libro de familia. ensayo histórico biográfico de don leandro quesada hidalgo

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LIBRO DE FAMILIA Ensayo Histórico - Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo Lic. Carlos A. Abarca Vásquez

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Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo. Autor: Lic Carlos A Abarca Vásquez.

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Page 1: Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo

LIBRO DE FAMILIA

Ensayo Histórico - Biográfico

de

don Leandro Quesada Hidalgo

Lic. Carlos A. Abarca Vásquez

Page 2: Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo

Don Lea dro uesada Ridal

Page 3: Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo

INDICE

PAGINA

Dedicatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Capítulo Primero: Herencia de Colonizadores A. La exploración de San Carlos antes de 1884 . . .. 17

B. El asentamiento de la familia Quesada-Quesada en la segunda fase de colonizadon (1884-1911) .. 19

1. Exploración y conquista. . . . . . . . . . . . . . .. 19

2. Asentamiento y colonización ... ......... 29

Capítulo Segundo: Hacia la formación de la hacienda famil iar

A. Algunos rasgos de la vida en Ciudad Quesada .... . ]S

B. La vida en Venecia hasta 1922 . ...... . .. . .... 41

Capítulo Tercero: Los orígenes del patrimonio de la Familia Quesada-Arroyo.

A. Herencia familiar y formación del patrimonio .... 54

B. Cuarenta años de experiencia en ganadería . . . ... 70

Conclusiones . .... . . ... . . .. ..... .... . . . . ... ...... . 80

Anecdotario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 84

Bibliograffa .. ................ ........ . . .......... 94

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DEDICATORIA

Al hombre que con amor y tenacidad labró la tierra, y esta le devolvió con creces su cariño.

Al padre que con el ejemplo limpio y dignificante crio a sus hijos.

Al esposo fiel, respetuoso y conciente de su misión.

A ese hombre -a nuestro padre- , el inmenso y sincero amor de tus hijos.

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INTRODUCCION

El género biográfico en la produ Clon historiográfica osta­rricense ocupa un lugar ecundario_ Un de los motivos de eUo radica en las exigencia teórico- metodológiC'.J.s moder­nas, que ponen énfasi en 1 s studios de totalidades unita­rias, analizables al nivel de las e truCluras, la coyuntura y el acontecimiento histórico. N ob tant ,e a p i -i6n debe r -visarse, tomando en cuenta el sca () desarroU d· nut tr-d historiografía y la importan ia que las hislorias de ida h n v nido adquiriendo para la i n ia ocial, p lr anwlloma ia la hi toria. Con cienl' de esto, m he prupu ' "to aburdar esla 1 máli a a raíz de un interé n tamen le privado; el de la familia Quc:sa­da- troyo, preocupada por re Tatar la lf'.lyecloria y heren­cia hi tóri a d · 'u Figura pal 'rna: dun l"i1ndro QUl', ada lIi­dalgo . La tarea no ha ido fá iL t\ 'ontinudci '111 "C' ofrecen las lín as rnctod l' gi a Kl'ncrL¡)c ' qu ' ori nlMon ,1 lrab<~o ,

concibe '11 primer 1 ~rminú quc.' el indivi uo cumple una función en la historia , in mbargo, su acnla i ' n 'n l li '01-

po y el e pacio como persona no e cxpli ¡¡blc úni amenL' a la luz d u tualid .. d' I "irlude y limila ium: qu lu capaci­t n como sujeto de la hitoria, u actua i<'ln c' fundamenl 1-mente omo er so ial, OITIO er n relación cm otrc 'n una dinámi a interrcla ionada actividad de onjunto, En cgundo lugar, la actividad social del individuo se maní­fíe ta ant t do en l trabajo con una espe ífi a p si ión en la estructura de la sociedad: c mo pmpi 'lJ.rio de m dios de producción, como trabajad lr or cu nta propia, com em­plead o a alariado, como prof ¡onal etc. egún una u otra po ición de da e ; el individuo ve ondi ionada su actividad hi t6rica . E te a pe to por su parte tiene una cxpli ación también en la historia, conjuntamente con los cambios ex­perimentad a es nivel. El individuo queda así formando parte de una conCTt:ta da e s cial, a trav' s de la práctica pcr-onal, que e en e encía s cial.

En buen grado la familia, unidad mbri naria de la s ciedad, reproduce la posición social individual. La herencia transmi­te no solo Jos fundamentos de la futura ubicación del indivi-

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duo en la estructura social sino también los valores sociales y el perfil cultural del individuo, amén de los rasgos biológi· co- genéticos. Dc ahí la referencia explícita en este ensayo a Las caracterí ticas socioeconómicas de los antepasados inme· diatos defbiografiado. En tercer ténnino, entran en juego La aptitud ,la actitudes y la práctica única e indivi ible de la per onaJidad . ¿Podemos d spojar al er individual de su ra go que lo diferencian, n 610 de atTo seTes \' ivo no humanos, sino de lo mi mo d

su propia especie? E\'identcm 'nte no. Las condiciones individuale tienen su origen biológico- natu­rdl , p ro se desarrollan hi tóricamenlc, produciendo r ulta· dos distinto en la actuaci 'n histórica de una u otra p r 0 -

na. En el pr' cnl en ay, t ra g un minimizado co­mo tal ; se anteponcn lo factores familiares () ial 's como mar o expli 'ativ( dc La aCli\'idad indi\'idual. No bstantc, se resalla 'n el últiJU apartado el mérito históri 'u individual en ·1 proc 'so d d 'finición del biognriadu en la ' tru tura de da cs. En e le 'n tidu se con Ju e qu " la búsqu 'da per onal de una' p' ¡fica po i ión cn la e Lru lUId () ial, mu ha \' . ' C on sa ifi 'ios, di iplina, e píritu ahl nali\u, vi , ión y

cn:ati\ idad n l trabaju, imprime un mm imi nlO ('n .. aria dire iune y ' un re ultado difcrent ' , En el cas quc nos (l( U pa el' re u Ilado ha sid) indudableml'nle progre i..,o y

.L, end 'nte en lümino d· mcn ilidad su ial. Qu 'da finulm('nLe p 'ndicnlc Id de rip i' n ' 'xpli a ión hi -lúri a d· la pani utar CII mO\i ión d -1 indiúduo. La forma· ci ')11 de una conciencia so iaJ y uni\'crs .. t1 . Lo dato empíri. co!. re ()piladCJs-<J~unu 'xplícilus en '1 'nsayo- son in ufi· i 'J1tc ' para aeal' cundu ion ' en el' caso . N obstante,

tal \ i ibn e conslru re indudablemente a partir del análi is hi lóri () d ,1 individuo n lo nivel propuc to ; c\'oluciona

011 su propia aUlonomía y con influencia del resto de la so· iedad; pero sin de vincular e de la posición del individuo en

un d 't 'rminado grupo o la e cíal, que reproduce los alores de las das" del paí .

Desde el punt de vista té ni o, la fuentes para este ensayo han sido predominantemente orales. Se aplicaron entrevi tas abiertas en cierta mancra e pontáncas a nce personas liga.

Gerardo
Typewritten Text
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das cürecta o indir ctamente a la familia Qu sada-Arroyo. Como fuentes primaria se hizo análi j Y crítica d cumcntal de dos manuscritos, que contienen datos y hechos sel cciona­dos con criterio de r le anda en torno al urgimicnto del po­blad de Venecia de San Carl . S n I s único intenlos de hi toriar la evolución de este di trito . El trabajo final e presenta c n la siguient structura. Un primer ap{tul d ~dicado a la e . plora ión, oloniL.3 ión y de· sarrollo del cantón de an Carla. '" re alta en '1 , el pap ,1 de lo ance 1ro de d n L 'andro Qucsi.lda , fundadore de esa p -blación.

n cgund apí~ulu da cuenta de lo orí renes del di trito d' V 'necia. S' p n ¿n [así . en la "ida y heren ia dd padr ' d don Lcandro. Conjuntamente . r"' atan trallí iune . • lporl' y furma d vida n u iedad qu . enmat ú 1(1 infan ia de la g "­ncraci<'ln d don MRnu ·1 Que, ad .. Que. ada. El ler r capítul~ e lá de linad!) {nI 'gnUlll' n!c al hu '.H Que. ada- Arroyo. divide 'n du "aparlado: el pru 'l'SO d . fur-

ma ión del palrimoniu f.lflliJiar . la experiencia hi~l 'ri'u dd bio¡.(mfiado como produ lur y com r iant' d ganado l'CJ­

mo padr de familia. LUl'f;~1) de las -on lu ion ·s, . l· un 'xan varios do umcntos y algunas an "(dola p "1 onale .

El aulor. ume la r pon abilidad profe iunal por" (l' ens.l) u conciente de las limita i ne ' d· fuento ,tiempo y de aní l r tcórico- mctodológi o, Dejo onstan ¡a de rralitud y a~rdd '­cimiento a muchas persona que colaborarun n La invl.· tiga-.. Clono A la profesora Flory Qu sada d R ja por su cnLu ia mo n una labor puco usual, ostosa y de gri.lfl valor en la proclu -ción historiográfica nacional. Sin su ayuda, tenacidad, admi· ración y amor rilial expr ado a lo largo d I trabaj ,esta la· bor habría resultado imposible. Hizo ademáS'importantes ob· servaciones de forma y cont nido que fu r n in orporadas .

Al Profesor Félix Angel H rnández Oband , hi toriador y hábil dibujante, responsable de los mapas y del gráfico d· descendencia. Al bachiller en sociología Domingo Abarca Vásquez, por su auxilio en la búsqueda, ela ificación de

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fuentes y ap yo en las en trev i la. Finalmente a las seño­ritas qu tuvieron a su cargo lo trabajos de taquigrafía y mecanograf í 3.

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CAP ITULO PRIMERO

HERENCIA DE CO LONIZADORES.

A.- LA EXPLORACION DE SAN CARLOS ANTES DE 1884.

Hace un siglo se inició la egunda fa e de colonización d un extenso y rico territorio costarricense situado al norte del VaDe Central. Tres décadas atrás, hacia 1850, la región de San Carlos, difusamente aparecía integrada al territorio na­cional. No solo estaba pendiente el arreglo de límites con Nicaragua, sino que lo más importante, la r gi' n era "tierra incógnita" de riqueza loso pecha le por su variedad yabun­dancia en r cursos, pero extraña al dominio humanizantc del trabajador naciona l.

En sus 3.340 km. (1) e guar cían ai lado entre . í, uno 800 indíg nas de las tribu voto y guatuso • per eguido . todavía fine de siglo, por lo cazadores de m. no de obra nicaragtien es que Jo requer ían para la explotación hulera que demandaba d mercado mund ial (~). ulturalmente, e ta población aborigen estuvo muy innuida por tnias me. oame­ricanas q ue e asentaron má al norle. aprov chando la po ¡­ción estra tégica de la fo a de Managua. n el ' itio arqueológico de La Fortuna de San Carlos e hallaron uten ' iJj de orig n Maya, manufacturados en la zona del P tén hacia el afio 435 D . . Igualmente hay indido de calzadas y del u o de puentes de tronco o be jucos para ruzar lo río ereeid en diree-

(1) El dato de extensión territoria'¡ de San Carlos ha sufrido variaciones por los procesos de segr gación al crearse nuevos cantones. Este es el dato oficial de acuerdo con la división territorial y administrativa del pal en 1978. Represen ta el 33 o/ del territorio de la región norte.

fr. Molina nzález, Rolando. El proceso hislóriClr estructural de la colonización agr¡'cola de San Carlos. Te j UCR San José 1978 p. 40 .

(2) Quesada Hidalgo, Fenelón Monografía de San Carlos. S.P.L ; Alajuela 1958. P. 3.

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ción al occidente de Nicaragua y el noroeste de .R. (3). Entre 1850 y 1883 la región de San Carlos vivió un déb il

proceso de exploración , est imulado por la propia iniciat i de los gobiernos del pai . Aún antes de esos aftos, ]a búsqueda de rutas para la comer ialización externa de los pocos ult ivo exportables, obre todo del afé atrajo muchos esfuerzos ha­cia la región, con el objeto de conectar el Valle Central con las rutas flu viale de l Sarapiquí- San JI1 n ya t ravé. de ellos con las vías marít ima del ribe. Los logro más visibles fueron la apertura de un rústico amin hacia San Carlos entre 185 1-1 852 y la divulgación un tanto propagandística, obr la f racidad d la región, qu avivarían el interés nacio­

nal por la olonización de la zona . En la egunda mitad del iglo XIX, do factores, uno de

naturaleza polít i 'o- militar y otro de carácter económico, actuaron como est ímulo para nuevas incursi nes explora­torias. Como nc esidad y aJ mj mo tiempo como conse­cu ncia de la guerra antiimperialista de marzo de l856- mayo de l 57, t; prod ujo una primera oleada de denun ios de tierra p r part ' de na ionaJe. ~ to cumplieron la doble tarea de expl ración, a entam iento y colonización por un lado, y la de defender la oberan ia nacional, amenazada por la intervención norteamericana en uelo patrio. La mi ma gu rra nacional , actuó como ocasión para el inicio de la d Iib raciones en torno al límite nort de o la Rica. I otro factor, ecundario en e ta primera fa e, tá a ociado a la inmigraciones L1 e europeo atraídos por los proyectos de colo­nización agrícola del Estado . En e ta fase ingresaron alema­nes, franceses e ingleses ; sto úJtimos fundaron las colonia. de San Carlos y Miravalles.

La colonjzación de San arlo en esta primera fa e es significativa. Se denu nci ron 23.574 Has. de tierra que corres­ponden al 7.050 10 del territorio regional, que quedaron en pro piedad privada de 37 per ona , entre ellas 15 extranjeros. El total de denuncios fue de 47, con una extensión promedio de 561 Has. por denuncio. El v-alor de la tierra era de I.l O

(3) Ferrero. Luis Costa Rica precolombinq. Editorial Costa Rica. San José . 1977 pp. 135-142.

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pesos la Ha. hasta '1862, afto en que se duplicó y mantuvo el mismo precio hasta 1883. El 900 /0 de los denuncios e ubicó en la zona noroccidental comprendida entre Florencia y Te­rrÓn Colorado, siguiendo la ruta del Camino a San los: Los Bajos El Peje, Muelle, El Tallque Arenal. (4).

Desde el punto de vista ocial, el carácter individual y disperso de la colonización fue originando débile formas de organización tipo hacienda; dedicada obre todo aJ cultivo del cacao, la explotación hulera y la ganadería . Sin embargo gran parte de los denunciante actuaron como propiet31ios au entista. 'Von Frantzius e cribía en 1862: "c n exce~ ción de do o tres, han de aparecido las colonia que comen­zaron a formar e en 1850" (5). Oc taJ Inanera que en e te período no se originaron centro. d pohlación o ca eríos que fueran importante por u. actividadc agrícola o comer­daJe . Entre lo ' denunciante colon de e ta primera fase figuTaron Ramón Que.3da Benavid ,Antolín yen epción Quesada, mparentado con la famBia Quesada Hidalgo .

13. L A SENTAMIENTO DE LA AMIUA QU ' SA-DA Q SADA =N LA S CUNDA FAS DE COLO-NIZACIO 1884 1911.

1.-- EXPLORACION y ONQUISTA .

Las preocupaciones del Estado co tarricense por la am­pliación de las actividades productiva y el mejoramiento de las ¡as de comunicación hacia los puertos, en una época de creciente comercio interna i nal, fueron factores que, en el último tercio del jg10 XIX. atrajeron alguna empresas de colonización extranjera a la zona de San Carlos.

En 1888 se fmnó un contrato entre el Estado y el em­presario ferrocarrilero y bananero Mr. Minor' C. Keith para la construcción de una vía ferroviaria hacia San Carlos, cono-

(4) Molina González, Rolando. Op. Cit . p. 99

(5) Sandner, Gerhard Colonización agrícola de Costa Rica. U niversidad de Kiel, Alemania. Tomo 1, San José 1962. p. 102.

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cido como El F errocarril del Norte. Un ai'lo antes, el mismo Keith como apoderado de la ompafHa River Plate Trust Joan Agency, había hecho un denuncio por 80.000 Has. para dedicarse a la explotación minera, al que renunció en 1893 por incumplimiento del co ntrato. En este mismo ano, el Esta­do fir mó un contrato de colonización de los baldíos de San Carlos con el sueco Carl Bergreen, para introducir pobladores suecos o noruegos. Al no siguiente se amplió para inmigran­t ~s eu ropeos o. norteam rieanos. No obstan te sólo llegaron cinco colono . (6).

Por otra parte, para esta época el cultivo del café había ubierto la región occid ntal del Valle entral , provocando ntre otros rec tos un aumento acelerado en el precio de la

tierra. La gran mayoría de lo pequenos campesinos cafeta­leros veían imposibilitados para hacer nuevas adquisiciones d tierra. Al mismo ti mpo el crecimient demográfico y su concentración 'n 1 Valle entral , actuó a favor de un proce­so de fragmentación de la propiedad, que preservó y acentuó el minifundio ca fetalero , pl!IO creó de igual manera condicio· nes para los movimi 'ntos migratorios desde el Valle Central a la regionc pcriF' rica del país.

San Carlos figuraba como un polo d atracción coloni­zadora por su cercanía con la región occidental del aUe

'ntral. A í lo presentaban la informacione de vi ¡tanle y exploradores, tale como del Obispo Thiel qui n entre 1882 y 1885 realizó alrededor de cinco viaje a la zona, impulsado por sus e fuerzo evangelizadore . El mismo Obispo habí:.. estimulado la incursiones exploratorias de Don Ramón , Mer­cede y Baltazar Quesada, a quienes la población aborigen ayudó en la exploración y colonización. A travé del indio Joaquín entraron en contacto on la tribu y ganar n su con­fianza demostrándoles, con trato humanitario, que no eran "nicas-chutos" hacendados que lo per eguía n para venderlo como mano de obra. (7).

Es Estado por su parte no dejaba de motivar empresas

6) Molina G nzález, Rolando. Op . Cit. p. 119 .

(7) Hidalgo Quesada, Jesús "Monografía de San Carlos" . En Revista Municipal de Costa Rica. No.10 San José 1942 pp. 567-568.

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colonizadoras. Se realizaron importantes mejoras en el viejo Camino a San Carlos y se apoyaba, mediante premio y fi­nanciamiento para la apertura de "picadas", a todas aquella personas que e aventuraron a abrir vereda en la selva . En febrero de 1884, el presidente Próspero Fernández promulgó una ley, por medio de la cuaJ todo aquel colono que tuviera en el terreno adjudicado, cultivos y mejoras por el doble del precio en que había sito tasado el denuncio quedaría exone­rado de la deuda contraída originalmente. Otro decreto de ese ailo valoraba por unas cuarta parte de su tasación original todas las t ierras distantes más de 55 Km. de centros de po­blación con má de 3 .000 habitantes. inalmente las condi­ciones d e precio y mercado favorab le al ultivo d l café eran también estímulo para que lo campesino cafetaleros del Va­lle Central bu caron nueva tierras y má baratas, en donde pudiesen sembr~r el pr ciado producto .

. Todos est s factores impulsaron una egunda oleada co­lonizadora d la región de San 'Carlos entre 1884 y 191 l . n e te lapso, un 8._10/0 del t erril orio bald ío pasó al régimen de propiedad privada. Cuarenta y tre particulares hicieron un total de 52 denuncios que abarcaron _ 7.452 .9 Ha .

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DENUNCIOS DE T IERRAS ALEDAÑAS A CIUDAD QUESADA

1884

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El mismo gobierno tonnó una empresa colonizadora que dio origen a la Colonia Agrícola de Aguas Zarcas, por decreto NJ. 31 del 21 de agosto de 1 93. El precio promedio de la Ha.. denunciada se mantuvo por debajo del valor de la ti rra para otras regione J debido a la difícil topografía y las cara -terÍsticas climática y de alubridad. 1 mi mo os ilaba entre $0.66 y $2.00 la Ha.

