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LOS MONTES DE TRIANO LOS MONTES DE TRIANO son una pequeña sierra compartida por Barakaldo, Trapaga, Ortuella, Abanto-Zierbena, Muskiz y Gal- dames. Un paisaje singular que encierra una historia muy especial. Aunque el nombre genuino de esta cadena montañosa es Gru- meran se le han ido dando otras denominaciones y quizá la más común sea “Montes de Triano”, otorgado por dos pequeños ba- rrios, uno perteneciente a Abanto-Zierbena y otro del municipio de Ortuella. Así se identifica la zona desde la Margen Izquierda. En los últimos años se ha extendido el de “La Arboleda”. La denominación de Montes de Triano apareció por primera vez en el siglo XV para denominar la zona de monte común –una especie de parzonería– del Valle de Somorrostro y Portugalete dedicada mayoritariamente a pasto. Este indiviso desapareció en el siglo XIX repartiéndose entre los distintos municipios. El Valle de Somorrostro –no confundir con una de sus aldeas, San Juan de Somorrostro, Muskiz– fue hasta 1805 una de las 10 repúblicas en las que se dividían Las Encartaciones. Estaba compuesto por dos entidades: los “Tres Concejos”, formado por San Jorge de Santurce, Santa María de Sestao y San Salvador del Valle de Trápaga, y los “Cuatro Concejos”, formado por San Julián de Musques, San Román de Ciérvana, Santa Juliana de Abanto (o Abanto de Suso) y San Pedro de Abanto (o Abanto de Yuso). Portugalete también formó parte del Valle de Somorrostro hasta su constitución como villa en 1322. El Valle se rigió por el “Fuero de Uso y Costumbres de Las Encartaciones”, pero a principios del siglo XIX pasó a ser parte del común de la Provincia de Vizcaya. ALIRÓN La riqueza minera del lugar era conocida –y explotada– desde la prehistoria. En tiempos romanos, Plinio el Viejo habló de «una gran montaña de hierro» en la costa cantábrica. Más tarde, las ferrerías medievales transformaban el metal en anclas, aperos de labranza, clavos y armas que se exportaban a media Europa. La metalurgia vizcaína ganó tanta fama que en inglés se usó la palabra “bilbo” como sinónimo de algunas piezas de hierro. Pero la verdadera fiebre del metal estalló hacia 1876. Aprovechando el final de la guerra carlista, un hierro excelente, un gran puerto, mano de obra barata y la posi- bilidad de trabajar a cielo abierto todo el año (no como en las minas escandinavas) las empresas británicas aterrizaron con fuerza en la Margen Izquierda del Nervión. Se instalaron docenas de compañías que emplearon a 12.000 obreros y llegaron a producir 6,5 millones de toneladas anuales de hierro (la décima parte de toda la producción mundial). Destruyeron montañas, desviaron ríos, abrieron balsas gigantescas, instalaron hornos de calcinación, tendieron tranvías aéreos para bajar el hierro en baldes hasta los cargaderos del puerto, construyeron planos inclinados para las vagonetas y trazaron la red ferroviaria más densa de Europa. Al calor del hierro se levantaron las industrias siderúrgicas, astilleros, navieras, bancos… Era el tiempo del alirón. Si el hierro extraído era muy puro, los mineros cobraban paga extra. Se pasaban la noticia con un canto triunfal: ¡Alirón! ¡Alirón! Eran las palabras que los ingenieros británicos habían escrito con una tiza en el mineral: All iron. ¡Todo hierro! UNA HISTORIA TRISTE Pero en aquel enjambre de gentes y labores hubo también mucha precariedad. Los obreros padecían condiciones tan mise- rables que la esperanza de vida llegó a caer por debajo de los 30 años. Poco a poco se levantaron, a modo de aldeas, núcleos de barracones –hacia 1827 ya existían algunas chabolas– y en 1877 se fundó el poblado de La Arboleda (así llamado porque se situaba junto al único resto de bosque que quedaba). En cada chamizo se hacinaban tropas de mineros que descansaban con el sistema de “camas calientes” (tres o cuatro personas se turnaban por horas en el catre). Las jornadas laborales eran terribles –diez horas y media en invierno, trece en verano–, las neumonías se propagaban voraces y los accidentes dejaban un reguero constante de heridos y muertos. A finales del siglo XIX se levantarían tres hospitales mineros –de auténtica vanguardia– que contribuyeron a mejorar las condiciones de vida de aquellos desdichados trabajadores. También hubo grandes abusos por parte de las compañías. Por ejemplo, los mineros estaban obligados a hacer la compra en los economatos de la empresa, que aplicaba precios abusivos (hasta un 40% más caros que en Bilbao) y los restaba de los suel- dos. Por eso la Margen Izquierda fue terreno abonado para la lu- cha sindical. Los mineros vizcaínos organizaron en 1890 una de las primeras huelgas generales de toda España. El general Loma, encargado de reprimir el levantamiento, conociendo de primera mano las condiciones de vida de aquella gente –«en estas casas no deberían vivir ni los cerdos», dijo– acabó mediando en la ne- gociación y se permitió a los obreros comprar y vivir donde qui- sieran y se redujo la jornada a una media de diez horas. En fin, historias de nuestro pasado que han construído nues- tro presente.

