguía sin comprender, en Italia ella se aferraba a mi, podía sentir que me amaba,podía sentir que aun lo hacia, tal vez mucho mas que antes.¿Entonces por que se comporta de esta manera?

Tal vez… 

—¿No recuerdas nada de lo que te he dicho desde que nos conocimos?—. Le dijetratando de comprobar mis sospechas.

—Recuerdo todo lo que me has dicho—. Me contestó rápidamente.

Era un verdadero idiota, como podía esperar que ella me recibiera con los brazos

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abiertos.Levanté mi mano y roce su labio, deseando que no fueran los dedos los que estaban ahí.

—Bella, creo que ha habido un malentendido— No era mas que un estúpido vampiro—Pensé que ya te lo había explicado antes con claridad. Bella, yo no puedo vivir en un

mundo donde tú no existas—.

—Estoy... Estoy hecha un lío— 

Por supuesto que ella no comprendía, la había dejado, sola en medio del bosque, solatodos estos meses a merced de mis enemigos.Pero lo había hecho por amor y esa era la verdad.Le confesé mi mentira pero ella pareció no reaccionar ante mis palabras, solo se quedóahí, muda, estática. Ni siquiera respiraba.

La tomé por los hombros y la sacudí levemente hasta que volvió a respirar.

—Soy un buen mentiroso, pero desde luego, tú tienes tu parte de culpa por habermecreído con tanta rapidez— Le dije sin poder ocultar mi dolor al recordar aquellosmomentos.Los había revivido día a día, hora tras hora. Su voz llamándome en el bosque, sullanto…Hice a un lado aquellos terribles recuerdos. —No ibas a dejar que lo hiciera por las buenas—. Le dije manteniéndome en el presente.—Me daba cuenta. Yo no deseaba hacerlo, creía que me moriría si lo hacía, pero sabíaque si no te convencía de que ya no te amaba, habrías tardado muy poco en quereracabar con tu vida humana. Tenía la esperanza de que la retomarías si pensabas que mehabía marchado.Bella comprendió mis palabras, comprendió que debía ser un ruptura limpia, de estaforma sería mas fácil para ella el olvidar, el superarme. Que tonto había sido, ahora lo

veía con claridad, había creído en una mentira.Le reproché dolido por su comportamiento.Nunca pensé que ella sería capas de dejarmetan facilmente, aquello me parecía casi imposible, creí que se daría cuenta y que al finalterminaría diciendo mentira tras mentira hasta que al pasar de las horas ella tal vez y solotal vez creyera en lo que le decía.—Mentí y lo siento mucho, muchísimo, porque te hice daño, y lo siento también porquefue un esfuerzo que no mereció la pena. Siento que a pesar de todo no pudiera protegertede lo que yo soy. Mentí para salvarte, pero no funcionó. Lo siento.Pero ¿cómo pudiste creerme?—. Le dije tomándola de las manos. Como había creído enmis torpes palabras, después de las miles de veces que te dije lo mucho que te amaba,¿cómo pudo una simple palabra romper tu fe en mí?—. Pero Bella no me contesto.Se mantuvo quieta, inmóvil.

Le conté que ese día había visto en sus ojos que realmente me creía.Con el dolor de mi ser casi había logrado escuchar como su corazón se rompía y todoaquello con una sola palabra, con un mentira.Y con la mas absurda de todas. ¿Como había creído en ello?.

—¡Como si hubiera alguna manera de que yo pudiera existir sin necesitarte! —.Le dije conrabia esta vez, sacudiendola nuevamente ya que no reaccionaba.Espere impacientemente alguna respuesta, alguna reacción, pero nada.

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Me rendí ante su silencio y le pedí que hablara.

Las lágrimas brotaron de sus ojos cayendo por su mejillas.Trató de cubrir su rostro con sus manos pero permanecían presas en las mías.Dobló su cuerpo hacia delante, ocultando su rostro mientras decía:

—Lo sabía. Sabía que estaba soñando... — 

—Eres imposible—. Le dije soltando una amarga carcajada, demasiado frustrado paratener cualquier otra reacción.Debía probarle que no estaba dormida o muerta.Como borrar aquellas palabras, estaba ahí, junto a ella y la amaba, nunca había dejadode hacerlo y siempre, siempre lo haría. Todos los meses que no estuve con ella, la veía,la sentía junto a mi.Su presencia siempre me acompaño en mi mente, en mi cuerpo, en todos mis sentidos.—Cuando te dije que no te quería… ésa fue la más negra de las blasfemias— 

Pero Bella continuaba llorando, los sollozos habían disminuido hasta casi desaparecer.

Sacudió su rostro de un lado a otro, negando mis palabras.Veía en su rostro el dolor que sentía. No creía en mis palabras.

—Puedo verlo incluso con esta luz. ¿Por qué te crees la mentira y no puedes aceptar laverdad?Le pregunte en un susurro.

Bella creía que mi amor hacia ella no tenía sentido, decía que nunca lo había tenido.

Como era posible que no comprendiera mi amor, después de todo lo que habíamospasado.—Te probaré que estás despierta — Le prometí.

Solté sus manos y sujeté su rostro suavemente.Me acerqué a ella, quería besarla, demostrarle cuanto la amaba.Pero Bella luchaba por librarse, luchaba contra mis besos.

—Por favor, no lo hagas—. Me pidió en un susurro cuando estaba a punto de besar sulabios.

Me detuve de inmediato pero no liberé su rostro.

—¿Por qué no? — Pregunté.

—Cuando me despierte... — Comenzó a decir pero cuando iba a protestar nuevamente

por aquel comentario se retractó.

Ella creía que me fuera nuevamente sería mucho mas duro si la besaba.Realmente pensaba que la dejaría nuevamente? O era solo una escusa…. Ayer, cuando estabamos en Volterra, podía sentir que como se aferraba a mi, podía sentirque me amaba, pero nunca dijo nada ni siquiera para reprocharme algo.Tal vez solo me estaba haciendo tontas ilusiones. Tal vez se aferraba a mi solo por quetenía miedo, solo porque estábamos a punto de morir.Pero hoy…. ahora ya no estamos en peligro, estamos solos ella y yo, en el refugio de su

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habitación, sin oídos, sin ojos que nos miren o nos interrumpan.

Y ahora lo puedo ver con mas calma, el tiempo no pasa sin dejar rastro, aun cuando losrastros no están en la superficie de su cuerpo.Necesitaba saber cuales eran sus verdaderos sentimientos, la verdadera razón tras sucomportamiento.

—¿Acaso ya es demasiado tarde? ¿Quizá te he hecho demasiado daño? ¿Es porque hascambiado, como yo te pedí que hicieras? Eso sería... bastante justo. No protestaré contratu decisión. Así que no intentes no herir mis sentimientos, por favor; sólo dime ahora sitodavía puedes quererme o no, después de todo lo que te he hecho. ¿Puedes?—. Le dijeahogandome en la incertidumbre y en la pena.

—¿Qué clase de pregunta idiota es ésa?—.

Le pedí que solo se limitara a contestarla, nada de trucos o contra preguntas. Solo laverdad, como solía hacer.

Permaneció en silencio, sus ojos brillaban a la luz del reloj sobre su mesa de noche.

Tic,tac. Tic, tac y nada.Transcurrió otro largo minuto.Sentía un extraño dolor en el estomago…. ¿Era posible?... Sin duda junto a ella, todo loera.Tuve miedo.Podía ver la felicidad escurriendo de mis manos.“Toda acción tiene una reacción” Me habría dicho mi padre y sin duda yo estaba pagando por las mías.Yo, estúpido ser, terco y testarudo.

"Bella, dame muerte o dame vida, pero por favor termina con esta agonía.Se benevolente si me matas haz lo rápido, de un golpe.Te lo pido.En cambio, si me amas, dímelo ya.Dame luz y arrancame de esta noche sin fin… por favor te lo pido". 

Pero no podía decir aquellas palabras, debía dejarla decidir…Lentamente abrió sus labiosy dejó salir las palabras.

—Lo que siento por ti no cambiará nunca. Claro que te amo y ¡no hay nada que puedashacer contra eso!—.

La luz entró de golpe a mis ojos, encandilado con las palabras que acababa de decir.

Sentí mi pecho lleno de felicidad.

—Es todo lo que necesitaba escuchar—.

Tomé su rostro nuevamente entre mis manos, teniendo muy poco cuidado con mismovimientos.Estaba sediento, tenía sed de ella, de sus besos, de su cuerpo.Y era mía para saciar mi hambre, mi sed.Fuimos uno, nuestros labios se encontraron.

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Abracé sus labios con los mios, acariciando su rostro, sus hombros golosamente sinpudor.Mi mano bajó hasta la base de su cintura y la apreté un poco mas contra mi cuerpo.Pude sentir su calor quemando mi estomago, mis piernas, mi pecho.Su calor era exquisito y embriagador.

—Bella, Bella—. Dije suavemente.

Ella respondió a mi llamado y su lengua buscó mi labio superior lamiéndolo sensualmente.Me entregué a su ardiente beso rozando su tibia lengua con la mía.Mi cuerpo estaba vivo, vivo para ella y por ella.Mi Bella, mi amante. Mi vida.Su corazón latía fuertemente para mi, no era su sangre como estúpidamente creían losotros, era su corazón. Y ahora lo hacia fuertemente, podía escucharlo claramente comoun retumbar de mil tambores, llenando toda la habitación, vibrando contra mi cuerpo.

Me separé suavemente de ella, jadeando, con el deseo quemando mi mente y mi cuerpo.Apoyé mi oído en su pecho tratando de recobrar el control sobre mis sentidos.

Me concentré en su palpitar, fascinado por su alocado ritmo.

—A propósito— Le dije recuperando el aliento. —No voy a dejarte—.

Pero Bella no creía en mis palabras.Le había prometido que no me iría.—Al menos no sin ti—. Le dije seriamente.

Solo la había dejado por su propio bien, esperando que pudiera llevar una vida humananormal. Sin toparse con el peligro o con la muerte en cada esquina, a cada minuto.—Así que tuve que intentarlo. Debía hacer algo, y me pareció que marcharme era lomejor—. Aquella era la verdad.Traté que comprendiera, que entendiera mis razones.

Jamás habría sido capaz de marcharme si no hubiera creído sinceramente que ellaestaría mejor sin mi.Le confesé que era demasiado egoísta.Ella era lo único verdaderamente importante para mi. Estaba primero que cualquieranecesidad que yo pudiera tener.Solo a ella necesitaba para vivir, lo había comprobado yde la peor manera.Nunca tendría las fuerzas necesarias para dejarla nuevamente.—Tengo demasiadas excusas para quedarme, ¡y gracias al cielo por eso! Parece que esimposible que estés a salvo, no importa cuántos kilómetros ponga entre los dos—.

—No me prometas nada —. Dijo entre dientes.

¿Me consideraba un mentiroso? ¿Eso había ganado con todas las mentiras que le habíadicho? ¿Había perdido su confianza?—¿Crees que te estoy mintiendo ahora?—. Le pregunte un tanto molesto conmigo mismo.

—No. No me estás mintiendo—. Dijo sacudiendo su cabeza de un lado a otro. —Realmente lo crees... ahora, pero ¿qué pasará mañana cuando pienses en todas esasrazones que has mencionado en primer lugar? ¿O el próximo mes, cuando Jasper intenteatacarme? —.

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Mis ojos se cerraron involuntaríamente, tratando de borrar aquellas imágenes de mimente, cómo si fuera realmente posible hacer eso… Bella tenía razón, pero me negaba a pensar en el mañana, era feliz ahora, mañana. Menegaba a discutir el futuro, tan incierto para nosotros.Tenía la sensación que entre mas lo planeaba más se ensañaba el destino.

—No es como si hubieras cambiado de idea al respecto, ¿a que no? —. Dijodesafiantemente pero adivinando mis pensamientos.—Terminarás haciendo lo que creesque es correcto—.

Sin duda que siempre haría lo que fuera mejor para ella, pero si de algo estaba seguroera no poder dejarla nuevamente.

Le dije que no era tan fuerte para dejarla. Traté de contarle los solos y tristes días que vivísin ella. Que pensaba volver, tal ves me hubiera demorado un para de semanas enhacerlo, pero habría vuelto, arrastrándome ante su ventana, pidiendo perdón por todo.—Estaré encantado de suplicártelo si así lo quieres—.Le dije sinceramente.

—Habla en serio, por favor—. Me dijo con un mueca. Pero yo era sincero.

—¿Querrás hacerme el favor de escuchar mis palabras? ¿Me dejarás que intenteexplicarte cuánto significas para mí?—. Le dije esperanzado. Tal ves podría componer lascosas.Lo había estropeado todo, no era su culpa el sentirse recelosa por mis palabras. Yole había mentido y de la forma mas horrible.Ahora era mi obligación el sanar su heridas y lo intentaría para que confiara en minuevamente en mi.

—Bella, mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte—. Le dije mirándolafijamente a los ojos. —Muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz ymotivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió

todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteorodesapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero misojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada teníasentido—.

