n.º 109 n.º 109 - 2021 mente cerebro

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Cognición El lado positivo de la ignorancia Inteligencia artificial Hacia la psiquiatría personalizada Microbiota Su infuencia en la salud mental Mente & Cerebro Mente&Cerebro Revista de psicología y neurociencias Julio / Agosto 2021 · N.º 109 · 6,90 € · menteycerebro.es N.º 109 - 2021 Gratitud Un sentimiento subestimado COVID-19 Los nuevos retos del teletrabajo

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CogniciónEl lado positivo

de la ignorancia

Inteligencia artificialHacia la psiquiatría

personalizada

MicrobiotaSu influencia

en la salud mental

Mente&CerebroM

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Revista de psicología y neurocienciasJulio / Agosto 2021 · N.º 109 · 6,90 € · menteycerebro.es

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GratitudUn sentimiento subestimado

COVID-19Los nuevos

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M E N T E Y C E R E B R O 2 N . O 1 0 9 - 2 0 2 1

EN ESTE NÚMERO

Psicología

10 Sin miedo a la ignoranciaA menudo, negamos la información que nos

resulta desagradable o amenazante. ¿Son peligrosas estas «anteojeras mentales» o, por el contrario, fomentan una visión de conjunto y atención? Por Steve Ayan

Pandemia

16 COVID-19 persistente, un cansancio inexplicable

Meses después de la infección por SARS-CoV-2, muchas personas todavía presentan síntomas. El más frecuente es un agotamiento constante que dificulta la vuelta a la vida cotidiana. Por Peter Berlit

Psicología del trabajo

22 El teletrabajo en tiempos de pandemia: ¿hacia un nuevo

paradigma?Durante la pandemia de la COVID-19, trabajar desde casa se ha convertido en la «nueva normalidad» laboral. Ante esta realidad, surgen numerosos interrogantes. Por Alfredo Rodríguez Muñoz

Entrevista

56 «La microbiota es clave en el desarrollo del sistema nervioso»

Las alteraciones muy tempranas en el desarrollo de la microbiota del bebé pueden afectar a su salud física y mental posterior. Las microbiólogas Anne Judith Waligora y Marie-José Butel explican por qué sucede y plantean los posibles beneficios terapéuticos de los llamados psicobióticos. Por Bénédicte Salthun-Lassalle

SERIE: Neuropsicología de la cognición (III)

66 El cerebro usa filtros, no un foco, para prestar atención

Un circuito cerebral que suprime la información sensorial distractora aporta claves esenciales sobre la atención y otros procesos cognitivos. Por Jordana Cepelewicz

Inteligencia artificial

72 Psiquiatría asistida por ordenador

Mediante la combinación de escáneres cerebrales, modelos matemáticos e inteligencia artificial, los investigadores buscan identificar las enfermedades mentales con mayor precisión y ofrecer tratamientos personalizados. Así se dibuja la psiquiatría del futuro. Por Iris Proff

Syllabus: Psicología

78 Agresión pasivaAlgunas personas manipulan a las demás

con ayuda de excusas y mentiras. ¿Cómo se pueden reconocer estas estrategias y hacerles frente? Por Rainer Sachse

Retrospectiva: Neurociencia

87 Magoun y Moruzzi, exploradores de la consciencia

Hasta 1949, nadie imaginaba que la consciencia se producía en el cerebro. Dos neuroanatomistas pusieron al descubierto una estructura cerebral que parecía ser su origen. Por Jean-Gaël Barbara

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El poder de sentirse agradecido

Psicología positiva

36 Los beneficios del agradecimientoLa gratitud nos permite apreciar los aspectos bellos de la vida

y nos ayuda en muchos momentos difíciles. Poco a poco, la ciencia descubre más detalles del potencial de este sentimiento único. Por Corinna Hartmann

Entrevista

42 «La gratitud nos ayuda a centrarnos en lo bueno»

Los psicólogos Hanna Heckendorf y Dirk Lehr han desarrollado un entrenamiento en línea enfocado a mitigar las consecuencias psicológicas de la pandemia de la COVID-19. La gratitud puede ayudar en tiempos de crisis. Para ello, se necesita instinto y tiempo, explican. Por Liesa Bauer

