momentos estelares -...
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Índice
Introducción ………………………………………………………………….…….. 3
Capítulo I: Y nació una mujer diferente …………………………………….…… 4
Capítulo II: Anécdotas de la infancia para recordar ……...…………………… 7
Capítulo III: Un amor profundo e inagotable …………………………….……. 10
Capítulo IV: Un matrimonio sólido y duradero …...………………………….. 15
Capítulo V: Cambio en el proyecto de vida: rumbo al conocimiento …….. 19
Capítulo VI: Viajes y aventuras por Venezuela ………………….….………… 27
Capítulo VII: Destinos más allá de la frontera …….………………………….. 30
Conclusión ……………………………………………………………………….. 36
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Introducción
El siguiente trabajo consistió en realizar un relato familiar utilizando los
métodos vistos en clase. Yo investigué e indagué sobre la vida de mi
abuela Gladys Gutierrez, la cual ha vivido al máximo y ha aprovechado cada
momento para disfrutar, estudiar, conocer y crecer cada día más.
Demostrando la gran mujer que ha sido y sigue siendo, con todas sus
virtudes y defectos.
En los siguientes capítulos, hablaré sobre su ninez, vida romántica, estudios,
mundo laboral y viajes.
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Corrían los días de 1935 y fue precisamente cuando en un pequeño pueblo
del Estado Miranda llamado Guarenas, el 24 de septiembre, día de nuestra
señora de las Mercedes, ocurrió un gran acontecimiento: el nacimiento de
una de las niñas más hermosas del lugar. Sus padres, Gregoria Emilia y
Francisco Antonio, tan sólo al verla acordaron casi de inmediato en llamarla
Gladys Mercedes. Esta pequeña niña pudo ver la luz de este mundo gracias
a la ayuda del partero del pueblo, el Dr. García. Se convertiría entonces en
una integrante más de lo que conformaría una gran y linda familia: la
familia Gutiérrez González.
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Grecia Elena y Maria Cristina serían entonces las hermanas mayores de
Gladys Mercedes. El grupo familiar se incrementaría en busca del
varón.Luego, nació Alicia, y por fin el varoncito tan
esperado… Teofilo Antonio.
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Gladys y Alicia se robaban los mangos de la frutería y los lanzaban calle
abajo para ver cómo rodaban, lo cual les causaba mucha risa. Tocaban los
timbres de las casas y salían corriendo, tiraban los potes de basura y se
montaban en árboles y los techos de las casas. ¡Que época aquella!
A la salida del colegio, Gladys y Alicia se unían a su grupo de pandilla ¨Las
peleonas¨, donde compartían grandes momentos de travesuras y se
enfrentaban a puño limpio con otras pandillas. Su amiga Teresita Pedrique
recibió una pedrada de parte de la otra pandilla. Cristina era una niña
tranquila, no se metía en problemas, y si le ocurría algo, acudía a Grecia
para que la defendiera. Cuando pasaba algo en la escuela la directora
decía: “Esas son las Gutiérrez”.
En algunas oportunidades, visitaban el Colegio Salesiano masculino a ver a
los chicos guapos. Pícaras las niñas……. A Gladys le gustaban los chicos
flacos, entre ellos Carlucho y Felipe.
Gladys, desde muy pequeña, ha sido muy astuta y divertida, ayudaba a su
hermana Alicia a escribir las cartitas de amor para sus amiguitos. En una
oportunidad, Gregoria las encontró escribiendo, y Alicia no tuvo más
remedio que comerse la carta, para que no las descubrieran, y ni hablar del
asunto. Qué tiempos aquellos.
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Gladys y Alicia eran muy pícaras, pero en la casa eran muy santas, todo lo
hacían a escondidas. Los juegos del momento eran volar papagayos,
metras, perinolas, escondido, pelota, nunca jugaban con muñecas.
A Gladys le gustaba mucho su maestra de 4to. Grado, Blanca González, y
detestaba a su maestra de 3er. Grado, Ana Teresa Rodríguez y a la
directora Margot.
