lideres intimidadores

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lideres intimidadores

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  • AIR TRANSPORT MANAGEMENT

    Grupo Consultor

    RIF. J-29421137-2

    Reproducido nicamente para ser usado como material didctico.

    Programa de acompaamiento para Albatros Airlines +58 414 2993773, [email protected], www.atmcg.com

    amamos lo que hacemos!

  • Los Grandes Intimidadores Roderick M. Kramer

    Harvard Business Reviews, febrero 2006

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    Los Grandes

    Intimidadores

    (Roderick M. Kramer ([email protected]) es psiclogo social y William R. Kimball Professor de

    Comportamiento Organizacional en Stanford Graduate

    School of Business, en California. Es coeditor de Trust

    and Distrust in Organizations (Russell Sage, 2004) y

    de The Psychology of Leadership: New Directions

    (Lawrence Erlbaum, 2005).

    Viene de la portada

    tra de su severo enfoque. Hacerlo podra arrojar luz

    sobre algunas sutiles dimensiones del liderazgo

    eficaz, en especial en organizaciones o sectores que

    alguna vez fueron rgidos o ingobernables, que

    estaban estancados o a la deriva, lugares en los que

    se necesitaba a un lder severo para remecer un poco

    las cosas y brindar nueva direccin.

    Considere, por ejemplo, a Ed Zander, quien ha

    sido ensalzado como el "modernizador de

    Motorola". Cuando asumi como CEO (Chief

    Executive Ofcer) de Motorola, en enero de 2004, la

    empresa sufra una baja profunda. Tras haber estado

    en el mundo de alta velocidad de Silicon Valley,

    Zander se encontr al mando de una empresa que,

    segn sus palabras, pareca funcionar "con piloto

    automtico". Al asumir el reto de darle un vuelco a

    Motorola, Zander describi su filosofa orientadora

    como: "Golpate antes de que alguien te golpee". Y

    observ que "muchas empresas tienen las arterias

    tapadas". En el caso de Motorola, Zander descubri

    que buena parte del problema estaba en el nivel de

    las vicepresidencias. "No s cuntas docenas de

    vicepresidentes nos han dejado", dijo en una

    entrevista. "Algunos se han ido por iniciativa propia

    y otros no". Aunque la transformacin de Motorola

    est lejos de completarse, parti con buen pie. En el

    tercer trimestre de 2004, la empresa registr ventas

    por US$ 8.620 millones (un aumento de 26%

    respecto del tercer trimestre de 2003). Adems, los

    despachos de sus equipos porttiles crecieron 15%

    en relacin al ao anterior.

    Una historia similar se puede contar de Harvey

    Weinstein, tambin notorio por su rudeza. Cuando

    ingres a Hollywood, un puado de grandes estudios

    importantes dominaba el paisaje. Los productores

    independientes se movan con dificultad en los

    mrgenes del poder y la influencia. Casi sin ayuda,

    Weinstein sac a la industria flmica independiente

    de la inactividad y de paso transform a Miramax en

    una de las pocas marcas ampliamente reconocidas

  • Los Grandes Intimidadores Roderick M. Kramer

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    del sector. A lo largo de los aos, no hizo muchos

    amigos y quienes han trabajado con l a menudo

    dicen que lo encuentran difcil en su trato personal.

    Al mismo tiempo, saben que sus tcticas de alta

    presin los han llevado al pice de sus talentos pro-

    fesionales. Un ex ejecutivo de Miramax seal con

    aprecio: "Uno aprenda a anticipar... la direccin en

    que Harvey iba o quera ir, porque la mayora de las

    veces tena razn". Y no existe controversia sobre el

    xito de Weinstein: ms de 240 nominaciones al

    Premio de la Academia y 60 xitos.

    Zander y Weinstein son ejemplos de lo que

    denomino grandes intimidadores. No temen crear

    alborotos, y tampoco dudan al usar unas cuantas

    flagelaciones pblicas y ejecuciones ceremoniales

    para obtener la atencin. Y no estn solos. Una lista

    de grandes intimidadores se asemejara a un saln de

    la fama de lderes de negocios: Sandy Weill, Rupert

    Murdoch, Andy Grove, Carly Fiorina, Larry Ellison

    y Steve Jobs seran algunos de sus nombres. Estos

    lderes parecen deleitarse en el caos que crean,

    porque, en sus mentes, ste es constructivo. El

    tiempo vuela, hay mucho en juego y las medidas

    necesarias son draconianas.

    Pero no se equivoque: los grandes intimidadores

    no son los tpicos matones. Cuando slo se es un

    matn, la idea es humillar a otros en un esfuerzo por

    sentirse bien. Algo muy distinto ocurre con los

    grandes intimidadores. Desde luego, no dudan en

    recurrir a algo de matonaje para lograr lo que

    quieren. Sin embargo, el factor motivador no es el

    ego o la humillacin gratuita: es la visin. Los

    grandes intimidadores ven una posible senda en la

    espesura y estn impacientes por despejarla. Les

    irritan los impedimentos, incluso aquellos que son

    humanos. No sufren de la duda o de la timidez.

    Desdean las limitaciones impuestas por otros.

    El modus operandi de los grandes intimidadores

    va en contra de muchas de nuestras preconcepciones

    ms arraigadas sobre lo que por estos das significa

    ser un buen lder. Todos hemos ledo libros y

    artculos que describen a personas que dirigen con

    calma y gran empatia y humildad. Pero como usted

    ver, los lderes que he estudiado piensan y trabajan

    de manera totalmente distinta: son duros, ruidosos y

    dicen las cosas de frente.