Encefaloscopio 4

Redes sociales / Belleza / Visión de los colores / SARS-CoV-2 / Preferencia por las caras / Lateralización y lenguaje / Percepción del tiempo / Depresión / Ilusión acústica / Alianza terapéutica

Avances 30

Secuelas cerebrales de la violencia de género. Por Natalia Hidalgo Ruzzante, Julia C. Daugherty y Miguel Pérez GarcíaCómo beneficiarse del aburrimiento. Por Martin Hecht

Preguntas con respuesta 48

¿El alcohol ayuda a ahogar las penas? Por Falk Kiefer

Caso clínico 50

Paralizada por su inconsciente. Por Grégory Michel

Sinopsis 64

Cómo el intestino configura nuestra psique. Por Anna von Hopffgarten y Martin Müller

Ilusiones 84

Toca madera. Por Stephen L. Macknik y Susana Martinez-Conde

Libros 93

Lecciones éticas ante la muerte. Por Antoni Hernández-FernándezEl libre albedrío a cuatro manos.Por Luis Alonso

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ENCEFALOSCOPIO

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Psicología

En las redes sociales, ¡sé tú mismo!

¿Perjudica a la psique pasar mucho tiempo en las redes sociales? Las investigaciones ya han arrojado indicios de que el uso frecuente de

Instagram, Facebook y otras plataformas sociales está asociado con trastornos mentales como depresión, an-siedad y problemas del sueño. Sin embargo, la validez de estos hallazgos resulta controvertida. Investigado-ras de la Escuela de Negocios de Columbia en Nueva York analizaron si mostrarse auténtico en las redes sociales marca una diferencia en el bienestar mental.

Las científicos del equipo de Erica Bailey examina-ron los datos de 10.560 usuarios de Facebook que ha-bían respondido un test de personalidad. Compararon esta autoevaluación con un análisis del perfil de Face-book de los participantes. Determinaron la personali-dad a partir, por ejemplo, de sus «me gusta» y los pa-trones lingüísticos de sus comentarios. Según observaron, cuanto menor era la discrepancia entre la personalidad autoinformada y la determinada por los investigadores, más satisfechos estaban los sujetos con su vida.

Con el objetivo de testar la causalidad de esta cone-xión, las investigadoras pidieron a otras 90 personas que se mostraran de forma auténtica en las redes du-rante una semana y que, por el contrario, presentaran una versión idealizada de sí mismas otros siete días. ¿Resultado? Los participantes que revelaron su verda-

dero yo se encontraban con un mejor estado de ánimo y experimentaban sentimientos más positivos al final del estudio. Por tanto, «¡Sé tú mismo!» parece ser un consejo a seguir cuando se participa en las redes so-ciales, según indican las investigadoras.

Otro estudio reciente evaluó si el uso del teléfono inteligente fomenta la depresión y la ansiedad. Heather Shaw, de la Universidad Lancaster, junto con otros científicos, señalan que, con frecuencia, las investiga-ciones anteriores sobre este tema no registraban el tiempo que se empleaba con el móvil, sino que se utili-zaban declaraciones mediante cuestionarios acerca del comportamiento «adictivo», como «Uso mi teléfono móvil más de lo que me gustaría».

Los voluntarios que estuvieron de acuerdo con esas afirmaciones mostraban también en las encuestas del reciente estudio signos de depresión y estrés. No obs-tante, cuando midieron objetivamente el tiempo que empleaban con el dispositivo con ayuda de una aplica-ción, no hallaron apenas relación con la salud mental. Según el equipo de Shaw, lo decisivo no es la duración real de uso, sino cómo las personas lo califican. Así, en lugar de querer reducir el tiempo que se dedica al mó-vil, parece tener más sentido encontrar un manejo más relajado de la tecnología, concluyen los autores.

Nature Communications, 10.1038/s41467-020-18539-w, 2020; Technology, Mind, and Behavior, 10.1037/tmb0000022, 2020

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Percepción

El código de color neuronal

Vemos el arcoíris en siete co-lores, pero en realidad, este fenómeno meteorológico es

un espectro continuado de colores sin fronteras delimitadas. ¿Cómo construye exactamente nuestro cerebro las distintas categorías de colores? Además, contamos con más términos para los colores cálidos (amarillo, naranja, rojo, marrón) que para los fríos (verde, azul). ¿Viene esto determinado por un factor lingüístico-cultural o se debe a la forma de trabajar de nuestras neuronas? Isabelle Ro-senthal y otros investigadores, del

Instituto Nacional de Oftalmología de Bethesda, han llevado a cabo uno de los primeros estudios que sitúa la percepción humana de los colores en relación directa con la actividad cerebral.

