leyendas del camino
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Leyendas del Camino de Santiago recopiladas por el alumnado de 5º curso del Colegio Público "Luis Gil" de Sangüesa.TRANSCRIPT
5º A y B de E. Primaria
Colegio Público “Luis Gil ”
El puente del diablo
e dice que en las afueras de Liédena, se encontraba un castillo
habitado por una bella doncella llamada Magdalena. Un día la
doncella cayó enferma y ningún medico sabía como curarla; todos los
habitantes estaban tristes y preocupados. Una de las criadas, llamada
Cliastela, se acercó al lecho de la enferma y le contó que tal vez las
poderosas aguas de la fuente del Liskar podrían curarla .
Dada la gravedad de Magdalena, la criada tomando un cántaro de oro salió
inmediatamente a por el agua
curativa. Tras un largo camino,
llegó a la foz y descubrió que
tanto la barca como el barquero
habían desaparecido como
consecuencia de una fuerte riada.
Desesperada Cliastela, al ver que
tardaría mucho en rodear el
bosque, se quejó en voz alta y
dijo:¿cómo a los dioses inmortales no se les habrá ocurrido hacer un puente?
En ese mismo momento apareció un hombre vestido de negro. Le ofreció su
ayuda asegurando que para el día siguiente sería capaz de construir un
puente allí mismo. ¡Jesús! -exclamó Cliastela sorprendida por la propuesta .
Al oír ese nombre, el hombre de negro desapareció. Un poco más tarde,
entre una nube de un olor desagradable, volvió otra vez . Lo primero que le
dijo a la criada es que no volviera a decir esa palabra . Mucho más
amable, volvió a decirle que era un enviado especial de los dioses y le
ofrecería su ayuda para que pudiese llegar al otro lado del río . Para que el
S
hombre pudiera comenzar con la construcción del puente tenían que hacer un
trato, era muy fácil . El hombrecillo se comprometía a construir un puente
que cruzara el río, y la criada, a cambio , le daría su alma .
Y esta la aceptó sin pensarlo; pero le dijo que la obra tenía que estar
acabada a las 6 en punto de la mañana del día siguiente .
Esa tarde Cliastela le contó a la princesa el pacto . Magdalena se quedó
muy triste y conmovida por la lealtad de su criada .
En ese mismo momento, otra reunión se celebraba en el infierno: nuestro
maloliente hombre animaba a otros diablos para que le ayudasen a
construir el puente . Dio comienzo la construcción del puente, los demonios
empujaron una roca hasta la parte más estrecha de la foz y una vez allí, se
pusieron a trabajar . Esa noche se oyó en toda la comarca un ruido, eran los
malvados diablos construyendo el puente .
-Ha quedado muy bien, y desde ahora se llamará “El Puente del diablo”
-gritó el Demonio celebrando su victoria. Eran ya las 5:30 de la mañana.
En ese mismo momento llegó la criada a su cita y el hombre de negro
rápidamente exigió su alma : ¡el puente estaba finalizado y aún no era la
hora que habían acordado!
Lo siento -dijo la criada - vuestro reloj funciona mal. ¡Mirad el reloj de la
torre! ¡Marca las 7! No habéis cumplido vuestra parte del trato y eso
rompe el pacto. ¡El reloj del infierno estaba atrasado 1 hora!
Desde hoy este puente se llamará el punte de Jesús – anuncio Cliastela.
Al oír el nombre, todos los demonios se tiraron en las aguas del río para
hundirse y no aparecer más .
En reconocimiento de la hazaña de Cliastela, el escudo de la villa de Liédena
lleva dibujado el Puente de Jesús .
Los pórticos gemelos
os visitantes del Camino de Santiago suelen sentir un sinfín de
emociones ante la bella ermita de Eunate. Su forma octogonal,
rodeada por un
claustro que fue románico y
que solo le queda una parte,
hace pensar en misteriosas
danzas, rituales, y en
reuniones iniciáticas de los
freires que probablemente
estarían lejos del bullicio
peregrino de la cercana ciudad
de Puente la Reina. El
pórtico, que da entrada a la
capilla, constituye un reto de
símbolos; un conjunto de
figuras extrañas y de
arquerías entre a las que se
distinguían estrellas o planetas, hombres barbados, que vistos al revés, se ven
como rostros diabólicos y se aprecian monstruos, anacoretas y monjes
templarios.