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LOS MONTES DE TRIANO

Los Montes de triano son una pequeña sierra compartida por Barakaldo, trapaga, ortuella, abanto-Zierbena, Muskiz y Gal-dames. Un paisaje singular que encierra una historia muy especial.

aunque el nombre genuino de esta cadena montañosa es Gru-meran se le han ido dando otras denominaciones y quizá la más común sea “Montes de triano”, otorgado por dos pequeños ba-rrios, uno perteneciente a abanto-Zierbena y otro del municipio de Ortuella. Así se identifica la zona desde la Margen Izquierda. en los últimos años se ha extendido el de “La arboleda”.

La denominación de Montes de triano apareció por primera vez en el siglo XV para denominar la zona de monte común –una especie de parzonería– del Valle de somorrostro y Portugalete dedicada mayoritariamente a pasto. este indiviso desapareció en el siglo XiX repartiéndose entre los distintos municipios.

el Valle de somorrostro –no confundir con una de sus aldeas, san Juan de somorrostro, Muskiz– fue hasta 1805 una de las 10 repúblicas en las que se dividían Las encartaciones. estaba compuesto por dos entidades: los “tres Concejos”, formado por san Jorge de santurce, santa María de sestao y san salvador del Valle de trápaga, y los “Cuatro Concejos”, formado por san Julián de Musques, san román de Ciérvana, santa Juliana de abanto (o abanto de suso) y san Pedro de abanto (o abanto de Yuso). Portugalete también formó parte del Valle de somorrostro hasta su constitución como villa en 1322. el Valle se rigió por el “Fuero de Uso y Costumbres de Las encartaciones”, pero a principios del siglo XiX pasó a ser parte del común de la Provincia de Vizcaya.

ALIRÓN La riqueza minera del lugar era conocida –y explotada– desde la prehistoria. en tiempos romanos, Plinio el Viejo habló de «una gran montaña de hierro» en la costa cantábrica. Más tarde, las ferrerías medievales transformaban el metal en anclas, aperos de labranza, clavos y armas que se exportaban a media europa. La metalurgia vizcaína ganó tanta fama que en inglés se usó la palabra “bilbo” como sinónimo de algunas piezas de hierro.

Pero la verdadera fiebre del metal estalló hacia 1876. Aprovechando el final de la guerra carlista, un hierro excelente, un gran puerto, mano de obra barata y la posi-bilidad de trabajar a cielo abierto todo el año (no como en las minas escandinavas) las empresas británicas aterrizaron con fuerza en la Margen izquierda del nervión.

