mitos del agua: un camino para la enseÑanza …
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MITOS DEL AGUA: UN CAMINO PARA LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL
CUIDADO Y CONSERVACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS ACUÁTICOS DE
BOGOTÁ
GINA PAOLA OJEDA GONZALEZ
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
FACULTAD DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA
BOGOTÁ D.C., NOVIEMBRE DE 2015
MITOS DEL AGUA: UN CAMINO PARA LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL
CUIDADO Y CONSERVACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS ACUÁTICOS DE
BOGOTÁ
GINA PAOLA OJEDA GONZALEZ
Trabajo de grado para optar por el título de
LICENCIADA EN BIOLOGÍA
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN EN BIODIVERSIDAD Y CONSERVACIÓN DE LOS
ECOSISTEMAS ACUÁTICOS DE LA REGIÓN ANDINA - SARA
DIRECTORA
CAROLINA VARGAS
Lic. En Biología, Magister en Educación
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
FACULTAD DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA
BOGOTÁ D.C. NOVIEMBRE DE 2015
Nota de Aceptación
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Firma de la Directora del Trabajo de Grado
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Firma Primer Jurado
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Firma Segundo Jurado
Bogotá, 2015
A ti, Abuelito…
Que dejaste de ser cuerpo tangible para ser
espíritu, agua, tierra, viento, sol, luna, fuego,
vida, energía, pensamiento, palabra, memoria.
Que has guiado mi camino y me has acompañado
en cada paso sin soltar mi mano de la tuya.
A ti, Abuelito, que fuiste, eres y serás
mi razón, mi fuerza, mi luz.
“Habéis adorado en las lagunas?”, preguntábanle los religiosos inquisidores de la conquista a los vencidos,
humillados y temerosos aborígenes.
Hacedme, hoy, a mí, la misma pregunta y os contestaré, con arrogancia: Sí, he adorado en las lagunas; he
adorado en los ríos, en los arroyos y en los cantarinos riachuelos de la selva vírgen. He adorado el agua, porque
el agua es vida y la vida es Dios. También he adorado el sol, porque su lumbre da la vida, y Dios es la vida. He
adorado el alba, porque sus resplandores son alegría y promesa de bienaventuranza, y Dios está en la alegría.
He adorado los resplandores del ocaso, del crepúsculo triste y melancólico, porque Dios también está en la
tristeza y melancolía de los hombres. He adorado el mar embravecido por la tormenta, y lo he adorado,
también, en la calma de las noches de plenilunio. He adorado los resplandores de la luna y los luceros que se
pierden en los abismos siderales, porque en su soledad y su vacío está Dios. He adorado las montañas, los
árboles, el paisaje, porque son trasunto de Dios. He adorado a Dios en la humildad de la gota de rocío, en la
tímida belleza de una violeta, en el perfume de la rosa, en los pétalos de las flores silvestres, porque Dios está
en lo diminuto y en la grandeza infinita, porque lo contiene todo y todo lleva el sello inconfundible de su
eternidad.
No sé por qué cauces desconocidos, algún génen de un chibcha pagano y soñador, llegó hasta mí, para hacerme,
asimismo, sublimemente pagano, porque adoro el agua, el fuego, el sol, la luna, las estrellas, el cosmos infinito,
las soledades del vacío sideral; adoro la alegría de la aurora y la melancólica tristeza de los crepúsculos; porque
adoro, en la policromía del arco iris, la grandeza de un poeta que es Dios y que le ha dado al mundo tanta
belleza, tanta alegría, aunque también lo haya colmado de congojas y melancolía. Mi corazón es un inmenso
olimpo donde se recrean todos estos dioses, y ese majestuoso panteón es Dios mismo, que rige sobre estas
divinidades que son su símbolo. Soy pagano, sí, porque adoro y rindo mis plegarias a la belleza que Dios le ha
dado al universo para recrearse en su perfección excelsa.
Por qué reprochársele, entonces, al humilde aborígen su sublime paganismo, tan sólo porque adoraba las
manifestaciones más hermosas de la majestuosa creación divina? Yo también soy pagano, porque en
incontables atardeceres y en las auroras, al cruzar por el Tequendama, he arrojado simbólicas figurillas de oro
y resplandecientes esmeraldas al fondo de su abismo, adorando el agua y el iris esplendoroso de su arco
magnífico; porque he dirigido plegarias a los dioses tutelares, servidores del Dios supremo, para que no se
olviden de la grandeza de aquel pueblo aborígen que los veneró, que se arrobaba en su contemplación,
implorándoles perdón o suplicándoles bienaventuranzas; para que esa raza de sublimes soñadores no se pierda
en la oscuridad de los tiempos y, más bien, permanezca, eternamente, en el recuerdo grato y cariñoso de las
generaciones venturas.
Jesús Arango Cano
AGRADECIMIENTOS
A la vida por permitirme ser, por regalarme la magnificencia de los ocasos y las alboradas, por
guardar en cada estrella un deseo y, por hacer de la luna esa luz vigorosa que guía mi camino
entre las sombras.
A la naturaleza por los incontables momentos de felicidad y tranquilidad, por los sonidos de las
aves, por la belleza de las flores, por el sutil vuelo de las mariposas, por la suntuosidad de sus
ríos y sus bosques, por ser fuerza inspiradora y ser compañía omnipresente.
A la Universidad Pedagógica Nacional por permitirme ingresar a sus salones de clase, por ser
recinto del saber, del conocimiento, de la ciencia, de la amistad y, a pesar de todo, de
tranquilidad.
Al DBI por acogerme en sus pasillos, por dejarme vivir y hacer parte de su historia, por ser una
segunda familia, por enseñarme principios de vida, por permitirme ver el mundo desde lo
crítico, lo biológico, lo cultural y lo social.
A la Línea de Investigación en Biodiversidad y Conservación de los Ecosistemas Acuáticos de
la Región Andina – SARA, por abrirme sus puertas y haberme permitido adentrarme en los
senderos de la investigación, por su voto de confianza en mis ideas, por ser tierra fértil para
sembrar y cultivar sueños.
A la profesora Carolina Vargas por acompañar mi recorrido en el DBI desde el primer día, por
escucharme y ser testigo de mis travesuras, por su apoyo constante, por hacer de mí una mejor
maestra cada día, por permitirme construir mis alas, acompañar mi vuelo y extender el cielo.
A mi mamá por ser mujer dadora de vida, por enseñarme el valor de la tenacidad y la
persistencia, por acompañarme cada día, por enseñarme a ser mujer fuerte, por apoyarme
incondicionalmente, por los consejos y lecciones de vida.
A las niñas, Melissa y Jenny, por enseñarme el valor de la amistad, por escuchar mis historias,
por aterrizar mis ideas, por permitirnos pensar en que otro mundo es posible, por tantos
diálogos ñoños, por tanta complicidad, por los senderos transitados, por su energía llena de
paz, tranquilidad y luz.
A él, Daniel Ortiz, por haber creído en mis “ideas hippies” desde el comienzo, por regalarme
sonrisas llenas de magia, por los caminos recorridos tomados de la mano, por los sonidos de
sus palabras de aliento al calor de un abrazo, por enseñarme la impermanencia de las cosas, por
dar color a mi vida, por ser arcoíris, poesía, pensamiento, vida, amor.
RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÓN - RAE
1. Información General
Tipo de documento Trabajo de Grado
Acceso al documento Universidad Pedagógica Nacional. Biblioteca Central
Título del documento Mitos del agua: Un camino para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos de Bogotá
Autor(es) Ojeda Gonzalez, Gina Paola.
Director Vargas, Carolina.
Publicación Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional, 2015. 237p.
Unidad Patrocinante Universidad Pedagógica Nacional
Palabras Claves AGUA; MITOS; CONSERVACIÓN; ECOSISTEMAS ACUÁTICOS; ESTRATEGIA PEDAGÓGICA; APROPIACIÓN DEL TERRITORIO.
2. Descripción
El presente trabajo de grado propone el uso de los mitos del agua como alternativa innovadora en la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá, pretendiendo disminuir la falta de apropiación de los ciudadanos y, resaltar la diversidad cultural y biológica que posee el territorio colombiano. Los mitos del agua se recopilaron de la memoria oral mediante entrevistas semiestructuradas y, de la memoria escrita, utilizando el acervo bibliográfico de Biblored. El análisis se realizó mediante categorías producto de las tendencias en nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación” y, finalmente, se realizó el diseño de una estrategia pedagógica dirigida a una población mixta, retomando elementos de la cosmovisión mítica del agua, para contribuir a la resignificación del territorio, al cambio de paradigmas de pensamiento, al rescate de la oralidad y el diálogo intergeneracional, al reconocimiento de la ciudad como espacio biodiverso y, a la valoración de los mitos presentes en la cosmovisión indígena en Colombia.
3. Fuentes
La realización del presente trabajo de grado, tuvo 66 fuentes bibliográficas, de las cuales se resaltan las siguientes: Arango, J. (1965). Mitos, leyendas y dioses chibchas. Imprenta Departamental: Manizales, Caldas, Colombia. Armstrong, K. (2005). Breve historia del mito. Barcelona, España: Ediciones Salamandra S.A. Corporación Autónoma Regional (CAR). (2001). Atlas Ambiental de Cundinamarca. Primera edición. Colombia: CAR. Gadamer, H. (1997). Mito y razón. España: Editorial Paidós. Galindo, M.; García, C. & Valencia, J. (2003). Mitos y leyendas de Colombia: Tradición oral indígena y campesina. Bogotá, Colombia: Editorial Intermedio. Mejía, M. & Awad. (2003). Educación popular hoy: En tiempos de globalización. Bogotá, Colombia: Editorial Aurora.
Primack, R. (2002). Principios de la Biología de la Conservación. Massachusetts: Sinauer Associates. Secretaría Distrital de Ambiente – SDA. (2007). Atlas ambiental de Bogotá. Colombia: Alcaldía Mayor de Bogotá. Citado en: Barrera, J., Contreras, S., Garzón, N., Moreno, A. & Montoya, S. (2010). Manual para la restauración ecológica de los ecosistemas disturbados del distrito capital. Colombia: Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) & Pontificia Universidad Javeriana (PUJ). Urbina, F. (2010). Las palabras del origen: Breve compendio de la mitología de los uitotos. Colombia: Ministerio de cultura. Vargas, R. (2006). La Cultura del Agua: Lecciones de la América Indígena. Uruguay: Programa Hidrológico Nacional UNESCO. Vasilachis, I., et al. (2006). Estrategias de investigación cualitativa. Barcelona: Editorial Gedisa S.A.
4. Contenidos
El presente trabajo de grado tuvo como objetivo general “Proponer una estrategia pedagógica basada en el uso de los mitos del agua, de las diferentes culturas indígenas colombianas, para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos de Bogotá” y, como objetivos específicos “Indagar los mitos del agua presentes en la literatura y en la tradición oral de las diferentes culturas indígenas colombianas”, “Analizar el contenido de los mitos del agua indagados, frente al cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos” y, “Diseñar una estrategia pedagógica partiendo de la recopilación de los mitos del agua en Colombia para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos bogotanos”. En la revisión de antecedentes se encontraron 6 antecedentes internacionales: “Experiencia de enseñanza-aprendizaje: Cambio de creencias y conductas en el manejo del agua de consumo”, “La Cultura del Agua: Lecciones de la América Indígena”, “Jugar a pensar con mitos (8-9 años): Guía para educadores”, “Canto al agua”, “Valores ambientales en el mito de María Lionza” y, “Religious approaches to water management and environmental conservation”; 3 nacionales: “El pensamiento de las aguas de las montañas: Coconucos, Guambianos, Paeces, Yanaconas”, “La gente de agua: Una travesía por el río Apaporis” y, “La dimensión sagrada, simbólica y mística del agua” y; 3 locales: “Representación social del agua y sus usos”, “Memorias del Agua en Bogotá: Antología” y, “El cuento como material didáctico en la enseñanza de los valores de la conservación del agua en primera infancia”. La conceptualización o marco teórico se desarrolla en torno a los siguientes conceptos: Mitos, Agua, Enseñanza-aprendizaje, Conservación, Ecosistemas acuáticos y, una caracterización de Bogotá. El trabajo de grado se desarrolló bajo el paradigma interpretativo de investigación social, cuya ontología se basa en el constructivismo y el relativismo, su epistemología se fundamenta en el no dualismo, la no objetividad y la interdependencia entre el investigador y el objeto de investigación y, su metodología está orientada desde las técnicas cualitativas y, el inductivismo, donde el conocimiento surge de la realidad estudiada. Adicionalmente, el posicionamiento epistemológico hermenéutico-interpretativo, vincula sus supuestos básicos, específicamente, con la consideración del lenguaje como un recurso y como una creación, como una forma de reproducción y producción del mundo social. Como resultados, en la Fase 1, etapa 1, se encontraron 179 comunidades indígenas habitantes del territorio colombiano y, reportadas en la literatura, de las cuales 32 ya están extintas y, 147 aún habitan el territorio nacional. En la etapa 2 se encontraron solamente cinco culturas indígenas (Achagua, Muiscas o Chibchas, Wayuu-apaalanchi, Uitoto y Sikuani), descritas en los libros del acervo bibliográfico de las bibliotecas mayores de Biblored y, seis culturas caracterizadas oralmente (Nasa-Paez, Wounaan, Yukuna, Inga, Uitoto y Palenquera). Finalmente, como resultados de la etapa 3, se obtuvieron 36 mitos en total, de
los cuales 32 fueron recuperados de memoria escrita y 4 de memoria oral. Como resultados de la Fase 2 de análisis de contenido de los mitos, se encontraron 33 categorías diferentes, de las cuales 16 corresponden a las nociones de “Agua” y, las 17 restantes corresponden a las nociones de “Cuidado y Conservación”. Finalmente, se realizó una generalización y unificación de las 33 tendencias encontradas en los mitos del agua, partiendo de las similitudes que propiciaban la agrupación de varias tendencias en una categoría más general, posibilitando un análisis con mayor alcance y aplicabilidad para la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos de Bogotá. Como resultado, se obtuvieron 8 categorías de análisis que serán tenidas en cuenta para el diseño de la propuesta educativa de los mitos del agua como un camino para la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos de Bogotá. Finalmente, como resultado de la Fase 3, se diseñó una estrategia pedagógica en cuatro etapas, tituladas así: “Me permito oler, palpar, escuchar, sentir y admirar la majestuosidad de la naturaleza”, “Somos cultura, somos diversidad, somos creadores de nuevos mundos”, “Soy agua, soy sol, soy tierra, soy pensamiento, soy una hebra en el tejido de la vida” y, “Soy parte de una sociedad, soy guardián de un territorio, soy semilla de cambio”.
5. Metodología
El desarrollo del presente trabajo de grado se realizó en 3 fases: Fase 1: Indagación Con el objetivo de indagar los mitos referentes al agua presentes en la literatura y en la tradición oral de las diferentes culturas indígenas colombianas, se realizaron tres etapas: Indagación en memoria escrita sobre la cantidad de culturas indígenas presentes en Colombia; Caracterización de las culturas indígenas recogida tanto de memoria oral como de memoria escrita; Selección y Constitución del acervo de mitos del agua encontrados en memoria oral y escrita. Fase 2: Análisis La fase 2 tuvo como objetivo analizar el contenido de los mitos del agua indagados, frente a sus nociones de “Agua” y de “Cuidado y Conservación”. El desarrollo de esta fase se realizó en tres etapas: Identificación de las tendencias de los mitos del agua recopilados, en cuanto a nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”; Descripción de cada una de las tendencias encontradas durante la etapa de identificación; Análisis de las tendencias de los mitos del agua, a la luz de la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá. Fase 3: Diseño La fase final tiene como objetivo diseñar una estrategia pedagógica a partir de la recopilación de los mitos del agua en Colombia, para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos bogotanos. Esta propuesta resalta el valor y la importancia de los mitos dentro de la configuración del pensamiento de los sujetos, como potente influenciador en las acciones y las tendencias en el cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos, teniendo en cuenta que en la cosmovisión mítica del mundo, el agua es mucho más que un elemento y, tiene una importante relevancia en la vida espiritual y material de las comunidades indígenas.
6. Conclusiones
No es posible establecer una única tendencia o categoría de análisis, los mitos deben comprenderse en su complejidad, asociándolos con el territorio de la tribu en que se originaron, las dinámicas propias de la población y, la cosmovisión misma de la comunidad.
El diseño de una estrategia pedagógica para la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en la ciudad de Bogotá a través de los mitos del agua, es un camino innovador y poco explorado en los ámbitos educativos, cuyo propósito se centra en tocar la sensibilidad de los sujetos y desde allí construir nuevas formas de ver el mundo y de relacionarse con él. Debido a la contaminación de las aguas de la ciudad, se hace necesaria la sensibilización de la ciudadanía en cuanto a la importancia que tiene el agua desde un punto de vista ecológico y cultural, asignando a los cuerpos de agua de la ciudad un significado y un valor más allá de lo monetario y lo utilitarista. El trabajo de recuperación de la memoria oral y, la divulgación por medio de la memoria escrita, de las comunidades indígenas que aún están presentes en el territorio colombiano y que conservan la mayoría de sus tradiciones y pensamientos originarios, debe promoverse y fortalecerse, con el propósito de no dejar perder en el olvido esa gran riqueza cultural que, a pesar de las adversidades, aún se mantiene viva, con su lengua, sus rituales, su cosmovisión, sus costumbres, su sabiduría, su oralidad, su memoria y su ser. Fortalecer el diálogo intergeneracional (endoculturación) en Bogotá, es un elemento clave para reestablecer las relaciones de diálogo entre los adultos, jóvenes y niños que habitan la ciudad, dejando de lado la televisión, el celular y los videojuegos, para centrar la atención en la palabra, en el saber que tienen los abuelos y que han construido hace muchos años. La Educación Popular como orientación pedagógica para la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá, es un importante referente conceptual para ser aplicado, dado que fortalece el diálogo de saberes, la apropiación del territorio y, el empoderamiento de los sujetos. Propiciar un cambio o reestructuración de paradigmas de pensamiento y de vida en las personas, es el proceso más relevante que debe llevarse a cabo para obtener resultados a largo plazo en torno al cuidado y conservación de la biodiversidad. El maestro es un ser orientador de caminos, nunca debe imponer su forma de pensar a sus estudiantes, el maestro debe consolidarse como el sujeto que les muestra las posibilidades y les da total autonomía en sus decisiones, contribuyendo cada día a la construcción de sujetos autónomos, críticos y reflexivos. La educación debe ser siempre un acto de libertad, que posibilite a los sujetos construir sus propios paradigmas de vida, liberarse de las cadenas impuestas por el poder y, construir las alas que les permitan emprender su vuelo por el mundo.
Elaborado por: Ojeda Gonzalez, Gina Paola.
Revisado por: Vargas, Carolina.
Fecha de elaboración del Resumen:
04 11 2015
Tabla de contenido Tabla de Tablas ............................................................................................................................. 13
Tabla de Ilustraciones ................................................................................................................... 14
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................ 15
PROBLEMÁTICA ................................................................................................................................ 17
JUSTIFICACIÓN ................................................................................................................................. 19
OBJETIVOS ........................................................................................................................................ 22
GENERAL ...................................................................................................................................... 22
ESPECÍFICOS ................................................................................................................................. 22
ANTECEDENTES ................................................................................................................................ 23
Internacional ................................................................................................................................ 23
Nacional ....................................................................................................................................... 27
Local ............................................................................................................................................. 29
MARCO TEÓRICO.............................................................................................................................. 32
Mitos ............................................................................................................................................ 32
Agua ............................................................................................................................................. 36
Enseñanza-aprendizaje ................................................................................................................ 39
Conservación ................................................................................................................................ 45
Ecosistemas acuáticos .................................................................................................................. 48
Bogotá .......................................................................................................................................... 50
MARCO METODOLÓGICO ................................................................................................................. 56
FASE 1: INDAGACIÓN ................................................................................................................... 58
Revisión Documental ................................................................................................................ 58
Indagación de Mitos ................................................................................................................. 59
FASE 2: ANÁLISIS .......................................................................................................................... 60
Recopilación y sistematización ................................................................................................. 60
Análisis ..................................................................................................................................... 61
FASE 3: DISEÑO ............................................................................................................................ 61
Diseño de Estrategia Pedagógica .............................................................................................. 61
RESULTADOS .................................................................................................................................... 62
FASE 1: INDAGACIÓN ................................................................................................................... 62
FASE 2: ANÁLISIS ........................................................................................................................ 158
FASE 3: DISEÑO .......................................................................................................................... 198
CONCLUSIONES .............................................................................................................................. 227
RECOMENDACIONES ...................................................................................................................... 230
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................. 232
ANEXOS .......................................................................................................................................... 237
ANEXO 1 ..................................................................................................................................... 237
ANEXO 2 ..................................................................................................................................... 237
ANEXO 3 ..................................................................................................................................... 237
ANEXO 4 ..................................................................................................................................... 237
ANEXO 5 ..................................................................................................................................... 237
ANEXO 6 ..................................................................................................................................... 237
ANEXO 7 ..................................................................................................................................... 237
Tabla de Tablas
Tabla 1. Modelo tabla para registro de listado de totalidad de culturas indígenas presentes
en Colombia, reportadas en los libros del acervo bibliográfico de las bibliotecas mayores
de Biblored. .................................................................................................................................... 59
Tabla 2. Modelo matriz de caracterización de las culturas indígenas presentes en memoria
oral y escrita. .................................................................................................................................. 59
Tabla 3. Tabla de registro de los mitos encontrados durante el proceso indagativo. .......... 60
Tabla 4. Matriz modelo de análisis de contenido de la totalidad de los mitos del agua
encontrados en memoria oral y memoria escrita, en cuanto a tendencias en las nociones
de “Agua” y “Cuidado y Conservación”. ..................................................................................... 60
Tabla 5. Modelo de tabla de descripción de las tendencias encontradas en los mitos del
agua respecto a la noción de “Agua” y "Cuidado y Conservación". ....................................... 61
Tabla 6. Modelo de tabla de fragmentos orientadores de la estrategia pedagógica, título
del mito y ecosistema que representa. ....................................................................................... 61
Tabla 7. Listado de totalidad de culturas indígenas presentes en Colombia, reportadas en
los libros del acervo bibliográfico de las bibliotecas mayores de Biblored. ........................... 62
Tabla 8. Matriz de caracterización de las culturas indígenas presentes en memoria escrita,
recuperada del acervo bibliográfico de las bibliotecas mayores de Biblored........................ 77
Tabla 9. Matriz de caracterización de las culturas indígenas recuperadas en memoria oral,
en cuanto a su ubicación geográfica, costumbres, cosmovisión y, relación con el agua. .. 91
Tabla 10. Tabla de registro de información general de la totalidad de los mitos del agua
encontrados tanto en memoria oral como en memoria escrita. ............................................ 105
Tabla 11. Matriz de análisis de contenido de la totalidad de los mitos del agua
encontrados en memoria oral y memoria escrita, en cuanto a tendencias en las nociones
de “Agua” y “Cuidado y Conservación”. ................................................................................... 158
Tabla 12. Tabla de descripción de las tendencias encontradas en los mitos del agua
respecto a la noción de “Agua”.................................................................................................. 173
Tabla 13. Tabla de descripción de las tendencias encontradas en los mitos del agua
respecto a la noción de “Cuidado y Conservación”. ............................................................... 182
Tabla 14. Listado de Ríos, quebradas, lagunas y humedales que pueden visitarse en la
ciudad de Bogotá. ....................................................................................................................... 200
Tabla 15. Tabla de fragmentos orientadores de la estrategia pedagógica, título del mito y
ecosistema que representa. ....................................................................................................... 202
Tabla de Ilustraciones
Ilustración 1. Mapa Red de Calidad del Recurso Hídrico de Bogotá D.C. (IDEAM &
DTAMA, 2004, pp. 15) .................................................................................................................. 53
Ilustración 2. Tabla estadística con la cantidad de mitos encontrados por cada cultura
indígena presente en el archivo de los 36 mitos del agua seleccionados. .......................... 157
Ilustración 3. Mapa de la red hídrica de Bogotá. (Secretaría Distrital de Ambiente &
Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, 2008, Página 28) ............................... 199
Ilustración 4. Mapa de organización territorial de Bogotá por sus cuencas hidrográficas.
(Secretaría Distrital de Ambiente & Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá,
2008, Página 52) ......................................................................................................................... 224
Ilustración 5. Vuelo de mariposa. .............................................................................................. 226
15
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de grado propone los mitos del agua como alternativa
innovadora en la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas
acuáticos en Bogotá, partiendo de la evidente problemática de contaminación que
éstos presentan, mayoritariamente por acciones humanas que evidencian una
grave falta de apropiación por el agua y el territorio. El reconocimiento de los mitos
asociados al agua, pretende resaltar la gran riqueza cultural y biológica que tiene
el territorio colombiano y, que ha sido disminuida considerablemente por la
occidentalización de las comunidades y la constante construcción de edificios
sobre zonas verdes.
Teniendo en cuenta lo anterior, como objetivo general se pretende proponer una
estrategia pedagógica basada en el uso de los mitos del agua, de las diferentes
culturas indígenas colombianas, para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos de Bogotá. Para dar cumplimiento a
dicho objetivo, en el marco teórico se referencian conceptos clave como Mitos,
Agua, Enseñanza-aprendizaje, Conservación, Ecosistemas acuáticos y, una
caracterización de Bogotá. La investigación se realizó bajo el paradigma
interpretativo de investigación social y, fue de tipo cualitativo mayoritariamente.
El trabajo de grado se realizó en tres fases. Inicialmente, la Fase 1 tuvo el objetivo
de indagar los mitos referentes al agua presentes en la literatura y en la tradición
oral de las diferentes culturas indígenas colombianas, para su realización, se
llevaron a cabo tres etapas: Indagación en memoria escrita sobre la cantidad de
culturas indígenas presentes en Colombia; Caracterización de las culturas
indígenas recogida tanto de memoria oral como de memoria escrita; Selección y
Constitución del acervo de mitos del agua encontrados en memoria oral y escrita.
La fase 2 del presente trabajo de grado tuvo como objetivo analizar el contenido
de los mitos del agua indagados, frente a sus nociones de “Agua” y de “Cuidado y
Conservación”. El desarrollo de esta fase se realizó en tres etapas: Identificación
de las tendencias de los mitos del agua recopilados, en cuanto a nociones de
“Agua” y “Cuidado y Conservación”; Descripción de cada una de las tendencias
encontradas durante la etapa de identificación; Análisis de las tendencias de los
mitos del agua, a la luz de la enseñanza del cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos en Bogotá.
16
Finalmente, la fase 3 del presente trabajo de grado, tuvo como objetivo diseñar
una estrategia pedagógica a partir de la recopilación de los mitos del agua en
Colombia, para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos bogotanos. Esta propuesta resalta el valor y la importancia
de los mitos dentro de la configuración del pensamiento de los sujetos, como
potente influenciador en las acciones y las tendencias en el cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos, teniendo en cuenta que en la
cosmovisión mítica del mundo, el agua es mucho más que un elemento y, tiene
una importante relevancia en la vida espiritual y material de las comunidades
indígenas. El diseño de la estrategia está dirigido a una población mixta,
retomando elementos de la cosmovisión mítica del agua, para contribuir a la
resignificación del territorio, al cambio de paradigmas de pensamiento, al rescate
de la oralidad y el diálogo intergeneracional, al reconocimiento de la ciudad como
espacio biodiverso y, a la valoración de los mitos presentes en la cosmovisión
indígena en Colombia.
Es así como los mitos del agua se consolidan como un camino para la enseñanza
del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá, partiendo del
cambio de paradigma de los sujetos, de lo individual e inmediato a lo ecológico y
sistémico, que al cambiar en su interior, pueden generar grandes transformaciones
en su entorno y en su comunidad. Es importante reconocer que los procesos
educativos en conservación, deben llegar a las vivencias de cada individuo y tocar
su sensibilidad, llenarlos de argumentos y empoderarlos para que sean líderes del
cambio en su entorno inmediato.
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PROBLEMÁTICA
El agua es un elemento vital para la supervivencia del hombre y demás seres
vivos (CAR, 2001), todas las personas la utilizan en el día a día, está presente en
los alimentos que consumen, en los materiales que manipulan, en las condiciones
climáticas que afectan los lugares que frecuentan, en el cuerpo, en los ríos,
riachuelos, humedales y lagunas que recorren la ciudad, en los ecosistemas que
cubren gran parte del planeta, en las nubes, en el aire, en los recuerdos de vida y,
en las historias de los pueblos y de su gente. La mística y la espiritualidad del
agua tienen su motivación más profunda en la defensa de la vida, ya que no existe
vida sin agua y todas las formas de vida dependen de ella. De esta forma, el agua
adquiere un valor vital y sagrado: Bien común, patrimonio de la humanidad y
derecho de todas y todos (Ferro, 2006).
Recorrer día a día la ciudad de Bogotá, deja ver claramente que los cuerpos de
agua que la atraviesan son contaminados con diferentes tipos de residuos sólidos
como envolturas de comidas, plásticos, papel, metal, restos biológicos y, residuos
líquidos como los aceites y los lixiviados provenientes del relleno sanitario de
Doña Juana que llegan directamente a las aguas del río Tunjuelo. A su vez, el río
Bogotá se contamina por “miles de toneladas de desechos orgánicos que recibe
de alcantarillados y fábricas que lo envenenan con toda clase de residuos como el
arsénico, las grasas, plásticos, caucho, cobre y mercurio” como lo asegura Carlos
Prieto (2004, pp. 256). Adicionalmente, los terrenos que corresponden a los
humedales capitalinos han sido enterrados bajo grandes edificios rascacielos de
uso habitacional, a pesar de que el Ministerio de Ambiente en su Política Nacional
para Humedales Interiores de Colombia del año 2001, “Propende por la
conservación y el uso racional de los humedales interiores con el fin de mantener
y obtener beneficios ecológicos, económicos y socioculturales” IDEAM (2004, pp
242). Este mal estado de los ecosistemas acuáticos bogotanos ha llevado a que
los habitantes de la ciudad tengan poca importancia por el estado de sus cuerpos
hídricos, generando una cultura con una grave falta de apropiación de sus
recursos hídricos a pesar de las diversas campañas de conservación y uso
sostenible que se realizan constantemente desde las distintas administraciones
distritales “hace más de 20 años” (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2011, pp. 10).
Dado que la mayoría de las comunidades indígenas que habitan en Colombia se
encuentran en territorios con una alta biodiversidad y bajos niveles de
contaminación, tomando como ejemplo la Región Amazónica que
hidrográficamente abarca las cuencas de los ríos Caquetá, Putumayo, Vaupés y
18
Guainía con una escorrentía media de 4200mm (IDEAM, 2004) y que además,
cuenta con la presencia de 44 pueblos indígenas según datos del Departamento
Nacional de Planeación en 1997 (Arango, 1997), se decide indagar en torno a los
mitos referentes al agua, como elementos de la cultura que se relacionan
directamente con las distintas formas de actuar de las personas y que, con el paso
del tiempo, han sido olvidados por las generaciones venideras, haciendo cada vez
más creciente la pérdida de la endoculturación y el olvido de sus historias
ancestrales, posiblemente, debido a que la cultura occidental ha permeado la
indígena y ha promovido la creencia de la “invalidez” de lo mítico y lo espiritual.
Las comunidades indígenas tienen un gran conocimiento de su territorio; en
cuanto a la vegetación, como lo asegura la Comisión Amazónica de Desarrollo y
Medio Ambiente en 1994, ellos identifican las especies de árboles adultos,
juveniles y semillas, así como las propiedades de las raíces, cortezas, maderas,
hojas, savias, resinas, flores y frutos de diferentes especies. Adicionalmente,
dichas comunidades tienen una gran cantidad de conocimientos en torno a la
fauna tanto terrestre, como arbórea y acuática, dependiendo del asentamiento
geográfico de la población. La ubicación geográfica de las comunidades incide
directamente en sus interacciones con el agua, ya que éstas son diferentes en
áreas de varzea, tierra firme, zona de inundación y piedemonte andino. Es así,
como el olvido de los saberes ancestrales de las comunidades indígenas de
Colombia, y del resto del mundo, traería como consecuencia una gran pérdida de
conocimiento en torno a la biodiversidad y el manejo sostenible de los recursos
naturales, lo que resalta la importancia de la recuperación y divulgación de estos
saberes indígenas, y acelera la preocupación en los ámbitos académicos por
investigar más a fondo su cosmovisión y sus costumbres.
Es por esto, que desde la enseñanza-aprendizaje de la Biología se hace necesario
aportar a la recuperación y difusión de las cosmovisiones ancestrales, rescatando
los valores presentes en los mitos del agua de las diferentes culturas indígenas
colombianas y, proponiendo estrategias pedagógicas para su uso cotidiano en la
enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá.
Teniendo en cuenta lo planteado anteriormente, la pregunta problema que guiará
la realización del presente trabajo de grado es ¿Cómo a través de los mitos acerca
del agua de las diferentes culturas indígenas colombianas, se propone una
estrategia pedagógica para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación
de los ecosistemas acuáticos bogotanos?
19
JUSTIFICACIÓN
Colombia, con su ubicación geográfica, su variada topografía y sus condiciones
climatológicas características del neotrópico, es uno de los países con mayor
riqueza hídrica del planeta, como lo afirma García et al. (1998), superando una
escorrentía de 2100 Km3 anualmente (IDEAM, 2004, pp. 55). Sin embargo,
actualmente se presentan graves problemáticas de desperdicio del agua y
contaminación de los ecosistemas acuáticos (Toro, et al., 2003), mayoritariamente
en las grandes ciudades como Bogotá, en donde un gran porcentaje de los ríos
Torca, Tunjuelo, Salitre y Fucha, afluentes del río Bogotá, presentan calidad de
agua “Pobre” y “Marginal” según las categorías del WQI en un informe de la
Secretaría Distrital de Ambiente (2013). Adicionalmente, el agua que se distribuye
diariamente en la ciudad de Bogotá, como lo afirma Ortiz y Reyes en el 2009,
proviene en un 80% del páramo de Chingaza y un 20% del páramo de Sumapaz,
ecosistemas naturales que no se encuentran protegidos totalmente dentro de los
Parques Nacionales Naturales y, por lo tanto, están expuestos a una alta
explotación económica trayendo como consecuencia un grave daño ambiental y
ecológico. Daño que también impacta a los habitantes citadinos, para quienes el
agua es un recurso de uso diario mayoritariamente para las labores domésticas.
Dicha problemática demuestra que es necesario trabajar en la enseñanza-
aprendizaje del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos, vinculando
estrategias pedagógicas que generen cambios en las actitudes, acciones y
pensamientos de los habitantes citadinos y que, además aporten al proceso de
construcción de una cultura ciudadana que sea defensora de los ecosistemas
naturales y que propenda por el manejo adecuado del agua en diferentes
contextos, aportando a la recuperación y mantenimiento de cada una de las
fuentes de agua que recorren Bogotá.
Es por ello que se propone el uso de los mitos, entendidos como “fuerzas
operantes de la sociedad” (Ocampo, 1999), como elemento de gran influencia en
la mentalidad de los hombres y generador de estrechas relaciones con su medio
circundante. Es necesario que los humanos entiendan que no existe el mundo
como un “objeto” puesto frente a ellos, sino que hacen parte de él, formando una
unidad, es indispensable retomar y recuperar ese pensamiento ancestral que
aporta un fuerte sustento para la modificación de ciertas prácticas desfavorables
para la conservación del planeta Tierra. Los mitos del agua serán utilizados como
un camino poco explorado en la enseñanza-aprendizaje del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos, pretendiendo rescatar las nociones
20
ancestrales del agua que tienen las diferentes culturas indígenas colombianas,
llamar la atención de las generaciones venideras y, aportar al cambio de
paradigma de una visión inmediatista e individual, a una sistémica y ecológica.
Para lograr aportar a dicho cambio de paradigma, el diseño de una estrategia
pedagógica se hace relevante al poder ser implementada en cualquier tipo de
población, debido a que el agua es un elemento importante e indispensable en el
desarrollo las actividades y los procesos vitales diarios de toda persona, sin
importar su edad, condición social, condición económica o sexo. El adecuado uso
del agua es responsabilidad de todas las personas y, por lo tanto, los procesos
educativos que se desarrollen en torno a ella no deben limitarse a una sola
población, sino extenderse a la mayoría para que tanto adultos como jóvenes y
niños sean incluidos dentro del proceso y desde su ámbito social propendan por el
cambio de pensamiento en pro del cuidado de los ecosistemas acuáticos.
El presente trabajo de grado responde al perfil del egresado de la Licenciatura en
Biología de la Universidad Pedagógica Nacional, en cuanto se busca formar
profesionales en la educación con orientación investigativa, desde el
reconocimiento de la pluralidad étnica y cultural y, la diversidad natural, a la vez
que se pretende formar ciudadanos autónomos, responsables, críticos, éticos y
comprometidos con el cambio; aspectos fundamentales en este proyecto.
Adicionalmente, el presente trabajo aporta al fortalecimiento de la Línea de
Investigación en Biodiversidad y Conservación de los Ecosistemas Acuáticos de la
Región Andina – SARA, en cuanto ésta se plantea contribuir al desarrollo de
recursos educativos, divulgativos, científicos y técnicos para el conocimiento,
protección y mejor aprovechamiento de los ecosistemas colombianos, objetivo al
que responde el presente trabajo de grado en cuanto contribuye con una
estrategia pedagógica que tiene influencia en el manejo del recurso hídrico en
Bogotá.
Para finalizar, desde la formación como Licenciada en Biología, es de suma
importancia el reconocimiento de las cosmovisiones de las múltiples comunidades
indígenas que habitan el territorio colombiano, articulando dicho pensamiento con
las relaciones hombre – naturaleza que se han visto olvidadas en la cultura
citadina. Esto, con la finalidad de indagar, conocer y construir caminos que
posibiliten la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas naturales
en contextos urbanos como la ciudad de Bogotá. Además, es importante que los
Licenciados en Biología asuman el rol del maestro como un contador de historias,
que lleguen a la subjetividad del pensamiento de cada individuo al que son
contadas y que trasciendan en ellos para convertirse en acciones diarias que
21
promuevan el cuidado de la naturaleza y, en este caso, de los ecosistemas
acuáticos.
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OBJETIVOS
GENERAL
Proponer una estrategia pedagógica basada en los mitos del agua, de las
diferentes culturas indígenas colombianas, para la enseñanza-aprendizaje del
cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos de Bogotá.
ESPECÍFICOS
Indagar los mitos del agua presentes en la literatura y en la tradición oral de
las diferentes culturas indígenas colombianas.
Analizar el contenido de los mitos del agua indagados, frente al cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos.
Diseñar una estrategia pedagógica partiendo de la recopilación de los mitos
del agua en Colombia para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos bogotanos.
23
ANTECEDENTES
Como resultado de una amplia búsqueda bibliográfica, se recopilan los
antecedentes más relevantes para el presente trabajo de grado, en el ámbito local,
nacional e internacional, resaltando los aportes más incidentes en la construcción
delimitación y ampliación del camino del presente trabajo de grado. Dichos
antecedentes se encuentran en orden cronológico y muestran los objetivos,
metodología, principales conclusiones y aporte o diferencias respecto al presente
proyecto investigativo.
Internacional
En La Plata – Argentina se realiza en el año 1989 una investigación realizada por
Rancich, A., Ferrarini, S. & Palma, N., titulada “Experiencia de enseñanza-
aprendizaje: Cambio de creencias y conductas en el manejo del agua de
consumo”, cuyo objetivo general fue Caracterizar y modificar las creencias y
conductas de los niños con respecto al manejo del agua de consumo, utilizando
una experiencia de enseñanza-aprendizaje, mostrando al microscopio el agua
contaminada. La información fue recuperada mediante entrevistas, diálogos e
informes de laboratorios. Como resultados, se encontró que los alumnos no
manifestaron mejorar las conductas y creencias en cuanto al manejo del agua,
exceptuando trece de ellos y, hubo un mayor cuidado en la eliminación de la
posible contaminación, a través del lavado del envase y sobre todo del clorado,
pero no se observó esa misma conducta en la protección del recipiente ni en el
tiempo de conservación.
Este trabajo de investigación aporta la necesidad de un trabajo continuo en la
enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos, ya que no es
suficiente la realización de una sola actividad, sino que se deben realizar
constantemente para lograr el cambio de paradigma deseado. Adicionalmente, es
una muestra de la importancia de la investigación en la enseñanza de la
conservación del agua y a la vez de la necesidad de proponer alternativas a las
estrategias pedagógicas tradicionales que se han llevado a cabo en las escuelas.
En el año 2006, internacionalmente se resalta un libro titulado “La Cultura del
Agua: Lecciones de la América Indígena”, escrito por Vargas, R. en Uruguay y
patrocinado por la UNESCO, en el que el objetivo principal es hacer aportes de la
cultura del agua y brindar elementos analíticos para estudiar de una manera
diferente la cuestión del agua, como por ejemplo el agua aborigen, la matriz de
necesidades y satisfactores, las aguas mínimas y la no agua, logrando una
24
contribución a la construcción de un paradigma diferente en la gestión del agua al
repensar una nueva relación agua-sociedad, donde se revalore la importancia
cultural y sagrada del agua, su función como integradora de comunidades, su
noción como bien social y colectivo, entre otras.
Este libro aporta al trabajo de grado una visión latinoamericana mucho más amplia
del agua, dejando de verla sólo como un recurso, para verla como ser vivo, como
ser divino, como derecho universal y comunitario, posibilitando el cuestionamiento
de las formas de pensamiento lineales y abriendo camino a nuevas concepciones,
por lo que se consolida como un antecedente de gran aporte teórico para esta
investigación.
Uno de los estudios que relaciona los mitos y la enseñanza es el proyecto Noria
que como uno de sus resultados realizó la publicación de un libro en España en el
año 2006, titulado “Jugar a pensar con mitos (8-9 años): Guía para educadores”
escrito por Angélica Sátiro cuyo propósito es ofrecer una praxis: la oportunidad de
practicar un programa educativo de manera reflexionada y fundamentada (…). Se
proponen metodologías de enseñanza para que los maestros las implementen en
sus clases; son 341 actividades, de las cuales 199 son para desarrollar
habilidades de pensamiento, 70 para valores y 48 para desarrollar actitudes éticas.
El resto de las actividades son propuestas para trabajar el arte de manera
intercultural y evaluaciones figuroanalógicas. Adicionalmente, el libro cuenta con
un amplio sustento teórico que acompaña cada una de las actividades propuestas
para trabajar con niños de 8 a 9 años. El Proyecto Noria tiene como Eje vertical:
Aprender a pensar creativamente y a actuar de forma ética; como eje horizontal:
Recursos de carácter multicultural (Narrativa: Cuentos, leyendas, mitos; Arte:
Pintura, Música; Juegos); y, como temática central: Valores, derechos, reglas,
normas, percepción, lenguaje, mundo e identidad.
Este antecedente es uno de los más cercanos al presente trabajo de grado en
cuanto utiliza los mitos como uno de los recursos en la enseñanza de valores en
los niños. Aunque no se refieren específicamente al cuidado del agua, sí tratan
con mitos cosmogónicos y, las actividades propuestas contribuyen a construir un
pensamiento intercultural y de respeto hacia la naturaleza en los niños. Sin dejar
de lado el aporte que realiza el antecedente, este trabajo de grado pretende
profundizar solamente en los mitos de las culturas indígenas colombianas que
hacen referencia al agua, con el propósito de utilizarlos como recurso en la
enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá.
Adicionalmente, no se limitará al estudio de los mitos cosmogónicos (explican la
creación del mundo), sino que también retomará mitos teogónicos (relatan el
origen y la historia de los dioses), etiológicos (explican el origen de los seres y de
las cosas), escatológicos (explican el futuro de los pueblos y el fin del mismo),
25
morales (lucha constante entre el bien y el mal) y, antropogónicos (relativos a la
aparición del hombre) (Ocampo, 1999, pp.13), que tengan relación con el cuidado
y conservación del agua.
Continuando con el ámbito internacional, se retoma una iniciativa de
resignificación del agua, llevada a cabo anualmente desde el año 2010 en
diferentes ciudades del mundo, llamada “Canto al agua”, es un canto real y
consciente del mantra “AH”, cantado con la energía de amor, agradecimiento y
perdón hacia las aguas del planeta, que se realiza todos los 22 de Marzo (Día
Mundial del Agua), en diferentes puntos geográficos a las 12m - hora local. Es un
canto que nace desde cada corazón, con la intención de sanar las aguas de cada
territorio para que sumados puedan despertar nuestra conciencia y sanar las
aguas del planeta entero. Este canto se ha convertido en una fuerza liderada por
la unión y la cooperación. Lejos de ser un mensaje de resistencia, protesta u
oposición, Canto al agua es energía que nace desde el sonido creado con
intención amorosa y consciente, capaz de transformar y crear una nueva realidad
para el planeta. Las acciones y los cambios que de este canto co-creador se
desprendan, son la manifestación de esta energía, y parte del cambio y del
despertar colectivo.
El evento “Canto al agua” hace un valioso aporte al presente trabajo de grado en
cuanto vincula la dimensión ambiental del agua con la dimensión mística de los
mantras, en pro de la recuperación de los cuerpos de agua presentes en las
diferentes ciudades del mundo, utilizando la espiritualidad de cada persona para
establecer conexiones con el agua y sentir esa unidad mística con la madre Tierra.
Sin embargo, el presente trabajo va más allá, al proponer estrategias pedagógicas
que puedan ser abordadas desde la educación tanto en las escuelas como en los
espacios educativos no formales, vinculando personas de todas las edades.
También internacionalmente, se retoma el trabajo realizado en el año 2012 por
Gómez, S., Aranguren, J. & Luigi, M., titulado “Valores ambientales en el mito de
María Lionza”, desarrollado en la ciudad de Yaracuy, Venezuela. Éste trabajo tuvo
como objetivo general “Identificar los valores ambientales presentes en distintas
versiones del mito de María Lionza, y así obtener su base axiológica para
entender las acciones de los creyentes del culto durante sus prácticas sociales y
mítico-religiosas”, la investigación fue de tipo documental-interpretativa,
identificando los valores mediante un análisis categorial y de contenido según el
tipo de ideas, encontrando como resultados que desde la educación ambiental se
puede fortalecer la identidad, los valores, las creencias y la vinculación con el
ambiente al utilizar el mito como herramienta educativa; los valores suelen estar
reflejados en los mitos transmitidos a través de la oralidad y de las
26
manifestaciones escritas de los mismos, éstos se encargan de forjar la conducta
de un sujeto y, se aprenden y desarrollan mediante procesos sociales y; conocer
los valores presentes en el mito de María Lionza permite entender las acciones de
sus creyentes durante sus prácticas sociales y mítico-religiosas, ya que, los
valores encontrados en el mito de María Lionza llevados a la praxis, permiten
formar seres humanos íntegros, basados en una ética ambientalmente
responsable donde se respete el bienestar propio, del prójimo y del entorno, es
decir, estos valores pueden fomentar actitudes y comportamientos en búsqueda
de la sustentabilidad.
Esta investigación aporta al reconocimiento del mito como un potente influenciador
de la cultura y de las acciones de los individuos creyentes en él, lo que viabiliza el
mito como una valiosa herramienta educativa que puede ser ampliamente
estudiada, difundida e implementada. Sin embargo, el presente trabajo de grado
difiere en cuanto no sólo retomará un mayor número de mitos, sino que los
propondrá como estrategia pedagógica para la enseñanza-aprendizaje del cuidado
y conservación de los ecosistemas acuáticos de Bogotá.
Finalmente, se retoma el análisis investigativo realizado en España por Emilio
Chuvieco en el año 2012, titulado “Religious approaches to water management
and environmental conservation” publicado en la revista Water Policy. El autor
realizó un amplio abordaje de los textos “sagrados” de algunas de las religiones
más seguidas por las personas en el mundo (Cristianismo, Judaísmo, Islamismo,
Hinduismo y Budismo), analizando los principios éticos y morales allí explicitados
con relación al ambiente y en especial las relaciones hombre-naturaleza-Dios. Los
textos fueron analizados mediante ocho categorías: Dominación, Mayordomía,
Empatía, Analogía, Adoración de Dios, Humildad cósmica, Misticismo natural y,
Culto. Mediante cada una de estas categorías analíticas, el autor logró identificar
en la mayoría de las religiones una tendencia “teocéntrica”, que guía las acciones
de sus seguidores hacia una alabanza y una honra a su Dios, dejando de lado el
ambiente y la naturaleza que “Dios ha creado para ellos”; sin embargo, muchos de
los textos religiosos hablan del hombre como “amo” y “guardián” de la naturaleza,
no como “explotador” y “destructor”, acciones descritas en los textos, que no son
llevadas a cabo por muchos de los seguidores. Esta definición del rol del hombre
frente a la naturaleza en la religión, lleva al autor a asegurar que las religiones son
un importante elemento para soportar actitudes hacia el ambiente, en cuanto cada
religión establece principios para actuar desde lo ético y lo moral, lo que hace que
las creencias religiosas sean una importante temática para investigar y generar
acciones en pro de la conservación del ambiente.
El trabajo de investigación descrito anteriormente, aporta al presente proyecto un
punto de vista crítico de las religiones y de su influencia en las creencias y
27
comportamientos de sus seguidores. Adicionalmente, da pie para el desarrollo de
investigaciones en torno a las religiones “ecocéntricas”, que principalmente se
evidencian en las cosmovisiones que manejan las comunidades indígenas de
Colombia. Sin embargo, dista en cuanto el presente trabajo no pretende
desarrollarse con una población uniforme en cuanto a sus creencias religiosas,
sino que se enriquece de la diversidad de pensamiento de los habitantes citadinos.
Nacional
Cambiando al ámbito nacional, se han encontrado varias investigaciones entre las
que se encuentra un estudio investigativo realizado por Hugo Portela en el año
2000, patrocinado por la Universidad del Cauca y, titulado “El pensamiento de las
aguas de las montañas: Coconucos, Guambianos, Paeces, Yanaconas”. El tema
central del libro es la interpretación de los territorios de gran riqueza acuática y la
importancia del agua en el pensamiento y la comprensión del mundo de cuatro
grupos indígenas del suroccidente de Colombia. Se realiza una construcción
discursiva caracterizando los territorios con un eje ordenador común, la existencia
de tres mundos en las cosmografías de esos grupos; cada uno de esos mundos
se reseña según sus cualidades, virtudes, pobladores míticos, restricciones y
usos, poniendo de relieve una normatividad sociocultural, que, de ser cumplida por
los habitantes, les asegura la sobrevivencia en los agrestes territorios del Macizo
Colombiano. Además, en el libro se analizan las clasificaciones del agua y las
relaciones humanos – agua y humanos – medio acuático que posibilitan la
armonía, el equilibrio y el bienestar individual y colectivo. Estas reflexiones
permiten al autor sugerir que en las comunidades indígenas estudiadas existe una
disposición cultural para la salud, a la manera de una cultura de la salud,
entretejida con la etnicidad; en ella los conjuntos de recursos curativos, prácticas
médicas, sistemas clasificatorios, pensamientos y concepciones hacen parte de
los proyectos de vida que, necesariamente, pasan por una concepción de territorio
que incluye la preservación y manejo del agua y de los ecosistemas en que nace y
vive.
Este estudio aporta una visión desde la antropología de las relaciones que se
establecen entre las creencias y normas establecidas desde los pueblos indígenas
con el uso y cuidado del agua que atraviesa los territorios de cuatro de las
comunidades indígenas del país, lo que apoya la premisa del presente trabajo de
grado acerca de la influencia que puede llegar a tener el conocimiento mítico y
espiritual de las culturas indígenas ancestrales sobre el pensamiento y
comportamiento de los habitantes citadinos.
28
Igualmente, en el ámbito nacional se resalta un importante trabajo investigativo
realizado en el año 2005 por la Fundación Zoológica de Cali y el Centro de
Investigación para la Conservación de Especies Amenazadas (CREA), a través
del proyecto “Lobo de Río”, titulada “La gente de agua: Una travesía por el río
Apaporis”, en el que pretenden resaltar el valor de los ríos y humedales de
Colombia, dando a conocer la vital importancia que representan para algunas
culturas de la Amazonía y Orinoquía de nuestro país, los ecosistemas acuáticos.
El producto del trabajo es un homenaje a todas las culturas que desde su
sabiduría reconocen el gran valor que tienen los ríos y los seres vivos que los
habitan porque gracias a ellos es que se logrará su conservación. Como producto
de un largo trabajo investigativo, se diseñó una cartilla educativa con diferentes
personajes que representan el viaje a una nueva cultura y las maravillosas
sorpresas que encuentran con la “gente del Agua”; a lo largo del texto se
evidencian diálogos, recuadros informativos y datos curiosos, adicionalmente, al
final se encuentra el diseño de “Talleres” que pueden ser utilizados por los
maestros en sus diferentes lugares laborales.
Esta investigación aporta al presente trabajo de grado la importancia de indagar
en torno a las relaciones existentes entre las comunidades humanas y los
ecosistemas acuáticos y, a partir de allí proponer caminos para el abordaje de
temáticas referentes al cuidado y conservación de la madre Tierra.
Adicionalmente, proporciona una gran cantidad de información sobre la cultura de
la Gente del Agua, que habita los alrededores del río Apaporis y que puede ser
utilizada en los apartados de análisis de los mitos.
