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Legado Químico Contaminación en la infancia Catherine N. Doney, PhD.

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Legado QuímicoContaminaciónen la infanciaCatherine N. Doney, PhD.

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Somos culpables de muchos errores ymuchas faltas. Pero nuestro peor crimen esel abandono de la infancia, descuidando lafuente de la vida. Muchas de las cosas quenecesitamos pueden esperar. El niño nopuede. Ahora es el momento en que sushuesos se están formando, su sangre seestá haciendo y sus sentidos se están des-arrollando. A él no podemos contestarle“Mañana”. Su nombre es “Hoy”.Gabriela Mistral,Premio Nobel de Literatura, 1945

Esto está por todas partes.John Jake Ryan,Organización Health Canada, Ottawa, 2001

3Legado Químico. Contaminación en la infancia.

Contenido

Lista de tablas y figuras 4

1 INTRODUCCIÓN 11

2 CONTAMINANTES QUÍMICOSEN LA INFANCIA 13

4 CONTAMINANTES QUÍMICOS YENFERMEDAD 32

2.1 Alquilfenoles 132.1.1 Alquilfenoles en la infancia 132.2 Bisfenol A 142.2.1 Bisfenol A en la infancia 142.3 Pirorretardantes bromados 152.3.1 Pirorretardantes bromados en la infancia 162.4 Compuestos organoestánnicos 172.4.1 Compuestos organoestánnicos en la infancia 182.5 Ftalatos 182.5.1 Ftalatos en la infancia 182.6 Almizcles sintéticos 202.6.1 Almizcles sintéticos en la infancia 202.7 Parafinas cloradas 202.7.1 Parafinas cloradas en la infancia 22

4.1 Enfermedades en aumento 324.1.1 Mortalidad infantil 324.1.2 Enfermedades inmunológicas 324.1.3 Cánceres 334.1.4 Enfermedades del sistema nervioso 354.1.5 Desórdenes del desarrollo y del

sistema reproductor 35

4.2 Estadios vulnerables

en el desarrollo celular 364.2.1 Control de la división celular 364.2.2 Muerte celular programada 364.2.3 Expresión génica 374.2.4 Diferenciación y madurez celular 37

4.3 Estadios vulnerables

en el desarrollo infantil 374.3.1 Desarrollo de las células germinales 374.3.2 Desarrollo embrionario y fetal 384.3.3 Primera infancia y niñez 384.3.4 Pubertad 39

4.4 Efectos de los contaminantes

químicos en la salud 39s4.4.1 Alquilfenoles 404.4.2 Bisfenol A 414.4.3 Pirorretardantes bromados 424.4.4 Compuestos organoestánnicos 454.4.5 Ftalatos 464.4.6 Almizcles sintéticos 494.4.7 Parafinas cloradas 50

3.1 De los productos a la infancia 233.1.1 Exposición prenatal 243.1.2 Exposición postnatal 25

3.2 Exposición incrementada de la infancia 283.2.1 Dieta 283.2.2 Comportamiento 283.2.3 Estatura 283.2.4 Mayor absorción 283.2.5 Distribución en el cuerpo 293.2.6 Metabolismo 303.2.7 Biotransformación de los productos químicos 303.2.6 Excreción y eliminación 30

3 EXPOSICIÓN INFANTIL A LOSPRODUCTOS QUÍMICOS 23

5 CONCLUSIÓN 52

6 REFERENCIAS 54

4

Lista de tablasy figurasTabla 2.1 Contaminación humana por nonilfenol.

Tabla 2.2 Contaminación humana por bisfenol A.

Tabla 2.3 Contaminación humana por éteres difenil polibromados.

Tabla 2.4 Contaminación humana por compuestos organoestánnicos.

Tabla 2.5 Contaminación sanguínea en humanos adultos por el di (etilhexil)ftalato (DEHP).

Tabla 2.6 Contaminación sanguínea en niñas normales y con mamogénesis prematura (telarquia) por ftalatos.

Tabla 2.7 Contaminación humana por almizcles sintéticos.

Tabla 3.1 Comparación de la dosis diaria de DEHP que se calcula que reciben de diversas fuentes diferentes grupos de edad en Canadá.

Tabla 3.2 Ejemplos de niveles de nonilfenol en alimentos infantiles y otros alimentos ingeridos por bebés.

Tabla 3.3 Ingestión de energía de niños en determinadas edades.

Tabla 4.1 Tasas de mortalidad infantil y porcentaje del total de muertes infantiles por las 10 principales causas de mortalidad infantil en 1999 en EE. UU.

Tabla 4.2 Efectos del 4-octilfenol en el sistema reproductor tras la exposición prenatal y postnatal a través del agua bebida.

Tabla 4.3 Efectos reproductivos del nonilfenol tras la exposición multigeneracional a través del agua bebida.

Tabla 4.4 Dosis de bisfenol A que se considera segura por comparación con las pruebas de toxicidad por dosis bajas en roedores.

Tabla 4.5 Diferentes metabolitos de ftalato que pueden estimular o suprimir la producción de anticuerpos dependiendo de sus niveles de concentración.

Tabla 5.1 Resumen de los posibles efectos sobre la salud de la contaminación química de la infancia.

Figura 4.1 La similitud estructural de los pirorretardantes bromados y los éteres difeniles polibromados (PBDEs), con los bifenilos policlorados (PCBs) y las hormonas tiroideas puede ser la causa de la toxicidad.

5Legado Químico. Contaminación en la infancia.

Agradecimientos

Muchas gracias a las siguientes personas por su ayuda con este informe:

a Oliver Knowles y Mark Strutt (participantes en la Campaña de Tóxicosde Greenpeace), por proporcionarme la oportunidad de escribir sobre untema tan interesante y preocupante; al Dr. Vyvyan Howard (tóxico-patólo-go para el desarrollo, Universidad de Liverpool), por su revisión y su pre-facio y por su interesante explicación de las teorías del cáncer que se estándesarrollando actualmente; al Dr. Doug Parr (Científico Jefe deGreenpeace), por su revisión y comentarios; y a Chris Suttie (investigador),por ayudarme a localizar recónditos artículos sobre la contaminación en lainfancia producida por contaminantes orgánicos persistentes.

Finalmente, gracias a Sandra Steingraber, cuyo libro Having Faith: AnEcologist’s Journey to Motherhood (Tener fe: el viaje de una ecologistahacia la maternidad) me dio una valiosa visión del fascinante mundo delembarazo y del niño en desarrollo y de los efectos potencialmente devasta-dores que los productos químicos pueden tener sobre la salud del niño.

Traducción al castellano: Itziar Hernández Rodilla

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Prefacio

Al escribir Legado químico: contamina-ción en la infancia, la Dra. Dorey hahecho una importante contribución.Aunque es obvio que la salud de losniños y niñas es un tema emotivo, Doreyha redactado un informe erudito sobre elestado actual del conocimiento en rela-ción con la contaminación de la especiehumana producida por una reducida listade contaminantes químicos. Los datosproceden de fuentes acreditadas, sobretodo de revistas y publicaciones guberna-mentales y la interpretación de esos datoses cauta e imparcial. Este documentosirve, además, como útil revisión de labibliografía publicada hasta ahora.

Agradezco esta oportunidad para explicaralgunos aspectos de la contaminaciónmedioambiental y de la salud infantil,que servirán, a su vez, como contextuali-zación del informe.

EvoluciónA lo largo de su evolución y por muta-ciones casuales, los organismos han gene-rado una serie de sustancias nuevas parasobrevivir frente a otras especies. Unejemplo excelente es la penicilina, produ-cida por las levaduras para inhibir lasbacterias. Por tanto, el concepto de “gue-rra química” en la naturaleza no es nuevoen el contexto de la evolución. Sinembargo, cuando ocurren, estos cambioslo hacen a un nivel muy local y a peque-ña escala. Además, la especie objetivo ose adapta o sucumbe ante la nueva ame-naza. La adaptación se produce, habitual-mente, mediante un aumento progresivode la habilidad de la especie objetivo demetabolizar y desintoxicar el nuevo com-puesto. En criaturas superiores, como los

mamíferos, se supone que este procesoocurre a lo largo de cientos de generacio-nes.

Durante las últimas décadas la especiehumana, a través de sus industrias, haconseguido dispersar por la biosferagrandes volúmenes de muchos contami-nantes químicos nuevos, en concentracio-nes lo suficientemente altas como paracausar efectos biológicos adversos.

No debería causar sorpresa descubrir quealgunos de los compuestos químicosmanufacturados, muchos de los cualestienen estructuras asombrosamente pare-cidas a las de las hormonas naturales,interfieren con los sistemas de señalesquímicas de nuestros propios cuerpos. Eldesarrollo en el feto y el niño está engran parte bajo el control de las hormo-nas, activas a bajos niveles de partes portrillón. Y estas cantidades se encuentrandentro de los límites de concentración demuchos contaminantes medioambientalesencontrados en la población en general.

ToxicologíaLa mezcla de productos químicos que sepueden encontrar en una persona esextremadamente compleja desde el puntode vista toxicológico, ya que hay cientosde grupos de sustancias químicas en elcuerpo de la mayoría de la población.Además, cada uno de estos grupos contie-ne, normalmente, muchas variantes. Porejemplo, consideremos el plaguicida toxa-feno: hay más de 60.000 congéneres yenantiómeros (imágenes especulares delas moléculas) posibles de este únicogrupo químico (Liem y Theelen, 1997;Vetter y Luckas, 1995; Vetter y Scherer,

7Legado Químico. Contaminación en la infancia.

1998). Y, además, a dicha complejidadhay que añadir los metabolitos.

El resultado neto real es que estamosexpuestos a decenas de miles de produc-tos químicos que simplemente no existíanen este planeta hasta hace unas décadas.Cuando nuestros abuelos estaban en elvientre de sus madres no estuvieronexpuestos a estos novedosos productos.

No tenemos herramientas para analizarla toxicidad de la compleja mezcla a laque estamos expuestos (Howard, 1997;Lang, 1995). La mayor parte de los análi-sis toxicológicos se realizan sobre pro-ductos químicos aislados. Encontramosdificultades incluso para estudiar combi-naciones de sustancias químicas por pares(Axelrad et al., 2002 y 2003). Si conside-ramos combinaciones de cientos de milesde productos químicos, está claro quetodavía no hemos desarrollado ningúnmétodo que nos permita un análisis toxi-cológico riguroso.

No hay indicios de que se vaya a produ-cir de forma inminente ningún gran ade-lanto que resuelva este problema de aná-lisis. Eso nos deja con una única posibili-dad de aproximarnos a la seguridad: limi-tar los peligros, es decir, prevenir redu-ciendo la exposición. Simplemente, nohay ninguna otra opción.

EpidemiologíaPara realizar un estudio epidemiológicose necesita saber de dónde se parte, esdecir, un grupo de referencia que permitala comparación con el grupo expuesto.También es necesario saber algo sobre laexposición -quién está expuesto a qué-

para poder medir los resultados. Comoaclara el informe de la Dra. Dorey, haymuy pocos datos sobre la exposición a lamayoría de los grupos de productos quí-micos que nos preocupan. Además, nohay grupos no expuestos que puedan serutilizados como “controles”. En estas cir-cunstancias, la epidemiología sólo puedeconsiderarse como un arma extremada-mente torpe.

La frecuencia de una enfermedad en lapoblación es también un factor que sedebe considerar. Si la talidomida nohubiese causado focomelia (acortamientode las extremidades, una enfermedadrelativamente llamativa y rara), sino frac-tura del paladar (una enfermedad relati-vamente frecuente) es probable que toda-vía no conociésemos sus efectos secunda-rios. Por eso, si la mezcla de contaminan-tes químicos a la que nos vemos expues-tos actualmente está causando cambios enla frecuencia de enfermedades relativa-mente comunes, como las alergias o elcáncer, la epidemiología será de pocaayuda, dados los vacíos de informaciónantes mencionados. Una vez más, nuestraúnica opción es reducir el peligro.

ConclusionesEste informe recoge varias investigacio-nes relacionadas con la exposición huma-na a los contaminantes químicosmedioambientales, especialmente enaquellos miembros de la población quemás riesgo corren, es decir, los niños y lasniñas. No tenemos herramientas toxico-lógicas con las que analizar el nivel decomplejidad de la mezcla a la que esta-mos expuestos, ni perspectivas realistasde poder usar la epidemiología para estu-

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diar los efectos de sus múltiples compo-nentes. Sin embargo, sabemos con certezaque muchos de los productos químicosque contiene son tóxicos.

En realidad, el único método efectivo quetenemos es reducir la exposición de lapoblación en general, como medida pre-ventiva, retirando de la producción aque-llos grupos de productos químicos quehan demostrado ser un peligro potencial.

CC.. VVyyvvyyaann HHoowwaarrddMMééddiiccoo,, qquuíímmiiccoo,, ddooccttoorr,,ppaattóóllooggoo ccoolleeggiiaaddooTTóóxxiiccoo--ppaattóóllooggoo ppaarraa eell ddeessaarrrroolllloo

RReeffeerreenncciiaassAxelrad JC, Howard CV, McLean WG(2002). Interactions between pesticidesand components of pesticide formula-tions in an in vitro neurotoxicity test.Revista Toxicology; 117733 (3): 259 - 68.

Axelrad JC, Howard CV, McLean WG(2003). The effects of acute pesticideexposure on neuroblastoma cells chroni-cally exposed to diazinon.Revista Toxicology; 118855 (1-2): 67 - 78.Howard CV (1997). Synergistic effects ofchemical mixtures - Can we rely on tra-ditional toxicology? Revista The Ecologist; 2277 (5); 192 - 5.

Lang L (1995). Strange brew: Assessingrisk of chemical mixtures. Revista Enviro Health Perspect; 110033(2):142 - 5.

Liem AKD, Theelen RMC (1997).Dioxins: Chemical Analysis, Exposureand Risk Assessment. Tesis doctoral,Universidad de Utrecht, Países Bajos.ISBN 90-393-2012-8.

Vetter W, Luckas B. (1995). Theoreticalaspects of polychlorinated bornanes andthe composition of toxaphene in techni-cal mixtures and environmental samples.Revista Sci Total Environ; 116600--11: 505 - 10.

Vetter W. Scherer G. (1998). Variety,structures, GC properties, and persistenceof compounds of technical toxaphene(CTTs).Revista Chemosphere; 3377 (9-12): 2525 -43.

9Legado Químico. Contaminación en la infancia.

En 2003, Greenpeace demostró la presen-cia de contaminantes químicos persisten-tes y bioacumulativos en muestras depolvo recogidas en hogares europeos.Otras investigaciones de Greenpeacerevelaron que se pueden encontrar estasmismas sustancias químicas en muchosproductos de consumo que se puedenadquirir con facilidad en cualquier lugar.

Este informe cierra el ciclo presentandodos novedades inquietantes. La primera,que muchas de las sustancias químicasque se usan habitualmente en los produc-tos de consumo y que están presentes enel polvo doméstico, también están en elcuerpo humano, incluyendo a nonatos yrecién nacidos. La segunda, que es proba-ble que estos productos químicos tenganun efecto perjudicial en la salud humana,y particularmente, en la salud infantil.

Este informe aúna las pruebas que ilus-tran cómo y por qué los nonatos y reciénnacidos corren un especial riesgo ante loscontaminantes químicos.

Las pruebas que presentamos, de acadé-micos, gobiernos e instituciones interna-cionales respetadas como la OrganizaciónMundial de la Salud (OMS), no son fáci-les de desestimar, ya que todas ellas hacenuna contribución específica al crecientebanco de investigación internacional querefuerza la conclusión de este informe: laactual legislación en materia química noprotege a la infancia del “ataque” quími-co que comienza desde el mismo momen-to de la concepción.

El estudio se centra en siete productosquímicos clave: los alquilfenoles (nonil yoctilfenol), el bisfenol A, los pirorretar-dantes bromados, los compuestos orga-

noestánnicos, los ftalatos, las parafinascloradas y los almizcles sintéticos; y usalos datos de investigación disponiblespara demostrar:

la presencia de estas sustancias en loscuerpos de niños y niñas (y en lapoblación en general)

por qué la infancia está especialmenteexpuesta a estas sustancias

cómo esta mayor exposición aumentael potencial de impactos perjudicialesen la salud

qué enfermedades se están relacionan-do actualmente con la exposición quí-mica

los impactos específicos sobre la saludde los siete productos químicos claveanalizados

Algunos estudios han demostrado que losalquilfenoles, que se encuentran en unaserie de productos, como los de acabadotextil o del cuero y algunos detergentes,contaminan a los niños y niñas antes ydespués del nacimiento. Se ha detectadononilfenol en el cordón umbilical, confir-mando así que este disruptor endocrinopuede atravesar la placenta. Los estudiospreliminares muestran que el nonilfenolpuede alterar el sistema inmunológicohumano al afectar adversamente a losgrupos de leucocitos.

También el bisfenol A, que se usa habi-tualmente en productos eléctricos y comolámina de recubrimiento en el interior delas latas de comida y los tapones de lasbotellas, ha mostrado su capacidad para

Resumen y comentarios

10

atravesar la placenta y ha sido identifica-do en una amplia variedad de muestrasde sangre y tejidos humanos, incluyendotejido fetal. Numerosos estudios handemostrado la habilidad del bisfenol Apara alterar los órganos reproductoresmasculinos y afectar el comportamientode los animales si se encuentra en dosissólo un poco más altas de las que se haprobado que ingieren los niños y niñas.

Aunque acaban de prohibir en Europa lautilización de un grupo de pirorretardan-tes bromados (PRBs), existen muchosproductos antiguos que los contienen y sesiguen usando otros PRBs. Se han encon-trado PRBs en la sangre humana, el híga-do, los tejidos adiposos y en la lechematerna. Algunos estudios han demostra-do que en los casos en los que se encon-traron niveles altos de PRBs en la sangredel feto, también tendían a ser altos losniveles en la leche y la sangre maternas.Esto indica que los niveles maternos dePRBs son útiles para predecir la posibili-dad de exposición fetal. Se ha probadoque algunos PRBs alteran los procesosgenéticos de las células, lo que se sabeque, a su vez, provoca diversas enferme-dades como el cáncer.

