los mitos raciales - revista de la universidad de …la perversidad natural de los aborígenes...
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N e NUMERO 6
FEBRERO DE 1956
E J E M P LAR: $ 1.00
LA D NACIO AL AUTO aMA DE MEXICO
LOS MITOS RACIALES
Euna ob ervación muy común
aquella de que no to los los hombre son semejante. En efecto,pre entan é to cierta variaciones
en su aspecto físico que e transmiten to-talo parcialmente de padres a hijos, y losgrupo así formados con una relativa homogeneidad constituyen lo que vulgarmente se denominan "razas". Esta no sólodifieren entre í, ino que e sitúan en nive~es distintos, debido a que unas disponen de los recur os de una civilizaciónavanzada, y otras, por el contrario, e hallan en un estado de mayor o menoratraso.
He ahí la base inicial de todo el proceso racista. De la superioridad real o aparente se pasa con facilidad a la idea deque los éxitos de un pueblo son debidos asus cualidades inherentes. Las diferen-
Por Juan COMAS
clas somática individuale on la quehan motivado el error que cometen CI rtos partidos político, agrupacione nacionali tas y i temas ociales, al fomentar y exalta r el prejuicio de la uperioridad racial de u respectivo grupo. Deahí que en la historia de la humanidadabunden tantos pueblo elegidos, orguI!osos de us supuesta virtude y excelsas cualidades innatas, cada uno siguiencl0 un camino especial que le valdrá losfayores del verdadero Dios.
El mor:ogenismo ortodoxo cristiano leha conducido naturalmente a .ser antirracista por principio, aunque no se puedea fi rma r esto de todos los cristianos. Recuérdese que. según la tradición biblica,
un de lo tre reye mago era negro.El papa Pio X [ cond nó l raci mo; yya en 193 I aticano on ideraba lomovimientos racista como una apo ta íacontraria, en e píritu y en doctrina, a lafé cri tiana.
Tampoco los mahometanos han manife tado nunca intran ig ncia ni intolerancia racialc hacia los otro pueblos, desdeel instante en que ésto adoptaban suscreencias religio as.
Frente a esto- caso deben eñalarse,in embargo, otros que de de los más re
motos tiempos revelan actitude opuesta.Hace do mil año, los griego con ideraban como bárbaros a quienes no pertenecían a su grupo. Y los persas, según Herodoto. se juzgaban uperiores al re tode la humanidad.
Para justificar la a piración de los grie_
, . ,no hay ra::;a. que, guiado por la ro::;Ótl, 110 llegue o. olcon::ar la virlud, , .
. " l' . A gusto Lunel eUMARIO L 't . , J C' e 1 a feria de los díos e C; Ibriel .Vio,reel " el u",sleno ol1looglCO, por u. ,S : os 11M os roelQ es, por uan amas ~ . .'. . _? X i r Ta-
Utl poema autógmfo de Carlos Pellicer e MI'. Mil/el', (fragmento de no:ela) por Jase LUIS GonCzale,z ep
6/P,ero "ub0-J.O_.~' l~~a' :V~ítlj¡1I0, . . "Z r IfOil o Reyes e 1:.1 esenlor y su t'lempo: al' os e ,eer, por . an "
vera Alfara e H'lslona. doemllenlol de 1II1S 1 Jros. po . C'I V Id' L 'Irlls mc",iCOllas en 1955. •. . . J J C de la Serna e El e'ne por alaS a es e as e· ,hOli'eI10¡e, por Tomas Segovla e Aries P'aslleas, poT . . respo . H 'B' d I'b '1' os por Jaim García Te. '
, . d P I t d '\ndres enestrosa e araJa e ,YOS e.l rOtlJeY ,por AJí Chumacero e L'lbros, por Eduardo Llzal e. re e:ros, e. .rrés e Dibujos de Julio Vidrio • Fotos, de Ricardo Salazar y José Verde.