También se retoma la investigación realizada en el año 2006 por Ferro, A., titulado
“La dimensión sagrada, simbólica y mística del agua”, y publicado en la Revista
Semillas No. 28. Su objetivo principal fue “Argumentar la importancia del agua en
las comunidades indígenas, campesinas y citadinas, definiéndola como la vida
misma y como patrimonio de la humanidad”. El estudio fue realizado basándose
en la revisión documental y en las vivencias propias, resaltando el valor biológico,
social, simbólico y espiritual, paisajístico y turístico, artístico y poético y, ecológico
del agua; resaltando que el agua posee un fuerte simbolismo y una dimensión
sagrada en las culturas desde varias dimensiones y significados de la vida
humana que deben ser tratados en los proyectos que incluyen a la comunidad,
pero no como mano de obra sino eje fundamental. Finalmente, se concluye que si
bien es cierto que la participación comunitaria ha venido aumentando en los
procesos de agua potable y saneamiento básico, aún falta mucho por generar en
las comunidades la suficiente capacidad de gestión, que garantice el
funcionamiento y sostenibilidad de los sistemas.
29
Este documento es importante para la realización del presente proyecto, dado que
en él se refleja toda la dimensión simbólica que tiene el agua para las diversas
comunidades, brindando una gama de razones por las que el agua debe ser
cuidada y conservada por todas las personas desde el conocimiento indígena y
ancestral. Adicionalmente, esta publicación aporta una gran base documental en
torno a las diversas formas en que se ha trabajado el uso e importancia del agua
en contextos cultural y socialmente diferenciados vinculando el trabajo con las
comunidades aledañas a ecosistemas acuáticos naturales o, que usan el agua
diariamente. Sin embargo, dista del presente trabajo de grado en cuanto no se
hace referencia específicamente a los mitos de las comunidades ni se plantean
estrategias de enseñanza.
Local
En lo concerniente a las investigaciones locales, se retoma el trabajo de
investigación realizado por Navarro, O. durante el año 2004 en la ciudad de
Bogotá, Colombia, titulado “Representación social del agua y sus usos”, cuyos
principales objetivos fueron “Identificar la representación social que tiene un grupo
social colombiano respecto al agua y, Reconocer los elementos que constituyen la
representación social del agua en la población entrevistada, así como la estructura
que la organiza, para confrontarlas con las declaraciones hechas acerca de los
usos e intereses sobre la misma”. La recolección de la información se realizó
mediante entrevistas estructuradas a jóvenes universitarios, cuya tarea principal
era la asociación libre, seguida de una serie de preguntas respecto a los usos del
agua y las explicaciones ligadas a ésta. Además, se realizó una “escala de interés
ambiental” para determinar la orientación favorable o desfavorable de los sujetos
hacia la conservación ambiental. Como resultados, se encontró que los problemas
ambientales ocupan un lugar importante dentro de las preocupaciones de la
población entrevistada, 87% de los sujetos declararon interesarse en ciertos temas
ecológicos como la contaminación o la preservación de recursos naturales; entre
lo que los sujetos declaran o “dicen hacer” y lo que “hacen” realmente existe una
brecha, un vacío entre la orientación de intereses (actitud) y las acciones
(comportamiento); la posible existencia de una percepción de riesgos tanto
cualitativos como cuantitativos del agua, es compatible con una orientación
favorable hacia ciertos temas que conciernen al medio ambiente.
Este estudio aporta una caracterización social de las representaciones sociales
que tiene un grupo focal de universitarios en Bogotá en temáticas referentes al
agua, proporcionando un panorama general de las creencias y actitudes que
presenta una parte de la población a la que está dirigido el presente trabajo de
30
grado, en torno a la conservación y las problemáticas ambientales actuales,
siendo importante en la contextualización y caracterización de los jóvenes
citadinos.
Un trabajo investigativo con la comunidad citadina para resaltar se titula
“Memorias del Agua en Bogotá: Antología”, publicado en el año 2011 y
patrocinado por la BLAA, la Pontificia Universidad Javeriana y la Alcaldía Mayor de
Bogotá – Bogotá Positiva. Esta investigación tuvo como objetivo general recoger
historias que reflejaran las relaciones cotidianas de los capitalinos con el agua
como recurso indispensable; historias sobre lugares, personajes, oficios, prácticas,
ritos, leyendas y usos del agua en el pasado y en el presente. Para lograr dicho
objetivo, se realizaron talleres durante dos meses, ocho sábados consecutivos en
diferentes bibliotecas de Bogotá, se contó con la participación de un público
heterogéneo de edad, ocupación y estrato social, pero igualado por un mismo
interés: El agua. Durante las sesiones de los talleres se llevaron a cabo lecturas
sobre el agua y encuentros con representantes de diferentes etnias para conocer
más a fondo su cosmovisión. Finalmente, la mayoría de los autores cumplió a
cabalidad el proceso de inmersión en el tema hasta zambullirse en ese hondo
pozo de la memoria para emerger con historias insospechadas de Bogotá,
contadas desde los hechos festivos y conflictivos relacionados con el “precioso
líquido”.
Dicho trabajo investigativo aporta al presente proyecto de grado a nivel local, en
cuanto permite conocer y caracterizar parte de la comunidad citadina que tiene
algún interés en torno al agua y decidió escribir acerca de las historias que
guardaba en sus recuerdos. Adicionalmente, es de resaltar el aporte que hace en
cuanto a la importancia de la construcción de memoria colectiva partiendo de
relatos de vivencias individuales con el propósito de consolidar una cultura de la
memoria y de las historias que surgen en torno al agua en la cotidianidad
bogotana.
Otro aporte local lo realiza Ruíz, A. & Flórez, M. en el año 2015, para optar por el
título de Licenciadas en Biología de la Universidad Pedagógica Nacional, titulado
“El cuento como material didáctico en la enseñanza de los valores de la
conservación del agua en primera infancia”, cuyo objetivo general fue Construir un
cuento para la primera infancia como propuesta para la apropiación de los valores
enfocados a la conservación del agua. Para lograr dicho objetivo, se realizó una
revisión bibliográfica de los cuentos referentes al agua, la lluvia y el mar en la
BLAA, Biblioteca Virgilio Barco y Fundación Rafael Pombo, allí se escogieron 15
libros que fueron analizados mediante categorías de conservación establecidas
por autores como Primack y, finalmente se procedió al diseño y realización de un
31
cuento para la primera infancia con el propósito de enseñar valores de
conservación del agua. Como resultados de este trabajo se encontró que es
importante fomentar el cuidado del agua por medio de valores de conservación a
niños de primera infancia ya que estos son sujetos de cambio dentro de una
sociedad; como licenciados en Biología, es pertinente emplear el cuento como un
material didáctico en el ámbito escolar, ya que desde el pensamiento crítico estos
materiales favorecen actitudes de cambio y reflexión, logrando que los niños y
niñas sean capaces de solucionar problemáticas en su diario vivir; adicionalmente,
el cuento es un material didáctico que fomenta en la primera infancia la
imaginación, el asombro, la curiosidad y la interpretación de lo natural de una
manera holística e imaginativa, logrando conectar su realidad con lo mágico y lo
creativo.
Este trabajo aporta la importancia de la narrativa y de su uso para la enseñanza
de los valores de conservación en la primera infancia. Sin embargo, difiere del
presente trabajo de grado en cuanto se pretende ir más allá de la primera infancia
y dirigir la estrategia pedagógica a una población mixta; adicionalmente, no se
pretende diseñar y elaborar un cuento, sino recuperar los mitos del agua como
punto clave en la memoria ancestral de las culturas indígenas colombianas.
Cada uno de los antecedentes mencionados anteriormente consolidan un camino
en torno a los mitos del agua, las concepciones de la gente sobre el agua, las
cosmovisiones indígenas del agua y, las posibles influencias de la cultura en el
manejo del recurso hídrico, camino que ha empezado a ser recorrido por diversos
investigadores y al que este trabajo de grado hará una importante contribución.
Sin embargo, el presente proyecto investigativo dista de los trabajos mencionados
anteriormente, en cuanto su propósito va más allá de la recopilación e
interpretación de los mitos del agua, llegando a diseñar y proponer estrategias de
enseñanza-aprendizaje enfocadas en la conservación de los ecosistemas
acuáticos bogotanos, teniendo como elementos principales los mitos de algunas
culturas indígenas colombianas.
32
MARCO TEÓRICO
A continuación se presentarán diversas nociones de autores especialistas en
temáticas concernientes al presente trabajo de grado, como son los mitos, el agua,
la enseñanza-aprendizaje, la conservación, los ecosistemas acuáticos, entre otros.
Cabe aclarar que el presente marco teórico pretende dar al lector una concepción
diversa y cambiante de cada uno de los términos que se describirán
posteriormente, más no asume dichas concepciones como únicas y definitivas,
dado que se considera el conocimiento como un proceso de cambio continuo,
subjetivo y, dependiente de las condiciones socio-históricas del momento en que
se gestan, por lo que asumir una sola definición truncaría el flujo de información y
conllevaría a asumir la realidad como única y estática. Como apoyo a estas
afirmaciones, Duch en 1998 (p. 54), afirma que:
Toda definición conlleva siempre una considerable cantidad de problemas,
justamente porque definir es delimitar, recortar. Cuando definimos algo,
tomamos posición, limitamos y nos autolimitamos, nos comprometemos
ideológicamente, lo que significa que, más o menos conscientemente,
excluimos, ponemos entre paréntesis otras perspectivas, valencias y
posibilidades de aquello que nos proponemos definir.
Mitos
La palabra mito es quizá una de las palabras con mayor diversidad de
interpretaciones por parte de los autores, ya que abarca desde el mero relato de
una historia hasta la noción más fiel del origen del mundo. En cuanto a su origen,
Armstrong (2005, p. 14 & 17) hace referencia a la imaginación del hombre, a una
invención como las novelas, las óperas o los ballets. A su vez, asegura que el mito
pretende “colocar al humano en la postura espiritual o psicológica correcta para la
acción apropiada”, estableciendo como función de la mitología el:
Ayudarnos a hacer frente a los conflictos humanos, ayudar a las personas a
encontrar su lugar en el mundo y su verdadera orientación (…) Ayudar a
traspasar el caótico flujo de sucesos fortuitos y entrever la esencia de la
realidad.
Así, el mito nace como una creación estrictamente humana, que pretende
establecer en el sujeto cierta anulación de las distancias respecto a las
“objetividades” de la existencia, como lo afirma Duch (1998, p. 55 & 58), quien
asegura también que:
33
La función más importante que asumen los mitos es ser los modelos de
todo aquello que normativamente ha de pensar y ha de hacer el ser
humano.
Función que coincide con la que le asigna Bodnar (1998, p. 57), al asegurar que
los mitos pretenden “transmitir las pautas de comportamiento de cada sociedad”.
Los mitos además de tener diversas “funciones”, tienen diversas temáticas:
Los mitos hablan del mundo de lo maravilloso, enigmático y secreto, de
cosas y regiones, que han escapado a nuestra ciencia. Montes y cuevas,
bosques y mares aparecen como lugares mágicos, en los que pierden su
fuerza y vigencia las leyes del espacio y del tiempo. Las imágenes y los
símbolos hunden sus raíces más allá de nuestra conciencia cotidiana;
considerados aisladamente se nos parecen incomprensibles y sin sentido.
(Lurker, 2000, p. 43)
Por su parte Armstrong (2005, p.15) afirma que la mitología no trataba sobre la
teología, sino sobre la experiencia humana. La gente pensaba que los dioses, los
humanos, los animales y la naturaleza estaban estrechamente ligados, sujetos a
las mismas leyes y compuestos de la misma sustancia divina.
Finalmente, se hace referencia los mitos de origen, entendiéndolos como:
Datos históricos y teorías sobre los “primeros tiempos”. Aquí poco a poco
los eventos pequeños desaparecen y quedan solamente los hechos
fundamentales, transformados en imágenes y acciones impersonales
(símbolos), que representan también indicaciones morales para la conducta
del individuo. El mito es una historia de tipo simbólico. Por esto, es la base
de la identidad cultural individual y de grupo. (Bodnar, 1998, p. 57)
Urbina (2010, p. 23), complementa el aspecto cultural de los mitos al afirmar que
estos son parte del código inmenso que es cada cultura: La vertebran, la
estructuran; pero es desde ella –desde cada cultura- de donde se pueden
cosechar los más profundos y valederos significados de los mitos. Como Urbina,
Bodnar, Armstrong y Lurker, aseguran la veracidad de los mitos asumiéndolos
como “historias verdaderas, en el sentido que cuentan y explican los elementos
profundos de cada cultura. Los niños, escuchando las historias que cuentan los
ancianos, aprenden las técnicas y conocen su ambiente” (Bodnar, 1998, p.56); en
otras palabras el mito es “una afirmación intemporal y válida, aunque figurada (o
simbólica), que no sólo tiene pretensiones de verdad sino que es en sí verdad por
coincidir con la realidad experimental” (Lurker, 2000, p.46); finalmente, para
Armstrong (2005, p. 19)
Un mito es cierto porque es eficaz, no porque proporcione una información
objetiva. Sin embargo, fracasará si no nos permite comprender mejor el
34
significado profundo de la vida. Si “funciona”, es decir, si nos hace cambiar
nuestra mente y nuestro corazón, si nos infunde esperanza y nos incita a
vivir de una forma más plena, el mito es válido.
Entre las diversas concepciones de mito se encuentran las propuestas por Lurker,
Armstrong y Urbina. Desde las comunidades primitivas, se asume que:
En las comunidades arcaicas y ligadas a la tradición, los mitos constituyen
la base de la vida social, religiosa y cultural. En el mito se reconoce el
hombre con toda su carga de contradicciones; en el mito descubre una
caída “prototípica” en relación a su “condición” propia, y diríase que hasta
descubre “un ejemplo modélico para los modos de ser de lo real en líneas
generales”. (Lurker, 2000, p. 49)
Posteriormente, Armstrong (2005, p. 14-19) afirma que:
Los mitos no son historias que se cuentan porque sí. (…) La mitología es
una forma de arte que va más allá de la historia y señala lo que hay de
eterno en la existencia humana. (…) Es un juego que transforma nuestro
mundo, fragmentado y trágico, y nos ayuda a atisbar nuevas posibilidades
preguntándonos ¿y si…? (…) La mitología sólo nos transformará si
seguimos sus directrices. En esencia, un mito es una guía; nos dice qué
debemos hacer para enriquecer nuestra existencia. Si no lo aplicamos a
nuestra propia situación y no lo convertimos en una realidad de nuestra
vida, nos resultará algo tan incomprensible y ajeno como las reglas de un
juego de mesa, que a menudo parecen complicadas y aburridas hasta que
empezamos a jugar.
Para finalizar, Urbina (2010, p. 22) habla del mito como:
Un relato que mediante simbolismos –en ocasiones, muy sofisticados, en
otras, extremadamente sencillos- se conservan asuntos considerados
fundamentales en la cultura respectiva. En cuanto discurso, consiste en una
estrategia narrativa para recordar. En ocasiones las trampas pueden ser
elementales y aparentemente muy fantásticas, pero esas trampas permiten
ir colgando consejos, moralejas, conocimientos y reflexiones del orden más
diverso.
Aunque los anteriores autores han intentado proporcionar una noción de mito,
varios de ellos aseguran a su vez que no es posible establecer una única
definición del mito, así como no es posible establecer una única versión de los
mitos, dado que éstos, en su mayoría, como afirma Bodnar (1998, p.56), son
contados por los más ancianos en situaciones especiales a los más jóvenes de la
comunidad. En cuanto a las diversas definiciones de mito, se asegura que:
35
El mito no puede identificarse completamente con ningún tipo de definición.
(…) No es posible definir el mito una vez y para siempre porque su
“esencia” se da en un proceso de continuadas reinterpretaciones, las
cuales, paralelamente, conllevan una constante “desmitologízación” o, si se
prefiere, una contextualización histórica que integra o, por lo menos lo
intenta, los diversos datos que intervienen en el ámbito vital del intérprete
(sin olvidar su propia biografía). (Duch, 1998, p. 55-56)
Y, en cuanto a la variabilidad de los mitos, se afirma que “Nunca hay una versión
única y ortodoxa de un mito. A medida que cambian las circunstancias,
necesitamos contar nuestras historias de forma diferente para extraer de ellas su
verdad eterna” (Armstrong, 2005, p. 20)
Para cerrar la teorización del mito, se retoman dos fragmentos, el primero de ellos
fue escrito por Duch (1998, p. 57) en el que asegura que “En el mito, como en
tantos otros aspectos fundamentales de la existencia humana, aquello que es de
suma importancia no es su definición, sino los comportamientos individuales y
colectivos que se desprenden del mito viviente y vivido.”; y el segundo se retoma
de Armstrong (2005, p. Contraportada), afirmando que:
La historia del mito es la historia de la humanidad. Los relatos y creencias
que nacieron para darle sentido a lo inexplicable, sosegando nuestra
angustia ante lo desconocido y colmando nuestro afán por entender el
mundo, son el vínculo que nos une tanto a nuestros antepasados como a
nuestros semejantes. Los mitos son instrumentos imperecederos que nos
ayudan a interpretar el universo, y como tales debemos conocerlos y
utilizarlos en nuestro provecho.
De estas dos nociones, se destaca la importancia que Duch y Armstrong le dan al
mito dentro de una sociedad, incluyendo no sólo su contenido, sino la incidencia
que éste tiene en los comportamientos de la gente, sus vínculos con la
ancestralidad y el pasado de las comunidades y, la relevancia de su conocimiento
en el presente.
Teniendo en cuenta cada uno de los anteriores apartados referentes a los mitos, el
presente trabajo retomará elementos de cada una de las nociones descritas por
los autores, construyendo una visión amplia y diversa del mito. Es así como el mito
será más que una historia que se cuenta, serán relatos maravillosos, mágicos y
cautivadores, serán un elemento tejedor de la cultura de los pueblos, una guía de
vida y comportamiento, serán la memoria del origen de la naturaleza, la cohesión
de las comunidades indígenas, la certeza del pasado, la constante respuesta a las
situaciones problémicas cotidianas de la gente, serán el refugio de los abuelos, los
jóvenes y los niños, serán los dadores de significado profundo de la vida y, serán
36
la forma intangible y espiritual del arte indígena ancestral. Dichos elementos del
mito soportan la importancia y la influencia que éste llega a tener dentro de las
personas de comunidad que le dio origen, el propósito del presente trabajo de
grado es extrapolar esos mitos a los habitantes citadinos y despertar en ellos la
espiritualidad hacia la naturaleza, materializada en acciones de cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos.
Agua
Al igual que el mito, el agua es un término que tiene una gran cantidad de
concepciones, que van desde lo netamente científico hasta lo más mítico y
espiritual. Sin embargo, en los dos extremos de las nociones de agua, ésta se
considera como parte fundamental de la vida en la Tierra.
Para iniciar, desde la perspectiva científica, se retoma a Díaz (2007, p. 47-48),
asegurando que:
El agua forma parte de todos los seres vivos. Es la molécula más común en
la superficie de la Tierra, en la cubre alrededor de tres cuartas partes de su
superficie. Este compuesto ha existido en abundancia desde que se formó
la Tierra, y ha sustentado todas las formas de vida. No puede haber vida sin
ella, ni siquiera los microorganismos más simples podrían sobrevivir sin
agua.
Posteriormente, McKee & McKee (2009, p. 74), retoman el agua desde un punto
de vista más histórico y global, pero aún sigue presente su concepción cientificista
de ella, como se puede ver a continuación:
La Tierra es singular entre los planetas de nuestro sistema solar
principalmente debido a sus enormes océanos de agua. Formada durante
miles de millones de años, el agua se produjo a través de interacciones a
temperatura elevada entre los hidrocarburos atmosféricos y los silicatos y lo
óxidos de hierro del manto terráqueo. La humedad alcanzó la superficie del
planeta como vapor emitido durante las erupciones volcánicas. Los océanos
se formaron al condensarse el vapor y volver de nuevo a la Tierra en forma
de lluvia. La primera lluvia pudo haber durado más de 60.000 años.
Durante millones de años, el agua ha afectado de forma significativa a
nuestro planeta. Al caer como lluvia o fluyendo en los ríos, el agua ha
erosionado las rocas más duras y ha transformado montañas y continentes.
Muchos científicos creen en la actualidad que la vida surgió en un caldo
primigenio de arcilla y agua. Es posible que charcas someras de arcilla
promuevan la síntesis de macromoléculas y la acumulación de las
37
estructuras fundamentales de la vida. (…) El agua es un componente
indispensable de procesos biológicos tan diversos como el plegamiento de
proteínas y el reconocimiento biomolecular en mecanismos de transducción
de señales, el autoensamble de estructuras supramoleculares como los
ribosomas, y la expresión génica.
Por su parte, Roldan (2003, p. 10), plantea otra noción del agua que, aunque
cientificista, dista de Díaz y McKee en cuanto incluye los organismos que habitan
allí y a su vez relaciona la influencia antropogénica que se ejerce sobre ella, así:
El agua, el compuesto más abundante sobre la Tierra, posee unas
características físicas y químicas que la hacen fundamental y única para el
desarrollo de la vida tal como se conoce en este planeta. Por tanto,
cualquier alteración que el hombre cause en ella, repercute en la estructura
de las comunidades que la habitan. El agua tiene, además, la capacidad de
transporte rápido de todo tipo de sustancias, incomparable con ningún otro
compuesto sobre la Tierra.
De acuerdo con lo planteado anteriormente por Roldán, el IDEAM junto con
el Departamento Técnico Administrativo de Medio Ambiente (IDEAM &
DTAMA, 2004, p. 7), hacen referencia al agua incluyendo su importancia
biológica, social y de conservación, enfatizando en el proceso de
contaminación de los ecosistemas acuáticos, como se muestra a
continuación:
El agua es un elemento fundamental de todos los ecosistemas y de las
interacciones entre sus elementos constitutivos, por ser indispensable para
los diferentes procesos biológicos. Cuando factores externos alteran la
calidad y la cantidad de agua, es de esperarse que se presenten
desbalances. Estos desbalances pueden ser manejados hasta cierto nivel,
dado que la capacidad natural de absorción y autolimpieza de los
ecosistemas les permite mantenerse en equilibrio. Sin embargo, cuando
este nivel se supera, los organismos vivientes que hacen parte del
ecosistema pierden la capacidad de subsistencia y recuperación,
desequilibrando el ciclo natural. (…)
Por otra parte, la demanda de agua y los vertimientos de aguas residuales a
los cuerpos de agua se incrementan diariamente, debido al crecimiento de
la población y de las actividades económicas.
A pesar de la suma importancia que tiene el conocimiento científico del agua, el
presente trabajo de grado no asumirá el agua como un compuesto químico, ni
desde sus formas moleculares como se teorizó inicialmente, sino que se
entenderá desde concepciones biológicas como las propuestas por Roldán y por
38
el IDEAM & DTAMA y, concepciones sociales, similares a las de Petrella (2002, p.
111), quien asegura que:
El agua no es como otros recursos naturales. No hay ninguna alternativa
que pueda sustituirla y, por lo tanto, es más que un recurso: Es un bien vital
para todos los seres vivos y para el ecosistema Tierra en general. Todos los
seres humanos tienen derecho, individual y colectivamente, a tener acceso
a este bien vital. El acceso al agua y la obligación de conservarla para la
supervivencia pertenece al conjunto de la humanidad; no puede ser nunca
objeto de apropiación individual privada. El uso y la conservación del agua
son un resultado de la historia de la humanidad, con su legado de
conocimientos, prácticas, herramientas y organizaciones sobre las que
ningún individuo puede reclamar el ejercicio de un derecho de propiedad
privada. De ahí el carácter de bien patrimonial común del agua. Tampoco
las condiciones y los medios de acceso al agua y su conservación, son una
cuestión individual, sino una tarea y responsabilidad conjuntas de todos los
seres humanos. Pero si el agua es un bien vital y un patrimonio común de
toda la comunidad humana local (pueblo, ciudad, región, país), sus formas,
condiciones y medios de empleo están ligados a su carácter de bien vital
para todo el ecosistema Tierra. Así pues, el sujeto primordial del patrimonio
común del agua es la comunidad mundial de seres humanos (...)
Y, a su vez, desde concepciones míticas y espirituales como la que se describe a
continuación:
El agua es energía que penetra todo, materia y no materia. (…) El agua
está compuesta por miles de millones de diminutas partículas que, al igual
que nuestras células, tienen la capacidad de conversión, conciencia de
transformación, posibilidades de renovación. Los ríos de la Tierra son
muestra de ello. No hay nada sin resolver, todo se regenera mucho más
fácilmente, cuanto menos intervenga el hombre. El agua fluye por todo el
planeta, no solamente en la superficie. Se transforma en el interior en otra
materia. (…)
El agua no solamente compone la materia de lo palpable (e investigable),
sino que presenta en su esencia funciones energéticas como portadora. El
universo está compuesto de las mismas energías que nuestra agua. (…)
El agua que observamos en la superficie de la tierra se filtra en el suelo y se
carga con todo lo que debe llevar nuevamente a la superficie. Ningún agua
que haya pasado alguna vez al interior de la tierra, así sea solamente a
través de un terrón, es la misma cuando aflora. (…)
El agua regenera y equilibra. (…) Como el agua está compuesta de la
misma energía que nosotros, es también la portadora de nuestros
39
pensamientos. Si le transmitimos a una gota de agua un pensamiento, una
idea, ella nos los puede recordar (posteriormente). (…)
La Tierra está compuesta por los elementos. El agua no puede existir sin
aire, el aire no puede existir sin fuego, el fuego no puede existir sin tierra, y
la tierra no puede existir sin agua. Todo está entrelazado entre sí, y como el
agua, continuamente, se está moviendo en un circuito de adentro hacia
afuera. (Bind-klinger, 2009, p. 20-22)
Es importante mencionar que a lo largo de este trabajo de grado, el agua tomará
una infinidad de significados y transformaciones míticas dependientes de la
cosmovisión de cada una de las culturas indígenas a estudiar. Por lo tanto, no
será entendida como un mero recurso, a pesar que es una de las principales
visiones del agua; se entenderá como dadora de vida, como elemento
fundamental de los ecosistemas acuáticos, como componente del caldo primitivo
que dio inicio a las complejas formas de vida que han existido hasta la actualidad,
como hábitat de millones de organismos, como energía, como bien vital, como
guardiana de historias y dadora de recuerdos. El agua no dejará de ser un
compuesto químico ni un recurso natural, pero en el presente trabajo de grado
será mucho más que lo aceptado por la ciencia, pasando a formar parte del
mundo espiritual de las cosmovisiones de diversas comunidades indígenas de
Colombia, con diferentes formas, orígenes y poderes. Esto, con el propósito de
contrastar la amplia variedad de significados del agua en Colombia con la calidad
de los ecosistemas acuáticos aledaños a su lugar de asentamiento y, las acciones
tendientes al cuidado y conservación de los mismos.
Enseñanza-aprendizaje
El presente trabajo de grado está dirigido a una población diversa, en la que se
encuentran personas habitantes de Bogotá pertenecientes a distintos rangos de
edad (niños, jóvenes, adultos); su propósito se centra en aportar a la construcción
de ciudadanía e identidad desde el empoderamiento de cada sujeto como
cuidador del agua desde su comunidad y su casa, cuestionando y dejando de lado
la visión consumista, desperdiciadora y poco relevante del agua, que se maneja
mayoritariamente en Bogotá, pretendiendo ser reemplazada por un punto de vista
espiritual y simbólico, que reconozca el agua como más que un recurso,
contribuyendo así a un cambio en las acciones diarias tendientes al ecocentrismo,
en los habitantes citadinos. Dada la diversidad de la población y el propósito del
proyecto, se hará uso de la Educación Popular y la Pedagogía Crítica como
orientadores de la acción educativa y el proceso de enseñanza-aprendizaje.
40
La Educación se entenderá desde Paulo Freire (1985) como:
Un proceso estimulante de la capacidad crítica y autónoma de pensamiento
entre los educandos, pero jamás dejados entregados a ellos mismos, sino
siempre acompañados por el educador. La educación requiere de la acción
educativa que permite generar acciones transformadoras de los sujetos
sobre su realidad inmediata y global, convirtiéndose en una intervención
intencionada, la cual hace posible la construcción de conocimiento. (En:
Mejía & Awad, 2003).
Dado que el asunto educativo está mediado por la interacción entre dos o más
sujetos dependientes de un contexto social, político, religioso, económico, cultural,
afectivo, etc., se han planteado una gran cantidad de diversas posturas en torno al
tema de la educación. Por lo tanto, en el presente trabajo de grado se abordará
uno de los caminos educativos más relacionados con la realidad latinoamericana:
la educación popular en el marco de la pedagogía crítica.
La pedagogía crítica fue propuesta por varios pedagogos, entre los que se
encuentra el brasilero Paulo Freire, al que se refiere Brito (2008) describiendo su
pedagogía así:
La pedagogía de Freire se convierte en una pedagogía crítica, liberadora y
problematizadora del ámbito educativo y social; y ofrece una propuesta
revolucionaria, en tanto el sujeto educando, mediante su participación, se
convierte en actor indispensable al redimensionar la realidad social que le
es propia. (En Gadotti -Comp.-, 2008, p. 32)
Mirabal (2008), plantea varios supuestos de la Pedagogía Crítica, en donde se
encuentra inmersa la Educación Popular, entre los que se destacan los siguientes:
El hombre es un sujeto con conciencia crítica capaz de reconocerse en el
mundo y transformarlo, llegando a obtener esta conciencia, necesita una
educación dialógica, en la que se establezcan relaciones horizontales y el
conocimiento sea reflexivo (y co-construido).
Un diálogo que signifique construcción colectiva de conocimientos, que se
aleje de las concepciones emisor-receptor, y en el que, en cambio, los
sujetos del proceso sean emirec (emisores-receptores al mismo tiempo).
La pedagogía crítica supone un crecimiento personal de educadores y
educandos; no es puro formalismo o activismo con acciones sin sentidos,
sino que supone un accionar reflexivo y transformador.
La dialogicidad de esta corriente pedagógica implica que educador y
educando intercambien activa y reflexivamente sus conocimientos, no que
41
sea solo el educador quien de antemano decida sobre qué tema brindará su
conferencia, sino que indague en los intereses de los educandos y desde
esta posición se construyan, desde la práctica y la realidad de los
educandos, el conocimiento y la reflexión crítica del mundo. Un educador
que respete a sus educandos y no los subvalore. La humildad, el amor y el
respeto son parte de los principios de esta pedagogía crítica.
Un educador revolucionario y asertivo es quien caracteriza a esta
pedagogía, en la que el respeto al diferente y a la diversidad constituye una
de las principales bases. (…)
La pedagogía crítica es esperanzadora en tanto brinda la posibilidad de
construcción de un mundo nuevo, luego de reconocerlo dentro de cada
contexto y con respeto a las tradiciones culturales. (En Gadotti –Comp.-,
2008, p. 108)
De la Pedagogía Crítica se desprende la Educación Popular, ella ha tenido
diferentes definiciones, entre las que se retomará la propuesta por García et al.
(1989), al afirmar que “La educación popular es una modalidad de Educación que
procura que los sectores sociales tomen conciencia de la realidad y fomenten la
organización y la participación popular” (En Dussán, 2004, p. 10).
Adicional a los supuestos de la Pedagogía Crítica (mencionados anteriormente), la
Educación Popular tiene varios supuestos entre los que se encuentra la identidad,
de la que habla Brito (2008) así:
El reencuentro con el pasado y el presente, el lugar que se le asigna a la
historia, la memoria y la identidad son nociones importantes. Si entendemos
por identidad aquello que los individuos asumen como lo que los identifica y
les pertenece, ello implica la posibilidad de estos sujetos, durante el
proceso de aprendizaje y socialización, de concientizar su yo al tiempo que
lo hacen respecto de su grupo o colectivo. (En Gadotti -Comp.-, 2008, p. 36)
Como apoyo a esta noción, Brito cita a De la Torre (1995, p. 47) con el siguiente
fragmento:
La identidad es la conciencia de la mismidad, lo mismo se trate de una
persona que de un grupo. Si se habla de identidad personal, aunque
filosóficamente se hable de igualdad consigo mismo, el énfasis está en la
diferencia con los demás; si se trata de una identidad colectiva, aunque es
igualmente necesaria la diferencia con otros significativos, el énfasis está en
la similitud entre los que comparten el mismo espacio sociopsicológico de
pertenencia.
Basado en esta perspectiva de De la Torre, Brito (2008) complementa la noción de
la identidad con la Educación Popular, al afirmar que:
42
Una concepción de lo identitario articulada con el proceso de educación
popular debe tener en cuenta que la identidad constituye una formación
sociopsicológica en la cual los individuos o grupos sociales realizan las
siguientes acciones: Toman conciencia del ser del grupo; se reconocen
como grupo; al formar parte, crean sentido y sentimientos de pertenencia;
comparten valores, preferencias, gustos, creencias, aspiraciones,
motivaciones, culturas, tradiciones, etc., comunes o muy similares; se
forman como grupo identitario, aún en tiempos y contextos cambiantes y a
partir de constantes aprendizajes sociales compartidos. (En Gadotti -Comp-,
2008, p. 36)
Lo identitario es de suma importancia en el presente trabajo de grado, ya que éste
busca fortalecer la identidad y el sentido de pertenencia en torno al agua y a los
ecosistemas acuáticos que atraviesan la ciudad, que se ha perdido en los
habitantes citadinos con el paso del tiempo y con la constante canalización y
pavimentación de los senderos del agua en Bogotá. Es por esto que, al robustecer
el sentido de la pertenencia del agua, las acciones de los habitantes citadinos
tenderán hacia el cuidado y la conservación de la misma, aportando a su
adecuado manejo y prolongando su vida en óptimas condiciones.
Finalmente, desde la Educación Popular se maneja una propia concepción del
proceso de enseñanza-aprendizaje, que lo detalla Marco Raúl Mejía en una
ponencia realizada en el año 2001, asegurando que:
Los procesos de la educación popular remiten mucho más al mundo del
aprendizaje que al de la enseñanza, en la medida que la actividad educativa
busca de manera intencionada operar cambios en los sujetos que permitan
construir algo diferente: Habilidades, actitudes, conocimientos críticos,
intervenciones sociales.
El tipo de aprendizaje requerido en la educación popular va más allá del
proceso enseñanza-aprendizaje ya que en éste lo que se da es apenas el
reordenamiento y reorganización de la enseñanza manteniendo la lógica del
proceso centrado en el conocimiento académico, la transmisión y la
asimilación del pensamiento científico. Si bien la educación popular no
niega el proceso de enseñanza-aprendizaje, sí lo desborda ya que tanto su
objeto, como sus por qué, sus para qué, y sus cómo son diferentes. Entre
los elementos que caracterizan el aprendizaje posible desde la educación
popular podemos señalar los siguientes:
1. El aprendizaje depende de la experiencia y conduce a cambios y
transformaciones de la misma: de esta manera, la acción educativa
puede estar separada de la enseñanza, ya que no se trata de pautas de
43
comportamiento escritas que deban ser asimiladas para ser
practicadas. Sí en cambio, de la reestructuración del quehacer de cada
sujeto (Pragmática de la Acción).
2. El aprendizaje opera con dispositivos diferentes: en la enseñanza y en
la enseñanza-aprendizaje los dispositivos de regulación son mucho
más claros, funcionan como didácticas, en cuanto su objetivo es
legitimar saberes que tienen una existencia en la sociedad. En ese
sentido buscan la información y la apropiación de conocimientos a
través de dispositivos que se acomodan a las estructuras cognitivas. En
la educación popular estamos frente a estructuras de acción, y ellas
modifican inmediatamente los procesos de vida cotidiana en los cuales
están insertos los actores y también las teorías y representaciones que
éstos poseen.
3. El espacio de aprendizaje es amplio: se trata de operar en los lugares
en los cuales los actores desarrollan sus vidas, sin duda, diferentes a
los escenarios delimitados por la enseñanza que pertenecen a un
universo mucho más institucionalizado.
4. El aprendizaje en la educación popular construye una relación
individuo-realidad: que configure una autoconciencia y una apropiación
de estructuras de acción que le abren a cada actor-sujeto posibilidades
de acción transformada y transformadora.
5. El aprendizaje en la educación popular establece nexos sujeto-
sociedad: no es sólo un fenómeno de autoconciencia, es un aprendizaje
entendido como constitución y desarrollo del ser social con intereses
transformadores, visibles en una nueva acción humana marcada ahora
por el empoderamiento sobre sentidos, contextos y procesos.
6. El aprendizaje se entiende como construcción: y significa para cada
actor dejar atrás las verdades para construir una unidad de sentido en
la que se pregunte por el mundo al cual pertenece su conocimiento, por
los sujetos que lo practican, por su unidad interna y por la coherencia
con el proyecto social en el cual se inscribe, en ocasiones, esto
desencadena procesos de deconstrucción de sus imaginarios
anteriores para reconstruirlos con sentido transformador.
7. El aprendizaje logrado constituye una unidad sujeto-contenido-acción:
de esta manera, se saca de su versión puramente instrumental para
colocarse en una unidad en la cual la idea de formación permanente
reorganiza el mismo proceso de aplicación de lo aprendido
construyendo un sentido social de la práctica educativa.
8. El aprendizaje en la educación popular resignifica las realidades de los
actores y plantea la reconstrucción de las mediaciones sociales que él
44
va a instaurar en su acción social: esto exige conciencia sobre el
sentido, mecanismos y canales del poder que circula en las actividades
educativas y en las demás actividades que realiza, proyectando una
vida con sentido.
La educación popular se distancia de los procesos de enseñanza tanto por
los resultados sociales que busca, esto es, el empoderamiento de actores y
la transformación de la realidad en la cual operan, como por la vocación de
lograr aprendizajes para la acción. (Mejía, 2001, p. 17-18)
Es así como la educación popular se configura como el principal referente
pedagógico para la realización del presente trabajo de grado, ya que cada uno de
sus elementos característicos están dirigidos hacia la emancipación de los sujetos,
el empoderamiento, el fortalecimiento de la identidad y la transformación de sí y
del entorno en que se desenvuelven diariamente. Además, la educación popular
implica un proceso de construcción y deconstrucción de cada uno de los
imaginarios sociales que tienen los individuos, mediante el replanteamiento de
paradigmas de vida que conllevan al sujeto a un constante cuestionamiento y
búsqueda de sentido que fortalezca su identidad y su sentido de pertenencia, en
este caso, por los ecosistemas acuáticos de Bogotá.
La realización del presente proyecto estará guiada por el pensamiento Freireano
de la educación para la ciudadanía, el proceso de la educación popular y, sus
concepciones de la Pedagogía Crítica. La educación será el proceso que englobe
las acciones puntuales de enseñanza-aprendizaje en la Educación Popular, que a
su vez tendrá como referente la Pedagogía Crítica. La educación desde la
Pedagogía Crítica para el presente trabajo de grado, no se limitará a la
transmisión de conocimientos sobre determinadas temáticas a los estudiantes,
sino que trascenderá al campo de la vida en sociedad que lleva cada uno de los
individuos, aportando elementos críticos del pensamiento, con el propósito de
cuestionar las diversas situaciones que se presentan en el país y proponer
alternativas de cambio que transformen la sociedad y la encaminen a un contexto
más justo. Complementando este proceso, la Educación Popular surge como un
paso para el empoderamiento de los individuos más rezagados de la sociedad,
posibilitando la construcción de sentido de pertenencia y arraigo hacia su territorio
cotidiano. Finalmente, el proceso de enseñanza-aprendizaje será llevado a cabo
bidireccionalmente, ya que no se pretenden impartir conocimientos, sino construir
conocimiento a través del diálogo constante y el fortalecimiento de las relaciones
de poder maestro-estudiante.
45
Conservación
El término conservación ha tenido diferentes connotaciones dependiendo de los
autores que se referencien, para el presente trabajo de grado, la conservación
será entendida desde Mozo (1999) como:
“Toda actividad humana que emplee los conocimientos ecológicos en el uso
de los recursos naturales y prevenga un elevado daño en los ecosistemas
naturales, de tal manera que se beneficie el mayor número de personas en
el presente y también en generaciones futuras.”
Se tendrá en cuenta el punto de vista de Soulé (1985, p. 727), quien habla de la
Biología de la conservación como una:
“Nueva disciplina sintética que aborda la dinámica y los problemas de las
especies, comunidades y ecosistemas perturbados directa o indirectamente
por acciones humanas u otros factores. (…) La Biología de la conservación
difiere de muchas de las otras ciencias biológicas en un importante camino:
Es siempre una disciplina de crisis.”
Como complemento y apoyo a la noción de Soulé, Shultz, Et al. (1999) aseguran
que:
La Biología de la Conservación emerge como una propuesta
interdisciplinaria que provee las herramientas teóricas y prácticas para el
estudio de la biodiversidad y sus amenazas. La Biología de la
Conservación, relativamente un nuevo campo, está evolucionando
rápidamente para conocer las necesidades de la comunidad humana y su
lucha por resolver los conflictos en marcha con el mundo natural. (Shultz, et
al., 1999, p. Preface)
Y, adicionalmente, siguiendo a Primack en el año 2002:
La Conservación Biológica interrelaciona disciplinas científicas, disciplinas
prácticas, disciplinas de las ciencias sociales y, de las humanidades, que
son fundamentales para su desarrollo, puesto que abordan las causas
humanas de la actual crisis ambiental.
Por lo tanto, Primack (2002) plantea tres objetivos principales de la Biología de la
Conservación y, escribe una noción de ella más concisa como se muestra a
continuación:
La Biología de la Conservación es un campo científico integrado y
multidisciplinario que se ha desarrollado en respuesta al reto de preservar
las especies y los ecosistemas. Esta tiene tres objetivos:
1. Documentar la totalidad de la diversidad biológica de la Tierra.
2. Investigar el impacto humano sobre las especies, variación genética
y ecosistemas.
46
3. Desarrollar métodos prácticos para evitar la extinción de las
especies, manteniendo su diversidad genética, y protegiendo y
restaurando las comunidades biológicas y las funciones de los
ecosistemas asociados.
Sin embargo, la Biología de la Conservación se enfrenta a diversas problemáticas,
concernientes a las concepciones de las personas y la valoración que cada sujeto
asigna a la biodiversidad. Primack (2010, p. 4), describe esta problemática al
afirmar que:
Uno de los principales problemas para la Biología de la Conservación es
que los recursos naturales han sido a menudo subvalorados. En
consecuencia, los costos del daño ambiental han sido ignorados, el
agotamiento de los recursos desatendido, y el valor futuro de los recursos
naturales subestimado (MEA, 2005).
A partir de dicha problemática, Primack describe valores económicos en la
biodiversidad, clasificados en valores de uso y valores de no uso; en lo referente a
los valores de uso de la biodiversidad, se asegura que:
Los valores de uso de la biodiversidad se dividen en valores de uso directo
(conocidos también en otros marcos como valores de utilidad e interés y
bienes privados) y, valores de uso indirecto. Los valores de uso directo son
productos del medio natural recolectados por las personas, tales como
madera, alimentos marinos y plantas medicinales, mientras que los valores
de uso indirecto son beneficios proporcionados por la diversidad biológica
que no involucran recolección o destrucción del recurso.
Los valores de uso indirecto proporcionan beneficios reales a las personas
tales como recreación, educación, investigación científica y amenidades
escénicas e incluyen los beneficios de los servicios de los ecosistemas,
tales como la calidad del agua, el control de la contaminación, la
polinización natural y el control de plagas, la productividad de los
ecosistemas, la protección del suelo y la regulación del clima. (Primack,
2010, p. 21)
En cuanto a los valores de no uso, se encuentra principalmente el valor de
existencia, definido como:
El valor de existencia es un valor de no uso que puede ser asignado a la
biodiversidad -por ejemplo, los economistas pueden intentar medir qué
tanto están dispuestas las personas a pagar por proteger una especie al
borde de la extinción o un ecosistema que está siendo destruido. Una
categoría de valor de existencia es el valor de legado o patrimonio,
mediante el cual muchas personas están dispuestas a pagar para proteger
algo para sus hijos o las futuras generaciones. (Primack, 2010, pp. 21)
47
Los valores de la biodiversidad, descritos anteriormente, son la estrategia que han
venido desarrollando los biólogos de la conservación para argumentar sus
proyectos bajo las diferentes presiones sociales, políticas y económicas que
enmarcan las sociedades. Sin embargo, es necesario empezar a construir una
cultura donde el principal y único valor que tenga la biodiversidad sea el valor
intrínseco, en donde cada especie tiene un valor por sí misma, allí, las
concepciones de las comunidades indígenas son de gran relevancia dado que
para ellos la naturaleza no es importante tanto por su uso, sino por su simbolismo.
A diferencia de la Conservación, el Cuidado está concebido desde un punto de
vista indígena, no cientificista, propuesto por Ferney Iyokina en una conversación
informal en el 2013, donde plantea que el Cuidado se refiere a toda acción
humana en pro del mantenimiento en óptimas condiciones de los elementos y
ecosistemas naturales, poniendo en juego la convivencia armoniosa con la madre
Tierra y el respeto hacia todo ambiente natural. (Iyokina, F., comunicación
personal, Septiembre de 2013) Complementando, Confucio Hernández, indígena
Uitoto, asegura que se cuida para que se mantenga y se conserva para que se
viva, haciendo referencia a que la conservación atañe a individuos, a la protección
de una sola vida, mientras que el cuidado propende porque las especies se
mantengan en la tierra por muchos años más. (Hernández, C., comunicación
personal, 12 de Octubre de 2015)
Es así como el cuidado y la conservación se complementan e interrelacionan. Son
dos nociones con orígenes sociales diferentes, pero encaminadas a un mismo
objetivo: Proteger la biodiversidad, la madre tierra y, prolongar su vida mediante
diferentes acciones que disminuyan e intenten mitigar los daños causados a los
ecosistemas naturales por la acción humana. Este trabajo de grado pretende
aportar al campo de la Biología de la Conservación, en cuanto propone acciones
prácticas que tienen influencia directa en una de las problemáticas en torno al
agua en Bogotá, que si bien no es la única, si es un proceso necesario e
importante para dar inicio al cambio de pensamiento desde los sujetos, que a su
vez serán divulgadores y constructores de una nueva cultura del cuidado y la
conservación del agua.
48
Ecosistemas acuáticos
A diferencia de los mitos y el agua, los ecosistemas acuáticos no presentan
diferencias significativas entre las diferentes nociones de los autores, por lo que se
retomarán nociones complementarias en lo referente a los ecosistemas acuáticos.
Inicialmente, se retomará el planteamiento realizado por Lacroix (1992, p. 16),
quien afirma que: “Las muy distintas características físico-químicas y biológicas de
los medios acuáticos y de los medios terrestres han conducido, mediante el
recurso de la selección natural, a unas formas de vida completamente diferentes.”
El mismo autor diferencia principalmente dos tipos de ecosistemas: Abiertos
(Aguas corrientes) y cerrados (Aguas estancadas). En lo que respecta a los
ecosistemas abiertos, asegura que:
La característica fundamental del agua corriente es, por definición, su
movimiento. La intensidad de ese movimiento desempeña un papel decisivo
en la composición de la comunidad biológica que puebla el curso de agua.
No obstante, la distinción que se hace entre las aguas estancadas (lénticas)
y las corrientes (lóticas), tiene un significado mucho más amplio que la
simple diferenciación en su composición faunística y florística. (…) Los ríos
se presentan como sistemas “abiertos”, muy dependientes de los factores
externos (aportes alóctonos). (…) El agua en movimiento tiene otros efectos
además de seleccionar las formas de vida en los ríos. Posee una potencia
erosiva que le permite modificar el aspecto del planeta. Es por efecto de
esta erosión que los cursos de agua evolucionan tan considerablemente a
escala geológica e incluso a veces histórica. (Lacroix, 1992, pp. 36-37)
Complementando con la información respecto a los ecosistemas acuáticos
“cerrados” o de aguas estancadas, se describen así:
Entre la tierra firme y el medio lacustre típico existen todo tipo de
transiciones. Los pantanos invadidos por las espadañas, los carrizos y los
juncos; las turberas y su séquito de plantas raras, muchas veces
supervivientes aisladas de la última época glaciar; los múltiples estanques,
cuyo funcionamiento está a menudo regulado por el hombre; y los vastos
lagos que representan, a pesar de su escaso número, la casi totalidad de
las reservas de aguas dulces. Estos son los diferentes aspectos que
pueden presentar las aguas estancadas. (Lacroix, 1992, pp. 72)
Con el propósito de llamar la atención sobre el constante error que se comete al
diferenciar los ecosistemas acuáticos “abiertos” y “cerrados” de acuerdo con su
flujo/dependencia de aportes alóctonos (externos) y, la fuerte influencia que ejerce
el hombre sobre los ecosistemas acuáticos “cerrados”, se aclara lo siguiente:
49
Las aguas estancadas no constituyen nunca unos ecosistemas
completamente aislados. Veremos que su funcionamiento está muy influido
por la evolución de su cuenca hidrográfica, como lo indica claramente la
degradación actual de numerosos ecosistemas lacustres. Además, el
hombre desempeña un papel especialmente nefasto, acelerando la
evolución natural de estos sistemas vivos. Después de su nacimiento, los
lagos se van rellenando lentamente de materiales; es decir, envejecen. Al
final de un largo proceso de colmatación, se transforman en pantanos o
turberas, y finalmente se van cubriendo poco a poco de vegetación
terrestre.
La inmensa diversidad de aguas estancadas dificulta una clasificación
sencilla. Las diferenciaciones comunes entre charcas, pantanos, estanques
y lagos se basan en el aspecto, la profundidad y la extensión de los medios.
La costumbre tiende a incluir el gradiente de profundidad en esta
progresión. No obstante, es difícil definir estos términos de forma precisa.
(Lacroix, 1992, pp. 73)
Cambiando de autor, Roldán, quien tiene una amplia perspectiva de los
Ecosistemas acuáticos, los define como: “Resultado de la interacción de los
organismos que allí viven con la calidad físico-química del agua, la atmósfera y el
medio terrestre que lo rodea.” (Roldán, 2003, p. 10) Además, identifica diferentes
tipos de organismos faunísticos asociados a los ecosistemas acuáticos, de la
siguiente manera:
Los hábitats acuáticos son muy variados y a cada uno de ellos corresponde
una comunidad determinada. Así por ejemplo, unos viven adheridos a la
superficie de rocas, pequeñas piedras, troncos sumergidos o restos de
vegetación; otros habitan en las orillas, adheridos a la vegetación
emergente o sumergida. Unos viven sobre la superficie del agua, en tanto
que otros nadan en ella como los peces. Otros se entierran en sustratos
arenosos, fangosos o pedregosos. Unos prefieren corrientes rápidas, en
tanto que otros lo hacen en aguas quietas o en remansos de los ríos.
(Roldán, 2003, p. 11)
En cuanto a la clasificación, se diferencia entre 4 tipos y zonas de los ecosistemas
acuáticos, dentro los que se encuentran ecosistemas lénticos y lóticos y, zonas
profundas y limnéticas, definidas así:
Los ecosistemas lóticos se refieren a los ríos, quebradas y arroyos donde
las corrientes rápidas juegan un papel importante en la distribución de los
macro-invertebrados. Los organismos aquí presentes, por lo regular tienen
adaptaciones corporales como ganchos, ventosas y cuerpos aplanados
para resistir a la velocidad de la corriente.
50
Los ecosistemas lénticos son aquellos de aguas quietas o estancadas como
lagos, lagunas, embalses. Los remansos de los ríos y quebradas se
comportan en general como hábitats lénticos dependiendo de la geometría
del cauce. Estos ecosistemas por lo general presentan abundante
vegetación ribereña y sumergida, lo que ofrece un variado hábitat para gran
número de organismos, siendo más frecuentes los hemípteros, odonatos y
coleópteros que ciertos dípteros, moluscos y cangrejos.
La zona profunda de los lagos por lo regular ofrece condiciones estresantes
por la falta de oxígeno y por la acumulación de gases tóxicos; por eso la
fauna que allí se encuentra en la mayoría de los casos es poco variada,
pero los individuos presentes pueden ser abundantes.
La zona limnética se refiere a la región de aguas abiertas, alejada de la
orilla (muy obvia en lagos) y que puede observarse en los grandes ríos. Allí,
la fauna de macroinvertebrados es prácticamente inexistente o se reduce a
unos pocos individuos adaptados para nadar en la superficie. (Roldán,
2003, p.11)
Es importante resaltar que los ecosistemas acuáticos al estar conformados
mayoritariamente por agua, son los espacios físicos que dentro de las mitologías
ancestrales se han convertido en territorios sagrados donde se llevan a cabo
rituales para establecer conexiones desde la espiritualidad de los individuos con la
naturaleza. Este simbolismo de los hábitats naturales, al ser divulgado y contado a
personas ajenas a las culturas indígenas de Colombia, posibilita la construcción de
un significado más robusto que contribuya al arraigo, el cuidado y la conservación
de su principal componente: El agua. Adicionalmente, el reconocimiento del
territorio y de la diversidad de organismos que alberga un ecosistema acuático,
lleva a las personas a valorar el recurso hídrico y generar pensamientos y
acciones conservacionistas en su día a día, que aporten al cuidado y conservación
de dicho ecosistema.