Los científicos presentaron a siete hombres y once mujeres distintas tonalidades, cada una en dos inten-sidades. Mientras nombraban los colores que veían, midieron la acti-vidad cerebral de los participantes mediante magnetoencefalografía.

Según hallaron, cada tonalidad se acompañaba de un patrón neu-ronal específico. A partir de los da-

tos cerebrales, incluso pudieron de-terminar, transcurrido un tiempo, de qué colores habían observado los participantes. Los patrones de actividad variaban con los colores cálidos más que con los fríos, lo que indica el origen neuronal y universal de la percepción de los colores. Según los autores, este es-tudio sienta las bases para la inves-tigación de la percepción del color. En el futuro, los conocimientos po-drán utilizarse para el desarrollo de interfaces cerebro-máquina.

Current Biology, 10.1016/j.cub.2020.10.062, 2020

Neurociencia

¿Dónde se aloja la belleza en el cerebro?

Marylin Monroe, la Torre Eiffel, un cuadro de Monet: la mayoría de nosotros pensamos que son ejemplos de belleza. Desde hace dos

decenios, los científicos investigan si existe una deter-minada región del cerebro que procese la belleza, con independencia de que se trate de una cara, una obra arquitectónica, una pieza musical o imágenes artísti-cas. Un metanálisis llevado a cabo por el equipo de Hu Chuan-Peng, del Instituto Leibniz para la Investiga-ción de la Resilencia en Mainz, ha arrojado luz sobre esta cuestión.

A partir del análisis de 49 estudios que investigaban este tema, los científicos descubrieron que no existe una única región cerebral dedicada a la belleza, sino al menos dos. Así, cuando los voluntarios observaban rostros considerados bellos se activaba la parte inferior de la corteza prefrontal medial, cosa que no sucedía si observaban caras poco atractivas. Esta área se encuen-tra relacionada con el estriado, por lo que forma parte del sistema de recompensa. Las pinturas bellas, en cambio, activaban la parte frontal en vez de la inferior. Según los investigadores, ello indica la distinta valora-ción de los estímulos: para los humanos, las caras re-presentan «estímulos primarios de recompensa», mientras que las obras de arte se procesan a niveles cognitivos superiores. Futuros estudios deberán escla-

recer si hay más áreas cerebrales dedicadas a la belleza, por ejemplo, para la valorar la música o la danza.

Cognitive, Affective, & Behavioral Neuroscience, 10.3758/s13415-020-00827-z, 2020

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El cerebro procesa los rostros bonitos de forma distin-ta a los cuadros bonitos.

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Comportamiento

A las crías de tortuga también les gustan las caras

Ya sean monos, gallinas o humanos, en las espe-cies que cuidan con esmero de su descendencia, las crías muestran muy pronto su preferencia

por determinados rostros. Incluso las tortugas jóvenes parecen poseer una preferencia congénita por las ca-ras, aunque desde un buen principio sean autónomas, según concluyen Elisabetta Versace y otros científicos

de la Universidad Queen Mary de Londres. Los inves-tigadores llevaron a cabo experimentos con tortugas de tierra de la especie Testudo.

Estos reptiles no cuidan de sus crías: tras el apa-reamiento, las hembras escarban nidos en el suelo, donde depositan los huevos y los abandonan a su suerte. Las tortugas recién nacidas ya están desarro-

COVID-19

SARS-CoV-2: ataque a las neuronas

La COVID-19 es más que una enfermedad de las vías respiratorias: además de al corazón y a los pulmones, afecta al sistema nervioso central.

Frank Heppner, del Hospital Charité de Berlín, y su equipo analizaron distintas muestras de tejido de 33 pacientes, con una edad media de 72 años, que habían fallecido a causa del nuevo coronavirus. Mediante un microscopio electrónico y una tinción especial, visua-lizaron partículas intactas del virus SARS-CoV-2 en el interior de las células nerviosas de la mucosa olfativa, así como en las apófisis de las células de revestimiento allí presentes.

