los orígenes de la literatura caballeresca en castilla

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Los orígenes de la literatura caballeresca en Castilla La literatura caballeresca sólo se desarrolla cuando verdaderamente es necesaria. No cumple nunca una función de entretenimiento, sino de formación ya militar, ya cortesana. A través de las «estorias» de los caballeros -y de las doncellas que requieren sus dones- se despliega un complejo sistema de saberes en el que se integran pautas de actuación bélica -son los hechos relativos a las armas, que no siempre son individuales-, normas de comportamiento cortés -esenciales para mantener la dignidad y el prestigio del entorno en que se encuentra un rey o un noble poderoso-, líneas de actuación religiosa -en cuanto que la salvación del alma constituye el principal de los fines a que un caballero debe aspirar. Estas circunstancias se producen en Castilla en la segunda mitad del siglo XIII. Ya en el Título XXI de la Partida II , en su ley XX.ª, se recomienda que los caballeros aprendan los hechos de armas «por vista e por prueva», algo que sólo es posible en tiempo de guerra, o bien «por oída e por entendimiento» si se hallan en período de paz; ese «aprender de oídas» es el que requiere que se lean en voz alta, mientras los caballeros comen, «las estorias de los grandes fechos de armas que los otros fezieran», y se añade que si no hubiera libros -o «escripturas»- fueran los «cavalleros buenos e ancianos» los que recuerden esas hazañas, e incluso que se aproveche la presencia de los juglares para interpretar ante esa concurrencia cantares de gesta, en los que se evoquen «fechos de armas». El pasaje es importante porque testimonia que , en torno a la década de 1270, se está produciendo la transformación de la materia épica -aún plenamente viva- en materia

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Los orgenes de la literatura caballeresca en CastillaLa literatura caballeresca slo se desarrolla cuando verdaderamente es necesaria. No cumple nunca una funcin de entretenimiento, sino de formacin ya militar, ya cortesana. A travs de las estorias de los caballeros -y de las doncellas que requieren sus dones- se despliega un complejo sistema de saberes en el que se integran pautas de actuacin blica -son los hechos relativos a las armas, que no siempre son individuales-, normas de comportamiento corts -esenciales para mantener la dignidad y el prestigio del entorno en que se encuentra un rey o un noble poderoso-, lneas de actuacin religiosa -en cuanto que la salvacin del alma constituye el principal de los fines a que un caballero debe aspirar.Estas circunstancias se producen en Castilla en la segunda mitad del siglo XIII. Ya en el Ttulo XXI de laPartida II, en su ley XX., se recomienda que los caballeros aprendan los hechos de armas por vista e por prueva, algo que slo es posible en tiempo de guerra, o bien por oda e por entendimiento si se hallan en perodo de paz; ese aprender de odas es el que requiere que se lean en voz alta, mientras los caballeros comen, las estorias de los grandes fechos de armas que los otros fezieran, y se aade que si no hubiera libros -o escripturas- fueran los cavalleros buenos e ancianos los que recuerden esas hazaas, e incluso que se aproveche la presencia de los juglares para interpretar ante esa concurrencia cantares de gesta, en los que se evoquen fechos de armas. El pasaje es importante porque testimonia que, en torno a la dcada de 1270, se est produciendo la transformacin de la materia pica -an plenamente viva- en materia caballeresca, gracias al concurso de las crnicas y de los mismos libros de leyes, porque no en vano este primer tratado de caballeras en lengua verncula que es el Ttulo XXI contiene las reglas y los principios esenciales por los que un caballero se debe regir y se compromete a cumplir unas obligaciones que, en ltima instancia, implican una defensa de su estamento, de su condicin social, frente a las pretensiones de los monarcas -en especial de Alfonso X- por reducir sus privilegios y aduearse de la fuerza militar que representaba ese grupo social, modificando de raz sus costumbres. En realidad, la literatura caballeresca nace para explorar este conflicto derivado de la tensin entre un poder regalista y otro aristocrtico; el rey necesita de los buenos caballeros para mantener su corte, declarar la guerra a los infieles y defenderse de las agresiones exteriores; pero los nobles -los que conforman el estamento de la caballera- requieren tambin la afirmacin de un espacio poltico y moral propio, representativo de su linaje; por ello, don Juan Manuel contina la labor de su to Alfonso X y compone unLibro de la cavallera-hoy perdido- y unLibro del cavallero et del escuderoen el que se fija, como condicin imprescindible antes de servir a un rey, la asimilacin de una serie de principios estamentales, desplegados despus en elLibro de los estadosy enumerados por don Juan para educar a su hijo en elLibro enfenido.En la corte de Alfonso X se tuvieron que escuchar narraciones caballerescas derivadas de la materia pica, incipientesromances-en prosa- en que los hroes de los cantares de gesta asuman la defensa de unos valores sociales y militares que convergan en la fundacin del reino de Castilla. No le interesaban a Alfonso las actitudes de rebelda de esos caballeros, sino el modo en que contribuan a la creacin de un mbito poltico comn. stas son las orientaciones que predominan en el perodo llamado molinista, por el nombre de la reina doa Mara de Molina: la esposa de Sancho IV, la madre de Fernando IV, la abuela de Alfonso XI, la que fuera entonces tres veces reina. Sancho IV lograba la corona de Castilla tras una guerra civil sostenida con su padre; l era el segundognito y logra el apoyo de los principales clanes nobiliarios para imponerse a la lnea dinstica representada por los hijos de don Fernando de la Cerda, su hermano mayor, el primognito que mora en 1275; ese apoyo de la nobleza fragua en la creacin de un modelo de convivencia cultural -una suerte de regalismo aristocrtico- en el que la caballera adquiere conciencia plena de su valor y de su fuerza; el propio Sancho intentar regularla -y no dudar en matar con sus manos a don Lope Daz de Haro en 1288 por la usurpacin de las prerrogativas reales- y se servir de ella para conquistar Tarifa en 1291; pero este monarca morir en 1295 y dejar a un joven rey de diez aos -Fernando IV- al cuidado de su madre doa Mara, en abierta disputa con infantes y nobles por controlar el reino y aumentar sus respectivos dominios de poder. ste es el momento exacto, en el cambio de siglos del XIII al XIV, en que nace la literatura caballeresca castellana, no como una forma de regular el ocio cortesano sino de defender un espacio poltico y la memoria de un linaje que estaban siendo amenazadas en todos los frentes; en torno a doa Mara se tuvo que construir una trama de estorias ajustadas a sus penosas condiciones de reina perseguida y calumniada; convenan, entonces, losromancesde materia hagiogrfica -elCuento de una santa enperatrs-, los de materia carolingia -interesaba demostrar el origen hispano de Carlomagno por sus abuelos Flores y Blancaflor-, los de materia de la Antigedad -por el anlisis de virtudes que se realiza: elOtas de Roma-, junto a otras lecturas de orden piadoso -verdaderasvitae: la de santa Mara Egipciaca, santa Mara Magdalena, santa Marta- que definen un horizonte de expectativas que se encierra en la extraordinaria miscelnea del manuscrito escurialense h-i-13, un completo muestrario de los intereses narrativos que cruzan la corte de doa Mara de Molina y que explican, plenamente, la aparicin del primerromancede materia caballeresca hispana: elLibro del cavallero Zifar. Los productos narrativos que conserva ese cdice de El Escorial eran traducciones al vernculo de obras bsicamente de procedencia francesa, algunas de las cuales ya se haban entremetido en compilaciones historiogrficas, como ocurre con los textos carolingios que haban informado laGran conquista de Ultramary luego se difundiran en una rama de la cronstica general: laCrnica fragmentaria. La materia artrica, en la ltima de sus lneas evolutivas de laPost-Vulgata, est comenzando a traducirse tambin en estas fechas, ya al gallego-portugus, ya al castellano.