Bogotá
Bogotá, la actual capital de Colombia, no siempre ha sido el centro administrativo
del país, unos siglos atrás, era habitada por los Muiscas, quienes tenían un
inmenso respeto por la naturaleza y por su territorio. Parte de esta historia la relata
Julio & Hernández (2014, p. 128), así:
Lo que hoy se conoce como la Sabana de Bogotá fue en tiempos de los
Muiscas el profundo lago Funzé, que empezó a drenarse cerca de treinta o
51
cuarenta mil años atrás (Pérez de Barradas, 1950 citado en Rodríguez,
2003). “El suelo de la altiplanicie no era lo que se ve (hoy); no había
sabanas y valles esmaltados de gramíneas, sino grandes lagunas solitarias,
encerradas entre los cerros, con tal cual isla cubierta de bosque, refugio de
los venados” (Triana, citado por Rodríguez, 2003:37). La cosmogonía
Muisca da cuenta de la relación que tenía ese grupo humano con el agua.
Su devoción por una serie de lagunas sagradas y su narrativa de origen a
partir del mito de Bachué son un ejemplo de ello.
Posterior a los Muiscas, la ciudad de Bogotá ha tenido un constante crecimiento
territorial, que ha conllevado a un aumento simultáneo de su número de habitantes
y, una mayor intervención antrópica de su riqueza hídrica y biológica. La
construcción citadina de lo que hoy conocemos como Bogotá, se originó como se
detalla en el siguiente apartado:
La ciudad de Bogotá fue construida bajo el manto tutelar de los Cerros
Orientales, los cuales brindaban ventajas estratégicas tanto en términos
militares, al ir desde los 2600msnm a los 3650 msnm, como posibilidades
para acceder a recursos naturales: Madera, materiales artesanales y agua.
Esta riqueza natural, altamente valorada para el encuentro con las deidades
por los pueblos indígenas, ha sido objeto de múltiples dinámicas de
sobreexplotación para atender las necesidades de una ciudad en expansión
que ha requerido materiales de construcción, fuentes de energía y madera
para construir su mobiliario y dotar sus lugares de peregrinación. (Julio &
Hernández, 2014, pp. 55)
Los fragmentos anteriores dan cuenta de la gran diversidad biológica y la riqueza
hidrográfica que llegó a tener Bogotá en épocas antiguas y, resalta la importancia
de le daban los indígenas Muiscas a su conservación, desde la concepción de la
naturaleza como parte sagrada del mundo. Aquí, se hacen evidentes las
consecuencias a nivel cultural que ha traído la occidentalización y el
distanciamiento de la cosmovisión Muisca primitiva, reflejadas en la constante
creencia de que el progreso está lejos de lo natural y cerca del cemento. Los
cambios que ha afrontado Bogotá en su hidrografía, han llegado hasta el punto en
que los ríos y los cuerpos de agua que la atraviesan han sido canalizados,
cubiertos con cemento y eliminados del paisaje citadino, haciendo que los
Bogotanos olviden su existencia y poco a poco generen un desarraigo total de su
riqueza hídrica.
Es significativo resaltar algunas de las características que presenta la ciudad de
Bogotá, con el propósito de ofrecer al lector una panorámica general del contexto
en el cual se enmarca el presente trabajo de grado. Para esta caracterización se
52
retoma el trabajo realizado por Barrera, et al. (2010, p. 45), en donde se afirma
que la ciudad de Bogotá:
De acuerdo con la Secretaría Distrital de Planeación (2009), (…) cuenta con
una población cercana a los 7’363.782 habitantes, quienes dependen, entre
otros, de los bienes y servicios ecosistémicos que ofrecen los bosques
andinos, altoandinos, páramos y humedales presentes en la ciudad y
aledaños a ésta. La sustentabilidad de sus pobladores y territorio,
dependerá en gran medida, del óptimo manejo y aprovechamiento de los
recursos naturales y la restauración ecológica de los bienes y servicios
ecosistémicos perdidos y/o deteriorados.
En cuanto a las características geo-ambientales se dice que:
El Distrito se localiza alrededor de 2.600 msnm, sobre 163.659 hectáreas,
dentro de las cuales se diferencian dos ambientes: el primero se caracteriza
por ser un ambiente montañoso, con predominio de uso rural y una amplia
heterogeneidad ecosistémica, extendida sobre 127.654 hectáreas que
equivalen al 78% total del territorio, y el ambiente de altiplanicie en donde
se establece el casco urbano de la ciudad y ocupa el 22% del total del
territorio, es decir, 36.005 hectáreas (SDA, 2007 & SDP, 2009). (Barrera, et
al., 2010, p. 45)
Y, finalmente, en lo referente a la hidrografía capitalina, se afirma que:
El sistema hidrográfico comprende porciones parciales de las cuencas
hidrográficas de los ríos Bogotá, Sumapaz y Blanco. Dentro de éstas, el
único río de longitud importante que se encuentra completamente incluido,
con su cuenca de drenaje, dentro del territorio capitalino, es el río Tunjuelo.
Por su parte, el Distrito sólo cuenta con el territorio correspondiente a la
margen izquierda del río Bogotá, la vertiente alta al costado oriental del río
Sumapaz, y una pequeña porción de la cuenca del río Blanco. (Barrera, et
al., 2010, p. 51)
53
Ilustración 1. Mapa Red de Calidad del Recurso Hídrico de Bogotá D.C. (IDEAM & DTAMA, 2004,
pp. 15)
La ciudad de Bogotá es un extenso territorio ubicado en el altiplano Cundi-
Boyacense, caracterizado por tener una elevada intervención antrópica que influye
en las formas de organización social, como lo afirma el siguiente fragmento:
El territorio es constantemente impactado por la actividad humana
generando procesos de transformación que se reflejan dialécticamente en
las formas de organización social, en los modos de producción y en las
dinámicas de generación de lo público. Todo ello entraña una relación de
poder que incide de manera directa tanto en la construcción simbólica del
territorio como en su inherente transformación biofísica, lo cual desde una
perspectiva ambiental, hace que el territorio sea uno de los elementos
resultantes de la tensión entre la naturaleza y la cultura, el cual se halla
permeado por las variables políticas de nuestra sociedad. En este ejercicio
dialéctico, la sociedad organiza el territorio conforme a su estructura y
según la identidad que desde éste se ha fraguado. (Julio & Hernández,
2014, pp. 27)
El territorio bogotano está dividido políticamente en 20 localidades, sin embargo,
desde la Secretaría Distrital de Ambiente, se ha realizado una reorganización
54
simbólica territorial de Bogotá, basada en los llamados “Territorios ambientales”,
un concepto que está en constante redefinición, como lo asegura Julio &
Hernández (2014, p. 29):
El concepto de territorio ambiental es producto tanto de los cambios
institucionales, como de los procesos de acción colectiva; se encuentra
alimentado por diferentes visiones, disciplinas y agentes del desarrollo y
hace referencia a una realidad multidimensional de carácter complejo. No
obstante se pueden concretar “luego de haber traslapado elementos de la
Estructura Ecológica Principal de la Sabana con áreas de incidencia de
procesos organizativos, ocho territorios que cobijan las veinte localidades y
que a su vez brindan un nuevo mapa simbólico” (Julio, 2008). Estos
territorios no se conciben sólo como un espacio biofísico sino como espacio
social de carácter dinámico, que comparte identidades, luchas e historias y
encierra imaginarios colectivos (Hernández y Flórez 2010).
Teniendo en cuenta lo anterior, los territorios ambientales surgen de una
construcción social, más no de una distribución administrativa-territorial.
Complementando la noción de territorios ambientales, se retoma el siguiente
fragmento:
Los territorios ambientales son resultado de las múltiples acciones y
relaciones individuales y colectivas. Dan cuenta de una trayectoria histórica
donde se plasman las acciones del pasado, se vislumbran las tendencias
del presente y se hacen visibles formas de pensamiento o cosmovisiones
desde las que se construyen significados y formas de apropiación del
mismo (Hernández y Flórez 2010). En Bogotá existen ocho territorios
ambientales reconocidos: los Cerros Orientales, el borde norte de la ciudad
es decir la cuenca Torca-Guaymaral, la cuenca del río Salitre, la cuenca del
río Fucha, la cuenca del río Tunjuelo, Sumapaz, los humedales, y río
Bogotá. (Julio & Hernández, 2014, pp. 31-32)
Esta nueva organización simbólica de Bogotá, basada en los Territorios
Ambientales, contribuye a la consolidación de una nueva cultura ciudadana en
donde se tenga en cuenta lo natural como elemento político, social y organizativo
del territorio, que además hace un aporte significativo a los procesos de arraigo y
de identidad cultural de las personas que habitan en Bogotá en torno al agua y los
cuerpos acuáticos que la contienen, ya que varios de los territorios ambientales
están definidos por las cuencas hidrográficas de los ríos citadinos.
La información mencionada anteriormente es de suma relevancia ya que
argumenta e impulsa el desarrollo de proyectos como el del presente trabajo de
grado en la ciudad de Bogotá, en la que parte de su territorio corresponde a zona
rural y, se encuentran asentamientos humanos cerca de los caminos hidrográficos
55
de los ríos, generando un gran impacto en su estado de conservación. Por otro
lado, la ciudad de Bogotá, al ser la capital de Colombia, es refugio de cientos de
habitantes de otras ciudades del país que llegan en busca de nuevas
oportunidades laborales y mejores condiciones de vida, lo que genera un
desarraigo considerable en lo que respecta al territorio citadino. Por esto, el
trabajo desde la educación popular contribuye al fortalecimiento del vínculo de las
personas con la ciudad en la que habitan, su riqueza hídrica y su belleza natural,
paisajística y cultural.
56
MARCO METODOLÓGICO
El presente trabajo de grado se encuentra bajo el paradigma Interpretativo de
investigación social, clasificando bajo el término de “interpretativismo” todas las
visiones teóricas para las cuales la realidad no puede ser simplemente observada,
sino que tiene que ser “interpretada”, como lo asegura Corbetta en el 2003 (p. 20).
Adicionalmente, desde la ontología, epistemología y metodología del paradigma
interpretativo de investigación social, se así:
Ontología: Constructivismo: El mundo conocible es el de los significados
atribuidos por los individuos. Relativismo (realidad múltiple): estas
realidades construidas varían en la forma y en el contenido entre
individuos, grupos, culturas.
Epistemología: No dualismo; no objetividad. No separación entre el
investigador y el objeto de la investigación, sino interdependencia.
Ciencia interpretativa en busca de significado. Objetivo:
Comprensión. Generalizaciones: Enunciados de posibilidad; tipos
ideales.
Metodología: Interacción empática entre investigador e investigado.
Interpretación. Interacción observador-observado. Inducción (el
conocimiento emerge de la realidad estudiada). Técnicas cualitativas.
Análisis “por casos”. (Corbetta, 2003, pp. 11)
Los planteamientos ontológicos, epistemológicos y pedagógicos del paradigma
interpretativo de investigación descritos por Corbetta, están estrechamente
relacionados con el presente trabajo de grado, ya que se asume que cada
individuo tiene su propia realidad y, que ellos son quienes otorgan el significado al
contexto en el que se encuentran; en este caso, las comunidades indígenas son
quienes dan significado al agua y cada individuo construye su propia significación
de este elemento. Adicionalmente, el propósito de este paradigma se centra en la
comprensión del comportamiento de los individuos, lo que al relacionarse con esta
investigación, tiene que ver con los factores que influencian el comportamiento de
los indígenas en torno al agua y, cómo esos factores pueden extrapolarse a una
comunidad citadina con el objetivo de propiciar acciones en pro del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá.
Complementando la visión de Corbetta con la de Vasilachis, el posicionamiento
epistemológico hermenéutico – interpretativo (en términos de Vasilachis), es el
que enmarcará la realización del presente proyecto, dado que sus supuestos
básicos se vinculan, específicamente, con la consideración del lenguaje como un
57
recurso y como una creación, como una forma de reproducción y de producción
del mundo social, como lo asegura Vasilachis (2006), por lo tanto, este proyecto
se centra en la comprensión a profundidad del significado de la palabra escrita en
los mitos relacionados con el agua de algunas culturas indígenas colombianas,
con el propósito de analizar mediante categorías específicas su contenido e
identificar su posible influencia en el actuar de los sujetos, relacionándolo con su
utilidad para el abordaje de la enseñanza del cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos bogotanos mediante una estrategia didáctica basada en la
educación popular con una población mixta.
Esta investigación está guiada por un enfoque cualitativo, cuyos orígenes e
historia están descritas como:
Los métodos que ahora definimos como cualitativos se empezaron a
emplear sistemáticamente en la investigación social hacia el último cuarto
del siglo XIX y los primeros años del siglo XX. Aunque, obviamente,
podemos encontrar notables antecedentes de estrategias metodológicas
con un sesgo cualitativo (…) en el siglo XVI.
Estas estrategias de investigación se empezaron a utilizar con el propósito
de obtener información profunda, para explicar la compleja maraña de
relaciones sociales que elegantemente nominamos sociedad. (Castro,
2007, p. 229)
Teniendo en cuenta el origen de la investigación cualitativa, Castro (2007, p. 230)
la define y la caracteriza así:
La investigación cualitativa es inductiva, porque se basa en analizar las
cualidades de un árbol y no la suma de los que integran al bosque. Las
estrategias cualitativas desarrollan conceptos en las enseñanzas in situ, en
la comprensión, con base en la construcción de datos y no en recoger
información para evaluar modelos. En los estudios cualitativos, los
investigadores siguen un diseño de investigación flexible: Comienzan sus
estudios con interrogantes en la lógica de la búsqueda. En esta
metodología, el investigador ve al escenario y a los actores desde una
perspectiva totalizadora donde las personas, los escenarios o los grupos no
son reducidos a variables, sino considerados como parte de una red de
relaciones sociales. Asimismo, el investigador cualitativo estudia a las
personas en el contexto de su pasado y en las situaciones en las que se
encuentran insertos.
El presente documento tiene un enfoque mayoritariamente cualitativo, dado que la
naturaleza de los datos a estudiar es textual (mitos), desde una recopilación de
memoria oral y escrita de las comunidades indígenas colombianas y,
adicionalmente, el compromiso del investigador va ligado a otorgarle sentido social
58
a esos relatos ancestrales que aún perduran en diversas culturas. Sin embargo,
también se retomarán elementos del enfoque cuantitativo, que se verán reflejados
en el conteo de los mitos del agua encontrados y, la cantidad de tendencias y
categorías de análisis encontradas con el objetivo de establecer las ideas fuerza
que dan al mito un amplio poder sobre las acciones y pensamientos de las
personas.
Como lo afirma Castro (2007, p. 231), “Las metodologías cualitativas se apoyan en
la observación participante, observación directa, video, fotografía, historia de vida,
relato de vida, historia oral, entrevistas semiestructuradas, entrevistas a
profundidad, descripciones y wealth ranking para generar información densa que
permita la construcción de datos.”. Para este caso, la principal técnica de
recolección de información es la entrevista semiestructurada, acompañada de las
historias orales contadas por los abuelos o sabedores de las comunidades
visitadas, que serán registradas en archivos sonoros.
Teniendo en cuenta el anterior marco metodológico, el presente trabajo de grado
hará uso de los mitos del agua como un camino para la enseñanza del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos, desde la educación popular en un
contexto citadino, mediante el diseño de una estrategia pedagógica dirigida a una
población mixta y, que sea de fácil divulgación y adecuación a los encuentros
educativos entre los educadores populares y sus estudiantes.
En cuanto a los aspectos éticos, el trabajo tendrá en cuenta los derechos de autor
en las referencias y citas bibliográficas y, en los respectivos créditos a los autores.
Adicionalmente, se respetarán las cosmovisiones plasmadas en los mitos de las
comunidades indígenas y se evitará al máximo la generación de juicios de valor
que no aportan al cumplimiento de los objetivos de la presente investigación.
El proceso investigativo se divide en tres fases con sus respectivas etapas
durante los dos semestres de su realización:
FASE 1: INDAGACIÓN
Revisión Documental Consistirá en realizar una rigurosa búsqueda de documentación en torno a
las diferentes culturas indígenas de Colombia detallando cuántas existen y,
cuál es su ubicación y distribución geográfica. Esto, con el objetivo de
reconocer e identificar la mayor cantidad de culturas indígenas y
59
ancestrales posibles, reportadas en la literatura dentro del territorio
colombiano. Para el registro de esta etapa se utilizará la siguiente tabla:
Tabla 1. Modelo tabla para registro de listado de totalidad de culturas indígenas presentes en
Colombia, reportadas en los libros del acervo bibliográfico de las bibliotecas mayores de Biblored.
# Cultura indígena Ubicación
geográfica
Existente en la
actualidad Extinta
Adicionalmente, con el propósito de caracterizar las comunidades
indígenas, se incluirá la información encontrada en memoria oral
(entrevistas semiestructuradas) y escrita (Acervo bibliográfico de Biblored)
de las comunidades en la siguiente tabla, incluyendo aspectos como su
ubicación geográfica, costumbres, cosmovisión, rituales, orígenes, entre
otros.
Tabla 2. Modelo matriz de caracterización de las culturas indígenas presentes en memoria oral y
escrita.
# Cultura Indígena /
Ubicación Geográfica Caracterización General de la Cultura
Indagación de Mitos Los mitos de las comunidades indígenas de Colombia serán indagados por
medio de dos caminos: La memoria escrita y la memoria oral. En cuanto a
la memoria escrita, se realizará la búsqueda en los acervos bibliográficos
de las bibliotecas mayores de Biblored. En cuanto a la memoria oral, los
mitos de las culturas que no se encuentren documentados, serán
recuperados mediante registros de voz, producto de entrevistas
semiestructuradas (Anexo 1) realizadas a abuelos de la comunidad o a
jóvenes pertenecientes a ella, con un amplio conocimiento sobre su cultura
y tradición.
Para llevar a cabo el seguimiento de cuántos mitos se han encontrado, a
qué cultura indígena pertenecen, y cuál es su ubicación geográfica, se
manejará la tabla de registro que se encuentra a continuación, que será
diligenciada simultáneamente al trabajo indagativo.
60
Tabla 3. Tabla de registro de los mitos encontrados durante el proceso indagativo.
Título del
mito
Cultura
indígena a la
que
pertenece
Ubicación
geográfica de
la comunidad
indígena
Presente en
memoria oral
(X)
Presente en
memoria
escrita (X)
Los mitos más relevantes producto de la revisión de la memoria oral y
escrita, serán seleccionados por su enfoque hacia el cuidado y
conservación del agua o de los ecosistemas acuáticos y, se encontrarán en
los resultados de la Fase 1. Cabe resaltar que los mitos recuperados de la
memoria oral se encontrarán en registro sonoro, respetando la oralidad de
los sujetos entrevistados.
FASE 2: ANÁLISIS
Recopilación y sistematización
Producto de la indagación sobre los mitos en torno al agua presentes en las
diferentes culturas indígenas colombianas, se realizará una recopilación de
todos ellos, teniendo en cuenta principalmente aquellos mitos del agua que
indiquen posibles tendencias hacia el cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos, como se mencionó anteriormente. Dichas
tendencias se identificarán teniendo en cuenta las nociones de “Agua” y
“Cuidado y Conservación”, que serán establecidas por cada uno de los
mitos y, se registrarán en una tabla como la siguiente:
Tabla 4. Matriz modelo de análisis de contenido de la totalidad de los mitos del agua encontrados
en memoria oral y memoria escrita, en cuanto a tendencias en las nociones de “Agua” y “Cuidado y
Conservación”.
#
Título del Mito /
Comunidad a la que
Pertenece / Ubicación
Geográfica
Agua Cuidado y
Conservación
61
Posteriormente, se realizará una descripción de cada tendencia encontrada
en cuanto a las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que serán
registradas en el siguiente formato de tabla:
Tabla 5. Modelo de tabla de descripción de las tendencias encontradas en los mitos del agua
respecto a la noción de “Agua” y "Cuidado y Conservación".
# Tendencia Descripción
Análisis Finalmente, el análisis se realizará con base en las categorías establecidas
posterior a la sistematización de cada uno de los mitos, como producto de
las tendencias en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”
encontradas, relacionándolas con la enseñanza del cuidado y conservación
de los ecosistemas acuáticos en Bogotá, desde una mirada pedagógica y
conservacionista.
FASE 3: DISEÑO
Diseño de Estrategia Pedagógica La fase final se encargará de realizar el diseño de una estrategia
pedagógica que posibilite y facilite a los educadores populares citadinos, el
trabajo con los mitos del agua en sus actividades escolares cotidianas
como un camino para la enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación
de los ecosistemas acuáticos de Bogotá. Esta estrategia pedagógica tendrá
un enfoque sensorial, creativo, de contraste y, crítico-reflexivo y, estará
guiada por fragmentos de los mitos, que se registrarán en una tabla como la
siguiente:
Tabla 6. Modelo de tabla de fragmentos orientadores de la estrategia pedagógica, título del mito y
ecosistema que representa.
Título del Mito /
Comunidad a la que
Pertenece / Ubicación
Geográfica
Ecosistema que
representa el mito /
Ecosistema en Bogotá
Fragmentos
orientadores
62
RESULTADOS
FASE 1: INDAGACIÓN
Con el objetivo de indagar los mitos referentes al agua presentes en la literatura y
en la tradición oral de las diferentes culturas indígenas colombianas, se realizaron
tres etapas: Indagación en memoria escrita sobre la cantidad de culturas
indígenas presentes en Colombia; Caracterización de las culturas indígenas
recogida tanto de memoria oral como de memoria escrita; Selección y Constitución
del acervo de mitos del agua encontrados en memoria oral y escrita.
En la primera etapa, se realizó una búsqueda en torno a las comunidades
indígenas habitantes de Colombia, señalando su ubicación geográfica, reportadas
en los libros presentes en el acervo bibliográfico de las bibliotecas mayores de
Biblored (Tintal – Manuel Zapata Olivella, Virgilio Barco y Tunal), clasificados con
el código 390, que corresponde a publicaciones sobre “Costumbres, etiqueta y
folclore” y, aquellos correspondientes a la sección de Mitos y Leyendas,
codificados como “LM”. Como resultado de esta indagación, se encontraron 179
pueblos indígenas habitantes del territorio colombiano y, reportadas en la
literatura, de las cuales 32 ya están extintas y, 147 aún habitan el territorio
nacional, como se puede ver detalladamente en la siguiente tabla. Es importante
mencionar que en la tabla aparecen 180 registros, sin embargo el registro 180
corresponde a la comunidad Palenquera1, que si bien no es indígena, hace parte
de la riqueza cultural de Colombia.
Tabla 7. Listado de totalidad de culturas indígenas presentes en Colombia, reportadas en los libros
del acervo bibliográfico de las bibliotecas mayores de Biblored.
# Cultura indígena Ubicación
geográfica
Existente en la
actualidad Extinta
1 Nutabaes
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
2 Catíos
Antioquia
Caldas
Risaralda
X
1 Grupo étnico.
63
Quindío
Orillas de los ríos
San Jorge,
Cauca y Tarazá
3 Tahamíes
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
4 Quimbaya
Risaralda
Quindío
Orillas del río
Roble
Restrepo (Valle)
X
5 Pubenses
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
6 Sindaguas
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
7 Chisquíes
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
8 Piaguas
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
9 Palenques
Magdalena
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
10 Marquetones
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
11 Armas Aguadas, Caldas X
64
12 Paucuras Caldas X
13 Picaras Caldas X
14 Carrapas Caldas X
15 Ansermas
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
16 Chamíes
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
Afluentes del río
San Juan
X
17 Arawak Llanos Orientales X
18 Piapoko
Llanos Orientales
Orillas de los ríos
bajo Guaviare y
sur del Vichada
X
19 Yaruro
Llanos Orientales
Orillas de los ríos
Capanaparo y
Cinaruco
X
20 Sáliva /Sáliba
Llanos Orientales
Orilla derecha del
río Meta
Cabecera del río
Inírida
X
21
Guayabero /
Cunimía /
Papamene
Llanos Orientales
Orillas de los ríos
alto Guaviare,
Güejar y Ariari
X
22 Guahíbo
Llanos Orientales
Orillas de los ríos
Meta, Vichada,
Guarrojo, Planas
y Muco
X
23 Sikuani / Cuiba /
Mella / Ptamo
Llanos Orientales
Orillas de los ríos
Tomo, Tuparro y
X
65
bajo Meta
24 Achagua
Villavicencio
Puerto López
Umapo
Puerto Gaitán
X
25 Tinigua
Serranía de la
Macarena
Cabecera del río
Inírida
X
26 Puiñave /
Puninave
Orillas de los ríos
Inírida y Guaviare
medio y bajo
X
27 Aspurianos Guajira X
28 Ipuanas Guajira X
29 Urianas Guajira X
30 Sapuanas Guajira X
31 Epieyes Guajira X
32 Epipnayúes Guajira X
33 Yoyasnas Guajira X
34 Sijuanas Guajira X
35 Ureguas Guajira X
36 Wayuu Guajira X
37 Wayuu -
Apaalanchi Guajira X
38 Anates Cabo de la Vela X
39 Coanaos Cabo de la Vela y
Valle de Upar X
40 Guanebucanes
Ramada – Entre
Palomino y
desembocadura
del río Ranchería
X
41 Kogi / Arhuacos
Falda norte de la
Sierra Nevada de
Santa Marta
X
42 Chimila
Sur de la Sierra
Nevada de Santa
Marta, tierras
bajas del río
Ariguaní
X
66
Magdalena
43 Tairona
Alrededores de la
Sierra Nevada de
Santa Marta
X
44 Caribes
Magdalenienses
Riberas del Bajo
y Medio río
Magdalena
X
45 Zenú
Cuenca del río
Sinú, Córdoba,
Bolívar y Sucre
X
46 Cuna / Tule
Urabá
Darién
Norte del chocó
Caimán Nuevo
Chigorodó
(Antioquia)
X
47 Noanamá
Chocó
Orillas del río
San Juan
Caño Noanamito
(Cauca)
X
48 Embera
Chocó, Hoyas del
Atrato, Baudó y
San Juan
X
49 Yuramanguí Litoral del Valle
del Cauca X
50 Calima Buenaventura X
51 Paeces
Tierradentro –
Cauca
Valle del río Páez
X
52 Panikitá Cauca X
53 Guambianos
(Misak)
Cauca, riberas
del río Piendamó
Guambía, Silvia,
Pitayó,
Quinchaya y
Quisgó
X
54 Guanaka /
Guanaca Cauca X
67
55 Polindara Cauca, orillas del
río Palacé X
56 Totoró Cauca, orillas del
río Palacé X
57 Kokonucos Cauca X
58 Puracé Cauca X
59 Kwaiker
Suroeste del
Departamento de
Nariño
X
60 Sibundoy
Sur del
Departamento de
Nariño y fuentes
del río Putumayo
X
61 Quillacingas
Suroeste del
Departamento de
Nariño
X
62 Pastos
Suroeste del
Departamento de
Nariño
X
63 Panches Tolima
Huila X
64 Pantágoros Tolima
Huila X
65 Pijaos Tolima
Huila X
66 Laches Norte de Boyacá X
67 Cuscanebas Norte de Boyacá X
68 Muiscas o
Chibchas
Altiplanicie
Cundiboyacense X
69 Sutagaos Altiplanicie
Cundiboyacense X
70 Guanes Santander X
71 Chitareros Altiplanicie
Cundiboyacense X
72 Tunebos
Boyacá
Santander
Intendencia de
Arauca
Sierra del Cocuy
X
68
73 Laches Altiplanicie
Cundiboyacense X
74 Muzos Altiplanicie
Cundiboyacense X
75 Motilones / Barí-
motilón
Sierra de Perijá
Selvas del
Catatumbo
Hoya del río
Catatumbo, río
Tibú
X
76 Yuco
Sierra de Perijá y
Selvas del
Catatumbo
X
77 Chaqué
Sierra de Perijá y
Selvas del
Catatumbo
X
78 Carare
Selvas del
Carare y del
Opón
X
79 Tukanos
Vaupés
Caquetá
Putumayo
X
80 Arapaso
Sobre el río bajo
Vaupés y el río
Papurí
X
81 Karapaná Sobre el río
Vaupés X
82 Wanana /
Guanano
Sobre el río
Vaupés oriental X
83 Desana / Winá Ribera derecha
del río Vaupés X
84 Kubeo Sobre el río
Vaupés X
85 Pamoa / Tatuya /
Tatútapuyo
Sobre el río
Vaupés
Orillas de los ríos
Pira-paraná y
caño Yapú
X
86 Tuyuca Sobre el río X
69
Vaupés
87 Bará Sobre el río
Vaupés X
88 Makuna /
Macuna
Cuenca del río
Apaporis
Orillas de los ríos
Pira-paraná y
Vaupés
X
89 Yabajana Cuenca del río
Apaporis X
90 Yupua Cuenca del río
Apaporis X
91 Siona / Ceona /
Kokakañú
Entre los ríos
Caquetá y
Orteguaza
Alto Putumayo
X
92 Macareguaxe /
Macaguaje
Entre los ríos
Caquetá, alto
Putumayo y
Orteguaza
X
93
Koreguaxe /
Coreguaje /
Koereguaje
Entre los ríos
Caquetá y
Orteguaza
X
94 Eno
Entre los ríos
Caquetá,
Orteguaza y alto
Putumayo
X
95 Tama
Entre los ríos
Caquetá, alto
Putumayo y
Orteguaza
X
96 Ingas Putumayo
Caquetá X
97 Baniva
Entre los ríos
Negro, Vaupés e
Inírida
X
98 Baré / Uanamá
Entre los ríos
Caquetá, Carurú
y Cananarí
X
70
99 Siusi
Entre los ríos
Negro, Vaupés e
Inírida
X
100 Ipeka
Entre los ríos
Negro, Vaupés,
Inírida, Isana y
Guainía
X
101 Káua
Entre los ríos
Negro, Vaupés e
Inírida
X
102 Kuripako
Entre los ríos
Negro, Vaupés e
Inírida
X
103 Kabiarí
Entre los ríos
Negro, Vaupés e
Inírida
X
104 Yukuna
Entre los ríos
Negro, Vaupés e
Inírida
X
105 Ressígaro /
Rossígaro
Entre los ríos
Negro, Vaupés,
Inírida, Putumayo
medio, Pamá,
Caquetá, Cara-
paraná, Igara-
paraná y
Cahuinarí
X
106 Tikuna
Entre los ríos
Negro, Vaupés,
Inírida y
Amazonas,
también en
Leticia y Puerto
Nariño
X
107 Makú / Macú /
Ubdé / Cacoa
Entre los ríos
Negro y bajo
Caquetá
X
108 Karixona Hoya del río Yarí X
109 Hianakoto- Orillas del río X
71
Umaúna Yarí (Caquetá)
110 Uitoto
Araracuara y la
Pedrera
Amazonía
Colombo-
peruana
Leticia
Puerto
Leguizamón
Florencia
X
111 Bora-miranya
Araracuara y la
Pedrera
Orillas de los ríos
Caquetá,
Putumayo,
Apaporis y Yarí
X
112 Andoke Araracuara y la
Pedrera X
113 Kofán Alto Putumayo X
114 Cocamas Puerto Nariño X
115 Yagua Bajo Putumayo
Puerto Nariño X
116 Cholos
Chocó
Orillas de loa ríos
Atrato y Baudó
X
117 Imúes Nariño X
118 Baniba
Orillas de los ríos
Guainía y
Atabapo
X
119 Carro
Orillas de los ríos
alto Guainía y
afluente de
Puitana
X
120 Curipaco /
Curripaco
Orillas de los ríos
alto Guainía,
Isana y Vaupés
X
121 Garú
Orillas de los ríos
Mirití-paraná y
Apaporis
X
72
122 Matapí-Tapuyo
Orillas de los ríos
Mirití-Paraná y
Apaporis
X
123 Mitúa
Orillas del río
Guaviare y
confluencias del
Ariari
X
124 Tariana Orillas del río
Vaupés X
125 Yacúa / Yacuna
Orillas de los ríos
Mirití-Paraná y
Apaporis
X
126 Andágueda
Orillas de los ríos
alto Andégueda y
alto San Juan
X
127 Carijona
Orillas de los ríos
Uari y alto
Vaupés
X
128 Citará
Farallones de
Citará al oriente
de Quibdó, límite
con Antioquia.
X
129 Betoye / Jirara /
Atabaká
Altos Casanare,
Cravo Ele y
Arauca
X
130 Cunaguasaya /
Dobokí
Valles del
Catatumbo
Orillas del río de
Oro y río Tarrá
X
131 Guasico / Chita /
Morcote / Sinsiga
Orillas del río
Sinsiga
Sierra nevada del
Cocuy
X
132 Ijka / Bintukua Sierra Nevada de
Santa Marta X
133 Sanká / Sahá Sierra Nevada de
Santa Marta X
134 Cataro Orillas del río
Yucabo, afluente X
73
del Meta
135 Cuiloto Orillas del río
Cravo Norte X
136 Chiricoa /
Amorúa
Orillas de los ríos
Ele, Lipa y Bita X
137 Churoya /
Bisanigua
Orillas de los ríos
Ariari, Güejar y
Guayabero
X
138 Pamigua /
Bamigua
Guaviare
Orillas del río
Herorú
X
139 Yamu Ribera izquierda
del río Ariari X
140 Andoque Bajo Araracuara
y La Pedrera X
141 Bora
Orillas de los ríos
Cara-paraná e
Igara-paraná
X
142 Camsá / Coche Valle del
Sibundoy X
143 Cofán
Puerto Asís
Orillas del río
Guamués
X
144 Imihita Sierra Futahi
(Amazonas) X
145 Muru / Murui
Orillas de los ríos
Cara-paraná e
Igara-paraná
X
146 Muinane
Orillas de los ríos
Cara-paraná e
Igara-paraná
X
147 Nonuya
Orillas de los ríos
Caquetá,
Putumayo y
Apaporis
X
148 Ocaina
Orillas de los ríos
Caquetá,
Putumayo,
Apaporis y Yarí
X
74
149 Letuama y
Tanimuca
Orillas del río
Igara-paraná X
150 Coconuco Cauca X
151 Cuaiquer
Altaquer y
Barbacoas
(Nariño)
X
152 Paniquitá Cauca X
153 Piaroa
Orillas de los ríos
bajo Vichada,
bajo Meta,
Guaviare y
Orinoco
X
154 Barasana /
Barazana
Orillas del río
Pira-paraná X
155 Carapauna /
Carapana
Orillas de los ríos
Yuruparí y Paca X
156 Cubeo
Ribera izquierda
del río Vaupés
oriental y Querari
X
157 Mirití-tapuya Orillas del río
Mirití-paraná X
158 Piratapuyo /
Iratapuya
Orillas del río
Vaupés medio X
159 Tucano Orillas del río
Paca X
160 Tuyuca /
Odojkapura
Orillas del río
Inambú X
161
Yavaraté-tapuya /
Carutana /
Yaguaraté-
tapuyo
Cuenca del río
Isana X
162 Yurut-tapuya /
Waiana
Ribera izquierda
del río Papurí X
163 Uaicama-tariano Orillas del río
Papurí X
164 Avano Orillas del río
Guainía X
165 Cauyari Orillas de los ríos
alto Apaporis, X
75
Pira-paraná y
Pedrera
166 Cavisana
Cuencas de los
ríos bajo Caquetá
y Guainía
X
167 Cucuna
Cuencas de los
ríos Manacacías
y Vichada
X
168 Guarú Fuentes del río
Meta X
169 Guayupe
Cuencas de los
ríos Ariari y bajo
Güejar
X
170 Jebero Cuenca del río
Amazonas X
171 Mariaté Cuenca del río
Cure (Amazonas) X
172 Passé / Pasese Curso inferior del
río Putumayo X
173 Yamana
Entre los ríos
Caquetá y
Putumayo
X
174 Tunebo
Boyacá
Arauca
Santander
X
175 Tenuís Vaupés X
176 Chocoes
Antioquia
Magdalena
Cauca
Caldas
Risaralda
Quindío
X
177 Mocoa Sureste de
Nariño X
178 Taira Vaupés X
179 Wounaan Togromá, Chocó X
180 Palenques2 San Basilio de X
2 Grupo étnico.
76
Palenque
La segunda etapa fue la caracterización de las culturas indígenas recogida tanto
de memoria oral como de memoria escrita, como se mencionó anteriormente.
Dicha caracterización de las culturas encontradas en la memoria escrita, se realizó
extrayendo literalmente de los libros, fragmentos descriptivos de cada una de
ellas, teniendo en cuenta aspectos como su ubicación geográfica, su cosmovisión,
sus tradiciones, sus costumbres, su relación con el agua, etc. Como resultado de
esta etapa, se encontraron solamente cinco culturas indígenas (Achagua, Muiscas
o Chibchas, Wayuu-apaalanchi, Uitoto y Sikuani), descritas en los libros del acervo
bibliográfico de las bibliotecas mayores de Biblored, que se muestran con detalle a
continuación.
77
Tabla 8. Matriz de caracterización de las culturas indígenas presentes en memoria escrita, recuperada del acervo bibliográfico de las bibliotecas
mayores de Biblored.
# Cultura Indígena / Ubicación
Geográfica Caracterización General de la Cultura
1
Achagua
Departamento del Meta
La población Achagua actual no pasa de los 400 individuos. Continúan
habitando en Umapo, un caserío ubicado entre Puerto López y Puerto
Gaitán en el departamento del Meta. Siguen hablando el Achagua
(perteneciente a la familia lingüística Arawak) además del castellano y el
Piapoko. Viven fundamentalmente del cultivo de la yuca (como en tiempos
ancestrales), del trabajo asalariado y, por épocas, de la pesca. Esta última
faena, por lo menos durante los últimos 15 años, está condicionada por los
problemas del medio ecológico, los comerciantes pesqueros y, últimamente,
por las “regulaciones” de actores armados. La ideología evangélica que tuvo
una permeabilidad entre la comunidad por cerca de 10 años (1985-1995),
hoy está en franco retroceso, hasta el punto de que la asistencia al “culto” es
un asunto de muy pocas personas. Algunos jóvenes comienzan a adelantar
estudios de bachillerato o técnicos y otros se perfilan en universitarios.
Nuevos profesores achagua han cursado estudios en áreas de
etnoeducación. Parece existir un interés en los jóvenes por la búsqueda de
“nuevos horizontes” en relación con los ofrecimientos educativos-laborales
que ofrece la región. Los adultos continúan con una vida más tradicional.
(Meléndez, 2004, pp.13)
2
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
El pueblo muisca o chibcha se localizó en el altiplano Cundiboyacense y fue
uno de los más avanzados en la zona nor-oriental de Suramérica. Se dividía
78
Departamentos de Boyacá y
Cundinamarca.
en los siguientes cacicatos: Bacatá: Dominio del Zipa; Hunza: Dominio del
Zaque, Tundama, Sugamuxi, Susa y Guatavita.
Entre los Chibchas existía un tipo de estratificación social en la cual los
caciques y sus familias formaban un estamento superior privilegiado;
también influían los sacerdotes o jeques y los güechas o guerreros. En las
decisiones político-administrativas y militares, los caciques estaban asistidos
por un consejo de representantes de los cacicatos y en algunos casos por
los uzaques, o caciques de alta jerarquía. Después del grupo de
privilegiados y dirigentes seguía el pueblo, jerarquizado de acuerdo con el
trabajo que realizaban los grupos. Por último, en la escala social estaban los
esclavos, que generalmente eran los prisioneros de guerra.
La base de la sociedad Chibcha era la familia. Varias familias formaban los
clanes y varios clanes formaban la tribu. Pagaban los tributos a los caciques,
loa cuales consistían en oro, alimentos, mantas y trabajo.
Los Chibchas alcanzaron notables avances en las técnicas de la agricultura,
la explotación de la sal y de esmeraldas. Cultivaban el maíz, la papa, la
batata, el fríjol, el tomate, la quinua, el ají, la papaya, la curuba, la piña y
otros productos agrícolas como el algodón y el tabaco. Planificaban la
agricultura con base en el calendario y en observaciones meteorológicas y
climatológicas, y utilizaban las terrazas para sus cultivos.
La vivienda Chibcha era el “bohío”, una choza cubierta de paja, de planta
circular y con techo en forma cónica acampada, generalmente sostenida de
un poste central. Las paredes eran de bahareque; el piso estaba cubierto de
esparto y el techo de un fino tejido de cañizos atados con hilos de distintos
colores. Los bohíos se encontraban cercados con corrales de troncos o
astillas. (…)
Una de las actividades importantes de los muiscas fue la alfarería, cuyos
79
principales centros de producción eran los pueblos de Ráquira, Tutasá,
Tinjacá y otros pueblos “olleros”, como los llamaron los cronistas, por la
proliferación y magnífica calidad de la cerámica. La orfebrería, igualmente, la
perfeccionaron con variadas y complejas técnicas metalúrgicas y entre ellas
los trabajos en “tumbaga”, con la aleación de oro y cobre y la fundición a la
cera perdida. Se distinguen las bellas representaciones antropomorfas y
zoomorfas en los tunjos y ofrendas propiciatorias para las deidades
Chibchas, y la diversidad de adornos para las residencias señalan su
adelanto artístico. El oro lo obtenían en sus relaciones comerciales con los
indios de las riberas del Magdalena; cambiaban sal, esmeraldas y mantas
por oro fundido; utilizaban el cobre para la elaboración de figuras
antropomorfas y bastones ceremoniales, y hacían narigueras, zarcillos,
pectorales y otros objetos en cobre, que extraían de los yacimientos de
Moniquirá y Sumapaz. Los muiscas, asimismo, explotaban las minas de sal
de Zipaquirá, Sesquilé, Nemocón y Tausa, y en algunos poblados como
Sogamoso, usaban el carbón mineral.
Los muiscas también desarrollaron una industria de tejidos con una gran
variedad de fibras vegetales, principalmente el algodón y el fique. Según la
tradición Chibcha, Bochica enseñó en sus predicaciones la manera de hilar
el algodón y de tejer y adornar las mantas, los chircates, líquiras, llillas,
chumbes y demás elementos del traje Chibcha. Cada familia tenía por lo
general su telar, el huso y los torteros para hacer sus hilados. También fue
importante la industria plumaria y la de las pieles de los animales que
cazaban. Fabricaban cestos, canastas y jaulas de caña, esparto y junco.
Los Muiscas hacían el comercio por medio del trueque; tenían mercados
importantes como el de Turmequé, en donde se adquirían las esmeraldas de
Somondoco y los tejidos; el de Zipaquirá, para el expendio de la sal; los de
80
Funza y Muequetá para el expendio de mantas y tejidos, y el de Aipe para
los intercambios con otras tribus del Magdalena. En Sorocotá cambiaban sal,
mantas pintadas, esmeraldas y otros productos por el oro en polvo de los
agatáes y el algodón que llevaban los Guanes. (…)
Los Muiscas tenían una religión organizada alrededor de un conjunto de
dioses, templos y un grupo sacerdotal encargado del culto. Sus principales
deidades estaban alrededor del sol, la luna y el agua; creían en
Chiminichagua, el dios creador y autor de la luz; el culto al sol, a Sue, lo
hacían principalmente en Sogamoso, “la ciudad sagrada”. También tenían el
culto a la luna o Chía. Creían en Bachué, la diosa madre del género
humano; en el dios civilizador Bochica, quien les enseñó las artes y oficios;
en algunas leyendas míticas de caciques como las de Idacansas, Hunzahúa,
Tomaghata, Goranchacha, Furatena y otros; respetaban profundamente las
lagunas, las montañas y las rocas, y consideraban que los espíritus estaban
vinculados a los fenómenos físicos, los ríos, las montañas y las lagunas. Los
sacerdotes, llamados jeques, se educaban durante doce años en los Cucas,
seminarios dirigidos por los ancianos. Los principales templos en Boyacá se
encontraron en Sogamoso, Tunja, Fúquene, Baganique y Guachetá; también
en Guatavita, Bogotá y Chía. Utilizaban los tunjos como ofrendas a sus
dioses, y conocían la técnica de momificación de los muertos, principalmente
sus caciques. (Ocampo, 1999. Pp. 86 a 89)
Entre los muiscas el mito de Bachué se proyectó a las lagunas, algunas de
la cuales fueron motivo de especial veneración. Entre ellas señalamos la
Laguna de Iguaque, considerada como el lugar de origen del linaje humano.
La Laguna de Tota, la cual según las tradiciones chibchas, es el lugar de
residencia de un inmenso pez negro, como representación del espíritu del
mal. La Laguna de Guatavita era considerada como el lugar de residencia de
81
la gran serpiente y del dragoncillo que recibía las ofrendas de oro y
esmeraldas de la famosa ceremonia de El Dorado. En la misma forma, los
chibchas veneraban la Laguna de Fúquene, residencia del dios Fú y en
donde se hacía peregrinación a la diosa Bachué y se hacían las fiestas
religiosas en la Isla Santuario; además las lagunas sagradas de Guasca,
Sieche, Teusacá y Ubaque entre otras. En estas lagunas hacían las
ofrendas en oro, como homenaje a sus dioses tutelares. (Ocampo, 1999, pp.
99)
La riqueza cultural de la cultura Muisca o Chibcha que habitó el altiplano
Cundiboyacense ha sido ampliamente estudiada y, dentro de sus mitos más
conocidos se encuentran en la literatura escrita los siguientes:
Los mitos de los dioses creadores, aquellos que enseñan a los hombres los
orígenes del mundo y de la vida: Chiminigagua, el ser supremo; Los dos
caciques creadores Sogamoso y Ramiriquí; Bachué, la madre del pueblo
Chibcha; Chía, la diosa de la luna.
Los mitos de los dioses civilizadores, aquellos que enseñan a los hombres
los fundamentos de la vida cultural, tanto espiritual como material: Bochica,
el dios civilizador; Huitaca, la diosa rebelde; Chibchacum, el atlas chibcha;
Cuchavira, la deidad del arcoíris; Nencatocoa, el dios de los artistas de los
tejedores y de la embriaguez; Chaquén, el dios de los linderos;
Remichinchagua.
Los mitos de los caciques, aquellos que destacan el carácter mágico-
religioso de algunos caciques que fueron recordados en la mitología y en la
historia Chibcha: Hunzahúa, el primer Zaque de Tunja; Idancasás, el gran
sacerdote de Sogamoso; Goranchacha, el hijo del sol y el profeta de los
Muiscas; Tomaghata, el cacique rabón; Guatavita, la cacica infiel y el mito de
El Dorado; Furatena, la deidad de los Muzos; Meicuchuca; y otros. (Ocampo,
82
1999, pp. 89-90)
3
Wayuu – Apaalanchi
Departamento de la Guajira
La importancia del mar y del conjunto de recursos naturales fue considerable
para los grupos prehispánicos que habitaron la península de la Guajira, dada
la presencia en ésta de numerosos estuarios y lagunas litorales, así como
por su condición semidesértica. Las investigaciones arqueológicas señalan
la presencia de comunidades de pescadores con cerámica en la región
costera centro oriental de la península, alrededor o antes del año 10 a.C., las
cuales representan un sistema de adaptación de las culturas alfareras para
la explotación de recursos marinos.
La recolección de moluscos fue un gran complemento alimentario para los
grupos prehispánicos que habitaron las zonas costeras. Los que ocuparon el
valle medio del río Ranchería se movilizaban estacionalmente hacia el litoral
para obtener pescados, moluscos y sal que empleaban, además, para
mantener redes de intercambio con el interior. (…)
En la región comprendida entre el Cabo de la Vela y el río de la Hacha se
establecieron los primeros campamentos de pesca o rancherías de perlas.
Con frecuencia las rancherías anteceden a la existencia de poblaciones
estables como Nuestra Señora de los Remedios del río de la Hacha. Las
condiciones en que permanecían los esclavos indígenas en dicho
campamento eran oprobiosas. Las fuentes documentales registran que
cerca de doscientos buceadores indígenas morían anualmente en las
pesquerías, víctimas del abuso de los capataces europeos, las duras
condiciones de cautiverio y los ataques de los tiburones.
A finales del siglo XVI las rebeliones indígenas intermitentes, el descenso en
la producción de los ostrales y el nuevo marco jurídico hispánico acabaron
83
con la esclavitud indígena en las granjerías de perlas cuya explotación se
efectuaba, entonces, con esclavos africanos. A principios del siglo XVII los
indígenas de la Guajira controlaban los ostrales de perlas. Éstas últimas
eran utilizadas como valor de cambio, permitiéndoles el intercambio con
ingleses, holandeses y franceses por armas, esclavos, ganado, objetos de
metal y otros elementos de origen europeo que afianzaron su autonomía
política respecto a la corona española y produjeron profundas
transformaciones sociales en las comunidades indígenas de la Guajira.
El término guajiro apareció en las crónicas hispanas en 1623, acuñado por
fray Pedro Simón para referirse a una nación indígena no sujeta a la corona
española en cuyas tierras se hallaban cimarronas miles de cabezas de
ganado mayor y menor. Los indígenas de la península se denominan a sí
mismos con el término wayuu, que quiere decir persona que respeta y sigue
las reglas sociales establecidas por el grupo. No todos los segmentos
étnicos del grupo conocido como guajiros se transformaron en pastores. Los
Kusina-wayuu continuaron viviendo de la cacería, la pesca y la recolección
de frutos. Cuando los animales de caza disminuyeron se dedicaron al
saqueo de los hatos de sus hermanos wayuu pastores. Desaparecieron o
fueron asimilados en términos culturales en las primeras décadas del siglo
XX.
Otros miembros del grupo étnico wayuu continuaron dedicados a las
actividades de subsistencia propias del entorno costero. A estos grupos, los
pastores los denominan con el término despectivo wayuu apaalanchi que
quiere decir playero: persona que vive a orillas del mar y depende de la
explotación de los recursos marinos. Esta dualidad entre pastores y playeros
aún pervive y se manifiesta en diversos patrones migratorios, en estrategias
económicas distintas para el cumplimiento de los velorios, pagos
84
matrimoniales y en variaciones en los procesos de educación tradicional de
los individuos.
La pesca es considerada por los pastores wayuu como una actividad indigna
y quienes la practican son vistos por éstos como personas de bajo stattus en
el interior de su sociedad. Los playeros no aceptan esta discriminación y
valiéndose de elementos del mundo marino oponen modelos de riqueza y
prestigio equivalentes a los del mundo del interior. Así, la pesca es vista
como una especie de pastoreo: “El mar es como un inmensa sabana de
pastoreo. Las tortugas son vacas. Los tiburones son tigres. Las langostas
son gallinas y los peces son cabras. El mar: un extenso corral inagotable”.
Los playeros se consideran hombres libres cuya riqueza se encuentra a
salvo en el mar, en tanto ven a los pastores de cabras y ovejas como
esclavos de sus propios animales, sometidos a las inclemencias del verano,
los robos y la peste.
Los wayuu apaalanchi explotan de manera diversificada los recursos del
entorno costero. Siguiendo el ciclo tradicional de las estaciones, practican la
pesca en mar abierto o en las lagunas litorales, la recolección de almejas y
caracoles, así como la extracción de sal y yeso en la franja costera. Su
calendario tradicional está relacionado con el movimiento de las
constelaciones, las fases de la luna, los vientos y la lluvia. Las actividades
económicas están influenciadas, también, por eventos sociales como los
velorios, migraciones, danzas rituales, celebraciones por buena pesca y
restricciones por prescripción chamánica.
Las canoas impulsadas a vela son empleadas todavía por los pescadores
tradicionales wayuu. Cuando falta en viento se le invoca haciendo sonar
caracoles gigantes. No obstante, a través de cinco siglos de contacto con
Occidente, los playeros wayuu han incorporado nuevas técnicas de
85
navegación y pesca como las canoas a motor, redes de nailon, aletas,
palangres, máscaras y pistolas de pesca submarina.
Para ubicar los bancos de langostas y ostras se valen del manejo de las
características físicas de la costa superpuestas con los accidentes
geográficos visibles en el horizonte, los cuales actúan como coordenadas
imaginarias muy funcionales. Para la navegación nocturna los pescadores se
guían por las constelaciones de estrellas.
Los playeros tienen un fuerte sentido de la territorialidad, del vínculo que ha
unido a sus ancestros con los lugares que ocupan, así como de los sitios de
origen de otros grupos familiares indígenas. Este sentido de la precedencia
en la ocupación de un territorio determinado y el hecho de que sus viviendas
y cementerios estén adyacentes a los recursos costeros les permite regular
el acceso a éstos y proteger los derechos de pesca de cada comunidad. La
colocación de palangres, redes y trampas marinas constituyen la
señalización de un espacio marino y por consiguiente conllevan una
exclusión temporal para los demás pescadores.
En la actualidad las comunidades de pescadores wayuu se ven amenazadas
por el aumento de la pesca industrial en los sitios que por siglos han
considerado sus aguas ancestrales. Todo el sistema tradicional de
regularización del acceso a los espacios marinos es desconocido por
embarcaciones nacionales y extranjeras que utilizan métodos devastadores
de pesca, rompen las redes y trampas indígenas y compiten con el pescador
artesanal en zonas muy cercanas a la costa Guajira.
