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Memorias del Curso-Taller Internacional P P a a t t ó ó g g e e n n o o s s d d e e l l o o s s V V e e c c t t o o r r e e s s d d e e l l D D e e n n g g u u e e : : A A e e d d e e s s a a e e g g y y p p t t i i ( ( L L . . ) ) y y A A e e d d e e s s a a l l b b o o p p i i c c t t u u s s ( ( S S k k u u s s e e ) ) Othón Javier González Gaona Filiberto Reyes Villanueva EDITORES

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Memorias del Curso-Taller Internacional

Patgenos de los Vectores del Dengue: Aedes aegypti (L.) y Aedes albopictus (Skuse)

Othn Javier Gonzlez Gaona Filiberto Reyes Villanueva EDITORES

Memorias del Curso-Taller Internacional

Patgenos de los Vectores del Dengue: Aedes aegypti (L.) y Aedes albopictus (Skuse)

Othn Javier Gonzlez Gaona Filiberto Reyes-Villanueva EDITORESDIRECCIN GENERAL DE EDUCACIN SUPERIOR TECNOLOGICA INSTITUTO TECNOLGICO DE CIUDAD VICTORIACiudad Victoria, Tamaulipas, Mxico. 2009

Memorias del Curso-Taller Internacional Patgenos de los Vectores del Dengue: Aedes aegypti (L.) y Aedes albopictus (Skuse)

DIRECCIN GENERAL DE EDUCACIN SUPERIOR TECNOLGICA DR. CARLOS ALFONSO GARCA IBARRA DIRECTOR GENERAL

INSTITUTO TECNOLGICO DE CIUDAD VICTORIA ING. FRANCISCO RUVALCABA GONZLEZ DIRECTOR

CONSEJO TAMAULIPECO DE CIENCIA Y TECNOLOGA DR. JULIO MARTNEZ BULNES DIRECTOR

Memorias del Curso-Taller Internacional Patgenos de los Vectores del Dengue: Aedes aegypti (L.) y Aedes albopictus (Skuse)

PRIMERA EDICIN D.R. LOS EDITORES DIRECCIN GENERAL DE EDUCACIN SUPERIOR TECNOLGICA INSTITUTO TECNOLGICO DE CIUDAD VICTORIA Boulevard Emilio Portes Gil N 1301 Pte. Ciudad Victoria, Tamaulipas, Mxico. 87010

ISBN 03-2009-021013440600-01

Coordinacin Editorial: Othn Javier Gonzlez Gaona y Filiberto Reyes Villanueva

Colaboracin en la Edicin: M.C. Martha Isabel Benavides Martnez

Esta publicacin no puede ser reproducida, almacenada o transmitida en forma alguna ni por ningn medio electrnico, mecnico, qumico, ptico o de grabacin o fotocopia, sin permiso previo y por escrito de los autores.

Impreso por el Instituto Tecnolgico de Ciudad Victoria, El Consejo Tamaulipeco de Ciencia y Tecnologa, con el apoyo del FONDO MIXTO DE FOMENTO A LA INVESTIGACIN CIENTFICA. CONACYT-GOBIERNO DEL ESTADO DE TAMAULIPAS

Agradecimiento

La publicacin de estas memorias fue financiada por el Fondo Mixto de Fomento a la Investigacin Cientfica del CONACyT-Gobierno del Estado de Tamaulipas, mediante proyecto clave 055297- 2006-C11. A las autoridades de la Secretara de Salud del Estado de Tamaulipas, por financiar parcialmente los gastos para la asistencia de patlogos de insectos expertos de Canad, Estados Unidos de Amrica y Holanda, al Curso-Taller Internacional sobre Patgenos de los Vectores del Dengue: Aedes aegypti y Aedes albopictus. A las autoridades del Instituto Tecnolgico de Ciudad Victoria (ITCV): Ing. Francisco Rubalcaba Gonzlez e Ing. Gaspar Nolasco Antonio, Director y Subdirector Acadmico respectivamente, por el apoyo y facilidades para el evento y la terminacin de estas memorias. Al Dr. Jorge Horta Vega, por su entusiasta apoyo a este evento Curso-Taller, en su calidad de Jefe de la Divisin de Estudios de Postgrado e Investigacin del ITCV. A la C. M.C. Martha Isabel Benavides Martnez por la revisin ortogrfica y forma. A los autores quienes con sus aportaciones al conocimiento de los patgenos del dengue se debe este libro.

PRLOGOLa circulacin de los cuatro serotipos del virus del dengue, ms las abundantes poblaciones de su vector primario, el mosquito Aedes aegypti en todo el pas y la presencia de poblaciones del vector secundario, A. albopictus en el noreste y sur del territorio nacional, crean las condiciones ideales para que anualmente se presenten epidemias de esta enfermedad en Mxico. El dengue es una arbovirosis reemergente en toda Amrica Latina, y nuestro pas es endmico para este problema, dados los altos ndices de mortalidad y morbilidad que ocasiona en la sociedad. Este escenario existe porque los programas de control vectorial slo se basan en la aplicacin de insecticidas qumicos contra ambos transmisores y en la educacin comunitaria. Los qumicos, aparte de ser caros, se aplican de una manera desorganizada espacialmente, y no garantizan el 100% de mortalidad porque ya hay poblaciones resistentes del vector a estos productos. Por otro lado, la comunidad se muestra aptica para ser educada en la aplicacin de medidas preventivas en los grandes centros urbanos. Lo anterior, ms la ausencia de cursos sobre combate vectorial mediante microorganismos patgenos y parsitos de ambos vectores, en las universidades y centros de educacin superior en Mxico, fueron los factores que motivaron la organizacin del Curso-Taller Internacional sobre Control Microbiano de los Vectores del Dengue, Aedes aegypti y Aedes albopictus, por parte de Instituto Tecnolgico de Cd. Victoria celebrado del 6 al 8 de Octubre de 2006 en esta ciudad del estado de Tamaulipas, Mxico. El propsito de este evento fue el de concentrar a expertos mundiales sobre patgenos de mosquitos, para actualizar en esta especialidad, a todos aquellos estudiantes y profesionales que se desempean en el rea de la salud pblica, y dar a conocer nuevas alternativas de control del vector, ms eficientes, ms econmicas y ms amigables ecolgicamente. sta es una compilacin de las presentaciones de los expertos participantes. Tenemos la esperanza de que estas memorias funcionen como fuente bibliogrfica educativa y plataforma para que a un futuro inmediato, se incentive la investigacin y conduccin de proyectos sobre parsitos y patgenos para regular y controlar a los vectores del dengue en Mxico.

Dr. Filiberto Reyes Villanueva Cd. Reynosa, Tamaulipas, Mxico Octubre, 2009

I. Aedes aegypti , Aedes albopictus y el Dengue: Una Amenaza para la Salud Pblica en Amrica LatinaFiliberto Reyes-Villanueva1 y Gary S. Clark21

Instituto Politcnico Nacional. Centro de Biotecnologa Genmica, Laboratorio de Biomedicina Molecular. Boulevard del Maestro S/N esquina Elas Pia. Col. Narciso Mendoza, 88710, Apdo. Postal 152, Reynosa, Tamaulipas, Mxico. Email: [email protected] 2 Center for Medical, Agricultural and Veterinary Entomology, USDA/ARS/CMAVE, Gainesville, Fl, 32604, P.O. Box 14565, USA. E-mail: [email protected]

1.1 Introduccin e Historial Epidemiolgico La palabra Dengue tiene su origen en el dialecto africano swahili: ki denga pepo (enfermedad causada por malos espritus) (Seijo 2001). Es una enfermedad causada por un Flavivirus de cadena simple de ARN con una fuerte variacin expresada en la existencia de cuatro serotipos: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4 y por la consecuente ausencia de una vacuna. La circulacin de los cuatro serotipos facilita la ocurrencia de infecciones repetidas en la misma persona, ocasionando as el cuadro clnico mortal del dengue hemorrgico. Las cuatro variantes virales son transmitidas por el mosquito Aedes aegypti como vector primario (Fig. 1), y por A. albopictus como vector secundario a nivel mundial (Gubler 1988).

Fig. 1. El mosquito Aedes aegypti, vector primario del Dengue a nivel mundial. En los aos 40s y 50s, 21 pases latinoamericanos lograron la erradicacin de A. aegypti, empero la falta de recursos y/o el abandono de las campaas trajeron como resultado la reinfestacin y se perdi el esfuerzo realizado en aos anteriores. En 1985, la Organizacin Panamericana de la Salud (OPS) intent revitalizar la lucha contra el vector, pero la situacin del dengue y del dengue hemorrgico empeor. Para los 90s, prcticamente todos los pases ya estaban infestados de nuevo por el vector (Fig. 2) y el dengue adquiri otra vez

el status de un grave problema para la salud pblica (Gubler y Clark 1995). Segn datos de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), ms de 100 pases han sido afectados por epidemias de dengue o de dengue hemorrgico. Anualmente ocurren ms de 50 millones de casos de ambos tipos de dengue, con alrededor de 500,000 hospitalizaciones y 20,000 defunciones. Las tasas de ataque llegan a 64 por 1,000 habitantes y los nios constituyen el 95% de los casos (Halstead 1992). Adems del sufrimiento que produce la enfermedad, su control es costoso y las epidemias tienen un efecto negativo importante en el desarrollo socioeconmico de los pases. En las Amricas, la reemergencia de esta enfermedad se empez a manifestar en los aos 60s con epidemias en Venezuela, Jamaica y Puerto Rico. A fines de los 70s el dengue se reintrodujo en forma pandmica que afect a El Salvador, Guatemala, Honduras, Mxico, y en Texas en los Estados Unidos de Amrica (Rigau-Perez et al. 1994). De 1978 a 1980 se notificaron 700,000 casos, pero se estima que la pandemia afect a muchas ms personas, probablemente a varios millones. En los 80s hubo varias epidemias importantes en pases endmicos y el DEN-1 se expandi hacia Sudamrica, con brotes en Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Per, pases que haca muchos aos no experimentaban la enfermedad o que jams la haban notificado. En esos brotes enfermaron millones de personas y algunas murieron. Costa Rica y Panam, los dos ltimos pases tropicales infestados por A. aegypti pero exentos de dengue, informaron en 1993 que en sus territorios ya haba comenzado la transmisin autctona de la enfermedad (Pinheiro y Corber 1997).