    Sin embargo, bajo sus rudas apariencias externas y

    afiladas aristas se encuentran algunas genuinas y

    profundas percepciones sobre la motivacin humana

    y el comportamiento organizacional. De hecho, estos

    lderes poseen lo que yo llamo inteligencia

    poltica, una forma distintiva y poderosa de

    inteligencia de liderazgo que ha sido por mucho

    tiempo ignorada por los tericos y profesionales del

    management. Debido a todo nuestro reciente

    embeleso con la inteligencia social y el poder

    blando, hemos pasado por alto los tipos de destrezas

    que los lderes requieren para generar transformacin

    en casos de fuerte resistencia o inercia. Es

    precisamente en esas situaciones, me gustara

    proponer, que se necesita la inteligencia poltica del

    lder intimidante.

    Inteligencia poltica en accin Exactamente qu tiene de especial la inteligencia

    poltica? Y cmo ayuda sta a separar a los grandes

    intimidadores de otros tipos de lderes eficaces? Para

    responder a estas preguntas, debemos empezar a

    revisar las concepciones convencionales sobre la

    inteligencia de los lderes.

    En la dcada pasada, tanto los tericos como los

    profesionales del management han llegado a apreciar

    los papeles que desempean las distintas formas de

    inteligencia humana en el liderazgo eficaz. El

    psiclogo Howard Gardner -quien fue el primero en

    articular la teora de las inteligencias mltiples-

    sugiri, por ejemplo, que la inteligencia social es lo

    que hace a algunos lderes tan expertos en conseguir

    que otros los sigan y en lograr el mximo

    desempeo de sus subordinados. Gardner defini la

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    inteligencia social, en trminos de las destrezas

    interpersonales de los lderes, como la empatia y la

    capacidad de influir en otros sobre la base de esa

    comprensin.

    Sin duda, es importante que todos los lderes

    posean estas destrezas. De hecho, la inteligencia

    social es el tipo de competencia de la cual dependen

    los lderes a diario para realizar el trabajo rutinario

    de una organizacin. Sin embargo, no es el nico

    tipo de inteligencia que necesitan. Adems, en

    algunos entornos (por ejemplo, una organizacin

    rgidamente jerrquica) otras formas de inteligencia

    podran ser ms tiles. Ah es cuando la aplicacin

    de la inteligencia poltica, el sello de los grandes

    intimidadores, puede hacer la diferencia entre la

    parlisis y el cambio organizacional exitoso, aunque

    en ocasiones sea doloroso.

    Al entender la distincin entre lderes socialmente

    inteligentes y polticamente inteligentes, es

    importante darse cuenta de que comparten ciertas

    destrezas. Ambos tipos de lderes son expertos en

    evaluar a otros. Ambos tienen una visin aguda y

    refinada, pero ven cosas distintas. Por ejemplo, los

    lderes socialmente inteligentes evalan las fortale-

    zas de las personas y buscan cmo apalancaras,

    mientras que los lderes polticamente inteligentes se

    enfocan en las debilidades e inseguridades de las

    personas. Hablando del Presidente Lyndon B.

    Johnson, uno de los intimidadores realmente grandes

    de la historia, el ex secretario de prensa Bill Moyers

    seal que l posea "un sentido animal sobre la

    debilidad en otros hombres". Tal como lo detall un

    cientista poltico, Johnson "estudiaba, analizaba,

    catalogaba y recordaba las fortalezas y debilidades,

    los gustos y las aversiones de otros polticos, tal

    como lo hacen algunas personas con los precios de

    las acciones, los promedios de bateo y las com-

    posiciones musicales. l saba quin beba whisky

    escocs y quin beba bourbon, la esposa de quin

    estaba enferma... quin tena problemas... y quin

    estaba en deuda con l".

    Los lderes socialmente inteligentes y

    polticamente inteligentes no slo advierten cosas

    diferentes, sino que tambin actan en forma distinta

    sobre la base de sus percepciones divergentes.

    Mientras los lderes con inteligencia social usan la

    empatia y el poder blando para tender puentes, los

    lderes polticamente inteligentes usan la

    intimidacin y el poder duro para aprovechar las

    ansiedades y vulnerabilidades que detectan. Ambos

    tipos de lderes son buenos evaluadores del carcter.

    Pero en vez de sentir empatia por otros, los lderes

    polticamente inteligentes adoptan una visin

    desapasionada, analtica e incluso utilitaria de las

    personas, considerndolas recursos para que se

    hagan las cosas. Esta ausencia de empatia abre

    ramas del rbol de decisin, exponiendo opciones

    que otros lderes podran rechazar.

    Quizs el punto de contraste ms marcado entre

    estos dos tipos de lderes es su disposicin a usar el

    poder duro. Los lderes polticamente inteligentes

    aprecian el poder del temor y la ansiedad. Tal como

    lo observ en una ocasin el presidente de Harvard

    University, Larry Summers: "A veces el temor hace

    el trabajo de la razn". l lleg a Harvard dispuesto

    a remecer a la institucin e, independientemente de

    lo que se pueda decir sobre l, ha tenido xito en

    lograrlo. Las entrevistas a miembros de la facultad,

    personal y estudiantes de Harvard que se han

    reunido con Summers muestran un patrn comn en

    sus interacciones: enfrentamiento inicial, seguido de

    un cuestionamiento escptico y duro. Se cuenta que,

    en una "sesin para conocernos", l le dijo a un

    grupo de miembros de facultad: "Tal vez no

    necesitemos realmente un departamento como ste

    en Harvard".

