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Los valentinianos y el matrimonio espiritual Hacia los origenes de la mistica nupcial Los gnósticos tienen sobre los Padres y escritores ecle siàsticos la ventaja del tiempo. En todos los predios de la teologia se les adelantaron. Con absoluta libertad de movi mientos y sin esquemas simbólicos que les coartaran; abiertos a un mundo casi infinito de posibilidades, e hipersensibles a los grandes axiomas de la filosofia pagana, se dieron prisa a resolver, en lineas muy próximas a las definitivas, los puntos fundamentales de la doctrina cristiana. Y lo hicieron con una vision tan sencilla y coherente, corno de dificil presentación. Lo mismo en la exegesis de la Escritura que en la elabo ración teològica trinitaria; en la epifania del hombre y en el desarrollo de la ' Historia Salutis en la moral y en mil temas hoy netamente diferenciados, llegaron con rapidez a soluciones, que, por lo maduras y simples, habrian normal mente requerido larga tradición, y hacen increible su presencia entre autores de la segunda mitad del siglo segundo. La doctrina mistica siguió pareja suerte. La concisión de los escritos contrasta con la abundancia de menudas noticias, descuidadas por los criticos. La publicación de la biblioteca de Nag-Hammadi dejó la cosa corno estaba. A nadie fascina el numinoso estilo de tratados similares a los de antiguo conocidos por los codd. Askew y Bruce. Tal vez otras familias se presten a bonito estudio. Yo me atengo a la secta de Valentin, de mas honda y cristiana teologia, por hallarse literariamente bien representada, con multitud de membra disjecta, cuya sintesis augura ima vision de interés histórico. Dejo a otros el examen de la mistica valentiniana, para reducirme al matrimonio espiritual. El tema, a primera vista circunscrito, es en realidad muy vasto: por sus derivaciones al mundo de la Trinidad; a las relaciones entre Cristo, el

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  • Los valentinianos y el matrimonio espiritual Hacia los origenes de la mistica nupcial

    Los gnsticos tienen sobre los Padres y escritores ecle sisticos la ventaja del tiempo. En todos los predios de la

    teologia se les adelantaron. Con absoluta libertad de movi mientos y sin esquemas simblicos que les coartaran; abiertos a un mundo casi infinito de posibilidades, e hipersensibles a los grandes axiomas de la filosofia pagana, se dieron prisa a resolver, en lineas muy prximas a las definitivas, los puntos fundamentales de la doctrina cristiana. Y lo hicieron con una vision tan sencilla y coherente, corno de dificil presentacin.

    Lo mismo en la exegesis de la Escritura que en la elabo racin teolgica trinitaria; en la epifania del hombre y en el desarrollo de la ' Historia Salutis en la moral y en mil temas hoy netamente diferenciados, llegaron con rapidez a soluciones, que, por lo maduras y simples, habrian normal mente requerido larga tradicin, y hacen increible su presencia entre autores de la segunda mitad del siglo segundo.

    La doctrina mistica sigui pareja suerte. La concisin de los escritos contrasta con la abundancia de menudas noticias, descuidadas por los criticos. La publicacin de la biblioteca de Nag-Hammadi dej la cosa corno estaba. A nadie fascina el numinoso estilo de tratados similares a los de antiguo conocidos por los codd. Askew y Bruce.

    Tal vez otras familias se presten a bonito estudio. Yo me

    atengo a la secta de Valentin, de mas honda y cristiana teologia, por hallarse literariamente bien representada, con multitud de membra disjecta, cuya sintesis augura ima vision de inters histrico.

    Dejo a otros el examen de la mistica valentiniana, para reducirme al matrimonio espiritual. El tema, a primera vista

    circunscrito, es en realidad muy vasto: por sus derivaciones al mundo de la Trinidad; a las relaciones entre Cristo, el

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  • 6 ANTONIO ORBE, S. X.

    Espiritu y la Iglesia; a la economia. La complejidad del estu

    dio, excesiva para un articulo, obliga a curarse en salud. Quien haya leido otros trabajos mios, habr echado de ver mi tendencia al anlisis. Alguna vez, creo yo, puede uno per mitirse el lujo de la sintesis, haciendo caso omiso de largas pruebas. La vida del hombre tiene fronteras cronolgicamente inexorables, y no le permite apurar los infinitos tesoros que se le ofrecen al alcance de la mano.

    La teologia de Valentin arranca prcticamente del matri monio espiritual. Caracteristico de Dios, en su existir eterno

    y necesario, es tambin origen de la dispensacin positiva de la Salud.

    ^Convendr advertir, de una vez para siempre, que el tema comunisimo del

    no esclarece, poco ni mucho, el nuestro, y hace su aparicin tcnica entre los valentinianos, al margen de la teologia

  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 7

    do hacia fuera, de la soledad infecunda y sin verbo al movi miento fecundo y con logos.

    Tampoco Abismo/Idea son dos, sino uno. E1 sesgo feme nino de la Idea (= Ennoia), corno el del Silencio (= Sige) anterior, es en gran parte literario. Si la forma femenina de Dios hace posible el salto del Ignoto al Hijo personal, no

    por eso sacrifica lo perfecto del espiritu, en que hace unidad con El. De ahi la paradoja, comn a muchos gnsticos, del espiritu masculino virginal ; y, entre oftas y valentinianos, la del matrimonio Abismo/Ennoia, Ier Anthropos/Ira Fmina, en comunidad de espiritu masculino. La Prima Femina (resp. Ennoia) tiene por substancia el espiritu masculino de Dios. Por su medio, hace valer la fecundidad perfecta de Dios, en cuanto Padre, manifestada en el espiritu igualmente noble del Unignito2.

    El desdoblamiento del nico Dios, en dos pares imo eterno (Abismo/Sige) y otro libre (Abismo/Ennoia) no res

    ponde al concepto obvio de nuestro matrimonio espiritual, porque opera con fminas impersonales. Sin salir de los valen

    tinianos, habia quien repugnaba tal lenguaje en su aplicacin al supremo Dios, y preferia hacerle andrgino. Asi los de

    Hiplito3. La absoluta simplicidad de Dios, rigorosa ' ab aeter

    no', revelbase andrgina, al querer manifestarse afuera. El matrimonio espiritual, asignado segn eso por algunos

    ofitas y discipulos de Valentin al Theos Agnostos, y repugnado por otros, apenas excede las lindes del mito. No obstante, en

    manos de Tolomeo sirvi a teologizar sobre los componentes

    del Hijo. Baste evocar los 32 eones de su pleroma4. A partir de Abismo/Ennoia vienen Intelecto/Aletheia; de stos Verbo/ Zoe; de stos Anthropos/Ecclesia. Mas tarde, de Verbo/Zoe nacieron diez eones, todos emparejados; y de Anthropos/Ec clesia otros doce, igualmente en matrimonio. Por ltimo, a raiz del pecado de Sofia y con el pleroma clauso, aparecieron en consorcio Cristo/Espiritu Santo.

    2 Este virtuosismo sexual de espiritus, masculino y femenino, indis

    pensable para entender la teologia .y soteriologia de ms vigor especu lativo, pasa aun hoy extranamente inadvertido a los estudiosos de la

    gnosis. Su descuido los incapacita para comprender lo ms fino y hondo

    de la problemtica heterodoxa. 3 Ref. VI, 29,2; cf. Iren. 1,2,4; 11,5. 4 Cf. Iren. 1,1,1; 2,5; Ada Thomae 6-7. Puede verse W. Bousset,

    Hauptprobleme der Gnosis (Gottingen, 1907) 69 . 1; y mis Pardbolas

    evanglicas en san Ireneo II (Madrid 1972) 239s; Cristologia gnstico I

    (Madrid 1976) 46s.

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  • 8 ANTONIO ORBE, S. I.

    La disposicin matrimoniai de los 32 eones se denuncia al anlisis de sus nombres. Nada se improvisa, y menos la

    jerarquia y el sexo. En ningn caso querian los gnsticos multiplicar personas entre los eones, desde el Intelecto hasta

    Sofia, sino solo aspectos dinmicos del Unignito. Dstribuidos en machos y hembras ponian de relieve la eficacia mltiple y ordenada del Hijo, en su aparicin futura al mundo; pero,

  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 9

    capitaneadas por Logos/Zoe, denuncian una comunin imper fecta, un pneuma no masculino, de sesgo racional sapien cial orientado hacia el mundo, sin la tensin de espiritu nece saria para la vista de Dios.

    Tal diferencia, entre las perfecciones del Unignito, pre viene un fenomeno comprobable a lo largo de la economia. No todo lo fisicamente divino vive en igual tensin. Hay un pneu ma ardiente, a tono con el de Dios, y otro u otros tibios, en atonia incompatible con la vista del Padre. De ima forma vive en Dios, origen de la dispensacin salvifica; de otra en el Hijo, mediador entre el Padre y los hombres; de distinta en el uni verso mismo.

    Sin salir del Unignito, se advierte ima eficacia de sentido contrario. El Hijo media para fundar, corno Logos, la creacin,

    y corno Anthropos, establecer en ella al hombre e impiantar la

    economia de la iglesia. Tales intervenciones, previas a la me

    diacin rigorosamente salvifica, se orientan hacia el mundo

    futuro, e interesan las perfecciones transitorias del Unignito, desde Logos/Zoe hasta Theletos/Sophia. Atafien a la persona del Hijo, en cuanto Logos y Sabidurfa primera, autor y forma del universo.

    Mas tambin interviene el Hijo entre el mundo y Dios. Para tal mediacin, de sentido contrario, se deja sentir corno

    Cristo, autor del Espiritu; a titulo de Intelecto personal del

    Padre, en comunin de Espiritu con El. Ya no mira hacia fuera,

    sino hacia Dios. Se comunica a los hombres, les infonde el

    Espiritu (masculino) que tiene de comn con el Padre, y les atrae a la tensin () propia, necesaria para la gnosis.

    Al Hijo, corno Intelecto/Aletheia, le atafie la eficacia sal

    vifica. Y por motivos obvios. La primera mediacin, de Dios

    al universo, salva el camino entre la sencillez y trascendencia

    del Ignoto y la complejidad de la materia. La segunda, del

    mundo a Dios, cubre la carrera entre la dispora del hombre

    terreno y la unidad de espiritu del Abismo. Para la primera,

    emplea el Unignito las perfecciones que le orientan hacia el

    mundo; estimables, pero no caracteristicas de lo divino, en

    cuanto tal. Para la segunda, interesa el Hijo su consubstan

    cialidad con el Padre, el espiritu masculino que tiene de co

    mn con El; acta corno Hijo de Dios, y no corno Verbo Sa

    biduria del mundo. Si para fundar el mundo y establecer en l la Iglesia de

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  • 10 ANTONIO ORBE, S. I.

    Dios, se deja sentir el Hijo con arreglo a los matrimonios

    Logos/Zoe abajo; para salvar a los escogidos, pone en movi miento el dinamismo del espiritu que recibi directamente del

    Padre, y en el cual hacen matrimonio Intelecto-Aletheia, Cristo/ Espiritu.

    Apuremos esto ltimo. Hay dos modos de concebir el matrimo nio del Unignito, en su eficacia salvifica: a) corno Intelecto unido en espiritu con Aletheia; b) corno Cristo unido directa mente al Espiritu.

    En cuanto Intelecto unido con Aletheia, el Hijo refleja el matrimonio del Padre con Ennoia. Dos parejas, marido y mujer, unidas en espiritu, corno en substancia comn. Pero Aletheia, que tiene razn de ser corno madre del Logos y verdad del

    universo, se encuentra en posicin desairada, corno esposa del

    Intelecto, para ir al Padre. ^Qu hace la Verdad. en misin sal vifica?

    Hay que acudir al segundo aspecto, Cristo unido al Espi ritu (masculino), para entender la eficacia suprema del Hijo. Solo el Intelecto personal, ungido en el Espiritu mismo del

    Padre, es capaz de salvar al mundo (resp. al hombre).

