mural el juicio final con rótulos interactivos
DESCRIPTION
Rótulos descriptivos.TRANSCRIPT
En el tercer tramo de la nave del Evangelio, sobre la capilla de la Purísima Concepción y la puerta de la Sacristía, se ubica en el panel central, el mural “El Juicio Final”, realizado entre finales de 1959 y 1960. En el luneto, los temas de “Ezequiel escribiendo la predicción de la resurrección de los cuerpos” y la “Resurrección de Lázaro”. (Textos, fotografía y edición: VGG).
(En planta, posición 4). Murales: “El Juicio Final”, “Ezequiel
escribiendo la predicción de la resurrección de los
cuerpos” y la “Resurrección de Lázaro”.
Iconografía y fuentes.
Correspondiéndose con la capilla de la Purísima Concepción y puerta de la
sacristía, en el último tramo de la nave del Evangelio, está el conjunto mural, compuesto
por el panel, “El Juicio Final”, y el medio punto con el tema de “Ezequiel escribiendo
la predicción de la resurrección de los cuerpos” y la “Resurrección de Lázaro”. Para el
primero de estos dos primeros temas, desarrollado en el lado izquierdo del luneto, el
pintor interpretó el pasaje de los huesos secos, profetizando la resurrección de los
cuerpos. (Ez. 37). En la composición está representado el profeta Ezequiel, en un
ambiente igual al que se describe en el relato del profeta, donde fue puesto en espíritu.
En una vega llena de huesos secos humanos por todas partes, Ezequiel profetiza a los
huesos con las mismas palabras que le indica Yahveh:
“Profetiza sobre los huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchad la palabra de
Yahveh. Así dice el Señor Yahveh a estos huesos: He aquí que yo voy hacer entrar
el espíritu en vosotros y viviréis. Os cubriré de nervios, haré crecer en vosotros la
carne, os cubriré de piel, os infundiré espíritu y viviréis; y sabréis que yo soy
Yahveh.”
El texto termina, con el triunfo de la vida sobre la muerte, ya que después de
profetizar Ezequiel según le había indicado Yahveg, revivieron y se incorporaron todos
sobre sus pies, como un inmenso ejército. Simboliza, la resurrección de los muertos y,
también, de la Iglesia hasta el final de los tiempos. Otras fuentes en las que se inspira el
pintor para esta composición son de las epístolas de S. Pablo1, citando explícitamente,
un pasaje suyo: “De las cuatro partes del mundo en donde quedaron los muertos, cada
alma volverá a su cuerpo”.
En el lado derecho del luneto, “La resurrección de Lázaro”, según el momento
que se narra en el evangelio de S. Juan (Jn. 11. 38 -44). Después de llevar cuatro días
muerto Lázaro, se encuentra Jesús ante el sepulcro de este, acompañado de las hermanas
de aquél, Marta y María -los tres eran amigos de Jesús -; Jesús invoca al Padre y grita
con fuerte voz:
“¡Lázaro, sal fuera! Y salió el muerto atado de pies y manos con vendas y
envuelto el rostro en un sudario. Jesús les dice: desatadlo y dejadle andar”.
(Jn.11. 43 -44).
1 San Pablo habla en diferentes ocasiones de la resurrección de los muertos, como en la epístola a los corintios (El
hecho de la resurrección: III. 15. 1 -34) y en la primera epístola a los tesalonicenses (los muertos y los vivos en la
Venida del Señor: 4.13 -18).
El panel central, “El Juicio Final”, está inspirado en el libro del Apocalipsis de San Juan
(Los Ángeles anuncian la hora del Juicio. Ap. 14. 22; y El Juicio de las Naciones: Ap.
20.11 -15). Las figuras que responden al primero de estos pasajes, son los ángeles
tocando trompetas, anunciando la hora del Juicio Final.
En el segundo pasaje, se basa la mayor parte de la composición: en el centro está
el Supremo Juez, Cristo en majestad, juzgando a los vivos y a los muertos; con los
brazos extendidos, dirige su mano derecha hacia los justos o bienaventurados, a los que
recibe en el Cielo; y con su izquierda, rechaza a los condenados, y los arroja al lago del
fuego, según se indica en el libro de la vida que sustenta un ángel. A la derecha del Juez
Supremo, la Virgen le acompaña en el trono, –Casimiro Escribá la incluye por ser
intercesora entre los hombres y Cristo Juez, aun no apareciendo su imagen en dicho
pasaje -.
“Luego vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él. El cielo y
la tierra huyeron de su presencia sin dejar rastro. Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros, y luego se abrió
otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en
los libros, conforme a sus obras.
Y el mar devolvió los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades
devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras.
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago del fuego –este lago de fuego es la
muerte segunda - y el que no se halló inscrito en libro de la vida fue arrojado al
lago del fuego”. (El Juicio de las Naciones: Ap. 20. 11 -15).
En la parte inferior, sobre el arco de la Sacristía, está representado el fin de este
mundo con un lecho de tierra fría, sin atmósfera y sin vida. Un buitre devora a un
hombre, y en el lado opuesto, diversos objetos simbolizan el mundo que acaba, con una
visión escatológica, en la línea que el pintor Valdés Leal trasladó a sus obras:
“Libros, escultura, paleta, corona y espada, ruedas de industria y progreso,
cetro y vara del mundo, queda sepultada para siempre la efímera vanidad de las
cosas humanas”.
(Casimiro Escribá, 1962).
Referencias y fuentes bíblicas encontradas en “El Juicio Final”.
Medio punto:
Pasajes de los huesos secos y profecías de la resurrección de los cuerpos. (Ez. 37).
Testimonio de S. Pablo: Primera epístola a los corintios (El hecho de la
resurrección: III. 15. 1 -34); primera epístola a los tesalonicenses (los muertos y los
vivos en la Venida del Señor: 4.13 -18).
Resurrección de Lázaro (Jun. 11).
Panel central:
Apocalipsis de San Juan, (14 -22; 20.11 -15).