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I. Resumen e introducción 1

II. Los principales instrumentos del comercio electrónico 5

III. La economía del comercio electrónico y de internet 17

A. Condiciones para el desarrollo del comercio electrónico: infraestructura y acceso 17

B. Los efectos económicos del comercio electrónico sobre los sectores usuarios 21

IV. La creciente importancia del comercio electrónico 25

A. El comercio electrónico en cifras 25

B. El comercio electrónico y los sectores de las telecomunicaciones y la tecnología de la información 30

C. El comercio electrónico y sus repercusiones sobre los sectores usuarios 31

D. El intercambio internacional y el comercio electrónico 35

V. Problemas de política en el comercio electrónico 39

A. Acceso a la infraestructura 39

B. El marco jurídico y reglamentario de las transacciones a través de Internet 41

C. Seguridad y carácter confidencial de las transacciones 43

D. Cuestiones tributarias 44

E. El dinero electrónico 46

F. Mayores oportunidades en los países en desarrollo e industrializados 47

VI. El comercio electrónico y la OMC 51

A. Acceso a Internet 51

B. Cuestiones relacionadas con el acceso a los mercados 56

C. Liberalización del comercio en el marco del AGCS 59

D. Facilitación del comercio 64

E. El comercio electrónico y la contratación pública 65

F. Los derechos de propiedad intelectual y el Acuerdo sobre los ADPIC 67

G. Problemas de reglamentación en la OMC 73

VII. Conclusión 79

Bibliografía 81

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Índice

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Cuadro 1: El comercio electrónico – Características de los principales instrumentos 6

Cuadro 2: Acceso a la infraestructura de telecomunicaciones en diversos países, 1996 7

Cuadro 3: Desarrollo de las redes para el comercio electrónico 8

Cuadro 4: Necesidades de anchura de banda 8

Cuadro 5: Cajeros automáticos en diversos países 9

Cuadro 6: Velocidad y costo de diferentes modos de transmisión de documentos 13

Cuadro 7: Comparación de las tarifas de la telefonía tradicional con las de la telefoníapor Internet, 1996 13

Cuadro 8: Previsiones de los ingresos procedentes del comercio por Internet en los Estados Unidos,por sectores, para 2002 27

Cuadro 9: Ingresos generados por Internet en los Estados Unidos, por sectores, en 1996,y previsiones para 2000 31

Cuadro 10: Costos de transporte dentro de los Estados Unidos y de los Estados Unidos a Europa 37

Cuadro 11: Compromisos asumidos en virtud del AGCS sobre comercio realizado por el modo 1y el modo 2 en diversos sectores de servicios 61

Gráfico 1: Difusión de las tarjetas de microprocesador y de las tarjetas inteligentes en 1995y previsiones para 2001 10

Gráfico 2: Finalidades del mantenimiento de un sitio web, 1993-1996 12

Gráfico 3: Comparación de los costos de adquisición de programas informáticos por Internety por los canales «tradicionales» 14

Gráfico 4: Tarifas de acceso a Internet en horas punta, agosto de 1996 15

Gráfico 5: Importancia relativa de los distintos canales comerciales para las empresasque ya comerciaban por Internet en 1997, y previsiones para el año 2000 26

Gráfico 6: Valor de las ventas generadas por la web en todo el mundo, según estimacionesde distintas empresas de investigación, 1996, y previsiones para el año 2001 26

Gráfico 7: Aumento de los ordenadores principales (hosts) de Internet, por región 1993-1996 28

Gráfico 8: Población de usuarios de Internet, por región, en 1997 y previsiones para 2000 28

Gráfico 9: Gastos medios por habitante en servicios de esparcimiento en los Estados Unidos,por sectores, 1996 34

Gráfico 10: Tarifas de Internet y densidad de ordenadores principales, con y sin competenciaen materia de infraestructura, 1995 40

Gráfico 11: Aranceles resultantes del Acuerdo sobre Tecnología de la Información.Derechos efectivamente aplicados en 1996 en algunos países 54

Lista de cuadros

Lista de gráficos

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Recuadro 1: Historia de Internet 11

Recuadro 2: El comercio electrónico como medio de facilitación de las operaciones mercantiles 36

Recuadro 3: Para unas transacciones electrónicas seguras: La Norma SET 43

Recuadro 4: Siete criterios para valorar las propuestas de imposición de Internet 44

Recuadro 5: Cuatro consideraciones fundamentales sobre el dinero electrónico 47

Recuadro 6: El arte e Internet 48

Recuadro 7: Internet y los servicios médicos en Bangladesh 48

Recuadro 8: Internet en los países en desarrollo 49

Recuadro 9: El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) 52

Recuadro 10: Productos que abarca el Acuerdo sobre Tecnología de la Información 53

Recuadro 11: El Acuerdo sobre los ADPIC 68

Recuadro 12: Las comunicaciones en línea y los nuevos tratados de la OMPI 71

v

Lista de recuadros

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Los recientes progresos en tres campos de la tecno-logía – la de los ordenadores, la de las telecomunica-ciones y la de los programas informáticos y la informa-ción – están transformando la vida de una manera difí-cilmente imaginable menos de dos décadas atrás. Losnuevos medios utilizables para intercambiar informacióny realizar operaciones comerciales están cambiandogran número de aspectos de la organización social yeconómica. Estas modernas tecnologías se emplean demanera combinada, en especial a través de Internet,para conectar a millones de personas de todos los rin-cones del mundo. Las comunicaciones se están liberan-do cada vez más de las limitaciones que les imponía lageografía y el tiempo que requería su transmisión. Lainformación se difunde con mayor amplitud y rapidezque nunca. Se cierran tratos, se efectúan transacciones yse adoptan decisiones en lapsos que habrían parecidosimplemente inconcebibles hace unos pocos años. Estarevolución tecnológica alcanzará en creciente medida atodos los campos de actividad en los que la transmisióndigital de la información tenga utilidad, sea en la ofici-na, en el mundo de los negocios, o en el de las compras,el ocio y el esparcimiento.

Aunque en 1991 había sólo alrededor de 4,5 mi-llones de usuarios de Internet, las estimaciones parecenindicar que éstos llegarán a 300 millones o más alfinalizar el siglo. La tecnología en la que se basa Internetes, como medio de transmisión de la información,mucho más flexible que el correo, el teléfono y el fax. Ladifusión de esta tecnología se acelerará considerable-mente gracias a los menores costos derivados de loscontinuos adelantos técnicos, los cuales, combinadoscon la mayor eficiencia impulsada por la competencia,aportarán ventajas considerables a los consumidores enforma de precios más bajos y mayores posibilidades deelección. La tecnología moderna de las comunicacionesofrece prodigiosas oportunidades para la educación y laformación, la difusión de conocimientos, la realizaciónde operaciones comerciales y el disfrute de una ampliavariedad de actividades en el tiempo libre. El valor delcomercio electrónico está ascendiendo vertiginosa-mente y, habiendo partido prácticamente de cero, seprevé que llegará a 300.000 millones de dólares EE.UU.en el último decenio del siglo.

Dado que Internet es un sistema de comunicacionesabierto, con muy pocas limitaciones tecnológicas parasu expansión, crea un entorno de comunicaciones queno conoce fronteras. Siempre que se disponga de losequipos y programas de comunicaciones necesarios, lainformación puede fluir de un lugar a otro por una redindivisa, con independencia de la distancia y de loslímites de las jurisdicciones. Esto entraña oportunidadessin precedentes para la sociedad en general, y tales

oportunidades aumentarán en formas que pocos denosotros aún imaginan. No obstante, junto con las opor-tunidades, surgirán problemas y responsabilidades.

En cuanto a la división de la responsabilidad entre elsector privado y el público en la creación de un entornoapropiado para los nuevos medios de información,muchos sostendrán que incumbe a los gobiernos laresponsabilidad fundamental de fomentar la mayordifusión posible en la sociedad de las ventajas de lamoderna tecnología de comunicaciones, principalmenteinstaurando las condiciones básicas en las que esa tec-nología pueda florecer. La manera apropiada de dis-tribuir las responsabilidades entre el gobierno y el sec-tor privado en el campo de la reglamentación puedediferir según se trate de formular las políticas o de apli-carlas. Otro importante problema es el de determinar elámbito apropiado de intervención en pro de objetivoslegítimos de política oficial, a fin de alcanzarlos sinponer en peligro la concreción de las promesas queestas modernas tecnologías ofrecen. En tercer lugar, elalcance mundial de Internet y de tecnologías análogasque puedan surgir en el futuro exigirá respuestas inter-nacionales a algunos de los problemas de política y, portanto, una cooperación activa entre los gobiernos. Porúltimo, puede haber que dedicar especial atención aasegurar que los países en desarrollo también disfrutende los beneficios de estas nuevas técnicas.

El presente estudio se centra en particular en el co-mercio electrónico, y no en el campo más amplio de latecnología moderna de la información en todas susmodalidades y empleos. El comercio electrónico puededefinirse simplemente como la producción, publicidad,venta y distribución de productos a través de las redesde telecomunicaciones. La mayor parte de nuestro exa-men se circunscribirá a Internet, el medio con el cualestá principalmente asociado ese comercio. En el estu-dio se señala, no obstante, que anteriores innovacionestécnicas, tales como el teléfono y el fax, se utilizan demanera análoga, aunque más limitada, para realizaroperaciones comerciales electrónicamente, y que sedesconocen las orientaciones futuras de la tecnología. Elestudio distingue entre tres fases de las transaccioneselectrónicas: la fase de la búsqueda, la del pedido y elpago, y la de la entrega. Estas interacciones puedentener lugar entre partes independientes, o constituirtransacciones dentro de una misma empresa.

En la etapa de búsqueda se inicia la interacción entreproveedores y consumidores, que puede conducir o no auna transacción. La segunda etapa comprende el pedi-do y el pago de la mercancía o el servicio, generalmentemediante la transmisión electrónica de información re-lativa a tarjetas de crédito o a cuentas bancarias. La

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I. Resumen e introducción

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tercera fase es la de la entrega. Sólo aquéllas transac-ciones que puedan concluirse mediante una entregaelectrónica de información digitalizada pueden llevarsea cabo enteramente en Internet. El comercio electrónicopor Internet debe concluir en la segunda etapa para lascompras que no pueden entregarse electrónicamente,comprendidas las mercancías materiales, como porejemplo flores o bicicletas, y los servicios que sólopueden suministrarse cuando el proveedor y el consu-midor se encuentran próximos, como podrían ser los depeluquería, turismo y construcción. Las más ampliasoportunidades para la tercera etapa de las transaccionesde este comercio – la de la entrega electrónica de loadquirido – constituyen quizás la contribución másnotable de la tecnología de Internet y el aspecto quemás problemas presenta desde el punto de vista nor-mativo.

El presente estudio es una exploración fáctica de lasventajas y dificultades asociadas con el desarrollo delcomercio electrónico e Internet. No prescribe medidasconcretas de política, sino que procura identificar losprincipales problemas en ese ámbito, centrándose enparticular en el modo en que éstos se relacionan con elcomercio internacional y la OMC.

Estructura del estudio

Los capítulos iniciales del estudio (capítulos II y III)constituyen una introducción general al tema del co-mercio electrónico, basada en diversas fuentes, en espe-cial procedentes de la UIT y la OCDE. En el capítulo II sedescriben las características y usos más destacados deese comercio. En el capítulo III se examina la economíadel comercio electrónico y de Internet, comprendidos losmodos en que la propia naturaleza del instrumento estácambiando la estructura y los niveles de eficiencia dealgunos mercados, los costos de varios insumos del pro-ceso productivo y los modos de operar en el comercio.La competencia se identifica como el principal factorque contribuye al aumento y difusión de los beneficiosde las nuevas tecnologías de comunicaciones.

El capítulo IV trata del crecimiento del comercio elec-trónico, destacando la rápida expansión que se ha pro-ducido en unos pocos años, y recoge pronósticos de queese rápido desarrollo continuará. Algunas estimacionesparecen indicar que, dentro de cinco años, el comercioelectrónico por Internet podría representar el 2 por cien-to de todas las transacciones comerciales. Tales estima-ciones son riesgosas, dada la muy escasa experiencia enque se basan, pero pocos dudan de que el comercioelectrónico crecerá de manera vigorosa y sostenida.Aunque la mayor parte de ese comercio tiene lugar enlos Estados Unidos, se prevé que en los próximos añosexperimentará una mayor dispersión geográfica. Esprobable que el empleo de Internet en las transaccionescomerciales aumente en muchos sectores, entre ellos los

de los servicios financieros, las telecomunicaciones, lapublicidad, los servicios de esparcimiento y de agenciasde viajes y los servicios profesionales. Se transformará elcomercio entre empresas y el comercio al por menor enalgunos sectores, y se pronostica una intensa demandaen todos los vinculados con el suministro de infraestruc-tura para el comercio electrónico.

En el capítulo V se pasa a examinar problemas depolítica, centrándose en lo que parecen ser los proble-mas más importantes con que se enfrentan las instan-cias normativas en relación con el comercio electrónico.El estudio indica que aunque los gobiernos puedanestar decididos a garantizar la plena realización de losbeneficios potenciales del comercio de que se trata, yestén convencidos de que una combinación de lasfuerzas del mercado y la autorregulación de las empre-sas puede contribuir mucho a alcanzar ese objetivo,existen aún ciertos campos en los que ellos mismos ten-drán una función que desempeñar. Es imposible indicarpor adelantado el grado preciso de intervención guber-namental directa que se necesitará para alcanzar obje-tivos determinados, y en el estudio se evita cuidadosa-mente formular cualquier prescripción a ese respecto.No obstante, entre los aspectos de probable interés secuentan los siguientes: i) normas para la infraestructuramundial de telecomunicaciones que se está creando;ii) inversión suficiente en la infraestructura; iii) accesoamplio y fácil para los usuarios; iv) un entorno legal yreglamentario previsible, que permita exigir el cumpli-miento de los contratos y el respeto de los derechos depropiedad; v) la seguridad y el carácter confidencial dela información; vi) reglas relativas a lo que constituye uncontenido inaceptable o sólo condicionalmente acep-table; vii) un marco previsible de imposición y de regu-lación financiera, y viii) la igualdad de oportunidadesgracias a un mejor acceso y formación de quienes esténen posición menos favorable para adaptarse al nuevoentorno.

Ninguna de estas cuestiones es nueva, pero debido ala velocidad con que se transforma la tecnología de lascomunicaciones, es importante asegurar que lareglamentación no quede rezagada ni interfiera innece-sariamente con el desarrollo del comercio examinado.Aunque algunas de las cuestiones de política men-cionadas se relacionan esencialmente con la creación delas condiciones básicas apropiadas para el desen-volvimiento de las actividades comerciales, otrasincidirán directamente en las transacciones concretasque se efectuarán por conducto de Internet. De particu-lar interés en este último contexto es la reglamentacióno imposición del contenido, que se cuenta entre lascuestiones más delicadas que deberán abordarse. Noobstante, en todos los casos, el hecho de que el comer-cio electrónico a través de Internet tenga tan claramenteramificaciones interjurisdiccionales, parece indicar la

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necesidad de que los gobiernos examinen el ámbitoapropiado para la cooperación internacional.

El capítulo VI se centra más concretamente en cues-tiones de política que parecen tener una relación direc-ta con la labor de la OMC. La primera parte de este exa-men trata de los aspectos de política comercial que pre-sentan el acceso a la infraestructura, y pone de relieve laimportancia de un suministro eficiente y a bajo costo delas «materias primas» esenciales para que el comercioelectrónico sea posible. El estudio informa sobre los pro-gresos realizados ya en la OMC en cuanto a la aperturade los mercados de servicios de telecomunicacionesbásicas y de productos de tecnología de la informacióny al fomento de la competencia en ellos. Seguidamentese analiza brevemente el marco jurídico del AcuerdoGeneral sobre el Comercio de Servicios (AGCS), en lamedida en que tiene repercusiones sobre el acceso aalgunas infraestructuras básicas de interés para el co-mercio electrónico. En esta parte del capítulo VI tambiénse examina si están comprendidos, en los compromisossobre servicios de telecomunicaciones básicas asumidospor los Miembros, los servicios de acceso a Internet.

El capítulo VI aborda seguidamente cuestiones relati-vas al acceso a los mercados. Hace referencia a recientesiniciativas de los Estados Unidos, y otras adoptadas con-juntamente por ese país y la Unión Europea, encami-nadas a promover un entorno exento de derechos deaduana para las transacciones electrónicas. Se destacaque tales iniciativas sólo versan sobre los derechos deaduana, y no sobre otros impuestos. Se examinadespués cómo podría caracterizarse el comercio elec-trónico en términos de la OMC, y cuáles serían las con-secuencias de diferentes enfoques para el régimen nor-mativo. Entre las cuestiones que se plantean a esterespecto se cuenta la de si las transacciones de serviciospor Internet podrían considerarse comercio de mer-cancías, comercio de servicios, o un tipo diferente decomercio. En el estudio se señala que el contenido dealgunas corrientes digitalizadas de información pare-cería a primera vista asemejarse a las mercancías, mien-tras que una variedad de transacciones de serviciosestán comprendidas ya en la estructura del AGCS y enlos compromisos de liberalización del comercio asumi-dos en el marco de ese Acuerdo. En todo examen de lamanera de abordar esta cuestión deberían tenerse encuenta las considerables diferencias existentes entre lasnormas del GATT y los del AGCS. Si no se consideraapropiada una caracterización como mercancías nicomo servicios, se plantea el problema de la formulaciónde una normativa diferente. En armonía con el enfoquede este estudio, no se sacan conclusiones en cuanto almejor modo de garantizar un marco jurídico e institu-cional apropiado para el comercio electrónico. Noobstante, se formulan observaciones generales acercade la conveniencia de velar por la neutralidad de las

políticas, a fin de que no constituyan un factor de dis-torsión de las decisiones e incentivos económicos.

En la tercera parte del capítulo VI se examina la li-beralización del comercio derivada del AGCS, teniendopresente que los compromisos sobre acceso a los mer-cados ya asumidos en el marco de ese instrumento, y losque es posible que se asuman en el futuro, tendrán unarepercusión directa en el comercio electrónico. En lacuarta sección se expone brevemente la relación entreeste tipo de intercambio y la facilitación del comercio, yse destaca en particular cómo el sistema abierto basadoen Internet que sustenta el comercio electrónico puedecontribuir a reducir los costos de las operaciones co-merciales y a simplificar la administración de aduanas.

En las secciones quinta y sexta del capítulo VI se estu-dian, respectivamente, las consecuencias del comercioelectrónico en el campo de la contratación pública y enel de los derechos de propiedad intelectual. Las admi-nistraciones públicas están utilizando cada vez más losmedios electrónicos para la contratación, lo que planteala cuestión de cómo podría haber que desarrollar lasnormas internacionales para facilitar el empleo de esasvías. Gran parte del comercio electrónico basado enInternet tiene por objeto productos protegidos por dere-chos de propiedad intelectual, y tales derechos tambiéndesempeñan un importante papel en el desarrollo de lainfraestructura y de los equipos relacionados con elacceso. El comercio electrónico e Internet afectarán elmodo de administración de los derechos de propiedadintelectual y pueden plantear ciertos problemas relativosa los derechos de autor y a las marcas comerciales enparticular.

La parte final del estudio trata de la reglamentación,y en ella se identifican algunas de las cuestiones dejurisdicción, de vigilancia y de aplicación de las leyes queel comercio electrónico plantea. Se distinguen tres cate-gorías de intervención reguladora. La primera obedece aobjetivos de la reglamentación universalmente compar-tidos, consistentes en excluir tipos determinados de con-tenidos, tales como la pornografía infantil o las instruc-ciones para la fabricación de bombas. La segunda cate-goría también entraña la prohibición o el control direc-to del contenido, pero está inspirada en objetivos queno son compartidos por todas las jurisdicciones, debidoa diferencias en las normas y valores vigentes en los dis-tintos países. La tercera categoría se refiere a activi-dades que no están encaminadas a impedir o desalen-tar determinados tipos de comercio, sino inspiradas enel propósito de las autoridades de proteger a los con-sumidores, sea mediante el establecimiento de condi-ciones previas para la entrada en el mercado, como lade contar con una licencia o reunir ciertas condiciones,sea mediante la difusión de información que permita alos consumidores adoptar decisiones con mayorconocimiento de causa.

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En el estudio se señala que la manera de abordar lareglamentación puede diferir, según el objetivo que sepersiga. Una cuestión fundamental es el grado en quelos gobiernos estimen necesario establecer arreglos decooperación internacional con el objeto de definir enfo-ques para la reglamentación y/o para la aplicación deésta. Una segunda cuestión es la medida en que senecesitaría una reglamentación directa, en lugar de unaautorregulación por el sector privado. Un tercer proble-ma es el de la viabilidad de intentar una regulación «en

las fronteras». Sucede ya, por ejemplo, que gran partede la regulación del tráfico de mercancías y serviciostiene lugar en el punto de producción o suministro, y noen la frontera. Por último, tanto el GATT como el AGCShan establecido precedentes para tratar los aspectos depolítica comercial que presenta la reglamentación –atendiendo especialmente al objetivo de aplicar, de unamanera transparente y no discriminatoria, las medidasmenos restrictivas del comercio que permitan alcanzarun objetivo de política oficial determinado.

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Cabe distinguir entre seis instrumentos principales decomercio electrónico: el teléfono, el fax, la televisión, lossistemas electrónicos de pagos y de transferencias mo-netarias, el intercambio electrónico de datos e Internet.Esto implica una definición amplia de la expresión«comercio electrónico»; muchas veces se hace referen-cia con ella sólo al que se realiza por Internet o porredes especiales. No obstante, instrumentos como elteléfono, el fax y la televisión se utilizan ya para lastransacciones comerciales, especialmente en los paísesindustrializados. No es infrecuente, por ejemplo, que sehagan pedidos por teléfono y se los pague con una tar-jeta de crédito. La aparición de nuevos instrumentostales como Internet no ha significado, por tanto, lainvención del comercio electrónico. Pero esta red abregran número de nuevas posibilidades: con ella, todas laspartes de una transacción comercial pueden llevarse acabo de manera interactiva, con una o más personas, sinlimitaciones relacionadas con el tiempo o las distancias,en un entorno multimedios, con transmisión de sonidos,imágenes y textos, y a un costo relativamente reducido(y que continúa bajando). Todo esto hace a Internetmuchos más flexible que los demás instrumentos decomercio electrónico, que deben en general combinarseentre sí o con medios más tradicionales, como el uso delos servicios postales o la visita personal a la tienda,para que pueda concluirse una transacción. Por ello,Internet reducirá los obstáculos para las comunicacionesy el comercio en mayor medida que los medios elec-trónicos ya consagrados y las prácticas tradicionales, ytras el examen introductorio efectuado en el presentecapítulo, la mayor parte del estudio se centrará en esared. En el cuadro 1 se hallará un resumen de las princi-pales características de los distintos instrumentos decomercio electrónico.

Un ubicuo instrumento de comercio electrónicoes el teléfono: existen en el mundo casi 1.000 millones de líneas y abonados celulares

El instrumento más antiguo y hasta ahora másimportante de comercio electrónico, o de realización deoperaciones comerciales a través de las redes de teleco-municaciones, es el teléfono. Varias características hancontribuido a que ese medio alcanzase y mantuviese unpapel principal en las transacciones. Una de ellas es suamplia disponibilidad: hay un teléfono por cada doshabitantes en los países de la OCDE, y muchos países endesarrollo informan de que hay en sus territorios unteléfono por cada diez habitantes (cuadro 2). El númerode líneas telefónicas y de abonados a la telefonía celu-lar, combinados, llegaba en 1996 a 900 millones. Para elaño 2001, se prevé que existirán 1000 millones de

líneas telefónicas, con 400 millones de personas másconectadas a las redes de telecomunicaciones medianteteléfonos celulares (cuadro 3). Esto equivale a casi lacuarta parte de la población mundial total prevista paraese año.

Es posible hacer publicidad de mercancías yservicios, negociar y concertar su venta y percibirsu precio, empleando para todo ello el teléfono,que es cada vez más barato y más fácil de utilizar

El teléfono es un instrumento muy flexible: permite lapublicidad de las mercancías y servicios, su adquisición,y su pago (en combinación con una tarjeta de crédito).Ciertos servicios incluso se prestan por teléfono y sepagan con la factura telefónica. Entre éstos se cuentan,por ejemplo, operaciones bancarias, el suministro deinformación de guía, en algunos lugares las «llamadasdel genio del sueño» para anunciar a los niños que eshora de dormir, o ciertos tipos de esparcimiento paraadultos. Una transacción que no sea de característicastípicas, y que exija por tanto ciertas negociaciones,puede concertarse mucho más fácilmente mediante unacomunicación interactiva por teléfono que por víapostal. Otras ventajas del teléfono son el bajo costo delequipo y la facilidad de su empleo. Este medio tambiénrequiere muy poca anchura de banda, es decir, muy pocacapacidad de transmisión de datos.

En muchos casos, sin embargo, el teléfono sóloprepara las transacciones que se conciertan posterior-mente por escrito y conducen a la entrega material deun producto. Hasta época reciente, el potencial de lascomunicaciones telefónicas se limitaba a las comunica-ciones vocales (conversaciones) entre sólo dos personas,pero en la actualidad ya son posibles las conferenciastelefónicas pluripartitas, e incluso las conferencias devídeo, aunque éstas últimas exigen una inversión previaconsiderable en equipo y en anchura de banda. No essuficiente para ellas la anchura de banda que ofrece unalínea telefónica ordinaria, ni tampoco la de un circuitomás potente de la red digital de servicios integrados,RDSI (cuadro 4). El uso de teléfonos y conferencias convídeo es por tanto muy limitado aún.

En muchos países, el empleo del teléfono es relativa-mente barato, y las tasas por las llamadas locales estána veces incluidas en la tarifa básica de conexión. Lastasas de las llamadas de larga distancia e interna-cionales, en cambio, varían de manera espectacular deun país a otro. Esto limita el uso de ese medio para estetipo de comunicaciones, especialmente en los paísesde menores recursos. No obstante, la disminución delos costos, y la competencia entre los proveedores de los

II. Los principales instrumentos del comercio electrónico

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7

Cuadro 2: Acceso a la infraestructura de telecomunicaciones en diversos países, 19961

País Teléfonos Fax Televisión Ordenadores Ordenadorespor 100 por 100 por cable por personales por principaleshabitantes habitantes 100 hogares 100 habitantes (hosts) de

Internet por 100 habitantes

Países industrializados:

Australia 49,6 2,5 .... 31,2 2,81

Canadá 57,5 2,4 .... 19,0 2,01

Finlandia 55,1 2,4 27,0 18,1 5,52

Francia 54,7 2,7 3,0 15,1 0,42

Alemania 48,3 1,8 31,0 18,2 0,87

Italia 42,9 2,2 .... 9,2 0,26

Japón 47,8 6,8 .... 12,8 0,59

Países Bajos 50,9 2,9 84,1 23,2 1,74

Suecia 68,3 3,4 43,0 21,3 2,61

Reino Unido 48,9 2,4 2,0 18,0 1,00

Estados Unidos 59,5 7,3 59,0 36,4 3,80

Países en desarrollo y en transición:

Argentina 59,5 7,3 59,0 36,4 3,80

Brasil 7,4 .... .... 1,8 0,05

Chile 11,0 .... .... 3,7 0,10

China 2,3 0,0 .... 0,3 0,00

Hong Kong, China 54,0 4,3 .... 15,1 0,78

India 1,1 0,0 .... 0,2 0,00

Indonesia 1,3 0,0 .... 0,5 0,01

Corea (República de) 39,6 0,8 .... 13,2 0,15

México 9,2 .... .... 2,9 0,03

Polonia 13,1 0,1 .... 3,6 0,14

Rusia 16,2 0,0 .... 2,4 0,05

Singapur 45,5 .... .... 21,7 0,95

Sudáfrica 9,1 0,2 .... 3,9 0,24

Turquía 20,1 .... 1,4 0,02

Diversos grupos de países:

UE 47,6 2,2 20,5 15,1 0,79

OCDE 44,6 3,5 .... 18,1 1,43

Países no pertenecientes a la OCDE .... .... .... 0,8 0,02

Mundo entero 11,5 0,7 .... 4,3 0,28

1O año más próximo del que se dispone de cifras.Fuentes: UIT, «Challenges to the Network», 1997a; OCDE; «Information Infraestructures: Their Impact and Regulatory Requirements», 1997a; PNUD,«UN Human Development Report», 1997.

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servicios, han hecho bajar marcadamente las tarifas enmuchos países. Las aplicadas a las llamadas interna-cionales hechas desde los Estados Unidos, por ejemplo,son 300 veces menores que en el año 1930. Si el precioactual de las llamadas de larga distancia o interna-cionales en los países de costos bajos tales como losEstados Unidos constituye una medida de los posiblesahorros en otros países, asistiremos probablemente anuevas e importantes reducciones de las tarifas tele-fónicas en el futuro próximo.

El fax acelera las comunicaciones comercialesy la transmisión de documentos

La principal ventaja del fax reside en el reemplazo delos tradicionales servicios postales por una transmisiónmás rápida de los documentos. El fax también se utilizafrecuentemente como sustituto del télex, a través delcual, en el pasado, se suministraban constancias escritaspara las transacciones comerciales1. Si bien en principiopueden realizarse por fax diversas funciones comer-ciales, tales como la publicidad, la compra o los pagosiniciales, este instrumento carece de la posibilidad detransmitir la voz, o imágenes de alta calidad (la calidadde las fotografías transmitidas por fax, por ejemplo, esgeneralmente muy baja). La comunicación interactiva noes posible, y cualquier complicación en el trámite de unatransacción exige un mensaje adicional o una llamadatelefónica para su aclaración. Las tarifas, el acceso a lared, las necesidades de anchura de banda y la facilidadde empleo del fax son similares a los del teléfono,aunque los aparatos que requiere son generalmentemás caros. Estas características hacen del fax un impor-tante medio de comunicación y de comercio para lasempresas, pero mucho menos para los consumidores

individuales. Hay menos de un aparato de facsímil porcada 10 líneas telefónicas en los países de la OCDE, ymenos de uno por 100 habitantes en el mundo entero(véase el cuadro 2).

Mil millones de televisores en todo el mundo recibenpublicidad e invitaciones a efectuar compras desdeel hogar, pero la televisión es una vía decomunicación de sentido único

La televisión está aún más ampliamente difundidaque el teléfono. Existen en el mundo más de 1.000 mi-llones de receptores: uno de cada dos habitantes de lospaíses industrializados y uno de cada siete de los paísesen desarrollo poseen un televisor. Uno de cada cincohogares de la Unión Europea y más de la mitad de loshogares estadounidenses están ya conectados a la tele-visión por cable. La televisión puede no parecer aprimera vista un instrumento de comercio electrónico,pero gran parte de las compras desde el hogar son elresultado de programas televisivos especiales y de lapublicidad transmitida por ese medio. Esta última, porejemplo, representa la cuarta parte de todos los gastospublicitarios que se efectúan en los Estados Unidos. Latelevisión por cable ha extendido el potencial comercialdel medio al suministrar muchos canales adicionales eintroducir nuevos tipos de servicios, como los inter-activos o los de pago por visión.

Una limitación de la televisión como instrumento decomercio electrónico es la necesidad de realizar lastransacciones en varios pasos. Tras ver un anuncio, eltelespectador convencido debe recurrir al teléfono, efec-tuar el pago, y esperar después la entrega del productodeseado. En otras palabras, la televisión es una vía de

8

1Dado que las funciones del télex son análogas a las del fax, ambos medios se examinan conjuntamente.

Cuadro 3: Desarrollo de las redes para el comercio electrónico

(Millones de unidades)

Categoría 1991 1996 2001(Previsiones)

Líneas telefónicasprincipales 545,0 741,1 1000

Abonados celulares 16,3 135,0 400

Ordenadores personales 123,0 245,0 450

Ordenadores principalesde Internet 0,7 16,1 110

Ordenadores personalescon acceso a Internet (usuarios de Internet) 4,5 60,0 300

Fuente: UIT, «Challenges to the Network», (1997a).

Cuadro 4: Necesidades de anchura de banda

Anchura Líneasde banda telefónicasnecesaria equivalentes

Teléfonos corrientes 19 K bit/s1 1

Conexión ordinaria a la web 29 K bit/s 1,5

Circuito RDSI y telefoníapor Internet 64 K bit/s 3,3

Conferencia de vídeode alta calidad 2 M bit/s2 104

Televisión corriente 10 M bit/s 521

Televisión en color (con plenamovilidad de imagen) 90 M bit/s 4700

1Kbit/s = 1000 bits por segundo2Mbit/s = un millón de bits por segundoFuente: OCDE, «Information Tecnology Outlook», 1997i.

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2Una excepción es la televisión interactiva, que hasta el momento no ha tenido mucho éxito entre los usuarios.3Las operaciones bancarias por ordenador utilizan las redes de telecomunicaciones del mismo modo que el intercambio electrónico de datos o Internet, por lo que puedenconsiderarse uno de los primeros medios electrónicos de suministro de servicios financieros.

9

comunicación de sentido único, en la que los telespec-tadores no pueden buscar activamente las ofertas ninegociar los términos de una operación2. Por otra parte,los costos de producción de un anuncio televisivo sonrelativamente elevados y entrañan desembolsos consi-derables en estudios y equipo. No obstante, el costo rela-tivamente bajo del receptor y de las tarifas de abonopara el telespectador, así como la facilidad de empleodel aparato, han contribuido a su éxito como medio deesparcimiento y de comercio. Además, el acceso a latelevisión por cable puede adquirir gran importanciapara las futuras aplicaciones del comercio electrónicoque requieren una gran capacidad, ya que las líneas detelevisión por cable tienen una anchura de bandamucho mayor que las telefónicas.

Los sistemas electrónicos de pagos están dandoimpulso al comercio electrónico, y el uso de lastarjetas inteligentes ofrece grandes posibilidades

Los sistemas electrónicos de pagos y de transferen-cias monetarias, como los cajeros automáticos, las tarje-tas de crédito, las tarjetas de débito y las tarjetasinteligentes también forman parte del comercio elec-trónico3. Si bien estos instrumentos sólo sirven general-mente para hacer o recibir pagos, se han convertido encomplementos muy importantes de otros medios decomercio electrónico y de comercio tradicional. Loscajeros automáticos se usan ya habitualmente en lospaíses industrializados para informarse del saldo de unacuenta o retirar dinero de ella (cuadro 5). Muchos mi-llones de tarjetas de crédito y de débito se empleancomo práctica usual para hacer pagos.

En los últimos años han aparecido tarjetas basadasen microprocesadores que ofrecen posibilidades muchomayores de almacenar información, entre ellas las lla-

madas «tarjetas inteligentes», aptas para utilizarsecomo tarjetas de crédito, de débito y de transporte dedinero. Tarjetas de microprocesador de varios tipos yaestán considerablemente difundidas en Europa (las másconocidas son las telefónicas), mientras que las tarjetasmás antiguas y simples, de banda magnética, aún pre-dominan en los Estados Unidos. Se están introduciendoactualmente sistemas de tarjetas inteligentes de granpotencia, que pueden comprobar la identidad del com-prador en una transacción electrónica y cifrar (codificar)el número de la tarjeta, el límite del crédito que otorgay su fecha de expiración, para la máxima seguridad deesas operaciones. En cambio, toda la información de lastarjetas de crédito o de débito basadas en una bandamagnética debe verificarse mediante una llamada tele-fónica adicional o una máquina instalada al lado de lascajas de los comercios. Por ello se prevé que el uso delas tarjetas de microprocesador y las tarjetas inte-ligentes aumentará rápidamente en el futuro próximo(gráfico 1).

El intercambio electrónico de datos facilitalas transacciones y el comercio entre empresas;su extensión a Internet ofrece perspectivasprometedoras

Otro importante instrumento del comercio electrónicoes el llamado intercambio electrónico de datos, o IED. ElIED entraña normalmente el intercambio de documentose información entre los ordenadores de dos empresas sinintervención humana. Su propósito es reducir los costosy acelerar la presentación de ofertas, la recepción depedidos, la facturación, etc. (Jiménez, 1997). Las ofertaspara la obtención de contratos formuladas por medio delIED, por ejemplo, reportan a las empresas economías deentre el 5 y el 20 por ciento, y ahorros de tiempo del50 por ciento. El IED también se aplica con éxito paraautomatizar la administración de aduanas y facilitar detal manera el comercio internacional. Cabe imaginar losresultados del IED en el siguiente ejemplo, en el que lastransacciones se llevan a cabo sin ninguna intervenciónhumana: las existencias de neumáticos de un productode automóviles caen por debajo de cierto umbral.Automáticamente, su ordenador envía un pedido a lafábrica de neumáticos. En el extremo receptor, otro orde-nador acepta este pedido, tramita su entrega y remite alprimero una confirmación y una factura. Al recibirse losneumáticos, el ordenador de la fábrica de automóvilesinicia automáticamente el trámite de su pago.

En el pasado, el IED se utilizaba normalmente entregrandes fabricantes y sus proveedores en sistemas de tiporadial. Los miembros de éstos se integraban en una redestablecida, la que contaba con su propia infraestructura

Cuadro 5: Cajeros automáticos en diversos países(Máquinas por millón de habitantes)

1978 1986 1994

Canadá 11 127 578

Francia 19 172 355

Alemania … 66 361

Italia1 … 76 378

Japón 111 494 978

Reino Unido 39 182 334

Estados Unidos 44 286 418

Promedio 49 200 4871Las cifras de Italia corresponden a 1987 y 1995.Fuente: OCDE, «Financial Market Trends», Nº 67, junio de 1997e.

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de telecomunicaciones y formatos normalizados. Los cos-tos de equipo y de conexión hacían bastante onerosa laparticipación en un sistema, lo que limitaba su difusión. En1996, sólo unas 200.000 de las 6 millones de empresas delos Estados Unidos (entre las que se contaban, sin embar-go, el 95 por ciento de las 1000 mayores compañías) par-ticipaban en sistemas IED. La participación en todo elmundo alcanzaba en el mismo año a 500.000 empresas(UIT, 1997a). En el pasado, la mayor seguridad (por ejem-plo, en comparación con Internet) hacía preferibles talessistemas radiales. No obstante, con soluciones tecnológi-cas a la vista para los problemas de seguridad, el futuroprobablemente reside en la ampliación del acceso al IEDmediante pasarelas de Internet4. Esto permitirá un accesomucho más económico para las empresas pequeñas ymedianas, por lo que se prevé que del 30 al 40 por cientode las empresas estadounidenses utilizarán el IED para elaño 2000.

Se prevé que para 2000 habrá 300 millonesde usuarios de Internet, con lo que se ampliaránel ámbito y las modalidades del comercio

El reciente interés en el comercio electrónico se cen-tra indudablemente en Internet. Durante casi tres dece-

nios, la importancia de esta red prácticamente seduplicó todos los años (véase el recuadro 1). En 1991,los usuarios llegaban a alrededor de 4,5 millones; para1996, se informaba que existían 60 millones de usua-rios de Internet, y es probable que esta cifra crezca aúna alrededor de 300 millones, o el 5 por ciento de lapoblación mundial, para 2001. Las transacciones co-merciales realizadas a través de Internet en 1996 repre-sentaron sólo una fracción del 1 por ciento de todas lastransacciones que tuvieron lugar en los Estados Unidos,pero es probable que esta proporción aumente al 2 o al3 por ciento para 2001 y a alrededor del 14 por cientode todas las compras de los consumidores para 2007.

Internet es un medio sumamente flexible para elcomercio. Todos los elementos de la cadena de produc-ción y distribución de ciertos productos pueden circularen línea y a través de las fronteras: por ejemplo, despuésde leer una publicidad en línea, un cliente de Suiza envíauna petición de información al propietario esta-dounidense de un banco de datos establecido en elCanadá. El ordenador de la compañía estadounidenseretransmite la petición a éste último para la extracciónautomática de la información. Los datos obtenidos seenvían seguidamente del Canadá a los Estados Unidos.En este país el ordenador pide, recibe y verifica el pago

4Un modo de mostrar la diferencia entre el IED e Internet es referirse a la medida en que las redes son abiertas o cerradas. Cuando el IED funciona en «red cerrada»,sólo tienen acceso los usuarios registrados. Sin embargo, con pasarelas de conexión con Internet, el IED operará cada vez más de manera abierta. Esto hará difícil dis-tinguir entre un IED de red cerrada y un comercio por Internet de red abierta. Así pues, toda distinción entre ambos, como la que se efectúa en el cuadro 1, se tornaráalgo artificial en el futuro.

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mediante tarjeta de crédito o quizás mediante unatransferencia monetaria electrónica del cliente suizo, yenvía los datos pedidos a Suiza. En otras palabras, lapublicidad, la producción, la compra, el pago y la entre-ga del servicio pueden realizarse electrónicamente através de un solo instrumento: Internet5. Este grado deautomación sigue siendo la excepción más bien que laregla, y con frecuencia los clientes aún pagan emplean-do el teléfono y la tarjeta de crédito después de hacer elpedido por Internet. No obstante, el ejemplo muestra elenorme potencial de esta red para el comercio elec-trónico en ciertos sectores.

Otra virtud de Internet es su capacidad multimedios,con transmisión simultánea de la voz, imágenes y tex-tos. La transmisión desde un ordenador distante de do-cumentos (texto), la realización de llamadas telefónicaspor Internet (voz)6, así como el uso de juegos y la recep-ción de fotografías (imágenes), son posibles en línea ya

actualmente. Pero muchos observadores advierten lasposibilidades que ofrece la transmisión interactiva ysimultánea de los tres tipos de datos en formato digital,por ejemplo para conferencias de vídeo en línea y servi-cios multimedios7.