Para los playeros wayuu el buceo constituye la especialidad que les brinda
mayor prestigio. Un pescador que no sabe bucear es considerado
incompleto. La formación del buceador se inicia desde la infancia, cuando
los niños wayuu acompañan a sus mayores en las partidas de pesca. Para
86
comenzar su vida como buceador es necesario pasar por el rango iniciático
de reventar los oídos. Al sumergirse, el novel pescador deberá superar el
zumbido en su cabeza golpeando dos piedras bajo el agua hasta reventar
sus oídos. A partir de ese momento se cree que podrá respirar bajo el agua
con la ayuda de éstos. (Guerra, 2001, pp 3-11)
En la comunidad de pescadores se tiene la creencia en Pulowi, ser
sobrenatural hiperfemenino que habita en las aguas y puede interceder en
sus actividades de pesca. También se cree en rituales de impregnación y
aspersión para aumentar la pesca o introducir al mar una nueva canoa,
utilizando resinas aromáticas como el malambo y la bija para que los seres
sobrenaturales marinos otorguen las especies deseadas y protejan a la
canoa y sus tripulantes de los peligros del mar.
Algunos peces como el wakaua cantan como aves y anuncian desgracias o
el advenimiento de sangrientos conflictos. (Guerra, 2001, pp. 11)
4
Uitoto
Región Amazónica
En la literatura etnográfica se conoce con el nombre de Uitotos a los
integrantes de una nación amerindia que habita en la Amazonía colombo-
peruana. En la actualidad, su dispersión es muy amplia. Los principales
asentamientos se ubican en los ríos Igaraparaná, Caraparaná, el curso
medio del Caquetá, y en algunas localidades peruanas. Grupos más
reducidos se encentran principalmente en Leticia, Puerto Leguízamon,
Florencia e incluso en Bogotá, la capital de Colombia. A comienzos del siglo
XX la etnia contaba con no menos de treinta mil individuos, pero la acción
etnocida y genocida de las empresas caucheras - nacionales y extranjeras –
diezmó la población. Al finalizar el primer tercio del siglo pasado no
sobrevivían más de tres mil. Hoy sus efectivos suman unas seis mil
87
personas.
En la mitología fundacional de cada cultura se considera “lugar de origen” el
territorio donde alguno de sus pensadores cobró plena conciencia de ser un
pueblo diferenciado claramente de otros por su lenguaje, mitología, sistema
de parentesco, atuendos, rituales y maneras propias de estructurar y
manejar el mundo. Así, los Uitotos tienen a la región de La Chorrera en el río
Igaraparaná, afluente del Putumayo, como su ámbito originario. Desde allí,
su influjo se extendió a un amplio territorio cuyos límites extremos fueron en
el pasado motivo de guerras y alianzas con otras naciones indígenas. Hoy
este conflicto tiene como actores principales la población aborigen frente a la
colonización creciente, la acción disolvente de los grupos guerrilleros y
paramilitares, entretejidos con la presencia del narcotráfico, y con la
consecuente y drástica (más no siempre apropiada) intervención de los
organismos de represión y control del Estado. (Urbina, 2010, P. 9)
El chamán se pone en la ruta de transformarse en ser humano a cabalidad al
sintetizar en él la realidad conscientemente, mediante la eficacia que
suministra el manejo profundo de los símbolos. El chamán en esencia es un
sabedor, alguien que ha echado sobre sus hombros la tarea esforzada de
mediar entre los mundos que, como capas de un rizoma (o de una cebolla)
conforman la realidad. Va y viene al menos entre tres grandes sectores: el
arriba, el abajo y el que queda más abajo. (…) Simplemente son ámbitos de
poder, sobre todo el primordial: el formidable inframundo, fábrica de lo real
desde donde se yergue todo lo que es. (Urbina, 2010, pp 37-38)
Los problemas que atiende el chamán son los propios, pues no es nada fácil
eso de ir por ahí viajando entre las dimensiones de lo real, rozando fuerzas
excesivas; además, atiende los problemas del grupo al que pertenece. Pero
ahí no acaban sus cuidados. En diálogo permanente con los dueños míticos
88
–personificaciones de la vida que se manifiestan en elementos, territorios y
especies vegetales y animales- tiene cura de todo ello: media entre los
poderosos dueños y los hombres para aconsejar el buen manejo de los
entornos. Reglamenta la tala, la caza, la pesca. Y si es impecable en su
proceder de cuidador dialogante, al morir su espíritu tomará algunos de los
atributos del jaguar y vuelto un jaguar-chamán quedará cuidando el territorio
de su tribu. Muertes útiles no para solucionar el problema individual en un
más allá inasible, sino para quedarse acá sirviendo a su gente mientras las
selvas duren. (Urbina, 2010, pp. 38-39)
En 194, Konrad Theodor Preuss investiga entre los Uitotos y constata algo
crucial: es tal la importancia que se le da a los bailes que toda la vida de la
comunidad transcurre en función de ellos. Se siembran los huertos
preparando la fiesta en que la tribu será anfitriona; se caza, se pesca y se
cosecha para asistir a los sucesivos bailes a los que esta es invitada. Es un
vivir comunitario estructurado en grandes ciclos rituales. A su vez, cada baile
es un torneo de conocimientos el que el <<dueño del baile>> ha de
demostrar su saber con la correcta preparación y conducción de la
ceremonia. Y será ese saber hecho obra el que ha de dar sustento a su
poder y a su prestigio como jefe. El baile reafirma la cultura y la armoniza
con el universo: es la danza cósmica. <<Se vive para bailar y se baila para
vivir como verdadera gente>>. (Urbina, 2010, pp. 40)
Los Uitotos actuales conservan una variada tradición oral, especialmente
representada por innumerables y extensos mitos que constituyen una
instancia narrativa desde la cual se entienden sus intrincados rituales, con
estos las comunidades buscan la armonía cósmica, social y personal, tarea
siempre incompleta, siempre abierta, en la que transcurre la vida. Pero en
los mitos no se agota la tradición oral. Se da toda una tradición sapiencial
89
que se puede concretar en la palabra <<consejos para el buen vivir>>, el
yetarafue, acervo más venerado que la misma mitología aunque se apoya en
ella, llegando a ser en definitiva su quintaescencia. (Urbina, 2010, pp. 17)
5
Sikuani
Departamento del Meta
Los Sikuani llaman Gran Río o mar al Río Orinoco. (Queixalós, F. & Jiménez,
R., 2010, pp. 13)
Para los Sikuani hay dos puntos cardinales que tienen que ver con el curso
de los ríos, río arriba, o arriba corresponde al occidente (waü) y río abajo o
abajo corresponde al oriente (parawa). (Queixalós, F. & Jiménez, R., 2010,
pp. 15)
Los Sikuani distinguen entre primos paralelos, cuando los padres son dos
hermanos del mismo sexo, y primos cruzados, cuando los padres son
hermano y hermana. El matrimonio prescrito es entre primos cruzados. El
matrimonio entre primos paralelos es proscrito y se considera incestuoso. La
palabra que se usa para tía cruzada es la misma que se utiliza para suegra,
aunque sea suegra potencial y la palabra que se usa para primo paralelo es
la misma que se usa para nombrar a un hermano. (Queixalós, F. & Jiménez,
R., 2010, pp. 49)
Pasado un año de la muerte de una persona, entre los Sikuani era frecuente
que la desenterraran y celebraran la ceremonia de su segundo entierro. Hoy
en día se ha perdido esa costumbre. (Queixalós, F. & Jiménez, R., 2010, pp.
77)
Los Sikuani llaman abuelos a los animales que dieron origen a los momowis,
o clanes, de los cuales descienden. Así los del momowi de la Lapa dicen el
abuelo Lapa, los del momowi del Sapo dicen el abuelo Sapo, etc.
(Queixalós, F. & Jiménez, R., 2010, pp. 79)
90
Los Yaje, los espantos, tienen especies diferentes. Paleni, Banajuli,
Munuanü, Panaütonü. Se les conoce por el nombre porque son los que se
han dejado ver más. De los espíritus de la selva, unos viven en los árboles,
otros no hacen sino andar por la selva.
También están los espíritus del agua, los ainawi. Los hay del agua, pero
también de la tierra, del barranco y del cerro. En una cueva grande, ahí hay
ainawi. El caimán es ainawi, porque anda en el agua, también la tonina y la
babilla, todos esos son ainawi. Los Jirujiru, los Tokowia, son también del
grupo ainawi. No son yaje, sino que viven siempre debajo del agua o debajo
de la tierra; son seres de madriguera.
Luego los que vuelan, como los pájaros. No son tan dañinos como los yaje,
ni como los ainawi de los pescados. Lo que producen las aves son
forúnculos grandes, como la lora, la marrana o el chúcaro. Las dantas y los
venados también dan la lora y la marrana. Pero no el chúcaro. Lo mismo el
picure, el lapa y el cachicamo. El lagarto mato de agua también. Los que
vuelan, como paloma, pato, garza morena, hacen salir esos tumores como
heridas abiertas que al hincharse forman pus.
Los ainawi del agua no producen forúnculos. Esos, si a uno no le rezan el
pescado, lo enferman, le hacen sentir frío, lo vuelven hambriento. La
persona se pone mustia, enflaquece y quiere comer los alimentos crudos.
Así llega la enfermedad de los ainawi. (Queixalós, F. & Jiménez, R., 2010,
pp. 105)
En cuanto a la caracterización de las comunidades indígenas, recuperada de la memoria oral, se realizaron seis
entrevistas a personas pertenecientes a las diferentes culturas (Nasa, Wounaan, Yukuna, Inga, Uitoto y Palenquero*), en
las que se les preguntó sobre la ubicación geográfica de su comunidad, las características generales de su cultura y, la
91
cosmovisión que se tiene en torno al agua. Las entrevistas fueron realizadas en el “III Encuentro Intercultural de Bogotá”,
llevado a cabo en el Parque de los Novios, del 10 al 12 de Octubre de 2015 y, se generó un registro sonoro para cada
una de ellas, que puede ser consultado en los Anexos de este documento. Para una mayor solidez de la caracterización
de las culturas, se transcribieron los fragmentos de las entrevistas que trataban sobre la cosmovisión indígena, sus
costumbres y la relación que tiene su cultura con el agua. A continuación, se muestra en detalle la información recogida
con cada una de las personas entrevistadas. Es importante resaltar que las entrevistas fueron semiestructuradas, con
autorización de la persona para grabar su voz y, se realizaron después de una breve conversación con el entrevistado.
Tabla 9. Matriz de caracterización de las culturas indígenas recuperadas en memoria oral, en cuanto a su ubicación geográfica, costumbres,
cosmovisión y, relación con el agua.
# Cultura indígena / Ubicación
Geográfica Caracterización General de la Cultura
1
Nasa – Paez
Departamento del Cauca
Territorio Tierradentro: Municipios de
Inzá y Belarcazar
Los Paeces habitan como 5 departamentos de Colombia, pero
principalmente la cuna de los Nasas está en el Departamento del Cauca, en
un territorio conocido como Tierradentro, que lo conforman dos municipios
que es Inzá y Belarcazar (…) Según los mayores dicen que es la cuna de los
indígenas Paeces, pero hay indígenas en otros departamentos como Huila,
Tolima, Valle del Cauca y Putumayo también, pero son números muy
pequeños (…) Tierradentro es territorio indígena constituido como resguardo
y resguardo colonial. (…) Lo que caracteriza a mi comunidad y a todas las
comunidades es su lengua materna y de ahí se desencadena todo lo que es
la cultura, la cosmovisión misma, el cómo nosotros miramos el mundo. La
cosmovisión de nosotros es en cuanto a la relación que el hombre tiene con
la naturaleza, que nosotros decimos la relación “hombre-naturaleza”. Una
característica fundamental de nosotros los indígenas Nasa es guardar un
equilibrio entre el hombre y la naturaleza.
En cuanto a vestidura, (…) hablar de un traje típico como tal de la
92
comunidad Nasa no le veo sentido porque pienso que hablar de un traje
típico sería hablar desde antes de la conquista o de la invasión, pero
sabemos que desde ese entonces usábamos solamente vestiduras de
animales. La música, lo típico es la tambora y la flauta.
En cuanto a lo espiritual se hacen varios rituales sobre las semillas, uno que
se llama Saakhelu, es un ritual que se hace en honor a las semillas (…) se
hace a los que se comen las semillas a los que se comen las cosechas. El
ritual consta de preparar muchas comidas o llevar muchas semillas para que
los animales se alimenten, se dice de las semillas pero más que todo es
para los que se comen las semillas. (…)
Dentro de la comunidad se dice que no hay una jerarquización, pero de
alguna manera para organizarnos políticamente o socialmente, las
comunidades indígenas tenemos el privilegio de tener el gobierno propio.
Dentro de la comunidad hay las autoridades políticas y las autoridades
espirituales y, las dos se mezclan para gobernar la comunidad. (…) En
cuanto a lo político tenemos el gobernador que se elige en cada resguardo,
por ejemplo mi resguardo son siete veredas, entonces se elige una persona
para que gobierne durante un periodo de un año y de cada vereda sale un
alcalde (…) un alguacil y los demás rangos. A nivel general está el Capitán
mayor que es la persona que lleva el proceso de justicia como tal, si hay que
aplicar algún castigo. Pero todo eso bajo las condiciones de lo que es la vida
espiritual para el indígena Nasa. (…) En la posición de cabildos que es pasar
el mando a otras personas que se eligen se hacen a través de rituales y lo
hacen los Tewalas, los Tewalas podrían ser como un chamán o una persona
que maneja muy bien las plantas medicinales, a esa persona nosotros le
decimos Tewala, que son prácticamente los mayores. No hay una
jerarquización como tal porque nosotros decimos que los que toman la
93
decisión no son los gobernantes, sino es la Nasawala, que es la reunión de
todos los integrantes de las siete veredas para el caso de mi resguardo. (…)
Un Tewala puede ser hombre o mujer, nuestra cultura no es matriarcal ni
patriarcal. Hay dos formas para llegar a ser Tewala, una es que desde
pequeño la persona sienta la necesidad de trabajar las plantas (…) La otra
es que nosotros decimos que el conocimiento es de uno, pero nosotros
somos uno con la naturaleza, entonces el conocimiento está en la
naturaleza. En muchas ocasiones la naturaleza nos da el don, los mayores
dicen: “La naturaleza me tocó” o “La naturaleza me arrojó” o “La naturaleza
quiere compartir el don conmigo” (…) La edad no importa, la persona puede
ir por un lugar sagrado o no, o caminando por una montaña y que la
naturaleza lo toque. (…) La naturaleza y el ser humano somos uno, entre los
dos construimos conocimiento (…) Por medio de señales de la naturaleza,
representaciones de la naturaleza, nosotros hacemos lecturas, en esas
lecturas es que la madre Tierra está compartiendo esos dones a la persona
que va a ser Tewala. (…)
Nosotros decimos “Lugares de poder”, el indígena Nasa siempre está
mezclando lo natural y lo espiritual, para nosotros hay un espacio donde
vivimos (…) y un espacio de los Quechaw, que es el espacio de los espíritus,
están en otra dimensión, pero hacen parte de esta dimensión porque
nosotros no concebimos el espíritu fuera de lo material, en relación a eso es
que nosotros hablamos de lugares de poder. Casi siempre esos lugares de
poder los relacionamos con los nacimientos de agua, que nosotros decimos
ojos de agua, donde el agua brota. Casi siempre en esos lugares donde el
agua brota es un lugar de poder (…) hay un Quechaw en ese lugar.
Nosotros tenemos lugares grandes como la Laguna de Juan Tama, ese es
un lugar de poder y se hacen los rituales para la posesión de los cabildos, va
94
el Tewala y se hace su debido ritual para que ese año, en ese periodo
marche todo bien. (…)
Dentro de mi comunidad por donde usted cruce hay quebradas (…) yo vivo
entre una que se llama Carpintero y otra que se llama Chibcha, vivo entre un
río que se llama Ovejas, otro que se llama Oviucos, vivo entre el río Paez,
que es como el más grande (...)
En cuanto a la cosmovisión del agua para nosotros es muy importante
porque dentro de la creación, dentro de nuestra cosmovisión de la forma
como nosotros vemos el mundo, decimos que nosotros los Nasa somos hijos
del agua y de la estrella (…) el agua es de nuestros abuelos mayores, en la
mitología Nasa nosotros nacimos del agua y de la estrella. (…) El agua es
nuestro bisabuelo (…) hay una relación no sólo de la importancia, lo que nos
aporta o, la necesidad que tenemos del agua, sino que hay una condición de
lo que es la cosmovisión. (…)
La filosofía, como tal la cosmovisión del Nasa es mantener ese equilibrio no
solamente con el agua, sino con la madre Naturaleza, con Kiwewala, que es
la casa grande, que es la Tierra. Es poder utilizar los recursos que hay
dentro de esa casa grande (…) de manera adecuada. Por eso nosotros
siempre buscamos esa relación o equilibrio entre el hombre y la naturaleza y
cuando hablamos de naturaleza está incluido lo que es el agua. (Camayo, J.,
comunicación personal, 28 de Septiembre de 2015) (Archivo de sonido -
Anexo 2)
2
Wounaan
Departamento del Chocó
San Antonio de Togromá – Río
Vivimos de agricultura, artesanías, madera, pesca y cacería. (…) Hay mucha
riqueza de la palma guergue, de la jícara (…), mucho pescado, muchos
animales, muchos árboles, maderas finas (…). Para nosotros el agua es una
95
Togromá vida, el hombre sin agua no puede vivir, nosotros cuidamos mucho el
bosque. Como cultura indígena nosotros no tumbamos árboles, si tumbamos
un árbol, tenemos que sembrar diez para que no pase que se acabó la
madera (…) el árbol es como la vida de una persona, no se puede destruir
(…) el árbol trae el agua (…).
El río San Juan tiene 300m y estamos en un brazo del río San Juan que se
llama Togromá, (…) hay 36 resguardos en el mismo territorio del Chocó (…)
está el río Orpúa, está el Sibidú, está Sigrisuas así como hacia el norte (…).
El típico alimento es el “Tapao”, se pela el plátano, se lava bien y va debajo,
encima va la carne o el pescado y ahí va la leche de coco, siempre va con
coco, (…) son unos alimentos que son muy ricos por la cultura de nosotros,
también hay tamales, sancocho de pescado o carne, pero siempre va el
coco, también sacamos aceite de palma de milpeso (…).
El agua para nosotros es muy importante porque es una vida que se le da a
uno, sin agua no podemos estar y para nosotros el agua es como una fuente
de vida y el aire es como la que da una vida también para respirar, el calor
es para el crecimiento de los árboles, porque uno siembra un árbol si no hay
calor no alimenta, es como una vida de uno. Lo mismo, si no hay alimento se
muere uno (…)
Hay guardianes de los ríos, ellos son como una persona porque se ve el
espíritu. Ellos salen a caminar hacia la playa de ríos pero todo el mundo no
los ve, (…) sólo cuando una persona ya conoce de espíritus, se escuchan
los ruidos que se hablan pero no se ven (…) pero se escucha la voz de los
guardianes. Ellos lo hacen para enseñar (…) el espíritu, ellos son como unos
sabios que son espíritus de muchos años de los anteriores nativos que han
fallecido y ellos se han quedado ahí como guardianes. Ellos le hablan para
que se curen todos los bosques, los ríos, los animales (…).
96
Guaspién son los guardianes del agua, habitan allí desde siempre, se hacen
ceremonias pero sólo los que saben de espíritus. (Piraza, C., comunicación
personal, 11 de Octubre de 2015) (Archivo de sonido - Anexo 3)
3
Yukuna – Tanimuka
Departamento de Amazonas
Resguardo Mirití, entre río Apaporis y
río Caquetá
El agua es la vida de nosotros los indígenas y, la tierra es nuestra Madre
Tierra, la que nos da la vida y por medio de ella tenemos nuestros propios
alimentos y todos los beneficios que adquirimos de ella, de la tierra; y el
agua para nosotros es la sangre y las venas de la madre tierra. Por eso
nosotros los indígenas cuidamos y conservamos el agua y la tierra y los
bosques porque sin eso nosotros no somos nadie (…).
Las aguas que nos rodean, los ríos, los lagos, los quebradones, las
quebradas, son la fuente de vida para nosotros y para los animales y para
todos los seres vivos que tiene la madre tierra. Para nosotros también,
porque sin agua no es vida para nosotros los indígenas porque es la vida
para nosotros el agua.
Dentro de mi cosmovisión indígena el agua tiene su propio dueño (…) su
propia organización, así como hay organizaciones aquí en la tierra, en el
agua también hay otro planeta, hay otra manera de vivir como los peces,
todos los animales que son también acuáticos mamíferos y ellos también
tienen su dueño, que lo llamamos Payú, que es el abuelo de los ríos, del
agua, él es el que cuida los ríos, él es el que maneja os quebradones, todo.
Para nosotros sí existe el dueño del agua, Payú, quiere decir el abuelo, (…)
dueño del agua.
El agua es la mujer, las mujeres que son sobrenaturales, en mi idioma se
llama “Ñamaq”, son las primeras mujeres que existieron en el mundo, una de
ellas se llama Amerú, la dueña del agua y los peces, es la madre de ellos, de
97
ella proviene todos los sitios sagrados y las fuentes hídricas. (Yukuna, M.,
comunicación personal, 11 de Octubre de 2015) (Archivo de sonido - Anexo
4)
4
Inga
Departamento de Putumayo
Valle de Sibundoy – Municipio de
Sibundoy
(…) Nosotros siempre hemos sido conservadores del agua, ya que el agua
es vida, el agua es el todo para nosotros. A raíz del agua se produce la
planta, sin el agua no podríamos vivir, es un elemento esencial en la vida de
todo ser humano. Hemos tratado de conservar lo más posible la parte de los
páramos; en el Valle de Sibundoy es la región que más agua produce a nivel
mundial según las historias, tiene los nacederos más abundantes del
planeta. Todos sus alrededores, la cordillera, los cerros, el Patascoy, el cerro
del Cascabel, son un territorio de donde nacen los ríos como el Putumayo, el
río Mocoa y otros afluentes que son nacederos de allá del Valle de
Sibundoy. La comunidad Inga se ha caracterizado por conservar, proteger la
parte natural sembrando árboles nativos (…), proteger los cerros, los
páramos. Como comunidad indígena hemos intentado conservar (…) la
parte natural, la parte del agua, ya que el agua y la tierra para nosotros es
parte fundamental, por algo le decimos la Pacha Mama, la Pacha Mama que
en el dialecto llamamos nuestra madre, la madre que nos da la vida, que nos
ha dado el ser y, el taita Sol, que es el que nos irradia, nos alumbra en el
día, son cosas a las cuales rendimos culto, les debemos todo y siempre son
parte de la conservación de la naturaleza, de la vida. Siempre nos hemos
caracterizado por conservar esa parte de la biodiversidad cultural que hay en
Colombia en todas las comunidades (…).
Para nosotros sin la tierra no tendríamos vida y no existiríamos nosotros, por
lo cual nosotros hacemos todo lo posible por mantenerla, conservarla y
98
protegerla hasta donde nos sea posible. Mientras nosotros vivamos
estaremos tratando de proteger y cuidar la parte natural y conservar los
nacederos que hay de agua en lo que es el alto Putumayo.
Si, hay guardianes, (…) en estos momentos en el cabildo se habla de la
parte de protección, nosotros todos somos guardianes (…) del agua, de la
naturaleza, del viento. Todos, todas las comunidades, todos nosotros como
personas; no podemos decir que es uno solo (…) todos los que
pertenecemos a la comunidad pertenecemos a la tierra, por lo cual tratamos
de conservar y proteger lo que es la parte del agua que nos da vida (…).
El Valle de Sibundoy anteriormente era una laguna, más de cien años atrás.
Ya todo es cultivado, canalizaron la parte de los ríos y eso hizo que se
secara la laguna (…).
En el Valle de Sibundoy vivían los Aucas, que eran seres que antiguamente
llegaban y buscaban vivienda, por eso eran las Lagunas del Valle de
Sibundoy, la Laguna de la Cocha y las otras lagunas que hay aquí a nivel
nacional (…). Los aucas eran personas que en esa época no se bautizaban,
sino que eran seres que venían de la naturaleza (…) o espíritus y, ellos
fueron los que dejaron esas lagunas (…).
En la comunidad se aprende (…) viendo a los mayores que hay que cuidar el
agua, que el agua hay que conservarla, que se deben sembrar plantas que
produzcan agua, porque hay unas plantas que secan el líquido y hay otras
que producen el líquido (…). (Juajibioy, F., comunicación personal, 12 de
Octubre de 2015) (Archivo de sonido - Anexo 5)
5
Uitoto
Departamento del Caquetá
Para el conocimiento tradicional, para el conocimiento local, todas las
experiencias y las vivencias en el territorio hacen parte de una gran riqueza,
99
Araracuara y La Pedrera una riqueza que es compartida, una riqueza que es cuidada, una riqueza
que es muy bien distribuida por el conocimiento de los abuelos. Para
nosotros como pueblos indígenas del bajo Caquetá del clan Uitope (…) la
importancia de la riqueza natural, de la diversidad biológica, del ecosistema,
de su bioma, es de un gran significado, tiene una gran connotación porque
hace parte no solamente de un pueblo, hace parte de una gran diversidad
étnica donde todos creo que resaltamos lo más importante que es la vida, la
vida del ser humano, la vida de los animales, la vida de los árboles, la vida
del agua, la vida del aire, la vida del cosmos y la vida de lo nocturno, que es
un espacio diferente de diálogo donde se aprende a valorar, a desarrollar y a
cultivar espacios de intercambio de saberes con el occidente y con nosotros
mismos a nivel local (…).
Nosotros como indígenas Uitoto lo que más resaltamos (…) es la
representación de la hoja del tabaco transformada en ambil y, la hoja de la
coca transformada en mambe para poder centrar la palabra, para poder
dialogar, para poder hablar, para poder mostrar todo ese conocimiento que
quizá es desconocido, quizás en muchos lugares y para muchas personas
les es difícil entenderlo, les es difícil comprenderlo pero hacemos parte de un
gran colectivo pertenecientes al “Mo’ Buinaima” que es el padre del agua y, a
la gran Madre Naturaleza que es la encargada de proteger y de darnos toda
esa riqueza que nosotros tenemos y que al mismo tiempo nos provee de
tantas necesidades básicas.
Nosotros tenemos en la Amazonía tres grandes ríos, (…) el Amazonas
inicialmente, está el Caquetá y está el Putumayo y, cada uno de ellos nace
de una gran historia, la historia del gran árbol de abundancia, que fue el
famoso árbol que en la tradición lo llamamos “Moniya Amena”, cada uno de
esos representa una rama de ese gran árbol donde estaba centrada toda la
100
riqueza ambiental, toda la riqueza alimenticia de la cual en el momento
nosotros tenemos como herencia, que son las semillas, que son los
productos que se cosechan en las chagras, que al mismo tiempo se le
agradece a la madre naturaleza por medio del diálogo, de la ofrenda, del
poder respetarlo, del poder cultivarlo, del poder valorarlo. Los abuelos han
enseñado y han dicho que si el mundo conoce al Amazonas como un gran
mundo rico en tantas diversidades, para nosotros es una gran riqueza
porque está lleno de vida, porque la vida es toda la riqueza que tenemos
nosotros y la cual le podemos ofrecer al occidente y al mundo entero.
(…) Nosotros tenemos dentro de toda esa cosmovisión indígena, dentro de
todo ese conocimiento tradicional, tenemos como primera madre cuidadora
del agua a la gran boa, a la anaconda, ella viene a representar todo el
mundo acuático en sus colores, sus escamas, en su medida, en su gran
poder, en su valor, en su significado y; tenemos como segundo al caimán o
el gran cocodrilo, que él viene a representar la fuerza, la valentía, la guerra,
no la guerra de crearla, de protegerla, de poder uno levantar la voz, de poder
demostrar de que existe un mundo mítico, un mundo que quizás en un
pasado donde todavía la vida para nosotros no existía, donde todo era
dominado por la parte de los animales, ellos eran los que cuidaban,
protegían y velaban por el bienestar de esa valiosa riqueza que es el agua y
hay otro que ya viene con unos rangos menores, cada uno dependiendo de
su capacidad, dependiendo de su función, existen peces, está la anguila (…)
cada uno está encargado de cuidar un sector, si es un río grande es una
anaconda, si es un río pequeño o una quebrada es la boa (…). Dentro de
eso existen pequeños cuidadores y cada uno tiene un lugar donde él reúne a
todas las especies que son los grandes chorros. Para nosotros esos lugares
son tan sagrados porque en ellos se deposita toda la energía y es el valor
101
que se le da a todo lo natural. Cada uno de los ríos también representa en el
Amazonas las venas del ser humano, toda esa ramificación de ríos, lagunas,
quebradones y quebradas, son un espacio que la misma vida le ha dado al
hombre para su cuidado, su uso y su manejo.
Para nosotros el dios del agua que es el gran Mo’ Buinaima, “Mo’”, en idioma
o en el lenguaje Uitoto quiere decir padre, “Buinaima” es la gente del agua,
todos los peces, todos los que viven entre el agua. El gran Mo’ Buinaima
siempre está bajo ese cuidado de ese espacio, todo lo que es acuático,
porque en el mundo indígena existe tierra y agua.
Cuidadores del agua (…) mi abuelo y muchos abuelos y los conocedores y
los mayores, ellos narran historias acerca del Lobo de agua, que el Lobo de
agua es la persona encargada de cuidar y mantener el equilibrio de todas las
especies de peces que están en constante reproducción (…), lo que él busca
es el equilibrio. Los otros cuidadores del agua son las Garzas, las Garcetas
y, muchas otras especies de aves; el Martín Pescador es uno de los
cuidadores y el más agradecido con el gran padre creador (…) él vive
agradecido porque a pesar de que él se coma un sólo pececito en el día, con
eso él ya sabe que se pudo alimentar, entonces ellos son los que mantienen
en equilibrio ese gran espacio que es el agua. (Hernández, C., comunicación
personal, 12 de Octubre de 2015) (Archivo de sonido - Anexo 6)
6
Palenquera3
Departamento de Bolívar
Montes de María - San Basilio de
Palenque de San Basilio es un pueblo que está a 50Km de la ciudad de
Cartagena, fue creado por el cimarrón Benkos Biohó. En San Basilio de
Palenque nuestra cultura es muy rica ya que contamos con el Lumbalú que
3 Grupo étnico.
102
Palenque es el baile de muerto, contamos con danza y, precisamente el 12 de Octubre
festejamos el día de la raza con el Festival de Tambores. El 14 de Junio
festejamos las fiestas patrias de San Basilio de Palenque. La lengua
palenque es una de las joyas lingüísticas que todavía permanecen en el
territorio nacional colombiano, ya que a través de ella nosotros nos
comunicamos en todo el territorio nacional, cuando veamos un Palenquero
nos comunicamos en lengua Palenquera. (…) El Lumbalú es un baile que se
hace cuando se muere una persona como preparatorio para que sea
recibido en el más allá con los parientes que ya fallecieron. Hay algo ahí que
ocurre cuando la persona está enferma que ya está en convalecencia ya
para morir; demora tres a cuatro días sin comer, cuando aparece un familiar
del más allá y le trae comida, entonces los familiares ven que el muerto
comienza a masticar sin tener alimento en la boca entonces le preguntan
“¿Quién te trajo esa comida?” y la persona les dice el nombre de la persona
que le dio la comida, es una persona que ya murió hace muchos años.
Entonces cuando prueban esa comida que les traen del más allá, si es
hombre, máximo tres días demora para que se muera y, si es una mujer
demora hasta siete días para que muera. Esa persona ya en terminación de
morir, pide que le canten y que le bailen, aquí es de donde viene el baile del
Lumbalú, tamboras todas las noches hasta el amanecer, hasta que se acaba
el velorio.
La lengua nuestra surge de una mezcla de léxico entre el español y el bantú,
¿Por qué el Bantú? Porque hay unas raíces que tenemos ahí como en
“Gombe”, que traduce ganado, “Angaina” que traduce gallina. Esa lengua
proviene de allí, más una mezcla del Portugués antiguo. Como nuestros
ancestros fueron capturados por los españoles, pero nos tuvieron un tiempo
dominados por unos portugueses hasta que nos trajeran acá al territorio.
103
Desde ahí, cuando llegó Benkos a Cartagena, intentó escaparse tres veces,
(…) fue capturado y lo han traído hacia el manglar (…) en donde los frailes
(…) lo bautizaron Domingo (…) porque fue un domingo santo que llegó allí,
que lo recibieron. Benkos, como no había gitanos solamente de una parte de
Guinea, sino de otras partes, trató de pensar cómo hacía para escaparse de
allí. Entonces, los dioses se le presentaron en un sueño y le dijeron cómo
tenía que hacer (…) Benkos comenzó a hablar con los otros africanos de
otras regiones que estaban ahí, hasta que se fundamentó esa lengua ahí
entre grupos a lo que se le llama Pidgin. De ahí Benkos cuando vio la señal
que le pidió a su Dios (…) para cuando tuviera que escaparse, se le apareció
un pequeño felino (leopardo) (…) y el con trece más se escaparon y ahí fue
donde llegaron al manglar y a la ciénaga de la Matuna donde por suerte
fueron caminando selva, selva, selva, hasta llegar a los Montes de María que
es donde está Palenque hoy en día. De ahí los españoles bajo el gobernador
de Cartagena, el gobernador Suazo Casasola, mandaron varios grupos del
ejército español a reconquistar los esclavos que se habían escapado, de ahí
fue donde cogieron el sector y fueron cercando, eso se le llama palenque,
esa cerca que colocaron ahí de barrera para cuidarse, esos son los
palenques. Pasaron tiempos, tiempos, tiempos y no dieron con ellos, total
que se firmó una cédula real, Suazo Casasola la firmó por un año, donde los
que ya se habían escapado de la esclavitud en Cartagena, podían llegar a
Cartagena como ciudadanos normales, caminar, ver toda la cosa y regresar
a su territorio nuevamente. Pero resulta que eso fue por un año nada más
que se firmó, murió Suazo Casasola y lo cogió García Girón, el gobernador
siguiente. Como todavía estaba pactada esa cédula real ahí, en la que no se
podían tocar los que ya se habían liberado, uno de los gobernantes comenzó
a dañarle el oído a García Girón: “Mire como está, viste como nosotros, él es
104
un esclavo, no puede estar en la ciudad de Cartagena caminando como si
nada”. Entonces, Benkos fue traicionado y fue capturado y lo ahorcaron. (…)
A partir de ahí todos los cimarrones han intensificado la lucha por ir liberando
más y más y más hasta que en 1713 los españoles firmaron que Palenque
fuera el primer pueblo libre de América. (…)
Nosotros nada más tenemos el río, es el único río que atraviesa, está a un
costado del pueblo, del cual se toma para el riego de los cultivos, para lavar,
para bañarse (…) las mujeres lavan, los estudiantes van a observar cómo se
desenvuelven las mujeres en los quehaceres de la casa, en el arroyo
también chistean (hablan). Hoy en día hay acueducto y ya el agua le llega a
la casa, pero las mujeres hacían unos hoyos y manaba agua ahí, esa agua
se cogía para los usos de la casa y las mujeres lo cargaban en la cabeza
hasta llevarlo a la casa. (…)
El agua es la fuente principal de vida, sin ella no podríamos vivir. El agua
(…) es muy fundamental en el pueblo de Palenque ya que con ella
desarrollamos la mayor parte de la economía porque nuestros cultivos
necesitan de agua, nuestra salud del agua, para bañarnos, para cocinar,
para pescar. (…) Es una costumbre, una ley de que todos debemos cuidar el
agua porque como esa fuente se acabe, no hay vida (…) (Cáceres, D.,
comunicación personal, 11 de Octubre de 2015) (Archivo de sonido - Anexo
7)
105
La tercera etapa fue la selección y constitución del acervo de mitos del agua
encontrados en la memoria oral y la memoria escrita. La selección de los mitos se
realizó bajo el criterio de que en su contenido, el agua tuviera un rol destacado o
protagónico en algún momento. Como resultado de la indagación y selección, se
obtuvieron 36 mitos en total, de los cuales 32 fueron recuperados de memoria
escrita y 4 de memoria oral. La siguiente tabla muestra, de cada uno de los 36
mitos seleccionados, información básica como título, cultura a la que pertenece,
ubicación geográfica y tipo de memoria de la que se extrajo (oral o escrita).
Tabla 10. Tabla de registro de información general de la totalidad de los mitos del agua
encontrados tanto en memoria oral como en memoria escrita.
# Título del
mito
Cultura
indígena a la
que
pertenece
Ubicación
geográfica
de la
comunidad
indígena
Presente en
memoria
oral (X)
Presente en
memoria
escrita (X)
1
La
Madremonte
o Madreselva
Diosa
Dabaibe o
Dabeiba
Posiblemente
originario de
indígenas
Catíos,
Nutabaes y
Chocoes
Antioquia
Magdalena
Cauca
Caldas
Risaralda
Quindío
X
2 La Madre del
Río
Origen
desconocido
Antioquia
Antioquia
Magdalena
medio
Tolima
Huila
X
3 El Mohán
Origen
desconocido
Antioquia
Tolima
Huila
Antioquia
Boyacá
Cundinamarc
a
Risaralda
Caldas
Quindío
Tolima
Huila
Costa
Atlántica
X
4 Bachué Muiscas o
Chibchas
Altiplano
Cundiboyace X
106
nse
5 Madre Mar y
los Mundos Kogi
Sierra
Nevada de
Santa Marta
X
6 Furatena Muzos
Zona
esmeraldífera
de Boyacá
X
7
Sin título –
Mito
cosmogónico
de los
Tunebos o el
origen del río
Cobaría
Tunebos
Norte de
Boyacá,
Santander
Arauca
Sierra del
Cocuy
X
8 Tachajone y
Jaribaidadi Cholos
Chocó,
región del río
San Juan
X
9 La diosa Igua Wayú Guajira X
10 Guatavita, la
cacica infiel
Muiscas o
Chibchas
Altiplano
Cundiboyace
nse
X
11
Sin título –
Laguna de
Pátalo
Paeces
Tierradentro
– Cauca
Valle del río
Páez
X
12 Bochica Muiscas o
Chibchas
Altiplano
Cundiboyace
nse
X
13 La Sirena del
Arco
Orígenes
desconocidos
Tumaco,
Nariño X
14 El Hombre-
caimán
Orígenes
desconocidos
Regiones
aledañas al
río
Magdalena
X
15
Sin título –
Pulowi y
otras
creencias del
mar
Wayuu-
apaalanchi Guajira X
107
16
Sin título –
Mito de
creación Kogi
Kogi
Sierra
Nevada de
Santa Marta
X
17 El árbol de la
abundancia Uitoto
La Chorrera -
Amazonas X
18
El rafue
Uuikï. El
corazón del
Padre.
Uitoto La Chorrera -
Amazonas X
19
Nofizazima.
La
reconstrucció
n del cuerpo
del hombre
Uitoto La Chorrera -
Amazonas X
20 El origen de
las lluvias Uitoto
La Chorrera -
Amazonas X
21
Cambutes, el
joven que
dominó las
nubes
Imúes Nariño X
22 Chautec y la
lluvia Paeces
Tierradentro
– Cauca
Valle del río
Páez
X
23 Historia de
los ríos
Orígenes
desconocidos Zona Pacífica X
24 El dorado Muiscas o
Chibchas
Altiplano
Cundiboyace
nse
X
25 El Poira Orígenes
desconocidos Huila X
26 La Madre de
Agua
Orígenes
desconocidos Huila X
27 El Origen del
Mundo
Tunebo /
U’wa
Boyacá
Arauca
Santander
X
28
Nacimiento
de Yuruparí,
el Hijo del Sol
Tenuís Vaupés X
108
29 Juan Tama y
Calambás Paez
Hoya
caucana del
río Paez
Cordillera
central
Páramos de
Las Delicias y
Moras.
X
30
Origen del
Agua y de la
Laguna de la
Cocha
Mocoa Sureste de
Nariño X
31
Los Indios
Aprenden a
Navegar y a
Comer
Tapurús
Taira Vaupés X
32
Sin título –
Mito de
origen Catío
Catío
Antioquia
Caldas
Risaralda
Quindío
X
33
Mito de
creación
Nasa
Nasa Tierradentro,
Cauca X
34
Amerú: La
dueña del
agua y de los
peces
Yukuna
Amazonas,
entre ríos
Apaporis y
Caquetá
X
35
La guerra
que existió
entre los
seres del
exterior y los
seres del
agua
Uitoto
Departament
o del
Caquetá,
Araracuara y
la Pedrera
X
36 Historia de
Catalina Palenquero4
San Basilio
de Palenque X
4 Grupo étnico.
109
Luango
En lo referente a la recopilación de la memoria escrita, se realizó la indagación
en las bibliotecas mayores de Biblored (Tintal – Manuel Zapata Olivella, Virgilio
Barco y, Tunal), en el mismo acervo bibliográfico utilizado en la primera etapa
(libros codificados como “390” y “LM”). Como resultado se obtuvieron 32 mitos,
que serán descritos a continuación, incluyendo su título (en los casos en que no se
tenía, fueron titulados como “Sin título” y a continuación un título sugerido teniendo
en cuenta el contenido del mito), la comunidad indígena a la que pertenece (en los
casos de los mitos en los que no se tiene claridad sobre su procedencia, bien sea
por su amplia difusión o por su antigüedad, se señala como “orígenes
desconocidos” y, se acompaña del nombre de una posible comunidad indígena en
caso de haber posibles implicadas), la ubicación geográfica donde habita dicha
comunidad (varía por especificidad en cuanto es clara la ubicación geográfica de
determinadas comunidades indígenas, pero no de todas, por lo que habrán casos
en los que se encontrarán incluso distintos departamentos de Colombia), la
bibliografía de donde fue extraído (en caso de haber fragmentos complementarios,
se encontrarán dos o más referencias bibliográficas) y, el cuerpo del mito (incluirá
elementos descriptivos y narrativos tomados literalmente de la bibliografía
consultada).
La Madremonte o Madreselva / Diosa Dabaibe o Dabeiba
Posiblemente originario de indígenas Catíos, Nutabaes y Chocoes
Antioquia / Magdalena / Cauca / Caldas / Risaralda / Quindío
Ocampo, J. (2001). Mitos y leyendas de Antioquia la grande. Bogotá, Colombia:
Plaza & Janes Editores.
La Madremonte, la deidad tutelar de los montes y las selvas, que rige los vientos,
las lluvias y todo el mundo vegetal; también se conoce como la Madreselva.
Aun cuando no tiene una representación material definida, los campesinos
describen la Madremonte en diferentes formas: A veces aparece como una mujer
musgosa y putrefacta, enraizada en los pantanos, que vive en el nacimiento de los
riachuelos y cerca de grandes piedras. Generalmente aparece en zonas de
marañas y maniguas, con árboles frondosos y en regiones selváticas.
Algunos la describen con ojos brotados como de candela, colmillos grandes como
los de los saínos, con manos largas y una impresionante expresión de furia,
siempre vestida con chamizos, hojas y bejucos. Otros la describen como una
mujer alta, corpulenta, elegante y vestida de ramajes, hojas frescas, frondas,
bejucos y de musgo verde y con un sombrero alón cubierto de hojas y plumas
verdes; su cabello está cubierto de lianas y musgos que no le dejan ver el rostro, y
también, porque el sombrero con tantas ramas opaca la cara. A veces aparece en
110
los rastrojos convertida en una zarza tupida en movimiento que observa con rabia
a los humanos que pasan por la selva o los montes. También, a veces aparece
como un ser, mitad mujer y mitad monte, como de paja; o también, como una
anciana vestida de hojas, con cara color ceniza, ojos desorbitados y rojos, y las
manos en puro hueso.
La Madremonte ataca cuando hay grandes tempestades, vientos, inundaciones y
borrascas que acaban con los sembrados, las cosechas y los ganados. Los
campesinos andinos cuentan que oyen sus bramidos y gritos infernales en noches
tempestuosas y oscuras. A veces escuchan un quejido agudo, profundo y
penetrante, el cual se expande misteriosamente en la manigua, en medio de los
truenos, rayos y centellas. Algunos campesinos creen que las inundaciones y
borrascas de los ríos se deben a que la Madremonte se está bañando en el
nacimiento de las quebradas; así estás aguas se enturbian.
La Madremonte se presenta también como la diosa guardiana de los bosques que
defiende la inviolabilidad de las selvas y expresa intensa cólera con los
aserradores, cazadores y pescadores que invaden sus dominios. Cuando los
leñadores derriban árboles de la selva, la Madremonte grita, gime y se enfurece.
Los campesinos dicen que la Madremonte persigue a los vagabundos, a los
esposos infieles y a quienes pelean por linderos y fronteras; desorienta a los
caminantes en el monte y los envuelve con una fuerza infernal de tal furor, que los
hace perder el camino y los entra en la oscuridad de la noche y en la más
angustiosa desorientación.
Los campesinos cuentan que la Madremonte hace perder a los niños en los
campos, los conduce a zonas boscosas o rocallones y los esconde debajo de las
cascadas. Cuando se baña en las fuentes de nacimiento de los ríos,
especialmente en las épocas de crecidas y de las borrascas y los vientos,
impregna las aguas con pestes y enfermedades, y transmite el carate, el tuntún,
las culebrillas, las sarnas y otras epidemias.
Los campesinos de las regiones aledañas a los bosques creen que un peligro de
los caminantes en las trochas es escuchar los chillidos de la Madremonte, porque
estos se van compenetrando tanto con la persona, que adquieren una fuerza de
imán que atrae a las gentes a los matorrales, a los pantanos, y al nacimiento de
los ríos en noches oscuras, tormentosas y de fuertes vientos y lluvias. Los
campesinos, para prevenir el encuentro con ella gustan fumar tabaco y llevar en el
bolsillo unas pepas de cobalonga; y asimismo llevan medallas benditas y
escapularios, bastón de guayacán y varas de cordoncillo. Los campesinos dicen
que cuando uno se encuentra con la Madremonte, cara a cara, debe insultarla y
alejarla del lugar, dándole latigazos con rejos fuertes, y no demostrarle espanto o
temor. (Ocampo, 2001, Páginas 31-33)
111
La Madre del Río
Origen desconocido, indígenas de Antioquia
Antioquia / Magdalena medio / Tolima / Huila
Ocampo, J. (2001). Mitos y leyendas de Antioquia la grande. Bogotá, Colombia:
Plaza & Janes Editores.
Es el mito folklórico de los ríos en Antioquia, Tolima y el Magdalena Medio.
Aparece como una mujer joven muy bella de cabellos de oro y ojos de color azul;
con una mirada penetrante y con una fuerza hipnótica de atracción. Es una
verdadera ninfa de las aguas, aunque sus pies son volteados hacia atrás, por lo
que deja los rastros en dirección contraria a la que sigue.
La Madre del Río persigue únicamente a los niños, a quienes llama con ternura;
los enloquece y atrae con una dulzura y amor maternal, pero con una fuerza de
atracción que preocupa a los padres de familia. Los niños flechados por la Madre
del Río se enferman, sueñan con la bella rubia que los adora y la llaman con
frecuencia. Cuando están cerca del río, los niños escuchan su voz y la siguen
tirándose a las aguas con gran peligro.
Los campesinos creen que la Madre del Río surgió de una bella joven española
que se enamoró de un apuesto joven indígena, con quien tuvo un niño. Cuando el
padre de la joven tuvo conocimiento del amaño indígena-hispánico, hizo ahogar al
niño frente a sus padres, y ante la bella española, mató al amante indígena. La
madre desesperada decidió tirarse al río, convirtiéndose en una deidad del río,
apasionada por los niños y en vengativa con la humanidad. (Ocampo, 2001,
Página 45).
El Mohán
Origen desconocido, indígenas de Antioquia, Tolima y Huila
Antioquia / Boyacá / Cundinamarca / Risaralda / Caldas / Tolima / Huila
Ocampo, J. (2001). Mitos y leyendas de Antioquia la grande. Bogotá, Colombia:
Plaza & Janes Editores.
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
El Mohán o Muán uno de los mitos folclóricos más generalizados en los Andes
colombianos. Algunos lo describen como un ser mítico, musgoso, todo cubierto de
pelo, con abundante cabellera, ojos brillantes y con figura de indio viejo; con uñas
largas y afiladas. Le gusta vivir en las montañas, en las hondonadas, en los
peñascos, playones de los ríos, rocas vecinas a las quebradas y cerca de las
lagunas en las regiones montañosas; asimismo, en los pozos oscuros y profundos
de los ríos.
A veces el Mohán aparece como un hombre gigantesco con barba y cabellera
abundante, ojos rojizos de intenso brillo como brasas encendidas, boca grande,
dientes de oro, tez quemada de indio viejo y en general un aspecto muy
112
demoníaco. Aparece bastante juguetón, enamorado, muy obsequioso y
serenatero. Persigue a las muchachas lavanderas; por el río Magdalena, dicen los
campesinos, que lo han visto bajar en balsa, tocando guitarra o flauta con gran
susto.
El nombre Mohán viene del que les daban los Caribes a los sacerdotes, chamanes
o piaches. Los españoles acostumbraron también llamar “mohanes” a los
sacerdotes muiscas en Cundinamarca y Boyacá; este nombre lo utilizaron los
campesinos para denominar el ser fantástico o mito de los campos y de las orillas
de los ríos. Los campesinos creen que el Mohán es antropófago, pues le gusta la
sangre de los niños de pecho, a quienes después de sacársela, se los come
asados en hogueras de hojarasca. Le gustan las mujeres bellas y jóvenes,
principalmente las muchachas casaderas, a quienes persigue para llevárselas a
los ríos. Alrededor de los charcos y en los peñascos donde vive, gusta custodiar
sus tesoros en oro, piedras preciosas, brazaletes, narigueras y numerosas alhajas.
Algunos dicen que tiene un palacio subterráneo con muchos tesoros, con oro y
piedras preciosas. Es travieso, andariego, embaucador, brujo y libertino.
Le gusta mucho enredar a los pescadores y jugar con las atarrayas; aparece pues
como chancero, robando las carnadas y los anzuelos de los pescadores. Las
gentes creen que el Mohán influye en las crecidas de los ríos y en las
inundaciones; le gusta ahogar a las gentes en las lagunas solitarias y profundas
de la zona andina, pues ataca a quienes violan sus dominios. A veces aparece
desnudo o tapado con hojas; emite un vaho que los campesinos llaman achacón,
el cual levanta romadizos, que dicen son muy difíciles de curar. En noches de
tempestad y huracanes, los campesinos dicen que lo han visto pescando y riendo
a carcajadas.
Los campesinos dicen que el Mohán es un gran fumador de tabaco; por ello, para
calmarlo, le deben dejar tabaco y sal en las rocas. También creen que éste a
veces sale a la ciudad como un joven vivaracho y locuaz; le gusta ir al mercado
para darse cuenta de todo y actuar con efectividad. Se decía que en sus compras
nunca incluía la sal. En las orillas del Magdalena dicen los ribereños que ven al
Mohán caminando por el oleaje de las corrientes. Para ahuyentarlo acostumbran
los pescadores utilizar plomadas de cobre en sus redes y atarrayas, y pescan
hacia arriba contra la corriente.
El Mohán es la deidad masculina de los ríos y es considerado por el campesino
colombiano de las diversas regiones, como uno de los mitos más generalizados en
el país. Algunos pescadores le llevan comida abundante y tabacos, los cuales le
dejan en una gran piedra cerca de los ríos o quebradas. Ese sería el día de la
mejor pesca, pues las redes y atarrayas se llenarán de pescados. Cuando pasan
por la roca, se dan cuenta que el duende se ha llevado la comida y los tabacos.
(Ocampo, 2001, Páginas 115-118.)
113
En algunas regiones del Tolima, el Mohán es negro, tanto en su piel, como en su
cabellera, que es inmensa. En Ambalema lo describen como un hombre pequeño,
ojos vivaces, musculoso y con mucho pelo; a veces lo describen como un oso
negro, con temperamento huraño, huidizo y desconfiado, con ojos centelleantes,
traicionero y receloso. En la Mesa de Juan Díaz en Cundinamarca, el Mohán es el
mismo Juan Díaz, que se convirtió en deidad campesina de la región.
Generalmente es una deidad tutelar de las aguas, los ríos, las quebradas y los
riachuelos. (Ocampo, 1999, Páginas 194-195)
Bachué
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Fray Pedro Simón. (1961). Noticias historiales de la Conquista de Tierra Firme en
las Indias Occidentales (página 279-280). Madrid, España: Publicaciones
españolas. Citado en Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El
Áncora Editores.
Arango, J. (1965). Mitos, leyendas y dioses chibchas. Imprenta Departamental:
Manizales, Caldas, Colombia.
