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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia © www.analogias.es 1 METAFÍSICA DEL ALMA: UN CONCEPTO CUÁNTICO DE LA CONCIENCIA Por Eloy Millet Monzó Autor, título y contenidos inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual de Valencia Introducción Cap 1.-Antecedentes del término alma 1.-Posible origen del término alma 2.-El alma en Egipto 3.-Ba, la trasmigración del alma y la iluminación 4.-Los dos aspectos del alma en Egipto 5.-Míticos alados en Egipto 6.-La conciencia y el corazón en Egipto: la reencarnación 7.-Vedas: la comprensión, la curiosidad y la muerte del alma 8.-Vedas y Tao: la sustancia universal 9.-Caribe y mayas: la sustancia universal Cap 2.-Lo ápeiron, la ataraxia y el tránsito del alma 10.-Culturas prehelénicas: el cuerpo se torna en alma 11.-Grecia: orfismo y hedonismo 12.-Anaximandro de Mileto: lo ápeiron y el alma 13.-Epicuro de Samos: ataraxia del alma 14.-Los dos principios de Epicuro 15.-Posible origen del concepto de la inmortalidad del alma 16.-El tránsito del alma para resucitar al cuarto día Cap 3.-Mitología griega para el alma 17.-Laminillas de Creta: la abeja, el toro, la luna y el alma 18.-¿Por qué la abeja y el alma? 19.-El alma, la abeja y el toro: el abellón y las pitinas Cap 4.-El alma y la lógica 20.-La katábasis: trasmigración de las almas 21.-Aristóteles no creía en la inmortalidad del alma 22.-Aristóteles y la lógica de hace 23 siglos 23.-Platón, la metempsicosis y el alma del mundo 24.-La conciencia, el enigma de Aristóteles y la imaginación 25.-El alma y la entelequia

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METAFÍSICA DEL ALMA: UN CONCEPTO CUÁNTICO DE LA CONCIENCIA Por Eloy Millet Monzó Autor, título y contenidos inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual de Valencia Introducción Cap 1.-Antecedentes del término alma 1.-Posible origen del término alma 2.-El alma en Egipto 3.-Ba, la trasmigración del alma y la iluminación 4.-Los dos aspectos del alma en Egipto 5.-Míticos alados en Egipto 6.-La conciencia y el corazón en Egipto: la reencarnación 7.-Vedas: la comprensión, la curiosidad y la muerte del alma 8.-Vedas y Tao: la sustancia universal 9.-Caribe y mayas: la sustancia universal Cap 2.-Lo ápeiron, la ataraxia y el tránsito del alma 10.-Culturas prehelénicas: el cuerpo se torna en alma 11.-Grecia: orfismo y hedonismo 12.-Anaximandro de Mileto: lo ápeiron y el alma 13.-Epicuro de Samos: ataraxia del alma 14.-Los dos principios de Epicuro 15.-Posible origen del concepto de la inmortalidad del alma 16.-El tránsito del alma para resucitar al cuarto día Cap 3.-Mitología griega para el alma 17.-Laminillas de Creta: la abeja, el toro, la luna y el alma 18.-¿Por qué la abeja y el alma? 19.-El alma, la abeja y el toro: el abellón y las pitinas Cap 4.-El alma y la lógica 20.-La katábasis: trasmigración de las almas 21.-Aristóteles no creía en la inmortalidad del alma 22.-Aristóteles y la lógica de hace 23 siglos 23.-Platón, la metempsicosis y el alma del mundo 24.-La conciencia, el enigma de Aristóteles y la imaginación 25.-El alma y la entelequia

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Cap 5.-La metafísica y la atención 26.-Origen de la metafísica: criterio oriental y occidental 27.-Metafísica en árabe: no existe yo soy 28.-Posible origen del término espíritu 29.-La atención pudiera teñirse de violeta 30.-El alma y la mayéutica: el logos Cap 6.-Mitología y creencia 31.-Cuatro teorías sobre el origen del alma 32.-¿Es la misma alma la del monismo que la del pluralismo? 33.-El alma en la leyenda de Dioniso 34.-La madre de Dioniso y la creencia en la Virgen 35.-El alma, Jesús y Dioniso: las bodas de Canaán 36.-Leyendas en Arabia, Fenicia y Grecia: justicia post mortem Cap 7.-Una argumentación dogmática 37.-La innovación de Pablo: el espíritu 38.-Orígenes: ni Dios tiene alma ni existe la trasmigración 39.-El alma para los romanos 40.-El alma en el jainismo 41.-El alma o ruag en las Sagradas Escrituras: Spiritus dei 42.-La presunta contradicción de Agustín de Hipona 43.-Inmortalidad del alma en la Biblia: raíz filosófica y bíblica 44.-El alma según Agustín, Pablo y Tomás Cap 8.-Una argumentación filosófica 45.-Averroes: otra verdad sobre el alma 46.-Las dos almas de Averroes y las dos verdades 47.-El papa Juan XXI, las herejías y la gravedad 48.-El alma según Descartes 49.-Descartes, el alma, la glándula pineal y la fe 50.-Spinoza y la solución al criterio de Descartes: los modos 51.-De Bonald: el alma es inteligencia servida por órganos Cap 9.-Una argumentación lógica 52.-La ciencia del alma 53.-Xavier Bichat: alma y conciencia relacionadas por la lógica 54.-El alma es a la inteligencia como el espíritu al ser inteligente 55.-Leibniz: El alma se apercibe y el espíritu percibe

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56.-Kant: el alma es un nóumeno Cap 10.-El triple consejo 57.-Las tres premisas de Alice A. Bailey 58.-Las tres premisas de Immanuel Kant Cap 11.-Alma y neurofisiología 59.-Kant: un paradigma metafísico del alma 60.-El alma, la razón y el sistema nervioso 61.-Partícula espiritual y partícula material 62.-Las neuronas y la atención 63.-El alma como relación entre la consciencia y la inconsciencia 64.-Restablecimiento cerebral Cap 12.-Alma, sensación y percepción 65.-El alma y las capas corticales del cerebro 66.-Cerebro y tálamo: la percepción 67.-Inversión entre cerebro y sensibilidad: el alma 68.-Percepción y alma, sensación y personalidad 69.-¿Qué es el alma y qué es la conciencia? Cap 13.-Alma, psicología y ciencia 70.-La muerte del alma y las tres linternas de Quevedo 71.-Víctor Hugo y la universalidad del alma 72.-El alma, el movimiento y la lógica: Heidegger 73.-La lógica en la metafísica: Hegel, alma y mayéutica 74.-Schelling y el paradigma del alma 75.-El alma y la energía del movimiento: el trabajo Cap 14.-Alma y libre albedrío 76.-Energías del alma y de la materia 77.-La oportunidad y el alma 78.-El alma como espiritualización de la materia 79.-El libre albedrío y la realidad cuántica Cap 15.-Alma y partículas: una argumentación científica 80.-Alma y conciencia, bosones y fermiones 81.-Causa y efecto: el carbono como origen de la vida 82.-Oportunidad de la materia y las dos fuerzas del alma 83.-¿El final del alma? 84.-El alma y la renovación, el solipsismo y la imitación 85.-¿El secreto de la inmortalidad? Cap 16.-Alma y mecánica cuántica 86.-El alma, la velocidad y la percepción: el fractal

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87.-El alma y la luz: catástrofe ultravioleta 88.-El salto cuántico y las supercuerdas: energía espiritual y material 89.-El alma, el enigma cuántico y la ondulatoriedad Cap 17.-Alma y colapso: los dos agentes 90.-Dos relaciones del enigma cuántico con el alma 91.-Los dos agentes del enigma cuántico: hombre y … ¿ángel? 92.-Una probable energía del alma: el fotón 93.-Un concepto cuántico de la conciencia 94.-Los dos agentes del colapso: hombre y… ¿ángel? Cap 18.-Interferencia cuántica y alma 95.-La interferencia cuántica como acción del alma 96.-Experiencia con la luz y su analogía con el alma 97.-Dualidad onda-materia: ¿será la conciencia? 98.-La observación: alma, personalidad y conciencia 99.-El alma y la personalidad, la física cuántica y la clásica 100.-La interferencia cuántica y el alma Cap 19.-El alma y las cuatro dimensiones 101.-El alma y las cuatro dimensiones 102.-El alma como percepción simultánea en 360º 103.-La percepción como instrumento para comprender Cap 20.-Superposición cuántica y alma 104.-El alma, la conciencia y la superposición cuántica 105.-El tiempo para el alma 106.-Los puntos cuánticos y la percepción Conclusión ===========================================

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Introducción Aristóteles relaciona al alma con la psyche, Descartes adopta la dualidad res cogitans – res extensa, Baruch Spinoza afirma que es sustancia divina, para Leibniz es mónada porque subsiste por sí misma, Kant la relaciona con la capacidad humana para comprender lo absoluto, Fichte dice que es la acción propiciada por el conocimiento, Freud le da un carácter superlativo y dice que es el súper-yo y Bloch especula con que el alma es la realización del futuro en el presente. En Génesis, la ruaj, alma o soplo de vida, hace del ser humano un organismo vivo y así podríamos seguir citando opiniones y afirmaciones acerca del alma, tantas que acabaríamos perdiendo el objetivo de nuestro trabajo. Informándonos en las variadas filosofías que tratan del alma hemos encontrado tres tendencias, en las que hemos podido observar que la relación entre la filosofía y la ciencia, ha propiciado los mejores argumentos y también las más detestables atrocidades. En la primera tendencia nos parece entender que la búsqueda de la causa es su objetivo, desatendiendo al efecto, se basa en la creencia y su instrumento es la afirmación. En la segunda interpretamos lo contrario, que se desatienden las causas y solo importan sus efectos porque son lo único tangible, se sustenta de la percepción sensitiva y también afirma, aunque sus afirmaciones son contrarias a las de la primera tendencia, con la que hemos podido observar que mantiene constante lucha, dialéctica unas veces y asesina otras. En la tercera tendencia observamos una relación entre las dos anteriores y aquí interviene poderosamente el aspecto científico, entre una posible causa y el efecto realmente observado, reduciendo e incluso cesando la confrontación ideológica manifiesta por la separación entre el estudio de las causas y el de los efectos. Así, hemos disfrutado con la tolerancia y la comprensión emanantes de aquellas filosofías que tratan pacíficamente el tema del alma, aunque sus caminos no sean coincidentes con los de otras, porque la comprensión es su único instrumento y la lógica su medio. Gracias a esta tercera tendencia, el filósofo tiene la oportunidad de comprender una causa relacionando el efecto que le explica el científico, de tal forma, que ciencia y filosofía se complementan sin enfrentarse. Gracias a la relación filosófico-científica se originan conceptos como la racionalidad y la irracionalidad del alma, la filosofía positiva y la

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negativa o la partícula espiritual y la material, así como más recientemente el principio de incertidumbre, o la relación entre magnitudes tales como la masa y la velocidad de la luz con la energía, mediante la que podemos comprender que la energía puede transformarse en masa material y también viceversa. El alma vendría a significar esa energía invertida en crear materia, así como la conciencia respecto de la capacidad para hacerlo, dicho así habría que creerlo a no ser por la hipótesis científica que define a dos clases de partículas, los bosones y los fermiones, cuyas características se asemejan a las de aquellas dos tendencias filosóficas de antaño, que trataban de investigar sobre causas y efectos. Actualmente disponemos de la oportunidad para comprender la acción del alma, estudiando la frecuencia necesaria para que una energía produzca un electrón o a un protón, porque sabemos que si se agrupan protones y electrones forman átomos y también que toda agrupación atómica forma elementos materiales. Si la conciencia es la capacidad para aplicar la energía oportuna y la ciencia nos explica cómo funciona esta energía, también cómo se forma la materia, pretendemos tratar el tema del alma y de la conciencia bajo aquella tercera tendencia, la que busca la causa de todo efecto, propiciando la comprensión y desarrollando la lógica. Cuando la comprensión ocupa el espacio de la creencia, el ser humano se enriquece en sabiduría y en humildad. Este trabajo trata de demostrar que el alma es una energía y la conciencia es la capacidad para aplicarla. Cap 1.-Antecedentes del término alma 1.-Posible origen del término alma Según las más antiguas referencias que hemos encontrado, tales como la filosofía védica, las Upanishads o las creencias y prácticas en el antiguo Egipto, entendemos que el término alma surge de concebir a la vida presente como consecuencia de otras vidas anteriores, interpretación que originó diversos criterios a los que resumiríamos en tres: 1.-el movimiento de ida y vuelta entre la materia y lo inmaterial 2.-dos cualidades materiales, la sensibilidad y la vida, producidas por el movimiento anterior

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3.-la energía que consume todo movimiento Al movimiento se le consideraba el aspecto superior y generatriz de la sensibilidad y la vida, que eran sus aspectos inferiores. Del movimiento derivará posteriormente el término espíritu, la sensibilidad y la vida se fundirán progresivamente en el término personalidad y a la energía consumida en el tránsito entre la materia y lo inmaterial, parece ser que se le haya dado el nombre de alma. Respecto del alma ya había en nuestros ancestros un criterio diferenciador entre un aspecto superior y otro inferior, criterio que se mantendrá así en el transcurso del tiempo, aunque hayan habido intentos de antropomorfizarlo y de simbolizarlo respecto de la luz. Alma: nexo entre una vida y la siguiente --Aspecto superior: movimiento El alma como energía manifestada en las encarnaciones --Aspecto inferior: sensibilidad y vida 2.-El alma en Egipto En el antiguo Egipto se consideraba que el ser humano estaría formado por siete cuerpos o estados, siendo Seju el más denso o cuerpo físico y Ren el más sutil. Seju formaba una tríada que era el aspecto inferior que vimos en el apartado anterior y que se refería a la sensibilidad y la vida, Ren formaba otra tríada que era el aspecto superior o movimiento. Estas dos tríadas estaban relacionadas por un cuerpo o estado intermedio, el Ba, que es el precursor de nuestro actual término alma. Los tres estados o cuerpos superiores eran: Ren: en este estado se conocía el verdadero nombre, oculto en los otros estados y que era revelado para crear en todos ellos. Sejem: energía que ha mantenido con vida al difunto, la misma que lo resucitará en otro estado de disfrute o de sufrimiento,

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según su vida recién finalizada. Aj: es el paso que hay que atravesar para pasar a la existencia en otro estado, allí se pronuncia determinada contraseña como saludo para ser bien recibido por los seres que lo habitan. A los tres inferiores los nombraban como: Ka: energía de la materia física, simbolizada mediante ofrendas de alimentos, de vestidos o de joyas. Sheut: forma física con la que muere el cuerpo, que al embalsamarlo, resucitará en el estado Sejem. Seju: restos mortales del difunto. El estado intermedio Ba, es el que, por sus características, aporta mayores coincidencias con nuestro concepto del alma. Ren Sejem Tríada superior, produce movimiento Aj ___________________

Trasmigración Energía Su relación es de lo inferior Ba que vivifica, la conciencia

hacia lo superior es el Alma (inmortalidad) _____________________ Ka produce Sheut Tríada inferior sensibilidad Seju y vida 3.-Ba, la trasmigración del alma y la iluminación El estado Ba en la creencia egipcia, nos merece consideración por dos razones: -porque es un estado intermedio entre los tres más sutiles y los otros tres más densos, como el concepto del alma, que media

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entre la materia y el espíritu -y porque Seju, Sheut y Ka han de integrarse en Ba después de la muerte, pasando al estado superior a través de una prueba en Aj, como el alma, de la que hay quien afirma que será enjuiciada Quizás sea este el origen de la creencia en la trasmigración del alma, suponiendo que después de la muerte se transita hacia estados sin materia sino de energía, en los que se revela el nombre a quien haya superado el tránsito a través de Aj, nombre que confiere el poder de crear en los tres estados o cuerpos inferiores, cuando sea pronunciado correctamente. El deseo por conocer ese nombre creador constituía todo un ritual invocativo, bajo la esperanza de atraer la atención de quienes han muerto y tienen cuerpos sutiles en alguno de los tres estados Aj, Sejem o Ren, para que comuniquen este nombre oculto a los que todavía permanecen con vida. Quien conociese su nombre oculto era considerado como un ser iluminado, por eso el símbolo del estado intermedio Ba era la luz, como uno de los símbolos más comunes del alma. Más adelante podremos observar que, en plena hegemonía griega, se repite el ritual respecto del estado intermedio Ba, en el que sus adeptos se reunían en grupos bajo la dirección de un sacerdote iniciado. 4.-Los dos aspectos del alma en Egipto Hemos visto que Ba era para Egipto el aspecto superior de dos subestados, equivalente al yo superior en las filosofías orientales y al que asignaban la luz como símbolo, siendo el subestado inferior Khu o inteligencia, simbolizado por el fuego y por el poder del conocimiento. Los dos subestados Ba y Khu originarán posteriormente conceptos como el alma racional y la irracional, también la partícula espiritual y la material, a los que tendremos oportunidad de observar. Ba: aspecto superior Es nuestra actual alma Símbolo: luz Produce el movimiento El alma en Egipto Ka Es nuestra

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aspecto actual Khu: inferior Sheut personalidad Símbolo: fuego Produce la sensibilidad Seju y la vida 5.-Míticos alados en Egipto Al morir, los egipcios creían que el alma quedaba liberada de su tríada material formada por Seju, Sheut y Ka, manifestándose entonces como lo que es, como fuego que concede el don del conocimiento y el poder de destruir o de crear materia. Después de la muerte, creían que se inicia el tránsito hacia los tres estados o cuerpos superiores a través de Ba, en los que al difunto lo asaltarían terribles seres para sumergirlo en penosas, dolorosas y desesperantes situaciones, a las que tan solo podría evitar mediante las correctas acciones durante su vida y la ayuda de los que ya habían muerto, de ahí que les invocasen protección. La creencia egipcia asignaba alas a los cuerpos de los recién fallecidos, esperando su intervención mientras atravesaban las supuestas y terribles situaciones post mortem. Simbolizaban a los difuntos con las formas de aves cuyo vuelo fuese el más veloz y así pasar cuanto antes aquellas temidas circunstancias. 6.-La conciencia y el corazón en Egipto: la reencarnación Después de haber superado el aspecto Ba, al alma del difunto se le permitía penetrar en el estado Aj, el primero de la tríada superior, en el que debería presentarse sola ante Osiris y los cuarenta y dos miembros del tribunal que juzgaría sus acciones. El tribunal comandado por Osiris formaba la conciencia, al que se le asignaba la tarea de juzgar si el alma merecía o no penetrar en el estado Ren. Si Osiris permitía el paso del alma hacia Ren, el recién fallecido se convertiría en un dios y se le revelaría su nombre secreto. Después de mucho tiempo, creían que el alma descendería al estado Aj de nuevo para vivir otra vida con otro cuerpo. Quizás esta creencia haya sustentado la idea de la reencarnación.

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Para los egipcios, el corazón recordaba sin distorsiones, olvidos ni intereses, todas las acciones realizadas durante la vida, porque creían que este órgano contenía la pureza y la verdad. El ser que llegase al estado Ren viviría en el Ararú, lugar destinado para los puros y equivalente al cielo de los cristianos, motivos por los que los egipcios guardaban al corazón en recipiente aparte cuando momificaban un cadáver. Nos hemos extendido en las referencias a las antiguas filosofías egipcias porque se van a repetir en tiempos posteriores, aunque bajo distintas denominaciones, tal como tendremos oportunidad de manifestar en este trabajo. 7.-Vedas: la comprensión, la curiosidad y la muerte del alma La filosofía védica no concibe nada estable sino que todo se encuentra en constante movimiento, así, afirma que todo lo que es ha resultado de lo que fue. La creencia en el alma la sustenta en admitir la ininterrumpida renovación del pasado, o lo que es lo mismo, en la reencarnación. Según la creencia védica, el proceso de reencarnar con otro cuerpo supone la desintegración de los cuerpos anteriores, así como la adquisición de uno nuevo, cuya calidad dependería de las acciones realizadas en el pasado. Estas filosofías establecen un sistema dogmático en el que es importante el conocimiento, porque constituye el método para conjugar las energías del pasado con las del futuro. Cuando no se ejerce el control de estas energías, el ser humano realiza actos inconscientes, por lo tanto ignorantes, sumiéndose en: -la estupidez -y la distracción De ahí el valor del conocimiento para sus creyentes, porque desarrolla la comprensión. A propósito de la estupidez, Einstein dijo: Dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana. En cuanto al universo, todavía no tengo la certeza absoluta.

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…….. Sinónimo: ignorancia Estupidez y distracción…. ……. Antónimo: conocimiento La filosofía védica considera al alma como la capacidad de comprender, la que se desarrolla mediante la curiosidad porque no se conoce lo que no se desea. La falta de curiosidad despertaría la estupidez y provocaría la distracción, desenergetizando al alma por falta de atención. Esta desenergetización progresiva del alma se interpretará más tarde como su muerte. Según estas premisas, podríamos deducir que la falta de curiosidad evita el conocimiento, sin conocimiento no hay nada que comprender y a los actos resultantes de la ausencia de curiosidad los impulsará la imitación, de esta manera, el alma se desvitalizará. Para la filosofía védica y también la taoísta, la estupidez y la distracción se evitarían mediante la atención y la observación. El hecho de observar atentamente pudiera suponer que la acción no fuese fruto de la reacción. Vendría a ser como aprender secuencialmente las lecciones de un texto. 8.-Vedas y Tao: la sustancia universal Estas filosofías afirman que el alma es eterna, que la atención es su cualidad, que el alma está formada por sustancia espiritual y que la conciencia del momento presente, es el resultado de las conciencias desarrolladas en múltiples reencarnaciones anteriores, en las que se han ido cambiando la estupidez y la distracción por la comprensión. La filosofía Fu-Hi predica la existencia de una sustancia universal que crea el mundo, es la sustancia Tao de la que todo proviene y a la que todo ha de regresar. Esta filosofía adopta el estado Ba egipcio y también el concepto de la trasmigración del alma. El Tao practica la meditación y el ayuno como principios para desatender al mundo material, desarrollando así el poder de observación. Para esta creencia es una forma de practicar la atención y de integrarse en el mundo espiritual para llegar a la unidad, el Tao,

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a través de la experiencia que ofrece la infinita diversidad de la materia. Parece que el término sustancia universal del Fu-Hi sea similar al del gnosticismo y, a medida que recorremos nuestra historia, observamos que las deducciones de un momento se apoyan en otras anteriores, así como que las creencias predominantes en un lugar se han esparcido hacia otros lugares, diversificándose. Términos como la atención, la universalidad, la iluminación o la observación desapasionada, observamos que no son revelaciones en el presente sino legados de un pasado. Si aplicásemos la ciencia a la creencia, quizá tuviésemos la oportunidad de comprender más que aquellas filosofías y de aminorar la estupidez y la distracción. 9.- Caribe y mayas: la sustancia universal Los caribeños consideran que el alma es el recuerdo más profundo e íntimo que queda del difunto, es el sentimiento que impregna a los demás cuando lo recuerdan en vida, recuerdo que se reparte y comparte entre sus familiares y conocidos. En el Caribe se interpreta a la sustancia universal como ese recuerdo de los que han vivido, seres ya fallecidos con los que podrían reencontrarse en otra vida o no hacerlo jamás, de ahí que sus ritos incluyan alegría y tristeza al mismo tiempo. Los mayas adoptaron de la creencia egipcia el concepto de la trasmigración de las almas, así como el tránsito a través del estado Ba hacia la tríada superior. En la filosofía maya se afirma que todo lo que existe ha de superar nueve niveles de dificultad para alcanzar la perfección, al final de los cuales retorna a un origen que es común para todos los seres, ese origen es la sustancia universal de la que todo emana y a la que todo retorna. Para un maya, los demás son el espejo de uno mismo, Dios es un gigantesco organismo del que emana esa sustancia universal que todo lo vivifica, manifestándose como energía y cuyo mejor exponente es el Sol. Quizás esta creencia maya sea una base sobre la que se hayan elaborado filosofías e hipótesis respecto de la universalidad, tales como la de Víctor Hugo, la teoría M o el teorema de Bell, algunas de las que tendremos ocasión de observar más adelante.

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Cap 2.-Lo ápeiron, la ataraxia y el tránsito del alma 10.-Culturas prehelénicas: el cuerpo se torna en alma Parece que las sociedades anteriores al siglo VI adC, diferenciaban entre la divinidad y pureza del alma respecto de la materialidad y de la impureza del cuerpo, sin abandonar la idea de que alma y cuerpo se relacionan estrechamente. Creían que aquella dependencia entre el alma y el cuerpo era necesaria para el progreso hacia la purificación de la materia, teniendo que transcurrir para ello determinado número de encarnaciones o trasmigraciones. Se concebía a la muerte como la liberación temporal de la prisión material del cuerpo, ya que de nuevo se reencarnaría en otro cuerpo que habría que purificar. Así progresivamente se alcanzaría tal grado de pureza que el cuerpo se convertiría en alma, lo que equivaldría a afirmar que la materia se tornaría en energía, afirmación enunciada mediante la ecuación de la teoría de la relatividad general de Einstein. En aquel tiempo se pensaba que el hombre es la parte material de los dioses, con los que podría comunicarse a través del alma y que, al final de la trasmigración, el hombre se convertiría en un dios. Esta creencia propiciaba la existencia de ritos iniciáticos en los que se practicaba la omofagia en algunos casos y se aprendían métodos para entonar correctamente determinados cánticos rituales, cuyo objetivo era el de alcanzar una vida eterna en la que ya no se volvería a encarnar más, así podrían vivir como almas, ya sin estructuras materiales y liberados de la materia del cuerpo. Probablemente estas filosofías hayan originado el concepto de la eternidad del alma porque trataron de definir la vida después de la muerte, creando para ello un sistema filosófico basado en elevar a lo superlativo las virtudes, capacidades y placeres humanos, en los que forzosamente tendría que intervenir más la imaginación que el conocimiento de la realidad. La mayor intervención de lo que imaginamos respecto de lo que es real, haya sido posiblemente el germen de nuestro vicio para antropomorfizarlo todo, más bien casi todo.