Al final de la segunda fase colonizadora la di tribución de la tierra entre nacional y extranjero era ligeramente favorable a los primeros quiene po c ÍJn un 57 .60 / d lo baldíos declarado. La mayoría de los denuncio e locali­zaron en dirección ur-e te, con con ¡ciones topográficas y de salubridad ligeramente más b nigna qu la zona de coloni­zación n la fa e anteriOl. ( ).

D todos los denuncl ef ct uado, en esta 'tapa, los t re má importante por el ulterior de arrollo históric qu tu­vieron, fueron los que se practicaron enlre marzo y junio de 1884 a Jo largo de una ango ta-terraza comprendida entre lo ríos Peje y Platanar. con buena con icion~ por u estructura física para el e table imiento d~ centro de colonización. n dirección ur-norte, lo denuncio rueron he ho por JOA­QUII QUESADA RODRIGUEZ, JO E MARIA QU SADA UGALD y BALTAZAR QU -SADA RODR IGU 'Z, con una superficie promedio de 420 Ha . por lote. (9).

(8 ) Malina González, Rolando. Op. Cit. pp. 112-118.

(9) ldem . p. 128.

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(Mapa No. 2)

BALTAZAR QUESADA .

DENUNCIOS DONDE SE UBICA HOY CIUDAD OUESADA

1884

o 1

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la ubicación d-e estos lotes corre pond ia hacia 1935 con las siguientes propiedades: "donde e tá la Hacienda Matamo­ros lote de don JJaqu(n' donde e tá el cuadrante de Ciudad Quesada, lote de don José María: donde e tá la finca de don Leonardo Solís, lote de don Baltazar y donde e tá la fmca de don Florencio Solís, lote de don mercedes" ( 10),

Rescatemos la excursión y el arribo de lo expediciona­rio Que ada a la región de San arlo,

El primer viaje expl ratorio salió el I de marzo de J 884 desde Palmare , Tomaron el camino a San Carla, pa ando por Tapezco, desde donde abrieron una picada en dirección NE, La expedición u pendió por dificultade de m vi­!ización tanto n be tia e m a pit:o ' sra último, dada la avanzada dad de don José Maria ti saJa.

La egunc.la excur ión se ef' ruó el l d mayO. P r la misma ruta del viaje anl ri r, llegar n h'\ la J3u na bl<l . De aUí e enrumbaron al e le ha tu 1 rí R n R n. Al día . i­guiente e internaron de nueyo n la jncxpl rada montaña.

ruzaron el río Peje y abri ron un desmonte en una planicie, bautizaron una quebrada con el n mbre de San Isidr yem­prendieron el regres .

(lO) Quesada Hidalgo, FeneJón, Op. Cit. p. 8,

Page 18: Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo

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(Mapa No. 3).

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~ZA"CCIrO RUTAS DE LAS EXPEDI IONES DE LA

FAMILIA QUES DA

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Page 19: Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo

En el mismo mes hicieron los trámites para denunciar los terrenos explorados. Las gacetas del 22 de mayo y 17 de junio de 1884 publican los denuncios a nombre de Baltazar Quesada Rodríguez y José María Quesada Ugalde; la del 17 de junio las de JOAQUIN QUESADA RODRIGUEZ y Merce­des Quesada:

eDICTO De LOS DeNUNCIOS De

JOAQUlN QueSADA R.

MERceDES QueSADA Q.

ANGEL ANSELMO CASTRO, Juez de Ha­cienda Nacional.

Hace ~ber que el Señor Joaquín Quesada y Rodríguez, vecino de San Ramón, se ha presentado ante el Juzgado de su cargo d nunciando un te­rreno baldío, con tan te de s i cienta manzanas si­tuado en la aldea de San arios, distrito cuarto, antón tercero de la provincia de Alajuela, hoy dis­

trito del nuevo cantón del Naranjo; y lindante: al Norte, con terreno baldív: al Sur, con ídem de­nunciado por Jo é Maria Quesada : al Este, do Pez n medio, con terreno baldío; y al Oeste, fío Pla­

tanar en medio, también con terreno baldío. y publit:a el anterior denuncio para que todos

I . que tuvier n al'una opa íción que hacer se pre­senten, dentro del término de treinta días que, al

fecto les señala, a formalizarla en e ta oficina. Dado en la ciudad de San José, á las doce y

cuarto del día diez de junio de mil ochocientos ochenta y cuatro.

Juzgado de Hacienda de la República. A.A. CASTRO.

Ricardo Pacheco. Srio.

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ANGEL ANSELMO CASTRO, Juez de Hacienda Nacional

Hace saber que ante el Juzgado de su cargo se ha presentado el Sel'lor Mercedes Qu ada y Qu -sada denunciando un terreno baldí.." situado en las llanuras de San Carlos, jurisdicción de la villa del Naranjo de Grecia constante de seiscienta man­zanas; y lindante: al Norte, E te y Oeste, con le­rrenos baldíos; y al Sur, con terrenos denunciado por Don José María y Baltasar Que ada, río del Platanar en medio.

y publica este denuncio para que 1 qUl: lU-

vieran alguna opo ¡ción que hacer, e pre enlen á I

formalizarla en e ta oficina, Jentro d I t rmino de treinta días que, al efecto, le ·ei'laJa.

Dado en la ciudad de San JOS!! , á la d ce del día diez de junio de mil -ochod nto ochenta y cuatro.

J Llzgado de Hacienda de la R ública ,

A.A. A TRO. Ri ardo Pach o.

Srio.

GACETA 17- 6- 1 84.

En el mes de junio de 1884 se organizó un tercer viaje, esta vez con fmes de desmonte construcción de ranchos e intr9ducción de semillas y granos. Se trataba de preparar la condicione para el asentamiento definitivo de la familia Que­sada. El tercer viaje se hizo en dos grupos entre lo cuale figuraban viajeros que iban en calidad de peones. El segundo grupo integrado por Joaquín Quesada R .• su hijo Teóf¡]o y los peones Nicanor Salazar y Anselmo Zumbado salió a fma­les de junio. Llegaron a Buena Vi ta continuaron el viaje en bestia hasta Ron Ron y de ahí, a pie llegaron al d nuncio de don Joaquín. Construyeron un rancho e iniciaron el des­monte. Sus provisiones: una "guápil" para cacería, zurrone

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con trastos y medicinas, herramientas, semillas y algunos ali­mentos. (11). De camino bautizaron una quebrada con el nombr de San Pedro.

E tos tre denuncio dieron origen a un poblado con~ cido con el nombre de LA UNJO ,toponimio que refleja la unidad de propó itas y la acción mancomunada que acom­pcrnó la fase exploratoria y de a entamiento de la familia Quesada, en lo que po teriormente hacia 1911 , sería la ViUa de lo Quesada, cabecera del Cantón de San Carlos, segregado del territorio dél cantón de Naranjo.

Do afio despué del denuncio original, aquella virgen e indómita montafia fue cediendo ante el singular combate que o teni .. , con unos hombre di puestos a no dejar e vencer

por la ha tjJidad de lo río, la densa lluvias y no poca e pecie peligrosa de la fauna. Desde las incur ione de la primera mitad del iglo XIX, la abul1dancia de río y que­brada deslumbraban por u doble ignificado en la conquista de la región: como recurso b~néric para el cultivo, pero también como factor adv r para la comunicacione. La fiebre y otra gama d cnfeml dadé , 10 impenetrable de la zona , la humedad y densidad de los bo que, el ai lamiento de la región, habían sido argumenl ' de lo col nizadore eUT pea · para d sistir de 1m pr y 'cl d conqui tao No ob -lanté todos e lO obstáculo" fueron vencido ' por e te grupo de colonos que pu ier ni s cimicnt ' de la fundación d San

arlo.

A t rAM I l:. TO y Ol NIZA I N

En el añ de I RS e Olmpliar n 1 de mames de don Joaquín Qu~sada R. a cola de ganarle espa io a la montaña .. e (rabajaba intensamenlt: en la... ual ro finca. donde e o ia el golpe del hacha y el lumbo de los árbole corpulentos al ad' (12). I mism aft e amplió la "pi ada" ntr Buena

Vi la y La Un ión, e tablcciéndose el primer camino d enlace

(I 1) Jdem .

(12) Jdem.

Page 22: Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo

entre ambos caseríos. Para ello hubo de construirse los pri­meros puentes sobre los ríos Peje y Ron Ron.

Ya para 1886 según describe Gabriela Quesada Quesada "estaba hecho el puente obre el Río La Vieja' había zacate, verduras, vacas . .. una paja de agua una hermosa cnayotera y un buen rancho . . . Ya no había hambre". (13 . Efectiva-mente desde Palmares, Grecia o los Bajos de San Carlos, (Flo­rencia) , se fueron introduciendo semillas de yuca, cana ba­nano y café, acarreados al hombro o a caballo "porqu en carreta era casi impo ible".

La introducción de semillas de producto exportable - café y banano- refleja la confianza y el conocimiento de lo pobladores en la rentabilidad de este tipo de cultivos. Oriundo del Valle Central, habían vivido la época de conso­lidación yaug de \a hacienda cafetalera con su mercados e ta­bIes y bueno precio. Ya hacia I g80 don Ramón Que ada Benavides hab ia eultivado café e in talado un beneficio on u secadora en la zona de Lo Baj~ 14).

No obstante, la crisis cafetalera de 1 97- 1907 unida a 13. di ferencia de relieve, régimen de lluvia y suelo re peCIO al Vall entral daban a la región de San Tlo condici n nal ural s no muy propicias para e te cultivo. re tándole el apoyo crediticio de la ca as financiera y de lo banco na­cionale . De igual manera, lo cultivo de banano y cacao ofre­cían p r pectivas favorable para la formación de un patri­momo famillar, por la eguridad en la comercialización exte­fiar y la experiencia de arrollada por la UnHed Fruit Com­pan y en el atlántico sur.

En abril de 1887 hizo u ingreso a La Unión la familia de don Joaqu ín Que ada R.; aunque hasta 1895 alternaban su residencia entre Palmares y La Unión. Luego de la muerte de su esposa, dona María de lo Angeles Quesada Ugalde el 22 de abril de 1895, se e tabJecieron definitivamente en el ca edú de La Unión (J 5).

(13) Idem. p. 10.

(14) Idem. p . 3

(15) Idem. p. 14

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Es necesario re catar y poner de relieve el espíritu opti­mista ante las posibilidades de crecimiento económico del lugar, y la capacidad visionaria de don J oaqu in Quesada R. Fruto de su iniciativa fueIon un conjunto de decisiones orien­tada a darle a aquel caserío una configuración pre- urbana, en donde se centralizaran los ervicios básicos que satisfa­cieran necesidades colectivas. Para eUo no e catimó su pro­pios haberes, cediendo con esa finalidad importante área de terreno y disponiendo de su dinero para el inicio de la infra­estructura del naciente poblado.

Por eso ailo había ampliado u propiedad original, me­diante la compra de gran parte de la frnca de don José María Que ada U., la que a u muerte, ocurrida el __ de octubre de 1886, había pasado a su acreedor don Di.ego Treja. La com­pra hizo por la suma de r 10.000.00. Como puede ver e en el mapa ambos denuncio comprendían la mayor parte del tcrrít rio de La Unión.

S guidam nle "emp z6 a abrir calles y a cuadrar man­zana . Regaló el val r de la caIJe. d la manzana del cemen­terio, de la iglc ia y de la árccl; de un 'alar para la e cuela y Olr para la casa cura\. Ellrabaj de la erca, call ,paja de agua, po tes y madera para hacer un oratorio lo mi mo que la compra d alambre, zinc y otr mat rjale. de con­trucción. fue c teí.ldo por don Joaquín y c n la c laboración de u hijo. " (16).

El 3 de ag lO de 1895. el ral rio, lJU ya ntaba c n aliar, ornaml!nt ,camp:ma y una imagen d an [eban. fungi - como cenlr rt:ligio, d noe ofíeió el 3cerdote Sa­lomón Val nciano en una ceremonia de carácter inaugural.

De igual manera u preocupación por la educación de "muchos muchachos en edad e colar" la llevó 3 pre tar su propia casa como centro ducativo, ha ta la construcción de la primera escuela del lugar en 1903, "ubicada donde se en­cuentra la casa cural".

En la última década del siglo XIX, la aldea de San Carlos concentraba una población ligeramente superior a los 300 habitantes . El crecimiento natural de la misma fue bastante lento en el período 1880-1900 sobre todo por el alto índice

(16) Idem.

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de mortalidad infantil a causa de las fiebres palúdicas, gas­troenteritis y enfermedades infecto-contagiosas.

lA mayoría de los colonos eran, o parientes entre sí o amigos, provenientes de las zonas vecinas del valle central occidental. Se conservó el carácter de colonización famBiar, en donde las haciendas fueron el núcleo formativo de la principales poblaciones. El poblado tipo hacienda con edi­ficios administrativos ca a del propietario y ra,lcho para los peones fue desapareciendo, para dar cabida a agrupaciones de vivienda dispersas, propiedad d p queños y mediano agri­cultores. Algunas fmcas tendían a la especialización en cul­tivos de caña, café, ganado, v rdura o legumbres.

Todavía hacia 1961 el DI. G rhard Sandner observaba que el sistema de voltea no seguía una frontera lineal. "Lo colonos se afincan a la orilla del río o a la par d lo camino primitivos, donde desarrollan y viv n de una economía de autD uficiencia y producen alguno poco xcedcnte para la

enta. Los terrenos de voltea se .cubren de y rba de pué de la quema anual; los terreno quebrad ,despué de do o (re añ de cultivo con granos, quedan in ervible y e a ando­nan" 17).

De esa manera los pobladores de la zona quedan carac­terizados como colonos-pr pietario , d d icad a la pI duc­de sub istencia con débil vínculo mercantile entr í y con lo caseríos o poblados mayore del Valle cntral, a cau­sa de los dificultades de comunicacione . El débil comercio internacional se ori ntó hacia ¡caragua, a través del río San Juan O por via terrestre. Desde 1882, exj tía un esporádico comercio d ganado originalmente d sarrollado entre OtIOS

por don Ramón Quesada Benavjde. ·n su e fuerzo pio­neros, abrieron una picada qu con taba 1 Mu 11 con Los Chiles en la frontera norte, ruta que e conoció como "El Callejón de los Quesada" y "el camino del arreo" . te ca­mino se reabrió en 1925 mediante contrato d J gobierno con don Filemón Quesada C.

En forma paralela se iba dando un proce o de diversi­ficación en las actividades económicas, originando alguna agroindustrias de la madera y la cana así como los primeros

(17) Sandner, Gerhard. Op. Cit. p. 110.

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establedmiento comerciales. En esta empresa agroindu­triaJe y comercial e , don Joaquín Quesada R. supo asumir el riesgo pionero que é ta implicaban. Con eIJo atendía la ne­ce idades de con umo interno d e alguno pr dueto cuyo aba tecimiento de dI:: Grecia, San Ra,nón u otro lugar ,era además de irregular. más ca toso. En 1894 don Joaquín mon­tó un a errad ero que compró a don Santos Chave de San Ramón. I 10 de marzo de 1 9 Fue de ' lfuido p r un incen­dio; pero la tenacidad d u propietario pudo má qu el iniestro: con. truyó un nu o a erradero. P ca despu mun­

ló también un Irapich "que ya ba 'la nt . Falla hacía". (1 ). Entrto! 184 y 1914 urgieron nu vos a' rradl!ro ', tra­

piche , pulpería, taquilla cantina" e pcm.lio d licores, t ienda . y un m rcaLlo público. r dJ<; la<, uíficulwtie de tipo agroinLlu trial y mercantIl pcrlllil i¡:r n el ~ur.!!lInicnl de una incipiente e¡;on mIu capitalhta.

I crecimiénlo cOJ1()mic fu acompañad) de un e -Fuerzo adicional por e<'labkcL'r-lo, Vi.lculu con poblatlo. \'\:­cino . I) sde L Bajo de a n (url(l" (Horencia) e fueron abri 'ntl camino muy rú ti os meuianlc la combinadón ti la inicial iva pa.rticular y el np rl\! L' lata!. [ntrc 18H2 y l >0 hubo 'u crip j'n d 1.: n eni e n ti g bi rno para la <J cr­tura ti\! picada. desd Bajo de <In Ufl hacia la fr nter.! con Nicaragua (1 :!). entp Mu 11 de San afl y los Río Frío y Sabogal (1890), entre I Bajo de San arlo y Ri Frío 1903). Por esl , ' ' a brió otra picada que unía la B ca del Río re mig , n La Unión. ( 19). la picada linier n 10 ' a río,:,u habitant y actívidade eco­nómica, permili 'ndo también el de p1azamiento ti I colo­nos hacia otra zona ti tCfrllorÍO baldío e 010 Agua' Zarca y Venecia.

El 12 de junio de 1904 muri' don J aqu in Quc.ada Rodriguez. El e ludio gen alógico de uno de su nielo, don Fenelón Que ada Hidalgo . no permite acar alguna~ conclu­iones de interé familiar, en torn a la omposición numérica

y por sexo de ' u de endencia directa .

(18) Quesada Hidalgo, F nelÓn. . Cit. p. 13.

(19) Malina Gonzál z, R lando Op. il. p. 146.

Page 26: Libro de Familia. Ensayo Histórico Biográfico de don Leandro Quesada Hidalgo

Del hogar de don Joaquí'l Quesada R. y María de los Allgel s Que ada Ugald na ieron 12 hijo : 10 varones y 2 mujere. En egundas nupcia , contraídas con dona María B za, nacieron 4 hijo: :1 varone y 2 mujeres. La des­cendencia u la primera generación lle don Joaquín, fue de 16 hijos: 1_ varone y cuatro mujere .

Ha la 1935 , úl[imo ai'lo del e tudio de don Fenelón e hab lan on tituido los matrimonios de 13 hijos. que for­

maron la segunda generación compuesta por 82 nietos: 46 varonc y 36 muj res. El número promedio de hijos por ma­trimonio fue de 6.3 hijo. La tercera generación , producto del matrimonio de 14 nietos, se componía de 58 bi nietos: 28 mujeres y 30 varone . Hasta e a fecha, el número promedio de hijo por familia en la generación de lo nietos era de 4._ hüos por hogar. En general e ob erva una tendencia al pre­uominio de var nes dentro de los hijos, y la reducción us­tancial en el número de hijos por matrimonio . (20 .

(20) Quesada Hidalgo, Fenelón Descendencia de Joaqu(1l uesada R . I MarIa llesada U. S.P.I. San Carlos

1935.

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CAPITULO SEGUNDO

HACIA LA FORMACION DE LA HACIENDA FAMILIAR

t\LG N ULS I)A.

RA (,O DL VID \ l· ('1 DAD

De I desL't:ndienlc de IJ prirncrn generJ 'I',n de la fa-milia Ques.ada QUé 'Ida 111 ., irHerl'SLl. para lo!'! propósilO" déll.'.,­tudio, re 'llnr alguno" ra" 'm del hogar Quc.,aui.l Iliualgo

eue IXq" y hasta U mUén' en 1911, r . idi' "n l'l ca crío tk La ni n ti n Manuel Que~thl Que atla, quien ;as' con uoi\a Pacíf,c;J lIiJalg QU!.:\Jua . DurJnte lo.. 16 'JJ1U.

conl ínuus Ué re iu 'ntiJ en I IlIgJI, d 11 1.ll1ud ~ 'U" Ill'r­mano~ e habían comprom tiuo junto ... \u padr' . l' l1 1.1

difi 'íl tan.~a hislÓric .. t d~ !e'·untar I )'i cll1lienlQ\ lid pnbl.,lIo ti " La nión ; en HnJ 11ICh.1 (t,'nal ~ pll 1,ll'nlt' lOIllO la qUl'

acompaña a lollo pr e' o dI.' Cnlm111Ul'lÓn . l.~ n tn:cha unidad I.lll1ihar, dOI1 Manuel OUt: ·,da Om'-

ada upor!' u ¡rahajo e illl -i.1l iva ... para la f rm'H:iiln lid palrimonio familiar en activluade .. pn du "ll\a ,.k caráctcl agrícola, madert.'ro y en g:1I1Jd ría. la muerl de Don J I '1-

quin en 1904. la lamilia Qm' ·add I hdillg denunció IHI!!V",'" tierra bald ia en la zona de Ven 'LI:.!. ·,s pr piédad' dc don J aquín habían iuo fmeci nada por la herencia. y t:I po () de arroll económico UI: an Carlls no ofrecía granucs por­(unidad ' para el m joramicn to UI! la hacienda familiar .

