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Nelson Mandela Para otros usos de este término, véase Mandela (Italia) . Nelson Mandela Presidente de Sudáfrica 27 de abril de 1994 14 de junio de 1999 Vicepreside nte Frederik Willem de Klerk Thabo Mbeki Predecesor Frederik Willem de Klerk (presidente del Estado de Sudáfrica) Sucesor Thabo Mbeki Datos personales Nacimiento 18 de julio de 1918 (92 años) Mvezo , Provincia Oriental del Cabo , Sudáfrica Partido Congreso Nacional Africano Profesión Político Religión Metodista Firma Sitio web Mandela Foundation Nelson Rolihlahla Mandela (IPA : [roli'ɬaɬa]) (nacido en Mvezo , el 18 de julio de 1918 ), conocido en su país como

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Page 1: Nelson Mandela

Nelson MandelaPara otros usos de este término, véase Mandela (Italia).

Nelson Mandela

Presidente de Sudáfrica27 de abril de 1994 – 14 de junio de 1999

Vicepresidente  Frederik Willem de KlerkThabo Mbeki

PredecesorFrederik Willem de Klerk (presidente del Estado de Sudáfrica)

Sucesor Thabo Mbeki

Datos personales

Nacimiento18 de julio de 1918 (92 años)

Mvezo, Provincia Oriental del Cabo, Sudáfrica

Partido Congreso Nacional AfricanoProfesión PolíticoReligión Metodista

Firma

Sitio web Mandela Foundation

Nelson Rolihlahla Mandela (IPA: [roli'ɬaɬa]) (nacido en Mvezo, el 18 de julio de 1918), conocido en su país como Madiba, abogado y político, fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal así como el líder del Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA). En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island. Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a

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su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999, dando frecuentemente prioridad a su reconciliación.

En Sudáfrica, Mandela es conocido como Madiba, un título honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela; también era llamado Tata.

Recibió más de 250 premios y reconocimientos internacionales durante cuatro décadas, incluido en 1993 el Premio Nobel de la Paz.

Contenido

[ocultar] 1 Actividad política 2 Símbolo de libertad 3 Prisión 4 Vida de Nelson Mandela 5 Premios y condecoraciones 6 Lectura adicional 7 Música 8 Cine 9 Véase también 10 Referencias 11 Enlaces externos 12 Referencias

o 12.1 En español

[editar] Actividad política

Mandela en 1937.

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Después de la creación del Partido Nacional Sudafricano en 1948, con su política de segregación racial, (el apartheid), Mandela cobra importancia dentro del Congreso Nacional Africano, especialmente en la Campaña de desobediencia civil de 1952, y el Congreso del Pueblo de 1955, en el que la adopción de la "Carta de la Libertad" provee el programa principal en la causa contra el apartheid.

Durante esta época, Mandela y el abogado Oliver Tambo dirigen un despacho de abogados que proporciona consejo legal de bajo costo a muchos negros que de otra manera no hubieran tenido representación legal.

Inicialmente comprometido con los métodos no violentos de resistencia, siguiendo la inspiración de Gandhi, Mandela y otros 150 compañeros son arrestados el 5 de diciembre de 1956 y sentenciados a prisión, que cumplen entre 1956 hasta ser liberados en 1961, cuando se les declaró no culpables.

Entre 1952 y 1959, el Congreso Nacional Africano sufre una ruptura, y surge una nueva clase de activistas negros, los africanistas, en demanda de acciones más drásticas contra el régimen del Partido Nacional. La dirección del Congreso Nacional Africano, liderada por Albert Lutuli, Oliver Tambo y Walter Sisulu, sienten no sólo que los acontecimientos se precipitan, sino también que su liderazgo comienza a estar en juego. En consecuencia refuerzan su posición mediante alianzas con pequeños partidos políticos de diversa representación étnica, intentando aparecer con horizontes más amplios que los africanistas.

El estatuto de la libertad emitido en la conferencia de Kliptown es ridiculizado por los africanistas por permitir que los 100.000 votos del Congreso Nacional Africano sean relegados a un voto simple en una alianza parlamentaria, en la que cuatro de los cinco secretarios generales representantes de los partidos políticos eran miembros del Partido Comunista Sudafricano (SACP), el más leal de los partidos comunistas a la ideología de Moscú, y que por entonces había sido secretamente reconstituido.

En 1959 el Congreso Nacional Africano pierde su soporte militante cuando la mayoría de los africanistas, con apoyo económico de Ghana y ayuda de los Basotho en el Transvaal, se separan para formar el Congreso Pan-Africano (PAC), bajo la dirección de Robert Sobukwe y Potlako Leballo.

En marzo de 1960, tras la Masacre de Sharpeville sufrida por los activistas del PAC, y la consecuente exclusión política del SACP y el ANC, ambos se suman al Movimiento de Resistencia Africano (renegados liberales), y el PAC comienza la resistencia armada. El ANC/SACP utiliza la Conferencia Pan-Africana de 1961, en la que todos los partidos deciden una estrategia común, para una dramática llamada a las armas de Mandela, anunciando la formación del comando "Umkhonto we Sizwe" (Lanza de la nación), a imagen de los movimientos guerrilleros judíos (Irgún). Dicho comando fue dirigido por el mismo Mandela, con ayuda de activistas judíos como Denis Goldberg, Lionel Bernstein y Harold Wolpe. Mandela estuvo involucrado en el planeamiento de actividades de resistencia armada y era considerado un terrorista tanto por las autoridades del régimen sudafricano como por la ONU.

Mandela abandonó en secreto el país y se encontró con los líderes africanos en Argelia y otros lugares. Empieza a descubrir la profundidad del apoyo al Congreso Pan-

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Africano, y la creencia generalizada de que el Congreso Nacional Africano era una pequeña asociación tribal Xhosa manipulada por blancos comunistas, y retorna entonces a Sudáfrica decidido a reorganizar los elementos nacionalistas africanos en la alianza parlamentaria.

[editar] Símbolo de libertad

Mandela fue el prisionero número 466/64, esto es que fue el preso número 466 en 1964 en la isla de Robben, durante 27 años en precarias condiciones. El gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los hombres negros sudafricanos.

[editar] Prisión

Nelson Mandela fue encarcelado en la prisión de Robben Island, donde permaneció durante dieciocho de sus veintisiete años de presidio. Mientras estuvo en la cárcel, su reputación creció y llegó a ser conocido como el líder negro más importante en Sudáfrica. En prisión, él y otros realizaban trabajos forzados en una cantera de cal. Las condiciones de reclusión eran muy rigurosas. Los prisioneros fueron segregados por raza y los negros recibían menos raciones. Los presos políticos eran separados de los delincuentes comunes y tenían menos privilegios. Mandela, como prisionero del grupo más bajo de la clasificación, sólo tenía permitido recibir una visita y una carta cada seis meses. Las cartas, si llegaban, eran a menudo retrasadas durante largos períodos y leídas por los censores de la prisión.

Mientras estuvo en la cárcel Mandela estudió por correspondencia a través del programa externo de la Universidad de Londres, obteniendo el grado de Licenciado en Derecho. Fue nombrado para el cargo de Rector de la Universidad de Londres en las elecciones de 1981, pero ganó la Princesa Anne.

Uno de los aspectos menos conocidos de su cautiverio fue la falsa operación de fuga que el servicio secreto Sudafricano preparó en 1969. El verdadero objetivo era asesinar a Mandela bajo la apariencia de una recaptura. Pero el Servicio de Inteligencia Británico tuvo conocimiento del complot y frustró toda la operación. El agente secreto inglés Gordon Winter lo narra en su libro de memorias "Inside Boss", publicado en 1981.

En marzo de 1982 Mandela fue transferido de la isla de Robben a la prisión de Pollsmoor, junto con otros altos dirigentes del ANC: Walter Sisulu, Andrew Mlangeni, Ahmed Kathrada y Raymond Mhlaba. Se ha especulado que se trataba de eliminar la influencia de estos líderes en la nueva generación de jóvenes activistas negros encarcelados en Robben Island.[cita requerida] Sin embargo, el Partido Nacional, por medio del ministro Kobie Coetsee, dijo que la medida era para permitir un contacto discreto entre ellos y el Gobierno sudafricano. En febrero de 1985 el Presidente Botha ofreció la liberación condicional de Mandela a cambio de renunciar a la lucha armada. Coetsee y otros ministros habían desaconsejado a Botha que tomara esta decisión, argumentando que Mandela nunca comprometería a su organización a abandonar la lucha armada a cambio de la libertad personal. Mandela rechazó de hecho la oferta, haciendo un

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comunicado a través de su hija Zindzi diciendo: "¿Qué libertad se me ofrece, mientras sigue prohibida la organización de la gente? Sólo los hombres libres pueden negociar. Un preso no puede entrar en los contratos."

La primera reunión entre Mandela y el Partido Nacional llegó en noviembre de 1985, cuando se reunió Kobie Coetsee con Mandela en el Volks Hospital en Ciudad del Cabo, donde Mandela se estaba recuperando de una cirugía de próstata. Durante los próximos cuatro años, tuvieron lugar una serie de reuniones que sentaron las bases para futuros contactos y negociaciones, pero se hicieron pocos avances reales.

En 1988 Mandela fue trasladado a la prisión Víctor Verster, permaneciendo allí hasta su liberación. Diversas restricciones fueron levantadas y personas como Harry Schwarz pudieron visitarlo. Schwarz, un amigo de Mandela, lo conocía desde la universidad cuando fueron compañeros de clase. También fue un abogado defensor en el proceso de Rivonia y más tarde será embajador de Sudáfrica en Washington.

A lo largo del encarcelamiento de Mandela, las presiones locales e internacionales sobre el gobierno de Sudáfrica para dejar a Mandela en libertad, eran notorias y en 1989, Sudáfrica llegó a una encrucijada cuando el Presidente Botha sufrió un derrame cerebral y fue sustituido por Frederik Willem de Klerk. De Klerk anunció la liberación de Mandela en febrero de 1990.

[editar] Vida de Nelson Mandela

Nelson Mandela nació el 18 de julio de 1918 en Mvezo, un poblado de 300 habitantes cerca de Umtata en el Transkei. Pertenecía al clan Madiba de la etnia xhosa, fue uno de los 13 hijos, que tuvo su padre Gadla Henry Mphakanyiswa o (también llamado Henry Mgadla Mandela), con sus cuatro esposas por un consejero principal de la casa real Thembu; a su vez era nieto de rey (Ngubengcuka, que falleció en el año 1832); su madre era Nonqaphi Nosekeni Fanny tercera de las esposa de Gadla Henry Mphakanyiswa.1

Luego de finalizar la secundaria, comenzó a estudiar en el Colegio Universitario de Fort Hare para obtener su título de Bachiller en Artes. Allí fue elegido como miembro del Consejo de Representantes Estudiantiles, fue expulsado junto con un compañero, por participar en una huelga estudiantil. Se trasladó a Johannesburgo, donde en 1941 completó sus estudios de bachillerato por correspondencia en la Unisa. Luego estudió derecho en la Universidad de Wiswatersrand, donde se recibió en 1942, de abogado.2

Se casó tres veces, teniendo 6 hijos. De su primera esposa Evelyn Ntoko Mase, fallecida en julio de 2003 de neumonía,3 se divorció en 1957 después de 13 años de matrimonio. Una hija de este matrimonio murió en edad de lactancia. Su primer hijo Madiba Thembekili falleció en 1969 en un accidente automovilístico. El 6 de enero de 2005 murió el segundo hijo de Mandela y de su primera esposa, Makgatho Mandela, a la edad de 54 años en Johannesburgo a raíz de una enfermedad asociada el sida, era abogado y hombre de negocios, casado dos veces y padre de 4 hijos.

Después de 38 años de matrimonio con Winnie Madikizela (Winnie Mandela), se separó a causa de escándalos políticos en abril de 1992 y finalmente se divorció el 19 de

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marzo de 1996. Con Winnie tuvo dos hijas, Zenani (Zeni), nacida el 4 de febrero de 1958, y Zindziswa (Zindzi), nacida en 1960.

En su 80º cumpleaños, el 18 de julio de 1998, contrajo matrimonio con Graça Machel, la viuda de Samora Machel, el antiguo presidente de Mozambique y patrocinador del ANC, fallecido en 1986 en un accidente de avión.

Mandela es un apasionado de la música clásica de Georg Friedrich Händel o Piotr Ilich Tchaikovsky, que acostumbra escuchar disfrutando de los atardeceres.

[editar] Premios y condecoraciones

Escultura de Nelson Mandela en Johannesburgo.

Mandela ha recibido alrededor de 50 doctorados honoris causa por distintas universidades del mundo. Junto a la Madre Teresa de Calcuta, además de Khan Abdul Ghaffar Khan, ha sido el único extranjero que ha sido distinguido con Bharat Ratna, el premio civil de mayor prestigio de la India.

Orden del Águila Azteca (2010) Arthur Ashe Award (2009) Embajador de la Conciencia, premio otorgado por Amnistía Internacional (2006) Llaves de la ciudad (2004) Premio Nobel de la Paz en 1993 Premio de la Paz de Mahatma Gandhi Orden de Canadá Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (1992) Orden de San Juan Medalla Presidencial de la Libertad (2002) Orden al Mérito del Reino Unido (1995) Isithwalandwe (1992) Bharat Ratna (1990)

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Premio Lenin de la Paz (1990) Premio Internacional Simón Bolívar (1983) Premio Nacional de la Paz (1995) Premio Sájarov (1988) Escultura en el Palacio de Westminster, Londres (2007) Orden del Mérito de la FIFA Doctor Honoris Causa por 7 universidades de la red Laureate International

Universities, la Universidad Europea de Madrid, la Universidad Andrés Bello de Chile, la Walden University (Estados Unidos), la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, la Universidad de Bilgi (Estambul), la Universidad de Carabobo (Venezuela), la Universidad de las Américas, de Ecuador y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria 4 (Islas Canarias).

[editar] Lectura adicional

En inglés

Anthony Sampson ; Mandela: The Authorised Biography; ISBN 0-679-78178-1 (1999)

Nelson Mandela; Long Walk to Freedom: The Autobiography of Nelson Mandela; Little Brown & Co; ISBN 0-316-54818-9 (paperback, 1995)

Mary Benson; Nelson Mandela: The Man and the Movement Martin Meredith; Nelson Mandela: A Biography Barry Denenberg; Nelson Mandela: No Easy Walk To Freedom Charlene Smith; Mandela: In Celebration of a Great Life John Carlin; Playing the Enemy (El Factor Humano)

[editar] Música

Hay muchos grupos que se inspiraron en Mandela para sus canciones, por ejemplo:

Angel & Tino Casal , colaboración entre Angel y Tino Casal, Southafrica Las Hijas del Sol , dúo de Guinea Ecuatorial: Nelson Mandela (1994) Simple Minds : «Mandela Day» del disco de 1989 Street Fighting Years) Illapu , grupo chileno: Mande Mandela Todos Tus Muertos , grupo argentino: «Mandela» (del disco de 1994 Dale

Aborigen) The Skatalites : Free Nelson Mandela Barrington Levy : Mandela Free The Abyssinians , grupo reggae de Jamaica: Mandela Pablo Milanés : Nelson Mandela Micky Gonzales : Músico peruano: Liberaron a Mandela Quilapayún , grupo chileno: Free Nelson Mandela Queen y Paul Rodgers: Say it's not true y The Call (46664) Antidoping : Mandela Nickelback : If Everyone Cared Michael Jackson : Heal The World Johnny Clegg : Asimbonanga Toque Profundo : Mandela

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Groundation : Mandela The Wailers Band : Love is Forever

[editar] Cine

Adiós Bafana . Película protagonizada por Joseph Fiennes, Dennis Haysbert y dirigida por Billie August, con estreno el 27 de abril de 2007.