Precisamente a propósito de este pórtico se cuenta una extraña leyenda,
porque en una aldea muy cercana llamada Olcoz , el pórtico de la iglesia
parroquial luce otro pórtico gemelo a este compuesto por las mismas figuras
que el de Eunate. El pórtico de Santa María de Eunate le fue encargada
a un maestro cantero. Levaba ya muy adelantado su trabajo cuando tuvo
que asentarse y dejar inconclusa su labor. Las obras de la capilla
L
siguieron, pero la ausencia del escultor se prolongaba y los freires encargaron
su terminación a un cantero de los alrededores.
A su regreso vio su obra terminada por otro escultor. Entonces lo
emplazoron a labrar otro pórtico tan rápidamente como lo había hecho el
cantero local, en tres días. El maestro se vio perdido y fue a ver a una bruja
que habitaba cerca de un vecino rio, y esta, le dio una solución a su
problema.
El escultor siguió los consejos de la hechicera y se apostó en un remanso de
la orilla hasta ver salir a una enorme serpiente que acudía todas las noches a
bañarse en el río. En la orilla dejó una piedra lunar que escondía en su
boca. El escultor esperó a que la serpiente se alejara y recogiendo la piedra
corrió frente al pórtico. Introdujo la piedra en un cáliz lleno de agua y
colocando aquel objeto mágico bajo las piedras sin labrar esperó a que la
luna hubiera alcanzado su cenit. En ese mismo momento se produjo el
prodigio, y la piedra fue tomando forma casi sola bajo el buril del escultor y
reproduciendo exactamente todos los detalles; solo los nervios del escultor
hicieron que aparecieran diferencias como las que se pueden apreciar hoy en
día . A la mañana siguiente la escultura estaba terminada. Cuando apareció
por allí el viejo cantero local, vio reproducida su portada casi igual. Fue
entonces, cuando enfadado por la presencia de la copia, le atizó tal patada
que la portada salió volando y cayó en la vecina aldea de Olcoz, donde ha
permanecido hasta nuestros días.
La Virgen de la Caridad
na anciana salió de su casa con paso lento y vacilante. La tarde
de otoño era cálida, y se extendía sobre el suelo un precioso
manto de flores. La anciana se dirigió hacia un monte donde se
puso a recoger leña y algunas bellotas en un robledal que estaba cerca de
la aldea. Su trabajo se
interrumpió con un hallazgo
sorprendente: dentro de una
cueva, escondida por unos
tupidos quejigos encontró la
talla de una Virgen.
Regresó al pueblo lo más
rápidomente que sus piernas le
dejaban, y enseguida avisó a
los vecinos de Petilla de
Aragón de lo que había
encontrado. Los vecinos, sin
perder tiempo, se acercaron
hasta el lugar y entre
oraciones y cantos de alegría
decidieron llevar la imagen de la Virgen a la Iglesia del pueblo.
Pero, misteriosamente, la Virgen volvió a la cueva donde fue descubierta; y
por más que la trasladaban a la Iglesia, ella regresaba al robledal. Hasta
que los petillanos decidieron levantar una ermita en la soledad del monte,
desde donde la Virgen de Caridad protege a los habitantes del lugar. Hoy
dominando el valle, recortada contra el robledal, se puede visitar esta bella
ermita.
U
El pájaro Txori
ntre los muchos monumentos de Puente la Reina, es de recordar la
imagen de la Virgen del Puente, que se encontraban en una
hornacina en el puente de los peregrinos construido sobre el rio Arga.
Ese puente dio nombre a la ciudad. Para las gentes, el puente no era solo el
paso sobre un río o sobre un accidente del terreno, significaba el paso de un
mundo a otro. Tenía un significado transcedente. Había una vez, un
pájaro que se llamaba
Txori. En el lado
izquierdo del puente
había una Virgen. El
pajarillo era de todos
conocido, porque
ayudándose de su pico,
arrancaba las suciedades
de la imagen, y con las
alas limpiaba el polvo de ella. De esta manera, dejaba a la Virgen limpia
y con sus colores resaltados. A Txori le gustaba estar siempre cerca de la
imagen.
E
El origen de una romería
abía una vez un labrador que se llamaba Ramón que salió de
su casa con su esposa Juana. Se dirigían a Zaragoza. El
camino era largo y pesado, el sol brillaba muy fuerte en medio
del cielo. Paso a paso, el
camino se hacía cada vez
más largo y cansino.
Cuando estaban atravesando
las Bardenas apareció un
grupo de bandidos.
Los ladrones los despojaron
de todo lo que llevaban
encima y los dejaron
abandonados a su suerte,
atándolos a un árbol. Sin agua, sin comida y sin nadie que pasara por allí
estaban abocados a una muerte segura.