La investigación ha producido resultadossimilares para los compuestos organoes-tánnicos, las parafinas cloradas y losalmizcles artificiales. También se descri-ben estos hallazgos en el informe.

Los últimos descubrimientos estándemostrando que es posible que la expo-sición de nonatos y recién nacidos a estosproductos químicos tenga efectos másimportantes que la exposición de adultosal mismo medio ambiente. Estudiosrecientes han descubierto las diferencias

entre los patrones de absorción, metabo-lismo y excreción de productos químicosmedioambientales de niños y adultos. Losniños absorben estos productos de formamás eficaz, los procesan con mayor lenti-tud y son menos efectivos para eliminar-los que los adultos.

La última parte de este informe se centraen enfermedades no infecciosas como elcáncer, las alergias, los desórdenes del sis-tema nervioso y los trastornos del des-arrollo y del sistema reproductor, queestán aumentando en todo el mundo.Cada vez existen más evidencias queapuntan a que los factores medioambien-tales contribuyen a estos problemas.Muchos de los productos químicosencontrados en el cuerpo humano hanresultado ser nocivos para la salud huma-na y animal. Ahora sabemos que losniños son los que mayor riesgo corren.Estas enfermedades pueden surgir en lainfancia y sospechamos que muchas deri-van de daños causados al niño durante sudesarrollo.

Este informe utiliza las investigacionesdisponibles para ilustrar cómo los pro-ductos químicos pueden dañar los siste-mas nervioso y reproductor, interferir enlas actividades hormonales, provocar cán-cer e inducir otros efectos perjudicialespara la salud.

11Legado Químico. Contaminación en la infancia.

Cada año se producen en todo el mundoalrededor de 100.000 tipos distintos desustancias químicas para un amplio con-junto de usos (EEA, 1999). Muchas deellas se liberan al medio ambiente. Otras,ya prohibidas, todavía se desprenden deproductos antiguos y persisten en elmedio ambiente y, además, se sintetizannuevas sustancias cada año.

Los informes gubernamentales e indepen-dientes más recientes sobre los efectos delos productos químicos en el medioambiente y la salud humana todavía secentran predominantemente en los conta-minantes sobre los que ya tenemos unacantidad importante de información,mientras seguimos desconociendo casitodo lo referente a otros muchos produc-tos. Por ejemplo, el reciente informe dela Agencia de ProtecciónMedioambiental de los Estados Unidos(US EPA, 2003b) sobre los contaminantesmedioambientales y sus efectos en lainfancia se centra en sustancias que con-taminan el aire, como el ozono o el anhí-drido sulfuroso; los metales pesadosplomo y mercurio; el humo del tabaco; ylos plaguicidas. Es un informe que des-atiende un amplio rango de otros pro-ductos químicos de los que sabemos quecontaminan a los humanos y de cuyodaño estamos recogiendo pruebas.

El Environmental Working Group(EWG, Grupo de trabajo sobre medioambiente), un grupo independiente de losEstados Unidos, encontró 167 productosquímicos en la sangre y la orina de nueveadultos estadounidenses (Houlihan et al.,2003). Ninguno de estos voluntariosmanejaba sustancias químicas como partede su trabajo y, sin embargo, todos conte-nían una media de 91 de los 210 produc-

tos que se buscaban. Otro estudio publi-cado alrededor de la misma fecha por losCentros para el control y la prevenciónde las enfermedades (CDC) revisó 116productos químicos en la sangre y laorina de adultos (CDC, 2003), de los cua-les 49 coincidían con los del informe delEWG. Ambos estudios buscaban ciertostipos de productos como bifenilos poli-clorados (PCBs), furanos, dioxinas, pla-guicidas organofosforados y organoclora-dos y sus metabolitos, metales pesados yftalatos. El EWG incluyó un rangomucho mayor de PCBs y pesticidas yencontró docenas de otros compuestosorgánicos volátiles y semivolátiles que seencuentran en productos de consumocomún. Los CDCs incluyeron más meta-les pesados, hidrocarburos policíclicosaromáticos, fitoestrógenos bien conoci-dos, plaguicidas organofosforados y otrosinsecticidas, herbicidas y fungicidas.

La mayoría de estos productos químicosson toxinas muy conocidas y extensamen-te estudiadas. Muchos de ellos están yaprohibidos o su uso está restringido. Niel informe de los CDCs ni el del EWGinvestigaban los niveles de los sustanciasquímicas en la infancia. Aparte de los fta-latos, ninguno de los informes incluía unconjunto de contaminantes orgánicospersistentes (COPs) que se encuentra enun amplio rango de productos domésti-cos de uso diario: alquilfenoles, bisfenolA, pirorretardantes bromados, parafinascloradas, compuestos organoestánnicos,ftalatos y almizcles sintéticos.

Estos productos contaminan nuestro aire,nuestra agua, nuestro suelo y nuestracomida. Persisten en el medio ambiente yse acumulan en los tejidos de varios ani-males, desde los liparis a los mamíferos.

1 INTRODUCCIÓN

12

Existen pruebas considerables de que sonproductos tóxicos y de que a nivelesmínimos pueden tener efectos en la saludhumana. Sin embargo, el nivel de conta-minación en humanos se desconoce casipor completo.

Los limitados datos existentes indicanque estas sustancias químicas se puedenencontrar en los humanos. Se acumulanen nuestros cuerpos, no sólo debido a laexposición diaria a los distintos produc-tos que los contienen, sino también desdeel momento en que somos concebidos ynos desarrollamos en el útero materno.Éste es el período de tiempo en el quemás sensibles somos a los productos quí-micos y a sus efectos tóxicos, y en el queéstos pueden causar problemas de saludpermanentes.

Hay un amplio rango de problemas desalud que pueden afectar a los niños, otener sus orígenes en la niñez, que se han

incrementado en los últimos 50 años:defectos de nacimiento, cáncer, asma, des-órdenes del sistema inmunológico, tras-tornos del desarrollo y del sistema repro-ductor. Muchos de estos COPs que conta-minan nuestros cuerpos han sido relacio-nados con enfermedades.

Las siguientes secciones pasan revista aestos COPs y a sus posibles efectos sobrela salud. La sección 2 trata los niveles decontaminación en humanos, centrándoseen la contaminación de la infancia en loscasos en los que hay datos disponibles. Lasección 3 explica cómo estos productosencuentran la vía de acceso al cuerpo ypor qué los niños son los más expuestos.La sección 4 revisa los efectos que tienesobre la salud esta contaminación, y secentra en la mortalidad infantil. La sec-ción 5 ofrece un resumen y una conclu-sión.

Legado Químico. Contaminación en la infancia. 13

2 CONTAMINANTESQUÍMICOSEN LA INFANCIA

Calcular exactamente el número y losniveles de sustancias químicas a las quelos humanos están expuestos es práctica-mente imposible. Es demasiado difícilcuantificar una contaminación que pro-viene de tantas fuentes diversas. Los nive-les de sustancias químicas en la sangre delas mujeres nos pueden dar una idea de aqué productos puede verse expuesto unnonato, pero los niveles reales en el fetopueden ser significativamente diferentesde los niveles de la madre, dependiendode cuánto absorbe la placenta. Las medi-das de la contaminación en el cordónumbilical en el momento del nacimiento,o en el fluido amniótico, si se realiza unaamniocentesis durante el embarazo, sonlos mejores indicadores de la contamina-ción infantil. Aparte de los niveles ensangre, los niveles de productos químicosen la leche materna y en los alimentosinfantiles son también un buen indicadorde la exposición de los neonatos.

A continuación, revisamos una serie deCOPs ampliamente usados y se examinanlas crecientes pruebas de la contamina-ción en la infancia.

2.1 AlquilfenolesLos alquilfenoles son productos químicosno halogenados (los halogenados inclu-yen bromo y cloro) muy usados parafabricar agentes tensioactivos (detergen-tes), emulsionantes, dispersantes y/ohumectantes tanto en aplicaciones indus-triales como de consumo. Los alquilfeno-les se producen principalmente comoalquilfenoles etoxilados (AFEs). Sinembargo, los alquilfenoles en sí mismospueden utilizarse como plastificantes y

sus derivados, los alquilfenoles fosfitos, seutilizan como estabilizadores de luzultravioleta (UV) en plásticos. Los alquil-fenoles más usados son los nonilfenoles,seguidos de los octilfenoles.

Los AFEs se encuentran en los detergen-tes industriales, como los usados paralavar lana; en los productos para el aca-bado del metal; en los procesos industria-les, como la polimerización por emul-sión; en los productos para el acabadotextil o del cuero; en los detergentes paralaboratorio, incluyendo el Triton X-100;en algunos plaguicidas y otros productosagrícolas; y en el lubricante espermicidaNonoxynol-9. Fuera de Europa, los AFEstambién pueden incluirse en muchos pro-ductos domésticos, como los detergenteslíquidos para el lavado de ropa enEstados Unidos.

En Europa, la mayoría de los AFEs hansido remplazados con alcoholes etoxila-dos más seguros. Sin embargo, enAlemania se utilizan todavía 1.000 tonela-das/año de AFEs en productos de limpie-za doméstica, y eso a pesar de la restric-ción voluntaria de estas aplicaciones(ENDS, 1999a).

2.1.1 Alquilfenoles en la infanciaNo existen muchos estudios sobre losniveles de contaminación humana poralquilfenoles, pero los que se han realiza-do muestran claramente que los niños yniñas se contaminan antes y después delnacimiento (Tabla 2.1).

14

Se ha detectado nonilfenol en cordonesumbilicales (Takada et al., 1999), confir-mando así que éste atraviesa la placentadesde la madre contaminada al feto. Losautores hacen hincapié en la importanciade realizar más estudios usando un mayornúmero de cordones umbilicales y deanalizar la sangre materna y del cordónpara calcular la fracción de contaminan-tes que pasan de la sangre al feto. Elnonilfenol también contamina la lechematerna (Guenther et al., 2002).

2.2 Bisfenol AEl bisfenol A es un ingrediente del plásti-co policarbonato y de las resinas epoxi.El policarbonato pesa poco, es duro yclaro, resiste muy bien el calor y la elec-tricidad. Se usa, por tanto, en una granvariedad de productos como soportesdigitales (como CDs y DVDs), equipa-mientos eléctricos y electrónicos, auto-móviles, protectores para deportes, con-tenedores reutilizables para comida ybebidas, equipo médico y muchos otros.El bisfenol A también se usa como aditi-vo en otros plásticos. Las resinas epoxi seutilizan en laminados eléctricos para pla-cas de circuito impreso, pinturas y adhe-sivos compuestos y en una variedad derecubrimientos de protección. Las resinasepoxi se usan como láminas protectorasen latas de metal, para mantener la cali-dad de los alimentos y bebidas que con-tienen, en tapones de botellas y en tuberí-as de suministro de agua. Algunos polí-meros se usan en tratamientos dentales y

también contienen bisfenol A. Sólo enAlemania, se producen alrededor de210000 toneladas de bisfenol A al año(Leisewitz & Swartz, 1998).

2.2.1 Bisfenol A en la infanciaLos efectos del bisfenol A en humanos hasido muy discutido. Se ha sugerido quesólo se absorbe en parte, que tiene unaalta tasa de conversión en el biológica-mente inactivo glucurónido del bisfenolA, que se excreta rápidamente y que nomuestra evidencias de bioacumulación entejidos (Schonfelder et al., 2002b). Porestas razones, hasta hace poco, muchoscientíficos creían que la forma activa delbisfenol A no se podría encontrar en elplasma humano y, por tanto, no habríaniveles significativos que alcanzasen alfeto.

Sin embargo, estudios realizados enAlemania y Japón han confirmado recien-temente que los niños están expuestos albisfenol A antes del nacimiento. El pri-mero, un estudio japonés, encontró bisfe-nol A en cordones umbilicales (Takada etal., 1999). Estudios realizados en ratonesy monos han mostrado que este productoquímico puede atravesar la placenta(Uchida et al., 2002). Al menos otras seisinvestigaciones más han encontrado bisfe-nol A en una gran variedad de muestrasde sangre y tejidos de adultos sanos y entejidos de madres y sus fetos (Tabla 2.2).

Los datos de Ikezuki et al. (2002) sugie-ren que el bisfenol A puede concentrarseen el líquido amniótico, dado que entrelas 15 y las 18 semanas de gestación sedetectó en concentraciones aproximada-mente cinco veces más altas en compara-ción con otros fluidos.

Schonfelder et al. (2002b) tambiéndemostraron que en 14 de 37 casos, los

Tabla 2.1

Contaminación humana por nonilfenol

Fuente Niveles Estudio

Cordón umbilical 2 ng/kg Takada et al., tejido húmedo 1999

Leche materna 0,3 mg/kg Guenther et al., lípido 2002

15Legado Químico. Contaminación en la infancia.

niveles de bisfenol A en el plasma delfeto eran más altos que en la sangre delas madres. Los niveles de bisfenol A enel feto también eran significativamentemás altos en los varones, lo que podríaindicar diferencias según el sexo en elmetabolismo de esta sustancia química.Takeuchi y Tsutsumi (2002) confirmaronestas diferencias según el género en unestudio sobre adultos, y sugirió quepodrían deberse a los andrógenos (hor-monas masculinas) relacionadas con elmetabolismo del bisfenol A.

2.3 Pirorretardantes bromadosLos pirorretardantes bromados son ungrupo de compuestos que se utilizan paraprevenir la combustión y/o retardar lapropagación de las llamas en una varie-dad de plásticos, textiles y otros materia-les. Se pueden encontrar en un grannúmero de aplicaciones industriales yeléctricas, vehículos, iluminación y cable-ado, textiles como las moquetas o lostapizados, y en los materiales de empa-quetado y aislamiento, como el poliesti-reno. Se han descrito más de 70 compues-tos o grupos, pero hay tres que dominanel uso actual:

los éteres difenilos polibromados(PBDEs)

el hexabromociclododecano (HBCD)

los bisfenoles bromados (como eltetrabromobisfenol A)

Los PBDEs y el HBCD se utilizan princi-palmente como aditivos. El TBBP-A seusa más como reactivo, creando enlacesmás fuertes con los polímeros en los quese incorpora, pero en ocasiones se sigueaprovechando como aditivo. Los bisfenolespolibromados (PBBs) ya no se producen enEuropa, aunque quedan cantidades sustan-

Tabla 2.2

Contaminación humana por bisfenol A.

Fuente Niveles Estudio

Cordones umbilicales 1,6 ng/g tejido húmedo Takada et al., 1999

Sangre humana sana 0,32 ng/ml Inoue et al., 2000

Sangre de varón 1,49 +/-0,11 ng/ml Takeuchi y Tsutsumi, adulto normal (promedio) 2002

Sangre de mujer 0,64 +/-0,10 ng/ml Takeuchi y Tsutsumi,adulta normal (promedio) 2002

Sangre de mujerescon síndrome de 1,04 +/-0,10 ng/ml Takeuchi y Tsutsumi,poliquistosis ovárica (promedio) 2002

Fluidos folicularesováricos obtenidosdurante procedimientosde fertilizaciónin vitro 1-2 ng/ml(promedio) Ikezuki et al., 2002

Sangre de mujeresperi-menopáusicas y embarazadas 1-2 ng/ml (promedio) Ikezuki et al., 2002

Fluido amnióticoa las 15-18 semanas 8,3 +/-8,7 ng/ml de gestación (promedio) Ikezuki et al., 2002

Sangre maternaa las 32-41 semanasde gestación 3,1 ng/ml (mediana) Schonfelder et al.,2002b 0,3-18,9 ng/ml

Sangre del cordónumbilical 2,9 ng/ml (mediana) Schonfelder et al., 0,2-9,2 ng/ml 2002b

Tejido de la placenta 12,7 ng/g (mediana) Schonfelder et al.,

1,0-104,9 ng/g 2002b

Fluido amniótico, 0,26 ng/ml (mediana)cariotipo feto normal 8 muestras mostraron Yamada et al., 2002

niveles de 2,80-5,62ng/ml

Fluido amniótico, 0 ng/ml (mediana) cariotipo feto anormal Yamada et al., 2002

Sangre materna, 2,24 ng/ml (mediana) Yamada et al., 2002cariotipo feto normal

Sangre normal,cariotipo feto anormal 2,97 ng/ml (mediana) Yamada et al., 2002

Sangre materna 0,46 +/-0,20 ng/ml(promedio) Kuroda et al., 2003

Sangre del cordón 0,62 +/-0,13 ng/mlumbilical (promedio) Kuroda et al., 2003Sangre de pacientes 0,46 +/-0,20 ng/mlestériles (promedio) Kuroda et al., 2003Fluido ascítico de 0,56 +/-0,19 ng/ml pacientes estériles (promedio) Kuroda et al., 2003

16

ciales en los productos y residuos todavíaexistentes o importados.Un grupo de PBDEs, los penta-BDEs, seestán prohibiendo en toda Europa; sinembargo, todavía pueden aparecer en elmedio ambiente como resultado de ladegradación. Por ejemplo, la luz ultraviole-ta y la solar pueden causar que el deca-BDE pierda el bromo, lo que resulta en laformación de éteres difenilos poco broma-dos como los penta-BDEs (Darnerud et al.,2001). La Organización Mundial de laSalud ha recomendado que no se usenPDBEs si es posible usar sustitutos y losGobiernos sueco y danés han pedido que seeliminen progresivamente. En 1999, se pro-dujeron 40.000 toneladas métricas dePBDEs en todo el mundo (Rahman et al.,2001).