Invictus . Película protagonizada por Morgan Freeman, Matt Damon y dirigida por Clint Eastwood, con estreno el 11 de diciembre de 2009.5

[editar] Véase también

18 de julio : Día Internacional de Nelson Mandela

[editar] Referencias

Mandela: The Authorised Biography («Mandela: la biografía autorizada»), por Anthony Sampson

Long Walk to Freedom («Largo camino a la libertad»), autobiografía de Nelson Mandela escrita cuando permanecía en prisión.

[editar] Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Nelson Mandela. Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Nelson Mandela. Nelson Mandela – Biografía en Nobelprize.org Discurso en audio de 1964 , previo a su condena a cadena perpetua ANC perfil de Mandela Perfil en Time 100 Nelson Mandela Foundation - 46664 Nelson Mandela Children's Fund Diplomacia internacional de Nelson Mandela Mandela: historia en audio IMDB: Goodbye Bafana

[editar] Referencias

1. ↑ «Nelson Mandela.».2. ↑ «Biografía de Nelson Mandela. Su lucha contra el apartheid dentro y fuera del

país. Como fueron sus 27 años de prisión y su premio nobel de la paz.».3. ↑ «Nelson Mandela, ex presidente sudafricano, anuncia que su hijo Makgatho,

de 54 años, ha muerto de SIDA.». Consultado el 2011.4. ↑ http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=1860135. ↑ http://www.elgrafico.com.ar/2010/01/07/C-2294-mandela-y-el-mundial-de-

rugby-de-1995.php Mandela y el Mundial de Rugby de 1995, Notas Principales, El Gráfico

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[editar] En español

Biografía en el portal de la UNESCO. Biografía por Fundación CIDOB

Precedido por:Frederik Willem de

Klerk

Presidente de Sudáfrica

27 de abril de 1994 – 16 de junio de 1999

Sucedido por:Thabo Mbeki

Predecesor:Rigoberta Menchú Premio Nobel de la Paz

1993

Sucesor:Yasser ArafatShimon PeresYitzhak Rabin

Nelson Mandela

Político sudafricano (Umtata, Transkei, 1918 - ). Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xosa, Nelson Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros sudafricanos. Mandela fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.

En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. Bajo la inspiración de Gandhi, el ANC propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud (presidida por Mandela en 1951-52) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas.

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Nelson Mandela

En 1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.

En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza.

El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes, en los que confinar a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.

Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.

Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del ANC de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo

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movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir el brazo armado del ANC (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas.

En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A su regreso fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior contra los dirigentes de la Lanza de la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964. Ese mismo año fue nombrado presidente del ANC.

Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.

En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años, su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el ANC.

Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial, liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para negociar el proceso de democratización. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.

Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente, y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú.

http://www.cidob.org/es/documentacio/biografias_lideres_politicos/africa/sudafrica/nelson_mandela

Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona

Pequeño Mediano Grande

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Datos relevantesActualización: 3 de Noviembre de 2010

Nelson Rolihlahla Mandela (nacido Rolihlahla Dalibhunga Mandela)

Sudáfrica

Presidente de la República

Duración del mandato: 10 de Mayo de 1994 - 16 de Junio de 1999

Nacimiento: Mvezo, Umtata, Provincia del Cabo Oriental , 18 de Julio de 1918

Partido político: ANC

Profesión: Abogado

Crédito fotográfico: © Foto Agência Brasil/Ricardo Stuckert/PR

Resumen

No existe probablemente en la política de nuestro tiempo una figura más popular, admirada y universalmente respetada que el sudafricano Nelson Mandela, icono de la lucha contra el apartheid, antiguo líder del Congreso Nacional Africano (ANC), primer presidente negro de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz. Su liberación en 1990 tras 27 años de cautiverio principió, trabajando estrechamente con el presidente reformista Frederik de Klerk, una complicada pero finalmente exitosa transición desde la dictadura segregacionista blanca hasta la democracia multirracial, que alumbraron unas elecciones libres ganadas por el ANC, un Gobierno de unidad y una nueva Constitución. Entre 1994 y 1999, Mandela, con su extraordinario carisma, su rechazo a las medidas radicales y su sentido de la responsabilidad, fijó los pilares políticos y económicos de la nueva Sudáfrica, y medió en los conflictos del continente, pero dejó sin resolver graves déficits sociales. Aunque jubilado de la política y pese a su avanzada edad, el mitificado estadista continúa activo en una serie de causas humanitarias.

Biografía1. Dirigente del Congreso Nacional Africano y preso de conciencia2. De la liberación a la jefatura del Estado: el final del apartheid

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3. La construcción de la nueva Sudáfrica multirracial y democrática; la asignatura socioeconómica4. Un referente internacional de primer orden; la pacificación del continente5. La vida tras la Presidencia: autoridad moral y tributo universal

1. Dirigente del Congreso Nacional Africano y preso de concienciaPerteneciente al clan Madiba de la etnia xhosa y uno de los 13 hijos tenidos con sus cuatro esposas por un consejero principal de la casa real Thembu, a su vez nieto de rey (Ngubengcuka, fallecido en 1832) aunque sin derechos dinásticos, nació en 1918 en Mvezo, villorrio a orillas del río Mbashe en el distrito de Umtata, capital de la región de Transkei, actualmente integrada en la Provincia del Cabo Oriental. El padre, Gadla Henry Mphakanyiswa (citado en algunas fuentes como Henry Mgadla Mandela), ejerció de jefe local en Mvezo antes de ser destituido por el Gobierno de la flamante Unión de Sudáfrica, tras lo cual se trasladó con su numerosa familia a una aldea cercana, Qunu, donde en 1928 falleció a la edad de 48 años víctima de la tuberculosis. La madre, Nonqaphi Nosekeni Fanny, era la tercera de las esposas de Mphakanyiswa, un notable tribal analfabeto al que su célebre hijo recuerda con afecto.

Huérfano por tanto desde los nueve años, el joven, cuyo nombre completo era Rolihlahla Dalibhunga Mandela (siendo Rolihlahla un alias familiar), quedó al cuidado del regente de los thembu, el jefe David Jongintaba Dalindyebo, un aristócrata cultivado que se sentía obligado a gratificar póstumamente a Mphakanyiswa, primo suyo, por los servicios prestados a sus intereses dinásticos. El muchacho recibió la educación primaria en una misión wesleyana (metodista) próxima al palacio de su padrino adoptivo y en el Clarkebury Boarding Institute de Engcobo, y la secundaria en la Healdtown Methodist Boarding School de Fort Beaufort. Su profesora de primaria, una misionera británica, le puso el nombre anglófono de Nelson, el cual adquirió validez a efectos legales.

En 1939, tras completar la instrucción escolar, propia de un vástago de la nobleza xhosa, que parecía encaminada a convertirle en el funcionario y cortesano que había sido su padre, Mandela marchó a la ciudad de Alice para titularse en Derecho en el Fort Hare University College, una institución académica reservada a estudiantes no blancos. Allí conoció entre otros a Oliver Tambo, en lo sucesivo estrecho amigo y camarada.

Siendo miembro del consejo estudiantil de la Universidad se implicó en una disputa académica en torno a un resultado electoral, lo que le acarreó la expulsión de las aulas en el tercer año de carrera, viéndose obligado a terminar su diplomatura por correspondencia en 1942. Enterado además de que su padrino le había concertado un matrimonio tribal, le robó algunas piezas de ganado y con el dinero obtenido de su venta se fugó a Alexandra, uno de los populosos suburbios negros en el extrarradio de Johannesburgo. De esta rebelión familiar fue copartícipe un hijo del jefe Dalindyebo, Justice, compañero de estudios de Mandela en Fort Hare y al que su padre quería casar también con una desconocida. Posteriormente el futuro dirigente se reconcilió con su padrino, quien le costeó unas clases de Derecho en la Universidad de Witwatersrand.

Mientras intentaba recomponer su formación universitaria con la idea de practicar la abogacía, el joven se ganó la vida en Johannesburgo como vigilante de una mina de oro y luego como oficinista en una firma jurídica dirigida por blancos. Fue en la gran urbe

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de la entonces provincia de Transvaal donde Mandela trabó contacto con el activismo puramente político. En 1943, en el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, en la que Sudáfrica combatía del lado del Reino Unido y los aliados bajo el liderazgo del mariscal y primer ministro Jan Smuts, Mandela se unió al Congreso Nacional Africano (ANC), organización abanderada del nacionalismo negro fundada en 1912 y cuyo liderazgo ostentaban en ese momento Alfred Bitini Xuma y James Calata. En el ANC Mandela inició un íntimo vínculo con Walter Sisulu, un paisano de Transkei que se ganaba la vida como agente inmobiliario.

Fue Sisulu, treintañero seis años mayor, quien le introdujo en el bufete de abogados blancos de Johannesburgo, abriéndole las puertas de una profesión liberal a la que muy pocos negros conseguían acceder. Además, una prima de Sisulu, Evelyn Ntoko Mase, enfermera de 22 años, se convirtió en 1944 en la primera esposa de Mandela; con ella iba a tener cuatro hijos: el primogénito, Madiba Thembekile, alias Thembi, alumbrado en 1945; Makaziwe, una niña que murió con nueves meses de vida en 1948; un segundo varón, Makgatho Lewanika, nacido en 1950; y otra niña, Pumla Makaziwe, nacida en 1954.

Mandela, Sisulu, Tambo y otros jóvenes militantes, bajo el liderazgo del intelectual Anton Lembede, trabajaron por la transformación del ANC, que hasta entonces había expresado sus reivindicaciones dentro de los cauces parlamentarios, en un movimiento de masas con un programa de exigencias más firmes al Gobierno racista sudafricano. A tal fin, en septiembre de 1944 pusieron en marcha la Liga de la Juventud del Congreso Nacional Africano (ANCYL), de la que Mandela fue elegido secretario tres años después.

En 1949, al año de producirse la victoria electoral del Partido Nacional (NP) y el inicio formal por la minoría blanca de estirpe afrikáner del sistema de segregación racial o apartheid, el Comité Ejecutivo Nacional (NEC) del ANC, con James Moroka de presidente y Sisulu de secretario general, aceptó un Programa de Acción, conforme a las tesis de la ANCYL, que fue elaborado y supervisado en su aplicación por un subcomité de seis miembros entre los que figuraba Mandela.

El programa, inspirado en los métodos de lucha política de la minoría india y de lucha sindical de los mineros negros, contemplaba el llamamiento a la huelga general, la desobediencia civil, la no cooperación y otros instrumentos de resistencia no violenta. Esgrimía asimismo un plantel de demandas políticas y sociales sobre la igualdad jurídica de los ciudadanos de color, la formación de un parlamento representativo basado en el principio democrático de un hombre, un voto, una redistribución más justa de la tierra y la remoción de las barreras a la educación de los jóvenes negros. Más allá de constituir una estrategia coyuntural, el Programa de Acción se integró en la doctrina de partido. Cada vez más prestigiado entre sus compañeros, en 1950 Mandela fue promocionado a miembro del NEC y en 1951 a presidente de la ANCYL.

Al mismo tiempo, Mandela reconoció la necesidad de formar un frente multirracial, no exclusivamente negro, y que incluyera a otros colectivos políticos de resistencia, como los comunistas, para oponerse al apartheid y a la dictadura de la minoría blanca. Para impulsar esta empresa, Mandela y su círculo organizaron la Alianza del Congreso. En junio de 1952 el partido le encomendó la divulgación por todo el país de la denominada Campaña de Desafío a las Leyes Injustas, vasta movilización de masas que Mandela

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condujo a pie de calle con la consigna de no provocar acciones violentas.

Su intensa actividad agitadora y proselitista le acarreó a Mandela su primer encontronazo serio con la justicia pocas semanas después de poner marcha la Campaña de Desafío. Detenido en julio, fue procesado bajo la acusación de violar la Ley de Supresión del Comunismo, juzgado y finalmente condenado en diciembre a una pena de nueve meses de prisión con trabajos forzados. La sentencia quedó en suspenso durante dos años a cambio de la prohibición de participar en actos públicos y ejercer cargos políticos, y de un confinamiento en Johannesburgo por espacio de seis meses. Estas proscripciones temporales iban a ser renovadas sucesivamente hasta 1958, obligando al reo a cumplir en la clandestinidad sus funciones de vicepresidente nacional del partido, y por tanto adjunto a su nuevo máximo dirigente, Albert Lutuli, y de presidente de su sección en Transvaal, puestos a los que fue elevado también en diciembre de 1952.

Antes de terminar ese año, nada más recobrar la libertad, Mandela se reunió con Tambo, que en 1955 iba a suceder a Sisulu en la Secretaría General del partido y tres años después a Mandela en la Vicepresidencia, y juntos consiguieron abrir en Johannesburgo un despacho de abogados, el primero del país regentado con licencia por juristas negros, labor que fue constantemente hostigada por las autoridades hasta el cierre del bufete en 1956. En los años siguientes, Mandela siguió participando en las campañas contra las leyes discriminatorias de la mayoría negra y prestando asistencia legal a activistas con problemas con la justicia.

Su azarosa vida profesional y política pasó factura a su vida conyugal, tal que en 1955 se separó de Evelyn, cuya filiación a los Testigos de Jehová le impedía implicarse en política, y dos años después el matrimonio terminó en divorcio (Mase iba a fallecer en 2004 a los 82 años). En junio de 1958 Mandela contrajo segundas nupcias con la trabajadora social Nomzamo Winifred Zanyiwe Madikizela, una xhosa 18 años más joven que él y oriunda de la costa norte del Cabo Oriental, quien a diferencia de la primera esposa sí estaba lista para involucrarse a fondo en el movimiento de liberación de su pueblo y apoyar la lucha de su marido, con todo lo que ello implicaba. La luego famosa y polémica Winnie Mandela, como pasó a ser conocida, dio al dirigente negro otras dos hijas, Zenani, en 1959, y Zindziswa, en 1960.

Arrestado, encarcelado y procesado en varias ocasiones, Mandela sufrió su enésima y definitiva detención en el epílogo de la matanza de Sharpeville, Transvaal, el 21 de marzo de 1960, cuando la Policía disparó indiscriminadamente contra una multitud de manifestantes y mató a 69 personas. La represión se abatió sobre Mandela y muchos cientos de militantes del movimiento de liberación negro al socaire de las declaraciones por el Gobierno nacionalista del primer ministro Hendrik Verwoed del estado de emergencia en todo el país, el 30 de marzo, y de las ilegalizaciones, el 8 de abril, tanto del ANC como del Congreso Panafricano (PAC). Liderado por Robert Sobukwe, el PAC había surgido en 1959 como una escisión radical y sectaria del ANC que se oponía a la inclusión de activistas no de raza negra, como indios y blancos autóctonos, en la lucha contra el apartheid.

En marzo de 1961 su caso fue revisado y Mandela quedó exonerado de la acusación de participar en actividades terroristas, pero en agosto de 1962, siendo fugitivo de la justicia, fue detenido de nuevo y en noviembre siguiente recibió una sentencia condenatoria a cinco años de cárcel por los delitos de incitación a la huelga y de

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abandono ilegal del país, en referencia a un movimiento huelguístico orquestado junto con Sisulu tan pronto como recobró la libertad el año anterior y a unas estancias clandestinas en Etiopía, para participar en la Conferencia del Movimiento Panafricano de Liberación de África Oriental y Central, y en Argelia, para recibir entrenamiento paramilitar.

Lo cierto era que en diciembre de 1961, Mandela, convencido de la inutilidad de la lucha pacífica contra el apartheid, había activado en la clandestinidad y asumido la jefatura del brazo armado del ANC, Umkhonto we Sizwe (Lanza de la Nación, también conocido por su sigla, MK). Este peligroso viraje, que era el resultado de un largo proceso de reflexión política, madurado tras la masacre de Sharpeville, y no una decisión precipitada, quedó sellado el 31 de mayo de 1961 al proclamar el Gobierno racista la República de Sudáfrica y a continuación retirarse de la Commonwealth, rompiendo con la corona británica los lazos vigentes desde la independencia de facto de la Unión de Sudáfrica en 1910. Nada más crearse, el MK comenzó a atacar con ínfulas guerrilleras instalaciones del Gobierno y objetivos policiales. Lutuli, aferrado a la moderación como el buen premio Nobel de la Paz que era, no veía con buenos ojos la nueva estrategia de confrontación directa con el poder blanco, pero el liderazgo y la autoridad del legalista presidente del ANC se encontraba en franco retroceso ante el carisma y el brío subversivo del 20 años más joven Mandela.