    Matrimonialmente, el consorcio Cristo/Espiritu presenta una anomalia. En l, corno en toda syzygia ha de haber dos, masculino y femenino, y un vinculo comn. Los extremos son

    Cristo y Espiritu; el vinculo, el espiritu. El Espiritu que hace de hembra, difiere del pneuma, vinculo de union?

    Basta saber la eficacia reservada, en la iluminacin de los eones (Iren. 1,2, 5-6), a cada uno de los dos miembros (Cristo/ Espiritu), para descubrir el artificio8.

    Aunque ocupe el puesto de la esposa, su dinamismo le de nuncia al Espiritu por masculino, a titulo de santificador. La forma puramente literaria, sirve para distinguir entre la per sona el varn que santifica, y el crisma en cuya virtud santifica. Lo matrimoniai vale para discernir al Hijo (= Cristo) que unge, del Espiritu en que unge. El Unignito, ungido en cuanto tal personalmente en el espiritu del Padre, se convierte

    en Cristo, corno vehiculo del mismo espiritu para la uncin de los dems.

    5 Puede verse La uncin del Verbo (Roma 1961) 136ss.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 11

    En consecuencia, habria un pneuma el del Padre pre vio a los extremos (Cristo/Espiritu), y otro la esposa mitica del Hijo destinado a la salud de los eones (resp. hombres). El primero, substrato comun al Padre y al Hijo. El segundo, Esposa (miticamente) femenina de Cristo; pero dinmicamente masculina corno l.

    Ambos aspectos se armonizan en la mediacin suprema del Hijo de Dios. El Unignito no es solo personalmente dios. Por su mediacin salvifica, puede y debe comunicar a los ele

    gidos la propia dynamis divina (resp. su espiritu masculino) para capacitarlos en orden a la vista del Padre. Por el pneuma comn a Cristo/Espiritu, el Hijo seria personalmente dios. Por el Espiritu, esposa de Cristo, mediador supremo de los hombres.

    Queda an otro reparo. Todos los eones, a partir del Inte lecto, son denominaciones del Hijo. Si Cristo/Espiritu le ca racteriza en su mediacin suprema,

  • 12 ANTONIO ORBE, S. I.

    tivo un dios cuya nota y misin personal es comprender () al Padre.

    De las dos soluciones, la segunda responde mejor a los textos. Ella explica la distincin conceptual entre el Intelecto

    (personal), primer apelativo del Unignito, y Cristo, expresin de su mas alta eficacia (divinizante). Y deja a salvo, en Cristo, su bivalencia: corno mediador activo de la salud, y corno efecto de la mediacin. Por esto segundo, se aplica a todos los iluminados, desde los eones del pleroma hasta los simples ' elegidos ', ungidos igualmente en l espiritu (masculino). Por

    lo primero, sin perder en absoluto la connotacin personal del Intelecto hacia el Padre, se orienta, en comunin con el

    Espiritu (esposa suya mitica), hacia la salud del mundo. Y es la razn porque los valentinianos asignan al Cristo

    superior en el pleroma y fuera de l la mas alta media

    cin, resumiendo en ella la eficacia vinculada al intelecto, a titulo personal, y al Espiritu (masculino), a titulo naturai.

    Intil agregar que los documentos de mayor inters hablan escuetamente por mitos matrimoniales, y que solo despus de

    largo estudio puede uno permitirse traducirlos asi. Resumiendo. Hasta ahora hemos operado sobre dos per

    sonas: Dios Padre y su Unignito. En su aplicacin a ambos, el matrimonio espiritual aparece corno forma literaria, buena

    para distinguir y ordenar conceptos. Define el estadio eterno, inmutable y sin logos, del Theos Agnostos; y justifica el trn sito de lo necesario de Dios a lo libre, desde el Silencio, extrafio a toda economia, a la Idea gratuita con que se abre hacia los

    dems. Cuanto mas se multipliquen por parejas los eones y

    mejor se distribuyan conforme a jerarquia, mayor examen requerirn sus componentes, relaciones mutuas y leyes de desarrollo. Lo matrimoniai intriga, porque en toda syzygia hay un elemento masculino y otro femenino, que por sola comu nin mutua, y por su jerarquia en el esquema total, plantea cuestiones. ^Por qu uno es masculino y otro femenino?,

  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 13

    Hasta el presente, no apareci una sola syzygia entre dos personas. Ni en Dios Abismo/Ennoia , ni en el Uni

    gnito Intelecto/Aletheia Cristo/Espiritu hay consorcio

    igualmente real por ambos extremos. Apunta sin embargo el

    ejemplar divino del matrimonio, a un nivel altisimo, muy su

    perior al cristolgico Cristo/Iglesia adoptado por san Pablo.

    Relaciones matrimoniales entre Cristo Sofa, ENTRE EL HlJO Y EL ESPRITU SANTO

    es pronto para excluir del Hijo un matrimonio real. Los valentinianos recurren a varios mitos para exponer la

    generacin del Verbo. Por no involucrarlos, declarar el de Tolomeo, de mayores perfiles, que vengo explicando.

    Los eones, desde el Intelecto hasta Sofia, dan forma sen sible a las virtudes del Unignito inmanente al Padre. Descri

    ben, por syzygias subordinadas, al Hijo &, perso nalmente concebido en el seno de Dios y distinto de El.

    A raiz de un pathos paradigma ' sui generis

    ' del pecado originai que invadici a buena parte de los eones desde el

    Logos hasta Sofia, hubo una intervencin del Unignito pa radigma tambin de la futura crucifixin y salvacin de Jess

    que acab con el exilio de lo pasible, fuera del pleroma. El

    destierro de lo pasible (divino) se tradujo por un aborto, substancia espiritual informe y compiej a, que arrastraba en potencia las futuras ousias del universo creado. Aborto sngu larmente de la Sabiduria ( = del en Sofia), en la cual habia Dios hecho todas las cosas (Ps 103,23), con l vinieron al ser (entre pasiones y desorden) las creaturas. Fruto inmaturo, traia algo de la substancia del pleroma; pero en contaminacin, por el pathos de todos y cada uno de los eones. He ahi el

    pneuma de Gen 1,2: en ebullicin, entre aguas tenebrosas y turbias, mezcla de esencia divina y de pasiones, indiferen ciado an.

    De esa Sofia abortada, simiente del universo, vendrn en diferenciaciones sucesivas, por demiurgia superior del Logos, las tres grandes creaciones: espiritual (femenina), en torno

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  • 14 ANTONIO ORBE, S. I.

    a la Sabiduria personal (= II. Sofia = Espiritu Santo); psi quica, en torno al demiurgo (Yahv); y material, terrena.

    En visperas an de la formacin del universo, arriba queda dentro del pleroma el Unignito; abajo, el abortivo espiritu informe y turbulento. Falta el Logos, creador universal, desti nado a configurar las esencias virtualmente contenidas en el aborto.

    Asistimos a la aparicin del Hijo (Gen 1, 3: Verbum = Lux). El Unignito de Dios, hecho impasible por exilio del pathos y santificado con bautismo de espiritu, se dispone a glori ficar al Padre, revelndose afuera. No obstante permanecer corno Logos inmanente en el seno de Dios, sale del pleroma con todas sus perfecciones. Hijo perfecto, pleroma nacido de

    pleroma, se manifiesta corno Logos subsistente Verbo creador. El que vivia antes en comunin de espiritu con Dios,

    inicia ahora su existencia autnoma, con espiritu distinto del

    paterno, pero de su misma natura y perfeccin. Espiritu masculino, por el que algunos valentinianos le denominan ' Varn ' ().

    Nacido con toda la pujanza del pneuma de Dios, el Logos resplandece rodeado de ngeles. Lo que el astro, son sus rayos anglicos:

    * coetneos ' (Iren. 1,4,5; 8,2.4), ' de su mismo linaje

    '

    (Iren. I, 2,6) substancia y propiedades. Si el uno perfecto, tambin los rayos. Con ima diferencia: el Verbo es personal, los ngeles aun impersonales. Formas celestes de los futures ' elegidos ', los satlites del Logos componen, corno letras res

    plandecientes, el Libro de los predestinados. En ellas cabria leer ' ante mundi creationem

    ' la predestinacin de los hombres.

    A titulo de irradiaciones del Logos personal, poseen los ngeles en El la esencia misma del Padre, y contemplan a Dios. Pero, ^no tendrn, por solidaridad con los futures hom bres, un destino comn?

    Entre los ngeles del Logos y los ' elegidos

    ' hay una re

    lacin paralela a la que existe entre el Logos mismo y Sofia, la Madre de los ' elegidos '.

    Falta saber por qu Sofia es Madre de los ' elegidos ', y

    sus relaciones con el Logos subsistente.

    6 En adelante, para simplificar, llamaremos Sofia a est ltima. Sabi duria inmediata del mundo y Madre de la Iglesia dispersa en l, apelli dada por igual Sofia y Espiriti. Responde, entre valentinianos, a nuestro Espiritu Santo, tercera persona. Vase La teologia del Espiritu Santo (Roma 1966) 517-551.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 15

    Hasta ahora, el pleroma, seno de Dios, ha proliferado de dos maneras: abortiva primero, perfecta cabal despus:

    1 - el aborto trajo la aparicin del semen mundi, una masa informe animada del espiritu de Dios. Aborto, semilla masa, doblemente femeninos: corno fruto de Sofia, ltimo en del pleroma, y de una substancia contaminada con el

    pathos. El espiritu mancillado con pasiones es femenino. Todo lo abortivo, aunque proceda igualmente de eones masculinos

    y femeninos, lleva el sello de la imperfeccin. Y corno feme nino, hace presumir una hija de Dios, en potencia. Dejado a sus pasiones, corno masa sujeta a desordenados movimientos, a nada llevaria. Merced sin embargo a la accin demirgica del Logos, se convertir con lo mejor de si, con el pneuma, en el Espiritu Santo (personal), Sabiduria del mundo. Y mas tarde, gracias a la intervencin salvifica del Hijo, en Madre de la Iglesia divina destinada al mundo.

    2 - la generacin perfecta del pleroma dio por fruto al

    Logos, con subsistencia cabal. A titulo de perfecto, e&piritual mente masculino. Es mas, rodeado de ngeles, igualmente perfectos aunque impersonales.

    Hubo pues, segn el mito, dos emisiones divinas: un aborto

    femenino, y un hijo masculino. Las dos emisiones eran conocidas por otros gnsticos.

    Los ofitas de san Ireneo (adv. haer. I, 30,2s) las hacen smult neas. Nacen, a la vez, corno gemelos, aunque primero el hijo

    perfecto y luego lo amorfo femenino. Los ofitas silencian el drama que describe Tolomeo, desde el aborto del pleroma hasta su formacin (personal y salvifica) corno Sofia y Madre de los hombres. Razn de mas para seguir la trayectoria valentiniana.

    Las dos apariciones, miticamente distanciadas, del aborto ( = futura Sofia) y del Hijo subsistente, pueden muy bien

    justificarse a la luz del Gnesis. Porque primero (Gen 1,1) apareci la masa informe, impregnada de espiritu turbulento

    (Gen 1,2); y luego (Gen 1,3) la Luz ( = Verbo) que le diese forma e iluminase.

    Tolomeo pensaba en los elementos de Moiss. El Logos creador, engendrado corno Dia primero7, ha de enfrentarse con el aborto materia informe, para sacar de ella el cosmos, y en el cosmos al hombre (resp. la Iglesia).

    t Gen 1,3: igual exegesis en Tert., adv. Prax. 7,1.

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  • 1 6 ANTONIO ORBE, S. I.

