«los sacramentos de la iglesia» tema de introducción a los

Formación Inicial Dimensión Cristiana

Tema 1.1

© Asociación de Salesianos Cooperadores – Región Ibérica

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«Los sacramentos de la Iglesia»

Tema de introducción a los Sacramentos en general

1 FICHA PARA EL FORMADOR

1.1 Introducción

Vista en el tema anterior la realidad de la vocación cristiana como don, por parte de Dios que llama e ilumina, y como tarea que empeña al llamado a responder implicándose en una misión, pasamos en este tema a poner de relieve la profunda relación que media entre la vocación y los sacramentos.

A partir del Bautismo, que es fuente de la vocación y de la misión cristiana, y siguiendo con los sacramentos que las consolidan y vivifican (confirmación, eucaristía), las encauzan (ma-trimonio, orden sacerdotal), o las restablecen y revitalizan (reconciliación, unción de en-fermos), se podrá comprobar que la vocación cristiana y la misión de cada uno no pueden entenderse ni alcanzar su sentido profundo desvinculadas de la vida sacramental.

El tema que ahora abordamos tiene un carácter de introducción previa, antes de adentrar-nos en el sentido y valor de cada uno de los sacramentos que presentaremos agrupados, de acuerdo con su carácter peculiar, en sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y eucaristía), de curación (reconciliación y unción de enfermos) y de servicio a la comuni-dad (matrimonio y orden sagrado)

1.2 Objetivos- Competencias

Recordar que son los sacramentos y cuál es la diversidad sacramental.

introducir los sacramentos como símbolos significativos que la Iglesia nos ofrece en el ca-mino de nuestra vida cristiana. Desde que nacemos hasta que morimos en los distintos momentos importantes de nuestra vida, la Iglesia nos ofrece a Cristo y a su Espíritu para que con su ayuda continuemos nuestro camino de seguimiento y aproximación al Reino de Dios.

Orientar la propia vida espiritual por medio de la Palabra de Dios y de la vida sacramental.

Conocer una serie de referencias bíblicas y salesianas desde cuya consideración puedan ambientarse y profundizar en el tema.

1.3 Referencias

Bíblicas

“Jesús les contestó: «No os toca a vosotros saber en qué día o en qué ocasión hará el Padre las cosas que solamente él tiene autoridad para hacer; pero cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis poder y saldréis a dar testimonio de mí en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y hasta en las partes más lejanas de la tierra»”. (Hch 1,7-8)


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“Cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos los creyentes se encontraban reunidos en un mismo lugar. De pronto, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde estaban. Y se les aparecieron lenguas como de fuego, repartidas so-bre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen”. (Hch 2,1-4)

“Porque yo recibí del Señor esta enseñanza que os he transmitido: que el Señor Jesús, la no-che en que fue traicionado, tomó pan en sus manos, y después de dar gracias a Dios lo par-tió y dijo: «Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor vuestro. Haced esto en memoria de mí.» Así también, después de la cena tomó en sus manos la copa y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre. Cada vez que bebáis, hacedlo en memoria de mí.» De manera que, hasta que venga el Señor, proclamáis su muerte cada vez que coméis de este pan y bebéis de esta copa”. (1Cor 11,23-26)

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo; en su gran misericordia nos ha re-generado mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para una esperanza viva, para una herencia que no se corrompe, no se marchita, ni perece”. (1Pe 1,3-4)

Salesianas

Don Bosco: «No aburrir nunca ni obligar a los jóvenes a que frecuenten los santos sacramentos, sino solo animarlos y darles comodidad para que se aprovechen de ellos. Además, en el caso de ejercicios espirituales, triduos, novenas, predicaciones, catequesis, hágase resaltar la belleza, la grandeza, la santidad de esa Religión que propone medios tan fáciles, tan útiles a la sociedad civil, para la paz del corazón y la salvación del alma, como lo son precisamente los santos sacramentos. De este modo, los alumnos quedan con ganas, de un modo espontáneo, de estas prácticas de pie-dad y se acercan a ellas con gusto, placer y provecho» (DON BOSCO, El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, Fuentes 394)