Entre los Chibchas de Boyacá, el Mito de Bachué aparece como una divinidad que
surgió de la Laguna de Iguaque (cerca de Tunja) y dio origen a la humanidad; del
agua emergió la luz, en la cual encontramos el origen de la vida humana. En este
mito se encuentra una pareja, Bachué y su hijo, que representan un dualismo
andino que conjuga el sol y la luna. (Ocampo, 1999, Página 17)
Los muiscas del altiplano Cundiboyacense veneraban a Bachué, la progenitora del
linaje humano, la diosa madre de los chibchas, quien emergió de la Laguna de
Iguaque, cerca de Tunja, con un niño de tres años que al cumplir su edad de
virilidad se convirtió en el esposo de la Madre Chibcha. Tuvieron muchos hijos,
con quienes se pobló la tierra, y con el tiempo Bachué y su esposo
desaparecieron: se sumergieron en la Laguna de Iguaque convertidos en dos
grandes serpientes. (Ocampo, 1999, Página 60)
Uno de los mitos Chibchas de la creación de los hombres es el de Bachué, la
madre del género humano. Las narraciones mitológicas muiscas indican que en
las regiones cercanas a Tunja existía la laguna de Iguaque, de cuyas aguas
emergió Bachué, nimbada en una luz que hizo resplandecer la tierra. La diosa
femenina sacó consigo de la mano a un niño de tres años con quién bajó la
serranía y en el llano, en donde posteriormente surgió el pueblo de Iguaque,
construyó una choza, la cual se convirtió en la primera vivienda de los muiscas en
Boyacá. Cuando el niño creció en su desarrollo natural, Bachué se casó con él,
realizándose así el primer matrimonio Chibcha. Esta unión fue tan importante y la
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mujer tan prolífica y fecunda, que en cada parto tenía entre cuatro y seis hijos, con
lo cual muy pronto se llenó de gente la tierra. Este es el origen Chibcha del género
humano.
Bachué y su hijo y esposo viajaban por todas partes, dejando hijos en todas ellas.
Cuando ya estaban viejos llamaron a sus descendientes y fueron acompañados
hasta la Laguna de Iguaque, su lugar de origen. Allí Bachué les hizo una plática
final, exhortándolos a la paz, después de la cual se despidieron y se convirtieron
en dos grandes serpientes que se sumergieron en la laguna, que desde entonces
se convirtió en santuario Chibcha. Los Muiscas hacían peregrinaciones a los
“Bohíos sagrados” dedicados a la diosa Bachué y a su esposo, que en algunos
cronistas aparece como Iguaque o Labaque. Estos dos bohíos de adoración se
comunicaban uno con otro. En uno de ellos se adoraba la figura de un niño de tres
años, puesto en pie y de oro macizo, y una piedra de moler maíz, también de oro
macizo. En los bohíos los españoles encontraron numerosas ofrendas: mantas de
algodón finas y bien hechas, oro fino en pedazos de barras, tejos y centillos,
figuras antropomorfas y zoomorfas llevadas como ofrendas. (Ocampo, 1999,
Páginas 95-96)
En el distrito de la ciudad de Tunja, a cuatro leguas a la parte Norte-Este, y una de
un pueblo de indios que llaman Iguaque, se hace una coronación de empinadas
sierras, tierra muy fría y tan cubierta de páramos y ordinarias neblinas, que casi en
todo el año no se descubren sus cumbres si no es al medio día por el mes de
Enero. Entre estas sierras y cumbres se hace un muy honda, de donde dicen los
indios que a poco que amaneció apareció la luz y criadas las demás cosas, salió
una mujer que llaman Bachué, y por otro nombre, acomodado a las buenas obras
que les hizo Furachogua, que quiere decir “mujer buena”, porque “fura” llaman a la
mujer y “chogua” es cosa buena; sacó consigo de la mano un niño de entre las
mismas aguas, de edad hasta tres años, y bajando juntos de la sierra a lo llano,
donde está ahora el pueblo de Iguaque, hicieron una casa donde vivieron hasta
que el muchacho tuvo edad para casarse con ella; porque luego que la tuvo, se
casó, y el casamiento fue tan importante, y la mujer tan prolífica y fecunda, que en
cada parto paría cuatro o seis hijos, con lo que se vino a llenar la tierra de gente,
porque andaban ambos por muchas partes dejando hijos en todas, hasta que
después de muchos años, estando la sierra llena de hombres y los dos ya viejos,
se volvieron al mismo pueblo y del uno llamando a mucha gente que los
acompañaba a la laguna de donde salieron, junto a la cual les hizo Bachué una
plática exhortando a todos a la paz y conservación entre sí, a la guarda de los
preceptos y leyes que les había dado, que no eran pocos, en especial en orden al
culto de los dioses, y concluido se despidió de ellos con singulares clamores y
llantos de ambas partes, convirtiéndose ella y su marido en dos muy grandes
culebras, se metieron por las aguas de la laguna y nunca más parecieron por
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entonces, si bien después la Bachué se apareció muchas veces en otras partes,
por haber determinado desde allí los indios contarla entre sus dioses, en gratitud a
los beneficios que le había hecho… También la diosa Bachué era común a todos,
pero en especial era el amparo de todas las legumbres ofreciéndole sarmientos de
moque y resinas. (Fray Pedro Simón, 1961, Páginas 96-97)
Así, nos cuenta la hermosa leyenda de Bachué, que en una tibia mañana
primaveral, los nacientes rayos del sol se proyectaban, multicolores, sobre la
brumosa lagunita de Iguaque, incrustada como una verde gema sobre la serranía.
Bajo el suave calor del astro rey, pronto se dispersó la niebla, dejando al
descubierto las límpidas aguas, donde ahora se reflejaba el intenso azul del
firmamento. El acostumbrado y monótono silencio de la región, de repente se vio
turbado por el alborozo de aves de policromado plumaje, que, cantando, cruzaban
por encima de la quieta linfa de la lagunilla, como anunciando la aparición de
acontecimientos de sinigual grandeza. Extraño al contorno, frío y desnudo de
vegetación, ahora un aire suavemente cálido mecía exóticas plantas y flores que
circundaban las inmóviles aguas de Iguaque. Todo parecía de fiesta en los
alrededores de la laguna, como si un bienaventurado suceso se estuviese
gestando en su seno. Todo era expectación y alegría presentida.
Al calor de este ambiente festivo, de súbito las mansas y cristalinas aguas de la
lagunilla comienzan a estremecerse en suaves arrobamientos, enviando sus
delicadas olas a la orilla del remanso, para anunciar una feliz aparición. Las
delicadas ondas van tornándose, momento a momento, en delicado murmullo, en
unos como cánticos de alabanza. De pronto se rompe la faz de la laguna y de sus
entrañas fecundas comienza a brotar la imagen de una hermosa mujer, cubierta
de transparentes e inconsútiles encajes y coronada de níveas guirnaldas. Su
belleza es de diosa, incomparable. Su rostro no tiene par en hermosura; su cuerpo
esbelto lo adornan formas exquisitas y fecundas; de su figura inigualable en el
olimpo de las divinidades, irradia el perfume de una santa misión en la tierra.
Había nacido Bachué.
Pero la buena diosa no emergió sola de las ondas de Iguaque. En su diestra traía
un infante de tres años. Este niño, de robusta contextura y nobles rasgos, era
como un hijo predilecto de los dioses, que lo enviaban con Bachué con el sagrado
Destino ante el universo. Bachué, con el niño asido de la mano, se deslizó
serenamente por encima de las apacibles aguas para, luego, alcanzar la ribera de
la laguna. Por primera vez la planta humana tocaba la tierra firme.
Bachué, con el infante, se alejó de la orilla del lago diamantino que les diera el ser,
y se adentró hacia remotos confines. Al sentar reales, Bachué construyó un
seguro refugio para ella y su acompañante. Transcurridos algunos años y bajo el
solícito cuidado de la buena Bachué, el infante fue tornándose en adolescente y,
después, en hombre de lozana juventud. Entonces, alcanzada la plenitud
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masculina, Bachué celebró con él sus desposorios. Comenzaba así la historia del
humano linaje.
Pasados unos meses, la fecunda Bachué dio al mundo su primer fruto, o, mejor,
sus primeros frutos, porque de este enlace nacieron cuatro vástagos. Más tarde, al
compás de nuevas relaciones, la madre Bachué daba, siempre, cuatro, cinco, seis
o más hijos, tanta era su prolifidad. A lo largo de incontables años, Bachué con su
consorte, recorría montañas y praderas, poblándolas de abundante progenie;
instruyendo a sus descendientes sobre las artes de tejer, de construir sus
moradas, de alimentarse sanamente; y les educaba dentro de los más delicados
preceptos morales.
Así fueron corriendo los años, y Bachué, con su esposo o compañero, comenzó a
sentir el peso del tiempo, que ya se reflejaba en su agotado cuerpo, que no el
espíritu, siempre lleno de calor y afecto por la humanidad, fruto de su propia
entraña. Bachué sintió, entonces, que su misión en la tierra se había cumplido, y,
con su consorte, se aprestó a retornar al mundo luminoso del más allá. Fue así
cómo, con su fiel compañero, se dirigió a la lagunita de Iguaque. Allí, en presencia
de nutrida multitud, -en realidad sus hijos, e hijos de éstos- se lanzó, con su
cónyuge, sobre las apacibles ondas de la laguna, que tiempos atrás fuera la
entraña fértil que le diera el ser. Tocada el agua, Bachué, igual que su
acompañante, se convirtió en serpiente, que luego, desapareció en la cristalina
linfa, para, después, perderse en los confines de su desconocido fondo.
De esta forma, Bachué y su esposo o consorte, ante la presencia mustia,
melancólica y triste, de sus descendientes, se perdió en el seno materno de las
aguas de la laguna de Iguaque, que ahora le servía de sepulcro, como ayer le
fuera de cuna.
De tiempo en tiempo, la sagrada progenitora de la humanidad, en su nueva forma
de serpiente –símbolo de sabiduría-, vuelve a deslizarse con dulce suavidad sobre
las serenas aguas de Iguaque, para recordarle al género humano que debe
respetar los preceptos enseñados por ella, durante su feliz misión de los dioses.
(Arango, 1965, Páginas 33-36)
Madre Mar y los Mundos
Kogi
Sierra Nevada de Santa Marta
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Los indios Kogi de la Sierra Nevada de Santa Marta creen que la Madre del
Mundo es el mar, pues en el principio del mundo todo era el mar y se encontraba
en oscuridad. A la Madre la llamaban Gualchován. En el proceso de la creación,
los Kogi creen que se formaron nueve mundos: en el primero se encontraban la
madre, el agua y la noche; en el segundo existía el tigre; en el tercero lombrices y
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gusanos; en el cuarto Sáyagaueye-yumang y Disi-se-yuntaná, otras dos Madres, y
un padre que se llamaba Sai-taná, quien fue el primero en saber cómo iba a ser la
gente; en el quinto mundo estaba la Madre Eukuáne-yumang y en él había seres
humanos, pero sin orejas, ni ojos, ni narices, ni oídos; estas gentes sin embargo,
hablaron por primera vez y decía “sai, sai, sai” (noche, noche, noche).
En el sexto mundo imperaba la Madre Bunkuá-sé (Azul) y el Bunkua-sé (Negro), y
en cada uno había nueve Bunkua-sé; los del lado izquierdo eran todos azules y los
del lado derecho eran todos negros. En el séptimo mundo existía la Madre
Ahúnyiká; allí empezó a formarse la sangre en los cuerpos y nacieron más
gusanos, sin huesos y sin fuerza. En el octavo mundo con su Madre Kenyajé y el
Padre Ahuínakatana nacieron los Padres y otros Dueños del Mundo, que eran 36
en total. En el noveno mundo aparecen nueve Bunkua-sé (Blancos). Entonces los
Padres del Mundo encontraron un árbol grande y en el cielo, sobre el mar y sobre
el agua hicieron una casa grande de madera y paja de bejuco que llamaron
Alnáua. (Ocampo, 1999, Página 30)
Furatena
Muzos
Zona esmeraldífera de Boyacá
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Los indios muzos de la zona esmeraldífera de Boyacá creían que en el principio
del mundo surgió Are, el primer hombre en las orillas del Magdalena. Are labró las
figuras de los hombres y de las mujeres en madera y las arrojó al agua dándoles
vida humana y creando los primeros hombres del pueblo de los muzos. En el
proceso de la creación el dios Are creó a Fura y Tena, los padres de la
humanidad, quienes enseñaron las técnicas agrícolas, alfarería y tácticas
guerreras a los muzos. En este mito aparece Zarbi, un hombre de ojos azules y
barba rubia que buscaba la planta misteriosa de la eterna juventud y a quien la
bella y seductora Fura acompañó a la montaña, cayendo en infidelidad. Cuando
Tena, el esposo ofendido, tuvo conocimiento de lo sucedido, mandó matar a Zarbi
y su cadáver lo hizo cargar de Fura durante varios días, hasta cuando entró en
putrefacción. En la desesperación, Tena mató a Fura y además se suicidó,
convirtiéndose en los dos peñascos separados por el río Zarbi o Minero. Dice la
tradición de los muzos que los gritos dolientes y las lágrimas de Fura, la esposa
infiel, se convirtieron en esmeraldas que llenaron las cordilleras y en mariposas de
múltiples colores que invadieron el espacio. En la misma forma, Itoco, el hijo de
Fura y Tena, fue convertido en peñasco, precisamente el de más rico filón
esmeraldífero. (Ocampo, 1999, Página 35)
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Sin título – Mito cosmogónico de los Tunebos o el origen del río Cobaría
Tunebo
Boyacá / Santander / Arauca / Sierra del Cocuy
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
En las creencias sobre sus orígenes, los Tunebos creen que el río Cubagón fue
creado por el dios Tachoa, que llevó a un indio a las cabeceras en donde iba a
nacer el río, lo encerró en una casa grande y lo convirtió en agua mientras abría
curso a la corriente. Pero el Tunebo que había sido cambiado en agua no podía
esperar, por lo cual la casa se rompió y las aguas inundaron la comarca. Tukusa,
madre de los Tunebos, se convirtió también en agua, y ese fue el río Cobaría.
(Ocampo, 1999, Página 45)
Tachajone y Jaribaidadi, de los indios cholos
Cholos
Chocó, región del río San Juan
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
En la región del río San Juan los indios cholos creen en Tachajone, el dios
civilizador que gobierna el mundo, y lo invocan en sus necesidades para que se
aplaquen los terremotos, los incendios y las lluvias. En la misma forma, los cholos,
creen que el primer hombre, Jaribaidadi, nació de las aguas de un río y dominó la
tierra que les legó por herencia hasta cuando vinieron hombres de otras razas y
los despojaron de ellas. (Ocampo, 1999, Página 50)
La diosa Igua
Wayú
Guajira
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Según los guajiros o Wayú, el origen de su pueblo se encuentra en el contacto de
dos elementos de la naturaleza que fueron Igua, la diosa de las lluvias
primaverales, y Jepirech, el viento del nordeste. De esa unión nacieron los
guajiros.
El padre formó unas criaturas, sus hijas, y a cada una le dio sus tierras para que
allí ejercieran su dominio; sin embargo, se olvidó de la que vendría a reinar sobre
la Guajira, para quien no hubo tierra y, por tanto, no tuvo mansión para ejercer su
dominio. El padre, al darse cuenta del error hizo que la Guajira brotara en el fondo
del mar y mandó a su hija a dominar sobre esa tierra.
La Diosa de la Guajira contrajo matrimonio con Mensch, el Tiempo, el que existe
siempre, con quien tuvo varias hijas. Una de ellas se casó con el dios del mar,
Pará; de este matrimonio nacieron dos hijos, un hombre y una mujer; el hombre es
el invierno, a quién se llamó Juyap; y la mujer, a quien se llamó Igua, la primavera.
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Igua se casó con el dios de los vientos, Jepirech, de cuyo enlace nacieron todos
los guajiros. (Ocampo, 1999, Página 61)
Guatavita, la cacica infiel
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Arango, J. (1965). Mitos, leyendas y dioses chibchas. Imprenta Departamental:
Manizales, Caldas, Colombia.
Entre los muiscas existió el mito de la cacica Guatavita, que fue infiel a su esposo,
el cual la sorprendió en relaciones sexuales con su amante. En una ceremonia
ritual y fiesta social, el cacique hizo que su esposa infiel se comiera los miembros
sexuales guisados de su amante en medio de risas y deshonras. La cacica se
arrojó a la laguna y se convirtió en serpiente o dragoncillo que cada año emergía
sobre las ondas de la laguna y predecía algunos acontecimientos al pueblo. En su
memoria, los indios de Guatavita hacían la ceremonia de El Dorado, en la cual se
sumergía el cacique, impregnado su cuerpo en polvo de oro, mientras los
sacerdotes y el pueblo cantaban, oraban y ofrecían los tunjos de oro a sus dioses,
tirándolos al agua. (Ocampo, 1999, Página 63)
El mito de Guatavita, que se transmitió de generación en generación, está
relacionado con la bella Guatavita, la esposa del cacique, quien tenía fama de
suma belleza. Sin embargo, la cacica le fue infiel a su esposo, quien la sorprendió
en relaciones sexuales con un guerrero apuesto del cacicato, y de acuerdo con las
leyes muiscas la infidelidad se pagaba con la muerte u la deshonra.
El amante de la cacica Guatavita fue atormentado y muerto, y sus miembros
sexuales fueron cortados y llevados al guiso alimenticio para una comida
ceremonial en honor a la cacica infiel. En una gran fiesta, el cacique hizo comer el
plato nefando a su esposa, en medio de risas, cantando el delito y con
borracheras y corros, pues el cacique ordenó que así se hiciera para escarmiento
de las demás mujeres y castigo de la adúltera. El desespero, la deshonra y la
afrenta intensificaron cada vez más el dolor de la cacica y la llevaron a huir del
cercado indígena con su única hija, recién nacida, que había tenido con su marido.
Pero cuando llegó a la laguna, la cacica se arrojó al agua con su hija y ambas se
ahogaron. Los jeques que tenían sus bohíos alrededor de la laguna tuvieron
conocimiento del infausto suceso y uno de ellos partió a dar aviso al cacique,
quien se desesperó ante la desgracia, pues no pensó que este hecho llevara a la
locura a su esposa infiel. Luego mandó a uno de sus jeques a recuperar los
cadáveres de su mujer y de su hija. (Ocampo, 1999, Página 126)
Anualmente, el cacique de Guatavita hacía un rito religioso alrededor de la laguna
con la participación de los sacerdotes y una multitud de gentes de la región. El
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cacique se ungía todo el cuerpo de resinas y luego se cubría de oro, quedando
resplandeciente con el precioso metal de los dioses; después se internaba en una
balsa en la laguna para hacer el sacrificio, acompañado de algunos sacerdotes y
con la asistencia de una muchedumbre que oraba, cantaba himnos religiosos y
danzaba con ritmos tradicionales. La ceremonia alcanzaba su plenitud cuando el
cacique llegaba al centro de la laguna, arrojaba sus ofrendas de oro y esmeraldas
y se sumergía en las aguas. En ese momento del rito las gentes intensificaban sus
oraciones y cantos y tiraban sus ofrendas a la laguna; encendían hogueras y
lanzaban espesas columnas de humo que llenaban los alrededores. (Ocampo,
1999, Páginas 125-126)
Los muiscas creían que la cacica de Guatavita estaba viva en la laguna y que
desde allí intervenía para solucionar sus necesidades; por ello, consideraban que
era necesario elevarle plegarias y oraciones y ofrendarle oro y esmeraldas. Creían
además que en determinados días del año la cacica aparecía en medio de las
aguas de la laguna, desnuda de medio cuerpo para arriba y de allí para abajo
ceñida con una manta de algodón colorada. La cacica profetizaba algunas cosas
que iban a suceder y, en especial, enfermedades, muertes, sequías, inundaciones
y demás desastres. De ahí que fuera convertida en la diosa de la laguna, objeto de
veneración y del famoso rito de El Dorado, que se hacía anualmente con la
participación del cacique de Guatavita. (Ocampo, 1999, Páginas 127-128)
El faustoso cacique llamado Guatavita, tenía sus reales dominios en una ancha y
fertilísima comarca, habitada por laboriosos súbditos que arrancaban a la tierra el
diario sustento, dejando para el señor y amo, pródigas reservas que aumentaban
sus ya repletas arcas. Este cacique, como otros vecinos, era amigo del lujo, del
boato, del esplendor en su corte maravillosa. La mansión del soberano se hallaba
tapizada de mantas multicolores, y mullidos lechos se ofrecían a la lujuria del
soberano; ricos jarrones de vistosa cerámica adornaban los reales aposentos; los
más artísticos orfebres de la comarca –y de tierras vecinas- daban vuelo a su
imaginación y a su destreza para confeccionar las más preciosas joyas destinadas
a engalanar la divinizada figura del supremo cacique; delicadas piezas de oro, de
arte maravilloso, pendían de las mantas, que, en forma de cortina, rodeaban las
habitaciones de bohío real. Hermosísimas esmeraldas enriquecían las despensas
artísticas del excelso cacique. Delicadas fragancias se desprendían de los
pebeteros. Todo convidaba a la molicie y a la sensualidad; todo era bonanza y
esplendor en el cercado del cacique de Guatavita.
Un buen día de su dorada juventud, cuando todo es alegría y ensoñación, el
cacique se enamoró, con verdadera locura, de una hermosísima doncella de una
tribu vecina. Inenarrables momentos de felicidad en el amor correspondido,
llevaron el cacique de Guatavita a desposarse con quien constituía, para él, motivo
único de su vida, de su mundo sentimental. Fue, de esta manera, como la
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bellísima enamorada se convirtió en la cacica de Guatavita, para convertir no sólo
los azares del reino sobre los vastos labrantíos de la comarca, sino, también, la
felicidad o la desdicha en el amor.
Durante muchos meses no hubo alegría igual para estos enamorados, siempre
solícitos, el uno con el otro, para satisfacer los más mínimos deseos. Hasta los
pensamientos parecían conocerse mutuamente y, así, complacerse. Esta alegría,
esta felicidad infinita, llegó al paroxismo cuando la cacica le dio a su joven y
enamorado esposo, una preciosa heredera. El júbilo de la joven pareja llenó todos
los ámbitos del cercado del cacique de Guatavita, y todo fue fiesta, regocijo y
jolgorio en toda la región. Los dioses tutelares fueron halagados con incontables
ofrendas en oro y esmeraldas, que iban al fondo insaciable de los adoratorios
sagrados, en especial a la laguna de Guatavita, consagrada a toda la comarca
sobre la cual reinaba el famoso cacique. El pueblo también ofreció presentes a las
divinidades, para agradecer el advenimiento de la caciquilla y por la felicidad de
los excelsos soberanos que regían el destino de todos.
Empero, esta como bienaventuranza, esta dicha y alegría sin límites, no habría de
durar para siempre. Con el correr de algún tiempo, el cacique fue atemperándose
en el amor hacia su hermosa y delicada compañera. A medida que pasaban las
lunas, con más frecuencia iba dedicándose a la suerte de su cacicazgo, a la par
que tornábase más y más despreocupado en sus complacencias hacia la joven
cacica, aún en los más caros e íntimos deseos de aquella. Este lento, pero firme,
abandono de su esposa, iba acompañado de nuevos amores para él, los que se
sucedían unos a otros en cadena sucesiva e ininterrumpida. Y estos amores se
consumaban en medio de las orgías palaciegas, donde nada faltaba para
satisfacer los sentidos, o los caprichos más exigentes de los sibaritas de su
séquito, entre ellos el dueño y señor de la comarca, el divinizado cacique de
Guatavita. Las celebraciones más sencillas, convertíanse en verdaderas
bacanales, que culminaban con libaciones hasta el hartazgo y la embriaguez total.
Se bebía chicha hasta el embrutecimiento, y los convidados reales yacían
inmóviles por todos los lados del bohío soberano.
Sucedíanse, así, los días, de bacanal en bacanal, de orgía en orgía, mientras que
las complacencias del cacique eran tan solo para sus amantes, al paso que sus
momentos de ocio los dedicaba, con afán, a los asuntos de su rústico imperio.
Esto acontecía casi con monótona rutina, y la joven y bella cacica languidecía,
abandonada, en medio de la opulencia y de las interminables fiestas reales, que
sólo servían para ahondar su pena de amor. Esta amargura fue convirtiéndose,
poco a poco, en una frustración sentimental, ante el abandono. Ya de su primer
amor sólo quedaba un vago recuerdo como algo que apenas fue ensoñación.
Inútilmente la dulce y amorosa cacica solicitaba cariño y ternezas a su antes
enamorado esposo, pero sus ruegos no tenían satisfacción plena, porque éste se
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entregaba cada vez más a los placeres de su corte. Quizá la inmensa felicidad de
los primeros años hicieran sentir con más tristeza el presente, lleno de
desesperanza, de desamor y de engaños. Este contraste entre el ayer feliz y el
abandono de hoy, caía como un hielo sobre el atormentado corazón de la
romántica Guatavita. Todo parecíale un sueño, un vago recuerdo, y miraba el
pasado con una angustia, con una melancolía que le devoraba el alma y la
consumía en la desesperación. Hacía esfuerzos sobrehumanos por comprender,
por explicarse, siquiera, la razón del olvido, del desamor de quien antes fuera
tierno y ardoroso compañero, y frente a lo irremediable, elevaba su angustia y
desconsuelo como una plegaria, como un ruego a los dioses tutelares que la
habían abandonado. Así, de desengaño en desengaño, fue transcurriendo el
tiempo para la joven y hermosa cacica de Guatavita. Ahora sólo tenía el recuerdo
de un pasado pleno de felicidad, y un presente lleno de desdichas e
incomprensión.
En medio de la desdicha, de la desilusión, del desengaño sentimental, la hijita, la
preciosa caciquilla, convirtióse en refugio de amor para la joven y amorosa
princesa de Guatavita. Asimismo aconteció con el cacique, quien puso en su hija
todas sus predilecciones y todos sus afectos. De esta manera, la preciosa chiquilla
tornóse en una especie de oasis de amor, en un hogar destrozado por la
incomprensión, por el desafecto mutuo. Más bien, la princesilla trocóse en el
eslabón que unía los fragmentos de una cadena rota por el desamor. Así, todo el
sentimiento afectivo, todo el cariño, todo el amor, se volcó sobre la encantadora
infanta, y, en esta forma, el hogar permanecía unido.
No obstante, el tiempo deslizábase monótono y un tanto hostil para la encantadora
cacica, a pesar de las continuas fiestas y de todo cuanto podía ofrecerle su
privilegiada condición real. Todo lo tenía: posición, poder, mando, comodidades
sin fin. Sólo una cosa faltábale en medio de tanta opulencia: amor.
Un buen día, sin embargo, sus tiernos, sus melancólicos ojos, descubrieron, entre
los convidados a una de las frecuentes orgías en el bohío real, a un apuesto y
gallardo guerrero, quien sobresalía por su contextura atlética, por su aporte de
soberano, por la espléndida riqueza de su atavío, que anunciaba el rancio
abolengo de su estirpe. Tan solo una mirada se cruzaron la princesa y el guerrero,
para encender en sus corazones el más apasionado amor. El alma de la hermosa
cacica se inquietó y no volvió a conocer paz, ni sosiego, ni tranquilidad alguna. La
primera mirada, es cierto, hizo ruborizar a la hermosa princesa, a cuyas mejillas
asomó un tinte sonrosado, que denotaba la nobleza de su corazón. Más, de ahí en
adelante, ese mirar triste y ese candor desaparecieron y, más bien, sus ojos
apasionados contemplaban ávidamente al guerrero. Igual aconteció con éste: su
tímida mirada primigenia, pronto se tornó en infinita pasión, que lo devoraba como
ascuas en su entraña. Ya no conoció más la calma en el corazón.
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Pasaban los días y los días, y el amor fue convirtiéndose en pasión desesperante,
en una obsesión enfermiza, hasta que se rompieron todas las vallas. Así fue
cómo, una noche, los dos enamorados burlaron la vigilancia del cacique de
Guatavita. Esquivando miradas indiscretas, la cacica y el guerrero se perdieron,
bajo la complicidad de la luna, entre flores de silvestres jardines que circundaban
el bohío real. Allí, en medio de besos apasionados, sonrisas, lágrimas, mimos y
zalameros reproches, se contaron todas sus cuitas y se juraron amor y fidelidad
eternos. Los besos y las caricias recorrían, eróticos, el cuerpo extasiado de la
amorosa cacica, hasta que uno y otro, en lúbricos arrobamientos, se confundieron
en el éxtasis y el paroxismo. Anonadados por la pasión, cayó el silencio sobre los
cuerpos y las almas de los dos amantes. Así, extáticos, embelesados,
permanecieron como una eternidad, bajo el tímido centellear de los luceros.
Tras un beso interminable, los ardorosos amantes, separados, retornaron a sus
bohíos. Las citas furtivas se sucedieron, una a otras, y el amor ilícito, se
consumaba cada vez con creciente pasión. Mientras tanto, el cacique burlado,
nada sabía de la tremenda injuria que había caído sobre su hogar; ignoraba la
vergüenza que, como sudario, cubría el honor de su joven y hermosa desposada.
Sin embargo, todo indicaba que nada quedaría oculto. Los sucesivos encuentros
del arrogante guerrero y la princesa de Guatavita, terminaron por llegar a oídos del
soberano cacique. Este, lejos de dramatizar tan vergonzoso evento, reprimió su
justa cólera, y aplacando el imperativo de venganza que demandaba su honor
ultrajado, quiso sorprender en flagrante delito a los jóvenes amantes. No fue difícil
preparar la celada, y, por eso, la amorosa pareja, sin sospechar nada, una noche,
como tantas otras, sobre el mullido lecho de hierba y flores, una vez más se
entregó al amor, a las caricias y los besos, y, enloquecidos por la pasión, sus
cuerpos se estremecían convulsionados por los espasmos.
Empero, en esta ocasión, la noche, la luna y las estrellas –eternos cómplices de
estos enamorados- tuvieron la compañía del burlado y ofendido cacique de
Guatavita. Este presenció impertérrito el ultraje a su honor. Quizá anestesiado por
la inmensidad de su tragedia, el soberano no delató su presencia y, más bien,
permitió que los amantes llevaran a cabo su adúltero pecado. Parecía como si el
cacique no tuviese, siquiera, que violentarse para contener la ira, pero, después,
vio como sus labios sangraban copiosamente, ante el desespero reprimido. El
Guatavita, rumiando su venganza, se retiró cabizbajo y melancólico a su
deshonrado lecho. Lejos andaban los tiernos enamorados de saber que toda su
lujuria la presenció, en silencio imperturbable, el cacique. Para ellos, esta fue,
como otras, una noche de pasión y de amor infinitos.
Bajo el imperativo del odio y la venganza, el ofendido cacique castigó, en forma
inmediata, al guerrero culpable, aplicándole, con todo rigor, las crueles leyes que
regían para estos delitos, adicionándole, desde luego, algunos suplicios de su
124
propia imaginación, para, así, saciar, hasta las heces, el rencor que le destrozaba
el alma. El guerrero fue apresado y sometido a horribles torturas, de crueldad
indescriptible. El sexo le fue cercenado y depositado en una urna ritual. Luego le
fue extraído, aún vivo el cuerpo, el corazón que tanto amaba a la hermosa cacica.
Con delectación, el cacique miraba, extasiado, los mútilos trozos que fueran culpa
de su deshonor y, ante este espectáculo tan terrorífico, cuán infinito era su odio,
su sed de vindicta. Para completar su macabro, su implacable castigo, el cuerpo
del guerrero fue empalado. Terminaba, en esta forma, la primera fase de la
horripilante venganza del ultrajo cacique de Guatavita.
Nada de esto sabía la hermosa princesa, como tampoco llegó a conocimiento de
nadie, fuera de los más próximos al soberano. Por eso la vida en el bohío del
cacique era del todo normal, excepción hecha de los preparativos para una gran
fiesta que se celebraría esa noche, para agasajar a la cacica, por un motivo
cualquiera, con un pretexto baladí. El movimiento, desde luego, era intenso,
porque ningún detalle debía ser omitido, nada que fuera improvisado, ya que el
cacique quería mostrar, en esta ocasión, todo el esplendor de su corte, haciendo
gala de pompa y de riquezas.
Llegó, esa noche, el banquete real. El bohío se hallaba ricamente engalanado,
desplegando ostentación de poderío, riqueza y buen gusto por las cosas
mundanas. Cortesanos y cortesanas tomaron asiento en el rico festín que se les
ofrecería en breve. El cacique y la cacica de Guatavita, vistosamente ataviados
con ricas mantas, aderezos de oro y esmeraldas, presidían la mesa. La música
hizo sentir sus notas para alegrar la fiesta, para darle vida al banquete que se
iniciaba. A la cacica, como agasajada, como motivo principal de la celebración, se
le ofreció un rico manjar: El corazón de un animal salvaje, cazado en buena hora
por algún diestro guerrero, y traído, con toda pompa, para los festejos en nombre
de la soberana cacica. La princesa miró con recelo el tierno corazón y un
pensamiento sombrío turbó su espíritu, a la par que su rostro palidecía
suavemente. Miradas furtivas y burlonas se dirigían hacia la cacica, quien, por el
momento, nada sospechaba. Luego, en medio de estrepitosas carcajadas de
mofa, se le presentó, a la princesa, una nueva vianda, que ella vio horrorizada: el
sexo de su amado, que venía, como si fuese delicado plato, adornado con flores y
hierbas silvestres. La princesa tornóse lívida y a su hermoso rostro parecía
asomar la muerte. Un grito de horror, de espanto y de vergüenza salió de su
pecho herido, al comprender la inmensa tragedia, al tanto que las ocarinas y las
flautas hacían algazara, para acompañar las risas torpes de los embrutecidos
cortesanos, ya ahítos del embriagante licor de maíz. El grito terrorífico de la
hermosa cacica hizo enmudecer la burlona algarabía y un manto lúgubre
sobrecogió los corazones de todos los circunstantes.
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La cacica, llena de espanto, de pavor, de vergüenza y humillación, con su alma
desgarrada por la pena, enlutecido su corazón por la tragedia, salió, desesperada,
del macabro banquete. El terrible desgarramiento de su alma la hizo recorrer los
mismos caminos que antes fueran testigos de sus amores con el guerrero y en
cada uno depositó sus ofrendas de lágrimas y sollozos. Entretanto, la fiesta volvía
a animarse, y el cacique, rodeado de hermosas tiguyas del harem real, bebía la
embrutecedora chicha, al paso que las danzarinas describían eróticas parábolas
ante la vista sensual del Guatavita.
Desandados los caminos de sus ilícitos pero inmensos amores, la cacica,
sobrecogida de terror, demudada por la horrible pena, corrió como demente, hacia
el bohío real. Con sus hermosos ojos desorbitados; su rostro desencajado y pálido
de muerte; sus manos trémulas e inciertas, la cacica parecía, más bien, un
espectro, que un ser terreno. En medio de su terrible angustia, la princesa tomó en
sus brazos la preciosa caciquilla y envolvióla en regia manta y, con ella en su
regazo, salió enloquecida y se perdió en las tinieblas de la negra noche.
La soberana cacica, con pie presuroso, dirigióse a la vecina laguna de Guatavita, y
sin más reflexión que su angustia desesperante, se lanzó, con su preciosa carga,
sobre la cristalina linfa del sagrado remanso. Ni un grito, ni una queja se escuchó
de labios de la tierna y amargada cacica, quien, pronto llegaba al fondo, devorada
por las aguas acogedoras y amorosas del santo adoratorio.
Mas, si ni un quejido o un lamento se oyó de la desesperada princesa, el golpe
seco de su cuerpo y el de la caciquilla, llegó a los atentos oídos de los jeques o
supremos sacerdotes de la laguna, quienes, presintiendo una tragedia, alcanzaron
a ver cuando la princesa se sumergía, para siempre, en las diáfanas aguas de
Guatavita. Desesperados, corrieron hacia el bohío del soberano a comunicarle la
desgarrante calamidad. Ya amanecía, pero en la cámara real aún continuaba la
fiesta. El cacique estaba profundamente entorpecido por la chicha, que bebía
como delicioso brebaje. Los sacerdotes le anunciaron, amargados, compungidos,
la muerte de la hermosa y joven princesa.
El cacique, a pesar de su profunda embriaguez, comprendió la fatídica nueva y,
como un relámpago, corrió, enloquecido, hacia la trágica laguna. Ante la angustia,
desapareció la turbidez que tenía embotado el cuerpo y el espíritu. Frente a este
inmenso infortunio, de súbito comprendió cuánto quería a la princesa, a su amada
cacica. En un centellear, pasó por su recuerdo todo el amor que compartió con la
princesa y qué tan feliz lo hiciera tiempo atrás. Preso del más torturante dolor, el
cacique ordenó a los sagrados jeques recuperar a la adorada cacica. Aquellos,
tras misteriosos exorcismos, arrojaron, al agua, ascuas que, chisporroteando, se
perdían en el fondo de la laguna. Los ágiles sacerdotes seguían los pedriscos
hasta las profundidades del sagrado adoratorio, en busca de la amada princesa.
126
Angustia y expectación, dolor y desespero, abrumaban al cacique. Presuroso salió
el jeque de la laguna y comunicóle al soberano que la tierna esposa se hallaba
feliz en un palacio encantado, arrullada por una amorosa serpiente –o dragoncillo-,
que la había desposado. La congoja del cacique no conoció límites y, entre
sollozos, pidió, de nuevo, a los sacerdotes recuperar, siquiera, su amada hija. Los
jeques, una vez más, descendieron al fondo del remanso, para, luego, salir con la
caciquilla. Cuánta tristeza, cuánta amargura embargó el alma del cacique, al ver
que su princesilla tenía devorados los ojos, que, según los sacerdotes, se los
había arrancado un dragoncito de la laguna. El compungido padre, entonces,
ordenó que el tierno cuerpecillo de su hija fuera devuelto a las profundidades del
remanso, para que allí morase eternamente al lado de su idolatrada y tierna
esposa y madre de la pequeña. El frágil cuerpecito de la cacica se perdió, para
siempre, en el regazo de la sagrada laguna.
El cacique, apesadumbrado, dementizado por la congoja, entre sollozos y
remordimientos perdonó a su amada y liviana esposa, prometiéndole copiosas
ofrendas para que su vida, en el más allá, tuviera la felicidad que sólo conociera,
fugazmente a su lado. Así, agobiado por la pena, preso del más infinito dolor, el
Guatavita retornó al solitario bohío a vivir de un recuerdo lleno de felicidad y
angustia.
Cuentan que en noche de plenilunio, la grácil figura de la hermosa cacica, se
levanta de la sagrada linfa de la laguna, para recordarle a su amado pueblo las
ofrendas prometidas y para augurarle prosperidad y ventura eternas. (Arango,
1965, Páginas 78-90)
Sin título – Laguna de Pátalo
Paez
Tierradentro, Cauca / Valle del río Paez
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Los Paeces tienen especial devoción a la Laguna de Pátalo, en donde recuerdan a
su héroe indígena Juan Tama, el famoso cacique que condujo admirablemente a
su pueblo y es considerado el fundador de la nacionalidad. Juan Tama hizo varios
viajes a las Audiencias de Santafé y Quito sin desmayar en la defensa de los
indígenas del Cauca; murió en tierras de Mosoco y fue enterrado en las
inmediaciones de la Laguna de Pátalo. Con el tiempo, los indios lo han asociado
con el señor de las aguas y el dios de las borrascas y tormentas. Afirman ver
tallada una roca con su efigie, a la que rinden culto y le ofrecen dones. El
sacerdote indígena hace la ceremonia purificadora de los bastones de mando, en
nombre de Juan Tama; quienes van a purificarse en las aguas de la Laguna de
Pátalo llevan aguardiente como ofrenda al héroe civilizador, y también tabaco y
coca; es, pues, el supremo hechicero del pueblo. Hecho el ofrecimiento ante las
127
rocas, lo consumen con mucha orgía. Se purifican en las aguas de la laguna e
imploran ayuda a Juan Tama, que tan bien supo gobernar. Los alimentos que
llevan para esa peregrinación al dios de las aguas son preparados sin sal; guardan
abstinencia de sal como un honor a su héroe mitificado, y para evitar la caída de
granizo, que estimaban como efecto de la ira de sus lagunas, masticaban sal de
Zipaquirá y la arrojaban hacia las nubes. (Ocampo, 1999, Páginas 83-84)
Bochica
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Arango, J. (1965). Mitos, leyendas y dioses chibchas. Imprenta Departamental:
Manizales, Caldas, Colombia.
En los orígenes míticos de los chibchas aparece el dios civilizador Bochica,
conocido también con los nombres de Nemqueteba o Sadigua. Es representado
por un anciano de cabellera blanca y luengas barbas que lleva a un bordón de
macana en la mano y adornos de una cruz. Bochica enseñó a los chibchas a hilar,
tejer mantas, pintar las telas y elaborar la cerámica, y predicó los preceptos
morales, sociales y políticos.
Bochica apareció en Pasca y desde allí recorrió los pueblos chibchas como el gran
predicador y maestro de las artes y de las bases políticas y sociales. En las tierras
boyacenses llegó a Gámeza, un pueblo que le ofreció hospitalidad; después se
retiró a la cueva de Toyá, en donde lo visitaron muchos caciques, entre ellos los
de Tópaga, Tota, Pesca, Firavitoba y otros. Predicó siempre como el enviado del
gran dios Chiminigagua, el ser supremo, y después de sus correrías se estableció
en Sogamoso, en donde se entregó a la penitencia. Desde entonces Sogamoso
aparece como la ciudad sagrada de los chibchas, que anualmente hacían sus
fiestas religiosas para conmemorar la venida de Bochica.
El dios civilizador Bochica ayudó a solucionar el problema de las inundaciones en
la Sabana de Bogotá, que habían sido la venganza del dios Chibchacum, el
protector de los dominios del Zipa. Irritado ante las blasfemias de los chibchas,
estimuladas por la diosa Huitaca, Chibchacum resolvió castigarlos con un
espantoso diluvio que inundó la sabana de Bogotá y destruyó los sembrados y
bohíos. Los chibchas de Bacatá solicitaron entonces la ayuda de Bochica, el
enviado de Chiminigagua, quien ante un inmenso arco iris, representación del dios
Cuchavira, en el lugar del Tequendama, arrojó una vara de oro al peñasco que
rodeaba el inmenso lago represado. En forma súbita y tempestuosa la barrera de
rocas se cayó, precipitando el agua represada en una catarata estruendosa que
formó el Salto del Tequendama.
128
Ante la venganza de Chibchacum con la inundación de la Sabana de Bogotá,
Bochica se indignó y lo condenó a cargar la tierra eternamente sobre sus
hombros, convirtiéndolo así en el Atlas chibcha. Los indígenas creían que cuando
ocurrían los terremotos y demás movimientos sísmicos, eran las señales del
cambio de la carga de la tierra de un hombro a otro de Chibchacum. Bochica
también castigó a Huitaca, la mujer bella y rebelde que enseñaba la vida alegre y
las doctrinas del mal, contrarias a las predicaciones del enviado de Chiminigagua.
Convirtió a Huitaca en lechuza, e hizo que no saliera de los campos.
Según las tradiciones, Bochica desapareció después en el pueblo de Iza, en
donde dejó estampada la huella de su pie en una piedra que, por su carácter
sagrado, era visitada en peregrinación por los chibchas. (Ocampo, 1999, Páginas
101-103)
Negros, espesos y amenazantes nubarrones comenzaron a cubrir el firmamento,
convirtiéndolo, de esplendoroso día, en oscura noche. Grandes y pesadas gotas
de agua empezaron a caer sobre los rústicos labrantíos. Los incontables rayos,
zigzagueantes, cruzaban las espesas nubes; los ensordecedores truenos llenaban
de pavura a las gentes; el viento silbaba, destrozando todo cuanto ofrecíale
siguiera leve resistencia a su paso devastador. El pueblo atemorizado, lleno de
espanto, buscaba refugio en sus débiles bohíos. La ira de los dioses parecía
desencadenarse con crueldad y ensañamiento.
Pronto desatóse la tormenta. El mundo parecía tocar a su fin. La angustia de la
horrorizada población no tenía límites. Las nubes tornáronse en verdaderas
cataratas que precipitábanse, mortíferas, sobre valles y collados. Hincháronse
arroyos, quebradas y ríos, que, inclementes, exterminaban plantíos, animales,
seres humanos y todo cuanto se cruzaba en su paso arrollador y apocalíptico.
Los ríos, con pavoroso rugido, llevaban, en su turbión, los cultivos aborígenes, sus
chozas, sus débiles moradas, sus gentes. En el valle, los ríos se desbordaron,
cubriendo, con su líquido elemento, sementeras y caseríos. La lluvia no amainaba.
Los días pasaban, pero del cielo seguía cayendo la lluvia pertinaz. El agua fue
cubriendo todo.
Transcurrían las lunas, más la lluvia no cesaba. El valle se anegó y el nivel de las
aguas subía, subía, subía devorando todo cuanto tuviese vida. El desespero de
las gentes iba tornándose en locura. Los plantíos arrasados, las viviendas
destrozadas, las tierras inundadas, convertían el paisaje en desolación y muerte. Y
la lluvia continuaba.
El pueblo, famélico, enfermo y angustiado, se encaminaba hacia las colinas para
escapar a la ira vengadora de los dioses que lo habían abandonado. El hambre y
el frío no tenían más límites que la desesperación. Y el diluvio seguía cayendo y
destrozando todo. Las turbias aguas continuaban invadiendo hasta llegar a la cima
de las montañas. Los nativos, despavoridos, subían más y más hacia la cúspide
129
de las serranías para buscar refugio, para evitar la muerte segura. En medio de la
consternación, de la angustia y el desespero enloquecedor, el pueblo continuaba
invocando los dioses tutelares, buscando misericordia y perdón. Pero el agua
seguía aumentando.
Frente a esta calamidad que amenazaba con destruir todo ser viviente sobre la
tierra, el buen dios Bochica tuvo piedad de su pueblo. Un día, cuando ya todo
parecía perdido, el sol comenzó a filtrarse por entre las espesas nubes. Los rayos,
proyectados sobre la bruma del inmenso mar en que habíase convertido el fértil
valle, formaron un hermoso e inmenso arco multicolor. En medio de sollozos y
plegarias, las gentes inclinaban reverentes sus rostros ante el dios hecho luz y
color en el firmamento.
De súbito, la sombra del dios Bochica, sublime protector del pueblo Chibcha, se
proyecta luminosa y esplendente en el arco policromo. Bochica, con la olímpica
majestad del dios supremo, levanta su diestra y con ella arroja, sobre la montaña,
una zaeta de oro refulgente. El divino cetro hiende los aires; retumba
ensordecedor su paso por las nubes; el cielo cúbrese de luz magnificente. El
dardo sagrado de Bochica toca la rocosa colina, hiérela, despedázala y rompe su
entraña. Por la brecha precipítase, furiosa, el agua retenida en la inmensa laguna.
Ensanchase la grieta en la montaña y por la rotura descuélgase un río que,
trépidamente, lánzase al abismo. Fórmase, así, el Tequendama, de belleza y
majestad inconmensurables.
Las aguas siguen abandonando el inundado valle, y continúan precipitándose,
alegres, por la brecha en la dura roca, para lanzarse, augustas, sobre el precipicio
del Tequendama. Las aguas bajan, bajan incesantes, como otrora se elevan en el
cruel castigo del dios Chibchacum, pero que hoy descienden ante la compasiva
clemencia de Bochica, supremo entre todas las divinidades tutelares.
El amoroso y paternal Bochica, para compensar a su pueblo de los innumerables
sufrimientos, de las terribles penalidades que tuviera que soportar durante tantas
lunas, dióle una tierra fértil y acogedora como ninguna. Asimismo, Bochica,
justiciero, llamó a buena cuenta al dios de los cultivos y protector del pueblo
Chibcha, y recriminólo con acritud por la severidad con que castigara sus
encomendados. Impresionó al buen Bochica, no tanto lo riguroso de la sanción
impuesta inicialmente al pueblo, sino, más bien, la sevicia con que aplicara la
pena. Chibchacum, la divinidad protectora de los cultivos, y benefactor de los
chibchas, respondióle al dios Bochica que la severidad del castigo era debido a lo
mucho que los hombres habían pecado, por sus incontables culpas; que el pueblo
había olvidado los preceptos divinos y habíase entregado a la lujuria, a la
concupiscencia de la carne y de las bebidas embriagantes. Parecióle a Bochica
que, aun así, la condena había sido demasiado rigurosa, dura en exceso, y
decidió, a su vez, hacer justicia. Así fue como Bochica condenó a Chibchacum,
130
por su ira y desenfreno para con su pueblo amado, pueblo que aquél había
confiado a su protección, a un terrible castigo: hizo que, por tiempo eterno,
cargase, sobre sus hombros, la tierra, el mundo que hasta entonces descansara
sobre vigorosos guayacanes.
Desde entonces, Chibchacum lleva sobre su espalda el pesado globo terráqueo. A
veces siente cansancio y, para reposar un poco, cambia su duro fardo, de un
hombro al otro. En esta mudanza, prodúcense terribles sacudimientos de la tierra,
que se estremece violenta, de tiempo en tiempo, durante el interminable castigo
impuesto al dios Chibchacum por el supremo Bochica. (Arango, 1965, Páginas 65-
69)
La Sirena del Arco
Orígenes desconocidos
Tumaco, Nariño
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Es un mito de las costas del Pacífico colombiano, que según las gentes de
Tumaco, es la reina del mar y le gusta salir por las noches de sus palacios
marinos a divisar las costas y a mirar de cerca a los hombres. Los pescadores, a
veces encuentran la Sirena del Arco, como una bella mujer abandonada en la
playa. (Ocampo, 1999, Páginas 192-193)
El Hombre-caimán
Orígenes desconocidos
Regiones aledañas al río Magdalena
Ocampo, J. (1999). Mitos colombianos. Bogotá, Colombia: El Áncora Editores.
Silva, F. (1999). Mitos y leyendas colombianos. Bogotá, Colombia: Editorial
Panamericana.
Es un mito popular de las regiones aledañas al río Magdalena. Es una deidad de
las aguas y de la fertilidad.
Este mito está relacionado con los caimanes, los reptiles que fueron muy comunes
en los playones del río Magdalena y que se extinguieron por la destrucción de la
fauna en dichas regiones. El caimán se convirtió en el animal folclórico del Bajo
Magdalena; un animal que lloraba, reía, cuidaba el río y viajaba hacia Barranquilla.
Una canción folclórica de la Costa recordaba al caimán, cuando decía: “Se va el
caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla, se va el caimán, se va el
caimán”.
En Ciénaga (Magdalena) existe un monumento al Hombre caimán, el personaje
que simbólicamente representa la región. En la población de Plato existe el
Hombre-caimán como personaje central de un festival popular; asimismo, este
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mito popular se ha generalizado en Barranquilla, en cuyos carnavales aparecen
comparsas con esta representación. (Ocampo, 1999, Página 208)
Esta famosa historia tiene sus orígenes en Plato, pueblo del departamento del
Magdalena. Saúl Montenegro, un hombre muy enamoradizo, buscaba siempre la
oportunidad de ver a las mujeres cuando se bañaban en el río Magdalena. Llegó a
tanto, que un día marchó a la Guajira, en busca de un brujo, que finalmente le
entregó dos pócimas mágicas.
De regreso a Plato, Saúl invitó a uno de sus amigos para probar las pócimas. Una
era un líquido que lo convertía en caimán y la otra, lo volvería a la normalidad.
Saúl se metió al agua y su amigo le roció el líquido de la primera botella; Saúl se
sumergió y al poco rato salió convertido en caimán; su amigo, espantado, dejó
caer la segunda botella, con tan mala suerte, que el líquido se derramó y sólo
unas pocas gotas cayeron en la cabeza del caimán y el resto se perdió en el agua.
Desde ese día, Saúl tiene la cabeza de hombre y el cuerpo de caimán. (Silva,
1999, Página 48)
Sin título – Pulowi y otras creencias del mar
Wayuu-apaalanchi
Guajira
Guerra, W. (2001). Los apaalanchi: Una visión del mar entre los Wayuu. Bogotá,
Colombia: Banco de la República de Colombia.
En el mar algunos sitios son considerados sagrados y peligrosos. En estos lugares
habita Pulowi, ser sobrenatural hiperfemenino que puede otorgar o negar a los
pescadores las tortugas y los peces que le pertenecen. Las Pulowi pueden hacer
zozobrar las canoas de los pescadores ambiciosos y devorarlos en el fondo del
mar. Algunos peces como el wakaua cantan como aves y anuncian desgracias o
el advenimiento de sangrientos conflictos.
Cuando la pesca escasea o cuando se va a botar al agua una nueva canoa los
pescadores wayuu realizan rituales de impregnación y aspersión. En el primer
caso, las redes se impregnan con resinas aromáticas como el malambo y la bija
para que los seres sobrenaturales marinos otorguen las especies deseadas. En el
segundo, la canoa se impregna con las mismas sustancias y se pronuncian
conjuros que piden protección para ésta y su tripulación de los peligros del mar,
una permanente agilidad al navegar y una larga duración y resistencia.
Todo el conjunto de creencias y el manejo de sistemas simbólicos contribuyen, por
tanto, a evitar la sobreexplotación de los recursos marinos. En ellos puede
evidenciarse la oposición entre los animales de tierra y de mar, entre la vida de los
indios del interior y los habitantes de la playa, entre mma, la tierra, y palaa, el mar.
(Guerra, 2001, Página 11)
132
Sin título – Mito de creación Kogi
Kogi
Sierra Nevada de Santa Marta
Urbina, F. (2010). Las palabras de origen. Breve compendio de la mitología de los
Uitotos. Bogotá, Colombia: Ministerio de Cultura.
Primero estaba el mar.
Todo estaba oscuro.
No había sol, ni luna, ni gente
ni animales, ni plantas.
Sólo el mar estaba en todas partes.
El mar era la madre.