Se instalaron docenas de compañías que emplearon a 12.000 obreros y llegaron a producir 6,5 millones de toneladas anuales de hierro (la décima parte de toda la producción mundial). destruyeron montañas, desviaron ríos, abrieron balsas gigantescas, instalaron hornos de calcinación, tendieron tranvías aéreos para bajar el hierro en baldes hasta los cargaderos del puerto, construyeron planos inclinados para las vagonetas y trazaron la red ferroviaria más densa de europa.

al calor del hierro se levantaron las industrias siderúrgicas, astilleros, navieras, bancos… era el tiempo del alirón. si el hierro extraído era muy puro, los mineros cobraban paga extra. se pasaban la noticia con un canto triunfal: ¡alirón! ¡alirón! eran las palabras que los ingenieros británicos habían escrito con una tiza en el mineral: all iron. ¡todo hierro!

UNA HISTORIA TRISTEPero en aquel enjambre de gentes y labores hubo también mucha precariedad. Los obreros padecían condiciones tan mise-rables que la esperanza de vida llegó a caer por debajo de los 30 años. Poco a poco se levantaron, a modo de aldeas, núcleos de barracones –hacia 1827 ya existían algunas chabolas– y en 1877 se fundó el poblado de La Arboleda (así llamado porque se situaba junto al único resto de bosque que quedaba). en cada chamizo se hacinaban tropas de mineros que descansaban con el sistema de “camas calientes” (tres o cuatro personas se turnaban por horas en el catre). Las jornadas laborales eran terribles –diez horas y media en invierno, trece en verano–, las neumonías se propagaban voraces y los accidentes dejaban un reguero constante de heridos y muertos. A finales del siglo XIX se levantarían tres hospitales mineros –de auténtica vanguardia– que contribuyeron a mejorar las condiciones de vida de aquellos desdichados trabajadores.

también hubo grandes abusos por parte de las compañías. Por ejemplo, los mineros estaban obligados a hacer la compra en los economatos de la empresa, que aplicaba precios abusivos (hasta un 40% más caros que en Bilbao) y los restaba de los suel-dos. Por eso la Margen izquierda fue terreno abonado para la lu-cha sindical. Los mineros vizcaínos organizaron en 1890 una de las primeras huelgas generales de toda españa. el general Loma, encargado de reprimir el levantamiento, conociendo de primera mano las condiciones de vida de aquella gente –«en estas casas no deberían vivir ni los cerdos», dijo– acabó mediando en la ne-gociación y se permitió a los obreros comprar y vivir donde qui-sieran y se redujo la jornada a una media de diez horas.

En fin, historias de nuestro pasado que han construído nues-tro presente.

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TRIANOKO MENDIAK

trianoKo MendieK mendikate txiki bat osa-tzen dute Barakaldo, trapaga, ortuella, abanto- Zierbena, Muskiz eta Galdames herrien artean partekatu. Historia berezi bat gordetzen duen in-gurune berezia.

Mendi kate honen jatorrizko deitura Gru-meran izanik, beste izendapenez ere ezagutua dugu, hara nola “trianoko Mendiak”. abanto- Zierbena eta ortuella herrietatik jasoa. Horrela izendatzen da ezker ibarraren inguru hau.

azken urteetan “Zugaztieta” bezala ezagutua da. “triano Mendiak” izendapena XV. mendean agertu zan lehen aldiz somorrostroko ibarra eta Portugaleteko larreak izenpetzeko. XiX. men-dean udalerri ezberdinetan zatikatu zan.

somorrostroko ibarra –ez nahastu, somorros-troko done ibanekin, Muskiz– 1805. bitarte, en-karterriak osatzen zuten hamar errepubliketako bat izan zan. Bi erakundez osatua zegoen:“Hiru Kontseiluz”, santurtziko Jurgi deuna, sestaoko Maria donea eta trapaga ibarreko salbatzailea eta “Lau Kontseilu”, Muskizko Julen donea, Zierbenako erroman donea, abantoko Julene donea eta Yusoko abanto Pedro donea. Portugale-te ere somorrostroko ibarraren zati izan zan, ahalik eta 1322an hiribildu bihurtu zan. ibarra “enkarterrietako usadio eta ohituren Foruen” bitartez gobernatu eta XiX. mendean Bizkaiko Herrialdearen arauetara hurbildu zen arte.