Internet también ampliará el ámbito de lo que puedeser objeto de comercio internacional. En el pasado,muchos servicios se consideraban excluidos de ese inter-cambio, pero a través de Internet, gran número de ser-vicios médicos, jurídicos, de arquitectura, de viajes, decontabilidad, de educación y muchos otros podríanprestarse a larga distancia, tanto dentro de los paísescomo a través de las fronteras (Primo Braga, 1997).Piénsese, por ejemplo, en el siguiente ejemplo, de carac-terísticas algo singulares: en el pasado, una toma derayos X de la víctima de un accidente debía ser analiza-da en el lugar donde ésta se encontraba por un médicolocal. Enviar la imagen a otro lugar a efectos del diag-

Recuadro 1: Historia de Internet

Los orígenes de Internet se remontan al decenio de 1960, cuando se buscaban nuevos modos de comunicación entre losinvestigadores. En 1969 se estableció la red ARPANET (Advanced Research Projects Agency Network), entre cuatro universi-dades estadounidenses, con el apoyo del Departamento de Defensa. ARPANET permitía la comunicación entre los usuariosgracias al «protocolo de control de red» que convertía los mensajes en corrientes de paquetes en la fuente, y los reconvertíaen mensajes en el lugar de destino. Durante el primer decenio,ARPANET se utilizó principalmente para facilitar el correo elec-trónico (el primer mensaje se envió en 1972), permitir los grupos de debate en línea, dar acceso a bases de datos distantesy transferir ficheros entre organismos gubernamentales, empresas y universidades. El Pentágono estuvo interesado por brevetiempo en ARPANET como instrumento de comunicación para tiempo de guerra, pero esta idea se abandonó rápidamente.A principios de los años 80, se introdujo el protocolo TCP/IP, que fijaba normas para las corrientes de información a travésde las redes y permitía identificar a los usuarios mediante direcciones de Internet o nombres de dominio. Esto dio origen ala comunicación entre distintas redes interconectadas, y así nació Internet.

En 1990, se creó la World Wide Web (WWW), lo que permitió la transmisión en línea de páginas web, en las que se inte-graban por primera vez textos y gráficos. A fin de facilitar el intercambio de información a través de la web, se introdujerondiversos programas y aplicaciones, con lo que el sistema, originalmente orientado hacia la investigación, se hizo más acce-sible para el uso comercial y privado. Las actividades comerciales, tales como las compras virtuales y las operaciones ban-carias en línea, se iniciaron en Internet en 1994. Entretanto, se ha ido suprimiendo en gran medida el apoyo oficial a esa reden los Estados Unidos (que procedía principalmente del Departamento de Defensa y de la Fundación Nacional para laCiencia).

Desde sus comienzos en 1969, Internet ha experimentado un rápido crecimiento. El número de ordenadores principales(hosts) creció de 32 en 1972 a 10.000 en 1978, 100.000 en 1989 y 1.000.000 en 1992. En julio de 1997 se informaba dela existencia de casi 20.000.000 de tales ordenadores, y se prevé que el crecimiento seguirá siendo rápido, hasta los300 millones de usuarios para el año 2001. Los primeros enlaces «en línea« internacionales se establecieron en 1973, conconexiones entre los Estados Unidos, el Reino Unido y Noruega. En 1997, estaban conectados a Internet 110 países, y seprevé para el futuro próximo una cobertura universal.

En el decenio de 1980 varios países europeos habían introducido ya sistemas de comunicaciones por redes que empleabantecnología anterior a la de Internet, de los cuales probablemente el más conocido es el sistema francés Minitel. El Minitel esun medio en el que sólo pueden transmitirse textos, que se sirve de las líneas telefónicas ordinarias y ofrece gran número deservicios, desde los de compras hasta el suministro de las cotizaciones bursátiles. Para 1994 había registrados 6,5 millonesde terminales, con unas ventas totales de 6.600 millones de francos franceses (alrededor de 1.100 millones de dólares). Noobstante, la importancia de Minitel retardó inicialmente la utilización de Internet por las empresas y consumidores france-ses, por lo que en 1997 se inició el desarrollo de un Minitel compatible con Internet, que podrá integrarse en esta red (OCDE,1997f).Fuentes: Hobbes Zakon, R. «Hobbes’ Internet Timeline», 1997; Hafner y Lyon, 1996; OCDE, 1997f; Wendell, K. «Internet History», 1997.

5Adviértase, sin embargo, que en este ejemplo el pago por tarjeta de crédito significa, hablando estrictamente, que se emplean dos instrumentos.6En los últimos años ha aparecido la telefonía por Internet, en la que las llamadas se encaminan por esa red (más adelante se proporcionan detalles al respecto).7La transmisión de datos en formato digital implica la transformación de toda la información en cadenas de ceros y unos. El sonido, el texto y las imágenes pueden «dig-italizarse» y enviarse seguidamente de manera simultánea a través de la red. La transmisión digital es la base de Internet. No obstante, la información digital puedetransformarse en señales analógicas con el auxilio de un módem. Un segundo módem en el extremo receptor transforma las señales analógicas nuevamente en digi-tales. Eso es lo que permite a los usuarios de Internet comunicarse por las líneas telefónicas «analógicas» corrientes. No se necesita un módem cuando el transmisor yel receptor cuentan con conexiones de la denominada RDSI (red digital de servicios integrados), que permiten la transmisión digital de los datos.

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12

nóstico habría requerido demasiado tiempo. Ahora esposible enviar instantáneamente esas imágenes a unespecialista que se encuentre en otra ciudad, quizás enotro país, y que seguidamente remita el diagnóstico porcorreo electrónico. Este desplazamiento de los límites delo que puede ser objeto de comercio se debe al hechode que, en principio, todas las mercancías y serviciossusceptibles de ser digitalizados pueden transportarsepor Internet, como sucede con los extractos de bancosde datos, la música, las películas, los documentos, losdiagnósticos e imágenes médicos, las conferencias yclases, las acciones y obligaciones, y muchos otros.

No obstante, existen dos incertidumbres que estaampliación del ámbito de lo comercializable plantea. Enprimer lugar, a veces es difícil determinar dónde tienelugar una transacción determinada: supóngase que losrayos X se envían del país A a una dirección de Internetdel país B, la que seguidamente se pone en contactocon un especialista del país C. El hospital del país Apuede pensar que se trata de un servicio del país B,aunque en realidad éste lo obtiene de un tercer país.Para complicar más la cuestión, el propietario de ladirección de Internet en el país B puede estar en reali-dad establecido en un cuarto país, D. Estas compleji-dades de la localización geográfica pueden convertirseen una pesadilla para los juristas, legisladores y recau-

dadores de impuestos (OCDE Observer, 1997k)8. Ensegundo lugar, el límite entre lo que constituye una mer-cancía y lo que constituye un servicio puede tornarseimpreciso. En realidad, algunos podrían incluso aducirque las transmisiones electrónicas de información digi-talizada no son mercancías ni servicios. Se trata deimportantes cuestiones para el comercio internacional ypara su reglamentación, que se examinarán de maneramás pormenorizada en el capítulo VI.

En resumen, Internet puede utilizarse para una mul-titud de intercambios y transacciones, como transmitircorreo electrónico, leer y buscar información sinapremios (ojear o navegar), hacer publicidad de empre-sas o promover causas diversas, vincular a las personasen círculos privados o profesionales, editar publica-ciones, comprar y vender mercancías o suministrar servi-cios (OCDE, 1996a). Cuando se les pregunta por losmotivos de su presencia en Internet, las empresasresponden que su sitio web es principalmente un mediode publicidad, comunicación y relaciones públicas, ven-tas en línea e información y servicio a los clientes (grá-fico 2). Dada esta gran variedad de funciones del co-mercio electrónico basado en Internet, que permite efec-tuar compras en los sitios web de las compañías sin con-currir a sus locales, muchos hablan de compras virtuales(o en el ciberespacio).

8Las consecuencias de tales situaciones para la política fiscal y comercial se examinan en capítulos posteriores del presente estudio.

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9En el capítulo siguiente se hace un examen más detenido de esta cuestión.10Algunos bancos han comprobado por experiencia que la integración de la banca electrónica con el sistema existente de tratamiento de datos es muy costosa. Estocondujo a un importante banco alemán, por ejemplo, a adquirir otra entidad con un sistema de banca electrónica bien desarrollado, en lugar de crear uno propio (DieZeit, 21 de noviembre de 1997).

13

Internet puede también permitir el llamado «teletra-bajo», en el cual una persona realiza la totalidad o partede sus tareas desde un terminal informático, en el hogar.Algunas empresas han hecho experiencias de teletraba-jo con éxito, y ello les ha permitido hacer ahorros, enparticular de espacio en sus oficinas. Las oficinas deestas empresas se están convirtiendo principalmente enlugares de reunión y comunicación. El teletrabajo tam-bién permite al personal vivir lejos de la oficina, lo quepodría aliviar la congestión urbana y ahorrar a losempleadores algunos costos salariales. No obstante,sólo son apropiados para esa modalidad ciertos tipos detareas con un elevado contenido de tratamiento elec-trónico de datos y una producción fácil de vigilar. Lafalta de seguridad y de apoyo técnico en el hogar, el ais-lamiento de los empleados que allí trabajan y lasmenores oportunidades de que disponen los admi-nistradores para conocer a sus subordinados consti-tuyen otras desventajas del teletrabajo.

En algunos campos, los costos del comerciopor Internet sólo representan una fracción de los de otros instrumentos

Internet no sólo es más flexible que otros instrumen-tos del comercio electrónico y tradicional: tambiénofrece ventajas en lo que se refiere al tiempo de entre-ga y a los costos para los usuarios9. Sus costos de fun-cionamiento son generalmente muy bajos. El tiempo enlínea puede costar lo que una llamada telefónica de lamisma duración. Por ello, la transmisión de documentos,las llamadas telefónicas y las operaciones de comercioal por menor por Internet resultan a menudo muchomás económicas que los medios del comercio tradi-

cional y otros instrumentos electrónicos. En el cuadro 6puede verse que la transmisión por el correo electrónicode Internet de un documento de 42 páginas desde unlugar de los Estados Unidos, tanto a otro punto del paíscomo al extranjero, es mucho más rápida y barata queel empleo del correo aéreo, una mensajería o el fax.Estas relaciones pueden no ser tan favorables a Interneten los países con tarifas electrónicas más elevadas y enaquellos en los que la entrega del correo electrónico aveces se retarda. No obstante, Internet ya parece estarafectando a las actividades de los servicios postales ydel sector del fax. La comparación del precio de la tele-fonía por Internet con el de la telefonía tradicional con-firma este panorama (cuadro 7). En el gráfico 3 se mues-tran, por ejemplo, los costos de transacción de una com-pra por Internet de programas informáticos (que poste-riormente se entregan también a través de la red): éstosrepresentan menos de la décima parte de los de unacompra efectuada por teléfono y de la quincuagésimaparte de una compra a un minorista tradicional (OECDObserver, 1997k). Cabe pensar que los ahorros seránmucho menores, por ejemplo, en el caso de la comprade un libro que deba entregarse materialmente, y en elque deberán computarse los gastos de manipulación yexpedición, así como los de la administración de adua-nas y la administración fiscal, pero Internet será com-petitiva en un número considerable de transacciones.

Otro factor importante del costo para los vendedoreses el de la «instalación de la tienda». Los costos inicialespueden ser considerables. Un sitio web razonablementeperfeccionado para un banco, puede crearse de ordi-nario por alrededor de 50.000 dólares EE.UU. Los cos-tos anuales de mantenimiento, reforma y desarrollo delsitio son del mismo orden, si no surgen graves compli-caciones técnicas10. El alcance del sitio es potencial-

Cuadro 6: Velocidad y costo de diferentes modos detransmisión de documentos1

Costo (dólares EE.UU.) Tiempo

Nueva York a Tokio

Servicio postal aéreo 7,40 5 díasCorreo (mensajería) 26,25 24 horasFax 28,83 31 minutosCorreo electrónico 0,10 2 minutos

por Internet

Nueva York a Los Angeles

Servicio postal aéreo 3,00 2-3 díasCorreo (mensajería) 15,50 24 horasFax 9,86 31 minutosCorreo electrónico 0,10 2 minutos

por Internet1Ejemplo correspondiente al envío de un documento de 42 páginasFuente: UIT, «Challenges to the Network», 1997a.

Cuadro 7: Comparación de las tarifas de la telefonía tradicional con las de la telefonía por Internet, 1996

Conexíon Telefonía Telefonía portelefónica tradicional1 Internet2

(dólares EE.UU./ (dólares EE.UU./minuto) minuto)

EE.UU.-Alemania 0,78 - 1,36 0,10 - 0,45

EE.UU.-Nigeria 1,28 - 1,86 0,10 - 0,45

EE.UU.-Arabia Saudita 1,27 - 1,87 0,10 - 0,45

EE.UU.-Singapur 0,90 - 1,56 0,10 - 0,451Intervalo de tarifas aplicadas por AT&T.2El intervalo de tarifas indicado para la telefonía por Internet corresponde elnivel estimado aplicado a las llamadas de los Estados Unidos al extranjero.Fuente: UIT, «Challenges to the Network», 1997a.

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mente ilimitado. El costo de crear y mantener una sucur-sal bancaria del tipo habitual es típicamente muchomayor, y su alcance potencial es mucho más restringido(Booz, Allen y Hamilton, 1997a).

Es conveniente mejorar el acceso y reducirlos costos, y deben abordarse ciertas cuestionestécnicas y de reglamentación

Dado el importante ahorro de costos que ofrece latransmisión de información por la red en muchos cam-pos, es probable que prosiga la difusión del intercambiode datos, el correo electrónico, la telefonía por Internety la adquisición electrónica de muchas mercancías y ser-vicios. Las empresas, en particular, comprobarán que sintales ahorros perderán competitividad. Por ello, el co-mercio entre empresas será probablemente el principalcampo de crecimiento de Internet en el futuro próximo.En el plano del consumidor individual, en cambio, loscostos de un ordenador personal y de un módem paraobtener acceso a Internet son aún considerables y,después de adquirido, este equipo se torna anticuadocon gran rapidez. Además, las tarifas de los servicios deInternet, que se pagan de ordinario mensualmente a unproveedor, más las de utilización de una línea telefóni-ca, pueden ser bastante considerables. En 1996, las ta-rifas mensuales de acceso por 20 horas en líneaascendían en promedio a 60 dólares EE.UU. en lospaíses de la OCDE, y eran superiores a 40 dólares en

todos menos cuatro de ellos (gráfico 4). Las tarifas deacceso están bajando, pero incluso 20 dólares EE.UU.por mes representan una cantidad apreciable para losconsumidores de los países industrializados, y aún máspara los del mundo en desarrollo. La utilización deInternet basada en la televisión por cable podría reducirconsiderablemente los costos de equipo, como handemostrado las primeras experiencias realizadas en losEstados Unidos con «Web TV».

Otro problema frecuente de Internet es el de las li-mitaciones de anchura de banda que a veces causancongestión. Puede ser muy molesto tener que aguardarvarios minutos para obtener acceso a un simple sitio webo para telecargar un breve documento. Este problemaresulta exacerbado por la «sobrecarga de información»y por la calidad inferior de gran parte de la informaciónque existe en Internet. Además, esta red no es aún demuy fácil utilización: se necesitan ciertos conocimientosde manejo del ordenador y bastante práctica para nave-gar por Internet con facilidad y hacer compras en ellasatisfactoriamente. Por otra parte, la incertidumbre encuanto a las normas técnicas, a la jurisdicción a queestán sometidas las transacciones, a la validez de loscontratos, a la posibilidad de obtener reparación cuan-do corresponda, a la seguridad y al carácter confidencialde la información y al papel futuro de los gobiernos enla regulación y la gravación fiscal de las actividadesen Internet (incluido el comercio internacional), pueden

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frenar el desarrollo del comercio electrónico.Volveremossobre estas cuestiones más adelante en este estudio.

No se conoce exactamente la dirección en quese desarrollará el comercio electrónico, peroes probable que este cambie considerablementelos modos de comunicación y de intercambio

Dadas las ventajas e inconvenientes de los distintosinstrumentos de comercio electrónico, muchas personasutilizan actualmente el teléfono, el fax, Internet y los ser-vicios postales de manera complementaria. Aunquehemos señalado algunas de las innovaciones y virtudesde Internet, se desconoce qué instrumentos o qué com-binación de instrumentos dominará el comercio elec-

trónico en el futuro. Otros medios electrónicos y tradi-cionales aptos para realizar transacciones reaccionaránante el desafío que Internet representa, por ejemploreduciendo los precios, ampliando el alcance de los ser-vicios o mejorando la calidad de éstos. Por otro lado, elprogreso técnico puede conducir a la convergencia dedistintos instrumentos de comercio electrónico en sis-temas multimedios integrales (Comisión Europea,1997a). A pesar de esta incertidumbre, parece haberconsenso en que el comercio electrónico, especialmentea través de Internet, tendrá gran influencia sobre elmodo en que nos comunicaremos y operaremos en elfuturo. En los próximos dos capítulo s del presente estu-dio se exponen argumentos y se suministran elementosde juicio empíricos en apoyo de esta afirmación.

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En el capítulo anterior se expusieron diversas razonespor las cuales el comercio electrónico ha de suministrargran número de nuevas oportunidades. Las transaccionespor conducto de Internet, el IED y aplicaciones perfec-cionadas de la telefonía y la televisión, son el resultado demejoras radicales de las comunicaciones y de la tec-nología de la información, a través de un proceso que seinició con el descubrimiento de la electricidad y la inven-ción del teléfono y el telégrafo. El rápido progreso delcomercio electrónico plantea interesantes e importantescuestiones: ¿de qué modo afecta el desarrollo del comer-cio electrónico y de Internet a los distintos participantesen las actividades económicas, y cuáles son sus efectosprobables sobre el crecimiento económico y el bienestar?

El desarrollo del comercio electrónico y la concreción desus beneficios potenciales se han examinado en los estu-dios económicos desde dos puntos de vista: i) el de lascondiciones necesarias para el suministro y desarrollo delos servicios de comercio electrónico e Internet, y ii) el delos efectos del comercio electrónico y de Internet sobre lossectores que utilicen estos nuevos medios de intercambio.La primera cuestión está principalmente relacionada conla infraestructura y con los requisitos para el acceso, asícomo con la contribución del progreso tecnológico a la efi-ciencia económica del suministro de los servicios referidos.La segunda versa principalmente sobre el modo en que elcomercio electrónico e Internet afectarán a la oferta y lademanda de bienes y servicios en los distintos mercados,y sobre las repercusiones de este medio en la estructuradel mercado y la competencia en diversos sectores. Enpocas palabras, se prevé que la difusión del comercio elec-trónico reducirá los costos de transacción y los de produc-ción, facilitará la incorporación de nuevas empresas a losmercados y aumentará la competencia. Todo esto, a suvez, reducirá los precios, elevará los niveles de calidad ycreará productos nuevos y más diversificados, fomentandoasí el crecimiento económico y el bienestar.

A. Condiciones para el desarrollo del comercioelectrónico: infraestructura y acceso

Los progresos de la tecnología de la información yde la infraestructura han permitido el desarrollo delcomercio electrónico, que culminó con elestablecimiento de Internet

El crecimiento del comercio electrónico estáestrechamente vinculado con el desarrollo y difusión de

nuevas tecnologías de la información, así como de lasinfraestructuras de telecomunicaciones. Las primeras,que comprenden el fax, el teléfono digital e Internet, sehan examinado ya en lo que antecede. La infraestructurade telecomunicaciones, que se ha desarrollado consid-erablemente durante los últimos decenios, abarca ahoratanto redes de líneas fijas como redes radioeléctricas, yunas y otras pueden emplearse para el comercio elec-trónico. Las de líneas fijas comprenden las redes tele-fónicas de hilo o de cable, las redes de televisión porcable, las redes alámbricas establecidas por servicios detransporte, y en algunos casos las redes de distribuciónde electricidad. Entre las radioeléctricas se cuentan lasde telefonía celular, las establecidas entre puntos fijos ylos sistemas de comunicaciones por satélite. Por lo quese refiere a la capacidad con que debe contar lainfraestructura, el teléfono e Internet emplean hastaahora redes de capacidad relativamente baja (bandaestrecha), mientras que la televisión utiliza redes decable de banda ancha. Algunas empresas también hanadoptado redes cerradas de comunicación de diferentescapacidades para intercambiar datos por medio elec-trónicos, por ejemplo, mediante el IED.

Internet es particularmente importante para elestablecimiento de vínculos entre distintas formas exis-tentes de comercio electrónico. Esta es la razón por lacual la mayoría de los estudios relativos al desarrollo deese comercio se centran en el crecimiento de Internet oen lo que a veces se denomina la InfraestructuraMundial de la Información (IMI). Por ello, el presentecapítulo versará principalmente sobre el comercio elec-trónico realizado por Internet, aunque muchas de susconclusiones son también aplicables a otros instrumen-tos empleados para ese intercambio.

La transmisión de datos por Internet aprovechacon gran eficiencia la infraestructurade telecomunicaciones

Internet es una red de redes (no es extraño que se lallame la web, «la malla»), que tiene en líneas generalesla estructura que seguidamente se describe. En el nivelinferior, es decir, el más próximo a los usuarios, seencuentran las redes locales. Éstas se hallan conectadasa una red de «nivel medio», o regional, la que a su vezestablece la conexión con una o más redes princi-pales11. La mayor parte del tráfico de las redes princi-pales y regionales circula por líneas telefónicas arren-dadas. Sin embargo, estas líneas no se utilizan para

III. La economía del comercio electrónico y de Internet

11Esta es la descripción más apropiada de las partes de Internet correspondientes a los Estados Unidos o a Europa. No obstante, Internet está adquiriendo una com-plejidad creciente, y es cada vez más difícil obtener una visión completa de la red de un país determinado. Los distintos proveedores de servicios generalmente suminis-tran mapas de sus propias redes, lo que sólo proporciona una representación parcial.

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Internet de la misma manera que para los servicios tele-fónicos ordinarios. En el caso de estos últimos, seestablece un circuito de extremo a extremo cada vezque se hace una llamada. Ese circuito no es accesible aotros usuarios hasta que la llamada ha concluido, conindependencia de la cantidad de datos que se trans-porten realmente.Tal sistema, llamado de «conmutaciónde circuitos», resulta muy práctico para aplicaciones entiempo real, como la conversación, ya que la transmisiónde datos es instantánea. El sistema también permiteuna fácil y detallada contabilidad de la utilización de lared.

Internet emplea una tecnología diferente, conocidapor el nombre de «conmutación de paquetes». Los«conjuntos de datos» (concepto que debe entenderseen un sentido genérico; por ejemplo, un mensaje decorreo electrónico es también un conjunto de datos) sedividen en paquetes, que seguidamente se envían inde-pendientemente por la red a su destino. No se reservaningún circuito de extremo a extremo. Los paquetes sim-plemente pasan del ordenador de origen a otros orde-nadores encaminadores (que los orientan de acuerdocon la información contenida en el encabezamiento delpaquete) hasta que llegan finalmente al ordenador dedestino. En este último los paquetes se reensamblan conarreglo a un protocolo determinado. Dado que las rutasse optimizan en todo momento, diferentes paquetespertenecientes al mismo conjunto de datos puedentomar rutas diferentes. La principal ventaja de la con-mutación de paquetes reside en la llamada «comparti-ción estadística» de las líneas de comunicaciones, por lacual paquetes de orígenes diferentes pueden compartirla misma línea. De tal manera, con la conmutación depaquetes es posible utilizar una capacidad determinadade manera más eficiente que con la conmutación de cir-cuitos, en la que los datos sólo se transportan entre laspartes que se encuentran conectadas, lo que en generaldeja mucha capacidad sin utilizar.

Los costos del suministro de servicios de Internetson principalmente los de los encaminadoresy las tarifas aplicadas por las líneas

Las condiciones de suministro de los servicios deInternet dependen de los costos y tarifas de éstos. Enprimer lugar, los costos de infraestructura dependenprincipalmente de las tarifas aplicadas por las líneas decomunicación (que son principalmente determinadaspor las empresas de telecomunicaciones), del precio delos encaminadores y de otras instalaciones informáticasy, en menor medida, de los sueldos y salarios de losoperadores. Cuando, alrededor de 1970, los encami-nadores pasaron a ser más baratos que las líneas, sehizo más eficiente utilizar una tecnología que econo-

mizase la capacidad de transmisión (McKie-Mason yVarian, 1995). Esto explica la preferencia por la con-mutación de paquetes sobre la conmutación de circuitosen el caso de Internet.

Dado que los encaminadores y las tarifas de laslíneas constituyen costos fijos, el costo marginal deenviar un paquete de datos adicional dentro de unacapacidad determinada es prácticamente nulo. Unaimportante excepción a esta regla se registra cuandohay congestión en la red, lo que puede ocasionar costosconsiderables en forma de retardos en la transmisión,tiempos más largos para el acceso y, quizás, pérdida deinformación. No obstante, tales costos son soportadospor los usuarios de la red y no directamente por losproveedores de servicios de Internet. Cabe señalar, sinembargo, que los costos de la congestión han sido inter-nalizados en parte por estos proveedores mediante elsuministro de capacidad adicional a fin de atender a lascrestas de la demanda12.

Predominan los sistemas de precios a tanto alzado,que reflejan los muy bajos costos marginales,pero estos sistemas contribuyen actualmentea la congestión

Dada la demanda rápidamente creciente de serviciosde Internet y la necesidad de disponer de nueva capaci-dad y evitar la congestión, el sistema de fijación de losprecios de los servicios de Internet es de importanciafundamental para proporcionar los debidos incentivos afin de que se utilice con eficiencia la infraestructuraactual y se suministre suficiente capacidad adicional. Aeste respecto, es útil examinar las decisiones relativas alos precios que han de adoptarse a diferentes niveles delas jerarquías de las redes: en primer lugar, los provee-dores de las redes principales deben acordar las tarifaspara el transporte recíproco, por sus redes, de los datosprocedentes de las demás. En segundo lugar, esosproveedores cobran a las redes de nivel medio por elacceso que éstas obtienen a través de líneas arrendadaspermanentes (las llamadas líneas especializadas). Entercer lugar, las redes de nivel medio cobran el acceso aellas de las redes locales. Por último, los proveedores deservicios de Internet cobran a los usuarios que no nece-sitan una línea especializada por las denominadasconexiones «por marcación», que permiten un accesointermitente a la red a velocidades algo inferiores. Lasconexiones «por marcación» son las conexiones conInternet normalmente utilizadas por los particulares,mientras que las grandes compañías y organizaciones amenudo cuentan con líneas especializadas que lasconectan a redes locales o a redes de nivel medio.

12Los proveedores cuentan típicamente con un 50 por ciento de capacidad de reserva en sus redes durante los períodos punta. Adviértase que esta capacidad de reser-va no sólo sirve para atender a ráfagas momentáneas de tráfico, sino también para proteger al proveedor contra los rápidos aumentos de la demanda, tanto más cuan-to que se necesitan entre 45 y 90 días para hacer instalar una línea ordinaria (véase Gareiss, 1997).

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El sistema de precios más frecuentemente utilizadopara los servicios de Internet es el de tanto alzado (UIT,1997a; McKie-Mason y Varian, 1997). Este consiste enuna tarifa anual por una conexión de «anchura debanda fija», que permite una utilización sólo limitadapor la anchura de banda adquirida. Las tarifas a tantoalzado se aplican en general a través de toda la jerar-quía de la red, del nivel principal al nivel medio y de ésteúltimo al local.

Hasta época reciente, y por razones vinculadas con lahistoria de la red, los sistemas de precios aplicadosentre los proveedores de servicios de Internet se basa-ban en el principio de que «el emisor retiene la totali-dad», y no incluían una liquidación por el transporte dedatos a través de las redes principales de otros provee-dores. Supóngase el caso de una corriente de datosenviada por un usuario 1 que está conectado a la redprincipal A, a un usuario 2 conectado a la red principalB. Con arreglo al sistema de que se trata, ni 1 ni A debenpagar por el transporte de los datos por la red B.Actualmente, sin embargo, algunos grandes provee-dores tratan de cobrar a los proveedores pequeños porel uso «no equilibrado» de sus redes. Esta tarifa no sebasa en el volumen de datos transportados, sino en unnivel especificado de capacidad que el pequeño provee-dor puede utilizar para los datos que envía por la red delproveedor de mayor importancia.

Las tarifas a tanto alzado ofrecen diversas ventajaspara los proveedores y usuarios de servicios de Internet.No exige una costosa contabilidad de las corrientes dedatos, y la facturación a los usuarios es relativamentebarata. Las tarifas de ese tipo también responden aproxi-madamente a los costos marginales de los proveedores,ya que el costo de enviar un paquete adicional es casinulo durante la mayor parte del tiempo.Asimismo, alien-tan la difusión de Internet entre los usuarios «por mar-cación», ya que éstos pueden utilizar las conexionestelefónicas de que disponen y, por tanto, no incurren engastos adicionales por el uso de Internet. No obstante,las tarifas a tanto alzado presentan también inconve-nientes. El principal problema reside en que no propor-cionan un incentivo para economizar en la utilización deInternet y contribuyen así a la congestión. Esto es algoanálogo a la clásica «tragedia de los terrenos comu-nales». Dado que, una vez pagada la tarifa fija, el mayorempleo de la red resulta gratuito, los usuarios tienden autilizar excesivamente el recurso común, a diferencia delo que ocurriría en una situación en la que el precioreflejase la relativa escasez de éste. De tal manera, losusos de Internet que tienen escaso valor económicotienen las mismas consecuencias para la congestión dela red que los intentos de transmitir una urgente y

valiosa información: las tarifas a tanto alzado no per-miten dar prioridad al transporte de una informaciónsobre la base de su valor13.

Un sistema de precios basado en la utilizaciónpuede resolver los problemas de congestión, aunqueexisten dificultades, como las derivadas de loselevados costos administrativos y de las preferenciasde los usuarios

Se han propuesto varios otros mecanismos de preciospara evitar la congestión y favorecer una utilización máseficiente de los recursos14. La mayoría de éstos entrañanel cobro a los usuarios por la utilización real o potencial.Los sistemas basados en la utilización dan mayor flexi-bilidad a los proveedores para la aplicación de los pre-cios y, con arreglo a algunos de ellos, el precio seguiríasiendo nulo cuando la red no se encontrase congestio-nada. Los usuarios podrían beneficiarse adquiriendosólo los servicios de red cuyo valor sobrepasase sucosto. Correctamente concebidos, tales sistemas puedenfacilitar el suministro de servicios diferenciados, mejorarla asignación de los recursos y eliminar los problemasasociados con la congestión.

La muy limitada aplicación de los precios basados enla utilización refleja la existencia de varios inconve-nientes. En tales sistemas, los costos de contabilidad yfacturación pueden resultar elevados, si se los comparacon los costos de la congestión. Experiencias del sectorde la telefonía han demostrado que los gastos generalesderivados de la facturación por utilización pueden re-presentar el 50 por ciento de las facturas telefónicas. Laliquidación de las tasas cobradas por las líneas sobre labase de la transmisión efectiva de datos entre losproveedores de servicios también puede ser bastantecostosa. Además, las experiencias realizadas con la apli-cación de precios por utilización no han sido muy alen-tadoras. Proveedores de servicios de varios países, comoItalia y los Estados Unidos, han tenido que renunciar atales sistemas, ya que los clientes acudían en masa a losrivales que aplicaban tarifas a tanto alzado (UIT, 1997,página 21; Bailey, 1995). En Nueva Zelandia, las tarifasbasadas en la utilización se han establecido con éxito.No obstante, esto puede estar relacionado con el hechode que ese país sólo cuenta con un enlace (de elevadocosto) a Internet, lo que mueve a los clientes a econo-mizar en su uso, ya que no pueden recurrir a otrosproveedores de servicios (que apliquen tarifas a tantoalzado).

En resumen, el sistema de precios a tanto alzado querige actualmente en la mayoría de los países no siempreoptimiza la utilización de la infraestructura de Internet,

13El problema puede resultar agravado por los usuarios que disponen de líneas de acceso de gran capacidad. Ya actualmente, un número limitado de tales usuariospuede causar congestión si envía grandes cantidades de datos al sistema.14No obstante, parece haber poco consenso entre los economistas acerca de las nuevas políticas de precios. McKie-Mason y Varian (1997) se inclinan por los precios porutilización; Anania y Solomon (1997), por las tarifas a tanto alzado.

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y podría ser conveniente aplicar mecanismos de preciosmás eficientes que redujesen la congestión y la pérdidade información o que otorgasen prioridad a la informa-ción de elevado valor. No obstante, los precios a tantoalzado pueden reflejar las preferencias de los usuarios,así como consideraciones relativas a los elevados costosadministrativos de sistemas más complejos. Además, lacongestión resultante quizás constituya un problematransitorio, que sólo persista hasta que el progreso téc-nico proporcione nuevas soluciones en cuanto a lafijación de los precios y a la capacidad.

La competencia en la infraestructura y en elsuministro de acceso alienta el desarrollo de Internet

Los economistas convienen de ordinario en que lacompetencia contribuye en gran medida a reducir almínimo los costos, y a proporcionar así los máximosbeneficios a los consumidores. Sin embargo, el nivel y lanaturaleza de la competencia entre los proveedores deredes y de acceso (servicios de Internet), difiere consi-derablemente de un país a otro. En los Estados Unidos,por ejemplo, la competencia en ambos tipos de sumi-nistro es relativamente intensa. Existen, por ejemplo, porlo menos 30 proveedores que ofrecen actualmente ser-vicio en todo el país por una red principal de circuitosde alta velocidad. Por tal razón, las tarifas están muypróximas a los costos, con la salvedad antes indicada(Gareiss, 1997). En muchos otros países, en cambio, elnúmero de proveedores de una infraestructura principales limitado. Esto permite a tales empresas (sean pri-vadas o estatales) utilizar su poder de mercado paracobrar precios de monopolio u oligopolio. En tales cir-cunstancias, medidas que fortalezcan la competencia ylleven los precios a niveles más próximos a los de unrégimen de competencia promoverían claramente elbienestar general.

La falta de competencia en el suministro deinfraestructuras puede deberse a factores históricos. Enel pasado, se suponía que los proveedores deinfraestructuras eran monopolios naturales. Por ello,tales empresas eran estatales o estaban estrictamentereglamentadas. No obstante, la situación está evolucio-nando con rapidez, y la existencia de competencia entredistintos proveedores de infraestructuras constituye unaposibilidad real, por lo menos cuando se trata de mer-cados de gran tamaño, como puede verse en los EstadosUnidos. En la Unión Europea, se prevé que la desregu-lación del sector de las telecomunicaciones a partir deenero de 1998 favorecerá una evolución análoga a laque tuvo lugar en los Estados Unidos.

Elementos de juicio de carácter empírico tambiénindican que la desregulación y la competencia en el sec-tor de las telecomunicaciones constituyen la clave para

el desarrollo futuro de Internet. En el ámbito de laOCDE, por ejemplo, el precio medio del acceso aInternet por líneas arrendadas en países en los queexistían monopolios de telecomunicaciones era en 1995un 44 por ciento más elevado que el aplicado en aqué-llos en los que la infraestructura se suministraba encondiciones de competencia (OCDE, 1996a). La compe-tencia también es importante en el mercado del acceso«por marcación». En realidad, la considerable dispersiónde las tarifas de acceso a Internet (tanto de los provee-dores de infraestructura como de los proveedores deservicios de Internet), que se advierte en el anterior grá-fico 4, refleja en parte el distinto grado de competenciaque existe en los mercados nacionales. En los paísesdonde no hay competencia los costos son, en promedio,más del doble de los aplicados en aquellos en los queésta existe, y la utilización de Internet representa sólo laquinta parte de la que se registra en éstos últimos(OCDE, 1996c).

Aunque es posible que la competencia esté aumen-tando en muchos campos de las telecomunicaciones yde la tecnología de la información, también se tieneconocimiento de un creciente número de fusiones yadquisiciones entre empresas pertenecientes a cada unode estos sectores, o a uno y otro, de manera intersecto-rial. Proveedores de infraestructura, por ejemplo, hancomenzado a suministrar acceso a Internet 15. Estaevolución se atribuye a la convergencia de diferentestipos de tecnologías de infraestructura y de informaciónhacia sistemas más integrados, lo que a su vez conducea que las compañías se integren entre sí, con el propósi-to de aprovechar las correspondientes economías deescala, estar preparadas ante la incertidumbre sobre lademanda futura, adquirir conocimientos técnicos yobtener mayor poder de mercado (Comisión Europea,1997a). Esto puede plantear nuevos problemas a lasautoridades encargadas de proteger las condiciones dela competencia en todos los países.

La demanda está aumentando rápidamente, conun creciente número de usuarios que gozande las ventajas que ofrecen las redes en expansióny las aplicaciones nuevas y perfeccionadas

El desarrollo de Internet parece estar fuertementeimpulsado por la oferta, ya que el rápido progreso téc-nico ha venido reduciendo los costos considerablemente(OCDE, 1997g, página 10). No obstante, tambiéndesempeña un importante papel en la evolución de losservicios de la red la demanda existente. Esta dependedel número de usuarios que desean conectarse aInternet y de la tasa de utilización de ésta. Tal tasa estádeterminada a su vez por el tipo de aplicaciones que seofrecen en la red y por la medida en que se emplea cadauna de ellas. La explosión de la demanda de anchura de

15 Véase en Comisión Europea (1997a) más ejemplos de integración vertical y horizontal.

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banda en los últimos años es consecuencia tanto delincremento del número de usuarios como del aumentode la capacidad necesaria para aplicaciones nuevas ymás perfeccionadas.

Otro factor determinante de la demanda es la exis-tencia de externalidades con respecto a la red (Shy,1995). Las externalidades positivas son las ventajas queobtienen los usuarios existentes de la red debido a laincorporación de un usuario adicional. Cuanto mayor esel número de usuarios, más interesante y útil resulta lared para los anteriores y para los nuevos. Esas externa-lidades explican, por ejemplo, por qué las redes localesestán interesadas en interconectarse.

También es probable que afecte a la demanda futurala congestión de Internet, si ésta fuese frecuente. Quizáslos usuarios estarían dispuestos a pagar una prima porla transmisión de datos de alto valor, si ello les garanti-zase rapidez y fiabilidad. Si, por el contrario, no se abor-dasen los problemas relacionados con la congestión,Internet podría perder algo de ese tráfico en favor deotros instrumentos de transmisión de datos.

La demanda de los servicios de Internet dependede su precio y del precio de los bienes y servicioscomplementarios o que pueden sustituirlos

Los precios vigentes en Internet son importantes parala demanda en general. En la primera época de la red,los servicios eran de hecho gratuitos para la mayoría delos usuarios, ya que éstos gozaban de libre acceso porintermedio de instituciones oficiales o universitarias.Esto está cambiando rápidamente con el crecientenúmero de usuarios privados y comerciales que paganpor el acceso. La demanda privada «por marcación» seve afectada por los costos de las comunicaciones tele-fónicas locales y por las tarifas establecidas por losproveedores de servicios de Internet. Así, tarifas másbajas para las llamadas locales y para el acceso a la redpor intermedio de esos proveedores deberían conducir aun aumento del número de usuarios. Los usuarios co-merciales con líneas «especializadas» también se benefi-ciarían si se fijasen tarifas más bajas para las líneasarrendadas.

La liberalización del mercado de telecomunicacionespuede contribuir mucho a reducir las tarifas medias delsector y estimular de tal manera la demanda de accesoa Internet. No obstante, quizás no conduzca necesaria-mente a corto plazo al establecimiento de precios másbajos para las comunicaciones locales (lo que beneficia-ria a los usuarios «por marcación»). En Europa, porejemplo, los monopolios de telecomunicaciones aducenque antes los gobiernos, que aplicaban políticas de«acceso universal», los obligaban a subvencionar a las

llamadas locales, y que la liberalización los fuerza ahoraa reequilibrar sus precios para reflejar los costos ver-daderos. Asimismo, la liberalización de esos serviciospuede aumentar la competencia en el mercado decomunicaciones de larga distancia e internacionales, yen el de las líneas arrendadas, mucho más que en el delas llamadas locales16. A largo plazo, es probable que lacompetencia en el mercado de las conexiones de redlocal estimule el desarrollo de nuevas tecnologías. Laslíneas de televisión por cable, por ejemplo, ya están encondiciones de cursar datos de Internet, y se ensayará elempleo de las líneas eléctricas con ese fin en el curso de1998.

Los costos totales del acceso a Internet y del empleode la red no sólo comprenden las tarifas de conexión aun proveedor de servicios local y las del uso de la líneatelefónica local. Los usuarios también tienen queadquirir bienes complementarios, es decir, equipo y pro-gramas informáticos, lo que es determinante para lademanda de los servicios de Internet. El acceso a estared exige normalmente el uso de un ordenador perso-nal. Estos son aún costosos, lo que explica en parte porqué su tasa de difusión es en general aún limitada. Noobstante, es probable que una mayor competencia en elsector de la tecnología de la información conduzca anuevos progresos técnicos y nuevas reducciones de pre-cios. Además, se están introduciendo otras tecnologíasque amplían las capacidades de los receptores de tele-visión y de los teléfonos para facilitar el suministro deaplicaciones de Internet.

La demanda de servicios de Internet tambiéndepende del precio de los servicios aptos para sustituir-los. Durante muy largo tiempo, Internet se utilizaba prin-cipalmente para el correo electrónico. Este correo es unsustituto relativamente próximo del teléfono, el fax y losservicios postales. Una vez conectada, la comunicaciónpor correo electrónico es prácticamente gratuita, lo queno ocurre con sus sustitutos. De manera análoga, eléxito del fax por Internet y de la telefonía por Internet sedebe a la diferencia de precio con respecto a sus com-petidores «tradicionales». En igualdad de las demáscondiciones, una reducción de los precios de los servi-cios tradicionales de telefonía, de fax o postalesreduciría el incentivo para utilizar Internet.

B. Los efectos económicos del comercioelectrónico sobre los sectores usuarios

La expansión del comercio electrónico realizado através de Internet no sólo está ligada al progreso de lainfraestructura y al aumento de las oportunidades deacceso. Depende también de la aparición de actividadescomerciales provechosas. Para el mundo empresarial,

16En los Estados Unidos, los precios de las comunicaciones locales se redujeron entre 1992 y 1997, a pesar de que la competencia en los mercados locales es aúnlimitada. No obstante, la presión para elevar tales precios está aumentando. Véase Wall Street Journal, 3 de diciembre de 1997.

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Internet abre posibilidades de mucho mayor alcance quelas tecnologías anteriores de información y comuni-cación. En principio, pueden reunirse en línea todos loscomponentes de la cadena de valor de determinadastransacciones, desde la producción a la distribución.Internet ofrece servicios integrados de fax, correo y(próximamente) teléfono, a un costo relativamente bajo.Permite realizar transacciones, interactivas o no, entredos personas o entre muchas. Por último, puede trans-ferirse por ella información digitalizada de un ordenadora otro a bajo precio (véase también los cuadros 6 y 7 yel gráfico 3). Esto hace de la red un instrumento muyflexible y poderoso de comercio electrónico, a pesar deque su uso comercial sólo ha comenzado unos pocosaños atrás.