Además, los investigadores hallaron el coronavirus en distintas regiones del cerebro, por ejemplo, las que regulan la actividad respiratoria. Todavía se desconoce cómo el virus pasa desde la mucosa olfativa al cerebro [véase «Qué sabemos sobre las alteraciones del sistema

nervioso debidas a la COVID-19»; por Stephani Sutherland; Mente y Cerebro, n.o 108, 2021]. Aun así, sospechan que se desplaza de neurona en neurona. También podría ser transportado por los vasos san-guíneos hasta el cerebro. Además, se desconoce si este proceso ocurre igual en las personas que no presentan ninguna enfermedad grave.

La imagen de la izquierda muestra una célula ner-viosa infectada por SARS-CoV-2 (rosa) y tintada me-diante inmunofluorescencia dentro de la mucosa olfa-tiva. Las partículas del coronavirus aparecen en amarillo y las células de revestimiento, en azul. La imagen por microscopía electrónica de al lado es de una célula de la mucosa olfativa. Las partículas intac-tas del virus aparecen en rojo, y los cilios, en marrón.

Nature Neuroscience, 10.1038/s41593-020-00758-5, 2020

El SARS-CoV-2 también puede penetrar en las células de la mucosa olfativa.

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ENCEFALOSC OPIO

Lateralización

Los niños procesan el lenguaje con ambos hemisferios cerebrales

Aunque nuestros dos he-misferios cerebrales son idénticos externamente,

desempeñan funciones diferentes. En la mayoría de las personas, se activan sobre todo áreas del hemisferio izquierdo cuando hablan o procesan el lenguaje. Al menos de esta manera sucede en los adultos. En los niños, por el contrario, esta asimetría aún no se encuentra tan marcada, según afirma el equipo de Elissa New-port, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Georgetown

y del Hospital Nacional de Rehabi-litación MedStar de Washington.

Los investigadores reclutaron a 30 niños de entre 4 y 13 años de edad, así como a adultos de entre 18 y 29 años. Todos los participan-tes eran diestros, pues en ellos la dominancia del lenguaje del hemis-ferio cerebral izquierdo es más evi-dente, y resolvieron varias pruebas tumbados en un escáner cerebral. Entre otras actividades, debían leer una frase y decir si su contenido era correcto. Mientras tanto, los científicos observaron las regiones

del cerebro que se estimulaban con más intensidad.

Tal y como esperaban, durante la tarea se activaban, sobre todo, los centros del lenguaje del hemis-ferio izquierdo. En los voluntarios de 4 a 6 años, sin embargo, trabaja-ban además las regiones del hemis-ferio derecho que se disponían de forma simétrica respecto a los cen-tros del lenguaje. También en niños más mayores aparecía ese patrón, pero iba debilitándose conforme sus edades avanzaban. En alrede-dor del 60 por ciento de los adultos, los científicos no hallaron ningún tipo de actividad en el hemisferio derecho.

Según afirman los investigado-res, el hallazgo indica que los he-misferios cerebrales, con el de-sarrollo, se especializan en determinadas tareas. El proceso comenzaría en la infancia y con-cluiría probablemente, como muy pronto, a partir de los 6 a los 10 años. El hecho de que los niños uti-licen ambos hemisferios para habi-lidades como el lenguaje también podría explicar por qué los daños cerebrales a menudo tienen conse-cuencias menos graves en ellos que en los adultos.

PNAS, 10.1073/pnas.1905590117, 2020

lladas por completo y pueden vivir solas. Solo en contadas ocasiones buscan el contacto con sus congéneres.

Para su experimento, los investigadores confronta-ron a 136 tortugas recién salidas del huevo con patro-nes de puntos que semejaban rostros. Aunque en ese momento los animales no habían visto todavía ningu-na cara, ni de persona ni de tortuga, se decantaron por los estímulos que se asemejaban a rostros.