    El valentiniano dramatiza la cosa en dos actos: el acto creativo^ y el salvifico. Para el primero el Logos interviene corno demiurgo, imprimiendo formas sobre la masa informe. Para el segundo, corno

    ' iluminador ', alumbrando en Sofia a la futura Iglesia humana. En uno y otro caso, acta el Verbo masculino sobre un pneuma (resp. persona) femenino.

    Desde el primer encuentro, con bastante probabilidad, To lomeo discurria tambin sobre Sap 8,2: Est (=la Sab duria) am y busqu desde mi adolescencia, y procur tornarla

    por esposa, y qued enamorado se ella s.

    El Logos se allegaba al para de l sacar a Sofia su Esposa, otorgndole juntamente la forma personal y la del universo; y mas tarde alumbrarla, hacindola Madre de la Iglesia.

    En el primer acto, el Hijo model naturas. Y, aparte las substancias (psiquica e hilica) que separo, configur la espi ritual, otorgndole la misma forma del en Sofia, y hacindola ipso facto personal. Eso bast para que el Hijo tuviera en Sofia una Esposa dotada de las formas futuras del universo.

    Importa poco que, para distanciar los encuentros del Hijo con el aborto, haya recurrido Tolomeo al mito de las pasiones de Sofia, proyectando sobre ella los sufrimientos de Jess en Getsemani9.

    Antes de abandonarla tras el primer encuentro, habia el

    Logos depositado en Sofia un aroma de inmortalidad ( ) 10, principio de atraccin divina. Por encima de las pasiones, a travs de ellas, siente el Hijo corno efecto de su propio aroma de espiritu la superior hermosura que en su Esposa le enamora.

    Notable el artificio de Tolomeo, al interesar Cant 1,3 (y con probabilidad Sap. 8,2) en exegesis a Gen l,lss. La demiurgia del mundo y alumbramiento de la Iglesia denuncia un juego de amor entre el Hijo y Sofia, entre el Verbo y el E spiri tu Santo, Esposo y Esposa.

    8 Cf. Prov 7,4; Sap 9,4. Vase H. F. Weiss, Untersuchungen zur Kosmo logie des hellenistischen und paldstinischen Judentums (TU 97), 1966, 189ss 200. 202,1; U. Wilckens, Weisheit und Torheit (Tubingen 1959) 184ss. Lo acabo de probar en mi Cristologia gnostica II. 178s 186ss.

    10 E1 trmino alude a Cant 1,3. Vase el anlisis de Iren. I, 4,1 (= Tert., adv. valent. 14,lss) en P. Meloni, Il profumo dell'immortalit (L'interpretazione patristica di Cantico 1,3) [Roma 1975 ] 60ss.

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  • LOS VALENTINIANGS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 17

    El segundo encuentro tiene lugar entre personas ya consti tuidas. E1 Hijo vuelve a presentarse; mas no corno Logos creador, sino a titulo de Salvador. Atraido por el aroma de inmortalidad depositado antes por El en Sofia, viene a alum brarla con la gnosis. Alumbramiento y gnosis esconden, a duras penas, su signifcado.

    El Hijo aparece est vez corno astro divino Tolomeo nunca le Dama sol rodeado de ngeles. Y se presenta a

    Sofia, tierra (lunar), para iluminarla con ellos. Semejante ilu minacin entrana dos cosas:

    a) por parte del Salvador, la infusin del propio espiritu para hacerla (espiritualmente) masculina, en comunin de pneu ma con El. Al entonar el espiritu de la Esposa hasta entonces

    imperfecto, lo hace masculino, e ipso facto levanta a Sofia a la vision de Dios.

    b) por parte de los ngeles, la impresin de sus formas en el pneuma de Sofia para hacerla Madre de los elegidos, dispersos a lo largo de la historia por el mundo. Las formas

    anglicas atraviesan, a modo de rayos, a la Esposa y la hacen virtualmente Madre.

  • 18 ANTONIO ORBE, S. I.

    Magdalena que llaman su compafiera (). Porque Maria es su hermana, su madre y su compafiera .

    De los tres epitetos, los dos primeros, ' hermana y esposa ',

    dicen relacin al Hijo de Dios y se inspiran en el Cantar de los Cantares (4,9 y 12; 5,1): Hermana mia esposa . El Logos y Sofia proceden derechamente del seno de Dios: l, corno

    hijo perfecto, ella corno fmina abortiva (' femina a Femina '13.

    El, masculino y eficiente corno sol; ella, femenina y pasiva corno luna. A fiarnos de los ofitas de Ireneo (1,30,2s), corno hermanos gemelos. Y, segn Acta Thomae (c. 50) corno dos pi chones, tambin gemelos, engendrados por la sacra paloma

    ( )14. Tolomeo pudo muy bien, con entera lgica, apropiarse el

    vocabulario ofitico, frater-soror, en su aplicacin al Logos ( =

    Cristo) y Sofia (Iren. 1,30,12). O, al igual que Pistis Sophia (c. 61), hacer de Jess, hermano del Espiritu Santo15.

    La segunda y tercera personas divinas Hijo y Espiri tu, Logos y Sofia eran entre si hermanos: hermano y hermana, aunque el uno, nacido perfecto, y la otra, imperfecta. El escri turario ' Unignito

    ' aplicado al Logos (Cristo) prohibia lla

    mar Hija de Dios al Espiritu Santo. Mientras Cani 4,9 ... quitaba escrpulos para apellidarla

    ' hermana '.

    El mito es an mas favorable para la relacin complemen taria. Si el primer encuentro entre el Hijo y el aborto acaba en desposorio, el segundo es abiertamente nupcial. El

    ' her mano

    ' se convierte en marido de la

    ' hermana '. Est, en mujer

    de su '

    hermano ', Hermano y hermana, por su comn y desi

    guai nacimiento, anunciaban algo de eso. Los ofitas sitan la union en el descenso de Cristo al mundo, corno Salvador de l16.

    Tolomeo la coloca previamente a la fundacin de la Iglesia, antes de la humana historia.

    Su distinto sexo les destinaba a mutuo matrimonio. En su primer encuentro, el hermano debia disponer a su hermana para esposa. En el segundo, debia alumbrarla y hacerla madre,

    W Iren. 1,21,5; 30,3; 11,10,3; 12,3; 25,6. * Vase mi Cristologia gnstica I, Madrid, 1976, 535ss. Noticias simi

    lares en Sophia Soror (Mlanges H.-Ch. Puech) 358s. 5 GCS XIII 78,6. Cristologia gnstica I. 474. in Iren. 1,30,12: descendentem Christum in hunc mundum, induisse

    primum sororem suam Sophiam et exultasse utrosque refrigerantes su per invicem; et hoc esse sponsum et sponsam definiunt . Ntese el trnsito de soror a sponsa.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 19

    ltimo titulo de Sofia. No bastaba que personalmente fuese la Sabiduria del mundo; que en ella, corno en forma universal, tuviese el Logos el paradigma de la creacin. Era preciso, sin

    multiplicar personas en Dios, hacer de Sofia, madre tambin de la Iglesia, ornato y consumacin del universo.

    Era menester iluminarla. El mismo acto por el que el Her mano conocia a la Hermana, corno a Esposa, debia hacerla tam bin Madre de la Iglesia. Y si en virtud de la demiurgia del

    Hijo {Jo 1,3) el pneuma, hecho personal, adquiria la forma en la cual hizo (el Verbo) todas las cosas (Ps 103,24); en virtud de la iluminacin pasaba a ser a la vez Esposa del Lo

    gos y Madre de la Iglesia {Jo l,3c-4a)17. La Iglesia de los elegidos, en dispora por el mundo, seria

    fruto del 'matrimonio espiritual' entre el Hijo y el Espiritu Santo; y cetraria el cuadro de la familia de Dios. En esquema:

    Dios Padre

    (Logos=) Hijo - Espritu Santo (=Sofia)

    Iglesia.

    De Dios Padre proceden el Hijo, por generacin perfecta, y el Espritu Santo, por emisin abortiva. Logos y Sofia son

    juntamente hermanos y esposos. Venidos a la existencia el uno para la otra, se unen en matrimonio. Fruto de la union sera la Iglesia de los elegidos, que Sofia sembrar en el mundo

    a lo largo de la historia y recoger el Salvador: primero con la gnosis, y luego en la final consumacin.

    Tocante al matrimonio entre el Hijo y Sofia, conviene

    despejar algunas incgnitas. El primer encuentro es solo impropiamente matrimoniai.

    No tiene lugar entre personas ya constituidas; es simplemente demirgico. El Logos acta sobre ajena materia informe, im

    primiendo en ella la forma (personal), con eficacia anloga a la universal creativa {Jo 1, 3).

    En el segundo encuentro, matrimoniai, conviene distinguir la accin de los ngeles, satlites de Cristo; y la del propio

    17 Lo que fu hecho en (comunin nupcial con) El, era Vida , Eva, la Madre de los vivientes (cf. Gen 3,20).

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  • 20 ANTONIO ORBE, S. I.

    Cristo. Los ngeles, efluvios del Hijo, imprimen su forma en el espiritu de Sofia, y la fecundan de golpe. Formas an mper sonales, actan al servicio del Hijo sobre el pneuma de Sofia, al cual eclesialmente multiplican, con otros tantos grmenes futuros (humanos). En su virtud, Sofia es seminalmente con stituida Madre de los elegidos (cf. Gen. 3,20). La intervencin de los ngeles mira a la futura Iglesia de hombres. No es de rechamente divina, sino eclesial. Mas que a la mediacin salvi fica hacia el conocimiento de Dios se dirige a la mater nidad de Sofia, hacia su efusin de espiritu en el mundo. Tal vez, con referencia a 1 Tim 2,15: Sera salva por la mater nidad . La Salud de Sofia no puede verificarse por mera gno sis personal. La gnosis que, desde ahora, la levanta al cono cimiento de Dios, ha de abrir el camino para la fundacin de la

    Iglesia en el mundo. De lo contrario, se acaba el cuento. Ilu minada Sofia por Cristo, ingresarian ambos, unidos en ma trimonio, al pleroma para gozar de Dios. La intervencin de los

    ngeles, fecundndola eclesialmente, resuelve la dificultad. So fia, personalmente salva, inicia con la maternidad la genera cin futura de hijos, para salvarse un dia con ellos.

    La eficacia del Hijo sobre su Esposa se traduce de muchas maneras. Iluminacin gnosis, atraccin de Sofia a la intuicin

    del Unignito, encendimiento del pneuma de Sofia a tono con el del Hijo. Esto ltimo crea su dificultad. En virtud de la gno sis, el Hijo

    ' masculiniza ' a Sofia, otorgndole a su espiritu el tono ardiente varonil indispensable para la vision conjunta de Dios. Pero una Sofia ' hecha masculina ', no puede ser Madre de hijos espiritualmente femeninos. Y sin embargo, tan ne cesaria es para la gnosis de la Madre el pneuma masculino, corno para su maternidad eclesial el pneuma femenno.

    La solucin acabamos de anotarla descansa en lo

    divalente de Sofia: personalmente ' salva ', en virtud de la co

    munin con el Hijo, ' econmicamente ' an femenina, corno

    Madre de los elegidos. 0 si se quiere: personalmente mascu lina, en comunin con el Hijo; eclesialmente femenina, en su jecin a los ngeles.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 21

    Del hombre andrgino

    A LA PRIMERA PAREJA

    El lenguaje del mito puede cambiar de una secta a otra. Dentro de la familia valentiniana, muda tambin de una escuela a otra, sin comprometer las lineas del pensamiento.

    Hasta ahora perseguiamos a Tolomeo en la trayectoria, por camino nupcial, desde el Dios supremo hasta los preli minares de la fundacin de la Iglesia. Situaba, equidistante de lo trinitario y de la

    ' historia salutis el matrimonio entre el Logos y Sofia. Y en l, acentuaba la figura de Sofia, Espiritu Santo, en su doble vertiente: trmino del proceso trinitario, y origen de la economia eclesial.