Internet reduce los costos de transacción

Dos efectos del comercio electrónico sobre los sec-tores usuarios son los más frecuentemente menciona-dos. El primero se relaciona con las repercusiones sobrelos intermediarios y con los cambios en la cadena desuministros que se establece entre el momento del di-seño de un producto y el de su venta final a un cliente.El segundo se refiere a la estructura del mercado. Amenudo se sostiene que Internet es la «gran nivelado-ra», en cuanto permite a las pequeñas empresasrivalizar con las grandes en igualdad de condiciones, conel consiguiente aumento de la competencia. Ambosefectos son en realidad resultado de la reducción de loscostos de transacción, debida a la mayor rapidez ybaratura de las comunicaciones y de la circulación de lainformación.

Internet permite que las empresas desarrollen ciertasactividades a más bajo costo. La mayor eficiencia sealcanza por una parte en el ámbito interno de lasempresas, el de su organización y gestión (gracias acomunicaciones más rápidas y baratas), y es ademásimpulsada por el aumento de la competencia entre dis-tintos proveedores. Internet también ofrece oportu-nidades para mejorar la calidad de los servicios al per-mitir ajustar más rápidamente la oferta a los cambios dela demanda, acelerar el desarrollo de nuevos productosy la prueba de su aceptación en el mercado, y aumentarla adaptabilidad a las necesidades de clientes determi-nados. Se informa de varios ejemplos notables de losbeneficios que reporta el comercio electrónico porInternet: diversas compañías han introducido con éxitoun sistema de compras basado en esa red y en el IED,con considerables ahorros en el tiempo de tramitaciónde los pedidos y en los costos de abastecimiento (véasetambién el capítulo anterior). El comercio electrónicopor Internet también ha hecho algunos progresos en elsector minorista de productos de alta tecnología, ya queun creciente número de empresas venden tales produc-tos por la red (UIT, 1997a).

El comercio electrónico por Internet puede cambiarla estructura de empresas y sectores

También es probable que Internet afecte a la «dimen-sión vertical» de la empresas. Todo producto es el resul-tado de una combinación de bienes y servicios. Piénsese,por ejemplo, en un libro que se ofrece en una librería:éste es producto de las ideas del autor, del papel en elque ha sido impreso y de los servicios del diseñador dela cubierta, de los especialistas en comercialización, deun editor, de una empresa de transporte y de un comer-ciante minorista. Los proveedores de estos bienes y ser-vicios pueden formar parte de una sola compañía quecontrole toda la cadena situada entre el escritor y el lec-tor, o ser distintas empresas especializadas. La medidaen que los bienes y servicios se producen dentro de unasola empresa es la llamada «dimensión vertical» deésta.

Internet puede afectar a la «dimensión vertical» delas empresas por sus repercusiones sobre los costos delas comunicaciones y de la transmisión de la informa-ción. Las empresas se integran o escinden para adquirirmayor eficiencia (o poder de mercado). La existencia denuevas tecnologías de información y comunicación creanuevas condiciones que mueven a realizar ajustes endiversos sectores. Véase, por ejemplo, el caso de los ser-vicios financieros. Internet facilita el acceso a la infor-mación relativa a los mercados financieros medianteservicios gratuitos en línea. Los corredores de bolsa quesolían ofrecer servicios integrados (es decir, la rea-lización de las operaciones bursátiles y el suministro deinformación al cliente sobre lo que habían de comprar ovender) se encuentran compitiendo actualmente concorredores de bolsa en línea que simplemente efectúanlas operaciones, sin suministrar asesoramiento ni infor-mación. La competencia en línea conduce en este casoa servicios menos diferenciados que compiten sola-mente sobre la base del precio, y no de la calidad delservicio (antes reflejada en el valor de la información,que ya no suministran). El resultado de ello es unadivisión vertical, es decir, la separación entre laprestación de los servicios de información, y las opera-ciones propiamente dichas.

Transformaciones análogas afectan a las agencias deviajes, aunque a veces con un efecto opuesto en lo queatañe a la integración vertical. La venta por Internet debilletes de compañías aéreas es mucho menos onerosaque la venta tradicional efectuada por intermedio deuna agencia de viajes. Por tal razón, las compañías estántratando de prescindir de la intervención de éstas yvender los billetes directamente a los clientes, con loque evitan pagar una comisión. También pueden tratarde hacer las ventas por conducto de agencias en línea,pagando una comisión menor. La difusión de las ventasde billetes en línea, no obstante, está limitada porreglamentaciones que prohíben las reducciones de

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precios. Los clientes de Internet no pueden así obtenerbilletes más baratos. Esto deja a las compañías aéreascon un fuerte incentivo para integrar las ventas en suspropias actividades.

Son de prever profundos cambios en el comerciominorista en general, a medida que Internet facilite larealización de las compras desde el hogar. Una primeraola de «cibercentros comerciales» fue seguida por co-mercios minoristas especializados, que tuvieron máséxito, y más recientemente han aparecido «megatiendas»de productos múltiples (The Economist, 1º de noviembrede 1997). No obstante, sigue habiendo mucha incer-tidumbre en cuanto al tipo de compras por Internet quealcanzará en definitiva el éxito, lo que no es de sorpren-der dada la relativa novedad que representan estasprácticas. La experiencia adquirida hasta el momentodemuestra que las empresas no pueden limitarse acopiar las fórmulas existentes, y que han de concebirnuevos métodos si desean vender por Internet. Esto nosólo se aplica al sector minorista, sino también a empre-sas de muchos otros sectores que están intentandovender en línea mercancías o servicios, previamenteexistentes o nuevos.

Es probable que la difusión de Internet y la constanteexpansión de la información que puede obtenerse enella, modifiquen fundamentalmente el mercado de lainformación. Esto es así porque los consumidores quizásestén dispuestos a pagar una prima por información demayor calidad, y puede haber empresas que se espe-cialicen en reunir y procesar información para los parti-culares o para otras empresas. Podría surgir así unnuevo sector dedicado al tratamiento de la información.

Internet facilita la entrada de nuevos participantesen el mercado, lo que beneficia a las empresaspequeñas y medianas

Varios economistas sostienen que Internet reducirá elgrado de concentración del mercado y aumentará lacompetencia gracias a la fácil entrada de nuevos com-petidores. Esto, se afirma, beneficiará en particular a lasempresas pequeñas y medianas. En primer lugar, el ca-pital necesario para incorporarse al mercado, es decir, elcosto de «instalar una tienda» en Internet, es bajo com-parado con el de los comercios de tipo tradicional. Ensegundo lugar, el costo de adquirir prestigio comercialen el nuevo entorno es también más bajo que en losmercados establecidos, y es posible que una personacon una idea brillante tenga una enorme repercusióncon sólo una limitada inversión inicial. Ejemplos de ellopueden hallarse entre cierto número de minoristas espe-cializados de Internet. No obstante, por cada historia deéxito hay muchos más fracasos, y el costo real deestablecer con éxito un comercio en Internet es proba-blemente superior a lo que generalmente se cree.Asimismo, la entrada al mercado puede estar más

restringida de lo que se pensaba. Una razón de ellopodría ser la falta de competencia en los sectores situa-dos «corriente arriba», que proveen a los comerciantesde Internet. Con respecto al sector de la música, porejemplo, se ha dicho que el control del mercado por unreducido número de compañías puede haber limitado labaja de los precios en la red y, haber restringido asíhasta ahora el crecimiento de las tiendas de discos com-pactos en línea (The Economist, 10 de mayo de 1997).

La demanda del comercio por Internet se veráestimulada por los menores costos de transacción,como los de búsqueda, desplazamiento y entrega,así como por la mayor rapidez de esta última

Resultará afectada por la aparición de Internet lademanda de bienes y servicios suministrados por todoslos medios (electrónicos o no). En primer lugar, esta redpuede reducir los costos de búsqueda en el mercadoque entrañan otros medios electrónicos o tradicionalesde comercio. Por lo general, los consumidores no cuen-tan con una información completa acerca del precio y lacalidad de las mercancías que proyectan adquirir. Elcosto de obtener más información puede ser relativa-mente elevado si es menester realizar múltiples lla-madas telefónicas o revisar distintas publicaciones.Poderosos programas de búsqueda en Internet estánahora en condiciones de ayudar a los clientes a localizarla oferta más económica dentro de una amplia gama deproveedores y en corto tiempo.

Además, los consumidores pueden beneficiarse de lareducción de otros costos de transacción. En principio,cabe distribuir por Internet todos los productos que esposible digitalizar. Esto permite al consumidor efectuarcompras a proveedores situados en cualquier lugar delmundo y recibirlas con costos de transporte práctica-mente nulos. Además, se reduce también el costo queimplica el retardo entre el pedido y la entrega. Como yase ha indicado, los costos del pedido y del pago songeneralmente inferiores en las transacciones porInternet que en la mayoría de los demás medios de co-mercio. Es asimismo probable que varios sectores de ser-vicios se beneficien de menores costos de transacción,ya que el suministro en línea no exige una interaccióndirecta entre comprador y vendedor. Un constructor, porejemplo, no siempre tendrá que viajar para ver a suarquitecto, si le es posible obtener los planos necesariospor conducto de Internet. De la misma manera, el pro-ductor de una mercancía quizás no tenga que reunirsedirectamente con el diseñador de la misma.

Algunos economistas, sin embargo, se han mostradomás escépticos acerca de los posibles ahorros en loscostos de transacción. Los costos de la búsqueda no sonsiempre tan bajos como se afirma. El hallazgo de lainformación apropiada exige cierta pericia que a veceses costoso adquirir. Asimismo, la búsqueda puede llevar

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cierto tiempo, en especial cuando la red está conges-tionada. La utilización de una sola fuente de informa-ción, tal como una sola «máquina (programa) debúsqueda» o un solo agente de viajes en línea, quizásproporcione una información que no sea imparcial.Además, los costos de transacción pueden resultar afec-tados por el hecho de que aún no se han establecido lasnormas y leyes que han de regir el comercio porInternet, cuestión sobre la que volveremos más adelanteen este estudio.

Es posible que algunos sectores también experi-menten considerables aumentos de la demanda causa-dos indirectamente por la expansión de Internet. Lossectores que suministran insumos para esa red, y en par-ticular el de la tecnología de la información, alcanzaránprobablemente cifras de ventas cada vez mayores. Otrosector que podría beneficiarse indirectamente de un cre-ciente comercio electrónico es el de la enseñanza de lainformática.

Los menores costos de transacción fomentarán lacompetencia en los distintos países y en el ámbitointernacional, con lo que se obtendrá una mayordiversidad, más elevados niveles de calidad y/oprecios más bajos

¿Cuál será el probable resultado de los cambios enlas condiciones de la demanda y la oferta que aportaráel comercio electrónico por Internet, y cómo afectaráello en definitiva a los mercados y a los consumidores?Los mayores beneficios consistirán posiblemente en lareducción de los costos en los distintos campos antesexaminados. A su vez, ello fomentará la competenciagracias a que las comunicaciones, la información, lapetición y presentación de ofertas, y la entrada al mer-cado, resultarán más baratos. En ese entorno de cre-ciente competencia, con mercados cada vez más inte-grados, es probable que los proveedores respondanaumentando la diversidad de la oferta, elevando lacalidad y/o reduciendo los precios.

Pero las repercusiones de Internet no se limitarán alos mercados nacionales: también es probable que se

obtengan beneficios para el comercio y la competenciaen el plano internacional. En efecto, Internet facilita lapublicidad y las comparaciones de precios en esteámbito. Los costos de transporte de los productos digi-talizados serán casi nulos, lo que representará una ven-taja mucho mayor cuando éstos reemplacen a los ele-vados costos de una entrega internacional de tipo tradi-cional. Asimismo, gran número de empresas podránestablecer sus centros de producción con mucha mayorindependencia de los lugares en que se encuentren susclientes. Por tales razones, se afirma que serán especial-mente las pequeñas compañías y los países de escasosrecursos los que podrán obtener enormes ventajas delcomercio electrónico por Internet.

Dado que la información y las comunicaciones cons-tituyen insumos de casi todos los procesos de produc-ción y distribución, todos los sectores y mercados resul-tarán afectados de una u otra manera por el desarrollodel comercio electrónico a través de Internet. Noobstante, ha de destacarse que es difícil predecir conconfianza el crecimiento futuro del comercio electrónicoy los efectos que tendrá en los diferentes mercados.Piénsese, por ejemplo, en la predicción de que el sectorminorista cambiará considerablemente. Ello depende dela suposición de que las tendencias actuales se manten-drán. Sin embargo, los consumidores pueden reaccionarde manera muy diferente de lo previsto, y decidir queprefieren la experiencia de comprar en tiendas y centroscomerciales clásicos, al mundo anónimo del ciberespa-cio. Por otro lado, nuevas tecnologías pueden inclusoacelerar el desplazamiento hacia las transacciones enlínea si éstas representan importantes ahorros de tiem-po y dinero, y si Internet infunde a las compras ciertocarácter de «esparcimiento». A pesar de esta incer-tidumbre, cabe prever, y recibir con satisfacción, elaumento de la importancia del comercio electrónico yde Internet en el futuro. Sobre la base de lo explicado,se estudiarán en el próximo capítulo de manera máspormenorizada algunas de las consecuencias cuantitati-vas y cualitativas del creciente desarrollo del comercioelectrónico.

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A. El comercio electrónico en cifras

Durante los últimos decenios, se dedicó considerableatención al empleo del teléfono, el fax, los cajerosautomáticos, las tarjetas de crédito o la televisión parala realización de operaciones comerciales, y aumentó laimportancia económica de tales medios. Aunque éstostuvieron enormes repercusiones sobre los modos decomunicación y de realización de las transacciones, sudifusión fue relativamente gradual, lo que dio tiempo aproductores y consumidores para adaptarse a eseentorno en transformación. Hemos expuesto ya lasrazones por las cuales el empleo de Internet constituyeotro gran paso hacia un comercio electrónico más flexi-ble, rápido y económico. En el capítulo anterior semostraron los considerables beneficios económicos queInternet ofrece, gracias a nuevos modos de desarrollaractividades comerciales y a productos también nuevos,más baratos y mejores. En el presente capítulo exa-minaremos de manera más pormenorizada los aspectoscuantitativo y cualitativo del comercio electrónico enexpansión. A este respecto, ha de recordarse el enormepotencial que existe para el aumento de los usuarios deInternet, según se infiere de las cifras del cuadro 3. Esprobable que el número de líneas telefónicas y co-nexiones celulares alcance en todo el mundo a 1400 mi-llones para el año 2001, y ya hay más de 1000 millonesde receptores de televisión en uso. Todas estas co-nexiones a la infraestructura de telecomunicacionespodrían ser aptas para conectarse con Internet. Es pro-bable que el número de usuarios de esta red se multi-plique por cinco o por seis entre 1996 y 2001, de 60millones a alrededor de 300 millones, conservando aúnun importante potencial para un crecimiento ulterior.

En el análisis cuantitativo del comercio electrónicodeben tenerse en cuenta los problemas de definicióny la insuficiencia de los datos

La evaluación cuantitativa de la importanciaeconómica del «comercio electrónico» exige que sedefina lo que esta expresión abarca. Si se incluyesen lospagos con tarjetas de crédito, el comercio electrónicosería ciertamente ya muy importante. No obstante, laetapa del pago constituye sólo un elemento de lastransacciones comerciales. Otro elemento esencial es laaceptación de una oferta por medio de un canal elec-trónico. Por ello, las estadísticas del comercio electróni-co se basan de ordinario en esas decisiones de comprae informan sobre las ventas realizadas o los ingresosobtenidos gracias a los canales electrónicos. Como ya seha señalado, sólo Internet permite que todos los ele-mentos de muchos tipos de transacciones comercialestengan lugar electrónicamente. Sin embargo, la mayor

parte del comercio electrónico se realiza mediante unacombinación de canales electrónicos (por ejemplo, elteléfono y la televisión, o Internet y el teléfono), o unacombinación con el uso de documentos escritos (conempleo del teléfono y los servicios postales), o bienincluye visitas personales a las tiendas, o la entregamaterial de las mercancías. Así pues, las cifras estadísti-cas de los ingresos procedentes de ventas realizadasmediante ciertos instrumentos de comercio electrónico yotros medios de compra, no siempre reflejan plena-mente la importancia de cada uno de los instrumentospara la transacción comercial en su conjunto.

Otra limitación que presentan los datos relativos alcomercio electrónico es la derivada de la historia aúnbreve de éste y de la naturaleza altamente especulativade todas las predicciones. Por consiguiente, observamosenormes diferencias, tanto en las cifras actuales comoen las previsiones relativas a los diferentes medios decomercio electrónico, y en especial en las referentes aInternet. Por otra parte, la recopilación de los datos seefectúa sobre todo en los Estados Unidos y algunasotras regiones principales, y no se dispone de cifrasrelativas a las transacciones que se realizan a través delas fronteras.

El comercio electrónico por Internet está creciendorápidamente, y quizás alcance dentro de cinco añosal 2 por ciento de todas las transaccionescomerciales en los países industrializados

Una serie de proyecciones relativas al comercio elec-trónico parecen indicar que para 1999 el 13 por cientode todas las «compras» de los consumidores serealizará electrónicamente, y que esta proporción seduplicará, al 26 por ciento, para 2007 (Financial Times,3 de septiembre de 1997, The Economist, 10 de mayode 1997). En particular, se prevé que la participación deInternet en el mercado pasará del 2 por ciento de todaslas ventas electrónicas, que es la proporción actual, aalrededor del 50 por ciento dentro de 10 años. Otroconjunto de proyecciones indica que el teléfono es, conmucho, el instrumento más importante de comercioelectrónico en la actualidad, mientras que Internet, lasredes internas (por ejemplo, las establecidas dentro deuna misma empresa) y el IED, sólo se emplean en el6 por ciento de todas las ventas iniciadas por medioselectrónicos. No obstante, para 2002, el comercio porInternet y por otras redes especiales representará lacuarta parte de todas las ventas electrónicas. Un estudiode Forrester Research reveló que las compañías que yavenden sus productos en Internet siguen realizando másde la mitad de sus ventas por teléfono o por fax. Internetsólo aporta el 15 por ciento de sus ingresos porventas (gráfico 5). Se prevé, sin embargo, que la parte

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IV. La creciente importancia del comercio electrónico

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correspondiente a las ventas en línea aumentará al42 por ciento de la totalidad de las ventas de estascompañías para el año 2000 (Forrester Research, 1997).

En el gráfico 6 se muestra el espectacular crecimien-to del comercio electrónico por Internet previsto para lospróximos cinco años. ActivMedia e IDC (dos compañíasdedicadas a investigaciones sobre Internet) estiman queen 1996 las ventas realizadas a través de Internet entodo el mundo representaron entre 2.000 y 3.000 mi-llones de dólares EE.UU. Esta cifra puede parecer baja,pero debe tenerse en cuenta que sólo unos años atrásesas ventas eran nulas. La estimación de ForresterResearch para las ventas por Internet en los EstadosUnidos en 1997, es de 8000 millones de dólares. Estosólo representa alrededor del 0,1 por ciento de todas lasventas efectuadas en esa economía. Se prevé que en lospróximos cinco años las ventas por Internet se dupli-carán cada año. ActivMedia e IDC prevén para el año2001 ventas mundiales de 200.000 a 300.000 millonesde dólares EE.UU. Forrester Research estima que el co-mercio por Internet en los Estados Unidos alcanzará a327.000 millones de dólares para 2002. Esto significaque el 2,3 por ciento de todas las ventas que seconcierten en ese país se realizarán por Internet (cuadro8). También ha de señalarse que estas cifras subestimanla importancia de esa red: la mitad de los usuarios deInternet de los Estados Unidos y el Canadá basan susdecisiones de compra en información recibida a travésde la misma, pero hasta ahora sólo el 14 por ciento deellos realizan las operaciones por esa vía.

Los Estados Unidos dominan en el comerciopor Internet, pero otras regiones están reduciendolas distancias

Es también de interés examinar la distribuciónregional de las actividades en Internet. Alrededor del

70 por ciento de los sitios web de Internet se encuentranen los Estados Unidos; según se informa, otro 8 por cien-to corresponde al Canadá, el 14 por ciento a Europa, el4 por ciento a Asia y el Pacífico y el 2,3 por ciento aAmérica Latina y África. No obstante, es probable queEuropa, Asia y las demás regiones del mundo acortendistancias, en cuanto a sitios y usuarios de Internet, enlos próximos años. En el gráfico 7 puede verse queÁfrica, Asia y América Latina han comunicado las máselevadas tasas de crecimiento para el período compren-dido entre 1993 y 1996, y se prevé que todas lasregiones distintas de los Estados Unidos aumentarán suparticipación en el mercado durante los próximos 3 ó4 años (gráfico 8). Así, por ejemplo, es probable que lasparticipaciones de los usuarios de Internet perte-necientes a Europa y a Asia lleguen al 25 y al 15 porciento del total mundial, respectivamente, para el año2000 (UIT, 1997a).

Los ingresos generados por Internet están aún másconcentrados, en términos regionales, que el número desitios web. En 1996/97 se generó en los Estados Unidosmás del 85 por ciento de la cifra de tales ingresos co-rrespondiente al mundo entero, mientras que la propor-ción de usuarios estadounidenses sólo representaba el62 por ciento (ActivMedia, 1997). Para 2001, sin embar-go, la proporción de ingresos generados por la web co-rrespondiente a Europa se habrá duplicado amplia-mente, de alrededor del 5 por ciento actual, a más del10 por ciento de las ventas totales en línea (IDC, 1997).

El comercio electrónico en línea está ejerciendo graninfluencia en el comercio entre empresas, acelerandolas transacciones y reduciendo los costos

El comercio electrónico e Internet tendrán impor-tantes repercusiones sobre distintos sectores económi-cos y sobre distintos participantes en el campo de laeconomía. Se estima que la mayor parte del crecimien-to de Internet tendrá lugar en las operaciones entreempresas. En particular, se prevé que el IED, con pasare-las a Internet, se desarrollará con rapidez, y que eltotal de los ingresos procedentes de ese sistema (de sólo200 millones de dólares en 1996), puede llegar a más de60.000 millones de dólares en 2000, pues las empresasaprovecharán las reducciones de costos y las gananciasde productividad que el mismo ofrece. Los ingresosprocedentes de las ventas en línea a los particularespueden llegar a 50.000 millones de dólares EE.UU., oalrededor de la quinta parte del total de las ventas enlínea, de 200.000 a 300.000 millones de dólares,pronosticado para 2001. No obstante, las diferenciasentre las estimaciones de los distintos institutos de inves-tigación son enormes. Si se supone realista la cifra de50.000 millones de dólares, ello representaría el 75 porciento de las ventas por catálogo realizadas en losEstados Unidos en 1996 y del 2 al 3 por ciento de lasventas estadounidenses al por menor correspondientes a

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Cuadro 8: Previsiones de los ingresos procedentes del comercio por Internet en los Estados Unidos, por sectores, para 2002

Ventas por Interneten 2002 (Prev.)

En miles En porcentajede millones de las ventasde dólares totales de la

economía,por sector

Total 327 2,3

Sector manufacturero 116 2,3

Comercio mayorista y minorista 168 3,1

Servicios públicos 10 1,8

Otros servicios 33 1,3

Fuente: Forrester Research Inc., 1997.

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1997 (OCDE Observer, 1997). Las expectativas relativasa la difusión del comercio por Internet son elevadas, yhasta el 70 por ciento de los minoristas de los EstadosUnidos y el Reino Unido esperan recibir pedidos gene-rados por sus páginas web para 1999.

Es probable que Internet estimule el desarrollo delos servicios de telecomunicaciones, de la tecnologíade la información y de muchos otros sectores deservicios

El valor añadido por intermedio de Internet es uninteresante indicador de la creciente importanciaeconómica del comercio electrónico. En 1996, ese valorrepresentó probablemente en los Estados Unidosalrededor de 10.000 millones de dólares, o el 0,1 porciento del PIB. Para 2000, Forrester Research prevé queel valor añadido mediante los servicios de acceso einfraestructura de Internet, los servicios financieros enlínea y otros servicios suministrados por conducto de lared puede llegar a 100.000 millones de dólares EE.UU.,o alrededor del 1 por ciento del PIB del país. Estosignifica que en unos pocos años Internet se convertiráen un importante sector económico por sí misma.

Hemos señalado ya la probabilidad de que la evolu-ción de Internet y el crecimiento del comercio electróni-co tengan efectos particularmente importantes en lossectores de las telecomunicaciones y de la tecnología dela información, así como en varios otros sectores de ser-vicios cuyas transacciones puedan realizarse por esared. En realidad, es probable que el comercio electróni-co influya fuertemente sobre el 25 o el 30 por ciento dela actividad económica de los países industrializados.Esta es la proporción combinada del valor añadido delos sectores del comercio mayorista y minorista, los ser-vicios financieros y los servicios empresariales (excluidoel sector inmobiliario), los servicios educativos, re-creativos y culturales y los sectores de esparcimiento depaíses tales como el Canadá, los Países Bajos, Suecia olos Estados Unidos. También son de prever transforma-ciones en las prácticas empresariales y en las pautas decomunicación de otros sectores, como el de la industriamanufacturera.

Si bien se carece de datos sobre la influencia delcomercio electrónico en el crecimiento, hay algunasfuentes en las que se examina la importancia cada vezmayor de las tecnologías de la información y de lascomunicaciones y su contribución al crecimientoeconómico. En el Japón, se estima que la participaciónde las nuevas tecnologías de la información y las comu-nicaciones en el PIB aumentará de menos del 1 porciento en 1993 a alrededor del 2,5 por ciento en 2010.En lo que se refiere a la Unión Europea, se prevé que lacontribución acumulativa de la nueva economía de lainformación al crecimiento alcanzará del 3 al 7 por cien-to del PIB entre 1993 y 2008 (OCDE, 1997h). De hecho,

el sector de las comunicaciones (que abarca gran partede las actividades relacionadas con el comercio elec-trónico) ha experimentado los mayores aumentos deproductividad que se hayan registrado en cualquier sec-tor durante los últimos 20 años. En la OCDE, el cre-cimiento de la productividad de ese sector alcanzó enpromedio el 4,6 por ciento anual durante el período1977-1993. Esta cifra debe compararse con un aumen-to anual de la productividad de sólo el 0,8 por ciento enel conjunto de la economía.

El valor añadido creado mediante el comercio elec-trónico e Internet, y los efectos indirectos sobre otrossectores, generarán probablemente muchas nuevasfuentes de trabajo. Los sectores de infraestructura y detecnología de la información que permiten a empresas yparticulares el acceso a Internet necesitarán progra-madores informáticos y productores de sitios web,proveedores de servicios de Internet, y otro personalpara atender a los usuarios en un entorno en rápidatransformación. En los Estados Unidos, el número deempleos relacionados con Internet alcanzaba a casi400.000 en el primer trimestre de 1997 (OCDE, 1997j).Además, están apareciendo nuevos sectores, tales comoel de la edición en línea, y cabe suponer que otros yaexistentes, como el de los servicios financieros o el deesparcimiento, verán estimuladas sus actividades gra-cias a las reducciones de precios favorecidas porInternet.

No obstante, el aumento del empleo puede no pro-ducirse en todos los sectores económicos por igual, y yahemos indicado la probabilidad de que algunos sectoresse transformen radicalmente. Los establecimientosminoristas o mayoristas tradicionales, con distintos tiposde vendedores o agentes de ventas pueden dejar pasoa una nueva generación de intermediarios en el comer-cio electrónico. Están apareciendo las llamadas «empre-sas plataforma» como intermediarias entre productoresy compradores. Estas se ocupan del establecimiento deuna página web, de la publicidad, de la suscripción a unsistema de pagos seguro y fiable y de la organización dela entrega de las compras. Asimismo, ayudan en labúsqueda de asociados comerciales, proporcionan uninterfaz normalizado para una más fácil comunicación, ycolaboran en el logro de acuerdos sobre los precios(Kokuryo y Takeda, 1995). También es probable que seproduzcan algunos cambios en la estructura orgánica delas compañías. Podrían desaparecer ciertos puestos detrabajo administrativo en los que se desarrollan tareasde contabilidad, compras, administración de personal ycomunicaciones internas, a medida que Internet permi-ta su automatización o la contratación de algunos deestos servicios fuera de las empresas.

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B. El comercio electrónico y los sectoresde las telecomunicaciones y la tecnologíade la información

Serán menester considerables inversiones en nuevasinfraestructuras y el mejoramiento de las existentespara atender al crecimiento futuro del comercioelectrónico

La creciente demanda de acceso a las redes de tele-comunicaciones y de empleo del comercio electrónicoestimulará las actividades de los sectores de la tec-nología de la información y de las telecomunicaciones.El aumento del número de líneas telefónicas y deabonados a los servicios celulares, así como laampliación de la red de televisión por cable previstapara el futuro próximo, exigirán grandes inversiones eninfraestructura, tanto en los países industrializadoscomo en los países en desarrollo. La actual difusión delteléfono y la televisión en los países industrializadospermite apreciar la enorme demanda latente deinfraestructura que hay en el mundo en desarrollo.Además de las inversiones en nueva infraestructura, seintroducirán en el futuro mejoras en gran parte de lasredes existentes. A medida que las aplicaciones se tor-nen más complejas y perfeccionadas, aumentará la can-tidad de datos que se transmitirán, al igual que lasnecesidades de anchura de banda para las distintaslíneas y para el conjunto de la red. Una gran proporciónde las líneas telefónicas, por ejemplo, son de cobre y seemplean para transmitir datos en forma analógica. Conel tiempo, éstas tendrán que reemplazarse por líneasdigitales y cables de fibra óptica. Estos últimos tienenuna anchura de banda mucho mayor que los de cobre:por un cable de fibra óptica del diámetro de un cabellopuede transmitirse un número del Wall Street Journal enun segundo.

Es probable que se hagan considerables nuevasinversiones en redes de satélite de órbita alta y de órbi-ta baja que permitirán establecer conexiones inalámbri-cas para la telefonía y para Internet17. En las zonas ais-ladas o de escasos recursos, en particular, puede resul-tar conveniente conectarse con la infraestructura detelecomunicaciones utilizando satélites en lugar decables. Las redes de cable deben tener un gran númerode abonados para ser económicas, y su instalación llevaaños. Para una conexión por satélite, las inversiones ini-ciales pueden limitarse al establecimiento de unaestación de base y de una unidad de conmutación ycontrol, y es posible obtener el acceso en unos pocosmeses (Zhang y De Dante, 1997; Kohn, 1997). Lospaíses en desarrollo quizá vean con particular interés la

nueva tecnología de satélite, ya que les permite alcanzar«de un salto» la nueva «era de la información»,prescindiendo de la etapa del cobre y de otras redes decable (Primo Braga, 1997).

El rápido crecimiento del comercio electrónicoe Internet estimulará la demanda de equipo,programas informáticos y servicios conexos

El acceso a las comunicaciones y al comercio elec-trónicos exige contar con equipo, programas informáti-cos, y una rampa de conexión a la infraestructura detelecomunicaciones. Esto es relativamente simple y pococostoso cuando se trata del teléfono, el fax o la tele-visión. No obstante, el acceso a Internet aún exige unequipo más complejo, que comprende un ordenadorpersonal, un módem, programas especiales y un provee-dor de servicios de la red. Si ésta crece tan rápidamentecomo se prevé, la necesidad de tales elementos consti-tuirá un estímulo considerable para el sector de la tec-nología de la información. En realidad, ya existe todo unsector especializado en producir equipos y programas,asesorar a los usuarios, mantener el equipo de éstos ycrear sitios Internet. A medida que aumente el númerode ordenadores personales, que se estima que casi lle-gará a duplicarse, de 245 millones en 1996 a 400 mi-llones en 2001, y que muchos de los ordenadores exis-tentes se tornen anticuados, habrá que aprovisionar aun enorme mercado.

La búsqueda de un acceso más económico a Internetya se ha iniciado. Como se ha señalado antes, debido alprogreso tecnológico, el futuro acceso en gran escala aInternet quizás no dependa de los ordenadores perso-nales. Es concebible que, para ese fin, éstos sean reem-plazados dentro de unos pocos años por un equipopoco costoso conectado con un receptor de televisión yque emplee líneas de televisión por cable de grancapacidad. Otra posibilidad consiste en que, en el futuro,proporcione un acceso asequible en gran escala aInternet un aparato simple, cuyas funciones, de empleode la red y de tratamiento de textos, fuesen suficientespara las necesidades de la mayoría de las personas enese terreno.

Una creciente proporción del comercio en equiposy servicios relacionados con Internet se realizaráelectrónicamente

Se prevé que las ventas de equipos y servicios desti-nados a obtener acceso a Internet experimentarán unfuerte aumento a medida que se expanda el comercioelectrónico. Además, es probable que una proporción

17Los satélites de órbita alta son sobre todo útiles para la transmisión no interactiva de textos e imágenes, ya que la distancia entre el satélite y los usuarios introduceun retardo en la transmisión de las señales. Esto los hace menos apropiados para la comunicación interactiva. Aunque las señales viajan a la velocidad de la luz, lleva0,2 segundos salvar una distancia combinada de 60 mil kilómetros entre el emisor de una señal, el satélite y el receptor. Esto puede ser bastante molesto, por ejemploen una conversación telefónica. Los satélites de órbita baja son más útiles para las comunicaciones vocales porque los retardos en la transmisión del sonido son menores,pero la tecnología aún está en evolución.

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creciente de las transacciones de estos sectores se rea-licen electrónicamente, ya que son muy apropiadas paraese modo de comercio. Hemos señalado ya que losordenadores y los programas informáticos se encargancada vez más en línea, y que éstos últimos pueden sertelecargados (entregados) a través de Internet. Tambiénpueden obtenerse por Internet servicios destinados acrear sitios web y sistemas de comunicación, así comoservicios de atención al cliente, tales como la asistenciade instalación, o la reparación de averías. En el cuadro 9puede apreciarse el rápido crecimiento de los gastos enlínea para la adquisición de equipos y servicios. Segúnlas previsiones de Forrester Research, el total correspon-diente a la adquisición de equipos, programas y serviciosaumentará de 4.000 millones de dólares EE.UU. en1996 a casi 30.000 millones en 2000. Se prevé asimis-mo que los gastos de acceso a Internet, es decir, lastasas percibidas por los proveedores de servicios de lared, aumentarán de 4.200 millones de dólares en 1996a más de 33.000 millones en 2000. Se estima que losgastos de los consumidores para el acceso a Internet sequintuplicarán, mientras que los de las empresas semultiplicarán por 20. Esto está en armonía con el fuertecrecimiento previsto para el comercio electrónico entreempresas realizado por conducto de Internet.

C. El comercio electrónico y susrepercusiones sobre los sectores usuarios

El comercio electrónico transformará el comercioentre empresas y las actividades de venta al pormenor

El rápido crecimiento del comercio electrónico en elsector empresarial no sólo se refleja en los gastos enequipos relacionados con Internet y en el acceso a estared, sino también en las transacciones entre compañías.Forrester Research prevé que este tipo de comercio elec-trónico se incrementará hasta centuplicarse, de 600 mil-lones de dólares EE.UU. en 1996 a 66.500 millones en2000 (cuadro 9), a medida que las compañías encuen-tren rentable, por ejemplo, la adquisición de suministrosen línea.

Se ha señalado ya la probabilidad de que el comercioelectrónico tenga fuertes repercusiones en el sectorminorista, con la aparición de nuevos tipos de tiendasen línea, «cibertiendas» o «tiendas virtuales».Vendedores en línea de flores, libros, automóviles,grabaciones musicales, ordenadores o programas infor-máticos, o incluso de productos comestibles, se estánintroduciendo ya en cierta medida en el espacio antes

Cuadro 9: Ingresos generados por Internet en los Estados Unidos, por sectores, en 1996, y previsiones para 2000

1996 2000 (Prev.)Millones de dólares Porcentaje Millones de dólares Porcentaje

Equipos y servicios relacionadoscon el acceso a Internet 4.010 27,0 29.510 15,0

Equipos 2.840 19.820Programas informáticos 270 5.540Servicios 900 4.150

Acceso a Internet 4.230 20,5 33.130 17,0Particulares 3.460 17.350Empresas 770 15.780

Comercio entre empresas 600 4,0 66.470 34,0

Comercio minorista 530 3,6 7.170 3,5

Servicios financieros 240 1,6 22.580 11,5Comisiones por operaciones en línea relativas

a valores o a fondos comunes de inversión 220 3.090Contratación de seguros en línea 0 18.630Comisiones bancarias por operaciones en línea

de los particulares 20 860

Contenido (diversos servicios) 5.240 35,3 37.280 19,0Particulares 80 4.800Empresas 5.160 32.480

Total de la economía de Internetde los Estados Unidos 14.850 100,0 196.140 100,0

Fuente: Forrester Research Inc., 1997.

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reservado al comercio minorista tradicional, gracias a laespecialización en determinados artículos o líneas deproductos18. Las librerías en línea atraen clientes ofre-ciendo un conjunto de servicios relacionados con loslibros, que comprenden críticas y comentarios sobreéstos, así como grupos de debate. La venta electrónicade libros y otros productos también permite percibirfácilmente las pautas de compra, y los vendedorespueden orientar su publicidad e información a losclientes según las preferencias que éstos hayandemostrado. Las previsiones sobre la venta en línea deproductos especialmente adaptados al adquirente sonparticularmente optimistas. Los minoristas «corrientes»deben vender mercancías producidas en serie. ConInternet, la oferta de productos adaptados al cliente aprecios asequibles puede extenderse a los sectores delvestido, el automóvil o el mobiliario. En la actualidadmuchas mercancías destinadas a personas con interesesespeciales (por ejemplo, ciertas aficiones), sólo seencuentran en tiendas especializadas. Internet puedeampliar considerablemente la esfera de los vendedoresy compradores de tales productos. Se prevé por tantoque el comercio al por menor especializado por Internetalcanzará considerable éxito: es posible que para el año2000, el 8 por ciento de los libros se compren en línea,y alrededor del 25 por ciento de todas las compras deautomóviles se decidan gracias a información sumi-nistrada por Internet (The Economist, 10 de mayo de1997).

A pesar del éxito de algunos minoristas especializa-dos, gran número de «tiendas» y «centros comerciales»en línea han luchado en el pasado con problemas debaja rentabilidad. Se están haciendo nuevos intentos decaptar una mayor proporción del mercado minoristamediante las llamadas «megatiendas» (The Economist,1º de noviembre de 1997). Estas ofrecen las posibili-dades de elección de un centro comercial entero, conhasta un millón de artículos, que abarcan el 95 por cien-to de las necesidades de compras al por menor delpúblico, en un mismo sitio web. Al mismo tiempo, estánapareciendo sitios web especializados en la búsquedadel automóvil, el billete aéreo, etc., que resulte másbarato. Estos sitios operan sin existencias, ya que se li-mitan a asignar los pedidos de los clientes a la ofertamás barata recibida. Sean pequeñas y especializadas,megatiendas, o simples centros de búsqueda de lasofertas más económicas en la red, las «tiendas Internet»tienen la esperanza de florecer gracias a los menorescostos de almacenamiento, la más rápida rotación delas mercancías, el aprovisionamiento más barato y unamejor información sobre el mercado. Algunos minoristasde Internet ofrecen servicios adicionales, tales como laentrega a domicilio. No obstante, se prevé que las ven-tas al por menor seguirán en gran medida en manos de

los comercios tradicionales (de acceso personal o elec-trónico): Forrester Research predice que el comercio alpor menor en línea destinado a los consumidores repre-sentará en los Estados Unidos sólo 7.200 millones dedólares para el año 2000.

Es difícil prever con precisión cual será el efecto deInternet sobre las ventas por catálogo. Por una parte,los catálogos constituyen un medio superior de pre-sentación, y las compañías que se dedican a tales ven-tas pueden ver facilitada su publicidad y recepción depedidos mediante el establecimiento de un sitio web.Los catálogos e Internet quizás se complementen en talcaso entre sí. Por otro lado, es posible que gran partede las actividades de ese sector se transfieran aInternet.

Es probable que el comercio por Internet deproductos que pueden entregarse electrónicamenteexperimente un gran crecimiento

Se pronostica un brillante futuro para los productosque pueden entregarse por vía electrónica. Lo que semenciona con más frecuencia a este respecto es laventa en línea y telecarga de programas informáticos. Enel gráfico 3 pueden apreciarse los considerables ahorrosde costos que permite la realización electrónica de talesoperaciones. Es probable que la competencia obligue alos vendedores a trasladar estos ahorros a los consumi-dores, quienes también obtendrán entregas mucho másrápidas. En realidad, los programas de ordenador ocu-pan el primer puesto entre todos los bienes y serviciosque son objeto de comercio al por menor en Internet(E-land, 1997). Otros sectores que ofrecen posibilidadespara la distribución en línea son los de edición deboletines, periódicos y revistas. Es posible también quepronto se puedan telecargar directamente en el propioordenador o sistema multimedios del hogar, graba-ciones musicales y películas (que ya han comenzado avenderse en línea pero se entregan de la manera tradi-cional). Las ventas de música en línea podrán alcanzar a500 millones de dólares EE.UU. para 2000.

Se multiplicarán en Internet los servicios financierosy los servicios de telecomunicaciones

También es probable que el comercio electrónicotransforme varios otros sectores de servicios. Se prevéque las repercusiones más intensas se registrarán en losservicios financieros y de telecomunicaciones. Muchosbancos afirman ya que la mayoría de sus operaciones sellevan a cabo electrónicamente, sin la presencia de unempleado ante el cliente, y las operaciones electrónicasde bolsa y de cambios o las liquidaciones electrónicas depagos son ya habituales. Se pronostica que aumentará

18No obstante, el sector minorista no debe considerar a Internet sólo como una nueva competidora, ya que puede beneficiarse con el empleo de ese medio y aumentarla productividad con su auxilio. La información relativa a los clientes que genere Internet podrá facilitar la previsión de la demanda. La prestación por Internet del servi-cio a los clientes puede contribuir a que tanto los minoristas tradicionales como los minoristas en línea mejoren tal servicio, así como las relaciones con la clientela.

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rápidamente la realización en línea de operaciones ban-carias, de correduría de valores y de seguros. Así, porejemplo, se prevé que la administración de activos porInternet se cuadruplicará entre 1996 y 2000, para llegara 474 mil millones de dólares, ya que es probable quealgunos de los agentes tradicionales sean reemplazadospor corredores en línea que operen en acciones, obliga-ciones y diversos seguros. Las estimaciones del valor aña-dido en línea en este sector varían considerablemente,pero según las proyecciones de Forrester Research, lascomisiones por las operaciones en valores, las opera-ciones bancarias y la contratación de seguros rebasa-rán los 22.000 millones de dólares para el año 2000(cuadro 9).