La invencin castellana de la caballera: elZifarElZifaradquiere una importancia crucial no slo porque contenga, de forma alegrica, la historia de doa Mara y del rey don Sancho, as como la de las tribulaciones que sufren sus hijos por sacar adelante su estado, sino porque muestra la prodigiosa fusin de tradiciones literarias que tiene que verificarse para que se construya una obra de este carcter: el orden de la historiografa, las secuencias hagiogrficas -aplicadas a los casos de Zifar y de Grima-, los motivos de la pica -la recuperacin de una honra caballeresca que ser soporte de una conducta regia-, los libros de castigos y regimientos de prncipes -unidos en losCastigos del rey de Mentn-, la presencia de losmirabilia-la aventura del lago solfreo-, todo tiene cabida en una obra que tuvo que componerse de modo progresivo, ajustada a las circunstancias de recepcin a las que deba de servir, abierta a los problemas que proceda examinar en el espejo -trmino que aparece en su prlogo- de la ficcin; por vez primera, unos oyentes reales son nombrados en ese proemio -y entre otros estn la reina doa Mara y don Juan Manuel- y son obligados a asumir unas pautas de entendimiento receptivo que comportan, a la vez, la defensa de los ideales del molinismo -destacan la preeminencia que se ha de otorgar a Dios y la definicin del seso natural frente al saber artificial- y la afirmacin de un linaje regio que logra triunfar y mantenerse tras superar todo tipo de pruebas y ajustarse al riguroso cumplimiento de unas virtudes no slo militares, sino religiosas. ElLibro del cavallero Zifarest integrado por tres estorias que se acomodan a tres circunstancias histricas diferentes y que explican, adems, el lento proceso de asimilacin de la materia artrica y el desplazamiento que van a sufrir las iniciales orientaciones narrativas de carcter pico o hagiogrfico: el primer impulso delLibrolo forman laEstoriade Zifar y de Grima (la recuperacin del linaje perdido), los prlogos (la articulacin de la ideologa molinista) y losCastigos del rey de Mentn(un calculado regimiento de prncipes), tres lneas ajustadas a la minoridad de Fernando IV, es decir entre 1295 y 1301; un segundo proceso textual se cifra en laEstoriade Garfn y de Robon, los hijos de Zifar, que van a proceder a la defensa de su linaje frente a la agresin de la alta nobleza, propiciando un anlisis sobre la lealtad y la traicin que convendra para el complicado reinado de Fernando IV (1301-1312); el tercer desarrollo se encierra en laEstoria del infante Robonque lograr alcanzar la dignidad de emperador tanto por las enseanzas recibidas en losCastigoscomo por el cumplimiento de las dos principales virtudes -sapientiayfortitudo- que acendra en un intrincado recorrido de aventuras, abiertas ya al dominio de la materia artrica; precisamente, cuando Robon accede al espacio maravilloso de las nsulas Dotadas es sometido a una curiosa prueba en la que demuestra el valor de su entendimiento: una doncella lee ante l el libro de laEstoria de don Yvndel que extrae solaz y plazer, adems de aprender las claves de comportamiento a que su vida habr de ajustarse; lo que est ocurriendo en el interior de la obra, est sucediendo tambin fuera de la misma, porque hay unos oyentes reales que contemplan en el espejo de la ficcin cmo otro oyente -el infante Robon- asimila las enseanzas de unromancede materia artrica; es esta complejidad de planos textuales y de discursos narrativos, amn de los problemas examinados -la victoria de ese linaje regio frente a la aristocracia-, la que permite situar esta terceraEstoriaen la minoridad de Alfonso XI (1312-1321), que es el momento ms adecuado para engastar las primeras traducciones vernculas de laPost-Vulgatacomo lo demuestra la fecha de 1313 que conserva la transmisin de laDemanda.

Los contextos y las primeras versiones delAmadsste es el contexto en que naceAmadsy stas son las orientaciones con las que tiene que entenderse el desarrollo tambin progresivo de la trama de historias caballerescas ms importante de la literatura espaola, una obra que comienza a gestarse en el reinado de Alfonso XI, es decir cuando se dan las circunstancias necesarias para su primera recepcin, y que extiende su influencia hasta alimentar la imaginativa de un hidalgo manchego que, en el momento de adentrarse en Sierra Morena para imitar la desmedida penitencia amorosa de Amads lo reputa comoel solo, el primero, el nico, el seor de todos cuantos hubo en su tiempo en el mundo(I, XXV). Antes de que Amads ejerciera tan poderoso influjo sobre Alonso Quijano, otros receptores -pero reales- dejaron testimonio de la importancia que, en su formacin caballeresca y cortesana, haba adquirido este orden narrativo. Gracias a esas menciones y a una importante escena, conservada en el interior delAmads, sobre la recepcin de uno de sus episodios puede reconstruirse el proceso de creacin y de transmisin de esta obra a lo largo de los siglos XIV y XV hasta llegar, ya en el perodo de los Reyes Catlicos, a manos del regidor de Medina del Campo, Garci Rodrguez de Montalvo, responsable de la ms profunda reelaboracin y amplificacin que sufrirn unos materiales, que describe en el prlogo de una forma muy precisa al hablar de la correccin a que va a someterestos tres libros de Amads, que por falta de los malos escriptores, o componedores, muy corruptos y viciosos se lean(ed.J. M. Cacho Blecua, 224). El dato es relevante porque asegura que a finales del siglo XV elAmadshaba alcanzado esa forma textual de tres libros que son los que va a enmendar Montalvo, abreviando lneas argumentales que ya no le parecen de inters y creando otras nuevas -con otro sistema de personajes- hasta formar un cuarto libro, al que adems aadir el quinto consagrado ya a las aventuras de Esplandin, el hijo de Amads. Partiendo de este dato seguro y yendo hacia atrs, esteAmadsde tres libros tuvo que formarse, sobre un estadio textual anterior, a principios del siglo XV; ello es factible saberlo porque el poeta Pero Ferruz le enva un dezir al canciller Ayala, en el que le informa de que podr hallar lasproezas de Amads en tres libros e diredes / que le Dios d santo poso(Cancionero de Baena, 305,vv.62-63). Pero Ferruz da testimonio de la novedad que supone el que, en esa primera dcada del siglo XV, las aventuras de Amads se hayan distribuido en tres libros; si l da esta noticia es porque antes esa trama de hechos se difunda en una versin que slo poda ser de dos libros; se sera el primerAmads, el que se creara en la corte de Alfonso XI, conforme a la recepcin de la materia artrica, tambin de la relativa a Tristn e Iseo, y que lograra sobrevivir al profundo cambio de valores culturales que se produjo tras el regicidio de Montiel en 1369, cuando Enrique de Trastmara mata a su hermano el rey don Pedro y afianza una nueva dinasta en el trono castellano. Al igual que ocurriera con elZifar, hubo entonces tres fases en la elaboracin y difusin delAmads: a) una versin primitiva, formada por dos libros, que tendra vigencia en un arco de fechas que ira de 1311 (nacimiento de Alfonso XI) a 1385 (desastre de bidos, derrota de Juan I ante Portugal en su pretensin de apoderarse de ese reino); b) una segunda redaccin, de ideologa trastmara, integrada por tres libros, que se instigara en el reinado de Enrique III y se propagara ya a lo largo del siglo XV, y c) una profunda transformacin de esos tres libros, hasta aadir uno nuevo, llevada a cabo en el reinado de los Catlicos por un fiel intrprete de su pensamiento, Garci Rodrguez de Montalvo, que ajusta la obra al nuevo espritu poltico y religioso de sus monarcas, para quienes reconstruye especialmente la figura de Esplandin, situndola en un nuevo libro. De todo este desarrollo de lo que puede llamarse elAmadsmedieval slo se conservan hoy unos vestigios de la segunda de las versiones, datables en torno a 1420, y que aparecieron en las guardas de encuadernacin de un volumen, estudiados por A. Rodrguez Moino, A. Millares Cario y R. Lapesa en 1956; estos fragmentos -conservados en elms.UCB 125 de laBancroft Library- acuerdan con la materia correspondiente al que es hoy Libro III.No tiene nada de sorprendente que unromancede materia caballeresca crezca y se transforme como lo demuestran elZifary elAmads; debe encuadrarse este fenmeno en el valor de formacin otorgado a estas obras, en el proceso mismo de lectura oral de los textos -en sesiones a cargo de recitadores o fabladores expertos-, en la mediacin de esos receptores que podan sugerir nuevos desarrollos argumentales, exigir otras aventuras o incluso modificar el desenlace de alguna de esas lneas temticas; precisamente, elAmadsconserva, gracias a la diligencia de Montalvo, una valiosa escena -verdadera miniatura verbal sobre la lectura y audicin de estosromances- en la que se da cuenta de la intervencin directa de un oyente en el desenlace de uno de los episodios cruciales del primer libro, el relativo a la ayuda que Amads presta a Briolanja, hija del rey Tagadn, desheredada por su to Abiseos; Amads derrota a su enemigo y esta fermosa donzella cae apasionadamente enamorada de su salvador hasta el punto de entregarle su reino y su persona; Amads, modelo de firme amador, mantiene su lealtad a Oriana, su seora, y rechaza el ofrecimiento de Briolanja; Montalvo -porque esta vieta la reconstruye l en virtud de los materiales de que tiene noticia- da cuenta en este punto de la intromisin de un receptor muy especial que obliga a corregir este desenlace:[...] ahunque el seor infante don Alfonso de Portugal, aviendo piedad d'esta fermosa donzella, de otra guisa lo mandase poner. En esto hizo lo que su merced fue, mas no aquello que en efecto de sus amores se escrivi.