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11.-Grecia: orfismo y hedonismo Alrededor del siglo VI adC se repite el ritual egipcio respecto del estado o cuerpo intermedio Ba, proliferando unas agrupaciones humanas llamadas tiasas bajo la dirección de un mystos o iniciado. Los adeptos de una tiasa vestían con túnicas blancas emulando a la luz del alma, aprendían palabras y frases que, en su correcta entonación, creían que producirían determinados efectos, entre ellos el de invocar a los mystos superiores demandando su protección, revelación y orientación. En aquellas tiasas predominaba la tendencia al monoteísmo centrado en Zeus, la deidad suprema y considerado dios de dioses, sus integrantes afirmaban comunicarse con los dioses a través de su propia alma y de los mystos. Para esta finalidad se abstenían de comer carne, se educaban debidamente estudiando a la naturaleza y a los geómetras egipcios, se esforzaban en la adquisición de conocimientos y practicaban sus rituales bajo dos tendencias, la irracional y la racional. La vertiente irracional era la primera en aprenderse, su base consistía en el estudio de los elementos y fuerzas de la naturaleza así como de sus efectos, consideraban que el alma estaba aprisionada por la materia y que el conocimiento de la naturaleza y de todo lo material, era el principio para conocer al alma. La vertiente racional, la más compleja, tenía a la razón y a la lógica por instrumentos, nada debía ser afirmado sin argumentarse, se esforzaban en no repetir lo que otro había dicho y trataban de que, quien escuchase, comprendiese lo mismo que comprendía quien hablase. Cuando un aprendiz era entrenado en la vertiente racional tenía que desarrollar la paciencia, pues no se le permitía acceder a unos conocimientos sin haber adquirido los precedentes. Era un sistema en el que imperaba la lógica. En aquella época, la racionalidad consistía en hacerse comprender por los demás para mejorar y fortalecer a su sociedad, en este sentido organizaban las tiasas a través de los mystos para encauzar públicamente el aprendizaje, ya que consideraban que el conocimiento era universal, sin distinciones ni jerarquías. Situaban al alma bajo la universalidad del conocimiento y en un estado similar al Ba egipcio, el que les llegaría cuando aprendiesen a razonar argumentando y así nacería otro mystos o iniciado.

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Esta era para ellos la técnica que conectaba directamente con el alma, el orfismo, al que debemos la lógica. irracional Alma aprisionada en la materia Produce sensibilidad y vida Estudio de la naturaleza Reunión líder: mystos y de los geómetras o tiasa egipcios racional Lógica y razón No afirmar, sino argumentar Produce el movimiento Orfismo Creían que si lo irracional no se supeditase a lo racional se caería en el hedonismo, porque se buscaría la satisfacción mediante cualquier placer y se anularía la oportunidad del contacto con el alma. En el intento de evitar las prácticas hedonistas aprendían a reconocer y a cuantificar toda necesidad, para satisfacerla racionalmente. Pitágoras y sus seguidores adoptaron la filosofía del orfismo, al que aportaron interesantes deducciones en geometría y matemáticas, tan interesantes que seguimos sirviéndonos de ellas después de más de dos mil años. 12.-Anaximandro de Mileto: lo ápeiron y el alma Los griegos adoptaron y desarrollaron ideas tales como la existencia de un principio universal, eterno y que todo lo origina, consideraban que es una sustancia material que está en todo, aunque de origen divino, todo la contiene y a todo abarca, es lo ápeiron, así, en neutro, nombre asignado a aquello sin límite y que se deriva de la partícula a, negación, y de peras, perímetro o límite. Anaximandro de Mileto, discípulo de Tales de Mileto, afirmó que lo ápeiron es la causa generatriz del universo, tanto de su generación como de su destrucción. Continuaba el orfismo. Lo ápeiron causa generatriz gnosticismo movimiento ENERGÍA sustancia universal micro y y orfismo constante O -alkaest macrocósmica genera materia ALMA -éter primordial y la desintegra

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El pensamiento de Anaximandro, una de las bases del orfismo, afirma que cada ser tiene su propio principio, es autor de su propia generación y también de su destrucción, lo que implica un constante movimiento generando y destruyendo materia. El continuo e incesante movimiento ha de ser realizarse en y por el propio individuo, al que se le consideraba como causa y efecto. Este concepto de lo ápeiron como causa generatriz y desintegradora, aplicada exclusivamente al propio individuo, habría podido generar interpretaciones tales como la Ley de Economía, enunciada por A. A. Bailey en su Tratado de Fuego Cósmico, así como al concepto místico del Primer Rayo en la filosofía oriental. En lo que respecta a la Ley de Economía, porque todo efecto mantiene exacta equivalencia con su causa y también porque ambos, efecto y causa, implican directamente al individuo causante. En lo relativo al término oriental del Primer Rayo, porque también se le asigna el poder de destruir y de volver a integrar. Tanto en generar materia, o nacimiento, como en destruirla, o muerte, se consume energía, se invierte cierta cantidad de lo ápeiron y a esta energía empleada, posteriormente se le ha llamado alma. 13.-Epicuro de Samos: ataraxia del alma Experimentar sensaciones fue una de las prácticas más comunes en la antigua Grecia, recordemos la tendencia a la satisfacción mediante cualquier placer, el hedonismo, en el que la sensación constituía una meta para usar y consumir lo ápeiron, al que consideramos en el apartado anterior. La satisfacción racional del placer era entendida como una cualidad del alma, a la que tan nocivo le resultaba renunciar al disfrute como buscarlo sin mesura, de esta forma, se llegaría a experimentar el placer del espíritu combinando alma e inteligencia, con la particularidad de que, según esta filosofía griega, con el cuerpo racionalmente satisfecho se llegaría a un estado en el que podrían manifestarse las cualidades del alma, algo parecido al estado post mortem, con la diferencia de que se experimentaría en vida. A este estado, en el que el cuerpo físico, o parte irracional, ya no interfiere en la manifestación de lo racional, Epicuro de Samos lo denominó ataraxia, término que Aristóteles adoptó denominándolo entelequia, como veremos más adelante. Quizás la ataraxia fuese la precursora de conceptos tales como el cielo, el nirvana o de tantos otros semejantes.

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La filosofía epicúrea de la ataraxia del alma sirvió de base para el posterior epicureismo, una escuela en la que el conocimiento carece de utilidad si no puede ser empleado para ser mejores y más felices. Algo similar a las tiasas, a los mystos y al cuerpo o estado Ba de los egipcios, a los que atendimos anteriormente. 14.-Los dos principios de Epicuro Epicuro de Samos recopiló una vez más al orfismo, pues también lo habría hecho anteriormente Orfeo en sus Himnos Órficos. Epicuro dedujo dos nuevas premisas de aquellas otras dos de los Vedas y del Tao, a las que observamos en un apartado anterior y que eran la estupidez y la distracción, siendo los de nuestro filósofo de Samos: -la prudencia, para usar racionalmente del placer -y la indeterminación, basada en el comportamiento inesperado de los átomos. El enunciado epicúreo de la indeterminación pudiera constituir el primer esbozo del principio de incertidumbre de Heisenberg, de la relatividad de Einstein o del teorema de la incompletitud de Kurt Gödel. Vedas y Tao estupidez------------------distracción Epicuro de Samos prudencia------------ indeterminación Teorema de la incompletitud Principio de Kurt Gödel de incertidumbre Teoría de la de Heisenberg relatividad de Einstein 15.-Posible origen del concepto de la inmortalidad del alma Según Epicuro, el entrenamiento para ser prudente y la aceptación de que existe una parte irrenunciable del destino, o principio de indeterminación, permite llegar a la ataraxia del alma, esto se practica desatendiendo a los objetivos materiales y atendiendo en

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mayor medida a los inmateriales, entre los que está la comprensión a través del razonamiento y de la lógica. Afirma Epicuro que atender a lo que estoy haciendo y no a lo que he hecho ni a lo que haré, o lo que es lo mismo, atendiendo al presente y no al pasado ni al futuro, se aprende el camino hacia la ataraxia del alma. Esta práctica pudo derivar en diversas interpretaciones, entre ellas la de permanecer imperturbable ante las circunstancias del mundo exterior, es decir, sin reaccionar en contra ni a favor de nada. Vendría a ser la acción pura. La desatención hacia todo lo material permitió considerar a la muerte como un suceso externo al alma, además de un suceso esperado y deseado, ya que pensaban que el alma permanecería viva después de que el cuerpo hubiese muerto, o de otra manera, que el alma sería inmortal. Parece probable que Epicuro adoptase las creencias de los antiguos asirios, para quienes el alma pasa de uno a otro estado cuando el cuerpo muere, recordemos el concepto de la trasmigración de las almas, al que vimos en apartados anteriores. Según la creencia asiria anterior a la época de Epicuro, también según la trasmigración del alma, cuando el cuerpo ya no interfiere porque ha muerto o porque se le controla debidamente en vida, se obtiene la justa y eterna recompensa, tan solo entonces. 16.-El tránsito del alma para resucitar al cuarto día Anteriormente vimos que los egipcios creían estructurado al ser humano en siete cuerpos o estados y que Ba era el intermedio, que a su vez se componía de un aspecto superior y de otro inferior, el subestado Khu, al que adoptaron los babilonios identificándolo con la inteligencia y creyéndolo material. De esta manera, en Babilonia se argumentaba que el alma era mortal y corpórea, creencia contradictoria respecto de la egipcia, sin embargo, ambas creencias se dispersan hacia otras civilizaciones generando distintos dogmas y fragmentándose cada vez más, hecho que propicia tal cantidad de opiniones diferentes que resulta dificultoso encontrar una idea generatriz, ya que cualquiera de aquellos dogmas intenta justificar que es la verdad y que todos los demás están equivocados.

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Ba Alma racional de PLatón Aspecto superior Alma Aspecto Asirios Khu: Babilonios……..Alma irracional Alma (Inteligencia) corpórea inferior y mortal Aristóteles Hoy podríamos suponer que nadie en aquella época estaría en condiciones de demostrar la veracidad de lo que decía, sino tan solo argumentarlo. Si la lógica de sus argumentaciones era más convincente que la de otros, se le creía, de lo contrario se perdería el interés por lo que decía. Así se constituían numerosos grupos de personas en torno a los oradores, esperando los discursos para impresionarse con su lógica argumentativa, tuviese razón o no. La capacidad argumentativa griega se expande hacia otras civilizaciones tales como las de los iranios, medos o persas, en las que se afirma que el alma del hombre mantiene una constante lucha entre dos extremos, el bien y el mal, lucha resultante de la separación de los dos aspectos del cuerpo o estado intermedio para los egipcios, el superior Ba, de tendencia al bien y el inferior y material Khu, sobre el que recaía la creencia de que tendía hacia la materia, por lo tanto hacia el mal. Según estas creencias, el alma permanece durante tres días y tres noches junto al cuerpo del fallecido, del que se libera al alba del cuarto día para presentarse ante el genio Rashún, quien determinará si el alma puede cruzar el puente Ciuvat o será arrojada al abismo. Si Rashún permite que el alma cruce el puente, a la otra parte la esperará el ángel Craosha para llevarla ante la presencia de Aura-Manú, quien le proporcionaría un cuerpo perfecto y sin necesidades físicas. Si Rashún no permite que el alma cruce el puente Ciuvat, cae por un abismo hasta llegar al reino del impío genio Angromainyus. Como parte del ritual seguido por los adeptos a estas creencias y al amanecer del cuarto día después de la muerte, los familiares y conocidos del difunto esperaban alguna señal que les indicase la llegada del alma del muerto ante la presencia de Aura-Manú. Durante los tres días con sus noches, los asistentes habrían permanecido juntos y congregados, invocando la clemencia del genio Rashún con cánticos y frases repetidas incesantemente, pensaban

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que así se haría cargo de aquella alma para que no fuese alcanzada por Angromainyus. Al alba del cuarto día, cualquier indicio lo consideraban como prueba de que el alma del difunto había alcanzado la estancia junto a Aura-Manú, pudiera ser el canto de un pájaro, un fugaz rayo de sol, el nacimiento de una criatura, una buena noticia, …, a cada cual le sucedía un detalle distinto a través del que interpretaban que el alma, ya sin el cuerpo, había sido acogida por Craosha y presentada ante Aura-Manú, habiendo resucitado a otra vida mejor tres días después de la muerte. Craosha (Hijo) Puente Ciuvat Cielo Aura Manú (Padre) 3 días presencia Muerte y ante 3 noches Rashún Angromainyus….demonio……………Infierno Seguro que estas creencias nos resultan familiares, pues parece que ya eran así hace cinco mil años y que se hayan dispersado en ese tiempo en todas las direcciones, generando creencias y dogmas muy similares, diferentes tan solo en pequeños matices que han servido y sirven de base para grandes barbaries. Cap 3.-Mitología griega para el alma 17.-Laminillas de Creta: la abeja, el toro, la luna y el alma Hemos seleccionado las leyendas siguientes como representativas míticas del origen del alma, las que han gestado filosofías y dogmas en todos los tiempos y que todavía siguen vigentes en lugares concretos, como veremos a continuación. En la isla de Creta, en lo que fuese la ciudad de Eleutherna y en el año 2.010, el arqueólogo Nicolás Stampolidis encontró unas tumbas dobles de las que pudo recuperar más de tres mil laminillas de oro, de unos pocos centímetros de largo y datadas en el siglo VII adC, también recipientes de cobre se supone que para perfumes, adornos de cristal de roca, perlas, ámbar y un curioso colgante que si se mira de arriba abajo es un lirio, mirándolo al contrario se aprecia un busto femenino con el cuerpo de abeja, así como inscripciones e imágenes

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de colmenas y gráficos, en los que las abejas nacen del cadáver de un toro. En el siglo III, el filósofo neoplatónico Porfirio describe la creencia de que después de la muerte, las almas convertidas en abejas y nacidas del cuerpo de un toro, vuelan hasta la luna, porque pensaban que la luna era la exaltación del toro, al que relacionaban con la capacidad de engendrar y con la fertilidad. Creían que aquellas almas lunares tenían mayores posibilidades de volver a la vida terrestre para reencarnar en otro cuerpo. Las almas que no se habían convertido en abejas y no llegaban a la luna, surgían de los cuerpos de otros animales pero no del de un toro, estas almas perdidas reencarnarían en los mismos cuerpos de los que habían surgido. Sófocles las describe cuando dice: “Un enjambre de muertos zumba y marcha hacia lo alto” Pretendemos señalar dos detalles respecto de estos hallazgos: 1.- la relación del alma con la abeja, con el toro y con la luna 2.- la posible interpretación de estas inscripciones Abordemos a continuación ambos detalles. 18.- ¿Por qué la abeja y el alma? Según los datos que hemos encontrado, el culto a las abejas podría remontarse al antiguo Egipto, extendiéndose posteriormente hacia las civilizaciones mediterráneas y hacia las existentes desde el Danubio hasta el Cáucaso. La cultura griega nos describe con bastante concreción esa posible relación entre el alma y la abeja, en base a dos datos: 1.- creían que el alma sobrevive a la muerte del cuerpo 2.- la mítica leyenda de que fueron las abejas las que alimentaron al pequeño Zeus en una cueva, a la que ni los dioses ni hombre alguno podían penetrar El culto helenístico a la abeja se completaba con un ritual practicado por sacerdotisas, las llamadas Melissai, dirigido a la diosa Melissa

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Dea, en el que danzaban imitando al vuelo de las abejas y al zumbar de sus alas batiendo. Debido a esta creencia, consideraban que las abejas eran seres divinos y los únicos capaces de comunicarse con Zeus, el dios de dioses, por eso la devoción que les profesaban. Este culto a las abejas en relación con el alma humana, se extendió también hacia las lejanas sociedades siberianas, en las que todavía se cree que, después de la muerte, el alma toma la forma de un animal y tan solo las más avanzadas adoptan la forma de abeja. 19.-El alma, la abeja y el toro: el abellón y las pitinas En su obra Geórgicas, el poeta Virgilio relata un ritual egipcio mediante la fábula del sacrificio de un toro cada primavera, al que introducían en un pequeño y apartado templo al uso, esperando que con el tiempo, de su carcasa putrefacta brotase un enjambre de abejas. Por esta manera de entender la relación entre la abeja, el toro y el alma, los egipcios protegían y cuidaban a las abejas, a las que creían mensajeras entre los dioses y los hombres. Hoy en día podemos encontrar aún ritos funerarios en los que la figura de la abeja es relevante, como por ejemplo, el rito del abellón en Galicia, práctica con la que se cree favorecer la salida del alma después de la muerte, o el hecho de que los asturianos no entren en discusión ante una colmena, a cuyas abejas llaman pitinas de dios, porque dicen que son portadoras de las almas de los muertos, también existe la creencia gallega de que, quien roba una colmena pierde su alma y, cuando muere, se aparece a los vivos en los días de luna llena con una cabeza de buey. Quizás el registro más remoto de los rituales dedicados a las abejas lo encontremos en la antigua Mesopotamia, en la que se rendía culto a la Diosa Madre, a la que identificaban con la Luna y a la que representaban con cuerpo de abeja, así como al Diaus Pitar o Dios Padre, al que identificaban con el Sol y al que también simbolizaban mediante la figura humana con cabeza de toro.

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Cap 4.-El alma y la lógica 20.-La katábasis: trasmigración de las almas ¿Qué podríamos deducir de las áureas laminillas cretenses del apartado 17? Las interpretaciones que se han hecho coinciden en dos aspectos: -sus autores creían en la continuidad de la vida después de la muerte -consideraban al alma como la capacidad que les permite ser conscientes en dos mundos, el material y el inmaterial. Para capacitarse en la consciencia simultánea de lo material y de lo inmaterial procuraban ejercitarse durante la vida, de esta manera, podría realizarse lo que ellos llamaban la katábasis o tránsito del alma, paso que les permitiría una vida consciente y simultánea en los mundos de la materia y el inmaterial. Para que se produjese correctamente la katábasis, se entrenaban con dedicación en aprender su propia y única contraseña, aquel nombre secreto que observamos en las culturas prehelénicas, pues tenían que pronunciar con la entonación exacta los saludos a los dioses, consistentes en estrofas memorizadas desde muy temprana edad. Entonar Después de correctamente Katábasis la contraseña Saludo a los dioses la muerte cantando Trasmigración del alma estrofas hacia el mundo inmaterial La katábasis continuaba sustentando la idea de la inmortalidad del alma y de la reencarnación. 21.-Aristóteles no creía en la inmortalidad del alma Catorce años después de morir Demócrito de Abdera nace Aristóteles, dos de sus primeras y prontas manifestaciones fueron: -rechazar la teoría atomista de sus antecesores Leucipo y Demócrito, porque se resistía a creer que estuviésemos hechos de cosas inanimadas y sin alma, a las que aquellos llamaban átomos

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-y argumentar por qué no admitía la inmortalidad del alma Demócrito negaba a Dios, afirmaba que la materia se crea a sí misma mediante cambios físicos y no debido a la magia ni a la voluntad de nadie. Pasó años estudiando la naturaleza de la luz y llegó a exponer su teoría de la emisión, que consiste en que vemos a un objeto porque la luz se refleja en él y este objeto emite partículas que las captan nuestros ojos, así podemos verlo. Esta teoría de la emisión se atribuye también a Newton y parece ser que no es suya, aunque la desarrolló veintiún siglos más tarde de que ya la hubiese enunciado Demócrito. Volvamos con Aristóteles. Aristóteles concebía al alma como una materia más que estaba sujeta a la muerte, porque el alma existe mientras dure su actividad, que es pensar y razonar. Este pensamiento aristotélico lo repetirán después otros pensadores y filósofos, tales como Tertuliano, uno de los padres del catolicismo y casi siete siglos después de haberlo hecho Aristóteles. Afirmaba Aristóteles que el pensamiento y la razón se sustentan en el cerebro, de tal manera que al morir cesa la actividad cerebral y así muere también el alma. En este sentido decía: «La función que parece más propia del alma es el pensar, pero el pensamiento, acción que no tiene lugar sin la imaginación, no podría producirse sin el cuerpo» La filosofía aristotélica afirma que la materia se crea de forma continua y sin interrupciones, contradiciendo a las tesis atomistas de Demócrito y Leucipo. Aristóteles argumentaba, en contra de aquellos dos, que la materia no puede dividirse en partes irreductibles o átomos. Estas contradicciones han continuado produciéndose durante veinte siglos, tiempo en el que unas filosofías se han olvidado para ser rescatadas de nuevo, por ejemplo, veremos como Pablo de Tarso y también Descartes, entre otros, tratarán de nuevo el tema de la inmortalidad del alma. Pero vayamos un poco más despacio.

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22.-Aristóteles y la lógica de hace 23 siglos Observemos ahora una manera peculiar del razonamiento de hace veintitrés siglos. Aristóteles afirmaba que una piedra cae más deprisa cuanto más grande sea y también cae más deprisa que una pluma, porque todos los cuerpos experimentan una fuerza que les hace recuperar el estado de reposo original. Así se deducía en aquella época que la piedra pesada cae más deprisa porque estaría más contenta por alcanzar antes el suelo. Esta forma de pensar perduró durante 2.000 años, hasta que llegó Galileo Galilei. Contemplando la evolución de estos conceptos, así como la manera de razonarlos y de la lógica aplicada, tendremos ocasión de constatar que las mismas afirmaciones y también idénticas contradicciones que antaño, se argumentan hoy día por los partidarios de unas y de otras. Pudiera ser que la lógica deducida en un momento y en determinado lugar fuese la justa, así como que al cambiar de momento y de lugar cambiaría también la lógica. 23.- Platón, la metempsicosis y el alma del mundo Para los griegos, el término alma significaba mariposa y también abeja. Veamos con qué pudo encontrarse Platón en su época. Una de las más antiguas teorías griegas sobre la existencia del alma es la metempsicosis, creencia consistente en que los hombres que cometiesen malas acciones, encarnarían en cuerpos de animales como castigo. Se especula sobre si fue Pitágoras su creador. Platón comenzó pronto leyendo textos de Anaxágoras, fallecido un año después de nacer él. En estas lecturas se encontró con la idea de que los animales tienen un alma sensitiva, igual que los hombres, con la diferencia de que el hombre puede usar de la inteligencia, a la que Platón denominó νοΰς, o alma del mundo, la misma que el latín asumió después combinando la inteligencia como mens y la capacidad razonadora como anima, ambas atribuidas al ser humano. Nuestro filósofo fijó su atención en el alma del hombre, o νοΰς y al observar que también puede cometer acciones propias de los animales, pensó que en el ser humano deben coincidir dos clases de almas: -la racional, propia de la inteligencia y de la capacidad razonadora

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de la mente para elegir ante dos situaciones. Es la idea a través de la razón y es la razón que origina nuevas ideas, lo que constituye el movimiento de los antiguos. Si no hay razón tampoco habrá idea ni movimiento, sino creencia. -la irracional, propia de la acción instintiva y sin razonamiento previo, sin idea ni movimiento, por eso el instinto se transmite de uno a otro animal sin modificarse. Para la filosofía platónica, el hombre ha de atender a su alma racional a través de las ideas, así como que la relación entre el alma y la idea es la lógica argumentativa. Una idea puede desarrollarse en dos aspectos, en uno se utiliza la imaginación y esta idea nunca se hará realidad, en el otro se atiende a la posibilidad de ejecutarla y así podría realizarse aquella idea original. Si la relación se estableciese entre la imaginación y la idea, el hombre no ejercería el poder de su alma racional porque no habría posibilidad de realizar aquella idea, sería un ser irracional manifestándose a través de su instinto. Si la relación aunase la idea y la materia de la que se dispone para realizarla, el alma racional se manifestaría con todo su poder y constituiría la fuerza motriz del universo, lo irracional estaría al servicio de lo racional y se manifestaría aquella antigua tríada formada por el movimiento, la sensibilidad y la vida. Inteligencia Racional Movimiento Energía (Ba: Egipto) hacia lo nuevo inmaterial Es el anima Produce o νοΰς movimiento Lógica: ideas El alma según Platón Instinto Irracional Movimiento Energía (Khu: Egipto) repetitivo de la que acaba en la materia Lógica: necesidad metempsicosis Produce

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sensibilidad y vida 24.-La conciencia, el enigma de Aristóteles y la imaginación Aristóteles pensaba que la capacidad para relacionar la idea con la materia propicia actos buenos y rescató al tribunal egipcio formado por Osiris y sus cuarenta y dos jueces, la conciencia, al que la filosofía griega denominó psyche identificándolo con el alma. Aristóteles intentó definir al alma con su conocido enigma: “el alma es determinada realización y comprensión de aquello que posee la posibilidad de ser realizado” Parece que, a este discípulo de Platón, le seducía la idea de que el alma tuviese algo que ver con la relación entre aquello inmaterial que tiene la posibilidad de ser realizado y su ejecución en la materia, realización que se llevaría a cabo después de haber comprendido que es posible hacerlo y por el propio individuo. Durante siglos este enigma aristotélico ha permanecido sin resolver, hasta que se pensó en equipararlo con el movimiento que origina el sistema de proponer y realizar, como veremos más adelante al considerar a Kant. Sobre la posible, quizá ineludible relación entre la propuesta y su manifestación en la materia, se afirma que es la conciencia y que constituye el límite para la imaginación, porque imaginar lo que no tiene posibilidad de ser realizado genera la inconsciencia. 25.-El alma y la entelequia El término entelequia se atribuye a Aristóteles y nos recuerda al de Epicuro de Samos con su ataraxia, se formó probablemente combinando tres palabras, enteles o completo, telos o finalidad, propósito y echein, tener, viniendo a traducirse como “lo que tiene el fin en sí mismo”. Enteles (completo) El fin Telos (finalidad) en sí ENTELEQUIA Echein (tener) mismo (Aristóteles)

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Para Aristóteles, el alma es la entelequia del cuerpo, como el árbol es la entelequia de la semilla. La entelequia supone el aspecto superior de la materia y para que el cuerpo se convierta en alma, igual que la semilla en árbol, hace falta un movimiento que, para el ser humano, precisa de la sensibilidad y de la vida. Todo movimiento consume energía, una energía vitalizadora como lo es la del alma con cuya aplicación se pasa de un estado inmaterial a otro en la materia, pues no olvidemos que Aristóteles creía que el alma es una materia de orden superior, sin dejar de ser materia.