Hucia 190 d n Manuel , e apropió de baldíos denun­ciado en la zona conociua amo Lo C'añ) , hoy Vt!ncda . y junto con 'u h rmano Abd figurar n entre lo prim ro co­lonizadores de e te di lrito. P T e a misma época. llegaron entre airo colonos don Vicente Vill ega .. Rarael y Jo é María Varga" No obstante la ramilia Que "ada Hidalgo r idió du­rante ba ·lante tiempo en la Unión, y no fueino tle pué de la muerte de don Manuel, que su hijo· e a enlar n en lo denuncio de u padre hacia J 9 15, figurando tnmbién e 1110

ntinuadore del proceso colonizador en V necia. La figura de don Manuel Qu sada debe resallar. • en­

tonces, bá icamcnte en cuanto a su r lación con la oloni­zación del actual di trito de Vene ia, sin olvidar su aporle

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indirecto en ese mismo sentido en La Unión. Sus hijo dof'la Leonor Quesada y don Leandro, han

podido recrear la imagen, un tanto borrosa debido a su corta edad por esa época de quien fuera u padre, don Manuel Que­sada. "Mi papá era un hombre muy xpansivo, de a pecto i mpre alegre , pero sin er pe ado. Muy dinámico en el tra­

bajo de su tierra y por el progreso de La Unión ... El cola­boró en los trabajo . para hacer el camino a Florencia ... También era muy entusia ta . Desde que mi abuelo Don loa­qUíol - entró, el10s trabajaron duro . .. iguiendo con el mismo espíritu de progre o". (1) .

De . u relación con lo ' hij afirma don Leandro" 'lera cariño o ... no ensenó un baik' que yo supongo era del ti mpo de lo!> colon izado re e paf'iale ... e ponían en do grupo : ponían una mú ica y todos e h.incaban, luego seguía la mú ka y se v Ivían a parar y eguían bailando y daban la vuelta alrededor d~ la mujer el hombr alr dedor de la mujer. . . En! ncel! cuando terminaba . e. e son, se hincaban y se volvía a empezar ... (la melad ía) la tocaba mi papá con un pito ; entonces le hacía la mú ica y ello bailaban. .. n eso enlrab'ln lo mayore . ... yo no enlraba ln la co lada" .

Como ra 1;(0 fi ico obr~ .. lIi ente eJe u padre, recuerda ademá" d n Leandro "yo lo vi que andaba corno renco . .. y C'lue un vecino, un muchacho qu e le gu taba molestarlo, . e PU() a remeeJarlo . . . él iha por la calk y s pu a remedarlo: rcnqucundo, renqueando . . ... . (_).

Del ho 'ar Quesada IlidaJgo naCII.!ron hijo: cinco va-r neo y 3 mujer's . I Ilos ¡nidaran u vieJa originalmente en La

nión y de pué de \ 9\ 5 en lo Jenunci s Je u padre en Lo Cañ : tnmerso de de muy jóvem:s en l!I prm:eso hi tórico de la fundación de Venecia .

Dc u vida en La nión, mknlra u padre vivió, rene­mo algunas refer ncia dada p r doi'la Leonor y don Lean­dr , que n . ayudan a compr ndcr el ambiente aldeano, pa­triarcal en que vivía en San Cario durante la primera

(1) Quesada Hidalgo. Leonor. Entrevista .

(2) Quesada Hidalgo, Leandro. Entrevi ta o

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década del siglo XX, y que fue el punto de convivencia comunal y social de esta familia.

En la primera década del siglo XX el núcleo social de la Unión se fue expandiendo con la inmigración y el lento cre~ cimiento demográfico. Las actividades productivas, por su parte, iban ganando en extensión, variabilidad y volumen de excedentes . La división del trabajo fue ampliándose hasta re­querir el surgimiento de centros educativos, religiosos y ser­vicios estatales. El surgimiento de estas instituciones se pre­sentaba como nece idad de cohesión de la comunidad , com­partiendo lo valores trddicionaIes de la herencia cultural cos­tarricen e : U apego al culto re Ligio o y el gran interés por la educación.

n 1903 quedó acondicionada la casa para escuela mixta con do aulas, para su administración, y con el objetivo de mantener y acr~centar La formación escolar, fue creada la primera Junta de EdLlcación entre cuyos miembros figuraron tres d~scendiente de don Joaq-uín Quesada . La maestra ofi­cial fu la en rita Isabel Picado Palma, cónyuge de don Nica­nor Quesada Que ada. (3) .

"La e cuela no tenía nombre. Era sumamente pequei'l.a. Eramos dos grupito de 30 o 35 alumnos . .. Se usaba como Libro de texto el ¡la bario un librito ¡>equei'lo en donde ve­nían algunos parráfo ... algunos ver itas y la maestra indi­caba a uno como leer. Ibamos a la escuela de calzos, con la ropa remendada pero limpia, decía la roae tea. No teníamos uniforme. En e e tiempo no se usaba cuaderno: se usaba una pizarra y pegad ita a eUa un mecatit con un trapito para borrar todo lo que se escribía y volver a empezar otra tarea: de manera que, lo que se usaba era un tiznal, una pizarra y un pizarrín. L s met íamo en una bol ita de manta, llamada la chuspa que uno andaba colgada en el hombro. Llegué hasta tercer grado. La maestra era buena y muy carinosa. Recuerdo que cuando uno no le entendía deCÍa ¡Ay mi hijito, venga para explicarle! El que era muy bravo era don Florentino Lobo, ramonense . ..

No pude estudiar más de tercer grado porque tuvimos

(3) Quesada HidaJgo, Fenelón. Op . Cit. p. 16

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que trasladamos a Los Canos por situaciones económicas. En se tjempo San Carlos era demasiado pobre, más pobre que ualquier otro distrito del mismo cantón. En esos tres años

que estudié en la escuela, a mi me fue muy bien. Yo aprend í mucho, tanto que le he hecho preguntas a alguna per onas de quinto afto y no me contestan ... Yo sabía de memoria los cantone de todas las provincias, los acuerdo de la fron­teras ...

En la escuela aprendimos un juego que e llamaba "el cuartel de manos" . on ¡stía n que e colocaban en una fija de 7 a 10 muchachos allá, y otra fila enfrente. Entonce mandaban a uno donde el otto compañero que tenía la ma­nos con la palma hacia arriba; aquel viene y le toca la mano a uno y sale huyendo; pero si en el momento que tocó: uno lo toca, es un reo preso ; este viene para :lcá, entonces lo mandan a uno aJlá - aJ cuartel ha ta qu~ uno dl' lo. d grupo haya logrado ha er prero él lod

También e jugaba "la pulga licia". Con islc en qu . c pone una fila de muchacho en po ición ti cuc lillas con la mano en I 'uelo : viene un brin ando por en ima del que e lá adelanl y e coloca unos pa.o má adelante. I último de la fila. brinca, brinca, brinca. uanuo term inó.!> col ¡}

en la mi ma posición y ale el penúltimo . A í 'C al: rriendo tal vez unas 200 vara : nada má que para hacer l:iercicio.

También aprendí desd los 9 ai'lo ,en la e euda UIHI e-ía, dedicada a Co la Rica, y que dice a i:

A osta Ri a: Ya uivi o en 1 ntananza aqu lIa playa bendita / Ya mi corazón palpita a impul o de la e peranZ3 I

Avanza baj I avanza que Co 1a Rica me e 'pera I qUÍI.'r mirar tu band 'ra flameand alegre en la torre / h bajel ¿por qll~ no corre s1 Costa Rica te e pera? ; mar ventun 'iu que bui' ... · ~ ... tierra , e e te or / donde son minas u oro lo ' monte d> la entrafta I blanco azúcar dan la aií ... ye noble ha la el nero frulo I y ofrecen ri o tributo aun lo p 'fta os ecueto . , y Sl

doblan los cafeto agobiad por el frulo . Uno de mi mejore amig y cOrnptlñeros Ul! e 'e tiempo

fue uon Raúl Hidalgo. ramo familiare muy lejano . Los ervicio religio o en La nión eran at nuid por

el cura de Zarcero que de cuando en liando venía. P r ahí de

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1910 fue nombrad residente el presbítero Moi é Sala que oficiaba n la ca a cural donde ahora está la cuela Juan ha­ves , Don Leandro recrea imágene de la con trucción de la primera igle ia de La Unión,

"Recuerdo haber vi to a mi hermano, jalando tierra para hacer la iglesita; porque el terreno no era muy plano , sino un poquito quebra<.lito. Entonces e tuvieron acarreando tierra de una parte a ot ra , para ir a lo que llaman rellenar. Mi hermano jalaba la tierra en un cuero con una yunta de bueye. : entre peones echaban la tierra al cuero y jalaban la yuntu de bue­yes. Allá no e hacía más que darle vuelta, volcaban el cuero y echaban la tierra, para no e tar cargando y de cargando con la pala, tiraban el montón al suelo. Se jalaban hu -ta un 40 metro de tierra en cada viaje. _n ese 1 icmpo 10'0 cuero eran regalado , no val ia n na <.1 a " .

La con trucción del ccnn r ligio era una tarea e pe­rativa , comunal. 'Generalmente unos vecino ' lomaban la ini-ciativa, e rganizaba una Junl¡¡ de ' nstrucción . C' moti-vaba a la g\: nte a co perar e n la igle ia. D n 'andro re-cuerda que cuando se conlrula la t!rmila de San Ramón e organiz un pr grama radial cn que se rcchlmaha a algunm vecin S u de, idia en la colab raci"n comunal. p r medio de ver y copla. po iblemente dc Lizímaco havarría .

.. Recuer<.lo un verso que decía: La ermita eslá al termi· nar / los trabajo adelantado / do ric s hacendad ~ ue no han querido dar / pero ahora darán. lo do : / el uno hecha la sal-azar / y el Iro guarda una bola eje e.o que llaman ño I pero todavía no falta un hombre I qut! d biene tiene la mar ! por mar 'mpieza 1I nombre I navega en un mar de:.u rte I su capital e muy fuerte / y es el Mar-doqueo de San Juan/.

otro hac n<.lados les decía : Juan Lobo ri a h6n / pr pietario de La Brisa / I e peramo mu.:rto de risa / en e te gran parrandón / aunqu no le de imo D nI.

También a I vecinos dt' Zarcero le invitaba a coo-perar con la ermita, con e ta opla : A lo, vecino Cubillo / Santos el de las papas / que traiga su hija guapas / y ba lan­re "zacatillo" / que traiga a Tito Murillo / Juda , Evencio y DI!O / haciendo todos muy fe / om una caricatura / arrian­do con Angostura / y todo 1 . que no veo/.

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Al principio en La Unión no. había parque. Lo que hoy es el parque, era un potrero de Francisco Acuí'ia, lo recuerdo bien. Había una paja de agua y cuando la MunicipaJidad com­pró quitaron la paja de agua que pasaba por el puro centro, para hacer ahí la plaza.

Había también una pulpería, que antiguamente fue de mi papá, y una cantina de Nicanor Quesada. Se acos­tumbraba mucho la venta al crédito .. . fue por eso que a nosotros nos fue muy mal, porque fiaron mucho y no se recogió la platA, entonces el negocio fracasó. Una vez en la pulpería en donde ntre otras personas recuerdo a Alberto Estrada, dijeron en una conversación: "Miguel - mi her­mano- es un pícaro, pero éste va a ser un tonto ... Esa frase me molesto mucho. Mi costrumbre fue la humildad y la sen­cillez". (4).

El e caso ~oblamiento de La Unión y el carácter de colono-propietario de la mayoría de los habitantes fueron factore que obligaron al u o de la fuerza de trabajo de lo hijo en [as parcela familiare. to ayudaban en las faena de la finca de lo padres, como también en otro trabajos de propiedad familiar cuando lo había, como era el caso de La familia Qu sada - Hidalgo y de olra . Igualmente ocurría que los hijos desde muy temprana edad se de empeñaban como peones en labore de otros parcelero . to trabajos fueron perfilando una divi ión del tra ajo al interior de la misma familia; cada uno de lo hijos varones se abocó con e pecial interé a alguna labor con preferencia obre otras. No obs­tante. el eje de la economía familiar continuó siendo la finca agríc.ola para la sub i tencia y ecundariament ,dado el esca­so m rcado interno, el comercio u otra actividades agroín­dustriaJes. Esto e manifestaría con fuerza en la familia Que-ada - Hidalgo, particularmente a la muerte de don Manuel y

su arribo a Los Caí'ios, como luego se verá.

(4) Quesada Hidalgo, Leandro. Entrevista.

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B. LA VIDA N vr- f:.C1A HASTA I q~2.

Ca donde vivió la ramilia QUCsnU:1 llidalgulll \en ¡a . parece la IltlrilJ Ll'onm Oucliaua

e ha vist qUl!. Ik de l qO . la familia Que ada Hidalgo había adquirid mediante dl!nllnl:\O cincuentll hectárea . lit­

terr no baldío en Lo'> ('anos. d .... tanlc a unu. treinta kil ' m ... -tro de iudad Quesada . (" 1. 'paraba a ambos Jugare un difícil traye to : tran itabll' únicame-ntc a ·abtlllo. a Irav~s de 8 larga hora de pen .,0 recorrid . I aece a Lo m10 ' e hacía por trill s y "pi ada 'abierta 'n la pe Ur.J de la mon­taila . Dantas. le nI.' . SLI ¡no.... l igres y cult!bra daba n c,¡gilo o a ompailamient al caminante. n actitud la má d las vece recelosa y taimada q Ul' pre!>agiaba no poco , pd ¡gro . " u~ ntLl

(5) El Cantón de San Carlos fue creado por decreto No. 17 del 26 de setiembre d 1911. durant la admini -tración púbüCl:I e don Ricardo Jiménez O. La Cabecern del cantón fu' Ciudad Quesada . (Oeer to de Creación d ... San Carlos).

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incur ione haría entre 1906 y 1911 don Manuel Quesada para iniciar el desmonte, voltear, quemar, cercar, embrar y cultivar aquel enUncio que ya hacia 1915 daría albergue definitivo a la familia Quesada- Hidalgo?

DECRETO DE CREACION DEL CANTaN DE SAN CAR LOS

No. 17

l Congreso on titucional de la República de

Ca la Rica

o CRETA:

Art ¡culo 10 - Eríie e en antón la circun --:ripciónde ~. n Cario. del cantón del ar::mjo de la pro incia de Alaiuela.

FI nu va cantón . e llamará de San arlo, y erá I.!I 10 de la mi ma provincia.

Su ab cera erá e l a río de "La Unión' con la dl.!nominación de Villa Quesada.

Arl i ul :2 0 f-ormarán el nuev cantón, lo di lrito iguientc:

10 nión y P rV'IlIr. 1 O ' Baj MlI 11 , ambos con la nueva

dL'llomina ión de l 10r1::1ICla . )0 Buena Vi ta y Ron R n. 4 gua Zarca Tres migo y Kopper. Artículo 30 - Lo lJ'miles del c:Jnt6n de San

arlo erán lo iguiente: p r e l n rlc, el río San Juan n [ da la extensión en que limita con el cant n del aranjo: por el ur, una rranía que rumbo de e t a oe t empi za en el río Toro Ama­rillo y llega al nacimiento del río La Vieja, conti­Illlándo e p r el cur o de é te hasta el paso del camino denominado de Las Lajas: de aquí sigue el camino como limit hasta el pa o de la quebrada tlel"Gilguero" : luego ésta. agua abajO. hasta de-

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sembocar en el río Tapezco, y por último éste, aguas abajo hasta donde se junta con el San Carlos' por el este, el río Toro Amarillo, límite con Grecia, y luego la línea divisoria entre las provincias de Herooi a y A1ajueLa hasta el río San Juan; y por el Oeste los I únites ahora reconocidos por el mismo rumbo aJ cantón del Naranjo con el de San Ramón en la región de San Carlos, según ley de 18 de mayo de 1900 y con el de Grecia en la de Gua­tuso.

AL PODER EJECUTIVO.

Dado en el Salón Se iones del COIlgresO, Pala­cio Nacional San Jo é, a lo veinticinco días del mes d setiembre de milnovecientos once.

zeq ui I utiérrez Diputado Pre ¡dente

Adán Aco la Diputado Primer cretario

Guillermo Mata Diputado Segundo Secretario

Miguel A. Monge Of. Mayor

San Jo é. 26 de etiembre de 1911.

La Nación 31-1 0- 70: 5

"Nos fuimos de La Unión en una situación de penuria económica, cuando todos los hijos estaban muy jóvenes . .. buscando cómo mejorar. Cuando l1egamos, habla UI'.cl finqui­la por acá; otra por allá largo. tal vez a tres cuartos de hora de camino .. . uno que otro vecino", relata dolla Leonor.

Las propiedades de la familia Quesada-Hidalgo en La Unión se restringían a 'unos Lotecitos muy chiqui tos, como

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decir dos manzanas; una manzana por otro lado, un solar más aUá. Cuando llegamos a Los Canos. el ambiente era muy tris­te. Apenas tenía doce casas, distantes una de otra a mil. do mil y hasta tres mil metros. Para trasladarse de la casa nuestra a la otra, hab ía que atravezar montafta, mucha montafta ha­bitada por animales silvestres . . . Papá había dejado una casa de madera. Ellos mismos habían sacado la tabla para cons­truir, con una sierra de mano, tirada por dos hombres . . .

Nosotros llegamos a trabajar apeando montalla y ha­ciendo repastos y potreros; después se cultivó banano y calla para las necesidades de la ca a. Los comestibles había que llevarlos de Ciudad Quesada . . . , A vece se terminaba la hari­na, con la que mi mamá hacía una tortilla que llamaban arepa y entonces: "no hay harina, nay que comer banano ". decía mi mamá.

Traer harina de Ciudad Que da igniticaba caminar i horas a caballo para llegar . . , A veces no había harina . porque la mercadería la metían de de Grecia y Alajuela. éntonces hubo vece que duramo hasta quince día in comer arepas. Con la carne pasaba lo l11i mo. Rara vez se comía carne de res. Se salía a montear y se cogfan tepezcuintl y venados. SóJo e comía carne d monte". (6).

La finca original, ubicada entre lo ríos el Abanico y Cafto Grande fue el núcleo principal del naciente poblado de Lo Callos ha ta 1922. De de u vida en La Unión, los hijos varones se habían incorporado a los trabajos agrícolas, de lechería. a crrio y comercio. actividades que configuraron una división del trabajo famiJiar que si bien no mostraban nít idamente una especialización de tareas entre los hijos de­fmía cierta tendencia a eIJo.

En el caso de la vida de don Leandro, e te dato es muy significativo, y ayuda a comprender su vínculo muy tem­prano con la actividad de la ganadería. Esta fue durante mu­chos arios desarrolJada como una producción de subsistencia. Como tal, las labores de hacer repastos, ordenar, arrear el ganado y las bestias, estaban implícitas dentro de las obli­gaciones laborales de los hijos. Don Leandro ade~s alternó su trabajo en la finca familiar con el de bueyero y arriero

(6) Quesada Hidalgo Leandro . Entrevista.

