Alumnos y alumnas

María Abad Aitor Alcelay

Ignacio Alonso Sara Asturias

Rubén Cañete Daniel Castrillo

Pablo Díez Paula Espino

Alex de la Fuente Samuel Gómez

Nuria Hernando Carolina Izarra

Yulisa Lázaro

Christian López Iván Maeso

Beltrán Marquina Óscar Maté

Roseline Nicolleau Eduardo Ortega Paula Perdigones

Víctor S. Pérez Samuel Rey

María Rodríguez Diego Sáez

Álvaro Serrano Ana Val

Profesora Julita Fernández

Profesora en prácticas

Marta Pérez

CEIP Padre Manjón de Burgos.

5º de Primaria Febrero 2010

Dedicamos este cuento

A nuestros papás, mamás, abuelos

y abuelas.

Por habernos contado

muchos cuentos y por haberlo hecho

muy bien.

Hace millones de años hubo una

gran erupción volcánica que originó

la famosa “Calzada de los Gigantes”

en Irlanda del Norte.

Según cuenta una leyenda, en el

condado de Antrim vivía un gigante

llamado Finn, enemigo firme de

Benandonner, otro gigante que

habitaba frente a él en la isla de

Staffa, cerca de Escocia.

Aunque nunca se habían

encontrado, los dos gigantes solían

pelear con frecuencia: cada uno

lanzaba entonces rocas a la isla del

otro, con el propósito de darle.

Tantas y tantas rocas se lanzaron

que se formó un camino de piedra en

el mar que unía las dos islas.

Un día Benandonner cruzó el camino

para enfrentarse con su odiado

enemigo.

Cada una de sus zancadas hacía

temblar la tierra y se podía oír en los

dominios de Finn.

Oonagh, la esposa de Finn, escuchó

aquel estrepitoso ruido y tuvo una

idea para ahuyentar a Bennandoner,

mandó a su marido acostarse en la

cuna y hacerse el dormido.

Benandonner llamó a la puerta y

Oonagh le abrió y le mandó callar

para no despertar a su bebé.

Benandonner se

acercó a la cuna y

cuando vio el tamaño

del bebé se asustó.

¡Cómo sería el padre!

Benandonner huyó todo lo rápido

que pudo, con la fuerza de sus

pisadas destruyó parte del camino y

sólo quedaron algunas rocas al

comienzo, junto a la orilla de Irlanda.

El libro es fuerza, es valor, es poder,

es alimento; antorcha del pensamiento

y manantial del amor. Ruben Darío