    Los valentinianos representados en algunos Excerpta ex Theodoto (v. gr. 21-22,5), discurren a partir de otro esquema.

    En el principio era el Arcantropos, sin forma ni carcter ni nombre. Del cual naci, con forma y carcter y nombre, el verdadero Anthropos, ejemplar divino del futuro hombre histrico. Hijo del Dios indiferenciado, era tambin verdadero Dios, por su origen y por la forma de Anthropos en que lo divino se caracteriza. Invirtase el alcance de los trminos, y dse al anthropos el valor del comn thes18.

    El Anthropos era espiritu puro, solamente distinto del Arcantropos en la forma, corno se distingue el Intetecto tolo

    meano del Abismo informe. De un lado, superior a la dife rencia de sexos, pasaba por androgino. De otro, corno todo lo perfecto, era espiritualmente masculino. Andrgino y a la vez masculino entranaba, sin distincin de sexos, lo que el pneuma del Unignito, antes de la separacin entre Cristo ( = Adamas) y Sofia ( = femina).

    Ejemplar divino de Adn, Anthropos luminoso, era ' a la

    vez macho y hembra ', por no ser macho ni hembra; quiz mejor, por ser masculino con la perfeccin suma del espiritu

    18 Huelga advertir que prescindimos en absoluto de los infinitos estu dios contemporneos sobre el mito del Anthropos; . gr. de . Schlier, Christus und die Kirche im Epheserbrief (Tubingen 1930); . M. Schenke, Der Gott Mensch in der Gnosis (Gottingen 1962). Interesantes desde otros puntos de vista, descuidan la versin de la mitologia concreta de los grandes gnsticos en teologia, y dentro de la teologia el trn sito de una persona a otra, su mutua eficacia, relaciones con el hombre y con la Iglesia de Cristo.

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  • 22 ANTONIO ORBE, S. I.

    de Dios. A su nivel, corno no hay distincin entre Adn y Eva,

    tampoco la hay entre la Iglesia anglica de Adn y la humana de Eva. Tal conviene al Dia primero (Gen 1,3), nacido de Dios corno Anthropos = Luz, previo a la secesin entre el sol, activo masculino, y la luna, pasiva y femenina (cf. Gen 1,14 ss).

    Hasta aqui, ningiin matrimonio. Este aparece con la me diacin asignada a la persona del Anthropos.

    La mediacin requiere extremos. En nuestro caso, Dios

    y el hombre (divino) llamado a la salud. No hay hombre, con minscula, sin que alguien le otorgue existencia. Como los valentinianos, segn el Apstol (1 Tim 2,5), solo conocen un mediador, Cristo (= Anthropos), a l asignan la doble

    mediacin, creadora y salvifica, necesarias para la economia. El Anthropos debe primero intervenir corno creador, fon

    dando el mundo y en l la Iglesia. Y mas tarde corno Salvador, otorgando a la Iglesia terrena la vision de Dios.

    Ambas intervenciones comprometen al Anthropos en acti

    vidades, de algun modo, antagnicas. La una, hacia abajo, del cielo a la tierra, corno espiritu divino orientado hacia la ma

    teria, para sembrar en ella a los ' elegidos

    ' y disponerlos a

    la salud. La otra, hacia arriba, de la tierra al cielo, corno espiritu que mira a Dios, para recoger de la tierra a los ' elegidos maduros ya, y levantarlos mediante la gnosis al

    Padre.

    Rigorosamente la mediacin salvifica asignada al Anthro pos a titulo de Hijo de Dios presupone la existencia del hombre en el mundo, su vocacin a la salud; y en general, todo aquello, de orden fisico y aun espiritual, preliminar a la Gnosis.

  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 23

    Llegamos por otra via al matrimonio entre el Logos y Sofia; entre el Hijo y el Espiritu Santo; entre Adn, el Hombre de luz, y Eva, la Mujer ( = Madre de los vivientes).

    Tambin ahora Cristo (=Adn) concentra en torno a si a los ngeles masculinos; mientras Sofia (= Eva) retiene los

    grmenes femeninos, hombres futures (ET 21,1). A diferencia del consorcio histrico ' secundum carnem '

    entre Adn y Eva, este de Cristo y Sofia tiene lugar ' secun

    dum spiritum ', mas no se consuma. Por la separacin entre marido y mujer, Cristo es solo masculino; Sofia, solo feme nina. Estrictamente hablando, aparecen en separacin, no en comunin. Se separan a fin de actuar por separado. En comu nin andrgina serian infecundos. Para que Sofia sea Madre, debe intervenir fuera de matrimonio, a titulo de espiritu feme nino. Y Cristo, para ser Luz del mundo, autor de la gnosis, ha de operar fuera de matrimonio, corno espiritu meramente masculino.

    Apurando. Cristo/Sofia, en fase previa a la creacin se

    dejan ver corno esposos, con promesa de matrimonio. El cual se consumar a fin de los tiempos, cuando se restaure la unidad, segn el espiritu masculino, del Anthropos. Entre

    tanto, Sofia actuar corno Hembra, Madre de grmenes fe meninos. Y, a distancia, venida la plenitud de los tiempos, Cristo convertir en ' varones ' perfectos los grmenes feme ninos de Sofia20.

    Los valentinianos (de ET 21) no escenifican el momento de la fecundacin de Sofia por el Logos. Recalcan, por el

    contrario, su mutua divisin, corno prometidos esposos, con una trayectoria indispensable de no-unin, tan prolongada corno la Historia salutis. Ms an, discurren, al parecer, sobre dos

    esquemas complementarios: 1 - uno de previa fecundacin

    global de Sofia, por secreta eficacia de Cristo en ella, anterior al mundo; 2 - otre de nueva comunin, infecunda, con Sofia, en la final synteleia y para siempre.

    En virtud del primero, al momento de la escisin del

    Anthropos, lo masculino habria impreso en lo femenino las formas anglicas, dejndolo de una vez fecundo para la dis

    pora de los elegidos, a lo largo de la historia.

    Due note sull'angelologia origeniana, en Riv. di Cult. Class, e Medioev.

    (1962) 175s. 2 Exc. ex Theod. 67s; Clem., Strom. Ili 9,63,2. Puede verse mi Cris

    tologia gnstica 1.306ss.

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  • 24 ANTONIO ORBE, S. I.

    Rota la unidad andrgina, Cristo se quedaria con las for mas anglicas de los predestinados; en espera de actuarlas nuevamente al momento de la gnosis sobre los grmenes humanos respectivos. Sofia retendria en su seno, seminalmente

    individuados, a los ' elegidos

    ' para derramarlos por el mundo

    durante la economia. A la concepcin simultnea de la Iglesia, corresponder una lenta maternidad, dominada por el signo de la muerte. A pesar de ser, en sentido mas alto que Eva, ' Madre de los vivientes ' (Gen 3,20), Sofia dar poco a poco muerte a sus hijos, segn los sepulta en la tierra, regin de

    ignorancia. Tal ejercicio es indispensable para el futuro com

    plementario de Cristo; mas en si transcurre fuera de ma trimonio.

    En la plenitud de los tiempos, superado el Testamento de ignorancia, vendr Cristo con su corte de ngeles. Y segun halle, prontos a la iluminacin, a los espiritus humanos dis

    persos antes por Sofia, imprimir en ellos las luces ang licas, y entonar su pneuma con el propio, hacindolos mascu linos,

    ' iguales a los ngeles En virtud de la gnosis, obra

    del Varn, Cristo consuma, a la medida del ngel, al indi viduo terreno, espiritualmente hasta entonces femenino, y lo angelifica, levantndolo a la vista de Dios.

    Si la Hembra (Sofia) feminiza, corno quien es, a sus hijos adentrndolos en rgimen de muerte, el Varn (Cristo) los

    masculiniza, introducindolos en rgimen de Vida. Los grmenes que, hijos de Mujer, reclaman educarse en

    contacio con la materia y psique del mundo, una vez sella dos con las formas luminosas ( = anglicas) de Cristo se tornan luminosos. Y quienes, en dispora por el mundo, testimoma ban inconscientes la forma de los respectivos ngeles, a raiz de la gnosis traida por el Varn adquieren conscientes su forma tambin luminosa,

    ' iguales a ellos

    ' ().

    Hembra y Varn actan pues fuera de matrimonio, sobre unos mismos hijos, con efcacia complementaria, en el espa cio y tiempo terrenos. La Hembra insertndolos en la historia. El Varn sacndolos de ella. Los mismos que, en rgimen de

    ignorancia, acusaban su filiacin 'de Fmina', a raiz de la aparicin salvadora de Cristo entran con la gnosis en el

    rgimen de los verdaderos ' hijos de Dios '21.

    21 ET 68: & , Vase mi Cris tologia gnstica I. 576s,

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 25

    En la final consumacin, salvos ya los hijos que engendr, tambin Sofia se salvar merced a la generacin (y consu macin) de sus hijos (1 Tim 2,15). Suena entonces para Sofia la hora del matrimonio definitivo.

    Traducido el mithologomenon anterior a lenguaje trini tario, darfa pie a algunas consideraciones tan audaces corno

    significativas. Los valentinianos (de ET 21 s), sin mentar a Dios Padre, discurren a partir de la existencia de un Anthro pos, Hijo de Dios andrgino.

    El Hijo, que se presume distinto personalmente del Padre, se divide, en orden a la economia, en dos, a la manera de Adn. No por particin, sino por separacin de lo femenino. Desde ese momento existe Sofia, el Espiritu Santo, corno ter cera persona.

    Si el Hijo naci del Padre, el Espiritu Santo procedi del Hijo, corno Eva de Adn. Los discipulos de Valentin se ade lantaban no tanto a la dificultad, trinitariamente clsica, del Espiritu Santo, Hijo del Padre, sino a otra similar, del Espi ritu Santo, hijo del Hijo22.

    Aunque salvaran la procesin no rigorosa filiacin del Espiritu Santo, daban a entender que personalmente vino de solo Hijo, corno Eva procedi de solo Adn, e indirecta mente de Dios.

    La aparicin de Sofia era necesaria por dos razones: 1 - corno Sabiduria personal del mundo; con eficiencia naturai sobre el universo dibujado en ella; 2 - corno Madre, tambin personal, de la Iglesia del espiritu, destinada al mundo; con eficiencia divina sobre el cosmos.

    La primera razn no aparece entre los valentinianos con

    la pujanza que la segunda. A separar personalmente la Mujer (divina), del Hijo (Varn), moviales sobre todo su maternidad.

    ^Cmo justificar, sin recurso a la persona del Espiritu Santo, la existencia de la Iglesia en el mundo?

    Matrimonialmente complementarios, tenian cada cual su misin. Cristo, la masculina, rigorosamente salvifica, corno Gnosis personal y mediador necesario para el Padre. Sofia,

    22 Puede verse mi nota La procesin del Espiritu Santo y el origen de Eva, en Gregorianum 45 (1964) 103.

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  • 26 ANTONIO ORBE, S. I.

    la femenina, previa a la de Cristo. Curiosamente, aunque no

    recogieran que yo sepa la paradoja, incurrian en ima de escndalo. E1 Espiritu Santo personal, que, por su nombre, parecia llamado a

    ' santificar ', no puede otorgar la ' santifi

    cacin '. Mas an, mientras Cristo es principio activo de sancti ficacin, vida, iluminacin; el Espiritu Santo es solo principio pasivo: capaz de ser santificado iluminado; bien capaz de infundir un espiritu llamado a santificarse, vivificarse...

    Toda la historia de la salud est en funcin de tales dos caracteristicas complementarias: masculina y activa en Cristo, femenina y pasiva en el Espiritu personal. No solo a lo largo de la terrena dispensacin. En la eternidad misma, el Espiritu Santo seguir recibiendo del Hijo, con el espiritu, la Gnoss. Consumado el matrimonio en el espiri tu del Hijo no habr maternidad, ni ejercicio alguno paralelo del Espiritu Santo sobre sus hijos. Y corno personalmente recibir del Hijo el tonos para ver a Dios, egualmente sus hijos, de los ngeles masculinos a quienes se unirn para siempre.