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gc,>s a la hegemonía universal, Af>is~óteles
(384-322 a. de J. C.), admitía la ideade que ciertos pueblos nacen para ..serlibres y otros para ser esclavós. Esa tesis
ué- restablecida en el siglo XVI para legi:,\timar.I~ esd~vitud de los negros e indios'oe Aínérica.
En~a~bi_o, Cice!"ón (103-43 a. de J.C.),. sostenía una opinión contraria: Loshombres se di ferencian por el saber; más,todos son, iguales, por sus aptitudes paraconseguir eS,e saber; no hay raza que,guiada por .1a'....r.azón, no llegue a a~can-
zar la virtud:' , 'Con el comienzo'd~ la colonización en
Africa y ~I 'descub¡-¡'I~li~nto de América,el prejuicio de raza y color se incrementóconsiderablemente, lo que se explica porrazones de orden económico, por el resurgimiento del espíritu imperialista colonial y otros diversos factores.
Juan Ginés de Sepúlveda (1550). enun esfuerzo por justificar la instituciónde la esclavitud. apoyándose en la tesisaristotélica, hablaba de la inferioridad yla perversidad natural de los aborígenesamericanos, afirmando que son seres irracionales y que los indios son tan diferentes de los españoles como la gente cruel loes de la benigna, o como los monos loson de los hombres. Naturalmente, frayBartolomé de las Casas defendió la doctrina cohtraria, luchando incansablementeen favor de la idea de que todos los pueblos del mundo se hallan formados porhombres y no por homúnculos o semihombres predestinados a hacer lo que otrosmandan.
La estratigrafía social en América Latina se basó inicialmente en la discriminación racial según este orden: criollos,mestizos, indios y negros. Teóricamentelas leyes eran y son contrarias a tal discriminación, pero hasta ahora han permanecido sin cump~irse.
Con el antecedente de Montaigne(1533-1592) al decir, refiriéndose a losindios del Brasil, no 'hay nada de bárbaroni de salvaje en esta nación, sino que cadauno denomina barbarie a lo que está fuer:!de sus costumbres, debemos señalar la actitud de algunos de los más ilustres pensadores de los siglos XVIII y XIX, Voltaire(1694-1778), J. J. Rousseau (1712-1778)Y Buffon (1706-1788) fueron, entreotros muchos, partidarios decididos de laidentidad fundamental de la naturalezahumana y, en consecuencia, de la igualdad entre todos los hombres. Por el contrario, D. Hume (1711-1776) afirmaba:"Estoy dispuesto a creer que los negrosson inferiores por naturaleza a los blancos.",Tampoco E: Renan (1832-1892),acepto la supuesta lRualdad humana. Y.H.A. Taine (1828-1893), combatió tambiénesa hip~tesis, negando que griegos, bárbaros, hmdúes, el hombre del Renacimiento 'y el hombre del siglo XVIII procedierande un mismo molde.
A pesar oe !a in fIuencia de algunospensadores, los prejuicios raciales se volv'ieron una verdadera doctrina en los siglos X\'lI! y XIX, El progreso alcanzadopor las hilanderías mecánicas abrió a losproductores de algodón mercados, cadavez más vastos, y en consecuencia unanecesidad creciente de mano de obra servir. Fuf'pqra 'defender esa famosa instituciém par:ticulf\r que filósofos y sociólogos del sur de los Estados Unidos dieronc,u~rpo a t?da t¡na mito~ogia pseudocientIflca, destll1ada a justificar tal estado de
cosas. Había necesidad de convencerse,para apaciguar la conciencia, de que 'elnegro era un ser no solamente inferioral blanco, sino aun mal desasido de laani'fnalidad.
Más tarde, los blancos acogieron con'entusiasmo el darwinismo que, al proclamar la supervivencia del más apto, veníaa afianzar y confirmar la política de expansión y de agresión en menoscabo delos pueblos inferiores; el hecho de queciertos grupos humanos fueran reducidosa la esclavitud o cayeran bajo las balas delas ametral'adoras y fusiles europeos, significaba simplemente el cumplimiento deJa teoría de que un conjunto humano inferior está destinado a ser reemplazado porotro superior.