La pareja forcejó e intentó de todas maneras desatar las cuerdas, los nudos
estaban muy bien atados. Desesperada Juana, dirigiendo su mirada hacia
Ujué, rezó a la Virgen pidiéndole auxilio. La Virgen de Ujué al oír su
plegaria hizo que las cuerdas se rompieran y cayeran al suelo por si solas,
liberando de este modo al matrimonio.
Desde entonces, hace más de 150 años, y en reconocimiento por esta
intervención salvadora, todo el pueblo de Gallipienzo va de romería a Ujue
a agradecer a la Virgen su protección y ayuda.
H
Romances hechos leyenda
rase una vez una señora que se llamaba Doña Urraca, que estaba de
parto. Un día hubo una batalla entre moros y navarros. Los
navarros fueron derrotados; mataron a la mujer que estaba a punto de
dar a luz atravesándole las entrañas.
Después, llegó un caballero montado en su bonito corcel. Al ver a la mujer
muerta y observar
una mano que
sobresalía de su
tripa,
cuidadosamente, el
caballero, sacó al
niño de dentro y
lo envolvió con
una manta. El
caballero se lo
llevó a su castillo y
lo criaron entre su
mujer y él.
Tiempo después, el caballero cabalgó vestido de pastor y calzando abarcas.
Allí mismo, con gran alegría, fue coronado dándole el nombre deRey
Sancho, y por el calzado que llevaba, pasó a ser conocido popularmente como
Sancho Abarca.
É
La historia del brujo de Bargota.
oannes de Bargota nació en la localidad riojana de Rincón de Soto.
Algunas personas dicen que su madre era bruja y que asistía a los
aquelarres que se celebraban en los llanos sorianos. Era de la
familia de los Mellado y vivió en la mitad del siglo diciséis.
Estudió en Salamanca . Terminados, tanto los estudios oficiales como los
prohibidos, se estableció en una
iglesia de clérigo. Ejerció sus
oficios, el sacerdotal y el hechiceril
sirviéndose de sus enseñanzas sin
hacer nunca daño a nadie.
Cuentan de él que sus feligreses
dejaban a menudo de verlo desde la
tarde del sábado. Cuando era la
hora de misa aparecía sudoroso y
resollante, como si hubiera recorrido
un largo camino. Incluso en verano
se quejaba del frío que hacía en los
Montes de Oca.
En cierta ocasión, los servidores de la Iglesia lo denunciaron al Santo
Oficio de Logroño que lo condenó y lo encarcelaron. Más tarde
desapareció de la cárcel y regresó a Bargota como si no hubiera pasado
nada.
Un poco antes de iniciarse el proceso de los brujos, volvieron a encarcelarlo
en Viana. Celebraban sus reuniones en las lagunas de la ermita de la
Virgen de las Cuevas en esa misma localidad. Los esbirros pudieron
encarcelarlos gracias a que encontraron una colección de conjuros en el sótano
I
de la casa del Conde de Aguilar, que murió en extrañas circunstancias. Una
de las reinas de aquel akelarre, fue una mujer ciega de Viana que le
llamaban la Ciega de Endregoto; el cura Ioannes no se mostró reticente a la
hora de mostrar sus debilidades y sus relaciones con ella.
Seguían recorriendo los alrededores de las charcas de Viana, que así es como
se llamaban a aquellas lagunas, con sus escobones o montados en
murciélagos, búhos o esqueletos de animales.
En una ocasión se reunieron a las 11:30 de la mañana. Un trueno terrible
les anunció la presencia de Satanás y a las doce comenzó la misa negra que
terminaba con el segundo canto del gallo.
No sabemos con exactitud si es verdadera o falsa la historia de este brujo,
aunque si parece que se reunían brujos en las charcas de Viana.
La historia de San Guillén y
Santa Felicia.
uenta la leyenda, que Guillen y Felicia eran hermanos y
descendientes de reyes franceses. Ambos eran piadosos y creyentes,
así que decidieron hacer un viaje a la tumba del Apóstol Santiago
como dos peregrinos más y sin acompañantes como merecía su rango.
Cumplieron su promesa, y ya de
regreso a su nación, la princesa
Felicia, sintió la llamada del
cielo, y decidió quedarse cerca del
Camino, entregada a la oración, y
al bien de los demás, abandonando
la vida de donde provenía, y dejó
que su hermano volviera triste con
los suyos. Se dedicó a los más
humildes trabajos como criada, ayudando a los pobres, recibiendo un mísero
salario y dedicándose a la oración y a la meditación, tanto en sus momentos
libres como durante los escasos descansos que tenía. Su vida de santidad fue
reconocida muy pronto, siendo querida por los habitantes de aquellos parajes;
pero su decisión no fue aceptada por sus padres, que echaron en cara a su
hermano Guillén que la hubiera dejado seguir su voluntad y le conminaron a
que volviera a buscarla para hacer que regresara a la corte. Guillén regresó
donde había dejado a su hermana y mientras trataba de localizarla, fue
teniendo noticias de la piadosa criada a la que muchos la consideraban ya
una santa.