Ella era agua y agua por todas partes
y ella era río, laguna, quebrada y mar,
y así ella estaba en todas partes.
Así, primero sólo estaba la madre…
la madre no era gente,
ni nada, ni cosa alguna.
Ella era aluna.
Ella era espíritu de lo que iba a venir
y ella era pensamiento y memoria.
Así la madre existió solo en aluna
en el mundo más abajo
en la última profundidad
sola. (Urbina, 2010, Páginas 26-27)
El Árbol de la Abundancia
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Urbina, F. (2010). Las palabras de origen. Breve compendio de la mitología de los
Uitotos. Bogotá, Colombia: Ministerio de Cultura.
Y la Tierra joven se sintió crecer el Árbol,
Nacido entre la espuma,
Hijo del Dios-lombriz.
El Árbol producía alimentos de toda especie:
Frutas y animales colgaban de sus ramas,
Las gentes medraban a su sombra.
Pasaron las lunas y las lunas…
El Árbol creció tanto, tanto…
Preciso fue derribarlo para obtener alimento.
Tumbado, el tronco inmenso formó el gran Amazonas,
133
Sus ramas, la red casi infinita de sus afluentes
Y hojas y semillas regadas por doquiera
Dieron origen a la selva inmensa
Sustento de las bestias y los hombres. (Urbina, 2010, Página 33)
El rafue Uuikï. El corazón del Padre.
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Urbina, F. (2010). Las palabras de origen. Breve compendio de la mitología de los
Uitotos. Bogotá, Colombia: Ministerio de Cultura.
Voy a contar la historia de Uuikï.
En el principio no había nada aquí. Nuestro padre, el que nos creó, no tenía
extremidades, carecía de miembros. Era corazón únicamente: el corazón que
habla. Era un corazón bueno.
Buscaba la manera de dar vida. Meditaba la forma de hacer la creación; entonces
indagó cómo había aparecido él mismo.
El solitario corazón empezó a hablar, a decir palabras dulces, llenas de buena fe,
plenas en buena intención.
Con las palabras de ese buen corazón fuimos creados.
Dijo:
-Ya di vida a mi prole. Ahora pondré a uno de ellos, al mayor, en reemplazo mío.
Se llamará “Hombre de yuca”.
El creador no aconsejaba. Solo contaba historias. No puso sobre aviso al
primogénito, por eso este era aún débil, no eran rectos sus senderos.
Hombre de yuca comenzó a contar historias a las gentes como si fueran propias
suplantando a su padre, pero antes del momento indicado.
Se presentó como el sabedor, el que transita los caminos del sueño sin estar
dormido, busca y ve.
Se presentó como el que sabe indagar los comienzos.
Se presentó como el que sabe indagar el final.
Como el que hace que la gente nazca fuerte, igual a un plantío que medra en
tiempo bueno.
Se presentó como dueño de las tradiciones. Como el que conoce el origen de
todas las tribus.
El que sabe del inicio y destino de los brujos primordiales.
-Yo soy –dijo- el que habla de las frutas, de su origen y de cómo quedaron en
poder de las gentes y de los bailes y adivinanzas que les son propios.
-Yo soy el que se asoma para saber quién aparece en la distancia.
-Yo soy el relámpago que ilumina, el que sabe del nacer que es abrirse paso del
vientre hacia la luz.
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-Yo soy el caudillo, el que ordena, el que distribuye los oficios.
Eran los nombres del creador. Eran las palabras buenas. El padre habló así:
-Hijo, con estas palabras puedes ayudar a los demás. Están bien formuladas.
Todo dependerá de ti para que la gente medre. Dirás al presentarte: “Yo soy
Hombre de yuca. Yo soy Fuerza omnipotente, Cabeza principal”.
“Dador de vida” no lo autorizó para hablar inmediatamente. El hombre nuevo
carecía de fuerza. Aún no había sufrido. Sin embargo, Hombre de yuca alardeó de
sus nombres, y al ver a la gente reunida a su alrededor comenzó a repetir las
historias.
El padre al oírlo cogió una vara y lo golpeó. De la misma manera que se rompe
una tinaja llena de agua o un huevo, así el hijo se desplomó. Solo quedó el fuego
que estaba al pie de la gente. Al golpe propinado por el padre se esparció la
ceniza que empolvó la concurrencia. Esas gentes se transformaron en loras. La
ceniza dañó su atuendo, por eso son rucios por encima y como las palabras que
oyeron carecían de validez van por ahí repitiendo historias sin sentido.
La sangre de hijo se regó. Lloraba por el sufrimiento. Desde entonces se gime
guando se pierde algo.
Apesadumbrado estaba “Corazón que habla” por la suerte del hijo, que al
desaparecer había dejado en desamparo a la prole. Por eso le habló así:
-No gimas. Ahora lograrás lo que deseas. Encontrarás lo que buscas.
Comenzó a lamer la sangre que lloraba. Puso a un lado las sobras junto con el
resto de cenizas: fue el origen del agua.
Por medio del espíritu, el hijo le habló al padre:
-Debes mirar muy bien, sin distraerte, el punto en que aún aliente un resquicio de
fuego. Me verás allí en medio del silbido de la llama. Debes echarme mano
cuando me descubras.
Con aire frío Corazón que habla sopló el rescoldo. Se apagó. Nada más pudo
verse. Buscó afanosamente el punto en que el fuego había brillado por última vez.
Y vislumbró algo: el hijo estaba allí, sentado. Y antes de desaparecer de nuevo
dijo:
-¡Padre! ¿Qué vas a hacer? ¿De qué manera conseguirás que vuelva a ser el de
antes?
En su lugar, al desvanecerse, se empezó a ver un algo verde. Era la raíz de todas
las cosas: el tabaco.
Creció la planta y habló de esta manera:
-¡Padre! ¿Viste que ya volví a nacer? Ese soy yo.
Entonces Corazón que habla, al ver que el hijo había resucitado, se despidió de
todo diciendo las últimas palabras: que él se iba y que en su lugar el hijo
continuaría contando las historias.
135
Fue así como Hombre de yuca quedó con todos los poderes del padre. (Urbina,
2010, Página 57-59)
Nofizazima. La reconstrucción del cuerpo del hombre
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Urbina, F. (2010). Las palabras de origen. Breve compendio de la mitología de los
Uitotos. Bogotá, Colombia: Ministerio de Cultura.
En la chagra de Nofizazima quedó brujería del tal Monayagone. Se levantaron
toda clase de plagas de animales: ratón, tintín, grillo, gusano… de todo, y dañaban
las matas. Todo se lo comían. Nacían allí mismo estos animales, no venían del
monte. Era brujería. Decía Nofizazima:
-¿Qué iremos a comer? Esos animales lo destruyen todo –y dirigiéndose a la
mamá le decía-: quédate con los muchachos que yo con mi mujer me iré a prender
fogón en medio de la chagra.
Se quedaron ellos y él se fue con su mujer. Llevaban hamacas para descansar
después del trabajo. Se fueron ya bien caída la tarde. Encendieron hogueras por
todos lados y en medio de la chagra. Pero tan pronto se apagaban esos fogones
los animales estos empezaban a salir; pero no eran propios animales
[verdaderos]: no era propio ratón, ni tintín, ni grillo, ni gusano; eran brujerías para
perjudicar. Llegó la brujería y Nofizazima le dijo a su mujer:
-Estoy cansado. Vamos a descansar un rato. Amarra esa hamaca.
-Bueno. Voy a amarrarla –respondió la mujer.
Y la colgó en medio de la chagra. Vino el hombre y se metió con su mujer en ella y
se mecían porque se sentía mucho calor. Pero al poquito tiempo el hombre se
durmió, y su mujer también. ¡Brujeados, sería! La brujería de Monayagone era la
que los mecía en forma de muchacha que cantaba y cantaba nombrando el sueño:
Yuti… Yuti
Nofouzazinama ïnï, ïnï…
Nofouzazinama ïnï, ïnï…
Esa es Kïrïtïjï. De ahí viene eso de mecer a los niños para dormirlos. Fue el origen
de esa costumbre. Los dos, marido y mujer, se quedaron profundamente
dormidos. Brujería de ese tal Monayagone puesta en obra por su sobrina. Se
durmieron, pero en el cielo. La hamaca se subió, bien arriba, hasta llegar a las
nubes altas. La hamaca quedó amarrada [suspendida] en el vacío.
Entonces vino el viento zïzïzïzïzï... frío de arriba. Ya Nofizazima se despertó con
semejante frío y dijo:
-¡Ay, mujer! Despierta y atiza la candela.
Ella se volteó para bajarse de la hamaca, pero al hacerlo se cayó. Se vino desde
arriba y se estrelló contra la tierra. Él no se dio cuenta y al ratico volvió a decir:
136
-¡Mujer! ¡Mujer! ¿A qué horas vas a atizar? ¡Rápido!
Pero otra vez se quedó esperando. No supo que se había caído. Sacaba el pie de
la hamaca y tanteaba buscando a la mujer… y nada. Entonces se agachó a mirar.
Le pasó el sueño. Escupió y el escupitajo se perdió sin que le llegara el ruido al
golpear el suelo. Miraba asustado en derredor: cielo, cielo azul; abajo, azul; arriba,
azul. Escupió otra vez y no vio que llegara al piso. No había piso.
Ahí quedó sin poder bajar. Amaneció y aclaró completamente. Entonces, en la
maloca, la mamá de Nofizazima dijo:
-Hijos: vamos a mirar qué ha pasado, por qué sus papás no han regresado.
Ellos dijeron que bueno y se fueron a mirar; pero nada, buscaban por todas partes
y nada. Las hogueras que habían encendido estaban apagadas y frías, y hasta las
cenizas estaban húmedas por el rocío. Fueron a mirar por el lado donde tenían
puestas las trampas y tampoco los encontraron. Terminaron yendo donde los
vecinos a preguntar por ellos. Nada. Les decían:
-No abuela, ni su nuera ni su hijo han llegado aquí.
Nadie, nadie daba razón. Los hijos regresaron con la abuela a la maloca. Nadie
sabía qué se habían hecho Nofizazima y su mujer. Los de la maloca regaron la
noticia entre todos los seres vivientes para que ayudaran en la búsqueda. En eso
estaban hasta las abejas, las golondrinas, todos esos animales que andan lejos,
pero nadie encontraba a los perdidos. Entonces la abuela, oyendo cantar a Faido,
el pájaro mochilero, también cantó y le dijo al pájaro:
¿Acaso tú no eres gente?
Tal vez estés llorando la pena por la ausencia de tu amo.
Mi hijo te crio y no aparece.
¡Búscalo!
Tú vives por él,
de no ser así te hubiera matado la gente para comerte
y hacer adornos con tus plumas.
Busca a tu dueño.
Tú que vagas por el cielo…
¡Búscalo!
Faido la oyó, entonces arrancó hojas del techo de la maloca, esas que suenan
cuando sopla el viento, se las puso en las alas y voló. Es por eso que las alas del
muchilero suenan cuando se esponja; avisa de esa forma. Se fue
zazazazazazaaaa… y entre tanto cantaba.
Nofizazima estaba secándose al sol. ¡Con semejante calor! Flaquito estaba ya, en
su hamaca; la boca seca, también los ojos. Solo allá.
Llegó Faido y se posó en la punta de la hamaca. Gritaba, se sacudía, cantaba
(este pájaro acostumbra cantar a medianoche, sobre todo en las noches de luna
llena, cuando es mediodía para los seres de la noche). Desde allá se vino
137
fufufufufúuuu… po… y se posó en la rama de guama. Se puso a cantar. Y la viejita
le dijo cantando, que es la mejor manera como entienden los pájaros el lenguaje
de los hombres:
Acaso tal vez tú eres gente,
tal vez vienes a avisar
que ya encontraste a tu amo:
mi hijo, tan trabajador.
Tanta guama,
tanta uva,
tanto caimo de mi hijo desperdiciándose;
se están secando.
De todas esas frutas
si encuentras a mi hijo
bien puedes comer.
Faido, sintiéndose autorizado se fue a la punta de la rama llena de guamas, y
parta y chupe, parta y chupe, parta y chupe. Al final, sacó unas pepas y voló
zozozozozozoooo… hasta que llegó donde estaba Nofizazima. Su boca se estaba
secando. Faido vomitó en ella guama, soltó la fruta dentro de la boca del que se
estaba secando. Primero vomitaba agüita, luego puso en la lengua la guama [la
pulpa blanca]. Otros sabedores al contar esta historia dicen que eso blanco quedó
convertido fue en los dientes, y otros más cuentan cómo fue con una hoja fresca
de coca que se reconstruyó la lengua, que ya se le había secado al hombre
completamente.
Es con esa agüita que nosotros vivimos. Eso quedó como saliva. ¿De dónde sale
esa agua? Al coquear la boca queda seca, después sale esa agua. Nadie la echa.
Uno coquea cuando viene el sueño. Igual con el tabaco. El sueño se manda lejos.
Es el sueño el que negrea las pepas del milpesos, las pepas de la uva caimarona,
de todas esas frutas que se vuelven negras cuando maduran. Allá se manda el
sueño.
Al aprendiz, el que está oyendo al abuelo sabedor, le quita el sueño. Se despierta
y el abuelo coge ese sueño y lo manda a las frutas para que maduren. Esa guama
es nuestra lengua.
Vino otra vez Faido fafafafafaaaa... y se posó en el palo de guama. Al verlo, la
viejita le dijo cantando:
¡Ay! Acaso tú eres gente
y vienes a avisar bien.
Encontraste a tu amo
y estás cantando eso.
Las frutas de mi hijo,
esas uvas que sembró con tanto trabajo,
138
se están desperdiciando.
Con esas frutas se podría mantener mi hijo.
Entonces Faido se va al palo de uva y chupa y chupa y chupa. Saca agua. Sacó
dos pepas y con eso se marchó rápido, porque los ojos de Nofizazima se estaban
secando. Entonces echó esa agua en un ojo y luego en el otro. Sus ojos estaban
ya secos pero por un huequito entraba el agua en su cuerpo, adentro. Puso esas
pepas en sus ojos. Por eso las lágrimas son dulces y es por eso que tienen agua
nuestros ojos. Es un agua que no se seca. Con eso que llevaba Faido, Nofizazima
se estaba alentando.
Otra vez se vino Faido desde la hamaca que estaba en el cielo y se posó en la
mata de guama. Y la mamá de Nofizazima dijo:
Porque encontraste a mi hijo
por eso llegas contento.
Mi hijo era muy trabajador
sembraba muchas frutas.
Se está desperdiciando el caimo,
de eso puedes darle
para mantener su cuerpo.
Faido vio que el caimo estaba bien maduro. Va y chupa y chupa y chupa. Saca
agua. Se llenó y luego se llevó dos caimos en el pico fu fufufufuuuu…
El pecho de Nofizazima estaba seco. Nosotros tenemos caimos en el cuerpo: son
los pulmones, el pecho. Allí hay agua. Son caimos. Con eso se estaba alentando.
Faido, entonces, volvió cacacacacaaaa… Y la viejita, que lo ve parado en el palo
de guama dice:
Mi hijo era muy trabajador
y sembraba tantas, tantas frutas.
El plátano se está desperdiciando.
Dale de comer,
con eso se puede mantener su cuerpo.
En medio de la finca había un plátano maduro. Faido chupaba y chupaba y
chupaba. Cogió dos plátanos y se vino. Se los puso a Nofizazima: Son las
clavículas. Ya con eso quedó completo. Ya Nofizazima hablaba con Faido y el
mochilero decía:
-Yo fui criado por ti. De no haber sido así, me hubiera matado la gente. Te estoy
muy agradecido.
Y Nofizazima le decía:
-Por favor, llévame abajo.
-Pero, ¿Cómo?
-Pues allí hay algodón de balso. Trae ese plumón y trae la flor del uigïkï, ese
algodón, eso es para sentarse como un cojín.
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Y así continúa el relato, desenvolviéndose en numerosas secuencias. Por
desgracia, después de ser reconstruido el cuerpo y a pesar de su alianza con
Faido, Nofizazima no podrá reintegrarse a la familia; y esto por una imprudencia
de sus hijos, a quienes encanta junto con la abuela, su madre. Ellos quedan
convertidos en pajaritos, y la anciana en ortiga, una de las plantas más utilizadas
en la farmacopea indígena amazónica. Por su parte, Nofizazima queda
transformado en el conjunto de los remedios vegetales. En ellos reside su espíritu
y su fuerza. (Urbina, 2010, Páginas 115-120)
El origen de las lluvias
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Silva, F. (1999). Mitos y leyendas colombianos. Bogotá, Colombia: Editorial
Panamericana.
Los hombres, cansados del sol, no sabían qué hacer para que cayera agua sobre
sus chagras. Un día, Bigidima se encontraba recogiendo agua para regar su
sembrado de yuca y chontaduro cuando, de pronto, saltó un gran pez de las
profundidades del río, que lo asustó mucho; enfurecido, Bigidima sacó su lanza y
la arrojó con toda su fuerza, pero la punta de la lanza sólo alcanzó el fuerte cuello
del animal. Inmediatamente, el pez sopló con tal fuerza que el agua que tomó salió
por la herida y cayó en forma de lluvia.
Desde entonces se sabe que siempre que hay lluvias, el delfín del río está
soplando por el orificio que le hizo la lanza del airado Bigidima. (Silva, 1999,
Página 64)
Cambutes, el joven que dominó las nubes
Imúes
Nariño
Silva, F. (1999). Mitos y leyendas colombianos. Bogotá, Colombia: Editorial
Panamericana.
Hubo hace mucho tiempo, entre los Imúes, una gran sequía. Todos los cultivos se
secaron, los animales comenzaron a morir y los niños a enfermarse. Los ancianos
sabios por más que rezaban y aplicaban todos sus poderes, no lograban que
lloviera tan solo un poco. Entonces, el jefe ordenó:
-Como nuestro pueblo se está muriendo por la sequía y los sabios no encuentran
la fórmula para que la lluvia refresque nuestra tierra, he decidido otorgarle el reino
a aquel que logre traer la lluvia.
Inmediatamente todos los jóvenes ilusionados pensaron en lo que iban a hacer
como jefes de la tribu. A la mañana siguiente, todos partieron en medio de risas y
alegrías. El único que no podía ir era el tímido Cambutes: todos decían que era
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medio tonto porque no hablaba con nadie y era muy solitario. Después de algunos
días comenzaron a regresar los que primero habían partido, con caras tristes y
acongojadas. Al cabo de pocas semanas ya todos habían vuelto y la sequía se
hacía cada vez más fuerte.
-¡Yo seré el próximo que parta! –exclamó Cambutes. Todos lo miraron
asombrados y algunos hasta se burlaron de él.
Pero Cambutes no prestó atención a las burlas y una noche salió en busca de la
nube. Nadie lo despidió y sólo se dieron cuenta que el joven no estaba a la
mañana siguiente en que alguien comentó que había visto perderse a Cambutes
en las vegas del Guáitara.
Así pasaron los días y ya nadie se acordaba de Cambutes. Pero un día en que
estaba todo el poblado reunido, una pequeña nubecilla fue apareciendo allá a lo
lejos. Lentamente aumentaba su tamaño a medida que se acercaba al pueblo.
Todos pensaron que era un milagro, pero de repente apareció la figura de una
persona abajo en el valle que hacía señales con su mano a la gran nube.
-¡Es Cambutes! –gritaron en coro los niños. Cuando Cambutes llegó a la entrada
del pueblo, todos los hombres y jóvenes se miraron avergonzados por no haber
creído en él. Cambutes condujo con señales a la nube hasta donde estaban los
sembrados y al poco rato una fresca lluvia se dejó caer en todo el pueblo.
Cambutes no pidió nada a cambio y desde ese día, todos los Imúes lo admiraron y
respetaron. Como recordatorio, llamaron en su honor a la montaña más alta de la
comarca. (Silva, 1999, Páginas 91-92)
Chautec y la lluvia
Paez
Tierradentro, Cauca / Valle del río Paez
Silva, F. (1999). Mitos y leyendas colombianos. Bogotá, Colombia: Editorial
Panamericana.
Al principio, el agua se estaba acabando porque Chautec, un hombre gigantesco,
se había bebido toda el agua de los ríos y había empezado a recoger toda la lluvia
en su gran boca. A medida que tomaba agua, su cuerpo iba creciendo más y más.
Cuando los demás hombres le pedían un poco de agua, Chautec se enfurecía y
arrojaba rayos por sus ojos. Nadie podía arrebatarle siquiera una gota de agua a
Chautec.
El pájaro carpintero al ver que nadie podía tomar agua, decidió enfrentarse a tan
gigantesco enemigo. En las noches, Chautec acostumbraba dormir profundamente
con su boca abierta, por si llovía mientras él dormía. El pájaro carpintero
aprovecho que su sueño era muy pesado, para intentar robarle un poco de agua.
Voló lo más alto que pudo y se dejó caer con fuerza para estrellarse en la panza
del gigante. Pero lo único que logró fue abrir el ombligo de Chautec. Desde allí
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salía un chorrito, que los hombres aprovecharon para llenar vasijas, regar las
matas y darle de beber a los animales.
Tan pronto amaneció, Chautec se levantó y al ver que de su panza salía agua,
tapó el agujero con una mano y, furioso, comenzó a lanzar rayos por todas partes
ahuyentando a los hombres y los animales, que huyeron en busca de un lugar
para esconderse.
El pájaro carpintero estaba decidido a acabar con Chautec. Llamó a todos sus
hermanos y les propuso un plan. Al caer la noche y mientras Chautec estaba
descansando, todos los pájaros carpinteros se pusieron en fila, con sus agudos
picos bien erguidos. Pero antes, habían hecho que todos los hombres con sus
familias y animales marcharan hacia lo alto de las montañas.
Cuando estuvieron listos, todos los pájaros carpinteros se lanzaron sobre Chautec
y entonces una gran explosión sacudió la tierra; el gigante voló en mil pedazos y el
agua comenzó a rodar por todas partes, formándose el mar y todos los ríos.
Algunos pájaros carpinteros cayeron al agua, dando origen a todas las variedades
de peces. Los hombres bajaron de las montañas con sus familias y animales,
habitaron en los valles y vivieron muy agradecidos de la valentía del gran pájaro
carpintero. (Silva, 1999, Páginas 99-101)
Historia de los ríos
Orígenes desconocidos
Zona Pacífica
Silva, F. (1999). Mitos y leyendas colombianos. Bogotá, Colombia: Editorial
Panamericana.
Al principio del tiempo no existían ni lagos ni ríos; sólo estaba la tierra, los
hombres, algunos animales y unas pocas lluvias que apenas alcanzaban para
calmar la sed y regar las plantas.
En cierta ocasión, un hombre que cultivaba su parcela encontró en la tierra un
gusanillo de mil colores, que se movía graciosamente. El hombre lo alzó con
cuidado y lo puso en la palma de su mano; el gusanillo jugueteaba y bailaba en la
mano del hombre, que de inmediato se encariñó con él. Lo guardó
cuidadosamente en su bolsillo y continuó trabajando. Cuando llegó a su aldea lo
mostró a sus hijos, que no hacían otra cosa que comer y dormir, mientras el padre
trabajaba de sol a sol. La familia no le prestó atención al gusanillo y el hombre,
entristecido, buscó un lugar en dónde guardarlo. Llenó una totuma con agua y ahí
lo metió. El gusanillo por su parte parecía muy contento.
Al otro día, apenas amaneció, el hombre corrió a ver a su amiguito, y se encontró
con una sorpresa: el gusanillo era más grande y la totuma estaba rebosada de
agua. De inmediato consiguió una vasija más amplia y lo llevó al campo a trabajar
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con él. Cuando ya hubo pasado medio día, se dio cuenta de que la vasija
nuevamente estaba repleta de agua y el gusanillo crecía cada vez más y más.
-Te voy a hacer una casa bien cómoda –dijo el hombre al gusano que se paraba y
bailaba, como si entendiera lo que el hombre le decía. El hombre cavó un gran
hueco, lo llenó de agua y luego metió al gusano, que ya parecía una joven culebra.
En su nueva casa, el gusano se movía con mucha agilidad y cuando llegó la tarde,
el hombre se despidió de su amigo y prometió no contar nada a su perezosa
familia.
Al otro día, cuando llegó a mirar cómo estaba su compañero de trabajo, quedó
sorprendido al ver que el pozo que había hecho estaba convertido en un gran lago
y que el pequeño gusanillo era ahora una gigantesca boa. Al ver al hombre, la boa
saltó de alegría, formando unas grandes olas que dejaban en tierra una gran
cantidad de peces, que fueron recogidos por el hombre para llevarlos a casa.
Tanto crecieron el lago y la boa, que ya era un peligro para el hombre estar cerca
de su amiga, porque era tanta el agua que rodaba, que se formaban grandes ríos.
Así que idearon un sistema para anunciar cada visita: antes de llegar al lugar, el
labrador tocaba un tambor.
En su casa, sus hijos intrigados de dónde salía tanta comida, decidieron seguir a
su padre para conocer la fuente. Cuando llegó al lugar, el anciano tocó el tambor y
esperó un momento antes de seguir. Al otro día, los dos muchachos llegaron hasta
el lugar y sin tocar el tambor, siguieron por donde había caminado su padre. Como
no sabían de qué se trataba, no esperaron a que el agua se calmara y fueron
arrasados por el caudaloso río.
El padre, al conocer la noticia, rogó a la boa que fuera a buscarlos. Ella fue
abriendo caminos que, por lo profundos, se llenaron de agua, formando todos los
ríos. Dicen que el anciano todavía espera en una rivera del San Juan a que la boa
le devuelva sus hijos. (Silva, 1999, Páginas 103-105)
El Dorado
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
Arango, J. (1965). Mitos, leyendas y dioses chibchas. Imprenta Departamental:
Manizales, Caldas, Colombia.
Se aproximan las ceremonias rituales que, periódicamente, el cacique de la
comarca realizaba para hacer ofrendas, sacrificios e implorar la benevolencia de
los dioses tutelares de la laguna, como también para ratificarse ante el pueblo
como representante de esas divinidades y, así, perpetuarse como supremo
mandatario sobre la parcialidad indígena.
Cuenta el relato que todo es diligencia, trabajo, expectación. El cacique y los más
destacados miembros de su séquito real, inician el clásico y obligado ayuno y
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abstinencia, necesarios para la purificación de cuerpo y alma, para, de esta suerte,
estar preparados para invocar la benevolencia de la diosa tutelar de las aguas.
Con este período de sacrificios y penitencias, los dioses serán propicios y quienes
los invocan recibirán perdón a sus faltas, consuelo en la aflicción, promesas de
felicidad en el porvenir.
Mientras el supremo cacique y sus cortesanos se preparan física y espiritualmente
para el rito en la laguna, en el bohío real se hacen todos los preparativos para el
fausto acontecimiento, sin dejar nada a la improvisación. Hasta el más
insignificante detalle se tiene en cuenta. Todo es preparado con meticulosidad
para el ritual. Desde luego, no sólo se dispone de todo cuanto se precisa para el
solemne y pomposo ceremonial; también se aprestan para los grandes festejos
culminatorios del rito en el sagrado adoratorio.
Al tanto que esto acontece en el bohío del cacique, el pueblo también se apresta
para las conmemoraciones en la laguna, igual que para las celebraciones que han
de seguir a los ritos en el sacro remanso. Muchos hacen penitencia y “propósitos
de enmienda”, purificando su cuerpo con la abstinencia en el amor, con la vigilia
en los alimentos y privaciones de todo cuanto es gozo y solaz. Pero, también, a la
par que esto hace, apronta sus máscaras, sus vistosos arreos, sus más ricos
adornos, sus más hermosos penachos multicolores. Otros alistan instrumentos
para amenizar los actos, mientras que prácticamente todos hacen ricas
provisiones de alimentos y, sobre todo, de chicha, para conmemorar tan regio
espectáculo como el que se les ofrecerá, en breve.
En esta forma, cuerpo y espíritu gozarán de las espléndidas festividades. Los
dioses protectores quedarán satisfechos; aplacarán sus iras; perdonarán a los
culpables; darán ventura a su amado pueblo. El espíritu, el alma, quedará libre de
pecado y remordimiento, preparándose, así, para una vida contemplativa mejor.
Por otra parte, el espíritu, ya liberado de sus penas y congojas, dejará un cuerpo
dispuesto para recibir gozos y dichas supremas, después de la purificación. Ya
podrá disfrutar, jubiloso, de los espectáculos que seguirán a los ritos; a las
celebraciones que han de culminar en una verdadera bacanal, en una orgía, y ésta
en tremendas y embrutecedoras borracheras.
Al paso que se acerca el día de la magna ceremonia en la laguna, mayor es el
ánimo de las gentes, más grande la ansiedad. Todo se mueve a un ritmo más
acelerado. Las comarcas vecinas comienzan a volcarse sobre las regiones
aledañas a la sagrada laguna, donde se oficiarán los rituales. Todo es ambiente
festivo por doquier. Comienzan a olvidarse las penas, las tristezas y la miseria de
muchos, contagiados por el jolgorio que se ha apoderado de la región. El pueblo
está lleno de felicidad y todos son iguales; ya no existen diferencias de ninguna
naturaleza; todos se identifican con la alegría.
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Llega la hora del feliz acontecimiento. Aún sin despuntar el alba, ya todo está listo
para iniciar el desfile hacia la divinizada laguna. Al son de flautas, flautines y
tamboriles, comienza la procesión hacia el adoratorio. Abigarrada multitud
luciendo vistosos trajes, sigue el compás de los músicos, entonando oraciones y
plegarias. Vienen, luego, las andas reales. Hercúleos guerreros ostentando, en
sus cabezas, hermosos y policromados penachos de plumas de las más exóticas
aves, portan sobre sus atléticos hombros las andas sobre las cuales reposa la
soberana y divina majestad del cacique. A los lados y detrás del soberano,
nutridos cordones de güechas o guerreros, portando sus flechas, sus lanzas,
siguen el cortejo hacia la laguna.
A medida que las gentes van llegando a las santificadas aguas del remanso, lo
van circundando. A corta distancia de la orilla de la sagrada linfa, desciende el
soberano de sus andas e inicia, a pie, el corto trayecto hacia la balsa real que lo
espera. En su breve recorrido, guerreros y cortesanos, cubren de ricas y coloridas
mantas el suelo, para que la planta del cacique camine como sobre mullido lecho.
Llega, finalmente, a la sacra laguna. Allí aguárdalo una inmensa y hermosa balsa
cubierta de mantas multicolores y de fragantes colores silvestres. Suben, primero,
varios de los más destacados súbditos del cacicazgo, quienes toman asiento
sobre la balsa, dejando el centro libre para el soberano. Asciende éste a la
majestuosa rampla. Apenas se ha colocado en el centro de la balsa, deja caer su
hermoso manto rojo, que cubría su cuerpo. Este queda desnudo, pero del todo
cubierto con una gruesa capa de oro en polvo. Así, erguido y soberbio, el
soberano cacique parece, más que un ser racional, un dios pagano.
La barcaza real se aleja lentamente de la orilla, mientras que la muchedumbre,
vuelta de espaldas a la laguna –o con la frente inclinada-, para no ofender, con la
mirada, la divina majestad del cacique, acentúa sus cánticos, sus plegarias, sus
oraciones. Ya en medio de la laguna, envuelto en volutas de humo de perfumadas
resinas, el escultural cacique, de pie, dirige su cuerpo y su mirada hacia Oriente,
en espera del monarca de las alturas. Tintes rojos de riquísima gama, se filtran
tímidamente por entre nubecillas, en esplendoroso contraste con el intenso azul
del firmamento. Un ronco murmullo de plegarias flota sobre las ondas de la
sagrada laguna, al tanto que el cacique entona, también, oraciones y cánticos
litúrgicos, apenas perceptibles aún por los propios acompañantes en el ritual.
En medio de esta expectación devoradora, de un momento a otro, desde el arrebol
magnífico, asoma el astro rey, que envía sus fulgores hacia la sagrada linfa de la
laguna de Guatavita. Un rayo del sol, magnífico y esplendente, rompe la nube y se
proyecta, olímpico, sobre el dorado cuerpo del cacique. Este, bañado por el fuego
divino, levanta los brazos con airoso ademán y lanza un grito de alegría
incontenible. Su voz retumba por todos los ámbitos del remanso, para perderse en
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la vocinglería de la multitud que, ahora de frente al sagrado adoratorio, vocifera,
emocionada y frenética, al aparecer los primeros destellos del astro de los cielos.
El soberano Guatavita, en medio de la laguna, con su bronceado cuerpo envuelto
por esplendorosos fulgores, sigue extático, como perdido en su arrobamiento. De
lejos vienen alegres notas de las flautas y tamboriles. El cacique vuelve en sí, y al
pronunciar sus más sentidas y emocionadas oraciones, arroja al fondo de la
sagrada laguna las más hermosas esmeraldas, como ofrenda a la diosa tutelar de
su pueblo, invocando bienaventuranza para sus amados súbditos. Luego, en
arrogante gesto y con cánticos en sus labios, continúa arrojando, a la voracidad de
la laguna, las más delicadas y hermosas preseas. Tunjos de oro, animales
confeccionados, del mismo metal, por los más delicados artistas de la orfebrería
lugareña, siguen cayendo silenciosos en el seno del augusto adoratorio.
Enternecidas plegarias acompañan el descenso de los delicados exvotos,
mientras que la muchedumbre, con incontenible alegría, lanza voces –como
cánticos y ruegos-, a través del aire perfumado de la sacra linfa del remanso.
Terminadas las ricas ofrendas, el soberano cacique salta de la barcaza real y se
sumerge en las cristalinas aguas de la laguna. Frótase con hierbas el cuerpo, y el
oro, disuelta la resina que lo contiene, cae, también, al fondo del acuático
adoratorio. El cacique, habiendo ya dedicado su última ofrenda a la diosa del
divino remanso, retorna a la balsa. Sus súbditos arrópanlo, luego, con artísticas
mantas para secar su cuerpo purificado con la sagrada ablución, y, después,
cúbrenlo con el manto propio de su majestad, de su realeza.
La balsa se apresta a retornar a tierra firme. Suaves y rítmicos movimientos
llévanla hacia la orilla. Los expectantes súbditos, vuelven, entonces, sus espaldas
a la sagrada laguna, o se inclinan reverentes, porque, ahora, como siempre, sus
miradas pueden herir u ofender la sublime majestad del soberano. La rústica
embarcación toca tierra, al son de los fotutos, las flautas y los tamboriles. Una vez
más, el cacique camina, lento y ceremonioso, por tapices de mantas y flores,
hasta ocupar, de nuevo, el trono, incrustado en las andas reales. Los corpulentos
y fornidos guerreros levantan la figura augusta del cacique y la llevan de regreso a
su morada.
Terminado el ritual de la ablución y consagración del soberano cacique, el bohío
real comienza a vestirse de fiesta. Se inician las celebraciones, que van
tornándose en orgías, en bacanales. Al son de las ocarinas, las flautas y
tambores, danzarinas describen sensuales parábolas ante las miradas torpes de
los lujuriosos cortesanos. Tiguyas beben el embriagante licor del maíz, en los
labios de sus amantes. La alegría llega al paroxismo y todos se pierden en el
festín, entre humo, embriaguez y sensualidad desbordantes.
Afuera, el pueblo también se ha entregado a la celebración. Grotescas máscaras
cubren los rostros alegres de muchos, mientras que otros gritan y cantan al
146
compás de las destempladas notas de flautas y flautines, de embriagados
ejecutantes. Todo es esplendor, algarabía, jolgorio. El pueblo, purificado por la
oración en la laguna, se entrega, ahora, a la fiesta y a la orgía. Uno a uno, todos
van cayendo entorpecidos por el embrutecedor brebaje de maíz. Aquí, como en el
bohío del cacique, la alegría de los festejos termina en éxtasis, en sensualidad
incontenida y siempre satisfecha, al tanto que el sol va trocando sus luces
esplendentes, por las negras vestiduras de la noche. (Arango, 1965, Páginas 102-
108)
El Poira
Orígenes desconocidos
Huila
González, G. (2002). Mitos del Huila: Textos basados en la tradición popular.
Neiva, Colombia: Ediciones Huertas.
Pequeño duendecillo que habita los más profundos charcos y remansos del
Magdalena. Suele encontrárselo jugando con su larga cabellera, para conquistar a
las niñas o a los jóvenes a quienes lleva a las cuevas desconocidas que habita.
Nadie le teme al Poira. Muchas veces hemos visto su cuerpo dorado voltear las
canoas de los pescadores o espantarles los peces.
Es la última esperanza cuando un ser querido se nos ahoga. Guardamos la fe de
que lo haya embaucado para conducirlo a esas cavernas que, debajo del
Magdalena, guardan tesoros y secretos que tal vez nunca llegaremos a conocer.
Dicen los campesinos, que es frecuente que se aburra con las niñas y con los
jóvenes que conduce a su morada. Por eso, los regresa a sus hogares, para
seguir sus juegos y coqueteos conquistando a otros bañistas o pescadores que se
atrevan a bajar solos al río. (González, 2002, Página 24)
La Madre de Agua
Orígenes desconocidos
Huila
González, G. (2002). Mitos del Huila: Textos basados en la tradición popular.
Neiva, Colombia: Ediciones Huertas.
El Huila y el Cauca ya sufrieron la furia de la Madre de Agua. El Páez se desbordó
llevando a su paso todo lo que encontró. Mi tío Oliverio que se baña en el río, la
sintió cuando venía bajando.
-Eso es el putas el que viene río abajo- me dijo mi tío, que había pensado cuando
escuchó ese ruido que lo envolvía todo y luego cuando vio esa gran bola de agua
que venía por entre los montes.
Es que la madre de agua, vieja serpiente inmensa que vive en todos los lechos de
los ríos y en las quebradas, la que regula las crecientes y las sequías, se enfurece
147
y se torna indomable cuando los hombres profanan sus templos de agua, musgo,
árboles y brisas refrescantes.
Anfibio oculto, cuerpo de serpiente, que expulsa agua por su inmensa boca para
regar los sembradíos.
Que bella es vista desde el aire. Se parece a las ondas que forma el Río de la
Patria bajando por los valles y cruzando las llanuras de esta Tierra de Promisión.
(González, 2002, Página 36)
El Origen del Mundo – Mito U’wa
Tunebo / U’wa
Boyacá / Arauca / Santander
Galindo, M.; García, C. & Valencia, J. (2003). Mitos y leyendas de Colombia:
Tradición oral indígena y campesina. Bogotá, Colombia: Editorial Intermedio.
“Bistoá salió y miró;
para la Tierra hacer;
y, como estaba por hacer,
Bistoá no se sentó”.
En ese tiempo sólo había agua, un agua espesa y en constante movimiento: los
animales, los árboles y la gente todavía no existían. Sira, dándose cuenta de que
así era imposible que vivieran los u’was, resolvió enviar a alguien a ver si ya había
tierra, y le dijo a Rúruna, que lo acompañaba: “Trae a Bistoá, para que se
encargue de traer la tierra”. Y Rúruna empezó a llamarlo: “¡Bistoá! ¡Que sea
Bistoá! ¡Que nazca Bistoá!” A medida que lo llamaba, Bistoá se iba formando poco
a poco, se iba haciendo hombre en el seno de la laguna. Entonces salió de las
aguas, pero tuvo que cruzar los dedos y sentarse encima de ellos, pues todo era
agua y no había tierra.
Así sentado, miró hacia arriba y hacia abajo, donde estaban las peñas de Sibinará
y Konuriá, y pensó en lo que debía hacer para que hubiera tierra. Se le ocurrió
llamar a Chichkúna, para que lo ayudara en tan difícil labor. Chichkúna acudió al
llamado de su tío, acompañado de cuatro primos, todos dispuestos a hacer las
cosas conforme lo quería Bistoá, y preguntó “¿Para qué soy bueno, tío?” Bistoá
contestó: “No tengo tierra ni nido para vivir”. Y el sobrino volvió a preguntar “¿Y yo
dónde la voy a conseguir?” Entonces Bistoá le mostró dónde había tierra.
Chichkúna y sus cuatro primos se fueron por ella. En cada viaje traían grandes
pedazos que arrastraban sobre el agua, haciendo mucho ruido; a su paso, todo se
iba poniendo sólido. Después colocaban cada cosa en su lugar. Mientras hacían
todo eso y mientras hablaban con Bistoá, los sobrinos se veían como la gente;
pero cuando iban por la tierra, se hacían invisibles.
Bistoá vio el trabajo de sus sobrinos y se dijo que todavía quedaba mucho por
hacer, pues los u’was no podrían cultivar nada en esa peña. Por eso resolvió
148
hacer otros cuatro viajes para traer tierra, que amasó y amarró hasta dejarla como
la conocemos ahora. Pensando en los deseos de Sira y de Rúruna y en las
posibilidades que tenían los u’was de vivir en esa tierra, Bistoá decidió usar unas
agujas para asegurarla. Esas agujas son las lombrices.
Al mirar su obra, se percató de que aún faltaban los árboles, y sin ellos las abejas,
a las que llamaba hermanas, no tendrían dónde vivir. Entonces sembró los
árboles, como quien siembra plátano, y vio que eran tan altos que tocaban el cielo.
Esto le pareció malo, porque así no serían útiles para los u’was. Entonces pensó
que Sira se complacería si traía el viento, y por eso llamó a Rokíbina, Abákina,
Botakoá, Ruína, Yakuná, Siánkuba y Kugrasa, quienes llegaron, trayendo cada
uno ocho sopladores de candela. Bistoá les dijo que miraran pero que no soplaran,
y les mandó arreglar los árboles. Ellos dijeron como Bistoá había dicho y se
pusieron a soplar y soplar, hasta que se formó un viento fortísimo que quebró las
ramas de los árboles, dejándolos del tamaño que tienen ahora. También
aprovecharon para subir un poco el firmamento, que había sido construido por
Karasa. Sira aprobó el trabajo y despachó a Abákina para su casa.
Bistoá quedó contento con el firmamento hecho por Karasa; pero como todo
estaba oscuro, le pareció que así nadie podía vivir. Entonces llamó a la Luna, pero
de poco sirvió, pues aunque su calor era igual al del Sol, ella no siempre aparecía.
Disgustado, Bistoá tomó un poco de yopo, se sacó los mocos de la nariz y se los
tiró a la Luna, llenándole la cara de pecas. Acto seguido, le dijo que sólo podía
salir cuando se fuera su hermano, el Sol, con quien vive en la casa de Karasa,
justo al final del firmamento. Desde entonces, la Luna tiene manchas y no
alumbra.
Satisfecho con su obra, Bistoá llamó a la estrella de la mañana, y ella le dijo que
no podía alumbrar a los u’was porque su luz era muy tenue. Así las cosas, el
creador del mundo mandó llamar al Sol, que se hallaba en casa de su madre, la
oscuridad. Kuanakoá hizo el mandado, pero tuvo que esperar cuatro veces a que
el Sol lo atendiera, porque tenía pereza y no era capaz de alumbrar. Al fin, el Sol
aceptó el llamado de Bistoá, pero antes tuvo que pedir ayuda a Karasa. Karasa le
dio un vestido azul y cuatro coronas, como las que usan los karekas, con las
cuales podría alumbrar para siempre, así como cuatro caña bravas, que son los
rayos luminosos. Antes de presentarse ante Bistoá, el Sol recibió también una
carta para que alumbrara a todos durante toda la vida, y se comprometió a
hacerlo, siempre que le dieran con qué. Finalmente, lo montó en un caballo y lo
dejó partir.
Cuando se acaben los u’was, el Sol se devolverá para la casa de sus padres, se
envolverá cuatro veces en el vestido de su mamá y se recogerá en su seno, para
dormir por toda la eternidad. La puerta por donde salía a alumbrar el mundo se
149
cerrará para siempre, y la Tierra quedará totalmente a oscuras, porque la Luna
desaparecerá al mismo tiempo.
Cuando todas estas cosas hayan pasado, aparecerán otros cuatro soles que
alumbrarán por última vez la Tierra, la cual quedará nuevamente a oscuras.
Entonces la Tierra temblará y caerá, y todo volverá a ser laguna, sobre la cual se
desplomará el firmamento, acompañado de las estrellas. (Las estrellas son las
piedritas que recogió Bistoá por donde pasó Chica, y fueron pegadas por Karasa
en su casa, para que alumbraran todas las noches hasta el día en que se acabe el
mundo.) En ese momento desaparecerán las plantas y los animales, y sólo
quedarán la laguna y la oscuridad. (Galindo, et al, 2003, Páginas 67-70)
Nacimiento de Yuruparí, el Hijo del Sol
Tenuí
Vaupés
Galindo, M.; García, C. & Valencia, J. (2003). Mitos y leyendas de Colombia:
Tradición oral indígena y campesina. Bogotá, Colombia: Editorial Intermedio.
“Muchos años el tenuino casi murió:
sólo viejos y mujeres vivieron.
Así, del tenuino, la raza peligró,
y del fruto prohibido una mujer comió.
Su castigo pronto todos conocieron:
Yuruparí, el hijo, de su seno nació”.
Cuando la Tierra estaba joven, la gente se enfermó y empezó a morir. Murieron
tantos hombres que la sierra del Tenuí quedó desolada: apenas se salvaron las
mujeres y los ancianos, entre los cuales había un brujo o hechicero, llamado payé
en el idioma nativo.
Como ya no habían hombres, las mujeres, después de algún tiempo, se
asustaron, porque el Tenuí iba a desaparecer de la Tierra, y decidieron reunirse en
concilio para decidir qué hacer. Entonces se fueron al lago Muypa, justo en el sitio
en donde la madre de los sedientos, Cyiyucé, la Señora del Lago, solía tomar su
baño. Al lago llegaron a conversar, aunque el payé se los había prohibido, y
dijeron: “¿Qué hacemos? ¿Volver jóvenes a los viejos y tomarlos? Y si así no
sirven, ¿los echamos al río? ¿Nos fecundaremos nosotras mismas?” Eso decían
cuando llegó la Señora del Lago a bañarse. Pero si aquello las asombró, ¡cuál no
sería su sorpresa al ver al viejo payé sentado en medio de ellas!
Las mujeres se avergonzaron y trataron de escapar, pero fue en vano: sus pies no
se movían, parecían amarrados al suelo. Entonces el payé les dijo: “Mujeres,
ustedes no dejan de ser desobedientes, imprudentes y chismosas. No saben tener
un secreto, no me consultan ni valoran las cosas que yo sé. No me hicieron caso y
vinieron aquí, cuando, en un sueño, el Sol me dijo que les prohibiera venir de
150
noche, y yo hice así, pero ustedes no obedecieron y vinieron. Lo peor es que se
pusieron a pensar en hacer cosas feas con nosotros, los ancianos”.
Entonces payé impuso el castigo: Cyiyucé, la Señora del Lago, no volvería a
bañarse allí nunca más, porque las mujeres habían corrompido las aguas con su
suciedad. Además, les dijo que la nueva generación, que habría de nacer muy
pronto, no las tendría en cuenta para cosas importantes. Intrigadas, las mujeres
preguntaron cómo sería aquello. El anciano les contestó: “Yo soy payé y yo veo
todo”. Después les hizo una seña con la mano para que se tiraran al agua. Ellas
así lo hicieron, se bañaron un rato y luego salieron muy alegres. Entonces el payé
les dijo: “Ahora ustedes tienen nueva vida en la barriga”. Las había fecundado a
todas, sin que se dieran cuenta.
Apenas dijo estas palabras, el payé subió al macizo del Duida y, para sorpresa de
las del tenui, se echó de cabeza al lago. De él sólo quedó, flotando sobre las
aguas, el polvo mágico y blanco que usaba para esconder su juventud. Al rato, la
Señora del Lago también se lanzó al agua y desapareció para siempre.
Las mujeres se sintieron felices al comprobar que era verdad lo que el payé había
dicho y se fueron a sus casas. Diez meses después todas parieron muchos hijos e
hijas: el tenui se había salvado. Entre las hijas había una más bella que todas, a
quien pusieron el nombre de Cyiyucé, en honor a la Señora del Lago.
Cuando ya era una mujer, la más bella de las del tenui, Cyiyucé quiso comer
piquia, fruto prohibido a las jóvenes porque despertaba en ellas el deseo de tener
hijos. Entonces se fue a pasear por la selva para buscar la fruta, hasta que la
encontró: al pie de un árbol había muchas piquias que habían tirado los monos.
Recogió varias, las comió y el jugo de una de ellas recorrió su cuerpo hasta llegar
al lugar más oculto. Poco después, Cyiyucé empezó a sentirse extraña, y pronto
se dio cuenta de que estaba embarazada, en castigo por su mala acción.
Entonces sintió vergüenza por lo que había hecho y se devolvió al pueblo. Trató
de ocultar su embarazo pero no pudo, pues al cabo del tiempo esas cosas se
notan. Los tenui se disgustaron y le preguntaron: “¿Quién te hizo eso, para
castigarlo?” Con inocencia, ella contó cómo había ocurrido todo, y la gente le
creyó. Llegado el tiempo, Cyiyucé dio a luz un niño mucho más bello que ella,
semejante al Sol, al que llamaron Yuruparí o Engendrado de la Fruta, más tarde
erigido en cacique o jefe de la tribu. (Galindo, et al, 2003, Páginas 79-81)
151
Juan Tama y Calambás
Paez
Hoya caucana del río Paez / Cordillera central / Páramos de Las Delicias y Las
Moras
Galindo, M.; García, C. & Valencia, J. (2003). Mitos y leyendas de Colombia:
Tradición oral indígena y campesina. Bogotá, Colombia: Editorial Intermedio.
“Cuando fue la gran tormenta,
la gente se asustó y se escondió:
el rayo era harto y la lluvia, mucha.
Otro día la gente al trabajo salió
y, en medio de la quebrada,
al hijo del Lucero encontró”.
Cuentan que en aquel tiempo hubo una noche en que se abrieron todas las llaves
del cielo y se desató una terrible tormenta que asustó hasta a los más valientes:
los rayos caían muy cerca de las casas; los truenos, ensordecedores, retumbaban
por toda la comarca, y su eco se perdía entre los montes y cuevas de la cordillera;
la lluvia, inclemente y torrencial, azotaba a las criaturas de la Tierra.
A la mañana siguiente, el temporal había pasado y los hombres pudieron salir a
trabajar. Cuando pasaron por el torrente que desciende de la alta sierra al sur de
Lame y Vitoncó, vieron una figura extraña que atrajo su atención: en medio de las
aguas espumosas, retozando en las olas del río, estaba una criatura, mitad niño,
mitad serpiente. En el cielo del amanecer brillaba un nuevo lucero, cuyo
nacimiento había sido la causa de la tempestad de la noche anterior. Dicho
torrente se conoce desde entonces como río Lucero.
El niño-serpiente alcanzó la orilla. Fue entregado para su crianza a una india muy
joven, que acababa de tener su primer hijo; pero la voracidad de Juan Tama –que
así se llamaba- era tanta, que la pobre mujer apenas pudo amamantarlo unos
días. Entonces los Paeces buscaron, entre las más fuertes de su raza, otra mujer
que se encargara de él. Al fin la encontraron, pero ella tampoco resistió mucho. Y
así, el niño-serpiente agotó varias mujeres, pues ninguna soportó su voracidad.
Entonces buscaron vacas que lo alimentaran. Cuatro de ellas hubieron de morir
antes de que la criatura pudiera alimentarse por sí misma y con los frutos de la
tierra que le regalaban los indios.
En cuanto pudo, Juan Tama salió del pueblo y se fue a vivir a una montaña
altísima, con un paisaje de ensueño y un clima muy agradable. Ese sitio se llamó
Chamboguala (Vitocó), que significa pueblo grande. Después fundó el pueblo de
Lame, en el que residieron los gueinas, los grandes jefes de su corte, y se casó
con la cacica de Builá, llamada Mandiguaga.
Como administrador de sus bienes, Juan Tama designó a Calambás, natural de
Pitayó. Tiempo después este se rebeló contra su jefe, en compañía de gente más
152
allá de las montañas. Él no tomó revancha del atrevimiento de su servidor, pero sí
aprovechó las circunstancias para demostrar su poder: era invencible y tenía
quinientas almas y quinientos corazones. Con todo, el nombre del traidor adquirió
buena fama, pues el cacique pasó a llamarse, desde entonces, Juan Tama y
Calambás.
Don Juan Tama gobernó con firmeza y sabiduría a los Paeces durante muchos
años, y su autoridad fue recordada en todos los pueblos: Toribio, Jambaló,
Paniquitá e Itaibe. Poco antes de partir de la Tierra, entregó sus atribuciones de
mando a la familia Calambás y legó su carácter invencible a todo el pueblo.
Ordenó que las tierras serían sólo para los Paeces y les prohibió convivir con otras
razas. Entonces, viendo que ya había dejado todas las cosas en orden, Juan
Tama subió a la Laguna de Pátalo, donde su madre, la estrella, se lo había
confiado al río para que lo cuidara. Al llegar allí, fue rodeado por una luz
brillantísima que lo fue llevando hacia el cielo hasta reunirlo con su mamá. Desde
entonces el niño-serpiente espera en las alturas, acompañado de la estrella, el
momento oportuno para venir otra vez a la Tierra y traer a sus gentes paz y
prosperidad. (Galindo, et al, 2003, Páginas 85-87)
Origen del Agua y de la Laguna de la Cocha
Mocoa
Sureste de Nariño
Galindo, M.; García, C. & Valencia, J. (2003). Mitos y leyendas de Colombia:
Tradición oral indígena y campesina. Bogotá, Colombia: Editorial Intermedio.
