mascareño diferenciación concéntrica

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Universidad Alberto Hurtado Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales ILADES 9 PERSONA Y SOCIEDAD Aldo Mascareño * I En un sentido sistémico, modernidad su- pone ante todo una diferenciación funcional de sistemas parciales estructurados policéntricamente. Este texto intenta dar forma conceptual a un tipo de diferenciación funcional distinto; un orden social que, a pesar de ser comprendido bajo criterios de modernidad, es guiado en sus operaciones fundamentales por la lógica parcial de un centro de regulación global. Se trata de la descripción de una diferenciación funcional de tipo concéntrico. Las sociedades latinoamericanas se constituyen en el sustrato empírico de estas reflexiones y la teoría de sistemas sociales opera como marco interpretativo y conceptual basal. El concepto de orden social orientado concéntricamente describe un tipo de estructuración de sistemas funcionales caracteri- zado por niveles de autonomía diversos, en el cual sistemas autónomos diferenciados bloquean o ponen obstáculos al despliegue autorreferencial de lógicas parciales en vías de diferenciación. Teoría de sistemas de América Latina. Con- ceptos fundamentales para la descripción de una diferenciación funcional concéntrica Contrariamente a las sociedades europeas, cuyo proceso de diferenciación funcional resultó en un patrón de organización social de tipo policéntrico, donde los sistemas sociales operan descentralmente de modo autónomo aunque acoplado, estableciendo puentes comunicantes que les permiten un funcionamiento coordinado, las sociedades latinoamericanas se han caracte- rizado por estar estructuradas en torno a un sistema dominante. Con ello, el desarrollo autó- nomo de cada esfera se hizo dependiente del sistema central, y los acoplamientos se transfor- maron en procesos de desdiferenciación que dificultaron el despliegue de la especialización de funciones. En el centro de esta particular estructuración se ha situado el sistema político y su referente descriptivo, el Estado. Desde el ori- gen de las Repúblicas ha sido la política, incluso con prescindencia de la legitimidad jurídica, el sistema funcional que ha definido los lineamientos para el desarrollo de otras esferas. Ejemplos claros de esta indiferenciación son la historia de estados de excepción en América Latina (indiferenciación política-derecho) y el modelo * Doctor en Sociología, Universidad de Bielefeld, Alemania. Académico Departamento de Ciencias Sociales Universidad Alberto Hurtado.

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Page 1: Mascareño diferenciación concéntrica

Universidad Alberto Hurtado

Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales ILADES

9

PERSONA Y SOCIEDAD

Aldo Mascareño*

I

En un sentido sistémico, modernidad su-pone ante todo una diferenciación funcional desistemas parciales estructuradospolicéntricamente. Este texto intenta dar formaconceptual a un tipo de diferenciación funcionaldistinto; un orden social que, a pesar de sercomprendido bajo criterios de modernidad, esguiado en sus operaciones fundamentales por lalógica parcial de un centro de regulación global.Se trata de la descripción de una diferenciaciónfuncional de tipo concéntrico. Las sociedadeslatinoamericanas se constituyen en el sustratoempírico de estas reflexiones y la teoría desistemas sociales opera como marco interpretativoy conceptual basal.

El concepto de orden social orientadoconcéntricamente describe un tipo deestructuración de sistemas funcionales caracteri-zado por niveles de autonomía diversos, en elcual sistemas autónomos diferenciados bloqueano ponen obstáculos al despliegue autorreferencialde lógicas parciales en vías de diferenciación.

Teoría de sistemas de América Latina. Con-ceptos fundamentales para la descripción de

una diferenciación funcional concéntrica

Contrariamente a las sociedades europeas, cuyoproceso de diferenciación funcional resultó en unpatrón de organización social de tipo policéntrico,donde los sistemas sociales operandescentralmente de modo autónomo aunqueacoplado, estableciendo puentes comunicantesque les permiten un funcionamiento coordinado,las sociedades latinoamericanas se han caracte-rizado por estar estructuradas en torno a unsistema dominante. Con ello, el desarrollo autó-nomo de cada esfera se hizo dependiente delsistema central, y los acoplamientos se transfor-maron en procesos de desdiferenciación quedificultaron el despliegue de la especializaciónde funciones. En el centro de esta particularestructuración se ha situado el sistema político ysu referente descriptivo, el Estado. Desde el ori-gen de las Repúblicas ha sido la política, inclusocon prescindencia de la legitimidad jurídica, elsistema funcional que ha definido los lineamientospara el desarrollo de otras esferas. Ejemplosclaros de esta indiferenciación son la historia deestados de excepción en América Latina(indiferenciación política-derecho) y el modelo

* Doctor en Sociología, Universidad de Bielefeld, Alemania. Académico Departamento de Ciencias Sociales UniversidadAlberto Hurtado.

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planificado de substitución de importaciones(indiferenciación política-economía). A nivel te-rritorial este carácter concéntrico adquirió laforma de centralización. Especialmente el campoeducativo, el cultural y el económico sufrieron susconsecuencias durante gran parte del siglo XX.En el primero de ellos se privilegiaron programasde enseñanza de alcance nacional que no reco-gieron las especificidades regionales (por ejem-plo bajo la fórmula del Estado docente).1 En elcampo cultural, el imperativo de la transforma-ción de la barbarie en civilización, que definió laacción estatal por medio de la noción de progre-so durante gran parte del siglo XIX, se transformóen el XX en la unidad en torno a la idea dedesarrollo, con lo que las diferencias culturaleslocales sólo fueron aceptables en la medida enque no intervinieron con aquellos objetivos ma-yores.2 En el campo económico, finalmente, lacentralización se tradujo en industrializaciónurbana y en el manejo planificado y guiadodesde el Estado del proceso de substitución deimportaciones.3 Con ello, el desarrollo se trans-formó en una evolución controladajerárquicamente desde un sistema funcional si-tuado en la cúspide de la sociedad – el sistemapolítico. Sus definiciones homogéneas yabarcantes obstaculizaron el despliegue y con-solidación de la autonomía sistémica en AméricaLatina, y dieron poca cabida a la conformaciónautorreferencial de sistemas autónomos.

Sin pretender ahora demostrar esta tesishistóricamente,4 se busca en este texto laplausibilización teórica de sus contenidos. Paraello, las reflexiones aquí presentadas permane-cen al interior de la arquitectura sistémicaluhmanniana, cuyo marco referencial para la

definición de la diferenciación funcional lo cons-tituye la evolución de las sociedades europeas.En atención a esto, el objetivo central aquí pro-puesto es interrogar a la teoría de sistemas apartir de las exigencias derivadas del modo enque está estructurada la diferenciación funcionallatinoamericana. Se trata, por tanto, de un es-fuerzo conceptual que busca desarrollar las he-rramientas adecuadas para interpretar una praxisdeterminada sin escapar al marco analíticosistémico, pero que a la vez, cuestiona su inter-pretación ortodoxa, especialmente en espaciossociales ajenos al europeo.

Para lograr lo anterior, se propone unareflexión teórica en tres niveles:

Puesto que no se cuestiona la existencia dediferenciación funcional en América Lati-na, sino que solamente se pone en duda elcarácter policéntrico de su constitución, seintroduce la distinción organización/es-tructura de H. Maturana para dar cuentade diversos niveles de abstracción en elproceso de despliegue de la diferencia-ción funcional. Así, en su nivel profundo,esto es, en su organización, será posiblehablar para el caso latinoamericano deuna diferenciación funcional de sistemas.En su estructura, sin embargo, esta dife-renciación adoptará un carácter concén-trico, distinto al patrón policéntrico segui-do por las sociedades europeas.

La descripción teórica de la autonomíasistémica, del proceso de observación ydel acto de trazar la distinción sistema/entorno en contextos policéntricos, se basa

1 Véase MASCAREÑO, Aldo. “La ironía de la educaciónen América Latina”, en Nueva Sociedad, Núm. 165,Enero-Febrero 2000, pp. 109-120.

2 Véase ANDERLEle, Ádám. “El positivismo y la moderni-zación de la identidad nacional en América Latina”, enAnuario de Estudios Americanos, Vol. XLV, 1988, pp.419-484.