Los ahorros de costos posibles en el sector de los ser-vicios financieros son enormes: mientras que el costoadministrativo (marginal) de la compensación de uncheque asciende en promedio a 1,20 dólares EE.UU. y elde un pago con una tarjeta de débito o de crédito es de0,40 a 0,60 dólares, los costos de transacción de unpago por Internet pueden ser de sólo 1 centavo. Se haindicado ya que los costos de establecimiento de un sitioInternet son normalmente muy inferiores a los que exigeuna sucursal completa de atención al público. El costototal de una operación por Internet (0,13 dólares EE.UU.)representa sólo la mitad del de una operación bancariabasada en ordenadores personales y un octavo del deuna operación en ventanilla. Con esos ahorros quepueden ofrecer las actividades bancarias por Internet, esprobable que la competencia entre los bancos por losclientes aumente considerablemente, para beneficio deéstos últimos, ya que muchos servicios, como los de lascuentas de cheques o los préstamos, son muy sensiblesa los precios. Además, Internet permite una fácil com-paración entre los proveedores (Dahl y Lesnick, 1995).Como ya se ha señalado, el comercio electrónico porInternet puede modificar la estructura de segmentosenteros del mercado, por ejemplo, la de los servicios decorreduría.

Se prevé que casi todas las instituciones financierascontarán para el año 2000 con un sitio web que ofrezcaservicios básicos, y el 42 por ciento proyectan prestar porInternet servicios más amplios, tales como el pago defacturas o la información de los saldos (Booz, Allen yHamilton, 1997a). También es probable que la demandade servicios bancarios en línea aumente con rapidez. En1997, sólo el 1 por ciento de los hogares de EstadosUnidos participaron en operaciones bancarias porInternet. Se estima que para el año 2000 esta proporcióncrecerá al 16 por ciento de los hogares, que reportaránel 30 por ciento de los beneficios a los bancos (Booz,Allen y Hamilton, 1997a).

En el sector de las telecomunicaciones, los servicios decorreo por Internet consituyen un medio ya consagrado.Además, con los progresos de la tecnología, la telefoníay el fax por Internet también están comenzando a com-petir con los proveedores de servicios establecidos, enparticular con los monopolios oficiales. La calidad de losservicios telefónicos por Internet ya se considera supe-rior a la de los servicios celulares y su costo es muy infe-rior. Beltz (1997) estima que las comunicaciones vocalespodrían representar en 1997 el 20 por ciento del tráficopor Internet de las empresas estadounidenses. Para2001, 2.000 millones de dólares, o el 4 por ciento deltotal de los ingresos por la telefonía vocal de larga dis-tancia de los Estados Unidos, podrían proceder de latelefonía por Internet. Las tarifas de ésta última podríandescender a un centavo por minuto para ciertas llamadasnacionales y a 10 centavos por minuto para las llamadasinternacionales. También es probable que los fax porInternet cuesten sólo una fracción de los fax corrientes.La telefonía y el fax por Internet son menos costososdebido a que los proveedores pueden arrendar líneas «alpor mayor» y a que la «conmutación de paquetes» lespermite utilizar la anchura de banda con una eficienciade 3 a 4 veces mayor que la telefonía tradicional 19.Teniendo en cuenta el reto que ello representa, el Japónha liberalizado el suministro de los servicios por Internet,y en Alemania, Deutsche Telecom está realizandoensayos del empleo de ese medio (Beltz, 1997).

Se optará cada vez más por la red para hacerpublicidad y prestar servicios del sector viajes, de lossectores profesionales y de la administración pública

También se prevé que la publicidad por Internet cre-cerá rápidamente en los próximos años, dado que elalcance de cada anuncio en ella es en principio ilimitado.Los ingresos de la publicidad por Internet se decupli-caron de 1995 a 1996, pasando de menos de 20 mi-llones de dólares EE.UU. a 150-200 millones de dólares.Muchas compañías que ofrecen publicidad por Internetson rentables (Activmedia, 1997). No obstante, el papelde Internet en la publicidad tiene que verse en perspec-tiva: para el año 2000, las tres cuartas partes de los gas-tos de publicidad seguirán correspondiendo a la tele-visión, los medios de comunicación social impresos y elcorreo directo, mientras que la proporción de Internetserá del 2 por ciento. Dado que la pantalla del ordenadores un medio de presentación de peor calidad que elpapel o la televisión, los expertos en la materia predicenque la publicidad por Internet deberá tener, para atraer alos clientes, un mayor contenido de información que larealizada por otros medios.

La publicidad por la web nunca reemplazará a la pu-blicidad por televisión dirigida al público en general ni a

19Como ya se ha indicado, los mensajes por Internet se transmiten en forma de paquetes de información. Esto permite a Internet operar incluso cuando la infraestruc-tura está sobrecargada (a diferencia de una línea telefónica, que se encuentra simplemente ocupada), pero puede originar pequeños (aunque perceptibles) retardoscuando los paquetes circulan más lentamente por la red.

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la publicidad dirigida a personas determinadas, peropuede captar gran parte del segmento del mercadosituado entre una y otra. En la actualidad, grupos desti-natarios de tamaño mediano, de quizás algunos miles depersonas, reciben publicidad por correo que es relativa-mente costosa y a menudo no está orientada con acierto.La publicidad por Internet reducirá los costos y, si fueseposible obtener una información apropiada acerca de losperfiles de los clientes, permitirá orientar mejor las cam-pañas.

Los ingresos por publicidad forman parte de los ingre-sos por servicios que, según las previsiones de ForresterResearch, alcanzarán a casi 40.000 millones de dólaresEE.UU. para el año 2000 (cuadro 9). Entre los demás sec-tores de servicios que pueden generar ingresos en línea secuentan, por ejemplo, los de noticias e información (comola recuperación de información de bancos de datos, y losservicios telegráficos en línea), de educación, médicos,jurídicos (por ejemplo, servicios de asesoramiento, o rela-cionados con diferencias derivadas del comercio elec-trónico), de arquitectura, de contabilidad y diversos servi-cios de esparcimiento.

Se prevé que los servicios médicos y de educación enlínea adquirirán gran importancia. El dictado de clases yel suministro de material didáctico por Internet podría uti-lizarse en la educación pública y profesional, tanto en lospaíses industrializados como en los países en desarrollo.La telemedicina y la medicina por Internet permitirán el

telediagnóstico, la televigilancia y la atención depacientes ambulatorios. Se prevé que los diagnósticoselectrónicos, la facturación electrónica y los cuidados pre-ventivos en línea reducirán los costos sanitarios y lanecesidad de que los pacientes se desplacen. La UE esti-ma que los ahorros aportados por la medicina electróni-ca podrían alcanzar del 5 al 10 por ciento de los pre-supuestos sanitarios (OCDE, 1997h).

Ya hemos señalado que los servicios de agencias deviajes y de esparcimiento en línea tienen, según se estima,considerables perspectivas de crecimiento. Las compañíasaéreas y los hoteles ven grandes posibilidades de reducirlas costosas comisiones de las agencias de viajes mediantelas reservas directas por Internet, y de trasladar los ahorrosresultantes a los consumidores en forma de tarifas redu-cidas de viaje y alojamiento. Forrester Research predice queel valor de las reservas en línea de billetes aumentará enlos Estados Unidos de alrededor de 500 millones dedólares en 1997 a 8.000 millones en 2001, y en el ReinoUnido, de 2 millones de dólares a 1.500 millones.

La adquisición en línea de servicios de esparcimientotambién es objeto de considerable atención. Entre ellosfiguran en lugar destacado los videojuegos, las apuestaso la música. Las apuestas en casinos «virtuales», quequizás ascienden a varios centenares de millones dedólares, han captado la atención de los casinos «reales»competidores y de las autoridades de reglamentación.Hasta ahora, sin embargo, los gastos de esparcimiento en

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línea de 7 dólares de Estados Unidos por año por usuariode Internet son mínimos comparados con los gastos en elvídeo doméstico, los libros y la televisión (gráfico 9).

Otro sector que ha recibido hasta ahora muy pocaatención en este contexto es el de las entregas. Si losconsumidores y las empresas hacen cada vez más pedi-dos por vía electrónica que exigen una entrega mate-rial, pueden ampliarse las oportunidades para los servi-cios de entrega. Es probable que tal crecimiento com-pense con creces la eventual reducción de actividadesde ese sector derivada de la entrega electrónica de cier-tas mercancías. Servicios eficientes y baratos de entregapueden ser esenciales para el pleno desarrollo delcomercio electrónico en este campo.

En último término, aunque no es lo menos impor-tante, ha de examinarse brevemente la transformacióndel papel del Estado como proveedor de bienes y servi-cios. El Estado puede probablemente realizar ahorrosconsiderables llevando a cabo las licitaciones y la con-tratación pública por vía electrónica, suministrando ser-vicios en línea, percibiendo electrónicamente losimpuestos o efectuando el despacho de aduanas por elmismo medio. Estos ahorros pueden trasladarse a con-sumidores y contribuyentes mediante la reducción deimpuestos y tasas. Además, podría aumentar la trans-parencia del sector público y cumplirse más satisfacto-riamente el deber de éste de mantener informada a lapoblación, mediante una mejor publicación y difusión delos datos oficiales, así como mediante una contrataciónpública más abierta20. Por otra parte, podrían favore-cerse los objetivos oficiales de diversidad cultural y dedesarrollo rural y regional gracias al bajo costo de lainformación en Internet y al fácil acceso a ella.

D. El intercambio internacional y el comercioelectronico

El comercio electrónico por Internet y la entregaelectrónica de muchos productos facilitaráel intercambio internacional

Diversas razones conducen a pensar que el intercam-bio internacional se verá estimulado por el comercioelectrónico, y en particular por Internet. El teléfono y elfax permiten ya comunicaciones mucho más rápidasentre los interlocutores comerciales a través de las fron-teras. Internet facilita aún más el comercio al hacer lascomunicaciones todavía más rápidas y baratas. Además,

existe una variedad de productos que pueden transmi-tirse electrónicamente, lo cual, como ya se ha indicado,ahorra tiempo y costos de expedición. Cabe prever portanto un crecimiento particularmente marcado del co-mercio internacional de bienes y servicios susceptiblesde ser digitalizados. Los productos del sector informático,como los programas o los servicios a los clientes,pueden suministrarse en línea tan fácilmente de un paísa otro como dentro de un mismo país. También ofrecegrandes posibilidades el comercio internacional de ser-vicios de esparcimiento, tales como juegos, vídeos ymúsica. Las instituciones financieras ven amplias opor-tunidades para el suministro de sus servicios en elámbito internacional por conducto de Internet: el 60 porciento de los bancos no estadounidenses tienen elpropósito de extender sus actividades en el plano inter-nacional mediante la prestación de servicios en Internet.Es sorprendente, sin embargo, que en el caso de losbancos de los Estados Unidos esta proporción es sólodel 18 por ciento (Booz, Allen y Hamilton, 1997b).

Por otra parte, el comercio electrónico e Internetpodrían impulsar el comercio internacional de una ma-nera más indirecta, facilitando las operaciones comer-ciales y la administración de aduanas (véase el recuadro2). De hecho, se estima que los gastos generales delcomercio internacional ascendieron en 1996 a alrede-dor de 350.000 millones de dólares EE.UU., o el 7 porciento del valor de ese intercambio. En algunos casos,para la realización de transacciones internacionales senecesitan 100 documentos y la intervención de 20 orga-nizaciones diferentes. Los ahorros resultantes de untratamiento de datos más eficiente podrían llegar a100.000 millones de dólares EE.UU. (UIT, 1997a).

Aunque no se dispone de cifras relativas al comercioelectrónico a través de las fronteras, ya se ha indicado queel 85 por ciento de los ingresos procedentes de Internetse generan en los Estados Unidos, aunque sólo estánestablecidos en ese país el 62 por ciento de los usuarios.Esto indica que los Estados Unidos son probablementeexportadores netos de productos a través de Internet.Para poner la importancia futura del comercio electrónicoen perspectiva, podrían ser útiles ciertas extrapolacionessimples. Actualmente, las exportaciones e importacionesalcanzan a alrededor del 20 por ciento del PIB esta-dounidense. Gran parte de las transacciones por Internetprevistas para 2001 en todo el mundo, que quizás ascien-dan a 300.000 millones de dólares, corresponderán a losEstados Unidos. Si suponemos que tendrá carácter inter-nacional la misma proporción del comercio por Internet

20En el nivel supranacional,el Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, ha establecido normas de difusión de los datos y publica las fuentes de los datos económi-cos de los países que satisfacen esas normas en Internet. Se prevé que ello aumentara la transparencia de las políticas públicas y contribuirá a que los gobiernos man-tengan mejor informados a los mercados financieros, con lo cual, indirectamente, sus políticas adquirirán mayor credibilidad, ya que los errores serían rápidamente sancionados por esos mercados.

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que de la actividad económica global de ese país, el inter-cambio internacional por Internet podría llegar para 2001a los 60.000 millones de dólares.

Cuando los productos no pueden entregarse porInternet, los elevados costos de expedición yadministrativos pueden privar de rentabilidad a muchastransacciones internacionales de reducido valor

Cuando los productos que deban entregarse mate-rialmente tras su adquisición por Internet exijan la expe-

dición de pequeños paquetes, se perderán las ventajasde costos de los envíos en grandes cantidades. Los gas-tos administrativos, como los de seguros, expedición ytrámites de aduana, pueden alcanzar o incluso superarel valor del propio producto (véase, por ejemplo, el casoque se presenta en el cuadro 10). A menos que la expe-dición y administración se tornen mucho más fáciles ybaratas, las transacciones de este tipo a través de lasfronteras experimentarán probablemente un crecimien-to limitado. Se han formulado varias sugerenciaspara reducir los costos administrativos. Por ejemplo, la

Recuadro 2: El comercio electrónico como medio de facilitación de las operaciones mercantiles

En los últimos años ha venido aumentado el interés en el empleo de medios electrónicos para facilitar las corrientes del co-mercio internacional. Las pérdidas que experimentan las empresas como consecuencia de los retardos en las fronteras, de laexigencia de documentación complicada e innecesaria y de la falta de automatización de los trámites oficiales establecidos parael comercio, sobrepasan a veces el costo de los aranceles y de otras cargas oficiales. Los esfuerzos por simplificar y armonizarlos procedimientos del intercambio internacional, es decir, los que tienen por objeto la llamada «facilitación del comercio»,abarcan una amplia gama de materias, entre ellas los trámites oficiales, el transporte, la transmisión electrónica de datos, lasoperaciones bancarias y los pagos, los seguros y la información comercial.El intercambio electrónico de datos (IED) e Internetson útiles para la facilitación del comercio al suministrar redes de comunicaciones entre los comerciantes, las empresas y losorganismos gubernamentales.

Desde hace más de 30 años, gran número de organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales (como la UNCTAD,la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de Aduanas o la Cámara de ComercioInternacional) vienen trabajando con el propósito de establecer procedimientos internacionales más simples y armonizadospara el comercio internacional. El primer paso hacia la facilitación del comercio se dio hace varios años, cuando la armonizaciónde documentos y formularios con arreglo al Formulario Clave de las Naciones Unidas hizo menos gravosos los requisitos dedocumentación. Actualmente se está trabajando en el Grupo de los Siete, así como en el Consejo Económico de Asia y elPacífico, a fin de elaborar elementos de datos comunes para la presentación de documentación comercial, basados en elReglamento de las Naciones Unidas para el intercambio electrónico de datos para la administración, el comercio y el transporte,que serían aceptados por las aduanas y otros organismos oficiales de todos los países participantes. Además, en el marco laConvención de Kyoto se atiende al problema de la simplificación y armonización de los procedimientos aduaneros. Se prevéque ésta permitirá establecer normas vinculantes sobre trámites aduaneros racionalizados en el ámbito internacional, por lasque las nuevas legislaciones nacionales deberán permitir que los comerciantes presenten documentos a las aduanas en formaelectrónica.

Durante el último decenio, el IED entre los comerciantes y las aduanas y otros organismo oficiales ha reportado ahorros consi-derables, ya que los datos pueden intercambiarse sin necesidad de registrarlos de nuevo o copiarlos manualmente. Esto ahorratiempo y reduce el margen de error en medida apreciable. No obstante, la posibilidades de utilización de ese medio entre loscomerciantes y los organismos oficiales aún no se aprovechan plenamente. Mediante el IED (con pasarelas a Internet) todos losorganismos gubernamentales podrían recibir por adelantado los datos necesarios para el despacho en frontera, lo que aceleraríaconsiderablemente esta operación. En el caso de los comerciantes de reputación establecida, podría prescindirse enteramente dela presentación de documentos y certificados para el paso de las mercancías por las fronteras. El control de todas y cada una delas operaciones se reemplazaría así por verificaciones efectuadas al azar e inspecciones periódicas. Este procedimiento permitiríaa los organismos oficiales hacer frente a volúmenes crecientes del comercio sin reducir la eficacia del control.

Singapur es el primer país que ha adoptado el intercambio de datos basado en la tecnología de la información y en el IED parala totalidad del trámite de las transacciones comerciales. En 1989, se inauguró allí TradeNet, una red de valor añadido queconecta a los participantes en las actividades comerciales (comerciantes, transitorios, consignatarios y agentes marítimos) conmás de veinte organismos oficiales que intervienen en los trámites de importación o exportación. En lugar de presentarse do-cumentos a cada organismo gubernamental y obtenerse los correspondientes permisos por separado, un documento elec-trónico único se encamina por la red y vuelve de 15 a 30 minutos más tarde con las autorizaciones necesarias, cuya obtenciónrequería dos o tres días antes de la introducción de TradeNet. Actualmente, se tramitan por este sistema en Singapur más del98 por ciento de todas las declaraciones de operaciones comerciales, lo que permite a las compañías atender los pedidos sindemora y reducir los costos hasta en el 50 por ciento.

La presentación electrónica de la documentación comercial se ha convertido en la regla también en varios otros países: en losEstados Unidos, en Canadá, y algunos estados miembros de la Unión Europea, se presentan por medios electrónicos más del90 por ciento de las declaraciones de aduana. En el futuro, es probable que Internet facilite aún más el despacho de aduanaelectrónico, a medida que se elaboren nuevos paquetes de programas informáticos, a fin de hacer más fluidas las corrientes deinformación.Fuentes: Más amplia información puede obtenerse de UNCTAD, la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de Aduanas,el Consejo Económico de Asia y el Pacífico, la Cámara de Comercio Internacional, el Grupo de los Siete y la Convención de Kyoto.

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percepción de impuestos y derechos de aduana podríaprivatizarse, con verificaciones contables que garanticenque el cobro se realiza correctamente. Canadá ha dado

un paso en esta dirección, al permitir que empresas detransporte reconocidas perciban los impuestos y derechosaplicables a los pequeños envíos, incluyéndolos en lafacturación al cliente. Esas empresas efectúan li-quidaciones mensuales al Estado (The Economist, 1º denoviembre de 1997). Tal sistema permite que las opera-ciones a través de las fronteras resulten mucho más rá-pidas y baratas, tanto para el Gobierno canadiense comopara los consumidores. Otras posibilidades comprendenla elevación del umbral de aplicación de impuestos yderechos de aduana en relación con las pequeñastransacciones (OCDE, 1997c). Además, los costos detransporte o postales podrían a menudo reducirse graciasa una mayor diversidad de la oferta de servicios de trans-porte y distribución y a una mayor eficiencia de éstos.

En resumen, existen considerables elementos dejuicio que indican que el comercio electrónico, en par-ticular por Internet, experimentará un fuerte crecimien-to en el futuro próximo. Gran parte del éxito de Internetcomo medio de comercio nacional e internacional, noobstante, dependerá de la solución de diversos proble-mas que se plantean en la esfera técnica y en la legaly reglamentaria. Estos se examinan en los capítulossiguientes.

Cuadro 10: Costos de transporte dentro de los Estados Unidos y de los Estados Unidos a Europa*

(En dólares EE.UU.)

Nueva York - Nueva York -Alaska París

Costo de una camisa 100,00 100,00

Transporte, seguro 31,50 77,50

Impuesto sobre las ventas 8,25 -

Derechos de aduana, IVA, - 50,08de los cuales:

sobre el producto (33,00)sobre el transporte

y los seguros (17,08)

Total 139,75 227,58

* Precio por la entrega desde Nueva York de un paquete de 3,5 kg de unvalor de 100 dólares, 1996.Fuente: The Economist, 1º de noviembre de 1997.

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No cabe duda de que la apertura de los mercados esindispensable para el desarrollo del comercio electrónico.Un régimen liberal estimula el progreso técnico y elestablecimiento de prácticas eficientes. No obstante, quizásea necesario que la autorreglamentación del sector y/o laintervención gubernamental complementen las fuerzas delmercado para conseguir lo siguiente: i) normas para lainfraestructura mundial de telecomunicaciones que estásurgiendo; ii) una inversión suficiente en infraestructura;iii) un acceso fácil de utilizar y de base amplia; iv) unentorno jurídico y reglamentario previsible para hacerrespetar los contratos y los derechos de propiedad; v) laseguridad y el carácter confidencial de los datos; iv) normaspara determinar lo que constituye un contenido inaceptableo condicionalmente aceptable; vii) un marco previsible dereglamentaciones tributarias y financieras; y viii) igualdadde oportunidades mediante una mejor formación de losusuarios de los países industrializados y en desarrollo.

Debe señalarse que ninguna de estas cuestiones es fun-damentalmente nueva. La infraestructura, las normas y elacceso son importantes desde que se inventó el teléfono.Los problemas jurídicos y de seguridad, la reglamentacióndel contenido, los aspectos impositivos, la existencia dereglamentaciones financieras suficientes y las preocupa-ciones de orden social han presentado interés para lasempresas y los encargados de la reglamentación enmuchas esferas. Sin embargo, dada la rapidez de los cam-bios que tienen lugar en el comercio electrónico, se debecuidar de que las reglamentaciones no queden retrasadaso constituyan un obstáculo innecesario a la nueva evolu-ción. En este contexto, puede señalarse que la comunidadempresarial internacional se está esforzando por resolvermuchos de estos problemas, pero que quizá sean nece-sarias en muchos aspectos medidas gubernamentales ointergubernamentales. No obstante, en este estudio no seintenta determinar la distribución apropiada de la respon-sabilidad gubernamental y no gubernamental en ningunade las esferas de que se trata.

A. Acceso a la infraestructura

La existencia de un entorno competitivo facilita elestablecimiento de una infraestructura mundial concorrientes de información fluidas y el accesoasequible a esa infraestructura

Todas las formas de comercio electrónico, y en par-ticular el comercio a través de Internet, sólo son posiblessi existe una infraestructura de comunicaciones que pro-

porcione suficiente capacidad para que las corrientes deinformación no tropiecen con obstrucciones21. La con-gestión de Internet se ha convertido en un problema. Lasolución es ampliar la capacidad de la infraestructuramediante la utilización de más cables de fibra óptica ysatélites o de nuevas redes, por ejemplo de televisiónpor cable, o incluso de líneas eléctricas. Pero la falta deinfraestructura es con frecuencia un problema más ge-neral, que puede incluso consistir en una insuficienciade las conexiones telefónicas, y muchos países se ale-grarían de que su único problema en esta esfera fuera lacongestión ocasional de Internet.

Otro obstáculo al comercio electrónico pueden ser laspolíticas de precios inadecuadas. La comunicación y elcomercio electrónicos se ven entorpecidos a menudopor las elevadas tarifas de las telecomunicaciones, queno reflejan necesariamente los costos o la escasez deinfraestructura. Por ejemplo, el costo de las conexionestelefónicas o las líneas arrendadas en Europa puede servarias veces mayor que en los Estados Unidos (Beltz,1997). Por otra parte, la aplicación de precios excesiva-mente bajos o no diferenciados puede dar lugar a unuso excesivo y a estrangulamientos.

Estas observaciones indican la especial importanciadel debate sobre si el suministro de infraestructura y lafijación de los precios deben ser públicos o privados. Hasurgido una literatura económica sobre este tema, y losargumentos parecen favorecer una intervención cre-ciente del sector privado, con el complemento dereglamentaciones oficiales22. Un principio fundamentalresultante de ese debate es que los precios cobrados porel uso de la infraestructura deben establecerse de talmanera que puedan recuperarse los costos deexplotación y los gastos de inversión, estimulando asíuna inversión suficiente. Las tarifas deben reflejar tam-bién la escasez relativa de infraestructura (por ejemplo,deben aplicarse tarifas más elevadas durante las horaspunta), a fin de evitar los estrangulamientos y fomentarla eficiencia de las corrientes de información. Sin embar-go, el establecimiento de los precios no debe permitir elabuso de posiciones monopolistas. Esto podría dificultarinnecesariamente el acceso a Internet y el uso de lamisma y reducir la competitividad de los usuarios.

Los usuarios de Internet también han de tener acce-so a la red en su hogar o en su lugar de trabajo. Los«pequeños» usuarios obtienen habitualmente ese acce-so a través de proveedores de servicios de Internetmientras que las grandes empresas y organizacionesgozan, en la mayor parte de los casos, de acceso

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V. Problemas de política en el comercio electrónico

21Véase un examen más detallado de las cuestiones subyacentes en el capítulo III.22El progreso técnico hace también menos sostenibles los monopolios nacionales y las restricciones de la competencia en el sector de las telecomunicaciones. Por ejem-plo, dada la existencia de telefonía por Internet, a los monopolios nacionales de servicios de telefonía vocal les resultará difícil mantener sus actividades (OCDE, 1996a).

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directo a la red. También en este contexto son impor-tantes la disponibilidad y el precio del acceso. La conce-sión de licencias para el suministro de estos serviciosparece utilizarse con frecuencia para limitar la competen-cia entre los proveedores de acceso a la infraestructura,manteniendo los precios altos y el acceso limitado.

Los costos de la infraestructura y el acceso han resul-tado ser un importante factor determinante de la uti-lización de Internet. En el gráfico 10 se ilustra la dife-rencia entre las tarifas aplicadas por el uso de Interneten los países de la OCDE, según que exista o no enellos competencia en materia de infraestructura. En lospaíses en los que no existe esa competencia, comopromedio, los costos ascienden a más del doble que enlos países en que existe y el uso de Internet sólo a unaquinta parte. En algunos países en desarrollo, los eleva-dos precios y la insuficiente infraestructura no sóloobstaculizan el acceso sino que limitan prácticamente eluso de Internet al correo electrónico, ya que las demásfunciones de Internet son demasiado caras y consumendemasiado tiempo.

En resumen, la competencia entre los proveedores deinfraestructura y de servicios y la existencia de prácticasapropiadas sobre fijación de precios y concesión delicencias pueden contribuir a reforzar la infraestructura ylos servicios de acceso. Con una conciencia creciente de

la necesidad de cambio, muchos países ya se han orien-tado o se están orientando en ese sentido (OCDE,1997g). Esto comprende tanto la liberalización internade los mercados de telecomunicaciones y tecnología dela información como un mayor compromiso respecto dela liberalización del comercio en esos sectores. Ese fue elentorno en el que las negociaciones celebradas en elmarco del AGCS sobre telecomunicaciones básicas, queterminaron en febrero de 1997, y las negociacionesacerca de un Acuerdo sobre Tecnología de laInformación pudieron obtener resultados significativos(véase la sección A del capítulo IV, infra).

Los marcos y las normas deben promoverla «comunicación universal»

En principio, Internet permite a un número ilimitadode usuarios, que forman parte de numerosas redes,comunicarse unos con otros dentro de esas redes yentre ellas, sin pasar a través de autoridades centra-lizadas23. Sin embargo, el flujo universal y sin problemasde la información a través de Internet no debe darse porsentado; sólo es posible porque los usuarios (a menudosin saberlo) aplican un conjunto básico de normascomunes. Por ejemplo, la transmisión sin problemas dela información entre todos los usuarios de Internetrequiere que las redes estén «interconectadas». Esto

23Véase un estudio detallado de estas cuestiones y de otras bastante técnicas que se mencionan a continuación en Abrams y Doernberg (1997) o en OCDE (1997g).

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significa que las redes deben estar conectadas entre sí ypermitir el acceso no discriminatorio a las corrientes dedatos de otras redes. Sólo de ese modo se puede«encaminar» y «conmutar» la información de manerarápida y fiable a través de las redes y entre ellas. El otrorequisito previo importante para la comunicación conéxito a través de Internet es la «posibilidad de interfun-cionamiento», que hace referencia a la capacidad detodos los usuarios de Internet de comunicar, indepen-dientemente del ordenador, el proveedor de servicios deInternet o la red utilizado. Por ejemplo, tanto el emisorcomo el receptor deben emplear la misma norma parala codificación y descodificación de sus mensajes. LaOCDE recomienda que los gobiernos y el sector privadofomenten la adopción de marcos y normas que garanti-cen la posibilidad de interconexión e interfuncionamien-to, a fin de proteger el potencial de comunicación «uni-versal» entre las redes (OCDE, 1997g). Esto se estáhaciendo mediante protocolos de comunicaciones, esdecir, conjuntos de normas por los que se rige el inter-cambio de información entre ordenadores. Estos proto-colos de Internet se han puesto libremente a disposiciónde todos, por lo que se han convertido en normas deldominio público.

La existencia de políticas adecuadas en materia de«direcciones» y de equipos y programas asequibles yde fácil utilización aumenta el atractivo de Internety del comercio electrónico

Las políticas en materia de direcciones son tambiénmuy importantes para el comercio a través de Internet.Cada ordenador principal de Internet puede adquirirun «nombre de dominio». Por ejemplo, para laOrganización Mundial del Comercio se utiliza«wto.org». En el caso de las empresas, lo habitual esque el nombre de dominio esté estrechamente vincula-do con su marca de fábrica o de comercio. Por ejemplo,una empresa que posea una marca de fábrica popularatraerá probablemente mucha más atención si su direc-ción de Internet corresponde a esa marca. Los intentosrealizados por algunas personas de adquirir determina-dos nombres de dominio (habitualmente correspon-dientes a marcas conocidas) y vender los derechos deuso a los propietarios de las marcas demuestran laimportancia de esta cuestión.

Además del equipo preciso, que comprende normal-mente un ordenador y un módem, los usuarios deInternet necesitan también un navegador de Internet,que es el programa que permite recibir y enviar infor-mación a través de ésta. No obstante, se deplora confrecuencia la inexistencia de programas de fácil uti-lización. A las personas con escasos conocimientosinformáticos les puede resultar difícil «navegar por la

red». Es probable que la competencia entre agentes pri-vados en esta esfera tenga como resultado la creaciónde equipos y programas más asequibles y fáciles de uti-lizar.

B. El marco jurídico y reglamentario de lastransacciones a través de Internet

Un marco previsible, que comprenda normas clarassobre jurisdicción y contratos electrónicos, y unosderechos de propiedad seguros crearán un clima deconfianza en Internet

Otra cuestión fundamental relativa al comercio elec-trónico y a las transacciones por Internet es la necesidadde claridad jurídica y de mecanismos de reparación sufi-cientes. Si no están claras la manera de hacer cumplir loscontratos electrónicos o las posibilidades de reparaciónexistentes, puede crearse dentro de un país un clima deincertidumbre jurídica. La aplicación de las reglamenta-ciones vigentes sobre contratos a la esfera electrónicaquizá reduzca esa incertidumbre. Sin embargo, lasituación puede ser más complicada en el caso de lastransacciones internacionales, ya que la incertidumbreacerca de la jurisdicción sobre el comercio realizado através de Internet se considera uno de los principalesobstáculos al comercio internacional. Recuérdese elejemplo del diagnóstico basado en Internet reali-zado por un especialista en el extranjero a partir de unexamen por rayos x, en el que la toma de rayos x tuvolugar en el país A, la dirección de Internet se encontrabaen el país B, el especialista en el país C y el estable-cimiento comercial del propietario de la dirección deInternet en el país D. Supóngase que hay un problemacon el diagnóstico o con la transmisión de los resultados.El hospital que solicitó el servicio puede tener dificul-tades para determinar la ley de contratos y las normassobre responsabilidad que se aplican. Independien-temente de que el producto de que se trate sea sólo unpequeño aparato, una gran máquina o un servicio médi-co, la incertidumbre en lo que respecta a las condicionescontractuales y a las posibilidades de reparación puedelimitar el desarrollo del comercio electrónico a través delas fronteras.

Se han hecho varias sugerencias sobre la manera dedeterminar el país por cuya legislación debe regirse elcomercio electrónico.Algunos comentaristas han sugeri-do que debe aplicarse el derecho mercantil del país delvendedor (Lascelles, 1997)24. Otros han preferido el delpaís del comprador. Mientras no existan convenios onormas internacionales al respecto, las partes tendránlibertad para reaccionar ante la incertidumbre medianteacuerdos que establezcan sus propias condiciones

24Si las ventas por Internet se definieran como consumo en el extranjero, los vendedores de países cuya seguridad jurídica se considerara insuficiente quedarían enposición de desventaja porque los clientes no querrían comprar en ellos.

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contractuales, inclusive el lugar de jurisdicción. Noobstante, estas disposiciones específicas para cada casosólo serán útiles cuando se trate de compras razona-blemente importantes, que hagan que merezca la penaincurrir en los costos consiguientes.

Otros problemas se refieren a la aceptación de las fir-mas y la documentación electrónicas para hacer cumplirlos contratos y presentar pruebas en caso de diferencia.Las dificultades que surgen en relación con la validez delas «pruebas» electrónicas podrán plantearse tambiéncuando las empresas deseen cumplir sus obligacionestributarias o de realización de auditorías. Por ejemplo,algunos países sólo consideran jurídicamente vincu-lantes en determinadas circunstancias las firmas hechasa pluma sobre papel. Así ocurre, por ejemplo, en el casode las transacciones inmobiliarias en Alemania. Cuandoutilizaban otros medios de comercio electrónico en elpasado, las empresas reaccionaban con frecuenciaestableciendo constancias documentales paralelas (porejemplo, a través del correo).

Dados estos factores de incertidumbre, algunosobservadores han propuesto que se adopte un códigomercantil internacional o una «ley tipo» uniforme parael comercio electrónico internacional (OCDE, 1997c).Este instrumento debería reconocer y facilitar ese co-mercio, asegurando el cumplimiento de las obligacionesal respecto, lo cual reforzaría el carácter previsible delentorno jurídico. La Comisión de las Naciones Unidaspara el Derecho Mercantil Internacional está realizandouna labor inicial sobre este tema (CNUDMI, 1997;OCDE, 1997c). También se considera con frecuencia quela autorreglamentación, la elaboración de códigos deconducta o de «contratos tipo» podría ser un métodoútil, ya que las empresas están interesadas en crear unclima de confianza y eliminar a las «ovejas negras» (TheEconomist, 1º de Noviembre de 1997). Sea cual fuere lasolución específica que se adopte, la claridad de las nor-mas por las que se rige el comercio electrónico y lamejora de los sistemas de reparación son fundamen-tales para el crecimiento futuro en esta esfera (OCDE,1996b).

Se han mencionado otros problemas en el contextodel respeto de los derechos de propiedad intelectualaplicables a los productos vendidos a través deInternet (véase la sección F del capítulo VI). La protec-ción del derecho de autor es importante para mante-ner la disponibilidad de bienes y servicios de gran ca-lidad en Internet. Si no pueden cobrarse los ingresosresultantes del derecho de autor en el caso del comer-cio a través de Internet, es probable que ese comerciodesaparezca por completo. Se están formulando variassoluciones técnicas para seguir la pista a los productoscuyo contenido está protegido por el derecho de autor.Por ejemplo, los «identificadores de objetos digitales»,

que consisten en una serie de números adjuntos a untexto protegido, pueden ayudar a descubrir el sumi-nistro y la difusión ilegales de material. Otra posibili-dad son los códigos que impiden la impresión y latransmisión de información protegida por el derechode autor.

La reglamentación del contenido de Internetplanteará problemas, y las soluciones de éstos nodeben entorpecer innecesariamente la comunicacióny el comercio

Por último, la comunicación y el comercio a través deInternet que implican la distribución de contenidos ile-gales o dañinos preocupan con frecuencia a los usua-rios y a los encargados de la reglamentación de Internet.Es inevitable que determinados tipos de informacióndifundida a través de Internet hagan surgir conflictosde intereses entre los partidarios de la «libertad depalabra» y los que desean proteger la seguridad, ladignidad humana y la moralidad. Todos estarán deacuerdo en que determinados tipos de contenido sonsencillamente inadmisibles, por ejemplo las instruccionespara la fabricación de bombas o la pornografía infantil.Pero otros tipos de contenido son más polémicos y sutratamiento resulta más complejo (véase la secciónG del capítulo IV).

Independientemente de toda consideración sobre loque intente reglamentar el gobierno, la aplicaciónplanteará problemas técnicos y de otro tipo. Es deimportancia decisiva que se comprendan la tecnologíay las posibilidades técnicas para saber dónde y cómo sepuede controlar mejor el contenido (OCDE, 1997a).Además, en respuesta a estas dificultades, se estánexplorando las posibilidades de autorreglamentación,sistemas de clasificación basados en el soporte lógico ymedios técnicos de seguir y filtrar la información. Estoes importante no sólo para los gobiernos sino también,por ejemplo, para los padres que desean seleccionarpor anticipado la información a que tienen acceso sushijos. Incluso si se permiten en un país las películas vio-lentas, los padres pueden preferir que sus hijos no lasvean. Se están elaborando, por ejemplo, «filtros» quelos padres pueden utilizar para impedir que sus hijostengan acceso a material que consideran perjudicial. Lainclusión en listas de productos aceptables o inacepta-bles de los sitios web y los programas y su identifi-cación mediante nombres de dominio pueden facilitarel filtrado de la información. Se está examinando tam-bién la posibilidad de que los productores adopten«códigos de conducta» y un sistema de etiquetado vo-luntario con fines de clasificación y filtrado (OCDE,1997a). No obstante, es importante que los esfuerzospor reglamentar el contenido no sofoquen el comercioelectrónico.

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C. Seguridad y carácter confidencial de lastransacciones

Deben protegerse la seguridad y el carácterconfidencial de las corrientes de datos

Las encuestas realizadas a los usuarios de Internetrevelan que el futuro crecimiento del comercio elec-trónico a través de ésta dependerá también de la seguri-dad y el carácter confidencial de las transacciones. Loscompradores y vendedores sólo aceptarán Internet confines de comercio electrónico si confían en que los pedi-dos y los pagos tendrán lugar con un riesgo mínimo deengaño y uso indebido de cualquier información pro-porcionada. Si temen que sus pedidos se alteren antesde llegar a su destino, que se roben los números de sustarjetas de crédito o que la información de carácter pri-vado sea encaminada incorrectamente, los usuariosvolverán a utilizar instrumentos más tradicionales decomercio electrónico y no electrónico. Análogamente,los compradores y vendedores sólo se arriesgarán aaceptar obligaciones contractuales a través de Internetsi conocen sus derechos y obligaciones y saben que segarantizará su observancia. De hecho, la utilizacióncomercial en el pasado de las transmisiones telefónicasy por telefax se vio a menudo limitada por preocupa-ciones relativas a la seguridad.

Son cuestiones fundamentales relacionadas con laseguridad de las transacciones: i) la identificación delemisor y el receptor de un mensaje (que se sepa que setrata efectivamente del emisor/receptor y no de otra per-sona); ii) la autentificación del mensaje (la seguridad deque éste no se ha modificado en tránsito); iii) el nodesconocimiento (que el comprador no pueda aducir

falsamente que ha efectuado el pago ni el vendedor queel pago no ha sido recibido); y iv) el cifrado de la infor-mación sobre los pagos (la aleatorización de los men-sajes, por ejemplo, de los que contengan números detarjetas de crédito, para que no puedan ser leídos porpersonas no autorizadas). El progreso técnico ha pro-porcionado posibles soluciones en todas estas esferas.La utilización de «firmas digitales« y de «compendios demensajes«, por ejemplo, puede garantizar que un men-saje no ha sido alterado. Un «certificado digital« puedeconfirmar la identidad de la persona que envía y firmadigitalmente un mensaje (OCDE, 1997b). El «cifrado condoble anonimato» permite también el pago de un pedi-do «en línea» sin que el vendedor vea el número de latarjeta de crédito. Las transacciones internacionalesrequieren que las firmas y los certificados digitales inter-funcionen entre sí y sean reconocidos a nivel interna-cional, y en todos los países se dispone de técnicas decifrado adecuadas.

Varias empresas han desarrollado un primer sistemade pagos «en línea» que garantiza la seguridad de lospagos y el carácter confidencial de los datos. La deno-minada norma SET (Secure Electronic Transaction -Transacción Electrónica Segura) se encuentra en la fasede prueba desde junio de 1997 (véase el recuadro 3). Afin de reforzar la seguridad y el carácter confidencial delas transmisiones de datos, se han adoptado varias ini-ciativas oficiales, entre ellas la Directiva de la UE relati-va a la protección de datos, vigente desde 1998, y lasdirectrices no vinculantes de la OCDE sobre política crip-tográfica. La CNUDMI (1997) ha sugerido que sereconozcan diversos métodos fiables de firma electróni-ca. Entre los principios propuestos por la OCDE para laprotección del carácter confidencial de los datos figura

Recuadro 3: Para unas transacciones electrónicas seguras: la Norma SET

La seguridad de las corrientes de datos es un elemento decisivo de la confianza en Internet como medio de intercambio.A este respecto, diversos problemas técnicos que plantea la necesidad de evitar que se intercepten los mensajes y losnúmeros de las tarjetas de crédito o que se utilicen direcciones e identificaciones falsas han limitado en el pasado el usode tarjetas de crédito para las transacciones «en línea».

A fin de resolver este problema, dos de los principales emisores de tarjetas de crédito, en colaboración con varias empresasde los sectores de la tecnología de la información y las telecomunicaciones, han elaborado una norma para la seguridad delas transacciones electrónicas (norma SET), que se hizo pública el 1º de junio de 1997. La SET aumenta la seguridad de lascompras realizadas a través de Internet con tarjeta de crédito y de las autorizaciones de pago y las transferencias monetariasconexas. El cifrado de los mensajes, las firmas digitales y los certificados criptográficos permiten que los números de lastarjetas de crédito y los detalles de las transacciones sigan siendo privados cuando se envían por una red. Desempeña unpapel fundamental en el proceso un tercero (banco o institución financiera) que tiene en su poder y suministra las «claves»que cada parte interesada necesita para descifrar los mensajes SET de la otra. Este procedimiento impide que se alteren lospagos y confirma la identidad del vendedor y la validez de la tarjeta del comprador. Se están preparando ya nuevosperfeccionamientos de la norma SET, inclusive su uso en combinación con tarjetas inteligentes.