Todos los meses sin ellas habían sido el infierno mismo.Ahora me podía hacer una ideas de cómo sería aquel lugar. Un lugar que me esperaba…tal ves me demoraría en volver… Tal vez no… pero volvería tarde o temprano, cuandoella ya no estuviera a mi lado.Pero ahora era distinto, ella junto a mi. Debía perdonarme.

—Se te acostumbrarán los ojos — Me dijo despreocupadamente.

Pero ese era el problema, mis ojos ya no podían ver nada sin su luz, sin su sonrisacegadora, sin su dulce risa en el aire, sin su latidos en mi ser.Nunca mas podría existir sinella.

Dejé escapar una triste carcajada cuando preguntó por mis “Distracciones” No comprendía que todo aquello solo era una mentira, ¿Como es posible distraersecuando los días son una seguidilla de horas y horas agónicas?—Mi corazón no ha latido durante casi noventa años, pero esto era diferente. Era como si

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hubiera desaparecido, como si hubiera dejado un vacío en su lugar, como si hubieradejado todo lo que tengo dentro aquí, contigo—.

—Qué divertido — Dijo suavemente.

¿Verdaderamente mi sufrimiento le parecía divertido?

—En realidad debería decir extraño—. Corrigió ante mi expresión y respiré nuevamente.—Parece que describieras cómo me he sentido yo—. Dijo que para ella también habíasido muy duro estos últimos meses, que parecía como si le faltaran piezas por dentro. —No he sido capaz de respirar a fondo desde hace mucho tiempo —Respiró profundamenteahora. —Y el corazón... Creí que lo había perdido definitivamente—.

Sentí un enorme dolor al imaginar sus días. Creo que no era tan diferente para ella comoyo había creído tontamente, tal vez para ella había sido igual de dura nuestra separación.Me incliné sobre su pecho para posar mi oído sobre su corazón. Deleitándome con sualegre retumbar.

Ella y yo unidos por nuestro amor, siendo infinitamente alegres juntos. Unidos en laalegría y en la tristeza.Tristeza y agonía que yo había causado…Cuantas veces habíapronunciado su nombre en la oscuridad de mis días, sin encontrar su respuesta, sinescuchar su dulce voz.

—¿No encontraste el rastreo entretenido, entonces?— Preguntó distrayéndome de mislejanos y oscuros pensamientos.

—No — Le dije en medio de un suspiro. —Eso no fue una distracción nunca. Era unaobligación—.

—¿Y eso qué quiere decir? — Tal vez debería haberme ahorrado aquella última frase,

pero ya que de ahora en adelante pensaba estar más cerca de ella que nunca, debíasaber el porque.

Le conté sobre mi infructuosa búsqueda de Victoria.Le conté de cómo me engaño en Texas y mi tonta carrera hacia Brasil. Ella me habíaengañado y había vuelto aquí, tras Bella.Un leve gruñido salio de mi garganta al pensaren ello. —¡Ni siquiera estaba en el lado correcto del continente ! Y mientras tanto, el peorde mis peores temores... — 

Bella a merced de Victoria. Por alguna extraña razón había logrado sobrevivir… A todo….  

—¿Estuviste dando caza a Victoria?—. Dijo desesperadamente alzando un poco la voz.

Presté atención a los ronquidos de su padre, se detuvieron por un momento peroafortunadamente no se despertó.

—No lo hice bien—. Le dije cauteloso.Una extraña expresión asomaba en su rostro, entre indignada y temerosa. —Pero estavez me saldrá mejor—. Le prometí. —Ella no va disfrutar del placer de respirar tranquiladurante mucho tiempo—.

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Pero mis palabras no lograron tranquilizarla como yo esperaba, al contrario, estabamolesta.—Eso... eso queda fuera de consideración — 

Pero ya era demasiado tarde para Victoria, había venido por ella, por mi Bella yseguramente nunca dejaría de ser una amenaza para ella. La única manera de terminar

con el constante peligro sobre Bella sería eliminarla de una vez por todas.—No debí dejarque se me escapara la otra vez, pero ahora no, no después de... —. Apreté fuertementemis puños imaginando a la salvaje hembra riendo de mi con su rojo cabello al viento.

—¿No me acabas de prometer ahora mismo que no me ibas a dejar?—. Preguntó depronto disipando la imagen en mi mente.

Alegó que aquello no era compatible con una larga expedición de rastreo.Y tenía toda la razón, pero ya encontraría alguna solución para ello, encontraría algunasalida.Involuntariamente un gruñido salió de mi pecho. Sin duda que mantendría mipromesa, pero Victoria moriría de todas maneras. De ello no había duda.

—No te precipites—. Dijo Bella con pánico en el rostro. Pensaba que tal vez Victoria novolvería, que tal vez la manada de nuevos licantropos la habían asustado.Pero media docenas de nuevos hombres lobos no asustarian a una vampira experta comolo era Victoria.Lo podía ver en su modus operandi. Entrar, salir. Volver, huir.Probaria una y otra vez hasta que en algún descuido lograra alcanzarla.No podía permitir que eso pasara. Debía detenerla antes.... Y pronto.

—Además, tengo un problema mayor que Victoria—. Agregó Bella.

La mire un momento sin comprenderla, pero después entendí.—Es verdad. Los licántropos son una complicación—.

—No estaba hablando de Jacob—. Dijo un tanto molesta. —Mi problema es bastante másgrande que un puñado de lobos adolescentes en busca de líos—.

Jacob, Jacob…. No paraba de nombrarlo a cada minuto…Imaginé a Bella sonriendo parael, compartiendo sus días. No había duda de su cercanía, uno no le confiesa a cualquieraque es un ser sobrenatural…Quise saber que tan cercana se sentía ella de el. Pero medetuve, no estaba en la condición de exigir explicaciones de ningún tipo.Cerré rabiosamente mis dientes.

—¿De verdad? — Le dije entre dientes, molesto. —Entonces, ¿cuál es tu mayorproblema? Si el hecho de que Victoria vuelva a buscarte te parece algo irrelevante en

comparación, ¿qué puede ser? — 

—Digamos que es el segundo de mis peores problemas—. Dijo evadiendo el asunto.

—De acuerdo—. Contesté esperando sus palabras. Y después de un corto momentocontinuo.

—Hay otros que vendrán a por mí—. Logró decir, su voz era un hilo marcado por elmiedo.

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 Estaba asustada por los Vulturis?Deje escapar un suspiro ante sus miedos infundados.Ella no comprendía. Era ridículo compararlos con un peligro.

—¿Los Vulturis son sólo el segundo de esos problemas?— Le pregunte incredulamente

con una sonrisa.

—No parece que te preocupen mucho — 

Pero pasarían muchos años antes de que ellos volvieran siquiera a recordarnos.Susentido del tiempo es muy distinto cuando tienes la eternidad por delante.—No me sorprendería que hubieras cumplido los treinta antes de que volvieran aacordarse de ti—Le dije despreocupadamente.

Pero mis palabras no lograron tranquilizarla como quería y una mueca de horror se dibujóen su rostro.Traté de tranquilizarla ansiosamente mientras por su mejilla comenzaban a rodar nuevas

lágrimas y le prometí que no dejaría que le hicieran daño.

—Mientras estés aquí—. Me dijo bajando la mirada.

Tomé su rostro entre mis manos suave pero firmemente, obligándole a mirarme a los ojos.Le prometí que nunca la dejaría nuevamente.Ni por un millón de Victorias rabiosas lo haría. Ya encontraríamos la solución, siemprepodríamos contar con mi familia. Ya nunca mas seria un terco, necio y cabeza dura comome había dicho mi familia, siempre podría contar con ellos.

—Pero has dicho treinta —. Dijo Bella mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. —¿Yqué? Te quedarás, pero me dejarás envejecer de todos modos. Muy bonito—.

Hayy mi Bella. No tenía miedo de morir en manos de Vultiris o de vampiras sicópatas, loque ella tenia era envejecer.Pero esa era la única salida para ese problema.

—Eso es exactamente lo que voy a hacer—. Le dije seriamente. —¿Qué otra eleccióntengo? No puedo estar sin ti, pero no voy a destruir tu alma —. No sería responsable de laperdida de su alma eterna.

—Y eso es porque... — Dijo ahora un poco mas tranquila pero no terminó la frase.

—¿Sí? — Le pregunté impacientemente.

Después de un momento, en el cual parecía escoger las palabras, continuó:

—Pero ¿qué pasará cuando me haga tan vieja que la gente piense que soy tu madre? ¿Otu abuela? —. Dijo con voz temblorosa por el miedo que aquello le producía.

Me incline sobre su rostro bebiendo sus exquisitas lágrimas de su rostro.Una tras otra las tragué mientras quemaban mi lengua y mi garganta. Dulces comohechas de la miel mas dulce.

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Pero que envejeciera no me importaba, siempre sería la cosa mas hermosa que hayaexistido en mi mundo. —Claro que...— Dije estremeciéndoos levemente sin poder evitarlofrente a la visión del futuro. Un futuro en el que tal vez yo no tendría cabida. —Si te hacesmayor que yo y necesitas algo más... lo comprenderé, Bella. Te prometo que no mecruzaré en tu camino si alguna vez quieres dejarme—.

El dolor inundó mi ser y no pude continuar.

—Supongo que te das cuenta de que al final también me moriré — Dijo seriamente.

Pero esa decisión ya estaba tomada hace mucho tiempo, la seguiría prontamente. De esono había duda.

Claro que no le parecía muy buena idea a ella, todo el plan lo encontraba un tanto“enfermizo”, pero era el único camino que nos quedaba. 

—Retrocedamos un minuto —. Dijo interrumpiendo mis palabras. —Recuerdas a losVulturis, ¿verdad? No puedo permanecer humana para siempre. Ellos me matarán.

Incluso si no piensan en mí hasta que cumpla los treinta. ¿Crees sinceramente que seolvidarán? —.

—No — Le dije sopesando sus palabras. —No olvidarán. Pero...

—¿Pero? — Volvió a interrumpirme.Sonreí ante su mueca de indignación, pero sus ojosestaban llenos de tristeza.

Yo tenía algunos planes en la cabeza para evitar todo el asunto de los Vultiris. Claro quetodos aquellos se centraban en mantener a Bella sana, salva… y…. humana, claro esta. Y Bella lo sabía y estaba molesta por ello, pero ese asunto estaba fuera de cualquierdiscusión.

Me sentía realmente molesto por su actitud, no comprendía por que se empeñaba enperder su alma de esa manera.

Permanecimos en silencio un momento, mirándonos a los ojos.— ¿Quieres que me vaya?—. Le dije después que separó bruscamente de mi.

Tal Vez por la mañana se mostrara mas serena.Pero su corazón pegó un brinco con mis palabras y dijo que no, que era ella la que semarchaba.

La mire perplejo mientras se bajaba de la cama y caminaba de un lado a otro en vusca,

seguramente, de sus zapatos.

—¿Puedo preguntarte a dónde vas? — 

—Voy a tu casa — Dijo mientras seguía buscando.

Me bajé de su cama y tome los zapatos que estaban en el mismo lugar donde los habíadejado la mañana anterior.

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—Aquí están tus zapatos—. Le dije. —¿Y cómo planeas llegar hasta allí? — 

Ella pensaba hacerlo en su coche y le recordé que seguramente con ello despertaría a supadre. Tal vez con aquellos argumentos la obligara a quedarse en casa, además no teniala mas mínima idea del por que quería ir a casa.

—Ya lo sé, pero para serte sincera, tal como están las cosas, estaré encerrada durantesemanas. ¿Cuántos problemas más me puedo acarrear?—. Me entregó como respuesta.

—Ninguno. Me echará la culpa a mí, no a ti—. Le dije alzando los hombros.

Me retó a darle alguna idea mejor y le dije que se quedara, aunque sabía lo terca que eracuando quería algo. Seguro que aquello no había cambiado.

—Mala suerte, pero ¡adelante! Quédate y siéntete como en tu casa—. Me contestómientras caminaba hacia la puerta.

Me moví rápidamente cerrándole el paso, no quería que su padre se despertará, de

hacerlo debería marcharme y no quería hacerlo, no podría hacerlo.

Me miró amenazante por un momento y se volteó hacia la ventana.No era capaz de leer su mente, pero estaba seguro que saltaría si no la detenía.

—Bien—. Dije derrotado. —Te llevaré.

—Como quieras. De todas maneras, probablemente tú también deberías estar presente—. Me dijo enigmáticamente.

—¿Y eso por qué?—. Le pregunté.

Ella creía que yo tenia opinión para todo.—Y estoy segura de que querrás una oportunidad para hacer alarde de unas cuantas —.

Aun no entendía muy bien a que se refería y ella dijo que este asunto de su humanidad yano era una cosa que solo tuviera que ver con ella o conmigo.Que al estar implicados los Vulturis, era algo que le incumbía también a mi familia y ellostambién debían decidir.

—¿Decir... sobre... qué? — Pregunté recelosamente, no me gustaba el rumbo queestaban tomando sus palabras.

—Sobre mi mortalidad. La voy a someter a votación—.

Me quedé plantado, sin poder moverme.Ahora ella tenía la tonta idea de consultar a mi familia, como si ellos pudieran hacer algoal respecto.