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    A VECES EL TEMOR FUNCIONA

    Los descubrimientos y observaciones reportados en este

    artculo son parte de un programa de investigacin

    continuo y ms amplio sobre lo que denomino el sndrome

    del "genio a la locura". Esa investigacin se enfoca en por

    qu algunos lderes ejercen tan eficazmente su poder,

    mientras otros exageran su mano y pierden el juego (vea

    Roderick M. Kramer, "Cada desde las Alturas" HBR,

    octubre de 2003). Inicialmente, estaba interesado en

    documentar las experiencias negativas de las personas al

    trabajar con lderes exigentes y abusivos. Sin embargo, con-

    trario a mis preconceptos, un buen nmero de individuos

    inform tener relaciones positivas con lderes intimidantes.

    De hecho, algunas de estas relaciones fueron descritas

    como profundamente educativas e incluso transformado-

    ras. Por cierto, las personas que entrevist reconocieron las

    desventajas de trabajar con lderes intimidantes, la ansie-

    dad, la turbacin. Pero muchas de ellas no lo lamentaban e

    indicaron que con gusto volveran a hacerlo.

    Cuanto ms investigu, se hizo ms claro que estos

    lderes tenan algo distinto a la inteligencia social y emo-

    cional, promovida por tantos tericos del management.

    Tenan inteligencia poltica. Usaban la coercin, pero lo

    hacan en forma creativa y estratgica.

    Result que muchos de los intimidadores verdadera-

    mente grandes se concentraban en unas cuantas esferas,

    incluyendo a Hollywood, el mundo de la alta tecnologa y

    Washington, DC. En cierto modo, ese patrn no es para

    nada sorprendente. Todos estos lugares son famosos por el

    mal comportamiento que provocan. En una ocasin, Woody

    Alien dijo respecto a la intimidacin en Hollywood: "Es el

    perro que se come al perro. No, es peor. Es el perro que no

    responde las llamadas telefnicas de otros perros". Creo

    que buena parte de ese comportamiento se ve en estos

    dominios selectos, porque las recompensas son

    potencialmente enormes y la competencia por ellas es

    intensa.

    La inteligencia poltica puede ser tan importante como

    la inteligencia emocional y social para ayudar a los lderes a

    alcanzar los resultados que desean, en especial en entornos

    sumamente competitivos, contenciosos o polticos. Existe

    una especie de lgica darviniana en la eficacia de la

    intimidacin. Puede brindar una ventaja en situaciones en

    donde cualquier ventaja, por pequea que sea, puede hacer

    la diferencia entre el xito y el fracaso.

    Quizs esas preguntas no hagan popular a un lder,

    pero ciertamente despiertan a las personas. Adems,

    en ocasiones las impulsan a pensar ms

    detenidamente en su propsito dentro de una

    organizacin y en el valor que le agregan. Por

    ejemplo, al pedirles justificar su existencia,

    Summers ha obligado a los profesores y

    administradores de Harvard a reflexionar ms en lo

    que hacen. As, pese a que puede ser doloroso, ese

    ejercicio de justificacin conduce a una mayor

    claridad de propsito y estrategia. Tal como lo

    seal en forma contundente el profesor de Harvard

    Law School, Alan Dershowitz, en una entrevista por

    televisin: "En su mayora, los presidentes [de

    universidades] son demasiado cuidadosos,

    demasiado cautelosos, demasiado temerosos y se

    preocupan demasiado respecto de alejar a alguien,

    respecto de ofender a alguna persona". Dershowitz

    agreg que Summers "es un presidente provocador.

    Creo que en mis 41 aos en Harvard nunca he visto

    un perodo ms estimulante, ms diversidad de

    visiones... y creo que Harvard es un mejor lugar

    gracias a ello".

    Los sentimientos de Summers respecto a las

    virtudes de inculcar un poco de temor reflejan una

    de las convicciones del Presidente Richard Nixon:

    "La gente reacciona frente al temor, no frente al

    amor; eso no se ensea en la iglesia, pero es verdad".

    Para Nixon, el liderazgo no tena que ver con

    inspirar a otros o ser agradable, se trataba de

    producir resultados tangibles. Y aunque demasiado

    temor o ansiedad pueden producir turbacin y

    parlisis, demasiado poco puede generar esfuerzos

    mediocres y complacencia.

    Mientras los lderes con inteligencia social usan la

    empata y el poder blando para tender puentes,

    los lderes polticamente inteligentes usan la

    intimidacin y el poder duro para aprovechar LAS

    ANSIEDADES Y VULNERABILIDADES QUE

    DETECTAN

    Los grandes intimidadores obligan a las personas a

    analizar cun fuertes son sus convicciones respecto

    de un asunto. Estn realmente dispuestas a pelear

    por ellas? Si es as, ms vale que tengan un

    argumento slido. Es ah cuando se vuelve

    interesante el debate, tanto para los individuos

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    es

    involucrados como para la organizacin. Un

    ejecutivo de Microsoft me dijo: "Bill Gates disfruta

    del combate intelectual. Contrata a las personas

    mejores y ms brillantes -y ms elocuentes-, porque

    quiere que la conversacin se d en el nivel ms alto

    posible".

    Las tcticas del intimidador Cuando se trata de comprender cmo los lderes

    polticamente inteligentes logran esos sorprendentes

    resultados, lo difcil est en los detalles, y los

    detalles deben buscarse en las tcticas eficaces -

    aunque a veces extremas- que estos lderes usan para

    presionar a sus subordinados con el fin de que

    alcancen un desempeo superior.