La preferencia congénita por caras, la cual tam-bién poseen los bebés humanos, no tiene necesaria-

mente relación con el cuidado de la descendencia, concluyen los autores. El hecho de que incluso las tortugas, grandes solitarias, manifiesten tal ten-dencia, se debe a un mecanismo evolutivo básico que se habría formado en los ancestros comunes de mamíferos, aves y reptiles, hace más de 300 millo-nes de años. Quizás, especializarse en caras, ayu-daría a los animales a recopilar información sobre su entorno.

PNAS, 10.1073/pnas.2011453117, 2020

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Neurobiología

Por qué el tiempo a veces pasa rápido y otras despacio

Mientras nos encontramos ocupados, el tiem-po se nos pasa volando; en cambio, si esta-mos aburridos, parece que el día no se acabe

nunca. ¿El motivo? Determinadas neuronas pueden cansarse cuando se las expone constantemente al mis-mo estímulo. Pero ¿qué región del cerebro se encarga de nuestra percepción subjetiva del tiempo? Desde hace años, se sospecha que el giro supramarginal del lóbulo parietal era el responsable, pero hasta la fecha no estaba claro si sus neuronas se hallaban sincroniza-das con el tiempo percibido subjetiva u objetivamente.

Para averiguarlo, Masamichi Hayashi y Richard Ivry, de la Universidad de California en Berkeley, mi-dieron mediante resonancia magnética la actividad ce-rebral de 18 personas. Durante la fase de adaptación inicial, los participantes observaron 30 veces seguidas un punto gris en una pantalla. Esta presentación dura-ba siempre 250 milisegundos (tiempo corto) o bien 750 milisegundos (tiempo largo). A continuación, vol-vieron a mostrar a los participantes la mancha gris, pero esta vez en duraciones diferentes. Posteriormen-

te, escuchaban un sonido con una duración constante. Presionando un botón, los voluntarios debían decidir si veían el punto por más tiempo o si era el sonido el que duraba más.

Cuando el estímulo de adaptación era corto, sobre-valoraban la duración del estímulo posterior; por el contrario, si era largo, infravaloraban el tiempo que duraba. En ambos casos, disminuía la actividad del giro supramarginal. La oscilación era mayor cuanto más se asemejaba el tiempo que duraba el estímulo de adaptación y el de prueba.

Ello se explica porque las neuronas de dicha región reaccionan de forma selectiva a los estímulos de una duración determinada y se cansan con las repeticio-nes. La actividad de otras neuronas permanece igual, por lo que se distorsiona la percepción del tiempo.

De este modo, los investigadores confirmaron que el lóbulo parietal influye e la percepción del tiempo subjetivo, y no en la del físico.

Journal of Neuroscience, 10.1523/JNEUROSCI.0078-20.2020, 2020

Depresión

Cuando el esfuerzo no parece merecer la pena

Una depresión puede modificar de manera drástica la vida. Ya que para las personas que sufren este trastorno les resulta difícil

tanto la actividad física como los esfuerzos mentales (entre ellos, planificar actividades), a menudo se ven afectados el trabajo, el tiempo libre y las relaciones personales. Los expertos hablan de un «nivel de fun-cionamiento» mermado. Un grupo de investigadores de la Universidad Queen ha estudiado con más pro-fundidad por qué las personas con depresión evitan determinados esfuerzos.

Con ese fin, examinaron a 88 pacientes con y sin depresión. Les pidieron que resolvieran una serie de tareas cognitivas y físicas. Los participantes podían elegir entre actividades sencillas, para las que solo re-cibían una compensación económica mínima, y ejerci-cios algo más complicados, por los cuales podían ga-nar una mayor cantidad de dinero en efectivo si los resolvían bien.

Resultado: quien padecía una anhedonia grave, es decir, una marcada incapacidad de sentir placer, evita-ba los esfuerzos físicos. Los investigadores sugieren que, en estas personas, las expectativas de recibir la

compensación que les correspondía tras superar un esfuerzo surtían menos efecto. Por el contrario, quien huía de todos los esfuerzos cognitivos presentaba un peor «funcionamiento» en el día a día. Entre otros fac-tores, el miedo al fracaso podría contribuir a ello y, en algunos casos, la sensación de fatiga.

Por tanto, la psicoterapia debería tener más en cuenta el porqué las personas que desarrollan depre-sión carecen de motivación para llevar a cabo deter-minadas tareas, opinan los investigadores. De ese modo, se podría ayudar a los pacientes a que aprove-charan más su potencial.

