nº 447/21-iv-2005 semanario catÓlico de … · joseph ratzinger. etapa ii - número 447 nuevo...

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Alfa Omega Nº 447/21-IV-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL Benedicto XVI, nuevo Vicario de Cristo Joseph Ratzinger

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Page 1: Nº 447/21-IV-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE … · Joseph Ratzinger. Etapa II - Número 447 Nuevo Papa Edita: Fundación San Agustín. Arzobispado de Madrid Delegado episcopal: Alfonso

Alfa OmegaNº 447/21-IV-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL

BBeenneeddiiccttoo XXVVII,,nnuueevvoo VViiccaarriioo ddee CCrriissttoo

Joseph Ratzinger

Page 2: Nº 447/21-IV-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE … · Joseph Ratzinger. Etapa II - Número 447 Nuevo Papa Edita: Fundación San Agustín. Arzobispado de Madrid Delegado episcopal: Alfonso

Etapa II - Número 447

Nuevo Papa

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...y además

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

11 Reacciones de primera hora:

Acogido con esperanza

12-13 Aquí y ahora

Homilía del cardenal Ratzinger

en la misa Pro eligendo Pontífice:

Un pastor que nos guíe

al conocimiento de Cristo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Fotos para la Historia

18 España

Nueva iniciativa de la Conferencia

Episcopal: Todos fuimos embriones

Mundo

20 Referéndum en Italia sobre

la Ley de reproducción asistida.

21 Aumenta el número de católicos

22-23 La vida

Desde la fe

24 El cardenal Ratzinger

en Madrid, en el año 2000:

La verdad es esencial a la fe cristiana.

25 Así piensa el nuevo Papa.

26 Michael Schulz: El Espíritu Santo

ha elegido a un Papa intelectual.

27 Cardenal Ratzinger:

Dios quiere que amemos.

28 Teatro y cine.

29 Libros.

30 Televisión.

31 El Buen Pastor.

32 Contraportada

SUMARIOΩΩAA

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Un Papa sencillo, humilde, simpático y santo

3-53-5

6-7

1919

Escribe Alfonso Carrasco Rouco:El ministerio del sucesor de Pedro

Alfa OmegaNº 447/21-IV-2005

SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL

BBeenneeddiiccttoo XXVVII,,

nnuueevvoo VViiccaarriioo ddee CCrriissttoo

Joseph Ratzinger

6-7

Un preocupante Anteproyecto:Pros y contras de la futura ley de Educación

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tas y escuchar lo que le teníamos que decir.Pero lo principal fue su mirada. Cuando mi-raba a la plaza lo hacía como un padre miraa sus hijos; como un maestro de la fe, de laesperanza y de la caridad mira a sus discí-pulos, a quienes ha dado lo mejor de sí, aquienes ha enseñado el camino de la verdady a quienes ha alertado sobre las trampas,los engaños y las apariencias.

Fue entonces cuando un grupo de jóvenesitalianos comenzaron a entonar un Béne-det-to, seguido de varios aplausos; un Béne-det-to que sonaba a campo de fútbol, que sona-ba a que los jóvenes habían entendido queése era su Papa y que se sentían con él comocon su mejor entrenador.

Llegó la palabra. Se notaba que no erauna lección, que era la elocuencia de una vi-da al servicio de la Iglesia, que era una pa-labra, su palabra, la primera palabra. Ésaque todos recordamos. Su voz nos era fami-liar, sin duda. No había un antes y un des-pués. Era la misma. Su voz, como su vida, hasido una línea continua, un permanente pro-greso, una evolución. Entonces Ratzinger,ahora Benedicto XVI, es el mismo. Su vozera la misma, y –¡cómo no!– de ser bien na-cidos es ser agardecidos.

«Queridos hermanos y hermanas –¡có-mo sonaba la palabra hermano en boca dequien es ahora nuestro Padre!–: después delgran Papa Juan Pablo II, los señores carde-nales me han elegido, a mí, un sencillo y hu-

milde trabajador en la viña del Señor». En-tonces me acordé de la leyenda del carde-nal Ratzinger. ¿Cuál es? La del hombre hu-milde que gustaba todas la mañanas y todaslas tardes de atravesar con una boina tedes-ca la Plaza de San Pedro, camino del Palaciode la Congregación para la Doctrina de laFe, saludando a los que se encontraban ensu camino. Siempre tenía una palabra, unapregunta y una respuesta. Si era un jovensacerdote, estudiante de las teologías máscomunes o las más complicadas, el carde-

Dios ha hablado en la tierra, y el pue-blo cristiano ha sembrado de lágri-mas los caminos de la Historia. Ben-

dito el que viene en el nombre del Señor: és-ta fue la espontanea oración que oí a la Her-mana Teresa, que no paró de llorar desdeque el cardenal Protodiacono anunció a laUrbe y al mundo, a la Iglesia, el nombre dePedro, Simon Bar Jona: Joseph Ratzinger.

Estábamos allí, con él, con Pedro. No noshabíamos ido desde que nos diera la bendi-ción en la misa del lunes. El tiempo habíapasado fugaz, se había escapado por las ren-dijas de la Historia. Una Historia que no separa, que progresa. Llevábamos unos díasescrutando los designios de Dios, de la Pro-videncia, en la Historia. Llegamos a sabercon la fumata blanca, incluso, que teníamosun hombre, elegido por Dios, pero nosabíamos su nombre. Cuando apareció elhumo, y cuando faltó a su cita el sonido delas campanas en los minutos iniciales, vi có-mo el pueblo de Dios, la gente, los roma-nos, mayores, jóvenes, niños, corrían por laVía del Ángel hacia la Plaza de San Pedro,transportados por la esperanza de un en-cuentro con quien seguro nos está esperan-do. Se masticaba el nervio, la tensión, en elambiente. Era el ya, pero todavía no; la sor-presa de la novedad que siempre trae consi-go algo inesperado. Aun cuando el nombrenos fuera familiar, nos sonó como si nunca lohubiéramos escuchado. Habemus Papam,Joseph cardinalem Ratzinger. Entonces re-tumbó la Plaza de San Padro, y recordé queera el eco del aplauso, de más de dos minu-tos, que los fieles que asistían a la misa deinicio del Cónclave tributaron al entoncescardenal Decano del Colegio cardenalicio.Resonaba como un voto del pueblo de Diosen la urna de la Plaza de San Pedro.

Bendito el que viene en el nombre del Se-nor. Benedicto XVI no salió sólo a la logiaprincipal de la basílica de San Pedro. Vinocon san Agustín, con san Benito y con sanBuenaventura. De san Agustín aprendió laIglesia, el pueblo de Dios; de san Buena-ventura recibió la teología de la Historia; ycon san Benito anduvo por los caminos de lanueva evangelización. El primero que medijo que le recordaba a san Benito fue Ki-ko Argüello, iniciador del Camino Neoca-tecumenal, que asistía atónito a lo que esta-ba ocurriendo en la Plaza de San Pedro:«Hermano, es un nuevo san Benito para Eu-ropa».

Cuando el Santo Padre se asomó a la lo-gia, clavó en el mundo su mirada. Fue ca-paz de ofrecer algo que todos necesitamos:la seguridad de la fe. Pensé que esta noche laIglesia, el mundo y los hombres podríamosir a dormir tranquilos. Con sus manos reco-gía los deseos, las inseguridades, los anhelosy las esperanzas de los hombres. Los recogíay los llevaba compulsivamente a su cora-zón. Pensé que quería llevarnos a todos conél; que quería responder a nuestras pregun-

NUEVO PAPA 21-IV-2005 ΩΩ3 AA

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

A nuestroslectores

Para poder estar cada jueves en el quiosco con el ABC del día, Al-fa y Omega cierra sus páginas, habitualmente, la tarde del mar-

tes. En este número hemos esperado hasta la medianoche del mar-tes para poder recoger la última hora de la actualidad sobre la elec-ción del nuevo Papa. Nos acogemos a la comprensión de nuestroslectores, porque, a la hora del cierre de esta edición, no nos ha si-do posible ofercer un mayor número de páginas. Naturalmente,nuestro próximo número estará monográficamente dedicado alnuevo Sumo Pontífice.

Juan Pablo II con el cardenal

Ratzinger, en febrero de 2004

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nal Ratzinger le solía hablar de los últimosautores en su materia. Si era una joven pa-reja, les preguntaba por lo que les unía: elamor. Si era un monseñor, intecambiaba conél algunas frases sobre su trabajo. Quizá por-que, como dijo la santa de Ávila, humildades andar en la verdad.

Cada palabra suya era absorbida por laansiedad del corazón de todos los que está-bamos en la Plaza. «Me consuela el hecho deque el Señor sepa trabajar y actuar inclusocon un instrumento ineficaz». Se estaba de-finendo: instrumento ineficaz, que, sin em-bargo, se acoge a nuestra oración. Entoncesme fijé en sus manos, eran las de Pedro. Ha-bían sostenido el timón de la verdad, delEvangelio, de la tradicion viva de la Igle-sia, en los momentos más duros, en las ga-lernas mas inesperadas. La barca de Pedro;

Benedicto XVI estaba asomado al puentede mando de la Iglesia y asía con fuerza el ti-món para que la navegación nos conduzca abuen puerto.

«En la gloria de Señor resucitado, con-fiados en su ayuda permanente, vayamosadelante»: ahí está la clave. Vayamos ade-lante. No podía ser de otro modo, de otramanera. La lógica de la fe, la lógica de laIglesia, la lógica de la pedagogía de Diosnos llevaba, del No tengáis miedo, al Va-yamos adelante. Y quien estaba a su lado,quien está a nuestro lado, quien caminacon la Iglesia, es María, que está de nues-tra parte.

Dios lo sabía y Dios lo quería y Dios lellamó. Cuando terminó de hablar, y los hom-bres que habitaban en el mundo, en el vallede lágrimas de la plaza mayor de la Huma-

nidad, prorrumpieron, de nuevo, con un so-lemne aplauso, pensé en Pentecostés. LaIglesia nos había convocado a un nuevo Pen-tecostés en el inicio del tercer milenio. Ha-bíamos asistido, como el mundo, al primerCónclave televisado de la Historia, al Cón-clave en el que se elegiría al sucesor de Pe-dro, de Pablo, de Juan Pablo. Y recordécuando san Agustín, en el libro de la auto-biografía de la Providencia divina que es Laciudad de Dios, se refirio a la grandeza deRoma como don divino: «Era poco su va-ler (el de los romanos) contra la costumbrede una ciudad que se había obligado a tandemoníacos ritos. Porque también ellos, aun-que sentían que eran vanidades, pensabanque debía exhibirse el culto religioso que sedebe a Dios, a la naturaleza de las cosasconstituidas bajo el régimen y el imperiodel único y verdadero Dios. Era necesarioel auxilio del Dios verdadero, que envíahombres santos y verdaderamente piadosos,que, muriendo por la verdadera religión, ha-cen desaparecer las falsas de entre los vi-vientes».

Y recordé las noches que en mi vida ha-bía dedicado a leer los libros de Ratzinger. Yrecordé que mi párroco me regaló Informesobre la fe, porque le había hecho entenderun poco más a la Iglesia cuando parecía queni algunos de sus más preclaros hombres laentendían. Y recordé que la primera teologíaque estudiamos lo hicimos con la Introduc-cion al cristianismo. Y recordé, sobre todo,la homilía del lunes por la mañana, queatraía la atención de los presentes, como sifuera un polo magnético que arrastrara conla fuerza de la fe el deseo de conocimiento delos hombres y el anhelo de felicidad. Pese aque no hacía más que limpiarse el sudor co-mo si no quisiera que nada le enturbiara lamirada de lo que allí estaba ocurriendo, nosrecordó, en su homilía, que la fe adulta no esuna fe que sigue la onda de las modas y la úl-tima novedad: adulta y madura es una feprofundamente enraizada en la amistad deCristo. La fe que crea en unidad se realiza enla caridad. El cardenal Ratzinger sabe que nohay fórmulas mágicas para la vida cristia-na y, sin embargo, propuso una fórmula ver-dadera: hacer la verdad en la caridad. Re-cordó que, en Cristo, coinciden la verdad yla caridad.

Recordé que –ahora lo entiendo– nuncahabía visto a tantos sacerdotes, tantas reli-giosas, tantos fieles, ocultar su rostro, en ce-náculo de oración, más que en aquella ce-lebración litúrgica. Ocultar el rostro, prote-ger la intimidad de la Iglesia no significa vi-vir al margen de la realidad, ni escaparsecon la fuga de la aceleración de la Historia.Se podía decir más alto, pero no más claro.Recordé, también, que la pequeña barca delpensamiento de no pocos cristianos se ha-bía visto agitada por las ondas del marxismo,del liberalismo, del libertinismo, del colec-tivismo, del individualismo radical, del mis-ticismo religioso, y del relativismo, hoycombustible de una de las mas funestas dic-taduras.

Bendito el que viene en el nombre del Se-nor. Dios ha hablado. Hemos conocido eldon de Dios, el don de la unidad, de la ver-dad y de la caridad. Es, si cabe como siem-pre, el tiempo de la Iglesia.

José Francisco Serrano Enviado especial a Roma

NUEVO PAPAΩΩ4

21-IV-2005AA

Todo un símbolo: presentando Memoriae identidad, de Juan Pablo II

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Este domingo por la mañana, el reciénelegido Papa, Benedicto XVI, presidi-rá la solemne Misa de inauguración de

su pontificado, en la Plaza de San Pedro,ante Jefes de Estado y de Gobierno de todoel mundo, así como ante representantes de laIglesia católica y de otras confesiones.

Su homilía es esperada por los mil cienmillones de católicos del mundo, pues mar-cará, como había sucedido con el pontifica-do de Juan Pablo II, las líneas de fondo de supontificado.

Nada más anunciarse su nombramiento,el obispo español monseñor Cipriano Cal-derón Polo, Vicepresidente emérito de laComisión Pontificia para América Latina,y vecino del nuevo Papa en su residencia deRoma, revelaba: «Comentábamos con unade las religiosas alemanas que le atiendenque tendrá que llevarse su biblioteca, por-que él, sin su biblioteca, no va a ningunaparte».

Ante quien le pide adelantar cuáles se-rán sus argumentos, el prelado, que fue di-rector de la edición en español de L'Os-servatore Romano, añade: «Con él, Jesu-cristo será el centro de la Iglesia, y el lugarde Cristo no lo ocupará ni el Papa ni nadie.Será un Papa sencillo, humilde, simpáti-co y santo, porque es un ser humano real-mente excepcional».

Al cierre de esta edición, no se sabía to-davía cuándo tendría lugar el encuentro conel Cuerpo Diplomático acreditado ante laSanta Sede, oportunidad que permitirá alnuevo obispo de Roma afrontar los argu-mentos de la actualidad internacional.

La primera noche como Papa, el cardenalJoseph Ratzinger la pasó en la misma resi-dencia en la que se alojaron los cardenalesdurante el Cónclave, la Casa de Santa Mar-ta, después de haber cenado con ellos en unanoche serena e inolvidable para todos.

El miércoles por la mañana, el nuevo Pa-pa presidió la concelebración eucarísticacon los cardenales en la Capilla Sixtina; unacelebración caracterizada, sobre todo, porsu carácter íntimo. El nuevo Papa quiso con-ceder su primer regalo, precisamente, a quie-nes con su sangre –como indica el color ro-jo de sus vestimentas– se comprometen aentregar su vida por Cristo.

A partir de ese momento, su agenda haquedado sustituida por la cascada de com-

promisos que asume el sucesor de Pedro.En estos momentos, en Roma ya se co-mienzan a barajar los temas que podríaafrontar en su primera encíclica, documen-to que en general los Papas asumen comoprogramático.

Benedicto XVI irá a la Jornada Mundialde la Juventud, que se celebrará a mediados deagosto en Colonia (Alemania), según ha re-velado el arzobispo de esa ciudad, el carde-nal Joachim Meisner. El purpurado revelóque, nada más ser elegido, el Papa habló conél en privado en la Capilla Sixtina, y le pro-metió que participará en el encuentro con losjóvenes, convocado por Juan Pablo II.

Jesús Colina. Roma

NUEVO PAPA 21-IV-2005 ΩΩ5 AA

Benedicto XVI inaugurará su pontificado este domingo. Su primer viaje: Colonia 2005

Un Papa sencillo, humilde,simpático y santo

Oración del Cónclave por el nuevo Papa

Oh Dios, que en el proyecto de tu sabiduría has edificado a tu Iglesia sobre la roca de Pedro, cabezadel Colegio apostólico, protege y sostén a nuestro Papa Benedicto XVI: Tú, que lo has elegido como

sucesor de Pedro, haz que sea para tu pueblo principio y fundamento visible de la unidad en la fe y de lacomunión en la caridad. Por Cristo Nuestro Señor. Amén

Agradecimiento de la Iglesia en Madrid

La Iglesia que peregrina en Madrid da gracias a Dios por el providencial acontecimiento de gracia quenos ha regalado la tarde del martes 19 de abril con la elección de Su Santidad Benedicto XVI como

nuevo sucesor de Pedro. Al mismo tiempo que expresa su gran gozo por este don, eleva su oraciónpidiendo al Señor por la fecundidad de su pontificado para bien de toda la Iglesia y el anuncio delEvangelio al mundo. Acogemos filialmente las palabras del obispo de Roma, que es principio yfundamento visible de la unidad de fe y de comunión del pueblo de Dios: el Señor nos ayudará. María, suSantísima Madre, está de nuestra parte.

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Los días que vivimos nos hacen volver la vista, en primer lugar,al acontecimiento histórico del que la presencia del Papa essigno inevitable, a la historia a la que también nosotros perte-

necemos: a la presencia y al obrar en el mundo de Jesucristo, el Hi-jo de Dios hecho hombre, a su reunir y congregar a los hombres,comenzando por sus primeros discípulos, por la llamada de los do-ce apóstoles y especialmente de Pedro.

Los testimonios que nos transmite el Nuevo Testamento nosmuestran cómo se guardó siempre –desde el principio mismo, e in-cluso tras la muerte de Pedro– la memoria de esta relación, de lamisión singular dada por Jesús a Pedro en medio de los discípulos y

de los apóstoles, como una riqueza dejada por Cristo a los suyos, pa-ra ayudarles a permanecer fieles en el tiempo a la verdad de la rela-ción iniciada y fundamentada por Él mismo.

Así, le dice Jesús a Pedro: «Yo he rogado por ti, para que tu fe nodesfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos». Y,según la enseñanza de Mateo, tras la confesión de fe de Pedro, Jesúsle promete las llaves de su Iglesia, con la autoridad de introducir oexcluir de ella; pues de la verdad de la fe en Jesucristo pende el es-tar y vivir en la comunión con Él, en su Iglesia. De esta misma di-námica da testimonio el evangelio de Juan, cuando Cristo, habien-do restablecido misericordiosamente la relación con Pedro, que lo ha-bía negado tres veces durante la Pasión, le encomienda el cuidado,el pastoreo de sus ovejas: «Simón de Juan, ¿me amas?… Apacien-ta mis ovejas».

La misión de Pedro

En todos los textos, la misión de Pedro tiene su fundamento en lagracia y la misericordia de Jesucristo y del Padre, que, venciendo loslímites y pecados humanos, hacen posible la permanencia de Pe-dro en la verdadera fe, en el verdadero amor a Cristo.

Éste será el fundamento del ministerio del sucesor de Pedro, delPapa, a lo largo de los siglos, en toda la variedad de sus formas y con-creciones históricas: es el testigo auténtico de la fe en medio delmundo, que, por gracia de Dios y a pesar del pecado humano, essalvaguardado por el Señor en la verdadera relación con Él, en la fey el amor. En otras palabras, es el principio visible de la unidad de to-dos los fieles en la fe y en la comunión con Cristo.

