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EL JUEGO DE LA
SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL
DESDE EL ARTE
Mauricio Guerrero Alarcon
Eje Temático: EAS, Arte y
espiritualidad
Noviembre 2016
“Versión web provisional. Memoria en proceso de elaboración. Se tramitará ISBN” 2
316P-ARTE GUERRERO ALARCON
EL JUEGO DE LA SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL DESDE EL ARTE, Autor: MAURICIO GUERRERO ALARCON (Maestro en Artes Visuales)
Institución: UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA, AZC
Resumen: El tema de la Educación Ambiental es hoy en día, para mi práctica profesional
de artista visual (UNAM, 1986) una oportunidad para plantear de manera No
formal la inquietud de generar conciencia respecto al cuidado de la naturaleza
que me ha hecho crear distintas obras vg. gr. El Árbol de vida, ARTEFAX III
(Universidad Autónoma Metropolitana, 1999, p.38) y (Guerrero Alarcón, 1993), Las
aves migratorias en la Ciudad de México, Una obra de Arte No Objetual
(Barbosa, 2015, p. 120), Seres que sufren, 2001; etcétera. Estas obras han sido
concebidas y realizadas para participación de públicos heterogéneos en
espacios abiertos y con la intensión explícita de ser obras que sensibilicen hacia
el medio ambiente.
Para el Congreso de Educación Ambiental y Sustentabilidad me referiré a una
nueva obra titulada EL JUEGO DE LA SUSTENTABILIDAD (JS), pensada como
un juego de mesa para cinco jugadores. En la dinámica del JS, se ponen en
juego los recursos naturales o elementos de la naturaleza al lado de los
recursos económicos que están prestos de inversión y ganancia.
La propuesta se apoya en la crítica a la política de sustentabilidad ambiental
que algunas veces es utilizada como garante de respeto al medio ambiente y
otras dista mucho de ser un compromiso que en verdad contribuya al
mejoramiento ambiental, dado que al parecer apoya el ideal de desarrollo
económico.
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Esta es una síntesis de la investigación en proceso cuyo producto ha sido
presentado una vez y que dará fundamento a este juego coadyuvando a la
educación ambiental en un sentido crítico.
Palabras clave: arte, sustentabilidad, juego, economía, ambiente.
Ponencia para ser considerada en los ejes temáticos: EAS, Arte y espiritualidad
o EAS, Pedagogía ambiental o bien adecuada en la modalidad de Taller por las
características del trabajo que es interactivo como Arte Acción y ser una
exposición activa.
Introducción. Las Artes Visuales históricamente han hecho de los temas de la naturaleza un
pretexto para rendir tributo a su belleza, mediante la estética subliman al cuerpo
humano, el retrato, el paisaje, el bodegón, e inclusive la cromática natural y
recreado los procesos que la tierra lleva a cabo. Por ello no es inusual hoy en
día que los artistas se vean atraídos por la educación ambiental.
Con esta investigación se pretende:
Crear una obra artística que promueva la Educación Ambiental en sentido No
Formal (EANF) a manera de juego de mesa llevando al límite los valores que
mantienen una visión integrada de sustentabilidad, y cuestionando las reglas
económicas aplicadas por los países desarrollados.
Explicar cómo las artes visuales son idóneas para coadyuvar en la tarea de la
EA en el nuevo milenio.
Algunos cuestionamientos que son claves en la investigación:
Arte y ambiente. ¿Puede el arte realmente aportar conocimiento sobre la
Sustentabilidad Ambiental (SA)?.
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Educación, juego e ideología. Es indudable la importancia de la educación en
sentido genérico, se requiere a todos los niveles y debería ser constantemente
propiciada y más aun la EA, sin embargo nos preguntamos que tanto la
educación en valores a cierta edad puede inducir la comprensión de los hechos
bajo una determinada óptica.
Política y Ambiente. ¿Hemos sido todos los habitantes del planeta responsables
de esta crisis ambiental?, y ¿las decisiones políticas tomadas tienden a la
mejora del ambiente?
Economía, sociedad y ambiente. ¿Por qué la sociedad occidental se
autoimpone reglas económicas y modos de vida que contradicen la
sustentabilidad ambiental?.
Arte, ambiente y sociedad La atención hacia las cosas de la naturaleza por parte de las artes en general,
particularmente en el mundo occidental, es reconocida por ejemplo en notables
composiciones musicales, en literatura, en teatro, en danza, en cine, etcétera.