Fig. 2. Distribucin de la infestacin de Aedes aegypti en los pases Latinoamericanos desde antes de 1981 hasta 1995 (Modificado de Gubler y Clark 1995). En 1994 se introdujo el DEN-3 en la regin. Ese serotipo fue detectado simultneamente en Panam y Nicaragua, y en este ltimo pas se origin una epidemia de dengue y dengue hemorrgico (CDC 1995). En 1995, el DEN-3 se disemin a otros pases de Centroamrica excepto Belice y Mxico. Debido a que el DEN-3 no circulaba en las Amricas desde 1978 (16 aos de ausencia), se estim que hay 200 millones de personas susceptibles en riesgo en las reas infestadas por A. aegypti y que exista el peligro de grandes epidemias. En 1995 fuertes epidemias de dengue azotaron Centroamrica, el Caribe y Suramrica (Brasil, en particular) y 41 pases informaron de 284,483 casos, o sea, la mayor incidencia de dengue desde 1981. En 1996 se registraron 250,707 casos, de los cuales alrededor de 80% correspondieron a Brasil (OPS 1995, Pinheiro y Corber 1997).

Puede afirmarse que hoy da en Mxico existen condiciones epidemiolgicas y sociales similares a las que favorecieron el agravamiento del dengue hemorrgico en Asia durante los 50s. No obstante, podemos decir que ahora es peor por los procesos de invasin que est llevando a cabo el vector secundario A. albopictus. En el noreste, este vector ya tiene poblaciones bien establecidas en las principales ciudades fronterizas como Piedras Negras en Coahuila, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros en Tamaulipas, y en 22 municipios de Nuevo Len (Jorge Orta Pecina, Secretaria de Salud de Nuevo Len, comunicacin personal). El vector ya est bien establecido en Tapachula, Chiapas, y todo indica que se va dispersando hacia el norte por el corredor de la zona del Soconusco (Rogelio Danis Lpez, INSP, comunicacin personal). Es decir, se encuentran altas densidades de ambos vectores junto con la circulacin de los cuatro serotipos del virus y hacinamiento de poblaciones humanas marginadas en los cinturones de pobreza de las grandes ciudades. La primera y ms grave epidemia de dengue hemorrgico en las Amricas fue causada por DEN-2 en Cuba en 1981. Se notificaron 344,203 casos de dengue y dengue hemorrgico, incluidos 10,312 casos graves y 158 defunciones (Gubler y Trent 1994). La segunda epidemia ms importante ocurri en Venezuela de 1989 a 1990, con 5,990 casos y 70 muertes. En esa ocasin circularon los serotipos DEN-1, DEN-2 y DEN-4, pero en los casos mortales se detect solamente el DEN-2. Alrededor del 66% de los casos y defunciones por dengue hemorrgico en Cuba y Venezuela ocurrieron en menores de 14 aos. La extensa difusin del dengue hemorrgico que ha tenido lugar desde la epidemia de Cuba en 1981 es muy preocupante. Hasta 1996 se notificaron casos todos los aos, con excepcin de 1983. En ese perodo, 25 pases registraron 41,669 casos de dengue hemorrgico (Gubler y Clark 1994). La creciente hiperendemicidad del dengue, con la circulacin de los cuatro serotipos, constituye un serio factor de riesgo para que la situacin llegue a agravarse an ms (Lancioti et al. 1994).

1.2 Algunas Fallas en la Situacin Actual de los Programas de Control de Aedes aegypti A lo largo de los aos, las actividades de los pases contra A. aegypti se han visto obstaculizadas por factores econmicos, polticos, sociales y administrativos de distintos grados de complejidad. Uno de los problemas principales ha sido la falta de aplicacin de medidas de prioridad oficial a la prevencin y el control del dengue. Las actividades de lucha contra el vector no se han sostenido de forma apropiada debido a que no se han institucionalizado los programas, no hay integracin intra ni intersectorial y no se ha logrado la participacin de las comunidades (Snchez et al. 2004). La mayora de los programas se han incorporado a los ministerios de salud como servicios de A. aegypti o se han combinado con los de malaria o de control de vectores. Por lo general hay poca o nula comunicacin y colaboracin entre programas y otras entidades relacionadas, sean gubernamentales, no gubernamentales o universidades y centros de investigacin. Los programas son dirigidos por profesionales de la medicina con escaso o nulo conocimiento en bionoma de vectores, y de ah la explicacin de algunas fallas principalmente las asociadas al uso de insecticidas qumicos. Las fallas existen porque un medico debe trabajar en equipo con personal con perfil en entomologa mdica a nivel posgrado, lo cual lamentablemente no ocurre. Adems, el personal recibe poco adiestramiento y no lleva a cabo investigaciones operacionales. La principal medida contra el vector es la aplicacin de insecticidas. Errnea y frecuentemente se aplican larvicidas a recipientes que podran destruirse o removerse y encima de eso se usan excesivamente los adulticidas a ultrabajo volumen (UBV) en las reas donde no hay transmisin de dengue. Estas fallas obedecen a que la aplicacin de insecticidas qumicos no

se ha diseado sobre un esquema de muestreo estadstico de las poblaciones larvales y de adultos del vector a nivel urbano, para poder aplicar un control qumico estratificado espacialmente y sistematizado estacionalmente, sobre focos endmicos perfectamente caracterizados. Adems, el control qumico es til para la supresin de epidemias, pero no es apropiado para el control vectorial (PAHO 1994). En la mayora de los pases, las estrategias propuestas y los recursos asignados han sido inadecuados e insuficientes para llevar a cabo programas de lucha con miras a la erradicacin de A. aegypti. El control y la erradicacin, a veces considerados indistintamente, son dos estrategias con metodologas y metas diferentes. La erradicacin implica cobertura universal de todos los criaderos del mosquito en todas las casas de todas las localidades infestadas en el pas, hasta eliminar totalmente el vector y montar vigilancia permanente contra la reinfestacin. Esto se realiza en cuatro fases consecutivas: preparatoria, de ataque, de consolidacin y de mantenimiento. Los pases suelen avanzar a ritmo distinto de una fase a otra, ya que ello depende de las condiciones locales y de los recursos disponibles. El costo inicial de esta estrategia es alto, pero una vez eliminado el mosquito, los gastos en vigilancia contra la reinfestacin son mucho menores y se evita totalmente la transmisin. Por otro lado, la estrategia de control es el uso eficiente de recursos limitados para evitar epidemias y mortalidad. Los esfuerzos se concentran en las zonas determinadas de mayor riesgo para reducir, pero no erradicar, al vector. El costo de la estrategia de control es menor que el de la fase de ataque de la erradicacin, pero mayor que el de la fase de mantenimiento o vigilancia contra la reinfestacin. Despus de algunos aos en marcha, la estrategia de control puede costar ms que la de erradicacin (OPS 1995).

1.3 El Plan Continental de la Organizacin Panamericana de la Salud (OPS) versus Aedes aegypti El control de recipientes artificiales como los envases desechables, llantas y barriles donde se cra el mosquito A. aegypti es la piedra angular para prevenir el dengue. Sin embargo, junto con el control de los criaderos, hay que implantar el saneamiento ambiental, la participacin social, la comunicacin, la educacin para la salud, el control qumico y el control biolgico. Por lo tanto, una estrategia efectiva exige el concurso de varias disciplinas, tales como la entomologa, la ingeniera, la psicologa, la comunicacin y la educacin sanitarias as como la sociologa y antropologa mdicas. Desde luego, cualquier accin tiene que fundamentarse en el conocimiento de la distribucin de los criaderos principales de una localidad y de los factores que contribuyen a su existencia. Al mismo tiempo, hay que asegurarse de la calidad de los servicios bsicos de saneamiento ambiental y modificar el comportamiento humano (Lloyd et al. 1992). Entonces, hay que aclarar que el combate qumico es slo un componente complementario a la eliminacin de los criaderos de A. aegypti.