Se considera que la seguridad de Internet propiamente dicha es un mercado que crece con rapidez, a medida que losusuarios comprenden cada vez mejor la importancia de la protección de los datos, y la norma SET sólo es un elementode la solución del problema de seguridad más general. Se prevé que el mercado mundial de productos para la seguridadde Internet - autentificación y cifrado, cortafuegos (que separan las partes de las redes con fines de seguridad), instru-mentos y servicios antivirus - aumentará de unos 900 millones de dólares EE.UU. en 1996 a 7.000 millones en el 2001.Fuentes: Financial Times; «New Standard Opens the Door to Electronic Commerce»; George Black; 2-7-1997; Financial Times; «US may spend $1 billion to fendoff»; 23-10-1997; Financial Times; «ICC to unveil rules for Internet trade», 6-11-1997.

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la exigencia de que la información personal no se reco-ja o se utilice sin conocimiento de la persona ni seponga a disposición de otros (OCDE, 1997c). La Cámarade Comercio Internacional promueve la seguridad de lastransacciones a través de Internet mediante un marcoautorreglamentario para las operaciones comerciales enredes abiertas denominado GUIDEC (General Usage inInternational Digitally Ensured Commerce - Uso Generalen el Comercio Internacional Digitalmente Asegurado).La seguridad del comercio electrónico a escala mundialdepende también de la disponibilidad de técnicas decifrado (OCDE, 1997g).

D. Cuestiones tributarias

La tributación del comercio electrónico debe serclara desde el punto de vista administrativo y notener efectos de distorsión

El comercio electrónico, en particular el realizado através de Internet, podría tener importantes repercu-siones tributarias 25. Si las transacciones a través deInternet no se gravan, ello dará a este medio de comer-cio una ventaja considerable sobre otros que sí songravados. Si Internet permite eludir un impuesto sobre elvalor añadido (IVA) del 20 por ciento o un impuestosobre las rentas de las sociedades del 30 al 50 por cien-to, aumentará su atractivo tanto para los vendedorescomo para los compradores. No obstante, ello no redun-

dará en beneficio del público en general. En principio, laimposición de gravámenes sobre cualquier comercio,electrónico o no electrónico, debe ser fácil de adminis-trar y no debe introducir distorsiones ni discriminacióninnecesarias. La OCDE ha elaborado una serie de nor-mas básicas para la tributación del comercio electrónico(véase el recuadro 4).

La recaudación del IVA y de los impuestos sobrelas rentas de las sociedades planteará problemasconsiderables en el caso de las transaccionesbasadas en Internet

En lo que se refiere a la administración fiscal, se haseñalado anteriormente que Internet y el intercambioelectrónico de datos pueden facilitar la gestión delimpuesto sobre la renta, el impuesto sobre las ventas ylos derechos de aduana. La presentación de las declara-ciones de impuestos y el tratamiento de los datos pormedios electrónicos reduce los costos de la adminis-tración fiscal. El intercambio de información entre losdepartamentos fiscales y entre los países puede facilitarla observancia y el control. Por otra parte, la gestión delos impuestos resultará también más ardua, ya que serámás difícil seguir la pista de las transacciones «en línea»imponibles, especialmente si los registros de los pagosestán cifrados.

Un problema específico en este contexto es el rela-cionado con la recaudación del IVA o el impuesto sobre

Recuadro 4: Siete criterios para valorar las propuestas de imposición de Internet

En varios estudios de la OCDE se examinan detalladamente numerosas cuestiones fiscales relacionadas con el comercioelectrónico. Las consideraciones que figuran a continuación deben entenderse como orientaciones para una imposicióneficiente y equitativa de Internet pero no como recomendación de un enfoque de política determinado.

1. El sistema debe ser equitativo: los contribuyentes que se encuentran en situaciones similares y realizan transaccionessimilares deben pagar los mismos impuestos.

2. El sistema debe ser sencillo: deben reducirse al mínimo, en la medida de lo posible, los costos administrativos de lasautoridades fiscales y los costos que implique la observancia para los contribuyentes.

3. Las normas deben crear un clima de certidumbre para el contribuyente, de modo que las consecuencias fiscales deuna transacción se conozcan por anticipado: los contribuyentes deben saber lo que se gravará y cuando, así como dóndedeberá pagarse el impuesto.

4. El sistema adoptado debe ser eficaz: debe producir el debido volumen de impuestos en el momento oportuno yreducir al mínimo las posibilidades de evasión y elusión fiscales.

5. Deben evitarse las distorsiones económicas: los encargados de formular las decisiones empresariales deberán estarmotivados por consideraciones comerciales y no fiscales.

6. El sistema debe ser lo suficientemente flexible y dinámico para que las normas fiscales sigan el ritmo de la evolucióntecnológica y comercial.

7. Cualquier disposición fiscal adoptada a nivel nacional y cualquier modificación de los principios tributarios interna-cionales vigentes deben estructurarse de manera que garantice la distribución equitativa de la base imponible de Internetentre los países, lo cual es especialmente importante cuando se trata de la división de esa base imponible entre lospaíses desarrollados y en desarrollo.Fuente: OCDE, OECD Observer Nº 208, 1997k.

25La cuestión de los derechos de aduana en relación con las transacciones electrónicas internacionales se examina en la sección B del capítulo VI. El tratamiento de lascuestiones fiscales en este estudio no es en absoluto exhaustivo.

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las ventas a través de las fronteras26. En principio, el IVAdebe ser recaudado por las autoridades del país en elque se consume el producto. Sin embargo, en lugar decobrar el impuesto al consumidor, los gobiernos suelencobrárselo al último vendedor, partiendo del supuestode que el consumo tiene lugar en un lugar muy próximo.Esto permite un ahorro considerable de costos deadministración. El comercio basado en Internet puedehacer mucho más costosa la recaudación del IVA en elcaso de las transacciones sometidas a varias jurisdic-ciones. En lo que se refiere a las mercancías que cruzanmaterialmente las fronteras tras una compra por medioselectrónicos, los costos administrativos que implicaría elcobro del impuesto sobre cada pequeño paquete quepudiera enviarse serían mayores que los resultantes dela recaudación del impuesto sobre las expediciones degran tamaño que antes cruzaban la frontera. Cadapaquete tendría que evaluarse por separado, y los con-sumidores podrían aumentar la carga que esto repre-sentaría mediante preguntas que consumirían muchotiempo y debido a su falta de experiencia con los pro-cedimientos. En el capítulo anterior se mencionaroncomo posibles soluciones la privatización de la recau-dación de impuestos y la elevación de los umbralesimpositivos. Por otra parte, la imposición de gravámenessobre los servicios es mucho más problemática y planteaincluso algunas cuestiones de carácter sistémico. LaOCDE ha llegado a la conclusión de que el comercio deservicios entre algunos países tiene como resultado lano imposición en algunos casos y la doble imposición enotros (OCDE, 1997, y OCDE, 1998).

Se ha sugerido que, a fin de mejorar la administracióndel IVA, sería preferible definir el lugar de suministro (y,por lo tanto, de imposición) como aquel en el que estáestablecido el cliente (OCDE, 1997l). Concretamente,esto podría significar que una empresa estadounidenseque efectuara ventas a través de Internet en variospaíses de la Unión Europea tendría que registrarse aefectos del IVA en todos esos países para sus ventas porInternet. Otra posibilidad sería que las empresas tuvie-ran agentes fiscales en los países en que realizaran ven-tas. Las empresas que compraran en el extranjero através de Internet podrían tener la obligación de realizaruna autoevaluación a efectos del IVA. Aunque la necesi-dad de abordar este problema fiscal es comprensible,debe tenerse en cuenta que esa exigencia podría elevarconsiderablemente los costos administrativos del co-mercio transfronterizo, especialmente para los pequeñosproveedores. De resultas de ello, los pequeños vende-dores podrían negarse a realizar operaciones en algunospaíses, y los pequeños países podrían verse excluidos de

gran parte de las actividades de Internet. Además, elproveedor que utiliza Internet como medio de comerciono puede prever todos los orígenes geográficos de susoperaciones. Otra manera de recaudar el IVA podríabasarse en el aspecto financiero de cada transacción.Por ejemplo, podría asignarse a los bancos y/o a lasempresas emisoras de tarjetas de crédito la responsabi-lidad de recaudar los impuestos, cargándolos a las cuen-tas de sus clientes, y de transferir periódicamente losingresos resultantes a las autoridades fiscales. La posi-bilidad de aplicar un método de este tipo tendría queevaluarse a la luz de los diversos problemas técnicos yjurídicos que indudablemente crearía.

Internet también plantea un problema en relacióncon la administración del impuesto sobre las rentas delas sociedades y las políticas al respecto. La imposiciónde las empresas implica habitualmente una «presenciafísica» o un «establecimiento comercial» en un país.Esta definición puede llegar a carecer de sentido en elcaso del comercio electrónico, que no requiere en abso-luto una presencia física. Supóngase, por ejemplo, queun cliente irlandés se pone en contacto con una direc-ción de Internet irlandesa para encargar programas porInternet. La dirección de Internet puede ser sencilla-mente un ordenador que pida los programas a, porejemplo, los Estados Unidos. La empresa propietaria dela dirección que vende los programas puede estar situa-da en un paraíso fiscal. En esas circunstancias ¿quiéndeberá poder recaudar el impuesto sobre las rentas delas sociedades? ¿Puede considerarse que una direcciónde Internet constituye un establecimiento comercial?¿Existe un establecimiento comercial en los EstadosUnidos, puesto que los programas se «almacenan» enese país, o debe recaudarse el impuesto sobre las rentasde las sociedades en el lugar en que está oficialmenteregistrada la empresa, que, en este ejemplo, es el paraí-so fiscal? En el caso del comercio basado en Internet, esposible que los países tengan que reformular la defini-ción de establecimiento comercial (OCDE, OECDObserver, 1997k)27.

El impuesto sobre los bits quizá no sea uninstrumento adecuado para gravar el comercioelectrónico

Dados estos problemas fiscales, algunos economistashan sugerido que se grave la corriente de datos trans-mitida a través de Internet en lugar de la transacciónpropiamente dicha (Soete y Kamp, 1997). En teoría, un«impuesto sobre los bits« podría eliminar las ventajasde los comerciantes que intentan eludir el impuesto

26En los Estados Unidos, el comercio a través de Internet dificulta también la recaudación del impuesto interno sobre las ventas. Las ventas por correspondencia entrevarios estados están exentas del impuesto general sobre las ventas, lo cual implica, según las estimaciones, una pérdida de ingresos de varios miles de millones de dólaresanuales. Si el comercio a través de Internet recibe el mismo trato, la rápida expansión que se prevé podría dar lugar a considerables pérdidas adicionales de ingresos ydistorsiones económicas.27Otros problemas que se plantean en relación con la tributación son la prevención de los precios de transferencia y la clasificación (equivocada) de los ingresosprocedentes del comercio electrónico como ingresos resultantes de ventas, ingresos por percepción de rentas, regalías o ingresos derivados de la venta de servicios(Abrams y Doernberg, 1997).

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sobre la renta y sobre el consumo. No obstante, estapropuesta presenta una serie de inconvenientes, queparecen indicar que un impuesto sobre los bits quizá nosea un instrumento adecuado para gravar el comercioelectrónico (OCDE, 1997d). En primer lugar, es difícilmedir con precisión el volumen de la corriente de datos.En segundo lugar, habrá problemas para asignar unvalor a los datos y determinar lo que es imponible y loque no lo es. La imposición de un gravamen sobre todoslos intercambios de datos no permitiría distinguir entrelos productos de valor elevado y bajo. Significaría inclu-so que se gravarían el correo electrónico y la informa-ción, que no forman parte de una transacción comercial.Cobrar un impuesto sobre la navegación y la lectura enInternet equivaldría a cobrarlo por leer una revista o verla televisión. En resumen, un impuesto sobre los bitssería un instrumento impreciso, carente de toda sutilezadesde el punto de vista de las consideraciones de polí-tica pública.

E. El dinero electrónico

Hasta el momento, la creación de dinero electrónicopuede abordarse mediante los instrumentos jurídicosy reglamentarios establecidos

En los últimos años, el dinero electrónico (es decir, lasunidades o los signos dotados de valor monetario quetienen forma digital y se transmiten a través de las redeselectrónicas) se ha convertido en un medio de pago «enlínea». Esto ha suscitado algunas inquietudes enrelación con la protección de los consumidores, elcumplimiento de la ley, la supervisión y reglamentaciónde los emisores de dinero electrónico y los efectos en lapolítica monetaria. Dada la importancia de un sistemafinanciero estable y unas políticas monetarias ade-cuadas para la estabilidad macroeconómica, el Bancode Pagos Internacionales ha realizado una evaluacióninicial detallada de estas cuestiones, en la que se basaen gran medida el examen que figura a continuación(Banco de Pagos Internacionales, 1997) 28. El Bancohace referencia a varias consideraciones fundamentalesque quizá los consumidores, los proveedores y lasautoridades deseen tener en cuenta al aplicar y utilizarproductos monetarios electrónicos y al elaborar políticasnacionales (véase el recuadro 5). Debe señalarse, noobstante, que, hasta el momento, las expectativas enrelación con la creciente importancia del dinero elec-trónico no se han materializado por completo. Se hadescubierto que al público no le gusta pagar por el usode ese medio en las transacciones muy pequeñas, medi-das por contador, para las que se concibió originalmenteel dinero electrónico. Además, las cantidades mínimas

para el pago mediante tarjetas de crédito (la principalalternativa al dinero electrónico) siguen disminuyendo.

Por otra parte, actualmente se está intentando elimi-nar las inquietudes en materia de seguridad quedespiertan los pagos en línea mediante tarjetas decrédito. La protección de los consumidores contra elfraude, la pérdida o la insolvencia de una institución queemita dinero electrónico no plantea muchas cuestionesdistintas de las que surgen en el contexto de los mediosde pago existentes, y los gobiernos pueden abordar esosproblemas mediante las leyes y reglamentos vigentes.En cuanto al cumplimiento de la ley, en la actualidad, eldinero electrónico se utiliza sobre todo para transac-ciones de poco valor, que no suscitan, por el momento,especiales preocupaciones en relación con el blanqueode capitales, la evasión fiscal o cualquier otro delitofinanciero. Sin embargo, si pueden transferirse grandessumas en forma de dinero electrónico y si la capacidadde rastreo y los registros electrónicos siguen siendoinsatisfactorios, las transferencias transfronterizas dedinero electrónico a países con disposiciones poco efi-caces contra el blanqueo de capitales pueden constituiruna opción atractiva para los delincuentes. A medidaque evoluciona el dinero electrónico, se debe vigilar supotencial delictivo, y quizás sea necesario considerar laposibilidad de adoptar con el tiempo nuevas leyes yreglamentos.

Una tercera cuestión importante se refiere al efectode la emisión de dinero electrónico en lareglamentación y supervisión de las institucionesfinancieras. Si las instituciones crediticias existentesemiten dinero electrónico, probablemente el marcoreglamentario vigente baste para garantizar que seadopten precauciones adecuadas contra los riesgosoperacionales y en materia de liquidez y para mantenercontroles internos suficientes. Los demás emisores dedinero electrónico pueden necesitar un marcoreglamentario específicamente adaptado a ellos pero,mientras sólo se trate de pequeñas sumas, quizá seaapropiado un régimen de supervisión más indulgente.Los pagos transfronterizos, en particular, pueden crear eltemor de que los emisores se constituyan en sociedad oestablezcan instalaciones en los países cuyas prescrip-ciones reglamentarias sean menos rigurosas. Pese aestas preocupaciones, los pagos transfronterizos nodeben verse innecesariamente obstaculizados por políti-cas nacionales excesivamente restrictivas.

Por último, la emisión de dinero electrónico podríaafectar a los ingresos por concepto de monedaje y a laformulación de políticas monetarias de los bancos cen-trales. Es probable que el dinero electrónico reemplaceal dinero en metálico, lo cual haría disminuir los ingre-

28La importancia de la reglamentación y supervisión suficientes de las instituciones financieras y de unas políticas monetarias sólidas ha sido tratada detalladamentepor Kono, Low, Luanga, Mattoo, Oshikawa y Schuknecht (1997). Dahl y Lesnick (1996) examinan los requisitos de un sistema de pagos electrónicos que funcionesatisfactoriamente.

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sos de los bancos centrales por concepto de monedaje.Sin embargo, la reducción de esos ingresos sólo influiráen la financiación de las operaciones de los bancos cen-trales (y en la transferencia del residuo al presupuestodel Estado) si el dinero electrónico reemplaza un granvolumen de dinero en metálico. La formulación de lapolítica monetaria podría verse afectada debido a efec-tos sobre la oferta y la demanda de dinero y sobre lavelocidad de circulación de éste. No obstante, como nose prevé que, en un futuro próximo, haya una impor-tante sustitución de dinero en metálico y depósitos pordinero electrónico, las repercusiones deberían serinsignificantes29.

F. Mayores oportunidades en los países endesarrollo e industrializados

El acceso asequible a este medio de intercambiodifundirá más ampliamente las ventajas querepresentan los conocimientos y creará nuevasoportunidades, tanto en los países en desarrollocomo en los industrializados

El crecimiento del comercio electrónico y el uso deInternet tendrá importantes repercusiones sobre la dis-tribución y sobre las oportunidades existentes en lasociedad. Podría crearse una división cada vez mayorentre los que disponen del acceso y los conocimientosnecesarios para aprovechar las nuevas oportunidades y

los que carecen de esos requisitos previos. Este últimogrupo comprenderá probablemente, en particular, a lospobres y las personas de edad.

Estudios realizados en los Estados Unidos handemostrado que los usuarios de Internet son sobre todovarones de 15 a 50 años de edad, con un cierto nivelcultural e ingresos superiores a la media.Aunque ha cre-cido la participación de las mujeres y de los usuarios debajos ingresos y aunque se ha registrado un aumentodel número de personas de más edad que utilizanInternet, pueden ser necesarias iniciativas privadas ymedidas de política para mejorar el acceso y losconocimientos de los grupos desfavorecidos.

El descenso de los costos debido al progreso técnicoy a la creciente competencia ha hecho ya mucho másasequibles y accesibles la comunicación y el comercioelectrónicos, y pueden preverse nuevas reducciones delos precios. Esto beneficiará en particular a los menosacomodados. Las políticas gubernamentales de apoyo ala competencia y el suministro privado de equipo y ser-vicios de bajo costo pueden ser más útiles para lospobres que, por ejemplo, las subvenciones oficiales. Noobstante, también podría ser útil una cierta asistenciadel gobierno o basada en iniciativas privadas para elsuministro de infraestructura y acceso a las zonas remo-tas o a los pobres. Centros informáticos o donaciones deequipo patrocinados por el sector privado han ayudadoa los pobres a tener acceso a ordenadores en una seriede países.

Recuadro 5: Cuatro consideraciones fundamentales sobre el dinero electrónico

El Grupo de Trabajo del Banco de Pagos Internacionales que se ocupa del dinero electrónico ha examinado cuestionesrelativas a los consumidores, el cumplimiento de la ley y la supervisión que quizá los consumidores, los proveedores y lasautoridades deseen tener en cuenta al aplicar y utilizar productos monetarios electrónicos, así como al elaborar políticasnacionales. Al formular estas consideraciones, se intenta poner de relieve aspectos posiblemente importantes sin pre-conizar un enfoque de política determinado:

Transparencia: la mejor manera de que los posibles usuarios puedan adoptar decisiones bien informadas acerca de lasventajas relativas de los productos monetarios electrónicos es que las características, los costos y los riesgos de éstos seansuficientemente transparentes. La divulgación que resultaría útil para los consumidores podría comprender informaciónsobre los principales derechos de los usuarios y sobre el emisor y sus obligaciones respecto de los consumidores, sobrela aplicabilidad de cualquier seguro de depósitos o garantía de otro tipo y sobre las intenciones en lo relativo al uso delos datos de carácter personal.

Integridad financiera: la integridad financiera de cualquier emisor de dinero electrónico depende decisivamente de quetenga liquidez, capital y controles internos suficientes. La liquidez debe ser suficiente para que los emisores puedan aten-der las demandas de fondos; las políticas de inversión deben ser apropiadas para garantizar la solvencia del sistema dedinero electrónico; la administración debe establecer políticas y procedimientos de gestión del riesgo y controles internosadecuados para la protección de la integridad financiera del sistema.

Seguridad técnica: las medidas de seguridad técnica tienen importantes repercusiones sobre la fiabilidad financiera yoperacional de cualquier sistema de dinero electrónico. Deben ser objeto de una amplia evaluación con fines de protec-ción contra el fraude o la falsificación, que puede poner el peligro la integridad global del sistema.

Vulnerabilidad ante las actividades delictivas: El diseño de los sistemas de dinero electrónico puede tener una profundainfluencia en los riesgos de uso ilegal de ese y de ataques al mismo. Por lo tanto, se debe evaluar en forma realista lavulnerabilidad de los diversos productos ante esos riesgos.Fuente: Banco de Pagos Internacionales (1997), Electronic Money: Consumer Protection, Law Enforcement, Supervisory and Cross Border Issues, Basilea.

29Véase un examen más detallado de esta cuestión en Banco de Pagos Internacionales (1997) y Choi, Stahl y Winston (1997).

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El gobierno y el sector privado también podríancontribuir a la explotación de otros efectos sinérgicossocialmente beneficiosos de la expansión del comer-cio electrónico, por ejemplo, para fortalecer la comu-nicación entre las culturas y la comprensión entre lospaíses. En una iniciativa reciente, se ha propuestoque se intensifiquen los intercambios y la interacciónentre los artistas y los empresarios de telecomu-nicaciones y tecnología de la información (véase elrecuadro 6).

Otro importante elemento de la igualdad de oportu-nidades en la era de la información es la capacitación.El uso de Internet requiere conocimientos informáticos

considerables. En la actualidad, las escuelas de lospaíses industriales con frecuencia proporcionan sis-temáticamente formación informática. Pero, a medidaque la familiaridad con los ordenadores es más corrienteentre los jóvenes, se acentúan las desventajas con quese enfrentan los que carecen de conocimientos alrespecto. Para resolver este problema, es necesariaenseñanza dirigida a los adultos. Probablemente losordenadores e Internet nunca resultarán tan fáciles deutilizar como el teléfono o la televisión, pero una mejorformación (y una tecnología de fácil utilización) puedeproporcionar a casi todo el mundo los conocimientosnecesarios para beneficiarse de las nuevas oportu-nidades.

Recuadro 6: El arte e Internet

En julio de 1997, una serie de artistas y altos cargos del sector de las telecomunicaciones se reunieron en Francia paraexaminar la interdependencia entre el arte y la telecomunicación. Ambos grupos intentan lograr una comunicación abier-ta, sin fronteras geográficas, que promueva tanto la diversidad cultural como las identidades nacionales. Ambos aplicantambién un código de conducta: el arte queda limitado por normas basadas en valores éticos, morales y culturales quelos artistas se imponen a ellos mismos; la telecomunicación está sometida a normas jurídicas y costumbres que determi-nan lo que es aceptable.

El arte y las telecomunicaciones son complementarios, ya que ofrecen distintos medios de expresión a la sociedad. Lasinnovaciones culturales y artísticas han sido también una fuente de innovación en la esfera técnica. En el decenio de1900, Scriabine inventó el concepto de multimedios con sus conciertos sinestésicos de luz y música. Laszlo Moholy-Nagy,uno de los fundadores de la escuela Bauhaus, pintó el primer cuadro a través de líneas telefónicas en 1922. El músicoRobert Boog inventó el sintetizador en 1964, y Nam June Paik, un artista coreano, el primer sintetizador de vídeo en 1967.El artista francés Piotr Kowalski desarrolló un sistema de traducción directa en línea entre el francés y el inglés en 1996.

A partir de estos efectos sinérgicos entre el arte y las telecomunicaciones, la conferencia formuló una serie de recomen-daciones encaminadas a reforzar los intercambios recíprocamente beneficiosos, que se recogieron en la Carta de Souillac.Como la industria necesita una fuente constante de ideas originales e innovadoras, debe apoyar el intercambio con losartistas. En las escuelas de arte se proporcionan enseñanza y formación, y sería útil que la industria apoyara estas activi-dades. En particular, debería prepararse un programa de intercambios, con artistas residentes (algo así como los internosmédicos) en las empresas y productores residentes en las escuelas de arte. Un diálogo en línea entre los artistas, la indus-tria y el gobierno debería permitir intercambios abiertos entre esos grupos. Los gobiernos deberían proporcionar apoyofinanciero para patrocinar la investigación y el desarrollo artísticos. En el establecimiento de un sistema mundial de comu-nicación, la cooperación entre los artistas, la industria y el gobierno puede contribuir a reforzar la profundidad cultural eintelectual y la diversidad de las sociedades mediante una interacción entre las culturas, en lugar de un mero intercam-bio de bits.Fuente: Barton, J. y Foresta, D; «The Souillac Charter for Art and Industry»; Francia, julio de 1997.

Recuadro 7: Internet y los servicios médicos en Bangladesh

El intercambio de información y conocimientos actualizados sobre la investigación y los descubrimientos médicos tieneuna importancia decisiva para la existencia de sistemas de salud eficaces. Varios países en desarrollo han comenzado aaprovechar las nuevas oportunidades para obtener mejor acceso a la información médica mediante la eliminación de losobstáculos al uso de Internet y el fomento de la cooperación entre países en desarrollo e industrializados. Bangladesh esun ejemplo interesante de esta tendencia. Hasta hace poco tiempo, únicamente tenían acceso a Internet tres de las uni-versidades públicas; la mayor parte de las escuelas públicas de medicina disponían sólo de un ordenador o de ningunoy no tenían acceso a Internet. La principal, la Escuela de Medicina de Dhaka, casi no poseía suscripciones a publicacionesmédicas. Esto creaba una aguda escasez de información y hacía que el país estuviera ausente de las redes internacionalesde intercambio de información en las esferas de la salud y la medicina.

En respuesta a estas dificultades, se estableció en Bangladesh MEDINET. Esta red de información médica en línea debedar a los profesionales e instituciones acceso a Internet sin fines de lucro. MEDINET tiene un enlace con dos líneas tele-fónicas digitales, que conectan con Internet una vez por hora. La información almacenada, que se actualiza sistemática-mente, se distribuye a 60 usuarios individuales, 17 organizaciones usuarias y seis centros de distribución. Se prevé tam-bién el establecimiento de cuentas de correo electrónico y grupos locales de debate. La inscripción es gratuita y las tari-fas mensuales son relativamente bajas, de 2,50 dólares EE.UU.Fuentes: Abul Kalam, A.; «MEDINET: A nonprofit initiative to provide Internet access for medical professionals in Bangladesh»; Dhaka Medical College,Bangladesh; 1997.

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Los países en desarrollo pueden beneficiarseenormemente del comercio electrónico y de Internetpero es necesario resolver problemas fundamentalesrelativos al acceso y la formación

El comercio electrónico e Internet ofrecen a lospaíses en desarrollo considerables oportunidades deaumentar su crecimiento económico y su bienestar. Unaserie de países se benefician ya de las nuevas posibili-dades de exportación que incluyen el registro de datos,el desarrollo de programas, el procesamiento de recla-maciones y formularios y la contabilidad. A su vez, estasoportunidades atraen más inversión extranjera ynacional y, por lo tanto, promueven el crecimiento(Primo Braga, 1997). Además, es probable que lospaíses en desarrollo se beneficien considerablemente deuna mayor disponibilidad de comunicación e informa-

ción. Vienen a la mente los servicios de enseñanza y losservicios médicos, y varios países están mejorando suacceso a la información de ese tipo (recuadro 7).Internet facilitará la participación de los productores depaíses pobres en el proceso internacional de licitacionesy suministros del que, en gran medida, quedaban ex-cluidos en el pasado. La UNCTAD está apoyando losesfuerzos de los países en desarrollo a este respectomediante su Programa de Centros de Comercio. Esteestá creando una red mundial de centros de comercio, afin de facilitar el acceso de las pequeñas y medianasempresas a información relacionada con los intercam-bios comerciales y de fomentar la integración de lospaíses en desarrollo en el sistema mundial de comercio.Los centros de comercio se están conectando entre sí através de Internet (UNTPDC, 1998).

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Recuadro 8: Internet en los países en desarrollo

Gracias a su alcance mundial, Internet ofrece a los países en desarrollo grandes oportunidades de obtener informaciónque antes era inaccesible e inasequible para ellos. La transferencia de conocimientos resultante puede estimular el cre-cimiento de esos países y contribuir a su integración en los mercados mundiales. Sin embargo, en muchos países endesarrollo, la infraestructura y la tecnología de la información son insuficientes. Políticas públicas que hacen artificial-mente costoso el acceso y el equipo mediante el establecimiento de monopolios y de aranceles u otros obstáculosreglamentarios pueden agravar esas dificultades.

De resultas de esto, la infraestructura de telecomunicaciones está con frecuencia anticuada, el acceso a teléfonos y orde-nadores es limitado, los precios son altos y la calidad del servicio resulta insatisfactoria. Hay muy poco personal califica-do, los conocimientos informáticos son la excepción y los obstáculos de orden cultural y lingüístico entorpecen aún másla comunicación. En algunos países en desarrollo, las tarifas de las telecomunicaciones son 20 veces mayores que en losEstados Unidos. El costo de la inscripción y de 20 horas mensuales de servicio en línea puede equivaler al PIB anual porhabitante. Los períodos de espera para la obtención de una línea telefónica pueden ser de varios años. Incluso si estánconectados con Internet, con frecuencia los usuarios sólo pueden utilizar el correo electrónico, ya que las demás aplica-ciones son lentas y poco fiables y, por lo tanto, resultan costosas.

La creación de infraestructura y la promoción del acceso en los países en desarrollo puede exigir una ruptura radical conlas prácticas aplicadas en el pasado, y varios países están abordando esa tarea.

Se prevé que, en los próximos años, el uso de Internet experimentará un rápido crecimiento en el Asia oriental y sud-oriental, ya que las decididas políticas oficiales, las iniciativas del sector privado y la liberalización ofrecen buenas opor-tunidades en materia de infraestructura y acceso. La tasa de crecimiento del número de ordenadores principales deInternet más elevada corresponde a Hong Kong, China, y, en Singapur, tiene ya acceso a Internet el 5 por ciento de lapoblación. Se prevé que ese acceso experimentará asimismo un rápido crecimiento en Corea, Malasia, Filipinas y el TaipeiChino. También en la India, se prevé un aumento considerable del número de usuarios de Internet, de 40.000 en 1997 a2 millones en el año 2000. En China, según las proyecciones, el número de abonados a Internet se multiplicará por diez,de 300.000 usuarios actualmente a 3 millones en el año 2000.

En varios países africanos, el sector privado desempeña un importante papel en el desarrollo de Internet. El crecimientoha sido más rápido en los países con mercados abiertos y un sector de telecomunicaciones relativamente liberal, comoGhana, Côte d'Ivoire y Uganda. La infraestructura existente en Ghana ha mejorado a lo largo de los años, y quizás esepaís se convierta en la central para el África occidental y el punto de concentración internacional para Nigeria, Togo yLiberia. Además, actualmente tres regiones de Ghana están siendo conectadas por satélite a la red internacional. Se hanconcedido licencias a proveedores de servicios de acceso, a fin de estimular el crecimiento de Internet mediante tarifasde acceso más baratas.

En América Latina, como en muchas otras regiones, la comunicación basada en la red se ha visto obstaculizada por lafalta de infraestructura. Pero la liberalización y la privatización están mejorando la infraestructura y favoreciendo el acce-so. La experiencia chilena demuestra que un entorno reglamentario nacional favorable y la liberalización progresiva delos sectores de las telecomunicaciones y la tecnología de la información favorecen el acceso del país a las redes interna-cionales de comunicación. Las políticas de enseñanza han tenido en cuenta el entorno variable de la era de la informa-ción: todas las escuelas secundarias y la mitad de las escuelas primarias del país disponen de correo electrónico, lo cualpermite que los niños se acostumbren a los ordenadores y a Internet.Fuentes: NUA Internet Surveys, noviembre de 1997; www.techserver.com; Centro de Comercio Internacional UNCTAD/OMC; Forum de Comercio Internacional;febrero de 1997; «Developing a Viable Framework for Commercial Internet Operations in the Asia-Pacific Region: The Philippine Experience»; Filipinas, 1997;Quaynor, N.; «Expansion of the Internet Backbone in Ghana», Ghana, 1997.

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El ejemplo que se presenta en el recuadro 7 ilustraalgunos de los problemas básicos existentes en muchospaíses en desarrollo (y, en menor grado, en numerosaseconomías en transición). Estos problemas han limitado,hasta el momento, el disfrute de los beneficios resul-tantes del comercio electrónico y de Internet a unapequeña minoría. En muchos países en desarrollo, losingresos son tan bajos que la mayor parte de lapoblación ni siquiera tiene acceso a teléfonos. Internetestá fuera del alcance de los habitantes de esos países,salvo los muy ricos (UIT, 1997a). Otros problemas son lainfraestructura subdesarrollada y anticuada, los eleva-dos precios y la baja calidad del servicio, la inexistenciade personal calificado y la falta de conocimientos.

En respuesta a estas dificultades, los gobiernos, elsector privado, los organismos internacionales y lasorganizaciones no gubernamentales (ONG) han lanzadoiniciativas encaminadas a lograr una mejor integraciónde los países en desarrollo en la infraestructura mun-dial de la información (véanse más detalles en elrecuadro 8). En principio, nuevas tecnologías como la de

los satélites en órbita baja, la financiación y el sumi-nistro de servicios por el sector privado y la introducciónde reformas en el entorno reglamentario (eliminación delos monopolios, los obstáculos a la entrada y los con-troles de precios) deberían permitir que los países endesarrollo progresen con rapidez (Primo Braga, 1997).Efectivamente, muchos de esos países están liberalizan-do el suministro de infraestructura y el acceso a lamisma, así como el sector de la tecnología de la infor-mación. En algunos países de América latina, ONG ayu-dan a la población a adquirir conocimientos informáti-cos y a vender sus productos a través de Internet. EnIndonesia, han surgido las denominadas agrupacionescomunitarias, que dan acceso a las telecomunicacionesen las zonas rurales. El establecimiento de relacionesentre universidades de los países industrializados y endesarrollo ayuda a estas últimas a tener acceso a lasredes mundiales de información.Aunque no es probableque estas iniciativas tengan resultados importantes dela noche a la mañana, con el tiempo darán un fuerteimpulso al crecimiento y el desarrollo.

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En este capítulo se examinan las diversas influenciasque los acuerdos y actividades de la Organización Mundialdel Comercio (OMC) pueden ejercer en el comercio elec-trónico. Como en las demás partes de este estudio, elenfoque no es en absoluto prescriptivo. La finalidad esexponer en forma sistemática las principales cuestionesque parecen presentar interés en relación con el interfazentre el comercio electrónico y la OMC. El estudio no sepronuncia sobre lo que los gobiernos deben hacer, en sucaso, en lo que se refiere al entorno reglamentario o, másen general, al marco de políticas para la realización delcomercio electrónico. También es importante señalar queno se intenta en este capítulo examinar exhaustivamentetodos los aspectos de la intervención y reglamentación ofi-ciales que pueden influir en ese comercio. No se tratan,por lo tanto, toda una serie de cuestiones brevementeabordadas en el capítulo anterior, entre ellas las normassobre comunicación, la seguridad, el carácter confidencial,la reglamentación financiera y la promoción de la igualdadde oportunidades entre los usuarios efectivos y poten-ciales de Internet con fines de comercio electrónico.

El examen de los aspectos relacionados con la OMCestá dividido en siete partes. La primera, que trata de lascuestiones relativas a la infraestructura necesaria para elcomercio electrónico, se centra en el resultado de lasrecientes negociaciones encaminadas a liberalizar el co-mercio de productos de la tecnología de la información yservicios de telecomunicaciones básicas, y en ella se exa-mina también la cobertura de los servicios de acceso aInternet en los compromisos asumidos por los Miembroscon arreglo al AGCS. La segunda parte se refiere a cues-tiones de acceso a los mercados de los productos trans-mitidos por medios electrónicos 30, en particular a lasrepercusiones del acuerdo concertado hace poco por losEstados Unidos y la Unión Europea sobre derechos deaduana, que afecta a las transacciones a través deInternet, a la propuesta recientemente presentada por losEstados Unidos al Consejo General de la OMC sobre elrégimen de aduanas de las transmisiones electrónicas y ala clasificación de las transacciones electrónicas en elmarco de la OMC. En la tercera parte, se examina lo quese ha conseguido mediante los compromisos de libera-lización del comercio asumidos en virtud del AcuerdoGeneral sobre el comercio de Servicios (AGCS) en lasesferas que parecen tener mayor importancia para elcomercio electrónico (véase el recuadro 9, relativo a lafunción del AGCS).

La cuarta parte trata de la función de la OMC en lafacilitación del comercio, con insistencia en las maneras enque Internet y el intercambio electrónico de datos puedensimplificar las operaciones comerciales y la administración

de aduanas. En la quinta parte se examina la forma en queel comercio electrónico podría transformar el enfoquetradicional de la contratación pública mediante la uti-lización de tecnologías electrónicas. La sexta parte abordalos aspectos relacionados con el comercio de los derechosde propiedad intelectual y la importancia de la proteccióndel derecho de autor y los derechos conexos, así como delas marcas de fábrica o de comercio y de los nombres dedominio, para el futuro desarrollo del comercio electró-nico. En la última parte se examinan cuestiones dereglamentación relacionadas con el comercio electrónicodesde la perspectiva de la OMC.

A. Acceso a Internet

La mayor disponibilidad de infraestructura y el mayoracceso a la misma son requisitos sine qua non parala participación en el comercio electrónico a travésde Internet

No puede haber comercio electrónico si no hay accesoa dos elementos infraestructurales indispensables. Enprimer lugar, para que la información pueda transmitirse,deben estar instalados el equipo y los programas necesa-rios. En segundo lugar, debe haber acceso a redes decomunicación.Algunos de los productos y tecnologías queesto requiere están sufriendo rápidos cambios, se estándifundiendo más ampliamente y sus precios están bajan-do con rapidez. La evolución tecnológica proseguirá a unritmo acelerado, a medida que se perfecciona la tec-nología y crecen los mercados. Aunque es evidente que elprogreso tecnológico influye en la mejora de las oportu-nidades de acceso, las políticas oficiales también desem-peñan un papel importante. Los gobiernos contribuyen adeterminar si los productores y consumidores podrán be-neficiarse del comercio electrónico y en qué condiciones.

El acceso a la infraestructura necesaria para el comer-cio electrónico depende, en parte, de que los Miembrosrespeten ciertas normas de la OMC y sus compromisosrespecto de condiciones determinadas de acceso a losmercados. Se mencionarán aquí brevemente tres aspectosde esas normas y compromisos. En primer lugar, elAcuerdo sobre Tecnología de la Información elimina unaserie de aranceles sobre productos de la tecnología de lainformación indispensables para la infraestructura delcomercio electrónico y de Internet. En segundo lugar, sehan negociado, en el marco del AGCS, compromisos enmateria de acceso a los mercados, trato nacional y princi-pios de reglamentación en el sector de las telecomunica-ciones básicas. En tercer lugar, en el Anexo sobreTelecomunicaciones del AGCS se garantiza el acceso a las

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VI. El comercio electrónico y la OMC

30En el examen realizado a continuación, el término «producto», utilizado en sentido amplio, abarca todos los contenidos de transacciones basadas en Internet.

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redes y servicios públicos de telecomunicaciones y la uti-lización de los mismos. Los temas de política relacionadoscon el acceso a Internet no se tratan aquí en formaexhaustiva. Las cuestiones de propiedad intelectual relati-vas, por ejemplo, al acceso a la infraestructura se exami-narán en la sexta parte de este capítulo. Además, algunosde los aspectos que aquí se abordan, como el acceso a losmercados y el trato nacional en el caso de los servicios detelecomunicaciones y el Anexo sobre Telecomunicaciones,no sólo son pertinentes en relación con el acceso a lainfraestructura sino también en relación con el suministrode los servicios que la utilizan. Esto último se examina conmayor detalle más adelante, en otras partes de este capí-tulo.

El Acuerdo sobre Tecnología de la Informaciónelimina los obstáculos arancelarios a una ampliagama de productos infraestructurales indispensablespara el comercio electrónico

El 13 de diciembre de 1996, con ocasión de laprimera Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada

en Singapur, un total de 28 Miembros de la OMC yEstados o territorios aduaneros distintos en proceso deadhesión a la OMC31 firmaron la Declaración Ministerialsobre el Comercio de Productos de Tecnología de laInformación. El propósito de la Declaración, quereconoce la importancia de los productos de la tec-nología en el desarrollo de las industrias de la informa-ción y en la expansión dinámica de la economía mun-dial, era conseguir la máxima libertad del comerciomundial de productos de tecnología de la información yfomentar el desarrollo tecnológico continuo de la indus-tria de la tecnología de la información en todo elmundo. Sus signatarios acordaron consolidar y eliminarlos derechos de aduana y los demás derechos o cargassobre una amplia gama de productos (recuadro 10).Después de la reunión de Singapur, han pasado a serpartes en el Acuerdo sobre Tecnología de la Informaciónotros 14 países, y se prevé que este número continuaráaumentando32. El total de 28 signatarios del Acuerdosobre Tecnología de la Información alcanzado el 31 deoctubre de 1997, que abarca 43 Miembros y Estados oterritorios aduaneros distintos en proceso de adhesión a

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Recuadro 9: El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS)

El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), negociado durante la Ronda Uruguay, es el primer acuerdo co-mercial multilateral sobre servicios. Abarca todos los servicios, excepto los suministrados en ejercicio de facultades guberna-mentales. La clasificación sectorial generalmente utilizada para consignar en las listas de los países los compromisos asumi-dos en virtud del AGCS (documento MTN.GNS/W/120) comprende, además de una categoría residual de «otros servicios»,11 grandes sectores de servicios, a saber, servicios prestados a las empresas, servicios de comunicaciones, servicios de construcción,servicios de distribución, servicios de enseñanza, servicios relacionados con el medio ambiente, servicios financieros, serviciossociales y de salud, servicios de turismo y servicios relacionados con los viajes, servicios de esparcimiento, culturales ydeportivos y servicios de transporte. Estos sectores están divididos en subsectores que, en algunos casos, también tienen sub-divisiones. Los Miembros de la OMC están examinando la manera de definir y tratar los nuevos servicios en el marco del AGCS.