Así, en su ministerio se hace transparente el cuidado y la atenciónpermanente del Señor por los suyos: su presencia es signo visible deJesucristo, que pastorea así, humana y visiblemente, a su Iglesia,para que permanezca verdaderamente unida a Él.

La conciencia eclesial del ministerio papal ha alcanzado su pun-to culminante en las enseñanzas dogmáticas del Concilio VaticanoI y en la Constitución sobre la Iglesia Lumen gentium, del ConcilioVaticano II.

A su luz, la teología contemporánea ha hecho un gran esfuerzo porcomprender su ministerio y responder también a las inquietudes yproblemas planteados por fieles de Iglesias o comunidades separa-das. Aquí puede ser útil intentar recoger sintéticamente algunos fru-tos de este camino de reflexión, como una forma de profundizar al-go más en los contenidos de la fe católica sobre el primado papal, te-niendo presente aquellos aspectos que pueden estar más vivos enla conciencia actual de los cristianos.

La Constitución Lumen gentium resume sintéticamente el signi-ficado del ministerio papal, diciendo, en continuidad con el Vatica-no I, que Jesucristo «instituyó en él para siempre el principio y fun-damento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comu-nión». Así pues, el Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo, como todoslos obispos, sucesores de los apóstoles, está al servicio del Evan-gelio de Jesucristo, para que se conserve «siempre vivo e íntegroen la Iglesia».

El Papa está llamado a cumplir esta misión según la modalidadpropia del ministerio en la Iglesia de los sucesores de los apósto-les: es principio de unidad, pero de modo visible y secundario; yaque, evidentemente, no es él quien instituye por sí mismo la fe, lossacramentos o la unidad de la Iglesia, que son obra del único Señory del único Espíritu. Por tanto, la comunión con el sucesor de Pedroes realmente criterio de la permanencia en la comunión jerárquica,en la Iglesia de Cristo, pero no porque sea él quien la constituye,sino porque es, de hecho, signo visible y objetivo de su presencia enla Historia.

Este hecho fundamental, que posibilita su particular ministerio enla Iglesia, no es ni podría ser fruto del poder del hombre llamado atal misión; no es originado por su conciencia personal, por la per-fección de su fe o por un ejercicio modélico, moralmente irrepren-sible, de sus responsabilidades como ministro. Pues ningún hom-bre –tampoco los apóstoles– ha sido llamado por Cristo para quese sitúe por encima de la Palabra de Dios y de la Iglesia, y determi-ne en qué debe consistir la verdadera fe, sino para que acoja el Evan-gelio, participe gratuitamente en la comunión abierta por Cristo y détestimonio suyo con la gracia del Espíritu. Esta anterioridad radicalde Cristo se verifica igualmente en el caso del sucesor de Pedro:sólo el Espíritu, sin el cual nadie puede decir Jesús es el Señor, pue-de garantizar el mantenimiento de su testimonio en la verdad.

Por ello, puede concluirse legítimamente que sólo un don parti-cular del Espíritu Santo puede hacer posible tal significado objetivodel ministerio petrino en su relación con la Iglesia universal. Este don

NUEVO PAPA/EN PORTADAΩΩ6

21-IV-2005AA

El ministerio del sucesor de Pedro

El ministerio del sucesor de Pedro

Pedro cura a un enfermo.Masaccio. Capilla Brancacci,Florencia

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no ha de ser indentificado con el fruto de ningún nuevo tipo o gradode sacramento; puede serlo, en cambio, con aquella peculiar asistenciadel Espíritu –el carisma de la infalibilidad–, gracias a la cual el su-cesor de Pedro, en el ejercicio de su ministerio, no se separará de laIglesia universal. En efecto, gracias a este don, que asegura la per-manencia del Papa en la verdad de la Tradición, el ministerio pe-trino puede ser para todo fiel signo visible de la presencia en la His-toria de la Communio plena.

Por otra parte, esta particular asistencia del Espíritu califica laposición del obispo de Roma en la Iglesia de modo tal que la unidadcon él es condición de la permanencia en la Communio; se hace po-sible así la comprensión de su peculiar autoridad o jurisdicción:para no separarse de la Communio plena, todos los fieles, entre losque se incluyen por supuesto los ministros ordenados, están llama-dos a vivir sus dones propios, su vocación y su misión, permane-ciendo en unidad con el sucesor de Pedro.

El ministerio episcopal

En el caso particular del ministerio episcopal, la permanencia enunidad con el Papa significará también, en primer lugar, la garantíade que el ministro permanece en la unidad de la Iglesia, de cuyapresencia en la Historia es principio visible el obispo de Roma.

En efecto, el ministerio episcopal, por su naturaleza sacramental,se encuentra al servicio de la presencia en la His-toria de algo diferente y más grande de lo que elhombre puede construir solo, es decir, al serviciode la realidad de comunión del Cuerpo de Cristo.Ello no es posible, sin embargo, más que en lamedida en que el ministro se encuentre realmen-te en dependencia de esta realidad cuya presen-cia afirma en la Historia. El ministerio papal, porser criterio objetivo de la presencia de esta Iglesia,permite concretamente la existencia de tal rela-ción de dependencia objetiva para con la Iglesia.

El ministerio papal no se substituye, pues, ni en-tra en competencia con el ministerio episcopal; alcontrario, lo refuerza en su verdad, que es la deser como un signo e instrumento al servicio de lamanifestación en la historia de la obra de Cristo.Pues el obispo puede ser la cabeza de su Iglesiaprecisamente porque es signo de algo más que desí mismo o de una interpretación humana cual-quiera, es decir, porque es signo de la Iglesia uni-versal, y ello es hecho posible justamente a tra-vés de la comunión con el Papa. En este sentido,puede comprenderse la discutida afirmación dela constitución Pastor aeternus, del Concilio Va-ticano I, según la cual la dependencia del poderepiscopal con respecto al primado papal, paradó-jicamente, no lo debilita, sino que lo refuerza ydefiende.

Comunión y autoridad

Así entendida, la autoridad propia del sucesorde Pedro no existe nunca en la Iglesia como pura autoridad extrín-seca, yuxtapuesta a su naturaleza sacramental, teniendo como úni-co fundamento la relación de poder en la que uno es superior a otroy puede imponerle su voluntad. Aparece siempre, según su natura-leza, como principio visible de la unidad en la fe y en la comuniónplena de la Iglesia; éste es el motivo por el que el cristiano puede res-ponder con el «obsequio religioso de su inteligencia y voluntad».

Aunque los conflictos existirán siempre –y la Historia instruye so-bre la dureza que pueden alcanzar dentro de la Iglesia–, las rupturasllegarán sólo cuando desaparezca completamente el horizonte dela comunión de la Iglesia como fundamento real de la relación. El re-conocimiento de la autoridad del sucesor de Pedro no excluye, pues,posibles divergencias o debates; pero excluye que una interpreta-ción personal de las cosas pueda ser punto de partida suficiente pa-ra instituir otro criterio objetivo de permanencia en la unidad de laIglesia.

Lo normal no es, sin embargo, el conflicto extremo o la ruptura.En la vida cotidiana de la comunión, la autoridad propia del sucesorde Pedro es asumida en la Iglesia por su significado como principiode unidad en la fe y en la comunión, es decir con obsequio religio-so, que, por supuesto, admite diversos grados, acordes a los dife-rentes modos de ejercicio de su autoridad por el ministro.

De este modo, partiendo del don que salvaguarda la objetividad desu permanencia en la unidad de la Iglesia, en el centro del ministeriopetrino no se encuentra ninguna forma de poder humano, sino una par-ticular gracia del Espíritu, que posibilita el cumplimiento de la misióndel sucesor de Pedro. Pues, por un lado, el peculiar carisma de la in-falibilidad no responde simplemente a una mera búsqueda humana deseguridad, típica de la Era Moderna, sino, más hondamente, a la ne-cesidad de que la presencia de la obra divina en la Historia sea sal-vaguardada en su alteridad con respecto a la subjetividad humana. Y,por otra parte, el primado de jurisdicción no aparece simplemente co-mo una cuestión de soberanía o de constitución monárquica o abso-lutista de la Iglesia, sino en referencia a la verdad de la presencia enla Historia de la comunión que proviene de Cristo.

Podría decirse, por tanto, que en el fundamento del ministeriopetrino vige el principio contrario al absolutista, es decir, que veri-tas, non auctoritas facit legem: en este caso, la verdad de la perma-nencia del sucesor de Pedro en la comunión con Jesucristo. A partirde este rasgo fundamental, puede describirse la particular relación delPapa con la Iglesia: Pedro no se separará de la Iglesia, ni ésta deCristo. Unido al sucesor de Pedro, el cristiano permanece en la uni-dad de la Iglesia de Cristo.

Se puede responder así, igualmente, a las objeciones que ven enel primado papal una forma de absolutismo, y no sólo recordandoque, en general, está ligado a la Revelación, sino también que se

encuentra vinculado a las formas queridas por Cristo para su trans-misión histórica, de modo que ni la constitución ni la vida de laIglesia son originadas por su poder o por su voluntad.

Por consiguiente, afirmar la permanencia del sucesor de Pedro enla verdad de la Iglesia no significa, tampoco jurisdiccionalmente,situarlo por encima de ésta, sino en ella. De hecho, es doctrina comúnque, por su ministerio, el Papa no está por encima de la Palabra deDios, que se manifiesta en la regla de fe, en la enseñanza de losConcilios ecuménicos, incluso en el status generalis Ecclesiae. Porel contrario, en su ministerio da testimonio auténtico y sirve a laPalabra y los sacramentos, que provienen de Dios y son conservadosy transmitidos por la Iglesia.

La Historia misma nos muestra que el significado para la Iglesiadel ministerio papal no depende de que disponga de la teología máselaborada o de la política más eficaz, y ni siquiera de que haga un usofrecuente de su magisterio infalible; radica, más bien, en que la pre-sencia del sucesor de Pedro es criterio objetivo y visible de la Co-munión plena, de modo que los fieles pueden tener la certeza deque, unidos con él, permanecen en la verdadera fe, en la verdaderaunidad que viene del Espíritu de Cristo.

Alfonso Carrasco

NUEVO PAPA/EN PORTADA 21-IV-2005 ΩΩ7 AA

Juan Pablo II entrega el birrete cardenalicio a monseñor GonzálezZumárraga, en febrero

del año 2001

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21-IV-2005AA

Era la mañana del 1 de noviembre de1982. En la huerta del monasterio deLa Encarnación de Ávila, en un am-

biente cargado de alegría, 3.000 monjas con-templativas españolas de diversas Órdenesesperábamos, impacientes e ilusionadas, lallegada de nuestro Santo Padre, que venía aEspaña peregrino tras las huellas de santaTeresa de Jesús. Cuando apareció la figurablanca de Juan Pablo II, una indescriptibleemoción se apoderó de todas, y el estallidode vivas y aplausos resonó larga, larguísi-mamente, en aquel cielo castellano. Tenía-mos delante al Vicario de Cristo. Todas sa-bíamos cuánto había deseado él este en-cuentro. No en vano fue el gran místico con-templativo español, san Juan de la Cruz, elmaestro espiritual de su vida interior.

Nunca hemos podido olvidar lo que elSanto Padre nos dijo en aquella memorablejornada. Sus palabras nos confirmaron, unavez más, en la certeza de saber que nuestravida, dedicada completamente a la plegariay al silencio, a la adoración y a la penitenciadesde el claustro, ocupa un puesto de honoren la Iglesia. La oración y vigilias, la ala-banza en el oficio divino, la vida en la celdao en el trabajo, las mortificaciones, las en-fermedades o sufrimientos, unidos al Sacri-ficio de Cristo, son fuente de santificaciónpara el mundo.

Lo que esperaba de las contemplativasJuan Pablo II lo ha enseñado decenas de ve-ces a lo largo de su pontificado: que man-tengamos la fidelidad a nuestra vocación, anuestros fundadores, creciendo en la unióncon Cristo Esposo y poniéndolo cada díacomo el centro de nuestra existencia. Pero,sobre todo, nos lo ha enseñado con su ejem-plo y con su testimonio. ¡Cuántos jóvenesque ahora pueblan tantos monasterios han

respondido a la llamada de Dios al escuchar,en alguno de aquellos inolvidables encuen-tros, sus palabras, desbordantes de entu-siasmo y amor apasionado a Jesucristo! ¿Có-mo no recordar, con profunda emoción, suúltima visita a España y la vigilia de Cua-tro Vientos, cuando repetía a las jóvenes, re-calcando con fuerza cada palabra: «Si sien-tes la llamada de Dios, que te dice Sígueme,no la acalles. Sé generoso, responde comoMaría ofreciendo a Dios el sí gozoso de tupersona y de tu vida».

Que Juan Pablo II sentía un gran apreciopor la vida contemplativa es bien sabido. Unamuestra palpable de este amor es el hecho deque, en 1994, establecía un monasterio declausura papal dentro de los muros del Vati-cano: el monasterio Mater Ecclessiae, donde,turnándose cada cinco años, permaneceríandiversas Órdenes femeninas orando e inmo-lándose por la Iglesia. La proclamación, en1997, de santa Teresa del Niño Jesús, carme-lita descalza, como Doctora de la Iglesia, yel nombramiento de santa Teresa Benedictade la Cruz (Edith Stein), también carmelitadescalza, como coPatrona de Europa en 1998,son también pruebas evidentes de que el Pa-pa estaba convencido de que las almas con-templativas tienen mucho que decir a nuestromundo: «Entre todas las personas a las queel Papa ama y a las que se acerca –dijo a lasclarisas en Albano, en 1979–, vosotras sois,ciertamente, las más preciosas, porque el Vi-cario de Cristo tiene una necesidad extrema devuestra ayuda espiritual. (...) Yo miro conconfianza vuestras manos juntas, y confio alardor de vuestra caridad la agotadora misióndel supremo pontificado».

¡Qué verdad es que las monjas de clau-sura no hemos abandonado el mundo paradesentendernos de él! Al contrario, a todos

los llevamos en el corazón. Las esperanzasy los sufrimientos de los hombres son tam-bién los nuestros, y el deseo de trabajar porla Iglesia y por las almas, entregando la vi-da por ellas, debe ser inmenso en nosotras:«En particular por sus obispos, sacerdotesy misioneros, de quienes sois auxiliares es-condidas, silenciosas, pero necesarias», nosrecordaba el Papa . «A ejemplo de los santos–nos decía también–, consagraos, inmola-os cada vez más, sin pretender siquiera sabercómo utiliza Dios vuestra colaboración».

El Santo Padre ha sido el más grande de-fensor de la vida contemplativa, «que elmundo considera una actividad anacrónica,e incluso inútil. Esta incomprensión puedehacernos sufrir y hasta humillaros. Os diré,como Cristo: No temáis, pequeño rebaño».

En el corazón de la Iglesia

¿Cómo podremos expresar debidamen-te el profundo amor y la veneración que sen-timos por Juan Pablo II, en quien siemprehemos visto tan claramente al dulce Cristoen la tierra? ¿Cómo expresar nuestro doloren los últimos días de la vida del Papa? Senos iba nuestro Pastor y nuestro Padre, enmedio de grandes sufrimientos, tan heroi-camente soportados. Y, recordando lo queen una ocasión nos había dicho: «¡A voso-tras, a vuestras oraciones encomiendo laIglesia y Roma! ¡Estad conmigo, junto a mí,vosotras, que estáis en el corazón de la Igle-sia!», quisimos acompañarle día y noche,con nuestra oración y sacrificios, arrodilla-das en espíritu junto a su lecho de dolor, enel último y definitivo viaje.

Cuando, en octubre de 2004, quiso él des-pedirse de las carmelitas descalzas que ha-bían permanecido cinco años en el monas-terio Mater Ecclesiae, con la emoción re-flejada en su rostro, sólo pudo pronunciaruna palabra: ¡Gracias! Y es que ya nos lohabía dicho todo. Nosotras, con el corazónlleno de tristeza, pero a la vez rebosandoagradecimiento a Dios por el don inestima-ble de la vida de nuestro tan amado Papa,nos despedimos de él con la misma palabra:¡Gracias!

Gracias, Santo Padre, por su amor a Je-sucristo, por haberse gastado hasta su últimoaliento, ante nuestros ojos, por la Iglesia ypor las almas. Gracias, porque nos ha pues-to tantas veces de modelo a la Santísima Vir-gen para que, como Ella, «desde la cruz ygloria de su Hijo, sepamos ser alegre dona-ción a la Iglesia». Gracias, por habernos ex-plicado, sin cansarse, las excelencias denuestra vocación, por sus palabras llenas deamor, que han hecho arder nuestros corazo-nes en el camino de cada día. Gracias, por-que nos han defendido ante las incompren-siones del mundo y nos ha animado a vivirsiempre gozosamente y con fidelidad nues-tra consagración a Dios.

Desde los más hondo de nuestro ser:¡Gracias, gracias, gracias!

Una monja contemplativa

La voz de las contemplativas

¡Gracias, gracias, gracias!

Encuentro del PapaJuan Pablo II conlas contemplativas,en el convento de laEncarnación, de Ávila,en su primera visita a España en 1982

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in duda recuerdan nuestros lectores to-davía conmovidos y emocionados aquelviento recio e impetuoso que se levantósobre el féretro con los restos mortalesdel inolvidable y querido Juan Pablo II en

la Plaza de San Pedro: un viento que empezó a pa-sar las hojas del Evangelio colocado sobre el ataúd;un viento simbólico y sugestivo como nunca. Evan-gelio puro había sido la vida del Papa que acababade llegar a la plenitud de esta Vida Última, y Evan-gelio puro pedía el Espíritu de Dios para la Iglesiadel inmediato futuro. La tarde del martes, cuandoel Santo Padre Benedicto XVI se iba a asomar, porvez primera, al balcón de la logia de la basílica va-ticana, ante el pueblo de Dios apiñado y expectanteen una plaza de San Pedro a rebosar, de repente mis-teriosamente empezó a caer una lluvia inesperada; nohabía llovido en todo el día, era como una lluvia degracia la que en ese momento caía sobre la Iglesiauniversal.

Las campanas de San Pedro y las de toda Romafueron lanzadas al vuelo dando noticia del nuevoobispo de Roma; inmediatamente le respondieronlas campanas de las catedrales e iglesias del mundocatólico, hasta las de la más escondida aldea: deCastilla a Cartagena de Indias, de África a Japón,de Oceanía al Polo Norte. Se anunciaba al puebloun gozo grande: «¡Tenemos Papa!» Los cardenalesasomados a los balcones de la basílica como chi-quillos grandes aplaudían sin poder contener el go-zo por el 265 sucesor de San Pedro que se asomabaal balcón, y cuyas primeras palabras eran para elGran Papa Juan Pablo II, apagadas por el primeraplauso cerrado de toda la plaza. Acababan de ren-

dir tributo de fide-lidad, de obedien-cia, de felicitaciónal nuevo Papa queacababan de elegiren uno de los Cón-claves más cortosde la Historia. Sólocuatro votaciones(Juan Pablo II ne-cesitó ocho) dan

idea cabal y testimonian una insuperable lección deunidad en la Iglesia Santa de Dios. ¿Dónde quedabanlas quinielas, las elucubraciones, los globos sonda,las ideologías, los intereses tan cacareados en lashoras inmediatamente anteriores por los medios decomunicación social?