3 Véase LARRAÍN, Jorge. Theories of development.

Capitalism, colonialism and dependency, Polity Press,Cambridge, 1989.

4 Un primer intento de esto ya ha sido hecho en Mascareño,Aldo, “Diferenciación funcional en América Latina: loscontornos de una sociedad concéntrica y los dilemas desu transformación”, en Persona y Sociedad, Vol. XIV,Núm. 1, Abril 2000, pp. 187-207.

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en la lógica de la forma desarrollada porGeorg Spencer-Brown.5 En espacios so-ciales concéntricos esta lógica de distincio-nes de contenido perfecto (perfectcontinence distinctions – Spencer-Brown),no opera aisladamente. Producto del ca-rácter jerárquico de las relacionesintersistémicas, la distinción sistema/en-torno sólo puede establecerse de maneradifusa. En la conceptualización de estehecho, la fuzzy logic (Lotfi Zadeh), dedica-da a la formalización matemática de esta-dos indiferenciados, puede ser de utilidad.

Finalmente, la descripción de los diversosestados alcanzados por la autonomíasistémica en un contexto concéntrico, debellevar a relativizar la espontaneidad de laautopoiesis supuesta por Luhmann yMaturana mediante la definición de unesquema temporal de despliegue y desa-rrollo de la autorreferencialidad. Con ellose logran comprender las condicionantesque definen el acceso a niveles más altosde autonomía por parte de sistemas fun-cionales y actores colectivos, cuestión vitalpara la democratización global de lassociedades latinoamericanas y para elestablecimiento de mecanismos descen-tralizados no jerárquicos de coordinaciónde diferencias.

II

Las formas de diferenciación funcional

altamente desarrolladas se basan en un principiode orden policéntrico; una diferenciación funcio-nal en proceso de radicalización abre otrasposibilidades. Para definir estas posibilidades,se introduce aquí la distinción de Maturana entreorganización y estructura. Con ella se intentaesclarecer la separación de dos niveles de abs-tracción al interior del sistema. La organizacióncorresponde al nivel sistémico profundo; en tantola estructura describe su superficie. En palabrasde Maturana:

“The relations between components thatdefine a composite unity (system) as a compositeunity of a particular kind, constitute itsorganization. In this definition of organizationthe components are viewed only in relation totheir participation in the constitution of the unity(whole) that they integrate. This is why nothing issaid in it about the properties that the componentsof a particular unity may have other than thoserequired by the realization of the organization ofthe unity.“6

La estructura, en tanto, se concibe delmodo siguiente:

“The actual components (all theirproperties included) and the actual relations hol-ding between them that concretely realize asystem as a particular member of the class (kind)of composite unities to which it belongs by itsorganization, constitute its structure. Therefore,the organization of a system as a set of relationsbetween its components that define it as a systemof a particular class, is a subset of the relations

5 SPENCER-BROWN, George. Laws of Form, E.P. Dutton,New York, 1979.

6 MATURANA, Humberto. Introduction, en Maturana,Humberto y Francisco Varela, Autopoiesis and cognition.The realization of living, Riedel Publishing Company,London, 1980, pp. xi-xxx, p. xix. En otro texto Maturanarefuerza esta idea de organización. Ella “refers to therelations between components that define and specify a

system as a composite unity of a particular class, anddetermine its properties as such a unity.” Maturana,Humberto, “Biology of language: the epistemology ofreality”, en Millar, G. y E. Lennenberg (Eds.), Psychologyand biology of language and thought: essays in honourof Eric Lennenberg, Academic Press, New York, pp. 29-49, p. 32.

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included in its structure.“7

En base a estas definiciones es posibleentender sistémicamente que bajo la forma de ladiferenciación funcional, es decir, en su organi-zación, son posibles diversas estructuraciones oprincipios de orden; uno de esos principios espredominantemente policéntrico; el otro, predo-minantemente concéntrico. Sus tendenciasoperativas en tanto, apuntan a definir el modo enque cada una de estas estructuraciones se com-porta diacrónicamente.

Como ya se indicó, Luhmann observa laforma de diferenciación como una relación desistemas parciales. Estas relaciones consisten enposibilidades evolutivas definidas mediante elconcepto de contingencia.8 La unidad en ladefinición de Maturana juega un rol análogo:diversos tipo de relacionamiento pueden mante-ner la unidad del sistema total. En palabras deeste autor: “Yet since a particular organizationcan be realized by systems with otherwise differentstructures, the identity of a system may stay

invariant while its structure changes within thelimits determined by this same structure.”9 En talsentido, un orden concéntrico puede ser entendi-do como una variación de la forma de diferencia-ción policéntrica. Esto sin embargo, no suponeuna dependencia evolutiva entre ambasestructuraciones. La fórmula inversa es tambiéncorrecta: la diferenciación funcional de tipopolicéntrico puede ser también presentada comouna variación de la diferenciación funcional detipo concéntrico. Importante es, en este caso,entender que un orden concéntrico dispone desistemas funcionales diferenciados. El problema

no consiste en la espe-cialización de ellos,pues sus funciones si-guen siendo distintas,sino en la capacidadde ciertos sistemaspara establecer rela-ciones verticales yasimétricas, y paraproducir con esto unaestructura definida poresquemas de asocia-ción jerárquicos.

El diagnóstico de H. Willke sobre la dife-renciación funcional contemporánea defiende unapostura análoga a la planteada: “Para el presen-te, la descripción de la estructura social como unaestructura funcionalmente diferenciada, ha deja-do de ser apropiada.”10 A causa de la capacidadde auto-orientación (Selbststeuerungsfähigkeit) delos sistemas funcionales epecializados de lassociedades modernas, Willke propone llamar alorden social contemporáneo una diferenciaciónorganizada, para, de ese modo, “destacar el

Esquema 1: Niveles de diferenciación

ORGANIZACIÓN Diferenciación funcional de sistemas socialesForma de diferenciación

ESTRUCTURA Policéntrica ConcéntricaPrincipio de orden

DINÁMICA Centrífuga CentrípetaTendencia operativa

7 MATURANA, Humberto. Introduction, op.cit., p. xx. Enotras palabras: “[La estructura] refers to the actualcomponents and the actual relations that these mustsatisfy in their participation in the constitution of a givencomposite unity.” Maturana, Humberto, Biology oflanguage: the epistemology of reality, op.cit., p. 32.

8 Véase al respecto LUHMANN, NIKLAS y DE GEORGI,Rafaelle, Teoría de la sociedad, Universidad de

Guadalajara, México, 1993.9 MATURANA, Humberto. “Autopoiesis”, en Zeleny, Milan

(Ed.), Autopoiesis. A theory of living organization,Elsevier North Holland, Amsterdam, 1981, pp. 21-33,p. 24.

10 WILLKE, Helmut. Ironie des Staates. Grundlinien einerStaatstheorie polyzentrischer Gesellschaft, Suhrkamp,Frankfurt, 1996, p. 183.

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hecho que la riesgosa divergencia de esferasfuncionales es puntualmente y en parte captura-da por redes organizadas.”11 Willkeconceptualiza el orden emergente como unaforma tardía de diferenciación funcional. De ellosigue que la diferenciación organizada y ladiferenciación funcional de tipo concéntrico arri-ba descrita, tengan un estatus teórico similar.Ambos conceptos aceptan un mundofuncionalmente diferenciado como trasfondo, peroa la vez constatan que ese mundo no tienesolamente una estructura única, global e inevita-ble.

Un principio de orden policéntrico estácaracterizado por la dinámica centrífuga de ladiferenciación funcional. Tales órdenes “no pue-den ser ya más orientados desde un centro odesde una cima jerárquica. Son ahora socieda-des policéntricas, en las cuales los sistemas par-ciales diferenciados representan, unos para otros,entornos sociales internos.”12 La organizaciónde las sociedades policéntricas se caracterizapor la disponibilidad de una lógica operativapropia a cada sistema, la que se lograevolutivamente por medio de una clausuraoperativa autorreferencial de códigoscomunicativos específicos. A causa de esa clau-sura, los sistemas ganan en indiferencia frente alentorno, y producto de tal indiferencia se hacennecesarios mecanismos de coordinación quepromuevan la interdependencia. Como conse-cuencia de ello, una representación jerárquicade la sociedad, en cuya cima se sitúa, porejemplo, la política, pierde toda validez comodescripción de la modernidad. Los órdenespolicéntricos acentúan la desigualdad y la inter-dependencia entre sistemas. Esto conduce a “lacreciente formación de racionalidades parcia-les, objetivos subsistémicos contradictorios, for-mas diversas de construcción moral, diferencias

internas específicas y diversos medios de orienta-ción.”13 Así, los problemas de coordinación enlas sociedades diferenciadas, pueden ser com-prendidos como consecuencia de la clausuraoperativa de los diversos centros que la constitu-yen.