(I, XI, 612)

Es decir, en la primitiva versin, Amads obrara como los artricos Tristn o Galaad que no dudaban en rechazar requerimientos amorosos de esta naturaleza, el primero para mantenerse fiel a Iseo, el segundo para no contaminar su perfeccin caballeresca; estaestoriaes oda por ese infante portugus, que no puede ser otro que el hermano del rey don Dions y cuado de don Juan Manuel, y manda modificar el desarrollo argumental, obligando a Amads a atender la solicitud de Briolanja; esta mediacin receptiva no fue la nica, porque en otro momento posterior de la transmisin de la obra se dio a este episodio otro tratamiento con el que Montalvo se muestra ms conforme -De otra guisa se cuentan estos amores que con ms razn a ello dar fe se deve...(d.)- porque salva la lealtad de Amads, aunque el hroe se vea forzado finalmente -con autorizacin de su dama- a cumplir la voluntad de Briolanja, ya que haba sido encerrado en una prisin y se estaba dejando morir lentamente; el Amads de esta nueva redaccin -que tiene que ser la correspondiente al reinado de los Trastmara, es decir la de principios del siglo XV-, con la licencia que le da su dama, acomete con mpetu la arriesgada prueba ytomando su amiga aquella fermosa Reina, ovo en ella un hijo y una hija de un vientre(613). Esta solucin no le satisface plenamente a Montalvo -Pero ni lo uno ni lo otro no fue ass...(d.)- que ofrece la suya -es Briolanja la que se apiada de Amads y lo libera sin que haya relacin amorosa alguna- y la presenta como la verdadera, porque adems la ajusta a los planes que proyecta para los principales hroes, ya que piensa casar a Galaor, el hermano de Amads, con esta reina, a fin de quebrar la licenciosa vida de este caballero:Esto leva ms razn de ser credo, porque esta fermosa Reina casada fue con don Galaor como el cuarto libro lo cuenta(613-614). Ese cuarto libro proceda de la enmienda textual que l haba practicado y corresponde, por tanto, a la tercera redaccin delAmads.Se confirma, gracias a este episodio y a las diversas reacciones que provoc, que hubo tresAmadises: el primitivo, de dos libros, alterado por don Alfonso de Portugal, el Trastmara, de tres libros, en que se corrige el desenlace exigido por el infante luso, y el de Montalvo, de cuatro libros, en el que se reconstruyen -pero no se omiten- estas lneas argumentales para acomodarlas a los nuevos valores que los hroes deben asumir; uno de ellos -acorde con la ficcin sentimental- exige que el caballero sea capaz de resistir las tentaciones amorosas, porque la pasin es siempre una fuerza destructiva.

El primerAmadsUnromancede materia caballeresca se modifica tambin porque sus lneas argumentales pierden valor y no son capaces de dar respuesta a todos los problemas que un nuevo contexto puede generar; se requieren, entonces, ajustes de recorridos temticos o, lo que es ms importante, la aparicin de otros personajes que logren acomodarse a las situaciones -casi siempre polticas y religiosas- que exigen su aparicin.El primerAmads, el de los dos libros, tuvo que mantener su vigencia, como se ha apuntado, hasta el desastre de Aljubarrota de 1385; al menos, don Pero Lpez de Ayala, uno de los oyentes de esta versin inicial, da cuenta, ya a finales de la centuria, en elRimado de palacio, del tiempo que haba malgastado en su juventud oyendo estas narraciones caballerescas:

Plgome otros or muchas vegadas

libros de devaneos, de mentiras provadas,

Amads e Lanalote, e burlas escantadas,

en que perd mi tienpo a muy malas jornadas.

(c.163)