2.3.1 Pirorretardantes bromadosen la infancia

La mayoría de los datos sobre contamina-ción se refieren al PBB (ahora ampliamenteen desuso) y a los PBDEs. Los niveles decontaminación en humanos por otros piro-rretardantes bromados se desconocen engran medida.

La similitud de los PBDEs con las dioxinasy los bifenilos policlorados (PCBs) es unagran preocupación, dado que sus efectostóxicos pueden ser similares. Por eso sonlos grupos más estudiados de pirorretar-dantes bromados. Se han encontradoPDBEs en la leche materna, la sangre, elhígado y los tejidos adiposos humanos(Tabla 2.3). Los estudios relativos a lechematerna realizados en Suecia muestran unaumento exponencial de la concentraciónde PBDEs en la leche (un aumento mediode 0,07-4,02 ng/g lípido entre 1972-1997),mientras que otros contaminantes quími-cos como los PCBs han tendido a dismi-nuir (Meironyte et al., 1999). Sin embargo,una reciente investigación ha mostrado unadisminución de los PBDEs en la leche

materna sueca desde 1997, posiblementegracias a la eliminación progresiva volunta-ria del penta-BDE (Hooper y She, 2003).

Este aumento en los niveles de contamina-ción también se observó en un estudio desangre humana (10 hombres y 10 mujeres)tomadas entre 1985 y 1999 por el Bancoalemán de muestras para la investigaciónmedioambiental. Las concentracionesmedias de PBDE en sangre han aumentadode 3,1 a 4,7 ng/g lípido (Schroter-Kermani,2001). Este estudio también mostró que loshombres podían correr más riesgo de con-taminación que las mujeres, dado que lasmuestras de sangre masculina mostraronunos niveles de PBDEs entre un 20% y un75% más altos que la femenina, dependien-do del año de muestreo.

Los bebés nacidos en los Estados Unidospodrían correr más riesgo de contaminarsepor PBDE.

Mazdai et al. (2003) encontraron que lasconcentraciones de PBDEs en las muestrasde suero materno y fetal en Indianapolis,Indiana (EE. UU.), fueron de 20 a 106veces más altas que los niveles testados enmadres y niños suecos (Guvenius et al.,2003) y 20 veces más altas que en las mues-tras de sangre noruegas (Thomsen et al.,2002). En la Bahía de San Francisco,California (EE. UU.), las muestras de teji-do adiposo mamario de 23 mujeres contie-nen los mayores niveles de los que se hainformado hasta la fecha (She et al.,2002).

Hay una alta correlación entre los nivelesde PBDE en la sangre fetal y los corres-pondientes niveles en la sangre y la lechematernas, lo que indica que los niveles dePBDE en la sangre materna son útilescomo indicadores de la exposición fetal(Mazdai et al., 2003)

17Legado Químico. Contaminación en la infancia.

El congénere del PBDE tetrabromado, elBDE-47, es el congénere PBDE más abun-dante en todas las muestras humanas exa-minadas (53-65% del total de PBDEsdetectado). Los otros congéneres princi-pales son el BDE-99, 100, 153, y 154(Schroter-Kermani, 2001; She et al., 2002;Mazdai et al., 2003).

2.4 Compuestos organoestánnicosLos compuestos organoestánnicos soncompuestos orgánicos que contienen almenos un enlace carbono-estaño e incluyen:

• monobutilestaños (MBT)

• dibutilestaños (DBT)

• tributilestaños (TBT)

• trietilestaños (TET)

• trifenilestaños (TPT)

• octilestaños (MOT, DOT).

Los compuestos organoestánnicos mono-sustituidos se suelen utilizar como estabi-lizadores; los disustituidos en el PVC ycomo catalizadores en la producción deespumas de poliuretano y siliconas; y lostrisustituidos, en una gran variedad debiocidas generales y agrícolas; pero haycierto solapamiento de usos entre losgrupos. Los compuestos organoestánnicospueden usarse en productos como antiin-crustantes en barcas, barcos, muelles,boyas, reteles y aperos de pesca; en bioci-das para sistemas de refrigeración, gene-radores, molinos de pulpa y papel, desti-lerías, curtidurías y fábricas de tejidos;bactericida antimoho en albañilería; enpreservadores de madera; agentes fungici-das en moquetas y suelos de PVC; aplica-

Tabla 2.3

Contaminación humana por éteres difenil polibromados.

PBDE Fuente Niveles EstudioTBDE Tejido adiposo 5,1 ng/g

humano: (promedio)sujetos sanos 0,6-27,5 ng/g Hardell et al.,1998

TBDE Tejido adiposo 13,0 ng/ghumano: (promedio) pacientes 1,0-98,2 ng/gsin linfoma de Hodgkin Hardell et al.,1998

PBDEs Leche materna 4,02 ng/g lípido (identificados (promedio)8, incluyendo el BDE-47) Meironyte et al., 1999

PBDEs Sangre humana(BDE-28, (10 hombres, 4.7 ng/g lípido47,66, 85, 10 mujeres) (promedio)99, 100, Schroter-Kermani,153, 154) 2001

PBDEs Tejido adiposo 86 ng/g (BDE-47,99, del pecho (promedio)153, 154,100) She et al., 2002

PBDEs Leche materna 0,67-2,84 ng/g lípido Ohta et al., 2002

PBDEs Tejido adiposo(BDE-28, humano 1,29 ng/g47,99, lípido (mediana)100,153, 0,47-2,75 ng/g154, 183) lípido Choi et al., 2003

PBDEs Sangre materna 24,0 pg/g peso fresco(mediana) Guvenius et al., 2003

PBDEs Sangre del 4,3 pg/g pesocordón frescoumbilical (mediana) Guvenius et al., 2003

PBDEs Leche materna 75,0 pg/g peso fresco (mediana) Mazdai et al., 2003

PBDEs Sangre materna 15-580 ng/g (6 incluyendo lípidoel BDE-47) Guvenius et al., 2003

PBDEs Sangre del 14-460 ng/g(6 incluyendo cordón lípidoel BDE-47) umbilical Mazdai et al., 2003

PBDEs: éteres difenilos polibromados; TBDE: 2,2’,4,4’-éter difenil tetra-bromado

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ciones de recubrimiento del vidrio; des-infectantes; estabilizadores térmicos enproductos de PVC rígido (tuberías, pane-les) y blando (recubrimientos para pare-des, tapizados, juguetes); gomas y pintu-ras; plaguicidas contra todo, desde insec-tos a lombrices y ratas; y plantillas bacte-ricidas para zapatos y pañales.

En los últimos 10 años, se ha prohibidoen muchos países el uso del TBT enpequeñas embarcaciones, debido a suimpacto negativo en los moluscos mari-nos. Actualmente se están eliminandoprogresivamente en barcos más grandes(Champ, 2000). El PVC es el responsablede dos tercios del consumo mundial decompuestos organoestánnicos. Esto supo-ne están en un 2% de los productos aca-bados. En 1995, en Europa, se utilizaronaproximadamente 15.000 toneladas decompuestos organoestánnicos en PVC(Santillo et al., 2003).

2.4.1 Compuestosorganoestánnicosen la infancia

Aunque se han encontrado compuestosorganoestánnicos, especialmente TBE, enuna gran variedad de moluscos, peces,aves y mamíferos marinos y aves de aguadulce (IPCS, 1999), desconocemos losniveles de contaminación en humanos.No se encuentran con falicidad informessobre contaminación en niños y niñas yhay alguno en adultos (Tabla 2.4).

2.5 FtalatosLos ftalatos son unos de los productosquímicos manufacturados más disemina-dos en el medio ambiente. Son ésteres nohalogenados derivados del ácido ftálico.Algunos ftalatos se comercializan comoproductos específicos, como el dietilhexil ftalato (DEHP), mientras que otrosson mezclas complejas de isómeros que se

componen de varias sustancias específicascon estructuras similares, como el di-iso-nonil ftalato (DINP) y el di-iso-decil fta-lato (DIDP).

Los ftalatos se usan normalmente comoplastificantes en productos de PVC comomateriales de construcción y mobiliario,suelos, envases alimentarios, juguetes,prendas de ropa, interiores de automóvi-les, cables y material médico como bolsasde sangre. También se utilizan comodisolventes, aceites lubricantes, fijadores,adhesivos, en pinturas, productos desellado, revestimiento de superficies,insecticidas, detergentes, tintas de impre-sión, productos de cuidado del automó-vil, jabones, champús, cremas de manos,esmaltes de uñas, cosméticos y perfumes.Se ha prohibido el uso de seis ftalatos enmordedores para niños menores de tresaños.

En Europa se producen cada año más deun millón de toneladas de ftalatos, casitodo para su uso en la UE (Santillo et al.,2003). Los principales ftalatos son elDEHP, el DINP, el DIDP, el dimetil ftala-to (DMP), el dietil ftalato (DEP) y eldibutil ftalato (DBP). El DEHP constitu-ye alrededor del 50% del mercado de losplastificantes para PVC en EuropaOccidental (EC, 2003).

2.5.1 Ftalatos en la infanciaLa localización de metabolitos de ftalatoen la orina indica una amplia exposiciónde los humanos a los ftalatos (Barr et al.,2003; CDC, 2003; Koch et al., 2003).También se han detectado ftalatos en san-gre adulta (Tabla 2.5), pero los estudiosen niños son escasos.En un estudio sobre la mamogénesis pre-matura (telarquia) en niñas de entre seismeses y ocho años se encontraron ésteresde ftalato en el 68% de las muestras de

19Legado Químico. Contaminación en la infancia.

Tabla 2.4

Contaminación humana por compuestos organoestánnicos.

Comp. Organoestánnico Fuente Niveles Estudio

BTs Hígados humanos de varón 59-96 ng/g (79% TBE) Takahashi et al., 1999TPT Sangre humana 0,17-0,67 mg/l Lo et al., 2003

BTs: butilestaños; TBT: tributilestaño; TPT: trifenilestaño.

Tabla 2.5

Contaminación de sangre humana de adultos por ftalato DEHP.

Grupo Rango Mediana Muestras positivas (%) Estudio

Pacientes de 0-3,24 µg/ml 0,57 µg/ml endometriosis (n=55) 92,6 Corbellis et al., 2003

Mujeres normales (n=24) 0-1,03 µg/ml 0,18 µg/ml _ Corbellis et al., 2003

Adultos normales 97,2-904,8 _(6 mujeres, 3 hombres) µg/g lípido 100* Houlihan et al., 2003

DEHP: di(etilhexil) ftalato.*se detectaron 6 ftalatos en los 9 sujetos, pero sólo se cuantificó el DEHP.

Tabla 2.6

Contaminación de sangre de niñas normales y con mamogénesis prematura (telarquia) por ftalatos.

Ftalato Grupo Muestras Rango de los positivos Mediana de grupopositivas (mg/ml) (mg/ml)

BBP Telarquia 2/41 0,054-0,117 0,004

BBP Normal 0/35 0 0

DBP Telarquia 13/41 0,015-0,276 0,042

DBP Normal 0/35 0 0

DEP Telarquia 3/8 0,0019-0,0089 0,0055

DEP Normal nd nd nd

DEHP Telarquia 25/41 0,187-2,098 0,450

DEHP Normal 5/35 0,276-0,719 0,070

DEP Telarquia 5/41 0,008-0,037 0,003

DEP Normal 0/35 0 0

DMP Telarquia 2/8 0,0183-0,0214 0,01985

DMP Normal nd nd nd

DOP Telarquia 1/41 0,438 0,011

DOP Normal 1/35 0,562 0,016

MEHP Telarquia 5/41 0,0063-0,038 0,003

MEHP Normal 0/35 0 0

BBP: bencil butil ftalato; DBP: dibutil ftalato; DEHP: di(etilhexil) ftalato; DEP: dietil ftalato; DMP: dimetil ftalato;DOP: dioctil ftalato; MEHP: mono-(etilhexil) ftalato. (Datos de Colon et al., 2000).

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suero de las pacientes (Tabla 2.6). Losésteres de ftalato con usos más comercia-les, DEHP y DBP, se hallaron en mayoresconcentraciones. En las muestras conaltas concentraciones de DEHP, uno delos metabolitos princsipales del DEHP, elmono-(2-etilhexil) ftalato (MEHP). Sedetectó DEHP en sólo un 14% de lasmuestras de control y en menores con-centraciones.

Un análisis más sensible de las ochomuestras de telarquia permitió detectarotros dos ftalatos, el DMP y el DEP, endos y tres muestras respectivamente.

Aunque existen pocos estudios sobre lacontaminación de niños pequeños, otrossugieren que sus niveles podrían ser almenos tan altos como los niveles de losadultos. Un amplio examen de los nivelesde ftalato en orina de 2.541 residentes enlos Estados Unidos mostró que las muje-res tienden a presentar concentracionesmás altas que los hombres (CDC, 2003).Los estudios sobre animales demuestranque los ftalatos atraviesan la placenta ypasan a la leche materna (Dostal et al.,1987; Parmar et al., 1985; Srivasta et al.,1989); y, por tanto, pasarán también a losfetos en desarrollo y a los neonatos a tra-vés de sus madres. Además, los niñosparecen estar más expuestos a los ftalatosque los adultos. De los siete metabolitosdel ftalato que se buscaban en la orina, elDEHP, el DBP y los monobencil ftalatosfueron los que mostraron mayores nivelesen el grupo más joven: niños de entre 6 y11 años (CDC, 2003).

2.6 Almizcles sintéticosLos nitro almizcles y los almizcles policí-clicos son una serie de compuestos aro-máticos de estructura química similar,que se usan como sustituto de los almiz-cles naturales. Los almizcles sintéticosson fragancias baratas y fáciles de produ-cir que se añaden a los productos de cui-dado personal y a los de limpieza domés-tica, como detergentes para ropa, geles deducha, jabones, cremas de manos y perfu-mes. Algunos almizcles también se utili-zan en alimentación, ambientadores,tabaco de mascar, cebos de pesca, pebetesde incienso y en productos técnicos comopreparados herbicidas o explosivos.

Los nitro almizcles incluyen el almizclede xileno, de cetona, de abelmosco, detibetina y el mosqueno. Los principalesalmizcles policíclicos son el AHTN y elgalaxolido, también conocido comoHHCB. El uso del almizcle de abelmoscoestá prohibido y el de xileno restringido.Ambos se están sustituyendo por almiz-cles policíclicos, que pueden parecermenos problemáticos, pero de los quecarecemos, de hecho, de pruebas.

2.6.1 Almizcles sintéticos en la infanciaAunque se han encontrado nitroalmizclesen la sangre y en los tejidos adipososhumanos (Tabla 2.7) descnocemos estu-dios sobre niños y niñas. Sin embargo,los niveles en la sangre y la leche demujeres adultas indican se da contamina-ción en el feto y el neonato.

21Legado Químico. Contaminación en la infancia.

Tabla 2.7

Contaminación humana por almizcles sintéticos.

Almizcle Muestra Niveles Muestras Estudiopositivas

Xileno Leche materna100 µg/kg grasa - Liebl y Ehrenstorfer, (n=391) (promedio) 1993

10-1220 mg/kg

Cetona Leche materna 40 µg/kg grasa - Liebl y Ehrenstorfer, (n=391) (promedio) 1993

Galaxolido Tejido adiposo 16-189 mg/kg -adulto (n=14) grasa Rimkus y Wolf, 1996

AHTN Leche materna 8-58 µg/kg -(n=5) grasa Rimkus y Wolf, 1996

Xileno Sangre adulta 0,24 ~µg/l (mediana) 66/72 en 1993 <0,10-1,12 mg/l Angerer y Kafferlein,

(n=72) 1997

Xileno Sangre adulta 5/41en 1998 <0,1 µg/l (mediana) Kafferlein y Angerer, (n=41) <0,1-0,29 mg/l 2001

Xileno Sangre de 95% mujeres con 65,5 ng/l (mediana)problemas (1183 ng/l máximo) Eisenhardt, et al.,endocrinos 2001y ginecológicos(n=154)

Cetona Sangre de mujerescon problemas 55,5 ng/l (mediana) 85%endocrinos Eisenhardt, et al.,y ginecológicos (518 ng/l máximo) 2001(n=154)

Mosqueno Leche materna 64 µg/kg grasa 4/53 Zehringer y Herrmann,(n=53) (promedio) 2001

Tibetina Leche materna 25 µg/kg grasa 1/53 Zehringer y Herrmann,(n=53) 2001

Xileno Leche materna 35 µg/kg grasa 1/53 Zehringer y Herrmann,(n=53) 2001

HHCB Leche materna 73 µg/kg grasa 52/53 Zehringer y Herrmann, (n=53) (promedio) 2001

AHTN Leche materna 44 µg/kg grasa 37/53 Zehringer y Herrmann,(n=53) (promedio) 2001

Angiotensina II Leche materna 74 µg/kg grasa 1/53 Zehringer y Herrmann,(n=53) 2001

22

2.7 Parafinas cloradasLas parafinas cloradas (PCs) se producenhaciendo reaccionar el gas cloro conparafinas (hidrocarburos) (Fig. 2.6). Sonmezclas complejas y existen en formasólida o de aceite, dependiendo de sucontenido de cloro y carbono. Se dividenen seis grupos según la longitud de lacadena de carbono (corta C10-13; inter-media C14-17; larga C18-30) y del gradode cloración (baja <50%; alta >50%).

Se utilizan como lubricantes de alta tem-peratura, plastificantes, pirorretardantes,aceites industriales de corte para trabajoscon metal, agentes para el acabado depieles y textiles y como aditivos en adhe-sivos, pinturas, gomas y productos desellado. Algunas PCs de cadena corta se

usan como sustituto de los PCBs.También se utilizan como plastificantessecundarios para el PVC o como sustitu-tos parciales de los plastificantes prima-rios, como los ftalatos. En 1998, se pro-dujeron alrededor de 4.000 toneladas dePCs en la UE (Santillo et al., 2003).