En octubre de 1963 Mandela continuaba recluido en la Prisión Central de Pretoria, donde tuvo de compañero de cautiverio a su amigo Robert Sobukwe, cuando la fiscalía expandió su causa criminal con la adición de los cargos de sabotaje, terrorismo y conspiración para derrocar al Gobierno mediante revolución interna e invasión de fuerzas extranjeras. Mandela aceptó el cargo de sabotaje, pero rechazó los demás. Elevado su estatus de peligrosidad, fue transferido a la prisión de máxima seguridad de Robben Island, emplazada en una pequeña isla en el mar a once kilómetros de Ciudad del Cabo. Comentó entonces el llamado juicio de Rivonia, población próxima a Johannesburgo, donde Mandela compartió banquillo de acusado con otros siete altos dirigentes del ANC y el Partido Comunista de Sudáfrica (SACP): Walter Sisulu, Govan Mbeki, Raymond Mhlaba, Elias Motsoaledi, Ahmed Kathrada, Dennis Goldberg y Lionel Bernstein.

El 12 de junio de 1964 los acusados -salvo Bernstein, que quedó absuelto- fueron condenados a cadena perpetua, sentencia draconiana que pudo haber sido peor, ya que la fiscalía al principio solicitó la pena de muerte. Mandela y sus camaradas fueron internados en un módulo de aislamiento para presos políticos en Robben Island. Desde su celda, en los años siguientes, el prisionero 466/64, con su sufrido estoicismo, fue convirtiéndose en el principal símbolo del movimiento de resistencia negra de su país y de la conciencia secuestrada de toda una nación, ganando una masiva solidaridad internacional y abundando en el descrédito de un gobierno que no acertaba a presentarle como un extremista peligroso o como un racista negro que querría expulsar a los blancos de Sudáfrica.

Entretanto, desde el exilio o en la clandestinidad, intentaban mantener viva la lucha del ANC y recababan ayudas internacionales para la causa los líderes que habían eludido la maquinaria represiva del Gobierno del NP. Eran los casos de Tambo, elegido presidente del partido a la muerte en accidente de Lutuli en 1967, y de Duma Nokwe y Alfred Nzo, quienes se sucedieron en la Secretaría General en 1969.

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Durante su prolongado cautiverio, Mandela sólo pudo recibir las visitas de su esposa e hijos en muy contadas ocasiones. Winnie, que iba a revelarse como una dirigente del ANC radical y autoritaria a medida que el Gobierno se ensañaba con ella, fue a su vez desterrada en 1977 a la aldea de Brandfort, donde vivió confinada hasta 1985. En julio de 1969 un acongojado Mandela no fue autorizado a acudir al funeral de su hijo mayor, Thembi, muerto en un trágico accidente de circulación a los 25 años y tras haber dado a su padre dos nietas, Ndileka y Nandi.

El régimen carcelario en Robben Island era muy severo, así que menos oportunidades tuvo aún el prisionero de recibir en 1973 un permiso vigilado para asistir a la boda de su hija Zenani, que sólo tenía 14 años, con el príncipe Thumbumuzi Dlamini, hijo del rey de Swazilandia, Sobhuza II, quien se convirtió por tanto en consuegro de Mandela, así como hermano del futuro rey Mswati III. Para preservar su estado emocional y sus facultades intelectuales en las duras condiciones de la prisión isleña, el recluso se matriculó en el programa de educación a distancia de la Universidad de Londres y se sacó el título de Bachelor of Laws. También cuidó por su estado físico, intentando mantenerse en forma con tablas de gimnasia.

Afuera, entretanto, la situación política se deterioraba paulatinamente: el régimen, indiferente a las sanciones y los boicots internacionales –que distaban de ser universales y contundentes-, endurecía la represión y los movimientos negros radicalizaban sus actos de resistencia. Sudáfrica empezó a deslizarse por una sangrienta espiral de represalias. El brutal aplastamiento de la revuelta de estudiantes en Soweto, el gran gueto de la periferia sur de Johannesburgo, en junio de 1976, con un balance de cientos de muertos y miles de heridos, mostró a las claras a la escandalizada opinión pública internacional la naturaleza criminal del Gobierno de la minoría blanca, entonces dirigido por el primer ministro Balthazar Vorster, un líder del ala más derechista del NP, resuelto a mantener el statu quo de la segregación racial sin la menor concesión.

En cuanto al MK, aliado de las guerrillas y fuerzas de liberación negras que combatían a sus respectivas férulas coloniales y neocoloniales en los países vecinos (el MPLA de Angola, el ZANU de Rhodesia del Sur, el FRELIMO de Mozambique y el SWAPO de Namibia, esta última administrada ilegalmente por la propia Sudáfrica), intentó sostener una campaña de atentados y ataques con bomba, pero la Policía y el Ejército sudafricanos diezmaron sus filas, virtualmente lo expulsaron del territorio nacional y siguieron infligiéndole golpes demoledores, en furiosas incursiones por tierra y aire, en los países donde había establecido sus bases de retaguardia, que eran los arriba citados más Botswana y Zambia, abundando en la generalización del estado de guerra en toda la región.

Al comenzar la década de los ochenta, estaba meridianamente claro que el ANC, por la vía insurgente, no iba a conseguir, no ya derrocar al Gobierno blanco, sino arrancarle ninguna concesión política, ni siquiera provocar quebrantos en las muy profesionales y bien pertrechadas fuerzas armadas y de seguridad del Estado. En el NEC, Tambo y otros expusieron la tesis de que la lucha armada no tenía futuro y que lo que había que hacer era concentrar todos los esfuerzos en los frentes de lucha política y sindical, librada esta última por el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU), tercer vértice de la Alianza Tripartita formada con el ANC y el SACP.

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En abril de 1982 Mandela, Sisulu y otros convictos de Rivonia fueron transferidos a la prisión de Pollsmoor, en Ciudad del Cabo, donde las condiciones carcelarias eran algo menos duras. Aunque entonces no lo reconoció, el sucesor de Vorster, Pieter Botha, bien que sin relajar un ápice la represión, que de hecho se hallaba en su apogeo, estaba dispuesto a emprender con el ANC un diálogo discreto al tiempo que acometía algunas reformas cosméticas del sistema.

Desde su celda y un poco por su cuenta y riesgo, mientras la dirigencia del partido en el exilio ponía a prueba las intenciones de Botha lanzándole unas campañas de sabotajes y huelgas para obligarle a abrir la vía negociada, Mandela emprendió con sus carceleros una serie de comunicaciones que al principio fueron de tanteo y secretas, pero que luego iban a producirse públicamente y al más alto nivel, permitiendo intuir un desenlace negociado del enquistado conflicto.

A lo que Mandela siempre se negó fue a obtener una remisión de su pena o incluso la libertad condicional a cambio de firmar un manifiesto de rechazo a la violencia y de aceptar las independencias, no reconocidas por ningún país del mundo y condenadas por la ONU, de los bantustanes o homelands de Bophuthatswana, Ciskei, Transkei y Venda, convertidos por el régimen en unos territorios dotados de gobiernos negros teóricamente autónomos, que suponían el 13% de la superficie del país y que constituían una forma especialmente insidiosa de segregación racial.

El primer encuentro entre Mandela y un alto representante del régimen del NP, Kobie Coetzee, ministro de Justicia, tuvo lugar en noviembre de 1985 en el hospital Volks de Ciudad del Cabo, donde el primero había sido ingresado para practicarle una operación de próstata. Esta reunión preliminar no arrojó ningún acuerdo, pero marcó la pauta dialogante. Los contactos secretos prosiguieron con Gerrit Viljoen, ministro de Desarrollo Constitucional, y Niel Barnard, jefe del Servicio Nacional de Inteligencia. Durante unos años el proceso resultó estéril porque Mandela rehusó una y otra vez aceptar la precondición de la renuncia expresa a la lucha armada para abrir una mesa de conversaciones formales, en las que él podría participar en situación de libertad. Tal era la oferta del Gobierno.

En agosto de 1988, al mes de cumplir los 70 años, efeméride que fue celebrada en diversos lugares fuera de Sudáfrica, particularmente en Londres, escenario de un macroconcierto de música pop retransmitido a 67 países y celebrado bajo la consigna imperiosa de la liberación del archifamoso preso político, Mandela contrajo una tuberculosis y pasó mes y medio ingresado en el hospital Tygerberg de Parow, en Ciudad del Cabo. En septiembre le trasladaron a la clínica Constantiaberg y en diciembre le dieron de alta. No regresó a Pollsmoor, sino que pasó a la prisión Victor Verster, cerca de Paarl, donde fue aislado en un amplio bungalow dotado de piscina, jardines y cocinero particular. La convalecencia de Mandela precisaba un entorno saludable y paseos al aire libre, pero el Gobierno también quería crear una atmósfera distendida y hasta halagadora.

2. De la liberación a la jefatura del Estado: el final del apartheidEl 5 de julio de 1989, en una reunión sin precedentes, Mandela fue invitado a tomar té con Botha en su residencia presidencial en Ciudad del Cabo, la Tuynhuys. El encuentro, secreto como los anteriores, discurrió con cordialidad y, aunque no se llegó en él a

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ningún acuerdo sustancial, marcó el principio del deshielo. Semanas más tarde, el 15 de agosto, Botha, enfermo del corazón, cedía la Presidencia del país a quien ya venía encabezando el NP desde febrero, Frederik de Klerk, y Sudáfrica se abocó a una era de reformas que terminó liquidando el apartheid.

El 13 de diciembre Mandela celebró con de Klerk el primero de tres encuentros preliminares para tratar su liberación, la cual tuvo lugar, rodeada de una gran expectación mundial, el 11 de febrero de 1990, nueve días después de recobrar el ANC la legalidad –a la par que el PAC, el SACP y el COSATU-, tal como habían acordado las partes. Tras pasarse casi 28 años en prisión y desechar varias ofertas de libertad condicionada, Mandela había conseguido la vindicación política para su causa, pero también una victoria personal.

En sus primeras declaraciones, tanto a la prensa como a la muchedumbre que le acogió en el estadio de Soweto, el líder congresista prodigó los mensajes de moderación y de cooperación en la empresa iniciada por de Klerk. Los llamamientos de Mandela no hallaron un eco uniforme en el campo negro nacionalista; así, los extremistas de izquierda del PAC siguieron apostando por la vía revolucionaria y el derrocamiento del poder blanco por la fuerza, por más que los hechos habían demostrado hasta la saciedad lo utópico de esa pretensión.

El 3 de marzo el partido elevó a Mandela a su antigua posición de vicepresidente ejecutivo, ocupada por última vez por Tambo en 1969 y que en las actuales circunstancias, con Tambo enfermo y hospitalizado en Suecia, convertía a su titular en el jefe de facto del partido. A finales de abril, el primer grupo de líderes congresistas y comunistas –Alfred Nzo, Thabo Mbeki, Joe Modise, Joe Slovo y Ruth Mompati- regresó del exilio zambiano para reunirse con Mandela e integrar con él la delegación conjunta del ANC y el SACP en el primer cara a cara oficial con de Klerk y sus ministros.

Esta ronda inicial de negociaciones produjo, el 6 de agosto, la llamada Acta de Pretoria, por la que el ANC aceptaba "suspender con efecto inmediato" todas las acciones armadas del MK, mientras que el Gobierno se comprometía a levantar las últimas restricciones a las actividades políticas al socaire de la Ley de Seguridad Interna (es decir, la Ley de Supresión del Comunismo) y a acelerar la liberación de los presos políticos. Desde el 7 de junio, el estado de emergencia ya no regía en el país, salvo en Natal. Mediante éste y otros solemnes compromisos, Mandela renunció efectivamente a la lucha armada, que en el discurso pronunciado el día de su liberación había definido como una "acción puramente defensiva frente a la violencia del apartheid".

En los meses siguientes, Mandela realizó una serie de viajes por todo el mundo para advertir a los gobiernos anfitriones contra un prematuro levantamiento de las sanciones internacionales a Sudáfrica, en tanto el Gobierno nacionalista no adoptara reformas decisivas y las fuerzas de seguridad siguieran cometiendo abusos. En julio de 1991, por fin, fue elegido presidente ejecutivo del ANC, reunido en Durban en su primera conferencia anual en suelo patrio desde 1959 -y que marcaba la número 48 en la historia de la organización-, en sustitución de Tambo, el cual fue honrado con el nuevo cargo, más bien ceremonial, de presidente nacional, que el achacoso dirigente iba a ostentar hasta su fallecimiento en 1993. Para la Secretaría General el escogido fue el sindicalista Cyril Ramaphosa, brillante exponente de la nueva generación de dirigentes, quién tomó

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el relevo al veterano Nzo. En cuanto al viejo compañero de luchas y fatigas de Mandela, Sisulu, fue aupado al puesto de vicepresidente para que dispensara consejo y arbitraje.

La Conferencia de Durban fue histórica también porque los congresistas aprobaron reorganizarse como un partido político propiamente dicho, dejando atrás las connotaciones revolucionarias propias de los movimientos de liberación y confiando en la línea posibilista que advocaban Mandela y su trío de lugartenientes con más peso político y mejores dotes para la organización y la interlocución, a saber, Ramaphosa, Mbeki y Chris Hani, tratándose este último del secretario general del SACP y, hasta el año anterior, del jefe del Estado Mayor del MK. Todos los observadores coincidieron en señalar que el sucesor de Mandela sería sin duda uno de estos tres hombres, aunque algunos indicaron que el que más le gustaba era Ramaphosa.

Antes de terminar 1991, el Gobierno de Klerk, en una espectacular demostración de solvencia, desmanteló el entramado jurídico del apartheid disponiendo la caducidad o la derogación de la Ley de Separación en Lugares Públicos (1953), la Ley de Supresión del Comunismo (1950), la Ley Antiterrorista (1950), la Ley de Registro de la Población (1950), que clasificaba a los sudafricanos según su raza, la Ley de Áreas Grupales (1950), que asignaba a los grupos raciales diferentes zonas residenciales en las ciudades, y la más antigua de todas, la Ley de Tierras de Nativos (1913), que limitaba drásticamente las tierras que la mayoría negra podía poseer. El 14 de septiembre, 26 organizaciones y partidos firmaron un Acuerdo Nacional de Paz, por el que se comprometían a promover "la paz, la armonía y la prosperidad" en el período de tránsito a la promulgación de una nueva Constitución democrática y la celebración de elecciones pluralistas. El 17 de marzo de 1992, un referéndum, última consulta "sólo para blancos", aprobó con el 68,7% de los votos el proceso de reformas iniciado por de Klerk.

La transición a la democracia multirracial en Sudáfrica parecía imparable, y Mandela expresó esta confianza en innumerables ocasiones. Sin embargo, el proceso pareció a punto de descarrilar varias veces a lo largo de 1992 y 1993. El 10 de abril del segundo año, el asesinato de Hani a las puertas de su casa por un ultraderechista blanco puso a prueba el temple de los congresistas y la confianza de la inmensa mayoría de la población negra en los incansables llamamientos del presidente del ANC a la paz y la reconciliación.

La tensión política fue atizada constantemente por los sangrientos enfrentamientos armados en KwaZulu (Natal), que dejaron muchos cientos de muertos, entre xhosas, mayoritariamente identificados con el ANC, y los zulúes del Partido Inkatha de la Libertad (IFP) que lideraba el jefe tribal y primer ministro del bantustán, Mangosuthu Buthelezi, un caudillo tradicional que desconfiaba profundamente de la futura hegemonía política del congresismo de izquierdas. Por si fuera poco, elementos marginales de la extrema derecha afrikáner intentaron sabotear lo ineluctable mediante provocaciones terroristas.