“Primero nada había;
luego Ñamuy todo hizo:
plantas, animales y mocoas;
pero faltaban las aguas”.
En aquel tiempo no había agua, aunque Ñamuy, el grande entre los dioses, lo
había creado todo: los hombres y las cosas que ellos necesitaban para vivir bien.
También les enseñó las palabras, los liberó de plagas y enfermedades y les dio la
semilla de la yuca, para que comieran; pero los mocoas estaban tristes, porque les
faltaba el agua para calmar su sed.
Una vez los mocoas que vivían en concubinato se reunieron para buscarle
solución al problema de la sed. Después de un largo debate, resolvieron mandar a
dos de ellos a pedirle a Ñamuy que tuviera piedad y los ayudara a solucionar ese
mal. Así, dos concubinos, cada uno de los cuales llevaba una vasija en la mano,
salieron en busca del gran dios de los mocoas, a quien encontraron luego de
varios días, y le pidieron algo para calmar la sed, pues de lo contrario todos
morirían.
153
Ñamuy se compadeció de ellos y les dio lo que querían: les llenó de agua las
vasijas y los envió de vuelta al pueblo. Los indios partieron felices, pero uno de
ellos, en medio de su alegría, no se fijó bien por dónde caminaba, tropezó con una
roca y dejó caer la vasija, que se quebró en cientos de pedazos, dejando escapar
su precioso contenido por toda la llanura. Su compañera, que había bebido
mucho, fue picada por un mosquito que la hizo vomitar el agua que había tomado,
la cual vino a juntarse con la que se había derramado. Se hizo entonces un charco
que fue creciendo, lenta y continuamente, hasta formar un gran ojo de agua. De tal
forma nació la Laguna de la Cocha o Guamués, como hoy la llaman los indios, y
desde entonces hubo agua en la región. La vasija rota se convirtió en la Isla La
Carota, en la laguna, donde nace el río Guamués, y los concubinos se convirtieron
en piedras. (Galindo, et al, 2003, Páginas 91-92)
Los Indios Aprenden a Navegar y a Comer Tapurús
Taira
Vaupés
Galindo, M.; García, C. & Valencia, J. (2003). Mitos y leyendas de Colombia:
Tradición oral indígena y campesina. Bogotá, Colombia: Editorial Intermedio.
“Ya el mundo hecho estaba
y los hombres podían hacer todo:
casas, flechas, muchas cosas,
menos andar en el agua como el pato”.
Cuando ya el mundo estaba creado, las gentes podían hacer de todo, menos
moverse por el agua como patos, que andaban hasta la mitad del río y luego
volvían a la orilla como si nada. Entonces, las personas iban todos los días al río
para ver si podían caminar sobre el agua. Así estuvieron muchos años, pero no
lograron nada.
En cierta ocasión, uno de los hijos de Tuhixaua decidió tomar un baño, y estando
en esas se subió a un tronco. Al mover las manos, que estaban en el agua, el
tronco empezó a moverse. Así siguió un buen rato hasta que llegó a la mitad del
río; pero le tocó regresar a la orilla, porque ya caía la noche. Entonces llegó al
pueblo y contó lo que había hecho. Los demás le pidieron que les enseñara a
caminar sobre el agua como lo hacían los patos.
Así fue. Al otro día, la gente bajó al río, y el hijo de Tuhixaua se subió al tronco y
empezó a remar, como había hecho la víspera. Los otros lo veían sorprendidos,
felices, y lo saludaban: todos querían hacer lo mismo. Y así lo hicieron desde la
mañana hasta el día siguiente. Entonces el hijo de Tuhixaua pensó que sería
bueno unir unos troncos con otros, para así poder caminar juntos por el río. Pocos
días más tarde, ya tenían una barca hecha, se subieron en ella y echaron a
“andar” por encima del agua, remando hasta llegar bien lejos.
154
Tomaron rumbo al mar y sólo se detuvieron para almorzar, a eso del mediodía.
Luego continuaron su viaje, hasta perder de vista la tierra firme. Estaban tan
contentos que no se dieron cuenta de que viajaban como flechas y de que cada
vez iban más lejos. Tres días después comprendieron que se habían perdido y
vieron que se les había acabado el alimento. Como ya no tenían qué comer y
estaban muy hambrientos, uno de ellos, que había visto tapurús o gusanos de
palmera entre las ataduras de los troncos, le echó mano a unos cuantos y se los
comió. Los demás, al verlo, hicieron lo mismo, hasta quedar satisfechos. Desde
entonces, todos los hombres comen tapurús. (Galindo, et al, 2003, Páginas 93-94)
Sin título – Mito de origen Catío
Catío
Antioquia / Caldas / Risaralda / Quindío
Friedemann, N. & Vanín, A. (1995). Entre la tierra y el cielo: Magia y leyendas del
Chocó. Bogotá, Colombia: Editorial Planeta.
Caragabí, que es el dios de arriba, vive en su mansión de Ntre, en el cielo, en las
alturas. Por vivir en las alturas, en Ntre, en algunas regiones se le llama Untré.
Cuando al principio no había nada, tampoco había agua.
Untré lo estaba haciendo todo y supo que la hormiga Jaburrá, la conga, que era
redonda como una garrapata, sí tenía agua y se la pidió. Pero ella la cogió en su
boca y no quiso darla. Entonces Untré le apretó a la conga su barriga y ahí soltó el
agua. Por eso la hormiga tiene cintura. En ese momento supieron dónde estaba el
agua, porque la conga dijo que estaba escondida en un árbol muy grande que era
el jenené.
Untré juntó a todas las gentes que había hecho, para cortar el árbol y sacar el
agua. La gente golpeaba con sus hachas y sacaba astillas, pero después el tronco
quedaba como si nada le hubiera pasado.
El dios se dio cuenta entonces de que un hombre que estaba ayudando a tumbar
el jenené, era amigo de la rana Pocoró y le avisaba a la rana cuando el árbol
estaba a punto de caer. Entonces Pocoró brincaba al árbol y allí mismo quedaba
sano del todo.
Untré pisoteó al hombre y lo volvió rana, pero como el pisón fue tan duro, las
ranas tienen la rabadilla quebrada y los ojos saltones y no caminan paradas, sino
con la barriga en el suelo.
Untré buscó otros hombres para tumbar el árbol y se quedó cuidando. A los cuatro
días lo mocharon, pero no se cayó sino que se quedó colgando del bejuco migurú.
Como en esa época los pájaros eran gente, dios le dijo al paletón, quihuara, al
tucán, que cortara el bejuco con su largo pico.
El paletón no pudo y entonces dios lo condenó a no poder quebrar las frutas sino a
que las tragara enteras.
155
Después vino la lora michitá y como tampoco pudo cortar el bejuco, se fue
diciendo: cran, cran, cran, guere, guere, guere.
Acudió entonces el bagará, el guacamayo y con su pico tan duro, pudo desenredar
los bejucos, cortándolos y allí si cayó el árbol que estaba lleno de agua. De sus
ramas salieron los ríos y las quebradas y de su tronco salió el mar, pero como el
tronco se rajó, salieron dos mares, el uno que está en Acandí y el otro que está en
Juradó.
El mar era de agua dulce y entonces Untré le dijo al demonio, a Antomiá o Tumiá
que era muy malo, que le pusieran sal. Dios quería quedarse con su mitad de sal
para darla a las gentes y Tumiá quería quedarse con la otra mitad para venderla
en capachos. Ninguno largaba su parte y el mar seguía dulce.
Entonces Untré cogió una cuchara de totumo y la llenó de sal, la tiró al agua y así
se volvió salada. Tumiá lloró en el agua y por eso también es amarga.
Ya la gente tenía agua dulce y salda, pero no tenía candela. Algunos le contaron a
dios, a Untré, que el lagarto Boicamia sí tenía y que se la ponía de noche en los
ojos para ver más lejos. Le pidieron la candela, pero el lagarto la negó.
El lagarto tenía su horró, su nasa, y se fue a pescar sábalo. El dios se convirtió en
sábalo y se metió en las redes de Boicamia, quien lo cogió y lo puso al humo.
Entonces Untré, que estaba convertido en sábalo, cogió la candela y se fue.
Ya tenían entonces agua y fuego, pero no tenían nada para cocinar. En vista de
eso, Untré cogió un palito y lo tiró al patio y allí mismo resultó el plátano hartón.
Tumiá quiso entonces hacer otro tanto y tiró otro palito al patio, pero lo que resultó
fue el platanillo, que no echa racimo sino una flor colorada. Untré dijo que Tumiá
no sabía hacer las cosas y tiró otro palito que se brotó en retoños de caña dulce
para chupar y hacer guarapo. Tumiá, a su turno, tiró otro palito y resultó la
cañabrava. Y así, siguieron haciendo plantas comestibles y no comestibles.
En esa época, allá en Dochará, en el río San Juan, solamente había hombres,
pero llegó la lora Caré, de copete amarillo y que habla como la gente y les dijo a
los hombres que las mujeres estaban en Coredó.
Entonces todos se fueron para allá y era verdad que apenas había mujeres en
Coredó y cada uno de los hombres cogió la suya. Y hubo algunos que cogieron
dos, pero se encartaron porque todas querían parumas y chaquiras y entonces
solamente siguieron cogiendo de a una.
Pero cuando Untré vio que habían cogido dos mujeres, se puso bravo y cogió un
cuchillo y con una mano se cortó la otra mano y la tiró para arriba y allá arriba se
volvió luna, y las gotas de sangre que se desprendieron, se volvieron estrellas.
(Friedemann & Vanín, 1995, Páginas 56-61)
En cuanto a la recopilación de mitos de la memoria oral, fueron indagados
mediante entrevistas semiestructuradas a personas indígenas asistentes al “III
156
Encuentro Intercultural de Bogotá”, realizado en el Parque de los Novios del 10 al
12 de Octubre de 2015. El registro de las entrevistas fue sonoro, con autorización
del entrevistado y, se pueden escuchar en los Anexos de este documento. Los
mitos relatados durante las entrevistas no fueron transcritos con el propósito de
respetar la oralidad y aportar a la resignificación del relato hablado por los
mayores. A continuación se especifica la información general de los 4 mitos orales
recuperados y seleccionados, incluyendo información de título, comunidad
indígena a la que pertenece, ubicación geográfica de la comunidad y, número del
Anexo en que se encuentra el audio del relato.
Mito de creación Nasa
Nasa
Tierradentro, Cauca
Escuchar archivo de sonido que se encuentra en el Anexo 2.
Amerú: La dueña del agua y de los peces
Yukuna
Amazonas, entre ríos Apaporis y Caquetá
Escuchar archivo de sonido que se encuentra en el Anexo 4.
La guerra que existió entre los seres del exterior y los seres del agua
Uitoto
Departamento del Caquetá, Araracuara y la Pedrera
Escuchar archivo de sonido que se encuentra en el Anexo 6.
Historia de Catalina Luango
Palenquero5
San Basilio de Palenque
Escuchar archivo de sonido que se encuentra en el Anexo 7.
Con el propósito de mostrar gráficamente la cantidad de mitos del agua
encontrados por cada una de las culturas indígenas, tanto en memoria oral como
en memoria escrita, se realiza el siguiente gráfico estadístico que muestra el
comportamiento de los mitos (orales y escritos), respecto a la comunidad indígena
a la que pertenecen. La cantidad de mitos con orígenes desconocidos es bastante
elevada, lo que conduce a pensar en la necesidad investigativa que se requiere en
este campo.
5 Grupo étnico.
157
Ilustración 2. Tabla estadística con la cantidad de mitos encontrados por cada cultura indígena
presente en el archivo de los 36 mitos del agua seleccionados.
158
FASE 2: ANÁLISIS
La fase 2 del presente trabajo de grado tuvo como objetivo analizar el contenido
de los mitos del agua indagados, frente a sus nociones de “Agua” y de “Cuidado y
Conservación”. El desarrollo de esta fase se realizó en tres etapas: Identificación
de las tendencias de los mitos del agua recopilados, en cuanto a nociones de
“Agua” y “Cuidado y Conservación”; Descripción de cada una de las tendencias
encontradas durante la etapa de identificación; Análisis de las tendencias de los
mitos del agua, a la luz de la enseñanza del cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos en Bogotá.
La identificación de las tendencias de los mitos del agua recopilados, se realizó
bajo dos nociones centrales para el presente trabajo de investigación: La noción
de “Agua” y, la de “Cuidado y Conservación”. Dichas tendencias fueron
identificadas a partir de una cuidadosa lectura y escucha de cada uno de los mitos
seleccionados; posteriormente, se agruparon las nociones particulares
encontradas, en categorías globales que abarcaran aquellas que tuvieran mayor
afinidad. Como resultado de esta primera etapa se encontraron un total de 33
tendencias diferentes, de las cuales 16 corresponden a las nociones de “Agua” y,
las 17 restantes corresponden a las nociones de “Cuidado y Conservación”; cabe
resaltar que en las nociones de “Cuidado y Conservación” se incluyen tendencias
ecológicas, producto de las interrelaciones e interdependencias detectadas entre
varios elementos del mundo en los relatos. A continuación se muestran las
tendencias identificadas en cada uno de los mitos del agua recopilados:
Tabla 11. Matriz de análisis de contenido de la totalidad de los mitos del agua encontrados en
memoria oral y memoria escrita, en cuanto a tendencias en las nociones de “Agua” y “Cuidado y
Conservación”.
#
Título del Mito /
Comunidad a la que
Pertenece / Ubicación
Geográfica
Agua Cuidado y
Conservación
1
La Madremonte o
Madreselva / Diosa
Dabaibe o Dabeiba
Posiblemente originario
de indígenas Catíos,
Morada de seres míticos
Fuerza destructora
Lugar recreativo,
Diversidad de especies
Guardianes del territorio
Cautela y respeto en el
159
Nutabaes y Chocoes
Antioquia / Magdalena /
Cauca / Caldas /
Risaralda / Quindío
espacio de vivencias
humanas
territorio
Dualidad (agua-tierra)
2
La Madre del Río
Origen desconocido,
indígenas de Antioquia
Antioquia / Magdalena
medio / Tolima / Huila
Morada de seres míticos
Madre, dadora de vida
Refugio, alternativa ante
el desespero humano
Cautela y respeto en el
territorio
Guardianes del territorio
Temor
Dualidad (agua-tierra)
3
El Mohán
Origen desconocido,
indígenas de Antioquia,
Tolima y Huila
Antioquia / Boyacá /
Cundinamarca /
Risaralda / Caldas /
Tolima / Huila
Morada de seres míticos
Riqueza material -
Palacio subacuático
Fuerza destructora
Elemento mágico y
transformador
Diversidad de especies
Guardianes del territorio
Equilibrio natural
Riqueza material
Dualidad (agua-tierra)
160
4
Bachué
Muiscas o Chibchas
Altiplano
Cundiboyacense
Lugar de origen -
Deidades
Elemento mágico y
transformador
Madre, dadora de vida
Lugar de origen –
Humanidad
Dualidad (agua-tierra)
Dualidad (luna-sol)
Interrelación entre
mundos (cielo-tierra)
Territorio sagrado
Riqueza material
5
Madre Mar y los
Mundos
Kogi
Sierra Nevada de Santa
Marta
Lugar de origen - Mundo
Madre, dadora de vida
Elemento de vida
Elemento de vida
6
Furatena
Muzos
Zona esmeraldífera de
Boyacá
Madre, dadora de vida
Riqueza material -
Tesoro
Elemento mágico y
Riqueza material
Dualidad (agua-tierra)
Componente del cuerpo
161
transformador
Componente del cuerpo
7
Sin título – Mito
cosmogónico de los
Tunebos o el origen
del río Cobaría
Tunebo
Boyacá / Santander /
Arauca / Sierra del
Cocuy
Obra de los dioses
Fuerza destructora
Dualidad (hombre-
naturaleza)
8
Tachajone y
Jaribaidadi, de los
indios cholos
Cholos
Chocó, región del río
San Juan
Madre, dadora de vida
Fenómeno natural
Fuerza destructora
Territorio sagrado
Dualidad (agua-tierra)
9
La diosa Igua
Wayú
Guajira
Fenómeno natural
Lugar de origen -
Humanidad
Dualidad (agua-aire)
Dualidad (agua-tierra)
162
Riqueza material -
Palacio subacuático
10
Guatavita, la cacica
infiel
Muiscas o Chibchas
Altiplano
Cundiboyacense
Refugio, alternativa ante
el desespero humano
Elemento mágico y
transformador
Riqueza material -
Palacio subacuático
Morada de seres míticos
Elemento purificador
Territorio sagrado
Riqueza material
Fuerza protectora
Dualidad (agua-tierra)
Guardianes del territorio
11
Sin título – Laguna de
Pátalo
Paez
Tierradentro, Cauca /
Valle del río Paez
Elemento purificador
Morada de seres míticos
Riqueza material
Territorio sagrado
Fuerza protectora
Dualidad (agua-tierra)
163
Guardianes del territorio
12
Bochica
Muiscas o Chibchas
Altiplano
Cundiboyacense
Fuerza destructora
Territorio sagrado
Riqueza material
Temor
Equilibrio natural
13
La Sirena del Arco
Orígenes desconocidos
Tumaco, Nariño
Morada de seres míticos
Riqueza material -
Palacio subacuático
Guardianes del territorio
Territorio sagrado
14
El Hombre-caimán
Orígenes desconocidos
Regiones aledañas al
río Magdalena
Morada de seres míticos
Madre, dadora de vida
Elemento mágico y
transformador
Diversidad de especies
Guardianes del territorio
164
15
Sin título – Pulowi y
otras creencias del
mar
Wayuu-apaalanchi
Guajira
Morada de seres míticos
Hábitat de especies
Temor
Equilibrio natural
Cautela y respeto en el
territorio
Dualidad (agua-tierra)
Guardianes del territorio
16
Sin título – Mito de
creación Kogi
Kogi
Sierra Nevada de Santa
Marta
Madre, dadora de vida
Elemento de vida
Espíritu, pensamiento y
memoria
Elemento de vida
Valor intrínseco
17
El Árbol de la
Abundancia
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Elemento mágico y
transformador
Dualidad (agua-tierra)
Interdependencia de las
especies y los
elementos naturales
165
18
El rafue Uuikï. El
corazón del Padre.
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Componente del cuerpo
Dualidad (agua-tierra)
Componente del cuerpo
19
Nofizazima. La
reconstrucción del
cuerpo del hombre
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Ingrediente de los
alimentos
Componente del cuerpo
Dualidad (agua-tierra)
Interdependencia de las
especies y los
elementos naturales
Componente del cuerpo
20
El origen de las lluvias
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
Elemento de vida
Hábitat de especies
Componente del cuerpo
Fenómeno natural
Interdependencia de las
especies y los
elementos naturales
Dualidad (agua-tierra)
Componente del cuerpo
21 Cambutes, el joven Fenómeno natural
166
que dominó las nubes
Imúes
Nariño
Elemento de vida
Mundo cíclico
Elemento de vida
Interdependencia de las
especies y los
elementos naturales
Intervención humana
Guardianes del territorio
22
Chautec y la lluvia
Paez
Tierradentro, Cauca /
Valle del río Paez
Elemento de vida
Componente del cuerpo
Hábitat de especies
Fenómeno natural
Interdependencia de las
especies y los
elementos naturales
Equilibrio natural
Dualidad (agua-tierra)
Diversidad de especies
Componente del cuerpo
23 Historia de los ríos Fenómeno natural
167
Orígenes desconocidos
Zona Pacífica
Elemento de vida
Hábitat de especies
Valor intrínseco
Interdependencia de las
especies y los
elementos naturales
Guardianes del territorio
Dualidad (agua-tierra)
Diversidad de especies
24
El Dorado
Muiscas o Chibchas
Altiplano
Cundiboyacense
Morada de seres míticos
Riqueza material -
Palacio subacuático
Elemento purificador
Riqueza material
Fuerza protectora
Territorio sagrado
Guardianes del territorio
Valor intrínseco
25 El Poira
Orígenes desconocidos
Morada de seres míticos
Guardianes del territorio
168
Huila
Riqueza material -
Palacio subacuático
Hábitat de especies
Riqueza material
Temor
26
La Madre de Agua
Orígenes desconocidos
Huila
Fuerza destructora
Lugar recreativo,
espacio de vivencias
humanas
Morada de seres míticos
Componente del cuerpo
Elemento de vida
Dualidad (agua-tierra)
Equilibrio natural
Temor
Diversidad de especies
Guardianes del territorio
Componente del cuerpo
27
El Origen del Mundo –
Mito U’wa
Tunebo / U’wa
Boyacá / Arauca /
Santander
Elemento de vida
Lugar de origen –
Deidades
Elemento de vida
Dualidad (agua-tierra)
Diversidad de especies
169
Dualidad (luna-sol)
Interdependencia de las
especies y los
elementos naturales
Mundo cíclico
28
Nacimiento de
Yuruparí, el Hijo del
Sol
Tenuí
Vaupés
Elemento purificador
Madre, dadora de vida
Morada de seres míticos
Elemento mágico y
transformador
Componente del cuerpo
Elemento de vida
Dualidad (luna-sol)
Territorio sagrado
Guardianes del territorio
Componente del cuerpo
Cautela y Respeto en el
territorio
29
Juan Tama y
Calambás
Paez
Fenómeno natural
Temor
170
Hoya caucana del río
Paez / Cordillera central
/ Páramos de Las
Delicias y Las Moras
Elemento de vida
Lugar de origen –
Deidades
Dualidad (agua-tierra)
Territorio sagrado
Guardianes del territorio
Interrelación entre
mundos (cielo-tierra)
Mundo cíclico
Fuerza protectora
30
Origen del Agua y de
la Laguna de la Cocha
Mocoa
Sureste de Nariño
Elemento de vida
Obra de los dioses
Componente del cuerpo
Elemento mágico y
transformador
Elemento de vida
Territorio sagrado
Componente del cuerpo
31 Lugar recreativo,
espacio de vivencias Valor recreativo
171
Los Indios Aprenden a
Navegar y a Comer
Tapurús
Taira
Vaupés
humanas
Dualidad (agua-tierra)
32
Sin título – Mito de
origen Catío
Catío
Antioquia / Caldas /
Risaralda / Quindío
Componente del cuerpo
Componente del cuerpo
Diversidad de especies
Dualidad (agua-tierra)
Interrelación entre
mundos (cielo-tierra)
33
Mito de creación Nasa
Nasa
Tierradentro, Cauca
Lugar de origen -
Humanidad
Lugar de origen -
Deidades
Morada de seres míticos
Dualidad (femenino-
masculino)
Dualidad (luna-sol)
Elemento de vida
Mundo cíclico
172
34
Amerú: La dueña del
agua y de los peces
Yukuna
Amazonas, entre ríos
Apaporis y Caquetá
Hábitat de especies
Madre, dadora de vida
Fenómeno natural
Guardianes del territorio
Territorio sagrado
Elemento de vida
Dualidad (agua-tierra)
Diversidad de especies
35
La guerra que existió
entre los seres del
exterior y los seres del
agua
Uitoto
Departamento del
Caquetá, Araracuara y
la Pedrera
Hábitat de especies
Riqueza material -
Palacio subacuático
Diversidad de especies
Intervención humana
Dualidad (agua-tierra)
Interrelación entre
mundos (tierra-agua)
Guardianes del territorio
Interdependencia de las
especies y los
173
elementos naturales
36
Historia de Catalina
Luango
Palenquero6
San Basilio de Palenque
Morada de seres míticos
Riqueza material -
Palacio subacuático
Elemento mágico y
transformador
Guardianes del territorio
Temor
Como se nombró anteriormente, la segunda etapa corresponde a la descripción
de cada una de las tendencias encontradas durante el proceso de identificación;
en las dos tablas que se muestran a continuación, se encuentran descritas las 33
tendencias identificadas en los mitos recopilados (16 referentes a la noción de
“Agua” y, 17 referentes a la noción de “Cuidado y Conservación”). En lo que
respecta a las nociones de “Agua”, las tendencias fueron identificadas en cuanto al
significado que desde el mito se le da al agua misma, tomando distancia de la
personificación que se le atribuye; es importante mencionar que las dos últimas
tendencias sólo fueron encontradas en uno de los mitos, sin embargo, fueron
consideradas de suma importancia dentro de las nociones de “Agua”.
Tabla 12. Tabla de descripción de las tendencias encontradas en los mitos del agua respecto a la
noción de “Agua”.
# Tendencia Descripción
1 Morada de seres míticos
El agua es vista como el lugar, la
casa en la que habitan seres míticos,
6 Grupo étnico.
174
allí desenvuelven su vida, el agua es
su lugar de residencia y de allí se les
ve salir solamente para proteger a su
territorio. Los seres míticos que
habitan las aguas suelen ser figuras
antropomorfas, cubiertas por
elementos vegetales propios del
ecosistema como musgo o, pueden
ser representaciones de deidades
que lucen con perfectas condiciones.
También pueden habitar las aguas
figuras zoomorfas asociadas a
reptiles o anfibios como las
serpientes, boas, caimanes y ranas.
2 Fuerza destructora
Dentro de los significados que se le
atribuyen al agua, se le muestra con
tanta fuerza y poder, que ella misma
tiene la capacidad de destruir lo que
se encuentra en la tierra como los
cultivos y las viviendas de los
humanos principalmente. El agua
como fuerza destructora, se
manifiesta a través de fenómenos
naturales como las lluvias torrenciales
o las crecidas repentinas de los
caudales de los ríos que conllevan a
su desbordamiento. Estos siniestros
son atribuidos por algunos de los
mitos a castigos de los dioses por
malos comportamientos de los
humanos en la Tierra.
Dentro de esta categoría, también se
encuentra el agua como transmisora
de enfermedades, dejando en
evidencia que el descuido del agua y
175
su uso inadecuado, propician la
proliferación de insectos transmisores
de enfermedades y, el agua deja de
ser apta para el consumo humano por
su gran cantidad de bacterias que
afectan el sistema digestivo.
3 Lugar recreativo, espacio de
vivencias humanas
El agua tiene su significado dentro de
la subjetividad de cada individuo, en
cuanto posibilita la vivencia de
momentos y experiencias únicas de
las que surgen los recuerdos de vida.
El agua se configura en los relatos
como un espacio recreativo, de
sueños de infancia, de deseos; allí
cada individuo desde su experiencia
con el agua se lleva historias y
momentos, dejando también en ella
un poco de su ser.
4 Madre, dadora de vida
La tendencia a considerar el agua
como madre, como dadora de vida o,
como fertilidad está ampliamente
representada dentro de los mitos del
agua, ya que la mayoría de ellos
presentan el agua desde la fertilidad
como elemento fecundador de la
mujer, con la capacidad de dar vida y
a su vez ser parte de esa vida.
Adicionalmente, se le atribuyen
características maternales a las
aguas como la tranquilidad, la fuerza,
el cuidado y la serenidad.
176
5 Refugio, alternativa ante el desespero
humano
El agua y los ecosistemas acuáticos
que la contienen están caracterizados
en los mitos como lugares de paz,
tranquilos, serenos y silenciosos,
características que son necesarias
para los humanos en momentos de
desesperación, en encrucijadas y, en
la toma de decisiones difíciles para la
vida de cada sujeto. Es así, como el
agua se asume como un refugio,
como un elemento que brinda
tranquilidad, como una conexión con
los seres del más allá y, se consolida
para los humanos como una salida
alternativa al mundo terrenal que
tanto causa conflictos, dificultades,
dicotomías e inseguridades en la vida
de los sujetos.
6 Elemento purificador
Dentro de los relatos míticos es
recurrente la tendencia a considerar
el agua como elemento purificador,
como líquido que sana y limpia los
objetos con los que tenga contacto,
alejando energías o espíritus que se
encuentren afectando el objeto o sus
dueños. El agua es vista como
elemento que también limpia el
cuerpo y la mente de los humanos
que han cometido algún error en
contra de las leyes que rigen su
cultura y, los libera de toda culpa o
intranquilidad.
177
7 Riqueza material
El agua, sus territorios y sus
profundidades, limitadas al
conocimiento humano, han sido
objeto de una gran cantidad de mitos
e historias, entre las que se evidencia
una tendencia mayoritaria hacia la
consideración de que allí se
encuentran palacios subacuáticos en
los que habitan las deidades
protectoras de los cuerpos de agua y,
que hay abundantes tesoros
materiales que albergan minerales
como el oro y las esmeraldas en las
profundidades de los ecosistemas
acuáticos como lagunas o ríos,
producto de ceremonias, ofrendas y
rituales a los dioses tutelares.
8 Elemento mágico y transformador
En los relatos míticos hay una notable
tendencia hacia la consideración del
agua como un elemento mágico que
tiene la capacidad de transformar,
cambiar de forma a los objetos que
ingresan a ella en tres caminos:
convirtiéndolos en otras especies
animales, anfibios o reptiles, como las
boas, las serpientes o las ranas;
transformándolos en elementos
abióticos del ecosistema como las
rocas que acompañan las quebradas
o; convirtiendo la materia de la
naturaleza como los árboles o frutas,
en riachuelos, quebradas o líquidos
del cuerpo humano.
178
9 Lugar de origen
Para la mayoría de las culturas
indígenas colombianas representadas
en los mitos del agua seleccionados,
ésta es vista como lugar de origen
tanto de deidades, como del mundo
(planeta) y la humanidad. Se cree
que el agua es la cuna de la mayoría
de culturas y elementos que se
pueden ver en la actualidad. Sin
embargo, el agua, en algunos casos,
no origina todo ella sola, sino que se
encuentra con otros elementos
naturales como el viento o las
estrellas para dar origen a la
humanidad, el mundo o las deidades
indígenas.
10 Elemento de vida
La tendencia a considerar el agua
como elemento de vida, es una de las
más recurrentes en los mitos del agua
recopilados, ya que tiene diferentes
formas de manifestación. Como
elemento inicial, se ve el agua como
el líquido del cual surge la vida en la
Tierra; como elemento de vida en los
animales y plantas se evidencia en el
líquido fecundador, el líquido
amniótico, la leche en los mamíferos
y, el elemento necesario para el
nacimiento y la vida de las plantas;
adicionalmente, en la vida de los
animales, también es un elemento
indispensable dado que la
biodiversidad acuática depende de la
existencia y adecuada calidad del
179
agua y, los animales terrestres
necesitan de agua para beber, calmar
su sed y mantener hidratado su
cuerpo.
11 Componente del cuerpo
El agua como componente del
cuerpo, se encuentra en los mitos del
agua como una tendencia que se
puede evidenciar en la
representación de ésta como sangre
o como lágrimas, como elemento que
está en el cuerpo de los animales y
de las plantas que habitan en el
planeta. Es importante resaltar que
varios de los mitos recopilados
muestran el agua dentro del cuerpo
de los humanos, dejando de lado la
cosmovisión del agua como algo
externo, sino que se resalta su rol
dentro de la corporeidad de cada
sujeto.
12 Obra de los dioses
En varios de los mitos del agua de las
culturas indígenas, ésta no hace
parte del mundo desde su origen, ni
fue originaria de la vida, la Tierra ni
los animales dentro de su
cosmovisión. Se cree que el agua fue
un regalo que los dioses hicieron a la
humanidad al ver la necesidad que
ellos tenían de saciar su sed y de
regar sus cultivos, por lo que los
dioses realizaron la transformación de
un hombre en agua, en uno de los
180
mitos, y, en otro, el agua les fue
entregada a los hombres como
respuesta a una petición hecha por
toda la comunidad.
13 Fenómeno natural
Una de las tendencias más
recurrentes en los mitos del agua, fue
la consideración de ésta como lluvia,
uno de los fenómenos naturales
cotidianos en Colombia. En varios de
los mitos se nombraba el agua en
forma de lluvia que, en unos casos,
generaba grandes inundaciones y
arrasaba con los cultivos que tenían
los humanos, pero en otros, era la
única forma de obtención del
preciado líquido, por lo que la
ausencia de lluvias en la población
era un grave acontecimiento para
todos los habitantes del territorio.
14 Hábitat de especies
El agua en la Tierra ocupa territorios
con profundidades, cantidades de
agua y, recorridos diferentes, dando
origen a diversos ecosistemas
acuáticos que por sus características
singulares, se consolidan como
hábitats y nichos de una gran
cantidad de especies acuáticas o
semi-acuáticas. En los mitos del agua
recopilados se encuentra esta
tendencia, dejando ver que dentro de
la cosmovisión de las culturas
indígenas no sólo se resalta la parte
181
espiritual o mística del agua, sino
también su parte biológica.
15 Espíritu, pensamiento y memoria
Como se señaló anteriormente, esta
tendencia sólo fue encontrada en uno
de los mitos recopilados, sin
embargo, representa el agua como
una vida dentro del planeta, como
una vida que tiene un espíritu, un
pensamiento y una memoria. Es la
representación del agua no como
dadora o elemento de vida, sino
como vida misma.
16 Ingrediente de los alimentos
Esta tendencia si bien fue detallada
en solo uno de los mitos recopilados,
está inmersa en otros de ellos
implícitamente. Hace referencia al
agua como parte de los alimentos
que son consumidos a diario, agua
que no siempre es reconocida como
tal, sino que pasa desapercibida por
las personas. Esta noción de agua
deja ver la conservación de la
materia, en la que todo se transforma
y en la que ella no sólo está en los
cuerpos de agua, sino que tiene
muchas otras formas de
manifestación.
182
En cuanto a las nociones de “Cuidado y Conservación”, las tendencias fueron
identificadas teniendo en cuenta los objetos, significados y concepciones, guiadas
por los relatos de los mitos del agua. Adicionalmente, fueron incluidos aspectos
concernientes al campo ecológico, como las interrelaciones e interdependencias
entre factores bióticos y abióticos del planeta, identificados en los relatos. A
continuación se describen cada una de las 17 tendencias encontradas.
Tabla 13. Tabla de descripción de las tendencias encontradas en los mitos del agua respecto a la
noción de “Cuidado y Conservación”.
# Tendencia Descripción
1 Guardianes del territorio
La noción de “Guardianes del
territorio” desde los mitos del agua de
las comunidades indígenas, posibilita
el cuidado y la conservación del agua
y de los ecosistemas acuáticos en
cuanto actúan como defensores del
territorio, reguladores de actividades
humanas de explotación como la
pesca excesiva y, adicionalmente, se
hace evidente una retribución o pago
por parte de los humanos por el
ingreso o uso de las aguas que se
encuentran dentro del territorio
protegido por los guardianes.
2 Diversidad de especies
Una tendencia recurrente en los mitos
recopilados, es la asociación que se
evidencia entre el agua y, las
especies que viven allí y las que se
benefician del líquido. El cuidado y
conservación radica en el respeto a la
casa y a la vida misma de las demás
especies que habitan el territorio. Los
mitos, dejan en evidencia que una
gran parte de la biodiversidad
183
depende del estado de los
ecosistemas acuáticos y, que dentro
de los animales que habitan allí se
encuentran los reptiles y anfibios, a
los cuales se les tiene respeto y
adoración dentro de varias de las
comunidades indígenas.
3 Cautela y respeto en el territorio
En los mitos del agua recopilados se
mantiene una tendencia hacia la
cautela que debe tenerse al estar
cerca o dentro de un territorio de
agua, en el que se debe pedir
permiso a los seres sobrenaturales
que habitan allí para poder ingresar y
hacer uso de su territorio, respetando
el equilibrio natural que debe
mantenerse en caso de ingresar a
actividades como la pesca, la caza o
la tala de árboles.
4 Dualidad
Dentro de las tendencias más
recurrentes en los mitos del agua
recopilados, se evidencian nociones
de cuidado y conservación
relacionadas con la dualidad o
complementariedad que existe entre
los elementos naturales y
astronómicos principalmente. La
dualidad es la base del equilibrio,
entre las dualidades más recurrentes
encontradas en los mitos del agua
están: Luna-sol, femenino-masculino,
hombre-naturaleza, agua-aire y,
184
agua-tierra. La dualidad evidenciada
en los mitos permite una comprensión
de mundo en la que no existe un ser
superior a otro, sino que todos los
seres existen en complementariedad.
5 Temor
El temor es una tendencia recurrente
en los mitos del agua, dado que éste
se manifiesta en las acciones
defensoras del territorio realizadas
por los guardianes que habitan allí. Si
bien, los mitos del agua son una
invitación a la cautela y el respeto por
los ecosistemas acuáticos, como se
mencionó en tendencias anteriores,
se evidencian casos míticos en los
que se hace caso omiso y, los
humanos son quienes deben asumir
las consecuencias de sus actos,
evidenciadas en grandes
inundaciones, sequías,
desapariciones y muertes.
6 Equilibrio natural
Entre las nociones de cuidado y
conservación que se evidencian en
los mitos del agua recopilados, hay
una tendencia a relacionarse con el
equilibrio natural, en cuanto las
interacciones dentro del mismo
ecosistema acuático son las que
generan la regulación de los peces,
sin necesidad de intervención
humana. Adicionalmente, dentro de
las concepciones míticas, se resaltan
185
las acciones equitativas de
distribución y uso del agua como
recurso dentro de las comunidades,
fortaleciendo el principio de
convivencia humana.
7 Riqueza material
La tendencia de cuidado y
conservación relacionada con la
riqueza material que poseen los
ecosistemas acuáticos en sus
profundidades, se encuentra de
manera frecuente en los mitos del
agua recopilados, dejando ver los
ecosistemas acuáticos como palacios
subterráneos llenos de oro y
esmeraldas, que deben mantenerse
en buenas condiciones para obtener
sus riquezas en algún momento.
Aunque sólo se resalta el valor
material y terrenal de las aguas, es
una tendencia que propicia el cuidado
y conservación del agua y los
ecosistemas que la contienen.
8 Interrelación entre mundos
La interrelación entre mundos es una
tendencia evidenciada en algunos de
los mitos del agua recopilados, que
muestra que el mundo terrenal que
está a la vista, se relaciona con un
mundo superior que es el cielo con
sus estrellas, astros y constelaciones
y, además, se relaciona con un
mundo inferior que se encuentra en
las profundidades del agua con sus
186
diversas especies, donde los
hombres no pueden llegar. Estos tres
mundos (cielo, tierra y agua) se
interrelacionan entre sí y mantienen
una constante conexión que regula su
funcionamiento.
9 Territorio sagrado
La cosmovisión indígena hace
evidentes sus territorios sagrados en
los relatos de sus mitos. Los también
llamados “Lugares de poder”, son
cuerpos de agua en los que los
integrantes de las comunidades
indígenas van a realizar rituales de
agradecimiento y adoración a las
deidades tutelares de las aguas,
como retribución a los beneficios que
ellas les ofrecen cada día,
promoviendo así un respeto, cuidado
y conservación hacia los ecosistemas
acuáticos sagrados de cada una de
las comunidades.
10 Elemento de vida
El cuidado y la conservación
atribuidos al agua, genera una fuerte
tendencia en los mitos como
elemento con la capacidad de ser
originador de vida, de mantenerla en
la tierra y, de suplir sus necesidades
básicas mientras se encuentre en
este mundo. La conservación del
agua como elemento de vida se hace
mucho más sentida, difundible y
necesaria dentro de los integrantes
187
de una comunidad que reconoce en
ella su importancia vital.
11 Componente del cuerpo
Si bien la tendencia de “Componente
del cuerpo” también se encontraba en
la tabla de análisis de las nociones de
“Agua”, es importante resaltarla entre
las nociones de “Cuidado y
Conservación”, dado que los mitos, al
asumir el agua como parte del cuerpo
de la flora y fauna del mundo,
propician una noción de cercanía,
dejando de ver el agua como un
elemento alejado, que está fuera de
la corporeidad de los individuos, para
verla como elemento inmerso dentro
del cuerpo que cada sujeto lleva
consigo y vive día a día en la
humedad de sus ojos, la saliva de su
boca, la sangre que circula por su
sistema circulatorio y, su sudor
principalmente. Es importante resaltar
que los mitos también dejan una
noción de cuerpo como parte de la
naturaleza, en donde los ojos pueden
ser semillas de uvas y la clavícula
plátanos, complejizando las
relaciones de complementariedad del
mundo.
12 Fuerza protectora
Los mitos del agua tienen una
tendencia generalizada hacia la
consideración de los cuerpos de agua
como “Fuerza protectora”, que
188
predice los eventos futuros, ayuda a
disminuir los efectos de los desastres
naturales sobre la población y,
protege a los individuos y al territorio
que habitan. Como retribución a ese
trabajo protector que realizan las
aguas y sus deidades, los humanos
ofrecen rituales, respeto, culto y
adoración a sus territorios sagrados.
13 Valor intrínseco
El valor intrínseco como tendencia en
el cuidado y conservación se
encuentra en pocos de los mitos
recopilados; en uno de ellos se
evidencia en el acto de dar sin
esperar nada a cambio, sólo por el
hecho de cuidar; en los otros, el valor
se evidencia en las valiosas ofrendas
que se otorgan durante los rituales a
los cuerpos de agua, dejando ver que
el agua es mucho más valiosa que
cualquier piedra o mineral como el
oro o las esmeraldas.
14 Interdependencia de las especies y
los elementos naturales
Los mitos del agua hacen evidentes
las relaciones de interdependencia
existentes entre los organismos y los
elementos naturales que se
encuentran en la Tierra. Esta
tendencia se relaciona con el cuidado
y conservación en cuanto los
organismos vegetales (representados
por cultivos mayoritariamente) y, los
organismos animales (representados
189
por fauna acuática, reptiles y anfibios)
necesitan de los fenómenos naturales
(representados por lluvias
principalmente) y, de las demás
especies para vivir. Además, los
mitos resaltan la necesidad de un
trabajo conjunto de todas las
especies para cumplir objetivos
comunes, lo que hace referencia a la
importancia de las interacciones
biológicas para la continuidad de la
vida en la Tierra.
15 Mundo cíclico
El mundo como ciclo se evidencia en
los mitos del agua recopilados al
nombrar el agua como elemento
cíclico, que se transforma
constantemente pero no se pierde, y,
también se manifiesta como principio
y como fin de la cultura y la vida. En
las tendencias de “Cuidado y
Conservación”, las nociones cíclicas
del mundo propician una mayor
atención al estado de las aguas y de
los ecosistemas que las contienen,
dado que todo vuelve a su lugar de
origen y, las acciones en contra de la
naturaleza y de las leyes de la
comunidad, vuelven al individuo que
las realizó con mucha más fuerza.
16 Intervención humana
La intervención humana es una de las
tendencias que poco se hace
evidente en los mitos del agua, pero
190
debe rescatarse para ponerse en
práctica. Esta tendencia hace
referencia a la apropiación que se
genera dentro de las comunidades
por un territorio o un recurso y, las
acciones que los individuos
emprenden para protegerlo e intentar
mantenerlo en perfectas condiciones
el mayor tiempo posible.
17 Valor recreativo
El valor recreativo dentro de las
tendencias de “Cuidado y
Conservación”, resalta la importancia
de las vivencias propias de cada
sujeto en los cuerpos de agua, los
momentos y las experiencias que
todo hombre ha tenido allí, resaltando
su valor por el hecho mismo de estar
ahí, de tocar la sensibilidad de los
humanos, de llenar de recuerdos y de
tranquilidad su mente y su cuerpo.
Finalmente, la tercera etapa, correspondiente al análisis de las tendencias de los
mitos del agua, a la luz de la Enseñanza del Cuidado y Conservación de los
Ecosistemas Acuáticos en Bogotá, se realizó tomando los elementos producto del
análisis de las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación” de los mitos
recopilados y dándoles aplicación en el contexto citadino desde una mirada
pedagógica (reflexiones y temáticas que se pueden abordar desde las clases) y
conservacionista (posible influencia que pueda tener la creencia las tendencias de
los mitos a largo plazo en la conservación de los ecosistemas acuáticos de
Bogotá), teniendo en cuenta las problemáticas propias de la ciudad como la falta
de apropiación del recurso, el paradigma de vida individualista e inmediato, la falta
de reconocimiento del territorio y la pérdida de valor en la que ha caído el diálogo
intergeneracional como intercambio de saberes, principalmente.
191
Durante el desarrollo de la tercera etapa, se realizó una generalización y
unificación de las 33 tendencias encontradas en los mitos del agua, partiendo de
las similitudes que propiciaban la agrupación de varias tendencias en una
categoría más general, posibilitando un análisis con mayor alcance y aplicabilidad
para la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos de
Bogotá. Como resultado, se obtuvieron 8 categorías de análisis, descritas a
continuación:
Territorio con guardianes protectores de la vida
Esta categoría surge de la agrupación de 9 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Morada de seres míticos; Fuerza destructora; Elemento mágico
y transformador; Obra de los dioses; Guardianes del territorio; Cautela y
respeto en el territorio; Temor; Territorio sagrado y; Fuerza protectora. En
esta categoría se agrupan todas las nociones de los mitos tendientes a
atribuir características sobrenaturales al agua y a los cuerpos que la
contienen. Aquí, se hace evidente una dualidad de las concepciones de
agua en las culturas indígenas de Colombia, dado que ésta es considerada
como fuerza destructora y fuerza protectora, siendo este un ejemplo del
amplio rango de simbolismos y significados que se atribuyen al agua.
En lo concerniente a la enseñanza del cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos en Bogotá, se rescata una de las acciones más
relevantes representadas en los mitos, que es la retribución a los cuerpos
de agua como agradecimiento por los beneficios que ellos ofrecen como
territorio sagrado. Este acto es una importante temática reflexiva para ser
abordada en las clases, en cuanto fortalece la apropiación del territorio y,
fomenta actitudes y pensamientos en los sujetos, que resaltan el respeto y
el cuidado de la naturaleza.
Adicionalmente, recuperar las nociones de los mitos, que conducen a
pensar que las aguas y los cuerpos que las contienen son obra de los
dioses y, albergan seres míticos que son predictores de acontecimientos
futuros, protectores de la comunidad, que defienden el territorio de los
excesos de las actividades humanas limitando actos desmesurados,
destructivos y dañinos para el territorio, propicia acciones y actitudes de
respeto hacia los ecosistemas acuáticos, que a largo plazo pueden
evidenciarse en un mejor estado de los cuerpos de agua en Bogotá.
192
Agua como vida
Esta categoría surge de la agrupación de 7 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Madre, dadora de vida; Lugar de origen; Elemento de vida (2)7;
Componente del cuerpo (2)8 y; Ingrediente de los alimentos. Dentro de esta
categoría se agrupan las nociones tendientes a considerar el agua como
origen, sustento y corporeidad de la vida, asumiéndola desde su
manifestación espiritual y material. En su faceta de espiritualidad, se
incluyen las tendencias de concepción del agua como originadora de vida,
de mundo y de humanidad; mientras que en su faceta de materialidad, se
incluyen las tendencias del agua como líquido amniótico, sangre, lágrimas,
alimento, entre otras.
En la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos
en Bogotá, es de suma importancia retomar la mirada del agua desde lo
espiritual y lo material, propiciando espacios reflexivos y de sensibilización
que permitan a los estudiantes reconocer el agua como elemento de origen
de la mayoría de las comunidades indígenas de Colombia, donde más que
un elemento, es la razón misma de la vida de la tierra y de los hombres,
contemplando los cuerpos de agua como espacios que posibilitan el
recuerdo y el agradecimiento de la vida.
También, es trascendental el trabajo de identificación y percepción de las
diversas formas de manifestación del agua dentro y fuera del cuerpo
humano, posibilitando la construcción de dudas e interrogantes que guíen el
reconocimiento y apropiación del agua como parte indispensable de la vida.
Dentro de las clases, es importante dejar de considerar el agua como
elemento que está fuera del cuerpo humano, que es ajeno a él y, empezar
a considerarla como parte del cuerpo y de los alimentos que se consumen a
diario, revalorando su existencia, ya que sin ella las probabilidades de vivir
serías pocas. Tocar la sensibilidad interior de los sujetos, identificando el
cuerpo de cada uno con el entorno que lo rodea, puede generar cambios en
las actitudes que estos mantienen hacia el agua de su exterior, modificando
las relaciones hombre-naturaleza a largo plazo.
Agua como elemento purificador
Esta categoría surge de la agrupación de 2 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Refugio, alternativa ante el desespero humano y; Elemento
7 La categoría presenta el mismo nombre en las tendencias de “Agua” y de “Cuidado y Conservación”. 8 La categoría presenta el mismo nombre en las tendencias de “Agua” y de “Cuidado y Conservación”.
193
purificador. Dentro de la categoría se agrupan dos componentes sobre los
que el agua actúa como purificadora en la cosmovisión mítica, que son los
sentimientos humanos y los objetos materiales.
En la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos
en Bogotá, reconocer el agua como elemento de sanación, que brinda
tranquilidad a la vida de las personas y se configura como un refugio
purificador de los sentimientos de tristeza o rencor humanos, es un
importante camino que puede tener una amplia influencia a largo plazo en
las relaciones que se configuran entre los habitantes citadinos y los
ecosistemas acuáticos.
Adicionalmente, retomar elementos de la espiritualidad y del reconocimiento
de cada persona como sujeto íntegro, inmerso en un contexto natural y
social, con el cual se mantiene una relación física y energética diariamente,
es una significativa reflexión que debe propiciarse con los estudiantes,
atendiendo a la noción de educación desde la subjetividad y no desde la
memorización, para que desde el interior de cada persona se genere el
cambio y éste pueda originar una reacción en cadena en pro del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá.
Riqueza material
Esta categoría surge de la agrupación de 2 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Riqueza material (2)9. Esta categoría está entendida desde la
noción de los cuerpos de agua como palacios subacuáticos y, como
aposentos de grandes riquezas y tesoros que han sido depositados allí por
los humanos como ofrendas en actos de adoración y petición a los dioses
tutelares.
Desde la cosmovisión mítica del agua, la presencia de tesoros de oro y
esmeraldas en el fondo de las lagunas y ríos, se considera como una
metáfora que intenta mostrar a las personas occidentales que los
ecosistemas naturales representan una gran riqueza invaluable, que no se
alcanza a comparar con el elevado valor monetario que tienen los minerales
como el oro y las piedras preciosas como las esmeraldas.
En cuanto a la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas
acuáticos, reconocer el valor monetario que tienen los cuerpos de agua en
Bogotá es una temática que puede ser abordada en espacios de discusión,
desde la situación socio-política y socio-económica que esté atravesando la
9 La categoría presenta el mismo nombre en las tendencias de “Agua” y de “Cuidado y Conservación”.
194
ciudad, hasta la reflexión ecológica de las consecuencias a futuro que
puede traer el uso y la destinación inadecuadas de las aguas en Bogotá.
Valor recreativo
Esta categoría surge de la agrupación de 2 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Lugar recreativo, espacio de vivencias humanas y; Valor
recreativo. Como categoría representa las vivencias, los recuerdos de vida
de las personas, los momentos de gozo y disfrute que los sujetos han
experimentado en relación con el agua y con los ecosistemas acuáticos que
han marcado sus historias de vida, de infancia y, que se contemplan dentro
del valor de amenidad o recreativo de la naturaleza.
La enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en
Bogotá, debe propender por un reconocimiento del agua como elemento
evocador de experiencias y recuerdos humanos; debe llevar a los sujetos a
recordar sus épocas de infancia, la primera vez que conocieron el mar, la
primera vez que se bañaron en un río, las vacaciones en la finca de los
abuelos, los paseos de olla en las orillas de los ríos y, muchos más
recuerdos de la vida de cada individuo que generen sensaciones y
añoranzas de tiempos pasados.
La evocación de las vivencias de cada individuo en relación con el agua,
conducen a comparaciones en torno al estado anterior y al estado actual en
que se encuentran los ecosistemas acuáticos presentes en los recuerdos,
abriendo el camino hacia la reflexión sobre el mundo que se está dejando a
las futuras generaciones y, generando un cuestionamiento constante sobre
el ¿qué puedo hacer desde mi cotidianidad para mantener los ecosistemas
en buen estado?
Hábitat de gran diversidad de especies
Esta categoría surge de la agrupación de 2 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Hábitat de especies y; Diversidad de especies. Como categoría,
pretende resaltar la abundante biodiversidad de fauna y flora que habita en
los cuerpos de agua de Colombia y, los distintos tipos de ecosistemas
acuáticos presentes en la ciudad y el país.
Desde la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas
acuáticos de Bogotá es importante abordar la temática de la biodiversidad
de fauna y flora asociada a los cuerpos acuáticos de la ciudad (humedal, río
y quebrada), fortaleciendo la apropiación del territorio mediante el
reconocimiento de espacios biodiversos poco conocidos dentro del contexto
195
citadino, las problemáticas a las que se ven enfrentados diariamente y, las
acciones de conservación que se han llevado a cabo por la comunidad para
su limpieza, mantenimiento y protección.
Adicionalmente, conocer e identificar las especies que habitan los
ecosistemas acuáticos en Bogotá y sus interacciones con el medio en que
viven, robustece las razones para proteger las áreas que aún se mantienen
como ecosistemas en condiciones favorables. El cuidado y conservación
radica en el deseo y empeño por mantener la biodiversidad, los
ecosistemas naturales dentro de la ciudad, el respeto a la casa de los
demás organismos y, el respeto a la vida misma de las especies que
habitan el territorio, incluyendo reptiles, anfibios, aves, mamíferos, insectos
y plantas.