El primer año de bachillerato lo realiza en el Colegio San José de Tarbes,
donde ya desde este momento comienza a visualizar su inclinación por la
docencia, queriendo ser maestra.
Momentos Felices…
Les gustaba ir al cine los domingos a disfrutar del día de descanso con las
conquistas.
En una oportunidad, Gladys y Alicia fueron a pasar las vacaciones en
Catia la Mar, a las colonias escolares creadas durante el gobierno de
Medina Angarita. Aquí les enseñaban a comer y a compartir con mucha
gente. A Cristina no la mandaron, porque era gordita. El primer mes fue
difícil, pero luego, el resto del tiempo, Gladys se divirtió mucho y no quería
regresar. Se levantaban a las 6 de la mañana, se bañaban en el mar,
desayunaban y luego asistían a clases.
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En las vacaciones, les encantaba ir a la casa de la tía Graciela Gutiérrez en
Guarenas a pasar unos días, donde corrían y disfrutaban mucho, la
diversión era “pasear la retreta” oyendo música de antaño en la Plaza
Bolívar y “pasear la luna”, saliendo desde el pueblo hasta la hacienda
Trapichito y viceversa
A sus 18 años de edad, decide dejar sus estudios para comprometerse en
matrimonio con Felipe.
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Los encuentros entre las tres familias, Monzón, Álvarez y Gutiérrez, en San
Agustín del Sur, en el Pasaje 6 y en el Pasaje 8, dieron la oportunidad
que permitió el acercamiento entre Gladys y Felipe.
Sonaba la pieza de Javier Cougat… ¡A bailar! Es
en ese momento cuando Felipe Eduardo saca a
bailar a Gladys. Cupido no se hizo esperar y fue
precisamente en ese momento estelar, cuando
en esa famosa e histórica fiesta comenzaron los
flechazos, dando inicio a este especial e inmenso
amor.
Las siempre recordadas patinatas de los Caobos, en los años 50, desde las
tres de la mañana, las fiestas decembrinas y aquellas misas de aguinaldos,
se convirtieron en pretexto ideal para esos encuentros por demás cargados
de romance, donde los Kington y los Winchester se pusieron a rodar.
En una fiesta realizada en la Pastora, de unos amigos de Grecia, hermana
de Gladys, en diciembre de 1952, se marcó la declaratoria de amor, cuando
entre un bolerito y otro, se acercaron al nacimiento de la casa para pedirle
al niño Jesús sus regalos de Navidad. Felipe Eduardo le pidió que le trajera
como regalo de Navidad a Gladys como novia; de igual manera, Gladys
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hizo lo propio, quedando sellado este compromiso con un enardecido beso
en la boca, evitando las miradas y comentarios del público presente.
Comienzan a fluir los poemas, cartas de amor, los acrósticos, tarjetas, y
fotos y más fotos…..
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Considerando los requerimientos y
costumbres de la época, Felipe formaliza el
noviazgo ante Antonio Gutiérrez haciendo
la “petición de mano”. Ahora las visitas
eran los martes, jueves y sábados de 8:00 a 10:00 de la noche, en el recibo
de la casa. El sofá se convierte en el objeto más preciado entre las
hermanas Gutiérrez González y sus pretendientes, por supuesto que le
correspondía a la primera pareja que llegara.
Desde el mismo momento de la formalización del
noviazgo, Gladys y Felipe comenzaron a hablar sobre el
futuro, planificando el matrimonio, vivienda, trabajo y
otros aspectos de la vida en pareja.
En espera de la mayoría de edad de Gladys, se fija
como fecha para la boda el día 24 de octubre de 1953, la cual se llevaría a
ca
bo
en
la
igl
esi
a
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Después de esta hermosa boda, Felipe y Gladys dan rienda suelta a sus
sueños e ilusiones como pareja. Con la energía del amor que los une,
comienzan una vida en común, construyendo poco a poco un bonito
proyecto de vida.
