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LOS ARTEFACTOS MILITARES DEL FUERTE GENERAL PAZ (CARLOS CASARES, BUENOS AIRES). ARMAS Y UNIFORMES EN LA F E BUENOS AIRES, 18691877 RONTERA OESTE D Juan Bautista Leoni CONICET. Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Escuela de Antropología, Universidad Nacional de Rosario. [email protected] Resumen: Se aborda aquí el análisis del conjunto de artefactos militares (elementos de armas y uniformes) del sitio arqueológico Fuerte General Paz (Carlos Casares, Buenos Aires), coman‐ dancia de la Frontera Oeste, 1869‐1877. En relación a los uniformes, se aprecia la presencia de elementos comunes en sitios de frontera, así como otros que no aparecen en registros escritos de la época y posteriores. En relación al armamento, los materiales representan una amplia variedad de armas, tanto modernas como anticuadas para la época. En términos generales, el t to militar buscado por el la década de 1870. conjunto mues ra que el proceso de estandarización del equipamien naciente estado nacional estuvo lejos de lograrse durante gran parte de Palabras clave: artefactos militares, uniformes, armas, frontera, fuerte. Abstract: This paper presents the analysis of the assemblage of military artifacts from Fort General Paz (Carlos Casares, Buenos Aires), headquarters of the Western Frontier, 1869‐1877. With respect to uniforms, the assemblage includes items common in other frontier sites (e.g. metallic buttons) as well as items that are not commonly mentioned in contemporary documents and later works (e.g. boot heel plates, belt buckles). With respect to weapons, the assemblage includes evidence of both modern and obsolete arms being in use by the garrison. and regularization sought by the t eriod. In general terms, the analysis shows that the standardization ational au horities were far from being achieved during that p ey words: military artifacts, uniforms, weapons, frontier, fort. n K NTRODU I CCIÓN En este trabajo se aborda la caracterización del conjunto de artefactos militares (elementos de uniformes, armas y equipos) del Fuerte General Paz (FGP) (Carlos Casares, Buenos Aires), que funcionó como comandancia de la Frontera Oeste o Centro de Buenos Aires entre 1869 y 1877. El conjunto incluye tanto materiales obtenidos como resultado de las actividades de investigación arqueológica en el sitio, como artefactos recogidos de manera no sistemática por diversas personas de la zona y donadas al Museo Municipal de Carlos Casares. 1 Este conjunto es ilustrativo de la amplia gama de equipos que dispuso la guarnición del fuerte, en un período en que existía, a pesar de los esfuerzos de las autoridades, una escasa estanda‐ rización en las armas y uniformes empleados por el ejército. En la arqueología de nuestro país no ha existido una tradición marcada de análisis de este tipo artefactos, a diferencia de otros países en donde los arqueólogos regularmente se ocu‐ pan de ellos. Su análisis ha quedado en general en manos de historiadores militares, museó‐ logos, coleccionistas y aficionados a las armas, etc. Sin embargo, y a medida que la arqueología de emplazamientos militares de frontera se ha ido expandiendo recientemente, los arqueólogos han comenzado a abordar su análisis detallado y específico, trascendiendo la descripción básica (e.g. Landa et al. 2004; Tapia et al. 2005; Leoni 2009). Como cualquier otro elemento de cultura material y/o producto de la actividad humana, estos artefactos contienen variada información que trasciende su función militar primaria, y pueden codificar información valiosa sobre aspectos económicos, tecnológicos, sociales, políticos e ideológicos del pasado. Su estudio, por lo tanto, compete a la arqueología tanto como el de otros tipos de artefactos y su análisis contribuye a la comprensión de los procesos sociales de, en este caso, la Argentina del siglo XIX.

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LOS ARTEFACTOS MILITARES DEL FUERTE GENERAL PAZ  (CARLOS CASARES, BUENOS AIRES).  

ARMAS Y UNIFORMES EN LA F E BUENOS AIRES, 1869­1877 RONTERA OESTE D

Juan Bautista Leoni  

CONICET. Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Es

 cuela de Antropología, Universidad Nacional de Rosario. [email protected] 

 Resumen: Se aborda aquí el análisis del conjunto de artefactos militares (elementos de armas y uniformes)  del  sitio  arqueológico  Fuerte  General  Paz  (Carlos  Casares,  Buenos  Aires),  coman‐dancia de la Frontera Oeste, 1869‐1877. En relación a los uniformes, se aprecia la presencia de elementos comunes en sitios de frontera, así como otros que no aparecen en registros escritos de  la  época  y  posteriores.  En  relación  al  armamento,  los materiales  representan  una  amplia variedad de armas,  tanto modernas como anticuadas para  la época. En  términos generales, el 

t to militar buscado por el  la década de 1870. 

conjunto mues ra que el proceso de estandarización del  equipamiennaciente estado nacional estuvo lejos de lograrse durante gran parte dePalabras clave: artefactos militares, uniformes, armas, frontera, fuerte.  Abstract: This  paper  presents  the  analysis  of  the  assemblage  of  military  artifacts  from  Fort General Paz (Carlos Casares, Buenos Aires), headquarters of the Western Frontier, 1869‐1877. With  respect  to uniforms,  the assemblage  includes  items  common  in other  frontier  sites  (e.g. metallic  buttons)  as  well  as  items  that  are  not  commonly  mentioned  in  contemporary documents and  later works  (e.g. boot heel plates, belt buckles). With respect  to weapons,  the assemblage includes evidence of both modern and obsolete arms being in use by the garrison. 

and regularization sought by the t eriod. 