1.4 Saneamiento Ambiental Las actividades de saneamiento, que en este caso se refieren a la eliminacin de criaderos del vector, tienen que ver principalmente con el control del agua y de los residuos slidos. En lugares donde no hay suministro de agua a domicilio o el agua es de mala calidad, es comn almacenar agua en tanques, barriles y otros recipientes, en los que pueden producirse grandes cantidades de mosquitos. De igual modo, cuando la recoleccin de basura es irregular o deficiente, la acumulacin de materiales desechados en los patios como latas, botellas y llantas, en los que se

acumula el agua de lluvia, provee una variedad de criaderos para los mosquitos. Se necesita tambin prestar atencin a los recipientes y llantas abandonados en reas pblicas y en basureros improvisados a orillas de los ros y carreteras, as como en los almacenamientos de materiales para algunas industrias, por ejemplo la de renovacin de llantas (Leontsini et al. 1993). En un programa de eliminacin de A. aegypti, las principales medidas de saneamiento son mejorar el sistema de abastecimiento de agua, manejar adecuadamente la recoleccin y el reciclaje de desechos slidos, eliminar los criaderos artificiales y naturales, y gestionar el sistema de vigilancia ambiental. Otras obras importantes relacionadas son arreglar el alcantarillado y el drenaje urbano y controlar los roedores. Por supuesto que stas deben ser consideradas medidas fundamentales para mejorar la calidad de vida de la poblacin y no slo para controlar endemias. Segn datos de la OPS, en 1997 en Amrica Latina, el 80% de los municipios de zonas urbanas contaban con agua potable, y un porcentaje igual tena recoleccin de basura, pero slo el 59% tena eliminacin adecuada de los desechos urbanos como criaderos potenciales de A. aegypti. Estas cifras son slo aproximaciones, ya que en cada pas varan las coberturas de servicios y los elementos involucrados en la formacin de criaderos, segn las condiciones locales. Adems, los datos municipales no significan necesariamente que dentro de cada uno de ellos, todas las casas tengan los servicios de agua y recoleccin de basura.

1.5 La Participacin y Comunicacin Social La participacin de una comunidad debe formar una parte integral y continua de cualquier programa de lucha contra A. aegypti, sobre todo de los componentes de saneamiento ambiental y control qumico. Esta participacin requiere una comunicacin continua entre las comunidades y el personal encargado de ejecutar el programa, con objeto de poner en marcha actividades tendientes a modificar los comportamientos humanos que propician la proliferacin y el mantenimiento de criaderos potenciales de A. aegypti. Los criaderos no pueden eliminarse con slo mejorar los servicios bsicos; tambin es esencial modificar las prcticas y comportamientos humanos que favorecen su existencia. En muchos casos, esas prcticas se relacionan con el aprovisionamiento de agua, ya sea la de uso domstico, que se acumula en materiales desechados como llantas, botellas y latas; a la que se mantiene en bebederos para los animales domsticos, y la que se estanca en recipientes que contienen plantas (Fernndez et al. 1998, Sanders et al. 2004). Tambin es importante contar con la participacin de personas influyentes de alta credibilidad, como veterinarios y botnicos. La colaboracin del sector privado es importante. ste puede patrocinar programas de comunicacin y actividades comunitarias, poner mensajes o instrucciones en las latas, platos para plantas y otros productos que suelen convertirse en criaderos, y promover el reciclaje de materiales y el uso de productos antimosquitos, como larvicidas, tapas para barriles y tela metlica (Lloyd et al. 1992).

1.6 El Control Qumico Junto con la participacin comunitaria, el tratamiento qumico focal por trabajadores de salud es la operacin fundamental de la fase de ataque de un programa contra A. aegypti. Cada trabajador debe inspeccionar las reas peridomiciliares y el interior de las viviendas y aplicar larvicidas en los depsitos de agua que no se hayan podido destruir o eliminar. Debe

emplearse una cantidad mnima de un insecticida seguro, con un grado de toxicidad muy bajo, que no represente un peligro de contaminacin para el ambiente. Los trabajadores de salud, adems del tratamiento focal, tienen la tarea de educar a los moradores en la forma de colaborar para que el larvicida surta el efecto esperado (OPS 1995).

1.7 Control de Emergencias Durante los brotes epidmicos, como medida de emergencia es importante utilizar compuestos qumicos que eliminen a los mosquitos adultos. Por lo tanto, cada programa debe mantener en buen estado algunas unidades de equipo pesado porttil e insecticidas. Las aplicaciones de insecticidas fros (de ultrabajo volumen) o calientes (por nebulizacin trmica) son las medidas adecuadas para disminuir rpidamente la densidad del mosquito dando muerte a las hembras infectadas e infecciosas. Los insecticidas se aplican desde la calle, con las mquinas instaladas sobre vehculos. Deben aplicarse en ciclos de corta duracin (de 3 a 5 das) que se repitan sucesivamente hasta que haya una disminucin estable del nmero de enfermos en la zona. Esos tratamientos espaciales a volumen ultrabajo son apropiados para reas urbanas en ciudades de tamao mediano o grande, con calles planas pavimentadas. En las reas inaccesibles al vehculo, se realizan aplicaciones con equipo porttil como medida de apoyo a las aplicaciones con equipo pesado. Los tratamientos se llevan a cabo dentro de todas las habitaciones de las casas, en los patios y corrales. Otro tratamiento adulticida de emergencia se aplica en el exterior e interior de los recipientes que no se pueden destruir, como apoyo al tratamiento con larvicidas. Se usa insecticida de efecto residual en forma de suspensin en las zonas de mayor densidad del vector (Guzmn y Kouri 2002).

1.8 La Vigilancia Entomolgica Esta actividad tiene cuatro metas: 1) establecer los ndices de infestacin o reinfestacin en cada localidad, 2) determinar la importancia relativa de los diferentes tipos de recipientes como criaderos de mosquitos, 3) investigar la presencia de otros vectores (como Aedes albopictus) que representan factores de riesgo en la transmisin del dengue, y 4) vigilar el grado de susceptibilidad de los mosquitos Aedes a los insecticidas. La vigilancia entomolgica se realiza en dos etapas. En la primera es preciso conocer la distribucin espacial de los mosquitos a fin de definir el riesgo de transmisin del dengue. En la segunda etapa se establecen los mtodos de vigilancia para determinar los grados de infestacin y detectar nuevas infestaciones. Los mtodos principales de vigilancia son la inspeccin de casas y el empleo de ovitrampas y larvitrampas (OPS 1995). Con el primer mtodo se examinan todos los recipientes dentro y fuera de las casas y se hace una identificacin microscpica de las lar-vas encontradas. Los resultados se expresan como el ndice de casas (porcentaje con estadios larvarios de A. aegypti) y el ndice Breteau (nmero de recipientes infestados por cada 100 casas inspeccionadas). Las ovitrampas son recipientes con agua colocados por los inspectores en las casas para atraer a los mosquitos a depositar huevos en ellos. Se hacen comnmente con secciones radiales de llantas y frascos de plstico o de vidrio. Son especialmente tiles para detectar nuevas infestaciones o reinfestaciones y resultan econmicas en funcin del tiempo que invierten en ello los inspectores. Los resultados se expresan como un porcentaje de las trampas positivas. Para determinar el grado de infestacin, no es necesario inspeccionar todas las casas de una localidad. Segn las indicaciones publicadas por la OPS, dependiendo del tamao del rea donde se realiza la

encuesta y la precisin deseada en el ndice, se puede tomar una muestra generalmente de 10 a 33% de las casas distribuidas uniformemente en el lugar (OPS 1995). Para detectar nuevas infestaciones, se visitan peridicamente los lugares con mayor probabilidad de convertirse de nuevo en focos de infestacin para el resto del lugar, como cementerios, talleres de cambio de llantas y cementerios de automviles (Kittayapong y Strickman 1993).

1.9 La Vigilancia Epidemiolgica El objetivo de este sistema es la deteccin temprana de casos de dengue de manera que puedan aplicarse medidas de control lo ms rpido posible, para interrumpir la transmisin y prevenir epidemias. Para ello es necesario realizar bsquedas activas de casos y estudios epidemiolgicos. En todo ello se ha de tener en cuenta la situacin epidemiolgica particular de la zona de que se trate. De acuerdo a la OPS (OPS 1995) las etapas de vigilancia epidemiolgica son: Sistematizar y dar prioridad a la vigilancia activa como instrumento principal en la deteccin temprana de casos o brotes epidmicos. Fortalecer la vigilancia activa en todas las instituciones de salud, estatales y privadas, locales y municipales, con personal debidamente capacitado. Establecer puntos o centros centinela para vigilar la enfermedad y conocer los serotipos que circulan. Es especialmente importante poder reconocer el serotipo DEN-3 del dengue en las zonas donde no se haba detectado antes. Actualizar los conocimientos del personal mdico de los diversos niveles de atencin de la salud para que perfeccione su capacidad de diagnstico diferencial, clasificacin clnica y tratamiento del dengue. Hacer anlisis integrales del curso de los sndromes febriles y de la situacin entomolgica local para intensificar la bsqueda activa de casos. Estratificar las diferentes zonas urbanas por factores de riesgo basados en la densidad poblacional de larvas y adultos del vector, la distribucin espacial de los casos que se hayan presentado, el saneamiento ambiental, el abastecimiento de agua y los antecedentes de dengue. Aplicar las normas tcnicas divulgadas por la OPS para consolidar la vigilancia serolgica y virolgica de casos sospechosos. Informar a los centros locales de los resultados de laboratorio. Incrementar la cobertura y mantener el control de la calidad de la red de laboratorios y des-centralizar el diagnstico serolgico teniendo en cuenta las caractersticas epidemiolgicas, de comunicaciones, de las vas de acceso y socioeconmicas de cada pas. La vigilancia epidemiolgica requiere la bsqueda activa y toma de muestras de casos febriles o comprobacin del diagnstico clnico en las comunidades, acompaada de informacin sobre el inicio de la fiebre y el lugar de residencia de cada paciente. Las

muestras tienen que procesarse en el laboratorio para identificar el serotipo viral infeccioso y para que sea inmediata la notificacin a los centros de atencin mdica. La vigilancia epidemiolgica se apoya en la entomolgica para determinar el tipo de mosquito presente. Adems, exige investigacin sobre los mejores mtodos de control del dengue para las distintas localidades y estudios de factores sociales que influyen en el comportamiento de la comunidad ante los criaderos de mosquitos, situaciones de alerta epidemiolgica, etc. La ejecucin adecuada de la vigilancia requiere sistemas de informacin y adiestramiento del personal involucrado en diagnstico clnico, tcnicas de laboratorio, tratamiento de casos y otros aspectos. La evaluacin peridica es esencial para mantener el nivel de excelencia (OPS 1998).