Han pasado 58 años de este duradero y gran amor, donde la unión, la
comprensión, la compenetración, el respeto, el disfrute de una vida siempre
juntos, han hecho que se pueda considerar como un amor ejemplar, de
gran orgullo para sus familiares, con muchos momentos de alegría y de
felicidad.
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Un amor que ha crecido y ha permanecido unido en las buenas y en las
malas, superando los momentos difíciles. A pesar del trabajo, estudios y
dificultades económicas, nunca dejaron a un lado los ratos de diversión y
los fines de semana playeros.
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Como fruto de este amor, nacen cinco hijas, lo
cual, los convierte en una familia numerosa y feliz.
Gladys Mercedes, Aimara Rosa, María Elizabeth,
Mónica Beatriz y Marisela Josefina. Se
preocupan en enseñar valores fundamentales a
sus hijas, tales como amor por el trabajo, la
familia, la sinceridad, responsabilidad, honestidad, solidaridad, esfuerzo para
lograr el éxito en la vida y la importancia por el estudio.
El fruto de esa semilla se vio reflejado en la satisfacción de ver graduada a
sus cinco hijas:una profesora, una arquitecta, dos licenciadas en
computación y una abogada.
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Vida estudiantil
Al inicio de los años setenta, la familia Monzón Gutiérrez cambia del
modelo de familia tradicional a uno más acorde con los nuevos tiempos y
con los roles no convencionales, en donde Felipe era el proveedor
económico y Gladys se ocupaba de las tareas del hogar.
Después de dos décadas dedicadas exclusivamente a la crianza de las cinco
hijas, preparando desayunos, almuerzos y cenas todos los días, Gladys le da
un cambio de rumbo total a su vida, decide hacerse professional. Para ello,
tenía que retomar los estudios de bachillerato abandonados hace largo
tiempo.
La tarea no fue fácil. La superación femenina implicaba esfuerzos por parte
de todos los miembros de la familia y especialmente para ella misma,
quien debía compaginar parte de la vida anterior con los nuevos retos
adquiridos. Fue un desafío, sin embargo, frente a este cambio social
importante ella demuestra que es capaz de dar cada día más y más. La
familia descubre en Gladys una vitalidad y una energía inagotables.
El bachillerato lo retoma en 1970, estudios de libre escolaridad, obteniendo
en 1972, a los 37 años, el diploma de Bachiller de Educación Media en
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Ciencias, en el liceo Rufino Blanco Bombona, el famoso Pedro Emilio Coll
de noche.
Fueron momentos inolvidables aquellos días de estudio en que Gladys y
Felipe deciden retomar su vida estudiantil acompañados por Benito Vera y
Alberto Parra. Las sillitas de extensión, las tablas de apoyo, los cuadernos y
pizarrones se convierten en instrumentos de uso cotidiano, donde los
Caobos, los Próceres y los pasillos de la UniversidadCentral de Venezuela,
eran los lugares preferidos de estudio
En aquellos años setenta, la Física, el Inglés, la Mineralogía y la Educación
Artística comienzan a ser parte de sus preocupaciones cotidianas. El
Dórico, el Corintio y el Jónico se convierten en temas de interés; la profe
Eucaris de Sánchez, de Lengua y Literatura, con sus amenas clases y sus
anécdotas interesantes;saber clasificar las rocas en ígneas, metamórficas y
sedimentarias y la bendita exfoliación se convirtió en toda una proeza.
Con todo este impulso, Gladys decide continuar a la Educación Superior y
selecciona el Instituto Pedagógico de Caracas para seguir la carrera
docente.
Muy a pesar de las críticas de que el cupo de las universidades era para
los más jóvenes, a los 38 años Gladys emprende esta gran misión. En
esta nueva etapa, la didáctica de las matemáticas, las ecuaciones, los
asientos contables y los balances generales son el núcleo de la formación,
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compartiendo momentos de muchos sacrificios y de logros con la
inseparable Ligia Núñez de Puerto la Cruz, Candy y Carmen.