Cap 5.-La metafísica y la atención 26.-Origen de la metafísica: criterio oriental y occidental Más de cien años después de la muerte de Aristóteles, uno de sus seguidores, Andrónico de Rodas, recibió el encargo de clasificar sus obras y archivarlas. Andrónico se encontró con veintidós legajos, ocho se referían a física, eran descripciones de los fenómenos de la naturaleza, los otros catorce, a los que Aristóteles llamó genéricamente prote philosophia, o filosofía primera, trataban de las explicaciones que le parecían lógicas respecto de los hechos físicos que observaba en la naturaleza. A estos catorce escritos los colocó Andrónico en un estante, a continuación de los primeros ocho científicos, anotando en el registro del archivo: ta meta ta physika que viene a significar: en este estante, “lo que está después de la física”. Y así nació el término metafísica. El contenido de estos catorce escritos argumentativos fue estudiado como disciplina académica durante siglos, porque eran pura lógica. Avicena y Averroes fueron dos de sus más destacados representantes, los que combinando las tesis aristotélicas con las de Parménides de Elea, elaboraron dos sistemas filosóficos, la ontología, ocupada en estudiar al ser en sí mismo y la teología, que considera a Dios como principio y fin de todo ser.

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Ontología El ser en sí mismo (Entelequia) ta meta ta physika: metafísica Avicena y Averroes (Andrónico de Rodas) Teología Dios: principio y fin (Creencia) Oriente adopta el criterio ontológico de la metafísica, basado en que todo ser humano ha de desarrollar la capacidad de convertirse en un dios. Occidente hace lo mismo respecto de la teología, afirmando que el ser humano no puede convertirse en un dios porque, la potestad de ser en sí mismo, tan solo pertenece al dios de las religiones occidentales. De esta forma, aquellas argumentaciones de Aristóteles, su metafísica, han originado dos versiones que separaron a orientales y occidentales y lo continúan haciendo, afortunadamente cada vez con menor empeño. En la Edad Media se consideraba a la metafísica como verdadera ciencia y como tal se estudiaba, hoy en día se está considerando por algunos sectores como una pseudociencia, ¿por qué? Quizás porque resulte fácil afirmar aquello indemostrable y también porque se afirma lo que se cree, sin argumentación, bien porque lo ha dicho alguien con cierta relevancia social o por imposición, cuando esto ocurre, puede observarse que siempre falta un ingrediente: la lógica, a la que se sustituye por la fe si es que solamente se admite afirmar. 27.-Metafísica en árabe: no existe yo soy En lengua árabe no existen los presentes afirmativos de los verbos ser y estar. Esta lengua no dice yo soy, tampoco dice yo estoy, sino: ana akûn u (أآ�ُن انأ), puede que yo sea o llegue a ser anta takûn u (َ puede que tú seas o llegues a ser ,(َ���ُن أ

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El árabe sustituye al verbo ser por el de poder llegar a ser, o poder ser, así como al verbo estar por el de poder estar o poder llegar a estar. Curioso ¿verdad? Para la teología, la expresión yo soy es atributo exclusivo de Dios y no es alcanzable para el hombre. Para la ontología, el hombre es, como Dios, que también es. Mientras la ontología afirma que el alma humana es una parte de otra alma mayor, la de Dios y por lo tanto divina, la teología lo niega, adoptando el criterio de que el alma del hombre es una creación de Dios, es decir, humana, como el ser humano. Al sustituir el dogmatismo por la lógica se combinan teología y ontología, este podría ser el verdadero sentido de la metafísica, a la que Heidegger devolvió aquella lógica argumentativa de antaño, la que permite comprender una afirmación sin tener que creer en ella. Es muy difícil comprender todo lo que se afirma, cuando no imposible, lo que no se comprende constituye el campo de incomprensión, también de inconsciencia, en el que se mueve quien gratuitamente afirma que habla de metafísica, porque crea sistemas dogmáticos en los que tan solo hace falta admitir, no importa si se comprende o no, también porque quien así obra no está interesado por la lógica, sino en evitar que se dude. 28.-Posible origen del término espíritu Si recordamos la tríada expresada en los primeros apartados: el movimiento, la sensibilidad y la vida, cuando no se empleaba el término alma y en la que se diferenciaban dos aspectos, el superior para el movimiento y el inferior para la dualidad sensibilidad y vida, podremos observar que esta tríada ha evolucionado en el tiempo, identificándose el aspecto superior del movimiento con el mundo inmaterial, así como a la dualidad sensibilidad y vida con la materia. De esta manera, el movimiento progresa hacia la denominación espíritu como causa de todo, a la que se sitúa en un estado inmaterial en el que todavía no habría tomado forma la materia. Esta actividad, todavía inmaterial, podría corresponderse con la de gestar una propuesta y para ello habría que pensar, de ahí que el pensamiento se haya considerado una actividad inmaterial y, quien piensa, es ese aspecto humano capaz de iniciar un movimiento sin forma y que acabará adquiriéndola.

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Según lo anterior, el aspecto inmaterial del propio ser humano pudiera ser el espíritu, aspecto que coincide con el expresado por la ontología y negado por la teología. Se afirma que fue Pablo de Tarso quien institucionalizó el término espíritu, refiriéndose a ese aspecto superior del ser humano que emprende un movimiento en el mundo inmaterial, también que él mismo sustituyó la tríada movimiento, sensibilidad y vida por la de espíritu, alma y cuerpo, tal como tendremos ocasión de observar más adelante. 29.- La atención pudiera teñirse de violeta Si el espíritu tiene el ser, tal como afirma la ontología contradiciendo a la teología, ¿cómo podría llegarse al ser? ¿Pudiera solucionarse el eterno enigma de Hamlet? Parece que sobren mecanismos y prácticas para llegar a ser, por doquier hay dogmas que ofrecen ese fin si se siguen, ante lo que nos encontramos con dos opciones, elegir a uno de ellos o seguir nuestro propio camino, trazándolo a cada paso. Se trata de jugar entre lo que para cada cual suponga seguridad o inseguridad. En la primera opción no haría falta decidir nada, porque en un sistema dogmático todo está predeterminado y tan solo hay que cumplir con el culto elegido. La duda reside en responder a cuál de los dogmas nos adherimos con la esperanza de que nos lleve al ser. Para la segunda, habría que tomar una decisión en cada acto y para ello se tendría que desarrollar una cualidad: la atención. En la segunda opción no hay una sola pregunta como en la primera, sino un número indeterminado de preguntas. Es especialmente en este momento cuando agradecemos a Vicente Beltrán Anglada sus prolijas y significativas palabras sobre la atención. Analizando superficialmente ambas opciones, podríamos deducir que el término espíritu podría encontrarse en cualquiera de ellas, sin embargo existe un matiz a considerar: la primera opción ya tiene forma en la materia, las formas materiales son su dogma y así perdura en el tiempo. La segunda opción, en cambio, renueva sus formas incesantemente, nunca descansa en algo hecho, es la pura mayéutica, tal como tendremos ocasión de observar en el apartado siguiente.

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La distinción entre ambas opciones podría compararse con dos luces, una que se refleja en la estructura material y la otra no. Si la luz se refleja una y otra vez en los objetos, va disminuyendo su frecuencia y adquiriendo tonos rojizos. En cambio, si la luz no se refleja en objeto alguno podrá mantener o aumentar su frecuencia, acercándose a las tonalidades violetas. Formando una analogía entre opciones y luces, la de la primera opción adquiriría tintes amarillentos y rojizos, porque inicia su movimiento en una estructura material como lo es una actitud preestablecida o impuesta, su espectro revela un aumento en la longitud de onda y una reducción en su frecuencia, mientras que la de la segunda opción se teñiría de azules, añiles y violetas, porque sería mayor la frecuencia que la longitud de onda. Si la atención es la cualidad que se inicia en el mundo inmaterial, sin formas o espiritual y si su finalidad fuese la de adoptar una forma nueva en la materia, la atención sería como esa luz que aumenta su frecuencia y disminuye su longitud, es decir, la atención tendería hacia el color violeta. Si el violeta define a la atención y el alma es su energía, el alma sería una energía coincidente con esa radiación de alto valor de frecuencia y baja longitud de onda, lo que podría suponer que, analizando el espectro de los impulsos electromagnéticos del cerebro de una persona, pudiéramos adivinar qué clase de movimiento estaría efectuando en un momento determinado: --Si su radiación se correspondiese con bajas frecuencias y altas longitudes de onda, su cerebro funcionaría con rayos infrarrojos, microondas y ondas de radio, pudiendo significar que tendría poca capacidad de decisión y que estaría buscando un sistema, un dogma, algo o alguien, que le dijera qué tiene que hacer y cómo hacerlo. Las tonalidades cromáticas de su espectro se corresponderían con las amarillentas, anaranjadas y rojas. --Si la radiación tuviera su correspondencia con luces ultravioleta, rayos X o rayos gamma, sería el indicativo de que su cerebro decide qué hacer cada vez que actúa, este pudiera ser el comportamiento correspondiente con el término movimiento y espíritu, en el que el libre albedrío pudiese ser decisivo, tal como observaremos más adelante. Sus tonalidades cromáticas podrían variar desde el azul, al añil y al violeta.

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Un pequeño detalle: ambas opciones coexisten y se confunden cuando los valores de frecuencia y longitud sean ambos muy bajos, siendo su tonalidad cromática el verde, así pues, cuando el espectro de la emisión electromagnética cerebral revele tonos verdes, es porque ese cerebro tiende a la pereza y sigue la ley de mínima resistencia, su radiación se correspondería con los menores valores de las radiaciones ultravioletas e infrarrojas. Pudiera ser la falsa seguridad de creer sin dudar.

Rayos X y Gamma Microondas y ondas radio Ultravioletas Infrarrojos Movimiento – espíritu Sensibilidad y vida Mundo inmaterial Mundo material Atención Distracción y estupidez 30.-El alma y la mayéutica: el logos Primero Sócrates, después Platón y luego Aristóteles, siguieron un sistema filosófico que, aún hoy, ejerce una poderosa influencia en nuestra manera de presentar una argumentación. Fue Sócrates quien puso nombre a este sistema, denominándolo la mayéutica y fraccionándolo en tres fases: 1.- Adquirir conocimientos sobre el tema que nos interese 2.- Dudar de lo que conocemos, para formularnos una pregunta

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3.- Elaborar nuestra propia respuesta conocimiento previo de un tema Mayéutica formulación de una pregunta (Sócrates) obtención de la propia respuesta Una vez concretada la respuesta, esta se incorpora a los conocimientos que tenemos sobre el tema, para enriquecerlo, a continuación formulamos una nueva pregunta que nos proporcionará otra respuesta y así sucesivamente. El objeto de este sistema es llegar a la razón o causa del tema elegido, también llamado logos, es la idea que decía Platón y también es el origen de la metafísica de Aristóteles. Sócrates afirmaba que “la razón es la verdadera naturaleza del alma”. Con la mayéutica podría llegarse al fondo de cualquier cuestión, a su alma a través de la razón, a su causa observando el efecto. Esta razón o logos, es permitida en los sistemas ontológicos, los orientales, pero negada en los teológicos u occidentales, en los que la razón es la fe. Krishnamurti ha sido uno de los mejores representantes del método mayéutico y es que obrar así llega a ser molesto para algunos, porque puede mostrar y descubrir a los demás qué interés real subsiste detrás de la propia afirmación. Es posible que la mayéutica sea la alternativa a la fe, ya que sustituye a la creencia por la inteligencia.

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Cap 6.-Mitología y creencia 31.-Cuatro teorías sobre el origen del alma Podríamos agrupar el origen del alma en cuatro teorías: --la teoría de la emanación, el generacionismo, el creacionismo y el organicismo. EMANACIÓN El alma es una fracción del cuerpo de Dios GENERACIONISMO Los padres generan el alma de sus hijos Sobre el origen del alma CREACIONISMO Dios es el creador de las almas ORGANICISMO Deriva del orfismo: el alma es parte de un organismo universal La teoría de la emanación es la preferida por las concepciones panteístas, propias de las sociedades orientales.

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Estas filosofías conciben al alma como una partícula formando parte de un cuerpo divino, de esta manera, Dios sería el conjunto agrupado de todas las almas, siendo cada una de ellas una emanación del alma divina, omnipotente, única y grupal. El creacionismo tiene dos variantes. En la primera, el generacionismo, se argumenta que el alma del recién nacido ha sido generada por las almas de sus padres. Generacionistas han sido Tertuliano, Lutero y Leibniz. El generacionismo ha servido de base argumentativa para que Charles Darwin expresara su teoría de la descendencia. En la segunda variante creacionista, se afirma que el alma racional es creada directamente por Dios. Esta interpretación es la que han adoptado los dogmas monoteístas. Tomás de Aquino se manifestó partidario del creacionismo y calificó de herejes a quienes afirmaban otras teorías, tildándolas de falsas a todas si no adoptaban el catolicismo. El organicismo adopta el criterio de universalidad propio del orfismo, al que ya observamos anteriormente, afirmando que los mundos material e inmaterial forman parte de un todo orgánico, un cuerpo, un gigantesco organismo con vida propia. Como una estrella. Se dice que el organicismo y la emanación son la misma teoría. Para el organicismo, el alma es una parte de este todo viviente sin diferenciarse de otra, ya que la diferencia estaría únicamente en el cuerpo. Predica que en el mundo inmaterial todo es unidad y unitario, mientras que en el material todo es diferenciado. Giordano Bruno era partidario del organicismo. 32.- ¿Es la misma alma la del monismo que la del pluralismo? El monismo deriva de la interpretación teológica de la metafísica, así como el pluralismo de la ontológica. Para el filósofo monista, el mundo material tiene un principio único contenido en el inmaterial, este único principio es su creador. Piensa que desde la materia no puede percibirse a lo inmaterial, para lo que precisa de un intermediario, mensajero o mesías. La creencia monista afirma que la percepción de la materia es un acto consciente, mientras que no puede percibirse a lo inmaterial y esa es su parte inconsciente, por eso conceptúa al alma como algo inmaterial, imperceptible e inalcanzable si no es al lado de su creador y por intercesión de un mediador.

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La filosofía del monismo es vertical porque diferencia entre distintos grados de consciencia, en el último de ellos se encontraría el alma, al que todo ser tiene acceso. Según la creencia monista, cuando se logra estar con el creador, el alma experimenta el conocimiento de ese principio único y sin diferencias, porque habría llegado a ser consciente de lo inmaterial. Su principio es único e inmaterial Consciente de la materia, inconsciente de lo inmaterial El alma para el monismo Precisa del creador para ser consciente de lo inmaterial El mayor grado de consciencia es el alma Para la creencia pluralista no existe aquel principio único y creador del monismo, sino distintas organizaciones que producen los diferentes mundos materiales, también llamados planos de manifestación, como por ejemplo los siete estados o cuerpos de la creencia egipcia, tal como vimos al principio. El pluralista cree que puede percibir a los mundos inmateriales, el que sea consciente o no de ellos depende de él mismo, no de un intermediario o mesías. El pluralista afirma que el ser es alcanzable por sí mismo, adopta la entelequia del apartado 25 y parece resolver la agobiante pregunta de Hamlet. Piensa el pluralista que el alma no es más que un determinado grado de consciencia, su estructura es horizontal porque todos los seres pueden alcanzar la plena consciencia, solo que de maneras distintas porque poseen diferentes cuerpos materiales. El pluralista afirma que todos serán llamados y todos serán escogidos, su probabilidad vale 1 y es el modelo de la mecánica cuántica y de la universalidad, tal como observaremos más adelante. Para el pluralista, la inconsciencia no es más que aquella parte de consciencia no desarrollada todavía. Cuando se consiguiese desarrollar, el ser humano se comportaría como alma. En esta consciencia universal se manifiesta la unidad para todas las almas.

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No hay un creador sino distintas maneras de organización Aprendiendo a organizar, puede ser consciente de la materia y del mundo inmaterial El alma para el pluralismo No precisa de un creador ajeno Hay alma en cualquier grado de consciencia Aquí podría estar lo interesante, en que el monista busca la unidad a través de su alma, el pluralista también. 33.-El alma en la leyenda de Dioniso El alma se relaciona frecuentemente con el corazón, con la pureza, con el ser inocente y con la luz, quizás por las diversas leyendas en torno al pequeño Dioniso, hijo de Zeus y Perséfone, una diosa mortal procedente del inframundo. Cuenta esta leyenda que los Titanes mataron al niño dios, lo descuartizaron y devoraron su cuerpo menos el corazón, por ello, Zeus recogió el corazón del pequeño y fulminó a los Titanes con un rayo, reduciéndolos a cenizas. Dioniso pudo renacer empleando su corazón intacto y los restos calcinados de los Titanes, solo que ahora era medio Titán y medio dios, lo que originó una nueva raza, nosotros, los seres humanos, que tenemos que cargar con una parte de culpa por la barbarie titánica y estamos destinados a llegar a ser como los dioses, debido al origen divino de Dioniso, de quien procedemos según esta leyenda. La leyenda de Dioniso pudiera ser el germen de numerosos mitos y creencias, como el de Prometeo, del paraíso, del cielo y del infierno, del pecado mortal, de Cristo hijo de Dios y también del alma, porque Dioniso encaja perfectamente con el concepto predominante sobre el alma, esa parte divina que permanece temporalmente como humana, hasta que aquella titánica culpa sea expiada. Considerando la mitología clásica, Dioniso, también llamado Baco, es el dios del vino, del éxtasis y del ritual que mezcla la ingesta de alcohol con la música, con el fin de comunicarse con los muertos,

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porque esta deidad presidía el culto y los rituales dedicados a las almas de los difuntos. En Grecia se tenía a Dioniso como un dios extranjero, quizás proveniente de Libia, de Anatolia, de Etiopía o quizás también de Arabia, en todo caso, los griegos creían que había venido desde un mágico país llamado Nysa, pues también se le conocía entre los griegos como el dios de Nysa. Parece claro que el mito de Dioniso tenga relación con el orfismo, con los ritos órficos y también con el gnosticismo. Puede resultar interesante el detalle de que el concepto del alma coincida con la personalidad del mítico Dioniso, debido a que es gestado por una divinidad con cuerpo mortal, su madre Perséfone, a la que se dota con la capacidad de llegar a ser inmortal, después de muerta. En esta leyenda podemos ver la influencia de la ontología en cuanto a que a Dioniso lo crea quien tiene el ser, Zeus, pero Dioniso no es dios sino que puede llegar a serlo y este sería el aspecto que ofrece la teología. Así se combinan los dos aspectos de la metafísica de Aristóteles en una única leyenda. 34.-La madre de Dioniso y la creencia en la Virgen Otra leyenda refiere que la madre de Dioniso era mortal y no se llamaba Perséfone, como vimos en el apartado anterior, sino Sémele. La esposa de Zeus, Hera, por celos provocó que Zeus carbonizara a Sémele antes del alumbramiento, pretendiendo matar a la madre y al feto. Zeus implantó al todavía fetal Dioniso en su muslo justo antes de fulminar a Sémele con su fuego. Cuando Dioniso se desprendió de la pierna de Zeus porque había crecido lo suficiente, sufrió el desprecio de los dioses y también el de los mortales, porque ni era dios ni hombre, hasta que lo mataron después de torturarlo. Pasó un tiempo y Dioniso resucitó convertido en un dios, con una misión, la de descender al reino de Hades, el de los mortales, para rescatar y divinizar a su madre, Sémele, liberándola del estado de mortal y elevándola hasta las estrellas. Dioniso fue perseguido desde antes de nacer por ser hijo de una mortal y de un dios. Así, los dioses lo despreciaban porque rebajaba su categoría divina y los mortales también, porque era superior a todos ellos.

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Por eso Zeus lo hizo nacer de manera indigna para un dios y fuera de la sospecha de los mortales, en una cueva y huyendo, según interpretaron otros. Este podría ser, quizás, el origen de las creencias sobre el nacimiento, vida, pasión y muerte del mítico Jesús, así como del misterio de la ascensión de la Virgen a los cielos. Semblanzas no faltan. 35.- El alma, Jesús y Dioniso: las bodas de Canaán Investigadores contemporáneos, Barry Powell entre ellos, encuentran semejanzas al comparar los ritos cristianos de comer la carne y beber la sangre de Jesús, con el culto a Dioniso. Para quienes le profesaban devoción, Dioniso era el intermediario entre los dioses y los hombres, era el alma de la humanidad y sus rituales parece que hayan sido transferidos a Jesús de Nazaret, de manera que la teofanía cristiana pudiera originarse desde la dionisíaca. Como ejemplo, para el culto dionisíaco lo importante era el vino, creían que Dioniso transformaba el agua en vino. Curiosamente, en las regiones de la actual Palestina y antes del año primero de nuestra era, a Dioniso le llamaban Mesías y las gentes esperaban anualmente su llegada, al que creían reconocer porque lo primero que haría es convertir el agua en vino, restableciendo de esta forma a la divinidad dionisíaca que la cultura helénica les había arrebatado y a la que anhelaban erradicar. Resulta significativo que se sitúe el nacimiento de Jesús en esta misma región y que el primero de sus milagros fuese convertir agua en vino, en las bodas de Canaán. Además, hay quienes afirman que según la cartografía y las referencias históricas de las que se dispone, Nazaret era una región árida y deshabitada en aquella época, no existía como núcleo urbano. Debido a que se tenía al alma como la intermediación entre lo divino y lo humano, pudieron surgir leyendas como la de Dioniso, también el mito en torno a Jesús o el de la Virgen, así como el sistema monista y dogmático predominante en nuestras sociedades occidentales.

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36.-Leyendas en Arabia, Fenicia y Grecia: justicia post mortem En Arabia, coexiste la idea de la inmortalidad del alma junto con la de que perece cuando sucede la muerte, también asignan al alma forma de ave, concretamente la de mochuelo, a la que llaman hama o sada y a la que representan revoloteando alrededor de la tumba, para llevarle noticias de sus descendientes vivos. Si se había sufrido homicidio, el alma del difunto gritaba escuní, que significa “dadme de beber”, así permanecía angustiada hasta que sus parientes vertieran la sangre del homicida, vengando la muerte del fallecido. Solo después de que sus familiares matasen a quien le mató, su alma quedaría en paz. Los fenicios, llevados por un culto al placer y por sombríos mitos, llenaron de supersticiones y ritos a los conceptos del alma, por ello no los consideraremos en este trabajo. Los griegos creían que el alma se separaba del cuerpo como un fantasma semimaterial, al que denominaban eidolon, que continuaba viviendo más allá de la muerte y que podía intervenir en la vida de los otros. De ahí pudo derivar, quizás, gran parte de los rituales del culto a los muertos y a los héroes, de manera análoga a como los Vedas consideraban a sus pitris o antecesores. En la mitología griega y según los escritos de Esquilo, Hades examinaba la vida de quienes habían muerto y eran llevados a su presencia por las Erinyas, diosas dedicadas a guardar la vida de los humanos y a acompañar a sus almas cuando mueren, vengándoles si han sufrido injusticias mientras vivían. Quizá las Erinyas sean las antecesoras de la creencia en el ángel de la guarda. Estas leyendas pudieran haber facilitado la concepción de la idea sobre la justicia más allá de la muerte, así como la del cielo y del infierno, ya que aquellos griegos afirmaban que las almas buenas eran llevadas por las Erinyas al Eliseo y las malas al Tartaro, ideas que calaron hondo en la religión occidental a partir del siglo VI, como sinónimos del cielo y del infierno y del premio o del castigo. Fueron los etruscos quienes revistieron a las creencias griegas con férreo dogma y fe ciega, entre otros, el culto a los muertos, en cuyas tumbas también se representa al alma con la forma de un ave revoloteando alrededor del difunto.