No es justo atribuir a Darwin -comomuchos han hecho- la paternidad de esateoria odiosa e inhumana. La verdad es
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que la existencia de grupos compuestosde hombres de color, convertidos en competidore~ potenciales en los mercados detrabajo, y que r~clamaban las ventajas,sociales que los blancos habían consideradocomo su bien exc~usivo, debía V1ecesariamente conducir a estos últimos a disimular bajo algún pretexto el materialismoeconómico absoluto que les hacía rebusara tales pueblos toda participación en lasituación privilegiada de que ellos disfrutaban. Ese pretexto lo encontraron en parte • en la tesi s biológica clarwiana queacogieron con beneplácito; y, después dehaberla simplificado, deformado y adaptado a sus intereses particulares, la transformaron en 10 que se ha llamado eldarwinismo social., con que pretendieronjustificar sus privilegios socioeconómicos,pero que no tiene nada que ver con losprincipios estrictamente bidlógicos deDarwin. '
De este modo los progresos de la biologia se uti~izaron malévolamente para suministrar explicaciones, en aparienciacientíficas y senci~las, destinadas a resolver las perplejidades anteriores relacionadas con la conducta humana.
Es evidente que la herencia somatopsíquicainfluye en el aspecto y en la conducta de los seres humanos; pero esto noautoriza a admitir y defender, como hacen los racistas: a) que la herencia biológica es el único factor importante; b)que se puede pasar fácilmente, despuésde hablar de las dotes heredadas por losindividuos, a ~as dotes hereditarias de loserupos.
La idea de raza hállase tan cargad:! deelementos emotivos que la discusión objetiva de su significado frente a los problemas sociales resulta sumamente difícil. No existe ninguna base científica paraestablecer una clasificación general de lasrazas según su grado de superioridad ()inferioridad, pero los prejuicios y mitosraciales permiten encontrar una víctimapropiciatoria, cada vez que la seguridady la cohesión del grupo se encuentranamenazadas.
Esta breve síntesis nos sirve de introducción al análisis más detallado de algunos de los mitos sobre los que se apoyala teoría racista.
1. El mestizaje.-En el hombre ha siclo y es tema de múltiples controversias yestá condicionado por la opinión que setenga de las razas y sus diferencias. Elconcepto de raza supone la existencia degrupos que prestan ciertos caracteres somáticos similares que se transmiten segúnlas leyes de la herencia, aunque dejandomargen a la variación individual.
Los pueblos europeos se hallan tan mezclados que cualquier intento de clasificacién aun tomanco como base dos caracteres (color de ojos y pelo), excluiría losdos tercios de la población en cualquierregión escogida para el estudio.
No existen pues razas humanas puras.A lo sumo, se podría hablar de raza puraaludiendo a un determinado carácter somático, pero nunca a todos o a la mayoríade los caracteres hereditarios. La mezclade razas se ha realizado desde los comienzos de la vida del hombre sobre la tierra,incluso en la más remota prehistoria;aunque, evidentemente, las mejores .comunicaciones y el aumento de la poblaciónhan faciliti.do más el mestizaje en los últimos siglos.
(Pasa a la pág, 8)
UNIVERSIDAD DE MEXICO8
L o s M 1 T o s R A e 1 A L E s(Viene de la. pág. 2)
La historia nos enseña que todas lasregiones donde ha florecido una alta cultura han 'sido el escenario de la conquistade un pueblo indígena por otros grup~s
nómadas. Esas conquistas fueron segLllda por la creación de una nue~~ amal~a
ma considerada como una naClOn raCialmente homogénea, aunque en realidad setratara de un nuevo pueblo integrado porrazas diferentes.
Quienes consideran el mestizaje peligros para el futuro de la ?~ma~lÍdad,
afirman que es fuente de debIlitamIento;que aminora la inmunidad contra ciertasenfermedades; que prostitutas y vagosson más frecuentes entre los tipos mestizos que entre los puros; que se observanen aquéllos la presencia creciente de latubercullosis y otras enfermedades, asícomo una disminusión del equilibrio mental y del vigor; y, finalmente, que el mestizaje hace aumentar la criminalidad.Otros muchos sostienen la tesis de que,como consecuencia de la hibridación conelementos extranjeros, la población norteamericana perdería el carácter armónico y estable que posee en la actualidad; y algunos han llegado a afirmarque tal desarmonía originaría toda suerte de males sociales e inmoralidades.