En 1981 obtuvo su preciado titulo:
“Profesora en la especialidad de Contabilidad y Matemática”
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Si algo ha sido esencial en la vida de Gladys es su fuerza de voluntad. Su
vitalidad es tal que decide darle continuidad a esta etapa de su vida, la de
profundizar en sus estudios y muy a pesar de las advertencias de amigas y
colegas quienes decían: “Realizar un post grado, con tantas actividades
juntas, era un divorcio seguro”. Ello, se convirtió en un reto más en su vida.
En 1994, en el Instituto Universitario Pedagógico de Caracas, convertido
para ese entonces en Universidad Pedagógica Experimental Libertador, y
como producto de su dedicación, logró el titulo:“Magíster en Gerencia
Educativa”,
Fueron años muy duros, de muchos
esfuerzos y sacrificios, pues además de
las tareas cotidianas del hogar se le
anexaban la vida laboral y estudiantil
nuevamente. Muchas horas de lectura, de
investigación, elaboración y aplicación de
instrumentos, de discusiones con Libia
Becerra (tutora), pero al final valió la
pena, y Gladys obtuvo su ansiado título de magíster, lo cual le garantizó
un peldaño más en la carrera docente, un mejor salario y un currículum
más competitivo para optar a cargos administrativos.
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Vida laboral
El ejercicio docente lo inicia en 1976. Se incorpora como profesora por
horas en el liceo Teresa Carreño, en la parroquia San Juan. Después de
cinco años en esta institución, pasa al José Cortés Madariaga, en la
California Norte, con el profesor Arcadio Vázquez como director.
En 1989, obtiene el cargo de profesora tiempo completo. De estos trece
años surge un grupo de amigos, entre ellos Valentín, Armando, Gilda,
Lucila, Rosalba, Maria Manuela, Alberto, Carlos y Amarilis, quienes después
de la ardua labor de la semana se reunían en las casas, salones de fiesta,
en el Alazán o en el Centro Comercial Puerta del Este para compartir
momentos agradables.
Podemos afirmar que estos 13 años fueron una experiencia inolvidable para
Gladys, en un ambiente de trabajo muy ameno, de mucha disciplina y
respeto.
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El haber concluido el post grado le permitió concursar para el cargo de sub
directora. En 1994 deja la praxis de aula para dedicarse durante cinco años
a las actividades administrativas.
Asume la sub dirección y luego la dirección del Liceo Fermín Toro,
afrontando momentos difíciles, sin embargo, disfruta las obras de arte de
los artistas Francisco Narváez y Tito Salas, ubicadas en la oficina de la
dirección del plantel, con un gran valor patrimonial. Gerenciar el liceo
Fermín Toro fue una tarea ardua, particularmente si se considera la
tradición y combatividad que ha identificado siempre a dicha institución.
En el Juan Mandarino, ejerce la sub dirección del plantel durante 3 años,
un liceo que queda muy cerca de Residencias Coromoto, pero que cuenta
con escasos recursos para llevar a cabo su labor y con una infraestructura
inadecuada y llena de carencias.
En el 2002, a los sesenta y siete años y con mas de 25 de servicio, con
una excelente práctica de aula, así como una experiencia administrativa
acumulada, Gladys asume la siguiente etapa de su vida: la jubilación.
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Desde que se casaron Gladys y Felipe emprendieron innumerables viajes y
un sin fin de aventuras. Comenzando por la luna de miel en Macuto, en el
hotel “Las Quince Letras”, la plaza de las palomas, los Caracas (con los
famosos sancochos en el río), Puerto Píritu, Cumaná, Carenero, Higuerote y
por supuesto el especial y tan recordado
Buche.
Fue en la bahía de Buche donde
construyeron su casa de playa, con el
esfuerzo y colaboración de varios de los
miembros de la familia. Allí, los
Monzones pasaban todos los fines de semana, tomaban su pequeña lancha
en Carenero y con sus muchachitas atravesaban a cualquier hora el mar
hasta llegar a Buche.