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Cap 7.-Una argumentación dogmática 37.- La innovación de Pablo: el espíritu En el siglo I de nuestra Era ya se habían escindido los dos aspectos de la metafísica, la ontología viajaba hacia oriente y la teología a occidente. Pablo de Tarso adopta el aspecto teológico de la metafísica mediante la expresión de llegar a ser y no la de ser, lo que corroboran los capítulos 1º y 2º del Génesis, en los que se diferencia entre el spiraculum vitae, como la cualidad de ser por sí mismo y el animam viventem, que es su manifestación como sensibilidad y vida. La argumentación en torno al spiraculum vitae permite a Pablo interpretar que existe un espíritu separado del alma, o animam viventem, que este espíritu tiene un estado superior a la materia y que está libre de la prisión material. Probablemente así nace el actual término espíritu. Pablo asume la información que encuentra acerca de aquellas tres jerarquías o aspectos de la filosofía egipcia que ya vimos, aunque nombrándolos de otra manera, al aspecto inferior Seju le asigna el cuerpo físico, al intermedio Ba el alma y al superior Ren el espíritu. Esta es la innovación de Pablo, la tríada espíritu, alma y cuerpo. En lo que respecta al espíritu, supone Pablo que esa jerarquía superior egipcia, el estado o cuerpo Ren, es inalcanzable para el ser humano, lo justifica afirmando que es un estado de tal espiritualidad que tan solo le pertenece a Dios, como único e irrepetible espíritu puro. Pablo se afianza en la teología de la metafísica aristotélica. oriente ontología metafísica spiraculum vitae Ren Dios movimiento ESPÍRITU Pablo de Tarso occidente Génesis teología capítulos 1º-2º Ba sensibilidad ALMA animam viventem El hombre Seju vida CUERPO

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Para Pablo el alma humana es débil, por ello ha de mantenerse vinculada a Dios a través de su parte espiritual, asume la denominación de mesías que vimos en el apartado 35 y la asigna al intermediario entre lo divino y lo humano, tal como narraban las leyendas de Dioniso, entre otros mitos. A partir de Pablo y en todo el occidente se esgrimen estos tres aspectos, el cuerpo, el alma y el espíritu. 38.-Orígenes: ni Dios tiene alma ni existe la trasmigración Orígenes de Alejandría, Agustín de Hipona y Tomás de Aquino son los tres Padres de la Iglesia Católica, de los que el primero en el tiempo es Orígenes, pues vivió entre los siglos II y III, como también Tertuliano. Quinto Septimio Florente Tertuliano, negaba la incorporeidad del alma, para él todo es materia, Dios es materia, solo que una materia distinta de la del hombre. Para Tertuliano, el alma humana se encuentra encarcelada en el cuerpo, a diferencia de Dios que es espíritu puro, tal como ya decía Pablo. Tertuliano está afirmando lo mismo que Aristóteles, también que los babilonios y que los asirios, tal como ya observamos en apartados anteriores. Veamos los antecedentes con los que se pudieron encontrar Tertuliano y Orígenes, para decir lo que dijeron y que nos facilite la comprensión de sus afirmaciones. La filosofía egipcia afirma que Ba, o alma, es la parte intermedia en el hombre y sirve de tránsito hacia la parte superior o Ren, el espíritu, Pablo de Tarso así lo asume y admite el concepto de la trasmigración de las almas después de la muerte del cuerpo, para reencontrarse con Dios y convertirse en espíritu puro. En esa época y tanto en Alejandría como en Túnez, lugares de nacimiento de Orígenes y Tertuliano respectivamente, predominaban las filosofías peripatéticas y la metafísica.

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El alma es corpórea El alma Después de la muerte se libera del Tertuliano Dios también es materia se produce la cuerpo y se aunque distinta trasmigración del alma convierte en de la humana espíritu puro El alma humana está encarcelada en el cuerpo Orígenes afirma que el tema de la trasmigración es ajeno a la Iglesia Católica y que ninguno de sus apóstoles lo ha enseñado. Atribuye a todo ser humano el alma racional de Platón, mientras que la irracional la destina a los animales, así, para Orígenes todo hombre es un “theos”, que significa dios sin el artículo determinado, pero Dios es “ho theos”, que quiere decir el Dios con sentido de único, lo que le permite afirmar que Dios es espíritu puro y ostenta el superior de todos los estados. Como vemos, Orígenes rescata el concepto teológico de la metafísica en cuanto a negarle el ser al hombre, porque lo atribuye solamente a Dios, concediéndole al hombre la posibilidad de llegar a ser a través de aquel estado intermedio Ba de los egipcios, para lo que precisa de un intermediario o mesías a quien invocar. Da la impresión de que se han mezclado diversas filosofías y leyendas hasta llegar a nuestros días. Si Dios es espíritu puro y es el único que ostenta el estado espiritual superior, no tiene necesidad de ningún otro estado intermedio, tal como si que lo es el alma para el hombre, así puede Orígenes concluir que Dios carece de alma y que no está sujeto a trasmigración alguna. En lo que respecta al hombre, si después de la muerte es el Hijo de Dios, o Mesías, quien lo presenta al Padre, tampoco precisa de trasmigración alguna, sino que será el Hijo quien salvará su alma o la entregará al demonio, dependiendo de sus actos en vida. Algo parecido a la creencia egipcia sobre el tribunal de la conciencia, formado por Osiris y cuarenta y dos jueces. Parece que Orígenes haya leído los escritos de los babilonios e interpreta los mitos de Rashún y de Angromainyus, referenciados en el apartado 16.

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La trasmigración no es enseñada Dios no tiene por los apóstoles alma El alma de Dios Orígenes El hombre es theos Dios es (es un dios) no trasmigra El hombre Solo Dios es ho theos puede (es el dios, el único) llegar a ser 39.- El alma para los romanos Los romanos rendían pleitesía a las almas invocando a Manes, una deidad a la que dedicaban el culto denominado devotio, consistente en un conjunto de actos para aplacar su inagotable ira, de esta manera creían que Manes protegería tanto a los vivos como a los muertos.

Entre las prácticas del devotio existía la de esculpir en sus tumbas la inscripción DMS, iniciales de dis manibus sacrum, utilizada como invocación garante de recibir todo aquello que se pedía a continuación.

El devotio constituía verdaderos epitafios en la creencia romana y así creían comunicarse con el mundo de las almas, a cuyo rey llamado Orco, representaban como un guerrero asestando el último golpe al moribundo.

40.- El alma en el jainismo Para la creencia cristiana, el alma del hombre es un soplo de Dios, que habiendo sido creada por Él, no es eterna porque tiene principio, si que es inmortal debido a que carece de fin, en cambio, para ciertas creencias orientales como el jainismo, nada es creado sino transformado, nada existe que no haya existido antes, la diferencia estriba en cómo y cuándo se manifiesta. El jainista no admite un creador.

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El nombre jainismo deriva de Jina, que significa conquistador, es quien ha liberado a su alma de los dos opuestos, tales como el amor y el odio, el apego y la aversión o el placer y el dolor. El jainista considera que todos los opuestos están contenidos en la materia, niega un principio creador y cree que todo es eterno, no admite una divinidad antropomorfizada ni absoluta y practica la penitencia, porque cree que es el único método para liberar al alma de las tendencias materiales y porque la contaminan.

La materia contiene a los opuestos

El alma libera a la materia y equilibra a los opuestos

Jainismo Nada es creado No existe una sustancia universal

(conquistador) sino niega el gnosticismo

transformado

No existe un dios absoluto

todo es parte de otro todo mayor

41.-El alma o ruag en las Sagradas Escrituras: Spiritus dei En las Sagradas Escrituras se denomina ruag al alma, a la que se le asemeja el rayo por su rapidez, fugacidad y fulgor. Se afirma en ellas que, al morir, el alma se separa del cuerpo para convertirse en spiritus dei, cuyo significado correcto no se corresponde con espíritu de Dios sino con el de alma sin cuerpo, un espíritu puro, sublimado y liberado, ya que los hebreos utilizaban el término dei para expresar todo lo superlativo. En estas Escrituras se define al alma como un espíritu adherido a un cuerpo, éste espíritu adquiere su pureza original cuando el cuerpo

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muere, por eso hay quien afirma que el cuerpo es la cárcel del espíritu. Parece que el alma, para los hebreos, suponga la relación entre el espíritu y la materia, o de otra manera, cuando la parte espiritual toma forma material y se manifiesta a través de una vida, a la que vivifica. De lo que podría deducirse que la energía de un plano, el espiritual, se depositaría en otro, el material. Para los hebreos, alma y vida son términos complementarios, si no hay vida se acaba el alma y tan solo quedaría el espíritu. La filosofía hebrea entiende que alma y espíritu se funden en una sola unidad después de la muerte, ya sin el cuerpo. En este sentido, el Papa Juan XXII dictaminó para el catolicismo: --el alma solo puede tener plena visión de Dios después de la muerte --el alma es creada por Dios en el momento de la concepción --el alma no es sustancia divina 42.-La presunta contradicción de Agustín de Hipona Uno de los tres Padres de la Iglesia Católica, Agustín de Hipona, nos revela: --Quien duda, tanto si está dormido como despierto, vive Agustín se preguntaba: ¿será Dios el tiempo? Para este pensador, la duda es el principio vital, es el impulso que propicia todo movimiento, animando y vitalizando toda vida, es su “anima”. Decía Agustín que si hay duda y se busca la respuesta, se asciende un peldaño para conocer otra duda, esta generará otra respuesta y así sucesivamente hasta llegar a la idea de Dios, siguiendo el método de la metempsicosis que ya predicaba Pitágoras en el siglo V adC, método continuado por Sócrates casi dos siglos después, al que hemos visto como mayéutica y ahora lo vemos repetido en Agustín con la duda y la respuesta, unos siete siglos más tarde. Respecto de la duda, quizás Agustín opinaba como Aristóteles cuando este decía:

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--Mientras el ignorante siempre afirma, el sabio duda y reflexiona. Sin embargo, en Agustín da la impresión de que el dogma católico le pesa más que la curiosidad, pues declara que tan solo por la fe se alcanzará la verdad, cuando preguntarse sobre si será Dios el tiempo es una cuestión de razonamiento y no de fe, además, la duda era para él el principio vital, el anima de la vida y la duda es incompatible con la fe. Quizás la respuesta tuviese algo que ver con que la fe le daba techo y de comer. Uno de los detalles que en los escritos de Agustín podría suponer cierta contradicción, es el reconocimiento de que el ignorante es quien afirma sin dudar ni reflexionar, ¿no es fe la ausencia de duda y de reflexión? ¿qué existe de Agustín todavía en cada uno de nosotros? Anima metempsicosis reflexión La duda de la y y Principio vital vida mayéutica razonamiento (hay movimiento) Agustín de Hipona La fe evita Quien duda, ignorancia La fe la reflexión y Ausencia de duda vive y anula el miedo (el sabio) (no hay razonamiento movimiento) Una supuesta contradicción que pudiera ser muy seria en la misma persona, quizás la duda fuese su resolución más íntima, su más

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oculta y particular convicción, a la que silenció externamente obedeciendo al dictamen de su fe, quizá solo externamente. 43.-Inmortalidad del alma en la Biblia: raíz filosófica y bíblica En la Biblia, libro de Ezequiel, 18:4, se dice “el alma que pecare, esa morirá”, de lo que se desprende la interpretación de que el alma no es inmortal y que el odio cabe hasta en el alma de Dios, que también la tiene para la Biblia, pues en el libro Salmos, 11:5, se afirma: “El alma de Dios ciertamente odia a cualquiera que ame la violencia” ¿Dios odiando a través de su alma? Asimismo determina que el alma está en la sangre, según Génesis 9:4 y Levítico 17:11 y en Mateo 10:28 se deja claro que el alma puede ser destruida y que el infierno, al que denomina Gehena, es el lugar de la total desintegración, sin mencionar, en ninguno de sus textos, que en el infierno se tenga que sufrir eterno tormento. Parece que la idea de la inmortalidad del alma no sea bíblica sino filosófica, de tal manera que las religiones que así lo afirman, quizás hayan adoptado en sus dogmas ese contenido meramente filosófico para introducir el miedo entre sus creyentes, imponiendo ciega obediencia y fomentando la ignorancia. Una posible justificación al hecho de suponer que el concepto de la inmortalidad del alma tenga raíz filosófica y no bíblica, pudiera existir en estos tres detalles: 1.-En las Escrituras se emplean los términos hebreos néfesch y ruag cuando se refieren al alma 2.-Respecto de la palabra néfesch, significa en hebreo criatura que respira, este es el movimiento característico del alma al infundir la vida en el cuerpo, de ahí que en latín se denominase anima a la energía que vivifica a un organismo vivo. Cuando esa energía cesa sobreviene la muerte, lo que no significa necesariamente que aquella energía también acabe. 3.-El término hebreo néfesch equivale al griego psy.kjé y ninguno de los dos está asociado con la inmortalidad, sino a la actividad del cuerpo relacionado con el espíritu a través de su alma, significa constante acción manifestando en la materia lo que no lo está.

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Podríamos suponer que en un momento y con determinada intencionalidad, se rescató el concepto de inmortalidad para el alma, concepto ya existente desde antiguo, que nunca ha sido novedoso y siempre ha mantenido íntima relación con la trasmigración de las almas. Así hemos tenido la oportunidad de observarlo en apartados anteriores. 44.-El alma según Agustín, Pablo y Tomás Agustín de Hipona afirma que el alma no puede vivir sin el cuerpo, cuando este muere, el alma se separa temporalmente de él y al que regresará en el momento de la resurrección de los muertos. Dice Agustín que el alma es racional, lo que significa que se sustenta en la razón, aquella cualidad platónica, pero el de Hipona le pone límites afirmando que es una razón basada en la fe, para Agustín, la razón sin la fe es herejía y el ser humano sin fe se parece a los animales, aquella alma irracional de Platón, alma que morirá junto al cuerpo. Vimos que es Pablo de Tarso quien innova diciendo que el ser humano es una unidad de tres elementos, que son el cuerpo, el alma y el espíritu. Dice Pablo que el alma humana es débil y por ello ha de mantenerse el vínculo con Dios. Pablo enuncia de otra manera aquello de quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija, afirmación típica de la teología que no es seguida por la ontología, como ya pudimos observar anteriormente cuando tratamos del fraccionamiento de la metafísica. Tomás de Aquino y referenciando a Pablo, se esforzaba por argumentar filosóficamente que cada espíritu es diferenciado respecto de los demás, instando a que así se demostrase al mundo mediante labor de apostolado, basada en premio o castigo al final de los tiempos. Para Tomás, toda idea contraria al cristianismo es falsa y no solo por su oposición, sino también porque la considera filosóficamente falsa, participando de la idea de Agustín respecto de que la razón sin la fe es una herejía, claro, habría de ser la fe católica y no otra, ya que a las demás las consideran herejes.

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Cap 8.-Una argumentación filosófica 45.-Averroes: otra verdad sobre el alma Entre el siglo IV de Agustín de Hipona y el XIII de Tomás de Aquino media otro pensador, Averroes, vivió un siglo antes que Tomás y del que podríamos enunciar cuatro relevantes argumentos, porque supusieron una inflexión en el pensamiento filosófico de aquella época y porque crearon una situación en la que el cristianismo tuvo que reconocer la existencia de otra posible verdad, reconocimiento por escrito y públicamente. Los cuatro argumentos de Averroes son: 1º.-No admitir afirmaciones imposibles de ser demostradas, para ello separa la reflexión filosófica de las afirmaciones de la mística y del dogma institucionalizado. 2º.-Las sensaciones son generadas por el sistema nervioso. 3º.-Afirma que es en el cerebro donde se desarrolla la inteligencia. 4º.-Entiende que el alma humana nos permite comprender el sentido de la universalidad. Para la cuarta argumentación Averroes desarrolla un sistema trino, el de sentir, imaginar y deducir, por este orden y para llevarlo a cabo aplica el primero de los argumentos, que es el referido a la mayéutica y para el que se hacen necesarias la ciencia y la lógica. Averroes rescata la verdadera metafísica e insiste en la lógica.

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La que resulta de la reflexión filosófica Considera dos posibles verdades La que forma un dogma La sensibilidad es generada por el sistema nervioso Averroes La inteligencia se desarrolla en el cerebro Sentir La lógica Por el alma Adopta al gnosticismo comprendemos imaginar de la lo universal deducir ciencia 46.-Las dos almas de Averroes y las dos verdades Las tesis de Averroes respecto del alma, basan su argumentación en el alma racional y la irracional de Platón, a las que cambió el nombre denominándolas respectivamente intelecto activo y pasivo. Para Averroes, el intelecto activo es la parte divina y eterna del ser humano, es el impulsor de todo movimiento en el universo y el intelecto pasivo tiene su morada en el cuerpo mortal. Mantener estas tesis en el siglo XII y en España, podría resultar peligroso para la integridad física del pensador, sin embargo, Averroes merecía tal crédito que el cristianismo tuvo que admitir públicamente la coexistencia de dos posibles verdades, la religiosa, derivada de la revelación divina y admitida sin argumentación mediante la fe, y la verdad filosófica y científica, en la que la lógica y el razonamiento son instrumentos básicos.

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47.-El papa Juan XXI, las herejías y la gravedad En los siglos XII y XIII, así como desafortunadamente también en otros tiempos, defender o expresar públicamente ideas discordantes con el catolicismo era arriesgado, porque quien lo hacía se jugaba la vida. El papa Juan XXI, de origen portugués, declaró 219 herejías, muchas de ellas afirmaciones científicas, porque no ensalzaban la gracia de Dios y por lo tanto eran falsas, con el ánimo de que se rechazase la idea de que la naturaleza tiene sus propias leyes y entre estas supuestas herejías declaradas estaba la gravedad. Todo lo que se dijera del alma sin el abrigo católico, debía ser falso para esta creencia y si todas las creencias afirmasen lo mismo, podríamos deducir que todas nuestras afirmaciones serían falsas. Recordemos que Tomás de Aquino sentenciaba que toda afirmación contraria al cristianismo era filosóficamente falsa. Pocos meses después de esta declaración y encontrándose Juan XXI en un palacio papal, le cayó encima el techo y lo mató. ¿Murió Juan XXI por la gracia de Dios o por efecto de la gravedad? 48.-El alma según Descartes René Descartes, también conocido como Cartesius, es considerado uno de los creadores de la moderna filosofía quizás porque se desmarcó de las ideas de sus antecesores en lo que respecta al alma, argumentando dos postulados: --el alma es única, no es doble como decían los egipcios y Platón --el alma no es corpórea, es espiritual e inmaterial Descartes provoca un cambio en la manera de pensar hasta ese momento, asentando definitivamente en occidente las ideas de la inmaterialidad y de la inmortalidad del alma, a las que hemos visto incorporarse progresivamente. No satisfecho con la idea platónica o con la de Averroes respecto de que el alma se sitúa en el cerebro, Descartes le asignó un lugar especialísimo, la glándula pineal. Otros científicos y pensadores han afirmado que el alma se encuentra en el centro oval, hay quien dice que en los cuerpos callosos y así, podríamos encontrar tal diversidad de aseveraciones respecto de la

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ubicación física del alma, que resulta dificultosa su consideración, por lo que la mayoría de los actuales filósofos han optado por no ubicarla en el cuerpo. Tanta variedad de afirmaciones distintas despierta desconfianza, fracciona el criterio y descubre que se dice lo que no se sabe. Descartes, entre otros, intentó establecer un sistema lógico y filosófico que pudiese explicar la relación entre el espíritu y el alma sin abandonar el idealismo platónico, sistema del que la frase cartesiana más conocida es el “pienso, luego existo”. En este sistema, Descartes atribuye al alma el principio activo que vivifica a todo organismo vivo, identificándolo con la energía o soplo divino que da la vida. Al espíritu lo define como el ser interior que piensa. Descartes no nos dice nada nuevo, sin embargo menudea y concreta más que otros, cree que la inteligencia es la manifestación externa del alma y relaciona la inteligencia con el alma a través de la capacidad de pensar, relación que nos recuerda a Platón, entre otros. Actividad del alma El alma pensar es única mediante Alma las sensaciones Soplo divino que da la vida (energía) Pienso, René luego existo Cualidad del alma Descartes la inteligencia Espíritu Es quien piensa, porque es (to be or not to be) El alma no es corpórea

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49.-Descartes, el alma, la glándula pineal y la fe Las tesis cartesianas se fundamentan en que el conocimiento universal no es comprensible ni alcanzable para el ser humano, razón por la que atribuye a Dios dos cualidades en grado infinito, son el pensamiento y la extensión, de las que el ser humano tan solo puede apercibirse mediante las sensaciones. Piensa Descartes que el alma no es una realidad tangible ni perceptible para el ser humano, sino una sensación. Como esta manera de pensar entraba en conflicto con las creencias religiosas, Descartes resuelve el problema diciendo que el alma es el reflejo en el ser humano de aquellos dos atributos divinos, el pensamiento y la extensión, lo que le permite al ser humano conocer el mundo y su universalidad únicamente por concesión divina. Así pues y según Descartes, todo lo que podríamos conocer sería dádiva divina, revelación, ya tenemos a la fe otra vez. Descartes sorprende cuando afirma que aquellos atributos divinos, el pensamiento y la extensión, son sustancias del propio cuerpo de Dios y que nada tienen de humanas, estas dos sustancias existen como partículas combinadas en el cuerpo humano, concretamente se combinan en la glándula pineal, cuyo cuerpo sería el receptáculo físico para el alma. Es la primera vez que alguien habla de dos partículas divinas que se reflejan en el ser humano y que se combinan en un lugar concreto, en la pineal. El pensamiento El ser humano (La razón de Platón) piensa a través de la sensación Son dos partículas Atributos de Dios divinas El alma (Según Descartes) combinadas se ubica en en la glándula la glándula pineal humana pineal El ser humano La extensión puede conocer lo (La sustancia universal universal, solo por del gnosticismo) concesión de Dios (revelación divina)

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50.-Spinoza y la solución al criterio de Descartes: los modos Como hemos visto, Descartes plantea que al ser humano le es imposible conocer algo sobre el alma y el mundo, afirma que el conocimiento de lo universal tan solo le pertenece a Dios. Medio siglo después que Descartes, el holandés Baruch Spinoza argumenta lo contrario, pues para él, el ser humano si que puede llegar a conocer al alma, lo que justifica diciendo que el entendimiento humano es un modo del entendimiento de Dios. Así, Spinoza y su criterio, resuelven la limitación impuesta por el pensamiento de Descartes al afirmar que cuando Dios piensa, el hombre recibe en su alma la réplica del pensamiento divino, únicamente así puede llegar a percibir la realidad, según las tesis cartesianas. Para Spinoza, los modos son las infinitas modificaciones del pensamiento de Dios que, en el ser humano forman un conjunto inseparable, son el alma y el cuerpo, alma y cuerpo forman una unidad que es uno de los infinitos modos divinos.

El ser humano recibe en su alma Dios piensa una réplica del y al pensar, crea pensamiento divino Baruch Spinoza (en desacuerdo con Descartes) Cuerpo y alma, Dios expresa combinados, La expresión divina constituyen uno se manifiesta con de esos modos infinitos modos. 51.-De Bonald: el alma es inteligencia servida por órganos Las ideas cartesianas las recoge un siglo después, entre otros, Louis Gabriel Ambroise de Bonald, que basándose en Descartes afirma que el alma es “inteligencia servida por órganos”.