Un razonamiento que anula el valor deconclusiones como las que comentamoses el que presenta M. Lundborg al probarque el mestizaje es numéricamente másfrecuente entre las clases sociales inferiores que entre la media y superior; portanto, los efectos observados por Mjoeny Davenport se deben no ya a la supuestacorrelación entre hibridismo y degeneración o debilidad, sino a la mezcla de individuos pertenecientes a los sectores másdepauperados en los diferentes gruposhumanos. Y esto ocurriría tanto con laendogamia como con la exogamia; es decir, que el mestizaje no juega aquí ningúnpapel. En realidad, las familias humanasen las que se ha practicado la endogamiade manera constante se caracterizan frecuentemente por un grado de degeneración igual o aun mayor al que se haatribuído a los mestizos. La endogamiasirve, además, para descubrir las potencialidades hereditarias de un grupo, yaque entonces se manifiestan externamentelas características hereditarias recesivasque permanecieron ocultas en tanto sólolas poseía uno de los progenitores. Si elcarácter de que se trata es perjudicial,resulta lógico y necesario proceder a cruzamientos de tipo exogámico (mestizaje)que harán intervenir un factor hereditario dominante, capaz de anular el carácterrecesivo perjudicial. La endogamia hacevisibles o tangibles las anomalías y defectos de tipo recesivo que la exogamia tiende por el contrario a anular o, por lo menos, a contrarrestrar.
Por eso no puede generalizarse diciendo que la endogamia o la exogamia sonbuenas o 'malas en cuanto a sus efectossobre la descendencia, ya que todo depende, en cada caso, de las característicasgenéticas de los individuos que vayan acruzarse.
Ni los partidarios ni los adversarios delmestizaje han delimitado alguans cuestiones que creemos deberían abordarse:
a) efectos producidos por el cruzamie~to
no sólo entre. grupos claramente supenores a la media, sino también de modo especial entre grupos francamente inferiores a la misma; b) forma que adoptan losobstáculos de orden ambiental contra loscuales tienen generalmente que luchar losmestizos.
Si la ley o la costumbre de un país re!ega los tipos mestizos al rango de grupopostergado (en el plano social, económicoy político), es muy prob~ble que sus.contribuciones culturales esten por debajO desus capacidades innatas. En un régimenrígido de castas, donde le fuera absolutamente imposible a un mestizo elevarse sobr el ranao social inferior de uno de susprogenit~res, ,es claro que no deberíajuzaarse la hibridación racial según elniv~l alcanzado por los mestizos. En cambio, en un régimen en que el mérito individual sirva, sin cortapisas, de base a lacategoría social, los éxitos de los mestizosserían una indicación muy clara de suscualidades intrínsecas.
La idea de dividir a la humanidad encompartimientos raciales totalmente separados es arbitraria. Se basa en premisaserróneas, es especial en la teoría sanguínea de la herencia, que es tan falsa comola vieja teoría racista. La comunidad desangre es una expresión sin sentido, yaque los genes o factores hereditarios notienen la menor relación con la sangre,son independientes entre sí, no se mezclan, y aun se segregan.
Aun en la actualidad persiste ese mitode la sangre como criterio decisivo encuanto al valor del mestizaje, y se siguehablando de la sangre como del vehículode la herencia. Así se dice: de "mi propia sangre", "sangre mezclada", "nuevasangre", media sangre", etc. Los términos sangre azul y sangre plebeya han adquirido carta de naturaleza en el lenguajecorriente para designar los supuestos decendientes de familias aristocráticas y delpueblo, usándose esta última palabra entono despectivo.