Órdenes sociales concéntricamente orien-tados como los latinoamericanos, se basan enuna estructuración distinta de las relacionessistémicas. En ellos se establecen vínculos entresistemas autónomos, semi-autónomos yheterónomos. Estos órdenes están caracterizadospor el control sistémico ejercido por una instanciacentral sobre el todo social, el que se encuentra enun proceso de complejización creciente, lo queproduce una constante tensión entre comunica-ciones centrífugas y centrípetas. Los órdenesorientados concéntricamente se desarrollan en elcontexto de procesos de especialización funcio-nal, los que, por tanto, operan sobre la base deesferas parciales con comunicaciones particula-res; sus posibilidades de selección son, sin em-bargo, controladas externamente. Esto actúa yano como mecanismo de reducción de compleji-dad, sino como una forma de negación de com-plejidad de instancias en proceso de diferencia-ción. Consecuencia de esto es que, a raíz de talcontrol, se desarrollan problemas de identidadsistémica, pues la capacidad de seleccionar co-municaciones relevantes es una condición para lamantención y radicalización de la diferenciación.

Los órdenes policéntricos y concéntricos sediferencian también en lo relacionado a la cons-titución de su dinámica. En las sociedadespolicéntricas esta dinámica se construye en basea tendencias comunicativas centrífugas. Median-te ellas, las esferas parciales “están en posición deaumentar la gobernabilidad de los sistemas fun-cionales por medio de la construcción de instan-cias de mediación, coordinación y acuerdo.”14 A

11 Ibid.12 WILLKE, Helmut. “Kontextsteuerung durch Recht?. Zur

Steuerungsfunktion des Rechts in polyzentrischerGesellschaft”, en Glagow, Manfred y Helmut Willke(Eds.), Dezentrale Gesellschaftssteuerung. Probleme

der Integration polyzentrischer Gesellschaft, Centaurus-Verlagsgesellschaft, Pfaffenweiler, 1987, pp. 3-26, p. 3.

13 WILLKE, Helmut. Systemtheorie I: Grundlagen, UTB,Stuttgart, 1996, p. 201.

14 WILLKE, Helmut. Ironie des Staates, op.cit., p. 183.

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través de autorregulación, se desarrollan formasde comunicación centrífuga y, con ello, tienelugar un orden descentralizado. Los problemasde autorregulación y las dificultades en la clausu-ra de los procesos operativos que conducen a laautopoiesis, dependen principalmente de la ca-pacidad de los medios de comunicación simbó-licamente generalizados para desarrollar unainmunización frente a influencias provenientesdel entorno: “Sólo así puede ser puesta en mar-cha la diferenciación sistémica en dirección defunciones específicas. Esto tiene por efecto quetodas las operaciones de un sistema funcionalparticular se orienten hacia el medio sistémicopropio y actúen a través de la autopoiesis delsistema.”15 Ejemplos de medios de comunicaciónsimbólicamente generalizados son el poder, eldinero, la verdad, el amor.16 Decisivo es, encualquier caso, que los medios en un contextopolicéntrico no se dejen organizar por un controlexterno. La sociedad accede entonces a unadinámica social centrífuga cuando los medios decomunicación simbólicamente generalizados es-tán completamente diferenciados, es decir, cuan-do al interior del sistema no existen otras posibi-lidades de selección y no se desarrollan expecta-tivas de comunicación más que a través delmedio simbólico propio. Tales medios operan demodo independiente; no requieren de guías ex-ternas para trazar sus selecciones y renuncian ala posibilidad de un supralenguaje que transfor-me las diferencias en unidad.

Con esto se plantea la pregunta por laintegración de un orden policéntrico, pues con ladiferenciación de los medios de comunicaciónsimbólicamente generalizados y la especializa-ción de funciones, la coordinación y orientaciónde las esferas parciales se hace cada vez máscompleja. El conflicto es resuelto por medio deauto-limitación:

“Puesto que cada sistema parcial tiene laposibilidad de sobreproducción de opciones entanto maximice sólo sus propios criterios, objeti-vos y su propia racionalidad parcial, y en tantocada subsistema, producto de esas estrategias demaximización, plantea a otras instancias el peli-gro de perder su autonomía parcial y su indepen-dencia funcional, la coexistencia, compatibili-dad y coordinación son sólo posibles, si cadaesfera limita su operar, reduce su variedad deopciones y las formula con arreglo a las posibi-lidades de las otras partes y del todo.”17

Bajo condiciones concéntricas sin embar-go, esta limitación de las posibilidades de selec-ción y de la dinámica propia de los distintossistemas, se revela altamente asimétrica. Lasasimetrías surgen de la desigual capacidad delos medios simbólicos para establecer seleccio-nes vinculantes una tras otra. Si esa capacidad esdébil y si los procesos autónomos de selecciónson interrumpidos, los medios pierden su aptitudde selección independiente y se dejan guiar porinstancias externas. Como ya se indicó, el controlexterno de los sistemas parciales en un ordenconcéntricamente orientado no es total ni perma-nente. En lo que respecta a los medios, estosignifica que las selecciones de los sistemasperiféricos son catalogadas por la instancia cen-tral como conductas comunicativas riesgosas parala mantención de una forma específica de ordensocial. Una estructura definida pretende ser con-servada contra el carácter disipativo de los arre-glos de coordinación de sistemas en proceso dediferenciación. Los problemas dedesdiferenciación en tanto, es decir, la interven-ción de una esfera por otra puesta en marcha porla centralización impulsada por el sistema domi-nante y la creciente tensión entre la lógicaperiférica y la central, son las principales dificul-

15 LUHMANN, Niklas. “Die Differenzierung von Politik undWirtschaft und ihre gesellschaftlichen Grundlagen”, enSoziologische Aufklärung 4, Westdeutscher Verlag,Opladen, pp. 32-48, p. 41.

16 Véase LUHMANN, Niklas y DE GEORGI, Rafaelle.Teoría de la sociedad, op.cit.

17 WILLKE, Helmut. Systemtheorie I: Grundlagen, op.cit.,p. 237.

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tades de una sociedad de este tipo.Los medios de comunicación simbólica-

mente generalizados están en el centro de estasdificultades. Si este problema se interpreta pormedio del esquema de comunicación trifásicopropuesto por Luhmann –información, conductacomunicativa, comprensión18 – es posible adver-tir que la primera y la segunda selección, quedebiesen ser asumidas por medios diferenciados–esto es, la selección de una información acomunicar y el acto comunicativo– son, en órde-nes sociales orientados concéntricamente, inter-venidas por el sistema central. De esto sigue quela comprensión responde a los condicionamientosdel sistema dominante y no a aquellos del sistemaal cual la comunicación estaba orientada. A nivelempírico, esto presupone la existencia de comu-nicaciones que no pueden ser comunicadas, lasque en muchos casos son mantenidas en secreto,y en otros, son bloqueadas por el primadocomunicativo de una instancia central.

Comunicaciones que no pueden ser co-municadas, o más correctamente, medios decomunicación simbólicamente generalizadosque no pueden comunicar lo que deben, sonrasgos relevantes de un orden orientadoconcéntricamente. La comunicación global seprocesa en una instancia central en la lógica deun poder político irregularmente mediado por lalegalidad, como en América Latina desde elnacimiento de las Repúblicas; o se observa en unproceso de centralización incipiente en torno a lalógica instrumental costo-beneficio propia de laesfera económica, pero ajena, por ejemplo, a lasdefiniciones estéticas del arte o a los cánones decomportamiento íntimo al interior de la familia.Una sociedad concéntrica es entonces una socie-dad donde el riesgo de la desdiferenciación setransforma en un peligro de regulación externaque impide la radicalización de la diferenciaciónfuncional, obstaculizando el despliegue de la

autorreferencia de cada instancia parcial enfavor de la lógica de un sistema central específi-co.