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De Bonald se refiere a toda la actividad del cuerpo físico y más concretamente a la del cerebro, que para él es el centro motor de los movimientos del cuerpo y del funcionamiento de sus órganos. De Bonald aplica esta afirmación únicamente para el alma irracional, ya que en lo que respecta al alma racional, manifiesta que es la inteligencia su cualidad y siempre que se cumpla una condición: que aquellas funciones propias del alma irracional se encuentren realizadas. De lo anterior pudiera deducirse que no habría inteligencia si lo que se propone es un imposible o no se hace. Según afirma De Bonald, no puede razonarse cuando se tiene hambre, siendo la razón actividad propia del alma y el comer la del cuerpo, esa parte irracional del alma. Parece ser que Louis Gabriel nos da entender que la actividad de la inteligencia ha de ser útil, que imaginar lo imposible no es una actividad inteligente ni pertenece al alma. De Bonald adopta el criterio de Spinoza en cuanto a que una propuesta útil es aquella posible, esta es la actividad del alma y cada cual tendrá que concretar qué es para sí mismo lo útil y lo posible. De ahí su afirmación de que el alma es inteligencia servida por órganos. Cap 9.-Una argumentación lógica 52.-La ciencia del alma Da la impresión de que el cartesianismo separe irreconciliablemente al alma del cuerpo, debido a su afirmación de que la ciencia del alma es el resultado de la observación empírica de los fenómenos espirituales, lo que parece una contradicción. Afirma la teoría cartesiana que todo lo que el ser humano pueda percibir será por concesión de Dios, que para eso le invoca. Descartes admite la fe incuestionable en la revelación y en esta fe hacia lo revelado consistiría la ciencia del alma, según él, de lo que pudiera deducirse que si hay revelaciones distintas es porque habrían distintos Dioses. Cuestiones tales como la inmortalidad o la divinidad del alma, habrían de quedar como creencias y esperanzas de los adeptos a una religión, porque no pueden ser demostrados por la ciencia ni tampoco argumentados por la filosofía, sino circunscritos a un dogma

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determinado, ya que hay distintas revelaciones en las que poder creer y entonces surge la duda: ¿existe la verdadera? 53.-Xavier Bichat: alma y conciencia relacionadas por la lógica La filosofía cartesiana, como también otras, experimenta cierta tendencia empírica porque intenta explicar sus postulados aplicándolos a la psicología humana y observando sus resultados, así describe a la realidad enunciándola o abandonándola porque no encuentra evidencia objetiva. En el apartado anterior vimos que la ciencia del alma constituye, presuntamente, un conjunto de afirmaciones incuestionables, sobre las que no cabe experimentación alguna porque se suponen transmitidas por Dios, en lo que puede creerse o no. Existe otro campo en el que el ser humano puede moverse, es el de imaginar lo posible, cuya finalidad pudiera ser engranar un sistema filosófico basado en la lógica, sistema tal que permitiese relacionar lo abstracto con lo concreto considerando dos conceptos: --la conciencia pudiera ser la relación entre el alma y el cuerpo, entre lo abstracto y lo concreto --el alma y la conciencia podrían relacionarse mediante la lógica Así pudiese surgir y desarrollarse la inteligencia, cuya base sería la propuesta posible y la voluntad de realizarla. Xavier Bichat, entre otros, relaciona al alma con la conciencia, relación a la que se adivina cierta correspondencia con el alma racional platónica, cuya característica es el acto consciente y también con la vegetativa o irracional, caracterizada por una vida meramente orgánica y dedicada a la autosatisfacción, vida que estaría vitalizada por impulsos mecánicos, por lo tanto inconscientes. La separación entre estas dos almas, la racional y la irracional, podría implicar la ausencia de lógica, veamos por qué. Dice Bichat que el alma vegetativa permite mayor número de elementos concretos, perceptibles y empíricos que la racional, porque ésta se sustenta de la abstracción, lo que pudiera facilitar la confusión de la realidad con la abstracción. Sería como imaginar lo imposible.

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Según Bichat, la lógica permite realizar lo posible porque se actuaría con inteligencia, desechándose las propuestas imposibles y existiendo una relación entre el alma y la conciencia del individuo. La consideración de muchos elementos concretos divide las opiniones, sin embargo nos atrae más que la abstracción. Curiosamente, el sentimiento de unidad aumenta cuando se habla en abstracto, quizá porque se esté forjando una opinión en ese momento. Si pretendemos evitar la separación entre lo concreto y lo abstracto, posiblemente dispongamos de un solo instrumento, la lógica. alma La conciencia y consciencia Es la relación entre: cuerpo Xavier Bichat alma La lógica Es la relación entre: y inteligencia conciencia 54.-El alma es a la inteligencia como el espíritu al ser inteligente Los distintos criterios que pretenden establecer un sistema filosófico que explique la posible relación entre lo abstracto y lo concreto, coinciden en afirmar que el alma es el principio activo que vivifica a todo organismo vivo, esa energía o soplo divino que da la vida, también afirman que el espíritu es el ser interior que piensa. Al alma se le identifica con la inteligencia porque relaciona al cuerpo con el espíritu, a lo abstracto con lo concreto pensando en lo posible y lógico. Si no se pensase no se manifestaría el espíritu ni se relacionaría cuerpo con alma, tampoco habría inteligencia y el ser que piensa permanecería aletargado. Lo que Platón definió como alma racional, Descartes lo aplica al término espíritu, mientras que al alma irracional platónica la convierte Descartes en materia, manteniendo la dualidad entre el espíritu, o causa, y la materia o efecto. Su relación manifiesta la inteligencia y usa de la lógica.

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Posiblemente, la relación entre efecto y causa haya originado el concepto de las polaridades eléctricas, ya que la electricidad es una energía presente en la materia y en el mundo de las partículas, el inmaterial, también habría podido servir de base para la filosofía positiva y la negativa de Schelling, como más adelante observaremos. Es evidente la relación entre la materia y las partículas o mundo inmaterial, por lo que si investigásemos en esta relación podríamos encontrar quizás alguna explicación más concreta para términos como inteligencia, energía, conciencia y alma. Intentémoslo. Alma: energía que da la vida (Platón: alma irracional) Descartes inteligencia (Relación = movimiento) Espíritu: ser que piensa (Platón: alma racional) 55.- Leibniz: El alma se apercibe y el espíritu percibe Un siglo después que Descartes, Gottfried Leibniz lanza dos enunciados, la teodicea y la monadología. Con la teodicea, Leibniz argumenta que Dios utiliza las matemáticas para calcular la mayor de las probabilidades en las que pudiera desarrollarse nuestro mundo, diciendo que vivimos en el mejor de los mundos posibles porque es el más equilibrado y perfecto, también el de mayor probabilidad, de lo que hay que fiarse porque la habría calculado Dios. Por su teodicea, Leibniz fue desconsiderado, muy especialmente por Voltaire, que en su obra Candide creó al personaje doctor Pangloss parodiándole, de ahí el adjetivo panglosiano, que viene a significar la presunta ingenuidad de quien cree que nuestro mundo es el mejor de los mundos posibles. Respecto de las mónadas, a las que considera las partículas ultérrimas del Universo, dice Leibniz que son los elementos humanos más simples que han podido desembarazarse de todo lo problemático.

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Leibniz produjo el mismo revuelo con su monadología que el que probablemente produjeron Demócrito y Leucipo con el átomo. Para Leibniz, el mayor problema humano es la relación entre mente y cuerpo, entre la razón y lo irracional, entre lo abstracto y lo concreto, lo que se traduce en la dificultad para identificar a la propuesta más útil de entre las posibles y en ejecutarla. Según Leibniz, mientras el cuerpo vive tiene memoria y como todo recuerdo condiciona la percepción del futuro, la relación existente entre el pasado y el futuro percibido nos hace darnos cuenta del presente, es decir, nos apercibimos del presente. Así se manifiesta el alma, el alma es apercibida y entonces nos damos cuenta del presente. El apercibimiento es la figura jurídica mediante la que el juez cita a alguien para celebrar un juicio, comunicándole qué le podrá ocurrir si no se presenta. Leibniz adopta esta figura jurídica para expresar que el espíritu hace las veces de juez, apercibiendo a la forma material mediante su conciencia y a través del alma, de ahí que tengamos la impresión de que si lo que hemos hecho está bien o mal. Leibniz asigna a la mónada la claridad, la consciencia y la percepción, a la vez que identifica al espíritu con la mónada. He aquí la diferencia, el apercibimiento es cualidad para el alma y la percepción pertenece al espíritu. Cuando el cuerpo muere y ya no existe memoria, el apercibimiento del alma se torna en percepción, así como el alma en espíritu. Cuando la percepción se hace universal aparece la mónada, ese espíritu capaz de percibir todo lo inmaterial existente en el Cosmos, toda causa es conocida por la mónada. Para Leibniz, el hombre es al alma como el espíritu a la mónada.

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Apercepción El alma Entre todos los mundos, Cualidad del alma se torna en Dios ha calculado el que para ser consciente del espíritu probablemente es el mejor, mundo en el que vive. y en ese mundo vivimos. Es la teoría de la El espíritu apercibe Teodicea a la materia a través del alma, cuyo vehículo Después es la conciencia. de la Leibniz muerte Monadología Percepción La relación mente-cuerpo Cualidad de la mónada es la más problemática. que le permite percibir El alma ya Mónada es lo queda después todos los mundos. no es apercibida, de que ya no exista cuerpo Es la universalidad porque lo percibe y cese la relación del gnosticismo todo 56.- Kant: el alma es un nóumeno El prusiano Immanuel Kant también asigna al alma la capacidad de pensar, en cambio niega que la razón humana pueda comprender al alma en sí misma, porque afirma que nuestra mente es incapaz de trascender la realidad inmaterial del alma. Según Kant, la actividad de pensar no tiene nada que ver con el alma, debido a que esta actividad la desarrollaría el cerebro y a que éste es materia, mientras que el alma es incorpórea, así que podríamos percibir al efecto y no a la causa. Desde el punto de vista kantiano, la intuición tan solo sería un reflejo de la realidad, que se tornaría objetiva por la sensación que produce en nosotros. Afirma Kant que no somos capaces de percibir esa realidad, nada podremos saber de una cosa en sí misma, tan solo nos resulta posible captar algo de su forma material a través de las sensaciones. En este sentido, Kant repite lo que ya afirmaba Descartes respecto de la percepción sensitiva, también adopta el criterio de Baruch Spinoza cuando afirma que tan solo a través de la sensación percibimos una

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parte del efecto producido por una causa, ésta tan solo existe en Dios y el ser humano capta parte de su efecto a través de la sensación. Análogamente y según Kant, nada podemos saber del alma en sí misma, su realidad es inalcanzable para la capacidad humana de pensar, cualquier realidad manifestada a través de sus reflejos o sensaciones es un nóumeno. Desde esta perspectiva, del alma tan solo podríamos percibir una parte en forma de sensaciones o nóumeno. El alma no puede ser comprendida por la razón Tan solo percibimos el efecto de la actividad del alma Percibimos al efecto como una sensación Immanuel La intuición solo es el reflejo de la realidad Kant es la parte perceptible de un efecto Nóumeno es una sensación El alma es la causa, a la que no tenemos acceso Cap 10.-El triple consejo 57.- Las tres premisas de Alice A. Bailey No falta quien afirme que los seres humanos desarrollamos capacidades en dos sentidos, la de adquirir conocimientos y la de llegar a ser sabios. Los conocimientos manifiestan al mundo de los efectos y la sabiduría al de las causas. La sabiduría es la capacidad y el conocimiento su instrumento, cuya relación podría semejarse a la del alma con el cuerpo. Como el mundo de los efectos nos resulta perceptible, es el más común entre nosotros, pero cuando se trata de las causas,

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necesariamente habríamos de penetrar en aquellos mundos comúnmente imperceptibles. Si admitimos la posibilidad de acceder a las causas, a diferencia de Kant, el alma podría ser comprendida por la razón y las causas pudieran percibirse, así, los mundos inmateriales se tornarían perceptibles y respecto de esta posibilidad, vendría bien recordar las tres sugerencias de A. A. Bailey en su obra “Tratado de Magia Blanca”, a las que se refiere con un verbo único, conocer, son estas: 1.-Conocer la realidad de los mundos invisibles 2.-Conocer el poder del pensamiento. 3.-Conocer científicamente a las dos anteriores. A continuación, penetraremos científicamente en ese conocimiento del alma y de la conciencia. 58.-Las tres premisas de Immanuel Kant Kant también utiliza el verbo conocer, como acabamos de ver que hacía Bailey, siendo tan explícito como ella cuando dice: El alma y también el desarrollo de la conciencia, consiste en: 1.-Conocer lo que debes hacer 2.-Olvidar lo has hecho y lo que eres 3.-Hacerlo La reflexión y la conclusión deberían ser personales. Cap 11.-Alma y neurofisiología 59.- Kant: un paradigma metafísico del alma Podríamos considerar que una teoría ejemplar es un paradigma, sin olvidarnos de que las raíces de la palabra paradigma son las mismas que las de demostrar, así que una hipótesis paradigmática pudiera demostrar la realidad mejor que otras.

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Con sus tres premisas, quizás Kant nos haya presentado un paradigma respecto del alma, expresándonos su convencimiento de que la metafísica es la inevitable necesidad del ser humano, porque desarrolla la capacidad para conocer lo que debe ser hecho y porque satisface una necesidad: la de descubrir. Por otra parte, también afirma que la metafísica es un discurso de palabras huecas, propias de las alucinaciones de un vidente. ¿Por qué Kant manifiesta esta contradicción acerca de la metafísica? Quizás porque observaba las muchas afirmaciones gratuitas e irreflexivas, carentes de argumentación y de lógica, a las que llamaban metafísica por ignorancia. Recordemos que Kant no cree en que podamos comprender la realidad del alma como causa, sino tan solo podríamos comprender parte de sus efectos y a través de las sensaciones. Quizás por esta razón el tema del alma sea escabroso, porque precise del esfuerzo por acallar sensaciones y así posibilitar la expresión de lo intangible, lógica y argumentadamente, entonces podría ser metafísica. 60.-El alma, la razón y el sistema nervioso Después de Leibniz y de Kant, los términos alma y espíritu continúan provocando confusión y debate, mientras unos afirman que la conciencia los relaciona, otros intentan justificar si el alma es mortal o no. Acabamos de observar que Kant justificaba la relación entre alma y espíritu mediante la razón, si esto fuese así, la conciencia se asentaría sobre la razón. A su vez, la psicología, la psiquiatría y la neurofisiología, afirman que la capacidad para razonar controla el sistema nervioso. Ha podido demostrarse que en un sistema nervioso desequilibrado predomina la fantasía, la imaginación y el deseo, mientras que otro sistema nervioso capaz de parar una acción para razonarla, sustituye la fantasía por la lógica y descubre cada día lo que tiene que hacer, para este segundo sistema no existe el hábito, porque se renueva en cada acto y así se manifiestan alma y conciencia. Este segundo sistema es el de la metafísica y se basa en averiguar qué es lo lógico.

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Diferenciar entre fantasía y lógica llevó a Descartes a afirmar que los animales se rigen por aquello que les infunde su propio instinto, mientras que en el hombre, el instinto se convierte en inteligencia porque piensa, o al menos es capaz de hacerlo. El instinto tiene su manifestación en el hábito, la inteligencia en la decisión renovada. Mallebranche, exagerando esta idea cartesiana, llegó a considerar que los aullidos de dolor de los animales cuando se les maltrata, no merecen mayor consideración que el chirrido de una puerta, no hay que sentir pena por ello, porque los animales carecen de sensibilidad y de alma, dice Mallebranche que no pueden pensar y por esa razón no son conscientes del dolor. alma inmortal Control del sistema nervioso. El espíritu La razón supera sobrevive al instinto al cuerpo Capacidad de inteligencia Dos criterios razonar Relación entre alma y espíritu instinto El espíritu no sobrevive al cuerpo Sistema nervioso incontrolado. El instinto supera a la razón alma mortal 61.- Partícula espiritual y partícula material Para Leibniz, el universo está constituido por partículas agrupadas y en movimiento. Una agrupación de partículas se mueve de forma distinta a como lo hace otra y por una razón: la manera en que se han agrupado, es decir, por su organización.

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Las diferentes e infinitas organizaciones de partículas determinan el espacio. Según Leibniz, tanto la materia como el espíritu son agrupaciones de partículas diferenciadas tan solo en sus organizaciones. Aquellas partículas que se mueven mecánicamente son materiales, las que se mueven por su propio principio son espirituales. Hoy disponemos de una ciencia que podría explicarnos mejor que antaño esos movimientos, porque puede demostrar que lo que llamamos materia y espíritu no son cosas tan diferenciadas, es la mecánica cuántica, a la que recurriremos a continuación. Haeckel afirmaba que el alma está en el átomo, Stromberg dijo que se encuentra en el campo eléctrico, Thomas Huxley que la conciencia no es materia ni energía, sino el resultado de una combinación entre ambas y Niels Bohr manifestaba: Tal vez en un cercano futuro volvamos a ver a la conciencia como la veíamos antes, como el alma humana. Para que una partícula espiritual se convierta en material ha de consumir energía, aquello que Anaximandro llamaba lo ápeiron, que sería el alma para nosotros, pero hablemos un poco de la energía. Si existen infinitas partículas y cada una tiene su propia energía, ápeiron o alma, la energía total tendría que ser infinita y según la teoría de la relatividad de Einstein, éste valor infinito de la energía acabaría plegando al espacio sobre sí mismo, hasta tal extremo que se formaría un agujero negro. Eso no ocurre, ¿por qué? Porque medimos la energía en términos relativos, o lo que es lo mismo, sabemos que existe una energía por sus efectos y es a estos a quienes medimos, así que nada podemos saber de qué ocurriría con una infinita energía. La consideración hacia los efectos y también hacia las causas, es como un círculo cerrado, es como una cascada de efectos y de causas a la que podríamos describir así:

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Al descubrir la causa de un efecto, enseguida nos damos cuenta de que esa causa es efecto para otra causa todavía no descubierta, así indefinidamente. Esta sucesión de causas y efectos ensamblados manifiestan a la conciencia y la fuerza de su cohesión es el alma. Cada causa y cada efecto tienen su propia energía, ¿de qué podría servir acumularla? Quizás para la autodestrucción, como el final de un agujero negro. Una energía infinita pliega si fuese verdadero ya nos habríamos extinguido al espacio en sí mismo la infinita contracción del espacio provocaría un agujero negro Al plegarse, el espacio es porque no sabemos se contrae infinitamente qué ocurre si fuese falso con una energía infinita y es porque medimos la energía en términos relativos Todas nuestras predicciones tienen la limitación propia de nuestra incapacidad para medir al espacio y al tiempo en términos absolutos, así que, todo lo que hablemos del alma, podría limitarse a la capacidad para captar una partícula espiritual o energía, con el fin de convertirla en materia. Esa partícula espiritual sería equivalente a una abstracción, la partícula material equivaldría a su concreción, vendría a ser la misma analogía que la establecida entre una propuesta y su realización efectiva. ¿Acaso no cuesta esfuerzo concretar? En ese esfuerzo se invierte una energía que es la voluntad de hacerlo, esta energía es lo ápeiron, el alma de las cosas, el anima mundi.

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A la capacidad de relacionar la energía con sus efectos se le viene denominando conciencia y parece que, a medida que la ciencia avanza, se considere cada vez con mayor relevancia la relación entre la conciencia y el alma, siendo más los científicos que hablan de ello, que los propios místicos. Aristóteles: el alma está en el corazón movimiento mecánico y Platón: el alma está repetitivo en el cerebro Energía partícula material Heráclito: el alma está Lo ápeiron en la sangre El alma Su relación es la conciencia Su energía es el ALMA Descartes: el alma está en la

glándula pineal Produce el partícula espiritual movimiento de partículas Fisher: el alma está en (Leibniz) movimiento el sistema propio y Marañón: nervioso originalidad el alma está en las hormonas Unamuno: esperaba ver al alma en el cielo, porque no la encontraba en la tierra. 62.-Las neuronas y la atención Un cerebro funciona distinto de otro debido a sus diferentes conexiones neuronales. Veamos cómo.

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Al decidir mover un músculo, se activa determinada región cerebral en la que cierto número de neuronas ya conectadas entre sí, aúnan su actividad para emitir un impulso eléctrico, que al combinarse con las secreciones y fluidos corporales constituye el impulso electroquímico que se transmitirá a ese músculo a través del sistema nervioso, haciendo que el músculo se mueva. Cuando pretendemos hacer algo, sea pensar, experimentar un sentimiento o realizar una acción, nuestro cerebro no funciona de la misma manera si lo que vamos a hacer es algo nuevo o ya estamos acostumbrados a hacerlo. Nuestro cerebro distingue perfectamente si se trata de una innovación o es un hábito. Si hacemos aquello que ya es habitual, existen grupos de neuronas conectadas entre sí que se activan para hacerlo, siendo siempre las mismas. En cambio, si lo que hacemos es novedoso, determinado número de neuronas desconectas entre sí hasta ese momento, empiezan a conectarse constituyendo una agrupación neuronal nueva. En el cerebro se habrá formado un nuevo grupo de neuronas para establecer contactos con los grupos neuronales ya existentes, que al emitir conjuntamente su impulso electroquímico, éste jamás podrá ser como los anteriores. Si el cerebro cambia sus impulsos eléctricos, los órganos secretores de hormonas también cambiarán las características de sus secreciones, un cambio se produciría en la totalidad de nuestro cuerpo aunque no lleguemos a ser conscientes de ello.

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Ese nuevo grupo neuronal ostentaría la polaridad positiva del impulso eléctrico, el resto de agrupaciones neuronales ya existentes constituirían la polaridad eléctrica negativa de ese mismo impulso. Aquella propuesta tendría su soporte físico en las neuronas recién agrupadas, mientras que las que ya lo estaban son las que mantienen el funcionamiento de todo el cuerpo y lo mueven, constituyendo la capacidad de hacer lo que se propuso. Consideremos que el número de neuronas del grupo nuevo es muy reducido respecto de la gran cantidad de las que ya están conectadas, sin embargo, las nuevas neuronas tienen la misma intensidad en su carga eléctrica que el resto, aunque de signo contrario, quizás por eso siempre nos cueste esfuerzo hacer algo nuevo. Quizás también por ese motivo los pioneros en una sociedad sean pocos, sin embargo acaban influyendo en todos, además, los innovadores suelen transgredir el orden establecido, su osadía no es irrespetuosa sino atrevida, son capaces de gestar hipótesis inéditas entre las que pudiera encontrarse aquella que es perfecta en su propuesta y en su ejecución. Una hipótesis correcta es aquella posible y útil. Para llegar a una correcta hipótesis se han tenido que formular muchas erróneas, todas con su propia lógica, todas parecían buenas, tan solo una acaba siendo la verdadera, siempre gracias a todas las demás. Cuando los grupos neuronales ya existentes se relacionan entre sí, provocan actos en los que predominan la inconsciencia, la repetición y la imitación, en cambio, si la relación se efectúa entre un grupo de neuronas nuevo y los otros ya existentes, el predominio es de la consciencia, cuya característica es el acto creativo. Siempre habrá una proporción de consciencia y otra de inconsciencia, por ese motivo hemos indicado que pudiera existir un predominio de una sobre la otra, desde esta perspectiva, la atención tan solo podría realizarse en el campo consciente y a través de un acto creativo. Además, un movimiento nuevo siempre se encuentra con el rechazo de los ya existentes, porque han de adaptarse y eso ofrece resistencia. Quizás por esta razón haya pocos artistas y muchos imitadores.

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63.-El alma como relación entre la consciencia y la inconsciencia Una neurona podría funcionar como lo hace el núcleo de un átomo de hidrógeno, el que sometido a la influencia de una energía con determinadas frecuencias, puede orientarse simultáneamente hacia sus dos polaridades. Este hecho merece ser considerado. Si la neurona pertenece a un grupo ya activado, estaría orientada hacia una única polaridad, pero se activarían simultáneamente ambas cuando sea un grupo neuronal nuevo el que le pase su propio estímulo eléctrico, de manera similar a como lo hace el núcleo del átomo de hidrógeno al ser estimulado. Estas podrían ser las bases de la actuación consciente y de la inconsciente, así como una posible explicación a la íntima dependencia entre las partículas materiales y espirituales de Leibniz, de la que nos serviremos para continuar con este trabajo, de manera análoga a como lo hacen científicos actuales empleando el término conciencia. El alma no se manifestaría en un acto consciente aislado, tampoco en el inconsciente, sino en la relación entre ambos. energía del tiene movimiento principio causa lo àpeiron propio partícula o alma materia agrupada forma tiene efecto material o movimiento Movimiento personalidad mecánico partícula mundo causa sin efecto oportunidad no agrupada inmaterial 64.-Restablecimiento cerebral Gracias a la mecánica cuántica sabemos que el núcleo de un átomo de hidrógeno puede orientarse simultáneamente hacia sus dos polaridades eléctricas, tal como acabamos de observar y esta es la base del funcionamiento de la máquina de resonancia magnética. Veamos cómo.

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Ante sonidos emitidos en determinadas frecuencias, los núcleos de los átomos de hidrógeno contenidos en la región del cuerpo que se pretende explorar, absorben esa energía sonora, excitándose y orientándose simultáneamente hacia sus dos polaridades. Cuando aquellos sonidos cesan, los átomos de hidrógeno excitados regresan a su estado normal, emitiendo entonces la energía que absorbieron.

Esta energía emitida no es la misma en cada átomo, lo que dibuja un espectro magnético que, al recomponerlo un ordenador, permite ver las estructuras internas del cuerpo que hemos sometido a estas frecuencias sonoras, facilitando grandemente un diagnóstico. Ramón y Cajal decía que somos escultores de nuestro propio cerebro, intuyendo en el XIX la posibilidad de reestructurar esa parte del cerebro dañada, de hecho, la neurofisiología actual ha podido comprobar cierta regeneración cerebral cuando el individuo se propone aquello que puede hacer, no un imposible, de manera que cada propuesta sea resuelta sin que ninguna proposición quede pendiente de realizar, así se genera nueva vida en un organismo y podrían hacerse cosas diferentes a las que se hacían, también diferentes a las que se hacen. ¿No podría consistir en esto la evolución? El efecto que produce en nuestro cuerpo una prueba por resonancia magnética, alterando temporalmente determinadas estructuras atómicas, podría servirnos para comparar qué ocurre en nuestro cerebro ante un grupo neuronal nuevo. Parece ser que las neuronas ya agrupadas se orientan en el mismo sentido del impulso eléctrico emitido por este nuevo grupo, adaptándose y siguiendo un mecanismo semejante al de la prueba por resonancia magnética, con la diferencia de que las nuevas neuronas emiten un impulso eléctrico y en la resonancia se emiten sonidos.