    Enfrentarlos directamente. Muchos intimidadores

    operan mediante la confrontacin directa. A veces,

    incluso invaden el espacio personal de la gente que

    quieren controlar. Este modo de intimidacin se

    ajusta a nuestro estereotipo del matn

    organizacional.

    La presidenta de Universal Pictures, Stacey

    Snider, recibi este tipo de tratamiento durante un

    enfrentamiento inesperado con Harvey Weinstein de

    Miramax, en un cctel. Weinstein estaba molesto

    debido a los rumores que circulaban por todo

    Hollywood que decan que l haba iniciado una

    campaa de boca a boca para desacreditar la pelcula

    de Universal, Una mente brillante. En una cena de

    celebracin, despus de la entrega de los Globos de

    Oro, en la que Una mente brillante gan varios

    premios, incluyendo el de mejor drama, Weinstein

    acorral a Snider. En un artculo de New Yorker,

    Ken Auletta describi ese encuentro como sigue:

    "Para la diminuta Snider, [Weinstein] tena un

    aspecto temible, sus ojos oscuros y hoscos, su rostro

    carnudo sin rasurar y su vientre proyectndose unos

    15 centmetros. Con un dedo sobre la cara de Snider,

    grit: 'Te hundirs por esto!'". se fue el enojo

    calculado de un intimidador experto. Snider lo

    entendi y se mantuvo firme ante Weinstein.

    Una seal clara del grado en el cual los

    intimidadores verdaderamente grandes estn

    representando una actuacin es el hecho de que

    muchos de ellos trabajan en sus tcticas cuando

    estn solos. El general George Patton sola practicar

    su gesto de enojo ante el espejo. l le deca su "cara

    de general" y quera que fuera tan aterrorizante y

    amenazante como fuera posible. El emprendedor

    Reggie Lewis tambin admiti que pasaba tiempo

    ante su espejo para perfeccionar lo que se convirti

    en su ceo caracterstico. Crea que para sobresalir

    de verdad en el juego duro, era til tener una mueca

    que diera la talla.

    Adems de las conductas fsicas agresivas, los

    intimidadores usan habitualmente las armas del

    lenguaje -burlas y calumnias- para provocar a sus

    vctimas. Esta conducta tiene el fin de desequilibrar

    a los dems. Es difcil pensar con claridad y seguir

    su propio plan de juego cuando a uno lo estn

    provocando. Clarence Thomas, juez asociado de la

    Corte Suprema de Estados Unidos, us esta tctica

    para amedrentar a sus oponentes demcratas en el

    comit judicial del Senado, durante sus audiencias

    de nominacin. Cuando Anita Hill lo acus de acoso

    sexual, l les pregunt a los miembros del comit

    cmo se sentiran si los acusaran de ello. La

    incomodidad del comit (que inclua a un compren-

    siblemente discreto Ted Kennedy) fue palpable. Para

    cerrar con broche de oro, lanz la carta del racismo

    sobre la mesa, al decir que el procedimiento era "un

    linchamiento de alta tecnologa para negros

    presumidos, que se permiten pensar por s mismos...

    [y no] reverencian un antiguo orden". Al poner al

    comit a la defensiva, Thomas les quit la alfombra

    de la ventaja moral que tenan bajo sus pies.

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    MANEJAR A LOS GRANDES INTIMIDADORES

    Nunca es fcil ser el receptor del comportamiento poco

    razonable de un lder intimidador. La leyenda dice que el

    productor de pelculas Scott Rudin ha tenido ms de 250

    asistentes en los ltimos cinco aos (Rudin dice que ha

    despedido slo a 119, pero eso no incluye a los que no

    pasaron el perodo de prueba de dos semanas). Sin

    embargo, como hemos visto, los que tienen el poder de

    permanecer obtienen grandes beneficios. Tal como lo ha

    reconocido el productor y protegido de Rudin, Craig Perry:

    "Le atribuyo una enorme parte de cualquier xito que he

    sido capaz de obtener, directamente... [a] la forma en que

    he visto actuar [a Rudin]".

    El secreto para obtener esos grandes beneficios es en-

    contrar un modo de trabajar eficazmente con los grandes

    intimidadores y lograr que ellos quieran ser sus mentores. A

    continuacin, algunas sugerencias que pueden ser de

    ayuda:

    Haga sus tareas. Resulta beneficioso investigar el

    pasado del gran intimidador. Averige quines se las han

    arreglado para trabajar eficazmente con ellos. Aprenda qu

    fue lo que les funcion. Para todos los grandes

    intimidadores que he estudiado, siempre ha habido unos

    pocos individuos que han descubierto una forma de

    trabajar exitosamente con ellos. Antes de convertirse en

    Secretario de Estado, seala la bigrafa Ann Blackman,

    Madeleine Albrightse las arregl para colaborar con Ed

    Muskie porque "no logr intimidarla. De hecho, a ella le

    gustaba ir a su oficina, a la que llamaban la 'guarida del

    len'". Muskie despotricaba y Albright lo contena. Como

    resultado, l la respetaba mucho. Y eso se convirti en la

    base de una de sus primeras y ms importantes relaciones

    del tipo mentor que tuvo. Adems, no fue poco lo que

    Muskie le ense sobre cmo tratar con los intimidadores.

    Trabaje con ms ahnco. El dicho, "trabaje ms inteli-

    gentemente, no ms duro" es popular por una razn. Existe

    mucha sabidura tras la nocin de que es importante ser

    eficiente e inteligente con el tiempo y el esfuerzo propios.