III

El proceso de observación y el acto detrazar una distinción son elementos centrales através de los cuales se caracteriza un orden deesferas sociales autónomas. La observación, se-gún Luhmann, tiene lugar por medio de distincio-nes e indicaciones que definen la diferenciaciónde sistemas y la dinámica descentralizada queella adopta. La observación da origen a unaunidad, a un universo en palabras de Maturanay Varela.19 Georg Spencer-Brown ha formuladoeste proceso en términos de cálculo matemático.Lo que interesa en esta reflexión sobre el carácterde la diferenciación funcional en América Latina,no es el cálculo en sí, sino sus consecuencias: laidea de forma y el acoplamiento y desacopla-miento de los elementos de la distinción. Lahipótesis es que la composición de la forma, esdecir, la diferencia sistema/entorno en órdenessociales orientados concéntricamente, en los cua-les las distinciones de los sistemas periféricos sonintervenidas por comunicaciones concéntricasemanadas de una instancia central, está sujeta amayores problemas de consolidación que enórdenes policéntricos, pues aquella instanciacentral bloquea, impide o asume la constituciónde la diferencia sistema/entorno para el todosocial.

En las sociedades latinoamericanas esterol dominante ha sido históricamente adscrito alEstado. El Estado se constituyó en la instancia deformación de la nacionalidad, en la estructuraencargada del fomento y dirección del procesode industrialización, en un actor revolucionario através del cual la transición hacia el socialismo

18 Véase LUHMANN, Niklas. Sistemas sociales.Lineamientos para una teoría general, UniversidadIberoamericana, Alianza Editorial, México, 1991.

19 MATURANA, Humberto y VARELA Francisco. De má-quinas y seres vivos. Autopoiesis: la organización de lovivo, Editorial Universitaria, Santiago, 1995, p. 63.

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debía ser consumada, en un espacio autoritariopara la paradójica supresión de lo político; en elhermano mayor encargado de asumir la respon-sabilidad por la erradicación de la pobreza. Perono sólo el Estado ha adoptado este rol heterónomode constitución de formas sociales, sino también,aunque en menor medida, lo ha hecho la econo-mía por medio de su lógica instrumental de costo-beneficio, regulando las posibilidades de partici-pación en otros sistemas sociales por medio de ladistinción inclusión/exclusión fundada en el di-nero como medio de comunicación simbólica. Esdecir, bajo condiciones concéntricas, la constitu-ción de distinciones con independencia de lasinstancias centrales parece una tarea en extremocompleja.

En órdenes policéntricos, las distincionesson ortogonales entre sí, es decir, son indepen-dientes unas de otras en las trayectorias queconstruyen sus formas. De otro modo, no tendríalugar una dinámica descentralizada ni una es-tructura policéntrica. Gráficamente, la construc-ción de diferencias en órdenes policéntricos pue-de representarse del modo siguiente:

Esquema 2: Construcción de diferencias enórdenes policéntricos

Las distinciones (formas) A/B y C/D remi-

ten a determinadas selecciones trazadas porsistemas distintos. Puesto que ambos sistemasoperan autorreferencialmente, la distinción A/Bcarece de resonancia ante la distinción C/D. Elcaso inverso es igualmente correcto: el Sistema 2no puede indicar A o B. Analíticamente, lasecuencia es como sigue: Observación-Distin-ción-Indicación de un lado de la forma, sea A oB en el Sistema 1, C o D en el Sistema 2. Con esto,las distinciones aparecen como resultado de laobservación. No se puede observar sin trazaruna distinción, señala Spencer-Brown: “theconception of the form lies in the desire todistinguish. Granted this desire, we cannot scapethe form, also we can see it the way we please.”20

Sistema 1 y Sistema 2 no pueden escapar a lasformas trazadas; en ello consiste la autonomía deambas distinciones y su propiedad ortogonal.

Las precondiciones para el surgimiento deun sistema suponen que a) quien observa, trazauna distinción y produce una forma y b) que laforma contiene asimetría para el observador, entanto distinguir es a la vez indicar, y sólo un ladode la forma puede ser indicado. Según Luhmann,“nada se puede ser indicado que a la vez no sediferencie en tanto se indique; así como tambiénla distinción sólo encuentra su sentido en la

indicación de un lado de la forma y nodel otro (menos aún de ambos lados).”21

Con esto, cada posibilidad de producirformas es inseparable de la indicación,la observación y la distinción, y tambiéninseparable de los operadores utiliza-dos para distinguir e indicar (A/B, C/D): “Estructuralmente visto –señalaLuhmann– existe una forma de dos ladosen el modo temporal de la simultanei-dad.”22

Una dinámica tal de observa-ción, operación, distinción e indicación debe sercontinuamente reproducida para preservar elorden policéntrico. Sólo de esa manera surge

Indicación Observación Indicación Observación

Distinción DistinciónAcoplamientoestructural

A/B C/D

20 Ibíd., p. 69.21 LUHMANN, Niklas. Die Gesellschaft der Gesellschaft,

Suhrkamp, Frankfurt, 1997, p. 69.

22 LUHMANN, Niklas. “Die Paradoxie der Form”, enBaecker, Dirk, (Ed.), Kalkül der Form, Suhrkamp,Frankfurt, 1993, pp. 197-212, p. 202.

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autorreferencialidad y clausura operativa.23 En-tretanto, la simultaneidad de la dinámica deobservación es una precondición para el desa-rrollo de formas de estructuración que permitenuna dinámica descentralizada. Con ello, los sis-temas se transforman en sistemas auto-organizativos:

“En lo esencial, se apunta con esto a quelos sistemas se autorreproducen a nivel de suselementos, de sus estructuras y a nivel de suunidad a través de estas mismas operaciones, yse programan temporalmente de forma tal queobedecen a la lógica sistémica y no pueden serdeterminados desde el exterior. Estas operacio-nes del sistema están circularmente acopladas,conducen sólo a sí mismas en tanto los elementosdel sistema son reproducidos por medio de loselementos del sistema. El sistema operaautorreferencialmente.”24

En órdenes orientados concéntricamenteeste problema se define de otro modo. No separte del hecho que en los órdenes socialesorientados concéntricamente no exista un proce-so de diferenciación de sistemas parciales, oalternativas de dinámicas descentralizadas, oningún rastro de modalidad autorreferencial. Sinembargo, tampoco debe asumirse que las socie-dades concéntricas son una forma temprana deórdenes policéntricos, como si el desarrollo deuna dinámica social autónoma sólo fuera unacuestión de tiempo. El punto de partida paraidentificar un orden concéntrico es aceptar laexistencia de una estructura distinta, la estructurapolicéntrica, de modo tal que una explicaciónevolutiva de las relaciones entre esos órdenescomo estadios de un proceso unilineal, deja deser admisible.

Una lógica de relaciones sociales descen-tralizadas es difícilmente observable en órdenes

concéntricos. Una representación gráfica de esadinámica es visible en el Esquema 3. Este es unaextensión de la ya ilustrada representación delacto de trazar distinciones bajo condicionespolicéntricas.

Esquema 3: Construcción de diferencias enórdenes concéntricos

Las mismas formas A/B y C/D son repre-sentadas. Al igual que en estados policéntricos,la observación, la distinción y la indicacióndeben ser entendidas, según la expresión deLuhmann, como simultaneidad.25 Bajo condicio-nes concéntricas, sin embargo, tiene lugar undesacoplamiento de tales instancias. Por mediode este concepto se intenta mostrar un proceso enel que es intervenida la simultaneidad del acto dedistinción y con ello es heteronomizada la dife-rencia C/D y en parte reemplazada por ladistinción A/B. El Sistema 2, en tanto modelo deun sistema operativo que traza una distinción,pone los elementos que la conforman en unacoplamiento estricto C/D. En el marco de unadinámica descentralizada, las selecciones delsistema serán siempre trazadas por esta distin-ción. Se trata de una diferencia operativamenteclausurada que sólo puede indicar C o D. En unadinámica concéntrica, sin embargo, la distinciónC/D permanece en las sombras: las alternativasde selección son A y B.