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ocasional desde que tuvo 9 alias y aún lo hacía recién casado, lo que muestra su interés por lograr una cierta independencia económica alargando la jornada habitual de trabajo. Aunque lógicamente la dedicación posterior de él al engorde de ga­nado, tenía' que ver con la po e ión de recursos personales para de arrollarla, u temprano interés por la ganadería, a excepción de los otros hermanos, lo puso en una predis­po ición "natural" . de "vocación", al decir de dofla Leonor para obre aliry properar como ganadero.

"Como buey ero y arriero trdbajé d p ón y me ganaba 'l/lOO en una jornada d ei a ei . Arrié ganado propiedad de don ¡canor Quesada. an hato de 15 re es. Me acom­paHaba un peón; recu ruo a Salvador ampos. El arriero iba a caball y el peón a pie, para que abriera o cerrara portillo. atajara ré 'e que l' l'carrwban, émpujara las rese m" Icn­ta .. " .

Don L undro ~ la edad de 17 :Jño

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Má~ lurde, hacliJ I q 24. fue hueyéro uur.lnle un ai'! ~uanuo se constru ia el pUl'n I t'., brt' el no Toro Amarillo

"Cuando lenia C0l110 IX ai'! ) • IrabaJI: L·(.n huI.' ero t'n la con true Ión del puente del río roro Amarillo . La o ra e hizo tlurantt: lodo un ai'! bajo la dirección tlt' Alfan 'o P r z, La con tm i ' n erd dI:: cemén[ ,que se lr~¡ja en un barrile de madera grandc'. pe 'Iban ha.,la CinCO quintale .... Todo d trabajo hiLO a pura pala ma7 >. la pala para n: okar y l~J

mazo para quebrar la pictlnl. T (,l 1.1 la p.cntc fUé grati. a trabajar tluront " todo el día ; dc ,>Cl. iJ '1ci.. P nlan U11 grupo de ei peone. a bal ir la mc/(;Ia. lr l~ a qllchnlr plctlra. lr con biJlde él jal¡H la mC7c1a. .. () m~¡" que dahan a la gente era la comilla . !--.n él IwbaJ(l lié I:h Irr'a partidl abiJl1 lUId ClIarénla p\.'one.,. L:I pktlr.lla tral.lndclrio(,lIayaho. lo ml"'­m qlll' la arl.'na . ti 'gnha pl.'rít' dkUl11 en lC un 1I1}!\.'nilW lk ap ·tlldo ('adilla. qukn It'Llhla II1lorll1~., de Iron~o Pér 'l y k daba nueva in lrul:cionc!>. '1: h "',I.."daha \.'11 mi c ...... ,," ~ H).

De la vida familiar l'n Lo ... 'ano . rl'\a fla L101 a l'onor, "era Ullél viua ti c campo . lh.' lr.lbaJo. .. e vez en clIund un haile il _ . Lln d min!-,o y IIn lun ',,> ' lIi ... lln¡HII:J 010 p lrqu\.' )1 domingo n) l: lrahaja . DIt tk ItI~ hllll''>. luJo-. ' 11 0'" lo ... varon a hacer I ~ Ira <Ijo til- la I:a. a. t: 11 el 1111 ti · ir abriendo rcpa lo ... 1:.n la liJrúe a la , .. .,a : en Iu n he charlar o conver . r un rato .. , To máhum !> un jarro de atol de s;J 'ú: (9) rezar el ro ario y dormn. lro día volver a marlanl'ar",

D · vez en cuando un buil~ lo!. d mingu u paleOlr IJ b la de rtabol a í 'oC rompía la rUllna ue una vida pr uo­minanlcmenle dedicada al lrabajo

.. Lo. baile!> e hacían en alguna ca 'a parl il:ular. Venía un eilor que tocaba concertina. S~ "am ' Pró pcru Soborío que

era el que ha ía el tlrvicio de orr o de Ciudad Quesada a Lo Caños. El ervid lo hacía a pie. Cuando le hablábamo~

(8) Quesada Hidalgo, Leandro. Entr vista.

(9) Leonor Quesada describe el atol de sagú en los iguientes términos "El sagú es una yuca pequena; cuando crece se saca, se lava, se raya, se muele, se deja asentar, se le cambia la primera agua y se mezcla con resto haciéndose un ato)"

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que tocara un baile, se Uevaba la concertina al hombro. Le pagábamos a peso la hora y se bailaba tal vez cuatro horas. No había salón, ni tampoco la ca tumbre d la tomad era , ni de refresco. En la casa particular le daban a uno un café . .. todo era regalado. Los ritmos que bailábamo eran la mazurca y el vals" .

La juventud y la adol ccncia del lugar se reunía los domingos a jugar futbol.

"AlIado atrá de la oficina de lelégrafo hici ron una pla­cita en un potrer . . . Comen7.aJTIo a tener un "equipo' : era acar la bola, tirarla y patearla en d ia domi ngo. . . Entre

semana no e r unia gen te para jugar: lodo mundo 'iC dedi­caba al trabajo . . L domingos ' ;¡ 'ábamo la b la p r ahí de la<; 9 de la ma~ana y jugábamos tod el día cuando cra v ra­no. De pué fu habiend má ca 'u en Laño . a I;¡ gCnle le gula ;¡ mó el fulbol y e fue ha i 'mio un equIpo. o Icnúl nombre, era "el equipo de V necia" . aliamo a jugar. a la Un]' n. A Muell • r 'corril.!ndg o<.:ho hora a caballo.

No acompa;'aba alglln ma> Ir . o . aco lumbraba el dcdicatlo. Uno jugaban de calzos. olros <.:on calzatlo, pero no e u aban laco . . . Uno lo: n pantalonela y olro n panta­

lone . Con no otro jugó un mae tr Je Atena • Rafael Gar­cia .. . Yo jugaba L1e parlero .. . era mali imo, 010 enlu­ia m " . (10). Sin embargo, doña Leonor opina ue Leandro

era muy bueno para el fUlbol. igual que Amado Aguil;¡r. Efraín Cordero. Rufino y aIro .

(lO) Quesada Hidalgo, Leandro. Entr vista.

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I T G RANTI: DEL I:Q fP DE 1:. ECJA 1934

I-n lu fotografia aparecen. alguno jugadore entre ello fi· guran : I-ranc.:isco ordero. Marcclino Cordero, Paulino Porras, Erra.n arga , . Rufino y don Le¡¡ndro .

Un pasatiempo adicional de la población de Lo ai'ios era andar en b te" n la finquita de no otro e había hecho una poza; lo mu hacho hicieron un botecito y como aque­llo se había conv rlido en una lagunita , La gente venía lo J om íngos a hacer compra a la pulpería d Fenelón y sacaban el rato para di erlirse andando en bote. iEra muy bonito ver a lo chiquillos remando y chapaleando en la laguna!" (11 ).

(11 Quesada Hidalgo, Leonor. Entrevista .

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Estos pasajes de la vida en Los Canos ilustran claramente el contexto de relaciones de trabajo, entre los miembros de aquella rústica comunidad patriarcal que tenía como eje la finca o la pequefla hacienda. El perfil cultural de la misma estaba limitado al culto, pocos aí'los de enseflanza formal- es­colar; los medios de socialización y de enlace de los vínculos comunales limitado a pocas diver iones y juegos, únicas dis­traccione que rompían el aislamiento y la disper ión de las familia de colonos.

En 1919 la población de Los Cano se componía de 3S S habitantes. Ocho aftas de pués, en 1927 , ascendía a SIl, con un aumento en el período de un 285 %. Comparativamente con iudad Quesada, Los Canos pre entaba en este u otros aspecto una tasa de crecimiento muy inferior . En el mi mo período, el aumento de la pOblación del distrito central fue deun36.So/0,pu~ ennúmerosab luto pasó de I030habj­tan les en 1918 a 1779 en 19 _ 7. El factor bá ico de expli­ca ión de esa diferencia demográfica era sin duda que el pro­e o de colonización había ido más tard ío en Lo Cafios. ( 1- ).

El ca río de Los afio mu tra a partir de 19~O una primera fa e en la tendencia global ha ia la divi Ión dellraba­jo por celore productivo - agriculturd, comercio, ganade­ría. agroindu tria y de los servicio público.

En el aspecto comercial , a en 1919 abrió una p -queña pulpería. pr pi dad de lo h rmano Que ada. La ad­mini lró duranle muchos afio Fenelón, qui n la trabajó di­re lamente ha ta 1960 y luego la tra ladó de Pueblo Viejo al adual centro de Venecia. Este fue el primer centro comercial de Lo~ ai'io. Dos ai'lo de pués hacia 1921, don Serafina Arce instaló una amiceda. e abrieron también la primeras agroindustrias de de la mad ra y de la cana: en 1919 un pequeño a erradero de galpe propiedad de don Jesús Murillo ( abola) . Un trapiche de bu yes de don José María Varga y el 1 5 de octubre de 1924 e in taló el primer trapiche de

(12) Mohna González, Rolando. Op. Cit. p . 223

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agua. propiedad de los sef'lores HidaJgo y Rodríguez. (13). Acerca del funcionamienro técnico de estas agroindus­

trias, don Leandro nos explica: "El aserradero de golpe e ese de sierra, de muileco.

Tiene un muf'leco de hierro que va cogido a la sierra y a pegando a una rueda manejada con agua cuando es de grave­dad. Cuando la rueda da vuelta, el mulleco sube, luego baja y el golpe corta ' una ui'lita de hierro que va montada en una ruedita e la que va empujando para que el pajo vaya adelan­tando . Camina un cuarto de pulgada. ube; cantina un cuarto de pulgada: baja, y la sierra va en la .ni ma dirección . .. La madera que se aserraba era muy poca , por ser muy lento".

.. I trapiche de bucye ·e. dema iado lento . Lo bueyes tiran de un volante que e el que hace girar la maza que mJelen la cafla, girando , girando al ritmo d I pa o de la yun­ta . El trapiche de agua e movido mediante la fuerza del cholTo de agua que hace girar la maza con mayor velocidad. Mientras un trapiche de bueye muel • por ccir una carretada de caña por día. en uno de agua e muelen hasta 10."

La familia Qu ada po eía pcquei'ios aHale y manda­ban a hacer el dulce en el trapiche de José Marí ... Varga . "lu go se puso un trapiche propio. pero era de egunda ma­no . . . era malito pero ah í se molIa la cai'la. la molienda en Venecia apenas satisfa í· el consumo local. Se elaboraban las tapas, ataos, tamuga s de d uJ e corrientes. El precio era desde fl 0.25 el atao que fue el má bajo durante la primera guerra y luego fue subiendo ha ta 0.50. Un buen trapiche de agua dejaba algún capital: pero la demanda del dulce era muy li­mitada . El dulce de Venecia se vendía a Río Cuarto, Colonia Toro Amarillo. Pital y Aguas Zarca . la corta de la cana, a diferencia de la zafra que siempre se hace en verano; se hacía durante todo el tiempo, cada ocho o quince.dú .. s de acuerdo con las nece idades de consumo o del comercio y en poca cantidad . No eran zafras, porque no se pod í .. conservar". (14).

(13) Quesada HidaJgo, Leonor. Monografia de Venecia. Ma­nuscrito .

(I 4) Quesada HidaJgo, Leand ro. Entrevista.

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Paralela a esta lenta diversificación económica de tipo mercantil, la escasa población fue enfrentando una de las necesidades más acuciantes del lugar. Su nombre original has· ta 1922, es un topo nimio muy expresivo del fenómeno natu· ral relevante de su geografía: los ríos. DoHa Leonor nos los cita: "La división con Aguas Zarcas es Los Negritos; después sigue El Caí'io Hidalgo luego el río Abanico , después el Cano Grande, después el Guayabo y luego el río Toro Amarillo, que divide a Venecia de Ríu Cuarto. Todos corren de Sur a

orte faldeando el cerro". (15 . De la mi ma manera el actual nombre de Venecia hace parangón con la ciudad italiana del mismo nombre, edificada sobre 123 islotes del mar Adriático, unidos entre sí mediante 400 puentes.

Esta densidad de ríos era un obstáculo para la comuni· cación de los vecinos con los diver as haciendas y luego con los nuevos pueblos que surgían en u contorno. De ahí que la construcción de puente absorb ía gran parte del trabajo ca. munal en principio, y luego con la ayuda del estado.

En 1913 fue on truido· el puente obre el río año Grande. n 1915 el primer puente colgante del río Toro Ama· rillo, que fue de truldo en do portunidade durante el ano 1919: una vez al pa ar una carreta con madera hundió unos tablone dejando como tragedia la muerte de un joven, hijo de don Alfredo Barrante . L.1 egunda vez al pasar una partida de ganado gordo de don Leovigildo Barrantes. No fue sino ha la el 15 de mayo de 19-4 que quedó con truido el actual puente de e mento donado por el go iemo de don J lllio Acosta. ( 16).

El _3 de abril de 1921 e I vantó el puente obre el do Cai'io Hidalgo y en 1935 el del río Guayabo. La dificultades con esos puentes eran enorme; nuevamente doila Leonor explica: "Casi todos eran de madera . .. puentes de madera eran de diario estan reconstruyéndose. Llegaban las crecidas y e caían' e levantaban y se los volvía a Uevar el río, ya hacer

de nuevo el puente; era de diario estar reconstruyendo puen· tes ¡Ah los puentes! ¡Eran el principal probJema de Vene.

(15) Quesada Hidalgo, Leandro. Entrevista .

(16) Quesada Hidlago, Leonor. Op. Cit. S.p.

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cia' " Las crecida además de destruir los puentes y dejar intran­

sitables los caminos, destruían las pajas de agua. Había que sacar nuevas pajas de agua en otros puntos del cauce del río. Casi todos estos trabajos los hacía la comunidad. el pueblo. Muy raro se pedía al gobierno para e tos ca os".

Por esta mismos aftos surgieron en Venecia las comu­nicaciones de correo y telégrafo . En 1917 quedó instalado el servicio de correos entre los Cai'los y Agua Zarcas. De m­peiló el puesto de administrador don Rafael Aguilar. La co­municación por correo se amplió en 1925 ha la Río uarto. A partir del 20 de marzo de 1923 quedó instalada la oficina telegráfica a cargo del operario Hugo Blanco y de Johel Ugal­de como guardalInea. Hugo Blanco dió el abecedario de Mor­se a doila Leonor Que ada quien aprendió la la clave ya partir del 1 de junio de 1924 de empeM e e delicado cargo público por espacia de 15 aHos.

Hasta 1922 lo ervicios comerciale , ducativo y reli­giosos generaron una escasa actividad comunal en lo que ha -ta e a fecha figuraba como el centro del ca erío : la pequeí'la hacienda de la familia Quesada H.idalgo. ubicada un kilómetro al norte del actual centro de Venecia, en el poblado hoy conocido como Pueblo Viejo. La viviendas parliculares ha­cían las vece de templo y de escuela. n el rancho de Manuel HJdalgo se ofició la primera m' a en 191 _ por el pre bitero Moisés Sajas. También se celebró misa en la casa de doí'la Pacífica Hidalgo. sl sacerdote venía de Ciudad Quesada a intervalos de seis me e o un ai'io para dar misa, bautizar y casar a los vecinos . También fue centro escolar la casa de don Florindo Arce. Ya en octubre de 1917 la comunidad tomó la iniciativa de comenzar a reunir fondos para un oratorio. Esta preocupación, unida a la de la enseí'ianza e oJar dió origen en 1919 al nacimiento de la primera Junta Edificadora.

No obstante, el 10 de setiembre de 1922 el vecindario, reunido en asamblea general, se abocó a la resolución de un problema cardinal en el crecimiento del poblado: darle una configuración "urbana", es decir hacer )05 cuadrantes, pensar en una escuela más cómoda y una ermita; cambiar el nombre del lugar y buscar un terreno de topografía más adecuada para la concentración de todos estos servicios. Fue así como

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en esa asamblea se adoptó el nombre actual del distrito. VE­NECIA y se asignó como protector espiritual común a La Virgen de La Candelaria. El centro de población se fue des­plazando ligeramente hacia el sur. I 26 de febrero de 1928 se celebró la primera fiesta patronal con bendición de la ima­gen de la patrona. Recaudaron r¡.594.05 colones.

Un hecho significativo para esta decisión, además del relieve de Pueblo Viejo debe haberlo sido el asentamiento de nuevos colonos en la tierras de la legua municipal de Naran­jo . Un conjunto de 10.000 Has. Fueron cedida por el gobier­no al municipio , quien la vendía a colonos a bajo precio hasta un máximo de 50 Ha. ' sto de ió haberinOuido en el urgimiento de nuevo parceleros. concentrados en una área

más reducida y mejor vinculado enLre i . te proceso se produjo con antel<Jción al año 19 __ • ya que " por eso tiempo se habia presentado una dificultad de vario vecino que ino­centemente habían hecho trabajo en terr no de la Muni­cipalidad de aranjo. ta ampjió el carril original quedando la mayorí<J d ellos en terreno público, lo qu traía gran de ontento entre lo vecino por reclamárseles propicdade que ignoraban er ajenas. ' 1 19 de octubre de I 2_ el go­bierno acordó dejar a u po eedores con u terrenos. en forma gratuita mediante gc lión de lo diputados Jorge Va­lio. Ramón Araya y arci o Berberena ... Hubo gran alegría en el poblado y la solúción del problema e celebró con un alegre baile" (18).

Correspondió a don Jo é María Vargas la iniciaHva de donar los terrenos para el cuadrante, lotes para la ermita, la escuela y part del cementerio , k. í se fue perfilando 'el pue­blo nuevo" en donde surgieron más negocio de pulperías y cantinas agencia de policía, oficina telegráfica . La escuela comenzó a funcionar con 31 alumnos en 1923. bajo la direc­ción de Francisca Picado de Gamboa.

(18) Idem.

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CAPITULO TERCERO

LOS ORIGENES DEL PATRIMONIO DE LA FAMILIA aUESADA-ARROYO.

HERENCIA FAMILIAR Y FORMACION DEL PATRIMONIO

Hacia 1906 don Manuel Quesada Quesada adquirió en Los Catlos un denuncio de 5 manzanas de terreno, circun­dado por los ríós El Abanico y el Cano Grande. Esta fmca fue el asiento de la familia Quesada y el núcleo del poblado de los Canos hasta 1922. Los lUjos de don Manuel Quesada residie­ron permanentemente en elJa desd e 1915 logrando ampliar la extensión de la propiedad original ha ta una 160 manzana hacia 1925. Una de la nuevas adqui icione de tierra fue la compra d 40 ma,nzanas de los terrenos de la legua municipal de Naranjo por valor de ft 400.00. A partir de esta propiedad y otro terreno adquirido por compra a particulares. urgi­ría el patrimonio particular de cada uno de lo hijo.

I 23 de fe rero de 1904 nace en La Unión don Lean­dro Quesada Hidalgo, el quinto hijo d 1 h gur de don Manuel Quesada y doi'ia Pacffi a Hjdul go: egún c n ta en el archivo de la Parroquia de Zar ero en l Tomo 1, olio 455 , ASÍt!nlo N . 60 de e e ano. Luego de una adole encía dedicada al trabajo, ca o a la datl de _2 atIo • el 24 de abril de 19_6 con la ei'lorira María Arroy Argüdlo. oriunda dé Ciudad Quesa­da . El mi. m don Leandro de ' ribe:: a ( ill noviazgo y matri­momo .

" l matrimonio de nosotros empezó a í: una v z había una fiesta en Venecia. Se hacían una rifas creo que para la con trucción de la escuela. las rifas se hacían debajo de una arboleda . María Arroyo fue con una tía de elJa a pasear a Lo Cai'io . Ahí la conocí. El noviazgo fue muy difícil. Lo que hacíamo era e cribimo . Fui como 4 veces a verla a Ciudad Quesada. Nunca a istimos a fiestas o paseos. Yo iba a Ciudad Quesada, a visitar su ca a. Usaba un peinado con un colocho que llamábamos "el roba corazón' . Ella me lo regaló junto con su foto que yo usaba en el reloj de bol i110 . Un afIo después nos ca amos.