Los respectivos compromisos adquiridos por Mandela y de Klerk salvaron la delicada transición, pese a los recelos y las acusaciones mutuas. El líder negro denunció reiteradamente que las fuerzas de seguridad seguían perpetrando tropelías como en los peores tiempos del apartheid y censuró la intención del NP de otorgar a la minoría blanca algún tipo de veto en un futuro Gobierno de mayoría negra. En junio de 1992, el asesinato 46 personas por miembros del IFP en Boipatong, Transvaal, enfureció a

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Mandela, que acusó al Gobierno nacionalista de tener una complicidad en la masacre (investigaciones posteriores sacaron en claro que las fuerzas de seguridad no habían tenido nada que ver en la atrocidad) y suspendió la participación del ANC en las negociaciones políticas. Meses después, en septiembre de 1992, la matanza de 28 simpatizantes del ANC por la Policía de Ciskei –donde el dictadorzuelo negro local, el general Oupa Gqozo, hacía frente a una revuelta popular inflamada por los congresistas- aconsejó a Mandela reanudar las negociaciones con de Klerk para impedir nuevas efusiones de violencia.

Mandela tuvo también que poner orden en sus propias filas, donde las actitudes extremistas seguían teniendo fuerza. En esta tesitura se enmarcó el anuncio de su separación, el 13 de abril de 1992, de Winnie, miembro del NEC desde 1991, debido a que las "tensiones aparecidas en los últimos meses por diversas cuestiones" habían hecho la ruptura matrimonial "inevitable". Condenada en mayo de 1991 a seis años de prisión por el rapto en diciembre de 1988 de cuatro jóvenes y el asesinato de uno ellos a manos de sus guardaespaldas, reclutados entre los miembros del Club de Fútbol United Mandela, en su propia vivienda, Winnie apeló y en junio de 1993, meses antes de convertirse en presidenta de la Liga de Mujeres del partido (ANCWL), consiguió la suspensión de la pena a cambio de una multa.

Para Mandela, su esposa desde hacía 34 años, la persona que le había tomado de la mano tras cruzar la puerta de la prisión Victor Verster en 1990, había terminado por convertirse en un lastre para el éxito de su trascendental empresa política a causa de su excesiva identificación con el populismo radical y su retórica violenta, que tenían mucho gancho entre los habitantes de los townships negros. El extremismo declarativo de Winnie incluía la defensa, incompatible con el discurso cuasi gubernamental del futuro presidente negro de Sudáfrica, del terrible método de ajusticiamiento, mitad ejecución sumaria y mitad linchamiento, conocido como necklacing (colocación de un neumático bañado en gasolina alrededor del cuerpo de la víctima al que luego se prendía fuego), aplicado por las bases del ANC a delincuentes comunes y, sobre todo, a personas consideradas colaboracionistas y traidoras a la causa. El influjo de Mandela fue también determinante en la decisión del PAC, en enero de 1994, de poner fin a la lucha armada.

Mandela y de Klerk consensuaron los mecanismos e instituciones del período de transición, así como los términos de la Constitución provisional, los pormenores de las elecciones pluralistas y las características del Gobierno de coalición que debía emanar de aquellas. Las discusiones se desarrollaron en los marcos de la Convención por la Democracia en Sudáfrica (CODESA, I y II) y, tras el colapso de la anterior, el más plural Foro de Negociaciones Multipartitas (informalmente llamado CODESA III), que emprendió sus deliberaciones en abril de 1993. El 15 de octubre de ese año, la concesión por el Comité de Oslo del Premio Nobel de la Paz de 1993 a las dos máximas figuras de la política sudafricana sirvió para reafirmar en los galardonados la voluntad de continuar con el proceso hasta el final; Mandela aceptó y recogió (10 de diciembre) el Nobel en nombre de todos los sudafricanos que se sacrificaron y sufrieron para traer la paz a su país.

En vísperas de las históricas votaciones, Mandela, junto con de Klerk, consiguió involucrar al renuente Buthelezi en el proceso electoral, ahorrando al país un boicot del partido zulú que probablemente habría desembocado en un baño de sangre y, de todas

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maneras, habría hecho que la era democrática naciera con mal pie. Tras arduas negociaciones, el Memorándum de paz y reconciliación entre el ANC, el IFP y el Gobierno fue firmado por los tres dirigentes el 19 de abril de 1994.

Monitorizadas por los 2.500 miembros de la Misión de Observadores de Naciones Unidas en Sudáfrica (UNOMSA), las elecciones a la primera Asamblea Nacional multipartidista, con funciones de Asamblea Constituyente, se desarrollaron del 26 al 28 de abril de 1994. En el segundo día de votaciones, el 27 de abril, entró en vigor la Constitución Interina, que supuso la abolición de los diez bantustanes que poseían el estatus autónomo o semiindependiente, y por ende la incorporación de sus territorios a la división provincial. También lo hizo la nueva bandera nacional, con un diseño multicolor que simbolizaba la pluralidad racial del país.

Tal como se esperaba, el ANC, formando lista conjunta con su partido hermano, el SACP, obtuvo una victoria arrolladora con el 62,6% de los votos y 252 de los 400 escaños. El NP se hizo con el 20,4% de los votos y 82 escaños, unos resultados bastante meritorios que excedían con creces el peso demográfico de los blancos, y el IFP con el 10,5% y 43. Las votaciones a las nueve asambleas provinciales dibujaron una supremacía congresista incluso más acusada: el partido de Mandela se aseguró el control de todos los gobiernos provinciales salvo los de KwaZulu-Natal y el Cabo Occidental, retenidos respectivamente por el IFP y el NP.

El 6 de mayo Mandela desveló el grueso de la membresía del Gobierno de Unidad Nacional (GUN) ANC-NP-IFP. En el Consejo de Ministros pasaban a compartir mesa prácticamente todas las personalidades partidistas que habían protagonizado la transición. Flanqueando a Mandela aparecían su mano derecha y a estas alturas, en tanto que presidente nacional del ANC, su heredero oficial, Mbeki, como vicepresidente primero de la República, y de Klerk, como vicepresidente segundo.

De los 28 ministerios con cartera, el binomio ANC-SACP se quedó con 17, destacando las presencias de Nzo en Exteriores, Slovo en Vivienda y Asuntos Sociales, y Modise en Defensa. La sensible cartera de Finanzas fue revalidada por el titular del Gobierno saliente, Derek Keys, mientras que la de Minas y Energía quedó en manos de su colega de partido Roelof Pik Botha, el liberal ministro de Exteriores con de Klerk. Accediendo a que los blancos nacionalistas retuvieran estos dos importantes ministerios, Mandela transmitía el mensaje tranquilizador de que el nuevo Gobierno de mayoría negra acometería la reforma socioeconómica, esperada con gran ilusión por millones de sudafricanos pobres, desocupados y excluidos, sin revanchismos rencorosos ni radicalismos revolucionarios.

El mismo criterio de oportunidad política presidió la entrega del Ministerio del Interior a Buthelezi, en la creencia de que el recalcitrante caudillo zulú, una vez revestido de responsabilidades nacionales, se vería obligado a templar los ánimos en KwaZulu-Natal, permitiendo reducir los niveles de violencia regional. Winnie Mandela no fue hecha miembro del Gabinete, pero sí del Gobierno, en calidad de viceministra de Artes, Cultura, Ciencia y Tecnología (antes de un año, iba a ser destituida al hilo de unas acusaciones de corrupción).

El 9 de mayo la Asamblea invistió a Mandela presidente de la República y al día siguiente, en presencia de numerosos líderes mundiales y en un ambiente festivo y

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colorista, tomó posesión del puesto con mandato hasta 1999 junto con los dos vicepresidentes. La mayoría de los ministros estrenaron sus despachos el 11 de mayo y el resto lo hizo dos días después. El histórico cambio de guardia aconteció en una atmósfera de euforia generalizada, vivido por las masas negras con un fervor prácticamente mesiánico.

3. La construcción de la nueva Sudáfrica multirracial y democrática; la asignatura socioeconómica En Mandela recayeron todas las esperanzas de un pueblo que, si bien había conseguido la plenitud de derechos políticos, aún topaba con barreras, por el momento infranqueables, para su promoción social, educativa y profesional, y que, por encima de todo, como los millones de habitantes de los guetos y los barrios de miseria, ansiaba salir de su extremada postración económica.

El presidente definió unas reglas de juego que equilibraban el dominio indiscutible del ANC con la cooperación y la concesión de parcelas de poder y de responsabilidad a los demás partidos importantes, algunos de los cuales –particularmente, el Inkatha de Buthelezi- no eran aliados naturales y ni tan siquiera fácticos, sino sólo unos socios forzosos y necesarios, en aras del bien común. Con sensatez y realismo, Mandela confió al NP sectores clave de manera casi en exclusiva, como la dirección económica y la alta empresa, o en un régimen de cogestión, como la defensa y la seguridad interior. Con Mandela a su frente, el ANC renunció a ejercer el rodillo negro, tan temido por los antiguos amos del país, aunque también era cierto que la no tenencia de la mayoría absoluta de dos tercios en el Legislativo, requerida para aprobar reformas constitucionales, no era un estímulo para las hipotéticas tentaciones de hegemonía absoluta.

En el quinquenio presidencial, el sistema político innegablemente funcionó: se aseguró el total respaldo internacional; implicó a las élites blancas, luego de calmar sus últimas aprensiones, en la normalización del país; desarmó dialécticamente, con más rapidez de lo esperado, a la extrema derecha racista, que se automarginó completamente del escenario político; y apaciguó a ojos vista –aunque no del todo- las tensiones violentas en la provincia de KwaZulu-Natal, luego de ir aceptando el IFP su posición en el nuevo orden político. El ANC hizo suyos los principios de la democracia parlamentaria más exquisita, con una verdadera oposición parlamentaria (aunque sin posibilidad de alternancia), una libertad de prensa que para sí quisieran algunos países europeos, un poder judicial independiente y el marco jurídico que brindaba una de las constituciones más progresistas del mundo.

Al mismo tiempo, el ANC encontró compatible su definición socialista con la preservación del sistema capitalista y la economía de libre mercado, hasta el punto de inaugurar una nada acomplejada campaña de privatizaciones y liquidación de monopolios del Estado, gracias a la cual, numerosos dirigentes y activistas del partido, empezando por Ramaphosa (que fue denostado por sus antiguos camaradas del COSATU), descubrieron su faceta de avezados hombres de negocios, lucrados en el proceso, eso sí, con manifiesto favoritismo.

La Estrategia Macroeconómica de Crecimiento, Empleo y Redistribución, más conocida como el programa GEAR, publicada en junio de 1996, se refería a un conjunto de

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actuaciones ortodoxas (política monetaria antiinflacionista, disciplina fiscal, presupuestos prudentes) que apuntaban a un ajuste estructural de la economía sudafricana. En cuanto a una reforma agraria de resabio socialista que repartiera tierras productivas a los campesinos a gran escala y acabara con el monopolio blanco a corto o medio plazo, ni siquiera fue contemplada. En los medios izquierdistas no tardaron en escucharse expresiones de decepción y de enfado por el abandono de las metas más ambiciosas de justicia social, y por la emergencia de una nueva élite de privilegiados negros.

El oficialismo congresista, sólidamente instalado en el Gobierno y el NEC, apostó por unas políticas públicas vigorosas que hicieran posible la distribución de la renta nacional, la corrección de las abismales diferencias sociales y económicas en función de la raza y, sin proclamarlo abiertamente, para no dar pábulo a acusaciones de elitismo, la creación de una burguesía y una clase media negras liberadas de mentalidad asistencial y dispuestas a luchar por una parcela de riqueza en un contexto competitivo. El partido reconoció que, si bien la mayoría negra había conquistado el poder político, la sudafricana continuaba siendo una sociedad racialmente dividida, con la función pública, la Policía, las Fuerzas Armadas y la judicatura aún copadas por los blancos. En 1998 la Asamblea aprobó la Ley de Equidad en los Empleos, que se fundaba en el principio de la affirmative action, o discriminación positiva, en favor de los no blancos, aunque al finalizar la legislatura sus disposiciones seguían sin entrar en vigor.

En conjunto, el ANC impartió unas directrices que tanto podían ser calificadas de socialdemócratas, por el papel central reservado al Estado en la mejora de los estándares de vida de las extensísimas capas de población pobre que nutrían su electorado, como de social-liberales, o, directamente, liberales, al conceder grandes facilidades al capital corporativo e introducir desregulaciones, inclusive en el mercado laboral. En este sentido, Mandela, al igual que Mbeki, se mostró más –por no decir, únicamente- reformista que revolucionario, y más gradualista que expeditivo.

Comparadas con las elevadas expectativas sociales de 1994, las actuaciones del Gobierno en este terreno dejaron al final del quinquenio un panorama de claroscuros, predominando seguramente la segunda tonalidad. Llegada la hora de la partida de Mandela, se trazó un balance agridulce del compromiso con la emancipación socioeconómica de la mayoría negra, pues si bien ésta había mejorado un tanto su situación con la extensión de los servicios sociales en los populosos barrios marginales y el surgimiento de una incipiente clase media, los blancos, que constituían menos del 14% de la población, seguían regentando la práctica totalidad del sistema financiero y el mundo de los negocios. En este sentido, las políticas de equidad y redistributivas, cuyo verdadero desarrollo iba a competir a futuras administraciones, apenas hicieron notar sus efectos positivos.

Además, en los dos últimos años de la presidencia de Mandela, la producción económica creció por debajo del ritmo demográfico. La acusada flojera del PIB, motivada por la caída del precio del oro y la falta de inversiones foráneas, y que no dejó de ser paradójica, luego de ser levantados todos los embargos y boicots internacionales que pesaban sobre Sudáfrica, unida a las reconversiones y las privatizaciones industriales, agravó el paro, que alcanzó proporciones masivas. En 1999, no menos de 35% de la población activa estaba desocupada; la tasa no iba sino a aumentar en los años siguientes.

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A mayor abundamiento en este repertorio de asignaturas pendientes, el Gobierno de Mandela fue incapaz de contener la explosión de una violencia paulatinamente despolitizada y relacionada con la delincuencia común, fenómeno que suele azotar a todas las sociedades recién salidas de una confrontación civil y que en el caso de Sudáfrica se entremezcló con nuevas e inquietantes formas de extremismo. La ola de criminalidad producía, en números redondos, 25.000 asesinatos y 50.000 violaciones al año, en un país de 39.000 millones de habitantes.

Otro de los grandes débitos achacados al Gobierno de Mandela afectó a la lucha contra el sida, pandemia que en Sudáfrica registraba unas cifras escalofriantes. Pese a activarse un Plan Nacional, un Comité Inter-Departamental (IDC), un Comité Inter-Ministerial (IMC) y un Partenariado sobre el sida y el virus HIV, las políticas públicas para combatir la enfermedad estuvieron muy a la zaga de los avances médicos. La estrategia nacional contra el sida fue ampliamente tachada de incoherente e inefectiva por los trabajadores sanitarios y las ONG.

El 30 de junio de 1996, el NP, de acuerdo con el anuncio hecho por de Klerk el 9 de mayo, un día después de aprobar la Asamblea la nueva Constitución permanente (que iba a ser ratificada por Mandela el 10 de diciembre y a entrar en vigor el 4 de febrero de 1997), abandonó el GUN alegando que el período de transición había concluido sin novedad. La marcha de de Klerk dejó a Mbeki como el único vicepresidente de la República. El final del GUN, más que generar incertidumbre, puso de relieve hasta qué punto los blancos afrikaners se sentían tranquilos con la marcha política del país que un día señorearan con puño de hierro, prefiriendo que el ANC -con el que las relaciones tampoco habían sido excesivamente cordiales, sino, antes bien, bastante resignadas- asumiera todas las cargas gubernamentales y enfrentara en solitario los problemas derivados del programa de reformas.

El 26 de julio de 1995, Mandela, en aras de la unidad nacional y la reparación histórica, convocó por decreto-ley una Comisión de la Verdad y la Reconciliación (TRC) para elucidar las masivas violaciones de los Derechos Humanos cometidas durante el apartheid, aunque de sus conclusiones no podrían derivarse consecuencias penales con carácter vinculante.