El comercio de servicios se define en función de cuatro modos de suministro: i) suministro transfronterizo, en el que, por ejem-plo, consumidores nacionales compran servicios de telecomunicaciones a un proveedor de otro país; ii) consumo en el extran-jero, en el que los consumidores consumen servicios en el extranjero, a veces trasladándose físicamente al lugar en que seencuentran los proveedores, como en el caso de los servicios de turismo, o enviando su propiedad al extranjero, como en elcaso de los servicios de reparación de embarcaciones; iii) presencia comercial, en el que, por ejemplo, una empresa de trans-porte o un banco extranjero establece una sucursal o una filial en el territorio de un país para suministrar servicios; yiv) movimiento de personas físicas, en el que, por ejemplo, personas físicas suministran servicios de consultoría o de construc-ción en el territorio de un país Miembro extranjero.

La finalidad del AGCS es la negociación de un conjunto de compromisos jurídicamente vinculantes, inspirados en el principiode liberalización progresiva, que aumenten la previsibilidad y creen un clima de transparencia. El marco del AGCS se componede: i) normas y obligaciones prescritas en el texto del Acuerdo; ii) anexos sobre sectores y temas determinados, en particularun anexo sobre servicios de telecomunicaciones, y iii) listas nacionales de compromisos de acceso a los mercados y tratonacional y listas de exenciones del trato NMF.

Las obligaciones generales más importantes recogidas en el AGCS son las de trato NMF (trato de la nación más favorecida)(artículo II) y transparencia (artículo III). Se aplican en forma general a todos los sectores de servicios, aunque, en el momen-to de la entrada en vigor del Acuerdo, se permitieron exenciones de la obligación de conceder el trato NMF en sectores deter-minados, exenciones que, en principio, no deben durar más de 10 años. Las obligaciones específicas se refieren al acceso a losmercados y al trato nacional (artículos XVI y XVII, respectivamente) y se aplican únicamente a los servicios consignados en lasListas de Compromisos de los países, en las que los compromisos específicos de acceso a los mercados y trato nacional seconsignan en forma de limitaciones o medidas aplicables. Estas limitaciones pueden ser horizontales (relativas a todos los sec-tores) o referirse a sectores específicos y se incluyen en las listas en relación con cada uno de los cuatro modos de suministro.Además, el artículo XVIII ofrece a los países la posibilidad de consignar en sus listas compromisos adicionales no previstos enlos dos artículos anteriormente mencionados.

31Australia; el Canadá; las Comunidades Europeas (15 miembros); Corea; los Estados Unidos; Hong Kong, China; Islandia; Indonesia; el Japón; Liechtenstein; Noruega;Singapur; Suiza; el Territorio Aduanero Distinto de Taiwán, Penghu, Kinmen y Matsu; y Turquía.32Los nuevos signatarios son Costa Rica, el Salvador, Estonia, Filipinas, la India, Israel, Macao, Malasia, Nueva Zelandia, Polonia, la República Checa, la RepúblicaEslovaca, Rumania y Tailandia.

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la OMC33, representa aproximadamente el 23 por cien-to del comercio mundial de productos de tecnología dela información.

En la Declaración Ministerial, se dispone que la eli-minación de los derechos de aduana tendrá lugar encuatro fases y que la última fase quedará completada el1º de enero del año 2000, a más tardar, a menos quehaya acuerdo en contrario de los participantes.A algunospaíses se les concede una ampliación del escalonamien-to más allá del año 2000 pero, en ningún caso, despuésdel 2005. La importancia de las reducciones arancelariasresultantes de este Acuerdo se indica en el gráfico 11para varios de los países participantes en él. Los dere-chos efectivamente aplicados en 1996 oscilaron entre el0 y el 15 por ciento en el caso de una parte considerablede las importaciones a que se refiere el Acuerdo sobreTecnología de la Información en la mayor parte de lospaíses signatarios y superaron el 15 por ciento para casitodas las importaciones en la India. Sólo Islandia,Singapur y Hong Kong, China, notificaron la aplicaciónde un régimen de franquicia a todas o casi todas lasimportaciones abarcadas por el Acuerdo.

El Comité de Participantes sobre la Expansión delComercio de Productos de Tecnología de la Informaciónse ha ocupado de algunos elementos de la labor queposiblemente haya de realizarse en el futuro. Entre otrascosas, proseguirá el examen de las discrepancias en laclasificación de los productos abarcados por el Acuerdosobre Tecnología de la Información, se seguirán exami-nando los productos incluidos y se celebrarán consultassobre los obstáculos no arancelarios que afectan alcomercio de productos de tecnología de la información.Así pues, puede preverse que la OMC continuaraesforzándose por alcanzar el objetivo de «máxima liber-

tad del comercio mundial de productos de tecnología dela información» recogido en la Declaración Ministerialsobre el Comercio de Productos de Tecnología de laInformación (OMC, 1996).

Los compromisos asumidos en virtud del AGCSrespecto de la liberalización del comercio deservicios de telecomunicaciones básicas garantizanun mejor acceso a la infraestructura indispensablepara el comercio electrónico

Cuando se concluyeron las negociaciones de laRonda Uruguay con la adopción de la Declaración deMarrakech, de 14 de abril de 1994, los gobiernos yahabían convenido en proseguir las negociaciones sobreel comercio de servicios de telecomunicaciones básicas,que, por acuerdo, se habían dejado de lado en granmedida, por considerarse políticamente inmaduras ydemasiado complejas desde el punto de vista técnicopara negociarse en el tiempo de que se disponía34. Losgobiernos esperaban que, aplazando las negociacionessobre servicios de telecomunicaciones básicas, podríanaprovechar la rápida evolución de la situación del sec-tor, debida tanto al desarrollo de nuevas tecnologíascomo a la realización de reformas reglamentarias queimplicaban una mayor dependencia de los mercados.

La distinción entre los servicios de telecomunica-ciones básicas y los servicios de telecomunicaciones devalor añadido nunca se formuló oficialmente, pero sellegó a una idea compartida de lo que se consideraríanservicios básicos a los efectos de las negociacionessobre telecomunicaciones básicas. En términos ge-nerales, los servicios de valor añadido implican laampliación de la forma o el contenido de la información,por ejemplo, mediante el suministro de almacena-

Recuadro 10: Productos que abarca el Acuerdo sobre Tecnología de la Información

Los productos a que se refiere la Declaración, también denominada Acuerdo sobre Tecnología de la Información, son lossemiconductores, los productos de telecomunicaciones, los instrumentos científicos, el soporte lógico y el equipo para la fa-bricación de semiconductores. Los semiconductores comprenden las microplaquetas y los discos (obleas) de diversostamaños y capacidades. Los productos de telecomunicaciones incluyen los teléfonos, los aparatos emisores y receptores deradiodifusión y televisión, los aparatos para la búsqueda de personas, los videofonos, los aparatos de telefax, los aparatosde conmutación y los módems. Los instrumentos científicos abarcan los dispositivos de medida y control, los cromatógrafos,los espectómetros, los dispositivos que utilizan radiaciones ópticas y el equipo de electroforesis. Los ordenadores compren-den las unidades de procesamiento de información, los teclados, las impresoras, las pantallas de control, los dispositivosexploradores y las unidades de disco duro. Se entiende por soporte lógico los medios materiales que lo contienen, como dis-quetes, cintas magnéticas y discos compactos, de acuerdo con la práctica seguida en la nomenclatura arancelaria del SistemaArmonizado. El equipo para la fabricación de semiconductores abarca una amplia diversidad de equipos y aparatos de prue-ba utilizados para producir semiconductores. Por último, algunos productos incluidos que no corresponden a ninguna de lasmencionadas categorías son los aparatos para el tratamiento de texto, las calculadoras, las cajas registradoras, los cajerosautomáticos, determinados convertidores estáticos, los tableros indicadores, los condensadores, las resistencias, los circuitosimpresos, los conductores, los cables de fibra óptica, las fotocopiadoras, el equipo de redes de ordenadores y los visua-lizadores de panel plano. Esta larga lista, que sin embargo no es exhaustiva, da una cierta idea del amplio alcance delAcuerdo sobre Tecnología de la Información por lo que se refiere a los productos abarcados.11Véanse más detalles sobre los productos inicialmente abarcados por el Acuerdo sobre Tecnología de la Información en OMC (1996) (Declaración Ministerial sobre elComercio de Productos de Tecnología de la Información, 13 de diciembre de 1996).

33La diferencia entre 28 y 43 se debe a los 15 Estados miembros de la UE.34Esta sección se inspira en gran parte en el documento OMC (1997).

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miento o extracción. Son servicios de este tipo el proce-samiento de datos en línea y el almacenamiento yextracción de bases de datos, el intercambio electrónicode datos, el correo electrónico y el correo vocal. En cam-bio, los servicios básicos incluidos en las negociacionesimplicaban la comunicación en tiempo real de informa-ción proporcionada por el cliente, como en el caso de losservicios de teléfono y de transporte de datos, sin cam-bio de la forma. Algunos gobiernos incluyeron los servi-cios de valor añadido en sus compromisos de acceso alos mercados resultantes de las negociaciones prorro-gadas. Anteriormente, 55 gobiernos habían asumido yacompromisos sobre servicios de valor añadido, en elcontexto de la conclusión de la Ronda Uruguay.

Las negociaciones prorrogadas, que terminaron final-mente en febrero de 1997, tuvieron como resultadocompromisos de 69 gobiernos (incluidos en 55 listas,contando la de las Comunidades Europeas como unasola). Casi todos los participantes asumieron compro-misos en la mayor parte de los subsectores (véase unaexplicación de la estructura del AGCS en el recuadro 9).Merece la pena señalar que muchos de los compromisosnegociados implicaban un compromiso previo respectode la futura liberalización, lo cual pone de relieve lamanera en que se han utilizado las negociaciones en el

marco del AGCS para consolidar el proceso de libera-lización.

Puede ser necesario aclarar cuál es la coberturadel suministro de servicios de acceso a Internet enlos compromisos asumidos en virtud del AGCS

No siempre queda claro en las listas de los Miembrosdel AGCS hasta qué punto los compromisos de acceso alos mercados y trato nacional abarcan el suministro deservicios de acceso a Internet. Debe tenerse presente ladiferencia entre los servicios de acceso a Internet y otrosservicios que utilizan Internet como medio de entrega.Aquí se trata de los primeros, y los últimos se examinanmás adelante, en la sección B del capítulo VI. Diez paí-ses asumieron expresamente compromisos en relacióncon el suministro de servicios de acceso a Internet en elcontexto de las negociaciones sobre servicios de teleco-municaciones básicas celebradas en virtud del AGCS. Sinembargo, que no se haga mención de compromisos deese tipo no quiere decir que no existan oportunidadesde acceso a los mercados35. Puede ocurrir también queesas oportunidades no se mencionen explícitamente enlas listas de compromisos específicos pero resultenimplícitamente de una definición más general de los ser-

35Esto puede decirse, en general, respecto de cualquier servicio. Los compromisos garantizan condiciones determinadas de acceso a los mercados. Su inexistencia noquiere decir que se niegue el acceso sino simplemente que no se han asumido compromisos vinculantes al respecto en virtud del AGCS.

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vicios de telecomunicaciones básicas sujetos a compro-misos de acceso jurídicamente vinculantes.

Cuando un Miembro se ha comprometido a abrirtodo su sector de telecomunicaciones básicas a la com-petencia, parece razonable suponer que ese compro-miso abarca a los proveedores de servicios de acceso aInternet. En ese caso, tal vez no sea necesario men-cionar expresamente este servicio de telecomunica-ciones básicas determinado. En cambio, cuando unMiembro se compromete a liberalizar parcialmente susector de telecomunicaciones básicas, quizá sea precisoque se haga específicamente referencia a los serviciosde acceso a Internet si se desea liberalizar esa actividaddeterminada. Parecería confirmar esta interpretación elhecho de que los servicios de acceso a Internet se men-cionan sobre todo expresamente en las listas de losMiembros que han conservado, por lo menos por elmomento, un cierto control monopolista o alguna otralimitación del acceso a los mercados respecto del su-ministro de servicios de telecomunicaciones básicas.

En relación con esto, merece la pena señalar que elPresidente del Grupo sobre Telecomunicaciones Básicasdistribuyó en enero de 1997 una nota interpretativa36,en la que se decía que, a menos que se indicara lo con-trario, se suponía que un compromiso en un sectordeterminado abarcaba los servicios locales, de larga dis-tancia e internacionales, para uso público y no público,basados en la utilización de instalaciones o en la reven-ta, y que utilizaran cualquier medio tecnológico de su-ministro. En la nota interpretativa se decía también que,a menos que se indicara lo contrario, cualquier compro-miso contraído respecto de servicios de circuitos priva-dos arrendados permitiría a los proveedores vender oarrendar cualquier clase de capacidad de la red para elsuministro de servicios enumerados dentro de cualquierotro subsector de servicios de telecomunicaciones. Noobstante, dado que siguen existiendo algunas dudas enlo que se refiere al grado exacto en que los compro-misos incluidos en las listas abarcan a los proveedoresde servicios relacionados con Internet, entre otras cosasporque la mencionada nota interpretativa del Presidenteno tiene carácter oficial, puede haber razones para quese aclare mejor esta cuestión entre los Miembros.

El Anexo sobre Telecomunicaciones de la OMCgarantiza el acceso a las redes y servicios públicosde transporte de telecomunicaciones y la utilizaciónde los mismos

El Anexo sobre Telecomunicaciones contiene disposi-ciones encaminadas a proteger a los usuarios de los ser-vicios de telecomunicaciones 37. Las principales serefieren al acceso a las redes y servicios públicos detransporte de telecomunicaciones y a la utilización de

los mismos. En el apartado a) del párrafo 5 del Anexo,se dispone que:

«Cada Miembro se asegurará de que se conceda atodo proveedor de servicios de otro Miembro, en térmi-nos y condiciones razonables y no discriminatorios, elacceso a las redes y servicios públicos de transporte detelecomunicaciones y la utilización de los mismos, parael suministro de cualquier servicio consignado en suLista.»

Así pues, en el Anexo se estipula que los gobiernosobligarán a los proveedores de redes y servicios públicosde transporte de telecomunicaciones a permitir el acce-so a éstos y su utilización, con inclusión de los circuitosprivados arrendados, dentro o fuera de sus fronteras, alos proveedores de servicios que tengan derechos deacceso a los mercados en virtud del AGCS. Estaobligación se entiende sin perjuicio de, entre otrascosas, el carácter confidencial de las transmisiones, elsuministro de un servicio universal y la protección de laintegridad técnica de las redes.

Hay otros dos puntos que merece la pena señalar enrelación con las disposiciones del Anexo. En primerlugar, estas obligaciones se aplican independientementede que un Miembro se haya comprometido o no a libe-ralizar el acceso a su sector de telecomunicaciones bási-cas con arreglo al AGCS. Esto se debe a que la finalidaddel Anexo es garantizar el acceso a las redes y serviciospúblicos de transporte de telecomunicaciones y la uti-lización de los mismos respecto de cualquier serviciopara el cual un Miembro haya asumido compromisosespecíficos de acceso a los mercados. Así pues, unproveedor de servicios bancarios, por ejemplo, que sebeneficie de un compromiso específico asumido en vir-tud del AGCS tendrá garantizados el acceso a las redesy servicios públicos de transporte de telecomunicacionesy la utilización de los mismos que necesite. En segundolugar, si se asume un compromiso específico en el pro-pio sector de telecomunicaciones, los proveedoresrivales de servicios de telecomunicaciones, ya sean bási-cas o de valor añadido, beneficiarios de ese compromisotendrán derecho a tener acceso a las redes y serviciosestablecidos y a hacer uso de los mismos exactamentede la misma manera que los proveedores de cualquierotro servicio. En lo que concierne a los proveedores deservicios de telecomunicaciones básicas, inclusive a losproveedores de servicios de Internet, esto equivale a underecho de interconexión. Sin embargo, durante lasnegociaciones sobre telecomunicaciones básicas,muchos consideraron que eran necesarias disposicionesreglamentarias más explícitas y detalladas, a fin degarantizar a los nuevos participantes en el mercadoacceso suficiente a los mercados, especialmente ensituaciones en las que los proveedores dominantes

36S/GBT/W/2/Rev.1.37Bronckers y Larouche (1977) y Tuthill (1996, 1997).

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podrían sucumbir a la tentación de socavar los compro-misos asumidos por los gobiernos de abrir los mercadosde los servicios de telecomunicaciones básicas.

Los artículos VIII y IX del AGCS y el Documento deReferencia relativo a los principios dereglamentación constituyen una salvaguardia contrala reducción de las oportunidades de mercadomediante la denegación del acceso a las redes

Al comienzo de las negociaciones, resultó evidenteque la existencia de monopolios y elevados niveles deconcentración en el mercado de servicios de telecomu-nicaciones básicas podía socavar o incluso anular loscompromisos de apertura de los mercados asumidos porlos gobiernos. Los proveedores monopolistas podíanponer término a la competencia de los nuevos partici-pantes de muchas maneras. Agravaba el problema elhecho de que, al no existir una infraestructura paralela,la participación eficaz de nuevos proveedores en el mer-cado requería que un proveedor dominante permitiera alos competidores tener acceso a su red en condicionescomerciales.

El Anexo sobre Telecomunicaciones y el artículo VIII,relativo a los monopolios y a los proveedores exclusivosde servicios, que lo complementa, tienen el objeto deevitar la conducta contraria a la competencia. El artícu-lo VIII impide que los proveedores monopolistas actúende manera que prive a todos los demás Miembros de untrato no discriminatorio y socaven los compromisosespecíficos de acceso a los mercados. Contiene tambiéndisposiciones dirigidas contra las prácticas de subven-ción cruzada, que influyen negativamente en lasituación de la competencia en los sectores en que losMiembros han aceptado compromisos específicos. Porotra parte, en el artículo IX del AGCS, se reconoce quelas prácticas comerciales anticompetitivas pueden limi-tar la competencia y, por ende, restringir el comercio yse prevé la celebración de consultas encaminadas aeliminar esas prácticas.

Además, los Miembros consideraron necesario adop-tar principios de reglamentación adicionales, que serecogieron en un Documento de Referencia elaboradodurante las negociaciones sobre telecomunicacionesbásicas celebradas de 1995 a comienzos de 1997. Esosprincipios se aplican en las situaciones en que los prin-cipales proveedores ejercen un control sobre instala-ciones indispensables o pueden abusar de una posicióndominante en el mercado. Las instalaciones indispen-sables son aquella que proporciona, en forma exclusivao predominante, un solo proveedor o un número limita-do de proveedores y que no es factible sustituir para su-ministrar un servicio, por razones económicas o técnicas.

Los principios de reglamentación imponen laobligación de prevenir las subvenciones cruzadas con-trarias a la competencia y el uso indebido de la informa-

ción. Los principales proveedores están obligados a pro-porcionar, en términos y condiciones y a tarifas no discri-minatorias, interconexión de calidad no menos favorableque la suministrada a todos los demás proveedores deservicios similares, inclusive a sus propias filiales. La inter-conexión debe proporcionarse también oportunamente,en términos y condiciones y a tarifas basadas en los cos-tos que sean transparentes y razonables y en forma sufi-cientemente desglosada para que los proveedores no ten-gan que pagar por el uso de componentes de la red oinstalaciones que no necesiten. Los procedimientos deinterconexión deben ser públicos. Los proveedores de ser-vicios que soliciten la interconexión con un proveedorprincipal pueden apelar a un órgano nacional indepen-diente para que solucione las diferencias que surjan acer-ca de los términos y condiciones de la interconexión. Sereconoce el derecho de los gobiernos a adoptar las dis-posiciones necesarias para que el servicio sea universal,pero deben hacerlo de manera que no otorgue una ven-taja competitiva a ningún proveedor. Los criterios para laconcesión de licencias y los términos y condiciones deéstas deben hacerse públicos, los encargados de lareglamentación deben ser imparciales e independientesde los proveedores y la asignación de recursos escasoscomo las frecuencias y las servidumbres de paso debe seroportuna, objetiva, transparente y no discriminatoria.

Se invitó a todos los participantes en las negocia-ciones a adherirse al Documento de Referencia. Sesentay tres de los 69 gobiernos que asumieron compromisosespecíficos en las negociaciones contrajeron tambiéncompromisos sobre disciplinas reglamentarias. De esos63 gobiernos, 57 aceptaron el Documento de Referenciaen su totalidad o únicamente con modificaciones demenor importancia. Los otros seis sólo aceptaron algu-nas disciplinas reglamentarias o introdujeron modifica-ciones más significativas en el Documento deReferencia. Conjuntamente, los principios dereglamentación y el Anexo sobre Telecomunicacionesdel AGCS permiten que exista el grado indispensable deconfianza en que el acceso a la infraestructura necesariapara la realización del comercio electrónico no se veráfrustrado por un comportamiento anticompetitivo. Sisurgiera ese tipo de comportamiento, los Miembros ten-drían derecho a pedir reparación, en nombre de losproveedores afectados, a través del mecanismo de solu-ción de diferencias de la OMC.

B. Cuestiones relacionadas con el acceso alos mercados

La apertura del acceso a los mercados interna-cionales es indispensable para que el comercio elec-trónico produzca beneficios, y los gobiernos tendrán queocuparse de esta cuestión. La OMC dispone ya deregímenes de acceso a los mercados: el GATT en el casodel comercio de mercancías y el AGCS en el del comer-

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cio de servicios. Se plantea la cuestión de si alguno deestos regímenes (o ambos) proporciona un marco ade-cuado para abordar el acceso a los mercados y el co-mercio electrónico. Hasta el momento, esta cuestión noparece haber sido objeto de un debate internacionalpúblico y, en el examen que se realiza a continuación, seintenta exponer algunas de las opciones y sus posiblesconsecuencias.

En este contexto, debe recordarse una propuestarecientemente formulada por los Estados Unidos sobre elacceso a los mercados en el caso del comercio electróni-co. En la propuesta, presentada al Consejo General de laOMC el 19 de febrero de 1998, se pide que los Miembrosde la OMC lleguen al acuerdo de mantener la prácticaactual de no imponer derechos de aduana sobre las trans-misiones electrónicas. La propuesta estadounidense partede la observación de que ningún gobierno considera quelas transmisiones electrónicas sean importaciones a efec-tos de la imposición de derechos de aduana, y la idea esque se consolide ese statu quo de franquicia. Dado que lapropuesta se centra únicamente en la transmisión elec-trónica de información digitalizada (y no en las mer-cancías entregadas por medios materiales tras su compraa través de Internet) y sólo se refiere a los derechos deaduana (y no a los demás gravámenes), puede conside-rarse independientemente de cualquier opinión sobre elrégimen de política conveniente para el comercio elec-trónico realizado a través de Internet. Otra iniciativa en elmismo sentido es un acuerdo concertado el 5 de sep-tiembre de 1997 por la UE y los Estados Unidos, en el queambas partes se comprometen a esforzarse porque quese llegue, lo antes posible, a un entendimiento a escalamundial de que: i) cuando las mercancías se encarguenelectrónicamente y se entreguen por medios materiales,no se impondrán derechos de importación adicionales enrelación con el uso de los medios electrónicos; ii) en todoslos demás casos de comercio electrónico tampoco seimpondrán derechos de importación.

Una observación que debe tenerse en cuenta enrelación con el comercio electrónico como medio deintercambio y que se aplica a las intervenciones depolítica en general es que no siempre será fácil identi-ficar el contenido de las transmisiones cuando los go-biernos tengan motivos fiscales, reglamentarios o rela-cionados con la protección para hacerlo. Es muy posibleque, para abordar este problema, se requiera la coope-ración internacional, además de soluciones técnicas.Pero también pueden plantearse interrogantes sobre elinstrumento que será preferible emplear. En el caso delacceso a los mercados, por ejemplo, es posible que lamejor manera de alcanzar el objetivo de que el provee-dor nacional tenga un margen de ventaja comercialsobre el proveedor extranjero sea aplicar un enfoqueque insista en la promoción más que en la protección.

La forma en que se defina el comercio electrónicoen la OMC influirá en el régimen de políticaaplicable en ese comercio

El comercio electrónico puede definirse como comer-cio de mercancías, comercio de servicios o algo diferentede ambos. El examen aquí realizado se centra en el co-mercio electrónico sometido a varias jurisdicciones, esdecir, internacional. Otra distinción que quizá resulte útiltener presente es la que puede hacerse entre la trans-misión electrónica propiamente dicha y el contenido deésta. La mencionada propuesta estadounidense serefiere al régimen aduanero de las transmisiones elec-trónicas y no intenta distinguir entre esas transmisionessegún su contenido.

Al examinar las diversas maneras de abordar el co-mercio electrónico, se deben tener presentes las dife-rencias fundamentales entre el GATT y el AGCS. Entreambos regímenes existen por lo menos cuatro diferen-cias importantes. En primer lugar, el GATT recoge unaobligación general de trato nacional mientras que, en elAGCS, la obligación depende de los compromisosespecíficos asumidos a nivel sectorial. En segundo lugar,el GATT contiene una prohibición general de las restric-ciones cuantitativas (con excepciones definidas), mien-tras que el AGCS permite la utilización de restriccionescuantitativas cuando los gobiernos desean mantenerlimitaciones del acceso a los mercados. En tercer lugar,en el GATT se prevé la imposición de derechos de adua-na a las importaciones cuando los Miembros no hanconsolidado aranceles nulos, mientras que en el AGCSse habla poco de los derechos de aduana o de losimpuestos en general, salvo para decir que cualquierrégimen impositivo debe ser compatible con los com-promisos del Miembro en materia de trato nacionalincluidos en su lista de compromisos específicos. Encuarto lugar, el GATT se centra en el comercio trans-fronterizo de mercancías. El AGCS también abarca elcomercio transfronterizo pero considera asimismo partedel comercio de servicios la presencia comercial en unajurisdicción extranjera y el comercio mediante «estable-cimiento», así como el movimiento de personas físicas.

Sólo las corrientes de información digitalizadatransmitidas a través de Internet que tienen uncierto tipo de contenido pueden considerarsesemejantes al comercio de mercancías

Supongamos que se acepta la tesis de que el comer-cio electrónico debe tratarse como comercio de mer-cancías y, por lo tanto, de que se aplicará el régimen delGATT. Este enfoque puede tener sentido si se piensa enalgunos de los productos 38 que pueden entregarsecomo información digitalizada a través de Internet peroque solemos considerar bienes. Un ejemplo evidente

38Recuérdese que, al utilizar el término «producto» en este estudio, no se distingue entre bienes y servicios.

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sería un libro, un producto claramente identificado enlos sistemas de clasificación aduanera de las mer-cancías. El contenido de un libro puede transmitirseelectrónicamente de una jurisdicción a otra y a conti-nuación transformarse en un libro en el sentido materialhabitual. El argumento sería que, puesto que un libro esuna mercancía, tiene sentido tratar la transmisión elec-trónica del contenido de un libro como comercio demercancías.

Este argumento parece razonable dentro de ciertoslímites pero, en el caso de muchas corrientes de infor-mación digitalizada, no es fácil obtener una formamaterial que pueda reconocerse como una mercancíaordinaria. Incluso las convenciones estadísticas uti-lizadas con fines de balanza de pagos distinguen entrelos productos según que formen o no parte de una serie.Por ejemplo, un libro o un conjunto de programas desti-nado al consumo masivo, que se vende en una tienda,es un producto de serie, que se considera una mer-cancía. En cambio, los datos contenidos en un discocompacto o los programas especialmente destinados aun cliente se considerarán productos que no son deserie y se clasificarán como servicios. Parecería aplicarseuna distinción similar en el caso de los servicios profe-sionales entregados por medios electrónicos, cuando latransformación del producto, consistente en informacióndigitalizada, para darle una forma material no da lugara un producto que habitualmente se considere una mer-cancía. Por ejemplo ¿se consideraría un diagnósticomédico impreso en una hoja de papel como una mer-cancía a efectos de los derechos de aduana si se trans-portara materialmente a través de una frontera en lugarde entregarse como información digital?

Toda una gama de otras corrientes de informacióndigitalizada no pueden tomar ningún tipo de formamaterial. Así será, evidentemente, en los casos en queun producto se entrega y se consume en tiempo real. Unprograma antivirus, por ejemplo, o la telefonía vocal se«consumiría» al transmitirse.

Toda una serie de transacciones que forman partedel comercio electrónico quedan ya cubiertas por laestructura del AGCS y los compromisos deliberalización del comercio asumidos en virtud deéste

Como ya se ha dicho, el suministro de servicios deinternet queda incluido en el ámbito del AGCS, y , por lotanto, es susceptible de negociación, liberalización yreglamentación con arreglo a éste. Además, muchosproductos que pueden entregarse de una jurisdicción aotra en forma de corrientes de información digitalizadase clasifican como servicios, y muchos servicios impor-tantes son ya objeto de comercio electrónico. Enalgunos casos, los Miembros ya han asumido compro-misos respecto de esos servicios en virtud del AGCS.

Estas consideraciones se han tenido presentes al exa-minar brevemente, en la sección C del capítulo VI, quefigura a continuación, la cuestión de hasta qué punto laliberalización del comercio que ha tenido lugar en elmarco del AGCS puede considerarse de interés para elcomercio electrónico.

La cuestión de la cobertura se ve complicada por fac-tores relacionados con la clasificación de los servicios yla nomenclatura. No existe para los servicios, en elmarco del AGCS, un sistema de clasificación obligatorioo que sea objeto de acuerdo universal. En muchoscasos, los Miembros han optado por aplicar la nomen-clatura elaborada a efectos del AGCS (GNS/W/120) que,en numerosos sectores, se basa en la ClasificaciónCentral de Productos (CPC) provisional de las NacionesUnidas. No obstante, la nomenclatura de la CPC no seutilizó como base de la clasificación en varios sectores,entre ellos los de servicios financieros, de telecomunica-ciones, de transporte aéreo y de transporte marítimo. Sinembargo, la mención de una partida de la CPC en laprimera columna de una lista elaborada en virtud delAGCS puede aclarar la descripción del producto y, por lotanto, el alcance exacto de un compromiso.

La CPC contiene una nomenclatura a nivel de cincodígitos y una serie de definiciones que describen cadauna de las partidas incluidas en la nomenclatura.Aunque la intención es proporcionar un sistema declasificación exhaustivo, en la práctica se recurre con fre-cuencia a la mención de otros servicios. Las descrip-ciones de la CPC son, por lo general, neutras desde elpunto de vista de la tecnología, ya que se centran en eluso final del servicio de que se trata más que en losmedios de entrega, pero esto no siempre es así. La ver-sión actual de la CPC (que debe revisarse en 1998) sepublicó en 1989 y, por lo tanto, no podía prever acon-tecimientos tecnológicos ulteriores.

En resumen, existen dos situaciones en las que surgela duda de si hay un compromiso respecto del sumi-nistro electrónico de un servicio. En primer lugar, ladescripción de la CPC (o una consignación no basada enésta) puede no ser neutra desde el punto de vista de latecnología, es decir, puede describir exhaustivamente losmedios de entrega sin hacer referencia a los medioselectrónicos. En segundo lugar, cuando no se mencionala partida de la CPC apropiada, puede no quedar clarala inclusión de un servicio determinado. Esta situaciónparecería plantearse, entre otros, en el caso de losnuevos servicios que no existían cuando se asumieronlos compromisos. Dado que el método utilizado conarreglo al AGCS para definir los productos se basa en laelaboración de una lista positiva de éstos, es dudosoque se pueda considerar que la categoría de «otros»servicios incluye los nuevos servicios.

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Si ciertas transacciones realizadas a través deInternet no se consideran comercio de mercancías nicomercio de servicios, quizá sea necesario adoptarnuevas normas o reexaminar las existentes

La idea de que determinadas corrientes de informa-ción digitalizada transmitidas a través de Internet nopueden considerarse comercio de mercancías ni comer-cio de servicios plantea importantes interrogantes encuanto al régimen aplicable a esas transacciones. Si seadopta la postura de que las normas de la OMCvigentes son insuficientes, aún cabe preguntarse hastaqué punto son necesarias nuevas normas o si lasvigentes podrían reformarse, ampliarse o interpretarsepara abarcar las actividades comerciales florecientesque tienen lugar a través de Internet y medios similares.

Sea cual fuere la decisión de los Miembros acercade la definición apropiada del comercio electrónico,parecería importante asegurar unos resultados depolítica que no distorsionen las decisioneseconómicas

Por razones históricas, las normas sobre el comerciode mercancías y el comercio de servicios han evolu-cionado por separado. Los dos conjuntos de disposi-ciones son similares en muchos aspectos pero hay tam-bién importantes diferencias entre ellos. Una preguntainteresante es hasta qué punto esas variaciones co-rresponden a diferencias intrínsecas entre las mer-cancías y los servicios, que requieren enfoques distintosde la elaboración de normas, o si reflejan diferenciasque no pueden justificarse de ese modo. En la medidaen que pueda ser cierta esta última explicación, hay quepreguntarse también si las diferencias dan lugar a unadistorsión de los incentivos para los productores o losconsumidores, con la consiguiente ineficiencia. Los efec-tos de este tipo de fricción entre el GATT y el AGCSprobablemente no sean importantes porque, en lamayor parte de los casos, se puede distinguir con unaclaridad razonable entre bienes y servicios.

Pero, cuando se trata del comercio electrónico, partede esa claridad desaparece. Productos que pueden lle-gar a ser idénticos pero que pueden definirse comobienes, servicios o algo que no es ninguna de las doscosas pueden ir de un proveedor sometido a una juris-dicción a un consumidor sometido a otra por mediosmuy diferentes. Si el entorno de políticas introduce unadistinción, por ejemplo, en el trato a efectos de los dere-chos de aduana únicamente sobre la base del medio deconducción de un producto, habrá lugar una distorsióneconómica. Por lo tanto, en los debates que se celebrenen el futuro sobre los productos entregados por medioselectrónicos, deberá tenerse presente la necesidad deprevenir esas distorsiones y mantener la neutralidad delas políticas.

C. Liberalización del comercio en el marcodel AGCS

A los efectos del comercio electrónico, podemosdividir los sectores de servicios en cuatro categorías, porlo menos, que no se superponen entre sí: en primerlugar, se puede hablar de los sectores que contribuyenal desarrollo de la infraestructura del comercio elec-trónico, en particular el de servicios de telecomunica-ciones y el de servicios de informática y servicios co-nexos, que se examinaron en la sección A del capítu-lo IV, supra; en segundo lugar, nos referiremos a los sec-tores cuyos servicios pueden entregarse realmente pormedios electrónicos, por ejemplo, los de servicios presta-dos a las empresas, de espectáculos y financieros; entercer lugar, figurarán los sectores complementarios detodo el comercio, incluido el comercio electrónico, comolos de servicios postales, de correos y de transporte; ypor último, estarán los sectores que obtendrían benefi-cios de carácter más general de las corrientes de infor-mación electrónica, por ejemplo, mediante la reduccióndel costo de las búsquedas, la mayor rapidez de la trans-misión de datos, el procesamiento electrónico de los for-mularios administrativos, etc.

Lo que nos interesa en esta sección son principal-mente los compromisos asumidos en virtud del AGCSrespecto de la segunda categoría, que abarca la entre-ga electrónica de los servicios. Resulta difícil definir conprecisión los servicios incluidos en esta categoría que,además, se amplía constantemente, con los nuevos des-cubrimientos tecnológicos. Al final de esta sección, sehace también referencia a la tercera categoría men-cionada. Por último, los servicios de la cuarta categoría,que no pueden entregarse por medios electrónicos, sonmás fáciles de definir. Comprenden claramente la mayorparte de los servicios de construcción, los relacionadoscon el medio ambiente (como el alcantarillado y la eli-minación de desperdicios), los de hospital, los de hote-les y restaurantes y los de transporte.

Los modos de suministro de mayor interés parael comercio electrónico son el suministrotransfronterizo y el consumo en el extranjero

Los dos modos de suministro de mayor interés enrelación con los servicios prestados a través de Internetson el suministro transfronterizo (modo 1) y el consumoen el extranjero (modo 2). Como se indica en las direc-trices convenidas para la consignación de los compro-misos en listas (MTN.GNS/W/164, de 3 de septiembrede 1993), los modos de suministro se definen esencial-mente sobre la base del origen del proveedor y el con-sumidor y del grado y tipo de presencia territorial queéstos tienen en el momento de la entrega del servicio.Tanto en el modo 1 como en el 2, el proveedor no estápresente en el territorio del Miembro. Por consiguiente,la distinción entre ambos modos, que depende de que

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el servicio se entregue en el territorio del Miembrodesde el territorio de otro Miembro o se entregue fueradel territorio del Miembro, no siempre es evidente.Como la presencia física del consumidor no es un crite-rio para determinar el lugar de entrega de un servicio, aveces resulta difícil saber con toda seguridad dondetiene lugar esa entrega. No intentaremos solucionar lacuestión de cómo debe clasificarse el comercio elec-trónico según los modos de suministro 39. Más bienparece apropiado examinar los compromisos asumidospor los Miembros para cada uno de los dos modos40,teniendo presente que la distinción entre el modo 1 y elmodo 2 puede ser importante por razones jurídicas,tanto para determinar la jurisdicción como para saber silos compromisos de un Miembro abarcan un determi-nado medio de entrega.

Los compromisos asumidos en virtud del AGCSgarantizan la seguridad del acceso a los mercados

Antes de pasar al análisis cuantitativo de los com-promisos, merece la pena examinar las consecuenciasdel carácter liberal de los relativos al acceso a los mer-cados y al trato nacional para el suministro electrónicode servicios. Un compromiso pleno de acceso a los mer-cados garantiza que no se impondrán restriccionescuantitativas, por ejemplo, sobre el volumen o el valorde un determinado servicio suministrado. Cabe dudar dehasta qué punto podrían aplicarse, en la práctica,restricciones de ese tipo al comercio electrónico, inclusosi no existieran compromisos de liberalización. Noobstante, los compromisos constituyen una garantía deque no se impondrán restricciones, incluso cuando seantécnicamente factibles. Un compromiso pleno de tratonacional asegura que no habrá discriminación mediantereglamentaciones o impuestos nacionales. Esto nogarantiza necesariamente un acceso libre de todarestricción, pero sí que los servicios y los proveedores deservicios extranjeros no estarán sujetos a reglamenta-ciones o impuestos más onerosos que los servicios y losproveedores de servicios nacionales.

Al examinar el nivel de compromiso en los diversossectores y modos de suministro, pueden distinguirse tresgrados de compromiso respecto de la liberalización41.En primer lugar, hay compromisos plenos, que garanti-

zan un acceso sin restricciones. En este caso, en la partede la lista correspondiente a un determinado modo desuministro se consignará el término «ninguna». Ensegundo lugar, hay compromisos parciales, referentes alas consignaciones condicionadas de algún modo poruna limitación42. Por último, en tercer lugar, hay casosen los que no hay ningún compromiso; éstos se reflejanen las listas incluyendo la expresión «sin consolidar» enrelación con el modo de que se trate y no ofrecen ningu-na garantía de acceso a los mercados.

Los compromisos asumidos en relación con losmodos 1 y 2 en los sectores de servicios pertinentes seexponen en el cuadro 11. Aunque éste contiene infor-mación tanto sobre el acceso a los mercados comosobre el trato nacional, el análisis de los niveles de com-promiso queda bastante centrado en las limitaciones delacceso a los mercados. Esto se debe no sólo a la impor-tancia de esas limitaciones para los proveedores de ser-vicios extranjeros en el momento de su entrada en elmercado sino también a que cualesquiera medidasincompatibles tanto con el artículo XVI (acceso a losmercados) como con el artículo XVII (trato nacional) seincluyen en la columna de las listas relativa al acceso alos mercados, de conformidad con el párrafo 2 delartículo XX. Debido a esta convención de la elaboraciónde las listas, no debe considerarse necesariamente quela consignación del término «ninguna» en la columnarelativa al trato nacional significa que existe un plenocompromiso respecto del trato nacional en los casos enque las limitaciones del acceso a los mercados tambiénconstituyen limitaciones del trato nacional. Esto dificul-ta la evaluación del grado de compromiso respecto deltrato nacional43.

En el cuadro 11, en la primera columna se indica elsector de que se trata y en la segunda el número depaíses que han asumido compromisos por lo menos enun subsector de un determinado sector. Así, 74 paíseshan contraído compromisos por lo menos respecto deun tipo de servicios profesionales (jurídicos, de contabi-lidad, de asesoramiento tributario, etc.). En las columnastercera, cuarta y quinta, se indica el nivel de los com-promisos de acceso a los mercados respecto del sumi-nistro transfronterizo en un sector determinado. Las trescolumnas siguientes proporcionan la misma informaciónen relación con el consumo en el extranjero y las últimas

39Véase el documento MTN.GNS/W/164. En el documento de la OMC S/FIN/W/9 se examinan los problemas que plantea la distinción entre los dos primeros modos desuministro en el caso de determinados servicios financieros.40Véanse más detalles sobre esta cuestión y sobre los problemas jurisdiccionales conexos que plantean las transacciones a través de Internet en la sección B delcapítulo V, supra.41La base de datos aún se está elaborando y no ha sido autorizada ni aprobada por los Miembros de la OMC. La responsabilidad de cualquier error u omisióncorresponde totalmente a los autores.42En la base de datos se intenta clasificar los compromisos parciales en los que son parciales por los modos que abarcan, los que son geográficamente parciales, los queson sectorialmente parciales y los que están plenamente consolidados en cada uno de los aspectos mencionados pero llevan consigo otras limitaciones, por ejemplo delvalor del servicio que puede suministrarse. Por razones de espacio y debido a que es necesario perfeccionar el análisis en este sentido en la base de datos, estas subdi-visiones no se han incluido en el estudio.43No siempre se deduce claramente de las consignaciones efectuadas en la columna de acceso a los mercados si las medidas constituyen simultáneamente limitacionesdel trato nacional o no. También es discutible la medida en que una limitación consignada en esa columna influirá en el compromiso indicado en la columna de tratonacional. Dada esta ambigüedad, los cuadros sobre los niveles de compromiso en materia de trato nacional se basan en las consignaciones efectivamente incluidas enla columna correspondiente, y no se han tenido en cuenta las medidas consignadas en la columna de acceso a los mercados. Es evidente que este método distorsionalos resultados del análisis. Véase un examen de estas cuestiones en Mattoo (1997).