1.10 Conclusiones El dengue, es una enfermedad viral con variacin gentica manifiesta en cuatro serotipos (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4) los cuales, al circular conjuntamente, permiten la ocurrencia de infecciones repetidas en la misma persona, ocasionando el cuadro clnico mortal de dengue hemorrgico. Las cuatro variantes son transmitidas por Aedes aegypti como vector primario y Aedes albopictus como secundario. En los pases Latinoamericanos, el abandono de las campaas contra esta enfermedad provoc a partir de los 60s, la reinfestacin de A. aegypti y con ello el resurgimiento de este problema de salud pblica. Actualmente esta situacin tiende a agravarse, dadas las altas densidades del vector, aunado a la circulacin de los cuatro serotipos y el hacinamiento de poblaciones marginadas que viven en condiciones de pobreza e insalubridad generando as las condiciones epidemiolgicas para ello. Consecuencia aparte, es el efecto negativo en el desarrollo socioeconmico de los pases. A. albopictus ya est bien establecido en el noreste de Mxico, en Tamaulipas y Nuevo Len; y todo indica que su invasin proveniente de U.S.A. seguir expandindose hacia lo largo de la costa del Golfo de Mxico. El vector tambin se encuentra en Chiapas, a donde llego proveniente de Guatemala. La presencia de este vector significa un factor que viene a complicar ms la situacin epidemiolgica del dengue, porque es altamente competente para transmisin transovarica del virus. El plan contra A. aegypti debe ser integral. Considerando que el uso de insecticidas es slo complementario, debe realizarse ste de manera sistematizada y en base a un programa de muestreo del vector con tamaos de muestra optimizados a niveles conocidos de probabilidad. El muestreo puede hacerse con ovitrampas, captura de adultos (media aritmtica), % de recipientes positivos para larvas o pupas por cuadra, pero enfocando la medida como el estadstico p de la distribucin binomial para poder inferir con poder probabilstico sobre los parmetros del vector y su estratificacin poblacional; y esto hasta la fecha no existe. El uso de los ndices aedicos ha sido la medida clsica poblacional para A. aegypti pero no son confiables. Ya existen estudios serios en la literatura en donde se ha demostrado que estos ndices no estn correlacionados con la fluctuacin poblacional de adultos del vector. Esto se debe a que los ndices fueron diseados para la fiebre amarilla, y se extrapolaron empricamente para usarlos con dengue. Hacen falta estudios para muestreo estadstico de las poblaciones de A. aegypti y A. albopictus.

Una vez que se tengan estos programas de muestreo estadstico del vector, ya se podrn estimar poblaciones o densidades criticas por localidades y ciudades, para monitoreo del vector, deteccin temprana de casos de dengue, eficacia del control qumico por zonas o colonias, susceptibilidad a insecticidas y otras medidas adecuadas para prevenir una epidemia.

1.11 Literatura Citada Centers for Disease Control and Prevention. 1995. Dengue type 3 infection-Nicaragua and Panama, October-November 1994. MMWR 44:21-24. Fernndez EA, Leontsini E & Sherman C. 1998. Trial of a community-based intervention to decrease infestation of Aedes aegypti mosquitoes in cement washbasins in El Progreso, Honduras. Acta Tropica 70: 171-183. Gubler DJ. 1988. Dengue. In: Monath TPM (ed.) Epidemiological of Arthropod-Borne Viral Disease. Boca Raton (FL), CRC Press, 380 p. Gubler DJ & Clark GG. 1994. Community-based integrated control of Aedes aegypti: a brief overview of current programs. Am J Trop Med Hyg 50: 50-60. Gubler DJ & Trent DW. 1994. Emergence of epidemic dengue/dengue hemorrhagic fever as a public health problem in the Americas. Infect Agents Dis 2: 383-393. Gubler DJ & Clark GG. 1995. Dengue/dengue hemorrhagic fever: The emergence of a global health problem. Emerg Infect Dis 2: 55-57. Guzmn MG & Kouri G. 2002. Dengue: an update. The Lancet Infect Dis 2: 33-42. Halstead SB. 1992. The XXth century dengue pandemic: need for surveillance and research. Rapp Trimest Statist Sanit Mondo 45:292-298. Kittayapong P & Strickman D. 1993. Three simple devices for preventing development of Aedes aegypti larvae in water jars. Am J Trop Med Hyg 49: 158-165. Lanciotti RS, Lewis JG, Gubler DJ & Trent DW. 1994. Molecular evolution and epidemiology of dengue-3 viruses. J Gen Virol 95: 65-75. Leontsini E, Gil E, Kendall C & GG Clark. 1993. Effects of a community-based Aedes aegypti programme on mosquito larval production sites in El Progreso, Honduras. Trans Royal Soc Trop Med Hyg 87: 267-271. Lloyd LS, Winch P, Ortega-Canto J & Kendall C. 1992. Results of a community-based Aedes aegypti control program in Merida, Yucatan, Mexico. Am J Trop Med Hyg 46: 635-642. OPS. 1995. Dengue y Dengue Hemorrgico en las Amricas: Guas para su Prevencin y Control. Washington DC: Organizacin Panamericana de la Salud (Publicacin cientfica 548).

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II. Competencia Vectorial de Aedes aegypti: El Vector del DengueFiliberto Reyes-Villanueva1

Instituto Politcnico Nacional. Centro de Biotecnologa Genmica, Laboratorio de Biomedicina Molecular. Boulevard del Maestro S/N esquina Elas Pia. Col. Narciso Mendoza, 88710, Apdo. Postal 152, Reynosa, Tamaulipas, Mxico. Email: [email protected]

2.1 Introduccin El dengue es la arbovirosis ms importante en las Amricas por su resurgencia marcada en las ltimas dcadas (Seijo 2001). Es causada por un Flavivirus de cadena simple de ARN muy variable y definido en cuatro serotipos (DEN-1, DEN-2, DEN-3 Y DEN-4) para los cuales no existe vacuna. Todos ellos producen la fiebre de dengue clsico (FD), mientras que las infecciones secundarias asociadas al DEN-2 (Monath 1995) producen la expresin grave y letal conocida como fiebre hemorrgica del dengue (FHD) (Gubler 2006). El virus es primitivo y se especula que originalmente era patgeno de mosquitos para despus adaptarse a los primates y al hombre (Gubler 1997). Se ha estimado que el 20% de la poblacin mundial est en riesgo de infeccin, con una incidencia de 100 millones de casos de FD y 250,000 de FHD (Monath 1995). Estas incidencias ocasionan la muerte de hasta 10,000 nios anualmente debido al FDH (Rico-Hesse et al. 1997). En Mxico, dado que circulan los 4 serotipos (Ibez-Bernal et al. 1997) y que el vector primario Aedes aegypti est ampliamente distribuido, la situacin tambin es muy grave con ms de 30,000 casos por ao. En el noreste, el nmero de casos fue de 5,000 en Nuevo Len en el 2003, en el 2005 rebas los 10,000 en Tamaulipas, y en el 2007 hubo 5,000 casos en Nuevo Len, con al menos 500 de FDH (MMWR 2008). 2.2 La Competencia Vectorial de Aedes aegypti Aedes aegypti transmite horizontal y verticalmente los cuatro serotipos del virus DEN y en Mxico ya circulan todos (Gunther et al. 2007). Desde 1899, Carlos Finlay propuso que el virus de la fiebre amarilla era transmitido verticalmente por A. aegypti (Finlay 1899). Los primeros reportes comprobados para el DEN datan desde 1983, cuando fue identificado en el sureste de Asia (Burma) y en Trinidad y Tobago para Amrica Latina, donde aislaron el virus a partir de larvas de A. aegypti colectadas en casas donde haban ocurrido casos recientes de dengue (Khin y Than 1983, Hull et al. 1984). En Mxico, ya se report la transmisin vertical (no se sabe si es transovum o transovarica) de los serotipos 2, 3 y 4 que fueron aislados de adultos recin emergidos de larvas colectadas en dos zonas endmicas de Oaxaca; es un estudio reciente y el nico en la literatura para A. aegypti en Mxico (Gunther et al. 2007). Esta transmisin vertical es una adaptacin del virus al vector para sobrevivir los perodos interepidmicos o el invierno, por lo que A. aegypti es el reservorio natural del virus (Tesh 1984). Y esto ya fue demostrado en laboratorio cuando el virus fue mantenido hasta la 7 generacin en A. aegypti con una tasa de infeccin vertical de 15% (Cuadro 1) (Joshi et al. 2002). La susceptibilidad del vector a la infeccin viral est asociada a las tasas de transmisin vertical que presente una determinada poblacin. A mayor transmisin

vertical la susceptibilidad del vector a la infeccin se incrementa (Mourya et al. 2001). Por lo tanto, A. aegypti es el vector primario del dengue a nivel mundial por su capacidad de transmisin ms sus hbitos altamente antropoflicos, endofgicos y endoflicos (Hawley 1988). Ahora bien, la competencia vectorial se define como la capacidad innata de un vector para infectarse con un patgeno, permitir su reproduccin y/o replicacin en l y luego transmitirlo eficientemente hacia la poblacin husped expuesta, y es una expresin de factores intrnsecos y extrnsecos respecto al vector (Hardi et al. 1983). Cuando una hembra queda infectada por una picadura sobre una persona viremica y que despus se torna infecciosa, es el resultado de la interaccin de la estructura gentica del mosquito, del serotipo viral, la respuesta inmune del humano virmico sobre el cual el mosquito se aliment, ms el efecto potencial del ambiente. Cuadro 1. Mosquitos Positivos (%) para el Virus Dengue en Siete Generaciones Sucesivas de Aedes aegypti* (Tomado de Joshi et al. 2002). Machos Nmeros positivos Probados (%) 123 3 (2.4) 158 12 (7.6) 258 22 (8.5) 122 8 (6.6) 154 14 (9.1) 145 13 (9.0) 157 16 (10.2) Hembras Nmeros positivos positivo Probados (%) 167 5 (3.0) 144 14 (9.7) 173 34 (19.7) 125 21 (16.8) 166 23 (13.9) 120 18 (15.0) 176 26 (14.8)