Las personas que siguen pensando asíse encuentran imposibilitadas de comprender la naturaleza especial de los fenómenos hereditarios, y también de losfenómenos sociales en que la herenciatoma parte.
y es que muchos ignoran el hecho nosólo de que la sangre es totalmente ajenaal proceso genético, sino que inclusive lamadre no proporciona sangre al feto, sinoque éste es quien desde un principio elabora la suya propia. Esto explica ademáspor qué el hijo puede tener distinto grupo sanguíneo que la madre.
Todas las grandes razas son, incontestablemente, de origen híbrido. En el curso de los milenios que han transcurridodesde que el tronco humano común sesubdividió, los cruzamientos se han sucedido sin cesar.
He aquí un ejemplo de mestizaje referente a las que llamamos naciones civilizadas: Inglaterra, desde los tiempos másprimitivos, fué ocupada por grupos humanos de tipo Cro-Magnon, nórdicos, mediterráneos, alpinos, y, más tarde, la invadieron los sajones, noruegos, danesesy normandos. ¿ Puede hablarse hoy deuna raza inglesa pura? Inglaterra es, por
el contrario, un magnífico ejemplo de mOsaico racial.
Todas las regiones poseedoras de unaalta cultura han sido zonas donde ha tenido lugar la conquista de unos pueb!os porotros. Los grupos humanos aislados nohan intervenido -o lo han hecho en mínima proporción-, en el progreso culturalde la humanidad; por el contrario, lascircunstancias que permiten a un grupodesempeñar papel importante en la civilización se ven favorecidas por el cruzamiento con otras razas. Diremos para resumIr:
1. El mestizaje ha existido desde losalbores de la humanidad.
2. El mestizaje fomenta una ampliación en el campo de variabilidad somáticay psíquica, y permite la aparición de nuevas y numerosas combinaciones de factores genéticos que hacen más flexibleslas cualidades hereditarias entre la nuevapoblación.
3. Desde el punto de vista biológico, elmestizaje no es bueno ni malo y dependeen todo caso de las características individuales de quienes sean sujetos de hibridación. Como en general el mestizaje serealiza más frecuentemente entre individuos de capas sociales inferiores, con unasituación socioeconómica deficiente, es aésta y no al mestizaje propiamente dichoa la que hay que atribuir las causas deciertas anomalías que han podido observarse.
4. Son excepcionales los casos de grupos humanos aislados que hayan desarrollado, por su propia iniciativa, una altacultura. Por el contrario, las regiones degran civilización están habitadas por grupos humanos claramente mestizados.
2. El mito negro.-I uestra civilizaciónatribuye particularísima importancia alcolor de la piel. Una pigmentación más omenos oscura constituye para numerososgrupos humanos un signo distintivo quelos condena al desprecio, al ostracismo ya una condición social miserable. Porinfundado que sea el prejuicio del colorno deja, sin embargo, de corresponder, enmuchos países, a un conjunto de sentimientos y actitudes.
La explotación por los blancos de laagricultura y minería en las tierras descubiertas a partir del siglo XIV los condujo a practicar la esclavitud, especialmentede negros e indios americanos. Numeroso fueron quienes en el deseo de mantener la situación quisieron justificarla proc1amado que el negro era inferior a~
blanco. Así, el Rev. Thomas Thompsonpublicó en 1772 su opúsculo Cómo el comercio de esclavos negros en la costa deAfrica se atiene a los principios de humanidad y a las leyes de-la religión revelada;en 1852 el Rev. Josiah Priest editó ABiblie Defence of Slavery; y C. Carral,en su obra The N egl'O as a Beast or inthe 111wge of Cad (1900), consagra uncapítulo a las pruebas bíblicas y "científicas" de que el negro no pertenece a lafamilia humana, afirmando que todas lasinvestigaciones muestran la evidencia desu constitución propiamente simiesca.