PVA

PVA/E Art. 9.3 PVA/R Art. 12.1

1.4 Propuesta de desarrollo del tema

Antes de presentar el documento que va a servir de base para estudiar el tema, sería conve-niente que el Animador:

Ayude a los Aspirantes a ponerse en la presencia de Dios creando clima de oración median-te la lectura de algún texto bíblico de los indicados, con alguna fórmula preparada ad hoc, o invitando a los presentes a elevar ellos mismos espontáneamente sus deseos y peticio-nes en relación con el tema que se va a abordar.

Les invite a entrar en el estudio del tema con la actitud propia de quien lo aborda no tanto para conocer mejor los Sacramentos, cuanto para vivirlos con más fruto cada día, pues se trata de realidades muy importantes de la vida cristiana.

Teniendo en cuenta que los Aspirantes a SSCC son cristianos ya iniciados en su fe, es de su-poner que posean ya un conocimiento básico suficiente acerca de lo que podríamos consi-derar la parte nocional o teórica de los sacramentos, en el primer pilar del saber nos limita-remos a hacer un repaso general para recordar la doctrina básica relativa a cada uno de ellos y trataremos de poner el énfasis en los otros tres pilares de la formación, es decir, en


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el saber hacer, saber ser y saber vivir en comunión lo relativo a los sacramentos. En caso de que algún Aspirante necesitará completar los contenidos del saber inicial, el Animador pro-veerá de la forma que considere más conveniente a cada caso, sirviéndose de la Bibliograf-ía y de textos que puedan completar lo que es necesario conocer de la realidad sacramen-tal.

Para orientarse al respecto, el Animador podría dedicar un tiempo prudencial a conversar en grupo sobre lo que están significando los sacramentos para los interesados y lo que consideran que les han aportado en su vida. En la comunicación que surja puede introducir algunas preguntas sobre cuestiones fundamentales al respecto, que le permiten darse cuenta de la situación de cada uno y ver hasta qué punto necesita ampliar los conocimien-tos relativos a la doctrina de los Sacramentos.

Aunque se haga luego con cada sacramento en particular, convendría indicar ya desde el tema inicial de introducción a los sacramentos que para hablar de ellos se requiere una manera adecuada de enfocarlo, que la comunicación de la gracia que transmiten se da con la colaboración por parte del cristiano; que la liturgia es la ciencia que tiene la palabra me-jor en la reflexión sobre cómo comunica Dios su salvación a las personas; que los sacra-mentos no se pueden entender sin Jesús, ni tampoco separados de la Iglesia; que “son los siete sacramentos los que hacen a la Iglesia admirable y creíble, o sea, santa, en todos sus miembros. Cristo ha pensado los sacramentos para hacer a su Iglesia joven y «sin mancha ni arruga» (cf. Ef 5,27) y enviarla a extender su salvación por toda la Humanidad. Desde aquí hay que hablar de los sacramentos. Este es el marco”. (HDB Tema 9)

Como material de estudio para entregar a los Aspirantes, el Animador se puede servir de los subsidios contenidos en el Anexo para el Aspirante, correspondiente a este tema, es decir:

a) El documento base de reflexión (2.2) y las pistas de reflexión. b) El PowerPoint que se brinda, al respecto: "El don de los sacramentos".pptx. Por lo que

hace a éste, el Animador verá si le parece oportuno presentarlo completo como punto de partida, para dar un repaso general a la realidad sacramental o, si le parece mejor, selec-ciona de él lo que podría servir como introducción a los sacramentos y lo que preferiría usar cuando se trate de cada uno de ellos en particular.

La lectura comentada de los artículos del PVA indicados en el apartado de las referencias, puede tenerse también en cuenta en el Anexo, como material que contribuye a lograr lo pretendido en este tema introductorio a la realidad sacramental.