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Noche Eterna, Capítulo 15 

Su Condena 

La negra noche se abría ante nosotros.El bosque nos daba la bienvenida y apesar de sus locas ideas yo era feliz. ¿Y como noserlo?Su cuerpo quemaba mi espalda mientras sus brazos se enredaban en mi cuello y suspiernas en mi cintura.Podía sentir que no tenía miedo.Sin duda había cambiado, pero seguía siendo la misma.Mi Bella.

El viento jugaba con mi cabello y sentía su roce como una caricia.

¿En cuantas oportunidades había deseado esto? Ya no lo recordaba.¿Sería todo aquello un sueño como creía Bella?

Sentí la corriente entre nuestros cuerpos mucho antes que sus labios tocaran mi micuello.Si esto era un sueño, no quería despertar nunca. Y estar así, en este lugar por toda laeternidad.

Gracias—. Le dije mientras me entregaba a la sensacion, disfrutando cada segundo.Tratando de olvidar el porque estábamos aquí y hacia donde nos dirijiamos.—¿Significa eso que has decidido que estás despierta?—.

Pero no lo creía. Es más, era todo lo contrario. Decía que trataría de no despertarse pormenos no esta noche.

Recuperaría su confianza, debía intentarlo, aunque fuera lo último que hiciera en estaexistencia.

—Confío en ti, pero no en mí—. Contestó ella.

¿Qué significaba eso?.Dejé de correr para prestar atención a sus palabras, no sería nada bueno el estrellarmecontra un árbol.Podía ver la casa de mis padres un poco más adelante y verdadera mente no me sentía

muy entusiasmado por llegar ahí.

—Bueno...—. Prosiguió Bella con alguna dificultad para expresarse. —No confío en queyo, por mí misma, reuna méritos suficientes para merecerte. No hay nada en mí capaz deretenerte—.Mis pies se soldaron al suelo, me fue imposible dar un paso más.¿Cómo, por todo lo que más importaba en la tierra, era capas de decir algo como aquello?Suavemente la bajé de mi espalda, manteniéndola en mis brazos, negándome a soltarla.Abrazándola fuertemente contra mi cuerpo, queriendo fundirme en su corazón.

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 —Me retendrás de forma permanente e inquebrantable —. Le dije susurrándole al oído.Le pedí que nunca lo dudara. Siempre me tendría, siempre sería suyo, aun cuando ella yano quisiera estar junto a mi.

Una vez más quise entrar en su mente, saber sus pensamientos y grabar mis palabras

con tinta indeleble.

Recordé que aun tenía algo que aclararme.

—¿El qué? —.

—Cuál era tu gran problema—. No lo dejaría correr tan facilmente.

Pero no contestó a mi pregunta.Solo dijo, tocando mi nariz con su dedo, que debería adivinarlo.

Lo merecía, merecía todas las formas de tortura que Bella quisiera imponerme y sólo

asentí moviendo mi cabeza ya que sin duda yo era peor que los Vultiris para ella.

—Lo peor que los Vulturis pueden hacer es matarme—. Dijo casualmente mientras micuerpo se tensaba involuntariamente.

Ella creía que dejarla era peor que enfrentarse a ellos.

—Los Vulturis o Victoria no pueden hacer nada en comparación con eso—.

No tendría tiempo humano suficiente para compensar lo que le había hecho, nunca meperdonaría a mi mismo y sin duda, jamás, jamás la dejaría nuevamente.Era un verdadero monstruo, un monstruo sacado de la peor de las pesadillas, pero por

alguna extraña razón ella me amaba, aun cuando todo a nuestro alrededor se confabulanpara separarnos.Ella había luchado mientras yo me había rendido.No la merecía, nunca sería suficiente mente digno para estar junto a ella. Pero no dejaríade intentar ser mejor, para ella, por ella.

Acarició mi rostro, mientras me pedía que no estuviera triste.Elaboré la mejor de mis sonrisas para complacerla pero creo que no dio resultado.

—Sólo hay una forma de hacerte ver que no puedo dejarte—. Le dije lastimosamente enun susurro. —Supongo que no hay otro modo de convencerte que el tiempo—.Sonrió amplia y alegremente por mis palabras.

—Vale —. Dijo por respuesta, sin embargo su desenvuelta actitud no lograba calmar miangustia.

—Bueno, ahora que vas a quedarte—. Dijo tratando de distraerme. —¿puedo recuperarmis cosas?—.

—Tus cosas nunca desaparecieron—. Le dije reviviendo aquellos minutos antes demarcharme.

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 Luché por no recordar su llanto mientras se adentraba más y más en el bosque.Tratando de sonreirle confesé que sus cosas estaban bajo las tablas de su dormitorio.

—¿De verdad?—. Agregó Bella en una mezcla de alegría y asombro.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro por respuesta.

—Creo, no estoy segura, pero me pregunto...—. Dijo ahora pensativamente. —Quizá lohe sabido todo el tiempo—.

—¿Qué es lo que sabías?—. Le contesté tratando de ver la respuesta en sus ojos.Dijo que una parte de ella, su subconsciente al parecer, jamás había dejado de creer queme importaba su vida, a pesar de mis palabras en el bosque y que debido a eso era queescuchaba las voces.—¿Voces? —. Pregunté un tanto preocupado.—Bueno, sólo una, la tuya. Es una larga historia—. Mi hermana no me había comentadonada sobre su salud. ¿Sería posible que la hubiera empujado hacia el abismo de la

locura?—Tengo tiempo de sobra—. Le dije impaciente por conocer todos los detalles. Aquelloestaba fuera del campo de Carlisle pero no se negaría a examinarla.—Es bastante patético—. Me dijo mientras la angustia comía mi cerebro. —¿Recuerdas loque dijo Alice sobre los deportes extremos?—.Claro que lo recordaba. —Dijo que lo hacias por diversión—.—Esto... Cierto, y antes que eso, monté en moto.. —.—¿En moto?—. Le dije tratando de no gritar de espanto.Alice no había mencionado nada de eso y verdadera mente me tomó por sorpresa.—Supongo que no le conté a Alice esa parte—. Respondió Bella.—No—. De eso estaba seguro.No podía creer sus palabras pero podía ver lo que le costaba confesar aquello. Cada vez

que hacía algo arriesgado podía escuchar mi voz cuando estaba enfadado. Decía que eratan vivido el recuerdo de ella que parecía que estaba junto a ella.Bajó la mirada paraconfesar que evitaba el pensar en mi la mayoría del tiempo, pero que cuando lo hacía enesas circunstancias el dolor era menos intenso, que era como si volviera para protegerla.—Y bueno, me preguntaba si la razón de que te oyera con tal nitidez no sería que, debajode todo eso, siempre supe no habías dejado de quererme... —.

En es momento podría haber perdido facilmente la cabeza. No podía creer lo que estabadiciendo.

—Tú...—. Logré decir. —…arriesgabas la... vida... para oírme...? — 

Sentía una especie de rabia y frustración. Yo me había alejado de ella para mantenerla asalvo y ¿Que era lo que ella hacia? Arriesgaba ¡Su vida! para oirme, para poder estar junto a mi.—Calla—. Dijo levantando sus manos para tapar mi boca. —Espera un segundo. Creoque estoy teniendo una epifanía en estos momentos... —.

Permaneció callada mirando hacia el bosque sobre mi hombro con los ojos perdidos ypensativos por un momento que me pareció eterno.

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 —¡Vaya! —. Dijo al fin.

Pero el problema es que no dijo nada más y para entonces yo estaba de verdad muynervioso por su extraño comportamiento.

—¿Bella?—. Le llamé impaciente.

—Ya, vale. Lo entiendo—.

—¿En qué consiste tu epifanía...?—. Le pregunté casi demandante.

—Tú… me amas —. Dijo en medio de una radiante sonrisa.

En su rostro pude ver que por fin creía en mis palabras, aunque no estaba seguro comose había dado cuenta de ello, pero sin duda estaba feliz de que lo hiciera y le confirméque lo hacía con todo mi ser.Su corazón comenzó a latir fuertemente mientras me miraba a los ojos y extendía una de

su manos hacia mi rostro para acariciarlo suavemente.Respondí a su caricia tomando el suyo entre mis manos y me incliné sobre ella parabesarla ahora apasionadamente.Suavemente y sin dejar de besarla la dejé en el suelo mientras retrocedíamos hasta quesu cuerpo quedó atrapada entre un gran árbol y el mio.Sus brazos estaban ahora enredados en mi cuello y mis manos siguieron su contornohasta llegar hasta su cintura.Me estremecí junto a ella cuando sintió el frío contacto de mi piel en la suya. Mi boca labesaba sin clemencia y ella respondía a mi ardiente beso.Cuando me fue imposible seguir “respirando” me separé levemente de su cuerpo, un pocoavergonzado por las sensaciones que mi cuerpo expresaba en ese momento.

—¿Sa…bes? Se te… da mejor que a mí—. Le dije tratando de recobrar el aliento.

—¿El… qué?—. Logró decir entrecortadamente ya que también le costaba trabajorespirar.

—Sobrevivir—. Le respondí. Por lo menos ella lo había intentado. Trataba de tener unavida normal día tras día por su padre. Había seguido su camino.

Yo encambio, sin ella no era nada.Traté de relatar mis tortuosos días sin ella.

— No podía estar cerca de mi familia ni de nadie más. Me avergüenza admitir que me

acurrucaba y dejaba que el sufrimiento se apoderara de mí —. Sin duda eso era muchomas patético que escuchar voces.

Sonreí aliviado al ver que su salud mental estaba intacta. Comprendía muy bien a lo quese refería, yo habría dado cuanto tenía por escuchar su voz… en cualquiera que fuera lascircunstancias.

—Sólo una voz—. Agregó Bella levantando su dedo índice.La abracé fuertementemientras emprendíamos nuestra caminata hacia la casa de mis padres.

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 —Por cierto, que en este asunto tan sólo te estoy siguiendo la corriente—. Le dijeseñalando la casa que se alzaba unos metros más adelante. —Lo que ellos digan no meimporta lo más mínimo—.

Pero Bella creía que esto ahora también afectaba a mi familia.

Solo me encogi de hombros como respuesta mientras nos acercábamos a la puerta delporche.Encendí las luces una vez adentro para ella.Mi familia estaba cada uno en sus distracciones. Carlisle estaba en su escritorio y podíaescuchar a mi madre desempacando alguna maleta.Alice y Jasper ya estaba de regreso, mientras que Emmet y Rosalie estaban en su cuarto.Los llamé uno por uno después de ingresar a la estancia.Mi padre fue el primero en bajary en un segundo ya estaba a nuestro lado.

—Bienvenida otra vez, Bella—. Le saludó cariñosamente. —¿Qué podemos hacer por tien plena madrugada? A juzgar por la hora, supongo que no se trata de una simple visitade cortesía, ¿verdad? —.

Bella movió su cabeza en respuesta.

—Me gustaría hablar con todos vosotros enseguida si os parece bien—. Agregando quese trataba de algo importante.

“Supongo que ya estas al tanto de algunas cosas” Me dijo mi padre en su mentemirándome a los ojos.

—Por supuesto—. Le contestó mi padre, pendiente de ella ahora. —¿Por qué nohablamos en la otra habitación? —.

“Tendremos que hablar más adelante de sus nuevos amigos, entre otras cosas” Volvió adecirme mi padre.

Caminamos hacia el comedor mientras mi madre y el resto de mi familia se nos unía.Mi padre le cedió la cabecera de la mesa y el se sentó a su derecha mientras que yo lohice a su izquierda. El resto de mi familia se sentó en sus puestos acostumbrados.

Alice estaba muy contenta de ver a Bella y le sonreía ampliamente. Rosalie estabasorprendida, no creía todo lo que les había contado Alice.

“Wohoo…. y ahora que es lo que pasa Edward” Me decía Emmet con tono jugueton en sumente.Jasper estaba un tanto molesto, Alice le había contado lo de los Licantropos y la

idea no le agradaba mucho.

—Tienes el uso de la palabra—. Le dijo mi padre a Bella.

Su corazón latía fuertemente, y toda mi familia podía escucharlo al igual que yo, lo que nome hacía sentir tranquilo, no después de la última vez que habíamos estado en casa.Por debajo de la mesa tomé su mano y le dí un pequeño apretón para infundirle valormientras miraba a mi familia fieramente.De ahora en adelante, ella era mi primeraprioridad.

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Bella preguntó si ya todos estaban al tanto de lo ocurrido en Volterra y de lo que estaba,según ella, a punto de ocurrir.

Alice le aseguró que todos estaban informados sobre lo sucedido.—Perfecto—. Dijo Bella por respuesta. —Entonces, estamos todos al corriente—.Se produjo un momento de silencio en el cual todos esperaban impacientes sus palabras.—Bueno, tengo un problema—. Continuó.Les dijo que Alice había prometido a los Vulturis convertirla en vampiro y de cómo ellospensaban comprobar si mi hermana había cumplido con su compromiso. Bella pensabaque aquello era muy malo y que era algo que se debía evitar.Que esto era algo que afectaba a cada miembro de mi familia. Al pronunciar estas palabracontemplo a cada uno. Recibí una imagen de Bella tras los ojos cada uno de ellos.No podía creer que fuera tan melodramática, el asunto de los Vulturis no era parapreocuparse…. todavía. 