23 En torno al tema de la clausura operativa véase VARELA,Francisco, “Autonomie und Autopoiese”, en Schmidt,Sigfried (Ed.), Der Diskurs des Radikalen Konstruktivismus,Suhrkamp, Frankfurt, 1994, pp. 119-132.

24 WILLKE, Helmut,. Systemtheorie II: Interventionstheorie,UTB, Stuttgart, 1996, p. 26.

25 Véase supra.

Indicación Observación

DistinciónDesdiferenciación

A/B

Indicación Observación

Distinción

C/D

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Como ya se ha dicho, las tendenciasconcéntricas surgen de la capacidad diferencia-da de los medios de comunicación simbólica-mente generalizados para definir la estructura dela lógica de diferenciación de cada sistema.Puesto que A/B y C/D representan distincionesde diversos sistemas, ellas sólo existen comoselecciones de medios simbólicos. De ello sesigue que bajo condiciones concéntricas no sonlos medios los intervenidos, sino las seleccionesque llevan a cabo. La comunicación simbólicapuede seguir operando en el ámbito sistémico,pero los sistemas intervenidos pasan a ser orien-tados en su operar por lógicas externas más quepor los propios medios. Con esto, las seleccionese indicaciones de un sistema son, en parte impor-tante, reemplazadas por las selecciones e indica-ciones de otro. Casos concretos como la corrup-ción, el tráfico de influencias, las restricciones ala libertad de expresión o la definición del operarde mercado en base a objetivos políticos como elpleno empleo, son ejemplos de estadesdiferenciación de lógicas operativas que con-ducen a una dinámica de comunicaciones centrí-peta, definitoria de la estructuración concéntricade la diferenciación funcional latinoamericana.La construcción de la simultaneidad de observa-ción, distinción e indicación es controlada por lainfluencia de una distinción externa. Tal es elpunto de partida de la heteronomización de lasociedad y del origen, en abstracto, del ordensocial orientado concéntricamente; es el punto departida también de una reflexión necesaria entorno a mecanismos de orientación y coordina-ción que logren restituir la simultaneidad deobservación, distinción e indicación.

En esta lógica de diferencias, la preguntapor las condiciones de posibilidad del acto detrazar una distinción es altamente relevante. Lasdistinciones e indicaciones son rasgos propios deun orden sistémico altamente organizado,operativamente clausurado y a la vezestructuralmente acoplado. Toda vez que las

distinciones pueden diferenciar entre lado inter-no y lado externo, entre aquello que incluyen yaquello que excluyen, están ellas en posición dedescribir un mundo policéntrico. “Distinction isperfect continence” señala Spencer-Brown.26 Estoimplica que cada distinción, en tanto opera comodistinción de contenido perfecto, no puede sercontrolada externamente. Bajo condicionesconcéntricas, sin embargo, estas interpretacio-nes pierden validez:

Una dinámica de distinciones de contenidoperfecto no puede ser desarrollada, pueslas distinciones no son trazadasautónomamente por cada esfera funcional.

Los sistemas periféricos en estados socialesconcéntricos operan por medio de distin-ciones externas, lo que presupone que lasindicaciones son llevadas a cabo por unobservador ajeno. La dinámica descentra-lizada no puede ponerse en práctica.

Al operar por medio de distinciones exter-nas, los sistemas limitan sus posibilidadesde trazar diferencias con independenciade las condiciones impuestas por el entor-no.

Con esto no se pretende señalar que lalógica de las distinciones es completamente inapli-cable en estados sociales concéntricos. Esta lógi-ca de distinciones es a la vez la lógica de laobservación, de modo tal que siempre cuandotiene lugar un observación, se traza a la vez unadistinción – sea en órdenes policéntricos oconcéntricos. Por otro lado, el control externo delos sistemas periféricos no es permanente ni total,por lo que tanto ellos como los sistemas centrales,tienen la posibilidad de operar por medio dedistinciones derivadas de sus lógicas operativaspropias. Lo que sin embargo debe ser puesto enduda, es la precisión de las distinciones de los

26 SPENCER BROWN, Georg. Laws of form, op.cit., p. 1.

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sistemas periféricos. No se trata ya de distincio-nes perfectas. La formulación de Spencer-Brown,sobre la cual Luhmann funda la posibilidad de ladiferencia sistema/entorno, debe ser revisada ala luz de una dinámica comunicativa concéntrica.Puesto que en estos órdenes las operaciones dedistinción son controladas por un centro, loslímites de la distinción se hacen difusos; lasposibles distinciones de contenido perfecto sonintervenidas, y con ello pierden capacidad deselección y de indicación. Para conceptualizaresta problemática, se plantea aquí el concepto defuzzy continence, distinguiéndolo de la fórmulade Spencer-Brown perfect continence. Con ello seapunta al hecho que las distinciones controladastemporal y espacialmente, no logran establecerlímites precisos entre su lado externo y su ladointerno, es decir, entre sistema y entorno, con loque desarrollan distinciones carentes de capaci-dad estructurante.

El concepto fuzzy es extraído desde elmismo sustrato desde el cual proviene la lógicade la forma de Spencer-Brown, a saber, desde lareflexión matemática sobre la fuzzy logic. Ella esdefinida del siguiente modo por L.A. Zadeh,fundador del enfoque:

“What is central about fuzzy logic isthat, unlike classical logic systems, it aims atmodelling the imprecise modes of reasoning whichplay an essential role in the remarkable humanability to make rational decisions in an environmentof uncertainty and imprecision. This abilitydepends, in turn, on our ability to infer anapproximate answer to a question based on astore of knowledge which is inexact, incompleteor not totally reliable.“27

Zadeh aclara el objetivo de la fuzzy

logic con las palabras de un enfoque referido alindividuo. Sistémicamente interpretada, la defi-nición de Zadeh supone que la fuzzy logic seocupa del problema de la selección e indicación(“rational decisions”) en un medio incierto(“environment of uncertainty and imprecisión”).La fuzzy logic se plantea como alternativamatematizable con capacidad para procesar laimprecisión, “ella no es una lógica imprecisa,sino una lógica orientada a describir matemáti-camente lo difuso y hacerlo cognoscible.”28 Losconceptos de la fuzzy logic no tienen límitespredeterminados; están mejor representados porun continuum de cero a uno, en el que existe unatransición paulatina entre los dos valores: “Thus,if A is a fuzzy set in a universe of discourse U, thenevery member of U has a grade of membership inA which is usually taken to be a number between0 and 1, with 1 and 0 representing full membershipand non-membership, respectively. The functionwhich associates with each object its grade ofmembership in A is called the membershipfunction of A. This function defines A as a fuzzysubset of U.”29

Dado que se trata de conceptos como alto,gordo, lentamente, viejo, familiar, relevante – lasdenominadas variables lingüísticas –30 la repre-sentación de estos conceptos no es tematizablebajo el punto de vista de Spencer-Brown, dondesólo dos valores de clasificación están disponi-bles: “The question –indica Zeleny– is not longerhow to formalize, reduce, or remove the concep-tual imprecision and fuzziness (the ‘crisp’ treatmentof ‘fuzzy’ systems), but how to enhance, amplifyand utilize natural ambiguity and fuzzinesstowards reflecting the purposes of humancommunication, cooperation and knowledgeproduction.”31 Para alcanzar este objetivo, Zadehintroduce lo que él denomina una lógica

27 ZADEH, Lotfi A. “Fuzzy Logic”, en Center for the studyof language and information (CSLI), Report Nr. CSLI-88-116, 1988, p. 1.

28 McNEILLl, Daniel y FREIBERGER, Paul. Fuzzy Logic. Die‘unscharfe’ Logik erobert die Technik, Droemer Knaur,München, 1994, p. 17.

29 ZADEH, Lotfi A. “The birth and evolution of Fuzzy Logic”,

en International Journal of General Systems, Vol. 17,1990, pp. 95-105, p. 99.

30 Ibíd.31 ZELENY, Milan. “Cognitive equilibrium: a knowledge-

based theory of fuzziness and fuzzy sets”, en InternationalJournal of General Systems, Vol. 19, 1991, pp. 359-381, p. 361.