    Pero dedicar tiempo al trabajo puede impresionar an ms

    a los grandes intimidadores. Igualar su energa y vigor es

    una forma de atraer su atencin. Cuando era un recin

    llegado al departamento de correspondencia de Creative

    Artists Agency, Stuart Griffen us esta estrategia para

    obtener el codiciado puesto de asistente de Michael

    Ovitz."I saba que yo trabajaba arduamente. l poda

    volver a la oficina a las 11 de la noche y yo todava estaba

    ah. l poda llegar un domingo, y yo estaba ah. Yo estaba

    totalmente involucrado. Recuerdo haberme escrito una

    nota: 'Consigue lo que sea, donde sea, cuando sea'". Le

    tom meses de esfuerzo sostenido, pero finalmente Griffen

    obtuvo el puesto.

    Rase de sus bromas y gnese su respeto. El Presidente

    Lyndon Johnson era famoso por tratar de intimidar a los

    asistentes, pidindoles que se reunieran con l mientras

    estaba en el sanitario."Acrquese ms! No lo puedo or!",

    les gritaba mientras dictaba memos y les daba rdenes

    desde el inodoro. Pero el magnate de la industria

    cinematogrfica, Jack Valenti, quien en esa poca era

    asistente especial de Johnson, ha sealado que Johnson

    haca esto principalmente para ver hasta dnde sus

    asistentes se plegaran a su voluntad. Uno de los asistentes

    usaba el humor para mostrarle al presidente que no era

    fcil confundirlo o dominarlo. Hizo rer a Johnson al

    responderle con calma: "Me encantara acercarme ms, Sr.

    Presidente. Pero parece que usted ocupa el nico asiento

    de la habitacin". Demostrar que a usted no se le puede

    confundir fcilmente es una magnfica forma de

    impresionar a un gran intimidador.

    Desenmascrelos. Al tratar con grandes intimidadores,

    puede ser til simplemente desenmascararlos. Esta tctica

    es particularmente eficaz cuando usted trata con un intimi-

    dador de informacin, especialmente cuando sospecha que

    est mezclando la verdad con la ficcin. El hecho de simple-

    mente decir "no lo creo", le ayudar a ganar tiempo. Esto

    pone el baln directamente en el campo del intimidador y

    demuestra que usted no es un pusilnime. Mostrar rudeza

    ante la presin, a menudo impresiona a los grandes intimi-

    dadores, que buscan gente con su misma fortaleza interna.

    Mantenga su perspectiva. No se tome tas cosas de-

    masiado en serio. David O'Connor, otro joven y ambicioso

    agente de Creative Artists Agency, resuelto a convertirse en

    la mano derecha de Ovitz, describi cmo era ser entrevis-

    tado para el puesto:

    Cuando entr, Ovitz estaba detrs de su escritorio, al telfono. Me dijo:

    "Sintese, all", sealando el sof. Por la tarde, el sol da muy fuerte en la

    oficina de Ovitz... de modo que no poda verle el rostro, slo su sombra, lo que

    luego supe que era intencional. Adems, l interrumpa constantemente la

    conversacin. Tocaba un telfono que tena al lado y momentos despus

    entraba [su secretaria]. l le deca unas cuantas cosas y ella se iba. Luego

    regresaba. Ms tarde supe que la llamaba con un timbre sin otra razn que

    perturbarme. Quera ver si yo poda lidiar con las distracciones. Deseaba

    mantenerme tenso. O'Connor manej las distracciones y se gan el puesto.

    Persista. Con mucha frecuencia, nos sentimos tentados

    a empacar nuestras cosas y buscar un trabajo ms fcil. Ese

    instinto es comprensible: una salida oportuna puede

    parecer sumamente atractiva. Pero, antes que nada,

    recuerde por qu usted quera trabajar para el intimidador:

    para aprender. Si en ocasiones l es poco razonable en sus

    exigencias, consulese con el hecho de que al trabajar con

    ste usted puede perfeccionar sus destrezas negociadoras.

    Tal como lo dijo Dawn Steel, de Columbia Pictures, la

    primera mujer en dirigir un estudio cinematogrfico

    importante: "Barry Diller les ense a sus protegidos a

    morder, patear y gritar. Ahora ellos dirigen Hollywood".

    Usted puede llegar lejos si aprende cmo apreciar a un

    genio en accin.

  • Los Grandes Intimidadores Roderick M. Kramer

    Harvard Business Reviews, febrero 2006

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    Enojarse. La mayora de los intimidadores usa la

    ira y el enfado para abrirse camino. Sin embargo,

    "perder los estribos" en forma calculada sirve para

    algo ms que ayudarlos a prevalecer en el calor del

    momento. Tambin sirve como un escalofriante

    disuasivo para los oponentes potenciales. Aunque en

    algunos casos estn haciendo una representacin, los

    intimidadores no siempre controlan por completo

    sus emociones cuando lanzan una andanada. Pero

    incluso en ese caso, una prdida de control puede ser

    til. Tal como lo dijo una vez el gur poltico Chris

    Matthews: "No tenga la reputacin de ser una buena

    persona, ello no le har ningn bien". l cit su

    experiencia de haber trabajado con el ex senador de

    Maine, Ed Muskie: "Muskie era el mejor de todos,

    absolutamente el mejor, porque nadie quera

    pelearse con l. Usted sabe, por qu involucrarse

    con ese tipo? Por qu arruinarse el da? Un mal

    genio es un arma poltica muy poderosa, porque la

    mayora de las personas evita las confrontaciones".

    La gente lo pensar dos veces antes de enfrentrsele,

    si usted tiene una reputacin de estar dispuesto a

    quemar un poco de terreno antes que ceder.