2.7.1 Parafinas cloradas en la infanciaLos datos sobre contaminación humanapor PCs son escasos. Un informe de 1985sobre la contaminación de muestrasmedioambientales por PCs incluye unamuestra de grasa humana (200 µg/kggrasa) (Schmid y Muller, 1985).

23Legado Químico. Contaminación en la infancia.

3 EXPOSICIÓNDE LA INFANCIAA SUSTANCIASQUÍMICAS

El conjunto de sustancias químicas a lasque están expuestos niños y niñas no seha medido ni definido en ningún estudio.Los programas de pruebas, etiquetado ycontrol se realizan sólo en una fracciónde los productos químicos a los que esta-mos expuestos. Los niños y las niñasestán expuestos a tantas fuentes químicasdiferentes que es muy difícil calcular cuá-les son importantes y en qué niveles loson. Además, debido a los efectos combi-nados del desarrollo, la fisiología, la dietay los comportamientos específicos de sugrupo de edad, pueden experimentarmayores niveles de exposición a las toxi-nas que los adultos que les rodean.

Un número creciente de estudios estádescubriendo diferencias entre los patro-nes de absorción, metabolismo y excre-ción de productos químicos medioam-bientales durante la infancia y la edadadulta. Las niñas y los niños puedenabsorber estas sustancias de forma máseficiente, procesarlas más despacio y eli-minarlas con menos eficacia que los adul-tos. Pueden ser más o menos sensibles alos efectos específicos de cada productoquímico y estos pueden producir en ellosefectos adversos diferentes. Por ello, losestudios sobre adultos sólo pueden usarsecon cautela para predecir los posiblesperjuicios para la infancia.

Esta sección analiza las formas en las quelas sustancias químicas contaminan a lainfancia y explora por qué son más sus-ceptibles de contaminarse.

3.1 De los productos a la infanciaEn Europa hay unas 100.000 sustanciasquímicas diferentes registradas para suuso comercial y se registran cientos desustancias nuevas cada año (Goldman,2002). En 2001, las principales industriasestadounidenses reconocieron haber libe-rado en el aire, el agua y en vertederos2.795 millones de kilogramos de sustan-cias químicas (US EPA, 2003b), una partede lo que realmente se vierte. Las sustan-cias químicas también pueden despren-derse de los productos que las contieneny contaminar los alimentos, las casas ylos lugares de trabajo.

La mayor parte de las sustancias químicasdescritas en la Sección 2 son persistentes,es decir, permanecen en el medio ambien-te durante mucho tiempo. Aquéllas des-critas como de una vida media corta seemiten al medio ambiente en tales canti-dades que se detectan continuamente. Losmetabolitos de ftalato, por ejemplo, tie-nen una vida media relativamente cortaen el cuerpo (unas 12 horas). Sin embargoen un estudio en orina de mujeres seencontraron niveles bastante constantescada día, lo que sugiere una exposicióndiaria continuada (Hoppin et al., 2002).

Muchos de estos productos también sonbioacumulables; es decir, se acumulan enlos cuerpos de los organismos, algunos enlos tejidos adiposos y otros en órganosespecíficos, como el hígado o los riñones.Estas sustancias entran así en la cadenaalimentaria y los organismos en la cimade la cadena, como los humanos, son los

24

más expuestos. El niño o la niña en des-arrollo, que se alimenta directamente dela leche de su madre, está al final de lacadena alimentaria.

3.1.1 Exposición prenatalPara el tercer mes de embarazo, la pla-centa ha enviado extensas ramas a lascapas más profundas del útero (Moore yPersaud, 2003), donde se entrelazan conlas arterias espirales que transportan san-gre entre ellas. Cuando la sangre maternafluye entre las “ramas” placentarias,arrastra el dióxido de carbono y los des-echos metabólicos del feto y los sustituyepor oxígeno, agua, minerales, nutrientes yanticuerpos. Se trata de un proceso simi-lar al que tiene lugar en los capilares,aunque con una diferencia fundamental:no depende de una difusión pasiva, laplacenta toma activamente la mayorparte de lo que necesita (a excepción deloxígeno) de la madre. Así el feto segarantiza el aprovisionamiento constantede las sustancias que requiere, aun cuan-do los niveles de un componente en par-ticular en la sangre de la madre seaninusualmente bajos o altos. De estaforma, la barrera placentaria puede deci-dir, hasta cierto punto, lo que recibe elniño en desarrollo.

En lo que se refiere a elementos químicostóxicos que han contaminado a la madre,sin embargo, la placenta no constituyeuna barrera real. Las sustancias químicasde la sangre materna se clasifican, princi-palmente, según su peso molecular, sucarga eléctrica y su solubilidad lípida. Lasmoléculas pequeñas con carga neutra quese disuelven en grasa con facilidad pue-den atravesar la placenta sin problema,independientemente de su toxicidad. Elmetilmercurio, por ejemplo, se bombea

activamente desde la sangre de la madre,de forma que los niveles de mercurio enel cordón umbilical acaban sobrepasandolos de la sangre materna.

El feto flota libremente, suspendido delcordón umbilical, en el líquido amnióti-co que lo rodea, lo protege y lo baña(Moore y Persaud, 2003). El feto sorbe ytraga continuamente este líquido, com-puesto de tejidos que proceden tanto dela madre como del niño, y su aparatodigestivo lo absorve. El bebé lo inhalacuando respira y a través de la piel. Elfeto lo absorbe, provocando su entradaen el sistema circulatorio, y lo elimina através de la circulación materna. El líqui-do amniótico baña al bebé en desarrollopor dentro y por fuera, y con él cualquiersustancia química que lo haya contamina-do.

El feto en desarrollo, además de a losproductos químicos a los que estáexpuesta la madre a diario, está expuestoa aquellas sustancias que ya se han alma-cenado en los tejidos maternos, y que lealcanzan a él durante el embarazo. Porejemplo, hay un gran movimiento de gra-sas maternas durante el tercer trimestrede embarazo, un período crucial para eldesarrollo cerebral (Moore y Persaud,2003).

El bisfenol A es un buen ejemplo de esteproblema. En muchos casos, los nivelesde bisfenol A en el plasma fetal son másaltos que en la sangre materna(Schonfelder et al., 2002b). En uno de losestudios llevados a cabo, las concentra-ciones de bisfenol A en el líquido amnió-tico a las 15-18 semanas de gestación erancinco veces más altas que en ningún otrofluido (Ikezuki et al., 2002). La tasa de

25Legado Químico. Contaminación en la infancia.

eliminación del bisfenol A de la sangre esmás lenta en el feto, porque las enzimasnecesarias para eliminarlo no aparecenhasta después del nacimiento. Las mujerestambién tienen concentraciones más altasque los hombres en sangre, debido a dife-rencias, bien de exposición o bien demetabolismo, entre los dos sexos(Schonfelder et al., 2002).

3.1.2 Exposición postnatalAlimentosLa principal fuente de exposición a lassustancias químicas bioacumulables sonlos alimentos (por ejemplo, Tabla 3.1).Primero, los alimentos se contaminandurante su cultivo o desarrollo debido ala contaminación medioambiental y, des-pués, se bioacumula a lo largo de la cade-na alimentaria. Esta contaminación con-tinúa debido a la migración desde loscomponentes y envases usados durante lamanufactura, procesamiento y almacena-miento, especialmente en aquellos ali-mentos que contienen mayores niveles degrasa.

El pescado tiende a ser el alimento máscontaminado. Se han detectado pirorre-tardantes PBDEs en pescado y marisco enrangos de 21-1650 pg/g peso fresco (Ohtaet al., 2002). En comparación, la ternera,el cerdo y el pollo contenían 6,25-63,6pg/g, y tres tipos de verdura diferentespresentaban niveles de 38,4-134 pg/g. Deforma similar, en Japón, donde el pescadoes parte fundamental de la dieta, se calcu-la que la dosis del compuesto organoes-tánnico TBT ingerida a diario es relativa-mente alta (2,5 µg/kg peso corporal sobreuna base de consumo diario de pescadode 150 g/día) (van Heijst, 1994). Ohta etal. (2002) también demostraron una fuer-te correlación entre los niveles de PBDEen la leche materna y el consumo de pes-cado y marisco.

La preparación y el almacenamiento dealimentos pueden incrementar dramática-mente la contaminación. El bisfenol A,que se desprende de materiales sin reac-cionar y/o polímeros degradados de plás-ticos es un buen ejemplo. Los niveles debisfenol A que migran desde los recipien-tes de plástico a la comida del bebéaumentan después de lavar, hervir y cepi-llar dichos contenedores (Brede, 2003);migra de los productos de goma y delfilm transparente que se usa para envol-ver alimentos (Lopez-Cervantes yPaseiro-Losada, 2003; Ozaki y Baba,2003); y se calcula que un 80-85% de latasde comida contienen bisfenol A.

En el caso de los compuestos organoes-tánnicos, el TBT, el DBT, y el MBT pue-den desprenderse del papel parafinadopara hornos; mientras que el DBT y elMBT se desprenden de guantes para fre-gar, estropajos y papel de celofán paraalimentos (Takahashi et al., 1999). Deforma similar, en otro estudio se demos-tró que el proceso de freír y empaquetarpollo aumentaba el contenido del ftalatoDEHP de 0,08 a 16,9 mg/kg. La principalfuente de contaminación en este casoeran los guantes utilizados por los mani-puladores de los alimentos (Tsumura etal., 2001b). Las tuberías de PVC tambiénhan constituido una fuente de alta conta-minación de los alimentos infantiles(Tsumura et al., 2001a).

Valga como ejemplo del alcance de lacontaminación química en los alimentos,un informe reciente en el que se encontrónonilfenol en los 60 productos alimenti-cios examinados (Guenther et al., 2002).Se trataba de productos populares, de usocomún en Alemania, e incluía 39 alimen-tos para adultos, desde mermelada a sal-chichas, 20 alimentos infantiles y unamuestra de leche materna (la Tabla 3.2

26

enseña una selección de los resultados).Se detectó nonilfenol en todas las mues-tras, en niveles entre 0,1 y 19,4 µg/kg, yno se encontró relación con el contenidograso. Los autores del informe apuntabanque estos alimentos se diferenciaban sus-tancialmente en sus métodos de prepara-ción y envasado y que existen multitudde puntos de entrada para el nonilfenolen el suministro de alimentos.

AireLa segunda gran fuente de contaminaciónquímica es el aire (Tabla 3.1). Se hademostrado que la exposición domésticaa las sustancias químicas, incluyendo losalquilfenoles, el bisfenol A y los ftalatos,en los niños en edad pre-escolar, esmayor dentro que fuera de casa (Wilsonet al., 2003). Los compuestos químicos seacumulan a partir de productos de lim-

Tabla 3.1

Comparación de la dosis diaria de DEHP que se calcula que reciben de las diversas fuentes diferentesgrupos de edad en Canadá (µg/kg peso corporal por día).

Edad (años)Fuente 0,0-0,5 0,5-4 5-11 12-19 20-70Alimentación 7,9 18 13 7,2 4,9Aire doméstico 0,86 0,99 1,2 0,95 0,85Agua potable 0,13-0,38 0,06-0,18 0,03-0,10 0,02-0,07 0,02-0,06Suelo 0,000064 0,000042 0,000014 0,000004 0,000003Aire ambiente(Grandes Lagos) 0,00003-0,0003 0,00003-0,0003 0,00004-0,0004 0,00003-0,0003 0,00003-0,0003Total 8,9-9,1 19 14 8,2 5,8

(Datos de Meek y Chan, 1994).

Tabla 3.2

Ejemplos de niveles de nonilfenol en alimentos infantiles, y otros alimentos ingeridos por bebés.

Alimento Niveles de nonilfenol (µg/kg)

Leche materna (edad de la madre: 35 años) 0,3Preparado infantil 1 1,6Preparado infantil 2 2,1Papilla de plátano y leche 0,2Papilla de melocotón y miel 0,4Puré de zanahorias 0,8Papilla de sémola y vainilla 1,8Puré de brécol, patata y pavo 1,4Puré de ternera, patata y arroz 3,1Pasta con salsa de jamón y tomate 4,0Yogur de melocotón y maracuyá 0,6Leche entera (3,5% contenido graso) 0,4Leche en polvo (10% contenido graso) 3,8Huevos de gallina 1,5Atún 8,1Manzanas 19,4Zumo de naranja 0,1

(Datos según Guenther et al., 2002).

27Legado Químico. Contaminación en la infancia.

pieza, cuidado e higiene personal y cos-méticos. Se desprenden vapores y mate-riales degradados de moquetas, pinturas,ordenadores, mobiliario y juguetes y seadhieren a partículas de aerosol.

Por ejemplo, el DINP y el DEHP son losftalatos predominantes que migran de losjuguetes y artículos de cuidado infantil(Bouma y Schakel, 2002). Varios estudioshan encontrado en el polvo de muchascasas una amplia variedad de productosquímicos, que incluyen alquilfenoles, bis-fenol A, compuestos organoestánnicos,pirorretardantes, ftalatos, y parafinas clo-radas (Santillo et al., 2003).

El aire exterior contiene niveles menoresde estas sustancias, algunas de las cualespodrían provenir de la evaporación deagua contaminada y mostrar tendenciasestacionales (Ying et al., 2002). Por ejem-plo, el aire en las ciudades de NuevaYork y Nueva Jersey (EE. UU.) conteníanonilfenol en niveles de 2,0-70 ng/m3,debidos a la evaporación del río Hudson(Dachs et al., 1999).

AguaLa contaminación química del agua pro-viene de las aguas residuales de alcantari-llado e industria y de los vertederos. Losniveles de APEs en las aguas residualestratadas fluyentes, por ejemplo, son simi-lares en España, Reino Unido y EstadosUnidos, con concentraciones de hasta 369mg/l. Sin embargo, en los sedimentos lle-gan a 13.700 mg/kg en EE. UU. (Ying etal. 2002).

La investigación de las autoridades guber-namentales de Reino Unido en materiade agua potable (UK Government's

Drinking Water Inspectorate) ha demos-trado que varios productos utilizados enlas tuberías de conducción del agua pota-ble (resinas plásticas, gomas, cementos yprotección de tuberías) trasmiten alquil-fenoles y ftalatos al agua (ENDS, 1999b).Un barniz epoxi desprendíe en el aguadurante la primera hora tras el secadodos tipos de ftalatos, el DBP y el DBEP,en niveles de 1.400 µg/m2 y 80 µg/m2 res-pectivamente y el nonifenol, a niveles de160 µg/m2. Un cemento de base solventedesprende 12.000 µg/m2/h de nonilfenolpolietoxilado inmediatamente despuésdel secado y las tasas de desprendimientopermanecen altas después de tres días.

La contaminación puede provenir inclusode filtros de agua. Por ejemplo, los nive-les de bisfenol A aumentan de 0,01 a 0,02ng/ml tras la purificación del agua delgrifo para su uso en laboratorios (Inoueet al., 2000).

Fuentes médicasMuchos dispositivos médicos contienenplásticos, entre ellos, las bolsas de sangre,los ventiladores mecánicos, los aparatosde hemodiálisis, los útiles para la alimen-tación y las vías intravenosas. Por tanto,las intervenciones médicas puedenaumentar la exposición a sustancias quí-micas. Los neonatos, especialmente losprematuros, que sufren multitud de inter-venciones en las unidades de cuidadointensivo, están expuestos a altos nivelesde aditivos plásticos. Especialmente pro-blemático es el DEHP, el único ftalatousado actualmente en los dispositivosmédicos, que contienen una media deentre 20 y 40% DEHP por peso (EC,2002). El bisfenol A también puede cons-tituir un problema ya que, por ejemplo,

28

los pacientes de hemodialisis sufren unaexposición adicional a la sustancia quími-ca a través de los componentes de poli-carbonato de los riñones artificiales(Yamasaki et al., 2001).

3.2 Exposiciónincrementadaen la infancia

3.2.1 DietaLas niñas y los niños pequeños comenuna cantidad proporcional a su peso cor-poral 3-4 veces superior a la de los adul-tos (Tabla 3.3) y, por tanto, ingieren másquímica por unidad de masa corporal.Además, consumen una variedad máslimitada de alimentos: su fuente de ener-gía y nutrientes predominante durante suprimer año de vida es la leche materna olos productos derivados de leche de vaca.Los niños y niñas están, por tanto,expuestos a una mayor proporción desustancias químicas solubles en lípidos,que se liberan a la leche desde los tejidosadiposos de las madres y las vacas.

Los niños también beben más agua enrelación con su peso corporal. Los bebésmenores de seis meses consumen 88ml/kg/día de agua del grifo, directamenteo a través de otras fuentes como zumos ypreparados de frutas; y los niños entreseis y 12 meses ingieren 56 ml/kg/día. Encontraste, los adultos mayores de 20 añosingieren sólo 15 ml/kg/día (Altshuler etal., 2003c).

3.2.2 ComportamientoLa ingestión de toxinas procedentes defuentes no alimentarias es relativamentealta en niños pequeños, debido al hechode que éstos se introducen constantemen-

te las manos y otros objetos en la boca,especialmente en la fase caracterizada poruna exploración oral intensa. Tambiénpueden ingerir tierra accidentalmente odeliberada y compulsivamente, un com-portamiento más grave en niños discapa-citados psíquicos (Altshuler et al., 2003).Los niños también tienden a chapotear onadar más a menudo y están, así, expues-tos a más sustancias químicas que seencuentran en el agua.

3.2.3 EstaturaDurante la lactancia y la infancia, losniños pasan mucho tiempo en o cerca delsuelo. A esta altura, están más expuestosa los vapores densos, los humos de loscoches, el polvo doméstico y los produc-tos químicos que se desprenden de losrevestimientos del suelo.