    El mito del Anthropos andrgino, tal corno aparece entre los Excerpta ex Theodoto (21-22) no es incompatible con el de Tolomeo. Discurre sobre otro esquema, con fundamento en

    el Gnesis. Algo similar habria que decir del mito de los

    Excerpta 32,243,1: segun el cual Sofia emite a Cristo. Le omitimos aqui, por no ser matrimoniai.

    El matrimonio entre Angeles hombres

    Al margen de la syzygta entre Cristo y Sofia, ensefiaban los valentinianos, sin distincin de escuelas, multitud de otras entre los ngeles, satlites de Cristo, y los hombres, hijos de Sofia: aquellos, espiritus masculinos, y stos, femeninos.

    Angeles y hombres divinos, tenian en espiritu. una relacin

    paralela a la que mediaba entre Cristo, cabeza de la Iglesia angelica, y Sofia, Madre de la Iglesia humana.

    Habia tantos espiritus anglicos, corno grmenes humanos; y por lo mismo, un nmero exactamente igual de matrimonios en perspectiva. Formas celestes de los individuos terrenos, los

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 27

    ngeles; sujetos individuados en contacto con la materia, e individuantes de los ngeles, los hombres. Aunque perfectos en el orden de natura, eran los ngeles irradiaciones de Cristo multiplicables, pero insubsistentes. Imperfectos corno Sofia, eran sin embargo los hombres espiritus personales, individua dos aqui por la materia. Habia entre unos y otros, aparte la comunidad de especie (pneuma), otra en cierto modo formai. Las formas anglicas, solo subsistentes en Cristo, habian im preso su typos en el pneuma (femenino) de Sofia. Tocaba a Sofia derramar a lo largo de la historia los grmenes del propio espiritu, sellados con los typoi, e imprimirlos, uno tras otro, en las almas (resp. cuerpos) de los predestinados. Sin ms les daba consistencia. Y los hijos de Sofia, espiritus terrenos, testimoniaban inconscientes las formas de sus companeros celestes.

    Asi hasta el momento de la iluminacin. Desde los dias del histrico Adn hasta la plenitud de los tiempos, Sofia dise minaba sus grmenes por el mundo. Estos, en rgimen de absoluta nconsciencia, raramente interrumpida en momentos de inslita fulguracin v. gr. con la profecia de Adn (Gen 2, 23 ) 83 , nacian, vivian y morfan para aguardar, en el Hades, la gnosis.

    Vinculada a la persona del Salvador, la gnosis se revel con el Evangelio. Aparte la iluminacin en el Hades, privativa de los espirituales del Antiguo Testamento, el Salvador instau

    raba aqui, con su venida al mundo, el Bautismo de perfeccin. Llmese iluminacin, gnosis, perfeccin, bautismo de perfec cin, indica siempre lo mismo: el instante paratelo al Bautismo del Jordn para Jess en que el espiritual recibe con el don del Espiritu (masculino) la conciencia de si y del nuevo rgimen, al que es incorporado.

    Algunos valentinianos {ET 22,5) veian en la gnosis la redencin y aun hablaban de

    ' redencin anglica '24. En su virtud, el pneuma humano volviase anglico, masculino. No solo porque el Salvador avivaba, con su soplo, la centella

    (femenina y dbil) del espiritu, comunicndole su propia luz; sino por obra simultnea del ngel, su esposo.

    Al iluminar el Salvador al individuo XY, haciase acom

    23 Vase mi Cristologia gnstica I. 92. Vase F. M. Sagnard, La gnose valentinienne et le tmoignage de

    saint Irne (Paris 1947) 418ss.

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  • 28 ANTONIO ORBE, S. I.

    panar del ngel XY, forma luminosa y masculina del inte resado. Y este pasaba a vivir

    ' igual a (su) ngel en la misma

    atmosfera de espiritu y luz que el Salvador. E1 hombre a su vez comunicaba al ngel su individuacin. Ambos, desde entonces, inauguraban una existencia comn: personal para el ngel, gracias al hombre, y (divinamente) perfecta para el hombre, gracias al ngel.

    Se perfila el matrimonio espiritual. La forma celeste abraza al individuo terreno y le sublima, elevndole a su propio nivel. El hombre pierde lo femenino, y se iguala en claridad doxa con el ngel, y por su medio con el propio Salvador; mientras el ngel, que hasta ahora subsistia en el Salvador, pasa a vivir en la esposa (humana) que le recibe.

    A este matrimonio aludia el Salvador, en conversacin con la Samaritana (Jo 4,16-18): Dicele Jess: Ve, llama a tu marido y ven ac. Respondi la mujer y le dijo: No tengo marido. Dicele Jess: Bien dijiste 'no tengo marido', porque cinco maridos tuviste, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho verdad

    La Samaritana, y en general las mujeres del Evangelio (Ana la profetisa, Hemorroisa, Maria Magdalena)eran a la vez simbolo de la Iglesia y del individuo (espirituales) en rgimen terreno. El espiritu inserto en la materia arrastraba una existencia adulterina entre ignorancia, pasiones y muerte. En vano trataba de contraer matrimonio. Ignorante de su

    origen divino y linaje espiritual, buscaba unirse a la materia. Los seis maridos, terrenamente legitimos, de la Samaritana no podian simbolo de la materia llenar sus aspiraciones intimas. El espiritu no casa con la hyle.

    Eliezer buscaba para mujer del hijo de Abrahn, a una doncella del linaje de su amo (cf. Gen 24,2 ss). Tambin para la Samaritana queria el Salvador un marido de su misma raza; pero ella, inconsciente de si, lo era ms de los ngeles entre quienes le vivia el marido. El Salvador promettale con la iluminacin, el conocimiento del ngel que para esposo le destinaba, y en el cual habia sido predestinada desde antes de la creacin del mundo (cf. ET 35-36).

    25 Vase C. Blanc, Le Commentaire d'Hraclon sur Jean 4 et 8, en Augustinianum 15 (1975) 48ss.; M. Simonetti, Eracleone e Origene, en Vetera Christianorum 4 (1967) 23ss.

    26 Cf. mi Cristologia gnstica I (Madrid 1976) 459 (para Ana); II. 40ss (para la Hemorroisa); J.-E. Mnard, L'Evangile selon Philippe (Paris 1967) 150s (para la Magdalena).

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 29

    Invisiblemente rodendo de ngeles, venia a decirle Jesus:

    Mujer, llama de entre mis ngeles al tuyo, a tu mando, y ven junto con l, en comunin mutua a beber de mi el agua que apagar para siempre tu sed, la vista de Dios (cf. Heraclen, fragm. 17).

    El matrimonio ngel/hombre se consuma al momento de la gnosis. Nunca antes del Evangelio, porque solo entonces

    apareci Cristo con sus ngeles. Gnosis tiene mucho del conocer biblico (Gen 4,1): A la

    ciencia del Padre en el Hijo, se adelanta el conocer matrimonial

    ngel/hombre. La Samaritana, consciente ya de si por la iluminacin, conoce en espiritu al ngel su marido; en el ngel, a Cristo, y en Cristo a Dios.

    La union ngel/hombre (resp. espiritus mascultno/feme nino) tiene lugar en este mundo, antes de la humana disolucin; mas por tener lugar

    ' en espiritu ', no interesa al cuerpo ni a la psique. La Samaritana no puede llevar a ella a los seis maridos, simbolo de la materia, ni consumarla en Judea (resp. Jerusaln), simbolo de la psique. Cuerpo y alma estorban al

    espiritu, le feminizan, y no le consienten la adoracin del Padre en espiritu y en verdad27.

    En torno al matrimonio mismo, los valentinianos son

    poco explicitos. Atentos a la mediacin del Salvador, atribuyen a l (resp. a su Espiritu) la iniciativa. Gracias al Espiritu Santo somos reengendrados2S; empero somos engendrados por

    Cristo, por parejas. Ungidos somos en el Espiritu; al ser reen gendrados, hemos sido reunidos . Apunta aqui el orden causai. Cristo, autor de la regeneracin. El Espiritu Santo (de Cristo), crisma. La regeneracin no afecta a individuos, sino a parejas. Emparejados, reunidos (en matrimonio), la reciben el ngel y su hombre.

    Sin salir empero del ' Evangelio segn Felipe

    ' hay lineas

    que permiten apurar el tema. Todos los que en el mundo son engendrados escribe ( 30 s) son engendrados por la natura () ... (Si) el Logos saliese de la boca, alimen taria por la boca y resultarla perfecto. Pues los perfectos

    () se tornan fecundos en virtud de un beso, y dan a luz. Por eso nos abrazamos mutuamente y concebimos por la grada que hay en nosotros, unos y otros .

    27 Cf. C. Blanc, Le Commentaire d'Hraclon sur Jean 4 et 8: Au gustinianum 15 (1975) 88-94.

    28 Evang. seg. Felipe 74.

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  • 30 ANTONIO ORBE, S. I.

    Frente a la generacin normal, est la de los perfectos mediante un beso. Tal vez aludia a ese misterio, entre gnstcos, la Esposa del Cantar (Cant 1,2); y corno ella, Maria Magda lena28, companera de Jess. Por la boca se unirian los per fectos, en comunin de espiritu. El beso es signo de amor. En lo divino, de amor espiritual. Dado y recibido en la boca, tiene doble valor: activo y pasivo. Activo, comunicarla el

    espiritu de amor. Pasivo, le recibiria. El osculo en la boca es incompatible con la elocucin. Ni el que besa ni el que recibe el osculo, pueden hablar. Pero es compatible con la

    espiracin, y sobre todo con la piegarla. Palabra del Senor escribe el gnstico simoniano de Hiplito (Ref VI, 10,2) es el efato y discurso que se engendra en la boca. Y no hay otra regin para engendrar 30. En la boca tiene origen la palabra de Dios, la oracin. El beso en la boca reune a dos en el mismo Logos, y por su medio les une a Dios. El ver dadero consorcio ha de ser en la plegaria; y no en la natura, sede normal de la gnesis. Solo por comunin en la plegaria reciben los esposos la gracia del cielo: una chafis que no va solo del marido a la mujer, sino tambin de la mujer al marido.

    El encratismo gnstico, disimulado en el Evangelio segn Fettpe y en el annimo simoniano de Hiplito, ratificarla esto mismo. Son incompatibles la comunin de plegaria con Dios y el comercio carnai; el matrimonio de espiritu y el de la carne 31.

    Tal pudo ser un osculo en la boca el hecho a que alude el Evang. segn Felipe 3132.

    Algunos discipulos de Valentin conocieron, para el bau tismo de perfeccin (resp. de redencin anglica), un rito

    2 Evang. segun Felipe 55 : La Sabiduria, llamada estril, es la Ma dre ... Y la companera () del [Hijo es Maria] Magdlalena], E1 [Senor amaba a Maria] mas que a los discipulos ... [y la] acogia ( ) a veces [con besos en la boca?] ... Cf. ibid. 32.

    30 Vase El pecado originai y el matrimonio en la teologia del s. II: Gregorianum 45 (1964) 475ss.

    31 Cf. El pecado de Eva, signo de divisin, en Orientalia christ. period. 29, 1963, 322ss.

    32 Vanse las consideraciones con alguna bibliografia de Mnard, o.c. 149-150.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 31

    nupcial. Disponen (a este fin) una cmara nupcial y realizan una mistagogia con ciertas expresiones (dirigidas) a los ini ciados. Y dicen es un matrimonio espiritual ( ) lo que ellos hacen a semejanza de las

    syzygias superiores 3B.