1.5 Para documentarse

Ver en el Anexo del Aspirante.


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2 FICHA PARA EL ASPIRANTE

2.1 Introducción

Vista en el tema anterior la realidad de la vocación cristiana como don, por parte de Dios que llama e ilumina, y como tarea que empeña al llamado a responder implicándose en una misión, pasamos en este tema a poner de relieve la profunda relación que media entre la vocación y los sacramentos.

A partir del Bautismo, que es fuente de la vocación y de la misión cristiana, y siguiendo con los sacramentos que las consolidan y vivifican (confirmación, eucaristía), las encauzan (ma-trimonio, orden sacerdotal), o las restablecen y revitalizan (reconciliación, unción de en-fermos), se podrá comprobar que la vocación cristiana y la misión de cada uno no pueden entenderse ni alcanzar su sentido profundo desvinculadas de la vida sacramental.

El tema que ahora abordamos tiene un carácter de introducción previa, antes de adentrar-nos en al sentido y valor de cada uno de los sacramentos que presentaremos agrupados, de acuerdo con su carácter peculiar, en sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y eucaristía) de curación (reconciliación y unción de enfermos) y de servicio a la comunidad (orden sacerdotal y matrimonio)


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Propuesta de desarrollo del tema

Como material de estudio los Aspirantes se puede servir de los subsidios contenidos a con-tinuación:

a) El documento base de reflexión (2.2) y las pistas de reflexión (2.3) b) El PowerPoint que se brinda, al respecto: El don de los sacramentos.pptx.

La lectura comentada de los artículos del PVA indicados, puede tenerse también en cuenta en el Anexo, como material que contribuye a lograr lo pretendido en este tema introductorio a la realidad sacramental: PVA/E Art. 9.3; PVA/R Art. 12.1

2.2 Documentos

1. ¿Qué son los sacramentos?

Los sacramentos son signos eficaces de la presencia y de la acción de Dios, que recuerdan la Pa-sión de Cristo, el Espíritu que nos envió y avanzan la gloria futura. Todo ello tiene íntima relación con la vida, pues la muerte y resurrección de Cristo constituyen la victoria sobre el poder del pe-cado y de la muerte, el Espíritu es la vida verdadera ya en este mundo, y la gloria es la plenitud definitiva de la vida.

2 Los Sacramentos

Los tres sacramentos de la iniciación cristiana, "el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía" vienen a ser el inicio, la madurez y el alimento de la vida nueva. Son, por así decir, el re-nacimiento del hombre, el don de la adopción divina, el inicio en la tierra de la vocación a la santidad. Estos tres sacramentos apuntan ya al destino final y total del hombre íntegro, destino que es de vida eterna.

La Eucaristía verdaderamente es el centro de la vida Cristiana. De la Eucaristía nace y en la Eu-caristía culmina toda la vida de la Iglesia. Es Cristo quien se dona a sí mismo para hacer una comu-nidad nueva principio de una nueva humanidad.

El origen de la Eucaristía es la última cena de Jesús con sus discípulos. El marco de la celebra-ción es una cena compartida en comunidad, de amistad y fraternidad. Pero además era una comi-da simbólica, pues Jesús invita a tomar aquel pan y aquel vino, que son su cuerpo y su sangre, y al hacerlo se está entregando Él en persona: está expresando su voluntad de entregar su vida por el bien y la salvación de todos los hombres.

La celebración de la Eucaristía no tardó en convertirse en el acto central de la vida de las prime-ras comunidades, de acuerdo con el encargo de Jesús “haced esto en memoria mía”. La comuni-dad celebra el memorial de la muerte y resurrección de Jesús, la fuerza de Jesús resucitado, que es presencia salvadora en medio de los suyos.

Los sacramentos de la Reconciliación o Penitencia y de la Unción de los Enfermos constituyen el grupo de los así llamados "sacramentos de la salud, sanación o curación".