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Tanto el impulso como los sonidos son energías externas que inciden sobre estructuras ya existentes, cuyos efectos vienen a ser los mismos que el hecho de proponer lo que es posible y útil y hacerlo. Si alguna agrupación neuronal emitía un impulso incorrecto ahora cambiará, en ese cambio podría emitirse el correcto impulso eléctrico y si realmente fuese el adecuado, podría quedar sanada o restablecida la zona en la que influían aquellas neuronas. Si hacemos caso a las declaraciones de neurofisiólogos, psicólogos y psiquíatras, respecto del posible restablecimiento cerebral en aquellas zonas dañadas, parece que la clave para que este restablecimiento sea realidad resida en hacer lo que nos proponemos, según estos científicos no solo el cerebro experimentaría esta mejora, sino todo un organismo vivo. Como ejemplo de las actuales investigaciones sobre el posible restablecimiento cerebral, extraemos las declaraciones del cirujano Mario Alonso Puig durante una entrevista, en la que manifestó: Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos, alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial del que disponemos es la conciencia. Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación. Sin fe en sí mismo hay temor, el temor produce violencia y la violencia produce destrucción, por eso, la fe interna supera la destrucción. Si el cerebro humano se ha perfeccionado en unos cuantos millones de años, quizás haya sido este el motivo: ejecutar cada propuesta. Parece lo más lógico. Cap 12.-Alma, sensación y percepción 65.-El alma y las capas corticales del cerebro Esta relación tiene que ver con las conexiones entre las seis capas corticales del cerebro, de las que resaltaremos las de las capas 4ª y 6ª respecto de un acto consciente o inconsciente. Cuando se actúa mecánicamente, las capas 4ª y 6ª apenas están activadas, concretamente se observa que la capa 4ª tiene poca consistencia, mostrándose delgada y débil.

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En cambio, cuando funciona el sistema de propuesta y realización, cuando el individuo realiza aquello que se propone y por sus propios medios, esta capa 4ª se torna consistente y adquiere volumen, conectándose directa e íntimamente con la 6ª. Debido a: --que el sistema de propuesta-realización pertenece al grupo de actos meditados, decididos, mesurados y por lo tanto conscientes --que una propuesta todavía no realizada carece de estructura material, siendo inmaterial o espiritual --que toda realización supone forma en la materia, el sistema anterior de propuesta-realización conectaría lo espiritual con lo material y así podría definirse a la conciencia. Además, la energía invertida en cohesionar una materia pudiera ser el alma de aquella propuesta. Conclusión: el desarrollo de las capas corticales 4ª y 6ª conectándose íntimamente, podría ser una manifestación física del alma. rigen el relación acto inconsciente movimiento entre 4ª capa cortical activadas de las formas neuronas débil y sin materiales ya activadas conexión con 6ª rige la sensibilidad neuronas rige el alma relación acto consciente no rigen entre 4ª capa cortical por activar neuronas activas fuerte y conectada nada y otras por activar con la 6ª 66.- Cerebro y tálamo: la percepción Mientras era débil la conexión entre las capas corticales 4ª y 6ª, el hipotálamo actuaba como aislante entre el cerebro y el tálamo, pero cuando esta conexión se potencia, afirma la neurofisiología que el hipotálamo permite el paso de los impulsos eléctricos cerebrales hacia el tálamo, siendo entonces cuando el cerebro percibe en primer lugar, después demandará de los órganos sensitivos aquellos datos que requiera.

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Parece claro que la cualidad perceptiva conecte lo inmaterial con la materia a través del cerebro y también, que este genera ciertos impulsos eléctricos mediante sus conexiones neuronales, transmitidos vía tálamo al sistema nervioso para regir el metabolismo y el funcionamiento de un organismo vivo. Lo anterior permite establecer cierta lógica para afirmar que la relación del cerebro con el tálamo, instrumentalizada mediante la cualidad de la percepción y no de la sensación, podría determinar la manifestación del alma en un individuo.

La generalidad de nuestros cerebros funciona recibiendo datos sensitivos e interpretándolos, actuamos por reacción y de acuerdo a unos patrones que nos llevan a esforzarnos, bien para que no se repita aquella sensación o para que vuelva a suceder. Hemos acostumbrado a nuestro cerebro a la pereza, su actividad se lleva a cabo casi siempre después de recibir datos sensitivos y a través de hábitos repetitivos, a continuación los compara con los que ya tiene grabados y por último decide qué hacer, por eso somos lentos en pensar y rápidos en sentir. ¿Qué pasaría si invirtiésemos este sistema de funcionamiento de nuestro cerebro? ¿Qué ocurriría si pudiéramos evitar que nuestro cerebro consumiese energía sensitiva? 67.- Inversión entre cerebro y sensibilidad: el alma Hemos visto la posibilidad de que cuando el cerebro pida datos a los órganos sensitivos después de haber percibido, se desarrollase el sistema de la consciencia, cuyo soporte sería la percepción y no la sensación y que la percepción pudiera ser la manifestación del alma.

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Parece que esto no sea tan difícil, por ejemplo, leamos un texto de una veintena de renglones e intentemos expresarlo en cinco, sin copiar nada de lo leído. Al leer esos cinco renglones, seguro que se nos ocurre otra forma de decirlo y acabaríamos por reducir aquel texto a dos renglones quizás, o a uno. Ese único renglón pudiera ser la manifestación del alma del texto anterior. Actuando así generaríamos nuestra propia acción sin haber reaccionado ante nada exterior, quizás encontraríamos respuesta a las preguntas del apartado anterior. Nuestro cerebro no tendría que consumir la energía sensitiva sino la que le corresponde para percibir, sería como suministrarle a un coche de fórmula 1 gasolina baja en octanos. Tanto si actuamos de forma consciente mediante la percepción, o inconsciente porque usamos la sensibilidad, en ambos casos habría alma pero no conciencia, ésta tan solo existiría en el primero porque se habría relacionado algo inmaterial e inexistente, con aquello material y que ya existía para ser utilizado como instrumento, no como fin. Los neurofisiólogos estiman que el proceso habitual en el que rige la sensibilidad habría que invertirlo, quizás tengan razón y así el cerebro podría decirles a los órganos sensitivos: no me deis datos ahora, cuando los necesite os los pediré. De esta manera, los órganos sensitivos actuarían como y cuando les indicase el cerebro, mientras tanto permanecerían en silencio y no sería la actividad cerebral la que actuase tal y como les venga en gana a las sensaciones. Afirman diversos estudios que un minuto entretenidos en un pensamiento impregnado de sensaciones, debilita al sistema inmunitario durante seis horas. No encontramos más opciones, una u otra.

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1º.-El cerebro percibe y se activan nuevas neuronas consciente No hay sensación, sino percepción 2º.-El cerebro demanda datos sensitivos intuición ACTO creencia 1º.-Los órganos sensitivos reaccionan y emplean neuronas ya activadas inconsciente No hay percepción, sino sensación 2º.-El cerebro recibe sensaciones 68.-Percepción y alma, sensación y personalidad La posible inversión a la que acabamos de aludir, tiene gran importancia en el comportamiento de nuestro metabolismo, tanta que podría cambiar las secreciones hormonales y crear otras nuevas mediante un proceso de ionización, en el que unas sustancias de ionicidad negativa pudieran cambiar su polaridad a positiva y viceversa, hecho que provocaría un cambio radical en los impulsos electroquímicos cerebrales y en las secreciones hormonales, siendo quizás entonces cuando podría producirse la percepción en primer lugar y después experimentaríamos la sensación. Actuar perceptiblemente parece ser propio del alma para que intervenga primero y a través del cerebro, mientras que la actuación sensitiva pertenecería al resto, ese conjunto orgánico que piensa, siente y hace, al que llamamos personalidad y del que solo vemos su parte física. Quizás se haría realidad aquella afirmación de alguien que dijo evolucionar es transformarse y si Leibniz viviese ahora, probablemente se maravillaría de nuestra oportunidad para expresar su relación entre lo que llamó partículas espirituales y materiales. Si lo considerásemos así, ¿podríamos aprovecharlo?

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69.- ¿Qué es el alma y qué es la conciencia? El alma es la energía de un estado que se traslada a otro, en el que provoca la agrupación de las partículas allí existentes y a las que llamamos materia, cuando las detectamos. La conciencia es la capacidad para hacerlo y el ser es quien lo hace. Así pudiera resolverse la eterna duda de Hamlet. Captar es percepción y manifestar lo captado es acción. Esta acción es un pensamiento, un sentimiento o un movimiento del cuerpo físico. A la capacidad de captar la denominamos atención y a la de manifestar lo captado, realización. La atención es cualidad del alma y la realización de la personalidad. Si la capacidad de captación se desenvolviese más allá de la actividad de pensar, pudiera sobrevenir el místico estado de serena expectación, de contemplación del alma o el de iluminación. captar percepción partícula espiritual comprender Su relación es la conciencia capacidad de captar atención partícula material capacidad de realizar

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Cap 13.-Alma, psicología y ciencia 70.-La muerte del alma y las tres linternas de Quevedo La dualidad espíritu-materia ha podido crear los conceptos del alma y de la conciencia, a los que Quevedo explica mediante la analogía de las tres linternas: “… las tres contienen una lumbre de la misma intensidad, una es de hierro y no alumbra, otra de hueso y alumbra con luz poca y turbia y la tercera de cristal, alumbra con luz clara y mucha” Las tres tienen alma, solo la tercera posee conciencia a la que Quevedo considera como la capacidad para iluminar, entendiendo a la iluminación como el conocimiento de la verdad o como el hecho de ser conscientes de la realidad, pudiera ser cuando las capas corticales 4ª y 6ª se hayan conectado, tal como vimos anteriormente. La idea de Leibniz respecto de que las partículas materiales carecerían de principio propio, a diferencia de las espirituales, son semejantes a las de Quevedo respecto del alma, de la memoria y de la voluntad, el que en su obra Providencia de Dios expresa: La memoria es depósito y la voluntad elección En un comentario sobre la relación de Quevedo respecto de la memoria y la voluntad, alguien dedujo: Si no te permito elegir no podrás ejercer tu voluntad sino la mía, tu memoria almacenará actos que dependerán de mí y no de ti. Así te quitaré el alma. Este depósito al que se refiere Quevedo sería el conjunto de conocimientos y también las partículas materiales de Leibniz, mientras que la voluntad para elegir supone algo novedoso y relacionado con las partículas espirituales. El alma tendría algo que ver con la relación entre ambas partículas y por lo tanto entre la memoria y la voluntad. Quizás pudiera ser este uno de los mecanismos usados por unos para subyugar a otros, no importa en qué tiempo.

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71.- Víctor Hugo y la universalidad del alma Los estoicos han llegado a sustituir a Dios por su idea del alma. La filosofía escolástica afirma que el alma es una creación directa de Dios y en el Renacimiento, tanto se desatiende a la idea del alma universal como se cree en un principio único o hálito de vida, animador y vitalizador de todo lo que existe, llegando a exclamar Víctor Hugo: Cuando peco, la humanidad entera peca en mí Rescata así Hugo al anterior concepto del orfismo respecto de la universalidad del alma y también de que, lo realizado por un individuo, concierne al grupo. Regresa una vez más la sustancia universal del gnosticismo. 72.- El alma, el movimiento y la lógica: Heidegger Martín Heidegger dice que: Metafísica es una afirmación original y razonada que merece ser tenida en cuenta a partir del momento en el que se hace. Heidegger afirma que la metafísica supone el olvido del ser en cuanto a lo que ya es, lo que nos recuerda a Kant y a sus tres premisas, así se posibilita la captación de nuevos conocimientos que originarán nuevos pensamientos, dice Heidegger que en este movimiento hacia delante consiste el alma, es la energía que lo impulsa. Este filósofo alemán que vivió a caballo entre el XIX y el XX, vaticinó el desastre en la metafísica por culpa del lenguaje y porque se sustituía el razonamiento por la afirmación, como si afirmar sin más fuese constitutivo de la verdad, decía que: El problema de la filosofía no es la verdad, sino el lenguaje Martín H. entiende que el alma es la relación entre el espíritu y el cuerpo, siendo necesario algún tipo de movimiento para que se lleve a cabo esta relación y que ese movimiento tan solo podremos provocarlo con la lógica. Heidegger también deduce que la lógica es el instrumento del alma, a la vez que adopta el sentido ontológico de la metafísica.

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Ante la lógica caben dos opciones, o se atiende a la lógica de otro o a la propia. En el primer caso podríamos encontrarnos con la deducción de lo afirmado por Quevedo y permitir que se mate al alma. En el segundo habría que asumir el riesgo a equivocarse. Para Heidegger no es metafísica lo que carece de originalidad, ni tampoco lo que simplemente se afirma sin un razonamiento que facilite su comprensión, tampoco es metafísica lo que pudiera ser un motivo de fe, porque no responde al por qué, porque constituye un acto repetitivo o porque simplemente es un plagio. 73.- La lógica en la metafísica: Hegel, alma y mayéutica Ya vimos a Sócrates institucionalizar la mayéutica preguntando y respondiendo repetidamente hasta llegar a la razón o logos, germen de la idea de Platón, su discípulo, que definió al logos de su maestro como el paradigma de las cosas, o idea. Aristóteles recogió el testigo y expresó su entelequia, origen de la posterior metafísica, también Séneca observaba que “la razón es la verdadera naturaleza del alma”. Sócrates, Platón, Aristóteles, Séneca, …, nos hablan de la lógica como instrumento necesario para la metafísica, así como también otros, por ejemplo Friedich Hegel, crítico con Kant, con Fichte y con la ontología de Heidegger. Hegel fue uno de los que aportaron la lógica a la metafísica medieval, desde entonces, la metafísica es inseparable de la ciencia de la lógica, constituye un sistema que permite relacionar a lo subjetivo con lo objetivo, con la lógica se intenta resolver el enigma de Aristóteles eligiendo de entre lo subjetivo, aquello que pueda ser realizable, después pasar a la acción. Mayéutica-Sócrates Logos original y subjetiva Idea - Platón paradigma Martin Heidegger La ciencia Y metafísica es de la ALMA Friedrich Hegel una afirmación lógica Entelequia-Aristóteles enigma razonada y objetiva Razón - Séneca causa

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74.- Schelling y el paradigma del alma Estamos observando que el orfismo y sus derivaciones persisten hasta nuestros días por una de sus más extendidas, comunes y aceptadas características: la universalidad. Con la universalidad se ha ido formando una doctrina basada en que, el mundo material y el inmaterial, forman parte de un todo viviente y orgánico, esta es la filosofía del organicismo que contó entre sus adeptos a Giordano Bruno, quemado vivo por afirmar que existen infinitos mundos, también fue organicista Friedrich Schelling. Schelling desglosa en dos a la filosofía natural aristotélica, ha sido uno de los analistas del origen de la maldad humana y de las características del alma, ello quizás le llevó a concebir una filosofía negativa y otra filosofía positiva. Con la filosofía positiva, Schelling intenta concretar cómo podría llegarse a la partícula espiritual de Leibniz, con la filosofía negativa establece la posibilidad de llegar a la partícula material, o lo que es lo mismo, la capacidad de razonar una propuesta y elegirla entre varias es filosofía positiva, la otra capacidad para llevarla a cabo se resuelve mediante la filosofía negativa. Para Schelling, una mala elección respecto de las dos filosofías provoca el mal, la elección correcta facilita el bien y es la manifestación del alma, convirtiendo en acción a lo que fue una idea y en material a una partícula espiritual, decía que la correcta elección es el paradigma del alma. En su época, Schelling no contaba con los conocimientos actuales sobre electricidad, polaridades o magnetismo, tampoco sobre el orbital y el núcleo de una estructura atómica, a pesar de ello, atribuyó a la filosofía negativa las actitudes propias del mundo material y a la filosofía positiva las del inmaterial o espiritual, reduciéndolas ambas a lo más pequeño e insignificante: la acción propia individual fraccionada en dos capacidades, la de proponer y la de hacer Las mismas capacidades a las que Leibniz denominó partícula espiritual y partícula material. Otra curiosa coincidencia entre las que se repiten en el tiempo.

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75.- El alma y la energía del movimiento: el trabajo Antiguamente se consideraba que el alma es la causa del movimiento en los seres vivos, cuyo instrumento es la capacidad de pensar, la razón decían hace veintitrés siglos, el intelligere según Tomás de Aquino o el cogito para Descartes. Parece que el legado filosófico consista en que el alma es inherente a la actividad de pensar. Todo movimiento consume energía en su realización, al alma como energía no se la identifica respecto de cómo se mueve sino en qué espacio lo hace, desde qué parte inmaterial se inicia y hasta qué parte material llega, ese es su espacio. A mayor distancia entre los extremos, mayor energía a consumir y mayor velocidad en recorrerlos. Martin Heidegger relacionaba al movimiento con el trabajo y el esfuerzo, equiparando a la voluntad con la energía invertida. En el siglo XX, Wilhelm Reich construyó dispositivos con los que intentaba demostrar y medir la existencia de esa energía que genera cualquier movimiento, en cualquier lugar y en todos los seres, llegando a afirmar que, si se bloquea, cesa el movimiento y llegan los trastornos físicos y psicológicos para el ser humano. Reich consideraba movimiento toda actividad humana como pensar, sentir o hacer, siendo única la causa de los tres, el alma, esa energía a la que intentaba cuantificar. Cap 14.-Alma y libre albedrío 76.- Energías del alma y de la materia Veamos cómo podríamos expresar concretamente a esa energía del alma y materializarla mediante un sencillo proceso científico, en el que pudiéramos ver cómo esa energía varía dependiendo de si ha producido una agrupación de partículas o no. Imaginemos que disponemos de dos vasos, uno de ellos lleno de átomos de hidrógeno y de oxígeno no combinados, el otro conteniendo a los mismos átomos agrupados en moléculas de agua.

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2 átomos de hidrógeno 1 átomo de oxígeno

La energía del vaso con los átomos desagrupados es mayor que la del que contiene agua, lo que demuestra que toda agrupación de partículas es un movimiento que ha consumido energía. Observando a la molécula de agua nos daremos cuenta de un curioso detalle: los átomos de hidrógeno se disponen siempre en un ángulo de 45º respecto del centro del de oxígeno. Siempre y en todas las moléculas de agua.

Podríamos deducir que la energía del alma se transforma en masa cuando toma forma en la materia, así nos ha enseñado Einstein a relacionar la energía con la masa mediante la velocidad de la luz, según él, si una masa viaja a mayor velocidad que la de la luz se transforma en energía, y viceversa cuando la velocidad desciende por debajo de la de la luz.

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Si nuestros ojos no pueden ver lo que se mueve a la velocidad de la luz, precisamos de la percepción si hablamos del alma, de nada nos sirven nuestras habilidades sensitivas. 77.- La oportunidad y el alma A los átomos no los vemos con los ojos, al agua si. Llamamos percepción a la cualidad de ver a esos átomos y la sensación es la capacidad de ver a los mismos átomos pero agrupados. Si percibiésemos a los átomos desagrupados también podríamos saber de la oportunidad de agruparlos y formar materia, así tendríamos el agua u otro elemento material. Vamos a tratar de explicar esto. Nuestros órganos sensitivos son incapaces de revelarnos la existencia del hidrógeno o la del oxígeno, que son átomos desagrupados, en cambio si que nos avisan de que hay agua, que es una agrupación de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, recordándonos aquellas sensaciones que ya tuvimos con el agua. La sensación es el recuerdo de la experiencia pasada y referida a una materia, es decir a átomos agrupados, mientras que la percepción supondría la posibilidad de captar la existencia de átomos desagrupados, todavía sin formar materia, por lo que serían imperceptibles por nuestro equipo sensitivo, esto podría ser la intuición. Según la neurofisiología, con el cerebro se percibirían los átomos desagrupados y en su mundo inmaterial, es decir, lo que nos proponemos realizar, siendo la conciencia la que captaría la necesidad de que se forme una materia y formarla. Si la conciencia fuese el don de la oportunidad, la energía invertida en hacer lo propuesto pudiera ser el alma. 78.- El alma como espiritualización de la materia La capacidad para diferenciar la percepción de la sensación aumenta la actividad cerebral, también la sensitiva, manteniéndose el cerebro como regente porque sus impulsos serían cada vez más potentes. Dice la neurofisiología que con cada propuesta se crea un nuevo grupo de neuronas que se conectará con los ya existentes, siempre que aquella propuesta se haya realizado efectivamente, hecho que

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aumenta el número de neuronas activas y también la capacidad cerebral, provocando que todas aquellas relaciones del cerebro con el tálamo se intensifiquen, tal como ya vimos en los apartados anteriores. En este proceso podría consistir la percepción consciente, esa energía o anima que introduciríamos en nuestros cuerpos y que quizá fuese el modus operandi para la espiritualización de la materia, tema que volveremos a considerar en el apartado 92. Si con la percepción cerebral se crea algo material cada vez que una propuesta es ejecutada, la materia se renueva incesantemente y, para ello, la materia que ya existe se tendría que desintegrar en sus componentes, transformándose en energía una parte de la masa, tal como nos enseña Einstein. Podríamos decir que la materia se espiritualiza. ¿Cómo podría iniciarse este proceso? Quizás ejerciendo el libre albedrío, tomando decisiones por sí mismo y autónomamente, buscando aquellas propuestas que sean posibles y en las que, tan solo, queden implicados el ser que propone y la materia de que dispone, porque en cuanto se requiera de otros para hacer lo que uno piensa, pudiera existir cierto grado de incapacidad en la propuesta, eso no se correspondería con el libre albedrío sino en aprovecharse de la buena voluntad de los demás para hacer la nuestra. 79.- El libre albedrío y la realidad cuántica Por libre albedrío entenderíamos la capacidad para elegir la causa de lo que hacemos. Allá por el siglo XV se debatía sobre el libre albedrío afirmando que toda causa es decisión de Dios, por lo que se privaría al ser humano de la capacidad para elegir, argumento que no era admitido así por todos los pensadores y filósofos. Esta controversia fue resuelta por la iglesia católica mediante el siguiente comunicado: Todo suceso tiene una causa y una finalidad como principio y fin, todas ellas decididas por Dios, el hombre dispone del libre albedrío comprendido entre ambas

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Imaginemos una línea, tiene infinitos puntos, carece de principio y de fin. El libre albedrío vendría a ser la capacidad y la libertad para observar a cualquiera de los infinitos puntos de la línea, a ese punto observado le llamamos realidad. Esa realidad no puede ser aceptada como tal por el físico cuántico, porque un punto nunca podrá definir a la línea y porque lo real es la línea, no el punto. Si el sentido común lo hemos confeccionado observando a un solo punto, la mecánica cuántica demuestra que estamos equivocados. Para la mecánica cuántica la única cosa real es la línea, mientras que el punto es tan solo el resultado del libre albedrío, porque es el resultado de una observación y hay infinitas posibilidades para observar. La línea es a la función de onda como el punto al colapso, en el que interviene un observador. Pues bien, de la misma manera que todos los puntos han de permanecer unidos para formar a la línea, las posibles “realidades” observadas permanecen unidas de alguna manera y esa unión precisa de una energía, la misma energía que mantiene confinados a los protones en un núcleo atómico, o a los electrones en un orbital. La gravedad tiene mucho que ver con esa energía. Con la mecánica cuántica hemos descubierto que somos incapaces de describir al mundo físico, del que tan solo podemos emplear alguna información sobre él, es como pretender describir a todos los infinitos puntos de la línea, no es posible hacerlo, sin embargo disponemos del libre albedrío como único medio que nos permite saber algo de esa línea. Se ha calculado el tiempo medio que haría falta para que se forme un átomo, es de 100 millones de años, ¿podemos imaginar el tiempo que empleamos en realizar nuestro libre albedrío, cuando exista? Es como invertir los 100 millones de años en ver a un solo punto de la línea, cuando ésta tiene infinitos puntos, de manera análoga, el mundo material también está formado por muchos, por muchísimos átomos, sin embargo existe una energía que los mantiene unidos formando conglomerados de hierro, arcilla, sílice, bosques, animales o seres humanos y esta energía nunca cesa, porque en todos los reinos se experimenta la tendencia hacia la agrupación, cuya energía es el alma y el libre albedrío su instrumento.

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Cap 15.-Alma y partículas: una argumentación científica 80.- Alma y conciencia, bosones y fermiones La supersimetría es un concepto científico que supone la existencia de una partícula de fuerza para que otras partículas de materia se asocien con ella. A la partícula de fuerza se le denomina bosón y a la de materia fermión. El bosón sería a la partícula espiritual de Leibniz como el fermión a su partícula material. El bosón sería a la filosofía positiva de Schelling como el fermión a su filosofía negativa. El bosón sería al alma racional de Platón como el fermión a la irracional y así podríamos encontrar muchas otras semejanzas… Cuando dos o más fermiones se agrupan forman materia, habiendo invertido en ello parte de la fuerza de los bosones, este es el sentido práctico de la supersimetría. Desde nuestra perspectiva, la supersimetría podría tener algo que ver con la conciencia, porque confiere estructura material a algo que no la tenía y porque relaciona lo inmaterial con la materia. Podríamos deducir que la conciencia es la capacidad para relacionar bosones entre fermiones, así como que el alma sería la energía de un bosón consumida para que los fermiones se asocien, formando materia. El alma no sería la propia energía del bosón sino la invertida en agrupar fermiones. Si admitimos esta analogía entre el alma y el bosón, podríamos preguntarnos ¿que es lo que caracteriza a un bosón? Al bosón le caracterizan dos capacidades, la de transmitir energía a los fermiones y la de conferirles masa. Como ejemplo, el fotón es un bosón y su energía es la electromagnética. Así pues, para que protones y electrones formen un átomo, hacen falta bosones que confinen en el núcleo a los protones y en el orbital a los electrones. A esa capacidad para relacionar bosones con fermiones podemos encontrarle similitudes respecto de la conciencia y también del alma, porque hay una energía causante de la materia, la energía del bosón, así como también existe un fermión dispuesto a absorberla que, al combinarse ambas actividades, se forman átomos y toda agrupación atómica es materia.