Don Pero haba nacido en 1332 y su manceba -o el perodo en que ocurrira su formacin caballeresca- se acompasa a los consejos dados enPartida II-ese aprender de odas- y al empeo de Alfonso XI de conformar un espritu caballeresco que le permitiera asimilar a la nobleza a sus directrices de gobierno, tal y como lo demuestra la Orden de la Banda que el monarca personalmente instiga y de la que Lpez de Ayala sera alfrez mayor y, por tanto, portador del pendn de la misma. En esa primera etapa de su vida caballeresca, tuvieron que ser determinantes las enseanzas que esos dos ttulos -o los dos hroes- nombrados le entregaran -elAmadsy elLanzarotede laVulgata. Otra es la actitud que mantiene cuando redacta este pasaje, ya casi vencido el siglo, atenazado por la decadencia castellana tras la derrota de 1385 y la ruptura que representaba el cisma en que viva sumida la Iglesia tras la doble eleccin en 1378 de Urbano VI y Clemente VII; quien habla, ya en el otoo de su vida, es el Ayala canciller del reino, de espritu ms rigorista, que vuelca su saber letrado en promover una serie de eficaces traducciones de carcter religioso y moral. Tambin, en la mitad del siglo XIV, Juan Garca de Castrojeriz, en el aparato de glosas con que amplifica elDe regimine principumdel agustino Egidio Colonna, convoca el recuerdo de los hroes que podan considerarse paradigmticos de las virtudes caballerescas -et stos cuentan maravillas de Amads et de Tristn et del Cavallero Syfar- para oponerlas a otros representantes de este estamento que aparentan ser caballeros slo en su pareser; de esta comparacin arranca una de las dicotomas cruciales para afirmar los tratados de teora caballeresca, puesto que se trata de arrancar a los mancebos o jvenes caballeros de los peligros que comporta la vida cortesana para inclinarlos al duro ejercicio de las armas, a la cruda realidad de la guerra; no por otro motivo Gutierre Daz de Games compondrEl Victorialsobre el modelo de un hroe real, Pero Nio, que por su esfuerzo llegar a ser conde de Buelna. La referencia de Garca de Castrojeriz es valiosa porque demuestra que en la primera mitad del siglo XIV el espritu de la caballera se haba afirmado con el ejemplo de Tristn como leal amador, de Zifar como caballero de Dios, de Amads como suma de todas perfecciones.Los lmites argumentales del primerAmadspueden ajustarse a la trama de hechos de los dos primeros libros hoy conservados; en ellos predomina la onomstica bretona, una tendencia que cambia en el Libro III en el que prevalecern los nombres de la materia troyana. El estrato ms antiguo delAmadsacoge lneas temticas de clara raigambre folclrica que afectan al nacimiento del hroe, a la definicin de su identidad, a las pruebas que debe superar, al enfrentamiento con los enemigos de la corte, al descubrimiento del amor y de sus riesgos. Es factible distinguir cinco grandes ejes de desarrollo argumental con el fin de reconstruir este primer estadio textual delAmadsprimitivo, el que se oira en la corte de Alfonso XI.El primer proceso narrativo (I, I-X) acoge la construccin de la identidad heroica y avanza desde las circunstancias que propician el nacimiento prodigioso del hroe, con su obligada muerte estamental hasta la reinsercin en el grupo social al que pertenece; las aventuras que posibilitan este desarrollo pueden ordenarse en cinco ncleos:1) Orgenes; destaca la arriesgada concepcin del hroe, con el nacimiento que pone en peligro la vida de la madre y el abandono de la criatura a una muerte simblica -es depositado en una barquilla de mimbre nada ms nacer- con la consiguiente resurreccin a una nueva vida estamental, representada por el nombre del Doncel del Mar.2) Educacin; se refieren las mocedades del hroe, el matrimonio de los padres, el nacimiento de Galaor, su rapto por un gigante y las profecas de Urganda.3) Servicio amoroso; coinciden el conocimiento de Oriana y su investidura como caballero por su padre, Perin, a quien se enfrenta Abis, el rey de Irlanda.4) Primeras armas; acoge la liberacin de su padre, la educacin de Galaor y la victoria del Doncel sobre Galpano, deshonrador de doncellas.5) Anagnrisis; es Oriana quien descubre la identidad del doncel, justo cuando derrota al rey Abis; el hroe recupera su verdadero nombre, Amads, el que le haba sido impuesto por Darioleta al nacer, en unas circunstancias de extremo dolor, que evoca ahora la madre con alegra:-Mi amado hijo, cuando esta carta se scrivi era yo en toda cuita y dolor, y agora soy en toda holgana y alegra. Bendito sea Dios! Y de aqu adelante por este nombre vos llamad.-Ass lo har -dixo l.

(I, x, 328)

El segundo orden narrativo (I, XI-XX) se dedica a la definicin de la identidad de los hroes, no slo de Amads, sino tambin de su hermano Galaor y de Agrajes, primo de ambos. Cinco ncleos de motivos permiten delimitar este desarrollo:1) Amads inviste como caballero a su hermano Galaor, que vence al gigante Albadn; la voluntad seductora de Galaor le impedir alcanzar la perfeccin de Amads.2) Amads derrota a Dardn, el Soberbio, imponindose sobre este defecto caballeresco; ocurre la primera cita con Oriana y es nombrado caballero de la reina Brisena.3) Se suceden aventuras que permiten ahondar en los caracteres de Galaor y de Agrajes.4) Amads vence a Angriote de Estravus que ser luego su aliado incondicional.5) Amads se enfrenta a Arcalus, que lo derrota en este primer encuentro, pero libera a un grupo de prisioneros a los que su enemigo mantena encerrados y que no dudan en asemejar al caballero con la propia figura de Cristo:-Ay, cavallero bienaventurado, que ass sali nuestro Salvador Jesu Christo de los infiernos cuando sac sus servidores; l te d las gracias de la merced que nos hazes.

(I, XIX, 440)

La tercera lnea argumental (I, XXI-XXX) explora las asechanzas que pueden poner en peligro la identidad caballeresca de los hroes, ajustndose ms a circunstancias literarias -doncellas que arrastran a caballeros a su perdicin tras solicitarles un don- que a la verdadera realidad cortesana; pero convena que los caballeros mancebos, los reales, aprendieran a precaverse de todo tipo de riesgos. Otros cinco ncleos de motivos pueden servir para sintetizar este contenido:1) Briolanja -mostrada como una nia- salva a Amads soltando a dos leones.2) Amads combate contra Galaor ignorando su identidad.3) Se dibuja el escenario de Vindilisora como mbito de acciones caballerescas y se somete a anlisis la relacin entre Agrajes y Olinda.4) Galaor acomete la aventura del caballero muerto, mientras Amads triunfa sobre el raptor de una doncella.5) En las cortes de Londres, Galaor es nombrado caballero del rey Lisuarte, gracias a la intercesin de su hermano y de la misma reina, quedando configurada una trama de alianzas que se presiente peligrosa:Pues ass como odes qued Galaor por vasallo del Rey en tal hora, que nunca por cosas que despus vinieron entre Amads y el Rey dex de lo ser, ass como lo contaremos adelante.

(I, XXX, 525)

La presencia en este plano de tres personajes principales -Amads, Galaor y Agrajes- y los diversos encuentros a que son arrastrados genera una compleja red de perspectivas que permite valorar tanto las relaciones polticas que subyacen en estas figuras -representantes de estamentos diferentes- como las conductas caballerescas sometidas a pruebas de diferente naturaleza.El cuarto recorrido temtico (I, XXXI-XXXIX) explora la unidad que forman el amor y la caballera, para valorar tambin los lmites a que deba ajustarse una relacin que poda entraar la prdida de las virtudes caballerescas; las acciones se sitan en el espacio de la corte del rey Lisuarte, amenazado por la figura de Arcalus el Encantador. Los cinco ncleos de motivos con que pueden ordenarse estas aventuras trazan estas conexiones:1) Amads y Galaor son aprisionados por Madasima, seora de Gantasi, y logran escapar gracias a las dotes de seduccin de Galaor.2) Arcalus arranca a Lisuarte un don que le obliga a entregarle a su hija, siendo despus tambin capturado.3) Amads libera a Oriana, hacindose merecedor de amarla y de cumplir de esta manera la perfeccin caballeresca mediante la consecucin del deseado galardn.4) Galaor logra liberar al rey.5) Amads libera a la reina Brisena de la pretensin de Barsinn de apoderarse de ella y del reino. Resulta fundamental en este desarrollo la consumacin amorosa del hroe, porque se realiza conforme a los patrones de la caballera y del amor corts; slo cuando Amads logra culminar la prueba ms peligrosa a la que se haba enfrentado y liberar a su seora, sta le entrega su persona:Y Amads torn a su seora, y cuando ass la vio tan fermosa y en su poder, avindole ella otorgada su voluntad, fue tan turbado de plazer y de empacho, que slo catar no la osava; ass que se puede bien dezir que en aquella verde yerva, encima de aquel manto, ms por la gracia y comedimiento de Oriana, que por la desemboltura ni osada de Amads, fue hecha duea la ms hermosa donzella del mundo.