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disposicional. Con ello apunta a sentencias queno necesariamente deben contener certeza. “Lanieve es blanca”, “los suecos son rubios”, “la altacalidad es cara”, son los ejemplos propuestos.32

De ello deriva Zadeh el que una disposición “maybe viewed as a usuality-qualified proposition inwhich the qualifying quantifier usually is implicitrather than explicit. In this sense, the dispositionsnow is white may be viewed as the result ofsuppressing the fuzzy quantifier usually in theusuality-qualified proposition usually (snow iswhite).”33 Una representación de tales relacio-nes puede ser observada en el siguiente esque-ma.

Esquema 4: Representación de distincionesdifusas

El ejemplo de Zadeh muestra cómo lasdistinciones difusas pueden ser abordadas. Unadébil capacidad de diferenciación tiene por re-sultado distinciones cuya naturaleza es reconoci-ble a través de funciones en sentido matemáticoantes que por medio de distinciones de contenidoperfecto. Las distinciones de contenido difusopierden capacidad de diferenciación pues, alseleccionar, no pueden indicar ninguno de losdos lados de la forma, ya que la indicación esdependiente de una instancia externa. Tales dis-

tinciones, en tanto son expresión de un continuumo, en el sentido de Zadeh, expresión de unafunción matemática, no pueden dividir el mundoen una forma de dos lados, dado que carecen delímites que determinen el lado externo y el inter-no. La forma sigue siendo una forma fuzzy, puessus contornos permanecen reconocibles en losvalores 0 y 1, los valores extremos de la forma,aunque en su interior la diferencia derivó en flujoexternamente mediado.

Trasladada esta reflexión al plano de ladiferenciación funcional de tipo concéntrico, esposible reconocer que en la definición de estosordenamientos, la difusividad de las distincionestrazadas por las esferas parciales juega un rolcentral. La diferenciación funcional sigue exis-tiendo, su dinámica comunicativa, sin embargo,no se establece predominantemente por mediode distinciones de contenido perfecto como enórdenes policéntricos, debido ante todo a lacapacidad de ciertos medios de comunicaciónsimbólicamente generalizados para sobreponersu lógica operativa frente a la de otras instancias.En América Latina, el poder político ignoró cons-tantemente la legalidad e instauró una tradiciónde estados de excepción desde el nacimiento delas Repúblicas.34 Esta misma comunicación polí-tica definió en el siglo XIX la transformación de labarbarie en civilización a nivel de la sociedadcivil, discriminando a las expresiones culturaleslocales. Tal control se reprodujo durante el sigloXX en el sistema educativo mediante la fórmuladel Estado docente, y en la esfera económica setradujo en planificación y en la conducción desdeel Estado del proceso de industrializaciónsubstitutiva. Con ello, las distinciones trazadaspor los sistemas intervenidos sólo pueden serdescritas como distinciones de contenido difuso yla diferenciación funcional que producen, comouna diferenciación de tipo concéntrico. No obs-tante, hubo y hay resistencias. La esfera del artecomenzó esa independización de lo político con

0 10,5 0,8 v

u

0,9

1

usualmente

32 Véase ZADEH, Lotfi A., Fuzzy Logic, op.cit.33 Ibíd., p. 2.

34 Para esto véase LOVEMAN, Brian, The constitution oftyranny. Regimes of exception in Spanish America,University of Pittsburgh Press, Pittsburgh, 1993.

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el surrealismo de Kahlo, la vanguardia deHuidobro y la fantasía de Borges. La reflexión eneducación reconoce hoy más abiertamente eltema de la diversidad y la integra en sus progra-mas en forma de experiencias bilingües y dedescentralización administrativa. En las últimasdécadas del siglo XX, la economía logró una altaautonomía operativa por medio de profundasreformas estructurales. El derecho asimismo haalcanzado una notoria independencia de comu-nicaciones políticas, lo que le ha permitido co-menzar a resolver jurídicamente problemas dederechos humanos. Con todo ello, se abre lapregunta acerca del mecanismo a través del cuallas distinciones difusas comienzan a transfor-marse en distinciones de contenido perfecto quepromueven la radicalización de la diferenciaciónfuncional en América Latina, y que se oponen ala reproducción de la estructuración concéntrica.Esto conduce a una última reflexión teórica: elanálisis del desarrollo de la autorreferencialidadsistémica bajo condiciones concéntricas.

IV

En el marco de la dinámica de los sistemaspolicéntricos, las diversas estructuras están enuna estrecha relación con la organizaciónautopoiética. Para operar como un orden socialdescentralizado, la autopoiesis obliga a esasestructuras a una nueva comunicación. Con ello,se mantiene el carácter descentral del ordensocial. En la perspectiva temporal, lasprecondiciones de la autopoiesis conducen anuevos procesos de estructuración de elementosy relaciones componentes de sistemas. Las ope-raciones de transformación basales son varia-

ción, selección y restabilización.35 Las primeraspresuponen la existencia de una comunicacióninesperada que ofrece desviaciones a las segun-das. Esto no significa que cada selección seaaceptada. Sin embargo, en tanto producen nue-va comunicación, ellas ponen en movimientoprocesos de estructuración que transforman lavariación en normalidad. En caso contrario, lavariación continúa siendo complejidad del entor-no. Las operaciones de restabilización son unasuerte de estrategia de coordinación. Las co-municaciones seleccionadas tienen consecuen-cias no sólo sobre un área específica, sino tam-bién sobre aquellas con las cuales se establecenacoplamientos estructurales.36 Por ello, una va-riación puede generar inestabilidad en diversosflujos comunicativos que requieren serrestabilizados para continuar con la autopoiesisde cada esfera.

Como resultado de estas operaciones evo-lutivas, surgen diversas formas de diferenciación(segmentarias, centro/periferia, estratificadas,funcionalmente diferenciadas). De tal modo, tan-to los órdenes policéntricos como los concéntricospueden ser entendidos como resultados de laevolución. Esto implica que el carácter concéntri-co no puede ser observado como anormalidad.Se trata, por el contrario, de un ordenamientotemporal determinado de elementos y relacionescon el mismo estatus evolutivo de la estructuraciónpolicéntrica. Bajo condiciones concéntricas, sinembargo, la periferia sistémica opera de modopredominantemente heterónomo, con lo que lasoperaciones evolutivas de cada esfera se vencontaminadas por las selecciones de otra. De talmodo, no se puede hablar de una evolución deinstancias autopoiéticas, sino de una evoluciónque combina autopoiesis y alopoiesis, es decir,autoproducción de elementos y heteroproducción

35 LUHMANN, Niklas. Die Gesellschaft der Gesellschaft,op.cit., pp. 454 y ss.

36 Por medio de los acoplamientos estructurales el sistemaatribuye un carácter constante a una determinada pro-piedad de su entorno y se deja llevar estructuralmentepor ella, “por ejemplo, que el dinero en general esaceptado”. Luhmann, Niklas, Das Recht der Gesellschaft,

Suhrkamp, Frankfurt, 1995, p. 441. En este sentido, hayuna codependencia entre el sistema y sus acoplamien-tos: “[El acoplamiento estructural] no determina lo quesucede en el sistema; sin embargo, debe ser supuesto,pues de otra manera se paraliza la autopoiesis y lossistemas dejarían de existir.” Luhmann, Niklas, DieGesellschaft der Gesellschaft, op.cit., pp. 100-101.

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de ellos.37 Si se parte del hecho entonces que elproceso de evolución en sociedades policéntricasacciona la transformación de las estructurassistémicas en el marco de condiciones operativasautopoiéticas, entonces es necesario definir cómose concretiza tal proceso de evolución en órdenessociales concéntricamente orientados, en los cua-les tienen lugar diversas formas de vinculaciónalopoiética. Expresado de otro modo, la pregun-ta es: ¿cómo opera la evolución en una forma dediferenciación de sistemas funcionales de tipoconcéntrico?