La pintura tradicional ha plasmado temas como “La primavera” de Boticelli, Los
Girasoles, de Van Gogh, Paisaje de El valle de México, de José María Velasco,
Paisaje d´Eragny de Camile Pizarro, en la arquitectura religiosa recrea con
frutas y vegetales el arte barroco y churrigueresco y/o el Art Nouveau en
escaleras, ventanas y balcones son ejemplos a lo largo de la historia de ésta
relación Arte Naturaleza que ha sufrido una metamorfosis para pasar de obras
que representaban a los elementos a obras donde la propia naturaleza es parte
de esta (Morgan, 2003, p. 12).
La actitud de algunos artistas de cuestionar las funciones convencionalmente
asignadas a el Arte –por su relación con el mercado- han derivado en realizar
piezas recuperando la función social y no solo estética que el arte debe tener.
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El deterioro progresivo del medio ambiente implica que las expectativas de
recuperar un espacio habitable que signifique un mejor nivel de subsistencia,
nos lleva a la promoción de una cultura de preservación del ambiente natural.
Tarea para todos los campos del conocimiento, inclusive para las artes visuales
y diseño que deben asumir e insistir, con los medios a su alcance, en los
indisolubles nexos del hombre y la naturaleza, asunto de la más alta prioridad.
Arte y educación Las artes además de cumplir la función estética por la cual se reconocen
históricamente también cumplen una función ética relativa al contenido social,
un compromiso que se desvirtuó privilegiando la belleza por los intereses
económicos; sin embargo vemos claros ejemplos de cómo las artes visuales se
comprometieron con su tiempo y la sociedad que vivieron, tal es el caso de La
Escuela Mexicana de Pintura mejor conocido como Movimiento Muralista
Mexicano en auge a principios del siglo XX, y animado por José Vasconcelos
encargó al pintor Gerardo Murillo reunir a otros artistas ante la situación crítica
que vivía el país de la Post Revolución (90% era analfabeta) para educar a esas
masas por medio de murales en edificios públicos que explicaran la historia de
México (Rodríguez, 1970, p.151). La contribución que la pintura mural hizo a la
educación ha sido reconocida ampliamente.
Otro ejemplo es la labor de artesanos y artistas dedicados a la difusión de las
Sagradas Escrituras desde la antigüedad y posterior al Renacimiento,
Los primeros templos cristianos que se construyeron para la celebración del
culto de la nueva religión datan del emperador romano Constantino en el año
313 d.C. (ESPASA CALPE, 1999, p. 271) ya casi dos mil años.
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Nuevamente queda de manifiesto el poder tanto del espacio como de la imagen
y su tratamiento en la transmisión visual de –esta vez- una creencia espiritual
que pronto fue reconocida por la jerarquía católica como una religión para hacer
encargos que todavía hoy le producen jugosas ganancias.
Esto que parece ser historia del pasado ligado al vínculo arte-educación
religiosa adquiere relevancia en el arte contemporáneo al dejar de ser la
naturaleza ornamentación o motivo de representación a convertirse en otra
forma de reflexión de tipo ecológico.
En 1968 (Lailach, 2007, p.6) varios artistas en diferentes partes del mundo
occidental se interesan en trabajar con la tierra (Earth Art) en sentido real y no
figurado, unos movidos por una especie de hartazgo por la mercantilización del
arte, otros por una pulsión filosófica, con sus experimentaciones en la
naturaleza bajo el nombre de Land Art, arte de la tierra, arte ecológico, nature
art, earth works, hacen un reconocimieto tácito de una problemática que ya se
percibe urgente y son pioneros en exhibir no solo la belleza de sus obras sino
otras cosas hasta el momento no consideradas en el arte; esto ocurre aun antes
de que en Estocolmo (Klein, 2015, p. 252, 253) ante el progresivo deterioro del
ambiente se acordaran medidas de derecho medioambiental de carácter
internacional.
Estas obras de arte no convencional recurren a datos científicos o son producto
de intuiciones empíricas partiendo de criticar a la sociedad de consumo o la
inequidad social; en todo el mundo hay artistas y colectivos que sin
proponérselo realizan obras o acciones con un contenido pro-ambiental o
proponen algo en relación al tema biológico. Allí reconocemos que si hay una
tendencia a querer concientizar y educar ambientalmente a la población de
modo no formal.