(I, XXXV, 574)

La ltima aclaracin es necesaria para diferenciar a Amads y a Galaor, igualados en las armas, pero no en los amores. Esta amplia secuencia finaliza con la restauracin de Lisuarte en Londres y la divulgacin de la fama ganada por sus buenos caballeros:Pues ass como os estava el rey Lisuarte en Londres con tales cavalleros, corriendo su gran fama ms que de ningn otro prncipe que en el mundo fuesse.

(I, XXXIX, 596)

sa ser la armona que la fortuna quebrar tentando de nuevo a este monarca que en la versin primitiva de la obra tena que desempear un papel tan relevante como el de Arturo en su correspondiente materia.El quinto desarrollo temtico (I-II, XL-LVI) del primerAmadses muy difcil de deslindar en sus acciones, no slo por las enmiendas que Montalvo pudo realizar en esos materiales que a l llegaron, sino por las modificaciones que tuvo que sufrir el primer estadio textual de dos libros al ampliarse con uno nuevo. Es factible, por los paralelismos con otrosromances, que la unidad afirmada entre Amads y Oriana, se viera puesta en peligro, no por una prueba de armas sino de amores; es ahora cuando adquiere sentido la controvertida relacin con Briolanja, que obliga al infante don Alfonso de Portugal a intervenir para doblegar la inicial actitud de rechazo de Amads. Es ste tambin el momento en que se contraponen dos espacios insulares en los que el hroe va a confirmar las facetas ms singulares de su identidad amorosa. Conforme al trazado de cinco ncleos temticos, se podra conjeturar con esta trama de hechos:1) Amads devuelve el trono a Briolanja.2) El hroe mantiene la firmeza de su amor rechazando -puesto que se trata de la primera versin- los ofrecimientos amorosos de la doncella.3) Amads conquista la nsula Firme y resuelve la prueba del arco de los leales amadores, logrando acceder a la cmara defendida y quedando, as, como seor de la isla.4) Oriana rechaza a Amads, al dar fe al relato del enano Gandaln que haba asegurado que su seor haba entregado su corazn a Briolanja; Amads se retira a la Pea Pobre en donde adquiere una nueva identidad, encauzada por el nombre de Beltenebros, y se deja arrastrar hacia la muerte a pesar de los buenos consejos del ermitao Andalod.5) Oriana perdona a Amads al conocer la verdad; la Doncella de Dinamarca logra encontrarlo en la Pea Pobre y le entrega la carta de su seora; la reinsercin del hroe en la corte requiere un nuevo proceso de aventuras que le permitan recuperar la identidad perdida. En este ltimo plano narrativo, el contraste ms eficaz se promueve entre el mbito de la nsula Firme -cuyos encantamientos no hubiera podido resolver Amads si no se hubiera mantenido leal a Oriana, aunque sta lo ignorara- y esa Pea Pobre en la que el hroe se someter a una dura penitencia:Ass como os fue encerrado Amads, con nombre de Beltenebros, en aquella Pea Pobre, metida siete leguas en la mar, desamparando el mundo, la honra, aquellas armas con que en tan grande alteza puesto era, consumiendo sus das en lgrimas y en continuos dolores...

(II, XLVIII, 711)

Si el amor le haba permitido conquistar un espacio insular, la privacin de la fuerza que su seora imprima en su ser lo aleja del mundo y lo aboca a una destruccin segura, entregado slo a la piedad de Dios (731) y a la composicin de versos a los que confa sus desengaos. sta es la aventura que querr imitar don Quijote cuando se adentre en Sierra Morena tras haber liberado a los galeotes. El reencuentro con Oriana tena que poner fin a esta primera versin delAmads; el recitador parece recabar de los oyentes un grado de atencin especial acorde con el cierre de estas lneas argumentales:Mas quin sera aquel que baste [a] recontar los amorosos abraos, los besos dulces, las lgrimas que boca con boca all en uno fueron mezcladas? Por cierto, no otro sino aquel que seyendo sojuzgado de aquella misma passion y en las semejantes llamas encendido, el coran atormentado de aquellas amorosas llagas pudiesse d'l sacar aquello que los que ya resfriados, perdida la verdura de la juventud, alcanar no pueden.

(II, LVI, 794)

Se cerraba, de esta manera, el principal crculo de acciones que haba dado sentido a la existencia de Amads, gobernadas enteramente por el amor, desde que conociera a Oriana. Es muy posible que Amads naciera para superar a Tristn y a Lanzarote no tanto en las pruebas de armas como en las de amores.

ElAmadstrastmaraEl cambio de dinasta que provoca el fratricidio de Montiel de 1369 requiere un nuevo orden de valores que va a afectar, profundamente, a las formas literarias de la segunda mitad del siglo XIV, sobre todo a las que exploraban los mbitos de la ficcin narrativa; aunque en el trono de Castilla se siente otro hijo de Alfonso XI, los hechos no pueden ser contados de la misma manera ni explicadas las situaciones -polticas, sociales- conforme a la misma red de personajes. Se transforman las relaciones cortesanas y el espejo que constituye la ficcin abarca otros mundos, se dirige a otros receptores, analiza otras circunstancias. El principal asunto que abordan estosromances, el de la relacin entre la institucin de la monarqua y el poder de la aristocracia, cobra un rumbo distinto, porque Enrique II, adems de la ayuda de Francia, haba logrado recabar el apoyo de los principales clanes linajsticos a los que va a tener que recompensar con mercedes y concesiones que devolvern a la nobleza -a parte de la antigua y, sobre todo, a la nueva que nace del conflicto- privilegios que haban sido abolidos por Alfonso XI. La amplificacin que sufre elAmadsprimitivo -hasta el punto de pasar de dos a tres libros- se ajusta a la directriz temtica que cuaja en el enfrentamiento que van a sostener el rey Lisuarte y Amads, involucrando a la totalidad de los caballeros de la primera versin y requiriendo el concurso de otros hroes que se acomoden a esta orientacin temtica. Son los receptores externos los que van a imponer tambin diferentes esquemas culturales: emerge la materia troyana, se utilizan continuas referencias al mundo de la Antigedad, interesan las cadas de prncipes porque, de algn modo, haba que explicar los cambios radicales que se producen tras 1369 o tras 1385; son esos sucesos los que le llevan al canciller Ayala a rechazar las ficciones de Amads e Lanalote odas en su juventud, pero esas ficciones siguen oyndose -es ms: se amplifican- en el nuevo orden cultural que representa a los Trastmara, como lo demuestran las continuas remisiones que los poetas cancioneriles realizan a esta trama de aventuras, casi todas ellas presentes en elCancionero de Baena; as ocurre en el dezir con que Francisco Imperial celebra el nacimiento del rey Juan II, en una estrofa en la que evoca a las principales parejas de amadores acuadas por la materia de la Antigedad -evoca a las seoras de Aquiles, Paris y Troilos-, por la artrica -menciona a las gentiles enamoradas de Tristn y Lanzarote- y por las ms prximas como lo son la carolingia y la amadisiana para desear al nuevo rey el mismo comportamiento amoroso de estos hroes:

l e su muger ayan mayores [amores]

que los de Paris e los de Viana,

e de Amads e los de Oriana,

e que los de Blancaflor e Flores.