—No voy a imponerme por la fuerza si no me aceptáis—. Dijo Bella. —, conindependencia de que Alice esté o no dispuesta a convertirme—.

Apreté fuertemente mi mano libre, no comprendía como mi hermana se había ofrecido aconvertirla. Estaba seguro que no tendría la fuerza suficiente para hacerlo y no pensabaarriesgarme a comprobarlo.En ese momento esa misma duda asaltó a mi madre, perocuando estaba a punto de formularla Bella le pidió que la dejara terminar.

—Todos vosotros sabéis lo que quiero y estoy segura de que también conocéis la opiniónde Edward al respecto—. Claro que mi familia estaba al tanto, todos estos problemas losteníamos debido a eso mismo. —Creo que la única forma justa de decidir esto es quetodo el mundo vote. Si decidís no aceptarme, bueno, en tal caso, supongo que tendré quevolver sola a Italia. No puedo permitir que vengan aquí—.

Creo de todas las ideas locas de Bella esta era la mas descabellada de todas. Jamáspermitiría que eso ocurriera. Sin quererlo un gruñido emergió de mi pecho, jamáspermitiría que un Vulturis volvieran a poner un solo dedo sobre ella.

—Así pues—. Continuó Bella exponiendo asiendo caso omiso de mis gruñidos. —Teneden cuenta que en modo alguno os voy a poner en peligro—.

Y fue ahí donde les dijo que quería que todos votaran si debía o no transformarse envampira.

Pero yo había pensado en algunas palabras para disuadir a mi familia y antes que mipadre comenzara con al supuesta votación les dije:

—Un momento—.

Bella me miraba con cara de pocos amigos pero no pensaba condenarla tan facilmente.Apreté un poco más su mano que aun permanecia en la mia y me dispuse debatir suspalabras.—Tengo algo que añadir antes de que votemos. No creo que debamos ponernosdemasiado nerviosos por el peligro al que se refiere Bella—.

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 Hablé mirándoles a los ojos a cada uno de ellos, les hable sobre el por que me habíanegado en un principio a tocar la mano de Aro. Se les había pasado una cosa por alto yno quería que ellos lo descubrieran. Verdaderamente me creí muy listo y sonreíampliamente.—¿Y qué es? —. Me preguntó escepticamente Alice.—Los Vulturis están demasiado seguros de sí mismos, y por un buen motivo—. Le dije atodos. —En realidad, no tienen ningún problema para encontrar a alguien cuando así lodeciden. ¿Os acordáis de Demetri?—. Le pregunté ahora a Bella. Ella se estremeció ytomé aquello como una afirmación.

El poder de Demetri consistía en encontrar a la gente, era un poderoso rastreador, sinduda el mas poderoso que yo habia conosido, debido a eso los vulturis lo mantenian a sulado. Lo había visto claramente cuando estubimos entre ellos. Busqué en sus mente,tratando de encontrar toda la información que me fuera posible. Y así fue como me enteréde cómo funciona su talento.—Es un rastreador mil veces más dotado que James. Su habilidad guarda una ciertarelación con lo que Aro o yo hacemos. Capta el... gusto... No sé cómo describirlo. .. La

clave, la esencia de la mente de una persona y entonces la sigue. Funciona incluso aenormes distancias. Pero después de los pequeños experimentos de Aro, bueno... —. Mealcé de hombros esperando que todos vieran mi punto de vista.

—Crees que no va a ser capaz de localizarme —. Dijo Bella tristemente.

Estaba seguro de aquello. Demetri confiaba ciegamente en su don. —Si eso no funcionacontigo, en lo que a ti respecta, se han quedado ciegos—. Les dije muy seguro.—¿Y qué resuelve eso?—. Aunque Bella seguía sin entender.—Casi todo, obviamente—.Alice vería cuando los Vulturis pensaran visitarnos y de esa forma podríamos esconder aBella. De esa forma quedarían impotentes. ¡Sería como una aguja en un pajar! Concluí

casi euforicamente, todo era tan claro, tan fácil. De esta manera todos estaríamos felicesy a salvo.“Siii”. Pensó Emmett. “Y si se les ocurre molestar mas de lo debido, pues estaremoscontentos de patear sus traseros”.

—Te pueden encontrar a ti—. Dijo Bella.El más complacido con mi plan era mi hermano, creía que era un plan estupendo y metendió el puño para celebrar.

“Genial idea Edward, ya estoy queriendo que vengan por estos lados”. Volvió a decir ensu mente.

 Aunque la reacción del resto de mi familia era un tanto diferente… 

Rosalie negaba de plano, mientras que Bella pensaba que era absurdo.Jasper por otro lado coincidia con nosotros, pero para Alice eramos solo unosidiotas.Esme estaba preocupada, no quería vernos envueltos en un enfrentamiento conellos. Además pensaba que no daría resultado. Ella estaba al tanto de todo lo que puedenhacer los Vulturis.

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 Bella se puso de pie para hablar. Diciendo que yo había propuesto una alternativa al plany pedía que votáramos.—¿Quieres que me una a tu familia?—. Me preguntó en primer lugar.Pero yo no quería que fuera de esta forma, quería que siguiera siendo humana porsiempre.

Bueno por lo menos que su alma permaneciera por siempre intacta. Por respuesta a mispalabras ella solo asintió sin demostrar emocion alguna y continuo con mi familia.

 Alice contestó lo mas obvio del mundo, contesto que “Si”. Jasper también contestó que “Si”. Sin duda que lo hacía por amor a Alice. Sabía que Rosalie estaría de mi lado, o mejor dicho, votaría como yo.

 Aunque dudó un momento contestó que “No” —Déjame explicarme—. Le pidió cuando Bella reanudaba la votación. —Quiero decir queno tengo ninguna aversión hacia ti como posible hermana, es sólo que... Esta no es laclase de vida que hubiera elegido para mí misma. Me hubiera gustado que en esemomento alguien hubiera votado «no» por mí—.

Y vi que era verdad. Rosalie era feliz siendo una de los nuestros pero en el fondo de su

corazón anelaba la humanidad casi tanto como yo la deseo para Bella.

La votación prosiguio con Emmett y aunque mi hermano se había mostrado complacidocon mi plan inicial dejó escapar un eufórico. ¡Rayos, sí! , esbozando una amplia sonrisa.

—Ya encontraremos otra forma de provocar una lucha con ese Demetri—.

La respuesta de mi madre tampoco me sorprendió ya que ella hace mucho tiempo queconsideraba parte de la familia a Bella.

Intercambiaron cariñosas mirada y después de agradecerle Bella continuó con mi padre.De todas las opiniones la de el era la única que verdadera mente me importaba. Estaba

seguro que mi padre compartiría mi punto de vista.

Pero mi padre opinaba esta vez igual que Alice y los otros traidores.Creía que mi actitud era necia y que todos mis problemas se solucionarían si Bella era deuna vez, igual a todos nosotros.

—Edward—. Me llamó expectante cuando llegó su turno.

“Lo siento hijo. Verdaderamente no veo otra salida para este problema” 

—No—. Le contesté mostrándole mis dientes.

—Es la única vía que tiene sentido—. Me dijo ahora en voz alta. —Has elegido no vivir sinella, y eso no me deja alternativa—.

Solté la mano de Bella y salí del comedor demasiado indignado para pronunciar palabraalguna.El amplio espacio de la sala me parecía ahora demasiado pequeño.No era como creía mi padre, yo no había elegido vivir sin ella, era simplemente que nopodía hacerlo. ¿Era tan difícil de comprender?

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 La rabia nublaba mi mente. Toda la sala daba vueltas mientras trataba de encontraralguna salida, alguna manera de detener lo que estaba a punto de suceder.Con mis puños golpeaba mi cabeza.No podía permitir que fuera condenada sin dar pelea, si ella no lo hacia era mi deberhacerlo.

Giré consumido por la rabia y sin pensarlo, completa mente descontrolado tomé eltelevisor de plasma de 16 pulgadas que mis padres había traído desde Corea y lo tiré alotro lado de la habitación.

—Bueno, Alice—. Dijo Bella en el comedor —¿Dónde quieres que lo hagamos?—.

Todo estaba fuera de foco, corrí hacia ella y un segundo mas tarde me encontraba casisobre ella.

—¡No! ¡No! ¡NO!—. Le dije fieramente.No permitiría que mi hermana lo hiciera, además que no podría hacerlo, no hacia falta verel futuro para saber lo que pasaría.

Como no entendía Bella lo que hacia, se condenaba, se condenaba por toda la eternidad,por que no podía verlo?

—¿Estás loca? ¿Has perdido el juicio?—. Le grité ahora, incapaz de controlarme. Peroella solo retrocedió tapándose los oídos.

Alice estaba consiente de sus limitaciones y tenía miedo de fallar, sin duda no estabapreparada para hacer algo como eso.

—Lo prometiste —. Le recriminaba Bella.

Tal vez podría recurrir a su falta de experiencia, tal vez no todo estaba perdido.

—Lo sé, pero... Bella, de verdad, no sé cómo hacerlo sin matarte—. Le contesto Aliceconfirmando mi teoría.

Bella la alentaba mientras que yo lanzaba gruñidos amenazantes.Gruñidos que dieron resultado ya que Alice negó con la cabeza mientras retrocedía unospasos, se encontraba muy atemorizada.

—¿Carlisle?—. Llamó Bella.

No porfavor, mi padre no.

Todo se salia fuera de control, nada podría hacer para detener a mi padre si el accedía ahacerlo.Me interpuse entre ambos y sostuve su rostro con una de mis manos fuertemente,obligándole a mirarme mientras extendía la otra tratando de detener a mi padre que seacercaba a ella.

—Soy capaz de hacerlo—. Le contestó este a mis espaldas . — No corres peligro de queyo pierda el control—.

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 Traté de contener el temblor de mis manos, la estaba perdiendo. Me negaba a que todoterminara de esta manera. En mi propia casa, transformada por mi propio padre.

Pero Bella estaba complacida con la idea de ser transformada por mi padre ydesesperadamente traté que recapacitara.

—Espera—. Le pedí entre dientes, ahogando los gritos y la desesperación. —No tiene porqué ser ahora—.

Ella no creía que hubieran razones para no hacerlo ahora pero a mi se me ocurrían unacuantas.—Naturalmente que sí—. Me contestó indiferente. —Ahora, aléjate de mí—.

Solté su rostro y me crucé de brazos mientras mi mente trabajaba rápidamente, buscandolas palabras adecuadas.

—Charlie va a venir a buscarte aquí dentro de tres horas—. Le dije sin mirarla y hablando

para los demás también. —No me extrañaría que trajera a sus ayudantes. Vendrá con lostres—.Hice una pausa para escuchar sus reacciones.

Mi padre ya no estaba tan seguro de transformala ahora y seguí exponiendo mi alegatoente dientes, demasiado furioso para hablar normalmente.

—Sugiero que pospongamos esta conversación en aras de seguir pasandodesapercibidos—. Le dije directamente a mi padre. —Al menos, hasta que Bella termine elinstituto y se marche de casa de Charlie—.

—Es una petición razonable, Bella—. Contestó mi padre.

Bella pensó un momento en nuestras palabras y frunciendo hermosamente los labios dijoque lo consideraría.

Dejé escapar un suspiro. No podía creer lo cerca que había estado. Mi mandíbula serelajó y logré decirle casi normalmente que era mejor que la llevará a su casa. No fueraque por alguna extraña razón se le ocurriera argumentar cualquier otra cosa.

—Sólo por si Charlie se despierta pronto—. Le dije para terminar de convencerla.

Bella se volteó hacia mi padre y le preguntó:—¿Después de la graduación? —.

Y mi padre le dio su palabra.Ella respiró hondo y en medio de una sonrisa me dijo que ya podíamos marcharnos.

Me planté frente a ella y la tomé por la cintura, levantandola levemente. No quería queviera el desastre que había dejado en la estancia.Emmett estaría verdaderamente inconsolable, el modelo no estaba disponible en el país ydeberían viajar por otro o esperar a que llegaran.

El bosque y la brisa terminaron de componer mi animo.

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Me sentí mucho mas tranquilo mientras nos alejábamos de mi casa.Dejé que Bella trepara a mi espalda y reanudamos en silencio el trayecto hacia su casa.Solo algunos meses.Eso era lo que le quedaba de humanidad. ¿Que vivencias puede tener en ese tiempo?No asistiría a la Universidad, no experimentaría su adolescencia.La fecha estaba marcada, pero no todo estaba perdido.

Eso era. Debía mantener las esperanzas. Siempre había algo que se pudiera hacer. Nome rendiría hasta que todo estuviera completamente perdido. Solo ahí dejaría de lucharpor ella, por su humanidad y su alma.

Sin disminuir la velocidad ingresé por su ventana y la dejé sobre su cama.Ahora lo más inmediato era tratar de aplazar la fecha, lo otro después se vería.Como un león enjaulado caminé de un lado a otro en su habitación, devanandome lossesos.Debía tratar de negociar esto de los plazos. La graduación estaba practicamente ala vuelta de la esquina.