Para principios de los años 70
habían nacido las cinco hijas, así
que la pobre lancha se ponía
cada vez más pequeña y pesada.
Las noches pasaban entre
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fogatas, canciones, cielos estrellados y las olas. ¡Que días aquellos!. Después
de ser decretada la bahía de Buche Parque Nacional, decidieron
emprender otros rumbos.
Las vacaciones en Margarita son famosas y numerosas, los carnavales y
Semana Santa en Tucacas inolvidables, en la sabrosa casa de los Tebeth.
Allí, el grupo familiar era muy variado y divertido, frecuentaban todas las
hermanas, esposos e hijos, además de muchos primos como las Bello,
González y las Álvarez.
En las noches, abundaban las literas, las hamacas, colchonetas, colchones y
todo lo que se le pareciera para dormir, la brisa marina era la
acompañante permanente. Eran infaltables los juegos de béisbol, ají ley,
siete y medio, treinta y uno, pote y burro.
También aquellos famosos paseos a Nirgua, en el estado Yaracuy, a casa de
Salim y Alicia, entre vacas, perros y gallinas se armaba la gran fiesta y
gran comilona.
Los viajes continuaron por toda Venezuela, pasando por Mérida, Trujillo,
Táchira, Maracaibo, Coro, Cuyagua, Santa Fe, Monagas, Bolívar, Maturín y la
Colonia Tovar.
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Aventuras por Europa
Para finales de los 70 ya habían recorrido casi
toda Venezuela, así que gracias a los ticket
Eurail Pass, a los ahorro de todo el año y a los
tentadores itinerarios organizados por Gladys y
Wilfredo, su hija y su yerno, comenzaron los
recorridos por el viejo continente.
Europa se convirtió
en un destino obligado. Fueron muchos los
países que visitaron: Francia, España, Portugal,
Alemania, Suiza, Italia, Bélgica, Austria,
Holanda, Grecia. Muchas ciudades imposibles
de olvidar, por su encanto particular: Paris, la
ciudad luz con sus grandes obras y su cultura;
Tours y la Loire, con sus encantadores castillos; el lujo de Niza, Mónaco y
Montecarlo;
Venecia, con sus típicas góndolas y
canales; Roma con su histórico
Coliseo y su famosa Vía Nationale y
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Venetto; los inolvidables conciertos en Viena y Salzburgo, las ciudades
suizas con sus lagos azules y de fondo los Alpes.
Cómo olvidar la Acrópolis y su
famoso Partenón y la colina de
Filipapo; las noches madrileñas
entre cañas y tapas; la
Andalucía con la presencia de la
cultura árabe. (Córdoba, Granada y Sevilla); las ciudades portuguesas;
Lisboa, Estoril, Nazareth, y Albufeira, con su encanto mediterráneo.
Fueron cuatro años seguidos
viajando por Europa, (1979 - 1982).
Cada año lo apreciaban mas que el
anterior. En cada viaje los
acompañaban diferentes familiares y
amigos (Ligia, Isabel, y sus hijas Aimara, Mónica y Marisela). Los días
trascurrían entre museos, gastronomía típica, vinos de la región, castillos,
molinos e iglesias.
Fue en esa época donde se deleitaron con obras arquitectónicas y plásticas,
recordando lo aprendido en Educación Artística. Los estilos Jónico, Corintio
y Dórico los apreciaron en vivo.
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Visitaron el museo del Louvre que alberga la famosa obra la Mona Lisa de
Leonardo Da Vinci. Se encontraron con las obras de los impresionistas,
Corot, Manet, Monet, Renoir, Pissarro y las obras de Gaugin, y Van Gogh.
En el museo de El Prado, apreciaron las famosas obras del Greco,La Maja
Desnuda y Vestida de Goya, y el famoso Guernica de Picasso. Los estudios
de Historia Universal sirvieron como base para comprender tanta cultura,
tanto arte y grandiosidad.