Clinical Psychological Science, 10.1177/2167702620949236, 2020

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ENCEFALOSC OPIO

Etología

Los muros blandos despistan a los murciélagos

A veces, a los murciélagos les ocurre algo parecido a lo que les sucede a los hu-

manos cuando chocan contra una puerta de cristal: si en medio del vuelo se encuentran con una pared, de hecho bastante vistosa, colisio-nan contra ella. Tras este curioso fenómeno se oculta una ilusión acústica, como ha constatado un

equipo dirigido por el investigador especializado en murciélagos Yossi Yovel, de la Universidad de Tel Aviv.

El grupo confrontó a ejemplares de murciélago con objetos que de-volvían a los animales sensaciones contradictorias (por ejemplo, emi-tían un eco demasiado fuerte o débil en relación con el tamaño del ele-mento). Los resultados mostraron

que, al parecer, es necesario que exista una determinada correlación entre la intensidad de la señal con el tamaño del objeto para que los mur-ciélagos puedan percibir un obs-táculo correctamente. Si ambas sensaciones no concuerdan, los ani-males se confunden. Por ejemplo, cuando se les coloca un gran muro elaborado con un material esponjo-so, las ondas sonoras se reflejan dé-bilmente. Según se desprende del comportamiento de los murciéla-gos, pueden percibir el obstáculo por completo, pero vuelan hacia el muro como si no estuviese ahí.

En cambio, los ejemplares jóve-nes no chocan contra los muros blandos, fenómeno que demuestra que el conocimiento del tamaño que corresponde a cada intensidad de eco no es innato, sino aprendido. Con todo, el equipo de Yovel afir-ma que los ejemplares más mayores aprenden relativamente pronto a distinguir los muros «engañosos».

PNAS, 10.1073/pnas.2005009117, 2020

Terapia

La alianza no siempre es lo que más importa

En los últimos tiempos, los investigadores enfati-zan la importancia de la «alianza terapéutica», es decir, el vínculo entre terapeuta y paciente.

Según algunos expertos, es incluso más importante que el tratamiento en sí. Un estudio actual arroja luz sobre el papel que desempeña en ello el apoyo social que los pacientes reciben fuera de la terapia.

El equipo dirigido por Dirk Zimmermann, de la Universidad de Tréveris, analizó el desarrollo de una psicoterapia ambulatoria en 1.206 pacientes. Después de la tercera sesión, se pidió a los participantes que evaluaran la relación con su terapeuta (por ejemplo, si se sentían comprendidos por él, si trabajan juntos en sus metas y si podían confiar en el terapeuta). Ade-más, se analizó el tipo de apoyo social que recibían los voluntarios fuera de la terapia: ¿Podían hablar con

amigos y familiares sobre sus problemas y recibir apo-yo emocional? Finalmente, los participantes debían calificar el éxito del tratamiento.

Todos los encuestados se beneficiaron de una buena relación con su terapeuta: cuanto más estrecha era la alianza, más eficaz era el tratamiento. Pero para los que también recibieron apoyo social, este factor fue espe-cialmente relevante. En otras palabras, la relación per-sonal marcó una gran diferencia en el éxito del tra-tamiento.

Según concluyen los autores, uno de los objetivos de todo psicoterapeuta debería ser fortalecer las redes so-ciales del paciente en la vida privada, con el fin de ser menos dependientes del vínculo con el terapeuta.

Psychotherapy Research, 10.1080/10503307.2020.1847344, 2020

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Los quirópteros se con-funden con ciertos muros,

al igual que las personas con las puertas de cristal.

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PSICOLOGÍA

M E N T E Y C E R E B R O 10 N . O 1 0 9 - 2 0 2 1

A menudo, negamos la información que nos resulta desagradable o amenazante. ¿Son peligrosas estas «ANTEOJERAS MENTALES» o,

por el contrario, fomentan una visión de conjunto y atención?

Sin miedo a la ignorancia

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No oír, no ver, no decir. Estos tres monos decoran el templo budista de la Montaña Dorada en Bangkok.

E L A U T O R

Steve Ayan es psicólogo y redactor de Gehirn und Geist, edición alemana de Mente y Cerebro.