Total (%) 2.8 8.6 13.0 11.7 11.6 11.7 12.6

F1 F2 F3 F4 F5 F6 F7

* P = 0.0088 por la prueba exacta de Fisher, en donde la proporcin de machos y hembras fueron comparadas

El tiempo (das) que transcurre desde la ingesta de sangre virmica hasta que el virus infecta glndulas salivales, se conoce como Perodo de Incubacin Extrnseca (PIE) (Fig. 2), mientras que los das que transcurren entre dos alimentaciones a replecin o bien entre dos oviposiciones, se llama ciclo gonotrfico (CG) (Clements 1992). Cuando existe una congruencia de una sola comida de sangre-una oviposicin para un CG, se dice que ese mosquito posee concordancia gonotrfica y es concordante. Si no exhibe esa tendencia o hay varias alimentaciones parciales o completas (pregravidez) o bien varias oviposiciones, se ha propuesto el concepto de discordancia gonotrfica y el mosquito es discordante (Swelengrebel 1929, Rao 1947, Gillies 1955). A. aegypti es un mosquito discordante porque la ingestin de comidas mltiples ya est bien documentada en la literatura desde hace mucho tiempo (MacDonald 1956). Puede ingerir hasta 5 l de sangre pero si ingiere 2 l o menos, la hembra va a digerir la sangre en 36-48 h y se tornar hambrienta nuevamente (Klowden 1994). Procesando hembras histolgicamente se ha registrado una alta incidencia de comidas mltiples parciales (Scott et al. 1993). Tambin se sabe que la longitud alar se relaciona directamente con el volumen de sangre ingerida y que cuando la longitud

alar es menor de 2.7 mm, esa hembra requerir una 2da comida en 24-36 h (Klowden y Lea 1979, Feinsod y Spielman 1980). El tamao corporal es muy variable en las poblaciones naturales y afecta la duracin del PIE y del CG. El tamao del adulto depender de la densidad larval en los criaderos. Se considera que de una densidad de 200 larvas/L emergern adultos grandes con longitud alar de 3.0 3.7 mm, una densidad de 400 larvas/L producir adultos con longitud alar de 2.4 3.3 mm, y finalmente los criaderos con hacinamiento extremo de ms de 1000 larvas/L producirn adultos pequeos en el rango de 2.1 2.9 mm (Briegel 1990). Por lo tanto, entre los diferentes factores extrnsecos, el tamao corporal es importante porque afecta al tamao del inculo viral, al producto del ttulo viral y al volumen de sangre ingerida (tamao del mosquito), y ello a su vez determina la probabilidad para que el virus se disemine dentro de la hembra hasta llegar a la infeccin de glndulas salivales (Rosen et al. 1985).

Fig. 2. Estructuras que funcionan como barreras de competencia vectorial en un mosquito contra la invasin de un patgeno. En el caso del virus Dengue ste tiene que pasar por membrana peritrfica (C), epitelio estomacal y lmina basal (D), y glndulas salivales (H). El tiempo que transcurre desde la ingestin de la sangre virmica hasta que el virus est en glndulas salivales, se conoce como Perodo de Incubacin Extrnseca (PIE) (Tomado de Beerntsen et al. 2000).

Las hembras grandes ingieren el doble de sangre que las pequeas y su fecundidad se cuadruplica; tambin presentan una mayor agresividad de picadura conforme aumenta su longevidad (Steinwascher 1982), lo cual sugiere que estas hembras pueden ser ms peligrosas epidemiolgicamente. No obstante, las hembras pequeas son ms propensas a ingerir comidas mltiples completas o parciales en el mismo CG por ser adultos dbiles nutricionalmente (Nasci 1991). En nuestros estudios llevados a cabo con las poblaciones de A. aegypti en la zona metropolitana de Monterrey, NL, hemos observado que la poblacin de adultos exhibe una curva bimodal en el ao con el pico mayor durante el perodo agostonoviembre en congruencia con las lluvias de origen ciclnico (Salas-Luvano y ReyesVillanueva 1994). Tambin hemos registrado que las comidas mltiples son un evento comn en las poblaciones vectoriales locales con lo cual aumenta el riesgo de infeccin. En otro estudio demostramos que la longitud alar de las hembras de Monterrey, NL, varan de 1.8 hasta 3.3 mm y que las pequeas (longitud alar < 2.9 mm) son ms propensas a ingerir 2-3 alimentaciones de sangre en 36 horas (Reyes-Villanueva 2004). Este escenario es muy peligroso porque cada comida significa una picadura por una hembra que puede ser infecciosa al tener el virus en glndulas salivales. Mediante un modelo logstico (Fig. 3)

observamos que las hembras grandes tienen una probabilidad para comidas mltiples de 0.20 la cual se eleva hasta 0.60 para el caso de las pequeas (Reyes-Villanueva y RodrguezPrez 2004). En resumen, la longitud alar es una variable clave a registrar en las poblaciones de A. aegypti cuando se est conduciendo un estudio sobre competencia vectorial, tanto en laboratorio como en campo. El PIE se acorta a mayor temperatura. A 30oC se ha reportado que flucta entre 12 y 15 das, para mosquitos infectados con una dosis viral alta y baja respectivamente (Watts et al. 1987). Aqu es importante la dosis con que se infecta el mosquito porque sta determina el tiempo en das de la viremia en los enfermos (Halstead 2008). En los estudios pioneros sobre este tpico y llevados a cabo con humanos, se determin que el PIE duraba entre 4.5 y 7 das, extendindose en algunos casos hasta 10 das, y que ocurri cuando los mosquitos se infectaron al alimentarse sobre enfermos a las 618 h antes de perodo febril (Simmonds et al. 1931). Recientemente se public que independientemente de la temperatura, el PIE tiene una duracin de entre 8 y 10 das, si las hembras se alimentan sobre sangre virmica cuyos ttulos sean superiores a 105 107/ml (Monath 1995). En general, el PIE es muy variable y se necesita que la dosis infecciosa media para mosquitos (DIM50) se eleve hasta un ttulo de 108 partculas por ml, sin mencionar el efecto del serotipo, porque en un experimento se registr que cuando los mosquitos se alimentaron sobre humanos enfermos con el DEN-1 (poco adaptado a humano) el PIE se alarg a 14 das (Sabin 1952). En un estudio se infectaron mosquitos con DEN-2 y con dosis ascendentes de ttulos virales; se encontr que a los 14 das postalimentacin, la tasa de mosquitos positivos para el virus fue de 3% a la dosis ms baja de DIM50/ml de 105.2, mientras que la proporcin lleg hasta el 100% cuando se alimentaron con una DIM50 DE 109.2 (Fig. 4). Por lo tanto, en este estudio los autores concluyeron que una dosis de 108 era suficiente para infectar al 90% de los mosquitos con el DEN-2 (Vazeille-Falcoz et al. 1999). En un estudio reciente con DEN-2 se encontr que el nmero de copias de ARN del DEN-2 alcanz un mximo a los 8 das postinfeccion fluctuando entre 6 y 9 das mediante el uso de PCR en laboratorio (Richardson et al. 2006). En conclusin pensamos que un estimador promedio para el PIE es de 10 das, en la consideracin de que a menudo, los mosquitos infecciosos fallan para transmitir el virus a una persona sana (Bancroft et al. 1982). Otra variable clave de competencia vectorial es estimar el CG.

Fig. 3. Regresin logstica para estimar la probabilidad de que una hembra de A. aegypti permanezca como gonoinactiva (= pregravida) despus de alimentarse de sangre a replecin, en funcin de la longitud alar, para las poblaciones vectoriales de Monterrey, NL (Reyes-Villanueva y Rodrguez-Prez 2004). El intervalo entre dos oviposiciones (o entre dos alimentaciones a replecin tericamente) es relevante porque permite estimar la probabilidad para que una hembra llegue a transmitir al virus. El CG se ha estudiado en este vector desde hace mucho tiempo. A nivel de laboratorio el CG se ha estimado con un intervalo de 3 a 5 das, pero en estudios usando la tcnica de marcaje-recaptura se ha estimado en 4 das en Tanzania, frica a una temperatura promedio de 24oC (McClelland y Conway 1971). Estos autores reportaron que una hembra fue recapturada al 4to da y luego otra vez al 5to da, evidencindose que la ingesta mltiple son comunes hasta tambin el 2do CG. Nuevamente, la incidencia de comidas mltiples complica el clculo del CG. En los estudios de laboratorio de CG al menos el 50% de las hembras se alimentan por segunda ocasin al primer da y en el campo se ha encontrado que una proporcin significativa de hembras capturadas, tiene sangre fresca en el estmago o bien son semi o grvidas completas (MacDonald 1956), tal y como lo hemos encontrado en Monterrey. Otro mtodo para calcular el CG en campo es mediante el anlisis con correlaciones cruzadas de una serie de tiempo de capturas diarias (Mutero y Birley 1987). Este mtodo se basa en la correlacin por mnimos cuadrados que existe entre las paridas y totales de una poblacin al analizarse con diferentes das de retraso (lags). Nosotros colectamos una serie de tiempo de 20 das consecutivos y al aplicar este mtodo pero con estimadores de mxima verosimilitud con SAS, el CG result ser de 5 das para A. aegypti de Monterrey (Cuadro 2). Pensamos que este mtodo es ms confiable y ms prctico para la estimacin del CG a partir de poblaciones de campo del vector. El CG est asociado a otra variable de competencia vectorial para estimar la probabilidad de infeccin, que es la tasa diaria de sobrevivencia. Esta variable se expresa como una fraccin a nivel de centsimas porque se refiere a un valor de probabilidad y su smbolo es P. Los experimentos para determinar el valor de P en campo son notoriamente variables pero si hay

consenso en que el estimador para una poblacin se ubica entre 0.87 y 0.91 con un promedio de 0.89 para los estudios en reas endmicas de Asia (Focks et al. 1993).