El tercer viaje, en febrero de 1982, fue el más
importante; ya que el objetivo principal era
conocer y cuidar a la linda y gordita Caribay
Anais, primera nieta nacida en la ciudad de
Montpellier, el 14 de febrero, día de los
enamorados.
Aventuras por América
Hacia los 90 decidieron incursionar por rumbos distintos, la América del
Norte será el centro del viaje, entre las ciudades visitadas se encuentran
Niagara, Toronto, Montreal, Québec, Ottawa, Boston y Nueva York.
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De este lado del continente, los sitios de interés
son diferentes. En Canadá, abundan las
impresionantes caídas de agua (Chutes), los
parques naturales, paisajes de grandes lagos y
extensiones de pinos propios de la región.
En Estados Unidos, visitaron las universidades,
monumentos, museos, parques y centros comerciales.
En Washington, la estadía fue en casa de
Alfredo Salazar, quien,con su agradable
hospitalidad, les dio a su ritmo acelerado un
valioso recorrido por monumentos y museos
importantes de la ciudad (Casa Blanca,
Obelisco, monumentos a Lincoln y Jefferson)
En la Gran Manzana visitaron la 5ta Av, Broadway,
Central Park, Empire State, la estatua de la Libertad,
Musicales, a las desaparecidas torres Gemelas y por
las noches solían ser Gladys y Felipe los
“desaparecidos”.
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Para diciembre del 2001, recibieron la invitación de los Angulo Monzón,
para pasar la navidad en su casa de Ville Mont Royal, en Montreal, y el fin
de año en un Chalet típico canadiense en Sante Agathe des Monts.
Esta visita les permitió una visión
distinta de Canadá, en pleno
invierno. En este viaje estaban
presente 14 miembros de la
familia (Gladys, Wilfredo, Caribay,
Luís, Johana, Elizabeth, Roberto,
Jenifer, Alejandro, Omar, Marisela,
Amaranta, Felipe y Gladys) algo poco usual para los canadienses, por lo
cual éramos el centro de atención en los lugares visitados.
Fue un invierno inolvidable de -14 C°. Los deportes de nieve fueron uno de
los atractivos principales, la luge, los parques de nieve, el esquí, el patinaje
sobre hielo y los trineos se convirtieron en una novedad, Los lagos y
cascadas congelados, las caídas aparatosas en la nieve dieron mucho de
que hablar y de que reírnos, las buenas comidas (variados fondues,
ensaladas, crepes, pavo, salmón, vinos, champagne, postres, sirope de
mapple, etc) formaron parte de este original viaje.
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Y como siempre… ¡Higuerote!
El itinerario de los últimos años se ha centrado en Barlovento. Curiepe se
ha convertido en su segunda casa, Gladys y Felipe se han dedicado todos
los fines de semana a cuidarla, atendiendo la grama, las plantas, los
frutales y particularmente a sus dos hijos menores: Rocky y Linda. Se han
dado por completo y con mucho amor para construir su paraíso personal.
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Conclusión
Puedo concluir que este trabajo me ayudó a practicar los temas vistos en
clase y a conocer un poco más sobre la vida de mi abuela, debido a que
normalmente no investigamos mucho sobre nuestros abuelos o familiares y
se nos escapan muchos detalles de sus vidas que terminan siendo muy
interesantes y enriquecedores.
También puedo concluir que mi abuela ha sido una mujer que ha vivido
cada instante con la mejor de las actitudes y ha sacado provecho a cada
momento de su vida.
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Bibliografía
- Información recaudada gracias a familiares tales como: Mónica
Monzón, Marisela Monzón, Elizabeth Monzón, Aimara Monzón,
Gladys Monzón, Felipe Monzón, Gladys Gutierrez, Alicia Gutierrez,
Cristina Gutierrez, etc.
- Los recursos visuales fueron obtenidos y recopilados de albumes
familiares.