In general terms, the analysis shows that the standardization ational au horities were far from being achieved during that pey words: military artifacts, uniforms, weapons, frontier, fort. 

nK 

NTRODU I CCIÓN  

En  este  trabajo  se  aborda  la  caracterización  del  conjunto  de  artefactos  militares (elementos  de  uniformes,  armas  y  equipos)  del  Fuerte  General  Paz  (FGP)  (Carlos  Casares, Buenos Aires), que funcionó como comandancia de la Frontera Oeste o Centro de Buenos Aires entre  1869  y  1877.  El  conjunto  incluye  tanto  materiales  obtenidos  como  resultado  de  las actividades de  investigación arqueológica en el sitio, como artefactos recogidos de manera no sistemática por diversas personas de la zona y donadas al Museo Municipal de Carlos Casares.1 Este conjunto es ilustrativo de la amplia gama de equipos que dispuso la guarnición del fuerte, en un período en que existía, a pesar de  los esfuerzos de  las autoridades, una escasa estanda‐rización en las armas y uniformes empleados por el ejército. 

En la arqueología de nuestro país no ha existido una tradición marcada de análisis de este tipo artefactos, a diferencia de otros países en donde los arqueólogos regularmente se ocu‐pan  de  ellos.  Su  análisis  ha  quedado  en  general  en manos de  historiadores militares, museó‐logos, coleccionistas y aficionados a las armas, etc. Sin embargo, y a medida que la arqueología de emplazamientos militares de frontera se ha ido expandiendo recientemente, los arqueólogos han comenzado a abordar su análisis detallado y específico, trascendiendo la descripción básica (e.g. Landa et al. 2004; Tapia et al. 2005; Leoni 2009). Como cualquier otro elemento de cultura material y/o producto de la actividad humana, estos artefactos contienen variada información que  trasciende  su  función  militar  primaria,  y  pueden  codificar  información  valiosa  sobre aspectos económicos,  tecnológicos, sociales, políticos e  ideológicos del pasado. Su estudio, por lo  tanto,  compete  a  la  arqueología  tanto  como  el  de  otros  tipos  de  artefactos  y  su  análisis contribuye a la comprensión de los procesos sociales de, en este caso, la Argentina del siglo XIX.  

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Los artefactos militares del fuerte General Paz…

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EL FUERTE GENERAL PAZ: HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA  

El FGP se  localiza en el partido de Carlos Casares (Prov. de Buenos Aires), a unos 24 km al sureste de la localidad de Carlos Casares. Fue construido en 1869 como parte del avance de  la  línea  de  frontera  de  ese  año,  en  cumplimiento  de  órdenes  del Ministerio  de Guerra.  La guarnición  del  fuerte  varió  con  los  años  pero  consistió  normalmente  en  un  regimiento  de caballería  y  un  batallón  de  infantería,  más  contingentes  variables  de  baqueanos,  Guardias Nacional  es e indios amigos de las tribus de Coliqueo, Manuel Grande y Tripailaf (Ministerio de Guerra y Marina [MGM] 1870 a 1876). 

El  fuerte  consistía  en  un  cuadro  de  unos  150  metros  de  lado,  que  contenía  varios edificios  principales  (comandancia,  mayoría,  hospital,  botica,  comisaría  de  guerra)  así  como ranchos más pequeños que servían para alojar a la tropa y sus familias. En el centro del fuerte se  erigió  un  reducto  de  muros  de  tierra  en  forma  de  estrella  de  seis  puntas,  equipado  con cañones  y  un mangrullo  de  vigilancia.  Todo  el  conjunto  estaba  circundado  por  un  foso  y  un talud,  y  junto  al  fuerte  se  construyeron  corrales  para  las  caballadas  y  el  ganado  vacuno,  y potreros para alfalfa y maíz (MGM 1870:119‐352). Al adelantarse la línea nuevamente en 1876, el  fuerte  cesa  de  ser  sede  de  la  comandancia  de  la  Frontera  Oeste  (que  se  traslada  a Guaminí/ u aLag na  del Monte),  aunque  funciona  brevemente  como  com ndancia  de  la  Segunda Línea de la Frontera Oeste con una guarnición muy reducida. 

Las  investigaciones  arqueológicas  en  curso  han  permitido  confirmar  la  ubicación espacial  precisa  del  FGP  así  como  de  algunos  de  sus  componentes,  a  través  de  la  implemen‐tación  de  una  variedad  de  técnicas  que  incluyen  la  investigación  bibliográfica,  cartográfica  y aerofotográfica, el reconocimiento terrestre y aéreo, y la prospección geofísica. También se han efectuado  excavaciones  exploratorias  y  se  implementó  un  plan  de  recolección  superficial sistemática destinado a  registrar  la distribución espacial  de  los  artefactos  en  el  área del  sitio (Leoni et al. 2006, 2007, 2008). Como resultado de estas actividades se dispone de un conjunto artefactual significativo, en el que se destacan los artefactos militares. Por otro lado, a lo largo de los años, diversas personas oriundas del  lugar han recogido materiales de la zona del sitio, muchos de los cuales fueron posteriormente donados al Museo Municipal de Carlos Casares. A pesar  de  la  obvia  falta  de  información  de  procedencia  espacial  y/o  estratigráfica,  estos materiales ofrecen información importante acerca del equipamiento de la guarnición del FGP y es por ello que se los agregó también al análisis. 