C
Sospechando que se tratase de su hermana, consiguió llegar hasta ella. Su
alegría no tuvo limites cuando se encontraron de nuevo.
Pero Felicia estaba decidida a seguir la vida que había elegido y no quiso
acompañar a su hermano. Cuando su hermano le pidió que regresara a la
corte, ella le contestó:
-Este es mi camino, hermano. Y nada ni nadie me hará abandonarlo para
recuperar una vida que no deseo en absoluto. Dios me ha indicado lo que
debo hacer y lo haré mientras tenga fuerzas para ello.
Lo que había empezado con alegría del reencuentro, se convirtió pronto en
una desagradable discusión entre los dos hermanos. Guillén fue llenándose de
cólera ante la firme actitud de Felicia.. Y, en un momento de exaltación, casi
inconscientemente, echó mano del puñal que llevaba al cinto y se lo clavó a su
hermana en el pecho ocasionándole la muerte.
Inmediatamente Guillén se dio cuenta de la horrible acción que había
cometido. Aterrado ante su propia culpa, huyó de allí antes de que nadie lo
viera. Y los lugareños, al encontrar el cadáver de Felicia, que despedía
aromas de de santidad, la enterraron devotamente en la vecina ermita de
Arnotegui y comenzaron a considerar a aquella humilde criada como una
santa que Dios les había enviado para facilitarles el camino hacia la Gloria.
A los pocos días, un hermoso clavel nacido milagrosamente de su tumba, vino
a confirmar lo que pensaban.
Pasó el tiempo, y los lugareños se dieron cuenta de que un piadoso ermitaño
se había instalado haciendo vida de dura penitencia en la ermita donde
reposaba el cuerpo de la santa, a la que acudían devotamente todos los años
en romería. Respetaron su soledad y lo admiraron en silencio. Algunos
acudían en busca de su consejo, y el pueblo entero considero muy pronto su
presencia como una bendición tan grande como la posesión del cuerpo santo
enterrado en la ermita. Pasados los años, el desconocido ermitaño envejeció y
enfermó gravemente. Los lugareños le cuidaron cuanto pudieron y, antes de
morir, supieron de sus labios que era el príncipe Guillen, el hermano asesino
que no había podido separarse del cuerpo de santa Felicia a la que veneraban
ya todos como patrona de aquellos valles. El cuerpo de Santa Felicia se
conserva hoy en la aldea de Labiano, al norte de Pamplona, y el de San
Guillén está en la ermita de Arnotegui, donde pasó su vida haciendo
penitencia y mereciéndose la santidad. Los dos, desde entonces, reciben la
visita casi obligada de los peregrinos que pasan por estos pueblos camino de
Santiago.
El peregrino falsamente acusado
n día, en las fiestas dedicadas a San Felipe y Santiago de
Estella, un hombre había sido asesinado. Los del pueblo
acusaron a un peregrino que estaba de visita en Estella. Decían
que tenían pruebas de
que el peregrino lo
había matado. Los
jueces lo declararon
culpable; pero el
peregrino dijo que
tenía pruebas de su
inocencia. Les dijo
que la la virgen de la
hornacina, cambiaría
al niño, en ese mismo
instante, del brazo
izquierdo al brazo derecho. La gente carrió rápidamente a ver si era cierto.
Cuando llegaron se dieron cuenta de que el milagro era cierto.
Ante aquel juicio de Dios soltaron al peregrino para que siguiera su camino
hacia Santiago de Compostela.
U
El ladronzuelo del Puy or lo que se cuenta en un molino , un milagro ocurrió en
1640. Fue la leyenda de un ladrón de palacios, que una noche
entró en el santuario del Puy. Amparado por la poca luz,
pero decepcionado
también por ella ,
anduvo toda la
noche creyendo
que había estado
caminando y la
luz del día le
sorprendió en la
misma puerta por
la que había
sulido, solo las
autoridades se habían percatado del expolio que había realizado. Se
habían reunido para emprender una batida por los alrededores.
Allí fue preso, a los días juzgado y condenado a cortarle las manos,
que fueron expuestas clavadas en un rollo de madera a la puerta misma
del santuario. Con el paso del tiempo, ese rollo de madera fue
sustituído por un molino de piedra, en el que fueron esculpidas las
manos del ladronzuelo, para perpetuar la memoria del estupendo
prodigio que había realizado la bienaventurada Virgen del Puy.
P