—Sea lo que sea lo que estés maquinando, no va a funcionar—. Me dijo Bella

distrayéndome un poco con su intuición.

—Calla. Estoy pensando—. Le contesté lanzándole una mirada solapada sin dejar decaminar.—¡Bah!—. Dijo mientras se tumbaba en la cama y se cubría con el edredón.Caminé hacia ella y tiré de la manta mientras me recostaba junto a ella en su cama.—Si no te importa, preferiría que no ocultaras la cara debajo de las mantas—. Le dijemientras acariciaba su cabello. —He vivido sin ella tanto como podía soportar; y ahora,dime una cosa—.—¿Qué? —. Preguntó un poco molesta.—Si yo te ofresiera cumplir cualquier deceo que tu quisieras, cualquier cosa, ¿quépedirías?—. Le pregunté.

—A ti—. Me contestó.Verdaderamente no se podía hablar nada serio con ella.—Algo que no tengas ya—. Le dije con impaciencia.Bella lo pensó detenidamente y me sentí mejor al ver que tomaba ahora en serio mispalabras.Estaba dispuesto a darle todo lo que quisiera, aunque fuera extraño, excentrico oinalcanzable, no escatimaría recursos para lograr que se diera más tiempo como humana.—Me gustaría que no tuviera que hacerlo Carlisle...—. Dijo después de unos minutos. —Desearía que fueras tú quien me transformara—.“Auch”.... Aquello… estaba un poco fuera de mis planes… pero si después de todo y apesar de todos mis esfuerzos, cuando fuera una verdadera obligación, por ella, por mifamilia, por todos… creo que también quisiera que mi veneno corriera por sus venas por

siempre.Pero… ¡SOLO!... cuando no quedara más salida. 

—¿Qué estarías dispuesta a dar a cambio de eso?—. Le dije calculando su respuesta.

Los ojos de Bella brillaron de pronto y soltó las palabras que esperaba oir.—Cualquier cosa—.

¿Por que no siempre podía ser igual de predecible? Creo que todo sería mucho mas

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sencillo.Traté de no mostrar mis emociones. Contuve la enorme sonrisa que luchaba pordibujarse en mis labios y comencé con la puja:—¿Cinco años?—. Lancé de una vez de ahí podría ir negociando.Y como supuse, a Bella no le pareció para nada una buena idea el esperar tantos años,según ella.Pero había dicho «cualquier cosa».—Sí, pero vas a usar el tiempo para encontrar la forma de escabullirte. He de aprovechar

la ocasión ahora que se presenta. Además, es demasiado peligroso ser sólo un serhumano, al menos para mí. Así que, cualquier cosa menos eso—.¿Como que «todo menos eso»? Y claro que usaría el tiempo, pero no para “escabullirme”,como si yo fuera una cucaracha o algo por el estilo.—¿Tres años?—. Seguí negociando.—¡No!—. Lanzo Bella cruzando sus brazos sobre su pecho como una niña malcriada.—¿Es que no te merece la pena?—. Pregunte un tanto molesto ahora.Pero no debíamolestarme, con ello solo conseguiría que Bella se encaprichara aun más con el asunto.—¿Seis meses?—. Me dijo sin mirarme.¿Que eran seis meses? ¿Que podía hacer en seis meses? No era bastante. Seis mesesestaba completamente fuera de discusión.—En ese caso, un año—. Dijo contraatacando. —Ése es mi límite—.

Ok… Recapitulemos… ¿En que momento había perdido el control sobre este asunto? Sesuponía que yo estaba transando los tiempos y todo eso…. —Concédeme dos al menos—. Le dije casi suplicante.Pero Bella no estaba dispuesta.—Voy a cumplir diecinueve, pero no pienso acercarme ni una pizca a los veinte—. Dijoque si yo tendría menos de veinte para siempre, ella también los tendría.Y por primera vez pensé sería y detenidamente en eso de “convertirla”. Los Vutiris eventualmente vendrían o enviarían a alguien. Carlisle ya había accedido ¿Yque podía hacer… raptarla? Como si se pudiera obligar a algo a Bella. 

—De acuerdo—. Le dije pensando en como aprovechar lo que tenía en contra. —Olvídatede los límites de tiempo. Si quieres que sea yo quien lo haga, tendrás que aceptar otra

condición—. Si las cosas debían ser así, se harían a “Mi” manera. Y lo hariamos de la manera correcta… por lo menos, correcta segun mi punto de vista. 

—¿Condición?. ¿Qué condición? — 

Ahora estaba completamente seguro. De pronto todo parecía más fácil, sin embargo mesentí repentinamente nervioso.—Casarte conmigo primero—. Le dije mirándole a los ojos.Pero Bella no contesto.Solo se quedó ahí, en silencio por un momento. Esperando no se que cosa.No recuerdo en que momento yo había dejado de respirar, pero solo volví a hacerlocuando ella por sin habló.

—Vale, ¿cuál es el chiste?—.—Hieres mi ego, Bella. Te pido que te cases conmigo y tú piensas que es un chiste —. Ledije más lastimado de lo que le había dejado ver mientras que ella me pedía que fueraserio.

Le dije que mis palabras eran verdaderas pero ella seguía sin creerme.Casi histérica me recordó que tenía dieciocho años, pero no le pedía que nos casáramosmañana….

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Además yo estaba casi por cumplir cinto diez años y era hora de sentar cabeza.

Bella desvió la mirada sin contestarme.No me sorprendía el que no quisiera casarse, no después de todo lo que me habíacontado sobre el matrimonio de sus padres. Pero por mi parte tenía muy buen ejemplosobre ese asunto.

Clarlisle y Esme llevaban casi ochenta años juntos y aun se aman. Estaba seguro que connosotros seria de igual manera.—Verás, el matrimonio no figura precisamente en la lista de mis prioridades, ¿sabes? Fuealgo así como el beso de la muerte para Renée y Charlie—.—Interesante elección de palabras—. Le contesté pensando un poco en sus palabras.—Sabes a qué me refiero—.Me negaba a creer que tuviera miedo al compromiso. Además no entendía muy bien todoaquello. ¿Acaso no quería transformarse para estar junto a mi toda la eternidad? ¿Y si eraasí entonces por que no quería casarse con migo?.—No es eso exactamente—. Contestó a la defensiva.Al parecer temia la opinión de su madre. Según Bella, ella tenía convicciones muyprofundas contra el matrimonio antes de los treinta, Sin embargo no había visto nada en

su mente aquella…. vez….. en el hospital…… 

Tenía la certeza que todo aquello solo eran escusas para no aceptar mi propuesta,porque eso era en definitiva lo que ella estaba haciendo, estaba rechazándome.

—Preferiría que te convirtieras en una eterna maldita antes que en una mujer casada—.Le dije riendo pero sin alegría, mas bien con pena.

Le había propuesto la idea con el fin de disuadirla sobre todo este asunto de ser vampira,pero creo no me esperaba una reacción como la que estaba teniendo.Creo que sin quererlo, esperaba que ella saltara de felicidad y aceptara de inmediato.Eso me habría hecho inmensamente feliz.

Sin buscarlo, había sacado las palabras que verdaderamente guardaba en mi corazón.Quería, anelaba que Bella fuera mi esposa.

—Te crees muy gracioso—. Dijo Bella como respuesta a mis quejas sobre su madre.

Traté de explicarle que no había comparacion entre el nivel de compromiso entra la uniónmarital y el renunciar a su alma inmortal a cambio de convertirse en un maldito vampiropor todo la eternidad.—Si no tienes valor suficiente para casarte conmigo, entonces... —.Entonces no permitiría que mi padre la transformara. Pero Bella no me permitió deciraquellas últimas palabras ya que me interrumpió para decir desafiantemente:

—¿Qué pasaría si lo hiciera? ¿Y si te dijera que me llevaras a Las Vegas ahora mismo?¿Sería vampiro en tres días? —.

Claro que eso nunca pasaría, pero seguí su juego, divertido por sus palabras.—Seguro. Voy por mi coche—. Le dije ahogando una carcajada.Me incorporé rápidamente de la cama caminando hacia la ventana.

—¡Caray!—. Soltó Bella. —Te daré dieciocho meses—.

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Me detuve al medio de la habitación y sin voltearme le dije que no había trato. Seguro quepodía llegar hasta los dos años.—Me gusta esta condición—. Le dije ahora volteandome al hablar.

—Perfecto—. Dijo cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado. —Tendré queconformarme con Carlisle después de la graduación—.

—Si es eso lo que realmente quieres... —. Le dije mostrándome indiferente y dedicándolela más “ deslumbrante” de mis sonrisas.Sabía perfectamente cuando deseaba que yo mismo la transformara.Si. era verdad, estaba jugando sucio pero como dice el dicho…. “En la guerra y enamor…. todo se vale” Y ahora esto era una guerra, una guerra por salvar su alma. 

Bella se quejaba de que yo era imposible, que era un monstruo y me pregunté si laverdadera razón por la cual no quería casarse con migo era esa misma… El que yo fueraun monstruo.Caminé hacia ella, hasta su cama y me incliné sobre ella. Muy cerca contemplando sushermosos ojos que ahora parecían mas grandes que nunca.

Parpadeó varias veces nerviosamente.—Bella, ¿por favor... ?—. Le dije suavemente. Extrañaría aquellas reacciones, extrañaríael exquisito rubor que subía por su rostro.Extrañaría que olvidara respirar cada vez que me acercaba un poco más a ella. Sinembargo también quería que aceptara mi propuesta. Es verdad que no había sido unapropuesta como correspondía pero de todas maneras contaba.

—¿Saldría esto mejor si me dieras tiempo para conseguir un anillo?—. Le dije pensandoel anillo perfecto para ella.

—¡No! ¡Nada de anillos!—. Contestó casi gritando.

No lo podía creer.Había logrado despertar a su padre. El se desperesó sobre la cama y de dispuso alevantarse.—Será mejor que me vaya—. Le dije tristemente.Quería estar con ella, aunque fuera para discutir pero quería estar con ella, pero Bellatampoco quería estar lejos de mi y como siempre, terminé metido en su armario.

El Jefe Swan no demoró en llegar a la habitación.Y suavemente trató de abrir la puerta.Bella le saludó con un simple “Buenos días” Me sorprendió su actitud desembuelta al hablar. Pensé que le pediría disculpas o algo porel estilo pero parecía como si tratara de pasar por algo el hecho de fugarse de casa.

—Espera—. Le dijo su padre cuando ella bajaba de la cama para ducharse. —Hablemosprimero un minuto. Estás metida en un lío, ya lo sabes—.—Sí, lo sé—. Le contestó.

Su padre estaba muy molesto, había sufrido verdaderamente estos último días. No solohabía tenido que enfrentar el funeral de su buen amigo Harry, además había tenido quevivir con la incertidumbre de no saber el paradero de su hija.Por un momento me puse ensus zapatos y me sentí muy mal por el.

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 —Jacob sólo pudo decirme que te habías ido pitando con Alice Cullen y que pensaba quetenías problemas. No me dejaste un número ni telefoneaste. No sabía dónde estabas nicuándo ibas a volver, si es que ibas a volver. ¿Tienes alguna idea de cómo... ? — Se detuvo un momento para tomar aire ya que no había respirado ni una sola vez desdeque había empesado a hablar.No podía ver su cara ya que encontraba de espaldas al

armario, pero por su tono de voz, comprendí que decir esas palabras le estaba costandogran trabajo.—¿Puedes darme algún motivo por el que no deba enviarte a Jacksonville este trimestre?— Prosiguió amenazante.Pero la reacción de Bella creo que nos tomó a los dos desprevenidos.Se sentó en la cama muy resuelta, se cubrió con el edredón con un movimiento un tantoviolento y le contestó:

—Porque no quiero ir—.

Supongo que a esas alturas su padre estaba ahora muy, pero muy molesto.

Era dificil tratar de leer sus pensamiento, imágenes, sombras, solo pequeños fragmentosde sus pensamientos.Pero lo que lograba ver me demostraba que en todos estos mesesque llevaban juntos, Bella jamás le había hecho frente de esta manera.Sin duda queestaba un tanto sorprendido.

Trató sin éxito de retomar su rol de padre, pero Bella no le daba respiro.

—Espera, papá, acepto completamente la responsabilidad de mis actos y tienes derechoa castigarme todo el tiempo que quieras—. Le dijo Bella seca pero firmemente.

Haría las tareas domesticas, hasta que Charli pensara que ya era suficiente castigo.

—Y supongo que estás en tu derecho de ponerme de patitas en la calle, pero eso no haráque vaya a Florida—.

Su padre ahora tenía serias complicaciones para respirar y mantenía sus puñosapretados. Creí que explotaría en cualquier momento.Pero después de inhalar profundamente en repetidas oportunidades logró formular laspreguntas para las cuales no estábamos preparados.

—¿Te importaría explicar dónde has estado? —.

Bella comenzó a balbucear nerviosamente tratando de contarle lo que había sucedido, amedias claro esta.