La TRC, integrada por un panel de personalidades independientes y presidida por el insigne luchador antirracista Desmond Tutu, obispo anglicano de Ciudad del Cabo, premio Nobel de la Paz y buen amigo de Mandela, publicó el 29 de octubre de 1998 el resultado de tres años de investigaciones en un documento de 3.500 páginas, donde hacía un balance mixto en lo referente al reparto de culpas, aunque muy contundente en cuanto a la gravedad de los hechos indagados: el Estado racista blanco había sido el responsable de la gran mayoría de los crímenes y abusos, pero el movimiento de liberación negro también había perpetrado atrocidades, por todo lo cual, la TRC recomendaba el procesamiento judicial de Pieter Botha, Mangosuthu Buthelezi y Winnie Mandela.

El informe provocó un terremoto en el ANC, donde un sector, tildado de dogmático y chovinista, encabezado por Mbeki (quien personalmente no salió muy bien parado de los testimonios escuchados en las vistas orales) se negó a emitir una disculpa por cualquier aspecto escabroso de la lucha contra el apartheid. De hecho, el vicepresidente,

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sabedor del escándalo que se avecinaba, y sin consultar a Mandela y los otros miembros del NEC, promovió contra la TRC una querella legal en nombre del partido para impedir la publicación del "erróneo" e "insensato" informe, pero horas antes de la ceremonia de entrega un juez dictaminó que la demanda era inconstitucional.

Mandela, que recibió de Tutu el documento, expresó su apoyo incondicional al "buen trabajo" hecho por la Comisión y aceptó el informe en su integridad. Más aún, admitió explícitamente que el movimiento, a pesar de librar una "guerra justa" y una "lucha heroica" contra el apartheid, había cometido "graves violaciones de los Derechos Humanos". "Nadie puede negar que algunas personas murieron en nuestros campos, y eso es lo que el TRC ha dicho", señaló. El presidente reconoció que él y el vicepresidente tenían una "opinión diferente" sobre el particular, pero insistió en que no había conflicto entre los dos.

De todas maneras, este áspero episodio sirvió para subrayar las fuertes diferencias de talante que había entre Mbeki, percibido desde las bases congresistas como un intelectual frío, intransigente y tecnocrático, y el cálido y ecuánime Mandela. Al principio pareció que la credibilidad del primero como estadista había quedado irremisiblemente dañada, pero la tormenta amainó a tiempo para las elecciones generales, no corriendo peligro su candidatura presidencial.

Y es que las previsiones sucesorias las había activado Mandela el 7 de julio de 1996 con el anuncio de que renunciaba a presentarse en 1999 a la reelección presidencial, que la Constitución le permitía, y de que propondría a Mbeki para tomar las riendas del partido y el Gobierno. La transferencia de la presidencia ejecutiva del ANC y la proclamación de la candidatura a presidente de la República se produjeron el 18 de diciembre de 1997 en la 50ª Conferencia Nacional, celebrada en Mafikeng. A partir de este momento, Mbeki fungió como el jefe del Gobierno en la práctica, a medida que Mandela iba alejándose del ejercicio rutinario del poder y destinaba gran parte de su tiempo a la actividad internacional en su sentido más amplio y a cumplir con su papel simbólico de padre de la nación, mediante giras, visitas y actos de dimensiones humana y moral.

Su vida privada inició también una nueva andadura. Divorciado de Winnie de común acuerdo el 19 de marzo de 1996, escogió el día de su 80 cumpleaños, el 18 de julio de 1998, para contraer terceras nupcias en Johannesburgo con Graça Simbine Machel, de 52 años, viuda del antiguo presidente mozambiqueño Samora Machel, a la que había conocido en Maputo en 1990 y que era su compañera sentimental, que se supiera, desde 1996. La mozambiqueña era madre de cuatro hijos, dos de ellos adoptados. La más pura tradición tribal imperó tras las bambalinas de estos esponsales: el clan de Machel cobró una copiosa dote al novio, quien en las negociaciones prenupciales estuvo representado por el soberano de los thembu, el rey Buyelekhaya Zwelibanzi Dalindyebo, el cual era nieto del regente Jongintaba Dalindyebo, el padrino que había concertado el matrimonio no deseado al joven Mandela.

En la primavera de 1999 el presidente realizó una vibrante gira nacional de despedida, en la que aleccionó a su pueblo en un sentido moral, aunque tampoco se privó de hacer diagnósticos negativos sobre una "sociedad enferma" incapaz de librarse de las lacras de la violencia y el sectarismo.

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4. Un referente internacional de primer orden; la pacificación del continente Con Mandela a su frente, Sudáfrica removió sus últimos estigmas internacionales. Las sanciones multilaterales de índole económica y comercial ya habían sido levantadas gradualmente desde 1991, a medida que la comunidad internacional comprobaba que la transición democrática progresaba sin posibilidad de vuelta atrás. El último castigo, el embargo de armas impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU en 1977 -con bien poca eficacia-, fue revocado el 25 de mayo de 1994.

En las semanas y meses posteriores a la transferencia del poder en Pretoria se produjeron los retornos de Sudáfrica a la Commonwealth (1 de junio) y a la Asamblea General de Naciones Unidas (23 de junio), así como los ingresos en la Organización para la Unidad Africana (23 de mayo), el Movimiento de países No Alineados (31 de mayo) y la Comunidad de Desarrollo de África del Sur, SADC (30 de agosto). En marzo de 1995 Mandela recibió en Ciudad del Cabo a la reina Isabel II de Inglaterra y en marzo de 1998 el estadounidense Bill Clinton protagonizó otra visita histórica.

Durban fue la sede de la XII Cumbre trianual del MNA, el 2 y el 3 de septiembre de 1998, en la que Mandela fue elegido presidente de turno de la organización para lo que le quedaba de mandato y donde declaró que su país tenía intención de mantener unas buenas relaciones con todos los estados, incluidos los que figuraban en la lista negra de Estados Unidos. El mandatario se desplazó a las principales capitales mundiales, participó en numerosas citas multilaterales y tuvo invitaciones especiales a cumbres de organizaciones de las que su país no era miembro, como el Consejo Europeo de Cardiff de junio de 1998, donde sin embargo no se logró firmar el acuerdo comercial que Sudáfrica venía negociando con la Unión Europea, y la XIV Cumbre presidencial del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), en Ushuaia, Argentina.

Durante su mandato, y también con posterioridad al mismo, Mandela ejerció una suprema autoridad moral en los diversos conflictos bélicos que asolaban el continente negro, presentándose a los contendientes como árbitro y mediador. En mayo de 1997 intentó, sin éxito, reconciliar al dictador zaireño Mobutu Sese Seko y al líder guerrillero Laurent Kabila, quien terminó conquistado el poder en Kinshasa.

En la segunda guerra que estalló en agosto de 1998 en la nueva República Democrática del Congo, caracterizada por la profusión de contendientes internos y la mortalidad a una escala sin precedentes, y que conoció la intervención militar directa de siete estados de la región, Mandela multiplicó sus esfuerzos pacificadores. Aunque sus simpatías por el Gobierno de Kabila eran manifiestas, el dirigente sudafricano adoptó en el seno de la SADC (de la que fue presidente de turno hasta septiembre de 1998) una posición sumamente cauta, hasta el punto de enfrentarse con el presidente zimbabwo, Robert Mugabe, por su decisión belicista de enviar un fuerte contingente de tropas en ayuda de Kabila, acosado desde el este por la potente ofensiva rwando-ugandesa.

Los roces entre Mandela y Mugabe sugerían una rivalidad apenas soterrada por el liderazgo regional. Que Mugabe, un luchador de la libertad en la antigua Rhodesia del Sur devenido autócrata sin escrúpulos, hubiese sido en la década de los ochenta un gran valedor de la línea del frente (la alianza de países de África austral y oriental liberados del colonialismo británico y portugués y comprometidos en el auxilio del movimiento de liberación negro sudafricano), no fue óbice para que Mandela pusiera muy mala cara a la violenta reforma agraria lanzada por el Gobierno de Harare a finales de 1999, en la

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que sus partidarios, inflamados por la retórica nacionalista y de odio racial que destilaba el régimen del ZANU-PF, se dedicaron a asaltar las granjas de los ciudadanos blancos, causando muertos y destrucciones, y sumiendo al país en una situación social y política explosiva, amén de abocarlo a la ruina económica.

En mayo de 2000, ya fuera de la Presidencia, y mientras Mbeki intentaba influir positivamente en el conflicto zimbabwo con su criticada estrategia de la "diplomacia tranquila", que omitía cualquier atisbo de crítica a Harare, Mandela se descolgó con unas declaraciones, insólitamente crudas en él, donde aseguraba que en África había "líderes que un día comandaron ejércitos de liberación" que luego habían hecho "una enorme riqueza" y únicamente se mostraban interesados en "explotar a los pobres y movilizar a niños para lanzarlos y morir por su enriquecimiento personal". "Esa es la lección de la historia", sentenciaba Mandela, que "los tiranos de hoy pueden ser destruidos por vosotros [los pueblos que los padecen], y confío en que tengáis la capacidad de hacerlo". Preguntado por los asombrados periodistas si se estaba refiriendo a Mugabe, Mandela respondió: "Todo el mundo sabe de quién estoy hablando". En junio de 2008 volvería a fustigar a Mugabe, denunciando el "trágico fracaso del liderazgo" del autócrata zimbabwo.

La tendencia a buscar en la nueva Sudáfrica democrática una autoridad fuerte para la resolución de todo tipo de desavenencias y crisis nacionales en los estados de la zona pareció prefigurar un escenario de presencia militar activa. Sin embargo, el Mandela presidente se mostró bastante reticente con las fórmulas expeditivas, que permitirían a Sudáfrica demostrar a las claras su condición de potencia regional en la parte meridional del continente (como Nigeria podía serlo en África occidental), por entender que las intervenciones militares, ya fueran de interposición, de pacificación o en misión humanitaria, podían fácilmente añadir más leña al fuego y agravar el conflicto de turno.

La única excepción a este pensamiento, no por ello menos clamorosa y polémica por su carácter drástico y de injerencia, fue el envío el 22 de septiembre de 1998 de un destacamento de 800 soldados, junto con tropas de Botswana, al estado de Lesotho, pequeño reino independiente incrustado en Sudáfrica, entre las provincias del Cabo Oriental, KwaZulu-Natal y el Estado Libre, para poner orden en un contexto de crisis política poselectoral y de motines militares. La intervención del Ejército sudafricano, producida a petición del acosado primer ministro, Pakalitha Mosisili, dio lugar a algunos enfrentamientos con las tropas locales amotinadas en la capital, Maseru, antes de conseguir imponer la paz y preservar la legalidad constitucional.

La actividad facilitadora de Mandela se cobró su mayor éxito en Burundi, donde en octubre de 1999 tomó el relevo al fallecido Julius Nyerere, el esclarecido ex presidente tanzano, en los esfuerzos para la instalación de un poder compartido entre las distintas tendencias de la minoría tutsi y la mayoría hutu, cuyos enfrentamientos sectarios desde 1993 habían arrastrado al pequeño país centroafricano a una devastadora guerra civil. El 28 de agosto de 2000 el ex presidente sudafricano presidió en Arusha, Tanzania, la firma de un Acuerdo de Paz y Reconciliación, el cual, si bien no detuvo todavía la guerra civil, sí puso en marcha en Burundi una transición política que iba a culminar positivamente en 2005 con la celebración de elecciones democráticas. El sudafricano anunció el fin de su mediación en Burundi el primero de noviembre de 2001, durante la inauguración, vigilada por 700 soldados de su país, del nuevo Gobierno multipartito de transición, aunque se comprometió a continuar como "garante moral" del Acuerdo de

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Arusha.

Dentro de la Presidencia, la última mediación destacada de Mandela fue, en marzo de 1999, en las negociaciones entre el régimen libio de Muammar al-Gaddafi y los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido para la suspensión de las sanciones de la ONU al país norteafricano a cambio de la entrega a la justicia escocesa para su juicio en los Países Bajos de los dos ciudadanos libios acusados de perpetrar el atentado contra el avión de la Pan Am que en 1988 fue destruido en pleno vuelo sobre la localidad de Lockerbie.

5. La vida tras la Presidencia: autoridad moral y tributo universalEn las elecciones parlamentarias del 2 de junio de 1999 el ANC cosechó un aplastante 66,4% de los votos, dos puntos más que en 1994, y 266 escaños, uno menos de los necesarios para introducir enmiendas a la Constitución en solitario. De los resultados se deducía que, pese a la insatisfacción de la mayoría de las aspiraciones económicas, las masas negras seguían confiando en el ANC, cuya inmensa legitimidad popular se mantenía intacta. Sus paisanos le estaban profundamente agradecidos a Mandela por haber contribuido decisivamente, con su sacrificada lucha, a la recuperación de sus libertades y a la adquisición de derechos que nunca habían tenido.

Por lo demás, los segundos comicios generales de la era pos-apartheid supusieron la sustitución del NP, ahora llamado Nuevo Partido Nacional (NNP) y metido en un declive del que ya no iba a recuperarse (su total hundimiento en las votaciones de 2004 le empujaría a la autodisolución, tras lo cual, en una de las más asombrosas ironías de la historia, sus menguados cuadros se integraron en el ANC), por el Partido Democrático (DP) de Tony Leon como el principal partido de la oposición. También, certificaron la irrelevancia de los extremismos blanco (el afrikáner Frente de la Libertad) y negro (PAC), que gracias al sistema electoral proporcional mantuvieron una representación testimonial de tres escaños cada uno pese a no haber alcanzado ni el 1% de los votos. En cuanto al IFP, que continuaba en el Gobierno, retrocedió sensiblemente y entró en una fase de imparable empequeñecimiento.

El 16 de junio de 1999, con la toma de posesión de Mbeki, Mandela dijo adiós a las instituciones del Estado y a la política activa, aunque no a la vida pública, donde, pese a su avanzada edad de 80 años, continuó realizando una apretada agenda de actividades dentro y fuera de Sudáfrica. Su influjo político y su autoridad moral se mantuvieron también en los más altos niveles.

A través del Nelson Mandela Children’s Fund, la Nelson Mandela Foundation y la Mandela Rhodes Foundation, puestos en marcha respectivamente en 1995, 1999 (tras dejar la Presidencia) y 2003, el ex mandatario se volcó en un vasto programa de acciones humanitarias, caritativas y formativas, y apoyó campañas desarrolladas por otras fundaciones y ONG. En agosto de 2007 se creó el Mandela Institute for Education and Rural Development, un proyecto conjunto de la Nelson Mandela Foundation, la Universidad de Fort Hare y el Departamento Provincial de Educación del Cabo Oriental. El desarrollo humano de la infancia, el socorro a los niños huérfanos y abandonados, la atención a los discapacitados, la educación de jóvenes y adultos, la erradicación de las minas antipersona, el tratamiento médico de enfermedades endémicas y la lucha contra el sida son algunos de los terrenos donde hasta el día de hoy

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Mandela ha realizado valiosos trabajos.

El sida ha sido una de las máximas preocupaciones de Mandela desde que dejó la Presidencia. En la XIII Conferencia Internacional sobre la enfermedad, celebrada en julio de 2000 en Durban, el estadista se distanció de la anticientífica –y universalmente censurada- postura de Mbeki y varios miembros de su Gobierno, que rehusaban distribuir los caros fármacos antirretrovirales (ARV) entre los cinco millones de sudafricanos infectados por el HIV porque creían que el sida no tenía un origen vírico.