 NIFORMU ES Y ARMAS EN TIEMPOS DEL FUERTE GENERAL PAZ 

 El período en que funcionó el FGP queda comprendido bajo el reglamento de unifor‐

mes  de  1871/72  (Ejército  Argentino  1871,  1872).  Este  reglamento  fue  el  primer  intento  de homogenizar el uso y aspecto de los uniformes del ejército, y era en realidad una copia adaptada del reglamento de uniformes francés de 1854 (Luqui‐Lagleyze 1995:221). Según este reglamen‐to,  oficiales  y  soldados usaban dos  tipos  básicos de uniforme:  de diario  (para uso  general  en actividades  cotidianas)  y  de  parada  (para  revistas,  ceremonias,  desfiles,  batallas  formales). Existían asimismo uniformes de invierno y de verano, que variaban principalmente en el tipo de tela  utilizado  en  su  confección.  Vestimentas  y  calzado  eran  producidos  localmente  por  la Comisaría General de Guerra así como también importados de países extranjeros, fundamental‐mente  Francia  e  Inglaterra.  Según  el  reglamento,  los  uniformes  de  invierno  y  de  verano  se renovaban  una  vez  al  año, mientras  que  los  de  parada  se  renovaban  cada  dos  años  (Ejército Argentino 1871:13‐14). Sin embargo, las condiciones de la frontera hacían que esta regularidad en  los  uniformes  fuera  poco  lograda.  Diversos  testimonios  de  la  época  (e.g.  Gutiérrez  2001 [1886]:259;  Raone  1969:54‐55)  coinciden  en  que  las  tropas  en  la  frontera  presentaban  un aspecto mucho más heterogéneo en su vestimenta, producto de la escasez de suministros en las remotas zonas de frontera, el desgaste de las ropas reglamentarias y la comodidad de algunas prendas civiles que las hacían más populares que las militares reglamentarias (Luqui‐Lagleyze 1995:227).  

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Temas y problemas de la Arqueología Histórica. Tomo I

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En relación al armamento, las tropas que sirvieron en el FGP y la Frontera Oeste entre 1869 y 1877 empleaban una gran variedad de armas blancas y de fuego. Durante este período no existía aún un tipo de fusil estandarizado y aunque comenzaban a incorporarse los Reming‐ton Rolling Block, la guarnición de la Frontera Oeste participó en numerosos enfrentamientos, como la famosa batalla de San Carlos (8 de marzo de 1872), equipada principalmente con armas de  fuego  más  antiguas  como  las  carabinas  y  fusiles  de  fulminante.  Éstas  eran  de  diversos calibres  y  procedencia,  habiéndose  incorporado  principalmente  a  raíz  de  la  Guerra  del  Para‐guay, la década anterior. Después de esta contienda se comenzó a adquirir armas de retrocarga más modernas, aunque sin llegar a reemplazar a las más antiguas de avancarga hasta fines de la década de 1870 (De Marco 1995:125‐127; Revista del Suboficial 2002:3‐4). Los documentos de la época señalan que esta variedad de armas en servicio provocaba serios problemas logísticos, administrativos,  financieros  y  operativos  al  ejército  y  al  gobierno  nacional.  Ya  en  1872  el entonces ministro  de  Guerra  y Marina, Martín  de  Gainza,  sostenía  la  necesidad  imperiosa  de unificar  el  tipo  de  armas  en  servicio  para  mejorar  la  eficiencia  operativa  del  ejército  (MGM 1872:18),  proceso  que  recién  se  consolidaría  hacia  finales  de  la  década  de  1870.  Tanto  el período de funcionamiento del fuerte como la heterogeneidad de su guarnición, compuesta por tropas de  línea de caballería e  infantería, guardias nacionales,  civiles armados,  indios amigos, acen  esperable,  entonces,  que  el  registro  arqueológico  presente  evidencias  de  una  amplia hvariedad de armas. 

LEMEN E TOS DE UNIFORMES EN EL FUERTE GENERAL PAZ  

Los artefactos hallados en el FGP más directamente relacionados con los uniformes de las  tropas  que  conformaban  su  guarnición  son  los  botones  (n=35)  y  piezas  de  hebillas  de cinturón de encastre (n=3), ambos de metal, con inscripciones o símbolos patrios (Figura 1).  