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y un baile sencillos. Nos casó un misionero y los padrinos fueron Jesú Hidalgo y Catalina Quesada. El traje de novios era sencillo; la ropa era muy barata; una bu na tela valía a f/. 3.00 la yarda .. Un saco y pantalón de ca imir valían juntos ft 100.00': Como yo no tenía dinero, mi tío NicanoT Quesada me prestó f. 160.00 con lo que hice el matrimonio. Vinimos de luna de miel a Grecia, que era como ir a Europa ahora . El viaje duró dos días a caballo. Nos hospedamos en la casa de un tío.

Para vivir con mi esposa, mi hermano Fenel6n me pre tó una casa pequei\a, techada con tabla. Se goteaba mucho. A e a primera casa no le hice arreglos porque no era mía Ahí vivimos hasta 1929, cuando ya pude hacer una casa techada con zinc. Un quintal de zinc, que eran cinco planchas valía fI/. 40.00; así que con fI/. 300.00 se techaba una ca a.

No teníamos muebles, ni donde comprarlos. La mesa la hice yo con un cúchillo y uno pedazo de tabla. Unos ban­quito me los hizo un carpintero.- Valían como a re 1.00 cada uno .

diario (1) eran muy barato. I arroz co taba a f/I. 0.30 la libra; el dulce a peta la tapa. on f/I. 5.006 f//. 7.00 e comparaba un bu n diario (2).

-n e a condiciones de encillcz y frugalidad. muy co­mún el'l la mayoría de 10 colono -propietario llellugar. ur­gió una nueva ramilia combinando 1 trabajo de la pequeña parcela heredada, on otra acti ¡dades productiva, que le permitieron hacer frent a la nueva obligaciones como hom­bre de hogar.

"Mi mamá me había dejado una parcela de 20 manza­nas, una vaca una vaquilla y un novilJo . De esa herencia decid í ntregar el n villo en pago del dinero que me habían prestado para ca arme. Trabajaba además ayudándole a algu-

(l) Esta expresión denota el cOTÚunto de alimentos que compra el padre de familia para abastecerse por una semana o más.

(2) Quesada Hidalgo, Leandro. Entrevista.

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na persona, como bueyero y arriero. Hacía contratos de 1ft 20.00 con mi hermano . Con 1ft 20.00 ya se podía com­prar aJguito".

En otro lugar se ha indicado que las ocupaciones en la finca familiar generó una especie de división del trabajo entre los hijos.

"Entre los de la casa reconozco que Leandro era el yun­que. Todos colaboraban pero principalmente Leandro. Era el más intere ado en los trabajos de la agricultura y del ganado .. . Fenelón se dedicaba má a la pulpería. Migllel era el encar­gado de ir a traer los vívere . Lorenzo puso un a erradero .. . le gustaba todo lo de las máquinas" (3).

Este hecho, y el u o que cada quien daba a los exceden­tes económico producidos on lo bi ne familiares, fue uno de los factores que llevaron a la repartici6n d la 160 man­zanas de tierra y demás bienes heredables.

Eramo una familia unida, pero do de mi herman mayores se dedícaron, uno a viajar por uropa y el o(ro le dió por parrandear. ntonce se di pu o dividir la finca porque no otros no estábamo . .. muy de acuerdo en trabajar en esa condkión. Al dividir e, cada uno bu caba trabajar en su pro­pia parcela. Yo me quedé trabajando con mis hermana y después les fui comprando sus pare las a lné a Margarita y a Leonor" .

La combinación del trabajo en la parcela heredada con empleo de unos poco asaJariado en las labore de voltea y chapia para la preparación de los repastos; el trabajo per anal en actividades lecheras o de engorde de ganado, eventualmen­te el trabajo de asalariado como arriero y bueycro fueron el origen de la formación del patrimonio de la familia Quesada­Arroyo. Casi simultáneamente, don Leandro Qu sada d sa­TroJló iniciativas comerciales, que permitían suplir algunas de las necesidades de consumo doméstico propio y de los veci­nos. La elaboración de productos como los quesos, el jabón y los cueros fueron tenue actividades comerciales que facilita­ban las fOJl1}as d subsistencia familiar .

.. Antiguamente se hacía el queso utilizando üna prensa en un molde' yo lo hice a í por mucho aftas. Despué llegué

(3) Quesada Hidalgo Leonor. Entrevista.

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a la conclusión de que el queso J}o hay que prensarlo porque se le saca la grasa. Hay que dejarlo en un traste y que vaya botando solo el suero; así lo que saje es el agua y no la grasa. la grasa le da más gusto y lo madura más fácil. Dice María que ella se sintió muy alegre cuando hizo el primer queso, que vendió a q:0.30 la libra".

"El jabón se hacía del cebo de res. Yo traía de Ciudad Quesada estaftones de siete quintales de soda caústica. Luego le agregaba la goma pez que es la que le da el color amarillen­to. Se suaviza- y luego e le agrega el cebo, y así se hacía el jabón".

De igual manera se obtenían para consumo doméstico y del vecindario, alguno productos como las candelas, el achio­te, el aceite de higuerilla. Sin embargo esta producción no podría considerarse estrictamente como actividades mercan­tiJes.

El hecho de que la ganadería fuera la principal actividad económica del lugar, generaba sistemas de arriendo que com­plementaban las fu nt s de apropiación de algún excedente dinerario n la incipiente hacienda de la familia Quesada Arro­yo.

Uno de e tos i temas e el con cido como el 'trabajo a media 'en la cría de ganado. Don Leandro se inició en e ta labor mediante convenjo con uon T ófilo Arroyo, su tío po­lítico .

.. I tenía una finca en Pital y como no tenía quien e La viera, nlonce me propu o trabajarla a media. I me daba el dinero para la compra de ganado, para asistir la finca, y yo me encargaba de la compra de la cria y de la venta. La mitad le quedaba a él y la otra mitad a mi. En esa fomla tal vez en un año, me quedaban a m( hasta f/I. 2.000 ó q¡, 3.000 con los cuales compraba 20 novillos y contrataba trabajadores para atender la finca . Se pagaban salarios de f,1.00 y f, 1.25 y con dos peones se asistía una fmca de 40 manzanas".

El istema anterior era sin duda alguna importante, no solo en la apropiación y acumulación de algún excedente dinerario, sino también en el conocimiento del comercio y engorde de ganado; actividad en la que indudablemente so­bresaldría con el tiempo don Leandro Quesada.

El inicio de la actividad ganadera le permitió a la familia

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Quesada Anoyo diversificar un poco sus inversiones, esta vez en la actividad comercial del destace de ganado. Entre 1935 - 1940 instaló don Leandro una pequefla carnicería que trabajó n a ociación con don Belisario PéIez. Este había ingresado a Venecia hacia 1928 y se dedicó al trabajo asaJa­riada en la finca de los hermanos Quesada. Posteriormente tra­bajó con don Leandro en chapeas de potrero, corta de cafla, motienda, bagaceo, acomodar el dulce. Luego pusieron en sociedad de hecho, una carnicería; antes de entrar en el ne­gocio de abarrotes. (3).

Don Leandro describe cómo se realizaba el comercio de carne: Yo hacía el de tace. En ese tiempo la carne se v ndía muy barato a colón la cuatro libras. La gente pedía lomo ... ya cuando no hab ia lomo ped ian po tao .. pero 10 ci rto ra que no habían precios por corte de carne. Se vend ia una r por semana".

La carne era 'muy barata porque había mucha carne de monte, los poquito ecino que había no surtíamo con ella".

l d slace d ganado p rmil fa también el comercio d cuero y jabón: "D los cueros e sacaban albarda que e vend ian a q; 7.00. 1 mismo cuero que vendía a _.00, se usaba para secar arroz, frjjole y para dormir . Finalmente, de la carne de cerdo e hacían y vend ían chicharrone y chorizo' .

La "artesanía" de cueros surgió como una iniciativa de don Leandro al ob rvar las dificultade comerciale con los centros de población más grande :

"Yo, en vista de que lo cuero no tenían ninguna de­manda para sacarlos a Grecia entonce lo hacía en albardas que llamaban así a la montura de cuero crudo. De manera que, convirtiendo el cuero en albarda, m ganaba cinco colo­nes por unidad.

En una burra de cuatro patas que tenía unas 25 a 30 pulgadas de largo se armaba la montura. .. I cuero se mojaba hasta que estuviera bien suave, se amarraba a la burra y se

(3') Ptrez Vargas, Belisario. Entrevista.

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pone al sol. Una montura hecha en una talabartería val(a hasta" 1 00.00 Y la gente no podía comprarla. Además, tala­bartería solo había en Ciudad Quesada".

La resel!.a anterior de las actividades productivas de la familia Quesada Arroyo pennite concluir lo siguiente: A partir del matrimonio de don Leandro en 1926 y aproxima­damente hasta t 940, las ocupaciones básicas fueron los tra­bajos preliminares en las tierras heredadas y adquiridas, me> diante el u o del trabajo asalariado personal y de vecinos. Se trataba de " hácer la fmea" con la siembra de algunos pro­ductos de subsistencia como la ganadería de leche, el cultivo de la cai'ia y las primeras experiencias en la ganadería para en­gorde. Esta se hacía mediante la venta directa "en plaza" y durante pocos afios para el comercio de carne destazada. Ambas actividades permitieron impulsar una incipiente eco­nomía mercantil orientada a un reducido mercado interno, que dada la esea es de dinero. pudo impulsar una débil acu­mulación de capital familiar.

En segundo lugar el inicio en la ganadería de engorde mediante el si tema de "la a media ", permitió el onoci­miento del mercado ganadero , el aprovechamiento de la carne en el comercio al por menor y la formación de un hato de ganado. Don Belisario Pérez trabajó como arriero de r e tle don Leandro y con id raba que ha ia 1935 ya e colocaban partida de una 15 a 20 re t! " en la "plaza" tle Alajuela. El hecho de que el negocio de la ganadería pa ara por una fa e de incipiente formación facilitó lambién, alguna ganancias importantes, aunque con mucho sacrificio. No ob tante, el comercio nacional de ganado cobrará importancia bre lodo a parlir de la segunda post-guerra y ería una de las princi­pale fuentes de riqueza a partir de entonces.

Intere a resaltar que, en condiciones de una economía general semicapitalista, la familia Quesada Arroyo logró, ya ante de 1940, ampliar considerablemente la propiedad agra­ria, recurriendo al capHal u urario.

"Poco antes de 1939 el sei'lor Florindo Arce Venegas, que había venido de Laguna de Zarcero con algún capital, me alquiló fI. 7.000.00 al 1.1/2 %. Con ese dinero adquirí 115 Has. de terreno baJd fo en Pital. Le compré 50 hectáreas a Marco Tulio Jiménez a 20.00 colones la hectárea, con unas

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5 Has. ya trabajadas. Otras 50 Has . se las compré a Julio Var­gas Quesada, con unas 10 Has. ya trabajadas en fI. 2.000.00. La escritura de estos terrenos me costó fI. 70.00. Las tierras e hicieron repastos y la dediqué al engorde de ganado. Com­praba reses a f:90.00 y un ailo d spués las vendía a 114.00. ganándome f: 24.00 por re viajando d Pital a Alajuela".

"El arreo se hacía hasta AJajuela donde se vendía el ganado. Se seguía la ruta Los Ca!l.os, iudad Quesada. Buena Vista Zarcero, Sirrí. Grl!cia y AI~uela . El viaje duraba cuatro días. No había lugares fijos donde sestear. Uno generalmente paraba ahí en alguna parte. Los potrerajes e hacían en Ciu­dad Quesada, Laguna de Zarcero y en un lugar que llamaban El Paró de Grecia. Se pagaban f;0.15 por cabeza.

La otra ruta de arreo de ganado era Vara Blanca. El primer e teo se hacía en VeJlecia. l)e ahí e pasaba 3 Cari­blanco, luego a San 1 idro de AlajueIa. Uevábamos un pedazo de queso y un bollo de pan. De amino comprábamos agua dulce . Por esa ruta nos ganábamos un d(a de camino: era más corto pero menos poblado' .

Poco tiempo despué entre 1939 y 1945 e produciría la crisis económica que acompafló el cierre de los mercado europeos a con ecuencia de la guerra mundial, la que lo obli­gó a deshacerse de ganado para pod r pagar los intere es.

UA raíz de la crisi económica yo no podía pagar lo ¡ntere es a Florindo Arce, y ademá o upaba plata para pagar a lo peone. Vend í 5 vaca con cría a Paco UgaJde por el precio de e 90.00 cada una y con e e dinero pagué los intere­ses . . . El precio por kilo d ganado había bajado a lo f;'0.23. de manera que una res de 500 kilos valía aproximadamente ft ] 15. Esa fue la crisis más grande que yo he ví to ... Es cierto que todo era muy barato, pero, de dónde -iba a coger uno fI 1O.00? llegaba la gente pobre al que tenía un poquito y te decía: mirá dame arroz, dame dulce, dame café dame algo; y no pedían sueldo, pedían trabajo, con una jornada de hasta las dos de la tarde".

No obstante la familia Quesada- Arroyo logró salir avan­te de los bajos precios de] ganado, sin necesidad de despren­derse de tierras; y en la post-guerra pudieron consolidar sus

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inversiones. Por otra parte dado el carácter semicapitaLista de aquella

economía regional y, en ausencia de una producción vincu­lada al mercado mundial que dinamizara la economía local, la crisis no" afectó en igual grado a los pobladores del lugu, respecto por ejemplo a los del Valle Central cafetalero.

Como rasgo personal de la época de crisis, resalta una actitud austera que se propuso don Leandro, a efectos de ahorrar su dinero, evitando gastos superfluos:

"Como la situación era difícil yo pensé en no fumar, no tomar, ni jugar. Dedicarme únicamente al trabajo. Yo hoy me siento contento de no tener vicios : me tomo dos tragos y no más" (4).

DECRETO EJECUTIVO DE LA CREACION DEL DISTRITO DE VENECIA

"San José, 16 de octubre de 1935. Vi ta la solicitud de vecino de Venecia de

San Cario. para que ean elevados a la categoría de Di trito Admini trativo el mencionado ca erío y al cual fueron oída la Munícipalidade de aquel can­tón y del de Grecia y Naranjo.

Considerando : Qu i bien del Cen o levantado al efecto apa­

rece que el número d habitante de dicho lugar no Uegan a los mil que exige el ¡nei o 2. del artículo 13 d ley No. 56 del 4 d junio de 1909, si está dentro de Jo pre crito por el inciso, etc. etc.

Por I tanto, el Pre idente de la República acuerda:

Elevar a la categoría de Distrito Administra­tivo al ca erío de Venecia bajo el número 5 del Cantón de San Carlos y con los iguiente linderos :

Norte carril de las gracias de la Municipalidad de Naranjo . Sur Cordillera del Congo; Este río To­ro Amarillo y oeste Lo Negrito .

(4) Quesada Hidalgo, Leandro. Entrevista.

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Publíquese J ¡time. El Secretario de Estado en el Despacho de Gobernación. Santos León He­rrera" .

La fase de la formación del patrimonio de la familia Quesada-Arroyo coincide con algunas transformaciones en el poblado de Venecia, a i conocido de de 1922. Las mismas son visibles en un crecimiento de la población la con titución del caserío en Distrito Administrativo, el mejoramiento de la infraestructura de comunicación con lo di tritos vecinos, particulannente por la construcción de puentes, y el inicio del ramal de la carretera interamericana hasta Ciudad Quesa­da. Desde el punto de ista educativo, religioso y comercial, el poblado fue adquiriendo fisonomía propia, que lo impul ó a buscar su autonomía adVlinistrativa.

POBLACION DE VENECIA (1926 1950)

Af':JOS HABITA TES 19::!6 51 I 1935 857 1938 1007 1940 1096 lQ47 1547

Fuentes: Que ada Fenclón y Dire ción Nal. de . tadí ticas y ensos: Anuarios E tad ístico .

El comportamiento demográfico muestra que el número de habitantes se duplicó entrel926 y 1940, proporción bas­tante superior a la del mismo distrito central de Ciudad Qu~ sada cuya población entre 1927 y 1940 pasó de 1779 per­sonas a 2736 (5). Por otra parte, de 1940 a 1947 el creci­miento fue desproporcionado on relación a lo otros aftas d la serie, motivado en parte por la construcción de la carretera interamericana que atrajo nuevos colonos por la existencia, aún, de zonas baldías. Este crecimiento demográfico en v~

(5) Dirección General de Es adística y Censos. Anuarios Estadlsticos.

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necia dio origen a la formación de nuevos poblados como MarseUa y La Unión , en los que entre 1937 y 1941 re pec­tivamente se iniciaron labores escolares de primer njvel.

El fenómeno anterior fue decisivo para que mediante gestión del Agente Principal de Policía don Belannino Gam­boa y la Srta. Leonor Quesada , se elevara Venecia a la cate­goría de Distrito Administrativo, por Decreto Ejecutivo No. 110 del 16 de octubre de 1935.

La resolución gubernamental anterior actuó como fuer­za impulsora para el mejoramiento de los ervicio educativo y religiosos en los que la organización comunal a través de la Juntas Edificadoras desempeñó un papel relevante.

Hacia 1938 Venecia contab"l con una ermita, especie de oratorio que fue el antecedente hacia la con truc ión de una parroquia. Don Leandro pre ¡dió, por e pacio de vario ai'los, la Junta Edificadora que enló la base para la t.:on ' lrucción d e la iglesia:

"La Junta Edificadora empezó a trabajar porque en Ve­necia no había iglesia .. Se hizo primero un gal r' n con lruido de madera y techado con hierro y zinc. Se colo aron la campanas en un par de palo alto. Ahí daba mi a 1 padre. Yo me aparté cuando se emp zaba a con truir la ígl> ia " hacia 1946.

Durante varios aH :l panir de 1938, la 'rmita fue aten­dida por el pre bilero rancisc i1iberto Blanco. Poco a poco fue dotada de los ornamentos rituale y de do her­mo a campanas traídas de Alemania, en vísperas de la se­gunda guerra e inaugurada el 1 _ de marzo de 1940 con el nombre de La Carlota y La andelaria. Ambas costaroñ fI. 10.000.00. A partir de 1946 ini iaron los trabajos para la construcción de la parroquia, y de la casa curaJ en 1949. El Presbftero Napoleón Parrales inició asimismo la actividade de acción social de las Juventudes Obreras Católicas, pro­yectando al lugar la política social de la iglesia católica defi­nida por Monseñor Víctor Sanabria Martínez. (6).

Por su parte, la organización comunal alrededor de una Junta de Educación, de la que también formó parte-rlon Lean­dro Quesada, dio un gran impulso para la con trucción de una

(6) Quesada Hidalgo, Leonor. Monograffa de Venecia. Ma-nuscrito.

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nueva escuela, que quedó en servicio en 1941, bajo la Admi­nistración Calderón Guardia . AJ respecto recuerda don Lean­dro: "Había una escuela de madera, del tiempo de antano, muy ma1i~ únicamente techada con zinc. Ya había aumen­tado la matrícula para niftos y la Junta de Educación se de­cidió a mejorar el centro e colar. El gobierno pagaba los maestros y el pueblo contribuyó mucho en la construcción por medio de tumos ... Plácido Garro fue uno de los com­pañeros de la Junta de Educación".

El crecimiento, que en población y producción agro­pecuaria fue adquiriendo Venecia, se vio estimulado aún más con la apertura de una Junta Rural de Crédito Agrícola, de­pendiente del Banco Nacional de o:;ta Rica. (7): Don Lean­dro fue directivo de esa entidad por espacio de 14 anos, rescatando algunas particularidades de la organización y fun­cionamiento de e ~ institución en Venecia:

"'A mí me nombraron porque siempre buscan a una per­sona que conozca (la situación socioeconómica) a la gente del lugar. Estaba formada por cinco miembros Antonio Vargas de Agua Zar a , Víctor Manuel Camacho de Pital, Marco Tulio Cooper de Río Cuarto yo de Venecia y un del gado (del Banco). La gente pedía créditos para financiar una casita, un uJtivo . .. La persona que iba a olieitar un crédito ponía un

fiador cuando el crédito era de fl 2.000.00; cuando era más grande pedían una hipoteca . Cobraban el 8 /0 de interés anual. Hubo mejoras de casas, nuevas siembras y también la ganadería prosperó mucho."