Me tapé la boca ahogando la risa que me provocaba la escena.Bella se veía tan nerviosa y su boca articulaba palabras sin sentido.Sin embargo yo también había sentido aquella desesperación. Compartía su angustia, supreocupación… Pobre Charly. 

Para entonces Bella había terminado de explicarle, lo mejor que pudo el asunto del viaje ylo que gatillo todo el problema.

—¿Intentabas suicidarte, Bella? —. Le preguntó casi en un grito su padre.

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 Bella le aclaró que solo se estaba divirtiendo con… con… Jacob Black… practicando saltode acantilado. De solo imaginar aquello sentí un escalofrío recorriendo mi espalda.

—Los chicos de La Push lo hacen continuamente. Lo que te dije, no fue nada—.

Pero en vez de tranquilizarlo sus palabras, parecía como si causaran el efecto contrario.

—De todos modos, ¿qué importa Edward Cullen?—. Le dijo furioso. —Te ha dejado aquítirada todo este tiempo sin decirte ni una palabra—.

Bella me defendió frente a su padre, como si fuera posible defender lo indefendible.Merecía su desprecio y no le gustó la idea de que volviéramos a Forks.Le pedía que se alejara de mi, que no le convenía, que no confiaba en mi.

—No quiero que vuelva a arruinarte la vida de ese modo—. Le dijo casi suplicante.

—Perfecto —. Contestó Bella.

Eso estaba bien, supongo. Sin duda que era lo más sensato de su parte pero estabaseguro que no lo haría.¿Eso era lo que ella quería? Que fueramos amantes en secreto. Sin duda que no podríahacerlo, no ahora que la tenia de vuelta.Pero después de un momento Bella nos aclaró ese “Perfecto”. 

—Lo que pretendía decir es: «Perfecto. Me iré de casa»—.

Los dos estaban que echaban humos. Afortunada mente Bella recapacitó y empezó arelajar su actitud.

—Papá, no deseo irme de casa—. Le dijo ahora mucho mas tranquila y conciliadora. —Te

quiero y sé que estás preocupado, pero en esto vas a tener que confiar en mí. Y tomartelas cosas con más calma en lo que respecta a Edward, si quieres que me quede.¿Quieres o no quieres que viva aquí? — 

Wow… tendría que cuidarme de aquel tono, seguro que obtendría cualquier cosa de mi silo utilizaba con migo.

Su padre respondió a sus suaves palabras y el también se tranquilizo.Decía que no era justo que ella lo chantajeara de esa manera, no quería que se marchara.

—Entonces, pórtate bien con Edward, ya que él va a estar donde yo esté —. Le dijo ahorafirmemente.

Pero su padre seguía convencido de su aversión hacia mi y le dijo que bajo su techo no loharía.—Mira, no voy a darte ningún ultimátum más esta noche, bueno, más bien esta mañana.Piénsatelo durante un par de días, ¿vale? Pero ten siempre presente que Edward y yovamos en el mismo paquete, es un acuerdo global—.Su padre trató inútilmente de debatir sus palabras pero Bella no le permitio seguirhablando.Le pidió que lo pensara.

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—Y mientras lo haces, ¿te importaría darme un poquito de intimidad? De verdad, necesitouna ducha—.Y eso fue todo lo que su padre pudo hacer.Me sentía terrible al pensar que todos aquellos malos ratos eran por mi causa, por miceguera. Por no poder ver lo que realmente pasaba.Por mi sordera al no escuchar a las personas que me aman.

Y por mi estúpida manía de creer que siempre tenía la razón.

Su padre salió de la habitación en medio de un gran portazo. Apenas bajó un par deescalones salí de armario y me senté sobre su silla.

Bella al verme se disculpó en un susurro, pero el único que debía disculparse era yo.Le pedí que no se molestara con su padre, si debía estar enojada era con migo no con supadre que solo trataba de protegerla.

—No te preocupes por eso—. Me dijo aun nerviosa por la discusión, mientras iba por sucuarto agarrando cosas. —Haré todo lo que sea necesario y nada más. ¿O intentasdecirme que no tengo ningún lugar adonde acudir? —.

Dejó de moverse y se detuvo en el centro del dormitorio para mirarme ahora directamentea los ojos.

—¿Te mudarías a una casa llena de vampiros? —. Le pregunte aun sabiendo larespuesta.Ella creía que sería el lugar más seguro para alguien como ella.—Además, no hay necesidad de apurar el plazo de la graduación si Charlie me pone depatitas en la calle, ¿a que no? —.

Mi cuerpo se tensó al oír sus palabras.No entendía su deseo por morir tan joven.Por que eso era lo que en realidad haría,

moriría.Su vida estaría vinculada eternamente a la noche o sujeta al estado del tiempo.Luchando, luchando día a día contra la sed.Contra una sed que solo se logra vencer con la muerte de un inocente, de un débil, de undesprotegido.Aunque no nos alimentemos de humanos no significa que no deseemos hacerlo, el deseoesta escondido, subyugado, dominado casi por completo.Nuestros demonios estan atados a nuestra conciencia, pero aun así existen.No dejan de existir nunca y nos acompañan para siempre.Me negaba a que se cumpliera su condena, aun cuando quisiera tenerla junto a mi porsiempre.—Menudas ganas tienes de condenarte eternamente—. Le dije, tratando inútilmente una

vez mas que comprendiera lo que realmente arriesgaba.

—Sabes que en realidad no crees lo que dices—.

—¿Ah, no?—. Le dije deteniendo el balanceo de la silla sin dejar de mirarla.—No—.¿Cómo podía decir eso? ¿Qué creía que yo estaba tratando de hacer todo este tiempo?.— Y se puede…—. Logré decir porque ella me interrumpió.

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Me habló de lo sucedido en Volterra cuando me detuvo justo antes de salir a los rayos delsol.Yo había pensado que estaba muerto y que ella estaba junto a mi.—Dijiste: “Asombroso. Carlisle tenía razón”. Después de todo, sigues teniendo laesperanza—.Me quedé ahí, casi con la boca abierta por el asombro. No podía creer que me atacaracon eso, sin duda que no era justo.Pero tenía razón. Busqué mi muerte con el fin de

seguirla a donde fuera, aun sin ilusiones al respecto. Había creído, a punta dedesesperanza que si existía una vida después de nuestra muerte y que la viviríamos

 juntos al igual que esta.—De modo que los dos vamos a ser optimistas, ¿vale?—. Me dijo seriamente. —No esimportante. No necesito el cielo si tú no puedes ir a él—.

Sus palabras eran necias, ridículas.Sin duda que era lo mas tonto que había escuchado en toda mi existencia.Pero juraría que mi corazón dio un pálpito cuando terminó de hablar.Escuche sus palabras como un creyente que asiste a la iglesia, como un sediento queescucha un río cercano.La escuche como un hombre enamorado.

Lentamente camine hacia ella, con todo mi amor mas intenso y fuerte que nunca.Tomé su rostro entre mis manos, sin dejar de sentirme estupidamente feliz.

—Para siempre —. Le prometí mirándola a los ojos.

Había abierto mi ser para ella y ahora eramos uno.Nunca me permitiría volver a perderla.Nunca le daría la chance al destino para alejarme nuevamente de ella.Pelearía por ella, ya nunca mas sería un cobarde y un temeroso del destino.Nunca mas estaría temeroso de lo bueno o lo malo.

Vi su rostro acercarse hacia el mio.

Incline mi cuerpo permitiéndole llegar hasta mis labios y sentí su contacto y sus manoscontra mi pecho.

Solo Bella junto a mi sin importar el resto o el mañana.Solo ella por siempre.

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Noche Eterna, Capítulo 16 

Un nuevo Comienzo 

No sabía lo realmente hambriento que estaba hasta que sentí la tibia sangre inundandomi boca.Aunque en un comienzo me pareció un tanto insípida, mi lengua vibró al contacto de susuave textura.Mi cuerpo se fue llenando de vida, calentando lentamente.

Dos dias su padre la mantuvo enserrada, sin importarle mucho que perdiera clases.Bella no protestó, aceptó sin levantar la cabeza su tan merecido castigo, a lo cual supadre se mostró internamente mas que complasido.Dos días habíamos pasado juntos, solos en la intimidad de su dormitorio.Hablando, mirándonos a los ojos, memorizando nuevamente nuestros cuerpos.

Descubríen mi, que la separación había producido un extraño y nuevo cambio.Su olor me parecia ahora mucho mas intenso que antes, pero por alguna extraña razónme resultaba mas…. soportable. Lamentablemente descubrí otro inconveniente.Cada vez que me acercaba a ella, sentía el ardiente deseo de… bueno… de hacerla…“Mía”. 

Bastaba que pusiera mis manos en sus caderas o que sus besos fueran un poco masintensos para que comenzara a correr por mi cuerpo el alocado flujo de sangre por todomi cuerpo.Entonces mis manos se volvian ambiciosas y querían recorrer su figura, atraerla hacia miun poco más.Intentando fundirnos en uno solo.Entonces me desprendía de ella ocultando los signos inconfundibles de mi deseo sexualhacia ella.Sabía perfectamente, mi lado pensante y racional que aquello sería casi tan malo como eltransformarla.Ahora era mi prometida y debía sobre todas las cosas respetarla hasta que llegaramos

 juntos hasta el altar.Eramos, en esta matería, iguales.Me sentía feliz que juntos tomados de las manos nos presentaramos, algun día, ante dioso lo que fuera en igualdad de condiciones.Seguramente que aquello contaría en algo. No pagaría mis pecados anteriores, pero nosumaría otro a mi ya tan extensa lista.Pero una cosa era lo que decia mi cerebro pensante y otra muy diferente era lo queclamaba mi cuerpo, mi instinto y mi deseo de hombre.

Alice y Emmett se habían casando de llamarme desde los alrededores de la casa deBella, y en la noche de nuestro segundo día, el mismo Carlisle fue por mi.

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 "Se razonable hijo" . Me dijo en su mente. "Tus hermanos se pueden quedar aquí si noquieres dejarla sola".

Me sentía intranquilo, nervioso. Victoria podría venir por ella, en cualquier momento.Pero tenían razón y terminé cediendo.

Después de todo Bella dormía plácida y profundamente, tal vez, si era lo suficientementerápido, podría volver antes de que la aurora golpeara a su ventana.

Cuando terminé con el tercer ciervo me sentí listo para enfrentar cualquier cosa.Habían pasado tres semanas y tres días desde la última vez que me había alimentado.Sin lugar a dudas el periodo mas extenso en cual habia ayunado.

—Estoy seguro que estos nuevos licántropos respetaran el tratado de los viejosQuileutes—. Me comentó mi padre mientras volvíamos.

—Sin embargo—. Le dije. —Tenemos que estar alerta—.

Deberíamos reanudar las rondas y sobre todas las cosas no bajar la guardia, no ahora.Y así transcurrieron las semanas.Fue fácil retomar el ritmo, fue fácil volver a nuestra vida humana. La comunidad recibió ami padre con los brazos abiertos y en un par de días pudimos tambien volver al instituto.Me había propuesto firmemente no dejar sola a Bella en ninguna circunstancia y ahoracompartiamos cada una de nuestras clases.

Bella también retomó su vida, el trabajo, el instituto.No me conformaba con el hecho que ella perdiera la opción de ir a la Universidad y todoslos días le llevaba formularios para las postulaciones.El ser una vampira no le impediría ser una vampira educada.De una u otra manera entraría a la universidad, aunque tuviera que sobornar a todos los

encargados de las postulaciones.

Su padre por otro lado, seguia molesto y solo le estaban permitidas las salidas obligadasal trabajo o las relacionadas al instituto.Sin embargo eramos felices, el uno con el otro en aquel arresto domiciliario.

El Jefe Swan aceptó a regañadientes el ultimátum que le dió su hija y terminó cediendo amis visitas diarias. Sin embargo y sin dudarlo justo a las nueve en punto me ponía depatitas en la calle.

Trataba entonces de poner mi mejor cara de martir mientras caminaba hacia la puerta.Charli se quedaba justo detrás de Bella mientras ella se ponía en puntillas para rozar mis

labios como despedida.

—Será mejor que entres de una vez Bella—. Le decía impaciente.

Le susurraba al oído que la amaba y ella me recordaba que me estaría esperando, comosi me fuera posible olvidarlo.

Ell me perdonó completamente.Nunca tenía para mi alguna palabra que me recordara aquellos meses, algún reproche.

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Pero a pesar de que era feliz nuevamente, habían días en que podía ver en sus ojos quealgo no estaba bien.Sentía entonces una gran angustia.Ella nada decía, pero no eran necesarias las palabras. Sabía perfectamente que su penatenía nombre y apellido.Cada vez que nombraba a su “amigo” licántropo, trataba de poner mi mejor cara, pero me

era imposible.No estaba molesto con ella o incluso con el.

También era yo el causante de aquella pena. Yo la había obligado, la había impulsado abuscar aquel cariño.Y sinceramente le estaba agradecido.No creo que Bella hubiera podido sobrevivir todo ese tiempo si no hubiera sido por suayuda.¿Cómo odiarlo si el la había salvado en muchas oportunidades y en más de un sentido?Aunque nunca sabría en que grado Bella había sufrido, estaba consiente que había sidomucho.Viviría eternamente agradecido, agradecido de Jacob Black.