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La Penitencia mira a la reconciliación con Dios y con la Comunidad Eclesial. Es un encuentro con Cristo, un acontecimiento de salvación, donde el hombre se examina y se reconoce pecador, y el sacerdote, en nombre de la comunidad, le reconcilia con ella. No es el único sacramento que per-dona los pecados. El Bautismo borra todos los pecados en la incorporación a la comunidad y la Eucaristía también es un sacramento de conversión y reconciliación, de manera diversa. La peni-tencia queda como el más alto grado de celebración de la conversión y reconciliación con la co-munidad del cristiano pecador.

La Unción de los enfermos presupone que se trata de un cristiano afectado por una enferme-dad que pone en peligro su vida, aunque no sea en forma inminente. No es un sacramento para preparar la muerte, sino un sacramento para confortar al enfermo en su enfermedad, es un sa-cramento de vida.

El Orden comunica la sucesión en el ministerio apostólico, el cual asegura una cierta forma de presencia de Cristo en la comunidad a través del ejercicio de la presidencia del culto litúrgico, y de la conducción, en nombre de Cristo, de la comunidad eclesial. Ahora bien, como la Iglesia peregri-na hacia el Reino de los cielos y como esa peregrinación consiste en el seguimiento de Cristo y en su crecimiento en cada cristiano, el ministerio ordenado es un ministerio de vida y de salvación.

El sacramento del Matrimonio tiene el sentido de que la comunidad conyugal refleja la rela-ción esponsal entre Cristo y su Iglesia. El matrimonio cristiano es un sacramento, es decir una rea-lidad del amor de Dios en los esposos y por lo tanto de vida en Cristo. Tarea principal de los espo-sos cristianos es la de prestarse mutua ayuda en su peregrinación hacia el Señor, en la búsqueda de la santidad. El papel de los esposos cristianos incluye su responsabilidad, que es propiamente «apostólica», hacia los hijos.

Ningún sacramento entra tan de lleno en la existencia humana como el del matrimonio. La ven-taja es que Dios se sirve de una realidad profundamente humana para hacerse presente entre nosotros. Pero esto se complica por la multiplicidad de formas en que el matrimonio se muestra en la historia y en el mundo. El matrimonio cristiano se presenta sobre el fundamento de un amor totalizante y de un compromiso único y definitivo. El motivo por el que el Matrimonio es un sa-cramento es porque los cristianos creemos que Dios ha escogido el hecho humano del amor de pareja para expresar su amor a la humanidad y el amor de Cristo a su Iglesia.

2.3. Pistas para la reflexión

Puesto que los pilares de la diversidad de saberes que supone la comprensión y vivencia de la realidad sacramental se tendrán particularmente en cuenta al tratar cada uno de los sacramentos, en este tema previo de introducción bastaría limitarse a unos puntos de reflexión acerca de lo que es común, aunque de manera distinta, a todos los Sacramento.

A la luz de lo expuesto en el tema de introducción a los Sacramentos y por lo que hace a los diversos saberes que se requiere adquirir respecto a ellos, cabe plantearse, a juicio del Anima-dor, preguntas del tenor siguiente:

2.3.1. Saber:

¿Cuál es la perspectiva propia para enfocar la realidad y función de los Sacramentos de la Iglesia? ¿Son un mero don?


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2.3.2. Saber hacer

¿Por qué la comprensión de los sacramentos supone que son realidades acerca de las cua-les no basta tener unos conocimientos teóricos determinados, sino que son dones que sitúan a quien los celebra en la dinámica del hacer?

Sin referirnos ahora a ningún sacramento en particular, sino a todos en general, ¿qué habría que saber hacer fundamentalmente en relación con ellos?

¿Qué aspectos me parecen positivos y cuáles negativos en la preparación y celebración de los sacramentos en mi parroquia?