    Las lineas dan margen a interpretaciones varias: desde la comunin carnai, hasta una meramente simblica. Habia, entre valentinianos, quienes, enemigos de todo rito sensible34, con denaban por inconveniente cumplir un misterio inefable me diante creaturas sensibles.

    Entre los partidarios del rito sensible, habria natural mente sus diferencias. En ningn otro se diferenciaban tanto corno en el bautismo de perfeccin. Unos se atenian a cere monias similares a las eclesisticas. Los de Iren 1,21, 3 reali zaban su mistagogia en tlamos dispuestos ad hoc.

    Unas lineas del valentiniano Marcos lo confirman. Ireneo las ofrece corno cosa de Marcos, sin vincularlas al bautismo de redencin anglica; pero son demasiado evidentes sus alu siones al ngel/hombre. El mago sustituia en el rito al ngel. Las mujeres sobre que actuaba, corno mistagogo, simbolizaban, por lo femeninas, a los hombres espiritualmente femeninos, llamados a la gnosis. Ireneo da a en tender que el rito se cumplia tambin con hombres.

    Maxime enim circa mulieres vacat escribe (Iren. I, 13,3) aludiendo a Marcos et hoc ( = idque praesertim) circa

    eas quae sunt honestae et circumpurpuratae et ditissimae, quas saepe abducere tentans, dicit blandiens eis .

    Est presentacin inclinarla a creer en palabras espont neas e improvisadas. El contenido, y el hecho de ofrecerlas a la letra, indica lo contrario. Era una frmula hecha, que dejaba poco sitio a la improvisacin de Marcos, y mucho menos, a la de los iniciados:

    Participare te volo ex mea gratia, quoniam Pater omnium

    angelum tuum alusin al ngel, esposo semper videt ante faciem suam (cf. Mt 18,10). Locus autem tuae magnitudinis

    ss Iren. I, 21,3- Vase C. A. Lobeck, Aglaophamus I (Konigsberg 1829) 649ss.

    3i Cf. Iren. I, 21,4: Alii autem haec omnia (= sensibiles ritus) re

    cusantes, dicunt non oportere inenarrabilis et invisibilis virtutis myste rium per visibiles et corruptibiles perfici creaturas; et ea quae mente

    concipi non possunt et incorporalia et insensibilia per sensibilia et cor

    poralia. Esse autem perfectam, ipsam agnitionem inenarrabilis magni tudinis... .

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  • 32 ANTONIO ORBE, S. I.

    {= tui angeli) in nobis est en Marcos est ritualmente el

    ngel, esposo ; oportet nos in unum convenire he ahi el matrimonio ngel/hombre . Sume primum a me et per me

    gratiam. Adapta te ut sponsa sustinens sponsus suum, ut ss

    quod ego, et ego quod tu. Constitue in thalamo tuo semen lu minis. Sume a me sponsum et cape eum et capere in eo

    ( ). Ecce gratia descendit in te, aperi os tuum et propheta (Iren 1,13,3).

    Aqui hay mas que un simple abrazo, un beso en la boca.

    Aunque Ireneo lo silenciara en el comentario, se adivina el rito. Autntico sacramento cristiano, no slo significa la comu nin ngel/hombre, sino que la lleva a cabo. Aplicado a solos

    espirituales, da la madida del matrimonio entre el ngel, que mira de continuo el rostro del Padre, y la mujer (= espiritu femenino), dispuesta para la comunin con l.

    Marcos no Olvidaba la otra dimensin. El consorcio ngel/ hombre quiere actuar, a su nivel propio, el misterio de la ine fable syzygia entre Dios y Silencio ().

    Desde aquel momento, masculinizados e ' iguales a nge

    les ' () en virtud de rito tan fuerte, los perfectos que daban libres de toda epithymia carnai; no sin condenar el ma trimonio del vulgo, y el vino afiejo de la concupiscencia (' vi num nuptiale ') que le nutria35.

    Iluminados ya, permitianse cualesquier experiencias, re

    probadas entre los dems por sujetos a pasin; recomendadas y aun alabadas en ellos, corno ejercicio del misterio ms su blime, la syzygia de Dios (Iren. 1,6,2).

    Jess habia inaugurado rgimen, con nuevo vino. A los

    elegidos prohibiales, corno a la Samaritana, el matrimonio ter reno. La gnosis les llamaba a las nupcias con sus ngeles, a las bodas del espiritu, inauguradas ante creationem con el matri monio Cristo/Sofia.

    Los valentinianos imponian la continencia a los pslquicos por tener la

    ' grada

    ' en usufructo. Los perfectos, por tenerla

    en propiedad, recibida de la inefable e innominable syzygia , eran superiores a la ley. El Silencio (), consorte del Dios eterno, llambase tambin (Iren, 1,1,1) Gracia (). En su aplicacin a la gracia ofrecida por el mistagogo en el rito nup cial (Iren. 1,13,3), adquiere inusitado alcance.

  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 33

    Extender sin embargo tal ejercicio, en lo que tiene de mas crudo, a todos los valentinianos, seria olvidar demasiadas co sas. E1 libertinaje de Marcos, mientras no se pruebe lo contrario, hace excepcin entre los discipulos de Valentin. E1 matrimo nio de espiritu, entre ngel y hombre, llevado por los cauces doctrinales de las dos escuelas, orientai e itlica, se explica muy bien fuera de aplicaciones tan aberrantes.

    El matrimonio de espritu en la eternidad

    Las bodas iniciadas con la gnosis en este mundo tendrn su mas esplndido y definitivo remate en la final synteleia.

    A las nupcias eternas entre los eones preceder el ban

    quete de bodas, comn a justos y a perfectos, a psiquicos y a pneumticos. El banquete se celebrar en la Ogdada: ms all de los siete cielos planetarios, en el espacio; y ms all de los siete grandes dias (= milenios) de la historia, en el

    tiempo. A l se refiere la parbola evanglica (Mt 22,2ss; Le 14, lss) sobre las bodas del Hijo del Rey37.

    Las de Can se adelantan en simbolo al banquete ltimo. La historia de Can es tambin parbola. Sus novios, ms son

    Iglesia que individuo: el novio es el Salvador, con (la Iglesia de) los ngeles, sus cortesanos; la novia Sofia, con (la Iglesia de) los hombres, sus hijos.

    El banquete congrega tambin, a titulo de servidores, al

    demiurgo (animai), con sus dos sinagogas de ngeles y hom bres (animales). Previo a las rigorosas nupcias, celbrase extra muros del Tlamo (= pleroma), corno acto ltimo de la eco nomia transitoria.

    En la noticia evanglica de Can falta la distincin entre el banquete y las bodas. Se la supone, igual que en la par bola. Al banquete asisten, adems de los novios y sus intimos, el mayordomo y sus servidores. El arquitriclino ser quien corno amigo del novio le acompane luego hasta el Tlamo, para quedar fuera con todos sus servidores.

    A titulo de arquitriclino, tcale al demiurgo presidir el ser vicio del banquete. Presidir, y gustar del vino nuevo, sin toda

    36 Cf. ET 64s; Iren. I, 7,4; ET 34,2. 37 Vanse mis Parabolas evanglicas en san Ireneo II (Madrid 1972)

    229-239.

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  • 34 ANTONIO ORBE, S. I.

    via beberle corno los novios. Los valentinianos, reticentes

    en lo literario sobre la conversin del agua en vino, la orien taban de seguro en linea anloga a la de los naasenos3B.

    Simbolo de la vida terrena corno el agua samaritana (He raclen, fr. 17)39 se convertir para el banquete en vino nuevo,

    sostn de la alegria comn a psiquicos y espirituales. Para los psiquicos, en pistis; para los espirituales, en gnosis. Varia mente saboreado, ser unico para todos por la comunidad de

    objeto. Unos y otros bebern, segn el simil naaseno (Hip lito, Ref. V, 8,6 ss), de la misma copa de vino; los unos con la psiche discursivamente, los otros con el intelecto intuitiva mente.

    Terminado el banquete, el arquitriclino acompanar al Novio a titulo de paraninfo. Los suyos, se presume, harn lo propio, corno Iglesia amiga, acompafiando a Sofia hasta el in greso del pleroma.

    Entonces los espirituales deponen las almas ( = hombres psiquicos), y, junto con la Madre (Sofia) que se lleva al Esposo (Cristo), llvanse tambin ellos a sus esposos los ngeles, para entrar en el Tlamo, dentro del Horos; y se dirigen a la vista del Padre, hechos eones intelectivos, para las nupcias intelecti

    vas y eternas ( ) de la syzy gia

    El Tlamo (= pleroma) solo acoge lo espiritual. El Salva dor y sus ngeles entrari impropiamente en l, pues nunca le

    habian abandonado (cf. ET 7,4). Sofia y los suyos Ingresan por vez primera en el pleroma.

    El matrimonio se consuma en absoluta desnudez. Otros

    gnsticos conciben el ingreso en el pleroma, corno bautsmo en el Espiritu virginal de Dios 41, para el que han de arrojar los vestidos 42.

    Los valentinianos, muy realistas para describir usos nup ciales (cf. Evang. sec. Phil. 122), silencian el modo de union entre Cristo y la Sofia. Ninguno de los dos tiene por qu sa crificar su propia subsistencia. Los escritos que enuncian sus bodas, dan por sabida su personal duracin eterna.

    38 Vase mi Cristologia gnostica II. 29s. 39 Vase C. Blanc, Comm. d'Hraclon... Augustinianum 15 (1975)

    82 n. 8. *> ET 64; cf. ET 34,2. 41 Vase La teologia del Espiritu Santo (Roma 1966) 45ss.

    Evang. sec. Phil. 101; Hipol., Ref V, 8,44s.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 35

    Termina asi con la union de las dos personas divinas

    Hijo y Espiri tu Santo la economia iniciada con la divisin. tQu decir, a estas alturas, de la forma corno presentan algu nos valentinianos su separacin?

    A no haberse apartado la mujer del hombre dice el

    Evangelio segn Felipe 78s no habria muerto con el hombre. Su separacin dio origen () a la muerte. Por eso llegse Cristo a enmendar de nuevo la separacin que habia desde el

    principio, reunirlos a los dos y vivificar a los que se hallaban muertos en separacin (y) unirlos. La mujer se uni al marido en la cmara nupcial (), y los que se unen en la cmara nupcial ya no se apartan. Eva se separo de Adn, porque no se le habia unido en el tlamo .

    El paradigma divino de Adn y Eva, Cristo/Sofia, descubre otra visual. De su mutua divisin vino el universo creado, la economia de la Iglesia de Dios en el mundo, su muerte mistica en contacio con la materia, la redencin e iluminacin. Algo muy superior a la sola restitucin de la unidad primera. Merced a la trayectoria de lo divino, desde la escisin hasta la reunin, da origen el Hijo al Espiritu Santo (personal), y por su medio, multiplica a los hijos naturales de Dios, insertndolos en estadio de muerte mistica en la materia, educndolos en ella, y disponindolos corno individuos perfectamente divnos, en lo naturai y en lo personal, a la vida de comunin eterna con los ngeles del Hijo. La muerte (mistica) en el mundo,

    indispensable para de Uno hacer iglesia, y de la soledad del

    Unignito multitud de hermanos, es el mayor regalo que con

    Su separacin (personal) pudo hacer Sofia a Cristo, el Espi ritu Santo al Hijo. Lejos de determinar su muerte, sefial para ambos el origen de la gran familia de los predestinados.

    Volvamos a ET 64.

  • 36 ANTONIO ORBE, S. 1.

    de la solitaria Syzygia de Dios (Abismo/Sige). La tensin hacia fuera que caracteriza a los eones, a partir de Aletheia (y tam bin de Ennoia), habr desaparecido. Ya no acta la Verdad del universo, ni siquiera el Pensamiento de Dios sobre l. Mucho menos, las funciones dinmicas ad extra vinculadas a Lo

    gos/Ecclesia y dems eones. Fundado el mundo para bien de la Iglesia, y lograda sta para el conocimiento de Dios, solo se sostiene el ejercicio para el que Dios se revel afuera, la in tuicin inacabable del Abismo. A tal fin, no basta la ayuda del

    Logos, en si racional discursivo. Requirese la mocin inm vil caracteristica del Intelecto. Hechos intelectivos (), a la medida del Unignito, participes de la inteleccin, conoce rn de hito en hito al Padre.