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seis columnas contienen la misma información respectode los compromisos de trato nacional. Un porcentajerelativamente elevado de ningún compromiso para undeterminado sector y modo podría significar no sólo quelos Miembros no han estado dispuestos a asumir com-promisos respecto de un subsector incluido en sus listas(por ejemplo de los servicios jurídicos, incluidos en elsector de servicios profesionales), sino también quequizá un gran número de subsectores no se hayan in-cluido en las listas en absoluto.

El cuadro 11 tiende a subestimar la importanciaeconómica de los compromisos por dos razones. Enprimer lugar, las grandes economías desarrolladas hantendido a asumir más compromisos (compromisos másliberales) que las pequeñas economías en desarrollo,pero en el cuadro, todos los países son equivalentes y nose ha tomado en consideración su importancia económi-ca relativa. En segundo lugar, en los subsectores másamplios se han contraído más compromisos que en losmás pequeños pero, en el cuadro, todos los subsectoresse consideran equivalentes y no se tiene en cuenta sudiferente importancia económica.

Teniendo presentes estas matizaciones, pueden apre-ciarse varias características generales. Más de la mitadde los 130 Miembros de la OMC asumieron compro-misos en cinco de los sectores de que aquí se trata: ser-vicios profesionales, otros servicios prestados a lasempresas (que incluyen la publicidad), servicios deseguros, servicios bancarios y otros servicios financierosy servicios de agencias de viajes y organización de via-jes en grupo. Los compromisos son, por lo general, másliberales en el caso del consumo en el extranjero que enel del suministro transfronterizo. Parecería que estoquiere decir que los países están dispuestos a adoptarun enfoque más liberal cuando se trata de transaccionesque tienen lugar fuera de su territorio. El porcentaje decompromisos plenamente liberales asumidos en cadasector en relación con el suministro transfronterizosupera el 50 por ciento en el caso de los serviciospostales, de franquicia, de enseñanza superior y deguías de turismo. Estos resultados parecen indicar que,en determinados sectores, se ha hecho ya un uso con-siderable del marco del AGCS para garantizar la seguri-dad del acceso a los mercados, pero que sigue habien-do un margen importante para ampliar y profundizar elalcance de los compromisos.

A continuación se examinan otras pautas resultantesdel examen de los compromisos incluidos en las listas:

– En los servicios de informática y conexos (queincluyen los servicios de aplicación de programas deinformática, de procesamiento de datos y de basesde datos), han asumido compromisos 62 países, y el

40 por ciento de los posibles compromisos garan-tizan un acceso transfronterizo plenamente libera-lizado.

– En lo que se refiere a los servicios de telecomuni-caciones, sólo se han incluido en el cuadro los com-promisos asumidos por los Miembros de resultas dela Ronda Uruguay y no los contraídos en las nego-ciaciones prorrogadas, que aún no han comenzado asurtir efectos. Si sumamos ambos conjuntos de com-promisos, veremos que, en lo relativo a las teleco-municaciones básicas, asumieron compromisosrespecto de los servicios de teléfono 55 países, y queel 11 por ciento de ellos garantizan el suministrotransfronterizo sin restricciones. Unos 50 países con-trajeron compromisos respecto de los servicios detransmisión de datos, y el 15 por ciento de esos com-promisos garantizan que no habrá obstáculos alsuministro transfronterizo. La situación es similar enel caso de los demás servicios de telecomunicacionesbásicas. Más de 50 países asumieron compromisosrespecto de cada uno de los servicios de telecomuni-caciones de valor añadido, como el correo electró-nico, la extracción de información en línea y de basesde datos y el intercambio electrónico de datos.Alrededor de la cuarta parte de esos compromisosrepresentan consolidaciones sin restricciones respec-to del suministro transfronterizo y el consumo en elextranjero.

– Un número relativamente pequeño de países (19)han asumido compromisos sobre los servicios audio-visuales. El 11 por ciento de esos países garantizanla plena liberalización del acceso transfronterizo.

– Un número relativamente amplio de países han con-traído compromisos respecto de los servicios deseguros y de los servicios bancarios y otros serviciosfinancieros, aunque el grado de cobertura subsecto-rial es muy variable. Han asumido compromisos res-pecto del suministro transfronterizo sin restriccionesen relación con los servicios de seguros y los serviciosbancarios y otros servicios financieros el 17 yel 15 por ciento de los países, respectivamente44.

– En el caso de los servicios profesionales, han asumi-do compromisos 74 países, y el 19 por ciento de ellosgarantizan el acceso transfronterizo plenamenteliberalizado en cada subsector.

– En lo que se refiere a los servicios de distribución,han asumido compromisos un número relativamentepequeño de países: 34 en el caso de los servicioscomerciales al por mayor y 33 en el de los servicioscomerciales al por menor. Alrededor de la cuartaparte de los compromisos representan la plena con-solidación del acceso a los mercados sin limitaciones

44Estas cifras se refieren a los compromisos respecto de los servicios financieros asumidos antes de la ronda de negociaciones más reciente. La pauta de los compro-misos relativos al suministro transfronterizo no ha experimentado modificaciones significativas. Las cifras que aquí se proporcionan son algo diferentes de las presen-tadas en Kono y otros (1997) debido a un cambio del método de cálculo.

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respecto del suministro transfronterizo y el consumoen el extranjero.

– El número de compromisos asumidos en relacióncon los servicios de enseñanza también es pequeño.Sólo 20 países han contraído compromisos respectode la enseñanza superior y de adultos, y el 60 y el50 por ciento de esos países han garantizado elacceso liberalizado a los mercados para los modos1 y 2, respectivamente.

– Un gran número de países (86) han asumido com-promisos respecto de los servicios de agencias deviajes, y la mitad de ellos han garantizado el sumi-nistro transfronterizo sin limitaciones y las dos terceraspartes el consumo en el extranjero sin limitaciones.

– Pocos países han asumido compromisos respecto delos servicios de esparcimiento (28) y de agencias denoticias (14). Sin embargo, el porcentaje de ellos queha asumido plenos compromisos respecto del su-ministro transfronterizo es bastante alto, el 63 y el71 por ciento, respectivamente.

Quizá convenga destacar que la falta de compromisono significa que existan limitaciones del comercio. Esbastante probable que, en muchos países que no hanasumido compromisos, no haya en realidad obstáculosal comercio electrónico. La utilidad de los compromisosasumidos en virtud del AGCS es que garantizan que semantendrá esa apertura.

La liberalización de los compromisos relativos a losservicios complementarios del comercio electrónicopuede contribuir al desarrollo de ese comercio

Muchos bienes y servicios no pueden entregarse pormedios electrónicos. Incluso si la publicidad, los pedidos ylos pagos se realizan electrónicamente, es necesario uti-lizar medios de entrega tradicionales. Por lo tanto, los ser-vicios postales, de correos y de transporte son, en ciertamedida, complementarios del comercio en general, y sucosto elevado puede limitar el desarrollo de todo el co-mercio, incluido el comercio electrónico (véanse la sección Ddel capítulo IV y el cuadro 10). Por lo tanto, quizá sea útilexaminar brevemente los compromisos asumidos enrelación con esos servicios en virtud del AGCS.Contrariamente a lo que ocurría en el examen anterior,ahora no sólo nos interesan los compromisos asumidosrespecto de los modos 1 y 2 sino también la medida en quelos países están dispuestos a permitir la presencia comer-cial y el movimiento de personas físicas a fin de aumentarla competencia y la eficiencia de la prestación de serviciosen esos sectores.

Los servicios postales siguen siendo un monopoliopúblico en la mayor parte de los países. Sólo seis, que son

todos ellos pequeños países en desarrollo, han asumidocompromisos al respecto en virtud del AGCS. Los compro-misos tienden a ser liberales en lo que se refiere alsuministro transfronterizo y el consumo en el extranjeropero más restrictivos de la presencia comercial y la presen-cia de personas físicas. El régimen algo más amplio aplica-do a los servicios de correos se refleja en el hecho de queha asumido compromisos al respecto un mayor número de países (33). La pauta de estos compromisos es similar a lade los referentes a los servicios postales pero relativamentemenos liberal, y la proporción de compromisos plenos esconsiderablemente inferior.

Las negociaciones celebradas con arreglo al AGCS sobrediversos servicios de transporte han tenido un éxito limita-do. Las relativas a los servicios de transporte marítimo seprorrogaron después de la Ronda Uruguay pero no sepudieron concluir con éxito y tuvieron que suspenderse.Puede aducirse que el transporte marítimo internacional esya un sector abierto, pero hay margen para la liberalizaciónde los servicios auxiliares (por ejemplo, los de carga ydescarga) y los portuarios. Los servicios de transporte aéreohan quedado excluidos, en su mayor parte, del ámbito delAGCS y de las disciplinas comerciales multilaterales. Lasituación de duopolio existente en la mayor parte de lasrutas ha impedido el surgimiento de una verdadera com-petencia45. Sólo 21 países han asumido compromisos envirtud del AGCS en relación con los servicios de transportepor carretera y 37 respecto de los servicios de transportepor ferrocarril. En la mayor parte de los casos, hay limita-ciones importantes para todos los modos de suministro,con excepción del consumo en el extranjero.

D. Facilitación del comercio

La facilitación de los intercambios comerciales a travésdel comercio electrónico puede mejorar lasoportunidades de acceso a los mercados

En la sección D del capítulo IV, supra, se han señaladoya las considerables posibilidades de utilizar el comercioelectrónico para facilitar los intercambios comerciales y laadministración de aduanas. La facilitación por estos me-dios puede dar lugar a ahorros importantes en los gastosgenerales de los comerciantes y permitir que las pequeñasy medianas empresas participen por primera vez entransacciones internacionales. La gestión, basada en la tec-nología de la información, de los datos recibidos electróni-camente de los comerciantes respalda la aplicación de téc-nicas modernas de evaluación del riesgo, simplificando loscontroles aduaneros y permitiendo que los importadores yexportadores realicen economías considerables de tiempoy dinero. La eliminación de esos obstáculos «invisibles» ala participación en el mercado y factores relacionados

45En Europa, por ejemplo, se ha estimado que sólo prestan servicios más de dos líneas aéreas en el 6 por ciento de las rutas continentales. Las demás siguen estandocontroladas por pares de líneas aéreas nacionales.

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con los costos garantizan el pleno aprovechamiento de losbeneficios resultantes de los compromisos de acceso a losmercados.

En los últimos años, hemos asistido a un uso cre-ciente de sistemas basados en el intercambio electróni-co de datos para la gestión de los intercambios comer-ciales y la administración de aduanas, y un mayornúmero de países tienen intención de facilitar el comer-cio de ese modo. Debe señalarse, sin embargo, que unimportante inconveniente de los sistemas basados en elintercambio electrónico de datos es su carácter cerrado,ya que los enlaces especializados quedan limitados úni-camente a algunos organismos gubernamentales ypartes privadas interesados. Esta es la razón de quemuchos observadores defiendan ahora los sistemasbasados en Internet completamente abiertos, en los quetodas las partes interesadas, de los fabricantes a losorganismos gubernamentales, pueden enviar y recibirinformación pertinente a través de Internet. Aunqueesos sistemas abiertos facilitan considerablemente elintercambio de datos relacionados con el comercio,siguen permitiendo a las autoridades aduaneras y aotras autoridades públicas definir sus necesidades dedatos y la manera en que éstos se utilizan para eldesempeño de funciones oficiales decisivas relacionadascon la vigilancia, la recaudación de ingresos y la obser-vancia de las normas. Las ventajas de las redes abiertasserán aún mayores si los gobiernos llegan a un acuerdosobre elementos de datos comunes para la presentaciónde documentación comercial con arreglo aEDIFACT/Naciones Unidas, en lugar de insistir en utilizarsus propios formatos de datos comerciales. Se está tra-bajando en este sentido en varios foros internacionales.

Dadas las ventajas de la utilización del comercio elec-trónico para la gestión de los intercambios comercialesy la administración de aduanas, la OMC tiene conside-rable interés en apoyar cualquier esfuerzo dirigido a lafacilitación del comercio. Por lo tanto, en diciembre de1996, los ministros reunidos en Singapur encomen-daron a la OMC y, en particular, al Consejo del Comerciode Mercancías «la realización de trabajos exploratoriosy analíticos sobre la simplificación de los procedimientosque rigen el comercio, aprovechando los trabajos deotras organizaciones internacionales pertinentes, conobjeto de evaluar si procede establecer normas de laOMC en esta materia». El debate resultante que hatenido lugar en la OMC se ha centrado sobre todo,hasta el momento, en aspectos relativos a las aduanasy el cruce de fronteras. Hay muchos elementos rela-cionados con procedimientos comerciales sencillos,transparentes y racionales que ya figuran en el marcolegal de la OMC, es decir, en los artículos V, VII, VIII y Xdel GATT de 1947, así como en el Acuerdo sobreProcedimientos para el Trámite de Licencias deImportación, el Acuerdo relativo a la Aplicación delArtículo VII del GATT de 1994 (Acuerdo sobre Valoración

en Aduana), el Acuerdo sobre Inspección Previa a laExpedición, el Acuerdo sobre Normas de Origen y elAcuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio. En losdebates celebrados por los Miembros de la OMC en elConsejo del Comercio de Mercancías se han menciona-do otros aspectos, que indican la necesidad de prescrip-ciones para la elaboración de procedimientos de admi-nistración y documentación racionales, modernos yadaptados al comercio.

E. El comercio electrónico y la contrataciónpública

Es probable que el desarrollo del comercio electrónicotenga importantes repercusiones en la contrataciónpública y las normas internacionales al respecto. Elmayor uso de tecnologías electrónicas puede transformarlos procedimientos de contratación pública, a medidaque queda abierto el camino para la publicidad, la apli-cación de requisitos, la realización de licitaciones, laselección, el pago y, en algunos casos, la entrega pormedios electrónicos. Independientemente del hecho deque los instrumentos electrónicos aumentarán la eficien-cia de los procedimientos y prácticas de contratacióntradicionales, existe la posibilidad de que proporcionennuevas maneras de realizar la contratación, por ejemplo,mediante procedimientos electrónicos de aplicación derequisitos, que facilitarían la realización de licitacionesselectivas, la subasta de los contratos marco y la selec-ción de productos en existencias a partir de catálogoselectrónicos.Al mismo tiempo, la utilización del comercioelectrónico por los gobiernos plantea en muchos casoslos mismos problemas que el uso privado: la necesidadde garantizar el carácter confidencial y la seguridad delos datos, el interfuncionamiento de los sistemas y lasolución de cuestiones jurídicas como la aceptación delas firmas digitales y los recibos electrónicos.

Un número cada vez mayor de gobiernos estádesarrollando medios electrónicos para sucontratación

Aunque muchos países de todo el mundo estánintentando utilizar los medios de comunicación elec-trónicos para aumentar la eficiencia de sus proce-dimientos de contratación pública, se encuentran enfases diferentes de ese proceso. Algunos aún no han ini-ciado la aplicación; otros han comenzado a utilizar, totalo parcialmente, la tecnología de la información, en par-ticular, Internet, para la publicación de notificacionessobre oportunidades de contratación; algunos han idomás allá, haciendo lo necesario para que los documen-tos de las licitaciones puedan pedirse y quizá entregarsepor esos medios electrónicos; y, por último, otros haniniciado ya proyectos piloto con arreglo a los cuales lamayor parte posible del procedimiento de contratación,

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en particular todas las comunicaciones entre las enti-dades compradoras y los participantes en las licita-ciones, tienen lugar electrónicamente. Dentro de losdiversos países, la fase alcanzada difiere según las enti-dades, el valor de los contratos y los tipos de productoso servicios objeto de la contratación.

Algunos de los proyectos más ambiciosos se estánejecutando en los Estados Unidos y la ComunidadEuropea, donde ya se utilizan generalmente medioselectrónicos para suministrar información sobre lasoportunidades de contratación. Además, en los EstadosUnidos, el Gobierno está aplicando un programa enca-minado a simplificar la contratación mediante el «co-mercio electrónico», utilizando redes de intercambioelectrónico de datos que podrán automáticamente ac-tualizar los inventarios, pasar las facturas a los clientes,pagar a los proveedores, hacer públicas las necesidadesdel Gobierno Federal y desempeñar muchas otras tareasque ahora consumen gran cantidad de tiempo, mano deobra y papel. Se calculó que la contratación por medioselectrónicos podía hacer descender en un 10 por cientolos costos del Gobierno Federal de los Estados Unidoscorrespondientes a este capítulo y reducir en una terceraparte los tiempos de entrega. A fin de aplicar este pro-grama, se está estableciendo una red de adquisicionesfederales para todo el gobierno (FACNET), que pondrá elprocedimiento de adquisición al alcance de cualquierempresa que disponga de un ordenador personal. En laComunidad Europea, se ha comenzado a trabajar en unproyecto piloto denominado SIMAP (sistema de infor-mación para la contratación pública), que creará una redde contratación pública por medios electrónicos conobjeto de aumentar la eficiencia y la fiabilidad del pro-ceso, lograr que consuma menos tiempo y, en último tér-mino, elevar la rentabilidad, tanto para los compradorescomo para los proveedores. Existen proyectos similaresen muchos otros países, inclusive en algunos en desa-rrollo.

Quizá sea necesario modificar las normasinternacionales para facilitar el desarrollo de lacontratación por medios electrónicos

Las principales disposiciones de la OMC por las quese rige la contratación pública figuran en el Acuerdosobre Contratación Pública (ACP), del que son signata-rios 26 Miembros de la OMC 46. En el párrafo 8 delartículo XXIV del ACP, se prevé la celebración de consul-tas y, en caso necesario, la negociación de modifica-ciones al Acuerdo a medida que siga desarrollándose lautilización de la tecnología de la información en la con-tratación pública. Las consultas deberán garantizarespecialmente que i) la utilización de la tecnología de lainformación promueva el objetivo de que la contratación

pública sea abierta, no discriminatoria y eficiente medi-ante la utilización de procedimientos transparentes;ii) los contratos comprendidos en el ámbito de apli-cación del Acuerdo estén claramente definidos; y iii) seaposible identificar toda la información disponible enrelación con un contrato concreto. En la mencionadadisposición del ACP se estipula además que, cuando unaParte tenga la intención de introducir innovaciones, seesforzará por tener en cuenta las opiniones expuestaspor otras Partes en relación con los problemas quepuedan plantearse.

De conformidad con esta disposición, el Comité deContratación Pública ha iniciado una labor que incluyeel examen de posibles enmiendas de las disposicionesdel ACP para reflejar la reciente evolución de la tec-nología de la información. Se trata asimismo de exami-nar si las entidades compradoras deben tener la posibi-lidad de utilizar medios electrónicos de publicación ycomunicación en lugar de medios impresos y también sipueden reducirse los períodos mínimos que deben pre-verse para permitir que los proveedores presenten susofertas, a fin de reflejar la rapidez de las comunicacioneselectrónicas. Pero también existe la opinión de que aúnno se aprecian las plenas repercusiones del comercioelectrónico en la contratación pública y, por lo tanto, enlas normas internacionales al respecto.

Una de las preocupaciones subyacentes se refiere alos distintos efectos que la temprana sustitución de losmedios impresos de comunicación por medios electróni-cos puede tener en los posibles proveedores, según sunivel de familiaridad con el uso de la tecnología de lainformación y el acceso a redes internacionales. Por unaparte, la experiencia parece indicar que la tecnología dela información es muy útil para los proveedores que re-siden en lugares distantes y los pequeños proveedoresque disponen de menos recursos para identificar lasoportunidades de contratación y adoptar las medidasoportunas; puede corregir hasta cierto punto lasituación de desventaja en que éstos se encuentranrespecto de los proveedores locales y de mayoresdimensiones. Puede, por lo tanto, permitir que haya unamayor competencia internacional, en particular de lospaíses en desarrollo, en los procedimientos de contra-tación, lo cual redundará en beneficio no sólo del co-mercio internacional sino también de una contratacióneficiente. Sin embargo, en ocasiones se considera queexiste una contradicción entre estos posibles efectospositivos y los problemas resultantes de la situacióntemporal de desventaja en la utilización de la tecnologíade la información en que se encuentran algunospequeños proveedores y, especialmente, los provee-dores de países en desarrollo. Es probable que la solu-ción de esta contradicción sea un elemento importantepara que se pueda llegar a un acuerdo sobre modifica-

46El Canadá; la Comunidad Europea y sus Estados miembros; Corea; los Estados Unidos; Hong Kong, China; Israel; el Japón; Liechtenstein; Noruega; los PaísesBajos respecto de Aruba; Singapur, y Suiza.

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ciones del Acuerdo plurilateral y sobre la elaboración anivel multilateral de las normas de procedimiento deinterés en relación con el uso de la tecnología de lainformación que puedan resultar de la labor del Grupode Trabajo sobre la Transparencia de la ContrataciónPública, recientemente creado en la OMC.

Otro problema es si es necesaria la cooperación anivel intergubernamental para facilitar el acceso recípro-co a los diversos sistemas de contratación por medioselectrónicos y el uso de los mismos, promoviendo elinterfuncionamiento o, por lo menos, cierto grado deuniformidad en la presentación de la información y losprotocolos utilizados. Otra opinión es que puede con-fiarse en que el sector privado responderá a las deman-das de este tipo suministrando redes de valor añadido.

F. Los derechos de propiedad intelectualy el Acuerdo sobre los ADPIC

Como se dijo en el capítulo anterior, en la ampliaesfera de los derechos de propiedad intelectual hay dosaspectos de gran importancia para el futuro desarrollodel comercio electrónico: i) la protección del derecho deautor y los derechos conexos y ii) la protección de lasmarcas de fábrica o de comercio y de los nombres dedominio. Después de tratar la relación entre el comercioelectrónico y los derechos de propiedad intelectual entérminos más generales, se insistirá en el examen másdetallado de estas dos cuestiones.

La evolución gradual hacia una producción de eleva-do valor añadido basada en los conocimientos ha hechoque la propiedad intelectual adquiera una importanciacada vez mayor en las relaciones comerciales. Esto hizoque el tema se incluyera en las negociaciones de laRonda Uruguay, que tuvieron como resultado el Acuerdosobre los Aspectos de los Derechos de PropiedadIntelectual Relacionados con el Comercio o Acuerdosobre los ADPIC (véase el recuadro 11)47. De resultas dela firma de ese Acuerdo, la protección de la propiedadintelectual se ha convertido en parte integrante del sis-tema multilateral de comercio encarnado por la OMC.

Gran parte del comercio electrónico basado enInternet consiste en productos protegidos porderechos de propiedad intelectual, y esos derechosdesempeñan una importante función en el desarrollode la infraestructura y del equipo relacionado con elacceso

El aumento previsto del comercio electrónico estáestrechamente vinculado con la creciente importancia

de la propiedad intelectual. Efectivamente, gran partedel comercio que se realiza a través de Internet y deotras redes de comunicaciones electrónicas implica laventa de información, productos culturales y tecnologíaprotegidos por la propiedad intelectual o la concesiónde licencias sobre éstos. La venta de libros se ha con-vertido en una de las formas más populares de comer-cio a través de Internet, y la venta de otros productoscomo grabaciones de sonido está aumentando. Aunquemuchos libros, discos compactos o películas encargadospor Internet se siguen entregando por correo, Internet seutiliza también cada vez más como medio para entregarlos productos a los consumidores. Esto es habitual en elcaso de las noticias, los artículos y otros tipos de infor-mación comercial y técnica, y una parte creciente de losprogramas de ordenador se venden de esa manera. Unavez que lo permita la capacidad de las redes y el equipode los usuarios finales, las redes de comunicaciones seconvertirán cada vez más en un vehículo para la entre-ga directa a los hogares de productos como grabacionesde sonido y películas.

Aunque este estudio se ocupa principalmente decuestiones relacionadas con el comercio a través de lasredes de comunicaciones electrónicas, debe señalarseque la propiedad intelectual desempeña también unaimportante función de fomento del desarrollo de lainfraestructura de esas redes, es decir, del soporte lógi-co, el soporte físico y otros elementos de tecnología queconstituyen las autopistas de la información. Protege losresultados de la inversión en el logro de nuevas tec-nologías de la información y las comunicaciones, pro-porcionando así el incentivo y los medios necesariospara financiar la investigación y el desarrollo encamina-dos a perfeccionar esas tecnologías. Además, un régi-men de propiedad intelectual que funcione satisfacto-riamente facilita la transferencia de información y detecnología de las comunicaciones en forma de inversiónextranjera directa, empresas conjuntas y licencias. Lasdisposiciones relativas a la propiedad intelectual con-tenidas en el Acuerdo sobre los ADPIC tienen la fina-lidad de contribuir a la promoción de la innovación tec-nológica y a la transferencia y la difusión de la tec-nología, en beneficio recíproco de los productores y losusuarios de conocimientos tecnológicos48.

El comercio electrónico e Internet influiránen la administración de los derechos de propiedadintelectual

La tecnología de la información y de las comunica-ciones influirá en la administración y la gestión de lapropiedad intelectual. Se utiliza cada vez más paraaumentar la eficiencia de las oficinas nacionales,

47El texto del Acuerdo está disponible en el sitio web de la OMC, en http://www.wto.org, que contiene también otra información sobre el Acuerdo y sobre la labor delConsejo de los ADPIC. El sitio web da acceso a la base de datos en línea, que contiene documentos de la OMC no reservados y que han dejado de tener carácter reser-vado (es decir, públicos), en particular documentos del Consejo de los ADPIC.48Véase el artículo 7 del Acuerdo sobre los ADPIC.

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regionales e internacionales de propiedad intelectual(oficinas de patentes y de marcas de fábrica o de comer-cio) y la cooperación entre ellas. Esto beneficiará a losclientes de esas oficinas, ya que hará que los serviciossean mejores y más rápidos y, en particular, que seanmás cortos los períodos para la adquisición de los dere-chos de propiedad intelectual y que se tenga mejor acce-so a la información al respecto49. Uno de los objetivosfundamentales del sistema de patentes es facilitar ladifusión de los conocimientos tecnológicos. Las redes decomunicaciones pueden utilizarse para facilitar el acceso,desde cualquier lugar del mundo, a la útil y amplia infor-mación tecnológica que contienen los documentos de laspatentes. En cuanto al derecho del autor y los derechosconexos, las organizaciones de administración colectiva

han sido tradicionalmente de las primeras en utilizar lasnuevas tecnologías de la información en la concesión delicencias para el uso de repertorios internacionales deobras protegidas y en la distribución de ingresos a losnumerosos titulares de derechos de distintos países. Lastecnologías de la comunicación permitirán a lassociedades perceptoras de derechos mejorar los serviciosque proporcionan tanto a los titulares de derechos comoa los usuarios de materiales protegidos. Los sistemaselectrónicos de administración del derecho de autorpueden hacer factible la concesión de licencias y la dis-tribución de ingresos en forma individual en esferas enlas que la gran cantidad de obras, titulares de derechosy usuarios han hecho necesaria hasta ahora la adopciónde disposiciones colectivas.

49Algunas oficinas de propiedad intelectual ya intercambian información a través de Internet. La OMPI está estudiando actualmente la posibilidad de establecer una redmundial que conecte las oficinas de propiedad intelectual con fines de intercambio de datos y cooperación.

Recuadro 11: El Acuerdo sobre los ADPIC

El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio («Acuerdo sobre losADPIC») constituye el Anexo 1C del Acuerdo de Marrakech por el que se establece la Organización Mundial del Comercio(«Acuerdo sobre la OMC»), de 15 de abril de 1994, que entró en vigor el 1º de enero de 1995. El Acuerdo sobre los ADPICtiene la finalidad de garantizar la protección adecuada y la observancia eficaz de los derechos de propiedad intelectual y la solu-ción imparcial de las diferencias que surjan entre los Miembros de la OMC en ese terreno, en beneficio recíproco tanto de losproductores como de los usuarios de la propiedad intelectual.

Las esferas de la propiedad intelectual que abarca el Acuerdo sobre los ADPIC son las siguientes: el derecho de autor y los dere-chos conexos (es decir, los derechos de los artistas intérpretes o ejecutantes, los productores de grabaciones de sonido y losorganismos de radiodifusión); las marcas de fábrica o de comercio, incluidas las de servicio; las indicaciones geográficas; losdibujos y modelos industriales; las patentes, que incluyen la protección de las nuevas obtenciones vegetales; los esquemas detrazado de los circuitos integrados; y la información no divulgada, incluidos los secretos comerciales y los datos de pruebas.

En cada una de estas esferas de la propiedad intelectual, el Acuerdo determina las normas mínimas de protección que habrá deestablecer cada Miembro. Se definen los principales elementos de la protección, a saber, la materia objeto de protección, losderechos que han de conferirse y las excepciones permitidas a esos derechos, y la duración mínima de la protección. Las nor-mas se basan en las recogidas en los principales convenios de la OMPI anteriormente existentes, cuyas disposiciones sustanti-vas se incorporan al Acuerdo por referencia.

El segundo gran conjunto de disposiciones contenidas en el Acuerdo sobre los ADPIC consiste en prescripciones en relación conlos procedimientos y recursos nacionales para la observancia de esos derechos de propiedad intelectual (DPI): principiosgenerales aplicables a todos los procedimientos de observancia de los DPI; procedimientos y recursos civiles y administrativos;medidas provisionales; medidas especiales para la observancia en frontera; y procedimientos penales. Estos procedimientos yrecursos deben permitir que los titulares de los derechos los hagan respetar eficazmente y deben crear también salvaguardiasque impidan el uso indebido de esos derechos como obstáculos al comercio legítimo.

El Acuerdo somete las diferencias entre los Miembros de la OMC en relación con el respeto de las obligaciones sobre los ADPICa los procedimientos integrados de solución de diferencias de la OMC.

Además, en el Acuerdo se recogen ciertos principios básicos, como el de trato nacional y trato de la nación más favorecida, yalgunas normas generales encaminadas a garantizar que las dificultades de procedimiento que plantee la adquisición o el man-tenimiento de los DPI no anulen los beneficios sustantivos que deben resultar del Acuerdo.

El Acuerdo sobre los ADPIC es parte integrante del Acuerdo sobre la OMC y es vinculante para cada Miembro de la OMC a par-tir de la fecha de entrada en vigor para él del Acuerdo sobre la OMC. No obstante, en el Acuerdo sobre los ADPIC se prevénperíodos de transición, distintos según la fase de desarrollo de los Miembros, para que éstos pongan sus regímenes en con-formidad con las normas del Acuerdo. En el caso de los países desarrollados, el período de transición general terminó el 1º deenero de 1996; el período de transición aplicable a los países en desarrollo expirará el 1º de enero del año 2000 y el previstopara los países menos adelantados el 1º de enero del 2006. Los países cuya economía se halle en proceso de transformaciónpero que no sean países en desarrollo podrán, sin embargo, retrasar la aplicación hasta el año 2000, si reúnen algunas otrascondiciones. Todos los Miembros deben cumplir la obligación de otorgar el trato nacional y el trato de la nación más favoreci-da a partir del 1º de enero de 1996. En los casos en que un país en desarrollo no concede actualmente protección mediantepatentes en una determinada esfera de tecnología, especialmente a los productos farmacéuticos o los productos químicos parala agricultura, se aplican normas transitorias especiales.

El Acuerdo es administrado por el Consejo de los ADPIC, que está abierto a todos los Miembros y presenta sus informes alConsejo General de la OMC.

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La aplicación oportuna y eficaz del Acuerdo sobre losADPIC es importante para el futuro desarrollo delcomercio electrónico, y las principales dificultades sedeben al hecho de que Internet no conoce fronteras

Los conceptos y principios básicos de la propiedad in-telectual han sobrevivido a un siglo de rápidos cambioseconómicos, sociales y tecnológicos. Los objetivos tradi-cionales del sistema, que se reflejan en las normas inter-nacionales vigentes, son válidos incluso en el «ciber-espacio». Por lo tanto, la aplicación oportuna y eficaz delAcuerdo sobre los ADPIC facilita el desarrollo del comer-cio electrónico y de la infraestructura que éste requiere.Por otra parte, la evolución tecnológica y económica hadado lugar con frecuencia a modificaciones de los tiposde derechos de propiedad intelectual existentes y a laaparición de nuevos tipos, creando además nuevas difi-cultades en lo que se refiere a la observancia. Del mismomodo, el desarrollo de las redes electrónicas mundialesha planteado nuevos tipos de problemas, que quizá ten-gan que abordarse a nivel nacional y/o internacional. Acontinuación se examinan alguna de esas cuestiones quehan surgido en las esferas del derecho de autor y losderechos conexos y de las marcas de fábrica o de co-mercio. No se ha intentado hacer una lista exhaustiva, yes probable que aparezcan nuevos problemas a medidaque se adquiera mayor experiencia en el comercio através de las redes de comunicación.

Algunos de esos problemas están relacionados conlas dificultades para determinar la ley aplicable en ciertassituaciones. Aunque el examen que se realiza a conti-nuación queda limitado al derecho de autor y los dere-chos conexos y a las marcas de fabrica o de comercio,debe tenerse presente que estos problemas reflejan unacuestión jurídica de carácter más general, relacionadacon el hecho de que Internet es una red «sin fronteras»y con la dificultad que supone la aplicación de leyes yreglamentos de base territorial a actividades realizadas através de una red mundial. Para hallar soluciones prácti-cas a estos problemas en la esfera de la propiedad in-telectual, así como en otras esferas, será necesaria unacooperación cada vez mayor entre los gobiernos y den-tro del sector privado.

Asimismo, la distribución de los productos protegidospor el derecho de autor, las marcas de fabrica o de co-mercio u otros derechos de propiedad intelectual corre amenudo a cargo del titular de los derechos, que la llevaa cabo sobre una base territorial, en particular mediantela concesión de licencias. En numerosas jurisdicciones,las disposiciones para la distribución y la concesión delicencias se apoyan en normas relativas al agotamientode los derechos de distribución, que permiten a los titu-

lares de los derechos evitar la importación paralela de losproductos protegidos sacados al mercado en otrospaíses 50. Aunque anteriormente los consumidores yapodían encargar productos a otros países por correo,telefax o teléfono, la existencia del mercado electrónicomundial hará que aumente considerablemente ese tipode comercio. La entrega tradicional de los productos porcorreo, directamente a los consumidores, a través de lasfronteras, ya tiene repercusiones sobre las disposicionesde base territorial relativas a la distribución y la conce-sión de licencias. Cuando la entrega tiene lugar a travésde Internet, los productos ya no cruzan las fronteras enel sentido tradicional.

El futuro desarrollo de las ventas electrónicas y dela distribución de material protegido por el derechode autor depende de que se respete ese derecho

La tecnología digital ya ha modificado fundamental-mente el modo en que se crean, se producen y se utilizanlos materiales protegidos. Ha hecho surgir tambiénnuevos tipos de productos, en particular programas deordenador y bases de datos. Internet y otras redes elec-trónicas proporcionan ahora un nuevo medio de dis-tribución de los materiales protegidos. Sin embargo,como se ha señalado anteriormente (sección B del capí-tulo V), para que estas nuevas posibilidades puedanexplotarse plenamente, es condición previa que se creencondiciones seguras para esa distribución. Los titularesde derechos de autor se resistirán a transmitir sus mate-riales protegidos a través de la red si temen que esatransmisión por Internet dé lugar a la difusión incontro-lada y la copia de los fonogramas, las películas, los pro-gramas de ordenador y otros materiales protegidos, engrave detrimento de los sectores de la economía basadosen el derecho de autor.Asimismo, los proveedores de ser-vicios y los demás participantes en el proceso por el quelos materiales se ponen a disposición de los usuariosfinales necesitarán normas claras para poder planificar eldesarrollo de sus servicios.

El Acuerdo sobre los ADPIC y los nuevos tratadossobre derecho de autor de la OMPI protegenlos derechos de autor también en el caso de lastransacciones electrónicas

El Acuerdo sobre los ADPIC obliga a los Miembros dela OMC a cumplir las obligaciones sustantivas prescritasen el Acta de París de 1971 del Convenio de Berna parala Protección de las Obras Literarias y Artísticas(Convenio de Berna)51. Los principios tradicionales de lalegislación internacional sobre el derecho de autor con-tenidos en el Convenio de Berna, concertado original-

50En el artículo VI del Acuerdo sobre los ADPIC se dispone que, para los efectos de la solución de diferencias, no se hará uso de ninguna disposición del Acuerdo enrelación con la cuestión del agotamiento de los derechos de propiedad intelectual, siempre que se cumplan las obligaciones de trato nacional y trato de la nación másfavorecida.51El texto de Convenio de Berna y de los demás tratados administrados por la OMPI puede hallarse en el sitio web de la OMPI, en http://www.wipo.int, que contienetambién otra información sobre la OMPI y la propiedad intelectual.

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mente en 1886 y actualizado mediante revisionesperiódicas, han resultado suficientemente flexibles paradar cabida a nuevas categorías de obras y nuevos modosde crear y utilizar materiales protegidos en el entornodigital. El derecho de reproducción, previsto en elConvenio de Berna e incorporado por referencia alAcuerdo sobre los ADPIC, sigue siendo un elemento cen-tral de la protección, incluso en el entorno digital. ElAcuerdo sobre los ADPIC refuerza la aplicación de esederecho y de otros recogidos en el Convenio de Bernamediante una observancia más eficaz, la vigilancia delcumplimiento de las obligaciones y la utilización delmecanismo de solución de diferencias. Además de exigirel respeto de las normas básicas del Convenio de Berna,el Acuerdo sobre los ADPIC aclara o agrega algunos pun-tos específicos. En lo que se refiere a la tecnología digi-tal, confirma que los programas de ordenador, sean pro-gramas fuente o programas objeto, deben ser protegidoscomo obras literarias y aclara que las bases de datos ydemás compilaciones de datos o de otros materialesdeben ser protegidas como tales en virtud del derecho deautor, incluso cuando contengan datos que no estén pro-tegidos como tales con arreglo al derecho de autor.

En diciembre de 1996, se adoptaron, bajo los auspi-cios de la Organización Mundial de la PropiedadIntelectual (OMPI), dos importantes nuevos tratadossobre cuestiones relacionadas con el derecho de autor:el Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor y elTratado de la OMPI sobre Interpretaciones o Ejecucionesy Fonogramas. Los tratados debían entrar en vigor tresmeses después de que los Estados hubieran depositadoen poder del Director General de la OMPI 30 instru-mentos de ratificación o adhesión 52. Estos nuevosinstrumentos son tratados independientes, que se basanen el Convenio de Berna y en el Acuerdo sobre losADPIC pero van más allá, en algunos aspectos. Las prin-cipales mejoras relativas a la utilización de las obras ylos fonogramas en Internet y otras redes de comunica-ciones se refieren al derecho de comunicación, laelusión de medidas tecnológicas y la integridad de lainformación sobre la gestión de derechos (véase un exa-men más detallado de estos conceptos en el recua-dro 12). La aplicación de estos nuevos tratados facilitaráconsiderablemente la creación de un entorno jurídicoseguro y previsible que promoverá el desarrollo del co-

mercio electrónico que implica la distribución en líneade materiales protegidos53.

Tanto en el Acuerdo sobre los ADPIC como en elTratado de la OMPI sobre Derecho de Autor se reconoceque la protección del derecho de autor abarca las com-pilaciones de datos o de otros materiales que, porrazones de la selección o disposición de sus contenidos,constituyen creaciones de carácter intelectual. Durantelos preparativos de la Conferencia Diplomática queadoptó los nuevos tratados de la OMPI mencionados,hubo un debate sobre la necesidad de completar esadisposición proporcionando protección adicional a loselementos económicamente valiosos de las bases dedatos que requieren la inversión de recursos humanos,técnicos y financieros considerables pero pueden nobeneficiarse de la protección del derecho de autor.Aunque la Conferencia no adoptó, en el proyecto deltratado, ninguna disposición sobre esta cuestión que sele había sometido para su consideración54, las delega-ciones que participaban en ella reconocieron que lasbases de datos son un elemento vital para el desarrollode una infraestructura global de la información y expre-saron su interés en continuar el examen de las posiblesrepercusiones y beneficios de un sistema sui generis deprotección de las bases de datos a nivel internacional55.El examen se está realizando bajo los auspicios de laOMPI.

Al examinar los efectos de la tecnología digital en elderecho de autor y los derechos conexos, no debemosolvidar que el riesgo más inmediato con que seenfrentan los sectores de la economía basados en elderecho de autor es la producción y distribución degrabaciones de sonido, películas, programas de orde-nador, CD-ROM, etc., piratas por medios tradicionales.Estos productos son cada vez más vulnerables ante lapiratería, dada la facilidad con que pueden hacersecopias digitales de ellos y el costo cada vez menor deesas copias, así como el hecho de que la informacióndigital puede copiarse una y otra vez sin perdida de ca-lidad. En este sentido, el Acuerdo sobre los ADPIC tratade poner a disposición de los titulares de derechosmedios eficaces de hacer respetar sus derechos depropiedad intelectual. En el Acuerdo se prevén tambiénderechos de arrendamiento respecto de los programasde ordenador y los fonogramas y, en determinadas

52Los textos de los tratados pueden hallarse en el sitio web de la OMPI, en http://www.wipo.int, que contiene también los documentos de la Conferencia Diplomáticasobre Ciertas Cuestiones de Derecho de Autor y Derechos Conexos, celebrada en Ginebra del 2 al 20 de diciembre de 1996, y una lista de los signatarios y las ratifica-ciones de los tratados.53Algunos temas no se abordaron en los tratados sino que se dejaron al arbitrio de las autoridades nacionales, entre ellos, la cuestión de la responsabilidad del provee-dor de servicios en línea y la del alcance del derecho de reproducción, es decir, de si las reproducciones momentáneas que tienen lugar cuando se trasmite material pro-tegido a través de Internet están cubiertas por ese derecho. Ambas cuestiones están relacionadas con el tema más general de qué ley o leyes deben aplicarse a la uti-lización de material protegido en Internet. El hecho de que Internet sea una red «sin fronteras» puede hacer también difícil la determinación del «país de origen» de lasobras publicadas por primera vez en forma electrónica. El proyecto de artículo 3 de la Propuesta Básica de las Disposiciones Sustantivas del Tratado sobre ciertasCuestiones Relativas a la Protección de las Obras Literarias y Artísticas para Consideración por la Conferencia Diplomática (documento CRNR/DC/6 de la OMPI) conteníauna aclaración a este respecto, pero no fue incluido en el texto definitivo del Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor.54Véase la Propuesta Básica de las Disposiciones Sustantivas del Tratado Relativo a la Propiedad Intelectual respecto de las Bases de Datos, para consideración por laConferencia Diplomática (Documento CRNR/DC/6 de la OMPI), que otorga al fabricante de una base de datos el derecho a autorizar o prohibir la extracción o utilizaciónde la totalidad o de una parte sustancial del contenido de una base de datos (véanse los proyectos de artículos 2 y 3 de la Propuesta).55Véase la Recomendación relativa a las Bases de Datos adoptada por la Conferencia Diplomática el 20 de diciembre de 1996 (documento CRNR/DC/100 de la OMPI).