Los botones de metal son de diseño estandarizado, con el escudo nacional impreso en el anverso. Son huecos y compuestos de dos piezas (anverso y reverso), y cuentan con un anillo horizontal para coserlos al uniforme. Sólo un ejemplar está confeccionado de una sola pieza, sin reverso. Eran conocidos genéricamente en la época como “botones de la Patria” y así aparecen registrados  en  los  cuadros  de  compras  de  la  Comisaría  General  de  Guerra  (MGM  1870:380, 1872: Anexo E, pág. 18). La adquisición de  los botones parece haberse realizado a fabricantes extranjeros por intermedio de comerciantes locales. Así, varios de los botones (n=23) presentan inscripciones en el reverso que indican el nombre y lugar de origen del fabricante, tratándose mayormente de compañías inglesas y en menor medida francesas. Los fabricantes identificados son: “SW Silver & Co/London/Clothiers” (n=6), “SW Silver & Co London” (n=2), “Smith & Wright Birmingham” (n=2), “SW Superior” (n=1), “Superieur France” (n=1). Otro tipo de marcas en el reverso  corresponden  a  inscripciones  que  denotan  la  calidad  del  producto,  destacándose “Superior Quality” (n=5) y “Extra Rich” (n=3).  

El  tamaño de  los botones varía, aunque pueden diferenciarse dos categorías básicas: grandes y pequeños  (Figura 1). La primera es  la más representada e  incluye botones de 21,5 (n=1), 22 (n=29) y 23 (n=2) mm de diámetro. Estos botones constituían al parecer el tipo están‐dar en las chaquetas y los dolmanes de los uniformes de la época. Las diferencias en el tamaño se corresponden asimismo con  ligeras diferencias en el diseño del anverso. Los botones de  la categoría pequeños son sólo tres ejemplares, y se distinguen dos de 15,5 mm y uno de 12,1 mm de diámetro. Los primeros serían botones de manga de chaqueta o dolmán, y el más pequeño probablemente  formaba parte de un quepis. Es  interesante,  sin embargo, que  los botones del FGP no  coinciden  con  los  botones  que  describe  el  reglamento  de  uniformes  vigente  para  ese período, ni en tamaño ni en forma ni en diseño, y es posible que mucho de lo establecido por el reglamen eto nunca  se haya aplicado  realmente  (v r Leoni 2009, para una discusión más deta‐llada). 

Las hebillas de cinturones de encastre (n=3), poseen la inscripción “República Argen‐tina” y posiblemente también tenían el escudo nacional en el centro, aunque no se han hallado aún ejemplares completos (Figura 1). No hay referencias específicas a este tipo de elemento en 

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Los artefactos militares del fuerte General Paz…

los  cuadros de  compra de  la Comisaría General de Guerra,  aunque se mencionan compras de hebillas de cinturón a algunos de los mismos comerciantes que proveían los botones militares (MGM 1870:380). Se hallaron también nueve hebillas de correajes de distintos tamaños, formas (rectangulares y ovales) y material, dispersas por toda el área del sitio, a lo que se suman otras seis en  las colecciones del museo (Figura 1,  fila superior  izquierda). Se recuperó también una placa de metal doblada, con el escudo nacional y la inscripción “República Argentina” en relieve. odemos  suponer  que  decoraba  algún  tipo  de  accesorio  como  cartucheras  de  munición, andoleras de sable y/o carabinas o shakós (prenda de cabeza del uniforme de parada). Pb 

 Figura 1. Conjunto de artefactos militares del Fuerte General Paz. Fila superior: hebillas de 

correajes (izquierda y centro) y de cinturón (derecha). Fila inferior: puntera de vaina de arma blanca (izquierda); brocal de vaina de bayoneta (centro); botones de uniforme grandes y pequeños 

(derecha)  Finalmente, se hallaron en el sitio protectores de taco de bota (n=6), de hierro y con 

forma de herradura pequeña (aproximadamente 6 cm de abertura por 6 cm de longitud de las ramas) (Figura 2). Su propósito era reducir el desgaste del taco y mejorar la durabilidad de las botas (Teresa Acedo, comunicación personal, 2008). No existe mayor información acerca de si las botas eran fabricadas con este elemento o si se agregaban en campaña según preferencia de os usuarios, y tampoco podemos precisar si  los ejemplares hallados corresponden a botas ya 

ncionalmente por los usuarios. lgastadas y descartadas, o a protectores removidos inte

RMAS Y A

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 MUNICIONES EN EL FUERTE GENERAL PAZ  

El conjunto de artefactos relacionados con armas de fuego del FGP está compuesto en su mayor parte por proyectiles de distinto  tipo  (n=73),  predominando  los de armas de avan‐

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Temas y problemas de la Arqueología Histórica. Tomo I

carga.  (Figura  3).  Una  cápsula  fulminante  detonada,  dos  platinas  de  fusil  de  avancarga  de odelo no determinado y un  fragmento proximal de cañón de  fusil de chispa  transformado a ulminante completan el conjunto. mf 

 Figura 2. Protectores de taco de bota (heel plates) de hierro, tras su restauración por la Lic. Teresa 

Acedo (foto Teresa Acedo)  

Destaca en el conjunto el amplio predominio de los proyectiles esféricos de armas de avancarga (Figura 3, fila inferior). Sin embargo, considerando que la mayor parte de los mismos proviene  de  colecciones  privadas  donadas  al  museo,  el  conjunto  podría  mostrar  un  sesgo marcado hacia la recolección de este tipo particular de proyectiles, ya sea por ser más visibles y/o reconocibles, o por ser específicamente buscados para servir como proyectiles de gomera o como juguetes para niños. Esto hace que no podamos asumir de manera incuestionable que esta proporción refleje fielmente la composición original del registro arqueológico del fuerte. Por el contrario, cuando se implementó un programa de recolección superficial sistemática en el sitio, este tipo  o t n cde proyectiles n  alcanzó  an alta representació  proporcional en comparación  on los demás.  