Convertido en la estrella del evento, Mandela, con Mbeki presente, demandó al Gobierno de su país una intervención urgente, empezando por la facilitación de ARV genéricos a las embarazadas para reducir la tasa de transmisión materno-infantil. Sin embargo, de acuerdo con su carácter conciliador, para no agriar más la controversia, dirigió unas palabras elogiosas a Mbeki, al que presentó como un "hombre inteligente que asume los planteamientos científicos seriamente y lidera un Gobierno que sé que está comprometido con los principios de la ciencia y la razón". Después de la Conferencia de Durban, Mbeki y el Departamento de Salud empezaron a matizar su actitud y, discretamente, fueron acercándose a la ortodoxia médica que auspiciaban organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Naciones Unidas para el Sida (Onusida), aunque aún les costó tres años admitir al HIV como el causante de la enfermedad y dar luz verde a los ARV.

Mandela volvió a ser ponente sobre el sida en las conferencias internacionales XIV, celebrada en Barcelona en julio de 2002, y XV, en Bangkok en julio de 2004. Su campaña 46664, que tomaba el nombre de su antiguo número de preso en Robben Island, siguió recaudando fondos para la lucha contra la enfermedad con la inestimable ayuda de algunas de las más destacadas figuras internacionales del pop y el rock, que celebraron conciertos en Sudáfrica y Europa.

Meses después de su intervención en la capital tailandesa, el 6 de enero de 2005, el octogenario anunciaba a los medios, en su casa de Johannesburgo y rodeado por sus familiares, la triste noticia de la muerte de su hijo Makgatho, a los 54 años de edad, víctima del sida. Abogado de profesión, viudo desde 2003 de su esposa Zondi (fallecida de una neumonía que, como se supo después, también había sido provocada por el sida) y padre de cuatro hijos, Makgatho había ingresado en noviembre anterior en un hospital de Johannesburgo, pero la noticia no había sido divulgada. Ahora, Mandela, a los 86 años, reclamó la necesidad de "dar publicidad al sida y no esconderlo, porque la única manera de convertirlo en una enfermedad normal, como la tuberculosis o el cáncer, es decir abiertamente que alguien ha muerto de sida, y así la gente dejará de considerarlo algo extraordinario".

La salud del propio Mandela estaba en el punto de mira desde que en julio de 2001 le diagnosticaran un cáncer de próstata. La dolencia fue aparentemente curada tras siete semanas de tratamiento con radioterapia, al que el paciente, según los médicos, respondió de manera satisfactoria. Entre 2002 y 2004 Mandela vertió fuertes críticas a la política exterior de la Administración de George Bush en Estados Unidos por su estrategia belicosa en Irak; así, el ex presidente arremetió contra la Casa Blanca por lanzar la invasión del país árabe a espaldas de la ONU e instó a la comunidad internacional a parar la guerra; posteriormente, denunció la ocupación militar del país árabe y los abusos allí cometidos.

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En julio de 2003, el octogésimo quinto cumpleaños de Mandela fue celebrado por todo lo alto en Johannesburgo con la participación de celebridades del espectáculo, políticos (estuvieron Clinton, de Klerk y Mbeki) y miembros de casas reales, que se deshicieron en homenajes a Madiba. A estas alturas, Mandela era una persona idolatrada, también por muchos de sus paisanos de raza blanca, que habían terminado por rendirse ante su carisma, su talla humana y su sentido de la responsabilidad. Claro que los sentimientos de adhesión no eran unánimes. Así, en 2004 el periodista británico Peter Hitchens retrató a Mandela con acentos críticos e irónicos, como un "superhéroe" y un "santo secular" que no se mostraba a la gente como el "hombre falible" que era y al que le "importaba un comino" el "creciente autoritarismo" de su sucesor, Mbeki.

En mayo de 2004, en el décimo aniversario de su llegada al Gobierno, y luego de ganar el ANC las terceras elecciones legislativas con una apabullante mayoría absoluta de dos tercios, Mandela pronunció su último discurso ante la Asamblea Nacional. El 1 de junio de ese año, necesitado para caminar de un bastón y, a veces, de un brazo en el que apoyarse, más delgado y con el cabello completamente cano, pero todavía muy animoso, la sonrisa tan fácil como siempre, con el verbo suelto y perfectamente lúcido, el ex presidente anunció su intención de "jubilarse de la jubilación", apartándose de la vida pública e aras de la "reflexión tranquila" en la privacidad de su casa en Qunu.

La agenda de actividades pudo recortarse con un criterio más selectivo, pero el caso fue que el infatigable estadista, lejos de hacer mutis, siguió participando en actos públicos (como la Conferencia de Bangkok sobre el sida), pronunciando discursos, reuniéndose con celebridades (como en el concierto de la campaña 46664 y el encuentro del grupo de líderes veteranos y retirados conocidos como The Elders, por él convocado con motivo de su 89º cumpleaños, celebrados ambos en 2007 en Johannesburgo) y haciendo declaraciones sobre temas varios.

La candente política doméstica reclamó su posicionamiento en 2005, cuando el ANC experimentó tensiones sin precedentes por la situación del vicepresidente de la República desde 1999 y vicepresidente del partido desde 1997, Jacob Zuma, involucrado en un escándalo de corrupción. Mandela salió a defender al número dos del congresismo frente a las acusaciones de que era objeto, pero cuando Mbeki, en junio, decidió echar a Zuma del Gobierno, el anterior jefe del Estado aceptó "con profunda tristeza" la "correcta" medida tomada por el presidente.

En diciembre de 2007, durante la 52ª Conferencia Nacional del ANC, Mandela mantuvo una neutralidad formal en la elección del presidente del partido, aunque no dejó de declararse "entristecido" por el espectáculo de divisiones internas La acerba contienda fue ganada por Zuma, luego de zafarse provisionalmente de sus dos procesos por corrupción y violación, a Mbeki, quien, pese a tener que dejar la jefatura del Estado en 2009 por prescripción constitucional, pretendía prolongar su liderazgo partidario para seguir influyendo en el Ejecutivo.

En realidad, Mandela estaba con Zuma, al que colmó de elogios tras su victoria en la Conferencia. En la clausura de la misma, Mandela elevó un llamamiento a la unidad del congresismo, pero la fractura en el ANC, abierta por unas divergencias personales e ideológicas demasiado profundas, era irreparable: en septiembre de 2008, Mbeki, sospechoso de haber instigado la persecución judicial contra Zuma, perdió la confianza

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del NEC y hubo de dimitir en la Presidencia de la República; a continuación, el sector centrista y liberal del congresismo que respaldaba a Mbeki materializó el cisma rompiendo con el ANC y creando el Congreso del Pueblo (COPE). Por otro lado, en noviembre de 2006 Mandela hizo un elogio fúnebre de Pieter Botha, fallecido a los 90 años.

El 18 de julio de 2008, un frágil Mandela, necesitado de asistentes para caminar y con algunas dificultades ya para hilar los discursos pero insólitamente brioso para la edad que tenía, celebró su 90º cumpleaños en su casa de Qunu. En esta ocasión, reclamó a los pudientes del mundo que auxiliaran a la legión de desfavorecidos. El nonagésimo aniversario fue celebrado desde junio hasta agosto en toda Sudáfrica y en Londres, con un abigarrado programa de actos entre los que destacó un macroconcierto en Hyde Park dentro de la campaña 46664, una cena de recaudación de fondos cuajada de estrellas del cine y la música –y que no quisieron perderse el incondicional Clinton y el primer ministro británico, Gordon Brown-, una recepción real en el Palacio de Buckingham y una concentración de masas del ANC en Tshwane: a todos ellos asistió el homenajeado con su energía inveterada. En febrero de 2009 Mandela se incorporó a la campaña electoral del partido y de Zuma, investido tercer presidente de la democracia en el mes de mayo.

Nelson Mandela ha recibido más de 200 premios y reconocimientos, así como docenas de títulos universitarios, ciudadanías y membresías y presidencias en organizaciones de todo el mundo, con carácter honorífico. Además del galardón más prestigioso y conocido, el Nobel de la Paz, posee los premios Jawaharlal Nehru al Entendimiento Internacional (India, 1980), Bruno Kreisky (Austria, 1981), Simón Bolívar de la UNESCO (1983), el de la Fundación del Tercer Mundo para los Estudios Sociales y Económicos (Reino Unido, 1985), el de la ONU en el campo de los Derechos Humanos (1988), Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo (1988), Al-Gaddafi de los Derechos Humanos (Libia, 1989), Lenin de la Paz (URSS, 1990), el de la UNESCO en el campo de la Paz (1992), Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (España, 1992), William Fulbright al Entendimiento Internacional (Estados Unidos, 1993), Gandhi de la Paz (India, 2001) y el Embajador de Conciencia de Amnistía Internacional (2006). También, la Orden de Oro Olímpica del COI (1994), la Orden de Canadá (1998), las órdenes del Mérito y de St. John del Reino Unido (2004), y, por parte de Estados Unidos, las medallas de la Libertad de Filadelfia (1993), de Oro del Congreso (1998) y Presidencial de la Libertad (2002).

En 1995 publicó el libro autobiográfico Long Walk to Freedom, cuyos derechos de adaptación al cine cedió al productor sudafricano Anant Singh. Una década después, quien es seguramente el estadista más respetado y admirado, la mayor figura política mundial viva, en cuyo honor se han compuesto canciones, erigido estatuas, emitido sellos de correos y acuñado monedas, que ha dado nombre a multitud de calles, parques y escuelas en todo el mundo (amén de a una especie de araña trepadora, la stasimopus mandelai, y hasta a una partícula subatómica), seguía sin tener, más allá de algunas encarnaciones televisivas, su biopic cinematográfico definitivo.

En 2007 se estrenó el filme Goodbye Bafana, rodado por Bille August y protagonizado por Dennis Haysbert; el drama se circunscribe a las relaciones amistosas del preso de Robben Island con su oficial carcelero, James Gregory. En diciembre de 2009 se estrenó en Estados Unidos Invictus, con Clint Eastwood de director y Morgan Freeman en el

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papel de Mandela. La película se basa en el libro de John Carlin The Human Factor: Nelson Mandela and the Game that Changed the World, el cual relata la implicación del entonces presidente, en su deseo de profundizar la reconciliación interracial, en el campeonato mundial de rugby de 1995, organizado y ganado por Sudáfrica tras años de exclusión de las competiciones deportivas. Mandela mismo ha aparecido en medio centenar de documentales y series para la televisión, y, como actor de cameo, en la película Malcolm X, rodada por Spike Lee en 1992, donde se muestra brevemente como un maestro de escuela de Soweto que alecciona a sus jóvenes alumnos.

En febrero de 2000 abrió sus puertas el Nelson Mandela National Museum, que tiene sus instalaciones repartidas entre Umtata (actualmente conocida como Mthatha), Qunu y Mvezo. En Soweto, no lejos del museo dedicado al apartheid, funciona el Mandela Family Museum, que no es sino la antigua vivienda familiar estrenada en 1946, cuando formó el hogar con su primera esposa, Evelyn, y que luego compartió con Winnie, quien la habitó mientras él estuvo preso. Desde 1999, la humilde vivienda, convenientemente restaurada y acondicionada, ostenta la condición de monumento nacional.

(Cobertura informativa hasta 1/12/2009)

http://www.monografias.com/trabajos7/nero/nero.shtml

Indice1. Introducción2. Conclusión

1. Introducción

Nelson Rolihlahla Mandela nació en un pueblo cercano a Umtata en el Transkei el 18 de julio de 1918. Su padre fue consejero principal del Jefe Supremo de Thembuland, quien a la muerte de Mandela padre pasó a ser tutor del joven y lo entrenó para asumir el liderazgo. Sin embargo, influido por los pleitos que se presentaban ante la corte del Jefe, el joven Mandela decidió hacerse abogado. Habiendo escuchado los relatos de los ancianos acerca del coraje de los ancestros durante las guerras de resistencia en defensa de la patria, soñaba también con contribuir a la lucha de liberación de su pueblo. Al concluir la educación primaria en una escuela local de misioneros, Nelson Mandela fue a Healdtown, escuela secundaria wesleyana de cierta reputación. Matriculó entonces en el Colegio Universitario de Fort Hare para obtener su título de Bachiller en Artes. Allí fue electo miembro del Consejo de Representantes Estudiantiles, pero fue expulsado en 1940 junto con Oliver Tambo por participar en una huelga estudiantil. Se trasladó a Johannesburgo, donde en 1941 completó sus estudios de bachillerato por correspondencia en la Unisa, y luego estudió derecho en la Universidad de Wiswatersrand. Se inició en la política durante su etapa estudiantil en Johannesburgo, incorporándose al Congreso Nacional Africano en 1942.

En medio de la Segunda Guerra Mundial, un grupo de jóvenes africanos, miembros del ANC, se agruparon bajo el liderazgo de Anton Lembede. Entre ellos se encontraban William Nkomo, Walter Sisulu, Oliver R. Tambo, Ashby P. Mda y Nelson Mandela. Con unos 60 miembros, todos ellos residentes en los alrededores de Witwatersrand, estos jóvenes se dieron a la formidable tarea de transformar el ANC en un movimiento

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de masas, que tomara sus fuerzas y su motivación de los millones de anónimos asalariados de los pueblos y campos, los campesinos en zonas rurales y los profesionales.

Su principal inquietud era que las tácticas políticas de la dirección de vieja guardia del ANC, formada en las tradiciones del constitucionalismo y las corteses peticiones presentadas al gobierno de turno, resultaban insuficientes para lograr la emancipación nacional. Lembede y sus compañeros abrazaban un nacionalismo africano sustentado en el principio de la auto-determinación. En septiembre de 1944, fundaron la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano (ANCYL).Con su trabajo disciplinado y sostenido esfuerzo Mandela se ganó la admiración y el respeto de sus compañeros, y fue electo Secretario de la Liga Juvenil en 1947. Con esmero, haciendo campaña en la base y empleando su vocero "Inyaniso" (Verdad), la ANCYL buscaba apoyo a sus políticas en las filas del ANC. Entre 1945 y 1947 fueron electos al Consejo Ejecutivo Nacional (NEC) tres miembros de la Liga (Anton Lembede, Ashby Mda y Oliver Tambo).

Después que el Partido Nacional ganó las elecciones blancas de 1948 sobre la base de la plataforma de apartheid, durante la conferencia anual de 1948, el ANC aprobó como su política oficial el Programa de Acción --concebido por la Liga Juvenil--, donde se abogaba por el uso de las huelgas, la desobediencia civil y la no-cooperación.Para asegurar la instrumentación del Programa de Acción, los miembros eligieron a cargos de dirección a hombres más jóvenes. Walter Sisulu, fundador de la Liga ocupó la Secretaría General. El conservador Dr. A.B. Xuma perdió la presidencia frente al Dr. J.S. Moroka, de reputación más militante. Al año siguiente, 1950, el propio Mandela fue electo al NEC.El Programa de Acción de la Liga Juvenil perseguía la obtención de plena ciudadanía y representación parlamentaria directa para todos los sudafricanos. En los documentos políticos, de los cuales Mandela fue importante coautor, la Liga daba especial atención a la redistribución de la tierra, los derechos sindicales, la educación y la cultura. El ANC aspiraba a la educación obligatoria y gratuita para todos los niños, y educación de masas para todos los adultos.

Cuando en 1952 el ANC lanzó su "Campaña de desafío a leyes injustas", Mandela fue electo "Voluntario en Jefe". La Campaña de Desafío fue concebida como una campaña de desobediencia civil masiva inicialmente centrada en un grupo de voluntarios que debían atraer cada vez más personas comunes hasta convertirla en un desafío masivo. En su calidad de Voluntario en Jefe, Mandela recorrió el país para organizar la resistencia a las leyes discriminatorias. Acusado y juzgado por su participación en la campaña, el tribunal no pudo más que reconocer que Mandela y sus compañeros sostenidamente aconsejaban a sus seguidores optar por acciones pacíficas y evitar todo acto de violencia.

Por su participación en la Campaña de Desafío, Mandela fue acusado entonces de contravenir la Ley de Supresión del Comunismo y sentenciado a prisión. Poco después de concluida la Campaña, también se le prohibió asistir a reuniones ni salir de Johannesburgo durante seis meses.Durante este período de restricción, Mandela presentó sus exámenes para ser admitido a la asociación de abogados y poder ejercer la profesión. Junto con Oliver Tambo, abrió el primer bufete negro del país en Johannesburgo. Por su destacada contribución a la

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Campaña de Desafío, a finales de 1952 había sido electo presidente de la Liga Juvenil del ANC y el órgano regional en Transvaal. Luego pasó a ocupar el cargo de Vicepresidente del ANC en su conjunto.