Bajo el balcón de la logia central de la basílica va-ticana hay un bajorrelieve en piedra que representala entrega por Jesucristo a Pedro, el pescador de Ga-lilea, de las llaves de la Iglesia. Previamente, sólo lehabía hecho una pregunta: «¿Pedro, me amas másque éstos?» El pescador, como su 265 sucesor acer-tó a susurrarle: «Se-ñor, Tú lo sabes to-do; Tú sabes que tequiero». Acaso enestas sencillísimase insuperables pala-bras está todo elmisterio y el secretode una fidelidad demás de dos mile-nios. La Iglesia, que

hace sólo 15 días padecía un verdadero tsunami desereno sufrimiento por la desaparición física de unode los más grandes y más queridos Pontífices de lahistoria de la Iglesia –resulta difícil no imaginar lasonrisa complacida de Karol Wojtyla desde la ven-tana de la Casa del Padre–, acaba de vivir un mo-mento fuerte de gozo, de júbilo, de esperanza y de ac-ción de gracias a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.Es una hora histórica para la Iglesia entera y tambiénpara el mundo; de manera muy especial y esperan-zada para esos millones de seres humanos que lohan vivido, con miradas atónitas de niños y jóve-nes, que, en directo en la plaza de San Pedro, en ra-cimos familiares, cogidos de las manos de sus padreso abuelos, o a través de la radio o televisión, hansentido en su alma la sacudida espiritual de alta in-tensidad que hace así de inolvidable un aconteci-miento eclesial como éste.

«Humilde trabajador en la viña del Señor», se hadefinido, en sus primeras palabras, Benedicto XVI,que se ha confiado a nuestras oraciones y que ha pues-to su pontificado, para gloria de Jesús resucitado, enlas manos de su Santísima Madre. A la orilla del lagode Tiberíades, el Señor dijo a sus primeros discípulos:«No os dejaré huérfanos». 2005 años después, siguecumpliendo su divina palabra para gozo y esperanzafirme de todos. El nuevo Vicario de Cristo es, a lavez, Pedro y Padre. Todos estamos seriamente obli-gados a la gratitud por haber aceptado el peso de tan-ta responsabilidad, y a la plegaria insistente para quepueda responder, con fidelidad, al mandato recibidoy al compromiso de ser guía para todos en la verdady en la caridad. No en vano el lema de su escudo epis-copal reza: Cooperatores veritatis.

NUEVO PAPA/CRITERIOS 21-IV-2005 ΩΩ9 AA

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Una lluvia de gracia

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Tú eres Pedro

Tú eres Pedro, Benedicto XVI, y sobre esta piedra edificarémi Iglesia, dice El Señor. El tesoro de la fe se transmite des-

de hace dos mil años sobre la tierra, a pesar de todos lospecados y peligros. «¡No tengáis miedo!», nos dijo Juan Pa-blo II. Ánimo, Benedicto XVI, el Señor te ha puesto para di-rigir la barca de la Iglesia en este tercer milenio donde reinala apostasía y el agnosticismo. Conservador, sí, del tesoro dela fe, para anunciarla a los hombres y mujeres de hoy, ytransmitirla a la próxima generación; progresista, sí, para ca-minar firme hacia Jesucristo: el Camino, la Verdad y la Vida.Tú eres Pedro, Benedicto XVI.

Francisco Javier AlbaMadrid

El Papa amigo del Papa

Mi queridísimo Juan Pablo: ¡estás en el cielo! ¡Qué cer-teza tenemos todos! El Espíritu Santo, contigo a su

lado, ha elegido a tu gran amigo Joseph Ratzinger. ¡Qué ale-

gría! ¡Viva Benedicto XVI! Papa mío, y tú, desde el cielo,no vas a dejar de rezar por él, con esa ansia e ilusión quelos santos tenéis: «Que yo sea bueno y los demás..., mejoresque yo». ¡Y así será con la ayuda de Dios! ¡Nos vemos enColonia!

Jesús Asensi VendrellValencia

La Iglesia: Una

Querría expresar mi más sincera bienvenida a este nue-vo Papa, que sepa que cuenta con nuestra adhesión

más firme y nuestro cariño más profundo. Ya el mismo día desu elección, he podido constatar ciertas críticas hacia supersona desde algunos medios públicos que me han entris-tecido. ¿Cuándo querrán entender que la Iglesia es Una,Santa, Católica, Apostólica y Romana? No hay divisionesde izquierdas ni de derechas, conservadores ni progresis-tas. La Iglesia católica es una familia, y los que estamos enella, lo estamos por una cuestión de Amor. Amor a Cristo yfidelidad a sus enseñanzas, que en lo esencial siguen sien-do las mismas que hace dos mil años. Gracias, BenedictoXVI, por asumir tan pesada carga con tanto amor.

Ana Alemany Haro Madrid

¡Habemus Papam!

¡Bienvenido, Santo Padre! La verdad es que me siento to-davía un poco huérfana de Juan Pablo II, pero ya tie-

ne Su Santidad lugar en mi corazón y seguro que en el de to-dos los cristianos. Le encomendamos mucho. Le apoyamos.¡Le queremos!

Pilar Blanco del PradoBadalona

Nos vemos en Colonia

Quiero manifestar mi alegría por la elección del nuevo Pa-pa, un hombre a quien todos conocemos, y que ha si-

do tan fiel durante estos años a Juan Pablo II el Grande. Labreve duración del Cónclave ha puesto de manifiesto la uni-dad de la Iglesia y el gran prestigio de que goza este nuevoPapa. Nos vemos este verano en Colonia, Santo Padre.

José María SaldañaZaragoza

Querido Santo Padre:

Le escribo estas líneas a los pocos minutos de su eleccióncomo sucesor de Juan Pablo II, para decirle que le quie-

ro mucho y que, aunque no puedo andar, hablar, ni prác-ticamente moverme, intentaré desde mi silla da ruedasayudarle con lo más hermoso que tengo, mi enfermedady mi oración, a recorrer el nuevo camino que acaba deemprender, por deseo expreso del Espíritu Santo. Para quesiga defendiendo como hasta ahora la doctrina de la Igle-sia, igual que lo hizo en el pontificado de su santo pre-decesor, a pesar de las críticas que recibe –y recibirá–,por mantenerse fiel al depósito de la fe, en contra a vecesde la opinión de los poderosos de la tierra.

Quiero manifestarle mi alegría, y decirle que en su pri-mera aparición en público me ha parecido Usted un pa-drazo, conmovido y alegre. Sepa también que, por lo me-nos, tiene un hijo, que hará lo posible para que Dios sigagobernando la Iglesia con instrumentos insuficientes, co-mo Usted ha dicho refiriéndose a si mismo. Cuente con to-da mi oración, mi cariño y mi apoyo. Muchas gracias porsu atención.

Francisco Seva Herrera Madrid

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

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NUEVO PAPA 24-III-2005 ΩΩ11 AA

SS. MM. Los Reyes Don Juan Carlosy Doña Sofía

Al recibir con júbilo la noticia de vuestra elec-ción a la sucesión en la Sede Apostólica, la

Reina y yo deseamos haceros llegar, con nuestra fi-lial adhesión, el ferviente testimonio de nuestra mássincera y afectuosa felicitación. Junto con toda la Fa-milia Real, hacemos votos y rogamos a Dios paraque os aliente e ilumine en vuestro ministerio apos-tólico, para el bien de la cristiandad yde todas las naciones y pueblos de latierra.

Don Jose Luís Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno

Reciba en nombre del Gobierno deEspaña y del pueblo español nues-

tra más calurosa felicitación por suelección como Sumo Pontífice de laIglesia católica, y con mis mejores de-seos para el pontificado que hoy inicia.Asimismo, le manifiesto la voluntaddel Gobierno de España de mantenerlas históricas relaciones entre Españay la Santa Sede y de cooperar con SuSantidad durante su mandato. Apro-vecho la ocasión, Santidad, para ha-cerle llegar el testimonio de mi másalta consideración y estima.

Don Mariano Rajoy, Presidente del Partido Popular

Deseo la mejor fortuna al nuevo Pa-pa Benedicto XVI, que su magis-

terio nos ayude a todos a ser mejorespersonas.

Nuncio Apostólico en España

La elección ha sido muy rápida, asíque esto significa que ha habido un

consenso alrededor del nuevo Papa Be-nedicto XVI. Hablamos de una personaextraordinaria que tiene una prepara-ción filosófica y teológica excelente; estudió en lasmejores universidades de Alemania, ha sido profe-sor universitario de gran valor… Recuerdo que par-ticipó en el Concilio Vaticano II como experto, erateólogo joven… Fue arzobispo de Munich, y cuandoJuan Pablo II inició su pontificado, en 1978, pensóen él. Le confió uno de los dicasterios más impor-tantes y más difíciles que tiene la Iglesia, que es laCongregación para la Doctrina de la Fe. El cardenal,además, era miembro de diversos dicasterios de lacuria. En pocas palabras, una persona sumamentebien preparada y en contacto con los grandes proble-mas del mundo de hoy. Estoy contento, creo que es-te va a ser un gran Papa.

Conferencia Episcopal

Eexpresamos a Vuestra Santidad nuestra com-pleta y afectuosa adhesión filial, al tiempo

que le aseguramos nuestro amor por la SedeApostólica a la que el Espíritu Santo le acaba dellamar. Renovamos hoy, Santo Padre, nuestradisposición más sincera para trabajar en plenacomunión con Pedro y bajo Pedro en el anunciodel Evangelio a la Humanidad de nuestros días.

Sabe Vuestra Santidad que cuenta con las ora-ciones fervientes de los católicos españoles para queel Señor le asista con su luz y su fuerza en el minis-terio que Él mismo le ha confiado.

Presidente de la Comisión Europea

En nombre de la Comisión Europea quisiera ex-presar los más fervientes augurios para que un

largo y fecundo pontificado, permita a Su Santi-dad trabajar por el diálogo entre las religiones ypor los valores universales, por la defensa de los de-rechos del hombre y la dignidad de la persona hu-mana.

Secretario de la Conferencia Episcopal

He tratado varias veces con Joseph Ratzinger,aquí en España, y también en Roma, cuando yo

era Secretario de la Comisión Episcopal de la Doc-trina de la Fe y teníamos allí reuniones de tipo oficial.Es un hombre dedicado a su trabajo, que trata a los de-más con mucha cercanía, y delicadeza. Muy humil-de, que va a lo esencial. Estuve con él en España, enel año 93, en un viaje que hizo a Toledo, cuando asis-

tió a unos cursos en El Escorial, y vi-sitamos juntos la ciudad, junto con elarzobispo de Toledo entonces, monse-ñor Marcelo. Es de un trato exquisito,con una gran cultura, muy interesadopor todo, y muy atento. No va que-riendo hacerse ver, él aparece lo justo.Respecto a su labor en el futuro, no po-demos decir cómo va a ser un papadoque todavía no ha comenzado, pero elservicio a la Iglesia de Benedicto XVIno va a ser un tiempo banal, no va apasar el tiempo en balde, va a ser fruc-tífero para la vida de la Iglesia, porqueél es un gran teólogo, un gran pastor, yun gran cristiano libre, libre para de-dicarse a su misión sin dejarse impre-sionar ni esclavizar con opiniones oideas superficiales o de moda.

Monseñor Cañizares, arzobispo de Toledo

Es una elección que, como obra ins-pirada por el Espíritu, no podemos

menos que reconocer ahí el don deDios. Dios ha suscitado un pastor con-forme a su corazón y lo ha puesto alfrente de su Iglesia. Para mí es un cam-peón de la fe, y como tal campeón dela fe va a ser una roca firme, la de Pe-dro, sobre la que se asiente la Iglesia,una fe que es la garantía de la Iglesia yde la fidelidad a Jesucristo, que es alque los hombres esperan y necesitan.Por eso, el pontificado que ahora seabre con el nuevo Papa es un pontifi-cado que se abre con la esperanza y lamirada puesta en Jesucristo, que va allevar también a una Iglesia que seamuy ágil para ocuparse menos de suscosas y sencillamente ofrecerles a loshombres la riqueza que ella tiene que

es sencillamente la persona de Jesucristo.

Monseñor Javier Martínez, arzobispo de Granada

Es una alegría muy grande para todos. Es un sig-no de que el mensaje del pontificado de Juan

Pablo II continúa. Él ha sido probablemente el co-laborador más estrecho de Juan Pablo II y, por tan-to, una garantía de que su legado, que ha movido amillones de personas a la alegría y la esperanza, si-gue vivo en medio de nosotros y permanece.

Rosa Puga Davila

Acogido con esperanzaLes ofrecemos algunas de las primeras impresiones llegadas a nuestra redacción tras la elección del nuevo Papa. Las reacciones de Moscú, Jerusalén y el mundo árabe denotan que han acogido con esperanza el nombramiento

y han reclamado que prosiga el espíritu de diálogo que había iniciado Juan Pablo II:

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En esta hora de gran responsabilidad, escuchemos con particularatención lo que nos dice el Señor con sus mismas palabras. Delas tres lecturas, quisiera escoger sólo algún pasaje que nos

afecta directamente en un momento como éste. La primera lectura ofrece un retrato profético de la figura del

Mesías, un retrato que alcanza todo su significado en el momento enel que Jesús lee este texto en la sinagoga de Nazaret, cuando dice:«Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». En el cen-tro de este texto profético, encontramos una frase que, al menos a pri-mera vista, parece contradictoria. Al hablar de sí mismo, el Mesíasdice que ha sido enviado «a pregonar el Año de gracia del Señor, elDía de venganza de nuestro Dios». Escuchamos, con alegría, elanuncio del Año de la misericordia: la misericordia divina pone unlímite al mal, nos ha dicho el Santo Padre. Jesucristo es la miseri-cordia divina en persona: encontrar a Cristo significa encontrar la mi-sericordia de Dios. El mandato de Cristo se ha convertido en nues-tro mandato a través de la unción sacerdotal; estamos llamados apromulgar no sólo con las palabras, sino también con la vida y conlos signos eficaces de los sacramentos, el Año de la misericordiadel Señor. Pero, ¿qué quiere decir Isaías cuando anuncia el Día devenganza de nuestro Dios? Jesús, en Nazaret, al leer el texto profé-tico, no pronunció estas palabras; concluyó anunciando el Año de lamisericordia. ¿Fue éste quizá el motivo del escándalo que tuvo lugar

tras su predicación? No lo sabemos. De todos modos, el Señor ofre-ció su comentario auténtico a estas palabras con su muerte en lacruz. «Él mismo sobre el madero llevó nuestros pecados…», dice sanPedro. Y san Pablo escribe a los Gálatas: «Cristo nos rescató de lamaldición de la ley, haciéndose Él mismo maldición por nosotros,pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero,a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición deAbraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa».

La misericordia de Cristo no es una gracia barata, no supone la ba-nalización del mal. Cristo lleva en su cuerpo y en su alma todo el pe-so del mal, toda su fuerza destructora. El Día de la venganza y elAño de la misericordia coinciden en el Misterio Pascual, en Cristo,muerto y resucitado. Ésta es la venganza de Dios: Él mismo, en la per-sona del Hijo, sufre por nosotros. Cuanto más quedamos tocadospor la misericordia del Señor, más solidarios somos con su sufri-miento, más disponibles estamos para completar en nuestra carne loque falta a las tribulaciones de Cristo.

Pasemos a la segunda lectura, la Carta a los Efesios. Afrontaesencialmente tres argumentos: en primer lugar, los ministerios ylos carismas en la Iglesia, como dones del Señor resucitado y elevadoal cielo; a continuación, la maduración en la fe y en el conocimien-to del Hijo de Dios, como condición y contenido de la unidad en elCuerpo de Cristo; y, por último, la participación común en el creci-miento del Cuerpo de Cristo, es decir, la transformación del mundoen la comunión con el Señor.

Detengámonos en dos puntos. El primero, es el camino hacia lamadurez de Cristo, como dice, simplificando, el texto en italiano. Másen concreto tendríamos que hablar, según el texto griego, de la me-dida de la plenitud de Cristo, a la que estamos llamados a llegar pa-ra ser realmente adultos en la fe. No deberíamos quedarnos como ni-ños en la fe, en estado de minoría de edad. Y, ¿qué significa ser ni-

Texto íntegro de la Homilía del cardenal Ratzinger en la misa por la elección del Papa

Un pastor que nos guíe al conocimiento de Cristo

Publicamos la homilía del cardenal Joseph Ratzinger antes de serelegido Papa. La pronunció en la misa Por la elección del RomanoPontífice que, como Decano del Colegio cardenalicio, concelebrójunto con los demás cardenales electores, en la basílica de San Pedrodel Vaticano, la mañana del lunes en que comenzó el Cónclave

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ños en la fe? Responde san Pablo: significa ser «llevados a la deri-va y zarandeados por cualquier viento de doctrina». ¡Una descripciónmuy actual!

¡Cuántos vientos de doctrina hemos conocido en estas últimasdécadas, cuántas corrientes ideológicas, cuántas modas del pensa-miento…! La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianoscon frecuencia ha quedado agitada por las olas, zarandeada de un ex-tremo al otro: del marxismo al liberalismo, hasta el libertinismo;del colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vagomisticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada díanacen nuevas sectas y se realiza lo que dice san Pablo sobre el engañode los hombres, sobre la astucia que tiende a inducir en el error. Te-ner una fe clara, según el Credo de la Iglesia, es etiquetado con fre-cuencia como fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es de-cir, el dejarse zarandear por cualquier viento de doctrina, pareceser la única actitud que está de moda. Se va constituyendo una dic-tadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo, y quesólo deja como última medida el propio yo y sus ganas.

Una fe adulta

Nosotros tenemos otra medida: el Hijo de Dios, el verdaderohombre. Él es la medida del verdadero humanismo. Adulta no esuna fe que sigue las olas de la moda y de la última novedad; adul-ta y madura es una fe profundamente arraigada en la amistad conCristo. Esta amistad nos abre a todo lo que es bueno y nos da la me-dida para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre el engaño yla verdad.

Tenemos que madurar en esta fe adulta, tenemos que guiar haciaesta fe al rebaño de Cristo. Y esta fe, sólo la fe, crea unidad y tienelugar en la caridad. San Pablo nos ofrece, en oposición a las continuasperipecias de quienes son como niños zarandeados por las olas, unabella frase: Hacer la verdad en la caridad, como fórmula funda-mental de la existencia cristiana. En Cristo coinciden verdad y ca-ridad. En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nues-tra vida, verdad y caridad se funden. La caridad sin verdad sería cie-ga; la verdad sin caridad sería como un címbalo que tintinea.

Pasemos ahora al Evangelio, de cuya riqueza quisiera sacar tan só-lo dos pequeñas observaciones. El Señor nos dirige estas maravillo-sas palabras: «No os llamo ya siervos…, a vosotros os he llamado ami-gos». Muchas veces nos sentimos simplemente siervos inútiles, y esverdad. Y, a pesar de ello, el Señor nos llama amigos, nos hace sus ami-gos, nos da su amistad. El Señor define la amistad de dos maneras. Nohay secretos entre amigos: Cristo nos dice todo lo que escucha al Pa-dre; nos da su plena confianza y, con la confianza, también el cono-cimiento. Nos revela su rostro, su corazón. Nos muestra su ternura pornosotros, su amor apasionado que va hasta la locura de la cruz. Nosda su confianza, nos da el poder de hablar con su yo: «Éste es micuerpo…»; «Yo te absuelvo…» Nos confía su cuerpo, la Iglesia.Confía a nuestras débiles mentes, a nuestras débiles manos su verdad,el misterio del Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; el misterio del Diosque, «tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único». Nos ha he-cho sus amigos; y nosotros, ¿cómo respondemos?

El segundo elemento con el que Jesús define la amistad es la co-munión de las voluntades. Idem velle - idem nolle, era también pa-ra los romanos la definición de la amistad. «Vosotros sois mis ami-gos, si hacéis lo que yo os mando». La amistad con Cristo coincidecon lo que expresa la tercera petición del Padrenuestro: «Hágase tuvoluntad así en la tierra como en el cielo». En la hora de Getsema-ní, Jesús transformó nuestra voluntad humana rebelde en voluntadconformada y unida con la voluntad divina. Sufrió todo el dramade nuestra autonomía y, al llevar nuestra voluntad en las manos deDios, nos da la verdadera libertad: «Pero no sea como yo quiero,sino como quieras Tú». En esta comunión de las voluntades tiene lu-gar nuestra redención: ser amigos de Jesús, convertirse en amigos deDios. Cuanto más amamos a Jesús, más le conocemos, más crecenuestra auténtica libertad, la alegría de ser redimidos. ¡Gracias, Je-sús, por tu amistad!

