los romanos 1

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Primera edicin en ingls, Primera edicin en espaol (Bre\iarios), Segunda edicin (Tezontle), Vigesimosexta reimpresin,

1949 1950 1992] 2008

NOTA SOBRE EL LIBRO El ttulo, Los romanos, no se debe a w afn inocente del autor por evitar el ms trivial de Historia de Roma, sino que pretende sugerir exactamente su intencin. No se trata claro es, de una interpretacin psicolgica del ca'rcter romano, de un captulo ms, y menos o ms arbitrario, de la en otros tiempos famosa "psicologa de los pueblos", sino de una pura leccin de historia; adems de pura, magistral. Slo en los casos privilegiados en que la investigacin histrica dispone de un material abundantsin10 de hechos, de inscripciones y de documentos literarios puede el historiador castizo sentirse a sus anchas para entregarse a la pasin objetiva que le ha llevado quimricamente a meterse en averiguaciones: las de comprender a w pueblo por sus acciones y a stas por aqul, crculo vicioso en que se regodea esa pasin objetiva. Y cuando este pueblo es el romano, claro que la viciosa y objetiva comprensin redund.a, ms que en ningn otro caso, en la de nosotros !11lSmas y en la de la historia universal. Su actualidad no puede ser mayor. Por eso nos dice el autor que su "libro no es propiamente Wla historia de Roma", sino una invitacin, ms bien, a que reflexionemos sobre la conveniencia de dedicar mayor atencin a la historia de ese pueblo, para lo cual nos dibuja con precisin sus aspectos ms llamativos. Si Roma es para los historiadores un caso privilegiado, no lo es, aunque parezca mentira, desde hace muc1zo: Niebuhr y Mommsen figuran entre los exploradores de vanguardia. P~ro a la "imaginacin histrica" de los alemanes, ya mcorparada a la "facultad" de Historia, y a su proeza escudriadora, sosegadamente proseguida hasta ahora, se juntan en el historiador ingls, con su propio peso, las perspectivas de ordenadora comprensin que pon/.; a su disposicin la hist(lria todava fresca de su propio pueblo.7

Barrow, R. H. Los romanos / R. H. Barrow ; trad. de Margarita Villegas. - Mxico: FCE, 1950. 221 p. ; 17 x 11 cm - (Colee. Breviarios; 38) Ttulo original The Romans ISBN 978-968-16-0004-4 l. Roma III. t. Civilizacin 1. Villegas, Margarita, tr. n. Ser.

LC DG77 B3418

Dewey 082.1 B846 Y.38

Distribucin mundial

Comentarios y sugerencias: [email protected] www.fondodeculturaeconomica.com Te!' (55)5227-4672 Fax (55)5227-4694

lJJj Empresa certificada ISO 9001:2000Ttulo original: The Romans 1949, Penguin Books Ltd., Harmondsworth D. R. 1950, FONDO DECULTURA ECONMICA Carretera Picacho-Ajusco 227; 14738 Mxico, D. F. Se prohibe la reproduccin total o parcial de esta obra -incluido el diseo tipogrfico y de portada-, sea cual fuere el medio, electrnico o mecnico, sin el consentimiento por escrito del editor.

ISBN 978-968-16-0004-4Impreso en Mxico. Printed in Mexico

NOTA SOBRE EL LIBRO

Los rboles 120 dejan ver el bosque de dos maneras: desde fuera y desde dentro, aunque, claro est, para poder hablar de bosques tiene primero que haber muchos rboles a la vista, Desde dentro, que es donde estamos nosotros -y tambin' los inglesestratndose de la !listoria de Roma, si se nos facilita el recuento y la clasificacin de los rboles, se nos dificulta otro tanto la distancia que permite la perspectiva, pues hay que remontarse hasta la vista de pjaro y ser, adems, un guila para ver cada cosa en su sitio. Si se tratara, digamos, de la Historia de China o, sin ir tan lejos, de la Historia de los rabes, un libro como este de R. H. Barrow sera, por lo menos, extemporneo, pues no tenemos todava bastantes rboles a la vista para pensar en el bosque. Por estas razones hemos escogido esta diminuta exposicin de algo tan ancho como la historia de Roma: esperando que, con su lectura, salga el lector enriquecido con una idea un poco ms clara de nuestra tan cacareada romanitas.

Son tantos los maestros y tantos l~s ..ejemplos que nos ha proporcionado ~ Antlgueda~, que ninguna edad puede consld.er~rse mas afortunada en el azar de su nacImIento que la nuestra, pc.ra cuya enseanza han tr:abajada afanosamente hombres de generacIOnes anteriores.QUINTILIANO

(35-95 d. c.)

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A LA REPBLICA

DE LA CIUDAI>-ESTADO

A LA REPBLICA

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~istrados locales. Se enviaba a los prefectos para Juzgar causas, tanto en las ciudades como en los distritos rurales; los prefectos representaban al pretor de Roma, que era el principal magistrado judicial. Pero cuando se anexaron tierras fuera de Italia fue necesario adoptar diferentes medidas. En un principio Roma, en general, se resista a "crear" una "p.rovi~cia"; se contentaba con el desarme y las contrIbUCIOnes,como sucedi en Macedonia el ao 167 ~. c..La "provincia" implicaba la anexin y la anexin I~phcaba un gobernador romano. Pero despus del ano 146 a. C., Roma ya no dud. Cerdea y Sicilia, una vez conquistadas, haban sido confiadas a un pretor. Pero los pretores eran necesarios en la met~poli. Por tanto, despus del ao 146 a. C., se adopto un plan que ya tema precedente. El imperium de los cnsules se haba prolongado a menudo para hacer frente a una emergencia militar, y entonces se deCa que los que desempeaban el mando actuaban pro consule, es decir, en nombre del cnsul. Desde el ao 146 a. C., se confiri a los procnsules y propretores amplio imperium y se les envi a que gobernasen de acuerdo con "el estatuto de la provincia", que era redactado por una comisin del Senado definiendo la condicin jurdica de las diversa~ comunidades, fijando las fronteras y las tarifas de l