Sobre su práctica como abogado, Oliver Tambo, Presidente del ANC al momento de su muerte en abril de 1993, escribió:Para llegar a nuestros escritorios cada mañana Nelson y yo teníamos que pasar por entre las largas filas de pacientes personas que desbordaban el salón de espera hacia los corredores... En Sudáfrica, carecer de tierra puede ser un delito, y semanalmente entrevistábamos las delegaciones de campesinos que venían a contarnos cuántas generaciones de su familia habían trabajado un pequeño terreno del cual ahora los estaban desalojando. Vivir en la zona errónea puede ser un delito... Los archivos de nuestra oficina contenían miles de historias como estas, y si cuando abrimos nuestro bufete no hubiésemos sido ya enemigos del apartheid, nuestras experiencias allí hubiesen remediado eso. Habíamos ascendido a profesionales en nuestra comunidad, pero cada juicio, cada visita a las prisiones nos recordaban la humillación y el sufrimiento de nuestro pueblo.

El hecho de ser profesionales tampoco proporcionaban a Mandela y a Tambo inmunidad contra las brutales leyes del apartheid. No se ajustaban a la legislación sobre segregación de la tierra, y las autoridades exigieron que mudaran su bufete de la ciudad al fin del mundo como expresara más tarde Mandela, a muchas millas de donde los clientes podían llegar a nosotros durante horario laboral. Era como pedirnos que abandonáramos el bufete, que desistiéramos de ofrecer servicio legal a nuestro pueblo... Ningún abogado que se respete accede a eso, dijo Mandela. Y los socios decidieron desafiar la ley.

El gobierno no era el único que se empeñaba en frustrar la labor de Mandela. Esgrimiendo que había sido condenado en virtud de la Ley de Supresión del Comunismo, la Asociación de Abogados del Transvaal solicitó a la Corte Suprema excluirlo de la asociación de abogados. El Honorable Ramsbottom denegó la petición por considerar que la motivación de Mandela era ayudar a su pueblo y nada de lo que había hecho lo invalidaba para permanecer en las filas de tan honorable profesión.En 1952 Nelson Mandela asumió la responsabilidad de preparar un plan de organización que permitiera a la dirección del movimiento mantener contacto dinámico con los miembros, sin tener que recurrir a las reuniones públicas. El objetivo era prepararse para la proscripción, creando fuertes secciones locales y regionales en las cuales pudiera recaer el poder. Se le denominó el Plan-M, por Mandela.Durante los primeros años de la década del 50 Mandela desempeñó un importante papel en la resistencia contra los desalojos de las Zonas Oeste y contra la introducción de la Educación Bantú. También tuvo una importante participación en la divulgación de la Carta de la Libertad aprobada por el Congreso del Pueblo en 1955.

A finales de los 50, Mandela centró su atención en la lucha contra la explotación de los trabajadores, las leyes de pases, la incipiente política de los bantustanes y la segregación de las universidades abiertas. Muy temprano Mandela había llegado a la conclusión de que la política de los bantustanes era una farsa política y un absurdo económico. Predijo, con triste acierto, que sobrevendría un programa de desalojos masivos, persecuciones políticas y terror policial. Sobre la segregación de las universidades, señaló que la amistad y armonía inter-racial que se forjaba mediante la interrelación y

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asociación de los diversos grupos raciales en las universidades mezcladas constituían una amenaza directa para la política del apartheid y baasskap (sumisión a los amos), y que el cierre de las universidades a los negros pretendía eliminar esa amenaza.A lo largo de toda la década del 50, Mandela fue víctima de varias formas de represión. Se le proscribió, detuvo y encarceló. Durante casi toda la segunda mitad de la década fue uno de los acusados en el gigantesco Juicio por Traición, lo cual afectó seriamente no sólo su trabajo como abogado sino también su trabajo político. Después de la Masacre de Sharpsville en 1960, el ANC fue declarado ilegal y Mandela fue encarcelado.

En 1961 El Juicio por Traición se desplomó en momentos en que Sudáfrica avanzaba hacia la adopción de una constitución republicana. Habiéndose ilegalizado el ANC, la dirección comenzaba a organizarse en la clandestinidad. Nelson Mandela surgió como la figura principal en esta nueva etapa de la lucha. En marzo de 1961, por iniciativa del ANC, 1400 delegados se reunieron en Pietermaritburg para una Conferencia de Todos los Africanos. El orador principal fue Nelson Mandela. En un impresionante discurso retó al régimen del apartheid a que convocara una convención nacional representativa de todos los sudafricanos para entre todos redactar una nueva constitución sustentada en principios democráticos. De lo contrario, advertía, obligaría a la mayoría (los negros), a celebrar la próxima inauguración de la República con una huelga general de masas. De inmediato pasó a la clandestinidad para dirigir la campaña. Aunque la respuesta al llamado fue menor de lo que Mandela esperaba, recibió considerable respaldo a lo largo y ancho del país. La reacción del gobierno fue realizar la mayor movilización militar desde la guerra, y la República nació en medio del temor y la aprehensión.

Mandela fue juzgado y condenado a cinco años de cárcel. Mientras cumplía esta sentencia, en el juicio de Rivonia se le acusó de sabotaje. Las declaraciones de Mandela ante el tribunal durante este proceso son clásicos en la historia de la resistencia contra el apartheid, y han inspirado a todos. Su histórico alegato concluye con las siguientes palabras:He luchado contra la dominación blanca, he luchado contra la dominación negra. He venerado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la cual todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades. Es un ideal al cual espero consagrar mi vida y lograr. Pero si fuere preciso, es un ideal por el cual estoy dispuesto a morir.Mandela fue condenado a cadena perpetua y comenzó su encarcelamiento en la célebre Prisión de Robben Island, prisión de máxima seguridad ubicada en una pequeña isla a 7 Km de las costas de Ciudad del Cabo. En abril de 1984 fue trasladado a la Prisión Pollsmoor en Ciudad del Cabo, y en diciembre de 1988 fue trasladado a la Prisión Víctor Vester cerca de Paarl, de donde posteriormente fue puesto en libertad. Durante su encarcelamiento, Mandela reiteradas veces rechazó ofrecimientos de sus carceleros de reducir su sentencia a cambio de que aceptara la política de los bantustanes reconociendo la independencia de Transkei y accediendo a asentarse allí. En la década del 80 Mandela rechazó nuevamente un ofrecimiento de libertad a cambio de renunciar a la violencia. Su respuesta: "Los prisioneros no pueden asumir contratos. Sólo pueden negociar los hombres libres."El 11 de febrero de 1990 Mandela fue puesto en libertad, y se entregó por entero a luchar por alcanzar los objetivos que se habían propuesto él y sus compañeros casi cuatro décadas antes. En 1991, durante la primera conferencia nacional del ANC celebrada en Sudáfrica después de décadas de proscripción, Nelson Mandela fue electo

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Presidente del ANC, mientras que su compañero y amigo de toda la vida, Oliver Tambo, fue electo Presidente Nacional de la organización.

2. Conclusión

Nelson Mandela nunca ha flaqueado en su consagración a la democracia, la igualdad y la instrucción. Pese a terribles provocaciones, nunca ha respondido con racismo a los actos de racismo. Su vida ha sido ejemplo, para Sudáfrica y para el mundo; Para todos los oprimidos y desposeídos, para todos los que se oponen a la opresión y la desposesión.Por una vida que simboliza el triunfo del espíritu humano por sobre la inhumanidad de unos hombres hacia otros, Nelson Mandela recibió el Premio Nobel de la Paz en nombre de todos los sudafricanos que tanto sufrieron y sacrificaron por lograr la paz en nuestra tierra.

 

ApartheidEste artículo trata sobre el sistema de segregación racial que existió en Sudáfrica. Para el crimen tal como está definido en el derecho internacional, véase Crimen de apartheid.

Cartel en una playa de Durban indicando el uso reservado de la misma para los miembros de la raza blanca (1989).

El apartheid1 es el resultado de lo que fue, en el siglo XX, un fenómeno de segregación racial en Sudáfrica implantado por colonizadores ingleses y holandeses (boers), como

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símbolo de una sucesión de discriminación política, económica, social y racial. Fue llamado así porque significa "separación" en afrikáans, lengua germánica, criolla del neerlandés, hablada principalmente en Sudáfrica y Namibia. Este sistema consistía básicamente en la división de los diferentes grupos raciales para promover el "desarrollo". Todo este movimiento estaba dirigido por la raza blanca, que instauró todo tipo de leyes que cubrían, en general, aspectos sociales. Se hacía una clasificación racial de acuerdo a la apariencia, a la aceptación social o a la ascendencia. Este nuevo sistema produjo revoluciones y resistencias por parte de los ciudadanos negros del país.

Contenido

[ocultar] 1 Sistema

o 1.1 Regulación o 1.2 Los estados negros y similitudes o 1.3 Blancos, negros, indios y mulatos

2 Resistencia o 2.1 El Movimiento de Conciencia Negro y los disturbios de Soweto o 2.2 Resistencia blanca

3 Aislamiento internacional 4 Abolición del apartheid 5 Otras acepciones del término 6 Filmografía 7 Referencias 8 Véase también 9 Bibliografía

10 Enlaces externos

[editar] Sistema

El apartheid fue una serie de actos de racismo practicado en Sudáfrica durante muchos años, pero no fue sino hasta 1948 que tomó forma jurídica al ser respaldado por leyes promulgadas a tal efecto. En las elecciones de 1947, el radical Partido Nacionalista ganó las elecciones en una coalición con el Partido Afrikáans, dirigido por el pastor protestante Daniel François Malan. Por una perversión de la ley electoral, que le dio mayoría a pesar de obtener menos votos que su rival, el Partido Unido, igualmente ocurrió en 1953.un gran representante fue Nelson Mnadela ysu gobierno se basaba en la abolición de la esclavitud .

Poco después de ganar se segregó a cada individuo de acuerdo a su raza. Una ley promulgada en 1950 reservaba ciertos distritos en las ciudades donde sólo podían ser propietarios los blancos, forzando a los no blancos a emigrar a otros lugares. Las leyes establecieron zonas segregadas tales como playas, autobuses, hospitales, escuelas y hasta bancos en los parques públicos. Los negros debían, por otra parte, portar documentos de identidad en todo momento y les estaba prohibido quedarse en algunas ciudades o incluso entrar en ellas sin el debido permiso.

[editar] Regulación

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Artículo principal: Legislación del apartheid

Johannes Gerhardus Strijdom, que sucedió a Malan como primer ministro, instauró las leyes siguientes:

Cartel que dice: "Para el uso de personas blancas". Los negros no podían ocupar posiciones en el gobierno y no podían votar

excepto en algunas aisladas elecciones para instituciones segregadas. Los negros no podían habilitar negocios o ejercer prácticas profesionales en las

áreas asignadas específicamente para los blancos. El transporte público era totalmente segregado. A los negros no les estaba permitido entrar en zonas asignadas para población

blanca, a menos que tuvieran un pase. Los blancos también tenían que portar un pase para entrar en las zonas asignadas a los negros.

Edificios públicos tales como juzgados u oficinas de correos, disponían de accesos diferentes para blancos y negros.

Las áreas asignadas a los negros raramente tenían electricidad o agua. Los hospitales también eran segregados: los hospitales para los blancos tenían la calidad de cualquier nación desarrollada, mientras que los asignados a los negros estaban pobremente equipados, faltos de personal y eran muy pocos en relación a la población que servían.

En 1970 la educación de un niño negro costaba el 10% de la correspondiente a un blanco. La educación superior era prohibitiva para los negros.

El ingreso mínimo para el pago de impuestos era de 360 rand para los negros y mucho más alto para los blancos, unos 750 rand.

[editar] Los estados negros y similitudes

Los defensores del apartheid decían que la discriminación contra los negros estaba basada legalmente en que éstos no eran ciudadanos de Sudáfrica, sino ciudadanos de otros estados independientes (llamados bantustanes), creados con el fin de alojar a gente negra. En efecto, se crearon diez estados autónomos para alojar a los negros que constituían el 80% de la población. A esta población se le eliminó la ciudadanía sudafricana y se les consideraba como transeúntes o población temporal provista de pasaportes en lugar de pases. Durante las décadas de 1960 hasta 1980, el gobierno forzó a la población negra a reubicarse en dichos estados que habían sido designados para

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ellos. Un total de 3 millones y medio de habitantes se vieron obligados a desplazarse hacia estas zonas.

El caso más publicitado fue el de Johannesburgo, donde 60.000 habitantes negros fueron reubicados en una zona llamada Soweto. Otro caso fue el de Sophiatown, un lugar "multirracial" donde a los negros les permitían poseer tierras. Sin embargo, la expansión de la población y de la zona industrial en Johannesburgo convertía esta zona en un lugar estratégico para dicha expansión. En febrero de 1955, los cincuenta mil habitantes negros en la zona fueron evacuados a la fuerza, localizándolos en una zona denominada Meadowlands, actualmente anexa a Soweto. Sophiatown fue totalmente destruida por topadoras y se construyó una nueva urbanización llamada Triomf para la población blanca.

[editar] Blancos, negros, indios y mulatos

La población estaba clasificada en cuatro grupos. Los de color (en afrikáans "kleurling") lo componían gente mulata proveniente de la mezcla de bantúes y khoisan con personas de ascendencia europea. La determinación de quién era catalogado como mulato a veces era un tanto difícil, llegando al extremo de examinar las encías de las personas para distinguirlos entre negros y mulatos.

Los mulatos también fueron objeto de discriminación y obligados a reubicarse en zonas asignadas a ellos, a veces abandonando casas y tierras que les pertenecían por muchas generaciones. Si bien los de color recibían mejor trato que los negros, jugaron un papel preponderante en la lucha contra el apartheid. Su derecho al voto les era negado en la misma forma que a los negros. En 1983 una reforma a la Constitución permitió a los de color e indios (estos últimos originarios de la India y Pakistán) participar en unas elecciones separadas para formar un parlamento de color subordinado al parlamento de los blancos. La teoría del apartheid era que los de color eran ciudadanos de Sudáfrica con limitados derechos, mientras que los negros eran ciudadanos de cualquiera de los diez estados autónomos creados para ellos.

Ocasionalmente, se daban casos en los que hermanos descendientes de padres de diferentes razas, eran separados por la variación del color de su piel.

[editar] Resistencia

La intensificación de la discriminación movió al Congreso Nacional Africano (ANC) formado por sudafricanos "negros" a desarrollar un plan de resistencia lo cual incluía desobediencia pública y marchas de protesta. En 1955 en un congreso llevado a cabo en Kliptown, cerca de Johannesburgo, un número de organizaciones incluyendo el ANC y el Congreso Indio formaron una coalición adoptando una Proclama de Libertad, la cual contemplaba la creación de un Estado donde se eliminara totalmente la discriminación racial.

En 1959 y 1960 un grupo del ANC decidió salirse de las filas del partido para formar otro más radical al que denominaron Partido del Congreso Africano (ACP). El principal objetivo del nuevo partido era organizar una protesta a nivel nacional en repudio a las leyes discriminatorias. El 21 de marzo de 1960 un grupo se congregó en Sharpeville, un

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pueblo cerca de Vereeniging para protestar contra la exigencia que los negros portaran pases. Si bien no se sabe con exactitud el número de manifestantes, lo cierto es que la policía abrió fuego contra la multitud matando a 69 personas e hiriendo a 186. Todas las víctimas eran negros y la mayoría habían sido disparados por la espalda. Seguidamente el ANC y el ACP fueron ilegalizados.

Este evento tuvo un gran significado, ya que la protesta pacífica se tornó en protesta con violencia, si bien, militarmente los proscritos partidos políticos no eran una gran amenaza para el gobierno por carecer de una estructura armada, como sucedía en Mozambique o Angola contra el gobierno colonial portugués.