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81.- Causa y efecto: el carbono como origen de la vida Hoy podemos afirmar que las estrellas están formadas por núcleos de hidrógeno, por protones. Su elevada temperatura y gravedad hace que dos de estos núcleos puedan fusionarse formando helio, del que la mayor parte combustiona en la superficie estelar y del restante llega a formarse berilio, fusionándose dos núcleos de helio. Al quemarse helio disminuye la cantidad de protones en la estrella y menguan su temperatura y gravedad, condiciones idóneas para que algunos núcleos de átomos de helio que aún quedan se fusionen con otros de berilio, formándose carbono. Este carbono recién formado se encuentra en capas del interior de la estrella y no podrá quedar libre hasta que explosione, tal como una supernova. Cuando explosiona, se libera al espacio el carbono formado y así comienza la vida orgánica, agrupándose átomos de carbono. Se calcula que el proceso que se sigue en las estrellas para que sea liberado el carbono formado, dura 10.000 millones de años. ¿Podemos imaginar la tremenda energía consumida en este proceso? No, no podemos imaginarla, al cabo de este tiempo todavía no se habría formado ningún elemento orgánico que genere a la vida que conocemos. Estos procesos de la formación del carbono se producen por la gravedad, esa fuerza que se manifiesta como una tendencia constante y universal hacia la agrupación, en todos los seres de todos los reinos y en todos los tiempos, así se ha formado helio, después berilio y por último carbono. Todavía no hay vida en ese carbono. Nuestro universo y el cosmos experimentan movimientos alternativos de contracción y expansión, ahora nuestro universo se expande pero se prevé la contracción cuando la fuerza expansiva cese, tanto podría contraerse que llegaría a colapsar en agujero negro. La fuerza expansiva, también constante y universal como la contractiva, fue ratificada en 1.998 al observar que las supernovas cambiaban su radiación, coincidiendo estos cambios con las frecuencias que van desde el azul hacia el rojo, fenómeno denominado como corrimiento al rojo y que significa que la estrella se aleja de la Tierra, porque sabemos que el rojo tiene menor frecuencia

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que el azul y porque la luz emitida por la supernova sigue siendo la misma, aunque no la veamos igual desde nuestro planeta. El corrimiento al rojo ha rescatado la constante cosmológica de Einstein, esa fuerza que expande al cosmos y a la que él mismo consideró el mayor error de su vida. Si todo eso que llamamos materia, también vida, se origina a partir de los núcleos del hidrógeno, podría haber cierta relación entre el alma, como causa, y este proceso, como efecto, así como entre esos núcleos del hidrógeno y los bosones, o entre la materia y los fermiones. 82.- Oportunidad de la materia y las dos fuerzas del alma Sería un error considerar a la fuerza gravitatoria y a la expansiva por separado, ya que ambas están en constante interacción, aunque una supere a la otra en algún momento, como es el caso de nuestro actual universo, que no sería el que es si una de las dos fuerzas cambiase un ápice: --se calcula que si la masa del protón fuese tan solo un dos por mil mayor, los protones formarían neutrones y todos los actuales átomos se desestabilizarían, desintegrándose y adaptándose a nuevas formas, es decir, sería otro mundo habiéndose desintegrado el nuestro. Tengamos en cuenta que la masa de un protón, en gramos, es de 1,6726 10-24. Podríamos afirmar que nos resulta imposible apreciar la variación del dos por mil en una masa tan pequeña. Así pues, para que nuestro universo sea como es, la fuerza gravitatoria y la expansiva han de relacionarse. Curiosamente observamos que la fuerza característica del electrón es la gravitatoria o contractiva, mientras que la del protón es la expansiva. La estructura atómica y por lo tanto de la materia, no existiría sin la relación entre protones y electrones, sin la existencia de ambas fuerzas. La fuerza electromagnética es la característica de la estructura atómica, pero ¿cómo se forman el protón y el electrón?

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Parece que existe un agente que combina a dos quarks up y uno down para formar un protón, en el que predomina la carga eléctrica positiva asociada a la fuerza expansiva. También parece que ese agente hace lo mismo con dos quarks down y uno up para que se forme el electrón, en el que predomina la electricidad negativa y la fuerza contractiva o gravitatoria. Los protones y los electrones se asocian y forman a un átomo. ¿Qué sabemos de quién o de qué aporta los quarks? Esta pregunta la responderemos argumentadamente más adelante. Se ha calculado el tiempo medio que hace falta para que dos átomos se asocien, es de unos cien millones de años, ¿cuánto tiempo habrá hecho falta para que se forme nuestro universo?, también se ha calculado en unos 13.700 millones de años. A pesar de haber invertido tantísimo tiempo en todo esto, la materia que percibimos, incluidos gases y líquidos, es apenas el 4% del total. Las sensaciones no pueden detallarnos más allá de ese 4% de lo que existe, por eso el físico cuántico no acepta que ese pequeño porcentaje sea la realidad, ¿no sería más real el 96% que se nos escapa? De ese 96% podría decirnos algo el cerebro mediante la percepción de aquello que todavía no está agrupado como materia, de lo que aún no tiene forma siquiera de sensación. Ante semejante inmensidad, tan solo exclamamos ¡bienaventurados por disfrutarla! 83.- ¿El final del alma? La teoría del Big Bang afirma que nuestro universo es el resultado de la impresionante, fantástica e inimaginable expansión de una partícula, proceso llamado inflación por los científicos. Si aquella partícula tuviera el tamaño de una canica, se hubiera expandido instantáneamente en un volumen equivalente a 10 millones de veces la Vía Láctea. Como nuestro universo no tiene ese tamaño, quiere decir que cuando estaba contraído era mucho, muchísimo más diminuto que una canica. Esto es imaginariamente brutal ¿verdad? Aquella fuerza contractiva habría comprimido tanto a lo que era nuestro universo antes del Big Bang, que lo habría reducido al

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tamaño de una partícula subatómica, cuyo estudio le corresponde a la mecánica cuántica. También se afirma que es la física cuántica la encargada de estudiar la evolución de nuestro universo y no sólo eso, sino que es la única teoría capaz de hacerlo, al menos hoy por hoy. Leonard Mlodinow y Stephen Hawking, en su obra El gran diseño, definen a la teoría cuántica como: Aquella en la que los objetos no tienen una sola historia, sino todas las posibles historias Consideremos que ahora nuestro universo se expande y que antes del Big Bang se estaba comprimiendo. Deducimos que en otro momento empezará a comprimirse de nuevo, pues parece que se vayan alternando los movimientos expansivo y compresivo. Si esto es así, el final de la actual energía que nos vivifica se produciría en el momento que cesase su expansión y comenzase su compresión, se haría realidad el aumento de la masa de los protones y la desestabilización atómica, bajo estas circunstancias desaparecería nuestro actual universo y nosotros con él, después comenzaría otra expansión y así indefinidamente. Si cambia la combinación entre las fuerzas expansiva y contractiva, también cambiará la energía, lo que ahora llamamos causa sería otra ahora, otra alma, con otras formas materiales y otros mundos, porque es seguro que este ya no. Así pudiera ser el final de la actual alma y el inicio de la siguiente 84.- El alma y la renovación, el solipsismo y la imitación Hemos originado y nos hemos acostumbrado a muchas formas de egoísmo, desde la necesidad de sobrevivir hasta el de un ideal. En el extremo del idealismo llegamos a concebir la idea de que tan solo existe nuestro propio yo, que los demás son una imagen reflejada en nuestra mente y que la realidad es solamente mi propio yo, mi ideal, de esta manera afirmamos con Descartes “pienso, luego existo”. El solipsismo es la filosofía que reduce la realidad del mundo al conjunto de sensaciones proporcionadas por nuestros sentidos. Para el solipsista todo lo demás es irreal e imaginario, es una ilusión mental.

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Interesa resaltar que, en el solipsismo, la sensación es más importante que el pensamiento y desde esta perspectiva cabría preguntarse ¿quién no es solipsista en alguna medida? Si el alma fuese la energía que vivifica todo movimiento y la conciencia la capacidad de aplicarla, nuestra alma sería solipsista en algún grado, porque nos nutrimos de ideas que son reflejo de sensaciones y porque un individuo, muy poco o nada puede saber de las sensaciones de los demás, tan solo por empatía, por reflejo y el reflejo no es lo real. Creemos que nuestras ideas son propias, sin embargo, al aplicarles la mayéutica, es decir, la atención, comprobamos que ya existían antes de que nosotros las pensáramos y que forman parte del entorno en el que vivimos, tan solo captamos una pizca y este pudiera ser el proceso del solipsismo, que empieza por la sensación y acaba cuando se comprende que hay algo más que lo sensitivo. Hablar del alma podría ser muy limitado desde la sensación, por ese motivo intentamos hacerlo desde otra perspectiva. Parece inevitable ser solipsista en alguna medida, pero si nos aventurásemos a que nuestras ideas fueran cada vez menos el reflejo de sensaciones y de impresiones, si resolviéramos aplicar el libre albedrío y la mayéutica a cada cosa que hacemos, quizás facilitaríamos que una idea tuviese menos dependencia del entorno, nuestra acción no sería resultado de una reacción y se renovaría constantemente, en esta renovación se manifestaría el alma invirtiéndose su propia energía. De la otra forma tan solo se repite la misma estructura material, lo que nos induce a la imitación. 85.- ¿El secreto de la inmortalidad? La mecánica cuántica tiene su base en las hipótesis lógicas, aunque no en el sentido común, entre ellas es clásica la del hijo que envejece más que su madre: La madre pasa 30 años en un avión que viaja a la velocidad de la luz. Cuando regresa a tierra su hijo será 30 años más viejo y para ella tan solo habrían pasado 10. Si al subir al avión la madre tuviese 28 años y su hijo 10, después del experimento el hijo tendría 40 años y la madre 38. ¡La madre sería dos años más joven que su propio hijo!

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Todo sistema que se mueva envejece más despacio, esta afirmación no es hipotética sino verificada, ello significa que el movimiento origina formas materiales nuevas que sustituirán con mayor rapidez a las ya existentes, sería como si la próxima vida la estuviésemos viviendo ahora o como vivir el futuro en el presente. Esto es realidad para la mecánica cuántica. --Si nuestros actuales movimientos tienen su origen en el mundo de las sensaciones. --Si la sustancia de una sensación es más másica y densa que la sustancia mental --Si la mente se mueve más deprisa que el mundo sensitivo --Si la mente es más energética que la sensación --Y si nos regimos por la mente y no por la sensibilidad Conclusión: el cuerpo envejecerá más lentamente, como el de la madre, porque nos moveríamos a mayores velocidades. Si imaginamos este proceso al infinito ¿qué resulta?: la inmortalidad. Cap 16.-Alma y mecánica cuántica 86.- El alma, la velocidad y la percepción: el fractal Es lógico pensar que al recorrer un camino a pie nos daremos cuenta de más detalles que si lo hacemos a 300 kilómetros por hora. Desde la perspectiva cuántica: estamos equivocados. Lo que nos parece el más elemental de los sentidos comunes es falso en cuántica, porque al aumentar la velocidad el tiempo es más lento, se dilata dicen los físicos y así lo declara el ejemplo anterior de la madre y del hijo. La física cuántica afirma: cuanto mayor sea la velocidad de un movimiento, mayor será la capacidad de “percibir” los detalles Es como si captásemos todo lo que puede ver una hormiga moviéndonos a velocidad supersónica. Esta afirmación de la cuántica sabemos que está fuera de toda lógica común, sin embargo es la que mayor probabilidad tiene de ser cierta, según los experimentos al efecto que así lo muestran y demuestran,

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en cambio, la probabilidad de que yendo despacio nos demos cuenta de más detalles, se habría reducido prácticamente a cero. Es lo que se denomina un caso fractal, lo curioso es que nuestro cerebro es un órgano fractal. Desde este punto de vista y debido a la energía sensitiva que consumimos habitualmente, la velocidad con la que realizamos nuestras propuestas es mucho más lenta que si consumiésemos energía mental. Podría ser la diferencia entre un antiguo motor a vapor y un moderno fórmula 1. Si percibimos usando de la energía sensitiva, todos nuestros movimientos dependerán de los órganos sensoriales y serán ellos los que pondrán en marcha al cerebro, de tal manera que la actividad cerebral sería un reflejo de la sensible, tal como dice el solipsismo, al que ya observamos anteriormente. En cambio, si invirtiéramos el sistema, si usáramos energía mental y fuese el cerebro quien se activase en primer lugar, podría aumentar la velocidad de nuestros movimientos y la percepción ya no sería sensible, sino mental. Nos habríamos convertido en esa hormiga que se mueve a gran velocidad, sin dejar de apercibirse de los más recónditos detalles. Al haber cambiado la energía con la que nutrimos nuestro movimiento, habría cambiado nuestra alma y ello tendría que propiciar también un cambio en nuestro cuerpo. No seríamos los de antes, de hecho, no somos los de antes, porque hemos aumentado la velocidad del cambio y el mundo también. Hablar del alma es hacerlo sobre un caso fractal y la mecánica cuántica tiene algo que aportar facilitando su comprensión. 87.-El alma y la luz: catástrofe ultravioleta Uno de los símbolos atribuidos al alma es la luz, sobre la que sería conveniente considerar algo acerca de su intensidad. La física clásica y también la lógica común, dicen que si se aumenta la frecuencia de una radiación luminosa, la intensidad de la luz emitida también aumentará proporcionalmente. Sería como la diferencia entre lo que ilumina una bombilla de 15 watios y otra de 300.

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La física clásica, también llamada newtoniana, postula que el aumento ilimitado de la frecuencia de la luz haría que su intensidad aumentase hasta el infinito. En ese punto de infinita frecuencia e intensidad, una materia perdería su temperatura absoluta, desintegrándose, fenómeno conocido científicamente como catástrofe ultravioleta. Esta afirmación no es un hecho empírico para la física clásica, sino una hipótesis, un postulado basado en lo que supone la física de Newton, sin haberlo podido demostrar. Pues bien, la física cuántica si que demuestra que esta hipótesis newtoniana es errónea, porque se comprueba experimentalmente con partículas: al aumentar la frecuencia de una luz, disminuye su intensidad lumínica De manera que la catástrofe ultravioleta no existe y es falsa en el mundo de lo microcósmico, es decir, en el mundo de las partículas que forman eso que llamamos materia. Ahora enlacemos lo anterior con una mística afirmación de las filosofías orientales: la visibilidad del antakarana. Estas creencias relacionan la luz del alma con el antakarana, ese arco luminoso que, según afirman, se forma en la cabeza del ser espiritualmente avanzado. Según nuestra capacidad visual común, la elevada frecuencia en la que se produciría el antakarana nos impediría verlo, así que quizás estemos esperando en vano ver esa luz en la cabeza de alguien cuando no nos puede resultar visible, quizás si perceptible. Este puede ser un reto sobre el que cada cual decidirá. 88.- El salto cuántico y las supercuerdas : energía espiritual y material Sabemos que la energía no se transmite de forma continua sino en paquetes, como oleadas, a los que llamamos cuantos. Un salto cuántico es la denominación científica al hecho de que la energía de un cuanto cambie respecto de la del siguiente. También sabemos que los átomos intercambian electrones entre sí, de forma ininterrumpida y espontánea, lo que hace variar la energía

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atómica constantemente y que alguna de estas variaciones, o salto cuántico, pudiera llegar hasta tal extremo que provocara la desintegración total del átomo, dispersándose entonces sus partículas para volverse a integrar en otro átomo distinto del anterior. Veamos ahora un detalle respecto del salto cuántico. Un electrón ocupa determinado lugar alrededor del núcleo atómico, en ese lugar se precisa cierta cantidad de energía para mantenerse allí. El electrón que ocupe un orbital cercano al núcleo, consumirá menos energía que el de otro orbital más alejado. Debido a que los electrones pueden cambiar de orbital sin salir del mismo átomo, consideremos el hecho real de que ese electrón abandonase su actual órbita ocupando otra más cercana al núcleo atómico, por lo que precisaría de menor energía. ¿Qué puede ocurrir ante este salto cuántico? Lo que se observa es la liberación de la energía sobrante, energía que podrá permanecer en el interior de la estructura atómica o abandonarla. Conclusión: si el intercambio aleja al electrón del núcleo, tendrá que absorber energía y podría abandonar al átomo que pertenece, si lo acerca desprenderá energía y permanecerá en el mismo átomo. ¿Qué podríamos aprovechar de este hecho? Las capacidades sensitivas se corresponden con las energías que permanecen en el interior atómico de nuestros órganos, son el resultado de los constantes saltos cuánticos que se están produciendo en nuestro cuerpo y sin salir de él. Por ese motivo nuestra sensación es múltiple y al mismo tiempo, podemos ver, tocar, oler, oír y saborear a la vez, pero sin salir de los planos físicos en los que está activo nuestro cuerpo, los planos materiales. Si hablamos de percepción, nos referimos a otros planos en los que los órganos sensitivos son secundarios y el cerebro actúa en primer lugar. El cerebro es el órgano capaz de facilitarnos la percepción de aquellos planos no materiales o espirituales. Si el órgano perceptor fuese el cerebro todo estaría centralizado allí, la energía percibida sería la que habría escapado de aquellas estructuras atómicas producidas en los saltos cuánticos. Sería como el electrón que abandona a un átomo y busca otro de mayor potencia energética. ¿Dónde podría estar la diferencia?

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En que el cerebro puede activarse bien por electrones desprendidos en sucesivos saltos cuánticos o bien por átomos ya estructurados. En el primer caso hablaríamos de una propuesta todavía no realizada, aún inmaterial, espiritual, original y para ello, el cerebro tendría que captar a esas partículas que todavía no forman átomos, esto sería la percepción. En el segundo caso, nos estaríamos refiriendo a estructuras hechas, a átomos agrupados y a estos los detectamos mediante nuestra sensibilidad, así actuaríamos por imitación. Un ejemplo: el deseo de comprar un lujoso coche o el de comprender la teoría de la relatividad general. El del coche tiene un objetivo más material que el de la teoría. Al coche lo miramos, lo tocamos, lo olemos, …, a la comprensión de la relatividad la percibimos, solamente eso. Esta pudiera ser la diferencia entre una energía material y otra espiritual, habiéndose producido ambas por una sucesión de saltos cuánticos. A estas cadenas de saltos cuánticos en las que coexisten estados vibratorios distintos, se les denomina supercuerdas. Psicológicamente considerado, el constante cambio se basa en la duda, se duda cuando se tiene curiosidad y se resuelve la duda cuando se encuentra una respuesta. La duda desintegra aquello que existía y la respuesta es la energía que vuelve a integrar a las partículas que antes formaban átomos, así se forman otros nuevos renovándose el mundo y el ser humano también. El alma vendría a ser la energía invertida en cohesionar determinado número de partículas desintegradas. La conciencia sería la capacidad para hacerlo. 89.-El alma, el enigma cuántico y la ondulatoriedad El enigma cuántico es el hecho de observar si un objeto se encuentra en determinado lugar, ésta observación es la que hace que ese objeto se materialice allí, ya que el enigma cuántico afirma que antes de la observación no existía ningún objeto en ese lugar. Quizás lo que demuestra el enigma cuántico sea lo más difícil de expresar, de creer y de admitir, pero es real.

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La física clásica y la cuántica usan del cálculo probabilístico, la diferencia está en que la probabilidad cuántica es objetiva, mientras que es subjetiva para la clásica. Veamos un sencillo ejemplo. Si tenemos dos cajas idénticas y depositamos una nuez en una de ellas, quien la busque tiene una probabilidad de ½ para encontrarla, para nosotros vale 1 porque sabemos en qué caja está. El valor probabilístico cambia al no ser el mismo sujeto, esta es la probabilidad subjetiva de la física clásica, depende de quien mire. Para la mecánica cuántica, la probabilidad de que la nuez se encuentre en una u otra caja es la misma para todos los sujetos, no supone nada, siempre vale 1 porque todos los hechos posibles ocurren al mismo tiempo, todos tienen la misma probabilidad, no hay alguien que ha puesto la nuez y otro que tenga que adivinarlo, es como si todo el mundo supiera dónde está la nuez y ésta pudiera estar o no estar en cualquiera de las dos cajas al mismo tiempo. Sabemos que esto cuesta de digerir. A esta probabilidad unitaria, universal y equivalente, científicamente se denomina ondulatoriedad. En términos científicos, la ondulatoriedad de un espacio es el resultado de calcular la probabilidad de que un objeto se encuentre allí, se basa en el principio de incertidumbre y se expresa así: Un objeto no está en ese espacio antes de observarlo ni antes de que lo hayamos encontrado allí, sino que es nuestra observación en ese espacio la que ha materializado al objeto en él. El mayor problema al que se enfrenta el físico cuántico no es la comprensión ni la dificultad matemática o científica, sino que la realidad observada le parece increíble. ¿Cómo justificar algo real que no se corresponde con el sentido común? Hablar del alma supondría hacerlo en términos de ondulatoriedad. La conciencia vendría a ser la capacidad para ver y no ver a un objeto al mismo tiempo y en todos los lugares posibles, esto sería la percepción, a la que ejemplificamos en el apartado 101.

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Cap 17.-Alma y colapso: los dos agentes 90.-Dos relaciones del enigma cuántico con el alma Una vez enunciado el enigma cuántico, veamos dos posibles relaciones entre éste y el alma. 1ª.-El alma tiene que ver con la causa de las cosas, siendo precisamente el enigma cuántico, el hecho real y científico que las produce. 2ª.-La materialización u ondulatoriedad según el enigma cuántico, precisa de dos requisitos: 1.-la existencia previa de un espacio que contenga determinados elementos, a los que llamamos partículas 2.-y de una intención o deseo de encontrar al objeto allí, sabiendo que un objeto es determinada agrupación de partículas, es una materia. El científico y por extensión todo ser humano, no puede controlar al espacio ni a sus partículas, si que puede llegar a controlar su intención o capacidad observadora, dirigiéndola. Esta observación agrupa a aquellas partículas haciendo que aparezca y se materialice lo que se busca en aquel espacio. La mecánica cuántica demuestra que la intersección entre el espacio y la observación humana, es la creadora del mundo material. Hablar del alma supone la existencia de un espacio, en el que vibran determinadas partículas dispersas en él, y de una intención humana sobre ese espacio. 91.-Los dos agentes del enigma cuántico: hombre y … ¿ángel? Como acabamos de observar, para que exista materia el ser humano ha de expresar su intención y el espacio ha de contener elementos, o partículas, capaces de estructurar al objeto deseado en aquella intención humana. Si el ser humano es el agente que aporta la intención, o capacidad para observar algo en algún lugar, otro agente tendrá que aportar a esos elementos del espacio, o partículas, para que se integren formando materia.

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Parece claro que el ser humano no puede aportarlos, no los aporta. En estos términos, ¿qué sería el alma y qué la conciencia? El alma podría ser la energía necesaria para provocar el aglomerado material, científicamente denominada energía de cohesión. La conciencia pudiera ser la capacidad para relacionar la intención humana con determinada región del espacio, en la que existen las partículas capaces de agruparse formando a la correspondiente materia. En la formación del mundo material y según demuestra la mecánica cuántica, el ser humano es decisivo con su intención y capacidad observadora, pero falta algo o alguien, que aporte al espacio con sus partículas ¿Qué cosa o qué ser interviene en ese espacio? Parece que nosotros, los seres humanos, no tengamos el control sobre las partículas existentes en el espacio, sin embargo algo o alguien lo está haciendo cuando tenemos intención. Ese agente espacial pudiera ser el ángel. 92.- Una probable energía del alma: el fotón Si el alma es la energía que agrupa partículas para formar materia, es que esa energía se transmite a través del espacio e interacciona con aquello que lo ocupa, agrupando a una parte de sus componentes y formando a la materia. En lo que respecta a cómo se transmite esa energía a través del espacio, podríamos explicarlo observando dos hechos, primero cómo se fabrica un láser y segundo una particularidad de los fotones. Veamos antes qué es un fotón. El fotón es una partícula del grupo de los bosones, cuya característica es que son portadoras de energía y se denominan ondas de probabilidad, porque expanden esa energía en todas las direcciones posibles. Si esa energía fuese la electromagnética, al bosón correspondiente le llamamos fotón y lo definimos como una onda de probabilidad que se propaga en todas las direcciones posibles.