( 226, c. 30)

Esta lealtad amorosa de Amads por su seora es la que exige, en esta versin, recuperar la firmeza que el infante don Alfonso de Portugal le haba hecho perder, bien que sometiendo al hroe a nuevos suplicios que son los que obligan a Oriana a darle su licencia para salir de la prisin aun cumpliendo la voluntad de Briolanja; esta sutileza de las relaciones amorosas ser explorada en este mismo mbito por la ficcin sentimental y, as, en laEstoria de dos amadores, inserta en elSiervo libre de amor, Liessa consentir en que Ardanlier acepte el don alegrico de la llave con que Irena se entregaba a l.Otro poeta cancioneril, John de Dueas, alude a episodios que es difcil reconocer en la refundicin de Montalvo; esto no implica que se trate de secuencias temticas perdidas, sino posiblemente de aventuras conocidas que, al transformarse, haban recibido un nuevo nombre; una vez ms Dueas evoca la constancia amorosa de Amads:

Pues pensar bien que dezs

mi senyora verdadera

que por ierto si yo fuera

en el tiempo d'Amads,

segn vos amo y adoro

muy lealmente sin arte

nuestra fuera la ms parte

de la nsola del Ploro;

este espacio insular puede remitir o a la nsula Firme -y algn grado de afliccin amorosa motivara ese apelativo- o a la Pea Pobre -en donde Amads se transformara en Beltenebros para dejarse morir por amor. El mismo Dueas recuerda los galardones con que se premiara la belleza de Oriana, equiparada ahora a Iseo, a fin de elogiar la hermosura de su dama:

Pues por ierto mis amores

non fuera suya tan plana

de la gentil Oriana

la capilla de las flores,

ni fuera tan escogida

en beldat, yo ass lo creo,

la fermosa reina Iseo

si vs furades naida.

En la memoria de este poeta, como en la de Imperial, han quedado prendidas situaciones que comportan una asimilacin de la materia sentimental delAmads. Lo mismo ocurre en el famoso dezir de Pero Ferruz en el que se transmita la noticia de los tres libros; aqu, en el arranque de la estrofa, tambin para apreciar la firmeza del hroe, se evocan unas aventuras que no tienen correspondencia con los materiales conservados:

Amads, el muy fermoso,

las lluvias e las ventiscas

nunca las fall ariscas

por leal ser e famoso.

O bien se trata de vendavales alegricos que representan las cuitas de amor o bien de tormentas reales que pudieron tener lugar en un espacio de aventuras hoy suprimido, al que acceda Amads bajo la identidad de Cavallero de la Verde Espada; as, al igual que hiciera su padre Perin, Amads realiza un itinerario de aventuras por el continente europeo que le llevar a tierras de Alemania y a la misma Constantinopla; estas secuencias tienen que corresponderse a situaciones histricas promovidas en las cortes de Enrique III y de Juan II, con viajes de caballeros reales ya a tierras de Oriente -y ah est laEmbajada a Tamorln-, ya a la curia imperial -visitada por Pero Tafur o por Diego de Valera entre otros; por esas rutas geogrficas, recorridas en la realidad, se movern tambin los hroes de ficcin. Pero ste es un orden de ideas que ya a finales del siglo XV no transmite novedad alguna; por ello, Garci Rodrguez de Montalvo decide suprimirlo resumiendo, eso s, la orientacin temtica con que se haba creado este conjunto de aventuras en la segunda versin delAmadsde tres libros:Pero cuando en las partes de Romana fue, all pass l los mortales peligros con fuertes cavalleros y bravos gigantes, que con gran peligro de su vida quiso Dios otorgarle la victoria de todos ellos, ganando tanto prez, tanta honra, que como por maravilla era de todos mirado. Mas ni por esto ni tuvieron tanta fuera estas grandes afruentas y trabajos, que de su coran pudiessen apartar aquellas encendidas llamas y mortales cuitas y desseos que por su seora Oriana le venan.

(III, LXXII, 1116)

El sumario a que Montalvo reduce la trama de estas aventuras orientales sigue incidiendo en el rasgo bsico de la conducta amorosa de Amads -la lealtad- con que sublima su ser y sostiene entera su existencia: as fue en la primitiva redaccin de la primera mitad del siglo XIV, as lo sigue siendo cien aos despus en esta versin trastmara, como lo demuestra el que Fernando de la Torre, en suLibro de las veinte cartas e qistiones, en la segunda mitad del siglo XV, equipare en firmeza e lealtad a Tristn y a Amads.La principal de las lneas argumentales de la amplificacin a que es sometido el primerAmadsgira en torno a la contienda que se va a promover entre el estamento de la realeza y el de la aristocracia, representados por la corte de Londres y por el dominio geogrfico de la nsula Firme; la rivalidad que, en la realidad externa, se ha producido entre la autoridad del rey -ya sea Pedro I, ya los mismos Trastmaras- y el poder militar de la nobleza se traslada al interior de la ficcin para analizarla; el rey Lisuarte se acerca al modelo de monarca negativo que se haba fijado con el rey Marcos en elTristan en proseo con el rey Arturo en el final del ciclo dedicado a su vida; el propio Pero Ferruz evoca el afn de riquezas con que Lisuarte mova unas relaciones polticas que son las que precipitarn la guerra:Nunca fue rey Lisuarte / de riquezas tan bastado / como yo, nin tan pagado / fue Roldn con Durandarte( 301, vv. 5-9); la referencia es ambigua, pero parece acomodarse al deseo de riquezas y de prestigio con el que Lisuarte va a promover una alianza con Patn, Emperador de Roma, que ya haba sido vencido por Amads, y que va a requerir la entrega de Oriana de la que se haba enamorado cuando visitara su corte. Cegado por la ambicin, el rey Lisuarte desatiende los buenos consejos que le dan sus caballeros, en especial Galaor, a quien le presentaba este enlace como el mejor partido para su hija y para l mismo -y tener aquel Emperador para mi ayuda cada que menester oviesse(III, LXVII, 1224)-, una postura que es rechazada por su buen caballero que entiende los riesgos que implica privar de sus derechos dinsticos a la primognita:Quitar [v]s, seor, este seoro a una tal hija en el mundo sealada, vinindole de derecho, y darlo a quien no lo deve haver, nunca Dios plega que tal consejo yo diesse.

(1225-1226)

Ni siquiera la despedida de este leal consejero tuerce la decisin del rey Lisuarte que se asemeja ahora a los impiadosos padres de la ficcin sentimental -prisioneros de su palabra y de su honra- y entrega a su hija al Patn de Roma, a pesar de la resistencia de Oriana:Como determinado estuviesse el rey Lisuarte en entregar a su fija Oriana a los romanos, y el pensamiento tan firme en ello que ninguna cosa de las que havis odo le pudo remover, llegado el plazo por l prometido, fabl con ella tentando muchas maneras para la atraer que por su voluntad tomasse aquel camino que a l tanto le agradava, mas por ninguna guisa pudo sus llantos y dolores amansar; as que, seyendo muy saudo, se apart d'ella, y se fue a la Reina, dizindole que amansasse a su fija pues que poco le aprovechara lo que faza, que se no poda escusar aquello que l prometiera.