Sin embargo, llama la atención que don Leandro no uti­lizó las ventajas que le daba ser miembro de esa entidad fi­nanciera, para recurrir al crédito bancario en apoyo de sus inversiones ganaderas. Esa actitud se explica por su austeridad en la administración del patrimonio; su criterio de que es mejor trabajar con los recur os propios y de manera inde-

(7) Las Juntas Rurales de Crédito Agrícola se crearon du-rante el gobierno de don Alfredo González Flores en 1914. A partir de 1938 tuvieron un nuevo auge, el que se continuó en la administración del Dr. Cal­derón Guardia y la primera de don José Figueres Ferrer.

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pendiente, así como por la experiencia de aftas anteriores, en que tuvo que enfrentar la crisis económica de la segunda guerra mundjal con una deuda que lo llevó a deshacerse de parte de su principal y única fuente económica, para poder pagar los intereses. "Desde entonce • yo me propuse no vol­ver a usar ningún crédito para trabajar".

Por otra parte, merece resaltar e que esta Junta Rural de Crédito, de manera indirecta e timulóla iembrasde café por parte de pequei"io agricultore, dándole un nuevo panorama al paisaje agrícola de la zona.

"La Junta del afé, nunca aprobó a los banco el tinan­ciamiento de café en San Carla, sin mbargo un inspector del banco me decía que la gente era muy int ligente porque pe­dían plata para sembrar plátano, yuca o tiquisque y cuJti­vaban café. Así e fueron haciendo cafetal s en Venecia:

Efectivamente a partir de 1950 el cultivo del café en la región paso a ocupar un lugar importante especialmente en Jugare como Santa lara, ano ristobal, El Tanque y Cha­chaua en donde urgieron tinca cafetaleras ha ta mayore de 100 manzanas. o obstante la crisis de precio de 1957 de­se timuJó la producción. En el censo de 1963 aparecen 4250 manzana, en 1.400 fincas ubicadas entre Venecia y Florén­cia. (8).

Un factor adicional en el crecimiento demográfico y económico de Venecia fue, como ya e indicó el inicio de la construcción de la carretera interamericana y del ramal Na· ranjo- San Carlos.

Durante la últimas administraciones de don Clero Gon­záIez V. y de don Ricardo Jiménl"z e había con tru(do el tramo Alajuela Naranjo. Don León Corté continuó el tra­yecto hasta Zarcero y en 1942. durante el gobierno de Cal­d rÓn Guardia, se finnó el contrato con la empresa cons­tructora Rafael Herrera para unir Zarcero con ciudad Que­sada. Esto vincuJó la región con el resto del país Y e timuJó una nueva corriente migratoria que se agota hacia 1968. Mu-

(8) Hall, Carolyn. El café y el desarrollo histórico-geográ/i­co de Costa Rica. Editorial Costa Rica . San José 1976. pp. 124-129.

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hos de los nuevos colonos se de9icaron al cultivo del caf6. (9).

A yartir de 1955, algunas personas del lugar. entre ellas el presbítero Román Arrieta Villalobos, Jaime Coto Acuna y León Víctor Herrera, gestionaron la intervención estatal para la contrucción de la carretera entre Venecia y Ciudad Quesada, lo mismo que inversiones municipales en la construcción de un sistema de cafler{a. Ocno afios después se abrió un dispen­sario del Seguro Social. (10).

Desde el punto de vista genealógico, hacia finales de la década del 40, ya estaba constituido el núcleo familiar del hogar Quesada- Arroyo. La primera generación quedaba com­puesta de once hijos cuatro varones y íete mujeres. En esta rama de la descendencia de la familia Quesada-Arroyo el número de hijos superó a la de su padre que fue de ocho; también varió la composición por sexo, pa ando a predo­minar el número de mujeres .

Entre 19_6 y 1951, la familia Quesada Arroyo residió permanentemente en Venecia. Los hijos mayores crecieron ca i conjuntamente con la omunidad luego de su ubicación en 19 _2 en el itio actual. De de Pueblo Viejo participaban las iniciativas de aquel naciente poblado que pugnaba por no resagarse del progreso matedal y cultural que e impulsaba en el re to de la región . La nueva familia recogía l fruto de vein­te afios de e fuerzo famUiare y de la comunidad, que habían dado I fundamentos ociale, económico • morale y cul­turale del poblado de Venecia. Cual juego de relevo, la tarea histórica de la búsqueda continua de progreso económico y de mejoramiento de las relacione sociales, e trasmitía ahora a las manos de una nueva generación.

Durante la década del 40, la vida rural en general estaba llena de estrecheces y dificultades aun para las familias que tenían recursos aconómicos propios con qué atender sus ne­cesidades básicas. Los servicios de alud cubrían acaso y de manera deficiente e insuficiente a los centros urbanos de la Meseta entra!. En las zonas rurales predominaba el empi-

(9) Molina González, Rolando. Op. Cit. p . 203.

(JO) Corrales Adolfo. Historia de Venecia. Manuscrito .

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rismo, recurriéndose a los mét<>:dos caseros y a las hierbas naturales para el "control" de las enfermedades.

"Cuando iba a nacer el primer hijo, mi sen ora se sintió un poco maL En Venecia no había médicos. La partera no pod(a actuar, se le hacía difícil. Entonces desde Ciudad Que­sada se telegrafió a un sei'lor que hacia de todo y era muy inteligente en medicina. Se llamaba Albert'! Lizano y era el curandero de Zarcero. El vino, mi seftora se mejoró y mi hijo nació bien" . (11).

De manera que la partera, el curandero y la experiencia materna se imponían ante la ausencia de médicos, enfermeras y especialistas. Tiempo después trabajó en Venecia el Lic. Jaime Coto, farmaceútico y "médico del pueb lo". Era quien recetaba y mandaba las medicinas según su buen entender del uso de lo medicamentos.

Para ca os de pequei'ios accidentes de trabajo, o percan­ce de lo njflo ,'los métodos curativos caseros, iban desde el canfín para de jnfectar heridas,- acompañado de café molido para detener el derramamiento de sangre, ha ta la más variada gama de planta ilvc tr s para dolencia y otras enfermeda­de : malva, salvia, hoja de calabaza , ruda hi rbabuena. alta­mi a, romero , etc. La leche materna proveía la alimentación del nil'lo en u fase de lactancia y durante su crecimiento e u aba el caldo de cafla con leche y el al I de sagú.

La vida so ial de adole cente tenía u centro de acti­vidad n lo bail y turno . que <1 su vez nmarcaban la fa e del noviazgo. n el hogar Que aJa Arroyo, lo hijo mayorc <;olian así tir a lo turno. baik y fie ta de cumpl afio y matrimonio. de amigo o familiar . alían de Pueblo Viejo con u traje de fie ta o 1 barro y la pozas qu formaban con la lluvia, obligaba a alguna prevencione como la de quitar e los zapatos nuevos e irse de calzo ; mientra los va­rones se peleaban por llevarle las zapatillas a las damas.

Don Leandro fue complaciente en la satisfacción de es­tas nece idades de socialización de sus hijos, aunque contro­lando per onalmente su conducta social, preocupándose ade­más porque no se abusara de e as diversione . Los bailes se r stringían a aquellas ocasiones en que hubiera buenas or-

(11) Quesada Hidalgo Leandro. Entrevista.

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questas. Acompafiaba a sus hijas a los bailes, y desde la puerta del salón no dejaba de preocuparse por sus modale . Al ser las seis de la tarde e hacía el regre o a casa: él adelante alum­brando el camino con una carbura y las hija atrás con us novios.

~ n esta misma casa fuer 11

Familia Quesada Arroyo. familiares. vecinos y amigos.

criado lod s lo hijos de la Apare n aquí cun otros

n alguna oca iones a aJgún h rmano mayor le corres­pondía acompañar a la mujer a la tie taso cumpli ndo la función de protector y con igualjerarquía que su padre. Esta circunstancia hacía que ello mismos buscaron la oportunidad para llevarlas a baile . Usando como prelexto la ncc sidad de consultar al dentista, las hennartas aprovechaban para ir a lo bailes a Zarcero o a San Pedro de Poá .

Tomando en cuenta el número de mujeres en la com­posición por sexo de la familia la actitud del padre con las hijas en la fase prematrimonial refleja los valores campesinos en las relaciones familiares.

Conocido "el príncipe azúI " el padre partkipaba en la fase del noviazgo . Todas tenian novio. Las visitas a la casa se hacían los domingos de seis a siete de la noche. En la sala, el padre compartía con las parejas conversando con los varone

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temas de agricultura fútbol, ganado. Había noche que los novios no se cruzaban palabra entre sí haciendo nece aria la intervención de doña Maria, la que discretament invitaba al padre a tomar un chocolate para que Jo novios pudieran departir. Su actitud, más que a los celos, re pondían a una búsqueda de comunicación con lo futuro yernos.

Nunca se Je pidió dinero para hac r un r galo a algún novio. Las damas atendían o comprorni os aprovechando (as claras de huevo no utilizada en el pan ca ero que hacía doña María, y elaboraban .. u piras' Que e vend ían en la pulpería de Fcnclón.

A pesar de u aficiÓn por la mú ka, no compartía la erenatas, ni la actitud femenina dI! que u · hija ob. ervaran

tra Ja . cortina a su enamorado: la nbién le e taba prohibido corre ponder con la bi n enlda a la renata que daban u r mántico navío y amigo. ob tante, d jaba qu lo novio y ami lade llegaran a la rcunione y fie ta de rami­lia. Para lo turno e pccialmen) ra muy compla lcnte. e mataba cerdo, hacía picadillo y lo· n ... ¡os · h spedaban en ca a compartknd el cuarto con el hermano mayor.

E o elemcnl úe ducación famíliar y de atención I equilibrio p íco o íal de lo hijo. expresa ademá en la relaciones entre e po o. on dalla María y con lo hijo el padre no fu expre ivo en u. entimiento afectuo o , p ro tampoco tuvo nunca frases o g tos de irre p to hacia u per onas.

Para la familia, el regreso del padre de su trabajo en la plaza de ganado los día marte o miércoles, "era el día más lindo" . Traía mangos, gola ina ,relojes, ropa o zapatos. Para doi'la María el mejor regalo: un corte de una buena tela de color azul, liza o diseHada con grandes rosa , la que se ob e­quiaba con un ligero abrazo.

Normalmente u conducta familiar se caracterizó por estar rodeada de un aire severo poco comunicativo de ges o imponente, riguroso, estricto e intransigente en u deci io­nes, que lograban crear un clima de eriedad en lo modale y conversaciones de familia.

Esa conducta no fue infundida a través del diálogo o la persuación, sino por su forma de ero No era por miedo a que regaHara; sino porque su figura se alzaba como ejemplo de

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esas mismas actitudes que mostraba. Pocas veces hizo alusio­nes personales a 10 que pudieran ser desviaciones de conducta de Jos hijos, especialmente en cuanto a hábitos corno el fu­mado u 10 tragos; sino que recurría a la orientación por medio de referencias a terceras personas, ajenas al hogar.

Con esa fonna de actuar trataba de mantener un equi­librio en las relaciones interpersona]es a través del respeto a los demás, la ausencia de groserías y de autoritarismo y una amplia receptibidad a las necesidades de los hijos.

En síntesis, entre los anos de 1926 a 1951 se dieron las condiciones económicas, sociales, morales y culturales que configuraron el medio histórico del hogar Quesada- Arroyo. Un medio rural sin fenómenos de descomposición social; una vida doméstica y de trabajo con gran integración familiar; unas relaciones armoniosas. solidarias, re petuosas y afec­tuosas, aunque sin mucha expresividad sentimental entre pa­dres e hijo . Don Leandro era in duda alguna la figura central con ra gas patriarcale , preserVando lo valores y tradiciones de us antepa ado . (12).

B. UARENTA MOS DE EXPERIEN lA EN LA GA-NAD RIA..

La actividad de engorde de ganado había nacido para don Leandro en la década del cuarenta, cuando hiciera los prim ros engordes y las primera transacciones en plaza, de la uale obtuvo muy bueno resultado porque "en ese tiempo Jos saJarios eran muy bajo. el ganado fue adquiriendo mejores precios y las tierras eran muy baratas". (13).

La plaza de ganado de Alajuela ya existía por esa época. Dos productores "Alberto lone Marcelino Fernández, pi­dieron permiso a la MunlcipaJidad de Alajuela para que pres­taran La Plaza Iglesias, hoy Plaza Vargas, para traer ahí el ganado para la venta. Así nació la venta de ganado en plaza".

Se trabajaba con ganado criollo sin preocuparse por ti­pos de razas o pastos, según se impulsara la producción para

(12) La infonnación anterior, relativa a pasajes familiares, fue tomada en entrevista colectiva a tres hijas de don 1 p~nrlrn _

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engorde o para leche. "En la plaza de ganado la gente prefería el ganado gordo por la grasa; amo no se producían otras ma­terias primas para hacer eljabón el cebo tenía un alto precio, hasta de f- 4.00 la libra; mientras la carne valía a f- 0.40 la libra" .

El sistema de cuido de ganado era ajustado a las condi­ciones del medio natural:'La naturaleza ayudaba mucho; l ganado sufría menos enfennedades que ahora, no existía el tórzalo, ni la enfermedad del carbón, o la pierna negra porque había muy poco ganado. Empezando a trabajar en Pital; hubo una vez una peste y se me murieron siete novillo . No supi­mos cual fue el origen de ella. Algunos decían que era pierna negra, pero hoy que conozco los intomas de e a enf rmedad, veo que no era eso. Dichosamente la peste pasó. '1 ganado no e vacunaba. o había vet rinario ".

o ob tante, el crecimiento de la ganadería, u impor­tanda en la exportacione del paí , la indu lrializa ión d la producción lechera y de alguna fibras oleaginosas tran~ formaron lo si t ma de trabajo n la ganad ría. La mayoría de esos cambio fueron perceptible hacia la década del 60, momento a partir del cual la ganadería pa ó a ocupar un papel importante en la economía nacional. estimulada por la de­manda del mecado norteamericano.

La producción e indu trialjzación de la palma africana en la zona del Pacífico Sur proveyó ue aceite y grasa que antes suplía el cebo de re. 1 aumento de la exportaciones de carne elevÓ u precio, obHgando a la introducción de nueva razas ricas en carne como el Braharnan. La demanda d leche por la empre a Dos Pinos, impulSÓ la introducción y cría de variedades productoras de leche omo la de raza Holstein. Estos cambios afectaron también la emilla para repastos. según los propósitos de la producción ganadera.

"Lo pa tizales que predominaban hacia la década 40- 60 eran el pasto de Honduras, que despué e le siguiÓ llamando el pasto blanco. Era muy exigente al terreno y no

(13) Esta y las siguientes citas textuales d 1 capítu!0 se hacen de información suministrada por don Leandro Quesada y sus hijos Jorge y Gerardo. En caso con­trario se hace la in icación.

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aceptaba el verano; pero también era el pasto que daba más gordura y con el que se producía más leche. Después desa­parecieron. Se introdujeron otros pastos como el pará, el guJ· nea y el ~~gante."

A su vez el uso de nuevos pastos requirió la aplicación de alguna maquinaria. "El guinea como no se puede quemar. requiere el uso de maquinas- chapulines, a las que se amarra un rol y se ml\Ía el pasto ; de modo que quede tendido y permita el nacimiento del renuevo".

La introducción de nuevas variedade de ganado, la sus­titución de pa os y el cambio en los sistemas de trabajo no fue difícil, pero tampoco fue en principio generalizada; de­bido a las distinta maneras que tienen entre í lo ganaderos para trabajar su finca. Aún entre sus hijo observa don Lean­dro, que e ta formas de trabajo no son uniformes.

.. na vez metí un poco de abono al pasto, en una finca. Le dí a Gemrdo plira que regara en una finca que él adminis­traba en La Fortuna. El también abonó, pero dejó crecer much el pa lo, porque no aceptaba que el gunado se comiera el pa to cuando e tá bajito. Pero para mí, el pasto tiene que e tar bajilo, para que cuando el abono empi za a producir e lo cornil el ganado. ntonc e cuando 1 ganado recupera, al comer la h ja tiernita . . . Pero él dice que no".

Otro de u · hIjo, Jorge, reconoce que entre él y su padre hay p quei'la' divergencia n cuanto a ise ma de tra­bajar con gana o; re altando que su paure tiene raZÓn, por cuanto entre la leoría y la práctica t~ últim' se inlpon como necesidad para confirmar la primera; a la vez que írve para reformuJar la teoría.

Respecto a la mecanización en la producción ganadera. esta no ha sido muy utilizada debido a que el propó ito de ella es el engorde. No acune lo mismo cuando se produce ganado de leche.

"Yo nunca he mecanizado el terreno. Lo que compré fue un tractor de llantas para rolear el pasto cuando está cre­cido y un camión de transporte de ganad'o que tuve en so­ciedad con mi hijo mayor, Mario" .

No obstante, peraciones rutinarias como la cura del tórzalo, los partos y la de castrar, las ha hecho siempre aco­giendo su propia experiencia y aplicando las recomendaciones

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técnicas del caso. 'Cuando hay que limpiar el t6rzaJo, se recoge el ganado

y se le aplica el Neguvon con aceite negro . Para castrar hay que buscar el tiempo de verano, porque el ganado sufre mu­cho con la lluvia; se aflige mucho por la cortada del cuero para extraer los testículos. En cambio en Guanacaste no se puede castrar en verano, porque produce morrif'ia en el ani­mal' .

En los afias anteriores al 70 no se recurría al veterinario ni al agrónomo para trabajar en la ganadería. Posteriormente sí, aunque sólo en casos necesarios y api"ovechando los ser­vicios técnicos de su hijo Jorge. En e te campo técnico tiende a prevalecer el empiri mo, porque se concibe que "toda per­sona que tenga ganadería debe prender un poquito. Para poder aprender un poquito yo maté vacas. Una vez le metí la cuchilla en el ubre a una vaca y la maté' porque yo quería aprender ya que ~n ese tiempo no había veterinarios".

A partir, entone s, d la .ob ervací6n y la experiencia personal se concluye que los conocimientos técnicos on de gran ayuda y dejan ensef'lanzas a quien r~CUITe a ella, pero no son uficiente por {mi ma :

"Una vez tenía un toro con una postema en el pe cuezo debido a una glándula inflamada. o quería aventurarme a meterle la cuchilla, porque el t ro era caro. Entonce empece a ponerle reverín, mientras llamaba a Jorge que e veterinario y vivía en Alajuela. Pero cuando llegamos a Venecia a ver el toro, ya se había desecho la postema con ponerle tre vece el reverín.

Además "los veterinarios también e equivocan, y uno que está viendo a diario el animal ob erva Jos cambios y puede ayudar en el tratamiento de las enfennedades que se les presentan".

El cuido del hato exige atenciÓn adicional en la aH­mentación de ]a res por medio de sales naturales y mieles, las que deben aplicarse de conformidad con el estado del tiem­po:

"Si el tiempo es muy lluvioso no es conveniente dar sal, debe buscarse el tiempo seco; porque parece que el ganado come mejor la miel en tiempo lluvioso ... La miel la usé un

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tiempo, después no la volví a usar porque me dí cuenta que la miel tiene mucho licor y le perjudica el hígado a las vacas. Toda vaca que se le da mucha miel está con el hígado enfer­mo. Lo que me dió mejor resultado fue la desparasitación".