Dualidad, complementariedad e interdependencia de los elementos
naturales
Esta categoría surge de la agrupación de 6 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Fenómeno natural; Dualidad; Equilibrio natural; Interrelación
entre mundos; Interdependencia de los elementos y; Mundo cíclico. Como
categoría, resalta las relaciones ecológicas que se dan entre los elementos
de la naturaleza, en su dimensión mítica (cosmovisión indígena de mundo)
y, biológica (incluyendo las interacciones que se dan en la complejidad de
los ecosistemas).
En lo que respecta a la enseñanza del cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos en Bogotá, desde la dimensión biológica de la
categoría, debe reconocerse el agua en forma de lluvia como un fenómeno
natural que se encuentra presente en todos los ecosistemas, se encarga
del riego de las plantas, de la regulación de la temperatura de la tierra y es
una de las fases del ciclo del agua. La noción de mundo cíclico es
relevante, en cuanto permite comprender las complejas transformaciones,
interrelaciones e interdependencias que se dan entre los elementos de la
naturaleza para su óptimo desarrollo; dicha comprensión complejiza la
noción de ecosistema y, se convierte en un argumento que robustece las
razones para la defensa de los territorios naturales en Bogotá.
Desde la dimensión mítica, existe una relación entre el árbol y el río en uno
de los mitos recopilados, en donde se muestra el simbolismo del árbol
como dador de frutos y semillas y, su transformación en agua, necesaria
para la germinación y subsistencia de dichas semillas. Este mito establece
una relación de interdependencia entre los elementos naturales, que da pie
para complejizar el pensamiento de las personas desde un punto de vista
196
ecológico en donde el equilibrio es lo que mantiene la vida y, cada uno de
los elementos que allí se encuentran son de igual importancia, propiciando
una tendencia de conservación totalizadora, donde la naturaleza sea
concebida como un complejo entramado de redes, donde el agua es sólo
una parte de la red, aportando a que el pensamiento se amplíe desde la
conservación de un elemento hasta la conservación de un ecosistema.
Finalmente, en la enseñanza del cuidado y conservación de los
ecosistemas acuáticos, es relevante trabajar las temáticas de dualidad
(luna-sol, femenino-masculino, agua-tierra), entendiendo los opuestos como
complementarios e interdependientes, contribuyendo a la construcción de
paradigmas de pensamiento sistémicos y ecológicos, en donde ningún
elemento sea más importante que otro, sino que todos se mantengan en un
mismo nivel. El cambio de paradigmas de pensamiento, puede llegar a
tener una importante influencia a largo plazo en los ecosistemas de Bogotá.
Valor intrínseco
Esta categoría surge de la agrupación de 3 de las tendencias encontradas
en las nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación”, que son las
siguientes: Espíritu, pensamiento y memoria; Valor intrínseco y;
Intervención humana. Como categoría, resalta el valor que debe atribuirse a
los ecosistemas acuáticos por su existencia, dado que es resultado de
millones de años de adaptación y, cada una de las especies que habita allí
es una solución biológica única a posibles dificultades de supervivencia.
La enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en
Bogotá, debe dirigir todos sus esfuerzos a lograr que los diferentes cuerpos
de agua que se encuentran en la ciudad sean valorados por su existencia,
que esa sea una razón más que suficiente para proteger los pocos
ecosistemas que aún quedan en la ciudad como guardianes de la memoria
de un territorio que se ha convertido en una selva de cemento.
Adicionalmente, es importante resaltar que cada uno de los habitantes
citadinos es un elemento valioso en el cuidado y conservación de los
ecosistemas, dado que, aunque las cosas anden desequilibradas en la
naturaleza, nunca está de más intervenir y hacer todo lo posible por
devolver el equilibrio, todavía no es demasiado tarde para emprender
acciones en pro de la recuperación de nuestros cuerpos de agua y, no se
debe desfallecer en esa iniciativa.
Cada una de las 8 categorías descritas anteriormente, serán tenidas en cuenta
para el diseño de la propuesta educativa de los mitos del agua como un camino
197
para la enseñanza del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos de
Bogotá.
198
FASE 3: DISEÑO
La fase 3 del presente trabajo de grado, tiene como objetivo diseñar una estrategia
pedagógica a partir de la recopilación de los mitos del agua en Colombia, para la
enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos
bogotanos. Esta propuesta resalta el valor y la importancia de los mitos dentro de
la configuración del pensamiento de los sujetos, como potente influenciador en las
acciones y las tendencias en el cuidado y conservación de los ecosistemas
acuáticos, teniendo en cuenta que en la cosmovisión mítica del mundo, el agua es
mucho más que un elemento y, tiene una importante relevancia en la vida
espiritual y material de las comunidades indígenas.
La ciudad de Bogotá, es atravesada por tres grandes ríos, que son el río Tunjuelo,
el río Bogotá y el río Fucha, adicionalmente, tiene una red de humedales
protegidos, quebradas y nacimientos de agua en sus cerros orientales (Ver
Ilustración 3). Sin embargo, el estado pobre y marginal de las aguas, descrito en
apartados anteriores, hace evidente una grave falta de apropiación y
reconocimiento del territorio, por parte de los habitantes citadinos. Es por esto, que
la presente estrategia pedagógica pretende retomar elementos de la cosmovisión
mítica del agua en Colombia, para contribuir a la resignificación del territorio en
Bogotá, al cambio de paradigmas en el pensamiento de los bogotanos, al rescate
de la oralidad y el diálogo intergeneracional, al reconocimiento de la ciudad como
espacio biodiverso y, a la valoración de los mitos presentes en la cosmovisión
indígena en Colombia, como mucho más que historias.
Con el propósito de reconocer los ecosistemas acuáticos que se encuentran en el
territorio bogotano, la presente propuesta pedagógica está diseñada para llevarse
a cabo en cada uno de ellos, haciendo necesaria la visita a humedales, ríos,
lagunas y quebradas de la ciudad. Dado que Bogotá presenta una significativa
cantidad de cuerpos de agua, se recomienda realizar la implementación de esta
estrategia pedagógica durante un recorrido mínimo de cuatro salidas, cuyos
lugares a conocer serán elegidos por el maestro, quien decidirá si realizar una
salida por cada tipo de ecosistema o, cuatro salidas al mismo tipo de ecosistema,
pero con diferente ubicación. Es importante que el maestro realice el recorrido de
reconocimiento de los cuerpos de agua, con un grupo de aproximadamente 10-15
personas, para no generar un gran impacto en el territorio. En la Tabla 14 se
detallan los posibles lugares a visitar dentro de la ciudad.
199
Ilustración 3. Mapa de la red hídrica de Bogotá. (Secretaría Distrital de Ambiente & Empresa de
Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, 2008, Página 28)
200
Tabla 14. Listado de Ríos, quebradas, lagunas y humedales que pueden visitarse en la ciudad de
Bogotá.
Tipo de Ecosistema Acuático
Ubicación del Ecosistema en
Bogotá
Lén
tico
s
Humedal
Humedal El Burro
Humedal Capellanía
Humedal Torca y Guaymaral
Humedal La Conejera
Humedal Córdoba
Humedal Juan Amarillo
Humedal Jaboque
Humedal Santa María del Lago
Humedal El Salitre
Humedal Meandro del Say
Humedal de Techo
Humedal Techovita
Humedal Tibanica
Humedal La Isla
Humedal El Tunjo
Laguna
Laguna de los Tunjos
Lago del Parque Simón Bolívar
Lago del Jardín Botánico
Lago Timiza
Lago Parque de los Novios
Lago Country Club
Lago Parque Ciudad Montes
Laguna Chura Chuminga, Mamá
Dominga
Ló
tico
s
Río
Río Tunjuelo
Río Fucha
Río Salitre
Río Bogotá
Río Arzobispo
Río Torca
Río San Francisco
201
Quebrada
Quebrada El Chulo
Quebrada La Vieja
Quebrada Las Delicias
Quebrada Zanjón del Recuerdo
Quebrada Güira
Quebrada Honda
Quebrada Peña Colorada
Quebrada Zanjón de la Estrella
Quebrada Yerbabuena
Quebrada Limas
Quebrada Santa Librada
Quebrada Botello
Quebrada Zanjón el Cortijo
Quebrada Agua Caliente
Quebrada Zanjón Candelaria
Quebrada Zanjón el Rincón
Los cuerpos de agua, clasificados como lénticos (humedales y lagunas) o lóticos
(ríos y quebradas), van a estar identificados con cada uno de los mitos del agua
recopilados, asumiendo el mito como orientador de la enseñanza del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá. De cada mito se
seleccionaron fragmentos textuales, que permiten al maestro propiciar el diálogo,
la imaginación y la reflexión de los participantes en cada uno de los encuentros.
Dichos fragmentos, están relacionados con las tendencias encontradas en los
mitos del agua, en lo referente a las nociones de “Agua” y “Cuidado y
Conservación”, con el propósito de ser orientadores durante todos los recorridos
en campo.
Los mitos fueron agrupados por el tipo de ecosistema que representan sus
historias, por lo que en la siguiente tabla se encuentra la información básica del
mito (Título, comunidad a la que pertenece y ubicación geográfica), los fragmentos
orientadores y, el tipo de ecosistema al cuál se asocia. Sin embargo, es importante
resaltar que no todos los mitos hacen referencia a un solo tipo de ecosistema
(léntico o lótico), sino que algunos hacen referencia a los dos o, a ninguno,
refiriéndose al agua dentro del cuerpo o como fenómeno natural, como se detalla
a continuación:
202
Tabla 15. Tabla de fragmentos orientadores de la estrategia pedagógica, título del mito y
ecosistema que representa.
Título del Mito / Comunidad a la
que Pertenece / Ubicación
Geográfica
Fragmentos orientadores
Lén
tico
: L
ag
un
a y
Hu
me
dal
Bachué
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
“Del agua emergió la luz, en la cual
encontramos el origen de la vida
humana”
“Se sumergieron en la Laguna de
Iguaque convertidos en dos grandes
serpientes”
“Cuando ya estaban viejos llamaron
a sus descendientes y fueron
acompañados hasta la Laguna de
Iguaque, su lugar de origen”
“En una tibia mañana primaveral, los
nacientes rayos del sol se
proyectaban, multicolores”
“El acostumbrado y monótono
silencio de la región, de repente se
vio turbado por el alborozo de aves
de policromado plumaje, que,
cantando, cruzaban por encima de la
quieta linfa de la lagunilla, como
anunciando la aparición de
acontecimientos de sinigual
grandeza”
“Por primera vez la planta humana
tocaba la tierra firme”
“Comenzaba así la historia del
humano linaje”
203
“Les educaba dentro de los más
delicados preceptos morales”
“Su misión en la tierra se había
cumplido”
“Ahora le servía de sepulcro, como
ayer le fuera de cuna”
Guatavita, la cacica infiel
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
“Se arrojó a la laguna y se convirtió
en serpiente”
“Se sumergía el cacique,
impregnado su cuerpo en polvo de
oro”
“Ofrecían los tunjos de oro a sus
dioses, tirándolos al agua”
“La infidelidad se pagaba con la
muerte u la deshonra”
“El desespero, la deshonra y la
afrenta intensificaron cada vez más
el dolor de la cacica y la llevaron a
huir del cercado indígena”
“Desde allí intervenía para solucionar
sus necesidades”
“La cacica profetizaba algunas cosas
que iban a suceder y, en especial,
enfermedades, muertes, sequías,
inundaciones y demás desastres”
“Todo era bonanza y esplendor”
204
“Esta como bienaventuranza, esta
dicha y alegría sin límites, no habría
de durar para siempre”
“El grito terrorífico de la hermosa
cacica hizo enmudecer la burlona
algarabía y un manto lúgubre
sobrecogió los corazones de todos
los circunstantes”
“Pronto llegaba al fondo, devorada
por las aguas acogedoras y
amorosas del santo adoratorio”
“Su princesilla tenía devorados los
ojos”
“Recordarle a su amado pueblo las
ofrendas prometidas y para
augurarle prosperidad y ventura
eternas”
Sin título – Laguna de Pátalo
Paez
Tierradentro, Cauca / Valle del río
Paez
“Fue enterrado en las inmediaciones
de la Laguna”
“Se purifican en las aguas de la
laguna”
El Dorado
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
“Purificación de cuerpo y alma, para,
de esta suerte, estar preparados
para invocar la benevolencia de la
diosa tutelar de las aguas”
“Los dioses protectores quedarán
satisfechos; aplacarán sus iras;
perdonarán a los culpables; darán
ventura a su amado pueblo”
205
“Desnudo, pero del todo cubierto con
una gruesa capa de oro en polvo”
“Invocando bienaventuranza para
sus amados súbditos”
“Habiendo ya dedicado su última
ofrenda a la diosa del divino
remanso, retorna a la balsa”
El Origen del Mundo – Mito U’wa
Tunebo / U’wa
Boyacá / Arauca / Santander
“En ese tiempo sólo había agua, un
agua espesa y en constante
movimiento”
“Decidió usar unas agujas para
asegurarla. Esas agujas son las
lombrices”
“Se formó un viento fortísimo que
quebró las ramas de los árboles,
dejándolos del tamaño que tienen
ahora”
“El Sol se devolverá para la casa de
sus padres, se envolverá cuatro
veces en el vestido de su mamá y se
recogerá en su seno, para dormir por
toda la eternidad”
“La Tierra temblará y caerá, y todo
volverá a ser laguna, sobre la cual se
desplomará el firmamento,
acompañado de las estrellas”
“En ese momento desaparecerán las
plantas y los animales, y sólo
quedarán la laguna y la oscuridad”
206
Nacimiento de Yuruparí, el Hijo del
Sol
Tenuí
Vaupés
“Cuando la Tierra estaba joven, la
gente se enfermó y empezó a morir”
“Al lago llegaron a conversar,
aunque el payé se los había
prohibido”
“Se bañaron un rato y luego salieron
muy alegres”
“Las había fecundado a todas, sin
que se dieran cuenta”
“De él sólo quedó, flotando sobre las
aguas, el polvo mágico y blanco que
usaba para esconder su juventud”
“Recogió varias, las comió y el jugo
de una de ellas recorrió su cuerpo
hasta llegar al lugar más oculto”
Origen del Agua y de la Laguna de
la Cocha
Mocoa
Sureste de Nariño
“Primero nada había; luego Ñamuy
todo hizo: plantas, animales y
mocoas; pero faltaban las aguas”
“Se reunieron para buscarle solución
al problema de la sed”
“Fue picada por un mosquito que la
hizo vomitar el agua que había
tomado”
“Se hizo entonces un charco que fue
creciendo, lenta y continuamente,
hasta formar un gran ojo de agua”
L ó t i c o : R í o
La Madre del Río
207
Origen desconocido, indígenas de
Antioquia
Antioquia / Magdalena medio /
Tolima / Huila
“Los enloquece y atrae con una
dulzura y amor maternal”
“Una bella joven española que se
enamoró de un apuesto joven
indígena, con quien tuvo un niño”
“La madre desesperada decidió
tirarse al río”
El Mohán
Origen desconocido, indígenas de
Antioquia, Tolima y Huila
Antioquia / Boyacá / Cundinamarca /
Risaralda / Caldas / Tolima / Huila
“Le gusta vivir en las montañas, en
las hondonadas, en los peñascos,
playones de los ríos, rocas vecinas a
las quebradas y cerca de las lagunas
en las regiones montañosas;
asimismo, en los pozos oscuros y
profundos de los ríos”
“Bastante juguetón, enamorado, muy
obsequioso y serenatero”
“Le gusta la sangre de los niños de
pecho, a quienes después de
sacársela, se los come asados en
hogueras de hojarasca”
“Alrededor de los charcos y en los
peñascos donde vive, gusta
custodiar sus tesoros en oro, piedras
preciosas, brazaletes, narigueras y
numerosas alhajas”
“Algunos dicen que tiene un palacio
subterráneo con muchos tesoros,
con oro y piedras preciosas”
“le deben dejar tabaco y sal en las
rocas”
208
“Algunos pescadores le llevan
comida abundante y tabacos, los
cuales le dejan en una gran piedra
cerca de los ríos o quebradas”
Furatena
Muzos
Zona esmeraldífera de Boyacá
“En el principio del mundo surgió
Are, el primer hombre en las orillas
del Magdalena”
“Las arrojó al agua dándoles vida
humana y creando los primeros
hombres del pueblo”
“Un hombre de ojos azules y barba
rubia que buscaba la planta
misteriosa de la eterna juventud”
“Los gritos dolientes y las lágrimas
de Fura, la esposa infiel, se
convirtieron en esmeraldas que
llenaron las cordilleras y en
mariposas de múltiples colores que
invadieron el espacio”
Sin título – Mito cosmogónico de
los Tunebos o el origen del río
Cobaría
Tunebo
Boyacá / Santander / Arauca / Sierra
del Cocuy
“Lo encerró en una casa grande y lo
convirtió en agua”
“La casa se rompió y las aguas
inundaron la comarca”
Tachajone y Jaribaidadi, de los
indios cholos
Cholos
Chocó, región del río San Juan
“Lo invocan en sus necesidades para
que se aplaquen los terremotos, los
incendios y las lluvias”
“El primer hombre, Jaribaidadi, nació
de las aguas de un río y dominó la
209
tierra”
El Hombre-caimán
Orígenes desconocidos
Regiones aledañas al río Magdalena
“Deidad de las aguas y de la
fertilidad”
“Se extinguieron por la destrucción
de la fauna en dichas regiones”
“Era un líquido que lo convertía”
El Árbol de la Abundancia
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
“El Árbol producía alimentos de toda
especie: Frutas y animales colgaban
de sus ramas”
“Preciso fue derribarlo para obtener
alimento”
“Sustento de las bestias y los
hombres"
El origen de las lluvias
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
“Los hombres, cansados del sol, no
sabían qué hacer para que cayera
agua sobre sus chagras”
“De pronto, saltó un gran pez de las
profundidades del río”
“Sacó su lanza y la arrojó con toda
su fuerza, pero la punta de la lanza
sólo alcanzó el fuerte cuello del
animal”
Chautec y la lluvia
Paez
Tierradentro, Cauca / Valle del río
Paez
“Un hombre gigantesco, se había
bebido toda el agua de los ríos y
había empezado a recoger toda la
210
lluvia en su gran boca”
“Nadie podía arrebatarle siquiera una
gota de agua”
“Huyeron en busca de un lugar para
esconderse”
“Habían hecho que todos los
hombres con sus familias y animales
marcharan hacia lo alto de las
montañas”
Historia de los ríos
Orígenes desconocidos
Zona Pacífica
“Un gusanillo de mil colores, que se
movía graciosamente”
“El hombre cavó un gran hueco, lo
llenó de agua y luego metió al
gusano”
“El pozo que había hecho estaba
convertido en un gran lago”
“Antes de llegar al lugar, el labrador
tocaba un tambor”
El Poira
Orígenes desconocidos
Huila
“Habita los más profundos charcos”
“Muchas veces hemos visto su
cuerpo dorado voltear las canoas de
los pescadores o espantarles los
peces”
“Guardan tesoros y secretos que tal
vez nunca llegaremos a conocer”
Los Indios Aprenden a Navegar y
211
a Comer Tapurús
Taira
Vaupés
“Ya el mundo hecho estaba y los
hombres podían hacer todo:
casas, flechas, muchas cosas,
menos andar en el agua como el
pato”
“Le pidieron que les enseñara a
caminar sobre el agua como lo
hacían los patos”
“Lo veían sorprendidos, felices, y lo
saludaban: todos querían hacer lo
mismo”
“Ya no tenían qué comer y estaban
muy hambrientos”
Mito de creación Nasa
Nasa
Tierradentro, Cauca
“Habían dos corrientes de viento,
femenino y masculino”
“Una estrella fugaz que andaba por
las montañas, se encontró con un
nacimiento de agua”
“Somos hijos del agua y de la
estrella”
Amerú: La dueña del agua y de los
peces
Yukuna
Amazonas, entre ríos Apaporis y
Caquetá
“El agua es la mujer”
“No había agua, no existía agua”
“Habían tres árboles en el mundo”
“Se transformaron en murciélagos”
La guerra que existió entre los
seres del exterior y los seres del
“El tío era una danta o un tapir.
212
agua
Uitoto
Departamento del Caquetá,
Araracuara y la Pedrera
Entonces él se fue a tres días de
camino por medio de la selva”
“Él le ofreció el mambe y el ambilcito
que le había llevado como una
ofrenda, como un modo de respeto”
“Quedó atrapado en medio de unos
bejucos o unas lianas que le
amarraron todo el cuerpo, no lo
podían soltar”
“Cuando ellas salieron a correr para
botarse al agua, inmediatamente los
agarró y los atrapó todos esos
bejucos, esas lianas”
“El muchacho no podía sumergirse
en el agua porque él era de acá, de
la atmósfera terrestre”
“Cada una de esas personas
representaba una clase de pescado”
“Le espinaron todo el cuerpo de la
cintura para abajo para dejarlo
inmóvil”
Historia de Catalina Luango
Palenquero
San Basilio de Palenque
“Era una bailarina de danza”
“Poco a poco la fue atrayendo hasta
que la metió al río”
“Ellos viven en la profundidad del río,
te sumergen ahí, no te ahogan ni
nada”
L ó t i c o : Q u e b r a d a
Bochica
213
Muiscas o Chibchas
Altiplano Cundiboyacense
“Un anciano de cabellera blanca y
luengas barbas”
“Solucionar el problema de las
inundaciones en la Sabana de
Bogotá”
“Negros, espesos y amenazantes
nubarrones comenzaron a cubrir el
firmamento, convirtiéndolo, de
esplendoroso día, en oscura noche”
“Los incontables rayos,
zigzagueantes, cruzaban las
espesas nubes; los ensordecedores
truenos llenaban de pavura a las
gentes; el viento silbaba,
destrozando todo cuanto ofrecíale
siguiera leve resistencia a su paso
devastador”
“La ira de los dioses parecía
desencadenarse con crueldad y
ensañamiento”
“Los ríos, con pavoroso rugido,
llevaban, en su turbión, los cultivos
aborígenes, sus chozas, sus débiles
moradas, sus gentes”
“El agua fue cubriendo todo”
“Por la brecha precipítase, furiosa, el
agua retenida en la inmensa laguna”
“El pueblo había olvidado los
preceptos divinos”
La Madremonte o Madreselva /
214
Diosa Dabaibe o Dabeiba
Posiblemente originario de indígenas
Catíos, Nutabaes y Chocoes
Antioquia / Magdalena / Cauca /
Caldas / Risaralda / Quindío
“Ojos brotados como de candela,
colmillos grandes como los de los
saínos, con manos largas y una
impresionante expresión de furia,
siempre vestida con chamizos, hojas
y bejucos”
“Mujer alta, corpulenta, elegante y
vestida de ramajes, hojas frescas,
frondas, bejucos y de musgo verde y
con un sombrero alón cubierto de
hojas y plumas verdes; su cabello
está cubierto de lianas y musgos que
no le dejan ver el rostro, y también,
porque el sombrero con tantas
ramas opaca la cara”
Lén
tico
y L
óti
co
: M
ar Madre Mar y los Mundos
Kogi
Sierra Nevada de Santa Marta
“En el principio del mundo todo era el
mar y se encontraba en oscuridad”
“La madre, el agua y la noche”
“Allí empezó a formarse la sangre en
los cuerpos y nacieron más gusanos,
sin huesos y sin fuerza”
“Entonces los Padres del Mundo
encontraron un árbol grande y en el
cielo, sobre el mar y sobre el agua
hicieron una casa grande de madera
y paja de bejuco que llamaron
Alnáua”
La diosa Igua
Wayú
Guajira
“El origen de su pueblo se encuentra
en el contacto de dos elementos de
la naturaleza”
215
“Se olvidó de la que vendría a reinar
sobre la Guajira, para quien no hubo
tierra”
La Sirena del Arco
Orígenes desconocidos
Tumaco, Nariño
“Es la reina del mar y le gusta salir
por las noches de sus palacios
marinos”
“Bella mujer abandonada en la
playa”
Sin título – Pulowi y otras
creencias del mar
Wayuu-apaalanchi
Guajira
“Algunos sitios son considerados
sagrados y peligrosos”
“Algunos peces como el wakaua
cantan como aves”
“Se pronuncian conjuros que piden
protección para ésta y su tripulación
de los peligros”
“Evitar la sobreexplotación de los
recursos”
“Oposición entre los animales de
tierra y de mar”
Sin título – Mito de creación Kogi
Kogi
Sierra Nevada de Santa Marta
“No había sol, ni luna, ni gente ni
animales, ni plantas”
“Ella era agua y agua por todas
partes y ella era río, laguna,
quebrada y mar”
“Ella era espíritu de lo que iba a venir
y ella era pensamiento y memoria”
216
Ló
tico
y L
óti
co
: R
ío y
Qu
eb
rad
a
La Madre de Agua
Orígenes desconocidos
Huila
“Se desbordó llevando a su paso
todo lo que encontró”
“Vieja serpiente inmensa que vive en
todos los lechos de los ríos y en las
quebradas”
“Se enfurece y se torna indomable
cuando los hombres profanan sus
templos”
Lén
tico
y L
óti
co
: L
ag
un
a y
Río
Juan Tama y Calambás
Paez
Hoya caucana del río Paez /
Cordillera central / Páramos de Las
Delicias y Las Moras
“Hubo una noche en que se abrieron
todas las llaves del cielo y se desató
una terrible tormenta que asustó
hasta a los más valientes”
“En medio de las aguas espumosas,
retozando en las olas del río, estaba
una criatura, mitad niño, mitad
serpiente”
“Buscaron vacas que lo alimentaran”
“Su madre, la estrella, se lo había
confiado al río para que lo cuidara”
“Traer a sus gentes paz y
prosperidad”
L é n t i c o y L ó t i c o : R í o y M a r Sin título – Mito de origen Catío
217
Catío
Antioquia / Caldas / Risaralda /
Quindío
“Cuando al principio no había nada,
tampoco había agua”
“La hormiga Jaburrá, la conga, que
era redonda como una garrapata, sí
tenía agua y se la pidió”
“Allí si cayó el árbol que estaba lleno
de agua”
No
Ap
lica:
Ag
ua e
n e
l cu
erp
o
El rafue Uuikï. El corazón del
Padre.
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
“En el principio no había nada aquí”
“Buscaba la manera de dar vida.
Meditaba la forma de hacer la
creación; entonces indagó cómo
había aparecido él mismo”
“El creador no aconsejaba. Solo
contaba historias”
“Comenzó a lamer la sangre que
lloraba. Puso a un lado las sobras
junto con el resto de cenizas”
Nofizazima. La reconstrucción del
cuerpo del hombre
Uitoto
La Chorrera, Amazonas
“Se levantaron toda clase de plagas
de animales”
“La hamaca se subió, bien arriba,
hasta llegar a las nubes altas”
“¿Acaso tú no eres gente?”
“Soltó la fruta dentro de la boca del
que se estaba secando”
“Por eso las lágrimas son dulces y es
por eso que tienen agua nuestros
218
ojos. Es un agua que no se seca.”
N
o A
plica
: L
luvia
, F
en
óm
en
o N
atu
ral
Cambutes, el joven que dominó
las nubes
Imúes
Nariño
“Todos los cultivos se secaron, los
animales comenzaron a morir y los
niños a enfermarse”
“-Como nuestro pueblo se está
muriendo por la sequía y los sabios
no encuentran la fórmula para que la
lluvia refresque nuestra tierra, he
decidido otorgarle el reino a aquel
que logre traer la lluvia”
“Una fresca lluvia se dejó caer en
todo el pueblo”
Esta estrategia pedagógica, puede ser llevada a cabo por los educadores en el
tiempo que ellos consideren conveniente, teniendo en cuenta la población con la
que se esté trabajando. Sin embargo, dado que la propuesta incluye salidas de
campo de reconocimiento del territorio citadino, se recomienda realizarla durante
varias semanas como tiempo mínimo.
El proceso se propone en cuatro etapas, cada una de ellas para ser abordada
durante las salidas al territorio, en mayor o menor complejidad. Las etapas a
desarrollar son las siguientes:
Me permito oler, palpar, escuchar, sentir y admirar la
majestuosidad de la naturaleza
La etapa de sensibilización pretende que los participantes reconozcan
que la ciudad no sólo es un espacio de ruido y contaminación, sino que
también se pueden encontrar cantos de aves y ranas, susurros de viento y
hojarasca y, sonidos de agua goteante y corriente, en los ecosistemas que
se encuentran allí. El desarrollo de esta etapa se caracteriza por propiciar
un reconocimiento del territorio a partir de los sentidos de los participantes,
219
aquí, el maestro elige qué sentido trabajar más, entre lo auditivo, lo olfativo,
lo táctil y lo visual, que se describen a continuación:
Lo auditivo, se retoma desde la escucha atenta de los sonidos del territorio,
de los organismos que están allí y, de los elementos naturales que
interactúan en el ecosistema. La identificación y el reconocimiento del
origen de dichos sonidos, permite la comprensión del territorio en que se
encuentran los individuos como hábitat de gran diversidad de especies y,
establece conexiones entre el entorno y los sujetos que lo están
vivenciando, que durante el proceso se espera que se hagan cada vez más
fuertes.
Lo olfativo puede trabajarse en dos caminos, inicialmente, desde las
sensaciones olfativas generales del entorno en que se encuentran los
participantes y, posteriormente, desde la sensación olfativa de las diversas
plantas presentes allí. Durante este periodo de la sensibilización, el maestro
puede evocar en los participantes recuerdos de infancia y asociaciones a
cada olor con las vivencias propias de cada uno de ellos, vinculando el
valor recreativo que tienen los ecosistemas acuáticos, acorde con una de
las categorías resaltadas en los mitos.
Lo táctil incluye una gran diversidad de sensaciones, sin embargo, con el
propósito de focalizarlas, se propone el reconocimiento del territorio sin
zapatos ni medias, donde se resalte el sentir la tierra, esa tierra que cada
día se recorre, pero que nunca se siente. Adicionalmente, se fortalece el
reconocimiento del entorno, palpando las texturas que presenta cada
elemento e intentando identificar a qué corresponde, sin utilizar la vista.
Lo visual, al ser uno de los sentidos más utilizados para reconocer cualquier
entorno diariamente, debe estar orientado hacia la observación minuciosa,
detallada y paciente de los componentes del ecosistema. Se debe orientar
el interés del reconocimiento hacia lo pequeño, hacia lo que no se ve en un
barrido rápido del ecosistema, permitiendo que cada participante se deje
asombrar por las formas, colores, movimientos y texturas propias de la
naturaleza.
La sensibilización desde la corporeidad de cada sujeto, busca despertar en
ellos las formas de conocer, que en la monotonía de la vida citadina se
dejan de lado, permitiéndoles observar y contemplar la vida y lo vivo desde
un punto de vista no convencional. Adicionalmente, reconocer con todos los
220
sentidos un entorno, trae recuerdos de vida a los participantes, que
fortalecen la conexión inmaterial que se tiene con la naturaleza, resaltando
el valor intrínseco que ella posee.
Finalmente, dado que la propuesta está orientada a la conservación de los
ecosistemas acuáticos, es importante reconocer todos los elementos que
hacen parte de ellos, no se puede limitar la sensibilización en torno al agua,
sin incorporar allí las interrelaciones que ella tiene con su entorno, con los
demás elementos naturales y, con todas las especies que habitan allí,
resaltando la dualidad, complementariedad e interdependencia de los
elementos naturales.
Somos cultura, somos diversidad, somos creadores de nuevos
mundos
La etapa de creación tiene como objetivo propiciar espacios de diálogo
con los participantes, en torno al fragmento o fragmentos orientadores que
haya seleccionado el maestro, previo a la salida. La “creación”, se
caracteriza por favorecer el diálogo intergeneracional desde la construcción
de historias entre abuelos, niños, jóvenes y adultos, partiendo de un
fragmento de mito. Para el desarrollo de esta etapa, el maestro será
orientador, retomando las frases seleccionadas y compartidas con los
participantes, desde antes de salir a realizar el recorrido por el ecosistema
escogido.
El maestro iniciará la etapa retomando las experiencias de cada
participante durante la sensibilización inicial, haciendo preguntas que
permitan evocar recuerdos, sentimientos y sensaciones en los sujetos.
Poco a poco, el maestro orientará el diálogo hacia el fragmento o los
fragmentos seleccionados del mito del agua, resaltando la importancia de
las relaciones de unidad con la naturaleza y, de la construcción de una
cosmovisión o paradigma de vida tendiente al cuidado y conservación de la
naturaleza y particularmente de los ecosistemas acuáticos.
Posteriormente, el maestro motivará al grupo hacia la creación de historias
o relatos a partir de las frases orientadoras, relacionándolas con el territorio
en que se encuentran, los elementos que percibieron allí durante la
sensibilización y sus propias vivencias. La construcción de una historia
221
conjunta, fomenta el dialogo intergeneracional y estimula la imaginación de
los sujetos; se debe tener en cuenta que los resultados de la etapa de
imaginación y creación de la historia posibilitan el reconocimiento,
indagación e identificación de las nociones de mundo y paradigmas de vida
que tienen los participantes, elementos que deben ser de suma importancia
para encausar el camino por el que el maestro orientará a los participantes
en los siguientes encuentros.
Dado que son varios los ecosistemas que se recorrerán, el maestro debe
prestar mucha atención a las historias creadas en los espacios naturales
visitados y, ser el hilo que permita tejer las narraciones creadas en cada
lugar, con el propósito de consolidar un acervo de los relatos construidos
por los participantes. Adicionalmente, no es recomendable caer en la
monotonía de la creación de historias en cada recorrido, sino que la fase de
creación puede alternarse o complejizarse con la construcción y realización
de protocolos o ritos de agradecimiento, ofrendas, peticiones o, el motivo de
la preferencia de los participantes hacia los cuerpos de agua, apropiando
así conductas que permitan generar cambios en las relaciones hombre-
naturaleza y, evidenciar actitudes de respeto, cuidado y conservación hacia
los ecosistemas acuáticos de la ciudad.
Como objetivo a largo plazo, la fase de creación pretende construir y
consolidar una cosmovisión propia del mundo en los participantes, que sea
apropiada y difundida por cada uno de ellos como su cultura. Es importante
que los sujetos reconozcan que a pesar de no pertenecer a alguna
comunidad indígena, ellos mismos, como grupo, pueden ser creadores de
una cultura con una cosmovisión, unas historias y, unos ritos particulares en
relación con los ecosistemas acuáticos, resaltando aspectos característicos
de los mitos como el territorio con guardianes protectores de la vida, el
agua como vida y como elemento purificador y, los cuerpos de agua como
espacios de riqueza material por las grandes ofrendas realizadas allí que,
resaltan su valor intrínseco.
222
Soy agua, soy sol, soy tierra, soy pensamiento, soy una hebra
en el tejido de la vida
La etapa de contraste tiene como objetivo compartir el relato mítico al cual
pertenece el fragmento trabajado durante las etapas anteriores y, reconocer
la diversidad cultural del país, en cuanto a su cosmovisión, territorio y
costumbres. El proceso de “Contraste”, se caracteriza por propiciar
espacios de diálogo y discusión en torno a los mitos del agua de las
comunidades indígenas de Colombia y, los relatos construidos por los
participantes, además del reconocimiento y resignificación de las
cosmovisiones de las culturas autóctonas del país.
El maestro dará inicio a la etapa, tan pronto se haya terminado de
consolidar la historia construida por los participantes, compartiendo con
ellos el relato del mito del agua de la comunidad indígena que se esté
trabajando, el mito puede ser leído por una sola persona o por varias
dependiendo de la dinámica del grupo. Para variar el momento de compartir
el mito, pueden retomarse elementos de las artes como el teatro o la danza,
vinculando la corporeidad de los participantes con las historias de los mitos
del agua.
Al finalizar la lectura o representación del mito, el maestro será propiciador
del diálogo comparativo entre las dos versiones de mito compartidas, con la
finalidad de establecer similitudes y diferencias entre ellas. Durante la
discusión, el maestro incluirá información de caracterización de la
comunidad indígena trabajada, como los elementos característicos de la
cultura, los territorios que habitan, los rituales más representativos de su
comunidad, sus nociones de “Agua” y “Cuidado y Conservación” y, demás
aspectos que considere relevantes; esto, con el objetivo de crear vínculos y
correlaciones entre los mitos indígenas dentro de un territorio altamente
biodiverso y, los mitos creados por los participantes en un territorio citadino.
A largo plazo, esta etapa pretende que en la población citadina se
construya una nueva forma de pensar y ver las comunidades indígenas del
país, asumiendo la imagen del ser indígena como sujeto senti-pensante,
con unas creencias y unas cosmovisiones de mundo únicas y, fuertemente
marcadas en su pensamiento y su forma de actuar ante el mundo.
Adicionalmente, se espera que los participantes amplíen su noción de
cultura, comprendiendo que ésta no sólo se da dentro de una comunidad
223
indígena, sino que también puede darse entre habitantes citadinos, que
pueden crear, construir y reconstruir sus historias y sus relaciones con el
agua y el entorno natural que los rodea.
Soy parte de una sociedad, soy guardián de un territorio, soy
semilla de cambio
La etapa crítica-reflexiva tiene como objetivo analizar y reflexionar sobre
las relaciones hombre-naturaleza que se mantienen en la ciudad de Bogotá,
focalizando en el uso, manejo y apropiación del agua y los ecosistemas
acuáticos. El proceso crítico-reflexivo se caracteriza por ser un diálogo
continuo entre los participantes y el maestro, donde cada uno aporte desde
su experiencia de vida en la ciudad, su visión de las actitudes de los demás
ciudadanos y, su relación con el agua dentro de sus labores cotidianas.
Este proceso se realizará fortaleciendo el diálogo intergeneracional y,
posicionando las preguntas como potenciadoras de la reflexión en los
sujetos, ya que permiten cuestionar y poner en duda sus convicciones y, a
largo plazo, su cosmovisión y paradigmas de vida. En el diálogo se
pretende que entren a discusión las concepciones políticas y sociales de los
individuos, sus vivencias de agua y de ciudad, el reconocimiento de la
ciudad como un territorio organizado por las cuencas de los ríos y no por
las localidades tradicionales (Ver Ilustración 4), el uso del agua en las
labores domésticas, y, demás aspectos que emerjan durante la discusión.
A largo plazo, se pretende que la etapa crítica-reflexiva permita a los
participantes empoderarse de su territorio, como se propone desde la
educación popular y, que de allí surjan nuevas propuestas y alternativas a
las problemáticas que atraviesa la ciudad. Se proyecta que los participantes
sean agentes potenciadores de cambio dentro de sus familias y su
comunidad, aportando así al cuidado y conservación de los ecosistemas
acuáticos de Bogotá.
224
Ilustración 4. Mapa de organización territorial de Bogotá por sus cuencas hidrográficas.
(Secretaría Distrital de Ambiente & Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, 2008,
Página 52)
Es importante que en el desarrollo de cada una de las fases que se describieron
anteriormente, el diálogo y los espacios de interacción entre los participantes se
realice con una organización en forma de círculo, en donde todos estén en un
mismo nivel y puedan verse unos a otros, propiciando también el reconocimiento
del otro como diferente pero complementario, al cual puedo escuchar y construir
con él un pensamiento de vida. Adicionalmente, el maestro debe realizar un
trabajo constante con el fragmento de mito, que debe estar inmerso
225
constantemente durante las etapas del proceso, no debe dejarse de lado el mito, a
pesar que las discusiones y la singularidad propia de los encuentros desvíen un
poco el camino.
Se recomienda que durante la implementación de cada una de las etapas, el
maestro proponga diversos caminos para el registro de las experiencias de los
participantes, que pueden realizarse utilizando herramientas audiovisuales como
los comentarios “Backstage” (videos individuales), las ilustraciones o dibujos del
ecosistema antes y después de su reconocimiento, la creación literaria mediante el
relato o la epístola de las vivencias de cada individuo en los territorios visitados o,
el camino que el maestro considere pertinente para su grupo. Adicionalmente, se
recomienda el uso del cuaderno de campo por el maestro, quien también se
encontrará inmerso dentro de los procesos, tejiendo y destejiendo su rol como
sujeto dentro de la sociedad y del mundo natural. El registro del proceso, puede
llegar a consolidarse en un libro que muestre el proceso y el resultado de la
creación de una cultura bogotana protectora de las aguas y de los territorios
biodiversos que posee la ciudad.
Para finalizar la estrategia pedagógica y evidenciar los resultados del proceso, se
recomienda motivar a los participantes a proponer caminos, espacios o acciones,
que posibiliten la apropiación y divulgación del conocimiento adquirido dentro de
su familia y de su comunidad. El proceso evaluativo se realizará teniendo en
cuenta cuáles de los elementos trabajados durante las sesiones, vinculan los
participantes a su propuesta, el nivel de apropiación de su territorio y, el valor y
reconocimiento que le dan a sus propias creaciones culturales. No se debe olvidar
que esta etapa final también pretende evaluar el nivel de impacto que generaron
en los participantes los procesos llevados a cabo durante el desarrollo de la
estrategia pedagógica, llevando a una reflexión del ser maestro y de la enseñanza
del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos dentro de una ciudad
como Bogotá.
Es así como los mitos del agua se consolidan como un camino para la enseñanza
del cuidado y conservación de los ecosistemas acuáticos en Bogotá, partiendo del
cambio de paradigma de los sujetos, de lo individual e inmediato a lo ecológico y
sistémico, que al cambiar en su interior, pueden generar grandes transformaciones
en su entorno y en su comunidad. Es importante reconocer que los procesos
educativos en conservación, deben llegar a las vivencias de cada individuo y tocar
su sensibilidad, llenarlos de argumentos y empoderarlos para que sean líderes del
cambio en su entorno inmediato. El cambio empieza por una sola persona, si esa
persona cambia, puede hacer que otros también lo hagan, consolidando un gran
226
tejido humano, que velará por el cuidado y conservación de los ecosistemas
acuáticos en Bogotá. Es necesario tejer y destejer los pensamientos y las
costumbres que han sido legadas a los individuos generación tras generación, se
necesita ser, cambiar desde el interior, construir capullos y, salir al mundo
transformados en mariposas.
Ilustración 5. Vuelo de mariposa.
“Una cultura sólo podría florecer en un horizonte rodeado de mito”
Hans-George Gadamer
227
CONCLUSIONES
La indagación y recopilación de los mitos del agua, es un importante trabajo de
sistematización y compilación de los relatos presentes en el acervo de las
bibliotecas mayores de la Red de Bibliotecas Públicas de Biblored, que se
posiciona como referente para próximas investigaciones en la especificidad de la
temática, dejando ver tanto los avances como las falencias investigativas que hay
en el campo de la indagación y el rescate mítico y cultural de las diversas
comunidades indígenas habitantes del territorio colombiano.
El análisis de los mitos seleccionados en cuanto a sus nociones de “Agua” y
“Cuidado y Conservación”, permite ver la gran diversidad de concepciones y
significados que atribuyen a los elementos de su territorio, los indígenas
pertenecientes a los pueblos colombianos. No es posible establecer una única
tendencia o categoría de análisis, los mitos deben comprenderse en su
complejidad, asociándolos con el territorio del grupo étnico en que se originaron,
las dinámicas propias de la población y, la cosmovisión misma de la comunidad,
dado que el mito no surge de la nada, sino condicionado a un entorno social y
biológico.
El diseño de una estrategia pedagógica para la enseñanza del cuidado y
conservación de los ecosistemas acuáticos en la ciudad de Bogotá a través de los
mitos del agua, es un camino innovador y poco explorado en los ámbitos
educativos, cuyo propósito se centra en ir más allá de la comprensión teórica de
las causas y consecuencias de la contaminación de las aguas en Bogotá, para
tocar la sensibilidad de los sujetos y desde allí construir nuevas formas de ver el
mundo y de relacionarse con él, permitiendo al individuo comprenderse como
parte, más no como dueño del mundo natural.
La calidad de la red hídrica de la ciudad de Bogotá, presenta un estado cada vez
más elevado de contaminación a pesar de la gran cantidad de campañas
educativas que se desarrollan constantemente y, la limpieza frecuente de los
canales. Debido a esto, se hace necesaria la sensibilización de la ciudadanía en
cuanto a la importancia que tiene el agua desde un punto de vista ecológico y
cultural, asignando a los cuerpos de agua de la ciudad un significado y un valor
más allá de lo monetario y lo utilitarista. Es indispensable la vinculación de la
sensibilidad y subjetividad de los individuos a los procesos de conservación para
generar un mayor y beneficioso impacto en los ecosistemas.
228
El trabajo de recuperación de la memoria oral y, la divulgación por medio de la
memoria escrita, de las comunidades indígenas que aún están presentes en el
territorio colombiano y que conservan la mayoría de sus tradiciones y
pensamientos originarios, debe promoverse y fortalecerse, con el propósito de no
dejar perder en el olvido esa gran riqueza cultural que, a pesar de las
adversidades, aún se mantiene viva, con su lengua, sus rituales, su cosmovisión,
sus costumbres, su sabiduría, su oralidad, su memoria y su ser.
El trabajo antropológico con los integrantes de las comunidades indígenas es de
suma importancia, en cuanto permite conocer e indagar sobre las cosmovisiones y
costumbres de un pueblo, directamente en su territorio, con su familia, en su lugar
de origen. Este proceso de investigación, robustece el conocimiento y resalta la
importancia que tienen las comunidades indígenas del país, reconociendo en el
territorio colombiano una amplia diversidad tanto biológica como cultural,
merecedora de arduos esfuerzos investigativos.
Fortalecer el diálogo intergeneracional (endoculturación) en Bogotá, es un
elemento clave para reestablecer las relaciones de diálogo entre los adultos,
jóvenes y niños que habitan la ciudad, dejando de lado la televisión, el celular y los
videojuegos, para centrar la atención en la palabra, en el saber que tienen los
abuelos y que han construido hace muchos años. Adicionalmente, mantener un
constante diálogo intergeneracional, conlleva a que las costumbres, las tradiciones
y, a largo plazo, la cultura, se arraiguen en los habitantes citadinos, permitiendo
cambios en el pensamiento y las acciones de los individuos.
Fortalecer el diálogo de saberes, la apropiación del territorio y, el empoderamiento
de los sujetos, son elementos clave dentro de la perspectiva de la educación
popular y, cada uno de ellos son relevantes para el diseño e implementación de
estrategias educativas en la ciudad de Bogotá. También es importante resaltar el
proceso de enseñanza-aprendizaje del cuidado y conservación de los ecosistemas
con una población mixta, sin distinciones de edad o nivel académico, posibilitando
un mayor intercambio de conocimientos en el diálogo de saberes y, una
construcción más diversa de propuestas de intervención al territorio o a la
comunidad.
Propiciar un cambio o reestructuración de paradigmas de pensamiento y de vida
en las personas, es el proceso más relevante que debe llevarse a cabo para
obtener resultados a largo plazo en torno al cuidado y conservación de la
biodiversidad. De las concepciones, pensamientos, creencias y paradigmas que
229
tengan las personas en su vida, dependerán sus actitudes, acciones e influencias
en su entorno social y biológico inmediato. Es así, como el cambio de una persona
se verá reflejado a largo plazo en sus amigos, en sus familiares, sus hijos, sus
nietos y demás individuos con los que tenga contacto, generando repercusiones
favorables en el entorno biológico que los rodea.
Fortalecer e innovar las estrategias de cuidado y conservación de ecosistemas en
la ciudad de Bogotá, es un trabajo arduo para los educadores, pero que tiene una
valiosa retribución por parte del entorno natural. La constante construcción de
viviendas y edificaciones sobre los territorios naturales de la ciudad es una grave
amenaza a los ecosistemas, que debe evitarse al máximo mediante la protección y
apropiación de los territorios como espacios naturales, hábitats de gran
biodiversidad de especies y, estaciones biológicas para aves migratorias.
Desde mi formación como Licenciada en Biología, concibo la educación en
contextos formales e informales, como espacios que permiten al maestro, desde la
reflexión de la realidad de su entorno, aportar a la gestación de nuevas
generaciones con mayor apropiación de sus saberes y de su territorio. Rescato la
escuela como el espacio que permite a los estudiantes conocer la diversidad de
pensamiento en el mundo, desde la ciencia, el arte, la literatura, la política, entre
otros, dejando al sujeto total libertad de decidir qué elementos toma del
conocimiento para su vida.
El maestro es un ser orientador de caminos, nunca debe imponer su forma de
pensar a sus estudiantes, el maestro debe consolidarse como el sujeto que les
muestra las posibilidades y les da total autonomía en sus decisiones,
contribuyendo cada día a la construcción de sujetos autónomos, críticos y
reflexivos. La educación debe ser siempre un acto de libertad, que posibilite a los
sujetos construir sus propios paradigmas de vida, liberarse de las cadenas
impuestas por el poder y, construir las alas que les permitan emprender su vuelo
por el mundo.
230
RECOMENDACIONES
Con el propósito de dar continuidad al trabajo de recopilación de los mitos del
agua en la memoria oral, se recomienda realizar una revisión complementaria con
los demás acervos bibliográficos presentes en la ciudad de Bogotá, como las
Bibliotecas Menores de Biblored, la Biblioteca Nacional, la Biblioteca Luis Ángel
Arango, la Red de Bibliotecas de Colsubsidio y las bibliotecas de las
universidades. Consolidando así un archivo de los mitos del agua de las
comunidades indígenas de Colombia, producto de una revisión total de la memoria
escrita presente en los acervos bibliográficos bogotanos.
Para futuros estudios en recopilación de la memoria oral con las comunidades
indígenas, se recomienda trabajar directamente en el territorio, convivir con la
comunidad y comprender e indagar a fondo la cosmovisión de la cultura escogida.
Conocer a fondo una comunidad, su cultura, costumbres, cosmovisión, tradiciones
y pensamiento permite comprender los relatos de sus mitos en la complejidad de
su esencia, teniendo una amplia visión de lo que simboliza cada fragmento y cada
palabra para los habitantes del territorio.
Además del estudio de los mitos del agua, también pueden realizarse
asociaciones de éstos con la figura de lo femenino, del agua como mujer y las
condiciones bajo las que se desenvuelve la vida de las mujeres dentro de las
comunidades, indagando sobre las correlaciones que pueden existir entre la
cosmovisión mítica del agua y la tierra como entes femeninos y, los actos llevados
a cabo dentro de la tribu. Los mitos, también abren la posibilidad a estudios desde
lo zoomorfo y las complejas interrelaciones que se generan entre los elementos
naturales, los animales, las plantas y el hombre, que pueden ser relacionados con
la complejidad ecológica de los ecosistemas tropicales.
Se recomienda evaluar los ecosistemas acuáticos visitados durante las salidas de
campo de la Licenciatura en Biología, a la luz de la cosmovisión de las
comunidades que habitaron allí, propiciando el reconocimiento de dichos
ecosistemas como espacios míticos, culturales y biológicos. Es importante resaltar
que como futuros maestros debemos reconocer la diversidad biológica y cultural
del país, por lo que es recomendable empezar a articular estas dos visiones de
mundo desde la formación del pregrado, vinculando relatos míticos, descripciones
de las culturas, realización de rituales u ofrendas y, demás acciones que se
consideren adecuadas por los maestros acompañantes.
231
“La relación entre mito y razón es tanto más un problema romántico. Los
acentos son completamente distintos si por <<romanticismo>>
entendemos todo pensamiento que cuenta con la posibilidad de que el
verdadero orden de las cosas no es hoy o será alguna vez, sino que ha sido
en otro tiempo y que, de la misma manera, el conocimiento de hoy o de
mañana no alcanza las verdades que en otro tiempo fueron sabidas. El
mito se convierte en portador de una verdad propia, inalcanzable para la
explicación racional del mundo.
En vez de ser ridiculizado como mentira de curas o como cuento de viejas,
el mito tiene, en relación con la verdad, el valor de ser la voz de un tiempo
originario más sabio.”
Hans-George Gadamer
232
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237
ANEXOS
ANEXO 1 Guía de Entrevista Semiestructurada
Preguntas orientadoras para la indagación de la memoria oral con individuos
pertenecientes a las comunidades indígenas del país:
¿Dónde está ubicado geográficamente el territorio nativo de su comunidad?
¿Qué cuerpos de agua o ecosistemas acuáticos se encuentran allí?
¿Cuáles aspectos considera característicos de su comunidad en torno a
cosmovisión, costumbres, creencias?
¿Qué significado tiene el agua en su cultura?
¿Los ecosistemas acuáticos tienen guardianes, dioses o alguna
característica mítica?
¿Conoce usted mitos o historias que cuenten los abuelos referentes al
origen o a los guardianes del agua?
¿Cuál cree usted que es la diferencia existente entre cuidado y
conservación?
ANEXO 2 Entrevista Jaime, indígena Nasa. Archivo de sonido en CD adjunto.
ANEXO 3 Entrevista Cercelino, indígena Wounaan. Archivo de sonido en CD adjunto.
ANEXO 4 Entrevista Marcela, indígena Yukuna. Archivo de sonido en CD adjunto.
ANEXO 5 Entrevista Fernando, indígena Inga. Archivo de sonido en CD adjunto.
ANEXO 6 Entrevista Confucio, indígena Uitoto. Archivo de sonido en CD adjunto.
ANEXO 7 Entrevista Diego, grupo étnico Palenquero. Archivo de sonido en CD adjunto.