    Si la syzygia de Dios es nica en su abismal silencio, la

    participacin de ngeles y hombres en ella uno y mltiple: por ser muchos los que de ella personalmente gozan, y uno solo en cantidad y en calidad el modo de gozarla. A todos

    y cada uno de los matrimonios (ngel/hombre), se les comuni cara de lleno el pleroma. Sentirn todos el deleite de la comu nin (miticamente) conyugal de Logos/Zoe, Anthropos/Eccle sia y dems parejas.

    Alla en los prolegmenos de la economia, en virtud de la

    iluminacin del pleroma por Cristo/ E spirita (Iren. I, 2, 5 s) que dio principio a la generacin del Logos, todos los eones queda ron hechos iguales (): todos Intelecto, todos Logos, todos Anthropos, todos Cristo; y todos tambin Verdad, todos Vida, todos Iglesia, todos Espiritu (Iren. I, 2, 6). En el estadio final ocurrir lo propio. Los elegidos se unirn a su respectivo n gel, y, a una con l, se igualarn con todos y cada uno de los eones para gozar de Dios, con la plenitud misma del Hijo, to dos Intelecto, todos Logos ...

    El hombre que, a partir de la gnosis de este mundo, por comunin con el ngel se har {Le 20,36), y ver de hito en hito al Unignito,

    ' rostro de Dios en la final consu macin se har, juntamente con su ngel,

    ' igual al Hijo '.

    Como la medida de la participacin total del Hijo es el propio Hijo, y los predestinados le poseern en igualdad, ocu rrir ima paradoja. Habr en la Casa del Padre tantas mora

    das cuantos matrimonios hay de eones (segn Jo 14,2); mas no habr distincin de grados en la posesin de Dios. Porque todos gozarn de todas las moradas; y segn todas a la me dida del Hijo, compendio de ellas tendrn parte en Dios.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 37

    De est suerte, la synteleia conjugar, para deleite de los

    elegidos, varios tipos de matrimonio espiritual: 1 - el de dngel/hombre, iniciado al momento de la gnosis,

    en este mundo;

    2 - el de Cristo/Sofia, paradigma del anterior, prcticamente unido al de Iglesia angelica/1glesia humana;

    3 - los intelectivos y eternos, componentes del Unignito (resp. pleroma), desde Nos/Aletheia hasta Tkeletos/Sophia;

    4 - la syzygia suprema Abismo/Sitencio.

    PUNTOS MARGINALES

    Al margen del tema bsico aparecieron algunos que con vendria puntualizar.

    Acabamos de indicar uno. Los valentinianos enseflaban dos salarios cualitativamente diversos: uno, para los psiquicos de vida honesta, en la Ogdada; otro la verdadera Salud

    para solos elegidos *3. El segundo era cuantitativamente igual para todos. Entre

    los pneumticos no habia grados en el premio. Todos reci bian la misma medida. La igualdad venia impuesta por la

    plenitud del Hijo, gnosis personal, miticamente desarrollada entre las parejas de eones. Quien conoce al Padre en la plenitud del Hijo, no es capaz de incremento. Quien se adentra en el

    pleroma, toma posesin de todo el Hijo. El hysterema es com

    patible con grados. El pleroma, por definicin, no. Si los psiqui cos reciben el premio en la Ogdada, por audicin (resp. pistis) de lo que ocurre en el pleroma (cf. ET 65), participan de

    ' la

    plenitud de la alegria y del descanso mas no en plenitud, sino conforme a los mritos adquiridos en este mundo. La biena venturanza de los psiquicos, en armonia con la doctrina ecle

    sistica, conoce grados. Otro punto afecta al definitivo matrimonio entre la Se

    gunda y Tercera personas divinas, Cristo y Sofia. Lgicamente, ambos consuman el matrimonio a la medida del Unignito; no a la del Espiritu Santo. Sofia se unir a Cristo, en virtud de

    la espiracin activa de su Esposo. Personalmente femenina,

    43 Vase Las tres moradas de la casa paterna, en Diakonia Pisteos

    (Biblioteca Teolgica Granadina 13), 1969, 76ss; Parbolas evanglicas en san Ireneo I, Madrid, 1972, 452s; II. 238s.

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  • 38 ANTONIO ORBE, S. I.

    abandona para siempre su naturai feminidad, y pasa a ser fi sicamente Varn. Las personas no se confunden. Se confunden

    los espiritus en que hasta ahora subsistian. E1 pneuma de Sofia, en contacio con el del Esposo, se torna masculino, a fin de conocer junto con El en pieno tonos a Dios.

    La mediacin personalmente vinculada al Hijo, se per peta asi de igual forma en la eternidad. El propio Espiritu Santo contempla al Padre, en virtud de la Gnosis del Hijo; en fuerza de su comunin naturai en espiritu masculino con el Hijo. Mas claro, no por Espiritu personal, sino por espi ritu naturai. Lejos de recomponer la unidad absoluta del An

    thropos andrgino, previa a la secesin, Cristo y Sofia man tienen distintas sus personas y recomponen solo la unidad fisica.

    Cuerpo y alma en la trayectoria ngel/hombre. A partir de la gnosis, el hombre personaliza al ngel, mientras ste mascu liniza al hombre. El matrimonio contina durante la vida te rrena del compuesto, y mas tarde en la Hebdmada y Og dada durante la vida psiquica del individuo. En ambos esta

    dios, arrastra el elegido alma y cuerpo extranos a l. Al entrar

    por fin en el Tlamo, ngel/hombre abandonan todo vestido

    para unirse en desnudez.

    ^Qu papel desempefian, hasta entonces, el cuerpo y la

    psique en el hombre ya uni do al ngel? Segn la versin valentiniana de la tricotomia paulina (1

    Thes 5,23) cuerpo/alma/espiritu , el individuo perfecto, en su existencia terrena, se compone de tres hombres bi lico/ psiquico/pneumtico y no de tres partes de un solo hombre.

    Ningn discipulo de Valentin trata de matrimoniar a los tres elementos: v. gr. cuerpo/alma, alma/espiritu, cuerpo/espi ritu.. El consorcio fisico de los tres dura lo que la vida terrena del compuesto; y se deja sentir variamente segun los estadios somtico, racional, divino en que se reparte normalmente.

    Alguna vez Tolomeo parece unir en matrimonio al hom

    bre psiquico (= el alma) con el pneumtico (= el espiritu). Lo espiritual dice (Iren. I, 6,1) fu emitido (por Sofia a este mundo) para que unido aqui en matrimonio a lo psi quico ( ) adquiera forma, educado junto con

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 39

    l en la vida de ac (', ) . Literariamente el

    paso tiene su importancia, porque inaugura la tradicin del connubio almajespiritu, que habia de tener tan extraordinaria fortuna en la mistica. Pero doctrinalmente, apenas excede lo

    que la ' comn educacin ' (). En una antropologia

    en que los componentes son ' hombres ' diversos, fisicamente

    paralelos, con desarrollo y destino propios, tan obvia corno la conjuncin psiquicojpneumtico es la anterior hilico/pst quico. El hilico sostiene al psiquico y le ayuda a su formacin, corno el cuerpo al alma; no para casarse con ella, sino para formarla a su propio nivel. El psiquico, formado hilicamente, educa en su linea (racional) al pneumtico, corno el alma al

    espiritu; tampoco para unirse con l, sino para igualarle a su nivel psiquico. Llegado ahi, el pneumtico se dispone a la gnosis: a romper el matrimonio precedente con el alma, y contraer uno definitivo con el ngel, su marido.

    El matrimonio verdadero exige unidad de especie. Unidad que no existe entre los tres componentes del individuo terreno. Dentro de la especie comn, requiere diferencia de sexos. Di ferencia que tampoco existe entre solos hombres. El hombre, por su condicin terrena, sujeto a las leyes de la materia y de la psique, es siempre femenino.

    Si no es factible el matrimonio entre solas hembras 44, lo es entre ngeles y hombres del mismo linaje45.

    Ha de conjugarse pues la antropologia con la angelologia

    para el matrimonio. Los ngeles del demiurgo, psiquicamente masculinos a ti

    tulo de ngeles (= adultos, en su linea perfectos), pueden qui z contraerlo con los hombres psiquicos, psiquicamente imper fectos. En tesis, aun los ngeles del Cosmocrtor (= diablo), hilicamente masculinos, podrian contraer matrimonio con los hombres hilicos.

    En los tres rdenes de espiritu, psique, materia los

    ngeles representan el sexo fuerte, y los hombres el dbil. De

    donde, en tesis, habria lugar a nupcias entre ngeles y hom bres lo mismo en la especie hilica y en la psiquica que en la

    espiritual. Tal vez la exegesis gnostica de Gen 6,2 ss arrojaria luz sobre la posibilidad y leyes del matrimonio entre ngeles y hombres hilicos.

    ** Cf. Evang. segn Felipe 17. Maria no pudo concebir del Espiriti! Santo (femenino).

    Cf. Evang. segn Felipe 113.

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  • 40 ANTONIO ORBE, S. I.

    Los valentinianos hacen caso omiso de las postrimerfas de los hilicos, abocados corno estn a la corrupcin; y se desen tienden del eschaton que aguarda a los psiquicos. Terminado el banquete de bodas, comn a ellos y a los espirituales (ET 64), se habla de nupcias entre solos ngeles y hombres pneu mticos. El matrimonio entre psiquicos no existe, si existe no interesa. Quiz los valentinianos le creian implicito en su descanso definitivo en la Ogdada (ET 63: cf. ET 34,2). Yo creo mas bien que les molestaba. Los espirituales se unen en ma trimonio a semejanza de Cristo/Sofia. Mas el demiurgo no tiene esposa; su bienaventuranza estar en oir desde fuera del Tlamo la voz del Esposo (ET 65,1). ^Era posible el misterio entre los hijos, cuando su padre no le conocia? Para los psi quicos no hubo matrimonio en el pasado, ni le habr nunca: en el mundo, porque sujeto a concupiscencia; en la final Og dada, porque el ejercicio nupcial afecta a los 'hijos del T lamo

    '

    Recluido asi a solos espirituales, ngeles y hombres, es fcil perseguirlo desde el instante de la gnosis hasta el ingreso en el pleroma.

    El misterio comienza aqui abajo. Entre algunos sectarios,

    segiin rito de iniciacin nupcial47. El individuo se ha dispuesto para l, inconscientemente, con

    una disciplina asctica (Iren. I, 6,1), que le sita en rgimen de perfecta moralidad. De golpe, recibe el don de la iluminacin, e inicia un nuevo rgimen por encima de toda ley.

    La convivencia con los otros dos el hombre hilico y el

    psiquico sensible hasta la muerte del compuesto, no com

    promete el matrimonio con el ngel, ni el rgimen de vida ' intelectiva ' entranado en l. El hombre interior, iluminado

    para siempre, no se mover ya a merced de pasiones corpreas ni de experiencias (resp. potencias) racionales. Vivir en con tinua corno su ngel con la mirada fija en el rostro de Dios. Queda atrs la tica del alma. La psique seguir su

    trayectoria, con arreglo al propio destino. Mucho menos le afecta la suerte del cuerpo y del hombre externo.

    El compuesto llevar para el mundo una vida lineai, nica. Disimular la triple existencia paratela, conforme a leyes

    46 Evang. segn Felipe 103s. 4T Cf. Iren. I, 21,3; 13,3. Puede verse J.-. Mnard, L'vangile seloti

    Philippe (Paris 1967) 28s.