3.2.4 Mayor absorciónAbsorción dérmicaLos niños tienen una mayor superficiecutánea que los adultos en relación consu masa corporal y experimentan un con-tacto más intenso con su entorno domés-tico a través de ella, de forma que puededarse mayor absorción dérmica de sus-tancias químicas. La piel infantil es, ade-más, más permeable que la adulta. En los

Tabla 3.3

Ingestión de energía de niños en determinadas edades (kcal/kg/día).

Edad Niños Niñas

0-1 mes 116 1162-3 meses 100 1006-9 meses 85 852-3 años 81 814-6 años 72 6412-13 años 59 5218-19 años 48 41

(Datos según Bearer, 1995)

29Legado Químico. Contaminación en la infancia.

recién nacidos, la queratinización (elengrose y endurecimiento de la piel) noocurre hasta los 3-5 días tras el parto, y elproceso se retrasa más en los prematuros(Bearer, 1995). Diversos estudios hanmostrado una mayor absorción dérmicade toxinas de varios tintes, medicinas ydesinfectantes en recién nacidos(Eichenfield y Hardaway, 1999).

Absorción gastrointestinalLa absorción gastrointestinal (GI) esmayor en niños menores de 6-8 meses deedad, cuyo inmaduro tracto GI muestraunos períodos de vaciado y tránsito intes-tinal prolongados. Esto significa que losbebés estarán más expuestos a las sustan-cias químicas ingeridas. Por ejemplo, losniños absorben el 50% del plomo ingeri-do frente al 10% absorbido por los adul-tos. Los recién nacidos no alcanzan losniveles de acidez estomacal adultos hastavarios meses después, lo que puedeaumentar o disminuir la absorción devarios productos químicos (Bearer, 1995).

Absorción respiratoriaLos niños pequeños respiran, en propor-ción a su masa corporal, el doble de aireque los adultos. Por tanto, inhalan pro-porcionalmente más sustancias químicasdel aire (Altshuler et al., 2003c).

Absorción cerebralLa barrera hematoencefálica (BHE) limi-ta la habilidad de la mayoría de sustan-cias químicas para penetrar en el cerebroa través de la circulación. Los componen-tes liposolubles pueden cruzarla másfácilmente debido al alto contenido lípi-do del cerebro. Sin embargo, la eficienciade la BHE depende de la edad: se des-arrolla gradualmente durante el creci-miento fetal y la primera infancia y

madura en la niñez (Altshuler et al.,2003c). Esta mayor permeabilidad a lassustancias químicas puede resultar en unamayor exposición del cerebro a las toxi-nas.

3.2.5 Distribución en el cuerpoLa composición de la sangre, del cuerpoy el tamaño de los órganos en lactantes yniños difieren de los de los adultos, loque afecta a la distribución y al almace-namiento de las sustancias químicas y,por ende, a la exposición de los órganos ytejidos a sus efectos tóxicos. En la sangre,por ejemplo, los productos químicos pue-den enlazarse a proteínas sanguíneasespeciales que les impiden el acceso a susórganos diana. Así, es menos probableque las sustancias químicas enlazadascausen efectos adversos en el cuerpo. Sinembargo, la sueroalbúmina, la principalproteína de unión de la sangre, sóloalcanza sus niveles adultos entre los 10 ylos 12 meses (Altshuler et al., 2003c). Portanto, los niños son más vulnerables a lastoxinas en la infancia temprana, momen-to en el que carecen de esta protección.En este periodo de desarrollo tambiéncontienen un mayor porcentaje de agua yun mayor volumen de líquido extracelu-lar que los adultos (75% del peso corpo-ral en el momento del parto, comparadocon el 50-60% de un adulto) y pueden,por tanto, transportar proporcionalmentemás sustancias químicas en sus fluidoscorporales.

En los niños mayores y en los adultos, lagrasa puede actuar como tampón de lastoxinas liposolubles, almacenándolas yliberándolas lentamente durante un perí-odo de tiempo. El feto en desarrollocarece de este regulador ya que tiene

30

poca grasa corporal hasta las últimas cua-tro semanas de gestación (Moore yPersaud, 2003). De ahí que sea más pro-bable que las sustancias químicas solublesen grasa se almacenen en los tejidos feta-les con mayor contenido graso, como elaltamente sensible cerebro en desarrollo.

Algunos órganos del niño son más gran-des que en los adultos en relación con lamasa corporal y, en proporción, el flujode sangre hacia esos órganos tambiénpuede ser mayor. Por ejemplo, el cerebroinfantil constituye un 13% de la masa cor-poral total, mientras que en el adulto,sólo constituye un 2% y el flujo cerebralen el niño es mayor por unidad de masadel peso cerebral que en el adulto(Altshuler et al., 2003c).

Todos estos factores pueden resultar enuna mayor distribución y almacenamien-to de ciertos productos químicos en losórganos de los niños y niñas. Un incre-mento en el almacenamiento puedeaumentar la duración de la exposición adichos productos, ya que éstos se liberanlentamente a lo largo del tiempo.

3.2.6 MetabolismoLos niños y niñas tienen una mayorsuperficie cutánea en proporción a sumasa corporal y, por tanto, pierden calorcorporal más rápidamente. Esto requiereuna mayor tasa de metabolismo basal queen los adultos y más oxígeno en relacióncon su peso. También tienden a ser másactivos que los adultos, lo que aumentasu ritmo respiratorio y el metabolismode la energía. Así, tanto su ingestión decomida como su inhalación de aire y suexposición a los contaminantes químicos

por masa corporal son más altas que lasde los adultos.

3.2.7 Biotransformaciónde las sustancias químicas

La biotransformación de una sustanciaquímica en sus metabolitos puede aumen-tar o disminuir su toxicidad y hacer másfácil o más difícil su eliminación delcuerpo. En los lactantes y niños, muchasde las vías de biotransformación másimportantes no funcionan al nivel adultoy algunos procesos de transformaciónsiguen diferentes vías (Bearer, 1995;McCarthy, 2003). Estas diferencias pue-den resultar en incapacidad para metabo-lizar una sustancia química o en la pro-ducción de metabolitos diferentes en elfeto en desarrollo o en el niño que en losadultos. La inmadurez puede ser una ven-taja contra aquellos productos químicosen los que los metabolitos son más tóxi-cos que las formas de base; sin embargo,la reducida capacidad metabólica de losniños probablemente los expone a efectosadversos más graves que a los adultos.

3.2.8 Excreción y eliminaciónLas sustancias químicas se pueden excre-tar en su forma inicial, como metabolitoso unidas con otras sustancias (conjuga-dos) a través de las orina, las heces o elaire exhalado. Algunos compuestos quí-micos se transforman en productos solu-bles en agua, de forma que pueden serexcretados a través de los riñones,mediante filtración glomerular, difusióno secreción tubular. La filtración glome-rular elimina la mayor parte de las toxi-nas, a menos que éstas estén fuertementeenlazadas con las proteínas del plasma.

El hígado y los riñones de los reciénnacidos no están totalmente desarrolla-

31Legado Químico. Contaminación en la infancia.

dos y eliminan las toxinas más lentamen-te que en los adultos (McCarthy, 2003).La tasa de filtración glomerular de unneonato normal está alrededor del 50%del nivel adulto y sólo alcanzará su capa-cidad total alrededor de 12 meses después.La secreción tubular y el flujo de sangrerenal alcanzan las tasas adultas hacia los6-9 meses y los 5-12 meses respectivamen-te (McCarthy, 2003).

La combinación de diferencias de bio-transformación y de funciones orgánicasinmaduras puede llevar a los neonatos aeliminar una sustancia química de sucuerpo entre 2 y 9 veces más tarde (comomedia), dependiendo de cuál sea la víaprincipal de eliminación para dicha sus-tancia (Ginsberg et al., 2002). En el 7% delos recién nacidos, este proceso puede sermás de 10 veces más largo (Hattis et al.,2003) que en los adultos.

32

4 CONTAMINANTESQUÍMICOS Y ENFERMEDAD

En el mundo están aumentando los casosde varias enfermedades no infecciosas alas que se cree que contribuyen factoresmedioambientales, aunque no se hayanpodido identificar de forma específica.Todas estas enfermedades podrían tenersu origen en la niñez y se sospecha quemuchas son provocadas por daños sufri-dos por el niño o la niña durante su des-arrollo, el período de la vida más suscep-tible a los riesgos químicos.

Muchos de los cientos de sustancias quí-micas que contaminan nuestros cuerposson tóxicas también para otros seresvivos. Los efectos de estas sustancias en lasalud humana están en su mayoría aúnpor explorar, en parte porque se encuen-tran en el medio ambiente en dosis queantes se consideraban inocuas. La investi-gación está ahora vinculando estudios enanimales con dosis químicas bajas a unaamplia gama de efectos sobre la salud queno se investigaron en los estudios condosis altas, todos ellos relacionados conenfermedades observadas en humanos.

Esta sección revisa las enfermedadescuyos casos están aumentando y describelos períodos de desarrollo infantil en losque el niño es más vulnerable a los dañosquímicos. La última parte presenta laspruebas que se tienen actualmente de losefectos tóxicos de dosis bajas de contami-nantes orgánicos persistentes y sus posi-bles vinculaciones con las enfermedades.

4.1 Enfermedades en aumento

4.1.1 Mortalidad infantilEstados Unidos sigue teniendo una de lastasas más altas de mortalidad infantil, departos prematuros y de neonatos de muybajo peso en el mundo industrializado

(Altshuler et al., 2003a). La Tabla 4.1muestra las 10 principales causas de mor-talidad en recién nacidos en los EE. UU.Alrededor del 55% de estas muertesinfantiles pueden atribuirse a:

• anormalidades congénitas

• complicaciones por bajo peso o partoprematuro

• síndrome de muerte súbita del lactante

• complicaciones en el parto

El riesgo de desarrollar estos desórdenesse incrementa por exposición a productosquímicos. Y, aunque desciende el númerode muertes debidas a otras causas, lasanormalidades congénitas no parecen dis-minuir.

4.1.2 Enfermedades inmunológicasLa incidencia de asma, alergias y enfer-medades autoinmunes está aumentandoen todo el mundo:

• entre 100 y 150 millones de habitantesdel mundo sufren asma y el número demuertes ha superado las 180.000 (WHO,2002). En Europa Occidental, la inciden-cia de asma se ha doblado en los últimos10 años (WHO, 2002). Aunque la mayoríade los casos están provocados por alergia,existen muchos en los que no se ha podi-do determinar ninguna causa alérgica.

• una de cada cuatro personas en ReinoUnido (15 millones) sufren alergia enalgún momento de sus vidas. La inciden-cia parece estar aumentando a una veloci-dad del 5% al año, siendo niños la mitadde los afectados actualmente (AllergyUK, 2003).

33Legado Químico. Contaminación en la infancia.

• una de cada 31 personas en EE. UU.(más de 8,5 millones) padecen enfermeda-des autoinmunes como la diabetes, laartritis reumática y la esclerosis múltiple,siendo la incidencia en las mujeres 2,7veces superior que en los hombres(Jacobsen et al., 1997).

Si bien no existe ninguna duda sobre lapredisposición genética como determi-nante fundamental de las enfermedadesinmunológicas, los factores medioam-bientales siguen desempeñando un papelen su desarrollo. Varios estudios mues-tran que ciertas sustancias químicas pro-vocan cambios en el sistema inmunológi-co -desde variaciones en los parámetrosinmunológicos, como los niveles de anti-cuerpos y el número de leucocitos, queafectan a la capacidad del cuerpo paraluchar contra las infecciones y el cáncerhasta ocasionar alergias y enfermedadesautoinmunes.

La capacidad de respuesta inmunológicapara toda la vida se determina durante eldesarrollo prenatal y el principio del pos-tnatal (EHP, 1996; Luster et al., 2003). Eldeterioro del sistema inmunológicopuede derivarse de alteraciones en el des-arrollo del sistema imunológico y ser delarga duración. Los efectos podrían nomanifestarse en el momento del naci-miento y no aparecer de hecho hasta laedad adulta (EHP, 1996).

Los productos químicos también puedenempeorar los síntomas de las enfermeda-des inmunológicas. Por ejemplo, los niñosson especialmente susceptibles de des-arrollar síntomas asmáticos y otros pro-blemas respiratorios al estar expuestos ala contaminación del aire (Altshuler etal., 2003a).

4.1.3 CánceresEl cáncer es la causa del 26% de las muer-tes sucedidas en Reino Unido y la segun-da causa de mortalidad en EE. UU.(Cancer Research UK, 2003b; Anderson,2001). Se calcula que una de cada trespersonas desarrollará un cáncer durantesu vida. En la actualidad, alrededor de 1,2millones de personas en Reino Unido yahan sido diagnosticadas como enfermosde cáncer (Cancer Research UK, 2003a).

El cáncer es la tercera causa de muertemás importante entre los niños de entreuno y 19 años (Anderson, 2001). La inci-dencia de cáncer infantil ha aumentadoen los Estados Unidos en un 26% entre1975 y 1999. Se calcula que los mayoresincrementos se han producido en loscasos de cáncer cerebral y otros cánceresdel sistema nervioso (50% del aumento) yen la leucemia linfocítica grave (62%).Sólo entre el 5 y el 10% de los cánceres sehan podido relacionar con factores gené-ticos. El resto parece estar relacionadocon una amplia variedad de factoresmedioambientales.

La mayor parte de los cánceres infantilesson diferentes a los de los adultos y afec-tan a una mayor variedad de tipos decélulas. Algunos están relacionados conalteraciones genéticas o cromosómicasespecíficas, que con toda probabilidadocurren durante la concepción o al pocotiempo (Altshuler et al., 2003a). Otrosparecen estar vinculados al mal desarro-llo, o disgenia, de órganos o tejidos(Sonnenschein y Soto, 1999). Se consideraque estos tejidos están en un estado pre-maligno ya que tienen un alto riesgo dedesarrollar un cáncer. Algunos de estoscánceres, como el tumor hepático hepato-blastoma, aparecen en la infancia tempra-

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Tabla 4.1

Tasas de mortalidad infantil y porcentaje del total de muertes infantiles por las 10principales causas de mortalidad infantil en 1999 en EE. UU.

Clasificación Causa de muerte Tasa de mortalidad1 Total de muertes (%)NA Todas 705,6 1001 Malformaciones congénitas, 138,2 19,6

deformaciones y anormalidadescromosómicas

2 Desórdenes relacionados con 110,9 15,7una gestación corta y bajo peso de nacimiento, no clasificables en ninguna otra categoría

3 Síndrome de muerte súbita 66,9 9,5del lactante

4 Neonatos afectados por 35,3 5,0complicaciones de la madre durante el embarazo

5 Enfermedad de la membrana 28,0 4,0hialina

6 Neonatos afectados por 25,9 3,7complicaciones de la placenta,el cordón umbilical o las membranas

7 Accidentes (heridas no 21,3 3,0intencionadas)

8 Septicemia bacterial 17,5 2,5del neonato

9 Enfermedades del sistema 16,8 2,4circulatorio

10 Atelectasia2 16,3 2,3

NA Otras causas 228,3 32,4

1 Muertes por cada 100.000 nacidos vivos

2 La atelectasia es un colapso del tejido pulmonar que afecta a un pulmón o a una parte del mismo. La ate-lectasia congénita puede ser el resultado de un fallo en la expansión pulmonar en el parto y puede estar locali-zada o afectar a los dos pulmones.(Datos procedentes de Hoyert et al., 2001).

na. Otros, como el cáncer testicular entestículos no descendidos, pueden apare-cer más tarde. En contraste, los cánceresadultos afectan mayoritariamente a lascélulas epiteliales que revisten los órga-nos y estructuras y se cree que resultande la lenta acumulación de daños genéti-

cos o estructurales debidos al envejeci-miento o a la exposición a factoresmedioambientales. La sensibilidad a losagentes cancerígenos de las sustanciasquímicas es mucho mayor durante losperíodos prenatal y postnatal.

35Legado Químico. Contaminación en la infancia.

4.1.4 Enfermedades del sistema nerviosoParece existir una epidemia de discapaci-dades de desarrollo, aprendizaje y com-portamiento en la infancia (Shettler etal., 2000). Alrededor del 17% de los niñosen EE. UU. sufren alguna de estas disca-pacidades. El número de niños tratadopor trastorno por déficit de atención(TDA) y por trastorno por déficit deatención con hiperactividad (TDA-H) haaumentado dramáticamente en los últi-mos 10 años (Houlihan et al., 2003;Shettler et al., 2000). La incidencia regis-trada de autismo también está creciendo(Houlihan et al., 2003). Aunque se desco-nocen las causas, se cree que la exposiciónquímica podría contribuir a esta mayorincidencia (Woodward, 2001).

Las enfermedades neurodegenerativas,como la de Parkinson, también puedenestar provocadas por sustancias químicas;se han relacionado, por ejemplo, con laexposición a metales pesados, plaguicidas,y humo del tabaco (Siderowf y Stern,2003; Woodward, 2001).

4.1.5 Desórdenes del desarrollo y delsistema reproductor

Los desórdenes del sistema reproductor,especialmente en los hombres, estánaumentando:

• El recuento espermático está disminu-yendo un 1% al año en muchas zonas delos países industrializados. Existen signi-ficativas diferencias regionales en losrecuentos espermáticos, que no puedenexplicarse por factores genéticos (Swan etal., 2000).

• La incidencia de hipospadia, una ano-malía congénita en el pene que consisteen que la apertura de la uretra ocurre enla base del órgano en vez de en su punta,

se duplicó en EE. UU. entre 1970 y 1993(Paulozzi et al., 1997).

• La criptoquidia, en el que los testículosno descienden hasta el escroto antes delnacimiento, se da en un 2-5% de los bebésvarones en los países occidentales y elporcentaje se está incrementando. Loshombres nacidos con este defecto tam-bién corren un riesgo mayor de desarro-llar un cáncer testicular o de mama(Paulozzi, 1999).

• El cáncer testicular también se estáextendiendo en algunas partes del mundo.Es el cáncer más común en los varones deentre 20-34 años (Huyghe et al., 2003).