    Este punto puede parecer simple y obvio, pero

    vale la pena enfatizarlo porque las personas a

    menudo no aprecian plenamente cunto terreno

    pueden ceder simplemente para evitar que los lderes

    intimidadores las molesten o les arruinen el da. Sin

    percatarse plena o conscientemente de ello, incluso

    pueden abandonar el campo de juego para no tener

    un encuentro desagradable. O bien, pueden

    contenerse, con la esperanza de que otra persona

    enfrente al gran intimidador. En cualquiera de los

    dos casos, los intimidadores terminan por conseguir

    lo que quieren. Este tipo de ira artificial es

    especialmente frecuente entre los polticos. El

    periodista ganador del Premio Pulitzer, Hedrick

    Smith, incluso le ha puesto nombre: el poder del

    puercoespn.

    Mantener a la gente en la incertidumbre.

    Actualmente, muchos libros de liderazgo promueven

    la importancia de la transparencia. Muchos autores

    afirman que confiamos en los lderes cuando

    sentimos que conocemos sus intenciones y motivos.

    Segn esta visin, los lderes deben hacer grandes

    esfuerzos para asegurarse de que las otras personas

    los entiendan y comprendan por qu hacen lo que

    hacen. Los intimidadores no se compran para nada

    esa idea. Prefieren mantenerse insondables porque

    esto mantiene a los subordinados en vilo y facilita

    cambiar de direccin sin perder credibilidad. Si la

    gente no sabe de dnde viene usted o a dnde va, es

    ms fcil sorprenderla.

    Algunos lderes mantienen su misterio mediante

    una distancia deliberada; muchos de los grandes

    intimidadores que he estudiado cultivaban una

    conducta distante con sus subalternos. Como

    Secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert

    McNamara era especialmente famoso por su estilo

    fro y lejano. Tal como lo seal el periodista e

    historiador David Halberstam, en The Reckoning:

    "Se abstena de las conversaciones triviales. Tales

    conversaciones eran una prdida de tiempo y

    estimulaban la intimidad. Esta intimidad era

    indeseada, al menos con los empleados". La

    conducta intimidante de McNamara hacia los

    subordinados y rivales era una representacin. No

    tena problemas para ser encantador con quienes

    deseaba agradar. Con los presidentes Kennedy y

    Johnson -los hombres a quienes haba decidido

    servir- se le describa unnimemente como clido,

    ingenioso y atento. Era un conversador tan

    interesante y ameno que su presencia se buscaba con

    entusiasmo en los ccteles de Washington. Tal como

    lo ilustra el comportamiento de McNamara, los

    grandes intimidadores tambin pueden ser grandes

    congraciadores y parecen ser capaces de cambiar su

    conducta como un camalen para favorecer sus

    necesidades.

  • Los Grandes Intimidadores Roderick M. Kramer

    Harvard Business Reviews, febrero 2006

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    El silencio y el mal humor tambin son

    herramientas poderosas. "Usted no est seguro de

    por qu la persona est descontenta con usted, pero

    lo percibe claramente", me dijo una ex empleada de

    HP, cuando me describi una reunin que haba

    sostenido con Carly Fiorina. Los subordinados de

    intimidadores silenciosos y malhumorados terminan

    pasando mucho tiempo en torno a los dispensadores

    de agua fra, tratando de saber si estn adentro o

    afuera; y luego van a sus oficinas a imaginar formas

    de agradar al jefe. Los intimidadores silenciosos

    realmente diestros incluso dificultan a sus

    seguidores saber con certeza que estn siendo

    intimidados. Si se les enfrenta por su conducta, es

    probable que proclamen su inocencia, afirmando que

    usted los ha malinterpretado: "Quin? Yo? Usted

    est paranoico! "Muchos subordinados han acusado

    a Eisner, de Disney, de este tipo de conducta.

    Saberlo todo. El dominio de los hechos -o al

    menos la apariencia de ello- tambin puede ser muy

    intimidante. Los "intimidadores de informacin"

    siempre tienen los hechos y las cifras en la punta de

    sus dedos, mientras sus oponentes an estn tratando

    de formular un argumento o recordar algo. La

    Primera Ministra britnica Margaret Thatcher era

    legendaria por su habilidad para acallar o paralizar a

    sus oponentes con su dominio superior de cualquier

    tema en debate. Tal como lo seal un observador,

    Thatcher era un "demonio para la informacin, la

    investigacin y los nmeros. Los devoraba [y] los

    recordaba... Nadie poda superarla en estudio o

    preparacin". En un famoso enfrentamiento en la

    Cmara de los Comunes, Thatcher encar y

    "someti a golpes" al capaz y respetado Richard

    Crossman. "Era obvio", record John Boyd-

    Carpenter, ministro del gabinete a cargo en ese

    momento. "Ella haba hecho sus tareas y l no".

    A menudo, ni siquiera importa tanto que los

    "hechos" sean correctos. Cuando se trata de dejar

    una buena impresin o de arraigar un argumento, el

    intimidador verdaderamente grande toma la ventaja.

    Incluso el hecho engaoso o inexacto, que no ha

    sido verificado -cuando se expresa con absoluta

    confianza y se inserta en una discusin en el mo-

    mento apropiado y con la precisin correcta- puede

    triunfar. En una negociacin o reunin de consejo de

    administracin, es probable que los individuos

    menos seguros permanezcan en silencio y eviten

    cuestionar a alguien que presenta su argumento con

    aplomo. Slo posteriormente, cuando puede que

    exista tiempo para verificar la exactitud de una

    afirmacin, la gente se percata de que ha sido

    embaucada. Sin embargo, para entonces ya es

    demasiado tarde: el momento ya pas y el

    intimidador de informacin se ha salido con la suya.