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El tema de la educación ambiental es una demanda latente desde las primeras
reuniones cumbre de la Organización de las Naciones Unidas y es considerado
un objetivo estratégico de largo plazo. Su cumplimiento total será reconocido al
paso de algunas generaciones pero hoy podemos anticipar que en la
consecución de objetivos de corto y mediano plazo se observan algunos
avances p. ej., inclusión de temas en los planes y programas de estudio a todos
los niveles de la educación escolarizada (SEMARNAT, 2006, p.64), pero bajo la
perspectiva del “desarrollo sustentable”, por lo que algunos especialistas han
subrayado la conveniencia de presentar una visión crítica de esta orientación,
ya que para llegar a una cultura sustentable se precisa de la construcción de
otros valores y su consecución se logrará a través de una didáctica para el
cambio de mentalidad (Barbosa, 2015, p.32).
Educación y juego
El juego como actividad lúdica en el aprendizaje es un recurso probado para
lograr centrar una problemática del proceso de enseñanza aprendizaje en
cualquier campo de manera no formal, el logro radica en que desinhibe al
jugador abriendo el hemisferio derecho del cerebro frente a la reiterada lógica a
la que nos somete la educación tradicional.
Los juegos son un precursor del proceso creativo y ocupan todo tipo de
implementos imaginarios o reales, tienen elementos característicos como las
reglas, los jugadores, el soporte y la expectativa de triunfo así como un
presupuesto que se pone en juego, los hay de estrategia y de azar.
Particularmente en cuanto a juegos para la EA se han ensayado muchas
variantes desde los de mesa a los de rol y para el conocimiento ambiental se
recurre a dinámicas de participación, simulación en una especie de
psicodramas (Luperti, 2003).
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Ante la proliferación de iniciativas de este tipo nuevamente se ha puesto en tela
de juicio los valores que subyacen en estas dinámicas de juego por que al
amparo del desarrollo sustentable, y de lo que cada núcleo quiere significar con
este apelativo no se logra saber que tanto los esfuerzos que se llevan a cabo
van en camino del mismo objetivo (Alvarez García, 2004).
Sustentabilidad y economía El concepto de sustentabilidad se ha usado como recurso para lograr apoyos al
igual que la noción de “verde”, “ecológico”, “natural”, antes fue lo “ambiental”. Al
acordarse que lo ambiental y la sustentabilidad debe estar en toda la currícula
de la educación considero que debemos hacer un alto para reflexionar a que le
nombramos “sustentable”.
Esta reflexión surge por la contradicción entre políticas ambientales y políticas
económicas, las económicas siempre toman relevancia en las acciones y
decisiones gubernamentales de los países que las suscriben por lo que los
compromisos en favor del ambiente no quedan muy respaldadas dado que lo
que se privilegia es el exito económico.
Los Tratados de Libre Comercio, (TLC)., entre países lejanos implica comprar
“mutuamente” materias primas o bienes de consumo para que la balanza
comercial sea equilibrada, allí nos preguntamos si verdaderamente se requieren
aquellos insumos o implementos que gastan enormes cantidades de energía en
su movimiento, esto contrasta con la información oficial relativa a EA que trata
de persuadir para que se compre cerca de casa para evitar gasto de energía
“Consumosustentable,prefiereproductoselaboradosentulocalidadoenelpaís.”
(Secretaria del Medio Ambiente Recursos Naturales , 2013, p.5).
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O bien cuando se ha establecido como un procedimiento legal, sancionar
económicamente a quienes dañan los recursos naturales y no se repara en
pensar cuanto tiempo le tomo a la naturaleza proveernos de estos y con
demasiada ligereza se asume que un impuesto económico es equiparable y
suficiente.
En nuestras sociedades occidentales se ha planteado la idea de que la
economía debe crecer a cierto ritmo y los países establecen una taza de
crecimiento anual mayor al indicador del año anterior, la medida se establece a
partir del consumo y del Producto Interno Bruto (Callen, 2008, p.48).
Más consumo igual a más crecimiento, sin ponderar la idea de qué tan benéfico
es esto para el medio ambiente, así se mide y de allí se induce que la sociedad
de un país consumista como los Estados Unidos es el paradigma para otras
países del orbe.
El concepto sustentabilidad se ha ideologizado a tal grado que hace necesario
reconocer al menos tres posturas en la concepción de sustentabilidad (Teresa
Rueda y Jessica Sepulveda citadas por Gallegos Ramirez, 2009).
• Una posición orgánica funcional. Sostiene que el actual sistema
económico y social garantiza crecimiento económico y la tecnología para
abatir los gases efecto invernadero.
• Otra que promueve la idea de transformaciones sociales que armonicen
la relación con el medio ambiente, superar el economicismo, revisar los
modelos de desarrollo, con base en algún programa obligatorio para los
países y sociedades derrochadoras.