En conjunto, las disfunciones testiculares,la hipospadia, la criptoquidia y un mayorriesgo de cáncer testicular se conocencomo “síndrome de disgenesia testicular”.Está reconocido que probablemente sedeba a una disrupción de las hormonassexuales durante el desarrollo(Skakkebaek et al., 2001). El decrecientenúmero de nacimientos de varones res-pecto al de mujeres en muchos paísesindustrializados también podría estarrelacionado con estos defectos del siste-ma reproductor masculino (Davis et al.,1998; Grech et al., 2003).

También ha disminuido la edad mediadel inicio de la pubertad en algunos gru-pos étnicos en EE. UU. y otros países(Herman-Giddens et al., 1997; Krstevska-Konstantinova et al., 2001). La pubertadprecoz está asociada a problemas de cre-cimiento y a un comienzo temprano decomportamientos de riesgo, desórdenesen la función endocrina y reproductora ya un mayor riesgo de cáncer (Alshuler etal., 2003b).

36

Se ha identificado una amplia variedad desustancias químicas que actúan como dis-ruptores endocrinos, ya que imitan ocontrarrestan el efecto de las hormonas,y/o alteran la síntesis y el metabolismo deéstas y de sus receptores. Los disruptoresendocrinos químicos pueden estar desem-peñando un papel en el aumento de losdesórdenes del desarrollo y del sistemareproductor.

4.2 Etapas vulnerablesen el desarrollo celular

4.2.1 Control de la división celularEl proceso mediante el que una célulareproduce su ADN y se divide para pro-ducir nuevas células se denomina ciclocelular. La célula atraviesa cuatro fases:expresión genética y síntesis de proteínas(G1), preparación de la célula para lareproducción de su ADN (S), crecimientode la célula y más síntesis de proteínas(G2) antes de la mitosis (M1) o divisiónde la célula. Este proceso implica lainteracción de muchos procesos metabó-licos y de control, cualquiera de los cua-les podría ser diana de alguna toxina.Existen mecanismos de control a lo largodel ciclo celular para prevenir que lacélula pase a la fase siguiente si las ante-riores no se han completado adecuada-mente. Cada uno de los 210 tipos de célu-las del cuerpo humano tiene un ciclocelular con una longitud determinada,que puede ser de unas horas, de variosmeses, o incluso de más. Un ciclo corto,con una actividad metabólica más rápida,produce generalmente células más vulne-rables a los efectos tóxicos.

Las células embrionarias tienen por logeneral ciclos muy cortos. Al principiodel embarazo, por ejemplo, el cerebro

crece a una velocidad de 250.000 célulaspor minuto (Chudler, 2003). Un fallocomún en las células embrionarias deciclo rápido evita los mecanismos de con-trol G2. Si una toxina inhibe las molécu-las del mecanismo de control, el ciclocelular puede continuar sin que se hayancumplido todas las especificaciones, loque puede llevar a anomalías celulares y/oa la muerte celular (Altshuler et al.,2003b).

4.2.2 Muerte celular programadaEl tipo y el número de células en órganosespecíficos están controlados tanto por laproducción como por la eliminaciónmediante muerte celular programada oapoptosis. Por ejemplo, la apoptosis eli-mina las membranas entre los dedos, ylas poblaciones celulares del sistemainmunológico que podrían provocarenfermedades autoinmunes. La apoptosisjuega un papel fundamental en el des-arrollo del sistema nervioso desde la pro-liferación temprana de las células cere-brales y durante la vida postnatal.

La alteración de los patrones normales deapoptosis, por modificación de la expre-sión genética o fallo en los mecanismosde señalización, está implicada en unagran variedad de enfermedades como lasautoinmunes y algunos cánceres. Porejemplo, la persistencia de las célulasmadre renales, que deberían desaparecerentre las semanas 6 y 4 antes del naci-miento, puede hacerlas vulnerables a lasexposiciones postnatales, que las transfor-man en el tumor de Wilm, un cáncerinfantil relativamente común (Sharpe yFranco, 1995). Una apoptosis desordena-da durante el desarrollo embrionariopuede aumentar el riesgo de enfermeda-des neurodegenerativas, como la de

37Legado Químico. Contaminación en la infancia.

Parkinson o la de Alzheimer (Brill et al.,1999).

4.2.3 Expresión génicaLa expresión génica, es decir, la transcrip-ción del ADN en ARN y la traducción deéste en proteínas, controla la división, laapoptosis y la actividad metabólica de lacélula. Durante el desarrollo, la expresióngénica es extradionariamente activa. Seexpresan una gran proporción de genes ymuchos de ellos se activan o desactivanpara controlar las funciones celulares.Una tasa de actividad tan alta proporcio-na una gran variedad de oportunidades alas sustancias químicas para interferir enel desarrollo celular mediante una inter-acción directa con el ADN. Esto altera laexpresión génica o las proteínas expresa-das, como las enzimas y las moléculas decontrol.

La señalización celular dentro y entrecélulas es clave para la expresión génica,la migración celular y otros mecanismosde desarrollo. Las toxinas que interfierencon estos procesos moleculares vitalespueden causar daños en el desarrolloinfantil. El desarrollo cerebral, por ejem-plo, puede verse afectado si toxinas cono-cidas, como el alcohol y el metilmercu-rio, alteran la transducción de señal delos neurotransmisores (Altshuler et al.,2003b). La disrupción de los procesos deseñalización celular también se ha rela-cionado con el desarrollo de cáncer(Sonnenschein y Soto, 1999).

4.2.4 Diferenciación y madurez celularLas células se diferencian y maduranhasta alcanzar su forma y función especí-ficas dentro del órgano o tejido al quepertenecen. Esto se produce bajo el con-trol de la señalización inter e intracelular.

Si las células no llegan a diferenciarseadecuadamente debido a una interferen-cia química o de otro tipo, la funciónorgánica se verá comprometida y lasupervivencia fetal estará en peligro.Estas células indiferenciadas tambiénserán más vulnerables a posteriores efec-tos de las sustancias químicas, especial-mente a aquellos que pueden causar cán-cer. Por ejemplo, las alteraciones en eldesarrollo durante la organogénesis delhígado, durante el primer trimestre deembarazo, pueden conducir al hepato-blastoma del embrión. Los bebés quenacen con un peso extremadamente bajotienen 100 veces más posibilidades quelos de peso normal de desarrollar hepato-blastoma. Este problema se ha asociado acausas medioambientales (Ikeda et al.,1997; Maruyama, 1999).

4.3 Etapas vulnerablesen el desarrollo infantil

4.3.1 Desarrollo de las célulasgerminales

El esperma y los óvulos (células germina-les) comienzan a desarrollarse en el feto ymaduran durante la pubertad. En losvarones, las células germinales primordia-les se desarrollan in utero. A partir de lapubertad experimentan constantes ciclosde crecimiento, división celular, mitosis ymeiosis para producir esperma. En lasmujeres, las células germinales experi-mentan mitosis y la primera fase de lameiosis durante la vida fetal. En lapubertad existen alrededor de 400.000folículos primarios. Durante cada ciclomenstrual, madura un grupo de folículosy se libera un óvulo.

Las células germinales pueden dañarsedurante su desarrollo en el feto, en la

38

niñez y en la vida adulta. Las sustanciasquímicas que dañan las células puedenperjudicar la fertilidad adulta y desembo-car en problemas de salud congénitospara la descendencia. El sistema repro-ductor masculino es especialmente sensi-ble a los productos químicos debido a surápido ciclo celular.

4.3.2 Desarrollo embrionario y fetalDesde el momento en que se unen elóvulo y el espermatozoide (concepción)hasta el nacimiento, la vida humana crecerápidamente desde una sola célula hastaconvertirse en un niño. Debido a la com-plejidad y a la velocidad del desarrollo ya la alta tasa de crecimiento en el períodoprenatal, este estadio es más vulnerable ala exposición medioambiental que cual-quier otro período. El desarrollo prenatalse divide en tres periodos principales:

• Periconceptual -semanas 1-2 trasla fertilización

• Embrionario -semanas 3-7

• Fetal -semanas 8-38.

Durante el período periconceptual, elcigoto experimenta una rápida divisióncelular, se implanta en la pared del úteroy forma el embrión. Durante este perío-do, las exposiciones medioambientalespeligrosas normalmente causan la muerte,provacando un aborto espontáneo(Moore y Persaud, 2003).

La mayoría de los órganos importantescomienzan a formarse durante el períodoembrionario y su crecimiento y desarro-llo continúan durante el estadio fetal y lainfancia, para algunos sistemas. El perío-do de desarrollo de los órganos varía deentre 3-8 semanas a 12-16 semanas, depen-

diendo de qué sistema de órganos setrate. El período crítico de desarrollocerebral, por ejemplo, es el más largo,con 3-16 semanas de duración. La altera-ción del desarrollo durante este tiempopuede provocar importantes problemasen la estructura de los órganos u en otrasestructuras. Aunque puede causar lamuerte, es más probable que provoqueimportantes malformaciones físicas (ano-malías genéticas). Tanto el órgano afecta-do como la anomalía que resulta depen-den en gran medida del producto quími-co y de la edad del embrión o el feto. Porejemplo, el fármaco dietilestilbestrolcausó dos veces más anomalías genéticasen los bebés varones si las madres toma-ban la medicación antes de la undécimasemana que si lo hacían después (Moorey Persaud, 2003).

Durante los últimos periodos del des-arrollo, las exposiciones medioambienta-les pueden resultar perjudiciales para elcrecimiento, causar defectos fisiológicos odeficiencias funcionales. Estos efectospueden derivar en bajo peso en el naci-miento, parto prematuro, complicacionesen el embarazo o muerte fetal tardía(Moore y Persaud, 2003).

4.3.3 Primera infancia y niñezLas principales estructuras del cerebro yotros sistemas continúan desarrollándosea lo largo de la infancia. Por ejemplo, enel cerebro y en el sistema nervioso, lamigración neuronal, la proliferación decélulas y la formación de la sinapsis sonmuy activas desde el momento del naci-miento hasta los tres años de edad. Eldesarrollo del revestimiento celular alre-dedor de las fibras nerviosas continúadurante al menos 10 años (Rice y Barone,2000).

39Legado Químico. Contaminación en la infancia.

El sistema inmunológico se desarrolla deforma extensa durante la niñez creandomemoria inmune (la capacidad de reco-nocer y responder a las proteínas y a losorganismos extraños) (Luster et al., 2003).Un desarrollo inadecuado del sistemainmunológico puede causar alergias yenfermedades autoinmunes más adelanteen la vida.

4.3.4 PubertadEl crecimiento físico y la madurez conti-núan a lo largo de la pubertad, especial-mente la maduración sexual. Este procesoviene acompañado de complejas interac-ciones entre el sistema nervioso central ylos órganos secretores de hormonas, quepueden verse afectados por los factoresmedioambientales.

4.4 Efectos de los contaminantesquímicos en la salud

Un creciente repertorio bibliográfico estárelacionando los estudios sobre dosisbajas de sustancias químicas en animalescon una amplia variedad de efectos en lasalud. Hasta ahora estos efectos se habíanignorado en los estudios sobre dosis altas.Se trata de cambios sutiles pero impor-tantes en las funciones de sistemas deórganos aparentemente ilesos, que inclu-yen alteraciones en las funciones inmuno-lógicas, en la actividad enzimática, en losniveles hormonales, en los patrones neu-rocomportamentales, en el crecimientode los órganos y en los niveles de neuro-transmisores. Se ha detectado que duran-te el desarrollo fetal y la infancia la expo-sición en dosis bajas puede producir efec-tos más graves que las exposiciones simi-lares durante la edad adulta. Es más fácilrelacionar estos estudios con la saludhumana que las investigaciones sobre

dosis altas, porque están dentro del rangode dosis habituales de las actividades hor-monales normales y de las concentracio-nes de contaminantes químicos en elcuerpo. Los estudios sobre dosis bajastambién demuestran que las sustanciasquímicas pueden producir un espectro deefectos sobre la salud y los órganos dianadiferentes dependiendo de la dosis. Porejemplo, muchos simuladores de hormo-nas responden de forma contraria a dosisbajas y altas (lo que se conoce como res-puesta bifásica).

Aunque los estudios sobre dosis bajas enanimales son difíciles de relacionar conlos humanos, es probable que constituyanel mejor indicador de toxicidad del quedisponemos. Es difícil encontrar pruebasdirectas del efecto de los contaminantesquímicos sobre la salud humana, ya queno existen grupos de control para compa-rar: todos estamos expuestos a multitudde sustancias químicas en niveles quevarían ampliamente. Además, existenpocos datos sobre los efectos combinadosde las distintas sustancias: se tiende a exa-minar cada una por separado.Comprender los efectos completos sobrelos humanos requeriría examinar todoslos compuestos simultáneamente a nivelesbajos. Por ejemplo, si una sustancia alterael sistema inmunológico y otras causacambios cancerígenos en ciertas células,podría ocurrir que éstas últimas pasarandesapercibidas para las células inmunoló-gicas alteradas. Los productos con efectossimilares, como los simuladores delestrógeno, si se unen pueden ser suficien-temente fuertes como para desequilibrarel metabolismo hormonal. Los pocosestudios que han combinado dos o mássustancias químicas apoyan esta suposi-ción.

40

Los COPs que exponemos a continuaciónson todos tóxicos en animales. Los estu-dios sobre dosis bajas varían considera-blemente, pero todos han demostradotener efectos en los animales. Las escasasinvestigaciones sobre seres humanosprueban que son una amenaza seria paranuestra salud.

4.4.1 AlquilfenolesEstos compuestos bioacumulables sonprincipalmente disruptores endocrinos.El nonilfenol ha sido recientemente clasi-ficado en la UE como una sustancia tóxi-ca de categoría 3 para el sistema repro-ductor, en términos de fertilidad y des-arrollo humanos.

En las aguas residuales, los alquilfenolesetoxilados se degradan en alquilfenoles.En el hígado, la enzima P-glicoproteínadegrada y protege al organismo de losalquilfenoles etoxilados tóxicos, pero losalquilfenoles resultantes son estrogénicos(Loo y Clarke, 1998). El octilfenol y elnonilfenol son los compuestos químicosmás estudiados de este grupo.

Tanto el nonilfenol como el octilfenolmuestran actividades estrogénicas yantiandrogénicas (Lee et al., 2003a; Pariset al., 2002). A pesar de tener una menorafinidad de enlace con los receptores deestrógeno, el nonilfenol es un estrógenomás poderoso que el octilfenol, ya que elsuero tiene un efecto protector más fuertecontra el octilfenol. Éste es un hallazgoimportante que se debe considerar alcomparar los niveles dietéticos y los efec-tos reales de estos y otros simuladores delestrógeno (Nagel et al., 1997 y 1999).

Toxinas que afectan a la reproducción yal desarrolloDos estudios sobre dosis bajas en el des-arrollo de roedores proporcionan ejem-plos de los efectos de los alquilfenoles enla reproducción y el desarrollo. Sharpe etal. (1995) demostraron que la exposiciónprenatal y postnatal a octilfenoles duran-te un período de tiempo relativamentecorto causaba una disminución en lacapacidad reproductiva que consistía enla reducción del tamaño testicular y de laproducción diaria de espermatozoides(Tabla 4.2). Un estudio multigeneracionalen ratones demostró que el nonilfenoldañaba tanto a los progenitores como asu descendencia (Kyselova et al., 2003) ysus efectos predominantes afectaban altamaño de los órganos reproductores, ala calidad del esperma y a la fertilidad(Tabla 4.3).

InmunotoxinasAlgunos estudios preliminares muestranque el nonilfenol podría provocar tam-bién alteraciones en el sistema inmunoló-gico humano. Por ejemplo, los estudios invitro con células mamarias humanasmuestran que el nonilfenol inhibe la pro-ducción de una quimioquina de monoci-tos, una sustancia química que atrae yactiva monocitos, un importante grupode glóbulos blancos (Inadera et al., 2000).En los ratones, el nonilfenol tambiénincrementa la producción del mensajeroquímico Interleucina-4 (IL-4) en los lin-focitos T y de los niveles de anticuerpos,ambos (IL-4 e IgE) muy importantes enrelación con las alergias. El nonilfenolpuede, por tanto, aumentar las respuestasalérgicas (Lee et al., 2003b).

41Legado Químico. Contaminación en la infancia.

4.4.2 Bisfenol ASegún la UE, el bisfenol A es otra sustan-cia tóxica para la reproducción de catego-ría 3. El bisfenol A se une a los receptoresde estrógeno de los linajes de célulashumanas e imita todos los patrones deestrogenicidad, confirmando así que es

uno de los compuestos químicos estrogé-nicos más fuertes (Meerts et al., 2001;Olsen, 2003). De hecho, aunque el bisfe-nol A muestra una menor afinidad deenlace in vitro que el octilfenol, su activi-dad estrogénica en los ratones puede ser500 veces más poderosa debido a susinteracciones con el suero (Nagel et al.,1997 y 1999).

El bisfenol A sigue la clásica curva dosis-efecto en U, conocida en varias hormonase imitadores de hormonas. Por ejemplo,en las células embrionarias, las bajas con-centraciones de bisfenol A aumentan lavelocidad de desarrollo, mientras que lasconcentraciones 100.000 veces más altas,la disminuyen (Takai et al., 2000 y 2001).En las células de cáncer de próstata, elbisfenol A aumenta la proliferación celu-lar en concentraciones 100 veces másbajas que los niveles que inhiben el creci-miento celular (Wetherill et al., 2002).