Fig. 4. Proporcin de hembras de A. aegypti infectadas con DEN-2 a los 14 das postalimentacin y a dosis ascendentes de partculas virales (DIM 50) (Modificado de Vazeille-Falcoz et al. 1999).

El valor integral de P = 0.89 resulta en una longevidad promedio de 8.6 das. Debido a que la poblacin declina exponencialmente con la edad y aunque la mayora de las hembras muere a edad temprana, la cola de esta distribucin contiene las raras hembras ms viejas (e infecciosas) que son capaces de transmitir al virus. No obstante la mayora de las hembras no son infecciosas antes de morir. Tradicionalmente se ha considerado que P se mantiene constante en la vida del mosquito (Service 1993), pero estudios recientes sealan que P aumenta con la edad del vector. Mediante marcaje-recaptura de A. aegypti en campo en Puerto Rico, encontraron que P s aumenta con la edad, ya que sus valores fueron de P = 0.75 para hembras jvenes de 3 das (edad de liberacin de marcadas), y de 0.84 para hembras de 13 das de edad (edad de liberacin de marcadas) (Harrington et al. 2001). La tcnica de marcaje-recaptura es recomendable para estimar sobrevivencia en poblaciones vectoriales.

Da Lag -12 -11 -10 -9 -8 -7 -6 -5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Correlaciones Cruzadas Covarianza Correlacin -1 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 -0.786265 -0.00605 | . | . | -3.266613 -0.02512 | . *| . | 8.054254 0.06195 | . |* . | 8.176998 0.06289 | . |* . | -5.245652 -0.04035 | . *| . | -33.908800 -0.26080 | . *****| . | 1.782453 0.01371 | . | . | 42.800442 0.32919 | . |******* . | 10.129850 0.07791 | . |** . | -45.005990 -0.34615 | . *******| . | -28.727923 -0.22095 | . ****| . | 0.501575 0.00386 | . | . | 104.670 0.80504 | . |**************** | 2.727815 0.02098 | . | . | -71.125933 -0.54705 | ***********| . | -43.083926 -0.33137 | . *******| . | 46.301484 0.35612 | . |******* . | 69.888476 0.53753 | . |*********** | -20.704669 -0.15924 | . ***| . | -50.379272 -0.38748 | . ********| . | -8.203819 -0.06310 | . *| . | 25.149308 0.19343 | . |**** . | 26.969411 0.20743 | . |**** . | -42.095753 -0.32377 | . ******| . | -6.889695 -0.05299 | . *| . | "." 2 ES

Cuadro 2. Determinacin del ciclo gonotrfico para poblaciones de A. aegypti en la zona de Monterrey, NL, mediante anlisis de correlaciones cruzadas (mtodo de Birley modificado para mxima verosimilitud) de series de tiempo con SAS para una serie de tiempo de 20 das de captura con cebo humano (Reyes-Villanueva F, material indito). Note como el primer pico del ndice R despus del da 0 se ubica al da 5, estimndose el CG en 5 das). Una vez que el virus se disemina a las glndulas salivales la probabilidad de transmisin vara con la frecuencia de picadura, lo cual ya mencionamos se relaciona con la duracin del CG. ste es el punto clave. Las hembras que toman 2 3 comidas parciales (interrumpidas) despus de una comida a replecin en el mismo CG, pueden ser comidas infecciosas y an ms si las toman sobre diferentes personas. Epidemiolgicamente el mayor nmero de comidas parciales debido a un aumento en la temperatura en 2 3 oC, equivale a que la densidad de A. aegypti se duplique (Halstead 2008). Por lo tanto, porque las comidas parciales son ms incidentes en las hembras pequeas, es necesario registrar la proporcin de las pequeas como variable de competencia y estimar cul es su proporcin en el sector de las hembras ms viejas. Aparte de la tcnica de marcaje-recaptura, una forma emprica y prctica de estimar el % de hembras viejas es midiendo el grado de desgaste mediante una escala ordinal en los bordes posteriores de las alas de las hembras capturadas en campo (Service 1993).

2.3 Fecundidad La fecundidad de A. aegypti se ha trabajado desde los estudios clsicos de Paul A. Woke en 1937. En un estudio posterior se report que la sangre humana era la mejor para la

fecundidad del vector en comparacin a la de otros siete vertebrados, incluyendo anfibios (una rana) (Woke et al. 1956). Sin embargo, estos estudios pioneros se llevaron a cabo sin controlar otras variables independientes clave como lo son la densidad larval y el tamao corporal del adulto. Woke determin la fecundidad mxima de A. aegypti porque us una densidad de slo 50 larvas/L y aunque no registr tamao corporal seguramente trabaj con hembras muy grandes y nutricionalmente ptimas en sus estudios. En otro estudio clsico se pes el volumen de sangre ingerida (mg) por cada hembra y se correlacion con el nmero de huevos puestos, y se calcul la ecuacin de regresin Y = 15.2 + 28.2X, pero curiosamente no mencionaron nada acerca de la densidad larval usada para obtencin de los adultos (Hien 1976). Aunque la fecundidad est limitada por el nmero de ovariolas que tiene cada ovario (100120 ovariolas/ovario) en A. aegypti (Christophers 1960), s disminuye marcadamente con la edad fisiolgica en los mosquitos (Hurd et al. 1995). El nmero de huevos vara entre 72 y 158/hembra, de manera que la mediana del nmero de ovariolas (113) es muy similar a la mediana de huevos/hembra (115). Hembras jvenes (3 das de edad) que se alimentaron slo de sangre de pollo produjeron una media de 60 3 huevos, mientras que hembras viejas (12 das) alimentadas de azcar y sangre de pollo pusieron 75 5 huevos respectivamente (Nayar y Sauerman 1977). La isoleucina es un aminocido esencial para la vitelognesis en mosquitos (Briegel 1990). La sangre de aves y roedores tiene mayores niveles de este aminocido que la sangre humana (Day et al. 1994). No obstante paradjicamente cuado A. aegypti se alimenta slo de sangre humana es ms fecundo y longevo que cuando se alimenta sobre aves o roedores. Lo anterior se debe a que la ingestin de sangre pobre en isoleucina induce en las hembras la movilizacin de nutrientes de sus propias reservas para completar la ovognesis (Briegel 1990). En Puerto Rico, adultos grandes de 2.95 mm de longitud alar y confinados en jaulas, se alimentaron con sangre humana, y sangre humana ms azcar; reportaron una media de 18 huevos/da en aquellos con slo sangre humana, y de 13 huevos/da para aquellos con dieta combinada (Naksathit y Scott 1998). Este estudio de Puerto Rico puede ser til como referencia para estudios de fecundidad. Es necesario medir la longitud alar cuando se va a estimar fecundidad en mosquitos alimentados solo con sangre humana, tal y como sucede en las poblaciones urbanas de A. aegypti que usualmente no ingieren azcares (Edman et al. 1992, Scott et al. 1997), aunque en el sur tropical de Mxico s se ha reportado hasta un 21% de mosquitos positivos para azcares en campo (Martnez-Ibarra et al. 1997). Dada la controversia en este tpico, es aconsejable controlar tambin la densidad larval de cra de la colonia experimental, lo cual permitir una mayor confiabilidad en los estimadores de fecundidad si se registra el tamao corporal independientemente de la dieta, y luego correlacionarlo con el nmero de huevos puestos por cada hembra, tal y como lo manej Briegel (1990). Segn este autor, como ya se mencion anteriormente, la densidad larval puede ser de 200, 400 y 1000 larvas/l y la longitud alar estar en el rango de 3.03.7 mm, 2.43.3 mm y 2.12.9 mm respectivamente. Este criterio tambin es confiable para aplicarlo experimentalmente en estudios de fecundidad de A. aegypti. En nuestros estudios hemos encontrado hembras muy pequeas en el rango de 1.8 2.0 mm para Monterrey, as la mediana del rango 1.8 3.3 mm es 2.6 mm para la localidad (Reyes-Villanueva 2004). 2.4 Dispersin de adultos Debido a que A. aegypti es altamente sinantrpico, sus poblaciones de adultos tienden a permanecer en o muy cerca de los sitios (o cuadras) en donde se criaron como larvas (Edman et al. 1998). Estudios clsicos en base a marcaje-recaptura han demostrado que aunque los