Por otro lado, no había que ser psíquico para saber lo descontentos que estarían losQuileutes por nuestro retorno.¿Acaso no habían encendido hogueras para celebrar nuestra marcha? Bella nos habíapuesto al corriente de aquello y según sus palabras ahora se trataba de una manadanumerosa, tan numerosa como nuestra familia.Y solo era cuestión de tiempo para que nos enfrentaramos de una u otra manera.Todo quedó claro aquella tarde lluviosa.—¡Es una verdadera falta de educación!. ¡Estuvo de lo más grosero! —. Dijo Bellamientras se montaba en coche muy molesta dando un gran pontazo.

Le miré sorprendido sin decir palabra y ella continuó.Al parecer y por lo que pude entender, Bella había llamado a Jacob Black y

aparentemente el se había negado a contestar su llamado, otra vez.

No era un secreto para mi que ella lo llamara casi a diario.Cuando salia por su puerta, cada noche a la hora dictada por su padre, me quedaba muycerca en los alrededores. No era difícil escucharla cuando muy molesta colgaba elteléfono maldiciendo a su otrora gran amigo.

¿Pero que podía decirle? ¿Qué podía reprochar? ¿Acaso no era yo el causante de aquelcariño que había crecido entre ambos?

Entonces hacia lo que debía hacer… apretaba mis puños, inspiraba una gran bocanadade aire.Trataba de ralajar mis músculos, apretaba fuertemente mis dientes y tragaba el

veneno que inundaba mi boca.Contaba, un lobo, dos lobos, tres lobo….. y así, hasta que lo graba controlarme.

Le aclaré mientras conducía hacia su casa, tratando inútilmente de consolarla, que no erapor ella que su amigo tenía esa actitud, seguramente el estaba molesto pero no creia quela odiara. Nadie sentía nada en su contra. Solo era que a esas alturas toda la reservaciónestaría al tanto que habíamos vuelto.

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Y seguramente Jacob Black era consiente que estábamos juntos. No volvería a ver aBella mientras yo estuviera cerca y como pensaba quedarme para siempre, eso le dejabamuy pocas oportunidades.

Sin embargo no estaba molesto con el chico. Muy por el contrario.Me sentía profundamente agradecido.

Gracias a Jabob Black tenía a mi lado a Bella en una sola pieza.Le debía mucho mas de lo que suponía que el me odiaba.Jamás podría saldar mi deuda con el.Sin embargo aquello no significaba que me haría a un lado y la dejaría en sus garras.—No se acercará a donde yo esté—. Me limité a decir. —La enemistad estáprofundamente arraigada—.

Pero Bella pensaba que todo era una estupidez , que el sabía que yo no era como losotros vampiros.Sin embargo ninguno de los dos, Jocob o yo, podíamos ir en contra de nuestranaturaleza, simplemente eramos lo que eramos, Quileutes contra Cullen por así decirlo,sin poder evitarlo.

Estaba completamente seguro de poder controlarme cuando me encontrara frente a el, ofrente a cualquiera de su especie, pero no creo que fuera lo mismo para ellos.—Es muy joven—. Le comenté mientras paraba frente a la luz roja del semáforo. — Lomás probable es que un encuentro degenerase en lucha y no sé si podría pararlo antesde m... —. “Maldición. Yo y mi gran bocota”.Me había propuesto no volver a herir a Bella nunca más en lo que me quedaba deexistencia. Y estaba consiente del gran cariño que ella le tenía….—Antes de que le hiriera—. Le dije rápidamente, esperando que mis torpes palabraslograran pasar desapercibidas. Herir era una mejor palabra, herir era… sensato para elcontexto. —Y tú serías desdichada. No quiero que ocurra eso—.

Pero Bella había comprendido el verdadero sentido de mis palabras, y con las vozatoradas en su garganta preguntó:

—¿Has estado a punto de decir “ matarle”? ¿Era eso? —.

Esquivé su mirada. Trataría, por ella lo intentaría.Pondría todo mi esfuerzo en ello.Pero si debía luchar, sin duda que lo haría. Si el atacaba yo me defendería.—Yo intentaría... con mucho esfuerzo... no hacerlo —. Le dije después de un momento,hablando sin mirala.

Forks era nuestra ciudad.

Mi padre, mi familia completa la consideraba nuestro hogar.

—Bueno, eso no va a ocurrir jamás, así que no hay de qué preocuparse. Y sabes que enestos momentos Charlie estará mirando el reloj. Será mejor que me lleves a casa antesde que me busque más problemas por retrasarme—. Dijo demasiado confiada en suspalabras.

Quise creer en sus palabras desesperadamente.

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Quise creer en mi mismo, en mi templanza y mi tolerancia.En ese momento algo me distrajo de mis optimistas pensamientos.Un sonido, una parcialvoz mental.Era consiente que solo una persona era capaz de emitir aquellosfragmentados pensamientos.Ignoré el centenar de voces que inundaban mi mente y seguíel sonido de aquella “voz”. 

En esta oportunidad no era necesario leer claramente la mente de su padre.Palabras como irresponsable, inconsciente, unidos a un “La mato” inundaban el espacio. Después de todo no importaría si nos retrasabamos unos minutos en llegar a su casa. Detodas manera ya estaba en problemas y al parecer en unos mucho mas graves.

—¿Qué? ¿Qué es?—. Preguntó Bella mientras se acercaba a mi cuerpo aferrándosenerviosamente.

—Charlie... —. Le dije respirando hondo, pero no pude seguir hablando.Al momento en que el aire ingreso por mi nariz pude distinguir un olor familiar y mis aletasnasales vibrarón al reconocer el hedor.

—¿Mi padre? —. Exclamó entonces Bella.

Aparté la vista del camino, para contemplar su enormes ojos color chocolate, tratando detranquilizarla.Lo que fuera, lo solucionaríamos juntos.—No es probable que Charlie vaya a matarte, pero se lo está pensando—. Le dijetratando de mitigar su preocupación mientras llegábamos a su casa.

A medida que nos acercábamos y más hacia nuestro destino, pude escuchar y reconocerotra voz espectanctante también por nuestra llegada.Había cambiado, ahora era mas ronca, traté de no recordar la última vez que habíaescuchado aquella voz. Yo me hacía pasar por mi padre entonces y él me entregaba unaterrible noticia.

Pero él no estaba junto al Jefe Swan. El muchacho esperaba junto al bosque.Jacob Black esperaba por mi.

Conduje calle a bajo hasta pasar de largo la casa de Bella, ahí frente a todo el quequisiera ver, estaba el motivo por el cual su padre estaba tan molesto.Tan roja como lacara que seguramente tendría el en este momento.—¡No! —. Dijo Bella jadeante.Para entonces ella ya debía comprender que se encontraba en serios problemas.Su ritmocardiaco se aceleró y sus dientes rechinaron furiosamente.—¿Está todavía por aquí? —. Pregunto sin mover los labios mientras me estacionabafuera de la posible vista de su padre.

Le indiqué el camino y Bella saltó del coche impulsada por un resorte invisible.No comprendía la delicada situación en la cual nos encontrábamos.Jacob también estaba consiente de aquello, sin embargo se había ofrecido para ser elportador de su manada.Para él también sería difícil enfrentarse a mi, de ahí que escogiera ese lugar. Debía tenerun aliciente para evitar una pelea. Y Bella era aquel motivo, tampoco él quería herirla.

Bajé velozmente tras ella, reteniéndola por la cintura, de nada serviría correr hacia Jacobcon los puños en alto.

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 —¡Suéltame! ¡Voy a matarle! ¡Traidor!—. Gritaba Bella mientras luchaba inútilmentecontra mi agarre.

Le pedí que se tranquilizara. Pronto su padre saldría impaciente al porche para ver elmotivo de nuestra demora, debíamos darnos prisa.

—Charlie te va a oír y va a tapiar la puerta una vez que te tenga dentro —. Le recordétratando de que se tranquilizara.

Pero solo bastó con ver nuevamente la motocicleta estacionada frente a su casa para quevolviera a brillar la ira en sus grandes ojos.

—¡¡Déjame que le atice una vez, sólo una, y luego ya veré cómo me las apaño conCharlie!! —. Dijo luchando otra vez para soltarse.

Pero el chico no quería verla, o eso era lo que él se auto mentía. Sabía muy bien quedetrás de todo aquello, detrás del supuesto deber de portavoz estaba el deseo de verla

aunque fuera a mi lado.

—Jacob Black quiere verme a mí. Por eso sigue aquí—. Me limité a decir.

La actitud de Bella cambio de inmediato al escuchar mis palabras. Ahora estabapreocupada, casi temerosa. Pero le tranquilice, el muchacho solo traía un mensaje de lamanada, aunque en realidad se trataba de algo mas que un simple mensaje mensaje.Debíamos darnos prisa, su padre comenzaba a impasientarse por nuestra demora.Apretéun poco más su cuerpo contra el mio y caminamos hacia donde el me esperaba.

A unos cuantos pasos por el camino hacia el bosque se encontraba Jacob Black.Ibadescalzo, sin camisa y con los pantalones hechos jirones.Con los brazos cruzados sobre

el pecho se encontraba descansando contra un árbol.

No era prudente acercarme a él. Estaba consiente del gran esfuerzo que hacia pormantener el control sobre si mismo. Me odiaba, sin embargo estaba ahí, parado frente ami, mi rival, mi enemigo.

¿Pero como odiar al que te devuelve la vida, al que cuida de tu corazón?No. Jamás podría odiarlo aunque fuera mi enemigo.Pero el sentimiento no era recíproco.

“Maldito chupasangre”. Pensó al vermernos. “Maldita sea Bella”.Mantenía fuertemente sus puños apretados mientras trataba de controlar los temblores de

su cuerpo, luchando contra la necesidad de transformarse.Jacob se había convertido enun ser dominado por su instinto y en ese momento todo su ser le decía, le ordenabaatacarme.

Solo la presencia de Bella evitaba que él se transformara y tratara de darme muerte, ella yla lealtad hacia su manada. Aunque creo que su lealtad por la manda no era tan fuertecomo el odio que sentía por mi.

Aparté a Bella de su vista, ocultándola detrás de mi cuerpo.

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Jacob saludó a Bella sin dejar de mirarme ni por un minuto, mientras pensaba en locobarde que yo era por llevarla a ese encuentro.Pero ella era la única que podía evitar que nos abalanzaramos el uno contra el otro.Aunque tenía fuertemente agarrada a Bella contra mi cintura, se las ingenió para asomarsu cuerpo por un costado y lanzar sus reproches contra Jacob.

—¿Cómo has podido hacerme esto, Jacob? —. Dijo con la voz atorada en la garganta.Sentí pena por su dolor, aunque estaba molesta, era evidente que aquello le hería mas delo que se sentía capaz de expresar.

La palabras de Bella rompieron la tan elaborada actitud resuelta de Jacob mientrasargumentaba que todo lo habia hecho por su bien.Pero no había consuelo para Bella ensus palabras.

—¿Y qué se supone que significa eso? ¿Quieres que Charlie me estrangule? ¿O quieresque le dé un ataque al corazón como a Harry? No importa lo furioso que estés conmigo,¿cómo le has podido hacer esto a él? —.

Por primera vez Jacob pensó detenidamente en lo que había hecho.Había obedecido, como todo ahora en su vida, a un instinto, a un arrebato. No habíamedido las consecuencias de sus actos.Pero sus actos no eran guiados por el odio, buscando su dolor o el de su padre.—No ha pretendido herir a nadie —. Dije siguiendo el hilo de los pensamientos de Jacob,explicando a Bella lo que él no se atrevía a decir.

—¡Ay, Jake! ¡Ya estoy castigada!—. Le dijo Bella lastimosamente. —¿Por qué te creesque no he ido a La Push para patearte el culo por no ponerte al teléfono? —.

Las palabras de Bella calaron hondo en su cerebro, descompensando su actuación dechico fuerte y rudo.

—¿Era por eso? —. Preguntó arrepintiéndose al segundo de haber formulado la pregunta.

Una vez más le comente a Bella que Jabob pensaba que yo era el causante de suausencia en la reservación y debido a eso él había actuado de esa manera.

—Para ya —. Grito el chico al verse mentalmente invadido.

Sabéa que estaba mal de mi parte hacerlo. ¿Pero no era acaso mi responsabilidad estaral tanto de todas sus posibles acciones?

—Bella no había exagerado acerca de tus... habilidades —. Agregó Jacob después de un

corto momento. —Así que ya debes de saber por qué estoy aquí—.

Efectivamente estaba al tanto de todo.Sabía que nuestro tiempo era limitado, en cualquier momento su padre saldría y vería micoche estacionado o antes tal vez Jacob Black perdería la batalla consigo mismo yterminaría transformado en un salvaje animal listo y dispuesto a saltar sobre mi, sinimportar que ella se encontrara a mi lado o no.

Pero había algo que debía decir antes que todo comensara.

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En silencio espero lleno de curiosidad. Curiosidad que no era suficiente para calmar lostemblores de su cuerpo.

