+++lo último en discapacidad...es consultarle a un analista

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Lo último en discapacidad... es consultarle a un analista 07-04-2004 - Por Cristina Molina Aquello que buscan - sin saberlo aún- los padres y algunos profesionales que consultan a un psicoanalista es otro sentido acerca de lo qué les ocurre con el niño más allá de lo certero de los diagnósticos, coeficientes y mediciones.La apuesta es, que en el dispositivo analítico se produzca un saber no sabido que oriente la búsqueda, para alcanzar otro sentido en la palabra. CON LOS PADRES A menudo recibo en mi consultorio a padres de niños con un déficit orgánico que han decidido realizar una consulta a un psicoanalista después de haber recorrido distintos especialistas: pediatras, neurólogos, genetistas. Llegan a la entrevista munidos de los distintos estudios realizados, que despliegan ante mi vista. Los escucho atentamente. Considero que es un modo de presentarse ellos y su hijo. En su relato me van indicando el trayecto que realizaron desde que el niño nació y se les comunicó el diagnóstico hasta el momento que consultan conmigo. Abren los sobres, ya ajados, de los estudios realizados y me los muestran para que los lea. A veces me dan directamente la bolsa de nylon, en la cual traen los sobres con las distintas evaluaciones para que los saque yo y mientras tanto me explican ellos mismos qué estudios son y lo que ellos entendieron. Son diagnósticos, resultados, mediciones, que expresan síndromes, porcentajes, coeficientes. Son datos contundentes que informan certeramente acerca de la patología del niño. No obstante estos padres consultan. Varias veces me he preguntado ¿por qué?, ¿por qué siguen consultando?. ¿Consultan? Qué es consultar?. ¿Buscan? ¿Qué buscan?. Son preguntas que retomaré más adelante para articularlas con lo que la experiencia nos enseña. CON LOS ESPECIALISTAS En mi práctica clínica escucho a los padres el relato de las numerosas consultas que han realizado con los distintos especialistas del campo médico. Son consultas que las considero necesarias e imprescindibles dado que el niño padece un déficit orgánico que requiere, según su especificidad, un tratamiento y seguimiento continuado. Ocurre a veces que por algunos niños y padres que consultan resulta necesario que hable con los profesionales tratantes. En varias oportunidades me he conectado telefónicamente, incluso personalmente con algunos de los profesionales que realizan el tratamiento médico y/o rehabilitatorio Algunos de ellos se sorprenden, otros no tanto, por mi interés respecto a una próxima intervención quirúrgica, ó una práctica ecográfica del niño en consulta. Les explico el motivo de mi llamada, porque escucho un alto monto

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Lo último en discapacidad... es consultarle a un analista 07-04-2004 - Por Cristina  Molina