Pese a la igualdad de derechos humanos proclamados en la Declaración deIndependencia de los Estado.s Unidos deAmérica yen la enmienda 15 de su Cons-
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... los prejlticios raciales se volviel'on doctl'ina ... . .. identidad ftltldamental de la naturale:::a hUlJlana ...
titución, que especifica que no podrán sernegados ni limitados los derechos de lapersona, basándose en un motivo de raza,de color o de anterior condición de servidumbre; pese también a que iguales principios se establecen en las cartas constitucionales de la mayoría de los países y hansido reconocidos solemnemente en el artícu!o 2 de la Declaración Universal de losDerechos del Hombre, suscrita por lasN aciones Unidas el 10 de diciembre de1948, la realidad muestra que la discriminación social, económica y política en contra de los negros y en general de los hombres de color existe muy difundida en elmundo, basada principalmente en falsosconceptos raciales.
Lo que más humiEa al hombre de color son las restricciones sociales y losinsultos personales: la exclusión de viajeros negros en ciertos trenes y autobuses, el acondicionamiento de vehículos detipo exclusivo, salas de espera ad hoc,escuelas especiales, restaurantes y hotelesprohibidos, etc., todas las cosas que resultan denigrantes y ridículas. En Africa delSur, donde tan intenso es el prejuicio decolor, se dió el caso en 1944 de variosfuncionarios que perdieron su puesto pornegarse a cumplir las instrucciones delgobierno para que en los documentos oficiales dirigidos a las personas de colorusaran las mismas formas de cortesía quecon los blancos.
Parece que quienes con más insistencia recuerdan y hacen prevalecer el criterio de discriminación hacia los negrosson los blancos de condición modesta.Son ellos los primeros en temer la competencia negra en el terreno económico.y no disponiendo de otro argumento parajustificar su orgullo ante ellos, recurrenal color de la piel, dando así una desmesurada importancia a la pigmentación.
En tratados de apariencia cien tí fica seha llegado a afirmar que las capacidadesintelectuales de los mulatos son directamente proporcionales a la cantidad de sangre blanca que circula por sus venas; eléxito o el fracaso estarían en relación conese porcentaje.
Pretende vincular al color de la pie!ciertas características psicológicas y socia-
les no sólo es totalmente absurdo, sinoque es una idea falsa que varía según lasci rcunstancias del momento.
En cuanto a los caracteres somatopsíquicos del negro, supuestamente inferiores a los del blanco, hay quienes admiten,con Hankins, que el volumen cerebraldel negro es más pequeño y de este hecho deducen que sus capacidades mentalesson menores. Igualmente, K. L. Gordon(1933), refiriéndose a los negros de Kenia les atribuye una deficiencia cerebralcongénita, también como resultado de sumenor volumen craneal y diferencias deforma.
Más, es sobre todo en el campo psicológico donde con mayor insistencia se haquerido probar la superioridad del blancofrente al negro. Desde luego es cierto quebajo ningún aspecto (físico, intelectualo emotivo) son iguales el negro y e! blanca; sin que por esto pueda afirmarse quetales diferencias implican superioridad deéste sobre aquél.
Los resultados de los estudios de Sergisobre los negros y de Kappers sobre loschinos destruyen las gratuitas afirmaciones de que los grupos de color poseen uncerebro de menor volumen y de menorcomplicación estructural que el de losblancos.
Es cierto que el prognatismo, frecuente en los negros, es un signo físico de evolución menos avanzada; pero en cambiola carencia de vello corporal, el espesorde los labios, la contextura del cabello,etc., implican una etapa evolutiva superior en el negro que en el blanco. Pueoedecirse, con Ruth Bennedict y H. V. \fallois, que ninguna raza tiene el monopoliode haber llegado a la etapa terminal dela evolución humana; ningún argumentopermite afirmar que ciertos rasgos seleccionados hablen en favor de la razablanca.
Bueno o malo, superior o infcrior, sone~presiones subjeti~as, y por lo tantocarentes de un sentido invariable V universal. En cada caso debería especi{icarse,por ejemplo: la mayoría de negros essuperior a la mayoría de blancos por suresistencia al paludismo, o la mayor parte
de los blancos es superior a la mayor parte de negros en su resistencia a la tuberculosis, etc.; y así se vería que lassuperioridades e inferioridades se combinan en cada grupo humano.