2.3.3. Saber ser

¿Qué significan para mí los sacramentos? ¿Son imprescindibles en mi vida cristiana?

¿Cómo y por qué contribuyen los Sacramentos, como tales, a configurar mi perfil o identi-dad cristiana de creyente que los celebra?

Indicar algunos rasgos del perfil del cristiano provenientes de la realidad sacramental que vives.

2.3.4. Saber vivir en comunión

¿En qué creo que radica la capacidad de los sacramentos para crear comunión entre quie-nes los celebran?

¿Qué pienso que cabría hacer para mejorar la dimensión de comunión en nuestras cele-braciones?

¿Cómo podemos favorecer la participación en las celebraciones de jóvenes y adultos? ¿Cómo la favorezco yo?

Clase de "deberes" a los que hacen alguna aportación: los artículos del PVA: E/Art. 9.3 y PVA/R. Art.12.1, y en qué consisten tales aportaciones.

2.4 Otros recursos

Documentos

La crisis de la idea sacramental en la conciencia moderna

“En una época en la que nos hemos acostumbrado a ver en la materia de las cosas solamente el material del trabajo humano, en la que, dicho brevemente, solo consideramos al mundo como ma-teria y a la materia como material, no le queda a esta espacio libre para transparentar simbólica-mente la realidad de lo eterno, que es donde se apoya el principio sacramental. Podríamos decir, simplificando y resumiendo, que la idea sacramental presupone una interpretación simbólica del mundo, mientras que nuestra visión actual de él es funcional: consideramos las cosas puramente como cosas, como función del trabajo y la tarea humanos; con este punto de partida es imposible comprender cómo una «cosa» se convierte en un «sacramento». Digámoslo de forma más prácti-ca: el hombre de hoy se interesa plenamente por el problema de la existencia de Dios; también por el de Cristo.


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Pero los sacramentos le resultan demasiado eclesiásticos, algo excesivamente ligado a un esta-dio pretérito de la fe, para que pueda encontrar útil un diálogo sobre ellos. ¿No es una impertinen-cia imaginarse que el bautismo de un hombre con un poco de agua es algo que decide su existen-cia? ¿Y la imposición de manos de un obispo, que llamamos confirmación? ¿Y la unción con un po-co de aceite bendecido, que la Iglesia da al enfermo como última compañía en su camino hacia la eternidad? También los sacerdotes empiezan a preguntarse, en diversos sitios, si la imposición de manos del obispo, que llamamos consagración sacerdotal, puede significar realmente el compro-miso irrevocable de toda una vida hasta su última hora, si no se ha sobrevalorado la significación del rito, al que, en definitiva, no se puede subordinar la existencia, con su diaria renovación, con su futuro siempre abierto, con sus imponderables y sus situaciones apremiantes continuamente reno-vadas”.1

Joseph Ratzinger

El domingo en el año 150

“El día llamado del sol (el domingo) se tiene una reunión de todos los que viven en las ciudades o en los campos, y en ella se leen, según el tiempo lo permite, los Recuerdos de los apóstoles o las Escrituras de los profetas. Luego, cuando el lector ha terminado, el presidente toma la palabra para exhortar e invitar a que imitemos aquellos bellos ejemplos.

Seguidamente nos levantamos todos a la vez, y elevamos nuestras preces; y terminadas estas, como ya dije, se ofrece pan y vino y agua, y el presidente dirige a Dios sus oraciones y su acción de gracias de la mejor manera que puede, haciendo todo el pueblo la aclamación del Amén. Luego se hace la distribución y participación de los dones consagrados a cada uno, y se envían asimismo por medio de los diáconos a los ausentes.

Los que tienen y quieren, cada uno según su libre determinación, dan lo que les parece, y lo que así se recoge se entrega al presidente, el cual socorre con ello a los huérfanos y viudas, a los que padecen necesidad por enfermedad o por otra causa, a los que están en las cárceles, a los foraste-ros y transeúntes, siendo así él simplemente provisor de todos los necesitados. Y celebramos esta reunión común de todos en el día del sol, por ser el día primero en el que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo, y también el día en el que nuestro salvador Jesucristo resucitó de entre los muertos”.