Una santa inquietud

El otro elemento del Evangelio que quería mencionar es el dis-curso de Jesús sobre llevar fruto: «Os he destinado para que vayáisy deis fruto, y que vuestro fruto permanezca». Aquí aparece el di-namismo de la existencia del cristiano, del apóstol: os he destinadopara que vayáis… Tenemos que estar animados por una santa in-quietud: la inquietud de llevar a todos el don de la fe, de la amistadcon Cristo. En verdad, el amor, la amistad de Dios, nos ha sido da-

da para que llegue también a los demás. Hemos recibido la fe para entregarla a los demás, somos sacerdotes

para servir a los demás. Y tenemos que llevar un fruto que perma-nezca. Pero, ¿qué queda? El dinero no se queda. Los edificios tam-poco se quedan, ni los libros. Después de un cierto tiempo, más o me-nos largo, todo esto desaparece. Lo único que permanece eterna-mente es el alma humana, el hombre creado por Dios para la eter-nidad. El fruto que queda, por tanto, es el que hemos sembrado en lasalmas humanas, el amor, el conocimiento; el gesto capaz de tocar elcorazón; la palabra que abre el alma a la alegría del Señor. Entonces,vayamos y pidamos al Señor que nos ayude a llevar fruto, un frutoque permanezca. Sólo así la tierra se transforma, de valle de lágrimas,en jardín de Dios.

Volvamos, por último, una vez más, a la Carta a los Efesios. LaCarta dice, con las palabras del Salmo 68, que Cristo, al ascender alcielo, «subiendo al cielo, dio dones a los hombres». El vencedordistribuye dones. Y estos dones son apóstoles, profetas, evangelistas,pastores y maestros. Nuestro ministerio es un don de Cristo a loshombres para edificar su cuerpo, el mundo nuevo. Vivamos nuestroministerio de este modo, ¡como don de Cristo a los hombres! Pero,en este momento, pidamos sobre todo con insistencia al Señor que,después del gran don del Papa Juan Pablo II, nos dé de nuevo unpastor según su corazón, un pastor que nos guíe al conocimiento deCristo, a su amor, a la verdadera alegría. Amén.

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TESTIMONIOΩΩ14

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Por un bello impulso del corazón, elmiércoles 6 de abril, a las 7 de la ma-ñana, cogíamos el avión a Roma. Lo

hacíamos a sabiendas de que era muy pro-bable que no pudiésemos venerar al Papa,por las pocas horas que íbamos a pasar allí.Teníamos prevista la vuelta a las 7 de la tar-de, pues nuestros compromisos laborales nonos permitían más. Ello suponía irse de SanPedro a las cuatro y media. Pensamos que,aunque no llegáramos, nos compensaba ha-cer el viaje, con el esfuerzo económico quesuponía, por amor y gratitud al Papa. Y por-que éramos conscientes de que era un mo-mento excepcional que no queríamos dejarpasar. Comenzamos la cola a las 10.30 dela mañana, sin tener mucha idea de lo quenos faltaba o de dónde estábamos. Sólo te-níamos seis horas para ver al Papa...

Eramos un grupo de cinco, una de noso-tros con la salud delicada y yo misma em-barazada de más de seis meses. Cinco ho-ras en la cola, y ni siquiera vislumbrábamosla Via della Conciliazione, empezamos abuscar soluciones para poder ver al Papa.Tres de los que venían con nosotros, entreellos la persona más delicada de salud, pu-dieron cambiar los billetes para el día si-guiente a las l0 de la mañana, a mi esposo ya mí, por motivos laborales, nos resultabaimposible esta opción, así que tuvimos quepensar otra alternativa. Decidimos salirnosde la cola y preguntar a los carabinieri máscercanos si cabía la posibilidad de que tu-

vieran una atención conmigo, ya que estoyembarazada. Nos dijeron que nos olvidára-mos, que hasta la entrada prevista para losenfermos y minusválidos se había colapsa-do y cerrado... Desanimados, pero entrega-dos a la voluntad de Dios, volvimos a ver anuestros familiares en la cola, para despe-dirnos de ellos y, al menos, dar una vueltapara vivir el ambiente de Roma. Ya que noíbamos a ver al Papa, al menos ver a la gen-te y dejarnos impregnar por ese espíritu desacrificio y de oración. Con todo, antes desepararnos, el alma mater del grupo nos di-jo: «Yo continúo rezando». Y unas horas an-tes, en una llamada telefónica, un sacerdotenos había dicho: «No os queda más queabandonaros a la Divina Providencia».

El poder de la oración

Con esto en el corazón, comenzamosnuestro camino lateral hacia la Plaza de SanPedro. Llegamos a la famosa Vía della Con-ciliazione, desde donde ya se podía oír lamúsica preparatoria de la Plaza. Y ahí co-menzaron a abrirse las barreras, prodigio-samente. De repente, un guardia abre unade las barreras, mi marido me llama y nosmetemos; y, como si nadie nos viera, co-menzamos a caminar entre vigilantes y po-licías acreditados, que no nos preguntabannada y nos dejaban avanzar. La oración denuestra compañera que se había quedado enla cola, el espíritu de Juan Pablo II, los án-

geles, el bebé de mi vientre, y la confianza ytenacidad de mi esposo, nos estaban abrien-do el paso. Cuando un guardia nos pregun-taba algo, le enseñábamos mi estado, y nosdejaba pasar. Así continuamos hasta el fi-nal, en que nos encontramos con un granNo, que luego se convirtió en un nuevo Sí, y,por una escalinata lateral, finalmente nosvimos ahí, a una velocidad pasmosa, anteJuan Pablo II. A sus pies pusimos nuestrasvidas, nuestros corazones, y pudimos expe-rimentar cómo la misericordia y el amor deDios se derramaban en nuestra alma a travésdel Papa.

Realmente, lo que ha pasado estos díasen Roma no es un fenómeno mediático. Lasfotos e imágenes son muy elocuentes, peronunca podrán reflejar con fidelidad la tras-cendencia de lo acontecido en Roma y enel corazón de cada uno de los que hemos es-tado allí. Tampoco el Papa ha sido a lo largode su pontificado una mera estrella de losmedios de comunicación. Para comprenderla vida de este Papa –al que el apelativo deGrande o Magno le queda pequeño–, qui-zás nos ayuden sus propias palabras: «Entodo lo que hago hay algo que no es sóloiniciativa mía». Un hombre cuya vida ha si-do docilidad al Espíritu Santo, arcilla blan-da en las manos del Padre. Lo sucedido es al-go muy hermoso, sin precedentes en la his-toria de la Iglesia y de la Humanidad. Algomuy grande, imposible de aprehender en sutotalidad, por su magnitud. Es un aluviónde gracias del que los corazones bien dis-puestos hemos podido beneficiarnos.

La cola para venerar al Papa en cuerpopresente, que comenzó siendo de unas tres,cuatro horas y llegó a las veinte –nuestroscompañeros de cola, los verdaderos héroes,llegaron a ver al Papa a las 5 de la mañana,tras una bella vigilia de oración en la Plazade San Pedro–, es la manifestación de unpueblo que quiere manifestar su agradeci-miento y su amor con este gesto heroicoofrecido al cielo. El alma vuela y acompañaa Juan Pablo II en su regreso a la moradadel Padre. ¡Qué viaje habrá sido éste! ¡Québelleza! Muchos hemos ya imaginado ge-nerosamente el acompañamiento angélico, laacogida de la Madre, el abrazo del Padre, laalegría del encuentro con su familia, con lossantos que ha canonizado, con las almas quese han salvado por su oración. El cielo ce-lebra esta entrada, el gozo es inmenso.

Vivimos días de meditación, de recogi-miento, de oración, de gracias. Y de una granesperanza, porque estos millones de perso-nas que hemos acudido a Roma a venerarlos restos mortales de nuestro amado Papa lohacemos llevados por un empuje y deter-minación que el Señor suscita en el corazónpara que lo abramos de par en par –utili-zando una expresión suya– a las gracias queya Juan Pablo II derrama desde el cielo, que-dando así expuestos al amor de Cristo, sinmiedo, tal como él sugirió al principio desu pontificado. Él es ahora nuestro interce-sor de excepción para que logremos hacer-lo y nuestra vida sea transparencia de Cris-to muerto y resucitado.

Gracias a este acontecimiento hemos po-dido comprender la fuerza de la oración, ca-paz de cambiar el curso de la Historia, hechodel que el propio Juan Pablo II es protago-nista.

Georgina Trías

Mucho más que unfenómeno mediático

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EL DÍA DEL SEÑOR 21-IV-2005 ΩΩ15 AA

El misterio de la Santa Iglesia se manifiesta en su fundación. Pues nuestro Señor Jesús dio comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva, es decir, lallegada del reino de Dios prometido desde siglos en la Escritura: «Porque el tiempo está cumplido, y se acercó el reino de Dios». Ahora bien, este reino

brilla ante los hombres en la palabra, en las obras y en la presencia de Cristo. La palabra de Dios se compara a una semilla sembrada en el campo: quienes laoyen con fidelidad y se agregan a la pequeña grey de Cristo, ésos recibieron el Reino; la semilla va después germinando poco a poco y crece hasta el tiempode la siega. Los milagros de Jesús, a su vez, confirman que el Reino ya llegó a la tierra: «Si expulso los demonios por el dedo de Dios, sin duda que el reinode Dios ha llegado a vosotros». Pero, sobre todo, el Reino se manifiesta en la persona misma de Cristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre, quien vino a servir ya dar su vida para la redención de muchos. Mas como Jesús, después de haber padecido muerte de cruz por los hombres, resucitó, se presentó por elloconstituido en Señor, Cristo y Sacerdote para siempre y derramó sobre sus discípulos el Espíritu prometido por el Padre. Por esto la Iglesia, enriquecida conlos dones de su Fundador y observando fielmente sus preceptos de caridad, humildad y abnegación, recibe la misión de anunciar el reino de Cristo y de Diose instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino. Y, mientras ella paulatinamente va creciendo, anhelasimultáneamente el Reino consumado y, con todas sus fuerzas, espera y ansía unirse con su Rey en la gloria.

Constitución Lumen gentium, 5

Esto ha dicho el Concilio

Evangelio

En aquel tiempo dijo Je-sús a sus discípulos:

«No perdáis la calma,creed en Dios y creed tam-bién en mí. En la casa de miPadre hay muchas estancias,si no, os lo habría dicho, yme voy a prepararos sitio.Cuando vaya y os preparesitio, volveré y os llevaréconmigo, para que donde es-toy yo, estéis también voso-tros. Y adonde yo voy, ya sa-béis el camino».

Tomás le dice: «Señor,no sabemos a dónde vas.¿Cómo podemos saber elcamino?»

Jesús le responde: «Yosoy el Camino, y la Verdad, yla Vida. Nadie va al Padre si-no por mí. Si me conocieraisa mí, conoceríais también ami Padre. Ahora ya lo cono-céis y lo habéis visto».

Felipe le dice: «Señor,muéstranos al Padre y nosbasta».

Jesús le replica: «Hacetanto que estoy con voso-tros, ¿y no me conoces, Fe-lipe? Quien me ha visto amí, ha visto al Padre. ¿Có-mo dices tú: Muéstranos alPadre? ¿No crees que yo es-toy en el Padre y el Padre enmí? Lo que yo os digo no lohablo por cuenta propia. ElPadre, que permanece en mí,Él mismo hace las obras.Creedme: yo estoy en el Pa-dre y el Padre en mí. Si no,creed a las obras.

Os lo aseguro: el quecree en mí, también él harálas obras que yo hago, y aunmayores. Porque yo me voyal Padre».

Juan 14, 1-12

El párroco había previsto que, de aquel hospital comar-cal, visitase sólo unas cuantas habitaciones, porque nodaba tiempo a más. Fue imposible. Las familias, sin

embargo, corrieron la voz, y al final, visitamos toda la plan-ta. Lo que yo les comunicaba, a los enfermos y a las fami-lias, era sólo una cosa: Dios te quiere, no estáis solos. El Se-ñor está con vosotros, abridle el corazón. Había algunos en-fermos terminales. Cuando ya nos íbamos, una de las en-fermeras venía por el pasillo con el carro de las medicinas:«Me tiene usted que decir qué medicina les ha dado. ¡Me losha puesto usted de un contento…!» Yo conocía a la enfer-mera. Le dije: «Esa medicina la tienes tú también. Se llamafe».

No estamos acostumbrados a ver la fe como medicina.La vemos más bien como ideología, o por lo menos comoideario. Como un conjunto de convicciones personales,legítimas porque privadas, y por lo tanto, en el fondo, ar-bitrarias, sin relación con la realidad y con la verdad de lavida o de las cosas. En definitiva, como algo subjetivo, y quetiende a ser visto y vivido como una elección, como unaproducción, como una construcción humana. Hasta tal pun-to la razón secular, en su versión liberal o en otras, se haadueñado de nuestra inteligencia y de nuestros ojos.

Pues bien, la fe no es nada de eso. Por lo menos en lamedida en que es fe, y en que es cristiana. Con esto no di-go que no abunde lo otro, la ideología. Al revés, estamos sa-turados de ella. Cuando oís hablar mucho de valores abs-tractos, y del Reino, y del compromiso, y de Jesús de Na-zaret, y poco de Jesucristo y de la gracia, y de la comu-nión de la Iglesia y del cuerpo de Cristo y de lossacramentos, estamos ante la ideología. Un paisaje conrestos de lenguaje cristiano, pero que en el fondo ya no escristiano, y que ya no es fe.

La fe cristiana es la experiencia –y uso la palabra expe-riencia con toda la fuerza, con toda la densidad posible– dela vida acompañada por Cristo, que vive, que actúa, quetiene un cuerpo, y nos toca y nos habla y nos consuela y nosperdona y nos acaricia y se nos da en ese cuerpo, que essu Iglesia. La fe es ser tocado por ese cuerpo de un modoque cambia la vida para bien, que la hace florecer. Y la mi-sión no puede ser sino el desbordar de esa experiencia, ladecisiva en la vida. Y que por eso no se oculta, se grita. Lamisión es ser parte de ese cuerpo, y acompañar y amar a loshombres como uno es acompañado y amado.

«Al menos, creedlo por las obras». Sobre la ideología, lafe no crece. No puede crecer. Se vuelve un campo sembra-do de sal, un desierto estéril. Sobre la ideología no crece laIglesia. La ideología no sabe llegar al corazón. No curanuestras heridas. No cambia nada.

Porque corazones turbados, acobardados, sin Cristo, lostenemos todos. Sin Cristo, todos estamos, o terminamosestando, enfermos. «Yo soy el Camino, y la Verdad, y laVida». Para que la vida florezca, necesitamos de la com-pañía de Cristo. Como del aire para respirar.

+ Javier Martínezarzobispo de Granada

Quinto Domingo de Pascua

Medicina paracorazones turbados

Jesús sana a una enferma. Mosaico de Kariye Djami (siglo XIV)

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NUEVO PAPA/RAÍCESΩΩ16

21-IV-2005AA

Fotos para la Historia

Recogemos en estas páginas centrales una secuencia cro-nológica de fotos para la Historia del nuevo Santo PadreBenedicto XVI, de izquierda a derecha y de arriba aba-jo: la familia bávara Ratzinger –María, la madre; José, elpadre; María, la hija; José, el hijo menor; y Jorge, su

hermano sacerdote, que ayer mismo declaraba a la televisión: «¿Mihermano Papa? ¡Ni soñarlo!»–; el cardenal Ratzinger cuando era ar-zobispo de Munich, ante una de las torres de la catedral; el cardenal jun-to su antecesor, Juan Pablo II; bendiciendo el ataúd del Papa Juan Pa-blo II; en Madrid, momentos antes de pronunciar una magistral con-ferencia, en febrero de 2000, en el Palacio de Congresos y Exposicio-nes; y Joseph Ratzinger, joven sacerdote y joven profesor.

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NUEVO PAPA/RAÍCES 21-IV-2005 ΩΩ17 AA

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NUEVO PAPA/ESPAÑAΩΩ18

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La nueva campaña impulsada por la Con-ferencia Episcopal Española está orien-tada a difundir a toda la sociedad la vi-

sión de la Iglesia sobre la defensa de la vidahumana, especialmente desde sus inicios. Porello, lleva por lema Todos fuimos embriones,apoyado por la frase La vida humana: donprecioso de Dios, es sagrada e inviolable. Losmateriales de esta campaña fueron distribuidos

en las diócesis españolas en torno al 4 de abril,fecha en la que este año, excepcionalmente, seha celebrado la fiesta de la Anunciación delSeñor –debido a que el 25 de marzo era Vier-nes Santo–. Según el Secretario General dela Conferencia Episcopal Española, esta ini-ciativa va dirigida «a toda la sociedad y a loscatólicos, para ayudarles a fortalecer su fe y vi-vir de acuerdo con ella». El propósito de esta

campaña, según el padre Martínez Camino,«es anunciar el Evangelio de la vida, recor-dar a los católicos, y a toda la sociedad, que lavida humana es un bien absoluto en relación aDios. La vida humana es una realidad con vo-cación imperecedera de amor eterno; tienevocación de eternidad, vocación divina. Aquíradica la concepción de la vida humana co-mo algo incomparable. Queremos hacer esteanuncio centrándolo en el ámbito de los iniciosde la vida humana, sometida últimamente atantas amenazas. La noticia de que toda vidahumana merece absoluto respeto hay que pro-clamarla especialmente en aquellos momen-tos en que es más débil, defendiendo a aque-llos que, por su debilidad, se encuentran másamenazados. La vida humana no está a dis-posición de nadie, no se puede restringir. Es undon del Creador, y está en sus manos. Es unbien incondicional».

«Allí donde hay un ser humano –prosigueel Secretario General del episcopado–, hayun derecho inviolable a la vida, aunque ten-ga sólo unas horas de existencia. Donde hayun cuerpo humano, hay una dignidad hu-mana inviolable. Una sociedad que no quie-ra poner en duda sus fundamentos éticos de-be tener un respeto absoluto hacia toda vidahumana».

Investigación con embriones

El padre Martínez Camino también se re-firió a la investigación con células extraídas dela disección de embriones: «Hay un debatepúblico sobre los supuestos beneficios de lainvestigación con células madre embriona-rias. La Iglesia saluda y se alegra con losavances de la ciencia, pero no se puede ex-perimentar sobre seres humanos cuando estaacción acarrea su muerte. No se puede eli-minar a un ser humano para beneficiar a otro.Sobre una ciencia que no respeta los dere-chos humanos, no se puede construir una Me-dicina humanista ni un futuro que garantice lalibertad de las personas». Ante los miles deembriones almacenados en los laboratorios detodo el mundo, afirmó que, «primero, hayque preguntarse por qué hay ese número deseres humanos sobrantes. ¿Cómo ha podidoocurrir eso? No se debe tener seres humanoscongelados a –200 ºC. El problema está enla raíz. Las leyes actuales sobre este tama soninjustas, porque toleran la conculcación sis-temática de los derechos de los seres huma-nos. Suponen un abuso de poder. ¿Qué ha-cer con ellos? No podemos matarlos, aunquese encuentren en una situación violenta, ytampoco se les puede convertir en cobayas.Hay que buscar otras soluciones, aunque nin-guna va a ser absolutamente satisfactoria. Encuanto a la llamada adopción prenatal, no hayuna doctrina oficial de la Iglesia, pero hayproblemas éticos objetivos: ¿es ética la pa-ternidad y la maternidad fuera de las relacio-nes de los cónyuges? Ante la pregunta sobrequé hacer con los embriones, si lo que hayes verdadero interés y preocupación por ellos,lo que hay que hacer es no congelar más».