    Robert McNamara hizo de esta tcnica un arte.

    Cuando l y Lee Iacocca estaban en Ford, Iacocca le

    coment una vez a otro ejecutivo: "Ese bastardo

    [McNamara] siempre tiene una respuesta, y siempre

    parece buena. Pero sabes?" agreg, "verifiqu parte

    de ello despus de una reunin y en parte era pura

    basura. Eran cosas inventadas por l".

  • Los Grandes Intimidadores Roderick M. Kramer

    Harvard Business Reviews, febrero 2006

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    El magnetismo del intimidador En este punto usted podra estar preguntndose

    cul es su atractivo. Los grandes intimidadores

    pisotean los sentimientos de las personas y fijan

    estndares imposibles. Incluso si otros los alcanzan,

    se les da poco o ningn mrito por ello.

    Pero a pesar de todas las desventajas, mi

    investigacin demuestra que los grandes

    intimidadores a menudo son imanes para los mejores

    y los ms brillantes. Considere al clebre Premio

    Nobel James Watson, uno de los cientficos que

    descubri la estructura helicoidal del ADN. Edward

    O. Wilson, el famoso sociobilogo de Harvard,

    narr cmo era ser colega de Watson: "l lleg con

    una conviccin tan grande de que la biologa deba

    ser transformada... [l crea que] lo que ya se haba

    hecho estaba infestado de coleccionistas de sellos,

    que carecan del ingenio para transformar su rea de

    estudio en ciencia moderna". Wilson continu: "En

    las reuniones de departamento, Watson irradiaba

    desprecio en todas las direcciones. Evitaba la

    cortesa comn y la conversacin amable,

    evidentemente por creer que estimularan a los

    tradicionalistas a quedarse... [y hablaba] con una

    espontaneidad imprevista y brutal". No es sor-

    prendente que pocos osaran reprender a Watson.

    Pero sus estudiantes -muchos de los cuales

    alcanzaron la eminencia- sealaban que era

    inspirador as como exigente. Tal como lo dijo uno

    de ellos, Watson "siempre introduca la combinacin

    correcta de temor y paranoia, de modo que

    trabajramos hasta no poder ms".

    Existen muchos relatos semejantes en los

    negocios. Una ex ejecutiva de Martha Stewart me

    cont cmo era trabajar con Stewart en un proyecto:

    Ella tena la mente ms asombrosamente bien

    organizada y disciplinada que haya conocido.

    Entenda las cosas al instante y tena la capacidad de

    dirigir la atencin de uno a la cosa ms importante

    en la que haba que pensar o hacer en ese momento

    en particular. Poda ser increblemente impaciente

    y brusca si uno no entenda pronto, pero si uno

    poda mantenerse a su ritmo y desempearse de

    acuerdo a sus estndares, era tremendamente satis-

    factorio.

    Un ex ejecutivo de Apple, que particip en 1984

    en el lanzamiento de la computadora Macintosh

    original, dijo algo similar acerca de Steve Jobs: "[l]

    era la persona ms difcil para la cual he trabajado,

    pero tambin era la ms brillante tecnolgicamente.

    Nadie conoca la tecnologa mejor que l y nadie

    tena una idea ms clara de hacia dnde se diriga".

    Los intimidadores inculcan miedo en sus

    empleados, pero los realmente grandes tambin

    inculcan algo ms; y esa es otra forma en la que

    difieren del matn organizacional comn. Tal como

    me lo dijo un ex asistente del almirante Hyman

    Rickove, quien fuera legendario por su dureza: "No

    ser capaz ante sus ojos, para m significaba mucho

    ms que cualquier otra cosa, incluso que ante los de

    mi padre". En una veta similar, un ex empleado de

    Pixar dijo del tiempo que trabaj para Steve Jobs:

    "Uno tema desilusionarlo. l crea tanto en uno que

    la idea de decepcionarlo resultaba insoportable".

    Como dejan en claro estas citas, a las personas les

    gusta trabajar para los grandes intimidadores debido

    a lo que se puede aprender de ellos y porque inspiran

    un desempeo superior. Muchas de las personas con

    las que convers dijeron que hicieron su mejor

    trabajo cuando trabajaban para un gran intimidador.

    Pero el atractivo va ms all. Mucha gente se fascina

    con los lderes difciles porque ellos mismos desean

    tener un pequeo "intimidador interno". En el marco

    de un programa de educacin para altos ejecutivos

    sobre poder y liderazgo, que enseo todos los aos

    en Stanford University, en una ocasin les ped a los

    participantes que indicaran cules eran las

    caractersticas de liderazgo de las que ms carecan y

    cules desearan tener en mayor grado. Esperaba que

    citaran los tipos de caractersticas relacionadas con

  • Los Grandes Intimidadores Roderick M. Kramer

    Harvard Business Reviews, febrero 2006

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    la inteligencia social y emocional, alabada por

    Daniel Goleman y otros. Sin embargo, de manera

    sorpresiva, un gran nmero de estos ejecutivos

    expertos mencion atributos como la rudeza y la

    fortaleza. A pesar de su xito demostrado, estos

    lderes consideraban que todava eran demasiado

    agradables y que estaban demasiado preocupados

    por lo que sus empleados pensaban de ellos.

    Todos los participantes en el programa se

    consideraron fuertes en las destrezas relacionadas

    con las personas; en general pensaban que tenan

    inteligencia social en abundancia y que saban cmo

    ejercer el poder blando de forma eficaz. Sin

    embargo, crean que sus yo socialmente inteligentes

    en ocasiones obstaculizaban su capacidad para hacer

    el trabajo sucio necesario para elevar sus

    organizaciones al siguiente nivel de desempeo.

