Mis padres… ¡Mis padres! Hay muchos mitos sobre los adolescentes. Uno de los principales es que a sus padres no les cae bien. Falso. A la mayoría de los adolescentes les caen bien sus padres, quieren llevarse bien con ellos y quisieran pasar más tiempos juntos. Es más, consideran a sus padres la influencia número uno en sus vidas, por encima de los amigos, los medios de comunicación, la religión, los héroes o cualquier cosa. Josefa es un ejemplo de lo que estamos diciendo: “mi familia no es perfecta”, dice “pero tenemos lazos estrechos entre nosotros. Hablo con mis padres de casi todo, aunque tengo mis secretos. Nos reunimos a cenar. A veces peleamos, pero al final nos contentamos. Rara vez me quedo a dormir en casa de mis amigas, me siento más cómoda en la mía. Son ellas las que vienen a mi casa porque mis padres las hacen sentir como de la familia. Todo el mundo es bienvenido aquí”. También existe en ciertos adolescentes el predominio de los problemas, producto de muchas cosas: la separación familiar, el vivir solo con uno de los padres, la falta de privacidad o el exceso de trabajo o actividades sociales que descuidan la conversación, el crecimiento del adolescente; el sentimiento de independencia, entre otras causas hacen que existan historias como la de Javier: “me pelee otra vez con mi madre, no me entiende. Y lo que es peor, un día en que por mi esfuerzo y creatividad logre tomarle la foto más cercana a mi ídolo favorito Paul M. me ofrecieron tres mil dólares por ella, la vendí. Tuve que ocultar la información, porque después mi madre me la quita, ella no la necesita, yo la guardo para algún día gastarla”. Estamos ante el ejemplo típico de la

familia disfuncional en que falta de confianza, dialogo, objetivos comunes como familia han desaparecido. Tal vez a estas alturas ya te has dado cuenta que no puedes elegir a tus padres. Lo siento, pero tienes los que te tocaron. Por eso lo que tu decidas hacer con el sentimiento que hay entre ustedes es una de las seis decisiones más importantes de la vida (alusión al libro de Sean, Grijalbo: 2007 de quien hemos extraído algunas ideas y experiencias) ¿Cómo será? ¿Les tendrás respeto o no? ¿Fortalecerás la relación o huiras de ella? ¿Abordaras los problemas hablando o peleando? Si eliges romper relaciones, enfadarte o ser irrespetuoso vas por mal camino. Si decides construir buenas relaciones, ser creativo para resolver problemas, mostrar cariño y respeto vas por excelente camino de una familia sana. Lo necesitamos. Puedes ir cada día construyendo ese edificio de una familia sana y feliz si haces pequeñas cosas que fortalecen la relación y el cariño. Di a menudo “por favor”, “gracias”, “¿te puedo ayudar”, TE QUIERO”. Nunca renuncies al cariño de tus padres, así como esperas que ellos nunca renuncien al tuyo.