Juan Luis Vázquez

Nueva iniciativa de la Conferencia Episcopal en defensa de la vida

Todos fuimos embrionesDespués de las dos anteriores iniciativas de la Conferencia Episcopal Española, sobre la eu-tanasia, y sobre el matrimonio, ha sido presentada la tercera campaña de la Iglesia en Es-paña sobre asuntos que atañen a la defensa de la vida. En esta ocasión tiene como lemaTodos fuimos embriones, y ya se está llevando a cabo en las distintas diócesis españolas

El desplegablede la nueva campañaen favor detoda vida humana

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NUEVO PAPA/ESPAÑA 21-IV-2005 ΩΩ19 AA

El anteproyecto de Ley del Gobierno por el que se reforma laLey de Calidad de la Enseñanza se ha presentado diez mesesdespués de la paralización de la LOCE. Tras una primera lec-

tura, se pueden decir muchas cosas de este texto.

A favor

Cultura del esfuerzo En la Exposición de motivos se insiste en el valor del esfuerzo, re-

cogiendo la preocupación de la L.O.C.E. por implantar la culturadel esfuerzo. Bienvenido sea. Este aspecto responde, sin duda, alreconocimiento de los diagnósticos acertados de la misma Ley de Pi-lar del Castillo y Gobierno del Partido Popular. Lástima que las so-luciones allí propuestas, sin duda alguna acertadas, fueron recha-zadas por el actual Gobierno. Por falta de consenso social y políti-co, dice. Una pregunta: ¿hay consenso ahora con este Anteproyecto?

Desarrollo de la personalidad El primer fin de la nueva Ley será el «del pleno desarrollo de la

personalidad y de las capacidades de los alumnos», teniendo encuenta la Constitución y la L.O.C.E.

Elementos añadidosLa propuesta del Gobierno recoge algunos aspectos que no habían

sido añadidos en el borrador presentado en mayo: se restituyen, encierto sentido, los itinerarios en 4º de la E.S.O.; se conservan losProgramas de Inicación Profesional; y se mantiene la atención es-pecializada a los alumnos con necesidades específicas, como ex-tranjeros, superdotados o con alguna discapacidad.

En contra

Formación religiosa y moral– En una cuidada y amplia Exposición de motivos no hay refe-

rencia alguna a la formación religiosa y moral; hay que llegar a la Dis-posición Adicional 2ª para leer algo de esta enseñanza, imprescin-dible para el «pleno desarrollo de la personalidad de los alumnos»,esto es, de su educación integral.

– Al eliminar cualquier referencia a la formación religiosa noconfesional o cualquier alternativa, incumple ya el Acuerdo sobre En-señanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Esta-do español, donde se dice que «el hecho de recibir o no enseñanza re-ligiosa no supondrá discriminación alguna en la actividad escolar»,y que «incluirá la enseñanza de la Religión católica en condicionesequiparables a las demás asignaturas fundamentales».

– Elimina cualquier referencia a la Religión al enumerar las áre-as o asignaturas de cada etapa educativa.

– Reconoce el derecho al «pleno desarrollo de la personalidadde los alumnos», esto es, a la educación integral, pero margina ladimensión religiosa.

Carácter propioSe trata con una incoherencia jurídica y práctica increíble.

Por una parte, reconoce el «derecho de los Titulares a esta-blecer el Carácter Propio», pero el mismo Anteproyecto, en elartículo sobre la admisión de alumnos, dice: «En ningún casohabrá discriminación en la admisión de alumnos por razonesideológicas, incluido el carácter propio del centro, religiosas,morales, sociales o de nacimiento». El derecho a establecer-lo supone el deber de respetarlo. ¿Cómo hacer efectivo este de-recho si se entiende por discriminación la efectividad del de-ber de respetarlo?

Educación para la ciudadaníaSe trata de una seudo-educación moral que sustituye, nada menos

que en cuatro cursos, el curso existente en 4º de Secundaria Obli-gatoria de Ética, que ya suscitó, en su día, una fuerte réplica y pro-testa por los padres, ya que, en uno y otro caso, conlleva una impo-sición a los mismos padres, a quienes, según la Constitución española,«los poderes públicos tienen el deber de garantizar su derecho deelegir el tipo de educación religiosa y moral según sus convicciones».Se trata de una imposición estatal propia de los regímenes totalitarios.

Educación InfantilPor una parte, se afirma que «el segundo ciclo de la Educación In-

fantil será gratuito». Y en este mismo apartado se añade: «Las Ad-ministraciones Educativas garantizarán la existencia de plazas sufi-cientes en los centros públicos y podrán establecer conciertos con cen-tros privados en el contexto de su programación educativa».

El contraste verbal es significativo: «Garantizarán» / «Podránestablecer conciertos». Se cercena claramente el derecho de los pa-dres a elegir centro, tipo de educación para sus hijos. La libertad deenseñanza, garantizada en la Constitución española, se incumpleflagrantemente.

Servicio de interés públicoReiteradas veces, este Anteproyecto se refiere a la Educación só-

lo como Servicio público, cuando lo real es que se trata de un Ser-vicio de interés público que ofrece tanto la Enseñanza pública co-mo la privada. Es imprescindible que la Administración reconoz-ca la doble red de manera efectiva.

Esperemos que no sea una ocasiónperdida, y que en los meses de estu-dio, diálogo y debate que se aveci-nan, podamos, entre todos, mejo-rar un Anteproyecto tan preocu-pante.

María Rosa de la Cierva

Un preocupante Anteproyecto

Pros y contras de la futura Ley de Educación

La Hermana María Rosa de la Cierva, miembro del Consejo Escolar del Estado, analiza el anteproyecto de Ley de Educación presentado por el Gobierno

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NUEVO PAPA/MUNDO

híbe la fecundación heteróloga; y el artícu-lo 1, que habla de los derechos del conce-bido. En total han sido recogidas más decuatro millones de firmas, que fueron pre-sentadas al Tribunal Constitucional; éste, alfinal, resolvió la convocatoria de una con-sulta popular sólo para los cuatro puntos ci-tados.

El dilema

La Comisión Permanente de la Confe-rencia Episcopal Italiana, reunida el 25 deenero pasado, hizo público un comunicadosobre la decisión del Tribunal Constitucionalitaliano de permitir la celebración del refe-réndum. En él, expresan «su contrariedadante las eventuales modificaciones que em-peoren la ley, ya sea por vía parlamentaria,ya sea a través de un referéndum. Tal y comoestá, la ley, si bien no corresponde a la en-señanza ética de la Iglesia, tiene sin embar-go el mérito de salvaguardar algunos prin-cipios y criterios esenciales. Pedimos quela campaña para el referéndum esté marca-da por una gran serenidad, respeto y objeti-vidad sobre la gravedad de las cuestiones,con la rica aportación de los órganos de in-formación y comunicación que sepan darespacio adecuado a las diversas posiciones».

En esta línea se manifestó hace pocos días el Presidente de la Conferencia Epis-copal Italiana, el cardenal Camillo Ruini:«No deseo este referéndum. Pido a los ca-tólicos que usen todas las posibilidades pre-

vistas legalmente para que no se modifiquela ley». La expresión todas las posibilida-des ha sido interpretada como una invita-ción a que los católicos se decidan por laabstención, ya que, si el referéndum no al-canza un quórum del 50% más uno del totaldel electorado, la consulta sería declaradanula y no habría reforma de la Ley. Recien-temente se ha constituido el Comité Cien-cia y Vida, compuesto por movimientos ymedios de comunicación católicos, con elobjetivo de evitar lo que el cardenal Ruini hallamado «el grave empeoramiento de la ley,si el referéndum obtiene un resultado posi-tivo. Está claro el sentido de no votar: no setrata de indiferencia, sino de oponerse de lamanera más contundente a los contenidosdel referéndum».

Hasta la fecha, numerosos obispos hanaparecido en los medios de comunicaciónitalianos declarándose partidarios de la abs-tención. El obispo de Como, monseñor Mag-glioni, ha afirmado que «la abstención noes un desprecio de las instituciones, sino unacto doblemente político, porque expresados cosas: No deseo que se revise esta ley; yNo acepto el modo en que se quiere hacer.La ley actual no es perfecta, ni mucho menoscatólica, pero al menos tiene algo de sentidoy contiene límites a la experimentación».Monseñor Riboldi, obispo emérito de Ace-rra, ha declarado que «la abstención es unaarma para invalidar el referéndum, de talmodo que, si muchos no votan, pueda fal-tar el quórum».

Contrario a esta postura es monseñor Pau-lo Urso, obispo de Ragusa, quien ha sido ta-jante: «Por supuesto que iré a votar. Jesúsha dicho: Que vuestro hablar sea: sí, sí; no,no. El referéndum es un instrumento a fa-vor de las personas, para que puedan res-ponder a una pregunta; pero quien no vota,da una respuesta que no es clara. Pienso quese deben dar respuestas claras a las pregun-tas que la sociedad propone». Es la mismapostura del ex-Presidente Giulio Andreotti:«Las llamadas a la abstención siempre hanconseguido lo contrario que perseguían. An-te lo que ha dicho el cardenal Ruini, digoque hace falta votar y decir No». Tal como haafirmado el vaticanista Marco Politi, del dia-rio La Repubblica, «al final serán los cató-licos los que decidan, como siempre».

Este asunto ocupa diariamente muchaspáginas en los principales diarios del país, yvarios personajes de la vida pública en Italiase han manifestado acerca de esta consultapopular. Resulta significativo que el posi-cionamiento a favor o en contra de la refor-ma de la ley escapa a consideraciones ex-clusivamente religiosas. Es el caso del Pre-sidente del Senado italiano, Marcello Pera,quien se ha referido al artículo sobre los de-rechos del ser humano concebido: «Yo sos-tengo, aunque no soy creyente, que el em-brión es ya una persona desde su concep-ción. Ésta es la posición moralmente másresponsable y la más acorde con mi condi-ción de italiano y europeo».

Juan Luis Vázquez

En comparación con el resto de leyes delos diferentes países europeos, la Leyitaliana sobre fecundación artificial

–aprobada el 10 de febrero de 2004– es unade las más respetuosas con el ser humano enel momento de su concepción, a pesar de noser del todo acorde con la convicción de laIglesia en este asunto. La Ley prohíbe lostratamientos de fecundación artificial en per-sonas solteras, así como la lla-mada fecundación heteróloga(en la que se utilizan gametosde donantes ajenos a la pareja).También prohíbe destinar a lainvestigación los embriones so-brantes de estos tratamientos,y establece fuertes sancioneseconómicas –e incluso penasde cárcel– para aquellos queviolen esta norma. Poco des-pués de su aprobación, nume-rosas asociaciones y políticosde izquierda se lanzaron a unacampaña de recogida de firmaspara la convocatoria de un re-feréndum orientado a derogartoda la ley. Paralelamente, unsector progresista de la dere-cha italiana pidió su derogaciónparcial, de modo que se retira-sen sólo cuatro puntos determinados: el quepone límites a la investigación con embrio-nes; el que obliga a crear in vitro un máximode tres embriones, implantándose en el úte-ro de la madre sólo uno de ellos; el que pro-

Italia: referéndum sobre la ley de reproducción asistida

Entre el No y la abstenciónLa Ley italiana de reproducción asistida puede ser modificada próximamente,

a pesar de que apenas ha transcurrido un año desde que fue aprobada por el Parlamento. Los católicos se encuentran ahora en la tesitura de rechazar

cualquier modificación, o bien optar por la abstención

Si el referéndum no alcanzaun quórumdel 50% más uno del total del electorado, la consulta seríadeclarada nula y no habría reforma de la Ley

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NUEVO PAPA/MUNDO 21-IV-2005 ΩΩ21 AA

El continente africano ha sido, el año pa-sado, el que más católicos aportó a laIglesia. Y es que, respecto al año ante-

rior, el crecimiento del número de católi-cos en África fue del 4,5%. También en Asiase vivió un importante aumento, con un2,2%, mientras que Oceanía y América seacercaban al 1,3%. En Europa la tónica hasido la estabilidad de las cifras. Fueron 15millones más los católicos que se sumarona la Iglesia. Así, de los 1.071 millones decatólicos de 2002, se pasó a 1.086 millonesen 2003.

Si África es la cuna más fructífera de ca-tólicos, América es el territorio que másmiembros de la Iglesia alberga, puesto quereúne a la mitad de los creyentes del mundo.En Europa, el porcentaje desciende hasta el25,8%. De hecho, en Francia, adalid del lai-cismo, están disminuyendo los bautismosde niños, y ya menos de la mitad reciben es-te sacramento. Sin embargo, como puntopositivo, cabe destacar que aumentan –aun-que en menor proporción– los bautismos deadultos. Por el contrario, en Estados Unidosaumenta el número de católicos, y ya hansuperado los 67 millones, casi un cuarto dela población del país.

Respecto a las vidas consagradas, en2003 el número de sacerdotes alcanzó los405.450, con un aumento de cerca de 400 alo largo del año anterior. Están distribui-dos en el clero diocesano, que agrupa a268.041 sacerdotes, y en el clero religio-so, con 137.409. Se han ordenado 9.317 enel año 2003, mientras que en el 2002 se or-denaron 70 sacerdotes menos. De la mis-ma manera que el continente americanocuenta con el mayor número de católicos,también destaca en el número de semina-ristas, que ascienden hasta los 37.191. Le si-gue muy de cerca Asia, con 27.931 perso-nas dispuestas a ser sacerdotes. En Euro-pa, la cifra es de 24.387; en África hay21.909 seminaristas y, sin embargo, en Oce-anía tan sólo hay 955 personas en los se-minarios.

En el año 2003, el Papa «erigió 10 nuevassedes episcopales y un Vicariato Apostólico;se constituyeron 6 sedes metropolitanas, y entotal nombró a 171 obispos», explica la no-ta publicada por la Santa Sede donde se apor-taba el grueso de los datos del Anuario Pon-tificio 2005.

Alfa y Omega

Habla el Papa

Mensaje póstumoJuan Pablo II había preparado yael Mensaje para la celebración

del Domund, la Jornada MisioneraMundial, que tendrá lugar el 23

de octubre próximo, en el que dice:

En nuestra época, la sociedadhumana parece que está envuelta

por espesas tinieblas, mientras esturbada por acontecimientosdramáticos y trastornada porcatastróficos desastres naturales.Pero, como durante la noche en quefue entregado, también hoy Jesúsparte el pan para nosotros, y en lascelebraciones eucarísticas se ofrecea sí mismo bajo el signo sacramentalde su amor por todos. El mismoRedentor –que, a la vista de lamuchedumbre necesitada, sintiócompasión «porque estaban vejadosy abatidos como ovejas que notienen pastor»–, presente en laEucaristía, continúa a lo largo de lossiglos manifestando compasiónhacia la Humanidad que seencuentra en la pobreza y en elsufrimiento.

En su nombre, los agentespastorales y los misioneros recorrencaminos no explorados para llevar atodos el pan de la salvación. Lesanima la conciencia de que, unidosa Cristo, es posible satisfacer losanhelos más íntimos del corazónhumano. Sólo Jesús puede apagar elhambre de amor y la sed de justiciade los hombres; sólo Él hace posiblea cada persona la participación en lavida eterna.

La Jornada Misionera Mundialconstituye una oportunacircunstancia para tomar concienciade la urgente necesidad departicipar en la misiónevangelizadora. Es misión que,además de la oración y delsacrificio, espera también un apoyomaterial concreto.

(22-II-2005)

15 millones de católicos más, según el Anuario Pontificio 2005

Aumenta de nuevo elnúmero de católicosEn el mundo hay 1.086 millones de católicos, 15 millones más que el año anterior.

Éstos son los halagüeños datos que recoge el Anuario Pontificio 2005. África ha sido el continente con mayor aumento de miembros de la Iglesia,

y América alberga a la mitad de los católicos

Basílica de NuestraSeñora de la Aparecida,

en Sao Paulo (Brasil)

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Foro Juan Pablo II

Esta tarde, a las 20 h., reanuda sus habituales encuentros decada tercer jueves de cada mes el Foro Juan Pablo II, de la

parroquia madrileña de la Concepción de Nuestra Señora(calle Goya, 26). El tema del encuentro de hoy es La Ley deEducación, retos y compromisos para la sociedad. La ponenteserá la Hermana María Rosa de la Cierva, que será presentadapor don Avelino Revilla, Delegado de Enseñanza de la diócesisde Madrid.

La lucha contra el Alzheimer

Ésta es la portada del libro y del CD que acaba de editar LaRebotica, el programa radiofónico que, con tanto éxito, dirigen

Enrique Beotas y Francisco Muro de Iscar, a través de losmicrófonos de la COPE. El libro, que recoge los cuentospremiados en la VIII edición del Concurso de Cuentos LaRebotica, se abre con un prólogo de Su Majestad la Reina DoñaSofía, quien recuerda que, «en nuestras manos, está laposibilidad de ahondar el camino del conocimiento de laenfermedad de Alzheimer, su prevención y tratamiento». ElPatronato Ese niño diferente, de La Rebotica, ha tenido el aciertode unirse a la acción solidaria contra el mal de Alzheimer através de la radio; y, bajo el lema Me olvidé de vivir, también através de un selecto CD, que ofrece canciones de Julio Iglesias,Juan Manuel Serrat, El Cigala, David Bustamente, Ana Torroja,Los Panchos, Martirio y Alberto Cortez, entre otros.

RTVE Música

En esta ocasión, Plaza Mayor, del sello RTVE Música, abresus calles para recibir en su quiosco musical a bandas

procedentes de toda la geografía española: de Alba de Tormes,a Getafe; de Albacete, a Palma de Mallorca; de Tarragona, aValencia. Todas hablan el mismo lenguaje: el de la mejormúsica española. Es un doble CD titulado Plaza Mayor.Bandas de España. En otro CD, que también acaba de editar elmismo sello discográfico, la banda sinfónica municipal deMadrid, dirigida por el maestro Asensio, rinde un más quemerecido homenaje al maestro Manuel Lillo, bajo el títuloFiesta mediterránea.

Obras maestras restauradas

La ciudad de Jaca y su catedral son punto de referencia para los peregrinos de Europa quetransitan por el Camino de Santiago hacia Compostela. La figura del peregrino destaca en la

portada de la capilla de San Miguel, de la catedral de Jaca, que acaba de ser restaurada, al igualque el monumento funerario del obispo Pedro Baguer, gracias a un convenio de colaboraciónentre la Diputación General de Aragón, el BBVA y el Obispado de Jaca. En esta capillarenacentista, cuya construcción comenzó en 1518, están enterrados varios obispos de Jaca. Laportada en piedra, un soberbio arco de triunfo y el retablo de madera son las primerasmanifestaciones del Renacimiento en el Alto Aragón.

La paz del alma

Ésta es la portada del precioso libro titulado Breve tratado de lapaz del alma. Advertencias del Caballero de Gracia, que la

editorial Neblí acaba de editar en su colección Clásicos deespiritualidad. Se trata de una pequeña joya, casi oculta, de lamística española del siglo XVI, en la que su autor Fray Juan deBonilla –del que apenas se sabe que en 1571 era guardián delconvento franciscano de Villasilos– explica que hay querenunciar a la vanidad, a lo cambiante y tornadizo, paradescansar en Cristo diciéndole con gran sencillez y sinceridad:Seamos amigos. En la segunda parte, Advertencias del Caballerode Gracia, Jacobo de Gracia nos recuerda que siempre podemosrectificar, pedir perdón a Dios y volver a la lucha para crecermás, para amar más.

NombresMonseñor Stanislaw Dziwisz, secretario personal de

Juan Pablo II ha lamentado, informa Avan, que«Valencia se ha quedado a la puerta», en referen-cia al interés que tenía Juan Pablo II por acudir adicha ciudad en 2006, al próximo Encuentro Mun-dial de la Familia.