Toxinas que afectan a la reproducción yal desarrolloSe han demostrado los efectos del bisfe-nol A sobre la salud en cada vez mayornúmero de estudios llevados a cabo enanimales, a niveles 2.500 veces más bajosque la dosis “sin efecto observable”,según la EPA. Los resultados adversosvarían desde alteraciones de los órganosreproductores masculinos y comporta-mientos agresivos a crecimiento anormalde las glándulas mamarias, pubertad pre-matura y lactancia reducida (Tabla 4.4).En la infancia se ingiere una tasa diariade 1,6 µg/kg/día de bisfenol A en diversospreparados, lo que deja un escaso margende seguridad teniendo en cuenta las dosisque causan efectos en animales (tan bajascomo de 2 µg/kg/día) (Houlihan et al.,2003).

Tabla 4.3

Efectos reproductivos del nonilfenol tras la exposición multigeneracionala través del agua bebida.

Generación Niveles (µg/l)1 Efectos2

Padre 50 descenso del peso de los testículosdescenso del peso de los riñones14% daño en el esperma

500 aumento del peso de la epididimis10% daño en el esperma

Madre 50 descenso del peso corporaldescenso del peso de los riñones

500 descenso del peso de los riñonesF1 hijo macho 50 descenso del peso de la próstata

26% descenso del peso del hígado500 aumento del peso corporal

descenso del peso de los testículos26% descenso del peso del hígado

F2 hijo macho 50 descenso del tamaño de la camada500 descenso del tamaño de la camada

1 No se informó de los niveles reales de ingestión.2 Todos los cambios en el peso de los órganos son relativos al peso corporal. (Datos según Kyselova et al., 2003)

Tabla 4.2

Efectos del 4-octilfenol en el sistema reproductor tras la exposiciónprenatal y postnatal a través del agua bebida.

Exposición Niveles (µg/l)1 Efectos2

Postnatal 100 aumento del peso corporalaumento del peso de los riñonesdescenso del peso de los testículos

Fetal y postnatal 100 descenso del peso de los riñonesdescenso del peso de los testículosdescenso del peso de la próstata

Postnatal 1000 descenso del peso de los testículosaumento del peso de los riñones

Fetal y postnatal 1000 descenso del peso de los testículosdescenso del peso de la próstatadescenso de la producciónde espermatozoides

1 Es probable que los niveles de ingestión de la madre de 125mg/kg/día durantehasta 2 días después del parto hasta 370 mg/kg/día justo antes del destete seanestimaciones excesivas de ingestión para el grupo 1000mg/l.2 Todos los cambios en el peso de los órganos son relativos al peso corporal.(Datos según Sharpe et al., 1995)

42

InmunotoxinasVarios estudios demuestran que el bisfe-nol A también puede afectar al sistemainmunológico de las siguientes formas:

• reduciendo la producción en ratones deácido nítrico macrófago y de factor denecrosis tumoral, una sustancia que inhi-be el crecimiento del tumor (Kim yJeong, 2003).

• haciendo que las células de cáncer demama inhiban la producción de una qui-mioquina de monocito, una sustancia queatrae y activa los monocitos (Inadera etal., 2000).

• aumentando las respuestas de prolifera-ción y la producción de quimioquina delos linfocitos T (Yamashita et al., 2003)

• aumentando la producción de IL-4 enlas células T de ratones y los niveles deanticuerpos IgE, ambos factores impor-tantes en los casos de alergia (Lee et al.,2003b).

Estudios en seres humanosLos pocos estudios disponibles sobrehumanos asocian sin duda el bisfenol Acon la salud humana.

Los niveles de bisfenol A en el suero sonmás altos en los hombres y en las mujerescon síndrome de poliquistosis ováricaque en las mujeres que no padecen estaenfermedad. Estos niveles se correlacio-nan con los de testosterona, lo que indicaque pueden darse diferencias en el meta-bolismo andrógeno del bisfenol A(Takeuchi y Tsutsumi, 2002). Éste es un

factor que debe considerarse al compararlos niveles de exposición con los posiblesefectos sobre la salud.

También se ha descubierto bisfenol A enel fluido folicular de los ovarios de muje-res que necesitaban tratamiento de fecun-dación in vitro (Ikezuki et al., 2002). Lasmadres embarazadas de fetos con anoma-lías cromosómicas tenían mayores con-centraciones de bisfenol A en el sueroque aquellas cuyos fetos eran normales(Yamada et al., 2002).

Se han encontrado concentraciones debisfenol A en niveles cinco veces másaltos en el fluido amniótico a las 15-18semanas de gestación que en otros fluidos(Ikezuki et al., 2002). Éste es un períodovital en el desarrollo de los órganos ysubraya la exposición incrementada y lasusceptibilidad del feto en desarrollo antelos productos químicos que contaminan alas mujeres embarazadas.

4.4.3 Pirorretardantes bromadosLa mayoría de los pirorretardantes bro-mados (PRBs) son persistentes y/o bioa-cumulativos y varios son disruptoresendocrinos. Están extendidos hasta en elÁrtico, donde sus concentraciones enfocas crecen exponencialmente(Ikonomou et al., 2002).

Los datos sobre toxicidad en los PRBsson extremadamente limitados y se cen-tran principalmente en los estudios sobredosis altas de PBDEs en animales. El per-fil tóxico de los PBDEs está probando sermuy similar al de los PCBs. Su toxicidadincluye defectos de nacimiento, daños en

43Legado Químico. Contaminación en la infancia.

el hígado y los riñones, desequilibriostiroideos y daños neurológicos en anima-les y humanos. En general, los penta-BDEs parecen ser los más tóxicos(Darnerud et al., 2001; Darnerud, 2003).

Los datos sobre TBBP-A y HBCD sonprácticamente inexistentes. Los estudiosin vitro sobre TBBP-A indican efectostóxicos sobre el sistema inmunológico ytiroideo, mientras que el HBCD pareceafectar al hígado y al tiroides (Darnerudet al., 2001; Darnerud, 2003).

Toxinas que afectan al tiroidesLa similitud entre PBDEs y PCBs y lashormonas tiroideas puede ser el sustentode su toxicidad: los PCBs, PBDEs y lashormonas tiroideas consisten en dos ani-

llos de seis carbonos sustituidas con haló-genos como cloro, bromo o yodo respec-tivamente (Fig. 4.1). Los estudios in vitromuestran que los metabolitos del PBDE,así como el penta bromofenol (PBP) y elTBBP-A compiten fuertemente con lahormona tiroidea, tiroxina, por enlazarsecon la proteína de enlace de la tiroxinaen el suero, la transtiretina (Meerts et al.,2000). Es probable que en el cuerpo, losPBDEs y sus metabolitos desplacen a lashormonas tiroideas lejos de la transtireti-na y provoquen, de esta forma, unaumento del metabolismo de la hormonay, por tanto, un descenso de sus nivelesen el suero. Los autores creen que losefectos in vivo de los PRBs sobre el tiroi-des pueden ser comparables a los efectosendocrinodisruptores de los PCBs

Tabla 4.4

Dosis de bisfenol A que se considera segura en comparación con las pruebas de toxicidad por dosis bajasen roedores.

Efectos Dosis (mg/kg/día) Referencia

Dosis que se considera segura para animales 5,0 US EPA, 1993

Dosis que se considera segura para humanos* 0,05 US EPA, 1993

Efectos sobre la vagina 0,100 Schonfelder et al., 2002a

Aumento del tamaño de la próstata 0,050 Gupta et al., 2000

Ramos et al., 2003

Alteraciones a largo plazo en los patrones de comportamiento en la adolescencia y la edad adulta 0,040 Adriani et al., 2003

Desarrollo anormal de la próstata 0,025 Ramos et al., 2001

Crecimiento anormal de las glándulas mamarias (cambios asociados con lacarcinogénesis) 0,025 Markey et al., 2001

Producción reducida de esperma 0,020 vom Saal et al.,1998

Sakaue et al., 2001

Pubertad prematura en niñas 0,020 Honma et al., 2002

Alteraciones en el cuidado materno 0,010 Palanza et al., 2002

Pubertad prematura en niñas 0,0024 Howdeshell et al., 1999

Alteraciones en las glándulas reproductorasmasculinas 0,002 vom Saal et al., 1998

Aumento del peso de la próstata adulta 0,002 Nagel et al., 1997Nagel et al., 1999

Reducción del peso de los testículos 0,002 Kawai et al., 2003

Reducción de los enzimas antioxidantesen el hígado 0,002 Bindhumol et al., 2003

Activación temporal del comportamiento agresivo 0,002 Kawai et al., 2003

* La dosis de referencia (DRf) oral es un cálculo de la exposición diaria a la población humana (incluyendo los subgrupossensibles) que probablemente carece de un riesgo apreciable de efectos deletéreos durante toda la vida.

(Meerts et al., 2000). Puesto que el des-arrollo del sistema nervioso centraldepende en gran medida de las hormonastiroideas, las alteraciones de la homeosta-sis tiroidea pueden desencadenar defectosneurocomportamentales permanentes.

NeurotoxinasLos PBDEs, como el BDE-209, se puedenabsorber durante la vida neonatal, distri-buirse por todo el cuerpo y concentrarseen el cerebro. Los PBDEs inducen efectosneurotóxicos durante el desarrollo enratones adultos, que empeoran con laedad y conllevan comportamientos anor-males. Parece que estos efectos sólo pue-den inducirse durante un determinadoperíodo crítico de la vida neonatal(Viberg et al., 2003). Por ejemplo, laexposición perinatal a PBDEs en niveles apartir de 0,6 mg/kg produjo diversas alte-raciones del comportamiento en ratones,siendo el principal efecto una marcadahiperactividad en la edad adulta (Branchiet al., 2002 y 2003). También se hallarondéficits de aprendizaje y memoria en ani-males expuestos durante el período neo-natal (Eriksson et al., 2001). Un recienteestudio muestra que el HBCD tambiéntiene efectos comportamentales en losratones neonatos en niveles de 0,9 mg/kg(citado en Darnerud, 2003).

Un estudio sobre ratas demostraba que,en un nivel de concentración similar a losencontrados en estudios sobre los PCBs yel éxtasis, el HBCD y el TBBP-A inhibenla absorción en las neuronas de los neu-rotransmisores dopamina, glutamato yácido gamma-aminobutírico (GABA)(Mariussen y Fonnum, 2003).

Efectos estrogénicosUna serie de PBDEs y compuestos bro-

mados del bisfenol A, como el TBBP-A,muestran estrogenicidad en células huma-nas y se enlazan con los receptores deestrógenos (Meerts et al., 2001). El meta-bolismo de los PBDEs para convertirseen derivados hidroxilados produce simu-ladores de estrógeno más potentes. Loscompuestos bromados del bisfenol A conmenor contenido en bromo mostraron elmayor efecto, y entre los PBDEs, fueronel BDE-100, el BDE-75 y el BDE-51 losque mostraron mayor actividad. ElTBBP-A no imita todos los patrones delestrógeno examinado y, por tanto, podría

44

Figura 4.1

La similitud estructural entre los pirorretardan-tes bromados, los éteres difenil polibromados(PBDEs), los bifenoles policlorados (PCBs) ylas hormonas tiroideas puede ser el sustentode su toxicidad.

2,2’,4,4’,5,5’-hexaclorobifenilo (PCB-153)

Tiroxina (T4)

2,2’,4,4’,6-pentabromo difeniléter (BDE-100)

O

O

Br

Br

I

N2H

O

OH

Cl Cl

Cl

Cl

Cl

Cl

Br

Br

IHO

I

45Legado Químico. Contaminación en la infancia.

causar una respuesta estrogénica desequi-librada (Olsen et al., 2003).

Promotores del cáncerTres PBDEs (mono-, di- y tetra-BDE)inducen recombinaciones genéticas intra-génicas en las células mamarias, lo que sesabe que provoca cierto número de enfer-medades, incluyendo el cáncer (Helledayet al., 1999). El fosfato de tris(2,3-dibro-mopropil) y su metabolito C3H3BrOpueden ser clastogenos, sustancias quími-cas que causan rotura en los cromosomas(van Beerendonk et al., 1994).

4.4.4 Compuestos organoestánnicos Los compuestos organoestánnicos sonsustancias persistentes y se acumulan entodo el cuerpo, principalmente en elhígado y los riñones. Los tri-estánicos,como el TBT y el TPT, están todos lista-dos como venenosos y descritos comotoxinas respiratorias, fetotoxinas, toxinasreproductivas, inmunotoxinas, posiblescancerígenos, irritantes cutáneos y respi-ratorios y alergenos (Norris, 1994; vanHeijst, 1994).

La toxicidad de los compuestos organoes-tánnicos radica principalmente en elhecho de que son poderosos inhibidoresmetabólicos: inhiben una variedad deenzimas responsables del metabolismo, laseñalización y la regulación de multitudde funciones celulares. Esto puede teneruna variedad de efectos según la concen-tración y el órgano diana (Norris, 1994).

Toxinas que afectan a la reproducción yal desarrolloLos compuestos organoestánnicos sonmuy conocidos como disruptores endo-crinos de efectos devastadores en losmoluscos marinos. El TBT y el TPT inhi-

ben una variedad de enzimas responsa-bles de la producción de las hormonasesteroides masculinas y femeninas (estró-genos, testosterona, y estradiol) (Doeringet al., 2002; Lo et al., 2003; Steckelbroeket al., 2001). Aunque no existen estudiossobre los efectos a dosis bajas en el des-arrollo en mamíferos, se sabe que unaactivación insuficiente de las hormonasmasculinas causa desórdenes en el des-arrollo del aparato reproductor masculi-no.

Un estudio reciente sugiere que los com-puestos organoestánnicos, a dosis relati-vamente bajas, también pueden atacar eltiroides materno provocando ciertos efec-tos en el desarrollo in utero (Adeeko etal., 2003). Estos efectos varian dependien-do de la dosis, pero parecen estar ligadosa la reducción de tiroxina y triyodotiro-nina en el suero materno durante la ges-tación. Los efectos incluyen el aumentode peso de la madre, el aumento de lapérdida post-implantación, la disminu-ción del tamaño de la camada, la dismu-nición del peso del feto, retrasos en eldesarrollo esquelético del feto y anomalí-as en el desarrollo genital de los fetosmacho.

InmunotoxinasLos compuestos organoestánnicos sonbien conocidos como inmunotoxinas quedestruyen o limitan la capacidad funcio-nal de una serie de leucocitos. Por ejem-plo:

• el DBT y el TBT suprimen la mitogé-nesis de los linfocitos humanos. Este pro-ceso de estimulación de los linfocitos queexperimentan mitosis es vital para lareproducción de los linfocitos durante larespuesta inmunológica a la invasión por

46

parte de organismos como las bacterias olos virus (Nakata et al., 2002).

• el TBT causa apoptosis (autodestruc-ción) de los linfocitos T humanos (Stridhet al., 2001).

• el BPT, el TBT y el TPT inhiben la fun-ción citotóxica de las células NK huma-nas, que son responsables de matar lascélulas tumorales y las infectadas porvirus (Whalen y Loganathan, 2001;Whalen et al., 2002a y b; Whalen et al.,2003).

• el TPT impulsa la maduración neutrófi-la (Watanabe et al., 2003). También inhi-be la producción de superóxidos de losneutrófilos humanos, lo que limita a suvez la capacidad de dichos neutrófilospara matar bacterias (Miura y Matsui,1991).

Promotores de cáncerEl TPT es un potente veneno, una toxinaque interfiere con los componentes celu-lares responsables de colocar los cromo-somas en el lugar adecuado antes de quela célula se divida. El TPT actúa deforma sinérgica con el pentacloro bifenil,un PCB, para inducir ajustes anómalos delos cromosomas en la mitosis, a concen-traciones muy bajas (10nM y 50nM)(Jensen et al., 2000).

4.4.5 FtalatosLos estudios de toxicidad se centran prin-cipalmente en el DEHP, el ftalato mástóxico, y en el DINP, y la aplicación delos perfiles hallados a los humanos siguensiendo objeto de controversia (CDC,2003; Lovekamp-Swan y Davis, 2003;Shea, 2003).

Los ftalatos son disruptores endocrinosque actúan como antiandrógenos. Lasformas diéster de los ftalatos se convier-ten en formas monoéster en los intesti-nos, el hígado y la sangre. Éstos se consi-deran las toxinas finales, y la longitud yestructura de sus cadenas laterales esimportante para sus niveles de toxicidad(Lovekamp-Swan y Davis, 2003).

El mecanismo tóxico principal de los fta-latos parece ser mediante la activación deuna red de proteínas llamada PPARs -proteínas de transcripción nuclear queregulan una gran variedad de funcionescelulares -(Boiter et al., 2003; Lovekamp-Swan y Davis, 2003). La PPARa seencuentra en tejidos de alta actividadmetabólica, como el hígado. ElDEHP/MEHP activa la PPARa y, comoresultado, disminuye la transcripción dearomatasa, la enzima que convierte la tes-tosterona en estradiol, lo que provocaalteraciones en el metabolismo de la hor-mona sexual. La PPARg se expresaampliamente en varios tejidos humanos,incluyendo los adiposos y los inmunoci-tos. La PPARg es un regulador clave de ladiferenciación celular. Al activar laPPARg, el DEHP/MEHP altera, porejemplo, los importantes procesos de cre-cimiento y diferenciación de los folículosováricos.

Los ftalatos también tienen efectos tóxi-cos en parte independientes de la activa-ción de las PPARg. La toxicidad testicularviene provocada parcialmente por lainterferencia en el enlace de la hormonaestimulante de los folículos con su recep-tor en la células de Sertoli (Boiter et al.,2003). Los ftalatos también pueden enla-zarse con el receptor del estrógeno. Porejemplo, los efectos de los 19 ftalatos en

47Legado Químico. Contaminación en la infancia.

las células del cáncer de mama humano(Okubo et al., 2003) mostraron que:

• DCHP, DEHP y BBP son estrogénicos

• DCHP, MOP y MEHP son citotóxicos

• MMP, MCHP, MBZP y MIPrP sonantiestrogénicos.