Aquello que buscan - sin saberlo aún- los padres y algunos profesionales que consultan a un psicoanalista es otro sentido acerca de lo qué les ocurre con el niño más allá de lo certero de los diagnósticos, coeficientes y mediciones.La apuesta es, que en el dispositivo analítico se produzca un saber no sabido que oriente la búsqueda, para alcanzar otro sentido en la palabra. CON LOS PADRESA menudo recibo en mi consultorio a padres de niños con un déficit orgánico que han decidido realizar una consulta a un psicoanalista después de haber recorrido distintos especialistas: pediatras, neurólogos, genetistas.Llegan a la entrevista munidos de los distintos estudios realizados, que despliegan ante mi vista. Los escucho atentamente. Considero que es un modo de presentarse ellos y su hijo. En su relato me van indicando el trayecto que realizaron desde que el niño nació y se les comunicó el diagnóstico hasta el momento que consultan conmigo. Abren los sobres, ya ajados, de los estudios realizados y me los muestran para que los lea. A veces me dan directamente la bolsa de nylon, en la cual traen los sobres con las distintas evaluaciones para que los saque yo y mientras tanto me explican ellos mismos qué estudios son y lo que ellos entendieron. Son diagnósticos, resultados, mediciones, que expresan síndromes, porcentajes, coeficientes. Son datos contundentes que informan certeramente acerca de la patología del niño. No obstante estos padres consultan.Varias veces me he preguntado ¿por qué?, ¿por qué siguen consultando?. ¿Consultan? Qué es consultar?. ¿Buscan? ¿Qué buscan?. Son preguntas que retomaré más adelante para articularlas con lo que la experiencia nos enseña. CON LOS ESPECIALISTASEn mi práctica clínica escucho a los padres el relato de las numerosas consultas que han realizado con los distintos especialistas del campo médico.Son consultas que las considero necesarias e imprescindibles dado que el niño padece un déficit orgánico que requiere, según su especificidad, un tratamiento y seguimiento continuado. Ocurre a veces que por algunos niños y padres que consultan resulta necesario que hable con los profesionales tratantes. En varias oportunidades me he conectado telefónicamente, incluso personalmente con algunos de los profesionales que realizan el tratamiento médico y/o rehabilitatorioAlgunos de ellos se sorprenden, otros no tanto, por mi interés respecto a una próxima intervención quirúrgica, ó una práctica ecográfica del niño en consulta. Les explico el motivo de mi llamada, porque escucho un alto monto de angustia en el niño o en los padres. Otras veces me quiero interiorizar del procedimiento a realizar por la ansiedad que despierta en los consultantes.En este diálogo con el especialista se va armando una estrategia que no es anticipada ni tampoco calculada. Digo esto porque en ese discurrir con el especialista, escucho que él dice, al pasar, alguna característica del niño que obstaculiza la eficacia de su práctica, -el niño no se deja revisar, ó algún detalle de los padres -la madre no le da la medicación durante la noche. Entonces surge una sugerencia, una nueva idea que, a veces, posibilita intercalar en la práctica habitual un gesto sutil, o una palabra, o un rasgo diferencial que instala nuevamente la eficacia del abordaje terapéutico. Este suele ser el comentario habitual de aquellos profesionales con los que hablo. Manifiestan que el niño, o los padres no están tan demandantes con el profesional tratante, que pueden decirle que están preocupados, o temerosos. Poner en las palabras aquello que los aflige .Muchas veces, me han comentado estos profesionales, en alguna otra oportunidad, que no se imaginaban que la consulta a un psicoanalista les permitiese trabajar mejor a ellos con el niño, que era lo último que pensarían hacer.A veces de ese encuentro entre un psicoanalista, el niño y sus padres, puede pasar que para algunos sea posible inaugurar otro espacio para venir a hablar de las ecografías, resonancias magnéticas, potenciales evocados que se realizan en el cuerpo biológico de ese niño.

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También, es posible que ese otro espacio creado facilite pasar por la palabra los avatares de los otros tratamientos -médicos, fonoaudiológicos, kineseológicos, psicopedagógicos- que a veces en simultaneo realizan otros profesionales con el niño.Es decir, que de ese encuentro entre un psicoanalista, el niño y los padres puede dar como resultado un espacio analítico. Es a construir, es un punto de llegada.Ahora bien, entre este punto de llegada y la consulta que realizan a un psicoanalista a posteriori de recorrer, como ya dije, distintos especialistas, me pregunto por qué lo último en discapacidad, es en la mayoría de los casos, consultar a un psicoanalista.La experiencia analítica nos enseña que hablar de "eso" que es angustiante, expectante, horroroso, aburrido, posibilita que lo traumático se atempere, porque se enlaza a la palabra, a la imagen en ese espacio analítico que se agrega al hacer cotidiano del niño, y de los padres. Nos enseña que ese espacio analítico, que también se agrega a la práctica de los distintos especialistas, posibilita introducir una temporalidad diferente en la continuidad.Se trata de hacer y de decir. Ese espacio analítico posibilita que de ese hacer en el cuerpo del niño pueda decirse, para que ese cuerpo no sea solo objeto de la medicina y de las prácticas rehabilitatorias. De esta manera, construimos el instante de ver, el tiempo de comprender y el momento de concluir en diversas situaciones - intervenciones quirúrgicas, maniobras terapéuticas, dificultades en la escolarización, que a menudo es necesario resolver.Por qué no entonces subvertir el adjetivo ordinal "último". No digo invertir. No se trata de primero. Propongo subvertir el orden.Invitación que formulo a los padres y profesionales de sujetos con una discapacidad consultar a un psicoanalista mientras... se consulta al pediatra, al neurólogo, al fonoaudiólogo...Considero que aquello que buscan - sin saberlo aún- los padres y algunos profesionales que consultan a un psicoanalista es otro sentido acerca de lo qué les ocurre con el niño más allá de lo certero de los diagnósticos, coeficientes y mediciones.La apuesta es, que en el dispositivo analítico se produzca un saber no sabido que oriente la búsqueda, para alcanzar otro sentido en la palabra.Sentidos nuevos que hacen el margen de libertad de cada sujeto, en tanto subjetivan aquello que les ocurre y pueden ser agentes activos de su tratamientos.Para finalizar propongo dejarnos sorprender por los efectos de la palabra en aquellos sujetos con una discapacidad física, sensorial o mental. Lic. Cristina Molina. Psicoanalista. Supervisora Clínica y Coordinadora Docente del Posgrado "Psicoanálisis y Discapacidad". Centro Dos. [email protected]