El Ayuntamiento de Burgos ha concedido el título deBurgalés de pro al que fue arzobispo de la dióce-sis durante 10 años, monseñor Santiago MartínezAcebes, «por su fomento de los valores de convi-vencia y solidaridad entre los ciudadanos».

Los días 15 y 16 de abril ha tenido lugar en Valladolid,organizado por las diócesis de Castilla y León, el ICongreso regional sobre la enseñanza de la Reli-gión en la escuela. Se ha debatido acerca del mo-delo confesional católico de enseñanza de la Re-ligión como servicio a la educación integral delser humano. Han participado 530 congresistas de11 diócesis. Fueron ponentes don José Luis Mar-tínez López Muñíz, don Olegario González deCardedal, don Francesc Torralba Rosell y el arzo-bispo de Toledo y Primado de España, monseñorAntonio Cañizares.

El obispo auxiliar de Valencia, monseñor Esteban Es-cudero, ha pronunciado en la asociación Almudíuna conferencia titulada Raíces filosóficas de lacrisis de la sociedad actual. «De un racionalismoa ultranza –dijo– se ha pasado al relativismo con unhombre asentado en su propio bienestar material,cerrado a la esperanza, y que pretende prescindirde cualquier cuestión trascendente. Se echa enfalta laicos creyentes que sepan manifestar y de-fender los valores trascendentes de la persona».

La libertad religiosa es el tema de la Semana de Teo-logía que, organizada por la Asociación Católica dePropagandistas y por la Fundación UniversitariaSan Pablo-CEU, se está celebrando en Madrid losdías 19, 20 y 21 de abril. Participan en ella comoponentes los profesores Gerardo del Pozo, Teófi-lo González Vila y Carlos Soler Ferrán. Esta Se-mana de Teología vuelve la mirada hacia la rela-ción de la Iglesia y la comunidad política, tal co-mo la plantea el Concilio Vaticano II.

El Instituto de Política Familiar de Cataluña, ante lamodificación aprobada en materia de adopciónpor el Parlamento catalán, que permitirá que al-gunos niños sean privados de sus derechos másbásicos, como el de tener un padre y una madre,ha hecho pública una Nota titulada Hoy es un díatriste para el futuro de algunos niños catalanes.

Don José Manuel Otero Novas, ex-ministro de Edu-cación y de Presidencia, es el Presidente del nue-vo Instituto de Estudios de la Democracia, quepertenece a la Universidad San Pablo-CEU y queengloba cinco centros de investigación en el ám-bito de las ciencias sociales, dirigidos por don Pe-dro Schwartz, don Charles Powell, don CayetanoGonzález, don Dalmacio Negro y el propio don Jo-sé Manuel Otero Novas.

Don Eduardo Hertfelder, Presidente del Instituto dePolítica Familiar, ha hecho pública una Nota, an-te la propuesta del Gobierno de construir viviendasde protección oficial de 25 metros cuadrados, enla que señala que, «con esta medida esperpénticay regresiva, el Gobierno no sólo no ha implemen-tado ninguna medida de apoyo a la familia, sinoque ha incumplido, de manera reiterada, sus com-promisos electorales; impedirá tener a las familiasuna vivienda digna y provocará una disminuciónde la natalidad en España. Hay que recordar queEspaña, con un promedio de 1,26 hijos por mujer,es el país de la Unión Europea con menor índice denatalidad.

NUEVO PAPA/LA VIDAΩΩ22

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NUEVO PAPA/LA VIDA 21-IV-2005 ΩΩ23 AA

Libros

Hay varias clases de luz: la luz de loscuerpos, que proviene del sol o del

fuego; la luz de lainteligencia, que ve yesclarece el sentido delas cosas; y existetambién la luz de labelleza. Pero todavía hayotra Luz más intensa, laFuente de toda luz, queproviene de Dios y quepenetra en el espíritu delhombre. Es la queRomano Guardini,maestro de

espiritualidad, teólogo, filósofo y educador(Verona, 1885- Munich, 1968), nos enseñaen estas páginas que acaba de editarBelacqua, bajo el título El espíritu del Diosviviente. Es luz divina, sagrada, es el alientode la vida de Dios, íntimamenteconfidencial. Este maestro de muchasgeneraciones, y uno de los grandespensadores contemporáneos, nos enseña,en esta obra, cuya lectura es tan adecuadaen este tiempo pascual, sumamente lúcida yexpresiva, a comprender a Cristo, y enCristo, a Dios y a nosotros mismos, porque,como él escribe: «Él está en nosotrossiempre que nosotros queramos permaneceren Él». Es un libro de fe sincera y deprofunda humanidad y coherencia, queresponde a preguntas que toca en lasprofundidades del hombre y para las cualesno hay respuestas ni de los hombres ni delos libros. Hay en sus páginas una reflexióndefinitiva: «El amor no consiste en quetengamos nosotros la capacidad de amar aDios, sino en que Dios nos amó primero».

Estas páginas que, bajoel título Estudio

histórico-crítico delconcepto y término de«planificación familiar»,acaba de publicar laUniversidad Católica SanAntonio, de Murcia, en sucolección Monografías deteología, constituyen latesis doctoral que suautor, Carlos SimónVázquez, defendió en el

año 2001 en el Instituto Juan Pablo II, deRoma. Es evidente que un estudio sobre laplanificación familiar resulta del mayorinterés en el presente contexto cultural –enparticular, en el bioético–. El autor describey analiza con rigor los diversos significadosque se esconden bajo las palabrasplanificación familiar, y, frente alplanteamiento utilitarista que pretendealterar la ética sexual, modificando lasfuentes de la vida, presenta y ofrece lareflexión eclesial en este ámbito que partede la fundamental imagen de Dios en elhombre. El autor, licenciado en Medicina yCirugía en la Universidad de Navarra, essacerdote, y en la actualidad compagina elministerio parroquial con la docenciauniversitaria.

M.A.V.

El chiste de la semanaMingote , en ABC

WWWW WWWW WWWWHa sido inaugurada la emisora David Radio, que emite por Internet a todo el mundo con la in-

tención de ofrecer música con contenidos de fe y valores cristianos. Con formato de radio-fórmula, en ella se podrán escuchar los principales grupos y cantantes católicos de habla hispa-na y portuguesa.

http://www.davidradio.net

La dirección de la semana

Ecos de un Congreso

Del 8 al 10 de octubre de 2004, alcumplirse diez años del fallecimiento

del fundador de la Cruzada y de la Miliciade Santa María, se celebró en Madrid elprimer Congreso Internacional sobre elpadre Tomás Morales S.J., Profeta de nuestrotiempo. Fue un congreso que profundizó enel legado espiritual y educativo del que fueapóstol incansable de los jóvenes y pionerode la misión de los laicos en la Iglesia y enel mundo. Las Cruzadas de Santa María hanrecogido fielmente en esta espléndidapublicación, profusamente ilustrada, los ecos de las ponencias y de las vivencias de aquelCongreso, al que el Santo Padre Juan Pablo II envió una especial bendición apostólica y exhortó a«responder con generosidad y constancia a la verdadera vocación cristiana, que es la santidad enlas circunstancias ordinarias de la vida», y a ser «fermento evangélico entre los hombres y mujeresde hoy».

Nuevo número de Ars Sacra

Ars Sacra, revista de patrimonio cultural, archivos, artes plásticas,arquitectura, museos y música, que dirige don Ángel Sancho

Campo, acaba de publicar su número 33, dedicado casi en sutotalidad al patrimonio de la diócesis de Tenerife y a la restauraciónde la catedral de La Laguna. Este número pretende acercar a loslectores el estado de la arquitectura sacra actual, y analiza laarquitectura religiosa del siglo XX en España, Italia, Alemania, Suiza yFrancia.

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Lo propio de la fe cristiana en el mundode las religiones es que sostiene que nosdice la verdad sobre Dios, el mundo y el

hombre, y que pretende ser la religio vera, lareligión de la verdad.

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida: enestas palabras de Cristo según el evangelio deJuan (14, 6), está expresada la pretensiónfundamental de la fe cristiana. De esta pre-tensión brota el impulso misionero de la fe:sólo si la fe cristiana es verdad, afecta a todoslos hombres; si es sólo una variante culturalde las experiencias religiosas del hombre,cifradas en símbolos y nunca descifradas,entonces tiene que permanecer en su culturay dejar a las otras en la suya. Pero esto sig-nifica lo siguiente: la cuestión de la verdad esla cuestión esencial de la fe cristiana.

Hoy, la mayoría coyuntural se convierteen un absoluto. Porque, de hecho, vuelve aexistir lo absoluto, lo inapelable. Estamosexpuestos al dominio del positivismo y a laabsolutización de lo coyuntural, de lo ma-nipulable. Si el hombre queda fuera de la

verdad, entonces ya sólo puede dominar so-bre él lo coyuntural, lo arbitrario. Por esono es fundamentalismo, sino un deber de laHumanidad proteger al hombre contra ladictadura de lo coyuntural convertido en ab-soluto y devolverle su dignidad, que justa-mente consiste en que ninguna instancia hu-mana puede dominar sobre él, porque estáabierto a la verdad misma.

Nunca es anacrónica la confianza en bus-car la verdad y en encontrarla. Es justamen-te ella la que mantiene al hombre en su dig-nidad, rompe los particularismos y unifica alos hombres, más allá de los límites cultu-rales, por su dignidad común.

Hoy se contrapone de buen grado la re-latividad de las culturas a la pretensión uni-versal de lo cristiano, que se funda en la uni-versalidad de la verdad. Como expresión delúnico ser del hombre, las culturas están ca-racterizadas por la dinámica del hombre quetrasciende todos los límites. Por eso, las cul-turas no están fijadas de una vez para siem-pre en una forma. Les es propia la capaci-

dad de progresar y transformarse, y tambiénel peligro de decadencia. Están abocadas alencuentro y fecundación mutua. Puesto quela apertura interior del hombre a Dios lasimpregna, tanto más cuanto mayores y másgenuinas son, por ello llevan impresa la pre-disposición para la revelación de Dios. LaRevelación no les es extraña, sino que res-ponde a una espera interior en las culturasmismas.

Richard Schäffler ha dicho certeramenteal respecto que la predicación cristiana haexigido, desde el principio, a los pueblos deEuropa (que, por lo demás, no existía comotal antes de la evangelización cristiana) «larenuncia a todos los respectivos dioses au-tóctonos de los europeos, mucho antes deque entraran en el campo de su visión lasculturas extraeuropeas». A partir de ahí hayque entender por qué la predicación cristia-na entró en contacto con la filosofía, y nocon las religiones.

Cuando se intentó esto último, cuando,por ejemplo, se quiso interpretar a Cristocomo el verdadero Dionisio, Esculapio oHércules, tales intentos cayeron rápidamenteen desuso. Que no se entrara en contactocon las religiones, sino con la filosofía, tie-ne que ver con el hecho de que no se cano-nizó una cultura.

Con el indiferentismo de los contenidosy de las ideas, que todas las religiones seandistintas y sin embargo iguales, no se puedeir adelante. El relativismo es peligroso, con-cretamente para la formación del ser huma-no, en lo particular y en la comunidad. Larenuncia a la verdad no sana al hombre.

La búsqueda de la verdad por parte delcreyente se realiza, según esto, en un movi-miento, en el que siempre se están confron-tando la escucha de la Palabra proclamada yla búsqueda de la razón. De este modo, poruna parte, la fe se profundiza y purifica, y,por otra, el pensamiento también se enri-quece, porque se le abren nuevos horizontes.Me parece que se puede ampliar algo másesta idea de la circularidad: tampoco la fi-losofía como tal debería cerrarse en lo me-ramente propio e ideado por ella. Jan Rosssintetiza con mucha precisión el núcleo de lainstrucción papal, cuando dice que el des-tronamiento de la teología y de la metafísi-ca «no ha hecho al pensamiento sólo máslibre, sino también más angosto». Sí, él noteme hablar de entontecimiento por incre-encia: «Cuando la razón se apartó de lascuestiones últimas, se hizo apática y aburri-da, dejó de ser competente para los enigmasvitales del bien y del mal, de muerte e in-mortalidad». Si se deja de hablar de Dios ydel hombre, del pecado y la gracia, de lamuerte y la vida eterna, entonces todo gritoy todo ruido que haya será sólo un intentoinútil para hacer olvidar el enmudecerse delo propiamente humano.

+ Joseph Ratzinger

«La verdad es esencial a la fe cristiana»

El nuevo Papa Benedicto XVI pronunció, el 16 de febrero del año 2000, unaconferencia, con el título Fe, verdad y cultura –publicada, en su día, en estas páginascomo Documentos Alfa y Omega 6– en el Palacio de Congresos de Madrid, en un actoorganizado por la Facultad de Teología San Dámaso, de Madrid. Ofrecemos un extracto que constituye una clara y lúcida muestra de su pensamiento teológico

El entonces cardenal Ratzinger, con el cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid

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NUEVO PAPA 21-IV-2005 ΩΩ25 AA

«El verdadero milagro de nuestrotiempo es la fe que hay en elmundo»: así se lo confesaba re-

cientemente el entonces cardenal JosephRatzinger, hoy Benedicto XVI, al vatica-nista Giuseppe De Carli. El nuevo Papaañadía algo que después reiteró solemne-mente en la homilía de la misa Pro Eligen-do Pontifice: «El problema central es nues-tra sordera a la voz de Dios, el agnosticismoque se hace rutina diaria, opción de vida».

Cuando el periodista le preguntaba cuá-les son las palabras claves del pontificadode Juan Pablo II, no dudó en responder in-mediatamente: «No tengáis miedo de Cris-to; abrid, más aún, abrid de par en par laspuertas a Cristo». El periodista insistía y lepidió tres palabras más, y el cardenal pro-nunció estas tres: «Paz, unidad, verdad».No sorprende en absoluto que, en la cita-da homilía en la basílica de San Pedro, de-jara sentada como frase que quedará lapi-daria para su pontificado: «En la medidaen que nos acercamos a Cristo, también ennuestra vida, verdad y caridad se funden.La caridad sin verdad sería ciega; la ver-dad sin caridad, sería como un címbalo quetintinea».

De Carli le planteaba las acusaciones deexcesivo centralismo que, de diversas par-tes, se hacen a Roma. El cardenal Ratzingerseñaló: «Es una impresión un tanto super-ficial, ni siquiera tendríamos el aparato su-ficiente para controlarlo todo. Puede que,ciertamente, aquí y allá pueda haber algúncentralismo equivocado, pero a lo que apun-tamos es a una colaboración entre centro yperiferia».

Valentía y autocrítica

Todavía se recuerda –y se recordará pormucho tiempo– la fortísima autocríticaque el cardenal hizo durante el Vía Crucisdel Viernes Santo de este año en el Coli-seo, cuando tuvo el honor de sustituir en lapresidencia del mismo al Papa Juan Pa-blo II, ya muy enfermo. Se lamentó en-tonces el cardenal con lúcida responsabi-lidad, no carente de amargura: «¡Qué po-ca fe hay en muchas teorías! ¡Cuántas pa-labras vacías! ¡Cuánta suciedad en laIglesia y entre los que, por su sacerdocio,deberían estar completamente entregadosa Cristo! ¡Cuánta soberbia, cuánta auto-suficiencia!»

En la entrevista a Giuseppe De Carlitambién señalaba: «Una serie de posi-ciones derivadas de un mal entendimien-to del Concilio han hecho pensar a algu-nos que le podría bastar a la Iglesia conidentificarse con los comportamientosdel mundo. Muchos sacerdotes han per-dido su anclaje a la comunión de Cristo.Ahora tenemos que reflexionar sobre có-mo, por una parte, conservar la apertura almundo, es decir, ser solidarios con nues-tros contemporáneos, y, por otra, sobrecómo permanecer en profunda comunióncon Cristo: sólo así se puede garantizar

la posibilidad de vivir según el Evangelioen este tiempo nuestro».

Se podrá decir más alto, pero más claro,imposible. A la vista de sus lapidarias pa-labras sobre que la caridad sin verdad seríaciega, y la verdad sin caridad sería comoun címbalo que tintinea, ¿alguien puededudar sobre la verdadera realidad del co-razón sacerdotal del nuevo Papa?, ¿alguienpuede quedarse en deficientes e injustosclichés político-ideológicos y no ver la re-alidad verdadera del fondo de misericor-dia, de esperanza, de fe que hay en el bi-nomio caridad-verdad de Benedicto XVI?

Sobre la libertad de espíritu y, hasta delsentido del humor del nuevo Papa, ya hayuna anécdota curiosa en esta entrevista con-cedida al vaticanista italiano:

«Usted es cardenal desde hace muchosaños –le dice–, así que quizás participe enun tercer Cónclave...» Respuesta de JosephRatzinger: «¡Si vivo!»

Sobre los laicos, sobre el pueblo de Dios,el cardenal afirma: «La teología del laicadodebe ser repensada de modo muy realista».«¿En qué sentido?», pregunta inmediata-mente el periodista. «En el sentido de noclericalizar a los laicos. El problema con-siste en cómo el cristiano puede cooperarpara que el Evangelio sea levadura en elmundo».

«¿Volvería a escribir la declaración Do-minus Iesus?», le interpela el peridista.«Ciertamente sí –responde el aún carde-nal–. Etiquetar un documento como fun-damentalista es una manera de sustraerseal diálogo y es una etiqueta que no aceptoporque no es justa. La Iglesia no es sólo unsueño para mañana, es una realidad para elhoy, y es bueno que una Iglesia trate de cus-todiar a la Persona que la ha generado. Es apartir de una identidad bien definida co-mo se puede discutir».

El vaticanista italiano le pregunta: «¿Lasreligiones son todas iguales para alcanzar lasalvación?, ¿ son todas complementariasde la Revelación? Dígame sí o no». Y elcardenal contesta: «La palabra comple-mentarias no me gusta; me sorprende siem-pre que, incluso personas que no se intere-san lo más mínimo por la salvación eter-na, formulen la teoría de la convergenciade todas las religiones».

«¿Es lo mismo una religión que otra?»,insiste el periodista. «No, no –contesta–.No son idénticas. Con tal fraseología se nosahorra el compromiso de conocer realmentelas religiones».

«Usted, declaró hace tiempo: Lo queme llena de estupor no es la incredulidad,sino la fe. Lo que me sorprende no es elateo, sino el cristiano. ¿Sigue convencidode ello?» El cardenal responde: «No hecambiado de idea. El mundo nos aconsejael agnosticismo. Tendemos a pensar quesomos demasiado pequeños, que nuestrarazón es demasiado frágil para creer enDios, y sin embargo, en un mundo tan os-curo y fragmentado, millones de personassiguen creyendo. Éste es el milagro. Es el

signo de que Dios actúa en medio de no-sotros. La Iglesia no siempre satisface lased de felicidad, la sed de infinito que al-berga el corazón humano, pero sigue sien-do una fuente. Dios a veces se esconde pa-ra invitarnos a buscarlo más, con mayorfuerza. La Iglesia, hoy como en el pasado,tendrá que sufrir tantas tentaciones, sufri-mientos, persecuciones, pero de todos mo-dos permanecerá como un manantial devida, de alegría, como una razón de espe-ranza».

Alfa y Omega

Aproximaciones de urgencia

Así piensa el nuevo Papa

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Antes de nada, enhorabuena. ¿Quése ha sentido en Alemania con laelección de un compatriota como

Papa?Todos hemos sentido una gran alegría.

Han mostrado imágenes de su pueblo natal,en una zona de mayoría católica, y todo elmundo está muy contento.

¿Cómo cree que va a ser el pontificadode Benedicto XVI?

Creo que puede continuar perfectamentetodo el trabajo de Juan Pablo II. Se conocíanmuy bien, desde hace muchos años. Se veí-an casi cada semana. Juan Pablo II aprecia-ba en particular sus conocimientos teológi-cos. Era un teólogo muy brillante. Es muyprobable que continúe en la misma línea quesu predecesor.