Toxinas que afectan a la reproducción yal desarrollo Los ftalatos, tras su conversión en meta-bolitos tóxicos, pueden producir la muer-te del feto, malformaciones y toxicidadreproductiva, con diferentes perfiles paralos distintos ftalatos y diferentes poten-cias (Shea, 2003).

La exposición materna de roedores aDEHP/MEHP reduce la implantaciónembriónica; aumenta las reabsorciones;causa anomalías cardiovasculares, delesqueleto, oculares, del tubo neuronal ymuerte intrauterina; aumenta la muertepostnatal; y disminuye el crecimientointrauterino y postnatal en las crías deroedores (Gray, 2000; Moore et al., 2001;Shea, 2003). La toxicidad fetal se puededar sin evidencias de toxicidad en lamadre. El aparato reproductor masculinoinmaduro es el sistema más sensible. Loscambios patológicos en los testículos y eldescenso en el número de espermatozoi-des son efectos consistentes. Las exposi-ciones prenatal y postnatal llevan a lainfertilidad femenina total y a un descen-so en la masculina. Las células de Sertolien los testículos y las granulares de losfolículos preováricos en los ovarios pare-cen ser los principales objetivos celularesdel DEHP/MEHP.Otros ftalatos parecen tener un patrón de

toxicidad similar pero en dosis mayores.Por ejemplo:

• el DINP causa anomalías esqueléticas ygenitourinarias (Shea, 2003).

• el DBP es una sustancia tóxica para lostestículos y causa malformaciones en elaparato reproductor de ratas macho trasexposición in utero (Lovekamp-Swan yDavis, 2003).

• la exposición materna a dosis bajas deBBP (125-370 µg/kg/día) reduce el peso delos testículos en la descendencia masculi-na tras exposición prenatal y postnatal(Sharpe et al., 1995).

• el DPP y el DHP causan atrofia testicu-lar y son tóxicos para los aparatos repro-ductivos masculino y femenino(Lovekamp-Swan y Davis, 2003; Shea,2003).

Promotores de cáncerSe cree que los efectos carcinógenos delDEHP en el hígado se deben a la activa-ción del PPARa (Lovekamp-Swan yDavis, 2003). Los seres humanos tienenuna décima parte del nivel de expresiónde PPARa en el hígado que los ratones,de forma que el efecto carcinógeno enseres humanos aún está en discusión. Laactivación de enzimas por parte de laPPARa también podría incrementar lasusceptibilidad ante otras sustancias quí-micas con metabolitos tóxicos, incluyen-do las carcinógenas.

La PPARg desempeña un papel muyimportante en la diferenciación adipocíti-ca y, por tanto, si el DEHP activa laPPARg en tejidos diferentes al hígadopuede alterar las vías de diferenciación

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normales. Esto explicaría los efectos tera-togénicos del DEHP, ya que el desarrolloes un momento crítico para la diferencia-ción y sugiere que también podría des-empeñar un papel en la formación decánceres (Lovekamp-Swan y Davis, 2003).

InmunotoxinasExisten evidencias de que la inmunotoxi-cidad podría estar relacionada con laPPARg en inmunocitos. La activación dela PPARg altera profundamente las pro-piedades inmunológicas de estas células,lo que, normalmente, lleva a la inhibi-ción de las respuestas inmunológicas(Nencioni et al., 2003). Los ftalatos, porejemplo, pueden alterar la producciónnormal de anticuerpos. En un estudio,varios metabolitos del ftalato o bien esti-mulan o bien suprimen la producción deanticuerpos IgG e IgE, dependiendo desus niveles de concentración (Larsen etal., 2001). Curiosamente el MEHP a nive-les bajos induce la producción de IgE, elanticuerpo responsable de las reaccionesalérgicas (Tabla 4.5).

Estudios en seres humanosUn interesante estudio realizado enPuerto Rico demostró que existía un vín-culo entre la creciente incidencia demamogénesis prematura (telarquia) y laexposición a ftalatos (Colon et al., 2000).La incidencia anual de telarquia en niñaspuertorriqueñas entre los 6 y los 24meses fue de 8 casos por 1.000 niñas naci-das entre 1984 y 1993, el más alto del quese tiene noticia. Se detectaron altos nive-les de ftalatos en el 68% de todas lasniñas pacientes de telarquia, pero sólo enel 17% de las niñas normales. Los autoressugieren que esta alta incidencia de telar-quia en Puerto Rico podría estar causadapor una alta exposición a ftalatos, debidaa la gran importación de alimentos enenvases de plástico y unido a que las altastemperaturas y la humedad fomentan losambientes cerrados y el uso del aireacondicionado.Las mujeres con endometriosis tienen unnivel más alto de DEHP en sangre que lasmujeres normales y el 92,6% de las mis-mas también tenía niveles detectables de

Tabla 4.5

Diferentes metabolitos de ftalato que pueden estimular o suprimir la producción de anticuerposdependiendo de sus niveles de concentración (µg/ml).

Metabolito Menor producción de anticuerpos Mayor producción de anticuerpos

del ftalato IgE IgG1 IgE IgG1

MBnP ns ns ns ns

MEHP 1000 1000 10 ns

MiDP 100 100 ns ns

MiNP 1000 10 100 ns

MnBP ns ns ns ns

MnOP 1000 1000 ns 10 y 100

IgG1: Immunoglobulina G1; IgE: Immunoglobulina E; MBnP: mono benzilftalato; MEHP: mono-2-etilhexil ftalato; MiDP:mono-iso-decil ftalato; MiNP: mono-iso-nonil ftalato; MnBP: mono-n-butil ftalato; MnOP: mono-n-octil ftalato; NS: nin-gún efecto significativo.(Datos según Larsen et al., 2001)

49Legado Químico. Contaminación en la infancia.

DEHP y/o su metabolito MEHP en elfluido peritoneal (véase Tabla 2.5, Sección2). Estos datos sugieren que el DEHPdesempeña un papel en la patogénesis dela endiometriosis (Corbellis et al., 2003).

Masticar plásticos que contienen ftalatospuede aumentar el riesgo de desarrollartumores en la boca y los tractos respira-torio y digestivo superiores, según unestudio que mostraba que el DBP y elDiBP causaban importantes daños alADN de anginas humanas in vitro(Kleinsasser et al., 2001). Los pacientesexpuestos a DEHP como consecuencia detratamientos médicos con aparatos quecontienen PVC pueden proporcionarpruebas de la toxicidad de los ftalatos enhumanos. Prácticamente todos los apara-tos médicos de PVC contienen DEHP.Los pacientes de diálisis, transfusionessanguíneas, ventilación artificial y trans-fusiones de intercambio corren este ries-go. Los niños prematuros corren particu-lar riesgo ya que están expuestos a canti-dades relativamente altas de DEHP mien-tras se encuentran en cuidados intensivos.Los informes sobre posibles relacionesentre el DEHP y la enfermedad en huma-nos incluyen el estudio de (CE, 2002):

• desarrollo de riñón poliquístico enpacientes de hemodiálisis

• toxicidad pulmonar en bebés prematu-ros que reciben ventilación automática através de tubos de PVC

• colestasis (retención de flujo biliar) enniños con niveles de DEHP en suero de18-98 µg/ml DEHP, tras el uso de un pul-món artificial (terapia de oxigenaciónmediante membrana extracorpórea)

• anomalías en hígados de pacientes tras

un año de hemodiálisis

• toxicidad del hígado en macacos quehabían recibido plasma sanguíneo de bol-sas de PVC durante más de un año

Como se describió en la Sección 4.2.4, losniños con peso extremadamente bajo alnacer (ELBW) tienen 100 veces más pro-babilidad de desarrollar el tumor hepáti-co hepatoblastoma. Aunque los niñosELBW pueden llegar a sufrir este tumorde todas formas, la exposición a altosnivels de DEHP mientras están en cuida-dos intensivos también puede jugar unpapel en su desarrollo (CE, 2002).

4.4.6 Almizcles sintéticosLos almizcles sintéticos son persistentes ybioacumulativos. La mayoría de los estu-dios sobre impactos en la salud se hanrealizado con MX (xileno de almizcle) yMK (cetona de almizcle). Aunque MX yMK son de estructura similar y poseenpropiedades fisico-químicas casi idénti-cas, se diferencian significativamente ensus propiedades biológicas. Ambos almiz-cles poseen actividad estrogénica in vitro,aunque el MK muestra una afinidad conel receptor estrógeno tres veces mayorque el MX (Bitsch et al., 2002). Sinembargo, cuando el MK se reduce a sumetabolito pierde su actividad, mientrasque cuando el MX se convierte en p-amino-xileno, su potencia estrogénicaaumenta (Bitsch et al., 2002).

El MX parece tener una mayor vidamedia en humanos que en roedores einduce la enzima hepática CYP 2B enratas y ratones (que su metabolito inhibe)(Schmeiser et al., 2001). El MX se hadetectado ligado químicamente a lahemoglobina (aductos Hb) en la sangrede 10 voluntarios (Riedel et al., 1999). La

50

capacidad para formar aductos Hb estácorrelacionada con la formación de aduc-tos ADN que causan tumores. Esto sugie-re que las sustancias capaces de formaraductos Hb incrementan el riesgo depadecer cáncer. También se sabe que laexposición crónica a MX causa tumoreshepáticos en ratones (Schmeiser et al.,2001).

Se dispone de pocos estudios toxicológi-cos sobre el MK. Sin embargo, estosmuestran una fuerte inducción de lasactividades de enzimas hepáticas en ratas,distintas de las inhibidas por el MX(CYP 1A1 y CYP 2B). Estas enzimashepáticas metabolizan una variedad desustancias químicas y drogas, convirtien-do algunas de ellas, como los hidrocarbu-ros aromáticos policíclicos, en carcinóge-nos y mutágenos. La exposición de huma-nos al MK podría aumentar su suscepti-bilidad a los peligros de otras sustanciasquímicas carcinógenas. Por ejemplo, elMK actúa como co-genotóxico al ampliarlos efectos nocivos para el ADN delhidrocarburo aromático policíclicobenzo(a)pireno en células humanas, adosis relativamente bajas (Merch-Sundermann et al., 2001).

Los almizcles policíclicos, AHTN yHHCB, son moduladores selectivos delreceptor estrogénico e inducen tanto acti-vidades estrogénicas como antiestrogéni-cas, dependiendo del tipo de célula y delsub-tipo de receptor al que afecta. Seobservan efectos estrogénicos débiles enconcentraciones relativamente altas (10µM), mientras que los efectos antiestro-génicos se observan en concentracionesde 0,1 µM (Schreurs et al., 2002).

Un estudio en humanos ha mostrado una

importante relación entre los niveles deMX y MK en sangre y algunos problemashormonales y ginecológicos en mujeres,lo que sugiere que estos almizcles causantoxicidad reproductiva y endocrina enhumanos (Eisenhardt et al., 2001).

4.4.7 Parafinas cloradasLas parafinas cloradas (PCs) son persis-tentes y bioacumulativas. Sin embargo,no hay muchos datos disponibles sobrelos efectos crónicos en animales a dosisbajas y ninguno sobre sus efectos enhumanos. Los datos disponibles sugierenque estas sustancias pueden actuar comocarcinógenos y alterar las hormonastiroideas en humanos.

Se ha caracterizado bastante bien la toxi-cidad de dos de las PCs: C12 60% y C2343%. La C12 60% parece tener más poten-cial para ser tóxica o carcinógena deforma crónica que la C23 43%. La C1260% es tóxica para el hígado, las glándu-las linfáticas, el riñón y el tiroides; causatumores benignos en el riñón, el hígado yel tiroides; y causa leucemia y daños en elriñón. La C23 43% ha sido relacionadacon linfomas malignos (Bucher et al.,1987; NTP, 1986a; NTP, 1986b).

Las cadenas de carbono PCs cortas eintermedias, aunque no las largas, sonpotentes inhibidores de la comunicaciónintercelular, lo que podría ser su mecanis-mo para promover la formación detumores (Kato y Kenne, 1996; Warngardet al., 1996).

Un estudio ha mostrado que los bajosniveles (50 mg/kg) de PCs de longitudmediana (C14-17, 52%) son tóxicos para elhígado y el tiroides en hembras de rata(Poon et al., 1995). Un estudio poco fre-

51Legado Químico. Contaminación en la infancia.

cuente sobre los efectos de dos sustanciasquímicas (en niveles mg/kg) sobre lasalud del tiroides demostraba sinergia enla reducción de la tiroxina libre en elplasma de ratas entre el pirorretardanteBDE-47 y la PC conocida comercialmen-te como “Witaclor 171P” (Hallgren yDarnerud, 2002).

52

5 CONCLUSIÓN

Aunque no pretendemos que este informesea una revisión exhaustiva de la biblio-grafía disponible, sí proporciona suficien-tes pruebas de que:

• Se están descubriendo muchos COPs entejidos humanos, incluyendo la lechematerna y la sangre de fetos y neonatos(véase resumen en la Tabla 5.1). Dada laamplia variedad de productos de uso dia-rio que contienen estos COPs, con laconsiguiente contaminación del medioambiente, es probable que se publiquenmás pruebas en el futuro.

• Los niños nonatos o neonatos corren unespecial riesgo de exposición a COPs,puesto que absorben las sustancias quími-cas de forma más eficiente, las procesande forma más lenta y las eliminan conmenos eficacia.

• Están aumentando los casos de enfer-medades no infecciosas -especialmente enlos países industrializados-, como losdefectos congénitos, enfermedades inmu-nológicas, desórdenes reproductivos y deldesarrollo, alteraciones neurológicas ycánceres. Estas enfermedades empiezan amenudo en la niñez y pueden estar causa-das por daños en el niño en desarrollo, elperíodo vital más susceptible a los perjui-cios químicos.

• Aunque no están claras las causas deestas enfermedades, existe una preocupa-ción general entre las comunidades cien-tífica y médica sobre el hecho de que losproductos químicos estén contribuyendoal aumento de sus casos.

• Las pruebras de laboratorio sobre toxi-cidad varían ampliamente para cadagrupo de COPs, pero hay evidencias deque dosis bajas de estas sustancias quími-cas están asociadas con un amplio abani-

co de efectos sobre la salud, a los que nose prestó atención en los estudios realiza-dos sobre dosis altas.

• Carecemos de pruebas directas de losefectos de los COPs sobre la salud huma-na.

No hay pruebas indiscutibles sobre eldaño que las COPs pueden causar en elser humano, pero podríamos decir que esprobable que no las haya, incluso aunquellevemos a cabo más investigaciones. Esmuy difícil establecer si existen asociacio-nes fuertes entre los COPs y la enferme-dad: no disponemos de grupos de controlno contaminados con los que comparar;muchas de estas enfermedades no sehacen evidentes hasta mucho después decomenzar la exposición química; los nive-les de exposición real son muy difícilesde calcular y es probable que varíen con-siderablemente entre individuos y a lolargo de la vida de un mismo individuo;además, se sabe muy poco sobre los efec-tos de la exposición a mezclas de sustan-cias químicas.

Esperar a tener pruebas más “sólidas”delos efectos de los productos químicossobre la salud significará correr el riesgode que se produzcan daños irreversiblesen más generaciones de niños.

Se requiere, desde luego, una investiga-ción continua sobre los efectos de losCOPs en la salud para entender mejor lascausas de las enfermedades no infecciosasy, con suerte, controlar cómo disminuyesu frecuencia a medida que se retiran losCOPs de los productos o se sustituyencon alternativas más seguras. Ésta podríaser la mejor prueba que podemos propor-cionar a sus efectos sobre la salud.

53Legado Químico. Contaminación en la infancia.

Tabla 5.1

Resumen de los posibles efectos sobre la salud de la contaminación química en la infancia.

Grupo químico Encontrado en Pruebas de Pruebas en Posibles efectosy ejemplos laboratorio humanos en la salud infantil

Alquilfenoles Cordones umbilicales Simuladores del Alteraciones Octilfenol Leche materna estrógeno reproductivas y Nonilfenol Inmunotoxinas del desarrollo, y

del sistema inmunológico

Bisfenol A Cordones umbilicales Simuladores del Relacionado Alteraciones Sangre del cordón estrógeno con el reproductivas y umbilical Inmunotoxina síndrome de del desarrollo, yFluido amniótico poliquistosis del sistemaProblemas en el tejido ovárica, inmunológico de la placenta problemas deLeche materna fertilidad femeninaOvarios adultos y cromosomas fetalesSangre adulta anormales

Pirorretardantes Sangre del cordón Disruptores de las Alteracionesbromados umbilical hormonas tiroideas reproductivas yPBDEs Leche materna Simuladores del estrógeno del desarrollo, yTBBP-A Tejido adiposo Neurotoxinas del sistema HBCD del pecho Promotores del cáncer nervioso

Sangre adulta CánceresGrasa adulta

Compuestosorganoestánnicos Sangre adulta Inhibidores de enzimas AlteracionesDibutilestaño Hígado adulto Disruptores endocrinos reproductivas y Tributilestaño Inmunotoxinas del desarrollo, yTrifenilestaño Promotores del cáncer del sistema

inmunológicoCánceres

Ftalatos Sangre y orina Disruptores de enzimas Relacionado AlteracionesDEHP infantil Disruptores endocrinos con telarquia reproductivas yDINP Sangre y orina Inmunotoxinas y endometriosis del desarrollo, y

adulta Promotores del cáncer DEHP en aparatos del sistemamédicos asociado inmunológicocon enfermedades Cáncereshepáticas, del riñóny respiratorias

Xileno de almizcle Leche materna Inductores de enzimas Relacionado con AlteracionesCetona de Sangre adulta Disruptores endocrinos problemas gine- reproductivas yalmizcle Grasa adulta cológicos y del desarrolloAHTN hormonales en CánceresHHCB mujeres

Parafinas Grasa adulta Inhibe la comunicación Cáncerescloradas intercelularC12 60% Tóxico para hígado, C23 43% riñones, glándulas

tiroides y linfáticasPromotores del cáncer

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