Los  proyectiles  esféricos  eran  empleados  por  armas  de  avancarga,  tanto  de  chispa como de percusión o  fulminante. Eran en general utilizados en armas de cañón de ánima lisa, que se caracterizaban por su escaso alcance y precisión.2 Para su análisis macroscópico segui‐mos  las pautas propuestas por Daniel Sivilich (1996, 2005), arqueólogo estadounidense espe‐cializado en el análisis de este tipo de artefactos. Las medidas de los proyectiles se expresan en pulgadas  dado  que  esa  era  la  unidad  de  medida  utilizada  por  entonces  para  denominar  los calibres de las armas de fuego. La equivalencia con el sistema métrico decimal es la siguiente: 1 pulgada = 25,42 mm. 

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Los proyectiles del FGP se encuentran en diferente estado de conservación, estando en general aquellos provenientes de las colecciones del museo en peor estado. Análisis metalográ‐ficos realizados en cuatro de ellos  indican que están hechos de plomo puro, sin evidencias de aleaciones  (LEMIT 2008). Sin embargo, ninguno de  los ejemplares muestra  las características líneas de unión del molde o  los  bebederos por donde  se  introducía  el  plomo al molde. No  se observan  tampoco deformaciones por  impacto, o marcas de mordidas humanas y/o animales. Cierto  número  de  ejemplares  presenta  pequeñas  indentaciones  circulares  que  podrían  haber sido producidas por los golpes de la baqueta al cargar los proyectiles en el cañón de las armas, aunque Sivilich (1996:103) ha reportado que indentaciones similares se producen al estar  los proyectiles  almacenados  en  cajas  antes  de  la  elaboración  de  los  cartuchos  que  contenían  las balas y la pólvora, y que se entregaban luego a las tropas.  

 Figura 3. Conjunto de municiones del Fuerte General Paz. Fila superior: vainas de cartuchos metálicos tipo Remington. Fila centra: proyectiles ojivales de carabina (derecha) y de fusil 

(izquierda). Fila inferior: proyectiles esféricos de armas de cañón liso  El  registro del diámetro de  los proyectiles es relevante ya que nos ayuda a  inferir el 

tipo de arma con que se empleaban estos proyectiles. En efecto, en base al diámetro de la bala se puede estimar el calibre del arma, aunque ambas medidas no son exactamente iguales: “Las balas de mosquete son generalmente 0.05‐010 pulgadas menores que el calibre del arma para facilitar el cargado rápido y reducir el riesgo de atascamiento (Sivilich 1996:107, traducción del autor).  E

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sta  diferencia  es  el  “huelgo”  o  luz  entre  la  bala  y  el  cañón.  En  teoría,  al  agregar  un huelgo estimado al diámetro del proyectil se puede estimar el calibre del arma. 

Las municiones del FGP oscilan entre 0,6 y 0,7 pulgadas, aunque la mayoría se ubica en torno 0,66‐0,67 pulgadas, con un pico menor en 0,61 pulgadas. Existía en ese período una muy amplia gama de armas en servicio con el ejército, con calibres similares o ligeramente diferen‐tes. Por lo tanto, resulta imposible determinar el tipo de arma exacto al que correspondía cada 

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proyectil.  La  concentración  principal  de  municiones  esféricas  (entre  0,66  y  0,68  pulgadas) responde probablemente a que una gran variedad de armas en el ejército en servicio durante el período  del  FGP  tenían  un  calibre  que  oscilaba  entre  0,68  y  0,70  pulgadas.  Considerando  el indispensable  huelgo,  las  municiones  mayores  de  0,60  pulgadas  podrían  haber  sido  usadas prácticamente  con cualquiera de estas armas y  tal vez de hecho eran  intercambiables. Las de mayor diámetro (0,68‐0,70 pulgadas), por su parte, deberían haber sido usadas con armas de mayor calibre, tales como el fusil inglés Tower o Brown Bess y derivados, de 0,75 pulgadas de calibre.  Estas  armas  empleaban  normalmente  balas  de  entre  0,66  y  0,69  pulgadas  (Sivilich 2005:8),  lo que hace  suponer entonces que  la  guarnición poseía aún estas  antiguas  armas de chispa, aunque tal vez convertidas a sistema de disparo por percusión. 