Las protestas siguieron hasta tal punto que en 1963 el primer ministro Hendrik Frensch Verwoerd declaró un estado de emergencia, permitiendo la detención de personas sin orden judicial. Más de 18.000 manifestantes fueron arrestados, incluyendo la mayoría de los dirigentes del ANC y del ACP. Las protestas tomaron en adelante la forma de sabotaje a través de la sección armada de dichos partidos. En julio de 1963 varios dirigentes políticos fueron arrestados, entre ellos Nelson Mandela. En el juicio de Rivonia en junio de 1964, Mandela y otros siete disidentes políticos fueron condenados por traición y sentenciados a cadena perpetua.

La declaración de Mandela en dicho juicio se hizo memorable: "He luchado contra la dominación de los blancos y contra la dominación de los negros. He deseado una democracia ideal y una sociedad libre en que todas las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal con el cual quiero vivir y lograr. Pero si fuese necesario, también sería un ideal por el cual estoy dispuesto a morir".

El juicio fue condenado en las Naciones Unidas y fue un elemento muy importante para implantar sanciones contra el régimen racista de Sudáfrica. Con los partidos de los negros proscritos y sus dirigentes en prisión, Sudáfrica entró en la etapa más turbia con la comunidad internacional de su historia. La aplicación del apartheid se intensificó. El primer ministro Verwoerd fue asesinado, pero sus sucesores B.J. Vorster y P.W. Botha mantuvieron sus políticas.

[editar] El Movimiento de Conciencia Negro y los disturbios de Soweto

Artículo principal: Disturbios de Soweto

Durante la década de 1970 la resistencia al apartheid se intensificó. Al principio fue a través de huelgas y más adelante a través de los estudiantes dirigidos por Steve Biko. Biko, un estudiante de medicina, fue la fuerza principal detrás del Movimiento de Conciencia Negro que abogaba por la liberación de los negros, el orgullo de la raza y la oposición no violenta.

En 1974 el gobierno emitió una ley que obligaba el uso del idioma afrikáans en todas las escuelas, incluyendo las de los negros. Esta medida fue muy impopular, pues se consideraba como el idioma de la opresión blanca. El 30 de abril de 1976 las escuelas de Soweto se declararon en rebeldía. El 16 de junio de 1976 los estudiantes organizaron una marcha que terminó en violencia, donde 566 niños murieron a consecuencia de los disparos de la Policía, los cuales habían respondido con balas a las piedras que lanzaban

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los manifestantes. Este incidente inició una ola de violencia que se extendió por toda Sudáfrica.

En septiembre de 1977 Steve Biko fue arrestado. Las torturas a las que fue sometido fueron tan brutales que falleció tres días después de su arresto. Un juez dictaminó que no había culpables, si bien la Sociedad Médica de Sudáfrica afirmó que murió a causa de los vejámenes recibidos y la falta de atención médica. Después de estos incidentes Sudáfrica cambió radicalmente. Una nueva generación de jóvenes negros estaban dispuestos a luchar con el lema "liberación antes que educación".

[editar] Resistencia blanca

Si bien la mayoría de los blancos en Sudáfrica estaban de acuerdo con el apartheid, había una importante minoría opuesta a esto. En 1980 el Partido Progresista (contrario al apartheid) liderado por Helen Suzman, obtuvo el 20% de la votación.

[editar] Aislamiento internacional

En 1960 después de la Masacre de Sharpeville, Verwoerd llevó a cabo un referéndum pidiendo al pueblo blanco que se pronunciara a favor o en contra de la unión con el Reino Unido. El 52% votaron en contra. Sudáfrica se independizó del Reino Unido, pero permaneció en la Commonwealth. Su permanencia en esta organización se hizo cada vez más difícil, pues los estados africanos y asiáticos intensificaron su presión para expulsar a Sudáfrica, que finalmente se retiró de la Commonwealth el 31 de mayo de 1961, fecha en que se proclamó como una república independiente.

Al año siguiente dio comienzo la Guerra de la frontera de Sudáfrica, entre la policía primero y después las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica, contra la SWAPO, la guerrilla independentista de Namibia. La SWAPO actuaba desde Zambia y, a partir de 1975, desde Angola. El Ejército sudafricano era el más poderoso del área y podía imponerse a cualquier país del continente por lo que decidió invadir en reiteradas ocasiones las dos naciones que daban apoyo a la SWAPO. Sin embargo, el masivo apoyo enviado por la URSS, Cuba (y en menor medida Etiopía) frenaron el avance sudafricano y comenzó una de las guerras más largas del continente negro, muy unida a la Guerra civil de Angola.

Al mismo tiempo financió al grupo insurgente RENAMO para tratar de derrocar al régimen socialista de Mozambique.

La Comunidad Internacional no veía con buenos ojos al régimen comunista mozambiqueño, y menos a sus acciones. La Guerra Fría y el anticomunismo demostrado por Pretoria la convertían en un buen aliado para detener la Teoría del Dominó. Los gobiernos occidentales, especialmente Estados Unidos, lo apoyaron en su guerra contra el comunismo en el sur de África. De esta forma las protestas no fueron significativas cuando el régimen comenzó su programa nuclear en 1977 (muy opuestas a cuando Libia o Irak lo intentaron), ni tampoco cuando hipotéticamente detonó su primera bomba atómica en 1979.2

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La política de apartheid promovió el aislamiento de Sudáfrica en el plano internacional que fue incrementándose con el tiempo, el cual afectó severamente la economía y la estabilidad del país. La guerra en Namibia no parecía terminar ni ganarse. Sudáfrica invirtió grandes recursos en ella y llegó a librar la mayor batalla de la historia del África Subsahariana. Muchas naciones prohibieron a sus compañías hacer negocios con el país y hasta a los equipos deportivos del país les era prohibido participar en campeonatos internacionales. En razón de su fuerte aislamiento Sudáfrica se vio obligada a buscar alianzas con países en situación de aislamiento, así fue como en la década de 1970 y 1980 sus nuevos aliados fueron Brasil, Chile e Israel quienes debido a sus políticas internas (los dos primeros países estaban gobernados por dictaduras militares) y externas en el caso de Israel eran rechazados en el concierto internacional, se llegó a hablar del triángulo (por la ubicación geográfica) Santiago-Brasilia-Jerusalén-Pretoria.

En 1993, Sudáfrica era el único país del África negra gobernado por una minoría blanca. Pero desde muchos sectores las reformas se veían necesarias, aunque acarrearan la pérdida de privilegios. Así la aerolínea de bandera sudafricana produjo la campaña mostrando aeropuertos y terminales vacíos con el eslogan:

Sin reformas Sudáfrica no irá a ninguna parte.3

[editar] Abolición del apartheid

La abolición del apartheid fue producto de los cambios políticos que ocurrieron en Sudáfrica a finales de la década de 1980 y principio de la década de 1990. La política del apartheid creaba cada vez más controversias y oposición de la comunidad internacional. Se habían impuesto sanciones económicas; algunas incluso requerían la desinversión total en Sudáfrica. La moneda sudafricana, el rand, llegó a un nivel tan bajo que el gobierno se vio obligado a declarar un estado de emergencia en 1985 que se mantuvo durante cinco años.

En febrero de 1989, el presidente Botha sufrió un ataque de apoplejía y fue reemplazado por Frederik de Klerk. En su primer discurso como presidente, en febrero de 1990, De Klerk anunció que empezaría un proceso de eliminación de leyes discriminatorias, y que levantaría la prohibición contra los partidos políticos proscritos (incluyendo el principal y más relevante partido de oposición negro, el Congreso Nacional Africano (ANC, del inglés ‘’African National Congress’’), que había sido declarado ilegal 30 años antes.

Entre 1990 y 1991 fue desmantelado el sistema legal sobre el que se basaba el apartheid. En marzo de 1992, en la última ocasión en que sólo los blancos votaron, un referéndum le concedió facultades al gobierno para avanzar en negociaciones para una nueva constitución con el ANC y otros grupos políticos. Las mismas se prolongaron durante largos meses, pero finalmente las partes llegaron a un acuerdo sobre un borrador de constitución y a una fecha tentativa para las nuevas elecciones: éstas se producirían entre el 27 y el 29 de abril de 1994.

[editar] Otras acepciones del término

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Por extensión se denomina "apartheid" a cualquier tipo de diferenciación social dentro del contexto de una nación, mediante la cual un sector de la población tiene plenos derechos y otro sector se relega a un status de marginalidad.

Mientras la mayoría de los ciudadanos del país tienen restringidas sus libertades y derechos, una minoría privilegiada y los extranjeros pueden acceder sin límites a las opciones comúnmente generales en cualquier Estado de Derecho.

El concepto de apartheid se manifiesta en este caso en la prohibición al individuo común del derecho a disfrutar de centros turísticos y de salud exclusivos para extranjeros y personas vinculadas a la alta dirigencia de la nación, salida y entrada libre del territorio nacional, posesión de medios de comunicación como la telefonía móvil, acceso a Internet y libertad de expresión del pensamiento, así como restricciones para el acceso a empleos teniendo la capacidad física e intelectual exigida para los mismos, se antepone la obligatoriedad de pertenecer a instituciones político-ideológicas.

[editar] Filmografía

Algunas películas que muestran la vida cotidiana de Sudáfrica o su historia pueden ser:

Grita Libertad Atrapa el fuego , conocida también como En nombre del Honor (Catch A Fire),

basada en la historia real de Patrick Chamusso (antiguo miembro del Congreso Nacional Africano).

Los dioses deben estar locos , especialmente la segunda parte. In my country La fuerza de uno , basada en la novela "The Power of one" de Bryce Courtenay. Adiós Bafana , basada en las memorias del carcelero de Nelson Mandela. Bopha El color de la amistad (The Color of Friendship) Diamante de sangre (Blood Diamond) Sarafina La Conspiración (Wilby Conspiracy) Resurrección de Adolf Hitler (2009) Invictus Distrito 9 Una arida estación blanca Lethal Weapon 2 Tierra de sangre (Red Dust) 2004

[editar] Referencias

1. ↑ Real Academia Española (2005). «apartheid» (en español). Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana. Consultado el 28 de agosto de 2010. Según prescribe el DPD, debe escribirse con resalte tipográfico.

2. ↑ Zamora, Agustín, Poder nuclear el sueño de la hegemonía mundial, nº 82 de La aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, junio de 2002, ISSN 1579-427X

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3. ↑ Rojo Alfonso, La odisea de la tribu blanca, Editorial Planeta, Barcelona, 1993, ISBN 84-08-01039-5

[editar] Véase también

Bantustán Historia de Sudáfrica Legislación del apartheid Fuerzas de Defensa de Sudáfrica Segregación Lista de prejuicios cognitivos Orania (Sudáfrica)

[editar] Bibliografía

AMIN, Samir. Apartheid. IEPALA Editorial, 1989 - 116 páginas. LONDOÑO, Patti. La Sudáfrica del apartheid: el mundo en un solo país.

Universidad Externado de Colombia, 1993 - 153 pgs. LOUW, P. Eric. The rise, fall, and legacy of apartheid. Greenwood Publishing

Group, 2004 - 255 pgs. VARIOS AUTORES. Política y Apartheid. FPC Producciones y Ediciones,

19XX - 113 pgs. WILSON, Richard. The politics of truth and reconciliation in South Africa:

legitimizing the post-apartheid state. Cambridge University Press, 2001 - 271 pgs.

WOLPE, Harold. Race, class & the apartheid state. Greenwood Publishing Group, 2004 - 255 pgs.

[editar] Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Apartheid. Museo del Apartheid en Johannesburgo (en inglés) Documentos históricos sobre el Apartheid (en inglés) African Activist Archive (en inglés) El apartheid sudafricano: ¿Una construcción ideológica? , en afrol News. Bissio, Beatriz - Sudáfrica: La crisis del Apartheid , Nueva Sociedad Nº. 31-32, julio-octubre 1977, PP. 231-240.

Apartheid

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La separación en los espectáculos públicosera uno de los múltiples rasgos del apartheid

 

Este término significa en Afrikaans, variante sudafricana del holandés, separación. Apareció oficialmente en Sudáfrica en 1944 y sirve para designar la política de segregación racial y de organización territorial aplicada de forma sistemática en África del Sur, un estado multiracial, hasta 1990.

El objetivo del apartheid era separar las razas en el terreno jurídico (Blancos, Asiáticos, Mestizos o Coloured, Bantúes o Negros), estableciendo una jerarquía en la que la raza blanca dominaba al resto (Population Registration Act) y en el plano geográfico mediante la creación forzada de territorios reservados: los Bantustanes (Group Areas Act).

En 1959, con el Self Government Act el apartheid alcanzó su plenitud cuando la población negra quedó relegada a pequeños territorios marginales y autónomos y privada de la ciudadanía sudafricana.

Hasta ese momento, Sudáfrica con sus importantes riquezas mineras y su situación geoestratégica se había alineado con el bloque occidental. Sin embargo, el sistema racista hizo que, en un momento en que se desarrollaba la descolonización, las presiones de la comunidad internacional se acrecentaran contra el gobierno de Pretoria.

En 1960 fue excluida de la Commonwealth. En la ONU se planteó la demanda de sanciones. En 1972, Sudáfrica quedó excluida de los Juegos Olímpicos de Munich ante la amenaza de boicot general de los países africanos. Finalmente en 1977, el régimen sudafricano fue oficialmente condenado por la comunidad occidental y sometido a un embargo de armas y material militar, y en 1985, el Consejo de Seguridad de la ONU llamó a los estados miembros a adoptar sanciones económicas.

En todo estas condenas internacionales hubo una cierta hipocresía. En el marco de la guerra fría el régimen racista fue visto por Europa y los Estados Unidos como un muro de contención a la expansión del comunismo en África. Moscú, por el contrario, animó la lucha contra el apartheid armando a Angola y Mozambique, países cuyos gobiernos pro-soviéticos se enfrentaban a guerrillas subvencionadas por Occidente y apoyadas por Sudáfrica. En el marco de ese conflicto, el ejército surafricano hizo diversas incursiones en el territorio de sus países vecinos.

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El fin de la guerra fría precipitó el fin del apartheid. El presidente Frédérik de Klerk, tras diversas negociaciones con los representantes de las comunidades étnicas del país, puso fin al régimen racista en junio de 1991. En adelante la población negra recuperó sus derechos civiles y políticos.

El proceso culminó con la llegada Nelson Mandela, mítico militante anti-apartheid que había pasado veintisiete años en la cárcel, a la presidencia de la República de Sudáfrica.

Más allá de la noche que me cubrenegra como el abismo insondable,

doy gracias a los dioses que pudieran existirpor mi alma invicta.

En las azarosas garras de las circunstanciasnunca me he lamentado ni he pestañeado.

Sometido a los golpes del destinomi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimasdonde yace el Horror de la Sombra,

la amenaza de los añosme encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el portal,cuán cargada de castigos la sentencia,

soy el amo de mi destino:soy el capitán de mi alma.

The Man in the ArenaThe Man in the Arena es el título de un discurso que Theodore Roosevelt dio en La Sorbona en París, Francia, el 23 de Abril de 1910. Posteriormente fue re-impreso en su libro Citizenship in a Republic.

El fragmento más notable y famoso del discurso:

No importan las críticas; ni aquellos que muestran las carencias de los hombres, o en qué ocasiones aquellos que hicieron algo podrían haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece a los hombres que se encuentran en la arena, con los rostros manchados de polvo, sudor y sangre; aquellos que perseveran con valentía; aquellos que yerran, que

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dan un traspié tras otro, ya que no hay ninguna victoria sin tropiezo, caída sin esfuerzo. Aquellos que realmente se empeñan en lograr su cometido; quienes conocen el entusiasmo, la devoción; aquellos que se entregan a una noble causa; quienes en el mejor de los casos encuentran al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasan, al menos caerán con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas que, frías y tímidas, no conocen ni victoria ni fracaso.{{.}}