La evolución sistémica no es sólo un pro-blema temporal, sino también un problema vin-culado al acto de trazar una diferencia entresistema y entorno: mientras más clara es esadiferencia, más específico es el marco de condi-ciones, en el que funcionan las operaciones deevolución. Este estado de cosas se transformaradicalmente cuando entran en juego distincio-nes de contenido difuso. En este caso, lasprecondiciones para la existencia de sistemasautopoiéticos, y con ello, las precondiciones parauna evolución bajo circunstancias autopoiéticasno se cumplen. En un contexto concéntrico, elproceso de evolución se ocupa no sólo de lasoperaciones de evolución, es decir, no sólo delproblema de la variación y selección de nuevoselementos y de la restabilización de estructurasen transformación. Puesto que la autonomía delacto de trazar una distinción en sistemasperiféricos se ve obstaculizada por la fuerzacomunicativa de los medios simbólicos de lasinstancias centrales, la evolución se transforma,además, en una pregunta por la relación entrediferenciación y desdiferenciación de sistemassociales. Para comprender esto en su dimensión

temporal, se debe bosquejar teóricamente elacceso sistémico a la autopoiesis. El problema hasido descrito con claridad por K. von Beyme:

“Mientras que para Luhmann un sistemano puede ser un poco autopoiético, investigado-res aplicados han comprendido la autonomía yla autopoiesis como conceptos graduales. Elestatus de sistema autopoiético no le es concedi-do a priori a un sistema social. En un desarrollode tres fases, los subsistemas autónomos pasandesde la auto-observación a la autoconstitución,y de ahí a la autoproducción. Laautorreferencialidad del primer nivel es atribuidaa la auto-observación del sistema. Laautoconstitución tiene lugar cuando la auto-ob-servación es utilizada operativamente en el siste-ma. Solamente cuando los componentes sistémicosautoconstituidos se vinculan en un hiperciclo y sereproducen unos a otros, surge, para esta pers-pectiva, la autopoiesis.”38

Von Beyme remite a la propuesta de G.Teubner para la clasificación de los distintos tiposde self- en la teoría de sistemas. El conceptogeneral que incluye a los demás (autodescripción,auto-observación, autoconstitución, autoproduc-ción), es el de autorreferencia. La reflexión deTeubner reacciona a lo que él llama una teoríadel big bang autopoiético,39 esto es, el surgi-miento espontáneo de la autopoiesis como unaposibilidad binaria sin transición entre cero yuno, donde cero es un estado no-autopoiético yuno autopoiesis plena. Teubner observa el pro-blema temporalmente y propone niveles de desa-rrollo de la autorreferencia. Esta idea esreinterpretada en el Esquema 5. Autopoiesis es el

37 En la perspectiva de H. Maturana, los sistemasalopoiéticos pueden ser definidos como “sistemas mecá-nicos cuya organización no produce las partes compo-nentes y los procesos que los realizan como unidad, y enlos cuales, por tanto, el producto de su funcionamientoes distinto de ellos mismos.” Maturana, Humberto,“Autopoiese: die Organisation lebender Systeme, ihrenähere Bestimmung und ein Modell”, en Maturana,Humberto, Erkennen: die Organisation und

Verkörperung der Wirklichkeit. Ausgewählte Arbeitenzur biologischen Epistemologie, Friedr. Vieweg & Sohn,Braunschweig/Wiesbaden, 1982, pp. 157-169, p. 159.

38 VON BEYME, Klaus. Theorie der Politik im 20.Jahrhundert. Von der Moderne zur Postmoderne,Suhrkamp, Frankfurt, 1991, p. 233.

39 TEUBNER, Gunther. Law as an autopoietic system,Blackwell Publishers, Cambridge, Massachusetts, 1993,p. 24.

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medio del sistema, es decir, una forma de recono-cimiento de aquello que existe en el interior. Deeste modo, la auto-observación es unaprecondición de la autodescripción, pues sólo através del reconocimiento de aquello que en elsistema existe, puede éste hablar sobre sí mismoy desarrollar autodescripciones. El Nivel 1 es, conesto, un espacio de distinciones basales. SegúnTeubner, una autodescripción funciona “as aprogramme of internal regulation, organizing thesystem in such a way that it corresponds to thisself-description”.41 Una tarea tal no puede serdesarrollada cuando no hay capacidad de auto-observación disponible. La auto-observación poneposibilidades de diferenciación a disposición dela autodescripción, lo que conduce a la construc-ción de una identidad sistémica que posibilita eldesarrollo de una estabilidad primaria. Lasautodescripciones, por tanto, no pueden tenerlugar sin auto-observación.

estadio final de la temporalización de laautorreferencia; una vez alcanzada, los otrosniveles quedan incluidos. El Nivel 1, en tanto,puede sólo mostrar el camino de la autopoiesis,pero no puede obligar su desarrollo; este llegacomo resultado de la evolución.

Auto-observación y autodescripción sonlos componentes del primer nivel. La definición deauto-observación en Teubner es, de cualquiermodo, poco clara: ella “describes the capacity ofa system to influence ist own operations in a waythat goes beyond merely linking them together ina sequential manner.”40 Se trata de una defini-ción negativa no muy alejada del concepto deautorreferencia. En este texto, y en conexión conLuhmann, la observación fue ya definida como elproceso sistémico basal por medio del cual unsistema puede trazar distinciones. En relación conesta definición, auto-observación deberá ser laconstatación de una diferencia del sistema por

Esquema 5: Temporalización de la autorreferencia

40 TEUBNER, Gunther. Law as an autopoietic system,op.cit., p. 19.

41 Ibíd., p. 15.

Auto-observaciónAutodescripción

Auto-organizaciónAuto-regulación

Autoproducción

Autopoiesis

Nivel 1

Nivel 2

Nivel 3

Nivel 4

Diferencias basales

Desarrollo de infraestructura

Temas y programas

Recursividad de hipercicloClausura operativa

Auto-reflexión

Hiperciclo deautoproducción

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Similar es el caso de las relaciones entreauto-organización y autorregulación. La auto-organización es entendida como “the ability of asystem spontaneously to produce an autonomousorder.“42 Una definición bastante difusa. Enrelación al esquema desarrollado, se hablará deauto-organización cuando el orden espontáneosurge de un acoplamiento de distinciones, lo quecontribuye a poner en marcha procesos deestructuración que conducen a la formación deinfraestructuras sistémicas (infraestructura basa-da en el dinero en el caso de la economía –Bancos, instituciones financieras, empresas– in-fraestructura basada en el poder en el caso de lapolítica –partidos, sistemas electorales, adminis-tración– infraestructura fundada en el conoci-miento en el caso de la ciencia – universidades,centros de investigación, editoriales científicas).Para ello, distinciones e indicaciones deben sercompatibles, y precisamente ahí descansa unode los rasgos fundamentales que diferencia a losórdenes sociales policéntricos de los concéntricos.En los primeros, la compatibilidad es aseguradapor la autopoiesis; en los segundos, el desarrollode diferencias compatibles al interior del sistemaes bloqueado por un control externo. Las diferen-cias son compatibles sólo cuando han surgidobajo condiciones autorreferentes.43 Puesto queen órdenes orientados concéntricamente las ope-raciones de distinción de las instancias periféricasson intervenidas externamente, se desestabilizala compatibilidad interna de las distinciones entanto las premisas para el desarrollo de lasdiferencias no descansan en los sistemasperiféricos, sino en el sistema central. Con ello, laauto-organización de cada esfera debe tratarcon comunicaciones de naturaleza diversa, loque bloquea las vías de acceso a la autopoiesis.

La autorregulación es “the dynamic variantof self-organization. A system can be describedas self-regulating if it ist able not only to build up

and stabilize its own structures, but also to alterthem according to ist own criteria”.44 En talsentido, la autorregulación contribuye a laestructuración de la auto-organización en elmarco de la temporalidad. Interesante es recal-car que, tal como hay una relación temporalentre auto-observación y autodescripción, tam-bién existe un vínculo entre auto-organización yautorregulación. Una estructura no puede serregulada si carece de organización. Por otrolado, a partir de la relación de ambos procesos,surge la autorreflexión, esto es, el desarrollo deuna forma coherente de argumentación acercade la identidad del sistema.45 Una y otra vez secomprueba necesaria la compatibilización de lasdiferencias en el plano de la auto-organización.Sin distinciones compatibles generadas por lapropia lógica comunicativa, la autorreflexión esimposible, pues ella exige coherencia en la cons-titución de la identidad sistémica.