Las balas ojivales o cónicas, por su parte, pertenecen a armas de avancarga de percu‐sión  o  fulminante  y  cañón  rayado,  y  a  las más modernas  armas  de  retrocarga  (Figura  3,  fila central). Representan un considerable avance tecnológico (por precisión y alcance) en relación a las municiones esféricas. Existen 11 de ellas en el conjunto del FGP, presentando una marcada variación  formal  entre  sí.  Su  diámetro  varía  considerablemente,  agrupándose  en  dos  grupos bien definidos: uno de proyectiles grandes de entre 0,67 y 0,69 pulgadas de diámetro, y otro de ejemplares más  pequeños  de  entre  0,50  y  0,56  pulgadas  de  diámetro.  Las  del  primer  grupo corresponden  a  balas  utilizadas  con  fusiles  mientras  que  las  más  pequeñas  corresponden  a balas de carabina de caballería y/o revólveres. 

Los proyectiles ojivales grandes incluyen dos tipos (Figura 3, fila central). El primero consiste en proyectiles cónicos con  la base hueca expandible y una ranura o anillo en  la base (n=3),  conocidas como balas  tipo Minié; oscilan entre 0,671 y 0,688 pulgadas de diámetro. El segundo tipo está representado por un único ejemplar con la base hueca de 0,672 pulgadas de diámetro pero sin presencia de ranuras o anillos. Ambos tipos corresponderían a municiones de fusiles de cañón rayado de aproximadamente 0,69 o 0,70 pulgadas de calibre, posiblemente los que  los  inventarios  del  Parque  de  Artillería  describen  como  “fusiles  alemanes”,  “fusiles franceses”, “fusiles rayados” y/o “rifles” (MGM 1870‐1877).3 

Las  municiones  ojivales  pequeñas,  por  su  parte,  incluyen  tres  grupos  distintos.  El primero  incluye  proyectiles  con  base  sólida  y  tres  ranuras  o  anillos  en  la  parte  inferior  del proyectil (n=3). Sus diámetros oscilan entre 0,545 y 0,559 pulgadas y corresponderían a balas de  carabina  Merrill  de  0,54  pulgadas  de  calibre  y/o  de  carabina  de  repetición  y  retrocarga Spencer de 0,56 pulgadas de calibre, ambas de procedencia norteamericana. El segundo grupo incluye un proyectil ojival de base sólida, pero sólo dos ranuras o anillos en su cuerpo y 0,499 pulgadas  de  diámetro.  Este  ejemplar  podría  corresponder  a  un  proyectil  de  carabinas norteamericanas Sharps de 0,52 pulgadas de calibre o Smith de 0,50 pulgadas de calibre. Todos estos tipos de carabina estuvieron en servicio desde la Guerra del Paraguay y durante el período del FGP en los regimientos de caballería del ejército. Finalmente, el tercer grupo está represen‐tado por proyectiles ojivales  sólidos  sin  ranuras  (n=3),  con diámetros de entre 0,496 y 0,503 pulgadas ,50,  que  podrían  corresponder  tanto  a  balas  de  revólveres  como  de  carabinas  de  0  pulgadas de calibre o similares.  

Finalmente,  el  conjunto  de  municiones  del  sitio  incluye  tres  vainas  percutadas  de cartucho metálico,  correspondientes  a  las  armas  de  retrocarga más modernas  (Figura  3,  fila superior). Se  trata de vainas de armas de  tipo Remington, aunque  la presencia de diferencias ormales  en  el  diseño  del  culote  podría  indicar  la  presencia  de  algún  otro  tipo  de  fusil  de etrocarga, que fueron utilizados en menor medida en la época. fr Otras armas en el Fuerte General Paz: proyectiles de artillería y armas blancas   

El uso de artillería en el tipo de guerra que se planteaba en la frontera era limitado. Si bien los fuertes, fortines y azoteas solían estar equipados con piezas de artillería, se trataba en general de cañones pequeños y obsoletos cuya función principal era la de servir como medio de trasmisión de señales auditivas, disparándose cuando se detectaban  incursiones  indígenas. Se sabe que el FGP estaba equipado con dos piezas de artillería, aunque en este caso su función sí 

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era defensiva. Estaban ubicados en el reducto central en posición sobreelevada para cubrir toda el área del fuerte. Sin embargo, no resulta claro en base a la información documental de qué tipo de cañones se trataba. Los registros del Parque de Artillería indican que en 1870 se enviaron a la Frontera Oeste dos gonadas (cañones navales) de 10 libras (MGM 1870:435), y un cañón de bronce  de  1  libra  (MGM  1871:437)  con  sus municiones  y  accesorios.4  Asimismo,  en  1874  se registra el envío de  “2 cañones de  fierro de a 8”  (MGM 1874:672), así  como municiones para cañones de 8, 6,  4,  3 y 1  libras. Esto último  indica que había  también en  servicio  cañones de estos calibres en la Frontera Oeste y adquiere relevancia a la hora de interpretar los hallazgos del FGP. 

El material arqueológico del FGP incluye dos proyectiles de cañón esféricos de hierro. El más pequeño mide 3,5 cm de diámetro y pesa 123 gramos (0,27 libras). El más grande tiene un diámetro de 7,35 cm y un peso de 1,370 kg (2,98 libras). El primero probablemente era parte de un tiro de metralla (saco o tarro que contenía varias de estas bolas pequeñas). El segundo correspondería,  según  su  peso  y  diámetro,  al  proyectil  de  un  cañón  de  3  libras,  es  decir  de menor tamaño que los enviados por el Parque de Artillería según los registros oficiales, aunque quizás en poder de las fuerzas de la Frontera Oeste desde antes de 1870. 