(III, LXXXI, 1286)

Esta decisin es la que exigir la intervencin de la caballera amadisiana para corregir un error que no slo tena implicaciones sentimentales -la separacin de Amads y de Oriana-, sino polticas; bien es cierto que el Amads que se enfrenta a Lisuarte y a Patn es el que ha realizado ya ese intrincado recorrido de aventuras europeas bajo las identidades de Caballero de la Verde Espada o Caballero del Enano; ese periplo era necesario para escapar de la decadencia a que su vida haba sido arrastrada por orden de Oriana que le haba obligado a permanecer en Gaula durante trece meses y medio; tiene, de esta manera, que rehacer su identidad para desde la nueva dimensin del poder poltico ganado rescatar a su seora y conducirla a la nsula Firme; no se libra ahora un combate individual, sino que se trata de una contienda naval, en la que Amads dar buenas muestras de su destreza nutica:Luego fueron juntas las naves. Grande era all el ferir de saetas y piedras y lanas de la una y de la otra parte, que no semejava sino que lluva, tan espessas andavan. Y Amads no entenda con los suyos en l, sino en juntar a su fusta con la de los contrarios.

(III, LXXI, 1290)

Las nuevas alianzas internacionales y las guerras a que es arrastrada Castilla -con Inglaterra en apoyo de Francia:El Victorial- exige esta serie de episodios en que se valoren esos recursos y esas estrategias militares.La versin trastmara delAmadsrequiere nuevos personajes para desarrollar las orientaciones temticas que los receptores imponen. Ya se ha indicado que el primitivoAmadsestaba sostenido por un modelo ternario de conducta heroica, que permita analizar las acciones y las pasiones de Amads, Galaor y Agrajes. Ahora, a los dos hermanos, se aadir un tercero, Florestn, nacido precisamente para explorar la relacin entre el amor y la caballera y denunciar el riesgo que comportaba someterse a la voluntad de la mujer amada; en realidad, Florestn es hermanastro de Amads y de Galaor, nacido de las relaciones mantenidas por Pern en el curso de sus aventuras europeas, pero cuando aparece en escena sorprende a todos por sus habilidades ya que derriba del caballo a Agrajes, a Galaor y a Amads (I, XL), siendo revelada su identidad precisamente por Corisanda, la seora bajo cuyo poder viva en Gravisanda, obligndolo a justar con todos los caballeros que cruzaran sus tierras; as se lo revela a Galaor:-Dgovos que este nuestro cavallero ha nombre don Florestn, y l se encubre ass por dos cavalleros que son en esta tierra sus hermanos, de tan alta bondad de armas, que ahunque la suya sea tan creida como havis provado, no se atreve con ellos darse a conoer hasta que tanto en armas haya hecho, que sin empacho pueda juntar sus proezas con las suyas d'ellos.

(I, XLI, 624)

Es justo lo que no poda conseguir al vivir sojuzgado por esta dama, aunque su situacin cambie al aparecer ya sus dos hermanos. No es factible saber qu versin delAmadsrequerira la presencia de Florestn para valorar ese comportamiento negativo de las damas que anteponen el culto de su persona a la honra del caballero; no se olvide que Oriana obliga, tambin, a Amads a permanecer postrado en Gaula ms de un ao. Parecen, as, situaciones que convienen para la segunda redaccin de la obra, abierta a la exploracin de todos estos vnculos entre amor y caballera.La aparicin en 1956 de los fragmentos de la versin trastmara -por la lengua se databan en torno a 1420- s que permite asegurar el nacimiento de Esplandin, el hijo de Amads y de Oriana, en elAmadsmedieval, sin que sea factible asegurar en qu redaccin concreta nacera; en cualquier caso, se reproducen algunos de los motivos que jalonaron la venida al mundo de su padre; se trata, tambin, de un alumbramiento peligroso, porque pone en riesgo la vida de la madre; la dimensin sobrenatural del nuevo hroe la revelan los signos -marcas de nacimiento- que lleva inscritos en el pecho:Entonces encendieron una vela, y desembolvindolo vieron que tena debaxo de la teta derecha unas letras tan blancas como la nieve, y so la teta isquierda siete letras tan coloradas como brasas bivas; pero ni las unas ni las otras supieron leer ni qu dezan, porque las blancas eran de latn muy escuro, y las coloradas, en lenguaje griego muy cerrado.

(III, LXVI, 1004)

Se trata de una secuencia proftica que slo ser revelada en el Libro IV y que vincular a este personaje con Leonorina, la hija del Emperador de Constantinopla, a quien ya Amads sirviera en el curso de sus aventuras europeas. Antes de que ello ocurra, la educacin de este hroe se confa al ermitao Nasciano; esta figura religiosa salva al nio que haba sido raptado por una leona, como antes lo fuera tambin Garfn, el hijo de Zifar, cerca de la villa de Galapia. Esta trama de motivos folclricos es la que asegura la presencia de este orden narrativo en una de las dos versiones medievales de la obra, del mismo modo que corresponde a los esquemas de la materia artrica -recurdese la figura de Mordred- la oposicin entre el padre y el hijo, bien porque el segundo se ajuste a un nuevo orden de valores, bien porque el primero se niegue a aceptar el declive de su esfuerzo caballeresco y se enfrente, sin darse a conocer, al caballero novel en el que se encarnan sus mejores virtudes. Es fundamental este ncleo de ideas, porque posiblemente la segunda versin delAmads, quiz como culminacin del propio desorden en que vive sumida la realidad externa, terminara con la muerte de los protagonistas; tal es el desenlace que puede deducirse del ltimo verso del dezir de Pero Ferruz ya valorado: que le d Dios santo poso es una frmula que slo puede emplearse en un contexto luctuoso en el que Amads hubiera muerto. ste es el principal problema a que Montalvo tuvo que enfrentarse al rehacer el original de tres libros que llega a sus manos; el regidor de Medina del Campo necesitaba un nuevo prototipo de herosmo caballeresco que encarnara los valores religiosos y militares de los Reyes Catlicos; no le servan ninguno de los caballeros bretones, porque eran de sobra conocidas sus vidas y peripecias; l tena que impulsar una nueva caballera y sta tena que estar formada por los descendientes de aquellos hroes; Montalvo no poda admitir que Esplandin viniera al mundo para acabar con la vida de su padre, pero no poda modificar esa accin sin explicar los cambios a que iba a someterla, porque era de sobra conocida por todos; este desenlace desastroso del segundoAmadsmedieval -el de tres libros- se lo lleva al Libro V, el dedicado por entero a Esplandin; en lasSergas(1510) en su captulo XXVIII, Esplandin, que se diriga a la nsula Firme desde la corte de Londres, se ve requerido a combatir por un caballero desconocido, llegando los dos al extremo de la muerte, interrumpida slo porque el retador se declara vencido:Estonces al [Esplandin] la espada por lo ferir de toda su fuera, mas el otro, que ya la suya mandar no poda, dio una boz y dixo:-Ya no ms, que yo conozco ser vencido!