• Una radical que dice “no es posible el desarrollo sustentable porque son
términos que se contraponen que lo que hace falta es cambiar el sistema
y no el clima”. Por lo que se requieren transformaciones sociales
profundas con nueva ética ecológica en el cuidado de la naturaleza,
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respeto a los ecosistemas, la biodiversidad y etnodiversidad humana y se
proponen nuevos modelos culturales.
El juego de la Sustentabilidad Estos son los cuestionamientos que dan origen al diseño de un juego de mesa
que en su nombre recrea dos cosas, el reto de participación activa de los
jugadores con un fin específico, evitar que prosiga el calentamiento global y es
una paráfrasis de lo que en mi perspectiva es la “sustentabilidad” una política
condicionada por políticas económico-sociales, donde no se cumplen los
índices comprometidos o si sucede es muy lentamente. Hay contradicciones
flagrantes entre lo que se dice y lo que se hace porque las políticas económicas
son siempre las beneficiadas, por eso es un mero juego.
El “Juego de la Sustentabilidad” es un llamado a la reflexión ante la seriedad
que tiene el deterioro ambiental ocasionado a la tierra, reconociendo las
grandes iniciativas que desde hace décadas se llevan a cabo para frenar el
desastre total, advirtiendo que si no modificamos el paradigma de desarrollo, el
tiempo no va a alcanzar y parece que ya se sabe.
En el juego están presentes los elementos reconocidos desde la antigüedad por
los alquimistas como el Fuego, el Agua, la Tierra, la Flora y la Fauna así como
el Viento o aire, imprescindibles para la vida de todas las especies del planeta.
Estos juegan junto a un quinto elemento que no es natural representado por el
dinero o El Capital, pero que de manera muy influyente determina el
comportamiento de todo.
Por otro lado se encuentran las políticas sociales y económicas que nos regulan
a todos los ciudadanos siendo las más influyentes en el comportamiento
humano y llegando a modificar todo el ambiente.
En la dinámica de juego, el azar y las reglas establecidas gobiernan todo el
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sistema. La prevalencia del dinero, los intercambios comerciales de gran
magnitud y la idea de consumo como medida de desarrollo conllevan riesgos
ambientales que se traducen en sanciones.
Mención aparte tiene la política hacia la EA que no siempre es consecuente con
la gravedad que reviste el cambio climático o bien la misma noción de
desarrollo sustentable, haciendo de la Educación Ambiental solo un
instrumento funcional de tipo informativo.
Son cinco jugadores que personifican a los elementos naturales quienes operan
una perinola ganando puntajes y perdiéndolos de acuerdo a las políticas en
turno, producto del azar puede aparecer el factor contingencia ambiental que
quita todos los puntos acumulados.
En el juego se asume que todos los elementos juegan “en equipo” arriesgado
sus bienes.
La contabilidad se registra en un tablero con dos medidores uno para el
resultado “sustentable” de acuerdo a periodos de cinco años vinculado a los
compromisos de la ONU contra el cambio climático y otro que suma utilidades
económicas, el juego termina cuando se acumulan los puntos totales en
cualquier medidor.
Algunas conclusiones en proceso:
El arte y el juego son inherentes a la vida humana, su capacidad educativa ha
sido demostrada a lo largo de toda la historia. Tanto el campo de conocimiento
del arte como la estrategia en el juego se involucran con problemáticas
medioambientales y presentan su lado oculto, a través de la libertad que les es
propia.
El proceso de educación no formal del ambiente propicia el juego para cruzar
conocimientos aparentemente lejanos como la política económica, proponiendo
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la simulación de una situación real que evidencia la contradicción entre los
buenos propósitos de los acuerdos internacionales y lo que verdaderamente se
implementa.
El juego en el arte pone de relieve no solo la expresión sensible de artistas, sino
también su compromiso social proponiendo otros enfoques ante problemáticas
urgentes que en forma poco reflexiva se observan acríticamente. La libertad
que el juego y el arte comparten permite tener aproximaciones a veces
subjetivas pero que ayudan a reflexionar sobre la pertinencia o peligro de
asumir la “sustentabilidad ambiental” como dogma.
El problema del desarrollo económico en las sociedades occidentales
modernas, la acumulación de riqueza, el crecimiento de la población y su
empobrecimiento junto a la conservación del medio ambiente hacen una
ecuación difícil de resolver en el corto plazo. Las variables que se exponen
evidencian que la economía resulta siempre superhabitaria en contra de la
variable ambiental que es finita.
Al jugar el JS el jugador encuentra que las reglas que han sido impuestas son
unilaterales. A pesar de la sensación de alcanzar las metas, del entusiasmo y la
esperanza en que la suerte favorezca al equipo, el éxito se aprecia muy lejano.
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