En  relación a  las armas blancas,  es bien  sabido que  las  tropas de  la  frontera usaban sables y  lanzas reglamentarias, a  las que se sumaban cuchillos y  facones de uso personal. Las evidencias encontradas en el fuerte son, sin embargo, escasas e incluyen dos brocales de bronce de  vainas  de  bayoneta  de  sección  triangular  para  uso  en  fusiles  de  infantería  (Figura  1,  fila inferior); dos partes (puntera y brocal) de vainas de arma blanca de hoja plana (Figura 1,  fila inferior); y algunos fragmentos muy corroídos de lo que parecen ser hojas de sable. Si bien los sables  eran  las  armas  preferidas  en  los  entreveros  con  los  lanceros  indios  y  por  lo  tanto  su presencia  es  esperable,  la  bayoneta  no  es  un  arma  que  se  mencione  frecuentemente  en  los relatos de  la época y su uso real parece haber sido  limitado. Por otra parte, no se han encon‐trado elementos de las lanzas que equipaban a la caballería, aunque las colecciones del museo ncluyen  una moharra  o  punta  de  lanza  de  hierro  procedente  del  cercano  Fortín  Algarrobos, iparte de la misma línea de frontera del FGP.  DISCUSIÓN: ARTEFACTOS MILITARES EN EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO  

 La  presencia  de  los  artefactos  militares  en  el  registro  arqueológico  del  FGP  puede 

obedecer fundamentalmente a tres procesos: actividades relacionadas con el uso específico de estos  artefactos,  descarte  intencional  y  pérdida  (Ferguson  1977:59‐60).  Para  el  caso  de  los elementos  de  uniforme,  habrían  ingresado  en  el  registro  arqueológico  principalmente  por  la combinación  de  procesos  de  pérdida  accidental  y  descarte  intencional.  En  el  primer  caso  se incluirían fundamentalmente los elementos más pequeños como los botones, desprendidos de los  uniformes  durante  la  realización  de  tareas  cotidianas  (ver  Landa  et  al.  2004;  Tapia  et  al. 2005:53‐55). Si esto es así entonces su ubicación espacial podría relacionarse más directamente con  áreas  de  actividad  determinadas  (Ferguson  1977:59‐60).  Las  hebillas  de  cinturón  y correajes,  por  su  parte,  podrían  haber  sido  descartadas  intencionalmente  al  romperse  los cinturones y bandoleras de que formaban parte, lo mismo que los protectores de taco de bota, y su presencia debería relacionarse en mayor medida con áreas de descarte o basurales, aunque esto es algo que sólo podrá confirmarse a través de futuras excavaciones en el área. 

En relación con las municiones, su presencia en el sitio podría explicarse por empleo de las armas en el ámbito espacial del fuerte, ya sea en actividades de combate, de práctica o de otro  tipo (e.g.  caza, disparos por aburrimiento o celebraciones, etc.). Los documentos escritos muestran que el fuerte fue objeto de incursiones indígenas en mayo de 1872 (MGM 1873:116) y en  1875  (Sigwald  Carioli  1981:82),  tratándose  en  ambos  casos  de  asaltos  para  robar  ganado vacuno y caballadas y no de ataques al fuerte mismo a gran escala.5 Algunas de las municiones halladas podrían de hecho  ser  correlato de estas acciones, pero dado que  la mayoría  se halló dentro de lo que sería el cuadro principal del fuerte, parece más probable que sean el resultado de disparos de práctica u otro tipo efectuados dentro del mismo. Por otro  lado, y dado que la 

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gran mayoría de las municiones no presenta signos macroscópicos (deformaciones por impacto, estrías,  etc)  de  haber  sido  disparadas,  ni  características  que  las  hagan  inservibles  para  ser utilizadas y por tanto objeto de descarte, entonces su presencia podría explicarse mayormente por pérdida no  intencionada  en  el  transcurso de  actividades no necesariamente  relacionadas con  el  uso  principal  de  los  artefactos.  El  hecho  que  las  municiones  hayan  sido  halladas  en general dispersas por toda la extensión del sitio y no concentradas en ciertas partes, y asociadas con  variados  tipos  de  artefactos  probablemente  perdidos,  también  tiende  a  reforzar  esta posibilidad  (ver  Ferguson  1977:  Tabla  3.5)  y  nos  lleva  a  pensar  que  la  pérdida  es  el motivo principal de su  ingreso al registro arqueológico del  fuerte. Finalmente, el descarte  intencional explica muy probablemente  la  aparición de partes de  fusiles dañados  (platinas,  fragmento de tubo  cañón)  así  como  de  algunas  municiones  que  fueran  consideradas  inservibles  por  las tropas.  

CONSIDE RACIONES FINALES  Como resulta esperable  en el  caso de una guarnición militar  significativa,  el  registro 

arqueológico  del  FGP  presenta  una  amplia  variedad  de  artefactos  militares.  Estos  incluyen elementos de uniformes así como partes de armas blancas, de fuego y municiones. Los mismos se hallan en general ampliamente distribuidos por  toda  la extensión del sitio  (ver Leoni et al. 2007), aunque su ingreso al registro arqueológico parece haberse producido por una combina‐ción  de  causas  que  incluye  la  pérdida  accidental,  el  descarte  intencional  y  el  desarrollo  de actividades vinculadas con el uso de los artefactos mismos.  