¿Está preparado para ejercer el pon-tificado?

El cardenal Joseph Ratzinger conoce to-dos los problemas del mundo moderno, delpluralismo, del contacto con otras religio-nes... Además, tiene gran capacidad en todoslos sentidos. Sus 78 años le dan experien-

cia. Creo que el criterio fue acertado al ele-girlo. Además, la Jornada Mundial de la Ju-ventud en Colonia, Alemania, será, posible-mente, su primer viaje.

Supongo que será una ocasión muy es-pecial ese encuentro con los jóvenes...

Sí, aunque hay que tener en cuenta queJoseph Ratzinger no tiene el mismo carácterque tenía Karol Wojtyla. Es un hombre muyintelectual. Y creo que se podrá comunicarbien con los jóvenes. Ha dedicado muchosaños a la enseñanza.

¿En qué idiomas nos puede hablar es-te Papa?

Habla alemán –por supuesto–, latín, ita-liano, inglés, francés –es miembro de laAcademia francesa– , y, el español, sin du-da, puede leerlo y lo entiende, aunque no seatreve a hablarlo. En una ocasión, participóen una ponencia en la Facultad de Teolo-gía San Dámaso, en Madrid, y entendía laspreguntas en español. Seguramente puedehablarlo, pero es un hombre que busca laperfección y aspira a hablarlo correcta-mente.

Son muchos los que tachan al nuevoPapa de excesivamente tradicional.

Joseph Ratzinger es un hombre de la te-ología clásica. Su escatología y otras obrassuyas muestran que desarrolla su teologíaen el diálogo con los problemas actuales.Por ese motivo, es una teología abierta, nocerrada. Siempre ha utilizado la teologíacristiana para dar respuesta a los problemasreales. En su última homilía antes de entraren el Cónclave, predicó contra de la dicta-dura del relativismo. Ratzinger tiene cono-cimientos suficientes para mostrar que alhombre le es posible demostrar filosófica-mente la existencia de Dios.

¿Cómo es Benedicto XVI en el tratopersonal?

Todos dicen de él que es un hombre tí-mido, pero muy humano y muy sensible alos problemas de la gente.

¿Quiénes son sus amigos, las personasmás cercanas a él?

Conoce muy bien al actual obispo de Ra-tisbona, monseñor Gerhard Müller, un hom-bre muy vinculado a España, a la FacultadSan Dámaso y también a la Milicia de San-ta María. También es amigo del cardenalRouco Varela y del arzobispo de Colonia,cardenal Meisner. Pero tiene amigos por to-do el mundo. En Estados Unidos tiene in-cluso un club de fans. Es muy cercano a laComunidad Integrada, un movimiento muypopular en Alemania y también en Italia.

¿Qué ocurrirá ahora con teólogos co-mo Hans Kung o Leonardo Boff?

El nuevo Papa conoce bien las debilida-des de estas líneas de estudio.

¿Cree que ha sido una buena elección?Es un signo del Espíritu Santo el que ha-

ya elegido a un Papa con esta gran capacidadintelectual. Conoce toda la historia de la Te-ología, conoce también las otras culturas yreligiones. Como teólogo, he de decir quees una elección muy buena. Además, tienegran capacidad pastoral. Cuando más la pu-so en práctica fue en su etapa como obispo.Sus homilías son siempre perfectas. Se ex-presa muy bien. Sabe hablar sin papeles por-que lo tiene todo en la cabeza. Tiene una tre-menda capacidad para expresarse, para acla-rar cuestiones. Encuentra siempre conceptosmuy adecuados y con un lenguaje muy sim-ple expresa contenidos muy complejos.

¿Cree que Benedicto XVI cogerá al to-ro por los cuernos?

Estoy convencido de que Benedicto XVIquiere buscar un camino para ver cómo po-demos mejorar la transmisión de la fe, cómopodemos avanzar en la nueva evangeliza-ción.

Habla para Alfa y Omega el sucesor del cardenal Ratzinger en la cátedra de Bonn

«Conoce todos los problemasdel mundo actual»

El profesor Michael Schulz, sucesor del cardenal Ratzinger en la cátedra de Teología en la Universidad de Bonn, expresa a Alfa y Omega sus primeras impresiones tras la elección del Santo Padre:

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NUEVO PAPA 21-IV-2005 ΩΩ27 AA

«Yo estoy firmemente convencidode que Dios nos ve y nos da ple-na libertad, pero al mismo tiem-

po nos dirige. En la práctica, eso significa,para mí, que mi vida no consiste en merascasualidades, sino que hay Alguien que meprecede y ha previsto todo por mí, que pien-sa y dispone mi vida. Yo puedo rehusarlo,por supuesto, pero también puedo aceptarlo,y entonces es cuando soy consciente de que,en efecto, hay una luz providente que medirige».

Joseph Ratzinger nació en Marktl am Inn-Alta Baviera, el 16 de abril de 1927, en lamadrugada de un Domingo de Resurrección.Cuatro horas después, fue bautizado duran-te la celebración de la Eucaristía, en una épo-ca en la que aún no había celebración la no-che de Pascua. Creció en pleno campo y erael menor de tres hermanos. «Vivíamos unavida sencilla, de austeridad, que yo agradez-co. Porque, precisamente, viviendo ese ré-gimen de vida, se experimentan alegrías queno se obtienen en una vida de abundancia».

Explica el Papa Benedicto XVI que, des-de joven, sintió una especial vocación porla enseñanza. «Ese deseo siempre ha sido, aDios gracias, compatible con mi vocaciónsacerdotal». Experto teólogo, cuenta que,«cuando uno se decide a estudiar teología, noes porque quiera aprender un oficio, sinopara poder llegar a entender la fe».

De su vida como sacedote da algunas pin-celadas Joseph Ratzinger, como que fue coadjutor en una parroquia y «daba dieci-séis horas semanales de Religión, a seis cla-ses diferentes. Disfrutaba mucho porque en-seguida comprobé que tenía facilidad pararelacionarme con los niños». De su trabajocomo teólogo cuenta que nunca buscó «tenerun sistema propio, o crear nuevas teorías.Quizá lo específico de mi trabajo, si quere-mos decirlo así, podría consistir en que megusta pensar con la fe de la Iglesia y eso su-pone, para empezar, pensar con los grandespensadores de la fe».

El Santo Padre dio clase en Bonn, Müns-ter, Tubinga y Ratisbona. En aquel momen-to, fue nombrado asesor del cardenal Frings,de Colonia, para asistir al Concilio VaticanoII. Se mostró siempre fiel al Vaticano, «sinnostalgias de un ayer ya pasado e irrecupe-rable». Pero también tuvo mucho cuidadocon el falso espíritu conciliar que conside-raba muy negativo. El Papa explica esta ac-titud de dos maneras: «Para empezar, tenía-mos demasiadas esperanzas. (...) Esperába-mos ver crecer el cristianismo en cantidad.(...) Lo segundo sería que hay una notablediferencia entre lo que los padres conciliares

querían comunicar y lo que los medios decomunicación dijeron. (...) Se fue forjando laidea de que la reforma consistía en un ir sol-tando lastre; en aligerarse, de modo que al fi-nal ha parecido que la reforma no ha con-sistido en un robustecimiento de la fe, sinoen su disolución».

Pablo VI lo nombró arzobispo de Mu-nich y Freising en 1977, un poco más tar-de, ese mismo año, fue creado cardenal. Re-cuerda el Santo Padre que, en una ocasión,Juan Pablo II le dijo que tenía intención dellamarlo a Roma. «Yo le expuse mis incon-venientes; Entonces –me dijo– lo pensare-mos un poco más. Pero después de su aten-tado, volvimos a vernos y entonces me hizosaber que seguía pensando lo mismo. Y yovolví a ponerle trabas, porque me sentía tanligado a la teología que deseaba tener el de-recho de continuar publicando obras de ca-rácter privado y no sabía si esto era compa-tible con ese cargo. El Papa me contestó:No, eso no es obstáculo, podemos arreglar-lo. Eso fue todo, nunca hubo una conversa-ción programática ni nada parecido».

Ratzinger no eludía ningún tema en suentrevista y habló del anacronismo de laIglesia para afirmar que, «por una parte, sig-nifica debilidad –se la empuja para que seaparte–, pero también puede ser su fortaleza.(...) La Iglesia, por su propia naturaleza,siempre está llamada a desempeñar un papelconstructivo. Siempre está colaborando demodo constructivo para que todo adquierasu mejor forma, la más justa».

El entonces cardenal Ratzinger dijo dela Redención que «nunca ha sido impuesta alhombre desde el exterior, ni tampoco estáasegurada por estructuras rígidas, sino que laRedención está contenida en el frágil reci-piente de la libertad humana». Le pregun-taban para cerrar esta entrevista: «Y Dios,

¿qué quiere exactamente de nosotros?». Be-nedicto XVI contestaba: «Dios quiere queamemos, que seamos imagen y semejanzasuya. Porque, como dice san Juan, Él esAmor».

Alfa y Omega

«Dios quiereque amemos»

En 1996, el entonces cardenal Joseph Ratzinger contestó a laspreguntas formuladas por Peter Seewald. El resultado de esta largaentrevista está recogido en el libro La sal de la tierra, editado porPalabra, del que recogemos a continuación algunos extractos:

El nombre del Papa

Son muchos, sin duda, los que se preguntan por qué el nue-vo Papa ha elegido el nombre de Benedicto XVI. Induda-

blemente, será él mismo quien explicará cumplidamente porqué no ha querido, tal vez en un gesto de suprema humil-dad, llamarse Juan Pablo III. En la historia de la Iglesia ha ha-bido un Benedicto antipapa y ha habido otros Papas con esenombre, de los que la Historia ha registrado y guarda recuer-dos contrastantes. El último Papa que llevó ese nombre, Be-nedicto XV, se distinguió de manera especial por su caráctery espíritu misionero y ecuménico, aparte de una sutil inteli-gencia diplomática y de su afán de transformar el Papado, entiempos de la primera guerra mundial, en conciencia de lospueblos, libre de condicionamientos políticos e ideológicos.

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DESDE LA FEΩΩ28

21-IV-2005AA

Si Mihura, en vez de haber sido y de serpara siempre Mihura, fuera Amenábar, o Almodóvar, o, qué sé yo, cualquie-

ra de esos mindundis de la cultureta oficialque a diario nos abochorna, habría suple-mentos especiales en los periódicos, conmotivo del primer centenario de su naci-miento (nació en Madrid el 21 de julio de1905), y se le rendirían oficialmente los me-recidos honores que se le deben. No digonada lo que harían los diversos canales detelevisión, nacionales y autonómicos... Has-ta Umbral acaba de escribir que fue «el úl-timo genio del teatro español», pero como,en palabras del mismo Umbral, fue un «con-servador revolucionario», cosa –lo de con-servador– al parecer imperdonable y clichéde lo más políticamente incorrecto, da algoasí como vergüenza ajena comprobar queningún baranda de los que deberían hacerlodice ni mú sobre él, por más que ni todoslos genios oficiales juntos, ni toda la corte detitiriteros que les bailan el agua, le lleguena Miguel Mihura, en cuestión de ingenio yde talento, a la altura del tobillo.

Por eso es mucho más de agradecer que,en el Teatro Príncipe Gran Vía, de Madrid, ygracias a la inteligente sensibilidad de la ini-ciativa privada, haya sido repuesta una delas veintitrés magistrales comedias de Mihu-

ra: Melocotón en almíbar. Justo Alonso pre-senta a Ana María Vidal en Sor María, aElvira Travesí en doña Pilar, a Luis Pere-zagua en El Duque, a Julián Navarro en donCarlos, a Crismar López en Nuria, a JoséLuis Alonso en Federico, y a José Carabiasen El Nene. Escenografía: Gil Parrondo.Dirección: Mara Recatero. Es de estrictajusticia citar los nombres de tan eficientesencargados de desfacer con encomiable pro-fesionalidad el entuerto oficial.

El teatro de Miguel Mihura Santos, elinolvidable y afable solterón fundador deLa Codorniz, es una mezcla de ternura y dela ironía de quien está de vuelta de todo.Fue, con Jardiel, Neville, Tono y López Ru-bio, uno de los grandes, si no el mejor de lacomedia española contemporánea (Tressombreros de copa, Sublime decisión, Ma-ribel y la extraña familia, Ninette y un señorde Murcia...) Esta comedia es oxígeno, ai-re puro. No hay blasfemias, claro, ni sexoturbio ni sin enturbiar. No hay zafiedades,sino buen gusto, puro y limpio teatro, humor–«El humor, decía, sólo es una risa que haido al colegio»–: hay inteligente comicidad,ingenio. El espectador pasa un par de horasinolvidables, desde que empieza escuchan-do canciones de «cuando se alquilaban pisosen Madrid por tres o cuatro mil pesetas»,

hasta que cae el telón. El paso del tiempo,como es natural, le ha engrandecido, como alos buenos vinos. Teatro para inteligentes debuen gusto.

M.A.V.

Teatro

Teatro parainteligentes

Cine

Una película cuenta los años de Karol Wojtyla en Cracovia

Está a punto de estrenarse en Italia y ya se han vendido los derechos a otrosmuchos países. Se trata de la primera película sobre la vida de Karol Wojty-

la y recoge sus años en Cracovia, desde su llegada y la ocupación nazi, has-ta su elección como Papa. Bajo la batuta del director italiano Giacomo Bat-tiato, un veterano de las grandes producciones televisivas, la cinta, de apro-ximadamente cien minutos, está basada en la biografía de Juan Pablo II escritapor Gian Franco Svidercoschi. El actor que interpreta el papel de Karol Wojty-la es el polaco Piotr Adamczyk. En una ocasión, el equipo que ha trabajadoen este film fue recibido en audiencia por el Papa. Adamczyk, procedente delteatro, quería pedirle a Juan Pablo II algunos consejos, puesto que él tambiénfue actor. Pero en el momento en que tenía al Santo Padre delante sólo se atre-vió a decirle: «Soy muy feliz, verdaderamente feliz». Cuando le contaron alPontífice que se estaba preparando una película sobre su vida, él preguntó ex-trañado si realmente merecía la pena. En la cinta, cuyo presupuesto ha su-perado los diez millones de euros, se recoge la vida cotidiana de Karol Wojty-la y queda constancia de su amistad con obreros y mineros, de sus deseos depaz, primero en medio de la ocupación nazi, después en medio del comu-nismo, y de sus aficiones. Aún a la espera de estrenar esta primera parte de lavida de Juan Pablo II, se está preparando ya la segunda etapa: sus veintiséisaños de pontificado.

Alfa y OmegaEl actor Piotr Adamczyk, que encarna a Karol Wojtyla

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DESDE LA FE 21-IV-2005 ΩΩ29 AA

Punto de vista

Mi primera carta alalma de Juan Pablo II

Me llamo Mar y tengo 32 años. Ya nosconocemos: te he visto varias veces, te

he escrito muchas más y te he rezado en unnúmero incontable de ocasiones. Ya estásfeliz en el cielo, gozando del merecidodescanso. Pero, ¡ay, aquí te echamosmucho de menos, muchísimo!

Tu cuerpo no te daba más quepreocupaciones y sufrimiento. Y todossufríamos contigo. Hemos visto cómo eltiempo iba actuando en él, pasando de unenérgico y valiente joven a un ancianoentrañable y digno en su enfermedad, peroigual de tenaz y firme. Tu mirada, llena desinceridad y profundidad, y tus palabras,tan precisas siempre, dejaban siempre veral incansable Karol que nos contagiaba unay otra vez de su fe, de su perseverancia y desu amor infinito por la vida.

Me gustaría agradecerte en nombre detodos los ancianos y enfermos lo muchoque has hecho por ellos. Te doy las graciasen nombre de mi abuela. Ella tiene 88 años,y gracias a ti ha vuelto a sonreír y recuperarla ilusión. Has conseguido, en medio deuna corriente social que trataba a losmayores como muebles viejos e inservibles,devolverles la esperanza y el respeto porparte de los no tan mayores.

Quiero pedirte algo: ayúdanos amantener siempre vivas en nuestrorecuerdo tus palabras y tus obras, para quepuedan seguir siendo nuestro ejemplo ypuedas sentirte siempre orgulloso denosotros. Sé que nosotros somos débiles,pero con la ayuda de tu alma, siemprejoven y enérgica, no podemos fracasar.Queremos que sigas siendo la inspiraciónde cada día y el aliento de cada segundo denuestra vida.

Este verano, millones de jóvenes teesperábamos en Colonia. Nos habíamospropuesto llegar a cinco millones parasuperar la reunión de Manila, yagradecerte, de este modo, tu laborincansable. Sabemos que tu alma guardarásiempre un lugar privilegiado para losjóvenes y tú también sabes que nosotros tetendremos siempre en lo más profundo denuestro corazón. Eres nuestro gran amigo,el padre perfecto que enseña sin reprochar,que sabe escuchar y que aporta verdaderassoluciones a los problemas de la vida.

Ahora que estás con Dios, ya tengo unmotivo más para no temer a la muerte:podré darte ese abrazo que tanto hedeseado desde que tenía 9 años, cuando vipor televisión la noticia de tu atentado ypasé la noche rezando por ti. Desde ese díate seguí, e iluminaste y diste sentido a mivida enseñándome a confiar en laMisericordia y Bondad infinitas de Dios.Ésta es la primera de las cartas que leescribiré a tu alma. Espero que te guste,porque no pienso dejar de hacerlo. Tequiero y te querré cada día de mi vida.

Mar Fornos

L I B R O S

La colección Biblioteca de Teología Comillas, que combina lapublicación de textos de gran utilidad, como manuales, y deinvestigaciones históricas de una calidad no siempre paritaria

con los anteriores, nos ofrece, en esta ocasión y muy oportuna-mente, un singular e interesante volumen de uno de los más in-fluyentes profesores de Eclesiología en el panorama teológico es-pañol: Santiago Madrigal. El contenido de este libro ya se antici-pó, parcialmente, en alguna revista especializada, al menos lasperspectivas hermenéuticas de fondo. Este volumen es originalen la medida en que ofrece una visión general del clima conciliar,de las expectativas y de la recpeción, de la perspectiva, por tanto,de las siguientes personas y personalidades: Y. Congar, cardenalSuenens, Jean Guitton, Hans Küng, Gonzalo Torrente Ballester, Pi-lar Bellosillo, Karl Rahner, José Jiménez Lozano, Karl Barth y elPadre Arrupe. La elección de estos nombres manifiesta, sin du-da, un criterio de interpretación. Son todos los que están, pero¿están todos los que son? Otro autor, que hubiera quizá queridoofrecer una perspectiva más amplia, hubiera incluído, a modo deejemplo –uno entre otros varios–, a Henri de Lubac, ofreciendo más

eco de su diálogo con el hoy cardenal Angelo Scola, publicado por la BAC; o entre el grupo de loslaicos eminentes, pudiéramos no olvidar algunas de las perspectivas ofrecidas por el J. Maritain delCampesino del Garona; o, en el predio hispánico, las referencias a lo publicado, en libros y artícu-los, por José Luis Gutiérrez, en su Díselo a la Comunidad, por ejemplo. Entiendo que estaríamoshablando de otro libro distinto. Precisamente, lo que quisiera incitar es a que se publiquen otro y otroslibros, que sean complementarios, dialogantes con éste, en la hermenéutica de lo que es, ha sido yserá la aplicación del Concilio Vaticano II.