adultos se pueden desplazar hasta 500 m o ms (en frica), la mayora de la poblacin se queda en un dimetro no mayor de 50 m a partir del punto de liberacin, en zonas urbanas (Sheppard et al. 1969, Trpis y Haussermann 1986, Trpis et al. 1995). Se debe a que su comportamiento altamente endofgico y endoflico hace que las hembras permanezcan dentro de las casas en la vecindad inmediata de sus sitios de cra, y adems los machos tambin tienden a entrar a las casas para buscar y copular con las hembras. No obstante, el comportamiento de oviposicin determina en parte el grado de dispersin de los adultos; si en un sitio o en las casas de una cuadra urbana se eliminan los criaderos larvales y de oviposicin, los adultos van a tender a desplazarse a las cuadras vecinas en busca de sitios de oviposicin. El grado de abundancia y caractersticas de los criaderos larvales como sitios de oviposicin, son variables en funcin de la estacin, localidad, colonia y nivel socioeconmico de los habitantes de las casas. En la medida que haya pocos criaderos es que las hembras de A. aegypti tendern a estar fuera de las casas dispersndose en busca de sitios de oviposicin. Por lo tanto se requiere hacer una inspeccin muy cuidadosa de los criaderos larvales potencialmente disponibles para oviposicin, en las casas de la colonia o localidad donde se llevar a cabo un estudio sobre dispersin de este vector. Tambin la tcnica de marcajerecaptura es la aconsejable en este tipo de estudios (Edman et al. 1998). 2.5 Literatura Citada Bancroft WH, Scott RM, Brandt WE, McCown JM & Eckels KH.1982. Dengue-2 vaccine: infection of Aedes aegypti mosquitoes by feeding on viremic recipients. Am J Trop Med Hyg 31: 1229-1231. Beerntsen BT, James AA & Christensen BM. 2000. Genetics of mosquito vector competence. Microbiol & Mol Biol Rev 64: 115-137. Briegel H. 1990. Metabolic relationship between female body size, reserves, and fecundity of Aedes aegypti. J Insect Physiol 36: 165-172. Christophers SR. 1960. Aedes aegypti (L.) The Yellow Fever Mosquito: its Life History, Bionomics and Structure. Cambridge University Press. 738 pp. Clements AN. 1992. The Biology of Mosquitoes. Vol.1, Reproduction. London: Chapman & Hall. Development, Nutrition and

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III. Control de Mosquitos con Aplicaciones de Spinosad: Un Nuevo BioinsectidaJuan Guillermo Bond Compean1, Carlos F. Marina 1, Claudia M. Prez2 y Trevor Williams 2,31

Centro de Investigacin de Paludismo- INSP, Tapachula, Chiapas; Mxico, Email: [email protected] . 2El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), Tapachula, Chiapas, Mxico, 3Instituto de Ecologa, A.C., Veracruz, Mxico.

3.1 Introduccin El control de los insectos vectores de importancia mdica en Mxico se realiza principalmente a travs de la aplicacin de insecticidas rganofosforados y piretroides (Arredondo-Jimnez et al. 1993, WHO 1995). Sin embargo, existe evidencia desde hace aos de que el uso excesivo de estos insecticidas provocan daos a la salud del hombre y al ambiente (Attaran et al. 2000, Walker 2000). Por otra parte, los mosquitos han desarrollado resistencia hacia los insecticidas sintticos (Sina y Aultman 2001, Braga et al. 2004). Estos problemas han causado que la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) considere necesario el desarrollo de nuevos mtodos de control, que sean menos dainos a la salud humana debido a la persistencia y bioacumulacin de compuestos xenobiticos persistentes en los ecosistemas, as como a los organismos no blanco y al ambiente. En este contexto, la OMS considera de gran importancia la identificacin y evaluacin de nuevos mtodos de control alternativos en la lucha antivectorial (WHO, 1991; 1995).

3.2 El Spinosad: Un Insecticida Biorracional El spinosad es una mezcla de dos molculas macrlidos tetracclicas, spinosina A y D, producidas durante la fermentacin de un actinomiceto del suelo Saccharopolyspora spinosa (Thompson et al. 1999). Su modo de accin se caracteriza por la excitacin del sistema nervioso central de los insectos, mediante la activacin de los receptores acetilcolnicos nicotnicos post-sinpticos y los receptores GABA, causando contracciones involuntarias de los msculos, temblores y la muerte (Salgado1997). Este bioinsecticida presenta muy baja toxicidad para mamferos y aves, mientras que se considera ligeramente txico para peces (Thompson et al. 1999) y poco txico para la mayora de los insectos depredadores que funcionan como enemigos naturales (Williams et al. 2003). Debido a estas caractersticas, la Agencia de Proteccin al Ambiente de los Estados Unidos (EPA) lo ha clasificado como un material de bajo riesgo (Thompson et al. 2000). El spinosad, se ha utilizado principalmente para el control de plagas de cultivos de los rdenes Lepidptera, Coleptera y Dptera (Thompson et al.1999, Watson 2001). Las investigaciones sobre la toxicidad de spinosad hacia los dpteros son escasas y principalmente estn enfocadas al control de las moscas de la fruta (Adn et al. 1996, McQuate et al. 2005). 3.3 Toxicidad del Spinosad en Laboratorio Existen pocos estudios realizados con vectores de importancia mdica. Debido a la aparicin de la resistencia a insecticidas sintticos en varias especies de mosquitos (Sina y Aultman 2001, Braga et al. 2004) y a la bsqueda de nuevas opciones para el control de estos insectos,

varios trabajos de investigacin se han enfocado a realizar experimentos en laboratorio para conocer el potencial del spinosad como larvicida. En general, se puede observar que es altamente txico para la mayora de los vectores estudiados (Cuadro 1), con valores de concentracin letal 50% (CL50) de 0.006 a 0.3 partes por milln (p.p.m.). Sin embargo, existen algunas diferencias en la susceptibilidad intra e interespecfica. Estas diferencias pueden deberse a algunas condiciones genticas entre las especies o a diferencias entre cepas de la misma especie de vector. Por otra parte, Paul et al. (2006) reportaron una CL50 muy alta (160 p.p.m.) para Aedes aegypti, con una exposicin de 72 h. Este resultado contrastante no tiene explicacin dada la alta toxicidad demostrada del spinosad en el control de mosquitos en campo (Cuadro 1).

3.4 Spinosad en el Control de Mosquitos: Pruebas de Campo Estudios realizados en campo confirman la eficiencia del spinosad en el control de larvas de mosquitos comparado con el insecticida rganofosforado temefos y el insecticida microbiano Vectobac, Bacillus thuringiensis israelensis (Bti). Recipientes tratados con spinosad a 10 p.p.m. inhibieron por 22 semanas el establecimiento de estadios inmaduros de A. aegypti, Culex spp. y chironmidos (Cuadro 2). Los tratamientos de spinosad a 1 y 5 p.p.m. impidieron el establecimiento de larvas de A. aegypti en recipientes en condiciones seminaturales por 8 y 13 semanas, y se observ un porcentaje de inhibicin de 55 y 84%, respectivamente (Bond et al. 2004). El tratamiento de temefos tuvo una eficiencia para impedir la cra de A. aegypti entre 8 y 11 semanas. Por otra parte, el spinosad a 1 y 5 p.p.m. demostr mayor eficiencia con Culex spp. debido a que inhibi la cra de larvas por 15 y 17 semanas, respectivamente. El tratamiento de Bti (Vectobac), realiz una pobre proteccin con slo dos semanas de inhibicin contra el establecimiento de inmaduros de A. aegypti y redujo la reproduccin en slo un 22% comparado con el control. Sin embargo, durante el curso del experimento se pudo observar un pequeo nmero de larvas muertas que sugieren que el patgeno persisti y sigui causando mortalidad en las larvas de mosquito. El Vectobac no fue efectivo contra Culex spp. (Bond et al. 2004). En un estudio reciente llevado a cabo durante las estaciones de sequa y lluvia en cementerios en el sur de Chiapas, se compar la eficiencia del spinosad a 1 y 5 p.p.m. con la de temefos y Bti (Prez et al. 2006). El spinosad a 1 p.p.m. inhibi completamente la cra de A. aegypti por 8 semanas mientras que a 5 p.p.m. la impidi hasta por 11 semanas (Cuadro 2). En cambio el tratamiento de temefos result en un control absoluto de 11 a 14 semanas, mientras que el Vectobac mostr un desempeo similar al que se observ en el estudio de Bond et al. (2004) pues inhibi la cra del mosquito durante slo dos semanas.

Cuadro 1. Toxicidad Aguda del Spinosad en Estudios de Laboratorio en Larvas de Diferentes Especies de Mosquitos.

Especie

Tiempo de Exposicin al Spinosad

CL50 (p.p.m.*) Referencia

Aedes albopictus A. aegypti

24 h 1h 1h 24 h 24 h 72 h 1h 24 h 24 h 24 h 24 h 24 h

0.2 0.4 0.025 0.026 0.0096 0.32 0.35 160 0.024 0.01 0.011 0.039 0.0064 0.027 0.093 0.12

Anopheles albimanus A. gambiae A. stephensi Culex pipiens C. quinquefasciatus C. quinquefasciatus Cepa VBFmcq** Cepa HAmCq** Cepa MAmCq** Cepa S-Lab**

Liu et al. (2004a) Bond et al. (2004) Prez et al. (2006) Romi et al. (2006) Darriet et al. (2005) Paul et al. (2006) Bond et al. (2004) Darriet et al. (2005) Romi et al. (2006) Romi et al. (2006) Cetin et al. (2005) Darriet et al. (2005) Liu et al. (2004b)

24 h 24 h 24 h 24 h

0.3 0.07 0.3 0.1

* p.p.m. = partes por milln (1 mg/litro = 1 p.p.m.). ** Cepas con resistencia a los insecticidas sintticos.