    Parecan percibir que para ser suficientemente duros

    se requera algo que no les llegaba de forma natural

    o fcil (y quizs para la mayora de nosotros). Un

    ejecutivo, por ejemplo, me dijo que anhelaba tener

    ms presencia de mando al tratar con su consejo de

    administracin. Otro dijo: "Me encantara tener la

    capacidad de Carly [Fiorina] para amedrentar con la

    mirada a sus oponentes". Los participantes

    consideraron que haban logrado menos de lo que

    podran haber alcanzado, y atribuan esa insu-

    ficiencia de desempeo a no usar plena y

    eficazmente el poder que emanaba de su posicin.

    En otras palabras, crean que podan ser un poco

    menos socialmente inteligentes y un poco ms

    polticamente inteligentes.

    Cundo son demasiado rudos?

    Usar la intimidacin al mximo depende, como hemos

    visto, de la astuta evaluacin y manipulacin de las debi-

    lidades e inseguridades de los dems por parte del lder

    polticamente inteligente. Lamentablemente, a los grandes

    intimidadores les resulta demasiado fcil cruzar la lnea que

    separa la exigencia del abuso. De hecho, muchos la cruzan

    tan lejos que no se percatan cuando ya estn en la puerta

    de salida, como lo demuestra los destinos recientes de

    varios lderes mencionados en este artculo.

    Entonces, qu hace que los grandes intimidadores se

    desven de la coercin creativa y la manipulacin eficaz

    hacia la arrogancia desenfrenada y la insensatez

    autodestructiva? Parecen existir varios factores. Primero,

    muchos de los grandes intimidadores que se encaminan a

    caer tienden, irnicamente, a ser demasiado buenos en lo

    que hacen. Debido a que son tan expertos en lograr que

    otros se plieguen su voluntad, terminan por ganar incluso

    las discusiones que deberan perder.

    Relacionado a ello, mientras ms competentes y

    exitosos se vuelven estos lderes intimidantes, ms se

    arriesgan a aislarse de los puntos de vista divergentes o

    crticos. Debido a que tienden a quitarse de en medio a

    cualquiera que no concuerde con ellos, los grandes

    intimidadores a menudo terminan rodeados por aduladores

    que slo les repiten lo que el intimidador quiere or,

    bailando su msica. Todos necesitan controles y

    contrapesos para tomar buenas decisiones. Despus de la

    trgica muerte del Presidente y director de operaciones de

    Disney, Frank Wells, en un accidente de helicptero, fue

    cuando Michael Eisner empez a meterse en problemas.

    En algunos casos, el gran intimidador simplemente deja

    de escuchar. "A menudo equivocada, pero jams con

    dudas" se deca de Carly Fiorina. De hecho, Fiorina rechaz

    el consejo de su junta directiva detraer a un director de

    operaciones que la ayudara a manejar algunos de los

    problemas que enfrentaba HR Aunque quizs no fue la gota

    que derram el vaso, su negativa a ceder ayud a su salida

    forzada.

    Finalmente, los grandes intimidadores sencillamente no

    suelen llevar la cuenta del nmero de enemigos que estn

    acumulando. Tambin subestiman el poder de quienes

    empiezan a alinearse en su contra.

    Debo enfatizar que no todos los grandes intimidadores

    parecen seguir los pasos de Fiorina. Algunos se las arreglan

    para no ser expulsados obteniendo perspectiva,

    especialmente de tropiezos anteriores. Muestran una

    disposicin a aprender de la experiencia y a cambiar sus

    modos, incluso cuando estn en la cima. A un legendario

    intimidador en particular, Bill Cates, le ha ido notablemente

    bien en mantenerse del lado correcto de la lnea.

    Simplemente tiene suerte? "Lo genial de Bill Gates es que

    escucha", me coment un ex empleado de Microsoft. Y

    para mejorar la calidad de lo que escucha, se rodea de

    gente dispuesta a enfrascarse en un combate intelectual

    extremo con l. Tambin ha creado un sistema de asesores

    que lo mantiene al tanto.

  • Los Grandes Intimidadores Roderick M. Kramer

    Harvard Business Reviews, febrero 2006

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    A las personas puede que no les gusten los

    intimidadores, pero respetan a los que son

    verdaderamente grandes. La inteligencia poltica de

    los grandes intimidadores puede que tenga sus

    desventajas, pero tambin puede ser usada crea-

    tivamente y para un gran propsito, al igual que

    cualquier otra forma de influencia. Un observador de

    las recientes congojas de Michael Eisner en Disney

    dijo lo siguiente:

    Lo que no se ve en los relatos sobre la

    arrogancia, avaricia e insensibilidad del Sr. Eisner es

    la historia ms iluminadora de cmo l transform a

    una decadente empresa de animacin y de parques

    de diversiones en una de las compaas de

    entretenimiento ms exitosas del mundo. Cuando

    asumi el mando, en 1984, Disney tena un valor

    de mercado de US$ 1.800 millones. Hoy, su valor

    de mercado es de US$ 57.100 millones.

    As que, antes de deshacernos de todos los

    grandes intimidadores -y entregar el timn de la

    organizacin a los lderes corteses, humildes y

    modestos que aparentemente se han mantenido a la

    espera-, quizs deberamos parar para pensar en lo

    que podramos perder. Los grandes intimidadores

    pueden crear falta de armona, pero tambin pueden

    crear valor.