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La onda de probabilidad viene a ser como una línea formada por infinitos puntos moviéndose por el espacio. Cuando vemos u observamos algo, lo observado sería uno de esos infinitos puntos. Durante una veintena de años se ridiculizó al entonces joven Einstein, porque afirmaba que la luz consiste en una emisión de fotones. En aquel tiempo, a la ciencia le costaba admitir que la luz estuviese formada por partículas. Ya sabemos que un fotón es un bosón transmisor de energía en todas las direcciones, u onda de probabilidad. Ahora vamos con el láser. El láser se produce al contactar un fotón con un átomo excitado, generando a otro fotón clon del que chocó, de manera que la energía fotónica no se pierde sino que se multiplica, además, el fotón clonado tiene la misma frecuencia y dirección de movimiento que el original. Esta es la base para fabricar un láser y sería oportuno definir a un átomo excitado, para ello utilizaremos al hidrógeno. Un átomo de hidrógeno está formado por un protón en su núcleo y un electrón en el único orbital. Si lo calentamos, lo sometemos a determinada presión o lo situamos bajo la influencia de un campo electromagnético de cierta frecuencia e intensidad, este átomo absorberá energía y esta energía pudiera incorporar otro electrón o desprender el ya existente, convirtiéndose en un ión del hidrógeno. Cuando un ión no puede absorber más energía se encuentra excitado y si en ese momento chocase con él un fotón, el resultado serían dos fotones y existiría la posibilidad de que el átomo se desintegrase, quedando libres sus protones y electrones.

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La tendencia humana hacia la perfección pudiera ser una analogía respecto de la base científica de la excitación atómica, en la que un átomo se energetiza hasta que todos sus elementos componentes quedan liberados, el átomo se desintegraría dispersándose sus elementos componentes, que volverían a integrarse para formar nuevos átomos. Este pudiera ser el proceso en el que la materia se espiritualiza, ionizándose en primer lugar, desintegrándose después y acabando por formar elementos químicos nuevos. Recordemos aquella sentencia: evolucionar es transformarse. 93.- Un concepto cuántico de la conciencia La filosofía védica ya expresaba hace miles de años que la realidad la crea el observador. Curiosamente así lo demuestra la mecánica cuántica, veamos qué nos dice respecto de quien observa y de cómo se crea eso que llamamos realidad material, para ello hemos de:

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1.-describir rápidamente tres conceptos científicos: la función de onda, la función de estado y el colapso 2.-imaginar el juego de adivinar en cual de dos cajas iguales puede encontrarse un lápiz 3.-y establecer una analogía respecto de la estructura del átomo La función de onda es la superposición de varias cosas a la vez, cualquiera de ellas es y no es simultáneamente con las otras, según la función de onda lo posible y lo imposible ocurre al mismo tiempo. Sería como considerar que el lápiz está en una o en otra caja, o en ninguna de las dos, al mismo tiempo, este es el hecho real cuántico o función de onda, otro hecho diferente es el de ver al lápiz, o no, en una de las cajas. Respecto de un átomo, la función de onda es la capacidad de un electrón para ocupar todos los orbitales simultáneamente, este es un hecho real cuántico, el otro es que al observar al átomo veamos al electrón solamente en uno de sus posibles orbitales. La función de estado es la observación real de un hecho entre varios hechos posibles, es la realidad que observamos entre otras existentes, por eso el científico no admite que lo observado sea la realidad que percibimos, sino que para él la realidad es la función de onda, porque contiene a todas las observaciones posibles y también a las imposibles. La función de estado es ver o no al lápiz en una de las cajas, u observar al electrón en un definido orbital atómico. El colapso es la transformación de una función de onda en función de estado. La función de onda sería la línea y uno de sus infinitos puntos vendría a ser la función de estado, esta es la analogía. Un punto no representa a la línea entera y si tan solo vemos a ese punto, nuestra percepción de la realidad es extremadamente limitada y errónea. La existencia de la línea es lo que se denomina superposición cuántica o multiverso, es la función de onda. Para que una función de onda colapse hace falta un observador, tal como el científico, un microscopio u otra persona, el observador es un ser humano o es una máquina construida por humanos, lo que en cuántica se determina como que observador huele a humanidad. ¿Cuál de estos conceptos encajaría con la conciencia?

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Podría ser el colapso, porque es el final de un proceso en el que han intervenido la función de onda y el observador para que aparezca una función de estado, que no es otra cosa que materia. La función de onda es a lo espiritual como la función de estado a lo material. La función de onda contiene todas las formas materiales posibles y la intervención del observador solamente crea a una de ellas, a esta relación entre lo inmaterial y la materia venimos denominando conciencia. ¿Y el alma? El alma pudiera ser la energía invertida en que una función de onda colapse en función de estado. 94.- Los dos agentes del colapso: hombre y… ¿ángel? Acabamos de ver que el término científico colapso implica: --la existencia de una función de onda --la intención de un observador --y la intersección entre la función de onda y el observador La cuántica determina que el observador es el ser humano, así se demuestra y de esa manera trabajan los físicos e ingenieros cuando diseñan un rayo láser, manejan fotones o tienen que fabricar transistores, simplemente saben en qué han de pensar para cada cosa. Nunca les falla algo tan simple. Pues bien, si el ser humano es el agente que aporta la función del observador para producir el colapso y crear materia, ¿quién, qué otro agente o qué cosa aporta la función de onda? Pudiera ser el ángel. De esta manera, el alma sería a la relación humano-angélica como la conciencia a la capacidad de provocarla y aquí no cabría la inconsciencia.

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Cap 18.-Interferencia cuántica y alma 95.- La interferencia cuántica como acción del alma Para ilustrar este proceso en el que se crea materia y al que nos referimos como colapso, primero contemplaremos al fenómeno de la interferencia cuántica y después, explicaremos qué pudiera tener que ver con la acción del alma. La interferencia cuántica se asemeja a un estanque de aguas quietas en el que se arroja una piedra, provocando olas concéntricas que se van acercando a la orilla, supone la observación simultánea de una causa y de su efecto.

Si en lugar de arrojar la piedra al estanque, disparamos una escopeta de perdigones hacia una pantalla con una ranura, a la que colocamos delante una segunda pantalla sin ranura, ésta recibirá a los perdigones que hayan pasado a través de la primera pantalla, el resultado será una franja de agujeros en la pantalla del fondo.

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Con dos ranuras aparecerían dos franjas de agujeros, lo que nos parecerá de pura lógica. Veámoslo.

Si en lugar de perdigones utilizamos electrones y observamos con una cámara fotográfica qué ocurre, tendremos a la interferencia cuántica y podríamos hablar de la acción del alma. Veámoslo a continuación 96.- Experiencia con la luz y su analogía con el alma Repitamos el experimento sustituyendo la escopeta por un foco emisor de electrones y con una ranura, sin olvidar que un electrón es como un perdigón mucho más pequeño, que también es materia y que creemos se comportará como tal. Adelantándonos a lo que ocurrirá, pensamos que se formará una franja luminosa en lugar de la de los agujeros anteriores, porque la masa de un electrón es insuficiente para que agujeree a la pantalla y porque un haz de electrones es como un foco de luz que ilumina. Para comprobarlo encendemos el foco emisor y efectivamente vemos la franja luminosa, quedándonos satisfechos con la previa deducción.

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Hay un detalle que no podemos obviar: En el caso de los electrones, aparece la franja luminosa porque las ondas que transportan luz concentran la energía en su cresta. La cresta de una onda es la parte superior de su representación gráfica, a la que hemos dibujado como puntos luminosos después de la ranura y en dirección hacia la pantalla del fondo.

Podríamos decir que el alma de una onda de luz está en la cresta y que se mueve como un cometa, por eso solo aparece una franja luminosa concentrando a la luz que pasa por la ranura, en lugar de iluminarse toda la pantalla. Al establecer una analogía con el alma, podría significar que es la energía generatriz de todo movimiento, sea pensar, sentir o actuar. Si en cualquiera de estas actividades buscásemos la causa real del por qué la hacemos, quizás encontrásemos al alma, a nuestra propia alma, sería la cresta de nuestra propia onda como observadores.

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97.- Dualidad onda-materia: ¿será la conciencia? Intercalemos una pantalla con dos ranuras entre la que tiene solo una y la pantalla del fondo, a ver qué pasa y estaríamos repitiendo el experimento que hizo Thomas Young en 1805.

Ocurre que en la pantalla del fondo se forman más de dos franjas de luz, ¿por qué más de dos franjas si solo hay dos ranuras? ¿Qué hubiese ocurrido si los perdigones agujerearan más de dos franjas? Seguro que nos habríamos sorprendido y no encontraríamos explicación acorde con el sentido común. Los electrones son como perdigones mucho más pequeños que los disparados con la escopeta, siendo materia ¿por qué forman varias franjas de luz y no solamente dos como sería lo lógico? (Ya advertimos que la realidad cuántica no respetaría al sentido común) Porque los electrones, siendo materia, son capaces de comportarse simultáneamente como partículas materiales y como ondas. Un electrón es material e inmaterial a la vez y esta afirmación no es una hipótesis. Al pasar por la segunda pantalla se interfieren las ondas producidas por las dos ranuras, en cada interferencia se concentra la luz y como hay varias interferencias, al chocar con la pantalla del fondo producen varias franjas luminosas, precisamente en los lugares donde se interfieren las crestas de las ondas.

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Los perdigones se comportan solo como materia y eso si que nos parece lógico, pero excede nuestra lógica el que los electrones, siendo materia también, se comporten como ondas ¡pasando por las dos ranuras al mismo tiempo! ¿Cómo puede ser eso? Lo que la mecánica cuántica pueda o no explicar no quiere decir que este hecho sea o no real, porque este hecho es real y demostrable. La explicación de la mecánica cuántica es que, hasta llegar a las ranuras, los electrones son ondas, que se convierten en partículas justo antes de pasar simultáneamente a través de las ranuras, volviendo a ser ondas hasta que chocan contra la pantalla del fondo, habiéndose interferido las ondas de una ranura con las de la otra. Estas interferencias son las que forman las franjas luminosas en la pantalla del fondo. Lo sorprendente es que si repetimos el experimento con un cañón capaz de soltar los electrones uno a uno, en fila india, el resultado que obtenemos es exactamente el mismo que con el haz luminoso compuesto por muchísimos electrones. No importa la cantidad de electrones emitidos hacia las dos ranuras, el resultado siempre es el mismo: múltiples franjas de luz. La capacidad psicológica para comportarse simultáneamente como onda y como materia pudiera ser cualidad de la conciencia, vendría a ser la capacidad para gestar una propuesta y llevarla a cabo. El alma sería la voluntad y el empeño en realizar aquella propuesta. 98.- La observación: alma, personalidad y conciencia Sabemos que aparecen más de dos franjas de luz porque el electrón se comporta como onda y como materia a la vez, pero nada sabemos de cómo pasa un electrón a través de las dos ranuras y de cómo lo hace simultáneamente, tampoco sabemos qué le ocurre cuando se transforma de onda en partícula y al revés, ¿y si lo fotografiásemos? Situemos una cámara fotográfica de alta velocidad justo antes de la pantalla de dos ranuras, así podríamos ver qué hace el electrón para pasar simultáneamente a través de ellas. Ponemos en marcha todos los dispositivos y observamos qué ocurre.

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¡Sorpresa!, porque ahora, con la cámara fotográfica en marcha, aparecen dos franjas de luz y no muchas franjas luminosas como antes. ¿Por qué, habiendo colocado la cámara, los electrones actúan ahora como si fueran perdigones de plomo? ¿Por qué la cámara fotográfica ha provocado un cambio de comportamiento en los mismos electrones que formaban varias franjas de luz? Porque el electrón detecta a la cámara que pretende fotografiarlo, entonces se comporta como partícula dejando de hacerlo como onda. Sin la cámara, el electrón es como una onda o partícula inmaterial y produce varias franjas de luz, con la cámara actúa como el perdigón, como una materia, reproduciendo las dos ranuras como dos franjas luminosas. Este hecho, aunque real, resulta increíble. Los dos estados del mismo electrón existen en él simultáneamente porque es una función de onda, siendo capaz de ser partícula inmaterial y material a la vez, solo que para comportarse como materia ha de existir un observador, la intención humana, sin importar que el observador sea un ser humano o algo que hayamos construido. Si estableciésemos una analogía, diríamos que el alma utiliza al electrón y la personalidad a los perdigones, que el alma y la personalidad están integradas en el mismo ser humano y que ambas

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están relacionadas por el colapso, lo que nos permitiría definir a la conciencia como la capacidad para transformar a una función de onda en otra función de estado a través de nuestra intención y toda intención tiene un objetivo, este puede ser físico, una sensación, un pensamiento u otra cosa más allá del propio pensamiento. 99.- El alma y la personalidad, la física cuántica y la clásica La física de Newton no describe distintos estados materiales a la vez, o lo que es lo mismo, no contempla lo que vimos anteriormente como superposición cuántica y función de onda, propiedades que bien podrían serlo del término alma y que están definidas por la mecánica cuántica. Pudimos observar que el electrón superpone varios estados a la vez, el hecho de que una partícula material sea objeto de estudio para la física clásica o lo sea para la cuántica, depende de un atributo científico denominado acción, se calcula multiplicando la masa por la velocidad y por el radio de la órbita en la que se mueve. El resultado se compara con el patrón de medida que se ha adoptado, la constante de Planck llamada h. Si el resultado se aproxima al valor de h se trata en cuántica y si es mayor puede estudiarse por la física clásica, cuanto más grande sea este resultado respecto de h, más exactamente lo describe la física newtoniana. (valor de h= 6,62 x 10 exp -34) Según lo anterior, aquellos valores que se aproximen a h se corresponderían con la acción del alma y con la capacidad de la conciencia, porque pueden comportarse como onda y como partícula, superponiendo varios estados simultáneamente, mientras que los que superen a h lo harían solo como materia, correspondiéndose con la acción de la personalidad respecto de las capacidades para pensar, sentir y actuar. 100.- La interferencia cuántica y el alma Por la interferencia cuántica sabemos que una misma partícula, el electrón en nuestro experimento, es capaz de comportarse como materia y como algo inmaterial. Si la partícula no es observada actúa como inmaterial, como onda electromagnética, en cambio, si es observada actúa como materia y sin dejar de ser la misma partícula.

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El alma parece ser algo inmaterial e inherente al ser humano, pero también disponemos de un cuerpo físico que es nuestra materia, con el que sentimos y pensamos. Disponemos de algo inmaterial y también de materia, por lo que podemos aplicarnos tanto la física clásica como la cuántica. La particularidad que nos demuestra la interferencia cuántica respecto del electrón podríamos aplicarla a nosotros mismos, porque en nuestros cuerpos existen electrones, además de otras partículas subatómicas, que tienen esa particularidad que acabamos de observar en la interferencia cuántica, quizás de esta forma desarrollaríamos alguna inusitada capacidad cuando controlásemos lo que en nosotros viaja a la velocidad de la luz. Resulta lógico que así pudiera relacionarse conscientemente al mundo inmaterial con el de la materia, relación basada más en el esfuerzo personal que no en la esperanza de una dádiva divina. Cap 19.-El alma y las cuatro dimensiones 101.- El alma y las cuatro dimensiones Como un juego ilustrativo de la diferencia entre percibir y experimentar una sensación objetiva, imaginemos a un ser que solo pueda moverse en un plano, hacia derecha o izquierda y hacia arriba o abajo, sin salir de ese plano por encima ni por debajo. Si este ser pretendiese recoger un objeto situado a la izquierda del plano, tendría que recorrer la distancia que le separa hasta él y no podría verlo si no llegase justo donde se encuentra ese objeto.

Si hablásemos con ese ser y le dijéramos que lo vemos a él y también al objeto, a los dos a la vez, seguramente creería que tenemos poderes sobrenaturales, simplemente porque podemos movernos en una dimensión más que ese ser, ya que vemos por encima del plano, nos consideraría un dios, diría que somos magos.

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Para el ser que vive en dos dimensiones, nosotros tendríamos la capacidad de percibir, en cambio él solamente puede experimentar la sensación objetiva de ver en su propio plano. La percepción es considerar a una dimensión más que la de la sensación. La sensación es percibir solo en un único plano de manifestación, cuando hablamos de percepción nos referimos a varios planos a la vez, a varias dimensiones simultáneamente y esto es la ondulatoriedad, tal como vimos en el apartado 89. La conciencia supondría la percepción, el alma sería la energía necesaria para trasladarse desde una a otra dimensión y hacerlo conscientemente. La percepción cerebral permitiría acciones con partículas que se mueven en cuatro dimensiones y a velocidades iguales o superiores a la de la luz, las tres dimensiones del espacio y la del tiempo. El observador actuaría desde las cuatro dimensiones simultáneamente y podría percibir lo que existe en cada una de ellas.

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actuar

sentir

pensar

proponer Si recordamos aquella ancestral afirmación védica: la realidad la crea el observador, veremos que la mecánica cuántica la demuestra y que pudiera ser equivalente a la expresión actuar como alma, porque lo que percibimos sería reproducido exactamente en cada una de las tres dimensiones espaciales, aunque en imágenes diferenciadas, tal como veremos a continuación. 102.- El alma como percepción simultánea en 360º Representemos a un cilindro hueco de diámetro igual a su longitud, suspendido sobre tres planos, el largo, el ancho y el alto.

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Si un foco de luz lo ilumina desde la derecha, se formará un círculo luminoso en el plano vertical izquierdo.

Iluminando al cilindro desde arriba, se proyectará una sombra rectangular sobre el plano horizontal.

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Enfocando la luz desde el frente, se proyectará otra sombra también rectangular sobre el plano vertical derecho.

Viendo las tres proyecciones a la vez, el gráfico podría ser este:

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Cada una de las tres figuras proyectadas procede del mismo cilindro, estas podrían ser las analogías de nuestras estructuras mental, sensitiva y física, a las que podríamos controlar desde un plano inmaterial, este podría ser el plano del alma. Comúnmente vemos la realidad por separado, nuestro físico se expresa de una manera, nuestra sensibilidad de otra y la mente también, así actuamos por reacción porque disponemos de tres realidades distintas. Cada realidad nos produce una sensación distinta, mientras que la percepción es única y tendría su analogía en este último gráfico. Lo común es ver por separado a cada una las tres figuras proyectadas, sin percibir al cilindro suspendido ni al foco de luz que las origina. Afirma la neurofisiología que invirtiendo el funcionamiento de nuestro cerebro, conoceríamos la causa de las tres realidades coexistentes porque podríamos percibir en 360º y al mismo tiempo, abarcando las tres dimensiones del espacio más la cuarta del tiempo. La realidad del alma pudiera residir en esta afirmación de la neurofisiología y para lo que habríamos que invertir nuestra acción cerebral, tal como apuntábamos en el apartado 62 y siguientes.

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103.- La percepción como instrumento para comprender Si alguien islamista nos expone su creencia, otra persona nos expresa su base católica u otra budista también hace lo mismo respecto de su filosofía, quizás pudiéramos considerarlas respecto de la percepción y no de las sensaciones que nos pudieran producir estas creencias diversas. Así no habría reacción en nosotros. Esta pudiera ser la capacidad para descubrir que la persona islamista, la católica o la budista, pudieran tener algo en común y tratarlas desde este punto de vista sería menos separativo que considerarlas aparte, simplemente porque cada una cree en algo distinto. Una creencia es algo estructurado, ya contiene pensamientos, experimenta sensaciones distintas de otras creencias y actúa también de manera diferente. Considerar una creencia es hacerlo respecto de un grupo de neuronas consolidado, relacionar estas agrupaciones neuronales vimos que aumenta la capacidad sensitiva y disminuye la perceptiva, obstaculiza la activación de grupos nuevos de neuronas y limita la actividad cerebral a la sensación, por lo que la capacidad perceptiva se ciñe cada vez más estrechamente a un solo plano, como aquel ser del apartado 101 que se movía en dos dimensiones. Desde nuestra perspectiva, así se anularía la conciencia y se mataría el alma, como nos sugería Quevedo, porque la energía necesaria para la comunicación entre dos o más dimensiones dejaría de usarse, limitándose tan solo a la energía propia de un solo plano, el más denso y menos energético, el más material y el de menor velocidad, todo ello consecuencia de que el libre albedrío se reduce o se anula porque elegimos estructuras hechas, es lo más cómodo. Una elección nueva no contiene estructuras todavía, hay que construirlas y ello requiere del esfuerzo, es como el proceso que vimos en el apartado 92 en el que un fotón chocaba con átomos excitados. Ese átomo excitado podríamos ser nosotros cuando pretendemos cambiar porque dudamos de nuestra situación actual y absorbemos aire para emprender una nueva. Si existe duda es porque se comprende otra forma de hacer las cosas, otro estado, así pues, la percepción es la capacidad del cambio y su instrumento es la duda, proceso ya contemplado desde antiguo al que llamaban mayéutica y al que observamos en apartados anteriores.

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Cap 20.-Superposición cuántica y alma 104.- El alma, la conciencia y la superposición cuántica Una línea tiene infinitos puntos y existe cada uno de ellos tanto si se observa como si no. La realidad es la línea, eso es lo real para la mecánica cuántica, mientras que el punto observado es temporal porque no será el mismo cuando cambie el lugar o el tiempo de la observación, la línea colapsa en uno de sus infinitos puntos. Observar a un punto produce una sensación, la observación de varios puntos a la vez es percepción y en esa capacidad, coexisten como reales todos aquellos puntos, es el hecho de la superposición cuántica. Si la conciencia se sirve de la percepción y ésta de la duda, el alma pudiera ser la voluntad, energía o esfuerzo, necesaria para efectuar un cambio, abandonando la comodidad de lo que está hecho y lanzándose al vacío que supone lo que está por hacer. 105.- El tiempo para el alma Si admitimos que la conciencia pudiera ser la capacidad para establecer una relación entre la materia y lo inmaterial, y sabiendo que lo inmaterial se mueve muchísimo más veloz que la materia, podríamos preguntarnos ¿cuánto de nuestro tiempo supondría un segundo inmaterial? Si efectuamos un sencillo cálculo, para establecer esa posible relación entre el tiempo de la materia y el de lo inmaterial, podríamos hacernos una idea de cuántos días, por término medio, habrían de transcurrir para que algo inmaterial se materializase. La luz recorre 300.000 kilómetros en un segundo, si caminamos a 4 kilómetros por hora recorremos poco más de 1 metro en un segundo, exactamente 1,11… metros, que son 0,0011… kilómetros por segundo. La proporción entre la velocidad de la luz y la nuestra, la calculamos dividiendo 300.000 entre 0,0011…. y obtenemos 270 millones, lo que significa que la luz es 270 millones de veces más veloz que nosotros a pie. 1ª conclusión: 1 segundo lumínico equivale a 270 millones de nuestros segundos caminando.

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Calculemos la equivalencia en horas de esos 270 millones de segundos, serán 75.000 horas, que suponen 3.125 días y en años son 8,5. 2ª conclusión: si estamos un solo segundo ocupados en un pensamiento, ese segundo se traduce en 8 años y medio para llevarlo a cabo, curiosamente el tiempo en segundos que tarda la luz del Sol en llegar a la Tierra. Esta curiosa equivalencia pudiera ser un buen referente a la hora de establecer una analogía entre el tiempo empleado en lo que pensamos y en el que tardaríamos en hacer aquello que hemos pensado. 106.- Los puntos cuánticos y la percepción Definamos al punto cuántico. El punto cuántico es la obra humana consistente en reunir unos cuantos cientos de átomos en un espacio limitado, entonces se consigue que todos ellos se comporten como un solo átomo. La construcción de un punto cuántico tiene diferentes aplicaciones prácticas, entre las que destacan dos: --el control de las corrientes eléctricas que pasan a través de transistores ultrarrápidos --el procesamiento de señales ópticas Detengámonos un poco en el control de las corrientes de electricidad. ¿Qué es la electricidad? Podríamos definirla como el movimiento de electrones entre dos polos, uno de carácter positivo y el otro negativo. Hemos establecido una analogía entre el polo positivo y una propuesta, así como entre el polo negativo y la realización de aquella propuesta, analogía que nos permite diferenciar tres situaciones: 1.-que ambos polos sean inmateriales, por tanto positivos 2.-que ambos se encuentren en la materia y serían negativos 3.-que uno se encuentre en la materia y el otro en lo inmaterial, así habría propósito inmaterial y realización en la materia, un polo sería positivo y el otro negativo

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Según la definición de electricidad, el movimiento de electrones o partículas tan solo se produciría en la tercera situación, podríamos decir que una polaridad quedaría situada fuera de la materia, la positiva, y la otra en ella, la negativa. En esta situación habrían quedado definidos dos puntos cuánticos, los referidos a los dos polos eléctricos, con la particularidad de que el contacto entre ambos ha de realizarse mediante partículas, no mediante estructuras, hecho que supone dos premisas: 1.- que la velocidad del movimiento de las partículas será mayor a medida que sean menos materiales 2.- que han de desintegrarse las estructuras existentes para que sus partículas puedan moverse entre las dos polaridades Si aumenta la velocidad es porque ha aumentado la energía de las partículas, energía a la que llamamos electricidad y a la que venimos semejando con el alma. A esta electricidad, o energía, la controlaríamos porque habríamos construido puntos cuánticos en nuestro cuerpo, uno de ellos pudiera ser ese nuevo grupo de neuronas al que aludíamos en apartados anteriores. Otro detalle: la existencia de puntos cuánticos implica la capacidad para procesar señales ópticas, hecho que excedería la propia capacidad visual común y a la que venimos denominando percepción. La cualidad perceptiva determina la conciencia y ésta al alma. ======================================== Conclusión Si con este trabajo se ha podido disipar, en alguna medida, la tendencia a la apropiación de lo que no pertenece a ninguna creencia, filosofía, religión u organización, sino que pertenece al propio ser humano como alma, energía o materia, espíritu, ángel, … y si con ello alguien se ha sentido más libre, el pequeño esfuerzo de este escrito estaría plenamente satisfecho. Gracias. Eloy Millet Monzó Mayo 2012