En relación a los uniformes, el registro arqueológico muestra una variedad de elemen‐tos, algunos muy comunes en sitios militares de frontera (e.g. botones metálicos con símbolos patrios), así como otros que no aparecen en ningún registro escrito de la época ni en tratados sobre uniformes argentinos posteriores (e.g. protectores de  taco de bota, hebillas de encastre con  inscripción).  Es  interesante  señalar  también  que  los  materiales  arqueológicos  parecen indicar  que  el  reglamento  de  uniformes  vigente  en  ese  período  distaba  de  ser  aplicado  en  el terreno, confirmando las impresiones de testigos de la época que destacan la heterogeneidad de la vestimenta de las tropas de frontera. 

En relación al armamento, el conjunto artefactual del FGP nos presenta un panorama de una guarnición de  frontera donde se contaba con una gran variedad de armas,  incluyendo algunas modernas para la época (fusiles Remington de retrocarga), pero también donde armas antiguas seguían en uso (fusiles y carabinas de avancarga con sistema de disparo por percusión, e incluso tal vez de chispa). Estas últimas parecen incluso haber predominado, algo que proba‐blemente no sólo  limitaba  la eficiencia operativa de  la guarnición misma sino que ocasionaba dificultades logísticas y operativas a las autoridades militares y civiles de la época. En todo caso, el  conjunto  de  artefactos  militares  del  FGP  muestra  que  el  proceso  de  estandarización  y reglamentación  de  los  equipamientos  militares  que  buscaba  construir  un  ejército  nacional eficiente, estuvo lejos de lograrse durante gran parte de la década de 1870, y que en ese lapso 

s nacionales emplearon una amplia gama de armas y equipamientos. las tropa 

NOTAS  1. Este museo fue creado en 1989 con el asesoramiento de la Lic. Teresa Acedo, y funcionó en una  locación  provisoria  durante  dos  años.  En  2009  se  inaugura  la  nueva  sede,  con  la  sala permanente “Arqueologia de frontera: Una nueva mirada”, donde se ofrece una reseña histórica de  lo  que  fuera  la  Linea  de  Frontera  de  1869‐1876  y  se  exhibe  parte  de  los  materiales recuperados en los trabajos de campo realizados en el FGP desde el 2005. 2. Según  los registros del Parque de Artillería (MGM 1870‐1877),  las armas de este  tipo estu‐vieron en servicio al menos hasta 1874 y 1875. 3. Estos fusiles  incluyen a  los franceses Thouvenin y Tabatiere de 0,701 pulgadas de calibre y los fusiles Suhl alemanes de 0,71 pulgadas de calibre, entre otros. 

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4. Era costumbre en esos tiempos designar a los cañones por el peso de sus proyectiles, que se expresaba en  libras  (1  libra equivale a 0,454 kg;  aunque existían  ligeras diferencias entre  las libras inglesa, francesa y española). Recién hacia fines del siglo XIX se adopta la práctica moder‐na de designar a las piezas de artillería por el calibre de su cañón. 5.  A  esto  se  suma  la  conocida  anécdota  descrita  por  Eduardo  Gutiérrez  (2001[1886]:27‐32), según la cual en ocasión de la revolución mitrista de 1874, y debido a que la guarnición aban‐dona el fuerte para sumarse a la lucha contra los revolucionarios, la defensa del mismo queda a cargo  de  la  sargento  “Mamá  Carmen”.  Cuando  un  grupo  de  indios  entra  al  fuerte  creyéndolo abandonado es repelido a  tiros y cañonazos por un grupo de mujeres y soldados enfermos al mando de  la mencionada mujer.  Si  bien  este  hecho ha  sido muy difundido,  otorgándosele un arácter histórico, el análisis de documentos de esa fecha parece indicar que el mismo no tuvo 

ado oficialmente en los partes e informes oficiales de la época. clugar, o no fue registr AGRADECIMIENTOS 

 A la Lic. en Museología Teresa Acedo, gestora e iniciadora del Proyecto Fuerte General 

Paz. Su trabajo en la conservación y restauración de los materiales ha sido de valor inestimable para este y otros trabajos. Al Ing. Luis Traversa y al Prof. Jorge Sota del LEMIT (Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica, La Plata) por la realización de  los  análisis metalográficos. Al  Subof. Mayor Mecánico Armero  Isidoro Vides,  del Museo de Armas  de  La  Nación,  y  al  Sr.  Santiago  Tavella  Madariaga  por  su  asesoramiento  en  la identificación  de  armas,  municiones  y  otros  elementos  de  uso  militar.  A  la  Comisión  de atrimonio de la Municipalidad de Carlos Casares por el acceso a las colecciones del fuerte. A la 

urini y a Graciela Scarafía, que integran el Proyecto Fuerte General Paz. PLic. Diana Tamb BIBLIOGRAFÍA 

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Temas y problemas de la Arqueología Histórica. Tomo I

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