San Justino, 150 d.C.

Materiales

Concilio Vaticano II

Constituciones. Decretos. Declaraciones. BAC Madrid 1965:

Los sacramentos (S) son signos eficaces de la gracia: Sacrosanctum Concilium n. 59 Los S son medios de salvación: Lumen Gentium n. 14/2 A través de los S nos unimos a Cristo paciente y glorificado: Lumen Gentium, n .7/2. Sa-

crosanctum Concilium n. 61

1 Ver documento completo del que se ha tomado el párrafo citado en: JOSEPH RATZINGER, Ser cristiano: el fundamen-

to sacramental de la existencia cristiana. Sígueme, Salamanca 1967, págs. 57-84.


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Con la celebración de los S, cuyo centro y culmen es la Eucaristía, la Iglesia hace presen-te a Cristo: Ad Gentes n. 9

Cristo envió a los Apóstoles también a realizar la obra de la salvación por medio de los Sacramentos: Sacrosanctum Concilium n. 6

Cristo está presente con su fuerza en los S: Sacrosanctum Concilium n. 7 Los S son administrados por Cristo a través de sus Ministros: Lumen Gentium n. 21;

Presbyterorum Ordinis n. 2/2-3 La caridad crece con la participación frecuente en los Sacramentos: Lumen Gentium n.

42 Los S prefiguran el cielo nuevo y la tierra nueva: Lumen Gentium n. 35/2 Los S son alimento de vida y el alma de todo apostolado: n. 33/2 y Apostolicam Actuosi-

tatem n. 3 Los hombres son atraídos a la fe y a los sacramentos de la salvación por el mensaje

evangélico: Presbyterorum Ordinis n. 4/2. Cristo quiere que su pueblo se desarrolle también por medio de la administración de

los S: Unitatis Redintegratio n. 2/4. Los fieles ejercen el sacerdocio común en los S: Lumen Gentium, nn. 10/2 y 11

Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1212 - 1321

Bibliografía general

AA.VV., Los Sacramentos. Signos de salvación, Ed. Cristiandad. - Madrid - 1985

ABOÍN, Gregorio, Introducción a los sacramentos (Ediciones Universidad San Dámaso, Ma-drid 2016.

B. SESBOÜÉ, Invitación a creer, San Pablo, Madrid 2010.

BOFF, L., Los sacramentos de la vida, Ed. Sal Terrae - Colección Alcance n. 1 - Santander 1985

BOROBIO, D. Historia y teología comparada de los sacramentos. El principio de la analogía sacramental, Sígueme, Salamanca 2012.

BOROBIO, D. y AA.VV., La celebración de la Iglesia.

BOROBIO, D., Algunos puntos más significativos de la evolución de la Teología sacramental en la obra colectiva, Evangelización y sacramentos. Ciclostil - Fotocopias.

BOROBIO, D., Sacramentos en comunidad. Comprender. Celebrar. Vivir. Ed. Desclée de Brouwer S.A. - Bilbao - 1984

CASTILLO, J.M., Símbolos de libertad. Teología de los Sacramentos, Ed. SÍGUEME, Salaman-ca 1981-4º

ESPEJA, J., Para comprender los sacramentos, Ed. Verbo Divino. 1996.

ESTA, B., Los sacramentos de la Iglesia, Edicep, Valencia 2000.

JUAN PABLO II, Christifideles Laici, n. 14

LUIS GONZÁLEZ-CARVAJAL, Esta es Nuestra Fe. Teología para Universitarios, Sal Terrae (Pastoral 24), Santander 2010.

o Tomo I: Liturgia y Sacramentología fundamental. (1985) o Tomo II: Sacramentos. (1988) Ed. Sígueme - Salamanca

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