Al comparar los pueblos blancos y negros, en la actualidad, cualquiera estaríatentado a admitir la inferioridad de éstos,por el hecho de que su desarrollo económico, político y cultural es inferior al deaquéllos. Sin embargo, no se trata de unainferioridad racial innata, sino accidentaly debida a las condiciones de explotaciónen que actualmente viven casi todos losnegros por razón de la colonización y poruna esclavitud de hecho, si no de derecho.
Muy frecuentemente, el negro se hallatodavía en una semi-esclavitud económica,apresado en una red de restricciones unasveces legales y otras extra~egales. La pobreza, el desprecio y la enfermedad hanhecho de él lo que es hoy.
La supuesta pereza del negro (y ellose puede generalizar al indio americano)es debida sobre todo a la carencia de estímulos. Como Burns lo ha notado justamente, la enorme producción de las colonias del Oeste africano, donde el negroes todavía propietario de algunas tierras,demuestra que no son perezosos por naturaleza. Según Boo!<er T. 'Washington,el mayor daño que se hizo al negro conla esclavitud fué privarle del sentido deautonomía personal, método y espíritu deiniciativa.
Lo que la raza negra como tal, y lo quelos negros individualmente, hayan podidoaportar hasta hoy a los diversos camposde la civiilización mundial no basta paraprejuzgar lo que este grupo humano seacapaz de realizar en el futuro de acuerdocon sus aptitudes en un medio adecuadoy en circunstancias sociales y económicasfavorables. No hay que olvidar, entreotros antecedentes, que en el siglo XII
la Universidad negra de Tumbuctú podíacompararse ventaJosamente con las universidades europeas de su tiempo. Igualcosa puede decirse del nivel gene~al de lacivilización en los tres grandes remos negros de la época; y posiblemente el trab~
jo del hierro, uno de los adelantos m<!,S
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importantes en la técnica actual, sea unacreación negra.
3. El mito Judío.--EI antisemitismocomo actitud social y política adoptadapor ciertos Estados y por amplios sectoresde población en otros -actitud más omenos justificada por razones de índolereligiosa y económica- es un viejo antagonismo cuyos antecedentes .son remotos. Pero, en la actualidad;le1 ,"$ítf~nitis
mo ha recurrido al mito de la-'I'azu. judíapara tratar de justificar y de cubrir suspolíticos y económicos con argl.ilnentospseudocientíficos.
El hecho de que algunos judíos puedanidentificarse a simple vista se debe menosa los rasgos físicos heredados que :l lasreacciones y disposiciones sentimentalesy de otra índole que traducen ciertas expresiones del rostro, determinadas actitudes corporales, amaneramientos distintivos, tonos de voz y ciertas tendenciastemperamentales y de carácter, cuyo origen hay que buscarlo en las costumbresjudías y en el tratamiento inflingido a losjudíos por los no-judíos.
F:I pueblo .iudío pres~nta variaciones yesta desprOVIsto de umdad morfológica.
El pueblo judío, pese a la opinión corriente, es vario desde el punto de vistaracia}; sus constantes migraciones, susrelacIOnes -voluntarias o no- con lasnaciones y pueblos más diversos, le hansometido a tal mestizaje que en el llamadopueblo de Israel se encuentran rasgosde todos los demás pueblos. Basta comparar el judío de Rotterdam de cara color~da, sólid? ~ pesado, con su correligionano. de Salomca -por ejemplo- de ojosrelucIentes en un rostro enfermizo y cuerpo endeble y nervioso. En el estado actu~l de nuestros conocimientos podemosafirmar que los judíos presentan entre síuna variedad morfológica tan grande como la que pudieran presentar dos o másrazas distintas.
Si desde un punto de vista científicose acepta fácilmente la demostración dela het~roget?-eidad del pueblo judío, y lan~ eXIstencIa de tal raza ¿ cómo se explIca el ~echo de que a la primera ojeadasea posIble reconocer en la actualidad
-y de manera casi infalible- cierto número de judíos? Se trata probablemente'ele los que han conservado alguno de loscaracteres ancestrales: nariz aquilina, cutis claro, cabello y ojos negros. Mas, escapan a nuestro examen e identificaciónincontables judíos -acaso en mayor número que los anteriores·- que pasan desapercibidos por haber tomado los caracteres del pueblo con el cual conviven.