—Gracias —. Continué, deseando que comprendiera, que pudiera ver que no le hablabacomo su enemigo, como su rival, como un Cullen.Esperaba que viera que solo le hablabacomo un hombre profundamente enamorado.

—Jamás seré capaz de agradecérte lo suficiente. Estaré en deuda contigo el resto demi... existencia—.Me miró sorprendido, tan sorprendido que por un breve momento sufuria contra mi desapareció.

“Pero…. de que… rayos ….. hablas, estúpido chupasangres”. Pensó en ese momento.

Trató de buscar alguna respuesta en el rostro de Bella pero ella se encontraba en lasmisma condiciones que él, completamente sorprendida.

Sin despegar mis ojos de los suyos le agradecí que mantuviera viva a Bella cuando yo nolo había hecho.

—Edward… Comenzó a decir ella, tratando segur amente de defender lo indefendible. Lahabía abandonado y contra eso no existía defensa posible.

Pero esto no era por ella. Mi agradecimiento era algo moralmente necesario.Tal vez yo no era un hombre en el estricto significado de la palabra, pero si tenía losvalores y principios de alguno de ellos.Jamás me podría enfrentar a él, jamás podríamirarle a los ojos, sin sentirme como una rata despreciable.Sabía perfectamente cuanto le debía y jamas podría pagarle, pero por lo menos podíaagradecerle.

El comprendió mis palabras mientras su mente dejaba ver una mueca burlona.

—No lo hice por ti—. Me aclaró.Y yo estaba plenamente consciente de eso. Sin embargo mi gratitud no disminuía por ello.Pero de todas maneras él debía saber lo que sentía al respecto.

—Si hay algo que esté en mi mano hacer por ti... —. Agregué con sinceridad.

“Vete…” Me dijo al instante en su mente. “Junto a mi tiene la oportunidad de ser feliz, detener una vida normal. ¿No dices que la amas? Entonces vete”.

Negué con mi cabeza mientras le aclaraba que eso no estaba en mis manos. Podríapedirme todo, cuanto quisiera se lo daría, pero eso jamás.

—¿En las de quién, pues? —. Agregó Jacob nuevamente molesto.

Bajé la vista un momento para ver la luz de mis ojos.Solo en sus manos estaba el que yome fuera.

Bella me miró entonces y me vi reflejado nuevamente en sus grandes ojos como espejoscolor chocolate.

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—Aprendo rápido, Jacob Black, y no cometeré el mismo error dos veces—. Le dije sinapartar mi mirada de ella.Seguiría a su lado todo el tiempo que ella me quisiera. Solo meiría cuando Bella me ordenara que me fuera.

Bella había captado la esencia de nuestra discusión y en susurro agrego… —Nunca—.

Aquello no hizo mas que enojar aun más a Jacob, en su interior guardaba la secretaesperanza de que su respuesta fuera otra.

Bella y yo separamos nuestras miradas para contemplar ahora a un furioso Jacob Black.—¿Hay algo más que necesites, Jacob? ¿deseabas meterme en problemas? Misióncumplida. Charlie quizás me mande a un internado militar, pero eso no me alejará deEdward. Nada lo conseguirá. ¿Qué más quieres? —.

Y en esos momentos yo sabía muy bien lo que el quería.Una de ellas era que cayera muerto en ese preciso momento. Pero nada dijo y se limitó arecordarme algunos “puntos clave” sobre el tratado adquirido por mi familia hace tantasdécadas atrás.

—Ese tratado es la única cosa que me impide que le abra la garganta aquí y ahora —.—No los hemos olvidado—. Le confirmé mientras Bella preguntaba sobre aquellos puntosclave.Jabob Black me recordaba que la tregua se terminaba cuando uno de nosotros mordiera aun humano, a cualquier humano.

—Morder, no matar—. Recalcó mirando a Bella.—Eso no es asunto tuyo—. Respondió ella muy molesta.—Maldita sea si no... —. Logró decir mientras comprendía lo que realmente sucedía.Se había percatado de la decisión tomada por ella solo hace algunas semanas atrás. Alcomprender, al ver lo que sucedería con Bella. Se disparó en su interior la chispa para su

transformación.Ahora sus espasmos eran mayores, mas violentos, su cuerpoconvulsionaba luchando contra la transformación.—¿Jake? ¿Estás bien? —. Preguntó Bella con la voz llena de ansiedad avanzando haciaél.—¡Ten cuidado! —. Le advertí, obligándole a volver hacia la seguridad de mi espalda. —¡Ha perdido el control!—.Solo le bastó escuchar mis palabras para retomar asombrosamente el control sobre simismo nuevamente. Era fascinante asistir a su debate interno, como si la bestia que habíadentro de él pujara una y otra vez para salir a la superficie.Me miró cargado de odio mientras recuperaba la postura que había perdido tratando decontrolarse.

—¡Arg! Yo nunca le haría daño a ella—. Dijo acusándome por dejarla.¿Que sabía él sobre mis motivos, sobre mis razones para dejarla.Acaso comprendia todoel dolor que ello me había causado.No era él, quien la había expuesto a su naturaleza tan volátil en mas de algunaoportunidad?

Por mi pecho, hasta mi garganta emergió un gruñido amenazante.No. El no sabia, no podía jusgarme. El menos que nadie.

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 Con una de mis manos alejé hacia atrás a Bella. No había nada que pudiera hacer, Jacobse preparaba en ese momento para completar la transformación y atacarme… —¡BELLA! —. Gritó su padre en ese preciso momento. —¡ENTRA AHORA MISMO!—.Como un conejo segado por la luz, me quedé paralizado. Maldición, me había olvidado desu padre por completo.

—Mierda—. Dijo Bella con voz temblorosa mientras rompía el silencio entre los tres.

Jacob entendió que solo le quedaban unos minutos para ver a Bella, estaba seguro quedespués de hoy ya nunca mas la vería. Y por un momento estuve feliz con la idea.

—Siento mucho esto —. Dijo en un murmullo apenas perceptible para un humano. —Tenía que hacer lo que pudiera... Tenía que intentarlo—.

Pero Bella se encontraba aun molesta y solo le entregó un “Gracias” lleno de sarcasmo. 

Su padre había visto mi coche y al parecer aun no se percataba que no estábamos en el,

pero solo era cuestión de tiempo hasta que fuera a cerciorarse, dispuesto a sacar por lafuerza a Bella del interior del coche si era necesario.

Se nos terminaba el tiempo y aun había una cosa mas.

—No hemos encontrado rastro alguno de Victoria a nuestro lado de la línea, ¿y vosotros?—. Pregunté a Jacob, esperando su cooperación en ese asunto.

Al parecer la última que vez que la habían visto fue, afortunadamente cuando Bella seencontraba rescatándome.Habían tratado de engañarla pero no habían sido lo sufucientemente listos y al verVictoria la trampa había huido del lugar como solo ella puede hacerlo.

—Por lo que nosotros creemos, captó tu olor y eso la sacó del apuro. No ha aparecido pornuestras tierras desde entonces—.

Claro que no volvería, no por ahora al menos. Dejaría pasar un tiempo y cuando creyeraque era seguro, volvería a intentarlo otra vez.

Y cuando lo hiciera ya no sería problema de Jacob o de su manada.—Mató en nuestro territorio —. Dijo el desafiante —¡Es nuestra!—.Ellos, en su ignorancia creían que podrían contra Victoria. Estúpidos lobos adolecentes.Bella intentó evitar que volvieramos a discutir cuando la voz de su padre volvió a sonar,ahora mucho mas fuerte y cerca.

—¡BELLA! ¡VEO EL COCHE DE EDWARD Y SÉ QUE ESTÁS AHÍ FUERA! ¡SI NOENTRAS EN CASA EN UN MINUTO...! —.

—Vámonos —. Dije dando la vuelta para caminar a su casa.Bella se quedó ahí, mirando asu amigo y la guié con mi brazo obligándole a retroceder.

No voltee al escuchar las palabras él le dedicó, seguí caminando haciendo caso omiso desu despedida.

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 —Lo prometiste —. Le reprocho Bella mientras alanzábamos. —Prometiste que siempreseríamos amigos, ¿de acuerdo?— 

Sentí rabia contra aquella promesa.Mi mente luchó tratando de no imaginar en quecontexto se había forjado. Experiencias, cariños que yo había gatillado, producto de mi

estupidez.

Jacob le respondió a media voz que aquello era imposible.—No ahora...— Y dejó de hablar, ahogando seguramente por el dolor que le producía laseparación, luchando por ocultar sus verdaderos sentimientos que no eran secretos parami.—Te echaré de menos—. Dijo él, casi imperceptiblemente.

Bella también lo extrañaría. Mi corazón egoísta deseó ronper aquel lazo invisible queahora los unía.Pero luche por mantenerme indiferente ante aquella demostración mutuade afecto.Afectos que eran diferentes pero iguales en intensidad.

Bella le llamó por su nombre mientras daba un paso hacia él, queriendo ir a su encuentro.Pero no lo permitiría. Que pasaría cuando ella estuviera junto él. El no querría dejarlacuando estuvier juntos, Jacob no comprendía que su amor no era reciproco, que Bellasolo sentía por el un emorme cariño pero que solo era cariño fraternal. Yo no permitiríaque él pusiera un solo dedo sobre ella. NO LO PERMITIRIA.

La empuje hacia atrás un poco más, abrazándola fuertemente.No lo permitiría que fuera hacia él, mi lado egoísta la reclamaba. Bella era mía y noestaba dispuesto a compartirla con un perro hediondo.

—Todo va bien —. Dijo Bella mientras buscaba mis ojos, pidiéndome con la mirada que le

permitiera acercarse a el.—No, no va bien—. Le dije, trando que comprendiera lo peligroso que era el estar junto aJacob en esos momentos.

¿Aun no comprendía lo arriesgado que era para cualquier ser vivo estar cerca de aquellascriaturas?.—Suéltala —. Gritó de pronto Jacob furiosamente. —¡Ella quiere que la sueltes! —.Volteé rápidamente protegiendo a Bella con mi cuerpo, mientras él se acercaba dispuestoa iniciar la lucha.

En eses momento ya nada importaba, ni el tratado, ni Bella. Para él solo existía en esemomento un deseo… el darme muerte. 

—¡No! ¡Edward...! —. Dijo Bella en un grito ahogado jalando de mis ropas.

Ella sabía que en la lucha su amigo perdería la vida, como yo estaba consiente del dolorque eso le produciría.Pero no había nada que pudiera hacer. Aun cuando diera media vuelta y me negara aluchar, Jacob Black atacaría.

Apreté mis puños doblando levemente mis rodillas, listo para saltar hacia delante y alejar

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la lucha de Bella, cuando nuevamente su padre intervino casualmente para detener lalucha que estaba por comenzar.

—¡ISABELLA SWAN! —. Gritó desde el camino, mucho mas cerca de lo que meesperaba.

Mientras tiraba de mi, Bella pidió que nos fuéramos, que su padre estaba como loco, conla voz llena de pánico.

Retrocedí sin dar la espalda a Jacob, retirándonos muy lentamente y sin perderlo de vista.Ahora ya no había marcha atrás.Los Quileutes estarían vigilantes de nuestros pasos.Jacob Black no dejaría de velar por lacondición humana de Bella.Solo bastaría con transformarla para que comenzara el conflicto y entonces tendriamosque decidir entre irnos o luchar.

Sabía muy bien lo que diría mi padre: Irnos, pelear jamás.

Pero aquel minúsculo problema no impediría que Bella fuera mi esposa por siempre y nome alejaría de ella jamas.Podríamos iniciar nuestra vida en otros lugar, formar otro hogar.No dejaría que el futuro se interpusiera en nuestra felicidad. Lo único que importaba era elahora.No importaba que una manada de licántropos pisara nuestros talones, no importaba queuna vampira lunatica se escondiera en las sombras. Ni Siquiera importaba que los Vulturisvisitaran nuestro hogar.

Ya me las apañaría para solucionar cada uno de nuestros problemas.Ahora mi único y real problema se encontraba al doblar la esquina, de brazos cruzados ycasi resoplando por la nariz.

Pero con el también podríamos. ¿Y que era lo mas terrible que él podría hacer?¿Encerrarla en su habitación? Pues para mi aquello sonaba como todo un paraíso.

Y al doblar la esquina ahí estaba su padre con la cara contraída en una gran mueca.Apreté un poco más a Bella para infundirle valor, después de todo tal vez nos vendríanbien unos días aislados de todo y de todos.

—Estoy aquí—. Le dije en un murmullo. —Por siempre—.

Sacudí de mi mente los fantasmas que nos rodeaban, deseando que la luz de nuestroamor fuera lo suficientemente fuerte para espantarlos a todos.

Nunca mas volvería a estar solo, nunca mas permitiría que mis estúpidas ideas nublaranel verdadero sentido de mi existencia.

Bella y yo, unidos en la felicidad y en la desgracia. Nuestros destinos fuertemente unidossin importar que hiciéramos al respecto.Nunca mas tentaría a la suerte, apostando a un imposible.Y nunca mas mi vida sería una noche eterna.