Efectivamente este procedimiento favorece el engorde y conjuntamente con la vacunación permite prever la aparición de enfermedades que son mortales como el antrax y la sep­tisemia. Finalmente, dado qLie su producción de ganado ha sido para engQrde, se ha preocupado siempre por adquirir buenos ementales para la er{a, pensando en mejorar la cali­dad .

Este semental de la raza BRAHAMAN rompió el r~cord en l.a Historia de la ganadería en Costa Rica por haber pe· sado 614 kilo a la edad de 2 a110 . En la gráfica aparece Don Leandro Quesada . Foto tomada en junio de L 983.

La comercialización del ganado en plaza, ha absorvido lo últimos cuarenta aflos del trabajo de don Leandro; ven­diendo en plaza ganado propio o como intermediario de otros finqueros, obteniendo una comisión. Este sistema Jo empleó desde sus primeros año y lo amplió luego de su traslado a

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Naranjo a partir de 195 l . "Yo empecé a vender el ganado mío. Después algunos

amigos me daban ganado para la venta, ganándome una co­misión. Yo llevaba el ganado a la plaza y les mandaba el dinero a San Cario" .

El istema su.rge de las dificultades y costos que debe enfrentar el ganadero, porque vive en lugare muy lejanos a la plaza , o especialmente porque ignoran el éijetreo de la comer­cialización. El comisionista debe conocer precios, raza, pe o. pagar Jos derecho y sobre todo debe saber a quién le vende. El es respon able de la realización efectiva de la venta, ya que ésta se hace la mayoría de las veces con base en "la buena fe . o la palabra" del comprador y con frecuencia a plazo ha ta de ocho días.

También conlinuó utilizando 1:1 Sl,>lema de "las a me­dias ' . Con j le e,n que el uu no de una nnca. en vi la de la difiéultade para fmanciar la compra de ganado. recibe un hato de olro ganad ro a un delemlinado precio. uando e realiza la venta de pué de un arlo O un arlo y medio, el ganadero que dio el ganado a medial> . recupera el valor del halo al precio original. y divide la utilidad que re ulta del precio de la compra original el precio de venla fina1. El que da el ganado a medias. gana un interé ca i equivalente al que el comprador hubiera pagado financiándose con el banco.

n los primeros arlo de la década del 50 don Leandro Quesada entró en a ociación de hecho con el inglé Ronald Leeth . Se conocieron a través del delegado de la JWlta Rural de Crédito Agrícola d Venecia.

" El sei'lor Le th vino a Costa Rica a comprar fincas. Yo tenía en arriendo la fmca del Lic. Juan Vindas y él me dijo que si e la quería mo trar. Despué partió a Venezuela y me envió una letra por $ 30.000 para que la comprara y que si yo quería eguir viéndola. Nos reunirnos y nos asociamo : él era duefto de la finc.:a y yo del ganado. Vendía en plaza, compra­ba má ganado con mi dinero. Empecé engordando 50 novi­llos y 16 aftos de pués la entregué engordando 500 novillo. Después Leeth vino de Venezuela y siguió trabajando solo . Empezó con 270 manzana y la llegó a agrandar por medio de compra ha ta las 860 manz-ana Trabajamos durante todo

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ese tiempo únicamente basados en un contrato manuscrito en papel de carta y nunca luvimo ninguna dificultad".

El aumento de su actividad ganadera le permitió tam­hién incur ionar en el comercio de exportación En su opi­nión:'una"'de la falla de e a actividad es la aus ncia de un si tema de ela ificación del ganado que e exporta, tomando en cuenta la calidad y pagando precio de acuerdo con la mi ma. La ámara de Exportación 010 se preocupa por ob­tener el r ndimi nlo, es decir que un ganado de' mucha arne y poco hue o, pero e o no qui re decir que ea el mejor ganado . 1 ganado de exporta ión debe er un ganado joven, bien de para itado y que e eng rde con estudio técnico de uelo a rin de garantizarle u riqueza protéica. Pero e o no se

hac en el pai ; Con el de arrollo de la ganad~ría. urgieron también la

(dOlara. d 3nildt:!ro. desde la misma décatla del 40. Don eanuro perteneció a Cámam 'acional de Ganaderos y

po~tl'riormente a La ámam d - anath:ro dI:! an arlo, la qu lo e cogIó para dedicarle la XIV feria ganad ra de San

url por celebrar e en uhnl tle 19 4. a di linción e ln duda alguna un ree nacimiento a!\u mérilo omo pro­tluctor y e mcrciantc lié ganado que. lo llevó a obtener du­rante mucho año · lo nlej re precios por la calidad de u

produ to. De i 'unl manera u parti ipación en las ferias y expo icionc ' ganadera. le han hec.:ho acre dar d I re peto y la admiración de olro ganadero, habiendo ido galardonado por ti mérilos en num rosa oca ione .

Las pcr p ctiva de la actividad ganadera en Costa Ri a preocupan a don Lcandro, por lo cual prevee:a necesidad de ir experimentando nuevos métodos para introducirlo yapli­carlos en un plazo razonab le. on jdera que la producción para engorde basada en un u o extensivo del terreno y la exi tencia de grandes repasto tiene su inconvenientes, a los que hay que adelantarse en la búsqueda de soluciones .

• La tierra igue siendo la misma pero poco a poco la población va aumentando y podría haber escasez de ganado. Entonces hay que hacer el engorde en parcela pequcf'la y no en campo abierto como acostumbramos ahora, que en 100 hectáreas pastan lo más 100 o 150 novillo. Yo veo que en el futuro puede hab r 1000 novillos en esa misma cantidad de

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tierra. El problema 10 ve uno en la misma Ciudad Quesada, que antes fue ganadera y hoy lo qu hay son lecherías y agri­cultura. Entonce debe utilizar un istema basado en e ta­blos y de alimentación en canoa " .

"Enta alimentación debe aplicar y generalizarse la yuca como forraje. Está probado que la yuca da mejor rendimiento que el concentrado y sale más econ6mic~. El quintal de yuca cuesta r. 100 y el de concentrado f. 400. Hay que estudiar c6mo s conserva la yuca. Las amas de ca a la conservan hasta por tre me e en la refrigeradora, sin cá cara y en una bolsa plástica. Se necesitan entonces cámaras d refrigeración para guardar hasta 10.000 o má quintale de yuca embodegados para que no les afecte el verano ni el mal tiempo. Se harían estudios para ver los costos de construcción de la bodega, el costo de energía eléctrica, los grado a los que e conserva mejor, el tiempo dumnle el cual e con rva y la forma n que debe guardarse la yuca: si con cáscara o p lada, con tierra o in ella con un poquito de p zón o no. a produ ción de

yuca como forraje, ayudaría también al p queí'io agri ullor que la culriva p ro no ti nc buen mcr ado : Pero algui n tiene que experimentar.'

Paralt:lamente a la ganadería aunqu como actividad económica ecundaria, don L andro ue ada corHinuó con alguna ' ¡nver i n en el COI11 rcio d' abarrole - y durante cierto tiempo en el de maL 'riale de la con trucción.

Mantuv la a eiación c n don Belizari Pér z ha la 1979 en ~I comercio de abarrote. cuando e de hizo para fundar la ciedad Venee mercial de Servi io Múltiple S.A. •• lola cieuad la hicimo. con 1 fin d ayudarle a alguna gente pobre y que t!I anliguo com reío no decayera. ' nton e ~ rmé la ciedad y melf a mucha gente pobre como ac-¡;joni la. ada acción V'dle f 5.000.00".

También e a oció de hecho con don Manuel AIroyo y don Antonio Roja ' . In talaron un negocio de abarrote, ferre­tería, depó ito de maderas y fabricación de blocks y deri­vados de cemento. Po teriormente e deshizo la sociedad y él ontinuó junto con su hijo Mario trabajando la parte de los

materiale de construcción. La de cendencia del hogar Quesada- Arroyo hacia 1984

estaba compuesta por 7 hijos vivos: 3 varones y 4 mujeres'

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cuatro de ellos han desaparecido: José Antonio, Betty, Ge(}­vanny y Rosa María, Los varones y mujeres que han con­traído matrimonio originaron la egunda generación de la fa­miba : 30 nietos, J2 varones y 18 mujeres. ntre las dama casadas, el número mayor de hijo es de 9 y el menor de 1; entre los varones 3 y 2 respectivamente. El número promedio de hijos es de 3.3.

De la generación de lo nietos, 12 han contraído ma­trimonio' 3 hombres y 9 mujeres. El número mayor de hijo ha sido de tres. Así, la tercera generación queda compue ta por 20 bisnietos: 10 mujere y 10 varone .

De de el punto de vi la 'io prof ¡anal, en la gene-racióndelo hijo solam nte do de ello realizaron e ludio de nivel univer ilario . Lo hijo var n e dedicar n a la a tividade productivas en la ganadería y el omercio. O de ello y una de la mujere e casaron con prof ionale.

De manera q!'lC, en e la generación, predominó una ten­dencia a conlra r matrimoni con cónyug 'Í> incorporado ' directamente al trabajo prodllctivo en campo no profe:-ional. to e explicahl hásicamenle por la dificultade

d ducación en la zona rural y el inlcré voca ionul de 1 !>

hijos. En la generación de lo nieto. el p rfil socioprof ional

mue tra algunos cambio. Hay 4 vsrone profe ionale de las ci ncias físiconaturale y 9 mujer s, la may ríél dl' eUa gra­duadas en ramas de las iencia iale . Solamente dos var(}­nes de los casados han contraído nupcia con profe ionales y en áreas di tintas del saber. Por SU parte, 7 nieta casaron con cónyuges que hoy son profesionales. De manera que, en esta generación el 43.30 /0 de los nietos obtuvieron en ei'lanza su­perior o parauniversitaria specializada, con preferencia en disciplinas de las ciencias ociales.

En este momento de su vida el hogar Quesada- Arroyo ha cumplido una fa e importante de su existencia. Muchos afias de trabajo en diversas ocupaciones y actividades pro­ductiva: mucho desvelo por la educación y cuidado de sus hijos; importante participación y colaboración personal en el surgimiento de la región de San Carlos y sobre todo de Ve­necia; cuarenta a~os de trabajo en la ganadería, acumulando

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grande experiencias y proveyend~ enseflanzas prácticas para el mejoramiento de la producción de ganado para engorde. El eje de tanta actividad ha ido sin duda la fIgura de don Lean­dro quien con su vitalidad, d' ciplina, y visión supo orientar a la familia por la senda del progreso económico y la sana con­vivencia ocial.

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CONCLUSIONES

La familia Que ada Arroyo e congratula elebrando los ochenta año de existencia de u padre Leandro Que ada.

I rec nacimiento de la importancia de esa fecha e no 010

ju to sin que tiene un. ignificado que Ira ciende el afecto y cariño filial con que e recuerda y r vIve tan grato aconteci­miento.

E difícil en un e fuerzo inlelectual e imaginativo, Ira -ladar e och nla año en el pa auo hi ·tóric _ Con mucho má ­razón remonlar e hasta una regi n. enL nc ~ muy lejana para I s habitantes d 1 VaUe entral. la qu ' fue '1 /TI dio hi t6rico y el criwl que fraguó la Xislcl1l:ia de don Lc;,¡ndr _ n medio ge gráfico rúsli<.:o, inh pito. ut: difícil ;.u:ce o. ti naluralt:7a generosa e cierto. pero irracional; a la que había que domi­nar y arrafl(:ark día I:on t.!ía lo:, recur. t> para laub ... ¡ lencia .

na pobla ió n ck adu lo colon.. e.,C¡J a. di pcr a. inco­municada; h pita lar ia y olidaria e cit!rLo; per( con una

bligación I.-entral latente l'11 cada uno dé 1..'110 : lt:vantar u propia hacienda pri ada.

En tales condiciones. de!iJc lO', primeros veint ai' d¡: su vida; la figura de don Leandr . . yergue laboriosa, rca­tiva, austercl, tenaz y agresiva: par.¡ poder 'nfrenlar el rl't de poner I s cimient de u patrim nio pr 'parar el camino lJue habría de continuar cun la nueva re p nsabiJidad tic cr 'spo o y padre. No quedaba Olra altemativa: trabajar on ah ínco la tierra .

El trabajo absorvió su mi ma infancia; re tándole opor­tunidades para atender su formación educativa e colar. Pero, tres anos de encuentro con la aritmética bá ica la lectura, la escritura y algunas nociones de hi laTÍa patria le fueron su­ficientes para ayudarle a incubar un e pírill1 humani ta y los valores cívicos y religiosos de la asta Rica de principios de siglo.

Después vendría la necesidad de orientar el rumbo de su autoeducación y la de su familia, para poder entender la na­turaleza y fundamentalmente su relación con otros hombres. Receptivo a las influencias de otros hombre, medios y crite­rios; supo aprovechar las ensenanza de la vida gracias a su perspicacia, audacia, inteligencia despierta, su gran sentido de

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la realidad, su capacidad de observación y de crítica, su tacto para guiarse por la experimentación y su profundo respeto a las experiencias pasadas. Por todo eUo no quedó resagado en la comprensión del mundo que le rodea.

De ahí también su limitación para conceptualizar fe­nómenos más complejos de la vida social o del mundo físico por demás imposibles de aprehender in el auxilio de la cien­cia; pero frente a eUa guarda un gran respeto y a la vez cierto recelo , porque la ve desvinculada con la práctica laboral: con la experimentación. La realidad y la naturaleza concreta loan fuente de toda explicación aún para fenómenos entendidos popularmente en el marco de la superstición o el mito.

Heredero de una pequei'la parcela don Leandro siente atisfacción, ochenta aftas de pué , de haber dejado a sus

hijos y nietos un patrirnon io en tierras y ganado, que les perntita conservar su poskión en la e caja de los valores ma­teriales de nuestra sociedad. Tal empresa no fue fácil y por ello u sati facción e merecida. Requirió acrificios, privaciones

disciplina, riesgos y desvelos para con rvar yampljar u pro­piedad, en un mercado competitivo y dep ndiente de eco­nomía indu trializada .

Si bien la sencia dinámka del capital y el trabajo ali­mentaron la formación y evolución tic ese patrimonio, sus cuaUdade como propietario y comer iante Jo el van al nivel de los hombre de empre a; impul orl! de lo cambios reque­ridos por la economía emicapilali ta . E e e un mérito propio, en cuanto individuo ubi ado en el grupo social de lo po eedorc de medios de producción agraria . Mérito que hay que resaltar, si toma n cucnla u extracciÓn ciaJ de campe ino colono en una época de enorme dificultade téc­nicas, de mano de obra, de comunicadone y d mercados.

Otra faceta de su vida e aquella qUI! 10 hizo part ícipe del desarrollo comunal y socioeconómico de Venecia. Descen­diente de una familia de colonizadores que forjaron La fun­dación de Ciudad Quesada y crearon, en torno a su hacienda familiar el núcleo original de La población de Venecia, don Leandro no podía marginar e d aquel proceso.

Se forzarla la argumentación, j se viera un Ilnico ínterés material en us gestos filantrópico y en el desprendimiento

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personal de tiempo. trabajo y dinero, que significó su aten­ción a la necesidades de la iglesia . la escuela y la comunidad . Prueba de elJo es la probidad on que participó en la Junta Ediftcadora la de Educación y la de Crédito Rural: antepo­niendo los intereses de la colectividad a lo personales o a los de su familia . De ahí su actitud crítica frente a lo vicios y corruptelas públicas encubiertas en las sombras del poder: y, su ap go a la legalidad convencional y a la honradez personal .

De ello ha hecho gala en u relaciones aun en el campo político y bursátil; prefiriendo pre ervar su honor y hone tidad, frente a procedimiento dudo o de lo que pudiera servirse en interés per onal. De 110 dan te timonio peP.ionas entreví tada y hombre de n gocio , que n diver o mo­mentos tuvieron contacto con don Leandro en el camp d la ganadería o el comer io .

Entre acar de este en ayo biográfico la imagen de Lean­dfO "Quesada como spo o padre, a uelo y bisabuelo. va má allá de las po ibiJidade del autor, aj no al calor de la vida íntima y familiar del hogar Quesada Arroyo.

No obstante, e fácil deducir u espíritu de abnegación. su bondad erenidad y comprensión para atender las nece-idades compleja y elemental de los uyos; el re peto por la

iniciativa intere es y afanesde los hijo. Don Leandro ha te­nido la capacidad para orientar la conducta psicosociaJ de sus hijos, basado en u propio ejemplo, en u propia conducta. má que en una abierta comunicación que bien pudiera entrar en contradicción con us prédicas y consejos paternales.

La historia económica de la ganadería de San Carlos tiene, finalmente en Leandro Quesada, a un pionero experi­mentado y visionario productor. En cuarenta anos de per­manente contacto con el ha to suyo o el ajeno su opinión en cuanto a razas, pastos, mantenimiento de flncas, comercio interno y de exportación, procesamiento de carne, cuidado y atención de las reses etc., ha sido una guía para la sabia direc­ción que requieren productores y comerciantes del ganado de engorde.

Esta experiencia le permjte a su vez adaptarse a las for­mas de trabajo que los nuevos métodos y técnicas de cultivo

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han venido imponiendo; respetar las prácticas de otros ga­naderos y, sobre todo, con e píritu previsor, proponer las soluciones que a su buen entender son necesarias para hacer frente al crecimiento de la población y a las transformaciones que se presentarán inexorablemente. en la propiedad y uso de la tierra.

Ochenta aftos de vida no han sido vanos. Su familia, la historia de San Carlos y Venecia preservarán con gratitud el recuerdo y lo frutos de su gran actividad social.

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ANECDOT AR 10

A continuación se transcriben casi literalmente de un manuscrito de don Leandro Quesada, algunos aconteci­mientos y anécdotas que él re cata como pa ajes obre a­lientes de su vida . Se presentan en orden cronológico.

ESCASEZ DE DINERO A LA e AIDA D L GOBIERNO DE LOS TINO O

"Cuando mataron a don Joaquín Tinoco mini tro del gobierno de u hermano Federico, el president decidió aban­donar el pa ís y como se llevó mucha plata entonce e ca eó la moneda. No había banco en la mayoría de lo cantone. entonces la gente e condió la plata en baúle o en cajita y la enterraban. Como la gente enterró la plata, la e ca ' cz e hizo más grande. Entonce las munkipalidad tuvieron que hacer carton s con un éllito que decía Municipalidad de Palmarc , vale por veinticinco o cincuenta céntimo un colón La gente comerciaba con e os cartone pero 010 tenían valor en el lugar en donde se em itían. . a iruación e d ió ha ta que vino l gobierno de don Julio Aco ta e hizo una mi ión de billetes de f. 0._ y de cuatro reale y e recogieron lo ' u­pones. La gente volvió a sacar la plata de los baúles y de donde la tenían enterrada. Después también e acaron d circulación los billete de f 0.25 y f: 0.50 que no tenían ningún respaldo" .

EN BUSCA DE U A MINA

"En 1919, como a la edad de 15 aftos. lleg a casa de mi mamá un extranjero, creo que era belga. Contrató a Florindo Arce, Alberto Segura Rodríguez, a mi hermano Miguel Que­sada y a mí para Que le ayudáramos en la busQueda de una mina de oro que estaba en las montaftas que dividen Venecia de Palmira. Florindo Arce era el vaqueano.

En la travesía, Alberto le mostraba aJ belga las huellas del tigre. El senor decía: Es un cabro. Permanecimo cinco días internados en la montana. Un torrencial y prolongado aguacero nos impidiÓ continuar el viaje. Ya solo teníamos un

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mono para comer. Estaba yo comiendo el mono, cuando me dice Alberto: sabé que el vaqueano dice estar perdido? Pero al día siguiente dice Florindo: no. vamos a ver sí encontramo alguna picada que yo conozca.