A una generación eclesial que nacimos después del Concilio Vaticano II, no nos es ajena la críticaa las aplicaciones espúreas que se hicieron utilizando no tanto la letra, sino el espíritu, de ese Conci-lio, que ha sido determinante para la historia de la Iglesia y de la Humanidad. Resulta insuficiente, portanto, el predominio de la perspectiva de las expectativas que generó, si no se tienen en cuentan los de-sarrollos que se alentaron en nombre de, sin causa ni razón de. Y, en este sentido, sería muy útil parala historia de la Iglesia contemporánea, sobre todo en España, y de la Teología, y de la praxis pasto-ral, que se iniciara y alentara una corriente revisionista del revisionismo, y que tuviera como referenteel estudio de las fuentes primarias, de, por ejemplo, los papeles autobiográficos de los protagonistasdel Concilio. La expectativa de una futura publicación, por ejemplo, de las memorias de don CasimiroMorcillo contribuirá a aclarar algunos tópicos de la historia de la Iglesia reciente. Lo que sí parece cla-ro es que nos encontramos, concluído el pontificado de Juan Pablo II, el gran intérprete autorizado delConcilio, en una encrucijada de caminos, en un cruce de la historia de la Iglesia, que se resolverá, sinduda, a partir de una conciencia renovada de lo que ha supuesto un aggiornamento enraizado en un re-surgir de las fuentes de la vida cristiana, y en una conciencia crítica –la necesaria autocrítica de la crí-tica– que rompa con los más generalizados estereotipos sobre lo que se ha conseguido y lo que hemosperdido, en la teología y en la vida de la Iglesia, después del Concilio.

José Francisco Serrano Oceja

Como muy bien se señala en la introducción de este libro, la participación, acasocuantitativa, española en el Concilio Vaticano II fue muy significativa. Otra cues-

tión es la cualitativa; por ejmplo, la acción conjunta de los obispos y la incidencia en losfrutos generales. A ejemplo de los grandes centros internacionales de estudio del Con-cilio Vaticano II, las investigadoras Álvarez y Ayuso acaban de publicar un libro de ex-traordinaria utilidad para el trabajo de investigación historiográfico sobre el Concilio Va-ticano II, que, sin duda, puede ser el inicio de un antes y un después de este tipo de tra-bajos en nuestro país, y de una nueva corriente de la historia de este gran aconteciemiento.

J. F. S.

Para entender el Concilio Vaticano IITítulo: Fuentes Conciliares españolas. Inventarios de Quiroga, Morcillo y Conferencia EpiscopalAutor: Fermina Álvarez Alonso y María Lourdes Ayuso MansoEditorial: Facultad de Teología San Dámaso

Mirada de fe al Concilio Vaticano IITítulo: Memoria del Concilio Vaticano II. Diez evocaciones del Vaticano II Autor: Santiago MadrigalEditorial: Desclée De Brouwer- Universidad Pontificia de Comillas

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PROGRAMACIÓN TMT y POPULAR TV (del 21 al 27 de abril de 2005)(Op: Opcional; Mad: sólo en Madrid; Información: Tel. 902 22 27 28)

A DIARIO:

07.55: Palabra de Vida08.00.- Popular Tv Noticias (salvo Sab.y Dom.)12.00: Regina Coeli y Santa Misa (Op,Domingo: en Cadena)14.00 y 20.00.- Popular Tv Noticias(salvo Sáb. y Dom.)23.55: Lunes a Viernes (Sab. 02.25;Dom. 02.10).- Palabra de Vida00.00.- Popular Tv Noticias (salvo Sáb.y Dom.)

JUEVES 21 de abril

09.10.- Más Cine por favor Los que noperdonan (Op) - 13.00.- Argumentos(Op) - 15.00.- Octava Dies - 15.30.-Más Cine por favor Dick Turpin17.30.- Tris, Tras y Verás - 19.00.- Cha-vo del Ocho - 19.30.- Dibujos Warner20.30.- Informativo local (Mad)21.05.- Escuela de María (Mad)21.30.- Pongamos que hablo de Ma-drid (Mad) - 22.30.- Jazz no sabe leer(Op) - 23.00.- Asombroso mundo (Op)01.05.- Cloverdale’s Corner

VIERNES 22 de abril

09.10.- Más Cine por favor La Malque-rida (Op) - 13.00.- Nuestro asombrosomundo (Op) - 15.00.- Valorar el Cine15.30.- Más Cine por favor El GranJack - 17.30.- Tris, Tras y Verás -19.00.-El Chavo del Ocho - 19.30.- Investiga-ciones de bolsillo 20.30.- Informativolocal (Mad) - 21.00.- Se comenta, sedice - 21.30.- Familia (Op)22.30.- Documental O.N.C.E. (Op)23.00.- Pantalla Grande (Op)01.05.- Corto pero intenso

SÁBADO 23 de abril

08.00.- Tris-Tras -11.05.- El Chavo (Op)12.45.- Cine Infantil Cisnes salvajes I(Op) - 13.30.- 100 de la Cien - 15.30.-Asombroso mundo - 16.25.- Investiga-ciones bolsillo (Op) - 17.15.- 20 minu-tos con... (Op) - 17.35.- Dibujos (Op)19.00.- Pantalla Grande - 20.00.- Se-mana - 20.30.- Corto pero intenso (Op)21.00.- La Noche Nº 1-Cadena 10023.10.- Cuentos-leyendas - 00.00.- Tepuede pasar - 00.40.- Historias no dor-mir - 01.05.- Cine Árbol de los zuecos

DOMINGO 24 de abril

08.00.- Tris-Tras - 11.05.- Pueblo encamino (Op) - 11.30.- Mundo solidario(Op) - 12.55.- Cine de Tarde (Op)14.30.- Corto-intenso - 15.00.- Familia(Op) - 16.00.- Valorar el Cine (Op)16.30.- Curro Jiménez (Op) - 18.00.-Cine Infantil Cisnes salvajes II (Op)19.00.- España en la vereda - 19.30.-Peter Gunn (Op) - 20.00.- Informativodiocesano (Mad) -20.35.- Amplificadoren tu vida - 21.25.- Cuentos-leyendas22.25.- La entrevista - 23.30.- Tirachi-nas Radio -01.10.- Historias no dormir

LUNES 25 de abril

09.10.- Más Cine por favor Estaciónunión (Op) - 13.00.- La entrevista (Op)15.00.- Mundo solidario - 15.30.- MásCine por favor Operación Cicerón17.30.- Tris, Tras y Verás19.00.- El Chavo del Ocho19.30.- Dibujos Warner20.30.- Informativo local (Mad)21.05.- Informativo diocesano (Mad)21.30.- Pongamos que hablo de Ma-drid (Mad) - 22.30.- España en la vere-da (Op) - 23.00.- Todo deporte01.05.- Cloverdale’s Corner

MARTES 26 de abril

09.10.- Más Cine por favor Topkapi(Op) - 13.00.- Todo deporte (Op)15.00.- Tirachinas Tv15.30.- Más Cine por favor Kartum17.30.- Tris, Tras y Verás19.00.- El Chavo del Ocho19.30.- Dibujos Warner20.30.- Informativo local (Mad)21.05.- Valorar el Cine (Mad)21.30.- Pongamos que hablo de Ma-drid (Mad) - 22.30.- Entre líneas (Op)23.00.- Debate Popular (Op)01.05.- Cloverdale’s Corner

MIÉRCOLES 27 de abril10.00.- Escuela de María (Mad)11.30- Informativo diocesano (Mad)13.00.- Debate Popular (Op)15.00.- Pueblo en camino15.30.- Más Cine por favor Misterio enel barco perdido - 17.30.- Tris, Trás yVerás - 19.00.- El Chavo del Ocho19.30.- Dibujos Warner20.30.- Informativo local (Mad)21.30.- Pongamos que hablo de Ma-drid (Mad) - 22.30.- Te puede pasar a ti(Op) - 23.00.- Argumentos (Op)01.05.- Cloverdale’s Corner

NUEVO PAPA/DESDE LA FEΩΩ30

21-IV-2005AA

Cuando reconoció al Mesías que Israel es-peraba en el Niño que portaban María yJosé, al subir a Jerusalén para presentarlo

en el Templo, el anciano Simeón elevó este cán-tico al Señor:

«Nunc dimittis servum tuum, Dómine,secúndum verbum tuum in pace...»«Ahora, Señor, según tu promesa,puedes dejar a tu siervo ir en paz.Porque mis ojos han visto a tu Salvador,a quien has presentado ante todos los pueblos:luz para alumbrar a las nacionesy gloria de tu pueblo Israel».Éste es el himno evangélico, recogido por

San Lucas, que cada noche reza la Iglesia en-tera en las Completas, la oración conclusivadel día, es la expresión gozosa de un cumpli-miento. En realidad, ¡todo lo contrario de unadimisión! Al concluir cada jornada, los cris-tianos nos ponemos en las manos de Dios, yen esa bella oración de la noche le pedimosque «nos conceda una noche tranquila y unamuerte santa». ¿Cabe mejor expresión que elNunc dimittis para que Juan Pablo II lo señalaraen su testamento, precisamente en el año 2000,al concluir el segundo milenio cristiano y abrir-se al amanecer del tercero? En el Jubileo del2000 vio, ciertamente, cumplida aquella mi-sión que el cardenal Wyszinsky le había des-crito: «Tú debes llevar a la Iglesia al tercer mi-lenio». Y con esa certeza tranquila, se puso enmanos de Dios.

El Papa era consciente de que, tras el atenta-do sufrido en 1981, Dios había prolongado suvida; en cierto modo se la había dado de nuevo.De ahí su firme decisión de dedicarla por enteroal servicio que le ha sido confiado como sucesorde San Pedro, acompañada de la conciencia deque sus propias fuerzas no eran suficientes, deque sólo la misericordia del Señor podía soste-nerle en ese empeño.

Juan Pablo II nuncaquiso renunciar

Jesús en brazos de Simeón. Presentación del Niño en el Templo (detalle). Fra Angélico

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NUEVO PAPA 21-IV-2005 ΩΩ31 AA

¡Habemus Papam! El anuncio del nuevo Papa tan ansiadono ha podido por menos que conmoverme desde lo máshondo del alma. En apenas veinticuatro horas, los car-

denales electores, movidos –evidentemente– por el Espíritu Santo,invocado con una fuerza imparable por el pueblo cristiano a lo lar-go y ancho del mundo, lo han señalado: ha tomado el nombre deBenedicto XVI.

«El Espíritu Santo lo indicará», así lo dejó escrito Juan Pablo II, contoda certeza, en sus poemas, recogidos en el Tríptico romano. Launidad de la Iglesia ha brillado en este brevísimo Cónclave con lafuerza del esplendor de la Verdad, hecha preciosamente visible enesa lluvia sobre la Plaza de San Pedro, preludio de la abundanciainagotable de la Gracia, que es Jesucristo resucitado, vivo y presen-te en su Iglesia «todos los días hasta el fin del mundo». En la mismaantesala del Cónclave, celebrábamos el Domingo del Buen Pastor. Nopodía tener más realismo y eficacia en la Iglesia que sentía, entre eldolor y la alegría llena de gratitud, la orfandad por la muerte de un Pa-pa santo, y anhelaba con avidez la voz y la caricia, física, palpable, delPastor. La compasión de Cristo respondió de inmediato.

Dice el evangelio de San Mateo que Jesús, «al ver a la muche-dumbre, sintió compasión de ella, porque estaban cansados y abati-dos como ovejas que no tienen pastor». Desde entonces, y para siem-pre, todas las muchedumbres del mundo ya tienen dónde descan-sar y encontrar el aliento de la vida. El pontificado de nuestro buenpastor Juan Pablo II ha sido, sin duda, una prueba incontestable deesa compasión sin fin de Jesucristo, que ha llenado de paz y de es-peranza verdaderas a cuantos se acercaron a él, le escucharon con sen-cillez de corazón y han hallado en la Iglesia ese calor del hogar quese llama salvación. Es verdad que muchos, muchísimos no católicos,y hasta agnósticos e incluso autocalificados ateos, muchedumbres demás allá de la Iglesia visible, como bien hemos podido comprobar es-tos días pasados, han podido tocar, y empezar al menos a gozar, lacompasión de Cristo que derrochaba a raudales Juan Pablo II, peroeso, precisamente, pone bien en evidencia la presencia misteriosa, sí,¡pero real, realísima!, de Cristo, que enseguida se ha hecho de nue-vo visible en su Vicario en la tierra. Hecho una sola cosa con él, se-guirá extendiendo sus brazos infinitos hasta los confines del mundo,a través del tú a tú, del Venid y veréis que escucharon, los primeros,Juan y Andrés, de tal modo que ni uno solo de los seres humanos tie-ne cerrado el camino a la caricia salvadora del Buen Pastor. Basta en-contrarse con ella, como les sucedió, primero, a los Apóstoles, y a Za-queo y a la mujer adúltera…, y luego a Pablo y a cuantos se encon-traron con los Doce, y con los demás discípulos, y con esa cadenaininterrumpida de cristianos que, a lo largo ya de dos milenios, hanido trabando esos lazos hechos del amor verdadero que sacia el co-razón, más estrechos aún que los de la carne y la sangre, porque hanfraguado en una amistad que lo abarca todo y es un «manantial quesalta hasta la vida eterna», como el mismo Cristo le prometió a la Sa-maritana.

A Juan Pablo II, cuando miraba a la Humanidad, le gustaba hablarde familia humana, no de especie o de género humano. Ciertamen-te, no era un capricho. Expresaba el secreto de la vida, la compasiónde Cristo que, a la asfixiante soledad de un mundo todo lo globali-zado que se quiera, pero huérfano, y por ende esclavo del poder y dela dictadura del relativismo –en expresión del nuevo Papa, en suhomilía a las puertas del Cónclave–, la transforma en compañía sal-vadora que nos hace libres. El cristianismo es justamente eso: una ca-dena de amistad, humana, humanísima, cuyo crecimiento pasa porel ver y el palpar. No es ninguna ideología lo que se nos ha trans-mitido: «Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos,lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabrade vida…, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en co-munión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padrey con su Hijo, Jesucristo». Todo lo contrario del relativismo am-biente, que destruye la vida.

La salvación, la vida, no es algo etéreo y subjetivo, no es un es-píritu invisible que cada cual manipula a capricho; es la carne del Ver-bo que nos ha sido dada por María y permanece en el Sacramento quees la Iglesia, «signo e instrumento –en palabras del Concilio VaticanoII– de la unión íntima con Dios y de la unidad de todos los hom-bres», y cuyo vínculo, principio y fundamento visible es el sucesorde Pedro, verdadero Vicario de Cristo en la tierra. Verle, oírle, tocarle,seguirle no es cosa de fanáticos, ni siquiera de piadosos, es, senci-llamente, el único ejercicio verdadero de la libertad, de quien noquiere ahogarse a la mortal soledad del relativismo y el sinsentido.

Alfonso Simón

El BuenPastor

Page 32: Nº 447/21-IV-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE … · Joseph Ratzinger. Etapa II - Número 447 Nuevo Papa Edita: Fundación San Agustín. Arzobispado de Madrid Delegado episcopal: Alfonso

o me quiero ir de la Plaza de San Pedro. Selo acabo de decir a mi director. Sé que nopuedo más, que anoche me dieron las tantasde la madrugada terminando unas crónicasque hoy no sirven nada más que para lle-nar el archivo de la Historia. No me quieroir de la Plaza Mayor de la Humanidad. Niyo, ni Claudia, ni Francisco, ni Estanislao,ni Rosana, ni nadie. Me miran como si fue-ra un bicho raro. Será porque escribo com-pulsivamente, más rápido de lo que permi-te el sentido común y, seguro, la legibili-dad. Pero son tantas las imágenes, tantaslas ideas, tantos los recuerdos… Quisierano tener que limitar la vida a unas líneas ydejar que lo que aquí se respira, lo que aquíse vive, llegue a nuestros lectores de la for-ma más nítida.

¿Por qué seguís aquí?, les he pregunta-do. «Porque hemos estado con él, y aún te-nemos muchas cosas que decirle. Queremossaber si esta noche dormirá en su habita-ción, y cuando encienda la luz, le veremos,le sentiremos con nosotros, estaremos mástranquilos», me contesta Francisco, el queparece más avezado. Luz en las habitaciones

del Papa. Cuando termine de enviar al pe-riódico esta página, volveré a San Pedro pa-ra ver si está encendida la luz en la habita-ción de Benedicto XVI.

Elegir un nombre es proponer un ejem-plo. Y, entonces, imaginaré que la Iglesia,que la Humanidad, que los hombres, estanoche, podremos irnos a dormir, si cabe,más tranquilos, porque la barca de Pedro yano está varada en la indiferencia, ha inicia-do una nueva singladura, nos introduce en untiempo nuevo.

Presiento la primavera. Siento que eltiempo no se ha parado, y que esta tarde laHistoria nos ha enseñado una lección de lasque nunca se olvidan. Ninguna predicción,ni la más aproximada, ni la más certera delos sabios de hoy, de ayer y de siempre, escapaz de superar nuestra fascinación por larealidad. Esta tarde, esta noche, con él, hesentido pasión por la Historia. Por su histo-ria y por nuestra historia. Quizá haya tenidomomentos en los que la sensación de queno se puede hacer nada, de que hemos lle-gado al final había invadido todo. Sin em-bargo, es tarde, la elocuencia de Dios, su

forma siempre sorprendente de hablarnos,la revelación de su palabra, sin acentos, ocon todos los acentos, nos ha enseñado unnuevo comienzo. Nunc coepi. Estamos enel principio, volvemos al principio. He pen-sado, como suelo hacer en estos momentos,en Diego y Pedro, mis hijos. Es su Papa. Espara ellos. No es sólo para mí. Anoche, mecontaba mi mujer que, cuando Diego vio laprimera fumata, le dijo a su madre que elPapa había muerto, y que él le recordaba.Acabo de llamarle para decirle que hay unnuevo Papa, y que me ha dicho que va a sermuy amigo suyo. Es lo que nos ha dicho.

No estamos solos, vamos adelante. Si al-guien nos había engañado y nos había con-vencido de que el tiempo de la Iglesia se ha-bía parado, Dios ha puesto de nuevo el relojen marcha, como lo hizo en el Concilio, co-mo lo hace en cada gesto, en cada palabra, encada sacramento.

Cuando escribo estas primeras improvi-sadas líneas han pasado ya, quizá, dos ho-ras. No sé si hace frío o calor, incluso si es-tá lloviendo. Escribo estas líneas sentado,apoyando mi espalda en una de las columnasdel llamado brazo de Carlomagno. Me doycuenta que cada segundo que paso me caigomás y más, me apoyo más y más en la piedra.Claro, Pedro, tú eres Pedro, y sobre esta pie-dra edificaré mi Iglesia. Dios ha construidoesta tarde una nueva columna para su Iglesia.Me siento seguro aquí, junto a la columnade Pedro y junto a Pedro, columna de la Igle-sia. Son tantos los recuerdos. Ahora empie-zo a entender. Don Antonio, mi anciano Pá-rroco, que sufría como nadie un Concilio Va-ticano que no existía, me regaló un día unlibro, que me ayuda a entener algo que nun-ca entendí: Informe sobre la fe, se titulaba. Y,pasados los años, cuando yo estudiaba teo-logía, le regalé a él otro libro: Iglesia, co-munidad y política. Medio en bromas, medioen serio, me dijo: «A ver si Ratzinger me vahacer estudiar ahora teología».

No me quiero marchar de la Plaza de SanPedro. Voy a esperar, esta noche, esta ma-drugada, mañana, primer día, como en laCreación, y en cuanto abran la cripta del Va-ticano, me colaré por entre la Historia, meentregaré a la pasión de la Historia, para ter-minar arrodillado ante el sepulcro de JuanPablo. Entonces, le pediré que me susurreal oído qué le ha dicho al cardenal Ratzinger,qué le ha contado.

José Francisco Serrano

La luz, de nuevo, en aquella habitación...

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FUNDACIÓNCASA DE LA FAMILIA

Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

El Papa, momentos antes de retirarse del balcón de la Logia central de la basílica vaticana