Al alcanzar el Nivel 3, el sistema puedeautorreproducirse. El límite entre los niveles 2 y 3supone una transformación cualitativa del siste-ma: éste ahora podrá producir sus propias comu-nicaciones a partir de sus propias comunicacio-nes anteriormente producidas. Distintos temas yprogramas basados en las infraestructurassistémicas desarrolladas en el Nivel 2 surgencomo consecuencia en este nuevo nivel. Estopuede ser interpretado nuevamente a través delesquema trifásico de comunicación de Luhmann– información, conducta comunicativa, compren-sión. El problema de los órdenes sociales orien-tados concéntricamente consiste en que la inter-vención de los sistemas periféricos por parte delsistema central interrumpe esta secuenciacomunicativa. La comprensión no tiene lugarcomo posibilidad de una nueva comunicación,pues el sistema intervenido no debe comprender,sino aceptar la intervención impuesta. Con estose bloquea el camino de la autorreferencialidad.

42 Ibíd., p. 19.43 El mecanismo de re-entry opera como motor de la

autorreferencia. Véase al respecto Baecker, Dirk,“Einleitung”, en Baecker, Dirk (Ed.), Probleme der Form,

Suhrkamp, Frankfurt, 1993.44 TEUBNER, Gunther. Law as an autopoietic system,

op.cit., p. 20.45 Ibíd.

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Por el contrario, si la conducta comunicativa escomprendida, entonces surgen comunicacionesa partir de comunicaciones, lo que suponeautorreproducción sistémica.

Finalmente, la autopoiesis (Nivel 4) obe-dece a la estructuración de los niveles inferioresbajo la condiciones de la propia comunicaciónsistémica operativamente clausurada, y a la re-producción de tal estructuración en forma de unciclo. Según Teubner, esto puede definirse delmodo siguiente: “the self-producing cycle mustalso be capable of maintaining itself. This isachieved through the interlinking of the first self-producing cycle with a second one which makescyclical production possible by guaranteeing theconditions of its production (hypercycle).”46 Lasllamadas soft-operations, que en general corres-ponden a los niveles 1 y 2, y las hard-operationsde los niveles 3 y 4, son incluidas en el marco deeste hiperciclo. Se trata entonces de unrelacionamiento sistémico interno que finalmentepermitirá el establecimiento de acoplamientosestructurales con el entorno que posibiliten lacoordinación con él, sin por ello dañar la especi-ficidad operativa de cada esfera funcional.

Las consecuencias de este modelo evoluti-vo de la autopoiesis para la caracterización deun orden concéntricamente orientado son lassiguientes:

La capacidad sistémica de trazar distin-ciones puede ser interpretada en relaciónal desarrollo de la autonomía de cadaesfera parcial: mientras más precisas eindependientes de factores externos sonestas distinciones, más claro es el acerca-miento a la autonomía. Un orden concén-trico es entonces un orden social cuyossistemas no han clausurado el hipercicloautopoiético, por lo que sus distincionesno son lo suficientemente fuertes para nodejarse intervenir desde el entorno.

Al observar el desarrollo de la autopoiesiscomo un proceso, se disuelve la aparentecontradicción entre alopoiesis y diferen-ciación funcional en un orden concéntrico,puesto que se puede hablar de sistemasdiferenciados que operan alopoiéticamente.Sería teóricamente posible que ellos seencontraran en los niveles 1 o 2 del des-pliegue de su autorreferencia, pues ello yagenera especialización y diferenciación.De cualquier modo, esa pregunta debe serempíricamente abordada.

Según este modelo, la alopoiesis no esinterpretable como negación de laautopoiesis, sino como parte de su desa-rrollo. Con esto se muestra claramente quelos sistemas alopoiéticos no-centrales deun orden orientado concéntricamente pue-den seguir el camino de la autonomía.Esto no implica, sin embargo, que debanalcanzarla en el futuro, sino solamenteque existe la posibilidad de que lo hagan.

V

Vista de esta forma, la diferenciaciónfuncional latinoamericana aparece en un estatusdistinto al que tradicionalmente se le ha situado.Especialmente bajo las nociones de progreso enel siglo XIX y de desarrollo en el siglo XX, taldiferenciación funcional estuvo subordinada aldespliegue y la estructura de la diferenciación enel espacio europeo, con lo que se estableció entreellas una inevitable relación temporal antes-después. Europa mostraba el camino de la socie-dad latinoamericana futura. Hacia ello debíandirigirse sus esfuerzos.47 En ese intento, la orga-nización diferenciada se estructuró obstinada-mente de una manera particular, de una maneraconcéntrica, que desafió las imágenes de cons-

46 Ibíd. p. 23.47 Una versión actual de estas reflexiones decimonónicas

se puede encontrar en Véliz, Claudio, The new world of

the gothic fox, Culture and economy in English andSpanisch America, University of California Press,Berkeley, 1994.

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trucción de un mundo social descentralizado ehizo difusos los límites entre las lógicas sistémicasreguladas por distintos medios de comunicaciónsimbólicamente generalizados. R. Millán ha tam-bién abordado esta temática a partir de concep-tos sistémicos:

“La centralidad estatal, en cuanto matizala autorreferencia de los sistemas, predispone auna regulación desde un punto de vista externo aellos y, consecuentemente, se orienta a un mayoracoplamiento entre subsistemas y entornos. Deese modo, la centralidad es proclive a hacerborrosos los límites con el entorno.”48

A pesar de su claridad expositiva, Millánno establece una distinción conceptual entreacoplamiento y desdiferenciación. Los acopla-mientos, que no pueden ser sino estructurales,son un resultado de la autonomía sistémica y desu necesidad de vinculación con el entorno enorden a establecer estrategias de coordinaciónque propendan a una coevolución de sistemas.Los acoplamientos no producen desdiferenciaciónsistema-entorno, sino que la refuerzan, puescada sistema pone a disposición de otros la partede su complejidad útil a la coordinación.49 Ladesdiferenciación, en cambio, tiene lugar en elmomento en que las relaciones de interdepen-dencia prescinden de los acoplamientos estructu-rales, y la lógica de un medio simbólico intervienela autorreferencia de otro. En ese instante, loslímites sistema/entorno se hacen borrosos y pue-de hablarse de distinciones sistémicas de conte-nido difuso (de fuzzy continence y no de perfectcontinence), tal como lo hemos descrito en estaspáginas.

De cualquier modo, una diferenciaciónfuncional concéntrica está en la base de lo descri-to por Millán. Las vías que ella pueda adoptar enel futuro, dependerán finalmente de los mecanis-mos de coordinación empleados en su orienta-ción, y de las posibilidades de cada esfera pararegenerar la autorreferencia de su propia iden-tidad y entrar en deliberación con otras sinperder, al hacerlo, su especificidad. Si esto con-duce en América Latina a una diferenciaciónfuncional policéntrica, es un tema de prognosisacerca de posibilidades futuras, y lo intentadoaquí es una construcción teórica diagnóstica delo existente. La complejización de las sociedadeslatinoamericanas, es decir, la crecientedensificación, retificación y secuencialidad desus elementos y relaciones, parecen, en todocaso, apuntar a una desestabilización del orde-namiento concéntrico. Sin embargo, ladeconstrucción a nivel empírico de siglos decentralismo funcional, no resulta de modo espon-táneo. Esto se observa especialmente en losproblemas de descentralización territorial y ad-ministrativa comunes en el continente. Las posibi-lidades de autonomía operativa, de funciona-miento autónomo de los medios de comunicaciónsimbólicamente generalizados, de desarrolloconsecutivo de los distintos niveles deautorreferencialidad de cada esfera, son tareade largo plazo; son, finalmente, producto de laevolución social. Por ello, más que a aspirar auna estructuración policéntrica, el despliegue enAmérica Latina de una sociedad post-concéntrica,donde las diversas identidades sistémicas seanvisibles para sus respectivos entornos, parecetener mayor plausibilidad. Esto, sin embargo,escapa a los límites de este texto.

48 MILLÁN, René. “Problemas generales y particulares dela coordinación social”, en Lechner, Norbert, RenéMillán y Francisco Valdés Ugalde (Eds.), Reforma del

Estado y coordinación social, Plaza y Valdés Editores,México, 1999, pp. 55-74, p. 65.

49 Véase Nota 36.