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situaciones, las obras cinematográficas, dado que suarrendamiento incontrolado, ya sea en forma digital oanalógica, puede dar lugar a una realización muy difun-dida de copias no autorizadas. Además, los Miembrosde la OMC han convenido en cooperar entre sí conmiras a eliminar el comercio internacional de mercancíasque infrinjan los derechos de propiedad intelectual. Laexperiencia en la lucha contra las formas tradicionalesde piratería y la creciente cooperación entre los organis-mos responsables de la observancia de las disposicionesal respecto contribuirá también a la preparación para laadopción de medidas contra las nuevas formas depiratería en línea que puedan surgir.

Pese a las dificultades, el comercio electrónico eInternet ofrecen grandes y nuevas oportunidades alos consumidores y productores de productosprotegidos por el derecho de autor

Aunque no debemos subestimar las dificultades quecrean las redes de comunicaciones mundiales para lareglamentación y la observancia del derecho de autor ylos derechos conexos, tampoco debemos olvidar lasgrandes y nuevas oportunidades que ofrecen esas redes.En lo que se refiere a los consumidores, Internet puedeproporcionarles una selección más amplia de informa-ción y productos culturales, con independencia de sulugar de residencia, y, en lo que concierne a los autores,

los editores y los productores, puede reducir sus costosy los obstáculos a su entrada en los mercados mun-diales. Es probable que el costo de las transacciones y eltiempo que éstas requieren disminuya con rapidez. Noobstante, este escenario positivo requiere que los go-biernos y el sector privado logren formular y aplicar unacombinación adecuada de medidas reglamentarias, con-tractuales y tecnológicas e informar mejor al públicosobre la función del derecho de autor y los derechosconexos en la sociedad de la información.

El Acuerdo sobre los ADPIC protege las marcas defábrica o de comercio y otros signos distintivos quepermiten a los consumidores elegir con mayorconocimiento de causa

La protección de las marcas de fábrica o de comercioy de otros signos distintivos tiene la finalidad de esti-mular y garantizar la competencia leal entre los produc-tores y de proteger a los consumidores, permitiéndoleselegir con conocimiento de causa entre los diversosbienes y servicios. En el comercio electrónico, elreconocimiento de las marcas es esencial para losproveedores. En cuanto a los consumidores que com-pran productos a distancia, pueden necesitar cada vezmás confiar en la reputación de las marcas de fábrica uotros signos distintivos, puesto que no tienen la oportu-nidad de establecer un contacto personal con el vende-

Recuadro 12: Las comunicaciones en línea y los nuevos tratados de la OMPI

Las principales mejoras del nivel anteriormente existente de protección de los derechos de los autores, los artistas intérpreteso ejecutantes y los productores de fonogramas en los Tratados de la OMPI sobre Derecho de Autor y sobre Interpretación oEjecución y Fonogramas, relativas a la utilización de las obras en Internet, se refieren al derecho de comunicación, la acciónde eludir medidas tecnológicas y la integridad de la información sobre la gestión de derechos.

Los autores, los artistas intérpretes o ejecutantes y los productores de fonogramas gozarán del derecho exclusivo de auto-rizar la comunicación al público o la puesta a disposición de éste de su material protegido, por medios alámbricos o inalám-bricos, de tal forma que los miembros del público puedan tener acceso a éste desde el lugar y en el momento que cada unode ellos elija. Estos derechos abarcan, por ejemplo, la entrega de las obras por Internet cuando se solicite (artículo 8 delTratado de la OMPI sobre Derecho de Autor y artículos 10 y 14 del Tratado de la OMPI sobre Interpretación o Ejecución yFonogramas).

En los tratados se reconoce la función que desempeñan las medidas tecnológicas utilizadas por los titulares de los derechospara obtener una protección eficaz. Existen, o se están desarrollando, diversas tecnologías que, por ejemplo, adjuntan a losejemplares digitales de una obra información destinada a controlar el acceso a ella o a limitar su copia. A fin de asegurar laeficacia de esas medidas, las Partes Contratantes en los tratados deberán proporcionar protección jurídica adecuada y recur-sos jurídicos efectivos contra la acción de eludir medidas tecnológicas efectivas que sean utilizadas por autores, artistas intér-pretes o ejecutantes o productores de fonogramas en relación con el ejercicio de sus derechos y que, respecto de su mate-rial protegido, restrinjan actos que no estén autorizados por los titulares de derechos interesados o permitidos por la Ley(artículo 11 del Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor y artículo 18 del Tratado de la OMPI sobre Interpretación oEjecución y Fonogramas).

La administración colectiva de los materiales protegidos transmitidos por Internet y la concesión de licencias individuales alrespecto pueden ser facilitadas por información electrónica sobre la gestión de derechos que puede adjuntarse a los ejem-plares digitales de las obras y demás materiales. Las técnicas más recientes son los sobres y las marcas de agua digitales,que permiten al titular de derechos adjuntar a un ejemplar de una obra información que, por ejemplo, identifica la obra, asu autor y a cualesquiera otros titulares de derechos sobre ella o determina los términos y condiciones de su utilización. Enlos tratados se dispone que las Partes Contratantes proporcionarán recursos jurídicos adecuados y efectivos contra cualquierpersona que, sin autorización, suprima o altere información de ese tipo o distribuya ejemplares de material protegido sa-biendo que esa información ha sido suprimida o alterada sin autorización, sabiendo o, con respecto a recursos civiles, tenien-do motivos razonables para saber que induce, permite, facilita u oculta una infracción de cualquiera de los derechos previs-tos en los tratados (artículo 12 del Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor y artículo 19 del Tratado de la OMPI sobreInterpretación o Ejecución y Fonogramas).

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dor o de inspeccionar los productos antes de comprar-los.

En el Acuerdo sobre los ADPIC se dispone que podráconstituir una marca de fábrica o de comercio cualquiersigno o combinación de signos que sean capaces de dis-tinguir los bienes o servicios de una empresa de los deotras empresas. A fin de gozar de protección, las empre-sas registran por lo general sus marcas en cada uno delos países en los que funcionan56. El registro se efectúarespecto de bienes o servicios determinados. El titular deuna marca de fábrica o de comercio registrada goza delderecho exclusivo de impedir que otros utilicen en elcurso de operaciones comerciales signos idénticos osimilares para bienes o servicios que sean idénticos osimilares a aquellos para los que se haya registrado lamarca, si ese uso daría lugar a probabilidad de con-fusión. El Acuerdo contiene otras obligaciones respectode las marcas notoriamente conocidas: debe denegarseo cancelarse el registro de una marca y debe prohibirsesu uso en caso de conflicto con una marca notoriamenteconocida.

El uso de marcas de fábrica o de comercio enInternet plantea varios problemas, especialmente enrelación con los nombres de dominio de Internet

El uso de marcas de fábrica o de comercio en Internetplantea varias cuestiones. ¿En qué circunstancias y enqué jurisdicción o jurisdicciones constituye ese uso deuna marca una violación de los derechos del titular deuna marca registrada? Si se considera que el uso cons-tituye una violación de ese tipo en un país ¿qué recur-sos deben existir, en particular si la transmisión procedede otro país? Con arreglo a la legislación nacional, eluso de una marca de fábrica o de comercio puede sercondición para el registro o para el mantenimiento delregistro; ¿cumple esa condición el uso de una marca defábrica o de comercio en Internet y, en caso afirmativo,en qué países? Diferentes personas pueden ser titularesen distintos países de marcas de fábrica o de comercioidénticas o similares; el uso de esas marcas en Internetpor uno o varios de los titulares de derechos puede darlugar a conflictos. ¿Es suficiente el actual sistema deregistro de marcas de fábrica o de comercio de baseterritorial para el mercado electrónico sin fronteras queestá surgiendo?

Una cuestión concreta que ha atraído gran atenciónse refiere a la relación entre las marcas de fábrica o decomercio y los nombres de dominio de Internet 57.Algunos de los problemas se deben a que, en cada nom-bre de dominio de nivel superior, únicamente puedehaber uno de cada nombre de dominio de segundo niveldeterminado y a que éstos se asignan, por lo general, alos primeros que los solicitan, dentro de cada nombre dedominio de nivel superior. Por otra parte, pueden existirlas mismas marcas de fábrica o de comercio para distin-tas categorías de productos o servicios y en distintos ter-ritorios. Además, ha habido problemas como el «alma-cenamiento» de nombres de dominio de segundo nivelcorrespondientes a marcas de fábrica o de comercionotoriamente conocidas con fines de venta a los titu-lares de las marcas. Al mismo tiempo, los propios nom-bres de dominio fáciles de recordar se han convertido enbienes comercialmente valiosos, semejantes a lapropiedad intelectual. Uno de los interrogantes que sehan planteado es en qué circunstancias y en qué juris-dicción o jurisdicciones puede el uso de un nombre dedominio idéntico o similar a una marca de fábrica o decomercio constituir una violación de los derechos deltitular de la marca y de qué recursos debe disponer esetitular. Es necesario continuar el examen para determi-nar si los mencionados problemas exigen adaptacionesde la protección internacional de las marcas de fábricao de comercio.

Los conflictos entre las marcas de fábrica o de co-mercio y los nombres de dominio han hecho pasar tam-bién a primer plano la cuestión más general, no limita-da a la propiedad intelectual, de la mejor manera dedesarrollar la reglamentación del sistema de nombresde dominio. El 1º de mayo de 1997 se firmó en Ginebraun Memorándum de Entendimiento sobre el Espacio deNombres de Dominio de Nivel Superior Genérico delSistema de Nombres de Dominio de Internet, que recogelas conclusiones del informe final del Comité EspecialInternacional, convocado por la Sociedad Internet y laEntidad de asignación de nombres Internet. En esteMemorándum se establece un programa para la mejoradel sistema de nombres de dominio de nivel superiorgenérico y la creación de una estructura autorreglamen-tada para el registro de nombres de dominio de segun-do nivel en el marco de los nuevos nombres de domi-nios de nivel superior genéricos. La política está destina-da a proporcionar un mecanismo para la solución de lasdiferencias relativas a los registros efectuados bajo los

56Es posible obtener protección para las marcas de fábrica o de comercio en más de un país a través de determinadas oficinas de marcas regionales. En el Arreglo deMadrid relativo al Registro Internacional de Marcas, se prevé la solicitud internacional del registro de marcas de fábrica o de comercio en la Oficina Internacional de laOMPI.57Los nombres de dominio son parte del sistema de direcciones de Internet, que consta de dos elementos. Cada ordenador posee su dirección de protocolo de Internet,un identificador numérico muy semejante a un número de teléfono. Esos identificadores numéricos van unidos a nombres de dominio, que son sustitutos del identifi-cador numérico adaptados al usuario. Cuando un nombre de dominio se teclea en un ordenador, se convierte automáticamente en el identificador numérico correspon-diente. Por ejemplo, el sitio web de la OMC puede hallarse en http://www.wto.org. El prefijo http.//www indica el protocolo que ha de utilizarse y que el sitio está loca-lizado en la World Wide Web. El nombre de dominio debe tener, por lo menos, dos partes; un nombre de dominio de nivel superior, en este caso, «.org», y un nombrede dominio de segundo nivel, que en el ejemplo es «wto». Cualquier persona o entidad de cualquier país puede inscribirse en los principales nombres de dominios denivel superior genéricos (también denominados nombres de dominios de nivel superior Internacionales), que son actualmente .com, .org, y .net. El más popular es .com,que está reservado a las entidades comerciales. Los nombres de dominios de nivel superior de dos letras, que representan claves de países y utilizan las claves depaíses previstas en la norma 3166 de la ISO (por ejemplo .ch para Suiza), están reservados a las entidades de un país determinado.

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nuevos nombres de dominios de nivel superior genéri-cos. En respuesta a las inquietudes acerca de la ade-cuación y la coherencia del actual sistema de baseregional de protección de los derechos de propiedadintelectual, en particular de las marcas de fábrica o decomercio, se prevén como parte del mecanismo, normassustantivas para la solución de los conflictos entre losnombres de dominio y los derechos de propiedad exis-tentes, que permitirán resolver los conflictos que surjanen el marco de un sistema mundial de nombres dedominio. Han participado en la preparación de estapolítica la Oficina Internacional de la OMPI y laSecretaría de la Unión Internacional de Telecomunica-ciones (UIT), y con arreglo a ella, el Centro de Arbitrajey Mediación de la OMPI administraría los procedimien-tos de solución de diferencias58 y el Secretario Generalde la UIT actuaría como depositario del Memorándumde Entendimiento59. Otro plan para desarrollar la regla-mentación del sistema de nombres de dominio figura enun proyecto para debate consistente en una propuestaencaminada a mejorar la administración técnica de losnombres y las direcciones de Internet, que ha sido pu-blicado por el Departamento de Comercio de losEstados Unidos el 30 de enero de 1998. El plan prevé elestablecimiento de una sociedad privada, sin fines delucro, que asumiría gradualmente determinadas respon-sabilidades relacionadas con la reglamentación deInternet y el sistema de nombres de dominio, y lacreación de hasta cinco nuevos registros, a cada uno delos cuales se le permitiría inicialmente administrar unnuevo nombre de dominio de nivel superior genérico60.

Aunque el examen realizado se ha centrado en lasmarcas de fábrica o de comercio, hay que tener presenteque pueden plantearse problemas similares respecto delos demás signos distintivos protegidos por derechos depropiedad intelectual. En lo que se refiere a las indica-ciones geográficas, en el Acuerdo sobre los ADPIC sedispone que las partes interesadas deberán tener losmedios legales para impedir el uso de indicaciones queinduzcan al publico a error en cuanto al origen geográ-fico del producto y la utilización que constituya un actode competencia desleal. Se prevé protección adicionalpara las indicaciones geográficas de los vinos y bebidasespirituosas. Otras categorías pertinentes de signos dis-tintivos son los emblemas estatales y los nombrescomerciales.

G. Problemas de reglamentación en la OMC

La necesidad de reglamentación en algunascircunstancias es indudable. Lo que importa es cómose elaboran y administran las reglamentaciones

Un importante reto con que se enfrenta el sistema decomercio es la necesidad de garantizar el marco jurídicode la liberalización sin violar la libertad de los gobiernospara tratar de alcanzar objetivos nacionales legítimos.Habitualmente, habrá tres razones de carácter generalpor las que los gobiernos intentarán adoptarreglamentaciones basadas en motivos de política públi-ca. En primer lugar, la mayor parte de los gobiernosasumen la responsabilidad de proteger a los consumi-dores. Esa protección puede ser necesaria en distintascircunstancias, desde casos relativamente leves de vul-nerabilidad del consumidor ante la falta de informacióno la información errónea a situaciones más graves querepresentan una amenaza para la vida o la salud. Ensegundo lugar, los gobiernos pueden adoptarreglamentaciones por razones de suprema importanciarelacionadas con el interés público o la seguridadnacional. En tercer lugar, la reglamentación puede tenerla finalidad de contrarrestar situaciones insatisfactoriasdel mercado, como el poder monopolista de uno ovarios proveedores.

Ni el GATT ni el AGCS intentan pronunciarse acercade la legitimidad de los objetivos de la reglamentacióncomo tales, siempre que el fin no sea la protección de laproducción nacional. La OMC se centra, en cambio, enla manera en que se alcanzan esos objetivos, tratandode que las reglamentaciones no se conviertan en unmedio sustitutivo de discriminación o protección. Unanorma fundamental es que la intervención reglamen-taria no debe ser más gravosa ni restrictiva del comerciode lo necesario para alcanzar su objetivo. Este requisitode que las normas restrinjan el comercio lo menos posi-ble tiene la finalidad de asegurar que la reglamentaciónno se haga sentir excesivamente. Esto es especialmenteimportante en la esfera del comercio electrónico, en laque quizá resulte difícil identificar las transacciones, porlo que los gobiernos pueden sentirse tentados deestablecer controles demasiado generales, que limitenlas transacciones legítimas o incluso aquéllas que notengan que reglamentarse en absoluto. En la búsquedade un equilibrio que garantice que la reglamentaciónsea lo menos invasora posible, es importante determinarquién deberá ser responsable de las normas que hayan

58Con arreglo al Memorándum de Entendimiento, se prevé que el Centro de Arbitraje y Mediación de la OMPI administraría tres distintos procedimientos de solución dediferencias relacionados con el registro de los nombres de dominio que abarca el Memorándum: la mediación en línea, el arbitraje acelerado en línea, y el procedimientode los grupos de impugnación administrativa en línea. La mediación en línea y el arbitraje acelerado en línea se basarían en las normas actuales de la OMPI sobre arbi-traje. Los procedimientos aplicados en los grupos de impugnación administrativa en línea se definirían en las Normas de la OMPI para los procedimientos de los gruposde impugnación administrativa de nombres de dominio de Internet, y los criterios para la solución de las diferencias en las Directrices sustantivas relativas a los gruposde impugnación administrativa de nombres de dominio. Tanto las normas de procedimiento como las directrices sustantivas aún se están elaborando.59El texto del Memorándum de Entendimiento puede hallarse, junto con información conexa, en el sitio web del Memorándum de Entendimiento (gTLD-MoU), enhttp://gtld-mou.org.60La propuesta puede hallarse en el sitio web de la Administración Nacional de Telecomunicaciones de los Estados Unidos, en http://www.ntia.doc.gov.

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de adoptarse. El gobierno no tiene que cumplir necesa-riamente una función normativa de primera instancia. Enmuchos casos, la autorreglamentación de uno u otro tipopuede ser la solución. Si existe un problema debido a ladesigualdad del acceso a la información, lo cual ocurrecon frecuencia, la intervención necesaria consiste simple-mente en suministrar información, y no es preciso que elgobierno lo haga en forma directa. La tarea puedeencomendarse a los productores o desempeñarse me-diante algún tipo de acuerdo en el que participe unaentidad no gubernamental. La decisión final de hacer ono una compra quedaría entonces en manos de los con-sumidores (que ya estarían bien informados), y el gobier-no se limitaría prácticamente a proporcionar la posibili-dad de recurso contra el suministro de información falsa.En otros casos, el gobierno podría ordenar que se pusieradeterminada información a disposición de los consumi-dores, sin tomar parte en su suministro. O quizá podríaestablecer un centro de coordinación, al que se dirigiríanlos consumidores para obtener información.

Sea cual fuere la naturaleza exacta de esas disposi-ciones, lo importante es que los consumidores, los pro-ductores o los proveedores pueden actuar como agentesde facto o de jure de los gobiernos en lo relativo a lareglamentación, desempeñando una función de difusiónde información, concesión de licencias, emisión de certi-ficados o supervisión, con lo cual sólo quedarían a cargode los gobiernos mismos ciertas funciones normativasfundamentales. El equilibrio entre las funcionesreglamentarias gubernamentales y no gubernamentalesen una determinada jurisdicción dependería en parte dela disposición y la capacidad técnica de los organismosno gubernamentales o las entidades del sector privado.Además, al equilibrar las opciones, será útil distinguirentre la determinación del contenido de unareglamentación o una norma y la responsabilidad de suaplicación.

En su enfoque de la reglamentación, el AGCSsigue el ejemplo del GATT, haciendo hincapié enla no discriminación y en las intervenciones menosrestrictivas del comercio

Antes de examinar más de cerca algunos de losproblemas reglamentarios que plantea el comercio elec-trónico, puede resultar útil pasar revista a las principalesdisposiciones del AGCS que determinan el enfoque de lareglamentación. Numerosos servicios están muyreglamentados, por diversas razones. La naturaleza demuchos de ellos requiere que las reglamentaciones se

apliquen a los proveedores –puesto que los consumi-dores carecen de información acerca de ellos– en lugarde centrarse en sus productos, lo cual puede hacerse conmás facilidad y quizá constituye una menor intrusión enel caso de las mercancías. Además, en algunos mercadosde servicios, como el de telecomunicaciones, el dominiodel mercado por una empresa o un pequeño número deellas ha hecho que la reglamentación desempeñe unpapel que correspondería a los mercados en situacionesmás competitivas. El AGCS deja a los gobiernos unalibertad considerable a este respecto. Pero, como se haseñalado anteriormente, intenta, al igual que el GATT,proteger los intereses comerciales sin intentar determi-nar la legitimidad de los objetivos reglamentarios.

El enfoque de la reglamentación en el AGCS estádeterminado por cuatro disposiciones fundamentales. Enprimer lugar, el artículo XIV (redactado en términossimilares a los del artículo XX del GATT) permite que losMiembros adopten, en determinadas circunstancias,medidas que, en otro caso, infringirían obligacionesresultantes del AGCS. Las razones para la adopción deesas medidas son: proteger la moral y la salud de las per-sonas y de los animales o preservar los vegetales; man-tener el orden público; lograr la observancia de las leyesy los reglamentos, con inclusión de los relativos a la pre-vención de las prácticas que induzcan a error y las prác-ticas fraudulentas, al incumplimiento de los contratos, ala protección de la intimidad y del carácter confidencial ya la seguridad; y, por último, hacer respetar los sistemasfiscales nacionales. En el artículo XIV se dispone que esasmedidas no se aplicarán en forma que constituya «unmedio de discriminación arbitrario o injustificable entrepaíses en que prevalezcan condiciones similares, o unarestricción encubierta del comercio de servicios»61. En elcontexto del comercio electrónico, el artículo XIV propor-cionaría la necesaria cobertura jurídica de las medidasprecisas para abordar cuestiones como la protección dela intimidad en Internet.

En segundo lugar, el artículo II del AGCS recoge elprincipio de trato de la nación más favorecida (NMF),disponiendo que cada Miembro «otorgará inmediata eincondicionalmente a los servicios y a los proveedores deservicios de cualquier otro Miembro un trato no menosfavorable que el que conceda a los servicios similares y alos proveedores de servicios similares de cualquier otropaís». Como se ha dicho, en el momento de la entradaen vigor del AGCS, los Miembros podían solicitar exen-ciones de este principio por un tiempo limitado62.

61El artículo XIVbis, al igual que el artículo XXI del GATT, se refiere a las excepciones relativas a la seguridad. Permite a los Miembros abstenerse de suministrar infor-mación o adoptar, de conformidad con los intereses esenciales de su seguridad, medidas relativas al suministro de servicios a las fuerzas armadas y a las materias fisio-nables o fusionables o medidas aplicadas en tiempo de guerra o en caso de grave tensión internacional. Se permite también a los Miembros adoptar medidas que, enotros casos, serían incompatibles con el AGCS a fin de cumplir sus obligaciones en virtud de la Carta de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz y la seguri-dad internacionales.62La posibilidad de solicitar exenciones del trato NMF se prorrogó en determinados casos, cuando las negociaciones sectoriales continuaron después de terminada laRonda Uruguay. Pero el principio básico sigue siendo el mismo: sólo se permite solicitar exenciones del trato NMF en el momento de la entrada en vigor del Acuerdosobre la OMC.

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En tercer lugar, el artículo XVII contiene el principio detrato nacional, según el cual cada Miembro debe otorgar«a los servicios y a los proveedores de servicios decualquier otro Miembro, con respecto a todas las medi-das que afecten al suministro de servicios, un trato nomenos favorable que el que dispense a sus propios ser-vicios similares o proveedores de servicios similares». Laobligación de conceder el trato nacional sólo existe, conarreglo al AGCS, cuando un servicio se ha incluido en lalista de compromisos. La aplicación del trato nacional alos servicios incluidos en las listas puede estar tambiéncondicionada por limitaciones consignadas en éstas. Enla medida en que se puede considerar que lasreglamentaciones son medidas que afectan al comerciode servicios, los compromisos de otorgar el trato nacionalgarantizan a los proveedores extranjeros condiciones decompetencia no discriminatorias.

En cuarto lugar, en el artículo VI del AGCS, se definenvarias otras disciplinas relativas a la aplicación de lasreglamentaciones. En él se estipula que, cuando sehayan contraído compromisos específicos, «todas lasmedidas de aplicación general» que afecten al comerciode servicios (por ejemplo, las prescripciones en materiade licencias o de títulos de aptitud aplicables a todos losproveedores de servicios, tanto nacionales como extran-jeros) deberán administrarse de manera razonable, obje-tiva e imparcial. En al párrafo 4 del artículo VI, se prevéla adopción de un programa de trabajo encaminado a laelaboración de las disciplinas necesarias para garantizarque «las medidas relativas a las prescripciones y pro-cedimientos en materia de títulos de aptitud, las normastécnicas y las prescripciones en materia de licencias noconstituyan obstáculos innecesarios al comercio de ser-vicios». Hasta que se elaboren esas disciplinas, en elpárrafo 5 del artículo VI, se dispone que las medidas dereglamentación se basarán en criterios objetivos y trans-parentes, que no serán más gravosas de lo necesariopara asegurar la calidad del servicio y que, en el caso delas licencias, los procedimientos no constituirán de porsí una restricción al suministro del servicio63. Estas dis-ciplinas deben respetarse en relación con todos los com-promisos incluidos en las listas, a menos que ese tratono pudiera razonablemente haberse esperado en elmomento en que se contrajeron los compromisosespecíficos en un sector determinado.

La naturaleza del comercio electrónico puede influiren la manera en que los gobiernos intentan alcanzarsus objetivos reglamentarios, si no en los propiosobjetivos

Teniendo presente el marco jurídico actual del AGCS,tal vez sea útil que examinemos brevemente cómo

puede influir en el enfoque de la reglamentación lanaturaleza del comercio electrónico64. Quizá representeuna ayuda a este respecto la clasificación de las inter-venciones reglamentarias en tres categorías. En primerlugar, los gobiernos pueden adoptar objetivos comunesen materia de reglamentación, especialmente cuando laactividad de que se trate se considere universalmentecondenable. Son ejemplos de actividades de este tipo ladifusión de pornografía infantil o de instrucciones parala fabricación de bombas o el blanqueo de dinero. Si losgobiernos pueden llegar al acuerdo de que se trata deactividades inadmisibles, es relativamente fácil ver comopueden adoptarse en cooperación las disposicionesoportunas para la observancia de las normas.Generalmente no se plantearían dificultades jurisdic-cionales.

La segunda categoría de intervenciones reglamen-tarias se refiere a las actividades que determinados go-biernos desearían prohibir pero respecto de las cualesno existe un consenso sobre las normas. Serían ejemplosde actividades incluidas en esta categoría una ciertapornografía y diversos tipos de publicidad. En estoscasos, el gobierno que desee evitar que algo ocurra ten-drá que basarse exclusivamente en su propia autoridadjurisdiccional o intentar obtener la cooperación de otrasjurisdicciones. Las actividades incluidas en estas dos ca-tegorías pueden abordarse, por lo que se refiere alAGCS, desde el punto de vista del artículo XIV o delXIVbis. No obstante, dada la naturaleza multijurisdic-cional de las transacciones, pueden surgir complica-ciones en cuanto a la observancia y la vigilancia. Porejemplo, la transacción puede originarse en un país enel que se permitan esas actividades y acabar en un paísen el que no se permitan.

La tercera categoría comprende las actividades quequizá sea necesario reglamentar pero que los gobiernosno desean prohibir. Más bien se trata de establecercondiciones previas para la participación en el mercado,por ejemplo prescripciones y procedimientos en materiade títulos de aptitud, normas técnicas y prescripcionesen materia de licencias, que quedan sometidos a lo dis-puesto en el artículo VI del AGCS. El objetivo reglamen-tario de estas medidas sería, por lo general, garantizarque los proveedores de servicios estén suficientementeequipados para suministrar los servicios que ofrecen yque la calidad de los servicios suministrados sea de niveladecuado. Por ejemplo, los gobiernos pueden deseargarantizar que los médicos extranjeros que suministrenservicios médicos transfronterizos por Internet poseanlos títulos de aptitud necesarios. En este tipo desituación, la cuestión es, con frecuencia, proporcionarinformación suficiente para proteger a los consumidores,

63En el párrafo 4 del artículo VI queda claro que estas disciplinas son el punto de partida para la elaboración más adelante de cualesquiera otras disciplinas adicionaleso más detalladas.64También es pertinente en el presente contexto el anterior examen de los problemas de superposición en relación con las transacciones de los modos 1 y 2, en la me-dida en que las cuestiones jurisdiccionales pueden depender de la determinación del modo de suministro utilizado en una transacción.

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y, como se ha dicho, una solución posible sería la partici-pación indirecta de los gobiernos y la intervención de losproveedores y/o los consumidores. Al igual que en el casode las dos primeras categorías, la naturaleza de los servi-cios y su modo de entrega también pueden plantearproblemas de observancia y vigilancia en esta esfera.

Dadas las ventajas del comercio electrónico, en algunoscasos los gobiernos quizá decidan renunciar a una ciertamedida de certidumbre reglamentaria a cambio de uncomercio eficiente y sin obstáculos. Será más probable quese considere favorablemente la posibilidad de esa flexibili-dad en el caso de las actividades de la tercera categoríaanteriormente descritas que en el de las pertenecientes alas otras dos categorías. Que los gobiernos estén dis-puestos a adoptar medidas en ese sentido dependerá evi-dentemente de hasta qué punto consideren necesarias lasreglamentaciones de que se trate. Una manera de aligerarla carga que representa la reglamentación sería modificarlas prescripciones propiamente dichas. Otra consistiría endelegar funciones reglamentarias en aquellos que pudie-ran desempeñarlas de la manera menos invasora posible,por ejemplo, en los consumidores o en los proveedores,reservando al gobierno una amplia función de supervisión.No sería necesario que la delegación de funcionesreglamentarias en los productores, los proveedores o losconsumidores diera lugar a una reglamentación más defi-ciente desde el punto de vista de la vigilancia y la cer-tidumbre. Efectivamente, según cuales fueran las disposi-ciones adoptadas y la capacidad de los organismos y enti-dades no gubernamentales para desempeñar funcionesreglamentarias o de autorreglamentación, los resultadospodrían ser un aumento de la certidumbre con una reduc-ción de la intervención.

El comercio electrónico plantea algunas cuestionesjurisdiccionales relacionadas con la reglamentación queinfluirán en la naturaleza y el contenido de lacooperación intergubernamental

Teniendo presente la triple distinción mencionada entrelas actividades universalmente prohibidas, las actividadesprohibidas por los países y las actividades controladas osupervisadas a nivel nacional, puede valer la pena seguirexaminando algunas cuestiones jurisdiccionales rela-cionadas con el comercio electrónico. Debe ponerse derelieve que el presente examen sólo se centra en lastransacciones que se completan por medios electrónicos o,en otros términos, en los productos que se entregan digi-talmente a través de las fronteras por Internet u otro mediosimilar. Se incluyen aquí, aunque sin examinarlos porseparado en este contexto, los productos entregados enforma digital a través de las fronteras que ulteriormente seconvierten en materiales de otro tipo, por ejemplo los tex-tos transmitidos digitalmente que se transforman en librosencuadernados o las grabaciones de sonido o de imagentransmitidas digitalmente que posteriormente se incluyenen discos compactos o cintas de vídeo. A los efectos que

nos interesan, nos referimos conjuntamente a estos dostipos de productos, que implican ambos una entrega trans-fronteriza digital, distinguiéndolos de la gama de transac-ciones electrónicas que dan lugar a la entrega por separa-do de un producto final por medios no electrónicos, porejemplo, por correo. En el caso de este último tipo detransacción, en la que un producto cruza físicamente lafrontera, las cuestiones que se plantean en relación con lareglamentación o las normas no son nuevas y quedanincluidas en el ámbito del GATT y del Acuerdo sobreObstáculos Técnicos al Comercio. Tampoco son nuevastodas las cuestiones de jurisdicción relacionadas conInternet que aquí se mencionan, ya que algunas seplantean desde hace tiempo respecto de las formas ante-riores de comercio electrónico a través del teléfono y el fax.

En términos generales, los objetivos reglamentariospueden cumplirse en la fuente del suministro, en la juris-dicción de que proceden los productos de que se trata, oen la jurisdicción en que tiene lugar el consumo. Sinembargo, en el caso especial del modo 2 con arreglo alAGCS –el consumo en el extranjero– el suministro y el con-sumo pueden tener lugar en la misma jurisdicción. Cuandoes así, se puede pensar que lo lógico es que se aplique elrégimen reglamentario del proveedor, independientementedel hecho de que el consumidor proceda de otra jurisdic-ción. No obstante, en el caso del comercio electrónico, espoco probable que el consumo en el extranjero signifiqueque el consumidor se ha trasladado físicamente a otrajurisdicción; lo que ocurrirá será más bien que un consu-midor físicamente situado en una jurisdicción consumirá, através de Internet, servicios suministrados en otra jurisdic-ción.

En el caso de los servicios financieros, por ejemplo, seha aducido que lo más sencillo sería acordar que la juris-dicción de los proveedores asumiera la responsabilidadreglamentaria de las transacciones, siempre que los go-biernos cooperaran para garantizar que se proporcionara alos consumidores toda la información necesaria (Lascelles,1997). Una opinión contraria es que debería encomen-darse a los proveedores de servicios de Internet de la juris-dicción del consumidor la responsabilidad de vigilar lastransacciones de servicios financieros que tuvieran lugar através de sus redes.

Estos enfoques contrapuestos plantean la cuestión fun-damental de hasta qué punto están dispuestos los go-biernos a permitir que otros reglamenten las transaccioneselectrónicas transfronterizas que afectan a sus consumi-dores. Es probable que haya actitudes muy distintas, tantosegún el gobierno de que se trate como según la natu-raleza de la actividad. Cuando se adopte el enfoque basa-do en el modo 2 –es decir, cuando la jurisdicción de losproveedores asuma la responsabilidad reglamentaria detodas las transacciones– ello puede resultar ventajoso paralos proveedores y los consumidores desde el punto de vistade los costos y de la sencillez de la observancia de lasreglamentaciones. Pero en este enfoque está implícito el

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reconocimiento recíproco respecto de las tres categorías dereglamentaciones del contenido. Esto significa que, en loque se refiere a estos tipos de transacciones transfronteri-zas, y suponiendo que no exista una armonización de lasreglamentaciones, se permitirá a los consumidores elegir lajurisdicción en que desean realizar sus operaciones, enparte en función de la situación reglamentaria. Como ya seha dicho, incluso si este enfoque se considera aceptable –ypodría aducirse que, en la práctica, esa es la situación, pordefecto, cuando los gobiernos no han intentado reglamen-tar o vigilar directamente el comercio electrónico proce-dente del extranjero en sus propias jurisdicciones– lacooperación internacional debe seguir desempeñando unafunción en relación con el suministro de información.

Si los gobiernos no están dispuestos a aceptar de esemodo la autoridad normativa extranjera, se plantea lacuestión de cómo pueden garantizarse eficazmente lasupervisión y la vigilancia transfronterizas de lasreglamentaciones. En realidad, puede haber problemasanálogos, relativos al ejercicio de la autoridad reglamen-taria en la esfera del comercio electrónico, se trate o no detransacciones que abarquen varias jurisdicciones. Unaposibilidad sería encomendar una función dereglamentación a los proveedores de servicios de Internet.No cabe duda de que, en ese caso, se plantearían ciertascuestiones de responsabilidad legal, así como, quizá, com-plicaciones técnicas. Las cuestiones jurídicas se referirían,por ejemplo, a las responsabilidades de los proveedores deservicios de Internet respecto de la autoridad reglamen-taria y a temas relativos a la protección de los consumi-dores en lo referente al carácter confidencial y la intimidadcomerciales. Es inevitable algún tipo de armonización dedos objetivos contrapuestos, puesto que, por ejemplo, lastécnicas de cifrado tienen precisamente la finalidad de difi-cultar el acceso a la información mientras que, al mismotiempo, los encargados de la reglamentación pueden estarintentando facilitar ese acceso. Las complicaciones quesupondría a nivel técnico la transferencia de la respon-sabilidad del control del contenido a los proveedores deservicios de Internet podrían reducirse en la medida en quese desarrollaran tecnologías que implicaran la codificaciónde la información contenida en las transmisiones y la exis-tencia de identificadores y firmas digitales65.

Si se difunden ampliamente las tecnologías de controlde las transacciones, es de suponer que habrá toda unagama de servicios para los cuales la intervenciónreglamentaria podrá limitarse a garantizar la observanciade las normas sobre el contenido de la información. Unavez elaboradas esas normas, la «autovigilancia» de losproveedores de servicios de Internet, los proveedores delcontenido y los consumidores podría desempeñar tambiénun papel importante. Por otra parte, las nuevas tecnologíaspueden hacer que la vigilancia eficaz de la observancia delas reglamentaciones sea aún más difícil que en la actua-

lidad, independientemente de las disposiciones que seapliquen para determinar la responsabilidad reglamen-taria. Ciertos nuevos servicios de telecomunicaciones basa-dos en satélites no dependen siquiera de las redes locales,lo cual hace que el comercio electrónico se desarrolle cadavez más «sin fronteras».

¿Qué ocurrirá cuando los gobiernos no deseen renun-ciar a su autoridad reglamentaria en favor de otras juris-dicciones ni tratar esas transacciones como si pertene-cieran al modo 2 con arreglo al AGCS pero, al mismo tiem-po, reconozcan las dificultades prácticas que se oponen ala efectividad de sus reglamentaciones debido a la natu-raleza del comercio electrónico? En esas circunstancias, unposible método sería intentar que los proveedores extran-jeros fueran legalmente responsables en la jurisdicción delconsumidor, aunque estuvieran ubicados en otra jurisdiccióndistinta. Este enfoque se examinó en la sección D del capí-tulo 5, supra, en relación con las cuestiones fiscales. Unposible inconveniente es que podría limitar considerable-mente la difusión geográfica del comercio electrónico,puesto que implicaría el establecimiento de algún tipo de«presencia comercial» en todas las jurisdicciones con lasque se desarrollaran operaciones comerciales.

Otro método sería otorgar la condición de «agentes» alos encargados de la reglamentación o los proveedoresextranjeros. En este caso, la autoridad reglamentariapodría insistir en que se aplicaran sus propias normas oreglamentaciones, pero encomendaría su aplicación aagentes extranjeros. La formulación y ejecución de disposi-ciones de este tipo podría resultar difícil y daría lugarindudablemente a algunas complicaciones en materia deresponsabilidad legal, tanto respecto de la produccióncomo del consumo. En los años ochenta, se examinó en elGATT algo que podría ser un precedente de este tipo deacuerdos. El tema era la prohibición de la exportación a lospaíses en desarrollo de mercancías cuyo consumo estabaprohibido en los países desarrollados. Era motivo de in-quietud la idea de que los países en desarrollo eran trata-dos como vertederos de productos de calidad inferior a lanorma y en ocasiones peligrosos porque no poseían lamaquinaria administrativa necesaria para evitar laimportación.

Se formularon varias propuestas sobre la manera deresolver este problema. Una de ellas fue que las autori-dades de los países desarrollados asumieran la respon-sabilidad de evitar la exportación de esos productos. Laidea no prosperó por varias razones, en particular porqueno había acuerdo sobre los productos que debía abarcar laprohibición. No obstante, quizá no sea imposible imaginarque un método de ese tipo pueda funcionar en otras cir-cunstancias, especialmente con la participación del sectorprivado.

65Véase un breve examen de las posibilidades técnicas de control del contenido en el capítulo V.

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En este estudio, hemos defendido la idea de que esprobable que el comercio electrónico, especialmente elque tiene lugar a través de instrumentos desarrolladosmás recientemente como Internet, tenga como resulta-do muchas nuevas y valiosas oportunidades de transac-ciones económicas y comercio internacional benefi-ciosos, que, en último término, hagan mejorar la vida dela población. La reducción del costo de la información ylas comunicaciones y la mayor facilidad del acceso a losmercados y la competencia darán lugar probablementea una mayor diversidad, una mejor calidad y/o preciosmás bajos de los diversos bienes y servicios objeto delcomercio electrónico. De resultas de ello, puede espe-rarse en el futuro un rápido crecimiento de ese comercio.En muchos sectores, especialmente en los de servicios yen los de mercancías entregadas por medios electróni-cos, el modo de realizar las operaciones comercialesexperimentará importantes cambios y habrá un grancrecimiento de la producción y del empleo.

No obstante, deben abordarse una serie de puntosdelicados y de motivos de inquietud relacionados con elcomercio electrónico. La solución que se dé a esas difi-cultades determinará hasta qué punto se harán efecti-vamente realidad las posibilidades de crecimiento deese comercio y cómo se distribuirán los beneficios. Lacreación de un entorno apropiado exige que se dediqueespecial atención a: i) disponer de una infraestructura detelecomunicaciones suficiente y de normas adecuadas alrespecto; ii) promover el acceso a esa infraestructura;iii) lograr que las normas jurídicas y jurisdiccionalesaplicables sean previsibles; iv) garantizar la seguridad yel carácter confidencial de la información; v) elaborarregímenes reglamentarios y fiscales adecuados; yvi) fomentar la igualdad de oportunidades mediante

políticas apropiadas que promuevan los conocimientosinformáticos y el acceso, especialmente en los países endesarrollo. La función de la OMC, en su esfera de com-petencia, es fomentar la creación de un entorno favo-rable a las transacciones electrónicas internacionales. Laliberalización de los sectores de las telecomunicacionesy la tecnología de la información contribuirá a facilitar elacceso a la infraestructura, a un costo bajo, de unnúmero de proveedores y usuarios que aumentará conrapidez, lo cual pondrá los posibles beneficios resul-tantes del comercio electrónico al alcance tanto de losricos como de los pobres. Los compromisos de libera-lización del comercio de servicios representan una útilcontribución al desarrollo del comercio electrónico. Lasventajas resultantes de esos compromisos puedenaumentar gracias al uso de Internet para una contra-tación pública más fácil y competitiva y para la gestióndel comercio y la administración de aduanas. La protec-ción y la adecuada gestión de los derechos de propiedadintelectual es decisiva para el futuro comercio electróni-co. Por último, la existencia de reglamentaciones queintrodujeran las menores distorsiones posibles en elcomercio y de un acceso liberal a los mercados con-tribuiría también a que se aprovecharan al máximo lareducción de los costos y el aumento de la competencia.

La naturaleza de las intervenciones de política que sedecida efectuar para abordar estas cuestiones y el gradode cooperación fructífera entre los gobiernos para hallarsoluciones apropiadas a las dificultades serán factoresfundamentales en la determinación del nivel de benefi-cios que producirá el comercio electrónico. El objetivobásico es obtener los máximos beneficios para todos sincomprometer los objetivos legítimos de las políticaspúblicas.

VII. Conclusión

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