Por otra parte, tanques spticos turcos tratados con 100 y 200 g de spinosad por hectrea tuvieron una eliminacin de las larvas de C. pipiens por siete das y un alto nivel de control (>80%) hasta 14 das post-tratamiento (Cetin et al. 2005). La breve duracin del control observado en los tanques spticos probablemente fue debido a la dilucin continua del material activo y la degradacin microbiana en este tipo de hbitat. En un estudio reciente, el spinosad fue formulado con sacarosa y aplicado por pulverizacin a rboles de acacia en un oasis aislado del desierto de Israel (Muller y Schlein 2006). Los adultos de Anopheles sergentii y A. caspius utilizan los flores de acacia como su principal fuente de azcares y la aspersin de spinosad result en una disminucin muy importante del nmero de mosquitos capturados, hasta casi eliminar la poblaciones de estos vectores. Finalmente, en la mosca tsetse (Glossina palpalis gambiensis y G. morsitans morsitans) se evalu la toxicidad por va tpica y se encontr que el spinosad es extremadamente txico para dicho insecto, pudiendo llegar a ser una alternativa al uso de insecticidas como el endosulfn y la deltametrina en las aspersiones areas en pases africanos (Deken et al. 2004).

Cuadro 2. Tiempo (en semanas) de inhibicin absoluta de establecimiento de inmaduros de Aedes aegypti, Culex spp. y chironmidos en recipientes tratados con spinosad, temefos y Vectobac (Bacillus thuringiensis israelensis) en tres estudios de campo.

Especie Estudio y tratamientos

A. aegypti 3.5 Persist encia de Spinos ad y Respu esta de Ovipo sicin de Aedes aegypt i Estudio 1- Bond et al. (2004) No. de larvas + pupas en el control Tiempo de inhibicin absoluta Spinosad 1 p.p.m. Spinosad 10 p.p.m. Temefos Estudio 2- Bond et al. (2004) No. de larvas + pupas en el control Tiempo de inhibicin absoluta Spinosad 5 p.p.m. Vectobac Temefos Estudio 3- Prez et al. (2006) No. de larvas + pupas en el control Tiempo de inhibicin absoluta Spinosad 1 p.p.m. Spinosad 5 p.p.m. Vectobac Temefos 5286

Culex spp.

Chironmidos

646

1014

8 > 22 8 2326

15 > 22 13 203

8 > 22 2 934

13 2 11

17 0 16

7 3 2

La 527- 2814 persist encia del 7 -8 spinos 9 -11 ad 2 puede 11 -14 ser afectada por la radiacin solar. Soluciones de spinosad fueron expuestas a la radiacin solar directa y comparada con tratamientos establecidos en condiciones de sombra y laboratorio. Los resultados de este estudio indican que la desactivacin del spinosad expuesto al sol fue aproximadamente diez veces mas rpida comparada con condiciones de sombra (Prez et al. 2006). La vida media del tratamiento expuesto al sol fue de aproximadamente 2 das comparado con >20 das en la sombra. Hubo una correlacin importante entre la dosis acumulativa de radiacin ultravioleta (UV) y la actividad residual insecticida de las soluciones de spinosad expuestas al sol. Por otra parte, se realiz un experimento en jaulas con recipientes de agua pura y tratados con spinosad para investigar la atraccin-repelencia de mosquitos adultos. Las hembras grvidas de A. aegypti fueron ms atradas por el tratamiento de 20 p.p.m. de spinosad comparado con agua sola. Este efecto no se detect a una concentracin menor (5 p.p.m.). Sin embargo, las hembras ovipositaron un nmero similar de huevos en ambos tratamientos con spinosad (5 20 p.p.m.) comparados con sus respectivos tratamientos control. La eclosin de los huevos no fue afectada por el spinosad aunque el 94-100% de las larvas que eclosionaron en los tratamientos con spinosad murieron dentro de 24 h, debido a la presencia de residuos del bioinsecticida en la superficie de los huevos y en el papel filtro que se emple como sustrato de oviposicin (Prez et al. 2006).

3.6 Discusin y Conclusiones Los experimentos realizados en laboratorio con spinosad han demostrado que este producto es altamente txico contra larvas de diferentes especies de mosquitos de importancia mdica.

Estos estudios hacen suponer que este producto puede ser una valiosa alternativa en el control de larvas de moquitos culcidos y puede ser incluido dentro de los programas de manejo integrado de plagas de insectos vectores. Para maximizar la eficiencia de este bioinsecticida es necesario realizar estudios sobre formulacin de liberacin lenta y su validacin en diversas condiciones de campo. En los pocos estudios de campo realizados hasta la fecha se ha observado que la persistencia del spinosad a concentraciones bajas (1 y 5 p.p.m.) es similar a la de temefos, y notablemente mejor que la del Bti. El spinosad es an ms efectivo a una concentracin de 10 p.p.m. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que este producto es afectado por la radiacin solar (Prez et al. 2006) y podra disminuir notablemente su eficiencia y/o la duracin del control en criaderos de mosquitos como Anopheles albimanus y A. pseudopunctipennis que, por lo general, se encuentran expuestos al sol. Es interesante notar que durante estos experimentos de campo hemos observado una gran cantidad de huevos de mosquito en las paredes de los recipientes, indicando que el spinosad no repele la oviposicin. Sin embargo, en estos recipientes no se observaron larvas emergidas durante los muestreos, lo cual indica un efecto ovicida o larvicida del spinosad. Las propiedades ovicidas del spinosad han sido reportadas para especies de lepidpteros (Bret et al. 1997, Peterson et al. 1998) aunque al parecer la actividad ovicida del spinosad es menor en ambientes acuticos comparados con los causados por solventes orgnicos (Pineda et al. 2000). El spinosad es un compuesto que presenta muy baja toxicidad a los vertebrados. En el caso de los mamferos la DL50 es mayor a 5000 mg/Kg en ratones. Para las aves, la toxicidad es casi nula, en tanto que para los peces se clasifica de ligera a moderada y una CL 50 entre 5 y 30 p.p.m., dependiendo de la especie (Thompson et al. 2000). Asimismo, los riesgos hacia la salud humana son mnimos y eso puede ser una ventaja para su uso en el control de mosquitos. Sin embargo, el impacto del spinosad sobre organismos acuticos no blanco ha sido poco estudiado. Este compuesto es txico para varias especies de invertebrados acuticos como lo son Daphnia spp., chironmidos, camarones y moluscos (Pest Management Regulatory Agency 2001). Se ha observado que la exposicin continua de Daphnia pulex a spinosad a >0.01 p.p.m, puede llevar a la extincin de la poblacin, aunque el insecticida rganofosforado diazinn fue cinco veces mas txico (Stark y Vargas 2003). En conclusin, el bioinsecticida spinosad debido a sus propiedades tiene muy buenas posibilidades para ser tomado en cuenta como herramienta en los programas de control de los estadios acuticos de vectores de importancia mdica. Ser necesario emplearlo cuidadosamente en combinacin con otros insecticidas biorraccionales, como el metopreno y el Bti, para evitar el desarrollo de resistencia en las poblaciones de vectores. Adems, se requiere de estudios ms detallados que corroboren los resultados de nuestras investigaciones y tambin el desarrollo de formulaciones de liberacin lenta para ser utilizadas en tanques, tambos y otro tipo de recipientes que son utilizados para almacenar agua en las casas. Consideramos que el spinosad tiene el potencial de ser un larvicida muy eficiente en el control de insectos vectores de importancia mdica.

3.7 Literatura Citada Adn A, Del Estal P, Budia F, Gonzlez M & Viuela E. 1996. Laboratory evaluation of the novel naturally derived compound spinosad against Ceratitis capitata. Pest Sci 48: 261-268.

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IV. El Uso de la Bacteria Bacillus thuringiensis contra los Mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictusAlejandra Bravo de la ParraInstituto de Biotecnologa UNAM. Apdo. Postal 510-3, Cuernavaca, Morelos, 62250, Mxico. Email: [email protected]

4.1 IntroduccinUna de las principales preocupaciones a nivel mundial es el control de insectos que constituyen plagas agrcolas y vectores de enfermedades. Las estadsticas muestran que alrededor del 30% de los cultivos agrcolas se pierden en campo o durante su almacenamiento debido a la presencia de insectos plagas. Adems, muchas enfermedades como la malaria y el dengue, las cuales son trasmitidas por mosquitos, cobran cada ao la vida de decenas de miles de personas, fundamentalmente nios (Porter et al. 1993). Los insectos del orden Dptera, como mosquitos, son vectores de muchas enfermedades infecciosas de amplia distribucin mundial, como el dengue, virosis transmitida mediante la picadura del mosquito Aedes aegypti. Esta enfermedad es un problema de salud pblica, debido a que es endmica en ms de 100 pases tropicales. Desgraciadamente, a la fecha, no existen vacunas ni medicamentos que puedan prevenir o curar la enfermedad, por lo que el mejor mtodo para controlar el dengue es combatir al mosquito vector A. aegypti. Hasta el momento, el control de este tipo de insectos est basado en el empleo indiscriminado de insecticidas qumicos, lo que ha provocado que se generen un sinnmero de efectos adversos a nivel ambiental y de salud pblica. Desde el punto de vista ambiental el uso de plaguicidas qumicos ha contribuido en gran medida a la contaminacin de las aguas, la alteracin del equilibrio ecolgico por destruccin de insectos y otras especies benficas y el surgimiento de plagas agrcolas y vectores nuevos. Adems se ha generado la seleccin de organismos altamente resistentes. Es por estas razones que se requieren nuevas estrategias para el control de vectores de enfermedades en humanos. La utilizacin de microorganismos en el control biolgico de insectos es una alternativa atractiva. En este capitulo se cubren los mecanismos de accin de las toxinas insecticidas producidas por la bacteria Bac