(ed. de C. Sinz de la Maza, 251)

Esta variacin es la que impone Montalvo a un combate a muerte que terminaba con la vida de Amads, como l mismo declara al frente delcap.XXIX de lasSergas, remitiendo adems a dos diferentes versiones sobre el final del hroe:As como ya avis odo pass esta cruel y dura batalla entre Amads y su hijo, por causa de la cual algunos dixeron que en ella Amads de aquellas heridas muriera, y otros que del primer encuentro de la lana, que a las espaldas le pas.

(253)

Se trata de dos combates distintos: o muere justando atravesado por la lanza de su hijo en la primera carrera que cruzan, o fallece despus del largo y duro combate descrito en el captulo anterior, a consecuencia de las graves heridas que haba recibido. Es ms: en la versin trastmara la muerte de Amads acarreaba la de Oriana, como el propio Montalvo resume:[e] sabido por Oriana, se despe de una finiestra(d.). Es decir, Esplandin se converta en un parricida y con esas seas de identidad no poda encarnar los ideales militares y religiosos emergidos de la anexin de Granada y de la proyeccin de una utpica empresa para reconquistar los Santos Lugares. Montalvo tiene que torcer el rumbo de ese destino:Mas no fue ass, que aquel gran maestro Helisabad le san de sus llagas. E a poco espacio de tiempo el rey Lisuarte y la reina, su muger, les renunciaron sus reinos, quedando ellos retrados, como adelante se os contar.

(d.)

Una accin de contar que se debe exclusivamente a la inventiva de Montalvo, pero que descubre, a la par, la facilidad con que las secuencias narrativas de losromancesde materia caballeresca podan variarse para ser ajustadas a las nuevas condiciones de recepcin a las que deban servir; de ah que en una misma versin -ya la de dos libros, ya la de tres- puedan llegar a reconocerse variantes de un mismo episodio, surgidas seguramente porque seran reclamadas por un oyente muy especial -don Alfonso de Portugal- o provocadas por un refundidor -fiel intrprete del medio social al que pertenece. Estos libros no son crnicas de hechos reales, sinoestoriasde hechos fingidos, que han sido inventados para que de ellos pueda derivar una enseanza, una leccin que se acomode a las circunstancias ciertas en que se encuentran unos oyentes. Esto lo demuestran, adems, los fragmentos manuscritos recuperados de esa versin trastmara de 1420; amn de confirmar la existencia de Esplandin y de Nasciano en la redaccin medieval, esos restos no aaden ninguna lnea argumental nueva a las que Montalvo mantiene en su refundicin; todos se corresponden al Libro III y remiten a pasajes de lo que hoy son los captulos LXV, LXVIII, LXX y LXII; si se confrontan estos fragmentos con las secciones correspondientes del impreso de Montalvo se descubren diferencias no slo estilsticas, sino tambin temticas e incluso estructurales, porque hay un epgrafe en la versin medieval que falta en la que elabora el regidor medins, que tiene que ser por tanto responsable de la capitulacin con que reelabora elAmads; de este cotejo, lo que queda claro es que Montalvo abrevia cuanto le parece, sobre todo si no encaja con el nuevo orden de valores en que est pensando; por ejemplo, en uno de los fragmentos mejor conservados, antes de que Amads entre en combate, ayudando al rey Lisuarte contra el rey Arvigo, recaba el esfuerzo caballeresco evocando la memoria de su dama:[...] e dixo muy paso entre s:-Oriana, mi buena seora, menester es que vos membredes de m, que me ayude en mi honra la vuestra buena e sabrosa membrana, que me siempre acorri e adelant los mis fechos! Dios poderoso, el vuestro buen acorro me d oy poder porque, se de aqu no prospera, tan buen rey como vuestro padre e la tierra que ha de ser vuestra, cuando a Dios ploguiere, mi buena seora, que yo el vuestro leal serviente e cuantos omnes buenos se podran perder!

(1va, ed. J. M. Luca Megas, 489)

Primero se acuerda de su dama, despus de Dios, vinculando esta accin caballeresca a la defensa de unos derechos linajsticos que son los que, luego, le movern a combatir contra Lisuarte por entregar a Oriana al Patn de Roma.Estas palabras, en estilo directo, de Amads, son abreviadas por Montalvo de forma extrema:Estonces tom una fuerte lana que el escudero que el cavallo le dio tena, y membrndose aquella hora de Oriana y de aquel gran dao, si su padre perdiesse, que ella reciba...

(III, LXVIII, 1045)

Montalvo procura que se relacionen la membranza de la seora -la fuerza regida por el amor- con la plegaria elevada a Dios, porque va a reservar esta lnea de desarrollo para la caballera espiritual que construir en torno a Esplandin.

ConclusionesEn resumen, elAmads de Gaulaes un texto prodigioso que ha alimentado la imaginativa de oyentes y de lectores desde las primeras dcadas del siglo XIII hasta que a finales del siglo XV se fija la identidad definitiva -slo porque la transmite la imprenta y ello ya la hace inmodificable- del hroe. Antes de que ello ocurra, gracias a las referencias de sealados receptores -desde el canciller Ayala hasta los poetas cancioneriles del siglo XV- ha sido posible reconstruir el rastro de la transmisin medieval delAmads, que se cre slo cuando result posible, es decir en el momento histrico en que la materia caballeresca castellana poda asimilar el orden de los tratados de caballeras, de la hagiografa, tambin de las materias artrica y carolingia, para instigar una red de enseanzas -prcticas siempre- que pudieran aprenderse de odas, es decir para formar a los caballeros noveles con el ejemplo de las proezas y de las hazaas de los hroes de la ficcin. Amads viene al mundo para superar en lealtad amorosa a Lanzarote y a Tristn, as como para desplegar un amplio abanico de gestos y comportamientos cortesanos -la misma creacin potica- que seran tan apreciados como los encuentros de armas, con sus mltiples variaciones y estrategias; este primerAmads, de dos libros, respondera al espritu de la caballera con que Alfonso XI logra controlar a la nobleza y ajustara a los patrones de la Orden de la Banda. Estos principios se desmoronan con los graves sucesos de la segunda mitad del siglo XIV -Montiel y Aljubarrota- y la nueva sociedad trastmara requiere reconstruir un orden de valores enteramente nuevo, abocado al anlisis de la oposicin entre la monarqua y la nobleza -que ve restaurada su fuerza e influencia- y abierto a una nueva visin del mundo, propiciada por las relaciones internacionales que se mueven desde las cortes de Enrique III y Juan II; se configura as, elAmadstrastmara, la segunda de las redacciones de esta obra que circulaba en tres libros y en las que el mundo de la caballera amadisiana era condenado a perecer -Esplandin mata a su padre y provoca el suicidio de su madre- como clara imagen del desorden y de las tensiones por que atraviesan los reinos peninsulares en la primera mitad del siglo XV. Pero ese mundo no poda perecer, seguan siendo vlidas sus principales pautas -la defensa del honor, las guerras contra los infieles, la proteccin de la corte, la regulacin del amor como cdigo de ideas- y a esa tarea se aplica Garci Rodrguez de Montalvo para ajustarlas a las lneas maestras de pensamiento de los Reyes Catlicos. Amads renace por tercera vez para sostener un mundo distinto y convertirse en cabecera de los ideales caballerescos que su dilatada progenie extendern a lo largo del siglo XVI. Al menos hasta que Alonso Quijano absorba estas realidades inventadas, justo cuando ya no podan existir. En ese momento, la ficcin que elabora Cervantes se pliega sobre la ficcin que recuperara Montalvo. De ese proceso emerge la novela moderna.