ALIRÓNMeategien aberastasuna ezaguna eta ustiatua zen historiaurretik ere. erromatar garaian, Plinio Zaharrak aipamena egina zion kantauriar kostaldeko “burnizko mendiari”. ondoren, erdi aroko burdinolek metala ainguretan, laborantzako tresnerian, iltze eta armetan bihur-tuz europa erdira esportatzen zuten. Bizkaiko burdinolek hainbeste-rako sona lortu zuten, non ingeles hizkuntzan “Bilbo” hitza erabili ohi zen burdinezko zenbait pieza izenpetzeko.

Baina, benetako burdin sukarrak 1876 eztanda egin zuen. Karlista gerratea bukatu zela eta, burdin ezin hobea, itsas portu handia, esku-langintza merkea eta urte guzian zehar aire zabaleko meategian lan egiteko aukerak (eskandinaviar meatzetan ez bezala) ingeles enpre-sak indarrez sartu ziren nerbioi ezkerreko aldean.

dozenaka konpainia kokatu eta 12000 langileri lana eman eta urteko 6,5 miloi tona burdin ekoiztera iritsi ziren (munduko ekoiz-penaren hamarrenekoa). Mendiak deuseztatu zituzten, ibaiak des-bideratu, putzu erraldoiak eraiki, kaltzinaziorako labeak, aireko tranbiak eraikiz burdina portuko zamatzeko tokira bideratzen zu-ten, plano inklinatuak eraiki bagonetentzat eta europako trenbide sare osatuena eraiki zuten.

Burdinaren itzalpean, burdingintza industria, ontziolak, ontzi-enpresa, bankuak... Alirón denbora zen. erauzitako burdina oso zen garbia, meatzariek aparteko soldata jasotzen zuten. eta berria garaipen kantuz zabaltzen zuten: Alirón! Alirón! Hauek ziren ingeles ingeniariak mineralari kleraz idatzitako hitza: All iron. dena Burdin!

HISTORIA TRISTE BATJende eta lanbide multzo haren artean ezegonkortasun handia zegoen. Beharginen lan baldintzak hain ziren errukiga-rriak, bizi esperantza 30 urtetik behera jauzi zela. Gutxika herrixka modura, barrakoi guneak eraikitzen hasi ziren –1827 urtearen inguruan, txabola zenbait agertzen ziren– eta 1877 Zugaztietako herrixka auzo fundatu zen. “Ohe beroa”, hau da, hiru edo lau beharginek orduka erabiltzen zuten etzalekua. sistema honekin funtzionatzen zuten meatzari tropelak babes hartzen zituen txabolategi hartan. Lanaldi luzeak ziren –10 ordu eta erdiko neguan, hamahiru udaran–, pneumonia usu zabaltzen zen eta lan istripuak zauritu eta hildakoen kopuru amaigabea uzten zuen.

XiX. mendearen amaieran hiru meategiko ospitalek –benetako abangoardia–, behargin dohakabeen bizi baldintzak hobetzen lagundu zuten.

Konpainien aldetik gehiegikeria handiak izan ziren. adibidez, langileak behartuak zeuden enpresako ekonomatuan be-ren erosketak egitera, honek bere salneurri gehiegizkoak ezartzen zituen, (Bilbon baino % 40 garestiago) eta langileen sol-datatik kenduz. Hori dela eta, ezker aldea borroka sindikalerako habia bihurtu zen. Bizkaiko meatzariek 1890an espainiar estatuko lehenengo greba orokorra antolatu zuten. Loma jenerala, altxamendua erreprimitzeko arduraduna, behin jende haien bizi baldintzak ezagutuz –”etxe hauetan zerriak ere ezin lirateke bizi”, esan zuen– eta negoziazioetan bitartekari bihurtuz, langileak nun erosi, bizitzeko askatasuna eta lanaldiak 10 ordura mugatzea lortu zuten.

tira ba, iraganaren istorioak, orainaren eraikitzaile.