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  • LOS VALENTINIANGS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 41

    propias, rigorosamente naturales: lo hilico, en vida de mate

    ria; lo psiquico, en existencia racional; lo pneumtico, en matrimonio con el ngel.

    La muerte fisica provoca la secesin del cuerpo y del hombre externo. El ingreso en el pleroma, la secesin de la

    psique u hombre racional. Ni la una ni lo otra comprometern la gnosis definitiva, corno tampoco la suerte del matrimonio con ella iniciado.

    Dos CALAS EN LA DOCTRINA ECLESISTICA

    La doctrina valentiniana adquiere mayor relieve, compa rada con dos ideologias que se abrieron camino entre los

    primeros telogos de la Iglesia: la de Origenes y la de san Ireneo. Dejo a otros el estudio de pormenor.

    Origenes define en general al hombre, con sesgo plat nico filoniano, por el intelecto (resp. alma racional). El

    cuerpo es extrafio al 'verdadero hombre'. Pertenece al ter

    restre, corno secuela de una debilidad. Lo dbil humano,

    atestiguado hasta en la forma (femenina) por la psyche, con trasta con el vigor primero del () sensible hasta en su forma (masculina). Hay aqui algo del contraste ngel/hombre de los sectarios.

    Para el alejandrino, ngel y hombre en el principio no diferian. Eran intelectos () an indiferenciados. Los n

    geles se mantuvieron, mejor peor, a tono. Los hombres

    futuros mudaron el ' intelecto ' en la debilidad tibieza de la

    psyche. En virtud de la pedagogia terrena, y de la obra salvifica de

    Jess, las almas (resp. hombres) volvern a su vigor de . Origenes, partidario de la igualdad primigenia ngel=hombre, no podia simpatizar con la idea del matrimonio ngel/hombre (nos/psyche), rgimen definitivo de salud. Al alejandrino le

    gusta, corno rgimen final, la isaggelia (de Le 20,36): la exalta

    cin del hombre psique a las alturas del ngel nos.

    Quedaba asi libre para llevar por otros cauces la mistica

    matrimoniai del alma: 1 - dndole por marido a Cristo (= Logos)48; 2 - casndola

    48 Cf. Homil. iti Genes. 10,4: sicut Christus animae vir dicitur, cui

    nubit anima cum venit ad fidem . Otros pasajes en J.-H. Waszink, Tert.

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  • 42 ANTONIO ORBE, S. I.

    con el espiriti!49. Las dos lineas podian interferir en Origenes, ya que la comunin del alma con Cristo se verificaba en virtud de Su espiritu.

    El cuerpo brilla por su ausencia. Haya de colocarse la union en el principale cordis, simplemente en la psyche; haya de cumplirse en consorcio con el Logos, con la Sabi duria, con Dios, ni por casualidad deja caer el alejandrino una exprecin que apunte hacia el matrimonio corpus / spih tus, caro/spiritus equivalentes.

    La mistica nupcial quedaba asi defnida para siglos. Orien tada, de un lado, hacia las nupcias de la psique con el espiritu de Dios, a nivel de ngeles. Y de otro, hacia la elevacin de la humana Iglesia a las alturas de la Iglesia anglca.

    El individuo debe aqui disponerse para el rgimen ce leste; la iglesia de las almas para la de los intelectos puros. La isaggelia, en rgimen simultneo de

    ' intelecto ' e hijo del Altisimo (resp. intelecto y dios), constituye la medida ideal, definitiva, del hombre, en con el ngel y el Hijo. Sin tese en todo elio una confesn implicita de la superioridad del ngel sobre el hombre en lo naturai y en lo divino. Hay que sacrificar todo lo corpreo para disponer el alma el

    principale cordis a la comunin con Dios. La bienaventuranza del cuerpo no agrega pice a la humana salud. Y en tanto

    se sumar a ella, en cuanto participe fisicamente del con sorcio /Logos.

    Mucho de esto paso a los origenianos, y al Medio Evo; ms tarde, a san Juan de la Cruz, tan ardiente paladin de la mediacin salvifica de Cristo, corno reticente para la me diacin de su Humanidad, de Hermano a hermanos, en orden a la Salud del hombre.

    Ningn gran mistico sospech que los dos primeros re presentantes del connubio anima/spiritus fueron el valenti niano Tolomeo (Iren. I, 6.1) y, sobre todo, el turbio Taciano 50.

    de anima 457; A. Lieske, Die Theologie der Logosmystik bei Origenes (Miinster i.W. 1938) 25,52 63s.

    49 Homil. in Genes. 6,3: ut ita demum iam anima spiritui nubat et novi testamenti matrimonium sortiatur .

    50 Ad graecos 13 y 15: en lineas de fuerte sabor gnstico.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 43

    Ignoro si los historiadores de la espiritualidad pararon mientes en elio. En el arranque mismo del concepto (histrico) del matrimonio de espiritu, ,;no habr un falso planteamiento, por lo menos uno equivoco? ^Por

  • 44 ANTONIO ORBE, S. I.

    en si, no le preocupa. Deificada la carne, se salva la psque. Clarifcado el cuerpo con la doxa del Logos, queda de rechazo clarficada el alma.

    Ireneo no tiene reparo en admitir la isaggelia (de Le

    20,36); mas no corno Origenes, ni siquiera corno Tertuliano. El africano, que tantas veces sigue la linea del Santo, pone alguna vez la salud del hombre en la caro angelifcata, corno en etapa definitiva 54. Ireneo distingue los dos estadios del hombre: penltimo, de

    ' igualdad con los ngeles ', en la resur

    reccin de los justos 55; y ltimo, de igualdad con el Hombre Dios, en el reino del Padrem.

    Durante el Milenio conocer el justo, en su carne, cum sanctis angelis conversationem et communionem et unitatem

    spiritualium (Iren. V, 35,1). Es el tiempo de la saggelia. Terminado l,

    ' pasando por encima de los ngeles ', se apro

    piar la doxa de la Carne del Hijo, hecho secundum corpus

    imagen perfecta, corno El, de Dios. Dejar a los ngeles con su jerarquia inmutable y su culto de Dios, a distancia (epid. 9-10); en homenaje simultneo al Padre y al Hijo.

    El ejercicio del alma no cuenta en el reino del Padre. Solo pesa la comunin de extremos caro/spiritus, caro/Deus, actuada entre los bienaventurados, a imagen del plasma/

    Verbum, corno expresin de la economia de mxima posible munifcencia de Dios.

    La syzygia valentiniana dngel/hombre segn el espiritu

    ratifica, en el fondo, un axioma pagano: la sujecin de Dios, en la propia economia de la salud, a las leyes fisicas. Frente a ella, urge san Ireneo la comunin () fisica Spiritus/ caro, entre las propiedades de Dios y el plasma terreno. Comu nin que empieza, con iniciativa en la persona del Verbo, mediante la Encarnacin ('Verbum/caro'), y termina, en sen tido contrario, mediante la deificacin del hombre (' caro/ Verbum ')

    Entre los dos extremos cronolgicos de Encarnacin y Ascensin, rsum Cristo la trayectoria descendente y ascen dente de Dios en la economia de la salud. El Espiritu del Verbo se comunica a la carne, vistindola de si y absorbin dola a su propia incorrupcin, a fin que el humano plasma

    54 De resurrectione carnis 26 y 42. 5 ' Resurrectio prima Apoc 20, 5.6 = Iren. V, 36,3 init. 56 Iren. V, 36,3 fin.

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  • LOS VALENTINIANOS Y EL MATRIMONIO ESPIRITUAL 45

    revista en su dia, a imagen y semejanza de Jess paradigma de los elegidos, la incorruptela del Verbo.

    Ireneo no caracteriz, corno Ter tubano57 y Novaciano8,

    en trminos de matrimonio la union hiposttica. Ni la comu nin escatolgica de los justos. Silenci el versiculo (Ps 18,6) que habria podido comprometerlo9, e hizo uso frecuente de la communio (). En compensacin, alegaba v. gr. el consorcio caro/spiritus, aplicado a Cristo, a los perfectos.

    El hombre animai se define por la comunin corpus/ anima; el espiritual, por la caro/spiritus.

    ... et esse eum qui sit talis non jam carnalem, sed spiri talem, propter Spiritus communionem (cum carne)... Infirmi tas enim carnis absorpta potentem ostendit Spiritum, Spiritus autem rursus absorbens infirmitatem hereditate possedit car nem in se, et ex utrisque factus est vivens homo: vivens

    quidem propter participationem Spiritus, homo autem propter substantiam carnis... Ubi autem Spiritus Patris, ibi homo vivens ... caro a Spirita possessa, oblita quidem sui, qualitatem autem Spiritus assumens, conformis facta Verbo Dei 60.

    iEl alma no figura. Su eficacia en orden a la incorrupcin es efimera; solo anima al hombre hasta la muerte, y ha de

    ceder el puesto al Espiritu para que haga del individuo ' vivens

    homo' (cf. Iren. V, 12,2). El consorcio caro/anima, del hombre

    animai, acaba corno en nuestro primer padre. La comunin

    anima/spiritus tan favorecida por los platnicos (resp. ori

    genianos) margina al verdadero hombre, el plasma. Al plasma solo puede mantenerle en vida, y aun dispo

    nerle ' in crescendo ' hacia la incorruptela, el principio mismo de la incorrupcin, el Espiritu del Padre: comunicado prime ramente a la Carne del Hijo, y despus al hombre (resp.

    57 De res. carnis 63: Qui (Jesus Christus) et homini Deum et homi nem Deo reddet, carni spiritum et spiritui carnem. Utrumque iam in

    semetipso foederavit, sponsam sponso et sponsum sponsae comparavit . ss- De trinitate 13 68: Ac si de caelo descendit Verbum hoc tan

    quam sponsus ad carnem (cf. Ps 18,6s), ut per carnis assumptionem filius hominis illuc posset ascendere, unde Dei Filius Verbum descenderat, merito, dum per conexionem mutuam et caro Verbum Dei gerit et Filius Dei fragilitatem carnis assumit, cum sponsa carne conscendens illuc, unde sine carne descenderat, recipit iam claritatem illam, quam dum

    ante mundi institutionem habuisse ostenditur, deus manifestissime com

    probatur . 59 Vase epid. 85; Iren. IV, 33,13. 5 Iren. V, 9,2.3.

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    Iglesia) hecho a Su imagen y semejanza, 'conformado y con

    corporado al Hijo '6X.

    Hay naturalmente sus etapas. De un modo actua el Espi ritu sobre el barro, en los principios de la humana existencia

    (cf. Iren. IV, 38,1 ss); de otro en la plenitud de los tiempos; y de otro en la synteleia. La torpeza del barro frena la trayecto ria de la dispensacin, que entre puros racionales habria sido instantnea. Nueva razn del predominio del cuerpo, nota diferencial de la presente economia. El sma es, con ayuda del alma, el que asimila poco a poco, segn leyes de espacio y tiempo, al Espiritu de Dios: para acoger primero al Logos hecho hombre, y dar cabida por ltimo en la carne rutilante del Verbo a la Luz misma de Dios. Ut viderent omnia... suum Regem; et ut in carnem Domini nostri occurrat paterna lux, et a carne ejus rutila veniat in nos, et sic homo deveniat in incorruptelam circumdatus paterno lumine (Iren, IV, 20,2).

    Capere videre Deum (resp. capere, videre Verbum) son referidos al cuerpo. Las potencias carnales, los sentidos del

    cuerpo, han de adaptarse con la dynamis del Espiritu

    para, absorbidos por El, entrar en Su misma vida. A los

    ojos toca disponerse, desde ahora, a contemplar al Padre.

    Los misterios sublimes de Dios, impenetrables para siempre a los intelectos anglicos, dejarn de serio a los sentidos del

    cuerpo humano.

    Los valentinianos alegaban la par