Como a las 10 de la maflana encontró Florindo la picada y nos dice: váyanse adelante, no pierdan esta picada. Yo sigo con él. Y así salirnos de la montana",

UN INCIDENTE FAMILIAR

"Cuando yo tenía 27 aftas (h.acia 1931), mi hermano mayor, Lorenzo, me mandó a Villa Quesada a dejar dos ca­rretas de madera. Sal ( de Los Ca.nos a las 12 de la noche acom­paflado de mi hermano menor Rufmo. Cuando (hamos por Agua Caliente, a Rufino le d ió un taq ue epiléptico. Lo metí debajo de la carreta y una hora de pué de pertó y me dijo que siguiéramo . '

Llegamos a V ilIa Que ada .y entregué la madera y me dieron f. 160.00. Como tres hora de pués Uegó Virgilio G6-mez a pedirme que I tliera toda la plata, porque tenía que pagar un hotel de una mujer que mi hennano t nía emba­razada. Yo lloré de er la ituación en que me encontraba. No tenía plala ni para pagar I potremje de bueye y me dolió mucho la inju ticia cometida con nO olr

LA MUERTE DE RUFINO QUESADA

El 21 de mayo ti· 1943 murió Rufino Quesada. Hubo un viaje d avioneta que eguia la ruta San José, Río uarto, Pital y La Marina. Rufino Qu satla abordó esa avioneta en Pita l. Poco después de hacer e cala en La Marina ocurrió 1 accidente, cuando trataba de cruzar la sicrr del Congo que está al sur. Muri ron tres p rsonas, el Piloto Balvuena Torre, el copiloto. un inglé , y Rufino Quesada. Sobrevivió el otro acompaflante, un norteamericano de Apellido Holly. Dice el norteamericano que volaban a 7.000 pi s de altura. El se sujetó con los cinturones y al h.ocar en una roca se de -prendió de su cinturón, cayendo sobre el cuerpo de mi her­mano quien t nía quebrado el cuello . Cuando despertó vió los demás muertos.

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Un día después del accidente, la familia organizó una expe­dición acompaflada de amigos allegados para ir al lugar del accidente. Recuerdo a Francisco Rodríguez , Miguel Sala­zar, Nego Matamoros, Juan Félix Estrada y a un Seflor Mén­dez . Eramos doce personas. Localizar a los desaparecido nos llevó 7 días n la montaila. Estuvimos en una fmca de Palmira que está al sur de Venecia. Para los vecinos, la avioneta había caído en ese lugar. En ese lugar recordé de mi viaje anterior cuando había ido con el belga a buscar una mina . Por coincidencia uno de los acompafiantes, Otoniel Cordero que entró s610 a la montana ncontró al norteamericano so­breviviente. El llevaba un caracol para lIamarno . Al mucho rato de sonar l caracol, entendimos que había alguna nove­dad; había encontrado al norteamericano. Conv rsamos con el norteamericano y no dijo n mal ca te­llano: Río Ama~illo arriba ... una quebrada derecha; yo dejé sei'las en los árboles.

Ese día acampamos en la montafia y al día siguiente iba­mas haciendo picada para el ri! to de la gentt' que llegaría. No alcanzaron cuando ya e tábamo Uegando al avión . Ello corrían. No tras con 7 días no no enconlrábamo en con­dición de correr. E te último día 010 teníamos un bollo de pan que d~sde luego tenía ocho días d hecho. Regresamo a casa de Juan Félix E trada como a la ocho de la noche. Nadie tocó el avión.

ALGUNAS BROMAS ENTRE FAM1UARES

A don Baltazar Quesada Rodríguez

"Baltazar Quesada era un hermano de mi abuelo. Con fre­cuencia llegaba donde los sobrinos a solicftarles un caballo para ir a hacer mandados. Un día uno de mis tíos le dice al otro: préstele aquel caballo que sale corriente cuando le me­ten la espuela. Mi tío se lo preparó bien y le recomendó que se pusiera las espuelas porque el caballo era muy perezoso. El viejito no sabía la trampa, y cuando iba de camino lo tocó con las espuelas y entonces el caballo salió a todo galope. Casi lo saca de la silla. Varias veces e repitió la broma; hasta

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que tío Baltazar vino muy bravo a darle las quejas a mi abuelo Joaquín. "Mirá lo que hacen esto malcriados, me prestan un caballo que sale corriendo con sólo que lo toque con la espuela".

A don Félix VillaJobos

"Félix Villalobo era un vecino de Laguna de Zarcero, que le gu taba mucho dar bromas y se venía a San Carlos a estar temporadas en casa de mis tíos. En una de esas que estuvo por ahí, a uno d mi tío s 1 ocurrió darle una broma.

Cuando vieron que ya s estaba despidiendo, unos comenza­ron a entretenerlo con cuentos y conversaciones; mientras, otro fue y envolvió un perrillo muerto y se lo echaron en la alforja. De pués e despidieron y el hombre partió para Laguna. Luego que cal ularon que don Félix iba bien de camino, le pu i ron un telegrama al agente d~ policía de Laguna dicién­dole: "Félix VillaJobos se robó -un perro en San Carlos revi­senle las al forjas": Cuando llegó a Laguna lo e taba esperando la policía con el telegrama en mano, y al revisarl' la alforja se encontraron con el perrillo, que ya e taba hediondo.

A don Manuel Arroyo

"En una ép ca fue Manuel Arroyo. hennano de mi eHorn, a pa ear a V necia. Departimo mucho rato, y cuando ya se iba a rcgr . r yo le ofrecí un que o parJ que llevara a la casa. Manuel me die : .. iAh. encantado de la vida. Si me lo lle­vo," Pero yo le había preparado una cabeza de lachira de ba­nano; bien labrad ita en forma de queso, envuelta en hojas de plátano y cubierto con una bolsita. El lo hech6 en la aJfoda y se lo llevó . Cuando llegaron a Naranjo meti ron el queso en la refrigera­dora con todo cuidado para comérselo al día iguiente a la hora de tomar el café. La sorpresa fu que al abrirlo se en­contraron con que no había tal queso, ino la cabeza de chira de banano que yo le había regalado. como una broma por el queso."

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El rezo del Rosario

"Mi abuelo, acostumbraba rezar el rosario con todos los hijos, a las tres de la maftana . Los varones dormían todosjuntos n un cuarto grande que sólo tenía una puerta. Mi abuelo se le­vantaba a las tres de la manana,les tocaba la puerta con fuer­za y decía: .. ¡Ave María Purísima!" Todos tenían que con­testar e inmediatamente sentar e a rezar. Mi abuelo se asomaba por la puerta a ver i estaban sentados y se retiraba a su cuarto a continuar l rosario. Pero no se da­ba cuenta que los hijos e quedaban durmiendo. Ellos levan­taban los pies so teniéndose contra I tapique y cubriéndolos con la cobija. De esa manera mi abuclo quedaba convencido de que estaban sentado . rezando el rosurio con la cabeza ta­pada".

El Día de Judas

" Había la ca tumbre de que el sábado santo]o mu hachos hacían bromas a la gente por er el día de Judas. Había un viejito de apellido Santo , a quien tod lo af\o le r baban la carreta y se la iban a dejar a la plaza . Una vez '1 viej ita le mandó un recado a mi abuelo : "dígale a sus hijos que no ven­gan a robarse la carreta, porque estoy di pu sto a cortarle la mano al que agarre . As( C)ue les advierto, que no vengan". Entonce mi tío mandaron una vi ita a casa de don Santos a ver como era que el viejito tenía resguardada la carreta. El había de pegado una tabla de la pared de la casa; m tió el ti­món por debajo y lo amarró a una sillita , donde él estaba sen­tado, cuchillo en mano, Usto para que el que intentara meter la mano y soltar el timón de la silla, cortár eia. Entonces eUos esperaron a que el viejito e durmiera sentado en la silla. Como a las once de Ja noche, amarraron un cuchi­llo en una varilla, y calladitos Jo metieron por el hueco de la pared hasta que lograron cortar el mecate del timón. Luego alzaron entre eis la carreta, la sacaron y e le llevaron gritan­do: .. ¡Don Santos, aquí va la carreta!"

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Una trampa para los golo os

"Mi abuelo mandaba a trabajar a sus ocho hijos a la fmca de San Carlos con una hennana que era la que les cocinaba. Ellas eran sólo dos mujeres, Ramona y Gabriela. General­mente mandaban a Ramona a que les ayudara . Era costumbre entre los ttijos, que en la noche alguno se co­mía algún bocadillo especial que se preparaba para el otro día y dejaba a los ocho sin su parte. En la noche se levantaban unos, se comían el pan o lo que hubiera . Eran las bromas que e daban entre ello .

Un día Ramona hizo un tamal ~sado . Ella sabía que se lo iban a comer en la noche y cuando termina de arreglarlo lo puso en un modelero; alto , pero a la vista d" todos. Cuando se aco taron, llamó a uno de lo hermano con quien se entend ia, y le dijo que fuera a llenarle d' boí'l.igas una cazue­la . Le puso la hoja y cambió la cazuela del tamal por la de boí'l.iga . Como a las once de la noche, el primer que de p rló e le­vantó, rue directo al moledero , metió la mano en la cazuela y e la llevó a la boca ... Pero no dijo nada! Atrá ven ían lo

otros a omer tamal , y d otr ,y el iguicnte . ¡Era un' án­dal como a la media noche, cuando e taban embarrado de boi'l iga !"

LA VEZ QUE ME HICIERON UNA ESTAFA

HE o fue como en 1934. Yo apena e, taba comenzando a trabajar con ganado . n una oportunidad llegó un eñor que e llamaba laudio Roja a venderme diez novilJ y me dij :

Vamos a la finca, pero lIevate la plata porqu nec ito erder­lo al contado . Y me lIl'v~ f{: 1.500.00 que era todo lo que tenía y tratamo los diez novillo. ra un martes, le pagué y le dije que lo hiba a sacar el jucve , para llevarlo a la pLaza. El c.lía ju 've qu volví por lo novillo, me dijo el mandador que no tenía órden de entregar lo novillos. C1audio se había ido para Talamanca y no había dicho nada. No pudimos arre­glar. Yo me fui para la casa sin lo novillos y poco de pués de­nuncié la estafa .

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El papá de Claudia, don Porfirio, se comprometió a arreglar conmigo pero nunca lo hizo. En una oportunidad, el fmado Abelardo Rojas. h rmano de don Porflfio me dijo que le con­tara lo que había pasado con Claudia. Le conté y don Abelardo me dijo que él me iba a reconocer la plata. Yo I dije: No Abelardo, ¿por qué? Ud. no me debe nada. Enton­ces él me contest6:]o que tenemo, plata, la usamo para ha­cer arreglo. La plata tiene que ervir para vivir bien. 1.0 que no tienen plata arreglan a uchillo ; los que la tcnemo , arr glamos con planta. Yo le vaya dar a Ud. 10 f. 1.500.00 Y me da un recibo . Si algún ti ía aparece laudí y paga, v ]­vemos a hacer arreglo; i no aparece , pUl! yo pierdo la pLata . Tal ve/.. como a lo och aft . apan:ció Claudio. nton e vi­no un hennano donde Abelard a pagarle: ~I le dijo que no lenía ningún trato c n ello: que a quien ello le th'b ían, em a Leandro. ~ nl ncl' ml' llamaron a Ciudad Que '¡du, me paga­ron la duda y 16 inlen.' e y le de olví a Abl'lard la pla­ta con que habíamo. h cho arreglo. iLo que vale 13 pena d . todo to, fue el noble ge lO de Don Abelardo!"

UN ONFLl TO ENTRE VECINOS

"Una v z en Venl!cia dos sl'flore pelearon dumntc 16 año una propiedad. Uno era el dueñ ,y el aIro e le hab{a meti­do . Era un pobr contra un rico. n día el pobre ino y ml' dijo: Leandro porque no int r i nc y n arregla esa itua­ción. Dígale al hombre, que me dé ce 500.00 y la a ita para lIevánnela con e o yo salgo de ahí. Llamé a la otra parte y le hice la propuesta d arreglo , pero no quiso aceptar. Entonces el pobre fue y pidió ayuda a Yanu I Word (Secre­tario General del Partido Comuni ta) y Manuel le düo: Ud. tien ganado este pleito hace ano. E tan Uf que se lo voy a arreglar todo por sólo (f.150.00. Al ténnino de cuatro me­ses, el pleito estaba tenninado. Entonces el Alcalde me nombró como perito para evaluar las mejora . A mi me toc6 la peor parte, porque uno quería qu yo dijera que las mejora valían f; 4.000.00 y otro Que valían f. 500.00. Entonces le pedía ayuda al Alcalde' pero este me dió un montón de expediente que ni en un afio los hubiera

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leído. De todos modos yo ya sabía lo Que iba a decir. Cuan­do el Alcalde me pidió la evaluación de las mejoras, yo le di­je: valen (:. 2.000.00. De manera Que no me dejé llevar por ninguna de las dos partes. Yo saco conclusión que el hombre apoderado ero muy atrasa­do, porque estaba ganando más plata de lo que valía la tierra; quería ganar el pleito y no buscar el 8fr g10 con el pobre. Yo creo Que S mejor arreglar y nunca pelear; porque si peleando se gana, iempre se pierde I icmpo, plata y amis­tades; mientras que arreglando ganan los do " .

ENGAAOS EN LA PLAZA DE GANADO

El caballo ciego

"En la plaza hay per ona. 1U' viVl'n c mo pé nI.: ' dé algún ganadero : son arrieros, pl:fO también aprovechan porluni­dades para comprar animale y rc;vl!nrlcrJ s. -110 e rela­ci nan con lo que llegan a la plaza. p 'ro e n un "mejor qUl! con otro . En una oportunidad. un . éi'tor que n era muy querid de al­gunos de esto tmbajadores, com nzó a lmtar un caballo. Un muchacho le ofrec uno; t: Jo mue tra, lo monta uno. po o metro en el terr 'no que era conocido p r el caballo. El com­prador ve que el animal de nvuelve bien y hacen el trato. El duei'lo SI:: lo 11 'va para la fmca y va a andar el caballo. Lo en illa, 10 monta, pero como el terreno no era muy plano, l caballo camina unos poco metro y ru da con el jinete. Le habían vendido un caballo cieg

Un caballo para un chiquito

"Otro sei'lor de Naranjo se va a comprar un caballo. Anda por ahí preguntando, cuando 11 ga un ñor y le dice: Qué anda buscando? Bueno, es que qui ro comprar un caballito para un chiquillo . Entonce el nor l ofrece uno .. Va y lo monta sin jáquima, in montura y in espu~1a . L toca las anca y el caballo camina; le golpea I cu Uo y el ani­mal da vuelta. Lo dominaba bien. ¡V s qu caballito más

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manso - le dice-, mansitico ya mejor no podés encontrar! El comprador se convenció y trataron eJ cabaLLo. Entonces el vendedor J dice: Tráigase el camioncito y yo e lo subo al cajón. Efectivamente, empujándolo se lo fue lle­vando arúidito, ariadito y lo metió en el camión. Cuando el comprador lJegó a Naranjo, le puso mecate y mon­tura al cabalJo, montó al chiquito y la sorpresa fue el caballo no caminaba. Es qu era un cabalJo muy manoso que no an­daba cuand le ponían mecate y montura. Por eso el v nde­dar en la plaza no le ponía mecate porque el animal cuando sentía la amarra, no arriaba para ningún lado." En la plaza suceden e tas cosa. Hay gente que compran ani­males con defecto y e Jos venden a alguna per ona que no qukran bien. Por e o, yo trataba de ganarme a e tas g ntes; que además, le irvt!n a uno mucho. om yo también fui arriero, me juntaba con ellos y los invitaba a tomar e uno trago. Otro ganadero no lo saben tratar y aeo tumbran no mez-clnrs con ello. No saben que e ta persona 'on buen ayudante: le informan a uno dd ganado barat • le cuidan la [l.: e . k ayudan a juntar I s animale cuando se pierden . Uno le compen' y dio 1> ayudan".

lOS PRINCIPIOS DE LA COMERCIALlZACION DE CIGARRILLOS

'La gente fumaba ante el cigarro de 1_ por 5 qu hadan en lu casa. la mujere le decían b lera. a un papel ama­rill que vend ían en los Ill.!gocios y qUl' la s el'l.oras lo usa­ban para hacer cigarrillos. lIa . picaban el tabaco, nacían los rollitos y lo amarraban con un hilito de carrucha. Us­ted llegaba al negocio y le vend ían estos cigarriJIo . Se acostumbraba también el puro de cinco por ~O.OS que se traía de Palmar s donde se ha ía mucho puro de ese Otro puro 'llamó el puro Retana, en nombre de un fabricante de puros de San Ramón de apellido Retana . Pero por lo anos 35 aparecieron las fábricas de cigarri­llos. Como la gente fumaba el cigarro barato entonces empezaron a meterle premios de ~O.lO, ~O.IS y ~O.25 .

Cuando salía un premio de ~O.25 se podían comprar con

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el otro paquete que valía (:0.20 y les quedaba regaJado fO.OS , que en ese tiempo era mucha plata. La juventud entonces emp zó a comprar cigarros y a la gente le fue en­trando el cigarro de paquete. Una de las marca que intro­dujeron a {al mercado fue el Cigarro Liberty".

lOS PRINCIPIOS DE LA COMERCIAlIlACION DEL CINE

"En e tit:mpo no había cin~ n lugare como Palmares Na­ranjo o San Ramón. Entone el que ponía un cin hacía las entrad ita y amo la gt!nt no estaba acostumbrada a ver cine, pue no lo visitaban; no compraban ntrada . Entonces el due~o del cine llegaba a la pulpería y negoci y regalaba tn:ina uar nla bolel al duei'!"o del nego i . E te daba un<l enlrdtla regalada a lo hiquillo yadult de acuerdo a las ompr<l q ut:.Ie hicicran dl' mercadería. La juventud in­ten: . da much p r la cnlradita libre y :l í fue que habitua­r n a la g nte a ir al cinc. J cinc c hiz así un comercio, ya cuando la genle t..: t<lba habituada n hab"a a quien n gociarlc la col rad i la 1 ib re":

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BIDUOGRAFIA GENERAL

l. Entrevist

Arrieta de Pércz , Ana MurIa arrale Rojas , Ad Ifo

Pérez Va rga Be lisa rio Quesadu Arroyo, Dinora Quesada Arroyo, resia Quesada Arr yo, Flory Que da Arroyo . ,erardo Que da Arroyo. Jorgl' Quesad a Hidalgu . Ll'a nd ro Que 'Ida Hiualg\l. Ll'0 J10r

ur!;!a vda. (h' Pkdra , b'lngdinu.

, 11. Fuente e rita

A. eriod(slicas

La Nación.

B. Bibliográfica

IlIlprl'lHa • .Il:íonal. San Jo~~. 1 84. IQII Y 1935. 1970, 1971, IQ73 .- ni ulo } rl', ortaks ( .A.'

rrale • Adolfo. i toria de Venecia ~~anu l:rit Dirección General ue tad í tica y Cen

dos estadísticos. Vario afto .. Ferrero Lui. Ca ta Rica recolombina. ditorial

Costa Ri a San J ~. 1977 p .• 9. HaU, Carolyn. El café el des~lfrono histórico-

ea tico de Co a Rica. Editorial Costa Ri­ca. San Jo é 1976. p.289.

Hidalgo Quesada, Jesús "Monografía de San Car­los". En Revista Munici al d 10. San José 1942. pp.567-578.

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Molina González, Rolando. El h' ......... ~ral d_e_ la colonización a r{cola de San Carlos. Tesis Unjv r idad de Costa Rica . San José 1978 p. 276.

Quesada Hidalgo. Fcnelón. Monografía de San Ca I AJajut!la 1958 p.22 .

Quesada Hidalgo FeneJÓn. Descendencia de Joa-uín uesada R. Maria uesada U. S.P.1.

San CarIo 1935 p.S Quesada Hidalgo, Leonor. Mono raf(a de V ~

~anu crito . 1 fa de enecia. Wanu crit

Documentos varios.

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DESCENDENCIA POR LINEA PATERNA DE LA FAMILIA QUESADA ARROYO

1904 -1984

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