Otra razón fundamental que explicaeste hecho es que los individuos que profesan la misma religión poseen una afinidad hecha de gestos, hábitos, indumentaria, etc., que permiten diferenciarlos. Yen los judíos, cuyos ritos y costumbresson muy dogmáticos, esa semejanza externa -producto de afinidades etnográficas, lingüísticas y religiosas-, es muyacentuada a pesar de la variedad de tiposmorfológicos que componen dicho pueblo.
De este modo, la pretendida existenciade una raza judía carece de fundamento,y ninguna actitud antisemita puede apoyarse sobre este mito biológico.
4. La raza aria o nórdica.-El racismono se satisfizo con decretar la superioridad del blanco sobre los grupos humanosde color, ni con ejercer la discriminacióncontra los judíos, ni ca nrechazar el mestizaje afirmando a priori que conduciríaa la ?egeneració.n racial; sino que creyóademas necesano establecer jerarquíasbiológicas y psíquicas dentro de la mismaraza blanca, tratando de justificar asín~evas prerrogativas de conquista, domi1110 y explotación en beneficio de una casta aún más exclusiva.
Así surge el arian'Ísmo o nordismo como doctrina básica de superioridad racial.El error básico de esta doctrina en cualquiera de sus varias manifestaciones. estáen u~a confusión ele conceptos, muy generalIzada pero a todas luces anticientífica: se habla indistintamente de ra:::a como sinónimo de idioma y de nación.
La raza tiene un exclusivo sentido biológico. A pesar de ello es frecuente oírlas expresiones "raza latina", raza eslava", "raza germana" y, naturalmente"raza aria". Se cae así 'en el engaño d~
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considerar antropológicamente uniformesa grupos humanos que en realidad sóloson homogéneos en el aspecto lingüístico.F. M. Müller, uno de los primeros enu.tilizar el término raza aria (1861), reacCIonó contra la interpretación biolóo-icadada a su expresión y, reiterando el criterio lingüístico. declaró: "En mi opiniónel etnólogo que hable de raza aria, desangre aria, de ojos o cabellos arios, sehace culpable de un pecado tan grande como cometería el lingüísta que hablara deun diccionario dolicocéfalo o de una gramática braquicéfala." Pero el conceptoraza ~ria se había difundido tanto, quela valIente retractación de Müller no tuvoninguna repercusión práctica.
Las investigaciones acerca de la formacraneal y demás características de los individuos o grupos considerados como auténticos arios, teutones, anglosajones yceltas, muestran una variación considerable, tanto en el curso de la historia comoen el presente. Está demostrada la exis~
tencia en Europa, desde los períodos másantiguos, de cabezas redondas y cabezasal~rgadas. L~s trabajos de Van Molder,!.:Issauer y VJrChow (1870-1880) evidencIaron ya que las primitivas poblacionesdel Báltico eran morfológicamente heterogéneas y que en ellas existía un granporcentaje de braquicéfaios. En 1889Virchow afirmó que el ario típico postu~lado por la teoría no ha sido nunca descubierto.. El racismo no surge, pues, de la cien
Cia, sino de la política.Está en lo justo Ruth Benedict cuando
dice: "Ninguna desfiguración de los hechos antr.opomórficos es demasiado paraque la utilIce la propaganda, si a ésta larespaldan la fuerza de las armas y loscampos de concentración."
El último medio siglo ha visto desarrollarse un nacionalismo exagerado que loshorrores de la guerra y las inquietudes dela paz armada contribuyen grandementea mantener. La eliminación, por conven"cimient~ individual y colectivo, de los mit?S raCiales, puede con toda seguridadejercer poderosa influencia en la comprensión y mejoramiento de las relacioneshumanas.
tml mezclados ... . . no existen razas humanas puras . ..